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© 2014 Poiema Publicaciones ¡El Evangelio para cada rincón de la vida! vida!
Poiema Publicaciones Medellín, Colombia
EL ESPÍRITU SANT SANTO O / por Geoffrey Thomas © Poiema Publicaciones 2015 Traducido con el debido permiso del libro The Holy Spirit © © Geoffrey Thomas, 2011, publicado por Reformation Heritage Books. Traducido por Cynthia Verónica Pérez de Canales. Revisado por Julio Ardiles Zapata y Naíme Bechelani de Phillips. Las citas bíblicas han sido tomadas de la Nueva Versión Internacional (NVI) (NVI) ©1999 por Biblica, Inc. Las citas marcadas con la sigla RVC son de la versión Reina Valera Contemporánea ©2009, 2011 por las Sociedades Bíblicas Unidas; las marcadas con la sigla LBLA, de La Biblia de Las Américas ©1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation; las marcadas con la sigla RV60, de la versión Reina Valera ©1960 por las Sociedades Bíblicas Unidas; las marcadas con la sigla NBLH, de la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy ©2005 por The Lockman Foundation. Prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio visual o electrónico sin permiso escrito de la casa editorial. Escanear, subir o distribuir este libro por Internet o por cualquier otro medio es ilegal y puede ser castigado por la ley. Publicado y distribuido por Poiema Publicaciones Poiema Publicaciones Medellín, Colombia E-mail: info@poiem
[email protected] a.co www.poiema.co Categoría: Religión, Cristianismo, Teología, Biblia ISBN: 978-958-58452-5-1 Impreso en Colombia SDG
CONTENIDO Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 1. 2. 3. 4. 5. 6.
E l Espíritu Santo: el Dios infinito y personal . . . . . . . . . . . . . . . 9 E l Espíritu Santo en el Antiguo Testamento . . . . . . . . . . . . . . . 21 L a inspiración de los profetas del Antiguo Testamento Testamento . . . . . . . 35 L a unción del Espíritu de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 L a blasfemia contra el Espíritu Santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 P idiendo el Espíritu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
7. E l Espíritu dando a luz al Espíritu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 8. E l Padre envía al Consejero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 9. E l Espíritu convence al mundo de su culpa . . . . . . . . . . . . . . . 105 10. Preparándose para Pentecostés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 11. Lo que pasó en en Pentecostés Pentecostés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 12. La predicación predicación de Penteco Pentecostés stés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 13. ¿Recibiste el Espíritu Santo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155 14. El Espíritu entierra nuestro pecado e intercede por nosotros . 167 15. Los dones del del Espíritu Espíritu Santo Santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179 16. El camino más excelente del amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17. El sello del Espíritu Santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18. El amor del Espíritu Santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19. El Espíritu Santo y el Avivamiento Avivamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20. La autoridad del Espíritu Santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21. El Espíritu y el ministerio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
191 203 215 227 237 247
Notas de texto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263 Índice de las Escrituras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
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PREFACIO En mayo de 1964 la facultad del Seminario Teológico Westminster en Philadelphia y aquellos de nosotros que éramos estudiantes que nos graduábamos (más o menos treinta hombres) nos reunimos para un banquete. Los profesores y los estudiantes estábamos sentados juntos de manera informal en una atmósfera de afecto y agradecimiento. Uno por uno, los profesores se pusieron de pie y dirigieron unas cuantas palabras de exhortación y aliento. Cuando John Murray se paró, sugirió que no debíamos abandonar el hábito de estudio, sino que en los años siguientes debíamos buscar enfocarnos especialmente en alguna área sobre la que leyéramos de forma tan completa y exhaustiva como pudiéramos. El Sr. Murray dijo: “Es posible que en veinte años surja un conflicto en la iglesiay que esté directamente lo que ustedes han estudiado, entonces podrán hacerrelacionado una valiosacon contribución, guiando y alumbrando a la iglesia”. Combinando mi procedencia de Gales, el interés de mi país en el avivamiento, y el hecho de que soy testigo del surgimiento del movimiento carismático moderno en los Estados Unidos a principios de los años sesenta, ningún otro tema me podía atraer más que el del Espíritu Santo, pero a la vez lamento no estudiar aun más el tema o cultivar una comunión aun más íntima con Dios Espíritu. Hay una cadena de influencias que liga a cualquier autor al libro publicado y esta obra no es la excepción. Comenzó, creo, con el Doctor Robert Lethan de la Escuela Evangélica Teológica Teológica de Gales sugiriendo a su director, director, Jonathan Stephens, que yo fuera invitado a dar un curso 7
