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March 16, 2017 | Author: Tomas Moro | Category: N/A
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Charles Peirce “El éxtasis de los signos” Cátedra Roberto Marafioti UBA – CBC

Semiología y Semiótica Cuando se nombra a la primera (semiología) se alude de modo implícito a Ferdinand de Saussure y la corriente europea continental dedicada al estudio de los signos. Cuando se habla de la segunda, la referencia es a Peirce y a la corriente que se desarrolló en Estados Unidos y Gran Bretaña y que apunta también al estudio de los signos. Ferdinand de Saussure elaboró una propuesta teórica, la semiología, de la cual dijo que estaba “ destinada a estudiar los signos dentro de la vida social ” , que es una rama de la psicología general. Partía desde el lenguaje, ya que este es el que permite reconocer el rasgo fundamental del hombre. Es la capacidad de identificar los objetos, de reconocerlos, de hablar acerca de ellos lo que lo distingue de otras especies. El hombre es lo que nombra, es su capacidad de nombrar. Además, Saussure diferenció la lengua del habla: la primera es social, y la otra se refiere a la ejecución individual. El signo para Saussure es una entidad psicológica que une dos planos: un significado (un concepto) y un significante (un sonido) Peirce parte de otro lugar: no es la lengua el modelo de análisis, sino que esta es parte de un sistema mayor junto con el pensamiento y el razonamiento. Es el razonamiento el que permite conocer la existencia de signos. El lenguaje es el resultado de un fenómeno anterior que es el advertir que las cosas que se nombran son, antes que nada, signos que desencadenan mecanismos de razonamiento en donde “algo” está en lugar de otra cosa y un nombre ocupa el lugar de la cosa y ese nombre permite a su vez que se lo interprete. Peirce piensa a la semiótica desde un lugar distinto al de Saussure: en su clasificación de las ciencias ubica a la semiótica con una función bastante similar a la de la lógica. Para Peirce un signo o representamen es “algo que esta para alguien, por algo, en algún aspecto o disposición”, tiene la característica de decir lo menos posible para poder construir sobre el lo más posible. Tiene una visión pragmática en la que los signos determinan acciones y conductas, y son ellas las que importan. El significado se extrae externamente de signo, a partir de la acción que éste provoca.

Capítulo 2: Etapas, categorías y conocimiento

La filosofía de Peirce propone una explicación que desemboca en la semiótica como disciplina capaz de dar respuesta a un conjunto de problemas de significación e interpretación que tuvieron un despliegue importante en la segunda mitad del siglo xx. Probablemente el desarrollo más significativo en la vida intelectual de Peirce fue la evolución de

su pensamiento del nominalismo al realismo: - Nominalismo: doctrina filosófica que niega la existencia objetiva de los universales, considerándolos meras convenciones o nombres. - Realismo: teoría filosófica según la cual el objeto conocido tiene una realidad independiente de la mente que lo conoce y puede existir aunque nadie lo piense o se lo represente. El progreso de Peirce hacia el realismo comenzó temprano y fue gradual. Dio su primer paso en 1868 cuando en la segunda publicación de sus series sobre la cognición se declara a favor del realismo. La introducción hacia su teoría de la realidad es importante, dado que lo conduce al fin de periodo de confianza en el nominalismo. Luego se declara a favor del “realismo de Duns Scoto”y reconoce que el realismo esta orientado temporalmente hacia el futuro mientras que el nominalismo esta orientado al pasado. El mundo y las categorías de Peirce Peirce aspiraba a formular una teoría abarcadora de la historia y del universo Para proceder de modo científico y lógico se debe partir de una condición inicial en la que todo el universo es un no existente: se tiene que suponer un estado de cosas antes de que el tiempo fuera organizado. Se trata de concebir la condición inicial antes de que el universo existiera, antes del inicio, antes del ser, antes de las cosas existentes, antes de los símbolos. Según Peirce , el hombre conoce al mundo por al experiencia, y este proceso de conocer al mundo es análogo al proceso de generación del universo. Cuando un ser humano adquiere experiencia del mundo, lo primero es la potencialidad, luego la vivencia de ella (hay algo en el entorno que lo obliga a realizar una acción), y por último surge el hábito. En cualquier punto del indefinido pasado remoto o futuro se podría estar ya ubicado en un tiempo y allí uno se encontraría con una relación triádica irreductible que está conformada según estas cuatro series: - Primeridad, segundidad, terceridad. - Posibilidad, hecho, ley. - Cualidad, reacción, símbolo. - Sentimiento, esfuerzo, hábito. Comienza con nada y explica como algo proviene de la nada. La nada de la cual algo debe haber provenido en el infinito estado remoto inicial: un “puro cero”, una absoluta indeterminación. Cualidades, Primeridad Se refiere a la pura potencialidad, y a partir del azar se permite la combinación de las cualidades o potencialidades. Hay un “algo” que es la posibilidad de ser y de allí surge la primera forma del ser, que surge a partir del reconocimiento de una cualidad. Se infiere un vínculo entre cualidad y posibilidad que es irrevocable. La vaga potencialidad de todo en general y nada en particular se vuelve definida y reducida a cualidades. Reacciones, Segundidad Es la combinación de las cualidades que provoca una reacción o esfuerzo, da forma a la primeridad y determina su existencia. Los objetos se reconocen como tales, se imponen como existentes aislados, es decir, segundidades. Allí se pueden reconocer reacciones que vinculan a las cosas entre sí y que dan lugar a la existencia de esta segundidad.

