El Kerigma - Corazón Del Mensaje Cristiano - Definitivo

February 7, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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El Kerigma: corazón del mensaje cristiano SEVERINO LÁZARO PÉREZ, SJ*

Siempre recordaré esa escena de la película  Mejor imposible en la que el protagonista, Melvin, en un momento de desesperación por la atracción que siente hacia Carol, la camarera, sin conseguir ser correspondido, hablando con su amigo Simon le dice: “No  se, estoy encallado, no puedo volver a mi antigua vida, ella me ha expulsado de mi vida”. Creo que esta frase resume el objetivo del proceso evangelizador que queremos

examinar en este artículo. El encuentro con Cristo, meta del Kerigma, tendría que expulsarnos de la vida anterior, no pudiendo ya volver a ella. Eso es lo que San Pablo confiesa que le pasó (Flp 3,7-8). Hablar de la evangelización es hablar de “un proceso complejo y con elementos variados”  ( Evangelii  Evangelii Nuntiandi, 24). ¿Dónde se inserta a lo largo de ese proceso el anuncio del Kerigma? Con la palabra Kerigma en nuestro tiempo ha ocurrido lo mismo mi smo que con tantas palabras religiosas: perdieron su significado y se convirtieron en un esqueleto vacío de musculatura y de vida, dejaron de usarse. Lo más grave, con todo, es que hasta la misma acción pastoral de la Iglesia ha prescindido de ella. En el pasado, porque no había alejados de la fe, todos debían y querían estar dentro. Estar fuera era la perdición. Y en el presente, porque la Iglesia, habiendo perdido todo su radio de influencia social y mermadas sus fuerzas evangelizadoras, decidió apostar más por la formación catequética de los de dentro que por el anuncio misionero a los de fuera. A día de hoy hoy,, estos últimos han pasado de “alejados” a ser completos desconocidos en el campo de la evange eva ngeliz lizac ación ión1.

 

¿Dónde se inserta el Kerigma en la propuesta catequética de la Iglesia? La fase kerigmática ha quedado reducida a mero preámbulo o antesala de la verdadera evangelización llevada llevada a cabo en el catecumenado2. Y sin sin embargo, toda la rica tradición pastoral de la Iglesia siempre ha distinguido claramente tres fases en su acción  pastoral: una primera acción más misionera, una acción catequética y una acción  pastoral, ligando el anuncio el kerigmático a la primera. Pues bien, así descritas las cosas, lo que entendemos por vendría a situarse en esa primera fase de la acción pastoral de la Iglesia y aludiría a ese primer * Párroco de la parroquia San Francisco Javier y San Luis Gonzaga situada en el barrio de la Ventilla (Madrid). Email: [email protected] 1 Hace poco en una reunión de sacerdotes, hablando de la marcha del programa pastoral, con claro énfasis y enfoque misionero, en el que la diócesis de Madrid se encuentra metida en el presente curso,  Misión  Madrid , se nos decía que las actividades programadas se estaban realizando, pero que con ellas no se está llegando a la gente de fuera. 2 Basta ver el elenco de nombres con que se le

 Directorio General de Catequesis,  n. 61) ( Directorio  Adultos,  nn. 9-13), "Catequesis kerigmática

designa para concluir esto que decimos: "Primer Anuncio",

 Ritual de la Iniciación Cristiana de  Ritual o"Precatecumenado" pre-catequesis". Se( asocia también a otros términos tales como "Primera Evangelización", "Pre-evangelización", "Evangelización".

 

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anuncio explícito de la Buena Nueva del Evangelio en sus puntos más nucleares o centrales como son la pasión, muerte y resurrección de Jesús. En el presente artículo queremos clarificar los elementos de que se compone y  profundizar en el significado y actualidad de cada uno de ellos para la actual praxis evangelizadora de la Iglesia. 1. Qué debemos entender por un anuncio kerigmático del Evangelio

La  Evangeli Nuntiandi al referirse al primer anuncio, ése que se realiza a los que están lejos, dice: "La Iglesia lleva a efecto este primer anuncio de Jesucristo mediante una actividad compleja y diversificada, que a veces se designa con el nombre de ‘Preevangelización’, pero muy bien podría llamarse Evangelización, aunque en un estado inicial e incompleto" (Evangelii Nuntiandi, 51).  Por el contrario, en el comienzo de la

vida de la Iglesia, el Kerigma Kerigma guardaba relación con la proclamación del corazón de la fe, el acontecimiento más novedoso acaecido en la historia del hombre y del mundo: la  pasión, muerte y resurrección resurrección de Je Jesucristo. sucristo. El decreto  Ad Gentes , del Concilio Vaticano II, anteriormente, ya se había pronunciado en esa misma línea al decir que en ese anuncio primero está la razón de ser de la Iglesia (Ad Gentes, 1). ¿Cuáles son los elementos que caracterizan este primer anuncio o Kerigma? Sin querer ser exhaustivos, sí podríamos aludir a varios de ellos: + El anuncio kerigmático de la fe se vincula de una manera especial a una situación de  primera evangelización, bien por la falta de conocimiento de la Buena Nueva o bien  porque el anuncio hecho en el pasado y la vida en que éste se manifiesta se fue adelgazando hasta perder todo su fuelle y su fuste. + Hablar de Kerigma es hablar de un anuncio que tiene como destinatario a todos los hombres, sin distinción ni fronteras de ningún tipo. Al entroncar con el encargo dado  por Jesús a su Iglesia (Mt 28,19-20), podríamos decir que esta dimensión misionera de la fe está en el centro del Evangelio. + Al guardar estrecha relación con el primer anuncio, es importante su conexión y enlace con la vida de los hombres. La propuesta kerigmática tiene que enlazar con las  problemáticas y esperanzas esperanzas de los hombres a los que se dirige. + El contenido de lo que se proclama en el Kerigma hace referencia a lo más nuclear o fundamental de la fe: el anuncio de la muerte y resurrección de Jesucristo como acontecimiento novedoso y de gracia con el que Dios irrumpe en el mundo y en la historia y la acogida o rechazo que el destinatario destinatario hace en relación a él. Se abre así ante el evangelizando la puerta o la opción de la fe.

 

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¿Cómo reformular estos acentos o características del anuncio kerigmático de acuerdo a la situación que hoy le toca vivir a nuestra Iglesia y a nuestro mundo? ¿Puede ayudar la recuperación del Kerigma a esa labor evangelizadora que la Iglesia tiene que seguir desempeñandoo en nuestros días? desempeñand 2. El nuevo contexto para la evangelización

La relevancia y oportunidad actual para la recuperación de un anuncio más kerigmático de la fe viene de la mano de la situación por la que ésta atraviesa en nuestro contexto actual. De todos es sabido el marco de profunda crisis que rodea todo este asunto. Crisis en un triple nivel: - Crisis in instituc stitucional ional de la Iglesia Iglesia re respon sponsable sable de de la tarea evange evangelizad lizadora. ora. Una Una institución que ofrece muy pocos visos de credibilidad. - Crisis eenn la transmisió transmisiónn de la fe, po porr la falta de aapoyo poyo de de la sociedad sociedad en en general, general, y de la familia y la escuela en particular; también por la situación de ignorancia religiosa que atravesamos hasta el punto de hacer imposible la experiencia de Dios. - Crisis ddee Dios, ccomo omo res resultad ultadoo de la ema emancip ncipación ación lograd logradaa por todo lo lo creado. creado. Dios se ha vuelto vuelto innecesa innecesario rio en el plano in intelectual, telectual, en el práctico práctico y en el vital. La ciencia, la técnica y la sociedad del bienestar, con sus inmensas posibilidades, han ocupado su lugar. Lo relevante o novedoso novedoso de estos últimos años es que esta esta crisis así descrita no solo está afectando a los de fuera de la Iglesia, sino también a los de dentro. Es aquí donde está la posible explicación del fracaso de todos los planes pastorales de los últimos años. En todas las llamadas a la nueva evangelización siempre se presuponía que la Iglesia seguía siendo una institución fuerte y con una fe viva como para emprender o llevar a cabo el reto misionero que el mundo demandaba. Pero esto es  justamente lo que estamos viendo que hace aguas aguas por todos lados. Hasta el punto de  ponerse en duda duda la misma identida identidadd “creyente” ddee los llamados “c “cristianos” ristianos”3.

 

Si esto es así, ¿bastaría la propuesta de una Nueva Evangelización que se proclame con un nuevo ardor , nuevos métodos  o nuevo lenguaje? ¿No tendríamos que bajar un peldaño en esta propuesta y trabajar los presupuestos y términos en los que acontece la experiencia de Dios? ¿No tendríamos que aplicar una terapia de choque y despertar en los “supuestos” creyentes y en aquellos que quieran serlo la pasión  por ese Dios de cuya existencia y necesidad se duda en nuestra sociedad? ¿No tendríamos que atrevernos a poner en duda esa fe que se nos transmitió un día, pero que se ha vuelto “increíble” para muchos y lánguida en su expresión para otros muchos?

3 J. MARTÍN VELASCO, “La experiencia de Dios en

esta Iglesia y en este mundo”. Apuntes manuscritos de una charla dada hace unos días a un grupo de sacerdotes de la diócesis de Madrid.

 

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Pareciera que el panorama presente y futuro de la fe, tanto si miramos dentro de la Iglesia como si echamos la vista a nuestro mundo, reclama una vuelta a sus fundamentos o cimientos, donde se hace necesario ese encuentro fundante con el Kerigma de la fe y una toma de posición respecto a él. 3. Un anuncio abierto a todos los hombres

La situación de fuerte indiferencia instaurada en nuestra sociedad y la debilidad con que se vive la Iglesia a nivel de efectivos y de convicción, hace que desde hace ya años se venga sintiendo muy fuerte la tentación del repliegue. Queriendo o sin querer, querer, se ve bien y hasta con criterios evangélicos concentrar todas las fuerzas y medios en aquellas  personas que llaman a la puerta o están el camino de iniciación cristiana o en aquellas obras apostólicas a las que llaman grupos de personas que sintonizan con nuestra fe y que se muestran deseosos y hasta colaboradores en esto de la evangelización. No digo que no haya motivos que justifiquen este repliegue, pero lo que no se puede ignorar es que con ello se está renunciando a esa dimensión más misionera y universal de la evangelización, para la que la Iglesia fue fundada por Jesús: anunciar el Evangelio a todos los los hombr hombres, es, a todo todoss los pueb pueblos los4.

 

Cuando se habla de “todos” en esta fase kerigmática de la evangelización, se muestra el deseo de llegar más allá de los que se aproximan a la puerta de la Iglesia o participan ya de la vida sacramental que ésta ofrece . La variedad de destinatarios no tiene fin: a los alejados, a los descristianizados, a los de otras religiones, a todos los bautizados, a los ateos, a los que no practican, a las muchedumbres, a toda la variedad de comunidades y movimientos (Evangelii Nuntiandi, 51-58).  Partiendo de este presupuesto, ¿qué tipo de anuncio será el que tengamos que hacer para llegar a todos los hombres? Creemos que el mensaje que llega a todos, sin excepción, es la misericordia y la compasión compasión5. La misericordia y compasión de JJesús esús hacían que que todos se sintieran acogidos por Él, que todos encontraran en Él una mano abierta o brazo extendido al que agarrarse en cualquier situación por la que pasaran. 4

