El Fenómeno Wari en El Norte Peruano
August 16, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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XIII CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE ARQUEOLOGÍA “RAFAEL LARCO HOYLE”
EL FENÓMENO WARI EN EL NORTE PERUANO Una visión desde La Libertad en base a las nuevas evidencias
Gabriel Prieto Burmester Carlos Rengifo Chunga UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO
I.
INTRODUCCIÓN En los últimos años investigaciones intensivas en la zona donde se centra el
presente documento (sierra y costa norte, específicamente del Departamento de La Libertad) han esclarecido un poco el panorama en torno al carácter de la presencia Wari en la zona norte. No con ello se pretende tomar la tesis de que Wari no constituyó un Imperio en el Horizonte Medio, lo que sugerimos, o mejor dicho lo que sugieren los resultados de las investigaciones, es que al parecer la zona norte jugó otro papel, no el de sociedades pasivas, sino más bien el de entes sociales receptivos que mantuvieron su autonomía frente a una poderosa influencia, y que en algunos casos asimilaron parte de ésta sin perder su independencia. Es decir, en este trabajo no se niega la presencia de Wari en la zona norte, sino, a la luz de las nuevas investigaciones se reinterpreta su presencia y sus mecanismos de interacción con las sociedades de la costa y sierra de la zona norte; además debemos remarcar que esta presencia se limita en muchos casos a la presencia de elementos cerámicos. Igualmente expondremos las posiciones de los Topic frente a la problemática de la arquitectura y las implicancias que conllevan a reinterpretar la visión de una presencia de tipo imperialista. Finalmente todos estos elementos nos permitirán esbozar un modelo social para esta época en la costa norte, específicamente en las áreas que están comprendidas dentro del actual departamento de la Libertad.
II.
EL FENÓMENO WARI El fenómeno Wari se desarrolló en la zona de Ayacucho a partir del año 500 d.C.
aproximadamente y surgió como resultado de las influencias de Tiahuanaco y Nazca (aunque luego veremos que las recientes excavaciones de Isbell (2000) en el sitio de Conchopata nos muestran un panorama distinto). Su principal centro urbano fue Ciudad de Wari a 5 km de la actual ciudad de Huamanga.
2.1
Fases Cerámicas Dorothy Menzel (1968) elaboró una secuencia cerámica del Horizonte Medio
basándose en la distinción de los estilos alfareros. La autora divide este periodo en cuatro épocas, con la subdivisión de las dos primeras en: Época 1A y 1B y Época 2A y 2B.
EPOCA 1 Como ya hemos señalado esta época se subdivide en: Época 1A y 1B. En la primera fase sobresale el estilo ceremonial denominado Conchopata mientras que en la segunda fase el estilo ceremonial característico es Robles Moqo (Fig. 1). En los dos casos se trata principalmente de grandes urnas decoradas que han sido usadas como ofrendas, pues este tipo de cerámica se encuentra rota in situ dentro de grandes cámaras. La diferencia más saltante entre estos dos estilos, es que en Robles Moqo los motivos son mucho más grandes, en comparación con los de Conchopata, los primeros llegan a cubrir toda la superficie de los lados y se realizan en ambas superficies, mientras que en la cerámica Conchopata estos motivos sólo se hacen en la cara exterior. Entre los estilos de cerámica doméstica, tenemos Chakipampa, Okros y Negro Decorado, los dos primeros de fuerte influencia Nazca (fases 7, 8 y 9).
Entre los estilos regionales emparentados con Wari, destacan Nievería, propio de la Costa Central que se ubica en la Época 1B y que parte de una base estilística Lima con una clara influencia serrana.
Fig. 1. Cerámica ceremonial Wari Conchopata (izquierda) y Robles Moqo (derecha), pertenecientes a la época 1A y 1B respectivamente.
EPOCA 2 En esta época Menzel observa diferencias entre los estilos que son identificados como estilos regionales Wari. El estilo Viñaque es característico para la sierra en esta época. Este estilo tiene influencia Robles Moqo, Chakipampa B y Nazca. La forma típica de este estilo es la silueta en forma de lira, que ha sido derivada de Chakipampa B. El estilo característico en la zona de Nazca es Atarco. En la Costa Central el estilo Nievería de la época anterior es reemplazado por el estilo Pachacámac. El icono característico de este estilo es el denominado “Grifo de Pachacámac”, el cual señala Menzel, es descendiente de animales míticos del estilo Conchopata, combinando rasgos de ángeles de este mismo estilo (Menzel 1968: 163).
EPOCA 3 No hay evidencias de grandes cambios estilísticos. Entres los estilos regionales en esta época destacan: el estilo Soisongo, propio de la zona de Nazca; y en la zona de Ica el estilo Pinilla.
EPOCA 4 Ha sido denominado por Uhle como el estilo Epigonal, en donde se puede apreciar derivaciones simplificadas y reducidas de los respectivos estilos de la Época 3, sin contener elementos nuevos.
2.2
Las Propuestas
Modelo Imperial Esta tesis ha sido defendida principalmente por Lumbreras e Isbell. Este modelo sustenta la presencia de un poderoso Imperio expansionista, el primero de los andes centrales, en el Horizonte Medio cuyo núcleo se encontraba en el área de Ayacucho. Este Imperio alcanzó su expansión máxima a fines de la Época 2, llegando a abarcar un gran territorio: por la sierra norte hasta los actuales Departamentos de Cajamarca y el sur de Amazonas, mientras por el sur llegó hasta el valle del Cuzco, específicamente en la cuenca de Lucre.
Modelo de Emporios Este modelo ha sido planteado por Ruth Shady a partir del estudio lingüístico de Alfredo Torero, To rero, quien afirma que en el Horizonte Horizon te Medio no existía una lengua co común mún a todo el territorio, es decir, una lengua impuesta por un estado centralista que unifique al "imperio" (este fenómeno sucedió en todos los imperios del mundo antiguo: Egipto, Grecia, Roma, Imperio Mongol, inclusive los Incas impusieron el Runa Simi como lengua oficial - para sustentar que lo andino no fue ajeno a algunos fenómenos universales - )
Partiendo de esta idea Shady intenta formular que la presencia de un Imperio centralista en esta época no es plausible, si no más bien ella apunta a la existencia de un red de intercambios comerciales a través de todos los andes centrales. Según Shady en el Horizonte Medio “existió estados regionales independientes que lograron una consolidación económica, política y cultural en su región y mantenían una fuerte interacción a nivel interregional. En lugar de un Imperio hubo varios emporios en los andes centrales en la época Wari” (Shady 1988). La autora cree que el modelo "imperialista" ha descuidado la caracterización socio-económica de las sociedades precedentes, el grado de desarrollo de sus fuerzas productivas, la cohesión socio-política y la influencia cultural a nivel regional. En base a una serie de asociaciones que encuentran fundamento en los registros arqueológicos, Shady sustenta que hacia fines del Intermedio Temprano en lugar de la emergencia de un "Imperio Wari", se estaban introduciendo en Ayacucho colonias costeñas las cuales implantaron allí un centro de poder económico y político (Shady 1988: 73). El valle de Ayacucho, con bajo potencial agrícola, fue escogido para la ubicación de un centro de intercambio por su acceso a una serie de áreas de producción especializada. De esta manera, los Estados andinos de Lima, Nazca, Moche, Cajamarca, Huamachuco y Tiahuanaco hacia fines del Intermedio Temprano e inicios del Horizonte Medio "abren sus puertas" a un comercio mas libre (aunque siempre controlados por las élites) debido a algunos cambios estructurales dentro de la fisonomía de su filosofía (evidente en Moche - ver Castillo 2001- ). Esta interacción utilizaría las rutas de siempre: la maríti marítima ma y la terrestre. Por ejemplo, durante la época 1 del Horizonte Medio, la sociedad Nazca (caracterizada por el estilo Nazca 9) alcanzó un alto nivel de prestigio, su estilo cerámico se le encuentra en Ayacucho, Lima, Huancayo, Tantamayo y Kuélap; inclusive en la fase Amaru de Huamachuco. Al parecer esta sociedad representaría un foco de innovación frente a las tradicionales y monótonas sociedades serranas del centro. Es más, Shady afirma que "el prestigio de Nazca se da en un período previo al de la aparición de Rasgos Tiahuanaco en la costa y valles interandinos" 1 (Shady 1988: 77). 1
Esta afirmación encuentra eco en las recientes excavaciones de Isbell (2001), donde se nota claramente que el polícromo estilo Conchopata se forma mucho antes de la llegada de la influencia Tiahuanaco a la zona de Ayacucho; mas bien parecería que la iconografía y el color llegara de la costa sur del Perú, es decir de la zona de Nazca.
