El capitalismo neoliberal y sus críticxs: de la desposesión y el gobierno a la construcción de alternativas.

November 23, 2018 | Author: Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea | Category: Capitalism, Mao Zedong, State (Polity), Democracy, China
Share Embed Donate


Short Description

El capitalismo neoliberal y sus críticxs: de la desposesión y el gobierno a la construcción de alternativas. Ignacio Te...

Description

China como modernidad alternativa al mundo colonial. Críticas al eurocentrismo de las ciencias sociales occidentales Eje temático El capitalismo neoliberal y sus críticxs: de la desposesión y el gobierno a la construcción de alternativas

.

Ignacio Testasecca(Universidad de Morón/Untref)  Nicolás Monpelat(Untref) Guido Fernández Parmo(Universidad de Morón)

1. Introducción

En la siguiente comunicación intentaremos pensar a China como un modelo de Modernidad alternativa. La experiencia de este país nos presenta una oportunidad para descentrar a nuestro pensamiento fuertemente anclado en categorías forjadas por Europa. En este sentido, decimos que China desafía a las categorías occidentales tradicionales fundadas en el sistema mundo-moderno colonial. Entre otros temas, el Estado chino se presenta actualmente como una alternativa tanto al Estado Neoliberal como al Benefactor. Siguiendo a algunos pensadores chinos contemporáneos, como Wang Hui, Lin Chun y Wang Shaoguang, nos proponemos  pensar a la política desde una perspectiva no eurocéntrica. Categorías como “nacionalismo”,

“distribución”,

“mercado”,

“socialismo”

o

“modernidad”

se

transforman cuando crecen en las tierras de Mao. Tomaremos al Estado como punto de comparación entre los dos proyectos (el europeomoderno-colonial y el chino-moderno-socialista), y a tres variables constituyentes del mismo: la Economía, la Nación y la Representación. Una mirada posible para analizar China consiste en pensarla como una Modernidad alternativa. Siguiendo a LinChun (2006: 34), podemos afirmar que China logra un camino alternativo a la Modernidad en el sentido de poder correrse de la impronta eurocéntrica, capitalista y colonial que Europa proponía. El mismo planteo hace Wang Hui cuando recuerda que el período que se abre luego de la Segunda Guerra Mundial  permitió “desmantelar el sistema inter -estatal eurocéntrico” en el que el mundo había entrado (Wang Hui, 2009: 5).En efecto, la modernidad occidental responde al esquema que Europa logra imprimirle al sistema mundo, donde se articula un nuevo patrón de  poder (Quijano, 2005: 230) que organiza a todos los pueblos en un esquema de centro y  periferia. Se establecen lazos de dominación de la producción donde el centro será

quien logra disponer de la acumulación del capital, reservando para la periferia un papel de dependencia y subordinación. En el caso de China, las potencias imperiales europeas buscaron, a mediados del siglo XIX, su dominación a partir de las guerras del opio. Es en este punto donde puede visualizarse el esfuerzo de Occidente por someter al mundo Chino al lugar reservado  para toda t oda periferia. peri feria. Una de las estrategias de dominio e incorporación a la modernidad eurocéntrica fue la imposición de la forma Estado-nación como "estrategia narrativa, dice Chaterjee, y como un aparato de poder" (2008:76). Este Estado, liberal, ha mantenido, según la propia historia del capitalismo, dos grandes formas: el Estado Benefactor y el Estado Neoliberal.

2. La modernidad europea: Estado Neoliberal, Estado Benefactor

Empezaremos por el Estado Neoliberal, sólo por respetar las exigencias históricas de nuestro presente.El Estado Neoliberal se opone tanto al dirigismo estatal como a las ideas del liberalismo clásico. Este propone un modelo de gobierno que habilita la “interacción” entre mercado y Estado con la finalidad de asegurar unas reglas de juego que permitan la responsabilidad y el compromiso moral de los jugadores. Un modelo que ya no apunta a la autorregulación del mercado ni hacia la planificación del Estado, sino a una “intervención indirecta” que permita crear unas condiciones formales para el  juego entre sujetos libres (Castro Gómez, 2015: 201-202). El Estado Neoliberal busca crear las condiciones formales para la competencia entre empresas y extender el modo de responsabilidad y credibilidad moral que rige el mundo empresarial hacia distintos ámbitos de la vida como la familia, la educación, la política y el trabajo. De esta manera la economía aparece como el paradigma que debe permear todas las esferas de la vida (Castro Gómez, 2015: 203). La función del Estado  Neoliberal, entonces, es proteger el entorno competitivo y no al individuo de las desigualdades sociales. El Estado, de esta manera, es pensado como el que genera las condiciones para que los individuos por su cuenta logren “autoasegurarse” y tener un salario que le permita gestionar sus “riesgos”. Pero nunca el que genera las características de esos individuos: así, las desigualdades económicas de cada uno no dependen del Estado sino de razones morales-individuales. El Estado sólo se encarga de que las condiciones del campo de juego sean las mismas. De esta manera lo social se vuelve económico. Desde el neoliberalismo se piensa que cuando los sujetos compran servicios en el mercado, como salud, educación,

información o simplemente utilizan su tiempo en buscar trabajo, están haciendo un gasto de inversión y no de consumo (Castro Gómez, 2015: 204-205). 204-205). El Estado, entonces, no es responsable de cubrir necesidades o sanear falencias sociales, dado que esto depende de los sujetos que han invertido mal “su c apital”. Se trata de crear un marco donde los sujetos puedan ser los empresarios de sí mismos. Para Castro Gómez, este debe ser un ambiente de inseguridad generalizada, puesto que el emprendimiento necesita la “innovación” y esta puede desarrollarse con mayor facilidad en un contexto inseguro más que en uno seguro. De esta manera el riesgo es central en la racionalidad neoliberal (2015: 208-209). Esta inseguridad es, en definitiva, la misma naturaleza del Capital fluida, siempre saliéndose de la “órbita acostumbrada de vida” siempre descodificando descodificando y desterritorializando de tal manera que nada debe  permanecer idéntico en él. Así lo decía Marx: "El capital [...] se ve acicateado por el impulso incontenible de superar sus propios límites" (1985: 210) Una de las tecnologías del poder neoliberal será, así, la tanatopolítica. Es decir hacer morir a aquellos que no sean capaces o no quieren “invertir su capital humano” correctamente (Castro-Gómez, 2015: 213). Por tanto, el Estado Neoliberal no combate la pobreza ni quiere hacerlo. El “peligro” está es tá en el pauperismo, pensado como una disfunción del orden social, y no en la pobreza. Bajo las ideas neoliberales, si la pobreza desapareciera paralizaría el “instinto natural” que tienen los hombres a mejorar su condición de vida. Si las desigualdades sociales no existieran no habría estímulo para la competencia (Castro-Gómez, 2015: 242).

Por otro lado, el Estado Benefactor también genera esas condiciones pero a partir de una  producción en términos sociales o colectivos colecti vos mediante una distribución distr ibución de los i ngresos sin cuestionar la naturaleza del Capital. Produce subjetividades no atomizadas sino en relación con una determinada comunidad nacional. Si el modelo neoliberal se ancla en la economización de la totalidad de la vida, el modelo benefactor buscará anclarse en la nacionalización, es decir, en un principio ideológico o imaginario común. El capitalismo es quien sintetizará las nociones de individualidad y Estado-nación (Chaterjee, 2008: 171) mediante el desarrollo de la sociedad disciplinaria. Allí, el individuo, sujeto de derechos, átomo aislado, se articulaba perfectamente con aparatos de dominio. El Estado Benefactor nace de esta ambigüedad de convertir a la nación en un conjunto atomizado de individuos perfectamente homogeneizados.

Wacquant dice que en el Estado Benefactor hay un reconocimiento de derechos. En este sentido, se parte de una concepción liberal de individuos como sujetos de derecho como fondo de la nación. El Estado debe proteger esos mismos derechos y buscar el empoderamiento de estos sujetos dentro de la contradicción de clase de la economía capitalista (Wacquant, 2009: 80). La estrategia que emplea es la de la Distribución para achicar la desigualdad social. Según esta exigencia, la relación entre el mercado y el Estado se da como una captura de la plusvalía. El foco está puesto en la Distribución pero no en la Producción de la riqueza. Y el objetivo de la Distribución es la Nación como comunidad de sujeto de derechos, todos ciudadanos individualizados, independientemente de sus clases s ociales. El modelo benefactor, así, busca homogeneizar individualizando y pone a la economía al servicio de su proyecto normalizador. La economía debe estar sometida a esas exigencias. Como si se tratara de un bien ajeno, ella debe ser puesta al servicio de la nación de individuos-ciudadanos. En este sentido, supone una especie de disfraz del que el neoliberalismo puede cínicamente prescindir: como si todo se tratara de un proyecto de nación y no de las exigencias de las particulares formas históricas del modo de  producción capitalista. Tanto el Estado Neoliberal como el Benefactor ocupan un lugar de partícipes de la economía, esto es, de ser parte de un sistema que no depende de ellos. El Estado no es el  principio a partir del cual se define la economía, incluso cuando pueda poseer empresas o industrias, sino que es el Mercado. El Mercado capitalista funciona como el principio a partir del cual se definen las relaciones económicas: ningún poder por encima de él  puede operar. En este sentido, el Estado juega como un actor privado junto a otros actores (administrando flujos económicos, controlando a la población o produciendo  bienes). Podríamos decir, entonces, que la Modernidad europea define un modo de vida en donde la economía es el principio rector y primero. El capitalismo así es un sistema en donde la economía está determinada económicamente, y esto quiere decir que todas las variables de la vida deben quedar subsumidas a la lógica del Capital. La Modernidad reemplazaba a Dios por el Capital.

