Eduardo Anguita - La Belleza de Epnsar

March 8, 2018 | Author: Rayen Vergara Morales | Category: Miracle, Love, Word, Poetry, Surrealism
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La belleza



EDITORIAL UNIVEWTARIA L

Sobre “La Gioconda”

La obsesi6n del doble Tres formas del ser chileno Violeta Quevedo Violeta Quevedo I1 Sintomas, mitos y obras de arte Nota sobre Walt Whitman Implicaciones creacionistas El chico Molina I El chico Molina I1 Realidad y poesia Apuntes sobre Juan Emar Dos de nuestros defectos Sobre Juan Emar El lenguaje pdtico Paraisos artificiales Sobre la notaci6n literaria Significaci6n de Huidobro Los privilegios del libro Los veredictos Apriesa cantan 10s gallos Citas elocuentes Naturaleza de lo c6mico El anhelo de identidad Preguntas Miisica y tiempo Comunicaci6n sin palabras La extraiieza

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Del Silabario Matte a Altazor

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Manifiesto de Lawrence Miguel Serrano en la Generaci6n del 38 El rriito nhhuatl de la redenci6n Cine! de Enrico Grass -11Participaciuii CII II,U Lucllu El niiio, un extranjero La ktica en una novela de Hesse

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Cosas de Freud

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Las m b bellas palabras de la lengua castellana El tiempo psicol6gico El tiempo psicol6gico I1 Nunca es el mismo rio Explicacidn de un poema Sobre ciertas propiedades de lo bello Pecados contra el espiritu Las miis grandes obras de la Literatura A la rosa La frialdad de la tecnica Conflictos necesarios La exactitud de las palabras Sonido y sentido Las soledades Monte de Venus La sabiduria de Dali Reconocimiento de Zurita Aniversario de la muerte de Huidobro Horror a la belleza Un Dios legislador Colores y palabras Paolo y Francesca Inocencia poetica y paraiso perdido

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aparecieron, baste saber que se sucedieron entre 10s que salieron en revistas no llevan seiialada data aIguna.

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Me gusta este desorden - a p a r e n t e en cuantc1a fechas y a ordenaci6n de las cr6nicas en estas piginas. Me complace voluntiariamente el arrancar de las ~. _. _.~~~ - _ _ _ urvurauur 3 -__-__ J-- ------: --n---: _- L....L----- - I manns aei DCllbOllllCIILUS. iciicxiuiica v IICCIIUS uuc W X A 1111. ___ _1_. 1_ ciernou .~ I aut()r de 10s articulos, deben permanecer invulnerables en sus propios tiempos y en s;USpropias atmbferas, queriendo lograr, para mi deseo, cieno grado de . . -^A:AI uc A, :A ,A ., :., ,..,,,.:,I .,A,. -1 -..-A,. pertrraIirIlcia. ciciLO iiicuiua iiiucvciiuciicia caciiciai. aiciia a LUUU ci iiiuiiuu 9' le caduca dia a dia, y que atenta, casi victoriosamente, contra la verdad de niiestra existencia, hic et nunc. _._^

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por nadie. Hay quienes no han entendido la frase, o la encuentran sofisticada. No hay raz6n en esos juicios. Muchos criticos literarios han creido justo calificarme como autor de poesia intelectual. Creo que asi es. man que ellas tienen la virtud de esclarecer tica, de por si algo dificil o hermCtica. Si es c:o

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Chico Molina nos comunic6 la existencia de un escritor “finisimo”, del que ha bia que leer -si uno se estimaIba- una obra semihermitica, algo esodrica. FLii a la Biblioteca Nacional polr ella y me enfrasqu6 en “Demian”, haciendo . .. . con mi estilogratica inmumerables anotaciones. Intent6 sacar el libro con permiso del Dirtxtor, Gabriel AmunLegui, pero era reglamentariamente imposible pues n(> quedaba otro ejemplar en el archivo. Segun Molina, en todo ^. .. ,. . , *, Lhile so10 existian tres personas que haDlan leldo a nermann nesse, y eran Claudio Arrau, Inks Sanhueza(hermana de Hernhn, el obstetra, y de Fernando, el pediatra, que nada tiene que ver con su homhimo, diputado nacional) y el .. *., . propio holina. A pocas semanas, el m r o se convirtio en el secret0 ae aigunos de nlis amigos, quienes acudieron a leerlo y se encontraban con mis notas, que, inva.riablemente, decian en 10s mirgenes: David - David - David. .. . . .. . . .__ .. . . No era arbitraria mi anotacion, pues aparece en la obra de Hesse (a mi juicio la mej que ft ,I

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mi Movimiento “David”, de 10s escritores de “Mandrigora” - y de corrientes semejantes en otros paises por aquella kpoca). Cuando a1 cab0 de alguno:5 meses, yo o mis amigos le hablamos a Molina de Hermann Hesse, nos mirc5 despectivamente: “No, no, no” -graznaba con deleit“Ya no es Hesse Ahora es Meyrink”. ComprC “El Dominic0 Blanco”, pero Meyrink poco o nad;1 tenia cbuxz

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ci vcruu crraau y crraaur; la

palabra reciCn nacida. Ella se desarrolla en el alba primera del mundo. Su precisi6n no consiste en denominar las cosas sino en no alejarse del alba” Est,a afirmacih, una entre centenates con que Huidobro postul6 su Creacionismo , esti en un manifiesto suyo que, en una forma m b definitiva, explic6 en una ccmferencia en el Ateneo de Madrid, en 1921. A causa - - c o n toda probabilidad- de la cantidad de infundios y acusacio- some la paternidad . , de la escueia, es nes en que se le enreao aurante unos anos posilble que Huidobro no quisiera ya hablar de Creacionismo en la Cpoca en que 10s j 6venes chilenos lo C onocimos. I E1 LI- -.: _ _ _ _ “L1 V U C a LJ I U virgrn a e todo prejuicio.. .”. S610 estas palabras de la proposi1

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ci6n de Huidobro, citada a1 comienzo de este articulo, ya invitan a una reflexi6n. Entiendo pot prejuicio, en este caso, un “significado”; de manera, pues, que lo que proyectaba Huidobro era liberar a la palabra de todo significado. Por su parte, Paul Eluard quiso hacer lo contrario, 0,dicho de otro modo, lo -:e-na.. MIJIUU

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en su libre pureza: es a las cosas. Para Huidobro el asunto resulta - e n su teoria- un conflicto. Aunque se piense que no lo es, ya que no s610 61 (en “Altazor” especialmente) escribi6 poemas de palabras despojadas de significado, palabras desnuhs, digamos que el conflicto se alza de todos modos, porque algo, un sonido, una semejanza fonktica, una aliteraci6n cualquiera, traen, por asociaci6n, la imagen, el lastre, de una realidad ya anteriormente nombrada: con lo cual el intent‘0se frustra. $e desdice Huidobro cuando en la misma proposici6n asevera qlue “en todas las cosas hay una palabra interna, una palabra . * . .. , . ..- ~. latente que esth debajo de la palabra que las designa”? bn otros terminos: propone divorciar a las cosas de las palabras que convencionalmente las designan, pero no para aislar y potenciar Cstas sino para “descubrir” las nuevas palabras que convienen a la realidad, y que yacen latentes en el sen0 de las cosas. “La palabra virgen de todo prejuicio” necesita, de todos modos, anclar en un nuevo prejuicio; est0 es: vuelve a servir de “significante”. iY nosotros que habiiamos entendido que las nuevas palabras iban a quedar libres! No. LaLs nuetws palabras que busca Huidobro no designan. Cumplen una funci6n miLs alta : se mantienen cerca del alba. Eiluard es asunto aparte y divergente. Quiere liberar a “la realidad” de 1a “ITn -.*A p c n p c7- r l ~ ; r e1 - ~ yuc I- icaiiuau -anl:rl,A CJ Ldl lo nn-kro YUL ia pala,,,hro IIVIII~~a. cual yo la veo”. En tkrminos de Simone Weil: “Ver un paisaje tal como es cuando yo ya no estoy alli”. Eluard pretendia sorprender la cosa desnuda, antes de ser nombrada, antes de ser vista, y poder mostrarla sin intervenci6n de la conciencia. Como se requeriria de una operaci6n ajena a1 domini0 de la lengua y de todo pensamiento formulado en palabras, y 61 era un poeta, se dio a la misi6n imposible: desarrollar su metodo gnoseol6gico en palabras, claro est& Su procedimiento consiste, exactamente como en las paradojas o desarrollos dt:I budismo Zen, en hilar oraciones e imhgenes a base de negaciones de negacicjnes.. . hasta borrar a1 “sujeto”. No respond0 de que haya reverberado siempre la reulihd tal como es en SI?, pero creo haber tocado en su poesia un supremo silencio, una ausencia irrefutaLble, la “Clara luz del vacio”.

