El estado burocrático autoritario
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El estado burocrático autoritario (EBA) se propone desarrollar el estudio del caso argentino de junio de 1966 a marzo de 1973, donde se producen una nueva forma de dominación autoritaria que emerge a partir de un golpe de Estado. Presenta el EBA (un tipo dentro del Estado capitalista) El EBA es un tipo de Estado de una sociedad capitalista (Soc que se caracteriza por sus relaciones de producción: desiguales y contradictorias, dentro de una fundamental célula de la sociedad: el proceso y lugar de trabajo.)
El Estado es el organizador de dichas relaciones capitalistas y también su reproductor. El estado es garante de esa relación. El estado es agente de un interés general pero parcializado; esto es, es un interés de clase, que por eso mismo incluye un papel custodial en la reproducción de la clase dominada en tanto dominada. Pero el discurso se postula servidor de un interés general indiferenciado: el de la Nación. Hay otro reconocimiento hacia las clases dominadas: el pueblo. La subcomunidad dentro de la nación, constituida por los menos favorecidos. Dentro de esta ambigüedad, también se halla la figura del ciudadano igual a todos los demás, independiente de su condición socio-económica.
Este no es cualquier autoritarismo sino uno marcado por características que provienen de la especificidad histórica de cada EBA implantado.
El estado burocrático autoritario tipo de Estado autoritario cuyas principales características son: a) Garante y organizador de la dominación ejercida a través de una estructura de clases subordinada a las fracciones superiores de una burguesía oligopólica y transnacionalizada. b) Institucionalmente es un conjunto de organizaciones el el que adquieren peso las especializadas en la coacción, así como también las dedicadas a la “normalización” de la economía. c) Las dos grandes tareas del BA: la reimplementación del “orden” en la sociedad mediante la re-subordinación del sector popular y la “normalización” de la economía. d) Sistema de exclusión política de un sector popular previamente activado, al que somete a severos controles. Esta exclusión es coherente con la meta de imponer orden en la sociedad y viabilizarlo hacia el futuro. e) Dicha exclusión trae aparejada la supresión de la ciudadanía y de la democracia política. Es también la prohibición de lo popular. f) Sistema también de exclusión económica del sector popular, en tanto `promueve una particular normalización económica y un patrón de acumulación de capital fuertemente sesgados en beneficio de las grandes unidades oligopólicas de K privado y de algunas instituciones estatales, que acrecienta las desigualdades preexistentes. g) Corresponde a, y promueve, una mayor transnacionalización. h) Desde las instituciones se llevan intentos de despolitizar el tratamiento de cuestiones sociales. i) Su régimen implica el cierre de los canales democráticos del acceso del gobierno y, junto de ellos, de los criterios de representación popular o de clase. Dicho acceso, queda limitado a quienes ocupan la cúpula de grandes organizaciones, especialmente las FFAA y grandes empresas priv. y publ.
Antecedentes del golpe del 66 El golpe contaba con la aceptación de gran parte de la población. En La Nación “se habla del familiarmente”. Sector popular, sindicatos, peronismo y Peròn apoyaron el golpe.
Contexto 1964-1963 Tasa de inflación se mantuvo Inversión bruta interna y PBI decreció. Inversiones públicas descendieron Movimientos de k internacional negativos Déficit fiscal Cierto crecimiento del producto per capita.
Pero también estos grupos llamaban la atención de la alta burguesía: podían movilizarse coordinadamente en direcciones objetivamente antagónicas con elementales intereses de clase de la burguesía y que insinuaba fisuras en la dominación social. El gob radical antes movilizaciones y paros anunciados elegía la vía legal para enfrentarlos, la burguesía advertía en esta actitud una pasividad y una incapacidad del Estado de mantener el orden.
El clima tenso va in crescendo//crisis de acumulación o o o
Organizaciones- burguesía- prensa repetían: pasividad, ineficiencia del gob radical Disturbios regionales – Tucumán Huelgas, movilizaciones, paros
La perspectiva adecuada para entender las condiciones de emergencia del BA argentino en 1966 se coloca más sobre el conjunto del período iniciado con el derrocamiento del gral. Perón en 1955 y, dentro de él, con una continuada crisis política signada por una alta activación del sector popular.
Desde 1955 el régimen político argentino no había logrado digerir la fuerza del peronismo. La proscripción del peronismo, corroía la legitimación de las instituciones estatales y de su vacilante dominación. Los sindicatos y la CGT habían pasado, por derecho propio, a ser actores importantes en la arena política. Ninguno de ellos, ni gran parte de las clases y sectores que a través de ellos se expresan, articulaba metas no capitalistas. Los dirigentes sindicales no solo se colocaron en frontal oposición al gob. radical, sino también participaron en conversaciones con diversos altos jefes de las FFAA para promover el golpe. Los máximos dirigentes sindicales no apuntaban a metas revolucionarias sino a crear el clima de “desorden” que promoviera la intervención militar.