3. El Estado-Partido en China

La clave entonces es identificar cuál es el principio a partir del cual se define la vida en el modelo alternativo chino. Identificar ese principio equivale a definir el EstadoPartido chino y, en definitiva, el socialismo con características chinas.

 La relación con la economía Si el Estado Neoliberal se mueve en la inseguridad, el Estado chino tiende, por el contrario, a general condiciones de estabilidad. Esta seguridad se alcanzar mediante la  planificación. Planificar no es Distribuir. Esto quiere decir que el foco está puesto en la Producción de la riqueza y no en su Distribución ni en su Garantía. Según Bregolat, un tercio de la economía china es de propiedad pública (Bregolat, 2017: 28). El Estado chino actual, luego de haber pasado por el período propiamente  planificador del Estado comunista, se reserva para sí las industrias estratégicas y las vinculadas a las vidas de los ciudadanos. ciudadanos. Deng Xiaoping mismo había dicho: dicho: "Nosotros utilizamos esos métodos para desarrollar las fuerzas productivas bajo el socialismo. Siempre y cuando aprender del capitalismo sea considerado como una vía y no como un fin, no cambiará la estructura socialista o devolverá a China al capitalismo" (cf. Pérez Mena, 2013: 181). Luego de la liberalización de los 1990, tal vez sea Xi Jinping quien esté reconduciendo a la economía hacia fines socialistas nuevamente.Cada uno de los Congresos del Partido Comunista Chino definen los lineamientos a seguir. Así, por ejemplo, en el XVIIIº Congreso Nacional del Partido, del año 2012, se anunciaron los objetivos de los dos centenarios (2021 y 2049), entre los que estaba la reducción de la  pobreza. Por poner un ejemplo, en el año 2016, se redujo la pobreza en más de 12.4 millones de personas (Beltrán Antolin, 2017: 144). Esto redefine las relaciones entre el Estado, el mercado y la nación. El Estado Planificador es el principio de la economía, incluso de una economía con mercado. Fue el Estado-Partido el que recondujo a la economía para alcanzar los objetivos trazados.  No hay que olvidar que mercado, propiamente, siempre ha existido exi stido en el mundo y que no es sinónimo de capitalismo. El mercado capitalista es el lugar de encuentro de  productores libres y privados, de intercambio de sus mercancías, en donde reina una absoluta libertad (que sería algo así como una ley de la selva: todos somos libres de someter a los más débiles). No hay ningún poder por encima de ese mercado como lugar de encuentro. Como recuerda Arrighi, el Mercado, incluso en la teoría de Adam Smith, debe tener un límite o una regulación por parte del Estado para evitar las consecuencias sociales y políticas indeseables(Arrighi,2007:52). Por el contrario, el mercado en la economía china no es ningún principio. El Estado sí lo es. Esto quiere decir que la esfera de la economía no está separada de la de la política,

corriéndose así del modelo de la globalización euro-occidental (Reyes Herrera, 2017: 161).

 La relación con la nación Ahora bien, ¿quién es el Estado chino? Por lo que venimos diciendo, parece tener algunas características del Leviathan de Hobbes en donde el Partido ocuparía el lugar del Soberano. El Partido-Estado es el principio del orden social. El problema está en quién es el sujeto o los sujetos que delegan su poder al Partido (si es que lo hacen) y en las relaciones entre el Partido y el pueblo. ¿Quién es, entonces, el Partido-Estado? Para empezar, digamos que el Partido-Estado no es ni una Nación ni tampoco un conjunto de individuos homogeneizados o emprendedores. El nacionalismo en china siempre ha estado subordinado al Socialismo (como el mismo capitalismo). Podríamos pensar, en un contexto marxista tradicional leninista, que entonces el Partido es el Proletariado y su vanguardia. Pero tampoco, aquí estuvo, de alguna manera, la diferencia entre el modelo leninista y el maoísta. La clave está en la política de masas ideada por Mao Zedong. En primer lugar, digamos que el pueblo es entendido como masas, y no exactamente como clase proletaria (mucho menos como nación o individuos). Las masas, a diferencia del concepto de clase, son algo mucho más indefinido, fluido y cambiante. Mao había dicho: “Servir de todo corazón al pueblo, sin apartarnos de las masas ni por un instante; partir en cada caso de los intereses del pueblo y no de los intereses de ningún individuo o pequeño grupo, e identificar nuestra responsabilidad ante el pueblo con nuestra responsabilidad ante los organismos dirigentes del Partido: tal es nuestro punto de partida.” (Mao Zedong, 1967: 176). El Partido debe poder estar alimentado por las tendencias de las masas, lo que no quiere decir que no exista Partido que, desde su experiencia práctica, tome luego las decisiones  políticas. Así, por ejemplo, el caso del “incidente Wukan”. En septiembre de 2011, en la  provincia de Guangdong (Cantón), una de las regiones económicamente más importantes de China, el pequeño pueblo de Wukan se rebeló ante el intento de expropiación de sus tierras, expulsando a los funcionarios del gobierno. Luego de  protestas y detenciones, el gobierno decidió resolver el conflicto democráticamente convocando elecciones para elegir nuevas autoridades. Algunos líderes de la protesta terminaron siendo elegidos por la comunidad.

Aunque el caso es tomado por algunos intelectuales chinos (así como por la prensa occidental) como ejemplo de la necesaria apertura democrática faltante en China, se trata en realidad de un ejemplo del pragmatismo democrático chino. El caso no es ni una tendencia de la política china ni tampoco un ejemplo del “potencial democrático chino”, como lo entiende SunLiping(2012: SunLiping (2012: 75), famoso sociólogo chino, supervisor de la tesis de doctorado del mismo Xi Jinping. Más bien, deberíamos entenderlo como un ejemplo del pragmatismo democrático chino que sigue la línea de masas para resolver los conflictos. Esto quiere decir que el potencial democrático, antes que inscribirse en la matriz liberal que entiende que democracia es igual a elecciones libres e iguales, se inscribe en la línea de masas, sea bajo una forma democrática, sea bajo una forma violentarevolucionaria, sea bajo el verticalismo autoritario. En cada caso, el Partido resuelve los conflictos según lo que la práctica, es decir, la situación concreta y particular, demanda. El Partido entonces decidirá, acertada o erradamente, cuál es el mejor medio. El partido comunista chino lograba borrar las barreras entre estado y sociedad por su enorme legitimidad y vinculación con el pueblo. En China estado y sociedad no deben ser pensados como dos cuestiones completamente separadas y hasta en oposición. Más bien están integradas, el Estado no tiene otro objetivo que los de la sociedad. Los propios acontecimientos de de la plaza Tiananmen muestran que no hay oposición entre Estado y sociedad sino que hay divisiones dentro del Estado. A pesar de que en Occidente estas protestas se presentaron como una oposición entre la sociedad civil, los ciudadanos y el Estado, el conflicto en realidad ocurrió por una polémica en relación a modelos de Estado. El Estado-Planificador entonces es este Estado que tiene otras relaciones con la sociedad, relaciones que no suponen el salto de una esfera a otra. En el caso chino, esto tiene su fundamento en la política maoísta de la línea de masas. El Estado no puede ser un agente separado de la economía en la medida en que él mismo está definido masivamente por la población. Estado-Planificador es entonces un Estado en donde la población participa según distintos modelos, que incluyen, entre otros, el democrático. Esto sólo puede explicarse si tenemos en cuenta que el Estado es un Estado-Partido que se diferencia del gobierno. Es posible oponerse al gobierno sin caer en la ilegitimidad porque el Estado en realidad está hecho por el pueblo y excede al gobierno. La propia Revolución Cultural fue un ejemplo de esto en donde múltiples facciones pelearon hasta llegar al borde de la guerra

civil sin que eso supusiera un cuestionamiento al Partido-Estado. Como dice LinChun, el Régimen es el Sistema socialista chino, el Gobierno o sistema son las personas que gobiernan (2006: 73). El descrédito de estas últimas o de sus políticas no necesariamente generar la desconfianza en el Régimen.

4. Conclusión

La conjunción del nacionalismo con la irrupción del socialismo de Mao permitió a China comenzar un camino alternativo a la Modernidad al distanciarse del modelo del Estado-nación, del individualismo disciplinario y del mercado como principio rector de la sociedad. Mientras que Occidente eligió la vía capitalista, democrática, liberal e imperialista, China, desde 1949, ha buscado una modernización corriéndose de los estándares señalados por el sistema mundo moderno colonial. El socialismo chino, con su economía planificada, se presenta como una alternativa a la modernidad occidentalcolonial. Por esta razón, la Revolución era tanto socialista como nacionalista: al mismo tiempo se luchaba contra el Capital y el Imperialismo de Occidente. No podía ser de otra manera: eran lo mismo. El socialismo de Mao era tanto una ideología de la modernización como una crítica a la modernización capitalista euronorteamericana. Sin embargo, esto no implicaba una crítica a la modernización per se, por el contrario, cuestionaba la forma o estadio de la modernización capitalista basada en una ideología revolucionaria y desde un punto de vista nacionalista (Wang Hui 2009:166). La modernización socialista, más allá de ciertos procesos que tuvieron malos resultados, es considerada por LinChun, la única opción viable en países como China involucrados en una economía de guerra (2013 :75). La opción es modernidad revolucionaria o colonial. La primera opción es por un lugar en el mundo mediante la lucha por la liberación y modelos autónomos que atiendan a lo propio; en cambio la segunda opción es ingresar a la historia no como sujetos sino como meros objetos de la fuerza destructora del capitalismo. La modernidad socialista en China instaurada a partir de 1949 implicó no solo un desarrollo nacional, que abarcó el crecimiento humano y social, sino también una vida  política. Esta última, considerablemente participativa en la que los ciudadanos actuaron desde sus lugares de trabajo, comunas de residencia, como así también en las campañas masivas a favor de transformaciones sociales. Por lo tanto, la revolución transformó la china tradicional y en consecuencia su lugar en el mundo (LinChun 2013: 71).

China nos muestra que la Historia no es homogénea ni única y que, por lo tanto, hay alternativas al modelo hegemónico occidental. Si hay futuro será porque, como dice Wang Shaoguang, "el pueblo chino no cree en el fin de la Historia" (Wang Shaoguang, 2012: 66).

Bibliografía

Arrighi, G. 2007.  Adam Smith en Pekín. Orígenes y fundamentos del siglo XXI. Akal: Madrid Bregolat, Bregolat, E. 2017. “Visita de una delegación al Comité Central del Partido Comunista Chino”, en: Beltrán Antolín, J. Viaje al centro. El XIX Congreso del Partido Comunista Chino. Bellaterra: Barcelona Beltrán Antolín, J. “El Partido ante la sociedad: la erradicación de la pobreza”, en: Beltrán Antolín, J. Viaje al centro. El XIX Congreso del Partido Comunista Chino. Bellaterra: Barcelona Chaterjee, P. 2008. La 2008.  La nación en tiempo heterogéneo. Siglo XXI: Buenos Aires Castro-Gómez, S. 2015.  Historia de la gubernamentalidad I. Razón de Estado, liberalismo y neoliberalismo en Michel Foucault. Siglo del Hombre Editores: Bogotá Quijano, A. 2005 “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”, en: Lander, E. La E. La colonialidad del saber . Editorial Ciencias Sociales: La Habana LinChun. 2006. Las 2006.  Las transformaciones del socialismo chino. El Viejo Topo: España LinChun. 2013. China y el capitalismo global. Reflexiones sobre marxismo, historia y  política. El Viejo Topo: España Marx, K. (1985) Grundrisse. Fondo de Cultura Económica: México Mao Zedong (1967)Citas (1967) Citas del Presidente Mao Tse-Tung.Beijing Tse-Tung.Beijing Reyes Herrera, M. 2017. “La proyección china y la globalización: un acercamiento histórico-cultural”, histórico-cultural”, en: Beltrán Antolín, J. Viaje al centro. El XIX Congreso del Partido Comunista Chino. Bellaterra: Barcelona Sun Liping (2012) "The Wukan model and China's democratic potential", en: Leonard, M. China 3.0. 3.0. ECFR: London Wacquant, L (2009) Castigar a los pobres. pobres. Gedisa: Barcelona Wang Hui. 2009.  El nuevo orden de China. Sociedad, política y economía en transición. transición. Bellaterra: Barcelona Wang Shaoguang (2012) "Chinese Socialism 3.0", en: Leonard, M. China 3.0. 3.0 . ECFR: London

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF