El Caballo Se Alista para La Batalla

December 14, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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EL CABALLO SE ALISTA PARA LA BATALLA

l ser humano ha empleado durante milenios a los caballos para la guerra, probablemente desde su domesticación. El caballo ha sido entrenado especialmente para varios usos militares, incluyendo batallas, combates individuales, reconocimiento, transporte y abastecimiento. El término caballo de batalla hace alusión a los caballos que son utilizados para la lucha, ya sea como caballería en un enfrentamiento o en un combate individual. El caballo de batalla más conocido era el destrier, empleado por los caballeros de la Edad Media. No obstante, incluso los caballos utilizados para otros propósitos que no fueran el combate directo tenían un papel sumamente importante en el éxito de los enfrentamientos militares. En el mundo moderno, aún existen usos para los caballos dentro de la milicia. (1)

E

Como es de apreciarse, el empleo del caballo en la historia humana ha sido muy importante y la Palabra de Dios no es ajena a mencionar los beneficios y la gran disciplina de esta clase de animales, al grado que el Rey Salomón (2) hace referencia a ellos en uno de los Proverbios, veamos: Proverbios 21, 31:

El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria Magistral ilustración que nos puede servir para un caminar práctico cristiano. Salomón enseña en este Proverbio que los resultados de Dios estarán condicionados por nuestras acciones previas. Muy cierto es que toda acción conlleva a un resultado, sin embargo, para que el resultado sea el que todos esperamos debe de ajustarse a una determinada clase de acción. Esto es importante demarcarlo en virtud que en muchas ocasiones trasladamos o depositamos en Dios la totalidad de la responsabilidad sobre el triunfo o éxito en nuestras vidas. Pretendemos que sea Dios el que “forzosamente” nos regale los mejores resultados sin nosotros ejercer una cuota mínima de sacrificio para lograrlo; y esta percepción equivocada se convierte en uno de los principales obstáculos que impiden recibir las victorias de Dios. Santiago 1:17:

Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. El deseo de Dios por bendecirnos no es objeto de discusión. Lo mejor de Él siempre estará disponible para que lo disfrutemos; y resulta muy alentador saber que Dios no se retractará de sus buenos deseos para nosotros debido a que no

tiene sombra de variación. Sin embargo, aprenderemos que si no nos ajustamos al cumplimiento de ciertos principios que se mencionan en Su Palabra, difícilmente podremos recibir todo este cúmulo de buenas dádivas que nos tiene preparado. Es por tal razón que hoy pretendemos exponer algunas de las fallas y principales causas por las cuales no estamos recibiendo las dádivas de Dios en la medida o proporción que lo esperamos. Ello también permitirá limpiar la honorabilidad y el nombre de Dios al entender que cómo es que opera uno de sus campos de bendición. Retomemos entonces el estudio del proverbio expuesto desde un comienzo, el cual como hemos verificado, nos regala un profundo aprendizaje. Dios nos regala la tan anhelada victoria siempre que cumplamos la siguiente condición: que nosotros nos preparemos previamente para la clase de batalla que necesitemos superar o librar. En tal sentido, tampoco será objeto de debate en esta enseñanza la capacidad que Dios posee para regalarnos triunfos ó victorias en nuestras vidas. Sin embargo, si no ponemos de nuestra parte para que Él nos regale los triunfos, la posibilidad de obtener la victoria se verá seriamente trastocada y pasará a ser un asunto más bien lejano en nuestras vidas. Como hemos mencionado desde un inicio, todo caballo antes de exponerse a una batalla debía de prepararse para hacer frente a las armas del enemigo. Debía de capacitarse para aprender a no retroceder ante el pánico del enemigo, aunque esto implicara que pudiera ser golpeado o herido. De igual forma, se preparaba para no exaltarse a causa de los movimientos repentinos de su adversario y debía de mantenerse en equilibrio cuando su jinete realizare un movimiento de agresión, entre muchos otros adiestramientos. En perspectiva con lo anterior, es dable concluir que sería incorrecto sobrecargar en Dios toda la responsabilidad del bienestar en nuestro camino, ya que Él nos está pidiendo a través de Su Palabra que pongamos de nuestro empeño para prepararnos diligentemente y con la necesaria antelación para recibir las victorias que Él nos tiene reservadas. Proverbios 13:4:

El alma del perezoso desea y nada alcanza Más el alma de los diligentes será prosperada. Dios no puede darse el lujo de premiar a los haraganes o perezosos. Sus victorias sólo están reservadas para la gente que se prepara y actúa en consecuencia. Para las personas visionarias y que con gran actitud positiva afrontan los obstáculos que se les presentan en sus vidas. A esto la Biblia le llama diligencia.

Proverbios 21:5

Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza. No prepararse para la batalla con la diligencia semejante a la de un caballo para la batalla, equivaldría a “apresurarse alocadamente”. Y el resultado ante esta herrada acción no puede ser otro que la pobreza, según lo expresa este registro. Nuestro error estriba en creer que por ser hijos de Dios esta todo hecho. Esta premisa nos permite concluir equivocadamente que Dios debe de darnos las victorias ignorando un deseable y necesario actuar con la debida preparación previa de nuestra parte. 2 Corintios 2:14:

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Muy cierto es que los hijos de Dios somos el canal por excelencia para manifestar los triunfos de Dios sobre esta tierra; y la mejor muestra de esto ha sido Su hijo Jesucristo. Sin embargo, estos triunfos y este olor de Su conocimiento no serán esparcido debidamente si no nos preparamos primero y accionamos después. Pasemos por favor a revisar en detalle algunos ejemplos bíblicos en las cuales se comprueba que es necesario de nuestro actuar como una condición indispensable para obtener una respuesta favorable de parte de Dios, veamos: Efesios 3:20:

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros. Muy claro. El poder de Dios para hacer todas las cosas mucho más abundantes de lo que pedimos o entendemos nos queda súper despejado. No obstante, el libro de Efesios nos enseña que Su poderío queda supeditado hacia la posibilidad de que saquemos a flote un segundo poder que habita dentro de cada uno de nosotros. Sino no hay forma. 2 Corintios 1,20:

Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. Ciertamente un principio imborrable dentro de la Palabra de Dios es que nuestro Padre celestial siempre quiere bendecirnos. Sus promesas cualesquiera que

éstas sean: salud, prosperidad, seguridad, manifestación de los asuntos espirituales, etc., son en Él SI y en Él AMEN. En otras palabras, su predisposición para ayudarnos siempre estará a flor de piel, sin embargo, como lo apreciamos en este último registro, esto se llevará a cabo en la medida o en la proporción que nosotros se lo permitamos. De tal suerte que si tuviéramos que realizar una ilustración sobre la relación del trabajo en equipo que tenemos que realizar juntamente con nuestro Padre celestial, quedara más o menos de la siguiente forma:

Siempre que el caballo se aliste para la batalla...

DIOS: - dará la victoria - dará toda buena dádiva - Nos llevará de triunfo en triunfo - Es poderoso para hacer -Sus promesas son en Él Si y en Él amén.

La fórmula espiritual para obtener los triunfos de la mano de Dios es muy sencilla. Únicamente debemos de añadir nuestra voluntad y preparación para que las cosas sucedan. Consecuentemente, no hay razón alguna para seguir retardando la posibilidad de recibir las bendiciones que Dios nos tiene preparadas. Efesios 2:10:

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Las obras con las cuales Dios nos quiere bendecir ya están listas. Tenemos todo el derecho y la capacidad para recibirlas porque somos hechura de Dios. Únicamente debemos de re-amoldar nuestra forma de pensar ya no más sobre la base que Dios debe de hacer todo el trabajo. Debemos de trascender en este pensamiento y entender que estamos obligados a accionar de la forma como Dios desea y es de esta forma que Él se encargará que el resultado sea el más favorable en nuestras vidas. Toda la parte “teórica” revisada hasta este momento, puede ser vista como fue llevada a la práctica a través del gran ejemplo dado por David en su batalla contra Goliat, veamos:

La Batalla entre David y Goliat: A continuación revisaremos el pasaje de 1ª de Samuel 17, en los versos 32 en adelante y observaremos la forma en la cual se desenvolvieron los acontecimientos y el momento de las circunstancias más difíciles que tuvo que afrontar el pueblo de Israel. 1 Samuel 17: 32- 37: Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. 33. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.34. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35. salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo ataba.36. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.37. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. En los versos 32 al 37 estamos en presencia de una gran tribulación que pasaba todo el pueblo de Israel, al punto que nadie deseaba enfrentarse al retador y poderoso Goliat, a excepción de un pequeño pastorcito de bello parecer, veamos: 1 Samuel 17:40- 46: Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.41. Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42. Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43. Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.44. Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45. Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.46. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Los versículos anteriores confirman el hecho que todo procedimiento exitoso genera un resultado que no puede ser menos que eso también, puesto que todo

aquel que confíe plenamente e en Dios, Él le dará la victoria. Apreciemos el resultado de esta contienda en los versos siguientes: 1 Samuel 17: 49-50: Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.50. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. Estamos en presencia de una de las más grandes victorias de Dios narradas en la Biblia, pero esto pudo suceder también gracias a un pequeño hombre valiente que se preparó diligentemente para desafíos como éste y no se dejó intimidar por la apariencia del gran obstáculo que debía de vencer. Tomando en cuenta el grandioso relato anterior, haremos un recuento de los aspectos más importantes a considerar para que entendamos que la acción ejercida por el hasta ese momento pastor David, cumple cabalmente los principios de la Palabra de Dios que hemos venido relatando desde un comienzo. 1 Samuel 17:

Aprendizaje práctico:

Vr. 34-35. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manad. salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.

Aquí es donde el caballo “David” hace referencia a su preparación previa para la batalla a través de su profesión de pastor de ovejas, por lo que expresa sentirse listo para emprender la batalla.

Vr. 37. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo.

David manifiesta su TOTAL confianza en que Dios le dará la victoria. Aquí aparece el ingrediente de la formula: PRE-DISPOSICIÓN del hombre a un resultado victorioso. Su preparación y experiencia como pastor de ovejas, le permitió a David tener el conocimiento necesario sobre la forma más idónea para eliminar a su oponente.

Vr. 40. Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.

44. Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45. Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.46. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.

David reitera su PLENA confianza en Dios y con esta correcta actitud logra vencer al enemigo. Vemos también que ante una conducta tan segura sobre lo que Dios puede hacer en el momento de dificultad, Dios no puede hacer menos que dar la victoria. Finalmente, es de tomar muy en cuenta que David hizo todo para que el nombre de Dios no quedara avergonzado, por el contrario, que todo mundo reconociera que hay un Dios PODEROSO a favor de los hombres.

Del análisis anterior podemos concluir que David fue ese “caballo” que se alistó diligentemente para la batalla, puso su mentalidad en la órbita de Dios y pensando en Él es que dispuso su accionar y con esta actitud tan precisa y clara que el resultado no podía ser otro que la victoria en su particular batalla, puesto que Dios respalda y ayuda al valiente, no al miedoso ni al perezoso. Esta lección de éxito no está escrita en la Palabra de Dios con el único propósito de regocijarnos con David y su valentía, sino más bien, esta puesta con toda la intención del mundo para que la imitemos en nuestro día a día. La fórmula dio resultado una vez más: PRE-DISPOSICION de Dios (Su voluntad) + PREDISPOSICION del hombre (mi voluntad) = TRIUNFO INCUESTIONABLE. Dejemos de seguir poniendo más límites a Dios, pongamos todo de nuestra parte para vencer (predisposición, preparación, confianza en Dios). Nunca pasemos por alto que el deseo de Dios ya está listo para ser activado. Convirtámonos en ese caballo que se “alista” para la batalla, que se alista para vencer con una saludable actitud positiva sobre cada problema o cada circunstancia que se presenta en la vida. Ya no más temores, dudas o ansiedades, pues no hemos recibido un espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor (Romanos 8:15). Ni tampoco hemos recibido de parte de Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7). Ingredientes exitosos a tomar en cuenta para que Dios nos dé la tan ansiada victoria.

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