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El mensaje de Whatsapp ante Gimena Posted by: egoland Posted date: enero 17, 2014 In: Experiencias Propias, Slider | comment : 5
Absolutamente satisfecho, me dirijo a casa tras una de las sesiones prácticas del Plan Integral Personalizado. Los chicos han hecho maravillas. Teléfonos, besitos, enamoramientos y los más nuevos han sexualizado con esfuerzo. Pero todos sin excepción proclaman una victoria honda y clamorosa contra sus miedos o hábitos corregibles. Tras los abrazos, y últimas carcajadas, enciendo mi último cigarro ya con las botas en movimiento,satisfecho por ellos y por mí. Estamos haciendo algo muy grande y es indiscutible. La oscuridad de la noche se cierne sobre Valencia con contundencia. Son las 03,45 y los coches se ponen en marcha solo con dos posibles opciones: retirarse o seguir persiguiendo la energía lúdica del sexo y el cortejo. Tarereo Born Into This de The Cult y aunque el cansancio se torna detectable, la sonrisa aparece palpitante en mi boca y mi corazón. En la acera de enfrente camina en dirección contraria una chica alta, ataviada con una minifalda vaquera, pelo liso y unas facciones ampulosas. Pelirroja ella. Su altura, estilo y cuerpo despertaría el instinto cazador hasta de un caracol jubilado. Así que la miro y llevo mi mano hasta mi sien. La saludo con un saludo militar que devuelve con una sonrisa. Sigo andando mirando al frente pero algo me parece oír junto a una risa… Me giro entonces… y se gira. SUFICIENTE. -Chica, Espera… Entonces el estribillo mi canción suena con más volumen en mi mente y camino hacia ella más flamenco yrockero que Ian Astbury. Al acercarme, detiene su paso y me recibe con una sonrisa de mueca inteligente. -Perdona. ¿Se puede saber por qué diablos has tenido que aparecer a estas horas de la noche? -Eso mismo digo yo – Responde con una voz intencionadamente segura de sí misma. -¡Mírala!… ¿Quién eres, la chica más molona y segura de todo el Barrio del Carmen? -Seguramente – contesta conteniendo el juego. -En ese caso estoy muy enfadado contigo. Yo tengo más años que un loro y a estas horas yo ya no estoy tan seductor… -Ese no es mi problema – responde ahora sí con una risa sonora. -Sí que es tu problema. Estás ligando conmigo por algo y para algo. Igual que yo. En ese momento se gira escondiendo una carcajada muda. Antes de que le de tiempo a contestarme le pregunto el nombre. -Gimena. -Gimena? ¡Qué nombre más inspirador! -¿Sí? ¿Te lo parece? -A mí es que me va mucho el rollito medieval. De hecho el verano pasado estuve en un monasterio de clausura durante una semana. -¿Tú? -Ya sé que tengo más pinta de protagonista de Sons of Anarchy pero las apariencias engañan. Por cierto yo me llamo Luis. -Encantada. El momento era absolutamente idóneo para hacer un NARRADOR.
-¡Qué maravilla de momento! ¿No te parece, Gimena? Cuando parecía que nos íbamos a dormir nos encontramos, nos gustamos y encima nos ponemos tontitos… -¡Ja ja ja! Pues sí. En ese momento suena mi teléfono. Mensaje de whatsapp. Al leer la primera parte del mensaje me acuerdo de un pequeño detalle… ―Tejón…‖ -Gimena, créeme que si me hubieras pillado en otro momento de mi vida ahora nos iríamos a buscar un lugar tranquilo para husmear en nuestras historias y encontrar vínculos y utilidades mutuas… Pero…- ella frunce el ceño esperando alguna mala noticia- me tengo que ir sin tu teléfono y sin nada de lo que parecía que iba a pasar. Es que resulta que soy muy feliz. Ciao Gimena se queda quieta, sin hablar un par de segundos, y tras tres de mis pasos la oigo mover sus tacones a un ritmo acelerado. Soy despistado, sí. Pero soy feliz siendo fiel en este momento. Siempre vuestro, egoh
La chica de la Biblioteca Posted by: egoland Posted date: julio 08, 2013 In: Experiencias Propias | comment : 3
A las diez de la mañana de una biblioteca pública en época de exámenes solo hay jovencitas y jovencitos con ganas de estudiar. Es por ello que eso de acercarse a compartir un cubata con esa persona que te mantiene desatento en tus tareas no parece una buena idea. El tema es el siguiente: Llevo encerrado casi más de un mes como un hámster repleto de folios, apuntes, libros, y hace tiempo que no veo mandanga callejera ni en postales. A mi derecha. Casi a dos metros hay una chica con gafas, morenita, de pelo rizado y brillante. Parece realmente interesada en sus quehaceres intelectuales. Yo, sinceramente, estoy hasta las narices. Si me acercara no me sentiría culpable. Ni por ella ni por mí. No debe molestarle que un chico bastante más mayor que ella la moleste para hacer algo distinto de estudiar. Además lo recomiendan los médicos. Un poco de mandanga cada equis tiempo mejora la atención. Seguro que lo dicen, y si no lo dicen, sinceramente, no tienen ni puta idea.
Me levanto sin tener la menor idea de que voy a decir. Pero con una cosa clara. Mi intención y la utilidad para ambos. -Hola. -Hola- me dice con gesto inexpresivo. -Estoy harto de estudiar. Estoy seguro de que tú casi también. Ella sonríe algo ruborizada. -Sí bueno. -He pensado lo siguiente, cada 45 minutos podemos acercarnos y quejarnos de nuestras asignaturas, eso seguro que nos ayuda a despejarnos y de paso nos conocemos. -jajaja Bueno. Vale. -Vale, por donde quieres empezar por conocernos o por quejarnos? -Ja j aja.. Por conocernos, mejor. -Soy Luis.
-Yo soy Soraya. -Soraya es un buen nombre para una chica con el pelo rizado. Muy bien elegido. Felicita a tus padres. -jajaja Gracias. A mí no me gusta mucho. -¿Cuál te gusta? En seguida nuestra amiga Soraya decide volcarse al noble arte del descubrimiento mutuo. Se deja guiar en una conversación abierta, con humor y coqueteo poco agresivo pero clamoroso. Un toque de ingenuidad en la conversación que sinceramente echaba de menos. -Nos estamos cayendo bien, ¿eres consciente, Soraya? -Sí, claro. -Y nos estamos gustando, Soraya, ¿eres consciente? -JAJAJA Bueno, eso no está tan claro. -Yo hablo por mí. Nos estamos gustando. ¿Hablas tú por ti o me hago tu portavoz? -Me caes bien. -¿Si te empezara a gustar ahora me lo dirías o lo dejarías entrever camufládamente entre frases como ―si nos estamos cayendo bien‖? -Supongo que lo segundo. -Ok. Me dejas más tranquilo. Con ese gratificante premio, me recuerdo que tengo que aprobar sí o sí. Ha sido un buen descanso y una forma de recordarme quién soy. -Bueno Soraya, este primer paréntesis ha estado bien. Ahora voy a seguir y tú también. Hagamos un gran esfuerzo en concentrarnos. Nada de recordar lo que ha pasado ni en si nos estamos gustando. Ok? -JJAJAJA ok. Vuelvo a mi silla sonriente. ¡Qué bonica es esta nena y qué poco me apetece ponerme con PSICOLOGÍA SOCIAL DEL TRABAJO! Pero bueno, hoy ya me puedo recordar a mi mismo con una sonrisa…
Seduciendo de día (I) Posted by: helio Posted date: mayo 05, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 0
Nunca he sido un genio de los ordenadores. No es mi punto fuerte. Así que con lo de la nueva web y demás nos atrincheramos el equipo de Egoland Seducción en el despacho de tejedorpublicitario que resolvía nuestra duda de cada dos minutos. Una semana dedicándole todas las horas que existen a mejorar la página, aprender a manejar las opciones de mi blog, subir los audios, patatín, patatan… La casa del diseñador está en una zona muy céntrica, rodeada de restaurantes y garitos muy pijos. Justo debajo suyo hay un restaurante de comida vegetariana que tiene a una chica informando de precios y demás. Lógicamente, está muy arreglada y han elegido a una chica muy atractiva. Alta, morena, pelo rizado y unos rasgos faciales muy andaluces que a mí personalmente me encantan. La cuestión es que yo estaba andando por la acera para llegar a casa de mi amigo diseñador cuando la vi trabajando. Cuando nuestras miradas se cruzaron puse una cara cómica, en plan “te entiendo, estar currando ahora no te apetece nada”. Ella sonrió y miro al suelo antes de volver a mirarme. Yo aproveche para pararme enfrente de ella y devolverle la sonrisa.
EJEMPLO DE SEDUCCIÓN DE DÍA - Qué bien nos hemos caído ¿eh? Ella asintió con un poco de vergüenza y volvió a mirar el suelo. Quería no ser demasiado agresivo así que corte un poco la tensión manteniendo la sonrisa y le pregunté por los precios de su restaurante. -Pues el menú son 15 Euros. Tienes de primero XXXXX y de segundo XXXX. Postre y café. -¿Y cómo te llamas? Ella se rió. -Me llamo B. Le dije mi nombre y le di dos besos. -Pues verás B. estoy currando en casa de un amigo que está aquí al lado. Ahora va a ser mucho más interesante seguir viniendo. La emoción de saber si estarás tu aquí currando y todo eso… B se lo estaba pasando bien. -Ven cuando quieras. Así me divierto. Asentí sonriendo e hice ademán de que me iba a marchar. Entonces añadió: - Yo estoy aquí de 8 a 11 La chica conscientemente o no me había dado mucha información. Eso, merecía que la premiase comunicándole interés en ella de nuevo: “Vale, pues a las 11 menos cinco me paso por aquí que estaré en este edificio y hablamos otros cinco minutos, a ver si nos hemos caído tan bien” La mire a los ojos. Ella estaba nerviosa. A mí su frase ―a qué hora acababa‖ me había tranquilizado mucho. Pasaron un par de horas de trabajo en casa de mi amigo. Y cuando estaba devorando mi segundo trozo de pizza fungí me acordé de mi nueva amiga B y como estaba literalmente a quince metros bajé a saludarla. Me pareció más importante que mi pizza. Cuando baje la encontré poniéndose los patines donde la había dejado. Su cara cambió cuando me vio. Sonrió mucho y se puso un poco nerviosa. Estaba sentada en una silla de la terraza del restaurante y yo m senté en una cercana. -Hola B. No me digas que te vas a tu casa en patines- lo dije exagerándolo un poco, bastante teatral. Así que ella se rió. -Sí. Es más rápido. -¡Que guay! Como en las series americanas ¿no? Ella se reía de todas las cosas que decía. Estaba aprobando con su actitud todo lo que pasaba. -Creía que no ibas a venir a verme. – me dijo -¿Y te ha hecho un poco de ilusión? Lo digo porque a mi sí. -Sí claro. Eres un tío, no se…diferente. Ella estaba invirtiendo mogollón, probablemente por que yo había sido fresco, divertido y no la estaba comprometiendo aún a nada. Era el momento de comunicarle mi interés sexual en ella. Por supuesto de forma gradual, solo con decirle que su pelo me gustaba mucho habría servido. Pero no hizo falta. -Pero es que, yo tengo novio… Quería ver mi reacción y me miraba directamente a los ojos. A mí se me escapo una pequeña risita. Una posibilidad era que la chica ya me había percibido como un problema para su relación con su novio. La otra era que quería ver de qué pasta estoy hecho. Así que sonriendo le pregunte: -¿Y eso que tiene que ver conmigo?‖ -Pues que no suelo quedar con desconocidos por eso.
Yo no le había dicho nada de quedar, ni mostrado interés sexual en ella. A veces no hay forma de que me vean como un corderito. -O sea, que nos hemos caído tan bien que ya has pensado en la posibilidad de quedar. Pues B, si nos conocemos de dos frases y los dos hemos pensado en eso…Ahora sí que estoy seguro de que tenemos que quedar para un café o un algo. Estaba haciendo única su actitud. Creando una conexión entre nosotros un poco mas íntima que la de dos desconocidos. -Tienes razón. ¿Por qué no? -Eso digo yo, ¿Por qué no? Ella entretanto se había abrochado los patines. -¿Me acompañas un poco o aún tienes que currar en casa de tu amigo? -Mira, B, me apetece mucho acompañarte y que me cuentes quien eres. Peeeeero (también un poco teatral) tengo que seguir currando ahí arriba. Así que ya nos vemos cuando me cruce por aquí o… -¿Te apuntas mi móvil? Ella me cortó ofreciendome su número de telefono. Caí en la cuenta de que debí estar bastante flamenco Me apunte su móvil. Ella me pidió que le hiciese una perdida. Nos dimos dos besos y me preguntó cuando le llamaría. B desde luego era muy bonica. Sonreí y toque al timbre de mi colega. Ella se despidió y se marcho en patines. Últimamente ando muy liado y hay un par de chicas que me gusta bastante quedar con ellas. No tengo mucho tiempo. No sé si la llamaré pero si no lo hago fue una preciosa historia de una tarde.
Seduciendo de día / Valenbisi Posted by: helio Posted date: agosto 09, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 0
A veces hay que saber sacarle partido a nuestros defectos. Yo, por ejemplo, soy la persona mas torpe que conozco. Muchos animales de compañía podrían instalar el Windows XP en un ordenador en menos tiempo que yo. Pues bien, a veces mi absoluta torpeza me sirve de ayuda. En mi ciudad han instalado un servicio de bicicletas que se aparcan y desaparcan de una forma muy sencilla. Tienen un pitorro y las estaciones un agujero. Tan sencillo como acertar el pitorro en el agujero. Pues bien. Cómo os podeís imaginar cada vez que tengo que aparcarla para que no pase el tiempo límite y me multen necesito pedir ayuda a algún buen ciudadano que haya cerca. Había quedado con unos amigos en el río para ver una película al aire libre, eran las 9 y algo de la noche y había encontrado una estación. Hasta ahí todo bien. Primer intento. No se oye pitidito. Segundo intento. No se oye pitidido y un grupo de ingleses que pasaba por ahí parece descojonarse de mi forma de intentarlo. Sus risas anglosajonas hacen que me entren ganas de fumar. Me enciendo un cigarro y pienso que en seguida llegará alguien mas inteligente que yo que pueda ayudarme. Los ingleses siguen riendose mientras se alejan. Para que no me afecte demasiado pienso en el gol de Iniesta en la final del Mundial y hago un tercer intento. No consigo que suene el pitidito. De pronto, una flaquita con gafas y una colega muy bien hecha llega con su bici a la estación y en menos de lo que canta un gallo ha conseguido aparcar. -Hola, perdona, me da un poco de vergüenza pedirtelo, pero no consigo meter mi bici. Sonrió y ella se acerca. Sin mirarme, coge mi bici y la mete. Yo pienso ―muy lista amiga, pero aquí no ha sonado nada‖
-¿No tiene que sonar un pit..? Pip Pip -Ahi tienes tu pitido. Y los dos sonreimos. -Eres una crack. Choca. Chocamos. Tenía un acento extranjero. Le pregunte y me contó que era francesa. Que estaba aquí de vacaciones. Llegaba el momento de justificar mi interés en ella de una forma sincera. ―Hablaba castellano mejor que muchos de mis amigos. Le dije que la gente que aprende idiomas con facilidad es porque se quiere sentir mas libre. Nos presentamos. Le dije que me gustaban mucho las chicas atractivas que no estaban pendientes de demostrar lo atractivas que son‖ Yo ya me estaba enamorando un poquito. No tenía mucho sentido seguir allí parados hablando, le dije que tenía que irme. Ella me dijo que tambien. Intente hacer un silencio de esos que cuando has jugado bien hacen que ellas te digan algo sobre que les pidas el teléfono. Pero no. Nada de pedirme el telefono. Se giró y dijo que encantada. -Oye, S, me gustaría que nos viesemos otro día. -A mi tambien. Pero no se yo… Sonreí. Ahora la podía entender mucho mejor. Probablemente le guste un chico mucho. O tenga novio allí en Francia. Una conversación espontanéa, por muy fresca y natural, no le había servido para olvidarse de algo importante. Me acerque otra vez hacia ella. -Te entiendo. Podemos hacer dos cosas; podemos dejar esta conversación aquí y que sea una anecdota super pequeñita por culpa de cosas que nos afectan en otros ratos del día, o podemos dar una vuelta un día y ver si la anecdota se convierte en super anecdotaza. Que a lo mejor no. Por que yo de día soy super aburrido. Los dos sonreímos y nos intercambiamos facebooks y moviles. Seguí mi camino hacia mi cita con colegas y ella caminó en sentido contrario. Pase lo que pase, lo que si es seguro, es que me ayudo a salvarme de la multa por no aparcar bien la bici
Seduciendo de día / Malabares en la biblioteca Posted by: helio Posted date: julio 18, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 2
La psicología me gusta tanto que en verano me toca estudiarla. Septiembre, mes protagonista de muchas canciones me espera con exámenes. Total, que os voy a contar una cosa, no tanto por el nivel de seducción que muestro, sino más que nada porque a mi me resulta graciosisíma. El jueves había dormido en casa de una amiga y mis horas de sueño habían sido bastante pocas. Así que ahí estaba, en la cafetería de enfrente de la biblio acabándome mi café, pensando en lo maravillosamente que mis amigos lo estarían pasando en sus camas soñando con probablemente historias sobre piratas o aventuras en el espacio. Había una chica con el pelo rubio, melena de anuncio y piel bronceadísima que estaba en la mesa de al lado subrayando apuntes. Yo me imaginaba con mi cara de sueño y me reía de que la pobre chíquita iba a tener que soportarme intentando conocerla. Era la excusa perfecta para no entrar aún a estudiar. -Hola, ¿que tal? – dije sonriendo. -Hola, buenos días – me contestó. Tengo suerte, pensé. Esta chica es un amor. Si me hace caso con estas pintas debe ser la persona mas educada del mundo.
