El cañón neumático (Severo Gómez Núñez 1887)

July 20, 2017 | Author: carvilrod | Category: Ammunition, Humidity, Water, Projectiles, Gas Compressor
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Descripción: Spanish Army Officer study of pneumatic gun system Zalinski...

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E L CAÑÓN NEUMÁTICO POR

EL

CAPITÁN DE ARTILLERÍA

DON SEVERO GÓMEZ NUNEZ.

HABANA. 1887.

ESI Canon neumático.

E L CAÑÓN NEUMÁTICA POR

EL

CAPITÁN DE ARTILLERÍA

DON SEVERO GÓMEZ NUÑEZ.

HABANA. 1887.

I. P K E L I M I N A K E S . Comisionados para asistir á las pruebas de un Cañón neumático, sistema Zalinshi, llegamos á N e w - Y o r k el dia 8 del pasado A g o s t o . Para el dia 10 del mismo mes estaban señaladas las espeiiencias, pero circunstancias improvistas hicieron que se fuesen retrasando de plazo en plazo, llegando á tener lugar el 17, 19, 20 y 80 de Setiembre. D e todas e s tas solo deben considerarse como Oficiales las del 20 y 30 puesto que a l a s del 1 7 y 19 así como á otras anteriores, si bien algunos asistimos, solo tuvieron por fin, ilustrar puntos concernientes al invento para particular conocimiento de sus directores. En el período de nuestra residencia en la Gran Metrópoli, fueron l l e g a n do Oficiales comisionados de diversas Naciones europeas, (artilleros la mayor parte) y algunos dias antes que nosotros arribó á N e w - Y o r k la Comisión de nuestra Marina de guerra, que en unión de la permanente que en los Estados Unidos funciona, bahía de representar á tan distinguido Cuerpo. . Todos en armonía de. colegas hicimos alguno que otro viage relacionado con nuestro o b j e t o ; cruzamos impresiones respecto á nuestra misión y á las propiedades del Cañón neumático, teniendo ocasión de poder ver algunos de sus detalles y muchos relativos á los nuevos proyectiles cuya construcción se ejecutaba en Jersey-City, en los Talleres del español Sr. R i b b o n . (1) A la amabilidad del Teniente Zalinski y de Mr. A . E. Beach, Director del Scientific American, debemos l o s clises de los diferentes cañones hasta la fecha ideados, y el de la voladura del Silliman, facilidad que nos impulsa á hacer un poco de historia antes de tratar de las pruebas.

H i s t o r i a d e l invento.

II. Aplicación

de los explosivos

fuertes.

Cuando, hace algunos años, los explosivos fuertes apareciei'on entre los recursos de que se podia disponer para destruir, ya se previo que sus aplicaciones en la g u e r r a serían inmediatas y terribles; y en verdad que los Estados (1) N o estamos seguros de si este Sr. es natural de l a Península 6 de alguna de las Kepúblicas H i s p a n o - A m e r i e a n a s .

6 Unidos de América, cuna del ingenio que ha de ocuparnos y cantado prototipo de las naciones que nada piensan, que tienda á la destrucción de los hombres por los hombres, fueron en esto los que más contribuyeron á precipitar los éxitos, á fomentar la propaganda, en pro de las pacíficas aplicaciones del nuevo medio de combate. Sin que esto sea crítica, y solo señal para que anoten, no los de allá, que cual es natural, no sueñan con imposibles y reconocen las luchas armadas c o mo necesidad fatal, pero al'fin necesidad, sino los que c.ii frecuencia declaman contra los ejércitos y contra las luchas armadas y argumentan poniendo por ejemplo á la Gran República Americana; bueno será que á la carrera anotemos, que la guerra de Secesión marcó la primera etapa efectiva del torpedo marino, hoy unlversalizado hasta lo sumo y aclimatado en tierra desde la época de Pedro Navarro pero no sancionado todavía en cuanto á sus cualidades en el combate naval, por la verdadera práctica positiva de los casos reales, en la que á j u z g a r por la crítica de las experiencias profusamente repetidas no r e s ponderán los hechos á lo que la fantasía de los inventores espera. N o tan pronto como debió, pero á tiempo bastante para ponerse á mayor altura, surgió en consecuencia del crecimiento de los acorazamientos navales y terrestres, la pretensión de aprovechar los cañones ordinarios para arrojar proyectiles cargados con explosivos fuertes; medio racional y lógico pero que luchó al principio con el inconveniente inherente al agente impulsor empleado. Las pólvoras vivas, hacían detonar á las cargas antes de salir de la pieza, por causa de las violentas reacciones que experimentaban, c o m p r o m e tiendo no sólo la seguridad del Cañón y de su defensa, sino las vidas de los sirvientes. L a magnitud de las dificultades rayó á tan alto g r a d o , que hasta llegó á pensarse en la reaparición de las antiquísimas Balistas y Catapultas romanas, como medio de lanzar sin riesgo, al barco contrario desde la costa, ó al e j é r cito enemigo desde el campo propio, gruesas cantidades de explosivos fuertes que produjesen formidables destrucciones. En la actualidad con proyectiles especiales, con explosivos más inertes, y con pólvoras densas de efectos lentos y sucesivos, se encuentra la cuestión en el terreno ya seguro, casi espedito y práctico, que precursa á las resoluciones definitivas. De fecha más reciente es el importante y seguro procedimiento n e u m á tico de que vamos á tratar, ó sea aquél en que siendo el mismo cañón la máquina y el útil operador la explosión de la carga del proyectil, el agente propulsor es el aire comprimido, puesto en libertad en un momento dado, en cuyo instante arrastra los obstáculos que se opongan á su acceso á la atmósfera. Dijimos de fecha reciente queriendo referirnos á la de la manifestación última, que en la verdadera acepción de la palabra, no es nuevo el recurso de que nuevamente se echa mano; díganlo la escopeta de viento y la cerwitana, hasta la saciedad del vulgo conocidas. N o puede, por lo tanto, glorificarse en absoluto á persona determinada,con el diploma d é l a originalidad, por más que la resurrección, por así decirlo, del sistema, tenga su progenitor conocido y declarado.

