EL CORICANCHA
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EL CORICANCHA, el templo del Sol
El Coricancha Fue el templo más importante del Tahuantinsuyo, construido en la ciudad del Cusco durante el HORIZONTE TARDÍO, es decir, la etapa imperial de la historia incaica. El Coricancha es un bello recinto sagrado que el Inca Pachacútec ordenó
construir después de su victoria sobre los chancas, el año 1438. Antes de eso los incas rendían culto al Sol en un pequeño templo llamado Inticancha, levantado levantado por Manco Capac. En el Coricancha ("Recinto de Oro") vivía el Willac Umu, máximo sacerdote del dios Inti (el Sol) quien, junto a los tarpuntaes, se encargaba de las tareas astronómicas y principales ceremonias religiosas del Imperio Inca. Es importante tener en cuenta que dentro del complejo sagrado se ubican aposentos destinados para rendir culto a otras divinidades como Wiracocha, Illapa o Mama Quilla. En el interior del templo se representaban en oro, plata y tumbaga a las principales deidades y a la maravillosa flora y fauna del Perú. Estas Es tas esculturas, delicadamente labradas por orfebres de origen Chimú, fueron saqueadas por los conquistadores españoles que llegaron al Cusco en 1533. Actualmente, la majestuosidad del Templo de Coricancha es apreciada por miles de turistas cada año que quedan maravillados de su arquitectura de piedras finamente labradas.
Koricancha De Wiki Sumaq Peru Saltar a navegación, buscar
El templo más importante del Tahuantinsuyo fue construido en la ciudad del Cusco durante el HORIZONTE TARDÍO, es decir, la etapa imperial de la historia de los Incas. El Coricancha, “recinto de oro”, Templo del Sol, es un bello recinto sagrado que el Inca Pachacutec ordenó construir después de su victoria sobre los chancas el año 1438. Antes de eso los incas rendían culto al sol en un pequeño templo llamado Inticancha, levanado por Manco Capac.
Exterior del Koricancha
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Descripción Ubicación Descubrimiento Intipampa Descripción 5.1 El exterior o 5.2 El famoso muro curvo o 5.3 La estructura o 5.4 Las canchas o 5.5 El jardín o 5.6 Otros edificios o 6 Los Adoratorios 6.1 Los “aposentos” o 6.2 La proyección sagrada del Coricancha o o 6.3 Los ceques 7 Cómo llegar 8 Referencias
Descripción
Turismo por áreas
Zona Norte Zona Centro Zona Sur
Atractivos de Cusco
Aguas Calientes Barrio de San Blas Camino Inca a Machu Picchu Camino a Salkantay Chinchero Choquequirao Koricancha Machu Picchu Maras Moray Ollantaytambo Pisac Pukapukara
En el Coricancha (Patio de Oro) residía el Willac Umu, máximo sacerdote del dios Inti (el Sol) quien, junto a los tarpuntaes, se encargaba de las tareas astronómicas y principales ceremonias religiosas del Imperio Inca. Es importante tener en cuenta que dentro del complejo sagrado se ubican aposentos destinados para rendir culto a otras divinidades como Wiracocha, Illapa o Mama Quilla. En el interior del templo se representaban en oro, plata y tumbaga a las principales deidades y a la maravillosa flora y fauna del Perú. Estas esculturas, delicadamente labradas por orfebres de origen Chimú, fueron saqueadas por los conquistadores españoles que llegaron al Cusco en 1533.
Ruta Sur del Perú
Visitas: Lunes a sábado de 8:00-17:00 hrs.
Lima Ica Arequipa Ayacucho Apurímac Puno
Tipos de Turismo
Ubicación
Ubicación: Intersección Av. El Sol y calle Santo Domingo.
Qenko Raqchi Sacsayhuamán Tambomachay Tipón Valle Sagrado de los Incas
Turismo Cultural-Histórico Turismo de Aventura Ecoturismo Turismo Vivencial Turismo Gastronómico Turismo Medicinal
Descubrimiento
Cuenta el conquistador Diego de Trujillo que cuando él y sus compañeros quisieron entrar al lugar para examinar sus riquezas, un personaje regiamente vestido les dijo que para ello antes deberían haber ayunado, estar descalzos y llevar una carga en la espalda en señal de humildad. Concluye su relato refiriendo que los españoles no hicieron caso a la advertencia y forzaron su entrada al Templo. Aquel personaje pudo ser el wilaq umu, sacerdote mayor del culto Inca, o su representante.
Intipampa
La ruta conduce a una plaza alargada donde está la iglesia de Santo Domingo. Ese espacio era Intipampa, la plaza o llano del Sol, unos doce metros más ancha de lo que es ahora, porque los constructores de la iglesia colonial lo redujeron para levantar su templo.
Descripción
El exterior
Koricancha
Un hermoso muro de la más fina cantería, era la fachada del edificio que tenía una sola puerta al centro de ese amplio lienzo. Su única decoración era una banda continua de una palma de alto y de oro puro a tres metros del suelo. Sobre el muro, con el típico alero de las casas incas, se levantaba el alto techado de paja fina y delicadamente cortada. No existía el atrio triangular que sirve de entrada al templo colonial y el muro giraba en ángulo recto hacia Ahuacpinta. Esta calle conserva todavía un tramo del muro perimétrico original de casi sesenta metros de longitud. No cuenta ornamento alguno, y sólo sus piedras tienen un leve almohadillado en las aristas que dan cuenta de la austera estética Inca. También se observan tres agujeros labrados en uno de los sillares de la segunda hilada, que pudieron servir para evacuar las aguas de lluvia del patio interior o como salida de la chicha de las ofrendas. Si se golpea en el interior de esos huecos, los oídos cultos escucharán siempre las notas re, la y mi, según los experimentos de Augusto León Barandiarán. “La ciudad del Cusco era casa y morada de los dioses. Y así había en toda ella ni fuente ni pozo ni pared que no d ecían tenía misterio”. Juan Polo de Ondegardo, cronista, 1571.
El famoso muro curvo
En el lado opuesto a Ahuacpinta, el muro se hace curvo al girar más de 90 grados y continúa con una curva suave que fue cortada por la construcción del templo. Ese muro coronaba un sistema de andenes que bajaban hasta el río. Desde la esquina de Pampa del Castillo y Arrayán, puede verse como el templo ocupaba un lugar prominente en el paisaje local.
La estructura
Como corresponde a los principios de diseño Inca, el trazado usa la cancha como base de la composición. Juan Diez de Betanzos, el cronista biográfo del Inca Pachacútec, dice que “...él mismo por sus manos, con el cordel midió y trazó la casa del Sol”. Por lo menos se
construyeron dos de esas canchas hacia el fondo de la parcela, una detrás de la otra, y quizá otras más pequeñas para funciones de servicio, que no se han conservado. Las canchas
La primera cancha, junto a Intipampa, contenía los edificios principales donde se rendía culto al Sol y a otras deidades del panteón Inca. En el galpón con frente a esa plaza se veneraba a Punchao, una representación del Sol que consistía en una estatua de oro puro de la altura de un niño de diez años. El ídolo permanecía allí durante el día y era llevado diariamente a la plaza para su veneración y recogido nuevamente. En las noches “dormía” acompañado por numerosas ñustas en un galpón vecino, más pequeño, fuera de la cancha. El jardín
Los Jardines
Frente a ese último „galpón dormitorio‟ estaba el famoso jardín “regado a mano por agua que traían a cuestas” las acllas, que tres veces al año era adornado con mazorcas de maíz y
frutos de oro que las mismas ñustas diligentemente colocaban allí en tiempos de siembra, de cosecha y cuando los jóvenes se hacían guerreros en la fiesta del Huarachicuy. Otros edificios
En el lado oeste de la cancha principal existían dos edificios medianos techados a cuatro aguas, y en el lado oeste otros dos de menor dimensión con el mismo techado. El labrado de la piedra en estos edificios en lo que ha quedado de ellos después de la construcción del convento colonia, los sismos y las reconstrucciones, es muy fino.
