El Mal Del Puerco N. 10

September 8, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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El Mal del Puerco  El suplemento cultural de la calle

 

Revista mensual mensual de letras y otras perve perversiones. rsiones. Año 1. / Número 10 / junio de 2013

Presenta: Porno

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 Índice  Editorial………………5 Crecer en Ecatepec es como crecer en Haití Chuco Peña……...7 Claridad Ano Nimo ………10   Pornografeando Chamaca del demonio……………..14 Visiones de Onán Dr. Jeep ………..19 tocino.…………..21  El lamentable nacimiento de una estrella porno El Capitán tocino.

 Ensayo sobre el porno y otras pajas mentales Washington Manicero……..26  Manita de puerco –Fallas de origen- ........28  ........28  La mirada puerca – On the road ……..30 ……..30  Mis chaquetas en la isla de Socotra Victoria Martínez ....……..32

 Nota  Las ilustraciones son autoría de Dr. Jeep Búscanos en internet:

http://elmaldelpuerco.wordpress.com/  

https://twitter.com/ElMalDelPuerco  https://twitter.com/ElMalDelPuerco 

http://www.facebook.com/pages/El-mal-del-puerco/558476510849051?fref=ts 

Colaboraciones, dudas, aclaraciones, comentarios, insultos, Colaboraciones, invitaciones a chupar y demás, háznoslas llegar a:

 

[email protected]

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Editorial.

Este

mes El mal del puerco   anda cachondo, por eso decidió ponerse tanga, comprar lubricante, revistas, películas, vibradores, tomar una sobredosis de yumbina y hablar del porno, ese tema tan fácil y complicado a la vez, por el que nuestros colaboradores devanean en este número. Una breve historia del porno que termina con una declaración de amor, la historia de un actor porno surgido de la desilusión, el desvarío de un biólogo en proceso de convertirse en homosexual, un poema que se derrama y la pornografía como elemento de la penetración amistosa, son algunas de las formas en las que se explora el tema. Además, para esta ocasión hemos preparado dos nuevas secciones. La primera p rimera titulada: “Manita de puerco” de crítica literaria, que analiza en este mes el libro Fallas de origen, de Daniel Krauze, publicado por Joaquín Mortiz, y que se hizo acreedor al Premio Letras Nuevas de Novela. Y “La mirada puerca”, una sección de reseñas y críticas libidinosas sobre algunas películas, En este número: “On the Road” de Walter Sales. Por último, no te pierdas el

Puercast ,

el podcast del Mal del puerco, en su primera

edición, en el que algunos de nuestros colaboradores hablan de sus impresiones sobre el tema que ocupó nuestras imaginaciones este mes: https://soundcloud.com/maldelpuerco/el-mal-del-puerco-n-10 https://soundcloud.com/maldelpuerco/el-mal-del-puerco-n-10  

Así que ya lo saben: ¡El mal del puerco sigue vigente, pásenle a leer, gente!

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Melodía de amor para Emmanuelle - Dr. Jeep 

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Crecer en Ecatepec es como crecer en Haití Por Chuco Peña

Desde

que me cogí a otro hombre no soy el mismo. Me siento perseguido y

desnudo, como si se me notara. El otro día, por ejemplo, me encontré al Muelas, a quien no veía desde que salimos de la secundaria. Quihubolas, pinche Muelas, le dije cuando pasó frente a mi puesto de relojes chinos, yo pensé que ya no vivías aquí. Y en el instante que volteó y me vio supe que se dio cuenta, el Muelas se dio cuenta incluso antes de reconocerme. Pinche Abel, no te reconocí carnal, cuánto tiempo, me dijo acercándose al puesto. Estuvo el resto de la tarde conmigo. Como ya casi era navidad, había mucha gente en el Centro comprando sus regalos. En la noche nos fuimos al Azteca a ver peluches. Después de varias cervezas, ya entrados en confianza, le dije: Lo sabes, verdad Muelitas, dime ¿cómo lo adivinaste, en qué se me nota? El Muelas me dijo que no sabía de qué estaba hablando, así que le conté todo: La verdad no me lo cogí, nada más me hizo una chaqueta. Estaba yo viviendo una época difícil, mi esposa la Maru me dejó y se juntó con un judicial que la madrea; se llevó a los niños y la tele la hija de la chingada. Llevaba como seis meses viviendo solo, bien deprimido, todo mugroso, y lo peor es que no se me paraba. Tres veces agarré alguna morrita en San Pablo, después de la chamba y las tres veces no se me paró, mano. Una de las putitas, una chiapaneca de 17 años me dijo que a los hombres de mi edad les pasaba todo el tiempo, que en su oficio era un fenómeno común, palabras más palabras menos. Ya hasta había pensado en suicidarme, comprar un pomo, echarme un puño de pastillas de las de mi mamá y sentarme a escuchar mi mp3 de Roberto Carlos hasta que llegara la muerte. Si no lo hice fue porque no quiero que mis chavitos piensen que me di por vencido. El chiste es que el pito nada más se me ponía duro cuando veía una película pornocha, mi Muelas, pero como la Maru se llevó la tele, nada más podía po día ver mis DVD´s en casa de mi jefecita cuando se dormía. Pero igual no me sentía pleno, como que algo dentro de mí me decía que eso era un pecado; si la jefa es sagrada, la casa de la jefa debe ser un templo.

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Fue así como le agarré el gusto a las cabinas. Antes no me parecían la gran cosa, es algo como una caseta de vigilante de unidad habitacional, pero mucho más pequeña, regularmente colocada al lado de otras tres o cuatro cabinas, en el apartado de algunas sex-shops. Dentro, una pantalla de televisión pequeña, un control remoto fijado a una barra, un rollo de papel, un bote de basura, algunos posters de películas y estrellas porno pegados en la pared y una silla de oficina. Entonces pagaba uno veinticinco pesos y podía estar ahí media hora. Ahora ya son de a ochenta la hora y cincuenta la media, pero es una pantalla más grande, de plasma, y el menú es de internet, hay mucho más  variedad. Antes me gustaba ver puras güeras: rusas, checas, suecas y gringas. Pero ahora me gusta más ver mexicanas amateur, como “Putita de Puebla” o “Estudiante de la UVM me pide más” o “una gatita de Tlaxcala toma su mamila” o “La nueva encargada de almacén de Coppel Coatzacoalcos hace su chamba”. Yo creo que me empezaron a gustar por lo mismo de mi tristeza, ahora tengo menos expectativas de vida, ya no estoy  joven, mi chamba no es nada seguro, por eso yo creo que me gusta ver en la pantalla a muchachitas más jodidas que yo, me gusta pensar que con una de un almacén si podría o con una cajera a lo mejor, o imaginarme que son mis vecinas, que bien escuinclas pero  ya le putean. Hasta pensé en grabarme cogiendo con una de las de San Pablo y subir el  video, pero te digo que no se me paró. No me veas así, así, Muelas, agarra el pedo, crecer en Ecatepec es como crecer en Haití. Un día estaba yo en una cabina en San Jerónimo, casi llegando a Pino Suárez. Ahí me gustaba porque el papel era mentolado y siempre olía fresco. Llevaba como veinte minutos viendo un video de unos novios veracruzanos cogiendo de a perrito en la habitación de él (la chamaca estaba gordita pero se rifaba). Estaba jalándole con buen ritmo y ya comenzaba yo a sentir cosquillas en la espalda, escalofríos en los hombros, ya me costaba trabajo mantener los ojos abiertos, cuando escuché que se abría la puerta de la cabina y alcancé a ver que se iluminaba el interior. Antes de que pudiera voltear a reclamar una voz autoritaria me dijo: No te muevas cabrón o te meto un plomazo. Pensé que me iba a asaltar, lo lamenté mucho porque traía el dinero de toda la venta de la semana. Ya no hay moral, me dije. Terminó de entrar en la pequeña cabina y cerró la puerta con suavidad. ¿Quieres mi cartera, quieres mi mochila? Llévate todo, no te he  visto la cara y no voy a hacer una pendejada, no más no me vayas a disparar, supliqué. Cállate moreno, me dijo, no te muevas. Lo escuché acercarse, sonaba como si trajera botas vaqueras y chamarra de cuero. Se inclinó sobre mi espalda y sin decir nada me

