El Farmer Analisis
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Descripción: Analisis de "El Farmer" de Andrés Rivera...
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CAPÍTULO 1 Da comienzo con la trascripciónde un epitafio que según Rivera, Rosas hubiera deseado en su tumba. La frase está enunciada en subjuntivo con valor de orden e introducida por el pronombre relativo QUE , lo que acentúa aún más el acto elocutivo. Está impresa sobre una hoja en blanco, por lo que puede asociarse al paisaje de nieve en el que está instalado el personaje o también ver en ese blanco la resignación frente a la inminencia de la muerte cercana. Igualmente se muestra a un Rosas firme y duro. No hay posibilidad en él para la duda o para la autorreflexión, ya desde aquí se muestra comprometido con su realidad y conciente de las causas y consecuencias que lo llevaron al destierro. “...un argentino que nunca dudó” afirma. El tiempo ha pasado y se muestra a un Rosas en plena vejez viviendo su destierro en una granja en el condado de Swanthling, en Gran Bretaña. Este suceso , si bien forma parte de un relato de ficción , tiene una base netamente histórica. Un texto de Alberdi y otro de Salustio Cobo, director del diario El Comercio de Lima, ilustran en detalle sobre el exilio del Restaurador: a mediados de 1860 Cobo, de paso por Southampton, se presentó varias veces en Rockstone House, solicitando ver al dueño de casa. Ortiz de Rosas finalmente accedió al encuentro. De este momento queda como registro una extensa entrevista donde Rosas expone sus razones y sus puntos de vista. Alberdi se encontró con Ortiz de Rosas el 17 de octubre de 1857 en Londres, en su relatorefiere detalles del aspecto físico ( ya un hombre de 64 años) de sus actividades actuales y de su condición económica. El capítulo primero se inicia con una serie de enunciados de modalidad alética. El personaje toma la palabra, es él , Juan Manuel de Rosas, el que habla. El uso del presente remite a la inmediatez del discurso. Sus enunciados tienen relación con el modo de presentarse frente al lector, como un hombre sin vicios: no fuma, no toma, no ha robado. (En este aspecto se debe hacer hincapié, ya que en la entrevista que Rosas mantuviera con Cobo también reafirma su honestidad, dejando entrever que fue acusado en algún momento de robo.) Niega encuentros sociales, y visitas; diversiones, vestimenta fastuosa. Se presenta como un hombre que está solo y abocado a su trabajo. Él mismo se define como un campesino “ Soy un campesino...” dice. El uso de los deícticos mi- mis refuerzan la idea de la primera persona. Hace alusión desde esta primera página y en varias oportunidades a lo largo de toda la novela a la escritura, escribe cartas y estos relatos que expone forman parte de esas misivas que tienen sin duda destinatarios diferentes, se infiere una correspondencia frecuente con su hija instalada en Londres o con personalidades allá en Buenos Aires a las que reclama por su situación actual. En este discurso , un extenso soliloquio, se advierte permanentemente un alocutario-lector, para el que el personaje pareciera estar relatando y describiendo. Menciona al General Bartolomé Mitre como traductor de un poeta blasfemo, no se refiere a quién, pero bien podría ser Horacio, Dante, Byron, Victor Hugo o Longfellow, a quiénes efectivamente Mitre tradujo; lo menosprecia porque en realidad lo que le molesta es que éste lo haya definido a él como jefe de campesinos. Plantea entonces una pregunta retórica mediante la que deja especificado claramente que sus hombres no eran campesinos, como Mitre pretendió calificarlos, deshonrando su rango.
