Dorothy Eaton Watts. Cuando Sus Hijos Se Alejan de Dios

September 29, 2017 | Author: EstebanParedes | Category: Sin, Love, Prayer, Adults, God
Share Embed Donate


Short Description

Descripción: Experiencias y consejos para padres que viven la realidad de tener hijos alejados de Dios......

Description

Padres que dieron pasos prácticos para restaurar la relación con sus hijos, y cómo oraron con poder••.

DOROTHY EATON WATTS

Cuando /Y;,::'.,.sushiios se ~'Í::md:Dios Este libro es para usted

: ~úJ a sentido usted como si se le

~ompiera el corazón al ver que su hijo adopta un estilo de vida en pugna con los valores cristianos, en el que predominan las dro gas, la promiscuidad, las bebidas alcohólicas o el tabaco? ¿Ha sentido desánimo al ver que su hijo deja de asistir a la iglesia? ¿Ha experimentado un intenso dolor al enterarse de que su hijo mantiene relaciones homosexuales? ¿Ha llorado al ver que su hijo o su hija, que había sido educado para que amara a Dios, ahora se burla de su fe y de la Palabra de Dios? En este libro, presentamos más de 65 historias de hijos pródigos y de sus padres. Algunos pródigos son personajes históricos conocidos. Y otros son conocidos por pocas personas fuera de sus padres. Cada hijo pródigo tuvo padres que sufrieron a causa de sus acciones impropias; todos tenían padres que oraron sin cesar por ellos. Después de leer acerca de esos padres de hijos descarriados, el lector comprenderá que su dolor no es exclusivo. Que no tiene el monopolio de la angustia paterna o materna. del dolor abrumador ni de la frustración. Otros ya han experimentado la frustración, el desánimo y el dolor por algo similar a lo que usted está atravesando ahora. Dios no los olvidó, a ellos ni a sus hijos; tampoco se olvidará de usted ni de sus hijos.

aORo



Cuando

~L.-~hijo~

u;;t'a/Z deDioS

Ayuda y ánimo para padres de hüos pródigos

Cuando sushijos 'évzdeDios

DOROTHY EATON WATIS

ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA Av. San Martín 4555. 81604(06 Florida Oeste Buenos Aires, República Argentina

Título del original: When Your Child Tums From God, Review and Herald Publ. Assn., Hagerstown, MD, E.U.A., 1996. Dirección: Pablo M. Claverie Traducción: Sergio Collins Diseño de la tapa y del interior: Ro mina Genski Ilustración de la tapa: Shutterstock IMPRESO EN LAARGENTINA Printed in Argentina Primera edición MMX- 5 ,5M Es propiedad. Copyright de la edición original en inglés© 1996 Review and Herald Publ. Assn. © ~010 Asociación Casa Editora Sudamericana. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.7~3.

Eaton Watts, Dorothy Cuando sus hijos se alejan de Dios 1 Dorothy Eaton Watts 1 Dirigido por Pablo M. Claverie- 13 ed.- Florida, Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010. 140p.; 21Xl4Cm. Traducido por, Sergio Collins

1. Testimonios de fe. l. Pablo M. Claverie, dir. 11. Sergio Collins, trad. III. Título. CDD248.5

Se terminó de imprimir el1o de diciembre de ~010 en talleres propios (Av. San Martín 4555, B16o4CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

Dedicado a Esteban. Ester y David, quienes me han dado el increíble privilegio, la aventura y el gozo de ser su madre.

t

No está solo

9

,% El juego de la culpa

19

~~,

31

Soltemos las amarras

// Haga frente a sus sentimientos

43

5"

Cómo comprender los temperamentos

55

:,~

Construyamos puentes

65

7

Hay que tejer vínculos de amor

75

/i Enderecemos los cercos

85

.?'

El fortalecimiento de las relaciones interpersonales

.~b

El don de la oración

107

:'7

Promesas para los padres

119

:;';; Razones para abrigar esperanza

97

129

7

~esposos

Tomás y Marta, después de haber intentado tener hijos durante siete años, se decidieron por la adopción. Durante la tramitación de los papeles legales, sus amigos les advirtieron: -Ustedes debieran vivir contentos solos. Los hijos adoptados les causarán más aflicciones que lo normal. Abandonen la idea de la adopción, si quieren ahorrarse un montón de diñcultades en el futuro. Tomás y Marta sacudieron la cabeza, incrédulos. ¿Cómo podrían los hijos traer algo que no fuese amor y gozo a los corazones de sus padres? ¿Acaso no planiñcó Dios que debíamos tener hijos? Por cierto que lo único que tienen que hacer los padres es amar a sus hijos, criarlos correctamente y, después de eso, vivir felices. Cuando consideraban los casos de padres con hijos descarriados, comentaban:

10

-¡Eso nunca nos sucederá a nosotros! Seremos padres perfectos. Nos irá bien. ¡N o hay nada de qué preocuparse! Varios años después, cuando sus hijos se convirtieron en adolescentes, alguien les dio un lema, que ellos colgaron en la pared de su dormitorio. Decía: "La demencia es hereditaria. ¡La recibimos de nuestros hijos!" Para entonces, Tomás y Marta sabían lo que significaba ver que un hijo se rebele y que efectúe elecciones que afligían sus corazones. -¿En qué me habré equivocado? -se preguntaba Marta-. Si tan solo hubiese sido más estricta, o más vigilante, o más comprensiva o hubiera estado mejor informada ... Debió haber algo que hubiese podido hacer para prevenir todo esto. -Si tan solo no hubiera pasado tanto tiempo ausente de mi hogar -se lamentaba Tomás-. Si solo hubiera dedicado más tiempo a mis hijos. Tomás y Marta comenzaron a discutir y a culparse mutuamente por lo que habrían hecho mal. Después, puesto que se necesitaban tanto mutuamente, se reconciliaron y lloraron ante Dios. Oraron: "Señor, perdónanos por no ser los padres que debiéramos ser. Te rogamos que traigas a nuestros hijos de vuelta a ti antes de que sea demasiado tarde". Marta, sintiéndose culpable por no haber criado hijos perfectos, se sentía al borde de la desesperación. Renunció a los cargos que tenía en la iglesia y dejó de asistir a las reuniones sociales. La idea de que había fracasado en la educación de sus hijos la había convertido en una persona marginada de la sociedad. Los padres de hijos pródigos Marta y Tomás no son los únicos casos que han tenido dincultades en la crianza de sus hijos. Este problema afecta a miles de hogares en los que los padres experimentan la misma esperanza, elevan la misma oración y sienten la misma angustia. En este libro, presentamos más de 65 historias de hijos pródigos y de sus padres. Algunos pródigos son personajes históricos

11

bien conocidos: Marco Aurelio, Agustín, Juan Newton, Adoniram Judson y Hudson Taylor. Otros son dirigentes cristianos famosos de este siglo: James C. Dobson, Franklin Graham, Dick Eastman y Glenn Aufderhar. Y otros son conocidos por pocas personas fuera de sus padres. Cada hijo pródigo tuvo padres que sufrieron a causa de sus acciones impropias; todos tenían padres que oraron sin cesar por ellos. Después de leer acerca de esos padres de hijos descarriados, el lector comprenderá que su dolor no es exclusivo. Que no tiene el monopolio de la angustia paterna o materna, del dolor abrumador ni de la frustración. Otros ya han experimentado la frustración, el desánimo y el dolor por algo similar a lo que usted está atravesando ahora. Dios no los olvidó, a ellos ni a sus hijos; tampoco se olvidará de usted ni de sus hijos. Referiremos historias de hijos pródigos que regresaron al hogar, y de otros que no lo hicieron. Compartiremos con el lector lo que otros padres realizaron con el fm de soportar su aflicción, los pasos prácticos que dieron para restaurar sus relaciones con sus hijos, y cómo aprendieron a orar con poder. Estas historias no sólo le darán esperanza, sino además sugerirán medidas concretas que podrá adoptar, acciones que pueden beneficiar su vida y las vidas de sus hijos. Todas las historias referidas son verdaderas. Cuando se usan nombres y apellidos, se mencionan las fuentes de información. Cuando se menciona sólo el primer nombre, las historias también son auténticas, pero se han cambiado el nombre y ciertos detalles para evitar la identificación de los personajes. Este libro es para usted ¿Ha sentido usted como si se le rompiera el corazón al ver que su hijo adopta un estilo de vida en pugna con los valores cristianos, en el que predominan las drogas, la promiscuidad, las bebidas alcohólicas o el tabaco? ¿Ha sentido desánimo al ver que su hijo deja de asistir a la iglesia? ¿Ha experimentado un intenso dolor al enterarse de que su hijo mantiene relaciones

12

homosexuales? ¿Ha llorado al ver que su hijo o su hija, que había sido educado para que amara a Dios, ahora se burla de su fe y de la Palabra de Dios? ¿Ha sentido la estocada del temor cuando el teléfono suena en medio de la noche y su hijo no eatá en casa? ¿Espera las reuniones familiares con una mezcla de gozo y de aprensión? ¿Se siente, a veces, como un guerrero con las cicatrices de la batalla, en su búsqueda de paz con respecto a uno de sus hijos mayores? ¿Ha permanecido despierto/a hasta el amanecer, tratando de descubrir qué ha hecho mal como padre o madre? ¿O ha retenido las lágrimas, con dif:u:ultad, al oir a otros padres hablar con encomio acerca de sus hijos que sirven a Dios? No está solo o sola. Este libro es para usted. Este libro es para padres acongojados por las malas elecciones que sus hijos mayores de edad han efectuado. Es para los padres que oran por sus hijos pródigos, que han vagado lejos de Dios y la iglesia.

Un problema común de los padres cristianos -¡Cuántas veces he sufrido angustia por mi fracaso como madre! -se lamenta Pam Caruso-. Aunque hice lo que consideraba que era lo mejor para criar a mis hijos en el conocimiento y en el temor de Dios, cuando llegaron a la mayoría de edad uno por uno eligió vivir su vida lejos de él. Esta desesperación que siento no es únicamente mía; muchas otras madres cristianas, algunas de las cuales son las mujeres más piadosas que conozco, manifiestan el mismo tormento del espíritu.' Puesto que muchos cristianos somos padres de hijos descarriados, entonces ¿por qué tratamos de mantener nuestro propio dolor en secreto? ¿Por qué miramos, sonriendo, a los demás en la iglesia y decidimos que tenemos el monopolio del dolor? Tal vez, tememos compartir nuestras cargas aflictivas porque nos sentimos culpables. Sentimos que hemos fracasado como padres y no deseamos que otros se enteren de que estamos luchando con la vergüenza causada por un hijo descarriado. ¡Pero no estamos solos!

13

Recuerdo muy bien cómo me sentí cuando uno de nuestros hijos se rebeló en contra de los valores que habíamos procurado enseñarle con tanto empeño. ¡Nos causaba un enorme dolor! lloré hasta que se me acabaron las lágrimas. Me sentía absolutamente fracasada como madre y como cristiana. Todos los demás causaban la impresión de que lograron el éxito como padres, mientras solamente yo me debatía en el fracaso. Ahora, muchos años después, percibo las cosas en forma distinta: ahora sé que la mayoría de los miembros de mi iglesia también ha pasado por idénticas circunstancias aflictivas. Las razones de los momentos críticos pudieron haber sido diferentes, pero el dolor y la aflicción han sido similares. Nos ha herido la frustración, o lo que temíamos que fuera nuestra falta de capacidad como padres. ¡Nos habíamos esforzado tanto! ¿En qué nos equivocamos? Hoy puedo alabar a Dios por su compañía en aquellos años de crisis, ahora lejanos. Puedo contemplar con placer la obra transformadora realizada por Dios en nuestra familia. ¡Los hijos que nos causaron aflicciones ahora nos proporcionan enorme gozo! Agradecemos a Dios por cada uno de ellos, y por su poder, que obró en sus vidas. Oro porque las historias contenidas en este libro contrihuyan a erradicar toda sensación de aislamiento que el lector pueda experimentar como padre o madre de hijos pródigos. Descubrirá que su caso es uno entre muchos ocurridos a padres cristianos dedicados, leales y amantes. Estas historias conñrmarán lo que usted ya sabía desde hacía mucho, pero por alguna razón lo había olvidado: que Dios nunca se irá de su lado. Él comprende lo que le sucede, porque también sufre coroo padre; está con usted en su aflicción. Pese a esta, hará que su corazón cante de gozo. Pam Caruso escribe, en este mismo sentido: "Aun en medio de mi doloroso clamor a Dios, recuerdo que él comprende. ¡Él pasó por lo mismo! Aunque era perfecto, la tercera parte de sus ángeles eligió rechazarlo como Padre. Aun Adán y Eva tuvieron un hijo

14 que prefirió no seguir a Dios, aunque había estado a las puertas del Jardín del Edén, y conocía la historia de la desobediencia de suspadres. No estoy sugiriendo que yo he sido una madre perfecta. Sin embargo, mi Padre celestial sabe que hice lo mejor que pude, y él me comprende y llora conmigo. Me proporciona ánimo saber que Aquel que dio a su Hijo único y amado está enterado de mi dolor".~ Y no estamos solos Rafael y Margarita Lewis se llenaron de ansiedad cuando Marcos no volvió a su casa a la hora de la cena. Cuando llamaron por teléfono a sus amigos, se enteraron de que se había ido al Estado de Florida en la mañana de ese día, en su motocicleta Honda. Cuando revisaron su dormitorio, en busca de algún indicio revelador, no encontraron nada. ¿Por qué se había ido sin decirles nada? ¿Por qué había abandonado sus estudios universitarios? ¿Se había metido en dincultades? ¿Adónde estaba? ¿Qué estaba haciendo? Esa noche, Rafael y Margarita permanecieron desvelados mientras escuchaban el silencio nocturno, esperando oír de pronto el tronar de una motocicleta, que señalaría el regreso de su hijo. El zumbido de la moto nunca llegó. Cada día vivían en forma automática para bénencio de sus otros dos hijos, pero la preocupación por Marcos, su hijo pródigo de 19 años, los sumergía en el temor. Nunca les escribía ni los llamaba por teléfono. Un día, los llamó una amiga y les informó que había visto a Marcos en West Palm Beach (Florida) trabajando en un motel. Les dijo que estaba bien, pero le había pedido que no les dijera nada. Transcurrieron meses sin más noticias. La familia fue a visitar a los abuelos que vivían en Florida, como habían planincado. Llevaron regalos para Marcos, suponiendo que iría a pasar la Navidad con sus abuelos. Pero no fue ni llamó por teléfono. Los padres, desesperados, comenzaron a visitar los moteles de la ciudad, donde mostraron la foto de su hijo y preguntaron si alguien lo había visto. No tuvieron éxito. Cuando estaban por renunciar a toda esperanza, vieron su moto Honda. Rafael entró

15

al motel a preguntar por él, mientras el resto de la familia permanecía en el automóvil. Volvió solo algunos minutos después. Había conversado brevemente con Marcos, pero el hijo no quiso ir a saludar a su familia. Queria que se fueran. Margarita escribió, posteriormente, acerca de esa experiencia: "Lloraba mi exterior. Pero en mi interior sentía un dolor de una intensidad que no había experimentado antes". 3 Marcos, el hijo pródigo, regresó al hogar con el tiempo, y se restauraron las relaciones con la familia. Como resultado de su dolorosa experiencia, comprendieron mejor las aflicciones de otros padres, estuvieron menos dispuestos a criticar, y más dispuestos a infundir valor y a dar apoyo. Comenzaron a experimentar lo que John White llama "la fraternidad de los padres acongojados"."' Margarita, con el permiso de Marcos, escribió su testimonio en su libro The Hurting Parent [Los padres acongojados]. Algún tiempo después de la publicación de este libro, lamadre de un hijo alcohólico recorría un mercado persa. Se detuvo en una mesa con libros usados y tomó el libro de Margarita Lewis. Comenzó a hojearlo y a leer algunos párrafos. No tardó mucho en convencerse de que ese era un libro que debía comprar. Leyó dos veces el libro, y luego lo prestó a una amiga que atravesaba por la misma situación aflictiva. Cuando su amiga no le devolvió su libro, ella compró otro ejemplar en una librería cristiana y lo leyó por tercera vez. Escribió una nota de aprecio a Margarita, la autora: "Mis problemas distan mucho de estar resueltos. Pero, ahora, ·por lo menos sé que no me volveré loca" .s Esta histoTia expresa el propósito de este libro: animar a los padres de hijos que se han alejado de Dios y de lfi,iglesia; animar al lector; infundirle esperanza; ayudarlo a comprender que no está solo.

en

¿Qué puedo hacer ahora? 1. En su libro What Did IDo Wrong? What Can IDo Now? [¿Qué error cometí? ¿Qué puedo hacer ahora?], William y Candace

16

Backus bosquejan tres clases de problemas referentes a los hijos mayores de edad: crónicos, críticos ... y criminales. 6 ..

··~

..

·\

...

;·: . . ·:· ·_:..: .. -/~ .j/·~t::L·.·:

:~í~-: ~19>-·····-.···-···_.·

·········a~.·c···· Fráudé, , .. · , ..... ,. ~alt~a~o /,i~t()o. ·_ · .

Trate de pensar en una persona conocida que tenga uno o más de los problemas consignados bajo cada categoría. Escriba su nombre y el nombre de su hijo o hija (si lo sabe) junto a cada problema. Dedique tiempo a pensar en cada padre o madre acongojados, cuyo nombre haya anotado. Pida a Dios que dé ánimo y esperanza a cada uno de ellos. ~. Trate de encontrar otros dos o tres padres afligidos que deseen unirse con usted para formar un grupo de oración en favor de hijos pródigos. Reúna material útil con el fm de compartir con los miem-

~am:%-

.rUd'

5fi&or

ore

a~aa e% ~&or

DOROTHY EATON WATTS

17

bros del grupo de oración y con los padres por quienes oran. Este material puede incluir pasajes apropiados de la Biblia, historias de padres que rescataron a sus hijos, estudios bíblicos abreviados, temas para comentar en el grupo e ideas para la sesión de oración. Puede obtener material útil de este mismo libro.

Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lea las historias de los siguientes padres de la Biblia que sufrieron a causa del comportamiento de sus hijos. Anote los comportamientos problemáticos. ¿Cómo clasif:tcaría los problemas que los padres tuvieron que enfrentar? a. Adán y Eva (Gén. 4). b. Isaac y Rebeca (Gén. ~s:~o-34; ~7; ~8:1-9). c. Jacob y Lea (Gén. 34). d. Elí (¡ Sam. ~; 3; 4). ~- Lea los pasajes que aparecen más abajo. Será más encaz si elige un solo pasaje por día, para su meditación. Lea cada capítulo en diversas versiones de la Biblia, de ser posible. Subraye los textos que hablen directamente a su corazón. ¿Qué le dice cada pasaje acerca de Dios como padre afligido y de su capacidad para comprender el dolor que usted siente? a. Isaías 43. b. Oseas u. c. Isaías 49· d. Jeremías 31. e. Salmo w3. 1.

Referencias ' Pam Caruso, "Él comprende", citado en Rosa Otis, The Listening Heart (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Publishing Assn., 1993), p. ~o. 'Ibíd. 3 Marjorie M. Lewis y Gregg Lewis, The Hurting Parent (Grand Rapid1r Zondervan Publishing House, 1988), pp. 19-~8. • John White, Parents inPain (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Preas,1979), p.~· s Lewis, p. 14. 6 WilliamandCandaceBackus, WhatDidiDo Wrong?WhatOmiDoNow?(Minneapolis: Bethany House, 1990), pp. 18-%.

~ ....t-á.,rc-h

~

Wesley se dispuso a ser la mejor madre posible para sus 19 hijos. Desde su nacimiento, comenzaba a entrenarlos de acuerdo con estrictos principios metódicos. Entrenó su voluntad, al enseñarles a llorar suavemente y a obedecer siempre. Nunca les permitía comer entre las comidas regulares, y seguían un plan habitual de alimentación, para realizar el culto y para dormir. Ella impartía clases en una escuela durante seis horas diarias, y además dedicaba una hora por semana a la atención personal de cada alumno, para enseñarles principios bíblicos. Además, de alguna manera se las arreglaba para brindarles un buen eje:rllpló ál dedicar dos horas diarias a sus propias devociones petsortale·s.• "El hogar de Susana Wesley. en Epworth; era un:·hogar cris~ tiano casi perfecto -comenta Edith Deen'-. ·En: la historia hay pocas madres que han poseído la sensibilidad espiritual, la resistencia y la sabiduría de Susana Wesley". a

~o

Ese hogar ejemplar produjo dos personajes cristianos bien conocidos: John Wesley, fundador del metodismo, y Carlos Wesley, autor de himnos. Otro hijo, Samuel, también fue un ministro. Sin embargo, pocas personas están enteradas de que sus demás hijos le causaron aflicciones. Cuatro de sus hijas tuvieron matrimonios frustrantes: Patty, Kezzy, Sukeyy Emilia. Otra hija, Hetty, se enamoró de un meloso adulador andonado a las faldas. Se escapó de su hogar para juntarse con él. Cuando quedó embarazada, el "don Juan" rehusó casarse con ella. Hetty volvió al hogar en desgracia, y se casó apresuradamente con un plomero local. Susana no solo se sintió traicionada por Hetty, sino también olvidada por Dios. Había hecho todo lo posible por educar a sus hijos con el ñn de que transitaran por el camino correcto. Decía ella: "¿Cómo podía Dios permitir que le sucediera eso a una de mis hijas, cuando me he preocupado tanto de hacer todo correctamente? ¿Qué más pude haber hecho? "3 Mito 1: Los hijos que son enseñados correctamente nunca se rebelan Susana Wesley creía el mito de que los hijos que son enseñados correctamente nunca se rebelan. Basaba su creencia en una interpretación errónea de Proverbios ~~:6. Pero, este pasaje no dice que un hijo nunca pasará por la etapa del "hijo pródigo", en la que se rebelará contra Dios y su familia. Lo que promete es que el hijo nunca podrá olvidar las lecciones aprendidas en su infancia. Una madre misionera, mujer muy espiritual que dedicaba mucha reflexión y oración a la crianza de sus hijos a ñn de que transitaran por el camino correcto, escribió en su diario: "Podemos esperar que Dios nos honre, al no permitir que nuestros hijos se rebelen". Sin embargo, uno de sus hijos eligió vivir alejado de Dios y de la iglesia. ¿Podemos imaginar la congoja de esa madre cuando clamó ante Dios:" ¿Por qué, Dios? ¿Por qué? ¡Hicimos lo mejor posible! ¿Cómo pudiste permitir que sucediera eso, después de lo que prometiste en Proverbios ~~:6?"4

~1

Pero esta no es una promesa de que un hijo nunca se descarriará. Más bien, "es una declaración, una declaración general, acerca de cómo funcionan habitualmente las relaciones familiares", dice John White. s El libro de Proverbios es una colección de dichos sabios. Al leerlos, descubrimos que hay numerosas declaraciones acerca de los hijos que se rebelan en contra del consejo de sus padres. Según lo explica John White, "los padres son amonestados a criar a sus hijos correctamente. Los hijos son amonestados a responder sabiamente a la corrección de sus padres. Si ambos desempeftan su parte, todo saldrá bien". 6 La realidad es que existen admirables hogares cristianos en los cuales los hijos fueron criados correctamente, pero eligieron rebelarse. En la parábola del hijo perdido, ¿condena Jesús al padre cuyo hijo se fue a una tierra lejana? Si este mito fuera una realidad, convertirla a Dios en un mal padre, porque la tercera parte de los ángeles eligió rebelarse en contra de su amor, de su bondad y del entrenamiento correcto. Dios creó a todos sus hijos con libertad para elegir. Mito~: los padres son responsables por los pecados de 8U8 hijoa

Este mito circulaba en los días de Ezequiel. Había un pró,.. verbio según el cual "los padres comieron las uvas agrias, y loa dientes de los hijos tienen la dentera". · · '· El Seftor, después de interrogar a Ezequiel acerca de este proverbio, puso las cosas en su lugar. Dijo: " 'Vivo yo,'dtce:Jehová el Seftor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. He aquí que todas las almas son mía&; 'como e} tima del padre, así el alma del hijo es mía; el alma qae·peaare, eaa morirá' "(Eze. 18:1-4). Dios continúa diciendo; en·el venteulo ~o: "El alma que pecare, esa morirá; el hijo·no llevar!• el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo¡ la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impio. atd·aobre Q". "De manera que cada uno de nosotma dará a Dioa cuenta de sí" (Rom. 14:1~). En el Juicio, a ningún hijo se permitirá que

~~u~,. Jé la

t$'*a

~2

culpe a sus padres por elecciones que él realizó mediante su libre voluntad. Dios ha establecido claramente quién es responsable por las elecciones efectuadas personalmente. Por cierto que Dios pedirá cuentas a los padres. Pero ¿de qué les pedirá cuentas? ¿Cuál es nuestra responsabilidad? Somos responsables por la crianza de nuestros hijos; por el ejemplo que les demos; por amarlos incondicionalmente y por orar por ellos. Pero, no somos responsables por las actitudes de nuestros hijos, por sus sentimientos, sus elecciones ni sus pecados. ¿Fueron los padres de Caín responsables por el asésinato de su hijo? ¿Fue Samuel culpable por los pecados de sus hijos? ¿Culpó Dios a Jacob por el comportamiento de Dina? ¿Fue inculpado el padre del hijo pródigo por los pecados de su hijo? Billy Graham comprendió dónde terminaban sus responsabilidades como padre. Su hijo Franklin, a los ~~ años de edad, fumaba, consumía bebidas alcohólicas y tenía otros comportamientas mundanos; pero el pastorGraham rehusó aceptar responsabilidad por las elecciones de su hijo. En 1974, la familia Graham se encontraba en Lausana, Suiza, para asistir a una conferencia internacional de evangelismo. El día del cumpleaños de su hijo Franklin, Billy y Ruth Graham lo llevaron a almorzar. Después del almuerzo; Billy caminó con su hijo por la ribera del lago. Al cabo de unos momentos de penoso silencio, el padre se volvió hacia Franklin y le dijo: -Tu madre y yo pensamos que en tu vida se desarrolla una lucha. Franklin no contestó nada. Su padre continuó diciendo: -Tendrás que efectuar una decisión: aceptar a Cristo o bien rechazarlo. No podrás seguir manteniéndote en un terreno intermedio. Tendrás que decidir seguirlo y obedecerlo, o bien rechazarlo. Franklin tampoco contestó esta vez. -Quiero que sepas que estamos orgullosos de ti, Franklin -continuó Billy Graham-. Te amamos, no importa lo que hagas en la vida ni a qué lugar vayas. La puerta de nuestro hogar estará siempre abierta y serás siempre bienvenido. Pero tendrás que efectuar una decisión.

~3

El silencio .fue la única respuesta de Franklin. Pero sabía, en su interior, que únicamente él era responsable por sus pecados y que solo él podía decidir lo que haría con ellos. Algunas semanas después, estaba sentado sobre su cama en el cuarto de un hotel en Roma. Encendió un cigarrillo, tomó una Biblia y leyó Juan 3. Recordó las palabras de su padre: "Franklin, tendrás que efectuar una decisión: aceptar a Crinto o bien rechazarlo". Franklin apagó su cigarrillo, se arrodilló y entregó su vida a Jesús. El hijo pródigo de los esposos Graham regresó al hogar esa noche.7 Mito 3: Los padres tienen que rescatar a sus hijos descaniados Los padres que creen en este mito pagan la ñanza cuando un hijo es detenido por manejar ebrio. Pagan el alquiler del departamento cuando su hijo no lo hace, o lo auxilian cuando no puede pagar las cuotas del automóvil nuevo que compró. Disimulan las faltas de su hijo o hija, con la esperanza de que su benevolencia lo ayude a cambiar de comportamiento. Lee Ezell dice: "De alguna manera, tenemos que dejar de pagar el precio por nuestros hijos mayores de edad [. .. ] . Debemos llegar al punto de permitir que cosechen los amargos resultados de sus propias elecciones equivocadas". 6 ¿Recuerda la historia del hijo pródigo? ¿Salió el padre en pos del hijo, con la intención de pagar sus cuentas, rehusando dejar que padeciera los resultados de sus malas elecciones? No, sino que dejó que las consecuencias impactaran la conciencia de su hijo y lo ayudaran a recuperar el buen juicio. El amor ñrme y sensato rehúsa reemplazar lo que los hijos han destruido, disimular y mentir por ellos, esgrimir excusas por su comportamiento, sacarlo de apuros cuando ·Se meten en diñcultades y pagar sus deudas. El amor ñrme y sensato rehúsa aceptar la culpa por las elecciones que los hijos han «fectuado.· Billy y Ruth Graham tenían amor ñrme .y ..sensato por Franklin, su hijo rebelde. Cuando se metió en problemas con la ley, sus padres dejaron que él mismo hiciera frente a las consecuencias. Cierto día, Franklin pasó a exceso. de velocidad frente a un patrullero estacionado a la orilla del camino. Franklin pen-

~

só que el policía Pete Post reconocería su automóvil Triumph Spitfire de color verde, sabría que él era el hijo de Billy Graham y lo dejaría pasar sin sancionarlo. Pero; estaba equivocado. El policía salió en su persecución con todas las luces encendídas. A pesar de ello, Franklin no se detuvo, sino que aceleró por el camino de montaña que lo conducirla a su hogar. Cuando llegó, accionó el control remoto que abría la puerta del garaje, entró y luego cerró la puerta. Se echó a reir, al imaginar la cara que pondría el policía al encontrar cerrada la puerta del garaje. No contó a nadie lo que habia sucedido y se dirigió a su habitación. .· Pero su alegria fue de corta duración. Al poco rato, Billy Graham llamó a su hijo y le dijo: -El policia Pete Post viene por el camino. Ya abrí la puerta de entrada. Tú y yo nos reuniremos con él. Si él quiere detenerte, lo apoyaré. Ruth,la esposa, dijo que también estaba de acuerdo. El policía dio a Franklin una severa reprensión acerca de cómo manejar con seguridad, y le aseguró que si volvia a sorprenderlo manejando a exceso de velocidad le quitaría el permiso de conducir y lo metería en la cárcel. Luego de esa experiencia, Franklin hizo el siguiente comentario: "Aprendí algo que no había pensado antes: si me metía en dificultades y estaba equivocado, no podía contar con la ayuda de mi padre para que arreglara el problema o me defendiera. Nunca olvidé su promesa de estar de parte de la policía, aunque eso significara que me viera ser detenido y esposado" .9 "Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gál. 6:7). Dios permite que se cumpla la ley de la causa y el efecto; así es como debe ser.

Mito 4: Nuestros hijos nos pertenecen; son nuestros Esta declaración es falsa. Nuestros hijos son dones que Dios nos ha otorgado (Sal. ~~7:3). Nos han sido confiados como un legado; nos han sido prestados. No nos pertenecen totalmente; pertenecen a Dios. Él los ama más de lo que nosotros podríamos amarlos. Podemos confiarlos a su cuidado.

~s

Bárbara Johnson cuenta acerca de una mujer que tuvo que luchar con una terrible depresión durante dos años. después de enterarse de que su hija Carola mantenía una relación lesbiana. Finalmente, no pudo soportarlo más. Desesperada, llevó su carga a Dios. Oró: "Carola es más tuya que mia, y sé que la amas más que yo. Por eso, Señor, te ruego que te encargues de ella. Tú sabes cómo llegar hasta ella cuando yo no lo consigo. Ya no puedo llevar esta carga por más tiempo, de modo que te la entrego". No solo depuso su carga, sino también la dejó ahí. Dios le dio paz, y la capacidad de dormir por la noche.' 0 La madre de Carola comprendió la hermosa verdad de que Dios ama tanto a nuestros hijos que nunca dejará de buscarlos. No existe ningún lugar donde puedan ir sin que él no pueda alcanzarlos. "No importa que estos hijos descarriados rehúsen escuchar, o que no asistan a la iglesia o que guarden silencio cuando la conversación gira en torno a los temas espirituales. Ni siquiera importa si ellos rehúsan leer la Biblia u orar. Lo que sí interesa es saber que no pueden escapar de Dios, quien está en todas partes y habla constantemente" .11 Nuestros hijos no solo se han alejado de nosotros y de nuestros valores, sino también de la grey de Dios. Nuestro hijo es su hijo, su oveja perdida. Él es el Buen Pastor, que está ahí en medio de la noche y en la tormenta, buscando a su preciosa oveja perdida. Podemos confiar en que él la buscará hasta que la encuentre. Gloria Gaither concuerda con esto. Escribe: "Siempre calma la tormenta de las preocupaciones de los padres saber que Dios ama a nuestros hijos infinitamente más que nosotros, porque él es el Padre perfecto, con amor perfecto. Puedo estar con mis hijos y ayudarlos solo hasta el límite de mi presencia. Pero no existen límites para la presencia de Dios~· .'a Mito 5: Es posible ser padres perfectos Esta declaración es falsa. La verdad es que ningún padre humano es perfecto. "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Rom. 3:z3). No hay padres justos, no hay

~6

ninguno (vers. w). Todos hemos pecado contra nuestros hijos; ninguno de nosotros lo ha hecho todo perfecto. Con frecuencia, hemos pecado sin percatarnos de ello. Hicimos las cosas en la misma forma en que nuestros padres las hacían. Tal vez solo ahora, tras muchos años, comprendemos lo que debiéramos haber hecho o dejado de hacer. Pareciera que mirar hacia atrás es más fácil que mirar· hacia adelante. Después de haber criado tres hijos, Madeleine L'Engle escribe: "A veces, Hugh y yo pensamos que si hicimos algo correctamente con nuestros hijos, eso ha sido un accidente y un milagro; con frecuencia comprendemos, al considerar las cosas retrospectivamente, que aquello que suponíamos que eran las mejores, en realidad no eran nada de buenas. Es posible que nuestros hijos hayan aprendido más de nuestros errores que de nuestra buena voluntad". •3 Lo glorioso del evangelio es que "si confesamos nuestros pecados, él es f:tel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Dios está con nosotros en este negocio de la paternidad. "Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados" (t Juan ~:1, ~). Jesús murió por los padres que no son perfectos y por los hijos descarriados. Su sangre puede cubrir nuestros pecados, como también los suyos. Él será un Padre perfecto para nuestros hijos, y enmendará aquello en lo que hemos fallado. Mito 6: Los padres pueden controlar el destino de sus hijos Hacía poco que Jan Johnson había tenido a Jenna, su primerahija. -Mamá -preguntó-, ¿cómo puedo estar segura de que Jenna se salvará e irá al cielo conmigo? Su madre, Evelyn Christenson, respondió: -Nada que puedas hacer, Jan, garantizará que Jenna vaya al cielo. Esto es estrictamente una decisión personal que cada uno debe efectuar, no importa quiénes sean sus padres o por cuál ritual o rito de iniciación hayan pasado. •4

~7

Evelyn Christenson comprendía que nunca podremos controlar a otro ser humano, aun cuando esa persona sea nuestro propio hijo. Este es un concepto difícil de entender para muchos padres. John White tuvo que luchar con esto cuando su esposa y él consideraban tener un segundo hijo. llegó al punto de pensar: "Señor, si este hijo no crecerá para servirte, entonces preferirla no tenerlo". -¿Qué puedes decir de Adán y de mí? -susurró Dios en el corazón de John-. No lo hice un robot, sino que lo creé a mi imagen y semejanza. Le otorgué la capacidad de agradarme o desagradarme, de obedecerme o desobedecerme. Yo sabía cuál sería su elección; sin embargo, lo traje a la vida. John comprendió que Dios le estaba diciendo ese dia: "J ohn, ¿estás dispuesto a dar el don de la vida a tu hijo, sin importar cómo tu hijo elija usar esa vida? No puedes controlar lo que el fruto de tu cuerpo hará con la vida que le proporciones. ¿Estás dispuesto a hacer como yo he hecho, a dar vida a alguien que podría acarrearte humillación, dolor y desgracia?" Aunque no fue fácil hacerlo, John oró: "Sí. Concédeme el poder de engendrar otro hijo [. .. ] , no importa qué rumbo ese hijo pueda elegir en la vida.'5

¿Qué puedo hacer ahora? 1. Vuelva a escribir cada mito de modo que se convierta en una declaración verdadera acerca de la paternidad. Por ejemplo, la verdad opuesta para el Mito 6 podría enunciarse: "El destino fmal de nuestros hijos depende de su propia capacidad de elección". ~- Busque un lugar tranquilo y sin interrupciones. Tome una hoja de papel y escriba todos los errores que ha cometido como padre. Sea tan específico como pueda. Cuando haya terminado su lista, preséntela ante Dios en oración. Confiese los errores cometidos y pida perdón. Lea los pasajes que siguen: 1 Juan 1:9; Isa. l:I8;Sal.I03: 8-n. A continuación, queme la hoja. Mientras la vea consumirse, pida a Dios que él elimine de su mente la culpa causada por los

~8

errores pasados, y que le proporcione la seguridad de su amor. 3. Lea ]oel ~:18 al3~ en varias versiones, si es posible. Subraye por lo menos ocho promesas para los padres que son imperfectos. Alabe a Dios por las grandes cosas que hará en su familia. 4· Lea ]oel ~: 1al17 en la misma versi6n en la que ley6 el pasaje anterior. Subraye por lo menos ocho cosas que Dios pide que hagan los padres imperfectos, para permitirle trabajar en su favor y en el de sus familias. ¿Ha hecho usted lo que Dios desea que haga? Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia Lealahistoriadeloshijos de Samuel en 1 Samuel8:1 al7. Lea acerca de sus nietos y bisnietos en 1 Crónicas ~5:5 y~ Crónicas 5:11 all3. Lea, también, el comentario sobre esta historia en Patriarcas y profetas (páginas 654 y 655). A continuación, responda cada una de las preguntas con Verdadero o Falso. ¿Qué apoyo biblico tiene para sus respuestas?

Referencias 1 Edith Deen, Great Women ofthe Christian Faith (Nueva York: Harper and Brothers, 1959), pp. 14 1-149· ~ lbíd., p. 141. 3Sandy Dengler,Susanna Wesley(Chicago: MoodyPress, 1987), pp. 181-187. 4 John White, Panmts in Pain, p. 4~· 5 lbíd .. p. 43. 6lbíd., p. 44· 7 Franklin Graham, Rebel With a Cause (Nashville: Thomas Nelson, Inc., 1995), pp. 118-1~3.

8 Lee Ezell, PiUsfar Parents inPain (Dalias: Word, 199~). p. 117. 9 Graham, pp. 56-58. 10 Bárbara Johnson, So. Stick a Geranium in Your Hat and Be Happyf (Dalias: Word, 1990), p. 86. u Tom Bisset, Why Christian Kids Leave the Faith (Nashville: Thomas Nelson, Inc., 1 99~). p. ~ 0 9· 1~ Ezell, p. 137. 13 Madeleine L'Engle,A Circle ofQuiet (San Francisco: Harper Collins, 199~). p. n6. 14 Evelyn Christenaon, What Happens When We Pray for Our Families? CWheaton, Illinois: Víctor Books, 199~). pp. 447• 448. 15 White, pp. 56-58.

~n.

un perro de raza collie de do.s años de edad, se en-

contraba agazapado en el camino. Gruñíay ladraba en actitud beligerante, mientras Felipe Keller se aproximaba. El visitante notó que estaba atado con dos cadenas. Una iba del collar del animal hasta un poste de hierro, y la otra iba desde su cuello hasta una pata trasera, lo cual restringía sus movimientos. -No puedo evitar esta situación -explicó el dueño-, porque León salta los cercos, persigue los coches y aterroriza al vecindario. Tengo que deshacerme de él. El animal tenía demasiada edad para entrenarlo; pero Felipe Keller, al mirar los tristes ojos del perro, comprendió que tenía que hacer la prueba. Pensó: "Eres un perro inteligente. Te compadezco por la forma en que has sido tratado. Podrías ser un perro ovejero admirabk Procuraré ayudarte". León no demostró gratitud. En el viaje hacia su nu~vo hogar, en el asiento trasero del vehículo, no cesó de gruñir y de lanzar tarascones cada vez que Felipe intentaba tocarlo.

3~

Cuando llegaron a la granja, Felipe llevó a León a una perrera con buena comida, agua limpia, y una larga cadena para que pudiera caminar y correr. Sin embargo, el animal no quiso entrar. Rehusó comer y beber y no permitió que Felipe lo tocara. Como resultado, empezó a perder peso. Felipe comprendió el anhelo del perro y lo dejó en libertad. El animal corrió hacia el bosque, donde permaneció oculto durante varios días. Hasta que, un anochecer, apareció sobre un promontorio situado detrás de la casa. Cuando Felipe lo llamó por su nombre, escapó de él. Felipe llevó comida y agua, y las dejó en el promontorio. A la mañ.ana siguiente, no los encontró. Hizo lo mismo durante varias semanas, y cada vez el perro comía el alimento y tomaba el agua. "Me gustaría que viniera a mi lado", pensó Felipe. "Desearía que aprendiera a conocerme y amarme, a trabajar conmigo y ser mi amigo". Un día, a la hora de la puesta del sol, Felipe estaba solo frente a su casa, mirando a sus ovejas que comían en el prado. Era una escena que lo llenaba de alegría. De pronto sintió que una nariz húmeda y tibia tocaba sus manos, que tenía entrelazadas detrás de él. ¡León habia vuelto a su casa! Cuando las sombras caían sobre la tierra, siguió a su amo hasta la perrera, entró sin dificultad y se echó a descansar.' Los seres humanos nos parecemos a León, en cierto sentido. Dios nos ofrece hacernos miembros de su familia. Hace provisión para satisfacer todas nuestras necesidades; nos llama con amor por nuestro nombre. Pero, nos deja totalmente libres. Ninguna cadena nos ata a él en contra de nuestra voluntad; tenemos que regresar a él por nuestra libre voluntad. También nuestros hijos se parecen a León. Y nosotros, sus padres, que los amamos tanto, de algún modo tenemos que aprender a hacer con ellos lo que Dios hace por nosotros: lo mismo que Felipe Keller hizo por León. Debemos dejarlos en libertad. Dejar en libertad a nuestros hijos cuando entran en la mayoría de edad tal vez sea la tarea más dificil para los padres.

33 A Carola le resultó sumamente difícil. Crió a seis hijos, dos de un matrimonio anterior y cuatro de su segundo matrimonio. Después de casi treinta años de desempeñarse como madre, admitió que le estaba resultando muy difícil abandonar su papel maternal. Al mirar hacia el pasado, comprendió que tenía la tendencia a retener el control sobre sus hijos. Dice: "Hice el trabajo que mis hijos debían efectuar, y no permití que ellos desarrollaran su responsabilidad. Recuerdo cuando uno de mis hijos buscaba una universidad que le conviniera. Necesitaba ayuda para encontrar una que tuviera un buen plan de préstamos escolares. Pero, no me limité solo a prestarle ayuda, sino también hice toda la tramitación, en vez de permitir que él se ocupara de sus cosas. Así soy yo". Cuando sus hijos manifestaban una necesidad, ella respondía de inmediato con una idea, un libro, un pensamiento o un consejo. Reemplazaba las cosas de sus hijos que se quebraban o se gastaban; bloqueando de ese modo su desarrollo como personas responsables y autosuñcientes. Cuando una hija mayor de edad de Carola quedó embarazada, regresó al hogar. Fue una situación dificil, y Carola se esforzó por no inmiscuirse y por dejar que su hija cometiera sus errores, creciera y madurara. Pero, el hábito de toda la vida de ejercer control le resultó difícil de vencer. Oraba todos los días: "Ella está en tus manos, Señor. Ayúdame a no inmiscuirme. Ayúdame a dejarla en libertad y permitir que tú hagas tu parte".~ A la. mayoría de nosotros nos sucede lo mismo que a Carola: nos resulta muy difícil dejar libres a nuestros hijos, desde el punto de vista físico, emocional y espiritual. Así como los niños nos traen sus juguetes rotos con lágrimas para que los reparemos, yo llevé a Dios a mi hijo descarriado porque él era mi Amigo. Pero entonces, en vez de dejarlo en paz para que trabajara solo,

34

Me quedé ahí y traté de ayudar con métodos que eran míos. Finalmente se lo quité y exclamé. "¿Cómo puedes ser tan lento?" "Hija mía -dijo él-, ¿qué más podía hacer? Porque tú nunca le diste libertad". Autor desconocido. Adaptado. Existen por lo menos ocho formas por las que procuramos retener nuestro control sobre nuestros hijos mayores de edad: complacerlos, rescatarlos, asumir una actitud de mártir, manipularlos, corregirlos, airarnos, aferramos a falsas esperanzas y no renunciar al papel de padres. Analicemos cada una. Deje de complacer Ethel, madre de 83 años de edad, controla a sus hijos adultos poniéndolos siempre en primer lugar, complaciéndolos y cediendo a sus exigencias. No expresa sus propias necesidades, sino que se dedica por completo a satisfacer las necesidades de sus hijos. Ha dedicado su vida a ser amable, agradable e irreal. Uno de sus hijos dijo: "Ella nos controla siendo amable, poniéndonos en primer lugar y postergando sus propias necesidades. Pero, a veces eso me fastidia. Siento como si estuviera caminando sobre huevos cuando estoy con ella". 3 La complacencia puede interferir nuestras relaciones interpersonales. Necesitamos desprendernos de la necesidad de controlar por medio de la complacencia. No es necesario anticiparnos ni satisfacer cada necesidad de nuestros hijos. Tampoco necesitamos dedicar más tiempo ni gastar más dinero y energía emocional en nuestros hijos adultos de lo que empleamos en nosotros mismos. Obtener la aprobación de nuestros hijos no tiene que ser la meta de nuestra existencia. Deje de rescatar Guillermo está siempre a disposición de sus hijos adultos.

3s Les envía cheques para ayudarlos a pagar las cuentas del dentista y el alquiler de la casa. Cuando cualquier cosa sale mal, sus hijos saben adónde acudir para salir de apuros. Guillermo es un padre que rescata. Emilia está siempre disponible como niñera de sus nietos. Si los chicos necesitan cualquier cosa que los padres no pueden proveer, ahí está la abuela para dársela. Nun ca les falta ropa, juguetes o dinero en efectivo, mientras la abuela está presente. Ella es una abuela que rescata. Nosotros, los padres, tenemos que abandonar la idea de que es nuestro deber ocuparnos de cualquier cosa que nuestros hijos no puedan hacer ellos mismos. Tenemos que dejar de rescatarlos del dolor, para obtener su cariño. Tenemos que dejar de sentirnos culpables si nuestros hijos necesitan de ayuda que podemos darles. No tenemos que proveer para todas sus necesidades; tenemos que dejar de hacerlo y permitir que Dios lo haga. Nuestros hijos necesitan aprender a confiar en él así como nosotros lo hacemos. Karen O'Connor era una rescatadora. Era la buena madre que siempre estaba a las órdenes cuando sus hijos la necesitahan. Hacía fiestas para sus hijos adolescentes, iba a la biblioteca a devolver sus libros atrasados, los reemplazaba en su turno de lavar la loza cuando ellos tenían otros planes, y los ayudaba a última hora cuando no habían hecho las tareas. Comenzó a despertar a la realidad cuando sus hijos ya eran mayores de edad y ella seguía sacándolos de apuros.+ Karen formó parte de un grupo de oración para padres después de que comenzó a tener dificultades con su hijo mayor de edad. Todo lo que hizo para ayudarlo fue rechazado por él. Des~ pués de escuchar la historia de Karen, una dama sentada en el lado opuesto de la habitación se levantó y se aproximó a ella, rodeó con un brazo sus hombros y le dijo: -Ha terminado su trabajo en la carne. Lo único que él necesita ahora son sus oraciones. -¿Quiere usted decir que no tengo que hacer nada más?

36

-preguntó Karen, asombrada-. ¿Ya no tendré que enviarle dinero o alimentos, ni comprarle un automóvil nuevo ni revisar su programa de salud? ¿Lo único que necesito hacer es orar? El concepto de dejar en libertad a los hijos para que Dios obre en ellos era una idea nueva para Karen, pero decidió ponerla en práctica. Descubrió que no solo era un gran alivio, sino también, mejor aún, producía resultados positivos.

Deje de convertirse en mártir Los mártires son personas que sufren constantemente. Anuncían a todos su temor, fatiga, hambre, aflicciones, dolores y angustia mental. Solo necesitan enfermarse o sentirse mal, y sus hijos corren a su lado para darles apoyo y prestarles ayuda y atención. Los padres o las madres mártires hacen sentirse culpables a sus hijos por no hacer más por ellos, "después de todo lo que yo hice por ustedes". Los mártires se valen de su condición física o mental con el fm de obtener simpatía y ejercer una especie de control sobre sus hijos, a fm de mantenerlos a su lado. Tenemos que renunciar a nuestra actitud de mártires. Necesitamos crecer y depender de Dios en vez de nuestros hijos. Tenemos que dejar de tratar de ejercer control sobre ellos para hacerles sentir que nos deben algo, aunque sea algo tan sencillo como su gratitud. Deje de lado su actitud manipuladora La manipulación es otra forma de control que algunos de nosotros usamos. Arlene insiste en que sus hijos mayores de edad vayan a su hogar en Navidad cada año. Les dice: "Lo que sucede es que para nosotros no es Navidad si ustedes no nos acompañan".s Enrique, padre de 85 años, es un manipulador. Si su hija no lo llama por teléfono todas las semanas, se pone insoportable. La llama y le dice: "¡Me vas a echar de menos cuando me muera!" A veces, hasta le recuerda que ayuna y ora por ella para tratar de que vea las cosas desde su punto de vista. Debemos dejar de manipular a nuestros hijos mayores de

~aaJ& .rud'

*"'"'

.re

a~aa Jlé ~&d'

DOROTHY EATON WATTS

37

edad. Debemos dejar de usar la culpa y la vergüenza a fm de conseguir lo que queremos. Debemos dejar de sentir que nuestros hijos nos deben algo. Deje de lado la necesidad de corregir Es fácil para nosotros captar las faltas de nuestros hijos, querer aconsejarlos y corregir.esos errores, aun cuando los hijos ya son adultos. Después de todo, si no les decimos lo que están haciendo mal, ¿cómo podrían cambiar? Cuando señalamos las faltas, les decimos: "Es para tu propio bien". La crítica hace que un hijo se sienta estúpido. En realidad, el padre o la madre le está diciendo a su hijo o hija adulto: "Tú no eres tan despierto como yo. No logras ver que estás obrando mal. Escúchame, y actuarás mejor". Los hijos adultos se resienten cuando los padres los critican y les señalan sus errores. Así como aquel perro llamado León tiraba de las cadenas de su antiguo amo, así también nuestros hijos adultos tratan de alejarse de nosotros cuando procuramos controlarlos por medio de las correcciones. La crítica destruye nuestras buenas relaciones con nuestros hijos adultos. Tenemos que abandonar la actitud crítica y permitir que Dios realice cualquier corrección que sea necesaria. Él la hará en el momento más apropiado, y con la cantidad adecuada de amor y atención solícita. Deje de lado el enojo Berta estaba enfadada. Cuanto más pensaba en el comportamiento imprudente y temerario de su hijo, más subía su ira. Estaba molesta porque él había abandonado sus estudios universitarios, se había retirado de un buen trabajo, y estaba arruinando su vida con bebidas alcohólicas y drogas. Le parecía que la vida no era justa con ella. Otros padres no se habían esforzado ni siquiera la mitad de lo que ella lo había hecho para ser una buena madre, y esa era la recompensa que recibía. Consideraba que la ira que sentía estaba justincada. Pensaba que el comportamiento de su hijo justi:f:r.caba su reacción. Sin em-

38 bargo, su relación con él continuó empeorando hasta que ella dejó de lado su derecho a sentir enojo y consiguió perdonar a su hijo.

Deje de lado las falsas esperanzas Carlos tuvo que esperar mucho tiempo hasta que logró tener un hijo. Dedicó toda su vida a ese niño. Tenía tantas esperanzas en él: imaginaba que crecería hasta convertirse en un hombre maduro y respetado; esperaba que fuera un médico responsable, que se encargara de su práctica cuando él estuviera listo para retirarse. Pero muy pronto tuvo que aceptar la realidad: su hijo detestaba la Medicina. Comenzó el curso de Introducción a la Medicina, pero renunció antes de completarlo. En cambio, le encantaba la mecánica, los automóviles y las máquinas. Consiguió trabajo en un taller de reparaciones. Pero, cada vez que visitaba su hogar, su padre insistía en que debía regresar a la universidad para estudiar Medicina y hacerse cargo de su práctica. Ya es tiempo de abandonar los sueños que tenemos para nuestros hijos y de que les permitamos tener sus propios sueños. Es tiempo de olvidar nuestras fantasías acerca del mamento mágico en que nuestros hijos se convertirán en lo que siempre habíamos soñado que llegarían a ser. Dejemos de lado nuestro papel de padres Federico Buechner descubrió lo difícil que resulta renunciar al papel de padre para dejar a los hijos en libertad, cuando una de sus hijas comenzó a manifestar síntomas de anorexia, enfermedad en la que el paciente se niega a comer. Él y su esposa le rogaron y le suplicaron en todos los tonos que se alimentara, pero ella se negó porii.adamente a complacerlos. Uegó el momento cuando su rostro adquirió un aspecto cadavérico, y su cuerpo era poco más que huesos cubiertos con piel. Parecía una víctima de un campo de concentración. Federico amaba tanto a su hija quetoda su vida se complicó con su problema. Si comía una tostada, él se llenaba de júbilo; en cambio, si no comía nada, se deprimía. Como padre, sentía que debía

39

ser capaz de solucionar los problemas y cambiar la condición de su hija. Finalmente, descubrió que ya no era posible hacerlo. Este angustiado padre escribió: "Carecía de la sabiduría y el poder necesarios para sanarla. Ninguno de nosotros tiene el poder de cambiar a otros seres humanos que se encuentran en una condición aflictiva, y tendríamos que ejercer un poder terrible si pudiéramos hacerlo". Finalmente recapacitó, y aceptó que "la única manera en que ella podría estar bien otra vez era si ella misma elegía ser restaurada. Lo mejor que podía hacer como padre era apartarme y darle esa libertad, aun a riesgo de que la eligiera para causarse la muerte. en vez de la vida". 6 Pero aun cuando comprendió que debía dejarla en libertad, le resultó casi imposible hacerlo. Cuando su bija fue hospitalizada finalmente, él y su esposa se encontraban a mUes de kilómetros de distancia y fueron incapaces de protegerla, de efectuar sus decisiones y manipular los acontecimientos para su bien. Tuvo que hacer frente por sí misma a sus diñcultades. con médicos, enfermeras. psiquiatras y jueces capaces de demostrarle amor con firmeza. Salió de esta experiencia con salud y sabiduría.' Federico Buechner mencionó que, cuando visitó posteriormente a su hija en el hospital, había sentido "el apasionado refrenamiento y la calma de Dios", y había comenzado a comprender cómo Dios, nuestro Padre celestial, trata con cada uno de nosotros, sus hijos rebeldes, que daríamos la impresión de estar empeñados en autodestruirnos. Escribió: "El poder que creó el universo y diseñó las alas de la libélula, y que está más allá de todos los· demás poderes, refrena su amor a ñn de no abrumarnos con su poder". 8 ¡No es nada fácil! Nadie ha prometido que el trabajo de los padres de educar a sus hijos seria fácil. Tal vez, la parte más difícil es entregar a nuestros hijos a Dios, dejar nuestro control y colocarlos bajo su control. Karen Burton Mains llama a esto "la experiencia de Moria" .9 Lo mismo que Abraham, ascendemos penosamente la

40 colina de la paternidad y entregamos el futuro de nuestro hijo o hija en manos de un Dios amante. Fue difícil para Abraham; también lo es para nosotros. "Las oraciones por nuestros hijos son con frecuencia difíciles, porque descubrimos que no estamos dispuestos a aflojar nuestro control-escribe Karen O'Connor acerca de la experiencia de tratar de dejar en libertad al hijo adulto-. Podemos creer que es más seguro aferramos a un pasado familiar antes que confiar en un futuro desconocido". Después de la "experiencia de Moría" de Karen, experimentó una transformación en sus relaciones, y ahora anima a los padres a "ofrecer a Dios vuestra ira y vuestro temor, odio, resentimiento y frustración. Él los reemplazará con paz, confianza, amor, serenidad y contentamiento. Y él asumirá la responsabilidad de producir el resultado perfecto". •o ¿Qué puedo hacer ahora? 1. Reúna fotos de sus hijos. Colóquelas en una caja pequeña con tapa. Escriba una carta a Dios en la que le entrega deliberadamente cada hijo. Coloque la carta en la caja con las fotos. Envuelva la caja con papel de regalo. Ofrézcala en oración a Aquel que ama a sus hijos más de lo que usted podría amarlos. Coloque la caja donde pueda recordarle que sus hijos pertenecen a Dios, y no a usted. ~-Escriba una.oración que contenga los siguientes temas: adoración, confesión, agradecimiento y ruego. Adoración: Alabe a Dios porque él es un Padre celestial admirable para usted, su hijo descarriado. Tribútele alabanza por su compasión, su misericordia, su gracia y su amor. Alábelo por su paciencia, y por la libertad que le concede para seguirlo o rechazarlo. Confesión: Confiese su falta de sabiduría y fe. Confiese su ira, culpa. resentimiento, desilusión y frustración. Confiese su espíritu crítico y su deseo de control. Agradecimiento. Agradezca a Dios por el don de su hijo. Agradézcale porque él continúa obrando en la vida de su hijo. Ruego: Ofrezca su hijo a Dios. Pídale que intervenga en las vi-

~an,% oru ~;,-or ore a~a.n Ji ~;,-or

DOROTHY EATON WATTS

41 das de sus hijos, que quiebre el poder del mal en sus vidas y que les ayude a experimentar el poder del increíble amor de Dios. Esperanza ofrecida por los padres de la Biblia 1. Lea en voz alta la historia de la experiencia del Monte Moria de Abraham, en Génesis ~~:1 al18, y haga las sustituciones que siguen (para mí ha sido una experiencia conmovedora, y confío en que será lo mismo para cada lector): a. Cada vez que aparezca Abraham, lea su propio nombre. Si usted es una madre, cuando aparezca la palabra "padre",lea "madre" y cambie "él" por "ella". b. Cada vez que aparezca Isaac, lea el nombre de su hijo. Si se trata de una hija, cambie "hijo" por "hija", "muchacho" por "muchacha" y" él" por" ella". c. Reemplace "un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos" por "Jesucristo clavado en la cruz del Calvario".

Referencias 1Phillip Keller. LessonsFromaSheepDog (Dallas: Word, 1983), pp. 13-SS· ll Karen O'Connor,llestoring Relationships With Your Adult Dlild (Nashville: Tholllll8 Nelson, Inc., 1993), pp. 69,70. 3/bíd., p. 51· 4Ibíd .• p. s6. slbíd.• p. 91. 6 Frederick:Buechner, TeUingSecrets (San Francisco: Harper Collins, 1991), pp.:ol3-ll7· 7Ibíd .• p. :ol8. 8 Ibíd., pp.:ol8,1l9· 9 K.uen Burton Mams, Wlth My Whole Heart (Portland. Oregon: Multnomah Press. 1987). p. 8~. 10 O'Connor, p. 178.

~padres

de hijos pródigos suelen sentirse como el capitán de un barco que lucha por mantener a flote su navio en un mar tormentoso. Densas y oscuras nubes de temor y de desesperación bloquean la luz solar. Ira y resentimiento retumban en sus almas. Olas de vergüenza y remordimiento los anegan. Fuertes ráfagas de rechazo azotan sus corazones. Y, a veces, los elementos emocionales adquieren la intensidad de un ciclón. Lo mismo que un barco petrolero desbaratado por árrecifes ocultos, algunos padres sufren un grave dafto a causa de la rebelión de sus hijos amados. Quedan abruma_dos por la insensibilidad y la ingratitud. Son azotados por el remordimiento y la aflicción. Y con mucha frecuencia, su espíritu quebrantado derrama palabras ofensivas.

44

Esto describe acertadamente lo que le sucedió a Bárbara Johnson cuando descubrió que su hijo era homosexual. Todo su mundo se volvió de cabeza. La asaltaron emociones conflictivas. Durante un estallido emocional, pronunció estas palabras, nacidas de una rabia loca: "¡Preferiría verte muerto antes que homosexual!" Y al mismo tiempo sentía un gran amor por él. Se lanzó sobre su cama y lloró durante horas, casi ahogándose en sus convulsivos sollozos. Bárbara lamentó durante once meses la pérdida de su hijo a quien había amado durante veinte aftos. Se había convertido en un desconocido. Ella deseaba morir, para librarse del dolor y la aflicción. Durante meses permaneció en su dormitorio la mayor parte del día, sin voluntad de seguir viviendo. "Si Dios me ama, ¿por qué permite que me suceda algo tan terrible? Seria mejor que me matara", pensaba. Subió a su automóvil y partió en dirección a un viaducto cercano. Decidió lanzarse al vacío, con coche y todo, con la intención de poner fm a su dolor. Sin embargo, cuando llegó al viaducto decidió orar a Dios, en lugar de consumar su plan. Imaginó una cruz, a su hijo y un martillo. Dijo al Seftor: "Voy a clavar a ese muchacho a la cruz, porque ya no puedo manejar esta situación [. .. ]. Pensé que te lo había entregado todo hace mucho. Pero esta vez lo estoy clavando realmente en la cruz; te lo estoy entregando. Y aunque nunca más regrese al hogar y no vuelva a verlo en mi vida, no importa lo que suceda, Seftor, ¡igual lo estoy clavando en la cruz y te lo estoy entregando!" Repentinamente, Bárbara tuvo la impresión de que "un millón de chispitas" habían sido puestas en su interior. El dolor y la pesadez que sentía desaparecieron. También se esfumaron las nubes de la tormenta emocional, y se calmaron las olas que debatían su espíritu. Bárbara experimentó paz por primera vez en once meses.' En esa maftana memorable, los sentimientos negativos de Bárbara Johnson fueron transformados en emociones positivas cuando comenzó a aplicar principios bíblicos para manejar las tormentas de su vida.

~a/tJlé- ...u ~;,.,;. "'" ~
View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF