El Origen del Hombre-Antropología

May 24, 2019 | Author: Gabriel Bareiro | Category: Karyotype, Homo Sapiens, Evolution, Ape, Science
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Introducción ¿Cuándo y como apareció la vida humana en la tierra? ¿Que lugar de la mism misma a pudo pudo ser ser el hoga hogarr de los los prime primero ross homb hombre res? s? ¿Cua ¿Cuale less fuer fueron on las las condiciones de su primitiva existencia? ¿Que sabia o que podía hacer entonces y efectivamente hizo? ¿Bajo que circunstancias se cumplieron las legitimas   jornadas de su humanización y acceso a la vida histórica? Estas y otras preguntas no pueden ser contestadas con rigor y a ciencia cierta. Pero surgen y surgieron varias teorías acerca del origen de la vida y del hombre; “la teoría del Big Bang” (Gran-Explosión) asegura que una gran explosión formó al sol en el centro de una nube, resultante de una explosión posterior y de la misma mane manera ra,, se form formar aron on todo todoss los los plan planet etas as de nues nuestr tro o sist sistem ema a sola solar. r. “ La Generación Generación Espontáne Espontáneaa” anti antigu guam amen ente te se creí creía a que que la vida vida se orig origin inó ó rep repenti entin namen amente te de mate materi ria a iner inerte te por por gener enerac ació ión n espo espont ntán ánea ea.. “ El Creacionismo” que asegura que Dios es el creador del universo y el hombre. “Teoría Cosmosoica” esporas recientes de formas vivientes pudieron haber  llegado a la Tierra accidentalmente desde algún punto del universo. “ Teoría Naturalista” atribuye en todo a la naturaleza como primer principio, donde en algún algún moment momento, o, hace hace millon millones es de años, años, las condi condicio ciones nes de temper temperatu atura ra humedad fueron adecuadas para la vida. Es sabido que el hombre comenzó a dejar testimonios escritos de sus ocur ocurre renc ncias ias apen apenas as al prom promed edia iarr el IV mile mileni nio o ante antess de J.C. J.C. ¿Per ¿Pero o que que significan 5.000 años de vida histórica frente a los 2.000 millones que se calculan para la edad de la Tierra; o ante los 500 millones que pueden ser  atribuidos a las manifestaciones de vida en ella; e incluso si se la compara con los 500.000 años que tal vez cabria adjudicar a los antiguos vestigios de existenci existencia a humana humana en el planeta? Lo cierto es que la vida humana humana representa representa un fugacísimo instante en la Tierra, y la verdadera historia de la humanidad es como si se hubiera emergido el mes pasado de una brumosa prehistoria. En el presente trabajo se analizará y contrastará a las teorías Creacionistas, dent dentro ro de las las cual cuales es está están n los los teól teólog ogos os basá basánd ndos ose e en la Bibl Biblia ia,, y los los evolucionistas, algunas algunas explicaciones explicaciones Míticas, estudios sobre nuestro Linaje y Genéti Genética. ca. Por ende ende aquí aquí para para analiz analizar ar el origen origen del hombre hombre,, debere deberemos mos adentrarnos necesariamente necesariamente un poco en la evolución, la genética y la Biblia.

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La Prehistoria Esa prehistoria es la que, justamente, desafía con insuperable tenacidad al afán de conocimiento humano. Apenas se aleja el investigador moderno unos cuantos miles de años de los umbrales de la historia, cuando ya las tinieblas comienzan a rodearlo; de allí a poco, uno pocos restos fósiles y un tosco instrumental de piedra es el solo testimonio de que dispone para reconstruir la vida del hombre en muchos milenios; después nada más, y la oscuridad se cierra por completo. Lo que puede afirmarse con pruebas fehacientes se suele reemplazar con teorías más o menos afortunadas; pero la verdad es que los orígenes del hombre y de la cultura desafían victoriosamente los esfuerzos de los investigadores científicos. “Durante siglos y siglos-afirma con razón uno de ellos-han sido desconocidos los vestigios de las viejas civilizaciones de la piedra; mañana aparecerán tal vez testimonios más antiguos y las tinieblas retrocederán un poco, pero jamás llegaremos a la meta, jamás dispararemos por completo las oscuridades de los comienzos.” En medio de cuanto se ignora o se conoce mal de la prehistoria humana hay algo que puede afirmarse ciertamente. Y es que, sin duda, cuando hace muchos miles de años los antepasados directos del hombre actual comenzaron a poblar la Tierra, su porvenir no parecía ser seguro ni prometedor. Débil a indefensas criaturas, parecían destinados a desaparecer en un ambiente duro, pero pero cuand cuando o no decidi decididam dament ente e hostil hostil.. ¿Cómo ¿Cómo sobrev sobrevivir ivir a las catást catástrof rofes es naturales, defenderse de los rigores del clima cambiante y escapar de las asechanzas de feroces animales carniceros? La naturaleza no les había dotado de armas eficientes para la lucha por la existencia. Tenían que habérselas con enemigos temibles que les aventajaban en corpulencia, en fuerza y rapidez, con animales capaces de aplastarlos con el solo empuje de sus moles, aniquilarles de un zarpazo o despedazarlos a dentelladas. Contra tales peligros, el hombre no podía valerse ni de fuertes garras ni de fauces poderosas, ni de protecciones naturales suficientes. De dos cosas, si embargo, si podía disponer: de sus manos, para fabricarse utensilios, y de su inteligencia, le indicaba cómo hacerlos. Las manos y el entendimiento fueron las verdaderas armas del hombre. La progresiva habilidad de aquellas y el desarrollo de éste aseguraron el género de humano, no solo los medios eficaces para superar los peligros que comprometían su misma existencia, sino, además, los destinados a elevarlo a la condición de amo del mundo que un día amenazará aniquilarlo .