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en el seminario sobre la persona y obra del Espíritu Santo. Me agradó recibir la invitación y me preparé para ella con una serie de sermones sobre el tema en nuestra congregación, la Iglesia Bautista Alfred Place (Independiente), Aberystwyth, en Gales. Por varios años estas conferencias se han dado enJoel Bryntirion, Después el Doctor Beeke deBridgend. Grand Rapids leyó estos escritos y sugirió que fueran publicados. Los hombres y mujeres de Reformation Heritage Books los han mejorado en lo general, por cuyo trabajo estoy en deuda. Estos capítulos afirman su originalidad. De los escritores modernos he usado a R. C. Sproul, Arthur Pink, Sinclair Ferguson, Christopher Wright y Donald Macleod. Por supuesto he sido influenciado por el Doctor Martyn Lloyd-Jones, incluso más por escucharlo predicar con el Espíritu enviado del cielo que por leer sus sermones. De los escritores antiguos, Juan Owen es estupendo, sobre todo El Espíritu Santo y El Espíritu y la Iglesia. Después de leerlos uno se pregunta qué necesidad había de que alguien escribiera algo más sobre el tema. También deseo expresar mi agradecimiento a mi esposa, Iola, que me ha mantenido en el ministerio y ha sido paciente conmigo tanto en los tiempos en que he estado lejos como cuando he estado de regreso en casa y me ocultaba en mi estudio en la planta de arriba. Gracias también a la congregación en Aberystwyth que he amado desde 1965. Joel Beeke me ha alentado más que cualquier otro ministro en el mundo. Sin embargo, las mayores gracias son para el Espíritu del Dios viviente que vino a mi vida convenciéndome de mi culpa, dándome vida, dándome un nuevo corazón, iluminándome y santificándome, dotándome para predicar las riquezas de Cristo el Señor. Poseo junto con cada cristiano el privilegio nosotros. Gracias a Dios. del acceso ilimitado al Espíritu que mora en Geoff Thomas Septiembre 2011
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EL E ESPÍRITU S ANTO: EL D DIOS INFINITO Y Y PERSONAL Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, Señor, el Espíritu Santo dijo: Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado. Hechos 13:2
En el libro de Hechos, hombres dotados que sirven al Señor Jesucristo guían la floreciente congregación de Antioquía. Hablan con gusto de Cristo el uno con el otro, cantando Su alabanza, orando a Él y rechazando temporalmente las comodidades terrenales para poder fijar más sus mentes en su Salvador. En medio de esto, se escucha una voz del cielo. No sabemos exactamente cómo ocurrió esto, pero creo que pudo haber sido una voz audible como la que se escuchó en el bautismo y transfiguración o enla lavisión conversión de Saulo delaTarso Tarso en el camino a Damasco,deoJesús, durante que Juan tuvo en Isla de Patmos. Durante la historia de la redención han sucedido tales manifestaciones sobrenaturales de la voz de Dios. Sin embargo, pudo también haber tomado la forma de una clara convicción, que de repente se originó en cada mente de los líderes de la iglesia, de que era palabra de Dios. Cualquiera que haya sido la manera en que se entregaron estas palabas, todos los que las oyeron tenían la certeza absoluta de que el Espíritu Santo estaba diciendo: “Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado”. Así se puso en marcha el extraordinario ministerio del apóstol Pablo. El Espíritu de Dios estaba llamando a estos dos hombres a una obra especial. Los líderes de la 9
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iglesia habían estado adorando al Señor Jesucristo, pero la respuesta en medio de la adoración vino del Espíritu Santo. No llegó en forma de fuertes sentimientos ni como una sensación intensa de la presencia del Señor Jesús, sino como el Espíritu Santo verdaderamente hablando y diciéndoles a los oyentes quea debían enservicio los detalles prácticos al instalar y comisionar Bernabéobedecerlo y a Saulo al misionero. Esta también fue la respuesta del Dios Todopoderoso, Todopoderoso, ya que fue Dios quien escuchó su oración. Dios, quien es omnisciente y omnipresente y a la vez personal, estaba ahí. El Dios que no guarda silencio habla y dice: “Apártenme a estos dos do s hombres. Los he llamado para que hagan un trabajo para Mí”. El Dios que habla es el Espíritu Santo. San to. El Espíritu Santo mismo dice esas palabras. Muchas personas hoy en día son ignorantes de la persona y obra del Espíritu Santo, tanto experiencial como teológicamente. No obstante, se habla mucho de Él y muchos afirman que Él obra de maneras especiales en los individuos y en las congregaciones. Tales afirmaciones nos pueden intimidar, intimidar, pero no tienen más autoridad que los hombres y las mujeres que las hacen. Nuestras conciencias no están sujetas a los reclamos humanos, pero al mismo tiempo no nos atrevemos a subestimar la importancia crucial de la obra del Espíritu de Dios. Sabemos que el Hijo de Dios se encarnó, murió en la cruz, se levantó de la tumba y ascendió al trono en el cielo para poder derramar Su Espíritu en Pentecostés y continuar derramándolo en la iglesia en todas partes. Sin el don del Espíritu Santo, los logros anteriores del Salvador no nos hubieran servido. El elemento esencial, vital y fundamental en la vida de cada congregación es la persona y obra del Espíritu de Dios, en la medida que es iluminada, estructurada y juzgada a través de la Palabra inspirada pordel el Espíritu. El clímax ministerio de Jesús tiene lugar en el aposento alto, donde Él les enseña a sus doce discípulos sobre la venida del Espíritu. No hay nada bueno en ninguno de nosotros que no sea el resultado de la obra del Espíritu. Cada virtud que poseemos, cada victoria que ganamos, cada pensamiento de santidad se lo debemos al Espíritu. Lo que sea que Dios nos llame a hacer en la vida solo se puede lograr por el Espíritu Santo. Sin Él no podemos hacer nada. No podemos hacer ningún bien espiritual sin el Espíritu. Cada nuevo cristiano se vuelve un creyente por medio de la obra soberana del Espíritu Santo. Cada cristiano que termina la carrera de la vida y entra a la gloria ha sido guardado y preparado para el cielo por el poder del Espíritu. El único pecado que no tiene perdón es el cometido contra el Espíritu. 10
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A pesar de eso, ¡qué errores y herejías han entrado sigilosamente en la iglesia en los últimos dos mil años en relación al Espíritu Santo! Qué diligentes debemos ser al estudiar y conocer sobre la persona y obra de la tercera persona de la Deidad, el Espíritu Santo. Si un seminario produjera cienniveces más predicadores de que los que produce hoy, la hoy, sia no estaría una pizca mejor a menos a Dios le placiera darigleun nuevo derramamiento del Espíritu Santo. EL ESPÍRITU SANTO ES UNA PERSONA
Hershey fue el creador de las barras de chocolate envueltas; Kellogg, de las hojuelas de maíz; Ford, de los automóviles económicos. Personas reales han producido materiales que usamos todos los días, pero casi nunca pensamos en los creadores de estos productos. Incluso hemos despersonalizado a los hombres que dieron sus nombres a sus productos al decir: comámonos un Hershey o conduzcamos un Ford. Debemos tener cuidado de no hacer eso con el Espíritu Santo. Él no es una influencia circunstancial en la iglesia como el sistema de calefacción, ni un incitador de multitudes como las bandas en un concierto de rock, ni un agente de la fuerza bruta como la electricidad, ni un medio de comunicación extraordinario como Internet. El Espíritu Santo puede ser calor e influencia, poder y comunicación, pero antes de ser cualquiera de estos, Él es una persona. Es una persona divina igual que Dios el Padre y Jesús el Hijo. Muchas sectas niegan esto. Para respaldar sus opiniones dicen: “Considera lo que Hechos 2 dice del Espíritu Santo: derramaré (v. (v. 18) y derramado (v. 33). ¿Cómo puedes derramar a una persona? No puedes derramar a un primer ministro o a un presidente. El Espíritu es launa influenciapersonal de Dios,denoDios unaEspíritu. persona”. Esa es una manera de negar naturaleza Aquellos que menosprecian la doctrina de la Trinidad deberán entonces rechazar al Espíritu como persona divina o enfrentarse a una deidad rival que tiene todos los atributos y títulos de Dios. Les respondemos diciendo que el lenguaje que se usa en Hechos 2 es metafórico. Así como el agua cae a cántaros en un intenso aguacero, así el Espíritu Santo descendió sobre los creyentes en el día de Pentecostés. Afectó a ciento veinte discípulos de Jesús, llenándoles de Él mismo, y regeneró a tres mil incrédulos. Él no cambió a una persona aquí y a otra allá; vino como las Cataratas del Niágara, cayendo como una cascada sobre la multitud. Él se derramó abundantemente como un monzón en Jerusalén mientras las multitudes escuchaban a Pedro 11
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predicar. Los pecadores, que estaban espiritualmente tan secos como palos viejos y piedras polvorientas, fueron empapados por el Espíritu mientras Él se “derramaba”. La verdadera hermenéutica afirma la per p er-sonalidad del Espíritu. Insistimos en que el Espíritu una persona que tiene inteligencia, voluntad, entendimiento, afecto,espropósito e individualidad. Todos los Todos elementos de la personalidad se atribuyen al Espíritu y se encuentran en Él. Él no es deficiente en ninguna cualidad moral tal como la amabilidad, la paciencia, la mansedumbre, la sabiduría, el control, el gozo y la bondad. Él tiene vida en Él mismo así como el Padre y el Hijo tienen vida. Consideremos varias formas en las que el Espíritu es una persona: Las Escrituras usan pronombres personales para referirse al Espíritu Santo. La Escritura no se refiere al Espíritu como “eso”, como si ha1.
blara de energía o poder; la Escritura usa “Él”. El Espíritu también se refiere a Él mismo como una persona. En Antioquía el Espíritu les dice d ice a los creyentes: “Apártenme “Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado” (Hch 13:2). El Espíritu de Dios usa los pronombres personales “Mí” y “Y “Yo”. o”. El Señor Jesucristo también se refiere al Espíritu como una persona. En Juan 15:26, Jesús declara: “Cuando venga el Consolador Consolador,, que Yo Yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él testificará acerca de Mí”. Lo que es gramaticalmente interesante es que al “Espíritu de verdad” inmediatamente lo sigue la palabra “Él”. Si Juan hubiera querido que nosotros creyéramos que el Espíritu de Dios es una fuerza impersonal y neutra, este hubiera sido el lugar perfecto para hacerlo, pero Juan dice “Él.” “Él.” El tema del Espíritu como persona también es evidente en Juan 16:13-14, donde pronombre “Él” “Pero cuando venga el el Espíritu de la personal verdad, Él losaparece guiará asiete todaveces: la verdad, porque [Él] no hablará por su propia cuenta sino que [Él] dirá solo lo que oiga y [Él] les anunciará las cosas por venir. Él me glorificará porque [Él] tomará de lo mío y [Él] se lo dará a conocer a ustedes”. No hay necesidad gramatical de usar los pronombres masculinos, pero Jesús lo hace, afirmando así que las sectas no tienen excusa de negar la personalidad del Espíritu Santo. Cristo Jesús anuncia: “Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes” (Juan 16:7). 2.
Las Escrituras le atribuyen rasgos personales al Espíritu Santo.
Pedro dice en Hechos 5:3 que al a l Espíritu se le puede mentir. mentir. El apóstol 12
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le pregunta a Ananías: “¿Cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con co n parte del dinero que recibiste por el terreno?”. No dirías: “Le dije una mentira a la corriente eléctrica, o a la fuente, o a la máquina expendedora”. Engañas De igual(Ef manera, les insta a los efesios: agravien aalpersonas. Espíritu Santo” 4:30). Pablo No puedes agraviar a algo “No abstracto o a una fuerza. Los astronautas no lloran avergonzados porque agravian a la ley de gravedad, pero deberías llorar cuando le causas un agravio a alguien que te ama y a quien tú también amas. La Escritura nos dice que el Espíritu Santo es una persona a quien podemos complacer u ofender, obedecer o desafiar. Él ama y puede ser amado. Él es una persona con quien nos podemos relacionar de manera personal. 3.
Las Escrituras le atribuyen tareas personales al Espíritu. La
Escritura afirma que el Espíritu tiene el poder de la palabra; así Él les habla a los líderes de la iglesia en Antioquía. En 1 Timoteo 4:1 Pablo le declara a Timoteo: “El Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos abandonarán la fe”. De igual manera, Jesús les dice a las siete iglesias: “El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap 2:7). El Espíritu también enseña, ya que Jesús anuncia: “el Espíritu Santo […] les enseñará todas las cosas” (Jn 14:26). ¿Qué poder impersonal nos lo podría enseñar todo? Podemos aprender lecciones elementales de huracanes, de hornos de microondas o de electricidad, pero difícilmente podríamos aprender “todas las cosas”. Sólo un Dios personal nos podría enseñar “todas las cosas”. Además, Jesús les pide a Sus discípulos que no se preocupen cuando sean puestos a prueba o enfrenten acusaciones, “porque en ese momento Espíritu Santo les enseñará lo aque deben de responder” (Lc 12.12). La elenseñanza del Espíritu no viene nosotros forma mecánica. No es como un contestador automático que nos enfurece al decirnos que marquemos toda clase de números antes de obtener una respuesta. El Espíritu interactúa con nosotros de manera individual y personal, diciéndonos cómo responder a una crisis o qué decir a aquellos que nos interrogan. El Espíritu intercede por nosotros y de hecho ora por nosotros. Como lo estipula Romanos 8:26: “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden p ueden expresarse con palabras”. Tenemos un Dios personal en la gloria, Jesucristo hombre, quien es nuestro sumo Sacerdote y quien vive para interceder por nosotros; y 13
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también tenemos un Dios personal aquí con nosotros en la tierra, el Espíritu Santo, quien ora por nosotros. Él no es como una rueda de plegaria tibetana que va dando vueltas y vueltas con el viento. Él tiene una personalidad santa y distinta. ¿Cómo podríamos lidiar con llevar la cruz yComo la oposición del mundo sin el Espíritu intercediendo por nosotros? escribe Alfred H. Vine: Vine: Cristo es nuestro Abogado en las alturas: Tú eres nuestro Abogado dentro de nosotros; Oh, defiende la verdad y responde A cada argumento de pecado. 4.