Por otro lado la sociedad Cajamarca (representada por su estilo cerámico Cajamarca III o Cursivo Floral) tuvo una distribución muy amplia (Huamachuco, Condebamba), según la autora, esta sociedad actuó como un agente intermediario entre las poblaciones de la selva alta (su presencia en Kuélap y Chachapoyas es evidente) y el resto del área andina. El éxito de esta sociedad pudo deberse a que poseía valles amplios, tierras fértiles para la agricultura, amplias pampas para el pastoreo y áreas de contacto cercano entre el mar y el oriente. Con argumentos como este, Shady intenta demostrar que para finales del Intermedio Temprano y los inicios del Horizonte Medio, los Estados andinos eran lo suficientemente estables y con sistemas políticos organizados y un área de poder bien definida. De esta manera sitios como Marcahuamachuco, Cajamarquilla, Pampa Grande (entre los más importantes) son el producto de la consolidación económica de su región y de la producción para el mercadeo, lo cual se puede inferir a partir de su ubicación en zonas para el contacto, funcionando como agentes de interacción o transacción comercial, a la vez que sirvieron de intermediarios para el intercambio de mercancías producidas por cada nación. Este modelo no descarta la gran influencia que debió tener el estado regional Wari, sólo revisa la existencia de un Imperio. Shady realza que el valle de Ayacucho fue escogido, por su ubicación estratégica, como un gran centro de intercambio.
III.
WARI EN EL NORTE : CONQUISTA, INFLUENCIA O INTERCAMBIO? En la década del 60' el modelo de conquista militar administrado por un imperio
centralizado en Ciudad de Wari fue aceptado por unanimidad, como hemos visto éste se basa en la presencia de cerámica y del modelo arquitectónico característico (ortogonal) presente en las supuestas "provincias". Sin embargo, debemos analizar más detalladamente las categorías que estamos utilizando. Bajo esta perspectiva debemos preguntarnos: ¿la presencia de objetos exóticos son el resultado de una conquista militar?, ¿qué implica una conquista militar?, ¿cuáles son sus consecuencias sobre vencidos y vencedores? y ¿se puede recuperar esta información bajo el registro arqueológico?
Siguiendo a Lange Topic (1991), debe obviarse el argumento que unos cuantos objetos exóticos presentes en diversos sitios prueben una conquista militar (trataremos este tema en detalle más adelante). Esta empresa es un proyecto muy grande para el estado que va a ejecutarlo. Universalmente siempre ha requerido de alianzas (que implica matrimonios estratégicos entre las élites, conflictos armados resueltos por el intercambio de productos, etc.) con otros grupos o estados que generalmente compartían la misma ideología y tenían los mismos objetivos económicos ocultos, también se juntaban para pelear contra otro estado poderoso que amenazaba con su soberanía y libertad 2. Es decir, las grandes conquistas no se gestan de un día para otro, sino mas bien, son el resultado de un largo proceso bien planificado. Otro aspecto a considerar en una conquista militar es la fuerte inversión para equipar a los hombres que conforman el ejército. Sólo un elevadísimo excedente de producción permitiría fabricar las armas, pues ello implica algún tipo de “pago” a los artesanos que las fabricarán. También se debe tener en cuenta las provisiones de alimento para el ejército durante la campaña, lo que supone toda una logística detrás para su abastecimiento y funcionamiento. Universalmente muchos imperios han ido tejiendo -conforme conquistaban- una red de depósitos estatales que generalmente estaban dentro de casas de gobierno o edificios administrativos, y que constituían el símbolo del poder imperial en el área. En el área andina los datos de los cronistas mencionan la presencia de "depósitos estatales" asociados a los tambos, donde se encontraban armas, calzado, víveres, etc. para el ejército. Sin embargo, esto sólo se reporta para el Horizonte Tardío, lamentablemente para períodos anteriores no hay evidencia arqueológica que respalde la existencia de este tipo de estructuras al servicio de un imperio, del ejército y de los pobladores. Por otro lado un evento de esta naturaleza implica drásticas consecuencias a los grupos afectados, en primer lugar se destituye de sus cargos a los personajes más importantes, aunque pueden mantenerlo pero a nivel del imperio su estatus y rango es menor y simbólico, pues el que tiene el verdadero poder es el administrador mandado 2
Por ejemplo, Filipo II, rey de Macedonia uno de los generales más conspicuos de su tiempo, consolidó su reino e incrementó su riqueza y poder con conquistas, comercio y especialmente hábiles alianzas, entre las que figuraron casamientos de naturaleza mas bien política (por lo menos 7). Sólo con esta base, el mundo conoció a uno de los mas grandes conquistadores de todos los tiempos, su hijo Alejandro Magno, el cual conquistó gran parte de Asia.
por el gobierno central. Si el encuentro ha sido muy violento, generalmente se destruye el centro urbano o el centro ceremonial y se impone una nueva religión y forma de administración, acorde con la visión del imperio expansionista. En otras palabras la transferencia del control a los conquistadores requiere de cambios en la infraestructura administrativa. Bajo esta perspectiva una evidencia arqueológica sería la presencia de Centros Administrativos foráneos, los que son una llave para entender el proceso de conquista y cambios administrativos en las áreas subyugadas. En su planificación generalmente se seguirán patrones locales, patrones impuestos por los conquistadores o una mezcla de ambos. Menzel propone que los Centros Administrativos Incas evidencian la centralización del imperio en Cuzco. Para Lange Topic (1991) la presencia de Centros Administrativos y cambios masivos en los patrones patron es de asentamiento regionales con u un n patrón foráneo constituye la evidencia de una conquista. Otra evidencia observable por la arqueología sería la presencia de fortificaciones, sin embargo su presencia no es indispensable en una conquista. Como vimos anteriormente, es difícil generalizar que la presencia de artefactos exóticos sean consecuencia de una conquista militar. Los productos importados asimismo por los conquistadores no constituyen una prueba de conquista, existen otros mecanismos para ver su presencia. En todo caso los bienes producidos por los conquistadores en sus centros artesanales y exportados a las zonas subyugadas o los producidos localmente en estas zonas por artesanos importados o los locales, son prestigiosos y aparecen en los niveles sociales mas altos y son controlados por los "invasores". Algunos bienes importados son distribuidos a las élites conquistadas y el prestigio de los estilos exóticos son imitados por los artesanos locales. Para poder entender todos estos mecanismos y aplicarlos al fenómeno de la presencia Wari en el norte, pasaremos a describir los sitios en donde las excavaciones arqueológicas nos revelan evidencias materiales que sustenten o desechen los modelos propuestos anteriormente. Para una mejor exposición hemos creído conveniente dividir el área en sierra norte y costa norte.
