El derrumbamiento (Armonía Somers)
Short Description
Cuento El derrumbamiento de Armonía Somers, en La rebelión de la flor...
Description
Armonía Somers
LA REBELION DE LA FLOR ANTOLOGIA PERSONAL
DEL HORROR Y LA BELLEZA PROLOGO
© Armonía Somes, 1988 © 2a. edición Editorial Relieve 94 Diseño d carátula: Ed Relieve Bd en el dseño original de Horio Añn E título La rebeión de la for, se tomó del trabajo de Lilia Dapaz Strout, "La elión de a for La meamofosis de un ícono n l derrubaiento". Pueo Rico Rvist a "Atenea", 3ra épa, N9 - 2 Esa segunda dición s terminó de imprimir en el mes de ebrero de 199 en los alleres gráficos de Copyraf S.RL., utiliándose pal obra d 7 gramos y gofrdo de 200 (NP). Impreso en Uruguay Prined in Uruuy Edición amparada n el at. 79 de l Ley 4 D. L. W 29015
O.O. Estaba ya cerca la itad de este siglo X tan rico en cabios y tranoraciones cndo el delo narrativo ierante en Uruguay, sesura y estalla. Ese olo que no era sino la réplica del rel ato realista europeo occintal y decionónico doinó l as leyes internas de l a cción desde Isme a Ls es e Ls Tes Es precisante la escritura artísti ca de netti y Aronía Soers el factor que produce el estalli do de aquel odelo. Un alio ovi iento renovador se gener ó entonces cas ons sucesivas llegan hasta hoy crean un espectro narrativo que integra ya el agnco friso la literata latinoaricana conteránea. 1.1. Este nuevo arte que Arona Soers viene a consoli r es una verra transgresión y refoulación l canon realista. Veaos esto uy rápidaente con algunos ejelos. El relato tracional se counica en tercera persona r un narar no representa (n rostro sin nobre sin personlidad una pa función del relato) que lo sab to acerca los hecos. En cabio ahora el naradr se splaza ra coincidir con la pers pectiva de un personaje u otro o incluso recurrir al enfoque de plal anónio caractertico l testigo colectivo. tro aspecto es la prescindencia l retrato convencional en la actlid stituo por breves notaciones disenadas a lo largo del texto que el lector be integrar en una unid realizando su propio trabajo sobre el lenguaje En sua el nuevo odelo ege una lectura ucho ás participativa y alerta que la tradicional; y es 3
coonamiento de a tama en una tageda, se debe excusva ente a una sospecha futo de os tabúes sociaes. segunda cicuntancia a staca es e nnovado funciona miento de eato Tmbién aquí e o de potagonsta se supepone a de naado,en o que, de momento no hay dcu tad aguna La cuestón se pantea a ega a út ea bón d a histoia, que se cuenta aí: Fue entonces cundo pud vr fugmnt cómo l vilaor d crurs, e ldón ssino l que cici lo qu no l fu ddo y e odo Jo dmás qu pued sr quin h ncio brí os brzos c mí Pero n un protccón qu no s lcnz si ls ruds d un vehículo legon prmero. Lo v nto y n po qu no pudo drbrlo -Grcis por nvencón de ls s cíds lcncé d cile vndo rod m lengu como un or monopétl sobr l pvmeno Es ahí, cuando as eyes de a natuaeza entan en conta dicción con a egaidad estética: e sujeto que eee su popia muete Suge e ta mo, re e re rr l l e rel Sn duda, es éste e vétice opuesto a ocupado po e eaismo En vez, se hace ostensibe a popa ps naatva Lo quese pocuay seoga pues,enI re el el no es a copa mecánica y natuaista a eaida,una msis supecia como a de coismo, sino ucho más, descubi o cowba nuevas pespectva y esquicos en a epesentación de mundo. Y en esa nstancia patentiza que justaente se tata de una reree o sea, mucho más que un meo vehícuo paa atisba a eaid. Puesto que sn pejuico su unción cognoscitva, e ate especcamente, es e , oeto ea é msmo y dgno po tanto de a más atenta obsevación 3.1 Ya paa temina esta ápis itaciones de a oba beve de Somes, hay que menciona a menos, e nédito J ezabe Un cuento don a subvesión ocue en a mateia naatva poque antes se do en e pano cutua Ceto, ese hobe, Leona,e potagonista,vive con caácte agónco su eacón con Rose su esposa; signo que ene también a expeenca que o une y sepaa a a vez de su amante. Ahoa,Leonado cumina iteamente su (en e sentido etmoógico,de smien to") en e dobe uego de fascinacón y epusión po e homo6
