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RESEÑA CRÍTICA

El mundo como voluntad y representación. Complementos. Reseña Crítica Juan E. González Universidad Nacional Abierta y a Distancia

 Nota de autor Juan E. González, Programa: P rograma: filosofía, Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades, Universidad Nacional Abierta y a Distancia Los comentarios, sugerencias y observaciones en torno a esta Reseña Crítica deben remitirse al correo electrónico: [email protected] electrónico: [email protected]

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RESEÑA CRÍTICA Presentación del libro

 Nombre y apellido del autor: Título del libro: Traducción, introducción y notas: Fecha y lugar de edición del libro original: La traducción de la Dra. López fue editada en: Fecha de publicación de la citada traducción:  Número de páginas:

Arthur Schopenhauer. El mundo como voluntad y representación. Complementos [o también, Tomo II]. En adelante: El mundo – como lo refiere López (2003, p. 9). Pilar López de Santa María. Fráncfort del Meno, 1859, Hesse (Darmstadt), Alemania. Ferraz, Madrid (España), por la editorial Trotta, S. A. 2003. 712.

Vicisitudes bibliográficas

Ya antes de que el libro saliera a la luz, las relaciones entre su editor, Brockhaus, y Schopenhauer se habían roto después de un cáustico intercambio de correspondencia en el que el autor exigía el cumplimiento exacto de las condiciones del contrato y la 1

satisfacción inmediata de sus honorarios . Harto ya de los exabruptos y malos modales del filósofo, Brockhaus da por terminada la relación personal con él en una carta del 24 de septiembre de 1818 que concluye con las siguientes palabras: «Sólo espero que no 2 (3)

llegue a cumplirse mi temor de imprimir su obra simplemente para ma culatura»

. El

temor de Brockhaus, en efecto, se cumplió (…) (López, 2003, p. 9). [Continuar…]

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 Véase la correspondencia entre Schopenhauer y Brockhaus correspondiente al periodo de

marzo a septiembre de 1818, en C. Gebhardt (ed.), Der Briefwechsel Arthur Schopenhauers, vol. I, pp. 221-45, P1per, München, 1929 (se cita BW). 2 3

BW, 24.9.1818.

 Pliego mal impreso, que se desecha por manchado (REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, 2001).

Hoy se podría llamar a eso: reciclaje [Nota del estudiante que presenta el trabajo].

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RESEÑA CRÍTICA Resumen

Como el Tomo I de El Mundo está compuesto por cuatro libros internos, el Tomo II contiene los Complementos a dichos libros, exceptuando unos pocos temas – igualmente muy importantes e interesantes para el análisis filosófico –  que no se habían tratado en ese primer tomo. Pese a ello, no hay forma de decir que se repita el contenido, más bien que, profundiza Schopenhaer en los temas, aunque hay que reconocer que por momentos “suena reiterativo”; sin embargo, resultaría contraproducente para el lector desprevenido, aproximarse a este segundo volumen sin haber leído el primero, puesto que la hilación de aquel está relacionada – como es apenas obvio –  con éste. Tal vez los temas novedosos más representativos tienen que ver con: “las imperfecciones esenciales del intelecto. Fragmentariedad, dispersión y olvido son los tres defectos fundamentales de que adolece todo intelecto en cuanto tal” (López. 2003, p. 15), que estarían relacionados con (a) la temporalidad humana, de la cual ya versaran otros textos, entre ellos la  biblia, p. ej.: “El hombre, como la hierba son sus días” Salmo 103:15 (LA SANTA BIBLIA, 2003) y, (b) con el hecho de que la voluntad sea lo principal y el intelecto le esté subordinado. Asimismo llama la atención lo que López (2003) denominó “cambio del juicio” (p. 15), que bien  pudiera ser una contradición, puesto que el autor había “avalado” – en el Tomo I –  el estoicismo como un sistema ético preferible a practicar; pero aquí [Tomo II] lo rechaza: “como una fanfarronería de aquellos que no renunciaban a ninguno de los placeres de la vida” (López, 2003,  p. 16), optando en su lugar por el cinismo dada la radicalidad de éste último: “Pero los cínicos tomaron para ese fin un camino especial y directamente opuesto al habitual: el de la renuncia llevada hasta el mayor extremo posible”. (Schopenhauer, trad. en 2003, p. 189).

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En el Libro Primero se profundiza lo referente a la intuición y al intelecto; aquella es ya desde Descartes, algo más que el presentimiento de infidelidad que respecto de sus esposos asalta a algunas damas, es decir: es mucho más que intuición femenina – supuesta virtud exclusiva de ellas – ; así con Schopenhauer, la intiución es primordial y, el intelecto no se basa apenas en percepciones sensoriales, sino principalmente en la intuición. Ahora, el asunto no queda ahí, a través de la intuición llega el intelecto al concepto [otro de los aspectos clave que diferencia al ser humano del animal] con el cual hacer uso de los procesos de abstracción, al tiempo que de los de la memoria, lo que le permite examinar su pasado, evaluar el presente y  proyectar el futuro. De otra parte, Schopenhauer le indilga a Kant un orden exagerado e infundamentado que hace de las categorías del conocimiento fundamentadas en los Praedicabilia a priori, algo insustancial. Otro asunto de interés lo representa el desarrollo de “la necesidad metafísica del hombre” (López, 2003, p. 16), que aparece manifiesta de dos formas, ambas opuestas a la física: una que queda siempre sin explicación – de ahí que Kant negara la cientificidad de la metafísica – , y otra tomada en torno a la ética y de manera negativa: «Si el mundo no fuera algo que desde el  punto de vista práctico no debería existir, tampoco sería un problema desde el punto de vista teórico» (Schopenhauer, trad. en 2003, p. 634). Este tema, pues, establece nexos, no propiamente lineales, con el Libro Cuarto. De manera que también la metáfisica, expresada como “cosa en sí” tiene una connotación  práctica ligada, por supuesto, a la experiencia; y se evidencia en la influencia que tienen, de una lado, las religiones, del otro la filosofía. Las primeras, oportunas para p ersonas del común que  buscan la cosa en sí por medio de esquemas aparte del racionalismo y, la segunda, para quienes la buscan, justamente bajo éste [racionalismo] y qu e no tienen aspiraciones a parte de encontrar

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la verdad, esto es: no buscan la cosa en sí para que les salve, más bien que la salvación es  precisamente – como quiera que libra del engaño –  el conocimiento de cómo son las cosas realmente. En el Libro Segundo se da el autor a la tarea de hacer notar con detalle todos los lugares y la multiplicidad de formas en los cuales la voluntad, por medio de la naturaleza, se objetiva, de la manera más inverosímil, incluyendo ejemplos del reino animal, mineral, etc. Adicionalmente, contrario al filósofo de Koninsberg, insiste en que de hecho, es posible el conocimiento de la “cosa en sí”, la cual es la misma voluntad. La voluntad es, entonces, todo en todos: es la mismísima cosa en sí; es también sinónimo de naturaleza, en definitiva: es omnipotente, omnisciente, etc. Sólo por su ceguera y precipitud no es Dios; justamente por eso es contrapuesta a sí misma: crea – con prodigio –  y destruye –  como vicio – . Para confirmar esta situación y con ello la contemporaneidad del sistema filosófico schopenhaueriano, basta revisar la historia reciente: aproximadamente 300 mil muertos dejó terremoto de Haití en el 2010; más de 15 mil fallecidos por Sunami en Japón en 2011, eso sin contar a las personas heridas ni a los desaparecidos; etc. En el Libro Tercero se complementa lo relacionado al arte, para la cual el mejor dotado es el genio, quien logra plasmar la(s) idea(s) platónica(s), y, por cuyo medio la(s) conocemos los demás. Similar ocurre con la reflexión filosófica, no son ésta ni aquella [la idea platónica  percibida y expresada por el artista], accesibles a personas del común; de alguna manera a través del arte consigue el artista dar a conocer la cosa en sí, puesto que él – y quizá otros de talento cercano al suyo – , tiene(n) una especie de intelecto superior que se logra sobreponer a los motivos  – al tiempo que a los caprichos –  de la voluntad, para figurar por diferentes medios la realidad. Y

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como la cosa en sí es lo que en realidad existe, en contraposición al fenómeno que apenas es apariencia, el artista nos comparte el verdadero (sin)sentido de la vida; de ahí el apego por tan diversas manifestaciones artísticas, tomando probablemente la música, mayor preeminencia. En cuanto a la arquitectura, lo grandioso tendría que ver, además de con la visión estética, con el desafío de la gravedad por medio de vigas y columnas y con la distribución de la luz –  entendida como claridad del día –  en los espacios interiores de una determinada construcción. Para Schopenhauer la arquitectura clásica es superior al barroco, entre otras cosas, porque el desafio de la gravedad es más evidente empleando vigas y columnas, que arcos sobre pilotes. De gran relieve es también el análisis sobre la poesía, con las exposiciones sobre el metro y la rima; así como con la comparación que menciona López (2003): (…) Pasa Schopenhauer a complementar sus observaciones sobre la poesía dramática, en especial la tragedia, cuyo fin último es instar a la renuncia de la voluntad de vivir. A este respecto, Schopenhauer no duda en proclamar la superioridad de la tragedia moderna sobre la antigua, ya que a esta última le falta un rasgo fundamental del espíritu trágico: la resignación (p. 20). El Libro Cuarto [que es el último de los Complementos], cuyo tema fundamental es la negación de la voluntad de vivir, está dedicado, igualmente, a asuntos concernientes a tal  propósito; sobresalen la explicación del amor sexual, la impronta de la voluntad por conservar la especie sin mayor importancia por el individuo; así mismo trata sobre la muerte, la vida y la inmortalidad, etc., según las consideraciones del a utor. Schopenhauer indica – como ya se mencionara en la Reseña Crítica al Tomo  I–  que la  principal manera a través de la cual la voluntad de vivir se afirma, es a través de las relaciones

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RESEÑA CRÍTICA Referencias

LA SANTA BIBLIA. (2003). LA SANTA BIBLIA (Serie 20cLG - VII ed.). (C. Reina., y Valera , Trad.) Bogotá, D. C, Colombia: Sociedades Bíblicas Unidas. López, P. (2003). Introducción. En A. Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación. Complementos (P. López, Trad., 1ª ed., Vol. II, pág. 712).

Ferraz, Madrid, España: Trotta. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. (2001). DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPÑOLA, Vigésima. Recuperado el 26 de mayo de 2011, de http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=maculatura Schopenhauer, A. (2003). El mundo como voluntad y representación. Complementos (1° ed., Vol. II). (P. López, Trad.) Ferraz, Madrid, España: Trotta.