-Verás, yo soy Helio, y este verano me lo voy a pasar encerrado en esta biblioteca. Necesito hacer amigos por aquí cerca- exageración, sentido del humor. La conversación fue amena, duro unos cinco minutos, ¿qué estudias? ¿has aprobado muchas? no se qué…Nada del otro mundo. Conociendo nuestro contexto. Ella me dijo que venía todos los días de lunes a viernes y que ―claro que podíamos ser amigos‖. D estudiaba veterinaria y tenía que aprobar no se cuantos mil creditos este septiembre para poder irse de prácticas a no sé donde. A esas horas no soy un gran receptor de información. -D, ha sido un placer, mañana nos tomamos el café juntos, que se está haciendo tarde y aún no he entrado a la biblioteca. Ella me hizo un comentario sobre una perdida al móvil, posiblemente para que le pidiese su número, pero sabéis que yo soy un romántico y me gusta dejar algunas cosas al azar así que me hice el sueco. Estaba claro que nos íbamos a encontrar en la biblioteca en un par de días como mucho. Así que entre en la biblioteca, busque la sala de CIENCIAS y me senté en la mesa de una chica que ocupaba dos sillas con sus libros. Me senté enfrente. Una chica con el pelo corto, rizado, moreno, una espalda triangular preciosa y le dije que ―muy buenos días‖. Ella asintió. Estuve un ratito estudiando a Likert, McGregor y señores bastante mas listos que yo. De pronto me descubrí preguntándome si acertaría con el bolígrafo en la calva de un señor que había a unos veinte metros. Luego dedique un rato a preguntarme si existen los peces con problemas de sobrepeso. Así que decidí darme una tregua y tirarle un poco los trallos a la chica guapísima que tenía enfrente. Tenía libros de etología y de plantas. -Perdona, me he fijado en tu pelo y me parece super currado. Me gusta la gente que para estudiar se pone guapa. Se me quedó mirando. Me sonrió y bajo la vista a sus libros. No me apetecía pensar mucho así que utilicé una frase de Egoh que me hizo mucha gracia. -¿Te llamas Ana? -No -Yo tampoco, ya tenemos algo en común encantado soy Álvaro. Recordad de que si lo que ofreces es diversión y una sonrisa la gente os recibirá por lo general con una sonrisa. La cosa mejoró bastante. Se presentó. E era veterinaria, pensé que era una casualidad muy divertida. Le pasé una notita con un comentario gracioso sobre el tipo que estaba sentado dos mesas mas allá. Poco a poco justificando mi interés en ella de un modo físico. Ella me pasó una notita que ponía que no sabía que los chicos guapos también podían ser graciosos. Mi reacción a su apatía me había mostrado como un tipo atractivo. Es alucinante cómo nuestra actitud dice tanto de nosotros. Yo, como podeís imaginaros, cada vez estaba más flamenco y pasándomelo pipa. Había MANDANGA ¡Sorpresa! D, la chica de la cafetería llegó y nos saludó a los dos. -¡Ah!, ¿que también conoces a Helio? D, que tonta no es, vió las notitas y sonrió. “Me parece que esté es un listo”. Se ponía interesante mi verano en la biblioteca. Las primeras chicas con las que flamenqueo y resulta que son amigas y que recogen juntas los apuntes y se despiden de mí con una sonrisa de “te hemos pillado” Pero, no sólo eso, hoy Lunes, llegó a la biblioteca un poco tarde, entro por la puerta y me encuentro con D y Y (que ya tendrían su particular conversación sobre el chico que les entró a las dos el mismo día) con nada más y nada menos que L, una chica armenia con la que estuve quedando durante un
par de meses. Las saludo a las tres, se quedan extrañadísimas todas, yo el que más y nos despedimos con un ―mañana nos vemos por aquí, que hoy no has madrugado‖ Me muero de la risa imaginándome la conversación de despues de salir: ―¿Y tú de qué lo conoces?‖ Me muero de la risa del azar y sobretodo me muero de la risa de que aún tengo mes y medio para gestionar todo este lío que tengo entre manos. La vida, salvo noticia de última hora, sigue siendo maravillosa. Os dejo con una canción de un grupo de origen gitano, afincado en Nueva York que canta ―Start wearing purple‖ Egoland seducción somos violeta también. ¿No son ya muchas coincidencias?
Seducción en el trabajo/Hotel Posted by: helio Posted date: junio 13, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 1
Un fin de semana da para mucho. Puedes irte de acampada, puedes empezar a estudiar un idioma, puedes dar un concierto o ir al estreno de una película croata. En mi caso, me ha servido para recordar que aún hay mujeres que me estimulan y no conozco. En un mundo donde las cosas son cada vez mas predecibles y mas homogéneas, llevarte sorpresas sirve para que las sonrisas te salgan más naturales. De todo eso hablaremos otro día. Hoy os hablaré de mi historia con R: Sería Septiembre o Octubre del año pasado. Estaba trabajando como DJ en uno de los hoteles mas prestigiosos de Valencia. La noche no prometía mucho. Era una cena de empresarios de un sector y la gran mayoría eran matrimonios que superaban los cuarenta. Yo ponía Caetano Veloso, Marisa Monte, algo de Chill Out, mientras observaba como cenaban. Esa noche era especial, me había quitado los pendientes y recogido el pelo. Esa cena era de nivel. El tiempo pasaba y yo me enviaba sms con una amiga para ver si cuando acabase me recogía. Serían las doce y media cuando el maitre me dijo que la cena ya se había acabado, que empezaba la barra libre y que comenzase con mi discomóvil. Los comensales empezarón a levantarse y a acercarse a la barra. Del fondo de la sala apareció una rubia, alta, fina y con una cara que inspiraba belleza y frío. Una pasada. No me podía creer que no la hubiese visto antes. Se estaba sirviendo una copa. No se cuanto tiempo pasé mirándola, pero el maitre me hacía gestos para que empezase a sonar la música: La perdí de vista, volvió al fondo de la sala. Maitre – Hey H! A esa chica ni te acerques que te conozco. Es hija de alguien importante. Ni te acerques. Durante un par de canciones intentaba acertar con la canción que le hiciese levantarse y venir a la sala de baile, parecía que no tenía amigos allí. No había forma. Así que busqué la canción mas larga que tuviese y puse PLAY. Salí de la cabina y comencé a andar hacia su mesa. Estaba casi vacía. Había tantas objeciones que no se me ocurría ninguna frase con la que empezar a comunicarme. Así que me dije “Helio, tu eres bueno en esto, algo te saldrá” Llegué a su mesa. Estaba sentada con dos señoras muy mayores y muy arregladas. Helio – Buenas noches señoras. Soy el DJ y quería preguntarles si la música esta siendo de su agrado, pueden pedirme lo que quieran La reacción fue un unísono Ellas:―sí, sí, chico, muy amable‖. ¡Ni me habían mirado! Se me escapó una risita, desde luego, no había generado en ella el mas mínimo interés, así que tenía que jugar mi principal arma, el sentido del humor:
Helio: ―Menos mal, porqué ¿saben una cosa? En realidad soy el dueño de este hotel, y es la primera vez que pincho música‖ Por fín había captado su atención. Las señoras ponían cara de que no les había hecho ninguna gracia. La rubia gigante entendió que lo que yo estaba haciendo era mostrar interés en ella, cosa por otra parte, a la que está muy acostumbrada. Helio: Les invito a que pasen por cabina y pongan cada una de ustedes la canción que mas ilusión les haga. Ahora, si me permiten vuelvo a cabina que hoy soy DJ y si deja de sonar la música, tendré que despedirme a mi mismo. Sabía que iba a ser díficil, pero yo había jugado mis cartas. Tras una miradita del maitre seguí concentrado con mi trabajo. R no venía a cabina. Las dos señoras tampoco. R se acercó a la pista de baile cuando faltaba media hora para que se acabase la discomóvil. Bailaba con un hombre muy atractivo y muy elegante. Decidí jugar mi última carta. Cogí el micro y me arranque: Helio: Ahora, por favor, ¡todos juntos cantémosle Cumpleaños Feliz a la señorita del traje blanco, que hoy es su Cumple! Empezó a sonar la versión de Parchís de Cumpleaños Feliz. Todo el mundo cantaba. Menos ella que miraba hacia la cabina. Su cara estaba roja. Estaba demostrándole interés, que estaba dispuesto a jugar y que era un tipo diferente, o al menos, que hacía cosas diferentes. Las caras de las señoras que estaban sentada con ella eran de total incredulidad. Así que tras acabarse la canción entró en cabina. R- Tu eres muy malo No os podeis imaginar lo nervioso que me puse al ver a esa mujer entrar con ese vestido, con esa elegancia y con ese TODO a la cabina, que tiene los cristales tintados y desde fuera no se ve nada de lo que hay dentro, pero de dentro si que se ve lo de fuera. La cara del metre cambiaba de color, morado, rojo, blanco, amarillo… Helio – Vale, soy malo, pero no te chives, por qué, no te lo vas a creer, pero no soy el dueño del hotel(Sonreí. Ella sonrió.) Vamos a ver, ¿como quieres que no haya intentado conocerte?” R – ¿Tu sabes quien soy yo?‖ (y dio media vuelta, haciendo ademán de irse). Helio – Si te vas, seguro que no lo sabré. Y no sólo eso, si no que tu también te quedarás sin saber quien es el chico que ha hecho que un montón de empresarios desconocidos te canten cumpleaños feliz. Su actitud era evidentemente examinadora, estaba muy acostumbrada a tíos interesantes. Tenía que jugar aún más fuerte. R – Eres listo, pero eso para mi no es suficiente Su contestación era un rechazo. Muestra de apatía. Pero también me había premiado. Estaba especulando con mi reacción. Yo no había justificado aún mi interés y era el momento de hacerlo, y además tomar una actitud examinadora. Helio – Y que tu estés buenísima tampoco es suficiente para mí. Por eso quiero que te quedes y elijas una canción tú. Para saber que más hay. Todo eso lo dije con una sonrisa enorme. Esforzándome por no creale ninguna tensión. Ella se quedó durante un par de canciones en cabina. Nos dijimos que estudiábamos, a que nos dedicábamos y que sentíamos con lo que hacíamos. R- Helio, yo me voy a ir que he quedado para ir a MYA, cuando acabes, pasate, a lo mejor aún estaré allí. Su invitación era muy indirecta y me daba poco valor. Se notaba que estaba pendiente de las señoras que le acompañaban en la mesa. La bronca que le caería por estar en la cabina del DJ tanto tiempo sería comparable a la que me caería a mi por parte del metre.
Helio – Mira, R, hoy no puedo ir a MYA, pero dame tu móvil y otro día nos seguimos contando cosas. La cosa había salido muy bien y disfrute mucho en la interacción, los dos disfrutamos mucho. Ahora comparto una amistad preciosa con R, que además se esta pensando muy mucho participar de forma activa en el blog de forma anónima.
La chica que cruza I Posted by: egoland Posted date: junio 03, 2011 In: Directo Examinador, Experiencias Propias | comment : 0
Yo
estaba
Miraba
preparando
el
mi
maletero:
coche
Piano
para
portátil,
la
actuación
cables,
del
ukelele,
viernes.
pies,
etc.
Mi amigo apuraba un cigarro que yo ya no echaba de menos y me avisó que tenía que subir a casa a por algo… Así que aproveché el momento de soledad para repeinarme delante de un cristal de banco. Pero entonces…. Wow!!!
Pasó
ella.
Una de esas ―chicas especiales que le gustan a Egoh sin pasar por taquilla‖… Y me quedé helado. Noté un amasijo de nervios caníbales en el estómago y casi me pongo a temblar cuando me miró. Me miró
y
no
me
dejaba
de
mirar.
Yo estaba petrificado, sintiendo ese torrente de emoción que te inunda cuando hay algo tan poderoso que te
bloquea
Pero
ella
hasta avanzaba
al y
punto se
de iba
parar marchar
el
tiempo.
para
siempre.
Entonces, en una décima segundo, me di cuenta de que yo era Egoh. Yo representaba todo lo que enseñaba, eldirecto examinador, a EGOH, a mí mismo a todos mis alumnos y no podía dejar pasar a esta chica sin morir con las botas puestas. Hizo un esfuerzo notable y abrí mis brazos enseñando ligeramente la palma de mis manos. -Oye, disculpa…- le dije temblando..- te podría decir algo más normal pero… me he quedado alelado mirándote… y… Ella sonrió sin dejar de mirarme. Parecía como si disfrutara de su poder pero me estuviera animando a que yo lo tuviera actuando, como dice Santi en la Dramaturgia egolandiana, en su papel de la película. -… y quiero saber quién eres, volver a verte, conocerte, casarme contigo… esas cosas jajajajaj…!
No pude evitar reírme. Además, sabía que reírme de mi mismo iba a ser percibido como algo valioso, valiente Ella se me quedó mirando unos segundo que me pareció enterno. Y luego sonrió. -Yo no quiero casarme. Lo siento.
Esa frase tan lógica y natural, me la tomé como si realmente me hubiera rechazado a mí. Así que estoy seguro de que me cambió la cara. Entendía perfectamente las emociones que me han trasladado muchísimos alumnos al sentirse rechazados. Pero utilizando el espectador de la película y subtitulada me di cuenta de que esa chica que a mí me parecía una diosa, estaba sonriéndome
diciéndome
lo
único
que
me
podía
decir
para
jugar.
“Yo no quiero casarme”.
Estaba jugando. Al darme cuenta entendí que, como en los momentos más adversos de mi vida, solo tenía que confiar en mí. En mi historia, carisma, experiencia y apelar al Luis que devora lo que le pongan por delante cuando creé en él. -Pues si tú no te quieres casar y yo sí, se me ocurre una cosa intermedia para tenernos a los dos contentos. Seamos novios. -¡Ja ja ja ja!- Rió ella. Ya la tenía. Había superado la barrera de no control y no dominio que me hacía sentirme un gusano ante ella. Estaba riéndose y la había metido en mi juego de ligar sincero, crudo, desnudo y directo. Estábamos ligando y los dos lo sabíamos. -Pues
es
una
solución
que
no
tengo
muy
clara- me
dijo
ella.
-Hagamos lo siguiente, me tengo que ir, pero voy a pensar en ti lo que queda noche. Dame tu número y mañana te llamo para negociar. Ella dudó un instante mordiéndose el labio. -No te voy a dar el número y no me preguntes por qué. Pero casi todos los viernes suelo tomarme algo por el local “X”. -Entiendo. Pues puedes estar segura de que el próximo viernes nos tomaremos algo juntos. Y que sepas… ¿Cómo te llamas? -C. -Pues que sepas C, que voy a pasar toda la semana muy ilusionado. -Me alegro- dijo C moviendo el bolso para en ademán de irse. - Y que sepas que tú también vas a estar ilusionada aunque no me lo digas. -¡Ja ja ja! Tienes razón. No te lo voy a decir. -¡Ciao!. Mirándome en el espejo me he sonreído involutariamente. ¡Dios!
¡Qué
maravilla!
Todo
ha
vuelto
a
salir
bien.
¿Tendría novio? ¿Si yo no hubiera tenido prisa podría haberle sacado más información, conocernos, etc? Lo que sé es que una vez más, una de esas chicas de rostro y mirada poderosa, de esencia magnética ha vuelto a parecer en mi vida, como ha vuelto a aparecer en mi vida Ynés. La modelo de ésta foto que se ha prestado a ser mi musa. Nuestra musa. La imagen de mis artículos. Gracias Ynés. Ahora me gusto mucho
más
a
mi
mismo
contigo
en
mi
página.
¿Por
qué?
¿Qué tendrán en común Ynés y la chica del próximo viernes?
La chica que cruza (II) Posted by: egoland Posted date: junio 24, 2011 In: Directo Examinador, Experiencias Propias | comment : 0
Ayer entré en un local sobre las once de la noche. Iba solo. Tenia en mente a la chica que cruza, ¿y para qué negarlo? Quería sustancia para vosotros, mis lectores. Para poneos en antecedentes os recomiendo que leais el artículo ―la chica que cruza”.
Ayer era jueves y no tocaba encontrarme a esa titán de las perturbaciones emocionales. Según ella no podia darme el teléfono pero me informaba de que los viernes nos podríamos ver justo donde yo entraba por la puerta. Era la primera vez que entraba en aquel lugar. Poca gente, cálido, agradable y decorado de forma ibicenca. Música rollito chill out pero con gracia. Una rápida mirada bastó para darme cuenta de que no estaba. -Hola- me dijo una camarera rubia con una sonrisa bastante espontánea. -¿Qué quieres tomar? Le devolví la sonrisa. Era muy guapa pero irradiaba una alegría contagiosa muy cotizada en los tiempos que corren. Y más entre las camareras. -¿Qué tomarías tú si fueras yo? -¿Si fuera tú? Con esa barba tomaria cerveza Judas. -Ja ja ja- reí sin poder evitarlo.-No me gustan las motos. Para que lo sepas. -¿Pero te gusta la cerveza judas? -Sí. Eres una chica con reflejos- le contesté refozarndo su conducta y premiando su actitud. -Gracias. La chica sabía relacionarse con la gente. A mi ahora me tenia contento, intrigado, satisfecho y mirándole el culo. Me había colado la cerveza más cara y ya tenia que esforzarme por recordar a qué había ido yo allí. En el local habian dos mesas de chicas, unas cuantas parejas y tres o cuatro grupos mixtos. Ni rastro de nuetra amiga. La cosa estaba clara: Si la chica que cruza me había recomendado que fuera los viernes alli es porque era una asidua o porque trabajaba de camarera. La rubia entonces sería su compañera. Si empezaba a mandanguear con la rubia podría quedarme sin mi primer objetivo. Pero era ella la que tendría que suministrarme información sobre la segunda. -Disculpa. Busco a una chica morena, muy alta atractiva con cara de ser modelo de ropa parisina. Suele estar aquí los viernes. -¿Alejandra? -Podría ser. -Pelo liso, por los hombros, ojos grandes y una voz muy característica. -De momento encaja. -Olvídate de ella. Tiene novio. -Tiene novio. Ok. Mientras me olvido, dime, ¿trabaja aquí?. -Sí. Trabaja aquí. -¿Camarera? -Copropietaria. -Eso la hace más atractiva. ¿Y te cae bien o mal? -Si yo soy camarera y ella es mi jefa solo me puede caer bien, ¿no?- me dijo arrugando las cejas en una clara expresión de apelar a mi inteligencia y entender su código de ironía. -Oye, me está gustando hablar contigo. Tienes tu punto gracioso irónico… Pareces una monologuista. -¿Eso es bueno o es malo? -Bueno, sin duda. Además sabes perfectamente como te quedan esos pantalones. Así que todo suma. -Gracias. Hacía teatro y la noche te espabila mucho. Tienes que aguantar a muchos pesados. Pero hasta que consigo trabajo de lo mío es lo que hay. Estaba empezando a cualificarse. Ella quería que yo supiera que ―Hacía teatro, los hombres la acosan y que tenia proyectos‖. -¿Y lo tuyo es? -Logopedia.
