Dramatica Insurgencia de Bolivia[1] RESUM..Doc

November 25, 2018 | Author: Anonymous 0Vqf5frET | Category: Unrest
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PARTE HISTORICA DE LA INDEPENDENCIA DE BOLIVIA...

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“LA DRAMATICA INSURGENCIA DE BOLIVIA” CAPITULO I LOS DOS SILOGISMOS En las primeras décadas del siglo XVI, los conquistadores disputaron sus ricos dominios y sus ejércitos se movieron con todo el calor de las grandes guerras feudales de Europa. Charcas como los españoles comenzaron a llamar al Alto Perú, fue posición de Diego de Almagro, pero los Pizarro se apoderaron de ella. En 1545 fue descubierta la montaña de plata más rica “Potosí”. En 1551 el Consejo de Indias aconsejo el establecimiento de una Real Audiencia en Charcas, esta representaba una Agencia Vital de la Dominación española, pero Charcas fue mucho mas que solo eso. Charcas se convirtió en un centro de acción ejecutiva, administrativa y judicial. Muchas veces esta audiencia ejerció más poder que un Virrey. Cuando comenzó a funcionar la Audiencia de Charcas, se fijo una jurisdicción de 100 leguas de radio (320 millas). Después le fueron agregadas muchas tierras nuevas, célula tras célula, cambiando continuamente su jurisdicción, tanto que muy pronto no se conocían hasta donde estaban los límites de esta Audiencia. En 1778 el enorme virreinato del Perú, se dividió en dos con la creación del Virreinato de Buenos Aires y Charcas pasó a ser responsable ante este último. Chuquisaca, sede de la Audiencia, era también una ciudad universitaria. La universidad fue fundada mediante una Bula Papal en 1621 y confirmada por una real célula al siguiente año. Los Jesuitas tenían el derecho exclusivo de enseñar en la nueva universidad, pero en 1787 con la expulsión de la orden, los jesuitas llegaron a su fin, la universidad paso a nanos laicas, pero el arzobispo de Charcas vino a ser su canciller, aunque el presidente de la audiencia interfirió constantemente en la enseñanza y administración de la universidad; el nuevo orden comenzó a poner mas énfasis en derecho y menos en teología, en 1776 se decidió crear una “Academia” en la cual los estudiantes graduados puedan practicar leyes antes de ser admitidos al tribunal, esta academia se denominó “Real Academia Carolina”. Es aquí donde llegaron a desarrollarse las ideas radicales, durante las polémicas privadas, dentro de sus salas se plantó la semilla que trajo la desgracia al imperio español en toda sud América. En 1780 comenzaron a circular pasquines, llamando a los oficiales públicos como “Piratas” o “Ladrones”. Macías Terrazas, secretario del arzobispo, tenia una esplendida biblioteca, pues su alta posición lo eximia de la lista de libros prohibidos por la inquisición. Ningún filósofo fue más estudiado que Santo Tomás de Aquino. El famoso filósofo jesuita, Francisco Suarez, fue el más destacado y no había un solo estudiante de la universidad que no haya leído sus escritos.

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Los doctores radicales aprendieron sus ideas revolucionarias del estudio de los conflictos papales y la filosofía propugnada por los Padres de la Iglesia. También leyeron los trabajos de Maquiavelo en el tema de Iglesia versus Estado. Este filósofo italiano cautivo la peculiar personalidad de la inteligencia altoperuana, de ella aprendió que existen muchos caminos que se pueden adoptar para conseguir un fin. El estudiante de leyes estudio a fondo el arte de la lógica y a través de el aprendió la importancia del “Silogismo”; el argumentar fue su principal pasatiempo y el silogismo su más útil herramienta. Por tanto: Aquino, Suarez, Maquiavelo y el Silogismo, fueron cuatro elementos fundamentales en el movimiento de la independencia, el razonamiento de los radicales decían: “El rey es discriminatorio con los españoles nacidos en América, por tanto nuestra obediencia a la corona también es nula”; estos egresados de derecho nunca podían ser declarados oidores de la audiencia de Charcas, por que no eran nacidos en España, el Dr. Mariano Álvarez intento leer en el virreinato de Lima, un ensayo titulado “la preferencia que debían tener los Americanos en las posiciones de América”, este fue eternamente pospuesto, cancelado y archivado, como eran una pequeña minoría las masas no siguieron su bandera de separación. El régimen español en Charcas era respetado y el Rey era amado, pero estos radicales habían aprendido leyendo a Maquiavelo que la acción política requiere de paciencia. Inesperadamente el 21 de agosto de 1808, sobrevino el gran cambio. El Rey de España Carlos V había abdicado a la corona a favor de su hijo Fernando VII y que los ejércitos franceses ingresaron a España. Apenas un mes después el 17 de septiembre nuevas noticias llegaron a Chuquisaca, informando sobre la cautividad de los Borbones españoles y la llegada de la dinastía Napoleónica en Madrid, así como la forma violenta en la cual el pueblo español se levanto contra esta situación. Esta información también decía que un delegado Manuel de Goyeneche, arequipeño, estaba camino al Chuquisaca para pedir formalmente el sometimiento a la junta de Sevilla. Entre tanto en la Audiencia, las relaciones entre el presidente y el resto era extremadamente fría, desde 1804 habían tenido disputas por celos administrativos. Ésta separación con las noticias prepararon un terreno fértil para los doctores radicales, para aplicar su cuarto elemento aprehendido “el silogismo”. El arzobispo Moxo era en extremo sentimental, cuando llego a Chuquisaca las noticias de la abdicación del rey Carlos IV y la invasión de España por parte de Francia, en lugar de mantener silencio llamó al pueblo y desde el púlpito predico y grito durante cuatro días, incitando a rezar por el Rey. En 1796 había llegado a ser presidente de la Audiencia de Charcas don Ramón García León de Pizarro, que era de inteligencia despierta pero no era instruido, por este motivo era despreciado por los altaneros jueces, su único amigo era el Arzobispo, en septiembre desde el virreinato de Buenos Aires se pedía la fidelidad a Sevilla, Pizarro convoco a reunirse a la

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audiencia, Moxo fue informado y pidió ser invitado, pero los jueces le rechazaron y se sintió profundamente indignado, el arzobispo y la audiencia había roto relaciones. La sesión fue tormentosa, pero los componentes decidieron “no hacer nada”, esperando órdenes reales que vengan de la misma corona de España y no de una junta de Sevilla. Los radicales habían observado el choque entre la audiencia por un lado y el presidente y el arzobispo por el otro. Ahora era el tiempo para aplicar las teorías de Maquiavelo. Los radicales se dieron cuenta que los que estaban “pro Sevilla” serian los que deseaban mantener la unidad del imperio español y apoyar a la audiencia significaba llevar casi a la independencia de la Audiencia de Charcas. Este análisis de pensamiento fue muy intimo, pero ahora debían como podrían ellos racionalizar el apoyo a la audiencia y por tanto otra vez recurrieron al silogismo: esta vez lo usaron para defender la legalidad de la Corona; su legítimo rey había sido apresado por lo tanto Fernando no podía haber delegado su poder sobre las indias a una Junta de Sevilla, este fue el silogismo de la legalidad. Este silogismo se encontraba en contraste con el silogismo basado en el derecho del pueblo a rebelarse, como afirmaban Aquino y Suarez, en los cuales creían los radicales, pero que no era el momento para que sea invocado. Era “La Cara” versus “La Careta” y los doctores rebeldes decidieron usar la careta. Goyeneche, el enviado por la audiencia de Lima, llego a Chuquisaca y fue recibido con gran entusiasmo por el pueblo, el presidente de la audiencia y el arzobispo Moxo, pero falto la audiencia. Goyeneche percibió de inmediato la debilidad del presidente y del arzobispo. Entrego a cada uno de ellos una carta de la hija del rey Carlos IV y hermana del rey prisionero Fernando VII, quien estaba como princesa regente de Portugal en Brasil. Estos pensaron que deberían abrir las cartas delante de todo el consejo de la Audiencia. Se obligo a asistir a una reunión a los componentes de la audiencia. Goyeneche entrego sus credenciales y estas fueron rechazadas por la asamblea, pues indicaron que no tenia firma real ni del consejo de Indias. Goyeneche se indigno y acuso de deslealtad a la corona a Boeto, que era quien había manifestado el rechazo; Boeto primero palideció pero luego también grito que como se atrevían a acusarlo de traidor, acuso a Goyeneche de aventurero y general de papel, todos corrieron para evitar una pelea a puños, cualquier tema posterior era imposible de hablarse. Los miembros se mantuvieron en su política de “no hacer nada”. Pero había un asunto mas “Las cartas” el presidente y el arzobispo habían esperado para abrirlas, entonces lo hicieron delante de la asamblea, las leyeron y luego las entregaron a la audiencia, en esta la princesa decía que desde que su padre fue obligado a abdicar y su hermano hecho preso, ella sería la depositaria mas idónea y legal de la Corona, para cuidarlos y luego devolverlos al reino de España. Carlota estaba reclamando las colonias españolas, la audiencia dijo que las cartas estaban dirigidas al presidente de la audiencia y al arzobispo, que ellos deberían contestar. Pero esos mensajes pronto se convirtieron en la causa inmediata para buscar la independencia de

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Charcas. Goyeneche volvió hacia el Alto Perú, Pizarro y Moxo creían que la sugerencia de Carlota podía ser aceptable, nunca pensaron que si ellos apoyaban esta causa podían ser acusados de infidelidad. Carlota con sus peticiones había destruido la careta del silogismo de los radicales. En 1808 los radicales acusaron a Moxo y Pizarro de desear la entrega de Charcas a los portugueses, esta vez los radicales prefirieron explotar el cargo de la traición. Los radicales no tenían un liderazgo definido, pero destacaban tres hombres: Jaime Zudañez, abogado de la audiencia para la defensa de los pobres; su hermano Manuel Zudañez con una posición clave en el cabildo y en el claustro universitario; y Bernardo Monteagudo, talentoso conspirador, escritor y teorizador. Estos tres estaban de suerte, Boeto que había tratado de pelear con Goyeneche, estaba delicado y murió, ellos iniciaron que el autor de la muerte fue Goyeneche. Después los radicales se movieron en una acción más grande, habían interceptado una correspondencia del arzobispo con un cura de Cochabamba, en la cual se quejaba de “elementos maliciosos”, “seductores hipócritas” comprometidos en asquerosas intrigas; Zudañez convenció al cabildo de solicitar a la audiencia la censura de Moxo y a investigar al presidente Pizarro. Este último se sintió herido en su amor propio y quiso mostrar que podía desplegar energía contra la oposición y pidió al intendente de Potosí Francisco Paula Sanz enviar tropas, apenas se entero de esto la audiencia se junto y determino deponer al día siguiente al presidente Pizarro. Siendo también informado de esta situación Pizarro dispuso el arresto del personal ejecutivo de la audiencia y del abogado para lo pobres Jaime Zudañez, solo Jaime Zudañez fue localizado y apresado y en su trayecto hacia el arresto comenzó a gritar “ciudadanos me están llevando para ahorcarme”, el pueblo se exaltó y por este motivo no les fue permitido llegar hasta el cuartel y Zudañez tuvo que ser introducido en la casa del Presidente Pizarro. Se había iniciado la revolución del 25 de mayo de 1809, que marca el inicio de la guerra de la independencia en Charcas. El furioso pueblo vocifero frente a la puerta de Pizarro, saqueo el lugar y apreso al presidente de la audiencia, lo condujeron hasta la universidad donde lo pusieron bajo arresto en una habitación. Después de deponer al presidente Pizarro, la audiencia asumió todos los poderes en nombre de Fernando VII y designo Comandante General de Charcas al coronel Arenales, un próximo paso fue invitar al arzobispo Moxo que reasuma su cargo. Envió delegados a todas las regiones de Charcas, con la finalidad de evitar que personas pro-Pizarro, intenten un movimiento reaccionario. Los delegados radicales fueron: Monteagudo a Potosí y Tupiza, Lemoine a Santa Cruz, Manuel Arce a Oruro, Alcereca a Cochabamba, Mariano Michel uno de los más radicales a La Paz. Michel fue a ponerse en contacto con el cura Medina, quien era el más radical de la generación de 1809, Medina se comprometió a que en La Paz se daría el apoyo a lo iniciado en