Las Escrituras le atribuyen al Espíritu características personales.
En cuatro ocasiones registradas Jesús se refiere al Espíritu como el “paracleto”. La palabra se deriva del prefijo para y la raíz kalein. Juntos significan “uno que es llamado junto a”. En los días de Jesús se citaba a un paracleto para brindar ayuda en un tribunal de justicia. Era un abogado o un jurista que defendía el caso de una persona en un tribunal. Paracleto es el término que Jesús usa en el versículo inicial de 1 Juan 2:1: “Tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo”. En el tribunal de Dios en el día del juicio, el juez será el Salvador que murió por nuestros pecados. El abogado defensor que hable por nosotros también será el Salvador, quien pagó el costo de nuestra redención. Pero además, el Espíritu Santo será nuestro paracleto porque Él nos ayudará en nuestras debilidades e intercederá por nosotros de acuerdo a la voluntad de Dios. Nos defiende y condena a quienes nos quieren destruir. Él nos conforta y nos consuela así como el Padre, quien enjugará de nuestros ojos. pudiera Él es el Consolador, fuente de alivio las máslágrimas compasiva que la iglesia conocer. Un la cristiano puede decir sobre algún aspecto del ministerio: “Eso no es mi fuerte”, dando a entender que se siente incapaz de hacer algo como evangelizar o aconsejar o quizá escribir. escribir. Pero el Espíritu Santo es la fuerza de cada cristiano. Podemos hacer todas las cosas por medio del Espíritu que nos fortalece. Debemos ir a donde sea que Dios nos coloque y hacer cualquier tarea que Él nos mande porque si no lo hacemos, insultamos al Espíritu Santo que nos fortalece cuando estamos en el frente del servicio cristiano. Como dice Hechos 1:8: “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder”. Así que el Espíritu Santo es una persona; no es una influencia o cualidad o fuerza o poder o alguna emanación que provenga de Dios. Es 14
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una persona igual que Jesús, pero al mismo tiempo es como los ángeles y el Padre, puesto que no posee un cuerpo. Él es espíritu. R. C. Sproul explica que fue convertido al cristianismo en 1957, durante la época en la que estaba planeando casarse con Vesta, quien es ahora su esposa. Estaba emocionado decirle quecariñosa. se habíaElla vuelto embargo, la respuesta depor Vesta Vesta no fue no cristiano; estaba felizsiny sentía miedo por el cambio, y permaneció así durante meses. Una noche Sproul la convenció para que lo acompañara a una reunión de oración. Había estado orando por ella largo y tendido. Ahí, a la mitad de la reunión de oración, ella sentía que su corazón ardía. Después de la reunión, ella le dijo: di jo: “Ahora sé quién qui én es el Espíritu Santo”. A diferencia de los años previos a ese momento, cuando ella simplemente había oído hablar del Espíritu Santo, ahora sabía quién era el Espíritu. Su primera respuesta al Espíritu, quien la hizo nacer de arriba, fue que Él, como persona, había estado tratando con ella. EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS
En la historia de la iglesia ha habido pocas disputas sobre la deidad del Espíritu Santo. Ha habido debates importantes sobre si Cristo es Dios. Por medio de tales controversias las personas han examinado minuciosamente las Escrituras y han llegado al acuerdo de que estas enseñan que Jesucristo es Dios. La iglesia ha concluido en sus confesiones que Jesús tiene todos los atributos de Dios, todos los nombres de Dios, todas las prerrogativas de Dios. Cristo el Hijo es Dios tanto como el Padre es Dios. Las controversias sobre la divinidad del Espíritu Santo son poco comunes, pero han dado una declaración la Escritura que diga: “ElseEspíritu esporque Dios”. no Sinhay embargo, la Biblia en sí declara que el Espíritu posee atributos divinos y ejercita la autoridad soberana de Dios. Tal enseñanza es clara e inalterable. Examinemos algunas de la evidencias que comprueban esta declaración. 1.