Resultan de gran actualidad y un criterio de fino discernimiento para dilucidar las presencias que tenemos que mantener como Iglesia en este periodo de “reajuste apostólico” que le está tocando vivir, el recordar estas palabras de Pablo VI: “A lo largo de veinte siglos de historia, las generaciones cristianas han afrontado periódicamente diversos obstáculos a esta misión de universalidad. Por una parte, la tentación de los mismos evangelizadores de estrechar bajo distintos pretextos su campo de acción misionera. Por otra, las resistencias, muchas veces humanamente insuperables, de aquellos a quienes el evangelizador se dirige. Además, debemos constatar con tristeza que la obra evangelizadora de la Iglesia es gravemente dificultosa, si no impedida, por los poderes públicos […] No obstante estas adversidades, la Iglesia reaviva siempre su inspiración más profunda, la que le viene directamente del Maestro: ¡A todo el mundo! ¡A toda criatura! ¡Hasta los confines de la tierra! Lo han hecho nuevamente en el Sínodo, como una llamada a no encadenar el anuncio evangélico, limitándolo a un sector de la humanidad o a una clase de hombres o a un solo tipo de cultura” . Cf. Evangelii Nuntiandi, n. 50. 5  “La primera tarea de la Iglesia consiste en anunciar el mensaje de la misericordia. Justamente en la actual situación, en la que muchos viven como si no existiera Dios, este mensaje no puede dejarse

arriconar en vías y escenarios secundarios. Antes bien, la Iglesia tiene que avanzar hasta el centro del mensaje evangélico, situando en primer plano el mensaje del Dios misericordioso”.  Cf. W. KASPER, La misericordia. Clave del Evangelio y de la vida cristiana , Sal Terrae, Santander 2012, 155.

 

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Es la cara más amable y con mayor poder de atracción del anuncio. Si el objetivo que  persigue el Kerigma es la vuelta a Dios, de la persona, hay que decir que nada produce más conversiones al cristianismo que el ejercicio cristiano de la misericordia. Frente a él, nadie, ni las instituciones ni las personas, por alejadas que se muestren de lo religioso, permanecen indiferentes. ¿Qué es la misericordia? Es el amor de Dios que abarca y rodea a toda la humanidad sin excepción. Y ello por tres razones: a. Porque no entiende de credos ni de culturas ni de apellidos ni de edad, sino que quiere que todo hombre viva. b. Porque no juzga nunca, sino que detrás de cualquier situación o acción, por condenable que sea, ve la persona a salvar y recuperar. c. Y porque se dirige o muestra siempre predilección por el ser humano más caído o que se haya en peores condiciones, quedando incluidos en él todos los demás. Expresado así, se se entiende que ssea ea el mensaje más verdadero del Eva Evangelio, ngelio, porque en él se encuentra la verdad más profunda de Dios con la verdad más profunda del ser humano6. Solo la misericordia dev devuelve uelve a Dios y al homb hombre re su verdadero rostro e identidad. Nunca Dios es más Dios que cuando se compadece del hombre enfermo o vilipendiado, y nunca el hombre es más hombre que cuando interrumpe su camino para atender a su prójimo caído y masacrado. 4. Un anuncio hecho desde la vida del creyente y para la vida de los hombres

Todos los documentos de la Iglesia referidos al tema de la evangelización ponderan el testimonio como una de las mediaciones privilegiadas para la iniciación en la fe. Decía Juan Pablo II en la  Redemptoris missio, que “el testimonio de vida cristiana es la  primera e insustituible forma de la misión” (n. 42). La  Evangelii Nuntiandi de Pablo VI habla de él como “la proclamación silenciosa” (n. 21). Y el decreto  Ad Gentes  afirma que el testimonio es una tarea u obligación de “todos los cristianos, donde quiera que vivan…” (n. 11). Difícilmente nuestro decir sobre Dios o el Evangelio va a ser creíble si a esa palabra no le acompaña de forma coherente nuestra vida. Esta forma de lenguaje es la que tiene que hacerse visible en nuestra evangelización primera o anuncio kerigmático. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de testimonio como forma de evangelizar a los que no son cristianos o se muestran indiferentes a nuestra forma de vida? -

Habla Hablamos mos en pprimer rimer luga lugarr de una prese presencia ncia de los los cristian cristianos os o agen agentes tes de de evangelización en medio de la vida y de la gente a la que hay que evangelizar (Ad Gentes, 11). Partiendo de aquí, puede entenderse que una predicación o  proclamación del Evangelio Evangelio que quiera llegar llegar a todas las persona personass y pueblos va a

6 Ibid. 157.

 

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exigir de la Iglesia y de los cristianos un ejercicio externo e interno de “ salir del  propio amor amor,, querer e interés” que decía San Ignacio de Loyola. A menudo el evangelizar a través de nuestra vida no va a requerir de nosotros un testimonio explícito de nuestra fe o de nuestro señor Jesús, sino un estar donde está la gente y un hacer bien hecho las tareas y responsabilidades más cotidianas que nos traemos entre manos. Ese fue el camino elegido por el mismo Jesús para manifestarnos el amor de Dios y ése ha de ser el nuestro si queremos seguir sus -

 pasos7. Solo este esta estarr donde donde está está la gente y hac haciendo iendo lo que que ellos ellos nos descubrirá descubrirá en el el discurrir de los días las grietas u oportunidades que hagan propicia una evangelización más explícita. Llegado el momento, ésa habrá de usar y adaptarse a las categorías lingüís lingüísticas ticas y culturales de de sus destinatarios, destinatarios, y habrá de atender a sus aspiraciones, interrogantes y problemas más personales y sociales.

Se trata como vemos de un proceso de evangelización por inculturación. Solo un  proceso así pone las bases para una auténtica evangelización. evangelización. Pues si nuestro testimonio se acredita en la vida cotidiana, la misma que la de las personas que queremos evangelizar, esto va a permitir que dicha gente al vernos redescubra que eso que le fascina de nosotros también está a su alcance, que no tienen que buscarlo lejos, porque lo tienen dentro en forma de gracia de Dios latente que estaba esperando el momento oportuno para su aparición. Solo esta forma de evangelización empodera a la persona destinataria del Evangelio y le convierte con el tiempo en sujeto de su propia vida espiritual, siendo capaz de discernir los auténticos valores cristianos en medio de esas situaciones vitales y culturales cultu rales qque ue le ha toc tocado ado viv vivir ir8. 5. Un anuncio de la irrupción salvífica de Dios en la muerte y resurrección de Jesús

Si algo otorga identidad a la etapa de la primera evangelización o más kerigmática eso es el anuncio explícito del Kerigma cristiano: “…en este periodo se hace la evangelización, o sea se anuncia abiertamente y con decisión al Dios vivo y a  Jesucristo, enviado por él para salvar a todos los hombres, a fin de que los no 7

“Estoy seguro, la función misionera de la mayoría de los cristianos en lo concreto no tendrá una relación directa con el trabajo misionero de la Iglesia en sentido propio…, y esto en ninguna forma militará contra el hecho de una básica orientación de cada cristiano a la dimensión misionera de la  Iglesia. Solo esta básica orientación podrá ser más concretamente actualizada en función de la situación de vida de cada persona, en función de su llamada directa a través de la Iglesia, y en función de su individual y propia llamada de la gracia” . Cf. K. RAHNER, The practice of faith. A handbook of contemporary spirituality, SCM Press , London 1985, 88. 8  La

importancia de convertir, cuanto antes, a los destinatarios de la evangelización en sujetos de su  propia vida espiritual, para poder decidirse a favor o en contra de la propuesta evangélica, es tanto más urgente cuanto no es el presupuesto común de la evangelización que se suele practicar. Desgraciadamente en la accióndoctrinal  pastoral) yque catequética seguimos dando más importancia a los contenidos (catequesis al hecho de posibilitar que dicha persona se encuentre con Diosy yconocimientos sea sujeto de su propio camino espiritual (catequesis mistagógica).

 

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cristianos, al disponerles el corazón el Espíritu Santo, crean, se conviertan libremente al Señor, y se unan con sinceridad a él…” (Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos, 9). Ninguno de los pasos anteriores se entenderían como fase de la evangelización si no

estuvieran referidos y se comprendieran desde el anuncio explícito de la salvación llevada a cabo por Dios en su Hijo Jesús9. Este es el corazón del anuncio ke kerigmático. rigmático. A este anuncio están referidos los Kerigmas más citados del Nuevo Testamento, tanto las  predicaciones de Pedro (Hch 2, 14-33; 3, 12-26; 10, 34-35) como las de Pablo (1ª Co 15, 3-11; 1ª Tes 1, 9-10; Hch 14, 15-18) . Escribo estas líneas al término de la semana santa, con el recuerdo aún muy vivo de la fuerza que la muerte y resurrección de Jesús, corazón de todo Kerigma, sigue teniendo  para las personas que se abren a él. Es esta reciente experiencia la que me lleva a  preguntar no ttanto anto por los contenidos que este anuncio tiene que integrar, más allá de ese misterio misterio cen central tral10, sino por los mínim mínimos os que una proclama proclamación ción así así tiene que reunir reunir  para seguir produciendo los efectos transformadores transformadores que logró en la primera comunidad cristiana. - Estan Estando do este vverano erano en en Santi Santiago ago de Cu Cuba, ba, ayu ayudand dandoo en diversas diversas parroqu parroquias, ias, en una de ellas, se me acercó la señora Aida, catequista, y me dijo: “Padre, llevo muchos años dando catequesis, pero hay palabras y fórmulas de nuestra religión que no acabo de entender y que siempre siempre que las he preguntado o me las  preguntan no encuentro encuentro respuesta satisfactoria: ¿Podría decirme que significa la  palabra Salvación? ¿De qué qué nos salva Jesús? ¿Qué quiere decir que nos salva de de la muerte y de nuestros pecados? ¿Qué es pecado? ¿Cómo explicar la resurrección?”  Después de hablar con ella largo rato me preguntaba yo si se

 podía ser creyente de de verdad sin plantearse esas preguntas y desear desear encontrar esas esas respuestas. ¡Algo falla en nuestra acción pastoral cuando ni los catecúmenos ni los alejados formulan cuestiones de ese tipo, sino las referidas a temas mucho más marginales: el celibato de los curas, la economía de la Iglesia, la demostración de los milagros!... - Dice Hu Hugo go Rahn Rahner er que la pa palabra labra ““Kerig Kerigma” ma” se de define fine por por dos cosas: cosas: a. T Tiene iene que ser la predicación o el anuncio de la buena noticia que Dios quiso revelarnos en la persona de Jesús. b. Esa buena noticia tiene que anunciarse en la forma (historia de salvación) en la que Dios quiso revelárnosla. Esto es, teniendo siempre presente que todos los acontecimientos de nuestra vida y de nuestra historia, ocurra lo que ocurra, no son más que una “pedagogía” o camino “hacia Cristo”11. ¡Cuántas veces traicionamos en la predicación que la Iglesia hace de Dios estos dos aspectos! ¿Cómo es posible que tanta gente se haya ido de la Iglesia o no se aproxime a ella por miedo o desconfianza de Dios? ¿Qué Dios 9 “No hay evangelización verdadera mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las  promesas, el reino, el el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios” (Evangelii Nuntiandi, 22). 10 Una

muestra de las distintas propuestas que se han hecho puede verse en: J. GEVAERT,  El primer

anuncio. Proponer el Evangelio a quien no conoce a Cristo,  Sal Terrae, Santander 2004, 130-138. 11 Cf. H. RAHNER, A theology of proclamation, Herder and

herder, New York York 1968, 13.

 

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anunciamos? ¿Cómo es posible que los cristianos tengamos una visión tan  pesimista y negativa de nuestro mundo, de nuestra historia, de nuestra vida, si todo en ellas, ocurra lo que ocurra, nos llevará a encontrarnos con ese Cristo resucitado que nos espera? - Reco Recogien giendo do el adag adagio io de Santo Tomás de qque ue “la fe termina en la cosa misma, no en el enun enunci ciad ado” o”12, me cuestiono el acierto de muchas de las homilías que hago. Entiendo que el objetivo de todas ellas tendría que ser el acercar a los que escuchan al encuentro personal con ese Jesús capaz de entregar su vida y resucitar por amor nuestro. Pero me quedo preocupado cuando constato que, la mayoría de las veces, lo que centra el interés de la gente que escucha y del sacerdote que predica es la anécdota de la homilía. - Pero “la cosa misma” del Kerigma de nuestra fe, no acaba en el encuentro con ese Cristo muerto y resucitado, sino en nuestro deseo de abrirnos (convertirnos) a Él. Esto es, consentir que en nosotros el poder de su resurrección active el deseo de querer vivir como Jesús crucificado, amando hasta el extremo a nuestro  prójimo. Una vez que la proclamación de la muerte y resurrección de Jesús despierta en nosotros ese deseo de querer ser para los demás y para nuestro mundo otros Cristos, la primera evangelización o etapa kerigmática ha llegado a su fin. - Par Paraa que eell anu anunci ncioo del K Keri erigma gma ccris ristia tiano no (el Cristo de la fe o de la proclamación de la Iglesia) no devenga pura abstracción o ideología, esto es, no se vuelva un anuncio de algo que no sabemos qué es, a quién se refiere y para qué puede servirnos, es necesario que dicha proclamación no se despegue en ningún momento de los misterios de la vida del Jesús histórico y de las preguntas acuciantes de la gente a las que debe intentar responder. Ahora bien, a la inversa, el anuncio del Jesús histórico y la respuesta a las  preguntas de los hombres, mucho más las de un mundo como el nuestro que  pone en cuestión a Dios, solo pueden encontrar su sentido pleno y salvador en el anuncio o proclamación del Kerigma cristiano que reza así: en ese Jesús de  Naza ret,, crucif  Nazaret cru cifica icado, do, Dio Dioss irrumpi irr umpióó de forma for ma inaudit ina uditaa y rompedo rom pedora, ra, resucitándole, para salvación de toda la humanidad. 6. Conclusión: en la escuela de los grandes evangelizadores

Todo esto que hemos intentado decir en este artículo se resume muy gráficamente en una anéctoda que se cuenta de uno de los grandes heraldos del Evangelio que la historia ha dado a la Iglesia: San Francisco Javier. En una de sus estancias en Malaca (una de las islas de las antiguas Indias Orientales), tuvo un encuentro con una expedición de comerciantes  portugueses recién venidos de Japón. Con ellos venía Angiro, un habitante de aquellas islas. Javier, en ese ansia de querer llevar más lejos todavía la Palabra de Dios, preguntó 12

Citado por J. MOINGHT, MOINGHT, El hombre que venía de Dios, vol. 1, Desclee Brouwer, Estella 1995, 178.

 

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a Angiro si se ha harían rían muchos cristian cristianos os en Japón en caso de de que se fuera fuera con él a aquellas tierras. A lo que Angiro le respondió diciendo que “los de su tierra no se harían cristianos luego, diciéndome que primero me harían muchas preguntas y verían lo que les respondía y lo que yo entendía, y sobre todo, si vivía conforme a lo que hablaba; y si hiciese dos cosas, hablar bien y satisfacer a sus preguntas, y vivir sin que me hallasen en qué me reprender, que en medio año, después que tuviesen experiencia de mí, el Rey y la gente noble y toda otra gente de discreción, se harían cristianos, diciendo que ellos no son gentes que se rigen sino por razón” 13.

 Este mismo es el reto de la primera evangelización que tenemos por delante en nuestro continente. Frente a nosotros y con nosotros tenemos mucha gente “japonesa” deseosa de saber qué tenemos que decirles sobre Jesús, deseosa hacernos muchas preguntas acerca de nuestra fe y extremadamente atenta a ver si si lo que anunciamos o  proclamamos nos lo creemos de vverdad, erdad, es dec decir, ir, lo vivimos vivimos..

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J.I.TELLECHEA, Los sueños de Francisco Javier, Javier, Sígueme, Salamanca 2006, 126.

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