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Chuquisaca y el 16 de julio de 1809, fruto de un cabildo, se depuso al intendente y al obispo de La Paz, días mas tarde crearon un organismo llamado “Junta Tuitiva”, de la cual don Pedro Domingo murillo fue hecho presidente, este grupo en La Paz, rompió la careta del silogismo de la legalidad y pasó abiertamente al silogismo revolucionario. El movimiento de La Paz, sufrió un colapso, los moderados desertaron y desde el Cuzco vino Goyeneche, recientemente designado presidente de esa audiencia y con su ejército aplastó la revuelta, muchos de sus dirigentes fueron apresados y colgados en la Plaza principal de La Paz. El esquema elaborado por los doctores radicales fue destruido de un solo golpe, por el simple error de abandonar la careta y mostrar la cara. En Chuquisaca continuo el gobierno de la audiencia, Arenales levanto un ejército de unos mil hombres, la audiencia persuadió al intendente Sanz de Potosí de marchar sobre Chuquisaca para restablecer a Pizarro y también persuadieron al virrey de Buenos Aires Baltasar Hidalgo de Cisneros de aceptar el nuevo orden en Charcas, pero Cisneros designo un nuevo presidente para la audiencia, por este motivo el 7 de septiembre de 1809 se recibió a Vicente Nieto con todos los honores correspondientes, Pizarro fue liberado de su prisión y se le permitió volver a su casa. Por su parte Nieto confirmo a Goyeneche que agradecía su apoyo pero que no era necesario que marche con su ejército sobre Chuquisaca. Nieto investigo los sucesos, pidió permiso al virrey para deponer a varios oidores, lo cual fue aprobado, el coronel Arenales fue destituido y enviado hasta Lima para su enjuiciamiento. Los hermanos Zudáñez y Monteagudo fueron a prisión, donde murió Manuel Zudañez, después de un tiempo escaparon Jaime Zudañez y Monteagudo. Goyeneche en La Paz y Nieto con moderación habían destruido a la generación de 1809. Pero exactamente un año después, un 25 de mayo de 1810, los radicales de Buenos Aires, repitieron lo que se había hecho en Chuquisaca y tuvieron éxito. Arenales pudo escapar del Perú, regreso a Charcas y vivió oculto en el campo, comenzando a luchar contra las autoridades españolas como un líder de las guerrillas. El Alcalde de Moromoro, el criollo Manuel Asencio Padilla, que tenia una mujer educada y aguerrida (Juana Azurduy), formaron un ejército y apoyaron la milicia de Arenales, de esta manera nació otra unidad irregular, no vinculada con la agitación de 1809, estas unidades irregulares fueron una especie de herencia no esperada de la generación de 1809. Las guerrillas y Buenos Aires habrían de continuar la lucha contra las autoridades españolas en Charcas. CAPITULO II LOS EJERCITOS DE LOS GUERRILLEROS ¿Cuántos líderes de guerrillas lucharon? Es realmente inútil y sin sentido, pero según el historiador Bartolomé Mitre, es correcto señalar que 6 puntos fuertes son los que hicieron peligrar la hegemonía española en el Alto Perú y fueron las llamadas republiquetas. En el

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corazón de Charcas florecían seis ciudades: Potosí, Chuquisaca, Oruro, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Potosí era la más importante para España; Chuquisaca fue la capital donde estaba situada la audiencia, La Paz y Oruro eran centros mineros, Cochabamba y Santa Cruz eran de importancia agrícola; las republiquetas fueron instaladas entre medio Charcas y las seis importantes ciudades. 1. En el Lago Titicaca el cura Idelfonso de las Muñecas, obstruyo las comunicaciones entre el alto y bajo Perú, opero en todo Larecaja. 2. Vicente Camargo en el Sud, dirigió otra republiqueta, con cuarteles generales en Cinti. Mantuvo la puerta abierta para los argentinos. 3. Otra gran república guerrillera quedaba entre los ríos Grande y Pilcomayo, esta obedecía a la pareja Padilla. 4. En el este se encontraba Ignacio Warnes con su centro principal en Santa Cruz de la sierra. 5. Arenales se encontraba situado entre Mizque y Valle grande. 6. La otra estaba ubicada en Ayopaya, en el centro de la región montañosa, dirigida por José Miguel Lanza. Estas fueron las 6 republiquetas grandes, había otra en Chayanta pero sin un líder destacado y era inconstante. También hubo otras pero de menor intención, extensión y constancia. En 1816 vinieron a ser la mayor amenaza para la efectiva dominación española en el Alto Perú. Los realistas finalmente en 1816 alcanzaron la destrucción de las republiquetas, Muñecas, Camargo, Padilla y Warnes murieron en batalla y Arenales tuvo que escapar a la Argentina, solo la republiqueta de Ayopaya sobrevivió y permaneció durante todo el resto de la guerra. El 29 de enero de 1825 el comandante Lanza ocupo La Paz, antes que el Mariscal sucre y su ejército entrara a la ciudad. Lanza sobrevivió a la guerra y fue integrado al ejército Boliviano, llegando a ser lugarteniente de confianza del Presidente Sucre. José Miguel Lanza en 1816 no estaba en Ayopaya, el recién aparece en el año 1821, designado por sus superiores de la Argentina, antes había estado preso por que el 4 de septiembre de 1812 había sido condenado a diez años de prisión, “por luchar contra el ejército del rey”, Lanza estuvo en la cárcel con Chinchilla y ambos escaparon, pero nueve años mas tarde Lanza mataría a Chinchilla por ocupar su puesto. Chinchilla era su amigo el le había proporcionado ropa y cobijo cuando escaparon de la cárcel, de 1812 a 1821, las actividades de ese Lanza prófugo no son conocidas. Quienes dirigieron la republiqueta de Ayopaya fueron: Eusebio Lira, Santiago Fajardo y Manuel Chinchilla. Esta republiqueta no tenía un cuartel general permanente, hacían correrías sobre los mismos límites de Oruro, Cochabamba y La Paz; una región donde la

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sangre india circulaba en las venas de todos, había pocos blancos, muchos indios puros y muchos de sangre mezclada. De esta Republiqueta no se tenia casi nada conocido hasta que se encontró “el diario” de un soldado apellidado Vargas, quien era tambor mayor y nativo de la región, no era indio pero venia de familia mestiza bien establecida que tenia alguna tierra, Vargas conocía como se escribe pero seguramente su educación era muy limitada, escribía tal como hablaba y su diario es difícil de leer y traducir. Vargas nos dice que la facción existía para luchar contra los españoles, pero que esto no era todo el tiempo. El 5 de noviembre de 1817 el capitán Eugenio Moreno con su compañía fueron a Paria, el 17 de noviembre muy temprano entraron en Paria y muchos de ellos fueron a la casa de un ciudadano respetable, don Eugenio Flores, cuyo cumpleaños se celebraba. Oyendo el ruido un modesto ciudadano fue a juntarse al festejo pero apenas ingreso dispararon sobre el y lo mataron, luego los guerrilleros abandonaron la reunión y tomaron presos a cuantos encontraron en la calle, al día siguiente abandonaron Paria, pero no sin antes saquearla, llevaron prisioneros y cuando uno de ellos solicito al sargento detenerse un momento, el Capitán Moreno lo mató. Retornando hasta Leque. El 1ro de diciembre Lira dejo Inquisivi y fue a Machaca, acompañado por el tambor Vargas, ordeno a Moreno comparecer ante el y lo reprendió severamente por haber ido a Paria, haber saqueado y matado. Lo apreso y le puso guardia, luego llamo a la mitad de sus granaderos a Machaca, pues había ido hasta allí sin resguardo, pero no quería que venga a Machaca ningún oficial por que iban a pedir que libere a Moreno, pero aún así fue el pueblo el que pidió piedad para Moreno, el 5 de diciembre Moreno desapareció de su celda, el prisionero escapo con ayuda de sus padrinos y de la propia esposa de Lira, cuando Lira se entero se puso furioso. Después de unos días se realizo una reunión entre un sacerdote, su esposa, el coronel Zarate y Lira allí le preguntaron, ¿Si Moreno de su propia voluntad volviera y le pide perdón, usted lo perdonaría?, Lira contesto que lo perdonaría “en nombre de la patria”, pidieron a Lira que firme su palabra, el tuvo que firmar en dos ejemplares y dijo que seria perdonado pero retirado del servicio y que no podría abandonar el territorio de la provincia guerrillera de Ayopaya. Cuando esto fue firmado Moreno salió de debajo de la cama donde había estado oculto y escuchando toda la reunión. La noche del 14 de septiembre de 1817 el mayor Pedro Marquina, el Capitán Agustín Contreras los subtenientes Santiago Morales y Pedro Graneros, junto con el ex capitán Moreno y el subteniente Antonio Pacheco y el soldado Torres, entraron a los cuarteles y ordenaron a toda la unidad a levantarse, relevando a la guardia. Entonces el mayor Marquina les mostró un papel y les pregunto si conocían la firma, todos miraron el papel y dijeron que era de su comandante Lira. El mayor leyó en voz alta una carta que estaba dirigida al coronel Manuel Rolando del ejército del Rey, fechada el 14 de diciembre de 1817 (mismo día), leyó que lo citaba a una

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reunión en Tapacarí y que allí conversarían los detalles para terminar con la resistencia y que ninguna de sus unidades seria una amenaza para el rey y que estaría muy complacido de dar un abraso como un “Leal vasallo del Rey”, Lira le pedía que no dudara que estaba listo para una rendición. Cuando hubo terminado la lectura, todos quedaron atónitos, Vargas que estaba allí vio una vez mas la carta y pregunto como tenían la carta, Marquina le dijo que fue el soldado Torres el que le entrego y que Lira se la había dado a el para que la lleve. Vargas viendo el tumulto llamo a un amigo, el pequeño tambor de Tapacarí, le dijo que corra a la casa del comandante y le cuente el suceso. Llego a la casa y le explico al comandante lo sucedido, Lira no comprendió muy bien y reprendiendo al pequeño tambor por salir del cuartel lo mando nuevamente a la cama. El ex capitán Moreno fue quien insistió en ir con los soldados y traer al comandante, llego hasta su casa golpeo la puerta y arresto al comandante. Moreno le explico que no era una revolución que solo ellos habían encontrado un papel con su firma y que deseaban aclarar esto. Lira fue conducido hasta un almacén próximo, cuando ingresaba al almacén alguien realizo un disparo e hirió a Lira. Los soldado y oficiales que habían permanecido en el cuartel y la gente del pueblo, que había despertado, corrió a ver que pasaba, cuando llegaron vieron a Moreno que gritaba que el no sabia quien había herido al comandante Lira. Vargas llego al almacén cuando Lira lo vio, le apretó la mano y se quejó de la mala gente que había forjado y falsificado la carta y su firma, Lira estaba amargado contra Moreno y Marquina, dijo que por que iba a querer rendirse cuando sus tropas eran mas fuertes que nunca. Le pidió que les diga eso a sus oficiales y soldados, cuando Vargas llego al cuartel estos estaban vacios, habían apresado a muchos que simpatizaban con el comandante Lira, luego condujeron a todos, incluidos los presos, a una reunión asamblea, donde Santiago Fajardo, suegro de Marquina hablo espantado por lo que pensarían las autoridades superiores de buenos Aires. El mayor Marquina que había publicado los cargos contra Lira, dijo que ese día se había perdido a un bravo, zagas, prudente y meritorio comandante y advertía que algunos habían querido iniciar una gran intriga para destruir la partida de los guerrilleros. Pensaba que nadie era el responsable del atentado contra Lira, quien no había muerto aún por “deseo del Dios de los Guerreros” y que la cosa mas importante era nombrar un nuevo comandante. Fajardo fue rápidamente elegido y todos juraron obedecer sus instrucciones. El moribundo pidió que Vargas lo acompañe en sus últimos momentos, Fajardo accedió y luego Lira murió. Hasta aquí Con la elección de fajardo y la muerte de Lira, no llego la quietud y la calma, mas bien siguió un periodo de anarquía y pelea interna. Los indios querían a Lira por que el había tenido su sangre en sus venas, miles de ellos convergieron sobre Palca y Machaca, amenazaron y sitiaron a Fajardo, demandando la entrega de Moreno, Marquina y otros. Fajardo que era un pacificador sin mayores ambiciones quiso renunciar, entonces se estableció una junta incluyendo a los jefes

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indios y mestizos como: Copitas, Calderón, Chinchilla, Quispe y Zúñiga. En la junta Fajardo renuncio, pero fue reelecto por la gente, el segundo al mando fue Chinchilla y los autores de la muerte del Comandante Lira quedaron impunes. En 1818 surgió otra crisis, bajo influencia del alcohol, Marquina y Moreno se acusaron recíprocamente de haber planeado la muerte de Lira, Marquina Mató A Moreno y luego se resistió al arresto, los indios que no habían olvidado a Lira lo apresaron, lo mataron y pusieron su cabeza en un poste, Fajardo nuevamente renunció y los indios pusieron por comandante a Chinchilla. U 3 de febrero de 1821 Lanza se presento en la guerrilla de Ayopaya, designado por el superior de Argentina como nuevo comandante, Chinchilla acepto, pero Lanza acuso a Chinchilla de haber cooperado con los españoles y sin mas lo puso frente a un escuadrón de fusilamiento y lo mato, mato a ese amigo que había estado con el en la cárcel y había escapado, aquel que le había proporcionado ropa y refugio. Después de esto Lanza definió y organizo la unidad guerrillera y lucho hasta el final de la guerra. Es evidente que Lanza no mato a Chinchilla por algo personal, tenia instrucciones de los superiores de las provincias unidas. De la narración que tenemos de esta republiqueta, gracias al diario del tambor Vargas, podemos decir que la existencia de las republiquetas fue debida a la guerra, también fue enemistad y aversión a los españoles. Pero bajo la perspectiva del autor tiene mucho que ver el espíritu de aventura, por que en ellas hablaron contra la corona en términos vagos, como para liberarse ellas mismas del dominio español, aún el luchador Lira estuvo algunas veces en contacto con los españoles. Soldados y oficiales pasaron de uno a otro bando, siempre y cuando les ofrecieran mejores condiciones o por que habían cometido alguna inconducta. Las grandes masas de indígenas, eran solo una gran reserva de hombres para la lucha, el indio mucho más que el mestizo era ignorante de los problemas y razones para la guerra. Frecuentemente sucedió que los españoles trataban a los indios mejor que los americanos blancos, los criollos y los mestizos, los criollos más que nadie fueron responsables por colgar públicamente a los rebeldes capturados. Ni la generación de 1809 ni los líderes guerrilleros pensaron jamás emanciparlos. Una sola palabra es mencionada “Patria”, ellos lucharon por la Patria, llamaron a sus unidades “ejércitos de la patria”. Patria no representa una jurisdicción definida, es solo el anhelo de libertad, una libertad para su suelo. De los relatos podemos decir que los jefes guerrilleros esperaban órdenes de Buenos Aires. Pero el fracaso y la actuación de los ejércitos auxiliares (venían de Buenos Aires), estimularon posteriormente el deseo de una Charcas independiente. CAPITULO III LOS EJERCITOS DEL DESTINO

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En la creación de la República de Bolivia, las guerrillas representaron un pequeño factor por su falta de objetivo preciso. La guerra fue peleada por dos clases de fuerzas: 1. La permanente batalla de los montoneros. 2. Campañas estratégicas entre ejércitos de lejanos orígenes. Los rebeldes vinieron desde la región de La Plata, con el propósito de liberar las provincias altas, las cuales ellos consideraban como parte del Virreinato de buenos aires, estos contingentes enviados desde Argentina, se denominaron “Ejércitos auxiliares”. Cuando en 1810 Buenos Aires rompió relaciones con España, los oficiales realistas fieles en el Alto Perú, que habían reprimido las revueltas de 1809, entregaron la audiencia de Charcas al Virreinato de Lima, las autoridades de buenos Aires nunca reconocieron esta entrega. La existencia de un Alto Perú en manos de los realistas, podía poner en peligro su existencia. Los patriotas miraban a Buenos Aires para obtener ayuda y ellos mismos se consideraban parte del Virreinato de buenos Aires. Por otro lado los leales a los realistas miraban a Lima en demanda de protección. Las unidades que marcharon al Alto Perú desde Buenos Aires, obtuvieron resultados opuestos, su fracaso militar y su conducta indigna, crearon hondo resentimiento, el cual vino a ser la base del deseo de separación respecto a Buenos Aires. El primer ejercito auxiliar estaba bajo el mando de un abogado de apellido Castelli, su fuerza entro en el Alto Perú en octubre de 1810y antes de cruzar las fronteras de las provincias interiores, ya había cometido un serio error el ex virrey Liniers y algunos de sus asociados fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento, lo cual no fue bien recibido en Charcas. Liniers tenía un aprecio en Charcas por que había reprimido las incursiones inglesas en 1806, esta estima no había sido completamente desvanecida. El 25 de noviembre de 1810 el ejército argentino entro en Potosí, después de la victoria de Suipacha, fue muy bien recibido, paralelamente los guerrilleros habían liberado Cochabamba de los realistas y La Paz estaba a favor de Buenos Aires, Castelli podía haber aprovechado esta situación, pero cometió otro error, arresto al presidente de la audiencia de charcas Vicente Nieto y lo condeno a muerte junto con el intendente de Potosí Francisco Paula Sanz y el general realista José Córdova, aunque los tres eran realistas, en realidad ninguno era odiado por el pueblo, eran mas bien personas apreciadas y de conducta irreprochable. Ninguna corte los juzgo y solo fue la palabra de Castelli la que los condenó. Los soldados vagaban libremente por las calles de la ciudad mostrando absoluto irrespeto por los habitantes y las mujeres, quien viniera en su defensa era muerto sin merced, cuando el 22 de diciembre Castelli partió con su ejército hacia Chuquisaca, el pueblo se sintió aliviado. Castelli y su gente también tuvieron una conducta reprochable, emitió una proclama en la que restringió las garantías políticas y judiciales, todo el que se oponga al ejercito auxiliar seria considerado traidor y puesto ante corte marcial. En marzo salieron de

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Chuquisaca en avance al norte hacia el virreinato de Lima, ocuparon las ciudades de Oruro y La Paz, ultrajaron los sentimientos religiosos de sus habitantes ignorando las observancias de la semana santa. Después firmo un armisticio con Goyeneche por 40 días, pero Castelli durante este periodo avanzo más al norte, por lo cual Goyeneche lo ataco y lo venció, Castelli huyo hacia Oruro pero tuvieron que pasar de largo por que sus habitantes no los querían tener allí, este ejercito huyo en completo desorden, Castelli llego a Chuquisaca y allí ordeno nuevamente a sus hombres, en junio de 1811 retorno a Potosí con su ejército diezmado y derrotado, un día un soldado negro argentino ebrio agredió con cuchillo a una pacifica reunión de ciudadanos y estos le contestaron, el pidió ayuda a sus compañeros y del otro lado se aumentaron los potosinos, el pueblo trajo toda clase de armas y las bajas en ambos lados fueron numerosas, aun con la llegada del nuevo día se seguía peleando en las calles, hacia el medio día algunos pobladores llevaron la imagen de la virgen del rosario y de la Vera cruz y pudieron apaciguar los ánimos. Pueyrredon era un oficial argentino que había sido nombrado por Castelli como Comandante Auxiliar y este intento reconciliar los explosivos ánimos opuestos. Al día siguiente vistió a su ejército de gala y lo hizo marchar por la plaza del poblado, allí pronuncio unas palabras y pidió reconciliación, así auxiliares y potosinos cayeron unos en brazos de otros como si día antes no se hubieran estado matando. Como se inicio una investigación para ver quien había sido responsable de estos actos en Potosí, los investigadores llegaron a la conclusión que fueron los párrocos de la ciudad, los cuatro curas fueron acusados de hablar a favor de Lima, se les arrestó y se les ordeno salir de Potosí. Entretanto el ejercito realista de Goyeneche había avanzado hacia el suden Amiraya derroto nuevamente al contingente auxiliar, Pueyrredon temeroso de que esta noticia anime a los Potosinos en catos hostiles, anuncio que ellos los auxiliares habían ganado en Amiraya, pero la mentira fue descubierta muy pronto, poco después el comandante auxiliar de la batalla de Amiraya, Díaz Vélez, entro derrotado a Potosí, Díaz Vélez decidió dejar Potosí y retirarse a la Argentina, Pueyrredon y algunas unidades de soldados seleccionados permanecerían en la ciudad, pero el fin era robar las reservas de la Casa de la moneda, el Banco San Carlos y otras agencias fiscales. Pidió a los potosinos 400 mulas, diciendo que solo quería llevar estos fondos hasta Tupiza y no a la Argentina, planeo hacer eso y la noche del 25 de agosto trabajo desde las doce hasta las cuatro de la mañana cargando cuando dinero y joyas podía, al amanecer habían llegado a campo abierto, cuando el pueblo despertó comprendió que los auxiliares se habían llevado su dinero, corrió en persecución y alcanzo a una unidad argentina rezagada, pero no pudieron enfrentarlos y Pueyrredon se fue terminando así la primera incursión de los ejércitos auxiliares argentinos. Mientras tanto los realistas habían llegado a la ciudad y la habían tomado fácilmente y sin oposición. En Potosí prepararon una gran bienvenida al general Goyeneche, igual a la que hicieron a Castelli cuando llego por primera vez.