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APUNTES SOBRE JUAN EMAR iste escritor, del que he hablado s610 indirectamente, merece una cantidad de observaciones criticas. Ya he mencionado las que Ignacio Valente ha PClblicado en “El Mercurio”, y no son sustituibles, como tampoto uno debe gc De sus cuacro IiDros, unicarnrnrc u z e z iue puuiirauu pur CUCliLd UT uvs editoriales chilenas, desde luego: Ercilla, en 1937; y la Universitariu, en 197 1. Son diez narraciones: Cuatro animales, Tres mujeres, Dos sitios, Un vicio. Palrten sus relatos de hechos aparentemente nimios, o corrientes, o absolutamentcE ficticios. El aporte de lo onirico no me parece su caracteristica principal. . . .. . . , Ciertamente suministra mucnas de sus visiones mas originaies, y, aaemas, se vierte por el conduct0 de ciencias esotericas (Eliphas Levi: Historia de la Magia) o expresamente c:oncientificado. Lo m h importante es lo que sigue: una 16gica extrema, una luc,idez y minuciosidad excesivas, hasta una locura aparente, por exceso de razonillniento. Coincide, y no pocas veces, con reflexiones propias de la matemgtica, i cuento) y, en ot:ro, de hecho, una increible aproximaci6n a la teoria de 10s conjuntos. Cuand10 Juan Emar escribi6 y public6 su libro (en 1934), ni se enseiiaba el tema en 10s colegios, y su problema era propio de libros especializados. Aunque En-bar hubiera leido estos, el tema aparece intuido evidentemente de las observaciones y sucesos cotidianos que describe en sus relatos. Permanece, de todos moclos, en el h b i t o literario. Su mCtodo de progresi6n 16gica se encadena de ind?ucciones, deducciones, premisas, corolarios, an6lisis y extensiones que se cstructuran hasta configurar una maquinaria matemiticosensible. La cavi.laci6n suya, por otra parte, ocupa el sitio propio de la filosofia. Por ejemplo: la operaci6n que realiza tratando de “aprehender” la realidad de un hombre que t.ienefrente a 41 en una sala de espera. Invito a nuestros fil6sofos -pienso, por ejemplo, en mis amigos Juan de Dios Vial y en Felix Schwarztmann- a que 1.ean a Juan Emar; se que les interesar6 con apasionamiento. Aquella operacic5n a que me refiero es minuciosa. En su intento de capturar la hombre aquC1, objeto de su tarea cognoscitiva, se le reduce a una realidad del:1 hon porci6n minima inima: un pliegue min6sculo del bolsillo del chaleco y, como unidad ._ 3_ 3 - ‘1 rJ: :*:aenrrv ae el. mi utia uirecciuii CUIlLl~lld,IIIUVICIIultima, una pel1isa que.yam dose desde lo pe!queiio a lo grande, el barrig6n aquCl (pues el humor de Juan Emar casi nunciiest6 ausente) vuelve a esfumarse, ya que a1 intentar captarlo a

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desde la parte a1 todo, el objeto observado desborda hasta su entorno, hasta confundirse con planetas, cielos y constelaciones: con el todo. “Pero, i y el gordo mismo, el gordo en si?”, se pregunta Juan Emar. El sentimiento poetic0 interviene en tres acepciones: como inductor de estados de asombro y contemplaci6n; como instrumento cognoscitivo inmediato; como revelador de exaltaci6n frente a la belleza de lo natural o de lo artistic0 mismo. Por otra parte, la sensibilidad de Juan Emar pertenece a un terreno qu -para hablar esquemhticamente corresponde a1 que maneja Proust, per0 e -I-

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novela sobre la base de una hipersensibilidad sensorial, a la vet que un minuciosa y sutil psicologia con gran numero de rasgos y de personajes. El cuanto a sensaciones, puedo aseverar que Juan Emar es menos convencional menos deudor de la tradici6n literaria, y, en cambio, m6s original, mi4s personal y bhrbaro, entendiendo este calificativo como “de primera mano”. Me gustaria, por ejemplo, poner frente a frente largas phginas de Proust y otras de 9

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. . l . 1. 1. - 1 . 1 . similar narurareza. a. rrin ae noaer nacer

comparaciones. Y en cuanto a psicologia hay que conocer las profundidades y sutilezas emarianas, que casi no tienen semejanza con ninguna otra. Tiempos simultheos, desdoblamientos, suspensi6n de la conciencia individual en un vacio intertemporal y otras experiencias ins6litas no las hemos e n m n t r a c i n n i i n r a en n t t a c n h r a c

rnn la antentiridad. nripinalidad v clarifica-

advertido desde mucho tiempo nuestros escritores y soci6logos en el medic literario chileno, por no decir en todo Pmbito de convivencia y desavenencia. . ... -. . ., . En el t)roloao a1 libro Uzez, de Juan hmar (en su segunda edicion, de la Edit1orial Universitaria, 197 l), Pablo Neruda se refiere a las rencillas entre nuestros escritores y a la habitual malevolencia y envidia: ..falta dignidad a la T q - a n F i m o r nn e n t r A ~n PCP reon on M a r t a 1 Oh4 a i i n Colmrlla . 1 o T Y P ~ A IP~E AVUCJUU" -.,- ,*'a". .. *, - S sin hacer nada por sobresalir. Neruda afirma de si1 muerte, public6 ~ U libros -Y se que tiene raz6n- que Alvaro YPiiez ( Juan Emar en la literatura)., ,no tUvo amigos; o que 10s que el creia que eran sus amigos, no IO eran. a s posiue. nbargo, algunos, entre 10s que conthbamos con veinte y tantos aiios Sin en .. C m o r I n OnrPC;-mnc n i r i c < r n n c Piic 1;hrnc M i l t h lO?d A w w v IIn

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io (ambos de 1934) despertaron nuestra absoluta admiraci6n. Braulio Are-

s, Te6filo Cid y el que escribe lo estimamos siempre de un cerebro de

iiguel IbPiiez, alrededor de 197 1 6 72, escribi6 con certeza excepcional el libro Diez y, luego, sobre 10s otros dos libros, que muy pocos nnc FiunrPcA CII elnoin rritirn -... cin __-__. recewa atventinn poseet,,,. -. TTna e d i t n r i a l --0-------adquii:i6 de la familia todos 10s derechos sobre la obra publicada y la que a6n perma.nece inkdita. iY que pasaba aqui, fuera de esas excepciones! Los chilenos . . I. I ~ y aun conocienaoia, no supieron valoraria. no conocian la oDra a e J W amar, El propi0 Prologo de Neruda es un error de punta a cabo. Nada tiene que hacer Emar con Kaflca. J.M. IbPiiez lo compara con Michaux. Yo lo comparo a1 Tniihandpaii. muv, cerca. _-_________al__ de __ _Mnnrieuv _ l _ _ _ _ _ _ _Gn&u . ________ Intime.. Estamos ___.. mejor Marrel ,~ ~ creo, de entenderlo mejor que Neruda. Huidobro era amigo de Juan Emar desde la infancia. Que - se me perdone la indiscreci6n; pero cadavez que hablaba de 11 os libros de "Pilo" (como lo llamaban sus familiares y amigos), nos decia invairiablemente: "Escribe con las patas". Muy de Vicente su expresi6n. No . ". * mal intenLcionada. Kespondo. 3implemente desaprensiva; poco generosa. En cuantoo a las , polemicas de Neruda, Huidobro y De Rokha, hicieron historia. :nomine, en su kpoca ( 1 9 3 3 , "10s 3 antimosqueteros: uno contra todos, Los denor uno". todos contra con Vinien

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presenta una curiosa conducta, que se muestra en dos formas opuestas y . _. contradictorias. Darian para un ens?yo antropologico. Una: Todo lo chileno es extraordinlario; hay que rechazar lo extranjero. Ur1 nn . , ; . , a \ ra-rnrl.r: ".';,.A",. .-. ejemplo: un critic0 santiaguino (que v l v c l lc,,lucLlu L c i L c L a u m i i c i i L c uli . - La . llu Iciclo de conferencias -y todas muy inteligentes- que se efectu6, durante dos 3 tres semanas, en conmemoraci6n del Dante. "Mejor hay que preocuparse y estudiar a nuestros autores", coment6. Tn nnpta ina nhra J IP m n f h -- n t r a a r t i t i d . T Tn-_~ - - rhilpnn _ --------_ - ha t e r r n i n a J n i-..-. P nnpcia. yY-"". *_ a un amigo bastante inteligente: "Esto podria firmarlo Rilke". Respuesta: una sonrisilla compasiva. iC6mo va a ser posible que kste, kste, que yo veo casi todos 10s dias, que estudi6 conmigo en la Universidad.. .!, etc. No. Imposible. Yo lo veo casi a diario. Se necesit6 que 10s chilenos supieran que Huidobro f i e decisivo en el movimiento de vanguardia europeo para que comenzara a considerhele. Por su parte, la Mistral no perdon6 jam& a sus compatriotas el no reconocerla, aunque fiese con el Premio Nacional. El Premio Nobel debe de haberle sabido a hiel, por todo esto. iY Neruda? A lo mejor, sin consagraci6n en el extranjero, pocos chilenos hoy lo estimarian. And so on.. . 1,-

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SOBREJUAN EMAR n 1935, Juan Emar (AlvaroYiGiezBianchi. 1893-1964) public6 tres libros: Miltin 1934, Ayer y Un AEo; a 10s que la entonces Editorial Ercilla agreg6, en 1937, Diez, obra que fue reeditada en 1973 por la Editorial Universitaria, con pr6logo de Neruda. Nada especial ocurri6 con aquellas ediciones de 10s afios 30. Hasta 1973, Emar fue un desconocido. Contando, por su posici6n, con innumerables relaciones en Chile y en paises extranjeros, anduvo entre la gente vestido de inc6gnito. No tenia ese cadcter un si es no es desvergonzado que parece indispensable para alcanzar kxito en a l g h campo, sobre todo en la carrera de las letras. Con la segunda edici6n de Diez, en 1973, observamos la desproporci6n que significaba la nombradia internacional del "boom latinoamericano". mientras Tuan Emar quedaba en la sombra dentro de su propia

dej6 de crear. En 1973 el critico Ignacio Valente bati6 palmas por la aparici6n de Diez en su ediici6n de la Universitaria. No contento con ello, agreg6 en “El Mercurio” dos cc:rteros y tajantes comentarios. Cosa inusual en un critico: no ., temio errar. 3u elogio fue sin reserva. A partir de esos articulos, varias casas edii:oras extranjeras se interesaron por la obra de Juan Emar. Ahora Ediciones Car$os Lohk, acaba de publicar en Buenos Aires la primera de tres partes de _ . _ . Pavn _ _ ___ *-. I t 1 todo IO escrito. poco mas a1.e 3uu paginas ae la oDra compieta (que scIbrepasarb las 5.000 pbginas) cuyo titulo general es Umbral. Conozco solamente 10s cuatro primeros libros que mencione en este articuLI_-^^^ L-l:-: _ _ _ _L - - . . rla_s- casils _ _ _ _ _ _> * &__._ - Ll.-. lo. nqui, -5viw rnc cauc iirriirarrnc a nwrnDrar eaitoras que pumicaron 10s libros de Juan Emar: Ercilla y Universitaria, en Chile; Carlos LohlL, en Argentina. Y nombrar, tambikn, en 10s que pregonaron sin reservas la magnitud creadora de Juan Emar: Braulio Arenas, Neruda, yo mismo y Jose Miguel Ibbhe’2, que no vacil6, en todos sus articulos, en estimarlo genial. ...Su . J* . que aeDia 1 1 , . 1 I. naDerio convertiao en el gran narraaor geniaiiaaa1 extraorainaria, chi.leno de este siglo” (. ..) “No me resist0 a hacer ciertas comparaciones” (. ..) “YZi Neruda h e delante de nosotros, parangonando a nuestro Juan Emar nada me!nos que con Kafka” (. ..) “Me animo a forjar otra, en relaci6n a Pirandello” n

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obsesivo que da a1 problema del tiempo y de la memoria” (. ..) “Ya h de Joyce cabria ha por el in encierra t--- ___________~ - ,_. ._, __

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EL LENGUAJE POBTICO on evidente connotaci6n filos6fica, 10s linguistas modernos asignan a1 habla una funci6n principalmente comunicativa. Tanto en 10s libros especializados como en 10s m h elementales empleados en la educaci6n escolar se pesquisa con insistencia ese mecanismo, seiialandoen todo anhlisis de textos, a1 htimdor, a1 destinatario y a1 mensaje. Nada podria objetarse a1 esquema, salvo que hay un tip0 de lenguaje que reclamapara si un tratamiento mucho m6s sutil: lapoesia. Mientras 10s linguistas clasifican 10s tres tipos de funciones del idioma: la emotiva, la comtiva y la rejirencial, constituyendo la segunda la paradigmhtica, a mi me parece que hay que sugerir otra: y que es la perteneciente a la poesia. Para 10s linguistas, la funcibn conativa define con mayor propiedad a1 habla: es aquklla en que un sujeto hablante (el destinadm) se comunica con otro, que es el destinatario, y su intencibn medular, aparte el contenido del mensaje, esprincipalmente el comunicarse: establecer el vinculo por medio de las palabras. Como variedad --elemental, por cierto- de esta funcidn conativa cita Jakobson a Malinowski, quien observa el hablar de tribus primitivas y el primer “hablar” del niiio: que es exclusivamente un intento de “establecer la comunicaci6n: verificar el circuito”. Malinowski califica ese lenguaje como “de funci6nfitica” (n6tese que no es “fhctica”), y tambikn lo atribuye a 10s phjaros del tip0 “parlanchin”. La verdad es que todo grito o canto de phjaro, sea cual fuere su especie, generalmente es “fhtico”, y su intencionalidad, si bien es la de establecer la comunicacibn, tambikn alcanza a tener una significacih distintiva; agresiva, encantatoria (a la hembra), etc ... Pero por otra parte, existen cantos y gorjeos despojados de todo mensaje, y no involucran ninguna inten..

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mh variado y hermoso cuando se desenvuelve como juego, a1 margen de tods intencionalidad de naturaleza vital o biol6gica y de todo dihlogo. Ese cantc ”

objetivos utilitarios y es extraordinariamente libre y creador.

La poesia, pues, es un lenguaje -no siempre en todas las obras ni en todos 10s autores- absolutamente carente de funci6n conativa. Puede darse con funci6n emotiva, o con funci6n refeencial; pero la funci6n conativa no es evidente, por mucho que todo tip0 de poesia se dirija a otros. Ahora bien: aunque exenta de intencionalidad comunicativa, nace, eso si, de la necesidad de un hombre (el poeta), de establecer esta clase de comunica-

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ci6n: entre una imasa amorfa de sentimiento y de pensamiento preparlante, que embarga, inicirilmente a1 poeta, y su progresivo constituirse en palabras, y luego, en una elntidad lingiiistica, totalmente aut6noma: el poema. El vinculo a1 que se ve cornpelido a establecer el poeta es aquel que liga a su conciencia 1 intima con “la c r selecci6n y Orgi espiritu, eso qc

sustancias para tntrar en estado de trance: Baudelaire y Thomas de Quincey, Rimbaud y, en nuestro siglo, 10s que, como Ginsberg, intentan extraer de la realidad su verd ad escondida. Huxley experiment6 seriamente con alucin6genos, y hasta 10s i recomend6 en su libro L u s Puertas de la Percepcih. En sus paginas enconti-amos un pasaje dedicado a un Cxtasis de Santo Tom& de Aquino, comparando la vivencia de 6ste a la que otorgan ciertas drogas. El santo manifest6 que, despues de sus momentos de “contemplaci6n infusa”, ya no tendria inter 6s alguno por escribir otra especie de Summa Theoloaica, ;Ou6 ocurre en ese estado?, nc Karl Jaspers, en su Intr te, una separacicin, una distancia y distincion entre sujeto y objeto. Para que el sujeto pueda perisar o apreciar un objeto (de lavida real o imaginaria, o un tema de reflexibn), es precis0 que el sujeto sea uno y el objeto otro. Ahora bien: el fil6sofo alude a las experiencias misticas. Citando a Plotino, describi6 que de aquel suetio se vuielve con la sensaci6n de la m& infinita dulzura y sosiego. “No hay sujeto sin objeto, ni reciprocamente” (Schopenhauer). Cuando ambos se 4 ~ 0 PI 7 Y1 o ~ funden, ., en -_--la e--’=--------:Ynetienria m i c t i r a (PC e1 -_eiemnln) -,---r - ~ , rP , ~-~.--,I b-- ”Por las experiencias expel clinicas, usando un alucinbgeno, se revelan muchos sintomas. ias. Uno de ellos es la sensaci6n de estar estrechamente unido a todo lo ., sienre . exterior. I-1 El suj.ero a1e experimenracion que 10s soniaos y 10s coiores entran a traves de su cuerpo; y, a la vez, cualquier movimiento que 61 haga eietre arriirn m t las cosas del entorno. El movimiento de un brazo traza una -, -__ .-..,,xe ----I-^--

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linea de color fulnurante. ;Se desmende de eso que el suieto se una, funda y LL_. -, _-___ -,--

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“abandonan la droga, salvo que se trate de psic6ticos” (Dr. Armando Roa: La Marihuana). Las conclusiones de Huxley - c o n todo el respeto intelectual que me merece- son equivocadasen cuanto asimila 10s efectos de un alucin6geno a una experiencia mistica. Es el mismo error de aquellos grupos que, en grandes paises desarrollados, consumen drogas bajo la convicci6n de que conducen a1 “conocimiento unitivo”. Me acuerdo de haberle preguntado a Huidobro, en una oportunidad, si habia usado drogas. Su respuesta fue positiva: “s610 una vez”. Apenas recuerdo quk sustancia quimica era. Huidobro no tomaba vino sino en las comidas; era sumamente sobrio. Aiios despuks quise saber si el poema “Boca de Coraz6n” lo habia escrito baio influencia de alnuna drona. Lo nen6. Pero estos versos son

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en la poesia universal un sistema de escritura que intent6 Mallarm6 en su c6lebrc:poema U n Coup de Db n’abolira jamuis le basard. En 6ste -si bien e1 text0 t:s una muestra de tal escritura- casi lo principal es la proyecci6n qut . arroja. LOS autores se iimitan, aesae entonces, a comentar mas el yreracio que el poema mismo, y es que en su programa no puede uno menos de anhelar la transformaci6n que 61 predicaba. Formul6, en su libro, que la escritura del tei[to debia constituir una especie de partitura, compuesta en una tercera parte P Or 10s “blancos” y las otras dos terceras jugando entre ellos tal como las voces de una sinfonia sobre el silencio de la phgina. 1

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mdo cada una de 6stas a cada una de las frases o secuencia de frases impresas igual tipografia y tamafio. “Mallarm6 decia inspirarse en la m6sica la poesia”. Los poetas de nuestro siglo tomaron de Mallarm6 el aspect0 isical sino grhfico de la escritura mallarmeana; suprimieron (aunque 5

PI r n & n A n per6 m n r w ubJrruv AAoJrln uA n Uav, sInr In ~ cIuuLuaahora L va fi;laiuaucaica . . -r r m m o c ~ ~ o lynia ci6n, queriendo, a1 contrario que el modelo franc&, implantar un text(1 inm6vil como un cuadro, que deberia poder leerse en cualquier direcci6n. L;1 , , . . . .. .. . . poesia que, segun el termino de Apollinaire, pas6 a llamarse cubzsta, es la m5s directrtmente deudora de Mallatme. lllrLVUV

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1 . I , . HuiaoDro esrimaDa que era aDsurao naDiar de poesia c usm t a , puesto que en unI poema no hay cubos”. Asi, se form6 un malentendido muy singular: lo que q1ieria ser semejante a1 arte musical en su movimiento y en su implicaci6n nor la nintiira Cnmn estrucitural- terminci .__._._.._ = - - asimilarse a_ __ ------ en --- Inc tiemnnc ------r-- rlel cubism0 pict6rico 10s poetas y 10s pintores andaban y programaban sus corrientes est6ticas en estrecho contacto, la tentativa mallarmeana tuvo un ‘ 1

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efecto divergente. El tiempo musical h e trocado en espacio. Los caligramas fueron su mejor ejemplo, aunque no el m b frecuente. A muchos aiios del poema de Mallarmk y su celebre mCtodo de escritura, vemos en Chile un libro escrito en tres planos. No se trata de literatura, sino de filosofia. “Descartes: Meditaciones Metafisicas”, perteneciente a1 filbofo chileno Juan de Dios Vial. E1 quiere “presentar una serie de textos de la filosofia poniendo ante 10s ojos, in vivo, concretamente, las galerias interiores, las articulaciones sutiles, las formas propias del pensar filos6fico”. Lo notable es que emplea -sin haber conocido anteriormente el poema de Mallarm6 ni su tip0 de escritura- una “escritura triple”. Desarrolla su sistema de notaci6n en tres planos: a) en la mitad superior de la pigina, el lado exterior esth ocupado por el texto original del fildsofo estudiado; b) en el lado interior, y con tip0 cursivo, se muestra en frases breves, y paralelamente a1 texto sobredicho, una columna de glosas, que serialan 10s elementos esenciales de cada pasaje; c) en la mitad inferior de la phgina, y a todo su ancho, en caracteres tipograficos mas grandes, Vial desarrolla lo que 61 denomina Notas, las que por supuesto, son bastante m b que “notas”: es su trabajo de exploraci6n, busca y encuentro de las articulaciones e hilos conductores del pensamiento del fil6sofo en examen, su interpretacibn y la sintesis. El juego de estos tres ejes permite una lectura multiple, ya se empiece por uno u otro de esos tres ejes. A juzgar por su resultado en la docencia, el libro de Vial ha constituido un b i t o .

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en nuestra lit‘eratura la “generaci6n del 38”, a la que pertenezco. Desde luego: la denominac:idIn no cubria - c o r n 0 piensan algunos- a todos 10s que publicaron o salieroin visiblemente a luz alrededor de aquel afio; califica, segun mi ihvpnpc yu-, rprranarnenrp ” n a alnn-no n;rX Y A g u r ‘ c r rl;c+onr;o 5,‘” parecer, a un gl,’nlnn AP ,’. dobro. No es que el poeta creacionista 10s haya signado en la letra; torno de Hui per0 si que suscit6, casi en todos, un despertar a la ProDia personalidad. a, o huidobriano, en estricto sentido, puede decirse que no existi6 Huidobrista, :on todo, le debemos a aquel “antipoeta y mago” una claridad de ninguno. CO .. espiritu como en la tonalidad conciencia qtle dimndi0 tanto en nuestro -propio mica chile chilena. R.einabaacP, entonces, un estilo de vida, de pensamiento y de animica tumbres nmuy se:mejante a lo que Diego Portales llam6 “el peso de la noche”; costumbres . nuestro modc3 ae comportarnos (10s escritores) circulaba por 10s cauces conocidos de una vieja bohemia trasnochada, transida de fberte y vaga emotividad, y no es raro qtie , de continuar de ese modo las cosas, la expresi6n poktica no 1 1 .I 1 habria despeigaao ae una sensimiiaaa espesa y soterraaa, con todas ias consecuencias ima,ginables tanto en la literatura como en la conducta. El peso de la suramericana (y no noche, o lo clue Hermann de Keyserling llam6 “la gana” go aqui la ortografia que eligi6 Zig-Zag en 1940, a1 editar las americana; si, sudamerican; editaciones Siiramericanas”), tuvo su esplhdida y genial manifestaci6n en “Meditaciont . “Residencia I:n la Tierra” y sigui6 resonando, aunque ocasionalmente, en las -l-TLl-l-xl-.-~J- ll---J>-Tl..:J-L-_ _ in?? ,I: siguientes obl--” i a uc ~ rauiu iycruui. 1 u t iicgaui UT nuiaumo en 1723 (su uirimo y definitivo regreso) nos libr6 -no de la sujeci6n literaria a Neruda, como de la ne~ante7 nrnvnran sinimn AP creen . mucho . . -___ -IS- - __ -------- nile 1-- ~ - - . - - - - In9 - stnAnc -----_-AP -..-.-.-.. n n a raleza demasiado poderosa y aplastante. Si en Neruda esa misma NaturaNaturaleza d leza americar mericana muestra con admirable transparencia su opaczahd, con exacta luz su penumbra., en nosotros o en cualesquier otros no habria producido otra cosa que lamento:i informes en lo que escribikramosy que inercia y rutina en lo que hicikramos. Impotencia elemental, “miedo original”, “hambre primordial” (H. de K.), sensaciones que subyugan, indeterminacibn de la conciencia, sentimentalit tntalidad difusa, son algunos rasgos que lo teltirico imprimia en el a h a . -. . y , pur arnericana, . cierro, Lniie no era una excepcion. ~ o esy ya comun oir y leer que lo t t habriamos le