Hábitos, Terceridad Se relaciona con las leyes naturales, es decir leyes que al repetirse se vuelven habituales. En relación con el hombre es la adquisición de hábitos y esta última tiene que ver con las acciones o sucesos que experimenta el ser humano tan regularmente que ni lo piensa. La adquisición de hábitos menores permite seguir adquiriendo conceptos y hábitos nuevos mas complejos. La terceridad ocupa el lugar mas complejo del conocimiento. Así se completa la relación triádica: las cosas se identifican, comienzan a reconocerse y se les asignan regularidades. Para llegar al hábito la relación debe ser triádica, surgen las generalizaciones y a partir de ellas una continuidad Las tres categorías son tres formas de ser que Peirce encuentra en el universo. Mente y conciencia La conciencia en sí misma es solo un sentimiento. Es una experiencia de pura primeridad; un sentimiento, aún sin saber qué es, un cambio en el entorno que nos exige una reacción. Es una experiencia interna en la que se percibe algo pero no logra distinguirse qué es. La mente, en cambio, es al terceridad. Es una experiencia externa que responde al sentimiento percibido en el entorno. Al llevarlo al exterior, esta sensación percibida aparece en el terreno de los signos. Es la continuidad de la conciencia.

Capítulo 3: La semiótica y la clasificación científica.

Peirce define a la semiótica como la doctrina formal de los signos. Una disciplina formal debe entenderse como aquella que busca discernir las condiciones necesarias del objeto que estudia. La semiótica se define como el estudio de las condiciones esenciales de los signos. Su intención es discernir cuales deben ser los caracteres de todos los signos y qué debería ser lo definitorio en cada uno de los casos. Ciencias formales y ciencias empíricas Las ciencias formales no buscan descubrir lo que debe ser, sino lo que es en el mundo actual. La semiótica como ciencia formal debería determinar, en parte, las condiciones para que algo sea considerado verdadero. Pierce considera a las matemáticas como la ciencia más pura de todas las ciencias formales. La matemática es el estudio de la forma y de sus construcciones, es la forma de la forma. Todas las ciencias formales están ubicadas por debajo de la filosofía y son consideradas ciencias formales derivadas porque no estudian las formas de sus propias construcciones, sino la forma de cosas ya construidas. La fenomenología intenta mostrar las cualidades esenciales de los fenómenos abstraídos de sus manifestaciones particulares, de modo que no importa cómo se manifiesten estos fenómenos; lo que importa es que conlleven esas cualidades en el presente.

