El Hombre Mediocre Resumen

July 31, 2017 | Author: mariarouse83 | Category: Information, Metaphysics, Epistemology, Psychological Concepts, Psychology & Cognitive Science
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El Hombre Mediocre Resumen LA EMOCIÓN DEL IDEAL: llevas en ti el resorte misterioso de un idea. Custódiala; si la dejas apagar no se reenciende jamás, y si ella muere en ti quedas inerte.DE UN IDEALISMO FUNDADO EN EXPERIENCIA: A medida que la experiencia humana se amplía, observando la realidad, los ideales son modificados por la imaginación. LOS TEMPERAMENTOS IDEALISTAS: Los idealistas son inquietos, esquivos o rebeldes, dóciles-maleables, solidarios, detestan las diferencias, aborrecen las excepciones. EL IDEALISMO ROMÁNTICO: Construyen sus ideales sin conceder nada a la realidad. Son ingenuos y sensibles, accesibles al entusiasmo y a la ternura; un minuto les basta para decidir toda una vida, su orientación varía con los tiempos .EL IDEALISMO ESTOICO: Mantiénese hostil a su medio, su actitud es de abierta resistencia a la mediocridad organizada, adquiere una sensibilidad individualista. SÍMBOLO: en la Plaza de Florencia. Perseo exhibiendo la cabeza de Medusa. Cuando los temperamentos idealistas se detienen ante Benvenuto, sus labios parecen articular palabras perceptibles. ¿ÁUREA MEDIOCRITAS?: El poeta enalteció los goces de un vivir sencillo que dista de la opulencia y la miseria, llamando áurea a esa mediocridad material. LOS HOMBRES SIN PERSONALIDAD: La falta de personalidad hace, a estos incapaces de iniciativa y resistencia. Desfilan inadvertidos, sin aprender ni enseñar. EN TORNO DEL HOMBRE MEDIOCRE: Sólo puede definirse en relación a la sociedad en que vive y por su función social. Acomodaticio a las oportunidades, se derrumba siempre. CONCEPTO SOCIAL DE LA MEDIOCRIDAD: Es una sombra proyectada por la sociedad; por esencia imitativo y está adaptado para vivir en rebaño, reflejando rutinas, prejuicios. EL ESPÍRITU CONSERVADOR: Los hombres sin ideales: conservan y transmiten las variaciones útiles para la continuidad del grupo social. PELIGROS SOCIALES DE LA MEDIOCRIDAD: Cuando se arrebañan son peligrosos, fortificánse en la cohesión del total; la mediocridad es moralmente...

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ÍNDICE Portada …………………………………………………………………………………………………….pp.0 Índice …………………………………………………………………………………………………….pp.1 Introducción …………………………………………………………………………………………………….pp.2 Desarrollo …………………………………………………………………………………………………….pp.3 A) Investigación ……………………………………………………………………………………….pp.3 Resumen …………………………………………………………………………………...pp.3 Cuadro Sinóptico …………………………………………………………………………………...pp.5 Mapa Conceptual …………………………………………………………………………………...pp.6 Mapa Mental …………………………………………………………………………………...pp.8 B) Resumen del Libro ……………………………………………………………………………………....pp.11 Conclusiones …………………………………………………………………………………………………...pp.19 Bibliografía …………………………………………………………………………………………………...pp.20 INTRODUCCIÓN El presente trabajo está basado en la obra del escritor, pensador e idealista José Ingenieros la cual se titula “El Hombre Mediocre” un titulo que hace honor a su contenido, se realizo un resumen abarcando toda la obra y en el cual se recaudaron los puntos que a mi parecer fueron los más trascendentales de esta obra enigmática sobre la que me reservo mi comentario para el final. El “Hombre Mediocre” es un titulo bastante interesante que sirve para ponernos a pensar y reflexionar muchas actitudes y acontecimientos además de plantearnos ideas y el darnos diversas formas de vivir las cuales pueden afectar el cómo es que llevamos a cabo nuestra vida día a día. Además de esto el trabajo incluye una investigación de los principales métodos de estudio, sus características, procedimientos, entre muchas otras cosas. DESARROLLO A) Investigación A continuación se presentan los conceptos de diversos métodos de estudio, los cuales pueden ser aplicados tanto en trabajos de investigación como en lecturas. * Resumen: Debemos entender por resumen a la representación abreviada y precisa del contenido de un documento, sin interpretación crítica y sin distinción del autor del análisis; es decir, una breve redacción escrita con nuestras propias palabras basándonos únicamente en las ideas principales, así como los elementos esenciales y de más relevancia del texto, sin embargo es recomendable que en cualquier resumen un 25% contenga material tal cual está en el texto a resumir, esto suele ocuparse más que nada en frases importantes. Los resúmenes nos son de utilidad para facilitar la retención del material que estas estudiando o leyendo, ya que de esta manera se logran asimilar los aspectos esenciales de cada parte del tema. Además son de gran utilidad como repaso previo para la realización de un examen, ya que con ellos puedes dar un repaso general y evaluar tu comprensión de los temas de estudio.

Así mismo existe una gran diversidad de resúmenes acorde a lo que necesitemos o estemos realizando, a continuación se enlistan los tipos de resumen más usados. Resumen Informativo Sintetiza el contenido del texto original, el mensaje de la comunicación, y es muy útil para dar una idea rápida y general del texto. Es la reducción de un texto, en unas proporciones que pueden ser propuestas (como ya se menciono suele ser un 25%), aunado a las ideas del autor expresadas en nuestras propias las palabras. Resumen Descriptivo Explica la estructura del escrito, así como las partes fundamentales, las fuentes o el estilo, y es muy útil en el caso de textos extensos o complejos porque ayudan al lector a comprender la organización de este y localizar en él los datos que le puedan interesar. Síntesis Consiste en resumir diversos textos que tratan un mismo tema o temas relacionados, esta técnica de reducción textual nos permite reunir los elementos esenciales de más de un texto para obtener un resumen coherente basado en diversos elementos y documentos. No se trata de producir un resumen diferente de cada texto, sino un solo resumen que sintetice todos los documentos. La práctica de la síntesis es imprescindible en los exámenes y trabajos académicos, donde debes demostrar tu conocimiento de diversas fuentes bibliográficas, tu capacidad para relacionar, sin embargo la síntesis siempre debe de respetar las ideas del autor, de tal modo que no expresa conceptos propios. Los puntos básicos a tener en cuenta al realizar un resumen de manera correcta son: • Ser objetivo, al realizar un resumen debemos dejar de lado nuestros gusto o pensamientos de pro o contra acerca del tema, eso se reserva para la conclusión. • Tener la idea general del texto, sus ideas fundamentales y las secundarias que sean cruciales para el entendimiento de las principales. • Siempre es de gran ayuda subrayar las partes principales del texto, tomar nota de las ideas más significativas y apuntar palabras clave. • Realizar esquemas acerca de las ideas subrayadas. • Escribir las ideas principales del texto. De igual manera para elaborar un resumen puedes seguir uno o todos los pasos que se enumeran a continuación, los cuales facilitaran su elaboración: Paso 1. Elimina el material innecesario o secundario. Es decir descarta aquellas frases que te sirvieron para comprender la idea principal de un párrafo, pero que ahora puedes prescindir de ellas y dejar solo la idea principal. Paso 2. Elimina el material importante pero redundante. Este material es el que repite o abunda en la idea principal, así que mejor elimínalo. Paso 3. Encuentra términos generales que incluyan varios objetos similares. Dentro del texto tendrás que encontrar una o varias palabras para utilizarlas en lugar de objetos con características comunes. Paso 4. Sustituye una serie de eventos o sucesos por un término más general que los incluya. Es similar al paso anterior solo que aplicado a acciones o situaciones. Paso 5. Identifica la oración tópico. Una oración tópico es aquella en la que se expone el tema central, la idea más importante de la que se trata un párrafo, puede encontrarse al inicio, al final o en medio de un párrafo. Paso 6. Crea una oración tópico. No siempre existen las oraciones tópicas, si esto pasa ¡Elabora una! Es de gran importancia que captes la esencia del o los párrafos para luego expresarlas con tus propias palabras, pero siempre conserva la idea original del escrito.

* Cuadro Sinóptico Dentro de las muchas técnicas de estudio que existen, una de las más fáciles y de mayor uso es la elaboración de un cuadro sinóptico, ya que es una forma de organizar gráficos e ideas o incluso textos ampliamente utilizados como recursos instruccionales. La mayor importancia de esta técnica radica en sintetizar la información de manera ordenada y jerárquica, y permite ser ampliado para ir agregando datos a medida que aparecen en los textos, por ello, es recomendable armar el cuadro sinóptico en la computadora (un programa como Excel o Word pueden resultar útiles). El cuadro sinóptico proporciona una estructura global coherente de una temática y sus múltiples relaciones, nos indica cómo se ordena un texto y sus elementos principales, permite visualizar una representación esquemática de la información, lo cual aclara su comprensión y facilita la percepción y el recuerdo de las relaciones entre las ideas. Los cuadros sinópticos pueden estar formados tanto por filas y columnas a manera de tablas como también por una serie de conceptos mayores de los cuales se desprenden llaves o flechas y así tomar forma de diagramas. Para elaborarlo lo primero que debemos hacer al igual que en otros métodos de estudio es recopilar la información que se pretende volcar en este caso en un cuadro sinóptico, es preferible utilizar más de una fuente, tanto para cotejar los datos de una y otra como para completar la información proporcionada por cada una. Elegimos el tema central y establecemos los criterios según los cuales se organizará la información, primero se procede a armar el cuadro con los títulos, y luego, con la ayuda de las fuentes, se procede a completarlo. Una de las ventajas más claras es que ayuda a recuperar información que, de otro modo, quedaría con huecos y finalmente, el cuadro sinóptico ofrece una ventaja significativa a los estudiantes con buena memoria visual, debido a que organiza sistemáticamente la información de manera que sea más fácil de recordar. * Mapa Conceptual Es una estrategia de aprendizaje el cual nos es de utilidad para poder visualizar ideas o conceptos y las relaciones jerárquicas entre ellos de forma grafica, con la elaboración de estos mapas se aprovecha la gran capacidad humana para reconocer pautas en las imágenes visuales, con lo que se facilitan el aprendizaje y el recuerdo de lo aprendido. Se caracteriza por su simplificación, jerarquización e impacto visual, esta técnica que es usada desde preescolar hasta la Universidad, en informes hasta en tesis de investigación Desde luego que no se trata de memorizar los mapas y reproducirlos con todos sus detalles, sino de usarlos para organizar el contenido del material de estudio y que su aprendizaje sea exitoso. Es muy útil también puesto que nos permite apreciar el conjunto de la información que contenga un texto y las relaciones entre sus componentes, lo que facilita su comprensión. Otra utilidad es que pueden servir para relatar oralmente o para redactar textos en los que se maneje lógica y ordenadamente cierta información; de ahí que sean considerables como organizadores de contenido de gran valor para diversas actividades académicas y de la vida práctica. Las características de un buen mapa conceptual son: Jerarquización.- Se refiere a la ordenación de los conceptos más generales e inclusivos en la parte superior y mediante una diferenciación progresiva, están incluidos hacia la parte inferior los conceptos más específicos. Impacto visual.- Debe considerar la limpieza, espacios, claridad, ortografía para reducir confusiones y amontonamientos, por ello es conveniente dibujarlos varias veces ya que el primer mapa que se construye tiene siempre, casi con toda seguridad algún defecto. También se recomienda usar óvalos ya que son más agradables a la vista que los triángulos y los cuadrados. Simplificación.- Se refiere a la selección de los conceptos más importantes, haciendo una diferenciación del contenido y localizando la información central de la que no lo es para una mejor comprensión y elaboración de un contenido. Los conceptos, al ir relacionándose por medio de las palabras enlace, se van almacenando en la mente de modo organizado y jerárquico de manera que serán más fácilmente comprendidos por el alumno.

