El Nacimiento de La Tragedia

December 24, 2018 | Author: David Isaac Zubiate | Category: Greek Tragedy, Friedrich Nietzsche, Dionysus, Apollo, Metaphysics
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la tragedia...

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Nietzsche y la tragedia griega

En el presente ensayo interpretaré el origen del arte en la época del nacimiento de la tragedia. Para ello exploraré con Nietzsche la sabiduría de la vida del pueblo griego, que vivió el arte como una cura contra el surimiento existencial, y especialmente la tragedia como estrategia para representar las cosas terribles, unestas y aniquiladoras que hay en el oscuro ondo trans!personal de la vida. Este es el propósito de El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la m"sica de #$%# &desde ahora N'(, en que nació la idea de la dualidad mítica entre )polo y *ionisos. +o apolíneo y lo diniosiaco, tomados de los griegos, son símbolos o metoras para hacer perceptible -la doctrina secreta de su visión del arte, no solo como conceptos, sino como guras incisivamente claras del mundo de sus dioses/ &Nietszche, 0111a(. *icha concepción es la conrmación de la tercera conerencia dictada un a2o antes en la 3niversidad de 4asilea, relativa al tema y que llevaba por título +a visión dionisíaca del mundo &5*6(. En esta maniesta la idea corroborada posteriormente en el discurso del N', de que son dichas divinidades artísticas las que preguran y enlazan el origen de la tragedia con el espíritu de la m"sica como esencia del arte. )unque la tragedia en un principio ue un canto en honor a *ionisos, en que los oerentes le agradecían al dios por su uerza vivicadora, era este pathos un modo de liberarse de las impurezas y poder comunicarse con aquel dios resucitado7 pero también era palabra e imagen plstica apolínea al servicio de una acción o drama que cobraba vida con los movimientos de la escena. En ese sentido, el ritual tenía un sentido religioso al invocar y comunicarse con el dios, allí sus dioses re8e9aban tanto lo 9usto como lo in9usto7 en él no hay ascetismo, espiritualidad o deber, solo existe exuberancia erótica y pleno desbordamiento de vida. El griego rebosante de salud, que conocía los enigmas y horrores de la existencia como alivio, para poder vivir puso delante de sí ese sue2o olímpico. No olvidemos que ellos se guardaban de imputar a los dioses la responsabilidad por la existencia del mundo y, por lo tanto, la incumbencia en el modo de ser de este. Por ello su mundo se caracterizaba por la belleza, el sosiego y el goce, sensaciones que los helenos consideraban como parte de su propia existencia, representndolas como el espe9o que los transguraba.