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En la argentina un oficial realista Pio Tristán, había estado combatiendo y logro una importante derrota sobre los ejércitos auxiliares, pero extendió mucho sus líneas y lo que era una victoria se convirtió en derrota, Manuel Belgrano, brillante general argentino lo había derrotado. Goyeneche conociendo esta noticia decidió dejar Potosí y retornar hacia el norte, hacia Lima. Belgrano persiguiendo al ejercito realista derrotado ingreso al Alto Perú, fue la segunda entrada de los ejércitos auxiliares a las provincias altas el 7 de mayo de 1813 Belgrano entro en Potosí, donde como de costumbre hicieron fiestas y agasajos en su honor. Belgrano gobernó totalmente opuesto a Castelli con un ejército disciplinado y respetuoso. El comando español había pasado a un nuevo general de apellido Pezuela, quien decidió atacar a Belgrano y marcho hacia las provincias altas, obligando a Belgrano a salir a campo abierto. Pezuela infringió a Belgrano una resonante derrota. Belgrano tomo camino de regreso a potosí, luego hubo un segundo combate en campo abierto y nuevamente gano Pezuela, la única solución para Belgrano era evacuar Potosí rumbo a la argentina, en Potosí distribuyo sabiamente los almacenes de su ejército entre los mas pobres, el 18 de noviembre de 1813 el ejercito argentino estaba decidido a dejar Potosí. Un oficial de apellido Paz, que estaba en la retaguardia ordeno que todo el pueblo saliera de la ciudad lejos de la plaza principal y la casa de la moneda, el pueblo empezó a corretear por todos lados, entonces les comunico que habían dinamitado la casa de la moneda y que la iban a volar. Díaz Vélez había quedado último con el orden de encender la mecha, pero en ese ínterin alguien había robado las llaves de la casa de la moneda, por eso solo prendió la mecha y cerro la puerta pero no puso llave, salió corriendo de la población pero no había cuando estalle, esa persona que robo las llaves había apagado la mecha. El pueblo de Potosí estaba furioso contra Belgrano que había tratado de destruir su ciudad. El hombre que robo la llave apellidaba Anglada y era un oficial auxiliar que se había enamorado de una dama potosina. Belgrano que había cambiado la imagen de Castelli, se equivocó en el último minuto y reabrió las heridas. En 1815 la rebelión contra los realistas se había trasladado hasta el Bajo Perú y en el Alto Perú las republiquetas creaban serios conflictos para los españoles. San Martin nuevo comandante del ejercito del norte de las provincias unidas (argentina), había detenido con éxito a Pezuela en Tucumán, San Martin con un alto sentido táctico, había visto que el camino hacia lima por el Alto Perú era difícil, era mejor atacar por mar hasta frente a las costas de Lima, dejo su comando pero a los oficiales subalternos les pareció que la ruta por el Alto Perú hacia Lima, estaba mejor que nunca y el general Rondeau fue elegido para comandar el tercer ejército auxiliar. La severa disciplina que Belgrano y San Martín habían puesto en el ejército argentino fue hecha pedazos por Rondeau, venció a los realistas cerca a la quiaca, en lugar de perseguir al enemigo celebraron con bastante licor que encontraron en el lugar. Pezuela y su lugarteniente Coronel Pedro Antonio de Olañeta se retiraron hasta Oruro.

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El 1ro de mayo de 1816 el tercer ejército auxiliar argentino ingreso en Potosí, donde les dieron una bienvenida como a todos los anteriores y a los realistas, Rondeau era de carácter débil y por tanto sus tropas cometían toda clase de abusos, en septiembre el general Rondeau decidió atacar con la esperanza de ocupar Oruro, la despedida fue bochornosa, era un desfile de oficiales y soldados totalmente borrachos, el 29 de noviembre en las pampas de Sipe Sipe Rondeau fue totalmente derrotado, cada soldado tomo su propio camino para escapar, Rondeau llego hasta Chuquisaca donde reunió a alguno de sus soldados, para retirarse hacia la argentina, desde allí escribió al comandante Padilla una carta pidiéndole que continúe con la guerra de republiqueta, lo cual molesto a Padilla que le contesto diciendo: “usted me ordena atacar al enemigo, de cuyas manos usted ha recibido la mas vergonzosa derrota” y continua recordándole lo bochornable de los ejércitos auxiliares, que eran solo una infamia y burla. Decía que el gobierno de Buenos Aires había demostrado solamente desconfianza para el pueblo, dañando el honor de los habitantes. Concluía su carta dando a entender que si las cosas no cambiaban esta parte de las provincias altas podrían tomar otro rumbo hacia una independencia propia. Los abusos de los tres ejércitos auxiliares fue la principal causa de la separación de Charcas con respecto a la argentina, la ayuda resulto ser un enemigo mas, desde el tercer ejército auxiliar las provincias altas tuvieron que seguir solas su lucha contra el enemigo español. CAPITULO IV DOS CARAS Chuquisaca, llamada la Plata por los realistas, había sido fundada en 1539, cuando las minas de Potosí empezaron a entregar sus riquezas, la ciudad vino a ser el asiento de una audiencia, su audiencia ignoró a los virreyes de Lima y buenos Aires, sintiéndose responsable solo ante Dios y el rey. Tenía aproximadamente 13.000 habitantes y una gran cantidad de abogados, el cual era un grupo arrogante, conservador y provincial. El 3 de marzo de 1795 nació el hijo de los esposos Olañeta, lo bautizaron con el nombre de Casimiro Olañeta, este llegaría a ser una importante figura en la independencia de Bolivia, fue abogado, un maestro de la pluma , la mentira y la alabanza, el no estudio en San Francisco Xavier, el egreso de la universidad de Córdova Argentina, regreso a Charcas después de 1810 e ingreso a san Francisco Xavier y dos meses después a la Academia “Carolina” donde se presentaban casos y esgrimían defensas para preparar a los jóvenes abogados en la profesión, para luego trabajar en la audiencia. El entrenamiento de Casimiro cuando el tercer ejército auxiliar bajo el mando de Rondeau, ocupo la capital, huyo a los cuarteles realistas de Oruro, allí residían el coronel Pezuela y el coronel Pedro Antonio Olañeta, hermano del padre de Casimiro, Casimiro se unió a su tío, cuando el ejército de Rondeau fue derrotado volvió a Chuquisaca, solicito a la audiencia una ayudantía, Casimiro fue un trabajador eficiente, pues muy pronto fue nombrado Secretario de la

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Audiencia. En 1817 Casimiro considero que había adquirido suficiente experiencia y solicito admisión al examen final frente a la audiencia, paso el examen “sin fallas y con éxito”, posterior a la recepción de su diploma Casimiro Olañeta adquirió un ascendiente fenomenal y en 1818 llego a ser fiscal del crimen y después como conjuez fiscal en lo civil, abogado en el oficio de protección a los indios y abogado de la oficina del censo, cargos normalmente dados a abogados muy experimentados. Fue admirado y respetado, pensaban que era un leal servidor de la corona española. En 1820 Casimiro pidió permiso a la audiencia con el objeto de unirse a su tío, quien había sido promovido a general y era el nuevo comandante realista en el Alto Perú, hasta ese 1820 nada en Casimiro Olañeta indicaba simpatía por la causa de los patriotas. Casimiro fue acomodadizo e inescrupuloso, con su fenomenal perspectiva, conocía perfectamente cuando la causa o persona que estaba apoyando perdería popularidad. Fue tan inescrupuloso como para invitar a potencias extranjeras a atacar Bolivia. Siempre trabajo en retaguardia, escribió poco de modo que no exista prueba definitiva sobre el. Hacia fines de 1820 fue debilitándose la causa realista, Casimiro Olañeta comenzó a tomar contacto con los patriotas, iniciando su carrera “Doble Cara”. En 1824 dio el gran golpe maestro que lo llevo a ser el mas importante en charcas, fue el plan y trabajo de un verdadero genio. Rene Moreno que no solo fue excelente historiador, sino que también fue profesor de retórica en Santiago de chile, creó dos prototipos de dos caras, para el “los Olañetas y los Urcullo”, sonaba melodioso, son ejemplo de intriga y traición. Manuel Mariano Urcullo nació en Chuquisaca el 16 de julio de 1785, estudio teología y gramática española, luego ingreso a San Francisco Xavier y llego a ser estudiante de la academia “Carolina”. Volviendo a 1816 diremos que las guerrillas de charcas doblaron sus esfuerzos para mantener viva la guerra por la independencia. Padilla , Jacinto Cueto, Idelfonso Carrillo, Prudencio Miranda, Esteban Fernández y Marcelino Torres se habían unido y atacaron audazmente a Chuquisaca, los patricios de la ciudad decidieron organizar defensa contra aquella ignorante guerrilla, Manuel Maria Urcullo organizo este ejército y lucho contra las fuerzas campesinas atacantes, fue condecorado con una medalla que decía “A los defensores de los derechos del Rey” al año siguiente 1817 Chuquisaca fue nuevamente atacada por el general argentino La Madrid, Urcullo sin pensarlo mas dejo el escritorio para tomar las armas por la defensa del Rey, La Madrid tuvo que retirarse. En el 1ro de enero de 1818, el cabildo de Chuquisaca realizo elecciones y Urcullo fue electo nuevamente como asesor del cabildo. La lista de los elegidos fue presentada al presidente de la audiencia don Pascual Vivero, quien no acepto a Urcullo y a Calvo, acusándolos de haber sido desleales con la causa española y de haber cooperado con los patriotas cuando estos ocuparon la ciudad. Urcullo y Calvo protestaron, ambos tenían el apoyo del cabildo, el caso fue llevado a la audiencia y fue uno de esos largos procesos legales, en 43 folios se demostró que Urcullo y

