Eisler, M. J. - Fantasía Inconsciente de Embarazo en Un Hombre

July 13, 2017 | Author: Leandro Nogueira Dos Reis | Category: Psychoanalysis, Jacques Lacan, Sigmund Freud, Psychology & Cognitive Science, Psychological Concepts
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Descripción: Texto psicanalítico sobre fantasias inconscientes de gravidez e um paciente do sexo masculino...

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BIBLIOGRÁFICA Nº 8. REFERENCIAS JACQUES LACAN. SEMINARIO III, LAS PSICOSIS (Publicación de la Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona y de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano)

Fantasía inconsciente de embarazo en un hombr~ con la apariencia de una histeria traumática. Una contribución clinÍ~a ai erritismo anal por Michael Josef Eisler Parte I En 1908, en "El carácter y e/ erotismo anaf', Freud prestó especial atención a la pulsión que denominó erótico-anal y subrayó la importancia de su significación en el desarrollo de la personalidad, fundamentalmente en la función del Ego. A partir de entonces se han extendido mucho los límites de este tema en gran número de investigaciones realizadas por diferentes autores que demuestran su fundamental importancia. Se sostuvo esa tarea a pesar de múltiples resistencias, no sólo de parte del lego sino también de parte de los mismos estudiantes de psicoanálisis, ya que las constelaciones psíquicas en juego se encuentran sujetas a las más diversas transformaciones; poresas mismas razones, cuando la investigación alcanz.a el éxito es posible también encontrar solución a los principales problemas dei tratamiento psicoanalítico. Seria suficiente recordar resultados estrechamente ligados ai progreso del psicoanálisis en la última década y que, por eso mismo son muy conocidos. Pero a pesar de las ablllldantes y fértiles rami:ficaciones de la literatura analítica publicada hasta ahora, ésta es aún deficiente en un sentido: no hay presentaciones detalladas sobre las particularidades dei erotismo anal según fueron elucidadas dentro dei marco de su correspondiente entidad clínica. Sólo Freud continuó produciendo sus magistrales contribuciones 1, me refiero a sus ensayos: "Análisis de un caso de Neurosis Obsesiva" e "Historia de una Neurosis Infantil". En ambos exhaustivos trabajos se puede seguir vívidamente y en detalle el laborioso camino del análisis; los nuevos descubrimientos se muestran en el proceso mismo de su encuentro y es posible suponer el tipo de resistencias que debieron sortear. El caso que sigue, que resultó ser una severa neurosis construida sobre la fijación de componentes erótico-anales, será presentado de acuerdo con el método analítico. No es necesario explicar que el material, obtenido durante el curso de siete meses, no sólo no es completo sino que incluso no siempre sirvió para clarificar relaciones teóricas; sin embargo, a pesar de estas limitaciones, el tratamiento produjo una mejoría dei paciente facebook.com/lacanempdf

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y por otro lado instaurá una perspectiva desde donde establecer ciertos descubrimientos y correlaciones de importancia. Teniendo en cuenta las características especiales dei caso, procederé a la descripción de la marcha dei análisis. Si bien, naturalmente, la estructura de la neurosis sólo se hizo evidente bacia la conclusión dei tratamiento, en interés de su claridad, no me atendré a la estricta cronología dei caso sino que iré afiadiendo elementos de la síntesis posterior. Esto es inevitable en cualquier presentación en la que la elegancia también es un objetivo. J. V., de 31 afios de edad, de ocupación tranviario, hizo el siguiente relato dei comienzo de su enfermedad. Hace dos afios y medio cayó dei estribo de su tranvía mientras éste se desplaz.aba velozmente. Sufrió heridas en la cabeza, el antebrazo y la espalda, todas dei lado izquierdo; como perdió el conocimiento fue trasladado directamente desde la escena dei accidente a una sala de cirugía dei hospital. Durante el trayecto pudo recobrar la conciencia y comprobar que la mayoría de sus heridas eran leves, las dei antebrazo y la espalda eran sólo rasgufios superficiales, sólo en la cabeza necesitaría algunos puntos. En los exámenes posteriores no se descubrió ninguna lesión interna; durante su estadía en el hospital el médico que lo atendía hizo radiografias de las partes lastimadas con resultados negativos. A lastres semanas dei accidente abandonaba el hospital; recuperó su trabajo y poco después estaba completamente restablecido. Pero con el correr dei tiempo comenzó a sentir dolores debajo de la primera costilla: ai comienzo los dolores fueron intermitentes, luego cada vez más frecuentes, hasta convertirse en ataques regulares. Aparecían durante cortos intervalos, cada quince días; duraban entre catorce y dieciséis horas y luego desaparecían. En uno de esos ataques sintió un agudo dolor en el costado izquierdo "como si un objeto sólido pujara por emerger''. Después quedó exhausto y abatido por el cansando. Entre ataque y ataque no ocurrían fenómenos de importancia, excepción hecha de una ligera puntada en la zona y que le producía cierta excitación. Con el tiempo su situación se fue haciendo intolerable. A menudo debió descuidar su trabajo y deambular por los hospitales donde solían quedar desconcertados con sus quejas. Hacia el final dei segundo afio de su enfermedad, luego de perder el conocimiento entres ataques consecutivos, fue enviado ai departamento de neurología. Allí, nada encontraron en las pruebas realizadas por cirujanos y médicos, se diagnosticó una histeria traumática y el caso se sometió a tratamiento psicoanalítico. AI comienzo, cuando la historia dei caso no podía todavía escribirse con todo detalle, los signos de una tormentosa transferencia llamaron mi atención; sólo más tarde fue visible que la explicación se relacionaba con los afios de tratamiento previo y las

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experiencias que este hombre había tenido con otros médicos. Debo confesar que encontraba muy extraiía la conducta dei paciente y l~ posibilidad de un diagnóstico equivocado pasó por mi cabeza. l· ' AI inicio dei análisis, el paciente realizó dos acciones peculiares: la primera, fue relativamente inteligible mientras que la segunda me parecía completamente carente de sentido. A poco de iniciar la primera sesión se pusa de pie sin motivo alguno y adujo haber sentido que el diván rodaba bajo él. Obviamente, intentaba escapar de una situación a la que no estaba acostumbrado, incluida la presencia dei analista. Cuando conseguí persuadiria para que volviera a acostarse en el diván fue incapaz de producir ninguna idea coherente. AI terminar la sesión, permaneció un rato de pie mientras me miraba proyectando su garganta hacia adelante y con las pupilas muy dilatadas, daba la impresión de alguien enloquecido. Mucho más tarde fui capaz de encontrar la explicación de este fugaz "acto sintomático", que retomaré en su debido momento. Unas días después, otro acto sintomático, éste nada ambiguo y realizado casi con descaro, me permitió el primer discernimiento de su vida mental inconsciente: se levantó del diván, hizo un torpe movimiento de giro y cayó nuevamente en el diván, boca abajo, con las piernas colgando. Esta indirecta expresión de una actitud homosexual pasiva bacia el analista fue atribuida por él a un súbito desmayo; pero la intensidad y la forma adaptada en un momento tan precoz del análisis tuvieron su significación particular. Un elemento similar reapareció en los sueõos de este periodo introductorio; soõó que luchaba con un león que le mordía la parte izquierda de la espalda; soõó que se peleaba con un hermano menor que queria derribaria de un disparo; en un tercer sueõo intentaba subir ai tren dei rey-ocurrió unas semanas después de la revolución-, pero fue rodeado por soldados que lo amenazaban con un castigo espantoso que no nombraron. Por último soõó con una escena dei servicio militar donde un superior le escarbaba entre las costillas por diversión. Lo importante en estas sueõos, que se sucedían unas a otros como si estuviesen programados y que representaban, sin disfraz ninguno, la homosexualidad pasiva dei soõador, fue la destrucción sistemática de las fantasías subyacentes. La reacción, que ai principio tomó tan violenta y casi mítico-arcaica forma de expresión, terminá convirtiéndose en una gracia insignificante. De hecho muy poco material se puda encontrar en esos sueõos. Tanto en ellos como en el caso del acto sintomático, el paciente parecía admitir todo y esconder todo ai mismo tiempo. Como venía sucediendo se mostraba reservado respecto ai pedido de

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que asociara y poco inclinado a comunicar libremente sus pensamientos; pero podía, ciertamente, no tratarse de un problema de resistencia o de falta de comprensión respecto ai tratamiento, porque ya se había acomodado a las regias dei análisis de acuerdo a la complejidad de su constelación inconsciente. Sólo puedo, en este momento, comentar su comportamiento como "reservado", aunque más adelante profundiz.aré en ello. La transición hacia una transferencia más apacible y ai mismo tiempo más racional se logró a partir de una nueva serie de suefios, que por su contenido pertenecía ai conocido género de los suefios de vuelo: volaba solitario en el espacio abierto o en una habitación llena de espectadores y finalmente tomó la forma de una delectación narcisística por su cuerpo determinada por la regresión. Sólo escasos recuerdos pudieron conectarse con estos suefios; no se referían a su entorno real sino que servían de expresión a su tensión interna. Ni esta serie, ni la dei primer tipo de suefios se repitieron durante el prolongado tiempo de análisis; por lo tanto, debo considerarlos un medio de compensación o de adaptación ai tratamiento. · Después de estos diversos interludios, finalmente fui capaz de promover lllla minuciosa discusión sobre las circunstancias que determinaron el comienzo de su enfermedad. Sin embargo debo posponer los resultados de tal discusión en favor de establecer la caracterología dei paciente; tomados en conjunto, ambos elementos constituyeron el programa de trabajo de su análisis. El paciente daba la impresión de ser un hombre metódico, con confianza en sí mismo, que trabajaba a finde consolidar su posición. Numerosos cambios de ocupación, que describiré luego más detalladamente, le permitieron ir mejorando su nivel de vida; al tomar activa participación en objetivos que correspondían a su categoría de ese momento, fue capaz de afianzar aún más sus propios intereses. Era actualmente líder de sus compafieros de trabajo sobre cuestiones sociales y políticas y sus palabras tenían peso. AI mismo tiempo demostraba moderación en sus puntos de vista y tenía facilidad para propagarias entre sus compafieros. Es decir que había encontrado la forma de sublimar gran parte de su libido homosexual y mantenerla equilibrada Incluso, por otra parte, en esto radicaba su marcado engreimiento. Estaba dotado como orador y su estilo combinaba expresiones sentenciosas y expletivas de modo tal que podía girar una frase produciendo un efecto divertido. Sin embargo, su pensamiento era completamente sensible y cada acción evidentemente se continuaba de minuciosa consideración. Las personas de este tipo no tienen un verdadero sentido de estilo, hay una carencia de algún factor necesario en el proceso dei pensamiento y

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se puede decir que piensan por medio de la acción. Mostraba, por otra parte, un insaciable deseo de eduçarse aunq.ue la ausencia de una guía autoriz.ada lo había llevado a ser un autodidacta que combinaba cierta originalidad con una considerable rareza. Durante afíos había guardado copias de todo aquello que le había interesado y había llegado a coleccionar una especie de biblioteca manuscrita. Cada tanto pasaba esas notas-poemas, artículos periodísticos sobre temas variosa nuevos volúmenes; limpiaba lo que ya estaba limpio. Su actitud respecto al dinero era totalmente racional; sólo en un pt.mto era posible detectar el erotismo anal: sentia aversión por los billetes sucios por lo que, o se los pasaba a su esposa o, a pesar de su frugalidad, los gastaba sin causa alguna. Le gustaba memorizar pasajes de escritos que le agradaban y aunque no parecía comprender las letras de la verdadera lírica apreciaba, sin embargo, sus efectos emocionales en parteproducidos por la rima. Además llevaba una especie dediario en el que anotaba compromisos de importancia general, carecía de talento para efusiones personales. Además de copiar, le gustaba dibujar bojas de cuentas y balances. Todo lo relacionado con el tema de la escritura era mantenido en perfecto orden, lo sabía al dedillo y causaba una profunda impresión en sus allegados. El evidente erotismo anal sublimado de todo est2, fue luego traicionado por un interés material en los procesos fisicos de la vida y también por sus esfuerzos en diversificar modos para consolidar su posición. Particulannente estimulaban su interés las cuestiones biológicas y en especial las relacionadas con la evolución. Su información era recogida, en parte, en la literatura popular y en parte facilitada, en visitas extraoficiales, por el personal de instituciones científicas especializadas. Los más tempranos incentivos en esta dirección databan de la infancia, de sus impresiones de nifio en la granja donde vivía; se pudo rastrear paso a paso la típica curiosidad infantil. La crianza de animales domésticos, especialmente aves de corra!, tuvo para él una fascinación particular. Contaba que cuando era nifio realmente se interesó, durante t.m tiempo, en el negocio de la incubación y que debido a ese interés sacrificá innumerables huevos de gallinas y pájaros. Mucho más tarde, cada vez que vacilaba su vocación consideraba seriamente la posibilidad de volver ai campo y dedicarse a la crianza de aves de corra! a gran escala. Aparentemente este deseo era tan fuerte que estaba seguro de que algún día lo habría de llevar a cabo. Entretanto, debía de contentarse con la cantidad de aves canoras que tenía en su casa a las que alimentaba y cuidaba personalmente. Los recuerdos de sus hobbies ornitológicos lo llevaron a los bosques de su vecindad. Durante el tiempo de su análisis y por espacio de varias semanas, visitó

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el hábitat de un pájaro carpintero ai que contemplaba consumo deleite mientras este último golpeteaba en su búsqueda de insectos. Todas estas peculiaridades que describo y que desarrollaré más adelante se pueden reconocer como representativos, -aunque velados y de ese modo compatibles con la conciencia---, de los complejos dei paciente pues aparecen, si no enforma patológica, por lo menos sí de modo exagerado. Junto con estas investigaciones salió a la luz la historia familiar; sólo me remitiré a sus puntos más esenciales. El paciente es el hijo mayor de una familia de campesinos que continúa viviendo en la granja donde se crió. Ocho de los catorce hijos dei matrimonio viven aún. La menor, una niiía de siete aii.os, tuvo cierta relación con la neurosis dei paciente; también la hermana mayor, una chica de veinticuatro anos, cuyo modo de vidajuzgaba el paciente muy duramente sin verdaderos motivos para ello. Descubrimos que sus investigaciones sexuales habían sido intensas en el momento dei nacimiento de esta hennana. Él notaba, con envidia, la ternura con que anticipaban su llegada; también tenía un recuerdo en imágenes que se relacionaba con el deseo de muerte de esta hermana. Más tarde su animosidad por ella no cejó y mediante una identificación inconsciente con el padre encontraba siempre motivos para criticaria. Durante el tratamiento, en una oportunidad en que visitó a sus padres, echó de la casa a un pretendiente de la hennana rnayor. La significación de la hennana menor sólo se aclaró durante la culrninación dei tratamiento. No sentía demasiado afecto por sus hennanos y fantaseaba sobre ellos como primogénito. Sólo uno, que había perecido ahogado durante su adolescencia, era recordado con cariiío; el paciente le había facilitado el dinero para que fuera a nadar y por un tiempo se sintió, en parte, culpable de su muerte. Tenía por ese entonces dieciséis aii.os. Este recuerdo se relacionaba con sentimientos que, como conductor dei tranvia, experimentó en accidentes que involucraban a terceros. Algunos recuerdos muy vívidos de sus aii.os más tempranos se centraban en los abuelos que también habitaban en la casa; el respeto de sus padres por los mayores había intensificado su figura a los ojos dei nifio. Contó que su abuela había tomado el lugar de su madre en la casa durante los frecuentes partos de esta última e insistió en su gran pulcritud; decían que él había heredado ese rasgo de su abuela. Le contaron que a los nueve meses ya intentaba caminar, o más bien que gateaba-porque se desarrolló muy precozmente- y que cuando su abuela sin querer le pisó el pulgar, él ya había dejado de chupárselo. De manera que, en sus recuerdos, había sido en primer lugar una mujer, la abuela,

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quien lo había perturbado en la búsqueda dei placer; también se supone que fue ella quien profirió las primeras amenazas de castración. Un., recuerdo peculiar se conectaba coo la boca desdentada de la abuela: había recogido cuidâdosamenfe los clientes perdidos y los guardaba bajo su almohada. Volveré sobre esto luego, sólo diré ahora que es notable el hecho de que mi paciente careciera de incisivos superiores. Los recuerdos dei abuelo eran menos vívidos aunque los primeros fenómenos de transferencia de índole más personalizada-no los mencionados anteriormente que soo más de tipo impersonal- denotaban su figura: seguramente había sido el primer objeto narcisista de amor dei paciente. Fuerte y enérgico hasta una edad avanzada, había sido eljefe ai frente de la familia campesina y la había administrado siguiendo su propio juicio. Su presencia había incluso dejado ai padre dei paciente en la sombra, hecho que más tarde posibilitó una relación de poca perturbación, incluso de gran camaradería entre padre e hijo. En realidad el paciente se comportaba coo su padre como había visto que éste lo hacía coo el abuelo. Un recuerdo de la infancia erigía ai paciente en salvador de un nifio de seis aiíos atacado por un toro enloquecido; otro recuerdo lo evocaba jactándose de ser quesero, siempre habían dicho que él podía reconocer por el olor si un queso había sido hecho por él o por su mujer, lo que había dado lugar a jocosas referencias en la mesa. Tanto el padre como el abuelo se habían destacado por un inflexible sentido de lajusticia, que para el paciente tomó el lugar de un símbolo de hombría independiente, digna de imitación. Su punto de vista ai respecto tenía un fundamento más profundo, como ya veremos. Circunstancias económicas desafortunadas hicieron que sus padres lo enviasen, a los catorce aiíos, de aprendiz de panadero. Cuando terminó la ensefianza, emigró a la ciudad y durante algunos aiíos trabajó para distintos patrones. Una buena oportunidad determinó el primer cambio de ocupación, se hizo asistente de un químico. Pudimos comprobar que obviamente había disfrutado de ambas ocupaciones: como panadero le había gustado particularmente amasar limpiamente la masa, además, había aprendido a cocinar y preparar platos; en el laboratorio, había trabajado coo deleite entre los fluidos aromáticos y perfumados. Desertó de este trabajo por el de tranviario luego de una decepción amorosa. Maquinista durante los primeros aiíos, tuvo varios accidentes callejeros. Uno de ellos le dejó una profunda impresión porque atropelló en la oscuridad a un hombre que resultó literalmente cortado por la mitad por el tranvía. Fue más tarde que obtuvo su puesto actual de guarda de tranvía. Se casó antes de cumplir los veinticuatro afí.os coo una joven que había dejado de ver a causa de una pelea. El matrimonio no tuvo hijos a pesar de que los había deseado

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desde un primer momento. El conocimiento de estas circunstancias hizo posible un concepto más claro de su neurosis, en especial de sus puntos cruciales. Ni los suefios relatados por el paciente ni otras cuestiones apuntaban en dirección ai accidente mencionado ai principio. Además, muy pronto se produjo un desplazamiento de acento que se relacionaba con la aventura traumática; ante mi soipresa, no fue la caída dei tranvía sino la radiografia tomada en el hospital la que pasó, sin lugar a dudas y cada vez más, a primer plano. Luego se pudo comprobar que el paciente pedía, repetida y obstinadamente, nuevas radiografias buscando siempre una justificación racional de su enfermedad, por ejemplo, dei dolor en el lado izquierdo, ya que pensaba que era preciso encontrar la causa orgánica. Lo estereotipado de este deseo despertá mi sospecha y condujo a los siguientes descubrimientos: la radiografia originalmente tomada por el cirujano de guardia había sido de gran significación psíquica para el paciente. Se había visto expuesto a procedimientos extrafios, incluso había tenido que desnudarse delant~ dei médico y esto lo había dejado en estado de expectativa ansiosa; también estaban las distintas manipulaciones preliminares que le hizo el médico, tales como fijarle pequeõas bolsas de arena en las extremidades para mantenerlas quietas; cuando la lámpara se encendió y empezó su ruidoso chisporroteo, por un momento, se sintió paralizado de miedo. Rápidamente admitió que el examen en sí mismo lo había decepcionado. En su ansiedad se había convencido de que el médico intentaba llevar a cabo una operación relacionada con este examen, así fue que dijo: "quizás de pronto le clavaría algún instrumento en el lomo". Sin embargo, no fue mucho lo que pasó. Naturalmente el proceso mental asociado con esto fue por completo apartado de su conciencia y comenzó a desarrollarse de modo inconsciente. De ese modo toda esa aventura compuso un núcleo alrededor dei cual pudo cristalizar una fantasía libidinal de naturaleza homosexual pasiva. Más aún, era de suponer que el deseo de nuevas radiografias no sólo representaba una persistente tendencia instintiva e inconsciente sino que, era también, un intento de abreacción: la idea que una repetición podría, incluso a esa altura de su vida, destruir el efecto penoso y la tensión como no lo había sido en su momento. A esa altura de los acontecimientos no podía todavía formarme unjuicio seguro sobre el grado de frustración de la libido u otros factores determinantes de ese deseo. El propio análisis lo dilucidó cuando el paciente fue describiendo sus ataques de dolor incluyendo muchas particularidades nuevas. Veinticuatro horas antes de que los dolores comenzaran ya era presa de gran inquietud.

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Incidentes ordinarios que en general no lo afectaban, en ese momento, lo excitaban. Se tornaba silencioso e irritable, especialmente en su casa, mientras que habitualmente trataba a su mujer con cortesía; cuanto más inminent,e el ataque menos toleraba su cercanía y por último ni siquiera su presencia. Explica~ este e~o comportamiento, de suma importancia para la resolución de su neurosis, mediante el paralelismo que encontraba con el estar hospitalizado, puesto que allí cualquier tipo de asistencia se la proporcionaban mujeres. En particular se negó a que una enfermera le aplicase enemas, ya que le parecía imposible que esta operación la ejecutase una mujer. EI sentido dei pudor no es pretexto suficiente para explicar dei todo su comportamiento, aquí supongo también un factor pasivo-homosexual. Consideraba celosamente su enfermedad como un asunto estrictamente personal; se encolerizaba si le preguntaban cómo estaba, pude darme cuenta de esto durante el análisis. AI mismo tiempo que el cambio de humor, sufría de un tipo de constipación que no se podía tratar con ninguna droga. Siguiendo regularmente estos pródromos aparecía ai día siguiente el dolor en el costado, que iba en aumento con el transcurso de las horas ai extremo de que no podía soportar ni estar de pie, ni sentado. Incluso acostado sólo podia mantenerse en una misma posición unos pocos minutos. Tan pronto como el dolor alcanzaba su punto culminante se quedaba laxo y débil. Entonces se recostaba sobre su lado izquierdo y se aliviaba con una pequena bolsa que ubicaba debajo de la zona afectada. Algunas veces se podía dormir en esta posición durante un breve momento. Los ataques, que eran acompafiados con pérdida de la conciencia, eran precedidos por zumbidos en la cabeza y la visión se nublaba hasta ver todo negro. Luego sentía picazón en las piernas y estaba un tiempo mareado. Primero se despejaba y luego cedía la constipación. Esta descripción que ha sido transcripta casi literalmente junto con la impresionante demostración de su conducta durante el ataque que reprodujo en mi presencia, me llevó por fina una idea, que en más de una oportunidad rechacé porparecerme ridícula: si todo esto era verdad, el ataque no podia representar otra cosa que un alumbramiento. Es más, la constipación debía ser un síntoma de conversión de una alucinada gestación que habria que poner en relación estrecha con el episodio de los rayos X3• Con esto quiero significar que para el paciente era una representación irreconocible y refundida por el mecanismo de la neurosis a la que los componentes anal-eróticos aportaban un material apropiado (partus per anum). Domina la escena un persistente rasgo infantil. En respuesta a una indagación precisa sobre este punto contó el paciente que cuando teriía diez anos oyó el llanto y los gemidos de una mujer ai dar a luz. Se

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rataba de una vecina de la familia que durante dos días enteros no había podido hacer 1acer ai ni.õo hasta que finalmente el médico se vio obligado a utilizar fórceps. Tenía un rívido recuerdo de la mujer, tendida en la cama, sosteniendo sus rodillas durante los lolores; la observó durante mucho tiempo, sin hacerse notar, a través de una ventana. :reía recordar con claridad haber visto el bebé muerto y mutilado en una cubeta de nadera. El dolor en "el lomo" -una necesidad mitológica de la historia de la creación :n la que Eva es formada de la costilla de Adán-pudo, más tarde, determinarse más :strechamente por medio de una serie de experiencias. No obstante, en este punto, me reo obligado a abandonar el hilo dei relato que he tomado e interpolar, una breve lescripción, de una perturbación intestinal nerviosa que el paciente había sufrido unos Lfios atrás y, que el análisis, pone en paralelo con la reciente enfermedad. ~n el primer tiempo de su matrimonio, hace siete afios, contrajo un fuerte resfriado con nucha fiebre, en el trabajo. Conectado con esto, luego de una fastidiosa convalecencia, e sobrevino un peculiar malestar en el intestino. No fue posible establecer la exacta elación entre el resfrio y el malestar intestinal y según parece tampoco fue claro para el nédico que lo trataba en aquél entonces. La reciente enfermedad indicaba que la neurosis endía a desarrollarse en conexión con un proceso orgánico que implicase dolor. Esto ,ermitió presumir una fijación masoquista, a la que el análisis contribuyó con gran iquez.a de evidencias. ~n primer lugar sentía de repente, en medio de un viaje, la penosa necesidad de defecar rdebía abandonar su tranvía rápidamente. Por otra parte, esto lo colocaba inútilmente m dificultades; así no podía obtener un ascenso. El tratamiento médico se ajustaba a os muchos y cambiantes síntomas y quejas dei paciente; se trató todo lo que usualmente ;e.usa en los casos de malestar intestinal cuando no está claramente diagnosticado. ncluso se probó con un examen químico de los contenidos dei estómago. Este relato r un sueií.o posterior, llevaron por fina la solución de los actos sintomáticos pasajeros : ininteligibles dei comienzo dei análisis. En la fantasía dei paciente, el tubo estomacal 1abía alcanz.ado una perversa significación secundaria (como objeto defel/atio ). Su :xtraordinario comportamiento, que correspondía exactamente ai dei examen estomacal, a garganta hacia afuera, los ojos ansiosamente dilatados, era por decido así, el ;onsentimiento inconsciente a una perversión homosexual. ~sta actitud femenina hacia el médico era la clave de todos los actos sintomáticos que ,currirían más tarde en el curso de la cura. De los múltiples síntomas de la enfermedad, ;ristalizó gradualmente una obstinada constipación espástica, que reconocemos como ma manifestación histérica en sentido freudiano. Luego de varios meses, la persistencia

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de este malestar hacía peligrar su posición. Una medida harto efectiva fueron los supositorios que por prescripción médica le eran introducidos en el recto. En aquel entonces el paciente estaba sumamente satisfecho con este tratamiento. La conexión de esta histeria mono-sintomática espontáneamenti· evaporada, respecto de las condiciones de vida en ese momento, revelan la cuestión aún con mayor claridad. Le ocurrieron cosas en el trabajo, fundamentalmente que atropelló a unos transeúntes, entre ellos a un nifio que afortunadamente cayó en el dispositivo de seguridad4• Estos acontecimientos lo preocuparon en gran medida, y ya estaba pensando en otro cambio de ocupación. Las circunstancias de su matrimonio aportaron importantes motivos para su enfermedad; como ya lo seõalara, no se unieron sin trastomos. No mucho tiempo antes se había enterado accidentalmente de la existencia de un hijo ilegítimo. El paciente se sintió profundamente herido por la deslealtad de su novia y por la falta de confianz.a en él; con la criatura, una niõa, se conformó con mayor rapidez y pronto la trajo a vivircon ellos. Sin embargo, se sintió luego defraudado-la constelación. de los celos, con el obvio interés en el seductor- y rompió la relación que habían empezado. Luego de varios meses él mismo propuso un acuerdo amigable. Sus padres no asistieron a la boda, lo que lamentaba con aflicción. Coincidió que el padre estaba enfermo y su madre acababa de dar a luz a su hermana menor. Los frecuentes embarazos de la madre están relacionados, como lo veremos, con sus deseos erótico-anales infantiles, de donde es posible pensar que también esta vez el instinto reprimido se vio reforzado por una coyuntura favorable, a saber el nacimiento de su hermana. Habiéndose embarcado en un casamiento en circunstancias tan modestas, se hacía necesario vivir económicamente, aunque siguiendo los pasos de sus padres, luchó desde el primer día por poseer un hogar bien establecido. Aquí interviene su sistematización. Todo debía hacerse de manera apropiada y ordenadamente: primero establecerse y luego aumentar la familia. Por este motivo, la satisfacción de su más ardiente deseo --el de tener un hijo- debía posponerse a toda costa. Este es el momento de examinar este deseo detenidamente: sólo puede sostenerse por un intenso amor narcisista pues en su fantasía siempre consideró tener, exclusivamente, hijos varones. La concurrencia de las circunstancias expuestas, que ya aparecerán definidas y determinadas más claramente en relación al todo y, especialmente, el frustrado deseo del paciente enraizado en el tono emocional de fantasías infantiles, es suficiente para explicar la constipación nerviosa; en vista de todo esto, sólo puede tener un sentido: el niõo esperado no ha de llegar por ahora. La ecuación niõo igual heces, que es natural

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en el pensamiento inconsciente5 fue frecuentemente demostrado en este caso mediante suefios. Nuestro paciente no sabía entonces que se veria impedido de satisfacer su deseo hasta la actualidad. Volvamos ahora ai síntoma principal de la neurosis, el dolor en la espalda, etiología que describí como determinada por un conjunto de experiencias. Diferiré la consideración de su fundamento, que debe buscarse en fantasías erótico-anales, hasta que llegue a las circunstancias de la nifiez. Quiz.ás éstas, que estuvieron implicadas en una masiva fijación, junto con la escena observada a los diez afios, sean suficientes para dirigir la lábil sexualidad dei paciente hacia la neurosis. Otros acontecimientos, que en virtud de su disposición innata, el sujeto consideraba como traumas dieron la clave. Una vez fue perseguido por su abuelo, porque había cometido una travesura. El echó a correr y el abuelo corrió tras él hasta que, finalmente, lo alcanzó. Quedó menos impresionado por la paliza que recibió que por las vigorosas piernas dei anciano. La persecución y la puntada en el costado que siguió a la carrera están íntimamente ligadas en el recuerdo. Una escena parecida, pero menos divertida, tuvo lugar más tarde, cuando tenía nueve afios: quiso la mala suerte que le rompiera dos dientes a una nifia pequena con una honda. El enfadado padre fue a castigarlo por su fechoría y él escapó aterrorizado, a través dei campo, hasta que no pudo más y, exhausto y medio inconsciente, se topó con su perseguidor. El recuerdo de su temor ai ser perseguido por un hombre se combinó con una experiencia de los quince afios aparentemente desconectada pero que alcanzó más tarde, cuando el episodio de la radiografia, enorme importancia: enfermó de difteria y el médico que lo trataba le puso una inyección de antitoxina en el lado izquierdo6• La posterior fantasía desiderativa homosexual se superpuso a este estímulo real. Se infiere, sin ninguna duda, que ai tratar con fuerzas psíquicas que surgieron en la prueba de rayos X, el paciente se vio gravemente impedido en su adaptabilidad mental por un "complejo de alta sensibilidad" que se desarrolló a partir de las experiencias descritas. Es en este grupo que podemos reconocer las causas inmediatas de excitación de la neurosis. La persistencia latente, a los quince afios, dei factor instintivo erótico-anal indebidamente desarrollado queda confirmada por un recuerdo peculiar: no podía defecar ai aire libre a pesar de que esto era lo acostumbrado en los círculos a los que pertenecía Además dei exhibicionismo reprimido, se puede ver claramente su reacción contra su homosexualidad pasiva7• Por otro lado, el hecho de que el onanismo fuera practicado transitoriamente y abandonado con facilidad durante la pubertad, habla en favor de otras tendencias instintivas importantes en la nifiez.

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Sinteticemos los resultados dei análisis hasta este punto: Uevan a la inevitable conclusión que el episodio de los rayos X materialmente perturbó el equilibrio de las tendencias libidinosas dei paciente. ,. , La cuestión parecería estar completamente explfoada, sin embargo quedan aún pendientes dos cuestiones de suma importancia. Respecto a la primera, la fantasía desiderativa activada por la neurosis, varios indicios refuerzan la idea de un embarazo alucinado (histérico) ai que se asocian, durante el ataque, representaciones de parto. En cuanto a la segunda, sospechamos fundamentalmente, por nuestra comprensión dei carácter dei paciente, que las tendencias erótico-anales juegan un papel. Fueron estas las que constituyeron la forma de su neurosis, por ejemplo en la determinación de la fantasía de deseo. Conclusiones decisivas sobre estos dos tópicos, que continuamente se interrelacionan y suplementan, sólo se pueden alcanz.ar indagando las condiciones de su vida infantil. El material relevante, como en todo análisis, no fue obtenido de pronto en un sólo momento, sino que más bien se fue acumulando en distintos momentos, ya sea a través de recuerdos que a veces se producían enforma espontánea, otras veces mediante una cuidadosa reinterpretación. El logro esencial dei análisis está comprometido en este trabajo por medio de la dilucidación teórica y terapéutica en el vencimiento de las resistencias concernidas. Parte II Se destaca un recuerdo en la historia infantil dei paciente; es una aventura inusual y como tal ejerció una influencia en su vida posterior. El episodio, que nunca eludió dei todo la conciencia, tuvo una temprana aparición en el curso dei tratamiento. La hace importante, aparte dei contenido, la intensidad inusitada y la precisión de cada detalle, a pesar de que el paciente contaba apenas tres afios cuando ocurrió8• Encontraste con otras experiencias que durante el tratamiento psicoanalítico son recordadas repetidamente, pero que sólo s~ hacen discernibles en reproducciones tardías, ésta fue presentada desde el primer momento sin vacíos ni lagunas y tomó superfluo el posterior proceso de su clarificación. Sostengo que es esta misma circunstancia la que muestra la preeminencia de su significación en la vida mental dei paciente. Sucedió así: su padre había salido y éljugaba en la cocina donde su madre daba de mamar a su hermano menor, que en aquel entonces tenía nueve meses. Ella estaba sentada frente a una mesa donde había todavía restos dei desayuno. Mientras jugaba vio un trozo de pan que su padre había dejado y se estiró para cogerlo aferrándose

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innemente a un extremo de la mesa molestando, quizás, a su madre que se encontraba 1bsorbida en sus pensamientos. Le gritó enojada y como probablemente el nino no iesistía en su intento ella tomó un cuchillo de pan que estaba cerca y se lo arrojó. Su 1cto no premeditado tuvo buena puntería: la hoja traspasó el pequeno sombrero de :elpa sin ala (la típica cofia de los nifios campesinos de Ht.mgría) y le atravesó la piei de .a frente en el lado derecho. El se echó a llorar a gritos pero su madre, también 1orrorizada por su acto involuntario se precipitó sobre él, retiró el cuchillo de la herida ~ue lavó rápidamente y llevó ai nifio lloroso hacia la habitación donde, como lo recuerda ~cm exactitud, lo acostó transversalmente a los pies de la cama9• Mientras el nifio se iba ~almando gradualmente, la madre cogió el pequeno sombrero que presentaba la :asgadura hecha por el cuchillo y cosió la parte estropeada con hilo rojo, es así como .o recuerda hasta el día de hoy. A pedido de su madre, no contó lo sucedido ai padre, ~ue nunca se enteró de nada. Llevó el sombrero remendado por largo tiempo. Los efectos de este episodio pueden rastrearse en muchas direcciones y como insólita !xperiencia de la infancia a menudo lleva a las más importantes orientaciones durante el ~urso dei análisis. En primer lugar, es posible suponer que fija un término ai breve ,eriodo de la masturbación infantil 10 y más tarde tenderá a involucrarse en sus !xperiencias de castración. Es más, encontramos en lo antedicho que la primera amenaza procedió de la abuela, a ~uien él atribuye la renuncia a la libido oral. En este episodio, la mujer aparece por ,egunda vez como perturbadora dei placer sexual. Quizás en otro campo los efectos ,síquicos dei episodio fueron más profundos y persistentes. Se estableció sin ninguna :iuda que la masculinidad narcisista dei paciente fue precozmente estimulada por la 1erida en la cabeza. Esto no debe ser considerado como una predisposición innata, ~mo lo es el erotismo anal que pronto sobrevendrá, sino más bien un motivo accidental, ~ue sin embargo deviene responsable de la primera fijación de la libido en el desarrollo jel paciente11 • Ello se infiere por una cantidad de diversos atributos eróticos y rasgos je carácter en la situación actual dei paciente. Para completar los introduciré aquí. El paciente, un hombre vigoroso, de sano juicio ~n ideas e intereses esclarecidos, se oponía enfáticamente a cualquier esfuerzo tendiente 1 la ernancipación de las mujeres, cuyas actividades queria ver limitadas estrictamente 1 lo doméstico. Con fervor negaba cualquier sentirniento de justicia a las mujeres, los mismos que cuando ni.iío había venerado en su padre y en su abuelo-- o incluso :apacidad para la educación. Entre paréntesis, él mismo podía aportar evidencia a este iíltimo punto, pues en vano había tratado de educar a la hija ilegítima de su mujer, así

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como a su hermana menor, cuyo nacimiento había coincidido con su primera enfermedad neurótica (ver más arriba). ' Atribuía los malos resultados de sus esfuerzos, no alsu propia Gnpaciencia respecto a cualquier criatura femenina, sino a la supuesta inferioridad de éstas. La preocupación por alguna idea o enfermedad, eran siempre oportunidades propicias para mantener a distancia a su esposa, tampoco le permitía saber nada sobre su incesante elucubración de planes y proyectos. Ya ha sjdo establecido que su deseo de un vástago varón estaba determinado por su narcisismo. Otros vestigios del potente narcisismo infantil, se perfilan como evidentes fantasías paranoicas, que sin embargo sólo dieron indicaciones evanescentes y demostraron ser muy variables. De estas ya mencioné los celos. Se referían no sólo a la anterior aventura amorosa de su mujer, sino que se convirtieron en enganosas fantasías de su posible infidelidad sólo reparable mediante el asesinato del ex amante. Seguramente estas fantasías se inscriben como nuevas ediciones de las que en la infancia aludían al padre y la madre. Como indicio puede servir su actitud celosa respecto de lahermanamayor. En este sentido también, hay que mencionar la agresividad que en repetidas ocasiones aparece en sus suefios como una habilidad para el debate. Un curioso episodio parece reforzar esto. Cuando manejaba el tranvía, creyó una vez que un hombre mayor de aspecto imponente, que viajaba diariamente con él y siempre le daba una pequena propina cuando recogía el boleto, esperaba de él un comportamiento servil. Ni bien se le ocurrió la idea, de mal modo devolvió la propina ai viajero y le dio a entender que nada tenía que esperar de él. Es interesante que algunos días más tarde, a partir de una especie de conversación y reconciliación entre ellos llevó luego a una relación amistosa. El paciente fue en parte responsable de este cambio y posteriormente hasta disfrutó siendo amable con el hombre mayor. Por lo que es evidente una cierta maleabilidad dei narcisismo dei paciente y conduce a la presunción provisoria de que otro potente impulso fue necesario para su disolución. Es más, había muchos otros modos de expresión o, más bien de regulaciones, de su consolidado narcisismo. Esto se hizo evidente en relación a un importante suefio, en el que una fantasía de salvamento involucraba a personajes notables. El suefio incluía una escena en la que una ciudad se incendiaba y, en medio dei tremendo cataclismo él rescataba, de una casa en llamas, a un miembro importante del ayuntamiento quien, como agradecimiento por haberlo salvado, le aconsejaba resignación por su vida sin sentido 12 • Un hombre con dotes naturales similares a las dei paciente pero con un intelecto más agudo y 1.mrango más influyente, habría seguramente alcanzado una posición más destacada y provechosa en la vida. Tales fantasías heroicas, que disociadas de la

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realidad persisten sin embargo en la imaginación, pueden siempre remitirse ai primer :>bjeto de amor, el abuelo, quién una vez rescató ai nino de un toro demente. En la reverberación dei narcisismo, esta aventura se transforma en su opuesto. Otro grupo de fantasías tenía que ver con la aversión bacia las mujeres en el proceso ie reproducción, que lo hacía reaccionar de manera similar a la de los autores de la historia dei Antiguo Testamento. Nunca pudo reconciliarse con la idea de que la Naturaleza hubiera dejado la importante tarea de construcción y transporte dei cuerpo iel bebé enteramente a la mujer. Se estaba acercando ai complejo principal de su neurosis. Un paso más entales fantasías y tenemos la creencia en la auto-creación que, sin duda, estaba presente. No ha sido posible presentar este informe sobre el narcisismo del paciente de manera más coherente pues, en este sentido, el análisis en vez de conclusiones decisivas, finales, llega a sugestiónes aisladas y desconectadas. También porque el equilibrio psíquico dei paciente no le permitía trascender ese estadio dei desarrollo. Máxime teniendo en cuenta que, como regia, las fantasías de salvamento y auto-creación no se asocian con el síndrome de la histeria sino que pertenecen a los complejos de las psicosis. Aunque el caso tratado pueda parecer extrafio respecto de las zonas dei sentimiento que han ganado conocimiento, obtendremos una mayor comprensión comparándolo con casos que pertenecen ai territorio de la psiquiatria. En la literatura psicoanalítica encontramos la descripción de un típico caso que puede citarse como un ejemplo para comparar. Me refiero ai caso que ha sido decisivo para determinar la etiología de la paranoia, el caso dei Presidente dei Senado Schreber13 • Allí encontramos planteado, sin miramientos ni inhibición y llamadas por su nombre, esas repelentes fantasías ajenas a la conciencia, que hacen aflorar la neurosis dei paciente y que sólo pueden ser desenterradas con mucho trabajo; tales como la transmutación en mujer y la fertilización por los rayos divinos. Enfatizaré con Freud, que el análisis no contribuyó en modo alguno a esas fantasías, que deben ser consideradas como una constelación psíquica sui generis y que se encuentran en el propio relato de Schreber sobre su enfermedad. La diferencia debe buscarse en los mecanismos de los distintos tipos de enfermedad: mientras que los síntomas de la histeria se forman exclusivamente desde la conciencia, en la paranoia en cambio, los procesos enfermos invaden la conciencia bajo la forma de alucinaciones y delirios. En el caso Schreber, una firme adhesión sentimental ai padre y la ausencia de hijos en su matrimonio, reanimaron los procesos psicóticos de inversión de sexo; también en

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este caso, por lo tanto, lo más importante dei contenido inconsciente está escondido. Nuevamente llamaré la atención sobre la trascendente analogía que en ambos casos se ' el erofismo anal-, pero que obtiene de las circunstancias infantiles--en particiílar aquí no puedo desarrollar. A pesar de la rareza dei caso que nos ocupa, éste ha sido enfocado en su propia y peculiar perspectiva, por lo que seguramente puede resultar más rápidamente creíble14• El narcisismo dei paciente tomó parte en la peculiar estructura de sus suefíos y revela, por ese medio, una constante preocupación por la propia persona, así como por determinados procesos internos. Fundamentalmente, se reconocen allí sus temores hipocondríacos. Sin embargo, enfatizaria que ninguno de estos rasgos narcisistas conforma características demasiado prominentes aunque su fuerte basamento pudo establecerse en la observación. Pero podremos luego descubrir porqué estas hipotéticas derivaciones, sufren luego desviaciones. Vuelvo ahora al elemento de disposición de esta polifacética neurosis, esto encobre su verdadera formación: es el componente instintivo erótico-anal cuyo enorme desarrollo fue develado paso a paso por el análisis. Por eso fue que la reversión de la libido resultó disociada de su objeto y, formó así el grupo de síntomas histéricos con los que estamos familiarizados. AI comienzo, tal vez directamente después de la abrupta reducción. de la libido oral, la que sin embargo como veremos todavía exigía tributo, apareció el erotismo anal en la modalidad de un marcado deleite por la excreción. Aunque el recuerdo se detiene en este punto, es posible dar por establecido que el impulso buscó primero satisfacción en el acto de defecación, sobre todo si consideramos la perturbación intestinal de siete afíos atrás, que se solucionó enforma espontánea. Tenemos evidencia indirecta de esto por varios rasgos de carácter que ya se comentaron. A continuación describiré dos, cuya presencia no me fue posible descubrir en la literatura psicoanalítica y que ruego sean interpolados en el lugar debido, el excelente ensayo de Emest Jones, "Los rasgos de,.carácter erótico-anafes". EI paciente evidenció una actitud peculiar respecto dei tiempo que excedía los límites racionales. No sólo era preciso y puntual, aprovechando así cada momento disponible, sino que mostraba inclinación por hacer dos cosas ai mismo tiempo: leer mientras comía, o en el bafío, o concentrado en pensar mientras caminaba, etc. Este típico rasgo, que podría nombrarse, a partir de la historia, como la peculiaridad de César, puede rastrearse directamente desde la tendencia placentera del nifio a realizar operaciones grandes y pequefías en forma simultánea. Y en realidad, en este caso, el erotismo uretral puede coexistir con el erotismo anal.

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Más adelante volveré sobre esta característica y su relación con el análisis de sus fantasías de muerte. Él asociaba esta característica -hacer dos cosas al mismo tiempo-- con el impulso urgente de realizar "completamente" cualquier cosa que emprendía, de donde sobrevenía un comportamiento cabalmente viril y efectivo. Este último rasgo también explica su fuerte inclinación a "completar", por ejemplo, cosas sin usar tales como ropas. Las personas de este tipo se avergüenzan, por ejemplo, por llevar ropa remendada. El interés voluptuoso en el acto de la defecación, fue posteriormente mayormente asimilado y elaborado entre las peculiaridades del carácter antes que en los excrementos mismos, que por lo contrario indicarían más la inercia de la libido. Varios recuerdos aparecen en relación a esto. En su origen, los excrementos se toman objetos exquisitos para mirar, su verdadero valor proviene de su atribución como parte del cuerpo. Se trata del estadio auto-erótico del componente de este instinto, en el que pocas asociaciones tienen influencia. Se tiene la impresión de que la injuria hacia su cabeza, que luego fue seguida por un marcado aumento dei erotismo anal, determinó en parte su alejamiento de la madre, como también en parte, por las preguntas sobre la sexualidad que pronto tuvieron lugar. Todas sus fantasías y experiencias infantiles estaban agrupadas en tomo a este impulso, el cual a manera de imán, atraía todas las actividades psíquicas en su esfera de influencia La curiosidad sexual era dirigida en primera instancia hacia los frecuentes embarazos y partos de la madre y, como consecuencia de la masividad de sus tendencias, se encontró con la fantasía infantil de identificar el nino a las heces. Esta fantasía está, hasta la actualidad, estrechamente vinculada, en el recuerdo dei paciente, con la fantasía que liga la concepción de fertilidad a las heces, en realidad, de un modo que yo llamaría, "complejo de semilla" (Fruchtkerncomplex) 15 • Un pasatiempo favorito consistía en examinar sus excrementos, incluso de adulto, para ver si alguna semilla o carozo hubiese quedado entremezclado. Anotaba los lugares en los que había arrojado excrementos y en una oportunidad, para su gran sorpresa, descubrió un brote que había germinado de un carozo de cereza durante la primavera. Le asombraba que aquello todavía pudiera crecer después dei intenso calor que imaginaba había padecido en los intestinos 16• Desde entonces, había adquirido el hábito de comer la fruta con su carozo hasta que a los dieciséis afios, cuando sufrió un desafortunado accidente, la aguda punta de un carozo de ciruela le hirió el recto mientras defecaba. El episodio dei carozo de cereza no fue un caso aislado, en el patio de la granja familiar había un árbol que creció gracias a un incidente similar y su padre en broma lo llamaba "el asqueroso ciruelo". Algunos afios más tarde leyó en una carta la noticia de que su familia se vio obligada a derribar ese árbol. La significación dei complejo

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de semilla era evidente además en otras cuestiones. Así, por ejemplo, en la preparación del dulce de ciruela cocinaba los carozos con lo de:qiás, de manera tal que se notaran en el producto terminado. Tambiénjuntaba carozoSlde darnas!o, que secaba y pelaba luego de abridos en agua caliente, a finde poder disfrutar de contemplarlos durante el curso dei inviemo. Además, conoce una cantidad de recetas y goza jugando con el arte culinario-erotismo anal e identificación con la madre17• Un raro incidente, mepennitió descubrir cuán poderosa influencia continuaba ejerciendo este complejo en su experiencia mental. Me acompafiaba durante un pequeno trecho en plena estación de las cerezas, cuando percibí que mientras hablaba o escuchabadiscutíamos acerca de un tema que le interesaba- se desviaba de continuo bacia la derecha o bacia la izquierda con el finde pisar carozos de cereza tirados en la calle. Le hice reparar en lo simbólico de su acción y me contó que era un hábito de muchos afios y se jactó de lo dificil que era para un carozo escapar a su ojo avezado. Esta actividad no le impedía ocuparse de otras cosas al mismo tiempo-recordar su capacidad tipo "César" descripta anteriormente. Dio como razón que una vez había resbalado sobre un carozo y queria por lo tanto evitar un accidente similar. Bajo esta racionalización se encontraban sus fantasías infantiles de deseo de muerte de sus hermanos y hermanas que el acto simbólico reveló: en sus pensamientos inconscientes, los carozos eran niiíos pequenos. Esta hostilidad se reveló abiertamente a los seis anos, cuando nació su hermana El paciente podía recordarperfectamente las inmensas expectativas que habían rodeado su llegada. Además la idea de niiíos muertos puede encontrarse en sus suenos como símbolos fecales 18 • En este sentido, puedo mencionar el complejo de flatulencia dei paciente que coexistia con impulsos coprofilicos. Aunque su influencia no fuera tan decisiva como senala Emest Jones para los casos de neurosis obsesiva19 • Sin embargo, tenían una presencia marcada. Podría rastreársela hasta el abuelo, que en este sentido carecía de escrúpulos y suscitó en el nino la respetuosa creencia de que tal comportamiento era un privilegio deljefe de familia: cuando el abuelo "ventoseaba", el niiío blasfemaba en broma diciendo "jahora vete al diablo!" A su vez, cuando quien se comportaba tontamente era el niiío, el abuelo se dirigía a él de un modo parecido, con una suave imprecación. Es posible reconocer este complejo más tarde en su vida en ocasiones fortuitas: cuando iba a la escuelajuntaba dinero con ansiedad para poder comprarse un trencito de vapor. El complejo toma el modo de una formación reactiva como temor a los truenos y rayos (Brontefobia). Más tarde, se expresó como interés en el tiempo y sus cambios. Senalé en relación a las fantasías de rescate-el sueno dei incendio- que el paciente imaginaba que poseía un cierto talento profético que se puede rápidamente vincular

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con el complejo de flatulencia. Daba siempre como segura evidencia en su favor el hecho de que siempre sabía con exactitud cuándo vendría un huésped-huésped = nino= heces = flatulencia. Acompaiíaba el erotismo anal, un sentido dei olfato igualmente placentero. Todavía no había aparecido ninguna reacción en fonna de hipersensibilidad a los perfumes en relación a su extendido desarrollo infantil. Los excrementos nunca le perturbaron, aunque el olor de una res muerta podía hacerle perder el apetito. Percibía el olor de los cuerpos muertos incluso fuera de su casa, o si por casualidad se hallaban en la proximidad de ciertos lugares. A través de los buenos oficias de un amigo, pudo visitar el recinto donde se practicaban autopsias y vio cómo se realizaba una incisión en el cadáver de una mujer: entre otras cosas habían dividido en dos la adiposa pared abdominal. Luego durante dos afias fue incapaz de saborear un bife y evitaba el cordero por lo fuerte de su olor. Para completar procederé ahora con las revelaciones analíticas que consideran las tendencias sádicas dei paciente suplementando los ocasionales ejemplos ya comentados. Éstas eran de un desarrollo tan poderoso que se emplearon dos métodos en el proc~so de su adaptación; una parte fue transformada en masoquismo -el Ego como objeto dei impulso sádico-y resultó vinculada, como ya es habitual, con importantes complejos erótico-anales en modo pasivo. Sin embargo, una parte no menos significativa no pudo aprovechar esta salida y persistió activamente a modo de piedad, una formación reactiva contra la pulsión20• Esto contribuyó como un factor importante en la primem enfennedad neurótica, siete afias atrás. Era por entonces incapaz de soportar la visión de una persona atropellada; encuentra intolerable ver morir animales, y en especial su mirada desfalleciente, así también como a gente torturada por el dolor -el recuerdo dei alumbramiento que observó cuando nifi.o. Esto no concluye el informe de la esfera de las tendencias erótico-anales, sin embargo, fue considerable su aporte en relación a un órgano que tiene una respuesta inherente a esta cuestión: la boca. Sus fantasías que indicaban una fijación oral libidinosa sugerían no sólo una extensa y sorprendente distribución, sino que también era posible interpretarias desde varias aspectos; su introducción crítica dentro dei esquema general :ie la neurosis causó no pocos problemas. La fantasía de embarazo sirvió como una :;efi.al. Cuando apenas tenía cinco afias apareció una curiosa inhibición selectiva dei apetito, referida especialmente a las comidas con fuerte olor, que persiste hasta la actualidad. Por ejemplo, las cebollas. No las podía soportar de ninguna manera y si por casualidad un pequefio trozo de cebolla entraba en contacto con sus encías, reaccionaba violentamente a la par que era víctima de arcadas. Sólo pude entender

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este irresistible disgusto cuando oí dónde ponía el paciente el énfasis ai contado. La versión literal húngara para la planta es "cebolla-semilJa" (hagymacsir). Evidentemente, la noción de algo vivo que incluye este conceptó, tenía un poderoso efecto en Ia formación de su idiosincrasia. Su fundamento inconsciente parecía ser una fantasía infantil de fertilización oral, que siempre se encuentra completando las teorias de nacimiento anal. Es en este sentido, por lo tanto, que debe tomarse la creencia dei paciente de que su enfermedad se originó por haber tragado algo de mal sabor o nocivo-una esquirla de esmalte de un cucharón. Teme, además, ser envenenadoun suefio simbólico de embarazo: en uno de sus suefios un hongo,jimgus, aparece como símbolo dei pene. Un afio después dei comienzo de su aversión bacia las cebollas, descubrió que poseía una habilidad peculiar, que una de las funciones de su estómago era la de poder rumiar. Podía con facilidad tragarse botones o pequenas canicas, como las que usan los nifios parajugar, que luego hacía regurgitar en su boca. Después de una comida satisfactoria podía incluso devolver trozos de carne que había engullido-trozo por trozo--, con el fm de volver a masticarlos. El agua que había bebido podía volver a resurgir como un chorro. Estas inclinaciones infantiles que escondían tendencias a la coprofagia-los botones y las canicas son símbolos exquisitos de las heces--, muestran también cómo un erotismo anal increíblemente generalizado ha transformado la zona oral en una cloaca secundaria21 • Sólo después de que todas estas cosas se esclarecieran, llegué a explicarme algo que el paciente me había comunicado tiempo atrás. El había contado cómo, durante los primeros meses de su enfermedad había decidido, sin pensarlo mucho, extraerse uno por uno los incisivos superiores, pues no podía tolerar su mal olor. Pero durante el procedimiento se desmayó de dolor. Vagamente presentí que estos desmayos estaban casualmente relacionados con Ias repetidas pérdidas de conciencia que seguían ai dolor en la espalda, pero no podía ai principio encontrar el hilo conductor en medio de la con:fusión de quejas, recuerdos e interpretaciones. Aquí también, la dominante fantasía de embarazo fue un factordecisivo. La extracción de los dientes, conocido símbolo de parto en los suefios de mujeres, debe haber tenido el mismo significado en este caso; el alumbramiento por medio de forceps que observó de nifio, contribuyó como idea22 • AI comienzo de su histeria, por tanto, el paciente trató de librarse él mismo de sus fantasias mediante un sacrificio oral: la extracción de los dientes, además iba a ser un sustituto de la operación que, equivocadamente había anticipado, en el episodio en la sala de radiografias, procurando una salida ai concomitante retomo de la libido. Pero la neurosis fue más fuerte y encontrá aquí, otro motivo para su establecimiento. Interesa sefialar la dirección que tomó, ya

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que primero alcanz.a expresión transitoria en su modo primordial. Es así que el concepto arcaico de alwnbramiento oral está vívidamente representado en la historia bíblica por Jonás, en la que el héroe surge de una ballena. Cuando describí la fase introductoria dei tratamiento, enfaticé uno de los rasgos de carácter dei paciente, que por ese entonces no podía explicar. Voy a interpolar ahora la explicación en el punto en que el rasgo se hizo inteligible para mí. La resistencia que tarde o temprano aparece en todo análisis, como una consecuencia inevitable dei tratamiento está enraizada en causas que varían según el caso y deben por lo tanto resolverse independientemente, cada vez. El factor de resistencia que surge dei tipo de enfermedad es a menudo suficientemente equilibrado por la buena voluntad de los pacientes que perciben lo serio e insoportable de su enfermedad. Si una provocación se presenta es importante reconocerla y seguiria muy de cerca. Sin embargo, existe un estilo particular de resistencia que debe considerarse como constitutiva y que a pesar de la íntima relación con el caso en cuestión, merece que sele otorgue un interés independiente. Aparece en una edad más temprana que la enfermedad y juega un papel importante en la vida de todo individuo sano. El comportamiento de nuestro paciente era especialmente reservado y como surge dei trasfondo, esto provocó más de un problema en el análisis. Siempre parecía estar relacionado con las tendencias erótico-anales y finalmente esta asociación demostró ser muy estrecha. Es preciso considerar el gran esfuerzo que debe dedicarse a la educación, en especial dei esfinter anal de todo nifío; uno debe admitir entonces que una constelación psíquica puede muy bien surgir como reacción frente a este músculo oclusivo de la actividad placentera. La consecuencia es su decadenciajunto al infantilismo y su energía dependerá exactamente de la fuente. En un agudo estudio, Ernest Jones23 estableció la relación entre la capacidad de odiar y la temprana y fo17.ada conquista dei control de esfinteres. Sin tratar de profundizar en esta significante relación que nos lleva hacia la patología, creo que cuando describimos un comportamiento con la palabra "reservado" (Verschlossenheit) revelamos esa relación. El ejemplo dei paciente es particularmente instructivo en este sentido en vista dei modo en el que encontramos que los mecánicos procesos de defecación se transmutaron en rasgos de carácter. No pretendo proseguir esta conexión aquí, de manera que no argwnentaré sobre el problema psicológico de esta conducta reservada. Mencionaré sin embargo que esta ::aracterística se sitúa por encima de varias con:figuraciones erótico-anales, en cuanto a mportancia y extensión, es más proclive al cambio y admite una mayor maleabilidad en

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la vida adulta que las otras. No sólo abarca a su opuesto y a toda la serie de paso: intermedios, sino que también se relaciona estrech~mente con importantes caractere: mentales. Podemos reconocer el orgullo, la modéstia, la tihlidez, el rencor, com, variedades dei comportamiento reservado, en relación con los cuales, es posible formula el correspondiente tipo patológico24 • La simulación dei paranoico, es probablementc un derivado patológico dei comportamiento reservado. Vuelvo una vez más ai papel relevante que jugó el erotismo anal en el caso que nrn ocupa ya que su relación, con los otros componentes dei instinto, es notable en relaciór a una particular circunstancia, favoreció hasta cierto punto en su cooperación y er dirigir el complemento libidinoso ai que podía contribuir. Resumiré en pocas frases lc que fue previamente dicho. El instinto oral fue rastreado hasta un estadio en el que se hiciera más comprensibl~ desde un punto de vista :filogenético. El "voyeurismo" se vinculaba totalmente ai objete erótico-anal, así como el exhibicionismo cuya presencia fue demostrada porun recuerdc de la pubertad: lo avergonzaba defecar al aire libre. El componente olfativo apenas necesita ser mencionado ya que su asociación con esto es casi universal. Incluso el erotismo uretra! se relaciona de cerca con su socio en los deleites excretorios. Finalmente, encontramos que la expresión dei sadismo se moldeó entorno al erotismo anal, en parte por inversión, como masoquismo, en parte como formación reactiva, como piedad Como consecuencia de su preeminencia el instinto erótico-anal afectaba irremisiblemente a los otros. El caso es modelo de penetración de los instintos individuales por un componente instintivo predominante, presente en toda neurosis y que determina la configuración dei carácter infantil. Este proceso dinámico es de importancia respecto a la fase narcisista en el desarrollo de la libido. Freud sostiene que en ese estadio, todos los componentes instintivos ya han alcanz.ado la elección dei objeto, aunque el objeto, todavía coincide con el Ego 2s. Si ahora, como en el caso de nuestro paciente, el componente erótico-anal conserva desde el principio hasta el fin su excesiva importancia, puede incluso con sólo una apropiada disposición que aquí se vio reforzada por la herida en la cabeza, impedir el paso normal más aliá dei narcisismo. Hemos sido testigos de eso. Pareceria que todo el proceso no se limita solamente a este caso, sino que es típico si interpolamos un componente erótico-anal-sádico en el penúltimo estadio dei desarrollo, haciendo de intermedio entre el estadio narcisista y el genital26 • Todo tiende a mostrar cuán significante es el erotismo anal en el desarrollo general de la mentalidad. Toda neurosis o histeria, puede considerarse como un intento de enfrentamiento autoerótico con ideas que se han hecho inaccesibles a la conciencia debido a su

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disociación de la realidad27 • En nuestro paciente toman la forma de fantasías de deseo homosexual y podemos inferir de sus consecuencias, el grupo de síntomas de la enfermedad, que el componente erótico-anal que pudo contribuir a la asimilación de tales deseos, también permaneció bajo el influjo dei narcisismo. El antagonismo, que en definitiva es el antagonismo entre la libido y el Ego, repercute en otra dirección, la dei complejo de castración. Podemos inferir a priori, que el deseo pasivo homosexual en una neurosis, sólo se realiz.a cuando se adapta ai narcisismo dei individuo. l,De qué manera entonces, sobreviene la renuncia ai pene y a la masculinidad? Durante mucho tiempo se supuso que tenía que ver con la cooperación constitucionalmente determinada dei erotismo anal. En un trabajo muy importante28 Freud sefialó las características fundamentales dei mecanismo. Es ante todo el interés por las heces -heces = la prirnera "parte dei cuerpo" a la que se debe ren\lllciar-, que luego se ve transferido ai pene. Si el primero fue muy poderoso, es capaz por él mismo-a través de distintas impresiones, entre las que se incluy~ la amenaza de castración-, que se llegue a la idea de que el pene es igualmente algo separable dei cuerpo. Esta idea adquiere certe7.a directamente de la investigación sexual infantil que lleva a descubrir que la mujer carece de pene. Nuestro paciente pudo haber descubierto esto cuando tenía seis anos de edad ai nacer su hermana mayor. Si tenemos en cuenta su preocupación con fantasías erótico-anales comunes en la época, podemos inferir que los pensamientos absolutamente típicos, antes descritos, adiestraron sumente. Quisiera llamar la atención sobre dos hechos que percibí en el tratamiento analítico de este sujeto. No es casualidad que determinados símbolos de las heces, sean a la vez símbolos de castración-tales como ufias, pelo, dientes-y esta circunstancia por sí misma, revela que hay poderosas influencias comunes enjuego. Todavía más importante me parece el segundo hecho, a comprobar en todos los casos de homosexualidad pasiva inconsciente: no hay indicación de reacción psíquica alguna contra la temida castración y uno tiene la impresión de que se adaptan fácilmente a la posibilidad de la pérdida dei pene. Una vez más se debe imputar este resultado ai excesivo poder de la tendencia erótico-anal, que tiende a apoderarse de una experiencia con efectos traumáticos en la mente dei nifio y elaboraria en esa dirección. Por lo que, en general, la cuestión dei auto-erotismo en la nifiez, no sólo es preparatoria sino constructiva, en su sentido más amplio. No concluiria la discusión sobre el síntoma-complejo erótico-anal sin mencionar los típicos suefios dei paciente, los cuales proveen una materia a veces dificil, pero siempre valiosa. AI igual que los otros síntomas, aparecieron como expresiones de una capa

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casi inaccesible dei inconsciente y su interpretación, en la medida de lo que fue posible, encontró violenta resistencia e incredulidad. Sus suefíqs eran extraordinariamente pulidos y bien proporcionados y los atribuyo a una habilidad qinata en la ~roducción de fantasías. Excelentes expositores de cuentos de hadas, el abuelo y el padre dei paciente, atesoraron y transmitieron a la generación siguiente lo mejor dei folklore húngaro. Y esto quizás explique porqué más de un símbolo jugó un papel importante, no sólo en los suefíos, sino también en los otros productos inconscientes, como el simbolismo de la semilla y dei diente. Fue por medio de estos suefíos que, en definitiva, pude sortear las resistencias y penetrar en las verdaderas fantasías patológicas de la neurosis. Aunque, creo que en realidad fueron las experiencias encadenadas entre sí, lo que eventualmente forzó ai paciente a la introspección y a la renuncia de su inútil posición infantil sobre la libido. Quizás ilustre mejor esto, un par de suefíos cuya explicación se involucra con toda la historia dei caso. Me limitaré a reproducir los dos mejores ejemplos. Suefío 1. Sube una colina, en la cima hay unas ruinas. AI llegar a la cumbre se recuesta a la sombra de un árbol y contempla el paisaje hasta que se queda dormido. AI rato lo despierta un viejo calvo que, apoyado en un bastón, lo mira. Lo habría despertado, piensa, tocándolo con el bastón o la mano. El viejo le pregunta por qué desperdicia su día, cuando tendría que estar haciendo algo útil. Como de hecho no tenía planes, !e pide ai viejo que le aconseje. Este apunta con su bastón bacia las ruinas y dice que hay ahí un pozo por el que debería descender con el fin de golpear en sus paredes. Si encuentra un lugar hueco lo debe abrir, allí estará la recompensa de sus esfuerzos. Mientras escucha estas palabras, el viejo desaparece. Sigue entonces el consejo, llega hasta el pozo y descubre una cámara secreta llena de jarras, viejas armaduras y monedas. Todos los objetos están profundamente cubiertos de moho. Suefío II. Un amigo desconocido 29 lo invita a su granja. Ahí le muestra primero el establo, donde podían verse animales para la reproducción en perfecto orden y clasificados según el nombre y el ''pedigree". Dentro de otro cerco, ve un gran número de huevos de gallina cubiertos de paja. Con sus manos levanta una muestra enforma de sernilla y la examina con gran asombro, en ella hay letras que se hacen cada vez más claras. Cuando oye volver ai amigo, rápidamente pone el huevo en su lugar. Luego van ai patio donde, en un coto similar ai de los cerdos, se crían animales parecidos a ratas. Despiden un olor intolerable. La granja está sobre una loma, abajo hay un cementerio desierto y en medio un prado desierto. Bajo un árbol ve una tumba destruída, cerca, una capilla. Entran con el amigo y a derecha e izquierda dei portal, había féretros de niii.os. Las tapas de los féretros, modeladas y pintadas, reproducían la figura de los

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muertos. Atraviesa luego una puerta de vidrio hacia una cámara interior, allí están los féretros de los adultos. Por casualidad se da vuelta y mira a través de la puerta de vidrio: los niiíos muertos están bailando. Pero ni bien lo ven, vuelven a echarse en sus lugares. Se espanta, no puede creer lo que ven sus ojos y entonces mira otra vez. Cada vez que ve a los niíios bailando, éstos se acuestan al instante de ser descubiertos. Entretanto el amigo desaparece. Le invade un inmenso terror, sólo puede salir al aire libre a través dei portal. El análisis era rico en este tipo de sueíios. Reconocí en ellos las típicas proyecciones de sus fantasías erótico-anates: permitían una cierta perspectiva dei diagnóstico. La situación se fue confirmando cada vez más a través de los recuerdos. Intentaré ahora un breve sumario dei caso. AI comienzo dei tratamiento analítico, el caso parecía una histeria producida por el "shoclc'. Gradualmente se hizo evidente que, no fue el accidente sino el episodio ocurrido en el hospital-la radiografia- cuya importante significación se relacionaba con experiencias de la niiíez y pubertad, lo que contaba indudablemente como la causa determinante e inmediata de su enfermedad. De allí que la tarea dei síntoma fue permitir una fantasía de deseo homosexual pasivo, al tiempo que la neurosis movilizaba una multitud de huellas erótico-anates para darle forma. Un recuerdo se hizo operativo en el ataque, el dei alumbramiento presenciado en la niíiez, que, como una experiencia relevante ya condujo, en su época, a la poderosa represión de las huellas de los primeros anos, los frecuentes partos de la madre. Estas experiencias infantiles estaban fuertemente ligadas con la actividad predominante de uno de los componentes instintivos. Se descubrió la gran contribución dei erotismo anal en la constitución sexual dei paciente y cuando poco a poco averiguamos sus derivados pasados y actuales-las fijaciones libidinosas y sus transmutaciones en rasgos dei carácter-, tuvimos acceso a las fuentes elementales que proveían energía a la neurosis y logramos la disolución gradual de las represiones patógenas. Aunque la disposición de la libido permaneció suficientemente importante como para competircon el desarrollo sexual normal, los otros síntomas de la enfermedad setomaron tan insostenibles, que lo obligaron a mostrar la paciencia y el sufrimiento necesarios para llevar el tratamiento analítico hasta su fin. Eso permitió un resultado satisfactorio. El peculiar material psíquico que se hizo visible debe quedar como evidencia dei grado de escrupulosidad con el que traté el caso.

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Notas 1. Entre estos se hallan los dos ensayos teóricos más importantes: La disposición a la neurosis obsesiva, Biblioteca Nueva, O. C., Tomo II, p. 1738, y Sobre las transmutaciones de los instintos y especialmente dei erotismo anal, O. C., Tomo II, p. 2034, Ios que me.referiré más adelante. Así

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mismo, quisiera enfatizar e! trabajo pertinente de Jones por· su riqueza en e! material casuístico. 2. Cf. Emest Jones, "Rasgos de carácter anal-eróticos". Cuademos de Psicoanálisis, 2ª edición, p. 664. 3. Más tarde, cuando por primera vez comenté al paciente esta cuestión, permaneció silencioso por un momento y luego contestó: "E! Dr. K dijo a mi mujer lo mismo cuando !e preguntó acerca de mi estado de salud. Sentía que no podía hacer frente a mis quejas; si yo no hubiera sido un hombre me hubiera entendido mejor." Debo admitir que esta confirmación intuitiva de parte de un colega desconocido, que dio así en e! clavo, me produjo una gran satisfacción. Como é! me di cuenta de que en este estadio eso no afectaba a mi paciente. 4. Una verdadera fantasía de salvar un nacimiento. También es evidente un rasgo sádico que tiene como respuesta e! sentido de piedad. Por otra parte, para recobrarse de su miedo el paciente zurraba ai niii.o como una madre luego de darlo a luz. 5. Cf. Freud, Análisis de la fobia de un nino de cinco anos, 1909, y Sobre las transmutaciones de los instintos y especialmente dei erotismo anal, 1915. Contaria aquí la historia de unajoven. De niii.a poseía una fuerte fijación con su padre y a los seis aiios comenzó a sufrir serias constipaciones, ataques semanales, con fuertes dolores. Luego nació su hermana y por largo tiempo le fue hostil aunque más tarde desarrolló una ternura intensa y casi maternal hacia ella Luego de la muerte de esta hermana comenzaron estados melancólicos y la constipación continuó con distinta intensidad durante veinte aiios, y luego dei casamiento, que ai principio fue sin hijos, se intensificaron. La condición mejoraba cada mes durante e! período. Después de dar a luz a su primer hijo hubo una cura espontánea y completa. En este caso la investigación analítica mostró también que e! deseo infantil por un niiio, dei padre, se convirtió en síntomas. La matemidad modificó la enfermedad. 6. Se tiene al lado izquierdo de una persona como femeníno, como se sabe por muchas neurosis y por la psicología popular. Es más, el órgano genital masculino se lleva usualmente dei lado izquierdo. 7. A menudo los niiios se divierten poniéndose detrás de sus amigos sin que estos se den cuenta para asustarlos. (Contado por el paciente). 8. Incidentalmente, la memoria dei paciente reproduce todos los recuerdos de manera vívida; es probable que su agudo sentido de la realidad, asociado con e! erotismo anal, sea aquí e! factor preponderante. Me aventuro a adelantar una proposición correspondiente, con la debida reserva, aunque fundada en un caso muy convincente. Las fantasías que se han desarrollado bajo la tutela de una ftjación oral de la libido exhiben un curioso carácter velado. Esto puede ser atribuído ai todavía limitado campo de acción que restringe la vida mental en e! estadio correspondiente de desarrollo. 9. El lugar donde ubicaban a los recién nacidos en e! pueblo. 1O. Cf. Freud, Cinq psichanalyses, Paris, PUF 1981, p. 233, nota al pié de página. (Sammlung kleiner Schriften zur Neurosenlehre, Deuticke, Leipzig et Vienne, 1913, vol. III, pg. 164, nota al pié).

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11. La posibilidad de tal fijación, debida a "sucesos puramente azarosos en la infancia", ya fue enfatizada por Freud, "Lecciones introductorias al psicoanálisis", 1917, Biblioteca Nueva, O. C., T. II, pg. 2123. 12. EI sueiio nos recuerda una de las escenas poéticas más conmovedoras de la Eneida, donde el héroe Eneas lleva sobre sus hombros a su padre Anquises fuera de la ardiente Troya. Del mismo modo huellas mitológicas pueden rastrearse en otros sueí'í.os. El paciente describió su sueí'í.o como profético y lo relacionó con los acontecimientos políticos. Dentro de poco hablaremos sobre su tendencia a la profecía. 13. Freud, Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia ("Dementia paranoides ''), autobiográficamente descrito (Caso Schreber), 1910, Biblioteca Nueva, O. C., T. II, pg. 1487. 14. Tales fantasías a veces también parecen ser conscientes en las neurosis obsesivas. Cf. Emest fones: "Einige Fãlle von Zwangsneurose", Jahrbuch del Psa., Bd rv, S 574. 15. Así como en la poesía y en el pensamiento oriental la granada es un símbolo de fertilidada causa de sus abundantes semillas. 16. Son estas obvias fantasías de pubertad, referidas a la nií'íez. 17. Cf. Emest fones, "Einige Fãlle von Zwangsneurose". Jahrbuch del Psa., Bd IV, S 568. 18. Daré un ejemplo de esto más adelante. 19. Emest fones, loc. cit. Emest fones estableció el carácter trascendente de este complejo en su monografia "Die Emplãngnis der Jungfrau Maria durch das Ohr". Jahrbuch de Psa., Bd. VI,. 1914. 20. Freud, Las pulsiones y sus destinos". 21. Cf. Emest fones, "Einige Fãlle von Zwangsneurose", Jahrbuch dei Psa., Bd IV, S 596. 22. A esto puede sumarse la colección de dientes de la abuela y la herida que le hizo a la nina con la honda. 23. Odio y erotismo anal en las Neurosis Obsesivas, Cuademos de psicoanálisis, 1918, p. 540. 24. Una variedad menos definida pertenece al erotismo uretral, que quizás se exprese de una manera menos material, una característica común a todo lo psíquico enraizado con este componente instintivo. 25. Freud, La disposición a la neurosis obsesiva. 26. Freud, loc. cit. 27. Freud, Lecciones introductorias ai psicoanálisis, 1917. 28. Freud, Sobre las transmutaciones de los instintos y especialmente dei erotismo anal. 29. El sueiio anuncia la fase de su primera comprensión sobre su enfennedad. Sin duda el desconocido es el médico.

Traducción: Alicia Ca/derón de la Barca

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Título original en alemán: Eine unbewuâte Schwangerschaftsphantasie hei einerr. Manne unter dem Biide einer traumatischen 1-flsteire (Klinischer Beitrag zu, Analerotik), Artículo aparecido en: Internazionale Zeitschlift für Psychoanalyse. VI,Jahrgang, 1920,Heft 1 und2. Traducción inglesa en: The International Journal of Psycho-Analysis, vol. 11. Septiembre-Diciembre, 1921.

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