El perfil psicológico y social de un violador

February 17, 2019 | Author: Gerardo Basaldú Morales | Category: Rape, Psychopathy, Adults, Machismo, Sexual Abuse
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El perfil psicológico y social de un violador De acuerdo a un estudio reciente sobre sesenta "violadores y abusadores sexuales procesados y/o condenados" por la Justicia Federal en distintas unidadSegún el trabajo, las personas que cometen un delito sexual no son, contra lo que c omúnmente se cree, seres solitarios. En el estudio se apunta que casi la m itad de los detenidos entrevistados había dormido la noche anterior al delito junto a su mujer, después de dar las buenas noches a sus hijos. Tampoco son personas muy mayores, dado que la mayoría tiene entre 21 y 35 años, ni gente que suele vagabundear, ya que, siempre basándonos en este estudio, al ser atrapados casi todos los violadores tenían un empleo fijo.es penitenciarias de capital federal y la provincia de Buenos Aires, realizado por la trabajadora social María Eva Sánz como tesis de graduación, el perfil de un violador no es el que suele flotar en el imaginario colectivo de la mayoría de las personas El trabajo también aporta otros datos interesantes: el 50 por ciento de las personas detenidas por violación realizó la escolaridad secundaria y universitaria, en tanto que cerca del 43 por ciento se crió en el seno de una familia con mamá, papá y hermanos. La investigación también vino a revelar que casi el 62 por ciento de los detenidos por delito sexual nunca se alcoholizó y el 8 5 por ciento jamás consumió drogas. Pero no es lo único: el 80 por ciento de ellos no tenía antecedentes penales por robo, estafas u homicidios. Para muchos especialistas, una persona que decide violar a otra no es alguien "obsesionado" por el sexo ni busca la violación para procurarse placer sexual. Si viola, se apunta, es porque ese acto representa para él la forma más acabada de sentir sobre otro el poder de una dominación física total y de una humillación psicológica extrema. Por eso, se explica, para el violador suele ser fundamental que la persona abusada esté siempre indefensa.Además, los especialistas coinciden en que no hay un cuadro patológico preciso del violador, dado que no suelen ser enfermos m entales y sus historias clínicas no revelan un porcentaje mayor de patología psiquiátrica que los que se encuentran en la población en generalSegún la psicóloga Laura Mariani, los estudios realizados sobre los violadores seriales han demostrado que "suelen tener c omo característica en común una personalidad psicopática de base. Provienen en general de familias con serias fallas de crianza y en algunos casos, ellos mismos han sido violados cuando eran pequeños".Las palabras de la especialista encuentran eco en el estudio realizado por Eva Sánz, dado que en el mismo se indica que los detenidos consultados tenían en común haber padecido alguna forma de ma ltrato infantil. Los recuerdos de los entrevistados se remontaban a padres y/o cuidadores víctimas de violencia conyugal (58,3 por ciento); padres y/o cuidadores con adicción al alcohol (31,7 por ciento); una asociación de desempleo con bajos recursos económicos para la satisfacción de sus necesidades básicas (58,3 por ciento); haber presenciado violencia (71,7 por ciento); y haber sido sometidos a abusos físicos, emocionales y sexuales entre los 6 y los 14 años (86,7 por ciento).Muchos entendidos en la materia señalan que estas humillaciones les dejaron como secuela principal un gran odio y la nec esidad de vengarse sobre otros tan indefensos como alguna vez lo fueron ellos. El problema es que, a diferencia de otras patologías, los violadores no suelen tener cura. No sólo por falta del tratamiento adecuado sino, más que nada, porque no sienten culpa por lo cometido. Para Mariani, de hecho, los delincuentes de este tipo tienen un pronóstico reservado y "requieren un cuidadoso tratamiento y un estricto control posterior dado el alto riesgo de reincidencia 2007 Diario El Día - La Plata, Buenos Aires, Argentina