Al Espíritu Santo expresamente se le llama Dios. En Hechos 5:3-4,
Pedro le pregunta a Ananías: “¿Cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno? ¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido, ¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres sino a Dios!”. Pedro declara en el versículo 3 que Ananías ha mentido 15
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al Espíritu Santo. En el versículo 4 dice que Ananías ha mentido a Dios. Pedro, que había crecido como judío y que confesaba, “Escucha, oh Israel; el Señor tu Dios, el Señor uno es”, tenía un profundo odio por la idolatría. Además, había pasado tres años en la presencia de Aquel al queDios. conoce como el Señor y Cristo, y ahora él identifica al Espíritu como El apóstol Pablo de igual manera creció como judío; no obstante, llama a los cristianos el “templo de Dios”. Hace esto porque, como lo estipula en 1 Corintios 3:16: “El Espíritu de Dios habita en ustedes”. Ya que un cristiano es el templo del Espíritu Santo, debe, por lo tanto, glorificar a Dios en su cuerpo. Pablo continúa diciendo que los cristianos son “el templo del Dios viviente” (2Co 6:16). Con esto él se refiere al Espíritu Santo como el Dios viviente. Una vez más, en 1 Corintios 12, el apóstol habla de las tres personas de la Deidad como “el mismo Espíritu” (v. 4), “el mismo Señor” (v. 5), y “el mismo Dios” (v. 6). Observa la prioridad de las personas: primero el Espíritu, después el Señor y después Dios. El Espíritu Santo es el autor de los versículos del Antiguo Testamento dichos por Jehová. En el Antiguo Testamento las expre2.
siones “Dios dijo” y “el Espíritu dijo” se usan de manera indistinta. La actividad de Dios, de revelar la verdad a los profetas, también se reconoce como la actividad del Espíritu Santo. No existe membrana de separación entre el Espíritu Santo y Jehová Dios. Lo que es fascinante en el Nuevo Testamento es que cuando el apóstol Pablo cita las palabras del Señor, Señor, nos dice que el Espíritu Santo estaba hablando esas palabras. Por ejemplo, en Hechos 28:25 Pablo habla de la comisión que el profeta Isaías recibió en el templo. quepero es elcuando Señor el que habla al profeta y dice: “Ve y Isaías dile a 6:9 esteregistra pueblo”, Pablo cita a Isaías en Hechos, él escribe: “Con razón el Espíritu Santo les habló a sus antepasados por medio del profeta Isaías” (Hch 28:25). Así que lo que Jehová dijo también fue lo que el Espíritu Santo dijo. Son uno. Sabemos por otros pasajes en el Antiguo Testamento que Jehová habló por la boca de los profetas; no obstante, cuando Pedro se refiere a estos pasajes dice que los santos hombres de antaño hablaron “por el Espíritu Santo” (2P 1:21). Así que cuando Jehová habló, el Espíritu Santo también estaba hablando. 3.