En este sentido se pueden desarrollar nuevas relaciones conceptuales, en especial si de forma activa los alumnos tratan de construir relaciones preposicionales entre conceptos que previamente no se consideraban relacionados, ya que cuando se elaboran los mapas se dan cuenta de nuevas relaciones y por consiguiente de nuevos significados. Por tanto se puede decir que los mapas conceptuales fomentan la creatividad y facilitan la participación. El procedimiento general para construir un mapa conceptual es: Primero: Lea un texto e identifique en él las palabras que expresen las ideas principales o las palabras clave. No se trata de incluir mucha información en el mapa, sino que ésta sea la más relevante o importante que contenga el texto. Segundo: Cuando haya terminado, subraye las palabras que identificó; asegúrese de que, en realidad, se trata de lo más importante y de que nada falte ni sobre. Recuerde que, por lo general, estas palabras son nombres o sustantivos comunes, términos científicos o técnicos. Tercero: Identifique el tema o asunto general y escríbalo en la parte superior del mapa conceptual, encerrado en un óvalo o rectángulo. Cuarto: Identifique las ideas que constituyen los subtemas ¿qué dice el texto del tema o asunto principal? Escríbalos en el segundo nivel, también encerados en óvalos. Quinto: Trace las conexiones correspondientes entre el tema principal y los subtemas. Sexto: Seleccione y escriba el descriptor de cada una de las conexiones que acaba de trazar. Séptimo: En el tercer nivel coloque los aspectos específicos de cada idea o subtema, encerrados en óvalos. Octavo: Trace las conexiones entre los subtemas y sus aspectos. Noveno: Escriba los descriptores correspondientes a este tercer nivel. Décimo: Considere si se requieren flechas y, en caso afirmativo, trace las cabezas de flecha en los conectores correspondientes. * Mapa Mental Un mapa mental es un diagrama usado para representar las palabras, ideas, tareas, u otros conceptos ligados y dispuestos radialmente alrededor de una palabra clave o de una idea central, se utiliza para la generación, visualización, estructura, y clasificación taxonómica de las ideas, y como ayuda interna para el estudio, organización, solución de problemas, toma de decisiones y escritura. Es un diagrama de representación semántica de las conexiones entre las porciones de información, presentando estas conexiones de una manera gráfica radial, no lineal, estimula un acercamiento reflexivo para cualquier tarea de organización de datos, eliminando el estímulo inicial de establecer un marco conceptual intrínseco apropiado o relevante al trabajo específico. Un mapa mental es similar a una red semántica o modelo cognoscitivo pero sin restricciones formales en las clases de enlaces usados. Los elementos se arreglan intuitivamente según la importancia de los conceptos y se organizan en las agrupaciones, las ramas, o las áreas. La formulación gráfica puede ayudar a la memoria. Los mapas mentales son, por definición, un método gráfico de tomar notas, la base visual de ellas nos ayuda a distinguir las palabras o las ideas, a menudo con los colores y símbolos. Por lo general, tener una estructura jerárquica o formato de rama de un árbol, con las ideas de ramificación en sus subsecciones. Los mapas mentales permiten una mayor creatividad al registro de las ideas y la información, así como permitir que el encargado de tomar notas para asociar palabras con las representaciones visuales. Los mapas mentales y mapas conceptuales son diferentes en que los mapas mentales se centran en una sola palabra o idea, mientras que los mapas conceptuales conectar varias palabras o ideas. Sin embargo no lo confundamos con el mapa conceptual ya que el mapa mental es un diagrama que se construye de manera personal o grupal, sistematizada utilizando palabras clave, colores, lógica, ritmo visual, números e imágenes, el mapa mental reúne solo los puntos importantes de un tema e indica de forma sencilla la manera en que estos se relacionan entre sí. Mientras que el mapa conceptual se centra en conceptos, se estructura de manera jerárquica, iniciando con el-los conceptos gruesos a los particulares, con conectores específicos (proposiciones).

Un mapa mental no tiene una estructura o un orden preestablecido, puede constar de una palabra o imagen central o concepto, en torno a la palabra central se dibujan de 5 a 10 ideas principales que se refieren a aquella palabra. Entonces a partir de cada una de las palabras derivadas, se dibujan a su vez de 5 a 10 ideas principales que se refieren a cada una de esas palabras. Para muchas personas las dos técnicas pueden parecer similares, pero gran parte de su diferencia estriba en la capacidad visual del mapa mental y las conexiones que realiza. El mapa mental busca y exige imágenes para su construcción. Las imágenes y dibujos tienen varias funciones, algunas nemotécnicas, otra para reducir las palabras manteniendo un concepto o idea compleja y también para buscar nuevas conexiones. Se sabe que las imágenes conectan rápidamente con otras ideas afines, por lo que parte de la potencia del mapa mental está en su capacidad visual de generar nuevas conexiones y retener las ideas con el hemisferio visual del cerebro. También podemos agregar en pocas palabras que, un mapa mental es una forma de equilibrar las ideas con dibujos, números,...y muchísimas otras cosas. B) Resumen del Libro Introducción En este libro se describe como su nombre lo indica al Hombre Mediocre, pero no por ser tonto o carecer de conocimientos, más bien se trata de otra acepción de la palabra Medio Ingenieros nos describe cómo es que un ser al ser influenciado por el medio en el que está envuelto (gente, acciones, etc.) genera en el que carezca de personalidad propia y de ideales y se limite a imitar lo que ve y o que escucha a esto es a lo que nos referimos con mediocridad. También nos da una perspectiva sobre la falta de ideales y la superación personal ya que indaga en un ambiente filosófico para mostrarnos como es e l mundo en el que nos movemos día a día. Un concepto muy usado en este libro es la inmoralidad, los intereses personales y la despreocupación por los demás aunado a la hipocresía; aspectos negativos de nuestro comportamiento que son resultado de llevar diariamente una rutina que llega a generarnos todo lo anterior. Así bien este libro nos da levemente una enseñanza de que podemos cambiar y deshacernos de la rutina cosa que sucede en todos los ámbitos y todas las edades. Una frase que usa ingenieros en este libro es la de "No son voz sino eco" frase que me parece da una descripción un tanto absurda pero si generalizada de lo que es este tipo de seres ya que según el autor deambulan por el mundo como alma vegetativas que se limitan a imitar modelos sin siquiera un análisis previo. Ingenieros nos plantea que si lo pensamos bien no existen personas iguales y nos da una clasificación que a mi parecer es un poco despreciativa y es así que nos encontramos con que existen: El hombre inferior, el mediocre y el superior'. Los Tipos de Hombres El hombre inferior o rutinario se ve inerte en una rutina la cual nos la plantea como un esqueleto compuesto de piezas que resisten al paso de los días, y alrededor de estos está la mediocridad deambulando, la actitud rutinaria les evita salir de lo que tienen establecido evitan cruzar espacios nuevos, y de ser posible repiten sus acciones ya que más vale malo conocido que bueno por conocer. Este tipo de hombre está acostumbrado a copiar los prejuicios del medio en que viven, aceptan las ideas de la sociedad, como borregos que siguen a su pastor, poseen una gran impotencia al tratar de asimilar nuevas ideas lo cual genera que prefieran no intentarlo y seguir con sus ideas antiguas, la rutina te impide pensar Se limitan a creer lo que dicen los demás, no estudian ni se documentan, prefieren confiar en la ignorancia para adivinarlo todo, no tienen afán de perfección, y no poseen existencia de ideales. Como ejemplo nos pone a Sancho Panza el fiel ayudante de Don Quijote de la Mancha que más que un fiel escudero nos damos cuenta que es la encarnación de un hombre rutinario, tonto y egoísta ya que se impide el pensar y actuar como él cree y en vez de eso se limita a seguir fielmente las locuras de Don Quijote. Ingenieros dice en su obra La caja cerebral del hombre rutinario es un alhajero vacío, no pueden razonar por sí mismo, como si les faltara seso. “Viven una vida que no es vivir”. Crecen y mueren como las plantas. No necesitan ser curiosos ni observadores.