El perfil de un violador El papá que fue condenado a 17 años de prisión por violar a sus hijas Por La Redacción | Publicada el 15 Mar 2008 - 08:26 Esta semana fue condenado Juan Colop Sam, a 27 años de prisión por haber abusado sexualmente de sus hijas de ocho y 12 años, en Cantel, Quetzaltenango. La explicación de este comportamiento, contra su propia sangre, la plantea el psicólogo Roberto Lau. “Hay que entender que la violación sexual es meramente un acto de poder. Muchos creen que es una agresión por placer sexual y no es así; en realidad, el violador lo que busca es someter, ofender, dañar y ultrajar a la víctima para ejercer de forma agresiva y perversa su propia autoafirmación”, opina el psicólogo. Lau apunta que el concepto de violación es pasar por encima del permiso y la intimidad de otro para llevar a cabo una agresión sexual, por cualquier vía esto es aún más repudiable cuando se somete a un niño indefenso física y emocionalmente y le destruye psicológicamente con secuelas graves para el resto de su vida. La violación sexual no es únicamente el acto de la penetración, por los daños psicológicos ocasionados a la  víctima; se considera violación o abuso deshonesto también el manoseo de niños en sus partes intimas, explica el profesional. Características Un violador puede ser cualquier persona que por lo regular pasa desapercibido, tienen un trabajo de bajo perfil –en este caso, albañil- y su imperiosa necesidad enfermiza los lleva a buscar actividades en donde puedan estar la mayor parte del tiempo con niños; no hay un patrón definido del violador en sí, incluso, los violadores seriales generan una especie de doble registro o de doble vida, donde p or un lado llevan una vida social aceptable y, por otro lado, dan rienda suelta a sus bajos instintos.  Además, los casos de abuso sexual y violación ocurren en todos los niveles sociales, sin distinción de etnias ni de posición económica o de religión. En clases sociales bajas son los que más se denuncian y por esto son los que más se conocen; también existe un gran número de casos entre las posiciones socioeconómicas más altas, pero los mantienen ocultos y que pueden “arreglarlos” para que no transciendan. Cuadro de Sam Colop La explicación la ofrece el psicólogo Roberto Lau, tomando en cuenta la edad cronológica -48 años- del condenado. Resultados del perfil:  Actividad laboral de bajo perfil, en la construcción (albañil), sentimientos de inferioridad y baja autoestima que proyecta en actitud retadora, lenguaje y discurso “machista” en menosprecio del sexo femenino, responde en forma controlada a presiones del ambiente, relacionándose en forma rígida con su ambiente. Se refugia en fantasías para huir de la realidad; proyecta tendencia agresiva. Se observa incomunicación con la familia y conflictos emocionales de cierta importancia. Proyecta problemas de inmadurez emocional sexual, no presenta perturbación en las relaciones inter personales,

 vinculado probablemente a débil imagen de sí mismo; no tiene aspiraciones. Valoriza a amigos hombres, desvaloriza a su pareja, hijas y mujeres en general. Indicadores emocionales: Inmadurez emocional, inseguridad en sí mismo, baja tole rancia a la frustración y agresividad. Inadecuada interpretación de estereotipos sociales ligados a la masculinidad mal entendida. En la mente del violador es el macho superior el que domina a la hembra inferior, esto está ligado a una exageración de ciertas construcciones de género presentes en la sociedad; un nuevo elemento a la descripción del perfil de un violador es el machismo extremo. Observaciones: Manifiesta actitud retadora y cinismo. Recomendaciones: •

Tratamiento psicológico a las niñas víctimas



Evaluación psicológica de la familia



Colocar al paciente en aislamiento social y en tratamiento psicológico

La cifra 10% de las violaciones se lle gan a conocer; muchas no son denunciadas porque se estigmatiza de tr es formas a la víctima: social, cultural y psicológicamente. Las posibilidades de que un violador v uelva a violar son altas y  oscilan entre un 75 y 80% de probabilidades. Comportamiento  Antecedentes que comparten los violadores de niños: •

Fue abusado sexualmente en su infancia o fue testigo de agresiones físicas entre los padres.



Presencia de situaciones sexuales explicitas durante la infancia. Fue sometido a ver pornografía a temprana

edad, por ejemplo. •

Las víctimas –niños- de abuso sexual cuando son adultos tienden a:

o

Ser violadores

o

Homosexuales

o

Desarrollo de farmacodependencias y/o alcoholismo

o

Complejos de inferioridad y problemas de autoestima

o

Problemas de pareja y matrimonio, divorcio

o

Insatisfacción sexual, hiperactividad sexual

o

promiscuidad, prostitución

Qué pasa por la mente de un violador "Se trata de individuos con una personalidad de tipo psicopático, con rasgos perversos", describió una profesional a Infobae.com. Dijo que muy por el contrario de recuperarse, "se ve reincidencia muy alta" Valeria Chavez (Infobae.com) Si hay un acto ¿humano? difícil de comprender es la violación. No debe ocurrir en ninguna otra especie. Menos aún podrá entender una mente "sana" que una persona sea capaz de reiterar el abuso. Con el objetivo de entender qué hace que una persona se convierta en abusador, Infobae.com consultó a la licenciada en Psicología Beatriz Müller (MN 15407 y MP 80540). "No está determinado qué hace que alguien sea abusador; se trata de determinadas características de personalidad, pero por qué arriba a ellas depende de una historia de vida", detalló la profesional ante el cuestionamiento de si hay un perfil psicológico o una predisposición genética. En ese sentido, explicó que tienen una "personalidad de tipo psicopático, con rasgos perversos (vinculados a una sexualidad de tipo infantil no constituida, con pulsiones parciales)" y agregó: "Arribar a una genitalidad de adulto normal significa atravesar niveles desde la infancia; se alcanza en la pubertad". Según la presidente de Salud Activa, en los abusadores, "la genitalidad de adulto no se logra". "Por esta misma cuestión son personas que tienen una postura absolutamente narcisista, que lo que buscan en una relación con un niño (o por la fuerza con una mujer) no tiene que ver con el placer sexual, sino con un disfrute a través del sufrimiento del otro" , aseguró Müller, quien definió a esos vínculos como "más una relación de dominación que de placer; el niño o la mujer están en un lugar de objeto, no son tenidos en cuenta en ningún momento". Así es que para ellos, el abusado es el objeto al cual dominar y "el placer está dado en dominar al otro, en convertirlo en nada" . Respecto de su temperamento, lo identificó más con el de un asesino serial, que "se siente poderoso, siente placer por dañar" . Por qué eligen víctimas conocidasUn rasgo que suma a la "relación despareja" es el hecho de que el abusador "domina" porque siempre se trata de alguien que "está cerca y es importante para el niño, u ocupa lugar de superior". "La mayor cantidad de las violaciones son las intrafamiliares: abuelo, tío, padrastro, padre", remarcó la profesional, quien destacó que la característica casi distintiva es que el abusador tiene doble cara: "Para afuera es el mejor de todos, tiene una imagen pública compradora, y para 'adentro', con el niño, es el peor". En ese sentido, es la misma "situación de poder de uno sobre el otro hace que no se denuncie", junto con la incomprensión del hecho por parte del abusado, que "piensa que el padre, abuelo, tío, etc. es lo más grande que tiene".

"Hay un juego de seducción; el abusador envuelve a su víctima en una situación de 'hechizo', al punto de que queda inmerso en un vínculo del que llega a creer que tiene culpa o responsabilidad en lo que pasa". Asimismo, en el caso de las mujeres -dijo Müller- hay una sociedad/cultura que se ocupa de hacer creer que la víctima provocó la situación. Por duro que suene, no hay vuelta atrás "Hasta ahora no". Así de contundente fue la respuesta a la pregunta de si un violador puede recuperarse. "En ninguna parte del mundo se ve que se recuperen. Al contrario se ve una reincidencia muy alta", destacó Müller, quien subrayó: "Van a la cárcel, cumplen la condena y vuelven a repetir, en otra zona". "Para modificar una conducta, tenés que tener conciencia de que algo no está bien; si no te arrepentís de verdad, no hay conciencia de patología", subrayó la profesional, para quien "un hombre que abusa de su hijo no es un padre; el n iño ya no tenía padre, por lo que no lo pierde" (en referencia a los planteos de defensa que hacen hincapié en la importancia de no dejar al menor sin familia). Las "señales" que da un niño abusado Pese a que las técnicas de evaluación suelen ser "escuetas", dado lo poco descriptivo que son los relatos de los niños, según Müller, "los menores tienen otras maneras de 'decir'". Para empezar, ellos (los niños) no hablan de situaciones que tienen que ver con lo sexual si no las conocen, por lo que menos van a fabular, ya que ellos suelen inventar fantasías, pero con elementos que conocen. "Lo primero que un niño evidencia son cambios de conducta: nenes alegres se retraen, otros vuelven a etapas anteriores (se hacen pis cuando habían alcanzado control de esfínteres), o desarrollan conductas de tipo sexualizadas (nenas 'provocan', quieren dar beso en la boca o tocar partes genitales de adultos), así  como también algunos sufren trastornos de sueño, pesadillas o miedo a los adultos", detalló Müller, entre las características que deberían tenerse en cuenta ante la duda de que un menor haya sido abusado. Parece que muchas personas tienen que aprender a desarrollar su sexualidad "sin rollos" para que no se convierta en una patología que dañe a otros. ¿Será el punto de una sociedad más adulta sexualmente el que podría llevar a terminar con estos hechos tan poco "humanos"? 

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