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besó el cuello, sentí su aliento y respingué, pero con la mano izquierda me puso su pistola en la espalda y con la derecha tomó la mía, que con la adrenalina que corría seguía como jabalina, y empezó a jalármela. Yo solo veía su brazo y confirmé que vestía chamarra de cuero. Al principio me dolió porque su mano era callosa, como de campesino y apretaba fuerte. ¿Así te gusta?, me preguntó, más te vale que te vengas, papacito o aquí te mueres, no serías el primero, pinche pervertido, susurró y luego me lamió la oreja sin dejar de jalarme la corneta. Como ya te dije antes, yo no estaba listo para morir y sus advertencias no parecían en broma. Así que cerré los ojos y me dije piensa en algo bonito Abel, piensa en las poblanitas, en los calzones de tus vecinas en el tendedero, no pienses en la puta de la Maru. El agresor tenía impregnado el olor de la ciudad: sudor, un poco de cigarro, un  toque de mierda, algo de grasa quemada, humo y mucha ira. Además, parecía tener práctica en lo que hacía, y no me había vuelto a decir nada, así que, con mis ojitos cerrados, pude irme a otro mundo, a una habitación de hotel donde me estaba cabalgando una morena chichona que me gritaba: ¡Así Abel, sí-sí Abelito, eres el mejor, así, así, así vente dentro de mí, me estoy viniendoooo! Cuando terminé el agresor me dijo: toma siete cuadros de papel y límpiame la mano. Lo hice sin rechistar, luego me limpié yo y me la guardé, nunca levanté la cabeza. Me volvió a besar y me dijo: La tienes bien rica, moreno, te salvaste. Se levantó y comenzó a alejarse. Antes de cerrar la puerta me ordenó esperar cinco minutos antes de salir y me aventó un billete de quinientos. Cerró la puerta con suavidad. Esperé veinte minutos en silencio y luego salí. Afuera ya era de noche. Compré tres hotdogs por diez pesos y luego los tiré, no pude ni verlos. Caminé a mi casa. Cuando terminé de contar mi historia el Muelas estaba como ausente, viendo fijamente su chela. Ya valió verga, no debí contarle, pensé. Entonces el Muelas me dijo: No te agüites carnal, mira qué grande es el señor, que nos puso en el mismo camino otra vez, ¿qué crees?, yo también me cogí a un puto. Y comenzó a contarme su historia, pero ya era demasiado para mí, así que fingiendo que lo escuchaba me puse a pistear como si no hubiera mañana.

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Claridad -Por Ano Nimo  

Un

miércoles por la

 tarde recibí la llamada de Pedro, quería chelear el  viernes y me dijo que ya le había avisado a Sonia y Paulina, sólo era cuestión de que les confirmara. Le dije que

estaba

bien,

nos

 veríamos en mi casa como a las cuatro de la tarde. Cuando me fui a vivir con Lupe dejé la universidad con el pretexto de que iba a trabajar para enfrentar la llegada de nuestro hijo. Pero ni seguí estudiando ni encontré trabajo. Lupe trabajaba y no le iba mal, se suponía que yo cuidaría al niño cuando naciera y  tendría que buscar trabajo tan pronto creciera un poco. Los meses se vinieron encima con una celeridad precoz y de pronto ya era niñera. Al verlo me parecía casi imposible que un ser humano pudiera ser tan pequeño y no dejaba de sentir curiosidad y admiración por verlo crecer como un marranito. Durante esos meses Sonia, Pedro y Paulina, amigos de la universidad, me visitaban ocasionalmente para ver a mi hijo, darle algún regalo y verme con cara de  pobre güey   porque creían, no sin cierta razón, que estaba tirando mi vida al caño siendo amo de casa. Esas visitas solían ser la cosa más rara del mundo, nos tratábamos con cierta formalidad que no parecía encajar, al menos en mi mente, con todas las noches que nos fuimos de peda y acabamos dormidos dor midos juntos. El viernes llegaron a mi casa, también estaban Lupe y mi hijo. Pedimos pizza y fuimos a comprar unas cervezas. Cuando entregaron las pizzas Lupe no dejó que alguien más

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pagara por ellas. Pau no estaba de acuerdo e insistió en darle algo de dinero a Lupe, que desde luego ella rechazó. Más tarde cuando Lupe se levantó al baño Pau metió el billete en su bolsa. Operación que Lupe repitió más tarde cuando Pau fue a su vez a lavarse las manos después de comer. Una secuencia parecida se repitió más tarde mientras  terminábamos con las chelas. Eran las siete de la tarde cuando Lupe se metió a la recámara para acostar al niño, que se había quedado dormido. Pau me dijo que la iban a seguir en su casa y preguntó si Lupe me dejaría ir. Le dije que no sabía, no por mandilón, sino porque la verdad no estaba seguro de querer agarrar la peda. Pedro y Sonia insistieron en que fuera, Lupe salió del cuarto y antes de que yo pudiera reaccionar, ya estaban pidiéndole permiso para que me dejara ir. Lupe dijo que no había problema, pero pude ver que no le agradaba la idea del todo, en especial porque íbamos al departamento en el que Pau  vivía sola desde algunos meses atrás. A mí nadie me preguntó nada, por esos días nadie lo hacía y yo me dejaba llevar por la corriente. Salimos de mi casa y subimos al auto de Sonia, todos parecían estar muy felices por haber logrado sacarme de ahí y hasta yo comenzaba a estarlo. Antes de llegar al departamento Sonia se detuvo en un Oxxo para comprar chelas y cigarros. Durante el camino se había borrado todo rastro de esa formalidad acartonada que había predominado en nuestras relaciones durante los últimos meses y volvimos a ser como los amigos de la universidad que habíamos sido. Al entrar al departamento de Pau, me preguntó ¿qué me parecía el lugar? Me parecía mucho espacio para una sola persona pero no se lo dije, yo era el único que todavía no lo había conocido. Está bien, dije. Le hice algunas preguntas sobre el lugar por cortesía, para ella significaba mucho poderse pagar un lugar dónde vivir. Mientras tomábamos en la sala, Pau me contó sobre su última relación fallida, Sonia y Pedro estaban muy enterados, yo no sabía casi nada. El tipo, así se refirió a él Sonia, era un celoso de primera y Pau nunca había estado atada a nadie. Ninguno tenía la mínima intención de cambiar, fue una mala combinación desde el principio que terminó en un arranque de celos en el que el tipo abofeteo a Pau. Lo dejó ese mismo día.

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Habían pasado un par de horas y todos estábamos picados, mis amigos insistieron que me quedara el resto de la noche; no tenía nada que objetar. Fui a la cocina para hablarle a Lupe y preguntarle si podía quedarme, esta vez sí por mandilón, y ella me respondió de mala gana que sí pero que no hiciera pendejadas. A veces me pregunto ¿cómo hubieran sido las cosas si Lupe me hubiera pedido que fuera a casa esa noche? Cuando regresé a la sala Sonia estaba bailando y me dio la mano para que me parara  junto a ella y la acompañara. Esa noche se veía muy bien con el pantalón que llevaba puesto. Comenzamos a bailar, Pau y Pedro se nos unieron y todos comenzamos a sentirnos demasiado bien de estar juntos. Hacía un año apenas, todavía salíamos con bastante regularidad a cualquier parte. A  veces tomábamos en la facultad y otras en algún bar o cantina. En las noches la seguíamos en casa de alguien si se podía o nos metíamos a un cuarto de hotel. Alguna  vez estando en un motel Pau prendió la televisión y le dejó en un canal porno. Era una película ochentera bastante mala y lo tomamos a broma pero la seguimos viendo. Estábamos en la cama, recostados unos contra otros, viendo la tele y tomando. Recuerdo que la estábamos pasando bien pero no sé cómo fue que de pronto nadie  tenía ropa y recorríamos la cama en ttodas odas direcciones. Por la ma mañana ñana nos despertó la alarma de mi celular, me levanté rápido de la cama porque tenía que presentar un examen en la facultad a las nueve. Me despedí de ellos sintiéndome un poco raro, la  verdad no sabía qué se suponía que seríamos a partir de ese día. Al verlos al día siguiente nada había cambiado. Cuando las cosas se daban por sí solas, regresábamos al cuarto de un hotel a ver porno y estar juntos, pero nadie forzaba ni sugería nada. Al poco rato se acabó la cerveza y Pau se ofreció a ir por más junto con Pedro. Sonia quiso seguir bailando pero cambio de ritmo y comenzó a darme la espalda. Sus nalgas rozaban mi vientre, me tomó de las manos y me hizo abrazarla. En ese momento me di cuenta de lo que pasaría y decidí meditarlo, lamentablemente Pedro y Pau regresaron con la cerveza y tan pronto me pusieron una en la mano, la bebí casi entera de un trago. Las dudas se habían ido al fondo de mi estómago junto con la cerveza. Lo que siguió fue un sueño del que me quedan vagos recuerdos, Sonia se acercó cuando me había sentado en el sillón, desabrochó mi pantalón y comenzó a mamármela