Esto demuestra la ineptitud que representa el hombre rutinario el cual se prohíbe pensar o cambiar su forma de vida y de pensamiento y solo se limita a seguir lo que otros consideren adecuado ya que para el eso es lo más fácil y representa un esfuerzo menor. Los siguientes son llamados los hombres sin personalidad, este tipo de persona es de este modo ya que su “mediocridad” viene de el no poder distinguir. La personalidad de un ser como individuo comienza en el instante en que se diferencia de los demás, sin embargo en este caso eso no ocurre. La sociedad piensa y quiere por ellos, no poseen voz solo se limitan a repetir lo que dicen los demás, van por el mundo temerosos de que la gente les reproche su forma de vivir tan vana. La vida vale por el uso que hacemos de ella, por las obras que realizamos, no deberíamos marcar que vive más el que es más viejo ya que realmente es la forma en que vivimos y la experiencia de nuestras decisiones e idealistas lo que nos hace darle sentido a nuestra vida. Ingenieros dice en su obra “Muchos nacen, pocos viven” este tipo de hombre se encuentran en estado vegetativo por llamarlo de una manera y esta así moldeados por el medio que los rodea y los envuelve poco a poco, la falta de personalidad, hace que no tengan iniciativa ni resistencia ante los cambios que se les presente, tampoco aprenden y en si para resumirlo la propia sociedad ignora su existencia. Mención aparte se encuentra el hombre envidioso ya que pertenece a un tipo de gente más difícil de entender ya que igual se le entiende o se le desprecia, esta persona es un ser vil pues no obstante sus defectos y errores se encarga de rebaja a las demás personas prueba de su desesperación. El envidioso pasivo es un sujeto serio vive atormentado de la felicidad de los demás, confunde usualmente el concepto de envidia con el de admiración quedando así confundido y muchas veces actuando sin tener claro que es lo que hace o porque lo hace y la diferencia del envidioso activo es que este presenta una cara falsa ante nosotros ante la cual se esconde y obra de mala fe por causa de la envidia que siente, la envidia es una forma aberrante de sentir admiración por alguien. El castigo de los envidiosos estaría en cubrirlos de favores, para hacerles sentir que su envidia es recibida como un homenaje y no como lo que es, ya que el ser envidioso es la única víctima en todo esto. Idealismo Un ser humano como tal es un individuo que solo o en unión con otros seres formando un grupo o incluso una raza serán idealistas, ya que hay ciertas circunstancias y motivos que hacen que ellos crean que la perfección es posible, cuando ese pensamiento alcanza un nivel en el que la imaginación puede más que la realidad, un caso de esto es nuestras madres ya que cuando somos pequeños nos pintan un mundo adornado el cual es carente de toda maldad o en su mayoría intenta que no la contenga. Ingenieros nos habla en su obra acerca del idealismo, para ser parte de esta corriente se necesita ir en contra de aquellos fantasmas que nos aquejan y nos desafían, el ideal es sinónimo de progreso, los ideales aspiran a conjugar en su mente la inspiración y la sabiduría, a su vez suelen ser rebeldes e ir en contra de los dogmas sociales que no comparten su ideología. Contenido Capítulo 1 El tema recurrente en este libro y que comienza a ser tratado en este capítulo es la mediocridad el cual lo podemos definir como la ausencia de características que le permitan sobresalir al individuo en la sociedad. La vulgaridad es el incitador de la mediocridad, ya que transforma a un ser prudente en un cobarde, a un hombre orgulloso en un hombre precavido y temeroso de sus acciones, aun hombre con respeto a un siervo de la gente. Capítulo 2 Es este capítulo se explica acerca del hombre rutinario y aunque ya se hablo de el con anterioridad solo trataremos lo necesario para no repetir información. La Rutina es un esqueleto cuyas piezas resisten al tiempo, es el habito de renunciar a pensar; repiten que es preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer, todo con menor esfuerzo es mejor. La gente rutinaria razona y cuestiona la lógica del mundo que los rodea, prefieren la inercia de las cosas, que estas fluyan y caminen como tengan que caminar, este tipo de gente cree que la única forma de no equivocarse es no pensar. Este tipo de gente también es según dice ingenieros, incapaces de guardar un secreto, la mediocridad intelectual hace al hombre indeciso ya que: “Cuando no le envenenan la vanidad ni la envidia, diríase que duermen sin soñar”.

Capítulo 3 En este tema se trata la hipocresía la cual según ingenieros es el arte de amordazar la dignidad, Aquellos hombres hipócritas que viven en nuestra sociedad viven sin fe y sin creencias que los guíen (y no solo creencias religiosas ya que entendemos por creencia todo aquello que haga a un ser realizar acciones por un motivo determinado). Este tipo de ser evita la responsabilidad, son tímidos y fingen para poder ser aceptados entre la demás gente, este tipo de gente es el opuesto del hombre honesto lo cual está por demás decirlo. El hombre honesto, es pasivo sin embargo permanece cauteloso detrás de quien es virtuoso limitándose a respetar que existen ciertos prejuicios a los cuales no puede imponerse. “Admirar al hombre honesto es rebajarse; adorarlo es envilecerse”. “La honestidad es una imitación; la virtud es una originalidad” El ser honesto significa someterse a las convenciones de la demás gente mientras que el ser virtuoso decide que hacer y a menudo va en contra de lo que piense la demás gente. La evolución de las virtudes depende de todos los factores morales e intelectuales, la virtud es aquello que imagina lo que creemos es perfecto, cada sentimiento trae consigo una virtud; es entonces cuando sencillamente vemos que el hombre mediocre se limita a ignorar todo esto y e allí el porqué que sea mediocre. Capítulo 4 El ser humano dentro de todo su razonamiento a llegado a creer que con su intelecto puede saber y reflejar lo que piensan las demás personas, el hombre superior es como el cristal pues tiene una forma preestablecida y siempre tendrá esa forma, mientras que el hombre mediocre se asemeja más a la arcilla ya que carece de forma estructural propia y para que cambie necesita del estimulo ajeno y que otros elijan la forma que este debe de tener, quedando asi marcado por gente ajena a sus creencias reales. La costumbre que tiene el sujeto a obedecer engendra una mentalidad domestica. “El que nace de siervos le trae en la sangre. Hereda hábitos serviles y no encuentra ambiente propicio para formarse un carácter”. Otro síntoma de este tipo es el orgullo, alimento fundamental de la dignidad, ya que deja en cada ser un gesto que las demás personas pueden percibir, ese gesto lo conocemos como: Vanidad. La vanidad convierte al ser en un ente frágil que se compara con la gente que lo rodea, envidiando toda excelencia ajena y carcomiendo toda reputación que no puede igualar. Aquellos pueblos e individuos que no poseen dignidad no son más que borregos o esclavos, los orgullosos tienen mucha fe en su dignidad y la protegen sobre todas las cosas y por ella incluso son capaces de sacrifican bienes, éxitos, etc. Capítulo 5 De igual modo ya se hablo de este tipo de hombre en el principio de este trabajo sin embargo solo ahondaremos en lo necesario para complementar lo escrito anteriormente. La envidia es un sentimiento presente en los hombres desde la antigüedad, este nace de su propia mediocridad, el que envidia se rebaja sin saberlo y se convierte en un subalterno. La envidia nace de este sentimiento de inferioridad con respecto del objeto, mientras que los celos derivan de un sentimiento de posesión comprometido; la envidia es mayor cuando más grande e inalcanzable se considera el bien codiciado. Capítulo 6 Así como en el humano las canas son una señal de que el cuerpo inicia con un periodo de decadencia, este periodo conocido como vejez no solo tiene que ver con un deterioro del aspecto físico, sino que también con un deterioro mental ya que significa que dentro del ser humano se da una regresión en el intelecto y esto comienza a afectar de gran manera cuando el cuerpo se niega a servir todas nuestras intenciones y deseos. La personalidad individual se constituye por sobre posiciones sucesivas de la experiencia, en las capas superiores florecen las variaciones y perfeccionamientos recientes de cada uno, los rasgos personales que no son patrimonio colectivo, todo ser adulto atraviesa un periodo estacionario, durante el cual perfecciona sus aptitudes adquiridas, pero no adquiere otras nuevas. Más tarde la inteligencia entra en su ocaso y a la lentitud del fenómeno se le agregan las diferencias de cada individuo. La psicología de la vejez denuncia ideas obsesivas absorbentes, de modo que todo viejo cree que los jóvenes lo desprecian y desean su malestar, lo cual se convierte en una manita contra la juventud.

Nacer y morir son términos fundamentales y básicos de la vida, nacemos para crecer y contradictoriamente crecemos para morir; todo lo que la Naturaleza nos ofrece para el crecimiento, nos lo quita poco a poco preparando nuestra muerte. Toda sociedad en decadencia es propicia a la mediocridad y enemiga de cualquier excelencia individual; por eso a los jóvenes originales se les cierra el acceso al gobierno hasta que hayan perdido su arista propia., esperando que la vejez los nivele, rebajándolos hasta los modos de pensar y sentir que son comunes a su grupo social. Capítulo 7 Siempre hay mediocres, según ingenieros lo único que cambia es su prestigio y su influencia, en épocas de exaltación este tipo de gente se muestran humildes y no llegan a ser percibidos por los demás, ya que prefieren no inmiscuirse. Así pues cuando se entibian los ideales y se reemplaza lo cualitativo por lo cuantitativo, se empieza a contar con ellos. Es el caso de gente que paga dinero o favores con el único fin de conseguir el respeto de los demás o al menos eso creen en su retorcida mentalidad, este tipo de gente necesita ser alguien y creen conseguirlo cuando se incorporan a las piaras y en su afán de vivir a expensas del estado pierden dignidad. La gente mediocre viven al acecho se escudan en rencores o en prestigios mundanos, gritan y van en contra de los abusos, cuando realmente lo que quieren es cometeros ellos, el pueblo los ignora y pasan por la historia sin dejar huella; el favoritismo es su esclavitud frente a cien intereses que los acosan; ignoran el sentimiento de la justicia y el respeto del merito. Capítulo 8 Ningún ser humano alcanza la genialidad mientras se sienta exótico o inoportuno; necesita de condiciones favorables de tiempo y de lugar para que sus aptitudes se transformen en funciones y marquen una huella en la historia. El ambiente constituye el “clima” del genio y la oportunidad marca su “hora”. Sin ellos, es sencillamente alcanzar la genialidad; sin embargo no son suficiente para crearla se necesita algo más. El secreto de la gloria es coincidir con la oportunidad, si la persona está en el momento adecuado y reacciona con aptitudes adecuadas es posible que lo que suceda sea una genialidad. El genio es una fuerza que actúa en función del medio.