El uso del deíctico aquí establece una diferenciación, en Inglaterra sí, es un campesino, sólo eso, pareciera dejar entrever. Solitario , que añora su tierra, tierra también de sus antepasados. En Inglaterra es uno más poco se sabe de él y su historia, por ello necesita reafirmarse Soy Juan Manuel de Rosas, dice. Permanentemente hace alusión al frío, que puede asociarse a la idea de soledad, a la inminencia de la vejez y de la muerte , de la que es conciente. Es , según sus propias expresiones, un campesino viejo, un hombre viejo que tiene frío y ve nevar. No ha perdido a pesar de la distancia las costumbres “camperas” (el mate), ni las particularidades de su léxico, ya que habla de la extensión de su tierra en leguas. La nieve se extiende casi sin límites , del condado , al reino, a la península, a toda Europa, a todo el continente, y hasta su corazón. La frase generalizadora sirve a la vez de gran metáfora. Se interrumpe eldiscurso y nos introducimos en el momento del relato, evocación de la partida, (uso del pretérito perfecto simple y del pretérito imperfecto) Siente nostalgia, no puede dormir y recuerda, aunque ya nada tiene sentido. Retoma el discurso, ahora está, frente al espejo, expresa su pesar y la no pertenencia al lugar que habita. Se siente fuerte pero la angustia se evidencia en las lágrimas y el temblor de los labios. Recuerda a su hija, siente el abandono de su Manuelita, su hija adorada, la sucesora, que ha dejado vacío su espejo. En ella se reflejaba, “yo no necesitaba espejos” dice. El uso del pronombre de 1era persona encabezando las frases sirve de refuerzo a sus enunciados. Una metáfora encierra su pensamiento: “fui el guardián del sueño de los otros” , soñó un gran país, veló por su patria y luchó por ella. Se refiere a Sarmiento rival ideológico y político con una metáfora plagada de ironía la mejor pluma argentina, y transcribe directamente el pensamiento que tiene acerca de su figura l: Hace el mal sin pasión. El sustantivo señor con el que describe al prócer actúa de modalizador de su discurso y carga al nombre de un sentido peyorativo. En el discurso se intercala un fragmento escrito por Sarmiento, en que hace referencia al plebiscito por el cual se le otorgaron a Rosas facultades extraordinarias. El personaje Rosas contextualiza este hecho con referencias precisas de fecha y refuta las expresiones de su opositor ,justificando su accionar en el orden y la justicia. Podría inferirse que en algunos aspectos tuvo con Sarmiento puntos en común , pues expresa “El señor Domingo Faustino Sarmiento fue a veces, la mejor cabeza argentina de este siglo.” A lo largo de todo el discurso va combinando los tiempos verbales, presente, pretérito imperfecto , pretérito perfecto simple; logrando de esta manera una distinción precisa entre las acciones, afirma en presente, evoca o enuncia acciones habituales en imperfecto y todo lo que se refiere a hechos que trae a la memoria, están consignados en pretérito perfecto , logrando el efecto de la “cosa” concluida, sin retorno, indiscutible. Un espacio en blanco en la hoja da paso a la enunciación de una pregunta. Se sugiere la presencia (imaginaria para el personaje) de un interlocutor inglés, al que le responde con una comparación: “lluviosa como un recuerdo”. La lluvia, el recuerdo, la tristeza, recurrente en él. Mediante otra pregunta , ahora dirigida directamente al lector y en 3ra persona, justifica su
respuesta y sirve a la vez para enumerar sus posesiones, 37 hectáreas, un rancho y unos pocos animales. Retoma el discurso y detalla las actividades del día en la granja, que no difieren de otros días. Hay un fuerte contraste en la descripción del ordeñe, entre el calor que le proporcionan los animales y el frío de la nieve, y entre la proximidad con ellos y la soledad, el silencio y la oscuridad del entorno. Laforma en que se refiere a su orina, tiene rasgos muy fuertes de virilidad, la comparación con el caballo no es casual, aunque hay indicios claros de vejez, en las gotas que caen por las piernas. También ante la presencia de la perra, joven y en celo, reafirma su hombría y se auto define macho. “Y yo Hoy...” contextualiza el discurso y da datos precisos acerca de su edad. Una serie de preguntas retóricas dirigidas a un alguien indefinido y preciso a la vez. Sólo él sabe lo que se siente. Menciona a Shakespeare, (al que conoció a través de Palmerston) y establece con éste y con su rival Sarmiento un paralelo. ¿Cuánto saben del bien y del mal?. Rememora a Buenos Aires, en invierno y establece la comparación con Inglaterra. La personificación