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El ni˜ no no y su arte.
3.7. 3.7. El ni˜ nino n ˜ o que nunca habla de sus dibujos. . . . . . . . . . . . . . . . . 3.8. 3.8. El ni˜ nino n ˜ o que habla de cosas que no se ven en los dibujos. . . . . . . . . 3.9. 3.9. El ni˜ nino n ˜ o que que siem siempre pre dibuja dibuja lo mism mismo. o. 3.10. El ni˜ no no que pinta pinta descui descuidad dadame ament nte. e.
´Indice
I
Reco Recome mend ndac acio ione ness Gene Genera rale les. s.
2
1. ¿Por qu´ e es importante la actividad creadora del ni˜ no? 2 2. ¿De que modo, modo, como adultos adultos,, podemos perturbar los dibujos del ni˜ no? 2.1. 2.1. Libros Libros de colore colorear ar siluet siluetas, as, recorrecortes, mo delos . . . . . . . . . . . . . 2.2. 2.2. ¿Es ¿Es buen buenoo ayud ayudar ar a los ni˜ nos n os en sus dibujos? . . . . . . . . . . . . . 2.3. 2.3. ¿Conv ¿Convien ienee correg corregir ir las despro desproporporciones de tama˜no? . . . . . . . . . 2.4. 2.4. ¿Es bueno bueno elogiar elogiar siempre siempre los dibujos de los ni˜ nos? . . . . . . . . . 2.5. 2.5. ¿Es ¿Es buen buenoo crit critic icar ar los los dibu dibujo joss de los ni˜ nos? . . . . . . . . . . . . . . 2.6. 2.6. ¿Lo ¿Lo que que dibu dibuja ja un ni˜ no debe ser ”bonito”? . . . . . . . . . . . . . . 2.7. 2.7. ¿Con ¿Convi vien enee colga colgarr los los dibu dibujo joss del del ni˜no en las paredes? . . . . . . . .
9 9 9 9
II Etapas en el dibujo de los ni˜ nos 10
4. El garaba garabato: to: entre entre los los 2 y 4 a˜ nos. 4.1. 4.1. Alguna Algunass form formas as de hacer hacer garaba garabatos tos.. 4.2. 4.2. ¿Hasta ¿Hasta cu´ ando puede garabatear el ando 2 ni˜no? . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3. 4.3. Mi hijo hijo nunca nunca ha hec hecho ho gara garabat batos. os. . 3 4.4. 4.4. Materi Materiale aless y lugar de dibujo dibujo adecuados. . . . . . . . . . . . . . . . 4 5. De 4 a 7 a˜ nos de edad. 5.1. 5.1. Acti Actitu tud d de los los adul adulto tos. s. . . . . . . . 4 5.2. 5.2. El sign signifi ifica cado do de los los dib dibuj ujos os.. . . . . 5.3. 5.3. Mat Materia eriale less adec adecua uado dos. s. . . . . . . . . 5
2
10 11 11 12 12
12 13 14 14
a˜ nos de edad. 14 5 6. De 7 a 10 a˜ 6.1. ¿De qu´ qu´e forma dibujan y porqu´e? e? . 14 6.2. 6.2. Mat Materia eriale less adec adecua uado dos. s. . . . . . . . . 17 6
7. De 10 10 a 12 a˜ nos de edad. 3. ¿C´ ¿C´ omo podemos motivar la creativiomo 7.1. Integraci Integraci´o´n So cial. . . . . . . . . dad de los ni˜ nos? 6 7.2. 7.2. ¿C´ ¿Como o´ mo son sus dibujos? . . . . . 3.1. 3.1. ¿Y si si un ni˜ ni˜ no no dice: ”No puedo di7.3. Material adecuado. . . . . . . . . bujar”? . . . . . . . . . . . . . . . . 6 7.4. El trabajo ajo en grupo. po. . . . . . . . 3.2. ¿Qu´e materiales hay que comprar y d´onde se puede dibujar? ar? . . . . . 7 8. De 12 12 a 14 a˜ nos de edad. 3.3. Mi hijo dibuja muy bien. . . . . . . 8 8.1. 8.1. Co Conc ncie ienc ncia ia cr´ıtic ıtica: a: . . . . . . . . 3.4. 3.4. El hijo hijo u´nico. . . . . . . . . . . . . 8 8.2. El realismo. . . . . . . . . . . . . 3.5. Varios hermanos. . . . . . . . . . . 8 8.3. 8.3. El chic chicoo que que s´ olo olo le importa la expresi´on. . . . . . . . . . . . . . . 3.6. 3.6. ¿Cuand ¿Cuandoo pueden pueden empezar empezar a dibudibu jar los ni˜nos? . . . . . . . . . . . . 8 8.4. Material adecuado. . . . . . . . . 1
. . . .
17 17 18 18 18
18 . 18 . 18 . 19 . 19
9. Referencias.
Parte I
Recomendaciones Generales.
19 en el mundo actual: la de ser m´as as sensible a las necesidades de los dem´as. as. Las tareas t areas art´ art´ısticas en los lo s primeros prim eros a˜ a nos n ˜os de vida ayuda a que los ni˜ nos se conviertan en adultos nos adaptados, equilibrados, confiados en sus propias capacidades capacidades,, capaces capaces de valerse alerse por s´ı mismo y ponerse en el lugar de los dem´as. as.
´ SECCION 2.
´ SECCION 1.
¿De que modo, como adultos, podemos perturbar los dibujos del ni˜ no? no?
¿Por ¿Por qu´ e es importante importante la actividad creadora del ni˜ no? no? Cuando un ni˜ no pinta, dibuja, modela o juega, no . . . , siempre siempre comien comienza za pensando pensando ”en algo” algo” que a nosotros nos puede parecer insignificante. Sin embargo para el ni˜no no eso siempre significa una confrontaci´on on con su propio yo, con sus experiencias personales, con sus sentimientos y emociones. El ni˜no no se concentra en una actividad que pone en juego su conocimiento de las cosas y su propia y particular relaci´on on con estas. Las pinturas y dibujos de los ni˜nos nos no son por tanto una representaci´on on fiel, real y objetiva del mundo que les rodea. Las pinturas y dibujos de los ni˜ nos expresan en cambio la personalidad, las nos preferencias y rechazos hacia el mundo que les rodea. Mediante las pinturas de los ni˜nos nos accedemos a su propia intimidad, accedemos a su propia comprensi´ on on del mundo. Mediante el dibujo libre y creativo, el ni˜no no intenta tenta conectar conectar entre entre s´ı todas sus experienci experiencias, as, pensamient pensamientos, os, sentimie sentimiento ntos, s, percepciones, percepciones, emociones ciones,, . . . El dibujo dibujo libre libre unifica unifica su personali personalidad dad.. La actividad creadora tambi´ en en le sirve al ni˜no no como v´alvula alvula de escape y liberaci´on o n de todo lo que les mortifica, fastidia o no comprenden, cuando las palabras les resultan inadecuadas o no les alcanzan. Si a un ni˜ no se le facilita manifestarse libreno mente mediante actividades art´ art´ısticas, entonces el ni˜ no no se vuelve m´as as sensible y comprensivo de las cosas que hace y que le rodean. El ni˜no no aprende a hacer una de las cosas que m´as as necesitamos
La mayor contribuci´on on que podemos hacer en casa es no interferir en el crecimiento natural del ni˜ no. no. La mayor´ mayor´ıa de estos se expresan libre y originalmente cuando los adultos no interfieren. Ello no significa que los padres no deban estar atentos a la educaci´on on de los hijos. La mayor parte de las interferencias de los padres en el desarrollo natural de sus hijos es por falta de conocimiento acerca de este desarrollo y de las necesidades que precisan sus hijos. Aun albergando las mejores intenciones en la educaci´on on de los ni˜nos, nos, se pueden cometer perturbaciones con graves consecuencias.
2.1.
Libros Libros de colorear colorear siluetas, siluetas, recortes, recortes, modelos
Las libretas y fichas para colorear siluetas son muy comunes y accesibles a los ni˜ nos, n os, pero su efecto es de lo m´as as devastador en los ni˜ nos. nos. Cuando un ni˜ no se ve obligado a rellenar la sino lueta lueta de una perro, por ejemplo, ejemplo, le impedimos impedimos enfrentarse a sus propias relaciones. Sus relaciones con un perro pueden ser de cari˜no, no, odio, miedo, amista amistad,. d,. . . que no dejamo dejamoss expres expresar ar en los libros libros de colorear. El perro de Pedrito ser´a el mismo que el perro de Maria o de Juan, mediante estas actividades no satisfacemos las diferencias individuales. 2
Aun as´ı, a los ni˜nos les gusta rellenar siluetas, igual que les gusta las chucher´ıas o los dulces, sin embargo no todo lo que les gusta es bueno. Cuando Pedrito rellena el perro, al tiempo se da cuenta que no puede dibujar otro que se le parezca. Cuando m´as tarde se le pida que dibuje algo, recordar´a las siluetas de colorear y comprendiendo que no puede competir con aquellos dibujos, contestar´ a: ”Yo no puedo dibujar”. Un ni˜ no que se ha acostumbrado a las siluetas para rellenar pierde su capacidad creadora su capacidad de usar la imaginaci´on, su expresi´on se vuelve r´ıgida; pierde la capacidad de disfrutar creando libremente sus propias figuras, pierde la confianza en sus propias capacidades. Algunos maestros dicen que mediante el uso de estos libros el ni˜ no aprende a disciplinarse y mantenerse dentro de un contorno. Pero esto es falso, pues est´a comprobado que si Pedrito dibuja SU perro o recorta sus figuras, entonces tiene mayores motivos para mantenerse dentro de sus propios contornos pues es un perro con el que ha establecido una relaci´on, mientras que el perro del libro de colorear le es ajeno y a veces no comprende. El deseo de un ni˜no por perfeccionarse y alcanzar mayor destreza, nace de su propio deseo de expresarse y no del ejercicio de una disciplina impuesta.
puede asociar las flores con una bonita decoraci´on hogare˜ na o incluso, puede ser que no le gusten las plantas. Sin embargo, para la hija puede ser un hecho alegre asociado a la sensaci´on de agacharse, al esfuerzo de sus brazos y manos en cortar,. . . Madre e hija tienen relaciones diferentes con las flores. La ayuda de la madre no hace m´as sensible a su hija hacia las flores, ni enriquece su relaci´on con ellas. Pero Mar´ıa una vez que ha descubierto que su madre le ayudo una vez en solventar el problema de no saber como dibujar unas flores, insistir´a en otra ocasi´on distinta que le ayude de nuevo, hasta que al fin depender´a , en cuanto a su expresi´on art´ıstica, de esa ”ayuda”. A´un cuando intervengamos en el dibujo de un ni˜no en una peque˜na parte, su efecto puede ser importante, esa se˜ nal permanecer´a como un cuerpo extra˜ n o y act´ u a como un modelo que la ni˜na por su edad y desarrollo es incapaz de seguir y mantener en el resto del trabajo. El ni˜no pierde su confianza en su imaginaci´on y concluye: ”Yo no puedo dibujar”.
2.2.
En cambio debemos entender por ”ayudar” al ni˜ n o el hacerlo m´as sensible, comprensivo y consciente hacia lo que percibe, entiende y siente. As´ı al decirle: ”Mar´ıa, ¿c´omo te siente cuando coges las flores? ¿Permaneces de pie sin doblarte? ¿C´omo est´a tu brazo? ¿Cu´ales son las flores que prefieres? ¿C´omo te parece que huelen? ¿C´o mo es el ramo de flores que quieres coger? ¿Por qu´e?” Despu´es de esta ayuda, Mar´ıa adquiere una mayor auto–conciencia de lo que quiere expresar y la vuelve m´as sensible; el adulto ayuda a que el propio ni˜ no descubra lo que quiere expresar, pero nunca impone sus propias sensaciones e ideas de adulto, que para el ni˜no pueden ser inalcanzables. Esta ayuda ser´a una buena motivaci´on para su expresi´on art´ıstica.
¿Es bueno ayudar a los ni˜ nos en sus dibujos?
Ayudar a los ni˜ nos en sus actividades art´ısticas o de ocio se puede entender de dos formas diferentes: Por ejemplo, Mar´ıa puede decir: ”Mama, no s´e c´omo dibujarme recogiendo flores”. Si la madre muestra a Mar´ıa ”c´ omo dibujar”, la madre impondr´ a su propia imaginaci´ on y destrezas de persona adulta a su hija. Mostrar´a a Mar´ıa c´omo su madre hubiera recogido flores, mientras que la experiencia de la ni˜na puede ser completamente diferente. Para la madre, recoger flores puede ser un hecho triste que le recuerde a sus seres queridos, o 3
2.3.
¿Conviene corregir las desproporciones de tama˜ no?
2.4.
El ni˜ no en su dibujo libre y espontaneo, utilizar´a proporciones que a los adultos nos parecer´ an ”equivocadas” o desagradables. El ni˜ n o puede pintar por ejemplo, una puerta diminuta y en cambio puede dibujar a continuaci´ o n una nena enorme. Y nosotros pensamos que estas proporciones no son correctas, que el dibujo del ni˜no no es correcto, que es un dibujo imperfecto. Pero lo que es incorrecto para los adultos no lo es para los ni˜ nos. Los adultos damos por correcto la apariencia visual, como las cosas nos parecen en la realidad, las proporciones y el tama˜no real de los objetos es importante para los adultos. Pero para los ni˜ nos, el tama˜ no y la apariencia de las cosas no es tan importante como las relaciones emocionales que establecen con los objetos. Las proporciones que utilizan indican el valor que tienen las cosas para ellos. El peque˜no mu˜ neco del ni˜no a nosotros nos parecer´a diminuto, pero el ni˜no lo representar´a a lo grande en sus dibujos, porque para el es muy valioso. Para el ni˜ n o en este momento es mucho m´as importante el cari˜ no que tiene hacia su mu˜neco que su tama˜no real, y as´ı lo manifestar´ a en sus dibujos. Entonces, ¿debemos corregir las desproporciones?. Mientras los ni˜nos se muestren satisfechos realizando sus creaciones art´ısticas, jam´ as debemos pintar en su trabajo, pues solamente lograr´ıamos confundirles. Tan pronto como el ni˜ no descubra por s´ı mismo las relaciones de tama˜ no y ya no est´e tan segura de sus propias proporciones, deber´a de ser apoyado mediante nuevas experiencias que le ayuden a descubrir por s´ı mismo las proporciones de tama˜ no.
¿Es bueno elogiar siempre los dibu jos de los ni˜ nos?
No todo lo que hace el ni˜no debe ser elogiado. No hay raz´on alguna para elogiar sus dibujos si no se lo merecen. Si Marta sabe que no se concentr´o y no puso ganas en lo que hac´ıa y que el dibujo que hizo tiene poco valor para ella. El elogi´arselo s´olo servir´ıa para destruir su confianza en la sinceridad y honestidad de sus padres y maestros. Cuando fuese necesario elogiar su trabajo para afirmar la confianza del ni˜ no en s´ı mismo, la ni˜na ya no nos creer´ıa. ¿Entonces, c´omo podemos evitar elogios en falso?. Si el ni˜ no es extrovertido, su entusiasmo y emoci´on nos indicar´a que su dibujo debe ser elogiado: a ,. . . mira como ladra Pedrito – ¡Mam´a , Mam´ este perro!
Mam´ a – (observando el dibujo) ¡Es verdad, Pedrito, este perro que has dibujado ladra muy fuerte! Si el ni˜ no es t´ımido y reservado podemos preguntarle acerca de algo concreto de lo pintado, si en verdad lo dicho tiene sentido, comentaremos favorablemente su dibujo. Podemos mostrarnos entonces interesados por su dibujo y pedirle m´as detalle, para desarrollar su sensibilidad y tenga oportunidad para descubrir por s´ı mismo el mundo:
Mam´ a – Pedrito, ¿Por qu´e ladra el perro? ¿Est´a asustado o es que es un perro furioso? ¿A qui´en ladra?
Mar´ıa – Mam´a, ¿la nena de mi dibujo es demasiado grande para entrar por la puerta?
Pero en ning´ un caso haremos comentarios de este Mam´ a – Mar´ıa, ¿Crees que la nena de tu dibujo tipo: podr´a pasar por la puerta y que si estuviese a – Pedrito, no has dibujado los dientes del dentro de la casa podr´ıa mirar por la venta- Mam´ perro ¿No puedes dibujar los colmillos del na? perro? Mam´ a – Mar´ıa, ¿Nos acercamos a la puesta de casa y comprobamos como es de grande con Y much´ısimo menos la Mam´a deber´a dibujar un los brazos?. . . perro al ni˜no. 4
El elogio y el est´ımulo depende de cada ni˜ no. Un ni˜ no que cohibido y cerrado que no ha querido dibujar por tiempo, habr´a que elogiarlo al menor intento de expresar su experiencias con dibujos. Sin embargo, un ni˜ no que dibuja libremente, no necesita muchos elogio, la expresi´on art´ıstica se ha convertido en una actividad normal y forma parte de su personalidad.
distintos. Laura, por la cr´ıtica inadecuada se frustrar´ a, pues es incapaz de satisfacer el modelo que le imponen.
Evitese tambi´en la cr´ıtica una vez terminado el dibujo. La cr´ıtica m´as constructiva es la que puede hacerse durante el proceso de trabajo. Una vez que un ni˜no concluye un dibujo, su inter´es se desvanece r´apidamente. El ni˜ n o dibuja no para producir cuadros, sino para expresarse. El dibujo libre no se entiende para producir artistas, sino 2.5. ¿Es bueno criticar los dibujos de los que es un medio para crecer como persona. El ni˜ nos? poner demasiado inter´es en el producto final de sus dibujos carece de sentido. Una cr´ıtica indebida o injusta es m´as perjudicial que un elogio inmerecido. Pero una cr´ıtica en el momento oportuno debe ayudar al ni˜ n o a encontrarse a s´ı mismo en sus dibujos. Si se pregunta, por ejemplo, al ni˜no y este responde: 2.6. ¿Lo que dibuja un ni˜ n o debe ser ”bonito”? Mam´ a – Laura, ¿qu´e has pintado?.
Laura – ¡Oh, nada!, No s´e.
La palabra ”bonito” o ”agradable” tiene sentiY tenemos la impresi´on que su actitud es de indi- dos diferentes para cada persona. ferencia o pasiva. O si nos cuenta una larga hisLaura, Beatriz o Andresito son ni˜ nos diferentes toria sobre lo que pinta, pero nada de lo que dice se refleja de alguna manera en su dibujo. Con- y cada uno en sus dibujos manifiesta su mundo viene preguntarle entonces por los detalles que mediante sus propios medios. mencion´ o o aumentar su sensibilidad: Si Andr´es es un ni˜no ordenado y limpio, procurar´ a que su dibujo sea organizado y todos sus Mam´ a – Laura, has dicho que estabas columelementos est´en relacionados. Si Beatriz es una pi´andote. ¿D´onde est´a el columpio? ¿Puedes ni˜ na espontanea, pintar´a lo que se le ocurra sin se˜nal´armelo? importarle donde coloca cada elemento. ¿Cu´al de nos es mejor?. Ninguno, los dos son diMam´ a – ¿Recuerdas c´omo el columpio estaba los dos ni˜ sujeto al ´arbol? ¿Tus pies tocaban el suelo? ferentes. Puede ser que las pinturas organizadas sean agradables a los adultos, y si damos impor¿Fue dificil subir al columpio? tancia a esto, estamos negando al otro ni˜ n o el Pero nunca se criticar´a la forma c´o mo el ni˜ no derecho a una expresi´on m´as espontanea. ha pintado o dibujado. Esto causar´a frustraci´on No impongamos a los ni˜ nos nuestros conceptos al ni˜ no y perder´a la confianza en s´ı mismo. Tosobre lo ”bonito”, no les digamos que hagan ”dido ni˜ no tiene libertad para expresarse seg´u n su bujos bonitos”. Si no les decimos nada de esto, a propio estilo. los ni˜ nos jam´as se les pasar´ıa por la cabeza que Evitese por tanto buscar la realidad o semejandeben hacer un ”dibujo bonito”. za en los dibujos de los ni˜nos: ”Laura, eso que has dibujado no parece un columpio”. Es lo peor que No s´olo nos llenar´a de satisfacci´on un ni˜ no que se puede decir a un ni˜no. Si los dibujos de Laura se revela a su manera en sus dibujos, sino que esta no parecen reales a los ojos de los adultos, si que capacidad creativa es de vital importancia para su son reales para sus propios ojos. Son dos mundos crecimiento. 5
¿Conviene colgar los dibujos del rodean en todo momento, no solo cuando pintan. Los sentidos (vista, tacto, gusto,. . . ) no est´ an pani˜ no en las paredes? ra usarlos, sino para sentirlos y gozarlos. De esta nos a comprender e inRepetimos que los ni˜nos no dibujan cuadros, forma, ayudamos a los ni˜ no est´an interesados en el resultado final como los terpretar su propio mundo. pintores y artistas. Ellos disfrutan y gozan mienHay adultos insatisfechos que necesitan contitras est´an dibujando libremente, cuando termi- nuamente est´ımulos porque son incapaces de ennan, el dibujo ya ha cumplido su principal funci´on tenderse con sigo mismos, con su imaginaci´on, con y el ni˜no pierde inter´es. su mundo. O se ha vuelto insensibles a la riqueza Al colgar un dibujo de Danielito en su cuar- que los rodea. to, en una pared, corremos el riesgo de desviar En posteriores secciones, veremos cuales son las su atenci´on hacia el resultado final. Si mostramos experiencias de las que los ni˜nos son capaces de nuestra preferencia por una pintura en concreto, asimilar seg´ un la edad que tengan. el ni˜ no puede querer volver a agradarnos repitiendo el mismo dibujo o estilo. Danielito se vuelve cr´ıtico con sus dibujos y puede perder esponta3.1. ¿Y si un ni˜ no dice: ”No puedo dibuneidad. jar”? Es m´as, si Virginia, ni˜ na cohibida y tensa, despu´es de muchas motivaciones y esfuerzos consiCuando un ni˜ no dice esto, normalmente pensague hacer un dibujo libremente, que colgamos en la pared para celebrarlo, podemos contribuir a ge- mos que puede ser una indicaci´on de su falta de nerarle mayor ansiedad ante el temor de no poder habilidad o destreza para dibujar ”bien” las conos en principio no satisfacer de nuevo a los padres. El buen est´ımulo sas. Pero esto no es as´ı, los ni˜ consiste en ayudarla a conocer sus propias expe- siguen una norma de lo que debe ser un dibujo. Cada ni˜ no pinta con su manera y estilo particular. riencias, no en ensalzar el dibujo en s´ı mismo. no no puede pintar es por que ha perdido En resumen, seleccionar dibujos y colgarlos no Si un ni˜ es conveniente. En todo caso, colgar una multitud la confianza en s´ı mismo. Y generalmente se debe a las siguientes causas: de ellos no seleccionados, no es da˜noso. 2.7.
Causas
1)– Porque los adultos hemos interferido directamente o criticado injustamente: ”el hombre que has dibujado no parece real, le faltan los pies,. . . ”, o les hemos ense˜ nado c´omo se debe dibujar, colorear,. . . . 2)– Porque se han acostumbrado a los dibujos de colorear, de copia o de perfilar siluetas. Se sienten incapaces de dibujar independientemente alg´ un dibu jo. 3)– Porque no recuerdan suficientes caracter´ısticas de las cosas que quieren dibujar.
´ SECCION 3.
¿C´ omo podemos motivar la creatividad de los ni˜ nos?
Los dibujos infantiles son un documento de su personalidad. Reflejan si el ni˜no es libre, feliz, sin complejos o sin embargo est´a cohibido y tenso. El deseo de un ni˜no por dibujar nace de su impulso por expresarse, por manifestarse. Su mundo se enriquece a trav´es de sus experiencias, de todo lo que hace y le pasa. Los padres, adem´as del amor que s´olo ellos pueden dar y nada puede reemplazar, tienen como tarea educativa desarrollar y avivar la sensibili- Soluciones: En la tercera causa pueden darse dad del ni˜ n o hacia las cosas y personas que le dos situaciones: 6
´n A Situacio
Padre, aprende a comprender las necesidades de los otros. Si al ni˜ no le cuesta mucho dibujar libremente debido a las dos u ´ ltimas causas, podemos actuar como ya se ha indicado de forma gradual y pacientemente, probando con otros materiales m´ as adecuados en estos casos como la arcilla o la plastilina.
Pablito – No puedo dibujar. Mama – ¿Pablito, qu´e es lo que te gustar´ıa dibujar? Pablito – Oh, no s´e. . . cualquier cosa.
3.2.
Esta situaci´on indica que el ni˜no no tiene experiencias que inspiren sus dibujos. Nosotros podemos record´arselas:
¿Qu´ e materiales hay que comprar y d´ onde se puede dibujar?
Debemos facilitar al ni˜ n o los u ´tiles necesarios para poder dibujar y de suficiente calidad. Igual que un alba˜ nil no puede construir una buena casa con malas herramientas, un ni˜n o no se sentir´a c´omodo con malos materiales. As´ı, no debemos distraerlos o desviar su atenci´on con una sobre abundancia de l´apices, ceras, colores,. . . . Si le facilitamos un gran estuche con muchos colores, el ni˜ no puede no sentir la necesidad experimentar y mezclarlos para obtener otros nuevos. Tampoco debemos pedirles que sean excesivamente ”cuidadosos” con sus u ´ tiles de dibujo y que aparezcan siempre como nuevos e intactos. Algunos ni˜ nos presumen de esto al final del curso. En consecuencia, el ni˜no tiene miedo a gastar los l´apices, llegando incluso a dibujar con un trazo d´ebil. Podemos solucionarlo quebrando sus ceras y disponi´endolas sobre una bandeja. Generalmente, cuando un ni˜no aumenta su concentraci´on reduce la cantidad de papeles sobre los que dibuja, pero no deber´ıamos limitarle la cantidad de papel a su disposici´on, s´olo cuando lo malgasta de forma indiscriminada sin ning´ un prop´ osito. No es bueno tampoco dar instrucciones de c´omo se utilizan nuevos materiales, es parte del proceso creativo experimentar desde un principio con ellos. M´as tarde hablaremos de los materiales que son m´ as adecuados seg´ un la edad. Vaya ahora la siguiente lista de posible material:
Mama – Pablito, ayer estuvistes ayudando a Papa a cambiar una rueda del coche. ¿Sac´asteis primero los tornillos? ¿Recordamos c´omo lo hic´ısteis? ¿Qu´e ruido hac´ıan? ¿Pesaba mucho la rueda? . . . El ni˜ no, junto a la madre, empezar´a a recordar cada uno de los pasos que llev´o a cabo, e incluso preguntar´a a la Mam´a.
Pablito – ¿Mama, c´omo se llama el aparato para levantar el coche?. . . El ni˜ no est´a reviviendo una experiencia concreta, ya tiene un tema y comenzar´a a pintar. ´n B Situacio
Pablito – Mam´a, no puedo dibujar a Pap´a cambiando la rueda. En esta situaci´on, el ni˜no quiere pintar algo, pero se muestra incapaz. Nosotros no debemos actuar sobre su dibujo, sino sobre su experiencia:
Mam´ a – ¿No puedes dibujar a Pap´a cambiando la rueda? ¿C´omo pones las piernas para cambiar la rueda? ¿Qu´e herramienta coges con las manos? ¿Haces mucha fuerza con los brazos?. . . Actuando as´ı, fortalecemos su imaginaci´ on, e incluso Madre e hijo pueden actuar como si fueran el Pap´a cambiando la rueda. De esta forma el ni˜ no tambi´ en aprende a ponerse en el lugar del
Pintura de dedos. L´apices, ceras y tizas (gruesas, finas, duras y blandas). 7
Rotuladores.
el centro de los padres tanto en sus aciertos, como en sus errores. Es peligroso prestarle una atenci´on exagerada. En compa˜ n´ıa de hermanos, los conflictos y tensiones que acumula un ni˜ no son eliminadas o exteriorizadas mediante el juego, las discusiones, las peleas, la competici´on, . . . Las actividades art´ısticas, si son enfocadas adecuadamente, servir´an de desahogo y valvula de escape a muchas de esas tensiones del hijo u ´ nico. El arte infantil le sirve para auto–expresarse y poder encontrar as´ı su equilibrio. En cualquier caso, generalmente a partir de los 9 a˜nos, el ni˜ no desear´a asociarse con otros ni˜nos y necesitar´a de esas experiencias.
Acuarelas, pinceles, pintura acr´ılica, tinta. Arcilla y plastilina. Papel de distintos tama˜ nos y colores, cart´on, cartulina. Caj´on de Sastre: tijeras, botones, cordones, maderas, cuerdas, tela, pegatinas, pegamento, piedras, corcho, celof´a n, porexpan,. . .
En cuanto al lugar donde pueden pintar los ni˜ nos, esto supone un problema en los primeros a˜nos de la infancia pues el ni˜no da rienda suelta a su impulso de garabatear. Si el ni˜ no dispone de oportunidades suficientes para garabatear (papeles, pizarra,. . . ) no tiene porque hacerlo en paredes y muebles. 3.5. Varios hermanos. Ser´ıa estupendo que el ni˜no dispusiese de un rinc´on con buena luz, mesa horizontal y sillas de El peligro de esta situaci´on son los celos y tentama˜ no adecuado, donde pudiese acceder libre- siones entre hermanos, motivados por prestar m´as mente al material con sus amigos. atenci´ on a uno que a otro. La soluci´on consiste en eliminar la cr´ıtica y el elogio injusto. 3.3. Mi hijo dibuja muy bien. Si un hermano se expresa c´omodamente dibu jando, pero otro hermano no; los padres pueden ”Mi hijo dibuja muy bien, sabe copiar perfecfacilitarle otro medio de expresi´on diferente que tamente dibujos de libros y tebeos”. Muchos de le permita expresarse a su modo, por ejemplo, estos ni˜ nos que parecen estar bien dotados para el modelado con plastilina o arcilla. Los padres el dibujo, se sienten perdidos cuando se les pide apreciar´ an igualmente a los dos hermanos. que dibujen algo original. Estimulando s´olo estas Recordemos que el dibujo permite que todos los habilidades, corremos el peligro de convertirlo e hermanos se expresen a su manera. Es tarea de los un ”pintor adulto” sin frescura, ni originalidad. padres que los hermanos aprecien estas diferencias Los ni˜ nos que tienen la oportunidad de exprede expresi´on, todas ellas v´alidas. sarse libremente, son originales, independientes, creativos, no dudan y expresan con facilidad lo que quieren manifestar. Y recordemos, que sus dibujos no tienen por que ser ”bonitos” a los ojos 3.6. ¿Cuando pueden empezar a dibujar de los adultos. Es conveniente por tanto, conserlos ni˜ nos? var este tesoro de frescura infantil m´as all´a de las Que un ni˜no empiece a dibujar antes o despu´es destrezas t´ecnicas, que siempre se podr´an adquirir no tiene especial importancia, al igual que empieposteriormente. ce a hablar unos meses mas tarde o no que otro ni˜ no. Si damos oportunidades y facilitamos material adecuado, el ni˜ no comenzar´a a garabatear. 3.4. El hijo u ´ nico. Nuestra reacci´on debe ser natural y comprensiEl problema de tener un solo hijo es que es el va. A partir de entonces, quien dirige la situaci´on centro de atenci´on durante todo su desarrollo. Es debe ser el ni˜no. Si encuentra est´ımulo en su pro8
Veamos el primer caso: Si a Pablito s´olo le interesan los coches por ejemplo, entonces los dibujar´a de muchas formas, colores, tama˜no; dibu jar´a aparcamientos, gasolineras, lavaderos, imitar´a el ruido del motor, querr´an que le regalen coches, . . . Debemos alegrarnos entonces que el ni˜ no manifieste curiosidad e inter´ es por algo. Nunca El ni˜ n o que nunca habla de sus di- debemos criticarlo. bujos. a s que dibujar coPap´ a – Pablo, ¡No haces m´
pio trabajo y se muestra satisfecho, no debemos forzarlos. Al igual que en otras actividades (lectura, escritura, c´a lculo,. . . ), el deseo de realizarlas es el est´ımulo para llevarlas a t´ermino.
3.7.
ches! ¡Basta ya de coches!
Ciertos ni˜ nos tienen una imaginaci´ on muy viva y pasan mucho tiempo ensimismados dibujando, jugando en sus cosas. Si cuando les preguntamos acerca de sus actividades, nos responde pobremente. Es muy posible que la causa sea un vocabulario o expresi´on verbal limitada. Preguntando de forma habitual acerca de sus dibujos y pinturas, acerca de los detalles, estimularemos su expresi´on verbal.
Al contrario, aprovecharemos este inter´es para abrirlo gradualmente hacia otros intereses relacionados:
Pap´ a – Con un coche se puede ir a muchos sitios, ¿C´omo ser´ıa viajar por una monta˜ na? ¿O por el desierto? ¿Qu´e canciones se pueden cantar en un viaje largo? ¿Y si se estropease el coche, a qui´en pedir´ıas ayuda? . . .
n o que le El ni˜ n o que habla de cosas que no Segundo caso: Al igual que un ni˜ cuesta adaptarse a los cambios o seguir un orden, se ven en los dibujos. responde siempre de una misma forma: pataleta, Es el caso contrario al anterior. Un ni˜ no que no enfado, . . . en sus dibujos tambi´en puede repetir on es capaz de dibujar o pintar todo lo que nos cuen- sin variaciones una misma figura. Esta repetici´ ta, nos indica que su imaginaci´ on no es capaz de rutinaria le da cierta seguridad. Si por ejemplo, Laura repite sin varaciones divisualizar en dibujos sus palabras. Podemos ennas, podemos introducir gradualmente tonces interrumpir al ni˜no, preguntarle y pedirle bujos de ni˜ alguna variaci´on y romper la monoton´ıa: que intente pintarlo. Si fuera posible, tambi´ en podemos pedirle que Pap´ a – [Si a Laura le gustan los vestidos] Laura, escriba los que nos cuenta. As´ı, el ni˜ no podr´a conel otro d´ıa estrenaste vestido nuevo. ¿A cu´al centrarse en lo que quiere dibujar. de las ni˜nas que has dibujado podr´ıamos regalarle tambi´en un vestido nuevo? ¿C´omo es el vestido que te gustar´ıa regalar? ¿Lo dibu3.9. El ni˜ no que siempre dibuja lo mis jas? mo. Tambi´en podemos cambiar a un material difeGeneralmente estas son las dos causas para que rente como la arcilla o plastilina que permitir´a a el ni˜ no siempre dibuje lo mismo y que conviene Laura modelar ni˜ nas con mayor flexibilidad y jusaber identificar: gar con estos mismos mu˜ necos.
3.8.
Causas
no muestra verdadero inter´es y 1)– El ni˜ curiosidad hacia una cosa (coches, aviones, animales, . . . ). 2)– Se muestra inflexible y r´ıgido pintando siempre lo mismo.
3.10.
El ni˜ no que pinta descuidadamente.
Muchas veces los padres desean que los dibujos de los ni˜nos sean limpios, esmerados, ordenados. 9
Debemos tener cuidado con esta actitud porque puede limitar la libre expresi´on de la personalidad del ni˜ no. En cualquier caso si notamos que el ni˜ no pinta sin control, descuidadamente, fuera de los l´ımites, . . . estas pueden ser las causas Causas
1)– F´ısica: el ni˜ no no ve bien, o no puede coordinar los movimientos. 2)– No siente deseos de expresarse.
El garabato sin control: aproximadamente a los 2 a˜ nos de edad (no tiene importancia si ocurre antes o despu´es), cada vez que un ni˜no toma un l´apiz en sus manos, siente el impulso primario de garabatear. Estos movimientos son incontrolados, ni si quiera mira donde garabatea. No debemos interferir en esta etapa. Es el movimiento por el movimiento. Primero traza l´ıneas de barrido incontroladas moviendo todo el brazo alrededor del hombro, o el antebrazo en torno al codo, que a menudo salen del papel.