La semiótica o lógica es la “ciencia de las leyes necesarias de los signos” y se relaciona con los fenómenos vinculados a la verdad. En sus últimos años Peirce se interesó en una clasificación sistemática de las ciencias. Sugiere dos ramas principales de la ciencia así entendida: teórica y práctica. Éstas son luego divididas en ciencias de descubrimiento y ciencias prácticas. La división corresponde a los propósitos del conocimiento; así, las ciencias teóricas apuntan al descubrimiento del conocimiento mientras que el objetivo de las ciencias prácticas es la aplicación del conocimiento. Las ciencias empíricas son aquellas que se refieren a lo que es verdad fácticamente acerca de los objetos que estudia y la acumulación de nuevos hechos referidos a problemas particulares. Esta clase de ciencia emplea un tipo especial de observación que Peirce llama “ideoscópica”. Las ciencias empíricas tienen dos subclases, físicas y psíquicas. Cada subclase se divide a su ves en los siguientes órdenes: nomológico (comprende el estudio de las leyes generales), clasificatorio y descriptivo. El sistema de las ciencias y la semiótica. La clasificación de las ciencias se articula a partir de tres divisiones principales: en ramas, clases y órdenes. Entre las ramas, las ciencias del descubrimiento son superiores a las otras, ya que estas dependen de los resultados de las ciencias del descubrimiento. Entre las tres clases, la matemática es la superior, dado que “es la más abstracta de las ciencias”. Es la única ciencia que puede desarrollarse sin la necesidad de la filosofía. La filosofía debe ser superior a las ciencias empíricas, pues trata de los principios que son menos abstractos y generales que la matemática, pero son más abstractos y generales que las leyes propias de las ciencias naturales. La semiótica es dependiente de los principios generales que se encuentran en una clase superior, la lógica matemática. Dentro de su propia clase es dependiente de los principios generales delineados por la fenomenología, y dentro de su propio suborden lo es respecto de las ciencias normativas de la ética, que a su vez dependen de la estética. La semiótica puede ejercer influencias en otras ciencias de modo directo o indirecto. Su influencia es más directa sobre las ciencias humanas que sobre las naturales. La semiótica y sus divisiones. La semiótica se vincula con la verdad de tres maneras que definen las ramas de la disciplina: el estudio de la gramática de los signos, la lógica y la retórica. La gramática comprende el estudio de las características formales de los signos y sus modos de expresión. La lógica se refiere a las maneras en que los signos pueden usarse para discernir la verdad. La retórica es al investigación de la manera en que los signos son usados para comunicar y expresar juicios dentro de una comunidad El objetivo de la gramática semiótica es determinar las condiciones formales de los signos como tales, las condiciones generales de los signos en tanto signos, “ esas condiciones sin cuyo cumplimiento no serían signos de ningún modo”. La lógica crítica nos remite a las condiciones necesarias por las cuales los signos transmiten algo verdadero acerca de los objetos que representan. Intenta descifrar los medios por los cuales se pueden eliminar el error, la ilusión y la distorsión, y así acceder a la verdad.

La retórica formal alude al estudio de las condiciones formales a partir de las cuales los signos pueden comunicar, se desarrollan, son comprendidos y aceptados. Como toda ciencia, la semiótica comprende tres procesos: 1) realizar observaciones; 2) razonar sobre la base de esas observaciones y, 3) brindar confirmación a los resultados del razonamiento y determinar cuáles resultados del razonamiento son verdaderos. Entre las primeras operaciones del conocer está la abstracción, que comprende dos tipos: la abstracción precisa y la abstracción hipostática. La primera se refiere al proceso por el cual pensamos en una naturaleza particular sin relación con las manifestaciones individuales (por ejemplo, la dulzura). La segunda apunta ala atribución de una propiedad con la prescindencia de un tipo de fenómeno con el cual estaba originalmente asociada en la observación (por ejemplo, la miel posee dulzura) La generalización es le proceso por el cual se extiende l referencia de una propiedad prescindente mientras se atenúa su sentido o significado (por ejemplo, el azúcar también es dulce aunque no es la misma dulzura que al de la miel) La restricción por su parte, es el proceso por el que se desarrolla el peculiar sentido de la dulzura en el contexto de un particular tipo de fenómeno (por ejemplo, la miel posee una suave y delicada dulzura); se incrementa el sentido pero restringiendo su referencia. La investigación comprende, además de la observación, “ la producción de nuevas creencias extraídas de las anteriores según leyes lógicas. Este proceso es el proceso lógico al que llamó inferencia. La inferencia tiene tres formas básicas: la abducción, la deducción y la inducción.

Capítulo 4: Gramática semiótica.

Un signo o representamen debe cumplir algunas condiciones para que pueda ser considerado como tal: - “algo tiene alguna cualidad” - “algo esta en relación con algún existente” - “algo debe ser comprendido o traducido por algo” Pierce dice que un signo o representamen es algo que está para alguien, por algo, en algún aspecto o disposición. Tiene la característica de decir lo menos posible para construir sobre este lo más posible. (1) por……………….. algo ALGO (2) en………………… alguna relación (3) para……………… alguien Las condiciones del signo son cuatro: 1) Un signo debe entrar en relación con un objeto o representar ese objeto. Esta es la condición representativa del signo Todos los signos tiene una dirección hacia uno o varios objetos en la medida en que esta “por algo”. Se trata de una relación de comparación y su naturaleza es la de

las posibilidades lógicas. 2) El signo representa ese objeto en alguna manera (ground), está “en alguna relación”. Cada signo debe tener algún sentido o profundidad para contar como tal. Ésta es la condición presentativa. Es una relación de funcionamiento y su naturaleza es la de los hechos reales. 3) El signo determina, potencial o realmente, a un interpretante, entendido como un signo que despliega el signo original. Ésta es la condición interpretativa. El signo tiene que tener la capacidad de crear otro equivalente o más desarrollado en algún intérprete que articule el sentido original y la referencia. Para ser un signo debe representar algo “para alguien” que resulta ser el usuario del signo. Es una relación de pensamiento y su naturaleza es la de las leyes. 4) La relación entre signo, objeto e interpretante debe ser triádica. Esta es una relación inevitable a través de la cual cada componente adquiere sentido. Un signo debe representar algo en algún aspecto, para algún intérprete, para que pueda ser tomado como signo. Ésta es la condición triádica. La gramática semiótica estudia las formas en las que un objeto puede ser signo. El camino que recorre para convertirse en signo expresa las características formales del signo. La presentación del signo. El signo siempre presenta a su objeto como ese objeto en alguna forma o aspecto y también sirve para presentar el objeto desde el punto de vista de un aspecto y parcialmente. Ej.: “esa estufa es negra” presenta a la estufa en términos de una cualidad, la negrura. El ground del signo es una cualidad abstracta o una forma de un signo. Cuando prescinde de su objeto, el ground es pura forma o idea. El ground sirve como base sobre la cual el signo representa a su objeto, pero no en todos sus aspectos, sino en una suerte de idea, a través de rasgos o atributos que permiten identificarlo como tal. Ninguna relación puede tener lugar sin una relación o referencia a un ground. Al caracterizar el objeto, el signo posibilita que se conecte a él y al mismo tiempo muestra un cierto sentido o connotación en relación con ese objeto. La representación del signo. Para que algo sea un signo debe representar a su objeto. Ésta es la segunda característica formal de un signo. El objeto de un signo puede ser aproximadamente todo, y lo que hace que algo sea un objeto de un signo es el hecho de que está representado como tal por el signo. Con relación al signo Peirce diferencia dos tipos de objetos: el objeto dinámico (exterior a la semiosis) y el objeto inmediato (interior a la semiosis). El objeto inmediato es el objeto visto desde el contexto del signo (su contenido representativo), es tal como es representado el signo mismo. El objeto dinámico puede ser considerado como el dinamismo, es una mano invisible que guía el proceso semiótico a la determinación final que concierne a cualquier información o significación que se refiere al objeto, aún cuando eso signifique la interpretación equivocada. Ej.: objeto inmediato Perón. Objeto dinámico el general, el primer trabajador etc. El signo no es la copia de su objeto, sino que representa a su objeto. Éste“determina”al signo en cierto sentido, pero sin poner una marca en el. Peirce desarrolla la naturaleza del signo representamen cuando describe el percepto. El percepto es

una presencia en la conciencia pero no supone un acto de conocimiento. Solo el juicio perceptivo es un acto de conocimiento. La interpretación del signo. Cada signo para ser tal debe ser interpretado y debe ser capaz de determinar un interpretante. El interpretante puede entenderse como la traducción de un signo, su resultado significativo. El interpretante está determinado por el signo mediante algún traductor o una acción interpretativa del signo. Peirce entiende al interpretante como un producto del proceso semiótico, esto es, simplemente como otro signo que resulta de signos anteriores. Hay diferentes divisiones que Peirce da al interpretante: - El interpretante inmediato será el “ efecto total no analizado ” que el signo designado intencionalmente produce o puede naturalmente producir. Es el concepto que comporta todo signo sin tener en cuenta el contexto, es el proceso que posibilita a la acción de interpretar un signo como interpretable. Como un producto, debería incluir algún tipo de primeridad, incluido el sentimiento, vagas impresiones, la idea de un esfuerzo. Su vecino es el interpretante emocional: hay siempre un sentimiento que interpretamos como la prueba de que comprendemos el efecto propio del signo. - El Interpretante dinámico es el efecto directo o actual producido por un signo en una acción interpretativa, es “cualquier interpretación que cualquier mente realiza de un signo”. Su producto pertenece a la categoría de la segundidad, como las acciones, los hechos o las ideas producidas singularmente. Su vecino es el interpretante energético, que consiste en el efecto de ejecución que cualquier signo posee sobre una acción interpretativa. Implica un esfuerzo por parte del sujeto. Así un signo puede provocar un pensamiento o causar que alguien se levante de la silla. Para pierce estos dos interpretantes no son quienes albergan el significado del signo, sino que solo determinan efectos particulares. - El interpretante final es el efecto de cualquier regla o ley que un signo tiene sobre la acción interpretativa. Sus productos serán terceros, como las leyes, los hábitos, las disposiciones y las regularidades. Este también puede entenderse como el medio por el cual un signo se conecta o interrelaciona en un sistema de signos, esto es, se traduce en otro sistema de signos. Es el componente más importante del signo porque es una traducción del signo que provee información por medio de reglas de inferencia que tienen un cierto efecto en la acción de interpretación del signo. Su vecino es el interpretante lógico, el cual puede comprenderse como el significado del signo, su contenido conceptual. La relación triádica. Es la cuarta condición formal del signo y da cuenta de la semiosis. Peirce define a esta última como “ un acto o influencia que es o envuelve una cooperación de tres sujetos, tales como un signo, su objeto y su interpretante; esta relación de influencia triple no es de ninguna manera resoluble en actos entre pares”. Tipos de signos. Pierce desarrolla cuatro diferentes tipologías: original, intermedia, expandida y final. Según la original, hay tres tipos de representaciones: - Aquellas cuya relación con su objeto es una mera coincidencia en alguna cualidad. A este tipo de

representaciones las llama semejanzas. - Aquellas cuya relación con sus objetos consiste en una correspondencia real se las llama índices. - Aquellas cuya relación con sus objetos es una cualidad imputada y que no son otra cosa que signos generales se los llama símbolos. Los símbolos son luego divididos de la siguiente manera: - Símbolos que solo determinan directamente sus fundamentos o cualidades imputadas, y no son más que sumas de señales o términos. - Símbolos que determinan independientemente sus objetos por medio de otro término y que, por lo tanto, expresan su validez objetiva y son susceptibles de verdad o falsedad, son las proposiciones. - Símbolos que también determinan independientemente sus interpretantes y, por lo tanto, las mentes a las que apelan estableciendo una proposición que esas mentes han de admitir son argumentos. Los signos y su carácter presentativo. El carácter presentativo del signo es cierta forma que el signo tiene en su relación con el objeto que forma la base de su capacidad como signo para representar a su objeto Por ejemplo, si algo es rojo y por esa razón se vuelve un signo, entonces es un cualisigno. Pero si el carácter presentativo del signo se da en términos de sus cualidades existentes, se llama sinsigno (cuando una señal ferroviaria roja parpadea indica que se aproxima el tren). Cuando un signo es un sinsigno, opera primariamente a través de su singularidad, su temporalidad o su ubicación única. Una característica que brinda a un signo la capacidad para representar es a partir de cualquier forma convencional, de disposición o legitimidad que pueda haber adquirido. Por ejemplo, el hehco de que el color rojo sea utilizado para indicar peligro o atención, ayuda a dar a la luz roja cierta capacidad para representar a su objeto. En este caso el signo se llama legisigno. Un signo tiene tres características (presentativa, representativa e interpretativa) aunque usualmente predomina solo una. Si la cualidad es el aspecto predominante del signo entonces es un cualisigno. Cuando es el simple hecho de su singularidad lo que cuenta fundamentalmente, entonces es un sinsigno. Una generalidad siempre se encarna en una singularidad que tiene cierta cualidad, pero cuando esa generalidad predomina entonces se tiene un legisigno. Los signos y su carácter representativo. El carácter representativo del signo concierne a la relación o correlación entre el signo y el objeto y así se establece una representación de ese objeto. Emplea el ground para establecer esa relación, y lo hace de tres maneras esenciales. Si las características presentativas del signo son similares al objeto y por lo tanto establece si correlación con el objeto por esos medios, entonces el signo se llama ícono. Si los caracteres representativos del signo son contiguos al objeto y en consecuencia establece su correlación con ese objeto primariamente por esos medios, entonces el signo se llama índice. Por último, si el signo establece su correlación con un objeto primariamente a través de las características convencionales o legales entonces el signo es un símbolo. El símbolo esta conectado con su objeto “en virtud de la idea del símbolo que se empla en la mente, sin cuya conexión no existiría”.

Los signos y su poder interpretativo. El signo posee un poder interpretativo. Dirige o determina a sus interpretantes respecto de cierta orientación en la interpretación de su objeto. Si un signo es un rema tendrá una tendencia a orientar al interpretante sobre las características interpretativas del signo más que otra propiedad existencial o legal que pudiera tener. A causa de su indeficinión, el rema puede ser verdadero o falso puesto que no implica una aseción acerca de algo o provee información. Su objeto es excesivamente vago. Un dicente conecta los remas en una organización interpretativa más alta, y así su interpretación permite que alcance cierta característica como verdadera respecto de cierto objeto, esto es, determina al interpretante respecto de la información que posee en el signo. Un argumento es un signo cuya interpretación está dirigida a una conexión sistemática, inferencial y legal con otros signos. En el argumento, las proposiciones que sirven como premisas no solo contienen su información particular propia, sino que llevan a otra porción de información no contenida en la premisa pero que es expresada por la proposición de la conclusión. Para Peirce existen tres tipos básicos de argumentos: abductivos, deductivos e inductivos: - Los argumentos deductivos son formas explicativas de inferencia en el sentido que explicitan lo que es implícito entre las conexiones sistemáticas de los signos. La deducción simplemente muestra lo que ya está allí pero que no se ha advertido. Considera que es una forma de razonamiento necesaria. Si las premisas son verdaderas, la conclusión es verdadera. Se aplica la regla a un caso (premisa mayor). El caso es la premisa menor, y el resultado es la conclusión. Se corresponde con la terceridad y está ligada a la idea de certeza. - La abducción concierne a la introducción o al descubrimiento de nuevas proposiciones posibles o hipótesis, basadas en la anomalía o en los sucesos sorprendentes generados por una información recibida del sistema de signos. - La inducción lleva a conclusiones sobre la base de la observación de resultados en ciertos casos. Esta forma general permite que sea empleada para mostrar que lo que es verdad en una parte de la población, por ejemplo, puede serlo para el conjunto de la población, en cuyo casi se llama inducción cuantitativa. O puede asignar una cierta cantidad de credibilidad a una hipótesis basada en que sus consecuentes pueden confirmarlo experimentalmente; en este caso se llama inducción cualitativa.

Capítulo 5: Lógica crítica.

La lógica crítica permite discernir “las condiciones formales acerca de la verdad de los símbolos”. Se refiere a los signos que expresan información (legisignos, símbolos, decisignos y argumentos). Se relacionan con la verdad y la exactitud que pueden transmitir determinando sus interpretantes finales. La primera condición formal para la verdad es que el símbolo se corresponda con su objeto. Pero la verdad no es solo la correspondencia de la proposición con su objeto, sino la correspondencia de un objeto representado en el dispositivo inferencial final y válido de esa proposición original.

La verdad remite a las consecuencias inferenciales de una proposición o a los argumentos vinculados a esa proposición. La inferencia puede expandir y desarrollar signos a partir de incorporar nuevas informaciones acerca de los signos ya sistematizados o puede incrementar la conexión entre esos signos sistematizados. Existen dos tipos básicos de inferencia: la ampliativa alude a un proceso de descubrimiento que aumenta la cantidad de información en el sistema de signos, y la explicativa comprende inferencias que muestran la conexión entre la información ya descubierta. Las inferencias ampliativas incluyen la inducción y la abducción, mientras que la deducción es la forma analítica primaria de inferencia. La lógica formal es la aplicación del razonamiento matemático al discernimiento de la validez de un razonamiento. En su lógica de las relaciones Peirce demuestra que la relación de inclusión es la fundamental. La inclusión es una relación lógica de la parte respecto del todo. Una premisa incluye a la otra. Algo similar se puede decir de la relación de implicación: p significa que casa r que incluya p es un r que incluye a q. Cada argumento supone una inferencia; cada inferencia en su forma general comprende una implicación, y cada implicación es dependiente de una inclusión, que es fundamental en la lógica de las relaciones. De estas relaciones se pueden derivar tres clases de inferencias: deducción, inducción y abducción. La constitución de los argumentos. Cada argumento puede ser analizado en sus partes. Ellas son: el principio rector, las premisas, el vínculo, la inclusión y la conclusión. Una premisa es una proposición que contribuye a la determinación de una conclusión. Debe ser comprendida implícitamente como relacionada con otra premisa para que se infiera una conclusión. La conclusión es también una proposición, pero es la determinación de las premisas, su resultado. El vínculo es simplemente la operación que consiste en tomar diferentes premisas juntas y ponerlas en relación. El aspecto más amplio e importante del argumento es el principio rector, que es un hábito de pensamiento que controla y valida la inferencia de la premisa hacia al conclusión. Es la esencia o la expresión de la inferencia. Determinando la validez del argumento se determina la verdad del principio rector. Deducción. La deducción lógica es un argumento que muestra una conexión necesaria entre las premisas y la conclusión, de manera que si las premisas fueran verdaderas, la conclusión también debería serlo. La deducción lógica es una forma de razonamiento necesario. Es una forma de razonamiento necesario que comprende es estudio de diagramas en un sentido amplio. Este procedimiento comprende la formulación de una hipótesis, la construcción de un diagrama y su observación, y el enunciado de los resultados. La deducción no descubre nueva información, sino que torna explícito aquello que estaba implícito. Se corresponde con la terceridad y está ligada a la idea de certeza. Inducción. La inducción lleva a una regla a partir de los resultados de una muestra de casos. Sucede cuando

se generalizan un número de casos de los cuales algo es verdadero, es inferimos que lo mismo es verdadero para toda la clase. Hay tres tipos de inducción: el primero es la inducción cruda, y consiste en negar que un tipo general de sucesos ocurrirá a partir del fundamento de que nunca o casi nunca han ocurrido. El segundo tipo es la inducción cuantitativa, que comprende un argumento de una muestra fortuita. El tercer tipo de inducción se llama cualitativa, y consiste en un tipo de inducción que está comprendida en la verificación o confirmación de una hipótesis. Abducción. Para Peirce la abducción supone la evolución. La abducción no es un proceso por el cual se puedan confirmar las hipótesis; es solo el proceso por el cual se puede arribar a posturas posibles de hechos procedentes. La abducción comienza con cierta anomalía, algo que se genera cuando se observan algunos fenómenos que no encajan con los parámetros anteriores de razonamiento. La abducción no concierne a la determinación de la verdad de una hipótesis sino a su plausibilidad, basada primariamente en la habilidad de la hipótesis para explicarla. Una hipótesis es plausible si está conformada, por lo menos, por el hecho de que muestra una anomalía y plantea una hipótesis para resolverla. Otras formas de razonamiento. La analogía es la inferencia de que una pequeña colección de objetos que coinciden en varios sentidos puede, muy probablemente, coincidir en otros. El razonamiento metafórico que dos clases diferentes de cosas son, en un sentido, la misma cosa porque comparten por lo menos algunas propiedades En la analogía el objetivo es mostrar que ciertas cosas que comparten algunas características con otras cosas también comparten algunas características adicionales. En el razonamiento metafórico el objetivo es mostrar que dos cosas son, en cierto sentido, del mismo tipo precisamente porque comparten algunos rasgos no evidentes a primera vista. La extensión es el descubrimiento de que un predicado se aplica a los sujetos los cuales no estaba aplicado previamente La restricción es el principio contrario de la extensión. Es un proceso de razonamiento que permite decir de un cierto predicado que pertenece solo aquellos miembros de una clase y no a otros. La determinación es el proceso de razonamiento por el cual añadimos más y más extensión, más y más predicados de un sujeto particular. Una reducción completa debería aludir al sujeto comprendido sin referencia a ninguno de sus predicados, sería el mero hecho de “estar así”. La generalización significa el descubrimiento, por reflexión de un número de casos, de una descripción general aplicable a todos esos casos. El proceso de razonamiento. La indagación se trata de un proceso que si fuera continuado indefinidamente, convergería hacia la verdad del asunto investigado.

Capítulo 6: Retórica universal.

Según Peirce “ es la ciencia de las condiciones esenciales bajo las cuales un signo puede determinar un signo interpretante de sí mismo y de cualquiera que signifique, o pueda, como signo provocar un resultado físico”. Puede pensarse como las condiciones formales que posibilitarían alcanzar la verdad, esto es, la relación entre los signos y sus interpretantes. Tiene tres divisiones: - El sentido o el resultado de la relación del signo con su interpretante inmediato (primeridad) puede pensarse como la inmediata inteligibilidad del signo. Sentido puede entender en su aspecto más amplio como el efecto primero que produce el signo en la mente sin reflexión acerca de el. - El significado se establece en la relación del signo con su interpretante dinámico (segundidad). Comprende la habilidad del signo para realmente determinar, en la acción interpretativa del signo, un interpretante que traslada la determinación dinámica del objeto del signo. - La significación es el resultado de la relación del signo con un interpretante final y último (terceridad). Incluye al sentido y al significado y los trasciende. Concierne el desarrollo de los signos y los efectos significantes que tales signos tienen sobre sus acciones interpretativas. Así refiere también al establecimiento de los hábitos de estas acciones. El sentido, el significado y la significación de los signos pueden pensarse a partir de la retórica de la siguiente manera: la indagación provee los medios primarios a partir de los cuales los signos crecen y se desarrollan. Es un proceso comunitario, una práctica que requiere la cooperación de un grupo de individuos y tiene lugar en un contexto comunitario. El producto de la investigación es el establecimiento de la verdadera creencia o del conocimiento, el establecimiento de la opinión, o el consenso en un sentido general. El efecto del establecimiento de la creencia verdadera es el autocontrol, o la conducta que resulta en una “razonabilidad efectiva” Como un proceso, el significado es comunicación. El producto de la comunicación es la información; el efecto de la comunicación es la comprensión. Los productos del sentido son cosas como sensaciones, sentimientos, impresiones, intuiciones, instintos, ideas. Colectivamente conforman una suerte de sentido común que Peirce denomina “sentido de la comunidad” (commens) y que sirve como la base para el núcleo de los hábitos de acción del sujeto o agente. Las condiciones formales de la comunidad. La noción de verdad supone que hay una realidad. Como Peirce lo define, lo real está representado en la opinión final, que es el consenso último de una comunidad indefinida de investigadores. La primera condición formal para tener una comunidad es que sus miembros sean capaces de mediar o tengan capacidad de interpretar signos. En segundo lugar, debe haber alguna conexión o relación, especialmente comunicativa, entre los usuarios de los signos. En tercer lugar, esta relación debe establecerse como “nuestra” en algún sentido, esto quiere decir que debe haber alguna identificación entre aquellos que están involucrados. Par que la investigación se desarrolle no solo debe existir una comunidad, debe existir una comunidad de cierto tipo y sus miembros deben desear el desarrollo de conocimiento. La

estructura de la comunidad debe coincidir con las necesidades de la práctica del conocimiento. Peirce sugiere que las personas que pertenecen a una comunidad parten de ciertos presupuestos: 1) que la verdad puede existir; 2) que se al puede descubrir; 3) que se la puede encontrar razonando acerca de ella; 4) que es posible equivocarse y ser engañado, y 5) que el razonamiento es superior a otros medios de establecimiento de la opinión. Comunicación y retórica universal. La comunicación es la herramienta que posibilita el éxito del conocimiento y del consenso. Uno de los objetivos de la retórica universal es dar cuenta de las condiciones que hacen posible la comunicación. Ésta se da cuando las acciones de los signos pueden intercambiarse, esto es, dialógicamente, cuando el “emisor e “intérprete” asumen el papel de signo para cada uno. Peirce sugiere las siguientes condiciones formales para la comunicación: 1) Debe haber un emisor y un intérprete. 2) Debe haber algo que sea transmitido entre el emisor y el intérprete. 3) Lo que es transmitido entre emisor e intérprete debe ser algo que sea capaz de incluir interpretantes comunes en ambos, emisor e intérprete (código). De la primera condición se infiere que si no hay emisor o intérprete entonces la comunicación no tiene lugar. La segunda condición apunta a advertir que lo que se transmite en el acto de comunicación es la forma o el rasgo de un objeto que se encarna en el emisor. La tercera condición supone que el signo establece un interpretante en el intérprete, algo similar a lo que ocurre en el emisor. Los métodos de establecimiento de la opinión. El propósito primario de la investigación es el establecimiento de la opinión, la fijación de la creencia, el logro del consenso genuino. Peirce reconoce la existencia de métodos generales para establecer la opinión o fijar la creencia: - El método de la tenacidad implica simplemente la voluntad de creer en algo verdadero sin tomar en consideración alguna creencia o evidencia contraria a ello. Este método puede funcionar, en algún sentido, en comunidades que están geográficamente aisladas de las otras, pero la exposición de opiniones y creencias contrarias hace mucho más dificultoso este método en culturas heterogéneas. - El método de autoridad busca establecer creencias por la imposición a la población general de creencias sostenidas por aquellos que están en alguna posición de poder sobre esa población. Las creencias que son expuestas usualmente son aquellas que resultan beneficiosas para la autoridad. El hecho de imponer el control total sobre la vida de los miembros de una comunidad es prácticamente imposible de sostener en el tiempo, ya que las opiniones, las creencias, las normas y las ideas contrarias se filtrarán inevitablemente en la comunidad. Esta es la debilidad de este método. - En el método de la opinión pública, la fijación de la creencia se establece por la adopción entusiasta de un conjunto de creencias por mutuo acuerdo. Bajo este método es posible controlar las creencias de la comunidad, peor debe hacerse en un sentido que convoque a la comunidad por otros medios que no sean la fuerza o la intimidación. - El método a priori, es un método que establece creencias sobre la base de lo que es conveniente a la razón. El objetivo aquí es establecer un conjunto universal de creencias fundamentales,

independientes de cada comunidad pero basadas en lo que es común a cualquier miembro de una comunidad, la capacidad de razonar. La debilidad del método descansa en que la afirmación de la propia evidencia está siempre mediada a través del razonador y depende, en algún grado, de la habilidad cognitiva y psicológica de intuir o ver que la creencia es universal y necesaria. Consecuentemente, diferentes razonadores podrán intuir diferentes creencias universales. - El método de indagación contiene presuposiciones prácticas que engendra una cierta comunidad de investigación. La comunidad de fortalecer la autocrítica sobre las creencias que se sostienen. Permite y fortalece la crítica, y supone la existencia de la crítica y la aceptación de puntos de vista.

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