del silencio hace la distinción entre un silencio argentino y otro inglés. Trae al discurso la figura de su hija Manuelita a la que parece recriminarle el hecho de que se ha casado y lo ha abandonado. Esa que prometió no dejarlo ni a sol ni a sombra y a la que ahora ve como una traidora. En la entrevista que mantuviera con Cobo, y de que ha quedado registro histórico refiere puntualmente: “- Me ha faltado, me ha dado un pesar: se ha casado! (...) - Máximo, le dije yo, dos condiciones pongo: la primera, que yo no asistiré a los desposorios; la segunda, que Manuelita no seguirá viviendo aquí en mi casa. Y así es que están en Londres, de donde me escriben todas las semanas. No sé que le dio a Manuelitacon irse a casar a los treinta y seis años, después que me había prometido no hacerlo...” Recuerda que Lord Palmerston en su última visita comparó su vida con la del personaje King Lear de Shakespeare, él poco o nada sabe acerca de esta obra, sólo lo que su amigo le refiere. En realidad hay varios puntos en común entre este personaje y la figura de Rosas: el monarca divide su reino, y es traicionado por sus propias hijas y abandonado en la miseria. Palmerston ironiza, “Usted, general Rosas, mi buen amigo, (...) es un hombre de suerte...” tuvo una sola hija, pero está solo y abandonado. Centra ahora el discurso otra vez en sus necesidades. No tiene leña, es cara y entonces usa carbón. Mediante un enunciado a modo de sentencia, “Los mineros no son hijos de Dios” expone su postura. Insta a realizar rigurosos actos de orden, en los que se evidencia una clara justificación de su accionar en la Argentina. Compara a Inglaterra con nuestro país y dice “es un país civilizado, (una ironía muy profunda), como el mío...”. el uso de este deíctico nos lleva a repensar su postura de dueño casi indiscutible de la tierra, de dueño de los destinos del país, y de su fuerte compromiso con el modelo que pretendía. No olvidemos que ya desde el comienzo se muestra como un hombre que no duda. “el orden es uno”, dice, no hay lugar para la duda, la decisión debe ser dura e inmediata. La crítica para con los ingleses es mordaz. Si bien dentro del paístodo pareciera tener una
justificación, de cara al mundo no hay justificación para la explotación en las colonias o para la discriminación de clases, “ las minas de carbón son las colonias de la clase pudiente “, afirma. Necesita leña, y es necesario escribir a Buenos Aires. Hay un desdoblamiento interesante entre el Yo evocado por las barraganas, esas que pueden reafirmar su hombría y el Yo que lo define como el mejor jinete, dueño y conocedor de su territorio. Enuncia un pedido, que más que pedido tiene carga de orden, “Manden mil libras al año, que no aguanto el olor a carbón”. Lo que solicita es tan solo “migajas,” teniendo en cuenta lo que se merece. Se produce a continuación ruptura de la isotopía estilística, pues se introduce textualmente una invitación, seguramente recibida por el General allí en Inglaterra, a una misa a realizarse en Buenos aires en conmemoración de los 32 años de la gesta de Los Libres del Sur. Lo llamativo quizás es la extensa nómina de los firmantes, todos ellos descendientes de ilustres hombres que han servido a la patria. CAPITULO 2 Una nueva página en blanco y un epígrafe a modo de exhortación y de sentencia implícita, abren el segundo capítulo de la novela. A la muerte inevitable se le suma ahora la vejez, también inevitable. Se incorpora la voz de un francés, un enunciado producido en otra situación comunicativa, se recorta y se inserta directamente en el discurso, ( un caso depolifonía) de este sujeto no hay otra referencia que ésta. Esta frase da lugar a la apertura del discurso. En ella se define a la palabra de Rosas como no categórica, como difusa, cargada de digresiones y frases incidentales. El personaje Rosas afirma que ese caballero ignora que es un novelista moderno. Al definirse como tal , pareciera que deja entrever que la modernidad da paso a una revolución de estilo, poco conocido, hasta el momento y por lo tanto difícil de catalogar según los cánones que rigen la época. Juan Manuel de Rosas, acarrea con el peso de otras historias escritas y se enfrenta a su eterno rival ideológico y político, a Sarmiento (el otro personaje que recorre como un espectro las páginas de la novela), pero ahora como escritor. “El señor Sarmiento y yo somos los dos mejores novelistas modernos de este tiempo. Él y yo somos dueños de los mismos silencios. De las mismas ambigüedades, de las mismas certezas” Comparten un mismo momento histórico, de ahí que difieran