Descartada la primera causa, podemos solucionar la segunda haciendo ver al ni˜no que nos gustar´ıa saber m´as de sus dibujos, que lo que hace tiene Luego, perfecciona el movimiento anterior importancia. Si el ni˜ no descubre esto, entonces realizando trazos circulares avanzando y reintentar´a hacerse entender. El deseo de pintar en trocediendo el brazo. el ni˜ n o con m´as cuidado, con m´as detalle, nace de la necesidad de expresarse, de la necesidad de Por u ´ ltimo, combina los movimientos antequerer decir algo a s´ı mismo o a los dem´ as. riores rotando el pu˜ no y la mu˜ neca, produce Por tanto, no le pediremos que pinte dentro de bucles y rizos. los l´ımites, que pinte con m´as cuidado, tampoco le haremos ver c´omo tiene que colorear o dibujar. Le preguntaremos acerca de lo que quiere pintar El garabato con control: quiz´as unos seis mey motivaremos su inter´es (v´ease el apartado 3.1). ses m´as tarde, el ni˜no dibuja l´ıneas y trazos con control, a voluntad. El ni˜no siente gran satisfacci´on al descubrir este poder, descubre que es caParte II paz de guiar su mano con un cierto control y no hace m´as que repetir incansablemente sus garabatos. Lo mejor que podemos hacer es dejar al ni˜no con su actividad. No tiene sentido, pedirle al ni˜no que durante esta etapa dibuje figuras con perfecci´on y control. El mismo est´a aprendiendo a coordinar su brazo, codo, mu˜neca, mano y vista. ´ SECCION 4. Esto no lo podemos hacer nosotros por el. Si le El garabato: entre los 2 y 4 pedimos que repita un modelo que le damos, seguramente ser´a incapaz de satisfacernos, lo cual le a˜ nos. causar´ a gran tensi´on. O dibujar´a algo que se aproxime a nuestro modelo y querr´a repetirlo siempre Durante los primeros a˜ n os de vida, la expre- para satisfacernos, con lo que estamos perturbansi´on verbal del ni˜no es limitada, su vocabulario do y limitando su capacidad de experimentaci´on. no es muy amplio. El ni˜ no se manifiesta mediante el llanto, la risa y el movimiento. En los primeros Garabatos con nombre: Un d´ıa, Daniel puea˜nos aprende a coordinar sus movimientos: levan- de contarnos una historia espont´aneamente mienta la cabeza, se da la vuelta en la cuna, se sienta, tras est´a dibujando garabatos: anda, come con cuchara, gorjea, . . . . El garabato ser´a vital para la coordinaci´on de los movimien- Daniel – Esto es un dinosaurio. Tiene la boca y tos. los dientes muy grandes, es muy fuerte, . . .
Etapas en el dibujo de los ni˜ nos
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Nosotros s´olo apreciamos garabatos, imposible ver un dinosaurio. Ante esto debemos alegrarnos, porque Daniel nos indica que est´a prepar´andose para pensar en im´agenes. De forma primaria est´a empezando a relacionar su pensamiento (un dinosaurio) con una imagen (garabato). Daniel est´a pasando de pensar en los garabatos como movimientos de su brazo, a pensar en los garabatos como una cosa (dinosaurio, mu˜ n eca, caracol, . . . ). Todo esto es de vital importancia para su posterior desarrollo. Nosotros demostraremos aprecio ante este paso y prestaremos verdadera atenci´on a sus historias, sigui´endoles la corriente:
as´ı, es posible que el ni˜no se sienta m´as c´omodo haciendo peque˜ nos garabatos en una esquina, lo cual puede significar que est´e tan concentrado en lo que dibuja que no atiende el resto de la hoja; o puede significar que se siente todav´ıa inseguro ante un papel en blanco. En los casos anteriores no podemos obligar a que el ni˜no haga un trazo seguro o un movimiento amplio, pero podemos facilitarle papeles de distintos tama˜ nos1 , podemos sugerirle que ”baile” o recorra el papel con el l´apiz, y podemos permitirles que hagan independientemente actividades para que ganen confianza en ellos mismos.
Pap´ a – ¡Oh, que dinosaurio m´as fuerte! ¿C´omo no que rellena el papel: generalmente es de fuerte tu dinosaurio, ataca con las El ni˜ nos ocupan el papel de estas dos formas: garras o con la cola? ¿C´omo ataca tu dino- los ni˜ saurio? . . . 1. Comienza a garabatear y contin´ u a ininterrumpidamente hasta rellenar todo el paEs importante subrayar que es el ni˜no el que espel. Quiz´as puede ser mon´otono, pero indica pont´ aneamente nombra sus garabatos. Si el ni˜ no ciertamente que el ni˜no es perseverante. contesta a preguntas del adulto sobre sus garabatos, puede hacerlo para salir del paso y no porque 2. Comienza a garabatear y percibe que ha ocubusca un s´ımbolo para su garabato. Debemos respado un lado s´olo del papel. Intenta equilipetar la libertad del ni˜no en esta etapa y no forbrar la situaci´on pintando otro garabato en zarlo a que busque un significado a sus dibujos. el lado que queda en blanco. Esto indica ya El garabato cumple la funci´on de equilibrar su un sentido de la organizaci´on est´etica del espersonalidad. Hacer garabatos es una v´ıa m´ as de pacio. desahogo ante multitud de situaciones que le pasan al ni˜ no y no entiende (un pinchazo del enfermero, un peque˜no accidente dom´estico, una dis4.2. ¿Hasta cu´ ando puede garabatear el cusi´on, . . . ). ni˜ no? 4.1.
Algunas formas de hacer garabatos.
Hay tantas formas de hacer garabatos como ni˜nos diferentes hay. Pero algo podemos decir de los ni˜ nos observando sus garabatos:
Garabatos a sacudidas: Si el trazo del ni˜no se interrumpe frecuentemente, es poco determinado, o es r´ıgido y repetitivo, con sacudidas y saltos en sus movimientos, puede esto manifestar falta de confianza en el propio trazo. Garabatos peque˜ nos aun en papeles grandes: Es deseable que el ni˜ no se adapte a distintos tama˜ nos de papel conforme va creciendo. A´un
Las etapas en el desarrollo humano son variables. Orientativamente el ni˜no comienza a garabatear hacia los 2 a˜ n os de edad. Y a los 3 a˜nos surgen los garabatos con nombre. Entre los 4 y 5 a˜nos, el ni˜no deja la etapa del garabato. No conviene acelerar al ni˜no para que dibuje figuras reconocibles, pues podr´ıamos en peligro la confianza del ni˜ no en el control de sus trazos. Los ni˜ nos que prolongan esta etapa hasta los 6 a˜nos (por dificultades o limitaciones temporales), normalmente alcanzan posteriormente el desarrollo 1
No conviene que el tama˜no de los papeles sea excesivamente peque˜ no, pues los ni˜nos al principio no dominan completamente sus dedos y mu˜neca; empiezan controlando el brazo entero, luego articulan el codo,. . . Necesitan papeles adecuados.
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normal. Cuando esta etapa del garabato se prolonga m´ as all´a de los 6 a˜ n os, hacia los 7 a˜ nos, conviene consultar con el maestro o el psic´ologo escolar.
res para indicar la cabeza y otras l´ıneas rectas y largas para las piernas. El ni˜ n o ya ha conseguido representar una figura con significado. Ha abandonado la etapa del garabato. A partir de entonces se suceden las siguientes etapas:
4.3.
Etapa pre–esquem´ atica (de 4 a 6 a˜ nos): Ese c´ırculo cerrado del que salen las extremidades (llegando a salir muchos m´as trazos que extremidades), se ir´a enriqueciendo poco a poco con nuevos elementos que ir´a cambiando. El ni˜ no est´a buscando conscientemente figuras para representar las cosas o las personas. El ”renacuajo” se ir´a transformando en un ”monigote”. Que el ni˜no no dibuje manos, dedos u orejas en sus renacuajos o monigotes, no significa que no sepa o conozca que son; significa que todav´ıa no son importantes para ´el en sus dibujos, todav´ıa no los ha asimilado de forma activa como para representarlos. Con el tiempo lo lograr´a. Igualmente, el ni˜no distribuye de forma dispersa las figuras que dibuja en el papel, como si ”flotaran”. Todav´ıa no aparecen relaciones espaciales: igual sit´ ua una nube y un sol el la parte inferior del papel, como una casa en la parte superior. Poco a poco ir´a introduciendo una organizaci´on y un orden en sus figuras, coloc´andolas en serie. Tambi´en se despierta el inter´es del ni˜ n o por el color, us´andolo de acuerdo con sus emociones, la sensaci´ on visual que le producen, por azar, o utiliza el que tiene m´as cerca. As´ı puede pintar ´arboles naranjas, azules, . . . . Mas adelante si no interferimos, ´el mismo descubrir´a el uso coherente de los colores. As´ı mismo, durante esta etapa no elabora conscientemente un plan de trabajo de lo que va a dibujar. Conforme va dibujando decide lo que quiere pintar.
Mi hijo nunca ha hecho garabatos.
Puede parecer que un ni˜n o se salte esta etapa, comenzando directamente con figuras reconocibles. Seguramente, ya haya ensayado el control de sus movimientos en la tierra, arena o el plato de comida. A´un as´ı, se aconseja dar la oportunidad al ni˜ no de que practique el control de sus movimientos mediante la pintura de dedos, por ejemplo.
4.4.
Materiales y lugar de dibujo adecuados.
Siempre ser´ a bueno que el ni˜no experimente con una gran variedad de materiales pero aquellos que le ayuden a controlar su trazo ser´an los m´as adecuados. Las acuarelas, por su facilidad de extensi´on y mezcla, no son las m´as adecuadas. Las ceras, tizas y l´apices gruesos son adecuados. La pintura de dedos es adecuada, como ya se dijo; aunque puede suceder que esto retraiga al ni˜no a una etapa ya superada en la que gusta de jugar con texturas blandas o sucias (tierra, barro, alimentos, . . . ), m´ as que utilizarla en el gozo de controlar sus movimientos . Si esto ocurre, la pintura de dedos no le beneficia. V´ease el apartado 3.2 acerca de la pintura en paredes. Aunque el ni˜ no use los colores por ser llamativos, esta etapa est´a dominada por el movimiento, no por el color.
Inicio del esquematismo (de 6 a 7 a˜ nos): Gracias a la madurez alcanzada por la experimentaci´on durante la etapa anterior, el ni˜no comen´ SECCION 5. zar´a a conquistar una representaci´o n gr´afica de De 4 a 7 a˜ nos de edad. la figura humana y otros objetos que puede repetir, y que para el son totalmente v´alidos. ConsiSobre los 4 o 5 a˜nos de edad ir´an apareciendo gue representarlos gr´aficamente con los rasgos que en los garabatos del ni˜ no ciertas trazos circula- el considera m´as importantes (aunque su conoci12
miento de las esas mismas cosas sea m´ as extenso que lo que pinta). Elabora ”esquemas” de la persona y las cosas. Estas representaciones son totalmente personales en cada ni˜ no. Conforme el ni˜ no vaya madurando con nuevas experiencias, ir´a reflejando estos progresos modificando estas figuras o ”esquemas”. Las figuras van ocupando un orden formando parte de escenas y paisajes, situ´andolas entre un suelo y un cielo. M´as tarde introducir´a la profundidad y la lejan´ıa. Progresivamente va imitando el color real de las cosas, aunque utilice, por ejemplo, un mismo verde para pintar la hierba o un ´arbol. Tambi´en empezar´a a elaborar un plan previo de trabajo de lo que quiere pintar.
5.1.
como ve. Las emociones son m´as importantes para ´el que el tama˜ no real de las cosas. Es inadecuado por tanto, corregir al ni˜ no ense˜na´ndole como debe pintar correctamente el tama˜ no de las cosas.
El color no se corresponde con lo real : El ni˜ no establece tambi´en una relaci´on emocional con el color, no establece una relaci´on objetiva. As´ı por ejemplo, dibuja un cielo amarillo o una cara azul porque le gusta el impacto visual que causa, o porque en ese momento le apetec´ıa usar el color azul. Para ´el todav´ıa no es tan importante el color, est´a ocupado en otras cosas: el trazo de la cara o d´onde debe colocar el cielo. Por el mismo razonamiento, no har´ıamos bien en corregir el color de los dibujos, diciendo:
Actitud de los adultos.
Es importante que durante esta etapa los padres y educadores respeten el ritmo del ni˜no en la construcci´ on de sus figuras. Es un descubrimiento que debe realizar el ni˜no de forma activa, nosotros no lo podemos hacer por ´el. Si forz´asemos este desarrollo, le estar´ıamos situando ante situaciones que no es capaz de asimilar. En esta etapa el ni˜no est´a centrado en s´ı mismo, en su ”yo”, en lo ”m´ıo”; y esto se refleja en sus dibujos de la siguiente forma:
Dibuja de forma dispersa: como antes se ha dicho, coloca sus figuras de forma dispersa. Generalmente coloca la figura humana en el centro y el resto alrededor, no vincula las figuras entre s´ı.
Pap´ a – Eva, el cielo no es amarillo ¿Es que no puedes ver que el cielo es azul? Y el principal argumento para respetar el ritmo del ni˜ no y no corregirlo es que as´ı le damos la oportunidad para que ´el mismo descubra el espacio, el tama˜no y el color. Si le damos las cosas con ”cucharilla”, impediremos que goce descubriendo el mundo; lo convertiremos en una persona dependiente de los dem´as, con inseguridades para poder crear algo. Pero si podemos ayudarlo a establecer una relaci´ on m´as rica y sensible consigo mismo y con lo que les rodea; relaciones que expresar´a en sus dibujos cuando las halla asimilado. Los siguientes temas ser´ıan adecuados para motivarlo, por ejemplo:
Es in´ util pedir al ni˜ no que dibuje un paisaje con lejanas monta˜ nas y casas, o algo seme jante.
No respeta las proporciones o el tama˜ no: Que el ni˜no se dibuje a s´ı mismo abrazando a su mu˜neco con unos enormes brazos y manos, no significa que se ha equivocado en el tama˜ no, sino que en ese momento s´olo es importante su preciado mu˜ neco y lo mucho que le quiere. El ni˜no pinta como siente, no
Mam´ a y yo Yo corro Mi familia y yo
Yo como Mi amigo y yo Voy con mi amigo a la piscina . . .
V´ease adem´as los apartados anteriores 2.2 y 2.3 y 3.1. As´ı, si un d´ıa llueve o hace tormenta, podemos asomarnos a ventana con Eva y comentar como es el cielo; tambi´en podemos subir a un mirador y
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contemplar con ella una puesta de sol; o podemos fijarnos en la forma caprichosa y movimiento de las nubes. Despu´es de estas observaciones, seguramente que Eva sentir´a un mayor deseo de pintar un cielo distinto.
5.2.
El significado de los dibujos.
Puesto que el ni˜no en esta etapa est´a buscando su forma de representar las cosas y el cuerpo, frecuentemente puede pintar figuras que nosotros apenas podemos reconocer. O puede ocurrir que lo que antes representaba un ni˜no, hoy representa un perro. No debemos jugar a las adivinanzas intentando averiguar que significa un dibujo:
Mam´ a – ¿Qui´en es Mam´a o Pap´a? A lo mejor el ni˜no ha querido dibujarse a s´ı mismo. Corremos el riesgo de perder la confianza del ni˜no. Basta con pedirle que nos cuente ´el mismo que est´a dibujando. V´ease los apartados 2.4, 2.5, 3.7 y 3.8.
5.3.
Materiales adecuados.
En esta etapa tienen importancia el uso de temperas y pinceles porque puede cubrir as´ı amplias ´areas de color sin dificultad. Con rotuladores y l´apices finos es m´as costoso mezclar colores o rellenar amplias superficies. Con la arcilla y la plastilina puede ensayar monigotes de diverso tipo, en distintas posiciones y situaciones. Tambi´ en es importante el recorte de papeles que pueda situar y pegar a voluntad en el papel.
´ SECCION 6.
De 7 a 10 a˜ nos de edad. Afirmaci´ o n del esquematismo: Conforme Paloma crece, tiene mayor conciencia de s´ı misma y de su entorno. Sus dibujos tambi´ en reflejan estas relaciones cada vez m´as ricas con las cosas.
Pero entre los 7 y los 9 a˜nos, llega un momento en que los dibujos de Paloma ya no reflejan cambios. Paloma siente ahora la necesidad de demostrase a as´ı misma que las figuras que dibuja (personas, el sol, ´arboles, nubes, casas, p´ajaros, la hierba, flores, monta˜ n as, . . . ) no le salen por casualidad. La forma de asegurarse que ella es capaz de dibujar estas figuras es mediante la repetici´on. As´ı, siempre dibujar´a los ´arboles, las casas, las personas, . . . , de la misma forma. Estas figuras son particulares de Paloma y diferir´a n de otro ni˜ no. Solamente cuando Paloma quiera expresar alg´un detalle o matiz especial, introducir´a modificaciones a sus dibujos. Si por ejemplo quiere dibujar un hombre grande, entonces dibujar´a dos piernas largas; otro ni˜ no quiz´as optar´a por ensanchar la cabeza, o har´a un cuerpo m´as grande. Es bueno decir que no debemos ”corregir” a nuestra conveniencia estos cambios personales, que son tan importantes para cada ni˜ no. Seg´ un est´e afianzada la imaginaci´ on, sensibilidad y flexibilidad de Paloma por sus experiencias y motivaciones, as´ı ser´an de ricos o pobres sus dibujos. Por ello no conviene anticipar esta etapa en los ni˜ nos y debemos permitir que sigan su ritmo y descubrimientos, ayud´ andolos en cualquier caso, ampliando su sensibilidad mediante el di´ alogo, por ejemplo.
6.1.
¿De qu´ e forma dibujan y porqu´ e?
Sigue dibujando sin respetar las proporciones o tama˜ no: Aunque en esta etapa el ni˜no descubre y asimila que forma parte de lo que le rodea, su experiencia todav´ıa est´a centrada de forma importante en sus sensaciones corporales, en lo que le rodea a ´el directamente. Y una forma de se˜nalar estas relaci´on emocional tan estrecha es exagerando el tama˜n o de las cosas y ciertas partes de su cuerpo. Seguramente Paloma se dibujar´a con una gran mano que sostiene una flor enorme que regala a su abuela.Como Paloma no est´a interesada en c´omo quedar´a su dibujo, no le importa en absoluto si el tama˜no de sus manos se corresponde o no con la realidad, para ella lo importante es manifestar lo que quiere a su abuela. El tama˜ no de su mano es el correcto,
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pues as´ı entiende que es la mejor forma de decir que quiere a su abuela. No es conveniente perturbar esa emoci´o n tan sincera, corrigiendo las proporciones de sus dibu jos, pues para ella no tendr´ıa sentido.
Dibuja todo sobre una l´ınea o el borde del papel: esta es la forma de expresar que su relaci´on con lo que le rodea es m´as estrecha. Establece v´ınculos entre las figuras que dibuja sea con la l´ınea de base, sea dibujando pr´oximas las figuras que tienen relaci´on entre s´ı. Antes situaba las figuras de forma dispersa: ”All´ı hay un ni˜no, all´a una casa, un perro, flores,. . . ”. Ahora piensa: ”estamos en la calle, yo estoy en la calle, el ´arbol est´a en la calle, todos estamos en la calle” y en consecuencia dibuja una escena. Es important´ısismo en su desarrollo el descubrimiento de este v´ınculo con el medio, con el ambiente; es la misma habilidad para poder vincular las palabras y las letras en la lectura y la escritura. Saberse parte de un entorno es la preparaci´ on para la cooperaci´on con otras personas, para situarse en el lugar de los dem´as. Sensibilizar al ni˜ no respecto al entorno no quiere decir que se lo debamos mostrar expl´ıcitamente: Pap´ a – Paloma, tu y yo estamos sobre el suelo, el ´arbol est´a sobre el suelo, todos estamos en el suelo. ¿Lo entiendes? Podemos en cambio darle la responsabilidad de elegir el lugar donde plantar´a un tiesto en el jard´ın, o darle la posibilidad de que nos muestre un camino para llegar al cole, o un lugar para hacer un pic-nic, . . . O podemos revivir una experiencia para que ayude a vincularse con el medio y a organizar sus dibujos:
Pap´ a – ¿Recuerdas cuando estuvimos en el parque? ¿En que columpio te subiste primero? ¿Y despu´es? ¿Y cual sigui´o despu´es? Siempre pinta un cielo y un sol en la parte superior del papel: Completando lo ante-
rior, Paloma percibe que ella est´a sobre el suelo, que encima est´a el cielo y el sol y en medio est´a el aire. Es una conclusi´ on con mucha l´ogica que reflejar´a en sus dibujos. Pero Paloma todav´ıa sigue pensando en relaci´o n a su persona: lo que tiene ”debajo de ella” (suelo), lo que tiene ”encima de ella” (cielo) y lo que tiene ”alrededor de ella” (aire). Todav´ıa no ha descubierto que el cielo se une con la tierra en el horizonte. No piensa todav´ıa en t´erminos de realidad visual. Igualmente, el sol pertenece al cielo de la misma forma que los ojos a la cabeza. Para dibujar una tormenta, tapar´a con las nubes el sol que habr´a pintado previamente.
Visi´ on de ”rayos X”: Puesto que a Paloma no le importa c´omo es la realidad visualmente o en apariencia, sino c´omo es la realidad seg´u n la siente ella o la vive; entonces es totalmente libre de poder mezclar lo exterior con lo interior. Como el colegio es importante para ella, dibujar´a a la vez el patio, la entrada, la calle y las escaleras, la clase, los pupitres y pasillo. Si ha sido consciente despu´es de un esfuerzo lo mucho que le late el coraz´on, posiblemente se dibujar´a con un coraz´on en el pecho en otra ocasi´on. Dibuja chimeneas inclinadas . . . : Paloma, a la hora de dibujar por ejemplo una simple casa, revivir´a en su imaginaci´on la posibilidad de rodearla, y conforme la rodea va dibujando la fachada que tiene ante los ojos de su imaginaci´on; ser´a capaz as´ı de dibujar todas las paredes de la casa. O si por ejemplo quiere dibujar la calle, entonces dibujar´a casas sobre una l´ınea que representa la acera, luego dar´a la vuelta al papel o girar´a ella sobre la mesa y pintar´a ”boca arriba” otra acera con sus correspondientes casas; lo que quede en medio de las dos aceras ser´a la calle. Vemos que en esta etapa es m´as importante para Paloma la sensaci´on de movimiento que la correcci´ on visual de sus dibujos. Si Paloma dibuja una monta˜ na, cuando la dibuja revive en su imaginaci´on su inclinaci´on y el esfuerzo de subirla y bajarla. Esta sensaci´on puede m´a s que el ´angulo correcto que deben tener
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los a´rboles sobre la monta˜ n a o la chimenea sohablaste de un lavadero de coches. ¿D´onde bre le tejado. Es el suelo quien se inclina en las ir´a ?... monta˜ nas y esa inclinaci´on arrastra el ´angulo que Respecto a los segundos, es muy posible que precinormalmente tienen los ´arboles. se mayor atenci´on y aprecio por sus dibujos. TamUsa un color para cada cosa: En esta eta- bi´en podr´ıamos trabajar su autoestima. pa el ni˜ no va siendo consciente de la relaci´on que tienen los objetos con su color. As´ı por ejemplo, dibujar´a la hierba de color verde. Y fiel a este descubrimiento siempre pintar´a as´ı la hierba, incluso en verano cuando est´a seca. M´as adelante, cuando haya establecido unas relaciones m´as sensibles con su entorno, podr´a introducir matices al color de la hierba. Por esta raz´on es raro que en esta etapa el ni˜no mezcle los colores. Una buena atenci´on hacia el color por lo padres, influir´ a en la sensibilidad de los hijos. Otra vez, se se˜nala que no es bueno corregir el color que deben pintar los ni˜ nos, sino sensibilizarlos hacia el color:
Mam´ a – Paloma, ¿Recuerdas cuando hicimos la mayonesa? ¿De qu´e color era? ¿Y que pas´o cuando la juntamos con un poquito de ketchup? ¿Qu´e color result´o? ¿Y cuando ya le pusiste un mont´on de Ketchup?. . . Sus dibujos parecen r´ıgidos: Despu´es de todo lo anterior, es normal que den una cierta sensaci´ on de rigidez los dibujos de esta etapa. Las figuras normalmente no manifiestan movimiento, son est´aticas, ligadas al suelo y no var´ıan mucho pues el ni˜ no se satisface en repetirlas. Por lo com´ un el ni˜no tiende a ocupar todo el papel disponible colocando las diversas figuras que conforman su escena. A´un as´ı hay ni˜ nos tan ensimismados con lo que hacen que no atienden al resto del papel, dibujan s´olo en una peque˜ na zona. O bien, hay otros que se sienten inseguros de las figuras que pintan y las sit´uan diminutas en una peque˜ na esquina, sin importar el tama˜no del papel de que dispongan. Respecto a los primeros podemos ayudarlos d´ andoles la oportunidad de que se paren a pensar un poco lo que quieren dibujar:
¿Y si dice que sus dibujos no son ”reales”? Es inusual que un ni˜ no durante esta etapa sienta una necesidad verdadera de que sus dibujos parezcan reales. Un ni˜no as´ı seguramente es por propia iniciativa observador y atento a los detalles de la naturaleza. Un maestro comprensivo podr´a orientarle y prestar atenci´on. Pero generalmente la insatisfacci´ o n del ni˜no acerca de la apariencia ”poco real” de sus dibujos, se debe a la influencia de un adulto que le hizo ver que no dibujaba cosas reales. Por eso el ni˜no pide ayuda para dibujar. Algunas veces basta con decirle: ”Pablo, eso que dibujas no necesita ser real, hay muchos dibu jos y cuadros que no parecen reales”. Recordemos que los artistas no conciben el arte como una forma de reproducci´on fotogr´afica, la mayor´ıa lo usa m´ as o menos libremente para plasmar sus emociones, personalidad y punto de vista particular. Otras veces basta hacerle part´ıcipe de lo que el mismo quiere pintar, que de alguna forma lo reviva en su imaginaci´on: Mam´ a – ¿Qu´e quer´ıas pintar, Eva? Paloma – Una casa. Mam´ a – ¿Pero a cu´al te refieres? ¿La nuestra o la de la abuela? ¿La de la abuela, donde estuvimos de vacaciones? ¿Te acuerdas que le ayudamos a arreglar el jard´ın? Luego merend´abamos y jug´abamos en el porche, ¿recuerdas?
¿Y si pinta sin intenci´ on ninguna? Cuando decimos que un ni˜no pinta sin ”intenci´on” alguna, no nos estamos refiriendo a que dibuja espontaneamente o no le hemos dado instrucciones o Pap´ a – Pablo, has comentado que quieres pintar sugerencias para que dibuje algo, o que est´a expeuna gasolinera ¿D´ onde la colocar´as? Tambi´en rimentando con las pinturas. Queremos decir que 16
la mayor´ıa de las veces pinta al azar, sin prop´ osito; cuando le preguntamos acerca de sus dibujos, responde: ”No s´e, estoy dibujando algo . . . ” Ello puede significar que no es capaz de fijar sus ideas en un tema concreto de sus inter´es, no siente deseos de expresarse.
´ SECCION 7.
De 10 a 12 a˜ nos de edad. 7.1.
Integraci´ on Social.
La integraci´on social del ni˜ no es la caracter´ıstica principal que define a esta etapa. Rompen por primera vez con toda su fuerza inicial los sentimientos de ”amistad”, que anteriormente no se conceb´ıan. El ni˜no descubre el ”poder” de pertenecer a un grupo o ”pandilla” de iguales a ´el, tienen intereses comunes: quieren salir a explorar, dormir fuera de casa, construir refugios entre amigos, intercambiarse vestidos,. . . . Durante este En cualquier caso, no se puede imponer y for- periodo se preparan para convivir y cooperar con zar la hora de las ”actividades art´ısticas” pues otras personas. as´ı conseguiremos su rechazo. Tampoco debemos prolongar estas actividades m´as all´a de lo necesa- ¿Y si no se respetan los deseos de sociario, los ni˜ nos no pueden mantener la concentra- lizaci´ o n del ni˜ no? El ni˜ no prueba ahora una ci´on en una misma actividad por mucho tiempo. tendencia natural en integrarse en un grupo de amigos, que le hace sentir la independencia de los padres. Limitar este impulso originar´ıa una actitud hostil del ni˜ no hacia los padres, adultos en general, hacia el sexo opuesto, . . . La clave est´a en la comprensi´o n por parte de los padres de las necesidades de su hijo y actuar 6.2. Materiales adecuados. con un criterio ”aceptable” que muchas veces exigir´ a esfuerzo e incomodidad para los padres. Los Los materiales no cambiado mucho respecto padres ganar´an la confianza de los hijos que les la etapa anterior. Tambi´ en debemos respetar las contar´an sus experiencias con los amigos, en la espreferencias de los ni˜n os en el uso de los mate- cuela, asociaciones, organizaciones religiosas, . . . riales: hay ni˜n os que no se sienten c´omodos en absoluto con el modelado en arcilla o plastilina, ¿Y si no quiere relacionarse con el otro y hay otros que lo prefieren sobre cualquier otra sexo? Generalmente se desarrollan sentimient´ ecnica. Puesto que con el modelado se trabaja tos despectivos entre chicos y chicas durante esen las sensaciones y movimientos del propio cuer- tas edades. Son conscientes de sus diferencias en po, quiz´as se puede llegar a descuidar la relaci´on cuanto a sus intereses. Hasta cierto punto esto con el ambiente, aprovechemos sus modelados pa- es normal, pero no debemos dejar que arraiguen ra sensibilizarlo en este sentido: profundamente estos sentimientos; por lo menos Solucionar este problema implica dedicar suficiente tiempo como para despertar en el ni˜no sus intereses, sensibilizarlo con experiencias emotivas y significativa que atraigan su curiosidad, participaci´ on o atenci´on. Una v´ıa para reforzar la confianza del ni˜ no en este sentido es el relato de cuentos donde intercambiamos impresiones con el ni˜no.
hasta el punto de que les impida cooperar y colaborar en grupo. De nuevo, si el ni˜no tiene el h´abito del dibujo, Mam´ a – Paloma, ¿Qu´e vas a hacer con ese anillo reflejar´a en el papel estas tensiones y podr´a enque has hecho? ¿Lo vas a guardar? ¿D´onde frentarse a ellas. Si un chico no quiere asociarse lo vas a guardar, en tu cuarto, en el armario? con chicas ser´a bueno entonces que las dibuje. Si ¿O cerca de tu mesilla? se siente frustrado por las amistades o su relaci´ on 17
con el sexo opuesto, sus dibujos manifestar´an esta soledad u hostilidad. Es posible que este m´etodo no funcione, pero le estamos ofreciendo una v´ıa de desahogo a unos sentimientos transitorios.
7.2.
¿C´ omo son sus dibujos?
Tendencia al realismo: Es normal entonces que los chicos reflejen sus intereses en sus dibu jos; por ello pondr´an ´enfasis en los detalles. Como la ropa: vestidos de las chicas, pantalones, uniformes,. . . . O la diferenciaci´on de los sexos: cabello, u˜nas, labios, bigote, . . . La convivencia y juegos con sus amigos le har´a m´ as consciente del medio. As´ı abandonar´a la l´ınea o borde del papel e introducir´a el plano del suelo; unir´ a el cielo y el suelo en el horizonte; introducir´a la profundidad mediante superposiciones de planos y figuras m´a s o menos pr´oximas; experimentar´ a con la perspectiva, . . . Quiz´as por todo esto sus dibujos parecer´an r´ıgidos globalmente, pues pone m´as atenci´o n a los detalles que al movimiento de sus figuras.
7.3.
Material adecuado.
Adem´as de usar el material habitual, el chico gustar´ a de realizar construcciones de modelos de objetos, refugios, juguetes, incluso querr´a dise˜ nar sus propios disfraces o vestidos. Por ello debemos proveerles de herramientas y el m´as variado tipo de material que fuera posible: tablas, corchos, tubos de cart´on, pl´astico, cuerda, tela, . . . . Para los chicos, la m´as simple construcci´on realizada por ellos tiene gran valor y es notorio que incluso pueden llegar a desarrollar una gran maestr´ıa y destreza en estas actividades creativas.
7.4.
El trabajo en grupo.
Es obvio el prop´osito del trabajo en grupo como recurso para trabajar la integraci´on social. Mediante el dise˜no de un proyecto com´un, el dibujo de un pueblo por ejemplo, se puede fomentar un
sano esp´ıritu competitivo y cooperativo donde cada uno de los chicos se esmerar´a en aportar al proyecto lo mejor de s´ı mismo. Uno pintar´a un gran ja, otro una carretera,. . . Las aportaciones particulares cobrar´an sentido en el resultado global. Sin la cooperaci´on y discusiones mutuas hubiera sido imposible para un s´ olo chico componer este gran proyecto. Los padres pueden colaborar en estas actividades para aportar el material y dar alguna motivaci´on inicial, si fuese el caso que los chicos anduvieran tan ociosos como para no poder empezar a organizarse.
´ SECCION 8.
De 12 a 14 a˜ nos de edad. 8.1.
Conciencia cr´ıtica:
Causado por los cambios f´ısicos de la adolescencia, el chico desarrollo un sentido cr´ıtico hacia s´ı mismo y hacia su entorno. Es capaz de elaborar razonamientos complejos sobre multitud de cosas y mantener una conversaci´on seria, pero no vive del todo en la realidad, no es una persona objetiva, sigue siendo un chico con imaginaci´on. Cuanto m´ as inesperados sean estos cambios, m´ as dif´ıcil ser´a la adaptaci´on. Por ello es conveniente prepararlos gradualmente para estos cambios.
8.2.
El realismo.
Tampoco le satisfacen los dibujos infantiles que hac´ıa y por ello va buscando mayor realismo a sus figuras: introduce las articulaciones, mejoran las proporciones, observa los movimientos y acciones corporales, introduce luces y sombras. Se torna cr´ıtico hacia sus dibujos, le importa el resultado. Es capaz de introducir la profundidad y la perspectiva en los dibujos y afina en los matices de los colores.
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Todos estos descubrimientos sorprenden a los propios chicos y durante un tiempo sus dibujos parecen r´ıgidos o faltos de expresi´ on y frescura. Despu´es de una mayor pr´actica de estas destrezas retomar´ a el ”aire” que quiere dar a sus pinturas. De todas formas, durante este periodo el chico puede realizar pinturas ”abstractas”, donde no apreciamos ning´ un significado inmediato. Se de ja llevar por reflexiones subconscientes sobre el color, la forma, y el espacio sin ninguna referencia con nada visual. No hay ning´ un problema en estas realizaciones, el chico est´a descubriendo la fuerza propia que tienen las l´ıneas en movimiento, los colores que son afines, la composici´on de las formas, etc.
Perdida de inter´ es por el arte: Muchos chicos son tan cr´ıticos con sus realizaciones, las consideran tan infantiles y malas que las considera ineficaces. Los padres pueden interesarse entonces por estas pinturas, y valorar los logros que el chic ni siquiera aprecia:
como espectadores que quieren reflejar lo que les rodea. Otros chicos (25 %) no muestran ning´ un inter´es en este sentido y s´olo se interesan por la emoci´on subjetiva de su mundo2 . Mediante el uso de deformaciones o desproporciones y una utilizaci´on personal del color es capaz de transmitir emociones y expresiones subjetivas. Los padres adem´as de apreciar esta expresi´on tan genuina de su hijo, pueden reforzar la relaci´on del chico con su entorno que por esta actitud tan personal pudiera estar relegada.
8.4.
Muchos de los materiales y experiencias que conviene que pruebe el chico en sus obras para probar una mayor sofisticaci´on no son tan comunes o posibles en casa: impresiones, grabado, talla, tintes, . . . En todo caso, las acuarelas, la pintura al oleo o acr´ılico y el modelado son v´ alidos.
Pap´ a – Dime, ¿C´omo has conseguido para que la monta˜ na pareciera tan lejana? Mam´ a – ¿C´omo conseguiste ese color tan especial para la falda de esa figura? El di´alogo con los chicos, permitir´a que aclaren sus descubrimientos y ser m´as consciente de estos. Estas motivaciones se recomienda hacerlas sin interrumpir el trabajo creativo del chico, a posteriori. En cualquier caso, tampoco debemos interpretar este deseo de realismo como una b´usqueda de la perfecci´on. Lo valioso y original es la expresi´on ´ıntima y personal del ni˜ no, no que consiga una representaci´on ”fotogr´afica” de la realidad que no aporta nada m´ as all´a de un virtuosismo est´eril.
8.3.
Material adecuado.
´ SECCION 9.
Referencias. Este documento intenta ser una s´ıntesis del cl´asico libro de Viktor Lowenfeld ”El ni˜n o y su arte”, ed. Kapelusz. Buenos Aires, 1958. Por lo que las posibles incorrecciones e inexactitudes de este documento no se deben a dicho autor y a su obra, sino al propio autor de este documento. Otras principales obras consultadas: ”Did´actica de la educaci´on art´ıstica”. Colecci´on Did´ actica Primaria. Coordinador: Ricardo Mar´ın Viadel. Ed. Pearson Prentice Hall, 2003. ”El origen de la expresi´on” y ”La afirmaci´on de la expresi´on” de Elvira Mart´ınez y Juan Delgado. Ed. Cincel, 1981 y 1982 (respectivamente).
El chico que s´ o lo le importa la expresi´ on.
Aunque la mayor´ıa de estos chicos y chicas (50 %) muestran una gran inclinaci´on durante esEl otro (25 %) restante ser´ıa un grupo intermedio entre ta etapa hacia lo visual; se ven a ellos mismos los ”visuales” y los ”expresivos” 2
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Figura 1: Garabatos sin control.
Figura 4: Etapa preesquem´atica: renacuajos
Figura 2: Garabatos sin control.
Figura 5: Inicio del Esquematismo.
Figura 3: Garabato con control. Figura 6: visi´on de ”rayos X”.
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