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En Busca del Eslabón Perdido Desde que en el siglo XIX se difundió la idea de la evolución de las especies se pensó que la forma humana derivaba de un animal superior, en especial de los primates. Se trataba de encontrar restos que mostraran el paso de los simios a los hombres, esto es, el “eslabón perdido” en la rigurosa cadena de la descendencia evolutiva. En 1891-92, Eugene Dubois, un medico militar  holandés destacado en Java, creyó haberlo hallado en Trinil. Se trataba en verdad de restos aislados: dos molares, una calota craneana y un fémur. Los primeros eran más grandes y fuertes que los mayores humanos; la segunda, de capacidad de 850cm³, tenía una frente sumamente huidiza, terminada por  una víscera ósea continua, como la de los gibones y chimpancés, y era muy achatada; el fémur robusto –aparte de un sobrehueso accidental- demostraba un tipo de vida arborícola, pero de humana condición. En 1924, Dubois agregó un premolar encontrado en 1898 en Trinil y un fragmento de mandíbula logrado en Kedung Brubus (a 40km de allí), en 1890. Dubois creyó haber encontrado el “eslabón perdido” y su Phitecanthropus erectus (hombre-mono erecto) aparece totalmente como un “ejemplar  intercalable” en la serie animal simios-hombres. Los hallazgos efectuados por J.H.R.von Koenigwald entre los años 1938 y 1941 han permitido la reconstrucción de varias formas protohumanas que se supone podrían alienarse en la ascendencia inmediata del Phitecanthropus erectus, a saber: el Gigantopithecus blackii , el Meganthropus paleojanicus y el Lo Phitecanthropus robustus. Hallazgo de Hombres Fósiles verdaderamente sugestivo de todo esto es la 184 Cráneo de Gibraltar. proliferación de tipos diversos de homínidos 8 Hombre de Neandertal. primitivos, en Java, a comienzos del 185 Phitecanthropus erectus, de Java. 6 Hombre de Piltdown (reconocido hoy Cuaternario. 189 como falso). A partir de 1929, en Chou Kou Tien, al 2 Hombre de Grimaldi. 190 Mandíbula de Mauer en Heidelberg. sudoeste de Pekín, se han realizado 0 Australophithecus, de Tanny. importantes hallazgos hasta completar 14 190  Niño de Taungs, en África. 1 Sinanthropus, llamado hombre de Pekín. cráneos, 11 mandíbulas y 147 piezas 190 Hombre de Steinhelm. dentarias. Con tales restos ha podido 7 Hombre de Swanscombe. 192 Giganthropithecus. reconstruirse el Sinanthropus pekinensis, 4 Hombre preneanderthal. forma vinculable al Phitecanthropus, aunque 192 Pleisanthropus transwaaliensis. 5 Paranthropus robustus. de edad ligeramente menor. 192 Phitecanthropus paleojavaniensis. 9 193 3 193 5 193 5 193 6 193 6 193 8 194 1 194 7 194 7 195

Atlanthropus Hombre de Fontechevade. Hombre de Grosetto.

Morfológicamente, y Sinanthropus Phitecanthropus son todavía simios por su cráneo, si bien algunos del primero dan 1.030cm³ para el hombre y 1.015cm³ para la mujer. El poliformismo de las mandíbulas reconstruidas es, también, otro carácter 

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simiesco, aunque, según, F. Weidenreich, esas mandíbulas son “verdadera mezcla de caracteres pitecoides y humanos”.

El Gran Dilema de la Biblia y la Ciencia ¿Se debe poner en tela de juicio constantemente el dilema del origen del hombre propuesto por la Biblia y por supuesto la que propone la ciencia?, pero aquí la discusión es sobre quien tiene la razón, cuando si darse cuenta las dos reflejan la verdad. Entonces deberíamos buscar los puntos en común, para poder encaminarnos en encontrar el verdadero origen de nuestra descendencia. Génesis:

 Dijo Dios: «Haya luz»y hubo luz.  Dios vio que la luz era buena y las  separo de las tinieblas. Dios llamo a la luz “Día” y a las tinieblas “Noche”. Y atardeció y amaneció el día primero.  Dijo Dios: «Haya un firmamento en medio de las aguas y se separe a unas aguas de otras» hizo Dios entonces el firmamento separando a unas aguas de otras, las que estaban encima del firmamento, de las que estaban debajo de él. Y así sucedió. Y tardeció y amaneció el día segundo. Dijo Dios: «Júntense las aguas debajo de los cielos en un solo lugar y aparezca el suelo seco.» y así fue. Dios llamo al suelo seco “Tierra” y a la masa de agua “Mares”. Y vio Dios que todo era bueno. Dijo Dios: «Produzca la tierra  pasto y hierbas que den semillas y árboles frutales que den sobre la tierra fruto con su semilla adentro». Y así fue. La Tierra   produjo pasto y hiervas que dan  semillas y árboles frutales que dan   frutos con semillas adentro según la especie de cada uno. Y vio Dios que esto era bueno. Y tardeció y amaneció el día tercero. Dijo Dios: «Haya lámparas en el  cielo que separen el día de la noche. Sirvan de signo para

distinguir tanto las estaciones como los días y los años. Y que brillen en el firmamento para iluminar la Tierra» y así fue. Hizo, pues, Dios dos grandes lámparas, una grande   para prescindir el día y otra más chica para prescindir la noche; también hizo las estrellas. Y avé las coloco en lo alto de los cielos para alumbrar la tierra, para mandar al  día y a la noche y separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que esto era bueno. Y atardeció y amaneció el día cuarto.  Dijo Dios: «llénense las aguas de   seres vivientes y revoloteen aves sobre la tierra y bajo el     firmamento.» Y creó Dios los  grandes monstruos marinos y todos los seres que viven en el agua y todas las aves. Y vio Dios que estaba bien. Los bendijo Dios, diciendo: «Crezcan, multiplíquense   y llenen las aguas del mar, y multiplíquense así mismo las aves en la tierra » y tardeció y amaneció el día quinto. Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes, de diferentes especies, bestias, reptiles y animales salvajes.» Y así fue. E  hizo Dios las distintas clases de animales salvajes, de bestias y de reptiles, y vio Dios que esto era bueno.

Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que mande a los peces del mar y a las aves del cielo, a las bestias, a las  fieras salvajes y a los reptiles que  se arrastran por el suelo.» y creó   Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó. Dios los bendijo, diciéndoles«Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y  sométanla. Manden a los peces del  mar, a las aves del cielo y a cuanto animal viva en la tierra.» Dijo Dios: «Yo les entrego, para que ustedes se alimenten, toda clase de hiervas, de semillas y toda clase de árboles frutales. A los animales salvajes, a las aves de los cielos y a cuanto ser viviente se mueve en la tierra, les doy para que coman pasto verde » Y así fue. Vio dios que todo cuanto había hecho era muy bueno. Y atardeció y amaneció el día sexto. Así fueron hechos el cielo y la tierra y todo lo que hay en ellos .Dios termino su trabajo el Séptimo día y descansó en este día de todo lo que había hecho. Bendijo Dios este Séptimo día y lo hizo santo  porque este día él descanso de todo  su trabajo de creación. Este es el origen del cielo y de la tierra cuando fuero creados.

No debe tomarse literalmente las palabras de la Biblia, sino analizarlas detalladamente, para así comprender verdaderamente su significado; el primer  día, segundo día no necesariamente debieron suceder en veinticuatro y cuarentaiocho horas como los de hoy día, considerando que en los tres primeros días no existía el sol, cada día podría haber tenido miles y millones de

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años; e aquí unos de los puntos de coincidencia con la ciencia, quien habla de evolución. El origen del hombre se había planteado siempre en dimensión teológica. Y puede preguntarse cómo encaja en la teología esta concepción de los orígenes humanos que la ciencia y la filosofía nos presentan. Lo primero que hay que decir es que el hombre de que se ocupa la teología no es forzosamente el hombre de que se ocupan la paleontología, la prehistoria y la filosofía. Es el hombre simplemente el producto de un proceso evolutivo naturalista, o es producto de una creación divina, preparado por el Creador para ejercer  dominio sobre los demás seres vivos? Lo que si se podría aseverar es que realmente es el ser vivo que evolucionó e impuso poderío sobre las demás criaturas vivientes, y como ya hemos mencionado, la ciencia no ha descartado la posibilidad de que un ente divino haya sido el creador del universo, de ahí, posteriormente se crearon las estrellas y los planetas (Big Bang), entre ellos la Tierra y todos los que habitamos en el. ¿

Como se ha planteado anteriormente nuestro planeta no necesariamente pudo haber sido creado en seis días, de veinticuatro horas por cada día como lo describe la Biblia, de la misma manera pudo haber ocurrido con el hombre y los demás seres vivos, Adán y Eva podrían haber sido las primeras células procariotas, eucariotas, o los primeros homínidos. Lo que se quiere demostrar con todo esto es demostrar las enormes coincidencias de estas dos posturas y no las diferencias entre ambas.

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Reseña Histórica sobre las distintas concepciones sobre el Origen del Hombre Las dificultades del análisis del origen del hombre, se basa en las distintas posturas establecidas a lo largo de los años, donde historiadores, antropólogos, paleontólogos, filósofos y teólogos, entre otros, proponen teorías distintas. La filosofía, ciencia del pensar, y la teología, ciencia de la revelación y de la fe, tienen en este campo la palabra acerca de lo sobrenatural que hay en el hombre, tanto en lo que se refiere a su destino como su origen. Las creencias religiosas, con sus explicaciones dogmáticas, han elaborado en cada religión una creencia como solución de tan sugestivo problema. Sin embargo cada año surgen nuevos hallazgos arqueológicos de antiguos hombres, que nos ilustran y proporcionan datos más precisos acerca de la descendencia humana, pero por otro lado abren el interrogante de nuevos problemas acerca de nuestro origen. Una de las cosas que se han discutido siempre los científicos, es, en que edad comenzó su existencia el hombre, dentro de la evolución de los seres vivos. Por otro lado intentan establecer sus entronques con otros animales semejantes a él por su constitución física. Los evolucionistas han trabajado en busca de una solución en el problema de nuestro origen; desde los principios del siglo XIX, hasta hoy, la paleontología ha encontrado innumerables fósiles, nos ha aportado los conocimientos sobre el hombre fósil, y aunque estos sean cada vez mayores, no esclarece el momento justo cuando el hombre pisó la tierra y el origen del mismo. Sin embargo no puede decirse que no sabemos nada, o que no hurgamos en la historia para poder encontrar, nuestro más grande interrogante “Nuestro Origen”; y que tan adelantados estamos, que podemos decir, existen restos o vestigios de nuestro pasado, a diferencie de Curvier, quien afirmaba que no existían restos fósiles, ya que él no había encontrado ninguno. Hoy tenemos de unos doscientos a trescientos restos de individuos fósiles, que registran la evolución del hombre y su descendencia. Otras de las concepciones que hoy han quedado de lado era la creencia de que todos los seres vivos que habitan y habitaron la tierra, habían sido creados tal como se presentan actualmente, postura que se mantenía hasta la mitad del siglo pasado. Darwin centraba su teoría en que, la vida había comenzado en seres muy simples, y de estos, por sucesivas transformaciones, se habían originado los más complejos, entre los cuales se encuentra el hombre mismo. Por lo que se considera a Darwin un adelantado a su tiempo, un verdadero visionario, ya que

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su libro “El Origen de las Especies” publicado en 1859, es una de las bases del pensamiento moderno. Era pues, de esta y otras teorías que la iglesia católica debía defenderse, censurando a algunos como, el profesor Mivart, por el cardenal Vaughan; o la tesis del padre Leroy quien debió retractactarse públicamente por obligación de la misma iglesia. Estas censuras y prohibiciones se mantuvieron hasta fines del siglo XIX, sin embargo en 1909 la Comisión Bíblica dio un celebre decreto que si bien se aviene el mal con el evolucionismo. Al menos inicia una exégesis de los tres primeros capítulos del Génesis. El 30 de septiembre de 1943 el Papa dio la encíclica Divino afflunte Spiritu  sobre el estudio e interpretación de la Biblia, donde hay normas y comprensiones para interpretar con cierta libertad los textos literarios de las escrituras bíblicas. El 12 de agosto de 1950 se publico la encíclica Humani  generis, donde se leen lecciones de prudencia para cualquier hombre que cultive las ciencias que rozan los problemas del origen de la especie humana. Los mismos juicios sobrios y ponderados expuso el Papa Pío XII en 1953 al dirigirse a los miembros del Congreso Internacional de Genética celebrado aquel año en Roma. En estos documentos, la Iglesia, en esencia, solo pide que no se hagan hipótesis tendenciosas y atrevidas, pero permite y aconseja que se estudie el saber profano con la serenidad y profundidad debidas, y que si no esta todo claro se espere siempre en la confusión y la pobreza de los datos que poseemos a que nuevos descubrimientos iluminen ese remoto pasado del hombre, cuyo origen material y formal nada tiene que ver con los problemas de la fe. Para la ciencia, y para la filosofía misma, el hombre es, por concepción, el animal inteligente, respecto del cual el animal racional, el homo sapiens, no es sino el estadio evolutivo final de aquél. Ahora bien, desde el punto de vista teológico, sólo el estadio de homo sapiens es el que cuenta; sólo a él pertenece el hombre de que nos habla la teología. El animal racional fue elevado a un estado que llamaríamos «teologal», descrito por el Génesis y por  San Pablo. Ya no es mero animal racional sino animal racional teologal. Es una elevación no exigida, pero sí intrínseca; por esto se dice que es mera elevación. Por consiguiente, toda la cuestión se reduce a preguntar dónde colocar en la evolución de la humanidad al animal racional; y dónde situar, dentro ya de éste, su elevación al estado teologal. Pues bien, ni con evolución ni sin evolución , la Iglesia jamás se ha pronunciado sobre ninguno de estos dos puntos. Desde el punto de vista teológico, los tipos pre-racionales de humanidad, sean de hecho lo que fueren, no serían sino etapas evolutivas que la naturaleza, bajo la acción parcial del principio intelectivo, de la psique intelectiva, creada por Dios desde dentro de las estructuras transformadas del homínido prehumano, ha ido recorriendo hasta llegar a ser de mero animal inteligente, animal racional. Y una vez alcanzado este nivel, su elevación al estado teologal tampoco tiene por  qué coincidir forzosamente con la aparición del primer animal racional; la

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Iglesia jamás ha impuesto esta coincidencia cronológica entre la racionalidad y su elevación teologal. Sino que en su hora, el animal racional, el homo sapiens, ha sido elevado a ese estado teologal, constituyendo así el hombre de que nos habla el Génesis y del que desciende toda la humanidad actual. Remontándonos de nuevo en el contexto científico, la paleontología humana y la prehistoria han descubierto una serie de hechos impresionantes cuyo volumen y calidad han de considerarse como transcendentales. Porque estos hechos científicos conducen a la idea de que el origen (leí hombre es evolutivo: el  phylum humano arranca evolutivamente de otros  phyla animales, y dentro del  phylum humano, la humanidad ha ido adoptando formas genética y evolutivamente distintas, hasta llegar al hombre actual, lo único del que hasta ahora se ocuparon la filosofía y la teología. Ciertamente, la evolución humana es un tema que pertenece a la ciencia positiva. Pero planteado por los hechos, no puede menos de afectar a la filosofía y a la teología misma. Dejando de lado, por el momento, el aspecto teológico de la cuestión, la idea del origen evolutivo de nuestra humanidad, a pesar de ser una idea científica, es una idea que como otras muchas, se halla en la frontera de la ciencia y de la filosofía; constituyen problemas fronterizos, bifaces. Y en cuanto tales necesitan ser  tratados también filosóficamente. ¿Qué significa, qué es, filosóficamente, el origen evolutivo de nuestra humanidad? En el orden somático, morfológico, del animal al hombre hay una estricta evolución. Sus mecanismos, alcance y caracteres podrán ser discutibles y son discutidos. Pero innegablemente existe una evolución morfológica que coloca al hombre en la línea de los primates antropomorfos, concretamente en la bifurcación entre  póngidos y homínidos. Los antropomorfos  póngidos conducen a los grandes simios: chimpancé, gorila, orangután; gibbon. Los antropomorfos homínidos, partiendo del mismo punto de origen que los póngidos, siguen una línea evolutiva distinta. Los paleontólogos llaman homínidos a todos los antropomorfos que forman parte del  phylum al que pertenece el hombre. Los llaman así porque ha habido en este  phylum antropomorfos que aún no son humanos, sino infrahumanos (aunque no simios, como lo son los póngidos); estos homínidos no hominizados son los ascendientes somáticos directos del hombre. Como la paleontología no dispone aún de suficiente número de restos fósiles, no puede describir con satisfactoria precisión, ni las formas de proliferación de los homínidos, ni el punto preciso de su hominizacíon. Pero esta evolución somática innegable deja en pie otro hecho que necesita ser tenido en cuenta e integrarse en la evolución, si hemos de dar razón completa del fenómeno humano: la esencial irreductibilidad de la dimensión intelectiva del hombre a todas sus dimensiones sensitivas animales. El animal, con su mera sensibilidad, reacciona siempre y sólo ante estímulos. Podrán ser  y son complejos de estímulos unitariamente configurados, dotados muchas veces de carácter, entre los cuales el animal lleva a cabo una selección respecto de su sintonía con los estados tónicos que siente. Pero siempre se trata de meros estímulos. A diferencia de esto, el hombre, con su inteligencia, responde a realidades. Se podría sostener que la inteligencia no es la capacidad del pensamiento abstracto, sino la capacidad que el hombre tiene de aprehender las cosas y de enfrentarse con ellas como realidades. Y entre mero estímulo y realidad hay una diferencia no gradual sino esencial. Lo que

