Ejercicio práctico para las oposiciones de enseñanza secundaria de lengua castellana y literatura
April 30, 2017 | Author: BubokSpain | Category: N/A
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Año 2014 1ª edición
Ejercicio práctico para las oposiciones de enseñanza secundaria de lengua castellana y literatura
Coordinador Javier Hernández Gil
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© Javier Hernández Gil © Varios co‐autores ©Ejercicio práctico para las oposiciones de enseñanza secundaria de lengua castellana y literatura ISBN digital: 978‐84‐686‐5059‐3 Impreso en España Editado por Bubok Publishing S.L Depósico Legal: MU 402‐2014 Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita del titular del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
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Índice Introducción ......................................................................................................................................7
COMENTARIOS LINGÜÍSTICOS ...............................................................................9 Texto 1. Comentario lingüístico de La colmena. ............................................................................ 11 Texto 2.. Examen de Andalucía 1999 ............................................................................................. 17 Texto 3. Comentario lingüístico El jinete polaco ............................................................................ 23 Texto 4. Comentario lingüístico El otoño del patriarca .................................................................. 29 Texto 5. Comentario lingüístico El ahogado más hermoso… ......................................................... 35 Texto 6. Comentario lingüístico El semáforo ................................................................................. 41 Texto 7. Comentario lingüístico La familia de Pascual Duarte ....................................................... 45 Texto 8. Comentario lingüístico El árbol de la ciencia .................................................................... 51 Texto 9. Comentario lingüístico El camino ..................................................................................... 55 Texto 10. Comentario lingüístico La colmena ................................................................................ 59 Texto 11. Comentario lingüístico La guerra de nuestros antepasados .......................................... 65 Texto 12. Comentario lingüístico Basílica de San Pedro ................................................................ 71 Texto 13. Examen Andalucía 1998 ................................................................................................. 77 Texto 14. Comentario lingüístico Platero y yo. .............................................................................. 83 Texto 15. Comentario lingüístico El camino ................................................................................... 89 Texto 16. Examen Andalucía 2000 ................................................................................................. 93
COMENTARIOS LITERARIOS ................................................................................ 99 Texto 1. Soneto XLV ..................................................................................................................... 101 Texto 2. Las nubes ........................................................................................................................ 105 Texto 3. Soneto XV ....................................................................................................................... 109 Texto 4. La Aurora ........................................................................................................................ 115 Texto 5. A un olmo seco ............................................................................................................... 119
COMENTARIO FILOLÓGICO ............................................................................. …125 Texto 1. Comentario filológico del siguiente fragmento. ............................................................. 127 Texto 2. Examen Andalucía 1996 ................................................................................................. 133 Texto 3. Examen Andalucía 2004 ................................................................................................. 139 Texto 4. Comentario texto en prosa ............................................................................................ 143 Texto 5. Examen Andalucía 1998 ................................................................................................. 149 Texto 6. Examen Castilla‐La Mancha 1996 ................................................................................... 155 Página | 5
CUESTIONES EN TEXTOS ................................................................................... 163 Texto 1. Texto de opinión periodístico ......................................................................................... 165 Texto 2. Examen Andalucía 2004 ................................................................................................. 173 Texto 3. Examen Andalucía 2004. ................................................................................................ 179 Texto 4. Examen Madrid 1996. .................................................................................................... 183 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA .................................................................................................... 189 Índice de Autores ......................................................................................................................... 191
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Introducción Este libro pretende servir de ayuda y responder a los ejercicios prácticos de las oposiciones al cuerpo de profesores de enseñanza secundaria en la especialidad de lengua castellana y literatura. Hasta ahora, las oposiciones han constado, salvo algunos años (periodo transitorio de la LOE), de un ejercicio práctico que las distintas comunidades autónomas han interpretado de manera muy diferente, a pesar de partir del mismo enunciado explicativo del ejercicio. En la Parte A: En todas las especialidades, las Administraciones educativas convocantes incluirán una prueba práctica que permita comprobar que los candidatos poseen la formación científica y el dominio de las habilidades técnicas correspondientes a la especialidad a la que opte.1 En la convocatoria de Andalucía 2012 (que no se llegó a realizar) se recogía lo siguiente: Realización de dos ejercicios, de entre cuatro propuestos, a partir de un texto literario (perteneciente a una obra o autor representativo incluido en el temario) o de un texto no literario, en los que se plantearán cuestiones referidas a los diferentes niveles del texto (pragmático, semántico, morfosintáctico o fonológico) y en función de su relevancia para el significado global del mismo.2 Se daban 4 horas y media sin interrupción para todo el ejercicio escrito (incluye ejercicio práctico y tema). Por lo tanto, si para el tema siempre se han dedicado dos horas, para este no debemos de sobrepasar las dos horas y media: no más de 75 minutos para cada ejercicio, sin descontar el tiempo que empleemos en decidir cuál de los 4 textos propuestos con sus cuestiones vamos a realizar. En Cantabria, la otra comunidad convocante en el 2012, la convocatoria explicaba lo siguiente: A partir de textos literarios (perteneciente a una obra o autor representativo incluido en la parte A del temario), o de textos no literarios, se plantearán cuestiones referidas a los diferentes niveles de dichos textos (pragmático, semántico, morfosintáctico o fonológico), en función de su relevancia para el significado global del mismo. Duración de 2 horas3. Utilizaban la fórmula empleada desde el 1993, ‐año que empezó este sistema de oposiciones, reflejado en el temario pertinente‐, y que permitía a las distintas administraciones hacer la variante que quisiera en los ejercicios prácticos. De hecho, hay comunidades que hacían tres textos, sin 1
Real Decreto 276/2007, de 23 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de ingreso, accesos y adquisición de nuevas especialidades en los cuerpos docentes a que se refiere la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, y se regula el régimen transitorio de ingreso a que se refiere la disposición transitoria decimoséptima de la citada ley. 2 Orden de 13 de febrero de 2012, por la que se efectúa convocatoria de procedimientos selectivos para el ingreso en los Cuerpos de Profesores de Enseñanza Secundaria, Profesores Técnicos de Formación Profesional, Profesores de Escuelas Oficiales de Idiomas, Profesores de Música y Artes Escénicas y Profesores de Artes Plásticas y Diseño, y acceso a los Cuerpos de Profesores de Enseñanza Secundaria y Profesores de Artes Plásticas y Diseño 3 Orden ECD/39/2012 de 9 de mayo, por la que se establecen las bases y se convocan procedimientos selectivos para el ingreso y accesos al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria, así como para la adquisición de nuevas especialidades, y se efectúa la convocatoria para la elaboración de listas de aspirantes a desempeñar puestos en régimen de interinidad en dicho Cuerpo. Página | 7
opción de elegir (Comunidad de Madrid y Galicia en alguna convocatoria, por ejemplo), otras planteaban dos textos (Comunidad Valenciana, Andalucía, Región de Murcia…), otras comunidades un solo texto (Castilla‐la Mancha, por ejemplo). Esto hacía que el tiempo medio en las distintas convocatorias siempre rondase las dos horas. Pero se ha ido reduciendo en las últimas convoatorias, como hemos visto en Andalucía, que pasó de proponer dos textos (obligatorios) y cuatro horas de duración, a seis textos con cuestiones, para realizar tres en tres horas y media (convocatorias del 2004 y del 2006). Estas dificultades temporales hacen que el ejercicio práctico en la especialidad de lengua castellana y literatura presente unas peculiaridades que los actuales libros sobre el comentario lingüístico, filológico, literario… no tienen en cuenta y excedan, en sus propuestas de soluciones o ejercicios resueltos, con mucho, el tiempo del que dispondrá el opositor para responder con un mínimo de coherencia y profundidad. Incluimos en estos manuales de comentarios, incluso, al de conocidas editoriales especializadas en las oposiciones a secundaria, pero cuyo contenido se aleja sustancialmente de lo que se espera de una guía de esas características. Este libro quiere responder a ello. Para lo cual, presentamos una serie de comentarios realizados en el tiempo indicado por especialistas en la materia, lo que hace que posean la profundidad precisa, sirvan de manual y referencia sobre los aspectos y apartados a tratar en cada una de las modalidades de ejercicios que resolvemos. Muchos de los ejercicios resueltos, además, han salido en las oposiciones de convocatorias pasadas. Este libro no incluye la parte teórica de todo comentario. Para eso creemos que hay suficiente material en el mercado que incluso vamos a recomendar. Donde, a nuestro parecer, fallan estos manuales es en los ejercicios resueltos que llevan que son muy profundos y exhaustivos para el tiempo del que dispone el opositor. Sirva de muestra los ejercicios de comentarios que la editorial MAD presenta en su libro de 2005 (Comentarios filológicos, lingüísticos y literarios. Supuestos prácticos): estos comentarios son imposibles de realizar. Cualquiera que se haya puesto sabe que no permiten diccionario filológico ni consulta alguna, por ejemplo. ¿Cómo vas a comentar el nivel léxico‐ semántico de este tipo de comentario sin un diccionario siguiendo el modelo propuesto en este libro? ¿De qué sirve que el modelo de resolución propuesto esté lleno de citas de los distintos manuscritos sobre la obra comentada, o del Corominas como fuente filológica del sentido y uso de las palabras? Por consiguiente, les recomendamos que si necesitan apoyo teórico acudan a los libros recomendados en la bibliografía. Para los ejemplos prácticos resueltos de exámenes reales, consulte este libro en su totalidad porque no se va a arrepentir. Está realizado con gran profundidad y ajustados al tiempo disponible en las convocatorias en las que se utilizó como ejercicio real.
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COMENTARIOS LINGÜÍSTICOS
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Texto 1. Comentario lingüístico de La colmena4. Ana María Carrasco Navarro Martín Marco sube por Torrijos hasta Diego de León, lentamente, casi olvidadamente, y baja por Príncipe de Vergara, por General Mola, hasta la plaza de Salamanca, con el marqués de Salamanca en medio, vestido de levita y rodeado de un jardincillo verde y cuidado con mimo. A Martín Marco le gustan los paseos solitarios, las largas, cansadas caminatas por las calles anchas de la ciudad, por las mismas calles que de día, como por un milagro, se llenan ‐rebosantes como las tazas de los desayunos honestos‐ con las voces de los vendedores, los ingenuos y descocados cuplés de las criadas de servir, las bocinas de los automóviles, los llantos de los niños: tiernos, violentos, urbanos lobeznos amaestrados. Martín Marco se sienta en un banco de madera y enciende una colilla que lleva envuelta, con otras varias, en un sobre que tiene un membrete que dice: “Diputación provincial de Madrid. Negociado de cédulas personales.” Los bancos callejeros son como una antología de todos los sinsabores y de casi todas las dichas: el viejo que descansa su asma, el cura que le su breviario, el mendigo que se despioja, el albañil que almuerza mano a mano con su mujer, el tísico que se fatiga, el loco de enormes ojos soñadores, el músico callejero que apoya su cornetín sobre las rodillas, cada uno con su pequeñito o grande afán, van dejando sobre las tablas del banco ese aroma cansado de las carnes que no llegan a entender del todo el misterio de la circulación de la sangre. Y la muchacha que reposa las consecuencias de aquel hondo quejido, y la señora que lee un largo novelón de amor, y la ciega que espera a que pasen las horas, y la pequeña mecanógrafa que devora su bocadillo de butifarra y pan de tercera, y la cancerosa que aguanta su dolor, y la tonta de boca entreabierta y dulce babita colgando, y la vendedora de baratijas que apoya la bandeja sobre el regazo, y la niña que lo que más le gusta es ver cómo mean los hombres... El sobre de las colillas de Martín Marco salió de la casa de su hermana. El pobre, bien mirado, es un sobre que ya no sirve para más que para llevar colillas, o clavos, o bicarbonato. Hace ya varios meses que quitaron las cédulas personales. Ahora hablan de dar unos carnets de identidad, con fotografía y hasta con las huellas dactilares, pero eso lo más probable es que todavía vaya para largo. Las cosas del Estado marchan con lentitud.
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Cela, Camilo José (2007). La Colmena. Barcelona: ed. Destino. Página | 11
El texto comienza in media res y no tiene un final definido: Martín Marco, refugiado en la soledad y el silencio de la noche, va recorriendo la ciudad hasta llegar a un banco en el que suele sentarse a fumar las colillas que guarda en un viejo sobre. Ese banco guarda, al igual que otros muchos, las alegrías y las penas de las distintas personas que a lo largo del día los frecuentan durante su rutina diaria. Se trata de un fragmento extraído de la obra “La Colmena” de Camilo José Cela en el que alternan la narración y la descripción, y cuyo tema puede enunciarse con la soledad de la vejez. Desde un punto de vista pragmático, entendemos que en el acto de comunicación se produce el denominado “pacto narrativo” por Pozuelo Ivancos, que supone la aceptación de una retórica por la que la situación enunciación‐recepción que se produce dentro del texto literario se distingue de la situación extranarrativa. Para comentar el esquema de la comunicación del texto, tendremos en cuenta el concepto de polifonía enunciativa de Ducrot. En este sentido, en un primer plano, el emisor es el autor real. El análisis de las relaciones en este nivel es sociológico entre productor y consumidor; se trata de un nivel externo a la inmanencia textual. Dicho autor se transforma dentro del discurso en un narrador heterodiegético, que no pertenece como personaje a la historia que narra, sino que practica la omnisciencia y ocupa un nivel extradiegético en la novela. Esta voz narrativa se dirige a un lector implícito inherente a la obra literaria, llamado lector modelo por Umberto Eco; se trata de un complemento del texto que colabora en las expectativas del autor y que con su supuesta lectura contribuye al acto de creación de la novela misma. Se transmite un mensaje que en este caso es describirnos la soledad del protagonista través del código elaborado de la lengua castellana y el canal empleado es la novela. Otra voz narrativa que aparece en el texto es el membrete del sobre que va dirigido a un destinatario concreto. Igualmente, el texto como acto verbal tiene una intencionalidad, la fuerza ilocutiva del autor empírico, que es la de conmover al lector por medio de la crítica social que realiza de la época de la posguerra española, narrando las dificultades por las que pasa el protagonista y el resto de personajes que aparecen, pues ninguno es positivo; el autor nos ofrece una visión negativa en la que no hay ningún matiz de color. En relación con lo anterior, aparecen las funciones del lenguaje que predominan en el texto y que principalmente son: la función referencial o representativa, cuyo elemento predominante es la realidad exterior a la que alude el mensaje y a través de la cual se comunican realidades, pensamientos, hechos que son desconocidos por el receptor(l. 1‐2): la función poética basada en la forma en que está construido el mensaje, pues el lenguaje sirve para llamar la atención sobre sí mismo, crea belleza; la función fática, que es la que va referida a todos aquellos elementos que impiden que la comunicación se interrumpa, esta función está presente cuando hace referencia al mensaje que aparece en el membrete del sobre; y por último, la función expresiva, utiliza para expresar sentimientos y emociones, y que a pesar de que las oraciones son enunciativas, a través de la escena intenta conmover al lector. El tema del fragmento presenta una estructura interna distribuida en tres partes: La primera parte ocuparía las líneas 1‐11 y en ella se narra el recorrido solitario que Página | 12
realiza Martín Marco hasta llegar al banco donde se sienta a fumar todas las noches.
La segunda parte abarcaría las líneas 12‐21 y en ella el narrador describe la variedad de personas que a lo largo del día van pasando por los bancos callejeros cada uno con su vida, sus problemas, sus alegrías, etc. contrapone la soledad de la noche frente al bullicio del día. La tercera parte se correspondería con las líneas 22‐26 y en ella el autor se centra en hablarnos del sobre con colillas que acompaña siempre al protagonista. Se produce una similitud entre la vejez del sobre y la del protagonista.
En el nivel fónico la correspondencia entre grafías y fonemas, sitúa al texto en el castellano actual desde el punto de vista diacrónico. No se observan variedades diatópicas ni diastráticas. En este nivel se aprecia el uso de la similicadencia por la repetición de sonidos semejantes en los finales de las últimas palabras en frases próximas. “tiernos/lobeznos; vendedora/señora; pobre/sobre; personales/dactilares”; aliteraciones que aportan sonoridad al texto, como por ejemplo aliteración de los fonemas “m” (L. 1‐3), “s” (L.4), “ll” (L‐ 5‐7). El ritmo acentual es lento, con una entonación enunciativa caracterizada por la inflexión descendente o tonema de cadencia, asociada a la función referencial del lenguaje. En el texto se observa un registro culto o medianamente culto, predominando lo racional sobre lo afectivo. Con respecto al nivel morfológico, hay un predominio del sintagma nominal sobre el verbal, confiriendo al texto una calidad impresionista y una perspectiva estática o dinamismo negativo que contrasta con el dinamismo positivo inherente al sintagma verbal. Se observa un predominio de sustantivos concretos que confieren al texto sensación de realismo “plaza, calles, desayunos, tazas”. Respecto a los sustantivos propios aparecen antropónimos “Martín Marco, Marqués de Salamanca”, y topónimos “Torrijos, Plaza de Salamanca” que además de insistir en el aspecto realista del texto, son fuertemente evocadores. Sobre los adjetivos, señalar que son especificativos “paseos solitarios, niños pequeños, bancos callejeros”, que añaden una nueva cualidad al sustantivo, y explicativos “ingenuos y descocados cuplés, urbanos lobeznos”, resaltando una cualidad que ya está presente en el sustantivo. Los primeros delimitan o restringen la extensión del sustantivo, por lo que poseen un carácter más concreto y objetivo. Los explicativos confieren al sustantivo un carácter abstracto y le proporciona subjetividad. El uso abundante de adjetivación aporta al texto un estilo sensóreo, indicando matización, colorido, quietud así como un ritmo más pausado y moroso, se encuentran casos de metábasis del adjetivo “lentamente” para remarcar que el protagonista es una persona mayor cuyo caminar ya no es tan ágil como cuando era joven, “el pobre, el viejo, la tonta” aunque puede resultar despectivo, el autor lo trata con un tono afectivo. La utilización de diminutivos tanto en sustantivos “jardinillo, babita” como en adjetivos “pequeñito” es propia de la función expresiva del lenguaje, y están utilizados con un valor afectivo aportando vivacidad y colorido al fragmento. Página | 13
En general, el uso abundante de adjetivación denota un estilo culto, elegante y rico, a ello contribuyen también los llamados adjetivos de discurso muy presentes a lo largo de todo el fragmento “las cosas del Estado, las tablas del banco, cuplés de las criadas de servir” y proposiciones subordinadas adjetivas “es un sobre que ya no sirve para nada más…”, reforzando aún más la función desempeñada por los adjetivos. En cuanto al uso de determinantes, hay un predominio de artículos que aportan un carácter existencial “los paseos, las colillas, los niños, la boca”, frente a la ausencia de artículo que le da un valor esencial “con fotografía y hasta con huellas dactilares”. Uso del indefinido “un milagro, varios años, un sobre, un membrete”, delimitando la extensión del sustantivo de manera vaga e imprecisa. Se observa también un proceso definidor en la oposición un/el “un sobre/el sobre, un banco/los bancos, una colilla/las colillas”, empleando el indefinido como primer presentador del sustantivo, y una vez que está dentro de la esfera de atención se utiliza el artículo. Aparecen también determinantes posesivos “su cornetín, su mujer, su bocadillo” indicando posesión en sentido amplio; demostrativos “aquel hondo quejido, ese aroma cansado”. La presencia de pronombres es casi inexistente a excepción del pronombre de tercera persona “le” en las líneas 4‐21 en posición anafórica. Esta ausencia de pronombres acentúa la impersonalidad del texto. Uso de “se” como marca de pasiva refleja en la línea 5. Los distintos párrafos se van cohesionando entre sí con la repetición del nombre del protagonista en lugar de utilizar pronombre con función deíctica (L. 1‐3‐9‐22). Centrándonos en el sintagma verbal, señalar que los tiempos verbales predominantes son el presente de indicativo “sube, baja, gustan”, tiempo usado en la descripción por su carácter atemporal para situar lo descrito en el presente, y el pretérito perfecto simple “salió, quitaron”, tiempo que predomina en la narración. Hay un predominio de los verbos de estado sobre los de acción, confiriendo morosidad al texto” lee, descansa, tiene, fatiga, enciende, almuerza”. El modo verbal más utilizado es el indicativo, lo que implica una actitud objetiva y racional. Con respecto a las perífrasis verbales, aparece una perífrasis “llegar a entender” aspectual terminativa que indica una acción acabada como consecuencia de una acción previa, y una segunda perífrasis “van dejando” aspectual durativa que indica acción en su desarrollo. Destacar el uso de diversos complementos circunstanciales de lugar con función deíctica, pues sitúan la acción en un lugar concreto: “por Torrijos”, “hasta Diego de León”, “por príncipe de Vergara”, “por General Mola”, “hasta la plaza de Salamanca”. Hay un predominio de adverbios de modo que remarcan el ritmo pausado del fragmento. La sintaxis se caracteriza por la abundancia de proposiciones subordinadas adjetivas con estructura reiterativa “enciende una colilla que lleva envuelta”; “el viejo que descansa su asma”. De las líneas 17‐21 se observa el uso de polisíndeton, cuando anteriormente de las líneas 12‐17, todas las oraciones aparecen yuxtapuestas. El predominio de las oraciones complejas, consigue crear en el texto un efecto expresivo de morosidad, minuciosidad y de una gran elaboración sintáctica. El orden oracional es lógico, por lo que la actitud es más razonadora y lógica; el autor no destaca ningún elemento sobre los demás. (L.1) Según la actitud del hablante y en relación con las funciones del lenguaje, la modalidad que más sobresale en el texto es la enunciativa. Para concluir este apartado, indicar que se trata de Página | 14
una sintaxis culta, con un riguroso orden expositivo, sintaxis ágil, de periodo amplio y subordinación fluida y correcta, por lo que predomina la racional y lógico sobre lo afectivo. Se aprecia el uso de distintos recursos retóricos como la repetición de estructuras sintácticas “el viejo que descansa su asma/el cura que lee su breviario”; la enumeración en forma de gradación bimembre “las largas, cansadas caminatas/ los ingenuos y descocados cuplés” e incluso de cuatro miembros “los niños pequeños, tiernos, violentos, urbanos lobeznos amaestrados”. Tanto la sintaxis como el uso de estos recursos, nos advierten el meditado proceso de elaboración del mensaje. Por último, en el análisis del nivel léxico‐semántico, en el que destacan las palabras clave: sobre, calle, banco, paseo. Partiendo de estas palabras clave se encuentran una serie de campos semánticos como por ejemplo: Campo semántico de profesiones: cura mendigo, albañil, músico, mecanógrafa, vendedora, criadas. Elementos del paisaje urbano: calles, plaza, jardinillo, banco. Partes del cuerpo humano: ojos, boca, mano, rodillas. El texto contrapone las calles solitarias de noche por las que solamente Martín Marco transita por ellas, con el bullicio que se registra en ellas durante el día, pues están llenas de distintas personas que se sientan en los bancos que ven pasar la vida de todos sus ocupantes con sus luces y sus sombras, incluida la vida del protagonista. La vida de Martín Marco es solitaria y triste en su vejez, que al igual que el “sobre” que le acompaña siempre, siente que ya no sirve para nada en la vida. El sobre sirvió en su momento para guardar la cédula personal, pero en breve va a ser sustituida por un nuevo documento identificativo y el protagonista siente que ya solo sirve para dar largas caminatas lentamente y fumar sentado en el banco las colillas que guarda en el viejo sobre. Todo es pobreza y negativismo, excepto los nombres propios que aluden a la aristocracia. Las relaciones semánticas que aparecen son: Antonimia: sinsabores / dichas; ingenuos / descocados/; tiernos / violentos; pequeñito / grande. Sinonimia: paseos/caminatas. Derivación: bocadillo, colilla, quejido, cancerosa. La metáfora del primer párrafo “tazas rebosantes” contrasta con la pobreza que se describe en el texto. Otra metáfora llamativa es “tiernos, violentos, urbanos lobeznos amaestrados” en la que se observa una cuidada adjetivación en lo que a semántica se refiere. Destacar en el último párrafo la proforma léxica “cosa” que lo abarca todo. La calle, los bancos, el sobre, todo es el estado y toda va con lentitud, se produce un gran pesimismo en todo el texto del que no se ve una salida a corto plazo. Página | 15
Para concluir, señalar que se trata de una denuncia social que aparece velada en el fragmento, plagado de pesimismo y negativismo. A lo largo del análisis de los distintos niveles de la lengua, observamos un estilo que busca la sencillez, pero en el que advertimos un alto grado de elaboración a través de los distintos procedimientos morfológicos, sintácticos y léxico‐semánticos utilizados por el autor.
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Texto 2.5. Examen de Andalucía 1999 Diego Francisco Franco Zapata Comentario lingüístico del siguiente texto ¡Allí estaban las chabolas! Sobre un pequeño montículo en que concluía la carretera derruida, Amador se había alzado ‐como muchos siglos antes Moisés sobre un monte más alto‐ y señalaba con ademán solemne y con el estallido de la sonrisa de sus belfos gloriosos el vallizuelo escondido entre dos montañas altivas, una de escombrera y cascote, de ya vieja y expoliada basura ciudadana; la otra (de la que la busca de los indígenas colindantes había extraído toda sustancia aprovechable valiosa o nutritiva) en el que florecían, pegados los unos a los otros, los soberbios alcázares de la miseria. La limitada llanura aparecía completamente ocupada por aquellas oníricas construcciones confeccionadas con maderas de embalaje de naranjas y latas de leche condensada, con láminas metálicas provenientes de envases de petróleo o de alquitrán, con onduladas uralitas recortadas irregularmente, con alguna que otra teja dispareja, con palos torcidos Ilegados de bosques muy lejanos, con trozos de manta que utilizó en su día el ejército de ocupación, con ciertas piedras graníticas redondeadas en refuerzo de cimientos que un glaciar cuaternario aportó a las morrenas gastadas de la estepa, con ladrillos de “gafa” uno a uno robados en la obra y traídos en el bolsillo de la gabardina, con adobes en que la frágil paja hace al barro lo que las barras de hierro al cemento hidráulico, con trozos redondeados de vasijas rotas en litúrgicas tabernas arruinadas, con redondeles de mimbre que antes fueron sombreros, con cabeceras de cama estilo imperio de las que se han desprendido ya en el Rastro los latones, con fragmentos de la barrera de una plaza de toros pintados todavía de color de herrumbre o sangre, con latas amarillas escritas en negro del queso de la ayuda americana, con piel humana y con sudor y lágrimas humanas congeladas.
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Examen real salido en la convocatoria de oposiciones en Andalucía en julio de 1999. Martín Santos, Luis (2005). Tiempo de silencio. Barcelona: ed. Crítica. Página | 17
El fragmento que presenta un texto narrativo‐descriptivo perteneciente a Tiempo de silencio de Luis Martín‐Santos, muestra una minuciosa descripción de las chabolas mencionadas al comienzo del mismo. Amador alzado sobre el montículo las observa y esa observación es el reflejo que ofrece el texto sobre un modo de vivienda y vida antiquísima pero todavía actual. Por lo tanto el tema central del texto se sintetiza como la descripción de las chabolas a través de los ojos de Amador, pero también el reflejo de la miseria y pobreza de las personas que en ellas habitaban o habitan. Como he mencionado, en cuanto a género textual, el texto es una mezcla de narración y descripción, pero sobre todo descripción. Se observa un primer momento narrativo cuando el narrador señala que Amador sube al montículo. Toda la observación que el narrador refleja pasa a convertirse en descripción, descripción paisajística de todos los elementos que Amador observa desde el montículo. Para determinar la estructura desde el punto de vista temático, el fragmento puede dividirse en tres partes claramente diferenciadas. La primera parte se extiende desde el comienzo “¡Allí estaban las chabolas!” hasta “altivas” en la línea 5. En esta primera parte se encuentra el comienzo narrativo señalado anteriormente, el momento en que Amador sube al montículo y señala todo lo que observa. La segunda parte comienza en la línea 5 “una de escombrera y cascote” y finaliza en el punto y seguido de la línea 8 “alcázares de la miseria”. En este segunda parte el texto se sitúa ante el comienzo de la descripción, en este caso de las dos montañas altivas. Finalmente en la línea 8 en “La limitada llanura” comienza la tercera y última parte, la más extensa, que se extiende hasta el final. Se trata del núcleo del texto, es decir, la detallada descripción de las chabolas que son señaladas al comienzo del fragmento. El texto como acto de comunicación refleja la presencia de los diferentes elementos de la comunicación. Un emisor formado por el autor real del fragmento (Luis Martín‐Santos) y a su vez por el narrador del que no aparecen marcas explícitas de que se trate o no de un personaje del texto, por lo tanto se trata de un narrador omnisciente. Del mismo modo aparece un receptor real formado por todos los lectores que en un momento determinado nos adentramos en le lectura de fragmento; tampoco aparecen marcas explícitas de un posible receptor interno en el texto. Como mensaje aparece la descripción de las chabolas que observa Amador, transmitido con el código formado por la lengua española escrito, a través del canal del papel escrito o libro. El texto tiene una clara intención comunicativa, se trata de la denuncia de una situación social y modos de vida marginales formados con sudor y lágrimas humanas. También encontramos en el fragmento diferentes funciones del lenguaje. Es clara la presencia de la función poética en la intención artístico‐literaria del autor, ya que se trata de un texto literario. También aparece la función representativa ya que el autor informa sobre un hecho particular “la observación de las chabolas por parte de Amador”. Se cristaliza también la función expresiva al comienzo ¡Allí estaban las chabolas! donde los signos exclamativos informan sobre el entusiasmo del protagonista o del narrador ante el encuentro de las chabolas; del mismo modo también se percibe función expresiva al final del fragmento “con piel humana y con sudor y lágrimas humanas congeladas” (l. 24‐25) donde se perciben el sentimiento y opinión del narrador ante las chabolas. Página | 18
Comenzaré, a continuación, el análisis de los diferentes niveles del lenguaje. En primer lugar en el nivel fónico las grafías del texto se ajustan al castellano actual. Es continua la aliteración del sonido /r/ vibrante múltiple, a lo largo del texto, en primer lugar en la línea 2 carretera derruida; del mismo modo en la línea 12 en recortadas irregularmente; más significativa es la aliteración en las líneas 18‐19 en barro, barras, hierro, redondeadas… Asimismo en la línea 4 es continua la aliteración de la nasal /n/ en situación implosiva: sonrisa, escondido, entre, montañas. Muy significativa es la presencia de tres palabras seguidas comenzando con “con” en las líneas 9‐10: construcciones confeccionadas con. Por otro lado en las líneas finales del texto 24‐25 es continua la presencia de la aliteración de la nasal /m/: americana, humana, lágrimas humanas. Del mismo modo destaca la presencia de barro, barra, barrera, derivación muy significativa desde el punto de vista fónico. En cuanto al ritmo se percibe un ritmo ágil, sobre todo en la descripción de las chabolas donde el ritmo es aún más rápido debido a la continua enumeración de elementos. Asimismo es muy significativo que solamente aparezca un punto dentro del fragmento, por lo tanto las únicas pausas que se realizan en el fragmento son comas, una prueba más de la rapidez del ritmo. Por otro lado la entonación es bastante uniforme, solamente se encuentran alteraciones del ritmo entonativo en la exclamación del inicio ¡Allí estaban las chabolas! y en los dos incisos que realiza el narrador “‐como muchos siglos antes…‐” (l. 2‐3) y “(de lo que la busca de los indígenas…)” (l.6‐7). Esto es una muestra de que desde el punto de vista fónico se trata de un texto culto. En el nivel morfológico, comenzando en primer lugar con el análisis del sintagma nominal, en cuanto al núcleo de este sintagma predominan los sustantivos comunes (montículo, siglos, llanura…), pero es significativa la presencia de dos antropónimos Amador y Moisés, ambos en la línea 2, y un topónimo Rastro en la línea 22, que demuestran una cierta intención evocadora por parte del autor. Del mismo modo predominan los sustantivos concretos sobre los abstractos de los que apenas encontramos ejemplos. Destacan sustantivos concretos como: chabolas, montículo, carretera, monte; pero donde más significativa es la presencia de este tipo de sustantivos es en la descripción de las chabolas para referirse a todos aquellos elementos de que están formadas: latas, palos, manta. Esta abundancia de sustantivos concretos puntualiza el tono realista imperante en el texto. Continuando con el análisis del sintagma nominal y dentro del mismo del adjetivo, es abundante la presencia de adjetivos especificativos: carretera derruida, ademán solemne, belfos graciosos, vallizuelo escondido. Pero llama mucho más la atención la presencia de epítetos, que aunque son menos frecuentes que los anteriores tienen una función estética más destacable: pequeño montículo, soberbios alcázares, oníricas construcciones, onduladas uralitas. También destaca la triple adjetivación en sustancia aprovechable valiosa o nutritiva en la línea 7. Asimismo es significativa la continua presencia de adjetivos de discurso: estallido de la sonrisa, envases de petróleo, bolsillo de la gabardina, barras de hierro y la muy significativa doble construcción maderas de embalaje de naranjas. Página | 19
Como se aprecia en el empleo de los adjetivos el texto refleja un uso muy elaborado de los mismos que es reflejo de un texto culto y muy elaborado con gran intención estética. En cuanto al empleo de determinantes como introductores del sintagma nominal, destaca la presencia del artículo determinado: las chabolas, la carretera, el estallido, la sonrisa, el vallizuelo… sobre los indefinidos: un pequeño montículo, un monte…Esta abundancia de determinados demuestra la clara intención realista del autor destacando el texto y sus elementos como concretos y reales. También encontramos otros tipos de determinantes como el numeral en dos montañas, el demostrativo en aquellas oníricas construcciones o el posesivo en sus belfos briosos. En la presencia de pronombres destacan los personales se o lo; son llamativos los pronombres introducidos por determinantes: los otros, los unos y los otros o la presencia del doble indefinido uno a uno en la línea 17. Continuando con el análisis del sintagma verbal, cabe señalar que la presencia de verbos es bastante limitada ya que la mayoría del fragmento es descripción haciendo innecesario el empleo de verbos, aparecen sobre todo al comienzo, en la parte narrativa, y en su mayoría aparecen en pretérito imperfecto, característicos del mundo narrado en terminología de Weinrich: estaban, concluía, señalaba… presentando la acción como acabada y pasada al igual que el pretérito pluscuamperfecto había alzado de la línea 2. En la descripción es continua la presencia de participios para describir los distintos elementos, es decir, con función de adjetivo: ocupado, redondeadas, gastadas… Como se aprecia, el modo predominante es el indicativo, el modo de la realidad, presentando, de este modo, los hechos como reales. Por otro lado es significativo el comienzo del texto con el adverbio allí que ubica deícticamente la escena. Destacan otros adverbios como los intensificadores más o muy, el adverbio terminado en –mente completamente o el temporal antes. Comenzando con el análisis del nivel sintáctico, en general aparecen pocas oraciones ya que, como he indicado, se trata de un texto en su mayor parte descriptivo, pero esto no quiere decir que sintácticamente se trate de un texto simple. Aparecen oraciones subordinadas adjetivas en montículo en que concluía (l. 1‐2). Aparece también la coordinación copulativa en se había alzado… y señalaba… (l. 2‐3). Es significativo que se pueda considerar toda la descripción de las chabolas como un complemento circunstancial de instrumento introducido por confeccionadas (l. 10) y continuado con los elementos de las chabolas: con maderas, con láminas, con palos… Se trata de una estructura de couplings como señala Pozuelo Yvancos. Presenta una sintaxis a medio camino entre la sencillez y la complejidad, pero no se debe olvidar que el fragmento, en la mayoría de su extensión, es una enumeración de elementos, lo que limita bastante el empleo de oraciones. Continuando con el análisis del nivel léxico‐semántico la palabra clave es chabolas y a partir de ella surgen todos los demás elementos del texto, la descripción de sus elementos y de lo que les rodea. Es destacable la presencia del campo léxico‐semántico de materiales de construcción: láminas, envases, uralitas, palos, piedra… Página | 20
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