Frases A continuación anexo algunas frases que a mi parecer encontré por demás interesantes o que engloban la idea que el autor nos quería comunicar: "Hay cierta hora en que el pastor ingenuo se asombra ante la naturaleza que le envuelve”. Esa frase nos indica que en determinado momento nos daremos cuenta de nuestra mediocridad y es entonces cuando debemos decidir si hacer algo para cambiarlo o seguir inertes. "Sin la sombra ignoraríamos el valor de la luz" Según mi entendimiento esta frase nos da a entender que así como la mediocridad, el egoísmo y todo lo malo que ingenieros marca en su libro también esto tiene razón de ser ya que si no existieran estos sentimientos no podríamos tener su contraparte que es lo que buscamos. "Son barcos de amplio velamen pero sin timón" Velamen es un tipo especial de vela que usan los barcos, se encuentra en el mástil superior, a mi criterio lo que el autor quiere explicar es que por más que tienen los fundamentos y las herramientas no poseen timón, esto es no tienen dirección no saben hacia donde ir y por tanto se quedan atorados o se dejan llevar por lo que hagan o digan los demás. "Lo que ayer fue ideal contra una rutina, será mañana rutina, a su vez, contra otro ideal". Una frase recursiva ya que nos demuestra que por más que estemos en contra del hombre rutinario ese mismo cambio o ideal que persigamos se convertirá tarde o temprano en rutina así que debemos estar en constante cambio desde el punto de vista del crecimiento, ya que no podemos estancarnos. "El hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad" La mediocridad llega como resultado fidedigno de lo que sucede cuando dejamos que otros decidan por nosotros o solo nos dejamos llevar por la corriente e ideología de los demás si pensar si quiera. "Cada hombre es como es y no podría ser de otra manera"

Una frase que me causo un tanto de problema ya que si ingenieros nos habla de la mediocridad y de el cambio que debemos presentar ante ella en esta pareciera resignarse a que cada individuo es como es y no existirá ningún cambio, sin embargo después de pensarlo un momento a mi parecer el autor quiere darnos a entender que cada individuo es como es desde el plano de que somos seres únicos así que no debemos ir por la vida dejándonos llevar. "Pues la civilización sería inexplicable en una raza constituida por hombres sin iniciativa". Una frase que a mi parecer dice mucho ya que es muy cierta, la iniciativa es fundamental para el cambio y aunque a veces esa iniciativa sea errónea o equivocada, esta también nos sirve para crecer como seres, así que a resumidas cuentas la iniciativa es lo que genera en gran parte que seamos la civilización que somos hoy en día. "Para concebir una perfección se requiere cierto nivel ético y es indispensable alguna educación intelectual" Un hombre ignorante jamás podrá concebir la perfección de una manera que no sea impartida, pues para este ser lo que el sabe y conoce solo son creencias y no son conocimientos serios. CONCLUSIONES Gracias a este libro aprendí a reconocer que existen diversos tipos de personas y que muchos de los que conozco y conviven día a día conmigo e inclusive yo; tenemos algo si no es que bastante de mediocres, este libro me ayudo a ver claves y mensajes de alerta hacia mi persona los cuales con un enfoque adecuado puedo llegar a cambiar y llegar a ser mejor o incluso intentar llegar a ser una genialidad. Una de las cosas que llego a mi mente al leer el libro e intentar comprenderlo es, que somos como somos (mediocres) debido en gran parte a que la mayor parte del tiempo hacemos las cosas sin esforzarnos y solo las hacemos por cumplir, además que nos limitamos a hacer solo lo que nos piden y no intentamos ir más allá y hacer crecer nuestras habilidades. Si me pongo a pensar detenidamente en los problemas actuales del mundo: políticos, sociales, económicos, religiosos puedo encontrar que todo es causa de la mediocridad y me atrevería a decir que la mayoría somos mediocres y ni siquiera lo sabemos y que el avance moral como sociedad está en decadencia. Sin embargo pese a todo esto la forma de expresarse y el lenguaje del el autor, José Ingenieros por momentos si no es que la mayoría del tiempo puede llegar a ser muy confuso, llegando a generar interpretaciones contradictorias y forzándome a leer una y otra vez el libro. En lo personal este libro no fue de mi agrado ya que se me hizo bastante tedioso y soso, mas sin embargo, me pareció muy enriquecedor, creo que la mentalidad de el autor está demasiado cargada al idealismo y peca de ambicioso, lo cual hace que de muchas vueltas sobre el mismo tema, además de que su lenguaje impide hacer ameno y rico el contenido de su libro.

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EL HOMBRE MEDIOCRE BIOGRAFIA JOSE INGENIEROS Ingenieros, José (1877-1925), filósofo argentino. Nació en Buenos Aires y ejerció una gran influencia en el pensamiento de su tiempo. Tras haber estudiado medicina, fue uno de los introductores de la psicología en su país, participando del positivismo imperante en la época quizá como la última gran figura de ese pensamiento tan enraizado en el siglo XIX. Escribió, entre otras muchas obras, La simulación en la lucha por la vida (1903), su tesis doctoral, adscrita a la intensa corriente darwinista en la Argentina de aquella época, Psicología genética (1911) y El hombre mediocre (1913), su obra más importante de psicología social, en la que describía al hombre moldeado por el medio, sin ideales ni individualidad. En una de sus obras más originales (Proposiciones relativas al porvenir de la filosofía, 1918) Ingenieros desarrolló una versión particular del positivismo que hacía posible la metafísica. Afirmaba que es posible reconocer, en toda forma de experiencia, un "residuo experiencial" que no es incognoscible, aunque no tenga un carácter trascendental. Este residuo, que resulta accesible al conocimiento y la experiencia humana, es el objeto de una nueva metafísica, distinta a la ciencia positiva. Fue miembro del Partido Socialista, fundado por Juan B. Justo, y defendía la idea de que la lucha de clases era una de las manifestaciones de la lucha por la vida. Durante algún tiempo defendió cierto tipo de biologismo social. LA MORAL DE LOS IDEALISTAS. Los seres cuya imaginación se llena de ideales y su sentimiento atrae hacia ellos la personalidad entera son los IDEALISTAS. El ideal es un gesto del espíritu hacia alguna perfección. Los filósofos del futuro irán poniendo la experiencia como fundamento de toda hipótesis legitima, no es arriesgado pensar que en la ética venidera florecerá un idealismo moral. Un ideal no es una formula muerta, sino una hipótesis perfectible; la evolución humana es un esfuerzo continuo del hombre para adaptarse a la naturaleza, que evoluciona a su vez. Un ideal es un punto y un momento entre todo lo posible que puebla el espacio y el tiempo, evolucionar es variar. En la evolución humana varia incesantemente el pensamiento. La vida tiende naturalmente a perfeccionarse. A medida que la experiencia humana se amplia, observando la realidad, los ideales son modificados por la imaginación, que es plástica y no reposa jamás. Los ideales son, por ende, reconstrucciones imaginativas de la realidad que deviene. Un ideal colectivo es la coincidencia de muchos individuos en un mismo afán de perfección. Todo ideal es una fe en la posibilidad misma de la perfección. Hay tantos idealismos como ideales; y tantos ideales como hombres aptos para concebir perfecciones y capaces de vivir hacia ellas. La experiencia, solo ella, decide sobre la legitimidad de los ideales, en cada tiempo y lugar. Sin ideales seria inexplicable la evolución humana. Los hubo y los habrá siempre. Seres desiguales no pueden pensar de igual manera. Los espíritus afiebrados por algún ideal son adversarios de la mediocridad: soñadores contra los utilitarios, entusiastas contra los apáticos, generosos contra los calculistas, indisciplinados contra los dogmáticos. Todo idealista es un hombre cualitativo: posee un sentido de las diferencias que le permite distinguir entre lo bueno y lo malo que observa, y lo mejor que imagina, sin ideales seria inconcebible el progreso. Todo porvenir ha sido una creación de los hombres capaces de presentirlo, concretándolo en infinita sucesión de ideales. Los idealistas aspiran a conjugar en su mente la aspiración y la sabiduría; todo idealismo es, por eso, un afán de cultura intensa: cuenta entre sus enemigos más audaces a la ignorancia, madrastra de obstinadas rutinas. Los idealistas suelen ser esquivos o rebeldes a los dogmatismos sociales que lo oprimen. Todo idealismo es exagerado, necesita serlo. Y debe ser cálido su idioma, como si desbordara la personalidad sobre lo impersonal. Se distinguen dos tipos de idealistas, según predomine en ellos el corazón o el cerebro. El idealismo sentimental es romántico: la imaginación no es inhibida por la crítica y los ideales viven de sentimiento. En el idealismo experimental los ritmos afectivos son encarrilados por la experiencia y la critica coordina la imaginación: los ideales tórnense reflexivos y serenos. Corresponde el uno a la juventud y el otro a la madurez, el primero es adolescente, crece, puja y lucha; el segundo es adulto, se fija, resiste, vence. Los idealistas románticos son exagerados por que son insaciables. El hombre incapaz de alentar nobles pasiones esquiva el amor como si fuera un abismo; ignora que el pone en manifiesto todas las virtudes y es el mas eficaz de los moralistas. Vive y muere sin haber aprendido amar. En todo lo perfectible cabe un romanticismo; su orientación varía con los tiempos y con las inclinaciones. En todo lo perfectible cabe un romanticismo; su orientación varía con los tiempos y con las inclinaciones. Las rebeldías románticas son embotadas por la experiencia. Los romanticismos no resisten a la experiencia crítica: si duran hasta pasados los límites de la juventud, su ardor no equivale a su