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esa categoria. Y nos subyugaba, tanto por su valor intrinsecamente poetic0 como porque expresa un modo de ser que moraba cr6nicamente en el fondo de nuestra alma nacional. Lo vio, lo palp6, lo titul6, certeramente Portales; y fue justamente un siglo antes de que Keyserling, pensador alembn, intuyera, con eminente genialidad, la estructura y las secretas funciones de nuestros estratos m b intimos. Huidobro, pues, aunque en el reducido campo de la literatura, provocd una verdadera revoluci6n del Animo en Chile. No se piense, sin embargo, que fue tan reducida su influencia. La poesia moderna, por muy minoritaria que sea en su lectura, opera pot radiaci6n sobre todos 10s otros campos. Desde luego, a partir de Huidobro y de las escasas publicaciones que realizamos sus amigos jbvenes, la mentalidad comenz6 a cambiar. La critica especializada, las nuevas promociones de profesores e investigadores (Mario G n g o r a , Jaime Eyzaguirre, Dr. Armando Roa, Dr. Julio Dittborn, Roque Esteban Scarpa, Cedomil Goic) y quienes lo frecuentaron o que conocieron su obra, algo y tal vet mucho le deben a Huidobro. Se encar6 nuestra realidad con otro temple. Un estancado provincianismo que era una r6nica dominante, fue remecido y removido. El “nuevo Qnimo”que trajo Huidobro a la poesia, a1 pasar desde su zona -inclusive a causa de las querellas de capillas literarias, cuya importancia hasta hoy mismo no se ha sabido ponderar positivamenta la de la enserianza en colegios y universidades, a1 periodismo y a la critica, y finalmente, a1 gran phblico, como hoy lo presenciamos, se tradujo en una general actitud antipesantez, que ha influido, innegablemente, en todos 10s h b i t o s . Esa es, a mi entender, la mayor transcendencia de nuestro poeta creacionista. “Inventa nuevos mundos” (de Huidobro) embisti6 contra el “Dios me libre de inventar cosas cuando estoy cantando” (de Neruda), poniendo en choque 10s principios elementales y contrarios “cielo-tierra”. Tal lucha, lejos de ser estkril o perjudicial-como tantos criticos y autores creen- es htil, y no desvaloriza a1 uno en desmedro del Otto. La polemica era conveniente y deseable. iSiempre, en toda la historia de las artes, la filosofia, las ciencias y las religiones, ha habido corrientes y escuelas! Motivan grandes obras, abonan a espiritus en potencia y promueven contenidos y formas. El Creacionismo, que como teoria estetica no tiene en verdad mucho de novedoso, h e , no obstante, como lo present6 Huidobro, un elemento impulsor para la poesia que el escribi6 y para quienes lo siguieron. Sobre la tan bullada disputa entre nuestro poeta y Pierre Reverdy respecto a la paternidad de la escuela, ya se ha esclarecido lo suficiente. En una obra del profesor norteamericano RenC de Costa, publicada en Madrid en 1975, en que figuran

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isayos de autores de diversas nacionalidades, se establedec ce nuiuuuiu elllIIcL.6 a concebir en Chile, alrededor de 1913, algo parecido a 10 que Reverdy, sin conocer a Cste, tambiCn estaba buscando en Francia; y el p f _---s o r De Costa deia en claro la semeianza natural de la obra “Esneio deua”, de Huidobro, editada en Buenos Aires en 1916 y reeditada en Madrid 1918, con lo que Reverdy estaba escribiendo pot esos mismos aiios, ambos 1

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trat6 de una afinidad de almas (lo declararon ambos poetas apenas se encontraron e n Paris y leyeron sus respectivos poemas), reflejada impresionantemente se alejb muy pronto, con una velocidad de meteoro, hacia invencionar cas de audacia extrema y, sobre todo, de originalidad y angelidad inigua.- m;-wanr;nnac RawaeAw nn - . - A n n nn y u k a v acsuulr, YuLa le la lables, v c t t u v u c a yu- L L c v c L u y u v yuuv v iiiLCicaawaii Otros caminos. Antonio de Undurraga, poeta y critic0 chileno, traz6 en un estudio. Dublicado Dor Aguilar en Madrid hace dos dkcadas. toda la historia de esa nnal entendida querella y mucho miis que eso: el itinerario ideol6gic0, el sentido y las connotaciones filos6ficas e hist6rico-literarias de la poesia de i

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e poetas espaiioles y latinoamericanos que estiin explicitamente derivadas niigenes-claves o imiigenes-modelos de 10s que yo encuentro que son 10s fulgurantes poemas de Vicente Huidobro: “Espejo de Agua” “Poemas :os”, “Ecuatorial”, “Tour Eiffel”, “Hallali”, “Horizon C a d ” ; poesia que -..ll-,,A^._ -..1:-1-2 ..-La-e-2- 1- ---..Ic11giauu ciluilciiLc, pul J U cdiiunu llllidglLIISLlCd, Suuic LUUd lid yUCSld descuclld de su tiempo, comprendida la de Apollinaire. Esto que afirmo no deberB enteiiderse como que coloco a Huidobro por sobre todos 10s poetas modernos; le doly s610 un significado absoluto si nos mantenemos dentro de 10s mirgenes * . de la poesia cuya substancia es la rmgen. En otra especie de poesia, nuestro exolora, 0,de hacerlo, no logra relevancia importante. No es un poeta autor no ~. que ofrezca frutos significativos -propios - de incursiones en lo profundo de la conciencia, y, por otra parte, cuando expresa experienciasafectivas no sobrepasa un nivel mediano. Me declar6, una y otra vez, cuando habia ocasi6n, su disgust0 (teimperado por su humor y su amistad) -porque - a mi no me interesaban otros res lit libros fuera de I O nombrados: ~ “Usted es como Larrea -me decia-: ~610estima tima mis primeras obras”. Sin embargo, yo prologue la tercera edici6n .. de “Temblo‘r de Lielo., publicada aqui en Lhile quince anOS despues de su muerte, y d Cid Campel ^^

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preciosas, pero el edificio no fue construido. Hago - la observaci6n que el poema -inchido por primera vez en mi Antologia de Huidobro, Zig-Zag, 1945- "E:1 Pasajero de su Destino" deberia haber abierto para 61 -y para las generacione'S que le siguieron- una nueva via a la poesia. En este poema, con un lenguaje . , . _ _ _ -.-.- , nenerra ___.__ casi exenrn inreiecruai. en rerrenos aue _.._ ______- - O-I P_ imaPenes _____ _____ v, -rigurnsamenre 'o __--. ._ . . ... __.. r _.._._. .._ .__...__ -hubiera deseado desplegar el mismisimo Mallarmk. S610 alli encontramos en Huidobro la aptitud para una poesia metafisica. Lo que sea la "Generaci6n del 38" tiene que ser examinado a la luz de aque.1 resplandor cuando, todavia deslumbrante, comenz6 a operar en nuestro pais en . regreso, en 1 ~ 3 3pero, su ultimo ; a la vez, se tenaria que anaiizarnos no ai pie de la letra, sin0 a1 pie del espiritu. Braulio Arenas, Te6filo Cid, Miguel Serrano, AdriPn Jimknez, Omar Chceres, yo mismo, y algunos pintores de cuyo nombre tal vez ya nadie se acuerde, emprendimos nuestras propias ruta4 semejantes en algunos puntos y completamente originales en otros. Huidobro no est6 en nosotros ni como una huella ni como una sombra. Miis L.

