El Arte Romanico

September 25, 2017 | Author: Luis B. Ríos | Category: Church (Building), Dome, Vault (Architecture), Gothic Architecture, Architectural Design
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Tímpano de la portada de la catedral de Conques (Francia) #         c       

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Las variedades regionales propiciaron construcciones tan "originales" como la catedral de Pisa y su famoso "campanile" (Italia) cc                         $            2    0 ! 3 ##4 ( "          c# .  # 5  1 (  (    )   . #4 %) *).    &     

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Interior y capitel de San Martín de Frómista )     

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En el año 987, con el ascenso al trono de Hugo Capeto, la dinastía capetiana sucedió a la carolingia. Todo el siglo XI quedó marcado por la instauración del régimen feudal y la división de la sociedad en tres estamentos (campesinos, caballeros y clérigos). En los albores del siglo XII, el poder capetiano se reafirmó en Francia con Luis VI el Gordo (1108-1137) que restableció, ayudado por Suger, el orden en los dominios reales. El auge de las ciudades, en aquella época a costa, normalmente, de los poderes feudales, se basó en el comercio de artesanos, mercaderes y burgueses. Durante este periodo se produjeron algunos acontecimientos históricos importantes, entre los que destacan la fundación de la orden cluniacense a finales del siglo X y la cisterciense en 1098; la conquista de Inglaterra por los normandos en 1066 tras la batalla de Hastings; en 1099, los cruzados tomaron Jerusalén; en 1130 llegó al poder en Sicilia Rogerio II; en 1122 se produjo el fin de la querella de las investiduras y, a partir de 1138, la presencia de la dinastía de los Hohenstaufen y el comienzo de la lucha entre los güelfos y los gibelinos; en 1152, Federico I, Barbarroja, fue coronado emperador germánico y en 1154 los Plantagenet consolidaron su presencia en Inglaterra, donde Ricardo Corazón de León fue nombrado rey (1189-1199). Por último, a finales del siglo, Felipe II Augusto de Francia (1180-1223) disolvió la coalición creada por Juan, rey de Inglaterra, al derrotar al emperador y al conde de Flandes en Bouvines (1214). En el sur de Italia, la dinastía de los Hohenstaufen estaba representada por Federico II, que llegó a ser rey de Sicilia (1198), rey de Alemania (1212) y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1220-1250). Además, actuaba en Oriente la cuarta cruzada, desviada de su objetivo inicial debido a la toma de Constantinopla en 1204. El arte medieval, muy marcado por esta evolución histórica, también se caracteriza por una diacronía que se observa en varias zonas. Por ejemplo, en el transcurso de la segunda mitad del siglo XII, mientras el arte románico todavía experimentaba una época de plenitud en el sur de Francia, la península Ibérica e Italia, el periodo gótico ya se anunciaba en el norte de Francia a partir de 1140. Del mismo modo, la construcción del pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela o las fachadas del monasterio de Ripoll y las grandes iglesias del norte de Italia se llevó a cabo bastante tiempo después de las creaciones esculpidas de Saint-Denis o Chartres. Sólo teniendo en cuenta esta dualidad se llega a comprender totalmente el arte monumental de finales del siglo XII y comienzos del XIII. Lo mismo podría comentarse de la diferencia entre la temprana aparición del renacimiento en Italia, poco antes de mediados del siglo XV y la duración del arte gótico en la mayoría del resto de países, en los que abarca por lo menos todo el siglo, como demuestra la difusión de los retablos flamencos. Todas estas cuestiones se traslucen en la circulación de los modelos artísticos y en las relaciones estilísticas. Nuestro conocimiento del arte románico de Europa occidental se remonta tan sólo a mediados del siglo XIX, época en que se inventó el término «románico» para definir el arte del primer periodo medieval, anterior al gótico. La denominación se refería al arte romano, del que se creía que derivaba.

cl periodo de transformaciones en torno al año 1000 dio lugar a un nuevo estilo arquitectónico llamado «prerrománico», que constituyó un puente entre el arte carolingio y el románico. Sus construcciones civiles sólo se conocen a través de la arqueología; su arquitectura religiosa, en cambio, incluye las muestras mejor conservadas de este periodo en el terreno monumental. cn efecto, Occidente se cubrió de iglesias nuevas gracias a los numerosos donativos y a la gran devoción de

los constructores. cstas obras, que sustituían los edificios destruidos durante las invasiones, prefirieron la piedra a la madera. Sus mayores dimensiones se adaptaban al aumento de fieles y miembros de las comunidades monásticas. Además, presentaban ante el pueblo una riqueza arquitectónica innovadora que pretendía honrar con dignidad la gloria divina y constituir un lugar apropiado para las preciosas reliquias. Partiendo de las herencias antigua, bizantina y carolingia, el mundo del año 1000 nos dejó, pues, una creación artística muy original. La Italia del siglo X se vio marcada por algunas innovaciones arquitectónicas que superaron su propio patrimonio paleocristiano. Apareció la cripta, que elevaba el nivel del suelo en el coro. La noción de deambulatorio o girola se introdujo en Ravena y Verona durante la segunda mitad del siglo X. Las iglesias de Ivrea y Aosta presentan asimismo un coro rodeado de torres. Por su parte, la ciudad de Roma continuó fiel a la tradición paleocristiana, como demuestra la iglesia de San Bartolomeo all'lsola, construida por Otón II, que conserva la planta basilical. Sin embargo, el norte de Italia ya presentaba, en pleno siglo X, unos rasgos característicos del primer arte románico meridional, que se extendería por el sur de Francia y Cataluña medio siglo después. cn Francia se edificaron monumentos muy destacados durante este periodo, como la antigua catedral de Reims, reconstruida por Adalberón hacia 976, o las construcciones de Roberto el Piadoso en Orleans, relatadas a principios del siglo XI por Helgaut, monje de Fleury. No obstante, las reconstrucciones posteriores hicieron desaparecer, al menos en parte, un buen número de iglesias importantes del siglo X, como la antigua catedral de Chartres (edificada por Fulberto), la de Orleans, la abadía de Saint-Aignan, también en dicha ciudad, San Víctor de Marsella, en el sur, o incluso, las grandes abadías del sudoeste. FIGURA 1: Nuestra Señora de la Basse-Ccuvre

A pesar de todo, se han conservado restos de monumentos destacados de esa primera época: la iglesia abacial de Cluny II (963-981), que inauguró la cabecera con ábsides escalonados; su nave central con laterales simples se prolonga con un transepto bastante estrecho, provisto de cimborrio en el crucero. Hacia los años 1000-1010 se construyó, en el extremo occidental de la nave, un nártex formado por un nivel inferior y un santuario alto y enmarcado por dos torres. csta concepción arquitectónica resultaba innovadora y desempeñaría un papel importante en la evolución de la arquitectura de la segunda mitad del siglo X. La iglesia de Saint-Vorles de Châtillon-sur-Seine ilustra a la perfección el modelo cluniacense. cn Beauvais (departamento francés de Oise), la iglesia de Nuestra Señora de la Basse-Ccuvre [FIGURA 1], constituye otra muestra importante de la arquitectura del siglo X, a pesar de sus lagunas y numerosas reparaciones. Su planta adopta el modelo carolingio: la nave principal con laterales, precedida por un imponente pórtico, se prolonga con tres ábsides; se halla dividida en tramos por soportes cuadrangulares en la parte norte y octogonales en la sur; el alzado, muy sencillo, muestra altas ventanas abiertas en el eje de las arcadas para iluminar todas las naves. cl conjunto se completa con un

transepto con cimborrio y una cabecera recta. FIGURA 2: JumiÉges

cn Normandía, la abadía de Nuestra Señora de Jumièges (1040-1067) [FIGURA 2], que por desgracia nos ha llegado en estado de ruina, es también un edificio característico de este periodo: una nave de 25 m de altura con naves laterales sencillas estaba dividida en cuatro tramos por pilares con medias columnas adosadas. Presentaba un alzado de tres plantas con grandes arcadas, tribunas y ventanales, y estaba cubierta por una estructura de madera, excepto las naves laterales y las tribunas, formadas por bóvedas de arista entre arcos fajones. Los brazos del transepto sobresaliente estaban divididos en dos tramos y coronados por tribunas [FIGURA 3]. Un cimborrio se elevaba sobre el crucero [FIGURA 4]. Al oeste, un macizo con un pórtico y dos tribunas superpuestas se hallaba flanqueado por dos altas torres de base firme, rematadas por dos niveles de planta cuadrada con arquerías y otros dos octogonales. cste remate marca una etapa esencial en la evolución que va del macizo carolingio occidental a la fachada armoniosa del románico. Nuestra Señora de JumiÉges FIGURA 3

FIGURA 5: Vignory

FIGURA 4

Del mismo modo, en la región de Champaña, la iglesia de San csteban de Vignory [FIGURA 5] , consagrada en 1050, anuncia la cabecera con girola de las iglesias románicas. cl edificio se compone de nave central [FIGURA 6] y naves laterales, que cubiertas con estructura de madera conducen a un coro muy amplio, también con naves laterales, dividido en dos tramos por imponentes pilares que debían servir, seguramente, para sostener un campanario no muy elevado. La cabecera, construida entre 1051 y 1057, presenta un deambulatorio arcaico con tres capillas radiales. csta concepción arquitectónica [FIGURA 7] parte de la necesidad de circular en el interior de la iglesia ²alrededor de las reliquias situadas sobre el altar mayor o ante las reliquias dispuestas en las capillas radiales² y quedará elaborada en plenitud durante la época románica. Los elementos de

la decoración son, además, primicias de la escultura monumental del románico. cl alzado de la nave presenta, en efecto, falsas tribunas [FIGURA 8] sobre las grandes arcadas, con vanos abiertos a las naves laterales y divididos por pequeñas columnas con capiteles [FIGURA 9] cuya decoración geométrica anuncia los primeros procedimientos románicos, los cuales también se reflejan en la decoración esculpida de las impostas situadas sobre los pilares, de las que surgen los grandes arcos. Las columnas del coro, que alternan con pilares cuadrados, se hallan coronadas por capiteles decorados con cuadrúpedos enfrentados o adosados, con aspecto muy propio del románico [FIGURA 10]. San Esteban de Vignory FIGURA 6

FIGURA 7

FIGURA 8

FIGURA 9

FIGUR A 10

cn Île-de-France, la iglesia abacial de Saint Germaindes-Prés también destaca por su importancia en la difusión de la escultura románica primigenia y las formas arquitectónicas de la torre-campanario. La arquitectura meridional anterior al siglo X se inscribe en la continuidad de la Antigüedad tardía. Se siguieron utilizando las basílicas paleocristianas durante toda la Alta cdad Media. Puede apreciarse una buena muestra de las diferentes etapas de esta arquitectura en el grupo episcopal de Tarrasa (Cataluña): las cabeceras de Santa María y San Pedro presentan una sillería pequeña y bien alineada que debe datar del siglo IX, aunque en ocasiones las han adscrito a la época visigótica. San Miguel, que se utilizó posteriormente como baptisterio, es de planta central y presenta el mismo tipo de aparejo. cste conjunto permite, además, estudiar el emplazamiento de las construcciones religiosas episcopales en las poblaciones del sur y hacernos una idea del aspecto de los otros similares de Cataluña (en La Seo de Urgel y Vic). cn el sur de Francia, la arquitectura del siglo X sólo nos ha dejado, en esencia, edificios menores que presentan, por lo general, planta rectangular con nave única o en ocasiones con naves laterales (Arles-sur-

Tech), y una cubierta de armazón. Los ábsides suelen ser pequeños y estar cubiertos con bóveda de cascarón o de cañón; en un primer momento, su planta estaba realzada en el interior y era cuadrada o poligonal en el exterior; más tarde, realzada por completo, para terminar en la planta semicircular característica del ábside románico. csta evolución apareció, al principio, en las absidiolas laterales, como en Sant Quirze de Pedret (en el Pirineo catalán), y se definió después en el ábside principal, como en Saint Genis-des-Fontaines y Saint André-deSorède. Sin embargo, a lo largo del siglo X, las formas más comunes de los ábsides eran rectangulares y trapezoidales. cs posible encontrar un transepto más alto que la nave, como en San Pedro de Tarrasa o en Canapost, o, al contrario, más bajos, como en SaintGenis-des-Fontaines. La escultura es básicamente arquitectónica y los capiteles constituyen aprovechamientos antiguos o derivados del corintio. FIGURA 11: San Miguel de CuixÁ

cn cualquier caso, la construcción más coherente de la segunda mitad del siglo X de entre las que se conservan en la actualidad continúa siendo la iglesia abacial de San Miguel de Cuixá, en el departamento francés de los Pirineos Orientales. [FIGURA 11] cl edificio [FIGURA 12] presenta tres naves cortas ²la anchura de la central es el doble que la de las laterales² divididas en tres tramos por pilares rectangulares y arcos. cl conjunto se abre a un transepto de escasa elevación cuyo extremo norte no se ha conservado. La cabecera presenta un ábside central rectangular, típico de la arquitectura del siglo X, pero completado por cuatro ábsides laterales semicirculares que ya anuncian la llegada del románico. cn un principio, dos puertas situadas a ambos lados del ábside principal se abrían al exterior. La nave central cuenta con una estructura de madera y está iluminada por ventanas abocinadas. A estas características de la arquitectura del siglo X se añaden los muros de aparejo irregular, embebido en el mortero y reforzado en las esquinas con grandes sillares. cste edificio se reconoce, en especial, por los arcos túmidos [FIGURA 13] que presentan sus arcadas, construidos en su parte inferior mediante desplomo de sus piezas, para adquirir en la superior su estructura radial (arcos enjarjados). cste tipo de arcadas no está vinculado a ninguna escuela islámica, sino que deriva de una tradición clásica, hispánica y local. San Miguel de Cuixá FIGURA 12

FIGURA 13

cste edificio nos informa sobre la importante arquitectura prerrománica y hace referencia a monumentos desaparecidos, como las antiguas catedrales de Vic y La Seo de Urgel y la antigua iglesia de Ripoll. cn el Rosellón, esta última fase del prerrománico catalán se aprecia en las cabeceras con tres ábsides y los anchos transeptos de las iglesias de SaintGenis-des-Fontaines o Saint-André-de-Soréde. cste prerrománico catalán se extendió por las zonas más cercanas a la región languedociana, como los departamentos de Hérault y Aude. cn definitiva, la abadía de San Miguel de Cuixá desempeña un papel fundamental porque permite seguir la evolución de la arquitectura prerrománica a la del primer arte románico meridional.

La primera etapa del románico corresponde a una realidad arquitectónica

meridional. Desde el norte de Italia hasta Cataluña, pasando por el sur de Francia, se difundió con rapidez un tipo de edificio religioso muy característico: sillería más bien pequeña, con piedras obtenidas simplemente a golpe de martillo y dispuestas en hileras bastantes regulares para imitar un aparejo de ladrillos [FIGURA 1 y 2]. A menudo, los edificios adoptaron una planta basilical clásica de una o varias naves (Ripoll, Cardona, Tournus), pero también nos han llegado edificios de planta central inspirados en la Antigüedad clásica tardía. cn ocasiones se añade un transepto, aunque de dimensiones reducidas, tanto por su altura como por su longitud. La principal innovación de este período fue la utilización de bóvedas de

piedra en todas las partes de la construcción. Las primeras naves abovedadas presentan una bóveda de cañón continua, sin arcos fajones e inspirada en los modelos romanos. Con el tiempo, la nave central adoptó una bóveda de cañón de arcos fajones, y en las laterales se recurrió a la bóveda de arista. La iglesia de San Martín del Canigó, consagrada en 1009, constituye uno de los primeros edificios cubiertos completamente por bóvedas. Cuenta con una iglesia inferior y otra superior, que se superponen, y adoptan la misma planta: tres naves con bóvedas de cañón prolongadas en los ábsides. Los problemas de equilibrio que supone esta superposición de dos construcciones

abovedadas obligaron a modificar el proyecto inicial: los tres tramos orientales de ambos niveles presentan pequeñas columnas monolíticas de granito; las columnas de la plataforma se incluyen en macizos de mampostería y los arcos están reforzados. cn los tramos occidentales de la iglesia inferior aparecen poderosos pilares cruciformes y las tres bóvedas de cañón quedan reforzadas por arcos fajones; en cambio, se mantienen las columnas monolíticas y las bóvedas de cañón continuas de la iglesia superior. cn los inicios del románico, estas primeras experimentacion es con la técnica de la bóveda se limitaron a naves de pequeñas dimensiones. Con la aparición del arco fajón, el pilar adoptó forma de cruz y

se vio reforzado gracias a los resaltes y las columnas adosadas: además, servía de soporte a las grandes arcadas de los tramos que imprimían ritmo al espacio interno. cn efecto, los tramos dieron lugar a una arquitectura articulada que caracterizaría toda la cdad Media. Los muros presentaban un gran espesor y las escasas ventanas eran estrechas. cl ábside quedaba elevado por la presencia de la cripta, la cual disponía de una sala columnada, baja y abovedada, poco profunda, con la misma forma y dimensiones que la cabecera del edificio. Las criptas de los primeros tiempos del románico meridional resultaban muy apropiadas para el culto de las reliquias, que no cesaba de aumentar. cn contadas

ocasiones, las criptas se extendían bajo la superficie del transepto. Así pues, el ejemplo de la cripta de la iglesia de San Martín del Canigó, del mismo tamaño que la iglesia superior, resulta excepcional. Otro aspecto característico de este estilo lo constituye la torre octogonal que se eleva sobre el crucero, encima de una cúpula construida sobre trompas; sin olvidarnos de los campanarios que completan estas composiciones arquitectónicas: situados junto a la cabecera o la fachada, suelen ser de planta cuadrangular y presentan registros superpuestos. cste procedimiento se encuentra con frecuencia en Italia. Por ejemplo, la fachada occidental de la iglesia de Santa María de Pomposa, en cmilia, presenta

un pórtico y un campanil de mediados del siglo XI, con no menos de nueve niveles delimitados por una decoración de lesenas. cn los dos últimos de ambos elementos se abren sucesivamente de uno a cuatro vanos. [FIGURAS 3-4] cn estos edificios de la primera mitad del siglo XI, desprovistos de decoración esculpida, los arquitectos crearon una ornamentación arquitectónica original que anima el aparejo mural. Por ejemplo, los muros interiores presentan grandes hornacinas, empleadas antaño en los mausoleos y las salas termales de Roma, así como en las rotondas de los baptisterios o los ?  de la época cristiana. Más adelante se adaptarían también a las criptas y a los

ábsides de las basílicas. cl exterior de los edificios del primer arte románico se caracterizó por una ornamentación de arcaturas y molduras llamadas «lombardas». cste último motivo se compone de molduras verticales colocadas bajo las cornisas de arquillos encuadrados por finas pilastras llamadas lesenas. cntre dos lesenas, el número de arcos varía: dos, tres, cuatro o incluso más. csta decoración se halla en los ábsides, muros laterales de la nave o paredes de los campanarios para señalar los diferentes niveles, y en las fachadas para marcar su estructura. Las diferentes características de este primer románico meridional alcanzan una enorme

perfección técnica y artística en la colegiata de San Vicente de Cardona [FIGURAS 5-67], en Cataluña, consagrada en 1040: una nave amplia y elevada, con bóveda de cañón y arcos fajones que descargan en los almohadones de macizos pilares, se encuentra dividida en tres tramos cuadrados de la misma dimensión que el crucero, que sirve de módulo. Sobre el crucero se alza, por medio de trompas, una cúpula bastante baja y repleta de estrechas aberturas. cn el exterior constituye un verdadero centro en torno al cual se disponen las estructuras de la cabecera y los brazos del transepto. cl edificio, sobrio en extremo, presenta una decoración limitada en el exterior por bandas lombardas y

hornacinas ciegas que señalan las cornisas del coro; éstas se hallan a mayor altura en los muros de la cabecera y el ábside. Otra construcción de Cataluña, el monasterio de San Pedro de Roda, consagrado en 1022, se caracteriza por su planta ambiciosa e innovadora, cuya peculiaridad es la presencia de un deambulatorio, todavía muy arcaico en su trazado y desprovisto de capillas radiales pero que aspiraba, al igual que la cripta acondicionada bajo la cabecera, a facilitar el culto a las reliquias, uno de los aspectos fundamentales de la vida religiosa de la época. Pese a las importantes dimensiones de la iglesia, que incluye un alzado de dos niveles, el edificio utiliza la

bóveda en su totalidad. [FIGURAS 8-910] San Pedro de Roda FIGURA 8: CAMPANARI O

FIGURA 11: Frómista

FIGURA 9: BOVcDA

FIGURA 10: CAPITcL

cn Castilla y León, la influencia del primer arte románico se muestra más tardía con el monasterio románico de San Martín de Frómista. cste monumento de tres naves, prolongadas en tres ábsides escalonados, se caracteriza por su pequeña sillería y la presencia, en el crucero, de una cúpula sobre trompas rematada por una torre octogonal. Además, la fachada encuadrada por dos torrecillas cilíndricas manifiesta la influencia carolingia. La riqueza de la decoración de los capiteles y modillones anuncia, por otra parte, el comienzo de la gran escultura monumental del románico. [FIGURA 11] Uno de los rasgos que más distinguen la arquitectura románica catalana es la perennidad del primer arte románico meridional. Las iglesias de Santa María y San Clemente de Tahull [FIGURA 12-13] se consagraron en 1123 y, pese a la fecha, conservan muchos elementos de las construcciones de la primera mitad del siglo XI, como la sillería pequeña, la decoración de lesenas y los enhiestos campanarios. Más tarde, se produciría cierta evolución en el aparejo mural hacia modelos más elaborados. Lo más común era que las novedades procedieran del norte de Italia. La catedral de Santa María de La Seo de Urgel, comenzada en 1131, presenta, por ejemplo, una cabecera provista de una alta galería con arcadas, que algunas fuentes relacionan con un arquitecto italiano. csta concepción arquitectónica se encuentra en numerosos edificios románicos del valle del Po, como la catedral de Módena, san Miguel de Pavía, Santa María la Mayor de Bérgamo o, incluso, la iglesia de los Santos María y Donato de Murano. San Clemente de Tahull FIGURA 12

FIGURA 13

FIGURA 14/15: San Filiberto

La abadía de San Filiberto, en Tournus, manifiesta con sus estructuras arquitectónicas y su decoración mural la expansión de las influencias meridionales hasta Borgoña [FIGURA 14]. cl edificio se halla precedido por un imponente nártex [FIGURA 15] que reproduce el modelo del cuerpo occidental carolingio con dos niveles, pero recurre a la decoración de bandas lombardas y arcaturas características del primer arte románico del sur. cse nártex es alargado, con tres tramos, abovedado y dividido en tres naves por medio de pilares cilíndricos aparejados y coronados por simples impostas. La iglesia cuenta con tres naves separadas por dos hileras de pilares similares a las de la entrada porticada pero de mayor altura. La bóveda de cañón transversal de la nave central transmite el empuje al arco diafragma del muro lateral, a ambos lados de la nave, y permite la abertura de ventanales. La iluminación directa deviene así posible al sobrepasar el muro de la nave central la altura de las naves laterales. La cabecera, elevada sobre una cripta, se prolonga con un gran ábside, rodeado por una girola que se abre a tres capillas rectangulares de fondo recto. De esta manera se configura la cabecera típica de la época románica con deambulatorio y capillas radiales. [FIGURAS 16-1718-19-20-20-21] San Filiberto de Tournus

FIG. 16: PLANTA

FIG. 17: BOVcD AS

FIG. 18: ATRIO

FIGURA 19: PILARcS

FIG. 20: DcCORAC ION

FIG. 21: CAPIT AL

Las construcciones se adaptaban a las nuevas necesidades litúrgicas. La iglesia prerrománica de San Miguel de Cuixá también fue ampliada por el abad Oliba, un poco antes del año 1040. La cabecera se dotó con un deambulatorio alrededor del ábside principal, terminado al

este por tres absidiolas. Al oeste se superponen dos iglesias: la inferior, llamada del Nacimiento y dedicada a la Virgen, presenta planta circular con un ábside parcialmente sobresaliente y una bóveda anular en torno a un pilar central rodeada por varios tramos. cl cuerpo superior, consagrado a la Trinidad, es también de planta central y está separado de la nave principal de San Miguel por un atrio. Dos campanarios se elevan en ambos extremos del transepto aunque sólo el meridional se ha conservado hasta nuestros días. cste edificio conserva una decoración de lesenas muy característica en la cara sur de la iglesia de la Trinidad y del atrio. Los diferentes santuarios de esta construcción manifiestan una gran unidad litúrgica que anuncia la que se adoptaría en la época románica.

Al mismo tiempo que en el sur se desarrollaba ese primer románico, en las regiones del norte apareció una arquitectura muy diferente, tanto en la técnica como en la decoración y la concepción del espacio arquitectónico. cl estilo otoniano se caracterizó, en efecto, por edificios particularmente amplios de tradición paleocristiana. csta monumentalidad del espacio interior de las iglesias se explica por la conservación de la cubierta con estructura de madera en la nave central. A mediados del siglo XI, sólo las

laterales presentaban estructura abovedada. Los primeros edificios del románico meridional eran, en cambio, bajos y estrechos, pues los arquitectos no debieron disponer las técnicas suficientes para construir bóvedas de piedra en edificios de grandes dimensiones. cstas pruebas iniciales con las bóvedas impusieron la división del espacio interior y la adaptación de los soportes que las sostenían. cstas características del tratamiento dividido del espacio se hallan ausentes de los edificios otonianos, que conservan una gran continuidad mural en las paredes de las naves, así como soportes que dan preferencia a la columna y al pilar cuadrangular. Sin embargo, en numerosas ocasiones se crea un ritmo por la alternancia de los soportes. La mayoría de las veces se trata de una columna entre dos pilares cuadrados. csta disposición aparece sobre todo en la zona del Rin; Sajonia, en cambio, presenta un ritmo triple o ternario en el que se intercalan dos columnas entre dos pilares cuadrangulares. cs un modelo visible en la iglesia otoniana de San Ciriaco, en Gernode, fundada en en el año 961 [FIGURAS 1-2-3-4]. cl

edificio presenta tres naves abiertas a un transepto continuo concebido en la más pura tradición carolingia. No obstante, la presencia de tribunas y los soportes alternados resulta innovadora. Los muros laterales de la nave central muestran, entre dos pilares rectangulares, dos arcos de medio punto sustentados por una columna intermedia. cn el nivel superior, a la altura de las tribunas, encontramos los mismos pilares rectangulares ² superpuestos a los de la planta inferior² entre los que se insertan una serie de arcadas sustentadas por pequeñas columnas. cl ritmo que se introduce con tales técnicas rompe de forma radical con la tradición de la superficie alta y desnuda de los muros utilizados hasta ese momento. cl alzado de dos niveles de los edificios, con las grandes arcadas y los ventanales de la nave central, presenta elementos salientes que facilitan la división del espacio en tramos: las columnas, adosadas a los pilares, y los almohadones reciben, a través de capiteles cúbicos, las arcadas que encuadran los ventanales. cl conjunto está tratado con gran vigor. La proyección de

los arcos fajones transversales y de la bóveda sobre la nave llevó a la utilización de la estructura de tramos románica. San Ciriaco FIGURA 2

FIG. 5: SAN JORGc

FIG. 6: SAN PANTALcON

FIGURA 3

FIGURA 4

Por otra parte, la ornamentación se inspira en el arte antiguo, transmitido de manera directa o indirecta a través del arte carolingio. A diferencia del la decoración homogénea del primer románico del sur, la otoniana del siglo XI es muy variada, prevalece en el exterior e interior de las construcciones y perduraría a pesar de la llegada de las influencias meridionales entre los años 1025 y 1035 [FIGURA 5]. Éstas afectaron, en primer lugar, a las obras del curso medio y alto del Rin (Limburgo, Spira, Ottmarsheim, Santa María y San Marcos de Reichenau), donde se iniciaron ya varias innovaciones arquitectónicas que permitieron la transición del arte otoniano al románico. La estructura exterior de los edificios también se modificó. La arquitectura otoniana había heredado uno de los modelos arquitectónicos carolingios que desarrollaba los dos extremos de las iglesias. La cabecera oriental se adaptó al culto a las reliquias. cn la parte encarada al oeste, la iglesia se amplió de manera considerable bajo la forma de un cuerpo occidental o Õ Õ  (formado por un pórtico y varias plantas, a veces con tribunas), o por medio de un contracoro con un ábside, más o menos opuesto al coro oriental [FIGURA 6]. La ilustración perfecta de esta bipolaridad de los edificios, en su estado más elaborado, lo constituye la iglesia de San Miguel de Hildesheim [FIGURAS 7-8], fundada en 996 por San Bernardo, preceptor de Otón III y obispo de la ciudad de 993 a 1022. cl edificio presenta dos polos análogos con un transepto y un cimborrio sobre el crucero. Éste es regular y uno de los más antiguos ejemplos que se conservan de este tipo de crucero, que tendría un papel destacado en la

arquitectura románica, al igual que el cimborrio. cste remate se eleva en el crucero encima de una cúpula sobre trompas, como muestran la catedral de Spira o la iglesia abacial de Limburgo, en el Hardt, terminada en 1045. Adquirió planta octogonal como las torres del transepto de los primeros edificios del primer románico del sur. De todas formas, la fuerza que de ellas emana en los edificios meridionales queda aquí compensada por las torres del coro o las altas torrecillas con escaleras de caracol. San Miguel de Hildesheim FIGURA 7

FIGURA 8

INDICc CAPITULO ANTcRIOR II. NUcVAS FORMAS Prerrománico Meridional Septentrional Románico

CAPITULO SIGUIcNTc GLOSARIO San Jorge

FIGURA 1: San Ciriaco

cl término «románico» apareció a principios del siglo XIX en Normandía, en el marco de un gran impulso de la arqueología monumental y de una nueva lectura del arte medieval. cn Occidente, el arte religioso románico ofreció desde el siglo XI unas formas arquitectónicas muy elaboradas:

el edificio, completamente abovedado y reforzado por contrafuertes; la cabecera, de numerosos ábsides, se convierte en un elemento primordial, y la fachada suele encontrarse flanqueada por torres. Además, la decoración esculpida formaba parte, en la época románica, de las características de la arquitectura religiosa. Toulouse y el norte de cspaña fueron dos cunas de esta nueva arquitectura. Si antaño se pretendía averiguar a cuál de las dos había que atribuir la paternidad de los orígenes, en la actualidad sabemos que las relaciones y los intercambios ocuparon un lugar destacado en la difusión del arte románico. La arquitectura románica de Francia se puede resumir en dos grandes grupos estilísticos. cl

primero se extendió a finales del siglo XI y durante las primeras décadas del XII, y respondía a exigencias técnicas y funcionales. Se trata de edificios con planta de tres o cinco naves, transepto sobresaliente dividido en tres naves con absidiolas, cabecera con deambulatorio y capillas radiales, y una fachada encuadrada por torres. Las naves laterales cubiertas por bóvedas de arista están rematadas por tribunas de bóveda de cañón apuntada. Tanto estas naves como las tribunas presentan una iluminación abundante. Una bóveda de cañón cubre la nave principal, que sólo recibe iluminación indirecta. cste modelo arquitectónico abarca colegiatas, abadías y catedrales, y sus ejemplos más destacados se

encuentran en el Camino de Santiago de Compostela: San Saturnino de Toulouse, Santa Fe de Conques, San Marcial de Limoges o San Martín de Tours. cl segundo grupo engloba iglesias con cúpulas seriadas que aparecen en el oeste y sur de Francia y en las que se ha querido ver, equivocadament e, una influencia directa del arte musulmán y bizantino. Se trata de construcciones de nave única muy amplia y, en ocasiones, con un transepto saliente (Solignac, Souillac y la catedral de Angulema) y un ábside tan ancho como la nave, que no siempre dispone de capillas. La nave central está cubierta por una serie de cúpulas sobre pechinas sustentadas por arcos amplios y un tanto apuntados que, a su vez, descansan sobre

recios pilares. Los mejores ejemplos de este grupo son, en el oeste, las catedrales de Périgueux, Cahors y Angulema, además de una serie de monumentos en las regiones de Lemosín, Saintogne, Périgord y Guyena, y en Moissac (Quercy). Todas estas construcciones se erigieron durante las dos primeras décadas del siglo XII. La catedral de Angulema [FIGURAS 1-23], comenzada en 1110, ilustra a la perfección este grupo de iglesias con la serie de cúpulas sobre pechinas. Presenta, en efecto, el tipo de cúpula más antigua, que también aparece en el tramo occidental de la primera catedral de Saint-Front de Périgueux, en la nave de Cahors y en la de la antigua abadía de Souillac. La investigación de

Pierre DubourgNoves ha demostrado que, en los primeros momentos, los cuatro arcos que sustentaban la cúpula se apoyaban en robustos pilares y que la base de los muros laterales incluía una arcada sobre pilastras. Por desgracia, las obras del siglo XIX otorgaron a esta cúpula el mismo aspecto que a las otras, que ya no están construidas con mampuesto sino aparejadas y montadas sobre arcos doblados sostenidos por pilares con columnas. Los muros laterales presentan una arquería decorada con capiteles esculpidos. cl transepto, muy amplio, cuenta con una cúpula en el crucero y sus brazos disponían originalmente de dos campanarios de importancia desigual. cl situado en el sur, más pequeño, no se ha conservado; sin

embargo, el del norte, muy restaurado en el siglo XIX, conserva en la planta baja unos capiteles excelentes. cl conjunto desemboca en una cabecera muya alargada, en cuyo fondo se abren cuatro capillas. CATEDRAL DE ANGULEMA FIGURA 1

FIGURA 2

FIGURA 3

Otra construcción importante, la catedral románica de Saint-Front de Périgueux (1120-1173), nos muestra los procedimientos arquitectónicos originales de las cúpulas. Dos edificios están unidos entre sí por un eje diferente: una basílica rematada por un campanario y la iglesia de planta de cruz griega con cúpulas. Las importantes reparaciones del siglo XIX afectaron en especial al alzado y el tratamiento de la mampostería. cn un principio, las cúpulas de dimensiones diferentes se construyeron con mampuesto, y sólo tres o cinco hileras aparejadas reforzaban su base. Las cúpulas actuales son semejantes y aparejadas. Las pechinas, remontadas de manera uniforme en hilada, presentaban en sus orígenes once hileras en la base y las otras perpendiculares a la curva de las pechinas. De todas formas, se han conservado la galería de circulación con el apoyo de las ventanas y los huecos cruciformes de los pilares que sostenían las cúpulas. cste tipo de cubierta es totalmente diferente del utilizado en la catedral de Le Puy, que recurre a cúpulas que utilizan trompas en lugar de pechinas. cste edificio, que desde el siglo XI ha sido un importante centro de peregrinación mariana, consta de una nave principal con naves laterales, dividida en cuatro tramos y cubierta por una bóveda de cañón. cl ancho transepto, también cubierto

con el mismo tipo de bóveda, presenta en sus extremos dos absidiolas yuxtapuestas, incrustadas en el espesor del muro y rematadas por profundas tribunas. cn el crucero se eleva un campanario encima de una cúpula sobre trompas en cascarón. cl coro, alargado y terminado en forma de semicírculo en el interior, adquiere una forma rectangular en el exterior, y está encuadrado por dos capillas muy estrechas. cste modelo se mantiene fiel a las características de la época prerrománica. cn el siglo XII, la bóveda de cañón de la nave central se sustituyó por cúpulas de ocho casquetes sobre trompas hemisféricas, sostenidas por una cornisa en cuarto de esfera volada en su parte central. Al norte y al sur, unos amplios vanos situados entre las trompas iluminan la nave. csta concepción, como ha demostrado Marcel Durliat, no se emparenta con la arquitectura musulmana, sino con las cúpulas de San Martín de Ainay, en Lyón (consagrada en 1107). csta estructura se desarrolló en Auvernia, en los alrededores de Lyón y en Provenza desde la segunda mitad del siglo XI hasta finales del XII.

La cdad Media, en especial los siglos XI y XII, se caracterizó por un gran movimiento de peregrinaciones que convirtió esta época en una de las más intensas de la civilización cristiana. La peregrinación es un viaje a un lugar sagrado, de devoción, en el que los fieles esperan, por lo general, la obtención de una gracia divina. cl peregrino sólo decide la fecha y el destino. La ruta incluye numerosas etapas en lugares de piedad, verdaderas peregrinaciones parciales. Se trata de un acto de fe que lleva a cabo el creyente, pues el Camino es peligroso, hasta el punto de arriesgar la vida. Los lugares de peregrinación crecieron a la vez que el número de peregrinos. De todas formas, hubo tres destinos que destacaron sobre los demás: el Santo Sepulcro de Tierra Santa [FIGURA 1], el sepulcro de San Pedro en Roma y, por último, el del apóstol Santiago en Compostela. Santiago el Mayor, uno de los discípulos de Jesucristo, aparece constantemente en los pasajes más importantes de los cvangelios. Tras su decapitación hacia los años 41-44 d.C., el emplazamiento de su tumba había caído en el olvido. Sin embargo, según la tradición relatada en la Concordia de Antealtares (1077), el lugar fue revelado, de forma milagrosa a principios del siglo IX, a una ermitaño llamado Pelagio, que se había instalado cerca de la iglesia de San Félix. Cuando el rey Alfonso II el Casto se enteró del descubrimiento, ordenó construir tres iglesias sobre tan sacra ubicación.

cn una época de guerras y luchas incesantes, sobre todo entre cristianos y musulmanes, Alfonso II aportó a su reino un resurgimiento artístico y cultural, de mayor valor si cabe porque significaba la vuelta a la prosperidad y se unía a numerosos intercambios con la corte de Carlomagno. cl descubrimiento de las reliquias de Santiago convirtió al santo en un símbolo de protección de la cspaña cristiana. Se le representaba con la apariencia de un poderoso caballero que luchaba contra los musulmanes; de ahí su apelativo de «matamoros». De esta manera, la afluencia de personas, y sobre todo de donativos, permitió que se construyera una ciudad alrededor del mausoleo. Los lugares hacia los que se dirigían los peregrinos se convirtieron en el origen de una importante producción de guías de peregrinación, que aconsejaban al viajero y le ayudaban a lo largo del camino. La Guía del peregrino de Santiago de Compostela, extracto del libro V del Codex Calixtinus, que se remonta a 1139, es la obra que, sin duda, presenta mayor interés por lo que respecta a los diversos itinerarios. Describe cuatro principales: la Via j    , la ruta de Le Puy a Ostabat, la   ?   y la  j  . FIGURA 2: SAN TRÓFIMO

FIGURA 3: Saint-Gilles-duGard

FIGURA 4: Lc PUY

La j    constituía la ruta que solían seguir los peregrinos procedentes de Italia u Oriente, así como los que venían de la costa mediterránea. De Arles llegaba a Puente la Reina pasando por Toulouse. La primera etapa del peregrino era la catedral de Arles, en la que se recogía ante los restos de San Trófimo [FIGURA 2]. cn su camino hacia el oeste, llegaba a Saint Gilles-du-Gard [FIGURA 3] para venerar a San Gil, el santo patrón. Antes de llegar a Toulouse, encontraba numerosos lugares sagrados que conservaban reliquias preciosas, como Saint-Guilhem-le-Désert, con el cuerpo de San Guillermo, Murat-sur-Vèbre y Castres. cn Toulouse, se acercaba al cuerpo de San Saturnino, obispo y mártir; la guía precisa además que, en la misma ruta, «hay que visitar los cuerpos de los bienaventurados mártires Tiberio, Modesto y Florencio [...]. Descansan a la orilla del Hérault, en un sepulcro muy hermoso». cl Camino continuaba por Pibrac, Auch, Morlaas, Lescar, Pau, La Commande y Oloron-Sainte-Marie, antes de jalonar el valle de Aspe y atravesar el puerto de Somport. Los fieles procedentes del este, que pasaban por Montpellier, a veces preferían atravesar Cataluña en lugar del Languedoc, desde donde llegaban también a Puente la Reina. cl segundo itinerario propuesto era el de Le Puy a Ostabat, punto de encuentro de las cuatro rutas, vera el que solían tomar los peregrinos de Lyón, Vienne, Valence o de Clermont-Ferrand, Issoire, Sauxillanges y Brioude. Desde Le Puy [FIGURA 4], lugar de partida, se atravesaba el macizo del Aubrac, Perse, Bessuejouls y las gargantas del Dourdour. cl peregrino descansaba en Conques, en cuya basílica se conservan las reliquias de Santa Fe, virgen y mártir [FIGURA 5]. Continuaba hacia Figeac, desde donde era opcional dar un rodeo por

FIGURA 5: CONQUcS

FIGURA 6: VÉzelay

Rocamadur, Marcilhac, Cahors y Le Montat, antes de dirigirse a Moissac, Lectoure, Condom, cauze, Aire-surAdour, Orthez, Sauveterre-de-Béarn y, por último, Ostabat. La   ?   partía de Vézelay [FIGURA 6] y transcurría por Saint-Léonard-de-Noblat. cn primer lugar, el peregrino tenía la obligación de recogerse ante la reliquia de María Magdalena. Después continuaba su camino pasando o bien por La Charité-sur-Loire, Nevers, Noirlac, Neuvy-Saint-Sépulcre y Gargilesse, o bien por Bourges, Charost, Déols, Châteauroux y Argenton-sur-Creuse para llegar a Saint Léonard, donde oraba ante las reliquias del ermitaño San Leonardo. Desde allí, el caminante se dirigía a Limoges y seguía luego a La Reóle y Mont-de-Marsan pasando por SaintJean-de-Côle y deteniéndose en Périgueux, donde se conservan las reliquias de Saint-Front. Desde este punto se podía dar un rodeo por Trémolat sur la Dordogne antes de llegar a Ostabat. La  j   era el cuarto itinerario propuesto. De París se dirigía a Orleans ²donde se hallan «en la iglesia de la Santa Cruz, el madero de la cruz y el cáliz de San cuverto, obispo y confesor»², o a Chartres y llegaba a Tours, escenario de varios milagros de San Martín. cl peregrino se encaminaba a continuación hacia Ingrandes y se detenía en Poitiers para venerar las reliquias de San Hilario. cn este punto podía elegir entre salir para Angulema o para Saintes. Si se decidía por esta segunda opción, hacía una parada en Saint-Jeand'Angély para rezar ante «la cabeza venerable de San Juan Bautista, traída por religiosos desde Jerusalén hasta un lugar llamado Angély, en Poitou». cl caminante volvía a parar en Saintes ante el cuerpo de San cutropio, obispo y mártir. Continuaba hacia Blaye «junto al mar, [donde] hay que pedir la protección de San Román», y se detenía en Burdeos para orar ante el cuerpo de San Seurín. Después de atravesar Saint-Paul-les-Dax, se llegaba por fin a Ostabat. A partir de aquí, el peregrino tomaba el Camino Francés: atravesaba el actual País Vasco francés y llegaba a la cruz de Carlomagno, primer lugar de oración en el Camino de Compostela. Los itinerarios de cspaña para llegar a Santiago eran relativamente fáciles y el caminante, una vez en territorio hispánico, no podía dejar de visitar «el cuerpo del bienaventurado Domingo, confesor, que construyó la calzada entre Nájera y Redecilla, donde ahora descansa. Hay que visitar los restos de los santos Facundo y Primitivo, cuya basílica fue erigida por Carlomagno [...]; desde allí hay que dirigirse a León para ver el cuerpo del bienaventurado Isidoro, obispo, confesor y doctor, que

instituyó una regla muy devota para los sabios eclesiásticos, impregnó con su doctrina a todo el pueblo español y honró a la Santa Iglesia con sus obras fecundas». cl peregrino proseguía su camino hacia Pamplona y llegaba, luego, a Puente la Reina. A continuación atravesaba cstella y se dirigía hacia La Rioja. La travesía de Castilla y León también se efectuaba al ritmo de etapas santas. cl caminante llegaba al final de su aventura al entrar en Galicia e irse acercando a Santiago de Compostela. cl Camino de Santiago en territorio hispánico constaba de 16 etapas, cada una con sus propios rituales. cn Compostela, el peregrino tenía que cumplir con unos ritos: de entrada, plantaba una cruz en la cumbre del puerto de Cize, tras «arrodillarse mirando hacia la patria de Santiago y orar»; después, se sumergía en agua fría para purificarse y «por amor al apóstol». Ya podía entrar en la ciudad. Además, tenía que transportar una piedra caliza desde el monte Cebrero hasta Castañeda. cstas piedras se transportaban luego con carros hasta Compostela. Los peregrinos traían ofrendas que enriquecían el tesoro del santuario. Se vestían con ropa nueva antes de purificar el alma y recibían un documento que demostraba su paso por Santiago de Compostela, señal de la expiación de sus pecados.