-¿Logopeda? ¡Mira que bien! Una vez conocí a una logopeda. Acabamos dándonos besos… -y es que por mucho que intente planificar u organizarme para ir a por la tal Alejandra, no puedo contener mis avances ante una chica guapa al que empiezo a afectar. Ella me miró con una sonrisa. y me aplicó, ella solita, ―el espectador de la película subtitulada‖. Y es que las mujeres lo tienen integrado. -¿Tú no has venido a por Alejandra? -Si. ¿Pero qué tendrá que ver una cosa con la otra? Yo vengo a por Alejandra, pero me encuentro una chica como tú, logopeda, con un cuerpo explosivo, inteligente, e intuitiva, y qué pretendes que haga? ¿Que no intente ligar contigo? -¡Ja ja ja!… ¡¡Hombres!!- Dijo coquetamente mientras se daba la vuelta para atender a otras personas de la barra. La estaba empezando a envenenar. Ella había asumido que yo iba a ligar con ella y ella sonreía. Aplicando el espectador estaba claro. Mi actitud, directa, sincera y transparente pero exigente le gustaba. Pero lo que creo que más le gustaba es que había captado en seguida algo que ella se valoraba mucho de sí misma. Su inteligencia. Volvió a los dos minutos a la zona donde yo me encontraba. Se había soltado el pelo. Lo tenia rubio amechado pero natural y estaba preciosa. O sea… HABÍA MANDANGA. En ese momento miró hacia la puerta y me dijo seria y con cierta expresión decepcionante. -¡Mira! Ha llegado tu amiga Alejandra. Al girarme vi a un chica muy atractiva y guapa. Seria y altiva. No era la chica que cruza. -No es ella.- le dije. -¿Ah no?- dijo muy sorprendida. Tras unos minutos en los que Alejandra charlaba con mi nueva camarera rubia, volvió a acercarse a mi. -Hay que hacerle caso a la jefa. -Desde luego- contesté. La cosa estaba clara. Si la chica que cruza no era la jefa, esta preciosidad debía ser mía. -Tengo un plan. Te voy a preguntar el nombre en otro sitio. Eres una chica inteligente y por tanto estoy seguro de que valiente. (le apliqué la herramienta del directo examinador A o B). O me voy y que nos hayamos conocido no ha servido para nada, o ya que somos atractivos, guapos, perspicaces y que sabemos valorar lo bueno, mañana quedamos por la tarde antes de que entres a trabajar a tomarnos algo y a comprobar lo inteligentes que somos los dos…. Ella me miró un segundo y dijo .. -Mañana no trabajo. -¿Eso lo convierte en una cena? pregunté… -Bueno. -Una chica inteligente. Apunta tu número y te llamo mañana. Ella apuntó su número en mi movil bajo el nombre de Raquel y me despedí con una sonrisa. -Puedes estar seguro de que solo me has caído bien y que mañana no va a pasar nada entre tú y yo. -No me cabe la menor duda.- le dije con una sonrisa. Al girarme susurré sin que me oyera… ―lo mismo que dijo mi última logopeda”.
Salí por la puerta con una sonrisa. No había encontrado a la chica que cruza, pero me había cruzado con una chica preciosa, divertida y valiente. Y es que si es inteligente, la herramienta A o B no falla. Os contaré que pasará esta noche… pero antes, aprovechando que Raquel no trabaja hoy en el local, seguiré intentando encontrarla….
La chica que cruza (III) Posted by: egoland Posted date: julio 15, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 1
Queridos amigos, Me quedé a medias con una historia que había añadido protagonistas. ―La chica que cruza‖. Si recordáis, al ir a por ella me encontré con una animada y pizpireta chica que me aconsejaba productos de importación por mi barba y que aceptó una invitación para cenar conmigo. Así pues, no hace muchos días ocurrió esa cita. Yo llegué bastante flamenco. Tenía una confianza ciega en que esa chica y yo íbamos a disfrutar de nuestra cita de una forma clamorosa y que la cosa iba a acabar bien. ¿Por qué? Porque ella había demostrado ser inteligente e ingeniosa. ¿Y eso qué quiere decir? Que iba a saber valorar mi ingenio, iba a inspirarme e iba a hacerme reir. Combustible perfecto para alimentar las llamas de mi fogosidad y de mi comunicación fogosa. Al llegar me la encontré con un vestido rojo y de falda corta. Un recogido en el pelo tipo antiguo y un maquillaje tan ligero como efectivo. Era obvio que admiraba a Audrey Hepburn. Eso confirmaba mis sospechas. Inteligente, refinada, culta y con un alto de concepto de sí misma. En la cama sería fogosa, abierta pero con la necesidad de tener un papel coprotagonista. Querrá tener su momento de mando. -Hola. -Hola. El vestido te queda de muerte. -Gracias. Tú también estás bien. -No mientas. Mi operación bikini está siendo más costosa de lo que yo creía. Pero te aseguro que para cuando tengas que presentarme a tus padres ya estaré delgado. Ella rió y me dijo que a sus padres les gustan con pasta. Que lo demás les dá igual. Lo que me llevó a corroborar que estaba delante de una chica especial. No había dicho lo típico de ―vas muy rápido‖. Nos sentamos en una terraza y utilicé el espectador de la película para corroborar lo que se avecinaba. Entonces hice un narrador… -Nos conocemos una noche, quedamos, vienes preciosa yo vengo precioso… ¿Te das cuenta de cómo nos lo vamos a pasar? -¿Te das cuenta tú de que aquí no va a pasar nada esta noche? Esa frase implicaba una afirmación clamorosa de que sí iba a pasar algo por el matiz de la TEMPORALIDAD. Ella había dicho ―esta noche‖. Eso me hizo sonreir y relajarme más todavía. Todo era cuestión de minutos… más o menos… pero minutos. Así que quise disfrutar de lo que tenía delante. Una de las técnicas de las que os hablaré en mi libro para que viváis de forma rabiosamente intensa es fotogafriaros mentalmente con ella en las escenas más representativas de cada momento. Ásí como grabad los audios en una grabadora invisible para que empiece a formar parte de vuestra memoria a cortoplazo y poco a poco la incorporéis a la de largo plazo. De esa forma dispondréis de un sin fin de recuerdos con ella y os permitiráAPRENDER DE ELLA. Tema abordado también en este blog y de importancia vital en el libro. -Cierto, esta noche no va a pasar nada. Pero quiero que sepas que es probable que esta noche vaya creciendo en mi unas ganas intensas de que pase algo. Todo irá en función de si eres una chica abierta, inteligente y divertida. Ya te digo yo, que físicamente me encantas. Ella rió con cierta incredulidad. Y es que yo me encontraba tan transparente y conectado con la energía que me imaginaba envolviéndonos que la interacción me parecía coser y cantar. Aunque en mi caso, lo de coser no está tan claro…
Hablamos de nuestras vidas de una forma intensa, divertida, yo dirigía la conversación hacia donde necesitaba, hacia donde me interesaba, y apenas hacía falta cortar hilos porque realmente a ella le interesaban las mismas cosas de mi que a mi de ella. Una hora después utilicé de nuevo el espectador de la película subtitulada para comprobar que estaba pasando. Era perfectamente coherente la escena con el texto. Esto iba como lo seda. -¡Si esta noche no es maravillosa que me aspen! Te conozco, comparto tres de tus hobbies, a los dos nos flipan los Foo Fighters, eres rápida y fluída como el agua, ese vestido te queda de miedo y encima te estoy atrayendo… ¡Que maravilla de noche! Ella volvió a reir e intentó repetir mi frase..‖te estoy atrayendo―… le impactaba mi actitud tan segura y a la vez cómica. -¿Pero tú de donde has salido, Luis? -No te centres en mi origen´. Céntrate en el papel que puedes tener en mi camino. -Eres un chico distinto- me dijo… Eso me obligó a besarla. Entonces ella me apartó con una mano. -Por favor… - me dijo algo incómoda. Estaba claro que ella me deseaba, así que había que averiguar ese otro problema. -¿Demasiado rápido? -Estoy casada.
La chica que cruza (IV) Posted by: egoland Posted date: julio 29, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 1
Si recordáis la historia (os invito a leer el transcurso de los sucedido en el apartado de Historias de seducción anteriores) ella había roto el diálogo e interrumpido nuestro beso por un motivo sorprendente. -Estoy casada. En ese momento me quedé helado. Y tras pasar unos segundos… reaccioné como suelo en situaciones de estres… -¡Como en las películas!-dije. Y sin poder contenerme me reí algo incrédulo y resignado. Ella al verme, se desconcertó y sonrió sonrojada. Hasta que no pudo evitarlo y rió unos segundos conmigo. La situación era la que era. Y había que aceptarla. Como os decimos siempre en esta casa, el humor es un forma de aceptarse, aceptar las situaciones más incómodas para convertirlas en cómodas y sin las presión de las soluciones express. Por otra parte, mi experiencia en la vida, con alumnos y sobre todo con las mujeres, me ha hecho darme cuenta de que quitarle hierro y gravedad a lo que la persona que tiene delante es infalible.Desdramatizar una situación de carencia, inferioridad o vergüenza va a facilitar que se sienta a gusto contigo. Ella nos había jodida la fiesta por estar casada, pues la mejor demostración de que no ha hecho nada grave ni me debe nada es que compruebe que ni me ha hecho daño, ni la situación va implicar ninguna ofensa a nadie. No podéis imaginaros como me lo agradeció sin palabras. -Eso quiere decir que si acabamos siendo novios será mucho más densa la historia de como nos conocimos… ¿‖eres consciente‖?
Ella esta soltó una carcajada desconcertada. Ya se había solucionado la situación presente. Ahora había que solucionar la futura. -Soy consciente. Lo siento.-dijo de nuevo bajando la mirada. -Entiendo que lo sientas. No me parece ni el momento nio el lugar para estar casada. Ella volvió a reir. Y yo también. Pedimos otra ronda. Me contó algunas diferencias entre ella y su marido sin entrar en detalles. Me habló de su momento. Muchas veces he oído en la comunidad de seducción que escuchar cosas relacionadas con su vida con otros hombres supone ―tragarse su basura‖ y que eso no había que consentirlo. Es una de las cosas más peligrosas que he escuchado como norma en esto de la seducción. DEPENDE. Ella me estaba explicando su situación y necesitaba de mi la comprensión de un hombre y un confidente. Es la respuesta NATURAL de un seductor. Y por supuesto, así lo hice. Poco a poco, os iré revelando técnicas de escucha y guía que utilizamos en la psicología para que os sientan personas interesadas y empáticas con la historia de los demás. Yo, por supuesto le conté mi situación sentimental y como me sentía en este momento de mi vida. Ella me propuso cambiar de sitio. Y así lo hicimos. Durante el camino le propuse pararnos en una esquina. La apoyé contra la pared. Me acerqué en silencio milímetro a milímetro. Ella no dijo nada. Volví a besarla y esta vez no hubo brazos en medio. Estaba asumiendo lo que estaba pasando y yo asumía mis riesgos. Me hubiera podido rechazar de nuevo. ¿Y qué? Éramos un hombre y una mujer en un momento sensible, emocionalmente voraz, sincero e inmersos en una historia de cómplices. Llegamos a nuestro destino excitados pero serenos. Ella sentía que conmigo no tenía nada que esconder y que yo me mostraba tal y como yo era. Hablamos de cine, de música, de planes cada uno por su cuenta. Y tras una hora de descubrimiento mútuo me dijo: -Quiero intentarlo con mi marido. Lo amo. Yo la miré en silencio. Con cierta resignación. -Lo entiendo. Volvimos a besarnos. Dió un trago a su vino, cogió el bolso y se levantó. -Gracias, Luis. Ya sé lo que quiero. Entonces se fue con una sonrisa mirando hacia abajo. Acabé mi vino pensando en lo sucedido. Me sentía tristemente bien. Había ayudado a una mujer a tener claro algo: Después de probar a ser infiel o jugar con ello, iba a tomar las riendas de su relación. Amaba a un hombre con el que tenía un problema. Había probado lo que le pedía el cuerpo y el alma. VIDA y PASIÓN. Como todos, había cometido un error y se dió cuenta de que quería luchar por su relación porque yo le había hecho recordar por qué se enamoró de él. LLamé a mi amigo Winnie. Compañero infatigable de mandanga. -Winnie, ¿esta noche salimos? -¿Estás ―flamenco‖? -Esta noche me siento muy orgulloso del género femenino y quiero agradecérselo.
Seduciendo de día (III): Usa Posted by: helio Posted date: mayo 30, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 4
Seducir. Para mí seducir es equivalente a comunicar. Pero, revisando mis aventuras y anécdotas varias, he caído en la cuenta de que no ha sido ni una ni dos veces en las que he seducido sin compartir idioma con la otra persona. ¿Como seducir en situaciones en las que no controlas el medio de comunicación? Os voy a contar mi historia con llamémosla Chan Hoo Wing. Era Julio del 2010. Pasaba probablemente el mejor mes de mi vida en Orlando, trabajando para la Universidad de Florida y disfrutando de la compañía de gente de alrededor de todo el mundo. Para conseguir esa oportunidad exageré en la entrevista un poco mi nivel de inglés. Exagerar es un verbo más bonito que otros que podría utilizar. La cuestión, lo había conseguido. Estaba en USA, la cuna del rock, del baseball, viviendo en un apartamentito propiedad de la Universidad y disfrutando como nunca. La seducción era parte de mi día a día, mujeres de todos los países estaban en el mismo programa que yo; compartía tiempo y disimulaba mi carencia del idioma ante nacionalidades diversas. Os contaré muchas historias de ese mes, pero hoy me centraré en mi amiga Chan. Llevaba dos semanas en USA y poco sabía de ella. Sólo que era taiwanesa y que allí tenía un novio taiwanes. Su edad, veintisiete años no correspondía con su físico, que aún guardaba un aire adolescente. Su profesión era la de administrativa. Habíamos cruzado un par de palabras tímidas y sinceramente, ella ya había cautivado mi atención, por exotismo, por sensualidad y por un físico que llamaba mi atención. Estábamos de excursión en algún parque temático de esos que tanto gustan a los estadounidenses y una rusa ya estaba echándome broncas como si de mi pareja se tratase. Así que necesitaba un cigarro (horripilante hábito que tengo que dejar). La vi sola, sentada en un banco y con mi pauperrimo inglés la invité a acompañarme. ―I don´t smoke‖ ―I know, but I want to talk with you about something‖ (Lo sé, pero quiero hablar contigo sobre algo). Mi reacción no le dejaba opción a no venir. Anduvimos hasta el rincón que tenían para fumadores. Allí ella se me quedó mirando con apatía. Y allí intente explicarme como pude. ―Well, the last days I was looking at you and…‖ Su expresión era parecida a ―Tío, no entiendo nada de lo que me dices‖ Segundo intento. ―So, I´m a boy, and you are a girl, a very special girl…‖ Su cara ni se inmutaba. Si quería conseguir algo no sería con mi famosa habilidad verbal. Así que vencí todas las barreras que mi cuerpo y cerebro podían tener y la besé en la boca. Eso demostró mi interés en ella de una forma directa. Fue un beso corto. Ella se quedó paralizada. Volvió la tranquilidad a mí. Lo había hecho. Sonreí y le dije que ya podíamos volver. En silencio caminamos hasta donde se encontraba el grupo. Durante el resto del día nos cruzábamos miradas y yo le sonreía. Le hice un par de comentarios graciosos sin referirme a lo que había pasado horas antes. La diversión conmigo la tenía asegurada. Me sentía cómodo con la tensión, eso muestra seguridad y resulta atractivo. Al final del día un autobús nos dejó en los apartamentos donde yo vivía. Ella se acercó a su coche para dirigirse a otra zona donde ella dormía. Cuando me aseguré de que la gente ya no estaba delante, me fuí hacía ella. ―¿Por qué no te quedas un rato en la piscina?‖ ―¿Por qué me has besado antes?‖
―Porque era lo que realmente quería hacer‖ . Ella dudó y se metió en su coche. Yo seguía sonriéndole, con actitud comprensiva, sin inmutarme, sin reactividad, sabía que iba a ser difícil. Mi sonrisa se amplió cuando antes de irse me dijo ―Voy a por el bañador y vengo‖. Cuando ella llegó, yo estaba en la piscina. Estaba preciosa. Se metió en el agua. La gente jugaba y reía alrededor, pero yo y ella estábamos hablando de nuestras emociones en USA; dedicamos media hora a conocernos. Yo hablaba de todo lo que estaba sintiendo, de la magia del rock, de la increible energía que sentía. Ella sobre la oportunidad de conocer un mundo tan distinto como el occidental. La invité a mi cuarto para enseñarle las fotos de mi ciudad y demás. Estaba justificadísimo, por el hecho de que estábamos mostrándonos quienes éramos y de donde veníamos. Ella accedió. Una vez en mi cuarto volví a besarla. ―Álvaro, no creo que debamos hacer esto‖. “Es una pena, porqué desde que te he dado el beso yo creo todo lo contrario”. El resto podeís imaginaroslo. Las siguientes semanas ella me ayudó mucho con mi inglés. Compartimos nuestras culturas y muchas más cosas. Chan Hoo Wing. ayudó y mucho a que mi experiencia en USA sea inolvidable y espero algún día poder volver a verla.
El espectador de la pelicula subtitulada (II): La exnovia Posted by: egoland Posted date: mayo 17, 2011 In: Experiencias Propias, Herramientas | comment : 3
Estoy en una terraza de verano.Saboreo un té al limón helado escribiendo para mi revista. Unas ocho personas comparten mi escenario. Mi objetivo era bajarme escribir sobre los celos y voy utilizar mi presente para acabar haciéndolo sobre el espectador de la pelÌcula subtitulada de nuevo. Hace veinte minutos, al pedir la consumición ha pasado por la acera. Teresa. Y digo Teresa porque es un nombre propio completamente distinto al nombre real. Teresa, es una exnovia de feliz vida emparejada, que desde hace dos años ignora mi existencia de una forma, creo, que demasiado exagerada. Nunca he entendido esa necesidad que tienen algunas de romper cualquier vínculo con exparejas, e incluso de reescribir la historia para no tener ninguna justificación que permita charlar algún día, llamarse para preguntarse cómo va todo, o incluso recordar viejos tiempos en la cama si no hay nuevas parejas de por medio. Para un profesional de la psicología como yo, acostumbrado a analizar conductas, el espectador de la película subtitulada es la VÍA para poder sacar conclusiones.
¿Qué pinta una persona que me ha dicho sucesivas veces que me ama ignorando mi existencia hasta niveles ridÌculos? -Hola Teresa. -Vaya. ¡Qué sorpresa! Luis. ¿Qué tal? Estaba algo más delgada que la última vez que la vi. Nerviosa y sonriente. El encuentro parecía haberle roto los planes fueran los que fueran.La he invitado a sentarse conmigo. Primero tenía mucha prisa, luego la estaban esperando hasta que finalmente y por mi insistencia ha accedido compartir mi mesa. -¿Qué es de tu vida?
-Bla bla bla bal…. Estoy viviendo con mi novio… bla bla bla… -Estupendo Teresa. Yo estoy soltero.. bla bla bla bla… mi trabajo bla bla bla… La conversación giraba en torno a nuestras vidas desde una exposición objetiva radical de hechos y acontecimientos. Y por eso, tras unos minutos después he querido romper la dinámica llevándola al abismo de las emociones vinculantes. ¡Era Teresa! La misma chica con la que he planificado épocas, coqueteado con diseños de casas y saboreado sus recovecos. -Teresa. Te mandé dos emails y dos sms. Y no me contestaste a nada. -Sí. Es que no pude. Estaba liada y tal y bla bla bla bla -¿Sigues pensando en mi? -¿Yo? Pero qué dices, Luis? Soy muy feliz. Oscar me da todo lo que necesito.. bla bla bla… No pude evitar utilizar el espectador de la película subtitulada: Si tenía todo lo que necesitaba, ¿por qué huía de mí? ¿Por qué no era capaz de contestar mis mensajes como alguien que se alegra de las buenas noticias de una persona de la que sabes sus inquietudes?
