El Amor Es Una Mierda 27-07

November 26, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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No existe ningún puto derecho, por tanto, no se reserva nada.

Esa nada no es nuestra, por eso la oku okupamos. pamos. Omnia sunt communia Editado por Fuga Nómada Colección Feminismos criminales [email protected] Impreso Imp reso en cualquier parte, en el año 36 de la era Orwell Or well

 

Tabla de Contenido Prólogoo ............... Prólog ............................... .............................. ................. ...7 Mi dulce amiga ................................ 15

 

CRÍTICA AL PENSAMIENTO AMOROSO.

El amor como categoría cultural, de género, de clase, de etnia .............. ............................. ..................... ...... 27   ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO  Y LAS AFECTACI AFECTACIONES ONES LIBRES Y ALEGRES. ALEGRES. ¿Jugás?.............. .............................. ............................... .................. ... 51 La manada de lobos aprende a preparar explosivos y a destruir la propiedad privada 57   Pequeñas intuiciones para una ecología amatoria libertaria. ...................................... 63

LA AMISTAD. La amistad ............... ............................... .......................... .......... 75

 

El amor   es una mierda  El amor  es o  Metete tu cariño  en  en el culo 

 

Pólogo Crear una nueva ética, que no se sostenga por su no vedad, que no se concluya; sino que uya y transmute

en cuerpos que se una danque al encuentro, queelsedevenir agotan de en los el acontecimiento; nunca sea coherencia sino consistencia (en su justa medida, en su  ): Es el llamado a la criminalidad. Kairós  Hartas de que se nos diga cómo, cuándo y hasta dónde pensar, sentir, callar, vivir, disfrutar, expresar y dar es que nos vemos volcadas a la insurrección en todas las formas que encontremos anes. Nos hemos cansado de los códigos que denen nuestros gestos,

aspectos y cuerpxs; así entendimos que, como “Hay que decir que el Estado no existe, para que no exista”, debemos detonar aquellas torres de marl institucionalizadas en el Yo, el concepto y la Razón Humana, que, autoritariamente, pretenden señalar los únicos caminos posibles para transitar: Decapitamos  AL ESTADO,  AL DIOS,  AL SUJETO,  A EL P ADRE,  A LA R  AZÓN,  A LA P ATRIA,  AL HOMBRE,  A LA MUJER   Y SÍ,  AL AMOR . 7

 

EL AMOR ES UNA MIERDA.

“(…) decidimos asaltar en un acto insurrecto los de venires menores que desatan como bombas de relojería la ética de la alegría ácrata. Intentamos por todos los medios devenir amigas para danzar desnudas y manchar con nuestra luna las paredes llenas de la condena de la modernidad y sus dispositivos de captura.”1

Renunciamos a la creencia de antaño que nos ordena al Amor como único rostro y autoridad moral para indicar cuándo se está bien relacionada, cuándo un sentimiento es lo sucientemente grande y puro como para justicar todos los actos que se desprendan de

él. Intentamos abolir esa necesidad absurda de buscar siempre un/une/una acompañante, incluso dentro de los “márgenes abiertos” del amor libre. No queremos novies ni compañeres que se denen

mediante el encuentro sexual (restringido al aspecto genital), ni tampoco llamamos a la camaradería que se limita a la reproducción de roles, asumidos desde una distancia corporal prudencial, que no intereran

en la consecución del pr oyecto proyecto político político. . Queremos amigues/amantes, cuerpas que se miran, se sienten,ser se comunican y se entregan al constante devenir de sus pasiones. Queremos sentirnos bien solxs y entender en ello una postura subversiva. Aceptar la compañía que llega, permanece o se marcha en completa libertad. Convocamos entonces “la distancia innita, esa sepa1

Así profesa el primer maniesto que nos convoca a

la criminalidad en el reconocimiento y la creación de diversos feminismos feminismos..

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PRÓLOGO.

ración fundamental” que se acompaña de la anulación de la dependencia relacional, aquella indeterminación que solo en la amistad puede existir, como se percibe con Blanchot, para degollar los paternalismos que nos entienden cómo cuerpas necesitadas siempre de un cuidado exter no,impotentes, externo , de una protección y un manto que nos cubra de las corrientes de la vida. Pensar/Sentir: Vivir, amorosamente, nos condena a territorializar nuestros deseos, a ponerles, ponerles, antes de que cualquier cosa pase, un límite y un destino. Es por esto que un estudio feminista y atropológico atrop ológico del amor, desde lo que Mari Luz llama El pensamiento pensamiento amoroso amoroso se hace fundamental para poder combatir los dispositivos que gobiernan nuestras fromas de ser/vivir en nuestras relaciones. El Amor proyecta entes abstractos (sin cuerpo) a la promesa de felicidad, seguridad y estabilidad, mientras los sujeta por el cuello y castra todas las posibilidades que existen en unx cuerpx que se dispone única y exclusivamente en sus encuentros. Es el Amor la vara social por excelencia que, en la mayoría de los tiempos, razas, etnias, encuentros sexo-afectivos, grupos políticos, idiomas, idiomas, etc. permite denir un grado de

aceptabilidad social y colectiva a los individuos que somos llevadxs a conformarlos; puesto que es el Amor, como la felicidad y la libertad, el considerado uno de los Bienes mayores para el Hombre. Es nuestro gran dominador, el Pater Potestas de la jerarquía relacional. La Ética amatoria del deseo libertario es ya un clásico dentro de lo que consideramos la propagación

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

de feminismoS criminales en sudacalandia. Esta es una experiencia amatoria en la construcción del deseo,, que se encuentra embistiendo lugares comunes en seo los que quedamos capturadas bajo una identidad (c ción útil al al Yorealmente la inmanencia delheterocapitalismo), cuerpo y del cómo oponiendo opera. Las prácticas que se exponen son de desobediencia a las ideas regulatorias bajo las que la cuerpa se encuentra sometida en la producción de un deseo que q ue se impone como propio. Generar la desprogramación desprog ramación del género, objetarlo, a su vez nos conduce a la desnaturalización de aquellos deseos que dicen nuestros, y profundizar nuestra percepción de deseos únicos2 que crean afecciones únicas en las que se deconstruyen nuestras subjetividades: creando afecciones que, transgrediendo los límites de lo humano y lo no-humano, desnaturalicen una producción masicante de la vida que somete a los

cuerpos, sus deseos y sus devenires. devenires. Las ludditas sexxxuales se hacen máquinas de guerra y proyectan la destrucción de los dispositivos del heterocapitalismo, que bajo las dudosas bondades de los equipamientos de la heterosexualidad como régimen político (concepto apropiado de la lósofa Monique Wittig) se han asimilado en lxs cuerpxs, como (únicos en el sentido de resultado directo de experiencias, subjetividades, encuentros y sentires 2

especícos que los posibilitan. El deseo no puede

ser algo preestablecido sino devenido en el instante mismo con todo, en el espacio-tiempo, que lo engendra y lo escupe por nuestros poros.) 10

 

PRÓLOGO.

lo son la monogamia, la familia, el Amo(R) Romántico que se sacraliza y la noción misma de Amor, que produce una distribución jerarquizada, paternalista y dominadora de la vida. La monogamia como dispositivo de la sexualidad, descubierto y explotado hasta la exacerbación por la iglesia para el control de las almas en la edad media por medio del control de lxs cuerpxs, y aanzado por

los otros poderes del Estado como instrumento de la natalidad, desempodera las cuerpas que se entregan sin el menor resquemor al sometimiento de un deseo/ necesidad que las arroja a un control cotidiano, a un poder embrionario que tranquiliza y anestesia. Una de las formas de nombrarlo ha sido: Hetero Capitalismo Global Cognitivo, concepto apropiado de la tradición biopolítica desde Deleuze y Guattari hasta las feministas posestructuralistas. No se trata de que, a modo

de imperativo, estemos ofreciendo recetas de lo que a cada une nos hará más libre, se trata más bien de que cuando la monogamia no estimula las potencias que nos permitan intensidades y afecciones alegres se hace preciso el crearnos deseos que nos potencien. Desnaturalizar nuestros deseos y hacernos cargo de ellos, es desacralizar lo que se ha constituido como los mayores bienes de una civilización decadente, profanar el valor sagrado de la familia y la utilidad que q ue brinda a una globalización estéril. Hacemos uso del llamamiento del Comité Invisible cuando nos incita a encontrar aquellos antepasados

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

que nos hacen más libres. Entre estos antepasados se encuentra el movimiento insurreccional ludita que emerge como potencia destructiva, siempre horizontal, siempre autogestiva, para la creación de otros deseos que permitan, no la anulación de los conictos,

sino la expresión siempre expansiva del deseo que al moverse cambia también su naturaleza y que no puede nunca decirse sin traicionarse. No acatar a la Norma que produce a nuestros de seos, develar la ccionalidad de la máquina, su carác ter articioso y su devenir histórico; y que en la era

del capitalismo se encuentra como uno de los centros de la gestión g estión biopolítica. No buscamos descubrir

a modo de Freud el deseo como lo reprimido, sino cómo puedo construir/me constr uir/me otrxs, cómo puedo no dejar de desear, esto es, cómo no dejar de crear mundos posibles, mundos que incitan a la destrucción de lo que te destruye.

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Recpe el fego nteno

@Impropia_ 

 

M lce mg o Metete t Cño en el Clo

 

M lce mg o Metete t Cño en el Clo ♥ ♥♥ ♥♥♥  Algunas inexiones en torno a las afectaciones li-

bres y alegres.  ♥♥♥ ♥♥ ♥  El condón es para para el sexo anal,  para que la mierda no se meta por por la uretra.

 Toño  T oño  Se dice ciertamente cier tamente que no hay que tomar «a la ligera» el divorcio. Pero ¿por qué no? Porque la ligereza liger eza es «pecado», porque se trata de una «cosa sagrada».  ¡No debe haber ligereza! Y así le va al egoísta al que le han arrebatado su ligereza y que se condena a sí mismo a seguir viviendo en una relación carente de interés, pero sagrada.

 Max Stirner  

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EL AMOR ES UNA MIERDA.



 Los enormes ojos de mi amiga no me miran. Son amarillos al centro y verdes alrededor, como un girasol sobre el cielo marino. Le pregunto si ella me ama. Me dice que sí, convencida… sin pensarlo, mirando hacia delante pletamente Aunque parece tenerlocommuy claro, nunca me ha dicho te amo; sólo me dice que me quiere, que le gusta tenerme cerca y que me desea siempre lo mejor. En otros idiomas no es tan clara la diferencia entre el querer y el amar. En inglés, por ejemplo, el I want you no equivale al te quiero del español; no es un vocablo que designe la afección, sino el deseo. Para el amor, para todo tipo de amor, se usa la palabra love —o Love. Para nosotros los latinos, es sumamente distinto querer, a amar a alguien; la diferencia parece recaer en el grado de entrega: la gravedad, el compromiso. Porque Porque el Amor es algo alg o enorme enor me e incomprensible, fuera del alcance a lcance humano. La cultura, la soledad y las hormonas del pollo, te dicen que amar es duro, que pesa, pero que es una li viandad, una liberación; lib eración; que amar es hermoso her moso,, pero se  vive como una condena, como una privación monástica; que amar es tremendo, pero entre más se aman las parejas, más se repantigan en sus vicios, más se aanzan mutuamente en la comodidad, la mediocridad y el aburrimiento estable y seguro que se procuran. Que amar es entregarlo todo por otro, incondicionalmente, pero cada año centenares centen ares de mujeres mueren acuchilladas por sujetos que las aman más de la cuenta.

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MI DULCE AMIGA.



Está el Amor, el que es un dios, del que hablan las canciones idílicas, las credenciales con ores y las tarjetas con perritos giordanos; el Amor de los mitos y las tiendas de sentimientos; está mi pequeño-amor, el que nada-lo-puede: ínmo,y inseguro, mudable, una nada imperfecta y amorfa que signa mi cuerpo en los deseos del otro, del todo, del mundo. Este otro amor no es inagotable, pero sí al menos cuantioso; hasta ahora he amado con fuerza esta multiplicidad abrumadora en mi dulce-amiga, y no siento que esté cerca de agotarse o de necesitar abastecimiento. ♠

 El cristianismo dice que Dios es Amor: un amor moral (antiético), obligatorio (exterior), impersonal (ajeno) y sin cuerpo (falso). Cristo sabía lo que era el amor, el sentido práctico en que dios y amor son una misma sustancia; pero al cristianismo nunca le ha importado lo que el Cristo creyera. Amor Amo r de Dios: Temor Temor de Dios. Día del Amor: Día de la Ira.   ♠

El amor celestial aplasta los demás amores, sobre todo al lial y al erótico. Si Dios es Amor, es única mente gracias a que no ama nada. Su amor es todo: es nada. Un dios hecho de Amor debería ser a la vez el dios del amor, pero esto ya no se cumple. «¿Qué falta les hacía a los recensores judíos entrar a discutir sobre el amor y el Dios que es amor, cuando hacía mucho 1

Stirner, M.sobre en LosAmor, Recensores Stirner. que1 escupían el de dios de los amantes?»  

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

Un Amor sin objeto, que no se entrega, que no toma forma: que no se gasta ni se difunde entre los cuerpos. Es este Amor el que lleva a papi-Estado a guardarte y protegerte, el que lleva a los desposeídos a inventar un Dios de no ignorancia que conduce, a aquellos que se bastan,y arencor; invocarel su propia insuciencia bajo su santo nombre. Pero mi amiga y yo no tenemos Estado, sólo sabemos de los estados orgánicos, subjeti vos,, en que nos vamos encontrando a cada instante; no  vos tenemos un Dios severo, sólo los pequeños dioses del agua, de la basura y de las piedras; tampoco tenemos  Amor, sólo el minúsculo don de ser tontos, sucios y frágiles, que nos permite abrazarnos abrazar nos sin darnos cuenta. Nuestro amor es pequeño y maleable como un niño de

pecho; es un amor que se olvida, un amor para p ara infantes y plantas. ♠

  El amor no es dicotómico; es ambiguo, pero no dual; es la unidad, es lo absoluto en su for forma ma construcconstru ctiva, aun cuando su fuerza ocasione la destrucción. destr ucción. No

hay un love y un want, un amar y un querer, un amar y un Amor. Es uno y el mismo, y esa unicidad es una grandísima mierda. El amor duele, trastorna, evidencia los horrores, las crueldades, las peores mezquindades y egoísmos; incluso obliga, en la materia, la unión de todos los átomos desordenados del universo. «L’amor che move il sole e l’altre stelle»2.

2 «ElAlighie Alighieri, ri, Dmueve . En Divina Commedia. a. Paradiso, XXXIII XXXIII,, v. 145. amor que el sol yCommedi las estrellas».

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MI DULCE AMIGA.

 ♠  Mi amiga es innita, fragmentaria. Nunca se agota,

pero tampoco es la gran cosa; es pequeña e insulsa y está rota, al igual que yo. Mi amiga no puede nada en mí ni yo en ella; chocamos en el espacio interminable como si no chocásemos; como dos gases de distinta densidad e idéntica composición. Mi amiga es mi enemigo enemig o, es eso-otro que nunca seré, allí donde me pierdo en mismidad, en alteridad; donde no me m e concibo ni me percato del ser. ser. Ella es lo que no sentiré ni obtendré jamás. Pero es mi único aliado —así, con o al nal—: lo único que hace que ote, en vez de naufragar entre mis propias heridas.  ♠

 Mi amiga no es negra ni blanca ni amarilla. Mi amiga no nació hombre ni mujer, ni es de ningún país en particular. Mi amiga tampoco es abstracta, conceptual, universal, etérea o metafísica; mi amiga es lo más real. Es todo lo que tengo, porque no la tengo; es toda ella carne y hueso y sonido, y latidos y gemidos y olores, pero es todo esto sin una forma denida, de manera

indeterminada, como amiga imposible y múltiple; amiga siempre en el presente, que es mi porvenir; nunca mía, nunca del todo en mí; siempre potencia de amiga, siempre potencia de amor. Amo a mi amiga porque nunca se dejaría capturar. Antes moriría; antes se arrancaría la pata con sus propios dientes. Amo a mi amiga porque no es mía. «Yo canto a una novia que no ha de 3

3

Greiff, L. de, en Álbum Para Matilde. ser mía…»

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EL AMOR ES UNA MIERDA.



Para las viejas teorías del inconsciente, amor signica carga. Amor es lo mismo que pulsión: una unidad

energética, una magnitud. En este sentido sí podríamos amor empuje bajo alguien mata, que tellamar aplasta, te al mutila, te retiene. Vistoque así,tetodo el consumo, y toda la destrucción que qu e éste conlleva, comprenden los modos más potentes del deseo, del amor.  Amor como amor a la muerte, como amor al mal y a la destrucción.  ♠

 A veces, veces, puede que mi amiga amig a quiera adorar al Amor, Amo r, y se postre ante él como quien ha encontrado el mito  verdadero.. Creyéndolo verdad, mi amiga podría espe verdadero rar que yo también rece a este dios de los enamorados. Si acepto, nuestras almas quedarán petricadas por la

opacidad de lo sagrado; si me niego, mi amiga deberá decidir, elegir entre petricarse ella sola, o abandonar

lo seguro para moverse siempre, para vagar por el plano como un sin-dios lo haría.  ♠

 Mi amiga es eterna en las amigas que ya fueron y en las que no serán; todas las amigas amig as que nunca tendré, sus átomos inefables corriendo por mis arterias. Mi amiga, a la que amo con locura, es lo otro, lo ominoso; es lo reprimido y lo negado, pero también es esa niña que acuno en mi pecho desde que nací. Mi amiga no es mía porque me pertenezca. No son mías sus horas,

ni sus formas, ni su proceder; aun así, es mía porque 20

 

MI DULCE AMIGA.

late en mí; porque ella también es ánima de luz y calor en mí vacío; es explosión en mi ruina; ruin a; un recuerdo que no tengo: el mito de mi-mujer-interior. Mi amiga no es mía porque yo pueda mover su masa, es mía porque es mi fratría, porque es mi manada, miescónclave, mi cofradía, mi rito, mi tribu y mi clan. No mía porque quiera fundar algo en ella, desde ella. No es una patria,

no es un refugio, no es tierra en la que pueda sembrar. Mi amiga es mi exilio, exilio, es el vacío que me dio la libertad. liber tad. No es mía porque me deba, es mía porque así pasó,

porque nos encontramos y, la fuerza del misterio nos hizo partes par tes de un mismo efecto. Los ojos pardos de mi amiga ven la espesura de la maraña. No me ven a mí,

pero me recuerdan. Mi amiga escribe que me recuerda, pero que no me extraña. Juega con otros niños, otros cuerpos mueren jovialmente con ella. Es feliz sin mí, aunque amándome. Me ama, pero no me necesita. Me dice que siempre seré lo que más ame, incluso si ya nunca nos volvemos a ver. Nada terrible nos separa

ni nada espantoso nos une. Ella me ama porque así le pasa, y yo, que quizás no lo merezco, la amo por lo mismo, y aunque esto nos enturbie el pensamiento, aunque este amor ya no sea cuerpo, cu erpo, lo recibo y celebro con gran satisfacción. ♠

  Mi amiga me ama porque soy un cuerpo, ama el peso de mi anatomía y su olor penetrante. Cuando pienso en mi amiga y en cuánto la amo, amo, siento vergüenza de amarla, siento vergüenza de que mis sentimientos puedan ser falsos: algo que aprendí de otros, de los 21

 

EL AMOR ES UNA MIERDA.

libros, de la familia, o hasta otra cosa peor. Temo atraparla en la jaula de mis necesidades, pero de inmediato me percato de que estoy pensando en ese otro Amor, que está por fuera de mi mundo; ese Amor viejo y tirano del que huí.  Mi amor es pequeño y estúpido, es el amor de un niño que se distrae con facilidad, una fuerza tan ausente de todo poder, que nunca podría aplastar a nadie. Mi amor no pesa, en esa medida mi amiga está segura ante mi amor. Sin embargo embarg o, su propio amor, el que ella siente hacia mí, ese no puedo sentirlo ni entenderlo, porque es suyo, es completamente de ella, y podría llegar a ser una carga para ambos. Mientras recordemos que nuestro amor es triste, feo y pequeño, que agoniza y se pudre; que no es único ni sagrado, sino convencional y particular, que nace y muere a cada instante en cada uno de nosotros; mientras recordemos que este amor no es ningún dios, mientras perdure algo alg o de esto, esto, podremos y deberemos conservar el fuego en que se funda.  ♠

 Los cristianos y los comunistas se asocian porque suponen que algo sagrado los une. Mi amiga y yo nos (se)paramos juntas gracias a la certeza de que nada es sagrado; dado que sabemos que en cualquier momento podemos dejar de amarnos, o explotar, o desaparecer, cada una por separado o en comunión. Parafraseando a Wittgenstein: mi amiga amig a puede acaecer o no acaecer, acaecer, y el resto debería permanecer igual.

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MI DULCE AMIGA.



Mi amiga me parió en una mañana mañan a fría, sobre una camilla estéril, perfectamente desinfectada. Repté como un gusano rasgando sus entrañas, desgarrando la pulpa marrón vientre. Nací de sulaentraña, Yo-otredad, enemigodey su varón, carcomiendo vida remota de su

seno. Entonces, condena de otro tiempo, los ojos de mi amiga me vieron, y en esos ojos oscuros sólo hubo abismo, sólo hubo un vértigo dulce, un terrible amor. En una gruta, antes del tiempo, mi amiga me hizo, me amasó con su carne y su miedo; me enseñó la ley del deseo, me inscribió en la lengua de mis ancestros; luego me lanzó a este mundo, para que muriera y rodara, como todos los demás amantes y amados que murieron y rodaron antes que yo. ♠

 Mi amiga no espera futuros, el amor no la aplasta, no crea futuros ideales en su vientre, ni para ella ni n i para los dioses ni mucho menos para mí. Mi amiga fulgura en una constelación lejana, donde otros la han retratado para que yo crea que sólo existe afuera del mundo. Pero fulgura con más fuerza en mis entrañas, en los poros de mis axilas sudadas y la bolsa hinchada donde rezuma el semen de nuestro destino. ♠

Los ojos negros de mi amiga me miran en la oscuridad. Siente que quiero alejarme, cree que su dolor y su espanto me asquean. Pero mi amiga no es un aparato, no puedo abolirla ni repararla; no es de mi pertenencia: 23

 

EL AMOR ES UNA MIERDA.

no como un objeto; sólo es mía en la conjunción, mía por intercambio temporal, por alianza, por anidad,

por anomalía. La tristeza, el odio, el horror en mi amiga amig a no me espantan; ella no es un trasto desechable, además no me quedo a drenarla como un enfer enfermero mero,la, no la sobreprotejo, no curo ni alecciono a mi amiga; dejo estar rota a mi lado, ser abiertamente aquel despojo que tiene todo el derecho a ser. Mi amor no es positivo, positivo, no reclama la positividad. Ser lo que uno es, estar como está, no merece condescendencia ni repulsión. No ante

el amor. A mí nadie me obliga, amo porque es mío ese amor, porque amar es grande cuando es cosa mía; algo personal, algo alg o conquistado por mis imposibilidades. Mi amorcito falible, fatigado, mortal, corporal, asqueroso y pequeño; a veces entregado, a veces egoísta, a veces utilitario, a veces distante y precario p recario,, pero nunca tirano, nunca un enterrador; nunca algo impuesto, sagrado o mayor a la vida en cualquier expresión. ♠

 Amo con esta lengua, con este pene, en cueros, cla vado como un cerdo en carnes desconocidas. Amo en el baño, en las letrinas, cuando recuerdo los cuerpos que fui por un segundo; pero también amo cuando me olvido,, cuando es la muerte lo que amo y dejo que uolvido ya libre en mi condenación. Por eso, no es de extrañar que incluso pueda amar para llegar a ser el amo (de mí-mismo), y que me sienta amo(r) cuando escucho, cuando mimo, cuando cuido y propag propagoo en otro cuerpo lo que soy. Amar no me hace menos único. A nadie debe extrañar que cuidar lo que me afecta, que alimen24

 

MI DULCE AMIGA.

tar mi campo de anidades, sea para mí una manera de

reservarme un bien insospechado, que considero más grande que al amor.  Me gusta babosear a mi♠dulce-amiga. Me gusta lamerla y acariciarla y decirle cosas cursis al oído. Esto agrada a mi amiga, amig a, pero no lo necesita; necesita de mis afectos tan poco como me necesita a mí; bien podría meterme mis meloserías por el orto, y a ella le daría lo mismo. No obstante, ella las disfruta; mi amiga es

un cuerpo y requiere contacto; yo soy un cuerpo, y le brindo uidos e interacción; no tengo nada más que

intercambiar. Las caricias se sienten lindo en su piel y las valora porque son mías, porque son las dulces niñerías que brotan del amor de su amigo amig o. Si hay algo de malo en ello, que lo juzgue Dios, que lo juzgue Él con todo su enmierdado-Am enmierdado-Amor or eterno y magníco. magníco. ♠

Mi amiga me pertenece a mí lo mismo que le pertenece a cualquier otra criatura en su campo cercano de anidad. Esto no me da ni me quita nada. Mi amiga

es mía sólo dentro de nuestro conjunto, puestos en relación, una ante la otra y nada más; no es mía en los conjuntos exteriores a los que ella pertenece, que no comprenden o excluyen mis anidades. anidades. Mi libertad liber tad monstruosa e innita amplia la de mi amiga, a cada

momento y hasta límites insospechados.

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EL AMOR ES UNA MIERDA.



Si algún día dejo de agradar a mi amiga, ella deberá alejarse. No nos une la piedad ni la obligación. Si cui dar de mí no es cuidar de sí misma, mi amiga deberá irse. El que me ame implica que compartimo compartimoss cierta responsabilidad sobre el otro, pero esa responsabilidad termina en el punto en que nuestros límites se maniestan, natural y necesariamente. No le debo ninguna delidad, ninguna comprensión, ninguna complacen-

cia a mi amiga, pero puedo ofrecerle alguna de estas cosas, mientras eso sea lo que quiero, y sólo porque ni ella ni nadie me lo está exigiendo. Podría dar todo de mí mientras lo haga libremente, entonces obtendría otro don, tendría la libertad más grande, haciéndome indigno y esclavo a ojos o jos ajenos. ♠

 Mi amiga me cabalga hacia la lejanía; entonces soy su caballo, un animal de carga, un bruto, un trozo de mierda que escupe; ella es mi mortaja, mi Señora, y yo, menos que una cosa, aspiro a ser su esclavo y nada más. Otras veces ella midemontura, entoncesque es una puta sin valor, unaescolonia huecos húmedos me succionan; es mi objeto-puro, mi terrible profanación de todos los afectos, de todas las limitaciones. Entonces, exentos exentos de cualquier tontería, hechos cuerpo cuerp o puro en estado salvaje, en soledad sublimada y completo desarraigo material cabalgamos juntos hacia ninguna parte; lejos de los inernos inmateriales del placer y el dolor innitos. Dannazio.