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mientras Pau y Pedro estaban al lado viendo porno en la televisión. Al voltear el rostro hacia Pau me dio un beso y estiró su mano hacia mi verga, Pedro parecía un bebé alimentándose de sus tetas. Metí la mano bajo su vestido y acaricié su clítoris. Sonia se levantó y se desabrochó el pantalón, me dio la mano para llevarme al cuarto y yo se la di a Pau y ella a Pedro. En el cuarto terminamos de quitarnos la ropa, Sonia se recargó sobre la cama y la tomé por detrás, Pau se acostó en la cama en dirección a Sonia para besarla mientras Pedro la penetraba. Sonia tenía buen culo pero casi nada de tetas y Pau era lo contrario, así que de cierta forma se complementaban. Luego de un rato le metí la verga a Pau en la boca mientras me reponía. Sonia se volteó y me acarició los huevos mientras me besaba, Pedro parecía una máquina imparable. impar able. Pau me pidió que la penetrara por el culo  y se puso de lado, Sonia se sentó sobre el rostro de Pau, Pedro y yo chocábamos los huevos al entrar y al salir de ella. Luego de un rato Sonia quiso hacer lo mismo, Pedro y  yo la penetramos hasta que comenzó a temblar y se vino, al poco tiempo yo también me  vine dentro de su boca. Pedro y Pau siguieron un rato más. Nos quedamos dormidos  todos juntos en la cama de Pau casi de inmediato. Cuando desperté eran alrededor de las diez de la mañana, me sentía raro y me costó un  tiempo darme cuenta de dónde estaba. Cuando vi los cuerpos de mis amigos, desnudos,  junto a mí, lo comprendí todo de un putazo. Fue entonces, en ese momento de claridad, cuando recordé algo que había dejado pasar de largo hacía dos semanas. Lupe había ido a una fiesta con sus compañeros de trabajo mientras yo cuidaba a nuestro hijo y se suponía que llegaría a las siete de la noche. Ese día Chucho me había ido a visitar y estábamos viendo un partido de fútbol. Lupe llegó a las once de la noche con el rostro de una niña que acaba de ser descubierta en una travesura, me pidió perdón por la hora y fue a ver al niño. Cuando le dije que iría a la casa de Chucho a tomar unas chelas, no puso ni un pero, su docilidad no tenía precedentes, yo se lo atribuí todo al retraso en la hora de llegada pero ahora lo entendía todo. Nunca te lo dije mi amor, pero: PINCHE LUPE CULERA.

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Pornografeando Por Chamaca del Demonio

Todo

empieza como una historia triste, pero de final feliz (sí señor@s, de final feliz

he dicho). Yo la descubrí debajo de la cama de un familiar cercano, debajo de sus carritos hot-wheels : las frondosas play-mates de Hugh Hefner que, básicamente, estaban invitándome a introducirme en su cálida y depilada vagina (o al menos eso fue lo que yo me imaginé). Claro que a esa edad y dentro de un cuerpo de niña inocente  de   de 8 años, no me quedó más que tratar t ratar de disimular el sonrojo, la excitación, las palpitaciones  y la agitación de mi respiración, actitud que traté de mantener por años para no parecer o sentirme como una pécora indecente… aunque hoy no estoy muy segura de haberlo logrado. Así fue como la conocí, así me enamoré de ella; secreta, perversa, desnuda, obscena…, yo te amo…, yo te amo, pornografía ♥  Pero primero definamos, conceptualicemos, esta sublime  palabra:  palabra: pornografía… ¡ahhhh!, pornografía: ¿género cinematográfico?, ¿una representación, una práctica, un producto, una transgresión, una aberración, una cultura, un registro?, ¿un síntoma?, ¿un chivo expiatorio? Yo digo que todas y ninguna, que al revés y viceversa. Pero basémonos en los estudiosos de la pornografía, como el periodista y pornógrafo mexicano Nayef Yehya, quien define al porno como “la representación visual o la descripción explícita de los órganos y las prácticas sexuales enfocadas a estimular los deseos eróticos en el público  y que q ue en ocasiones sirven como un ‘atajo’ al orgasmo” y la completa con otra noción de pornografía, creada por ahí del siglo XVIII, que dice, además, que dicha representación  tiene la intención deliberada de violar los tabúes sociales y morales existentes y ampliamente aceptados (Yehya, 2012:17).

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Pues ya está. Ya sabemos lo que es el porno. Ahora leamos y demos un brevísimo recorrido del nacimiento y el crecimiento de esta preciosura, y para ello debemos remontarnos a los años 150 y 189 d.C. con la que probablemente, es la primera obra literaria conocida con contenido pornográfico: Diálogos con cortesanas , de Luciano de Samosata, en la que en el quinto diálogo se habla de sexo lésbico y de un pene artificial. Imagínese usted en esos años lo que implicaba; pero por fortuna, después se puso más perverso todo.

 En este marco, la la pornografía implicaba no sólo un espacio para la  perversión,  perversió n, sino un lugar lugar disidente en el que se trataban los temas y reflexiones más controver c ontrovertidos: tidos: para  herejes, revolucionarios revolucionarios y librepensadres . 

 Y sólo como referencia, les cuento que en Francia, en el siglo XIII, surgió un movimiento cultural, importante para la producción pornográfica, conocido como Libertinismo , que consideraba que el placer erótico y sexual no sólo no era pecaminoso, sino que era necesario, natural y perfecto, central en la vida (y yo estoy muy de acuerdo). En este marco, la pornografía implicaba no sólo un espacio para la perversión, sino un lugar disidente en el que se trataban los temas y reflexiones más controvertidos: para herejes, revolucionarios y librepensadores. Siempre amenazando la moral y lo socialmente establecido (¿ven por qué la amo?) denunciaba, criticaba y se burlaba del deber ser. En texto e imágenes, en los años 1700, comenzó a desarrollarse más ampliamente en la literatura y el arte, y comenzó a coquetearle al negocio. No hace falta que mencione al

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señor Donatien Alphonse François de Sade, el mismísimo Sade, autor de grandiosas perversiones y fetiches que aún inspiran a mucha banda a hacer cochinadas. A partir del Marqués de Sade, la pornografía quedó estigmatizada con el sello del crimen y la insurrección. Con todo y esto, la primera definición moderna del término  pornografía , tenía que ver con el estudio de las prácticas de higiene de las prostitutas y sus clientes; estamos hablando de un periodo que transcurre de la mitad del siglo XVI, hasta el siglo XVII, siglo en el cual las prostitutas comienzan a escribir sus propias vivencias, pero a lo pornoerótico, por lo que esas obras se consideran también como literatura pornográfica debido a la naturaleza de las narraciones. Después de eso, no sólo las prostitutas, sino en general las mujeres, tomaron la pluma para pornografear. Y también se dio el caso de varios escritores hombres que escribieron a nombre de fogosas mujeres, literatura que proliferó durante esos años: de la dominatrix salvaje y cruel a la cortesana pura y sumisa, ambas con un apetito sexual particular. El porno vivía en contra de la ley, en muchos lugares se promulgaban leyes en su contra debido a valores morales predominantes, que lo veían como un vicio y una perdición.  Ya en el siglo XIX, con el abaratamiento de nuevas

técnicas

fotográficas,

llega

la

producción de postales eróticas y con ello, la primera etapa de masificación del porno, que se vuelve más accesible. A comparación de la literatura que requería cierto bagaje cultural y cierto alcance económico, comprar postales

no

requería ningún

tipo

de

conocimiento y como se producían en grandes cantidades, llegaban a todos lados.

 Postal   de dos prostitutas michoacanas , específicamente novo-italianas. Data de 1886 y se presume que perteneció al tatarabuelo del editor de esta revista.

 Archivo fotográfico del Mal del puerco .

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En 1887, antes del descubrimiento del cine, y después de varios experimentos del fotógrafo Eadweard Muybridge, se comenzaron a usar imágenes de hombres y mujeres en un aparato llamado proyector zoetrópico, en el cual se reproducían imágenes que acentuaban la masculinidad de los hombres, y las características sexuales de las mujeres. Éste es el primer antecedente del video porno que toood@s hemos visto alguna  vez en la vida, y en el mejor de los casos, al cual le hemos dedicado muchas muuuchas horas de nuestro tiempo.