¿Por qué si el texto dice LO TENGO TODO, la escena dice HUYO DE VERTE? Una vez más, el texto y la escena no eran congruentes. Ella intentaba rehacer su vida con el lastre de un reproche por nuestra ruptura. En el pasado yo no accedí dar un paso más vinculante, y ella no estuvo dispuesta a asumir que nuestro nivel de implicación en la pareja era asimétrico. -¿Me tienes miedo, Teresa? ¿Me echas de menos? -Luis. ¿cómo puedes decir esa memez? Tengo a un hombre que me hace feliz, que me demuestra† diariamente que soy la mujer de su vida. No tengo tiempo ni para echarte de menos ni para tenerte miedo. -Me alegro de verdad por ti. Pero, ¿sabes? que no contestes un mensaje tan cordial o poco amenazante para tu relación como ¿Cómo estás?”, parece que me percibas como una amenaza o que pretendas castigarme. -Eso es una tontería. -Yo solo quiero saber si quieres recibir mis mensajes de cuando en cuando o prefieres que me olvide de que existes. -Luis. No quiero recibir tus mensajes. Aunque sean cordiales. - Entiendo. El espectador de la pelÌcula subtitulada me lo decÌa claramente. Su expresión, esta vez, mucho á·s sincera, relajada y transparente transmitía su verdadero mensaje: No te he olvidado” “Necesito más tiempo para poder ser tu amiga porque mi relación no ha conseguido fulminar mis reproches hacia ti.”Antes de levantarse, me ha mirado con los ojos humedecidos, apretado la mano y me ha dicho ―cuídate―.He soltado sus dedos aceptando los designios del destino y la he visto marcharse sin poder evitar un suspiro en mi pecho. Teresa…
La chica del tren (I) Posted by: egoland Posted date: febrero 21, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 13
Tras un maravilloso taller en Madrid, donde los alumnos progresaron como águilas imperiales, me disponía a subir al tren para volver a Valencia. Al sentarme en mi asiento, me dí cuenta de que estaba absolutamente rodeado de parejas. Jóvenes y treintañeras con pinta de regresar a sus casa tras visitar ARCO. La muestra de arte contemporáneo que se celebraba este finde en Madrid. Por una parte me daban cierta envídia, dormirían juntitos, abrazados y tendrían más cosas que contarse en su vida parejil. Yo en cambio, volvía cargado de un montón de recuerdos, sonrisas y rechazos superdivertidos, del tallerGESTIÓN DEL RECHAZO, además de una aventura nocturna con una amiga valenciana que me encontré en Madrid. Sorpresas de la vida. Había sido intenso, y me merecía sin lugar a dudas, una cerveza en la cafetería del tren. En frente de mi se sentó una mujer sola. De unos 40 muy bien llevados. Era elegante, de piel tersa y sumamente exquisita en sus complementos. -Buenas- le dije para que viera que no iba a consentir que no nos saludáramos. Ella sonrió y me contestó con cierto tono de disculpa. Cogió su móvil y se puso a Whatsapear . Era la única no emparejada que tenía alrededor y no tenía mucha gracia aquel plan. -Perdona, cuando acabes con el móvil estaría bien que nos diéramos conversación. Nos ha tocado enfrente y tenemos dos horas de viaje. ¿Lo ves viable? Ella se quedó sorprendida. -Claro- pronunció con una sonrisa incrédula. -Me llamo Luis ¿y tú? -C. Nos contamos qué habíamos hecho cada uno en Madrid. Yo dije que hacía cursos sobre psicología y ella tenía una galería en Valencia. A los diez minutos de conversación ella se quitó la chaqueta y me sorprendieron dos pechos verdaderamente sugerentes. Grandes y altos. Y aquello me cambió por dentro y en seguida por fuera.Interrumpí su discurso sobre las nuevas tendencias pictóricas para decirle algo claro y conciso. -C, perdona que te interrumpa, pero quisiera que no hubieran malos entendidos. Me pareces una mujer muy atractiva. Por si pareciera que no me lo resultas. Ella se puso roja y miró a su alrededor. Todas las parejas del tren nos miraban pendientes de su respuesta. Fué divertido. -¿Estás ligando conmigo? -Pues desde luego, lo voy a intentar. Pero es un problema mío. ¿Tú que harías si se te sentara enfrente una mujer alta, elegante, de ojos claros y con un cuerpo tan escultural? (HERRAMIENTA PONTE EN MI PIEL) -¡Ja j aja! Pues no sé… -Pues yo sí que lo sé. ¿Nos vamos a la cafetería? Te invito a tomar algo. Había que modificar nuestro entorno. Tanta gente delante me iba a estropear la mandanga. En la cafetería pedí una cerveza. -¿Qué quieres tomar? -Un ron con cola-dijo. -¡Vaya! No pudimos evitar reírnos ambos. -No siempre intentan ligar contigo en un tren.- contestó justificándose. Era obvio que ella quería eliminar sus disonancias, quería divertirse y sabía que tomarse una copa la ayudaría a quitarse vergüenzas e timideces de encima. El espectador de la película lo decía claro. ¿Qué hace una mujer pidiendo un ron cola en la cafetería de un tren con un tipo de barba diabólica confeso pretendiente?MANDANGUEAR!!!
-Me gusta tu respuesta. -Pero te advierto que no soy una mujer fácil. -Pues yo te advierto que en eso nos parecemos. Así que olvídate de conocernos, tomarnos una copa en una cafetería y acabar haciendo el amor en algún lugar de estos vagones. Ella rió de forma impulsiva. La conversación se había tornado explícitamente sexual y la cosa tenía muy buena pinta. -¿Tienes pareja?- me preguntó. Antes de contestar me paré un momento para observarla. Esa pregunta y con ese tono, me sonó distinta que otras veces. ¿Realmente a ella le importaba? Podría ser. Quizá se estuviera planteando una proyección de futuro , ¿pero tan rápido? Era una mujer de edad. Elegante y culta, con lo que no parecía que estuviera planteándose una futura relación conmigo. Y dado que había pedido un ron cola, percibí que quizá lo preguntaba para saber el nivel de complicidad que había entre ambos. Así que me la jugué DOBLE O NADA y me inventé algo que se pareciera a lo que creía que ella tenía. -Se podría decir que no estoy completamente solo. Ella sonrió y sorbió su copa. -Yo tampoco. Ahí lo teníamos. El plan era una infidelidad de igual a igual. Los dos infieles mejor que uno solo. Ahora estaba claro que los mensajes bilaterales surgirían solos.
La chica del tren (2) Posted by: egoland Posted date: febrero 23, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 31
-¿Qué es lo que más te gusta de tu personalidad? -Creo que soy bastante intuitiva. -¿Y qué intuyes que va a pasar entre nosotros en este tren? Tras otro trago, me contestó que intuía que podía pasar algo que no tenía planeado, a lo que le contesté que coincidía con ella en el análisis. -¿Y tú? -Pues antes de hablar de mí quisiera decirte que me gusta de ti es que vives el momento. Eres una mujer aventurera. ¿Me equivoco? -No. Me gusta vivir el presente. -Se agradece encontrarse personas que se parezcan a uno. -Y qué es lo que más te gusta de ti?-preguntó con interés. -Yo diría que me gusta comunicarme con todo lo que me rodea, sobre todo con las personas que se parecen a mí. -Sí. Conmigo desde luego te has comunicado muy bien. -Se hace lo que se puede. Pero aún puedo comunicarme mejor. -Ah ¿sí? Me dí cuenta de que estábamos sólos en la cafetería y que la camarera estaba de espaldas. En ese momento la besé en los labios. Tenía una boca espléndidamente carnosa con una lengua que se movía lenta y densa. Al acabar el beso ella pidió otra copa. Sabía la que se le avecinaba. Y yo estaba encantado de la vida. De hecho, durante la conversación, ella no hacía el menor esfuerzo en que conocieras sus datos personales. Y todo lo que no es normal es anormal. Parecía evidente que estaba casada y quería darse
una fiesta. Yo podía suministrarle emociones fuertes pero apenas quedaba una hora de trayecto. No tenía pinta de que una mujer en pareja pudiera retrasar su llegada a casa. Así que lo tuviera que pasar habría que intentar que sucediera en el tren. Entonces creí conveniente empezar a enterarse de qué sitios dispone un tren para la pasión. Lo primer que pensé es en el servicio. No iba a ser muy romántico pero sí podría ser morboso. Quizá hubiera algún cuarto de limpieza… C. Volvió con dos copas. Una para mí y otra para ella. La cosa estaba clara. Quería algo cañero, mandanguero y sin romanticismos de por medio. -¿ Y qué es lo que más te gusta de ti físicamente? -Yo creo que mi boca. -Preciosa, por cierto. ¿Pero qué me dices de tus pechos? -Dicen que están muy bien. -Entiendo. Eso me confirmó mi idea de su cuerpo. Le pedí entonces que se desabrochara un botón de su camisa. Ella miró a su alrededor y lo hizo. Tenía un escote absolutamente hipnótico. -¿Qué harías tú si fueras yo y tuvieras a una mujer como tú con tan buen gusto para elegir la ropa? -Pues pasarlo mal. Porque estamos en un tren. Entendí las ganas que tenía de jugar su poder sobre mí. Por lo visto llevaba tiempo sin sentirse un objeto de deseo explícitamente codiciado. Y lo cierto es que conmigo lo estaba consiguiendo. Me imaginé casado con una mujer como ella y se hizo complicado entender a su marido, si es que estaba en lo cierto. Tanto aroma y tanta curva me podría tener enganchado a su lado mientras estuviera vivo. -Pues sí. La verdad es que me lo puedes hacer pasar muy mal. ¿Sueles hacéselo pasar mal a la gente o sólo es a mi? Ella rió y me contestó que hacía mucho tiempo que no. Durante más de dos minutos nos miramos hablando de el tipo de hombres y mujeres que solemos encontrarnos en la vida. Ella me dijo que se suele encontrar hombres muy tímidos que la miraban con deseo de forma incómoda. En cambio otros expresaban sus deseos muy poco acertadamente. Y que jamás ninguno le había dicho algo así en un tren. Yo le dije algo parecido a una media verdad, que me sonó a mentira, porque me recordaba una historia parecida en un tren dirección Sevilla con una chica más jovencita, eso sí, con menos pecho. -Pues tú debes ser la primera mujer con semejante boca, semejante escote y con tanto misterio sobre su vida, que me inspira tanto en un tren. De hecho, te daría otro beso. Recuerdo a mi pene en una actitud muy bélica. Ella me negó con un dedo delgado y un anillo verde. -Ahora aquí hay gente. -Sí, un señor leyendo un periódico y la camarera. Al primero se le vé muy concentrado, y la camarera no va a poder moverse de su sitio. Ella se divertía con sus negaciones. De hecho, parecía una cría disfrutando de sus primeros momentos de tonteo. -Ya. Y ¿qué posibilidades crées que tengo para que al llegar a la estación te vengas a mi casa? -Ningunas. -¿Ningunas? ¡Joder! Esto ya no mola tanto, C. Quiero que lo sepas. -¿Tú no eras como yo, hombre de vivir el presente? Esa frase sólo indicaba algo: Había que buscar un puto vagón, camarote, habitáculo o como se le llame técnicamente en menos de 10 minutos.
-Nos vamos de paseo, C. No te cojo la mano pero imagínate que estamos cogidos.- le dije para evitar incomodarla ante la gente. Sus ojos brillaron por un momento más de lo habitual. Era una mujer verdaderamente atractiva. Decenas de caras dormían, leían o se entretenían con la película de las pantallas. Eran completamente ajenos a la escena bélico-emocional-sexual en la que C. y yo nos encontrábamos. Atravesamos pasillos y en cada línea negra que había en las paredes, yo rascaba como si hubiera una puerta. Todo estaba cerrado y aquello a ella le hacía gracia. -Estamos teniendo muy mala suerte, C. -O buena. Depende de cómo lo miremos. -Yo lo veo mal. ¡jajajaja! Y tú deberías verlo igual, C. -Es muy divertido.- me dijo. Ella solita nos hacía los NARRADORES. Y vedaderamente era divertido. Pero yo estaba más cachondo que un orangután keniata, y aquello, estaba convencido se podría convertir en algo más divertido todavía si cualquier de esas puertas de plástico se abrieran. Entonces volví a besarla. Nos dirigimos al servicio más cercano. Estaba ocupado. Por un instante nos dimos cuenta de que la excitación era mútua. Esperamos una eternidad, pero al final se abrió la puerta del baño y salió una señora de la cual no recuerdo su cara. Justo a punto de entrar me dijo con un tono de voz de disculpa que tenía el periódo pero que me podía hacer feliz de todas formas. -Tengo el periodo. Un cuarto de hora después, C. me dijo que no iba a darme el teléfono ni ninguna forma de contacto. Llegamos a la estación y se aseguró de salir por una puerta distinta a la mía.Mientras arrastraba mi maleta, la vi con un hombre alto, mayor y bastante guapo. Seguramente su marido. Me sentí confuso. Una mezcla de paz y de placer. Una mezcla de tristeza y de haberme sentido utilizado.. ¡Cómo nos parecemos las mujeres y los hombres! Algo bello al fin y al cabo.
La chica de la tienda de animales I Posted by: egoland Posted date: diciembre 26, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 2
Hace exactamente una semana me encontraba paseando por mi ciudad tras despedir a un alumno de un taller personalizado. Había sido un éxito y como tras cada taller, me sentía extenuado. De pronto ví una tienda de animales que no conocía. Está bien que la gente emprenda negocios en los tiempos que corren. Me acerqué al escaparate y me quedé petrificado: Ante mi, dos tortugas geocleone pardalis de más de un palmo cada una. Tortugas terrestres leopardo. La gente que me conoce sabe que si hay cuatro cosas en la vida que me encantan son las chicas, el rock, las tortugas y leer filosofía. Las cuatro siguientes cosas que más me gustan podrían ser perfectamente quejarme de las chicas, quejarme del rock, quejarme de las tortugas y criticar a los filósofos. Aunque las cuatro siguientes serían criticar a los que se quejan de las chicas, a los críticos de rock, a los que se quejan de las tortugas y a esos tipos que leen a filósofos para luego criticarlos. El caso es que eran preciosas. Entré ilusionado a la tienda para encontrarme con una chica delgada y castaña. De rasgos atractivos y piel lechosa. Iba con una especie de bata verde. Como si fuera una veterinaria.
Me saludó con una sonrisa amable y al preguntarme qué deseaba le dije que conocer el precio de las tortugas. -No están en venta. Son mías. -¡Vaya!- contesté sorprendido. Era evidente que si eran suyas me tenía que enamorar de ella. Éramos la pareja perfecta. Tortugueros, altos y guapos. Yo podría tocar el ukelele en nuestro jardín mientras ella me acariciara el pelo delante de nuestras tortugas gigantes. Viviríamos en una humilde casa de campo y seríamos felices. Criaríamos tortugas y no las pondríamos a la venta. Mi mensaje era claro. Ahora sólo tenia que adecuarlo para que no se asustara. Yo era un chico y ella una chica. ¡Los dos deberíamos querer lo mismo! -¿Pues sabes que eres la primera chica atractiva que conozco que le gustan las tortugas? Ella sonrió al darme las gracias antes de decirme que ella sí conocía. -¿Por qué elegiste pardalis?- le pregunté. -Son fáciles de criar. Se hacen grandes y a mi me gustan los animales grandes. -¡Yo soy un animal grande!- le dije. Ella rió y miró hacia abajo. Era una tierna chica amante de los animales grandes y yo no dejaba de pensar en nuestro futuro jardín de tortugas grandes, perros grandes y plantas grandes. - Me fascinan las tortugas terrestres. Pero me fascinan más las chicas a las cuales les fascinan. No tengo novia, espero que tú no tengas novio y me parece que, como amante de las tortugas y como chica deberíamos tomar un café, hablar de tortugas, de ti y de mi. ¿Qué me dices? -¡Vaya! ¡Qué directo! -No puedo ser más sincero. -Yo tampoco tengo pareja. -¡Maravilloso! De todas formas, como tú no eres tan apasionado como yo, quedaremos como amigos, nos conoceremos te compraré tortugas que sí vendas y, si nuestras pardalis se llevan bien, incluso puede que quedemos a cenar algun día. ¿Qué te parece?- le pregunté utilizando los MENSAJES BILATERALES. -Me parece bien por una parte pero mal por otra. -¿Qué parte te parece mal? -Pues que eres un desconocido y no acostumbro a decir que sí a los chicos que entran por la puerta y en dos minutos me proponen cenas. -¿Te pasa muy amenudo?-dije con cierta gracia. -No. -A mi tampoco. En eso nos parecemos. -¿Pero por qué quieres quedar conmigo tan rápido? ¿Lo normal es conocerse un poco más, no te parece? Me dí cuenta de que me había pasado de fulgurante. Había utilizado los mensajes bilaterales, le había dado motivos, pero estaba demasiado shockeada. Apelé a su empatía con una de mis herramientas preferidas: -Ponte en mi piel: ¿Qué harías tú si fueras yo, entras a una tienda, ves a una chica atractiva, que comparte tu pasión por las tortugas y encima es prudente y no quiere quedar con desconocidos? Ella se me quedó mirando un par de segundos. -Pues creo que hablar más con ella porque si no puede que crea que esto es una cámara oculta. Bueno, la cosa estaba clara. Quería tiempo. -Está bien. Tienes razón. Entiendo que cueste de asimilar algo así. Introduje entonces mi herramienta ―Yo estuve allí‖.
-Yo antes también era una persona que necesitaba más protocolos para conocer a alguien. Hasta que un día me dí cuenta de que no ganaba nada con la desconfianza. Desde entonces la gente dice que soy más espontáneo. Y desde luego me siento más libre. -¿Tienes respuesta para todo? -Si es para explicar lo que quiero y lo que siento sí. ¿Nos vemos hoy a las 9 en el bar de ahí enfrente y nos ponemos guapos? -A las diez y así me da tiempo a cambiarme. Os iré relatando como se han sucedido las citas. Es clamoroso como funciona todo lo que me escucho de decir a mis alumnos. A veces, hasta dá miedo. siempre vuestro Egoh
La chica de la tienda de animales II Posted by: egoland Posted date: enero 03, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 0
Apenas disponía de 3 horas para todo lo que tenía que hacer. Así que al llegar a casa, puse la compra en los armarios pertinentes, Me senté un instante en el sofá, Eché un vistazo al facebook y puse a los Red Hot. Alguien me tenía que acompañar en mi puesta a punto. Cantar al grupo californiano en la ducha es un peligro. Te mueves mucho y apenas quepo quietecito. Pero alguien podría ducharse y no mover el esqueleto escuchando esto? http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=8h5aVzRl4Ug&feature=endscreen Pues yo tampoco. Me preguntaba cosas a mi mismo mientras peinaba mis entradas: 1º Tenía el pecho tan grande como yo lo recordaba? 2º Sería buena en la cama? 3º Era tan tierna como parecía y eso me generaría cierto paternalismo? 4º Soldado quedaría bien en la alineación titular de la selección española? 5º Me quito ya la barba y voy de rollo jovencito? La cuestión es que ya estaba preparado. Llamé a Álvaro (Helio) para comunicarle que en Nochevieja no contara conmigo. Había decidido pasar una nochevieja distinta. Seguramente me iría a una montaña con mi ukelele. Ha sido un año maravilloso, muy intenso y repleto de noticias. Así que seguramente haría el ermitaño.Conversaría con la luna, conmigo mismo o con los árboles. De vez en cuando hay que enriquecerse con el silencio. Es la mejor forma de practicar la seducción que yo ofrezco. Pero ahora no era nochevieja. Tenía a una chica castaña, guapa y amante de las tortugas que iba de exigir de mi algo más que un árbol en una conversación. Elegí un suerte de cuello vuelto y una chaqueta negra oscura. Me adelgazaba y yo quería gustarle porque ella era el premio. Y quería conseguirlo. Salí a la calle con ilusión, tenía ganas de vivir y la chica de la tienda de animales me suministraba gasolina. Estaba carburando mi motor vital, sentimental y sexual gracias a ella y tenía que agradecérselo. Si nos hacíamos novios iba poder disponer de una tienda de animales con sus catálogos durante el noviazgo. Era evidente, que la parte material, para mi estaba cubierta con creces. Y es que las afinidades racionales y la utilidad de las relaciones, aunque en el mundo de la seducción que yo conozco no se ha nombrado, yo lo considero imprescindible. NO SOLO EL POR QUÉ SINO EL PARA QUÉ.
Esta chica me atraía, me enternecía y además podríamos compartir una pasión. Al llegar a la cafetería me la encontré manipulando su teléfono móvil. -Hola. -Hola- dijo con una sonrisa. -¿Estás ocupada?- le pregunté intencionadamente. -No. Sólo contestaba un sms. De esta forma, en lugar de decirle lo que tenía que hacer o no hacer (dejar de utilizar el teléfono y prestarme atención) ella misma se vió obligada a hacerlo de motu propio. -¿Qué te apetece tomar? -Una coca cola zero. -Ok.-contesté entrando en la cafetería entendiendo que la chica iba a tomarse sus tiempos. No quería nada de alcohol y seguramente sería por su comedida vida y prudencia. Yo iba a hacer lo mismo. Al llegar a la mesa lo primero que le pregunté, tras presentarnos, fue como había acabado en la tienda de animales y tortugas. -Estudié biologia. Me encantan los animales y mis padres tenían un bajo. Así que podría haberme preparado para ser profesora, etc, pero quise montarme un negocio. -Imagino que un biólogo lo tiene complicado para montarse un negocio. Parece la mejor forma de fusionar biología y business. -Hay otras, pero me encanta mi tienda. Llegas por las mañanas y tienes a tus animalitos deseando verte. -No me extraña. Eres muy atractiva. -¡Ja ja ja! -rió sonrojada. -Estoy seguro de que si llegara yo todas las mañanas no se alegrarían tanto. -Gracias- dijo. -Tras un breve silencio y viendo que ella no me preguntaba sobre mí, tal y como les digo a mis alumnos hablé sobre mi mismo, trabajo y quehaceres sin que nadie me lo preguntara. -Pues yo estudio Psicología y tengo una empresa de psicología heterosocial. Viajo mucho, trabajo los fines de semana y recibo gente en casa que quiere mejorar sus habilidades sociales. Soy muy feliz y cada cliente se convierte en un amigo. Así que prácticamente, podrías decir si te lo preguntan en una fiesta… que conoces a un chico que se llama Luis que tiene más de mil amigos. -Vaya, eso suena bien. ¿Y qué quieres decir cuando dices psicología heterosocial? -Que de todas las ramas de la psicología nos centramos en las relaciones hombre- mujer. -Sí. Se te nota bastante que dominas el tema. -¿Por qué? -Pues no sé. Por como has entrado en mi tienda, lo que me has dicho, el hecho de estar contigo aquí… Se te ve muy suelto. -Mejor suelto que encadenado. No te parece? Ella asintió… Seguimos hablando de nosotros. Ella me hacía preguntas y yo le daba la información que quería. Entonces hacía yo de devorainformación y la inflaba a preguntas sobre tortugas, reptiles, hábitos, alimentación y cría. Se partió de risa cuando le dije que algún día, cuando tuviera tiempo, iba a dedicarme a enseñarle a hablar a mis tortugas. Afortunadamente para mi me siguió la broma. -Parece que no te creas que hablo en serio. -Te creo, te creo. Una mujer inteligente. Era obvio que era una chica de extremada sencillez y ternura. La forma en que se reía y el exámen de humor al que le sometía, me hizo intuir que no había vivido mucho. No habría tenido muchos novios y ni tampoco cultivaba la promiscuidad. Ella era una chica que había estudiado cuando tocaba y seguidamente en lugar de explorar el mundo quiso montarse un negocio tranquilo y sosegado.
No era de las chicas que en dos horas acaban disfrazadas de enfermera en mi cama jugando a doctores y enfermeras. Así que delante de ella, la disfruté. Haciendo un símil taurino, el buen torero es el que disfruta y le saca partido al toro que sale a la plaza, sea un Miura de envite más agresivo o de una ganadería aparentemente más mansa pero de cornadas más sorprendentes y profundas. (Y para los más tontos, no estoy comparando a las mujeres con toros. Creo que la foto de Ynés habla por sí sola). Así que, si tenía a una dulce chica de intenso vínculo familiar iba a disfrutar su mundo y emociones para resultarle el hombre adecuado… -Una de las cosas que más me han hecho ilusión en la vida es ir al festival de reptiles que hay en Alemania una vez al año. -Yo voy todos los años-dijo ella- Es superguay… -¡Vaya!- contesté. Entonces hice un narrador intencionadamente vinculante: -Te das cuenta de que ahora no voy a dejar de imaginarme un viaje contigo al festival? -Bueno, ya veremos. -Y te das cuenta de que si voy contigo, tras pagar la entrada seguro que intentaré besarte delante de una cobra constrictor? -Ja ja ja! -Alguna vez has hecho el amor en un festival de reptiles? -Ja ja ja! ¡No! -Pues yo tampoco. Sorbí mi coca-cola y sonó mi teléfono: Os seguiré contando… 2010wswiheiz
La chica de la tienda de animales III Posted by: egoland Posted date: enero 03, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 4
El teléfono sonó y para mi sorpresa era… ¡Luna! Dudé un par de segundos hasta que mi compañera de mesa me dijo… -¿No vas a cogerlo? -¡Claro! Hola, Luna. ¿Cómo estás? -Pues esperándote desde hace veinte minutos. -¿Qué? ¡Mierda! Había olvidado que esa noche tenía que ir al cine con una profesora de ballet clásico con la que mantengo una relación de amigos con derecho ha roce desde un par de años, y ya había sufrido bastantes altibajos por mi culpa… Nunca se había planteado ni siquiera una posible relación seria, pero no era la primera vez que mi memoria me fallaba con ella y anulaba alguna de nuestras citas. Miré a mi castaña tortuguera… Ella estaba haciendo lo mismo conmigo con gesto curioso. Pasó un segundo, pero a mi se me hizo toda un cúmulo de eones. -Luis?- escuché al teléfono. Pensé como en otra circusntancia “¿qué coño haría egoland si estuviera aquí?” Lo primero que me vino fue acudir al espectador de la película subtitulada. ¡Pero qué cojones! ¡Aquí no había que entender la interacción, ni interpretar lo que estaba sucediendo entre la chica que tenía delante y yo! ¡Esto era el METAESPECTADOR DE LA PELÍCULA SUBTITULADA! ¡Era la madre de todas cagadas! ¡Era el típico lío de las películas del cine! ¡La comedia romántica americana en pleno centro de
Valencia! ¡El bodevil del golfo despistado! ¡Ni herramientas de seducción, ni métodos, ni pollas en vinagre! -Sí. Cambio de planes. Tengo una sorpresa para tí. -¿Que tienes una sorpresa para mi? El cine empieza en veinte minutos y tengo tu entrada. Vente ahora mismo o me enfado de verdad, Luisito. Recuerdo perfectamente el tono de ese ―Luisito‖. No me gustó nada. Mientras escuchaba eso miré a mi compañera de mesa. Le sonreí sin querer. Ella hizo lo mismo. Me dió la sensación de que intuía perfectamente lo que estaba pasando. Imagino que a todos os ha pasado este tipo de situaciones donde no sabes muy bien que hacer. Si simular un infarto, decirles claramente la verdad a todas, invocar al demonio para que se aparezca y lo tuyo quede en algo intrascendente, etc… -Ok. ¿Donde habíamos quedado? -En los cines ABC Park. En veinte minutos te quiero aquí. Entonces me levanté de la mesa. Me alejé unos metros y le dije a Luna con voz sugerente. -Luna, estoy con una persona, reconozco que no recordaba exactamente a qué hora había quedado contigo, así que entiendo que puedas enfadarte. (MENSAJES BILATERALES) ¿Pero qué te parece mi superplan?… Cambia las entradas por la siguiente sesión, elige un restaurante molón y romántico y en un hora te invito a cenar, vemos la peli que tú elijas y cuando lleguemos a casa te hago un masaje que jamás olvidarás… -¡Qué cabronazo eres! ¿Estás con una chica? -Estoy con una persona que tiene una tienda de tortugas. -¿Pero es chica? -Pues si te dijera que no lo parece te mentiría. Pero ya sabes como está el tema de la cirugía plástica últimamente.¡Cualquier sabe! JA JAJAJA. -¿Me dejas plantada por otra? -Es sólo una amiga. Tú piensa en el restaurante y en el masaje… ¿qué me dices? Sólo una hora. -Menos mal que no somos novios. Si no te mataría… -No te merezco, Luna. Lo sabemos los dos. -Está bien. Pero quiero un masaje de una hora y prepárate para un restaurante caro. -Eres un encanto. Nos vemos en una hora. CONCLUSIÓN: 1ºMensajes bilaterales 2º ganar/ganar 3º sinceridad bien planteada. 4º Y lo más importante… Una mujer inteligente, comprensiva y que me conoce. Volví a mi mesa donde me esperaba la chica de la tienda de tortugas -¿No me vas a decir después de hacerme venir y ponerte guapa que me dejas por otra? -¡Qué cosas tienes! No. Pero sí te voy a decir que efectívamente yo iba muy deprisa, tú y yo apenas nos conocemos y tenemos que ir mucho más despacio. Así que ahora seguimos charlando y en 45 minutos me voy. Me preguntó si era mi novia y que por qué había quedado con ella si había quedado con otra persona. Le expliqué que sólo era una buena amiga y que mi memoria no era mi fuerte. Que efectívamente en veinte minutos debía haberme presentado en un cine y que no lo iba hacer para quedarme con ella un rato más. Una vez más Ganar/Ganar. -¿Eres de esos chicos que va de flor en flor?
-Le dije que en este momento de mi vida, aunque no era mi objetivo por falta de tiempo, sí. Era soltero y no tenía ninguna relación reseñable. -Yo no soy así. Me dijo. Yo sólo me acuesto con alguien si hay algo realmente especial. ¡CUANTAS VECES HABRÉ ESCUCHADO ESA FRASE EN VIDA! En otro momento hubiera utilizado alguna herramienta para intentar desmontarle el argumento, fortalecer mi marco, persuadirla, etc. Pero lo ví tan positivo!!! Que no pude por menos que decirle que NO CAMBIARA. Que era maravilloso que hayan chicas que tengan esa forma de pensar. -A mi lo que me pasa es que intento ver lo especial en cada una de ellas, y cuando me acuesto con alguien lo hago con la intención de aumentar la intensidad de esa ―especialidad‖ que se supone tenemos. O dicho de otro modo: PARA MÍ EL SEXO NO ES UN FIN SINO UNA FORMA DE CONOCERSE MÁS. Hablamos de sus relaciones. Efectívamente sólo había tenido un par de novios durante años. Pasamos los 45 minutos charlando de una forma cálida, intensa pero poco apasionada. Era una chica dulce, tierna y conservadora con unos pilares de su autoconcepto sólidos. Le dije que me tenía que marchar. -¿Me vas a llamar? -Claro. Pero quiero que sepas que somos muy diferentes. Quizá por eso me atraes.-le dije en un tono cariñoso. Ella sonrió y nos dimos los teléfonos. Al despedirnos le dí un dulce beso en la comisura de los labios. Ella quedó quieta. Esperando más de mí… Pero no me surgió en absoluto. Al llegar al lugar de mi cita con Luna la encontré superatractiva. Y sabía de buena tinta que ahora me la tenía que ganar… SIEMPRE VUESTRO, EGOH
Seduciendo en la calle, volviendo a casa Posted by: helio Posted date: diciembre 19, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 2
Una época tan nutritiva de talleres, trabajo duro y esfuerzo tiene sus recompensas. Después de muchos fines de semana de talleres en distintas partes de España tengo muy deteriorada mi percepción del tiempo y el espacio. No se que chica era de cada ciudad, confundo la ciudad de los alumnos y no tengo muy claro que cosas han pasado desde mi taller en Canarias, el de Pamplona, Mallorca o Madrid y Barcelona de forma reincidente…Muchas experiencias increíbles en muchos aspectos. Muchos alumnos que se han convertido en amigos. Y sí, mucho flamenquerío. Tengo mucho material para hacer ―seduciendo de día‖. Hoy, voy a contaros lo que me ha pasado esta mañana, volviendo de mi último taller de 2011. Lunes, de vuelta de la ciudad condal, tras un finde de trabajo bien hecho, muchas risas y un día y una noche inolvidables con P, una chica mexicana de Barcelona, una de esas chicas de las que Helio se haría novio mas rápido que canta un gallo si mis circunstancias fueran distintas. LIGAR EN LA CALLE: MEXICANA EN BARCELONA Total, que me sentía un hombre de éxito, iba con camisa y americana, un gorro de colores muy chillones y una cara de cansancio infinito. Las tres horas y media en tren habían acabado e iba a por mi maleta antes de bajar en Valencia Norte. En la fila de personas que tenía delante de mí ví a una chica con el pelo rizado, piel tostadita y más alta que un pino noruego. La había visto durmiendo en uno de mis viajes a la
cafetería del tren. Estábamos los dos esperando a que la gente cogiese sus maletas, nuestras caras de aburrimiento se cruzaron y evidentemente tuve que sonreirle. Su cara me devolvió una tímida sonrisa. -¿Que tal? -Cansada. -Yo también, no soporto intentar dormir en el tren y no poder. -Yo nunca puedo dormir. Siempre acabo super cansada de los trenes. -Pues, yo te he visto dormir antes. La chica se puso todo lo roja que se puede poner alguien de su raza. Y me preguntó que cuando la había visto, que ella no me había visto. Tras un par de bromas sobre eso me dijo ―es muy raro saber que la gente te puede observar y tu a ellos no‖. Estaba resultándome inteligente y me sorprendió bastante lo rápido que habíamos empezado a sentirnos a gusto. -Me gustan mucho las chicas que además de ser atractivas, consiguen dormirse en el tren. Nos reímos un poco más y me dijo que era de Gerona. Ya habíamos bajado del tren y le pregunté si venía alguien a recogerla. No venía nadie, tenía que comprarse un billete para un pueblo cercano a Valencia y pasaría aquí un par de días. Le acompañé a comprarse el ticket , hablamos de por qué venía a Valencia y de qué hacía yo en Barcelona y también de lo que nos gustaba y disgustaba de viajar. Ella también era un viajante. Le ofrecí acompañarla a dar una vuelta por Valencia antes de volver a Gerona. Ella me insinuo que su ciudad me encantaría. -Por cierto, no se aún cómo te llamas. Ah, y me encanta tu pelo. -Soy M. A mí me encanta tu gorro. Estábamos a gusto. Conociéndonos. Le pregunté la edad y me dijo ―algo tendré que dejar para cuando nos volvamos a ver‖. Se creía que era mucho mas mayor que ella. Es lo que pasa por ir con americana y camisa… Era evidente que para ella estaba siendo un momento de mucha caña. Ya le había sexualizado. No quería meterle mucha caña por que era evidente que ella ya quería volver a verme. Así que me despedí para irme a casa. -Pero…¿cómo vas a hacer para enseñarme Valencia sin mi telefono? Me reí. Estaba tan cansado que me olvidé de pedirle el teléfono. Nos intercambiamos los números y nos despedimos con dos besos en la comisura de los labios. Una gran forma de despedir mis talleres hasta el 2012.Gracias a todos por convertir mi 2011 en un año que no olvidaré en el resto de mi vida. ¡Queredme cómo yo os quiero!
Seducir después de trabajar en Mallorca Posted by: helio Posted date: noviembre 14, 2011 In: Experiencias Propias | comment : 0
Cómo os podréis imaginar, entre la facultad, mis compromisos de mil y un tipos y EgolandSeducción tengo menos tiempo libre que el hombre que se dedica a colocar las calles antes de que nos despertemos. Por eso, mi nueva entrada de ―Seduciendo de día‖ se dio después del taller del Viernes 11 de Noviembre. Había hecho un taller muy completo, estaba satisfecho y escuchando música blues en directo en el local donde trabaja una amiga. La sensación era más que positiva. Pero al día siguiente empezaba un taller personalizado de otros dos días y no podía trasnochar mucho. Así que me despedí de mi guapísima
amiga después de preguntarle donde podía comprar tabaco. (Lo se…feísimo vicio, pero, poco a poco, ¿vale?) Me metí en un pub oscuro que estaba completamente vacío. Iba con una chaqueta/gabardina gris y un sombrero. Ya sabéis que a veces me gusta que parezca que soy un tío elegante. Cuando me gire para irme vi a una chica rubia, ojos verdes y me atrevería a decir que más alta que yo. Se quedo mirando mi ―look‖ con cara de no entender muy bien mi rollo. Yo estaba cansado pero a veces la mandanga le puede a mi responsabilidad. -¡Es que soy el hijo del inspector gadget! Pocas cosas hay mas atractivas que la diversión.A los dos nos hizo mucha gracia y nos reímos en alto. Le pregunté quien era y me dijo un nombre más extraño que desayunar con champagne. Evidentemente no era española pero le dije que me volvía loco su acento andaluz. Sentido del humor y diversión de nuevo. Volvimos a reírnos. Espere a que sacara tabaco y cuando ibamos a salir el dueño del garito se puso a hablar con ella. Iba a invitarla a un chupito, a mi por supuesto no. Quería flamenquear con ella e imagino que esperaba que yo me enfadase, en cambio dije en alto y con una sonrisa: -Si yo tuviera un bar también la invitaría a ella. Te espero fuera chica andaluza. Salio en unos veinte segundos y comenzamos a hablar de donde eramos y que hacíamos aquí. Me coloque muy cerca de ella para hablar. Nos mirábamos a los ojos y desde tan cerca me dí cuenta de que mi rubia amiga tenía cara de tortuga. Muy sexy, sí, pero tortuga al fin y al cabo. Estaba a punto de decírselo cuando unas amigas empezaron a pronunciar su nombre a lo lejos. Llegaron y se presentaron. Habían quedado para ir a un lugar llamado Sunset, me invitaron a ir. -La verdad chicas, me hace mucha ilusión, pero mañana trabajo prontito. Lo que pasa es que vuestra amiga y yo nos hemos gustado mucho… -Ah ¿sí?- preguntó entre risas mi nueva rubia amiga. -Sí, ahora no disimules, y ademas tiene un poco cara de tortuga y eso hace que me guste más. Se rieron un poco, un par de minutos de conversación intrascendente y de convencerme de irme con ellas al local. -Vamos a hacer una cosa, yo tengo que preparar trabajo para mañana y aún me falta un rato para acabarlo, id al Sunset y luego si te apetece me llamas para que me cuentes cómo os lo habéis pasado. Una de las amigas, me corrigió en alto ―No, de eso nada, pídele el teléfono y la llamas tú cuando acabes por que te hace mucha ilusión verla. Que yo no seré psicóloga, pero de esto sé un poco” Nos intercambiamos teléfonos y me volví al hotel contento por cómo había sido mi primer día en la isla. Al día siguiente me desperté a eso de las once con ganas de empezar de nuevo un taller, una nueva aventura. Cuando miré el teléfono tenía una perdida de L. He de reconocer que me escribió ella su nombre ya que yo no sabía ni pronunciarlo. Aprovecho para mandar un abrazo gigante a mis dos alumnos personalizados de este finde. Y esto no se para…
Ligando por la calle (TheEnd) Posted by: colaboradores Posted date: mayo 04, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 8
Sonreía , miraba mi reflejo en la cristalera de los escaparates y me gustaba lo que veía , me sentía masculino y atractivo… El espíritu de la mandanga corroía mis venas , me sentía en una espiral de energía , amaba mi entorno ,
sentía ganas de correr , pero prefería simplemente andar y sonreír a toda persona que se cruzara en mi camino… Tal vez lo que había ocurrido diez minutos atrás ayude a comprender esta escena de exaltación mandanguil…
Salía de comprar unos auriculares , centro de mi ciudad natal , zona de escaparates y de chicas con vestimentas monísimas para un día de diario… Una de ellas resaltó más de lo normal … Botas altas , pantalones vaqueros muy bien puestos , camisa con los botones reglamentariamente desabrochados para lucir un sugerente escote… en definitiva una de esas morenas que me ponen tan nervioso. -Perdona -¿Si? -Según te veía venir , he pensado en preguntarte donde esta la plaza de España , pero me he dado cuenta que es absurdo , puesto que llevo toda la vida viviendo aquí y sé perfectamente donde está… -jajaja , entonces… La chica exhibía una sonrisa preciosa y la percibí muy segura de si misma , sabía de sobra que quería. -Pues entonces , la razón es que me ha gustado lo suficiente tu manera de moverte como para tener que pararte…y te aseguro que me cuesta mucho parar a desconocidas por la calle… -Jajaja , si te debe de costar bastante… - Sonreí y me quedé en silencio simplemente -Y ¿que pasaría si llevara prisa? La chica estaba jugando , claro era que no le molestaba mi presencia , de lo contrario hubiera dicho que llevaba prisa sin más … -En ese caso , mi segunda parte del plan se iría al traste … -Y cual era supuestamente . -Era que me acompañaras a tomar un café , porque , si te soy sincero , estoy de vacaciones y tomar contigo un café me parece algo muy digno de hacer en este momento … -¿Dé que trabajas? Le hablo un poco de mi trabajo… -¿Tú que haces con tu vida? -Soy dependienta de ropa en xxx -Por eso no te visto nunca … jajaja -jajaja , ¿siempre vas de negro? Toda mi ropa era de color negro sin exceptuar ninguna prenda , pero lo cierto es que me quedaba genial… Me puse muy serio como si el comentario me hubiera afectado mucho… -No siempre , pero ahora estoy de luto… ( lo dije agachando un poco la cabeza) -Oh , lo siento , perdona… -No , tranquila , ¿como podrías saber tu lo de pancho? -¿Pancho? -Si , mi canario. Me mira con cara de no saber para donde tirar y empecé a soltar una gran carcajada , la gente de alrededor se quedó mirando… -Imbécil… Me lo dice echándose encima y dándome un golpe juguetón en el brazo… jajaja que tonto estás … -¿Te parece normal llamar tonto a alguien de luto y que acabas de conocer? -Oye que aquí el que mas confianzas se ha tomado has sido tú …-Volví a quedarme mirándola en silencio con una sonrisa pícara -Me gustaría ir a tomar un café contigo de verdad pero entro a trabajar en un rato…
Sonrío y simplemente le extiendo mi móvil … me apunta su número y su facebook… -Me gustaría irme contigo , sé que me lo pasaría bien … -A mí me gustaría besarte , pero como quiero que la próxima vez que nos veamos sea aún mejor que esta , dejaremos el café y el beso para después… -JAJAJA menudo listillo estas tú hecho. Me acerqué y le bese en la comisura de los labios , me quedé frente a ella con los ojos cerrados , los abrí sonreí ysimplemente le dije , ADIOS … A menudo escucho la frase , no estaba en estado , estaba en frío , nervioso , no era el día para la mandanga… A mi , me gusta creer , que la mandanga es un regalo , un tesoro , escondido en cada mirada , sonrisa , guiño o palabra que nos brinda una mujer… No es necesario esperar estar flamencos para experimentar la mandanga,se esconde detrás de cada mujer y situación. El buen seductor es aquel que tiene la capacidad de hacer sacar a la mujer esa actitud y a sí mismo , así y solo así dejaremos de creer que la seducción es algo tan artificial como unas frases o unos gestos , pasaremos a disfrutar de lo bonito que es hablar con mujeres y comenzaremos a actuar para la mandanga y no como consecuencia de ella…
The End La prometida 1 (ligando con mujer casada por selu) Posted by: selu-ana Posted date: abril 13, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 7
Andaba bien relajado viendo la televisión y como de costumbre dejo el portátil encendido con mis redes sociales abiertas, era una de esas noches en la que estaba tan cansado que parecía haberme dopado para dormir. De repente suena el sonido que ya tengo metido en el oído de tantas noches de intenso chateo. Eso si, siempre me puede la curiosidad y termino por mirar, era Carmen que me saludaba. Decir que Carmen estaba prometida y en cuestión de meses se casaba, aún así, estuvimos liados hasta semanas antes de su boda. Pero recuerdo que en su momento me mandó un mensaje, que decía lo siguiente… C: Esto es una locura en tres meses me caso, esta mañana estaba probándome el traje y me acorde de ti. Es mejor que no nos veamos más. Amigos, mi amiga se casaba. Yo era un golfo que le gustaba, pero no dejaba de ser un golfo… A veces, simplemente hay que entenderlas y hacerles sentir entendidas, a la cual respondí… Yo: C, como se que tu querrías lo mejor para mi, yo también deseo lo mejor para ti y sobre todo que la vida te entregue lo mejor de ella. Cuídate mucho, te mando un beso enorme. Muack! Desde aquel mensaje no nos volvimos a ver, ni volví a saber de ella en unas tres semanas posteriores al mensaje anterior. Esa noche me decía por messenger que quería verme para darme algo. En ese momento intuí que era una excusa femenina para quedar conmigo. Decidimos quedar al día siguiente en casa, y así poder hablar mas tranquilos sin que estuviera preocupada, por el quién la verá conmigo. Llamaron a la puerta y allí estaba, con ese pelo largo y tan bien cuidado que tanto me gusta de ella, me di cuenta de que portaba en la mano un sobre, por un instante se me pasó por la cabeza lo que podía ser, la verdad que no la veía capaz de hacerlo. Pero…¡lo hizo!. Carmen me invitaba a su boda (¡ni de coña accedería!)….pero en ese momento no hice el feo de no aceptarlo. Y en casos así no puedo evitar acordarme de Egoland ydejar algo de veneno.
Yo: C, accedería encantado a tu boda, y sé que será fabuloso, pero entenderás que no sería un momento muy agradable para mí, y se que no me sentiría muy a gusto…. Todo esto me marcó, porque una vez mas me demostró que la mayoría de las veces las chicas hacen lo opuesto a lo que dicen. Recuerdo, que nada mas entrar a casa levantó los brazos como si yo portara un arma en las manos y dijo…. C: Solo vengo a darte algo y hablar, eh. Acto seguido la invité a entrar en casa con un gesto, ignorando lo que había dicho…. Yo: claro, claro, pasa, todo bien?… un café?..Ponte cómoda. Vamos a ver, si utilizamos una vez mas el espectador de la película, se veía a la legua lo que estaba pasando. Y si a la vez prestamos atención y subtitulamos lo que está ocurriendo, sacaremos conclusiones.
(APLICANDO EL ESPECTACADOR DE LA PELICULA SUBTITULADA) 1.- Lo primero que hace nada mas entrar a casa es quitarse el cartel de chica fácil y examinándome con una negativa. (escena) 2.- ¿Qué hace una chica a punto de casarse en casa de un chico con el que ya ha tenido rollos anteriores, sentada tan a gusto en su sofá y accediendo a sus besos? (subtítulo) Estuvimos hablando un buen rato sobre el tema de su boda y demás, yo por supuesto le dije que no estaba nada de acuerdo y que no me sentía muy cómodo hablando del tema. C: Al menos dime que te lo pensaras, ¿vale? ¿Se trataba de un examen?.. quizá, no lo sé. Pero, lo que sí se, es que después de esto, estuve meditando mucho sobre todo lo ocurrido, y tomé la decisión de dejar nuestros encuentros fugaces. Ya que Carmen y yo nos llevamos muy bien, pero a ella se le veía que empezaba a afectarle, y eso, lo hablamos desde un principio. Ambos nos atraíamos pero no dejaba de ser eso, algo efímero. Tras expresar que no me sentía cómodo con ese tema, conseguí cambiar el rumbo a la conversación, y pasarlo bien con unas charlas, risas, café y buena música de fondo. Su tono de voz, movimientos, me daba clara señal de que estaba nerviosa y encantada de estar allí. Y que por supuesto, sentí que ella pedía a gritos que fuera yo quien tomara las riendas de lo que estaba ocurriendo en ése momento. Y así que lo hice. Me acerqué lentamente a su boca y le dije… Yo: Lo siento, pero ya me costaba ha sido nada mas entrar en casa, olerte y uuuf. Acto seguido la besé. ¿Cual fue mi sorpresa?… ella no se negó, y no solo eso, colaboraba con cada paso que yo marcaba. Una vez más que razón tenía Egoland cuando me decía… No hagas caso de lo que dicen, si no, de cómo actúan. Estaba claro, había venido a casa y como mujer, sintió que debía ponérmelo difícil y de ese modo ver como yo reaccionaba. También ella necesitaba una excusa o pretexto a lo que estaba ocurriendo, para después no sentirse mal consigo misma. Y en este caso fue… Me acerqué a llevarle la invitación, pero como ambos nos gustamos y nos atraemos, nos dejamos llevar y surgió. Una vez mas como he dicho antes, cuando estoy con una chica, no me limito a actuar en base a lo que ellas me dicen, si no, más bien a como actúan tras lo que les digo o hago. Las negativas que nos ponen no son siempre malas, a veces son señales de que todo marcha a favor, ya que ellas no se limitan a examinar con actos o comentarios a todos los chicos que van encontrar por su paso, más bien al que le gusta o le llama la atención.
Esa misma tarde-noche, fue la última que nos vimos a solas, lo que en principio fue una visita relámpago para entregarme algo, se convirtió en una despedida que ni ella ni yo olvidaremos. Lo demás lo dejo en manos de vuestra imaginación… Eso sí, lo que tengo muy claro, es que me alegro muchiiisimo de que ambos hayamos cuidado y conservado la amistad que tenemos.
La inglesa en la disco; Seducción nocturna Posted by: Pau Posted date: marzo 28, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 18
-¿Pero tú de dónde sales? (Quizás una de las frases que más he escuchado últimamente. Al principio me sorprendía y me halagaba. Ahora apenas me llamaba la atención.) ¿Pero tú de dónde has salido?. Repitió ella con los ojos abiertos como platos y una expresión que denotaba asombro y deseo a partes iguales. -Si te lo dijera nos veríamos obligados a huir juntos y escondernos en alguna isla recóndita- Le contesté yo. Ella era una inglesa de entre 25 y 30 años, rubia, delgada, de facciones armónicas, con escote sugerente y una camisa y pantalones vaqueros que realzaban su cadera y estilizadas piernas. Nos habíamos conocido en una discoteca de esas que me gustan a mí. Poco pijerío, música rockera, buen ambiente y gente atractiva. Era carnaval y por si no lo sabíais a mi me da por ponerme corbata en fechas tan señaladas como esa. Nuestras miradas se habían cruzado cerca de la barra y la sonrisa que le dediqué dejó claras mis intenciones. Me acerqué mientras ella estaba pidiendo una copa. -Por cómo te vistes tienes pinta de saber algo de estilo. ¿Cómo me ves esta noche? Ella sonrió. -No está mal- contestó con buen español pero innegable acento inglés -Pero llevas la corbata un poco suelta Mientras lo decía, sus manos se dirigieron al cuello de mi camisa y empezó a ajustarme la corbata. Señores, si hay algún indicador de interés más grande que una chica dedicándose a arreglarte la corbata, que bajen los dioses de la mandanga y me lo digan. -¿Te das cuenta de que ahora sería muy descortés por mi parte no presentarme? Yo soy Pau, ¿tú eres…? -Rachel- respondió mientras nos dábamos un par de besos. -Rachel, está muy claro que no eres de aquí y que entiendes más que yo de nudos de corbata. Cuéntame. Mientras nos tomábamos nuestra copa me explicó que era londinense, que llevaba un año trabajando como profesora de inglés y que estaba con sus alumnos celebrando el fin del semestre. Mientras lo hacía y ante la constatación de que se trataba de una chica atractiva, yo me dediqué a escucharla, observarla y cualificarla con humor. Ante chicas atractivas me suelo decantar por lo que yo llamo cualificación inversa. Me centro en cualificarlaspredominantemente por factores conductuales o textuales (sin obviar el aspecto físico) mientras que ante chicas no tan atractivas pero igualmente estimulantes intento realzar de forma creíble sus atributos físicos.No sé si sería una cita de Ovidio pero el lema vendría a ser algo así como “a la guapa, dile que es lista. Y a la lista, dile que es guapa”. De esta forma nos desmarcamos del resto de hombres: las chicas atractivas son conscientes de la influencia de su físico sobre los hombres, pero no están acostumbradas a que las valoren por otros atributos. Decidí ir animando la conversación y sexualizar. Al fin y al cabo era carnaval.
-Como profesora de idiomas seguramente tendrás un vocabulario muy amplio. ¿Si tuvieras que definirte con dos adjetivos cuales usarías? -Mmm, no sé… ¿Divertida e inglesa? Dijo a carcajadas. -Ya, pues a mi me gustan las mujeres divertidas y que suponen un estímulo intelectual. Lo de si son inglesas o no lo dejo a elección suya Ella río. Cada vez se la veía más atraída. Empecé a jugar fuerte: -¿Y cómo te gustan a ti los hombres? -Yo diría que atléticos, divertidos y honestos -¿Morenos?- La interrumpí. -Sí, morenos también -¿Y altos? ¿Así como de 1,85? -Claro -Pues lo siento pero no encajo para nada en tu descripción Volvió a reír divertida. Así que era el momento ideal para hacer un narrador de aquello que estaba pasando entre nosotros. -¿Te das cuenta de lo bien que nos lo estamos pasando juntos pese a que sólo nos conocemos de 5 minutos? Imagínate lo genial que nos podemos llegar a caer si nos hacemos novios Y entonces, ella pronunció las palabras mágicas. Aquellas que parecen entremezclarse con música celestial cada vez que las escucho. Aquellas palabras que significan que algo precioso va a pasar en breve con sólo desearlo. -Ya… Eso se lo dirás a todas -Quizás- le dije yo evidenciando mi mirada de deseo -pero no todas tienen un culo tan irresistible como el tuyo-Eso fue suficiente para colmar el vaso. Sus neuronas cortocircuitaron y no pudo negar más la evidencia. -¿Pero tú de dónde sales? ¿De dónde has salido? Me cogió del brazo y en un instante me arrastró hasta la otra punta de la discoteca donde se encontraban sus alumnos y el resto de profesores. Una vez allí me los presentó uno a uno para acto seguido lanzarse a mi boca sin que yo pudiera mediar palabra. Como si fuera un trofeo que debía ser exhibido. Como comprenderéis, yo estaba bastante sorprendido ante el arrebato de fogosidad de mi amiga, así que en un despiste suyo aproveché para acercarme a una chica de su grupo y preguntarle si realmente era su profesora de inglés. ―Sí, estamos alucinando, ¡el lunes tenemos clase con ella!‖. ¡Viva Inglaterra! Sígueme en Facebook y Twitter para más consejos y experiencias sobre comunicación, persuasión y seducción.
Ligar con extranjeras: Las italianas del bar Posted by: egoland Posted date: marzo 14, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 16
Son las 3 de la tarde de un jueves prefallas.Los petardos se suceden cada vez con más frecuencia y las calles se empiezan a llenar de estátuas de cartón. En breve la ciudad se convertirá en una desproporcionada riada de turistas con ganas de mandanga. Estoy en un bar escribiendo para la web y a dos mesas de mí se han sentadotres chicas italianas. Ninguna de las tres se me antoja irresisitible, pero sí me pusiera a imaginar, podría, perfectamente, dejarme utilizar para sus fantasías de vacacionesEspaña-torero.
El caso es que van con maletas y llevan un mapa. Voy a acercarme y os cuento: ————————Pues ha sucedido lo siguiente: -Hola ¿os puedo ayudar? Me han dicho que sí de forma muy abierta y sonriente. Estaban esperando que un amigo las recogiera. Se iban a quedar hasta el lunes en casa de un amigo cerca de mi casa. Una de ellas tenía unos ojos azules grandes y luminosos como rasgo más destacado. Otra llevaba una cola de caballo larga y bien sujeta, de ojos negros profundos y voz grave y la otra era castaña, con gafas y hablaba poco. -¿De donde sois? -Milano- ha dicho la de la cola de caballo. Tal y como se ha estado dirigiendo a mí, me ha parecido la más segura y confiada. Ha estado sonriendo de forma voluntaria para agradarme. La chica de gafas en cambio no abría la boca y al parecer era la que menos español entendía. La de los ojos azules intentaba aportar cosas pero se le veía demasiado incómoda con el idioma. Nos hemos pedido unas cervezas porque les he dicho que en fallas se bebe cerveza. Tres italianas con cerveza suelen ser más divertidas que sin cerveza. Hemos dialogado sobre Italia. Al trabajar en un barco de cruceros como pianista conocí bastantes puertos del país. Les hacía críticas de forma divertida sobre sus costumbres y su forma de comunicarse y ellas reían. Sobre todo la interlocutora más participativa. Que si son incapaces de hablar a volumen normal, que si los italianos son unos pesados ligando, etc Había que sexualizar la conversación cuanto antes para comprobar qué posibilidades había. El caso es que según ellas los españoles tenemos muy buena fama allí como seductores. Yo me he hecho el sorprendido, aunque más de una italiana me lo había dicho antes y después de dormir con ella. Hablando de ligar, seductores, Italia-España he querido sexualizar aun más la conversación: -¿Qué clase de fantasía os habéis propuesto cumplir en este viaje a Valencia? Tras intentos, al final han entendido exactamente qué quería decirles con la pregunta. Y ha sido ahí donde las tres se han reído como locas. La chica de gafas ha puesto muy roja y las dos más parlanchinas han contestado algo así como que son fantasías que no se podían contar a un desconocido. -No soy tan desconocido. Llevamos una hora hablando, sabéis que vivo aquí arriba, que me dedico a la psicología y que me encantan las italianas. ¿Qué más queréis saber de mí para contarme vuestras fantasías? Las miradas coquetas y de interrogación se han sucedido entre ellas entre sonrisas.. Entonces, como aconsejo a mis alumnos, he empezado yo por dar ejemplo y ponérselo fácil. -Pues mi fantasía es conocer a unas chicas italianas, beberme unas cervezas con ellas, salir esta noche de fiesta y acabar enamorado de alguien o de ―alguienes‖. Quizá fue el momento donde las carcajadas se han hecho más sonoras. -Tú eres muy español- me ha dicho la chica de cola de caballo. En ese momento ha entrado por la puerta Hugo. Un amigo del barrio de toda la vida. -¡Hugo! –. Las tres chicas se levantan y acuden raudas al abrazo del nuevo personaje en la historia. Al verme, Hugo sonríe maliciosamente. -Sólo podías ser tú, Luis. -¿Qué esperabas? Nos hemos reído con una complicidad intensa. -Ya veo que habéis conocido al valenciano más golfo de Valencia nada más llegar. -Sí. Luis es muy simpático.
-Soy simpático, Hugo. ¿Qué le vamos a hacer? Hugo tras ayudarles con las maletas me ha lanzado una mirada buenrollera pero muy aclarativa: Que me olvide. Y así lo he hecho. Me he despedido de las tres deseándoles una feliz estancia en Valencia. Sin duda Hugo iba a por la de la cola de caballo. Y yo os escribo con dos cervezas en el cuerpo. Sin italianas pero con una moraleja más en que contaros: A veces, las que están en tu barrio puede que lo estén por tu vecino.
Un mal día…¡o no! Eligiendo cómo es mi vida Posted by: helio Posted date: marzo 05, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 15
La música grunge que salía por los auriculares de mi móvil no conseguía subirme el ánimo. Era Martes, el día del patrón de mi facultad y no tenía clase. Llevaba dos o tres días recibiendo malas noticias de forma continuada. El taller personalizado de ese fin de semana se había cancelado por que el chico tuvo que cumplir con una obligación familiar ineludible. Mi mejor amigo andaba deprimido por una chica y no supe aconsejarle. Era una mañana de esas oscuras, en las que parece que el Sol haya decidido no salir de forma premeditada, cómo si hubiese pensado ―yo no me como este marrón‖. Estaba sentado en las escaleras de la facultad de Filología esperando a que saliera un buen amigo, a ver si me contaba algo positivo y se podía alegrar un poco ese día. Un sms llegó a mi móvil ―M kedo en casa, no he ido a clase, t veo otr día‖ La cosa pintaba mal. Cómo todas las veces que me siento mal, pensé que hablarle a alguna chica, mostrar mi mejor versión, ayudaría a que su feedback me subiese un poco la moral. Así que mire a mi alrededor. Había un grupo de chicas sentadas en las escaleras y parecían simpáticas. Me acerqué y les dirigí una sonrisa. -Hola, soy Álvaro. Se quedaron mirándose entre ellas. Se hizo el silencio. Y cuando iba a decir mi siguiente frase una de ellas carcajeo e hizo algo que a mi autoestima no podría venirle demasiado bien. -Ah ¿si?. Pues nos da igual. Se rieron, cogieron sus cosas, se levantaron y empezaron a andar hacia dentro de su facultad. Podía haber contestado algo ingenioso, utilizar cualquiera de las herramientas que enseñamos, observar mejor qué había pasado, analizar mejor la situación…pero no me apetecía. Era un Martes con muy mala pinta. Me puse los auriculares y mientras Alice in Chains me contaban cosas tristes con ―Down in a Hole‖ comencé a andar hacia ninguna parte. Mi energía positiva no se había despertado esa mañana, probablemente seguía acostada en la cama. Mientras caminaba vi a una mujer apoyada en la pared de un hospital. Tendría unos treinta y muchos o cuarenta y pocos. Toqueteaba su móvil con un gesto apático. Era una de esas preciosidades que sólo pueden tener un marido piloto o jefe de algo muy importante. Elegante en exceso para el contexto, bronceada de rayos uva. Algo se despertó en mí. Mi día había empezado fatal. La gracia no está en que las cosas te salgan mal o bien en un momento concreto, la gracia está en que tu tomes las riendas de lo que te pase. Pensé en lo gracioso que podía ser entrarle a esa mujer. Me imagine a mí contándole a mis colegas, que ese día, en la puerta de un hospital, a las 11 de la mañana, sin que se lo esperase, me había presentado a una mujer con toda mi cara y había sido el director de lo que pasase en mi día.
Mientras me acercaba,ella había sacado un cigarro y lo tenía en la boca. Ella no había percibido mi presencia. -¿Quieres fuego? Mi miro con un desinterés digno de escribir un libro sobre él y me dijo ―Gracias‖ Le encendí el cigarro y me quedé de pie frente a ella. -¿Sabes esos días que te levantas y te sale todo absolutamente bien? Ella levanto las cejas y asintió sin entender muy bien por donde iban los tiros. -Pues mi día de hoy está siendo todo lo contrario. Y me he acercado a ti a ver si cambia la cosa un poco. Ella se rio levemente, de una forma femenina y miro al suelo al hacerlo. Ya eramos los dos conscientes de a qué estábamos jugando. La mujer se cambió el cigarro de mano, enseñándome conscientemente el anillo que llevaba en el dedo y devolviéndome una mirada curiosa, algo así cómo ―¿hasta donde sabes llegar amiguito?‖ -Tienes unas manos muy femeninas y muy elegantes. Incluso más elegantes que tu anillo. Ella se incorporó se asió el pelo. Me miro de arriba abajo. Desde luego quería intimidarme y os aseguro que lo estaba consiguiendo. -Eres muy joven, estoy segura de que no sabrías que hacer con una mujer cómo yo- y dio una calada a su cigarro. A mi me divierte mucho cuando la gente juega a decir lo mucho que molan. No iba a discutirle absolutamente nada de lo que me dijera. -Completamente de acuerdo contigo. Aún así, tú ya te lo estás preguntando. Ella se quedó algo petrificada. Miro hacia ambos lados y metió la mano en el bolso. -Estoy casi segura de que no te voy a coger el teléfono, pero sería muy valiente por tu parte intentarlo Sacó una tarjeta de su bolso Prada y me la dio. Luego se disculpó y dijo que se tenía que meter dentro. Mi día había mejorado, desde luego no por haber conseguido su teléfono, si no por hacer cosas que sé que me pueden resultar difíciles y que en un primer momento pueden echarme para atrás. El saber que depende de mi cómo jugar mis cartas durante mi día, es lo que me hace caerme bien. Porque, al fin y al cabo, SOMOS LO QUE HACEMOS. Nunca la he llamado, principalmente porque perdí la tarjeta, pero mi actitud fue más positiva desde que decidí quemis circunstancias no son lo que marcan mi vida, sino cómo me enfrento yo a las mismas. Ese día llamé a mi madre y me fui a comer a su casa. Le conté cómo me iba la Universidad y escuche sus consejos. Al final, fue un gran día.
Ligar por la calle: La chica de la calle Posted by: helio Posted date: marzo 23, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 12
Hacía calor de verdad en Valencia. Me sentía cómo el coronel Montgomery en alguna llanura de Texas. No se si el coronel Montgomery era de Texas o llegó a visitarlo en algún momento, pero desde luego yo me sentía así. Estaba invitado a la exposición de un artista con un estilo muy propio, muy vintage, había quedado allí con algunos de mis amigos. Ya llegaba tarde y mis pasos eran rápidos, los Dire Straits me daban la energía necesaria para llegar a un sitio a tiempo cuando has quedado hace diez minutos. Al doblar una esquina choqué frontalmente con algo. Mi primera reacción es disculparme, pero mi segunda reacción tiene mucho que ver con la persona con la que me había golpeado. Era una chica realmente
preciosa, con rasgos muy duros, ojos claros, pelo negro y rizado, un escote muy sugerente y unos leggins que probablemente fueron ilegales durante gran parte del siglo XX. Ella también se disculpaba. Helio-¿Te das cuenta de que así empiezan muchas películas?‖ Ella-¿Cómo? -Pues que sí yo estuviese más bueno, esto sería el principio de una película de esas de amor. Tú sí que das el perfil, pero a mi me faltan músculos. Ella se río. -¿No te habrás chocado conmigo adrede? -Pues que yo sepa no, pero cualquiera sabe. Estaba jugando a mi máximo nivel de humor. Esta chica realmente se merecía mi máximo esfuerzo. No sólo eratremendamente atractiva si no que estaba jugando y le hacían gracia mis bromas. Si algo valoro en la gente es que se ría de mis bromas. -¿Cómo te llamas? Yo soy Marta. -Hola Marta, yo soy Álvaro. Estoy encantado de haberme chocado contigo. Ella se tocó los bolsillos y se asió el pelo. Me volvió a sonreír. Yo le sonreí. El silencio era largo. De golpe me puse muy nervioso. Esa chica era de las que me ponían nervioso y eso era una buena noticia. -Marta no te lo vas a creer, pero antes de chocarme contigo tenía otros planes. Y son planes muy chulos. -Pues ha sido un placer Álvaro, ya nos veremos por ahí. -Marta lo de decir que el plan era tan chulo era para que te entrasen ganas de venir. El chico que me hizo el tatuaje hoy expone sus dibujos y estoy seguro que será una pasada. Pareces una tía de las que les mola hacer cosas guays. Ella se quedó perpleja, movió los labios de lado a lado. Me estaba quedando congelado. -Vale, en verdad mi plan era irme a casa a ver la tele. ¿Crees que tu plan es mejor que eso? -No hay nada mejor que ver la tele. Me retiro… Me aparté y miré hacia el suelo con los brazos pendidos, muy teatral. Ella también se rió. Esta chica de verdad estimulaba mi cabeza, me salían buenas bromas y estaba intentando algo muy difícil, que una desconocida se uniese a mi plan. -Álvaro…¿eres consciente de que estoy flipando contigo? -Marta ¿qué quieres que haga yo? He decidido cortar este post en dos porqué tiene mucha chicha. La semana que viene la segunda parte.
Ligar por la calle: La chica de la calle (II) Posted by: helio Posted date: marzo 30, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 13
(LEETE LA PRIMERA PARTE AQUÍ) La situación era tremendamente inusual. Había conocido a una chica sexy, inteligente y entraba bajo cualquier criterio en la clasificación de “Chica Helio”. Nos habíamos chocado por la calle, yo había jugado mis cartas prácticamente al máximo nivel, ella había respondido muy bien y estaba caminando conmigo hacía la exposición preguntándome cosas. Si le preguntases al colectivo arbitral de la liga profesional de balomano, cualquiera te diría que la cosa iba mejor que bien, pero yo seguía nervioso. -¿ A qué te dedicas Marta? Cuando lleguemos molaría que al presentarte a mis amigos tenga algo que decir sobre ti. -¡Ah! ¡Que hay amigos y todo! -En todas las inauguraciones hay amigos y vino gratis. Yo vengo por el vino. Íbamos a XL, una discoteca/pub que sirve a su vez de centro de exposiciones, con pasillos gigantes, varias salas y recovecos de lo más cucos. Llegamos y allí estaban algunas de las personas más
divertidas que conozco,mis amigas Poppy y Vanesa en seguida se pusieron a hablar con ella y desaparecieron las tres en busca de algún aperitivo o bebida. Hector me preguntó de donde había salido y Hamid insistía en lo guapa que era. Compartimos los seis casi dos horas de aperitivos gratuitos y vinos. Las bromas y comentarios curiosos sobre el local se sucedían y en un momento de un poco de intimidad Vanesa me dice que le encantaba la chica, que si no me hago novio de esta no me hago ya novio de nadie. Después de aprovechar algunos ratos a solas para saber a que nos dedicamos y demás, me sorprendo susurrándole algo al oido a Marta sobre lo bien que le queda ese pelo, sobre lo bien que huele y sobre lo nervioso que estoy. Ella sonríe y se aleja. Nos reunimos todos en la puerta. Es la hora C.O.S.D. Para los que no esteis familiarizados con el estas siglas,
significan
exactamente “¿Cenamos
o
salimos
directamente?”.
En
esas
estábamos cuando Marta recibió una llamada que le hizo alejarse para contestarla. Poppy me decía que le encantaba la chica. Héctor con su peculiar sentido del humor le sacaba defectos inexistentes, Vanesa y Hamid discutían entre ellos si Marta me serviría cómo novia. La conversación era divertida y yo carcajeaba a gusto. Ella se acercó guardando el teléfono. -Marta, mis amigos estan discutiendo sobre si tú y yo vamos a acabar siendo novios o no. -¿Y a mí nadie me va preguntar? -Ni a ti ni a mi. Me parece que nosotros no tenemos ni voz ni voto. Fuimos al Zapping a tomar algo de vino y sus estupendas tostas. La conversación general giraba en torno a que pelo le quedaba mejor a Brad Pitt me parece recordar, Marta y yo hablabamos muy cerca el uno del otro, le conté que me dedicaba a ayudar a la gente a mejorar sus habilidades sociales, que sentía haciéndolo, que hacía para desconectar del trabajo, que sentía…Ella también se esforzaba para que la conociese. De pronto, dijo algo parecido a esto: -Es una putada conocerte ahora Álvaro. Yo pensé algo parecido a que acababa de empezar con un novio al que quería mucho, pero la siguiente frase fue peor que cualquier novio. -…me voy en tres días de Erasmus a Suecia. Los vinos ya habían hecho su aparición en mi y me acuerdo que sonreí. Me ponía contento haberle gustado a una chica tan especial. Pero una sensación agridulce compartía mi pecho; la tristeza que se había adentrado en mi cuerpo pero seguía emocionándome y haciéndome ilusiones con chicas con las que sólo había pasado un par de horas. No sé explicarlo muy bien, pero a veces me aterra la idea de convertirme en un capullo cualquiera. La noche siguió. Todos lo pasamos genial, mis amigos demostraron de largo su encanto y su buena acogida a cualquier desconocido con cosas positivas que aportar.Marta fue todo lo que yo puedo pedir de una mujer. Esa noche la acabamos juntos y fue genial. Dos días después me llego un sms: Eres un encanto Álvaro. Sigo pensando que te chocaste conmigo adrede. ¿Te veo en…ocho meses?
La chica de la Biblioteca Posted by: egoland Posted date: julio 08, 2013 In: Experiencias Propias | comment : 5
A las diez de la mañana de una biblioteca pública en época de exámenes solo hay jovencitas y jovencitos con ganas de estudiar. Es por ello que eso de acercarse a compartir un cubata con esa persona que te mantiene desatento en tus tareas no parece una buena idea.
El tema es el siguiente: Llevo encerrado casi más de un mes como un hámster repleto de folios, apuntes, libros, y hace tiempo que no veo mandanga callejera ni en postales. A mi derecha. Casi a dos metros hay una chica con gafas, morenita, de pelo rizado y brillante. Parece realmente interesada en sus quehaceres intelectuales. Yo, sinceramente, estoy hasta las narices. Si me acercara no me sentiría culpable. Ni por ella ni por mí. No debe molestarle que un chico bastante más mayor que ella la moleste para hacer algo distinto de estudiar. Además lo recomiendan los médicos. Un poco de mandanga cada equis tiempo mejora la atención. Seguro que lo dicen, y si no lo dicen, sinceramente, no tienen ni puta idea. Me levanto sin tener la menor idea de que voy a decir. Pero con una cosa clara. Mi intención y la utilidad para ambos. -Hola. -Hola- me dice con gesto inexpresivo. -Estoy harto de estudiar. Estoy seguro de que tú casi también. Ella sonríe algo ruborizada. -Sí bueno. -He pensado lo siguiente, cada 45 minutos podemos acercarnos y quejarnos de nuestras asignaturas, eso seguro que nos ayuda a despejarnos y de paso nos conocemos. -jajaja Bueno. Vale. -Vale, por donde quieres empezar por conocernos o por quejarnos? -Ja j aja.. Por conocernos, mejor. -Soy Luis. -Yo soy Soraya. -Soraya es un buen nombre para una chica con el pelo rizado. Muy bien elegido. Felicita a tus padres. -jajaja Gracias. A mí no me gusta mucho. -¿Cuál te gusta? En seguida nuestra amiga Soraya decide volcarse al noble arte del descubrimiento mutuo. Se deja guiar en una conversación abierta, con humor y coqueteo poco agresivo pero clamoroso. Un toque de ingenuidad en la conversación que sinceramente echaba de menos. -Nos estamos cayendo bien, ¿eres consciente, Soraya? -Sí, claro. -Y nos estamos gustando, Soraya, ¿eres consciente? -JAJAJA Bueno, eso no está tan claro. -Yo hablo por mí. Nos estamos gustando. ¿Hablas tú por ti o me hago tu portavoz? -Me caes bien. -¿Si te empezara a gustar ahora me lo dirías o lo dejarías entrever camufládamente entre frases como ―si nos estamos cayendo bien‖? -Supongo que lo segundo. -Ok. Me dejas más tranquilo. Con ese gratificante premio, me recuerdo que tengo que aprobar sí o sí. Ha sido un buen descanso y una forma de recordarme quién soy. -Bueno Soraya, este primer paréntesis ha estado bien. Ahora voy a seguir y tú también. Hagamos un gran esfuerzo en concentrarnos. Nada de recordar lo que ha pasado ni en si nos estamos gustando. Ok? -JJAJAJA ok. Vuelvo a mi silla sonriente. ¡Qué bonica es esta nena y qué poco me apetece ponerme con PSICOLOGÍA SOCIAL DEL TRABAJO! Pero bueno, hoy ya me puedo recordar a mi mismo con una sonrisa…
Días de mandanga y risas en la playa Posted by: helio Posted date: marzo 13, 2013 In: Experiencias Propias | comment : 3
Hoy me he acordado de algo que no creo haberos contado en su día y la tengo como muuuy divertida… Voy a contaros una anécdota de esas que dan gusto contar no solo por la parte golfa de la mandanga sino por la parte divertidísima de la misma. Corría el año 2006, tal vez 2007. Mis golfeos empezaban a sorprender a mis hermanos y yo le cogía el gustillo a eso de que las chicas te hiciesen caso. Era verano y un amigo tenía una casa vacía en Javea. La ecuación era fácilmente resoluble. Nos pasábamos el día acercándonos a todo lo que pudiera parecerse mínimamente a chicas. Nuestra minúscula edad era nuestro principal inconveniente pues apenas teníamos 16 años y nos acercábamos a toda aquella mujer que no pareciese tener nietos. Soka (recordáis ―Seducina‖) y Álvaro. Nuestros nombres empezaban a ser conocidos en aquel Boulevard ya el segundo día. Una noche mientras volvíamos a casa vimos a dos chicas sentadas en una terraza. Rubia y morena. Mirada entre nosotros y sin discutir una sola palabra ya estábamos acercándonos. Hablaría yo. -Hola chicas. Somos dos chicos que queremos pasárnoslo bien porque es verano y es lo que toca. Vosotras sois dos chicas. ¿También queréis pasároslo bien o sois las típicas que odian la diversión? Tras unos veinte minutos les dijimos que teníamos una casa. Que teníamos mojitos. Que mi amigo era cocinero. Que patatín. Que patatán. Era obvio que si expresábamos prisa quedaríamos cómo buscadores de sexo demasiado comunes. Así que les invitamos a cenar al día siguiente a nuestra casa. Teniamos sus teléfonos y habíamos sido tan divertidos que aún nos reíamos de lo que habíamos dicho. -¿A ti cual te gusta? A los dos nos gustaba claramente la rubia. Volvimos a reírnos.
