El Desbarrancadero Fernando Vallejo
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EL DESBARRANCADERO FERNANDO VALLEJO
CLAUDIA MARITZA ROSERO LUIS MIGUEL CORREA SEGOVIA
UNIVERSIDAD DE NARIÑO FACULTAD DE EDUCACION LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA SAN JUAN DE PASTO 2013
EL DESBARRANCADERO FERNANDO VALLEJO
CLAUDIA MARITZA ROSERO LUIS MIGUEL CORREA SEGOVIA
Presentado a: Ms. Mónica Vallejo
UNIVERSIDAD DE NARIÑO FACULTAD DE EDUCACION LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA SAN JUAN DE PASTO 2013
INTRODUCCIÓN
EL AUTOR
EL AUTOR Fernando Vallejo (Medellín, 1942) es escritor, biólogo, cineasta y defensor de los animales. Nacido en Colombia y nacionalizado mexicano en 2007, en 1971, se trasladó a Ciudad de México, donde produjo la totalidad de su obra. Desde entonces no ha vuelto a vivir en su país natal. Es un personaje controvertido por sus agudas críticas, especialmente hacia la Iglesia Católica, la falsa moral y los formalismos. Es autor de las novelas La Virgen de los sicarios, sobre la violencia del narcotráfico en Medellín (llevada al cine por Barbet Schroeder), El desbarrancadero, La Rambla paralela y un ciclo autobiográfico de cinco obras agrupadas bajo el título de El río del tiempo. Es autor, además, de dos biografías de poetas colombianos, El mensajero, sobre Porfirio Barba Jacob, y Almas en pena, chapolas negras, sobre José Asunción Silva; de un libro de biología, La tautología darwinista; de Logoi, una gramática del lenguaje literario y del libro Manualito de imposturología física. Ha recibido numerosos reconocimientos por sus obras, incluido el Premio Rómulo Gallegos, en 2003, en su XIII edición, por El desbarrancadero, novela de alusiones autobiográficas y un lenguaje descarnado donde el autor describe la enfermedad y la muerte por sida de su hermano Darío, reflexiona sobre la enfermedad, la familia, la violencia cotidiana y la iglesia católica situándolos como las principales lacras de la sociedad. Es la gran novela de Latinoamérica, la metáfora de Colombia, el libro en el que Vallejo vacía toda su inmensa sinceridad como un fuego que purificara su patria. El autor, en coherencia con sus radicales planteamientos sobre la vida, entregó a la fundación “Mil Patitas”, que
alberga y protege a perros y gatos recogidos de las calles de Caracas el importe recibido por el galardón, siendo objeto, por ello, de numerosas críticas. En septiembre del 2009 fue nombrado doctor honoris causa por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia1. Hijo del exministro y abogado conservador Aníbal Vallejo, es homosexual declarado. Creció en el Medellín duro y sangriento del narcotráfico, ciudad no muy aconsejable para un niño sensible como era él. Una de las pocas cosas que respeta, valora y ama con entusiasmo son los animales, que le parecen los seres más valiosos que nos rodean. Sus 1
ALFAGUARA FERNANDO VALLEJO. El don de la Vida: el autor. Colombia-Bogotá, 2010. pág.1-2.
opiniones y planteamientos son radicales, desesperanzados, iconoclastas y puedes resultar escandalosos, pero suele argumentarlos también, con ideas tan fundamentadas, que hay que reconocer que suele tener buena parte de razón. Todas sus entrevistas en Youtube son sensacionales, por el discurso que despliega y los argumentos que encadena. Lúcido, irreverente, negativo, nihilista, pesimista, políticamente incorrecto, muy corrosivo, misógino, misántropo, levanta un fresco de su familia donde no se encuentra casi nada positivo y, sin embargo, resulta catártico y hasta cómico, porque exagera sus opiniones hasta sacarlas de quicio. Lo malo es que suele tener bastante razón. “yo escribo para molestar a los hipócritas” ha dicho alguna vez y parecer ser cierto2.
Vallejo es un escritor tenebrista., que cuenta historias sobre un fondo negro, tan pesimista, misógino y sarcástico como Quevedo. Mantiene un discurso propio e inconfundible, y un verbo genial, un lenguaje muy expresivo, directo y con una estructura excelente. Escribe igual que habla, con un torrente de palabras muy bien orquestadas, arrollador e imparable. Manteniendo un discurso coherente en el que embiste con casi todo, y con sólidos argumentos, todo lo que nos cuenta parece ser autobiográfico, así es nuestro polémico escritor Fernando Vallejo.
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LA ANTIGUA BIBLOS. Blog de recomendaciones de libros escritas por lectores empedernidos. El desbarrancadero-Fernando Vallejo por: Antonio F. Rodríguez. Fecha de publicación: 9 de febrero de 2012.
LA OBRA
EXPLICACIÓN DEL TITULO: la palabra desbarrancadero es empleada en México como sinónimo de precipicio. en Vallejo ésta funciona como simbolo de la caída de la nada, la única esperanza, en esa desesperanza, es la certidumbre de la contingencia, la huida del mundo mediante el olvido y la muerte.3
PERSONAJES PRINCIPALES
PERSONAJES SECUNDARIOS
Fernando Vallejo
Victor: amigo de Anibal Vallejo/padre
La muerte
la pareja de medicos
Anibal Vallejo: padre de Vallejo
los familiares en general
Darío: el hermano con SIDA
Gloria: la hermana descomplicada
La abuela Cristoloco: el gran guevon, Hno.
hno.Aníbal y su esposa que salvan perros Los papas: Wojtyla y Juan Pablo II Gonzalto Rendón: Mayiya primo, Hno. Carlos.
El desbarrancadero, ganadora del premio Romulo Gallegos en el 2003. “El triunfo de la muerte” como Vallejo mismo la considera, gira alrededor de la muerte como un metafora
que al concluir termina siendo el desenlace en la vida de cada ser humano, Vallejo se vale de eso y nos cuenta el fin de una casa en medio de un país que se desmorona y que no podría ser diferente a Colombia, todo ello a partir de su propia vida en este país, es una novela que se desarrolla en un ambiente familiar denso y tetrico por la cuestipón de la 3
ESCRITURA DE FERNANDO VALLEJO. Universidad de Lowa por: Fernando Gómez. EE.UU.2011
muerte que se revela de muchas maneras en toda la historia, pero que al final termina siendo el elemento compasivo dentro de esta novela biografica. Durante toda la historia el autor te permite asumir a un Vallejo compasivo, tomando el termino compasión desde su etimologia, es decir, acompañar a alguien en su pasión, en este caso a su hermano Dario, que padece VIH y quién años atrás lo habia iniciado en la vida homosexual regalandole un chico en plena urbe central colombiana, Bogotá, hecho que ocurrio cuando la familia de Vallejo no era tan numerosa y aun se podian crear lazos de complicidad, que despues se ven afectados por el SIDA, enfermedad terminal que condena a uno de los complices a muerte, mientras al otro le entrega la responsabilidad de compartir esa agonía a través de la solidaridad, sintiendola propia, haciendo uso del humor negro y del mismo modo, realizando acciones que manifiestan la desesperación de un pariente al ver a un ser querido desmoronarse frente a una enfermedad, por ejemplo, el narrador (Fernando Vallejo) empieza a medicar a su hermano con productos veterinaros, como la sulfuanidina, sustancia para bovinos con la que intenta sin tener ningun logro parar la diarrea que estaba acabando con la vida de Dario, entonces ahí se hace presente un Vallejo en su total y plena condición humana, aquella posición que recae, que se levanta y que muchas veces no puede evitar el dolor de un ser querido ni intentar cambiar las decisiones del azar, de la vida o de lo que sea que se crea, aspecto que entre otros le permiten afirmar al autor lo mierda que es la mierda y especialemte lo mierda que suele ser la vida, cuyo desenlace culmina en la muerte real y simbólica de dos parientes del autor, Dario su hermano, con quien sale en la portada de la novela el desbarrancadero y su padre cuya descripción ya habiamos hecho antes. “las personas que yo quise y que murieron me halan todos los dias hacia la tumba, es muy dificil vivir sin ellos, la unica forma que tengo para seguir viviendo es olvidarlos” (Fernando Vallejo, documenta: la desazón suprema).
Como ya lo hemos mencionado anteladamente, El desbarrancadero, es la extinción de una familia, con un padre amado que a pesar de caminar y hacer todo lo que un ser humano realiza era un muerto en vida gracias a la loca (madre de Fernando Vallejo) quién no hizo algo diferente que fastidiarlo mientras compartieron su matrimonio y con esa figura de la madre loca y el padre sumiso aprovecha para decirnos que muchos, hasta él mismo ya esta muerto. “…y aunque creas que estoy vivo porque me estas leyendo,¡Cuánto hace que yo
también estoy muerto!Hoy soy unas miseras palabras sobre un papel. Ya se encargara el tiempo todo poderoso de deshacer el papel y embrollar esas palabras hasta que no signifiquen nada. Todo se tiene que morir. Y este idioma también. (114) en El desbarrancadero” un padre muy bueno que encontro la libertad despues de una leve
eutanasia, al que Vallejo quiso mucho y a quien se refiere de la siguiente manera:“a mi papá tambien lo quise mucho, pero, al final de cuentas es culpable de haberme encartado con la vida, la vida es un encarte, la vida es una desgracia.” (Fernando Vallejo, documental, la desazón suprema).
Así como se habla de un nuclo familiar, se hace evidente un país (Colombia), una ciudad (Medellin), conformando las dos una sola desgracia, una sola tragedia, un mismo dolor para los que vivimos en ella y tambien para los que huyen, ella nunca muere porque esta inscrita en nuestras venas es omnipresente. Colombia es una tierra de desgracia e impunidad así la califica Fernando Vallejo, consideración que no resuelve que odie su país natal, al contrario él menciona: “ yo estoy muy triste De no poder vivir en Colombia, porque yo a Colombia la quiero mucho y mientras más me acerco a la muerte, más la quiero y su derrumbe y su desplome y su desintegración, se suman a los mios” ( Fernando Vallejo, documental, La desazón suprema).
Por otro lado, El desbarrancadero Es una novela rica en declaraciones propias del narrador acerca de sus creencias, en ella se realiza la mayor interiorización, llegando al punto de incluirse dentro de su propia crítica: “ Porque no hay inocentes, Darío, porque 4
todos somos culpables” (32). En el desbarrancadero .
El desbarrancadero es la evocación familiarmente fraternal pero también social que arrastra siempre sus ires y venires, al mismo tiempo cuenta con una memoria que guarda lo bueno y lo malo, todo ello se conserva y solo al morir se pierde definitivamente, así que en ese orden de ideas, dentro de la novela el otro tiene una identidad y una complicidad afectiva con el protagonista, como lector, a medida que pasas de página sientes la pérdida del otro o esa ausencia que te agujera paulatinamente y que cada vez es más recia, dolorosa y lo percibes porque de alguna manera todo el mundo sabe lo que es perder un ser querido, ya 4
REVISTA. LETRAS LIBRES. Fernando Vallejo. Por: Cristhoper Domínguez Michel. Noviembre 2001.
sea por elección o no, de la misma manera te son transmitidos todos los líos familiares y la lluvia interna que te provoca y te rebasa estar o ser parte de uno o varios conflictos familiares o de aspectos que están marcados en los tuyos pero que no compartes y evitas, de la misma manera nos pinta la agridulce sutileza que es el amor y que el sentimiento no cambia mucho si se trata de amar a tu pareja o amar a alguien de tu familia, el amor nunca se recibe, ni se da en la misma medida. “ yo por mi parte la quería a ella más que a nadie con un amor ilimitado. si ella no me correspondía en la misma medida, qué importa, qué carajos, el amor es así: desbalanceado, desajustado, desequilibrado, cojo” (123)en El desbarrancadero. Del mismo modo habla del dolor que causa saber que un amigo está muy
mal, en este caso este dolor es manifestado en Víctor el mejor amigo del padre Vallejo. “Víctor se apoyó contra el marco de la puerta (lo que tenía más cerca) y vi el dolor y el pasmo reflejados en su cara. Era amigo de papi desde antes que yo naciera, y en los ires y venires de sus vidas, de sus largas vidas, ni la sombra de una desavenencia había empañado su entrañable amistad.”
El desbarrancadero,
termina con un desenlace nebuloso que no es más que la
representación de la misma contrariedad de la vida y lo poco que alcanzamos a ver de ella debido a que poseemos una conciencia llena de penumbras, así que en ese orden de ideas, el camino por el cual conduce el taxista al final de la novela, es la firme y fiel muestra de lo dicho anteladamente, así como de los abismos o desbarrancaderos que cada uno ha asumido en donde dar un paso en falso nos haría cómplices o amigos eternos de la muerte ya sea deambulando con nuestros cuerpos o como recuerdos mortales de otro mortal, así es la vida oscura, frágil y casi incomprensible. “…sonó el teléfono y conte sté: era Carlos para darme al noticia de que acababa de morir Darío. En ese instante entendí que se acababan de cortar mis últimos vínculos con los vivos. El taxi se iba alejando, alejando, alejando, dejándolo atrás todo, un pasado perdido, una visa gastada, un país en pedazos, un mundo loco sin que se pudiera ver adelante nada y yendo hacia nada, hacia el sin sentido, y sobre el paisaje invisible y lo que se llama el alma,
el
corazón,
desbarrancadero.
llorando;
llorando
gruesas
lágrimas
de
lluvia.”(194)en
El
Finalmente, la novela tiene una estructura honda y compleja puesto que la conciencia del narrador se desarrolla libremente, lo que da pie a que se manejen varios tiempos dentro de la narración, en El desbarrancadero se señala por primera vez el desdoblamiento de la voz narrativa en la obra de Vallejo, cuando Fernando se mira en un espejo: “Vi un viejo de piel arrugada, de cejas tupidas y apagados ojos” (127) en El desbarrancadero. Esto lleva a
Fernando a narrar lo que hace y dice el viejo en tercera persona, criticándolo: “El viejo 5
pendejo ya ni sabía qué estaba haciendo” ( 128) en El desbarrancadero .
Vallejo va del pasado (memorias) al presente (Colombia y su decadencia actual y de siempre cada vez más reforzada).
5
ESCRITURA DE FERNANDO VALLEJO. Universidad de Lowa por: Fernando Gómez. EE.UU.2011
CRITICA 1 “Un
gramático
muerto
a
quien
la
muerte
sólo
le
podía
venir
como un pleonasmo idiota”.
Por: Sophia Vazquez Ramón Uno de los más descarnados aforismos que componen El malpensante de Gesualdo Bufalino, serviría aquí de abrebocas para entender con mayor claridad el leitmotiv de los últimos dos libros de corte novelístico de Fernando Vallejo: “ Hay suicidas invisibles. Se continúa vivo por pura diplomacia, se bebe, se come, se camina. Los demás se engañan siempre, pero nosotros sabemos, con una sonrisa interna, que se equivocan, que estamos muertos”. El desbarrancadero muestra el desvanecimiento de los afectos del personajeautor a raíz de la muerte de sus seres “queridos” Al Papa se refiere despectivamente en
términos femeninos – que para el autor, por su misoginia, son seguramente los más bajos-, desdeña de su madre y de su hermano mayor, pero recuerda con nostalgia la finca de Santa Anita, su viejo Studebaker y las correrías nocturnas con su hermano fallecido. «Es que yo compraría infinidad de cosas con él, como por ejemplo: el cariño a este idioma deshecho, el amor a esa patria deshecha, una que otra manía explicable y tolerable, y un viciecito que da varios años de cárcel y del que después le cuento» (Pág. 95). .Lejos de presentarse como un autor nihilista, Vallejo asume su odio como una transmutación del afecto agraviado. Asume roles puristas en los que una ética ortodoxa parece conducirlo a querer arroyar mujeres embarazadas -“maquinas paridoras” como las llama a cada rato-, zigzagueando calle abajo en un auto sin frenos, renegando entusiastamente en contra de la copulación desmedida y la natalidad -sabiéndose de antemano un pederasta compulsivo-, acaso renegando de ese español insulso, nada digno de don Ortega y Gasset, o haciendo una brillante y convincente burla al “proletariado” colombiano: “Saqueada por los funcionarios, sobornada por el narcotráfico, dinamitada por
la guerrilla, y como si lo anterior fuera poco, asolada por una plaga de poetas que se nos vinieron encima por millones, por trillones, como al Egipto bíblico la plaga de la langosta”
( El
desbarrancadero.
Pág.
26)
CRITICA 2 ¿MONOTONÍA O REALIDAD? Por: Daniela Echeverri Fierro Pobreza, realidad, literatura, deshonra a la madre, “Crítica de la Maldad Pura”, homosexualismo, política y religión, ocho ideas que definen el libro de Fernando Vallejo, libro que linda entre la monotonía de la escritura de realidad/violencia en Colombia y el lacer
de
la
buena
literatura”.
Este artículo no pretende contestar ninguna pregunta, sino por el contrario abrir muchos interrogantes que animen al lector a tomar un punto de vista crítico frente a la oleada de literatura fatalista que está invadiendo a Colombia en la últimas décadas, para ello dividiré mi texto en cuatro partes: En la primera contextualizaré al lector con el libro, en la segunda trazaré una corta descripción desde el punto de vista literario y por último, pero no por eso menos importante, construiré una critica con base en cuestionamientos, sobre la novela de Fernando Vallejo. El libro narra la historia de un proscrito que regresa a su país, para compartir los últimos días de vida de sus seres queridos. La historia está punteada por la muerte, cada muerte marca un hito en la novela, que entre traumas de infancia, resentimientos, reproches y anécdotas crea un imaginario singular. El desbarrancadero es una fotografía posiblemente acertada de lo que es Colombia, un país que parece de otro planeta, una Colombia Marciana como lo dice textualmente el autor. Es una novela que contiene fuertes críticas a sus gobernantes, a la iglesia, ideas sacrílegas al Papa, en fin, una realidad desoladora, realidad que ya tantos escritores colombianos han plasmado fielmente en sus novelas, una realidad que en ocasiones se torna monótona para los
sobrevivientes
de
esta
violenta
odisea
que
parece
no
tocar
fondo.
La obra está narrada en primera persona, mediante ideas fáciles de digerir, hilvanadas correctamente y con una concatenación coherente. Incluye de cuando en cuando ciertas
metáforas que hacen amena la lectura. Mientras juega con el lenguaje y plasma una idea inefable mediante prosa común, este libro alcanza a sumergir un poco al lector en los placeres de la narrativa, placeres que minúsculamente disipan la putrefacción del tema. Esta mezcla (literatura/realidad) es interesante pero peligrosa, pues a pesar de la buena redacción y de la apropiación de figuras literarias adecuadas, se puede caer en el error garrafal de la monotonía, de no plantear nada nuevo, de no mostrar un punto de vista diferente. El desbarrancadero es acogido por la parte literaria, pero condenado por la eterna temática que satura de desconsuelo al lector. Pero cómo identificar qué es literatura y qué es realidad. ¿Realmente es necesario separarlos? Más allá de la posición “contra todo y contra todos” del señor Vallejo, de la actitud odiosa e irrespetuosa de su personaje
autobiográfico, existe un ser que como Colombia agoniza y que hace parte de una literatura excesivamente dramática que está creando historia. ¿Y qué tal si esto no es más que literatura? Todos estos libros, que no son más que un grito desesperado, son solo el caos en la mente de una víctima. La Colombia marciana que plantea Vallejo tal vez es sólo una puesta en abismo de la realidad, es tanta la pobreza, la podredumbre, que la realidad se vuelve surrealista y Colombia se traslada a otro planeta en el
que
todo
es
surrealismo.
¿En qué punto la pobreza nos puede expulsar de la realidad?, Sólo cuando el hombre ha tocado fondo, cuando se encuentra en el estado más paupérrimo se da cuenta de lo irreal que puede llegar a ser la miseria del hombre. La idea de la Colombia Marciana es interesante desde el punto de vista literario pues plantea una idea diferente a la que todos los libros fatalistas plantean, pero el autor no hace más que mencionarla en las primeras páginas sólo como una metáfora sin desarrollarla bien, y sin dilucidar realmente lo que significa esta expresión, lo dicho en los párrafos anteriores es una posible interpretación. Pero precisamente es esto lo que hace que la novela de Vallejo sea juzgada como un cliché más, pues las novelas no son más que el paso de la mente al papel, el fuero interno del escritor publicado para que el lector se entretenga, una transmisión de angustias para
olvidar las propias; pero cuando el escrito no contiene nada nuevo para el lector, nada diferente a lo que lee, escucha y ve a diario en las noticias, la lectura pierde sentido y se cae en el tan temido cliché. Pero ahora dejemos de hablar de lo que no se hizo, hablemos de lo que se hizo. Empecemos por discutir el ya mencionado “contra todos y contra todos”,
el egocentrismo del autor no soporta al resto del universo, sólo se soporta a sí mismo, sus opiniones, sus diagnósticos, y las personas cuyo pensamiento es fiel copia del de él. El autor está encasillado en una supuesta realidad que no es más que el narcisismo llevado a la máxima expresión mediante una novela. Para qué seguir saturando el mundo con literatura fatalista, si ya es suficiente con la misma realidad que a diario persigue al colombiano a donde quiera que vaya. Los personajes del libro representan por antonomasia ciertos grupos sociales de nuestro país, y probablemente es una fiel copia de la realidad, pero una copia que antes de preocuparse por todos los problemas sociales por los que atraviesa la patria, lo que hace es hundirla más es sus problemas que plasma como insolucionables.
CRITICA 3 PARTICULARIDADES DE LA POÉTICA EN EL DESBARRANCADERO Por: Andrés Fernando Forero Gómez El desbarrancadero gira alrededor de la muerte como destino y la crítica a la sociedad en
general y a la familia en particular. Sobresalen los núcleos narrativos de la muerte y la crítica, los ejes temáticos de la nada y el caos, y los códigos semióticos de la muerte como finalidad de la existencia, la intersubjetividad, la metafísica de la subjetividad y la estructura narrativa. Esta novela es la que contiene más declaraciones del narrador acerca de sus creencias, por ser la que realiza la mayor interiorización, llegando hasta el punto de incluirse dentro de su propia crítica: ―Porque no hay inocentes, Darío, porque todos somos culpables‖ (32). En El desbarrancadero, Fernando ya no necesita de eventos
extraordinarios como los de La virgen de los sicarios para ejercer la reflexión y la crítica: ―Me había dormido meditando en el ser y el parecer, contándole los travesaños al
andamiaje inmenso de la hipocresía y la mentira sobre el que se ha construido la vida humana‖ (81). De igual forma, el lenguaje utilizado por el narrador para expresar su visión
crítica no tiene el mismo tono violento que caracterizaba a Fernando en la novela anterior. La muerte se manifiesta en un aspecto diferente al de La virgen de los sicarios, pues es sentida como caída y único alivio al sufrimiento, haciendo manifiesta la noción de la muerte como finalidad de la existencia: ―Para morir nacimos y lo demás son cuentos. No se le olvide, amigo‖ (144). Así mismo, la ironía es utiliza da para exponer el acercamiento del narrador con la muerte: ―Mi señora Muerte, cabrona. Bienvenida seas a esta casa, mi
casa, tu casa [...] cuya puerta abrió de par en par un día, o mejor una noche, mi hermano Silvio: la noche en que se voló de un tiro la cabeza. Después fuimos siguiendo todos, uno por uno, como dicen que van cayendo las ovejas al desbarrancadero‖ (68). Detrás del
tratamiento aparentemente humorístico de la muerte, se esconde la consciencia con respecto a su inevitabilidad. Por otra parte, la crítica en esta novela, aunque tiene múltiples destinatarios, se enfoca en la vida familiar del narrador. La intersubjetividad, precisamente, tiene un manejo particular en El desbarrancadero, pues se desarrolla alrededor de la familia de Fernando. En esta novela,
el otro tiene una identidad y unos nexos afectivos con el protagonista muy diferentes a los de Alexis y Wílmar en La virgen de los sicarios y los seres anónimos de La rambla paralela, pues se siente en la obra la pérdida del otro, especialmente el padre de Fernando o
su hermano Darío, cuya agonía motiva el regreso del narrador a Colombia. La intersubjetividad en la novela permite evidenciar los conflictos familiares del narrador, así como también sus muestras de afecto (particularmente hacia su abuela Raquel). La estructura narrativa de El desbarrancadero es la más compleja de las tres novelas analizadas, debido al mayor desarrollo de la conciencia del narrador, así como también al manejo del tiempo narrativo (la presencia de varios tiempos en los que Fernando evoca los instantes positivos y negativos junto a los miembros de su familia). Incluso, a pesar del escaso interés que se le suele otorgar a los demás personajes por parte del narrador, se puede afirmar que es en El desbarrancadero donde se percibe un intento por describir con mayor profundidad a los personajes que lo rodean, como por ejemplo Darío. Este aspecto contrasta con las escuetas descripciones de los sicarios en La virgen de los sicarios y, aún más, con los seres anónimos que rodean a Fernando en La rambla paralela. No obstante, es en El desbarrancadero donde se hace más notoria la subjetividad del narrador: ―Yo no soy hijo de nadie. No reconozco la paternidad ni la maternidad de ninguno ni de ninguna. Yo soy hijo de mí mismo‖ (41). Como consecuencia de esta perspectiva, la vida del narrador se convierte ante todo en recuerdo.
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