 Foto- Eadweard Muybridge Desde entonces y hasta nuestros días, la pornografía ha evolucionado de muchas formas: pasó por los formatos ocho, superocho, 16 y 35 milímetros, habitó el cuerpo de un cassette Beta o VHS. Ahora vive en DVDs que contienen hasta ocho películas, o en carpetas de computadoras en formatos ligerísimos. En la red la encontramos sin final,  todo el tiempo, en todos los formatos, formatos, de todos los tipos. El porno va desde el stag film   que mostraba una escena sexual de unos 20 o 30 segundos, pasando por filmes nudistas, soft-core , masoquismo y bondage (no hace falta decir, y si hace falta lo digo, que Bettie Page fue la protagonista de muchas de estas películas por allá de los años 50), la época de la sexplotación, Playboy , los beavers films , el hardcore , el boom  del  del video en los años 70 (¿Do you remember Garganta Profunda? ),), el porno chic, el star system porno de los 80, prácticas radicales como el fisting  (que   (que   17

 

consiste en introducir un puño por el recto o la vagina), la lucha feminista contra el porno, el porno shock, el porno gay, de embarazadas, de animales, el bukkake, el snuff , el porno alternativo… uuuffff… tengo tanto que decir… pero ya es mi hora de ver porno así que terminaré rápidamente, y espero que ustedes puedan terminar también a gusto. Como hemos podido leer, el porno es más que un género cinematográfico, o literario, más que una corriente artística contemporánea en lo visual, y más que una expresión posmoderna para referirnos a la hiper-visibilidad de estos tiempos. El porno ante todo, es la expresión cultural de cada época que deja testimonio de un contexto, de una cultura, de ciertas prácticas y obsesiones. Es natural y anti-natural al mismo tiempo; puede ser digna o indigna (Queda en el aire, evidentemente, temas no tan ‘padres’ como el porno infantil). Es

la

pornografía

el

Frankenstein

de todas las

sociedades.

Nosotros

hemos

creado…

y

la sí,

efectivamente…, hemos creado un

monstruo…

sensual,

húmedo, poderoso,

 transgresor y lleno de muchos fluidos. Porno, cásate conmigo

♥ 

will you marry me, porn - internet. 

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 Visiones de Onán Por Dr. Jeep A Ana Luz

Mi miembro te dibuja en las sabanas, blanco cuerpo que desaparece en la almohada. Solo tus labios entrecerrados resaltan tu existencia en nítidos murmullos.

……..El universo fue creado al ritmo de tus quejidos……

Conjunto todo aquello entre tus brazos, recibiendo al cómplice perverso quien derrama su terrible deseo, desde el principio de tus senos hasta la abertura de tu encanto.

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El lamentable nacimiento de una estrella porno. Por El Capitán Tocino La

casa estaba dentro de un conjunto residencial exclusivo de Cuernavaca. Al

llegar al portón me detuve y bajé la ventanilla. Toqué el timbre del interfono. Una voz profunda y lejana preguntó por mi identidad. —Fierro, actor —dije pausadamente. Las rejas se abrieron hacia dentro automáticamente franqueándome un paso de grava que me condujo hasta la puerta de entrada de la casa donde estacioné el auto. Ya estaba todo el grupo de grabación y el director. Lo supe al reconocer las camionetas de la empresa. Saludé a todos, el director me tomó de la cintura y me jaló aparte. —Tenme tantita paciencia mi rey, Alexa todavía no llega —dijo con su voz amanerada. Alguna vez, al principio de mi carrera, el muy hijo de puta me dio una pastilla y me lo  terminé cogiendo en una casa del Pedregal en el D.F. Ahora eso ya no importa, somos  viejos conocidos y él me surte la coca y las pastillas que necesito. —Ok, pero no era lo acordado Rey —dije bajoneado sin prestarle atención y entrando a la casa. Reynaldo Salgado era el rey del porno en México desde la época de las películas de ficheras. Su casa productora era la única profesional en el ambiente. A menudo conseguía asociarse con compañías como Vivid de los Estados Unidos y entonces sí nos llovía la lana. El trabajo de Cuernavaca era una producción local, pero igual me pagaban bien: veinticinco mil varos por el día de grabación. Yo no debía haber esperado por la actriz ese día porque era una novata, y en cambio yo me había consagrado hacía ya  varios años, pero siempre hay alguna nueva diva que cree que la industria estaba esperando por sus nalgas. Esas son las que acaban mal, las que tienen sueños de glamour. —¿Pero qué te pasa mi rey, porqué esa cara? —Hoy la traigo conmigo —dije sin dar mayores explicaciones porque Reynaldo sabía a qué me refería.

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Reynaldo puso cara de compungido, pero sus ojos brillaron de excitación y casi no pudo contenerse. Me abrazó y me dio un beso en la mejilla. —Ay reycito, no importa que la traigas, déjala, déjala que esté contigo y hoy en la noche  yo te ayudo a olvidarla—dijo en forma de consuelo y sacó una pastilla de una bolsa de mano que siempre llevaba consigo— ¿Necesitas? Él sabía que sí, él sabía que cada vez que la traía conmigo necesitaba un Cialis para lograr que se me parara. Eran los únicos días en que necesitaba de pastillas, pero  también y eso lo sabía Rey, eran los días en que mi desempeño llegaba al máximo. Cada una de las escenas memorables de mi carrera se las debía a uno de esos días en que amanecía trayéndola conmigo. Por la noche, para ayudarme a olvidarla y agradecerme por las escenas Reynaldo me ofrecería un banquete de drogas junto con lo mejor de sus amigas. Esta vez no había sido accidental, yo lo había provocado, no habían sido los recuerdos, ni las sensaciones perdidas hace tiempo que vuelven a la mente sin ser llamadas. Había estado bebiendo solo la noche anterior. Prendí la computadora para escuchar música, y de repente tuve el impulso de entrar a internet. Yo sabía dónde encontrarla, tenía su cuenta de twitter, solo que hasta entonces me había resistido a verla. Busqué @zaziguerl  y entré a su perfil. Debo haber leído unos trescientos twitters de ella. La mayor parte eran frases de superación personal y lo único que puedo decir de eso es que las personas que postean ese tipo de cosas en las redes sociales tienen grandes secretos y culpas. Leí twitter tras twitter trantando de encontrar uno que me diera un pista de quién era ella ahora, de si era desgraciada o feliz. De si a veces me recordaba o había bloqueado nuestro pasado definitivamente. Nada, nada, un montón de tonterías hasta que llegúe a uno publicado el 17 de Enero del año pasado. Era el día de mi cumpleaños y decía algo así como: “Cada año pienso un poquito menos en ti, cada año te vas más y me regresas algo de mi corazón extraviado”. No podía creer el hallazgo, debía referirse a mí. Lo primero que pensé fue “Chinga tu madre, pinche porquería sentimental”. Pero luego me quedé en blanco y me puse nervioso. Leí de nuevo el twitter varias veces, luego me detuve en cada palabra y la examiné como si por primera vez alguien la pronunciase frente a mí. Luego volvía a hilarlas en mi mente hasta que asimilé todo. Quería descubrir nuevos significados en ese

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mensaje mandado a la nada sin encontrar algo más que lo que estaba escrito. Quería disecar cada letra y descifrar el sentido oculto de ese conjunto de signos. Era como si pensara que se trataba de un mensaje encriptado, me obsesionaba la posibilidad de no haber entendido bien y volvía a repasarlo. De repente vino a mi mente una pregunta que me sacudió: ¿y si no es para mí? Pero tenía que ser para mí, estaba escrito el día de mi cumpleaños. Tomé una botella de tequila, que siempre puede noquearme y la empiné. No quería saber nada más, tenía que dormir y sabía perfectamente que nunca lo lograría sin ayuda. Recuerdo que miré fijo la pantalla y leí el twitter varias veces más. Comencé a buscar otros mensajes que pudiesen hablar de mí, pero no tuve éxito. No recuerdo el momento en que me quedé dormido en la alfombra, pero desperté y la computadora seguía prendida. Estaba en estado de hibernación y yo sabía muy bien qué página aparecería ante mi vista si tocaba el teclado, así que puse mi índice sobre el botón de encendido y lo mantuve ahí hasta que forcé el apagado. Todo el camino a Cuernavaca me recriminé el haber entrado a su perfil y mientras esperaba a Alexa para filmar nuestra escena, recordé todo. Me vi a los 17 años, completamente enculado de Denisse. Fue mi primer amor, dejé a mi primera novia, que era una chica muy dulce y cariñosa, por ella. Esa fue la primera pendejada que hice por Denisse. Mi vida hubiese sido completamente distinta de haberme quedado con Rubí, pero Denisse me volvía loco y en ese entonces yo no sabía lo peligrosa que es una mujer que puede hacerte renunciar a la razón. Después de un año de estar con ella me decidí a dejar la preparatoria y le propuse que viviéramos juntos. Tenía que estar todo el día a su lado. Para poder mantener a Denisse entré a trabajar a una encuestadora de la que era dueño mi tío. Viajaba muy seguido a todas partes del país, y a Denisse le molestaba quedarse sola. Para mí eran días de la chingada los que pasaba lejos de ella, no podía dejar de pensar en ella y en cuánto necesitaba estar a su lado, pero no podía llevarla conmigo y tampoco podía quedarme. El trabajo era bueno y ganaba lo suficiente. Yo  trataba de pedir todos los trabajos que no exigieran salir de la ciudad, pero mi tío, creo que a propósito, me mandaba a Ciudad Juárez o a Tuxtla Gutierrez cada vez que la oportunidad se presentaba. Él no estaba de acuerdo conmigo. Según él era una debilidad sufrir tanto por una mujer. A veces hasta viajábamos juntos y quería llevarme cada