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destinatarios, es conveniente definirlo. En si mismo representa un modo de comunicaci6n, sabiduria y humanizac i h , distinto y singular dentro de la categoria del lenguaje; est0 es, una forma . . I

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perdurable lo que permanece entre todas las expresiones de.L pensamiento y, por tanto, registra con fehaciente rigor todas las mudanzas qpe van sucediknJ--- - _ 1 - 1.: :- 1:1---__ --"L--l-..-" 1" :-. uusr cn la niscuria ar nurscras I U T ~y C u b L u I I I U I c s , CII Id Iluaginaci6n y en la investigaci6n, comprendidas las propias mudanzas del lenguaje. En 6ste su reino, cumple, ademb, en grado relevante, la funci6n m& elemental de todas: conjugar ecdnimemente la lengua oral, rica en expresividad y vida, pasi6n y poder adaptativo, con la fidelidad memorable de la escritura: que es tesoro para todos 10s tiempos. Percibimos, a travks de dkcadas de leer, escribir y reflexio^^

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La &-&igua escrita y la lengua hablada se copertenecen; y bien podria nar, I cas0 de que aquClla se mantuviera inc6lume y apartada de todo trajin, darse el sin per'der porci6n importante de su vigencia, como ha sucedido con el latin: . . "esa lengua muefta. ,de cuya tOrtaleZa y poder de sintesis siempre necesitamos echar mano; en tanto que la lengua oral, abandonada a su ductibilidad, en tiem]30s de grandes conmociones mundiales corre el riesgo de erosionarse, vacil:ir, tartamudear y confundir sus significados. En Chile -para no referir-------I"-" -l-"-l-L---".L ._^_ -.< ---- 3 - -=-- - 1 L- J - I 1..Ll. nos a wrus piscsucsuc i m C c su UUCII iiumcru uc aiius CI mcrwscduu aci nauia es cada vez m h evidente. El rasgo - m h notorio es su empequeiiecimiento - cuant:itativo. En las conversaciones que escuchamos en la calle, en 10s sitios de reuni6n, en 10s hogares, en 10s lugares de trabajo, cualquiera sea la posici6n , . . .* .. . . .. . . social de 10s hablantes, nuestro ..castellano exhibe la indigencia de su vocabulario. Se habla con no m h de 500 a 1.000 palabras. La sustituci6n e invenci6n de loccuciones expresivas no alcanza a suplir el deficit de sustantivos, adjetivos, ., verbos, moaaiiaaaes oracionaies, reaucienaose progresivamente nuestro capital dc2 vocablos, tal como ocurre con 10s gl6bulos rojos en un organism0 que langtiidece victima de anemia perniciosa. hahla la del Tn r-----nnhrwa &I - - - -__ del -_ _ ____ __ conlleva - - ____ - . _ --__ nensar La nohrem - ----- , v , viceversa . - -- .---lenguaje se traduce, no s610 en groseria en su acepci6n de tosquedad de la conciencia, sino que produce una rencorosa actitud hacia la Palabra, una "procac:idad" agresiva en contra de lo que no se posee. La debilidad de la expresi6n arroja, ademh, otros sintomas: imprecisi6n y nebulosidad mentales. . o , . se nabria . , , De haDer poaiao presenciar aaussure este espectacuio iinguistico aconlTojado. Uno est6 percibiendo la exasperaci6n que emanan las pliticas, por ej em,plo, de ciertos sectores numerosos de jbvenes, cuyos di6logos estallan en _ _ _ _mimicus, rragmmws c_ _ _ _ _ _ _ - -3-- - l - L - . --ae palauras y, no pocas veces, gricos gucuraies, ademanrs cuya violencia es impotente para llenar el hueco que ha dejado una lengua en ausericia. Pero, nuestros hablantes, como hombres que son, necesitan cornuni---------"- 51 ":-- --- I - --__--: L 2-1 1 :- 1 : :- _ _ _ I - r . .1 car y CXUICSalSC. 11U C U I 1 la CUllCCClUll UT1 IClltCUdlC 1lCCrdrlU. CUI1 ld I U C r z d V ld ,eficac:ia propias de la lengua oral y que se requiere para darse a entender y no quedar sumidos en la mudez y la sordera.

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bir en ese caos, pereza mental o inercia animica; y asi es como recurrin parte, a hablar como si estuvikramos escribiendo. Presenciamos el neno, normal en todo el mundo, de quie lnablamos de una manera cuando estamo 10s muy en confianza, y de otra cuarido ya no lo estamos tanto. Dos -I- .--L--. __ - - ~ - --:--1^1^" ---- -1 :-c ---- 1 : IL lenguaJCS p---i d l a l C l U s , p C l U CI l l l l U l l l l d 1 I l l C l C l U l e ~ l l C l l L CIll& p U U r C , )' IIU rdll V I V U , ^^_^

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como queria Charles Bally, discipulo de Saussure. Se observa, adem6 derrame continuo de la lengua escrita en el domini0 del habla; la incrust de tkrminos y giros tornados de 10s libros y de la prensa, expresiones qu sociologia, la medicina, la pedagogia, la literatura, la psiquiatria. Es especie de tercer lengmje: hibrida mezcolanza de palabras y giros populares

desvirt6a conceptos. Asi la prensa, y agudamente el libro, lejos de ser letra muerta, son palabra viva; en tanto que el habla -"lenguaje vivo" como diria Charles Ballysobrevive, penosamente, gracias a la necesidad apremiante de comunicacih y a las inyecciones de urgencia que le concede la lengua escrita. El Libro, definido en este primer plano de la lengaa esvita, esth, hoy dlia, en . . . .... . . todo el mundo civilizado siendo factm dtnamzco de to& comuntcacton -ciesde la conversacih hasta la especulaci6n m h abstracta-, es algo efectivamiente insustituible: es todos 10s sentidos y toL la conciencia en desarrollo vital puesta1s en ., * , . ,. .. arrinn A P n t r n AP r a A a inriivirliin v ,, arri=rpnmnnn cii nmPr ---- , en --- P--,I o t a i n m el coloquio, el estudio, la motivaci6n creadora y la autoconciencia en contacto con las otras autoconciencias del medio social. Por comparaci6n con 10s medios de comunicaci6n audiovisuales, si bil kstos cumplen con una especifica labor de informar (y en lo posible ensefiaal . . . . . ._. . , , . , . * . . .

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piensa que a la "Galaxia Gutenberg" la est6 reemplazando la "Galaxia Faraday". Estimamos que si, y estimamos que no. El mayor peligro a que puedt conducir el abuso de 10s medios audiovisuales es el detriment0 de la lengun escrita; del libro particularmente. Reducirlo todo a imhgenes que se muestrar como cosas concretas es desplazar de la mente el mundo de las ideas, pues kstas. hasta la m h modesta, no pueden representarse como cosas. Sin embargo, dc hecho, en la televisibn, se intenta cosificarlas; como est0 es realmente imposi.

active, y formador de si mismo y de su historia. Pero aparte la naturaleza excep)dona1 del Libro y su forma verbal escrita, hay que valorizarlo por su contenido. ES midtiple. Estimular la creacibn, la edicibn, la distribuci6q la vents, la proaucci6n y la lectura de libros significa mucho mtis que estimular el comercio de un articulo ode un producto. Es, desde luego, no s610 un producto de autores y editores, sino un vehiculo, un instrumento, una herramienta: en -_-_-I-ll---J_--J'-J _ _ _ _J .._'L. __ tirminos ecor1uImcos. IWIIld entre 105 IIPIII~UUS mea105 ae uruaucciun. uues - su funci6n es serviit para laproducci6n de otros productos: 10sde la inteligencia, la invlestigaci6n y la creacibn, destinados a1 saber puro o a1 saber aplicado, ia1 A" 1"" :A,,"" A" 1-, ,,A," A"--:AA" 11 2,. 1- .."-:-:*.--I m e.~.___.^^ o r d ~ ~ i ~uc c ~ia l r luu c o , UF ius i i i u u u a uc v i u d , u c id iiiuidi, u c id cspiiLudi1dad, del desarrollo fisico y mental, de la realizacidn de 10s valores religiosos y, desde luego, instruye y da a conocer todo aquello que en teoria o en la prtictica sirve a1 hombre, en su vida cotidiana mL sencilla, como, en niveles superioreis, en 10s estudios de disciplinas y profesiones; tanto en la enseiianza de artes, artesrinias o prhcticas utiles en la existencia diaria, c6mo hacer gimnasia 0 -. ... . _ . . . . . . mudar a una guagua. hl libro provee de todo. bu dominio abarca desde el manual de cocina hasta "El Banquete" de Plat6n. Cuando Densamos en lo que se hace en muchos Daises que asDiran a crecer v me jorar, y que promueven la lectura, la i nvestigacibn, la educacibn, el desenvolvimiento de la imaginaci6n y el conocimiento de lo que uno es y de lo 1, XTT,,-;X, ha .-;An nnc ,:...1" ,+.;.I ., nA..:P..+P que la L i a L i u i i piupla iia JIUU, y -..PAP fl li n i b 5 a r a JCI cii ia i i i a c u I i a , y JF a u v i c i L c que en ese predicament0 fomentan la producci6n de libros y su m6s amplia difusi6n desde la infancia hasta la extrema edad. nos damos cuenta -v nos asombr.amos por su obviedad- de que a1 estimular eficientemente a autores, editores, profesores, distribuidores, libreros y lectores no es a un solo producto 1

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entes. Nos basta con abrir el cattilogo de una casa editora chilena (que, sin , concidirti bastante con el de otras editoriales) para darnos cuenta de que la Biologia, la Quimica, la Medicina, la Fisica, la Tkcnica, la MatemtitiI Filosofia, la Psicologia, la Antropologia, la Sociologia, las Ciencias la C = n m ~ a G a la E'm1nn:a Polit.,,,i r a c la F r n n n m f a la U ; c t n r i a la Cennn1ft;ra u,Vy" la Filologia, la Pedagogia, la Poesia, la Literatura. Fuera del hombre mismo, lo mtis I Y , "

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LOS VEREDICTOS

laberinto diferente. Desde su ya lejana Vigiliapor Dentro (1931) hasta E l hiewo y el hilo (1980), el autor no ha dejado de habitar zonas del mismo iimbito. Solamente que su manera de habitar (su exploraci6n consciente e inconsciente) ha venido cambiando. El lenguaje de aquel libro de hace 50 aiios ya casi no tiene nada que hacer con el del que acabamos de recibir de Nueva York: Los Veredictos. El iimbito -si asi puede d e c i r s v es el mismo, 0,por lo menos, compone parte de un infierno comun. En el trayecto ha ido mutiindose su sistema de aprehensi6n y conocimiento; ha ido variando su lenguaje verbal, su metodo de busqueda. ?Per0 hay a6n alguna busqueda?

Yacia obscuro, los parpados caidos hacia lo terrible acaso en e l f i n del mundo, con estas dos manos insomnes entre el viento que me cruzaba con sus restos de cielo. Entonces ninguna idea tuve, en una blancura enorme se perdieron mis sienes como desangradas coronas y mis huesos resplandecieron como bronces sagrados.

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tendia a la luz (la luz en medio de lo obscuro). Pronto, parece que la Iuz 1c revel6 no claridad, sino una obscuridad mayor, y el poeta se embriag6 a1 bordc . . . . . . . _.. de la nada, pasando esa ebriedad a la palabra. N o se puede pedir que esta clase de poesia se aclare en favor de una comunicabilidad a toda costa. Hay quc sumergirse junto con el protagonista del asombro y de la extraiieza con que toc;% **, .,* .. aqui y alia cirras dispersas de un inmenso caos, del que se desprenden cnispas aue nos Droducen. no una luz. sino la auemadura viva de la exDeriencia del ser y la nada: pues no otra cosa es su actual producci6n verbal: una gesticulacibn significante frente a1 horrible enigma de existir y de saber, de existir e ignorar, de saber y perder el conocimiento, hasta refugiarse en simbolos propios con sabor a liturgias y exorcismos. En Los Penitenciales escribi6: 1

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Duele la came salida de la nada y que alli retorna per0 llena de candentes escrituras. Me awanco la carne de mi carne (. ..I

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:om0 si nada hubiera rucedido? M i memoria estd nevando Ien otro mundo Mis ojos se parten como bongos. La /&grimprolonga a la mirada.

lecci6n de “Cuadernos de Poesia y Prosa de America y Espaiia” (Editorial E airh, 198l), es una especie de continuaci6n del dificil libro Los Penitencialar,

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presentaci6n del libro de Diaz-Casanueva- la experiencia triigica del hombre de nuestra $oca”. El poeta se sume en 10s abismos del ser, abrumado por .. preguntas esenciales sobre sus origenes, su muerte, su mundo, su culpa, su responsabilidad. El poeta belna ., Fernand Verhesen, en un ensavo sobre el. ha intuido la cairacteristica de esta poesia: “Sus poemas m h largos ofrecen extraiios paisajei5 PU.ntuados de deslumbrantesparticalas estalladas del mundo, pues la interiori. .. . .. ... . . . dad absoluta de su poetica tragmenta la vision de tantas lecturas parciales como facet A ~

Ya no bay pretensiones de infnito sblo asuntos. Mi sombra arroja ecuaciones de astros Pasa por el mundo el lienzo de Verhzica. Diaz-Casanueva -orno se advierte en 10s liltimos versos citados, y qtie pertenecen a Los Veredictos- s610 atina a describir, en su cicl6nico movimieiIto, todo ese mundo de “particulas” que no llegan a constituir un universo ni Lin “conocimiento” propiamente tal. Es como un tacto, s610 un tacto, animaclo a h de sed por saber qutes lo que mepasa; y todavia el poeta se aferra a restos (Je categorias racionales y padmetros de intuici6n sensible.. .

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LOS GALLOS nile evictan cinnnc nerrentihla yu~*I..CU‘L 0‘b“W” p x L y L L W d s

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aclisticos y bpticos, que articulen sus notas y enlacen sus valores, que con ellos tracen melodias v cuenten hechos v, que . nos hagan entender lo sensible v lo ideal del mundo y del hombre, y asi dibujen-y no sk quk divino don es he-el aroma de lo invisible, de lo inefable, que nos embarga en un jardin de plantaciones secretas, y que en ese huerto sellado gocemos del frescor y de la siesta morosa y apacible, donde una mlisica de significaci6n discurre y nada perece. Esta impresi6n edknica s610 la infancia de mi idioma me la ha concedido. He leido poco en mi vida, y hasta es posible que ignore obras fundamentales, per0 es mi idioma, el castellano, sobre todo el que empez6 a balbucir a fines del milenio pasado, el que me ha ofrecido la gracia, pot tanto tiempo sostenida en mi existencia, de intuir y vivir momentos de kxtasis que ninguna situaci6n terrena me habria podido dispensar. Dos versos del Poema del Cid -y eso ya es en el siglo XII-, con la torpe inocencia de 10s primeros pasos, recurren a mi incesantemente. Son como el alba del mundo.

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Apriesa cantan lor gallos Queriendo quebrar albores , Me gusta el castellano. No quiero llamarlo espaiiol, aunque muchas son l a razones que se aduzcan para nombrarlo asi. Y es que, como ocurre en todo:

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nuestrOS paises hispanoamericanos, al llamarlo castellano, lejos de apartarnos del espiritu de Espaiia, lo mantenemos mejor, no como un territorio que se posee sino como un aliento que se respira. Por lo demb, fue Castilla la que aglutin6 e hizo un solo destino, un solo ente nacional, de aquel bravo conjunto de pu eblos, de caballeros y campeadores que combatieron y vencieron en 1a larga y heroica gesta de la Reconquista. El castellano es su cadcter, comlin Y _._nasra 1. _ _ _ _ -I - _ 3 :_ . _ _ :-_ :_-_____ ___ .. _ _ I - - r _ _ _ _ _ _ _ _ . - - J - - solidano; en ras aivergencias inrernas y en ias ~ierasconcienaas que nan prota,gonizado. El idioma es la expresi6n de su espiritu. Su herencia corre por nuestraLs . . ^^..^^ 1:l^_.^^ .-: :-..--.^^-.-^^^ 1 - L..l-l^--" --I. 1- L-LI.. vena.$,PCSC kl- .LdlIL& l)'CCClUllCS C 11ILUAlC~CIUlICS. lAJ 1ISLUIdlIIUS lllidl, 1U Ildvldmos bien. Lo desvirtuamos y lo vivificamos. Lo empobrecemos y lo enriquecemos. Lo escribimos con deficiente e irrespetuosa liberalidad. Le imprimimos nuestros defectos y nuestras pocas virtudes. En suma, lo vivimos. Asi correspondc:mos, sin saberlo, aun maltratindolo, a1 estilo del hombre espaiiol, tan robus,to, independiente, riistico, noble y porfiado, que se contradice a si mr\ ne lo A ; r r r n - o n r ; n c . v u x v eo x a uloucyaucxa mismv. I T W x n r t r o ;nC;Anl;Aorl neoc o - o r n n t n m inmemorial en la que han vivido y luchado esos "millones de reyes" que compo1ien la naci6n espaiiola. Escribi6 Unamuno: "Si gobernar a 40 millones de hom bres es dificil, c6mo no habri de serlo gobernar a 40 millones de reyes". De verciad es que toda esa mkdula dificil y encabritada es iinica en el mundo; y , . . - . ... Iuuciiu yuc ius I,, pl.:la..,.C 1" ",..-...."A" Per..,. . . 1" no .Sellti ~~iiieiiu las L c i i s a i i i u s L a i i s u L c i i a u a cii i i u c s ~ i u sei. E ljii ia lengua castellana, tal como se habl6 y escribi6, estBn presentes, en genio y figura, la franqueza, el coraje, la fierza y la severidad, la austeridad y !la imaginaci6n, la templanta y el desvario, el arrojo y la largueza, la fe y la obcecac:i6n, la superstici6n y la santidad, lo aventurero y lo cerril, la blasfem ia -..-JDe-- 2,. , .-----:---J-..-- J _.A,. I,,.., D--y 10 sarliiuu. n d L d uc cuiiuuiswuuics. uc aiiaLcuicLa v uc IUCUS. AaLa J e " donjtlanes, de picaros y de heroes. Raza de toreros. El toreo: irksgo y estilo! Y todo, icon cuinta insobornable testarudez! Los espaiioles son 10s linicos hombtes que no se cansan jamb de ser espaiioles. . .. Pero, ya que no reSidlmOS en la peninsula, rortalezcamos su temple en nuestra alma, que es la tierra invisible de Espaiia. Leamos y comamos el aliment0 de su habla. Los versos parcos del Poema del Cid, a trechos entreverados POlr esos pasajes tiiernos, como aquellos en que se cuenta la salida a1 destierro. Moremos en la diafanidad de Gonzalo de Berceo, que no la hay . .. semejante en otro idioma alguno. VBmonos tras la figura turbulenta del Arcipr,este de Hita, que de si mismo dice: La vi& nefizo ser rudo trobadm. Y 1..