Los Adoratorios
Según Garcilaso, en el local mediano de la esquina noroeste se adoraba a la Luna, y en el que le sigue, separado por un corredor adornado con una doble jamba, se veneraba a Venus, a las Pléyades y a otras constelaciones; mientras que en su fachada, había un tabernáculo que pudo sostener a la plancha de oro que reflejaba al sol del levante. Éste, parcialmente destruido por obras coloniales y reconstruido después, muestra incisiones y muescas que pudieron sostener esa plancha. Al otro lado del patio y en dos recintos menores, se rendía culto al trueno, Illapa, y al arco iris, Cuichu. Los “aposentos”
Al fondo del patio se levantaba otro aposento mayor que debió servir a los funcionarios del templo. De acuerdo con Garcilaso, no se trataba de viviendas sino de lugares de reunión para la jerarquía religiosa, y de atención para el vila umo. De este aposento, nombre usado por Garcilaso, no han quedado sino algunos cimientos; se desprende que fue un espacio amplio de dos crujías formadas por un muro central que sostenía la cumbrera. Los “aposentos” del patio principal son seis, están siempre aislados y carecen de paredes medianeras. Como en todos los edificios incas, los hastiales o mojinetes se hicieron en adobe, se pintaron y los techados se ejecutaron con estructuras de madera y cobertura de paja. De las instalaciones de servicio, depósitos y otras canchas que albergaban a los numerosos servidores, no se ha recuperado rastro alguno. La proyección sagrada del Coricancha
Patio Interior
El Coricancha no era solamente el lugar donde se alojaban los dioses del panteón Inca. También operaba como mecanismo mágico para la sacralización del espacio geográfico que contenía a la ciudad principal del Tahuantinsuyo. Los ceques
Del centro de la cancha principal, Inticancha, partían los ceques, líneas imaginarias que ligaban el templo con las cumbres, abras, manantiales, salientes rocosas, marcadores astronómicos y puntos conspicuos del paisaje cusqueño. Sobre esos ejes de diferente longitud, que podían extenderse por veinte kilómetros, se emplazaban a distancias variadas, pero con minuciosa exactitud en el alineamiento, numerosas huacas. El Padre Cobo enumera 327; de éstas, 21 de las cuales se ubicaban en la pared perimétrica del templo o en los frentes de las calles vecinas. No solamente el edificio era sagrado, también lo era su entorno inmediato. Los ceques y sus huacas sacralizaban todo el espacio donde se emplazaba la ciudad. A través de esas líneas virtuales, el templo se comunicaba con los apus, los espíritus que moraban en las montañas, ante quienes aun los poderosos incas inclinaban su cabeza. Además recibía la fuerza de estas montañas. Cómo llegar
Es conveniente acceder al Templo desde la Plaza Mayor por el Callejón de Loreto, Intiqhicllu, cruzar la calle Maruri y dejando Pucamarca a la izquierda, avanzar por Pampa del Castillo. A la derecha, en esa calle no había edificaciones en tiempos Inca, una serie de andenes bajaba hasta el río y era una chacra llamada Mancochuqui, dedicada a Huanacauri, la huaca mayor de los incas.
Coricancha, el Templo del Sol de Cuzco en Perú
Fotografía del Templo de Coricacha, iluminado por unas luces doradas que recuerdan al oro que un día cubrió su fachada La Ciudad de Cuzco es una ciudad emblemática por sí misma, c onsiderada como la capital histórica de Perú. Fue la capital del Imperio Inca y una de las ciudades más importantes del Virreinato del Perú. Actualmente es el mayor destino turístico del país . En ella encontraremos, naturalmente, muchos atractivos para visitar y conocer mejor qué supuso el Imperio Inca. Uno de estos lugares es, sin duda, el Templo de Coricancha o Templo del Sol de Cuzco. El Coricancha es un hermoso recinto sagrado que el inca Pachacútec mandó construir después de su victoria sobre los chancas en 1438. Antes de la existencia de este templo, los incas le rendían culto al Sol en un pequeño templo levantado por Manco Capac y conocido como Inticancha. Este templo se encuentra a pocos m inutos de la Plaza de Armas, en la Avenida del Sol. Se trata del lugar de culto más importante de la capital inca. Fue construido durante el horizonte tardío , es decir, la etapa imperial de la historia de la civilización Inca. Su nombre original es Inti Kancha, que indica que estaba consagrado al dios Sol, aunque también a otras deidades. Es p or este motivo por el cual sólo se podía entrar al Templo en ayunas, descalzo y con una carga en la espalda en señal de humildad, según lo indicaba Willaq Umu, el sacerdote mayor.
Las paredes, ligeramente almohadilladas del Templo de Coricacha, son un e jemplo de la sobriedad estética de la construcción El nombre quechua de Coricancha se traduce como “Lugar Cercado de Oro” , ya que parte de sus muros estaba cubierta por planchas de oro . Este motivo hizo que los conquistadores españoles saqueasen el templo para hacerse con el oro. Dentro del recinto sagrado encontraremos algunos aposentos destinados a rendir culto a divinidades como Wiracocha, Illapa o Mama Quilla. También dentro del templo, se representaban en oro, plata y tumbaga a las deidades más importantes y a la flora y la fauna de Perú. Estas esculturas, labradas cuidadosamente por orfebres de origen Chimú, fueron también saqueadas por los españoles que llegaron en 1533 a Cuzco. En uno de los bloques de la segunda hilada del Templo, se observan tres agujeros que pudieron ser usados para evacuar las aguas de lluvias del patio interior. Como aspecto curioso, de acuerdo con unos experimentos de Augusto León Barandiarán, si golpeamos dentro de los agujeros se escuchan las notas musicales “re”, “la” y “mi” . Las piedras del templo forman un ligero a lmohadillado en los lados que es un ejemplo de la sobriedad estética de su construcción. En el Siglo XVI, con la llegada de los españoles y de la colonización, tuvo que hacerse un reparto de los solares incas . Coricancha, fue destinado a la orden dominica y par te de su estructura inca fue usada para la construcción de un convento. También destruyeron muchos de los lugares más sagrados para construir la iglesia de la orden, un modo de imponer la religión que se aplicaba en la época. Hay quienes opinan que este lugar fue más venerado tras la construcción del convento porque se convirtió en un recinto privilegiado para las ofrendas.
Convento de Santo Domingo, construido sobre el Templo de Coricacha tras la llegada de los españoles a Cuzco Hoy en día, el Templo de Coricancha es visitado por miles de turistas que s e acercan para contemplar su majestuosidad y su arquitectura de piedras finamente labradas. Visitar el lugar nos permite apreciar recintos incas y salas coloniales con bonitas mu estras artísticas. La entrada cuesta unos 10 soles y da acceso a los restos del antiguo templo, por lo que se convierte en un museo que da un buen repaso a la his toria de una civilización tan importante como la inca y que permite contemplar textiles, cerámicas y otros muchos objetos originales de la época. Como vemos, toda una reliquia histórica a los pies del Perú.
CORICANCHA
A pocos metros de la Plaza de Armas del Cusco (3,360
m.s.n.m.),
la
"Capital
Arqueológica
de
América", se encuentran los cimientos y muros de lo que
fue
el
santuario
más
venerado
del
Tawantinsuyo: el Qoricancha, el sagrado Templo del Sol. Segun los cronistas españoles, el Qoricancha, tenía sus muros interiores revestidos de oro, era un lugar de inimaginables riquezas y motivo de profunda veneración y respeto. Fue un fastuoso templo levantado en honor al INTI o dios Sol -su máxima deidad-, en donde sólo podían ingresar los que ayunaban y traían una pesada carga sobre sus hombros, como signo de humildad. Fueron los primeros incas -herederos de Manco Capac- quienes proclamaron al Sol como su dios supremo y ordenaron la inmediata construcción de un templo austero, para rendirle culto. Fue Pachacutec (el que transforma la tierra en español), quien ordenó su remodelación y lo llamó Qoricancha (recinto de oro), dotándolo de los finos acabados y las magníficas riquezas descritas por los conquistadores. Fue unos de los más venerados y respetados templos de la ciudad. "El recinto de oro", como era conocido, era un lugar sagrado donde se rendía pleitesía al máximo dios inca: el INTI, por lo que sólo podían entrar en ayunas, descalzos y con una carga en la espalda en señal de humildad, según lo indicaba el sacerdote mayor Wilaq
Umo.
El frontis era un hermoso muro proveniente de la más fina cantería, decorado únicamente por una banda continua de oro puro de una palma de alto, a tres metros del suelo, y un techo de paja fina y delicadamente cortada. En uno de los bloques de la segunda hilada se observan tres agujeros que pudieron ser utilizados para evacuar las aguas de las lluvias del patio interior, o como salida de la chicha que se ofrecía como ofrenda. Según los experimentos de Augusto León Barandiarán, si se golpea dentro de los agujeros se pueden escuchar
las
notas
musicales
"re",
"la"
y
"mi".
Las piedras que componen el templo tienen un leve almohadillado en los lados que expresan la sobria estética de los incas. Antiguamente no existía el atrio triangular que sirve de entrada al templo colonial y el muro giraba en ángulo recto hacia la calle Ahuacpinta, la cual aún conserva un tramo del muro original de casi sesenta metros de largo. En el lado opuesto a esta calle, el muro se hace curvo al girar más de 90 grados, y continúa con una curva suave que fue cortada durante la construcción del templo. El muro del Koricancha
coronaba
un
sistema
de
andenes
que
bajaban
hasta
el
río.
Composición La base de la composición inca para la construcción del templo, fue la cancha, patio alrededor del cual se disponían
varios
recintos
de
planta
rectangular.
La primera que estaba junto a Intipampa, contenía los edificios principales del culto al Sol y a otros dioses del panteón inca; mientras que en la segunda ubicada frente a esa plaza se veneraba a Punchao, (una representación del Sol que consistía en una estatua de oro puro de la altura de un niño de diez años) que permanecía allí durante el día, y en la noche era llevado a la plaza para su veneración. El ídolo "dormía" acompañado por numerosas ñustas en una edificación vecina, fuera de la cancha, para luego ser devuelto a su
lugar
inicial
por
la
mañana.
Según Juan Diez de Betanzos, el cronista biógrafo del Inca Pachacútec - quien "...con el cordel midió y trazó la Casa del Sol"- se construyeron, por lo menos, dos canchas hacia el fondo de la parcela, una detrás de la otra,
y
quizá
otras
más
pequeñas
para
funciones
de
servicio
que
no
se
han
conservado.
Cabe resaltar que en el lado oeste de la cancha principal existían dos edificios medianos techados a dos aguas, y en el lado este, otros dos más pequeños con el mismo techado. El labrado de la piedra en estos edificios (o en lo que ha quedado de ellos después de la construcción del convento colonial, los sismos y las reconstrucciones,)
es
aún
muy
Los
fino.
"Aposentos"
Los Aposentos (nombre usado por Garcilaso) sirvieron para que la jerarquía religiosa se reuniera. Allí también se recibía al Wilaq Umo o sacerdote mayor. Al fondo del patio se ubicaba el aposento mayor, del que hoy sólo quedan
algunos
cimientos.
Estudios realizados en el lugar afirman que este aposento fue un espacio amplio de dos corredores formados por un muro central que sostenía la cumbrera. Los hastiales o mojinetes se hicieron en adobe como en todos los edificios incas, y los techados se ejecutaron con estructuras de madera y cobertura de paja.
El
jardín
El famoso jardín interior del Koricancha era "regado a mano por agua que traían a cuestas" las acllas, y adornado tres veces al año con mazorcas de maíz y frutos de oro que las mismas ñustas colocaban en tiempos de siembra, cosecha o cuando los jóvenes se hacían guerreros en la fiesta del Huarachicuy.
El
templo
para
los
dioses
y
la
sacralización
geográfica
Como se ha mencionado anteriormente dentro del templo no sólo se veneraba al Sol, sino a otras deidades menores como la Luna y Venus. Según el Inca Garcilaso de la Vega, el local mediano de la esquina noroeste del templo era dedicado para el culto a la Luna, y el siguiente era para Venus, las Pléyades y otras constelaciones. Al otro lado del patio, en dos recintos menores, se rendía culto al Trueno (Illapa) y al Arco Iris
(Cuichu).
En su fachada había un altar que sostenía la plancha de oro que reflejaba el sol del amanecer. Hoy está parcialmente
destruido
por
obras
coloniales
que
fueron
reconstruidas
más
adelante.
El Koricancha no sólo albergaba los principales dioses del panteón inca, sino que tenía una proyección mágico-religiosa, cuyo el fin era el de sacralizar la geografía del Tahuantinsuyo. Por ello, del centro de la cancha principal, inticancha, partían los ceques, que son las líneas virtuales que comunicaban el templo con los espíritus que moraban en las montañas (apus), ante quienes, aún los poderosos incas, inclinaban su cabeza. También estaban ligados a las cumbres, abras, manantiales, salientes rocosas, marcadores astronómicos y puntos principales del paisaje cusqueño. Hasta el m omento se conocen 327 ceques, 21 de las cuales se ubicaban en la pared perimétrica del templo o en los frentes de las calles cercanas.
Sobre los ceques, que podían extenderse hasta veinte kilómetros, se situaban, con minuciosa exactitud en el alineamiento,
numerosas
huacas,
que
también
servían
para
el
contacto
con
los
¿Cómo
Apus.
llegar?
Si usted, después de conocer las maravillas del Templo Sagrado de Koricancha, desea visitarlo, siga nuestras recomendaciones
y
disfrute
de
un
entorno
de
sagrado
misticismo.
Acceda al templo desde la Plaza de Armas por el Callejón de Loreto "Intiqhicllu", cruce la calle Maruri y dejando Pucamarca doble a la izquierda, para avanzar por Pampa del Castillo. En ese lugar, no había edificaciones en tiempos incaicos, en cambio, había una serie de andenes que bajaba hasta el río y era una chacra
llamada
Mancochuqui,
dedicada
a
Huanacauri,
la
huaca
mayor
de
los
incas.
La ruta conduce a una plaza alargada donde está la iglesia de Santo Domingo. Ese espacio fue el Intipampa, la plaza o llano del Sol, antes era unos doce metros más ancha de lo que es ahora, porque los constructores de
la
Ubicación:
iglesia
Intersección
colonial
Av.
Visitas: Lunes a sábado de 8:00-17:00 hrs
lo
redujeron
El
Sol
para
y
levantar
calle
su
Santo
templo.
Domingo.
El templo Koricancha l fue edificado sobre uno de los conjuntos religiosos más importantes del Tahuantinsuyo, el Korikancha, que en qu echua significa “recinto del sol” lucia en su interior paredes recubiertas en láminas de oro,ya que era el templo más importante del Dios sol.Los Españoles edificaron sobre la construcción original la iglesia y convento Santo Domingo, el que luego fuera derrumbado por un terremoto. En su interior se destacan: la fuente Ceremonial, Recinto del Arco Iris, Recinto del rayo, Trueno y Relámpago, El templo de la Luna; Templo de las estrellas, Templo del Sol y una pinacoteca de arte colonial.
Enviado por:
dorysgonzal
El convento de Santo domingo esta edificado sobre el mayor templo Inca que fue destruido durante la conquista, el Koricancha. Hoy se pueden ver sus cimientos y algunas paredes en el exterior del templo y en el interior en una visita guiada. En el año 1650 un terremoto le causo daños muy graves a la estructura de el convento, y quedo intacto el templo incaico Coricancha. La reconstrucción demoró hasta 1680. El templo se puede visitar pagando una entrada que esta fuera del boleto turistico de la ciudad y visitar el Museo del Koricancha que si esta en el boleto turistico y poder recorrer los jardines del templo.
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