+as características ms sobresalientes de )polo podrían ser las siguientes: este dios era la apariencia, por tanto no es una gura, ni siquiera puede ser nombrado o denido, es una voz que llena el espacio, una 8echa que da en el blanco, como la luz alcanza los lugares ms ale9ados7 dios de la distancia# , inspira y tranquiliza con su poder, para extasiarnos en la creación poética, la ilusión y el ensue2o adivinatorio, el maravilloso olea9e de su ritmo, que han seducido su espíritu, suscitando en cada uno de ellos la elicidad liberadora de la apariencia, la divinidad protectora7 el iluminado, envuelto en una resplandeciente claridad, mediante la armonía delimita las ormas en su individualidad, representa las bellas apariencias de las artes gurativas y aparece ba9o la in8uencia del enómeno siológico del sue2o. )polo se va transormando, moldeando y construyendo en la apariencia y, mediante el ensue2o de los mundos oníricos, libera a los hombres del surimiento al producir sue2os con eectos graticantes, que alivian el dolor de la existencia. )sí, el sue2o es el 9uego del ser humano individual con lo real. Es en el mundo onírico donde cada hombre se convierte en artista, la bella apariencia se nos presenta para que gocemos de ella7 allí, todas las ormas nos hablan y nosotros queremos hablarles, no existe nada indierente o innecesario &Nietzsche, 0111a: ;0(. Es, por así decirlo, un mundo antstico y pleno, y, sin embargo, el sue2o de la bella apariencia oculta con su velo aquellos aspectos terrorícos de la existencia. *e esa manera es como soportamos esta realidad penosa y aterradora7 en este estado todo el dolor se contempla con templanza y sensatez. 5erdaderamente, en esta dimensión somos dierentes a como somos en nuestra vigilia diurna, creamos un escenario en el que representamos el  9uego de la vida, así como el ni2o se e9ercita con las actividades l"dicas, el hombre, mediante estos caprichos, hace una interpretación de la vida. En la apariencia de la apariencia nos encontramos en el gran teatro del mundo y como actores transormamos lo real. )polo nos guía y nos ense2a con innumerables imgenes las cosas serias, las tristes y oscuras de la comedia de la vida. )sí lo se2ala expresamente el N': -la relación que el lósoo mantiene con la realidad de la existencia es la que él, hombre sensible al arte, mantiene con la realidad el sue2o, la contempla con minuciosidad y con gusto: pues de esas imgenes saca él la interpretación de la vida, mediante esos sucesos se e9ercita para la vida/ &Nietzsche, 0111a: ;>(. Es también un salto hacia lo divino, donde los dioses hablan a los hombres en un lengua9e inteligible. El sue2o crea un grado supremo de apariencia apolínea que nos separa de una realidad para conducirnos a otra ms alta. ?omo armaba +ucrecio, el sue2o es el lugar donde por primera vez aparecen las guras de los dioses ante las almas de los hombres< . Es decir, se rompe con el te9ido y la red de los conceptos para buscar un nuevo mundo uera del mundo rígido y supuestamente seguro, el griego nos dio e9emplo de ello al crear aquel maravilloso mundo mítico donde dio rienda suelta a su libertad creadora. )un ms, su sabiduría le permitía tener conciencia de que lo apolíneo no orecía toda la verdad del mundo @asta ahora hemos dicho que )polo es el dios del arte, por ser la belleza, como apariencia, su elemento, pero Nietzsche reconoce que *ionisos; también expresaba el arte por ser el inspirador de representaciones trgicas a través del 9uego con la embriaguez, y con el éxtasis. En general se acepta que estos estados alterados elevan al hombre al olvido de sí, hasta un tipo de experiencia donde se rompe el principium individuationis. 4a9o sus eectos, lo sub9etivo desaparece ante la irrupción violenta de lo general!humano, de lo universal!natural. El grito de alegría exttica y mística de *ionisos penetra y ragmenta al individuo para llegar hasta las madres del ser en el ondo secreto de las cosas. El sentido vital de la embriaguez no es "nico, por el contrario, su signicado abarca una polisemia ms amplia: llenura, hartura, sobreabundancia, liberación del alma del connamiento del cuerpo7 su signicado "ltimo apunta a una unión con la naturaleza, en donde el hombre es una totalidad. En las estas de *ionisos el hombre se reconciliaba con la naturaleza, estableciendo un pacto entre los hombres, tan trascendental cambio convirtió al hombre primero en artista, para luego transormarse a sí mismo en una obra de arte, sin apartarse, por ello, de la desesperanza y el surimiento humano.

Esta divinidad concedía a sus creyentes lo caótico del mundo y lo desmesurado de la vida, y desde el lado oscuro de la existencia, propiciaba el encuentro con el entusiasmo orgistico del instinto, en el ritual de la orgía se llega al éxtasis que luego ha de diluirse con la nausea del día.A No resulta, pues, extra2o armar que, antes de la embriaguez que excita al ser humano, no existía ning"n arte. Es ms, para que haya un hacer y un contemplar estético es indispensable, como condición previa, la embriaguez dionisíaca, la cual nos coloca cara a cara ante la totalidad del mundo. No es vano recordar al respecto el ?rep"sculo de los ídolos. Prosiguiendo con nuestro asunto, acerca del contraste que separa y la antinomia que une en un instante eímero esta dualidad. )hora todo est en tensión, la imagen y el símbolo. Estos dos impulsos artísticos brotan de la naturaleza como uerzas vivientes dignas de ser imitadas por el hombre. En una usión siológica de arte, naturaleza y vida denida por la dualidad de los sexos, entre los cuales la lucha constante y la reconciliación se eect"an periódicamente. El escenario es el siguiente: con )polo se presenta miméticamente el mundo como conciencia de las ormas del tiempo y del espacio, el mundo su9eto al principium individuationis, que establece el límite de las cosas, las cuales se relacionan de un modo causal, del mismo modo que estn tratando de enlazarse a la orma de la orma, intento experimentado como belleza. El artista apolíneo se deleita en el mundo de ormas, ya sean estas bellas o no. Bolo ve lo verosímil como si uera un espe9o, busca la perección mediante la representación. )l ondo se percibe un leve movimiento7 algo detrs del velo, encubierto tras la mscara que ale9a y esconde, pronto aparecer en escena el espíritu dionisiaco. Babemos que la condición apolínea primordial es la distancia, que )polo rechaza lo íntimo, la esencia de las cosas7 conoce que lo proundo quiebra las ilusiones de la vida. -Es el genio transgurador del principium individuationis, "nico principio por el cual puede alcanzarse la verdad, la redención en la apariencia: mientras que en el místico grito  9ubiloso de *ionisos, queda roto el sortilegio de la individuación y abierto el camino hacia las madres del serC , hacia el n"cleo íntimo de las cosas/ )dmiramos del pueblo griego que a pesar de esa apariencia deslumbrante y seductora, re8e9o iluminado de su espíritu, siempre tuvieron presente que detrs de ese mundo armónico resonaba el dolor de la existencia7 percibían que lo apolíneo no podía atenuar o reprimir el

ímpetu y la ogosidad dionisíaca que había penetrado en la Drecia con la voluptuosidad y el desenreno propios de su rango. @ubo un momento en que los griegos cedieron a la atracción por el entusiasmo y ue allí en aquel conato de encuentro donde nació el canto, danza ritual de *ionisos: el ditirambo. Pero este impulso solo pudo ser contenido merced a )polo el resplandeciente, el dios de la luz y símbolo de la bella apariencia, de las ormas ideales y del sue2o plstico. *esde entonces, el dios ue acogido en el mundo de la bella apariencia, provocando el cambio que se inltró en todas partes, y sobre todo en el arte. Esta coalición ser el punto culminante del mundo griego, un instante en el que calmaron sus ímpetus, de9ando aparte, por un momento al menos, la disputa por el poder. Bi )polo era originalmente el dios del arte, ue su poder el que moderó a *ionisos, dando lugar a esta alianza raterna: por eso ambos salieron vencedores. Este momento clave es identicable en el período pre!pitagórico de la m"sica, en el instante en que el geuoz dinurambicon &género ditirmbico( se convirtió, al mismo tiempo, en hsucasticon &hesicstico(. El coro de ena9enados por la embriaguez y la risa actuando a modo de narcóticos estn poseídos por la visión del dios, que se expresa con ayuda simbólica de la danza, luego del sonido y la palabra. Este es el preludio de una mutua retransmisión de sus in8u9os míticos. ?uanto ms vigoroso crecía el espíritu artístico apolíneo, del mismo modo se desarrollaba *ionisos. ue así como en la tragedia la embriaguez del surimiento y el bello sue2o congregaron sus mundos: de un lado, el poder dionisíaco les ense2ó el dolor de la existencia y la incesante muerte de todo cuanto comienza a existir y, del otro lado, el in8u9o apolíneo los identicó con la belleza y la apariencia. Por una parte, )polo los vincula con la visión plena de la belleza, mientras *ionisos los guía a través de los enigmas y horrores del mundo expresando con la danza y con la m"sica trgica la impresión ms íntima de la naturaleza, el hecho de que la voluntad conabula en y por encima de todas las apariencias. +a tragedia griega ser para Nietzsche la mxima creación lograda por el mundo griego, ya que en ella vemos presente la gran compenetración a la cual ha llegado el artista al lograr canalizar ambas potencias divinas, en ésta, la presencia del coro servir como puente para su realización y actuar como -3n autorre8e9o del hombre dionisiaco/ Este nuevo hombre, identicado con esta deidad y dentro de su nueva realidad logra un sentimiento de igualdad al olvidarse de su posición social, sirviendo "nicamente a su *ios y de esta orma act"an como una

unidad de actores que se re8e9an inconscientemente a si mismos. Nietzsche nos expone esto al decimos: -El encantamiento es la premisa de todo arte dramtico. En este encantamiento, el entusiasta dionisiaco se ve a si mismo como stiro, y a su vez ve al *ios en calidad de stiro/ )l darse este estado por la presencia del coro, el espectador en calidad de stiro hace una proyección totalmente transormada, y esta nueva proyección la veremos presente como una consumación apolínea, ya que ser por esa vía que logre volver a hacer presente esta experiencia, al darse todo este con9unto de visiones en el desarrollo del drama queda el mismo cerrado por completo. Beg"n este nuevo conocimiento Nietzsche concluye sobre la tragedia griega: ?omo el coro dionisiaco que se descarga una y otra vez en un mundo de imgenes apolíneo. Esto nos da a entender la importancia del coro como el enlazador de estas dos potencias divinas con el cual se constituye todo el verdadero drama donde, por una parte, toda la representación es completamente una experiencia onírica de naturaleza épica, pero que debido al estado dionisiaco que se logra mediante el coro, se genera una conexión que conlleva a ser uno con el ser original de la obra. 5emos en Nietzsche una original interpretación de la unción que e9ercía el coro tomando por antonomasia la expresión suprema de la naturaleza, impregnada por la presencia de *ionisos como punto central del espectculo.

-El Frigen de la tragedia/ 3na reinterpretación de la Drecia ?lsica.  +a visión europea tradicional había consagrado una imagen de )tenas caracterizada por la belleza y el equilibrio. Beg"n Nietzsche esta imagen privilegia la )tenas del siglo 5. Bin embargo, esta imagen no responde al sentido proundo de la cultura griega: Esta perversión de la imagen de Drecia se debe al ?ristianismo que ha 9ado este estereotipo sobre lo griego, haciéndonos olvidar las zonas marginales de su cultura, como la m"sica, los mitos trgicos, los ritos orgisticos.  En estas zonas marginales, Nietzsche descubre el otro principio de la cultura griega que el ?ristianismo nos había hecho olvidar, lo denomina +o *ionisiaco. 3na revolución losóco!estética.  +a decadencia de la cultura griega comenzó con Bócrates que intentó imponer +o )políneo y sus ormas a +o *ionisiaco: G +o )políneo simboliza la armonía, el equilibrio, las ormas estético! artísticas, los principios reguladores del pensamiento, en denitiva lo ormal que nos hace comprensible el caos que caracteriza a la vida. G +o *ionisiaco simboliza el principio o instinto humano que nos lleva a sumergirnos en el caos. Es el uno, lo originario donde todavía no existen individuos, ni ormas, ni pensamiento, es lo indeterminado.

 Estos conceptos suponen una superación del pensamiento de Bchopenhauer. El uno primordial, +o *ionisiaco, se correspondería con la 5oluntad de Bhopenhauer. +o )políneo se correspondería con las ormas sub9etivas de la intuición espacio!temporal &Hant(, a las que Bchopenhauer denomina Iepresentación. Hant Bchopenhauer Nietzsche enómeno &esp. J tiep.( Iepresentación )políneo No"meno 5oluntad *ionisiaco.  Bin embargo, Nietzsche no es dualista como sus predecesores: +o )políneo y +o *ionisiaco no se contraponen, sino que son momentos complementarios que se suceden en el proceso artístico y trgico de la vida. Nietzsche supera el dualismo recurriendo a @erclito para el que la vida es siempre tensión irreconciliable entre contrarios. En la vida y en la Naturaleza todo es cambio, y +o )políneo y +o *ionisiaco son momentos inestables, que se alimentan entre sí.  Nietzsche propone así la vida como 9uego y como arte, el uno primordial, +o *ionisiaco y el reino de la individuación, +o )políneo, quedan integrados en el proceso artístico!l"dico de la vida. El pesimismo de Bchopenhauer queda superado en Nietzsche, porque +o *ionisiaco &la voluntad de Bchopenhauer, los excesos que nos llevan al

abismo y a la muerte( es también una orma de armar 9ubilosamente la vida. < 3na crítica a la cultura contempornea.  En el mundo griego anterior a Bócrates y a Eurípides, +o )políneo y +o *ionisiaco convivían en la cultura retroalimentndose, sin embargo Eurípides transormo el 6ito 'rgico en una serie de vicisitudes racionales, encadenadas y comprensibles con un estilo realista. Este ue el n de la verdadera tragedia y el comienzo de la razón como orma de asxia de los undamentos creativos de +o *ionisiaco. Bócrates también proponía una estructura racional del universo como b"squeda de seguridad, ante su debilidad y decadencia ísica. Beg"n Nietzsche el triuno de +o )políneo, el triuno de la razón supone la victoria de los débiles sobre los uertes, la razón nos da alsas seguridades que necesitamos si somos cobardes.  'ambién nos lleva a despreciar el undamento vital que extrae +o *ionisiaco.  Beg"n Nietzsche, la ?ultura Fccidental ha perpetuado esta tradición de Eurípides y Bócrates, renunciando a los undamentos vitales nuestra cultura est agotada, han desaparecido las uerzas creativas y no podemos salir de nuestro narcisismo vacío

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