3.1
Sierra Norte Comprende la zona de sierra de los actuales departamentos de La Libertad y
Cajamarca. Durante muchos años, se creyó que la sierra norte fue conquistada por los Wari, siendo su principal argumento la presencia de un centro administrativo llamado Viracochapampa, cuya principal función fue la de almacenamiento y de guarnición. Isbell y Schreiber (1978) la consideran inmediatamente después de Wari y como equivalente a Pikillacta. Es decir pudo servir como una capital secundaria para toda la sierra norte. Por otro lado la presencia de objetos exóticos como las puntas de obsidiana, lapizlázuli, cerámica del Callejón de Huaylas y otros materiales brindan pistas para la comprensión del fenómeno que se dio en esta área. Como veremos a lo largo de las descripciones, otros sitios - incluyendo Viracochapampa - revelan datos que permiten reinterpretar la presencia Wari en el norte y específicamente en la sierra. Cajamarca
Realmente es muy pobre la información que se tiene del Horizonte Medio en Cajamarca. Los sitios de Yamobamba y Miraflores son considerados instalaciones Wari por su planta ortogonal. En el sitio de Miraflores sólo se han recolectado algunos tiestos de estilo Wari por el Dr. Isbell, y Lumbreras reporta algunas piezas Wari en museos particulares (Lange Topic 1991). Huamachuco
Ubicado en la sierra del Departamento de La Libertad, constituye una clave para la comprensión del fenómeno Wari en la sierra norte. Las recientes excavaciones de los esposos Topic en los diferentes complejos arqueológicos han permitido establecer una secuencia cronológica para el área : Fase Sausagocha Fase Purpucala
400 a.C. 0
0
- 400 d.C.
Fase Huamachuco Temprano
400 d.C. - 600 d.C.
Fase Amaru
600 d.C. - 800 d.C.
Fase Huamachuco Tardío
800 d.C. - 1000 d.C.
Durante la Fase Purpucala, Huamachuco parece estar aislado de las redes de interacción regional, sin embargo durante esta fase parece que hay un incremento en la población, tomando como evidencia el incremento en la edificación de nuevos edificios (centros de las comunidades circundantes). En la fase Huamachuco Temprano existe una concentración poblacional en pocos sitios: Marcahuamachuco, Cerro Sazón y Cerro Amaru, los cuales se encuentran a pocos kilómetros uno del otro. Estos tres sitios muestran similitudes importantes en muchos de sus planeamientos y técnicas de construcción. La construcción de los tres sitios es de piedra y en gran parte son de escala monumental. Los edificios principales presentan un particular estilo en la construcción de los muros: las piedras grandes están rodeadas por pequeñas piedras partidas, esta técnica es denominada por Topic y L. Topic (1985) "fractura ordenada". Existen dos tipos característicos de la arquitectura de Huamachuco (Fig. 2): Galerías, que es un edificio largo y angosto, se divide en cuartos, cada uno con su propia puerta, son rectangulares aunque también tienen forma curvilineal o circular que encierra y define un patio sin techo y pueden tener mas de 2 plantas. Eran espacios domésticos (por la presencia de manos de moler, restos de comida, vajilla utilitaria). Estas enfocan la interacción de los habitantes. Estas albergan a una unidad social que se ha denominado " pachaca", la cual tiene un ancestro común, terrenos en común y están asociadas con un paisaje. Se ha establecido una cronología y han sido divididas en Tempranas, Transicionales, Clásicas y Tardías. Para mayores detalles ver Topic (1991). Galpones Nichados, edificio largo pero más ancho que la galería. Tiene cielorraso más altos (más de 4 metros), tienen entre una y cuatro puertas (sólo por uno de los muros largos). Generalmente tienen una hilera de nichos en la cara interior del muro trasero y algunos tienen una hilera adicional en la cara interior del muro frontal. Servían como tumbas en los muros (cuando el cuerpo ya estaba descompuesto), es
decir eran espacios dedicados a la veneración de los ancestros por la presencia de comida y vasijas sugiere que su colocación era precedida por actividades rituales dentro de un evento festivo.
Fig. 2. Las galerías (izquierda) y los galpones nichados (derecha) como tipos característicos de la arquitectura Huamachuco del Horizonte Medio.
Marcahuamachuco Es el sitio de la sierra norte mas grande desde la fase Huamachuco Temprano hasta la fase Huamachuco Tardío. El sitio se encuentra construido sobre una meseta oblonga de 5 kilómetros de largo y 500 metros de ancho. Domina el extremo sur de la meseta de Condebamba. Funcionó como un centro ritual en el cual se congregaban diferentes grupos de un área con un radio quizá de 20 kilómetros para venerar a sus ancestros. Al parecer solo se reunirían en la estación del lluvias. Este sitio sólo fue ocupado por temporadas por pachacas distintas e independientes pero unidas por el acto compartido de venerar a sus ancestros en un único centro ritual. Parecería que la monumentalidad servía más que para legitimizar a una élite, mostraba la integridad de la pachaca como un modo de
organización social que honra la integridad tanto en la vida como en la muerte (Topic & L. Topic 2001) La construcción no se distribuye de modo parejo a lo largo de esta cima. Comprende Cerro del Castillo, donde los restos arquitectónicos son mas densos e incluyen un núcleo central de galerías, con otras estructuras de arquitectura monumental donde debió haberse cumplido la función administrativa y una construcción que corre a lo largo del perímetro de cerro del Castillo. Al norte de este cerro y separado por algunos cientos de metros se ubica cerro de las Monjas, sin restos de edificaciones. A su alrededor y encima se construyeron varias galerías circulares. Más al norte se encuentra cerro de los Corrales, de ocupación dispersa, y en el extremo norte de la meseta está cerro Viejo, que presenta edificaciones importantes, incluyendo galerías curvas, galerías rectangulares y una entrada masiva hacia el noroeste, aunque la densidad no es tan grande como en cerro del Castillo. En la fase Huamachuco Temprano el sitio cobra mucha importancia y es donde se comienzan a edificar las galerías curvas. Durante la fase Amaru hay evidencia de una continua ocupación y construcción en Marcahuamachuco. Siguieron ocupadas las áreas a lo largo de las galerías curvilíneas construidas durante la fase Huamachuco Temprano. En algunas áreas de Cerro del Castillo la continua ocupación y remodelación en las galerías curvilíneas y lugares adyacentes ha dejado de 2 a 3 metros de profundidad de registro estratigráfico (Topic & L. Topic 1985). Cabe resaltar que durante esta fase se construyeron dos formas distintas de arquitectura monumental: •
Un tipo de construcción continuó la tradición curvilínea. Este tipo de edificación tiene sus mejores ejemplos en los llamados "fuertes redondos" o "conventos" de Cerro las Monjas.
•
El otro prosigue la tradición de las galerías rectangulares y como mejor se expresa es en la galería A.
La diferencia principal entre estos dos tipos de construcción radica en la organización del espacio interior. A menudo la galería rectangular tiene un piso de tierra, mientras que le segundo piso forma un espacio angosto pero continuo. El
segundo piso tiene un alto de 2 a 3 metros, pero si hay un tercer piso el techo es a veces más bajo y sugiere un ático. Hay poca influencia de cerámica foránea, la cerámica Wari está casi ausente tanto en decoración como en formas (como las presentes en cerro Amaru en esa misma época). La cerámica Cajamarca continúa siendo importada e imitada y representa la única influencia exterior en el sitio. Finalmente en la fase Huamachuco Tardío, en Marcahuamachuco continuaron las construcciones monumentales que incluyen grandes galerías rectangulares y galerías redondas en cerro Las Monjas. Cerro Sazón Este sitio se encuentra al norte de la actual Huamachuco. Comprende más de 20 hectáreas y aunque está muy destruido, aún quedan restos de grandes construcciones que incluyen galerías curvas semejantes a las de Marcahumachuco y también galerías rectangulares dispuestas alrededor de patios rectangulares o trapezoidales. Al igual que Marcahumachuco, durante la fase Huamachuco Temprano, parece caracterizarse por una elevada concentración de su población en galerías. Por su ubicación parece un sitio ideal para detenerse en el camino norte-sur, y J. Topic (1991) cree que fue mandado construir por Marcahuamachuco para ese propósito durante el período Intermedio Temprano. La única evidencia para sustentar esto es el planteamiento rectilíneo de las galerías y el hecho que no se encuentran pequeñas construcciones en los patios. La presencia de maíz quemado hace pensar que se trató de un centro de producción de chicha de jora. Durante la fase Amaru, es rara la influencia Wari en la cerámica y no se encuentran objetos importados. No se tiene información para la fase Huamachuco Tardío en este sitio.
Cerro Amaru Aunque el sitio está muy destruido, algunos fechados permiten situar su fundación durante la fase Huamachuco Temprano. El sitio cubre dos cerros pequeños en el camino hacia Marcahuamachuco. En el sitio quedan muy pocos restos arquitectónicos pero las colecciones de superficies son abundantes: la mayoría de material diagnóstico data del Horizonte Medio 1B y la iconografía es del estilo secular de Chakipampa. Otros ceramios exóticos presentes en el sitio son los de estilo de la costa central o norcentral, del Callejón de Huaylas y de Cajamarca. Además aparecen piedras de lapizlázuli trabajadas y sin trabajar, conchas marinas, obsidiana, entre otros. Un rasgo importante del sitio es la presencia de 3 pozos o "chiles", cuya función fue ceremonial. La evidencia más importante encontrada hasta este momento en Cerro Amaru es un "mausoleo". La estructura mide 7 x 7 m y tiene un poyo de piedra y conserva parte del piso en el lado norte. El interior de la estructura está dividido en 2 sectores, de medida desigual, mediante un muro bajo. En el mayor sector oriental hay una pequeña habitación apoyada contra el muro oriental. La habitación tiene voladizos de piedra que soportaban un piso de lajas a 90 cm sobre el nivel del suelo. El sector occidental parece haber tenido una plataforma de madera sostenida por vigas, que corrían desde el muro bajo hasta el retallo de la pared occidental. La plataforma debe haber estado entre 1,10 m y 1,50 m sobre el piso. Este nivel alto del mausoleo ha sido muy disturbado, primero por el fuego y después por acción de los huaqueros. Sin embargo, la esquina noroeste fue menos afectada que los otros sectores y allí se encontraron asociaciones de material óseo, bienes exóticos y cerámica de influencia Wari (Topic & L. Topic 1985). Entre lo mas llamativo se encontró tupus amarrados de cobre, plato con base trípode de patas huecas y sin decoración. Otras vasijas incluían un plato de cerámica negra pulida con pico, dos pequeños cántaros sencillos. El pico cubría un cuadrado de piedra de 11,4 cm por lado, con piezas de pirita adheridas para formar un espejo. También habían láminas de obsidiana y un pendiente hueco de cerámica negra pulida, semejante a un gato o zorro. Se encontraron también objetos de oro y plata. También se encontraron nódulos de obsidiana y astas de venado. La cerámica encontrada en
una cámara estaba representada por estilos no locales de la costa central, Cajamarca, Chakipampa B, etc. Los fechados radiocarbónicos fechan la construcción del mausoleo para la fase Huamachuco Temprano, sin embargo fue utilizado en un lapso de 50 años durante la fase Amaru, Amaru, específicamente del Horizonte Medio 1B. En cuanto al rango y status de los individuos enterrados, la presencia de objetos de oro y plata implican la presencia de status relativamente elevados; sin embargo los otros adornos como los tupus y en particular la cerámica no indican un rango particularmente alto. La cerámica
es de mediana calidad, lo que parecería indicar que muchas piezas son imitaciones de varias vasijas foráneas. Topic & L. Topic (1985) creen que todos los individuos enterrados en el mausoleo no son de origen local y aunque son evidentes los vínculos de influencia de la esfera Wari, aunque no necesariamente con el mismo Wari. La concentración de esquirlas de obsidiana indujo a pensar que podía haber un taller en este sitio. Sin embargo las excavaciones realizadas en el sitio muestran que sólo fue en centro de reelaboración de las piezas dañadas o rotas. La presencia de Colcas en cerro Amaru fechadas a comienzos del Horizonte Medio es otro fuerte indicador de la interacción durante esta fase. Se ha reconocido un total de 18 colcas circulares ubicadas en tres terrazas. Viracochapampa Viracochapampa esta ubicado a 2,5 km al norte de la ciudad de Huamachuco. El sitio se planeó como un cuadrado grande (aprox. 580 x 565 metros), dividido en dos partes desiguales por una avenida que lo atravesaba de norte a sur. Se proyectó una plaza central flanqueada hacia el norte y sur por dos grandes construcciones oblongas (aprox. 15 x 15 x 6 metros de alto), hacia el oeste por un pequeño montículo y un complejo de edificaciones, y hacia el este por otras construcciones grandes. El sitio fue subdividido en pequeños cercos, algunos con recintos y otros no. En su planta dominan dos tipos de construcción. Uno es un gran hall, especialmente caracterizado por ángulos internos redondeados y gran cantidad de hornacinas. El segundo corresponde a una larga y angosta galería de dos pisos (aprox. 20 x 2,5 metros). Se estima que para su construcción se necesitó algo así como un millón y medio de días / hombre.
Fig. 3. Plano de Viracochapampa tomado de los Topic (2001) en el que muestran los muros que no se terminaron de construir.
Sin embargo, el sitio muestra claras evidencias que nunca fue concluido. Lo mas obvio es el hecho que faltan muros o que sólo se completaron parcialmente (Fig.3). Por ejemplo los muros que se encuentran en el patio sur de la unidad A, se levantan sólo a un metro sobre el nivel del suelo. En los 26 cortes hechos por los Topic dentro de habitaciones y patios, sólo en dos de ellos se halló alguna evidencia de superficies habitadas. En estos dos casos queda claro que dichas superficies corresponden a la ocupación de sus constructores. No se encontró ningún piso preparado (típico de Wari, presentar los pisos bien preparados). Otro rasgo incompleto de Viracochapampa es el sistema de agua. Fuera de la entrada sur puede seguirse a lo largo de un kilómetro la línea del canal que nunca se usó. Sólo en algunas partes se revistió con piedras y una pequeña sección se cubrió con piedras. Dentro del sitio se le hicieron aberturas a través de los muros, enlucidas cuidadosamente con caolín, pero nunca se hicieron conexiones entre ellas. También se han encontrado algunas estructuras edificadas en un patio, que sirvieron como habitación para los constructores del complejo. Finalmente hacia el este de la unidad C, hay depositado un enorme rimero de rocas de aproximadamente 80 m 3. A diferencia de las que resultan de la limpieza de campo, amontonadas a lo largo de los bordes, éstas se encuentran en el patio. El sitio parece ser construido durante el Horizonte Medio 1B (según la calibración de los fechados radiocarbónicos). Otuzco Corresponde al área de sierra entre Galindo y Marcahuamachuco. El área está llena de evidencia de sitios fortificados asociados al control de las vías de comunicación entre la costa y la sierra. Los sitios más característicos son cerro Quinga, cerro Campana Chica y Ochoconday. Estos sitios denotarían la creciente importancia y expansión de Huamachuco sobre la vertiente occidental. Por otro lado el incremento en la construcción monumental en la fase Huamachuco Temprano va acompañado por una mayor evidencia de la interacción a larga distancia. En la cuenca alta de los ríos Virú y
Chao, así como en el área al suroeste de Santiago de Chuco, hay numerosos sitios con arquitectura de varios pisos y que con mayor o menor grado se parece a la arquitectura del estilo Huamachuco. Algunos son pueblos grandes como Acque, Huasochugo y cerro Sulcha; otros son fortalezas tales como Mollepuquio y cerro Churre. Muchos están asociados con restos de caminos y a veces tienen grandes corrales cercados. Actualmente es difícil relacionar la mayoría de estos sitios con la secuencia Huamachuco (Topic y L. Topic, 1985). Sin embargo, una prospección realizada por los mismos esposos, así como algunas excavaciones (Lange Topic 1991), mostraron que en Ochoconday y Cerro Campana Chica había cerámica del Horizonte Temprano y cerámica castillo rojo, blanco y anaranjado, la cual aparece hasta la segunda mitad del Intermedio Temprano en el valle alto de Moche y Virú. La cerámica producida posteriormente tiene influencia Marcahuamachuco.
No
se
nota
mucho
la
influencia
arquitectónica
de
Marcahuamachuco, pero si en Cerro Sulcha. Este sitio ha sido habitado desde el Horizonte Temprano hasta el Horizonte Tardío. En esta área, la presencia Huamachuco se restringe a un único tipo de localización: en un promontorio cerca de caminos en sitios que habían sido habitados anteriormente.
3.2
Costa Norte La problemática de la presencia Wari en la zona norte, como señala Castillo,
data de largo tiempo. Uhle en sus primeros trabajos indica de que la costa norte durante un periodo de su historia, que correspondería al Horizonte Medio, estuvo bajo el dominio de las sociedades serranas. Esta conclusión estuvo basada en el hallazgo de cerámica con clara influencia de la sierra en sus excavaciones en las Huacas de Moche. Años después Larco en su Cronología Arqueológica del Norte del Perú (1948) habla también de una conquista Wari a los Moche, y que de ello se derivarían los estilos cerámicos denominados: Wari Norteño A, Mochica-Wari, y Wari Norteño B. Pero la hipótesis de una conquista militar Wari en esta zona no cuenta con el respaldo de la evidencia factual. Castillo (2001: 144) menciona de que es mínima la
cantidad de materiales que presentan clara asociación Wari, y estos pocos son de dudosa procedencia. La influencia de Wari en esta región es innegable, pero el problema se centraría en determinar bajo que condiciones se presentó dicha influencia. Si como señalan Lumbreras e Isbell, esta zona estuvo bajo el control del poderoso Imperio Ayacuchano, o si sólo recibió su influencia no teniendo un control geopolítico en la zona, manteniendo las sociedades norteñas su independencia. Al parecer, siguiendo la evidencia arqueológica, la segunda propuesta seria la más acertada. Es necesario aclarar de que para comprender cual fue el carácter de la presencia Wari en esta región, hay que definir primero cual es la relación que de Wari y los estilos derivados de éste, tal es el caso de los estilos Nievería, Pachacámac, Atarco y Viñaque. Castillo plantea dos posibles relaciones: a) estos estilos provendrían de un dependiente Wari; o b) sociedades ligadas a Wari sólo por vínculos estilísticos. Se necesita, como bien señala Castillo, un mejor estudio de estos aspectos del fenómeno Wari (Castillo 2001: 144). Valles de Piura
Como hemos señalado líneas arriba, esta región es considerada por lo seguidores del modelo imperial como el límite norte del Imperio Wari (Bonavia 1991, Lumbreras 1990,). Al parecer esta visión no concuerda con los hallazgos arqueológicos. Lumbreras señala de que existe muestras de cerámica provenientes de esta región, aunque el mismo afirma de que se trata de “hallazgos esporádicos y no controlados arqueológicamente” (Lumbreras 1979:84), no se encuentra una presencia Wari consistente que permita establecer a esta región como límite del denominado Imperio. Larco también reportó muestras de cerámica el estilo Mochica polícromo (Castillo 2001: 160).
Valle Jequetepeque San José de Moro
Se conoce de la presencia Wari en el valle de Jequetepeque en base a las investigaciones del sitio San José de Moro. San José de Moro funcionó como un gran centro ceremonial de carácter regional, así como cementerio de la élite Mochica (Castillo 2003). El sitio presenta una ocupación que va desde el periodo Mochica Medio hasta la conquista Inca. La presencia Wari en este sitio, y en general en el valle de Jequetepeque, se reporta desde el periodo Mochica Tardío, encontrándose en las excavaciones cerámica pertenecientes a los estilos: Wari, Wari derivado o mochica polícromo. La cerámica importada es escasa en las tumbas, de lo que deduce de que existe una restricción en la distribución de este tipo de cerámica. La problemática como hemos señalado es la definir cual fue el carácter de la presencia Wari. Luis Jaime Castillo, quien dirige las excavaciones en el sitio desde 1991, ha podido definir cuál fue el carácter de la influencia Wari en San José de Moro y que podría ser extensible a toda el área Moche. Castillo (2001) ha divido la influencia Wari en el sitio en dos fases: a) asociada con el periodo Mochica Tardío, relacionada con el Horizonte Medio 1; y b) asociada con el periodo Transicional 3 relacionada con el Horizonte Medio 2. Los resultados de las investigaciones en el sitio han planteado que al contrario de lo que muchos investigadores pensaban, Wari no conquistó a la sociedad Moche, más bien esta se abrió a su influencia incorporando aspectos Wari a su cultura, convirtiéndose luego en una fuerte influencia que después seria uno de los factores causales del colapso de la sociedad Moche (Castillo 2001: 144), o mejor dicho, ocasionó una pérdida de identidad Moche, frente a la fuerte influencia externa, y de este modo el colapso es de la identidad de la élite gobernante Moche.
3
Castillo define este periodo como: “... un periodo de tránsito entre el fin de Mochica y el inicio de Lambayeque o Chimú” y que correspondería a lo que Larco llamó Wari Norteño (1966), y Donnan y Mackey (1978) Chimú Temprano (Castillo 2003: 51).
Durante las excavaciones en el sitio se ha podido encontrar material lítico y cerámico de clara afiliación Wari. Entre el material lítico tenemos las puntas de obsidiana de forma foliácea de base plana, que son similares a las encontradas en otros sitios Wari. Estas puntas fueron al parecer traídas desde la sierra, ya que la materia prima así como la tradición tecnológica de este tipo de artefactos líticos no son propios de la costa norte. Estas puntas forman parte de las ofrendas de entierros de personajes masculinos asociados a contextos Mochica Tardío. El sitio de San José de Moro presenta gran muestra de estilos foráneos. Se ha encontrado muestras de cerámica perteneciente al Horizonte Medio 1 asociados con Wari, específicamente de los estilos Nievería, Robles Moqo, así como diseños que denotan influencia Chakipampa. Para el Horizonte Medio 2 los estilos Viñaque, Pachacámac y Atarco. Además en el sitio se puede encontrar los denominados híbridos, que son la mezcla del estilo Moche con los estilos foráneos. Castillo (2001) ha definido tres momentos para entender mejor la evolución de los estilos en San José de Moro: 1. Presencia del estilo de línea fifina na propio de lla a fase Mochica Tardío. 2. Presencia de las primeras piezas importadas, que corresponden al Horizonte Medio 1. Se divide este momento en dos etapas: a) Aparición de los primeros ceramios importados en las tumbas de élite; y b) Inicio de la producción de híbridos, así como de copias llocales ocales de los ceramios de estilo foráneo. 3. Desaparición de la decoración de línea fina, subsistiendo las copias locales, y consolidándose la presencia de híbridos. También se puede dividir este momento en dos etapas: a) Final de Mochica Tardío; y b) Inicio del periodo Transicional.
La definición de estos tres momentos a permitido a Castillo separar en fases al
periodo Mochica Tardío, que resulta de vital importancia para entender la evolución de la presencia del fenómeno Wari en San José de Moro:
Fase Mochica Tardío A Con dos momentos importantes. El primero con la presencia de cerámica con decoración compleja en línea fina, y el segundo en donde se puede apreciar las primeras muestras de cerámica importada. Al segundo momento corresponden las tumbas de las sacerdotisas, en donde se encontró dos botellas de estilo Nievería. Además se encontró un plato de estilo Cajamarca, que permite a Castillo proponer que los artefactos Wari llegan acompañados con material Cajamarca, deduciendo de que la ruta de acceso de estos artefactos era por la sierra del valle de Jequetepeque en estrecha relación con la zona de Huamachuco, que tenia un mayor contacto con la zona centro sur de la sierra.
Fase Mochica Tardío B En esta fase es donde se produce la gran variedad de híbridos. En las tumbas asociadas a esta fase no se han podido encontrar artefactos importados, pero por los motivos derivados similares a la fase anterior se supone que siguieron en contacto con las sociedades serranas. La producción local imita los estilos Nievería y la decoración Chakipampa. En esta fase se consolida la presencia de cerámica en donde se sintetiza los estilos Moche y Wari, así como un estilo Mochica Polícromo.
Fase Mochica Tardío C En esta fase se produce la ruptura estilística con respecto a las fases anteriores. Al parecer esta fase sería de corta duración, ya que las tumbas de este periodo son menos frecuentes. No se ha encontrado artefactos importados, pero los híbridos son comunes. Los motivos chakipampa, como la serpiente y el rombo, se hacen populares. En esta fase al parecer se estaría dando el inicio de la alta variabilidad estilística característica del periodo Transicional.
Lo más saltante de esta fase es que la forma y decoración característica de Moche, la botella asa estribo decorada en línea fina, desaparece de los contextos funerarios.
Periodo Transicional Marcado principalmente por el abandono de la cerámica de línea fina y de las tumbas en bota. En este periodo si podemos observar cerámica importada correspondiente al Horizonte Medio 2, específicamente a los estilos: Viñaque, Pachacámac y Atarco. El denominado estilo Mochica policromo desaparece, ya no hay una interacción entre lo foráneo y lo local, como señala Castillo: “los estilos foráneos se vuelven fuentes de inspiración y ya no de imitación” (Castillo 2001: 162). Como habíamos mencionado líneas arriba en la investigaciones en San José de Moro se había abordado de una u otra manera el problema de la presencia Wari, brindando Castillo una hipótesis de cómo se puede interpretar el carácter de la presencia Wari en esta región, el cual coincide con el fin de la sociedad Mochica. Todo parece indicar que la muestra de cerámica foránea en contextos moche se debe a que son ellos quienes importan e incluyen es sus entierros este tipo de cerámica, la idea entonces de que este tipo de cerámica este dando prueba de un tipo de imposición queda, al parecer, descartada. Los mochicas aceptan y reciben este tipo de influencia porque su sistema ideológico estaba venido a menos, necesitaban otra fuente que les permitiera seguir con su control político el cual estaba basado en la legitimidad ideológica. En esa época Wari contaba con un sistema ideológico que gozaba de gran prestigio en los andes centrales, y es así que los moche establecen los primeros contactos con los ayacuchanos a través de los estilos regionales de la costa central. Se produce pues una abertura ideológica en la costa norte y es así como se generalizó la influencia Wari. Se genera entonces un proceso de deterioro de la tradición Mochica. Hay que indicar que a finales del periodo Transicional, lo que desaparece es lo que esta íntimamente ligado a la élite moche, como las tumbas en bota y cerámica con decoración en línea fina, esto llevaría a pensar de que en verdad lo que se debilita es la esfera de poder Moche, ya
no tienen un control sobre la población y no se pueden llegar a distinguir del resto (Castillo 2001: 175).
Fig. 4. Ceramio que combina la forma e iconografía mochica con la policromía foránea.
Valle de Moche
En la década del 70, que es cuando se consolida la hipótesis de Wari como Imperio, se tenia la idea de que el valle de Moche llegó a ser conquistado por esta sociedad siendo anexado al territorio Wari. Lumbreras a tratado sobre la presencia Wari en el valle de Moche y es lógico que sus planteamientos estén ligados a respaldar la presencia de un Imperio Conquistador, en donde la subyugación de las sociedades norteñas, ya sean de la costa o de la sierra, está más que tácita (Lumbreras 1979). Asimismo señala que en esta zona Wari tuvo una presencia corta, entre unos 30 a 50 años, y que coincide con el final de la fase Moche V, siguiendo la secuencia de Larco. La presencia Wari indujo a grandes cambios, uno de ellos es el cambio de la capital del Estado Moche, antes ubicada en las Huacas de Moche, a la zona de Lambayeque, específicamente a Pampa Grande (Lumbreras 1990: 243). El establecimiento de un nuevo patrón urbano en esta zona, para Lumbreras, es síntoma de una ocupación Wari. Lumbreras deja entrever de que la caída de la sociedad Moche coincide con la ocupación Wari en este valle, mencionando de que existiría un cambio violento entre Moche y Chimú.
Esta propuesta encuentra sustento en el modelo de Schaedel (1951, citado en Canziani 2003), quien consideró que antes de la influencia Wari, el sitio Huacas de Moche al igual que otros asentamientos del Intermedio Temprano eran Centros Ceremoniales con escasas estructuras (es decir, no tenían centros urbanos), los cuales estaban asociados a extensas jefaturas Moche. Con estos datos se llegó a la conclusión que la presencia súbita de Galindo y Pampa Grande era la prueba de un modelo de urbanismo impuesto por los Wari. En la actualidad esta propuesta no tiene sustento debido a las nuevas evidencias obtenidas durante las investigaciones en el complejo de las Huacas de Moche (Uceda y Mujica 1997). Se ha probado que el urbanismo Moche existe antes de la influencia Wari y el sitio se mantuvo hasta el final de la ocupación Moche. Galindo, ubicado en la margen derecha del valle de Moche fue considerado durante mucho tiempo tiempo un sitio de defensa que protegería a la élite Moche de la "invasión Wari". Es evidente que en el sitio se han hecho singulares esfuerzos para mantener algunos sectores protegidos contra algún tipo de amenaza. Sin embargo Bawden (1982), al excavar en el sitio no encontró ninguna evidencia de influencia Wari, menos contextos donde se halla observado un saqueo o enfrentamientos. Por otro lado Lange Topic (1991), remarca que si Galindo fue un sitio fortificado para la defensa, los centros aledaños a éste deberían presentar evidencia de una presencia Wari, lamentablemente para los defensores del modelo imperial dicha evidencia es inexistente. Una explicación coherente sobre la presencia de elementos defensivos en el sitio es la propuesta de Bawden (1994). El considera que las defensas son consecuencia del debilitamiento de la élite moche que se vio en la necesidad de refugiarse en Galindo para protegerse de posibles ataques del mismo pueblo moche. De este modo vemos que las evidencias arqueológicas no respaldan la hipótesis de Lumbreras, y más bien apuntan a una evidente continuidad entre Moche V y Chimú Temprano. Él mismo afirma que la presencia de cerámica u otros materiales que evidencien una ocupación Wari son casi inexistentes (Lumbreras 1980: 146).
El proyecto Chan Chan - Valle de Moche, realizó una prospección en el valle de Moche, donde registró menos de 15 sitios que pueden ser atribuidos a Wari y que son asociados al periodo Chimú Temprano (Donnan y Mackey 1978). Menzel (1968) menciona que durante el Horizonte Medio 2B llegan hasta el valle de Moche influencias provenientes del estilo Pachacámac y Viñaque. La evidencia de la presencia Wari en el valle de Moche esta asociada a contextos Chimú, y dicha influencia se representa, al parecer, sólo en componentes estilísticos. Como evidencia arqueológica de esto tenemos que en las excavaciones realizadas por Uhle a principios de siglo XX, en la cima de la Huaca del Sol, este recuperó de una tumba dos keros de clara influencia Wari (Kroeber 1925). La tumba estaba asociada a contextos Chimú Temprano. Además en 1972 se excavó otros dos keros de influencia Wari, en la planicie entre Huaca del Sol y de la Luna. Uno de ellos estuvo asociado a cuatro vasos Chimú Medio y el otro se encontró aislado (Donnan y Mackey, 1978: 213). Como hemos revisado, no existen pruebas concluyentes que nos demuestren que hubo un cambio político producto de una conquista militar Wari la que en todo caso se vería reflejada en la arquitectura, cerámica, patrones de asentamiento. En donde si apreciamos un cambio drástico es en el patrón funerario, que se ubica cronológicamente a fines del Horizonte Medio y principios del Intermedio Tardío. La costumbre de enterrar a sus muertos en forma extendida fue suplantada por la posición flexionada, tal como en el sur, y se volvió característica de los entierros Chimú. El por qué de este nuevo patrón se debería principalmente a los cambios ideológicos que se dieron en el seno de la sociedad Moche a fines del Intermedio Temprano. A parte de lo expuesto no existe otra evidencia que sustente la presencia o influencia de Wari en el valle de Moche.
IV.
DISCUSIÓN Hemos revisado la propuesta de D. Menzel (1968), en la cual se plantea las
cuatro épocas para el Horizonte Medio. Las intensivas temporadas de excavación
realizadas por W. Isbell en el sitio de Conchopata, han aportado nuevos datos acerca del origen del estilo Wari. Esta nueva información motiva a revisar lo propuesto por Menzel. En primer lugar Isbell establece el origen del característico estilo polícromo en Conchopata en la fase Silva (500-700 d.C.), ya era un estilo maduro y que no tiene ninguna influencia Tiahuanaco, mas bien pareciera que toma elementos de Nazca y de la costa sur del Perú. Siguiendo a Isbell (2000), propone que la influencia Tiahuanaco llega tardíamente, hacia el 850 d.C. (Época 2 de Menzel). Esto conlleva a proponer que la iconografía Tiahuanaco no fue "el gran impulso" que menciona Menzel para el despegue de Wari. Bajo nuestro criterio el origen de este característico estilo resultó de la interacción entre sitios como Conchopata y Nazca (por ello la policromía, antes nunca registrados en el área de Ayacucho). De acuerdo a los estudios de Isbell en el sitio de Conchopata, la influencia Tiahuanaco aparece en el 850-900 d.C. es decir a finales de la época 2B de Menzel. Para este momento Wari ya estaba presente en zonas tan alejadas como la sierra y costa norte (Castillo 2001; Topic y L. Topic 2001). Al parecer la ruta de ingreso, como ya hemos indicado anteriormente, de la influencia Wari hacia la costa fue desde la sierra. Llega a Huamachuco desde el Callejón de Huaylas siguiendo la ruta norte-sur (Lange Topic 1991), hasta el norte del río Crisnejas, que ya es dominio de los Cajamarca, hasta alcanzar el valle alto del Jequetepeque que hasta hoy sigue siendo el acceso a la costa. Es decir que la influencia Wari pudo haber llegado a la costa siguiendo al río Jequetepeque hasta alcanzar el valle bajo. Por ello no debe sorprender que en sitios funerarios como San José de Moro donde aparece una buena cantidad de artefactos de clara influencia Wari estén mezclados con cerámica Cajamarca serrano (hechas con pasta de caolín), inclusive se llega a copiar el estilo Cajamarca y aparece lo que se denomina Cajamarca Costeño con formas y decoración Cajamarca pero lla a pasta roja es de procedencia local (Disselhoff, 1958) Por otro lado la influencia Wari que llega a este valle no es pura, sino pertenecen a los estilos derivados de la costa Central, en un primer momento Nievería y luego Pachacámac y Atarco, los cuales aparecen en un primer momento como elementos
importados solamente en tumbas de élite. En un segundo momento se mezclan los dos estilos: el foráneo y el local, dando como resultado una serie de estilos híbridos, que llegan a aparecer en tumbas de botas, siendo en su último momento predominantes los elementos con decoración Chaquipampa : el rombo de San José de Moro y la serpiente de Chaquipampa (Castillo 2000). Además la iconografía representada en la cerámica híbrida de San José de Moro no presenta los temas más característicos del estilo Wari (principalmente el dios de varas, los ángeles, entre otros), mas bien aparecen elementos considerados "de relleno", por ejemplo, círculo y punto, chevrones, el rombo de San José de Moro, etc. Algo que no debe pasarse por alto es que la presencia de estos elementos decorando objetos para tumbas si constituyen una clara evidencia de una influencia en el área, que pudo significar un símbolo de prestigio frente al resto del pueblo, sin embargo Castillo (2000) es enfático al mencionar que estos elementos no son los principales del ajuar funerario. Adicionalmente menciona que en eventos relevantes como la preparación y consumo de la chicha la presencia Wari está ausente. Es interesante mencionar que al desaparecer del contexto arqueológico las tumbas de bota y la cerámica de línea fina de moche, desaparecen también los elementos híbridos. Esto conlleva al autor a proponer que la influencia Wari en el área desaparece con el colapso de la élite mochica. Por otro lado la presencia Wari en el valle de Moche se remite a unos cuantos keros registrados por Uhle a inicios del siglo XX y por el Proyecto Chan Chan - Valle de Moche en 1974 en contexto con cerámica Chimú. Vemos entonces que la evidencia arqueológica en este valle no apoya la idea de una conquista militar por parte de los Wari. Adicionalmente las excavaciones que viene realizando el Proyecto Arqueológico Huacas del Sol y de la Luna en el Núcleo Urbano evidencian la arquitectura ortogonal mejor planificada de todo el área andina durante el Intermedio Temprano e inicios del Horizonte Medio (los fechados mas tardíos para este centro urbano se extienden hasta el 850 d.C.), incluso mejor que la misma arquitectura presente en Ciudad de Wari. La presencia política del "estado expansivo" Wari es inexistente. Varios autores sustentan que esta presencia se ve reflejada en los Centros Administrativos de planta
ortogonal. En la zona norte solamente se encontraría uno y está ubicado en la sierra liberteña, específicamente en la zona de Huamachuco. El sitio epónimo de la presencia Wari en la sierra norte es sin duda Viracochapampa, y ha sido considerado el emblema de los investigadores que defienden la idea de que Wari conquistó la zona Huamachuco. El sitio ha sido visto como un centro administrativo con algún uso como almacén, funcionando así mismo como Capital Provincial (Bonavia 1991). Como menciona Topic (1991), esta idea esta basada fundamentalmente en la similitud del planeamiento de este centro con otros atribuidos a Wari, Pikillacta en el Cuzco por ejemplo. En otras palabras sigue el planeamiento típico de los sitios Wari, y la única explicación atribuible es que haya sido construido por mandato de este estado. Apoya también esta tesis el que se trata, a simple vista, de un desligamiento de las tradiciones locales y que el sitio esté ubicado estratégicamente cerca de un sistema de caminos. Así mismo existe una canal que corre paralelo al camino, y que al parecer sería similar a otros canales Wari. Como hemos visto Viracochapampa comenzó a construirse durante el Horizonte Medio 1B, lo cual es una fecha temprana dentro de la secuencia de la expansión Wari. El sitio constituiría el único ejemplo temprano de la arquitectura administrativa Wari. Siguiendo a Schreiber (1978) el área de Pikillacta con mayor semejanza a Viracochapampa es la que rodea a la plaza C. Sólo en esos dos sitios existen galerías diagonales a las esquinas de los muros. Además la plaza C está flanqueada en dos de sus lados por grandes estructuras rectangulares, similares en su forma a los espacios con hornacinas de Viracochapampa, donde constituyen lo característico del tipo. Se desconoce si estas hornacinas existen en Pikillacta y otros sitios Wari. De acuerdo a lo postulado por Topic y L. Topic (1985), resultaría obvio que este tipo de construcción es proporcionalmente y tal vez más común en Viracochapampa que en cualquier otro sitio del Horizonte Medio. Por lo cual estos ambientes con hornacinas no parecerían típicos de la arquitectura Wari, pero si de Viracochapampa y mas específicamente del área de Huamachuco, donde como dijimos anteriormente se ha logrado establecer una evolución arquitectónica de estas "Galerías Nichadas" desde el período Intermedio Temprano hasta fines del Horizonte Medio, por lo tanto es el elemento arquitectónico distintivo del área de Huamachuco. (Topic 1991). Actualmente se sabe que las
"galerías" (edificios largos y angostos) y los "galpones nichados" (edificios largos pero mas anchos que la galería) fueron fuentes de innovación arquitectónica en Wari y no a la inversa como se pensaba bajo los criterios del modelo imperial. En síntesis Viracochapampa casi en su totalidad se compone de galerías y galpones nichados dispuestos alrededor de patios. Este complejo nunca se habitó (salvo por algunas ocupaciones domésticas que han sido atribuidas a los constructores del sitio) y pudo ser la reemplazante de Marcahuamachuco. Por otro lado, las excavaciones realizadas por los Topic evidenciaron que el sitio en términos de distribución local de población y autoridad es periférico, sin embargo el sitio está estratégicamente localizado en relación con el camino norte-sur que pasa por el valle de Condebamba, lo que supone para los Topic que si este complejo hubiera sido terminado, su función habría sido la de control del tráfico hacia el norte que buscaba comerciar con la cerámica Cajamarca y las conchas spondylus del Ecuador. Podemos decir que su construcción y abandono se produjo entre el 650 y el 700 d.C. Cerro Amaru constituye una clave para entender la presencia Wari en esta zona. Como hemos visto anteriormente, el descubrimiento de un mausoleo ha permitido establecer interesantes conclusiones. En primer lugar lugar los objetos objetos exóticos encontrados en este mausoleo permiten establecer que el personaje o los personajes enterrados allí tuvieron cierto status con respecto a los demás pobladores de su tiempo. Este status les habría conferido cierto prestigio y debieron ser vistos como grandes señores. Es difícil establecer si estos individuos fueron comerciantes Waris o comerciantes y/o señores Huamachucos. Lo importante es que la presencia de estos objetos, así como la relativa abundancia de cerámica Wari en el sitio (aunque no específicamente fina) muestra una clara interacción con el sur y con el norte (presencia de Spondylus y cerámica Cajamarca cursiva fina en el mausoleo). En segundo lugar, si este mausoleo constituyó un santuario podría establecerse que estos objetos pudieron ser ofrendas. También pudieron ser regalos conferidos en vida a las élites locales, que dejaban los comerciantes Wari a su paso por esta zona, o simplemente, son producto del intercambio con objetos locales. Como hemos visto ninguna de las interpretaciones apuntan a evidenciar un control geopolítico de Wari sobre esta zona y la evidencia mas clara es Marcahuamachuco.
Las recientes interpretaciones de Topic y L. Topic (2001) han determinado que los grupos humanos asentados en la zona de Huamachuco comprende un área extensa cuyos habitantes compartieron ideas culturales comunes, por lo tanto es un área unificada en términos culturales. Por ello llega a la conclusión que en Huamachuco no hubo un aparato estatal regulador, basándose en la siguiente premisa: "sociedades complejas no estatales pueden ejercer una influencia significativa". Esta interpretación se basa en la importancia de la descendencia, la organización social a nivel de la comunidad y la cooperación de los integrantes de la comunidad. Bajo estos criterios no se apoya la tesis de un estado centralizado en Marcahuamachuco como capital (pero si fue el centro más importante del Intermedio Temprano y el Horizonte Medio), es decir actualmente se le considera a Marcahuamachuco como un centro ceremonial en el que la gente aledaña se congregaba para celebrar fiestas y rituales en honor a sus ancestros. Es decir en este centro se congregaban diferentes grupos de un área con un radio quizá de 20 Km para venerar a sus ancestros. El sitio sólo fue ocupado por temporadas por las pachacas distintas e independientes pero unidas por el acto compartido de venerar a sus ancestros en un único centro ritual. Parecería que la monumentalidad servía más que para legitimizar a una élite servía para mostrar la integridad de la pachaca como un modo de organización social que honre la integridad tanto en vida como en la muerte. Es por ello quizá que los sitios Huamachuco ubicados en la sierra norte no tienen casi influencia Wari, pues la función de estos complejos sería ritual. Mas bien es interesante notar que la fuerte cohesión como grupo de los Huamachuco impidió que de alguna manera los Wari los influenciara. Mientras Viracochapampa era edificada y después a su abandono, Marcahuamachuco siguió siendo el centro más importante de peregrinaje y culto a los ancestros. Por otro lado si estos grupos habitaron dispersos por el campo hubieran sido presa fácil de los "conquistadores Wari", sin embargo en le registro arqueológico de sus tumbas no se muestra influencia alguna, salvo en el enclave santuario de Cerro Amaru.
V.
CONCLUSIONES Todas las evidencias parecen indicar que la presencia Wari en la costa norte y
específicamente en el área del valle de Jequetepeque y por extensión en los valles de Chicama y Moche, así como en la sierra norte (específicamente en la circunscripción de la actual provincia de Huamachuco) tuvo un carácter comercial, aunque los objetos comercializados tenían por finalidad ser utilizados en contextos funerarios, donde el tenerlos confería cierto prestigio a los individuos que los poseían. Este punto se sustenta en las tumbas de San José de Moro y en la de Cerro Amaru, en la costa y sierra norte respectivamente. La cerámica presente tanto en la sierra de Huamachuco como en San José de Moro es de estilos derivados Wari de la Costa Central y del Callejón de Huaylas. Aunque el estilo Chaquipampa, que si es Wari, es mas bien doméstico y no muestra en su decoración los elementos más sacros de la ideología de Wari. Creemos que la sociedad Cajamarca, específicamente sus comerciantes, jugaron un papel determinante en la distribución de esta cerámica y otros bienes suntuarios como sodalitas, lapislázuli y obsidianas. Tanto en San José de Moro como en Huamachuco, cerámica de influencia Wari aparece en contextos arqueológicos con cerámica Cajamarca. Adicionalmente la cerámica Cajamarca también aparece en ciudad de Wari, hecho que se puede explicar como el producto de una amplia distribución comercial. Por otro lado, Viracochapampa nunca constituyó un enclave de control en la sierra norte, ya que a la luz de las evidencias nunca fue terminada y su ocupación se asocia a los mismos constructores que trabajaron en ella. Su construcción y el abandono de esta empresa está fechada durante el Horizonte Medio, época 1b de Menzel, para ese momento (750 – 850 d.C.) el centro urbano Huacas de Moche estaba aún funcionamiento. Concordamos con los Topic que Viracochapampa, al igual que otros sitios distribuidos a lo largo del camino norte-sur, evidencia que la presencia Wari en el norte se debió a fines estrictamente comerciales que no implican un control geopolítico. Esto
se evidencia por ejemplo en que la élite local de Huamachuco no fue desplazada por los comerciantes Wari, tampoco se reduce su status y Marcahuamachuco no fue abandonada.
AGRADECIMIENTOS Queremos agradecer y reconocer a Nadia Gamarra por sus aportes iniciales al presente trabajo, así como por sus ideas y puntos de vista intercambiados en distintas conversaciones sobre este interesante tema. Igualmente nuestro agradecimiento al Dr. Santiago Uceda Castillo, Co-Director del Proyecto Arqueológico Huacas del Sol y de la Luna, por sus críticas y revisión a este artículo.
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