eficiencia. El idealista estoico mantienese hostil a su medio, lo mismo que el romántico. Su actitud es de abierta resistencia a la mediocridad organizada, resignación desdeñosa o renunciamiento altivo sin compromisos. EL HOMBRE MEDIOCRE. La desigualdad humana no es un descubrimiento moderno. Hay hombres mentalmente inferiores al término medio de su raza, de su tiempo y de su clase social; también los hay superiores. Entre unos y otros fluctúan una gran masa imposible de caracterizar por inferioridades o excelencias. Su existencia es, sin embargo, natural y necesaria. En todo lo que ofrece grados hay mediocridad; en la escala de la inteligencia humana ella representa el claroscuro entre el talento y la estulticia. Las personas tienden a confundir el sentido común con el buen sentido. El sentido común es colectivo, eminentemente retrogrado y dogmatista; el buen sentido es individual, siempre innovador y libertario. La personalidad individual comienza en el punto preciso donde cada uno se diferencia de los demás; en muchos hombres ese punto es simplemente imaginario. Por ese motivo al clasificar los caracteres humanos se ha comprendido la necesidad de separar a los que carecen de rasgos característicos: productos adventicios del medio, de las circunstancias de la educación que se les suministra, de las personas que los tutelan, de las cosas que los rodean. Muchos nacen; pocos viven. Los hombres sin personalidad son innumerables y vegetan moldeados por el medio, como cera fundida en el cuño social. Si hubiera de tenerse en cuenta la buena opinión que todos los hombres tienen de si mismos, seria imposible discurrir de los que ese caracteriza por la ausencia de personalidad. Lo habitual no es el genio ni el idiota, no es el talento ni el imbecil. El hombre que nos rodea a millares, el que prospera y se reproduce en el silencio y en la tiniebla, es el mediocre. Con diversas denominaciones y desde puntos de vista heterogéneos, se ha intentado algunas veces definir el hombre sin personalidad. En este sentido, hombre normal no seria sinónimo de hombre equilibrado, sino de hombre domesticado; la pasividad no es un equilibrio, no es complicada resultante de energías, sino su ausencia. El hombre sin personalidad no es un modelo, sino una sombra. ¿Cuál es el hombre normal?, “Buen apetito, trabajador, ordenado, egoísta, aferrado a sus costumbres, misoneísta, paciente, respetuoso de toda autoridad, animal domestico”. Ningún hombre es excepcional en todas sus aptitudes; pero no podría afirmarse que son mediocres a carta cabal. No obstante las infinitas diferencias individuales, existen grupos de hombres que pueden englobarse dentro de tipos comunes; si observamos cualquier sociedad humana, el valor de sus componentes resulta siempre relativo al conjunto: el hombre es un valor social. Considerando a cada individuo con relación a su medio, tres elementos concurren a formar su personalidad: la herencia biológica, la imitación social y la variación individual. El hombre inferior es un animal humano; en su mentalidad enseñoreanse las tendencias instintivas condensadas por la herencia y que constituyen el “alma de la especie”. El hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad; es por esencia imitativo y esta perfectamente adaptado para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y dogmatismos reconocidamente útiles para la domesticidad. El hombre superior es un accidente provechoso para la evolución humana. Es original e imaginativo, desadaptandose del medio sicila en la medida de su propia variación. Todo lo que existe es necesario. Cada hombre posee un valor de contraste, si no lo tiene de afirmación. El mediocre representa un progreso, comparado con el imbecil, aunque ocupa su rango si lo comparamos con el genio. Todos los hombres de personalidad firme y de mente creadora, son hostiles a la mediocridad. Ante la moral social, los mediocres encuentran una justificación. Si los hábitos resumen la experiencia pasada de pueblos y de hombres, dándoles unidad, los ideales orientan su experiencia venidera y marcan su probable destino. Los idealistas y los rutinarios son factores igualmente indispensables, aunque los unos recelen de los otros. La psicología de los hombres. La psicología de los hombres mediocres caracterizase por un riesgo común la incapacidad de concebir una perfección de, de formarse un ideal. Son rutinarios, honestos y mansos; piensan con la cabeza de los demás, comparten la ajena hipocresía moral y ajustan su carácter a las domesticidades convencionales. Son incapaces de virtud; no la conciben o les exige demasiado esfuerzo. No vibran a las tensiones más altas de la energía; son fríos, apáticos, nunca equilibrados. No saben estremecerse de escalofrío bajo una tierna caricia, ni abalanzarse de indignación ante una ofensa. Aunque aislados no merezcan atención, en conjunto constituyen un régimen, representan un sistema especial de intereses inconmovibles. La vulgaridad es el agua fuerte de la mediocridad. En la ostentación de lo mediocre reside la psicología de lo vulgar; basta insistir en los rasgos suaves de la acuarela para tener el aguafuerte, los vulgares son mediocres de razas primitivas: habrían sido perfectamente adaptados en sociedades salvajes, pero carecen de la domesticación que los confundirían con sus contemporáneos. Repudian las cosas líricas porque obligan a pensamientos muy altos y a gestos demasiados dignos. Su amistad es una complacencia servil o una adulación provechosa. Admiran al utilitarismo egoísta, inmediato, menudo, al contado. El hombre sin ideales hace del arte un oficio, de la ciencia un comercio, de la filosofía un instrumento, de la virtud una empresa, de la caridad una fiesta, del placer un sensualismo. El progreso humano es la resultante de ese contraste perpetuo entre masas inertes y energías propulsoras. LA MEDIOCRIDAD INTELECTUAL La rutina no es hija de la experiencia; es su caricatura. En su orbita giran los espíritus mediocres. Evitan salir de ella y cruzar espacios nuevos; repiten que es preferible lo malo conocido que lo bueno por conocer. Su impotencia para asimilar ideas nuevas los constriñe a frecuentar las antiguas. La Rutina, es el hábito de renunciar a pensar. Los prejuicios son creencias anteriores a la observación; los juicios, exactos o erróneos, son consecutivos a ella. Es más contagiosa la mediocridad que el talento. Los rutinarios razonas con la lógica de los demás. Ignoran que el hombre vale por su saber; niegan por la cultura es la mas honda fuente de la virtud. No intentan estudiar; todos los rutinarios son intolerantes; los condena a serlo. Los hombres rutinarios desconfían de su imaginación. En toda idea nueva presienten un peligro; si les dijeran que su prejuicios son ideas nuevas, llegarían a creerlos peligrosos. En todo lo que no hay prejuicios definitivamente consolidados, los rutinarios carecen de opinión. El hombre rutinario no puede razonar por si mismo, viven de una vida que no es vivir. En esos hombres, inmunes a la pasión de la verdad, supremo ideal a que sacrifican su vida pensadora y filósofa, no caben impulsos de

perfección. En el verdadero hombre mediocre la cabeza es un simple adorno del cuerpo. Son modestos, por principios. Tal modestia es un simple respeto de si mismo y de los demás. Adoran el sentido común, sin saber de seguro en que consiste; lo confunden con el buen sentido, que es su síntesis. El temor de comprometerse les lleva a simpatizar con un precavido escepticismo. La mediocridad intelectual hace al hombre solemne, modesto, indeciso y obtuso. Pasea su vida por las llanuras; evita mirar desde las cumbres que escalan los videntes y asomarse a los precipicios que sondan los elegidos. Vive entre los engranajes de la rutina. Los mediocres, lo mismo que los imbeciles, serian acreedores a esa amable tolerancia mientras se mantuvieran a la capa; detestan a los que no pueden igualar, como si con solo existir los ofendieran. Los mediocres, más inclinados a la hipocresía que al odio, prefieren la maledicencia sorda a la calumnia violenta. Sin cobardía no hay maledicencia. El que puede gritar cara a cara una injuria, el que denuncia a voces un vicio ajeno, al que acepta los riesgos de sus decires, no es un maldiciente. La ironía es la perfección del ingenio, una convergencia de intención y de sonrisa, aguda en la oportunidad y justa en la medida; es un cronometro, no anda mucho sino con precisión. Eso lo ignora el mediocre. El escritor mediocre es peor por su estilo que por su moral. El mediocre parlante es peor por su moral que por su estilo. Diriase que empañan la reputación ajena para disminuir el contraste con la propia. La vanidad empuja al hombre vulgar a perseguir un empleo expectable en la administración del Estado, indignadamente si es necesario; sabe que su sombra lo necesita. Mirar de frente al éxito, es asomarse al precipicio: se retrocede a tiempo o se cae en el para siempre. Los grandes cerebros ascienden por la senda exclusiva del merito; o por ninguna. El éxito les parece un simple reconocimiento de su derecho, un impuesto de admiración que se les paga en vida. El éxito es benéfico si es merecido; exalta la personalidad, la estimula. La popularidad y la fama suelen dar transitoriamente la ilusión de la gloria. Los hijos del éxito pasajero deberían morir al caer en la orfandad. Para estos triunfadores accidentales, el instante en que se disipa su error debería ser el último de la vida. Compartiendo las ruinas y las debilidades de la mediocridad ambiente, fácil es convertirse en arqueotipos de la masa y ser prohombres entre sus iguales, pero quien así culmina, muere con ellos. La integridad moral y la excelencia de carácter sin virtudes estériles en los ambientes rebajados, mas asequibles a los apetitos del domestico que a las altiveces del digno. LOS VALORES MORALES La hipocresía es le arte de amordazar la dignidad; ella hace enmudecer los escrúpulos en los hombres incapaces de resistir la tentación del mal. Es falta de virtud para renunciar a este y de coraje para asumir su responsabilidad. Ninguna fe impulsa a los hipócritas; esquivan la responsabilidad de sus acciones son audaces en la traición y tímidos en la lealtad. En su anhelo simulan las aptitudes y cualidades que consideran ventajosas para acrecentar la sombra que proyecta en su escenario. El hipócrita suele aventajarse de su virtud fingida, mucho más que el verdadero virtuoso. La hipocresía tiene matices. Si el mediocre moral se aviene a vegetar en la penumbra, no cabe baje el escalpelo del psicólogo. El odio es loable si lo comparamos con la hipocresía. La juventud tiene entre sus preciosos atributos la incapacidad de dramatizar largo tiempo las pasiones malignas; el hombre que ha perdido la aptitud de borrar sus odios esta ya viejo, irreparablemente. Sus heridos son tan imborrables como sus canas. Y como estas, puede teñirse el odio: la hipocresía es la tintura de esas canas morales. El hipócrita esta constreñido a guardar las apariencias, con tanto afán como pone el virtuoso en cuidar sus ideales. Así como la pereza es la clave de la rutina y la avidez es móvil del servilismo, la mentira es el prodigioso instrumento de la hipocresía. El que miente es traidor: sus victimas le escuchan suponiendo que buscan la verdad. En el fondo sospecha que el hombre sincero es fuerte e individualista. Faltándole la osadía de practicar el mal, a que esta inclinado, contentase con sugerir que oculta que oculta sus virtudes por modestia; pero jamás consigue usar con desenvoltura el antifaz. El hipócrita entibia toda amistad con sus dobleces: nadie puede confiar en su ambigüedad recalcitrante. Su indiferencia al mal del prójimo puede arrastrarle a complicidad indignas. Indigno de la confianza ajena, el hipócrita vive desconfiado de todos, hasta caer en el supremo infortunio de la susceptibilidad. Un terror ansioso la acoquina frente a los hombres sinceros, creyendo escuchar en cada palabra un reproche merecido; no hay en ello dignidad, sino remordimiento. En vano pretendería engañarse a si mismo, confundiendo la susceptibilidad con la delicadeza; aquella nace del miedo y esta es hija del orgullo. Las deudas contraídas por vanidad o por vicio obligan a fingir y engañar; el que las acumula renuncia a toda dignidad. Hay otras consecuencias del tartufism. El hombre dúctil a la intriga se priva del cariño ingenuo. Suele tener cómplices, pero no tiene amigos; la hipocresía no ata por el corazón, sino por el interés. Los hipócritas forzosamente utilitarios y oportunistas, están siempre dispuestos a traicionar sus principios en homenaje a un beneficio inmediato; eso les veda la amistad con espíritus superiores. Siendo desleal, el hipócrita es también ingrato. Invierte las formulas del reconocimiento: aspira a la divulgación de los favores que hace, sin ser por ello sensible a los que recibe. Multiplica por mil lo que da y divide por un millón lo que acepta. El pudor de los hipócritas es la peluca de su calvicie moral. La mediocridad moral es impotencia para la virtud cobardía para el vicio. Si hay mentes que parecen maniquíes articulados con rutinas, abundan corazones semejantes a mongolfieras infladas de prejuicios. El hombre honesto puede temer el crimen sin admirar la santidad: es incapaz de iniciativa para entrambos. Las mediocracias de todos los tiempos son enemigas del hombre virtuoso: prefieren al honesto y lo encumbran como ejemplo. Olvida que no hay perfección sin esfuerzo: solo pueden mirar al sol de frente los que osan clavar su pupila sin temer la ceguera. Los corazones menguados no cosechan rosas en su huerto, por temor a las espinas; los virtuosos saben que es necesario exponerse a ellas para recoger las flores mejor perfumadas. La sociedad predica no hagas mal y serás honesto. El talento moral tiene otras exigencias: persigue una perfección y serás virtuoso. La honestidad esta al alcance de todos; la virtud es de pocos elegidos. El hombre honesto aguanta el yugo a que le uncen sus cómplices; el hombre virtuoso se eleva sobre ellos con un golpe de ala. No hay virtud cuando los actos desmienten las palabras, ni cabe nobleza donde la intención se arrastra. Por eso la mediocridad moral es más nociva en los hombres conspicuos y en las clases privilegiadas. La nobleza que no esta en nuestro afán de perfección es inútil que perdure en ridículos abolengos y pergaminos; noble es el que revela en sus actos un respeto por su rango y no el que alega su alcurnia para justificar actos innobles. Por la virtud, nunca por la honestidad, se miden los valores de la aristocracia moral. Mientras el hipócrita merodea en la penumbra, el inválido moral se refugia en las tiniebla. Comparado