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impropiamente solemos llamar inteligencia animal es la finura de su capacidad para moverse entre estímulos, de un modo muy vario y rico; pero es siempre en orden a dar una respuesta adecuada a la situación que sus estímulos le plantean; por esto es por lo que no es propiamente inteligencia. El hombre, en cambio, no responde siempre a las cosas como estímulos, sino como realidades. Su riqueza es de un orden esencialmente distinto al de la riqueza del animal. Por esto, su vida transciende de la vida animal, y las líneas evolutivas del animal y del hombre son radicalmente distintas y siguen direcciones divergentes. El animal, por ejemplo, es un ser enlazado, el hombre no lo es. Por razones psico-biológicas, el hombre es el único animal que está abierto a todos los climas del universo, que tolera las dietas más diversas, etc. . Pero no es sólo esto. El hombre es el único animal que no está encerrado en un medio específicamente determinado, sino que está constitutivamente abierto al horizonte indefinido del mundo real. Mientras el animal no hace sino resolver  situaciones, incluso construyendo pequeños dispositivos, el hombre transciende de su situación actual, y produce artefactos no sólo hechos ad hoc  para una situación determinada, sino que, situado en la realidad de las cosas, en lo que éstas son «de suyo», construye artefactos aunque no tenga necesidad de ellos en la situación presente, sino para cuando llegue a tenerla; es que maneja las cosas como realidades. . En una palabra, mientras el animal no hace sino «resolver» su vida, el hombre «proyecta» su vida. Por esto su industria no se halla fijada, no es mera repetición, sino que denota una innovación, producto de una invención, de una creación proyectante y progresiva. Precisamente donde los vestigios de utillaje dejan descubrir  vestigios de innovación y de creación, la prehistoria los interpreta como características humanas rudimentarias; serias el caso de la Pebble-culture (cultura de guijarros) de los australopitecos. Pero esta irreductibilidad no implica una cesura, una discontinuidad, entre la vida animal y la humana. Todo lo contrario. Si se acepta la distinción entre mera sensibilidad e inteligencia, propuesto anteriormente, es verdad que el animal reacciona ante meros estímulos, y que el hombre responde a realidades. Pero tanto en su vida individual, como en su desarrollo específico, la primera forma de realidad que el hombre aprehende es la de sus propios estímulos: los aprehende no como meros estímulos, sino como estímulos reales, como realidades estimulantes; tanto, que la primera función de la inteligencia es puramente biológica, consiste en hallar una respuesta adecuada a estímulos reales. El mero hecho de decirlo, nos muestra que, cuanto más descendemos a los comienzos de la vida individual y específica, la distinción entre mero estímulo y estímulo real se va haciendo cada vez más sutil, hasta parecer evanescente. . Justamente esto es lo que expresa que no hay cesura entre la vida animal y la propiamente humana. No la hay en la vida individual, es sobradamente claro. Pero tampoco la hay en la escala zoológica. La vida de los primeros seres con vestigios somáticos, y tal vez psíquicos, de humanidad, los australopitecos, se aproxima enormemente a la vida de los demás antropomorfos. Por esto es tan difícil, y a veces imposible, saber si un fósil homínido representa o no un homínido hominizado.

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Constituido el phylum humano por una inteligencia, hay en él una verdadera y estricta evolución genética, debida sobre todo a la evolución de las estructuras somáticas, pero también a la evolución del tipo de inteligencia, expresada en industrias caracterizadas por una unidad evolutiva casi perfecta. Es decir, que lo que hasta ahora hemos solido llamar «hombre», así en singular, en realidad aloja dentro de sí tipos de humanidad somática e industrialmente —es decir, somática e intelectivamente— distintos, producidos por verdadera evolución genética infrahumana. No se trata de hombres distintos tan sólo por su tipo de vida, sino de tipos estructuralmente distintos, tanto por lo que concierne a su morfología como por lo referente a sus estructuras mentales. De entre los puntos más salientes, bien conocidos, recordemos tan sólo algunos para dar  mayor concreción a nuestras consideraciones.

CUATERNARIO TERCIARIO

HOMBRES

SECUNDARIO Aves Mamíferos Reptiles Batracios

PRIMARIO Peces

ARCAICO

Invertebrados

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vertebrados y el hombre.

Algunas explicaciones Míticas El origen del hombre entre los Chorotes del gran Chaco Al principio no había hombres en la tierra. Una estrella que se sentía muy sola en el cielo hizo una soga y por ella descendió. Una vez aquí, tomó un puñado de tierra y lo colocó en su vagina. Así concibió a un hijo (Kialé, el sol) que creció rápidamente llegando a ser un hermoso joven. La estrella volvió a preñarse con tierra dando a luz a una muchacha (Kialkí) quien también creció rápido. La muchacha fue preñada por  su hermano y de esa unión nació una hija. “Ahora somos muchas personas”pensó la estrella-, y continuo preñándose así misma con tierra. Los hijos crecieron y los hermanos se casaron entre si dando hijos que son los antepasados de todos los chorotes actuales.

El origen del hombre entre los Chichés de Guatemala Según narra el Popol Vuh (libro sagrado de los chiches escrito durante la dominación española) el hombre emergió luego de cuatro creaciones sucesivas de catástrofes.

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1) primero fueron creados seres animados desprovistos de sentimiento y razón. “Se dispusieron a crear a los animales guardas de los montes, al venado, al pájaro, al león, al tigre, a la culebra y al cuantil”…pero como no podían hablar y rendir honores a los creadores estos probaron hacer  otras criaturas; 2) hicieron un cuerpo de barro, pero era pesado, sin movimiento y como el lodo estaba blando se deshacía en el agua; 3) luego” fue hecha con madera la imagen del hombre, se multiplicaron y tuvieron hijos e hijas pero salieron medios tontos, sin corazón ni entendimiento, no tenían sangre ni vísceras “…como no podían alabar a los creadores fueron destruidos por un diluvio de resina y fueron quedando solo las señales de ellos, los micos que andan ahora por los montes…Por eso es que Coy, el Mico, se parece al hombre “; 4) Finalmente el hombre fue creado de carne y sangre con gran inteligencia y dotado del habla.

