ética

March 24, 2017 | Author: Ralph O. Heron | Category: N/A
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ÉTICA

RAÚL GU TIÉRREZ SÁENZ D O C T O R EN FILOSOFÍA PROFESOR NUM ERARIO DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA

INTRODUCCIÓN A LA ÉTICA

PRIMERA EDICIÓN

E D IT O R IA L E SF IN G E , S A . D E C.V. Esfuerzo 18-A N aucalpan Edo. de M éxico 1999

PRÓLOGO - • objeto de este libro es una presentación sencilla de las principales ideas en el terreno K L taca. Ahora bien, la mayor dificultad en esta ciencia no reside tanto en la comprensión conceptos, sino en la interiorización de los valores que sirven como base de esos ■ w y ta j, principios, criteriosy normas. La paradoja en la enseñanza de la Ética consiste B f * ' no basta ía memorización y la comprensión intelectual de lo a q u í explicado, sino requiere una especial compenetracióny convencimiento en los valores quefundamentan ■ e r f f n discurso ético. N o basta la intuición eidética, es necesaria la intuición emocional, b r ó la terminología de M a x Scheler. Con lo anterior queda expresado e l desafio que vive ^ p r o f e s o r de Etica, h l texto ayuda a la memorización y la comprensión de las ideas, pero jrfprofesor quien mejor puede ayudar en la tarea educativa que coloca a l estudiante en la j p ú W propicia para la asimilación de los valores morales. En este libro se explicará en irw u elemental esa doble función del intelecto: la que capta los conceptosy la que capta los I teres. Las^ principales correcciones que se han introducido en esta nueva edición de M S n o d u c c ió n a la E tic a están motivadas por esa distinción. * La presente edición de Introducción a la Ética contiene las siguientes reformas: I__En prim er lugar, se han añadido los nuevos temas que pide el programa de 1 9 9 6 de la V t A M , como la eutanasia, e l aborto, la drogadicción, la violencia, la prostitución y la -■mtpción. En segundo lugar, se han introducido algunos temas y conceptosfilosóficos que ayudan W m d a rec e r el hecho de que existen diversos criterios morales. Entre esos temas fig ura la nCjC. encia entre Etica y moral, la tom a de conciencia de las estructuras noéticas y el señalam iento d e l conocim iento holístico como u n a tendencia a l conocim iento vé te se irru c tu ra d o . Por supuesto, se insiste en la libertad de cada uno para optar por los tmtceptosy criterios que ju zg u e más apropiadospara su propia mentalidad. Evidentemente, \.Scha libertad de elección implica la correspondiente responsabilidad ante dicha elección. En tercer lugar, se han añadido algunos capítulos que explican con mayor detalle el I tem a cu los valores: su objetividad, su bipolaridady supreferibilidad.

una cosmovisión integradora), con la cual se explica esa diversidad de entenas y a l mismo tiempo abre paso a la facultad que cada uno tiene para.fundam entar su propio cntenc. Esto no implica un amoralismo n i un relativismo ni un desprecio a la m oral imperante simplemente toma en serio el principio (por todos conocido y aceptado) que otorga propia conciencia la responsabilidad sobre sus propios actos. ^ Finalmente, transcribo unos párrafos del Prólogo a la ecLaon de 1968, del Lic. Femando Sodi Pallares, profundo conocedor de estos temas: "Las diferentes partes de la Filosofía desembocan en la Etica. Sobre ella influyen, d manera decisiva, las opiniones metafísicas, psicológicas y cosmológicas, de tal ma™raJ * e en la Ética y po r ella sepuede descubrir la filosofía general de un pensador. Por otraP*rte' una concepción del m undo y del hombre que no se traduzca en una dirección de la vida es ineficaz, le fa lta el último desarrollo. La acción que no revela la. luz de la razónes. lega k razón, sin acción, es estéril Esto nos hace comprender k importancia perenne de la B ú a . En una palabra, la Ética es la razón puesta en acción. Ojala estas páginas alcancen a

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reflejar esa huella que la razón inflige en la acción. RAÚI. GUTIÉRREZ SÁENZ

P R IM ER A PARTE LA ÉTICA EN EL ÁMBITO CIENTÍFICO Y FILOSÓFICO

Capítulo I L O S P R O B L E M A S D E LA É T IC A La existencia de norm as morales afecta íntim am ente a la persona hum ana. Desde pequeño cada individuo capta, p o r diversos m edios y circunstancias, la existencia de estas normas. Las normas morales existen de hecho en el ám bito de cualquier individuo, Siempre es afectado p o r ellas, a veces en form a de consejo, a veces en form a de orden, en otros casos com o una obligación o una,prohibición, pero siempre com o una norm a o ley que de alguna m anera influye, trata de orientar o, incluso, determ inar la conducta hum ana. N o faltan personas que se saltan p o r com pleto el im pacto que suele dejar la existencia de las norm as morales en la conciencia de cada uno. Algunos individuos viven com o si éstas n o existieran, otros se jactan de que con ellas o sin ellas, viven exactam ente com o les place. Pero de todas m aneras reconocen su existencia desde el m om ento en que proclam an ser ajenos a ellas. Estamos, pues, frente a un hecho universa], la existencia de normas morales. A partir de este hecho podemos plantear algunos problemas que surgen en el momento en que consideramos las diferentes respuestas existenciales que ejercen los individuos frente a ellas. 1. E l problema de la diversidad de sistemas morales. U n o de los prim eros problemas que se plantea una persona frente a las norm as morales que pretenden regirlo consiste en el pluralism o de tendencias frente a un m ism o acto. Por ejemplo, m ientras que unas personas aconsejan que M anuel debe divorciarse, otras le dicen que eso es inm oral, que m ejor no lo haga, que espere o que intente la reconciliación. E n otro caso, E nrique es insultado p o r un am igo e intenta una venganza, algunas personas están de acuerdo y le ofrecen ayuda, otras le dicen que la venganza es inmoral. D e la m ism a m anera, algunas personas están de acuerdo con el aborto y otras lo rechazan en form a absoluta, algunos aceptan la eutanasia y otras la condenan, algunos

muestran cierta condescendencia con la p rostitución pero no falta quien la tacha com o intrínsecam ente mala. Los ejemplos se pueden m ultiplicar indefinidam ente, existe una m ultitu d de norm as en to rn o a la verdad, el secreto profesional, el sexo, el matrimonio, el respeto a la vida, el respeto a la propiedad privada, la religión, el am or y la am istad, etcétera. El problema es serio, pues si un sujeto pretende regir su conducta por las normas morales, ¿cuál es el criterio para escoger una norm a o la contraria? El objeto de este libro consiste en reflexionar y analizar las ideas y valores que están en la base de las normas morales para poder esclarecer cuál es la que conviene aplicar en determinado caso. 2- E l problem a d e l a lib e rta d hum ana. Decíam os que la presencia de las norm as morales significa u n problem a existencial para el ser hum ano. Efectivamente, cada individuo es celoso con respecto a su libertad, no perm ite la injerencia de norm as o autoridades que no ofrezcan u na clara autenticidad. La libertad personal es considerada com o uno de los valores más propios e íntim os de la existencia humana. Por tanto, se plantea el problem a de las normas morales en cuanto que afectan a la libertad humana. Es m uy conocido el caso de la rebeldía del niño, del adolescente, del joven y del adulto frente a ciertas autoridades y leyes. El rebelde considera que su libertad es un valor primordial y que por tanto, no está dispuesto a ceder ante ciertas órdenes, mandatos, prohibiciones, autoridades o normas. La lucha por la libertad ha adquirido tintes históricos y universales, la abolición de la esclavitud se h a considerado com o uno de los grandes avances en la evolución de las civilizaciones. Por tanto, se plantea con urgencia d problem a de la compatibilidad de las norm as morales y la libertad hum ana: ¿Hasta qué punto el cum plim iento de una norm a moral significa u na disminución de la libertad personal? ¿Es válido que una persona convencida del valor de su libertad rechace el peso á e las normas morales dentro de su propio ám bito interno, existencial, íntimo? En este libro analizaremos en qué consiste propiam ente la libertad hu m ana y darem os algunas ideas que pueden ayudar al lector para captar en qué condiciones es com patible la libertad y las norm as éticas y morales. 3. El problem a de lo s valores. Existe una amplia discusión acerca de la esencia de los valores. El problem a se puede plantear en térm inos de objetividad y subjetividad: J o s valores son objetivos?, ¿existeniuera de la m ente hum ana de tal m anera que todo jfcambre debe acatar los valores definidos de una vez para siempre? ¿O acaso los valores son subjetivos, es decir, dependen de la m entalidad de cada sujeto? El problem a es | | dem asiado espinoso pues la historia nos m uestra u n a enorm e variedad de escalas «¿©lógicas y, p o r tanto, parece imposible convencerse acerca de la objetividad de los ; Tam bién se puede plantear el problem a de los valores en cuanto a su conocimiento: ,jo á m o se conocen los valores? E n este libro vamos a explicar que p o r lo m enos existen ■ § m odalidades para llegar a captar un valor, a uno de estos procesos lo vamos a

Capítulo II LA ÉTICA Y SU MÉTODO 1. D e f i n i c i ó n n o m i n a l d e l a É t i c a . La palabra ética viene del griego ethos, que significa costumbre. La palabra moralwiene del latín mos, moris que también significa costumbre. Por tanto, etimológicamente, ética y moral significan lo mismo; las dos palabras se refieren a las costumbres, o mejor dicho, a la conducta humana establecida en una época o en una región. De acuerdo con esto, la Etica sena la ciencia de las costumbres. Esta definición merece mayores precisiones. 2 . D e f in ic ió n r e a l d e É t ic a . A la Ética le interesa exclusivamente el estudio de la bondad o maldad de la conducta humana. N o le interesan otros aspectos o enfoques de esa misma conducta, que serían propios de ciencias tales como la Psicología, la Sociología, la Historia, etcétera. Recuérdense algunas definiciones que ya hemos proporcionado en el curso de Lógica: El objeto material de una ciencia designa su temática general. El objeto formal de una ciencia designa el aspecto especial que se considera dentro del objeto material. El mejor modo de definir una ciencia es señalar su objeto material y su objeto formal. Aunque varias ciencias coincidan en su objeto material, se distinguen por su diferente objeto formal. En el caso de la Ética, su objeto material es la conducta humana y su objeto formal es la bondad o maldad de esa misma conducta. Por tanto, la definición real de Ética es: Ciencia, que estudia la bondad o maldad de los actos humanos.

3. E l c a r á c t e r c i e n t í f i c o y r a c io n a l d e l a É t i c a . Veamos ahora por qué razón insistimos en que la Ética es una ciencia, a pesar de que muestra una fuerte diferencia con respecto a las ciencias más conocidas, tales como las Matemáticas, la Física, la Emnologta o la Química. Para esto es necesario señalar con claridad cuál es la

ica pro p ia de una ciencia en cu an to tal. Si la Ética cum ple con esa ica, entonces podem os afirm ar con razón que la Ética es u na ciencia, emos una definición de ciencia (propuesta en mi libro Introducción a l Método ?): La ciencia es un paradigma fundamentado. E n este caso el paradigma indica característica esencial por la cual uno se eleva al rango de ciencia es su calidad !o universal o patrón de com portam iento de la realidad. Toda ciencia contiene 'lo o patrón de la realidad que describe. En el fondo, la ciencia no es una descripción en tono indicativo de una serie de hechos. La ciencia difiere con o a los relatos o narraciones de hechos por esta simple característica: nos dice se va a c o m p o rta r la realidad d escrita. La cien cia p u ed e p re d e cir el rtamiento de un objeto precisamente porque nos ha proporcionado el modelo el cual actúa (en las condiciones señaladas para el caso). Así pues, la ciencia está escrita e n to n o indicativo. La ciencia co n tien e un to n o prescriptivo, nos cóm o debe actuar la realidad estudiada. Esto es lo que querem os decir cuando nim os a la ciencia com o u n paradigm a. Así es com o la Astronom ía nos predice las fechas de los eclipses y de la aparición 'sos cometas. El científico se da el lujo de decir, por ejemplo: el com eta Halley debe ecer en el horizonte a fines del año 1985 y a principios del año 1986. Por otro , un quím ico puede predecir el com portam iento del yodo sólido cuando lo ¡ntamos en un recipiente cerrado. (El yodo se sublima, es decir, pasa al estado gaseoso sin pasar p o r el estado líquido.) D el m ism o m odo, el físico nos habla de la ley de las palancas y nos puede indicar con exactitud la longitud que debe tener un brazo cuando cambiamos el peso soportado, si acaso queremos conservar el equilibrio. Todos estos ejemplos son unos cuantos casos estudiados p o r las ciencias naturales. En todas ellas se da el mismo carácter esencial: se trata de un paradigma, un m odelo, un patrón, que se ha descubierto en la naturaleza y que, una vez corroborado, funciona com o u n a prescripción acerca de lo que la naturaleza debe hacer. Las ciencias dicen lo que debe suceder en d eterm in ad as condiciones. También la M atem ática adquiere el carácter de ciencia en virtud del paradigma que presenta. El teorema de Pitágoras es un ejemplo m uy claro. N os dice cuánto debe m edir la hipotenusa si acaso sabemos cuánto m ide cada uno de los catetos. Las matemáticas nos proporcionan los paradigmas o modelos más precisos que el hom bre haya podido establecer. El paradigma que ofrece una ciencia no es un invento arbitrario, sino un modelo fundamentado. El método científico es el encargado de corroborar por todos los medios posibles la adecuación del modelo con la realidad. Inicialmente el modelo que propone la ciencia es una hipótesis, es decir, una proposición provisional. Gracias al m étodo científico, la hipótesis puede comprobarse y en ese m om ento se trata ya de un modelo fundamentado. C on lo anterior ya estamos en condiciones de aclarar si acaso la Ética es o no una ciencia. Afirmamos y sostenemos que la Ética es una ciencia porque a ella le concierne presentar un modelo de conducta hum ana valiosa, a la cual el hom bre debe plegarse.

C u an d o la Ética estudia la b o n d a d y la m aldad de los actos hum anos no 1° hace con el fin de describirlos en to n o indicativo, sino precisam ente en to n o prescripuvo. E h o m b i deb hacer tal o cual cosa. La Ética, al igual que todas las ciencias, presen u n paradigm a, que en este caso es u n m odelo para la co n d u cta hum ana. Esto es precisam ente lo que se quiere decir cuando se aclara que a la Ética le interesa la b o ndad o m aldad de la co n d u cta hum ana. H ay que hacer el bien y evitar el mal, he aquí k “

resu^ d c a Z n científico de la Ética queda fundam entado

esta disciplina presenta u n paradigma de conducta valiosa La ciencia, según hem os dicho, es u n parad.gm a fu ndam entado Ya h a quedado claro que la Ética es u n paradigm a. Veamos ahora de qué m anera la L a c a es, adem as un paradigm a fundam entado. La fundam entación de los m odelos eucos se realiza por m edio de la razón, de ninguna m anera p o r m edio de experim entos. En esto Se áseme a la Ética con las M atem áticas. La fundam entación en am bas ciencias corre p o ' ^ u e n t de t T a S n hum ana. El experim ento y la observación de casos concretos solo nos proporcionan ayudas com plem entarias e n el proceso de u n a argum entac.on nguros . l a Ética es u n a ciencia, mas no experim ental, sino racional. Expliquem os esto. ' C uando insistim os en el carácter racional de la Etica estamos d med:.o que esta ciencia utiliza para fu n d am en tar su paradigm a o c o n ju n to de m o d e lo sd co nducta hum ana. La razón pro p o rcio n a causas, razones, el porque de esa b o n d a d e

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o r n a d a . Asi por ejemplo: 1. É .l c prohíbe el hom.crd.o,

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vitupera el encaño, alaba las virtudes com o la fortaleza, la prudencia y la hum ildad. Ante T s pardigm as, a la Ética le concierne proporcionar las conductas buenas y, por tanto, dignas de ser realizadas. S > m d a r m e n te a la E t« A c concierne argum entar en co n tra del hom icidio, la drogad.ccion, el engano, el robo ere. Q uien estudia Ética, conoce los m odelos propios de la conducra h um ana y conoce adem ás, las razones de la b o n d a d o la m aldad de esas conductas. M as adelante insistirem os en el carácter especial de la obligación m oral, que difiere con respecto las prescripciones propias de las ciencias de la naturaleza. 4 La Ética es u n a ciencia normativa. Es de todos conocido el hecho de que la Ética contiene normas que pretenden regir la conducta hum ana. Veamos algunas implicaciones dC ^ T É tic a T sm d ia lo que es normal, mas no estudia lo norm al de hecho, sino lo norm al de derecho. Saber distinguir esta diferencia podría term inar con algunas mutiles discusiones q u e se h an suscitado al respecto. ' Lo normal de hecho es lo que suele suceder, lo que e s t a m o s acastum brados a c o n s t a , io q u e estadísticam ente es lo norm al; en cam bio, lo normal de derecho es lo qne d e b e r^ V - , c e , lo que está regido por u n a n o rm a o ley, a u n q u e n o suceda sie,mpre c, ■al ve; - 1 - . ^ Por ejem plo, en ciertas oficinas es norm al que la m itad de los em plcados « o s a d o s a su trabajo. U n o de ellos se defendió an te u n a llam ada de atención e aflí es esa im p u n tu alid ad . La respuesta en lenguaje técnico

sería: “Eso es lo norm al de hecho, pero n o lo norm al de derecho”. Eso es lo que suele acontecer, pero no lo q ue debe suceder. Lo correcto es q ue to d o el m u n d o llegue a tiem po, aun cuando esa regla n o sea cum plida p o r algunos. Pues bien, la Ética n o estudia lo n o rm al de hecho, sino lo norm al de derecho, lo que debe suceder, lo establecido com o correcto de un m odo racional, aun cuando de hecho la co n d u cta h um ana se realice o rdinariam ente de o tro m odo. El paradigm a propuesto p o r la Ética n o se o b tien e a p a rtir de las costum bres que em píricam ente se han detectado, sino a partir de las razones que se captan en u n nivel axiológico. H e aquí una falla de la definición nom inal de Ética: se refiere a las costum bres de hecho, cuando lo que verdaderam ente interesa son las costum bres p o r derecho. Esto es m u y im portante, pues la gente tiene la tendencia a co n fu n d ir estos dos tipos de “norm al”. Lo norm al de hecho suele ser traído com o razón para justificar lo que se está haciendo. “Porque todos lo hacen, tam bién yo lo hago.” “Si todo el m undo actúa así, po r q ué yo n o ...” Y así p o r el estilo. N ótese que esa postura equivale en realidad a la despersonalización y pérdida d e a u to n o m ía en la propia conducta. La Ética es una ciencia que estudia lo norm al de derecho, lo q ue debe realizarse, la conducta que debería tener la gente, lo que es correcto en determ inadas circunstancias. El cohecho, el fraude, el fanatism o religioso, el chantaje em ocional, la propaganda engañosa, el abuso político, la m anipulación dolosa, etc., son conductas norm ales de hecho en ciertos am bientes; pero no constituyen lo norm al de derecho. La Ética proporciona las razones p o r las cuales se justifica u na co n d u cta y se desecha otra. C uando en u n a conducta h u m an a lo n o rm al de hecho coincide con lo n o rm al de derecho, se puede decir que se ha actuado de u n m o d o ético, conform e a las norm as propias d e la Ética, conform e al bien y dem ás valores proclam ados p o r esta ciencia. 5. E l concepto de É tica manejado en este libro. Podem os resum ir ahora todos los datos y explicaciones de las secciones anteriores. E n prim er lugar, la definición real de nuestra disciplina. La Ética es la ciencia que estudia la bondad o m aldad de la conducta humana. La Ética es una ciencia. Esto significa que, de acuerdo con nuestra definición de ciencia, la Ética pro p o n e u n paradigm a o m odelo de los actos hum anos. La conducta h um ana se debe ajustar a dicho m odelo que supuestam ente encarna el valor moral. El estudio de la Ética incluye, p o r tan to , u n a incursión en el estudio de los valores y, en especial, del valor m oral. El ajuste de la conducta h u m an a al m odelo propuesto po r la Ética depende, p o r supuesto, del uso de la libertad. Los valores morales sólo sor. conseguidos cuando la persona actúa librem ente. La Ética es una ram a filosófica. Es, quizá, la ram a de la Filosofía que tiene m ayor :s aplicaciones en la vida hum ana. E ntre las ramas especulativas se cuentan la M etafísi :a y la A ntropología filosófica. E n tre las ramas prácticas se cu en tan la Ética y la Estética. Esta últim a estudia el tem a de la belleza y las obras de arte. Los actos hum anos constituyen el tem a directo de la Ética. Esta ciencia estudia, pues, cuáles son las condiciones para que se dé u n acto propiam ente hu m an o, en el

que la principal condición es la libertad. C u an d o no se da esta condición, los actos que ejecuta una persona se llaman actos del hom bre, los cuales carecen de valor m oral, y se dice, po r eso, q u e son amorales. Ahora bien, aunque varias ciencias se dedican a estudiar la conducta humana, tales como la Historia, la Sociología, la Psicología; la Ética se distingue de ellas porque estudia sólo un aspecto en los actos hum anos, a saber, la b o n d ad o m aldad de ellos. Este ángulo o enfoque especial de la conducta h um ana es lo propio del estudio de la Ética. Se dice entonces q ue aunque varias ciencias p u ed en estu d iar el m ism o o bjeto m aterial (actos h u m an o s en n u estro caso), se d istin g u e n p o r su d iferen te objeto form al (la b o n d a d o m aldad de los actos h u m an o s en el caso de la Etica). La Ética es, pues, u na guía para la co n d u cta h um ana q ue nos proporciona un criterio para orientar nuestros actos en una línea valiosa. A la Ética le incum be, en cuanto ciencia, proporcionar los argum entos racionales que justifican una determinada línea de acción. La palabra Ética viene del griego ethos, que significa costum bre. La Ética estudia las buenas costum bres, las conductas valiosas, los criterios para orientar la conducta h u m an a en el cam po d e los valores. 6. E l método de la Ética . El p u n to de partida de la Ética es u n conocim iento profundo de la conducta hum ana tal com o se da en los individuos de cualquier época y cualquier lugar. El m étodo de la Ética en este p u n to coincide con la etapa de observación propia del m étodo científico en general. En efecto, para captar la conducta hum ana es preciso acercarse al hecho real que se está dando. En esta aproxim ación se utilizan los sentidos en form a acuciosa, penetrante y amplia. Pero n o basta el uso de los sentidos. C ada vez que una persona capta un objeto, inm ediatam ente y en form a natural, aplica una cierta estructura al dato recibido. Esta estructura, tal como vamos a explicar más adelante, es una especie de lente de color que proporciona al dato una cierta unidad, u n valor y un sentido. D e esta m anera, el fenóm eno o acto hum ano percibido adquiere u n nom bre, es decir, u na estructura que la identifica y la distingue con respecto a otros fenóm enos similares; y el encargado de aplicar esta form a o estructura al dato recibido p o r los sentidos es el intelecto humano. Por ejemplo, veo que u n individuo tom a por los hom bros a una mujer. Si me fijo con detenim iento, ese dato se puede percibir con diversas estructuras: alguien puede percibir que el hom bre está agrediendo a la mujer; otro que el hom bre está acariciando a la mujer; y un tercer observador que el hom bre está apoyándose en la m ujer o que el hom bre está ayudando a la mujer, etc. U n a observación penetrante logra captar los datos suficientes para aplicar una estructura co m pletam ente adecuada. En el caso concreto aquí descrito, lo que sucede es q ue el h o m b re está saludando por sorpresa a una antigua amiga. La observación de la conducta hum ana es un arte especialmente cultivado en las novelas, el teatro, el cine, la historia, las biografías y, p o r supuesto, en la realidad que nos rodea cotidianam ente. Un segundo aspecto del m étodo propio de la Ética es el proceso de evaluación. A ra rtir de la percepción que hemos descrito com o un prim er aspecto, el estudiante de

Ética em ite enseguida u n juicio de valor moral, es decir, trata de catalogar el acto captado dentro de las categorías morales que previam ente h a estudiado. Así p o r ejemplo, puede utilizar las categorías d e reprobable, h o n esto , obligatorio, b u e n o , am able, recom endable, virtuoso, denigrante, lícito, ilícito, indiferente, etc. En un estudio serio de Ética no bastan las categorías de b u en o y malo, com o si toda la variedad y riqueza de la conducta hum ana pudiera caber en sólo dos grandes cajones. Los matices de la valoración moral se expresan en una e n o rm e variedad de calificativos, co m o los que acabam os de m encionar. C o n esto llegam os al p u n to crucial en cu an to al m é to d o de la Ética. El tercer aspecto de este m étodo es la percepción axiológica. Se tra ta de descubrir, e n form a personal, los horizontes superiores de valores q ue todavía no habíam os sido capaces d e percibir y apreciar. Es evidente q ue el niño percibe algunos valores; pero tam bién es evidente que el n iñ o n o percibe to d o s los valores. La am pliación del horizonte axiológico es un proceso que d u ra to d a la vida. Esta percepción axiológica es el aspecto más im p o rtan te de n u estro m éto d o . En efecto, u n curso de É tica n o p u ed e co n ten tarse con describir situaciones y aplicar categorías morales. Es una lástim a q u e esos do s prim eros aspectos p ueden expresarse p o r m edio de u n proceso m em orístico. Se d a n estudiantes que o b tien en la m áxim a calificación en un exam en d e Ética repitiendo de m em oria los principios, los casos y el juicio m oral que p ro p o rcio n a u n m an u al, y to d o esto sin h a b e r descubierto, penetrado y apreciado los valores éticos aludidos en los conceptos utilizados. E l objetivo prioritario de u n curso d e Ética te n d ría q ue consistir en facilitar a los e stu d ian te s la c ap tació n d e los valores su p erio res, d e tal m an era q u e el ap recio d e ellos m ueva a cad a in d iv id u o hacia u n a n u ev a o rie n ta c ió n d e su p ro p ia c o n d u cta. E n resum en, el m éto d o de la Ética puede desglosarse en tres aspectos (que no necesariamente son tres etapas cronológicas): la percepción de la co n d u cta h u m an a, la evaluación de la m ism a, y la intuición axiológica. La am plitud y penetración de esta últim a es la que marca el auténtico avance dentro del ám bito de la Etica. 7 . C O N C EPTU A LIZ A C IÓ N Y C O N O C IM IE N T O H O L ÍST IC O EN É T IC A . El o b je to d e esta sección consiste en explicar dos conceptos q u e aclaran el m o d o co m o son captadas en la m ente los tem as propios d e la Ética. Existen dos vocablos alem anes, Verstand y Vernunft, cuyo esclarecim iento puede ayudar a cap tar el m éto d o p ropio d e la Ética. Se trata d e las dos funciones suprasensibles de nuestra inteligencia, que tam bién pueden llamarse conocim iento conceptual y c o n o cim ien to holístico, respectivam ente. Verstand significa intelecto. Se tra ta d e la inteligencia en cuanto q ue conceptualiza, analiza, razona y percibe con toda claridad u n significado. El co n cep to es el producto principal de la Verstand. A hora bien, el concepto siem pre es u na lim itación de la realidad captada. El concepto claram ente percibido está delim itad o o d efinido con precisión. E sta precisión del co ncepto, que in d u d ab lem en te es una ventaja en el terreno científico, no deja de ser una desventaja cu an d o se p retende cap tar la realidad en toda

su riqueza, sus aspectos y dim ensiones. Lo an terio r queda claro cu ando com param os la descripción de una obra de arte con la captación directa de dicha obra de arte. La descripción oral o escrita utiliza conceptos, pero éstos nunca serán suficientes para traer a la m ente todo lo que contiene esa obra d e arte (novela, pieza de teatro, pintura, sinfonía, etc.). Esto m ism o sucede cuando se trata de captar valores, sean estos morales, intelectuales o estéticos. La Verstandcapta el concepto de un valor, mas no el valor en sí mismo. N o es lo m ism o la definición de belleza, que la belleza propia de un objeto. El objeto bello emociona, mas no así la definición de belleza (a menos que ésta vaya acompañada y se capte íntim am en te asociada con algún objeto bello). A quí tenem os, pues, la principal falla en la enseñanza de la Ética. Suele enseñarse en función de conceptos (es decir, en función d e la Verstand). A hora bien, dichos conceptos jamás igualan o sustituyen a los valores que in ten tan representar. En el m ejor de los casos, esta enseñanza libresca y dem asiado racionalista, atiborra al estudiante de conceptos morales, es decir, de representantes de los valores morales, mas no de a uténtico s valores m orales. El estu d ian te puede o b te n e r la m áxim a calificación en su exam en final, pero eso n o garantiza que se haya puesto en contacto con los valores morales y, m ucho m enos, que los aprecie com o tales, y todavía m enos, que esté dispuesto a hacerlos suyos y a realizarlos a lo largo de su vida. Al revés, desgraciadam ente se capta en algunos estudiantes una cierta aversión a la enseñanza de la Ética y al profesor “m oralizante” con el consiguiente em pacho m oral que conduce, casi inevitablem ente, a la co n d u cta ausente d e dichos valores. El rem edio de todo esto (por lo que respecta al papel del profesor) reside e n la Vernunft y en su cultivo. V em unftes un térm ino alem án q ue m alam ente se h a traducido com o razón. En español el térm ino razón nos habla de raciocinios, silogismos, argumentaciones precisas, exactas y rigurosas, que es precisam ente lo q ue le incum be a la Verstand. El térm ino Vernunft, tal com o h a sido utilizado por algunos autores alemanes, se refiere a u n tipo de pensam iento com pletam ente opuesto al de la Verstand y al de la razón precisa y rigurosa, y que en este libro ha recibido el nom bre de conocim iento holístico o intuición. Vernunft es u n m odo de pensar m ucho más am plio y profundo que la Verstand. La Vernunft capta la realidad, pero sin necesidad de conceptos. Intuye la realidad, la percibe en toda (o casi toda) su riqueza, sus aspectos y sus relaciones, sin necesidad de delimitarla o de sustituirla por medio de conceptos. La Vernunft es la que capta la belleza de una pieza de teatro, de u n a puesta de sol, de una sinfonía. La Vemunftes la que comprende la interioridad de u n amigo. La Vernunft es la que capta los valores en sí mismos, sin conceptos. La Vernunft es la que percibe el misterio y la profundidad de D ios. En la Psicología contem poránea se h a explicado m ucho este tipo de conocim iento y se le ha designado con el nom bre de conocim iento holístico, conocim iento intuitivo, o percepción m tegradoia. L os pedagogos ta m b ié n Ivan alu d id o a él cuando k ab lan de la operación intelectual que se llam a síntesis. E n alem án, esta síntesis se den o m in a Aufhebung, y consiste en considerar desde una perspectiva superior los significados que previamente

parecían oponerse y excluirse. La tesis y la antítesis, captadas en form a conceptual (por m edio de la Verstand) se contraponen y se excluyen. Pero cu an d o fu n c io n a la Vernunft, la tesis y la an títesis se fu sio n an en u n significado u n ita rio , superior, arm ó n ico , holístico. Ésta es la en o rm e ventaja d e la Vernunft en relación con la Verstand. A hora bien, la Verstand h a sido la función intelectual favorita de los científicos y los filósofos. El concepto, que es su fru to principal, ha sido la célula o ladrillo fundam ental en la elaboración de las ciencias. D ebido a esto, la Vernunft h a pasado inadvertida. Sin em bargo, gracias a ella es com o el sabio capta de u n solo golpe la hipótesis ilum inadora y explicativa de u n a serie de hechos; gracias a ella, el innovador construye nuevos conceptos; debido a la función de la Vernunft t s posible captar en profundidad el horizonte axiológico. Tenemos, pues, dos m odos de enseñar y aprender Ética. C uan d o pred o m ina la Verstand, la Ética se vuelve rigurosa, racional, exacta. Pero al m ism o tiem po es fría, aséptica, casi inhum ana. Para algunos, esta Ética es francam ente aversiva. C uando predom ina la Vernunft, la Ética se vuelve axiológica, intuitiva, y se aprecia co m o una obra de arte. Los libros generalm ente utilizan la Verstand. Es el profesor el que puede convertir a la Ética en un aprendizaje en función de la Vernunft. Los ejemplos concretos, el entusiasmo, el ejemplo personal, la participación del estudiante, la empatia, la actitud positiva, la retroalimenración, la manifestación humana del profesor, la conversación animada, la consideración del m undo personal del estudiante, el sentido del humor, la amenidad de la exposición, la alusión a películas, novelas y obras de teatro actuales, la oportunidad de los casos reales estudiados, etc., son algunos de los procedimientos utilizados por los profesores que tienen éxito en su enseñanza de la Ética. Este logro didáctico no consiste en que la mayoría de los alumnos obtenga la máxima calificación en el terreno de los conceptos y de los principios, sino en que terminen el curso apreciando y aplicando en su vida cotidiana los valores éticos develados durante el mismo. La Ética, al fin y al cabo, implica un aprendizaje para la vida, no para la escuela.

Capítulo III L O S C R IT E R IO S D E LA C O N D U C T A H U M A N A La Ética es un criterio que sirve al hom bre para orientar y elegir su propia conducta. A hora bien, a lo largo de su vida; un individuo puede utilizar una enorm e variedad de criterios orientadores, aunque m uchos de ellos no tengan nada que ver con la Ética y la moral. Veamos, pues, cuáles son algunos de ellos. Podemos distinguir, por lo menos, seis niveles o tipos de criterio que puede seguir u na persona para orientar su conducta: 1. 2. 3. 4. 5. 6.

El placer y los instintos. Las norm as inconscientes del Super Yo. La presión social. Las norm as morales y civiles. Los valores apreciados p o r sí mismo. El Yo Profundo.

Al final del capítulo señalaremos la relación que se da entre estos criterios y la Ética. 1. E l criterio basado en el placer y los instintos. Desde la infancia el hom bre posee un c rite rio que u tiliza c o n tin u a m en te: buscar lo agradable y ev itar lo desagradable, buscar el placer y evitar el dolor. La aplicación de este criterio tiene un carácter instintivo, y en esto el hom bre coincide con los animales. Los bebés expresan su agrado y su desagrado en forma espontánea, algunos adultos tam bién lo hacen, otros están “educados” con la idea de que deben ocultar esas tendencias. C uando una persona es interrogada acerca de qué lo motivó para elegir una conducta determ inada, ésta contesta: “porque m e gusta”, tenem os el ejemplo típico del uso de este prim er criterio. M uchas elecciones en la vida ordinaria están regidas p o r él. Así es

com o elegimos com er una m anzana en lugar de u n m elón, o com pram os una camisa azul en lugar de una verde. C om o es fácil vislumbrar, existen personas que utilizan este único criterio durante toda su vida, sin sospechar siquiera que existen otros m odos de elegir más apropiados a la situación concreta. Lo que se constata com únm ente es una enorm e sed de placeres en todos los terrenos: com ida, bebida, sexo, bienestar, amistades, etcétera. La teoría de Freud acerca del principio del placer, el Ello y la libido nos proporciona una perfecta ilustración de este nivel. Los instin to s buscan su satisfacción en varias vertientes po r todos conocidas. El hedonism o es u n a im portante corriente filosófica de los tiem pos clásicos de los griegos y los rom anos que actualm ente ha perdido im portancia com o teoría, pero la conserva com o práctica usual. Su valor núm ero uno es el placer sensible, y por tanto, coincide con el criterio q ue estamos describiendo. A lgunos autores, d en tro de su refinam iento teórico, añaden los placeres de orden espiritual, y surgen entonces reglas como: “Acepta un d o lo r q ue te propicie u n placer mayor”, “rechaza u n placer que te conduzca a un dolor m ayor”. El nivel del placer instintivo, com o orientación general en la vida, es el nivel norm al entre los niños y la gente adulta que n o ha tenido o p o rtu n id ad de recibir una educación con ap ertu ra a los valores superiores. Por o tro lado, n o habría p o r qué desechar este criterio cuando se trata de escoger una diversión, un pasatiem po, un tem a de conversación de sobremesa, etc. El nivel u n o es, pues, un auténtico criterio y sirve com o orientación en m uchos casos en forma legítima. El error consiste en asentarse en cualquiera de los dos extremos opuestos: 1) el uso exclusivo de este nivel en cualquier situación de la vida, o 2 ) la elim inación absoluta de este criterio, com o si el placer fuera algo malo. El placer sensible se manifiesta, de hecho, com o u n criterio utilizado p o r m uchos para realizar sus elecciones. El placer es, sin duda, u n valor, puesto que busca la satisfacción de las necesidades vitales de todo hom bre, adem ás implica una tendencia, una coacción, que puede llegar a ser demasiado imperiosa en la mentalidad de un individuo. Esta coacción es la causa de algunos conflictos cuando la persona se decide en función de criterios diferentes. Veremos enseguida la acción de esos criterios diferentes que, en ocasiones, propician una m ejor decisión. 2. El. criterio basado en el S uper Yo. El criterio del segundo nivel es el Super Yo. Se reconoce con facilidad porque el individuo se o rien ta rígidam ente hacia algunas norm as o valores que las autoridades le han introyectado desde la infancia. En realidad, esas norm as y valores actúan desde el inconsciente del sujeto, y p o r esa razón tienen u n carácter autoritario, rígido, exagerado. Se distingue este tipo de criterio porque la persona afectada no puede hacer excepciones cu ando se presentan casos dudosos. La orientación que experim enta es m ecánica y ni él m ism o sabe p o r qué tiene que actuar po r necesidad en determ inado sentido.

El criterio del Super Yo es com parable con el carácter anal descrito por Freud, que además de la rigidez, suele presentar otras características, como: tacañería, puntualidad excesiva y exigente, pulcritud intachable, despotism o o exigencias exageradas en el trato con la demás gente. Es im po rtan te notar que este criterio no coincide necesariamente con el de la Etica (la cual suele estar basada en leyes y valores asumidos en form a consciente). U na persona podría actuar conform e a este criterio del Super Yo a sabiendas de que está infringiendo una ley o u n valor superior. Lo que experim enta el individuo afectado p o r el Super Yo es una fuerte tendencia o inclinación que proviene de su inconsciente y que (en muchas ocasiones, pero no siempre) está en desacuerdo con las leyes y los valores asumidos conscientemente. Es de capital importancia deslindar esa vivencia con respecto a la experiencia de la conciencia moral. La principal diferencia reside en la im periosidad rígida y sin excepciones im plicada p o r el Super Yo. C on frecuencia se da el caso de la persona q ue es instruida acerca de ciertas excepciones a un reglamento y, no obstante, prefiere seguir rígidam ente ese reglamento sin hacer caso de la posibilidad de una excepción. Se explica lo m ecánico y lo inflexible de dicho criterio, puesto que se trata de una tendencia que surge con fuerza desde los estratos inconscientes del p ropio sujeto. Así com o el criterio anterior puede, compararse con el hedonismo, también ahora, el Super Yo puede compararse con el estoicismo. Su calidad moral es superior a la del hedonism o, pues ya no se rige por el simple placer, sino por algunos principios, leyes o valores introyectados desde la infancia. Su principal defecto reside en su rigidez y en su rechazo de las pasiones. C on esto pierde su validez moral, pues afecta fuertemente a la libertad hum ana, que es la condición indispensable para que se dé un acto bueno o malo desde el p u n to de vista ético. Este criterio surge con frecuencia en los niños y en los adultos bien educados . Sus patrones de conducta han sido introyectados con fuerza en el inconsciente y a partir de allí se m anifiesta una cierta garantía de que el niño va a actuar de acuerdo con esos patrones durante el resto de su vida. Por desgracia se ha extendido la idea de que ese criterio coincide con el de la Ética. H em os visto que no necesariamente hay tal coincidencia, a pesar de que es posible reconocer algunos valores en las conductas introyectadas. M uchos conflictos morales entre los adultos pueden com prenderse ahora desde la perspectiva del Super Yo. Su exigencia es demasiado impositiva y, por tanto, el individuo tiende a obedecer ciegamente esas exigencias. Sin em bargo, llega un m om ento en que empieza a vislum brar otros criterios, reglamentos y valores que lo orientan en otra dirección. Esto, naturalm ente, le produce un conflicto interno, con el consiguiente gasto de energía debido a la ansiedad experimentada. La oposición más radical se da entre el Ello y el Super Yo freudianos: el Ello busca el placer, el Super Yo busca el cum plim iento rígido de las norm as introyectadas, supuestam ente en favor de una sociedad que las ha originado. La experiencia muestra

que e n m uch as ocasiones n i el Ello n i el S u p er Yo tie n e n el peso su ficiente para im p o n erse en la m e n ta lid a d de u n in d iv id u o . E l ú n ic o m o d o d e salir del conflicto reside en el uso d e criterios superiores, c o m o verem os m ás adelante. 3. E l C R ITER IO BASADO E N LA PRESIÓ N SOCIAL. La característica p rin c ip a l d e este nivel reside e n la ab so rció n d e to d o s los in flu jo s d e l m e d io am b ie n te p ercibidos en rorm a de “presión social”. La g u ía d e co n d u cta está pu esta en los d ictad o s provenientes d e la m o d a y la pro p ag an d a. H eidegger, filósofo existencialista alem án, expresó algunas ideas similares p o r m edio del té rm in o “das m an”, q u e significa literalm en te: “se”, p ro n o m b re n e u tro , c o m o cuando decim os: se usa, se dice, se acostum bra, se oye. “Se”, co m o p ro n o m b re personal n e u tro , indica c laram en te lo im p erso n al del o rig en d e la o rie n ta c ió n recib id a e n estos casos. La gente actú a, e n general, p o rq u e “se d ice” q u e tal c o n d u c ta es b u e n a, p o rq u e “se acostum bra” tal estilo d e ro p a, o p o rq u e “se usa” tal expresión. E stam os an alizan d o , pues, u n criterio m u y generalizado e n tre la gen te sin cultura, pero ta m b ié n e n tre la gente c u lta q u e d ep en d e fu ertem en te d e la televisión, las revistas, la m o d a, el “q u é d irán ” y los dichos p o pulares. L a p resió n social es la p rin c ip a l fu e n te que orie n ta y em p u ja la co n d u cta de estas personas. E n m uchas ocasiones esa con d u cta n o tie n e n a d a d e objetable, p e ro en la m ay o r p arte de los casos u n o p o d ría p reguntarse si acaso ese in d iv id u o h a a ctu ad o con responsabilidad o p o r sim p le inercia, y si acaso hubiera p o d id o a ctu ar d e u n a m an era diferente. La palabra “o bligación” a d q u iere u n sen tid o especial, a u n q u e m u y deficiente. Este té rm in o suele entenderse co m o s in ó n im o de “p resió n social”. La au tén tica obligación, la q u e d a orig en a m érito s d e o rd e n ético, n o es la q u e proviene del exterior, sino la que se im p o n e el su jeto a sí m ism o, en fo rm a a u tó n o m a y e n fu n ció n de los valores previam ente asim ilados. M ás a d elan te vam os a in sistir e n el te m a de la obligación m oral, pues co n stitu y e u n a de las bases d e la Ética. N o s e n co n tra m o s, p u es, fren te a u n criterio d e c o n d u c ta m u y generalizado, pero con escaso v alo r ético. Sin em b arg o , la su p erio rid a d d e este nivel sobre el d e los in stin to s y el del S u p er Yo estriba e n el h e ch o de q u e se tra ta d e u n a o rie n ta c ió n c o nsciente (a u n q u e n o siem p re e n u n g ra d o p len o ). E n efecto, u n a p e rso n a usa d e te rm in a d o tip o d e ro p a p o rq u e es lo q u e ve o es lo q u e oye e n la p ro p a g a n d a. E n cam bio, n o está co n scien te del orig en d e los m an d ato s in tro y ectad o s e n su infancia y p o r los cuales p u e d e llegar a ser m u y p u n tu a l, m u y aseado o m u y a h o rrativo. C ad a cultura, cada región, cada país, tien en su pro p ia serie de m andatos y costum bres de uso popular. Así se entiende que los suecos y los italian o s d ifieran n o ta b le m en te en sus costum bres relativas al sexo y al m a trim o n io . Lo curioso es q u e cada ind iv id u o suele estar con v en cid o d e q u e sus p ro p ias co stu m b res so n las buenas, y n o en tie n d e que o tra s gentes aco stu m b ren m o d alid ad es diferentes. P or o tro lad o , nó tese q u e la p alab ra É tica y la palabra m oral tie n e n u n a etim ología que se refiere p recisam en te a las costu m b res, al uso social. N o es de extrañar, pues,

que en la práctica, la tendencia a seguir las costum bres norm ales de u na cu ltura o de u n a zona geográfica, constituya u n criterio calificado com o m oral entre la mayoría de la gente. Los tres niveles hasta ahora explicados son los que podríam os llam ar básicos o de uso generalizado. Q u e d an p o r explicar tres niveles de orden superior, m ucho mas valiosos desde el p u n to de vista de la Ética. 4. E l criterio le g a l. El nivel legal consiste en orientar y dirigir la conducta por m edio de normas y leyes que constan en algún código. Éste es un criterio relativamente cómodo, pues la persona consulta la ley y decide conform e a ella sin m ayor discusión. Su criterio está apegado a lo que dice el código, y la justificación de su acto consiste en señalar la adecuación del m ism o con lo que el código prescribe. En atención a dichas norm as, la persona está dispuesta a contravenir los dictados de sus instintos, de su inconsciente y de la presión social, lo cual es ya una cierta garantía del valor de su conducta. Sin em bargo, tal co m o estudiarem os más adelante, el apego y la fidelidad a la ley no constituyen la esencia del valor moral. Conviene señalar las diferencias que pueden llegar a existir entre un código civil y un código moral. Podría darse una verdadera contraposición. Por ejem plo, u n código civil podría autorizar el ab o rto y, sin em bargo, la persona en su fuero in tern o y m oral podría regirse p o r leyes que prohíben en absoluto dicho acto. Y tam bién podría darse el caso de una persona co ndenada a varios años de prisión conform e a las leyes de su país, pero intern am en te inocente desde el p u n to de vista de su propia conciencia moral. Esto nos da idea acerca de la existencia de u na enorm e variedad de criterios de orden legal que, sum ados a los otros criterios ya señalados, pueden originar u na verdadera confusión en la m entalidad de cualquier persona. Sin em bargo, el hecho de que existan códigos escritos ofrece la posibilidad de u n a am plia difusión de la ley con un m ínim o d e distorsión. Así pues, el nivel legal, com o criterio para orientar y dirigir la conducta hum ana, tiene una enorm e ventaja p o r encim a de los tres niveles anteriores, y consiste en que puede plantearse de una m anera universal, por tanto puede enseñarse, difundirse y traspasarse d e generación en generación. Pero podem os m ostrar u n defecto radical e n su contra. La gente suele apegarse en exceso a la letra y no al espíritu de la ley. Esto puede conducir a una devaloración del orden pro p iam en te m oral, q ue se inclina más al espíritu d e las norm as. Así pues, el legalismo o apego exagerado a la ley to m ad a al pie de la letra podría constituir la falla principal de este nivel. Por o tro lado, existe el conflicto que se puede originar entre el nivel del inconsciente (el Super Yo) y el nivel legal. A lgunas personas, p o r ejem plo, tienen m arcadas en el Super Yo to d a una serie de hábitos a favor de la discrim inación racial; pero la ley prohíbe term in an tem en te dicha conducta. Esa persona, sin saber p o r qué, adquiere el hábito de infringir la ley en ese aspecto y co n tin u am en te va a estar en conflicto con

ella. O tro ejemplo: la Ley del Talión (ojo p o r ojo, diente p o r diente) suele estar introyectada en el inconsciente de m uchas personas, pero contiene un grave error desde el p u n to de vista moral, esto lo puede dem ostrar u na sim ple reflexión sobre la justicia, com o estudiarem os en u n capítulo posterior. E l defecto de am bos niveles (el Super Yo y la ley) es su rigidez y su falta de adecuación a los casos singulares, cuyas características individuales no p ueden ser tom adas en cuenta por las prescripciones de ord en general. La Ética de situación ha expresado sus dudas y críticas hacia esta falta de adecuación de lo universal ante el caso singular que vive una persona. M ás adelante tendrem os ocasión de em itir nuestra propia opinión acerca de ello. La fuerte ventaja que posee el nivel legal es la apertura y difusividad de la ley. C o n esto se gana en objetividad y universalidad, pero se pierde en adecuación al caso individual y en autenticidad con respecto al valor m oral propiam ente dicho. 5. E l CRITERIO a x i o l ó g i c o . El q u in to criterio para regir la conducta h um ana está basado en los valores internam ente percibidos y apreciados como tales. Éste es el nivel que mejor concuerda con las exigencias de la Ética propuesta en este libro. El criterio axiológico coincide con lo q u e suele llam arse “actu ar p o r p ropio convencim iento '. En efecto una persona llega a descubrir algunos valores y los aprecia com o tales, en función de esa perspectiva para hallar y juzgar su situación es com o rige su propia conducta, aun cuando se vea en la necesidad de ir en co n tra de las autoridades, la presión social, sus costum bres o sus instintos. Éste es el tipo de conducta que aquí vamos a destacar com o valiosa y digna de llamarse conducta ética. C uando una persona descubre valores y decide regir su conducta de acuerdo con ellos, com o p o r ejem plo, la veracidad, la am istad o la diligencia en el trabajo, podría darse el caso de que sus actos coincidan con lo que m aterialm ente ordenan otros criterios de calidad inferior. N orm alm ente, una persona instalada en el nivel cinco va a coincidir con el nivel cuatro (legal); sin em bargo, se dan casos de discrepancia. Sucede entonces que la persona, apoyada en el convencim iento de lo que ha percibido com o efectivam ente valioso, se inclina a favor de éstos, y logra hacer excepciones con respecto a los m andatos im puestos p o r alguna ley en particular. D e la m ism a m anera, los dictados de la m oda podrían ser avalados o rechazados p o r el sistema axiológico de una persona asentada en el nivel cinco. Esto m ism o vale para las prescripciones que pueden dictar los instintos o el Super Yo. Así es com o se asienta, en la m entalidad de una persona, el peso de un criterio superior, que es el in stru m en to apropiado para desvanecer los conflictos que suelen surgir en los niveles inferiores. Así pues, una propiedad notable de este criterio axiológico es su capacidad para d irim ir conflictos surgidos en los niveles previos. Un individuo, con ese criterio, puede actuar con auténtica serenidad y responsabilidad, pues su conciencia ya n o está dividida, sino q ue elige y actúa conform e a lo que efectivam ente está percibiendo com o valioso y lo ha hecho suyo. Por ende, su co n d u cta adquiere valor ético, pre­ cisam ente po r el hecho de q ue realiza en form a explícita u n valor percibido com o tal.

A hora podem os concluir q ue el criterio axiológico es el más adecuado para la Ética. Los cuatro niveles anteriores podrían m an ten er una discrepancia con respecto a lo que la persona considera valioso en su fuero interno. N o es de extrañar la abundancia de casos en los que la persona actúa esclavizada p o r los instintos, el inconsciente, la presión social o la m ism a ley, aun en co n tra de su propio criterio. D ecim os entonces que el individuo ejecuta actos del h o m bre, mas n o actos hum anos. A q u í podem os detectar el origen del am oralism o o ausencia de valor moral. En la base del amoralismo encontram os u n a fuerte lim itación de la libertad. M uchos actos juzgados com o malos (m oralm ente hablando) no llegan a serlo en el individuo que n o tiene la libertad suficiente para po d er decidir conform e a los valores asim ilados. La realización de la cond ucta hum an a es pasm osam ente com pleja y delicada. D ebido a esto se com prende que norm alm en te n o es lícito juzgar la m oralidad de u n individuo en particular. El surgim iento del valor ético (positivo o negativo) en la co n d u cta de u na persona está e n función de sus decisiones libres y responsables. La libertad, según podemos esclarecer en otros capítulos, se ejerce en función de valores. Lo que añade el nivel moral a! nivel de la simple libertad es la decisión en función de valores adecuados a la naturaleza hum ana. U na persona puede decidir librem ente contra de la naturaleza h u m an a, así com o e n contra de sus exigencias y de sus derechos. En este caso decim os que el individuo adquiere un valor mora! negativo. Así pues, distinguim os tres niveles: la amoralidad, la libertad y la moralidad positiva. U n niño suele ser amoral. U n adolescente suele descubrir la libertad. Sólo u n a persona m adura actúa conform e a los valores adecuados al ser hum ano. El criterio axiológico de la conducta h um ana supera con m ucho a los cuatro criterios anteriores. Sin em bargo, todavía m uestra algunos defectos. El prim ero de ellos es la lim itación de los valores sustentados. N o rm alm en te, u na persona descubre los valores que se practican en su am biente, pero nada más. El único m odo de am pliar esta seria lim itación es el nivel seis, que se basa en el yo p rofundo, el cual es capaz de vislum brar un am plio horizonte de valores, com o explicaremos más adelante. E l seg u n d o defecto que se le p u e d e a trib u ir al nivel cin co es el individualism o que suele implicarse en las opciones derivadas del mism o. Se trata, pues, de u na Ética individual. Para que surja u n a Ética com unitaria es necesario el nivel del Yo Profundo. En contraposición, el nivel axiológico define la Ética de una persona. “D im e cuáles son tus valores y te diré qué tan refinado es tu nivel ético”. C u an d o una persona elige el c u m plim iento de una ley en función de los valores allí im plicados, o elige una m oda en función de lo valioso de esa costum bre, o prefiere u n acto placentero o una co n d u cta inculcada en su infancia, m otivado p o r los valores que explícitam ente se en­ cuentran en ese acto, entonces tenem os a u n a persona con auténtica realización Ética. O tro p u n to positivo del criterio axiológico es, según hem os visto, su po d er para d irim ir los conflictos que suelen surgir en tre los niveles anteriores. El caso típ ico es la oposición entre el criterio surgido por los instintos y el criterio que sigue la presión social o el inconsciente. El criterio que puede servir como árbitro en dichos conflictos es el

criterio de la propia conciencia avalada p o r su convicción en algunos valores asimilados, aunque la posible perplejidad de una conciencia en el terren o de los valores sólo puede ser resuelta por el Yo Profundo. 6. E l CRITERIO basado EN EL Y o P rofundo . Este criterio se caracteriza porque el sujeto se guía en sus decisiones a partir de la percepción axiológica que obtiene durante la captación de su Yo Profundo. Es necesario, pues, recordar en qué consiste y cóm o se reconoce esta instancia hum ana. E l Yo P rofundo es el núcleo del ser h u m an o , es la persona, es el plano del ser. En contraposición está el plano del tener, la periferia, las cualidades de la personalidad. E n tre esas c u alid ad es se p u e d en m e n c io n a r el estatu s, los c o n o c im ie n to s, el inconsciente, el grado de inteligencia y de belleza, las pautas de co n d u cta y el autoconcepto, que pertenece al p lan o del tener. Esto es m u y im p o rtan te y debem os subrayarlo ahora, pues la verdadera id e n tid a d de u n individuo n o reside en su autoconcepto (lo q ue cree ser y valer), sino en ese Yo Profundo. D esde el p u n to de vista de los criterios utilizados para o rien tar la propia conducta, la im portancia del Yo P rofundo destaca p o r varias razones. E n prim er lugar, cuando u n a persona enfoca su Yo Profundo con los m edios que ya hem os indicado, el horizonte axiológico se am plía en form a considerable. Esto significa que se increm enta su repertorio de valores y que, p o r tanto, un individuo puede a ctu ar e n fu n c ió n de o tro s valores, más p ro fu n d o s, m ás elevados, más com unitarios. En consecuencia, el valor m oral de u n a persona puede increm entarse en función de esa capacidad p ara profundizar en la percepción de nuevos y más profundos valores. E n segundo lugar, la captación del Yo P rofundo posibilita un m ayor sentido de responsabilidad. E n efecto, ese individuo elige, n o sólo con u n repertorio m ayor de valores, sino tam bién con u n a conciencia más clara de su yo com o sujeto y au to r de su conducta. E n otros térm inos, el Yo se vuelve más fuerte, más po ten te, en el m om ento en que se capta a sí m ism o o p tan d o p o r u n valor determ inado. En estas circunstancias la conducta se vuelve más propia, y el sujeto se responsabiliza de ella con m ayor facilidad. E n tercer lugar, la captación del Yo P rofundo perm ite, n o sólo la percepción de u n a m ayor gam a d e valores, sino, sobre to d o , el d escu b rim ien to d e los valores p ropiam ente h u m anos, com unitarios, con validez universal. Es decir, captar el Yo Profundo es lo m ism o q ue penetrar en los estratos más propiam ente hum anos, lo cual significa captar el valor intrínseco del ser hu m an o . Esto equivale, pues, a descubrir la naturaleza hum ana en lo que tien e de más propio, h o n d o y específico. E n función de estas tres cualidades de la percepción del Yo Profundo se entiende que el valor m oral de u n a persona puede q u ed ar increm entado cuando actúa con este criterio. D esde el p u n to de vista práctico, el d ato im p o rtan te para actu ar den tro de este nivel, consiste en saber tom ar la actitud adecuada para poder captar al Yo Profundo y, con ello, al c o n ju n to de valores que allí están implicados.

A ctuar desde el Yo Profundo es una cualidad poco co m ún. Se requiere m ucha práctica y m ucha sabiduría para poder actuar sin perder de vista este horizonte. La m ayor parte de la gente, en casi todas sus decisiones, se deja llevar p o r los tres o cuatro prim eros criterios explicados en este capítulo. Esta idea tam bién puede expresarse en función de dos conceptos paralelos: persona e individuo. El individuo es lo que n o puede dividirse sin perder su esencia. Las cosas inanim adas pueden dividirse y siguen poseyendo la m ism a esencia. En cam bio, un organism o superior no puede dividirse, esto es un individuo. La persona es el Yo Profundo que acabamos de describir. El hom bre es individuo en cuanto que no puede dividirse, y es persona en cuanto q ue está abierto a los demás seres. El individualism o es una falla en la conducta hum ana, pues tan sólo cuida su propio bien. En cam bio, la persona está abierta y adm ite u n sentido com unitario y ecológico que claram ente difiere con respecto al individualism o de algunas teorías y posturas éticas. 7 . R E I ACIONES ENTRE LOS SEIS CRITERIOS DE CONDUCTA:

a) Evolución de cada individuo. A m edida que se desarrolla el individuo aum enta su capacidad para captar valores y para aplicar sus propios criterios en la decisión de su conducta. N o es extraño, pues, que un bebé se instale en el criterio de los instintos y el placer, y que u n niño de siete años elija conform e al criterio de las prescripciones introyectadas en su Super Yo, o que u n adolescente se oriente principalm ente p o r el criterio de la presión social. Sólo en función de cierta educación es posible saltar a los tres niveles que aquí hem os descrito com o de orden superior: la ley, el valor y el Yo Profundo. En algunos adultos se puede detectar con facilidad el criterio preponderante u tiliz a d o en la elección de su conducta. Sin que esto quiera decir que siem pre y en todo m om ento em pleen o deban em plear dicho criterio. Lo deseable es q ue se valgan de u n nivel su p erio r en sus elecciones im p o rtan te s y dejen la m ayoría de sus orientaciones cotidianas a cargo de los tres prim eros niveles. b) Fijación en u n nivel. N o es deseable la fijación en u n nivel inferior. Elegir todo sim plem ente “porque me gusta” o “porque m e choca” o porque “siento una necesidad urgente de actuar así” o porque “todos lo hacen, p o r qué yo no”, es una de las plagas de la cultura contem poránea. Tam bién la instalación en el legalismo o en el nivel axiológico podría llegar a ser vituperable si acaso la persona tiene ya la oportunidad de saltar al nivel del Yo Profundo. Este últim o nivel tiene, en cam bio, la enorm e ventaja de poder utilizar y englobar a discreción los demás criterios según sea la situación concreta del m om ento. c) Importancia de la reflexión y la meditación. Tenemos dos m edios para saltar a los niveles superiores: la reflexión y la m editación. La reflexión consiste en revisar los hechos personales pasados y los criterios con los cuales fueron decididos. A partir de esto, es posible caer en la cuenta de alguna falta de adecuación que amerite la utilización de u n nivel superior. Pero el m ejor m étodo para ascender en estos niveles es la m editación profunda. G racias a ella, es posible colocar a la propia m ente en la actitud

adecuada para captar y asimilar los valores superiores y los valores com unitarios que perm ean la vida hum ana. D e aquí la insistente recomendación de la práctica de la m editación y de los demás procedim ientos que nos conducen al Yo Profundo.

Capítulo IV R E L A C IÓ N D E LA É T IC A C O N O T R A S D I S C I P L I N A S La definición nos dice que Ética es la ciencia q ue trata de la b o n d ad o m aldad de los actos hum anos. A hora conviene explicar lo que no es la Ética, es decir, aclarar los lím ites de nuestra ciencia y m ostrar los terrenos q ue están más allá de sus fronteras, y que, a pesar de su sim ilitud con los de la Ética, pertenecen a otras ciencias diferentes. 1. R elación de la É tica con la P sicología . La Psicología es u na ciencia que tam bién estudia los actos hum anos, y en esto se parece a la Ética. Pero podem os ahora insistir en que la Psicología estudia los fenóm enos hum anos tal com o se producen de hecho, y en esto se distingue de la Ética, a la cual sólo le interesan las norm as de derecho. L a Psicología es u n a ciencia su m am en te in teresan te, p u esto q u e n o s hace c o m p re n d e r al h o m b re e n sus estructuras m entales y de com portam iento. Además, es m uy útil para la Ética, puesto que proporciona un material indispensable para com prender nuestra ciencia. Por ejemplo, el tem a de la libertad es típico de la Psicología, y ya hem os visto que sin libertad no hay m oralidad posible. La Psicología puede definirse com o la ciencia que estudia el com portam iento hum ano desde el p u n to de vista del proceso mental que lo origina, lo acompaña o lo explica.' Efectivamente, a la Psicología n o le interesa el aspecto bondad o m aldad de la conducta hum ana, sino el m odo com o se origina, se motiva, se conduce y se le da sentido en la m ente del individuo. (Por lo menos, éste es el objeto form al de la Psicología d e n tro de la co rrie n te h u m an ista. O tra s corrientes, co m o el co n d u ctism o y el psicoanálisis, ten d rán diferencias en la concepción de su propia disciplina.) Un psicólogo hum anista se interesa p o r captar los paradigm as o pautas de la conducta 1 Véase mi texto de Psicología, Editorial Esfinge, pág. 19.

hum ana tal como de hecho se dan en los individuos. E n ellos capta el sentido o significado que el individuo está otorgando a su propia conducta. Gracias a esto, puede predecir (en cierto grado) la conducta de sus clientes y puede tom ar las m edidas conducentes a un cam bio de esos patronos o pautas, si acaso ellas conducen a un estado de infelicidad del cliente. 2. R elaciones entre la É tica y la Sociología La Sociología es otra ciencia que trata de hechos. Surgió en el siglo XIX gracias a las aportaciones de Augusto C om te y de Karl Marx. Estudia el com portam iento del hom bre en form a global. La Sociología tam bién es una ciencia, y p o r tan to , estudia los paradigmas o patrones de la conducta hum ana en el nivel global propio de u n a sociedad. La relación que existe entre la Ética y la Sociología es sem ejante a la descrita anteriorm ente cuando hablam os de la Psicología. En efecto, la Sociología tam bién es una ciencia de hechos, m ientras que la Ética es una ciencia de derechos. C o n esto sólo debería bastar para diferenciar las dos disciplinas. Sin embargo, podem os am pliar la explicación de la siguiente manera. Tom em os un ejem plo concreto: la com pra de u n seguro de vida. A la Psicología le interesa, en este caso, cuáles son los factores que m otivaron a un individuo X para realizar esa com pra, qué emociones intervinieron en esa decisión, qué tipo de seguridad (y de felicidad) está com prando dicho sujeto, etc. A la Sociología le interesa la estadística obtenida para determ inar las probabilidades de siniestro en esa clase de individuos. A la Ética le interesa el aspecto de h o n estid ad en ese tip o de ventas, la posible m anipulación del individuo p o r parte del agente, etcétera. Es frecuente el rechazo de los aspectos morales p or parte de un cierto tipo de psicólogos y sociólogos. P o r m i p arte, en cu e n tro q u e todas las disciplinas se com plem entan unas con otras y que, sin necesidad de hablar de subordinaciones o jerarquización de ciencias, es factible el trabajo en equipo, en el cual quedan al descubierto las aportaciones y los auxilios que unos especialistas pueden proporcionar a los demás investigadores que pertenecen a un área diferente. Existen temas que son com unes a varias disciplinas. Por ejemplo, el tem a de la obligación: u n psicólogo estudia cóm o se origina la obligación en un individuo y qué consecuencias tiene ese sentim iento en la conducta del m ism o. A un sociólogo le interesa estudiar la obligación en cuanto al resultado de una presión social. A un estudioso de la Ética le interesa esclarecer bajo qué condiciones u n sentim iento de obligación es válido y procedente. (Parte de la tesis de q ue no es lo m ism o sentir una obligación que tener u na obligación.) 3. R elaciones entre ia É tica y el D erecho . El D erecho es un conjunto de normas que rigen la conducta hum ana, y en esto se parece a la Ética. Sin em bargo, existe una fuerte diferencia entre las norm as propias del D erecho y las norm as propias de la Ética. M encionarem os cuatro diferencias principales.

a) Las norm as de la Ética son autónom as, en tan to que las del derecho son heterónom as. Esto significa que cada individuo debe darse a sí m ism o sus propias norm as éticas, en tanto que en el caso d e l D erecho, las norm as provienen de una autoridad diferente al individuo que las cum ple. Por ejemplo: el Derecho prohíbe el hom icidio; tam bién la Ética lo prohíbe. Pero la diferencia estriba en que la norm a del derecho ha sido dictam inada p o r un conjunto de legisladores y los destinatarios son todos los m iem bros de la com unidad. En cam bio, la norm a Ética, para q ue tenga un auténtico valor propio de esta disciplina, debe surgir de la m ente del m ism o sujeto que la va a cumplir. La norm a Ética es autoim puesta, mas no así el Derecho. La etim ología de los térm inos utilizados va com pletam ente de acuerdo con lo ya explicado. A utonom ía viene del griego autor, sí m ism o, y nomos-, ley; p o r tanto, autonom ía significa ley q u e proviene de sí mismo. H eteronom ía viene de heteros-. otro, y nomos: ley; por tanto, heteronom ía significa ley q ue proviene de otro. b) Las norm as de la Ética rigen aspectos internos del individuo, en ta n to que las normas del derecho rigen aspectos externos. Esto se refiere a la intención o las emociones que acom pañan a un acto. A la Ética le interesa en form a esencial la buena o la mala intención con que se ejecuta un acto. Tam bién le interesa q u e el sujeto lo ejecute de buen grado, no forzado o con sentimientos aversivos. En cambio, el derecho permanece ajeno a estos elementos internos del acto hum ano. U n contrato puede ser cumplido de buena o de mala gana. D esde el p u n to de vista del derecho, u n a persona cum ple cuando realiza lo m andado p or ese contrato. D esde el p u n to de vista de la Ética, el valor m oral que se realiza está de acuerdo con la b uena voluntad que tiene el sujeto. c) Las norm as de la Ética son unilaterales, en tan to que las norm as del D erecho son bilaterales. Esto significa que cuando u n a persona cum ple una norm a (que él m ism o se ha im puesto), dicho cum plim iento no implica el surgim iento de un derecho o de una obligación por parte de otras personas. En cambio, dentro del campo del Derecho, una obligación implica un derecho, y viceversa. Por ejemplo, mis obligaciones formuladas en un contrato implican derechos por p ane del otro contratante, y viceversa. Esto es el terreno del Derecho. Pero, en cam bio, el hecho de que yo lo cum pla de buena gana y con óptim a intención (aspectos que le interesan a la Ética), no implica alguna obligación similar para la otra persona contratante. d) Las norm as de la Ética son incoercibles, en tan to que las norm as del derecho son coercibles. Esto significa que la autoridad que ha establecido ciertas normas civiles tiene facultad para exigir el cum plim iento de ellas, y para tal efecto impone vigilancia, fiscalización, sanciones, etc. En cambio, en el caso de la Ética, las normas, aun cuando pueden tener un carácter obligatorio, generalmente no conllevan un castigo explícito en el caso de una infracción. Lo cual está de acuerdo con la autonom ía de la norm a Ética, que acabamos de explicar. Ya estudiaremos con detalle cómo es la obligación y cuál es el castigo o sanción correspondiente a las normas éticas. Dadas estas cuatro diferencias, tenemos u n criterio para distinguir las norm as éticas con respecto a las norm as del derecho (o jurídicas), aun cuando puedan coincidir en cuanto al tem a u objeto de la norm a en cuestión.

4. R elaciones entre la Ética y la E conomía . La E conom ía es la ciencia q u e trata de la producción, distribución y consum o de los bienes materiales. Su tem a es, pues, el trabajo, la mercancía, el dinero, la ganancia, la utilización del trabajo, el comercio, etc. Estam os tocando u n o de los p u n to s álgidos en la vida del ser hum ano: su subsistencia, sus problem as pecuniarios, su lucha diaria p o r el alim ento, la vivienda y la ropa. N o es difícil darse cuenta que el cam po de la Ética está presente en esta problemática. D e hecho, la explotación del asalariado, la injusticia en el pago de sueldos, la falta de higiene en las fábricas, la falta de esmero en el trabajo del obrero o la responsabilidad en los em pleados, han sido tem as abundantes en las denuncias de la prensa, el cine y la política. A hora bien, dada su calidad de ciencia, la Economía también presenta un paradigma o m odelo ideal dentro de su propio ám bito. Ese m odelo se manifiesta com o algo que hay que cumplir, com o u n proyecto que conviene seguir. Así es com o nos habla de las ventajas de la división del trabajo y de la conveniencia del “laisser faire, laisser passer” (dentro de la econom ía liberal). La ley de la oferta y la dem anda nos dice lo que suele suceder con los precios cada vez que se deja en libertad de acción a vendedores y compradores. Es e n este m om ento cuando surge el papel de la Ética. El m odelo ético n o puede quedar al margen cuando se trata de cum plir con un m odelo económ ico. E n más de una ocasión el m odelo económ ico es el relato de u na serie de abusos, como suele suceder en el caso de la ley de la oferta y la dem anda. N o han faltado autores que se han dedicado a denunciar el abuso y la explotación del trabajador p o r parte del capitalista bajo la protección de u n m odelo económ ico liberal. Independientem ente de la razón que asiste a dichos autores p o r ahora sólo querem os derivar u na tesis fundam ental: la Econom ía no puede quedar al m argen de la Ética. Los dos m odelos se entrelazan, y se requiere toda una fundam entación de fondo para poder sostener un modelo económico que propicie la explotación del trabajador, la m arginación del asalariado, la usura en los intereses cobrados a los países del Tercer M undo, la colonización del trabajo, la producción y el gobierno de los países débiles. La palabra ideología nos acerca de nuevo a nuestro tema. Ideología, d en tro del pensam iento de algunos autores m odernos, es toda teoría que tiende a defender la situación económ ica de u n a persona, una sociedad o un país entero. Lo peor del caso es que dicha ideología se cree a pie juntillas, y toda oposición resulta com pletam ente am enazante y absurda. D icho en otros térm inos: la Etica difícilm ente ingresa en una persona interesada en defender su situación económica. Todo el m u n d o tra ta de justificarse, pero con m ucha m ayor razón cuando se trata de defender el mecanismo de obtención de los propios ingresos. En resum en, mucho tiene que hacer la Ética en el campo de la Economía. 5. R elaciones entre la É tica y la P edagogía. La Pedagogía es el estudio de la educación. El significado de la palabra educación se capta a partir de su etimología: educere, que significa conducir, guiar, y tam bién sacar hacia afuera, desarrollar lo que

está im plícito. En algunos autores se lee q ue educar consiste en lograr que una persona haga, po r sí mism a, lo que debe hacer. Por o tro lado, en m i libro Introducción a la Pedagogía existencialpropongo el siguiente concepto: La educación consiste en ampliar el horizonte de significatividad, lo que quiere decir: am pliar la capacidad para dar o encontrar sentido en las cosas, las personas y los hechos. E n cualquiera de los sentidos propuestos para la palabra educación, siempre se trata de una disciplina que se complementa con la Ética, y viceversa. La Ética nos dice qué es lo que hay que hacer, en ta n to que la educación nos enseña el m odo en que podem os lograr lo propuesto p o r la Ética. La educación es u n arte en tan to que la Ética es una ciencia. a) C u an d o ed u car significa co n d u cir o guiar, evidentem ente se requiere un paradigm a acerca de la co n d u cta h um ana b u en a para que se trate de u na educación correcta. En general los padres guían a sus hijos de acuerdo con los m odelos éticos que explícita o im plícitam ente han adoptado para sí mism os. D etesta m anera les enseñan a no m entir, n o robar, respetar los derechos del prójim o, etc. Etica y educación van, pues, de la m ano. La Ética m uestra el m odelo de conducta y la educación dice cóm o conducir al niño d en tro de ese m odelo. b) C uan d o educar significa sacar hacia afuera, desarrollar lo que está im plícito, se quiere d ar a en ten d er que el m ism o educando es la causa principal de su educación, pues contiene en sí m ism o las potencialidades que se van a actualizar. El educador es, en este caso, u n orientador, u n auxiliar o causa instrum ental den tro del proceso de la educación. La orientación que proporciona el educador lleva implícita su propio modelo ético, que de algún m odo va a influir y se va a asimilar en la m ente del educando. Tam bién en este caso educación y Ética se com plem entan. La Ética proporciona el plano general o m odelo de la conducta h u m an a buena, en tan to que la educación proporcio n a las reglas prácticas para enseñar u o rien tar al educando den tro de esa guía general. c) C uan d o educar significa lograr que una persona haga, p o r sí misma, lo que debe hacer, estamos en un caso similar al anterior. E n efecto, la disciplina llamada educación nos dice cóm o podem os proceder con el educando a fin de logar la autonom ía, la m adurez y la tom a de responsabilidad por parte de éste. La Ética, nuevamente, nos dice el qué, m ientras l a Pedagogía nos dice el cómo. d ) Por últim o, cu ando educar significa am pliar el horizonte de significatividad del educando (y a sabiendas de que este horizonte de significatividad es lo mismo que su capacidad para dar o encontrar sentido en las cosas, las personas y los hechos), la relación en tre Ética y educación es similar a la explicada en los casos anteriores. Educar es un arte, es decir, nos proporciona el m odo para realizar algo. Aquí es donde se ve m ejor la estrecha relación entre educación y Ética. Esta últim a podría constituir sólo u n conjunto de principios y conceptos abstractos sin ninguna aplicación práctica. La educación sería la encargada de preparar la m ente del educando para q ue éste se abra a la captación de valores superiores, en tie n d a c o rrectam en te lo q u e son las virtudes y adquiera la

inclinación y la facilidad para actuar conform e a esos valores y virtudes. Educar no es, pues, im poner valores, ni arrastrar al educando al cum plim iento de sus obligaciones. T odo lo contrario, educar es actuar de tal m anera que el educando capte un sentido personal en la realización de valores, obligaciones y virtudes. 6. R elaciones entre la É tica y la M etafísica. E n la actualidad existe una serie de m alentendidos y animadversiones hacia la Metafísica. D en tro de un plan elemental de explicaciones, podem os decir que la M etafísica contiene el fu ndam ento de toda ciencia; ella nos indica p or q ué tienen validez tanto la m atem ática com o la física o la Psicología. D el m ism o m odo tam bién es el fundam ento de la Ética. La Metafísica nos proporciona nociones que son indispensables para entender la Ética. U na Etica desarrollada en un nivel profesional no podría prescindir de la Metafísica como antecedente inmediato. Esta disciplina nos explica conceptos y nociones tales como el de ser, bien, valor, acto, potencia, sustancia, accidente, materia, forma, etc., que son instrumentos mentales m uy apropiados para captar el fondo de la temática propia de la Ética. Así pues, la relación entre Ética y Metafísica es la misma que la de ciencia y su fundam ento definitivo. A hora bien, dentro del nivel introductorio de la Ética que estamos presentando, sería im posible acudir a la metafísica en form a sistemática. Por tanto, en este libro nos vamos a conten tar con u n a ligera explicación, y a veces sólo alusión, a los cim ientos metafísicos que d an consistencia y validez a nuestra ciencia Ética. 7. R elacion es e n tr e l a É tic a y l a T e o lo g ía . La teología muestra u n parentesco m uy estrecho con la Ética. U na rama teológica es la Teología Moral. D e hecho trata el mismo tema que la Ética: la valoración moral de los actos humanos. Sin embargo, la diferencia es m uy clara: la Ética utiliza la razón com o instrum ento de su estudio. E n cam bio, la Teología M oral utiliza, además de la razón, los datos de la fe proporcionados por la Revelación, es decir, la Biblia y fuentes afines. D urante nuestros estudios de Ética n o vamos a utilizar la Biblia. N o es que se la desprecie; sim plem ente vamos a prescindir de ella, si es que querem os colocarnos en el plano científico y filosófico que nos corresponde. Por otro lado, no es de extrañar, al m enos para el creyente, que con el uso de la razón lleguemos a obtener juicios de valoración moral acordes con los que proporciona la Revelación. 8. R elaciones entre la É tica y la R eligión . La religión es la relación entre el hom bre y D ios. Es, sobre todo, una práctica, una vivencia personal, un contacto íntim o de la persona con u n Ser infinito, del cual procede y ante el cual puede ponerse en presencia. En ocasiones, esta experiencia tiene u n carácter afectuoso sum am ente gratificante y reconfortante. Lejos de constituir u n a alienación o una evasión, la experiencia religiosa es el acto que otorga a la persona h um ana su máxima

distinción y dignidad. (Al respecto conviene leer las ¡deas del filósofo francés» Henri Bcrgson en su libro: Las. dos fuentes de la m oraly de U religión.) Por otro lado, la palabra religión alude también a una serie de principios, conccpros. valores, precepto» y ricos que supuestamente contactan al hombre con Dios. Estamos hablando ahora de la Religión en cuanto institución. En este momento se puede distinguir una variedad enorme de religiones. Cada una tiene sus propios conceptos, dogmas, prescripciones v ritos. Veamos cómo se relaciona la Éíica con cada uno de estos di» sentidos de la palabra religión. a) Una persona que mantiene un contacto indino con D ios, sea dentro o fuera de una institución, normalmente obtiene en ese contacto la guía personal de su conducía correcta. En la profundidad de !a persona humana » contacta simultáneamente d Ser absoluto, el teiicno de los valores y, por si fuera poco, la fortaleza para conducirse en la vida cotidiana. En un capímio posterior se ampliará la descripción de este nivel éticob) La Religión institucionalizada contiene una sene de preceptos; muchos de ellos con altísimo valor moral, com o puede ser la caridad, la humildad, eí sentido com uni­ tario, la compasión, la piedad, etc. Ahora bien, aun cuando reconozcamos el valor moral de ios preceptos originados en la esfera religiosa, ei estudio de la Ética propuesto en este libro prescindirá de dicho origen y analizará las normas ericas exclusivamente dentro de un marco cic orifico y filosófico» tal co m o hem os explicado desde eí ca­ pítulo referente ai método. Así pues, la ¿tica y la Religión guardan una m uy estrecha relación. Sin embargo, la Ética científica y filosófica procuran mantener su autonomía con respecto a las normas morales que pueden surgir, y de hecho han surgido, a parrir de la Religión, .cea ésta una vivencia o una iftSti roción.

Capítulo V EL H O R I Z O N T E F I L O S Ó F I C O D E LA É T IC A Veamos cóm o se relaciona la Ética con la Filosofía. Esta disciplina representa un horizonte am plio que la contiene y la fundam enta. El significado de la palabra Filosofía ha evolucionado notablem ente a lo largo de la historia. E n este capítulo se explicarán cuatro m odos diferentes de entender el térm ino Filosofía: en prim er lugar su definición n o m in al, es decir, su etim o lo g ía; en se g u n d o lu g ar su definición real, que es un concepto m uy estructurado surgido en la tradición aristotelico-tom ista; en tercer lugar la Filosofía com o cosm ovisión (significado surgido en los tiem pos m odernos) y, por últim o, la Filosofía com o criterio axiológico, pro p u esto p o r el au to r de este libro. Después de esta revisión del significado de la palabra Filosofía podrem os explicar la ubicación de la Ftica en ese h orizonte filosófico. 1. 1 a Fu osQpfA c o m o am u r a SAHttH*Ki.v^.a palabra filosofía v iene de dos raíces griegas, filos y sojia. que significan, respectivam ente, am o r y sabiduría^Filosofía es» pues, am or a la sabiduría» es decir, afición, tendencia o adhesión a un tipo especial de conocim iento que se llama sabiduría. Esta idea, a pesar de su im previsión, tiene la ventaja de que nos adviene acerva de la hum ildad que debe tener el filosofo respecto de su propio saber. C u an d o decim os que el filosofo es am an te de la sabiduría, estamos m encionando u n rasgo de su personalidad; el hlósofo n o es necesariam ente el sabio, el qvte posee la sabiduría, sino el am ante de ella, el que tiende o se siente atraído por ella» el que cultiva la sabiduría, peto n o necesariam ente la detentaMás adelante vamos a d ed icar u n cap ítu lo e n tero acerca de la divcreKud oe significados que tiene la palabra amor. l\*r ahora nos detendretmv¿ nú* bien en la palabra Vc^unos cuál es el sentido ¡ytcjj» de ese term in o Se trá ti un conocimiento superior que normalmente adquirimos en la vida co«¿duna t a >aN«uru*1 estilo tfkSQs posee una caractenstto» un tanto estrarta no es ¡efe vV

académico, n o a definible y en ocasiones « inefable. La sabiduría es un conocimiento intuitivo (hohVJco, lo llamaremos más adcfonre) y. por tanto, ik> puede expresan*: fácilmente p or m edio de la palabra y el concepto. La sabiduría encuentra s u mejor expresión en la» metáforas. las parábolas, las comparaciones, los aforismos, los poemas y los mitos. H e aquí alguno* ejemplos concnru». 1) Cuando captamos la muerte d e Sócrates (en los b u llo y » i t Platón, por ejemplo), nos posesionamos de uno de los grandes valores d e la humanidad, a saber, la valentía para defender ¡as propias ideas y la actitud serena frente a la muerte. 2 ) C uando captamos el M iu j d e la Caverna, de Platón, empezamos a vislumbrar la postura d e rsre autor al subrayar la o lerenda enorme entre d conocimiento de ¡as cosas de este mundo y el conocim iento d e las Ideas. 3 ) La parábola del h ijo pródigo nos enseña con profundidad la actitud amorosa e indulgente de D io s Padre. 4 ) El pasaje de Tom Sawyer (personaje de Mark Twain) que describe a cítc nifto pintando el cerco d t su casa, pero no com o un castigo, sino con un acto propio de un artista, también nos enseña una verdad profunda: la actitud mental del individuo puede cambiar e l sencido d e una situación y. por lanro. su conducta y sus relaciones con la gente que lo rodca. Cuando u iu persona riene sabiduría (en el sentido clásico griego) no necesariamente posee un conocim iento científico. La ciencia es precio, racional, conceptual, y tiende a expresarse al m odo matemático. Las definiciones científicas son exactas, y rero es. sin duda, un vaior muy apreciable. La sabiduría se caracteriza porque no se puede definir. Es un conocim iento aconceptual, pues en e l m om ento en que se traduce con palabras, pierde gran parte de su vaior y d e su profundidad. Este tipo de conocimiento intuitivo u holístico será explicado con mayor detalle en un capítulo posterior. Henri Bcigson sosrenía que el concepto Ci propio de la ciencia, y la Intuición es propia d e L» Filosofía. Para este autor la F ilosofa consiste en "ir a caballo en el ser", en el movim iento, en d devenir propio de las cosas: el concepto en cambio, descuartiza la realidad, la inmóvil ira. la petrifica.1Algo semejante propone Gabriel Mared cuando dice que la ciencia erara aceres de problemas (cucsriones externas al sujeto q u e las rrara), mientras que la Filosofía trau acerca d e misterios (cuestiones cu las q u e d mismo sujeto está involucrado). La libertad, d ser. d amor, d conocim iento, son misterios, n o problem as/ C onviene señalar que las explicaciones dadas anre una parábola, un mico, o una obra d e arte, suelen quedarse en un nivel comple-ramcntc superficial con respecto a la enseñanza viva y profunda d e esos m edios d e com unicación. Q uien pregunta a un director de orquesta cuál es s u mensaje en ía obra recientemente interpretada, está delatando, coa eso, que no ha entendido absolutamenre nada. La sabiduría es la enseñanza inmediatamente involucrada en eso» temas. En cambio, la explicación dada a p o tu riori por muy científica que sea. tan sólo es una especie de mapa o copia de la profundidad ’ VÓM- Hcí-.. * Vri univkrso. D e acuerdo con la Filosofía Tradicional, que se originó en Aristóteles y se prolongó « n Sro. Tomás d e Aquino, la esencia d e la Filosofía x define de la siguiente manera: "ciencia de todas las cosas desde e l pum o /ir vista de sus causas supremas

* V V w A m o n io G ó m c ; K obiedo; ¿ t a p e n t’ f ¿B á m a la in tia ia a ia . C a p . V. V é t / r K n l^ r: O r n r i m : ! /• P tk o k g M A Ss C c n s ím U .

a ) La Filosofía CS una ciencia. En !a tradición aristoteiico-toniista s e define ia ciencia com o un conocim iento cierto d e las cosas por sus causas. I -Oimpotianre en ia ciencia, a diferencia d e ia sim ple opinión, es ia referencia a las causas, io que origina o explica una cosa. I » Filosofía s e considera, pues, como una ciencia cu tanto que alude a las causas de Irx hechos esrudiados. b ) l a Filosofía, además, estudia todas las cosas. Tamo las se té n a le s com o las espirituales, las visibles o las invisibles, las mentales o las extra mentales. S e trata d e la ciencia más universal que se pueda imaginar. C) FJ punjo d e visra cspcdal con el que la Filosofía estudia a todas ¡US cosas CS c! d e las causas supremas. Mientras las demás ciencias estudian las cosas desde d punro de vista d e las causas próximas, la Filosofía toma una perspectiva especial que es la d e las causas supremas. I-sro merece una explicación más detallada. U n ejemplo d e causa suprema es ia esencia. La Filosofía estudia la esencia de las cosas. C on esto ya es suficiente para que la Filosofía adquiera un perfil especial y se pueda distinguir con respecto a las demás ciencias que estudia» las mismas cosas. las Matemáticas, por ejemplo, estudian los números; pero só lo a la Filosofía le compere el estudio y el análisis de la esencia del núm ero (y también de la cantidad, el espacio, y el iiempo). I a Biología estudia a los seres vivos; pero sólo a 1a Filosofía le comperc eí estudio de la esencia d e la vida. El ser humano es objeto d e estudio de varias ciencias; cada un a (Anatomía, I lisroria, Psicología, Sociología) tiene su piopio ánguio 0 aspecro especial para investigar al hombre; la Filosofía también estudia al hombre y e¡ tratado que resulta se ha denominado Antropología filosófica. Lo propio d é este peculiar modo d e cstud iar al ser humano es que intenta penetrar hasta la esencia misma del ser h u mano. C on esto queda claro que la Ética se inscribe com o raina filosófica en el m om ento en que se lan?a a la proftindización d e la esencia del valor, del bien, d e la libertad, de la virtud, d e la responsabilidad. En general, las causas próximas pertenecen al mism o orden o nivel d d objeto estudiado. Por ejemplo, una bacteria o un virus causan una enfermedad. FJ virus es un organismo que puede afecrar la salud de otro organismo. La ciencia experimental que estudia estos fenómenos está dedicada, pues, a las causas próximas. F.n cambio, una causa suprema pertenece a un nivel diferente al del objeto estudiado. I a s esencias son estructuras que dan unidad y orden a los elementos que engloban. Se dice entonces que la esencia es d e orden diferente a los elementos unificados por ella. lí) esencia es una causa suprema y su estudio es propio de la Filosofía. Otro ejemplo d e causa suprema es D io s, cuyo estudio también compcrc a ia Filosofía. E l tratado que resulta se ha llamado lcodicea o Teología natural y es una paite d e 1a Metafísica, cuyos problemas están fuera d d alcance de este libro. Por ahora podernos concluir que la Filosofía adquiere, con esta definición, un estatus especial, se trata d d estudio d e los fundamentos radicales del universo. N o es de extiariar que el concepto d e ciencia haya evolucionado a través d d tiempo. E n este misino libro manejaremos otra definición {¡>ardd¡'¿riui fuiuUirn¿nia/io). Por

otro lado, algunos científicos d e la. linca empirisra y positivista prefieren eludir la palabra causa, pues se confunde lo que simplemente antecede a un fenóm eno con la autcnrica causa (lo que da origen a un ser). La ciencia csmdia, dicen ellos, las relaciones constantes entre dos fenómenos. U no es la variable dependiente y otro es ia variable independienre. Uno d e d io s está e n función del orro, varí* cuando varía c! otro, aunque n o haya causas cu esta relación. Matemáticamente esto da origen a una expresión nítida: x = f (y). Esta noción d e ciencia sude uriiizarsc en un leireuo empírico, experimenta!, y por ramo ya n o es aplicable a la filosofía. Veamos una explicación más am plia d e la definidón d e Filosofía com o cienda de todas las cosas por s u s causas Supremas. 3. L a F ilo so fía m q » > ¡ i n c ik n u a La Filosofía es una dencia. Para afirmar esto debem os aclarar que e l con cep to d e ciencia aquí involucrado n o coincide con el concepro restringido que se maneja en la actualidad y que condene só lo a ias ciencias naturales y experimentales. Evidentemente L» Física, la Q uím ica y la Biología son ciencias (y pertenecen a una cíase especial llamada 'ciencias d e la naturaleza). Pero la Marcma'rica es también una dencia, aunque n o pertenece a las ciencias d e la naruraicsit. D el m ism o modo, la Filosofía es una cienda. y pertenece a otra clase diferente a las recientemente aludidas. Iambién se podrían mencionar a ias ciencias humanas, com o ¡a Psicología y la Sociología, por ejemplo. Esro nos da una. idea de! sofisma en que incurren los que pretenden restringir el concepto de ciencia hasta hacerlo sinónim o d e d e n d a s d e ia naturaleza. F.l concepto tradicional d e dencia es: conocim iento cierto de las cosas por sus causas, y soba- esto ya hem os hablado en los párrafos anteriores. Veamos ahora d e qué manera la Filosofía se comporta com o una dencia, pero ahora tomada ¿sra como paraAigiuifundam entado. !;> definición de ciencia com o paradigma fundamentado está inspirada, mas no calcada, en la lectura de un libro moderno d e epistemología.'1Una idea fimdamental en esc libro es la mutabilidad d e la ciencia, con lo dial cae d e ese pedestal de conocimiento dogmático, absoluto y definitivo q u e algunos han pretendido adjudicarle. Desde m i particular punro fie vista, lo esencial cu toda cienda es que consrift;yc un “paradigm afundam entado".6 Podremos inferir que ia Filosofía cabe en la categoría d e ciencia si acaso se puede mostrar su calidad d e paradigma fundamentado. N otem os las siguientes razones: a) La Filosofía presenta un m odelo dei universo en s u totalidad. M odelo universal es precisamente e; significado d e la palabra paradigjna. Este m odelo, además, sude llamarse cosmovisión, tai com o explicaremos >nás adelante.

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V 6*se a M .á á i i a ú ü i i

Cap. ’.

U-, m y i x f - o i m á tx tif./s i . E ¿ i : « i ¿ F im d ti ilc O u i i i i í . H a o ú a ú a .

i » i á i f í n í c i f a i a a i lib r o '/ « w r f « o w ; *o'A U m A

G * p - i . y a m h t f n f n mi

b ) Cada una d e las ramas ¿ e la Filosofía se ha preocupado por presentar el paradigma correspondiente a su objeto especial. Por ejem plo. !a Lógica presenta él paradigma del raciocinio y del pensamiento correcto; la teodicea presenta el paradigma acerca de D io s y sus relaciones co n e l universo, la Metafísica presenta e i paradigma de los fundamentos de todo conocim iento, d e rodo ser. y d e io Absoluto. La Kiica presenta el paradigma d e la bondad o maddad de los actos humanos. c) l o s sistemas filosóficos han presentado diferentes paradigmas del universo. Esto n o demerita la calidad d e ciencia qué posee la Filosofía. F.n todo caso, habría que analizar cuál o cuáles d e esos paradigmas están suficientem ente fundamentados, la m b ió ' dentro de las ciencias físicas se han mostrado diferentes m odelos d e átomos y diferentes m odelos del com portam iento d e la luz. Lo impórtame frente a las diversas alternativas es una postura analítica, crítica y fimdamemadora. que es ia segunda caractccísrid d e ¡a ciencia señalada en nuestra definición {paradigma fundamentado). d ) 1 - 1 nindam entacíón d e u n paradigma r.o necesariamente se realiza en función de oeperimentos. Las Matemáticas’, la Lógica y las ciencias especulativas se fundamenran d e un m od o racional, no al m od o empírico y experimental propio de las ciencias d e la naturaleza. D e igual maneta, la Filosofía ofrece t¡na fiindamentactórí d e tip o racional, no experimenta!. c) Fundamentar un paradigma quiere decir proporcionar la evidencia d e s u carácter paradigmático, es decir, verificar su calidad dé modelo universal. Es evidente, cuando se uata del comportamiento d e objetos particulares, co m o la longitud de las palancas o el peso atómico, que e l m ejor m odo d e verificar la ley que las rige es d método experimental. Pero cuando se tsara d e tundamenrar un paradigma d e tipo radonai, que alude á objetos invisibles, resulta absurdo pretender aplicar allí el m étodo experimental. F.n este caso la fiundamentición es d e nivel racional. Por ejemplo, e.l teorema d e Pitágoras se fundam enta algebraicamente de una manera absolutamente satisfactoria, sin necesidad de recurrir a mediciones d e triángulos concretos. La Filosofía también ofrece fundamentos de tipo racional, n o experimental. La mente del filósofo sueie inclinarse, a v eces con exageración, hacia el pensamiento raciona!, analítico, argumentativo, deductivo. D ebido a esto se ha ganado ¡a fama de intelectual abstraído v desprendido de los problemas concretos y reales d e ¡a vida. C om o si los problemas que el atiende no «tuvieran implicados en la trama profunda d e ¡a existencia cotidiana. A sí pues, la Filosofía se presenta siempre co n un carácter paradigmático y además, fundamentado d e una manera racional. f ) Otra cosa es que los argum entos V pruebas q u e ofrecen los filósofos sean igualmente aceptables. D epende en gran pacte del contexto propio de un filósofo el que su cosmovisión v sus pruebas convenzan a las mentes educadas en otro « m ic x to y con orros antecedentes. La Filosofía, d e cualquier maneta, se manifiesta siempre com o un paradigma fundamentado. U validez absoluta y definitiva d e una fundamenración e» una pretensión urópica y fais?..

Edmundo H i i w r i s o s é íc ic que la dcucia. p a r a que verdaderamente X distinga dci ¿onocim i e n t o vuigu;. debecontener principio*s»n «videncia aojólo ascitóriia. snoapodícrica. E s ia.evidencia utaiório)áCMenonosproposiciones «ftbdens perotpic p o r ir fa n serfakts. l i a laevidenciaapodíaica » .< e v e ra ro o s piopo»idoiitvi]ui;.al«Ti»df «rwáadccas, seria abMirdixpKfbmn ñisas. 'Dosnsás dos igual acuainf « un e j e m p í o de c a te a apodíctica. Como puede r-orarse, h ácuea iíIIi>

licué sentido dd hurnoü es d cdr, sabe « ú s e de su» propiosjuicios, tan en serio, y se .vuche más íioriblc. Esa persona puede ponerse en ios otro, se vuelve m is comprensiva y tolerante con respecto a los principios que demás. La filosofía, tomada com o criterio axiológico, es la 'experiencia que re maduro uil toque, de sabiduría. * r p c x J c n x B « S a l a r c j u c c x i s i c u n a v a r i e d a d m í n e n l a d e u t n c c p i o » < i t i t t . i i d e l a o c .ty A z

ffa. E n e ste libro h e m o s expuesto solam en te c u a tro m odalidades. Pu ed en estudiarse e s t i l l a u l i r u d e X a v i e r X i : h i r i . (.¡ n a r la t ia n a i ií F :¡/ m jia . A i í í

U » d K K t z x t >s

p o r autores c o m o Aristóteles, K ant, C o m te , Kergson y I íusseiL ¡ m p o k t a m : . \ v i a u j i u u a I ) í » i A F iiA JS o rtv N adie duda d e la importancia

ccias de la naturaleza, com o ia Física, la Química y la Biología. F.n cam bio, difícil encontrar adeptos de ia Filosofía. EJ estudiante de ia carrera de Filosofía ’bir m uchas objeciones y críticas cuando anuncia su decisión de dedicarse almenre al terreno filosófico. Revisemos pues, aun a riesgo d e repetir ideas tas, en dónde reside el m eollo de la importancia y el valor de esta disciplina. L a Filosofía explica ¡a diversidad de criterios. Efectivamente, la persona que estudia fía se da cuenta, desde el principio, de la enorm e diversidad d e sistemas expü• de la realidad. La tendencia d e mucha gente que observa desde lejos csrc :-¡no d e sistemas filosóficos suele orientarse al escepticismo, com o si fuera ble conseguir una verdad estable y satisfactoria. Sin embargo, un estudio más JO del fenóm en o pluralista indicado nos conduce a una d e ias grandes tesis dei filosófico propuesto en este libro: conocer es interpretar eidoro recibido enfunción serie deform as o estructuras noe'ticas que e l sujeto aplica sin dañe cuenta de eii/>. P o < , nada de extraño hay en el hecho d e que cada un o aplique estructuras diferentes datos recibidos. Esas formas han sido aprendidas en la cultura que nos rocó vivir y en vim id del eso educativo que hemos recibido. Cuando una persona está consciente d e este meno interpretativo, tanto por parte d e el m ism o com o por parte d e los demás, una actitud d e tolerancia, respeto y aceptación. S e aleja d e !a acritud dogmárica dialogar con las personas que adoptan una interpretación diferente. D esde d mentó en que seda cuenta d eísta cualidad interpretativa d e la percepción humana, 3 d e defender su punto de. vista com o si fuera eí tínico aceptable. b) ¡ a Fiiosofía ayuda a comprender e l pensam iento de otras,personas. I .as d rvergene.ins tre varias personas suelen conducir a ia enemistad. í-os miembros d e una misma ilia pueden vivir muy distanciados unos de otros debido, principalmente, a sus •.rentes pu ntos d e vista co n respecto a un mis.mo asumo. U na pareja suele iniciar vida en co m ú n cuando se convence d e la afin¡dad entre ambos. Sin embargo, ias «instancias y el proceso evolutivo d e cada un o d e los cónyuges puede ser mt¿y ferem e, d e ia! manera que, cuando pasan algunos anos, los dos cónyuges se cncueniran materialmente separados cu su m o d o d e pensar, en sus gustos, en su s

juicio* valoramos y en sus decisiones prácticas. I * Filosofía es d instrumento que ayuda a comprender e « a evolución en lo» criterio* d e ambo* co n y u g o . C uando .*'rrsión de que en 4U r r ^ n - f ailmiuilOn lodax ¡ « V rechazosvx> inicia en esta loma de enndenua acerca d e la cridad inwiprmtíva de nuestro rato coposdrivo. Saber desestnicnirar una serie de k s» y d e prirdpios Aparároanentc inconnjO'Tjies es ei arre propio d d tiiosofó actual b) El conocim iento holístico o intuición se consigne cuando un sujeto se despoja, nque sea en forma parcial y temporal, de las propias estructuras y categorías que rmalmcatéuniiTa en su conocimienio conceptual. Podemos mencionar cinco grandes tipos de intuición: !a empatia, la experiencia estética, la experiencia axiológica, la experiencia mística y la experiencia creativa. La empatia consiste en caprar i** categorías ••'¡liadas por un interlocutor. F.sro posible cuando presúndimos d e nuestras propias legorías y “nos colocamos en lo s zapatos del otro". 1 a experiencia esrórica consiste en captar la armonía intrínseca d e un objeto. Esto es posible* cuando ñas despojamos de siros propios lentes, que d e alguna manera desfiguran 2a realidad presente. U rienck axioíógka consiste en captar los valora intrínsecos d d objero que se dene m e. Es similar a la experiencia estética, pero en un piano más gcneia!, pues n o sólo Se percibe «¡ valor de la belleza. sino también otros valores, com o la verdad, la bondad

y la virtud. A q u í tenemos e l origen de ia É tica ásáoU pca q o c vam os a explicar en c, próximo capítulo. I a experiencia mística oonsisre en captar a D ios sin conceptos y sin imíigenes. Laexperienciaoeativa consiste en percibir nuevaSSoSuciones, nuevas relaciones, nuevas síntesis d e los dentem os previamente conocidos. c) (. :aek individuo genera su cosmovisión personal en fo n d ó n d e las categorías (formas o con sn u cw s) q u e paulatinamente acumula a lo largo d e su vida. En esa cosmovisión se instalan diversos’ valore», principios, normas éticas, pautas d e conducta y demás elem entos que caracterizan 8 cada individuo. Según sean las categorías asimlLidas a lo sargo de la vida, así será ia cosm ovisión de « d a individuo. El realismo, e! idealismo, e¡ teocentrism ó, e l pesimismo, la lucha contra las alienaciones y el asauam ienro de ía propia libertad son e l resultado d e ¡as fomWS asimilada». Cada un o ve la* c o a s y ks personan COO sus propios lentes. La H W f o aquí propuesta explica esa diversidad de poscuras fíe n te al mundo; es un nuevo lente que alca ir a a vislum lwr el c.tccco interpretativo d e todos io s lentes cognoscitivos: « un lente inregrador de las demás posturas. Q uien se haga adepto de esta filosofía se vuelve más Tolerante y comprensivo con respecto a las diferencias asentadas por los denos. E n realidad no hay enemigos, sólo diversidad de puntos de vista. E n esto consiste ia Filosofo imegradora aquí propuesta. d ) U n a d e las principales consecuencias d e rodo lo anteriores la tesis d e q u e "según sea tu filosofa , así será tu felicid a d '. E n dccro. hay ciertos conceptos dentro de la filosofía de cada uno que desfiguran completamente la realidad, y co n eso la» vivencias adquieren un tinte exagerado en el plano em ocional. L a neurosis consiste m e l a rte d i amargarse la v id a en función de la propia filosofía. El neurótico se empeña en arribuir roda la tu lp a de sus desdichas a las circunstancias y a la s demás personas, y n o suele darse cuenta d e que la raíz d e sus angustias procede d e su propia filosofía. La psicoterapia, en el fondo, C-S el arte de cambiar la cosm ovisión, e l criterio d e una persona. “N o son las cosas las que nos hacen sufrir, sin o lo que pensamos acerca de ellas" d ic e un (ám oso adagio lariño. e) F.n e l individuo hay que distinguir entre persona,ypersonalidad. La persona es su núcleo interior,.su verdadero ser. su propia identidad, Su energía permanente. En cambio-, la personalidad es el m odo com o se manifiesta la persona ante los demás. A llí a s i su carácter, sus conocim ientos, sus valores, sus principios, sus pautas de conducta, los elem en tos d e su inconsciente, su estatus. M ucha g en te se identifica co n las características temporales y frágiles de su personalidad y no llega a captar y valorar su persona propiamente dicha. F.l e lu d ió de la Filosofía ayuda a conseguir « t e horaom e nuevo, que suele conducir a un incremento d e ia propia fdicidad. C o n estas ideas como trasfondo filosófico pódeme» explicar en el capítulo siguiente cuál es la diferencia que surge cflrre Erica y mota!.

A p én dice P R E C E D E N T E S F IL O S Ó F IC O S D E LA C O S M O V I S IÓ N IN T E G R A D O R A C onviene m encionar algunas teorías que han inspirado la formulación d e !as tesis f propuestas acerca del conocim iento com o interpretación d e la realidad en función • estructuras adquiridas en la educación. 1 . HiLfcMüRTlS.VOA5USTOT-!ICO. El filósofo griego explicó, hace más d e veinte siglos, las cosas visibles están constituid.-» por d os elementos, ía materia y la forma. La liria es el contenido y ia forma es ia estructura. En la cosmoviíión aquí propuesa estas nociones ai m ism o conocimiento. La materia del conocim iento es ci i o contenido que nos llega del exterior. Tji fo r m a ® la estructura noetica que e! to aplica en e¡ dato recibido. D e esta maneta cada persona interpreta la realidad su manera, es decir, aplica una esmicrura que puede ser m uy diferente a la dd 10 que denen enfrente la misma realidad. 2. REvonJClóN’ kantiana. F.n el siglo xvih Kant sostuvo la idea d e que no es el bieto el que rige al sujero, sino aí revés. Afirm ó que ¡as formas a prio r; implantadas las facultades cognoscitivas son las que originan la ciencia. D e esta manera ia -Í3 e s una creación de! hom bre, pues la universalidad y la necesidad d e sus ip io s se explican gracias a ¡as formas aplicadas a p rio ri por el sujeto que conoce, i este libro hacemos una ampliación de esa teoría, pues sostenemos que además de ksj formas a p rio ri explicadas por Kant, e l hombre adquiere a lo largo de su vida las >rmas aposU rtori o categorías que ie dan a cada persona su perspectiva peculiar para var. ju 7gar y valora r las cosas, las personas y Jas situaciones. A quí está el origen : tantas filosofías, tantos paradigmas científicos y tantos sistemas morales.

3 , \ a AittfcNOA DE SENTIDO SakTRP.. E n S u l ib r o E l S e r y la N a d a , S a m e s o s t i e n e q u e la s c o s a s e s tá n d e s m i d a s d o s e n t i d o y q u e c a d a s u j e t o o r o r g a s e n t i d o a lo s o b j e t o s -Según s u p e r s p e c ti v a e s p e c i a l y s u p r o y e c t o f u n d a m e n t a l e n ir. v id a . E s ta t e o r í a s e a p r o x i m a b a s t a n t e a la q u e a q n f s o s te n e m o s . S ó l o a g r e g a r ía m o s l o s ig u ie n te : la s c o s a s c o n t i e n e n u n a riq u e z a e n o r m e d e s ig n if ic a d o s ; c u a n d o r e c i b im o s la m a t e r i a d e l c o n o c i m i e n t o , u t il iz a m o s u n a e s t r u c t u r a n o c r í c a d e a c u e r d o c o n n u e s t r a p r o p ia m e n t a l i d a d , q u e n o n e c e s a r ia ; n e m e e s ra e n d e s a c u e r d o c o n l a s c a r a c tc r ís c ie a s y f o r m a s d d m i s m o o b j e t o c a p t a d o . L o i m p ó r t a m e , d e s d e n u e s t r o p u n i ó d e v is ta , e s q u e c a d a p c i s o n a p u e d e a p r e n d e r a ju g a r c o n ¡ a s e s t r u c t u r a s n ó r t i c a s q u e a p li c a e n u n o b j e t o d a d o . F .n e s t o r e s id e u n a ( a c e ta d e la m a d u r e ? , p e r s o n a l. 4 . P síOO!í x ; í a DE lOS-CONSVKUCitJS. D e a c u e r d o c o n e s ia te o r ía c o n te m p o r á n e a , d s u je t o co g n o s c e n te a p lic a d ife r e n te s f o rm a s o c s rn ic ru ra s a l d a to re c ib id o c u lo s se n tid o s . F s c » fo rm a s n o s o n id é n tic a s c u to d o s ¡O* h o m b re s , s in o q u e se o r ig in a n d e s o l e n í o c o n el t i p o d e e d u c a c ió n r e d b i d a p o r c a d a u n o . F s r o ex p lic a las d ife r e n te s i m e i p t m á o o c s d e la g e n te a n te u n m is m o o b je to . L a s f o r m a s a p lic a d a s se lla m a n c o n s tr u c to s , y largo d e l tie m p o , q u e ofrecen fiicn es diferencia* con respecto * 1 « norm a» d e o tra sociedad v d e o tra época histórica y q u e se utilizan ? a « o rie n ta r a c o n d u cta d e lo , i n t e ^ n r e . d e esa sociedad. E a algun
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