o acuerden , que den una u otra versión de los hechos. Sarmiento “corre con ventaja”, pues ha publicado, lo que le imprime a su narrativa un valor indiscutible, el de la palabra escrita. La escritura es esencialmente permanente y se contrapone a la oralidad de carácter transitoria. Rosas sólo narra, por lo que su versión carecería de la veracidad que le otorga la palabra impresa. No obstante es conciente del valor de su versión de la historia, sólo que es“aprovechada” por estupefactos doctorcitos. El uso en reiteradas oportunidades de estos subjetivemas de valor axiológico y afectivos para referirse a sus visitantes , hace que el lector forme una imagen despectiva para con esos seres que tiemblan, palidecen. Seres esmirriados, sudorosos. También los designa como pobres hombrecitos. La profusión en el uso de subjetivemas funciona como clara intención de descalificación. Son doctores pero frente a la figura del General, casi no son nada. La figura de ese YO es
tan fuerte que empequeñece a la de los otros. El personaje Rosas se auto define caballero español, quizás para enaltecer aún más su imagen, logrando un efecto de contraste muy marcado. Se designa así mismo como El Santo Padre, el general, El Restaurador de las Leyes, el recuerdo. Pasa de la metáfora que encierra al exponente máximo, (en este caso de la iglesia), a su rango militar, luego al cargo asignado por su pueblo y reconocido por la historia, para ser un recuerdo. La gradación sirve a la visión que tiene de su propia imagen : lo que fue, lo que cree que fue, lo que es hoy. El personaje es totalmente conciente de que no es más que recuerdo. Puede narrar su historia, pueden intentar reproducirla; recoger cada palabra valiosa como pepitas de oro . Su versión de la historia, su palabra está vívida, aunque sabe no podrán escribirla. Enumera comparaciones en la descripción del paisaje de su tierra, aparece la extensión, la pureza, ladesmesura. Dos preguntas retóricas en las que reflexiona , y vacila frente a la realidad : el pasado, el destierro, la vejez, la soledad y hasta el llanto. El paisaje exterior refleja , por eso nieva en Swanthling, allá en Buenos Aires, pese a mí dice “hay sol y verano”. Sarmiento ayer y hoy, Rosas ayer y hoy. Establece una comparación antitética entre ambos. Refiere el exilio de su opositor en Chile (puertos de niebla y sal), la escritura del Facundo. El deíctico Hoy y el uso del presente histórico remiten a una contextualización clara del discurso en el que el personaje Rosas denuncia, y descalifica a su rival, a la vez que repleto de rencor recrimina a quienes alguna vez favoreció. Un espacio en blanco, una nueva ruptura, da lugar a la enunciación de una consigna del general a la población. Lo que no se ve está fuera de la ley Como fiel indicio del fluir de la conciencia los recuerdos se cuelan y los trae a la memoria. El contexto remite a la finalización de la batalla de Caseros, va camino a la embajada de Inglaterra y camino al destierro. Intercala en el discurso el pretérito imperfecto , el pretérito perfecto simple y el presente histórico. La descripción de su entrada a la ciudad montado en su yegua Victoria tiene reminiscencia por su semejanza con el destierro del Cid, ambos muestran pesadumbre, ventanas y puertas están cerradas, van solos y llevan consigo el peso de la derrota. Los que gritaron Viva Rosas, durante veinte añosahora le dan la espalda, demuestra su rencor cuando dice que esperan que suene la cívica hora de gritar Viva Urquiza. El adjetivo cívica vinculado al sustantivo hora funciona como implicatura. Lo que impone las circunstancias, entonces el pueblo se “recuesta” para el lado del político de turno. Hace referencia a una carta dirigida a Your Excelency General Rosas, que le remitiera Urquiza en la que se comprometía a restituirle sus bienes, su rango, su patria. Se produce aquí ruptura de la isotopía estilística , la incorporación de la fórmula de tratamiento en inglés, sirve al contexto. Una dolorosa constatación, sus continuos seguidores, idólatras, oportunistas, temerosos, lo han abandonado. Retoma la frase de Sarmiento y afirma que fue electo para ejercer el mal sin pasión, de eso no se arrepiente y está seguro además, de que siempre se podrá contar, con la cobardía incondicional de los argentinos. Otra frase ésta, que funciona como implicatura. Detalla los hechos que se sucedieron antes de su partida, la despedida de Gore, a quién define un caballero resaltando así sus virtudes y una sentencia que el inglés enuncia con intención de consuelo. Piense , señor, que nadie es indispensable.