Desde finales del siglo XI y a lo largo del siglo XII, el Camino de Santiago provocó un anhelo de construir que permitió un importante despliegue arquitectónico. Monasterios, abadías, basílicas y colegiatas aparecen a lo largo de la ruta del peregrino y manifiestan un románico de total madurez, magnificado por la nueva escultura que prolifera en los claustros y las fachadas. cl gran fervor religioso de este periodo engendró construcciones grandiosas y, en ocasiones, muy ambiciosas. cn la segunda mitad del siglo XII, la catedral de Le Puy [FIGURAS 1-2-3-4] se amplió en respuesta al culto mariano que no cesaba de crecer y que se concentraba en aquel lugar. Se añadieron dos tramos adicionales en el lado oeste de la nave central, elevados sobre un pórtico importante precedido por una escalera monumental que servía para salvar el desnivel del terreno. cste modelo arquitectónico se asemeja al de la abadía de San Michele della Chiusa, cerca de Avigliana, construida en la punta rocosa del Monte Pirchiriano, que además limita su implantación. A diferencia de Le Puy, el santuario se amplió hacia el este con el añadido de una cabecera que se apoyaba en una escalera monumental. También cabe mencionar, aunque en un período más tardío (a comienzos de la época gótica), la iglesia del Mont-Saint-Michel. Le Puy FIGURA 2

FIGURA 3

FIGURA 4

SANTA FE DE CONQUES FIGURA 5

FIGURA 6

FIGURA 7

cn esta efervescencia arquitectónica, aparece una nueva tipología en los caminos que se dirigen a Santiago que parece haber influido en gran medida en las iglesias de San Martín de Tours, San Miguel de Limoges, Santa Fe de Conques [FIGURA 5], San Saturnino de Tolusouse e, incluso, el santuario de Santiago de Compostela. A finales del siglo XI y principios del XII, muchas abadías, colegiatas y catedrales adoptaron un mismo modelo de planta, con tres o cinco naves y transepto, el cual disponía también de tres naves, cabecera con deambulatorio y capillas radiales. La fachada con sus altas torres cuadradas resulta imponente. La cabecera, por su parte, crea una relación de volúmenes muy matizada a la altura de la girola y las absidiolas radiales, cuya orientación contrasta con la de los ábsides añadidos a los brazos del transepto. La nave principal, mucho más alta que las laterales, está cubierta por una bóveda de cañón sobre arcos fajones, mientras que en las laterales, coronadas por amplias tribunas que se abren a la nave principal mediante arcadas, se imponen las bóvedas de arista. La luz entra a raudales no sólo gracias a las aberturas de las tribunas, sino también de las naves laterales. No resulta sencillo encontrar los orígenes de este estilo de basílica de peregrinación, pero se admite que Santa Fe de Conques [FIGURA 6] fue su punto de partida, aunque sea anterior a finales del siglo XI y que el nuevo modelo no se implante hasta 1120. Por otra parte, esta zona de Francia de clima riguroso y suelo poco fértil debe su salvación a la llegada del cuerpo de Santa Fe, fuente de gracias divinas y garantía de ingresos materiales. La abadía presenta todas las características propias de las iglesias de peregrinación, en especial las altas tribunas [FIGURA 7] que rematan los laterales de la nave principal, del transepto y del coro. No obstante, se establecen diferencias por las dimensiones reducidas de su planta [FIGURA 8]: la nave principal, muy corta y con dos naves laterales, sólo dispone de seis tramos, y el transepto, poco desarrollado, contrasta con los ejemplos evolucionados de santiago de Compostela y San Saturnino de Toulouse. Cuenta con naves laterales al

este y al oeste, esta última más estrecha. La nave central, cubierta por una bóveda de cañón con amplios arcos fajones, está contrarrestada por las bóvedas de cuarto de esfera de las tribunas, las cuales poseen ventanales de medio punto. Las naves laterales están cubiertas de arista. La cúpula del crucero consta de ocho nervios y no se construyó hasta el siglo XIV, al igual que el campanario [FIGURA 9]. Los rasgos más originales se hallan, de todas formas, en la cabecera [FIGURA 10]. Dos absidiolas unidas y escalonadas se abren en cada uno de los brazos del transepto: una, muy desarrollada, se encuentra junto a una especie de hornacina abierta en el muro derecho. cste esquema recuerda el tipo de cabecera llamado «benedictina», que se caracteriza por un ábside axial aislado por absidiolas escalonadas. cl coro incluye, sin embargo, un deambulatorio con tres capillas radiales, de las cuales la axial es más profunda que las otras. cste conjunto combina, pues, la planta benedictina con capillas escalonadas, abiertas al transepto, y la planta con girola y capillas radiales, aunque sean cinco capillas la cantidad que suela prevalecer en las iglesias de peregrinación. Para explicar esta conjunción hay que pensar en un cambio de los esquemas constructivos o en la existencia de dos estadios sucesivos, como en La Carité-sur-Loire, donde la planta benedictina primitiva se enriqueció con una amplia girola con capillas radiales. No obstante, esta última hipótesis se critica por la homogeneidad del material. cl conjunto de la cabecera presenta, en efecto, sillares de piedra arenisca roja procedente de las canteras de Nauviale. SANTA FE DE CONQUES FIGURA 8

FIG. 11: SAN SATURNINO

FIGURA 9

FIGURA 10

Las iglesias de San Saturnino de Toulouse [FIGURAS 11-12-13-14-15] y Santiago de Compostela, monumentos contemporáneos aunque no lo parezcan, debieron de tratarse de los primeros ejemplos de esta arquitectura de las peregrinaciones. La consagración de la cabecera de San Saturnino, en 1096, demuestra que en

ese año ya estaba casi terminada y las obras de Santiago, empezadas en 1075, se encontraban en estado avanzado. csta contemporaneidad transmitía al peregrino del siglo XII la sensación de no sentirse extraño entre Toulouse y Compostela. San Saturnino de Toulouse FIGURA 12 FIG. 13 FIG. 14

SANTIAGO DE COMPOSTELA FIGURA 16

FIGURA 17

FIG. 15

La catedral de Santiago de Compostela se erigió en el mismo emplazamiento de la antigua iglesia de Antealtares, construida por Alfonso II. La planta simétrica y regular de la basílica [FIGURA 16] es idéntica a la de Santa Fe de Conques, como la mayoría de basílicas de peregrinación: con forma de cruz latina, la nave principal ²precedida por un nártex y flanqueada por naves laterales² conduce a un transepto, abierto a cuatro capillas, y organiza el coro y el deambulatorio con cinco capillas radiales. La nave central está cubierta por una bóveda de cañón con arcos fajones y contrarrestada por las bóvedas de cuarto de cañón de las tribunas [FIGURA 17]. cl amplio transepto está rodeado de naves laterales por tres lados. La cabecera consta de una gran capilla axial, de planta semicircular en su interior y cuadrada en el exterior. La novedad estriba en las tribunas altas y profundas, con grandes ventanas, que se comunican con la nave por medios de anchos vanos, divididos en dos por dobles columnas y encuadrados por un arco de descarga. cl edificio recibe, pues, iluminación indirecta, a la que contribuyen las ventanas de las naves laterales. cl antiguo cimborrio románico se sustituye por un cimborrio en el crucero. cl conjunto se completa con las dos torres de la fachada y las que se elevan en los ángulos de la intersección del transepto y la nave. Las obras comenzaron hacia el año 1075, en la cabecera, y concretamente en la capilla axial, llamada capilla del salvador. Se interrumpieron en 1088 debido a desavenencias entre el obispo Diego Peláez y el cabildo, y se reanudaron en 1110 con el obispo Diego Gelmírez. Cinco años después, se concluyeron la cabecera, la girola y los brazos del transepto con sus dos absidiolas, y se consagraron ocho altares de la cabecera. cl claustro,

que no se ha conservado, se comenzó en 1124 con el arzobispo Gelmírez, y se volvió a reconstruir en el siglo XVI en estilo gótico. cn 1112 ó 1124, la basílica estaba terminada. cl arzobispo Pedro Muñiz la consagró en 1211. La iglesia de San Saturnino de Toulouse se ajusta en gran medida a la planta de Santiago, de la que sólo se distingue por la presencia de naves laterales dobles a la altura de la nave principal, aparte de un emplazamiento distinto de las torres de la fachada. Lo mismo sucede con la iglesia de San Martín de Tours, que por desgracia fue arrasada en 1798. Con todo, se conserva una torre de la fachada, llamada torre del Tesoro o torre del Reloj, y la del brazo norte del transepto llamada popularmente torre de Carlomagno. Las excavaciones muestran los cimientos de un deambulatorio con capillas radiales. Por otra parte, los trabajos del arqueólogo Charles Lelong han definido una nave central que se alzaba a más de 21 m. de altura, semejante a la de San Saturnino de Toulouse, que alcanza 21,10 m., y a la de santiago de Compostela, de 22 m. Los grandes arcos, en cambio, se elevaban hasta una altura de 10,80 m., mientras que los de San Saturnino y Santiago no llegaban a 9,50 m. La iglesia de San Marcial de Limoges corrió la misma suerte que San Martín de Tours, y sólo la conocemos por planos anteriores a su demolición y por una sección del transepto y otra longitudinal del conjunto del edificio. Debió diferenciarse del resto de iglesias de peregrinación por la presencia de un campanario en el centro de la fachada occidental. La nave poseía la misma longitud que la de Santiago y contaba también con dos naves laterales. Las importantes proporciones de estos edificios respondían a las necesidades de la gran multitud que se congregaba (la basílica de Compostela mide 97 m.); esta afluencia, unida al culto de las reliquias, llevó a multiplicar los altares de las capillas de la cabecera y a establecer circuitos precisos en el interior del edificio: los fieles recorrían las naves laterales y la girola por las naves del transepto; como entraban por un lado y salían por el otro, la circulación era fluida. csta fórmula también facilitaba que las diferentes actividades litúrgicas de la comunidad monástica se desarrollaran con tranquilidad, pese a la aglomeración de fieles.

Aunque estas páginas tratan de arquitectura, resulta difícil en el arte románico establecer la separación entre ésta y la escultura monumental que, sobre todo en el siglo XII, constituyó la decoración prestigiosa de la mampostería y el arte de construir. A finales del siglo XI, la escultura románica volvía a descubrir la Antigüedad, de la que empezó a aprovechar el capitel corintio y la monumentalidad de la ornamentación. Y fue el Camino de Santiago donde aparecieron los grandes modelos de la escultura románica, que se difundieron definitivamente durante el siglo XII con una total diversidad. cn Francia, el Languedoc se vio influenciado por Toulouse. Sin embargo, en la parte española del llamado «Camino Francés», se

aprecia una semejanza clara entre la diversa decoración esculpida románica, como demuestran las iglesias de San Martín de Frómista [FIGURA 1], Santiago de Compostela [FIGURA 2], San Isidoro de León [FIGURA 3] o, incluso, las catedrales de Pamplona y Jaca. Podríamos añadir otros edificios situados ya fuera del Camino, pero también utilizados por los peregrinos; por ejemplo, Santa maría de Iguacel y San Juan de la Peña, así como la capilla principal del castillo de Loarre y la iglesia de San Salvador de Nogal de Las Huertas. Las de Saturnino de Toulouse y San Pedro de Moissac, emplazadas al otro lado de los Pirineos, completarían el grupo. La existencia de un esquema monumental común se observa, en particular, en tres obras importantes de la misma época: las de Toulouse, León y Compostela. cs probable que los escultores de la colegiata de León aprovecharan la continuidad de la escultura ornamental de la Alta cdad Media hispánica, y los de Toulouse, por su parte, conocieran la escultura de la Antigüedad tardía regional. cn cualquier caso, los diversos centros creadores muestran una misma preferencia acentuada por la Antigüedad. Recurren al modelo corintio y utilizan una decoración de palmetas y florones. Las hojas de acanto aparecen a menudo combinadas con bolas y piñas. A estas fuentes decorativas de gusto antiguo, los escultores románicos añadieron otro motivo: la lacería. csta ornamentación fue evolucionando hasta convertirse, ya en un románico totalmente elaborado, en un sistema de entrelazado muy separado de la campana del capitel. cn estos elementos florales, los artistas introdujeron los animales, en su mayoría leones o aves tratados de modo muy esquemático. cn realidad son meros motivos ornamentales que se adaptan a la estructura de los capiteles y acentúan su función arquitectónica. csta deformación también se aplica a la figura humana, que vuelve a incluirse en la decoración esculpida, aunque los escultores se inspiran en modelos diferentes. cn Moissac y Toulouse se basa en objetos de marfil o en orfebrería. csta característica se manifiesta con claridad en los pilares del claustro de San Pedro de Moissac y en las planchas esculpidas en el taller de Bernardo Gilduino para San Saturnino de Toulouse. Los personajes se adaptan a la arquitectura por medio de arcadas, bajo las cuales se tienen en pie, y suelen estar esculpidos en superficies planas. cste modelo se emplea para los relicarios de marfil, como el de San Isidoro de León. cn la catedral de Jaca y en San Martín de Frómista, en cambio, los artistas se inspiran en los sarcófagos romanos. Uno de los capiteles de Frómista presenta diversas caras, las cuales, unas a lado de las otras, forman una composición que aparece en un sarcófago romano de la época de Adriano, procedente de Husillos, localidad situada a unos veinte kilómetros de Frómista. Unos personajes blandiendo serpientes, que adornan algunos capiteles de la catedral de Jaca, se inspiran asimismo en obras romanas. También a partir de modelos romanos con relieve destacado o en alto relieve se elabora la decoración esculpida de las iglesias de San Isidoro de León y Santiago de Compostela. cn un principio, la primera ornamentación esculpida apareció en el interior de los edificios, en el bisel de los capiteles y sus ábacos, que el escultor del románico no cesó de enriquecer y diversificar. Los 260 capiteles de San Saturnino de Toulouse colocados en el arranque de los arcos de medio punto del interior del edificio presentan una gran continuidad estilística. Los de las partes inferiores y el transepto contienen una decoración espesa que incluye todos los tipos de palmetas; los del deambulatorio derivan del corintio; la cabecera, a su vez,

presenta capiteles historiados cuyo estilo se encuentra hasta en las tribunas del coro y, por último, en las naves laterales exteriores aparecen tan sólo adornados con hojas. Las fechas de todos estos elementos esculpidos pueden establecerse teniendo en cuenta que, por una parte, el escultor Raymond Gayrard trabajó en esa iglesia desde el último cuarto del siglo XI hasta su muerte en 1118, y que, por otra, el también escultor Bernardo Gilduino realizó una mesa de altar consagrada en 1096, cuyas formas esculpidas caracterizan un género propio de finales de siglo. cn cspaña aparecieron unas creaciones parecidas a estas últimas unas décadas antes del final del siglo XI. cn San Saturnino de Toulouse, la gran importancia otorgada al mobiliario del altar recuerda la abundancia de la orfebrería y el lujo que aparece alrededor de la basílica de Compostela. Los capiteles más antiguos están adornados con una decoración animalística exquisita, muy inspirada en las estructuras vegetales. A la vez que se desarrollaba esta escultura arquitectónica y mobiliaria, el edificio se enriqueció en el exterior, sobre todo en la entrada, la fachada, la portada o el tímpano. cl escultor románico disponía ya de superficies más amplias, aptas para acoger grandes concepciones iconográficas. Una de las portadas más antiguas es la puerta de los Condes del transepto de San Saturnino de Toulouse. Se halla desprovisto de tímpano y la fachada presenta sólo tres figuras de santos, en dimensión reducida y bajo arcadas, entre los que se encuentra San Saturnino. Lo esencial de la decoración historiada se reserva todavía a los capiteles, situados en los abocinamientos de dos ajimeces. Un paso adelante supuso la portada occidental de la catedral de Jaca, en la que el artista intentó plasmar el simbolismo religioso. Con todo, los personajes resultan difíciles de identificar y sólo se conocen gracias a las numerosas inscripciones. FIGURA 4: PUcRTA Dc LAS PLATcRIAS

La gran portada románica apareció en realidad hacia 1100-1115, en la catedral de Santiago de Compostela, con la puerta de Francia y la puerta de las Platerías [FIGURA 4], en San Saturnino de Toulouse, con la puerta de Miégeville, y en San Isidoro de León con la portada del Cordero y la del Perdón. A ambos lados de la arquivolta, suelen aparecer dos santos en alto relieve o exentos. cn San Saturnino de Toulouse se trata de San Pedro y San Santiago; la iglesia de San Isidoro de León acoge las reliquias de San Isidoro y San Vicente, representados en la portada del Cordero. cl tema de la Ascensión queda plasmado en la portada del Perdón de León y la puerta de Miégeville de Toulouse. Ambas composiciones se caracterizan por una originalidad

iconográfica poco frecuente: los ángeles se sitúan a ambos lados de Cristo, al que ayudan físicamente a elevarse a los cielos. cn León, esta escena se acompaña con un Descendimiento de la Cruz y una Resurrección, en la que se recuerda la visita de las santas mujeres al sepulcro vacío el día de Pascua. cn Toulouse, sin embargo, la representación invade el tímpano y llega hasta el dintel: los apóstoles con la cabeza inclinada hacia atrás contemplan cómo Cristo desaparece entre las nubes. Los diferentes elementos de estas composiciones esculpidas adoptaron, desde entonces, un lenguaje comprensible de inmediato. csta evolución encuentra su plasmación completa en el tímpano de Toulouse: en el centro aparece Cristo con los pies en tierra y los brazos levantados sostenidos por los ángeles; su rostro, vuelto al cielo, nos indica que está a punto de ascender a lo alto. Lo encuadran cuatro ángeles, con las caras mirando también hacia arriba. cl tema de la Ascensión se representa, pues, con gran acierto. Además, el escultor recurre al marco arquitectónico para distinguir el mundo terrenal del celeste: los apóstoles se colocan, por tanto, en el dintel mientras que Cristo ocupa el centro del tímpano. cntre todas estas composiciones, las más ricas proceden de la catedral de Santiago, que contaba, como mínimo, con tres portadas. Dos arcos de medio punto y de iguales dimensiones configuraban la portada septentrional, llamada Puerta de Francia y desaparecida en la actualidad. Según los textos, sabemos que Cristo aparecía en majestad rodeado por los cuatro evangelistas. cl Paraíso Terrenal y la Caída de Adán y cva estaban esculpidos en el tímpano de la derecha, y la cxpulsión del Paraíso y la Anunciación en el de la izquierda. La portada meridional o puerta de las Platerías consta asimismo de dos arcos de medio punto. Se inscribe en un rectángulo rematado por una cornisa en la que figuran numerosos santos esculpidos, los cuales cubren el espacio arquitectónico. A la derecha se representa la Pasión y la Infancia de Cristo y, a la izquierda, la Tentación en el desierto. Al oeste, la portada románica mostraba la Transfiguración de Cristo pero fue reemplazada por el pórtico de la Gloria a finales del siglo XII, el cual se organiza tomando como referencia un parteluz con la estatua de Santiago. cl tímpano ilustra el Juicio Final y el Apocalipsis. La escultura es rica y abundante y ya se vislumbra con fuerza la influencia del gótico. cstos conjuntos se caracterizan por una profusión de la decoración historiada y figurativa, que sobresale de los tímpanos y cubre parte de la fachada. cn las columnas salomónicas

se insertan asimismo representaciones figurativas. MISSAC FIGURA 5

FIGURA 6

DcTALLcS Dc LA PORTADA Y cL PARTcLUZ

La escultura también invadió los claustros. La abadía de Moissac [FIGURA 5] presenta el más antiguo de los claustros románicos historiado del sur de Francia. Su fecha de construcción nos ha llegado grabada en el pilar central de la galería occidental: «cl año de la cncarnación del Príncipe cterno 1100, se concluyó este claustro, en la época del señor abad Ansquitil. Amén.» Las galerías porticadas presentan pequeñas columnas de mármol, alternando simples y duplicadas, coronadas por unos capiteles exquisitos esculpidos con motivos geométricos, vegetales y animales. Los florones antiguos se combinan con un diseño de tallos y follaje para recubrir por completo las dos hileras de hojas de la campana del capitel. cste entrelazado tan tupido no deja espacios vacíos y, al estar tratado en superficie plana, se asemeja a un bordado. csta tendencia se manifiesta aún más en los capiteles, pues ya no descansan en un modelo corintio sino en otro cúbico. Las escenas historiadas ilustran la Redención, con la historia de la caída de Adán y cva y la de Caín y Abel. Otras menos numerosas representan episodios del Antiguo Testamento con Isaac, Sansón, David y Daniel. La infancia de Cristo y su vida pública aparecen con frecuencia [FIGURA 6]. La Pasión, en cambio, sólo se trata en dos capiteles, con el Levantamiento de los pies y la doble representación de la Cruz. cste conjunto se completa con las escenas relativas al ciclo del Apocalipsis. Por último algunos capiteles recuerdan el martirio de los santos (San csteban, San Lorenzo, San Saturnino, San Fructuoso, etc.) y los milagros de la vida de San Benito y San Martín. Una de las características más originales de este claustro radica en los pilares, que están construidos en ladrillo y revestidos con placas de mármol esculpidas en bajo relieve. Ocho figuras de los apóstoles bajo las arcadas, reagrupadas de dos en dos, ocupan los pilares de los ángulos. cl pilar central de la galería este se encuentra decorado por una efigie conmemorativa de Durand de Bredons (1048-1072), primer abad cluniacense de Moissac, el cual restableció la vida espiritual y material de la abadía. cl emplazamiento elegido para la imagen de este santo varón posee una gran significación: atestigua la voluntad de los monjes de instaurar un ideal de vida imitando a los discípulos de Cristo después de la Ascensión, lo que sugiere, por otra parte, la importancia que pretendía adquirir esta orden monástica en el seno de la Iglesia. Así pues, los capiteles de Moissac presentan ricas composiciones, sobre todo muy equilibradas. Las

figuras, de dimensiones reducidas, sobresalen con donaire de un fondo desnudo, a menudo importante, lo que les concede una gran legibilidad. Además, están trabajadas con muchos detalles de una enorme precisión. Cabe señalar que estos capiteles historiados del claustro de Moissac no están dispuestos en secuencias continuas. Los diferentes episodios bíblicos se encuentran diseminados por las cuatro galerías del claustro. cl escultor suele representar una escena por cara en los capiteles simples o dobles, en función de si coronan una o dos columnillas. Algunas escenas, no obstante, invaden las caras adyacentes, y otras están unidas por un elemento decorativo o un motivo figurativo común. Cuando terminaron el claustro de Moissac, algunos de los escultores realizaron una serie de capiteles para el priorato de La Daurade, que poseía la abadía en Toulouse. cstos trabajos se interrumpieron y se reanudaron con un proyecto muy ambicioso ²como mínimo de 12 capiteles² que tenía que relatar la historia de la Pasión y la Resurrección de Cristo, desde el Lavamiento de los pies hasta Pentecostés. Por desgracia, ese claustro quedó destruido durante la Revolución Francesa, pero los elementos que se han conservado muestran que el maestro de La Daurade decidió agrupar en una misma campana del capitel el desarrollo de las escenas. cn un mismo capitel se aprecia, por ejemplo, el Beso de Judas, el Arresto y el Juicio de Cristo, la Flagelación ya Cristo con la Cruz a cuestas. La mayoría de las escenas se suceden bajo arcadas, en ocasiones desprovistas de columnas, para poder ampliar el campo de la acción. Otras se desarrollan sobre un fondo guilloqueado que, al igual que los arcos, recuerda el labrado de los objetos de orfebrería o marfil. Durante las primeras décadas del siglo XII, los claustros historiados aún parecen hallarse poco extendidos, según se aprecia en los restos que nos han llegado. cn Conques, por ejemplo, el claustro, ordenado construir por el abad Bégon (1087-1107), incluye todavía escasos capiteles historiados. A caballo entre los dos siglos, diríase que estas diversas composiciones ilustran la aparición de una iconografía propia del claustro románico. La arquitectura y la escultura se combinan de forma inevitable en su elaboración y, a partir de entonces, en la de cualquier edificio románico religioso importante. De este modo, la escultura invadió los capiteles, las fachadas, los claustros y, en general, el ámbito arquitectónico de la iglesia, que acogía al creyente y, al mismo tiempo, le enseñaba lo esencial de la liturgia católica. Según parece, las rutas de peregrinación desempeñaron un papel importante en la

elaboración de un modelo iconográfico. cn esa época también resurgió el tímpano, que a través de sus esculturas ofrecía a los fieles una síntesis de la doctrina cristiana, así como la visión católica del orden del mundo. La fachada arquitectónica ya no se consideraba acabada si no contaba con decoración esculpida. cl escultor románico puso su arte al servicio de la religión y creó sus obras para gloria de Dios, por lo que se convirtió en un personaje muy apreciado en la sociedad de su tiempo. Lo más normal es que nos hayan llegado en obras religiosas, aunque los escultores también trabajaban para los señores ricos que deseaban decorar sus viviendas privadas. Fachada oeste de la catedral de Santiago de Compostela: el pórtico de la Gloria, construido entre 1188 y 1200. Se articula en torno a un parteluz con la estatua de santiago. Los temas del Juicio Final y del Apocalipsis aparecen representados en el tímpano, en el que Cristo está rodeado por los evangelistas con sus símbolos. La arquivolta muestra a los ancianos del Apocalipsis. Sobre el dintel, unos ángeles portan los símbolos de la Pasión. En el parteluz, Santiago, el patrón de la iglesia, acoge a los visitantes.

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Como demuestran numerosos ejemplos de cspaña y Francia, las ciudades medievales se formaron, en su mayoría, a partir de un núcleo antiguo que, por norma general, solía respetarse. cn el mundo mediterráneo,

el peso de la estructura urbana clásica resulta primordial. cn el norte del continente, sin embargo, las excavaciones realizadas tras las destrucciones de la Segunda Guerra Mundial han aportado una nueva perspectiva sobre el funcionamiento de la ciudad medieval septentrional. Sin olvidar la idea que tenemos de la vida en el campo, podemos afirmar con rotundidad que en la época del románico se vivía en las ciudades. Las ciudades medievales contaban con un barrio judío, cuyo nombre variaba según el lugar y la época. La densidad de esta zona urbana no excluía la presencia de judíos en otros barrios. Normalmente estaba situado en la periferia del núcleo urbano y disponía de sus propias instalaciones comunitarias, como el hospital, los talleres, etc. cl barrio judío de Perpiñán, el Call, constituye un buen ejemplo de este fenómeno de concentración, aunque data ya del siglo XIII. cn 1243 se ofreció un barrio a los judíos de la localidad, a pesar de que si lo deseaban podían seguir viviendo

en otras zonas, hasta que en 1251, Blanca de Castilla, regente durante la minoría de edad de su hijo Luis IX y bajo la presión de las reivindicaciones populares, les impuso la orden de residir en ese barrio. cn otros núcleos como Carpentras (Francia) se produjo, al contrario, un fenómeno de dispersión a cambio, sin duda, de un pago. cl reagrupamiento voluntario de la población judía en una localidad se suele explicar por la necesidad de estar cerca de los edificios religiosos judíos; incluso cuando se trataba de una concentración obligatoria, las razones invocadas también eran religiosas. La sinagoga era el edificio más importante del barrio. A pesar de los múltiples testimonios escritos sobre las sinagogas de Francia, apenas se conservan algunos vestigios. cl descubrimiento en Ruán de una sinagoga en 1976 ha permitido un mejor conocimiento del arte judío del periodo que nos ocupa. csa construcción muestra una estructura semejante a la de los palacios normandos,

pero su identificación se ha conseguido gracias a los grafitos de los muros y a su posición. Fechada hacia el año 1100, esta sinagoga presenta planta rectangular [FIGURA 1], y el exterior de sus muros aparece reforzado por contrafuertes y flanqueado por columnas [FIGURA 2]. La luz entraba en la sala a través de cuatro ventanas de doble abocinado, rasgo poco común en esta región, y el nivel superior se iluminaba de la misma manera. Su decoración era magnífica, aunque de la escultura exterior sólo se conservan las bases, las cuales nos permiten evaluar la calidad del trabajo [FIGURA 3]. Por último, la decoración de motivos geométricos y vegetales se asemeja a la de otros edificios normandos contemporáneos, como en San Jorge de Boscherville. No existe, en cambio, resto alguno de ornamentación interna, lo que confirma aún más la identidad del edificio. SINAGOGA Dc RUÁN FIGURA 1

FIGURA 2

FIGURA 3

GERONA: BAÑOS FIGURA 4

FIGURA 5

Por lo que respecta a los baños públicos conservados en territorio cristiano, los baños árabes de Gerona constituyen uno de los mejores ejemplos que han llegado hasta nuestros días. Se concluyeron en 1194 y presentan una planta muy parecida a la de las antiguas termas y, por tanto, a la de algunos baños árabes occidentales. cl —  ? muestra un alzado con corredor anular y columnas que sostienen el tambor central, bajo el cual se halla una piscina con forma de octógono [FIGURAS 4 y 5]. La circulación en torno a la ciudad era de suma importancia. cl uso de los transportes rodados iba en aumento gracias a un mejor aprovechamiento del caballo, que a partir de entonces se empezó a herrar y enganchar con más facilidad. Las puertas de la ciudad, los muros, la creación y reparación de las vías y la construcción de puentes se cuentan entre las grandes y prestigiosas obras urbanas de la época. Los puentes romanos, poco numerosos o en estado deplorable, fueron sustituidos por otros nuevos con pilares de piedra [FIGURA 6]. Un canónigo de Saint-Salvi describió, poco después de 1402, la construcción del puente de Albi. Como esta obra la reclamaban los ciudadanos y los habitantes del burgo, de los castillos y las aldeas vecinas, así como los obispados de Nimes, Cahors y Rodez, el puente se financió con el alodio de Saint-Salvi, situado a orillas del Tarn, y los peajes del trasbordador. También cabe mencionar el puente de Châtellerault sobre el río Vienne (anterior a 1060), el de Mâcon (anterior a 1077), el de Lyón sobre el Saône (hacia 1077) y el de Grenoble (1100). A partir de mediados del siglo XII, esta arquitectura manifestó una fuerza mayor; por ejemplo, en Ruán (1144-1145), Aviñón /1177-1185) ²puente sufragado únicamente con las limosnas², e incluso Narbona, donde, a principios del siglo XIII, un puente nuevo sustituyó el de la época romana. cl aumento de los portazgos permitió, además, la mejora de la red viaria. Arquitectos famosos, como el maestro Mateo de Santiago de Compostela o Petrus Deustamben de León trabajaron en estas obras. cste desarrollo importante de los caminos estuvo

acompañado de la creación de un sistema de parroquias rurales. Se produjeron múltiples ocasiones de intercambio entre el campo y la ciudad, a partir de entonces interdependientes. FIG. 6: Puente Valentré

Durante los siglos XI y XII, se formaron nuevas ciudades. Fuera de sus límites nacieron nuevos burgos en torno a los monasterios que poseían, en ocasiones, su propio recinto amurallado, como el burgo de Saint-Martin-des-Champs en París o el de Saint-Martin en Tours. No obstante, hay que precisar que la ciudad podía poseer territorios fuera de sus murallas y que éstas también podían proteger pueblos, por lo que no constituyen un rasgo definitorio de la ciudad, ni desde un punto de vista territorial ni simbólico. Por su parte, los monasterios emplazados cerca de las ciudades se unían a éstas por medio de amplias calles sinuosas que convergían en el monasterio (Charlieu, Saint-Denis) o sencillamente la localidad los absorbía (Aurillac, Figeac). Además, se formaron burgos monásticos independientes alrededor de algunos monasterios aislados (Cluny, Saint-Denis, Conques). De todas formas, ciertas abadías nunca llegaron a crear pobalciones a su alrededor; tal es el caso, por ejemplo, de San Miguel de Cuixá ' . Otras ciudades se crearon a partir de burgos que se desarrollaron en torno a los castillos. Estos burgos, muy numerosos en Francia, presentaban planos muy variados según la

configuración del terreno donde se asentaban. En ese caso, castillo y ciudad podían situarse con relación a un río que influía en la estructura urbana, como en Château-Thierry o en Chinchón. La población podía rodear el castillo (Montluçon, Gourdon) en el llano (Châteauroux) o en una elevación (Pau). La ciudad de Caen constituye, quizá, un caso aparte, algo más complejo. En efecto, los dos burgos de Saint-Jean y Saint-Pierre ya existían en el siglo XI con su propia iglesia parroquial, además del castillo, que constaba asimismo de un núcleo urbano. Este ejemplo demuestra que no había una solución única en la formación de los burgos surgidos alrededor de un castillo. Aunque se manifiesta un importante desarrollo de las ciudades francesas a lo largo de los siglos XI y XII, el porcentaje es claramente inferior al de Europa central. En el sur obre todo, el fenómeno de las jurisdicciones permitió la protección de algunos núcleos con la concesión de salvaguardias y seguridades. Se delimitaba un terreno más o menos amplio, al que se concedía una carta por medio de una orden militar o religiosa que autorizaba la fundación de un pueblo. Estos núcleos suelen presentar dos tipos de planos: si es lineal (Villefranche-sur-Cher, Sauveterrede-Béarn), se desarrolla sobre un eje (calle o camino) y la iglesia se halla en uno de los extremos; si es radial, se organiza alrededor de la iglesia (Couvertoirade, Beaumont-enArgonne). Este desarrollo de las ciudades se prolongó más allá del siglo XII con los pueblos fortificados. Ya en 1144, la fundación de Montauban anunciaba este nuevo tipo de estructura cuadriculada limitada por dos ejes, en cuya intersección se situaba la plaza mayor.

   En Italia se puede hablar de continuidad urbana a partir del siglo XI, y las grandes ciudades se encuentran en su mayor parte en el norte. Algunas murallas no se construyeron hasta el siglo XIII, forzadas por la inestabilidad militar pero también para simbolizar el poder de las ciudades y sus prerrogativas. De todas formas, la mayoría de las ciudades conservaron los recintos de la Antigüedad tardía. Caserta Vecchia en Campania y San Gimignano en Toscana '  constituyen ejemplos de ciudades medievales de importancia intermedia. La ciudad medieval conservó, en general, la planta rectangular o cuadrada del último período de la Edad Antigua, aunque en ocasiones se inscribía en una planta concéntrica. Al igual que en Tréveris, la catedral, el conjunto episcopal y los monasterios constituían núcleos autónomos dentro de la población. En el siglo XIII, la ciudad adoptó forma circular, con una estructura central en forma de octógono. Se conservó la idea del foro clásico, por lo que en la ciudad encontramos una plaza central con edificios religiosos y administrativos a su alrededor. Los habitantes de los grandes núcleos preferían organizarse en barrios según su oficio o etnia. En Italia, Venecia constituye la única creación medieval importante '  , pues todas las otras ciudades ya existían en la Antigüedad. Las de tamaño medio presentan, en cambio, todas las posibilidades urbanas y suelen datar del siglo XIII. Unas se desarrollaron en las

colinas, otras en las llanuras; entre estas últimas, algunas crecieron radialmente como Aversa, cerca de Nápoles. Otras seguían un esquema lineal (Castel San Pietro, en Emilia) o presentaban dos ejes que se entrecruzaban (Massa Lombarda). En Roma, la densidad y la nueva importancia que tomaba la ciudad se superponían a la tradición y a los monumentos antiguos. El peso del papado y las órdenes monásticas, así como el prestigio ligado a su reputación de „ , llevaron a su transformación, pero también a conservaciones no desprovistas de interés. El siglo XII fue un período de renacimiento en el que Roma ocupó un papel mítico para el occidente de la cristiandad, en una época de construcciones y desarrollo urbano. Se erigieron nuevos barrios e iglesias entre San Pedro de Roma y el castillo de Sant'Angelo. El Capitolio volvió a ser un lugar habitado desde el que se dominaba el Foro. Por último, la estructura de la ciudad quedó prácticamente intacta y, con ella, el recinto romano que la rodeaba. Conocemos el plano de Roma del primer cuarto de siglo XIII a través de dos versiones. La ciudad, orientada hacia el este, se hallaba rodeada por una muralla elíptica jalonada por torres. En el interior se encontraba el Tíber, la isla, las siete colinas en la orilla izquierda y el Janículo a la derecha. Los monumentos y las calles aparecen marcados con claridad, entre los que destacan el castillo de Sant'Aneglo, el Panteón y el Coliseo. Una calle recta flanqueada de arcadas unía San Juan de Letrán con el Coliseo. Las casa solían contar con pórticos abiertos a la calle, con arquitrabes y capiteles que se estilaban mucho en el siglo XII. Por último, cabe destacar la importancia del aprovechamiento de material antiguo en la plástica urbana, como ilustra a la perfección la casa llamada «Casa di Crescenzio», de principios del siglo XII, emplazada entre el Capitolio y el Tíber.     El urbanismo se desarrolló en Inglaterra a partir de 1066, con numerosas anexiones al abrigo de monasterios y castillos. Las ciudades también adoptaron mayoritariamente unplano lineal o radial, pero este último tipo (como en Sarum) se halla, en proporción, menos extendido que el primero. En Oxford, la plaza del mercado está unida a la calle, por lo que tuvo que alargarse. Las ciudades monásticas de Peterborough y Bury SaintEdmuns (Suffolk) ilustran la yuxtaposición del monasterio y la ciudad. La localidad feudal de Ludlow presenta un trazado longitudinal en cuyos extremos se sitúan, en un lado, el castillo y en el otro, la iglesia, unidos por una calle que se alargó para incluir el mercado. Bristol y Durham se instalaron en el meandro de un río. En las pequeñas ciudades inglesas construidas en una encrucijada de caminos, el mercado ostentaba un lugar destacado. El trazado radial permitía la edificación de fachadas en los caminos que conducían a él, así como a la plaza del mercado, lo que explica en gran medida el éxito de este tipo de trazado.

San Gimignano. Esta ciudad de Toscana se caracteriza por la longitud de sus calles principales, que la dividen en dos separando los barrios artesanos de las zonas de comercio, pero, sobre todo, por sus casa-torre. Constituyen un buen ejemplo de la ciudad mediana de la época medieval.

Vista aérea de Venecia. Esta ciudad fue creciendo y extendiéndose de forma progresiva por las islas, así que su urbanismo ha quedado limitado por la topografía natural del terreno. La arteria principal era la Merceria, que unía la plaza de San Marcos con el puente de Rialto. Se construyeron monumentos públicos, como el palacio Ducal, el Arsenal para los fines marítimos de la ciudad y los almacenes Fondaco dei Turchi para las actividades comerciales. Venecia es la única gran ciudad medieval, pues el resto presenta orígenes romanos.

l palacio abacial de Pomposa, llamado Palazzo della Ragione, resulta muy representativo de la arquitectura civil prestigiosa, debido sobre todo a su fachada con dos niveles de arcadas superpuestas, en los que los huecos y la sensación de profundidad parecen predominar sobre el muro. Se trata del palacio en el que el abad impartía justicia [FIGURA 1]. cn el aspecto arquitectónico, el Palacio de Pomposa no tiene relación con lo que sería poco después el modelo de sede municipal italiana; en cambio, puede compararse con los palacios y viviendas Venecia. cl uso del ladrillo en los muros y del mármol en columnas y capiteles es una de las características de la laguna veneciana. La sobriedad generalizada de la fachada del atrio, con su gran abertura central en el nivel inferior, flanqueada por galerías laterales más bajas, y la logia porticada continua del primer piso permiten aventurar que se construyó en el siglo XII. cl aspecto actual del edificio es el resultado de la restauración que le ha devuelto su línea original y que no ha tenido en cuenta las modificaciones que, a partir de 1396, emprendió el abad Bonaccorso. cn la arquitectura medieval románica, el aspecto exterior de los palacios aparece especialmente cuidado, incluso cuando no contiene decoración esculpida o enriquecimiento arquitectónico particular. Más allá de la articulación formal, hay siempre una intención tras la forma que determina la voluntad monumental y la

presencia pública del edificio [FIGURA 2]. cl palacio imperial o señorial urbano se caracteriza por la voluntad de aparentar y se identifica por la aparición de una galería abierta en la fachada. Los palacios ilustrados en el tapiz de Bayeux constan de una planta baja y un piso superior, representado por una hilera de arcadas. cl palacio de la Wartburg (1157-1165), algo más tardío, manifiesta un aspecto contundente, sobre todo en los niveles inferiores. cn el interior, la gran sala que distingue los palacios puede dividirse en dos naves por una fila de columnas que, a veces, alternan con pilares. cn Alemania, la fachada del palacio de la Wartburg o las de Bad Wimpfen o Münzenberg plasman en el exterior los ritmos interiores. cl palacio principesco de Goslar , construido en la época de los Salier y los Staufen, constituye un ejemplo de palacio fortificado imperial dentro de la tradición carolingia, al que cnrique II (1015-1019) añadió un anexo [FIGURAS 3 y 4]. La mayor parte de las obras se llevaron a cabo durante el reinado de cnrique III, a mediados del siglo XI, entre las que destaca la vivienda señorial y la colegiata. La primera fue transformada por Federico I, Barbarroja, con la construcción de la capilla de San Ulrich [FIGURAS 5 y 6] y de un corredor. La edificación de las viviendas privadas de la ciudad se desarrolló con el enriquecimiento de la burguesía urbana. cstos edificios, que alcanzaban alturas considerables, con sótanos o bodegas, concentraron todo el esfuerzo ornamental en la decoración de la fachada exterior. Con esa voluntad de aparentar ya comentada, se creó una rivalidad entre burgueses, señores y eclesiásticos por ver quién poseía la fachada exterior más cuidada. La de las viviendas privadas imitaba a la de los palacios: una gran portada situada en la planta baja, ajimeces con arcos apuntados o de medio punto, a menudo protegidos por un arco de descarga en la planta noble, y, por supuesto, una rica decoración de capiteles, basamentos, tímpanos y relieves. cn cambio, la organización interior de estas viviendas se caracterizaba, en general, por su funcionalidad. cl sótano solía presentar planta rectangular, en ocasiones con pilares intermedios, y la planta baja estaba abierta y podía servir de almacén o tienda; por último, el primer piso ²y el segundo cuando lo había² se reservaba para la vida privada y social. Las paredes se hallaban decoradas con pinturas murales o tapices. cstas construcciones se realizaban en piedra. Se conservan pocos ejemplos de esta arquitectura civil de la época románica. La casa urbana de Saint-Antonin, en el departamento francés de Tarn-et-Garonne, resulta excepcional, con su alzado de tres pisos. La ordenaron edificar en el siglo XII los Granolhet, familia de ricos burgueses, con esa preocupación por aparentar [FIGURA 7], lo que les condujo a construir esta vivienda fastuosa en la plaza del Ayuntamiento, hacia el oeste. cn 1175, el conde de Toulouse Raimundo V se detuvo aquí y, en el siglo XV este edificio privado se convirtió en la sede del Consulado de la ciudad. La vivienda incluye un cuerpo, unido a una torre, con una serie de tres arcos apuntados sobre los que se abre un ventanal armonizado por tres grupos de tres pequeñas columnas, separadas por pilares con esculturas de gran calidad (Adán y cva, el Juicio de Salomón). Otro ventanal ilumina la gran sala de recepción. cn el último piso aparecen tres ajimeces de medio punto, tras los cuales se encuentran las estancias en las que se habitaba. cn un principio, la fachada estaba adornada con incrustaciones de cerámica que, en la actualidad, han desaparecido. La torre, por su parte, constituía todo un símbolo de poder utilizado a menudo por los nobles y los burgueses, como en Toulouse. La casa románica de Cluny, la de Dol (Bretaña) y el pabellón de Adelaida en Burlats son otras ilustraciones de esta arquitectura civil románica. Los palacios abaciales o episcopales [FIGURA 8 y 9] presentan una disposición semejante a la de las viviendas señoriales con varias plantas. CAPILLA DE SAN ULRICH CASA PALACIO EPICOPIAL DE

GRANOLH ET FIGURA 5

FIGURA 6

FIGURA 7

AUXERRE FIGURA 8

FIGURA 9

FIGURA 10: BRAGANZA

La Inglaterra de los siglos XI y XII contaba con una arquitectura civil muy parecida. cn Hampshire, la casa románica de Cristchurch es una vivienda de dos pisos que forma parte del castillo y se halla cubierta por una estructura de madera. La planta baja, destruida y restaurada, quizás se reservaba al servicio. Una escalera interior conducía a la planta noble, iluminada por ventanales. A partir de mediados del siglo XII, las grandes residencias judías empezaron a parecerse a las del continente. Cabe mencionar, por ejemplo, el Moyses Hall en Bury Saint cdmunds y la Jew´s House y la Aaro´s House en Licoln. cstas casas manifiestan la riqueza de la poderosa buguesía judía, que se construyó suntuosas viviendas, como la del notable Richard de Leicester en Southampton, de principios del siglo XIII. Los ejemplos de arquitectura civil urbana que se conservan resultan escasos para realizar un estudio por regiones. cntre los edificios públicos, la fachada de la casa de la Paeria, en Lérida, muy restaurada, anuncia las grandes fachadas góticas de los edificios administrativos de la ciudad. La Domus Municipalis de Braganza, que se remonta a finales del siglo XII o los albores del XIII, se halla emplazada sobre una gran cisterna abovedada. Las reuniones del Senado se celebraban en una amplia sala iluminada por ventanas de medio punto [FIGURA 10]. FIGURA 1: Palazzo della Ragione

FIGURA 2: cSTcLLA

FIGURA 3: GOSLAR

cn la época románica, el castillo cumplía una importante función social: contribuyó junto con las iglesias parroquiales y los monasterios a la transformación del paisaje rural y a la reagrupación de núcleos de población. Su primera función, no obstante, era la defensiva, sin olvidar que era la residencia del señor feudal. Su estructura tenía que responder, pues, a unas pautas de vivienda y de recepción. Por último, el castillo podía contar con otras funciones si se trataba de un centro administrativo o si dominaba una explotación agrícola. La vida se organizaba desde el castillo. Su construcción, ordenada a menudo por el señor, fue desde el siglo XII el objeto de la codicia de las autoridades, de luchas e insubordinaciones. Por eso los señores tuvieron que recurrir a la fuerza para conseguir que prevalecieran sus derechos en materia de fortificaciones. Los castillos de multiplicaron y se convirtieron en el símbolo del poderío señorial. La riqueza de los castellanos procedía normalmente de las explotaciones agrícolas. Con la reorganización de la administración local, adquirieron verdadero poder. Un grupo de caballeros, vinculados al castillo, siempre se hallaba en los alrededores y participaba en las expediciones militares. cstos diversos elementos afianzaban la estructura feudal. cl emplazamiento del castillo se elegía por su papel estratégico, pues desde él se tenían que defender las tierras del señor feudal, a la vez que se manifestaba su poder. Algunos recintos fortificados se abandonaban en ocasiones en beneficio de otros más adecuados, por motivos de la estructura social regional y de los cambios violentos que experimentaba. Cabe añadir que, a veces, se producía la reagrupación de varios castillos. ALMOUROL

CHÂTcAU-GAILLARD

cstas construcciones contribuyeron a la transformación del paisaje rural atrayendo enseguida a su alrededor a grupos de población; además, con frecuencia fueron el origen de la creación de burgos o aldeas. De todas formas, no resulta sencillo establecer en cada caso si fue el castillo el que dio lugar al pueblo o al revés. cl castillo solía sustituir a una  estableciéndose en el centro de una explotación. cn ocasiones, el castillo intentaba instalarse cerca de un monasterio. Su establecimiento no tenía por qué ocupar a la fuerza el lugar de un antiguo núcleo de población. Cuando se decidía su construcción en un lugar poco poblado y bastante aislado, se requerían penosos trabajos de desbroce y de organización de la ocupación del suelo. Su distribución, forma y estructura varían según las regiones. cl emplazamiento para la vivienda revestía especial importancia en las zonas fronterizas. cstos territorios no poseían límites lineales sino que estaban definidos por la ubicación de plazas fuertes, desde las cuales los señores podían atacar y asegurar la protección de los habitantes. cl castillo fronterizo constituía el mayor símbolo del poder de un soberano frente a enemigos y vecinos. Otros castillos velaban por la vigilancia de los caminos y se enriquecían gracias a los portazgos, exigidos como derecho de paso a través de las tierras del señor. cn el terreno táctico, el castillo tenía que disponer de todos los elementos necesarios para la defensa del lugar. cl adversario podía atacar escalando, arrojando artillería o con atalayas móviles. También podía excavar una mina subterránea o abrir una brecha en la muralla. La táctica del sitio se utilizaba con mucha frecuencia, por lo que la plaza fuerte debía estar preparada para afrontar un largo periodo de aislamiento. cl profundo foso que rodeaba al castillo era la solución más eficaz contra la escalada. cl donjón central se hallaba rodeado de varios muros que permitían una resistencia aún más efectiva. Los baluartes protegían las cortinas, y las torres de los ángulos facilitaban la defensa radial. Además, las puertas eran escasas y se encontraban muy protegidas. La muralla solía construirse con sillería de tamaño medio, en él se abrían numerosas troneras, y estaba rematado por un parapeto almenado, en ocasiones con matacanes. Los muros estaban reforzados en la base, sobre todo los de las torres y el donjón, por medio de taludes. Gautier de Thérouanne nos dejó una descripción de los años 1100-1130 del castillo

de Merckem, en Flandes: «Junto al cementerio de la iglesia se elevaba una torre alta, que podríamos llamar castillo o fortaleza, construida ya hace años por unos señores según el uso de la región; pues en esta comarca es costumbre de los más pudientes y nobles acumular una mota, lo más elevada posible, excavar un foso alrededor, mejor cuanto mayor fuere la anchura y la profundidad, y rodear por completo la cumbre de la mota con una empalizada de planchas unidas, de una gran solidez, que forma una muralla flanqueada, en la medida de lo posible, por cierto número de torres. Dentro del muro construyen, en el centro, una vivienda o, mejor dicho, una fortaleza que tiene que controlar todo el perímetro; y se dispone de tal manera que la puerta de entrada al castillo sólo resulte accesible a través de un puente que surge de la contraescarpa del foso y asciende en suave pendiente, sostenido en los intervalos deseados por maderos emparejados o, en ocasiones, en grupos de tres; su inclinación está calculada de tal modo que, una vez se atraviesa el foso, llega a la cresta de la empalizada y toca su borde en el punto que corresponde justamente al umbral de la puerta.» csta descripción tan instructiva proporciona una definición del castillo románico de mota, en el que destaca el donjón. cn los albores del siglo XI, apareció el castillo de mota en curopa occidental, entre el Loira y el Rin. Los más antiguos de Inglaterra fueron construidos por los emigrantes normandos y datan de mediados de ese mismo siglo. cste tipo de fortificaciones no aparecen en la península Ibérica. La forma más extendida fue la colina troncocónica; en el siglo siguiente, la forma de cuadrilátero con esquinas redondeadas se fue convirtiendo en la más corriente. Para llegar a la mota, desde el interior o el exterior del recinto, se utilizaba una pasarela sostenida por grandes maderos, que unía el exterior del foso con la cumbre de la mota. cn ocasiones, se reunían dos o tres motas por razones defensivas o en función de la situación familiar de los señores. DONJON CUBICO

DONJON RcSIDcNCIAL

Se puede establecer una evolución continua desde la mota primitiva del siglo X hasta la casa fortificada de mediados de siglo XIII. Las primeras se situaban en los altos y son anteriores a las que se construyeron en el llano, que no aparecieron hasta principios del siglo XIII. Las motas situadas en esos cerros son circulares y esbeltas, con una pequeña superficie en la cubierta y fosos sin agua muy profundos. Las motas de espolón se adaptaban a las condiciones naturales mientras que los otros tipos, en general de forma ovalada, se construían en pendiente. Un tercer tipo de mota se alzaba en el borde de una meseta y dominaba toda la ladera que descendía hasta el valle o vigilaba el camino. La mayoría de las motas de los llanos presentaban forma rectangular o circular. La planta se adaptaba al relieve natural, y la muralla menos elevada y el foso menos profundo seguían su forma. Las excavaciones de la mota de la capilla, en Doué-la-Fontaine, permiten reconstituir el esquema de la evolución de un emplazamiento medieval fortificado. cl aula residencial del primer tercio del siglo X se reconstruyó en piedra tras un incendio acontecido poco antes de la mitad de dicho siglo. Asistimos entonces al nacimiento del donjón monumental: los muros de la sala rectangular (convertida en bodega) están realzados, las puertas se sitúan a 5 m de altura y las viguetas sobre las que descansa el suelo del piso (iluminado por ventanas) están sostenidas por maderos. Otras viviendas señoriales (Langeais) adoptarían este tipo de planta hacia mediados del siglo X. Por último, durante la primera mitad del siglo XI, las dos plantas inferiores del donjón de Doué se vieron rodeadas por una importante capa de tierra y se realzaron las partes elevadas: el donjón quedaba «enmotado». cn el siglo X, el donjón de piedra románico evolucionó paralelamente al de madera en la región del curso medio del Loira y en Anjou, pero no adoptó su forma definitiva hasta el siglo XI, como muestran los ejemplos de Langeais, Vendóme y Montbazon. Hasta finales del siglo XII, el donjón cuadrangular fue la fortificación más utilizada (Gisors, Houdan), o bien aislado o bien integrado en una fortaleza. cn el castillo, diferentes obras se disponían a su alrededor. cl recinto era triple: el primero rodeaba el corral, las granjas y las dependencias; el segundo, la capilla, las tiendas y el alojamiento de la guarnición; el último, protegía la vivienda del donjón. DONJON RcFORZADO

LA TORRc-VIVIcNDA

Los grandes donjones cúbicos normandos se asemejan a los ingleses. Los de Caen, Arques y Falaise se remontan a los años 1115-1130, durante el reinado de Luis VI el Gordo (1108-1137). La difusión de torres cilíndricas o prismáticas como remates de los cuerpos de los edificios (París, Provins) también aparece en el sudoeste de Francia, en los castillos de Foix, Dax y Pau. Fue sobre todo a partir del siglo XIII que la construcción militar avanzó en el Langúedoc y la región del Aude, como muestran Peyrepertuse, Aguilar y Quéribus. cl donjón con contrafuertes se extendió por Inglaterra y el oeste de Francia. Las aberturas se practicaban a una altura considerable y la puerta, que se situaba en el primer o segundo piso, estaba a 5 m del suelo como mínimo. Las diferentes plantas contenían una única sala. Las inferiores eran abovedadas y no disponían de aberturas: se accedía por una trampilla dispuesta en la bóveda. cl primer piso era la planta noble, mientras que el segundo se destinaba a vivienda normal (Loches). Con el tiempo, se prefirió el donjón circular o poligonal, que facilitaba el tiro y la defensa. cl cronista Lamberto d'Ardres ofrece una descripción de la fortificación que Arnul, señor de Ardres (en el departamento francés de Pas-de-Calais) erigió hacia 1099. La mota estaba coronada por un «cuerpo de madera, de estructura magnífica, cuya belleza excedía a todos los castillos de Flandes de la época. Por su empresa, podríamos comparar al constructor, un carpintero de Bourbourg llamado Lodewick, con Dédalo, ya que la obra era un verdadero laberinto en el que se acumulaban cavas, habitaciones, pasillos, graneros que daban paso a las bodegas, y una capilla situada en la cúspide, del lado de levante. La construcción constaba de tres plantas, con suelos diáfanos separados por inmensos intervalos. La primera se encontraba a ras de suelo y en ella se hallaban los cuartuchos destinados a las diversas cosechas y a todos los utensilios del castillo, como canastos, toneles, cubas y otros similares. cn la segunda, reservada para vivienda y reuniones de toda la familia, se encontraban los cuartillos de paneteros y coperos, así como la gran cámara en la que dormían el señor y su esposa. Junto a esa estancia estaba el escusado de las señoritas y la habitación o dormitorio común de los hijos. A través de la gran cámara se accedía, por una puerta falsa, a otro escusado, donde se encendía un fuego por la mañana y por la noche, cuando había enfermos, para su curación, e incluso para que no se enfriaran los niños durante la época de lactancia. A esta planta se unía exteriormente la cocina, que disponía de dos pisos. cn la parte inferior se criaban por separado cerdos, ocas, capones y aves de corral, siempre en cantidad suficiente para el consumo. cn la superior vivían los cocineros y ayudantes de cocina, y se preparaba la delicada comida de los señores y la del servicio. La última planta del castillo estaba dividida, por desvanes de varias alturas, en habitaciones con diferentes accesos. Allí dormían las hijas y los hijos del señor; las primeras, permanentemente, los segundos

cuando les parecía. También era el lugar de descanso, por turnos, de los vigías y guerreros encargados de la custodia del castillo. Un buen número de escaleras y pasillos comunicaban los pisos y las estancias entre sí, el cuerpo del edificio con la cocina o la logia (lugar así llamado con mucho acierto porque, al estar destinado al placer de la conversación, deriva su nombre de  , «4discurso»), o, también, la logia con el oratorio o capilla, cuya decoración de pintura y escultura era comparable con el tabernáculo de Salomón». csta descripción tan precisa de la organización interna podía aplicarse a cualquier tipo de donjón.

CARCASONA

FIGURA 1 FIGURA 2 FIGURA 3 FIGURA 4

FIG. 1: WHITc TOWcR

FIG. 2: WHITc TOWcR

cn cspaña, la construcción militar estuvo vinculada durante el románico a la Reconquista y la repoblación. Desde finales del siglo X hasta finales del XI ²e incluso principios del XII² se produjo en Aragón y Cataluña una colonización agrícola y militar. cn una primera fase de la conquista aparecieron construcciones defensivas en las tierras ocupadas, erigidas para albergar núcleos que potenciaran la agricultura. cste aspecto defensivo se haría más presente a finales del siglo X y principios del XI, tras las expediciones del visir Almanzor. cl modelo más común presentaba una torre que en algunos casos se hallaba adosada a una capilla y a las murallas. Cataluña se distinguió del resto de curopa por su predilección por la torre redonda, aunque se mantuvo la planta cuadrada. cn la torre y la capilla se utilizaba mortero y en las dependencias, piedra en seco. cl donjón residencial se extendió desde finales del siglo XI en los edificios del rey de Aragón y en los del vizconde Arnau Mir de Tost en Llordá. cn Aragón se erigió una serie de castillos a lo largo de la zona fronteriza. Constaban, en su mayor parte, de una sola torre rectangular, pentagonal o hexagonal, rodeada por un somero muro. cstas estructuras albergaban diversos edificios, pequeñas capillas, depósitos y pozos. cl más famoso de estos castillos continúa siendo el de Loarre [FIGURAS 1 y 2], conocido por su iglesia y emplazado a más de 1.000 m de altitud. Una parte importante de esta construcción es contemporánea del primer arte románico meridional. cl conjunto de los diversos edificios se halla rodeado por una muralla ante la cual se eleva el imponente donjón rectangular de más de 22 m de altura, formado por seis plantas, con la puerta situada en la quinta. cs probable que se edificara durante la construcción de la iglesia, a finales del siglo XII, tras la fundación de un monasterio fortificado en 1072. cste último constituye, junto con el pueblo que lo rodea, un buen ejemplo de la arquitectura militar románica. Las fortalezas de Castellar y Montearagón se transformaron, tras la unificación de Aragón y Castilla, en verdaderos campos fortificados destinados a contener las armas mientras se organizaba la reconquista de las ciudades de Huesca y Zaragoza. cn Castilla existen, asimismo, donjones románicos idénticos a los franceses. La torre de Doña Urraca en Covarrubias [FIGURA 3], quizá date del siglo X en sus partes más antiguas. Mide 15 m de longitud, con una amplitud de 8 m y una altura de 18 m, y su distribución interna se asemeja a algunos donjones del norte. Al igual que en Francia, ilustra la importancia de las viviendas palatinas. De todos modos, el recinto amurallado de la ciudad de Ávila sigue siendo la obra maestra de la fortificación castellana del siglo XII. Construido tras la reconquista de la zona, presenta planta rectangular irregular y descansa sobre el mismo suelo, sin foso alrededor. La cortina alcanza los 12 m de altura y se halla jalonada y reforzada cada 20 m por torres semicirculares macizas por las que transcurre el camino de ronda. La ciudad se transformó en una auténtica fortaleza colectiva. La catedral se integra en la muralla adoptando su forma, al igual que las casas de los notables, para así garantizar la defensa. FIG. 3: COVARRUBIAS

FIGURA 1

FIGURA 2

cn Borgoña convivieron, durante el siglo XII, dos tendencias arquitectónicas. La primera se manifiesta en la prestigiosa abadía de Cluny III, cuya iglesia abacial se comenzó a construir en 1088. Siete años más tarde, el papa Urbano II consagró varios altares de la iglesia mientras se encontraba todavía en plena obra. Hasta 1130 no llegó la consagración de este edificio monumental y prestigioso a la vez. cn la actualidad sólo se conserva el brazo sur del transepto y los capiteles del coro, pues fue destruida entre 1798 y 1823. Además de esos elementos, conocemos el edificio por antiguas ilustraciones y por los importantes trabajos arqueológicos del estadounidense Kenneth J. Conat. csta abadía ilustraba la vitalidad económica del centro fundador de la orden cluniacense: la planta de la iglesia, así como las construcciones adyacentes, respondían a las necesidades de la orden. cl edificio, de formas esbeltas, constaba de cinco naves ²precedidas por un nártex², un doble transepto y un ábside con girola y capillas radiales. Dos torres jalonaban la fachada [FIGURA 1]. cl esplendor de la abadía inspiró muchos edificios regionales, como Saulieu, Autun, Semur-en-Brionnais y Langres. La Charité-sur-Loire se asemeja, de modo indiscutible, tanto a Cluny II como a Cluny III. La iglesia de Nuestra Señora, en Paray-le-Monial, reconstruida antes de 1109, también copia la planta de Cluny III pero con algunas diferencias: un solo transepto y un número de naves limitado a tres; además, este edificio se eleva en tres niveles y su deambulatorio se estrecha en comparación con las naves laterales de Cluny III [FIGURA 2]. Lo mismo sucede con San Lázaro de Autun, cuya estructura de tres plantas está cubierta por una bóveda apuntada.

FIGURA 1: CLUNY III

FIGURA 2: PARAY-Lc-MONIAL

La otra tendencia arquitectónica de Borgoña, contemporánea de la ya expuesta, se caracteriza sobre todo por la cubierta uniforme de la nave con bóvedas de arista. cl monumento más representativo es la Magdalena de Vézelay y, en segundo lugar, la iglesia del priorato de Anzy-le-Duc. La nave de la primera se reconstruyó a partir de 1120, mide 10,20 m de anchura por 18,50 de altura, y recibe una bóveda de arista entre arcos fajones de medio punto. cstá precedida por un nártex de tres naves que presenta la

misma anchura. cste elemento ocupó un lugar importante en la arquitectura románica borgoñona. La cabecera, elevada sobre una cripta, incluye cinco capillas semicirculares y cuatro cuadradas. Aunque la iglesia posee una planta menos, la iluminación directa no quedó alterada. A diferencia del tipo cluniacense, la Magdalena de Vézelay presenta una gran horizontalidad [FIGURAS 3-4-5-6-7].

LA MAGDALENA, VÉZELAY FIGURA 3: PLANTA

FIGURA 4: FACHAD A

FIGURA 5: TIMPANO

FIGURA 6: PORTAD A

FIGURA 7: CAPITcL

FIGURA 8: CLcRMONT

FIGURA 9: CLcRMONT

Por lo que respecta al Languedoc, cabe distinguir dos zonas geográficas: el Languedoc tolosano al sudoeste y el Languedoc mediterráneo. A través de Périgord se

produjeron numerosos intercambios artísticos entre el sudoeste y las regiones de Poitiers y Saintonge. Como se aprecia en la fachada de la catedral de Burdeos y en la del Petit Palais, en el departamento francés de Gironda, dos vanos ciegos ²que parecen señalar la entrada de las naves laterales² encuadran las portadas, y los contrafuertes-columnas y las hileras de arcadas refuerzan la cabecera. cn las regiones de Toulouse, Quercy y Albigeois se extendió la moda de la cabecera con deambulatorio y capillas radiales (como en Figeacy en Gaillac), y el estilo de la cubierta con cúpula. cn Albigeois cabe destacar los vestigios de la catedral románica de Albi y en Quercy, la torre porticada de Moissac, cuya recia cubierta se encuentra reforzada por imponentes ojivas que descienden más de lo normal, sostenidas por columnas adosadas a los muros de la sala cuadrada. cn el Languedoc mediterráneo, el estilo románico del siglo XII sustituyó la técnica de sillarejos de piedra partida por la de los sillares perfectamente aparejados. Las nuevas construcciones adoptaron en su mayoría la planta de nave única, muy ancha, cubierta con bóveda de cañón continua o, a veces, apuntada. La persistencia de este gusto por la nave única se manifiesta en Saint-Pons, Agde, Saint-Papoul o incluso en Maguelonne. Las cabeceras, a su vez, se caracterizan por formas más complejas y seguían las corrientes estilísticas más amplias, como en Santiago de Béziers o San Nazario de Carcasona. Por último, hay que mencionar las iglesias fortificadas diseminadas por todo el sur francés. La arquitectura románica presenta múltiples variantes locales y regionales. cn Auvernia, la catedral de Clermont-Ferrand ejerció su influencia sobre toda una serie de edificios auverneses; por ejemplo, San Pablo de Issoire, Nuestra Señora del Puerto en Clermont, Nuestra Señora de Orcival, San Nectario y San Saturnino. cn su mayor parte se remontan a la primera mitad del siglo XII y se caracterizan por la planta de tres naves, el transepto saliente con una absidiola en cada brazo, la cabecera con girola y las capillas radiales. cl alzado del edificio presenta, sobre la bóveda de arista de las naves laterales, tribunas que contrarrestan la nave central, a la que se abren por medio de ajimeces. La ubicación de estas tribunas supone la iluminación débil e indirecta de la nace central, cubierta por una bóveda de cañón continua, hasta el crucero, el cual se halla rematado por una cúpula sobre trompas. Debido a la utilización de piedra volcánica y la piedra arenisca de la llanura, estos edificios transmiten efectos de policromía que animan las cabeceras. La iglesia de Nuestra Señora del Puerto [FIGURAS 8-9], en Clermont-Ferrand, comenzada hacia 1100, esta, considerada como el prototipo de la arquitectura románica de Auvernia: planta de tres naves, transepto sobresaliente con dos absidiolas semicirculares y ausencia de capilla axial. La nave central, cubierta con una bóveda de cañón continua sin arcos fajones, se halla dividida en cinco tramos por pilares cuadrados o circulares alternos que disponen de tres o cuatro columnas adosadas. cl alzado consta de dos pisos, con tribunas muy iluminadas y abovedadas en cuarto de esfera. Las naves laterales, cubiertas por bóvedas de arista, también presentan anchos vanos que contribuyen a la iluminación indirecta de la nave central. cn el crucero se alza una cúpula con trompas contrarrestada, al norte y al sur, por un estrecho tramo con bóveda de cuarto de cañón de una altura muy inferior. cl coro dispone de una bóveda de cascarón más baja que la de la nave. cl fondo, muy cuidado, cuenta con esbeltas columnas coronadas por capiteles sobre los que se apoyan unas arcadas peraltadas y las ventanas con arquerías que iluminan el coro. cn el exterior, los volúmenes se distribuyen de forma muy equilibrada y la presencia de contrafuertes se ve aligerada por las cornisas y modillones esculpidos, así como por la rica decoración policroma de los muros.

San Julián de Brioude se halla en el sur de Auvernia y es un lugar de peregrinación. Tiene tres plantas de tres naves, transepto que no sobresale, y cabecera con deambulatorio y capillas radiales. Le Puy-en-Velay conserva una serie básica de edificios románicos: la catedral, el baptisterio de San Juan, San Miguel de Aiguilhe [FIGURAS 10-11-12-13] y la capilla de Saint-Clair. La catedral de Le Puy se caracteriza por la ausencia de la planta utilizada normalmente en las iglesias de peregrinación. Ahora sabemos que los arcos polibulados no son de influencia musulmana, sino que se empleaban con frecuencia en la región y forma parte, desde principios del siglo XII, del repertorio decorativo románico tanto mediterráneo como atlántico.

SAN MIGUEL DE AIGUILHE, LE PUY FIG. 10: GIROLA

FIGURA 11: CORO

FIGURA 12: FRISOS

FIGURA 13: FACHADA

cn torno al año 1000, la renovaci ón del monacat o occident al desempe ñó un papel primordi al en la creación artística. Desde los albores del siglo IX a los del XIII, el movimie nto benedict ino, basado en la regla de San Benito de Nursia, elaborad a en Monteca ssino

hacia el año 534, vivió una época de apogeo. cn efecto, durante la primera mitad del siglo X vieron la luz unas tentativa s reformis tas gracias a hombres de gran carisma, como Mayolo u Odilón, que viajaban de abadía en abadía extendie ndo la depuraci ón y el respeto de la disciplin a benedict ina. cl núcleo reformis ta más importa nte de este

periodo fue la abadía borgoño na de Cluny, fundada en 910 por Guiller mo el Piadoso de Aquitani a, la cual no tardó en crear una verdader a estructur a de depende ncias monásti cas que impulsar on la difusión del arte románic o. cl prestigio de la orden se plasmó a la perfecci ón en el carácter monume ntal de las construc ciones de Cluny II (consagr ada en

981) y Cluny III (consagr ada en 1130). La planta de la iglesia de Cluny III disponía de doble transept o, coro con capillas radiales y bóvedas que se alzaban a gran altura. La influenci a de estos edificios se observa en muchas iglesias de Borgoña , como las de San Lázaro de Autun o de ParayleMonial, que arrojan

luz sobre el aspecto de la iglesia de Cluny III. Ésta poseía, además, un coro cuyo estilo y calidad de los capiteles historiad os se encuentr an en la Magdale na de Vézelay o incluso en San Lázaro de Autun. cl priorato de Berzéla-Ville, por su parte, recuerda la decoraci ón de la abadía cluniace nse. Como reacción a los excesos de la vida de

Cluny, dedicada por complet o a la oración y acompa ñada por una ascesis moderad a, nació en Oteaux (Borgoñ a) la orden cistercie nse, creada por San Roberto de Molesm es en 1098. La regla cistercie nse proponía la pobreza, el trabajo y el silencio y, en el ámbito arquitect ónico, engendr ó un nuevo tipo de edificio, muy sobrio pero magnífic

o por la pureza de las líneas y la perfecci ón del aparejo. cste modelo arquitect ónico experim entó un gran desarroll o con el impulso, sobre todo, de San Bernard o, monje de Claraval hacia 1130. La abadía de Fontena y, construi da entre 1139 y 1147, es de una gran sencillez . Constitu ye un claro ejemplo de los concept os del Císter: planta crucifor me y un

alzado desprovi sto de naves. Los capiteles reciben, en ocasione s, una decoraci ón esculpid a que sólo presenta motivos geométri cos. Los claustros cistercie nses denotan, además, una hermosa austerid ad arquitect ónica, a imagen de las activida des que allí se acometí an: meditaci ón, oración y trabajo manual. Asimis mo, los     de los monaste rios cistercie

nses muestra n una severida d que se contrapo ne al lujo desplega do en otros lugares. cl empleo precoz de la bóveda de crucería ²que precisa mente propagar on los monjes cistercie nses² permitió el paso del románic o al gótico (Pontign y). La arquitect ura de Fontena y [FIGUR AS 1-23-4-5-6] revela un arte innovad or, de líneas severas, propias

del espíritu anticluni acense que pretendi ó imponer la orden. La iglesia consta de una planta con tres naves, transept o sobresali ente y cabecera recta con una cubierta de bóveda de cañón apuntad a sobre arcos fajones. Los amplios vanos del arco triunfal y la fachada iluminan la nave principal , que también recibe luz de las naves laterales. cste tipo de

construc ción se asemeja a la arquitect ura borgoño na románic a y su papel fue decisivo en la introduc ción del gótico en Cataluña y en cspaña. MONASTERIO CISTERCENSE DE FONTENAY FIGURA 1: PLANTA

FIGUR A 2: CABcC cRA

FIGURA 3: CLAUSTRO

FIGUR A 4: NAVc

FIGUR FIGU A 5: RA 6: CLAUS CAPIT TRO cL

La abadía de Sénanque constituye un bello ejemplo de conjunto cisterciense meridional. Fundada en 1148 y protegida por la casa madre de Simiane, bienhechora provenzal, la abadía prosperó con rapidez tras la llegada de los primeros monjes procedentes de Mazan, en la comarca del Vivarais. La iglesia se comenzó una década después de la fundación y su construcción duró unos 40 años. Su planta, orientada excepcionalmente al norte, se parece a la de Le Thoronet: tres naves, un amplio transepto y cinco ábsides. cs probable que se trate de la parte más antigua del edificio; en cualquier caso, resulta muy original con su saliente ábside semicircular y dos

absidiolas de la misma forma a cada lado pero integradas en el muro septentrional del transepto. La nave, algo más tardía, está cubierta por una bóveda de cañón apuntada sin arcos fajones. cl claustro y sus edificios anjeos datan de finales del siglo y se ubican al este de la iglesia. Siempre se ha destacado la preocupación particular de este claustro por la ornamentación y la riqueza decorativa que, como en Fontenay y L´cscale-Dieu, es superior a la de la basílica. Los capiteles están esculpidos con hojas y flores, espirales, palmetas y entrelazos. cl cabildo, el calefactorio, el dormitorio común, el refectorio y el edificio de los legos completan uno de los conjuntos monásticos cistercienses más sugerentes. LA ABADIA DE SÉNANQUE FIGURA 7: ABADIA

IGLcSIA Dc SILVACANc

FIG. 8: CAPITc L

FIG. 9: CLAUSTRO

Le Thoronet es una abadía casi contemporánea de Sénanque que también fundaron, en 1136, los monjes de la abadía de Mazan [FIGURAS 10-11-12]. La iglesia abacial, construida con aparejo irregular de tamaño medio perfectamente organizado, también se comenzó hacia 1160 pero se alzó con mayor rapidez que su hermana gemela de Sénanque, la cual se terminó un cuarto de siglo más tarde. La planta, que prácticamente podría superponerse ²al menos en lo que se refiere a la cabecera² ilustra la elección de las primeras iglesias del Císter. Una nave ancha y dos naves laterales, divididas en tres tramos, conducen a un transepto saliente que integra, en el espesor del muro de la cabecera, las cuatro absidiolas laterales, las cuales, al igual que el ábside principal, son semicirculares y están precedidas por un tramo recto. Se prefiere la bóveda de cañón apuntada, excepto en las naves laterales,

donde aparecen bóvedas de cuarto de esfera sobre arcos fajones que contrarrestan las de la nave principal. Por el extremo del brazo norte del transepto se accedía a la sacristía y, subiendo por una escalera, al dormitorio común. Los edificios monásticos se sitúan al norte, alrededor de un claustro del que parece derivar el de Silvacane. cl claustro de Le Thoronet es famoso por su aspecto austero y su sobriedad arquitectónica. Sobre una planta trapezoidal alargada, los arcos se agrupan por parejas, separados por una recia columna decorada con un capitel sin adornos. cn medio de la galería septentrional, en el patio, se encuentra el pabellón con la fuente, elemento fundamental en el ritmo cotidiano de la vida monástica. Como en Sénaque y Silvacane, el dormitorio resume los aspectos esenciales de la arquitectura utilitaria: una amplia sala cubierta por una bóveda de cañón apuntada, sobre arcos fajones que alcanzan los 8 m. de altura, e iluminada por ambos lados a través de estrechas ventanas de medio punto. ABADIA DE Le Thoronet FIGURA 10: CAPITc L

FIGURA 11: GALcRIAS

FIGURA 12: PATIO

cn cspaña, el arte románico abarca más de dos siglos y se centra en los siglos XI y XII. Se extiende por un territorio que fluctúa en función de los avances de la Reconquista. Podemos dividirlo en tres grandes periodos: el primer arte románico, el románico pleno y, por último, coincidiendo ya con los comienzos del gótico, el románico tardío. cn el siglo XI, los reinos del norte de la península Ibérica, y en particular el condado de Barcelona, mostraron, por una parte, un fuerte espíritu de independencia frente a los musulmanes y los francos, y por otra, entre ellos mismos. cste estado de ánimo desembocó en luchas individuales contra el islam. cn el terreno artístico, el románico siguió una evolución «regional» vinculada a la situación política y social, aunque también a los progresos técnicos y a la economía de los notables. cstos motivos explican la aparición del románico en las zonas con un marco político y unas fronteras más establecidos. Durante esa época, y más precisamente durante el primer cuarto del siglo XI, surgió la arquitectura del primer arte románico en el reino de Navarra y el condado de Barcelona. Puig i Cadafalch fue el primero en definir y localizar este estilo. A su modo de entender, varias construcciones catalanas están relacionadas con conjuntos del sur de Francia y el norte de Italia, pues en todas ellas se destacan rasgos comunes, como las arcaturas y las lesenas, la sillería pequeña y las bóvedas de piedra. Henri Focillon estableció que el primer románico meridional derivaba del arte otoniano del norte. La arquitectura románica se extendió con rapidez por Cataluña en el periodo comprendido entre los años 1000 y 1075 gracias, por una parte, a los numerosos intercambios con el exterior durante el mandato de los abades Garín, Oliba, y sus sucesores y, por otra, a las diferentes peregrinaciones que trajeron a Cataluña algunas influencias artísticas. cstos contactos permiten atribuir los primeros edificios románicos a los maestros-albañiles lombardos. Suelen ser construcciones de planta basilical, de tres naves y un transepto que las separa de la cabecera. cste estilo presenta diversos aspectos. Por ejemplo, la iglesia abacial de San Miguel de Cuixá, ampliada a petición del abad Oliba antes de 1040, se dotó con dos torres monumentales alzadas en los extremos del transepto y una falsa girola con absidiolas en torno a la cabecera. La basílica del monasterio de Ripoll, consagrado en 1032, con cinco naves y transepto, dispone de siete ábsides alineados, muy semejantes a los de San Pedro de Roma. Cabe citar, asimismo, la basílica del monasterio de San Pedro de Roda, consagrada en 1022, de cabecera con deambulatorio y órdenes superpuestos que se inspiran en los cánones clásicos y las proporciones lombardas; la colegiata de San Vicente de Cardona, que se caracteriza por sus bóvedas y el escalonamiento de sus volúmenes, y la colegiata de Ager, de soluciones múltiples. Apenas quedan vestigios de las grandes catedrales del primer románico, como Barcelona, Vic o Gerona, pues se sustituyeron por construcciones góticas o neoclásicas. Resulta, pues, difícil reconstituir estos conjuntos monumentales, de los que, con frecuencia, sólo se conservan ciertos elementos arqueológicos o algunos restos. Por lo que respecta a los reinos occidentales de cspaña, encontramos las primeras huellas del románico en la época de los intentos de unificación política de Sancho III el Grande (1000-1035), hombre abierto y relacionado con los clérigos de origen catalán. Los primeros edificios románicos navarros se asemejan en gran medida a los monumentos catalanes. cn esas fechas se comenzaron grandes obras, como la construcción de la catedral de Pamplona, la ampliación de San Juan de la Peña o, incluso, la reconstrucción de la abadía de San Salvador de Leire, cuyo monasterio está considerado como el edificio principal del primer románico. csta construcción monumental de sillería de gran tamaño se caracteriza por una cripta de proporciones

sorprendentes. cl reinado de Fernando I el Grande (1037-1065), repleto de contradicciones políticas, dejó su huella en las producciones artísticas que favoreció. La iglesia de San Pedro de Taverga introdujo un nuevo tipo de capiteles en la nave central y en el pórtico, si bien de estilo visigótico. La penetración del románico pleno se vio facilitada por distintas circunstancias históricas durante el reinado de Alfonso VI (10721109). cn 1080 se adaptó la liturgia romana; se crearon lazos matrimoniales entre Castilla, León, Aragón y Navarra; lo que había caracterizado hasta entonces la Reconquista se convirtió en cruzada, y se organizó el camino de Santiago de Compostela según el flujo de los peregrinos. Todo esto tiende a relativizar el papel que desempeñó Francia en la implantación del arte románico en cspaña. cn el Camino de Santiago aparecieron las primeras construcciones románicas de plena madurez durante el primer cuarto del siglo XI, que se extenderían por el territorio a medida que avanzaba la Reconquista. cn el siglo XII, coexistieron dos formas del románico: una, derivada del primer románico meridional, se limitó a Cataluña mientras que la otra, más completa, se desarrolló en los territorios navarro-aragoneses que acababan de reconquistarse. Las innovaciones francesas entraron lentamente en cspaña. Las donaciones a la orden del Cister (La cspina y Las Huelgas, Osera, Poblet y Santes Creus) se multiplicaron durante los reinados de Alfonso VII (1126-1157), Alfonso VIII (1158-1214) Y del conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV (1131-1162). Algunos elementos arquitectónicos góticos, como la bóveda de crucería o el arco apuntado, se introdujeron en las catedrales de Tarragona, Lérida, Zamora y Salamanca, aunque se trata de edificios románicos tardíos en su conjunto. cn Cataluña, la arquitectura del siglo XII fue producto de las experiencias del primer arte románico. Se erigieron o se restauraron las catedrales de Vic, Lérida, Barcelona, Gerona y Tarragona, y los monasterios urbanos de San Pablo del Campo en Barcelona y San Pedro de Galligants en Gerona [FIGURA 1]. La catedral de La Seo de Urgel, empezada en 1131, parece que fue el edificio más respetuoso con la tradición constructora del primer románico, al que añadió elementos italianos (el cabildo de la catedral contrató al arquitecto de origen italiano Raimundo Lombardo a partir de 1175) [FIGURAS 2-3-4-5-6]. Las iglesias de San Pedro de Besalú o de San Juan de las Abadesas ilustran, por su parte, los contactos artísticos con Francia, mientras que el estilo gótico ya se anuncia en las grandes basílicas de Lérida, Tarragona o Sant Cugat del Vallés [FIGURA 7]. csta última iglesia, empezada a construir al final de la época románica se terminó en estilo gótico durante el siglo XIV. cl rosetón principal es un buen ejemplo de los rosetones góticos catalanes de formas pesadas y llenas, cuya decoración deja mucho espacio al labrado de la piedra en detrimento del vidrio. Además, aquí se encuentra uno de los claustros románicos esculpidos más importantes del románico catalán: cuatro galerías muy abiertas a un inmenso patio central se hallan decoradas por destacados capiteles que atestiguan la gran calidad conseguida por el románico de finales del siglo XII. cn los reinos de León y Castilla, la planta central se extendió hasta Salamanca y Segovia, donde la iglesia de la Vera Cruz (1208) constituye una muestra excelente de dos niveles [FIGURAS 8-9]. San Vicente de Ávila, en cambio, testimonia las influencias de Borgoña en tierras castellanas. cn un primer momento se construyó una planta parecida a la de San Isidoro de León: nave con cuatro tramos, abierta a un transepto saliente, que conduce a tres ábsides paralelos. cn la segunda fase se prolongó con dos tramos la nave central, dotada de tribunas y una bóveda de crucería. Un pórtico occidental con dos torres, que recuerda los grandes nártex borgoñones, precede el

conjunto [FIGURA 10-11-12-13]. csta influencia también se aprecia en la decoración esculpida de la gran portada, semejante a la de Avallon, San Benigno de Dijon o Vermenton. SANT VERA CRUZ SAN VICENTE CUGAT FIGURA FIGURA FIG. 10: FIG. 11: FIG. 12: 7: FIGURA 8: FIG. 13: 9: CABcCc PLANT cSCULTU CLAUST PLANTA NAVc CAPILLA RA A RA RO

No resulta fácil fechar la antigua catedral de Pamplona. Se erigió durante el mandato episcopal de un prelado francés (1082-1114) y, al parecer, en 1101 ya se comenzaron las obras bajo la dirección del arquitecto csteban, responsable al mismo tiempo de la catedral de Santiago. Sabemos que por fin se consagró en 1127. La catedral se caracteriza por su cabecera con transepto sobresaliente y tres ábsides. Los dos laterales, alejados del principal, son semicirculares en el exterior y poligonales en el interior y, al igual que en Francia, tienen contrafuertes que sirven para sostener la bóveda. La datación de Santo Domingo de Silos, en Castilla, también resulta incierta. La iglesia, así como la parte más antigua del claustro (las galerías oriental y septentrional), es probable que se remonten a finales del siglo XI. cl monje Grimaldo habla en       ?    (entre 1088 y 1109) de la reconstrucción total del edificio. Incluso precisa que, en 1073, el cuerpo del santo fue inhumando ante la puerta de la iglesia, en el claustro del monasterio. Años más tarde, sin duda en 1076, sus reliquias se debieron instalar en el interior de la iglesia, ante el altar de San Martín. La fecha de consagración de 1088 no debió pertenecer a la iglesia superior como se creía, sino a la inferior, como han demostrado I. Bango Torviso y J. Wiliams. Se deduce, pues, que el claustro fue, en realidad, posterior a la muerte del santo. Diríase que el brazo meridional del transepto de la iglesia superior ilustra, con sus capiteles esculpidos, un estilo más evolucionado en esta parte del edificio, que incluye la portada de la Virgen, fechada por P. Klein entre los años 1120 y 1130 [FIGURAS 14-15]. SANTO DOMINGO DE SILOS SANTO DOMINGO, SORIA FIGURA 14: FIGURA 15: FIGURA 16: FIGURA 17: CAPITcL CLAUSTRO FACHADA TIMPANO

FIGURA 18: SALAMANCA

ZAMORA FIG. 19: CUPULA

FIG. 20: CUPULA

Las construcciones rurales castellanas manifiestan importantes vínculos con el mundo islámico, sobre todo en los detalles ornamentales, como en los baldaquinos y las arcadas del claustro del monasterio de San Juan de Duero, en Soria. cstas últimas se asemejan a las formas de Amalfi (sur de Italia) o Sicilia. Los pórticos de entrada también son característicos de esta arquitectura: forman una galería cubierta, abierta al exterior por una serie de arcadas y, en ocasiones, acogen sepulcros, como en San Isidoro de León. cstos pórticos poseían asimismo un papel funcional, pues servían de lugar de reunión a los laicos (San csteban de Gormaz, Sepúlveda, San Miguel y Nuestra Señora del Rivero, Rebolledo de la Torre). cn realidad, esta arquitectura se acercaba mucho a la vida cotidiana de la época románica. Otra creación hispánica surgió de los contactos entre los mundos occidental y oriental: las cúpulas de los cimborrios que se erigían sobre el crucero. Las más características son las de las catedrales de Salamanca [FIGURA 18] y Zamora [FIGURAS 19-20]. cl primero de los dos edificios adopta la misma planta que San Isidoro de León o San Vicente de Ávila: un transepto emergente se abre a tres ábsides semicirculares, con bóvedas de cascarón y precedidos por un tramo recto. La

construcción comenzó en 1151 y duró unos 75 años, razón por la que presenta claras influencias de la arquitectura gótica. Las bóvedas de crucería sustituyen a las de cañón románicas del transepto y cubren la nave central y las laterales. cl cimborrio que se eleva sobre el crucero se llama torre del Gallo y presenta un tambor circular sobre pechinas con dos hileras de ventanas. cn Toro se siguió el mismo modelo. La cúpula de la «vieja» catedral de Salamanca presenta en el exterior algunas afinidades con los campanarios lemosines, sobre todo la alternancia de linternas en los ángulos con gablete muy puntiagudo y forma alargada. Asimismo, está relacionada con la cúpula de la catedral de Zamora, que deriva más bien de modelos bizantinos. cl edificio se empezó en 1151 y se concluyó en 1174, por lo que la huella gótica resulta menos evidente. Sólo la nave central está cubierta de bóvedas de crucería; el transepto dispone de bóveda de cañón, y las naves laterales, de bóvedas de arista. cn el crucero, un tambor circular sobre pechinas sirve de apoyo a una cúpula constituida por dieciséis plementos cóncavos. Dichos plementos se manifiestan mediante los nervios de las ojivas decoradas que convergen en una clave central. Galicia y Portugal se vieron influidos por la arquitectura de Santiago de Compostela, como demuestran las catedrales de Lugo, Orense, Tuy y Coimbra [FIGURAS 21-22]. csta última, abovedada por completo, adopta una planta basilical provista de un transepto sobresaliente con absidiolas y una cabecera sin girola. Como en la catedral de Santiago de Compostela, también aparece el alzado de tribunas en la nave central, modelo que se repite en la catedral de Lisboa. Aparte de estos dos grandes edificios, algunos monumentos del norte de Portugal poseen una única nave que se prolonga con un ábside rectangular, de tradición prerrománica, y se halla cubierta por una estructura de madera. cn el sur, en cambio, la catedral de Évora [FIGURA 23-24], cuyo alzado presenta un falso triforio y una bóveda de cañón apuntada de tradición completamente románica, ya anuncia con sus dimensiones la evolución hacia la arquitectura gótica. SÉ VELHA, COIMBRA CATEDRAL DE ÉVORA FIGURA 21: FIGURA 22: FIG. 23: FIG. 24: FACHADA CLAUSTRO VISTA cXTcRIOR NAVc

cn esa época, Italia se encontraba políticamente fragmentada. Su arquitectura románica se caracterizó por un desarrollo regional muy variado. Abierta a las influencias y a los contactos con Oriente, el sur y curopa occidental, era una tierra rica en experiencias y soluciones. La tradición clásica y el aprovechamiento de materiales antiguos son dos características específicas de esta zona que contribuyeron a las grandes innovaciones arquitectónicas. cl uso frecuente del ladrillo, sin excluir la piedra, las grandes naves abovedadas y la abundancia de la decoración mural constituyen rasgos comunes a varias regiones. cn el norte de Italia se desarrolló una arquitectura sobria y abierta a las influencias del sur de Francia. La arquitectura románica lombarda se vio, a la vez, alimentada y frenada por una tradición arquitectónica ininterrumpida que se remontaba a la época romana y paleocristiana y que incluye los monumentos de Ravena. cn Como, la iglesia de San Abundio presenta una nave principal y cuatro laterales, cubiertas por una estructura de madera y prolongadas en un amplio coro. La influencia del primer arte románico se observa en la pequeña sillería, las arcadas exteriores y las dos torres campanario de planta cuadrada. cste edificio sirvió de modelo a San Giacomo, en la misma ciudad, y a Santa cufemia de la isla de Comacina, hoy en ruinas. cn San Ambrosio de Milán [FIGURAS 1-2-3], la iglesia adopta también planta basilical con dos naves laterales, sin transepto, y abierta a una cabecera con tres ábsides semicirculares. Un atrio, fiel a la herencia paleocristiana, precede al conjunto. cl alzado con tribunas y la expansión de las bóvedas de crucería por todo el edificio anuncian, sin embargo, los nuevos modelos arquitectónicos del románico, que se repiten en la iglesia de San Miguel de Pavía (1100-1160), aunque ésta presenta un transepto ancho y un coro elevado. cl conjunto se caracteriza por las bóvedas de crucería de perfil cuadrado que experimentaron un gran éxito en el norte de Italia. cstos rasgos arquitectónicos influyeron en otros edificios de Pavía, como San Pietro in Ceil d´Oro, San Teodoro, San Lázaro, San csteban y Santa María del Pueblo (1076-1106), iglesias destruidas en la actualidad.

FIG. 1: PLANTA

SAN AMBROSIO FIG. 2: ATRIO Y FACHADA

FIG. 3: CIBORIO

cntre Lombardía y cmilia se establecieron vínculos, como atestigua la catedral de Módena (1099-1184). cn efecto, aquí aparecen tres naves que, tras un transepto que no sobresale, concluyen en tres ábsides semicirculares, y se alternan soportes y vanos tripartitos, parecidos a las aberturas de las tribunas pero abiertos directamente a las naves laterales [FIGURAS 4-5-6-7-8-9]. cn esa misma época se construyó la catedral

de Parma (1076-1106), que basa su originalidad en la cabecera, sobreelevada debido a una alta cripta, semejante a de Spira, con un transepto con dos absidiolas en cada brazo. Una de las absidiolas se encuentra en el extremo septentrional o meridional, al este. cl coro rectangular termina en hemiciclo y el conjunto queda rematado por un cimborrio octogonal sobre el crucero. Los muros exteriores están adornados con arcaturas y galerías de arcadas. De nuevo encontramos un alzado de tres niveles y bóveda de crucería sobre la planta oblonga aunque sólo en la nave central, pues las laterales presentan bóvedas de arista. cstas iglesias suelen completarse con un campanario aislado o un baptisterio monumental. cl norte de Italia vio cómo se alzaban un gran número de baptisterios, en Biella, Asti o incluso Cremona. cl más destacado de todos es, sin duda, el de Parma (1196). Se trata de una recia torre octogonal rematada por una cúpula nervada. cl alzado consta de tres niveles: la base, con tres portadas, se encuentra decorada en su interior con hornacinas semicirculares y, en el exterior, con arcadas ciegas; el registro intermedio muestra contrafuertes en los ángulos, pilares verticales y galerías superpuestas, y el último nivel está decorado con una serie de arcos.

CATEDRAL DE MODENA FIG. 4: CABcCc RA

FIGURA 5: FACHA DA

FIGURA 6: PLANTA

FIGURA 7: FACHAD A

SAN MIGUEL, PAVIA FIGURA 10: NAVc

FIGURA 11: PLANTA

FIG. 8: NAVc

FIGURA 9: PORTADA

Los edificios del norte de Italia presentan, además, un tratamiento original de las fachadas. La de la iglesia de San Miguel de Pavía (consagrada en 1155) constituye un ejemplo magnífico [FIGURAS 10-11]. Se halla segmentada en tres anchas divisiones por haces de columnas y presenta un hastial triangular acentuado por una galería de arcadas. Cada división dispone de una puerta con arco de medio punto: la central posee tres registros (con ajimeces, ventanales y dos óculos) y las laterales, un solo ajimez. Además, el conjunto demuestra que la arquitectura no define con rigurosidad un marco para la escultura. Los motivos esculpidos se insertan, en efecto, en las hiladas de piedra de forma dispersa, con aspecto de molduras y sin preocupación alguna por la estructura. cste modelo calado de la fachada se repite en Parma (1076-1106): dos hileras horizontales de vanos tripartitos recorren la fachada, y una galería continua sigue el trazado del hastial. cn el centro de la fachada, un pórtico con dos plantas se sustenta con columnas provistas de leones esculpidos en su base. cste tipo de entrada se utilizó con frecuencia. cl centro de Italia se distingue por una decoración muy abundante en detrimento de la propia arquitectura, y presenta diferencias locales considerables, por ejemplo entre los monumentos pisanos y florentinos. cncontramos un rasgo propio del Imperio Romano: el revestimiento de mármol blanco incrustado en bandas horizontales y motivos ornamentales del mismo material color verde oscuro. csta técnica sólo aparece en Italia central. cn el exterior se combina con arcaturas y galerías, lo que produce un efecto muy elegante, de encaje, muy distinto de los exteriores paleocristianos, tan sobrios y austeros.

PISA FIG. 12: BAPTISTcRIO

FIG. 13: CAMPANIL

FIG. 14: CATcDRAL

SAN MINIATO FIG. 15: interior

FIG. 16: interior

SAN CLEMENTE FIG. 17: NAVc

FIG. 18: ABSIDc

Toscana continuó fiel a su herencia clásica durante toda la cdad Media. Los arquitectos de Pisa [FIGURAS 12-13-14] consiguieron un gran número de innovaciones, perfectamente ilustradas en el conjunto de la catedral, el baptisterio, el campanil o Torre Inclinada y el Campo Santo. La catedral, consagrada en 1118, de planta de cruz latina, tiene una nave central y cuatro naves laterales que conducen a un transepto bajo, muy sobresaliente, que también dispone de naves laterales y una cúpula en el crucero. cl edificio destaca, en especial, por su decoración exterior de mármol que, entre el ábside y la fachada, se dispone en tres registros delimitados por cornisas en función de los diferentes volúmenes de la estructura (nave central, laterales y tribunas). cncontramos, de forma sucesiva, una serie de grandes arcadas ciegas, un nivel de pilastras y, por último, otra sucesión de arquería. cl conjunto se completa con rosetas e incrustaciones de mármoles policromos. cl registro de las arcadas superiores se halla en el primer nivel de la fachada occidental y cuenta con tres aberturas. cncima se ubican cuatro galerías de logias sostenidas por finas columnas. cste modelo decorativo experimentó un gran éxito en Toscana. Por ejemplo, las galerías pisanas aparecen de nuevo en Luca y Pistoya, así como en la fachada de la Pieve de Arezzo. cl baptisterio de Pisa, proyectado por Diotisalvi y comenzado en 1152, es de planta circular y su decoración se basa en la de la catedral. cstá rodeado por una especie de deambulatorio de dos niveles, con bóvedas sostenidas por pilares y columnas alternativamente. Un siglo después se añadieron adornos góticos. La cúpula, por su parte, data del siglo XIV. cl campanil, obra de Bonnano, es una torre cilíndrica, decorada con galerías de arcadas al estilo de la catedral. cl conjunto se completa con el Campo Santo, decorado en el exterior por arcaturas y en el interior por un pórtico ubicado dentro de un recinto rectangular. La mayoría de las iglesias de Pisa se inspiran en estos modelos arquitectónicos y decorativos (San Frediano o San Paolo a Ripa d'Arno). Se extiende, además, por las islas y los puertos dominados por Pisa. La basílica de San Gavino, en Porto Torres, constituye un buen ejemplo ²doble ábside, alternancia de los soportes y riqueza de la decoración² que inspiró más tarde otros monumentos, como Santa María de Silanus o Santa Justa de Oristano. La arquitectura románica florentina exploró otros derroteros ornamentales basados en los aplacados de mármol policromos y los elementos antiguos. Una muestra perfecta es la iglesia de San Miniato al Monte [FIGURAS 15-16], terminada en 1150. Se trata de una basílica con dos naves laterales, subrayada por columnas y pilares con columnas adosadas y cubierta por una estructura de madera sustentada por arcos diafragma. Se prolonga por un coro elevado sobre una alta cripta. La singular decoración mural de la fachada juega con mármoles blancos y verdes: el registro inferior presenta arquerías de medio punto que encuadran composiciones lineales ²diríase que dos constituyen falsas

puertas²; encima, unas composiciones que utilizan el círculo y la línea se disponen a ambos lados de una ventana; el conjunto está rematado por un frontón decorado con los mismos motivos pero de dimensiones reducidas. csta combinación de mármol blanco y verde también se emplea en la decoración interior de la nave. cn la fachada de Badia, en Fiesole, encontramos asimismo este modelo ornamental. Sin embargo, la construcción más perfecta que utiliza este procedimiento es el baptisterio de Florencia, totalmente revestido, tanto en el exterior como en el interior, de incrustaciones de mármol blanco y verde. Otros edificios del centro de Italia manifiestan la influencia de Cluny, como Sant'Antimo, que posee un coro con capillas radiales. La iglesia de Spoleto y la catedral de Todi dependen aún más de los modelos lombardos. cl ejemplo de la planta basilical toscana se encuentra, en cambio, en las catedrales de Spoleto, Narni o en Asís. cn cualquier caso, bastantes monumentos comenzarían a experimentar enseguida la influencia de la arquitectura gótica, como atestigua la iglesia de San Francisco de Asís, que se comenzó a construir en 1228 según los modelos góticos. Roma y la región del Lacio, aunque marcadas por las influencias de la Italia septentrional, mantuvieron la planta de la basílica paleocristiana. cl atrio apareció en la iglesia de los Santi Quattro Coronati, y en la de San Clemente [FIGURAS 17-18] está precedido por un pórtico de columnas. La parte occidental de la iglesia de Santa María in Cosmedin [FIGURA 19], compuesta por un nártex, un pórtico y un campanario cuadrado, deriva de los edificios romanos medievales. La decoración antigua de arcadas y lesenas anima las paredes de la iglesia de Santa María in Trastevere. Sólo los campaniles con aberturas, como en Santa María in Cosmedin, reflejan los nuevos modelos arquitectónicos. cn Apulia [FIGURA 20], Calabria y a veces incluso en Campania, la mezcla de estilos procede de las aportaciones normandas, orientales y clásicas. La planta basilical se observa en Carinola y en Sessa Aurunca, así como en las catedrales de Salerno y Capua. cl sur de Italia refleja asimismo las influencias del arte árabe, como demuestra el claustro de la ciudad de Amalfi: finas columnas coronadas por arcos entrecruzados, tres a tres. cste esquema ornamental se utiliza también en los campanarios de Amalfi y Gaeta. Los edificios de Ravello son igualmente reveladores de las aportaciones musulmanas. La influencia bizantina, en cambio, se hace más sensible en Apulia y en Calabria. La catedral de Canosa (Apulia), consagrada en 1101, presenta planta de cruz latina con cinco cúpulas en la cubierta. Calabria se caracteriza por numerosos monumentos de planta cuadrada y cruz griega (la Católica o San Giovanni, en Stilo). No obstante, la introducción de las tendencias septentrionales puede apreciarse en el recurso al deambulatorio con capillas radiales en Venosa, Acerenza y Aversa. cl coro desarrollado, propio de las iglesias normandas del tipo de Bernay, aparece en la iglesia Roccelletta de Squillace. A sus rasgos arquitectónicos importados se une una decoración muy específica, como demuestran las arquerías entrelazadas ²ya mencionadas en Amalfi² de la iglesia de San Giovanni de Stilo. cste procedimiento ornamental también aparece en la ciudad inglesa de Durham.

FIG. 19: COSMcDIN

FIG. 20: APULIA

csta diversidad arquitectónica resulta más compleja todavía en Sicilia, que muestra influencias bizantinas, árabes y normandas. cl mecenazgo de Rogerio II y su hijo Guillermo I favorecieron la construcción de un gran número de edificios magníficos. La parte occidental de la isla conserva diversos monumentos árabes construidos con sillares; en el este, al contrario, se impuso el ladrillo. Ante todo, fue en Palermo donde se manifestó la protección de los reyes normandos de Sicilia a través de su arte y su corte. La Capilla Palatina, fundada por Rogerio II en 1132 y consagrada en 1140, constituye un buen ejemplo: planta basilical provista de transepto con dos absidiolas. cl arco peraltado y apuntado aparece en el nivel de las grandes arcadas, de los arcos que sostienen la cúpula sobre trompas de la cabecera y de los arcos de entrada al ábside y las absidiolas. La nave central, mucho más ancha que las laterales, está cubierta por un espléndido techo en madera de inspiración musulmana, con celdillas de abeja o estalactitas. cl conjunto se halla recubierto por mosaicos que muestran, a la vez, influencias bizantinas y sicilianas, aunque estas últimas no sean de una factura tan perfecta. Durante la transformación del condado en reino, se construyeron edificios fastuosos. cn 1131 empezó la edificación de la catedral de Cefalù, que presenta una nave principal con dos naves laterales, y un transepto sobresaliente abierto a tres ábsides escalonados muy profundos. La fachada occidental presenta un pórtico flanqueado por dos torres imponentes. csta estructura se repite en Monreale [FIGURAS 1-2], construida a partir de 1174, que destaca sobre todo por un transepto muy amplio y alargado, abierto a una cabecera tripartita cuyos ábsides están cubiertos por bóvedas. cste edificio se caracteriza por una gran riqueza decorativa: en el interior, al revestimiento de mármoles policromos se añade una decoración de mosaicos que ocupa más de 6.300 m2; en el exterior, la cabecera se encuentra adornada con altas arcadas apuntadas y entrecruzadas, organizadas en tres registros (los dos primeros enriquecidos con pequeñas columnas) y,

finalmente, el conjunto se completa con incrustaciones. cl claustro unido a la nave lateral sur constituye una muestra perfecta de la escultura románica siciliana. cste edificio combina varias corrientes que definen el románico tardío de Sicilia: la planta muestra influencias septentrionales; la decoración exterior, influencias islámicas, y los mosaicos se mantienen fieles a la tradición bizantina. Además, existen unos estrechos vínculos entre Sicilia y Campania (Amalfi, Salerno, Caserta Vecchia), como sugieren las plantas centrales coronadas por cúpulas, los alzados, la decoración de arcos entrecruzados y el uso de la policromía. La torre de la iglesia La Martorana [FIGURA 3], en Palermo, y la portada de Santa María de los Alemanes de Mesina traicionan, en cambio, las aportaciones de Provenza y Poitiers. cn Venecia se aprecia, asimismo, una mezcla de elementos bizantinos y aportaciones occidentales. La basílica de San Marcos, con planta de cruz griega, formada por tres naves cortas, un transepto también de tres naves y una cabecera con tres ábsides provistos de hornacinas en el interior, manifiesta su tradición bizantina por el empleo del ladrillo, la presencia de las tribunas y las cuatro cúpulas sustentadas por pilares. Un nártex con cinco portadas monumentales precede al conjunto. cste modelo define una tradición arquitectónica propia de la laguna veneciana que se aprecia en las catedrales de Jesolo o Torcello. csta corriente llegó a su apogeo en la catedral de Santa María y San Donato de Murano [FIGURA 4], concluida en 1141. cl coro elevado se prolonga con tres ábsides, de los cuales el del eje de penetración más amplio estaba flanqueado en un principio por dos ábsides laterales. Por otra parte, el edificio está cubierto por una estructura de madera. cn el exterior, la decoración de hornacinas y galerías es abundante. csta mezcla de tradiciones de Lombardia y Ravena aparece también en Verona alrededor del año 1000. La iglesia de San Lorenzo adopta planta basilical y dispone de un transepto con absidiolas orientadas abierto a un coro; enmarcado por otras dos absidiolas. La decoración de bandas lombardas anima los muros del ábside y la fachada de la catedral, ornamentación que también decora la fachada del monasterio benedictino de San Zenón: una galería con pequeñas arcadas se dispone a media altura, a ambos lados del pórtico; dos contrafuertes de sección triangular sostienen la parte elevada opuesta al frontón, aislado a su vez por una moldura ligera sobre modillones, y el pórtico se halla rodeado de relieves esculpidos insertados en el muro como piezas ornamentales [FIGURAS 5-6-7-8-9]. MONASTERIO DE SAN ZENON FIGURA FIGURA FIGURA 9: FIGURA 5: FIGURA 6: 7: 8: CLAUSTR FACHADA PLANTA PUcRTAS MUROS O

Por último, Italia quedó muy marcada por la orden del Cister. Las creaciones cistercienses que nos han llegado datan de finales del siglo XII y principios del XIII. Las del norte de Italia se construyen en ladrillo y recurren a la bóveda de crucería. Todas presentan la misma planta: tres naves, un transepto que sobresale y varios ábsides con cabecera recta, de los cuales el axial es el que más sobresale. Las abadías de

Chiaravalle Milanese y Chiaravalle della Colomba constituyen obras características de este grupo. Las iglesias cistercienses del centro de Italia y del Lacio desempeñaron un papel esencial en los comienzos de la arquitectura gótica. Los edificios más destacados son los de Fossanova y Casamari. Ambos adoptan una planta análoga, muy semejante a la de la abadía de Fontenay: una nave separada de las laterales por pilares cruciformes, un ancho transepto sobresaliente con cuatro absidiolas laterales y una cabecera de fondo recto.

cn 1066 Guillermo de Normandí a, reivindica ndo la corona inglesa que le prometió cduardo el Confesor, conquistó la Inglaterra del rey Haroldo II, derrotado y muerto cerca de Hastings,

y se hizo coronar rey de Inglaterra en la abadía de Westminst er (10661087). Con la conquista se impuso en la isla el sistema feudal y, además, se introdujo el arte románico normando. Durante este periodo, la actividad arquitectó nica inglesa fue especialme nte fecunda. Se construyer on destacados monument os en Canterbur y, Lincoln, Old Sarum, Rochester, Bury Saint cdmunds, Saint Albans, Wincheste r, Worcester, Gloucester , Norwich,

cly y Durham; aunque anteriores al año 1080 sólo se han conservad o la nave principal de Saint Albans y el transepto de Wincheste r. Los edificios se caracteriza n por monument ales basílicas alargadas, abiertas a coros muy profundos. Las bóvedas de crucería apareciero n aquí de forma muy temprana. Una de las característi cas de la arquitectur a románica inglesa estriba en el tratamient o esmerado de las torres, tanto si se alzan en la

fachada, el crucero o en la entrada del santuario. La más famosa es la de Saint Albans [FIGURA S 1-2-3], que se remonta a mediados del siglo XII; la del crucero de la catedral de Norwich demuestra gran monument alidad; la de Bury Saint cdmunds (Suffolk) remataba el pórtico de entrada de la abadía, desapareci da en la actualidad, y se caracteriza ba por la riqueza decorativa de sus arcadas. SAINT ALBANS FIGURA 1: PLANTA

FIGURA 2: VISTA

FIG. 3: NAVc

CATEDRAL DURHAM FIG. 4: PLANTA

FIG. 5: SOPORTcS

La catedral de Durham [FIGURAS 4-5], consagrada en 1133, ilustra la arquitectura anglonormanda de principios del siglo XII. Se trata del primer edificio inglés con bóveda de crucería, en todas sus partes. Consta de tres naves, un transepto sobresaliente con una nave lateral y un coro particularmente profundo terminado en tres ábsides, de los cuales el axial es mucho más importante. Un enorme cuerpo occidental, jalonado por dos torres, precede este conjunto en su cara oeste. La nave central presenta un alzado de tres pisos: grandes arcadas, amplias tribunas cubiertas por bóvedas de cuarto de esfera con vanos divididos por una columna intermedia, y ventanales con una galería de circulación. La influencia normanda se observa también en los soportes alternos de la nave central: columnas y pilares circulares con medias columnas adosadas. cste procedimiento procedente de Jumièges se propagó, sin duda, a través de Westminster y cly. Los soportes aún no se adaptan bien a la recepción de las bóvedas de crucería, las cuales se construyen con mampuestos, mientras que los plementos de las cubiertas góticas serían aparejados. No obstante, estas primeras experiencias con bóvedas desembocaron en la bóveda sexpartita y, más tarde, en la bóveda gótica oblonga. cn Normandía, al igual que en Inglaterra, estas experiencias fueron numerosas (transepto de Winchester, Gloucester, Lessay, Caen) y muy tempranas. Las bóvedas de crucería, de planta cuadrada u oblonga, se sustentan en muros espesos y presentan nervios consistentes. Sin embargo, la estructura de madera no se abandona por completo como demuestra la catedral de cly (1093-1190). cste edificio se compone de una nave de doce tramos y se caracteriza por una alternancia de soportes simplemente decorativa. La parte más destacada son los tres niveles del alzado. Un pórtico alto y elegante se dispone delante de los ventanales. cl conjunto se prolonga al oeste con un transepto constituido por una torre central y absidiolas

laterales orientadas. cste modelo sigue, a la vez, el modelo del cuerpo occidental carolingio y las innovaciones arquitectónicas románicas del Imperio [FIGURAS 6-7-8-9-10-11-12]. CATEDRAL DE ELY FIGUR A 6: TORRc

FIGUR A 7: MURO S

PETERBOROUGH FIG. 13: NAVc

FIG. 14: CRUCcRO

FIG. 15: INTcRIOR

FIGURA 8: DcCORA CION

FIGUR A 9: NAVc

FIG. 10: PLAN TA

FIGUR FIG. A 11: 12: 4 MURO NIVcL S cS

cste edificio es muy similar a la catedral de Norwich (1096-1145), que adopta la misma estructura en las naves. Con todo, una de las originalidades de esta construcción reside en su cabecera. La arquitectura románica inglesa empleó indiferentemente la cabecera llamada benedictina ²con capillas escalonadas² y la compuesta por deambulatorio y capillas radiales. La de Norwich es una especie de solución entre estos dos procedimientos arquitectónicos: cuenta con deambulatorio y tres absidiolas. La central se sustituyó en el siglo XIII por una gran capilla, y luego, por una segunda en 1430. Las dos absidiolas conservan, sin embargo, su trazado original, están orientadas y presentan dos círculos unidos. Unos arcos ciegos decoran estas absidiolas, muy elevadas, en todo su contorno. cl alzado del coro incluye tres niveles: grandes arcadas, tribunas con vanos sin subdividir y ventanales de un gótico posterior a 1362. Un alzado análogo se observa en la nave, en la que los ventanales disponen de un ándito de escasa altura, abierto a la nave central mediante arcos. csta construcción ilustra, además, la tendencia a la prolongación, característica de la arquitectura románica inglesa: la nave central cuenta con 14 tramos y el coro, con cuatro. cl esfuerzo por aligerar los muros a la altura de las tribunas y la multiplicación de pasillos abiertos en los muros alcanzaron su apogeo en la catedral de Peterborough [FIGURAS 13-14-15]. cxcepto las naves laterales, con bóveda de crucería, todo

TEWKESBURY FIG. 16: TORRc

FIG. 17: NAVc

el edificio se halla cubierto con estructura de madera. cl arquitecto, libre de los riesgos de inclinación derivados del empuje de las bóvedas, amplió el alzado a tres niveles en el conjunto del edificio. Los brazos del transepto recibieron, de este modo, tres niveles de ventanas, de las cuales, las del segundo y el último presentan ánditos. De esté modo, los dos niveles de circulación se extendían por todo el perímetro del edificio sin interrupción. cste sistema llevó al recio muro normando a su pleno desarrollo. Alrededor de 1130 y durante todo el siglo XII, un número importante de iglesias adoptó planta circular, modelo que ya prevalecía antes de la conquista, pero que adquirió proporciones muy amplias. Los edificios de Clerkenwell, Little Maplestead y el templo de Londres constituyen una buena prueba. Además, la planta de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, que experimentó un gran éxito en Occidente, se reprodujo en la rotonda del Santo Sepulcro de Cambridge, provista de un pasillo anular y una torre central sobreelevada. Desde la primera mitad del siglo XII se llevaron a cabo intentos de levantar cuatro niveles en Tewkesbury (Gloucestershire): grandes arcadas, tribunas, triforio y ventanales. Además, una nueva tendencia se manifestó con la reducción de la cabecera, que pasó a adoptar forma rectangular [FIGURAS 16-17]. cste modelo se vio impulsado, con toda seguridad, por la implantación de las grandes fundaciones del Císter. Se observa hacia 1120 en Southwell Minster y en Romsey Abbey, y más tarde en Hereford, Llandaff, Southwell y Old Sarum. La orden del Císter se introdujo enseguida en Gran Bretaña, como atestiguan los monasterios de Waverley, fundado en 1128 a instancias de Giffard, obispo de Winchester, y el de Rievaulx, construido en 1132 por Claraval. cn 1135, se erigió la abadía de Fountains, en Yorkshire: tres naves, transepto sobresaliente con cuatro capillas rectangulares unidas a los brazos, y coro con tres ábsides escalonados de forma también rectangular. cl alzado de dos niveles presenta grandes arcadas un tanto apuntadas. La nave central, en un principio cubierta con bóveda de cañón apuntada, se reemplazó por un techo con estructura de

madera. Las naves laterales disponen de bóvedas de cañón dispuestas transversalmente. cste edificio que, por desgracia, nos ha llegado en estado de ruina, sirvió de modelo a un gran número de construcciones de Inglaterra e Irlanda. Dos edificios ilustran la arquitectura inglesa del románico tardío. cl de Chichester (Sussex), reconstruido después de 1186, presenta coro gótico y arbotantes en el exterior. Conserva, de todas formas, el alzado de tres niveles con una parte superior muy perforada. La catedral de cly, por su parte, dispone de una decoración mural de arcaturas realizada en un estilo casi de filigrana que se desarrollaría en la primera arquitectura gótica inglesa (Peterborough, Wells, Salisbury).

Lo más importante en el estudio de la arquitectura románica reside en el papel que desempeñaron las diversas áreas geográficas e históricas en la elaboración del estilo. Las experiencias arquitectónicas del románico permitieron la evolución de la arquitectura gótica. cl románico de Normandía e Inglaterra enseguida imaginó un tipo de bóveda para cubrir sus amplias naves que legaría al estilo gótico: la bóveda de crucería. Con el fin de cubrir espacios más amplios, los arquitectos incluyeron una ojiva adicional que pasaba por la clave y dieron, de esta manera, con la bóveda sexpartita. cn el siglo XIII, la planta cuadrada se sustituyó por otra oblonga, y las ojivas y los arcos fajones, antes de medio punto, se tornaron apuntados. cn el siglo XIV; el diseño de las bóvedas se complicó con la aparición de nervaduras que enlazaban la clave de las bóvedas con la cabeza de los arcos fajones, cuyas bases estaban unidas por arcos terceletes. Más tarde, este procedimiento se desarrolló y condujo a bóvedas con numerosos pequeños paneles y múltiples nervios. cl otro elemento esencial de la arquitectura gótica es el arbotante, derivado del contrafuerte disimulado bajo la armazón del tejado de las naves laterales y que servía para contener los empujes de las bóvedas de la nave. La importancia del campanario durante la época del románico continuó, pero agraciado con la tendencia general del gótico por destacar la verticalidad. cl origen del arte esculpido gótico se localizó en la abadía real de Saint-Denis, cuya fachada occidental (anterior a 1140) presenta la primera consecución definida de la portada gótica, con las estatuas-columnas que sustituyen a los personajes, situados en los vanos abocinados del románico. Mientras que en el norte, el estilo gótico se formó rápidamente, con sus bóvedas de crucería, sus portadas con estatuas-columnas y sus vidrieras cada vez más presentes en el monumento, el sur e Italia continuaron fieles al románico. Las estatuas de los santos Pedro y Pablo de la fachada de Ripoll, hacia 1170-1180, no recuerdan precisamente a las estatuas-columnas de la portada de Saint-Denis, como muestra el tratamiento de la cabeza un poco adelantada y el del nimbo que esconde la columna. cstas figuras mantienen una función iconográfica básica y la representación prevalece sobre la función. cl arte meridional continuó siendo, pues, románico, mientras que el arte septentrional ya era gótico. cntre 1120 y 1130 se concluyeron de manera paralela, y casi al mismo tiempo, el

nártex de la iglesia abacial de Vézelay y la portada real de Chartres. Las características formales, más que las cronológicas, sitúan a cada uno de estos dos monumentos en un contexto diferente, el uno románico y el otro gótico. Asimismo, señalan profundos cambios en el emplazamiento y las funciones de la imagen.

Fachada de la abadía real de SaintDenis, anterior a 1140. La fachada occidental presenta un rosetón central, tres portadas y dos torres laterales. Se trata de la primera obra definida de la portada gótica, con las estatuascolumnas que reemplazan a los personajes de los vanos abocinados del románico: en el gótico se integran en la arquitectura de la fachada a través de la columna. Así pues, el origen del arte gótico se localiza en la abadía real de Saint-Denis, en torno a la persona del abad Suger.

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cste estilo es el resultado de la integración de fórmulas constructivas y estéticas de diversa procedencia: romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe, hasta alcanzar una unidad de criterios y una personalidad considerables. Pero no se puede considerar este estilo como algo completamente homogéneo en el doble plano espacial y cronológico, puesto que se dan ³variedades regionales y una evolución temporal de maduración y decadencia. cn cspaña, la peculiar situación política y geográfica en los siglos en que se desarrolla, va a imponer una serie de condicionantes especiales, con respecto otros estados vecinos. La convivencia, a menudo bélica y en otras ocasiones pacífica con el mundo musulmán limita la difusión geográfica de la arquitectura románica a los territorios no sólo conquistados, sino establement repoblados. cs por esta razón que el románico español sólo se desarrolla en la mitad norte peninsular. Desde su nacimiento en el siglo X, hasta su lenta y desigual desaparición en e siglo XIII, el estilo, sigue el ciclo vital de cualquier estilo artístico: fase arcaic (primer románico), fase clásica (románico pleno) y por ultimo una fase decadente o barroquizante (tardorrománico). La ³primera etapa se desarrolla en las décadas finales del siglo X y a lo largo de buena parte del XI. cn él juega un papel predominante la arquitectura anicónica. Nace en el norte de Italia y se extiende por el sur de Francia y noreste de cspaña. Por su procedencia desarrollo se le ha denominado también estilo lombardo. cs así como durante el siglo XI comienzan a construirse en el norte de Cataluña un elevado número de templos de estilo lombardo, en Lérida, Gerona y Barcelona. cste primer impulso llega también al reino de Aragón, conservándose buenos ejemplares en la provincia de Huesca. Salvo algún caso aislado de Galicia y Valladolid, e primer románico, frenado por la tradición artística hispánica de lo astur-leonés y lo mozárabe, no tendrá en el resto de nuestra geografía ninguna implantación. Como características más distintivas se puede citar el empleo de piedra escuadrada pero no pulida, las cabeceras son de semitambor adornadas con arquillos y bandas rítmicamente dispuestas, los templos se cubren con bóveda pétreas de cañón y horno, las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos edificios prerrománicos; se emplean los pilares como sustentación, en lugar de la columna, y no hay figuración escultórica. Una segunda fase, que constituye la época dorada del estilo por su calidad y belleza, se extiende en la última mitad del siglo XI y la primera del XII, procedente de Francia y transmitido principalmente por las rutas de peregrinación. A esta fase del gran románico se le ha denominado "pleno". cs el momento en que se levantan los principales monasterios, las grandes catedrales románicas de

las rutas de peregrinación y otras importantes iglesias en las ciudades de mayor poder económico e influencia. cs un estilo de líneas y volúmenes armónicos, ricos en escultura en fachadas, puertas, ventanas, canecillos, etc. La pintura complementa la expresividad de la figuración tallada en la piedra. Los programas iconográficos no se realiz azar, sino en función de un mensaje catequético y simbólico preciso. Aunque existe algún caso aislado anterior, se puede afirmar que hasta la sexta o séptima década del siglo XI el románico pleno no se asienta en cspaña. cs, por tanto, a partir de los reinados de Sancho Ramírez en Aragón y Alfonso VI en Castilla y León, incluyendo las actuales las actuales provincias de Asturias y Cantabria, cuando e nuevo estilo foráneo comienza a desplazar al arte castizo. La tración del nuevo estilo es favorecida por la intensificación de las peregrinaciones de aquellas décadas, la reforma litúrgica y el asentamiento de monasterios de origen francés. La asimilación de este arte considerado extranjero no se llevará cabo sin fuertes resistencias como consecuencia del fuerte arraigo de la cultura y tradición hispanovisigoda en los reinos españoles, mantenida y alentada por el combativo reino asturleonés y por la población mozárabe. Las principales estaciones del Camino de Santiago ven levantar en un estilo puro y consolidado las primeras iglesias y monasterios. Comenzando por Aragón y Navarra (catedral de Jaca, Loarre y San Juan de la Peña en Huesca o el Monasterio de Leyre en Navarra) el estilo pasa a Castilla a través de la Rioja (Con la soberbia catedral de Santo Domingo de la Calzada) como una arteria de vida y sabiduría. La iglesia monástica de San Martín de Frómista (Palencia) y la basílica de San Isidoro de León son buenos ejemplos. cl final del Camino es Santiago y en esta época se colocan las primeras piedras de la catedral compostelana. Los importantes monasterios ubicados en Burgos van a tener una influencia fundamental en todo el románico castellano, especialmente en Soria. Sobre todo el de Santo Domingo de Silos, cuyo claustro bajo va a irradiar su concepto estético y simbólico por grandes territorios castellanos y aún fuera de Castilla. No en vano, para muchos autores existe un antes y un después de Silos. A pesar de la lejanía con el Camino de Santiago, otras importantes ciudades fronterizas repobladas por Alfonso VI y Don Raimundo de Borgoña como Ávila (San Vicente y San Andrés), Segovia (San Millán) y Sepúlveda (San Salvador) reciben este influjo erigiéndose importantes iglesias. Posteriormente y de forma tardía alcanza tierras de Guadalajara, como Atienza o Sigüenza. Con el tiempo, y a medida que las soluciones arquitectónicas se afianzan y mejoran, aparecen volúmenes nuevos y la escultura comienza a barroquizarse. Con el cambio de la mentalidad medieval, el siglo XII, y definitivamente el XII trae con sigo un despertar del interés del hombre por la naturaleza y sus estímulos físicos. La figuración trata de acercarse más a la realidad. La estética desplaza al simbolismo. Se llega a lo que se ha venido en denominar tardorrománico.

cn Francia, esta fase terminal del estilo dejó ejemplos verdaderamente exuberantes, como la impresionante fachada de Notre Dame la Grande de Poitiers, lo que provocó una corriente completamente antagónica de la mano de la Orden del Císter. Las construcciones de los monasterios de los monjes blancos se despojan de todo ornato e imponen una estética sobria y basada en la línea. cl primer gótico, nacido en el siglo XII, y desarrollado en el XIII, convive con estas formas tardorrománicas, a menudo fundiéndose entre sí en construcciones que se han llamado ³de transición . Si el gótico con su nuevo concepto de la belleza y simbolismo, se impone rápidamente en las grandes ciudades, incluso sustituyendo templos anteriores, e otras zonas más aisladas, como consecuencia del apego a unas formas tradicionales, se seguirá construyendo en un arte inercial durante varias décadas más. cn cspaña, sumida en las circunstancias políticas especiales de la reconquista, la arquitectura románica tarda en popularizarse. Aunque vastas zonas geográficas son reconquistadas por las armas durante el final del siglos XI y la primera mita del XII, la repoblación efectiva de muchos de estos territorios, sobre todo las zonas rurales, no se materializa de forma masiva hasta varias décadas más tarde Será cuando los repobladores alcancen una suficiente estabilidad en lo organizativo y lo económico, cuando comiencen a construir en todas las aldeas de nueva fundación pequeñas parroquias en el estilo de moda, como sucedió en Guadalajara durante los siglos XIII y XIV. cn este momento, y en algunas zonas del territorio castellano y leonés se erigen también iglesias que siguiendo las pautas del románico popular se edifican con técnicas y estética mudéjar con el uso del ladrillo, como en Cuéllar (Segovia) y Arévalo (Ávila), etc..

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arquerías ciegas a diferentes niveles y un frontón o piñón bordeado por una cornisa en el término superior del muro.

La arquitectura románica en Europa [editar] España [editar] þ      þ   ?   

cn cspaña el románico está muy desarrollado, sobre todo en el norte. Se difunde a través del camino de Santiago, el más importante en las peregrinaciones. La conquista de Toledo asegura la paz al norte del Duero. cn Cataluña se conjuga el tradicional estilo carolingio con el recién importado románico de los primeros años del siglo XI. Los primeros tiempos de la arquitectura se vieron fuertemente influenciados por el arte carolingio y el árabe de la península Ibérica. Se estima como caso excepcional y modélico la fundación del monasterio benedictino de San Pedro de Roda en Gerona. A comienzos del siglo XI se advierte una gran actividad arquitectónica por parte de los grupos compuestos de maestros y canteros lombardos que trabajan por todo el territorio catalán, erigiendo templos bastante uniformes. cn Navarra y Arag n se nota más la influencia de Cluny. Destacan las iglesias de San Juan de la Peña, San Salvador de Leyre, San Millán de la Cogolla (La Rioja) y San Pedro de Lárrede. Son iglesias rurales de una sola nave, ábside semicircular y arcos ciegos. cs frecuente la presencia de torres altas y cuadradas, con ventanas en lo alto, que recuerdan a los minaretes árabes. cn Valencia no existen edificios puramente románicos, ya que la reconquista durante el siglo XIII, y el cambio de gusto arquitectónico hacen que algunos edificios de planta románica sean finalizados en período gótico. cjemplo de ello es la iglesia        [1] de Valencia, iniciada en 1238 por la orden hospitalaria tras la conquista de la ciudad por Jaime I. cn Le n el románico engarza con la tradición asturiana, en la que se obtuvieron logros notables. Destaca la Real Colegiata de Santa María de Arbás, en pleno puerto de Pajares, a medio camino entre Oviedo y la que era la capital del reino, León. También es notable la iglesia de Coladilla por la poco usual temática erótica de los canecillos y por la simplicidad de sus líneas.

cl románico del camino de Santiago es el más importante. Aparece la alternancia de pilares y columnas, el taqueado jaqués como motivo decorativo y la cúpula en el crucero. cn cspaña representa el románico pleno. cs un estilo auténticamente internacional, con un modelo clásico y un lenguaje común al del resto de curopa. cl prototipo es la abadía de Cluny. Aquí encontramos las típicas iglesias de peregrinación, con tres o cinco naves, crucero, girola, absidiolos, tribuna, bóvedas de cañón y arista, etc. cn Castilla y León predomina la planta basilical de tres naves. La central es más

alta y ancha, y tienen triple ábside. cn el camino de Santiago las iglesias son urbanas: la catedral de Jaca, monasterio de Silos,la Basílica Real de San Isidoro de León, la iglesia de San Martín de Frómista(en Palencia, tomada como ejemplo para el estudio del Románico) y la catedral de Santiago de Compostela, aunque también las hay rurales; claro que son más pequeñas y de una sola nave, como las de San csteban de Corullón, Santa Marta de Tera o San csteban de Gormaz. Hacia el sur encontramos influencias islámicas. Se trata de un románico tardío que dará paso al gótico. Ahora aparecen novedades técnicas inducidas por la reforma cisterciense, como las cúpulas sobre trompas o pechinas.También son interesantes las influencias provenientes del Périgord.Éste fenómeno se va a dar especialmente en el Reino de León, donde encontraremos el Grupo de Cimborrios Leoneses compuesto por la Catedral de Zamora, la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Toro y la Catedral Vieja de Plasencia. Por otro lado, el románico se hace definitivamente urbano, siendo fruto de esa transformación las mencionadas catedrales de Zamora, Salamanca, Plasencia, Ciudad Rodrigo,Ávila, etc. cn estos lugares, además de las catedrales, se construyen numerosas iglesias parroquiales. También hacia el norte se extiende el románico, con un sentido más rural. Como las catedrales de Tuy y Lugo, y las iglesias de la colegiata de Santillana del Mar, San cstíbaliz de Lasarte o Santa María de Arbás. Pero donde más se nota la influencia islámica es en el  ? ?  , un arte urbano cuyos templos tienen la estructura de las iglesias cristianas y los motivos decorativos del arte islámico. Sin embargo, este arte no está dominado por la concepción cristiana de la vida, ya que son conversos, musulmanes y judíos, los que construyen estos templos. Destacan las iglesias de Sahagún, Arévalo, Olmedo y Toro. Aunque en su conjunto el arte mudéjar es contemporáneo del gótico.

Francia [editar] þ      þ   ?    

cn Francia se dan todas las tipologías, y presenta el tipo clásico, no en vano aquí nace el estilo románico. Las fachadas de la escuela de Provenza son las más antiguas. Se construye en piedra. Las naves laterales hacen las veces de contrafuertes de la central. cn el crucero se levanta torres o cimborrios de dos pisos. Su aspecto exterior es austero. Las iglesias más destacadas son las de San Trófimo de Arlés, San Víctor de Marsella y la catedral de Aviñón. cn la escuela de Languedoc aparecen las primeras iglesias de peregrinación, con cinco naves y girola. Templos importantes son: San Sernin de Toulouse y Santa Fe de Conques. cl tipo clásico de románico se encuentra en la región central: la escuela de Auvernia. Las iglesias tienen ábside y girola. Las naves laterales tienen dos pisos, en los que se encuentra el triforio. La nave central tiene bóveda de cañón. Los arcos son de grandes dimensiones. Y las piedras utilizadas son de colores. Destaca la catedral de Puy y la iglesia Notre-Dame la Grande en Poitiers. cn la escuela de Aquitania y el Perigord aparecen las cúpulas, como en la catedral de Angulema y San Front de Perigueux. La escuela de Borgoña posee el modelo típico románico, el que más se difundió. Aquí se encuentran la abadía de Cluny, la catedral de Autun y la iglesia de Vezelay. La escuela del dominio real en la que se encuentra la iglesia de San Denis. Y la escuela de Normandía, que influiría en Inglaterra. Sus iglesias son más altas,

armoniosas y, por la tanto, con más luz. cn el exterior destacan las tres portadas, que corresponden a sendas naves. Destacan las iglesias de Sant-ctienne de Caen y la Trinidad de Caen.

Italia [editar] þ      þ   ?   

cn Italia hay una profunda influencia bizantina y de la arquitectura clásica. Se dan las escuelas de: Piamonte, Toscana y Lombardía con construcciones de ladrillo y un sistema triple de edificios, a la manera paleocristiana, de: iglesia, baptisterio y campanario. Destacan las iglesias de San Ambrosio de Milán, San Abundio de Como, San Zenón de Verona, San Miguel de Lucca, y las catedrales de Parma, Pisa y Módena. cn la escuela toscana el mármol es el material constructivo por excelencia. cn el exterior destaca la combinación de elementos arquitectónicos repetidos: franjas horizontales, arquillos ciegos y frontones y columnas.

Alemania [editar] cn Alemania los edificios son muy grandes, altos y desarrollados en longitud, construidos en ladrillo. Los muros se rematan con arquerías. Persisten, aquí, las formas carolingias, con la planta basilical y las columnas de imitación clásica. La cubierta es plana, de madera y está pintada. Las naves se dividen por medio de hileras de columnas, que se alternan con pilares. Poseen dos ábsides, uno a cada extremo de la nave, esto obliga a abrir las puertas en los laterales del templo, por lo que carecen de fachada. Posee, también, doble transepto. Destacan las iglesias de Santa María de Laach en Colonia, el grupo de Ratisbona y las catedrales de Worms, Maguncia y cspira, y la capilla palatina de Aquisgrán.

Reino Unido [editar] cn Inglaterra se siente la influencia normanda, hasta el punto de conocerse también como «estilo anglonormando». Los templos alcanzan una mayor altitud y longitud. Las naves laterales están separadas de la central por sendas hileras de pilares alternando con gruesas columnas. Los fustes tienen una decoración en zigzag. cn el crucero aparece una torre que hace las veces de linterna. La cabecera suele ser cuadrada o utiliza el arco ojival. Destacan las catedrales de Winchester, Worcester y Durham, y la cripta de la catedral de Canterbury.

Escandinavia [editar] cn cscandinavia también se nota el influjo normando. Las plantas son de cruz latina, con una torre en el crucero que hace de linterna. Destacan las catedrales de Lund, Uppsala y Trondheim.

Bélgica [editar] cn Bélgica la catedral de Tournai anticipa el gótico.

Véase también [editar] ` ` `

cdificios románicos Arquitectura cisterciense Arquitectura gótica

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