sexua que se causua con su asesinato os os paadgmas cutuaes son cuestionas en ese na, n e hoo y a beeza, se hemanan. Y don po añaddua ocue e pato maavoso de monstuo J ezabe En sntesis ee , atcua naativamente, a beeza hoo Nada es necesaio deci sobe e inteés que pesentan textos tan epesentativos comol erre, que puso de un gope a Somes en un pime pano o lle el e revetiginoso e ntenso como pocosoe r Gy er, meabe po su tenua desoa n sobe Hr e e , ecabe po e tatamento fantático de esos sees apaentemente eementaes y compejos e n e fon 41. Ahoa dos paabas sobe a edción y sus cteios. E poyecto de a casaLnadi y Rsso ea cao: ofece una musta goba y enteiza de a naatva beve de Amona Soes en a que tos sus vetentes y fos expesivas se encontaan epesentaa. aba entones qu pat desde e ya eao, en tmnos poduccón,l erre y ega a más guoso pes ente Un voumen en n, que eba s e tan út a ecto po ación, como a nvestga pofes ona, o a pso atnoameicanista esidente en e extanjeo Así e comuncamos e pan a Somes y e ogamos que eazaa en ese maco, su l erl ensamos que e pogama está penamente ogado Y mucho más,con a novedad mpotante de esa útima sección, Jezabe" A se pesentan tes textos, r e l e l re e l l y l el r, hasta hoy, páctcamnte sconocidos. Como se puede ve en as chas espectas de pe de página, fueon edtados excusvamente en pubcacones peiódcas hoy de hecho nencontabes. E cuato ee es un inédto absouto Nos honamos pues, en acompaña esta cuidada pesentacón antoógca, de a que es sn dda una de as más atamente deencadas voces, de a fccón atnoaecana contem poánea Rómulo Cosse
7
ANTHOS Y LEGEIN (donde la autora nos muestra la otra cara de l as historias)
Mis preferencias han dictado este libro, dice Borges en la prira lnea de suAntolog(a peronal*), con lo cual él sí res pon a lo anthos or) y legein (escoger) según su leal saber y entender. Tomo dichas palabras por ser la primera vez que ha ya leído titular así una selección Pero aunque coarto el senti ya que los editores me dejaron en coleta libertad selectiv a no as{ lo del anthos en su etimología esencial Debíapor razones obvias ceñirme a unos doce cuento s. ¿Los que yo creyera laor? Pues sí y no. Coeso har relegado al silencio ciertos relatos que síyo hubiera qrido reotar sde viejas ediciones agotas porque me remontaban a su momento de concepción y el ánimo se me incendiaba con el recuerdo de su minuto creativo Siere pienso y digo que no inventamos la cción en su sentido absoluto sino q esa faena delirant e depen algo así como del Demiugo de los platónicos o neoplatónicos y que nosotros apenas si somos s obedientes escbas. Pero "levanté por una u otra razón más bien anecdótica este puñado de cuentos. El derrmbamieno el primero que escribí en mi vida por lo que ser es pera Llamo mis derumbistas a sus cultores apologistas traductores y hasta deselados (un joven escritor me dijo que no había dormido durante varias noches luego de su lectura) Y también por qué no para renovar la querella entre sus detractores y defensores más religiosos los segundos que los primeros 9
EL DERRUMBAMIENTO
"Sigue lloviendo. Maldita virgen, maldita sea ¿Por qué sigue lloviendo?" Pensamiento demasiado obscuro para su dulce voz de negro, para su saliva tierna con sabor a palabras humildes de negro Por eso es que él lo piensa solamente No podría jamás ltarlo al aire Aunque como pen miento cosa mala, co fea para su conciencia blanca de negro El habla y pien siempre de otro modo, como un enamorado: "A yudamé, virgencita ro bl anca del cerco A yudaló al pobre negro que mató a ese bruto blanco que hizo esa nadi ta hoy Mi ro la ayudaló, mi corazón de almendra dulce dale suerte al negrito, ros clara de l huerto" Pero e noche no Está lloviendo con frío Tiene los huesos calados hasta donde duele el frío en el hueso Perdió una de sus alpargatas caminando en e l fango y por la que le ha quedado se le len los dedos Cada vez que una piedra es puntiaguda, los dedos aquellos tienen que ir a dar allí con fuerza en e piedra y no en otra qu e a redonda Y no es nada el golpe en el dedo Lo or es e l latigazo bárbaro de e dolor cuando va subiendo por la ramazón del cuer y después baja otra vez hasta el dedo para quedarse all endurecido hecho piedra doliendo Entonces el negro ya no Publido r primera vez en El derumbamiento, Montedeo, Edciones Saamanca 1953.
15
comprende a la rosita blanca. ¿Cómo la pud hacrle e? Porque la dulce prenda debió avir l qu staba aí guijarro También debió impdir qu sa noch llovira tanto y que hicera tanto frío El nego eva las manos en os bolsios, sombrero hundido hasta los hombos el vijo tra abado hasta donde le han pemitido los escasos botones. Aquo ral mente ya no es un traje sino un pinga calado brilante resbaladizo como baba El cuepo todo ha modlado bajo la tela y acu líneas armónicas y rfctas d ngo. Al legar a la espalda agobiada por el peso dl agua la escul tura temina defniendo su estio sin el cua a simp coor oamente no pía nunca haber existido Y además sigue penndo ella debió aprsurar la noche Tanto como a necesitó todo e día Ya no había agujero donde esconderse e miedo de un ngro. Y rcién ahora la ha enviado la rosita blanca E paso del negro es ento rsistente Es como a luvia ni apresura ni afloja Por momentos parc qu se cono cen demasiado para contradecir Están luchando el uno con la ota po no e hacen violncia Además ella es el fondo musical para la fatalidad andante de un nego. Legó a fin Tnía por aquel lugar todo e ardor de la última esperanza A cincuenta metros del paraíso no hubi ra encendido con tanto billo las linteas potentes de sus gandes oos Sí La ca a medio caer staba aí en a noche. Nunca había entrado en ella La conocía sóo por rferen cias Le habían habado de aque refugio más de una vz pro sólo e -¡Virgen blanca! Esta vez la invocó con su voz plna a la rosita. Un rlám pago enorme lo había descubirto cuán huesudo y argo era y cuán nego aun en medio d la nega noch. Lugo sucedió lo de estampido dl cielo un dooroso golp rudo y co como un nuevo choque en l dedo. S papó os mus los por e foo agjreado de os bosillos o no había deareci �o de a tierr. itió una aegría de ngro hu de y erna segur v1v1endo Y admás aqulo e _ parapor haba s rvdo ver bien claro a casa Hubiera urado ha brla vsto moverse de cuajo a poducir stuendo. 16
Pero la casucha había vuelto a nerse de pie como una mujr con mareo que e brepone Todo a su alrededor era ruina Habían barido con aquellos anos de la calle junto al ío De la prostitución que alí anidaa en un tiempo no quedaban más que eombros Y aquel tozo anteido en pie por capcho inexplicable. Ya lo ve ya lo va ora en toda su hermosísima ruina en toda su rdida olead en todo su msteio silencio cerrado por dentro Y aora no ólo que ya lo ve Pude tocarlo si quiere Entonces le sucede lo que a todos cuando les es posible estar en lo que han de ado: no se atrve Ha caminado y ha sufdo tanto r ogarla que así como la ve existir le parece cosa eal o que no puede ser violada Es un resto de casa olamente A ambos costados hay pedazos de uros montones de deo lación basura lodo Con cada relápago la casucha se hace prente Tiene gietas vertcales por donde se la re una puerta baja una ventana al frente y ota al costado El nego casi con terror sacego ha golado ya la puerta Le duelen los dedos duros ineralidos por el fío Sigue lovendo Golpea r gunda vez y no abren. Quisiera guarecer pero la ca no tiene alero absoua mente nada cordial haca afuera Era muy difer ente cana bajo el aga Parecía distinto defiar los toentes del cielo desplazándose La verdadera lluvia no es esa Es la que rtan los árboles las piedras todas las cos ancladas Es entonces cuando puee decirse que llueve hacia deno del r que el mundo ácueo destoza disuelve la exi tencia Tercera vez goando con dedos fíos mnerales dedos de ónix de negro con aqueas tieas ros ama llas en las yemas La cuarta ya es el puño furio el que aremete Aquí el nego se equiva Cree que enen a abre porque ha dado ás fuerte cuarta el número establecido en el c igo de la casa apareció el hombre con una lampareja ahuada en la mno Patrón patroncito dee entrar al pobre nego -¡Adentro vamos adento carao! Cerró tras de sí a purta levantó todo lo que pudo la ámpara de tubo sucio de holín. El negro era ato como si anduviera en zancos Y é madita suerte de os mínimos 7
F u ntoncs cuando s ucedió lo incr eíbl, qu la vir gn mis ma s arr odillara al lado dl hombr. Simpr había ocurr ido lo contrar io Es ta vez la virgn l humillaba al ngro - Santa made d Dios, no haga s o! No, ros ita s ola asomada al cer co, no lo haga!
-Sí , T r istán, y no lo sto d doblarm, qu m duel mucho fís icamnt. Voy a hac otr as cos s ta noch, cos qununca m h animado a realizr Y tútndrás qu ayudare.
-¿Ayudarla yo a usté?, lirito d agua. ¿ Con stas manos qu no quirn hacr nada, pro qu hoy han hcho ¡Oh, no pudo dcírslo, mi niña, lo qu han hcho! Lirito d ámbar, prdonló al ngro buno qu s ha hcho ngro malo n un día ngro. -Dam mano con qu lo matast, Tristán -Y cómo b usté qu lo ha matado un ngro? -No sas hrj, Tristán, dam la mano -Es qu no puedo lvantarla -Entoncs yo iré hacia la mano-dijo lla con una voz qu staba haciéndo cada vz mnos nutra, más viva Y sucdió l a nuva normidad d aqu l dscnso La virgn ap oyó sus labios d cra n la mano dura y huesuda dl ngro, y la bsó como ninguna mujer la había jamás bsado. -Santa madr d Dios, yo no rsisto so -Sí, Tristán, t h besado la mano con qu lo mataste Y ahora voy a xplicart por qué Fui yo quin t dijo aquelo qu tú oías dentro tuyo: "No aflojs, aprita, trmina ahora, no dsmays -¡Usté, madrecita del niño tieo! -Sí, Tristán, y has dicho la palabra Ellos m mataron al hijo. M lo matarían de nuevo si él volvira Y yo no aguan to más farsa Ya no quiro ás prlas, más rzos, más lloros, más prfums, más cantos. Uno tní a qu sr el que pagas primro, y tú m ayudaste H sprado dulcmn t y h comprendido qu debo mpr Mi niño, mi pobr y dulc niño crificado en vano ¡Cómo lo lloré, cómo l mpapé con mis lágrimas l curpo lacrado! Tristán, tú no sabes lo más trágico 22
-¿Qué, madrcita? -Qu lugo no pude oa amás por haberlo pdido. Dsd qu m hiciron de mámol, de cra, d madea tallada, d oro, d mail de mentira, ya no tngo aqul llanto Lloan llos, s o smulan haclo, por tmor a asumir un mundo sin l Y usté por qué no? -Lo qu ya no s puede no se pued. Y dbo vivir así, mintindo con sta nisa estpida qu m han pusto n la caa Tristán, yo no ea lo qu llos han pintado. Yo ra distinta, y cirtamnt menos hermosa. s por lo qu voy a dcirt qu h bajado. Digaló, niña, digaló todo al ngro Tristán, tú vas a asustarte por lo qu pinso hacr -Ya m muro d susto, lirito claro, y sin mbargo no soy ngro murto, porqu stoy vivo. -Pus bin, Tristán continuó la vign con aqulla voz cada vz más sgura d sí, como si s stuvira ya humani zando-voy a acostam al lado tuyo ¿ No dijo l patrón qu había sitio para dos n l vall? -¡No, no, madrcita, qu s me mur la lngua y no pudo sgui pidiéndol qu no lo haga. -Tristán, ¿bs lo qu haces? Estás rzando dsd qu nos vimos. Nadi m había ezado est poma.. -Yo l invntaré un n mucho más dulc, yo l rob aré a las cañas qu cantan todo lo qu ellas dicn y lloran, po no acust al lado dl nego malo; no s acust -Sí, Tristán, y ya lo hago íram cómo lo hago Entoncs l ngo vio cómo la muñeca aquella se le tndía, con todo su uido de sedas y collars, con su olor a timpo y a virginidad mezclado n los cabllos -Y ahora vin lo más impotante, Tristán. Tins qu quitarm sta ropaMia empieza or los zapatos Son los molds d la tortura e los hacn d matrials rígidos, m assinan los pis no pinsan qu stoy para da tantos siglos Tristán, qutamelos, por favor, qu ya no los porto Sí, yo l libo los pis doloridos con stas manos pcadoras E sí m complac, niña clara -Oh, Tristán, qué alivio! Pr o aún no lo has hcho todo. 23
¿ Ves qué pies tan dículos teno? Son de cera, talos, n de cera. -Sí, niña de los pies de cera, son de cera Pero ahora vas a ber alo muy imortante, Tristán Por dento de los pies de cera yo tengo pies de cae -Ay, madre nta, me muero! -Sí, y toda yo sy de carne deba de la cera No, no, madreta! Vuélvase al linto Este nero no quiere que la nta madre de cae esté acostada con él en el valle Vuélva, ro dulce, vuélva al sitio de la rosa clara! No, Tstán, ya no me vuelvo. Cuando una viren bajó del pedestal ya no vuelve Quiero que me deitas la cera Yo no puedo ser s la viren, sino la verdadera madre del niño que mataron Y entonces neesito der andar, odiar, llorar sobre la tierra Y para eso es priso que a d e cae, no de cera muerta y fría. ¿ Y cómo he de hacer yo, lito dulce, para fundir l a cera? -Tócame, Tistán, acaíciame Hace un momento tus manos no te respondían Dee que las , estás actuando con ellas Ya comprendes lo que vale la cacia Em pieza ya Tócame los pies de cera y verás cómo les funde el molde -Sí, mi dulce rla sola, e sí, los pies den r libres El nero que los pies den ser libres y de carne de verdá, aunque duelan las piedras Y ya los acario, no más Y ya siento que sucede eso, viren nta, ya siento eso Mire, madrecita, mire cómo se me qua la cera en los dedos -Y ahora tó ame los pies de verd ad,Tistán. -Y eran dos ardenias vivas, eran ies de ar denia Pero eso no basta Siue, libérame las iernas -¿s pieas de la niña rosa? Ay, ya no uedo más, ya no puedo seuir fundiendo Esto me da miedo, esto le da mucho miedo al nero Siue, Tistán, siue Ya toco la odilla, niña presa Y no más Aquí termina este cimen lva del nero. Juro que aquí termina Cór teme las manos, madre del niño rubio, córtemelas Y haa que el nero no recuerde nunca que las tuvo esas manos, que se olvide que tocó la vara de la santa lor, córtemelas con 24
cuchillo ailado en nre Un trueno brutal conmueve la noche Las ventanas siuen olpeando, debatindose or momentos vuelve la casa a tambalear como un barco ¿Has oído, estás viendo cómo son las cos esta noche? S� no continúas undiendo, todo acabará hoy ara mí Sue, aura, termina con el muslo también Necesito toda la ierna : Sí, mus suaves del terror del nero perdido, aquí estan ya, tibos y blandos como laartos bajo un ol de invieo Pero ya no más, virencita Miremé cómo me lloro Estas láimas n la nre doliéndole al nero -¿Has oíd Trstán, y has visto? La ca tambalea de nuevo éjat de miedo or un muslo Siue, siue undiendo -Pero es que estamos ya cerquita del narciso de oro, niña Es el huerto ceado Yo no quiero, no uedo -Tócalo, Tristán, tca tambin e, rincialmente eso Cuando e unda la cera de ahí, ya no necesitarás seuir Sla s me fundirá la de los echos, la de la esalda, la del ventreHazlo, Tistán, yo necesito también eso -No, niña, es el narcio de oro Yo no puedo -Iual lo irá siendo¿ O crs que uede dejar de er porque lo toques? -Pero no es or tcarlo olamente Es que uede uno q ueerlo c?� la anre, con la re loca del nero Tena lastima, na El nero no quiere erderse y lo ide llorando que lo deje -Hazlo Mírame los ojos y hazlo Fue entonces cuando el nero levantó sus ojos a la altu ra de los de la viren, y se encontró allí con aquellas dos miosotis vivas que echaban chisas de fueo celeste como incendios de la quimera ya no udo dejar de obedecer Ella lo hubiera abraado en sus hoeras de voluntad y de tormenta -¡Ay, ya lo aba¿ or qu lo he hecho? ¿or qué he toca do eso? Ahora yo quier entrar, ahora yo necesito hundir me en la humedá del huerto ahora ya n' auantará más el obre nero Mire nia cerrada, cómo le tiembla la da al nero, y cómo crece la sanre loca ara ahoar al nero 25
View more...
Comments