Nuestro Linaje Primate EL ORDEN DE LOS PRIMATES CARACTERÍSTICAS COMUNES Y TENDENCIAS ADAPTATIVAS Los primates de diferencian del resto de los mamíferos por un conjunto de rasgos que les son propios y que les proporcionan potencialidades biológicas para desarrollar estrategias adaptativas de supervivencia en ambientes con abundante vegetación. Entre los rasgos más significativos genéticamente determinados, se destacan los siguientes:

LAS EXREMIDADES TERMINAN EN PECTADICTILA (cinco dedos) . Esta estructura que es típica de los mamíferos más tempranos del período terciario se ha mantenido en gran medida generalizada sin gran especialización. En otros mamíferos la pentadactilia ancestral se modificó orientándose a diversidad de especializaciones; por ejemplo, en animales predadores como los felinos se orientó a permitir una eficaz cacería mediante poderosas garras; en otros animales donde era ventajoso el desplazamiento rápido por espacios abiertos se produjo una reducción de cinco a tres dedos y luego a uno, tal es el caso de los antecesores del caballo actual. En los primates, la conservación de la pentadactilia está relacionada con el uso ventajoso que ofrece la mano con cinco dedos para el desarrollo de la capacidad prensil; el pulgar oponible de la mano en la mayoría de los primates (en algunos también es oponible el pulgar  del pie, también actúa como estructura sustentadora del peso), las almohadillas 12

sensibles de los dedos, las uñas planas en lugar de garras y el mayor número de inserciones nerviosas en los ápices de las falanges terminales.

VISION ESTEREOSCOPICA. Situados frontalmente en el cráneo en lugar de hacia atrás o hacia los lados. La parte posterior de la cavidad orbitaria está cerrada y rodeada por un reborde óseo. Esto permite obtener imágenes en relieve, profundidad de campo y proporciona la capacidad de calcular  distancias. En contraste con el desarrollo del sentido de la visión se observa un menor grado de especialización en el sentido del olfato. COLUMNA VERTEBRAL FLEXIBLE. Que proporciona la posibilidad de sentarse o erguirse, y permite en consecuencia dejar liberadas las extremidades superiores de la postura corporal. A su vez, estas extremidades pueden cumplir funciones tales como girar, extender o flexionar y se relacionan con la capacidad prensil y la manipulación de objetos que permite la pentadactilia. Esta estructura ósea facilita el desplazamiento por el ambiente arbóreo y constituye la base sustancial sobre la cual se configuraron las diferentes formas de locomoción; a) salto y aferramiento vertical, apto para el traslado por las partes altas de la selva; b) marcha cuadrúpeda sobre las ramas y suspensión con los brazos por  requiere realizar actividades alternativas de trepar o caminar debajo de las mismas, son dos formas de traslado ventajosas para las partes medias de la selva donde la vegetación es muy densa; c) marcha sobre nudillos, efectiva para el desplazamiento por las partes bajas de la selva donde se por el suelo; y d) la marcha bípeda propia del hombre (Milton, 1993; Campillo, 1988; Doran, 1993; Lovejoy, 1989; Zhilman, 1990). MAYOR CAPACIDAD CEREBRAL EN RELACION AL TAMAÑO CERBRAL. El mayor tamaño y la complejidad encefálica se pueden vincular  con la amplia red de conexiones nerviosas necesarias para procesar y dar  respuesta a los múltiples estímulos ambientales (Aboiltz, 1992; Halloway, 1990; Simmons, 1990; Tobías, 1982). CAMBIOS EN LA ANATOMIA Y FISIOLOGÍA DEL APARATO DIGESTIVO. Hocico y mandíbula reducidos de tamaño, al igual que el sentido del olfato, las mamas se desplazaron hacia los pectorales. Los cambios dados en la fisiología del aparato digestivo estaban tendientes a la mayor absorción de grandes cantidades de celulosa, propia de las dietas frugívoras o herbívoras. Asimismo, el consumo de hojas requiere la capacidad fisiológica de tolerar toxinas (Milton, 1993). PERIODO DE GESATACION PROLONGADOS Y ESCASO NÚMERO DE CRÍAS POR CAMADA. Por su alto grado de inmadurez, tienen una larga etapa de dependencia de los adultos. La infancia dilatada permite la recepción y aprendizaje de abundante información cuando la conducta es más flexible. Los lazos de cohesión social son imprescindibles para mantener unido al grupo durante el largo tiempo en que las crías se desarrollan. Esta cohesión social se apoya en una comunicación compleja como por ejemplo el uso de gestos faciales y corporales, chillidos y aullidos o bien el constante acicalamiento mutuo (Shefferly y Fritz, 1992; Ghiglieri, 1988; Gould, 1988). 13

Reconstruyendo el Árbol Filogenético La separación del orden de los primates del resto de los mamíferos se inicia a comienzos del período terciario hace aproximadamente 70 m. de años. Es en este momento cuando se desarrollan las plantas angiospermas y se expanden las vastas forestas de las zonas tropicales y subtropicales. El proceso comienza cuando un grupo de mamíferos muy pequeños, insectívoros y de hábitos nocturnos desarrolla una estrategia arborícola que conduce a los primeros representantes de los primates. A partir de aquí se abre una multiplicidad de formas de vida. A los fines de ordenar la información se pueden sintetizar cinco fases significativas (Milton, 1993; Aboitz, 1992; Pilbean, 1988).

Evolución del orden de los primates: sus raíces se originan en el Cretácico tardío, cuando algunos micromamíferos insectívoros aprovecharon los alimentos ofrecidos por los bosques de angiospermas. (1) Los descendientes de este mamífero son los precursores de los primates y desarrollaron rasgos propios de estos tales, como el hocico redondeado y las uñas planas; (2) entre los 40 y 30 m. de años se produce la separación entre Platirrinos y Catarrinos (Monos del Viejo Mundo y del Nuevo Mundo); (3) entre los 20 y 30 m. de años se produce la separación entre las Superfamilias Cercopitecoidea y Hominoidea; (4) divergencia evolutiva entre las Familias Hylobatidae, Pongidae y Hominidae; (5) a partir de los 5 m. de años se separa el linaje evolutivo que conduce a los Chimpancés y a los Homínidos.

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Entre los 60 y 50 m. de años se produce la separación entre Prosimios y   Antropoides. Los primeros, de talla pequeña y locomoción adaptada al salto, no constituyen la forma de vida cuyos caminos de especialización conducen al género humano. Los segundos, desarrollaron modificaciones orgánicas favorables para la ocupación de las partes bajas y medias de selvas y bosques densos. A partir de los 40 m. de años, cuando América del Sur se separa de África y América del Norte de Eurasia por deriva continental, se produce otra importante divergencia evolutiva entre los  Antropoides. Esta es principalmente el resultado del aislamiento geográfico entre continentes y llevó a la distinción de dos grandes grupos: los Platirrinos o monos del nuevo Mundo y los Catarrinos o monos del Viejo Mundo. Los Platirrinos no generaron especializaciones conducentes al linaje humano. Sus representantes actuales (entre los que se cuenta el mono araña y el mono tití) muestran una tendencia adaptativa al uso de las partes medias de los árboles; talla corporal pequeña a mediana, desplazamiento por encima o por debajo de las ramas y larga cola prensil. Esto permite explicar por qué los restos fósiles de los antepasados más cercanos al género humano no se encuentran en América. Entre los 30 y 20 m. de años se producen importantes movimientos orogénicos que formaron, entre otras, las elevaciones montañosas de Próximo Oriente y Europa. Estas elevaciones se constituyeron en fuertes barreras geográficas para el desplazamiento de poblaciones de Catarrinos desde África hacia Eurasia y viceversa. Dentro de este contexto se registra la separación de los dos grandes grupos de Catarrinos asiáticos y africanos. Por un lado, la superfamilia Cercopitecoidea, cuyos representantes fósiles y actuales ilustran la forma de vida propia de los monos ( macacos, babuinos y colobos). . Por  otra parte, la superfamilia Hominoidea, ilustra la forma de vida de los antropomorfos, que presentan mayor talla y peso corporal, amplio desarrollo de la braquiación y carecen de larga cola prensil. El representante fósil de los hominoideos se conoce con el nombre de  Aegyptopithecus. Tiene una antigüedad de 28 m. de años, es de pequeño tamaño y fue encontrado en El Fayum, Egipto. Hace alrededor de 20 m. de años, cuando comienza el Mioceno la temperatura del planeta se eleva gradualmente y el clima se hace estacional y seco. Esto provocó la reducción de las selvas. En el continente africano este fenómeno climático se relaciona a la vez con el levantamiento del macizo oriental que aisló las tierras bajas con abundantes lluvias y bosques densos de las tierras altas donde proliferaron los espacios de bosques abiertos y sabanas. El ambiente antes favorable a la proliferación de los primates se fue haciendo cada vez menos propicio. Un representante fósil que podría ser descendiente de los primeros antropomorfos de El Fayum, es el Proconsul  africano encontrado en Kenia que tiene 18 m. de años de antigüedad. Proconsul  muestra una combinación de rasgos de monos y antropomorfos actuales: tronco alargado y huesos semejantes de la mano y del brazo, la cabeza de mayor tamaño en relación con un cuerpo pequeño, de escasos 11 kg. Y una dentición con caninos destacados y molares reducidos. Hace 18 m. de años África queda unida a Eurasia produciéndose un intercambio faunístico entre

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monos y antropomorfos. En especial se destaca la radiación adaptativa que tuvo lugar entre los antropomorfos. Estos fósiles son designados con el nombre de Ramapithecus, Silvapithecus y un llamativo Gigantopithecus y fueron fechados en 15 m. de años. Todos ellos pueden agruparse con el nombre de ramamorfos (Pilbeam, 1984; Levin, 1986) y diferían de Proconsul por presentar  extremidades superiores largas en relación al resto del cuerpo, sus dientes estaban cubiertos por grueso esmalte y se insertaban en maxilares muy robustos. Algunos años atrás se consideró que Ramaphitecus, era el candidato más adecuado para ser considerado el antecesor de los primeros homínidos. Actualmente la Biología molecular y la anatomía comparada han demostrado que no pudo ser el primer homínido. A pesar de la amplia diversidad de restos fósiles aún no está claro el panorama evolutivo comprendido entre los 18 y 15 m. de años. Sin embargo ha adquirido consenso entre los paleoantropólogos el modelo molecular que coloca a los antropomorfos africanos como entidades genéticamente semejantes al hombre actual, en tanto que los antropomorfos asiáticos poseen alrededor del doble de las diferencias genéticas. Para fines del Mioceno la competencia por los recursos vegetales entre los representantes de la superfamilia Hominidae llevó a varias divergencias: a. Algunas poblaciones de antropomorfos comenzaron a explorar habitas transicionales entre las selvas y las sabanas. b. Otros continuaron su vida en el ambiente tradicional incrementando su especialización arborícola. Es en este contexto que se produce la radiación adaptativa que separa a los antropomorfos en tres grandes familias: 1) la familia Hylobatidae que incluye a los antropomorfos asiáticos cuyos representantes actuales son los gibones y siamang; 2) la familia Pongidae que incluye a los grandes antropomorfos africanos que continuaron viviendo en la selva. Estos se diferencian a su vez en 3 géneros: Pongo, Pan y Gorila (en la actualidad, orangután; gorila y chimpancé respectivamente) y c) la familia Hominidae que incluye a los primeros antecesores directos del género humano.

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La Genética y el Proceso de Hominización El ADN es el portador y el transmisor de la información necesaria para la formación de células e individuos. Las diferencias existentes entre los seres humanos que se transmiten a la descendencia (diferencias genéticas), están determinadas por diferencias en el ADN. Si se produce una mutación en una célula sexual (gameta) ésta se transmite a la descendencia si es viable, pero si el cambio se produce en una célula del cuerpo (somática), sus efectos se van a limitar al individuo y el cambio producido se llamará mutación somática. El conocimiento de las mutaciones cromosómicas por translocación (cuando un segmento de cromosoma se transfiere a otro) ha aportado importante información para la comprensión de las modalidades citogenéticas de la hominizacíon. La hominizacíon se pudo haber producido por una translocación robertsoniana. Se sabe que especies vecinas suelen tener cariotipos semejantes. Cariotipo es el stock cromosómico presente en una célula. Para una misma especie, todas sus células somáticas presentan el mismo e invariable número de cariotipos y se repite en todos los individuos normales de esa especie. En el hombre el cariotipo es el 46. Se puede pasar de un cariotipo a otro vecino mediante reajustes simples, por ejemplo; la fusión de tipo robertsoniano, en la que se fusionan dos cromosomas acrocéntricos para dar lugar a uno metacéntrico. Es de suponer que este ajuste debió haber desempeñado un papel importante en la hominización si pensamos que el cariotipo de los póngidos es de 48. Según Chiarelli, el antepasado de los póngidos africanos y de los himínidos debió tener 48 cromosomas y por una translocación reobertsoniana, fusión ocurrida entre 2 telocéntricos, en dos generaciones se podría haber pasado del cariotipo 48 al de 46 cromosomas. Esto habría conducido al género HOMO. Es probable que el cambio haya ocurrido en un individuo que un primer momento tenía un cariotipo de 47 cromosomas (puede ocurrir que se altere el número de cromosomas pero esto no produce ni la pérdida ni la ganancia de material genético hereditario). Luego cruzado reproductivamente con individuos de cariotipo normal 48, se debió generar un 50% de descendientes portadores de la translocación 47. Si se cruzaron dos individuos con cariotipo 47 habrían aparecido nuevos individuos con 46 portadores de la translocación en estado homocigótico. Por otra parte, si los individuos portadores del cariotipo 46 presentaron ventajas selectivas debieron suplantar rápidamente a los menos favorecidos, sobre todo si tenemos en cuenta que los primeros grupos reproductivos debieron ser bastante reducidos. Desde la segunda generación, habría un 25% de individuos con 46 cromosomas y el cruce entre individuos heterocigóticos generaría homocigóticos 48 y homocigóticos de 46 portadores de la translocación. (Ruffle. J., 1983).

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HOMBRE

GORILA

GIBÓN

MO

HOMBRE

-

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14

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GORILA

7

-

14

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GIBÓN

14

14

-

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MONO

32

32

32

-

En este cuadro aparecen las unidades de diferencia -medidas por reacción inmunológica- de la seroalbúmina. Cuanto más bajo es el número, más próxima es la relación evolutiva. Las cifras indican que los monos y los hombres están más relacionados entre sí que con los simios. Además, como entre el gorila y el gibón existe la misma diferencia (14) que entre el hombre y el gibón (14), el hombre y el gorila se apartaron al mismo tiempo de la línea evolutiva del gibón.

Los Últimos Cuatro Millones de Años Los fósiles más tempranos pertenecientes a los homínidos provienen de varios sitios distribuidos en África Oriental. El registro fósil de hace cuatro

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millones de años comienza a mostrar una riqueza tal en evidencias, que nos faculta a elaborar un diseño del proceso último de la evolución humana. Se ha señalado con cierto consenso a   Australopithecus afarensis como el ancestro común del linaje Homo y los australopitécidos (Johanson y White, 1981; Rak, 1983; Eldredge y Tattersall, 1986; Zihlman, 1990). Remitimos a las características morfológicas para señalar el nivel de generalización con elementos comunes a ambos como para constituirlo en una especie apta para cumplir ese rol. Sólo Richard y Mary Leakey sostienen en la actualidad, que no se ha encontrado aún el antecesor del linaje Homo y que seguramente éste debería tener un cráneo más voluminoso, produciéndose la diversificación probablemente hace más de 5 millones de años (Leakey, 1981; Leakey y Lewin, 1980). Otros, como Ives Coppens y Richard Leakey, ven dos subespecies en lo que aparece como un marcado dimorfismo sexual en afarensis (Leakey, 1981). Sin embargo entre los antropoides el dimorfismo sexual se incrementa con el aumento del tamaño corporal de la especie. Así éste es más marcado en los gorilas que en el chimpancé. Asimismo es sabido que cuando la variación fenotípica de los machos es grande, la selección natural favorece a los de mayor tamaño en la competencia por las hembras (Godfrey, Lyon y Sutherland, 1993). De ahí en más el pasaje de  Australophithecus africanus a  Australophithecus robustus señala un camino hacia la molarización de los premolares (de dos cúspides a tres), al incremento del tamaño corporal y una morfología de las manos que implica mayor capacidad maniulatoria (Mc Henry, 1991; Rak, 1983; Reed, 1993; Ricklan, 1990; Susman, 1986; 1992). Esta robustez que también se daría en el  Australophithecus boisei  como rama paralela, implica un camino de especialización sin retorno: los huesos con crestas en cráneos y huesos largos, nos hablan de una musculatura poderosa, en animales que necesitaron un incremento del volumen de alimentos ingeridos para poder producirse a sí mismos. De modo que los útiles para cavar y procesar el alimento, no les permitieron como en el caso de los Homo, ocupar nuevos ambientes dado que estaban excesivamente especializados a un hábitat de sabana abierta y una dieta exclusivamente a base de semillas duras y raíces.

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Conclusión 20

Lo que cabe recalcar es que en el presente trabajo, lo que se quiso reflejar  es, en primer lugar. las diferentes posturas sobre el origen del hombre y no crear puntos de conflicto con aquellos que piensan que Dios es el único creador de todo, ya que se a abordado las distintas posturas con total cuidado de no interferir con las concepciones de cada una de las creencias y/o posturas, dejando en claro que Dios realmente pudo haber creado al universo. Y en segundo lugar, lograr que aquellas personas que deseen tener un panorama mas amplio de cómo hemos surgido en la tierra, y desde una mirada crítica elabore sus propias conclusiones del tema trabajado en esta monografía.

Bibliografía CLARK, Robert. El Nacimiento del Hombre. Barcelona. Editorial Juan Granica_1983. HARRIS, Marvin. “Introducción a la Antropología General”.5ta Editorial Madrid.

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ATENEO, Editorial. Historia Universal. La Aventura del Hombre en la Historia. Bs As 1991. LISCHETTI, Mirtha. Antropología. El proceso de hominización. Aspectos biológicos y culturales (Tapia, Alicia; Pinotti, Luisa; Icasate, Ester). BIBLIA, Antiguo y Viejo Testamento.

Paginas de Internet Evolución Humana. http://www.whfreeman.com/life/update/. Los Prosimios. http://www.iespana.es/natureduca/zoo_cordados_mamif5.htm. Focus in humans origin, http://www.nature.com/nature/ancestor/. Meet_the Oldest Member of the Human Family. http://www.whfreeman.com/life/update/. Encuenro, canal Cientifico-Cultural. www.encuenro.gov.ar .

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