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Calvo eran ejemplo claro de los dos caras, en 1813 cuando ingreso el segundo ejército auxiliar argentino, estos habían ofrecido sus servicios, Casimiro Olañeta defendió a ambos hombres, fueron reempleados por los españoles, en 1815 con la invasión del tercer Ejército auxiliar argentino habían repetido la misma situación. Urcullo no pudo convencer a los realistas que el era un realista sincero y los oficiales españoles le ordenaron marchar al exilio. Vivero fue transferido y un nuevo general de nombre Rafael Maroto ocupo su lugar como comandante español en Chuquisaca, pero Maroto confirmo el mal accionar de Urcullo y Calvo y no confirmo su elección para ocupar sus cargos. 28 días después Maroto condecoró a Urcullo por una orden del Virrey Pezuela, concedida por su valioso comportamiento y conducción de combate contra el general La Madrid, estos personajes habrían servido al diablo si representaba ventaja personal, personas así no necesitaban armas o guerrillas, como hábiles manipuladores podían ensayar alguna treta. CAPITULO V LA GRAN INTRIGA El primer comandante español durante la guerra de la independencia fue el general Manuel de Goyeneche, el personaje que le sucedió fue el general Joaquín de la Pezuela, quien tenia a tres hombres asociados: el general Juan Ramírez y los coroneles Pedro Antonio Olañeta y Francisco Aguilera. La dureza de Olañeta lo había hecho un soldado de primera clase, nunca se rindió y prefirió morir en batalla en 1825, el coronel aguilera operaba en la espaciosa Charcas oriental, osea Santa Cruz de la Sierra. El general Ramírez era inmisericorde con sus enemigos, todos eran realistas convencidos sin ninguna intención de cambiar de bandera, el Virrey de Lima, Marqués de concordia, Fernando Abascal los tenia en una gran estima. Pero Abascal estaba viejo y cuando Pezuela alcanzo su victoria en Sipe Sipe, fue recompensado con la silla virreinal de Lima. A comienzos de 1815 llegaron nuevos contingentes de oficiales de España, un grupo conformado por el general La Serna, el general Canterac y el coronel Jerónimo Valdes, veteranos de las guerras napoleónicas, fue el escogido. La Serna fue nombrado Comandante del Alto Perú y Ramírez fue transferido a la audiencia de Quito. Estos tres oficiales

eran

diametralmente opuestos a Pezuela, pero el era el virrey y ellos estaban bajo sus órdenes. Pedro Antonio Olañeta quien había caminado con Pezuela, sintió también un gran rechazo por estos oficiales, Olañeta había estado esperando ser nombrado comandante del Alto Perú. Hacia 1820 el virrey Pezuela, perdió la importante provincia de chile y el general San Martín estaba luchando en el corazón del virreinato de Lima, La Serna partió del Alto Perú para Lima, el General Ramírez fue llamado desde Quito, el coronel Valdes y el general Canterac corrieron a Lima con la crema del ejército altoperuano. El único que permaneció en el Alto Perú fue Pedro Olañeta y por ausencia llego a ser el comandante del ejército realista en Charcas, un cargo que

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había anhelado por bastante tiempo. Pero el Alto Perú estaba gravemente expuesto por la extracción de gran parte de sus tropas. Pezuela vacilaba en la toma de decisiones y por esto La Serna, Canterac, Valdes, y hasta Ramírez que había sido de la escuela de Pezuela, ahora estaban disgustados por la conducta del virrey y el 29 de enero de 1821 le enviaron un ultimátum, pidiéndole que dejara el cargo dentro de 24 horas, le dieron 4 horas para contestar el ultimátum y ofrecieron a el y su familia todas las garantías de seguridad. Canterac y Valdes nombraron virrey a La Serna y pidieron confirmación a España, la cual llego rápidamente. La Serna promovió a Valdes a general dividió el ejercito en norte y sud, al norte para Canterac y al sur para Valdes. Este fue un terrible golpe para Olañeta, La Serna y los liberales eran ahora sus jefes y el radical Valdes su directo comandante. El general jerónimo Valdes, era pequeño delgado y algo encorvado, sus ropas siempre estaban raídas. Despreciaba el confort y dormía en el suelo con solo dos frazadas, sus tropas lo veneraban y sus oficiales lo respetaban. Olañeta acepto la situación sin decir palabra y fue dejado en el comando de Charcas. Su sobrino Casimiro Olañeta entendió la situación de su Tío

y en su mente comenzó a tomar forma un plan

diabólico, como líder maquiavelista comenzó a atraer un grupo de hombres tales como Urcullo, Usin, Calvo, Calvimontes, Callejo, Antequera, los hermanos Moscoso y otros, todos graduados de la academia carolina, había llegado la hora en que ellos podrían prescindir del poder español y ocupar su lugar, por eso se transformaron en una especie de logia de dos caras.. eran partidarios de las provincias unidas (argentina) , pensaban que si Charcas fuera liberada ellos podrían ser colocados en cargos importantes José María Serrano, que se había unido como el discípulo menor, con su entusiasmo fue quien probablemente escribió la declaración de la independencia de las provincias unidas en 1816, fue secretario del gobernador de Salta y desde esa situación importante envió información al general Olañeta, otro miembro activo de esa agrupación fue Urdininea, estos dos últimos y otros comprendieron que era imposible libertar a Charcas de los españoles con el ejercito argentino., era imperativo separar Charcas como una unidad independiente, de esta manera los maquiavélicos realistas y patriotas serian luego los amos del nuevo país. Casimiro Olañeta que en 1823 estuvo con su tío, es probable que en el mismo año se relacionó con Serrano. Pero sucedió algo inesperado tropas Colombianas bajo el comando del general Sucre dominaron toda la costa, un contingente bajo el mando del general Santa Cruz con el general Gamarra, segundo en el mando, tomo Arica y desde allí inicio su marcha hacia el río desaguadero. Sucre quien nunca quiso a Santa Cruz, oficial realista que a tiempo preciso había cambiado de bandera, no estaba de acuerdo con esta precipitada marcha al interior de Charcas. Santa Cruz y gamarra fueron ayudados por la fuerza guerrillera de Ayopaya comandada por Lanza. El general Valdes presento batalla en Zepita, pero fue derrotado por

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Santa Cruz. Casimiro Olañeta comprendió que un nuevo elemento había ingresado en el complejo cuadro, actuó rápidamente y cometió abierta traición en compañía de su colega Usin. Para Casimiro Olañeta y Mariano serrano la súbita aparición de un hombre con posibilidades de ser un libertador “el soldado dos caras” Santa Cruz, no era agradable. El general Olañeta había cooperado fielmente a la defensa impidiendo que Santa Cruz y Gamarra avancen, aunque dentro de si mismo odiara al virrey y sus oficiales., Olañeta se consideraba el único leal al rey Fernando VII y creía que LA Serna Y sus oficiales querían separar los Perus de España, eran creaciones de su mente turbada. Casimiro comenzó a estimular el odio de su tío por el trió liberal, los proyectistas habían falsificado una carta supuestamente escrita por el regente de Urgel, ofreciendo a Olañeta la silla virreinal de Buenos Aires. Casimiro Olañeta admitió que en Yotala había falsificado la carta para incentivar a su Tío a la rebelión contra La Serna, los conspiradores habían engañado al general y lo habían conducido sin sospechas dentro de la trampa. Entretanto en el Alto Perú la acción armada había llegado a detenerse con una sola excepción la republiqueta de Ayopaya de José Miguel Lanza, que había salido de su lugar inexpugnable para unir sus fuerzas con Santa Cruz. Cuando Santa Cruz se retiro de prisa del Alto Perú, Lanza fue abandonado teniendo bloqueada la ruta de regreso a su republiqueta de Ayopaya, Lanza y su gente encontró al general Olañeta en las planicies de Falsuri, en una batalla salvaje del 16 de octubre, el general español derroto al genuino ejército revolucionario, Lanza y su gente en una asombrosa operación pudieron pasar las abruptas montañas y escapar a su república. La tormenta de 1823 había pasado y Charcas estaba nuevamente tranquila. El general Olañeta, se había sentido como virtual gobernante del Alto Perú, era tiempo de actuar. CAPITULO VI UNA CASA DIVIDIDA Hacia fines de 1823, la situación en los Perus parecía mas optimista para los realistas la ambiciosa expedición de Santa Cruz había sido anulada sin ninguna batalla, el movimiento de encierro con la ayuda argentina no se había materializado todo parecía indicar que el hábil trío La serna, Canterac, Valdes podía ganar la victoria decisiva . Canterac con sus cuarteles en Huancayo tenia 8.000 hombres, el Virrey en Cuzco tenía 1000 soldados Valdes en Arequipa tenia 3000 soldados y Olañeta comandaba 4000 hombres. Su centro era Oruro y debido al aislamiento de Charcas, actuaba completamente independiente. Pero en los últimos días de 1823 sucedió algo inesperado que hizo pedazos el designio realista y abrió la puerta para el ataque de Bolívar al sur. Cinco días antes de año nuevo el coronel Olañeta con su ejército evacuo Oruro, estaba moviéndose hacia Chichas por el peligro de una invasión argentina, luego continuo hasta Potosí, en Potosí escribió una violenta carta al presidente de la audiencia

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pidiéndole renunciar, pronto Olañeta y su ejercito partió para Chuquisaca y Maroto salió huyendo, el 11 de febrero el general entro a Chuquisaca y fue recibido con flores, perfumes y vivas, al día siguiente proclamo las nuevas reglas y leyes de su gobierno, fue abolida la constitución los funcionarios elegidos democráticamente perderían sus cargos, todos los archivos del gobierno constitucional recientemente abolido deberían ser entregados a la audiencia, este edicto fue escrito por dos proyectistas, Casimiro Olañeta y

Manuel María

Urcullo, luego el general procedió a designar a sus propios colaboradores su pariente cercano coronel Guillermo Marquiegui fue nombrado presidente de Charcas Urcullo, Callejo y Santos Cavero fueron nombrados jueces de la audiencia, Casimiro Olañeta vino a ser secretario personal del general. Los dos caras habían ganado la primera vuelta y la rebeldía del general Olañeta con relación a la autoridad virreinal se había efectuado. El triunvirato La Serna, Canterac, Valdes vino a creer que Olañeta había realizado esta acción revoltosa porque aborrecía y temía al general Maroto, por esta razón decidiendo usar el tacto y la sutileza con Olañeta y acordó enviar a Valdes a Charcas y arreglar las diferencias de forma amigable, el 26 de febrero el general amotinado propuso siete puntos que consideraba necesarios para un entendimiento, insistió en que la constitución fuese abolida en ambos Perus, Olañeta demando ser designado comandante del todas las provincias de La Plata, en resumen Casimiro Olañeta fue quien inspiro y escribió todas estas comunicaciones de su tío, pedía independencia para el general. Valdes continúo su avance escribiendo siempre al general Olañeta con moderación y tacto, en la población de Veta y media encontró a Casimiro Olañeta y dio al joven su contrapropuesta. El general seria el comandante militar del Alto Perú, responsable ante el comandante del ejército del sur, es decir Valdes Tendría el derecho de disponer de sus tropas y se comprometía a que Maroto no volvería como presidente a Charcas. Valdes llego a comprender que el no tenia superioridad en la fuerza de choque , por esto Valdes y los Olañeta se encontraron en la Villa de Tarapaya y el 9 de marzo de 1824 firmaron el tratado de Ayopaya, decía que Olañeta permanecía como comandante del Alto Perú, pero responsable ante Valdes, las designaciones y nombramientos de Olañeta permanecerían válidas, luego Valdes con su ejército se retiro hacia Arequipa. En la manos del general Olañeta quedaba el destino de la causa española en los Perus y el inescrupuloso Casimiro Olañeta, solo estaba ansioso de sacar provecho de la situación. Valdes en su camino de retorno a Arequipa decidió ingresar por Ayopaya y derrotar a Lanza, sorprendió en Palca al guerrillero y lo tomo prisionero, trato bien a lanza y este aprovechando de esta situación escapo a su refugio en la montaña, desde el momento que Valdes había partido, Olañeta empezó a ignorar el tratado de Tarapaya, cuando se le ordeno enviar tropas al Alto Perú, dio únicamente respuestas evasivas. Valdes y La Serna confiaban aún en atraer a Olañeta, pero el general ignoró todo esfuerzo. El 4 de junio el virrey La Serna envió un ultimátum a Olañeta, para que se presente ante él en el

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Cuzco o que parta a España para exponer su caso ante el rey y que en caso de desobecer lo haría apresar con el General Valdes, Olañeta rehusó cumplir el ultimátum, el había comprendido que ese ultimátum era una declaración de guerra, que se conoció en la historia como “guerra separatista”. Seis días después del manifiesto, el 26 de junio de 1824 el general Olañeta emitió dos proclamas, aceptando el hecho que la guerra estaba declarada entre su ejercito separatista y el ejercito del sur Valdes estaba con su ejercito en Oruro, Olañeta estaba con algunas unidades en Potosí, el grueso de su ejercito estaba estacionado en Chuquisaca Valdes al conocer esta disposición del ejercito de Olañeta, decidió cortarlo por el medio, Olañeta comprendió que lo estaban flanqueando y que su ejercito estaba en peligro y evacuo hacia Tarija el general Valdes ocupo Chuquisaca y envió a su segundo el general Carratala a ocupar Potos{i, donde de nuevo fue recibido con recepciones por parte de los pobladores. Valdes nombro presidente de la audiencia al general Vigil y designo nuevo personal, tres días después el general Valdes dejo la capital en persecución de Barbarucho (Valdez), vio la retaguardia y le dio alcance, ordeno a su ejercito hacer alto y el con otros dos fueron a dar alcance y estaban convenciéndolos que desertaran y pasaran a su lado. Barbucho que se dio cuenta retorno hasta la retaguardia y ordeno hacer fuego contra Valdes, los soldados de barbucho Valdez dispararon pero no ha matar sino a los caballos y el general y su ayudante escaparon a la carrera, Barbarucho enojado ordeno un ataque general, perdió muchos hombres entonces escapo en la oscuridad de la noche y gano las serranías, Valdes avanzo hacia el sur, encontró a una unidad de Aguilera comandada por Ignacio Rivas y este paso a su bando, en su marcha hacia el sur Valdes no pudo localizar a Barbarucho Valdez, quien había desaparecido después de la batalla de Tarabuquillo. El general Carratala había quedado con su pequeña unidad en Potosí, en la casa de la moneda, una unidad de comando dirigida por el coronel Marquiegui y el coronel Pedro Arraya inicio el camino hacia Potosí, Arraya entro sin ser advertido en la habitación de Carratala y lo forzó a marchar con el en pijama, cuando los soldados de Carratala vieron que había desaparecido sui comandante se dispersaron y partieron para Oruro, Arraya envió a Carratala a San Lorenzo y lo entrego a Eustaquio Méndez, otro famoso guerrillero, aparentemente muchos de los guerrilleros que habían sobrevivido a la campaña de 1816 habían llegado a ser de dos caras, como muchos doctores y oficiales realistas a excepción de Lanza. El general Valdes desprevenido de lo que había sucedido en Potosí continuo su avance al Sud, el 28 de julio alcanzo San Lorenzo y encontró a Eustaquio Méndez, quien teniendo como prisionero al mas alto oficial de Valdes, Carratala, Méndez no tenia deseos de luchar contra Valdes y cambio de lado incorporándose al ejercito de Valdes y devolviéndole a Carratala , el comandante constitucionalista continuo su avance y ocupo Tarija sin incidentes, el general

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Olañeta se retiro hacia Livilivi, desde Tarija el general Valdes despacho al liberado Carratala con 500 hombres soldados heridos y equipo pesado, de regreso a Potosí con orden de reocupar y mantener esta vital fortaleza, el ejercito separatista abandono Livilivi y se retiro mas al sur , Valdes lo alcanzo en el Abra rota, el 1ro de agosto de 1824, durante la oscuridad de la noche el general Olañeta decidió escapar y dividió su ejercito, mandando a cada unidad por caminos diferentes, cuando llego la mañana el sorprendido general Valdes comprendió que el enemigo había partido y decidió seguir la ruta de huellas mas abundantes que se dirigía al sur, pensando que pertenecían al mismo Olañeta, este fue un error por que el persiguió al contingente de Marquiegui. El 5 de agosto de 1824,tan lleno de acontecimientos en la guerra separatista del Alto Perú, cerca de 1000 millas al norte del campo de batalla de Charcas dos ejércitos estaban muy cercanos el uno del otro , ignorantes que al día siguiente 6 de agosto de 1824, chocarían ferozmente. Estos eran el ejército de Simón Bolívar y el ejército español del norte, bajo el mando de Canterac. El 6 de agosto de 1824, fue el día de la batalla de Junín, fue el día en que el general Valdes y su ejército del Sur que se suponía debían haber estado al norte con Canterac, y Bolívar no se hubiera atrevido a atacar al ejercito español unido. La situación de Valdes era sumamente grave, estaba aislado con su ejercito lejos al sud, en tanto que los separatistas ocupaban el camino del norte, Valdes decidió un plan desesperado, estaba dispuesto a sacrificar parte de su ejercito a fin de desorientar al enemigo, y luego marchar en despoblado que ningún ejercito había cruzado aún. El 16 de agosto de 1824 el general Valdes alcanzo la abandonada mina de lava, se decidió a hacer un alto y usar el socavón de la mina para dormir. Tarde de la noche Barbarucho Valdez, con cerca de 600 soldados llego a lava y decidió un ataque frontal por la mañana muy temprano, los constitucionalistas habían visto la llegada de Barbarucho, las fuerzas opuestas chocaron fuertemente, ambas fracciones chocaron con el grito “viva el Rey”, la mina resulto ser una fortaleza inexpugnable, el coronel atacante decidió lanzar el total de su ejercito en una gran ola contra los socavones, el estaba listo para el ataque, la caballería del general Valdes dirigida por el general Valentín Feraz, irrumpió por detrás de las colinas y rodeo todo el ejercito de Barbarucho y todos incluyendo Barbarucho se rindieron. Valdes recibió a Barbarucho con cortesía y estuvo personalmente interesado en que recibiera inmediata atención medica, el general Valdes estaciono su victorioso ejercito en Puno, una aldea en la proximidades de Potosí, dando el comando al general Feraz. Decidió ir a Chuquisaca y tener una charla personal con el general Aguilera, quien estaba aún esperando y vigilando, entre tanto el general Olañeta había avanzado al norte con la esperanza de recapturar Potosí, pero cuando llego a Cinti fue informado de la derrota de Barbarucho. Decidió detener su avance y permanecer en Cinti. El comandante constitucionalista había entrado a Chuquisaca sin ningún incidente y pronto dejo la capital en busca de Aguilera. El 25 de abril el general Valdes, estaba en Yamparaes cuando le

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llego la noticia de la gran catástrofe de Junín, junto con un urgente llamado a movilizar su ejercito fuera del sur cerca al bajo Perú, Valdes escribió al general Olañeta, que su guerra estaba terminada y que el y su ejercito debían marchar al Bajo Perú, le decía que liberaría a todos los separatistas que tenia prisioneros incluyendo a Barbarucho y que esperaba que el general Olañeta procedería recíprocamente, sin esperar la respuesta de Olañeta, Valdes inicio su marcha al norte. El 28 de agosto de 1824, evacuo la capital y dos días después dejo Potosí, el general Olañeta contesto a Valdes en términos vagos que lucharía como cualquier otro español contra los invasores colombianos. El 5 de septiembre de 1824 Olañeta entro a Potosí, le fue ofrecida la recepción usual, Olañeta publico el diario de su ejercito en el cual glorifico su gran campaña, no dijo una sola palabra acerca de la batalla de Junín, después que Olañeta hubo restablecido su gobierno, inicio sui movimiento al norte, estuvo en Oruro el 2 de octubre de 1824, cuando por intermedio del general Juan Antonio Álvarez de Arenales, ahora gobernador de salta, recibió una carta de Bolívar, quien había proclamado al general Olañeta como libertador. Los proyectistas no habían esperado que el ambicioso Simón Bolívar, apenas conocido en el Alto Perú en 1823, apareciera en la escena como un libertador, y este general venezolano de convicciones honestas proclamo al fanático Olañeta como un libertador. La extraña guerra de Charcas estaba convirtiéndose en extranjera, el gobierno del libertador general Olañeta había comenzado. CAPITULO VII LIBERTADOR Y TRAIDOR A comienzos de 1824 la situación de Bolívar y su ejercito estaba lejos de ser alentadora, el y su fuerza expedicionaria colombiana eran insuficientes para resistir el ataque combinado de los dos ejércitos españoles, por ello el 13 de febrero de 1824, instruyo al general sucre un plan preciso de retirada al norte, el 14 de marzo Bolívar estaba en Trujillo, pesimista como siempre pidiendo frenéticamente mas tropas desde Colombia para salvarse, el 9 de abril dijo a sucre que creía que sin ayuda de Colombia no podrían mantenerse por mas de tres o cuatro meses, mas tarde Bolívar recibió la noticia de la rebelión del general Olañeta, el 14 de abril escribió una exuberante carta a Sucre, todo su espíritu parecía haberse animado, Bolívar no había entendido el motivo de la decisión de Olañeta, pensó que el general español había abrazado la causa de la libertad, Bolívar estaba convencido de que Olañeta se había convertido en patriota, el 21 de mayo desde Huaraz escribió al general separatista su primera carta, Bolívar expresaba su satisfacción de que el general Olañeta hubiera separado su camino del que seguía, Bolívar expresaba su aversión por la constitución española decía al general español que el debía abrazar la causa de la libertad por que era la destinada a vencer. Bolívar confiaba en que Olañeta iniciaría una ofensiva contra el ejercito español y astutamente le decía que en caso de

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que el ejercito patriota, fuese derrotado, El general Olañeta no estaría comprometido, debido a que el podía decir que había servido al rey lealmente. No es de creer que Bolívar este expresando una convicción política, sino mas bien adulando al general Olañeta, aunque la carta fue escrita el 21 de mayo tardo cuatro meses en llegar a Olañeta, Cuando llego al poder de Olañeta el 2 de octubre, bolívar ya había derrotado al ejército españolen Junín el 6 de agosto y el general Olañeta sin mayor esfuerzo ya había ganado la guerra separatista. Bolívar hacia parecer que el general Olañeta había jugado su rol en el ejército de la independencia, aunque Bolívar pensó que el general rebelde se le había unido, el 26 de noviembre expreso al General Santa Cruz que Olañeta nunca sería un patriota, que siempre sería un “Godo”, Bolívar estaba indeciso acerca de las intenciones de Olañeta, pero lo que importaba en ese momento era que Olañeta continuara su separación o guerra contra el trío de La Serna, Canterac y Valdes. El general Sucre a quien Bolívar había encomendado la tarea de derrotar al ejercito español en el Alto Perú, inicio una brillante campaña que culmino

en la batalla de Ayacucho el 9 de

diciembre de 1824. Después de Ayacucho solamente >Charcas quedaba para ser liberada, el victorioso ejercito Unido, aún no sabía si el General Olañeta estaba luchando por el rey o si se había unido a las fuerzas patriotas. El general Olañeta contesto la carta a Bolívar, el mismo 2 de octubre (que recibió) en términos vagos, la vaguedad era la característica en las cartas de Olañeta, toda vez que había sido escrita por sus secretarios, terminaba la carta diciendo: Yo deseo que nosotros podamos uniformar nuestros sentimientos y dar un día regocijo a América y a la humanidad. Una extraña correspondencia entre un patriota y el fanático absolutista. Casimiro Olañeta había partido para Buenos Aires y Montevideo, tan pronto como se firmo el tratado de Tarapaya. Casimiro Olañeta dijo que Arenales lo ayudo para ir a las provincias libres, debido a que el había sido su agente confidencial, que no había nada que suceda en el Alto Perú, que yo no comunique a Arenales, sobre las intenciones de mi tío, el dos caras patriota y realista como secretario de su tío espiando para Arenales, mientras que Serrano, secretario y ayudante del gobernador Arenales espiaba para el general Olañeta, estos dos intrigantes Casimiro Olañeta y José Mariano Serrano, hoy considerados como padres de Bolivia fueron dos inescrupulosos sin nada de convicción política o ética. Casimiro dijo que estaba en la Argentina para comprar armas para su Tío, pero no fue a España ni compro las armas se puede decir que guardo los 18.000 pesos para si mismo. Cuando Bolivia fue creada muchos de los inmigrantes retornaron, y esta gente que había conocido en el exterior a Casimiro Olañeta se refería a el como el “Colla dos caras, disfrazado de patriota faroleante”. El periódico argentino “Mensajero” acuso a Casimiro Olañeta de haber tenido tratos