con el inválido moral, el hombre honesto parece una alhaja. Los delincuentes son individuos incapaces de adaptar su conducta a la moralidad media de la sociedad en que viven. Son inferiores; tienen el alma de la especie, pero no adquieren el alma social. Divergen de la mediocridad, pero en sentido opuesto a los hombres excelentes, cuyas variaciones originales determinan una desadaptacion evolutiva en el sentido de la perfección. Estos inadaptables son moralmente inferiores al hombre mediocre. Los insectos dañinos en la naturaleza. Sea cual fuere, sin embargo, la orientación de su inferioridad biológica y social, encontramos una pincelada común en todos los hombres que bajo el nivel de la mediocridad: la ineptitud constante para adaptarse a las condiciones que, en cada colectividad humana, limitan la lucha por la vida. Carecen de la aptitud que permite al hombre mediocre imitar los prejuicios y las hipocresías de la sociedad en que vegeta. No es el hombre moralmente mediocre - el honesto - quien determina las transformaciones de la moral. Son los virtuosos y los santos, inconfundibles con el. Precursores, apóstoles, mártires, inventan formas superiores del bien, las enseñan, las predican, las imponen. Toda moral futura es un producto de esfuerzos individuales, obra de caracteres excelentes que conciben y practican perfecciones inaccesibles al hombre común. El progreso ético es lento, pero seguro. La virtud arrastra y enseña; los honestos se resignan a imitar alguna parte de las excelencias que practican los virtuosos. Cada uno de los sentimientos útiles para la vida humana engendra una virtud, una norma de talento moral. El hombre mediocre ignora esas virtudes; se limita a cumplir las leyes por temor a las penas que amenazan a quien las viola, guardando la honra por no arrastrar las consecuencias de perderla. Enseñemos a perdonar; pero enseñemos con el ejemplo, no ofendiendo. Admitamos que la primera vez se ofende por ignorancia; pero creamos que la segunda suele ser por villanía. Mientras los hipócritas recetan la austeridad, reservando la indulgencia para si mismos, los pequeños virtuosos prefieren la practica del bien y su predica; evitan los sermones y enaltecen su propia conducta. Su corazón es sensible a las pulsaciones de los demás, abriéndose a toda hora para aducir las penas de un desventurado y previniendo sus necesidades para ahorrarles la humillación de pedir ayuda; hacen siempre todo lo que pueden, poniendo en ello tal afán que trasluce el deseo el deseo de haber hecho mas y mejor. Esas pequeñas virtudes son usuales, de aplicación frecuente, cotidiana; sirven para distinguir al bueno del mediocre y difieren tanto de la honestidad como el buen difieren del sentido común. La moralidad es tan importante como la inteligencia en la composición global del carácter. Ambas formas de talento, aunque distintas y cada una multiforme, son igualmente necesarias y merecen el mismo homenaje. Si un hombre encarrila en absoluto su vida hacia un ideal, eludiendo o constatando todas las contingencias materiales que contra el conspiran, ese hombre se eleva sobre el nivel mismo de las mas altas virtudes. Entra en la santidad. La santidad existe: los genios morales son los santos de la humanidad. Algunos legislan y fundan religiones como Moisés, Buda y Confucio, en civilizaciones primitivas, cuando los Estados son teocracias; otros predican y viven su moral, como Sócrates, Zenón o Cristo, confiando la suerte de sus nuevos valores a la eficacia del ejemplo; sea cual fuere el juicio que a la posteridad merezcan sus enseñanza, todos ellos son inventores, fuerzas originales en la evolución del bien y del mal, en la metamorfosis de las virtudes. Son siempre hombres de excepción, genios, los que la enseñan. La santidad esta en la sabiduría. Los ideales éticos no son exclusivos del sentimiento religioso; no lo es la virtud; ni la santidad. Sobre cada sentimiento pueden ellos florecer. Cada época tiene sus ideales y sus santos: héroes, apóstoles o sabios. Si es difícil mirar un instante la cara de la muerte que amenaza paralizar nuestro brazo, lo es más resentir toda una vida los principios y rutinas que amenazan asfixiar nuestra inteligencia. Orientadas por la exigua constelación de visionarios, las generaciones remontan desde la rutina hacia Verdades cada vez menos inexactas y desde el prejuicio hacia las Virtudes cada vez menos imperfectas. Todos los caminos de la santidad conducen hacia el punto infinito que marca su imaginaria convergencia. LOS CARACTERES MEDIOCRES Viven de los demás y para los demás: sombras de una grey, carecen de luz, de arrojo, de fuego, de emoción. Los caracteres excelentes ascienden a la propia dignidad nadando contra la corriente. Nunca se obstinan en el error, ni traicionan jamás la verdad. Su fisonomía es la propia y no puede ser nadie más; son inconfundibles. Por ellos la humanidad vive y progresa. Las creencias son el soporte del carácter; el hombre que las posee firmes y elevadas, lo tienen excelente. Las sombras no creen. Las creencias son los móviles de toda actividad humana. No necesitan verdades: creemos con anterioridad a todo racionamiento y cada nueva noción es adquirida a través de creencias ya preformadas. El ingenio y la cultura corrigen las fáciles ilusiones primitivas y las rutinas impuestas por la sociedad al individuo: la amplitud de saber permite a los hombres formarse ideas propias. Sin unidad no se concibe un carácter. La unidad de las creencias permite a los hombres obrar de acuerdo con el propio pasado. Creencias firmes, conducta firme. Ese es el criterio para apreciar el carácter las obras. Mientras los hombres resisten las tentaciones, las sombras resbalan por la pendiente; los caracteres excelentes son indomesticables: tiene su norte puesto en su ideal. Su “firmeza” los sostiene; su “luz” los guía. Las sombras en cambio, degeneran. En ciertos sujetos, sin carácter desde el cáliz materno hasta la tumba, la conducta no puede seguir normas constantes. El trabajo, creando el hábito del esfuerzo, seria la mejor escuela del carácter; esos degenerados son indomesticables. En los mundos minados por la hipocresía todo conspira contra las virtudes civiles: los hombres se corrompen los unos a los otros, los mediocres no saben evitarla; los hombres sin ideales son incapaces de resistir las acechanzas de hartazgos materiales sembrados en su camino. El hombre es. La sombra parece. El hombre pone su honor en el merito propio y es juez supremo de si mismo; hay una moral del honor y otra de su caricatura: ser o parecer. Del amor propio nacen las dos: hermanas por su origen. Como Caín y Abel. Y más enemigos que ellos, irreconciliables. Son formas de amor propio. Siguen caminos diferentes. La una florece sobre el orgullo, celo escrupuloso puesto en el respeto de si mismo; la otra nace de la soberbia, apetito de culminación ante los demás. En los dignos el propio juicio se antepone a la aprobación ajena; en los mediocres se postergan los meritos y se cultiva a la sombra. Los primeros viven para si; los segundos vegetan para otros. LA ENVIDIA