La noche de la cena La noche siguiente estábamos ansiosos. La consigna era clara. Todo eso de la generosidad es muy bonito pero con 16 años lo que quieres es acostarte con la rubia. La lucha sería épica. Llegó el coche y bajó la rubia con…un chico!!!!!! El premio de consolación no era tal esta vez. Disculpó a su amiga y nos presentó a su amigo que tenía marcados rasgos de homosexual. Soka y yo nos mirábamos alucinando con la situación. Obviamente entendimos que la morena o tenía novio o se había olido el pastel de nuestra corta edad y no estaba interesada. Pero…¿y la rubia? ¿Creía que uno de los dos era gay? ¿Venían a cenar gratis? ¿Le gustaba uno a la rubia y no se atrevía a venir sola? ¿Cuál entonces? La cena transcurrió entre miradas seductoras, de sorpresa y bromas ingeniosas. Soka era un rival mucho más que digno. Su humor por absurdo se convierte en genial y el tamaño de sus músculos no está nada mal. Tras la segunda copa, Soka y yo nos reunimos en la cocina. Nos reíamos y debatíamos que hacer. El me ofreció bajar al pueblo y una vez allí que ganase el mejor. Que era la guerra. En una de esas le dije a C. que así se llamaba la enigmática rubia que me ayudase a llevar las cosas a la cocina. Soka me miró con cara de aceptar la derrota…sabía mis intenciones. Ella me acompañó y una vez allí le dije
-Sabes elegir muy bien a los amigos. Que un amigo te acompañe a una casa de unos desconocidos porque te gusta un chico tiene mucho mérito. (cualificaba su buen gusto para los amigos) -¿Cómo sabes que me gusta un chico de aquí? -No lo sé, tienes razón, pero creo que es momento de averiguarlo, porque con una chica tan atractiva cómo tú, sería una pena no arriesgar, ¿verdad? Me acerqué. Sí. La guerra había acabado. Nos besamos. Durante un rato. Soka se empezaba a aburrir en la terraza y gritó que quería bajar al pueblo. Bajó con el amigo de C. Ella y yo nos quedamos y fue una de mis primeras experiencias sexuales. Ella siguió con su vida, pero nunca olvidaré la pequeña historia que vivimos juntos tanto por lo divertida que fue, cómo por lo original que la hizo. Sed felices!
Seduciendo de día – Conocerse en 5 minutos Posted by: helio Posted date: noviembre 27, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 16
Tenía una preciosidad de chica a mi izquierda. Castañita, ojos claros, labios gigantescos, gorrito de lana color rojo, probablemente de unos diecinueve añitos, con un halo de inocencia encima. Pura poesía para los ojos de cualquier ser humano. Ella se miraba con un chico muy atractivo del andén de enfrente. Miraban al suelo y otra vez sus miradas se cruzaban, luego al móvil y de nuevo choque de miradas. Daba gusto verlos. Era un baile juvenil y sensual de interés y vergüenza. Toda mi atención estaba centrada en ellos. Ambos esperaban que pasase algo mágico que hiciese que pudiesen decirse lo que realmente pensaban. Sonreí pensando en cuan distinta sería la situación con alguno de mis alumnos en aquel andén. Toda la magia se acabó cuando llegó el tren de la vía de enfrente y desapareció aquel chaval. El gesto de la chica se hizo más aburrido. Cambió de canción en su Mp3 y miro hacia el infinito. Pensé en lo triste que era que esas dos personas se encantasen y no fuesen a conocerse. Me dio mucha pena que las personas bloqueemos constante nuestra felicidad por motivos varios: -El chico ese era muy guapo, ¿verdad? Su boca se abrió de forma bastante cómica, se quitó un auricular y de su boca salió una voz tosca, dura, cómo la que debe utilizar Lady Gaga cuando le dice a su chofer que llegan media hora tarde -¿Perdona? Sonriendo le repetí que ese chico era muy atractivo. Con un tono más despectivo aún que antes me dijo que no sabía de qué le estaba hablando. Decidí que ese encuentro iba a servirle a esa chica para algo. -No se cómo te llamas, no se de donde eres, pero observando a los demás puedes conocer cosas de ellos. Cómo por ejemplo, yo se de ti que el chico ese te ha resultado muy atractivo y que cuando te miraba a los ojos te sentías más mujer y que cada vez que apartaba la mirada te sentías un poco mal. Estabas deseando que no apartase la mirada. La chica cambió su cara. Estaba roja. Me miraba pero parecía que su mente estaba completamente absorta por mis palabras. Pasaron un par de segundos hasta que reaccionó con palabras -¿Haces esto siempre? ¿Eres un freaky del metro o algo? Me reí. Ahora tocaba presentarse, dejar de ser un desconocido para pasar a ser alguien con nombre y identidad. Pero quería seguir jugando.
-Soy un chico que quiere que la gente empiece a hacer las cosas que les hacen feliz. Por ejemplo, hace dos minutos ni me habías mirado y ahora te empiezo a resultar interesante y hay algo en ti que te pide que lo digas pero no lo haces. Deberías empezar a hacer caso a lo que te pide tu cuerpo desde dentro. Volvió su estado de shock. Su cara estaba completamente roja y tuve que aguantarme la risa. Me sonó el móvil. Era un whatssup de mi novia. Eso me hizo sentir algo más de empatía por la chica que estaba a mi lado, decidí bajar la intensidad para que no le diese un ataque al corazón, pero antes de que yo le dijese algo ella me dijo para mi sorpresa -¿Y que más cosas haces? La chica había cambiado al “modo mandanguero‖. Se incorporo y su cuello ya no estaba girado sino que dirigió su cuerpo hacia el mío. Si me hubiese incorporado hacia ella el modo ―juguemos‖ se habría activado, pero no era mi intención darle una dirección sexual a la interacción. Preferí mostrar a esta chica que podemos abrirnos a los demás. -Antes de que yo te diga que más cosas hago. Háblame de que cosas te gustan hacer a ti. Además de los chicos, ¿que te hace feliz?-La chica se río y se puso a hablar. Seguía sin preguntarle el nombre ni decirle el mío, lo que en cualquier caso habría provocado desconfianza, pero la situación era única para ella. La chica me hablo de su carrera, de su viaje planeado a los pirineos con no sé que amiga de la carrera…estuvo durante unos tres minutos hablando. Apareció mi metro. ―Aeroport‖ y me levanté. La expresión de la chica era ansiosa, me preguntó cómo me llamaba y le dije que ―Jose‖, ella me dijo que le dijese mis apellidos para buscarme en Tuenti. -No tengo tuenti. Lo que tienes que hacer es saludar al próximo chico que te guste en el andén de enfrente. Por cierto, me pareces una chica encantadora y vas a volver loco a cualquier hombre que te conozca. Me subí al metro en dirección a otra aventura, a otro taller, esta vez era Sevilla la ciudad que me esperaba. Le ordene a mi teléfono que pusiera ―Fields of Joy‖ de Lenny Kravitz y saludé a mi chica por whatsapp. Después pensé en cuantas oportunidades de conocer a personas maravillosas hemos dejado pasar los que alguna vez hemos sido el chico o la chica del andén de enfrente.
Actitud y Humor del seductor por David G. Posted by: colaboradores Posted date: octubre 01, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 8
Actitud y humor del seductor natural El buen rollo es clave en la seducción. No hay nada más seductor que una persona feliz. No seduce más el que más sabe de seducción, sino el que más se divierte y más disfruta. Evidentemente no estoy diciendo que estemos siempre sonriendo y riendo. Habrá momentos en los que debamos ponernos serios, emotivos, tristes… somos seductores naturales, y como tales nos dejamos llevar, y muy importante: SOMOS IMPREVISIBLES. Este es un ejemplo de los tres estados anteriores: - Divertido + Serio + Sexualizar: De repente, pasamos de hacerle una broma a sexualizar de forma seria, pasamos de reírnos con ella a ponernos serios y decirle algo como ―Mas te vale que dejes de reírte de esa si no quieres que te secuestre aquí delante de todos‖. - Emotivos + sincero: le cuentas una historia de cuando eras pequeño y como tu querido perro sacrifico su vida para salvar la tuya. Es bueno no esconder que somos hombres con sentimientos.
Hay que vivir la vida con una sonrisa, si vemos el mundo de esta forma, el mundo actuará en consonancia. Las chicas quieren rodearse de hombres positivos que vean el mundo de esta forma, la felicidad es contagiosa, si logramos transmitir esto y además aprendemos a generar atracción, no convertiremos en personas totalmente magnéticas. Vamos dirección al aseo, y de camino empiezo a jugar. Que tan fácil es andar con una sonrisa en al boca y saludar a todas las chicas que te miren con ganas de fiesta. En la seducción no es cuestión de abrir a la primera que se cruce, si no de saludar y charlar con cualquier chica que inspire buen rollo. Sociabilizarse con todas ellas hasta que llegue la que de verdad te mole: - Holaa – Madre mía, por que me estoy meando pero con esa sonrisa me dan ganas de abrazarme a ti y no soltarte ehh La cojo de la mano y le doy un abracito con mucho desparpajo – Jajajaja, estás un poquito loco tu ehh – A ver, ponte en mi lugar. Pasas por aquí y te ves estas sonrisas y este ambiente de fiesta que se habéis montado las dos aquí… que merece la pena retener la meada El humor es la nota dominante. Aquí yo mientras hablo no quito la sonrisa en ningún momento y al mismo tiempo no dejo de reír. Obviamente mi objetivo queda totalmente contagiada. – Jajajaj. Joder tío, eres muy divertido. – Es todo culpa tuya. Me miras con esa sonrisa, y esos ojitos tan iluminados que tienes y ¿que quieres que haga?, aunque quiera hablar de la prima de riesgo no podría. Y que conste que mi objetivo al venir a hablar con vosotras.. no era otro que hablar sobre la prima de riesgo. La dirección es muy clara, aunque el humor sea la nota dominante las miradas son muy profundas y echo mano de un narrador. – jajajaja. Eres la caña tío. Yo me llamo Aspirina – Encantado de conocerte Aspirina, yo me llamo Paracetamol Complex. Los nombres son de coña ehhh. En realidad fueron nuestros verdaderos nombres. Aquí al dar los dos besos vuelvo a dar la dirección que quiero. Podría haber optado por una distensión, pero su lenguaje no verbal me invitaba a ir directamente al grano. – A ver, quiero darte otros dos besos más detenidamente. Aquí me detengo en uno de los lados e inspiro. – ¿Te das cuenta de lo bien que hueles? Entre la simpatía que me estas mostrando y ese olor al final me vas a enamorar. Javi, esta chica es mía ehh Me dirijo a mi amigo que estaba hablando con la otra chica del grupo y le digo que es mía. La dirección no puede ser mas clara y ella vuelve a sonreír flipada. – Jajajaj, si claro, pues anda que no se te ve a ti pillo ¿Tú no eres de Murcia verdad? La curiosidad mató al gato… así me gusta que hagan ellas el trabajo sucio – jajaj, como sabes que no soy de Murcia – No tienes para nada acento Murciano. Yo soy de X (A 20 minutitos de donde yo vivo) – Y de que sitio tengo acento? – Pues mas Valenciano o Alicantino – Pues vivo muy cerquita tuyo, soy de Y Aquí se le ilumina el rostro. Está claro que la tengo muy muy pillada. Llegamos a este punto género un poco de distensión hablando un poco de que hacemos con nuestras vidas, y acto seguido vuelvo al ruedo. - Pues yo soy Policía. Pongo cara de circunstancia. Es bueno intentar ser expresivos (sin pasarse tampoco), y comunicarnos con los gestos.
– Bueno, hay que mirarlo por el lado bueno. Si me paras y me pones una multa por lo menos cuando te vayas pensare: me ha puesto una multa pero por lo menos la chica es atractiva… bueno en realidad pensaría que por lo menos mira que culazo tiene. Aquí una bromita machista, riéndome un poco de los tíos. Todo lo que sean bromas sutiles riéndonos de nuestro genero y forma de comportarnos comunes la hará reir. – jajajajaj, a ti no creo que te pusiera ninguna multa. Pero por que me has caído bien. Responde verbalmente lo que ya sabía de sobra, me está pidiendo ser besada, pero las ganas de mear me atraen más después de retener tanto tiempo el Gin Tonic. – Aspirina, de momento te aviso de que me estás gustando. A menos de que la líes mucho, que no lo creo por que pareces una chica inteligente y avispada, esta noche lo podemos pasar muy bien juntos. Y ahora voy al baño que ya no puedo más. Nos vemos ahora por aquí. Un poquito de cualificación para resaltar el por qué quiero verla más tarde, y además exigente, que no piense que lo tiene todo ganado. Si cedemos todo el marco mataremos la atracción, pero si nos mostramos examinadores y exigentes con la coletilla ―de momento‖, sentirá que no nos tiene ganados y la atracción vibrará. – Vale, yo no me voy a mover de aquí. Cuando salí del aseo seguí sargeando con otras chicas y ya nada mas se supo de la historia sobre Aspirina y Paracetamol Complex. No obstante surgió una historia muy bonita con otra chica. ..
La chica de clase, ligando con…(I) Posted by: egoland Posted date: mayo 23, 2012 In: Experiencias Propias | comment : 6
Tres de la tarde. Se acercan los exámenes. Me muero por unas vacaciones. La clase está siendo soporífera y me estoy muriendo del asco. No todo en la carrera es apasionante. Creédme. Aparece por la puerta, veinte minutos después de que la profesora haya dado por empezada la clase, una morena delgada muy alta, con esos escotes veraniegos que parecen involuntarios y un cuello largo como sus piernas. Viste un look harto curioso. No se sabe si va de Amywinehouse, de chica fashion o de catwoman. Interrumpe a mi profesora para decir con una voz muy segura. -¿Estoy donde creo que estoy? Toda la clase ríe. ¿Cómo? ¿Esta chica es maravillosa o son imaginaciones mías? Una vez aclarado que está en la asignatura que creía, hace un minucioso análisis visual sobre la clase y se coloca en mi fila, a mi lado pero con un pupitre de distancia. Eso me gusta. Va maquillada con colores oscuros, como sus ojos. Lleva un pintalabios brillante casi incoloro y abre una carpeta llena de papeles. A los dos minutos pasa lo que sospechaba y estaba deseando. -Disculpa, ¿sabes si para el exámen las prácticas bla bla bla?… Me había elegido como su SOLUCIONADOR y hombre de confianza. Yo me tenía que encargar de su bienestar en clase y asignatura. Tendría 26 años. -Es que yo trabajo y no he podido venir porque… bla bla bla… Maravilloso. Ipsofactamente me cambio de pupitre. A su lado. Yo no tenia ni la menor idea de si las practicas bla bla bla… pero desde luego no lo iba a expresar así.
-Pues el asunto no está claro. Creo que más bien dijo que iba a decidirlo. Luego si quieres me das tu email o tu teléfono y te digo eso. Pero… (no quería que la conversación en susurros se acabara ahí)…¿ Vienes a más asignaturas?- le he preguntado. -Sí… bla bla bla… Sin venir a cuenta me habla de lo ocupada que es su vida, porque trabaja por el día y tarde, le cambian los turnos, vive sola, la carrera, bla bla bla… -Una chica muy completa. ¿Y tu novio no te ayuda?… -No tengo novio. -Ahora te veo más completa. Aunque suene paradójico. -¡Jaja ja ja! Su risa sonrojada nos ha costado una mirada furiosa de la profe, de la que ya sé que no voy a contar con su sonrisa cuando le pida que me suba alguna décima si saco un 4´9. -¿Cuantos años tienes? –le pregunto directamente. -26.¿ y tú? -Yo 35- le contesto-No estoy mal, ¿verdad? Ella vuelve a reir para decirme darme la razón. -¡Qué maravilla de tarde! Precisamente antes de que entraras estaba pensando lo maravilloso que es el mundo, ésta época y venir a clase. No hay como el espectador de la pelicula subtitulada para corroborar que sus emociones son recíprocas. Hemos seguido hablando de ella, de mi, d nuestros estudios, las que nos quedan para acabar, etc. Pero lo cierto es que entre el escote que tenía, (abundante, veinteañero y tostado por el sol), el rollito que se gastaba de entro en clase cuando me da la gana y algunas frases que se sacaba de la manga verdaderamente sorprendentes (― esta profesora es lo peor de Telecinco‖) me estaba molando cada vez más. No tenia ninguna pinta de estarse enamorando de mi, pero sí se le veía con ganas de agradarme y muy a gusto en mi compañía… Le pregunté el nombre, me presenté y le propuse salir de clase para fumarnos un cigarro. Su cara dubitativa me hizo seguir hablando.. -Lo que está contando está todo en el aula virtual y tú tienes unas ganas de fumar que no te aclaras. -Ja j aja. ¿No las tendrás tú, Luis? -Yo ya he dejado hace un rato de pensar en mi. Nos vamos… -Nos hemos levantado haciendo el mínimo ruido posible. La cara de la profe ha sido memorable. Más me vale sacar más de un 4`9 en el examen… Seguiremos informando.
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