El Consejo de La Logia y Funcion de La Camara Del Medio.

EL CONSEJO DE LA LOGIA y FUNCION DE LA CAMARA DEL MEDIO

El Consejo de la Logia es el órgano administrativo que tiene como facultad principal el estudio de todo lo vinculado con el fondo de beneficencia, decidiendo y controlando el destino de los mismos y también verificando trimestralmente el estado de cuentas de la tesorería y la preparación del presupuesto anual de la Logia que luego deberá aprobar la Camara del Medio. Debe resolver las discrepancias que puedan surgir en la interpretación de los reglamentos y preparar todos los asuntos administrativos que deban ser resueltos por la Cámara de tercer grado como así también establecer el calendario de trabajos e instrucción de las distintas Cámaras. Está dentro de sus funciones excluir a los Hnos. que estén en mora con el pago de sus contribuciones o que dejen de concurrir, sin causa justificada, a las reuniones programadas, cumpliendo con las prescripciones que estatutariamente corresponden en cada caso. Debe reunirse obligatoriamente, al menos, una vez al mes, lo preside el V.M. o el Ex-V.M. inmediato anterior y lo integran además de los mencionados: los Vigilantes, el Orador, el Secretario, el Tesorero y el Hospitalario. Como vemos la función del Consejo es fundamental para el tratamiento y resolución de los problemas administrativos, quedando para la Cámara del Medio la función rectora y formadora que trataremos a continuación. FUNCION DE LA CAMARA DEL MEDIO La iniciación masónica culmina cuando llegamos al grado de maestro; simbólicamente nos otorga la plenitud de los derechos masónicos, pero simétricamente y como contrapartida también nos impone los deberes correspondientes a esa plenitud. Con el acceso a la maestría comienza la etapa seria y responsable de nuestra vida masónica, y allí debemos preguntarnos si nuestro ingreso en la Cámara del Medio se compatibiliza con nuestra aptitud para conocer la Acacia, y si estamos realmente en condiciones de encontrar la palabra perdida, cuyo secreto se llevo a la tumba nuestro maestro Hiram. La Cámara del Medio es el ámbito de trabajo específico y exclusivo donde el maestro desarrolla plenamente su actividad. Allí por primera vez, se verifica la condición de igualdad entre quienes participan del trabajo masónico, dado que ni los compañeros ni los aprendices pueden ser admitidos, y esto tiene consecuencias importantes y decisivas, tanto en el progreso del proceso 1

iniciático abierto del maestro, y por ende en su formación y maduración, cuanto en el destino de la Logia y de la Orden en su conjunto. En esa cámara, donde sus integrantes tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones, el maestro esta liberado de las precauciones, cuidados y discreciones que debe observar en las cámaras inferiores en aras de la capacitación gradual y metódica de aprendices y compañeros, a quienes debe guiar sin inhibirlos, y observando rigurosamente la regla de oro que le prohibe expresar en su presencia opiniones abierta y francamente discordantes de las de otros maestros. Por el contrario, en la Cámara del Medio el maestro puede, y debe, manifestar sus discrepancias eventuales con las posiciones sostenidas por cualquier otro maestro acerca de cualquier tema cuyo esclarecimiento y definición estime importante, ya sea por su dimensión filosófica o en vista de alguna acción posterior. Pero su actitud no debe estar motivada por ese amor propio mal entendido que involucra la pretensión de poseer la razón por anticipado, sino honestamente inspirada en el propósito de alcanzarla por medio de un esfuerzo dialéctico compartido con sus pares, en una discusión abierta, llevada hasta la extrema precisión y claridad de las ideas en juego, y conducida con solvencia intelectual, de modo que, agotado finalmente el debate y sometido el tema a votación la decisión de la cámara resulte ser la expresión superior de un consenso logrado por imperio de la razón. En el ambiente fraternal de esa cámara, regido por sanas y sabias normas de convivencia que privilegian el predominio de la armonía sobre el conflicto, en el que una inicial confrontación de opiniones puede ser superada en un nivel racional mas alto, es donde el maestro tiene asegurado el ámbito propicio para avanzar constantemente en el aprendizaje de la función rectora que le compete en el seno de nuestra institución. En el curso de ese aprendizaje, de esa etapa definitiva e integral de su iniciación, el maestro accede a planos progresivamente superiores de conciencia y de dignidad humana ; adquiere una disposición constante y creciente a la más amplia apertura mental y espiritual, estimulando su capacidad crítica y autocrítica, cultivando el rigor metodológico como instrumento de análisis y de síntesis intelectual, y rechazando sistemáticamente prejuicios y compulsiones subjetivas, elevándose sobre esa mezcla tan común de pasiones mezquinas, ilusiones quiméricas, puritanismos falaces y otras contaminaciones típicas de una vida profana que lo gravan como un lastre y lo acechan como una traición ; y también, a través de ese trabajo consigo mismo, perfeccionando con perseverancia la eficacia expresiva de su pensamiento mediante un lenguaje cada vez mas claro, preciso y elocuente. Un proceso tan complejo y ambicioso, no puede ser cumplido por cada maestro en forma aislada, por lo que cabe extraer dos conclusiones básicas. Por una parte 2

el maestro masón cabal es un producto de cultivo cuyo hábitat específico es la Cámara del Medio en función viva y dinámica; por la otra, esa Cámara del Medio así concebida y puesta en acción es el Órgano de Gobierno de la Logia Masónica y por extensión de la masonería simbólica. Si los maestros que la integran son fieles a los ideales por los que se han comprometido a luchar, adquirirán en algún momento la capacidad de desempeñar adecuadamente su esencial función formativa de aprendices y compañeros, y los guiarán de modo que, cada cual según su propia y personal ley interior, se integrarán en la obra común de la masonería. Si, en cambio, se entregan a la comodidad y a la molicie, sus trabajos en la Cámara del Medio no tendrán fuerza y vigor, la práctica ritual se convertirá en un ejercicio monótono y estéril, los aprendices y compañeros quedarán a la deriva, y la institución en su conjunto se degradará entrando en un camino de hibernación y decadencia. La única vacuna eficaz, capaz de sustentar la continuidad de la Orden es, la vigencia real, concreta y permanente de la función del maestro, desempeñada en plenitud desde el seno de la Cámara del Medio hacia las cámaras inferiores, hacia el nivel de gobierno de la orden y hacia el mundo profano. A este último ámbito queremos referirnos brevemente; tengamos en cuenta que no venimos a la masonería en busca de un refugio para guarecernos de las vicisitudes del mundo profano, sino para asumir puestos de lucha: en primer lugar, contra nuestras propias debilidades y en pro de la elevación de nuestra condición humana; y al mismo tiempo, desde la perspectiva más lúcida y más amplia así conquistada, en favor de una organización más racional, más justa y más abierta al cambio de la sociedad en que vivimos. Solemos decir que la meta última de nuestros trabajos, consiste en la construcción de un templo ideal que pueda cobijar a toda la humanidad. La traducción obvia de esta figura retórica es muy clara, significa que el escenario privilegiado y específico de la acción masónica institucional es la sociedad profana, y el verdadero laboratorio de esa acción masónica es la Cámara del Medio, y su trabajo, metódicamente organizado y permanentemente renovado es la clave que determina la vigencia y la razón de ser de toda Logia Masónica. El trabajo de una Cámara del Medio no puede limitarse a la consideración de asuntos meramente administrativos, los que pertenecen a la jurisdicción del Consejo de la Logia. Debe concentrar sus energías en el estudio analítico de los numerosos temas que plantea la fluida y conflictiva realidad que nos envuelve, hasta adquirir una comprensión apta para modificar determinadas condiciones de la realidad e iluminar los auténticos caminos de liberación y realización del hombre contemporáneo en nuestra sociedad. 3

La Cámara del Medio es la cámara de la Verdad y en ese entendimiento los maestros deben actuar en ella, retomando el protagonismo de ser las encargadas de velar por el funcionamiento de la Logia, la preparación adecuada de los maestros, la instrucción de los aprendices y compañeros, la supervisión del gobierno de la Orden y el estudio de los problemas del hombre y del mundo. Solo mediante esa gimnasia, constantemente renovada en cada tenida, la Cámara del Medio y sus miembros podrán mantener un contacto fecundo, una relación viva con la sociedad y con la orden, y los trabajos que emprendan entrañarán la semilla de transformación que establezca el vínculo donde radica la justificación concreta de la existencia y la actividad de la masonería. #

Oscar Pereyra.Leído en el Colegio de VV.MM Buenos Aires 07-06-07

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