Hoy a varios años de ese momento recuerda los tiempos en que el poder de su brazo imponía paz y vaticina un futuro funesto para los destinos del país. Melancólico despide la energía de la edad viril, una metáfora bien lograda para describir la vejez. Alternala 3era y 1era persona, Aquí está Rosas, Aquí estoy yo, a ambos los saquearon sin pudor ni remordimiento. Se embarca con poco dinero pero en una larga enumeración detalla sus posesiones que van desde cartas, denuncias, unitarios, hasta el consentimiento de Don Adolfo O´Gorman. El hecho referido tiene base netamente histórica aunque aquí lo trae a la memoria en el afán de justificar su actitud. Se apoya en la decencia para proclamarse “inocente” y contraponer esta imagen con la de la bestia sedienta de sangre, como otros lo definieron. En el intento de seguir justificando sus actitudes menciona la historia de Romero y Julieta, pero termina por imponer su verdad y sentenciar: El que está abajo, respeta al que está arriba. Con esta sentencia deja bien en claro quién imponía las “reglas de juego”, a la vez que él mismo se muestra autoritario. Reticente al escándalo toma la decisión y no hay vuelta atrás. Afirma haber estado absolutamente al tanto de todo y dice nada se agita en Buenos Aires sin que yo lo sepa. Los papeles de mi archivo (...) dice me absuelven y me honran ante el futuro. Hay aquí otra implicatura conversacional, el archivo bien puede ser su memoria, registra los hechos y actúa en consecuencia. Un espacio en blanco y un enunciado de modalidad volitiva: Hágame el bien de escribir...” En el encabezamiento que debe llevar la carta , hay una ruptura léxica al utilizar términos en inglés y la certeza de que en Inglaterra esrespetado. Nos queda finalmente la imagen “cruda” de un hombre que supo poner en cada uno de sus actos toda la pasión con la que contó , un auténtico patrón de estancia, ahora devenido en granjero inglés, que intenta abrazar la vida aunque sea desde la distancia del exilio. CAPÍTULO 6 ARGUMENTACIÓN A lo largo del desarrollo del capítulo, el personaje Rosas detalla una serie de acciones que realizó durante el desempeño de su gobierno en la ciudad de Buenos Aires, todas ellas le son recriminadas y han dado lugar a las críticas más severas acerca de su persona. Se lo ha acusado de hacer el mal sin pasión. Por ello es que Rosas mismo toma la palabra y establece las pautas de su defensa, una manera de limpiar su imagen, de oponer a la “historia oficial” su versión de los hechos o de justificarlos. La hipótesis sobre la que apoya el personaje su discurso argumentativo es probar a todos, incluso a aquellos que compartieron con él el mismo momento histórico, y que se pronunciaron siempre en su contra, que todo lo que hizo, Bien o Mal fue hecho con la convicción de que era en beneficio de la patria. La patria no es el hogar de la casualidad Siempre hay causas que desencadenan los hechos, nada se da, ni se dará porque sí. Todo accionar tiene una motivación. En el caso de este personaje un fuerte sentido nacionalista,
una expresión clara de la lealtad, y metas precisas que determinan algunasde sus acciones. Llevar a cabo la concreción del modelo de país que él pretendía tuvo sin duda, su costo. “Yo acuchillé a los indios con placer, diga lo que diga el señor Sarmiento” Mediante una enumeración de hechos que tienen íntima relación con sus dos familias, la materna y la paterna: • Don Clemente López de Osornio fue muerto por los indios en 1783. • Don León Ortiz de Rozas ingresó al regimiento de infantería, ganó el grado de capitán y fue capturado por los indios. Se negó a hablar de su cautiverio para no perder la cabeza. • Los Rozas obtuvieron la libertad de Don León al precio de diez carretas con frutos del país, doscientos caballos, vacas y armas. El canje demoró el tiempo que a los indios se les antojó que demorase. Rosas intenta justificarse. De los datos consignados se desprende directamente que es inevitable el