Duby- Emergencia Individuo

December 8, 2018 | Author: Juan Brandt | Category: Monk, Love, Religious Behaviour And Experience, Religion And Belief
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La emergencia del individuo Situación de la soledad. sicrlos XI-XIII Codo con codo. promiscuidad. algarabía  — durante d urante !a ¿urca eudal. en efecto. jamás se habia previsto en el ínterior de las mondes rnailsiones un lugar para la inrimidad individual. como notue-,se el breve instante del fallecimiento. del gran crnsito hacía el otro mundo. Si uno se armaba fuera del recinto dom¿stico. se saetas estanck] en grupo. Habia que ser ai menos dos. y Si 105 compañeros no eran parierrIes. se ¡izaban entre si mediante los ri!crs de la fraternidad, constituyendo así. para lo que el desplazamiento durara. una familin arta dial, Desde el momento mome nto en que. hacia la edad de los siete años. considerados por entonces sexuados., salían los muchachos de la aristocracia del universo de las rnujel - es. se los lanzaba a la aventura, pero seguían estando. y para roda su vida. en el sentido más fuene del término. englobados si se centran llamados al servicio de Dios. reunidos en una escuela. bajo la alija de un maestro: de lo contra.rio, integrados en un equipo de ariároca estructura, estructura, imitando /os gestos de un patrón.. su nuevo pzdre. si guiéndole cuando abandonaba su casa en defensa de su derecho mediarire las arma.s. O para perseguir la c-aza en el bosque. Una vez. terminado el aprendizaje. los nuevos caballeros recibí an también en grupo sus armas, en un enjambre organizado como una Familia. puesto que era lo usual que el hijo del señor fuese armado rabaliero en compañia de los hijos de les vazal/05. Ya no  se  s e dejaban nunca. asociados en la gloria o en el deshonor. ofreciéndose of reciéndose como Fiadores curno rzlhene-s unos p-or otros. Su banda, flanqueada por toda una topa dr serridore_s y a veces de clérigos para las plegarías. corrían de un torneó a otro, de un alegato, de una escaramuza a otra, indisociable. ena_rboianclo les signos de su cobesión, sus c olores o su contraseña, siendo la adhesión de todos estos camaradas que rodeaban el per po de su jefe como una indispensable vestidura de familiaridad familiaridad dornstica: una verdadera familia itinerante. De este modo. en la sodedad feudal, el espacio pdvado aparecía en realidad desdoblado., constituido por dos áreas distintas: una Fija. en torno al helar. cerrada; la otra desplazándose hada el espacio público, no menos coherente. presentando en su seno las mismas jerarquías. -• " 1- "" Irq mismos procedimientos de control. Dentro de esta célula móvil. la paz y el o rden se mantenían de la misma manera, en virtud de un poder te la misma naturaleza, cuya misión consistía lorgánizar la defensa contra las agresicin es del poder público y q u e levantabapor ello hacia fuera un muro invisible tan sólido como el recinto de la casa. Este poder retcnia y encerraba e n su inferior a las individuos. sometiéndolos a la disciplina común. Era un poder apremiante. y si vida privada significa secreto. este secreto, nece

célula móvil. la paz y el o rden se mantenían de la misma manera, en virtud de un poder te la misma naturaleza, cuya misión consistía lorgánizar la defensa contra las agresicin es del poder público y q u e levantabapor ello hacia fuera un muro invisible tan sólido como el recinto de la casa. Este poder retcnia y encerraba e n su inferior a las individuos. sometiéndolos a la disciplina común. Era un poder apremiante. y si vida privada significa secreto. este secreto, nece sariamente compartido por todos los miembros d /a familia, era frágil y se aventaba con rapidez; si vida privada significa independencia, semejante independencia era a su vez colectiva. La investigacidn ha de central se, por canto, sobre esta cuestión: ¿cabe discernir. durante ros siglas y XII. en el serio de lo privado zo. -

lectivo un demento privado personal? •

La sociedad leuda' era de una estructura tan granulosa. formada por grumos tan compactos que cualquier individuo que aspirara a desprenderse de !a estricta y a.bundanrísima convivialidad que entonces constituía la privacy, a aislarse, a erigir en torno a sí su propia clausura. a encerrarse en su jardín secreto, se convertía en 1 seguida en objeto, bien de sospecha, bien de acirniradón. y era I tenido o por un contestatario o por un héroe. paro en todo caso relegado al mundo de lo le,xtrañoN, lo cual, Fionearnos mención en las palabras. era la antitesis de lo «privado». Quien se colocaba al margen, en e f e c t o , aunque no lo hiciera deliberadamente para causar el mai. se veía empujado a su pe-saia hacerlo inevizablernen. re, en virtud de su propio aislamiento que lo conv enio en rnds vulnerable a los ataques del Enemigo, De este modo sólo se eXpC-nian a cal casa los descarriado s, los posesos, o !os bicos: andar errante en la soledad era. semen la opinión común, uno de los sintarrlas de la locura. Lo atestigua la actitud respecto de aquellos hombres y mujeres que uno se cru nba por los caminos sin escolta alguna: eran presa de todos; se tela derecho a despojarlos de todo: en cualquier caso. se consideraba una obra piadosa tratar de reir, trocrucirlós. quienesquiera quienesquiera que ruesen, en una comunidad, restable cerlos por fuerza en el espacio ordenado, claro, regido como Dios quiere, que se reparten los cercados de lo privado y las áreas intersticiales. intersticiales. públicas, por donde la gente se desplaza en semejo. Lo dicho explica el papel representado, en la experiencia vivida y  p a r t e del mundo visible, Las extenen lo imaginario. por esa otra  pa siones silvestre-s donde no hay rastro de viviendas ni de casas. la landa. el bosque, fuera de la ley, peligrosas y atravences, lugares d e encuentros insólitos, donde quien se aventura solo' corre e l  rieseo de toparse rara a cara con el salvaje a con la prodigioso. Se pensaba que era precisamente hacia tales espacios del desorden, de !a ani gorila y del deseo, hacia donde 3 e dirigían en busca de refugio los crirrdnales y los herejes. así como aquellos a !os que la pasión sacab a fuera de sí. arrebatándolos hacia la desrne.sura. Por ejemplo Tris t á n , a r r a s t r a n d o a l a c u l p a b l e i s e o , p e r d i é n d o s e c on e l l a e n e l mundo de lo salvaje: ni pan, ni sal, sólo andrajos, suciedad y hojarasca. Pero cuando se hubo disipado el efecto' dei tiltro r de la «pócima» que los'habia trastornado, cuando volvieron a la razán,

-,1sra les mg uiere el regreso al orden. la salida de lo txtraño. es deciJ del 2i31zrmento_ La reculturacián significó para ellos retorno a lc privado. ala corte, - 6 sea a la vida sregaria. Peroi no obstante, resresuron renovados por Ja prueba. En eler, ro, atravesar. voluntariamente o no, e! peligm. !a tribulación mayor que era la 5.ciedad1 lez parecía, a ! os más fuertes, a los elegidos, la 13rasiánde-caminarhacialornejár..FylasícornoGodeli¿ve„indosolada».abandonadaporsurulrfOc,'1Jrivada adadeircirripañía»pero resistiendo pdir obra de la gracia a las tcnraciones. pudo avanzar p e o a palo haddla s. antiflad,•, coYesdogfa libremente entrentarse i solo ore loi . rpabi'ados.'quien'Onsegui.a siilir me vencedor del r 1 erec eCior  de use piernio del que se beneficiade fa ciuc por Lin ritnipo s ban tOdásdos: miembros de la habia alejado. Eslo 'eri lo que - l e . iuccdía al cual:león triunraute de un adversaria individual cn dulho.'en combate _singular en campo alt-a per el aisla_cerrado de la batalla. al pecador ¡'iría-do su f alt-a miento penitencial, o a las reclusos voluntarias. como aquellaz' das d CGlonia de las 'que se diceque «su santo . propdsito de vida difundia por todala dudad el m suave olor de buena repuEación;1 Era lo que les acvnbecla también a los Wroes de las novel *'caballeros errantes, que se Aran de lo cotidiano porwie iban de un lado para p ara otro por propia íniciativa. de.sde ruego .; y no por locura_ Sin embargo, si la literatura de evasión ponia tanto ez - npeño en itac.tr salir a sus Liguns eiernplates de la inevitable convivialidad, ¿no se debía precisamente a que eran muchos los que ya . en el siglo Kit empezaban a sentir esta como abrumadora? ¿No se abandonaba mucha gente de la buena sedad cada vez con r- ,.su. ato que por fuerza se ha limitadn el presente esindio. al sueño de evadirse, ai tiempo que el rnovi - niento general de.la civilización nevaba nevaba irrezis -. tiblcmenre a hacer desprende rse poco a poco a l a persbna del gregarismo dom¿stico? .



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A lo largo del siglo xtt se mulriplican los siglos evidentes de las conquistas de una autonomía personal, o sea precisamence cuando se aceres la dccontraccidn de la et:unornia, cuando el crecimiento agrieQ1a, reanimando rutas, mercados y dldeas„ e'rr l piez2 a transper .

Iar poco a poco hacia la ciudad todos los sistemas de control y las fermentos de Mtalidad T•cuando La moneda va camino de obtener en lo más cotidiano de la vida un papi capital. y se difunde par donuier usa us a de! t.rrnirLoga.rIancia, Es entonezs cuando curnienzan a clescutrirsie bo lsas as menciones cada vez más numerosas de cofres  y bols en 10 documentos de archivo. o restos de llaves en yacimientos de las excavaciones, indices todos ellos de una vo¿unrad afirmada de poner a buen recaudo, para uso propio exclusivo, delerrninadDs 'bienes nadviles por riacuraieza, v de lacrar así hacerse menos dependiente de susrarnt tares.l'tuar_Linaartosa  — ores as que se despliegan en el pueblo. Irrlareírte de las roturaciones y en medio de esos arrabales urbanos, pab lados de traficantes y de artesanos. aigunos de los cuales

agrieQ1a, reanimando rutas, mercados y dldeas„ e'rr l piez2 a transper .

Iar poco a poco hacia la ciudad todos los sistemas de control y las fermentos de Mtalidad T•cuando La moneda va camino de obtener en lo más cotidiano de la vida un papi capital. y se difunde par donuier usa us a de! t.rrnirLoga.rIancia, Es entonezs cuando curnienzan a clescutrirsie bo lsas as menciones cada vez más numerosas de cofres  y bols en 10 documentos de archivo. o restos de llaves en yacimientos de las excavaciones, indices todos ellos de una vo¿unrad afirmada de poner a buen recaudo, para uso propio exclusivo, delerrninadDs 'bienes nadviles por riacuraieza, v de lacrar así hacerse menos dependiente de susrarnt tares.l'tuar_Linaartosa  — ores as que se despliegan en el pueblo. Irrlareírte de las roturaciones y en medio de esos arrabales urbanos, pab lados de traficantes y de artesanos. aigunos de los cuales hacen tortuna con rapidez. Pero se desenvuelven también con menor viveza. no lo olvidemos. entre !a clase dominante clontie comprueba cómo hacen fortuna con pareja presteza alarnos clérigos que ponen al servkio de los prindpes su experiencia ad minio

traciva, al tiempo que no faltar% rabaneros que amasan dinero rd c de los torneos. nezoríanclo con su botin. puñados. en la misma C U rdc Sernejanre movimiento, la movilización de Izs ink.ierivas v las . -í quezas,_51.1scitdp resi ro zarióndeInpeona.F2Tieienornerioseponedemanifiestoenmultituddesignos. Por ejemplo, en las imágenes que esta sociedad quiso ofrecer de la

perEección humana. Parece claro que. hasia...1115:1113.. n concreto en el Ortico d e San Lázaro de Autun, los tallistas de imászeres recibieron de quienes habían concebido su programa iconográco la corisi4na ele desprenderse dela_s al2apc.rázins„,.de animar a cada perspnajp 5pn_wta exareACTLTonal: diez años hiás tarde, eri pidltiar real de Chames. los labios, las miradas se vuelven veda deramente vivientes; más tarde , a quien cs se ve liberarse a su vez hieratismo ez a ros cuerpo.s: finalmente, mucho despu¿s, durante elintírric_tersilpIctsiginxii. se franquea una nueva onapa, decisiva„ ruandoluunipc en la escultura el retrato. la búsqueda de la  serne-ilnr. Esta prolongada evolución de los pr4-5-E-Ri-rriiede — turig--ira-cio-F-'pláltica se muevtra en perfecta sincronia con lados los carnb[os q u e pueden observarse e n otros niveles del clificio cultural. Dei mismo tz odo. crr eI umbral, del s1 s n la ,curia irdnsite de la lección magistral a la «disputa»: una justa, un due1o. ua tornbiaúésinli.4r7Ss per3onas etifinta¿fas que rivaliznn entre sí corno en un torneo. Ai mismo tiempo. micniras que la v ida penetra el rostro de las estatuas - cotumnas. entre los sabios que ' meditan sobre el texto de la Escritura, toma cuerpo la ídea, entre. mecedora. de que la salvacidn no es algo que se al,: nce p o r l a  sola p2rticipacián en Tet - Erffines ritos. en rriedio de una pasividad propia de borregos. sino que# de Kg3Liarses melantw-ma tranlorrnacielin de sf mismo. f una InvItación a l a a l a explorzcien ráTfropia conciencia, ya que ei pecado no parece que resida en el acto mismo sino en la intención, que es lo que se considera que se agazapa en la íriticr.1WJirna, íriticr.1WJirna, Los Drocedi ,

alk_neriaLdel s5T, a rnienws d jeszula_ciei moral se trasladan un espacio privado que n6-6e.--ne nada de etyntinitario. Una se

lava de la mancha del pecado por la contrición, por el deseo sobre todo de renovarse, por un esfuerza sobre si mismo, de razón, dice: Abelarda, de amor, dice san Eleériarido. uno y otra de acuerdo a propósito de la necesidad de una encienda personal. Las refiexiofieliwe e n. Ia.s escuela3 urbanas se llevan i .. cabo en torno del matrirnontoaparecen corno muy panal las; hacen admitir narnenrriZrie unión conyugal se anuda mediante coreiltiniiento muna y que par tánco ci carnpiiorTlissonalajacla carnpiiorTlissonalajacla uno de !as cónyuges se antepone 3 JadarsTc5 - - - nri 'clo[YticraTESiectivarnerite ámbito privado gregario por los dirigentes de ias z'espectiva$ familias. E l COIciniiento d la autobiografía. a comicazos del siglo mr, es otra sintorna; por supuesto que un Ab lardo, un Guiberz de Nogent, imitan modelos antiguos: pero zstas obras literarias afir..

, man en¿rgicornetice la autonomía de la persona, dueña de sus pro pios recuerdos, mimo !o es de su propio peculio...Efl2 peculio...Efl2 reivindic luta identidaid~urcipj zaleo, el derecho de poseer un secrete rstnasecreto colectivo. No ea algo indiferente que los héroe r del ccnibare espIritual, los santos, hayan sido con frecuencia rriu celebrados por su habilidad en disimular sus intenciones, e5quivan do así las presi¿mes hostiles de su entorno; la men t i ra como pro tewión de un ámbito privado más íntimo, como la mentira d e sal Simón hurtando a la vista de siis farnillares el cilicio oculto bajo 5! coraza, a la mentira de santa Hildegonda enma.scaranclo su candi cidn femenina. bajo el hábito cisterciense. Esta evolución coincide exactamente con la disociación progre•

si va de lag grandes idfarnilia.s», atestig -uada por los textos y la pros peccitin arqueológica, rcin la emancipación de los caballeros dornési ricos, la choilición de las comunidades de canónigos, cada uno de  s e aislaba en su domicilio parricular en el interior del 105 cual=  se elaturra catedra]. ron la multiplicación de los matilmonias de jóvenes en la aristocrada. Coincide también con los procesos p rocesos de ora colonizacidn intersticiol en las márgenes de los antiguos territorios rutaiw. En todos los planos del edificio social, la tendencia continua  s e dirigid indudablemente hacia la multidurante la ¿poca feudal  se multi plicación y el a.delgazarniento de las rdluias de la vida privada. Pero semejante movimiento adonde conducía era a indivídualízar los hopres, no las personas_ Éstas permanecieron durante largo po prisioneras. Para comprender hasta su punto limite, hasta la liberación dti individuo, los inciertos progresos progresos dr la segmentación, hay que con centrar de nuevo la atención sobre dos secror estrictos de la sociedad. Antes del sigo mv.- !os progresos aludidos s6119 son cIa. -rarnente ~les en cl9Wni7d c s . 1 W r a Triítiri:l¿ión monástica. el dé lóinsbeños y los juegos de la caballeria.

Anacoretas

, man en¿rgicornetice la autonomía de la persona, dueña de sus pro pios recuerdos, mimo !o es de su propio peculio...Efl2 peculio...Efl2 reivindic luta identidaid~urcipj zaleo, el derecho de poseer un secrete rstnasecreto colectivo. No ea algo indiferente que los héroe del ccnibare espIritual, los r santos, hayan sido con frecuencia rriu celebrados por su habilidad en disimular sus intenciones, e5quivan do así las presi¿mes hostiles de su entorno; la men t i ra como pro tewión de un ámbito privado más íntimo, como la mentira d e sal Simón hurtando a la vista de siis farnillares el cilicio oculto bajo 5! coraza, a la mentira de santa Hildegonda enma.scaranclo su candi cidn femenina. bajo el hábito cisterciense. Esta evolución coincide exactamente con la disociación progre•

si va de lag grandes idfarnilia.s», atestig -uada por los textos y la pros peccitin arqueológica, rcin la emancipación de los caballeros dornési ricos, la choilición de las comunidades de canónigos, cada uno de  s e aislaba en su domicilio parricular en el interior del 105 cual=  se elaturra catedra]. ron la multiplicación de los matilmonias de jóvenes en la aristocrada. Coincide también con los procesos p rocesos de ora colonizacidn intersticiol en las márgenes de los antiguos territorios rutaiw. En todos los planos del edificio social, la tendencia continua  s e dirigid indudablemente hacia la multidurante la ¿poca feudal  se multi plicación y el a.delgazarniento de las rdluias de la vida privada. Pero semejante movimiento adonde conducía era a indivídualízar los hopres, no las personas_ Éstas permanecieron durante largo po prisioneras. Para comprender hasta su punto limite, hasta la liberación dti individuo, los inciertos progresos progresos dr la segmentación, hay que con centrar de nuevo la atención sobre dos secror estrictos de la sociedad. Antes del sigo mv.- !os progresos aludidos s6119 son cIa. -rarnente ~les en cl9Wni7d c s . 1 W r a Triítiri:l¿ión monástica. el dé lóinsbeños y los juegos de la caballeria.

Anacoretas La regia de san Benito se presentaba como una «pequeña, regla para principiantes». proponía la vida cenobítica a unos hombres a los que no se coruidexaba. lo suficientemente vigorosos aún pura las pruebas del ariacorecismo. Pero se sobreentendía que existía un grado superior de perfección al que se llegaba en la soledad, punto extremo de la huida lejos del mundo carnal al qu e se invitaba al monje, y la res]a instituía las condiciones favorables para los primeros pasos hacia Jernejante ideal. En verdad, no se trataba tanto de circunscribir espacios corno de delimitar tiempos tiempos qu e aislasen, isica y materialmente a la persona cle modo que pudiera sonsea nrse en sí misma. De esta manera, en virrud vir rud de Fa ob[igación de! d e! ;Hondo, como experiencia de retiro, y de encerruniento. el indiviJun interrutripla las comunicaciones con el grupo. lo que se le )rciponia como una privación, pero tarnbi¿n corno proyecto de una

determinadas atenuaciones. Viviendo como vivían en comoinidad. lez era preciso' interranibilit men5aile s. y para ello se nial?crcl. a r Cluny un complicado lenguafe . gestual. Por otra parte, la prohibi s e interrumpía cada día durante la reunión cupicular ción de hablar  se y en cienos  dí  d í a s . e n el claustro, despué,.5 de la hora sexta: en verano. se !a levantaba todos l es días clespulz de la hora nona y la diuri-bucidn de una colación. Sin embargo, las conversaci ones qpriva , das», corno decian las usanzas bened ruinas. se hallaban suspendidas durarire los tiempos fuertes de penitencia, durante la cuaresma. mientras que el grJn silencio de la noche era siempre motivo de encarecimiento, prenda, para lan Bernardo, de la rítá3 alta efema-ción del alma. por lo demás, una parte del tiempo de silencio ie acuciaba con la lecturas individual. expre_sarnenze designada. como atra.forma de repliegue en si mismo, de diálogo místico con la Escritura. e s decir con Dios, Finalmente, la res/a de san Benito invitaba a las oraciones Aprivadas». intensas i 'breves, pero frecuente. A decir verdad, la interpretación ciuniartnse del propósito benecliaina había llevado a recortar los momentos de auto nomía individual en lavar de la Salmodia acto -zolectivo durante d! cual la comunidad se congregaba más estrechamente al unisono Lid canto llano srreKoríano. Pero. desde comienzos del siglo ."«, a causa  d e l  Jesentabicarniento del mundo y de una incitación que procedia de las comunidades orientales, frente a la concepción propiamente latina del monaquismo, que era la de Benito de Nursta i , había surgido otra, que preconizaba ?a soledad yi hacia que l o privada envolviese ala persona.. Propagada paulatinamente paulatiname nte des de la península italiana, la llamada a la lucha contra el demonio no ya en la seguridad del codo can codo sirio en la soledad. a pecho descu'b¿erto frente al peligro. acabó por invadir e - . 1 Occidente entera durante las úliirnas decenios del siglo XL Un anhele asi de airanzur mayar perfección .ttl el  M a l e s m e s a alejarse de desierto, en el aislamiento, llevó a Roberto dg  Ma los usos benedictinos, Y fundó Citeaux. Los cislercienses estaban convencidos dJ haber vuelto a la letra de las prescripciones de san Benito:, y en COCISCQUenCia 5e mantuvieron fieles al pacipio de la vida comunitaria. Quisieron no obstante alejarse aún más de los tumultos del mundo, escuclárzdase tras una clausura más rigurosa, aquella aureola de fragosa soledad cuya integridad detenclidran celosamente en {orno ole cada abadía; además. exigieron que al menos el dirigente de cada equipe' llevara más lejos aún el retiro individyal: para dar ejemplo, el abad ab ad cister-c i. ersse se aislaba . durarte l tiempo 'demáximo peligra, durante la noche, en una celda; daba un paso más en la prueba. ya que su deber era velar en soledad, en vanguardia. Citcatale detuvo aquí. Pero los rarzujos fueron más lejos:. no se contenrarón con retirarse a un desierro más escarpado. con vivir entre las bestias salvajes, en ja mentarini espacio si mbdiicc de la ascensión cspirítual; su regla limitó para todos la vida en común a oeriodes muy corzas, a al gunos eierciríos litúrgicos. 3 ciertas comidas (estivas: al margen de estos episodios, cada religioso encerrado en di Síic0C10 de su propia cabaña tenia que orar y que trabajar como auténtico monje, es decir, solo.

La cartuja representa la forma menos anárquica d tina aspira ción a la soledad, cuya difusión  po  p o r tos alos•que sisuiercin1.3 I¿ conversión de san Bruno t'ue rufgurnnte: por doquier, tal vez mt numerosos en la Francia del Oeste. los remitas emprendieron 11 ruta del retiro en los yerrna5, THonfante de todos los obstáculos incluidas las reticencias episcopales, el proyecto eremítico chonoc tal éxito que  r e . s u l t a acabó int - ihrándose en el mismo fenobitismo, A este respecto  re muy expruiva la actitud de Clunyi donde s e dejan Un sentir tan firmes la reservas Frente al individualismo (Guillernle de Voipiano lo había denunciado como tina Forma de orgullo: «E orgtfflo, decía. nació cuando alguien dijo que se rnantendrf2 aparte y no se dignaría ver ni visitar a sus hermanos»): durante el segundc cuarto del. siglo xii, se dispuso institucionalmente un lugar para cierras experiencias limitadas de anacoretismo, A algunos monje! m avanzados 5 e l e s autorizó a establecerse durante algún tiernpc en cabañas en medio de los bosques. a cierta dist ancia de la abadía: el abad Pedro el Venerable gustaba de retirarse allí  durante algunos periodos. Aislamiento por Tanto,pero escrupulors2.mente dosificado en relación c o n las respectivas faca de cada uno d e aquellos atletas de la redención, porque seguía e n pie 1a, inquietud, San Bernardo fa expresaba así, bien es ci erto que al dirigir a un ser más frágil, una religiosa, una mujer: «El desierto - , la sombra del bosque y la sole dad de !os S ¡len dos ofrecen en abundancia la oc3 2 slón de obrar d m a l (...),  ya  y a que el Tentador puede acercarse coas toda seguridad,» Y a EJisabeth de chónau: «Algunos aman [a soledad nci I.1 n rn'por l a esperanza de una cosecha de buenas obrziA

corno par !a libertad de su propio querer.» ¿Dónde situar eri eferzt la frontera entre la intención de las crectiiraz tentados por la infle -pendencia -pendencia corno Adán, tocados por el _mismo orgullo, y la d t aquellos resueltos canterstararios a tos. que se llama ba herejes, y qu tarnbi¿n huian al desierto impulsados por la esperanza de un contacto r rrethcr% personal. con i! Espíritu?

Caballeros andantes Durante el último tercio del iigio en los rulatos ofrecidos al dritrerenimiento dritrerenimiento IzabDileres IzabDileres . co, Y cuyo taller más secunda se hallaba entonces situado en la Francia del Noroeste. el eremita representa un papel de primer orden. y ello por dos razones princicales: porqu e e/ bosque es uno de los dos i u2arrrs Jrimardiales Y e  Ea 7:ez..en noveiesra. 1..1 de las pruebas de [a aventu.ra, y porcue por aqueilia ¿poca yen aquella. región, tenia lu ubicación :intuir:11 n una decoración silvesirc: no hay que olvidar que las cancionts épic2s  y l a s n o v e l a s s e c o m p o n í a n o b r e todo para ofrecer compensación unirig a las frustradones gue maduraban en d e i .iirnbírci privado iudal. pues bien sabido es hasta quo. ?un:3 reprima las aspinciories de la persona a la Libettad: estas ocre

corno par !a libertad de su propio querer.» ¿Dónde situar eri eferzt la frontera entre la intención de las crectiiraz tentados por la infle -pendencia -pendencia corno Adán, tocados por el _mismo orgullo, y la d t aquellos resueltos canterstararios a tos. que se llama ba herejes, y qu tarnbi¿n huian al desierto impulsados por la esperanza de un contacto r rrethcr% personal. con i! Espíritu?

Caballeros andantes Durante el último tercio del iigio en los rulatos ofrecidos al dritrerenimiento dritrerenimiento IzabDileres IzabDileres . co, Y cuyo taller más secunda se hallaba entonces situado en la Francia del Noroeste. el eremita representa un papel de primer orden. y ello por dos razones princicales: porqu e e/ bosque es uno de los dos i u2arrrs Jrimardiales Y e  Ea 7:ez..en noveiesra. 1..1 de las pruebas de [a aventu.ra, y porcue por aqueilia ¿poca yen aquella. región, tenia lu ubicación :intuir:11 n una decoración silvesirc: no hay que olvidar que las cancionts épic2s  y l a s n o v e l a s s e c o m p o n í a n o b r e todo para ofrecer compensación unirig a las frustradones gue maduraban en d e i .iirnbírci privado iudal. pues bien sabido es hasta quo. ?un:3 reprima las aspinciories de la persona a la Libettad: estas ocre escenifican en un plano imaginario aqu ello de lo irle e n el piano real se veían privados los jóvenes que componía n la parre" receptiva del auditorio, puesto que exairaban la expan sión dei in. divida° i celebraban su liberación de :odas las constricciones. CJns. tricciones de la moral religiosa.  y b e s e n q u i : 1 1 z h r e m i r a , solo, incontrolado. portador de un cristianismo rebosante de indulgendil sobre roda ustraido a l a tortura de. [os rituales. Constricciones J e la prorrúscuidad dorn¿stica. y hete aquí  al caballero andanle, ímpu!sadci por un solo anhelo.. Se trata de una literatura q u e - no5 ilustra r u e todo par lo que niega  y propone esquivar: rnueszra d 1 1 negativo los poderes de represión del gregarismo dom¿szico_ 1:'4r0 l lústoriaclor no puede dudar de que Euese una literatura quu aguijonease la necesidad de intimidad, que contribu:hl.ra 3 áatisia-ceria al señalar las ilsuras por l a s que podía escaparse el individuo. al invitar a cada una a seguir el ejemplo de sus li¿raes. El historia dar no puede tarnpoco olvidar que. para resultar cautivadora. la intriga novelesca no podía desprenderse dei todo de la realidad, y que. por consiguiente el ideal quc proponía no podía ser abso-lu vilmente inaccesible, Sin duda alguna, la sociedad cortas, lo mismo que la sociedad monástica, a tribuia1 - Z7cidra — vez i - ,a  , a r a r la pedencia individuar individua r y le proporcionaba,..les proporciona ba,..les rriediW&  darrollarse. arrollarse. Ix llarse. ' En el cumplimiento de su ¡unción pedagógica. la literatura c 2 - b u 11 e rzs ea apelaba a la supe nción de sí mismo, proponía el itinerario de una torrnacián progresiva mediante la travesia de una serie de tribulacicines, y la persona habla de avanzar paso a paso lucia la plenitud. De loma paralela a la mistica cisterciense o cartuiana. inirítiba al individuo 3 ponerse a prueba a si mismo n soledad + paso  —   — 

el primer plano de la es=na era desde luego la cid cabaiicro marcha. lejos de los demás, perdido en el fragoso b osque, luzar del peligro. y dispuesto a afrontar él solo a la mujer inquietante. el hada, Sin embargo. lejos de las miradas. ¿quién iba a juzgarlo, 317reri31" su  Va  V a l e n r a . a o t o r g a r l e e l p r e m i o ? P o r e s t a r a z ó n l a a c c i ó n n o v e l e s c a se despliega en acciont,s sucesivas en dos decorados opuestos. uno -14,1'11w-ir), otro superpoblado: el bosque y la curteLa

líterbtura que aqui utilizamos se denomina muy exactamente corz¿s: describe con predilección to silvestre. pero ic present a como un envs, I contrz-valor del mun do real. En la realidad, !a corte era ler lugar propio de esta pedadosia, uno de cuyos instrumen tos constitufan las novelas. así corno el eseznario de la prom oción caballeresca; era aquí donde. bajo la mirad a del señor, se clui ficab a los concurrentes; Las =bolleros vivían en comunidades privadas tan estriczas como las ctunia - cz-,nses, pero en las que, para los jóvenes que no podían esperar ránvna herencia, toda la dinámica social se basaba en la distincidn. La ímarn del bos que evocada por la literatura de evasión alude a los procedimient os de selección en virrud de los n'ales. en el interior del grupo. al gunos lograban distinguirse.. Al desprenderse d e l  rebaño en el que estaban atropados. indistintos. al atIrmar su propia valía gracias a una haz aña individual, lo mismo que los h¿reies de la santidad que 1 iconogrn Fía de los santuarios estaba dotando mientras antro de un semblante personalizado. tos jóvenes victoriosos. pero con una victoria pública. r t - - 3onarite, poidiarl exhibir su proeza singul ar y recorr ellos solos la recompensa, que en también singular. Proezas de armas. pero tambi¿rt proezas de amor. Conviene adelantarse d e l lado del amur para comprender lo que cornsponde e n  l a sociedad caballerescl a aquellas chozas rustfcas en las que ciertos monjes cluniacenses de mediados del sido :al vivían retirados, alejados de la comunidad fraterna, a firii de ahondar hasta lo más intimo, en el espacio de lo privado personal conqui5tado a l territorio de lo prk - ádo toléetivo. En la biografia-que escribió de Roberto cl Piadoso, a comienzos del siglo Xit el monje F-reigaud relata una an¿cdota: Hugo Capeo que paseaba par su palacio extendió su manto sobre una pareja q u e -staba fornicando entre

dos puertas: et acto sexual. r amas privado d todas. ~píllela si no era rme turnia, debía  drule luego e-simpar a todas 'al mindas. disimularse en la oscuridad y el apartamiento. He de refedrrrie rambién. porque las informaciones sobre este patticular son ratilí , mas, a las manifestacione manifestacioness que hizo anteante - el inquáidor la dama de Monraillou. Be:dan je* d e Manis. de Ma nis...so ..sok:s. k:s. Re Re-ccui -ccuince nce liabe l iaberr sido si do  primer er marido. durante el dfa, paro en :u alcoba. violada. en vida de su  prim gracias a su aislamiento: que. ya viuda y libre én sis - mayordomo. una tarde„ al caer la noce, la aguardaba. oculto Ja ro el lecho y apag-act33 la s luces_ se deslizó en sil  ca  cama ma krtivarnerdd, mientras ella atendía al orden de Ja rasa. y que dna sabia pítaco. llamando a las doncellas que 4idorrnian cerra, en otros lechos. :In su alcoba» (como se ve, en las tinieblas, la promiscuidad Llo era obstáculu): que., vuelta a casar, cedió ante a nte un sacerticite. duran:: I dia. pero en _la bozleza, mientras una doncella vigilaba: que, viuda

dos puertas: et acto sexual. r amas privado d todas. ~píllela si no era rme turnia, debía  drule luego e-simpar a todas 'al mindas. disimularse en la oscuridad y el apartamiento. He de refedrrrie rambién. porque las informaciones sobre este patticular son ratilí , mas, a las manifestacione manifestacioness que hizo anteante - el inquáidor la dama de Monraillou. Be:dan je* d e Manis. de Ma nis...so ..sok:s. k:s. Re Re-ccui -ccuince nce liabe l iaberr sido si do  primer er marido. durante el dfa, paro en :u alcoba. violada. en vida de su  prim gracias a su aislamiento: que. ya viuda y libre én sis - mayordomo. una tarde„ al caer la noce, la aguardaba. oculto Ja ro el lecho y apag-act33 la s luces_ se deslizó en sil  ca  cama ma krtivarnerdd, mientras ella atendía al orden de Ja rasa. y que dna sabia pítaco. llamando a las doncellas que 4idorrnian cerra, en otros lechos. :In su alcoba» (como se ve, en las tinieblas, la promiscuidad Llo era obstáculu): que., vuelta a casar, cedió ante a nte un sacerticite. duran:: I dia. pero en _la bozleza, mientras una doncella vigilaba: que, viuda de nuevo. arr2io 3 SU casa a otro sacerdote. se entread 3 critruda, cerca de la puerca. durante la noche. y que. cuando le n nc el nuevo dia. aguardó a que sus hijas y sus sirtietitz id hubiesen alejado. Tal era la realidad de la fornicación en aquens casas superpobladas, abiertas; los amores ilícitos 5a acnr -nodaban con facilidad al gregarismo familiar. y era preciso que el 3rnur ftlese como el de Tristán e [seo para que provocan la huida al espacio de ro extraño  y de la sinrazón. El amor que solemos llamar cortés. el amor delicado.. iendia iendia al al  fin n y se desplegaba en los mismos lugzres Sis arnbarr_r.o. ac mismo  fi dejaba de  se  serr un juer• de sociedad. que se desenvolvia nec..tsariJ. mente erg el seno de un grupo cuyas reglas je ajustaban tac - ts.ze• tarnente a las estructuras de lo privado doméstica que la conquisn' morosa puede considerarse corno uno de los procedimientos jt selección y de promoción individual en aquel concur5o permanente. cuyo eseenalio era la gran casa atistocr atistocrática. ática. Se diria que el dueño de la casa delegaba en su esposa s la damas la (acuitad de elegiF al mejor. de destacar con su elección a aquel individuo del gnipc cuyos miembros buscaban todos ellos bril/ar ante sus ojos: gracias al amor cort¿s, mucho más sin duda que oca! a Ja canipc dtivi ciad deportiva, se exaltó en el seno de la confusú5n comunitaria el anhelo i de autonomía personal. Tanto m cuanto que una de las regizs 2riner:as del juega araorps9 secreto. Las amantes debían disimular, retirarse ambos, no con i v rsta una 'de aq —uellaiSiev.e3 conjunciones sexuales de las que acabamos de hablar, sino duraderamente al interior de una clausura invísible. construyendo así. ea medio del tropel de familiares. como una cElula rnís privada, refugio para el amor constantemente amenazado por los celosos. Bien pilado, el amor cortés era nernsnria. menre creador de intimidad. oblig3laa Al silencio ,ala comunicación por sinos corno en Cluny:gsstosájnuatercrrnbia«,coerWts ▪ slug:c521Azikleztas_ Como !OS santos caballeros su_s amantes tenían~[nasca.calsusiesilLnipitos. Cuando, vueltos al▪ - al ir121 están e ts:o preguntan al ermilaño Ogrin Ogrin cómo reinreintroducirse en las ordenanzas sociales, éste les aconseja ante todo que se

de la casa delegaba en su esposa s la damas la (acuitad de elegiF al mejor. de destacar con su elección a aquel individuo del gnipc cuyos miembros buscaban todos ellos bril/ar ante sus ojos: gracias al amor cort¿s, mucho más sin duda que oca! a Ja canipc dtivi ciad deportiva, se exaltó en el seno de la confusú5n comunitaria el anhelo i de autonomía personal. Tanto m cuanto que una de las regizs 2riner:as del juega araorps9 secreto. Las amantes debían disimular, retirarse ambos, no con i v rsta una 'de aq —uellaiSiev.e3 conjunciones sexuales de las que acabamos de hablar, sino duraderamente al interior de una clausura invísible. construyendo así. ea medio del tropel de familiares. como una cElula rnís privada, refugio para el amor constantemente amenazado por los celosos. Bien pilado, el amor cortés era nernsnria. menre creador de intimidad. oblig3laa Al silencio ,ala comunicación por sinos corno en Cluny:gsstosájnuatercrrnbia«,coerWts ▪ slug:c521Azikleztas_ Como !OS santos caballeros su_s amantes tenían~[nasca.calsusiesilLnipitos. Cuando, vueltos al▪ - al ir121 están e ts:o preguntan al ermilaño Ogrin Ogrin cómo reinreintroducirse en las ordenanzas sociales, éste les aconseja ante todo que se purifiquen par la concrícidin, el remordimiento ¡mimo, la resolución personal de resistir en adelante 3 la tentación. y luego. cuando se hallen de  y el el regreso en la corte, que disimulen. sirriplerndn-te: «Para borrare! deshonor  y mal encubrir, preciso e un poco y bien mentir.» En adelante, y entre los demás, la mentin. Pan aquellos que no sz ev3dicron a las libertades del bosque, y gut

siguieron adelante con su juego sobre la escena ampliamente abie; ta que fe conviene. cn !a promiscuidad de la aJeóba y de la sala f  ley de amar ransiste ; en =fiarse. Asi lo prewribe en su :madi Arldriili el Capellán: .1Quie -ri quiera ca cruz su amor por iargl tiempo jncacío. velará aní2  toda  to da porque no llegue a oídos de nadie y deberá =r ararlo acuito a !os ajo% de todos. Foque dri Éleguen algunos a conocerlo. deja inmediatamente de zre-,-..tr cor escionraneiciad y experimenta su declinación.» Por dio qicis =anee! no han de dirtgirsd muzuarrtente sigrzu alguno salvo si cuán se3uroi . e laifarse auriga de cualquier trampa». t-os juagos amorosos instituvercin en d incericir de la -eicieclad cortes las •tstracurts mas fumes del repliegue. al imponer a 105 arrianzes que vivieran entre ambos una soledad oci.d.ra. COMO si ao hubiera nada entre el seno de la comunidad dcirn¿stica, ......nvuieltos en el sidc:exi. en una clausura que !os ruines trataban con.5tanternente de forzar-. 1.11. cirooablernente, en icis refinamientos de la relación entre !o mascti. "jno y lo femenino v a través de la prueba. difícil, je !a di5ereción y el iiiencio. cómo brotó desde ,sales del siglo i1, oirá ice:triad profana. el primer botón de !a que habría d id; para nosotros ;a intimidad.

El

cuerpo

siguieron adelante con su juego sobre la escena ampliamente abie; ta que fe conviene. cn !a promiscuidad de la aJeóba y de la sala f  ley de amar ransiste ; en =fiarse. Asi lo prewribe en su :madi Arldriili el Capellán: .1Quie -ri quiera ca cruz su amor por iargl tiempo jncacío. velará aní2  toda  to da porque no llegue a oídos de nadie y deberá =r ararlo acuito a !os ajo% de todos. Foque dri Éleguen algunos a conocerlo. deja inmediatamente de zre-,-..tr cor escionraneiciad y experimenta su declinación.» Por dio qicis =anee! no han de dirtgirsd muzuarrtente sigrzu alguno salvo si cuán se3uroi . e laifarse auriga de cualquier trampa». t-os juagos amorosos instituvercin en d incericir de la -eicieclad cortes las •tstracurts mas fumes del repliegue. al imponer a 105 arrianzes que vivieran entre ambos una soledad oci.d.ra. COMO si ao hubiera nada entre el seno de la comunidad dcirn¿stica, ......nvuieltos en el sidc:exi. en una clausura que !os ruines trataban con.5tanternente de forzar-. 1.11. cirooablernente, en icis refinamientos de la relación entre !o mascti. "jno y lo femenino v a través de la prueba. difícil, je !a di5ereción y el iiiencio. cómo brotó desde ,sales del siglo i1, oirá ice:triad profana. el primer botón de !a que habría d id; para nosotros ;a intimidad.

El

cuerpo

U flecha de amor penetra por los ojos basta t cdrazán que víerte inclarrzar. El íntercambio de miradas está en el origen de koda pasión y, más (arde. an uno de los grados . rnás altos de la progresión amorosa, en [a penúltima etapa, está la ostentación Cal vez por la amada d su cuerpo desnudo. El cuerpo iorptendida, el cuerpo exhibído: la incierta exploración que estoy llevando a rabo de io más íntimo en di seno del ambito delc• privada Uudati delemboez en la considerzclán del individuo frente a su cuerpo y al cuerpo del otro. P3ra empezar. es preciso Subrayar que las actitudes frente al cuerpo se hallaban gobernadas por la concepción dualista sobre la que se levantaba cualquier reprnentación del munda. Nadie coma en duda que !a persona estuviera fonyada ror un cuerpo y iirillina7 1111Z-e" tiálTaTn — dFaida entre ra carne y el enIritu. De un ladip, ,les _____ etirnero, lo que habrá de convertirse en pólvo. !u que por consiguiente está llamado a reformarse 1 lin de resucitar en el último dia., del otro. la ir morral. De un laciojo que 5c,„inclina. barb,_,II:LiatriQc en virtud de las_pesanterzs y ?as capacidades de las sustancias carnalds: del oteo. lo que aspira ala perfección celeste. Cid rat manera que eCT2e190 se lizIniiden.coma 412211:ose: :111,[g.31 de las tentaciones; ce ¿I, de sus pare: interiores. surgen naturalmente las pulsiones incontrolables: en j1 sc fi manieua o que tiene que ver con !o mato. concretamente 3 causa •dc la ramipcidn. la enfermedad. las purulencias 133 qud ningún

cuerpo puede ezcapar; y sobre él sc aplican los ca,stigo-i

cilicos, el color tic los cubtllos. la tez. p e r o tarywien, er t 'use excepcionales, por la manera corno s000rta fa o r daií a 4 J a p r u e b del agua o del hierro al rojo. Purgue el alma se transparenta a traer¿ del cuerpo que la contiene. El cuerpo se inte r p i c to, e c p r n l i u n ; envoltura, clamo un habitáculo. Como una esa. O mejor c o m o r j r 4rnbato cercado. Como la corteza da un ,tspatio protegido corno está el espacio clem¿stico por ttl que se habr,3 anvueito. E n l o rni: profundo del driszrnbiaje de las estructuras, la pesquisa alcanza poi fin la  p r i v a r y plena. Para reconocer la imagen que ros hombres de Jquelia dpoca se h a c i a n d e s u c u e r n o y d e l d e JOS OtTOS, v o y Z u t i l i z a r a c c u i r o s rezultados de un Importante estudio levado a. uatto por Sibri. Chridne Pouchelle sobre el tratado de cirugía compuesto en ir3n e¿s en ibris a c rniefizos del siglo xiv por H .enri de Niond.eville, Por las pniabra5 y as cornlaeTólletTque dmplea, este lextó pro. porciona en efecto las claves del sistema simbólico en 41 qu.c c u e r p o  s e h a l l a b a e n t o n e n I m p l i c a d o n o s ó i c i d 1 1 l a r r i a > n r e d e l o s sabios. sino en la opinión común. pues(0 que :krIondeville, como hombre práctico_ pretende referirse 3 io ate pensaba la ;elle :‘ su

lenguaje, De modo palmario se 3dvIerce u :11 cuerpo 5c .eld corniouna vjátpda: a SU interior Se b :lama .1.1rirr lstkcp... a exzerior, Pisilveltr.». y la oposición -.1.nrfe estos dos calificativos rernile evieleritemate 3 tOS Jus polos de la intriga novelescz. corte y el bosque, L3 corre ;2;1 ..1.fecto, porn.,e esta cosa -25 tan completa :amo el monasterio o di palacio, y eri su interior Lixivie toda uno jerarquía de espacios: una parte noble, y una parte de se rvicio, separadas por un muro andioieo a la barrern que en la socidad Lit aqu.el tiempo separaba a los trabajadores de los que no io eran_ Ste tabique. el diaf ragma. aísla una región hiaja. Por iiaturaieza., ¿sta debe hallarse dominada, sometida (pues es de aquí de donde SU rge f) las rebeliones más peligrosas). pues es plebeya y ruda, lugar de las evocuu ciones que vierten fuera todo Id superfluo y iu nocivo: esta dirección de arriba abajo, como en las residencias señoriales-. representa una funcii5n de nutrición: proporciona proporcio na alimento a los órzanos estable cidos err el espacio noble de encima. rriál delicados y que dest m . peñan las dos funciones mayores, fuerza y sabiduria. En cada una d e estas dos partes, Mondrrille reconoce un .rhornow, el de abajo, destinado a hacer cocerse los humores nutritivos, análogo al gran fullto de la cocina_ dispuesto Fiara las cornbutiones lentas, para l a s sopas y los alimentos cnrnoesinos; mientras q u e en el piso s u . perior brilla un brasero para las iluminaciones, piara la 3 le g ria I :orazóri. en el que 2C lleva a cabo, como en la iglesia en el centro lel espacio monástico, !a transferencia de lo material, a lo espiri. tia:, donde. en i g rnás alto, dei lado del aire y del  f u e g o , ei espiriw d95prndeArIdiance la destilación de I P S humores,. - - " —  . Esta casa se halla evidentemente dentro ci¿Ji r ¿Zíii io, lar irrorniible corno el que circunda la vida privada dorn¿stica. La envoltura orporal es por tanto, en el mundo de los hoinbrcs, la más profunda e d a s reduSiOri" la mis serreta, fai M J $ rntirna, y las prollitqciones t e r -

cado, iomo d5d por 10 Saránlca reiugio d íos Padres de,1 desierto_ Es necesario por ránta velar sobre este cuerEo. y uy egierkairnecue sokire__Cos_hiuepos hhoradan la rriu Ii — mpoPr CDS Que puede inSIC1-31-$e Ent7nigo. LOS mjralisus incltan rno n táVi l gtarda ante zsas-porernas, esas v: tanque son /as Ja2boc3, 'oí oídos, fa nari z. ya que ts por 'áilLis por Jonde penetran el gusto del mundo y el pecido, la oncr uprión: hay que Jsicluamente, corno a Las pura dei monasterio del castilio. Reeleio del de Adán. pero invercido. torno da un espejo (y p a r z i e u l a r e n l o q u d  s e r e f i e r e a l o s d r z a n a s i e x u a i e s , q u e s o n d e l a misma estructu ta, pero YUCItos, inuovenidos, más lecretcit, sea mis privados, pero tarnbi¿n. enrna todo !Q que se oculta. sospr.úmi

n

sos), d1 cuerpo remenino, rizáSpenneabie a Jacatru pcidn par men05 cerrado, requiere una vigilancia rná_s atenta., ?e3 al hombre a quien l .correzporlde .correzporlde eferceria. La mujer no puede vivir sin un hombre. debe morar en poder de un hombre. Anátórniunmente. Anátórniunmente. está destina-. destina -. da a permanecer enetrrada. enetrrada. en un recinto. suplementado, suplementado, 1 mame-neme mame -neme en -.EA seno de la cas2. . rto sálit de dila mis que e-scoirada.. encorsetada en una envoltura- vesrirncritaria más opaca. huy que icinntar un muro ante su cuerpo, el muro, pretrisamente, de la vida . privada. Por rtaruraleza. zNor zNor la nactualeza nactualeza dr su cperpisaze,__cperpisaze,__-,,aila 1 sometida al Dudar. al retirS: ha de pardarse 3 51 misma: ha 1 de hallarse sobre toda cialoc-ada bajel el gobierno de los. hombres. desde su nacimiento hasta su muerte, geraue sucuerpio resana De. riroszl. Se halla en ?eligro y  .... , 5 Cuente re -i peiTiírci .1 hicirre-ra-17-'0r ll Its honor. corre 21 riesgo de ...xi.raTiiarsc par su :aloa. Dor esa trampa, tanta más peligrosa cuanto rriás dispuesta ;.'.5d p'a ra sethicir.

El cuerpo i:onstituía entonces el ubjew Je dna moral y de una prlctica que el historiador trituentra diúcultad en desvelar antes de finales del siglo mit, ?orque el arre, al menos lo que queda de ,1!. no era en aquellos tiempos decididamente realista y porque ros escritoras sabré este paricuiar lo unrnascniun casi cado. Había un  L.s el principio, que !labia que re39elarpropio cuerpo, porq :ernthlo del espiritu habrá de zesuctlar. que !labia que cuidarte pero cori prudencia. y que era preciso quere43o com. sealln sact Pablo, los maridos han de querer a sus mujeres: guardando las distancias. desconfiando de ¿I. porque el cuerpo es tentador corno lo es la rrmier, -- irra:sternas al cipz9 y lleva aries_exle_ . Lo cluTiTiatsiita777117:fs.tc7ctos que mejor nus informan 5obre ¿I  — v Ion precisamente los discursos. excesivos, dc los especialistas derl ri3or* dc lQ portadores dc la ideciogia eclesiástica — e3 e3 una fue rt 1.extdruudtxitrnewL propia olmo .13:1e525irse_deil. :lempo que el ascetismo más extremoso llega a abandonarlo a la miseria.

A pesar

sos), d1 cuerpo remenino, rizáSpenneabie a Jacatru pcidn par men05 cerrado, requiere una vigilancia rná_s atenta., ?e3 al hombre a quien l .correzporlde .correzporlde eferceria. La mujer no puede vivir sin un hombre. debe morar en poder de un hombre. Anátórniunmente. Anátórniunmente. está destina-. destina -. da a permanecer enetrrada. enetrrada. en un recinto. suplementado, suplementado, 1 mame-neme mame -neme en -.EA seno de la cas2. . rto sálit de dila mis que e-scoirada.. encorsetada en una envoltura- vesrirncritaria más opaca. huy que icinntar un muro ante su cuerpo, el muro, pretrisamente, de la vida . privada. Por rtaruraleza. zNor zNor la nactualeza nactualeza dr su cperpisaze,__cperpisaze,__-,,aila 1 sometida al Dudar. al retirS: ha de pardarse 3 51 misma: ha 1 de hallarse sobre toda cialoc-ada bajel el gobierno de los. hombres. desde su nacimiento hasta su muerte, geraue sucuerpio resana De. riroszl. Se halla en ?eligro y  .... , 5 Cuente re -i peiTiírci .1 hicirre-ra-17-'0r ll Its honor. corre 21 riesgo de ...xi.raTiiarsc par su :aloa. Dor esa trampa, tanta más peligrosa cuanto rriás dispuesta ;.'.5d p'a ra sethicir.

El cuerpo i:onstituía entonces el ubjew Je dna moral y de una prlctica que el historiador trituentra diúcultad en desvelar antes de finales del siglo mit, ?orque el arre, al menos lo que queda de ,1!. no era en aquellos tiempos decididamente realista y porque ros escritoras sabré este paricuiar lo unrnascniun casi cado. Había un  L.s el principio, que !labia que re39elarpropio cuerpo, porq :ernthlo del espiritu habrá de zesuctlar. que !labia que cuidarte pero cori prudencia. y que era preciso quere43o com. sealln sact Pablo, los maridos han de querer a sus mujeres: guardando las distancias. desconfiando de ¿I. porque el cuerpo es tentador corno lo es la rrmier, -- irra:sternas al cipz9 y lleva aries_exle_ . Lo cluTiTiatsiita777117:fs.tc7ctos que mejor nus informan 5obre ¿I  — v Ion precisamente los discursos. excesivos, dc los especialistas derl ri3or* dc lQ portadores dc la ideciogia eclesiástica — e3 e3 una fue rt 1.extdruudtxitrnewL propia olmo .13:1e525irse_deil. :lempo que el ascetismo más extremoso llega a abandonarlo a la miseria. A pesar de todo !o cual, al menos en la clase dominante. ;e advierte con roda claridad 3.im_o_por la !impiza, La Importancia que kS daban 3 ?os baños los palacios de la alta Edad N ,Iedia sigue manteniéndose, durante 105 siglos Xi y XII, en los monawerics cluniacenses lo mismo que en los usos de la buena sociedad laica. No se comienza un almuerzo' oItcntose, el que . Se sirve en la sala znie una numerosa concurrencia, sin que se les presenten a los comen-salcs los aguamaniles parn las ablucioncs4 El agua corre abundan•

temente, en la literam/u de diversián, sobre el cuerp-o del caballero andante, una y otra vez reza regado, almohazado, lavoteado, por la noche. al fin de la jornada. per las muchachas de Su hospedaje: sobre el cuerpo desnudo de 12s hadas en la l a kinrana yen las tinas. o engli~licrae , preludio obli ado .de Codos kis egos a m : .9 rosas que describen los lob (luz, porque Vyílbu.e(Opio cuerpo y Erdq Len dernísysrece dernísysr ece ler.upa rundolin especfric3 de tasmujerts, tasmujer ts, ttJAasdenin, de la dorrstic.:7-7-d-- di2 sa]vaie.

;nb sstrmisoici UrJZ ou prib s2Jz[nto SUI sepa l A c2uzi5 run u; tppin2i urprunuo tpluzi unodun S stpum2AU03 se7 q03p9.3P picuwz . un zp soweigeg 2 41 el Dp PD¿idz . ti loid rppsatiu i rlopcniz) ns Jr20idszp psiepiung pp un 132A urilp os opurm*rprmid Unta ns zp UP1VS Seigribe opurn3 o»d -ciins ex somzit oprisTurpp szuoitis sol r r.:pdni!A 3s 'nb 2Pkt. ti r .upepinz --l --l r °mei Jod tqti!Auj 10, 10 , eT4IVEu Eepoii2}LI! , s2us - > lis lis -4%. . 9911 j5IrigKITT ou 7 1¿; asziOntlrei 23W3i!pupszaard! ZA un Jcidu3 9 el r_imipcie3 ere ziuzinw oi u; Diumgeppiu Diumgepp iu ciispnw iod uppedroo0N1 uppedroo0N 1 33uuíDui>s Ps u9plizs2 ir/ad bunsliu 5Dirnrzs soingplr sol vpiippiWuz opérsiU515 -721 u oipaszid egriaz • 3inuJoal zp wpsaA t utpszne zs anb s5J 21nw strbliír ionurugnajrppp- sc)iSuliV5floi enuoz Elp1.50 Z170.110 al oun ot ap soaupPdo soini soI odnn3 0!dO4d p U Jr.twarturia om E zotnuzuln Di  Á ougnyrew 01 z.nup Teliterwpd upprieds r1 in33dsz., t ms0u0i2.3934 sol .mnSupsy e epeu!urepuz sns:D s,1s urquino32.: r1remirlow sol Á Eicluawepum uopelqicio Ps iscrus 5o1-2P cpCiáJlppi n1 Jribrignt run Pp 01DP)P U? . ciuDituppn001» r!Sti!ri Ps oluOpt]eil 231m1PwPS p irpuzsp 0p °Sem osomnupu un zri onrCIO P.1/ On1?)s o!quirz 2

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17 501 OAWS  —   '— PP17;Txp'--'--11 noualuabirosuati FlipeN -e á? ti pp OdUPTU nslm 5pcorLid ep znti Dp ylibinzi Mann ti otuoj .°11p t.in)=11 Ppleprip znnii rstids; ns ap ríairrim Fippipuh' t Ja3DU032.3 urd SOI U 4utZlItup gnb oduipp s.ru!sniziN: vri p soppeuPsoi 1.z i.Joun la riEd zsurpnárap Jos iltS0efiff regiry37''Étliwq Dar ip es3ttrez uoD Ella. :§:}yns ip 2D:re/FT Z11J23Jp up trjupwpspli 5 ns ns znbloci sopEdircs¡p tio,r0n1 ozvi uplsp J. rDreirrin 0p ur sop!upop p!puzJclios sol 35 opuunD '0131dLZIOD Jod u tqupnuszp

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eran ya niflas y que se arriesgaban a aparece r ci público, asi como toda.s III mujeres ca.sadas fuera d tu alcoba. tenían además que  _m  _ m I c e r r a r s u t r e r a q 2 R I l n a _ t r I c 3 A Sin embargo, todo nos hace pensar que no codos los hombres y mujeres renunciaban a utilizar los encantos de su propio cuerpo fin de aCrteentar 51 -1 poder personal. Lo atestigua la importancia que Henri de ,Vondeviiie atribuve ¿ti tratado a las recetas de belleza. justificadas por él con dos razones. La primera C S m u v prácticl.: el médico que conoce los artificios capaces de realzar ta seducción puede ganar, nos dice. mucho dinero, porque se verá muy Solícitado: el Segundo argumento es muy elocuente sobre el papel que jiugaba el cuerpo en las relaciones sociales: al autor le parece evidente que hay que saber usar las propias atractivos físicos a 6n de salir adelante en la vida. d _triunia r en la competición mundana donde se fortalece precisamente el espiriru del indivkltn Nulo,

Moncleville ttszribia en [os umbrales del s iglo my, cuando llegaba a su Eéri - riino un prolongado periodo. de continuo prinvo en el curio del cual parece eUctivarnente que el cuerpo. en el reflujo de la ídeologia del dasprerio por lo =mal y antas de que empezase a gravirar 30bre ef  irdsfianisino irdsfianisi no occidental el peso de la cuipApiiidad ihabírr¿áidu. Airivierto urr seenial, se vio lenta. Le-su:nonio LIE :0 que vengo diciendo en la rnanermo se modificaron las Eigura4anes de la desnudez.. Lzuú ii tion - na.s, o casi las únicas, qte hemos conservado, sori las del arre sagrado. pues bien_ ahora vemos a los tscultorin y a los pío ores. que con :Inte rioridad 50iíarl aCzneUardCOberiadarnen aCzneUardCOberiadarnenrd rd la perverso. y qud apenas si represenlaban otros cuerpos desnudos que !us i ou.seides ?or mal o que 'incitaban a hacerlo. mostrar ¿slips, desnu¿s d e 1 1 - 9 pi r~su d r i tos Resucitados d e  [fuipario  de aour3e1, t.n el Aliar" de la galería galería de NóEre -Dame de PIM. 1 en el Eres de Auxerr  / 4 t — , jvenes. radfanfes,mpienitud. por5rt reconciliados. ¿Masfa dándt ne3ó, dn esta in-flexión. la intervenci¿Wd¿ f je/ espiniu reriaciente, imitador dello autizuo, de !a zorrtence de naturzlismo invulia la zir2 cultura? Ltr ;Sis :omente tia 1-vr'aba por ›i misma a la prornodón de la persona'? Es indudable. :n zuaiquie: cada 1:150, que. la mis en rarso. ;• os siglos entre las arrnaLde qul_diJpania la identidad personal. para I s dejo coleptivo. qiiimat s e e

Devoción privada Este

movimiento general impulsaba tarn bi¿fil de raudo invencibld a que cada uno tomas en coresítderación, a Sodas,. aquello que las 5uctsivas envolturas concéntricas del cuerpo-fortaleza prozesfari Mi5 O menos bien de las agresionei de Sadn. el enemigo pública. aquella sustancia mal definida. el alma. Es evidente que el ni:da-do del alma se volvió rada vez más In dividual. se F a s desprericliendo poco a poro de lo comunitario, al tiempo que se pnvati -laba

Moncleville ttszribia en [os umbrales del s iglo my, cuando llegaba a su Eéri - riino un prolongado periodo. de continuo prinvo en el curio del cual parece eUctivarnente que el cuerpo. en el reflujo de la ídeologia del dasprerio por lo =mal y antas de que empezase a gravirar 30bre ef  irdsfianisino irdsfianisi no occidental el peso de la cuipApiiidad ihabírr¿áidu. Airivierto urr seenial, se vio lenta. Le-su:nonio LIE :0 que vengo diciendo en la rnanermo se modificaron las Eigura4anes de la desnudez.. Lzuú ii tion - na.s, o casi las únicas, qte hemos conservado, sori las del arre sagrado. pues bien_ ahora vemos a los tscultorin y a los pío ores. que con :Inte rioridad 50iíarl aCzneUardCOberiadarnen aCzneUardCOberiadarnenrd rd la perverso. y qud apenas si represenlaban otros cuerpos desnudos que !us i ou.seides ?or mal o que 'incitaban a hacerlo. mostrar ¿slips, desnu¿s d e 1 1 - 9 pi r~su d r i tos Resucitados d e  [fuipario  de aour3e1, t.n el Aliar" de la galería galería de NóEre -Dame de PIM. 1 en el Eres de Auxerr  / 4 t — , jvenes. radfanfes,mpienitud. por5rt reconciliados. ¿Masfa dándt ne3ó, dn esta in-flexión. la intervenci¿Wd¿ f je/ espiniu reriaciente, imitador dello autizuo, de !a zorrtence de naturzlismo invulia la zir2 cultura? Ltr ;Sis :omente tia 1-vr'aba por ›i misma a la prornodón de la persona'? Es indudable. :n zuaiquie: cada 1:150, que. la mis en rarso. ;• os siglos entre las arrnaLde qul_diJpania la identidad personal. para I s dejo coleptivo. qiiimat s e e

Devoción privada Este

movimiento general impulsaba tarn bi¿fil de raudo invencibld a que cada uno tomas en coresítderación, a Sodas,. aquello que las 5uctsivas envolturas concéntricas del cuerpo-fortaleza prozesfari Mi5 O menos bien de las agresionei de Sadn. el enemigo pública. aquella sustancia mal definida. el alma. Es evidente que el ni:da-do del alma se volvió rada vez más In dividual. se F a s desprericliendo poco a poro de lo comunitario, al tiempo que se pnvati -laba progresivamente el campo de lo rcli siolo, Ei {entra ofrecido al estudio es ir memo; aqui hemos de limitarnos a colocar algunos  ja  j a l o n e s . Al comienzo de la edad feudal, el pue la comunidad de los fieles, dejaba n las manos de unos delegarlos la tarea de librarla del mal. Era en primer lugar la ffinción propia del monasterio, de aquella otra comunidad, separada. de hombres más perfectos precisamente porque vivían recluidos 4n un ámbito privado muy cerrado, El mana cerio tenia corno tarea, transfiriendo, si cabe decirlo así, a (a intenta del resto de los hombres los beneficios que le valían sus penitencias purítiradorzs. dirigir perpetuarnerae cielo, en nombre de los muertos y los vivos, la plegaria pública: el equipo rnonásticci constituía la baca cantante y orante de lodo el pueblo. Una furición análogarnente med i adora era desernperVada lambi¿n por el  d e s u s príncipe. Par su propia piedad aseguraba la salvaciárs  de si::lit:11'ml: si perabil., éstas se vefan abrumados innuLlimarncrire por la 051era del ciclo; k correspondía [arnbi¿n. como pers ona pública

, que era.. dirigir continuarrtenre a Dios la plegaria pública._ Por Ecos años 'veinte del sigle xli, el conde de Flandes * Callos el Bue n o , p o r ejemplo';. tal corno nas describe Calberr de Brujas. se hada transportar Ludas !as mañanas desde su lecho a la tribuna de la iglesia de San Donaciano para, cn media de los canónigos, s u s auxi lares. cantar a la vez que ellos. y leer al mimo üernpo q u e ellos el salterio, mientras que los pobres habiniales, debidamenre empadronados. acudían en fila india a reribir ¿a su mano derecha tendido,. una pequeritt moneda de plata, . L.3 mayoría de ta g ente se comentaba con conternolar a d istan. taiti 1:Tiple:U -Wall público:, viendo 3 ILI3 manda:arios cumplir ibis ritos de la salva do mlee:iva. enteramente confiada n su oficio. Pro a pegar de todo la gente lia se quedaba satisfecha ecin En los inicios del siglo hombres y triuirres a los que persiguid como herepe 2, • los que le redujo porque perturbaban el orden público y sobre los que sé pudo triuniar porque eran todavia m u y minoritarios. afirmaban Fa que ellos rethartban la rriediacidn d los especialistas de la oración, porque pretendían' curnunicarsd pe:- • 51:m2h - riente con el Espiritu y ganar su propia. salvación mediante sus obras. A comienzos del siglo mi. se les oyó de cir !o mismo a sus sucesores, salo que mucho más alto. tan alto que la islesi2, puesta en cuestión. reaccionó ante 10E10 poniendo a pudo sus armas.. Ccinrinimi remilidndosz a los princfpcs, n todos aquellos pequeños principes que la disociación Ceudal de lo s poderes había hecho que se multiplicaien. encornendándoies que aseguraran. e n el ámbito privado de su capilla doméstica. la buena marcha religiosa de toda su familia. Pero además refortd considtrablerne n'e el pauel del clero. de 103 ministros que no se dedicaban a cantar aparte corno los monjes. sino a repsrrir las sacramentos y la palabra crilre el pueblo: S puebla, que seguia esranddreunido. esranddreunido. enédadrado. y de modo rada vez más estricto, en_ Fi.ecitieños Fi.ecitieños rebaños bien visjlídos. en pam-quias.:Encuadrlyniento,Lpiontrol, pam-quias.:Encuadrl yniento,Lpiontrol, 'encelda mien top. tomo dice certeramente Robert Fossie . r, 'y que" ataba cada vez más en cono a las personas: Sin. embargo, la Iglesiae_stabiccida_no hubiese podido vence¿í  l a . her¿jia de'rso haber respondido por . otra parte a ras expectativas mediante la propuesta de ejerdelos religiosos mís personales.' .c. .c. • ínvitó a ros sirri'pleli 5eies a .manteriersc en re/acidin con lo sagrado en una relación análoga a aquella cuyo monopolio habían tenido en 'otro tiempo rus delegadas en las liturgias_ Los invitó a e5forrar-se, con plena 1-nportsabiiidad individual. en el progreso gradual hacia la perfe¿ción., El carnino hada una intenorizadán de prácticas c r i s t i a n a s f u e r r u i y I c n t a , . . : E r n p e z ó . e v i d e n t e m e n te a l a a l t t i r a d e I n s ' i t p o d e r o s o s » , e n t r e a q u e l l o s c u y o d e b e r d e E s t ad o e s t a b a e n d a r ejemplo, y que lo daban en erecto, ya que las formas comporrarniencig S e propagaban con u n r n o v i m i e n l o n a t u r a l d e s d e e l g r a n m u n d o h a s t a l a s c a p a s c u i t u r a l e i i n f e r i o r es e s . A l mismo tiempo q u e e n b u u c t i e l a s e a p l e n a e f e r v e s c e n c i a i n c e i e c t u a l l o s nuestros redescubrían las vial dei conocimiento de si rn srno, b alta prfncípes• ira todo, y tal vez igigsla Je dedicaba a n'II:Id:crac a en prima iuglr a las princesas, a codas aque1135 mujeres que, en

medio de fas asperezas del Enuitrirricinio. •se asín a su director

espiritual, Los ricos fueren Jim primeros ínviiados a leer pm

mismos ea un libro las -palabras palabras la oración, igual que hos trichnie.  y el uso de la lectura sagrada no dejó de difundirle durante d siglo 3i riernpo que se pasaba de la leczura en grupo en alta voz, que acompañaba la del OCIcianze. a una lkcrura personal en voz baja, proseguida en murmullo fuera de los oficios, En las grunde5 mansiones arimorráticas. entre los bienes exclusivamente privados que cada uno d los dueños guardaba para si. üzo su aparición el libro. el de la salmodia. el salterio. Hombres y mujeres aprendieron a utihzirio ellos solas. Se convirtió en insrrumento de mediiación intima, por su remo pero sobre todo por sus imágenes. Á! mismo tiempo que ¿l c difundieron en la sociedad más alla. en el cuna . del siglo otros objecos de piedad personalizados. que llevaban la marra de una persona, a quellos ario - 3rios privados que paredan pequeñas capilla5,, algunos de lo cuales le f lcvaban sobre una mismo, Y se instauró poco a poco un cara a cara 1-nimio:h. cuyo mediador fue la representación figurada Sobre el objeto en cuestión de otras personas, un santo, la Virzen. Cr isto, cara a c3ra. proseo

guido en la capilla o eu [a iglesia ante otra imágenes, en este c ptiblicra: tanEra.ncis' cm dialogando con el trucir zio, Se impo ne un Igivestigaeidn en profundidad, apoyada sobre datos como éstos. qu habría que tediar con todo cuidado, porque atestiguan. una ex -pa:Sión de la devoción individual que. a comenzos del sigla xiv, ITabi ganado loi estratos sociales más bajos pensemos era' la que no revelan los interrogatorios de ia aldea perdida de Montaillou, y ni scSty entre los marginados, los sospechosos de herejía., de un hábili inveterado de plegirin personal. Sern.ejante interiorkación era el resultado de una pedagogia os agentes rucron las cl¿rigas. relevados en el siglo :mi por lu. railes F mendleantes. Dtscuriogi set:110E1er,s_rengas públicas, y artaun público á veces inmenso. Se trataba lid buen gano lanzado pan: germinar en el interior de cada alma. y de la invitación dirigida cada uno de imitar en su ámbito privado a Cristo, a ICIg santos, de actuar en nombre de su propia voluntad, de su corazón, desde dentro de si, de no atenerse más a gestusi ni a fórmulas. Este tipo de exhortaciones morales tuvo éxito gradasen particular al recurso al  oxem  ox empi pitu turn rn,, a la pequeña historia tan simple, edificante, convincente,propuesta 3 cada conciencia corno guía. Efectivamente. una de las colecciones mís abundantes de exernpla„, compuesta para aso  per el cisterciende predicadores erz el primero cuarto del siglei se Cesaren de Heisterbach, 3e pnrsenta en (forma de diálogos: educación privada,lsdis. el maestro y el disidpulo. y de hecho.. iodo buen predicador` era conscHente de que se ista)a dirigiendo coniidenciahnenil a oída uno de sus oyentes. De 3hi todas las anécdotas en las qu'Iloíbéroes —  son:p-qrscinas,¿itte adelante su aventura individual; kiti"Sfront2n scilas Ias'prUebas, que luego dialogan, de carnino-,'pero iobreftidó en la alcoba, en medio de la noche, en el

guido en la capilla o eu [a iglesia ante otra imágenes, en este c ptiblicra: tanEra.ncis' cm dialogando con el trucir zio, Se impo ne un Igivestigaeidn en profundidad, apoyada sobre datos como éstos. qu habría que tediar con todo cuidado, porque atestiguan. una ex -pa:Sión de la devoción individual que. a comenzos del sigla xiv, ITabi ganado loi estratos sociales más bajos pensemos era' la que no revelan los interrogatorios de ia aldea perdida de Montaillou, y ni scSty entre los marginados, los sospechosos de herejía., de un hábili inveterado de plegirin personal. Sern.ejante interiorkación era el resultado de una pedagogia os agentes rucron las cl¿rigas. relevados en el siglo :mi por lu. railes F mendleantes. Dtscuriogi set:110E1er,s_rengas públicas, y artaun público á veces inmenso. Se trataba lid buen gano lanzado pan: germinar en el interior de cada alma. y de la invitación dirigida cada uno de imitar en su ámbito privado a Cristo, a ICIg santos, de actuar en nombre de su propia voluntad, de su corazón, desde dentro de si, de no atenerse más a gestusi ni a fórmulas. Este tipo de exhortaciones morales tuvo éxito gradasen particular al recurso al  oxem  ox empi pitu turn rn,, a la pequeña historia tan simple, edificante, convincente,propuesta 3 cada conciencia corno guía. Efectivamente. una de las colecciones mís abundantes de exernpla„, compuesta para aso  per el cisterciende predicadores erz el primero cuarto del siglei se Cesaren de Heisterbach, 3e pnrsenta en (forma de diálogos: educación privada,lsdis. el maestro y el disidpulo. y de hecho.. iodo buen predicador` era conscHente de que se ista)a dirigiendo coniidenciahnenil a oída uno de sus oyentes. De 3hi todas las anécdotas en las qu'Iloíbéroes —  son:p-qrscinas,¿itte adelante su aventura individual; kiti"Sfront2n scilas Ias'prUebas, que luego dialogan, de carnino-,'pero iobreftidó en la alcoba, en medio de la noche, en el silencio: en'IeeT etc, 65n -lr_65nfidente, eJ amigo, cr tal vez el ángel, el4patzildo,laZisglti:ihclusoganeldemoniotentador:seimpreconversa-c•rorssprivadas7yi5kcionespers-anales.A.veces,¿ntales 'historias, en torno del héroe, los que comparten con ál el espacio dore tico. les miembros de la farniiia circundante, aparecen corno intrusos, molestos. ímportun os que fastidiaa y perturban y a los que hay que alejar. coi años en que 41 movimiento del prog.reso generar era más vivo. (.11.3r ante los decenios antes y de pu del afie LUX], los com portamientos religiosos sc vieron efectivamente trastocados por la nueva pastoral. Esta enseñaba un u s o diferente de los sacramentos.  see invitaba 3 todos Por ejemplo, del sacramento de la eutzlrisúa:  s los n'eles a consumir el pan de vida, a 3p05entar en e l  interior de su cuerpo el cuerpo de Cri3to C ri3to mediante un encuentro intimo, con lodo lo que esta práctica podía suscitar de imágenes que magnifi magnifi-caban la persona humana. convertida en un tabernáculo. aisIándo, 5 d , por este solo hecho, de la promiscuidad doméstica. Más decisiva e.atlin rue la transformacidn del arto penitencial, en su punta de partida excepcional y públ'ico, y que, al a l término de un largul$irrio proceso iniciado desde la ¿poca carolingia. carolingia. acabó convir tiéndose. e n 1 - 215. en virtud de una ¡decisión del IV concilio de Letrán que apoyaba la regexidn de las Cananisias ?abre el pecado y la cause

Obligzr a la generalidad de los Beles a confesarse al menos una v e z al 31» era evidentemente una medida de encuadrnrniento. de in-quiáidián: se trataba de cleialojar lo que se disirridaba de in,subor-dilución. de herejía. an las enciendas, tralpasando ios ramas de lo privado. ¿Pero cabe irnanar revolución más radical y de efectos rids pro dios y prolongados Sobre l a s actitudtu rneniales. que el paso de - una ceremonia tan laszerisible cama la había sido la qu e sucedía a reconarirnierno público de la falca. penitencia ptiblica  — que que iruroducia ak peniteme en un estado sodal particular abiertamente sedaiatio por citrtas maneras de conducirle, una „vestimenta, unas ademanes. en una palabra, zoclo un e4pectácuio de tx.ciusidn morando In la escena pública —  a Jo que eta un limpie diálogo, -.1i

de Los ¿Templa. entre el pecador y 41 idCerdoto. decír entre il alma y Dios. cordesiári auricuiar. de soca a oído, un $ccrera inviolable. puesto que la confesión sólo contaba si era el - preiudio de un n'ab* de rectificnción. de enrniendu jilevrida a cabo por la persona tri silencio o ert_su propio interior? n Clurcy. ciudadela del espiritu curnunitaric, la confesión privada liaba sido írnpu¿stapdr !o dszatutos de l Zlind /lino U. entre 1199 y 1207, una vez por semana al menos* siendo secretas raeribi¿n r ppi[encias. que habían de ser oraciones individuales ert 'coz baja. Y unos arios más [arde, di concilio lV de Ldirdn exteridia la oblicación al nmjunect dt los crlúanos.. Con ocasión de la fitstividad d Pasala, y como preparación a la izornurlión. rudos los ficits (dniun que inttryo - gnrsd que examinar S u conciencia. examinanda u alma_ procediendo 3 los mismos ejercicio a los que 1.e tibian obligado aigttrro hernbreS espirituales a :omienzos del siglo .1
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