El Espíritu Santo expone todas las perfecciones de Dios. El Espíritu
Santo es omnisciente; Él lo sabe todo. La gloria de esa verdad no es Su 16
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conocimiento sobre la creación sino el conocimiento que el Espíritu Santo tiene del Dios infinito. En otras palabras, nada en Dios es desconocido para el Espíritu. Yo nunca conoceré a Dios de manera exhaustiva. Por toda la eternidad tendré la mente finita de una criatura, sin importar tan alumbrada y limpia de pecado y glorificada esté. soEn cambio, laqué Deidad es inmensurable e infinita. Cuando Pablo escribe bre el Espíritu Santo, declara: “El Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios. En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios” (1Co 2:10-11). Ninguna parte de Dios está cerrada al Espíritu. Dios no tiene secretos qué ocultar al Espíritu. El Espíritu Santo puede ir a las cosas profundas de Dios, por ejemplo, cómo Dios puede ser uno y además tres personas. Él indaga todas las cosas. Todos Todos los pensamientos tácitos de Dios, cualesquiera que sean, los conoce el Espíritu. El Padre no guarda secretos para el Hijo o el Espíritu. Jesús una vez dijo: “Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo” (Mt 11:27). Nadie conoce al Padre y al Hijo sino el Espíritu. Así que el Espíritu Santo es omnisciente porque Él conoce a Dios exhaustivamente; todas las cosas de Dios han sido entregadas al Espíritu porque Él es Dios. El Espíritu Santo también es omnipresente en nuestras vidas como creyentes; Él está presente donde dos o tres estén reunidos en Su nombre. Él está en todos lados: en Tierra del Fuego, en Alaska, en China. Él está en el núcleo del átomo, en las profundidades del océano, en el centro de la tierra, en la Vía Láctea, en los recovecos más lejanos del espacio se Así emanan débiles señales radio, y en elpuedan gran silencio más de alládonde de eso. que no hay nada quedelos hombres descubrir con la exploración cósmica que el Espíritu de Dios no conozca. Lo que está aún por descubrirse lleva las evidencias de la creatividad y energía sustentadora de Dios Espíritu. Así, el Salmo 139:7-12 expone: “¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar mar,, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha! Y si dijera: «Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío», ni las tinieblas serían oscuras para ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!”. 17
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Dondequiera que el Espíritu esté, está Dios. No hay lugar en el que los pecadores rebeldes o los fugitivos se escondan que esté fuera de la presencia del Espíritu Santo; Él es ubicuo: está presente a un mismo tiempo en todas partes. Tal atributo le pertenece al ser de Dios; ninguna criatura lo comparte. María,loslaarcángeles, madre de Jesús, tiene atributos como este. Tampoco lo tienen que nonopueden estar en más de un lugar a la vez. Como los ángeles, todos somos finitos, espíritus creados. Somos criaturas limitadas por el espacio y el tiempo. Esto no es así para el Espíritu Santo; Él es omnipresente. El Espíritu Santo también es el Creador Creador.. Crear es un atributo divino. Nadie puede crear algo de la nada excepto Dios. El Espíritu Santo estuvo activo antes del primer día de la creación. Génesis 1:1-2 nos dice, “Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas”. Este tema se repite una y otra vez en la Biblia. El Salmo 104:30 declara: “Pero si envías tu Espíritu, son creados, y así renuevas la faz de la tierra”. Job 33:4 afirma: “El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del Todopoderoso”. Lo que es más, el Espíritu Santo fue el poder milagroso que engendró al Hijo de Dios en el vientre de la virgen María. Como se estipula en Lucas 1:35: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con Su sombra. Así que al Santo Niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios”. El Espíritu Santo crea vida donde no la hay. El Espíritu Santo resucitó a Jesucristo de los muertos, como lo declara Romanos 8:11, “Y si el Espíritu de Aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de Su Espíritu, que vive en ustedes”. El Espíritu también es Aquel que es absolutamente santo. Las propiedades de poder y fuerza son Suyas, pero también lo son las cualidacualida des morales. Dios es el Santo. Los serafines cubren sus ojos ante Él y claman: “Santo […], santo […] ¿No es Él tan santo?” (Is 6:3). Se le describe como “glorioso en santidad”. En una ocasión Jonathan Edwards Edw ards estaba cabalgando por el bosque, contemplando a Dios. Se abrumó tanto con la perfección total y la justicia de Dios que tuvo que recostarse hasta tener la fuerza suficiente para levantarse y montar su caballo otra vez. Con más frecuencia nos dirigimos a la tercera persona de la Deidad como el “Espíritu Santo” o “el Espíritu de santidad”. Él tiene todas las perfecciones morales de Dios. Así que lo que el Espíritu crea y sustenta en los que habita son todos los frutos de justicia que, de 18
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EL D IO S INFINITO Y PERSONAL
acuerdo con Gálatas 5:22-23, son “amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio”. El Espíritu es como Dios es, pero, por supuesto, no es similar a Dios: Él es Dios y todas las perfecciones de Dios son Suyas. El Espíritu de Dios es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. 4.
El Espíritu Santo muestra la soberanía de Dios. La salvación es del
Señor y se aplica a los hombres y las mujeres por el Espíritu del Señor. Jesús le aclara esto a Nicodemo en Su diálogo en Juan 3:8: “El viento sopla por donde quiere, qu iere, y lo oyes silbar, silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu”. No puedes decir: “Ven “Ven aquí, viento, en este día caluroso y sopla en mis mejillas”. El viento sopla donde le place, no como tú lo dirijas. De igual modo, no puedes decir que irás y predicarás en tal lugar y nueve personas serán convertidas. No puedes decir: “Voy “Voy a hablar con mi hija que anda en malos caminos y la voy a convertir”. No puedes llevar a cabo la regeneración. Es la gran prerrogativa del Espíritu. No puedes decir que vas a hacer un milagro esta noche cuando pongas tus manos sobre un hombre con síndrome de Down para liberarlo de ese síndrome. Esa es la obra del Espíritu y esas obras las hace según Su soberano criterio. Él no nos informa de Sus planes. Reconocemos esto por experiencia propia. La soberanía del Espíritu se ve con mayor poder en Su relación con Dios Hijo. El Espíritu formó al encarnado Hijo en el vientre de María. ¿Quién sino Dios podía hacer eso? El Espíritu ungió a Cristo en Su bautismo para el ministerio público. ¿Quién sino Dios podía ungir a Dios Hijo? El Espíritu guio adeJesús al al desierto. ¿Quién una persona divina tenía el derecho dirigir Mediador por elsino camino que debía ir? ¿Dirigen las ovejas al Pastor o el Pastor dirige a las ovejas? ¿Dónde está la autoridad? ¿A quién sino a Dios se hubiera sometido el Redentor? ¡Qué Espíritu tan soberano es Él! El Espíritu Santo es una persona y el Espíritu Santo es Dios. Así Así que cuando nuestro Señor comisionó a la iglesia a ir por todo el mundo y hacer discípulos a todas las naciones, estipuló que debían ser bautizados “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28:19). El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu es Dios. Estos tres son un solo Dios. Te das cuenta qué inaceptable sería decir que debemos ser bautizados en el nombre del Padre y del Hijo “y del apóstol Pablo” o “de la virgen María”. Pero cuando ves que el Espíritu Santo 19
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es una persona igual que el Padre y el Hijo, y que Él tiene todos los atributos y prerrogativas y perfecciones divinos, entonces es esencial que digamos: “Padre, Hijo y Espíritu”. Dios es un Dios trino y tú has sido unido a Él en esa Trinidad. Has sido unido con el Espíritu Santo, aquel quepara es elsiempre. Dios infinito, todopoderoso y adar la vez Él y tú son uno ¡Qué esperanza te debe estopersonal; para el futuro! Cuando escuchas la bendición apostólica que se da al final de cada servicio de adoración (“Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes”, [2Co 13:14]), sabrás que estas tres Personas son iguales en Su amor por ti y en Su poder para redimirte y santificarte. Sabes que incluso para un católico romano es completamente inaceptable escuchar una bendición que hable de la gracia de Cristo y el amor de Dios y la intercesión de María. La frase comunión del Espíritu Santo coloca al Espíritu en la relación correcta con el Padre y el Hijo, siendo todos coesenciales, coeternos y coiguales. No estás solo; estás en comunión diaria con Dios Espíritu Santo. Que Él esté con todos nosotros para siempre.
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EL E ESPÍRITU S ANTO EN EL A A NTIGUO TESTAMENTO El Espíritu del Señor vino sobre Gedeón. Jueces 6:34
Si tu congregación no es la comunión del Espíritu Santo, solo es una reunión social como miles de otros grupos que se reúnen reún en para compartir un interés mutuo en cosas tales como la pintura, la jardinería, las máquinas de vapor o la búsqueda de d e ayuda contra el alcoholismo. Si el Espíritu no mora, motiva, estructura, fortalece y dirige, los cristianos son, en el mejor de los casos, engañados y, en el peor, un montón de mentirosos. El Espíritu de Dios debe ser el centro de la vida vi da de nuestra asamblea; si no, negamos lo que afirmamos ser. ¿Tu congregación se reúne como la comunión de este Espíritu? ¿Cada vez estás más afectado por este Espíritu en Su plenitud poderosa y bíblica? Ningún espíritu Dios puede dar vidamismos y santidad. Sin Él en falsos. medio No de nosotros, nossino engañamos a nosotros con sustitutos logramos nada. Un gran reto para cualquier congregación es insistir que el Espíritu que está en medio de ella es verdaderamente el Espíritu del Dios de Israel del Antiguo Testamento, no el espíritu de los tiempos felices y las dinámicas multitudinarias. Él es el Espíritu que sopló en la creación y sostiene toda la vida en la tierra. Como lo dijo Christopher J. H. Wright: “Él es el Espíritu que dio poder a los hechos portentosos de aquellos que sirvieron a Dios durante muchas generaciones. Él es el Espíritu que habló por medio de los profetas, inspirando su compromiso de hablar la verdad y defender la justicia. Él es el Espíritu que ungió a los reyes y finalmente ungió a Cristo el Rey Salvador Salvador.. Él es el Espíritu 21
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