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con un agente Brasileño en Uruguay y de haberle ofrecido a este la muy productiva parte oriental de Charcas, para ser parte del imperio del Brasil, Casimiro negó esto el año 1826. El joven Casimiro tenía algo más que perseguir, dado que un grande y nuevo ejército estaba avanzando hacia el Alto Perú, era el momento conveniente para tomar contacto con Bolívar. Puede ser aceptado que Casimiro escribió al general Bolívar acerca de su tío y decirle al líder colombiano de los sentimientos patriotas del general Olañeta, es muy probable que Casimiro retorno al Alto Perú, por propia voluntad a fines de agosto o septiembre nuevamente al lado de su tío, donde su primera tarea fue ir hasta Ayopaya a buscar al guerrillero Lanza y persuadirlo de unir sus fuerzas con el general Olañeta. Lanza fue engañado por un intrigante adulador y charlatán, cosa que tiempo después admitió delante de Bolívar disculpándose por su ingenuidad. Lanza era el único que previno a Sucre acerca de Casimiro Olañeta, Sucre ignoró la advertencia de Lanza y tres años después lo pago caro por que Casimiro Olañeta lo traicionó, expulsándolo de Bolivia, Casimiro escribió en una carta a una amigo “Yo lo arroje a puntapiés desde su trono de Sultán” y Lanza termino muriendo por Sucre por las balas de las cuales Casimiro Olañeta era culpable. Bolívar escribió una segunda carta al general Olañeta el 6 de octubre, ofreciéndole amistad y que fuera parte del ejercito Unido, sin respuesta decidió escribir una tercera carta seis días después de la batalla de Ayacucho, un 15 de diciembre. El 24 de diciembre Bolívar recibió una respuesta demorada a su primera carta al general Olañeta, inmediatamente tomó su pluma para redactar su cuarta carta, expresando satisfacción, agradeciéndole la oportuna diversión que ocasionó en el ejercito español en el Alto Perú. Casimiro Olañeta sin conocimiento de su tío, escribió una carta confidencial a bolívar, pedía que el Libertador le honre con su confianza y no divulgara esta carta, en ella le decía que el era el poder detrás de su tío y que había sido el autor de la rebelión del general Olañeta, agregaba con gran énfasis “yo pertenezco a la revolución”, Casimiro no revelaba a bolívar su plan, quería tenerlo en suspenso, recomendó a Urcullo a quien presento a Bolívar como auditor del ejercito de Olañeta, ¿estaba dispuesto Casimiro a traicionar a su tío y unirse a Bolívar? ¿o estaba tratando de ganar tiempo para convencer al general realista de tener acuerdos con el ejército unido? En la capitulación de Ayacucho el virrey vencido y el comandante del ejercito del sur Valdes, quisieron incluir al ejercito de Olañeta en los términos de capitulación, pero el general Sucre rechazó esto, pues dijo que el consideraba al ejército de Olañeta como parte integrante de las fuerzas liberadoras. Cuando Sucre hablo de la compleja situación de Charcas, tenia en mente no solo la inconducta del general Olañeta, sino también otros factores como: ¿a quien pertenecía Charcas? ¿a Buenos Aires o a Lima? ¿ o a los Alto peruanos?. Sucre recordaba a Bolívar que si se

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movilizaba hacia el Alto Perú estaría en un país que no es parte del Perú y que no quiere pertenecer a el, sino que parece querer pertenecerse a si mismo. Bolívar no presto atención a las palabras de razonamiento de su General y el día de año nuevo de 1825 comenzó su nueva maniobra o campaña diplomática, a medida que pasaban los días se hiso claramente comprensible que el general Olañeta había decidido luchar en lugar de aceptar el ofrecimiento de ser miembro del ejército bolivariano. Olañeta estaba decidido a combatir el ejército de bolívar y de Sucre, pero necesitaba tiempo para conseguir mas armas y munición, por esta razón el general Olañeta firma una tregua con el coronel Elizalde, representante del general Sucre, para una tregua de 4 meses, poniendo como disculpa que en ese tiempo, el general Olañeta “consultaría” la posibilidad de unirse al ejército bolivariano. Este documento era favorable al comandante absolutista. Tan pronto como se firmo esa tregua, envió a Casimiro Olañeta a conseguir armas y munición, lo envió a Chile el único punto fuerte que mantenían los españoles, Casimiro estaba acompañado del general Echeverría, este general había sido comandante español en Puno y había aceptado la capitulación de Ayacucho, todos los oficiales españoles habían dado su palabra de honor de no tomar las armas nuevamente contra los patriotas, pero tan pronto como Echeverría había entrado en el Alto Perú, rompió su palabra y se unió a Olañeta. Casimiro y Echeverría partieron para la costa, pero un día antes Casimiro había cometido su primera traición a gran escala, Casimiro había escrito al mariscal Sucre dos cartas, una era de correspondencia oficial y le decía que seria un honor de reunirse con el vencedor de Ayacucho, sugiriendo que Sucre tenga un encuentro personal con su tío, para buscar una solución pacífica. La segunda carta decía que el convenció a su tío de rebelarse a La Serna, para crear una separación en el ejército español, agrego que su tío estaba suscribiendo el tratado solo para ganar tiempo y obtener refuerzos, informaba que los soldados no habían recibido paga y estaban disconformes y mal equipados, en la misma carta confiesa otro acto de traición dice que el había informado al general Arenales, pero que prefería a Sucre antes que al general Arenales. Casimiro dijo a Sucre “yo estoy tratando de unirme a usted como un parlamentario y no retornar jamás al territorio de los tiranos a quienes yo he servido con un solo propósito, de hacer permanente la discordia, le decía al Mariscal Sucre: “Sírvase tener la bondad de recompensarme admitiéndome como un simple soldado en la caballería”. Casimiro Olañeta y el general Echeverría partieron para la región de Tarapacá, cuando llegaron Casimiro tomo la delantera a su acompañante y tomando los documentos y el dinero lo entrego a las autoridades locales, con una orden para mandarlo prisionero a Arequipa, luego tomo el camino de la ruta a Puno, en el camino de viaje se le junto Calvimontes, otro individuo políticamente deshonesto, que había cambiado continuamente de bandera desde 1811, llegaron a Puno alrededor del medio día del 3 de febrero, Casimiro fue a buscar directamente al

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vencedor de Ayacucho, quien quedo altamente impresionado con el joven, lo primero que dijo Casimiro a Sucre fue que detenga el embarco de armas hacia Iquique, la noche del 3 de febrero Sucre escribió a Bolívar pidiéndole detener el embarque de armas que el general Olañeta debía recibir en Iquique, agrego en la carta “ a este Don Olañeta, lo designare como auditor general del ejercito, por que parece como si tuviera talento, me dicen que tiene una gran influencia en toda la provincia”. Pero el mariscal estaba desprevenido del verdadero carácter del hombre que estaba tomando para su servicio.. Sucre preocupado por el armamento que el general Olañeta podía recibir por Iquique, escribió otra carta a Lanza, pidiéndole enviar sus unidades para detener o interceptar estas armas, el 6 de febrero Lanza contesto al Mariscal Sucre que una mitad de su gente ya había partido hacia allá, en el siguiente párrafo Lanza le advertía al Mariscal acerca de Casimiro Olañeta, le decía “yo conozco su carácter y estoy convencido de la maldad de ambos (tío y sobrino), sugiero a usted que envié a Olañeta a un país distante. Casimiro no dejo el amparo de Sucre hasta que entro triunfante a Chuquisaca, como un consejero informal, Casimiro dirigió los pasos para la caída de su tío, convenció a sus ayudantes dos caras, Urcullo en Chuquisaca y Usin en Potosí, a preparar la rebelión contra su tío, convenció a los coroneles Arraya y Medinaceli de cambiar de bandera. En el mes de abril el general Olañeta moriría de un tiro disparado por la unidad de Medinaceli. En 1840 el político ecuatoriano Francisco Mariano de Miranda, escribió a Casimiro Olañeta una carta abierta en la cual le decía: “Abusando de la confianza de su tío, el general español Olañeta, quien favoreció a usted con el cargo de su Secretario, usted lo vendió vilmente a sus enemigos y lo entrego a la muerte, en vista de sus subsecuentes traiciones, usted puede ser clasificado como un traidor por excelencia y un asesino”. Alvarado y Lanza habían desenmascarado a Casimiro Olañeta en 1825, pero Sucre necesitaba a Casimiro para su próxima campaña. CAPITULO VIII DE PUNO A CHEQUELTE Antes de que Casimiro se hubiese unido a Sucre el 3 de febrero de 1825, el comandante del ejército unido de liberación, Sucre, había decidido dejar el Cuzco y avanzar con su ejército sobre el Alto Perú, escribió al general Olañeta una carta, el Mariscal no cerraba aún la puerta, no hacia una declaración de guerra y ofrecía paz y amistad, terminaba la carta avisándole que había comenzado con su avance hacia el Alto Perú. La carta fue ignorada, Olañeta no dio respuesta, estaba mas ocupado con problemas apremiantes, su propio régimen había empezado a desmoronarse, la guarnición realista de Cochabamba se revelo rebeló rebelo y proclamó la causa de la independencia .

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Sucre esperaba que Olañeta que se encontraba en La Paz, la evacuara considerando los acontecimientos de Cochabamba, así lo hizo el general Olañeta, pero al llegar a Oruro tuvo que pasar de frente debido a que el trásfuga guerrillero general arraya, quería detener al general Olañeta en las afueras de Oruro. El general Olañeta marcho mas al sur, para ponerse a salvo en la fortaleza de Potosí, en vista de la retirada de Olañeta hacia potosí, Sucre avanzo lentamente, dejo Cuzco el 19 de enero, estuvo en Sicuani el día 23 y entro a Puno (ultima ciudad bajo peruana) el 1ro de febrero de 1825, a medio día del 3 de febrero, fue encontrado por Casimiro Olañeta y el 4 de febrero el mariscal con su ejército estaba en la villa de Acora a orillas del Lago Titicaca. Casimiro Olañeta estaba montado cerca del joven Mariscal, en Laja los esperaba una delegación de distinguidos ciudadanos de La Paz, el 7 de febrero el ejercito de Sucre entro en La Paz y fue recibido atronadoramente, después que se calmaron las festividades, el 9 de febrero de 1825 Sucre emitió su famoso decreto que es la verdadera piedra angular de la independencia de Bolivia, este decreto decía que cualquier solución final debería ser tomada en un entendimiento de las provincias de Charcas, con el gobierno del Bajo Perú y cualquier otro gobierno que hubiera en el Río de La Plata. El Alto Perú debería estar bajo el mando tutelar del ejército de liberación, hasta que una asamblea legalmente establecida hubiera decidido lo que las provincias quisieran hacer. Como este decreto fue firmado por Sucre y no tenía conocimiento Bolívar, muchos creen que el mismo puede haber sido redactado por Casimiro Olañeta, Urcullo fue el primero en atribuir a Casimiro la autoría de este decreto, claro que Urcullo era del grupo de los dos caras de Casimiro Olañeta. Lo mas probable es que el decreto fue escrito únicamente por el Mariscal Sucre y como producto de su propio juicio, existen verdaderos indicios que ese decreto lo escribió Sucre en Puno la noche del 2 de febrero. Al parecer el Mariscal Sucre y Casimiro Olañeta, tuvieron la misma idea, de otorgar la independencia al Alto Perú, Olañeta por ambiciones personales y Sucre por que honestamente creyó que esta era la solución apropiada.. El mariscal Sucre dirigió cartas a todos los oficiales del general Olañeta, ofreciéndoles toda clase de garantías y posiciones con sus mismos grados en el ejército unido de liberación, entre tanto Casimiro Olañeta estaba trabajando tratando de convencer a los amigos realistas altoperuanos de desertar de la causa de su tío. El 12 de febrero la guarnición realista de Valle Grande se unió al ejército de Sucre, el 14 de febrero la guarnición realista de la ciudad de Santa Cruz le siguió los pasos y el 22 de febrero el coronel separatista Francisco López, comandante de Chuquisaca se paso al ejército de Sucre. El general Olañeta espero atento en Potosí para ver que haría Sucre, convoco a un consejo de guerra a sus oficiales de confianza, entre los cuales estaba el malicioso Medinaceli, quien estaba en comunicación con Casimiro Olañeta y esperaba el momento apropiado para

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traicionar al general Olañeta y entregarlo a Sucre. El general Olañeta estaba determinado a combatir al ejército bolivariano, el no quería economizar cualquier medio, aunque sea deshonesto para perjudicar al enemigo, decidió probar métodos terroristas y envenenar al Mariscal Sucre, para esto contrato a un soldado mercenario que luchaba al lado de los patriotas en la guerrilla de lanza, se llamaba Paul Ecles era extranjero, analfabeto, rubio y alto. Este debía infiltrarse en las filas de Sucre y dejar caer en el chocolate que el Mariscal tomaba siempre después de cada comida, una capsula de veneno arsénico, dándole una carta para que después de cometido el acto se presente a cuatro españoles que vivian en La Paz, y que ellos le proporcionarían suficiente recompensa. El 12 de marzo el ejercito de sucre dejo La Paz para dirigirse a Oruro, solamente las unidades peruanas y las nuevas de Charcas fueron llamadas para avanzar sobre Olañeta y el extravagante irlandés Burdett O`connor fue puesto a cargo de este ejército peruano combinado. Cuando O´connor llego a Oruro, se le presento un hombre rubio y alto, vestido de casaca militar, apenas hablaba para entender, pero entrego a O´connor la capsula de veneno y las cartas de la recompensa, contando que era para el Mariscal Sucre y también al general Lanza. Informaron Sucre de esta situación y Sucre dijo que le entreguen el suficiente dinero para que Ecles retorne hasta Suiza y mando a apresar a los cuatro españoles en La Paz. El 18 de marzo de 1825 el poderoso ejército unido dejo Oruro para ir hacia Potosí y el General Olañeta. Es muy probable que Casimiro teniendo ahora una relación mas estrecha con Sucre, insistió sobre la necesidad de hacer las provincias de Charcas independientes de la argentina y el Bajo Perú, también es posible que Sucre lo haya escuchado atentamente, pero dejo en definitiva la decisión final en la futura asamblea convocada por el. La noche del 28 de marzo, el ejercito unido acampo en la afueras de Potosí, una fracción al mando del convertido general Arraya atreviose a ingresar hasta la ciudad y pudo comprobar que el general Olañeta la había evacuado, al día siguiente todo el ejército entro a Potosí, sus habitantes esta vez fueron tomados por sorpresa y no recibieron a este ejercito con la acostumbrada celebración. El 30 de marzo Medinaceli, decidió que era el tiempo de dar la puñalada por la espalda al general Olañeta, quería tener el honor de capturarlo y entregarlo. Los ejércitos de Medinaceli y Olañeta se encontraron el 1ro de abril por la tarde cerca a la aldea de Tumusla, Olañeta fue gravemente herido y derrotado y Medinaceli afirmo que se le había rendido, así llego a su fin la historia del General español Olañeta, quien prefirió morir por el rey antes de cambiar de bando. Cuando en España el rey fue informado recién de la derrota de Ayacucho, nombro nuevo Virrey al General Olañeta, la gran ambición del general llego finalmente a ser verdad, aunque muy tarde, por que cuando llego la noticia del nombramiento, el ya descansaba en su tumba.

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Sucre no estuvo satisfecho con la muerte de Olañeta, el habría querido capturar con vida al general. Cuando Casimiro Olañeta fue informado de la muerte de su Tío, se mostró conmovido, también era un gran actor. La única unidad realista que permanecía en los Perus era la unidad de Barbarucho Valdez, Barbarucho encontró a O´connor y este se quedo sorprendido cuando vio de pronto a Valdez como su prisionero. Sucre recibió la noticia y afirmo que con la noticia quedaba declarada la absoluta y final terminación de la guerra, mandando a celebrar un Te Deum con la asistencia de todas las autoridades. La guerra llego a su fin después de 16 largos años. CAPITULO IX LA ASAMBLEA DE TRANSFUGAS El decreto del 9 de febrero de 1825 convocando a asamblea para determinar el futuro de las cuatro provincias del Alto Perú, incluía el procedimiento electoral, es decir los requisitos para un diputado era que no debía ser menor de 25 años, tener una renta mínima de 800 pesos al año y haber residido en el partido por lo menos durante cuatro años, infortunadamente este procedimiento fue cambiado y para sustituirlo se elaboró un sistema electoral mucho mas complejo. La previsión de un delegado por partido, fue cambiada ahora podía elegirse de uno a tres de acuerdo con la importancia relativa de las provincias, esto que pudo haber sido una mejora no lo fue, por que Potosí la provincia más fuertemente realista, tenia la mas grande representación, mientras que Cochabamba y los Valles de Chuquisaca, sostén de las fuerzas guerrilleras no estaban representadas, esta situación habilito a muchos mas “dos caras” para ser elegidos como diputados. La asamblea se reunió el 10 de julio en Chuquisaca y no el 29 de abril en Oruro, como se estipulaba en el decreto, la provincia de Santa Cruz podía enviar únicamente dos delegados, pero no tenían ni un solo hombre que cumpliera los requisitos, principalmente debido a su analfabetismo. El Mariscal era sincero en la creencia de que los delegados Alto peruanos deberían decidir el futuro de su suelo, sin la intervención de extranjeros, la asamblea fue abierta el 10 de julio en Chuquisaca, desde los mismos salones donde hace 16 años había salido el grito de independencia, 39 diputados estuvieron presentes en la inauguración y 9 aún no habían llegado a la capital, en medio de estos estaban los “dos caras” como Olañeta, Urcullo, Moscoso, Serrano y otros, de los 48 diputados solamente dos eran veteranos de guerra, Lanza y José Miguel Ballivian, que fueron delegados por La Paz, 30 de los 48 diputados eran graduados de la Universidad de San Francisco Xavier. Esta era una asamblea de doctores insinceros quienes nunca alentaron en el corazón el bienestar del pueblo. José Mariano Serrano, famoso dos caras que había residido en Salta fue el Presidente de la asamblea, José María Mendizabal de La Paz era párroco y primero fue realista, fue designado

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como vicepresidente, Manuel María Urcullo fue elegido para redactar y editar las actas, Moscoso y el doctor Sanjinés fueron elegidos como secretarios. Olañeta no fue elegido para ningún puesto, lo cual estaba en concordancia con su manera de actuar y manejar los asuntos detrás de la escena. La asamblea sesionó para escuchar el mensaje que el Mariscal Sucre había dejado para ser leído, tan pronto como fue leído, Casimiro Olañeta se dirigió para pronunciar su discurso, hoy es reconocido como el más grande orador que haya producido Bolivia. El proceso final del nacimiento de una nueva nación había comenzado, aunque estos hombres que habían venido a debatir el destino de charcas, con la excepción de 1 o 2 no merecían este honor, ellos eran oportunistas que habían usurpado los sitiales pertenecientes a los veteranos de guerra de 16 años. La asamblea se reunió nuevamente el 18 de julio, se pronuncio por la separación del Alto Perú, de otras jurisdicciones políticas es decir del Bajo Perú y de la Argentina, Casimiro Olañeta fue también en esta oportunidad uno de los oradores y se pronunció a favor de la separación. Nuevamente la asamblea se reunió el 21 de julio y Serrano y Olañeta volvieron a hablar a favor de la separación. Eusebio Gutiérrez pidió a gritos ser el próximo orador y se pronuncio por la anexión de Charcas al Bajo Perú, le siguió en el uso de la palabra Ángel Mariano Moscoso, quien con sus tres hermanos eran representantes de los dos caras y refuto todo lo que expuso Gutiérrez, al día siguiente se reunieron parta la sexta sesión, Mendizabal otro diputado por La Paz, nuevamente hablo a favor de anexarnos al Bajo Perú, al día siguiente continuó la discusión, el la octava sesión fue una continuación de las sesiones previas. El 6 de agosto el día del primer aniversario de la batalla de Junín, los delegados se reunieron para el momento final de votar y proclamar la independencia de Charcas de cualquier jurisdicción y su nacimiento como nación soberana. El general José Miguel Lanza líder de la Guerrilla y único veterano de distinción en la asamblea, fue invitado a ocupar la presidencia durante este sublime momento. El acta dice que después de la votación el secretario Moscoso, corrió a la tribuna y leyó la declaración de la independencia, escrita por el comité. Muchos dicen que el autor fue José Mariano Serrano, quien en 1816 había redactado el documento similar de las provincias unidas. Esta proclamación fue firmada por los 48 delegados, incluyendo los 2 de La Paz que habían votado por la anexión al Bajo Perú. Después de 16 años de contienda, el Alto Perú llego a ser un Estado independiente. Un sábado 6 de agosto de 1825, Bolivia comenzó su vida como una nación independiente, y estaba al umbral de una terrible y espantosa historia.

FIN

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