El apoyo del golpe fue, fundamentalmente, el apoyo a la destrucción de un régimen que les negaba sistemáticamente acceso al gobierno, así como la esperanza de forjar alianzas alrededor de un nuevo Estado que diera mayor y más estable lugar a sus intereses económicos y corporativos. Para gran parte de la burguesía, la promoción de ese golpe apuntaba a resolver el magno problema de encontrar un Estado que organizara condiciones + estables para la acumulación y garantizara + firmemente su dominación.
1962 FFAA reacción “profesionalista” apuntada a lograr cohesión interna, aumentar la capacidad operativa y capacitarlas para la comprensión de problemas sociales desde la óptica de las doctrinas de seguridad nacional que comenzaban a prevalecer en el continente.
Lo que los profesionalistas proponían eran unas FFAA por encima de la política, dispuestas a intervenir solo en situaciones de inminente amenaza a la Seg. Nacional. Esto a su vez implicaba permitir la subsistencia del sistema electoral, aunque restringido. La reacción profesionalista vs. oficiales más politizados y antiperonistas enfrentamientos 1962 y 1963. J. C. Onganía, líder absoluto.
REACCION VINCULADA FRACCIONAMIENTO INTERNO DE LAS FFAA Esquema generalizado a la sociedad global: visión arquitectónica del Estado y la sociedad de la ideología corporativista. Era ahora la nación la que tenía que ser salvada de la fraccionalización y los conflictos, de su politización y de su crisis de autoridad, so pena de que sufriera el colapso al que se habían acercado las FFAA. La sociedad tenía que ser “estructurada” según patrones que concretarían en todos su s niveles a una integradora arquitectura social.
Con las FFAA re-cohesionadas e impregnadas de la doctrina de seguridad nacional, ese golpe sería resuelto y ejecutado por sus líneas formales de comando, no ya en apoyo de tal o cual sector civil. Consecuencias en las FFAA o o
Eran el respaldo de la Revolución pero “no gobiernan ni cogobiernan” su participación quedaba formalmente limitada a ciertos organismos no ejecutivos. La exitosa reconstrucción de las FFAA se tendió a ser transpuesto analógicamente para orientar las metas y criterios de acción del nuevo gobierno.
Corrientes internas en 1966 en FFAA
1)
Corriente que cabe denominar “paternalista” (cuyo representante fue Onganía), a ella corresponde la transposición analógica de lo militar a lo social
recién delineada. Entroncados con las corrientes tradicionalistas de la iglesia, con un origen de pequeña clase media provinciana. Conservadores o, mejor, tradicionalistas, la sociedad que querrían construir es tan ajena a la política de masas como al big business, es evidente su reticencia frente al capitalismo, el lucro y la gran empresa. Partidarios del “orden”, la “autoridad” y la despolitización. Son portadores de una ilusión de integración social, que esperan lograr mediante un corporativismo englobante no todo del sector popular, sino también de la burguesía.
2)
La corriente que cabe denominar “liberales”. Sus líderes Julio Alsogaray y Alejandro Lanusse, provenían de la alta clase urbana y eran los menos provincianos por origen y por mentalidad. Mucho más orientadas hacia el mundo de la gran burguesía y el circuito de profesionales. Son pro-capitalistas sin reservas mentales y entienden mucho mejor el funcionamiento de una economía capitalista.
3)
La corriente que cabe denominar “nacionalista” es también autoritaria y corporativista pero, tiene la ilusión de generar y manipular movimientos de masas que apoyen sus consignas, alienta la ilusión de una unión entre “pueblo y FFAA”. Hostil al big business, por grande y por extranjero, quiere descubrir en el empresariado nacional, la base de sustento política y económica de un capitalismo nacionalista y, en definitiva, estatista. El patrón ideal de organización social también es, para esta corriente, corporativista.
4)
Corriente de“profesionales” escasamente proclives a los liberales pero siempre alertas a detectar y seguir la distribución de fuerzas dentro de sus armas.
Tres tiempos para la implantación del EBA
1) Uno en el que el énfasis recaería sobre lo “económico” y el “ordenamiento”, 2) Otro posterior en el que el tema principal sería lo “social”, apuntado a la justicia distributiva y en el que se daría impulso a “transformaciones estructurales”
3) El final, en el que el énfasis recaería sobre lo “político”, articulado por un nuevo Estado y por las “organizaciones auténticamente representativas de la comunidad”
Hacia el fin de Diciembre, Onganía decide renovar su gabinete, introduce como ministro de economía a Krieger Vasena y así los liberales adquirían control del aparato económico del Estado. (Krieger pertenecía al establishment del gran capital. Asesor y miembro del directorio de grandes empresas transnacionales. )
No hay EBA viable sin normalización de la economía y esta requiere un papel protagónico del gran capital local y transnacional. Los nudos decisorios de la acumulación de capital, son controlados por los liberales y por lo que ellos contribuyen como ligazón orgánica con el gran capital local y transnacional. Después de iniciales ilusiones, los sindicatos se vieron empujados hacia la oposición. En febrero de 1967 la CGT lanzó un curso de acción que habría de precipitar la derrota sindical: anunció un Plan de acción, este se concentraría en paros nacionales, con planes de movilizaciones. Otra vertiente del sector sindicalista, encontró su exponente en el vandorismo, habitado a presionar, a veces con violencia, para negociar pragmática/. La respuesta del régimen fue severa. Acusada la CGT de incurrir en “estrategias subversivas” se reunió el CONASE: se congelaron fondos de varios sindicatos, y se anunció que todo trabajador que se adhiriera seria despedido sin indemnización. La CGT prosiguió y no logro movilizar a los trabajadores.
El tiempo económico, la primera tanda de políticas de “ordenamiento” es, en realidad, el período de emergencia de un Estado autoritario que se expande conquistadoramente sobre la sociedad, revirtiendo así el avasallamiento a que había quedado sujeto su predecesor.
Más allá de la cohesión espiritual que se haya logrado y de que cada clase haya aceptado su lugar y función, para esta ideología, el cemento que sigue uniendo a la “comunidad organizada” es un Estado que la trasciende soberanamente. Las primeras medidas de la Revolución Argentina: Suprimir instituciones notoriamente vinculadas con el pasado de desorden y frustraciones: el parlamento y los partidos políticos fueron disueltos, la “actividad política” prohibida. Se creó el Consejo Nac. de Seguridad (CONASE) q se ocuparía de la seguridad nacional. Intentos de manipular a la CGT para ponérsela de su lado Sanción de la “ley de Arbitraje Obligatorio”, que prohibió todo conflicto laboral hasta que no hubiera sido sometido a procedimiento arbitral por el gobierno. 1966 cerró con un nulo crecimiento del PBI y con una caída en la tasa de inversión en tanto alguna devaluación no mejoraba la exigua posición de balanza de pagos ni la inflación. El descontento crecía, en las Universidades agitación. El “intervencionismo estatal” del periodo anterior, volvía a asomar la cabeza. La agitación estudiantil renacía, en especial después que fue muerto en Córdoba un estudiante durante una manifestación callejera. El vandorismo, las “62 de pie” y el otro gran alineamiento del omento, los independientes, se pronunciaron contra el ya mencionado discurso del gral. Onganía
La CGT se vio acorralada: a) seguía su camino en el que sólo encontraría más represión b) se sometía a negociar, lo que constituiría su derrota final esto es finalmente lo que sucedió.
El programa de normalización Krieger Vasena viajó a EEUU para la aprobación de los planes y medidas tomadas en materia económica, entre ellas: Devaluación del 40% Impuestos a tenedores de divisas y retenciones a los precios de prod. exportados agropecuarios Disminución de gravámenes para la importación. “liberalización” del mercado de cambios. Anuncio de medidas para el “saneamiento” del gasto públ.
Con escaso apoyo de su base, sin ánimos para volver a lanzarse a huelgas, atomizados internamente y gestionando ante el gobierno su supervivencia al frente de sus organizaciones, la derrota de estos dirigentes sindicales era también el del conjunto del sector popular que quedaba sin capacidad organizada de oposición ante el EBA y los que, ahora eran realmente sus aliados y vencedores.
El objetivo económico es lograr un crecimiento estable y generar una confianza de estabilidad a largo plazo, hacia el futuro, para lograr la normal inserción en el sistema económico capitalista mundial. Estas medidas eran el comienzo de la ofensiva de la gran burguesía que se proponía llevar a cabo las tareas de normalización de este capitalismo económico donde ellas son las protagonistas.
El BA y la normalización el objetivo es revertir las expectativas y La normalidad en estas economías consiste fundamentalmente en que la acumulación de K se realice en principal y sistemático beneficio de sus unidades oligopólicas y más transnacionalizadas, en condiciones que les aseguran una tasa alta de acumulación. No obstante, la “normalización” no entraña llegar a inflación cero, ni tasa consideradas normales en las economías centrales. Se trata, es cierto, de reducirla a tasas no explosivas, pero dentro de ellas basta con que sea estable y predecible. Lo más importante, es que la “normalización” no se logra sin recuperar la confianza del K financiero transnacional; los criterios que rigen su aprobación y, en definitiva, su confianza, marcan el desfiladero por el que tienen que pasar las políticas de normalización del EBA.
lograr confianza, el EBA tiene que parecer capaz de continuar garantizando en el futuro la “paz social” que impone. Consiste fundamentalmente en: Reducción de las fuertes fluctuaciones en la economía Reversión de esas fluctuaciones Modificación de las expectativas de los sectores oligopólicos para determinar la situación de la economía Terminación del periodo de economía del Saqueo para retomar los estándares de la normalidad de esta economía. Retroversión de la estructura económica en el sentido de subordinar a aquellas a los patrones de expansión de las unidades oligopólicas. La reconexión de la estructura económica con el k transnacional luego de la crisis previa al EBA que produjo su alejamiento.
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