•PrinfK?! c*siñn la compresión; más esta absorción solo será parcial; enfriárase si, la capa de aire que está en contacto con las paredes del cilindró, pero acaso no todo su volumen interior, puesto que las emboladas se suceden con rapidez. En el otro método, el agua fría entra mezclada con el aire, se reparte en su masa en forma de rocío y sale con él; la cantidad de agua se vá aumentando á medida que vá creciendo la presión. Con este segundo procedimiento es indudable que la absorción por el agua del calor debido á la compresión, se efectuará hasta mayor límite y con más rapidez, y al propio tiempo el aire comprimido llevará menos humedad con su masa que el proveniente de los compresores de enfriamiento exterior. liste resultado que á primera impresión parece contradictorio, se esplica del modo siguiente: El agua que el aire lleva se evaporiza al pasar por el cilindro compresor á causa del alimento de temperatura debido á la compresión, pero al salir de allí y descender la temperatura por el contacto con las paredes frías de las tuberías, vuelve á condensarse; si se emplea el enfriamiento de inyección de agua fría, la humedad que el aire contenga podrá condensarse desde luego y unirse á la masa general acuosa, y al llegar al depósito r e ceptor del aire comprimido, otra inyección externa de agua fría, hace que todo el líquido se deposite en el fondo saliendo por una llave cuando su nivel llega á cierta altura. Si los compresores, son por el contrario, de enfriamiento exterior, el aire comprimido llega más caliente al depósito, calor que hace vaporizar el agua que en el fondo de él se deposita uniéndose otra vez al aire comprimido. Las "speriencias comprueban que el aire absorve humedad en razón de 20 P poicada g r a d o que pasa de 80? E, es decir, que cuanto más caliente, esté más absorverá. Nosotros creemos que el aire que se destine al cañón neumático debe ser perfectamente seco, y en tal concepto, si la desecación se haco antes de comprimirlo, no convendrá después ponerlo en contacto con el agua, que poca ó mucha alguna absorverá; más si la desecación se verifica después de comprimido, es tan sólo cuestión de forma y de gasto económico el empleo de uno li otro compresor; eso sí, la economía de fuerza matriz debe tomarse muy en 0

(1)

Constructores de compresores.

Ingersol E o c k Drill C ? . N ? 10. Parle Place N e w - Y o r k . E l Tesorero de esta Coaipaiiía es dan J- F . Navarro y el Secretario D . J u a n C u y a s , ambos e s p a ñ o l e s . L e e d s eugineering a n d H y d r a n h o , C'.'. B a l m s Road, Munslefc, L e e d s . Richard Schram a u d C ? . 9. Nortliumberland Street, Charing Cross, L o u d o n . C l a y t o n air compressor W o r k s . Office, i3 D e y Street. N e w - Y o r k ,

20 cuenta porque de ella depende la sencillez en las instalaciones y el que ocupen poco espacio, cosa muy importante tratándose de máquinas que han de estar al cubierto en lugares á prueba d é l o s proyectiles enemigos. L a necesidad de que el aire comprimido llegue bien seco al cañón, se impone por la naturaleza de la espoleta eléctrica, que al funcionar por el agua, pudiera ser mojada antes de tiempo por la que el aire á tan gran presión inyectase en ella, lo que obliga á proveerla de cabezas obturadoras que se desprendan al salir del cañón; siendo aire seco podría acaso suprimirse esa pieza y aminorar un poco la complicación, que ya sin esto, no es poca la que encierra de por sí la espoleta sola. P o r otra parte, si el aire comprimido lleva mucha humedad, s c o n d e n sará en las válvulas y conductos y si se tarda mucho en hacer el disparo siguiente, podría acontecer en estaciones y países fríos que se eonjelase el agua depositada, entorpeciéndose el buen funcionamiento del sistema. Se ocurre también en favor de que el aire lleve alguna humedad, en c o n tra de lo espuesto; que ésta, servirá de lubrificante, no sólo en el interior del ánima, sino en las empaquetaduras; esta razón es sin e m b a r g o secundaria al laclo de. las antedichas. A c t ú a el aire comprimido en el cañón neumático, entrando en cada disparo una bocanada cuya duración se regula de antemano; trabajando desde el momento en que se inicia la entrada hasta que el proyectil llega á salir de ]a pieza, punto en que termina la espansión del fluido comprimido; así que, el proyectil no recibe la impulsión en cortísimo espacio, sino que vá sucesivamente espeiimentándola desde que entró la primera capa de aire hasta que sale á la atmósfera, merced á la espansión y á las nuevas cantidades de fluido que van llegando á la recámara; esto unido á la resistencia elástica del aire, evita las conmociones violentas del proyectil, que trasmitidas a l a c a r g a , serian causa de detonaciones prematuras. Es decir, que el pioyectíl sale c o m o impulsado por un muelle.

Como cosa curiosa y notable respecto al aire comprimido, insertamos íntegra la siguiente carta, dirijida por M. Collación á M. Melsens con motivo de una Memoria

le éste último sobre experiencias balísticas, publicada en los B o l e -

tines de la Academia real de Bélgica. " M i holos intei'i que m e d h frecuente!; Artes \ ción en la

orable colega: vuestro trabajo sobre, las experiencias balísticas y ntes fenómenos que habéis descubierto y descrito en la M e m o r i a jisteis, me determinan á comunicaros una antigua experiencia que ute he repetido delante de los alumnos de la escuela Central ele .nnfacturas de París, y últimamente durante un curso de instruccuitad ele ciencias de la Academia de Genova.

21 " L a s carabinas suizas empleadas en la práctica del tiro al blanco hace seis años, son y a armas verdaderamente pesadas, las ánimas eran generalmente gruesas y más anchas que las de los fusiles modernos-; además se usaban entonces balas esféricas. Se han dado casos por apuesta, de tiradores que cargando con una bala redonda cerraban la boca del arma con el pulgar y hacían fuego sin que el dedo fuese herido, lo que supone un gran vigor de puños y de músculos. " C u a n d o yo enseñaba mecánica teórica y aplicada en la escuela Central de Artes y Manufacturas de París en 1830, poco tiempo después de la c r e a ción de este centro, introduje entre mis lecciones gran número de e s p e r i e n cias nuevas, poniendo en movimiento üelante de mis discípulos aparatos ó p i e zas de maquinaria pedidos prestados en diversas partes. E n t i e otras esperiencias tenía la costumbre de repetir cada año como ya había hecho anteriormente en la Academia de Genova, la que voy á comunicaros. " C a r g a b a fuertemente con aire comprimido el reservoir de una escopeta de viento, después quitando el cañón introducía en su interior una bala esférica de plomo que pudiera recorrerlo libremente, pero de un diámetro muy poco más pequeño que el del ánima del fusil. Colocaba luego el arma en posición vertical apoyando la culata en el suelo y cerraba la extremidad del cañón apretando vigorosamente mi pulgar sobre la boca, entonces ordenaba á mi ayudante que disparase. Mi dedo quedaba intacto y la bala caía de n u e vo en el cañón. Después sin ninguna carga adicional con la misma bala volvía á disparar contra una plancha de uno á uno y medio centímetros de espesor la cual quedaba taladrada. Generalmente el preparador que tenía gran c o n fianza en mi puntería, cojía en su mano la plancha ó bien una placa de vidrio en la cual el proyectil hacía un agujero limpio. liepito que la experiencia no tiene ningún peligro para el operador si sus músculos le ofrecen confianza, teniendo el cañón más de 80 cm. de longitud y siendo esférica la bala y de diámetro p o c o diferente al del ánima; la bala actúa como un pistón y toda su energía se consume en comprimir el aire cuya salida impide el pulgar. C r e o que sería peligroso cargar el cañón con una bala de pequeño diámetro ó con perdigones. Es necesario añadir que la más leve instabilidad en la fuerte presión del pulgar cerrando la b o c a , daría lugar á la salida de la bala que podría herir al dedo. M e parece que una bala cónica sería más peligrosa que una esférica por que dada la naturaleza de la carga y la longitud del cañón lá bala debe l l e g a r muy cerca de él dedo antes que su fuerza viva se haya consumido en la compresión del aire. " E s de temer asimismo que se queme la parte del pulgar que cierra el cañón, porque ésta es una experiencia en t o d o análoga á la del eslabón n e u mático si la compresión es grande. " H e repetido la experiencia lo menos veinte veces sin peligro alguno por el choque ni por el c a l o r . " ''Daniel

Collación."

3

22 M. Melsens, al publicar esta carta decía, que había comunicado bis hechos que contiene á varios oficiales de Artillería muy instruidos V familiarizados con las teorías balísticas, y que le habían manifestado absoluto desL'on.i.-i miento respecto á ellos.

{Mem.

Soc. Ing. ció.p.

190, Aout 1882.)

X. L A S

ESPERIE3NCIAS.

C o m o base preliminar para poder formar juicio de las experiencias verificadas en el mes de Setiembre último con el cañón neumático de 8 pulgadas, conviene dar á conocer otras efectuadas el 26 de Marzo anterior. (Vé.vse el Memorial de Artillería del mes de Julio de 1887.) N o tenían aquellas tantas pretensiones como las de Setiembre; limitábanse á que el General Jhon, M . Schoofield nuevo Comandante General, en aquel entonces, de la división del atlántico, por fallecimiento del General l l a n c o o k ; viese funcionar la pieza y adquiriese certeza de sus efectos. L o s proyectiles eran de eola de madera. H é aquí los detalles reasumidos de aquellas pruebas: :

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OBSERVACIONES. — En el primor disparo el proyectil hizo explosiki al p e netrar en el agua, llevaba espoleta instantánea. L a espoleta del segundo disparo era retanlatriz verificándosela explosión á la segunda inmersión) por rebote

lin el tercer dispare, se roinpióeii pedazos la cola de madera del proyectil pocos momentos después de salir de la b o c a de la pieza; no obstante hubo explosión pero el movimiento del proyectil-en "la trayectoria fué anormal. El proyectil del cuarto disparo no explotó; se atribuyó al fracaso á que penetrase en el fondo f i i : g o f o !Sí cli^ los¡ p r o y e o t i l e s .

XI. Voladura de Sil liman. Los dos primeros disparos se hicieron (-i^gán manifestación de los i n t e resados) para tanteo y corrección de l i puntería, empleándose en ellos p r o yectiles lastrados con arena; y en efecto, las apariencias no dejan lugar á duda de que en tal concepto respondieron á su o b j e t o ; puesto que vimos caer al primero á la altura del blanco y desvia.lo á la derecha y el segundo fué c o r t o (I) D a t o a p r o x i m a d o . , (2) Inseríamos íntegro el r o s i m o n fiMÚlifc uln :í lo i '• ni si o ia VM, por m i s qnes nuoifcr.i particular apreciación visual del d i i 30, diih'iv c.i a!jí > do estos datos, según especificamos en el siguiente artículo.

Efecto de los proyectiles.—Voladura del Silliman.

FECHAS.

1 7 Sebre, 8 7

1 9 Sbre. 2 0 Sbre.

3 0 Sbre..

DistanTiempo cia del centrode'de admigravesión de N ú m ? Peso del Peso de de dis proyectil carga, d a d ala aire " e u t libras, cabeza. o f f " seg. paros. 1 i liras.

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26 y a l a izquierda, diferencia que no se razona con claridad, puesto que según r e zan los datos, y cuenta que en esta parte nos referimos á los facilitados polla Compañía; el primer disparo se hizo á 590 libras de presión por pulgada cuadrada y el segundo con 5 9 5 , luego debió de dar tanto alcance cómo el p r i mero por lo menos; los datos oficiales así lo indican (2 yardas más de alcance (d segundo que el primero), más nosotros que enfilábamos el blanco vimos p e r fectamente que el segundo proyectil cayó un poco corto. (Cut off y elevación idénticos en los dos). Tal vez pueda consistir esta discrepancia en la posición del centro de gravedad, que era más adelantado hacia la cabeza en el segundo proyectil que en el primero
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