La envidia es una adoración de los hombres por las sombras, del merito por la mediocridad. Es el rubor de la mejilla sonoramente abofeteada por la gloria ajena. Es el grillete que arrastra los fracasos. El que envidia se rebaja sin saberlo, se confiesa subalterno; esta pasión es el estigma psicológico de una humillante inferioridad, sentida, reconocida. Sorprende que los sicólogos la olviden en sus estudios sobre las pasiones, limitándose a mencionarla como un caso particular de los celos. Es pasión traidora y propicia a las hipocresías. Se puede odiar a las cosas y a los animales; solo se puede envidiar a los hombres. El odio que injuria y ofende es temible; la envidia que calla y conspiran es repugnante. El odio puede hervir en los grandes corazones; puede ser justo y santo; lo es muchas veces, cuando quieren borrar la tiranía, la infamia, la indignidad. La envidia es de corazones pequeños; el hombre que se siente superior no puede envidiar, ni envidia nunca el loco feliz que vive con delirio de grandeza. Se envidia lo que otros ya tienen y se desearía tener, sintiendo que el propio es un deseo sin esperanza: se cela lo que ya se posee y se teme perder; se emula en pos de algo que otros también anhelan, teniendo la posibilidad de alcanzarlo. La emulación es siempre noble: el odio mismo puede serlo algunas veces. La envidia es una cobardía propia de los débiles, un odio impotente, una incapacidad manifiesta de competir o de odiar. La emulación presume un afán de equivalencia, implica la posibilidad de un nivelamiento; siendo la envidia un culto involuntario del merito, los envidiosos son, a pesar suyo, sus naturales sacerdotes. El envidioso cree marchar al calvario cuando observa que otros escalan la cumbre. Lo que es para otras causas de felicidad, puede ser objeto de envidia. Envidiar es una forma aberrante de rendir homenaje a la superioridad. La que ha nacido -y la belleza para ser completada requiere, entre otros dones, la gracia, la pasión y la inteligencia- tiene asegurado el culto de la envidia. El talento es el tesoro mas envidiado entre los hombres. Todo el que siente capaz de crearse un destino con su talento y con su esfuerzo esta inclinado a admirar el esfuerzo esta inclinado a admirar el esfuerzo y el talento en los demás; pero aceptar no es amar. Resignarse no es admirar. Todo escritor mediocre es candidato a criticastro. La incapacidad de crear le empuja a destruir. Las mujeres feas demostraran que la belleza es repulsiva y las viejas sostendrán que la juventud es insensata; vengaran su desgracia en el amor diciendo que la castida es suprema entre todas las virtudes, cuando ya en vano se harían viltroteras para ofrecer la propia a los transeúntes. El que no admira lo mejor, no puede mejorar. El castigo de los envidiosos estaría en cubrirlos de favores, para hacerles sentir que su envidia es recibida como un homenaje y no como un estiletazo. El envidioso es la única victima de su propio veneno. Los únicos gananciosos son los envidiados; es grato sentirse adorar de rodillas. La mayor satisfacción del hombre excelente esta en evocar la envidia, no ser envidiado es una garantía inequívoca de mediocridad. LA VEJEZ NIVELADORA La vejez mediocriza a todo hombre superior; mas tarde, la decrepitud inferioriza al viejo ya mediocre. Quien se pone a mirar si lo que tiene le bastara para que todo su porvenir posible, ya no es joven; cuando opina que es preferible tener de mas a tener de menos, esta viejo; cuando su afán de poseer excede su posibilidad de vivir, ya esta moralmente decrepito. La avaricia es una exaltación de los sentimientos egoístas propios de la vejez. La personalidad individual se constituye por sobre posiciones sucesivas de la experiencia. Inferior, mediocre o superior, todo hombre adulto atraviesa un periodo estacionario durante el cual se perfeccionan las aptitudes. La longevidad mortal es un accidente; no es la regla. La vejez inequívoca es la pone mas arrugas en el espíritu que en la frente. La juventud no es simple cuestión de estado civil y puede sobrevivir a alguna cana: es un don de vida intensa, expresiva y optimista. La vejez comienza por hacer de todo individuo un hombre mediocre. Los que solo habían logrado adquirir un reflejo de la mentalidad social., poco tienen que perder en esta inevitable bancarrota: es el empobrecimiento de un pobre. El viejo tiende a la inercia, busca el menor esfuerzo; así como la pereza de una vejez anticipada. La vejez es una pereza que llega fatalmente en cierta hora de la vida. A medida que envejece, tornase el hombre infantil, tanto por su ineptitud creadora como por su achicamiento moral. La psicología de la vejez denuncia ideas obsesivas absorbentes. Todo viejo cree que los jóvenes le desprecian y desean su muerte para suplantarle. A los veinte años cada individuo ha anunciándolo que de el puede esperarse ningún alma oscura hasta esa edad se ha vuelto luminosa después. Casi todas las grandes acciones de la historia han sido realizadas antes de los treinta años. Los viejos olvidan que fueron jóvenes y estos parecen ignorar que serán viejos. El diablo no sabe más por viejo que por diablo. Si se arrepiente no es por santidad; sino por impotencia. LA MEDIOCRACIA En raros momentos la pasión caldea la historia y los idealismos se exaltan: cuando las naciones se constituyen y cuando se renuevan. Platón, sin quererlo, al decir de la democracia:” es el peor de los buenos gobiernos, pero es el mejor entre los malos” definió la mediocracia. Políticos sin vergüenza hubo en todos los tiempos y bajo todos los regímenes; pero encuentran mejor clima en las burguesías sin ideales. Siempre hay mediocres. Son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia. En las épocas de exaltación renovadora muéstrense humildes, son tolerados; nadie los nota, no osan inmiscuirse en nada. Cuando se entibian los ideales y se reemplaza lo cualitativo por lo cuantitativo, se empieza a contar con ellos. Los gobernantes no crean tal estado de cosas y de espíritus: lo representan. Florecen legisladores, pululan archivistas, cuentéense los funcionarios por legiones: las leyes se multiplican, sin reforzar por ello su eficacia. En vez de héroes, genios o santos, se reclama discretos administradores. Pero el estadista, el filósofo, el poeta, los que realizan, predican y cantan alguna parte de un ideal están ausentes. Nada tiene que hacer. Cuando falta esa comunidad de esperanzas, no hay patria, no puede haberla: hay que tener ensueños comunes, anhelar juntos grandes cosas y sentirse decididos a realizarlas, con la seguridad de que al marchar todos en pos de un ideal, ninguno se quedara en mitad de camino contando sus talegas. No hay manera mas baja de amar a la patria que odiando a las patrias de los otros hombres, como si todas no fueran igualmente dignas de engendrar en sus hijos iguales sentimientos. La exigua capacidad de ideales impide a los espíritus bastos ver en el patrimonio un alto ideal; los trafugas de la moral, ajenos a la sociedad en que viven, no pueden concebirlo; los esclavos y

los siervos tienen, apenas, un país natal. Solo el hombre digno y libre puede tener una patria. Cuando las miserias morales asolan a un país, culpa es de todos los que por falta de cultura y de ideal han sabido amarlo como patria: de todos los que vivieron de ella sin trabajar para ella. Nadie piensa donde todos lucran; nadie sueña donde todos tragan. Es de ilusos creer que el merito abre las puertas de los parlamentos envilecidos. Los partidos -o el gobierno en su nombre- operan una selección entre sus miembros, a expensas del merito o a favor de la intriga. Un soberano cuantitativo y sin ideales prefiere candidatos que tengan su misma complexión moral: por simpatía y por conveniencia. Los cómplices, grandes o pequeños, aspiran a convertirse en funcionarios. Ese afán de vivir a expensas del estado rebaja la dignidad. El merito queda excluido en absoluto; basta la influencia. Con ella se asciende por caminos equívocos. Halagar a los ignorantes y merecer su aplauso, hablándoles sin cesar de sus derechos, jamás de sus deberes, es el postrer renunciamiento la propia dignidad. Tener un ideal crimen que no perdonan las mediocracias. Quien vive para un ideal no puede servir para ninguna mediocracia. La aristocracia del merito es el régimen ideal, frente a las dos mediocracias que ensombrecen la historia. Tiene la formula absoluta: “la justicia en la desigualdad”. LOS FORJADORES DE IDEALES Todo lo que vive es incesantemente desigual. Nacen muchos ingenios excelentes en cada siglo, encuentran el momento adecuado para llegar a ser lo que son. Ese es el secreto de su gloria: coincidir con la oportunidad que necesita de el. La obra de genio no es fruto exclusivo de la inspiración individual, otorgar ese titulo a cuantos descuellan por determinada aptitud significa mirar como idénticos a todos los que se elevan sobre la medianía. Ninguna clasificación es justa por que la genialidad no se clasifica. Un libro es más que una intención: es un gesto. La adaptación es mediocrizadora. El genio se abstrae; el alienado se distrae. Por eso, con frecuencia, toda superioridad es un destierro. Son inquietos: la gloria y el reposo nunca fueron compatibles. Solo esta vencido el que confiesa estarlo. El genio por su definición, no fracasa nunca. Por eso los hombres excepcionales merecen la admiración que se les profesa. Si su aptitud es un don de la naturaleza, desarrollarla implica un esfuerzo ejemplar. Los más bellos dones requieren ser cultivados como las tierras mas fértiles necesitan ararse. La memoria no hace al genio, aunque no le estorba; pero ella, y el razonamiento a sus datos, no crean nada superior a lo real que percibimos. Mientras existan corazones que alienten un afán de perfección, serán conmovidos por todo lo que revela la fe en un ideal: por el canto de los poetas, por el gesto de los héroes, por la virtud de los santos, por la doctrina de los sabios, por la filosofía de los pensadores. CONCLUSIONES PERSONALES: Al leer el libro El hombre mediocre me di cuenta de que no todas las personas son como uno cree, a veces pensamos que hay muchas personas excelentes pero según el libro son muy pocas las que llegan a esta excelencia, por que?. Por que la mayoría de las personas hacemos las cosas por hacerlas, muchas veces no le ponemos empeño a lo que nos piden y hacemos estrictamente lo necesario y no vamos mas allá de nuestras habilidades para poder llegar a ser verdaderos hombres y mujeres que le sirven de manera total a la sociedad. SOCIALES: En este libro se habla muy claramente a la sociedad actual, ya que de esta tienden a salir hombres sin saber para que están en la vida, para que sirven, son personas mediocres que no le sirven a una sociedad que requiere con urgencia sabios, que en esta época son muy escasos ya que la mayoría son mediocres y esto es lo que trata de evitar Jose Ingenieros en este libro. BÍBLICAS: En la Biblia encontramos varios ejemplos de animales que no son ´´mediocres´´, entre estos encontramos el ejemplo de la abeja y la hormiga. Al ver la vida de una abeja podemos admirar como es que vive y trabaja, su instinto las lleva a trabajar sin cesar, con perseverancia, diligencia y una productividad asombrante. Ellas tiene una vida muy corta pero esto no les impide para alcanzar a producir varios gramos de miel siendo ella tan pequeña y su vida tan corta. Al lado de la abeja encontramos el zangano, este no se mata trabajando como la abeja, este es el símbolo del hombre mediocre, vive del trabajo ajena, del trabajo de los excelentes, de los sabios, de los que le verdaderamente le sirven a la sociedad. Cuanto mas progreso y felicidad habría en esta sociedad, sino existieran los mediocres y sí muchos sabios. Salomón en Proverbios nos da el segundo ejemplo que es muy claro, “ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y se sabio” (Prov. 6:6). Dios bendice a quienes son diligentes en el cumplimiento de su deber. FILOSOFICAS: El autor nos muestra en este libro, la clara imagen del hombre moderno moldeado por el medio, la sociedad en que vive, sin ideales ni individualidad, nos muestra esto para evitar que caigamos en este error para que mundo salga de la indiosincracia en que se encuentra y pueda llegar a ser prospero social, cultural, y económicamente.

4 LA EMOCIÓN DEL IDEAL: llevas en ti el resorte misterioso de un idea. Custódiala; si la dejas apagar no se reenciende jamás, y si ella muere en ti quedas inerte.DE UN IDEALISMO FUNDADO EN EXPERIENCIA: A medida que la experiencia humana se amplía, observando la realidad, los ideales son modificados por la imaginación. LOS TEMPERAMENTOS IDEALISTAS: Los idealistas son inquietos, esquivos o rebeldes, dóciles-maleables, solidarios, detestan las diferencias, aborrecen las excepciones. EL IDEALISMO ROMÁNTICO: Construyen sus ideales sin conceder nada a la realidad. Son ingenuos y sensibles, accesibles al entusiasmo y a la ternura; un minuto les basta para decidir toda una vida, su orientación varía con los tiempos .EL IDEALISMO ESTOICO: Mantiénese hostil a su medio, su actitud es de abierta resistencia a la mediocridad organizada, adquiere una sensibilidad individualista. SÍMBOLO: en la Plaza de Florencia. Perseo exhibiendo la cabeza de Medusa. Cuando los temperamentos idealistas se detienen ante Benvenuto, sus labios parecen articular palabras perceptibles. ¿ÁUREA MEDIOCRITAS?: El poeta

enalteció los goces de un vivir sencillo que dista de la opulencia y la miseria, llamando áurea a esa mediocridad material. LOS HOMBRES SIN PERSONALIDAD: La falta de personalidad hace, a estos incapaces de iniciativa y resistencia. Desfilan inadvertidos, sin aprender ni enseñar. EN TORNO DEL HOMBRE MEDIOCRE: Sólo puede definirse en relación a la sociedad en que vive y por su función social. Acomodaticio a las oportunidades, se derrumba siempre. CONCEPTO SOCIAL DE LA MEDIOCRIDAD: Es una sombra proyectada por la sociedad; por esencia imitativo y está adaptado para vivir en rebaño, reflejando rutinas, prejuicios. EL ESPÍRITU CONSERVADOR: Los hombres sin ideales: conservan y transmiten las variaciones útiles para la continuidad del grupo social. PELIGROS SOCIALES DE LA MEDIOCRIDAD: Cuando se arrebañan son peligrosos, fortificánse en la cohesión del total; la mediocridad es moralmente peligrosa y su conjunto es nocivo en ciertos momentos de la historia. LA VULGARIDAD: Es una acentuación de los estigmas comunes a todo ser gregario; sólo florece cuando las sociedades se desequilibran en desfavor del idealismo. EL HOMBRE RUTINARIO: Los rutinarios razonan con la lógica de los demás. Maleables bajo el peso de opinión publica, viven del juicio ajeno. LA MALEDICENCIA: Esquiva el castigo; sus vertebras son nombres propios, articuladas por los verbos equívocos, para arrastrar un cuerpo. EL SENDERO DE LA GLORIA: Los grandes cerebros ascienden por la senda exclusiva del mérito: o por ninguna. LA MORAL DE TARTUFO: Según convenga pueden aflojarse las ligaduras de la conciencia, rectificando la maldad de los actos con la pureza de las doctrinas. EL HOMBRE HONESTO: Permanece por debajo de quien práctica alguna virtud, orienta su vida hacia algún ideal. Es enemigo del santo. LOS TRÁNSFUGAS DE LA HONESTIDAD: El hombre honesto es incapaz del ideal; sabe disfrazar sus instintos, encubre el vicio, elude el delito penado por las leyes. FUNCIÓN SOCIAL DE LA VIRTUD: Los virtuosos combaten en la forma que su cultura y su temperamento les sugieres, todos se proponen mejorar al hombre. LA PEQUEÑA VIRTUD Y EL TALENTO MORAL: Los virtuosos hacen siempre lo que pueden. “El talento superior es el talento moral”. EL GENIO MORAL: LA SANTIDAD; Se es santo por temperamento, por corazonadas firmes, la santidad está en el heroísmo, en el apostolado, en la sabiduría. HOMBRES Y SOMBRAS: Los hombres varían sus creencias y pueden cambiarlas mientras siguen aprendiendo, las sombras pretenden encubrir la indignidad con el nombre de evolución. LA DOMESTICACIÓN DE LOS MEDIOCRES: Amoldan su corazón a los prejuicios y su inteligencia a las rutinas: la domesticación les facilita la lucha por la vida. LA VANIDAD: La exaltación del amor propio, peligrosa para los espíritus vulgares, útil al hombre que sirve de un ideal. LA DIGNIDAD: La dignidad implica valor moral. Ser digno significa no pedir lo que se merece, ni aceptar lo inmerecido. LA PASION DE LOS MEDIOCRES: Es pasión traidora y propicia a las hipocresías. La envidia, es el estigma psicológico de una inferioridad. PSICOLOGíA DE LOS ENVIDIOSOS: El envidioso pasivo: importancia de la solemnidad y la práctica; el activo: una elocuencia intrépida, disimulando con niágaras de palabras su estiptiquez de ideas. LOS ROEDORES DE LA GLORIA: Todo escritor mediocre es candidato a criticastro. La incapacidad de crear le empuja a destruir. UNA ESCENA DANTESCA: SU CASTIGO; En la distribución de penas y castigos los recluyó en el purgatorio. Llevan todos el castigo en su culpa. LAS CANAS: La naturaleza nos advierte la proximidad del crepúsculo, el espíritu y la ternura encarnecen al mismo tiempo que la cabellera. ETAPAS DE LA DECADENCIA: Desaparece la mentalidad individual, más tarde la mentalidad social, y por último, la mentalidad de la especie. LA BANCARROTA DE LOS INGENIOS: su mentalidad social se reduce a la mentalidad de la especie, inferiorizándose. PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ: Todo viejo cree que los jóvenes le desprecian y desean su muerte para suplantarle. LA VIRTUD DE LA IMPOTENCIA: La experiencia complica la tontería de los mediocres, la madurez, lo torna inútil para el mal. EL CLIMA DE LA MEDIOCRIDAD: El espíritu se amodorra. Los apetitos acosan a los ideales, tornándose dominadores y agresivos. PATRIA: Sincronismos de espíritus y de corazones. Está implícita en la solidaridad sentimental de una raza. LA POLÍTICA DE LAS PIARAS: Cada piara se forma un estado mayor, encubriendo piraterías con el pretexto de sostener intereses de partidos. LOS ARQUETIPOS DE LA MEDIOCRACIA: Ignoran el sentimiento de la justicia y el respeto del mérito. LA ARISTOCRACIA DEL MÉRITO: Corresponde a la virtud y al carácter como a la inteligencia. EL CLIMA DEL GENIO: El ambiente constituye el “clima” del genio. SARMIENTO: Tenía la clarividencia de ideal y había elegido sus medios: organizar civilizando, elevar educando. AMEGHINO: Induce leyes que expresan una relación inesperada entre las cosas, señala puntos que sirven de centro a desarrollos y abre caminos en la exploración de la naturaleza. LA MORAL DEL GENIO: No puede medirse con preceptos corrientes en los catecismos. La moralidad para consigo mismo es la negación del genio. Opinión personal: La verdad el libro me encanto, me gusto mucho la forma en la que habla del cambio se que sufre en la vejez, de la forma en la que describe el proceso donde empiezan a salir las canas. Es cierto que tiene muchas palabras que en mi vida había escuchado pero aun con todas las palabras extrañas que encontré, su escritura es muy comprensible, por ahora lo tuve que leer lo más rápido que pude y no me detuve mucho para analizar las palabras poco comunes, aun con ello, eso no impidió que pudiera entender el mensaje que el autor no esta regalando, es como si hubiera hecho una radiografía a mi interior, muchísimas cosas de las que hablaba en el libro, lo que hace alguien mediocre, lo que el genio debe hacer, su función de enseñar constantemente, me hizo comprender muchas cosas en mi entorno, que si bien hace tiempo no entendía, no eran desconocidas para mi, sin embargo la idea de retomar conocimientos involuntariamente me lleva a buscar algunas respuestas en mi propia forma de vivir, de tomar las cosas y de pensar. Por ahora he cumplido con mi trabajo, pero me gustaría retomar con mas calma el libro, a pesar de tener la presión del tiempo, todo lo que leí estaba muy comprensible. Pocas veces tenemos la oportunidad de acceder a lecturas de este tipo de información por ello es que quiero retomar la información por mi cuenta, volverlo a leer y sacarle el mayor provecho, que en realidad esta hermoso el contenido, me encanto. Gracias licenciado por darnos la oportunidad de leer estos libros que lejos de ser una tarea, son excelentes para reflexionar y autoanalizarnos sobre la forma en la que estamos llevando nuestra vida, nos ayuda a crecer en conocimientos, y además me hizo tener contacto con mi interior, que pocas veces tomo en cuenta.

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