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noche a téibols y a puteros, pero yo le tenía desprecio a las demás mujeres que no fueran Denisse. Las veía como una fuerza que atentaba en contra de ella y de mí. Estando en una ciudad lejana de casa, hacía las encuestas por la mañana y regresaba a mi hotelucho por la tarde. Prendía la televisión y sacaba de mi maleta algunos devedes porno. Eso me ayudaba a pasar el rato. Me gustaban las compilaciones que venden afuera del metro, donde se ven escenas caseras, pero los que más compraba eran los que son grabados furtivamente en las habitaciones de moteles de la ciudad. La idea de que la pareja no tuviera conciencia de estar siendo grabados clandestinamente me excitaba. Un día que estaba en Torreón prendí el dvd y puse uno de los discos. Mi verga se paró de inmediato y comencé a jalármela. En una de las escenas vi a una mujer delgada por atrás. El tipo le estaba dando con todo y la tenía tomada del cabello. Te la  voy a meter por el culo, alcancé a escuchar qu quee decía el ttipo. ipo. La m mujer ujer pegó un alarido que me dio escalofríos. Yo nunca se la había metido a una mujer por el culo, pero había escuchado que a muchas les duele. El tipo continuó hasta que estuvo a punto de venirse, entonces la jaló por el cabello con violencia y puso su rostro frente a su verga. Me detuve en seco y traté de buscar el control sin encontrarlo. Me acerqué a la pantalla para ver mejor mientras el tipo se venía en el rostro de la morena delgada. ¡Es Denisse!, ¡es Denisse!, pensé. La escena cambió a otra habitación de motel con otros dos desconocidos. Retrocedí la imagen y volvía a ver la escena de Denisse. Puede que no sea ella, me dije, se ve poco claro, en verdad la calidad de imagen era muy pobre. Tal vez no sea ella, me repetí mientras automáticamente empacaba todo. Se suponía que me faltaban tres días más en Torreón pero no podía esperar así que salí del hotel y tomé el primer camión que encontré en la central. Pasé toda la noche pensando en lo que había  visto. Puede que no sea ella, por favor qu quee no sea ella, me dije. Ni siquiera yo me la había cogido por el culo y eso que se suponía que yo había sido la única persona con la que había estado. Llegué a México a las cuatro de la madrugada y tomé un taxi al departamento que tenía con Denisse en el Arenal. Apenas y recuerdo cosas de ese día, solo sé que lo hacía todo como un autómata. Abrí la puerta y entré directo hacia la recámara. Prendí la luz y me lancé hacia ellos. Estaban desnudos en la cama, dormían profundamente. El tipo nunca llegó a despertar del todo porque lo dejé noqueado casi de inmediato y a Denisse la alcancé a tomar del brazo justo cuando intentaba salir corriendo de la habitación.

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—¿Por el culo?, ¿por el culo hija de tu t u puta madre? A mí nunca me has dejado. —¿De qué hablas? —preguntó llorando y comenzó a gritar mientras yo la arrastraba por el piso. —¡Te la metió por el culo!, ¡no te hagas pendeja!, te vi en un video, ¡te vi en un pinche  video! —dije derrumbándome al suelo y tirándola conmigo. Comencé a pegarle y ella gritó. Al poco rato un vecino entró acompañado de un bate y me habló desde atrás: —¡Déjala, no mames!, déjala ya. Ya estuvo, ¡déjala! —Se la cogieron por el culo —dije señalándola. —Déjala, no vale la pena.  Yo me tiré sobre la alfombra y comencé a llorar. —¡Por el culo!, ¡por el culo!, ¡hija de tu puta madre! —aún ahora no me explico por qué decía eso, como si se tratara de lo escencial del asunto. Tal vez solo estaba petrificado y mi imaginación se había quedado prensada de ese detalle. No la volví a ver, ni a saber de ella hasta que un día se me ocurrió buscarla en google y encontré una dirección de twitter. Abrí una botella de agua y me pasé el Cialis, esperé quince minutos a que se me parara. Alexa ya estaba lista para comenzar la escena. Reynaldo fue a buscarme y me llevó del brazo. —Alexa, deja que Beni lleve la escena. Vamos a pasar directo al anal, ¿todos listos? —dijo Reynaldo como dándome la pauta. Entré a cuadro, ella reposaba boca abajo en una cama de masajes. Yo entré desnudo y enrollé su cabello en mi mano. Vi el rostro de Denisse delante de mis ojos. Me monté en la cama de masajes y abrí las nalgas de Alexa. Se la metí y me m e acerqué a su oído: —Hoy te vas a llamar Denisse —susurré.

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Ensayo sobre el porno y otras pajas mentales Por Washington Manicero

Mire,

señora, le voy a decir la verdad de la milanesa: yo sé bien sobre qué están

escribiendo el resto de los escritores de El mal del puerco. Y no porque sea yo un adivino, sino porque son predecibles. Escuche, señora: asociemos la pornografía a una sola palabra. La mayoría —por no arriesgarme a decir todos— van a pensar en masturbación. Ahora vea, señora, hace cuántos números que los personajes de la revista vienen masturbándose; o al menos pensando en sexo. ¡Vamos! El resto de los escritores creyó que este tema era original, pero era un tema cantado, tan obvio y buscado, hecho a la medida. ¿Ahora ve cómo es que estoy imaginando esos textos? Porque son escritores predecibles. No como yo, que soy un artista original y talentoso. Y no sólo tengo estas cualidades: soy también un intelectual capaz de hacer una investigación sobre la soslayada pornografía y escribir un ensayo como el distinguido catedrático que podría haber sido si la suerte no me hubiese dado la espalda. Ahora preste atención, señora. En el mundo del porno, cuando se habla de sexo interracial, se habla con racismo, porque generalmente será una escena con un negro —

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dotadísimo— y una blanca, pero nunca estarán involucrados los orientales o los latinos: eso ya se denomina de otro modo —JAV o latin —, —, no bajo la etiqueta de interracial. A mí, por ejemplo, me comenzó gustando Jenna Jameson, fue la primera actriz a la que le seguí su “obra”; pero si le voy a ser sincero, hoy por hoy Jenna Jameson me parece el fiasco más grande de la industria del XXX: una actriz porno no puede ser proclamada como “importante” si no hace escenas de sexo anal. Cuando vislumbré esa fisura artística dejé de seguirla. Luego me interesé en Gauge, una  petite  capaz   capaz de aguantarse lo que venga. Y le digo algo antes que me olvide: las mujeres que dicen que no les interesa el porno son las que más consumen; y las que dicen que miran le mienten por pura pose liberal y nunca han visto una escena. Durante un tiempo me acosté con una chica que decía mirar mucho porno; entonces una noche vinimos a mi casa y busqué una escena en Internet, a ver qué tan pornomaníaca era: le mostré un gangbang   de Liliane Tiger con 3 negros: mi chica abrió los ojos como si viese un exorcismo. Liliane Tiger me encanta, tiene de las tetas naturales más ricas de la industria. Bueno, en general las actrices de Europa del Este me gustan mucho. De Jessica Fiorentino, por ejemplo, puedo jactarme de haber visto todas sus escenas, hasta me casaría con ella; incluso ahora, que ha hecho algunas actuaciones como MILF. Y eso que a mí las MILF no me gustan, ¿eh? No me gustan ni las MILF ni esas actrices norteamericanas sobrevaluadas y llenas de operaciones, Jayden James, Rachel Starr, alguna de esas. Aunque a Phoenix Marie la miro seguido: me recuerda a una prostituta brasileña br asileña que me  tenía enamorado. En el porno no hay insinuaciones ni seducción, señora, ni debe de haber: el que reniegue de esto que acuda al cine erótico. Y sobre esto que acabo de decir, hay actrices como Sasha Grey o Sandra Romain que tienen clarísimo el asunto. Por esto es que el softcore es basura: no tiene los recursos artísticos del erotismo ni la carga energética del hardcore; es porquería de madrugada de canal de cable. En fin, señora, no quiero abusar de su tiempo. No quiero que piense que miro pornografía. Soy un escritor que ha hecho una investigación y la ha divulgado a los fines de enriquecer la cultura general.

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M anita de Puerco

Fallas de origen

Daniel Krauze. El personaje principal regresa a la Ciudad de México después de una larga e improductiva estancia en Nueva

York,

por

la

inesperada

enfermedad de su padre que culmina muy pronto con la muerte del mismo. Reinstalado forzosamente en México, es inevitable que se reencuentre con su hermana, con su madre y con una serie de amigos a los que en el fondo detesta por superfluos. Entonces, influenciado por el profundo dolor que le invade tras la muerte de su padre, comienza una serie de eventos destructivos destinados ¿Soy el único que está harto de

a arrasar con sus neuronas, su hígado y

las tramas, ya sea de películas o de

su relación con cada uno de “los

libros, en las que “un viaje inesperado

superfluos” que bien podrían calificarse

llevará al o a la protagonista a

de rabieta infantil.

 transformar su vida, enfrentándose a su Es la historia del vacío existencial fresa, de ese vacío que no puede

pasado para así poder dar el siguiente paso con el consabido crecimiento

sentirse en Ciudad Nezahualcóyotl o en

espiritual o superación personal”? Lo

Ecatepec, sino solo sentado en una

único inesperado de esas tramas es que

banca del Central Park en Nueva York o

logres hallar algo esencial o por lo

en un bistró de París en alguna de las

menos interesante en ellas.

mesas dispuestas sobre la acera. En

Precisamente esa es la falla de

conclusión, el héroe de la historia es tan

origen de “Fallas de origen”, libro

 vacío como todos aquellos por los que

recientemente publicado, escrito por

siente repulsión sólo que ha despertado

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al ser mediante la tragedia, dicho en

parado: lloré con la última escena y eso

palabras de Kierkegaard.

que no soy chillón, de veras no soy chillón, soy muy macho. Les dije que iba

 Y sin embargo a pesar de todo

a salir mal parado, pero no quiero ser

este examen razonado del libro, puedo

injusto y quitarle lo suyo al escritor.

decir que a lo largo de la lectura me encontré en una zona gris donde a

En resumen, el autor tiene

 veces estaba a punto de admirar al

 verdaderos dotes de escritor, logra

escritor y donde a veces estaba a punto

entretener y se trata de un libro

de botar el libro. Si esta lectura fuese

agradable de leer, con la objeción de que

una cita, estaría dispuesto a ir a una

su tema no da para mucha exploración.

segunda aunque con cierto recelo. r ecelo.

En una escala del uno al cinco le doy tres Oing Oing Oing!!! . 

El lenguaje de los personajes está registrado impecablemente. Uno siente la voz pastosa de los fresas en su oído al leer los diálogos. Las escenas de sexo,

Capitán Tocino

alcohol y drogas te incitan a tener sexo, beber y a drogarte, lo cual es símbolo inequívoco de que han sido plasmadas con maestría o ¿quién no tuvo el impulso de hacerse drogo de tiempo completo luego de ver Trainspotting   o de leer Yonqui   de Burroughs? El libro también

 tiene un ritmo y una economía admirables, no le sobran páginas ni devanea

inútilmente

por

pasajes

poéticos sosos con los que muchos autores quieren probar cuán nutrida es su veta artística, lo cual habla de un escritor capaz de alejarse de su ego para dar paso a la historia, lo cual siempre se agradece. De hecho, voy a confesar algo que me deja muy mal

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a quien recordamos por Diarios de

a m ir irada ada

Motocicleta (2004) .

puerca

La película la protagonizan Sam Riley (quien la hizo de Ian Curtis en Control, 2007 ) en el papel de Sal

On the road

Paradise, Kristen Stewart (quien la rola de Bella en la saga Crepúsculo , aquellas

“Me gusta estar hasta la madre

cintas de vampiros metrosexuales,

cuando se trata de estar hasta la madre”

Jack Kerouac

 vegetarianos y fans de Radiohead )  yy por último,

Garrett

Hedlund,

internacionalmente desconocido, a ese chavo no le doy línea, sinceramente. Debo ser claro y decir, por principio de cuentas, que me pareció On the

road : Superó

por mucho mis

expectativas. Cuando me lancé a verla a la Cineteca, me imaginé que vería una película cursi, aburrida y patética; no fue así, pues sólo me pareció aburrida. El gran problema radica, sin afán de querer sonar muy acá, en que Salles quiso hacer una historia lineal, quiso Hablemos de On the road . Recién

resumir todo el espíritu del libro en 136

se estrenó en México, pero ya se había

minutos pero eligió mal los elementos

presentado en Cannes  el  el año pasado; es

que quería contar y la neta no le Salió.

la adaptación de la novela de Jack

Tengo mis motivos para decir esto y a

Kerouac, la que nosotros conocemos

continuación los expongo:

como En el camino , publicada por

On

primera vez allá por 1957.  Esta película

the

road  

es

un

libro

anecdótico, son un montón de historias

es dirigida por el brasileño Walter Salles

que ocurrieron en dos años mientras

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Kerouac se la pasaba reventando duro

Stewart creo que aceptó el papel porque

 y con el acelerador a fondo. Nos

estaba desesperada que la siguieran

enfrentamos entonces, por principio, a

relacionando con Crepúsculo , y bueno,

un problema de adaptación ¿Qué debió

habrá que decirle a esa chica que

retomar el director del libro y cómo debió contarlo para que la película sea

mostrar sus bonitas tetas no la hace una gran actriz, ni a ella ni a ninguna. Sin

una versión adecuada de la obra? En

embargo, en honor a la verdad, los

ningún momento de la película pude ver

pechos de la chica son de lo mejor de la

la fuerza (o nostalgia) de aquella época,

cinta.

el estruendo del Bebop , los chicos

Hay momentos de la película que

blancos queriendo vivir como los chicos

la historia no va a ningún lado, se torna

negros, no pude ver lo salvaje de la

pesada y predecible, ni los actores

carretera, el delirio de las drogas, la desesperación por vivir y conocer todo lo que existe; nunca percibí la profunda

secundarios de renombre pudieron hacer algo para adornar la historia.  Viggo

 tristeza de estar parado en medio de la

William

Burroughs, que cuando saca la pistola

nada, totalmente solo y hambriento

para echar unos tiritos uno no puede

como un perro.

evitar ver a Aragorn. Steve Buscemi

Otro punto a considerar son las actuaciones,

Mortensen sale de

ninguno

de

hace a una homosexual aburridísimo,

los

una aparición de tres minutos y la mitad

protagonistas se destaca por ser un

de ellos es el cortejo a Dean y cuando

gran actor. Sam Riley no da el gatazo de Sal Paradise, tiene cara de aburrido;

éste lo pone a morder la almohada. Kirsten Dunst interpreta a Camile, la

pudo hacer espléndidamente a Ian

abnegada esposa de Dean Moriarty, la

Curtis porque se parecía físicamente y el

actuación de la rubia de pechos

papel no le demandaba demasiado.

suculentos (Véase Melancholia, 2011)

Garrett

no pasará a la historia.

Hedlund no tiene cara de

salvaje, tiene pinta de ser el mejor amigo

La mejor forma de conocer a los

abstemio de Clark Kent en Smallville , su

beats  es   es leerlos, pero si usted no quiere

actuación no expresa la sexualidad,

o no puede, vea la película. En una escala

bisexual, bravía (son bien conocidas las orgías que armaban los beats ).). Kristen   31

 

cámara es igual en ambos casos. La

del uno al cinco le doy dos Oing Oing!!! .

realización es la misma, las mismas “carencias” técnicas aparecen de un

Para llevar:

lado y de otro. Si uno ve Idioterne (1998)  

longaniza con todo, salsa roja; si me

o Festen (1998) , las dos grandes obras del movimiento, la cámara narra de igual

regala también unas cebollitas y un

manera, los movimientos arrebatados,

nopal, por favor:

los encuadres desfasados, la diferencia

Tres de suadero y dos de

radica, fundamentalmente, que el cine

¿Cuánto, visual y estéticamente,

porno o el vídeo porno se enfoca en

le debe el Dogma 95 al cine porno? Si

estimular el deseo sexual y el dogma se

uno lee el manifiesto Dogma, y si es un

encarga de estimular el alma humana.

ferviente consumidor de cine porno o de pornografía a granel de páginas de internet, pude darse cuenta

ATTE. Queso de Puerco 

perfectamente que el lenguaje de la

 Arriba: Jack Kerouack  y William Borroughs. Borroughs.  Abajo: los beats de la  película.