repudio que siente por el indio , ya que lo “mamó” desde niño en el seno del hogar. Una serie de preguntas retóricas, sirven para consignar otras tantas atrocidades: “¿Cómo es, señores, cuando se tira , a los ríos, amarrados dentro de una bolsa, a los subversivos? ¿Cómo es cuando se los capa? ¿Cómo es , señores, cuando se les corta la lengua? ¿Cómo es cuando se les rebana, limpita, la piel del lomo, del pecho, del cráneo?” Hace el mal sin pasión, escribió de mí el señor Sarmiento. Expresa entonces, una concesión : Acepto eso. Y lo acepto porque soy argentino, y porque los argentinos seanunitarios o federales, y eso ya se dijo, somos puros cristianos. Esta frase que usa para justificar sus acciones tiene a la vez, un tinte de ironía, todos estos hechos parecen estar avalados por “dios” y por la iglesia. Se apropia de la palabra de Sarmiento: Derrame sangre de gauchos, que es barata. Esta cita de autoridad le sirve para reafirmar su postura y refutar la opinión de su rival, quién en cierta medida está avalando la muerte. Que se escriba qué diferencia al general Rosas del señor Sarmiento, dice. En todo discurso argumentativo nunca hay verdades, sólo razones. Es por ello que en el afán de argumentar, el personaje hace uso de operaciones inductivas para construir la imagen que él desea de sí mismo para sus lectores. Va de lo particular a lo general. Presenta al lector la narración de hechos a manera de ejemplo. En el comienzo del capítulo consigna claramente la falta de envío de dinero desde hace largo tiempo, lo que lo ha sumido en la miseria. Esto es causa de una constante recriminación para quienes le deben favores, incluso los gobernantes que lo han abandonado a su suerte. Refiere detalles de crianza, donde la obediencia se exigía a fuerza de azote y encierro. Hecho este que justificaría el abandono de su casa paterna, la negación de su herencia, la
negación hasta de su propio apellido: pasa de ser Rozas a Rosas. Esa necesidad permanente de reafirmación de sí mismo tiene relación con esto de haberse criadosolo, de haber endurecido su espíritu , de no amedrentarse frente a nada, de la crueldad y la rudeza que lo caracterizan. A los ojos del lector se deja ver un hombre viejo, pobre , pero al que nada ha podido doblegar. Conciente de su soledad pero firme en sus convicciones. Por momentos se lo ve debilitado, llora. Pero la hora final lo encontrará de pie. Es un hombre de costumbres rudas, casi brutales, acostumbrado al trato con peones, al manejo de animales. No tiene piedad ni por el unitario, ni por el indio, ni por el traidor, los códigos que maneja son los que le impone la época y su realidad. Manda a matar sin miras , no interesa si es mujer, niño , adolescente, deben morir si las circunstancias así lo exigen. Desde la exposición que hace de los relatos deja entrever que esas muertes son justificadas, necesarias, por ello no inmutan a sus hombres, o a su propia hija, la que fiel reflejo de su padre lo único que objeta es si los pecados de los faenados eran antes redimidos. Desde lo religioso también pareciera haber una justificación, por lo menos eso parece. Con referencia a la batalla de Caseros y su posterior destierro , pone en tela de juicio la figura de Urquiza, su oponente. Enumera una serie de acciones de este personaje, relacionadas con su vida particular, con su experiencia de militar, con sus orígenes, con su poderío económico (que mucho le debe de esto a Rosas) y logra de esta manera descalificar al adversario frente a sushombres y enardecerlos. Dos enunciados interrogativos y una cita de autoridad sirven para incitar a la lucha: “¿No dijo, acaso, el señor Sarmiento que Urquiza, el salvaje, es un pobre paisano sin educación, pregunto a mis generales. ¿No es Urquiza un paisano como nuestros paisanos?, pregunto a mis generales.” Define el plan de ataque y ordena. Dentro de las órdenes caben colgar a los macacos brasileros, no escatimar balas a Urquiza, junto con una sentencia “Degollaré a los que me abandonen”. El sentido de la lealtad vale tanto para él como el de la justicia, y sus hombres lo saben. El lector frente a este relato no tiene dudas de que Rosas actuó en consecuencia. Sintió la traición y la necesidad de revertir la situación, aún valiéndose de la fuerza, y existiendo la posibilidad del fracaso. Ya había anticipado “Urquiza , el salvaje, levantó a su gente contra mí. Y firmó con los macacos del Brasil, alianzas contra mí que avergonzarían hasta a un mal nacido.” La rendición se justifica a partir de la descripción que hace de la derrota: una comparación “Son , a la luz de la clara mañana de febrero, como un interminable temblor de sangre, acero y rabia que sacude la tierra, - y una concatenación de acciones – disuelve las formaciones de mis ejércitos, y los deshace, los machuca, los arrasa, y les instala, en los huesos, los espasmos de la horca y el degüello.” Permanentemente y a pesar de su accionar “bestial” , rudo, el personaje Rosas seaparece al lector como con una doble imagen , la que fue y la que es hoy : un viejo pobre que añora, que recuerda, que sufre el abandono y la soledad, y más aún el desamparo, un viejo que inspira ternura, tristeza. De lo que fue poco queda; su imagen sin embargo, será recordada con la luminosidad y la fuerza que caracterizó a su persona. Sabido es que en el afán por construir una concepción de lo real juega un papel preponderante el recurso argumentativo de la focalización. El emisor , en este caso el
personaje Rosas, encara los sucesos con la tesis originada y sustentada en su encuadre ideológico. Su recorte de la realidad se circunscribe a la postura de un caudillo federal. Para comprender mejor esto es necesario referir algunos datos históricos que sirven a la comprensión de la época y de la actitud del personaje. Desde los días de mayo de 1810, el país y especialmente la ciudad de Buenos Aires, había sido teatro de acontecimientos muy complicados que giraban todos en torno a dos ideas-eje: la independencia nacional y sus correlativas guerras para lograrla; y, por otra parte, la organización de los sectores internos y los correlativos conflictos. Todo esto va dando lugar al surgimiento de tendencias que muestran la existencia de intereses, determinando dos políticas diferentes: la de Buenos Aires y la del interior. La composición social también se modifica, la “burguesía porteña, conformada por comerciantes, terratenientes yhacendados, aspira al control total del país en pro de su sola grandeza. Esto motiva la eclosión de un tipo de personajes políticos muy característicos de la vida argentina, los caudillos. Hay a partir de 1816 una pugna por el poder entre el partido federal y el denominado directorial. Por debajo de estas formulaciones políticas, se va perfilando una “clase decente”, cuyos miembros son alternativamente y durante los próximos veinte años unitarios o federales, rosistas o antirrosistas. Es relevante hacer hincapié en el manejo del lenguaje relacionado esto a la elocutio, la adecuación del enunciado a la pragmática , la selección de palabras, apropiadas para mostrar la realidad de la época y los hechos que se sucedieron con la mayor rudeza posible. Esta selección léxica da cuenta del foco del discurso. Rosas maneja el campo semántico circunscrito a su quehacer y su entorno. Por ello abundan términos y expresiones como: azote- rebenque- cuero- faenar- curvos sables afilados- faenamiento- cuchilleros- corcovos de las reses- balar- mugir- capar- berrean- rebanar- nuestros paisanos- estancieros- degollartalonea su caballo. Existe al final del capítulo un fragmento que funciona como conclusión de lo argumentado. A pesar de todo, van a hablar de él, como nunca se habló de otro hombre en la historia, van ahora a reconocer en ese viejo a aquel que supo dirigir los destinos de la Argentina, Yo quedo- dice, como reafirmación de su perdurabilidad.
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