El Evangelio de La Familia - Walter Kasper (Sal Terrae)

April 25, 2017 | Author: roxanavega1979 | Category: N/A
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Índice

Abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Introducción: El redescubrimiento del evangelio de la familia . . . . . . . . . . .

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1. La familia en el orden de la creación . . .

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2. Las estructuras de pecado en la vida de la familia . . . . . . . . . . . . . .

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3. La familia en el orden cristiano de la redención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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4. La familia como Iglesia doméstica . . . . .

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5. El problema de los divorciados y vueltos a casar . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Apéndice I: Fe implícita . . . . . . . . . . . . . . . .

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Apéndice II: Práctica de la Iglesia primitiva

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Consideraciones conclusivas sobre el debate

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Epílogo: ¿qué podemos hacer? . . . . . . . . . .

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Abreviaturas

AA

Concilio Vaticano II, Apostolicam Actuositatem, Decreto sobre el apostolado de los laicos, Roma 1965.

AG

Concilio Vaticano II, Ad Gentes, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia, Roma 1965.

CatIglCat Catecismo de la Iglesia Católica, Madrid 1993. CIC

Código de Derecho Canónico, Madrid 1984.

DH

H. Denzinger – P. Hünermann, El Magisterio de la Iglesia, Herder, Barcelona 20002.

DV

Concilio Vaticano II, Dei Verbum, Constitución dogmática sobre la divina Revelación, Roma 1965.

EG

Papa Francisco, Evangelii gaudium, Exhortación apostólica sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, Roma 2013.

EN

Pablo VI, Evangelii nuntiandi, Exhortación apostólica sobre la evangelización en el mundo actual, Roma 1975. 7

FC

Juan Pablo II, Familiaris consortio, Exhortación apostólica sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual, Roma 1981.

GS

Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, Roma 1965.

LG

Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Roma 1964.

UR

Concilio Vaticano II, Unitatis Redintegratio, Decreto sobre el ecumenismo, Roma 1964.

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Prólogo

E

presente librito, El evangelio de la familia, contiene el informe que, con el mismo título, presenté en Roma, por invitación del papa Francisco, en el transcurso del Consistorio extraordinario de los cardenales (20 y 21 de febrero de 2014). El objetivo consistía en proporcionar una base teológica para el subsiguiente debate entre los cardenales y, de este modo, propiciar un diálogo pastoral, teológicamente motivado, en el próximo proceso sinodal que habrá de tener lugar en el Sínodo extraordinario de los obispos, en el otoño de 2014, y en el Sínodo ordinario de los obispos en 2015. Con el consenso del papa, debían abordarse además en este informe determinadas cuestiones que a veces son objeto de controversia en la Iglesia. El tema del proceso sinodal, Retos pastorales que plantea la familia en el contexto de la evangelización, indica claramente que las cuesL

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tiones pastorales acuciantes no pueden ser tratadas aisladamente, sino tan solo en el contexto global del evangelio y la tarea evangelizadora, que es común a todos los bautizados. Por eso en el debate deberán participar además, con sobrado motivo, cristianos que viven las situaciones familiares, a veces bastante difíciles. La publicación no pretende anticipar la respuesta del Sínodo, sino, más bien, abordar las distintas cuestiones y preparar las bases para su discusión. A una respuesta, que esperamos sea unánime, únicamente podemos llegar a través de la reflexión sobre el mensaje de Jesús, a través de un intercambio –siempre abierto a la escucha– de experiencias y argumentos y, sobre todo, a través de la oración en común para recibir el Espíritu Santo de Dios. A este fin querrían prestar una modesta aportación las presentes páginas. Roma, en la Fiesta del apóstol Matías, 24 de febrero de 2014. Cardenal Walter Kasper

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Introducción El redescubrimiento del evangelio de la familia

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este año internacional de la familia, el papa Francisco ha invitado a la Iglesia a celebrar un proceso sinodal dedicado a Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización. En la exhortación apostólica Evangelii gaudium escribe: «La familia atraviesa una profunda crisis cultural, como todas las comunidades y vínculos sociales. En el caso de la familia, la fragilidad de los vínculos resulta especialmente grave, porque se trata de la célula básica de la sociedad» (EG 66). Muchas familias se enfrentan hoy a grandes dificultades. Muchos millones de personas se encuentran en situaciones de migración, huida y alejamiento, o en condiciones de miseria indignas del hombre, en las que no es posible una vida faN

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miliar ordenada. El mundo actual está viviendo una crisis antropológica. El individualismo y el consumismo ponen en entredicho la cultura familiar tradicional. Las condiciones económicas y laborales hacen a menudo difícil la convivencia y la cohesión en el seno de la familia. De ahí que haya aumentado dramáticamente el número de los que tienen miedo a fundar una familia o de quienes fracasan en la realización de su proyecto de vida, así como crece también el número de niños que no tienen la suerte de crecer en una familia debidamente estructurada. La Iglesia, que comparte los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres (cf. GS 1), se ve desafiada por esta situación. Con ocasión del último año de la familia, el papa Juan Pablo II retocó las palabras de la encíclica Redemptor hominis (1979), «el hombre es el camino de la Iglesia», afirmando que «la familia es el camino de la Iglesia» (2 de febrero de 1994), porque normalmente la persona nace en una familia y crece en el seno de la misma. En todas las culturas de la historia de la humanidad, la familia es el camino normal de la persona. También hoy, muchos jóvenes buscan la felicidad en una familia estable. 12

No obstante, debemos ser sinceros y admitir que se ha abierto un abismo entre la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia y las convicciones vividas por muchos cristianos, a muchos de los cuales la doctrina de la Iglesia les resulta muy alejada de la realidad y de la vida. Pero podemos igualmente decir, y decirlo con gozo, que hay también familias excelentes que hacen todo lo posible por vivir la fe de la Iglesia y dar testimonio de la belleza y la alegría de la fe vivida en el seno de la familia. A menudo son una minoría, pero son una minoría significativa. La situación actual de la Iglesia no es una situación inédita. También la Iglesia de los primeros siglos se encontraba con concepciones y modelos de matrimonio y de familia muy diferentes del predicado por Jesús, que era muy novedoso tanto para los judíos como para los griegos y los romanos. Por consiguiente, nuestra postura hoy no puede ser de adaptación liberal al status quo, sino que ha de ser una postura radical, que vaya a las raíces, es decir, al evangelio, y desde ahí mire hacia delante. Por tanto, será tarea del proceso sinodal proclamar de nuevo la belleza y la alegría del evangelio de la 13

familia, que es «siempre el mismo» y, sin embargo, «siempre nuevo» (cf. EG 11). La presente intervención no puede afrontar todas las cuestiones actuales ni pretende anticipar los resultados del Sínodo (sýn-odos), es decir, del camino (hodós) común (sýn) de toda la Iglesia, el camino de la atenta escucha recíproca, del diálogo y de la oración. Esta contribución quiere ser, más bien, una especie de obertura que introduzca el tema, con la esperanza de que al final obtengamos una sym-phōnía, un conjunto armónico de todas las voces en la Iglesia, incluidas aquellas que en este momento son en parte disonantes. No se trata ahora de reafirmar la doctrina de la Iglesia sobre la familia1. Nos preguntamos por el evangelio de la familia, y de este modo retornamos a la fuente de la que brotó dicha doctrina. Como ya afirmaba el Concilio de Trento, el evangelio creído y vivido en la Igle-

1. Entre los documentos más importantes, véase CONCILIO DE TRENTO, en DH 1.797-1.816; CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes 47-52 (GS); Carta apostólica postsinodal Familiaris consortio (1981) (FC); Catecismo de la Iglesia Católica (1993) 1.601-1.666 (CatIglCat); Carta apostólica postsinodal Sacramentum caritatis (2007) 2729; Encíclica Lumen Fidei (2013) 52s.

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sia es la «fuente de toda verdad salvífica y de toda disciplina de las costumbres» (DH 1.501; cf. EG 36). Esto significa que la doctrina de la Iglesia no es una laguna estancada, sino un torrente que brota de la fuente del evangelio y en el cual ha confluido la experiencia de fe del pueblo de Dios de todos los siglos. Es una tradición viva que hoy, como muchas otras veces a lo largo de la historia, ha llegado a un punto crítico y que, teniendo a la vista los «signos de los tiempos» (GS 4), exige ser continuada y profundizada2. ¿Qué es este evangelio? No es un código jurídico. Es luz y fuerza de la vida, que es Jesucristo. El evangelio da lo que exige. Solo a su luz y en su fuerza es posible entender y cumplir los mandamientos. Para Tomás de Aquino la ley de la nueva alianza no es una lex scripta, sino la gratia Spiritus Sancti, quae datur per fidem Christi. Sin el Espíritu que actúa en los corazones, la letra del evangelio es una ley que

2. Sobre la cuestión del desarrollo doctrinal: CONCILIO VATICANO I (DH 3.020) y CONCILIO VATICANO II (DV 8). J.H. NEWMAN, Essay on the Development of Christian Doctrine (1845); Y. CONGAR, La tradition et les traditions, Paris 1960, p. 1.963.

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mata (2 Cor 3,6)3. Por consiguiente, el evangelio de la familia no quiere ser una carga, sino, en cuanto don de la fe, una alegre noticia, luz y fuerza de la vida en la familia. Llegamos así al punto central. Los sacramentos, también el del matrimonio, son sacramentos de la fe. Signa protestantia fidem, dice Tomás de Aquino4. El Concilio Vaticano II corrobora esta afirmación. Dice de los sacramentos: «No solo suponen la fe, sino que, a la vez, la alimentan, la robustecen y la expresan» (SC 59). También el sacramento del matrimonio puede ser eficaz y ser vivido únicamente en la fe. Por tanto, la pregunta fundamental es: ¿cómo es la fe de los futuros esposos y de los cónyuges? En los países de arraigada cultura cristiana asistimos hoy a la quiebra de las que, durante siglos, han sido obviedades de la fe cristiana y de la concepción natural del matrimonio y de la familia. Muchas personas están bautizadas, pero no evangelizadas. Dicho de manera un tanto paradójica, son catecúmenos bautizados, cuando no directamente paganos bautizados.

3. TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I/II q. 106 a. 1 y 2; cf. EG 37. 4. Ibid., III q. 62 a. 4.

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En esta situación no podemos ni partir de una lista de doctrinas y mandamientos ni quedarnos en las llamadas «cuestiones candentes». No queremos ni podemos eludir nada de todo ello, pero sí debemos partir de un modo radical, es decir, de la raíz de la fe, de los primeros elementos de la fe (Heb 5,12), y recorrer, paso a paso, un camino de fe (FC 9; EG 34-39)5. Dios es un Dios del camino: en la historia de la salvación, ha recorrido un camino con nosotros; también la Iglesia ha recorrido en su historia un camino que hoy debe recorrer de nuevo junto a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. No pretende imponer la fe a nadie, sino tan solo presentarla y proponerla como camino hacia la felicidad. El evangelio únicamente puede convencer por sí mismo y por medio de su profunda belleza.

5. Cf. Apéndice I.

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