 

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Mis chaquetas en la isla de Socotra  Por Victoria Martínez / Pájaro azul: @felix_victrix

Nos

conocíamos desde hace 4

años. Los primeros 2 años siempre me  visitaba en los días menos pensados. Le abría la puerta porque me gustaba su compañía, aprovechaba para enseñarle mis nuevas canciones, mis nuevos pedales,

mis

nuevas

técnicas

de

acuarela, contarle sobre Mónica y sus desvaríos de niña drogadicta. Me  visitaba porque le gustaba mi casa, mi cuarto y el lago de Xochimilco que estaba a dos cuadras. No logré sentir nada la primera y única vez que nos besamos y tuvimos sexo. Le dije que había nacido incapacitado para sentir lo que no fuera música, filosofía, biología celular y pintura, pero igual quise tratar con ella, tal vez con lo poco que me atraía

su

forma

de

escucharme,

seguirme la corriente y sus senos apacibles podría sentir placer. Nada. Jadeaba, me rasguñaba la espalda, empuñaba las manos, le gustaba la penetración; yo sólo podía pensar en una célula desnuda, rodeada de membrana plasmática, me vine pensando en la regeneración celular. Supe que ella supo que no logró hacerme sentir nada por que vio mi mirada científica, se subió rápidamente los pantalones, la acompañé a tomar el camión y a los dos días regresó con una minifalda. Mónica me visitaba los días que Cecilia no lo hacía, era como si se pusieran de acuerdo, alguna vez lo sospeché; siempre estaba dopada cuando estaba conmigo, la escogí   33

 

porque mi desinterés en poseerla se camuflaba muy bien con su cuerpo poco desarrollado, casi andrógino. Apenas sí tenía dos confetis, una piel de efebo homosexual  y una estructura ósea anoréxica. Mientras fumaba mariguana como sino hubiera mañana, le gustaba oírme hablar sobre mis descubrimientos con el microscopio electrónico, yo también lo disfrutaba hasta que se me acercaba con la intención de conocer el Nirvana a través del sexo combinado con ácidos, no pasaba de hacer el amor rápido y salvaje con mota. Por mi parte, drogado o no, sólo me venía cuando su cara se  transformaba en una galaxia regida por la potencia celular regenerada en forma  vertiginosamente gelatinosa. Es fascinante. Podría pasar horas y horas hablando de fibroblastos. Sólo lo he logrado con Mario. Pensar en sus manos caídas, su andar lento y minucioso y su silueta tomando muestras en el laboratorio de la facultad, me hace comer eufóricamente pastel. El otro día, Cecilia tocó el tema. –Me gustaría ser como tú, dejar de ver muyzorras.com , dejar de preocuparme todos los fines de semana por los vellos de mis axilas, panocha, piernas. La otra vez que me rasuré ahí , vi que mi clítoris estaba muy hundido, me asusté  y no me he masturbado desde entonces, eso sí, fumo más. Siento que estoy desintoxicándome de una droga. Sino me masturbo, no puedo dormir sino hasta las 3 o 4 de la mañana y no me puedo despertar sino hasta las 10 de la mañana. Se siente feo, me siento mediocre. Y luego la promiscuidad, no puedo estar sin irme a la cama con cualquier pendejo. Bueno, no cualquier pendejo , y luego siempre, siempre tomada, nunca sobria. Es como sí hacerlo ebria me convirtiera en la mujer insaciable e inalcanzable que siempre he querido ser. Bueno, inalcanzable entre comillas porque soy bien fácil, pero no me enamoro…. Yo creo que es eso, si lo hiciera bajo mis sentidos despiertos no podría separar el sexo del amor y entonces ya me hubiera quedado con un solo bato. Ya vez la última vez lo que me pasó: 2 años de sexo intenso, de cerebro muerto y de dependencia emocional. No sé cómo fui capaz de decir “No” y alejarme de ahí. Para la otra voy a pedir dinero después de coger, a ver qué se siente.- Perdí sus palabras después de la mención del portal pornográfico, lo memoricé para en la noche, tal vez sólo viendo videos de orgías con mujeres de tetas muy grandes u hombres negros bien dotados, podría quitarme de la cabeza la imagen intrusiva de las piernas de Cecilia, después de lo ocurrido siempre llegaba a mi casa con minifalda o escote, supuse que ante un sujeto sin deseo como yo se sentía segura, bajaba la guardia y podía usar esa ropa y moverse

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como fuera sin tener que terminar conmigo en la cama. A mi lado no era una amenaza para ella. Mientras veía los videos y de d e repente reía ante la ficción de un “macropene” insertado en el cuerpo de una delgada y pequeña asiática, pensé cuán flojo y anormal era al ahorrarme la afeitada en los huevos para emular un pene de mayor tamaño o rasurarme cuidadosamente la barba porque sino les pica o las infecta, pero siempre con barba porque prefieren a un hombre varonil. En realidad, además de saber coger, no son  tantos los elementos en donde nos tenemos que esforzar para tener buen sexo y que la mujer nos prefiera. Sea como sea, ni sé ni me esfuerzo y atraigo a las mujeres. Incluso me sigue hablando la chica a quien le pedí por primera vez que me dejara tocarle su  vagina, aceptó extrañada pero puedo decir que esa fue mi primera vez y lo recuerdo como recuerdo mi clase de sexología: salí corporalmente caliente de ahí, pero a la hora  ya todo se me había olvidado o me había distraído con el lanzamiento del Ojo del Milenio que estábamos deseosos por adquirir en Ebay porque ni Mercado Libre  ni  ni en El Tigre  del  del Centro llegaba para su venta. Hace 2 años la reencontré de la manera más fortuita inimaginable. Siempre creí que iba a terminar de reportera o periodista, el oficio de los escritores fracasados. Pero no, me la encontré en La Merced, era la chica más bonita de todas, estaba más gordita que aquellos tiempos cuando éramos amigos en la Universidad. De hecho ella fue quien me reconoció, sentí una mano en la espalda empujarme hacia una de las callejones de la colonia -¡No has cambiado nada!-, me dijo y me abrazó. Le pregunté qué pinches hacía ahí, vestida así, vendiéndose al peor postor. Su familia había muerto en la carretera a Toluca, la depresión y aislamiento la llevaron a la heroína y lo demás es evidente. Si fuera de esos hombres, la hubiera adoptado, sacado de ese modo de vida, pero la invité a comer, me confesó que el sexo más raro y bonito que ha tenido has sido conmigo. -Nadie ha superado ese día que me preguntaste sí me podías tocar la vagina, cuando acepté estaba muy asustada, por eso cuando empezaste a mover tus dedos rápidamente y sentía como me mojaba en chorros, ni hice ruido, creo que tuve un orgasmo silencioso, como un iceberg caliente que sucumbe de un abismo oscuro y sin sonido, como un mortero expansivo para demolición que no hace ruido al explotar. Sentí que una Gemelas RGP Match 5 me apuntó y su 9 mm le atinó en mi pecho, pude haber muerto feliz esa vez-, contento de haber escuchado a la chica cuya pasión eran los

 

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 videojuegos y las armas y que siempre vi como mi Anzu Mazaki, la amiga eterna de Yugi  y duelista incomparable, me imaginé viviendo con ella, no me agradó la idea. La dejé en su esquina. Llegué a casa y me puse a dibujarla a manera de tira cómica, la bauticé como Onanis Castoriadis , una prostituta asexual, la heroína de todas ellas y mi chica perfecta. Mónica está desaparecida, hace 1 semana que no llega a su casa, no me sorprende. Su madre sigue llamando a mi casa para saber sí ha estado ahí, yo sólo espero se aparezca por aquí para mandarla m andarla a su casa y de ahí la recluten a un centro de readaptación social. La imagino pudriéndose en las fiestas más horrorosas a las que me invitaba y cedía. Sexo, drogas y psycho  era   era el lema y la práctica. Gracias a esas fiestas abandoné toda

pulsión experimental del efecto de sustancias nocivas, además de tenerla que cuidar de  todo tipo que se la quería tirar y limpiar sus guacareadas   sinvergüenzas, aprendí que estando borracho o drogado era más fácil poder tener sexo, las palabras de Cecilia  tomaron recuerdo y forma. Ahora sabía porque siempre que me visitaba llevaba vino o cerveza; ya borrachos siempre me tiraba a la cama, me acariciaba todo el cuerpo y decía que todo estaba bien, -¡siempre me da la cama loca contigo!-, le gritaba, huía de mi cuarto y, después de vomitar y calmar la mareada, me quedaba a dormir en el baño pensando en enviarle a Mario un mensaje inalterable de auxilio mediante una placa de oro en la sonda Pioneer o Voyager. Mario siempre vivió en el Sistema Solar agnóstico con Carl Sagan, incluso sentí celos de ese hombre, no tenía más cabeza que para cumplir con la posibilidad de contactar con civilizaciones extraterrestres mediante la conservación de cortes a microorganismos y mapeos EDS. Lo peor de todo es que llegué a enamorarme de él durante un semestre, nunca me hizo caso más que para su conveniencia, vivía de la herencia de sus padres y de los 500 pesos que cobraba por hacer mamadas monumentales y sexo anal después de las once de la noche en el último  vagón de la estación Indios Verdes. Cuánta energía sexual para un cuerpo tan delgado y pulcro en apariencia, cuánto deseo indeseable tenía por su rostro y su mentalidad, de no ser porque es portador de VIH, podría haber dejado que me penetrará mientras recitaba su artículo del Journal of Electron Microscopy  sobre   sobre protoplastos. Encontré en el pastel una sustitución consolable de su rechazo amoroso, cuando lo como pienso en él como un niño bueno que debería estar conmigo, su héroe que lo sacó de su vida decadente y vanidosa.

 

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Cuando mi madre supo de Mario, me mandó al psicólogo. Horrible, tuve que soportar 1 mes de presión por parte del doctorcito que me “sugería” como reversión a mi supuesta homosexualidad a salir de casa con amigas, a invitarlas a comer, al cine y a todas esos acuerdos sociales y atenciones que debemos tener para lograr un noviazgo normal, si supiera que hay métodos más eficientes para enamorar y llevar a una chica a la cama, mi madre y él verían en mí un casanova. Pero no lo soy porque me asqueo, porque prefiero perder el tiempo escribiendo cifrados sobre la caída de una gota del grifo. Me libré de él seduciéndolo y experimentando mi primera chupada a un hombre. Mientras movía mi lengua y labios alrededor de todo su pene, la inspiración llegó: de su cara granosa, excitada y sudorosa, salió un hermoso espectáculo de perfectas y delineadas hebras, adornadas por histonas del color azul, amarillo, rojo y verde más perfecto que han visto mis ojos, seguido de ese desfile colorido y multisimétrico, la cara de Mario se conjugó por miles y miles y millones de cromosomas. Estaba extasiado, hasta que al pendejo se le ocurrió chorrearse sin límite alguno en mi boca y en mi cara, casi me ahogo. Vomité y salí corriendo. El día de ayer acudí con Cecilia al velorio de Mónica. La encontraron en San Luis Potosí muerta por sobredosis y violada por quien sabe cuántos tipos, le dejaron tatuado un corazoncito de sangre en el monte de Venus, eso fue lo que decían las personas en el  velorio, ni sé cómo se enteran de esas cosas. Ubiqué a su ex, un tipo de rastas, muy delgado y alto, todo un estereotipo de la universidad pública. Dijo que habían emprendido el viaje para comer peyote al estilo de Carlos Castaneda; en el centro del estado, antes de partir al desierto, fueron a beber a una pequeña cantina. Mónica se metió y bebió de todo, se puso malacopa, fuera de sí y salió corriendo medio desnuda del lugar, su ex también estaba muy mal como para ir a perseguirla y regresar al hostal. Dos días después dieron informe.

 

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Esa noche me masturbé mientras escuchaba el paquete de drogas sonoras que recién había comprado, quedé profundamente dormido, soñé a Cecilia embarazada, portaba una de esas máscaras indias llenas de mecates y colguijos, tenía los senos descubiertos  y le revoloteaban mientras danzaba a la luz de una fogata de tamaño volcánico, de la oscuridad del paisaje apareció Cecilia con piernas de antílope y pelambre de chita. Ambas me seducían eróticamente, cada rose de sus raros cuerpos con el mío eran una destello donde podía ver todo mi cuerpo hecho microorganismo y música. Sentía con tal fuerza que me creía poseedor de todas las respuestas de los misterios del hombre. Conforme me llevaban de su regazo hacia la boca de la fogata volcánica, cuadros de mi  vida se fueron aclarando del carbón y madera ardiendo: mi padre dándome una madriza cuando halló una revista pornográfica en mi mochila en cuarto de primaria, mi mamá poniendo mi mano en su seno cuando descubrió los videos que mi papá grabó cogiendo con su hermana, cuando en una “casa de citas” me metí con una prostituta llena de llagas en la espalda, me dijo que la abrazara. Mónica ultrajada en el desierto por una docena de hombres que tenían mi cara, Cecilia desnuda y crucificada en la pared de mi cuarto y de entre todo ese asqueroso Universo, Mario, ataviado con ropas celestes, iluminado, en su mano derecha portaba Ateísmo para cristianos   y la izquierda con ademán de santo me tocó la cien y me dijo: “En la unidad mínima funcional del ser humano, no existen las emociones maximizadas, solo hay expresiones del mundo bioquímico o genético, ocasionalmente como seres humanos nos comportamos de esta forma y no como la suma de sus partes. Ante todo este microcosmos complejo, la unión entre célula y célula es algo que siempre deberá perdurar en la adversidad y los problemas”.

 

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¿Quiénes somos?

 Dr. Jepp. Fernando Chinasky (Ciudad de México 1988) es mejor conocido como Dr. Jeep por este medio. Arquitecto de profesión, alterna el desempleo con la escritura, aunque también se dedica al dibujo. “Me gusta dibujar, sobretodo desnudos femeninos, me gusta dibujarles el coño”  dice. De niño le gustaba alternar a Edgar Allan Poe con los X- Men, poner discos en el tornamesa y jugar con sus piezas Lego. Amante del cigarro y el café y modesto bebedor, hoy solo se toma en serio dos cosas: “La literatura y las mujeres, lo demás es circunstancial” . Actualmente labora en un trabajo que lo hace bostezar y querer amanecer muerto con tal de no ir a seguir aburriéndose medio tiempo.

 Anacleto Covarrubias. A.J. Evangelista (Ciudad de México a.c [antes de Colón]) Mujeres, cerveza y tacos de canasta. Punk-rocker de la colonia Obrera. A punto de declararse un fracasado TW @Evangelista316

Washington Manicero.  Nace con el nombre de José Heredia en el subtropical macondiano de Tucumán, Argentina, en plena dictadura militar. A los 11 años ha asistido a 4 escuelas diferentes y ha vivido en 3 provincias del país. Ya adulto, se gradúa anecdóticamente de una profesión que  jamás ejercerá: ejercerá: harto de ver números, se descubre enamorado de las letras. Ha participado de antologías de poesía y de cuentos; en 2005 publica el volumen de cuentos “Intentos de prosa desde de Tito Piñero. la Nostalgia”. Es además el autor de El consultorio de

 Ano Nimo.   Nacido bajo en nombre de Erick G.N.L. Criado en las mugrosas aguas de un río en el el sureste del país, ha visto pasar su vida sin encontrar oficio ni beneficio a pesar que ya tiene edad  para alcanzar alcanzar el timbre. Hace un año año terminó una lice licenciatura nciatura que confiesa confiesa no saber de qué se trató. trató. Actualmente radica en algún lugar del norte de la apestosa Cuidad de México, donde es torturado día a día con los cohetes que hacen estallar los peregrinos que se dirigen a la Basílica de Guadalupe.

Cisticerco. También conocido como el Shoker en los submundos académicos o como el Macaco en su barrio de Pantitlán, ferviente admirador de los tacos de carnitas, furioso boxeador, jugador de fútbol venido a menos por una extraña lesión en la pierna. Su novia le dijo que si podía pasar unos días en su casa, ya pasaron tres años y es hora que no se va.

 Iván Gómez Navaz. Ya desde chiquito, incluso antes de pronunciar bien, pedía  El capitán tocino. “má’” papilla de hígados de pollo. Más, siempre más. Doble ración de todo, y luego el pilón. La voracidad es signo inequívoco de genio. Temo por aquellos que conocen las medidas de sus vicios y  por los que sienten sienten orgullo de su desenfreno. desenfreno.

Chuco Peña. En su casa le dicen Chucho o Chuchín o Chacha. Trabajó durante un tiempo en Organizaciones de la Sociedad Civil que atienden problemas de violencia y farmacodependencia, hasta que el mes mes pasado lo descubrieron compartiendo drogas duras con uno de los pacientes y fue despedido con violencia. Alley cat. De niño también lo corrieron del catecismo. TW @numerodelista.

Emmanuel Flores, muchacho amable, es el productor del puercast. Trabaja en la radio. Es el hijo pródigo de mamá chancha, el que nos hace sentir más orgullosos.

 

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