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sonora... Frecuentemos a Manrique en su doblar de campanas; a Quevedo en sus sonetos de la muerte; a G6ngora en la cumbre del barroco, Iuciente honor del cielo, I en campos de zafiropace estrellas. No olvidemos a1 MarquCs de Santillana ni a Garcilaso, ni a la novela picaresca ni a la pastoril, ni esas Novelas Ejemplares de Cervantes, que amo m b que a1 Quijote, para no hablar-ue habria much.O que decir- de don Juan Manuel y de Alfonso el Sabio; de Tirso, de Calder6n Y de Lope de Vega. iY quC saben nuestros hijos de estos placeres nuestros con nuestro idiomsL? -. . , -.. jvalame ~ r o s ! habria , exclamado u o n yuijote. 31 anora nos na aaao, nace ya como diez aiios, en ensefiar 10s textos de 10s clbicos espafioles “traducidos” Ia1 castellano “moderno”. iQu6 necedad! Hay quienes parecen no entender lo qtle c’ . _ I . r .. L’ 1 es una oma de arte, sowe toao la poesia. 31 se camma la rorma, se camma roao. Es como traducir una catedral g6tica a un rascacielos de hormig6n. iC6mo se va a gustar ni a conocer el alma, la savia, la estirpe, la sustancia y la esencia de las extxesiones eminentes de su idioma en su vera nuestra ra7a si sc adiiltcran refigice! iHabrh algbn escritor, me pregunto, aqui, en tcDda America Hispana, en E!jpaiia misma, o donde sea, que admitiria, ni te6ricamente, ni en favor de 1’C - ^: ^_..^_ 3 :2: .^....^^_^ l..--A una airusiun a C I T I I W ~ UT ucrus I U I U I I I ~ U , XI icciiipracauo en sus creaciones por una sintesis, un resumen o una “versi6n”, sea quien fuere el que 10s escriba? Aprendi el Poema del Cid en su lengua original, en una edici6n Calpe, de bolsillo, donde se incluia, paralela a1 texto, una versi6n del gran humanista mexicano don Alfonso Reyes a manera de ayuda, no de sustituto. No acepto que se adultere a Berceo, ni a Juan Ruiz, ni a Cervantes, ni a nadie. Una fornla

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siempre se sabe que lo que se capta es apenas la sombra del original. Pero traducir entre nosotros. hablantes castellanos. el castellano, nuestro castellano, el que viene desde diez siglos, insustituiblemente bel lo en sus originales balbuceos, es sencillamente un crimen. Se mata a1 autor y a nuestra lengua y se P.-+P..:l:-” 1” -,”:LIP,# I:.-.,,, #IP 1-, ;A*,.P..Pc caLci1iiL.a vaia alcIuvIc ia vualuic aLuKiua uc lua j u v c l i c a educandos de nuestros pueblos. Se mata el alma. Despido este articulo, tan desarticulado y torpe por mi desazbn, con estos versos de Berceo: -“e”

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Cambimos la materia, en otro son tmnemos, En razh &sabri& mucho nos detarhos, A la buena companna de los justos tornemos, El bien que esperamos esso verifiquemos. 58

P.

mbres famosos. Confieso que incurro frecuentemente en ese abuso; no 1 por aparentar erudicibn, que la tengo muy escasa, ni para dar a mi

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autorles de mayor o menor celebridad cuando coinciden con las que yo, anteriiormente y desconociendo todavia a aquellos, he pensado o intuido in&pep.-_-__--___-_^--. A I entern en re Otra.observacGn, que es psicol6gica; y algo m b . Los lectores, inconscientemente t:a1vez, antes de echarse a andar por entre las lineas de un articulo, hacen . ~,-.- -- .a.u-e-. en . _ _ 1 .__. . ~ l . . - ! - ! . L----. _ _ _ I 1coma el- viaiero - ._ rravesia ._ . - - -. Dor _ _ una -. iarra - a . =-. Dlanlcie .____. Dusca - __ - con .. ra visra ra figura, o siquiera el indicio, de otros hombres. Yes que el ser humano, aunque s610 sezL evocado con una palabra, se aha, alto y seiiero, por sobre todas las _ _ rnuy a g uJ----- 1 1 - -..,.emosesta rosa, iddnde anidar la Belleza? Para crear una nueva rosa, el poet;a la hace m b etkrea: “entretejida por agujas de aire”, y la vincula a un mar abstr’acto e ideal: “el mar de la delicia intacta”. Con este verso, el poeta quiere asegiirar una idealidad inasible y eterna (“delicia intacta”). Lo logrado es una apraximaci6n a la abstraccih pura; en este caso, a la Rosa-Idea, a la RosaE%elleta.Para abstraer aGn m b toda singularidad concreta, la evapora en un Fh a 1 indefinido:

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donde todas las rosas antes que rosa belleza son sin ca‘rcel de belleza. Es decir: se hace desaparecer la rosa singular y real para obtener desnuda, -:__ _ _ _ _ : > - J 3 :--_ 3-1- __________-. la n~eiirza universal, sin necesiaaa ar ser~irse ar la rosa cuncrrra cumu IZ~UJZW de Belleza. Se elimina el objeto bello (la rosa singular); el poeta s610 la piensa comlD idealidad comGn a muchas rosas. Es decir, se obtiene de un objeto bello (la n de 1i mun - “ n - ~ i - ~- -!w _.____I

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LA FRIALDAD

DE LA T ~ C N I C A

ace m b de un mes escribimos un articulo titulado “TCcnica y famili;i”. Si bien hice en 61 una exaltacih de la familia como n6dulo primordial dle 10s . . .. , . . . .sentimientos” (trente a la epoca tecnica en que se ViVe), no qUed0 ClafO como la frialdad de la tCcnica contempodnea influia en el Bmbito de la familia y descomponia su estructura, dafiando, con ello, este factor de cultivo y desarro110 de 10s sentimientos. No es directamente -om0 se insinuaba en aquel inconcluso articuloc6mo obra la tCcnica sobre las relaciones familiares. Influye, en cambio, en todo el entorno social, y, por contagio y contaminacih de 10s individuos fuera de 10s hogares, hace que Cstos -0mponentes de familias- se hagan cada vez m b refractarios a1 “calor familiar”. La tCcnica es fria, decimos, y todos lo repiten. Su modo propio es utilizar leyes cientificas para aplicarlas a cuanto sea necesario producir u operar en orden a la utilidad. Utilidad de fBbricas y articulos; utilidad para producir en serie, mis r6pido y a m b bajo costo; utilidad para librar a1 hombre de tareas m b elementales y fatigosas. Con la tecnica, el ser humano se aleja de las cosas, ya que trabaja indirectamente sobre ellas. Y atin m b : sobrepartes de ellas: sobre un conmutador, un b o t h , una tecla.
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