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CRÍTICA AL PENSAMIENTO AMOROSO.

 

El mo como ctegoí cltl, e géneo, e clse, e etn  M lz Esten

 El amor como categoría cultural, cultural, de género, de clase, clase, de etnia La verdad es que demasiadas personas en nuestra cultura no saben lo que es el amor. Y este no saber es como un terrible secre-  secr e-  to, una carencia que tenemos que ocultar (…) Es especialmente  preocupante que tantos libros publica publicados dos recientemente sobre el amor sigan insistiendo en que las deniciones del amor son inne -  -  cesarias y carecen de sentido. sentido. O peor todavía, los autores sugieren que el amor debería signicar algo diferente para los hombres y  para las mujeres; que los sexos deberían respetar y adaptarse a nuestra incapacidad de comunicación puesto que no compartimos el mismo lenguaje. Este tipo de literatura es popular puesto que no requiere un cambio en las formas for mas establecidas de pensamiento sobre los roles de género, la cultura o el amor. En vez de compar-  tir estrategias que nos ayudarían a ser más amorosos, nos incita a adaptarnos a las circunstancias cir cunstancias en las que el amor está ausente.1

El estudio del amor, como un complejo modelo de pen-  samiento, emoción y acción 2   , nos conduce a diferenciar dos niveles de la realidad que se suelen entremezclar y cuyo solapamiento tiene consecuencias adversas, por el riesgo de etnocentrismo y generalización: el amor 12

Bell Hooks (2001, pp. 11-12) Tennov (1979)

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CRÍTICA AL PENSAMIENTO AMOROSO: EL AMOR COMO CATEGORÍA

como un potencial humano universal, por una parte, y la construcción cultural que en un contexto geográco geog ráco,,

histórico y social determinado se hace del amor o, más en general, de las emociones, por otra. El amor como capacidad universal sería una forma de interacción y vinculación que comporta la idealización y erotización del otro, y el deseo de intimidad y de durabilidad de la relación. Una interacción que, como cualquier acción social e individual, involucra al cuerpo, ya que se compone de sensaciones, percepciones, expresiones, movimientos, gestos, actitudes, sentimientos, miradas, que articulan tiempos pasados y presentes y hablan de futuro. Desde aquí se puede mantener que la interacción amorosa está encarnada y que, por tanto también, es des-encarnable y re-encarnable: las sensaciones, las percepciones, se repiten pero se van modicando, de manera voluntaria o involuntaria, de

forma que unas determinadas combinaciones pueden dar paso a otras. Una forma de vinculación, la amorosa, que, como digo, adquiere conguraciones concretas y diversas según los contextos geográcos, históricos,

culturales. Esta denición está basada en la que aporta William

 Jankowiak cuando  Jankowiak cuan do describe el amor pasional como un tipo de amor perfectamente distinguible del resto, respecto al que no existe acuerdo sobre cómo nombrarlo (amor pasional, pasión amorosa, infatuación…)3, pero que deber ser visto como una experiencia universal4. 34

Jank Jankowiak, owiak, «Introduction». 4) El 88,5 porWilliam. 100 de una muestra de (1995a, culturasp.recogida por

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

Pero yo estoy aplicando esta denición (idealiza-

ción, erotización, intimidad, durabilidad) al amor en su globalidad aunque admito los distintos riesgos de mi propuesta, incluido el etnocentrismo. Al margen de la dicultad de denir nociones tan abstractas y culturalmente determinadas como, por ejemplo, la inti-

midad, tenemos entre las cuatro características citadas por Jankowiak una que a simple vista parecería no ser generalizable a cualquier forma de atracción o afecto, el erotismo, que suele asociarse por lo general al amor sexual  o  o de pareja . Pero yo lo estoy incluyendo conscientemente en el amor como genérico. Lo singular de cada tipo de amor y de cada marco histórico o geográco concreto no serían tanto los elementos que constituyen las diferentes modalidades y clasicaciones (erotismo, durabilidad… sí o no), sino

las formas for mas que adquieren estos elementos, su combinación y jerarquización, el acento que un grupo humano pone en algunos o en todos ellos; es decir, no tanto su composición como su organización y regulación concretas. Todo lo cual condicionaría el aprendizaje y la  vivencia de los distintos tipos de amor. Desde esta idea podríamos defender que la erotización5  está presente, al menos en potencia, en cualquier cualqu ier vínculo afectivo, afectivo, relaciones paterno-materno/liales o de amistad incluidas, y que por tanto el incesto o cualquier otro tipo de sanción cultural al respecto no hace más que regular la interacción en una dirección determinada, lo que en  William Jankowiak Jankowiak y Edward Fischer Fischer (1992). 5 cos.

Que no sería más que la líbido, en términos psicoanalíti-

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CRÍTICA AL PENSAMIENTO AMOROSO: EL AMOR COMO CATEGORÍA

algunos casos implica la no o la des-erotización. Con todas las transgresiones, adaptaciones y versiones posibles, claro está. Unamor concepto habitual cuando hablamos de amor es el de romántico   o romanticismo , pero es éste un término que sería conveniente reservar, en mi opinión, para la particular tradición amorosa, social y cientíca desarrollada en Europa y Norteamérica en los últimos

siglos.6  Un tipo de ideología cultural, el romanticismo,, que aunque ha adoptado formas mo for mas diferentes dependiendo de ámbitos cientícos y artísticos, y contextos

sociales y culturales, tiende aquí y ahora a enfatizar el amor por delante de otras facetas humanas y subrayar el amor-pasión frente al resto; que incita a la búsqueda de la trascendencia, incluso de la felicidad, a través del amor, y se convierte así en la modernidad en un sustituto de la religión; que vincula la pasión a la tragedia y la muerte, y otorga el máximo valor a cualquier proceso amoroso que implique superar dicultades; que idealiza la relación e hipertroa la parafernalia amorosa. Una conguración emocional e identitaria, la román-

tica, que jerarquiza las distintas interacciones amorosas y donde, como veremos enseguida, el   amor sexual   o de pareja queda absolutamente encumbrado7  y entra 6 De todas formas, hay que recalcar que tendríamos que hablar de distintos tipos de romanticismos dentro de esta tradición. 7 Gayle Rubin señala que en la cima de la pirámide erótica están solamente los heterosexuales reproductores casados. Justo debajo están los heterosexuales monógamos no casados y agrupados en parejas, seguidos de la mayor parte de los demás heterosexuales. El sexosobre solitario ota ambiguamente. El poderoso estigma que pesaba la masturbación en el siglo XIX aún

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en tensión con otros tipos de amores (como el materno-lial), lo que posibilita a su vez la consolidación de

un determinado orden social, desigual. Pero una dicultad relativa a ladedenición y clasi cación de las diferentes formas amor, o más engeneral, de las emociones, identicada sobre todo por

historiadores y antropólogos, tiene que ver con su traducción terminológica y cultural. Como han señalado autores como Catherine Lutz y Georges White 8, o Peter Burke9, ¿cómo diferenciar la emoción misma de la actitud consciente hacia ella, la emoción en sí de su representación oral o escrita? ¿Cómo estar seguros de que un término en cualquier idioma está representando lo que en otro idioma denominamos miedo, cólera, amor, deseo? Más aún, ¿qué sistema de representación o perspectiva teórica es la más adecuada para analizar las emociones o el amor, y qué implicaciones tiene adoptar una u otra perspectiva? permanece en formas for mas modicadas más débiles, débiles, tales como la idea

de que la masturbación es una especie de sustituto inferior de los encuentros en pareja. Las parejas estables de lesbianas y gays están en el borde de la respetabilidad, pero los homosexuales y lesbianas promiscuos revolotean revolotean justo por encima de los grupos gr upos situados en el fondo mismo de la pirámide. Las castas sexuales más despreciadas incluyen normalmente nor malmente a los transexuales transexuales,, travestís, travestís, fetichistas, sadomasoquistas,, trabajadores del sexo, tales como los prostitutos, sadomasoquistas las prostitutas y quienes trabajan como modelos en la pornografía por nografía y la más baja de todas, aquellos cuyo erotismo transgrede las fronteras generacionales (1989, p. 136). 8 Lutz y White (1986). 9 Burke, Peter Peter.. «Is there a cultural history of the emotions?» (2005).

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Catherine Lutz y Lila Abu-Lughod, en su introducción al libro Lang Language uage and and the Politics Politics of Emoti Emotions  ons 10, ofrecen una clasicación de las diferentes aproximaciones cientícas a las emociones emociones,, diferenciando lo que consi-

deran cuatro grandes estrategias relativización, analíticas seguidas hasta ellasmomento: esencialización, historización y contextualización. La esencialización, característica sobre todo de la mirada psicológica y psiquiátrica, desde la que se defendería la universalidad de las emociones (en formas, signicados, procesos), lleva a un estudio de las emo ciones entendidas como estados biopsicológicos, que deja en un plano absolutamente secundario el carácter social y lingüístico de las mismas. Las otras tres estrategias, la relativización, la historización y la contextualización, por el contrario, se centran en la dimensión socio-cultural. Los autores que han optado por el relativismo,, como Michelle Rosaldo11, han subrayado en lativismo su trabajo la fragilidad de las categorías culturales en torno a las emociones y la relación entre dichas categorías y sistemas ideológicos o relacionales diferentes. La historización de las emociones, de la mano de autores de la relevancia de Norbert Elias12  o Michel Foucault13, sitúa los discursos y las subjetividades en contextos sociales e históricos particulares y atendería a sus cambios. Por último, la contextualización no insiste tanto en la reconstrucción del marco histórico general del 10 11

Lutz y Abu-Lughod (1990, pp. 1-7). Rosaldo (1980).

12 13 

The Histo History ry of Man Manner nerss (1978). Elías, Norbert. La historia de la sexualidad Foucault, Fouca ult, Michel. (1987).

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problema sino en analizar meticulosamente la riqueza de las situaciones especícas. especícas.

El hecho de que bastantes de los autores que se han ocupado las relaciones entre emoción, lenguaje estructuradesocial, representaciones y prácticas, sociali-y zación y poder, hayan sido mujeres y feministas no es casualidad y ha inuido en la priorización del estudio

de las relaciones entre género y emociones en distintos sistemas sociales y, en lo que respecta a las sociedades europeas y norteamericanas, en las consecuencias que una determinada especialización emocional conlleva en el menor estatus de las mujeres14…Las cualidades que denen la emoción denen también a las mujeres. mujer es. Por esta razón, cualquier discurso sobre la emoción es también, al menos implíci-  tamente, un discurso sobre el género15 .

Lutz muestra, en su trabajo empírico con mujeres y hombres norteamericanos, nort eamericanos, como los mismos discursos cotidianos establecen conexiones implícitas o explícitas entre las mujeres, la subordinación, la rebelión y las emociones. Las emociones son consideradas desórdenes corporales, y las mujeres (y menos frecuentemente los hombres) hacen alusión continua en sus 14 Véanse, por ejemplo ejemplo,, Abu-Lughod, Lila. Veiled Sentiments   (1986); Abu-Lughod, L. y C. Lutz. Langua Language ge and the the politics politics of emotion (1990); Eichenbaum, L. y S. Orbach. Qué quieren las mujeres (1990); rhet oric of emotio emotio-  -  Lutz, C. « Engendered emotions: Gender, power, and the rhetoric nal control in American discourse» (1990); Comas d’Argemir. «Sobre el apoyo y el cuidado. División del trabajo, género y parentesco» (1993) y «Mujeres, familia y estado del bienestar» (2000). 15 Lutz, Catherine. «Engendered emotions: Gender, power power,, and of emotional control in American discourse» (1990,thep. rhetoric 69)

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conversaciones al control (o a la falta de control) y a la gestión de las emociones; lo que ella denomina la retórica del control. Aunque las emociones sean reconocidas como debilidad y fortaleza a la vez, este modelo cultural la necesidad de suuna regulación se convierteque en enfatiza un control social general, manera de negociar el ejercicio del poder, que se focaliza sobre todo en los sectores subordinados. La construcción cultu-  ral de la emoción de las mujeres puede ser por tanto vista no como una represión o supresión de la emoción en los hombres (como muchos juristas, terapeutas y otros expertos argumentan), sino como la creación de la emoción en las mujeres. Porque la emoción es construida como relativamente caótica, irracional y antisocial, su existencia reivindica rei vindica autoridad y legitima legitima la necesidad de con-  trol 16 . Discursos cientícos de todo tipo se hacen eco y

reproducen estas ideas17. Para las mujeres feministas que he entrevistado (todas ellas autónomas e independientes económicamente y con una dosis importante de rebeldía en sus  vidas), como para muchas otras mujeres que no se denen como tal, el amor es algo fundamental, central,

independiente temente de que haya sido para ellas, en momentos concretos o todo a lo largo de su biografía, causa de satisfacción y plenitud o de sufrimiento, o de todo a la vez18. La tendencia general, aquí y ahora, es 16 Ibidem , p. 87. 17 Lutz (1990). 18  Naomi Weisstbin escribe en la introducción al libro de Shere Hite  Mujeres y Amor : ¿Qué dicen las mujeres aquí sobre el amor y qué ocurre en sus vidas? Básicamente, ya sean casadas o solteras, que nocon se sienten satisfechas, plano emocional, de susdicen relaciones los hombres, y que, en conelfrecuencia, des-

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poner el amor de pareja por delante de las relaciones materno-liales, de amistad, vecindad, etc. Y cuando digo poner por delante, me reero a la preeminencia

que el amor romántico, sexual o de pareja tiene en positivo o negativo y, a provoca y, niveloca general, enque los discursos discurso s y las experiencias, lo que prov incluso la biografía biog rafía de cada cual se tienda a estructurar en base a los cambios sentimentales.  Voy a denominar Pensamiento Amoroso a una deter Voy minada ideología cultural, una forma particular de entender y practicar el amor que surge en la modernidad y va transformándose y reforzándose hasta nuestros días.. Una conguración simbólica y práctica que inudías

ye directamente en la producción de símbolos, representaciones, normas y leyes, y orienta la conformación de las identidades sociales y genéricas, los procesos de socialización y las acciones individuales, sociales e institucionales. En este modelo emocional hegemónico y concreto, dominante en Occidente hoy día, se produce una construcción y una expresión cultural de las emociones que tiende a enfatizar el amor por delante, no cubren se encuentran frustradas, con un sentimiento de enajenación, de lejanía e incapacidad de abrirse camino hasta el interior in terior de un hombre, ciego con respecto a lo que les falta. Muchas mujeres renuncian a esas relaciones, en tanto que otras siguen con ellas aunque sólo a nivel físico, mientras buscan su conexión emocional primaria en otra parte, a menudo con amigas. La frustración que la mujer siente en esas situaciones…; en realidad, el trágico aspecto de varias relaciones, resulta asombrosa y profundamente conmovedora (2002, pp. 40-41; en Hite, 2002). También hay algunas respuestas felices en el Informe Hite: El 19 por ciento de las mujeres describe relación emocional auténtica, un plano de igualdad con eluna hombre al que aman (Hite, 2002,yp.en91).

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solo de otras emociones, sino también de otras facetas humanas (solidaridad, justicia, libertad…), y que se convierte en una forma dominante de representar lo humano que se aplica de distintas maneras a mujeres y hombres hombr es.. Este Pensamiento Amoroso es así el caldo de cultivo, la matriz, en la que se constituye en la Era Moderna un orden social desigual. De género, clase, etnia, sexualidad… Un orden, asimismo, heterosexual, que implica no sólo privilegiar una forma de deseo frente a otras posibles, sino una forma form a de entender las relaciones entre lo masculino y lo femenino absolutamente dicotór elación socio-sexual mica y complementarista. La forma de relación

que domina actualmente es una en la que el poder del amor de las mujeres, entregado libremente, es explotado por los hombres 19 . 

Pero que supone también una representación y una organización concreta del parentesco, de la familia y del matrimonio, construcciones todas que van a la vez. Para esta denominación de Pensamiento Amoroso  me estoy inspirando en el término  El pensamiento hetero-  sexual , utilizado por Monique Wittig para dar título a uno de sus más conocidos ensayos20, en el que entiende la heterosexualidad como un hecho social total (utilizando un término antropológico), antrop ológico), previo a la categoría de sexo, que no sería más que un producto de la sociedad heterosexual21. 19 Jonásdóttir Jonásdótti r (1993, p. 314). 20 Véase su libro  El pensamiento heterosexual y otros ensayos   (2006). 21 Lalacategoría de sexo quesociedad establece como «natural» relación que está esenlalacategoría base de la (hetero-

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La relación heterosexual queda denida para Wittig como la relación obligatoria obligatoria social entre el «hombre» y la «mu-   jer» 22 , y el pensamiento heterosexual sería un saber, un

principio evidente, un dato anterior a toda ciencia, algo una interpretación to-  ineluctable, que entregarse talizadora a la vezpuede de la historia, de laa realidad social, de la cultura, del lenguaje y de todos los fenómenos subjetivos.23

Un pensamiento que, al igual que el Amoroso, se resiste en mi opinión al análisis. El concepto de heterosexualidad iría, por tanto, mucho más allá de unas meras prácticas sexuales: Los discursos que nos oprimen muy en  particular a las las lesbianas, lesbianas, mujeres y a los hombres hombres homosexuales dan por sentado que lo que funda la sociedad, cualquier sociedad, es la heterosexualidad 24.  Y en un símil con la teoría marmar-

xista (donde se propone la dictadura del proletariado como condición para la revoluc revolución), ión), reivindica la gura

de la lesbiana, en cuanto que desertora de la clase de las mujeres25. sexual), y a través de ella la mitad de la población —las mujeres— es «heterosexualizada» (la fabricación de las mujeres es similar a la fabricación de los eunucos, y a la crianza de esclav esclavos os y de animales) y sometida a una economía heterosexual. La categoría categ oría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual que impone a las mujeres la obligación absoluta de reproducir «la especie», es decir, reproducir la sociedad heterosexual (Wittig, Monique. La categoría de sexo ( ibídem, ibídem, p. 26). 22 Wittig, Monique. «El pensamiento heterosexual» (2006, p. 51). 23 ibidem. 24 ibidem , p.49. 25  «El pensamiento heterosexual» naliza con la conocida frase de «las lesbianas no son mujeres», en el sentido de que las lesbianas son desertoras de la clase de las mujeres y, por tanto, pueden ponerdeenuncuestión la sociedad heterosexual, fundada sobre la necesidad Otro, diferente.

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 Y al n y al cabo cabo,, el amor romántico, al margen de

que haya sido motivo de recreaciones artísticas o literarias homosexuales, está estrechamente ligado a la ideología heterosexual estudiada por autoras como Wittig.  De una forma general se podría decir que las sociedades norteamericanas y europeas de los siglos xx y xxi constituyen un régimen emocional  concreto   concreto que produce (o más bien, pretende producir, en términos butlerianos26 )  Mujeres y Hombres como tipos de personas opuestas, complementarias, jerarquizadas, jerarquizadas, a través de d e la repetición de actos y discursos que son siempre encarnados, in-corporados y reproducidos. Esto no signica, frente a lo que las teorías cientícas mayoritarias sobre el amor predican, que sean

la biología, las hormonas o las sustancias químicas en general, quienes gobiernen y hagan evolucionar los sentimientos y el deseo; o que éstos no puedan ser modicados. Sino que, sin negar la base siológica de las

emociones, son unas determinadas coordenadas culturales en las que se produce y se consolida este Pensa-  miento Amoroso las que sentimentalizan  a  a las mujeres, que son vistas como incompletas, particulares, dependientes; mientras que los hombres son percibidos como completos, universales, independientes, al margen de que tengan o no detrás a alguien/es (normalmente mujeres) que abastezcan sus necesidades físicas o emocionales. Y luego esto se explica aludiendo a una supuesta su puesta biología y siología diferencial, de modo que el amor 26 En el sentido de que no siempre se producirán o no del todo.

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se convierte (directa o indirectamente) en el centro de eso que suele llamarse, dependiendo de las disciplinas, identidad o subjetividad femenina . El ideal —autoasumido heteroimpuesto— para las mujeres es, en palabras dey Adrienne Rich, la «adicción al «Amor» (en la carrera de una mujer se traduce en la idea de abnegación), amor a través del sacricio

como forma redentora27». Esta «sobredosis de amor» femenino es apropiada por los varones, en un entorno que lo favorece y lo aprueba socialmente, conduciendo a un décit de igualdad que nos coloca en una

situación de inferioridad. La pendiente de la inferioridad a la discriminación y de ahí al abuso queda así pregurada28.

Hablamos aquí de ideal amoroso en el sentido de un esquema cultural que es internalizado inter nalizado por las personas, lo que en términos psicoanalíticos signicaría que no

es que forzosamente se atendrán al mismo en sus conductas sino que experimentarán conictos y desconciertos si no lo hacen 29 .

Pero es un régimen emocional que compromete directamente al cuerpo. La centralidad de lo afectivo, y especícamente de lo romántico, es fomentada en las mujeres desde muy pequeñas mediante un trabajo 27 Rich, Adrienne. Sobre mentiras, secretos y silencios (1983, pp. 148-149). Habría que subrayar la importancia que la tradición judeo-cristiana tiene también en esta idea del amor como sacricio,, como abnegación. cio 28 Raquel Osborne. «El poder del amor (o las formas sutiles de29la dominación patriarcal)» (2008, pp. 192-193). Ibidem , p. 185.

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  intenso que, basándonos en Loïc Wacquant30, corporal  intenso podemos denir como una manipulación intensiva intensiva del

organismo que organiza en una determinada dirección la capacidad sensorial y cognitiva, y resalta unos órganos, unas habilidades sobre otras, siempre en estrecha interacción con el entorno. Es decir, se trataría de un trabajo totalmente físico, práctico, que provoca un sentido, una conciencia concreta de sí misma/o y del mundo que te rodea; un mundo que es conformado a su vez, siguiendo a Robert Connell31, a partir de dicha modelación física y emocional. Se trata de un proceso absolutamente ritualizado a lo largo de toda la vida,Así aunque con los momentos mayor o menor intensidad. tenemos juegos endesolitario o en grupo (de fantasía, lectura, muñecas, maquillaje y cuidado de la imagen, disfraces, juegos electrónicos…), sobre todo en la infancia y juventud, además de todo tipo de prácticas de interacción social y anticipación (conversaciones, bailes, estas, citas, sms…). Rituales sociales, en denitiva, donde se enfatiza la heterose-

xualidad y donde (sobre todo las mujeres) aprenden lenguajes, técnicas actitudes tienen que ver con la presentación de yuna misma que y con la educación de los sentidos, el movimiento y la ocupación del espacio, la comunicación. Todo ello aderezado con dosis importantes de articio. La parafernalia y la ritualización

amorosa es todo lo contrario a la naturalidad. Una per30 Wacquant utiliza este concepto en su análisis de las transformaciones vividas por los boxeadores en su entrenamiento.  Véase, por ejemplo, ejemplo, su artículo artículo «Pugs at Work: Work: Bodily Capital and Bodily Labour Among Professional Boxers» (1995, p. 73). 31 pp. Véase el capítul capítuloo «Men’ «Men’ss Bodies» de su libro  Masculinities (1995, 45-67).

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formatividad amorosa que se alimenta además de las referencias innitas recibidas en la familia, la escuela,

los espacios de recreo, la publicidad, el cine, la literatura, la música, la televisión. La heterosexualidad obligatoria moldea a los cuerpos por medio de la suposición de que un cuerpo «debe» orientarse hacia algunos objetos y no hacia otros, objetos que se jan como ideales a través de la fantasía

de la diferencia32. La mujer, la más orgullosa, está obligada a presentarse dulce y pasiva; maniobras, prudencia, astucia, sonrisas, encanto, docilidad son sus mejores armas. Me viene a la mente una joven a cuya puerta llamé un día de improviso; la había dejado dos horas antes mal maquillada, vestida con despreocupación, con ojos tristes; ahora lo esperaba a él; cuando me  vio recuperó su cara de todos los días, pero durante un instante tuve tiempo de verla, preparada para él, tensa entre el miedo y la hipocresía; estaba peinada con cuidado, cuidado, un maquillaje insólito animaba sus mejillas y sus labios, una blusa de encaje de una blancura deslumbrante la disfrazaba. Ropa de esta, armas de

combate. Los masajistas, los esteticistas conocen la trágica seriedad que ponen sus clientas en cuidados que parecen fútiles; hay que intentar para el amante nuevas seducciones, hay que convertirse en la mujer que desea ver y poseer33.

Esta cultura emocional moderna 34  en la que vivimos 32 Ahmed, Sarah. The Cultural Cultural Politics Politics of Emotion Emotions  s   (2004, p. 144). 33 34

 El Segundo Sexo (1998, p. 474). De Beauvoir, Spurlock and Simone. Magistro. Magistro .  New and Improved. The Transforma - - 

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bebe de tradiciones losócas y literarias antiguas, que

pueden remontarse hasta el tiempo de los griegos, grieg os, pero se desarrolla al compás de la sociedad de consumo, las nuevas tecnologías de la información y el surgimiento de un nuevo lenguaje 35(emocional y psicológico) en torno a la vida humana . Cultura de consumo y sociedad industrial que, a través de un proceso de saturación romántica, reformulan el yo, entendido como la conste-  lación de experiencias y expectativas que una persona reconoce como integrante de su identidad, que dan signicado a su vida y que moldean sus relaciones con su sociedad y su cultura 36 , me-

diante la provisión de historias, imágenes e ideales que favorecen la introspección (una determinada forma de introspección) y permiten al individuo entender-se a través de las emociones que va identicando37. Hay, de todas formas Hay, for mas (por ejemplo entre las mujeres que yo he entrevistado), quienes dicen haber permanecido de jovencitas ajenas a toda esta tecnología ritual de lo amoroso y haber estado enfrascadas en otros intereses, otros sueños, otros proyectos (aventuras, estudios, militancias…). Solas o en compañía. Y hay también, cómo no, performativización y ritualización lesbiana, o por utilizar un término actual, queer 38, es decir, a contracorriente. tion of American Women’ Women’ss Emotional Culture  (1998).  (1998). 35 ibidem.

36 Spurlock and Magistro (1998, p. 9). 37 Ibídem . (p.15) 38 En el sentido de traspasar las barreras al uso en cuanto al género y la sexualidad.

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Los relatos recopilados, como comprobaremos en el capítulo correspondiente, son en conjunto una buena muestra de la inuencia de los mandatos culturales

en las personas, pero también de diferencias y matices en unos itinerarios que se presentan como individuales in dividuales ysí,que estánque al mismo lejanos que y próximos entreo puesto se tratatiempo de personas comparten han compartido intereses, referencias, quehaceres. Diferencias que tienen que ver con contextos familiares, sociales, económicos y culturales, pero también con idiosincrasias individuales o colectivas. colectivas. Lo cual nos n os habla de la necesidad de poner en relación lo global y lo local de la experiencia, y profundizar en las particularidades que una determinada cultura amorosa hegemónica adquiere en circunstancias muy concretas.  En las conversaciones con las informantes se apreciaba a menudo una brecha entre el amor vivido y el amor idealizado idealizado,, una colisión, podríamos decir, entre la cultura emocional y las experiencias emocionales 39 , entre el deseo de seguir los ideales culturales, y los sentimientos y pasiones ambivalentes que experimentan o han experimentado; tensión que singulariza asimismo esto que llamamos las sociedades occidentales   y, más en concreto, las vivencias de las mujeres en ellas. Pero todos estos contrastes y contradicciones no suponen ninguna traba para que se haya cimentado y generalizado generaliza do un imaginario colectivo del amor como algo sublime, lo más genuino del ser humano, el motor por excelencia. Una idea también del amor como refugio, como si el amor —eso que llamamos intimidad amorosa— nos permitiera ser nosotros mismos más que cualquier otro ámbito de la vida. Una representación que tiene y no 39

Spurlock and Magistro (1998).

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CRÍTICA AL PENSAMIENTO AMOROSO: EL AMOR COMO CATEGORÍA

tiene que ver con la praxis pero que de hecho dirige la acción, y que provoca que la interacción amorosa (no me reero solo a la pareja) se convierta en un objetiv objetivo o

supremo en la vida de mucha gente. En esta misma línea, otro aspecto recurrente en las entrevistas ha sido la referencia continua a la oposición entre el amor y la razón, el amor como lo contrario a la razón, algo que por denición escaparía al control humano y que nos obligaría oblig aría a perder los papeles. El amor se convierte así en un ámbito denidor de la esencia

humana precisamente (y una vez más, paradójicamente) porque se sitúa más allá del raciocinio. E incluso esto se puede llevar al extremo cuando se cataloga el enamoramiento (en un ejercicio de metonimización entre amor y enamoramiento) como un estado de enajenación. El amor es una trampa para las mujeres, un engaño. En esto coincide cualquier mujer que tenga un mínimo de sensibilidad social. Pero las dos dimensiones, el amor como lo sublime y el amor como engaño, no se afectan, no se invalidan entre sí, sino que se entienden como perfectamente compatibles. El resultado es que persiste por un lado lo esencial, el amor como nuclear en la denición (occidental) del ser humano, humano, y

en otro nivel, secundario, las consecuencias negativas que conllevaría para las mujeres (o incluso los hombres). Un bucle que conlleva, en última instancia, una dicultad intrínseca para abordar transformaciones o

cambios necesarios en la ideología y en la práctica de lo amoroso amo roso..

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Paradoja de las paradojas (o no), los resultados de las encuestas realizadas a mujeres que han mantenido relaciones heterosexuales ofrecen un dato curioso. Muchas señalan que en el momento del enamoramienenamora miento el hombre deja de ser hombre, deja de comportarse como tal.   Un hombre no está feminizado porque sea invertido, invertido, sino por estar enamorado40. Las mujeres se quejaban una y otra vez de que «la mayoría de los hombres» y sobre todo las parejas masculinas en relaciones estables, son egoístas, indiferentes y emocionalmente distantes. En contraste, describieron a los hombres que estaban enamorados de ellas como cariñosos, dedicados y emocionales41.

Pero, en conjunto, la enculturación en un modelo determinado de amor (en Occidente al menos) tiende a generizar a los humanos, o sea, a convertirlos (inten-  tar convertirlos), clasicarlos y jerarquizarlos en  Muje -   y Hombres . res  y No son pocas las mujeres que despliegan su vida en

un «como si». «Como si» fueran respetadas, «como si» se sintieran reconocidas, «como si» estuvieran a la par de sus parejas en la vida que van construyendo en conjunto. Este «como si» va instalando automáticamente una situación de enorme vulnerabilidad42. 40 Barthes, Roland. Fragmentos de un discurso amoroso (2005, p. 46) 41 42

Langford (1999, 52).no es como nos contaron… ni como lo  El p. amor Coria, Clara.

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CRÍTICA AL PENSAMIENTO AMOROSO: EL AMOR COMO CATEGORÍA

Pero, al mismo tiempo, el amor jerarquiza a ricos y pobres, blancos y negros, heterosexuales y homosexuales…  Y yo me pregunté cuántas veces a lo largo de mi  vida había presenciado el ritual de los hombres mostrándoles a las mujeres los pequeños riesgos particulares que entrañan sus trabajos (no presumen así cuando el riesgo es grande). Quieren impresionarlas, quieren que los admiren. Enseñarles dónde tienen que poner el pie o adónde han de dirigir sus pasos es sólo un pretexto para retenerlas. Y además encierra otro o tro placer. El ritual exagera la diferencia entre mujeres y hombres, y en esa exageración revolotean las esperanzas43.

inventamos (2001, p. 55) 43 Berger John. Aquí nos vemos  (2005,  (2005, p. 64).

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO Y LAS AFECT AFECTACIONES ACIONES LIBRES Y ALEGRES

 

@Brja.dibuja 

 

¿Jgás? Un encuentro sexual óptimo es el paradigma del juego juego pro-  ductivo; los participantes se potencian los placeres el uno al otro, nadie cuenta los puntajes, y todxs ganan.

 Bob Black  Oh Bataille, muero por sentir en común el vértigo del abismo para subsanar la discontinuidad que nos une. Si el Amor no es mi Amo puedo levantar la cabeza y dejar de pensar en vos como quien me da o quien me quita. No es tu obligación, ni tu responsabilidad, ni

tampoco es algo que puedas: completar completarme. me. Sin embarembargo, como en la pulga del poema de John Donne, estamos más que unidas: me uno un o a vos por una extremidad de mi cuerpo, la patita al borde de la cama. Esta resistencia, este aprendizaje socio-sexual-afectivo de construcción desea redundar en una mayor riqueza sexual y en la destrucción de las normas sociales que no será llevada adelante sin esfuerzo, sin apoyo mutuo y especial-mente sin el deseo para deshacerse de los privilegios de género que claramente producen opresiones y exclusiones, cuerpos y subjetividades.  Apostamos a deshacer la lógica del Amor, que es una lógica narcisista, porque habla funda-mentalmente del  Yoo, para devenir capaces de desear.  Y desear.

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: ¿JUGÁS?

Oh Bataille, sueño una manera de vivir que suponga un concierto, sin que posiciones discontinuas se reduzredu zcan las unas a las otras. Me esfuerzo antálgicamente en captar más allá de toda posibilidad de negar a la otra parte posibilidad Olvidar lo queuna nosúltima espanta al mirarlodedeconvergencia. frente -la soledad en mi caso, pero también el extraviarse, la despersonalización-. Sueño con el desierto y desde él: es una multitud de lobos que dicen au-au. Me esfuerzo en producir delirios, quimeras, cosas que no existen: una manada de 3 gatos y más de 20 plantas, un puñado de amigas de múltiples expresiones de género a un tren de distancia en mi imaginación y en mis manos técnicas. Invento hordas, tribus, hija adoptiva: devengo en base a ustedes.

 Anidades,, apoyo  Anidades apoyo mutuo mutuo,, principio de libre libre asociación.

 Viejos conceptos conce ptos vienen en mi auxilio auxilio.. Los resemantizo, los resignico. Escapo a la dialéctica del ser esto vs.

ser esto otro para devenir multiplicidad, re-na-Ser. Re, la nota musical en la que se ana la guitarra guitar ra en el punk, Na interjección guaraní exhortativa, Ser, jamás volveré volveré

a decir soy estoy o soy aquello, canta Virginia Wolf. En este juego te necesitamos para revisar nuestras prácticas y para lograr formas más renadas, más elegantes, de anidad y amistad, formas más profundas y uidas de uir. La alegría no es la perfección misma, del mismo modo que la anidad no es la perfección

misma, sino un enérgico movimiento del deseo. Si Spinoza tiene razón y un afecto no puede ser reprimido ni suprimido sino por medio de otro afecto

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

contrario y más fuerte, los celos, la monogamia, la en vidia inmanente al Amor-romántico solo podrán ser superados por algo contrario y más fuerte, por ejemplo, una buena amistad. El Zaratustra decía que quién quiera tener querer también la guerra porunél:amigo para tiene poderque hacer la guerra hayhacer que poder ser enemigo. ¿Puedes acercarte mucho a tu amigo sin pasarte a su bando? ¿Has visto dormir a tu amigo para conocer cuál es su aspecto?  Y aquí nosotras hoy agreg agregamos amos “amiga”: el hombre, su idea, su iluminismo, tiene que ser destruido para amar en vos los ojos rmes y la mirada de la eternidad,

y devenir aire puro, pharmakón, soledad, y alimento para tu socias: el esclavo no puede ser amigo; el tirano no puede ser amigo.  Amistad y ética amatoria, tener tesoros comunes a compartir por todas, Diggers: un gesto con la mano, una manera de mirarnos, una forma de encontrarnos en los ojos y en los gustos y en los ascos, una canción, un poema, caminar con vos por la calle y reírnos con toda la boca y todas las venas, saber que no estamos solas, plena de gracia innita, tocás el centro mismo de

mi existencia. Percibo algo que me revela y me enseña incluso en el mismismo instante de tu locura.  

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: ¿JUGÁS?

¿Cómo arribar, a través de las prácticas no hetero-sexuales, a un sistema relacional? Deseo:

posibilitar los instr instrumentos umentos para relacio-

nes polimorfas, variadas, sinescrito: programa, sin necesidad ni apuro. El futuro no está Ser amigas, hacer cosas por qué sí, por la pura pérdida, oponerse a la dialéctica hegeliana de la dignidad del trabajo y de la creación de un sujeto revolucionario. ¿Qué revolución? La lucha social es hic et nunc, y nos oponemos a la dominación para vivir hoy como nos gustaría vivir mañana, con la crítica a la utilidad de las cosas y contra la metafísica productivista, mediante relaciones de anidad y de gusto en la boca. Forjar sin

sujeto un cuerpo lúdico (¿luddita?) sin sujeto, festivo, ritual que anule a la pareja y al dos para recobrar la seriedad que de niñx tenía jugar. jug ar. Me embellezco y rejuvenezco al desprenderme de las malas pasiones y trascender lo humano. El cuerpo se ve afectado literalmente y modicado. Por medio del pensamiento de algo que

nos afecta corporalmente tomamos encarnamos su esfuerzo. Este esfuerzo se llama apetito y es constitutivo de lo humano que quiere librarse lib rarse de sí. Cuerpo, apetito y espíritu como un todo. Deseos y placeres que serán mejores en la medida que utilicemos la reexión. Los cuerpos buscarán

el encuentro con una persona, con un libro, con una música para devenir esa persona, ese libro, esa música. Permito que me invadan y que mi territorio se amplíe

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

de esa manera. Una lo-sofía que funciona para resis-

tir, para aguantar los embates del mundo, para contraatacar, para borrarse y experimentar. El Yo ese traidor: difuminarIdentidad: en mí el universal o lamaldito especie gran a la que pertenezco. contornos jos, líneas duras del ser. Una afectación

corporal que me desterritorialice, que me nomadice para que la vida circule y devenga: emprender líneas de fuga: abandonar el campo de Marte, fuera de la lógica binaria por la que somos o varón o mujer, o niño o adulto, humano o animal. Hacernos múltiples, deshacernos, combatir el uno de nuestra identidad y arriesgarnos a una vida gozosa, una vida que se mueve por deseos y por alegrías, aleg rías, que no se sustente edicada sobre

el resentimiento, ni sobre el odio, ni sobre las desgracias; una alegría que no necesita la tristeza ajena para existir. El Amor, romántico, meloso, individualista, es una lógica narcisista que habla fundamentalmente del  Yoo, yo,  Y yo, yo, yo, mi, mi, mi, lalalala, e impide devenir devenir capaces de afectarse, chiquito, así, sin pompas, para componer un cuerpo con otro, un proceso de deseo. Resemantización constante, distorsión, desviación, contornos de formas que todavía no podemos prever: la masculinidad y feminidad no agotan los términos ni para la identicación erótica ni para el deseo. Volverme más

susceptibles de placeres, nuevos nuevos y extraños extraño s placeres. Deseo no abandonar la relación de inmanencia que me une con otros seres, no negar la inmediatez animal, negación que me conduce a la angustia y a la muerte en

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: ¿JUGÁS?

 vida, y reduce nuestra vida a pura subsistencia, mero perdurar. Oh Bataille, disolverme así en la continuidad con otras y poner(me) en cuestión la propia individualidad, la propia razón, la idea misma de propiedad, aunque hoy rmé esto y no logre ser otra. Mi deseo es

entregarme sin reservas, y perderme: ser artifex de mí misma: jubilosa creadora por medio de una un a indiferencia brutal br utal del futuro. futuro. Me abro al juego incierto incier to del azar que este libro me propone y armo ar mo el presente: si el poder

es algo, la soberanía no es nada más y nada menos que poder perder, renunciar y reivindicar la dimensión lúdica y estética de la existencia corporal conectado con otros cuerpos que caen. Sin reposo alguno, sin esperar resultados, avanzando siempre a tientas, nos perdemos en el fulgor del éxtasis en la noche del no-saber: certeza es algo que solo tienen los católicos. Un pensamiento libre que renuncia a todo resultado práctico, a todo saber ecaz,

pensamiento que se asocia a la alegría y al dolor, un pensamiento que se resuelve en la nada: el criterio no es la utilidad, sino el debatir-compartir. Me desnudo ante vos postpornográcamente hasta

las lágrimas lágr imas o la risa, me comunico, comunico, tengo teng o sexo. sexo. Renuncio a tener razón, renuncio a tener derecho, es decir privilegios burgueses. Deseo una escritura como inútil juego, unas relaciones basadas en el afecto mutuo, en la inmediatez del deseo, en la entrega generosa de lo que se posee. Deseo la Anarquía: búsqueda de una intimidad perdida más allá de la esclavitud del trabajo y

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

de la esfera de la utilidad donde la sabiduría del cuerpo cu erpo hable en una diversidad de lenguajes que no podemos descifrar, pero sabemos que existen en las variadas pulsaciones de nuestras pieles, en el latido radiante de nuestros músculos, en los impulsos eléctricos de nuestros cerebros y en las respuestas emocionales generadas por la interacción de nervios y hormonas y estas.

Una verdadera música de las esferas resuena dentro de cada existente. Nosotras: máquinas deseantes. Hemos olvidado cómo ser organismos.

¿Estoy sola acaso?  Jamás pienses que estás sola. La alegría está en el proceso, en el devenir, no existe una verdad sexual escondida debajo de una gran capa de represiones re presiones sociales. No confío nada en el deseo, no creo en absoluto

que haya un deseo anterior a un conjunto de normas o acuerdos sociales del mismo modo que no hay una identidad que precede a las interpelaciones interp elaciones normativas nor mativas.. Por eso, en manada, desaprender nuestros “propios” deseos, aquello que hetero-culturalmente aprendemos a desear, es una especie de tarea muy larga pero fundamental. Ese, también, es mi deseo.

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@Brja.dibuja 

 

L mn e loos pene  pep ex plosvos y  est l l  pope pv  pv    Una vez que nos n os hemos encontrado, debemos entender cómo, de vez en cuando, perdernos, y luego cómo volver a encontrarnos .

Para quien piensa es desventajoso estar atada a una persona todo el tiempo.

Friedrich Nietzsche

En el principio fue la acción: Un sueño, alguien me deja, siento que me abandona abandon a en 7 días. Después lo de siempre: el descontrol interno, la tristeza innita, tengo que dormir con amigas y

amigos, sola no puedo. Las amigas de mi vida vienen a cuidarme. No son para siempre, son estrellas en el

camino, y como tales, dejo que me quieran. Más tarde, viajo intentando escapar, una amiga se desbarranca delante de mis narices; otra miente, todas pero todas derrapamos. La excusa es siempre la misma, un amor que no funciona. De repente, siento que devengo lobo, lobo entre los lobos. Los lobos son intensidades, temperaturas, distancias. El lobo es la manada, la multiplicidad aprehendida en un instante de acercamiento o alejamiento. Deseando, deseando, deseando devenir la manada de un loboa que cuestiona Desterritorializo todo. Ensamblando a otros lobos, otroslo animales. el corazón:

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: LA MANADA.

esta vez voy a ser libre. En mi sueño, es invierno, y siempre hay luna llena: es amarilla, y está muy cerca de la faz de la tierra; los lobos van en manada, corren por la nieve. Unida a la manada dejo de ser sujeto. Subiectum: ni consciencia operante ni dominada. ¿Tiene un número nito la manada? ¿Es pequeña? No son estas preguntas relevantes. Cada miembro

permanece sola a pesar de estar con las demás. Cada miembro se ocupa de lo suyo, está adentro y al borde.  Algunos lobos aún no saben que devinieron lobos. lob os. Algunas jamás lo serán. En mi sueño, las manadas son pecas en mi rostro, muchachos dentro de mí que hablan con mi voz de nena (muchachos que me habitan), una camada de muchachas en mi voz. Soy el chico de la cara de pecas que te gusta. Cada elemento no cesa de variar y modicar su distancia respecto de las demás. Los elementos bailan, crecen, disminuyen, somos tejido. La metáfora es literal. Compruebo que mi formación implica al otro en mí. Si me herís, la herida da testimonio del hecho de que soy impresionable, de que estoy entregada de una manera que no puedo predecir o controlar por completo. completo. Me abro a las multiplicidades que nos atraviesan tras un severo ejercicio de despersonalización salvaje. Por Por los surcos moteados mot eados corren los lobos, la vida.  Aunque dejo de ser, ser, alguien sigue pensando. ¿Quién es? No lo sé, pero en mi sueño lee o dice o piensa que

seguramente, en esta moribunda sociedad del consumo,, el Amor sea el mejor Policía, el mayor vigilante de mo

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

un sistema que espera y gestiona y produce mentes dóciles, inmóviles, inmóviles, quietas, adormecidas y engañadamente eng añadamente satisfechas ante lo que contemplan, o mejor dicho, lo que tienen ante sus ojos y no llegan a ver. La posesión, el reclamar algo como propio prop io,, el tener algo que perder, son las más duras dur as cadenas, la aduana prohibida al paso, el infranqueable muro. Una parte de mí siente que el amor me va a consumir y como soy animal no sé aún cómo usar el fuego: “En la ceguera del amor anida la exigencia de no dejarse enceguecer”. Otra quiere escapar, huir de todo esto. ¿Cómo lograr sentirme con vos sin desesperación? ¿Cuándo me nombrás, podés sentirme desnuda en la boca? El deseo también tiene que devenir, dejar de ser falta o carencia. La pareja y el el Amo(r) romántico son otro de los regímenes o mecanismos reguladores y disciplinarios del poder formativo: producen una clase de amantes, una clase de amor, más cara al capitalismo. For Forman man un tipo de sujeto y un tipo de subjetividad. Su deseo es el deseo del Estado. El apego al sometimiento es producto de los manejos del poder. p oder. El sometimiento es un poder asumido por el sujeto, una subordinación que el sujeto se provoca a sí mismo. ¿De qué manera el sometimiento del deseo exige e instituye el deseo por el sometimiento? ¿A qué estamos sometidas aquellas individualidades biopoliticamente asignadas mujer? Cuando las categorías sociales garantizan una existencia social reconocible y perdurable, la aceptación de estas categorías, aun si operan al servicio ser vicio del sometimiento, suele ser preferible a la ausencia total de existencia social.

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: LA MANADA.

Obligadas a buscar el reconocimiento de nuestra existencia y darle un valor a la misma dentro de la trama social, apelamos a términos y nombres que no hemos creado, signos fuera nuestro, categorías sociales que conllevan una existencia certera de subordinación. El funcionamiento psíquico de la norma ofrece al Poder regulador un camino más insidioso (yo diría efectivo) que la coerción explícita. Su éxito permite su funcionamiento tácito dentro de lo social. Disciplinamiento y control. Pero el poder no siempre produce de acuerdo a sus propósitos, o mejor dicho, su producción desborda o altera sus propósitos. Quienes se desean podrán burlar, superar, o transgredir su formación condicionante de la misma manera que el delincuente o vándalo o lumpen pueden ser fuerza destructiva d estructiva contra el Estado. Un instrumento, previamente resignicado, puede asumir

propósitos y efectos para los cuales no fue pensado. De allí la necesidad de que quienes se desean devengan anes, células, manadas, jauría dejen de ser pareja.

En la vigilia de mi sueño, el deseo nunca es natural, ni espontáneo. Una línea de fuga. Placeres y cuerpos. Una permanente insurrección sexual. El deseo no es dado, tampoco. Ensamblaje de elementos heterogéneos. Funcionan, rompiéndose. Un proceso, en contraste con la estructura. Un afecto. Emociones como devenires,, cambios en el cuerpo, mutaciones. devenires mutaciones.  ¿Dónde estás? ¿Dónde ¿Dónde me he ido? 

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Mis dedos se ensamblan a tus tobillos. No te des-

pierto. Desear: ejercicio de despersonalización en un cuerpo a crear. Desear otra cosa distinta a nosotras, entonces podremos alegrarnos con esa otra causa. Esa otra querida: alegría acompañada pornos la idea causa de unadeviene causa exterior. Queremos, deseamos, afectamos con eso mismo que alberga a quien deseamos. El deseo (cupiditas) es la inmanencia misma del existente. Me doy vuelta, tuerzo la cintura y giro. Cuando despierto estás al lado mío aunque no estás.  ¿A qué se debe esta alegría alegría repentina e imprevista  en el medio de la ruta? 

Leo a Spinoza y me encuentro en su pensamiento creado antes de mi existencia hace 400 años donde también me veo habitar. Y pienso en vos como en una amiga cercana e íntima, en nuestras prácticas de anidad y de corporalidad, pero también en el intimar y en la proximidad. Me alegro por vos y pienso en tu alegría, y en otras amigas futuras, actuales y por venir y en las nuevas y viejas anidades, y sola, me sonrío.

 Tee deseo  T deseo para revisar mis prácticas y para lograr formas más renadas, más elegantes, de anidad. La alegría no es la perfección misma, del mismo modo que la anidad no es la perfección misma, sino un esfuerzo

de obtenerlo: un enérgico movimiento del deseo libertario. Deseos y placeres que serán mejores en la medida que utilicemos la reexión. un ho gar, muchos hogares, tantosDeseando como amigas, amigconstruir as, deseando no-

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: LA MANADA.

una familia que sustituya el horror de la mía, deseando abolir el modelo para construir algo nuevo, deseando otra cosa aún sin nombre. Deseando que el sentimentalismo femenino no se lo coma todo. Deseando tener noches para mío sola, deseando pformas oder estudiar. Deseando encontrar construir otraspoder de comunidad, deseando una anti-sociabilidad. Deseando destruir el  Amo(r) romántico, deseando prácticas sexo-amatorias. sexo-amatorias. Excursus:  ¿Por

qué apreciar, anhelar, desear a la otra persona en toda su intensidad debe ser un padecer, un sufrimiento, un no entendernos jamás? deconstruir mi biopoliticamente humanidad. Deseando queDeseando aquellas individualidades asignadas como varones deconstruyan su masculinidad: heterocéntrica, heteronormativa, que le grita a mi femineidad que en mi habita y me lleva al atraso. atraso. Deseando construir masculinidades contrahegemónicas llenas de cariño y dulzura.  Axioma: Los

rasgos de la masculinidad heterocen-

trada y dominante son: no duda jamás.  Armar sin suras: Yo Yo no te leo en estos términos,

dice, jamás duda que pueda estar en el error, fallarse. No hay suras justamente grieta, tajo, vulnus=herida=tajo. Cada vez que me sienten vulnerable, cada

 vez que me construyen constr uyen desde una pasión p asión vulnerable, a  vulnerar, o desde una pasión vulnerante se agranda la herida me vuelvo concha, biología, y me apresan en la corporalidad Me vuelvo víctima. ser sobreviviente.standard. No me protejas más. MiedoDejo a la de fobia

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

heterosexual y masculina dominante, el macho alfa tiene que dejar de ser muchos machos para ser lobo lo bo,, tiene que dejar de ser hombre, para perderse en la pluralidad p luralidad de la manada. Illuminatio:

Si acaso no te sale no es a mí a quien no elegiste, sino que rechazaste tu potencia.  Te hablo de lo inefable y soy leída (es decir cons Te truida) como “mujer”. Quiero que los restos de mi femineidad dejen de ser interpelados por tus actos. Hablo y el espejo que me mira me devuelve biología, iluminismo. Rechazo el cuerpo de la mujer, su lectura como blando porque esa blandura es una construcción a cambiar, una construcción milenaria, que invisibiliza a los varones blandos. Encuentro especiales dicultades para vivir mi feminidad bioasignada como una fuente de libertad. Ese es el germen de ser construidas como vulnerables, el tajo de nuevo emerge desde esta idea de protección permanente a la que debemos estar sometidas. Sujeta estoy doblemente (como mujer y como persona) constituida por el sometimiento en su manifestación material, el poder me forma y forma la trayectoria de mi deseo, debilitada por su fuerza acabo aceptando sus condiciones.  ¿Cómo resignicar el multiverso afectivo de aquellas  personas biopoliticamente asignadas al sexo femenino  para que no gire en torno a eso todo el tiempo? 

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: LA MANADA.

Increíble capacidad femenina para: 1) sentirse mal por amor 2) dejarse absorber/arrastrar por ese sentirse mal 3) que la obsesión amorosa se lo coma todo 4) reverberar 5) brindarse auto-satisfacción instantánea 6) dejarse llevar por el drama Dejarse arrasar por el tren del dar amor es más fácil que la autoconstrucción de un ethos-otro.  ¿Qué nos susurra nuestro ethos andrógino? 

Deseando desde lo corporal la fealdad masculina (la marginalidad sexual) de quienes no son ese hombre músculo, ese opuesto a la mujer blanda cultural-mente hecha a fuerza de biología molecular y políticas del cuerpo deportivo social. Deseando vivir y disfrutar el cuerpo como espacio de paso, como el puente y la máquina deseante, que se alegra viendo correr las aguas, con pocos afanes de identidad, viviendo -y muriendo- de la utilidad de estar agujereado, agujereado, cuerpo abierto con suras y sin sentido

abierto a las sorpresas. Deseando contra-sexualidades eternamente irresueltas desbordantes que no puedan aliarse a ningún

partido.

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Deseando una ética de los deseos y los placeres impensables, sin que sepamos cómo o por qué se instala precisamente en esas zonas de fricción con el mundo. Deseando huir de categorías simples de la identidad, que rechace loslas estigmas contra las sexualidades múltiples y abiertas, que combata y suprima la violencia impuesta por las normas corporales restrictivas. El sistema de la heterosexualidad nos reduce la potencia afectiva al sexo, sexo, a la diferencia sexual, y el psicoanálisis ps icoanálisis lo subsume en ese gesto g esto reductivo. reductivo. Periculum:

quedarse en la política del reconoci-

miento miento, , deenlalavisibilidad, y perdervivida de vista la introspección real materia corporal desde “mi”. Deseando el placer y el dolor, deseando la fractura de la sociedad y del cuerpo individual. Deseando todo el peligro de desear. Deseando la disolución de esas formas de vida social que fundamentan el hetero-orden discontinuoregular que somos para que nuestros cuerpos singulares se apoyen mutuamente. Deseando indistinción. Deseando poner en peligro la vida en su organización actual. Deseando empezar a imaginar la reconguración de

los contornos de una nueva vida.

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: LA MANADA.

Deseando una fortaleza dentro de mí, deseando la fortaleza de poder estar sola. Deseando poder ser conmigo. Deseando amistades por anidad, deseando la ale-

gría de compartir los cuerpos y la sexualidad. Deseando una sexualidad torcida, no heterosexual. Desarrollando prácticas resistentes para compartir y transmitir la información infor mación de la experiencia individual hasta ahora intransferible intra nsferible a las demás individualidades. Deseando encontrar un tropos (vueltas/formas/ maneras) de la sexualidad que funcionen ilimitadamente por fuera de los límites de las versiones heterovulgares de la realidad: sexo/anidad/cariño como espacio

de resistencia. Un día vas a recordar que cada noche te metiste a la cama llorando y como el guiño dorado de un gato, resurgiste. Hago las cosas hago,Sueño sobreytodo, para ser mejor compañera de míque misma. despierto. No hay diferencia. En la perrera a la vuelta de casa, los

perros aúllan durante toda la noche y toda la mañana. Es esa idea de protección, de bienestar, de cuidado a la cual nos oponemos. Correr expuesta por la calle es preferible que dormir en una jaula de buenas intenciones.

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

Es medianoche, no sé qué me pasa, es medianoche, mediano che, no sé lo que tengo, es medianoche, el perro me habla, es medianoche, creo que entiendo lo que dice, es medianoche, que habrá una esta, es medianoche, todxs

estarán ahí, es medianoche, no puedo faltar, es medianoche, una esta de lobos, au au.

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Peqeñs ntcones p n ecologí  mto  mt o let let. L mn e loos en constnte even. Decirle que sí al sexo no es e s decirle que no al poder.

Michel Foucault I Como putxs estupendas creemos que el sexo y el afecto sexual son fuerzas fundamentales, actividades con el potencial de fortalecer los vínculos, mejorar nuestras vidas, abrir la consciencia del espíritu, incluso cambiar el mundo. Creemos que el uso reexivo de los placeres es una potencia armativa, activa y creativa creativa en

las vidas de los cuerpos y sus ecosistemas. El sexo, sexo, hace que el mundo sea un lugar más excitante. II Somos aventureras y nos preguntamos ¿acaso tener menos sexo y con menos personas es más virtuoso que tener mucho con muchas? muchas? Nuestra ética tortamarica t ortamarica no

se mide por el número de personas con las que hemos tenido sexo, sino por el cuidado con la que las hemos tratado y nos hemos dejado tratar. Nos juzgamos a nosotras mismas por nuestros intentos (muchos fallidos) de vivir hoy de una manera más ética, más libre.

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

III La economía que mueve al mundo nos hace creer que no hay suciente de nada para todas. Nos hace

creer que si algo es muy bueno -como el sexo con alguien- debo conservarlo solo para mí porque luego no habrá más. Que si comparto lo que tengo, me resto algo en mi economía individual. Nosotras las putxs sabemos poco de economía,

pero tenemos intuiciones. Suponemos que más sexo puede brindar más sexo, suponemos que más sexo puede brindar más conexiones, más cobertura emocional, más amistades amistades.. “Puede”

 viene a signicar “tiene “tiene el potencial de”.

Nosotras las putxs creemos en una economía que

sea holística, una ecología sexual colectivista del compartir los cuerpos y los sentidos, como deseo positivo y opuesto a esta economía imperante de la hambruna de la monogamia y del miedo miedo.. Nuestra economía se mueve por anidades, el mundo y la vida en él tiene el

potencial para que podamos construir múltiples compañías, compañeras, y acompañantes. Un bosque de uidos palpitantes porque tenemos como transhumanas la capacidad para que haya suciente sexo, sexo, anidad,

apoyo mutuo, contención y nutrientes alrededor de nuestro suelo fértil que devengan relaciones afectivas relevantes. afectivas las sexuales son balancesLas de relaciones contabilidad: no hayy debe, no haynohaber, no se

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: ECOLÓGIA AMATORIA.

pasan bienes de una columna a la otra. Es solo recordar lo que sí obtenemos en la ecología de la botánica afectiva que entablamos con esos seres con quienes nos estrechamos.. Recordemos lo conmovedor del encuentro trechamos afectivo entre los seres y tratemos de afectarnos con alguien más. IV   Vivimos en una cultura que aún hoy hoy considera considera aceptable un crimen por pasión (es decir asesinar a alguien por celos), que acepta como causal de divorcio que alguien haya obtenido placer sexual fuera de un vínculo de pareja con una moral propiamente de la Inquisición. Castigamos con duras penas a quien se le haya ocurrido delinquir despertando la más mínima inseguridad o celos dentro de nosotrxs. Abandonamos hogares, hog ares, rompemos fotos, tiramos alianzas. Y esto no es algo que le pasa al pequeño-burgués solamente. Por otra parte, por amor prometemos mentiras, mentimos situaciones, tergiversamos hechos, vivimos en el engaño, eng año, falseamos datos. datos. Por amor y por miedo a la soledad, y al abandono y al castigo, vivimos presas.  V  Pero la monogamia no es la cura ni para los celos ni para la inseguridad. ¿Quién no sintió celos de que alguien muy querido juegue mucho con la computadora,  vea una película a solas, o hable mucho mucho por teléfono?

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

La territorialidad sexual es otra norma social a la cual le oponemos la alegría del compartir y regalarnos, puro potlatch. Nuestros celos se combaten con la misma ferocidad

que combatimos al Estado y todos sus aparatos represivos y dispositivos de subjetividad como el género, la familia, la escuela, las cárceles, y la policía y la heterosexualidad.  VI Las razones para tener sexo con muchas personas, hasta incluso tratar de llevar adelante muchas relaciones afectivas simultáneas son varias: Hay distintos tonos y matices de intimidad. Hay prácticas sexuales que placen a algunas, pero no a otras personas. Hay necesidades sexuales y físicas que no todas las personas pueden o desean llevar adelante. Hay deseos sexuales sin intentos amatorios o amorosos constantes consta ntes.. Hay deseos sexuales con géneros quesolo no pueden ser subsumidos a ladiferentes especicidad de un cuerpo. Hay deseos sexuales con grupos.

Por eso, ¿no es acaso no sólo imposible sino también cruel demandarle a una sola persona que cumpla entonces con todo esto? Frente a esos múltiples placeres creemos conveniente encontrar múltiples partenaires   con quien entablar vínculos sexo-afectivos éticos liber-

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: ECOLÓGIA AMATORIA.

tarios. Otro mundo es posible.  VII Reclamamos también ser solas y volver a ser amicae, amigas sexuales, para los placeres, y para la conexión  íntima y profunda del cuerpo. Y tener el potencial de ser muchas otras cosas, compañeras de lucha, de camino, de andanzas, de aventuras, de carrete, robo, crimen… Ser sola no es ser soltera, ni una condición temporal entre parejas, no es un período de sanación frente a una ruptura traumática. Ser sola es una manera de  vivir, una elección, y una for forma ma de constr construirnos uirnos para no tratar de encajar mejor en la vida de nadie. Signica

aprender a vivir con una misma, y disfrutarlo. Nuestra relación y nuestra amistad con nosotras

mismas es para toda la vida, hasta que decidamos que nuestro tiempo llegó o hasta que ese tiempo llegue efectivamente.. Ser sola y afectarse no es excluyente efectivamente excluyente,, sino la oportunidad de construirnos íntimamente y de esforzarnos por nuestro propio devenir.  Vivimos en esta cultura que segreg segrega, a, margina y señala a quien elige la aventura de la soledad, de la asociación libre por anidad, de la espontaneidad. Creemos que si ser sola no fuera un estigma, la pareja no se desarrollaría como la “opción ideal”, innitamente

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

sobrevalorada, tabla de salvación frente a la angustia, el descontento, y las neurosis del capitalismo capitalismo.. Ser sola podría permitir, per mitir, aunque parezca paradójico, paradójico, el desarrollo de ecologías impensables hoy, inclasica-

bles, múltiples formas de cariño, cuidados, y vinculaciones que hoy no podemos ni imaginar… Ser solas es devenir lobos, es mover-se en manada, ser cazadoras, jauría, disfrutar de la noche y de la mañana, y evitar el gran mito de la completitud.

Ser sola es poder generar sexualidad con las amistades sin que se vuelvan vínculos posesivos donde se promete y se promete y se promete. Es vivir, fundamentalmente vivir, en el abismo del riesgo riesg o. Es enriquecernos con conocimientos ajenos.  VIII Las solas debemos recordar, y debemos recordarle a quienes disfrutan de la sexualidad con nosotras que: Merecemos ser escuchadas y atendidas y respetadas ydanas asistidas en nuestros sentimientos. No grandes somos de segunda del afecto frente a “los gr andesciuda amo--

res”. Merecemos poder pedir lo que necesitamos, aunque la persona a la quien le pidamos no pueda (que no es lo mismo que no quiera) dárnoslo. Merecemos ser honradas en nuestros acuerdos y nuestros planes p lanes.. Merecemos que se nos cuide si estamos enfermas, que se nos quiera, que se nos atienda si tenemos una

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: ECOLÓGIA AMATORIA.

emergencia, que se nos asista si no podemos hacerlo solas, como las amigas lo hacen las unas a las otras.   Merecemos ser incluidas y tenidas en cuenta en cualquier ecología donde nuestras amantes se encuentren. No somos un secretito sucio.

Merecemos no ser consideradas un problema. Merecemos ser apreciadas y amigablemente bienvenidas. Merecemos no ser consideradas invulnerables.  Y la verdad es que todas todas todas las personas con las que decidimos involucrarnos sexual y afectivamente nos merecemos esto. esto. IX  Deseamos que nuestras amantes tomen juntas el desayuno, que sean amigas, que se conviertan amantes. Creemos que este ideal es materialmente realizable aquí y ahora. Nuestras amantes tienen mucho en común, ¿por

qué no pueden compartirse? Ser amantes mutuas fortalece las posibilidades de crecer y desarrollarnos en manadas. De abandonar el binomio macho/hembra, la parejita, la monogamia que constriñe los sueños y los deseos, y animarse a la aventura de a muchas. Las redes afectivas se expanden y en algo recuerdan a nuevos de venires tribales de amor y apoyo mutuo mutuo.. Si nos tratamos entre amantes como amigas, y per-

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

mitimos que nuestros amores y nuestras amantes, aman tes, nuestras anes y nuestros apoyos apoyos en la vida tomen la forma for ma

que la espontaneidad les dicte en vez de aquellas normas sociales que forzamos en ellas, nuestros vínculos se acrecentarán. Seremos más prósperas afectivamente.  Y menos temerosas de la soledad. No debería ser raro que entre anes nos gusten las

mismas personas, o por lo menos no nos resulten amenazantes, o espeluznantes. Si acaso este fuera el caso, y la amante de mi amante me resultara insoportable por razones de peso es momento de replantearse esa anidad. Y variar.

X  La recompensa por la abolición de celos, envidias e inseguridades contra nuestras amigas-amantes y sus amigas-amantes será nuestra propia libertad sexual. Libertad sexual que encontrará su propia gimnasia y agilidad con quienes deseemos correr mucho tiempo juntas. Esas personas a las que deseamos hoy tan cerca nuestro como elresignicaciones primer día, con yésas estableceremos redeniciones, resemantizaciones mutantes a lo largo de nuestro tiempo de vida (  Aetatis  ). brevis tempus satis longum ad bene vivendum est  No nacemos grandes amantes libertarias, nos con-

 vertimos, devenimos devenimos.. Y desaprender los celos, y las inseguridades es, como todo entrenamiento, una tarea dura que demanda disciplina, como toda gimnástica, o tecnología del Yo.

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: ECOLÓGIA AMATORIA.

XI

Ni los celos ni las inseguridades son crímenes a esconder como ropa sucia. No hay porqué negar que los

tenemos delhamismo modo que no hay pora un quésexo negara que se nos asignado biopoliticamente partir del ideal regulatorio de un género. Pero todo -menos la muerte- se puede des-hacer. La experiencia del padecimiento romántico que deviene libertad sexual y anidad afectiva no es del orden moral: nadie

puede acusarnos de “esto está bien” o “esto está mal”. Más aún, aquella que sienta dolor (devenir/modicarse/mutar duele) que se trate indulgentemente. Las varas y los azotes son para las prácticas consensuadas de los S/M, no para la gimnasia del juegos devenirsexuales amantesllamados libertarias. XII Sin embargo, quien sienta el compromiso de modicarse en lo amatorio debe mirar de frente a los dioses, osar. osar. ¿Qué imagen imag en es la que qu e nos asusta más? Poder  verla en toda su dimensión para conjurar al fantasma. ¿Tiene un nombre? ¿Se llama soledad? ¿Belleza? ¿Ju ventud? Poder invocar la imagen que concita el odio pasional, traerla y amigarse con ella -hasta, quién sabe, podríamos masturbarnos pensando en esa imagen-. XIII  Aprendamos a disculpar, no cristianamente, sino li-

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

bertariamente, nuestros desaciertos para volver a empezar.. Al n de cuentas somos solo principiantes en el pezar

mar de los sargazos. Quizás la única manera de poder construir nuestra propia homeostasis sea cruzar los límites, desestabilizarnos. Con pequeños pasos, el dolor de la mutación puede ser mínimo: ninguna luchadora elonga en frío, ninguna elonga lo mismo al comienzo de una práctica que al estar ya más avezada en su ejercicio ejercicio.. No estamos diciendo reformismo, sino cuidados mutuos, afectividades, y anidades. La aspiración no es

la reforma, no es poder alcanzar “yo no pregunto, vos no me contás”, sino poder llegar lleg ar a la colectivización de nuestro propio cuerpo. XIV  Un ejercicio: dejar de pensar psicoanalíticamente: lo que no está, lo que me falta, lo que se fue a otra parte. Oponerle a ese pesimismo un deseo activo, un optimismo de la voluntad: lo que si está, lo que si viene, la energía que me envuelve. envuelve. XV  Es esforzado. Lo sabemos. sabemos. Pero la monogamia monogam ia lo es más y brinda mucho menos. menos. Nuestra aspiración: aspira ción: emanciparse del concepto propietario sobre otros seres y sus cuerpos, y eso incluye no solo animales y ecosistemas, sino la biología de los vínculos sexuales y por

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ÉTICA AMATORIA DEL DESEO LIBERTARIO: ECOLÓGIA AMATORIA.

anidad. Pero somos capaces de enfrentar nuestros

temores, y desaprender lo aprendido, somos capaces de administrar nuestras emociones en una ecología vital de disfrute y proliferación. Difundamos el mensaje, repitámonoslo cuando el pánico nos quiera capturar: Somos capaces, somos potentes. Possest : somos lo que podemos. XVI La afectación es algo que también experimentamos en situaciones donde no hay otro ser humano. ¿Quién no sintió que se le cortaba la respiración y tenía palpitaciones frente a la belleza del mar despejado de turistas en una playa desierta? ¿O en la cima de una montaña desde donde vemos un bosque y a la cual nos ha costado ascender? ¿O frente a un plato de comida que nosotras mismas cocinamos y nos salió delicioso? ¿Frente a palabras escritas que juzgamos acertadas en un poema, una carta o un ensayo? ¿O ante la insurrección popular y las barricadas ardientes? ¿Ante gestos de extrañas y extraños? nosque indicacariño y nosde ayuda a llegar a un sitioAlguien en una que ciudad no conocemos. Alguien que nos hace compañía compartiendo su libro en un viaje. Alguien que parte su comida o comparte lo que tiene. Y en estos momentos de profunda intimidad no existe desesperación, ni deseo basado en la ausencia, ni compañía que sea un remedio contra la soledad. Porque ni la desesperación ni el miedo que concita son buenos amigos a la hora de elegir acompañantes acompañan tes..

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

XVII ¿Y si fallamos? Fallamos. Nada pasa. Volveremos a intentar. Nuestras derrotas no nos demuestran demuestran equivocadas . Y

el dolor por el fracaso amoroso am oroso duele, y cala hondo, su herida no cicatriza pronto. Pero cicatriza, y del dolor de un desenlace amoroso que no deseábamos puede resurgir una nueva amistad de otro tipo. Porque esa persona cony lacon quequien nos relacionábamos de determinada manera ahora es menester relacionarse de determinada otra -excepto en casos de violencia extrema- sigue siendo la misma persona con quien teníamos comprometido el corazón. ¿Por qué entonces dejar de quererla?

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LA AMISTAD.

 

L mst Blnchot. ¿Cómo aceptar hablar de este amigo? Ni para ala -

banza ni en interés de alguna verdad. Los rasgos de su carácter las formas for mas de su existencia, los episodios de su  vida, incluso de acuerdo con la búsqueda de la que se sintió responsable hasta la irresponsabilidad, no pertenecen a nadie. No hay testigos. Los más cercanos no

dicen más que lo que les fue cercano, no lo lejano que se armó en esa proximidad, y lo lejano cesa en el momento en que cesa la presencia. En vano pretendemos mantener, con nuestras palabras, palabra s, con nuestros escritos, lo que se ausenta; en vano le ofrecemos el señuelo de nuestros recuerdos y una cierta gura nueva, la dicha

de permanecer en la luz, la vida prolongada con una apariencia verídica. No pretendemos más que llenar un vacío, vacío, no soportamos el dolor; la armación ar mación de ese  vacío.. ¿Quién consentiría en aceptar su insignicancia,  vacío

tan desmesurada que no tenemos memoria capaz de contenerla y necesitaríamos deslizamos en el olvido para llevarla, el tiempo de ese deslizamiento hasta el enigma que representa? represent a? Todo Todo lo que decimos no n o tiende sino a ocultar la única armación: que todo debe desaparecer y que no podemos permanecer eles más que

 velando por este movimiento que desaparece, al que algo entre nosotros, algo que rechaza todo recuerdo, pertenece desde ahora.

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

Sé que están los libros. Los libros permanecen pro visionalmente, aun cuando cuando su lectura debe abrirnos a la necesidad de esa desaparición en la que se retiran. Los mismos libros remiten a una existencia. Esta existencia porque ya no es una presencia, empieza a desplegarse en la historia, y la peor de las historias, la historia literaria. Ésta, investigadora, minuciosa, en busca de documentos se apodera de una voluntad difunta y transforma en conocimientos su propia aprehensión de lo que le ha tocado en herencia. Es el momento de las obras completas. Se quiere publicarlo «todo» se quiere decirlo «todo»; como si no hubiera ya más que una prisa: decirlo todo; como si el «todo está dicho» debiera por n

permitirnos detener una palabra muerta detener el silencio lamentable que viene de ella y retener rmemente en un horizonte bien circunscrito lo que la equívoca espera póstuma mezcla aún ilusoriamente con nuestras palabras de vivos. vivos. Durante tanto tiempo como exista el que nos es próximo y con él, el pensamiento en que se arma, su pensamiento se abre a nosotros, pero pre servado ser vado por esa relación misma, y lo que lo preserva no la movilidad de la vida (sería po co), esdel poco), lo que en es ellasólo introduce de imprevisible la extrañeza n.  Y este movimiento imprevisible y siempre oculto en su inminencia innita — el de morir quizá— no viene

de que el término no puede estar dado por adelantado,, sino de que no constituye nunca un acontecimiento do que sucede, incluso cuando ocurre, nunca una realidad capaz de ser captada: inaprehensible y manteniendo hasta el nal en lo inaprehensible a aquel que le está

destinado. Es ese imprevisible el que habla cuando él

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LA AMISTAD: LA AMISTAD. AMISTAD.

habla, eso lo que oculta y reserva su pensamiento en  vida lo separa y lo libera de toda conscación tanto

la de fuera como la de dentro. Sé también que en sus libros Georges Bataille parece hablar de sí mismo y con una libertad sin coacción que debería dejarnos libres de toda discreción, pero que no nos da derecho a ponernos en su lugar lug ar ni a tomar la palabra en su ausencia.  Y ¿es seguro que qu e habla de sí? Ese «Y «Yo» o» cuya presencia parece aún manifestar su búsqueda en el momento en que aquélla se expresa, ¿hacía quién nos dirige? Evidentemente, hacia uno muy diferente del ego que los que lo han conocido en la particularidad feliz y desdichada de la vida desearían evocar, a la luz de un recuerdo.. Todo do Todo lleva a pensar pens ar que esta presencia sin nadie que está en entredicho en un movimiento así e introduce una relación enigmática en la existencia de quien pudo decidir hablar de ella, pero no reivindicarla como suya, aún menos hacer de ella un acontecimiento de su biografía (más bien una laguna en la que ésta desaparecería). Y cuando nos hacemos la pregunta: «¿Quién fue el sujeto de esta experiencia?», esta pregunta da quizá ya respuesta, es bajoque estalaforma interrogante como se armó en elsi mismo planteó y sustituyendo al «Yo» cerrado y único por la apertura de un «¿Quién?» sin respuesta no que eso signique que le haya bastado

con preguntarse: «¿Qué es ese yo que soy yo?» sino, mucho más radicalmente recuperarse sin descanso, no ya como Yo»; Yo»; sino como un «¿Quién?», el ser desconocido y deslizante de un «¿Quién?» identicado identicado..

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

Debemos renunciar a conocer a aquellos a quienes algo esencial nos une; quiero decir, debemos aceptarlos en la relación con lo desconocido en que nos aceptan, a nosotros también, en nuestro alejamiento. La amistad, esa relación sin dependencia, sin episodio e pisodio y donde, no obstante, cabe toda la sencillez de la vida, pasa por el reconocimiento de la extrañeza común que no nos permite per mite hablar de nuestros amigos, sino sólo hablarles, no hacer de ellos un tema de conversación (o de artículos) y sino el movimiento del acuerdo del que, hablándonos, reservan, incluso en la mayor familiaridad, la distancia innita, esa separación fundamental a partir

de la cual lo que separa se convierte en relación. Aquí, la discreción no consiste en la sencilla negativa a tener en cuenta condencias (qué burdo sería, soñar siquiera

con ello), sino que es el intervalo inter valo,, el puro intervalo inter valo que, de mí a ese otro que es un amigo, mide todo la que hay entre nosotros la interrupción de ser que no me autoriza nunca a disponer de él ni de mi saber sobre él (aunque fuera para alabarle) y que, lejos de impedir toda comunicación, nos relaciona mutuamente en la diferencia y a veces el silencio de la palabra. Cierto es que esta discreción llega a ser, en un momento dado la lisura de la muerte. Podría imaginarme que, en un sentido nada ha cambiado: cambiado: en ese «secreto» mutuo capaz de tomar asiento entre nosotros sin interrumpirlo, en la continuidad del discurso, existía ya en el tiempo en que estábamos en presencia uno de otro, esa presencia inminente, aunque tácita, de la discreción nal, y es a partir de ella como se armaba sosegada -

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LA AMISTAD: LA AMISTAD. AMISTAD.

mente, la precaución de las palabras amistosas. Palabras de orilla a orilla, palabra que responde a alguien que habla desde la otra orilla y donde do nde quisiera realizarse desde nuestra vida y la desmesura del movimiento del morir. Y, Y, no obstante, cuando viene el acontecimiento acon tecimiento mismo,, aporta mismo aport a este cambio; no se profundiza la cesura, sino que se desvanece no se ensancha, sino que qu e se nivela y se disipa ese vacío entre nosotros en que antaño an taño se desarrollaba la franqueza de una relación sin historia. De manera que, en la actualidad, lo que nos fue cercano,, no sólo ha dejado de acercarse, sino que ha perdido no hasta la verdad de la extrema lejanía. De esta forma la muerte posee esa falsaa virtud parecer devolver a la intimidad a aquellos los quedehan dividido grandes discrepancias. Ocurre que con ella desaparece todo lo que separa. Lo que separa lo que pone auténticamente en relación, el abismo mismo de las relaciones en que se mantiene con sencillez, el entendimiento siempre mantenido de la armación amistosa. No debemos, con articios, ngir que proseguimos

un diálogo. Lo que se ha desviado de nosotros, nos desvía también de esa parte que fue nuestra presencia, y tenemos que aprender que cuando la palabra se calla, una palabra que, a lo largo de los años, se ofreció a una «exigencia sin miramientos», no es sólo esta palabra exigente la que ha cesado, es el silencio que ella hizo posible y desde el que volvía, según una invisible pendiente, hacia la inquietud del tiempo. Sin duda, aún podremos recorrer los mismos caminos, podremos dejar venir imágenes, apelar a una ausencia que nos

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EL AMOR ES UNA MIERDA.

guraremos,, por una consolación falaz, que es la nuesguraremos

tra. Podemos, en una palabra, recordar. Pero el pensamiento sabe que uno no recuerda: sin memoria, sin pensamiento, lucha lucha ya en lo invisible donde todo to do recae en la indiferencia. Ahí radica su profundo dolor. Es preciso que acompañe a la amistad en el olvido.

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