Documento de Trabajo No. 12-2008. “LA TRANSGENERIDAD Y L A TRANSEXUALIDAD EN MEXICO: EN BUSQUEDA DEL RECONOCIMIENTO DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO Y LA LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACION”

May 11, 2017 | Author: CONAPRED | Category: N/A
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El presente estudio es una descripción y análisis sobre la lucha encaminada desde los años sesenta ...

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Los Documentos de Trabajo del CONAPRED representan un medio para difundir los avances de la labor de investigación en estudios y para recibir comentarios sobre su posible publicación futura. Se agradecerá que éstos se hagan llegar directamente a la Dirección General Adjunta de Estudios, Legislación y Políticas Públicas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. Dante 14, séptimo piso, Col. Anzures, Del. Miguel Hidalgo, CP 11590, México, D.F., TEL. 52 03 36 49; o a las direcciones de correo: [email protected] y [email protected] Producción a cargo de las y los autores, por lo que tanto el contenido como la redacción son responsabilidad suya. Este documento fue realizado por Erica Marisol Sandoval Rebollo, a solicitud de la Dirección General Adjunta de Estudios, Legislación y Políticas Públicas.

Dirección General Adjunta de Estudios, Legislación y Políticas Públicas Documento de Trabajo No. E-12-2008

“LA TRANSGENERIDAD Y LA TRANSEXUALIDAD EN MEXICO: EN BUSQUEDA DEL RECONOCIMIENTO DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO Y LA LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACION” Diciembre de 2008

© Derechos Reservados 2009 COLECCIÓN ESTUDIOS 2008 Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación Dante Núm. 14, Col Anzures. Del. Miguel Hidalgo. CP 11590, México, D.F. Se permite la reproducción total o parcial del material incluido en esta obra bajo autorización de la institución y siempre que se cite la fuente completa.

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Directorio Perla Patricia Bustamante Corona Presidenta José López Villegas Director General Adjunto de Estudios, Legislación y Políticas Públicas José Luis Gutiérrez Espíndola Director General Adjunto de Vinculación, Programas Educativos y Divulgación Vilma Ramírez Santiago Directora General Adjunta de Quejas y Reclamaciones María José Morales García Directora de Coordinación Territorial e Interinstitucional José Luis Páez Caballero Director de Administración y Finanzas Maria Elena Martínez Guerrero Directora Jurídica, Planeación y Evaluación

Programa de Estudios 2008 José López Villegas Director General Alejandra Rojas Pérez Directora de Programa Diana Paola Cerón Ruiz Coordinadora académica Lillian Valerie Alvarez Melo Coordinadora administrativa Diana Paola Cerón Ruiz Lillian Valerie Alvarez Melo Editoras de sección

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Síntesis ejecutiva del estudio. El presente estudio es una descripción y análisis sobre la lucha encaminada desde los años sesenta a la eliminación de la discriminación y al reconocimiento de la identidad de género de la población transexual, transgénero y travesti en México desde un enfoque socio-antropológico. Esto implicó elaborar un recorrido de las principales demandas, logros y pendientes de esta lucha en términos del acceso que tiene esta población a la salud, el empleo, la educación, la justicia y, en su caso, al reconocimiento jurídico de la identidad de género. En este recorrido se identificaron a los principales actores sociales y políticos así como a las diferentes respuestas legislativas e institucionales que pretenden eliminar la discriminación hacia esta población. El marco de comprensión de esto lo constituyó un análisis de sus condiciones actuales de vida, necesidades y problemática, así como una la indagación sobre las situaciones de estigma, discriminación y violencia que padecen.

Síntesis curricular de la investigadora. Erica Marisol Sandoval Rebollo es licenciada en psicología, maestra en antropología social y estudiante de doctorado en antropología. Desde sus estudios de maestría ha investigado sobre el tema de transexualidad y transgeneridad. También tiene estudios en sexología y ha participado de cerca en algunos procesos de reivindicación de derechos para esta población en la Ciudad de México.

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AGRADECIMIENTOS

A Jesica Vega por su asistencia en la investigación A Elizabeth García por su asesoría metodológica A Rocío Suárez, América Campos, Daniela, Liliana, Alejandro y Silvia Jiménez por su apoyo en la aplicación de encuestas A todas las personas travestis, transexuales y transgénero que amablemente cedieron parte de su tiempo para hacer una entrevista o una encuesta

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INDICE DE TABLAS Y GRÁFICAS FIGURAS Capítulo 1 Figura 1. Precepto Genérico TABLAS Capítulo 1 Tabla 1. Distinciones básicas Tabla 2. Fases, responsables y duración del proceso de reasignación de sexo Capítulo 2 Tabla 3. Instrumentos internacionales sobre derechos humanos Tabla 4. Breve cronología del movimiento homosexual en México Capítulo 4 Tabla 5. Lugar de origen Tabla 6. Lugar actual de residencia Tabla 7. Con quien viven Tabla 8. Actividad laboral Tabla 9. Ingresos mensuales según condición de las personas Tabla 10. Frecuencia de distintas formas de discriminación en el empleo Capítulo 5 Tabla 11. Distribución de los textos periodísticos por año y periódico Tabla 12. Temas clave de los textos periodísticos de 2007 y 2008 Tabla 13. Clasificación general de los participantes aludidos en la prensa de 2007 y 2008 Tabla 14. Títulos de los periódicos donde las personas transexuales y transgénero son referidas como sujeto gramatical Tabla 15. Subtítulos de los periódicos donde las personas transexuales son referidas como sujeto gramatical Tabla 16. Títulos de los periódicos donde las personas transexuales y

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transgénero son referidas como participante-destino Tabla 17. Títulos de los periódicos donde las acciones dirigidas a las personas transexuales y transgénero no cuentan con participante-fuente GRÁFICAS Capítulo 4 Gráfica 1. Autodefinición de las personas encuestadas Gráfica 2. Sexo de nacimiento Gráfica 3. Expresión e identificación de género en términos generales Gráfica 4. Estado civil Gráfica 5. Número de hijos o hijas Gráfica 6. Escolaridad Gráfica 7. Actividad laboral según condición Gráfica 8. Tiempo en el trabajo Gráfica 9. Ingresos mensuales Gráfica 10. Experiencia de discriminación según condición sexo-genérica Gráfica 11. Discriminación de acuerdo al sexo de nacimiento Gráfica 12. Percepción sobre el grado de discriminación que experimentan Gráfica 13. Frecuencia con la que se sienten discriminadas por su familia Gráfica 14. Frecuencia de discriminación en la familia según condición sexogenérica Gráfica 15. Miembros de la familia que discriminan Gráfica 16. Consecuencias de la discriminación familiar Gráfica 17. Frecuencia de discriminación en la escuela Gráfica 18. Nivel educativo donde se experimenta mayor discriminación Gráfica 19. De quién se recibe discriminación en la escuela Gráfica 20. Consecuencias de la discriminación escolar Gráfica 21. Discriminación al momento de buscar un empleo según condición Gráfica 22. Negación de empleo según condición sexo-genérica Gráfica 23. Frecuencia de discriminación dentro de un empleo Gráfica 24. Discriminación dentro del empleo según condición sexo-genérica

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Gráfica 25. Consecuencias de la discriminación en el empleo Gráfica 26. Lugares donde reciben discriminación Gráfica 27. Discriminación en lugares públicos según condición sexo-genérica Gráfica 28. Discriminación en espacios públicos según lugar de residencia Gráfica 29. Detención de la policía según condición sexo-genérica Gráfica 30. Propuestas para erradicar la discriminación hacia la población travesti, transexual y transgénero en México Capítulo 5 Gráfica 31. Tratamiento general y específico acerca de la población travesti, transexual y transgénero en los textos periodísticos de 2007 y 2008

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INDICE

Índice de tablas y gráficas ………………………………………………………..

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Introducción………………………………………………………………………..

10

Capítulo 1. Sobre travestismo, transexualidad y transgeneridad….......

17

1.1 La complejidad y densidad del tema: configuraciones de género……….

19

1.2 La teoría y sus transformaciones……………………………………………

23

1.3 El enfoque de la diversidad ………………………………………………….

27

1.4 Categorías, ámbitos y especificidades……………………………………..

32

1.5 Una historia común: inicios de la construcción teórica en pos de la diferenciación entre travestismo, transexualidad y transgénero……………..

35

1.5.1 Travestismo………………………………………………………………….

42

1.5.2 Transexualidad…………………………………………………………......

46

1.5.3 Transgeneridad ……………………………………………………………..

53

1.6 Discriminación hacia personas travestis, transexuales y transgénero: estigma y prejuicio…………………………………………………………….......

55

Capítulo 2. La lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero en México……………..

65

2.1 Impulsores históricos de cambio: ayer y hoy………………………………

67

2.1.1 El movimiento de los derechos humanos………………………………..

68

2.1.2 El movimiento feminista y de derechos sexuales……………………….

71

2.2 Expresiones nacionales de cambio …………………………………………

75

2.3 Travestis, transexuales y transgénero: siempre, y a pesar de todo, buscando ser quienes son ………………………………………………………..

85

2.3.1 Expresión y visibilidad: contra el estigma ………………………………... 85 2.3.2 Espacios y participación política…………………………………………..

89

2.3.3 Violencia: las fronteras del odio …………………………………………... 95 2.3.4 Lenguaje y otras representaciones……………………………………….

97

2.3.5 Discriminación laboral……………………………………………………...

99

2.3.6 Trabajo sexual comercial: doble estigma ………………………………... 100 2.3.7 Reconocimiento jurídico de la identidad de género…………………….

101

8

2.3.8 Salud: responsabilidad pública……………………………………………

104

Capítulo 3. Condiciones de vida, necesidades y problemática de las personas travestis, transexual y transgénero en México: un acercamiento cualitativo………………………………………………………..

107

3.1 La familia: rechazo, aceptación y resignación ……………………………..

108

3.2 Educación……………………………………………………………………...

120

3.3 Ámbito laboral: estigma y discriminación…………………………………..

123

3.4 Identidad jurídica: un enorme vacío ………………………………………...

134

3.5 Salud: necesidades específicas………………………………………….....

137

3.6 Participación política y vinculación con instituciones……………………..

140

Capítulo 4. Discriminación y estigma hacia las personas travestis, transexuales y transgénero: un acercamiento cuantitativo……………..

147

4.1 Perfil sociodemográfico………………………………………………………

149

4.2 Percepción general de la discriminación…………………………………...

160

4.3 Discriminación en la familia………………………………………………….

164

4.4 Discriminación en la escuela………………………………………………...

167

4.5 Discriminación laboral………………………………………………………..

170

4.6 Discriminación en servicios………………………………………………….

175

4.7 Acceso a la justicia ……………………………………………………………

179

4.8 Propuestas …………………………………………………………………….

180

Capítulo 5. Discriminación y estigma del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad en la prensa escrita …………………

183

5.1 Discriminación y medios masivos de comunicación………………………

184

5.2 El discurso periodístico……………………………………………………….

189

5.3 El tema general en la prensa ………………………………………………..

193

5.4 Temas específicos……………………………………………………………

197

5.5 Dinámica e interacción social………………………………………………..

201

Conclusiones………………………………………………………………………

209

Glosario…………………………………………………………………………….

220

Referencias……………….………………………………………………………..

223

Anexos……………………………………………………………………………...

234

9

INTRODUCCION La presente investigación tiene como tema central la discriminación que experimentan las personas travestis, transexuales y transgénero en México, entendiendo ésta como cualquier acción que tenga como resultado la limitación de sus

derechos

fundamentales

fundamentada

en

prejuicios

y

estigmas.

Paulatinamente, la discriminación que se ejerce contra determinados grupos sociales en razón del prejuicio y el estigma se está convirtiendo en un asunto de interés público y político en México, y como tal reclama de un enfoque integral sobre los derechos humanos por parte del Estado, un cambio de mentalidades acerca de las diferencias y la diversidad en la sociedad y una ampliación del concepto de ciudadanía que implique ejercitar y defender cotidianamente los derechos por parte de toda la población. La adhesión y ratificación del Estado mexicano de convenios internacionales –aunque esto no constituye una garantía de facto-, así como las luchas que han implementado distintos grupos de la sociedad civil para que sus derechos sean reconocidos, son factores, entre otros muchos, para impulsar este avance. Sin embargo, aún falta mucho para eliminar la discriminación y, con ello, ver cristalizada la justicia, la igualdad y la inclusión social en el país. Se trata de un camino largo, ya que conlleva una transformación de prácticas y nociones que por mucho tiempo le han dado identidad cultural, política y social a la sociedad mexicana. No es, entonces, asunto sencillo.

Las cuestiones de la discriminación relacionadas al género y a la sexualidad son aún más complicadas de visualizar y proyectar en la vida de la sociedad mexicana. Ambos aspectos habían sido negados del interés e ingerencia pública y todavía hoy algunos sectores consideran que son propios del ámbito privado en donde el Estado o la atención social general no tienen cabida, a pesar de que se cuenta con un recuento considerable de actos intolerantes al libre ejercicio sexual y genérico de grupos específicos como mujeres, gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales, transgéneros y otros en detrimento de sus derechos e inclusión social. La consideración social, cultural y legal de las mujeres, por

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ejemplo, como personas con todos los derechos que les garantice igualdad y justicia todavía tiene enormes escollos y resquicios en la mayor parte del territorio nacional (la violencia y el aborto son temas cotidianos en la vida contemporánea del país que colectivos de mujeres han tomado en sus manos pero que se tropiezan permanentemente con la ideología de género dominante, donde las mujeres están ubicadas en el rango más bajo de la jerarquía social). La protección y garantía de los derechos de la población no heterosexual o de la diversidad sexual tampoco han sido plenamente consideradas como parte del proyecto nacional democrático, dicha población se enfrenta cotidianamente a la discriminación y las acciones emprendidas para exigir su erradicación han estado permanentemente a contrapelo con nociones patologizantes y conservadoras que, en momentos, parecen mezclarse con las posturas oficiales del Estado.

En ese contexto, es entendible que sea escaso el conocimiento sobre la discriminación de la es objeto particularmente la población travesti, transexual y transgénero. El trabajo realizado por organizaciones civiles, iniciativas de intercambio y discusión gubernamentales, así como algunos trabajos académicos e informes institucionales sobre derechos humanos dan una idea del problema. Por ejemplo, el “Informe Especial sobre violaciones a los derechos humanos por orientación o preferencia sexual y por identidad o expresión de género, 20072008” de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF)1 indica que las personas travestis, transexuales y transgénero sufren marginación y discriminación en el ámbito familiar, educativo y laboral. Específicamente,

las

personas transexuales y transgénericas se enfrentan a una serie de actos discriminatorios en el ámbito laboral que les impide obtener o mantenerse en un empleo acorde a su preparación educativa o experiencia laboral. La diferencia entre su expresión física y su sexo de nacimiento es la razón principal de tal discriminación. La falta de concordancia entre su imagen corporal y sus papeles de identificación alientan permanentemente a que sus derechos sean vulnerados 1

Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Informe Especial sobre violaciones a los derechos humanos por orientación o preferencia sexual y por identidad o expresión de género, 2007-2008, México, CDHDF, 2008. 11

(en términos laborales, de atención de la salud, de atención en ámbitos privados – por ejemplo, los bancos- y de acceso a la justicia). Por otra parte, señala este informe, los grupos de personas travestis, transexuales y transgenéricas “son los que más padecen la persecución de las y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”2, caracterizada por la detención injustificada que lleva a cabo la policía con violencia, humillación y maltrato de por medio.

La información existente permite suponer que la población travesti, transexual y transgénero en México sufre discriminación en diversos ámbitos y por distintos actores sociales, que en los últimos ocho o diez años se ha observado un avance considerable en la denuncia de actos de discriminación, de demandas civiles y de respuestas institucionales al respecto. Se podría decir que actualmente hay una lucha emergente por los derechos de estos colectivos, en la que estas personas pugnan por su consideración y reconocimiento como ciudadanos y ciudadanas y en la que, casi de manera inevitable, se ha movilizado la opinión pública y las posiciones ideológicas al respecto (por ejemplo, de la iglesia católica).

En este contexto es donde se plantea la presente investigación. ¿En qué consiste la problemática que enfrenta esta población en términos de acceso a la salud, la educación, el empleo, la justicia y, en su caso, el reconocimiento de su personalidad jurídica? ¿De qué manera están presentes en dicha problemática los fenómenos de estigma, discriminación y violencia que habla de la compleja situación que experimentan como personas que transgreden la normatividad de género? ¿Cuáles son los elementos y las posturas que históricamente han estado presentes en las demandas de reconocimiento de sus derechos? ¿Cuál ha sido la dinámica entre estas demandas y las respuestas institucionales y legislativas? ¿Qué actores políticos y sociales han intervenido en dicha dinámica y cuál ha sido su actuación en la misma?

2

Ibid., pp. 55. 12

El propósito central de esta investigación estuvo encaminado a describir y analizar,

desde

un

enfoque

socio-antropológico,

las

políticas

y

luchas

encaminadas a la eliminación de la discriminación y al reconocimiento de la identidad de género de transexuales, transgénero y travestis en México, en un marco de comprensión sobre sus condiciones de vida, necesidades y problemas – particularmente los relacionados con acceso a la salud, educación, empleo, justicia y el reconocimiento de la personalidad jurídica- y del estigma, la discriminación y la violencia de la que son objeto. De forma particular, los objetivos se apuntaron a: •

Explicar la construcción teórica sobre el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad que desde las ciencias de la salud, las ciencias sociales, los derechos humanos y el enfoque de la no discriminación se ha realizado, tomando en cuenta el contexto histórico, cultural y político de su formulación.



Indagar los antecedentes históricos y la situación actual de la lucha por el respecto a los derechos humanos y por la no discriminación de la población travesti, transexual y transgénero en México; las perspectivas de estudio y de la opinión pública sobre el tema, la postura de los actores sociales y políticos, así como las diferentes respuestas legislativas e institucionales que pretenden su inclusión y reconocimiento pleno como personas con los derechos de cualquier ciudadano y ciudadana.



Analizar las condiciones actuales de vida, necesidades y problemática de esta población en México, particularmente la relacionada al reconocimiento de su personalidad jurídica y su acceso a la salud, la educación, el empleo y la justicia.



Investigar las situaciones de estigma, discriminación y violencia que padecen las personas travestis, transexuales y transgénero en el país.

El enfoque metodológico incluyó el análisis de bibliografía sobre travestismo, transgeneridad y transexualidad que han producido las ciencias de la salud, las

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ciencias sociales y las perspectivas de derechos humanos y la no discriminación, mediante la identificación de: a) los elementos que históricamente se han resaltado en cada una de estas áreas de estudio e intervención para la comprensión de las condiciones travesti, transexual y transgénero y b) las influencias mutuas y las distancias epistemológicas que hay entre las distintas explicaciones que ofrece cada una de estas áreas. A partir de este análisis se arribó a una propuesta de concepción teórica sobre cada una de estas condiciones. Además, se llevó a cabo una revisión hemerográfica y electrónica, así como de diversos documentos producidos por activistas, que se compilaron para analizar la ruta de la lucha por los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero en México. Se llevó a cabo un acercamiento cualitativo, mediante la realización de entrevistas a profundidad, para estudiar las condiciones de vida, necesidades y problemas de esta población. Se realizó una encuesta, que constituye un acercamiento cuantitativo al asunto de la discriminación y el estigma que sufren estos colectivos. Y, finalmente, se hizo un análisis de discurso de la prensa escrita de 2007 y 2008 para analizar el tratamiento que este medio de comunicación ha dado al tema que nos ocupa.

El capítulo 1 incluye el análisis de la construcción teórica que existe en torno al travestismo, la transexualidad y la transgeneridad, enclavado en la categoría de género, en el enfoque de la diversidad y la discriminación. La definición de cada una de estas condiciones humanas está matizada por procesos sociales que imprimen sellos específicos de acuerdo a la época, de manera que actualmente es posible hablar de ellas de manera diferenciada después de un largo proceso de reivindicación de la diversidad genérica y sexual.

En el capítulo 2 se aborda el recorrido histórico de la lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero en México, identificándola como parte de muchos movimientos que pugnan internacional y nacionalmente por la igualdad y la justicia e identificando los aspectos que los colectivos mexicanos han enfatizado para garantizar sus derechos. En el capítulo

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3, las personas travestis, transexuales y transgénero de diversas partes del país exponen de manera libre sus condiciones de vida, necesidades y problemas, centrándose en la familia, la educación, el empleo, el reconocimiento jurídico, la salud y la participación política. Este capítulo permite observar procesos sociales y culturales de aceptación y rechazo, estigma y simpatía, resignación y negación, a veces al mismo tiempo, a veces en momentos diferidos, a veces determinadas por el contexto cultural o las condiciones económicas de la familia. En fin, es un apartado que permitirá escuchar muy de cerca a quienes casi se les ha negado la palabra y la existencia.

El capítulo 4 está motivado por un interés de conocer la situación de discriminación en términos cuantitativos. Ahí se presentan los resultados de la aplicación de una encuesta a 38 personas travestis, transexuales y transgénero de diversas partes de México que incluyó la indagación sobre su concepción y experiencia de discriminación en distintos ámbitos de la vida social y privada. Los resultados permiten concluir que son las personas transgénero las que sufren mayor discriminación, sobre todo en el ámbito laboral y de acceso a servicios públicos. Finalmente, el capítulo 5 es una exploración a lo que dice la prensa escrita respecto de las personas travestis, transexuales y transgénero y la discriminación que experimentan. Se eligió la producción periodística de 2007 y 2008 por ser años de una significativa lucha encaminada al reconocimiento de sus derechos alrededor de propuestas legislativas locales y nacionales. Es interesante observar que la prensa identifica a las personas trans como actores pasivos ante las acciones de los actores políticos. ¿Discriminación? La prensa no da cuenta de manera explícita de las situaciones de discriminación que experimenta esta población, su alta producción sobre el tema durante el 2008 estuvo concentrada en los quehaceres de políticos y poco sobre sus preocupaciones reales.

Los resultados obtenidos permiten concluir que la lucha por los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero en México ha obtenido logros significativos pero se ha concentrado en ciertos espacios geográficos (como el

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Distrito Federal) y las iniciativas a nivel nacional no han tenido eco en los/las tomadores/as de decisiones en el ámbito público. Las necesidades específicas de salud, en lo que concierne al proceso integral de reasignación sexo-genérica para las personas transexuales, no han sido tomadas en cuenta por ninguna instancia gubernamental, amén de que la discriminación que experimentan en los hospitales públicos y privados es considerable. El proceso familiar de rechazo, aceptación y resignación, así como la experiencia de discriminación en la escuela habla de que en la infancia estas personas son más vulnerables a la discriminación. Independencia física y económica parecen factores determinantes para que de manera individual –es decir, que las personas no cuentan con redes de apoyoaminoren los ataques de discriminación.

Esto habla de una estructura jerárquica en la sociedad mexicana determinada por el género, la edad y la clase. La discriminación laboral la experimentan con mayor frecuencia las personas transexuales y transgénero, lo que revela la enorme intolerancia que hay ante las personas que modifican su corporalidad o que adoptan comportamientos genéricos contrarios a su sexo de nacimiento. Las personas travestis, por el contrario, son menos vulnerables a la discriminación, siempre y cuando no lo digan en su casa o se atrevan a salir a la calle o a asistir a un espacio de diversión, donde son mayormente discriminadas. De cualquier forma, el riesgo de discriminación si se expresan abiertamente.

Aún falta un largo camino y una profunda labor, sobre todo en el ámbito educativo, para garantizar la no discriminación de las personas travestis, transexuales y transgénero en todo el país y su completa inclusión como ciudadanas y ciudadanos.

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CAPITULO I SOBRE TRAVESTISMO, TRANSEXUALIDAD Y TRANSGENERIDAD Una sociedad disciplinadora que sólo acepta como ciudadanos y ciudadanas a quienes cumplen con el estereotipo prefijado por el grupo hegemónico dominante, deja fuera de la ciudadanía de modo arbitrario e injusto a enormes porciones de la población

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Es innegable la existencia de personas que expresan ciertas características masculinas o femeninas –generalmente, en la forma de vestir, de hablar, de gesticular o de caminar, y a veces por modificaciones mayores en su cuerpoindependientemente de su sexo de nacimiento, es decir, de los rasgos anatómicos y fisiológicos genéticamente heredados que permiten ubicar a hembras y machos desde el momento del nacimiento. Se trata de personas que tienen una condición de travestismo4, de transexualidad o de transgeneridad.

El objetivo de este apartado es discernir entre estas tres condiciones humanas que, aunque pueden compartir ciertos elementos, son muy distintas entre sí. Con ello se busca un propósito teórico, de distinción conceptual y también se propone una comprensión más amplia de las diferentes situaciones sociales a las que se enfrentan en términos de discriminación y exclusión y, por ende, de sus distintas necesidades como población afectada por dichos mecanismos culturales tan arraigados en nuestra sociedad y que tienen importantes consecuencias económicas, laborales, educativas, de salud y de impartición de justicia.

Se dará cuenta de su definición y explicación a partir de las ciencias de la salud (psiquiatría, psicoanálisis y sexología) y las ciencias sociales (sociología y 3

Mafía, Diana, “Introducción”, en Mafia, Diana (comp.), Sexualidades migrantes. Género y transgénero, Argentina, Seminaria Editora, 2003, pp. 8. 4 El sufijo -ismo connota la idea de sistema o doctrina. Mientras que con el devenir del tiempo este sufijo ha sido prescrito de los términos transexualidad y transgeneridad, para denominar la condición de aquellas personas que asumen actitudes y portan ropa del otro género se sigue empleando el término travestismo. La palabra, aunque no tiene una correspondencia exacta entre el significado formal del sufijo con lo que se quiere decir con ella, se utiliza de manera extendida y efectiva en muchos grupos sociales (activistas, académicos, políticos). Es por eso que se ha decidido emplearla. Su significado, más que lingüístico, es social. 17

antropología). Ambos campos disciplinares suponen lógicas distintas de estudio que tienen implicaciones de diversa índole y que arrojan conclusiones diferenciadas, aunque no siempre opuestas. Al estar frente a un tema novedoso y complejo como éste se requiere de un enfoque multidisciplinario que contribuya a su comprensión lo más amplia y profundamente posible. Sin embargo, es necesario aclarar que la mirada con la que se analizan los aportes de estos campos de conocimiento, sobre todo aquellas vinculadas a la medicina, la clínica o la salud, es desde lo social y cultural. Es de gran interés conocer la situación de las personas travestis, transexuales y transgénero con relación a la discriminación desde una perspectiva teórico-metodológica que contemple la construcción histórica de los conceptos, la ubicación de las personas en el entramado de las relaciones sociales y los procesos subjetivos e intersubjetivos que atañen a la identidad, la corporalidad, el lenguaje y el contexto sociopolítico.

Durante mucho tiempo, el estudio de estas condiciones humanas –sobre todo el travestismo y la transexualidad- ha estado a cargo de las disciplinas clínicas (principalmente medicina, psiquiatría, psicoanálisis, psicología, sexología). No obstante, el desarrollo teórico y analítico de éstas, así como el surgimiento en años recientes de críticas reflexivas que provienen de grupos de activistas5 y de teóricos sociales de la sexualidad respecto de las implicaciones de un enfoque medicalizado y patologizante de estas condiciones ha cedido paso a posturas afines a la diversidad, los derechos humanos, la ciudadanía y la no discriminación.

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Para abundar al respecto se puede consultar Burgos Díaz, Elvira, “Identidades entrecruzadas”, Thémata. Revista de Filosofía, España, núm. 39, 2007, pp. 245-253. Un ejemplo de las reivindicaciones de activistas transexuales al respecto son las declaraciones de Iván Garde, presidente de la Asociación de Transexuales Ilota Ledo (Navarra, España), quien, entre otras cosas señala “… reivindicamos que la transexualidad se estudie en la carrera [de psicología] no como patología” (www.diagonalperiodico.net/spip.php?article4658). Por otra parte, las reflexiones del activista e investigador argentino Mauro Cabral son muy representativas del debate que podría estarse construyendo en América Latina, aunque él se concentra en la intersexualidad, muchos de sus ejes teóricos han sido útiles para pensar sobre la medicalización y patologización de la transexualidad. 18

Concepciones humanistas, reivindicaciones sociales y deconstrucciones teóricas – entre las que se incluye la propia definición de enfermedad6- confluyen en un contemporáneo proceso social y cultural que permite mostrar que estas condiciones no representan una enfermedad o patología per se, sino que constituyen variaciones de la existencia humana dignas de respeto, consideración y legitimidad. Entonces, no consideramos al travestismo, la transexualidad o la transgeneridad como enfermedades, sino como condiciones humanas que son parte de la diversidad; las alusiones que hagamos de las fuentes que procedan de las disciplinas clínicas que las patologizan las tomaremos como parte del proceso de construcción teórica sobre el objeto de estudio y no significan una adscripción a las mismas.

1.1 La complejidad y densidad del tema: configuraciones de género En términos de experiencia personal –que nunca será enteramente individual puesto que la condición social es una de las fuentes principales de la constitución como personas-, así como los diferentes escenarios de interacción e inclusión social de las personas travestis, transexuales y transgéneros tienen un alto grado de complejidad que pone en cuestión algunos de los postulados más importantes y antiguos sobre el sexo y el género con los que cotidianamente vivimos.

Uno de estos postulados es aquel que señala que la identidad de género –la convicción que tiene cada ser humano de ser femenino o masculino y, por ende, de pertenecer al espacio socialmente asignado para cada una de estas dimensiones genéricas- está determinada por el sexo, por estructuras anatómicas y el funcionamiento biológico que implican, cuyos signos básicos son las estructuras genitales, vulva y pene. De forma que si un ser humano nace hembra 6

Por ejemplo, la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados de México, Coplamar, señaló, en 1982, que “el término salud, como concepto y meta de acción, es impreciso. [En el ser humano] no es posible establecer estados fijos o situaciones estáticas, puesto que es un ser dinámico, social, biológica y psicológicamente. Esta situación dinámica es la que hace necesario conceptualizar la salud-enfermedad como un proceso […] biológico-social, históricamente determinado, que se caracteriza por ser dinámico, complejo y dialéctico” (Coplamar, Necesidades esenciales en México: situación actual y perspectivas al año 2000, México, Siglo XXI, 1982, pp. 19). 19

tendrá una identidad femenina y si otro nace macho poseerá una identidad masculina. El sexo como origen y sustento de la identidad de género también está vinculado con la feminidad o masculinidad, es decir, con las actuaciones socialmente asociadas con lo femenino y lo masculino y que las personas despliegan cotidianamente en el mundo vía su cuerpo: movimientos, gestos, maneras de vestir, relación con los otros (que incluye las relaciones eróticas y afectivas), gustos, sentimientos, emociones, pensamientos, etcétera. Así, una hembra tendrá una identidad femenina y, además, exhibirá comportamientos femeninos y un macho tendrá una identidad masculina y, además, manifestará un comportamiento de índole masculino. Finalmente, en la adscripción de las personas a la categoría de mujer u hombre, el sexo es decisivo. (Ver Figura 1). Figura 1. Precepto Genérico

Hembra

Identidad femenina

Macho

Identidad masculina

Feminidad

Masculinidad

Mujer

Hombre

Fuente: Elaboración propia con base a Vendrell Ferré, Joan, “El debate esencialismo-constructivismo en la cuestión sexual”, en Careaga, Gloria y Cruz Salvador (coords.), Sexualidades diversas. Aproximaciones para su análisis, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México, 2004, pp. 35-64. y Núñez Noriega, Guillermo, Sexo entre varones. Poder y resistencia en el campo sexual, México, El Colegio de Sonora, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México y Porrúa, 1999, pp. 55-56.

Desde este postulado se asume, entonces, que el cuerpo –femenino o masculinoes una especie de destino genérico7 que no tiene posibilidades de equivocación o modificación. Evidentemente que las condiciones de travestismo, transexualidad y transgeneridad indican lo contrario. Por ejemplo, el caso de una persona que nace con genitales femeninos y tiene una identidad de género masculina (que sería el

7

Vendrell Ferré, Joan, “El debate esencialismo-constructivismo en la cuestión sexual”, en Careaga, Gloria y Cruz Salvador (coords.), Sexualidades diversas. Aproximaciones para su análisis, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México, 2004, pp. 35-64. 20

caso de un hombre transexual) o cuando una persona que tiene genitales masculinos, vive de manera cotidiana como varón y se identifica como tal, además, esporádicamente se viste y se comporta como mujer (que es el caso de un hombre travesti).

Entonces, la condición de estas personas nos enfrenta a un importante desafío, que indiscutiblemente implica una reflexión sobre los preceptos sociales que sólo admiten las identidades y expresiones de género a partir de lo biológico. La naturalización o esencialización de la masculinidad y la feminidad es un proceso cultural e histórico, y poco tiene que ver con lo que naturaleza provee a cada ser humano. Más bien, el cuerpo siempre está significado y contemplado por lo social y culturalmente construido: “La equivalencia histórica entre el sexo y la identidad de género, entre tener un cuerpo masculino o femenino, y ser hombre o mujer, ha perdurado durante siglos como algo ‘natural’, y ata los individuos a definiciones propuestas por las instituciones y los discursos dominantes acerca de la feminidad y la masculinidad. Sobra decir que el género ha jugado un papel definitivo en ese proceso histórico, ya que ha guiado las ideas dominantes relativas a los cuerpos, la práctica sexual, la reproducción y la identidad”8.

En este precepto genérico también cabe la demanda de cierta orientación o preferencia sexual, la heterosexual, que termina por enmarcar o limitar la existencia humana en dos géneros binarios y excluyentes e invisibiliza los múltiples carices que puede tomar el género y la sexualidad.

Este esbozo permite ofrecer una idea inicial de cuán complejo puede resultar la experiencia y el enclave sociocultural del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad; de manera que un acercamiento desde distintas disciplinas y enfoques de estudio es estrictamente necesario para su comprensión, que

8

Amuchástegui, Ana, Virginidad e iniciación sexual en México. Experiencias y significados, México, EdaMex y Population Council, 2001, pp. 126. 21

también permitirá formularnos una imagen más amplia y profunda del asunto que si nos concentráramos en sólo una disciplina.

Si hemos acotado que el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad implican un cuestionamiento y una reflexión sobre algunos de los preceptos más importantes sobre la concepción social de hombres y mujeres, es posible ir esbozando que el fenómeno de la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero posee una densidad social y cultural importante.

El estigma y la discriminación que experimentan de forma cotidiana tienen explicación en un pensamiento determinista de las identidades de género alojado en la biología que ha caracterizado a la mayoría de las sociedades occidentales desde hace varios siglos. Aquellas personas que de alguna manera no responden al

precepto

de

hembra-identidad

femenina-feminidad

y

macho-identidad

masculina-masculinidad son considerados fuera de la norma establecida porque transgreden los límites de comportamiento asignados; son diferenciados socialmente, estigmatizados, sancionados y discriminados, dejan de recibir “los beneficios de un capital cultural simbólico, de prestigio” (económicos, laborales, familiares, etcétera)9.

Finalmente, el precepto esencialista se convierte en hegemonía para descalificar la diferencia simbólica y materialmente. Entonces, el fenómeno de discriminación hacia personas travestis, transexuales y transgénero implica uno de los elementos nucleares de la configuración social, cultural y subjetiva: el género. La condición de género de las personas y la organización social y simbólica fundamentada en las diferencias sexuales es la línea teórica y analítica más importante en el estudio de las condiciones travesti, transexual y transgénero, así como de la discriminación que padecen.

9

Núñez Noriega, Guillermo, Sexo entre varones. Poder y resistencia en el campo sexual, México, El Colegio de Sonora, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México y Porrúa, 1999, pp. 55-56. El autor denomina a este mecanismo como “trilogía de prestigio y de poder” y abunda lo relacionado a la preferencia u orientación homosexual. 22

1.2 La teoría y sus transformaciones Los términos travesti, transexual y transgénero tienen orígenes distintos y han experimentado transformaciones a lo largo del tiempo de acuerdo al movimiento propio de los grupos sociales plasmado en prácticas y teorías científicas, configuraciones políticas, ideológicas, subjetivas y colectivas. Sin duda, en esta transformación han intervenido de manera decidida las propias personas involucradas en el asunto; que con estas condiciones en pos de su autodefinición otorgan nuevos significados a la luz de sus experiencias y reflexiones. La activa interacción entre categorías formuladas desde las disciplinas médicas y las personas que definen es uno de los procesos que se han dado en los últimos veinte años en torno a la terminología de este campo.

En ese sentido, se lleva a cabo una suerte de recorrido sobre las maneras en que se ha construido el significado del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad, que implica la especificación del contexto social y político desde dónde han sido formulados, así como de los consensos o disensos teóricos que actualmente existen en torno a sus definiciones.

Aunque se podría decir que estas condiciones humanas han estado presentes en el mundo desde hace mucho tiempo, se hará referencia mayormente a su formulación teórica moderna, es decir, a aquella que surgió durante los siglos XIX y XX, época en que la ciencia médica elaboró una amplia clasificación sobre la sexualidad, nombró, agrupó y definió comportamientos sexuales que se consideraban “desviados” o “anormales”10; seguida de una proliferación notable de identidades sexuales11 donde las personas se sumergieron a procesos colectivos e individuales de autodefinición.

10

No se emplean estos conceptos con un sentido peyorativo, sólo es para dar cuenta del sentido que tenía en esos momentos la delimitación teórica respecto a aquellos comportamientos que, de acuerdo a la ideología imperante, no estaban dentro de una norma o promedio. 11 Por identidad sexual entendemos la adscripción de las personas a cierta categoría del comportamiento sexual o genérico, sea que haya sido elaborada por las ciencias médicas o por movimientos sociales (por ejemplo, homosexual, gay, lesbiana, bisexual, transexual, travesti, transgénero, voyeurista, paidofílico, poliamor, etcétera). 23

El trabajo clasificatorio sobre la sexualidad por parte de las ciencias médicas y la enunciación colectiva de identidades sexuales y genéricas representa un intenso proceso de reflexión impulsado durante la modernidad, como parte de un proyecto emancipatorio que trastocó múltiples áreas de la vida social y colectiva que ha tenido impacto en la configuración de nuevas subjetividades12 –el feminismo es un digno representante de este proceso, por ejemplo-. Según Tejeda (1998)13 la reflexividad de la modernidad se expresa en la vida cotidiana, en las condiciones habituales de existencia y en la potencia que tienen los discursos y el lenguaje, dimensiones de la vida social que han ido transformándose hasta la era de la globalización que actualmente imprime una peculiar dinámica en la configuración subjetiva, política, económica, social y cultural en casi todos los rincones del planeta. Sin embargo, no podemos ignorar que estos procesos de reflexividad sobre el sí mismo están mediados por relaciones de poder. Michel Foucault14 considera que durante esta época la ciencia médica fue un dispositivo de saber y poder que produjo cuerpos dóciles por medio de la educación corporal y subjetiva, así como de corrección de las conductas.

Específicamente, el dispositivo sobre la sexualidad produjo identidades y con ello una ordenación de las relaciones sociales por medio de la caracterización exhaustiva de la sexualidad, construyéndose una forma más (y muy efectiva) de diferenciación social entre las personas. Este dispositivo sustituyó a la religión (el pecado y la salvación) como la poseedora de la verdad sobre el cuerpo, la sexualidad y la persona.

12

Aquí se hace referencia a la subjetividad en términos sociales, es decir al conjunto de modos que las personas construyen –aunque esto no implica conciencia de su construcción-, dada su inserción en la estructura social y simbólica, para aprendher, comprender y actuar en el mundo; dichos modos abarcan las emociones, la corporalidad y la relación con los otros. 13 Tejeda, José Luis, Las fronteras de la modernidad, México, Plaza y Valdés Editores, 1998, pp. 57. 14 Michel Foucault, Historia de la sexualidad, México, Siglo XXI, 1999, pp. 85-86.

24

La confluencia durante la modernidad, entonces, de reflexividad y dispositivos de poder conducen a mirar esta explosión de identidades como parte de un proceso socio-histórico de las subjetividades, es decir, la subjetivación. En dicho proceso hay un doble movimiento: el primero, en donde las personas son constituidas en un tiempo histórico y un contexto sociopolítico específicos, y el segundo, donde hay una transformación y resistencia por parte de las personas, por medio de la apropiación de las circunstancias socio-históricas. Es así como se pueden explicar varios de los cambios que se han dado en la terminología con relación a las condiciones travesti, transexual y transgénero; el lenguaje es uno de los principales ámbitos donde se evidencian los procesos de reflexividad y de relaciones sociales que transmutan significados y prácticas, en donde la autodefinición tiene un carácter irreduciblemente socio-histórico.

En la configuración de la subjetividad e identidad con relación a la sexualidad participa un caleidoscopio de influencias e interacciones sociales (familiares, educativas, medios de difusión, religión, relación con pares, normas): “En respuesta a todas estas influencias, entre muchas otras, construimos nuestra subjetividad, nuestro sentido de quiénes somos, cómo llegamos a donde estamos, dónde

queremos

ir:

nuestras

identidades

como

hombres

y

mujeres,

heterosexuales y homosexuales o lo que sea, son producto de procesos complejos de definición y autodefinición en un ordenamiento complejo de relaciones sociales”15.

Aunque se ha señalado que se retomarán principalmente las nociones modernas sobre

travestismo,

transexualidad

y

transgeneridad,

la

configuración

de

identidades en el contexto mexicano tiene la influencia de prácticas y nociones tradicionales. Actualmente se pueden encontrar grupos que reconocen dentro de su organización social a las personas que asumen comportamientos o identidades de género independientes de su sexo, con la asignación específica de nombres y

15

Weeks, Jeffrey, Sexualidad, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México y Paidós, 1998, pp. 61. 25

roles que corresponden a nociones tradicionales, tal es el caso de los muxe’16 en la comunidad zapoteca de Juchitán, Oaxaca.

Amaranta, una muxe’ que fue candidata a diputada federal en 2003, dice: “esta definición trata de arropar el término de hombre-femenino y con el cual se nos nombra a todas las personas que nacemos varón y crecemos con identidades genéricas femeninas”17. El muxe’ desempeña funciones reconocidas socialmente, “tanto en la familia como en el ámbito público y comunitario, desde el sistema festivo hasta la representatividad política y la reproducción de algunos elementos culturales importantes para la transmisión de la identidad del grupo”, así como el diseño y elaboración de los trajes regionales, de los adornos y carros alegóricos de los desfiles y de la coreografía de los prestigiosos bailes de 15 años18.

Una expresión de la integración de los muxe’ a la vida social de la comunidad es que llevan a cabo su propia Vela, festejo de gran importancia para la cultura e identidad juchiteca. El uso de la palabra muxe’ en la actualidad revela un “mundo” de identidades y autodefiniciones donde confluyen categorías tradicionales y modernas, que expresa cierto tipo de resistencia a las clasificaciones rígidas con las que la cultura heterosexual encasilla a las diferentes “formas de transgresión sexual”19. En términos de prácticas, lo que los caracteriza es en “estado de constante perfomance de género, un juego entre el ser y no ser, una práctica de identidad ambigua y lúdica que les permite pasar con gran naturalidad de un rol a otro, según lo requiera la circunstancia y el deseo personal”20.

16

La palabra muxe’ es una adaptación zapoteca de la palabra “mujer”. En el zapoteco de esta zona no existe el sonido fuerte de la “j”, en este caso la “x” indica un sonido similar a la “j” francesa”. No hay un solo criterio para la mención en plural de muxe’, por ejemplo, Gómez Amaranta se refiere a “los muxhes’s”, González Pérez a “los muxe” y Marinilla Borroso a los muxe’; se decidió utilizar esta última porque la autora hizo un largo trabajo de investigación y su expresión podría estar más cercana al uso cotidiano que se le da en la región. 17 Gómez, Amaranta, “Trascendiendo”, Desacatos. Revista de Antropología Social, México, núm. 15, otoño-invierno de 2004, pp. 200. 18 Miano Borroso, Marinella, Hombre, mujer y muxe’ en el Istmo de Tehuantepec, México, Plaza y Valdés Editores y CONACULTA, 2000, pp. 149. 19 Ibid., pp. 154. 20 Ibid., pp. 159. 26

Entonces se puede decir que en el caleidoscopio de identidades existe una suerte de hibridación, donde procesos histórico-rituales interactúan con procesos científico-técnicos, y donde la relación subjetividad-corporalidad adquiere tintes distintos a los que pudieran darse en sociedades donde lo moderno es lo hegemónico. La autoadscripción plegada a categorías modernas imprime una subjetividad distinta a aquella que participa de ambos procesos. En todo caso se retomarán las definiciones elaboradas por la ciencia moderna sin olvidar que en el contexto mexicano coexisten con formulaciones tradicionales.

1.3 El enfoque de diversidad Una parte considerable de la historia moderna con relación a la sexualidad y el género, sobre todo a fines del Siglo XIX, ha estado impregnada de nociones que deslegitiman formas y expresiones de género distintas a la hegemonía construida sobre el precepto esencialista de hembra-identidad femenina-feminidad y machoidentidad

masculina-masculinidad.

Nociones

tales

como

“perversión”

o

“desviación” han constituido una forma de jerarquizar a las personas de acuerdo a su comportamiento genérico (que, no lo olvidemos, implica el sexual) para dejar en la escala más baja a aquellos que se desvían “de lo que es decoroso y correcto”21.

La idea de enfermedad subyace a estas nociones; se pone en duda la salud mental de hombres que tienen comportamientos femeninos o de mujeres que llevan a cabo ciertas prácticas masculinas, se les adjudica cierto desequilibrio o perturbación. Aquellos que responden adecuadamente a lo socialmente establecido para mujeres y hombres les corresponde la categoría de “normales” y aquellos que se alejan de los preceptos establecidos se les califica “de anormales”, de modo que “el lenguaje de la perversión divide al mundo de la sexualidad (y el género) en lo normal y lo anormal, las y los elegidos y las y los condenados, y rara vez coinciden”22.

21

Weeks, Jeffrey, Sexualidad, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México y Paidós, 1998, pp. 71. 22 Ibid., pp. 77. 27

Este discurso, hasta cierto punto moralista, estuvo expresado en la ciencia durante los primeros años de desarrollo de la sexología y en algunos temas del psicoanálisis. Afortunadamente, este lenguaje se ha ido desplazando poco a poco para dar lugar al lenguaje de la diversidad, aquel que reconoce las diferencias y que no las considera fuente de jerarquía sino de reconocimiento en la posibilidad de coexistencia en espacio y tiempo. Desde este nuevo enfoque se considera que aquellas expresiones o condiciones que no responden al precepto esencialista de género son parte de las múltiples formas que puede adquirir la experiencia humana en su dimensión genérica.

El impulso que se observa en los últimos años por reflexionar y comprender, más que para clasificar y encontrar sus orígenes, incluso en las disciplinas clínicas, evidencia el impacto que ha tenido el lenguaje de la diversidad. Uno de los sucesos que marcó la forma de comprender las expresiones o condiciones relacionadas con el género y la sexualidad fue el retiro de la categoría homosexual, en 1973, del Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) editado por la American Psychiatric Association (APA). Dicha acción por parte de la comunidad científica contribuyó para que la población homosexual construyera una categoría que la definiera más allá de los criterios médicos y más cercana a la búsqueda de una identificación e inclusión social: gay. Su surgimiento y difusión fue “fundamental para el surgimiento de una identidad sexual

politizada”23

y

desafió

la

“tradicional

estigmatización

de

los

24

homosexuales” .

23

Weeks, Jeffrey, Sexualidad, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México y Paidós, 1998, pp. 80. La identidad gay se comenzó a popularizar durante la década de 1960 en Estados Unidos y posteriormente se difundió a nivel mundia. 24 Laguarda, Rodrigo, “Construcción de identidades: un bar gay en la Ciudad de México”, Desacatos, México, núm. 19, septiembre-diciembre de 2005, pp. 140.

28

Algunos autores25 coinciden en que las transformaciones dadas al interior de las disciplinas médicas contribuyeron para abrir el camino al reconocimiento de la diversidad, principalmente en la elaboración de un marco teórico que implicaba una concepción alejada de preceptos ideológicos respecto de la sexualidad y el género. Sin embargo, señalan estas y estos mismos autores, la fuerza política llegó con la presencia de los grupos organizados en torno a identidades sexuales distintas a la heterosexualidad26, llamados “minorías sexuales”, cuyos pioneros fueron homosexuales y lesbianas y conforme ha pasado el tiempo se han unido travestis, transexuales y transgéneros para exigir su derecho a la expresión y la legitimidad de su existencia.

La politización en torno a las identidades sexuales, sobre todo en Europa y Estados Unidos, ha constituido uno de los puntos centrales en la configuración del campo de la diversidad sexual –en términos colectivos y académicos-, cuyo enfoque se ha caracterizado por el cambio de significados mediante la apropiación de categorías médicas, la creación de nuevas formas de adscripción individual y colectiva, el cuestionamiento de las normas y la reglamentación social, la argumentación y presentación (visibilización) pública, así como la constante reflexión respecto de las implicaciones sobre las diferencias sexuales y genéricas tanto el exterior como al interior de los grupos y comunidades que representan.

Esta transformación ha tenido un impacto social y cultural importante en la concepción de las condiciones que difieren de la denominada hegemonía sexual y genérica; ha permitido hacer visibles las múltiples situaciones de exclusión, estigmatización y discriminación que las personas experimentan a razón de su preferencia sexual o de su expresión o identidad de género diferente a su sexo y, 25

Weeks, Jeffrey, Sexualidad, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México y Paidós, 1998, 131 pp. y Careaga, Gloria, “Introducción”, en Careaga, Gloria y Cruz Salvador (coords.), Sexualidades diversas. Aproximaciones para su análisis, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México, 2004, pp. 13-18. 26 La heterosexualidad, como preferencia u orientación sexual, se refiere al gusto por relacionarse de manera erótica o afectiva con personas del otro sexo o género. Sin embargo, su uso en el análisis de hegemonía sexual se refiere a un conjunto de prácticas, ideologías y estilos de vida afines al precepto esencialista y que se toma como patrón de normalidad. 29

paralelamente, ha permitido la reivindicación de sus derechos como parte de una sociedad cada vez más democrática e incluyente.

El fortalecimiento de la diversidad sexual –como movimiento y como enfoque de estudio- ha sido posible, en gran parte, por la lucha de los grupos adscritos a diversas identidades sexuales –agrupados en el denominado colectivo Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual y Transgénero (LGBTTT)- que han emprendido para conseguir su inclusión igualitaria en la sociedad. Esta lucha –que en México tiene alrededor de treinta años- sigue vigente, aunque con nuevos retos, ya que la discriminación y estigmatización hacia estos grupos no ha cesado. Uno de los retos actuales que presenta la reivindicación de derechos y la lucha por la no discriminación del colectivo LGBTTT –en México y podríamos decir que en el resto de América Latina- es la inclusión de categorías e identidades emergentes, como la de transexual y transgénero.

La lucha política a favor de la diversidad sexual ha pasado por diferentes momentos, sin embargo el debate y la reflexión en torno a las categorías que componen tal colectividad ha sido un asunto constante. En ese sentido, los estudios de la diversidad sexual han tenido un aporte relevante; por medio de un enfoque teórico-metodológico que retoma los aportes del feminismo, los estudios de género, los lésbico-gay y los denominados queer27, abunda en las especificaciones de cada una de las condiciones sexuales y genéricas y, además, analiza los significados sociales que se producen y reproducen en torno a las identidades y prácticas sexuales en contextos socioculturales específicos,

27

La palabra queer en inglés significa “extraño” o “raro”; su uso por parte de activistas gays responde a una crítica sobre la asimilación de lo gay a la cultura más amplia y la reproducción de modelos heterosexuales. Sin embargo, su uso más extendido se dio entre la academia estadounidense, donde surgieron los estudios queer durante los años 90 con la intención de mostrar que los deseos, las identidades y las prácticas no siempre son lineales ni puras y que las relaciones entre sexo, género y preferencias sexuales son inherentemente inestables. Sus reflexiones han provocado que múltiples disciplinas re-piensen las categorías que emplean y se ha convertido en un eje transversal de los estudios de la sexualidad y el género. Corber J., Robert y Valocchi, Stephen (eds.), Queer Studies. An inderdisciplinary Reader, Estados Unidos, Blackwell, 2003, 264 pp. y Herrero Brasas, Juan A., “Teoría ‘queer’. Activismo, ‘outing’ y cuartos oscuros”, Claves de Razón Práctica, Madrid, núm. 106, octubre de 2000, pp. 15-25. 30

tomando en cuenta categorías como la raza, la clase y el género28. Desde este punto de vista, se ha señalado que a diferencia de lo ocurre en otros países como Estados Unidos, categorías como lesbiana, gay, bisexual, travesti, transexual y transgénero no son “categorías identitarias tradicionales” sobre orientación o preferencia sexual e identidad de género, sino que son “categorías sexuales disidentes que se sitúan en la marginalidad sexual y ponen en tela de juicio el poder, el heterosexismo y la homofobia”29.

Se estaría hablando de que el significado social de estas categorías e identidades en nuestro país está fundado en el estigma, el descrédito y la marginación económica, política y cultural. Pluralidad puesta en lenguaje de diversidad en pos del reconocimiento, la visibilización y la no discriminación que constantemente está a contrapelo del lenguaje de la “perversión” o la “desviación”, sino cómo se explicaría que la heterosexualidad se sigue considerando el patrón de normalidad con el que se evalúa a las personas.

Por algún tiempo se consideró que la diversidad sexual no era un aspecto relevante para la consecución del proyecto igualitario de derechos económicos y sociales que se perfiló en el mundo para el Siglo XX; sin embargo las investigaciones sobre distintas condiciones sexuales y genéricas han demostrado que éstas se vinculan estrechamente con la situación de desventaja económica, educativa, laboral, social y política que sufren los grupos LGBTTT. En un nuevo enfoque sobre el desarrollo humano se considera la posibilidad “de articular la

28

Hernández Cabrera, Porfirio Miguel, “Los estudios sobre diversidad sexual en el PUEG”, en Careaga, Gloria y Cruz Salvador (coords.), Sexualidades diversas. Aproximaciones para su análisis, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México, 2004, pp. 21-33. 29 Hernández Cabrera, Porfirio Miguel, “Los estudios sobre diversidad sexual en el PUEG”, en Careaga, Gloria y Cruz Salvador (coords.), Sexualidades diversas. Aproximaciones para su análisis, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México, 2004, pp. 27. 31

demanda del derecho a la diversidad sexual como una parte integral de las luchas por la justicia económica”30 y social en un amplio sentido.

1.4 Categorías, ámbitos y especificidades Se puede encontrar, entonces, un diálogo más o menos constante y fluido entre lo que teóricamente se ha construido sobre las categorías de la diversidad sexual – por ejemplo, desde las disciplinas clínicas- y la politización de las mismas, lo que cobra especial relevancia en la construcción teórica del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad, puesto que su existencia social supone implicaciones y connotaciones distintas a las de la homosexualidad masculina o femenina y la bisexualidad. Es en las interconexiones de dicho diálogo donde el presente trabajo se ubica, en el campo de los encuentros y en las fronteras del debate. Este tipo de acercamiento permitirá un desplazamiento entre los distintos campos de desarrollo y debate teórico sobre el travestismo, la transexualidad y el transgénero y arribar a conclusiones más o menos consensuadas que permitan su comprensión.

En términos generales se comenzará por señalar que el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad son condiciones distintas de la homosexualidad (femenina y masculina), la bisexualidad y la intersexualidad; sus particulares características permiten ubicarlas en ámbitos distintos de la experiencia humana. La homosexualidad se ha definido como el gusto por relacionarse de manera erótica/afectiva con personas del mismo sexo. La intersexualidad se refiere a la variabilidad en las características sexuales que generalmente se utilizan para distinguir a hembras y machos31. Entonces, la homosexualidad corresponde al ámbito del gusto, el placer, el deseo erótico y el afecto. La homosexualidad es una 30

Hinojosa, Claudia y Díaz Betancourt, Arturo, En la cultura de la igualdad todas/os somos diversas/os. Preferencias sexuales y discriminación, México, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2007, Textos del Caracol núm. 3, pp. 15. 31 Entre estas variaciones podemos encontrar mosaicos cromosómicos (por ejemplo, XXY, XXO), configuraciones y localizaciones particulares de las gónadas (coexistencia de tejido testicular y ovárico, testículos no descendidos) y de los genitales (por ejemplo, pene pequeño o clítoris grande). Cabral, Mauro y Benzur, Gabriel, “Cuando digo intersex. Diálogo introductorio a la intersexualidad”, Cadernos Pagu, enero-junio, 2005, Núm. 24, pp. 283-304. 32

preferencia u orientación sexual32, al igual que la bisexualidad (el gusto por relacionarse con personas de ambos sexos) y la heterosexualidad (cuando dicho gusto está orientado a personas de diferente sexo). Por su parte, la intersexualidad podría situarse en el campo de lo biológico en términos sexuales. En cambio, el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad se ubican en el ámbito de la identidad y la expresión de género (ésta última podría especificarse como la manifestación, por medio de ropas y comportamiento, de un género específico). (Ver Tabla 1).

Las personas travestis adoptan, de manera intermitente, comportamientos y vestimenta del género contrario a su sexo. Las personas transexuales son aquellas que manifiestan de manera irrevocable su deseo de pertenecer al género distinto a su nacimiento y llevan a cabo una serie de transformaciones corporales –generalmente por medio de tratamiento hormonal y cirugías- que les permite adecuar su cuerpo a su identidad de género. Finalmente, las personas transgénero son aquellas que adoptan de forma permanente actitudes, comportamientos

y

vestimenta

del

género

contrario

a

su

sexo,

independientemente de si llevan a cabo modificaciones corporales. Tabla 1. Distinciones básicas Categoría

Ámbito

Especificidad

El gusto, el placer, el deseo erótico y los afectos

Preferencia u orientación erótica/afectiva

Lo biológico en términos sexuales

Variabilidad en las características sexuales

Homosexualidad Bisexualidad Heterosexualidad Intersexualidad

32

Entre la bibliografía especializada se encuentra el uso indistinto de ambos términos para referirse a la atracción o gusto por relacionarse erótica/afectivamente entre las personas. Hernández Velásquez considera que más que una diferencia terminológica, se trata de enfoques distintos para explicar tal atracción o gusto. El enfoque de la orientación señala que la atracción: cambia con el tiempo, no se puede elegir, no hay una forma exclusiva de manifestarla y no siempre se lleva a la práctica. Mientras que el enfoque de la preferencia señala que: es posible su elección y que es necesaria tomarla en cuenta desde la práctica que llevan a cabo las personas. Hernández Velásquez, Margarita, El absurdo arquetípico, México, Plaza y Valdez Editores, 1998, 242 pp. 33

Travestismo Transexualidad Transgeneridad

La identidad y expresión de género

Adopción intermitente o permanente de características genéricas distintas al sexo o discordancia entre la identidad de género y el sexo

Fuente: Elaboración propia.

La asociación generalizada entre identidad y expresión de género y, además, preferencia u orientación erótica es un mecanismo de inteligibilidad respecto a la persona, que se ha desarrollado en el transcurrir de los años, tanto por cultos como por legos, lo que se ha traducido –entre otras cosas- en la paridad de nociones tales como homosexual, vestirse con ropas del otro género y desear pertenecer al otro género. Actualmente, fundamentados en los avances teóricos al respecto, es factible señalar que estas tres dimensiones de la experiencia humana son distintas en sus elementos y su dinámica. Una persona homosexual no necesariamente viste con ropas del otro género ni desea pertenecer a éste. Por otra parte, las personas travestis, transexuales y transgénero pueden llegar a tener una preferencia u orientación erótica/afectiva homosexual, bisexual o heterosexual. En términos explicativos, la identidad y expresión de género son dimensiones distintas a –y no explica- la preferencia u orientación erótica/afectiva de la persona.

En efecto, en la vida y existencia de las personas estas dimensiones no están separadas; antes bien, la persona las experimenta de manera simultánea, se conjugan –dinámica y complejamente- en su realidad personal y social. La distinción tiene fines explicativos y ha contribuido notablemente en la labor de visibilizar a grupos que se identifican como travestis, transexuales o transgéneros, que hasta hace un tiempo permanecían subordinados a la categoría de homosexualidad, cuestión que contribuía al desconocimiento de sus condiciones y necesidades particulares.

La especificidad de cada una de estas dimensiones, además, coadyuva al análisis de su interrelación, lo que ha sido claramente provechoso para explicar la

34

complejidad de estos asuntos en términos subjetivos y de interrelación (un ejemplo podría ser la teoría psicoanalítica). De cualquier manera, con el devenir del tiempo se ha sofisticado el estudio de estas dimensiones y actualmente es posible su estudio de manera independiente.

Por otra parte, aunque dichas categorías, como se señalaba al principio, pueden compartir algunos elementos, es factible su estudio y análisis por separado, permitido por el trabajo teórico y político realizado hasta nuestros días. La operación de distinción contribuye a una representación aún más puntual de las características y necesidades que se desprenden de las condiciones de travestismo, transexualidad y transgeneridad.

1.5 Una historia común: inicios de la construcción teórica en pos de la diferenciación entre travestismo, transexualidad y transgénero Como se ha señalado, las categorías centrales de este texto han sido formuladas desde las ciencias clínicas y se han incorporado poco a poco nuevas formulaciones que provienen las ciencias sociales y de posturas políticas sobre la legitimidad33 de las identidades sexuales. Durante la segunda mitad del Siglo XIX se difundieron una serie de propuestas teóricas que intentaban explicar la realidad a la que se enfrentaban las y los médicos de la época: quienes presentaban una serie de matices respecto de la masculinidad y la feminidad –en términos de prácticas corporales y verbales34- que los hacía difíciles de catalogar como hombres o mujeres, es decir dentro de los parámetros establecidos.

La labor científica se encaminó, en gran parte, a emitir diagnósticos fundamentados en clasificaciones rígidas elaboradas a partir de observaciones y debates minuciosos sobre la patología, la anormalidad y la posibilidad de corregir 33

La legitimidad quiere decir que determinado orden de cosas (sociales, políticas, económicas, religiosas) es reconocido como válido y que, de hecho, es utilizado por las personas de una sociedad para coordinar sus acciones. Serrano Gómez, Enrique, Legitimación y racionalización. Weber y Habermas: la dimensión normativa de un orden secularizado, España, Anthropos, 1994, 302 pp. 34 El lenguaje tiene un papel relevante en las configuraciones de género; simbólica y subjetivamente sostiene intrincados procesos de identidad y del imaginario social al respecto. 35

tal realidad. Durante este periodo se desarrollaron una serie de teorías –que aún tienen cierto impacto en la actualidad- sobre las causas y consecuencias de la homosexualidad, el “afeminamiento”, la identidad femenina, la personalidad invertida en hombres y mujeres, el uso de ropas del otro género, los sentimientos y emociones femeninos y masculinos, etcétera. Una de las consecuencias de dicha labor es la distinción de categorías en este universo de expresiones sexuales y genéricas.

Los planteamientos teóricos sobre el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad tienen un principio más o menos común, distinguida por una basta producción teórica en pos de su distinción. Investigaciones recientes sobre estos aspectos hacen alusión a estas fuentes iniciales que todavía resuenan en el presente como parte de la configuración social y subjetiva del género. Se realiza un breve recorrido de este origen relativamente común y después se profundiza en las concepciones que actualmente son reconocidas y manejadas en la mayoría de los discursos médicos, sociales y políticos.

Una de las primeras propuestas de sistematización de los comportamientos femeninos y masculinos que no correspondían con el sexo de nacimiento es la que realizó C.H. Ulrichs, jurista y travesti alemán, quien en 1860 formuló una tipología de los comportamientos homosexuales en la que donde distingue el uranismo. Desde su punto de vista, “los uranistas tienen, congénitamente, ‘alma de mujer en un cuerpo de hombre’ y sólo pueden amar o desear hombres viriles”35. En esa época, todo comportamiento homosexual –que incluía el intercambio erótico entre personas del mismo sexo y, también, utilizar vestimenta del otro género e inclusive algunas características de ambigüedad física sexualera severamente prohibido y castigado. Ulrichs argumentó que el uranismo no era punible, puesto que se trataba de una condición natural, y recomendó modificar la condición civil de las personas que la poseían.

35

Mercader, Patricia, La ilusión transexual, Argentina, Nueva Visión, 1997, pp. 26. 36

Después de los trabajos y la intervención de Ulrichs por el trato humano a las y los uranistas surgieron debates intensos sobre la homosexualidad en varios países de Europa, tanto de las cuestiones médicas como de las jurídicas. Bastas descripciones de comportamientos, usos y marcas del cuerpo, sentimientos y deseos, orígenes, el decoro o la mesura en dichos comportamientos, la moral de la persona, lo que social y humanamente representaba la existencia de la homosexualidad. En efecto, lo que estaba en juego era el estatus social de estas personas. La mayoría de los trabajos de esa época se refieren a la homosexualidad como perversión y específicamente aquellos individuos que usaban ropa de otro género o que deseaban vivir como mujeres u hombres independientemente de su sexo fueron agrupados en la categoría amplia y un tanto flexible de “invertidos”.

Havelock Ellis, un médico ingles, propuso la noción de inversión sexual, en la que se observa la asociación entre homosexualidad, vestir ropa del otro género y desear pertenecer a otro género que prevaleció durante el Siglo XIX en los campos de la medicina, la sexología y la psiquiatría. En su obra “Studies in Psychology of Sex: Sexual Inversion. Volumen 3.” (1897) señala que la inversión sexual congénita se refiere a “un instinto sexual orientado por una anormalidad constitucional innata entre personas del mismo sexo”36.

En 1910, Magnus Hirschfeld propuso el término travesti para describir a aquellas personas que utilizaban prendas de vestir del otro género con el propósito de diferenciarlas de los homosexuales. Este médico alemán consideraba que el travestismo se debía a variaciones hormonales. Sus aportaciones, consagradas en los libros “Sexual Anomalies (1905) y “Tranvestites. The Erotic Drive to Cross Dress” (1910), fueron consideradas para diferenciar el travestismo de la homosexualidad en el terreno de la sexología. Sin embargo, sus ideas fueron criticadas por su contemporáneo Havelock Ellis, quien consideraba que la visión

36

Ellis, Havelock, Studies in the Psychology of Sex: Sexual Inversion, Honolulu: University Press of the Pacific, 2001, 288 pp. 37

de Hirschfeld era reduccionista al tomar en cuenta sólo el aspecto de la vestimenta para definir el travestismo, él pensaba que existían otros elementos que lo componían e incluyó la identidad “femenina” dentro de los factores presentes en los varones travestis37. Ellis acuñó el término eonismo, basado en un personaje histórico, el Chevalier d’Eon de Beaumont (1728-1810), quien vivió mucho tiempo de su vida como mujer. El significado del eonismo recaía en la noción de “inversión sexo-estética”, que tal como lo explicaba Ellis, era lo que empujaba a una persona a sentirse como alguien del otro sexo38.

De esta manera, “el invertido” representó –sobre todo en Europa, durante la segunda mitad del siglo XIX y hasta la Segunda Guerra Mundial- la figura de aquel que tiene “un alma de mujer en un cuerpo de hombre” o de quien “tiene un alma de hombre en un cuerpo de mujer”. La noción implica que “el hecho de tener prácticas sexuales con un compañero del mismo sexo es la prueba de una cierta feminidad, en el hombre, o de una cierta masculinidad, en la mujer”. Era considerado, entonces, que los signos de esta masculinidad y o de esta feminidad estaban en la personalidad y en el cuerpo de las personas. La “inversión fue calificada como desviación, anormalidad, incluso degeneración”, poniendo como solución su tratamiento médico que incluyó la castración39.

Hirschfeld reagrupó “en un mismo conjunto las ambigüedades genitales, los comportamientos andróginos y la elección de un objeto homosexual” bajo la noción que denominó “tercer sexo”, en cuya clasificación fue apareciendo la distinción entre homosexualidad y travestismo.

En 1915, Sigmund Freud llamó la atención sobre el carácter generalizado que se les había atribuido a los invertidos de poseer “un alma” distinta a su sexo; consideraba que la inversión no necesariamente implica un cambio en las 37

Bullough Vern L. y Bullough, Bonnie, Cross Dressing, Sex, and Gender, Estados Unidos, University of Pennsylvania Press, 1993, pp 1. 38 Fernández, Josefina, Cuerpos desobedientes. Travestismo e identidad de género, Buenos Aires, Edhasam 2004, 213 pp. 39 Mercader, Patricia, La ilusión transexual, Argentina, Nueva Visión, 1997, pp.19. 38

cualidades de la persona: “Es innegable que muchos invertidos masculinos conservan los caracteres psíquicos de su sexo; no poseen sino muy pocos caracteres secundarios del otro sexo y buscan en su objeto sexual rasgos psíquicos propiamente femeninos”40. Esta idea contribuyó a la separación de la homosexualidad y otras manifestaciones de género contrarias al sexo de nacimiento.

Entre 1920 y 1930 médicos, psiquiatras, neurólogos y sexólogos llegaron a conclusiones importantes –aunque en el contexto de lo patológico- acerca de la distinción entre homosexualidad y demás comportamientos que revelaban una independencia entre la identidad de género que asumían las personas y su sexo. Un aspecto interesante en este proceso fue su preocupación por las cuestiones éticas y jurídicas; por ejemplo, en 1921, Hirschfeld organizó el Primer Congreso de Reforma Sexual y “libró una batalla contra el artículo 175 del antiguo Código Penal alemán” que condenaba a prisión a los homosexuales41.

Al final de esa época se empezó a perfilar el término transexualidad para distinguir, con mayor precisión, la condición de aquellas personas que deseaban pertenecer al otro género y querían transformar su cuerpo y con ello la posibilidad de realizar cirugías que adecuarían los genitales de las personas de acuerdo a su identidad de género42. D. O. Cauldwell empleó por primera vez el término psichopathia transexualis en 1949 para denominar a “los individuos que pertenecen físicamente a un sexo y, aparentemente, psicológicamente al otro, y que desean modificar por medio de la cirugía sus características físicas para parecerse al otro sexo”43. El 1952 fue realizada una operación de cambio de genitales a George Jorgensen (Christine Jorgensen), un inmigrante escandinavo en Estados Unidos que había planteado dicha petición, “bajo el razonamiento de 40

Freud, Sigmund, Ensayos sobre la sexualidad, España, Sarpe, 1985, pp. 36. Giberti, Eva, “Transgéneros: síntesis y aperturas”, en Mafia, Diana (comp.), Sexualidades migrantes. Género y transgénero, Argentina, Seminaria Editora, 2003, pp. 39. 42 La expresión “cambio de sexo” es la que frecuentemente se utilizaba para hacer alusión a las mismas. 43 Mercader, Patricia, La ilusión transexual, Argentina, Nueva Visión, 1997, pp.43. 41

39

que la naturaleza se había equivocado y se debía de dar concordancia a la mentalidad con el cuerpo”44. En ese mismo año, en la primera versión del DSM se incluyó la homosexualidad y el travestismo en el apartado de “desviaciones sexuales”. Desde los años treinta, el endocrinólogo norteamericano Harry Benjamín estudió casos relacionados a estas características y en 1953 retomó el término propuesto por Cauldwell que lo transformó en transsexualism y que comenzó a difundirlo en publicaciones de sexología.

En su obra representativa, “The transsexual phenomenon” de 1966, describe las características del “transexualismo” y ofrece datos comparativos que permiten distinguirlo del travestismo y de la homosexualidad, habla de su etiología, del procedimiento quirúrgico necesario para que las personas transexuales logren una anatomía cercana al género que dicen pertenecer y de sus aspectos legales. Las aportaciones de Harry Benjamín tuvieron una influencia significativa en las posteriores elaboraciones teóricas, tanto que “a partir de 1968, la rúbrica ‘transexualismo’ aparece en los diferentes índices de literatura médica o psicológica”45.

Entre dichas podemos mencionar las de Money y Erhardt (1972), Stoller (1968, 1975), Fisk (1973) y Docter (1988). Estos autores abundaron en caracterizar la identidad de género y los procesos psicológicos de las personas transexuales. Fueron años álgidos en la producción teórica de la transexualidad que dieron como resultado que en la tercera versión del DSM de 1980 apareciera como diagnóstico. “La enunciación de estos aportes científicos intentaba focalizar, someramente, los parámetros entre los cuales empezaron a transitar las personas transgénero cuando fue posible arriesgarse a mencionar lo que entonces se clasificaba como desviación y enfermedad”46. Las discusiones giraron en torno a la ética

y

la

responsabilidad

profesional

que

conlleva

el

diagnóstico

de

44

González Méndez, Guillermo, “Los estados intersexuales y la disforia de género”, en Antología de la sexualidad humana, México, Consejo Nacional de Población, tomo 3, 1994, pp. 150. 45 Mercader, Patricia, La ilusión transexual, Argentina, Nueva Visión, 1997, pp.85 46 Giberti, Eva, “Transgéneros: síntesis y aperturas”, en Mafia, Diana (comp.), Sexualidades migrantes. Género y transgénero, Argentina, Seminaria Editora, 2003, pp. 43. 40

transexualidad, sobre todo por el tipo de tratamiento sugerido –hormonal y quirúrgico- y el lugar que tenían las personas transexuales en ello. En la Clasificación

Estadística

Internacional

de

Enfermedades

y

Problemas

Relacionados con la Salud (CEI-10) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se incluye al “transexualismo” dentro de los “Trastornos de la personalidad y del comportamiento en adultos” como un “trastorno de la identidad de género”47. En la cuarta versión del DSM de 1995 desaparece el término transexualismo y en su lugar aparece el “trastorno de identidad de género” para designar a las personas que muestran una fuerte identificación con el género contrario e insatisfacción constante con su sexo anatómico; en esta versión se delimitan criterios para su diagnóstico.

Para los movimientos feministas y de diversidad sexual, la transexualidad ponía en duda la determinación de la biología en la configuración de las identidades de género. La transexualidad coadyuvó a la distinción entre sexo y género, éste último delimitado más al campo de lo social, cultural y psicológico, y permitió pensar la legitimidad de distintas configuraciones de la identidad más allá de las disciplinas médicas. Vern L. Bullough señala que el desafío más importante para la psiquiatría vino de una nueva generación de científicos sociales y del comportamiento quienes cuestionaron el dominio de la comunidad médica y sus procedimientos, así como la medicalización de muchos comportamientos sexuales. Bullough considera que la clave de este desafío fue el desarrollo del concepto de género48. Fue en este terreno donde se empezó a gestar la categoría transgénero49, para describir aquellas personas que no se ajustaban a la definición de transexualidad o de travestismo desarrollada por las ciencias médicas. En el

47

También se incluye el “travestismo de rol dual” y el “trastorno de la identidad de género en la niñez”.

48

Bullough, Vern L., “Transgenderism and the Concept of Gender”, The International Journal of Transgenderism, Vol. 4, Núm. 3, julio-septiembre de 2000. Versión electrónica: www.symposion.com/ijt/gilbert/bullough.htm 49 En el presente trabajo nos enfocamos a la categoría transgénero en su forma específica, aquella que describe a las personas transgenéricas o que tienen la cualidad de transgeneridad. Algunos autores manejan dicho término en una acepción más amplia, que engloba a una serie de comportamientos e identidades que “cruzan el género”. 41

desarrollo de esta categoría se le reconoce un papel pionero a Virginia Prince, quien también fue conocida por el seudónimo Virginia Bruce y Charles Prince. Habiendo nacido biológicamente masculino, Prince vivió como mujer más de 25 años y antes de ello se travestía frecuentemente; organizó grupos de encuentro para hombres travestis (entre 1960 y 1980) donde difundió ampliamente su idea de que el travesti era un hombre heterosexual que simplemente buscaba expresar la mujer que traía dentro50. Su iniciativa organizativa que tenía como eje central la socialización de las personas travestis en grupos de iguales para que dicha expresión se diera en un ambiente de aceptación contribuyó a que se fuera conformando una comunidad transgenérica, alejada de los parámetros de las disciplinas clínicas y de la dicotomía rígida de género. Alrededor de la categoría transgeneridad hay pocos consensos y justo en estos momentos se están llevando a cabo debates interesantes al respecto en casi todo el mundo.

Vemos, entonces, que la diferenciación entre travestismo, transexualidad y transgeneridad comparte una historia común donde la participación de la sexología, la psiquiatría y la medicina tuvieron un papel central. Es a partir de la primera parte del Siglo XX donde, por un lado, quedan delimitadas como categorías distinguibles para la práctica clínica y, por el otro, comienzan las ciencias sociales a contribuir y ampliar la visión, desde sus enfoques teóricometodológicos específicos, sobre estas condiciones51.

1.5.1 Travestismo La definición y caracterización del travestismo ha estado centrada en la experiencia de los varones heterosexuales que visten ropas que socialmente se

50

Bullough Vern L. y Bullough, Bonnie, Cross Dressing, Sex, and Gender, Estados Unidos, University of Pennsylvania Press, 1993, 382 pp. 51 La intervención de las ciencias sociales también estuvo presente durante la etapa en que se desarrollaron las teorías clínicas al respecto, sin embargo, sus aportaciones –sobre todo de la historia y la antropología- estuvieron delimitadas a demostrar la existencia en diferentes culturas de expresiones de la adquisición de rasgos masculinos o femeninos independientemente del sexo. 42

definen como femeninas52. Una buena parte de las contribuciones hechas por las ciencias clínicas consideran que el travestismo –sobre todo aquél realizado por hombres- está definido por su condición fetichista, es decir, que las personas travestis portan ropa con un fin erótico. El DSM-IV-TR lo incluye dentro de las denominadas “parafilias”53 y sus criterios diagnósticos contemplan la excitación sexual al momento de travestirse –sea a nivel de fantasías o comportamientos- y el malestar significativo en términos clínicos, sociales, laborales y otras áreas importantes para el desarrollo de la persona; además, considera que se tiene que especificar si el comportamiento de travestirse va acompañado de la denominada “disforia sexual”, que puede ser un elemento a considerar para descartar el diagnóstico de travestismo y, más bien, considerarla transexualidad54. De acuerdo con Stoller, el travesti no cuestiona su identidad de género masculina, es decir, él se sabe varón55.

La perspectiva ortodoxa en la clínica, tanto de la sexología como de la psiquiatría y el psicoanálisis comparten esta concepción acerca del travestismo. Enfoques menos rígidos han conseguido una definición sobre travestismo que no tenga

52

Son escasas las referencias al travestismo en mujeres; algunas de ellas se sitúan en épocas donde las mujeres adoptaban indumentaria y actitudes socialmente calificadas como masculinas que les permitía acceder a espacios (educativos, laborales o políticos) a los que por su condición genérica tenían prohibido incorporarse. ¿Por qué no se habla del travestismo en mujeres? Algunas de las hipótesis que podrían explicarlo son: porque la masculinidad (y todo rasgo ligado con la misma) tiene un marcado carácter “natural”, no de transformación; “vestirse de mujer” no tiene el mismo significado que “vestirse de hombre”, esto último es casi invisible por la extendida aceptación social a que las mujeres porten elementos masculinos; el travestismo en varones tiene un impacto social mayor porque la masculinidad se considera una categoría imposible de abandonar, es signo de totalidad e integridad humana (Cabral, Mauro y Leimgruber, Javier “Un glosario en construcción”, SeriAs para el debate, Perú, núm. 3, noviembre de 2004, pp. 73). En este texto se tratará lo que teórica y empíricamente se ha abordado del travestismo en varones; dada que es lo que teórica y empíricamente se ha estudiado más. 53 La parafilia se refiere a la respuesta erótica “normal” generada “ante objetos o situaciones infrecuentes respecto al patrón sexual convencional” (en el caso del travestismo serían objetos no humanos). Gala León, F.J. et. al., “Consideraciones y actitudes acerca de los trastornos de la conducta sexual”, Cuadernos de Medicina Psicosomática y Psiquiatría de Enlace, España, núm. 67-68, julio-diciembre de 2003, pp. 66. 54 Asociación Americana de Psiquiatría. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales: DSM-IV.TR. Barcelona, España: APA y Masson, 2003. 55 Stoller, Robert, Sex and Gender. The Development of Masculinity and Femininity, Estados Unidos, Karnac Books, 1968, 383 pp. 43

como elemento central el fin erótico y que no implique patología en sí misma; en ello intervino el estado del debate sobre género y la emergencia de los grupos politizados en torno a la diversidad sexual.

De tal manera que es posible encontrar definiciones que consideran el travestismo como “una expresión comportamental de la sexualidad en la que las personas gustan de utilizar prendas, manierismos, expresiones, accesorios, adornos, lenguaje e incluso comportamientos característicos del otro sexo en la cultura de la propia persona”

56

o como “una manifestación de la diversidad sexual

caracterizada por el empleo de vestimenta, lenguaje, estilos de comportamiento, accesorios y manierismos que en el grupo cultural de referencia de cada persona se consideran propios del otro género”57.

El estudio elaborado por Zúñiga con población travesti, transexual y transgenérica mexicana que asistía regularmente al grupo “Eon. Inteligencia Transgenérica”58 en la Ciudad de México le permite señalar que el travestismo no se limita a lo erótico, sino que es una necesidad de expresión genérica. En este estudio se describen las necesidades y demandas de las personas travestis que asisten al grupo, entre las que se encuentran: forma de adquirir y almacenar su guardarropa, aprender a vestirse y maquillarse, espacios y oportunidades para expresar su travestismo, sentimientos encontrados con respecto a su actividad travesti, problemas de aceptación con la pareja o de sus e hijas o hijos, interés por sostener relaciones eróticas con varones y, al mismo tiempo, temor hacia la homosexualidad, percatarse del placer que les produce su actividad travesti e interés creciente en la

56

Alvarez-Gayou, Juan Luis, Sexoterapia integral, México, Manual Modenor, 1986, pp. 50. Barrios Martínez, David y García Ramos, María Antonieta, Transexualidad: la paradoja del cambio, México, Editorial Alfil, 2008, pp. 14. 58 Este grupo funcionó de 1996 a 2002 y hasta la actualidad es ampliamente reconocido entre la comunidad trans. Entre sus tareas estaban: propiciar el crecimiento personal, desmitificación de lo que son las personas transgenéricas por medio de la información y el activismo político, y contribución para mejorar las condiciones sociales de estas personas. Zúñiga, Alejandra. Apoyo y atención para personas transgenéricas en el “Grupo Eon, Inteligencia Transgenérica”, entre la teoría y la práctica. Tesis de Licenciatura en Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, pp. 86-87. 57

44

transexualidad y temor hacia ésta59. La particularidad de este diagnóstico es que permite ubicar al travestismo en el conjunto de relaciones sociales y en la ideología donde se gesta. Mientras que desde las ciencias clínicas más ortodoxas el travestismo es considerado una patología y su interés principal se centra en su diagnóstico; las ciencias sociales están más interesadas en conocer las circunstancias sociales y culturales que le acompañan. ¿Cómo se ha definido el travestismo desde el enfoque de las ciencias sociales? Para Lizárraga, el travestismo implica una construcción de sí mismo “a partir de… y en el gusto por la imitación, a través del uso de ropa e implementos considerados del otro sexo-género”60.

Esta concepción guarda similitud con aquellas de la clínica poco ortodoxa. Los estudios elaborados desde la antropología y la historia al respecto enfocan la experiencia social del travestismo en el contexto –territorial, social, familiar, cultural- donde se presenta. Hay una cantidad considerable de estudios sobre al lugar

–colectivo

y

simbólico-

que

tienen

las

personas

que

adoptan

comportamientos y vestimenta de otro género y que no precisamente se refieren a la categoría travestismo, su significación es distinta. Dichos estudios han contemplado el travestismo bajo tres hipótesis: a) como expresión de un tercer género; b) como reforzamiento de las identidades genéricas y c) como género performativo61.

La feminidad y la masculinidad para las ciencias sociales representan construcciones culturales a las que se adscriben las personas impelidas por una anticipada estructura de relaciones sociales. No significan esencias o sustancias que corresponden a determinados grupos de acuerdo a sus características físicas. 59

Zúñiga, Alejandra, Apoyo y atención para personas transgenéricas en el “Grupo Eon, Inteligencia Transgenérica”, entre la teoría y la práctica, Tesis de Licenciatura en Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, 144 pp. 60 Lizarraga Cruchaga, Xabier, “El transgénero: un hipertexto”, Cuicuilco. Revista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, vol. 8, núm. 23, septiembre-diciembre de 2001, pp. 63. 61 Fernández, Josefina, Cuerpos desobedientes. Travestismo e identidad de género, Buenos Aires, Edhasam 2004, 213 pp. 45

En ese sentido, las coordenadas sobre las que analiza el travestismo parten, primero, de la experiencia de las personas que se travisten y las circunstancias sociales, políticas y culturales que los acompañan, segundo, del carácter flexible de la identidad de género. Las disciplinas clínicas se concentraron en el travestismo heterosexual y las ciencias sociales han explorado, además, el travestismo homosexual. Al respecto, González señala: “Aunque el travestismo no sea una expresión propia de la homosexualidad, es un eje en torno al cual la cultura gay ha girado. El travesti gay es el individuo que ha cruzado dos fronteras culturales, la del género y la de la orientación sexual, rompiendo con ‘el ideal’ de hombre varonil heterosexual”62.

En resumen, los estudios de las ciencias sociales han mostrado la diversidad que existe dentro de la categoría travestismo, han resaltado el carácter de construcción de la identidad que implica el ritual de representar un papel femenino y la intersección con otras categorías –clase, género y etnia- que podrían estar influyendo en la expresión del travestismo en distintas épocas y territorios.

1.5.2 Transexualidad Robert Stoller es uno de los autores que en el campo del psicoanálisis cobra especial relevancia en la labor por definir la transexualidad. Stoller trabajó principalmente con la denominada transexualidad femenina (es decir, personas que nacieron machos y que tienen el deseo de pertenecer al género femenino). Su trabajo constituye una de las fuentes más importantes en ese aspecto por su claridad teórica y metodológica63. Stoller habla de “transexualismo” y lo define como “la convicción en una persona biológicamente normal de ser un miembro del sexo opuesto; en personas adultas, esta creencia se acompaña ahora por la petición de procedimientos quirúrgicos y endocrinológicos que cambian la

62

González Pérez, César O., Travestidos al desnudo: homosexualidad, identidades y luchas territoriales en Colima, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social y Miguel Ángel Porrúa, 2003, pp. 67. 63 A este autor también se le reconoce sus propuestas conceptuales sobre las categorías sexo, género e identidad de género. 46

aparición anatómica por la del sexo opuesto”64. Este psiquiatra norteamericano abundó en la etiología de la transexualidad –aunque no logró arribar a conclusiones definitivas- y en la dinámica psíquica que la caracterizaría – especialmente en la cualidad de las relaciones y vínculos con los padres de la persona transexual-.

Otro de los autores centrales en la concepción actual de la transexualidad es Harry Benjamin, quien consideró que “el transexual masculino o femenino es profundamente infeliz como miembro del sexo al que fue asignado por la estructura anatómica de su cuerpo, particularmente los genitales”. A diferencia de las personas travestis, dice Benjamin, las personas transexuales sienten que pertenecen al otro género y desean ser y funcionar como miembros del mismo, no solamente aparecer como tal; además, rechazan sus órganos genitales y buscan modificarlos mediante la cirugía.

Su experiencia clínica y reflexiones teóricas le permiten formular como solución al problema que enfrentan las personas transexuales el tratamiento hormonal y la “cirugía correctiva” que implica la modificación de genitales acordes a su sentir. En su obra describe las indicaciones y contraindicaciones (físicas y emocionales) de la cirugía, la técnica quirúrgica a seguir y enfatiza en la necesidad de una evaluación psiquiátrica previa a la misma no sólo para establecer la posible existencia de una psicosis, sino para conocer el grado de inteligencia y de estabilidad emocional de la persona65.

El CEI-10 de la OMS define al “transexualismo” como un “trastorno de la identidad de género” caracterizado por “el deseo de vivir y de ser aceptado como integrante del sexo opuesto, habitualmente acompañado de un sentimiento de incomodidad o de inadecuación al sexo anatómico propio, y del deseo de someterse a cirugía y a

64

Stoller, Robert, Sex and Gender. The Development of Masculinity and Femininity, Estados Unidos, Karnac Books, 1968, 383 pp. 89-90. 65 Benjamin, Harry, The transsexual phenomenon, Düsseldorf, The Symposium Publishing, 1999. Versión electrónica, www.symposion.com/ijt/benjamin/index.htm. 47

tratamiento hormonal para hacer el propio cuerpo tan congruente como sea posible con el sexo preferido por la persona”66.

En el DSM-IV-TR, que tiene de base las clasificaciones del CEI-10, se señala que la transexualidad es un trastorno, una perturbación, específicamente, un “desorden de la identidad sexual” caracterizado por “sentimientos intensos y persistentes de malestar con el sexo asignado, así como el deseo de poseer el cuerpo del otro sexo y de ser considerado por los demás como un miembro del otro sexo”67. A esto lo denomina “disforia sexual” (sexual disphoria) –que ha sido traducida o modificada como “disforia de género” por algunos enfoques teóricos de la sexología y la psicología- y que los psiquiatras podrán diagnosticar en función de cuatro criterios: a) “la persona se identifica, de un modo intenso y persistente, con el otro sexo, lo cual constituye el deseo de ser, o la insistencia en que uno es, del otro sexo”; b) se presenta también “malestar persistente por el sexo asignado o un sentido de inadecuación en el papel de su sexo”; c) no puede diagnosticarse este trastorno si el individuo presenta alguna “enfermedad física intersexual (por ejemplo, síndrome de insensibilidad a los andrógenos o hiperplasia suprarrenal congénita)”; y d) “deben existir pruebas de malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo”68 (APA 2003:645).

A comienzos de los años 70, Benjamin creó la Harry Benjamin International Gender Dysphoria Association (HBIGDA) –actualmente la World Professional Association for Transgender Health, (WPATH), que elaboró en 1980 los estándares de atención sobre los cuidados hormonales y quirúrgicos para las personas transexuales. En su última versión, la de 2001, se señala que los

66

Organización Panamericana de la Salud. Clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud. CEI-10. Vol. 1. Publicación científica núm. 554. Washington, D.C.: OPS, OMS, 1995, pp. 352. 67 Asociación Americana de Psiquiatría. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales: DSM-IV.TR. Barcelona, España: APA y Masson, 2003, pp. 599. 68 Asociación Americana de Psiquiatría. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales: DSM-IV.TR. Barcelona, España: APA y Masson, 2003, pp. 645. 48

profesionales de la salud que tratan a personas con trastornos de identidad de género tienen diez responsabilidades69:

1. Diagnosticar con exactitud el trastorno de identidad de género del paciente; 2. Diagnosticar con exactitud cualquier condición psiquiátrica comórbida70 y realizar tratamiento apropiado; 3. Aconsejar al paciente respecto a la gama de tratamientos disponibles y sus consecuencias; 4. Proveer psicoterapia; 5. Evaluar la elegibilidad e idoneidad del paciente para terapia hormonal y quirúrgica; 6. Hacer recomendaciones formales a colegas (médicos, cirujanos, etc.); 7. Describir, en un certificado de recomendación, la historia relevante del paciente; 8. Ser integrante de un conjunto de profesionales que se interesan por los trastornos de identidad de género; 9. Educar a familiares, patronos e instituciones sobre trastornos de identidad de género; 10. Hacerse accesible a los pacientes para tratamiento de seguimiento.

Se recomienda un abordaje clínico multidisciplinario, mediante el cual se lleve a cabo una intervención integral (que atienda aspectos físicos y psicológicos), cuyos beneficios son: “la mejora de la calidad de vida de la o el paciente y su grado de satisfacción, así como su integración social y laboral, y desde el punto de vista médico los importantes beneficios del tratamiento hormonal y el éxito de la técnica

69

Harry Benjamin International Gender Dysphoria Association, Las normas de cuidado para trastornos de identidad de género, Estados Unidos, HBIGDA, 2001 (traducción española de la sexta versión), pp. 6. 70 La condición psiquiátrica comórbida se refiere a la presencia o asociación de diferentes cuadros y/o trastornos mentales y de personalidad (por ejemplo, depresión, ansiedad, insomnio, paranoia, etcétera). 49

quirúrgica a corto y largo plazo. Asimismo se suscitan importantes cuestiones éticas, legales y de equidad”71.

La atención de las personas transexuales tiene como fin que éstas logren la máxima concordancia entre su identidad de género y su cuerpo, lo que implica un proceso largo de intervenciones médicas y psicológicas –no exenta de complejidades- que se ha dado por llamar “proceso de reasignación de sexo” o de “reasignación integral para la concordancia sexogenérica”72. El protocolo de atención propuesto por la HBIGDA comprende distintas fases con tiempos determinados y profesionales específicos en cada una de ellas (Ver Tabla 2). Tabla 2. Fases, responsables y duración del proceso de reasignación de sexo Fases terapéuticas

Responsable

Duración

Psicoterapeuta Diagnóstico (y psicoterapia)

(psicólogo/psiquiatra)

3 meses

Valoración endocrinológica y tratamiento hormonal

Especialista en Endocrinólogía

1.5 – 2 años

Experiencia de vida real

El o la paciente

1.5 – 2 años

Cirugía reasignación sexo

Cirujano o cirujana



Especialista en De por vida Endocrinólogía Fuente: Becerra-Fernández, Antonio, “Tratamiento hormonal de los trastornos de la identidad de género: efectos beneficios y efectos adversos”, en Becerra-Fernández, Antonio, Transexualidad. La búsqueda de una identidad, Madrid, Díaz de Santos, 2003, pp. 67.

Controles y seguimiento

Una de las nociones más comunes para definir la transexualidad es la que señala que dichas personas son mujeres que se sienten ‘atrapadas’ en cuerpos de hombre, y hombres que se sienten ‘atrapados’ en cuerpos de mujer. Dicha noción está ampliamente difundida tanto en el discurso científico como en el legal porque,

71

Becerra, Antonio, “Tratamiento hormonal de los trastornos de la identidad de género: beneficios y efectos adversos”, en Becerra-Fernández, Antonio, Transexualidad. La búsqueda de una identidad, Madrid, Díaz de Santos, 2003, pp. 66. 72 Barrios Martínez, David y García Ramos, María Antonieta, Transexualidad: la paradoja del cambio, México, Editorial Alfil, 2008, 134 pp. 50

probablemente, tiene mayor posibilidad de expresar el conflicto entre identidad de género y sexo característico de las personas transexuales.

El abordaje teórico sobre la transexualidad tiene un elemento parecido al del travestismo: su paulatino alejamiento del enfoque clínico ortodoxo que la patologiza. Por ejemplo, hay una tendencia en la sexología contemporánea de corte humanista ha desaparecer o sustituir la noción “disforia de género” por “inconformidad”73. Sin embargo, a pesar de los intentos por descentrar la transexualidad de lo patológico se requiere de la opinión de los expertos en medicina, psicología, sexología y psiquiatría para que la persona pueda llevar a cabo un proceso de reasignación sexo-genérica.

Esto constituye, sin duda, una paradoja de la transexualidad en los tiempos modernos, que ha dado pie a múltiples debates entre los profesionales de la salud y entre las propias personas transexuales que reivindican su derecho a existir fuera de los parámetros médicos.

Una considerable proporción de los abordajes para estudiar la transexualidad, incluyendo los de las ciencias sociales, parten de la elaboración teórica de las ciencias clínicas; en años recientes ha ido aumentando el interés en las circunstancias sociales y culturales de la transexualidad, sobre todo por la situación de vulnerabilidad que representa esta condición en sociedades donde la división de géneros –en términos sociales, culturales y legales- corresponde única y estrictamente a dos sexos.

Ciertos enfoques sociológicos y antropológicos han resaltado el papel que ha tenido el avance tecnológico de la medicina en la actual concepción sobre la transexualidad, que posibilita la transformación de cuerpo por medio de

73

Barrios Martínez, David y García Ramos, María Antonieta, Transexualidad: la paradoja del cambio, México, Editorial Alfil, 2008, 134 pp. y Zúñiga, Alejandra, Apoyo y atención para personas transgenéricas en el “Grupo Eon, Inteligencia Transgenérica”, entre la teoría y la práctica, Tesis de Licenciatura en Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, 144 pp. 51

tratamientos hormonales y quirúrgicos. Esto ha desencadenado una serie de debates y reflexiones sobre la adjudicación de la categoría transexual, sobre todo cuando dicha condición se cruza con categorías tan determinantes como el nivel económico, ¿quién puede acceder a las cirugías en países, por ejemplo, que tienen un nivel adquisitivo muy bajo o donde la pobreza está en aumento? ¿Aquella persona que tiene la convicción de pertenecer al otro género y desea modificar su cuerpo pero no lo puede hacer por razones económicas, no se le considera transexual? Incluso en términos clínicos puede haber limitaciones para llegar a una cirugía de reasignación sexogenérica, cuando las personas presentan problemas de salud que dificultarían llevar a cabo esta intervención quirúrgica. Esto ha dado pie a hablar de múltiples transexualidades y a sugerir que, más bien, lo que hay que ponderar para definir la transexualidad es la convicción de pertenencia a un género74.

La medicalización y patologización de la transexualidad es uno de los aspectos que se han abordado desde las ciencias sociales y de algunos enfoques clínicos; cómo la noción “disforia de género” para definir la transexualidad tiene una perspectiva de división entre “normales” y “anormales”, hasta dónde la persona transexual ha sido construido por el discurso médico, cómo dicho discurso responde a la ideología de género imperante que impone a los cuerpos prácticas y comportamientos específicos. De hecho, para la práctica médica no es algo sencillo de resolver en términos estrictamente patológicos: “Normalmente, una queja subjetiva de un(a) paciente es verificada por un examen físico, hoy día complementado por la objetividad de la tecnología diagnóstica. Si el resultado de las investigaciones está en concordancia con la queja subjetiva del paciente, se emprende una intervención médica. Pero si no es así, se tranquiliza al paciente o quizá se le aconseje buscar ayuda psicológica. En el actual estado de cosas, hasta 1995, el transexualismo no tiene ningún sustrato pato-biológico que permita

74

Zúñiga, Alejandra, Apoyo y atención para personas transgenéricas en el “Grupo Eon, Inteligencia Transgenérica”, entre la teoría y la práctica, Tesis de Licenciatura en Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, 144 pp. 52

su comprobación por dicha estrategia”75. La transexualidad y el tratamiento sugerido no puede observarse en términos rígidos de salud-enfermedad; de acuerdo a lo señalado por Money, no hay, en estricto sentido, una cura para este “trastorno”; la reasignación de sexo –que contempla el aspecto social, hormonal, quirúrgico y legal- es un tratamiento de mejoría y rehabilitación para las personas transexuales, que “demuestra que la restitución de la salud del organismo total puede tener prioridad sobre la salud de las partes del cuerpo por separado”76. Es así como se puede comprender que las necesidades y demandas de las personas transexuales no se acotan a lo médico; encuentran dificultades para expresar su identidad de género en el espacio cotidiano, para enfrentar la trayectoria de integración social en sus diferentes etapas, también tienen necesidades laborales, legales e incluso religiosas77.

1.5.3 Transgeneridad La condición transgenérica, a diferencia del travestismo y la transexualidad, tiene pocos años de haberse formulado y está descentrada de los discursos médicos. Su formulación teórica comenzó a gestarse en el ámbito de la reflexión sobre las prácticas travestis; autoras y autores como Louise Lawrence y Virginia Prince son reconocidos como los pioneros en la explicación de la experiencia travesti más allá de lo que las disciplinas clínicas indicaban. A Prince se le reconoce, sobre todo, la emergencia de una comunidad transgenérica, caracterizada por la idea de que no eran personas enfermas y que no tenían por qué avergonzarse, lo que la impulsó a organizarse para luchar por sus derechos78.

75

Gooren, Louis J. G., “El transexualismo, una forma de intersexo”, en Becerra-Fernández, Antonio, Transexualidad. La búsqueda de una identidad, Madrid, Díaz de Santos, 2003, pp. 51. 76 Ibid., pp. 52. 77 Zúñiga, Alejandra, Apoyo y atención para personas transgenéricas en el “Grupo Eon, Inteligencia Transgenérica”, entre la teoría y la práctica, Tesis de Licenciatura en Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, 144 pp. 78 Zúñiga, Alejandra, Apoyo y atención para personas transgenéricas en el “Grupo Eon, Inteligencia Transgenérica”, entre la teoría y la práctica, Tesis de Licenciatura en Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, 144 pp. 53

A finales de los ochentas en Estados Unidos esta categoría comenzó a tener fuerza por aquellos varones que no encontraron adecuado el término travesti, cross-dresser o transexual para describir su convicción de vivir de tiempo completo como mujeres. La denominada comunidad transgenérica comenzó a perfilarse en un rechazo al sistema de bipolaridad y oposición de género socialmente establecido y a la asociación entre género y genitales; las personas de

esta

comunidad

prefirieron

verse

enmarcados

en

un

continuo

de

masculinidad/feminidad. Además, reconocen que la identidad es una transición y proceso gradual, que tiene diferencias individuales y critican “el sistema de sexo/género impuesto por la sociedad, por medio de los profesionales médicos, controladores privilegiados de los cuerpos de las personas”. Específicamente, hay una aceptación y reafirmación de género en aquellos “hombres” que desean vivir como mujeres sin tener que recurrir a opciones quirúrgicas. El crecimiento de esta comunidad coincide con algunos hechos clave: el cierre de clínicas de cambio de sexo, un proceso paulatino de desmedicalización de la transexualidad, y una mayor relevancia a las interpretaciones socioculturales en el tema desde las ciencias sociales79.

La categoría transgénero no describía, entonces, una identidad sexual específica, sino un género: distinguía a las personas cuyo entrecruzamiento de género fuera ocasional, de quienes tenían la convicción de cambiar sus genitales y de aquellos para quienes esto era parte de su sexualidad gay80. Desde ese entonces el término ha tenido diferentes significados y actualmente no existe un consenso al respecto ni en la comunidad científica ni en los grupos de la diversidad sexual; y algunas y algunos autores han señalado las tensiones existentes en el propio término y en los usos que se le dan.

79

Nieto, José Antonio, “Transgénero/Transexualidad: de la crisis a la reafirmación del deseo”, en Nieto, José Antonio (comp.), Transexualidad, transgenerismo y cultura. Antropología, identidad y género, Madrid, Talasa Ediciones, 1998, pp. 11-35. 80 Prosser, Jay, “Transgender", en Medhurst, Andy y Munt, Sally R. (eds.), Lesbian and Gay Studies. A critical Introduction, Londres, Cassell, 1997, pp. 309-326. 54

Transgénero también se utilizado para definir a todas las identidades que implican un movimiento o desplazamiento de género, sin embargo, su connotación especifica ha ganado terreno y, por lo menos en el contexto latinoamericano, cada vez se utiliza el término “trans” como concepto incluyente81. Como se había señalado, este trabajo se concentra en la acepción específica del término; en ese sentido, se puede señalar que la transgeneridad es una condición de la persona que transgrede o traspone el género, de manera permanente o intermitente, que se siente conforme con sus órganos sexuales y no los desea modificar. Las personas transgenéricas deciden vivir de tiempo completo –por medio de vestimenta, actitudes, gestos, actividades cotidianas y comportamientos en general- el género que es distinto a su sexo de nacimiento sin llegar a negarlo, lo que supone que –a diferencia del travestismo- la persona “ha llegado a integrar ambos géneros o a asumir una postura muy flexible ante la división genérica”82. También existen personas transgenéricas que alternan entre un género y otro (con diferentes temporalidades) y otras que mezclan (en distintas proporciones) ambos géneros. De alguna manera, en la transgeneridad se asume la ambigüedad entre tener una identidad femenina y poseer un cuerpo de macho o una identidad masculina y tener un cuerpo de hembra; no hay una evidente contradicción. “No existen ni dos sexos ‘naturales’ entre los cuales transicionar ni una relación necesaria, ‘obligatoria’, entre anatomía, identidad de género, expresión de género y sexualidad”83.

En realidad es poco lo que se ha estudiado el transgénero. El emergente campo de los estudios transgénero –configurado a partir de las aproximaciones médicas, antropológicas e históricas, de un enfoque político sobre el transgénero y de la

81

Cabral, Mauro y Leimgruber, Javier, “Un glosario en construcción”, SeriAs para el debate, Perú, núm. 3, noviembre de 2004, pp. 69-73. 82 Zúñiga, Alejandra, Apoyo y atención para personas transgenéricas en el “Grupo Eon, Inteligencia Transgenérica”, entre la teoría y la práctica, Tesis de Licenciatura en Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, pp. 74. 83 Cabral, Mauro y Leimgruber, Javier, “Un glosario en construcción”, SeriAs para el debate, Perú, núm. 3, noviembre de 2004, pp. 72. 55

centralidad queer del transgénero- hace hincapié en el necesario protagonismo de las personas transgénero para que den cuenta de sus procesos subjetivos84.

1.6 Discriminación hacia personas travestis, transexuales y transgénero: estigma y prejuicio La discriminación puede entenderse como “una conducta, culturalmente fundada, y sistemática y socialmente extendida, de desprecio contra una persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales85”. En el caso de la discriminación hacia personas travestis, transexuales y transgénero este prejuicio o estigma se encuentra estrechamente vinculado con el esquema rígido sexo-género, donde sólo se concibe la existencia de dos sexos y a cada uno corresponde cierta corporalidad y cierto comportamiento (cotidiano y erótico); de manera que aquellas expresiones que no correspondan a dicho esquema serán fuente de desprecio.

El estigma, en este caso, se materializa en ciertos atributos expresados por medio de la ropa, el comportamiento y el cuerpo como una fuente para desacreditar a la persona travesti, transexual o transgénero. Es de suponer que el descrédito hacia este grupo de personas es acentuado, sobre todo porque, como dice Goffman, “no todos los atributos indeseables son tema de discusión, sino únicamente aquellos que son incongruentes con nuestro estereotipo acerca de cómo debe ser determinada especie de individuos”86. La mayor parte de los elementos relacionados con el género caen en el terreno de los estereotipos, tenemos concepciones previas de cómo debe ser un hombre y una mujer, cómo se debe de expresar la feminidad o la masculinidad, etcétera. Más aún, se recordará que por mucho tiempo las personas que deseaban pertenecer al otro sexo o que se vestían con ropas del otro género eran consideradas “desviadas” o “enfermas”. De 84

Prosser, Jay, “Transgender", en Medhurst, Andy y Munt, Sally R. (eds.), Lesbian and Gay Studies. A critical Introduction, Londres, Cassell, 1997, pp. 309-326. 85 Rodríguez Zepeda, Jesús, ¿Qué es la discriminación y cómo combatirla?, México, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2004, Cuadernos de la Igualdad Núm.4, pp. 19. 86 Goffman, Erving, Estigma. La identidad deteriorada, Argentina, Amorrortu Editores, 2001, pp. 13. 56

alguna manera, se le ha atribuido algún tipo de mal o enfermedad a su condición y, por consecuencia, la persona es motivo de rechazo, desprecio o descrédito. Ciertas prácticas o rasgos corporales conforman los atributos que le dan cuerpo al estigma y, por consecuencia, a la discriminación. Por ejemplo, una persona travesti, que porta atuendos y arreglos femeninos solicita una consulta médica en un servicio público y le es negada la atención. En este caso el estereotipo es que los hombres no se visten con ropa femenina y que seguramente tiene algún tipo de “perversión sexual”.

En el campo de la sexualidad y el género, el estigma y el prejuicio son harto complejos en tanto éstos se encuentran ligados a un sistema simbólico y subjetivo que ha marcado –por muchos siglos- una forma de definición de las personas y las relaciones entre ellas87. Es necesario contemplar que el género y la sexualidad no son rasgos humanos individuales; constituyen aspectos que se han moldeado e institucionalizado dentro de la lógica de un modelo simbólico a partir de la dinámica femenino-masculino que conlleva cierta normatividad en las prácticas colectivas (por ejemplo, ritos de iniciación) y disposiciones subjetivas (por ejemplo, hacia dónde tienen que estar dirigidos los deseos eróticos). Es por ello que el estigma y la discriminación hacia travestis, transexuales y transgéneros tienen una connotación específica. Toca de lleno lo que genéricamente está estipulado para hombres y mujeres de forma “natural”.

Sin embargo, se tiene muy poco conocimiento sobre las situaciones de discriminación que enfrentan; no se tiene información específica sobre las conductas –sistemáticas y socialmente extendidas- de desprecio contra estas personas que tienen una repercusión negativa en sus derechos y libertades fundamentales. Como se veía las condiciones de transexualidad, transexualidad o transgeneridad no habían sido consideradas ni observadas puesto que estaban

87

Serret, Estela, “Mujeres y hombres en el imaginario social. La impronta del género en las identidades”, en García Gossio, María Ileana (coord.), Mujeres y sociedad en el México contemporáneo: nombrar lo innombrable, México, Tecnológico de Monterrey y Miguel Ángel Porrúa, 2004, 43-70 pp. 57

subordinadas a la categoría global de homosexualidad –tanto en el ámbito científico como el amplio contexto social-, lo que conllevaba la dificultad para distinguir las situaciones de discriminación que sufrían de forma particular. Aunque en el contexto latinoamericano hay informes de estudios o investigaciones sobre la discriminación de la diversidad sexual o de la comunidad LGBTTT, es escasa la información que se deriva sobre el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad; en ocasiones sólo se menciona su presencia pero no se explica ni se conocen más datos al respecto.

En años recientes se ha observado un despunte en la enunciación explícita de estas condiciones y de las situaciones de exclusión, marginación y discriminación que las acompañan expresadas en autobiografías, reportes de las organizaciones difundidos electrónicamente, producciones audiovisuales, foros públicos y páginas electrónicas, etcétera. Hay una creciente observación de las situaciones de discriminación que enfrentan las personas travestis, transexuales y transgénero en distintas latitudes del mundo, las iniciativas gubernamentales y civiles que se impulsan para contrarrestarla y los resultados de las mismas.

En el contexto latinoamericano, la preocupación por proteger el derecho a la no discriminación de estos grupos sociales apenas está germinando; en el proyecto democrático de varios países se está planteando una atención específica a los grupos más vulnerables para alcanzar condiciones de igualdad para todos los ciudadanos y para todas las ciudadanas. Esto es sumamente necesario dada la magnitud del problema, puesto que las personas travestis, transexuales y transgénero ven frecuentemente negados sus derechos al trabajo, a la libre circulación, a la educación, a la no violencia, a la salud y a la justicia. Las situaciones de discriminación que las afectan son las siguientes: •

Violencia física y psicológica durante la infancia (ejercida por los padres y demás familiares) que puede causar la salida del hogar y la adultez (de acuerdo a la situación de vida de las personas es ejercida por distintos

58

actores: parejas, miembros de la policía y distintas personas que le rodean en su vida cotidiana). Esta violencia puede llegar al extremo de causar la muerte. •

Falta de acceso a la educación. Las personas travestis, transexuales y transgénero deciden abandonar sus estudios –en ocasiones, a muy temprana edad- porque viven situaciones de violencia dentro de las instituciones educativas o porque no tienen apoyo familiar.



Falta de acceso a trabajos dignos y adecuados a su nivel educativo. Una buena parte de la población travesti, transexual o transgénero se ve forzada a ejercer el sexo-servicio ante la negación o recesión de contratación en otro tipo de trabajos o se ve forzada a aceptar trabajos que no van acordes con su preparación educativa (subempleo). Podemos encontrar, en muchas ocasiones, que estas personas no tienen ninguna fuente de ingreso por la imposibilidad de encontrar trabajo, lo que tiene repercusiones directas en la calidad de vida a la que pueden acceder en términos de salud, vivienda y educación.



Falta de reconocimiento legal de la identidad genérica que las personas asumen (femenina o masculina) que implica un nombre y un sexo en su acta de nacimiento. Esto se aplica, mayoritariamente, al caso de las condiciones de transexualidad y transgeneridad, donde las personas asumen vivir de acuerdo a una identidad de género específica –con la ayuda o no de intervenciones hormonales y quirúrgicas-, distinta a la de su sexo de nacimiento y comienzan a ser reconocidas socialmente como mujeres y hombres. Esto las imposibilita para llevar a cabo ciertos trámites (por ejemplo, de crédito y cobranza, de adscripción a clubes, escuelas u organizaciones), son objeto de desconfianza (por ejemplo, se cree que están usurpando una identidad), no son contratados en empleos acordes a su

preparación

profesional

o

técnica

(los

empleadores

descartan

automáticamente un currículo que ostenta un nombre masculino cuando se está presentando un individuo con una apariencia e identidad femenina, por ejemplo), no pueden ejercer su derecho de unión civil, de adopción o de

59

elección popular y enfrentan serios obstáculos para acceder a los servicios de salud públicos en donde reciben tratos humillantes por su condición desde que intentan ingresar a consulta. Muchas de estas situaciones, además, pueden ser detonantes de violencia física hacia personas transexuales y transgénero. En resumen, esta “indefinición legal” es fuente de un complejo conjunto de actos discriminatorios, tales como: cese o negación de contratación laboral, bajos salarios, violencia verbal y física, imposibilidad de unión matrimonial y adopción, negación de atención médica o atención médica deficiente, privación para llevar a cabo trámites que impliquen el uso de la identificación legal. •

Dificultad para acceder a la impartición de justicia. Al considerarse que las personas travestis, transexuales y transgénero no son dignas de confianza puesto que en ellas se concentra algún tipo de enfermedad o patología, pueden ser vulnerables a actos de injusticia en procesos legales comunes.



Falta de acceso a servicios de salud. Su acceso a la atención médica, en muchas ocasiones, depende de su situación económica, pues el servicio público siempre es un riesgo para sufrir discriminación. Esto es si hablamos de una atención a su salud de manera general y si hablamos de la atención que requieren por su condición de vida observamos que puede ser mucho más complicado. Las personas transexuales, sobre todo, no pueden en muchos casos acceder a un servicio público para ser atendidas en su proceso de reasignación sexogenérica.

En México, la denuncia de actos discriminatorios relacionados con la diversidad sexual tiene una historia más o menos larga, sin embargo, aquellos vinculados directamente con travestis, transexuales y transgéneros tiene menos tiempo. El surgimiento de grupos de apoyo específicos88 ha sido fundamental para que en la 88

Uno de los más relevantes e0s “Eon, Inteligencia Transgenérica”, que funcionó de 1996 a 2002 y hasta la actualidad es ampliamente reconocido entre la comunidad trans. Entre sus tareas estaban: propiciar el crecimiento personal, desmitificar lo que son las personas transgenéricas por medio de la información y el activismo político, y contribuir a mejorar las condiciones sociales de estas personas (Zúñiga, Alejandra, Apoyo y atención para personas transgenéricas en el “Grupo Eon, Inteligencia Transgenérica”, entre la teoría y la práctica, Tesis de Licenciatura en Psicología, 60

agenda de los derechos humanos, de la discriminación y de la diversidad sexual se tome en cuenta –y en serio- la vulnerabilidad física, psicológica, económica, laboral y educativa en la que se encuentran por el estigma y los prejuicios. Esta historia tiene aproximadamente diez años. En la tradicional “Marcha del Orgullo Gay”, que se celebra en la Ciudad de México desde 1979, se incluyó a travestis, transexuales y transgénero en la leyenda de tan significativo evento para la diversidad sexual hasta 1996. En varios textos que dan cuenta del devenir del movimiento de la diversidad sexual en México se les hace escasa mención89.

En años recientes, su participación ha sido reconocida por el Comité de la Marcha del Orgullo México (COMAC); en 2004, padres y madres de familia que encabezaron la Marcha dieron un lugar importante a la discriminación de transgéneros, en 2005, grupos trans encabezaron la Marcha. En el marco de esta decisión, el presidente de COMAC, Mario Arteaga, señaló que las personas trans son las que “quizá de la forma más combativa han participado en la conquista de los logros y avances que ha habido hasta ahora” y que la decisión de que encabecen la marcha es una forma de hacer conciencia entre el resto del colectivo, para que así se den cuenta de la importancia que han tenido”90. En el primer Foro de Diversidad Sexual y Derechos Humanos que se llevó a cabo en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) en 1998 la situación de discriminación de la que son objeto se abordó de manera directa, principalmente lo relacionado con el empleo y el reconocimiento jurídico91.

Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, 144 pp.). A mediados de junio de 2008 “Eon” reinició sus actividades. 89 Por ejemplo: González Pérez, María de Jesús, “Marcha del orgullo por la diversidad sexual. Manifestación colectiva que desafía las políticas del cuerpo”, El Cotidiano, México, vol. 20, núm. 131, pp. 90-97. 90 Zempoalteca, Mónica, “Grupos trans encabezarán marcha del orgullo LGBT”, 16 de mayo 2005, www.anodis.com 91 Sánchez Camacho, David, Memoria del primer Foro de Diversidad Sexual y Derechos Humanos (orientación sexual y expresión genérica), México, Nueva Generación Editores, 1999, 300 pp.

61

En el informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del año 200392 sobre la situación de los derechos humanos en México se señala que las personas con preferencia sexual o de género distinta a la heterosexual –que es entre un 5 o 6% de la población total- constituyen un grupo en situación de vulnerabilidad y discriminación en términos de invisibilidad, de falta de justicia por la no resolución de crímenes por homofobia y por la violencia generalizada que viven. Las recomendaciones que hace este organismo internacional para resolver parte de esta problemática se encuentran en distintos rubros: a) Educación y cultura: promover en los espacios educativos formales la noción de la diversidad sexual como una expresión más de la sexualidad humana; suscitar entre el profesorado “la necesidad de proteger a los niños y niñas con expresiones de género diversas para que no sufran discriminación dentro de las instalaciones educativas”, realizar campañas permanentes de difusión sobre los derechos de las personas de la diversidad sexual y en contra de su estigmatización. b) Políticas y programas: hacer campañas sobre el cuidado de la salud sexual y de prevención del VIH/SIDA entre estos grupos; abrir espacios específicos de atención en organismos e instituciones existentes de derechos humanos y no discriminación. c) Leyes: eliminar la ambigüedad lingüística que contienen varias leyes locales que permite la discriminación y el maltrato; incluir la “libertad de expresión de la personalidad” como parte del derecho a la libertad, lo que protegería directamente a travestis y transexuales; capacitar y sensibilizar sobre la situación específica de estos grupos a las autoridades competentes para que se elimine el prejuicio al momento de investigar los crímenes perpetrados en contra de ellos; desarrollar protocolos de protección para las personas privadas de libertad; eliminar el artículo 47 de la Ley Federal de Trabajo, Fracción VIII, que menciona los “actos inmorales” como causa de rescisión de contrato; incluir en la Ley de Responsabilidades de los Funcionarios Públicos el principio 92

Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Diagnóstico sobre la situación de los derechos humanos en México, México, Grupo Mundi-Prensa, 2003, 192 pp. 62

de la no discriminación por preferencia sexual y de género, así como en la Ley de Estímulo y Fomento del Deporte; incluir en el 4º artículo constitucional la preferencia sexual y de género en la no discriminación; incorporar en el Código Penal Federal los delitos contra la dignidad de las personas.

Poco a poco se ha ido reconociendo la difícil situación de discriminación de las personas travestis, transexuales y travestis en nuestro país y se han generado respuestas organizativas e institucionales para contrarrestarla. Por ejemplo, la promulgación de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación en 2003 y la posterior instauración del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) constituyen mecanismos que coadyuvarían a este objetivo.

Recientemente, la Organización de los Estados Americanos (OEA) en su 38ava. Asamblea General, celebrada el 3 de junio de 2008, aprobó la resolución “Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género”93 en la que manifestó preocupación por los actos de violencia y las violaciones de derechos humanos relacionadas, cometidos contra personas relativas a su orientación sexual e identidad de género e incluyó dentro de su agenda de trabajo el tema.

Este hecho fue impulsado por organizaciones de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales que expresaron en días anteriores en el marco de los trabajos de la OEA el atentado continuo a sus derechos a la salud, la educación, la identidad, al trabajo y a la participación. Las organizaciones participantes hicieron recomendaciones encaminadas a erradicar en la región la discriminación y el estigma por razones de orientación sexual o identidad de género por parte de los diferentes Estado. Se trata de un evento esperanzador ante las graves situaciones de discriminación que experimentan los distintos grupos de la diversidad sexual. Y esto tiene particular interés para la población travesti, transexual y transgénero, porque por primera vez se integra a

93

http://www.oas.org/consejo/GENERAL%20ASSEMBLY/DOCS38AG/VOL38/AG04208s01.doc (Fecha de consulta: 9 de junio de 2008) 63

un documento oficial de esta envergadura la expresión “identidad de género”, lo que contribuye a visibilizar el problema de discriminación de travestis, transexuales y transgéneros que antes denostadamente se ocultaba. Este hecho muestra el lugar que actualmente ocupa el tema en las sociedades modernas; es un problema a reconocer y es necesario involucrar al Estado, instituciones gubernamentales y organizaciones civiles en dicho reconocimiento y tiene la obligación de intervenir, generar esquemas de educación y sensibilización para cesar la exclusión de aquellas personas que hasta hace pocos años se consideraban “anormales”. El derecho a la no discriminación que aplica para personas travestis, transexuales y transgénero no es un derecho especial o particular, sino universal; es derecho de todas las personas “gozar sin restricciones de los derechos y oportunidades básicas y de acceder a las mismas” sin importar si su condición es arbitraria o por decisión voluntaria94.

94

Rodríguez Zepeda, Jesús, ¿Qué es la discriminación y cómo combatirla?, México, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2004, Cuadernos de la Igualdad Núm.4, pp. 27. 64

CAPITULO 2 LA LUCHA POR EL RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS TRAVESTIS, TRANSEXUALES Y TRANSGÉNERO EN MÉXICO El asunto no está en ser o no una mujer. El asunto está en ser o no ser libre. Y, desde luego, elijo la libertad95

El estigma, la exclusión y la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero en México recientemente han sido objeto de atención institucional, resultado de la lucha que han emprendido de tiempo atrás grupos e individuos de la denominada sociedad civil. Se trata de una lucha –sí, de una pugna en el campo de lo ideológico, lo social y lo cultural- encaminada –con o sin intención- al reconocimiento social y jurídico de los derechos de estas personas que les permita contar con igualdad de oportunidades para acceder al empleo, la educación, la salud y la justicia, además de vivir sin violencia. Una lucha que empezó alrededor de la década de los setenta, como parte del movimiento homosexual, que ha tenido ramificaciones a lo largo de los años y que en la actualidad tiene expresiones en iniciativas específicas en el ámbito de lo civil – donde sigue participando un sector del movimiento primigenio y, además, colectivos propiamente travestis, transexuales o transgéneros- y lo institucional.

En algunos momentos de la historia esta lucha parece invisible y es que no es para menos, han sobrevenido épocas muy difíciles para estos grupos. Tan sólo en los años ochenta sufrieron persecución, encarcelamiento y asesinato por organismos policíacos gubernamentales, lo que seguramente tuvo un impacto en sus formas de reflexión-acción colectiva que aminoró su presencia en el ámbito público como agentes de cambio respecto de la situación que experimentaban. En ese sentido, esta lucha ha pasado por etapas, donde se reivindican causas distintas –con mayor o menor claridad- y se involucran elementos ideológicos y políticos de diferente índole que imprimen su orientación, estrategias y resultados. 95

Jiménez, Silvia, Piel que no miente. Mayela, una mujer transgénero, México, Edición Independiente, 2003, pp. 188. 65

El contexto donde se gesta esta lucha es importante. Es una lucha en el terreno de lo público96, donde las reivindicaciones por los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero irrumpen en las disputas ideológicas por el cuerpo y la identidad. Es necesario recordar que la condición humana de estas personas cuestiona –directa o indirectamente- el modelo hegemónico del género y de la sexualidad (heterosexual, binario y reproductivo) en tanto sus efectos: los límites entre lo femenino y lo masculino se vuelven difusos ante la poca certeza – instituida históricamente en el pensamiento occidental-97 que ofrece el sexo de nacimiento para la configuración de las identidades y expresiones de género.

En este caso, es importante considerar a los grupos religiosos, los movimientos feministas, homosexuales y lésbicos, las corrientes políticas y los medios de comunicación –todos ellos con una presencia distinta de acuerdo al momento histórico del país- como partes importantes del contexto mexicano donde se libra el combate por los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero. “La construcción social de la sexualidad y del género en México (…) está dada por distintos lenguajes sociales que tienen sus orígenes en distintas épocas, clases y grupos sociales”. Dicha “pluralidad de discursos es parte de un proceso más amplio de transformación que la cultura mexicana está experimentando hoy en día como resultado de su relación con la modernidad”. De alguna manera, lo que actualmente vemos en el país en relación con la defensa y protección de los derechos de estos grupos de población está vinculado con un proceso histórico moderno que ha contribuido a modificar estructuras y discursos sociales sobre la sexualidad y el género98.

En este capítulo se describirá y analizará la lucha –o, quizá, las luchas- por el reconocimiento de los derechos de las personas travestis, transexuales y 96

Que no excluye, al contrario, está directamente involucrado el espacio de lo privado. Sin embargo, las acciones tendientes al reconocimiento de derechos involucra directamente lo público mediante acciones civiles y políticas entre actores individuales o colectivos. 97 Un texto profundamente ilustrativo al respecto es Laqueur, Thomas, La construcción del sexo. Cuerpo y género desde los griegos hasta Freud, Madrid, Ediciones Cátedra, 1994. 98 Amuchástegui, Ana, Virginidad e iniciación sexual en México. Experiencias y significados, México, EdaMex y Population Council, 2001, pp. 48. 66

transgénero en México: sus antecedentes, su contenido, los cambios que ha tenido en el devenir de la historia, los posicionamientos políticos, los actores sociales participantes, los obstáculos, los logros y lo que falta por resolver.

2.1 Impulsores históricos de cambio: ayer y hoy Desde hace medio siglo99, aproximadamente, la defensa por la igualdad, los derechos humanos y la no discriminación comenzó a formar parte de las agendas civiles y políticas en muchos países del mundo, preocupados por la franca desigualdad económica, racial, política, sexual, genérica, cultural y religiosa que ha caracterizado a buena parte de ellos, como consecuencia de grandes procesos que devienen en configuraciones sociales marcadas por la jerarquía y la exclusión.

Alrededor de esta preocupación se han conformado movimientos sociales de un significado considerable para lograr sociedades más justas y equitativas en la época moderna; aunque su impacto ha sido diferido, de acuerdo a la época histórica y a la zona geográfica, se puede reconocer a estos movimientos y sus acciones como grandes plataformas ideológicas, organizativas y estratégicas que han contribuido a impulsar y gestar los movimientos de cambio social en varias partes del mundo. Se han logrado constituir en marcos de referencia, otra forma de concebirlos, para la formulación de estrategias y acciones locales encaminadas a la defensa de los derechos y la no discriminación.

En ese sentido, la lucha por los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero en México forma parte de un amplio movimiento de transformación social en el mundo que busca la inclusión y la igualdad de oportunidades para todas las personas, independientemente de sus condiciones étnicas, religiosas, culturales, y particularmente para este caso, genéricas y sexuales.

99

La Declaración de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 es uno de los hechos más importantes en la internacionalización de los derechos humanos. 67

2.1.1 El movimiento de los derechos humanos Entre estos movimientos globales se encuentran, por supuesto, aquellos vinculados con la defensa y promoción de los derechos humanos, derechos inherentes a la existencia humana que garanticen a todas las personas tener una vida digna en términos económicos, sociales, culturales y ambientales. Los antecedentes de dicho movimiento se ubican en Europa del siglo XVIII100 y desde ese entonces los ideales y concepciones que lo acompañan han experimentado una transformación, producto del cambio propio de la realidad social que impone nuevos retos para hacer válidos los derechos en sociedades cada vez más complejas

en

términos

económicos,

políticos,

culturales,

tecnológicos

y

ecológicos.

Esta transformación gradual sobre el significado y los alcances de los derechos humanos queda plasmada claramente en los instrumentos más significativos que se han generado en los últimos años, que tienen por objetivo garantizar los derechos a nivel mundial (Ver Tabla 3). Tabla 3. Instrumentos internacionales sobre derechos humanos Nombre

Año

Declaración de los Derechos Humanos adoptada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

1948

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP)

1966 Ratificado por México en 1981

Especificaciones pertinentes Instrumento que reconoce los derechos más allá de las fronteras geográficas independientemente de las condiciones de color, idioma, religión, origen nacional, posición económica, nacimiento o alguna otra e involucra a los estados en su garantía y promoción. Reconocimiento del derecho a la vida, a la seguridad personal, a la igualdad ante la ley, a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de expresión, a no ser detenido arbitrariamente ni sujeto a tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes, a no ser objeto de injerencias arbitrarias en la vida privada, a un recurso efectivo ante los tribunales, a la propiedad individual y

100

Entre los que se encuentran: La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, promulgada por la Asamblea Francesa en 1789 (reconocimiento de los derechos a la libertad, la igualdad, la seguridad y la resistencia contra la opresión) y la Declaración de Virginia, Estados Unidos en 1776 (reconocimiento del derecho a la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad y la igualdad política). 68

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC)

Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes

1966 Ratificado por México en 1981

1979 Ratificada por México en 1981 1984 Ratificada por México en 1986

Conferencia Mundial de Derechos Humanos

1993 Viena, Austria

Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo

1994 El Cairo

Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer

1995 Beijing, China

Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer Beijing + 5

2000 Nueva York

Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer Beijing + 10 Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia Fuente: Elaboración propia.

2005 Nueva York 2001 en Durban, Sudáfrica

colectiva, a participar en el gobierno de su país. Reconocimiento del derecho a la alimentación, al agua, a la vivienda, a la educación, a la salud, a la protección y asistencia a la familia, a la seguridad social, al trabajo en condiciones equitativas y satisfactorias, a la sindicación, libertad sindical y de huelga, a un medio ambiente 101 sano, derechos culturalesPrimer tratado internacional que reconoce expresamente los derechos humanos de las mujeres y que plantea la obligación de garantizar la igualdad entre hombres y mujeres. Insta a los Estados a prevenir y castigar la tortura. En la Declaración de la Conferencia se señala que los derechos de las mujeres y de las niñas son una parte integrante de los derechos humanos universales y que los Estados tienen la obligación de garantizar su protección y promoción. La equidad de género es un elemento fundamental del desarrollo de las sociedades, para ello es necesario promocionar el empoderamiento de la mujer en el ámbito de la salud reproductiva y garantizar ésta mediante su acceso a servicios de calidad. La Declaración de la Conferencia tiene como punto central eliminar los obstáculos para la participación de la mujer en todas las esferas de la vida pública y privada. Especial énfasis en la necesidad de medidas legislativas contra todas las formas de violencia hacia la mujer y la adopción de políticas para erradicar el matrimonio temprano y forzado y la mutilación genital femenina. Revisión de la Declaración de 1995 y ratificación de compromisos para eliminar la inequidad entre mujeres y hombres Se declaró que el género es un asunto que particulariza la situación de racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia.

101

Sandoval, Terán, Comprendiendo los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), México, DECA, Equipo Pueblo, A.C., 2007. 69

De la mayoría de estos instrumentos han emanado órganos y comités que supervisan su ejecución, entre ellos: el Comité de Derechos Humanos (HRC), Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR), el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y el Comité contra la Tortura (CAT). También se encuentra el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas (anteriormente denominado Comisión).

En el continente americano, la actividad de protección y promoción de los derechos humanos está a cargo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos –que en conjunto se denomina sistema interamericano de protección a los derechos humanos-, cuyo objetivo es el cumplimiento de los tratados internacionales en la materia. Entre los principales instrumentos que se derivan de su actividad se encuentran:

- Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre de 1948, en donde se reconocen los instrumentos internacionales de protección y garantía de los derechos humanos de todos los habitantes de América. - Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1978, que ratifican y establecen los deberes y obligaciones de los Estados a proteger los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de sus habitantes. - Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer de 1994 en Belém do Pará, Brasil, donde se estipula el derecho que tiene toda mujer a una vida libre de violencia. - Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales, “Protocolo de San Salvador”, adoptado en 1988 y que entró en vigor en 1999.

Más allá de las implicaciones formales que conllevan acciones de ratificación y adhesión de México a varios de estos instrumentos, lo que cobra relevancia para el tema y el enfoque de este trabajo es la proyección que el movimiento de los derechos humanos ha tenido en el país para una paulatina materialización en la

70

creación

de

organizaciones

colectivas,

organismos

gubernamentales

e

instrumentos locales que se ocupen de observar, garantizar y promover en su contexto.

2.1.2 El movimiento feminista y de derechos sexuales Las distintas convenciones y conferencias internacionales y regionales sobre los derechos de las mujeres indican la importancia creciente de las cuestiones de género en la plataforma global contra la discriminación. Los instrumentos internacionales que actualmente existen al respecto son corolario de una corriente ideológica y política más amplia que también forma parte de los marcos de referencia para la defensa de los derechos y la no discriminación en el mundo: el movimiento feminista. Se trata de uno de los movimientos más importantes de la época moderna, cuyos antecedentes se encuentran en el siglo XIX; a lo largo de todos estos años ha experimentado transformaciones en su propia concepción y estrategias de acción, aunque manteniendo como objetivo central la inclusión política, económica y social de las mujeres, transformando, para ello, las relaciones entre los géneros, a fin de asegurar la equidad entre varones y mujeres.

El movimiento feminista ha tenido la capacidad de colocar el tema harto complejo de la discriminación –casi generalizada- hacia las mujeres como parte de procesos culturales e ideológicos donde lo femenino está subordinado a lo masculino y, en consecuencia, se ha impedido su inclusión en numerosas esferas de la vida social, económica y política –por supuesto, recluyéndolas en otras- en menoscabo de su desarrollo personal y colectivo como género. La justificación de esta notoria desigualdad ha pretendido asentarse en la diferencia biológica entre los sexos, que “ha sido un argumento clave en los diversos discursos sociales cuando explican la discriminación a las mujeres”, afirmando “que las hembras de la especie humana no sólo son biológicamente diferentes a los machos, sino

71

inferiores a los mismos”, en términos físicos, intelectuales y de capacidad para dedicarse a asuntos públicos102.

El cambio social que ha buscado el movimiento feminista (también denominado de las mujeres o de género, aunque no siempre estas denominaciones sean del todo exactas, sobre todo para el contexto en que se aplican) está encaminado a modificar el orden social basado en las diferencias sexuales y lograr justicia para las mujeres e igualdad entre ambos sexos.

En ese sentido, los logros han sido variados, dependiendo de la trayectoria e influencia de su filosofía y de las características culturales y sociales de cada región. Por ejemplo, en América Latina han habido cambios muy importantes desde finales del siglo pasado: disminución de fertilidad, elevación de niveles de educación y empleo, debilitamiento de los arreglos patriarcales dentro del hogar y la denominada “crisis” del papel desempeñado tradicionalmente por los varones103. Empero, todavía hay asuntos que requieren una atención más profunda y la implementación de estrategias para abarcar la complejidad cultural, ideológica, política y económica de la región.

La problemática de violencia y pobreza es persistente y constituyen elementos centrales en la configuración de las desigualdades de género, cuestión estrechamente relacionada con la noción de ciudadanía104, es decir, con el nivel de participación, pertenencia y responsabilidad dentro de una comunidad en sus ámbitos civiles, políticos y sociales105. 102

Serret, Estela, Discriminación de género. Las inconsecuencias de la democracia, México, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2006, pp. 15. Cursivas en el original. 103 Chant, Sylvia, “Introducción. Género en un continente que está cambiando”, en Chant, Sylvia y Craske, Nikki, Género en Latinoamérica, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2007, pp. 33-64. 104 Barrig, Maruja, Los malestares del feminismo latinoamericano: una nueva lectura, Texto presentado en la Reunión de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, Chicago, Illinois, septiembre, 1998. 105 Pautassi, Laura C., “Igualdad de derechos y desigualdad de oportunidades: ciudadanía, derechos sociales y género en América Latina”, en Herrera, Gioconda (coord.), Las fisuras del patriarcado. Reflexiones sobre feminismo y derecho, Quito, Ecuador, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 2000, pp. 65-90. 72

Una de las conclusiones más importantes derivadas del trabajo teórico y empírico del movimiento feminista es que el sexo –dicotómico y binario- es medular en la configuración y dinámica social, cultural, colectiva y subjetiva de la mayor parte de las sociedades y, por ende, la adscripción de las personas a las categorías masculinas o femeninas –que, no debe olvidarse, se lleva a cabo en función del sexo de nacimiento- puede ser –y de hecho es- uno de los filtros principales para ver negados sus derechos. Esto adquiere relevancia para la defensa de los derechos humanos en la escena internacional, porque ha permitido que se desarrolle una visión más amplia sobre éstos y la ciudadanía, que ha pasado de atender aspectos relacionados con la “vida pública” a aquellos vinculados con la “vida privada” de las personas. Se han comenzado a atender cuestiones que tradicionalmente se habían identificado fuera del ámbito e interés público porque se consideraban inherentes –y casi naturales- al ser humano, en donde las leyes hechas por las personas no tenían razón para intervenir. En las últimas dos décadas, el movimiento feminista y de las mujeres ha contribuido notoriamente a considerar todo aquello que está relacionado con la sexualidad como un elemento central en el respeto y la promoción de los derechos humanos.

Aunque ha habido avances a este respecto, son innegables las dificultades –o francas oposiciones- que aún persisten en el ámbito internacional de los derechos humanos para reconocer la preferencia sexual y la identidad de género como motivos de discriminación e intolerancia106, en donde caben los grupos de la denominada diversidad sexual: homosexuales, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales.

Aquí hay una referencia al tema del reconocimiento de los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero a nivel internacional, mismos que hasta el momento no han acabado de ser reconocidos como derechos humanos. Sin embargo, no hubiera sido posible su planteamiento a ese nivel sin la actuación 106

Corrêa, Sonia, “Cruzando la línea roja: cuestiones no resueltas en el debate sobre los derechos sexuales”, en SAS, Ivonne y Salas, Guadalupe (coords.), Sexualidad, derechos humanos y ciudadanía, México, El Colegio de México, 2008, pp. 25-55. 73

de grupos civiles que están plenamente convencidos de que la construcción igualitaria y democrática de las sociedades no puede pasar por alto la protección y el reconocimiento de los derechos de estos grupos. El movimiento feminista ha sido uno de los movimientos más importantes en la puesta en marcha de los derechos que involucran el cuerpo, la identidad y la sexualidad, lo que ha contribuido a la conformación de un movimiento que se podría denominar movimiento por los derechos sexuales, el cual ha planteado con mayor especificidad el carácter de los derechos que involucran la sexualidad y su papel en el desarrollo pleno de los seres humanos. En este movimiento se promueven y defienden los derechos de las personas gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales, cuyo papel ha sido fundamental en los diagnósticos y propuestas para materializar la tan añorada igualdad entre todas las personas independientemente de su preferencia sexual y de su identidad o expresión de género.

En una especie de cascada, entonces, los movimientos sociales han construido una plataforma oportuna y común para que a nivel internacional se reconozcan los derechos de las personas trans, lo que estaría impulsando un compromiso de los distintos países en la materia. Esto se observa claramente cuando se reconoce que en América Latina actualmente se experimenta “la consolidación de una ‘cultura de derechos humanos’ en la cual incluso se incrementan las iniciativas de apelación a los instrumentos internacionales”. Este clima “abre la posibilidad de la ampliación de derechos relacionados con esferas de la vida que estaban excluidas del contrato social liberal clásico” y es favorable a la construcción de los derechos sexuales más allá de los derechos de ciudadanía (exclusivamente referenciados a los estados nacionales), o sea, concebidos como derechos universales”107.

Se podría decir que estos grupos constituyen una fuerza civil e institucional a nivel global que impulsa cambios graduales, a distintos niveles y en diferentes temas, 107

Corrêa, Sonia, “Cruzando la línea roja: cuestiones no resueltas en el debate sobre los derechos sexuales”, en SAS, Ivonne y Salas, Guadalupe (coords.), Sexualidad, derechos humanos y ciudadanía, México, El Colegio de México, 2008, pp. 37. 74

en la concepción de los derechos humanos y en la no discriminación y en los instrumentos que los garantizan, acordes a la complejidad adquirida por las sociedades,

como

ya

se

había

señalado.

Sus

coincidencias

y

temas

transversales108 permiten ubicarlos como un antecedente y, al mismo tiempo, una referencia actual y viva para la lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero en México.

2.2 Expresiones nacionales de cambio Tomando en consideración la plataforma global sobre los derechos y la ubicación que en ellos tienen los grupos de interés para este estudio, se revisará la situación de México sobre los instrumentos legales, las iniciativas gubernamentales y los movimientos civiles que actualmente podrían funcionar como un marco de referencia de la lucha por los derechos de las personas trans.

En México, el derecho a la no discriminación está estipulado en la Constitución Política109, sin embargo el reconocimiento institucional de los derechos humanos es reciente. Apenas en febrero de 1990 se creó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que tuvo plena autonomía en septiembre de 1999. Actualmente este organismo cuenta con programas de atención dirigidos a sectores de la población que tienen una situación de vulnerabilidad que los expone a la violación de sus derechos humanos, tales como: atención a víctimas de delito; VIH/SIDA y derechos humanos; asuntos de la mujer, la niñez y la familia; agravio a periodistas y defensores civiles; e igualdad entre hombres y mujeres. Con todo, es inexistente la referencia a los derechos humanos de los grupos travestis, 108

Por ejemplo, el tema de poder y de la hegemonía del modelo heterosexual. (Hernández Cabrera, Porfirio Miguel, “Los estudios sobre diversidad sexual en el PUEG”, en Careaga, Gloria y Cruz Salvador (coords.), Sexualidades diversas. Aproximaciones para su análisis, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México, 2004, pp. 21-33). 109 El artículo 1º, párrafo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. (Reformado mediante decreto, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 4 de diciembre del 2006). http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/2.htm?s= 75

transexuales y transgénero, tangencialmente considerados como grupos en situación de riesgo en relación con la pandemia del VIH.

A lo largo de la década de los noventa se crearon las comisiones estatales de derechos humanos, que tienen ingerencia en zonas territoriales específicas. Cabe resaltar que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) es uno de los primeros organismos que se crearon –en 1993- para la defensa de los derechos humanos que conciernen a los habitantes de la Ciudad de México; este organismo cuenta con un Programa permanente por la No Discriminación que, entre otros grupos de atención, considera a los de la diversidad sexual desde donde se han impulsado distintas actividades en pro de los derechos de las personas gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales y transgénero. En relación con la situación y los derechos de la población LGBT del Distrito Federal, la CDHDF ha llevado a cabo foros, diagnósticos110, campañas, pronunciamientos, sesiones públicas y privadas.

En abril de 2003 se aprobó la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación,

“uno

de

los

hechos

más

relevantes

del

proceso

de

democratización de México”111, que en su artículo 4º define la discriminación como “toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estados civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas”112. A partir de esta Ley se crea el CONAPRED, que entre sus objetivos se encuentra el de: “formular y promover políticas públicas para la igualdad de oportunidades y de 110

En 2008 presentó el Diagnóstico de derechos humanos del Distrito Federal, que en su capítulo 30 aborda los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, travestis y transexuales. 111 Carbonell, Miguel, “Introducción. Una ley para el México del Siglo XXI”, en Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Ley Federal para Prevenir la Discriminación, México, CONAPRED, 2008, segunda edición, pp. 9. 112 Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Ley Federal para Prevenir la Discriminación, México, CONAPRED, 2008, segunda edición, pp. 32. 76

trato a favor de las personas que se encuentren en territorio nacional”113. Este organismo ha llevado varias acciones encaminadas a promover la no discriminación hacia la población travesti, transexual y transgénero, ha atendido quejas específicas, ha publicado documentos de trabajo, estudios, testimonios y gacetas, planteando las situaciones de discriminación a las que se enfrenta en los diferentes ámbitos.

El movimiento feminista y de mujeres, así como el de homosexuales y lesbianas, cuyos antecedentes en México se pueden ubicar en la década de los setenta, han contribuido a formular las implicaciones del género, el sexo y la sexualidad en las desigualdades económicas, políticas, sociales y culturales.

A finales de esta década, el movimiento feminista impugnó profundamente los estereotipos sexuales, las relaciones de género y el dominio masculino, lo que contribuyó a la separación en su discurso de la sexualidad y la reproducción, pero fue hasta los noventa que plantearon la exigencia de “opciones sexuales libres”. Al día, la agenda de las feministas mexicanas abarca temas tales como las relaciones de género, las enfermedades de transmisión sexual, la educación sexual y el aborto.

Sin embargo, la ciudadanía en relación con la sexualidad todavía es un asunto pendiente en la agenda pública: “La construcción de los sujetos de derechos dista aún de ser una realidad y las instituciones políticas que se supone deben proteger y permitir el ejercicio de la ciudadanía rara vez cumplen con su mandato”. Con todo, actualmente se puede observar cierta influencia del discurso feminista en la vida de las mujeres, en los temas abordados por los medios de comunicación y en las políticas gubernamentales114. Desde el punto de vista de Serret, hay una clara “sensibilización” hacia el tema de la subordinación de las mujeres a partir del año 2000 en muchos campos de la vida social del país, resultado del trabajo 113

Ibid., pp. 51. Amuchástegui, Ana, Virginidad e iniciación sexual en México. Experiencias y significados, México, EdaMex y Population Council, 2001, pp. 99-100.

114

77

sistemático de las mujeres feministas en los ámbitos políticos, educativos y de los medios de comunicación. Para esta filósofa, el movimiento feminista mexicano “ha logrado desarrollar en muy corto tiempo amplias redes y canales de participación y vinculación con la sociedad (…) y esta incidencia se ha convertido, hoy por hoy, en uno de los principales referentes de la muy reciente modernización política”115.

Por otra parte, el desarrollo del movimiento homosexual, de liberación gay o lésbico-gay en México ha propiciado la incorporación a la escena pública del tema de los derechos de las personas que tienen una preferencia sexual distinta a la heterosexual y más recientemente el tema específico de las condiciones que implican discordancia o separación entre el sexo y la identidad o expresión de género, tales como el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad.

Tanto el movimiento feminista como homosexual surgieron en una etapa de protesta política y exigencia de cambio social por parte de la ciudadanía mexicana, cuya expresión más significativa fue el movimiento estudiantil de 1968, parte aguas en la concepción de los derechos civiles, políticos y económicos en el país116. El movimiento homosexual mexicano se desarrolló a partir de la década de los setenta, reivindicando el derecho a la libertad, la igualdad y la no discriminación en espacios laborales, familiares y educativos.

Desde sus inicios expuso estas reivindicaciones de manera clara y contundente, protestó por la violencia ejercida por el Estado hacia las personas homosexuales y lesbianas, propuso alternativas de inclusión, participó en procesos electorales, difundió información y mantuvo alianzas con algunos grupos políticos y civiles del país. Al inicio de la década de los ochenta sus prioridades cambiaron dada la aparición de la pandemia del VIH/SIDA y trabajó intensamente por asegurar 115

Serret, Estela, “El feminismo mexicano de cara al Siglo XXI”, en El Cotidiano, México, vol. 16, núm. 100, marzo-abril de 2000, pp. 51. Este artículo reflexiona sobre los cambios que ha tenido el movimiento feminista mexicano ante la complicada realidad de género que existe en el país y ante los cambios políticos y sociales más amplios que han marcado su paso a una sociedad más igualitaria y democrática. 116 El movimiento de 1968 reivindicó el derecho a la participación política, la defensa de las garantías constitucionales así como la libertad de expresión, reunión y asociación. 78

atención médica a las personas infectadas. Después de casi diez años el movimiento empezó a tener nuevamente presencia con sus reivindicaciones civiles y en la actualidad se pueden contar con logros importantes al respecto. La disminución del estigma hacia las personas homosexuales y lesbianas se debe, en gran parte, a las acciones emprendidas por este movimiento desde hace 30 años (Ver Tabla 4). Tabla 4. Breve cronología del movimiento homosexual en México Fecha 1978 Entre 1978 y 1979 1979

1980

1982

1991

1994 1997

1998

2000

2001

Evento Lesbianas y homosexuales se unen a las manifestaciones para conmemorar el décimo aniversario del movimiento estudiantil de 1968. Se crean los primeros grupos, entre ellos: el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR), el Grupo Lambda de Liberación Homosexual y Oikabeth (constituido por lesbianas). Se lleva a cabo la Primera Marcha del Orgullo Homosexual, manifestación que continúa anualmente hasta la actualidad. En junio de 2008 se celebró la 30ª Marcha del Orgullo Gay. Manifestaciones dentro en la sede de la policía del Distrito Federal para exigirle al jefe de esa corporación, Arturo Durazo Moreno, el cese al hostigamiento policíaco y las redadas en bares y discos gay. Comienzan las semanas culturales gay (que desde 1987 se realizan por el Círculo Cultural Gay en el Museo Universitario del Chopo y en otras ciudades del país por otras organizaciones), se lanzan candidaturas lésbico-gays para las elecciones de diputados federales en el Distrito Federal y en Guadalajara. En un ambiente de tensión), se forma el Comité de Lesbianas y Homosexuales en Apoyo a Rosario Ibarra de Piedra (CLHARI), candidata presidencial por el Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT). Se realiza la Conferencia de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA, por sus siglas en inglés) en Acapulco, Guerrero (inicialmente estaba programada su realización en Guadalajara, pero se prohibió por las autoridades), organizada por el Grupo Orgullo Homosexual de Liberación (GOHL) y Platatonalli, A.C. Se denuncian numerosos asesinatos de travestis en Chiapas. Patria Jiménez, mujer lesbiana, es elegida como diputada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Se llevó a cabo el Primer Foro de Diversidad Sexual y Derechos Humanos organizado por la fracción parlamentaria del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), con el propósito de discutir propuestas legislativas para establecer el derecho a la no discriminación por motivos de orientación sexual. Además, se instituyó el Premio al Mérito Gay; Joaquín Hurtado es el primero en recibirlo. Y se crea la Comisión Ciudadana Contra los Crímenes de Odio por Homofobia. Enoé Uranga, mujer lesbiana, del Partido Democracia Social (PDS) es elegida como diputada en la ALDF Uranga promueve la iniciativa de Ley de Sociedades de Convivencia para el Distrito Federal, que daría garantías jurídicas a las parejas del mismo sexo. Se lleva a cabo el primer registro simbólico de convivientes en la explanada del palacio de las Bellas Artes.

79

2003 2004

2006

2006

2007

2008

Se realiza la Primera Marcha Lésbica que llega al Zócalo. Se celebra el VI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en la Ciudad de México. El 16 de noviembre se aprueba el Decreto de Ley de Sociedad de Convivencia para el Distrito Federal. En donde se define a la sociedad de convivencia como “un acto jurídico bilateral que se constituye, cuando dos personas físicas de diferente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad jurídica plena, establecen un hogar común, con voluntad de permanencia y de ayuda mutua”117. Un paso importante en la garantía de los derechos civiles de las personas homosexuales. Presentación de la Iniciativa que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, la Ley del Seguro Social, la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas, la Ley Federal del Trabajo y la Ley General de Salud ante la Cámara de Diputados, que tiene por objetivo modificar la normativa vigente relativa a la seguridad social y contenida en las legislaciones en materia de atención médica y pensiones a las parejas de los trabajadores sin importar que sean del mismo sexo. El primer dictamen, en enero de 2008, fue votado negativamente. Se ha trabajado, desde entonces, en la elaboración de una propuesta alternativa para que no se abandone el tema. - El 6 de marzo el diputado federal por el PRD, David Sánchez Camacho presentó al pleno de la Cámara de Diputados un proyecto de decreto de reformas y adiciones al Código Civil Federal, a la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y a la Ley General de Salud para reconocer la personalidad jurídica de la identidad de género de las personas transgenéricas y transexuales y su acceso a los servicios públicos de salud. Esta iniciativa de reformas y adiciones ha sido impulsada, desde la sociedad civil, por el Frente Ciudadano Pro Derechos de Transexuales y Transgéneros. - El 17 de abril, el citado diputado presento una iniciativa de reforma constitucional que busca modificar y añadir al párrafo tercero del artículo 1º Constitucional, la prohibición de la discriminación por preferencia sexual. - El 13 de junio el mencionado legislador presentó una iniciativa de reforma constitucional al artículo 4º para que se reconozca en la Carta Magna el derecho a la identidad y expresión de género. - Se aprobó el Pacto Civil de Solidaridad en Coahuila, con el que se reconocen los contratos civiles realizados entre personas de igual o distinto sexo, con todas las obligaciones y responsabilidades legales que implican. - El 31 de enero, el diputado del Partido entonces llamado Alternativa entregó a la Comisión de Gobierno de la IV Asamblea Legislativa del Distrito Federal un decreto de reformas y adiciones a los Códigos Civil y de Procedimientos Civiles, Penal y a la Ley de Salud, todos del Distrito Federal a fin de reconocer la personalidad jurídica de la identidad de género de las personas transgenéricas y transexuales, a través de un juicio de rectificación de acta, el acceso a los servicios públicos de salud a fin de llevarse a cabo la reasignación para la concordancia sexogenérica y a penalización de la discriminación por razón de id entidad y expresión de género. Iniciativa de decreto que fue revisada y mejorada con la participación de personas, organizaciones e instituciones de la comunidad trans, de la población LGB y de especialistas de la salud, de las ciencias sociales y abogados litigantes del Distrito Federal, que conformaron la Red de Trabajo Trans (RTT). El 27 de mayo la diputada del PRD Leticia Quezada presentó otra propuesta sobre el mismo tema. - El día 2 de agosto se llevó a cabo la Primera Marcha contra el Estigma, la Discriminación y la Homofobia en el marco de la XVII Conferencia Internacional

117

Gobierno del Distrito Federal. Gaceta oficial del Distrito Federal, México, núm. 136, 16 de noviembre de 2006, pp. 3. 80

sobre el SIDA en el Distrito Federal, la cual tuvo lugar del 3 al 8 de ese mismo mes de agosto. - El 25 de septiembre se aprobó el dictamen de la llamada Ley Trans en la Comisión de Administración y Procuración de Justicia de la ALDF. Cuatro días después, el viernes 29 de agosto, en el pleno de la Asamblea Legislativa, por 37 votos a favor y 17 en contra, se aprobó la reforma y adición de los artículos 2º, 35º, 98º y 135º del Código Civil, la adición de un artículo 4º Bis al Título Séptimo del Código de Procedimientos Civiles, y de una fracción V al artículo 239 del Código Financiero, todos del Distrito Federal, merced a los cuales se podrá autorizar el levantamiento de una nueva acta por reasignación de concordancia sexogenérica. Fuente: Elaboración propia con base en Letra S, 4 de junio de 1998 y Letra S número 83, junio de 2003.

Muy probablemente en la época actual no se pueda hablar de un solo movimiento homosexual o gay en México, sino de varios, caracterizados por distintas necesidades y reivindicaciones, resultado de una creciente actividad –política, académica, individual, colectiva- alrededor de la temática en la última década. Actualmente el movimiento homosexual y lésbico es reconocido como un interlocutor frente al Estado en el planteamiento de sus demandas así como en la formulación de estrategias para prevenir y erradicar el VIH/SIDA y la discriminación, lo que ha permitido posicionar los derechos de las personas homosexuales y lesbianas en la agenda política y social del país. Hoy el movimiento homosexual goza, en buena medida, de legitimación social y política en el país.

¿Qué lugar han tenido las demandas de los grupos travestis, transexuales y transgéneros dentro este movimiento? Históricamente se observa una centralidad en el tema de la preferencia u orientación sexual –gay u homosexual-, a finales de la década de los noventa se comienzan a plantear las cuestiones de identidad y expresión de género y con ello a legitimarse la agenda política y social de las personas travestis, transexuales y transgénero. Entonces esta agenda comienza a gestarse dentro del movimiento homosexual y poco a poco se va diferenciando de éste. Dicho proceso responde a la emergencia de nuevas identidades que no caben en el modelo heterosexual pero tampoco en el homosexual y que buscan un reconocimiento social y político diferente de acuerdo a sus necesidades

81

específicas. César González habla de un proceso de “fragmentación de la identidad gay” en el ámbito del activismo, es decir, una progresiva diferenciación de las identidades sexuales, resultado de la construcción de autodefinición inherente a las identidades colectivas y, junto, con ello, un posicionamiento específico como entes sociales y políticos.

A lo que se refiere este autor es a una multiplicación que, evidentemente, ha implicado cierta separación –o puesta en acción de fronteras políticas y subjetivasde las identidades no heterosexuales. Para González, esto corrobora “que la identidad gay, per se, ha resultado ineficiente en el ámbito activista porque no logra cubrir las demandas de los que integran la diversidad sexual”. Sin embargo, más que eficiencia o deficiencia del movimiento homosexual se trata de un proceso social, político y subjetivo del amplio colectivo que incluye a todas aquellas personas que no son heterosexuales y que no caben en el modelo heterosexual en términos ideológicos y subjetivos caracterizado por la emergencia de nuevas identidades y su búsqueda de reconocimiento social y político.

Dicho proceso implica un cambio en el uso del lenguaje para nombrarse y ser nombrado, “los activistas con un discurso sofisticado, ya no hablan a nombre de lo gay o lo lésbico, sino en términos de un amplio espectro de identidades sexuales con exigencias específicas; hoy en día, el sujeto político usado para visibilizar más seres se le autodenomina LGBT (lésbico, gay, bisexual y transgenérico)”118.

Como se había señalado en el capítulo anterior, las identidades sociales tienen, por un lado, cierta dinámica que las conduce a procesos –complejos, hay que decirlo- de identificación y separación, y por el otro lado, cierto carácter fijo y cerrado que les permite ubicarse en el ámbito de lo público, cuestión que cobra especial relevancia en el campo de la lucha por sus derechos. Los grupos de población y las identidades de la diversidad sexual comparten ciertos aspectos, 118

González Pérez, César O. Travestidos al desnudo: homosexualidad, identidades y luchas territoriales en Colima. México: Porrúa y Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2003, pp. 35. 82

pero en otros se distinguen perfectamente; en la lucha por sus derechos han buscado alianzas entre sí sin perder sus particularidades. No es posible decir que esto se produce de manera completamente racional, es resultado de movimientos –a veces sutiles- en la dinámica de la mayoría de los grupos sociales que buscan posicionar sus necesidades a un nivel público y de salvaguarda institucional.

Así, el proceso de emergencia, diferenciación, visibilización y enunciación de las distintas identidades sexuales en los últimos diez años es lo que ha permitido en gran medida la formulación de las demandas específicas de la población travesti, transexual y transgénero en cuanto a sus derechos y necesidades de reconocimiento social. Sin embargo, esto no ha sido fácil porque las diferenciaciones al interior del conjunto de las personas de la diversidad sexual no sólo impulsa al cambio, también conlleva conflicto y separación poco solidaria.

En ello está involucrado la concepción sobre sí mismo y sobre el otro, los puntos de encuentro y de desencuentro, las implicaciones que tiene para la propia identidad aceptar la existencia del otro diferente –y al mismo tiempo similar- en un mismo campo de visión y actuación social y política. A modo de ejemplo sobre los procesos de diferenciación que involucran al yo, la identidad y la autodefinición, se cita un testimonio de un hombre homosexual de clase baja de la Ciudad de México que recogió Mauricio List:

“Yo creo que es un poco complicado que yo pueda relacionarme con una gente que sea completamente travesti. No le… como dicen las mujeres, mientras sea de lejitos no me importa que sea lesbiana, no tanto así pero no he tenido oportunidad de relacionarme con un travesti. Creo que la mayoría de ellos, la mayoría que he escuchado, están totalmente equivocados de lo que es la homosexualidad y como que no han entendido muy bien cuál es su modo de vida. Como que ni siquiera

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han entendido por qué son travestis. O sea piensan que por el hecho de que sean travestis, necesariamente son homosexuales, lo cual es una vil mentira”119.

El testimonio permite introducir el tema sobre la posición que puede tener el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad dentro del conjunto de la diversidad sexual. González hace referencia a varios textos que señalan la posición un tanto incómoda de la persona travesti dentro del grupo de personas homosexuales masculinas, en tanto éstos prefieren –en su mayoría- construir una imagen masculina que, incluso, provea un efecto de heterosexualidad120.

La masculinidad hegemónica –que excluye, subordina y menosprecia lo femeninoconfigura en buena medida la construcción identitaria de las personas homosexuales masculinas, de manera que el llamado “afeminamiento” por actitudes, comportamiento cotidiano y erótico o vestimenta, así como cualquier incorporación de elementos femeninos por parte de una persona que nació como varón son signo de lo abyecto y lo reprobable. Para este autor, la idealización de la heterosexualidad también está presente en la homosexualidad y “en su imaginario presupone que aquellos que no son heterosexuales, no son ‘varones’ o ‘mujeres’ sino transgresores de la identidad de género”121, lo que causa estigma y una fobia considerable. Esto indica que aún dentro de la diversidad sexual el modelo heterosexual, dicotómico y esencialista, funciona en la configuración subjetiva y colectiva de las identidades; un modelo donde precisamente, las personas travestis, transexuales y transgénero no caben.

Un ejemplo de poca aceptación de las personas transexuales y transgénero en el movimiento de la diversidad sexual fue el rechazo que manifestaron algunas 119

List Reyes, Mauricio, Jóvenes corazones gay en la Ciudad de México. Género, identidad y socializad en hombres gay, México, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2005, pp. 117118. Las cursivas no están en el original. 120 Cuestión vinculada a la reproducción del estereotipo heterosexual, desde la imagen física, la interacción cotidiana (por ejemplo, la pareja varonil y afeminada) hasta el desenvolvimiento erótico (por ejemplo, la función de penetrado y penetrador). 121 González Pérez, César O. Travestidos al desnudo: homosexualidad, identidades y luchas territoriales en Colima. México: Porrúa y Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2003, pp. 36. 84

participantes del VI Encuentro Lésbico Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en la ciudad de México en noviembre de 2004, ante la presencia de mujeres transexuales lesbianas en este evento, señalando que se negaban “a aceptar el ingreso de masculinidades dentro o fuera de nuestros espacios y cuerpos”122. Frase con ecos, nuevamente, del modelo binario y esencialista.

2.3 Travestis, transexuales y transgénero: siempre, y a pesar de todo, buscando ser quienes son La lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero en México comenzó, como se señaló anteriormente, a finales de la década de los setenta y a finales de los noventa empezó a perfilarse una agenda política y social específica. A lo largo de estos años se han planteado temas que son fundamentales para ser consideradas como ciudadanas y, con ello, contar con igualdad de oportunidades como el resto de los y las mexicanas. El contenido de las formulaciones políticas, civiles y legales en cada uno de estos temas se ha ido enriqueciendo a lo largo del tiempo, así como las acciones y los recursos discursivos empleados, lo que podría estar hablando de un camino hacia la ciudadanización de las personas travestis, transexuales y transgénero, que implica su lugar y participación dentro de la sociedad mexicana.

2.3.1 Expresión y visibilidad: contra el estigma La expresión en el ámbito de los derechos generalmente se asocia a la libertad que tienen todos los seres humanos de expresar sus pensamientos, sin embargo cuando se hace alusión a ella como parte sustancial de los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero el sentido es distinto. En México, la presencia física en lugares públicos de estas personas es algo que se ha ido ganando paulatinamente. El ocultamiento ha sido, más bien, un fenómeno común en la experiencia de las personas trans por el estigma que provoca. Ocultar lo que

122

Davenporth, Hazel Gloria, “Lesbianas rechazan exclusión trans en Congreso Lésbico”, 20 de diciembre 2004. Versión electrónica: http://anodis.com/nota/3218.asp (Fecha de consulta: 15 enero 2008). 85

se piensa está en un nivel distinto que ocultar lo que la persona es –su identidad femenina o masculina, independientemente de su sexo de nacimiento- o lo que desea expresar por medio de su cuerpo en la vida cotidiana. Implica la existencia o la vida en sí misma. En el espacio de la vida pública y privada hay un cúmulo de mecanismos para vigilar –y castigar, en caso de que se violen- las reglas de comportamiento para mujeres y hombres. Parece que un derecho fundamental, el de existir, interactuar y moverse como las personas son, no es reconocido a las personas travestis, transexuales y transgénero. Su sola presencia puede provocar, en muchas ocasiones, actitudes de menosprecio, burla, rechazo e incluso violencia y esto frecuentemente genera actos u omisiones discriminatorias, como no permitir el acceso a algún lugar o a algún servicio, y también, en no pocas ocasiones a agresiones físicas o sexuales.

Su situación de vulnerabilidad queda de relieve en hechos como los que ocurrieron el 22 de julio de 1978, en Oaxaca, donde la policía preventiva de la zona irrumpió en una fiesta privada en la que se iba a presentar un show travesti; aprehendió, amenazó con armas, desnudó, fotografió y sobornó a las y los invitados, quienes posteriormente perdieron sus trabajos. El subjefe de la policía judicial de ese entonces, Mario Marín, consideró que “ya era tiempo de que Oaxaca proyectara una imagen sana como en épocas pasadas” y que no sabía si se había violado la ley pero “que había que parar los escándalos”123. En este suceso se puede observar que la presencia física y la movilidad de las personas trans no forma parte del escenario social común y cuando irrumpen en dicho escenario son violados sus derechos humanos y ciudadanos.

123

Urrutia Elena, “Machismo represor y anticonstitucional”, en Uno más Uno, 5 de agosto de 1978, pp. 26. Las cursivas no están en el original. Este documento, como otros tantos a los que se hace alusión en esa época forman parte de la compilación electrónica hecha por Marinella Miano Barruso, Juan Jacobo Hernández Chávez y Juan Javier Gutiérrez Marmolejo, titulada Archivo histórico del movimiento homosexual en México, 1978-1982, México, UNAM, INAH, Colectivo Sol y CONACYT, 2004. Los documentos de esta compilación forman parte del Centro de Información y Documentación de las Homosexualidades en México “Ignacio Álvarez”, nombre de uno de los pioneros del movimiento gay en México. 86

La carta de un hombre travesti de Guadalajara, dirigida a una revista de la época, ilustra la enorme dificultad que implicaba expresar su condición:

“(…) Estoy fuertemente reprimido por circunstancias de mi estatus social, laboral y social. Jamás, más que en la soledad conmigo mismo, he aceptado mi situación, pues soy travesti (…). Desgraciadamente mi situación no me permite quitarme la máscara públicamente, pues me imagino qué sucedería si lo hiciese. Ni mi propia familia, especialmente mi esposa, me lo perdonaría, ya que pasaría todo, menos que fuese ‘joto’, que es la peor etiqueta que se puede poner a un hombre, al menos en México, en donde se solapa que sean ladrones, criminales, violadores o depravados, menos mariquitas. Tengo 41 años –no es albur- y a estas alturas creo que sería mucho más difícil abrirme, destaparme, descararme –escojan el término que mejor les parezca-, así que seguiré con mi represión casi total hasta la muerte, pues he perdido la esperanza de tener alguna ocasión de afrontar públicamente mi desviación. (…)124.

En los primeros años de la década de los ochenta, las personas travestis, transexuales y transgénero experimentaron una fuerte represión en México. Su presencia en la calle era motivo de detención policíaca –a veces masiva-, con todo lo que ello implica. A pesar de ello, su voz se hizo escuchar. Por ejemplo, en varias manifestaciones, que fueron organizadas por el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR) y otras organizaciones gays de la época, exigieron el cese de estas detenciones por considerarlas anticonstitucionales, ya que efectivamente se estaban violando sus derechos fundamentales y no había ningún marco legal que amparara esa acción policíaca represiva. En una de estas manifestaciones frente a la Dirección General de Policía y Tránsito del Distrito Federal (DGPyT), las personas trans manifestaron su derecho a existir y a manifestarse como son, como expresión inherente a su naturaleza humana: un derecho humano: “somos humanos y además felices de ser como somos”125. 124

Anónimo, “Clóset queen”, en Intervieu, s/f. Navarro, Espinosa Alfredo, “Solicitan los maricones se terminen las redadas”, en Rotativo, núm. 1313, 9 de mayo de 1980, pp. 15. 125

87

De ahí que uno de los principales aspectos que han defendido las personas travestis, transexuales y transgénero en México, como en casi todas partes, es su derecho a existir, a expresarse, a moverse en el espacio físico y social tal y como son, se sienten e identifican, sin que ello provoque exclusión o discriminación. A lo largo del tiempo, acciones diversas han propiciado que su presencia en espacios públicos sea más aceptada, sobre todo por el trabajo intenso que han realizado para difundir, junto con otros actores sociales y políticos (especialistas de la medicina y la sexología, diputados y líderes de instituciones partidistas) que su condición no implica alguna anormalidad, enfermedad o peligro, además del derecho –ineludible- que tienen de expresarse en cualquier espacio como ciudadanas y ciudadanos con derechos.

En los últimos quince años mucho del trabajo de grupos y organizaciones formados por personas travestis, transexuales y transgénero (por ejemplo, Dualidad Genérica, Eon, Inteligencia Transgenérica, Travestis México, Disforia de Género, Gente T, Andrómeda, Frente Ciudadano Pro Derechos de Transexuales y Transgéneros,

Humana

Nación

Trans,

Transgénero

México)

ha

estado

encaminado a la visibilización, con actividades de difusión, sensibilización e información sobre estas expresiones de la condición humana, en medios de comunicación, mesas redondas, foros, congresos, encuentros, salidas a lugares y eventos específicos, etcétera.

El pleno reconocimiento de los derechos a la existencia social como quienes son, esto es de su identidad de género, y a su expresión de género, de las personas travestis, transexuales y transgénero, son fundamentales para su inclusión en la sociedad mexicana. Forma parte de su derecho a la personalidad, “uno de los derechos civiles más importantes del ser humano”, que permite la identificación de la persona “con el conglomerado social, emotivo y jurídico”. En este sentido, “todo ser humano tiene derecho a expresarse, a ser respetado en su integridad y en su

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manifestación de conducta”126, como lo señaló Andrés Linero, juez cuadragésimo segundo de lo familiar del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en el Foro Pro Derechos para Personas Transexuales y Transgenéricas que se celebró en marzo de 2008 en la Ciudad de México.

2.3.2 Espacios y participación política Como parte del esfuerzo por la visibilización en el conjunto social mexicano, aunque con un significado más específico orientado a la ciudadanía, para las personas travestis, transexuales y transgénero ha sido importante, por una parte contar con espacios donde puedan expresarse de manera libre y no sean víctimas de discriminación o violencia y, por el otro lado participar en el ámbito político con sus demandas o con plataformas ideológicas más amplias. Los espacios y la participación política son expresiones del lugar que ocupan las personas dentro del conjunto social; la geografía, la distribución espacial y el reconocimiento como actores políticos revelan en gran medida este lugar. Es necesario recordar que durante los años setenta y ochenta, ambos aspectos eran sumamente conflictivos, se trataba de una pugna con una mayoría que tenía una opinión negativa sobre todo aquello vinculado a la homosexualidad.

Uno de los logros que incluye ambos aspectos es la realización continua desde hace treinta años de la Marcha del Orgullo Gay (hoy llamada Marcha del Orgullo LGBT) en el Distrito Federal127. A pesar de que la participación de las personas travestis, transexuales y transgénero en este evento ha sido notoria e importante, no fue sino hasta mediados de los noventa que en el nombre de la Marcha fueron incluidas. En los últimos años, tanto sus demandas como su presencia se han destacado. Por ejemplo, la Marcha del 2005 fue encabezada por colectivos trans, decisión tomada por el Comité Orgullo México, A.C. (COMAC), organizador del

126

Rea Tizcareño, Christian, “Las personas transexuales merecen tener personalidad jurídica: experto”, en NotieSE. Salud, Sexualidad y Sida. Agencia especializada de noticias, 11 marzo de 2008, www.notiese.org/interior.shtml?sh_itm=7eb65abbf4c1d8c8a1290a4d1f4781f9 127 Aunque se realizan marchas en otras localidades del país, la que se celebra en el Distrito Federal es emblemática, por el tiempo que tiene de celebrarse y por su continuidad interrumpida. 89

evento en reconocimiento de que son las y los que “quizá de forma más combativa han participado en la conquista de los logros y avances que ha habido hasta ahora”128. Ese año, una mujer transexual ofreció el discurso final de la Marcha.

Marcha del Orgullo Gay 2005, encabezada por grupos trans. Foto: Erica Sandoval.

En el mismo sentido, el año pasado, colectivos trans volvieron a encabezar la Marcha del Orgullo como apoyo a la lucha que se comenzó a librar ese año para lograr la aprobación de la iniciativa de reformas y adiciones legales que a nivel federal reconocieran la personalidad jurídica de la identidad de género de las personas transgenéricas transexuales, así como su acceso a los servicios públicos de salud.

La existencia de grupos y organizaciones también son una muestra de los espacios y participación que han logrado obtener las personas travestis, transexuales y transgénero en México. Por ejemplo, el grupo Travestis México “nació y surgió (en el año 2000) dentro de la inquietud de un grupo de personas que necesitaban su espacio, un entorno donde reunirse, donde charlar, donde 128

Zempoalteca, Mónica, “Grupos trans encabezarán marcha del orgullo LGBT”, 16 de mayo 2005. Versión electrónica: http://anodis.com/nota/4555.asp (Fecha de consulta: 20 julio 2008) 90

expresarse y crecer en su travestismo, con un solo objetivo, el Ser”129. El grupo también ha organizado varias actividades sobre derechos humanos y no discriminación en foros públicos. Otro de los grupos que han tenido una importante participación en la creación de espacios es Eon, Inteligencia Transgenérica (hoy, Eon, Integración Transgenérica), que comenzó sus actividades en 1996, mediante reuniones periódicas en el Parque Hundido, participación en foros educativos y de difusión, en medios de comunicación, etcétera. Los espacios virtuales también han sido importantes, la página www.disforiadegenero.com es una de las más representativas en el ámbito, donde se difunde información relevante sobre la condición transexual desde el 2005 y en el que participan mujeres y hombres trans no solamente de México, sino de estados de la Unión Americana, de naciones de Centro y Sudamérica e incluso de España.

Durante los años 70’s y 80’s era difícil imaginarse la organización y participación de las personas homosexuales y travestis en la vida política del país. El ocultamiento era algo común como mecanismo ante la discriminación: “Muchos de nosotros tenemos que llevar una doble vida, tanto entre sus propias familias como en sus trabajos. Uno no puede decir que es homosexual porque lo rechazan, lo discriminan”130. En los medios de comunicación no dejaban de sorprenderse sobre la iniciativa del FARH: “¿Homosexuales revolucionarios? Eso sí que es novedoso”.

129

http://travestismexico.org/wordpress/?page_id=48 “El gay power totonaca. Entrevista a Fernando Pineda”, en Personas, núm. 187, 4 de septiembre de 1978, pp. 10.

130

91

Frase resaltada y foto en la publicación Personas, núm. 187, 4 de septiembre de 1978, en la entrevista a Fernando Pineda del FARH. En la foto aparecen personas que actualmente se podrían denominar transgénero.

El movimiento político para erradicar la violencia y la discriminación ejercida contra las personas homosexuales, lesbianas y travestis fue creciendo y tomando forma en sus demandas, estrategias y capacidad de respuesta; para 1982 las manifestaciones públicas se mantenían, cada vez más la prensa abordaba el tema –aunque con imprecisión y no siempre daban la voz a los y las activistas-, había representación de las organizaciones en varios estados del país, alianzas con otros grupos sociales, algunas y algunos actores políticos (partidos de izquierda) se habían mostrado solidarios con su lucha, etcétera.

Sin embargo, el movimiento sufrió una transformación en su participación política a partir de la aparición del VIH/SIDA y muchos de sus esfuerzos se encaminaron a resolver el problema de la atención médica porque en 1985 ya era una preocupación para las autoridades sanitarias de México131. De esta manera, los “grupos LGBT se transformaron en instancias de servicio a la lucha contra este mal, en beneficio no sólo de la gente gay, sino de toda la sociedad: los casos de Colectivo Sol y Ave de México son emblemáticos, entre otros. Más adelante el trabajo del Frente Nacional de Personas Afectadas por el VIH A.C. logra en 1996 131

Magis Rodríguez, Carlos y Parrini Roses, Rodrigo, “Nuestra epidemia. El SIDA en México 19832002”, en Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA e Instituto Nacional de Salud Pública, SIDA: aspectos de salud pública. Manual, México, CENSIDA e INSP, 2006, pp. 1525. 92

la inclusión de los medicamentos antirretrovirales (ARV) en el cuadro básico del IMSS. Así mismo, las gestiones de diversos organismos de la sociedad civil organizada con trabajo en VIH/Sida, logra que el gobierno oriente esfuerzos (presupuesto incluido) a una política pública de cobertura universal de medicamentos ARV”132.

Alejandro Brito (director de Letra S y destacado activista por los derechos de la población LGBT) señala que durante el periodo de 1985 a 1999 hay una fragmentación de los grupos y el movimiento ya no se orienta a la reivindicación política sino a la introspección “en búsqueda de la identidad” (…). Para este activista “La aparición del sida tiene un efecto paradójico. Por un lado, reanima los argumentos de la homofobia (‘castigo divino’, ‘cáncer gay’), y por otro, contribuye a legitimar, a través de la tragedia y las políticas de prevención, las prácticas y la orientación homosexuales”133. No hay información sobre la participación específica de las personas travestis, transexuales y transgénero en esta etapa, seguramente el estigma contribuyó a que su participación disminuyera.

Desde finales de los noventa hasta hoy se observa más claramente la participación política de esta población. Por ejemplo:

- Participación de activistas trans en el Primer Foro de Diversidad Sexual y Derechos Humanos organizado por la fracción parlamentaria del PRD en la ALDF en 1998, exponiendo asuntos nunca antes analizados, como la discriminación laboral y la problemática legal que enfrentan. - Amaranta Gómez, muxe de Juchitán, Oaxaca, es presentada como candidata a diputada por el partido político México Posible en 2003. El Instituto Federal Electoral (IFE) aceptó que utilizara su nombre femenino para promocionar su candidatura.

132

Hernández Forcada, Ricardo, “Participación política y diversidad sexual”, Ponencia presentada en el Encuentro "Participación Política desde la diversidad". México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México, 26 de mayo de 2006. 133 Brito, Alejandro, “Por el derecho a todos los derechos”, en Letra S, 5 de junio de 2003. 93

- En ese mismo año, Irina Echeverría, una mujer transexual de la Ciudad de México, denuncia pública y legalmente la discriminación que padece de los vecinos del edificio donde vive a raíz de colocar una rampa de acceso para su silla de ruedas. El caso expresa las varias formas de discriminación a las que pueden estar expuestas las personas trans. - Como un hecho inédito, en febrero de 2006, Hazel Gloria Davenport, mujer transexual periodista del Distrito Federal, es contratada para trabajar en el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA (CENSIDA) como jefa del departamento de Organizaciones de la Sociedad Civil del departamento de Prevención y Participación Social. El hecho se repite dos años después, cuando Angie Rueda es contratada para trabajar en el CONAPRED como responsable del Programa en Materia de No Discriminación por Género, Preferencia Sexual e Identidad de Género. - El Instituto Mexicano de la Juventud en su Programa Nacional de la Juventud (Pronajuve) 2008-2012, ha comprometido como una de las líneas de acción de política publica en la materia el combate en contra de la homofobia - La Secretaría de Desarrollo Social del Distrito Federal, en su Dirección General de Igualdad y Diversidad Social tiene un Programa de Diversidad Sexual que está en proceso de definir proyectos de trabajo conjuntamente con personas y organizaciones locales de la población trans. - Activistas trans participaron con su testimonio para el Diagnóstico de los Derechos Humanos del Distrito Federal que realizó la CDHDF, en donde exponen las problemáticas de su realidad. - En los dos últimos años, a raíz de la presentación de diversas iniciativas de ley federales y locales para proteger los derechos de las personas transgénero y travestis, grupos y organizaciones de personas trans comienzan a trabajar y a tener una presencia importante en espacios políticos (Cámara de Diputados, ALDF) y en los medios de comunicación, enfatizando sus necesidades de legislación.

94

2.3.3 Violencia: las fronteras del odio Una de las expresiones mayúsculas de rechazo y estigma hacia las personas travestis, transexuales y transgénero es la violencia física y el homicidio. Desafortunadamente, este fenómeno es altamente reportado en el país y su erradicación ha sido una de las principales causas de la lucha por el derecho a contar con una vida libre de violencia. Una de las principales estrategias que se han empleado es la denuncia pública, que la sociedad esté informada de la situación por medio de la prensa o foros, cuestión que ha ido avanzando con el tiempo de forma notable; sin embargo, la denuncia legal parece que no tiene tantos resultados, cuestión que resulta más complicada si la violencia es ejercida por policías. En 1978, Juan Jacobo Hernández, miembro del FARH, denuncia el grado de violencia que en esa época sufrían las personas transexuales: “Tenemos algunos amigos que son medio transexuales, compañeros muy vulnerados por el sistema (…) estos muchachos son detenidos constantemente por la policía y les dan toques eléctricos en los senos y les meten el cátodo en el ano; los golpean y les quitan el dinero, incluso han obligado a algunos a prostituirse. (…) Desgraciadamente la prensa no denuncia estas detenciones violatorias (ya que en México ser homosexual no es un delito)”134.

En los años ochenta se llevó a cabo una suerte de persecución violenta de personas trans, que en la Ciudad de México fue comandada por organismos policíacos mediante detenciones forzadas y violencia. En los años noventa el hecho más estremecedor de violencia es el asesinato de numerosas personas travestis en Chiapas135. En 2006, la Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por Homofobia (CCCCOH) reportó que de 1995 a 2004 se habían asesinado a 332 personas homosexuales –entre las cuales se encuentran probablemente personas trans- por homofobia136; y que el Distrito Federal, Veracruz, Michoacán, 134

Singer, Leticia, “Homosexuales del FARH: militantes que no se disfrazan”, en Interviú, núm. 22, 23-29 agosto, 1978, pp. 25. 135 Una breve pero intensa reseña se encuentra en Valencia, Valeria, “La persecución rosa, ¿alguien la recuerda?, en El Heraldo de Tabasco, 15 de agosto de 2007. Versión electrónica: www.oem.com.mx/elheraldodetabasco/notas/n381930.htm (Fecha de consulta: 15 agosto 2008) 136 La CCCCOH define la homofobia como “la aversión, temor, rechazo o prejuicio contra las personas que son o parecer ser homosexuales, lesbianas o transgéneros” y “se manifiesta de 95

Yucatán y Estado de México son los estados que presentan mayor incidencia en dichos asesinatos137. No se sabe la proporción de personas trans en estas cifras porque los reportes públicos de los periódicos –que sirvieron de fuente de información- los agrupan en la categoría homosexual. También se encuentran referencias de violencia hacia estas personas en estados como Colima, Monterrey, Tamaulipas, Chihuahua, Guanajuato, Hidalgo, Campeche, Quintana Roo.

Actualmente la policía sigue siendo uno de los principales protagonistas de la violencia hacia esta población. Por ejemplo, en mayo de 2007, aproximadamente 40 mujeres transexuales y transgénero de Ciudad Juárez, Chihuahua fueron agredidas brutalmente por integrantes de la Policía Militar, les quitaron dinero y destruyeron sus viviendas. Fueron hospitalizadas y su estado era grave: “La dirigente del grupo ‘Fany’ de mujeres transgénero de Ciudad Juárez, Débora Álvarez, se encuentra hospitalizada y su estado de salud se reporta como grave debido a un estallamiento de prótesis en el muslo causado por el impacto de una bala de goma”138.

Entre las acciones que los grupos organizados han promovido para erradicar la violencia pueden mencionarse, principalmente, la denuncia ante organismos de justicia y de derechos humanos estatales y federales. Sin embargo, hay que señalar que la violencia también está presente en la familia, en las agresiones de padres y madres de familia, hermanas y hermanos y otros parientes en contra de las personas trans de diferentes edades (infantes, adolescentes e incluso adultas diversas maneras que van desde las sutiles como la omisión o el silencio, pasando por la burla, el desprecio, la exclusión, y la conculcación de garantías legales y civiles, hasta la interiorización de todo un conjunto de percepciones negativas por parte de las propias víctimas y la justificación social del desprecio y la discriminación de este sector de la población”. (CCCCOH, Informe de Crímenes 2000, Investigación hemerográfica, México, pp. 5. Versión electrónica: www.cogailes.org/ilga/docs.pdf/ccccoh00def.pdf) 137 “En nueve años fueron asesinados 332 homosexuales”, México, 22 de mayo 2006. Versión electrónica: www.proceso.com.mx/noticia.html?nid=40598&cat=1 (Fecha de consulta: 20 julio 2008) 138 “En Ciudad Juárez. Mujeres transexuales denuncian agresión de Policía Militar”, México, CIMAC, 15 de junio de 2007. Versión electrónica: www.cimacnoticias.com/site/07061504-Mujerestransexuale.18021.0.html (Fecha de consulta: 25 junio 2008) 96

que por falta de empleo e independencia económica continúan viviendo con su familia) Y entonces en esta lucha cobra significado la labor de información, sensibilización, cambio ideológico con respecto al género, educación, promoción de los derechos humanos y la no discriminación. La violencia física y el asesinato representan el límite del desprecio hacia las personas travestis, transexuales y transgénero, en la calle o en la casa.

2.3.4 Lenguaje y otras representaciones Desde hace tiempo, los grupos y organizaciones de gays, lesbianas, travestis, transexuales y transgénero han identificado que una forma de revertir la discriminación y el estigma en contra de ellos es la denuncia y la exigencia de un uso de lenguaje –sobre todo a nivel público, prensa, televisión, radio, instituciones gubernamentales- y cualquier otra forma de representación –imagen, personajes públicos- que denoten respeto, objetividad y estén apegados a los nociones científicas más avanzadas. Esto ha sido una labor intensa desde varios frentes porque el lenguaje constituye significados y prácticas profundas de la vida social que no son sencillos de cambiar.

Uno de esos primeros frentes ha sido sustituir el lenguaje que los identifica y que los nombra. Denominaciones como “puto”, joto”, “vestida”, “maricón”, “mujercito" denotan desprecio y estigma; los y las activistas han ido introduciendo otro lenguaje para nombrar lo travesti, lo transexual y lo transgenérico –distinto, también, a lo homosexual y lésbico- dentro la población LGBT, en los medios de comunicación (prensa, televisión y radio), en iniciativas de ley, en diagnósticos sobre derechos humanos, en foros públicos, etcétera. Otros términos, vinculados a su condición, como “cambio de sexo” o “la jarocha”, denotan poca precisión y un alejamiento del lenguaje empleado por la sexología y el derecho para designar las cirugías –que regularmente se llevan a cabo bajo estrictos protocolos médicospara modificar los genitales. La adopción y difusión de un lenguaje avalado por estas disciplinas científicas –como el término de reasignación sexual- ha sido una

97

de las principales estrategias para ir sustituyendo el lenguaje que comúnmente se emplea.

El otro frente está en las representaciones que regularmente se difunden en el espacio de la vida pública y que hacen referencia a lo trans. Se trata de representaciones que ridiculizan, humillan, incitan al odio o a la confusión y estigmatizan. Un ejemplo de ello lo constituye la denuncia pública que hicieron algunas personas y grupos de la idea difundida de “transexual igual a hombre vestido de mujer” en el concurso “Buscando a Memo” del Programa “Otro Rollo” de Televisa que se transmitió en enero de 2007. En el “Manifiesto de inconformidad de la comunidad transexual hacia la desinformación en medios de comunicación que preparó el grupo Disforiadegénero.org se considera que en este programa139:

- Se faltó el respeto a la comunidad trans. - Se exhibe un desconocimiento de los descubrimientos recientes sobre de la transexualidad, que demuestran que el concepto de género es un asunto complejo que no es posible reducirlo al sexo. - Se incitó, promovió y difundió la agresión del público hacia las personas transgénero y transexuales. - Se promovió la discriminación en tanto se resaltó una diferencia.

En este documento se sugería que el conductor, Adal Ramones, reconociera públicamente que todas las personas transexuales y transgénero merecen respeto y tolerancia, además se exhortaba a la televisora para que no volviera a utilizar a la comunidad trans ni a las mujeres para generar morbo y con ello ganar rating.

Por otra parte, el término transfobia se ha implementado en el discurso de los y las activistas para especificar la aversión, temor o rechazo que los otros pueden

139

Díaz, Fernando, “Buscando a Memo fue discriminatorio: transexuales”, México, 31 de enero de 2007. Versión electrónica: http://anodis.com/nota/8543.asp (Fecha de consulta: 21 junio 2008) 98

experimentar hacia las personas travestis, transexuales y transgénero. Manuel Herrera, del Grupo 44 de Amnistía Internacional, Sección México la define como la agresión obsesiva, el rechazo, el odio y la violencia hacia las personas que asumen una identidad de género distinta al mandato social hegemónico y que rompen con los esquemas dicotómicos entre sexo y género que se les asignan al nacer140. El término se ha empleado con mayor frecuencia para hacer visible la situación de vulnerabilidad de este grupo.

2.3.5 Discriminación laboral Muy recientemente el tema de la discriminación laboral ha sido abordado por los grupos y organizaciones travestis, transexuales y transgénero de forma sistemática. La denuncia, hacerlo evidente ante los ojos de propios y extraños, ha sido también una de las acciones principales en este rubro. De forma paralela se encuentra la reflexión de las razones por las que estas personas se ven obligadas o restringidas a trabajar en los terrenos del estilismo, el espectáculo o el trabajo sexual.

Esto es parte de la exclusión y discriminación que han experimentado durante mucho tiempo, porque “sólo promueven que se una a un gueto, limitando el desarrollo profesional y equitativamente remunerado en otros ámbitos”141 y reproduciendo los estereotipos que contribuyen a limitar aún más las posibilidades de inserción laboral de las personas en las áreas para las que se prepararon profesionalmente, lo que representa, además, un desperdicio de recursos humanos y económicos. En este sentido, las experiencias de intentar ingresar y mantenerse en otras áreas laborales presenta resultados más bien negativos, al prevalecer el rechazo por parte de los empleadores desde el momento mismo en

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Herrera, Manuel, en su intervención en el Video-Debate de Amnistía Internacional “Las personas trans entre los fuegos de la transfobia, la discriminación y la violencia”, Museo del Estanquillo, Ciudad de México, 10 julio 2008. 141 Risco, Anxélica, “Discriminación laboral y transgénero”, en Sánchez Camacho, David (comp.), Memoria del Primer Foro de Diversidad Sexual y Derechos Humanos (Orientación sexual y expresión genérica), México, Nueva Generación Editores, 1999, pp. 186. 99

que se solicita el empleo o la despedida del mismo después de algún tiempo de labores.

Las personas trans han apelado a su derecho al trabajo que se ampara en el artículo 123º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Sin embargo, han considerado que para evitar la discriminación laboral es necesaria una reforma legal amplia que abarque a diferentes instituciones de índole estrictamente laboral pero también jurídica, sanitaria y de protección social.

Una consecuencia negativa derivada tanto de la falta de empleo y de la violencia en contra que experimentan las personas transgenéricas y transexuales es la emigración a Canadá y España, países con leyes que protegen los derechos trans y a donde se han dirigido mexicanas y mexicanos con esta condición porque todavía hoy en el país no se les reconoce ni su derecho a la personalidad jurídica de acuerdo a su identidad de género, ni su derecho al trabajo.

2.3.6 Trabajo sexual comercial: doble estigma Como una derivación de la lucha en torno a la discriminación laboral, algunos grupos y organizaciones han considerado que las personas travestis, transexuales y transgénero que se dedican al trabajo sexual requieren una atención específica, que tome en cuenta las condiciones particulares de su trabajo y que se promuevan campañas, programas e iniciativas de ley que sean efectivas en el respeto de sus derechos y a una vida libre de violencia.

Este sector de la población trans tiene otro tipo de vulnerabilidades, generalmente se encuentra en la calle, a expensas de infecciones de transmisión sexual como el VIH, la explotación y la violencia física y sexual que puede resultar mortal. Uno de los grupos que ha hecho hincapié en la atención a este sector es Humana, Nación Trans, que surgió en el 2006 y que ha trabajado con trabajadoras sexuales de varios estados del país en la promoción del uso del condón y de la defensa de sus derechos humanos. La participación de éstas en eventos y foros públicos es un

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paso hacia la visibilización y la salida del gueto a las que Anxélica Risco hacía referencia anteriormente.

Las personas trans que se dedican al trabajo sexual sufren un doble estigma y una doble discriminación, por su condición y por su actividad laboral. Sin lugar a dudas la lucha es aún más compleja porque involucra a amplios sectores de la población y a instancias gubernamentales, como las policías142. El estigma hacia las personas que realizan trabajo sexual también se encuentra dentro del colectivo travesti, transexual y transgénero. Al ser una actividad que no cuenta con reconocimiento social y preenjuicia el carácter moral de las personas, es muy difícil su aceptación en el conjunto de la población trans.

Es necesario recordar que dentro de este conjunto operan las distinciones y desigualdades sociales por clase, edad y etnia; una proporción considerable – aunque no se sabe exactamente cuál es- tienen una condición económica desfavorable, entonces hay una distinción y separación entre las personas trans que gozan de una posición económica más favorable y que tienen otras ocupaciones. No se cuenta con información precisa respecto al rechazo que sufren dentro del colectivo trans, sin embargo sería importante profundizar en su estudio como una forma de proyectar su necesaria erradicación.

2.3.7 Reconocimiento jurídico de la identidad de género Este es otro de los temas de reciente atención y formulación de propuestas por parte de la sociedad civil y organismos gubernamentales. La diferencia entre la imagen que adopta la persona transexual o transgénero, después de someterse a tratamientos psicólogos y médicos, y sus documentos que la identifican es un problema para las personas transexuales y transgénero. En México, apenas a 142

La situación de las personas trans que ejercen trabajo sexual en México es muy parecida a la de otros países en América Latina. Por ejemplo, el Perú este sector recibe más agresiones, e incluso tortura por parte de los cuerpos de seguridad municipal y la policía nacional (Herrera, Manuel, voluntario de Amnistía Internacional del grupo LGBT, en su intervención en el VideoDebate de Amnistía Internacional “Las personas trans entre los fuegos de la transfobia, la discriminación y la violencia”, Museo del Estanquillo, Ciudad de México, 10 julio 2008. 101

finales de agosto de este año se aprobó una iniciativa de reformas y adiciones a códigos en el Distrito Federal que autoriza el cambio de nombre y sexo legalmente, al reconocer la personalidad jurídica de la identidad de género de las personas transgenéricas y transexuales, lo que antes podía llevarse a cabo con la reforma del artículo 135º del Código Civil del DF, del 13 de enero de 2004 pero que resultaba ineficiente por el alto costo que tenían que invertir las personas transexuales para llevar a cabo un juicio, además del largo tiempo que implicaba la resolución del mismo y la exposición a juicios de valor de los y las jueces.

El asunto comenzó a reflexionarse a finales de la década de los noventa y no fue sino hasta el 2006 que hubo una primera iniciativa de ley a nivel federal, denominada “Identidad de Género”, que presentó el diputado Inti Muñóz del grupo parlamentario del PRD. La iniciativa garantizaría la rectificación del acta de nacimiento, en cuanto a nombre y sexo, de todas aquellas personas transexuales que lo solicitasen mediante una autorización judicial. Hasta el momento esta iniciativa no ha sido dictaminada.

Posteriormente, en marzo de 2007, el diputado David Sánchez Camacho del grupo parlamentario del PRD presentó la Iniciativa de Ley Federal para la Discriminación de los Derechos Humanos y Civiles de las Personas Transgénero y Transexuales que permitiría a las personas ajustar su acta de nacimiento ante el Juez del Registro Civil y, además, recibir atención médica en instituciones gubernamentales. Esta iniciativa aún no ha sido aprobada, aunque ya recibió una opinión favorable de parte de la Comisión Especial de No Discriminación, Nuevos Sujetos y Nuevos Derechos en noviembre de 2007 y el visto bueno de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública, cuya posición es que los gastos que implicaría su entrada en vigor no tendrían efectos negativos en las finanzas públicas.

En la Ciudad de México se han presentado varias iniciativas encaminadas al reconocimiento jurídico de la identidad de género de las personas transexuales y

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transgénero. La primera de ellas se presentó en la ALDF el 31 de enero de 2008 por los diputados Jorge Carlos Díaz Cuervo, Enrique Pérez Correa, y Juan Ricardo García Hernández de la Coalición Parlamentaria Socialdemócrata, la Iniciativa con Proyecto de Decreto que Reforma, Modifica y Adiciona Diversas Disposiciones del Código Civil, Código de Procedimientos Civiles, Código Penal y la Ley de Salud, todos del Distrito Federal.

Después, el 20 de mayo de ese mismo año, se presentó ante este mismo organismo la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se Reforman y adicionan diversas Disposiciones del Código Civil, Código de Procedimientos Civiles, para el Distrito Federal por los diputados Leticia Quezada Contreras, Tomás Pliego Calvo y Enrique Vargas Anaya, del Grupo Parlamentario del PRD. Por último, el 15 de agosto los diputados Jorge Carlos Díaz Cuervo, Leticia Quezada Contreras, Tomás Pliego Calvo, Víctor Hugo Círigo Vásquez, Enrique Pérez Correa, Agustín Guerrero Castillo, Daniel Ordóñez Hernández, Enrique Vargas Anaya, Rebeca Parada Ortega y Ricardo García Hernández presentaron la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforman y adicional diversas disposiciones del Código Civil y Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal. Esta última iniciativa fue votada favorablemente en la Comisión de Administración y Procuración de Justicia el lunes 25 de agosto y por el pleno de la ALDF, el viernes 29 de agosto de este año.

La participación de las personas trans ha sido muy importante en la promoción de estas distintas iniciativas. A raíz de la iniciativa federal de marzo de 2007 se formó el Frente Ciudadano pro Derechos de personas Transexuales y Transgénero, que ha participado en la sensibilización de los legisladores respecto del tema. En enero de 2008, para el apoyo y promoción de las iniciativas de la Ciudad de México se creó la Red de Apoyo Trans (RTT), formada por personas trans, activistas gays y lesbianas, y profesionales de la salud y el derecho, que ha acompañado de cerca las distintas fases de la iniciativa, formulación, difusión, discusión, cabildeo con asambleístas, etcétera.

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La aprobación de la iniciativa en el Distrito Federal sienta un precedente muy importante para el avance de la iniciativa federal y/o la formulación de iniciativas semejantes en otros estados del país. La aprobación de la iniciativa de reforma constitucional al artículo 4º para que se reconozca en la Carta Magna el derecho a la identidad y expresión de género, presentada por el diputado David Sánchez Camacho el 13 de junio de 2007, también coadyuvaría al reconocimiento legal de la identidad de género de las personas transexuales y transgénero del país.

2.3.8 Salud: responsabilidad pública La lucha que han tenido que enfrentar, especialmente las personas transexuales, son un conjunto de ideas y prácticas con respecto a los tratamientos hormonales y quirúrgicos a los que se someten para hacer congruente su cuerpo con su identidad de género. A finales de la década de los setenta se tenía un conocimiento poco preciso de sus necesidades de intervención médica y tampoco existía una práctica médica adecuada ni ética. En una carta que dirigió Juan Jacobo Hernández al periódico UnomásUno en 1979 señalaba que los homosexuales –así llamados en esa época- podían realizarse el “cambio de sexo” –reasignación sexo-genérica, término con el que se conoce actualmente- en la frontera de México sin seguir ningún protocolo médico, lo que les ocasionaba enormes problemas de salud e imagen y también la muerte. Sugería que los Tribunales Superiores de Justicia reglamentaran tal situación, con la restricción de estas cirugías sólo a quienes realmente lo requirieran, además de denunciar a los médicos que hacían estas prácticas fuera de todo protocolo143.

Actualmente existe una práctica médica, desarrollada principalmente en el servicio particular, dirigida a las personas transexuales y transgenéricas dentro de los marcos éticos y profesionales que se reconocen internacionalmente. Sin embargo, el tratamiento requerido –psicológico, hormonal y quirúrgico- representa un 143

Hernández, Juan Jacobo, “Los ‘cambios de sexo’, retazos quirúrgicos”, en Uno más Uno, 21 de agosto de 1979, pp. 2. 104

elevado costo para esta población, sobre todo si se toma en consideración que su actividad laboral e ingresos se ven precisamente afectados debido a su condición.

Entonces, las personas trans han planteado la necesidad de que este tratamiento pueda ser ofrecido por instituciones de salud pública. En algunas de las distintas iniciativas de ley y decretos de reforma federales y locales que se mencionaron anteriormente se contempla este aspecto. Sin embargo, es un tema que ha causado cierto debate. Por ejemplo, ante la primera iniciativa que se propuso en la ALDF, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrad señaló que “la administración capitalina no tiene en estos momentos recursos económicos para poder cumplir con una ley para el cambio de sexo que eventualmente apruebe la Asamblea Legislativa”144. Aunque se ha argumentado, por parte de especialistas en la medicina y la sexología, que el costo no es muy elevado145, en la iniciativa final que recién se aprobó en la Asamblea local se excluyó la atención psicológica y médica para las personas transexuales y transgénero. Ello debido, también, a que la Comisión de Salud de la citada Asamblea no mostró disposición a abordar el tema.

Entonces la atención pública de las necesidades psicológicas y médicas que tienen estas personas todavía es un tema pendiente en todo el país.

Otro de los temas que caben en el rubro de la salud es lo relacionado con el VIH/SIDA y otras ITS. Desde hace dos años, el CENSIDA ha impulsado la atención y prevención del VIH/SIDA entre la población trans, procurando distinguir sus particularidades, diferenciándola de la población homosexual146 y de los 144

Cuenca, Alberto, “Faltan recursos para cumplir con ley de cambio de sexo: Ebrad”, en El Universal, 31 de enero de 2008. Versión electrónica: www.eluniversal.com.mx/notas/478666.html (Fecha de consulta: 16 junio 2008) 145 Grajeda, Ella, “Ven fácil y barato cambiar de sexo”, en El Universal, 2 de febrero de 2008. Versión electrónica: www.el-universal.com.mx/ciudad/88781.html (Fecha de consulta: 16 junio 2008) 146 Hazel Gloria, Davenport, “Las vulnerabilidades de la Eva refundada. Riesgos del VIH en la población de mujeres transgénero y transexuales”, en Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA e Instituto Nacional de Salud Pública, SIDA: aspectos de salud pública. Manual, México, CENSIDA e INSP, 2006, pp. 105-116. 105

hombres que tienen sexo con otros hombres, siendo la única institución del sector salud a nivel federal en brindar atención específica a las personas transgenéricas y transexuales. Además, la Norma Oficial Mexicana 010, en su última actualización, sobre la infección por el VIH incorpora los términos de homofobia, transgeneridad y transexualidad.

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CAPITULO 3 CONDICIONES DE VIDA, NECESIDADES Y PROBLEMÁTICA DE LAS PERSONAS TRAVESTIS, TRANSEXUAL Y TRANSGÉNERO EN MÉXICO: UN ACERCAMIENTO CUALITATIVO Se puede sobrevivir siendo transexual en México, pero no se puede vivir, al menos no una vida como cualquier ser humano merece.147

El objetivo de este capítulo es describir y analizar, desde una metodología cualitativa, algunas de las condiciones de vida, necesidades y problemáticas que experimentan las personas travestis, transexuales y transgénero en México. Se trata de un acercamiento desde la percepción de las propias personas, sobre las implicaciones y experiencias de sus condiciones en el ámbito familiar, educativo, laboral y económico, legal, de salud y de participación política. Se han considerado estos ámbitos en consecuencia de las argumentaciones hasta aquí presentadas, considerando que representan espacios de la vida privada, pública y social donde esta población experimenta mayor o menor discriminación.

La metodología cualitativa permite una indagación y comprensión profunda de las experiencias y significados que las personas tienen con respecto a la realidad, privilegia la elaboración subjetiva que llevan a cabo las personas con relación a ésta148. Dicha metodología forma parte del enfoque general que se ha asumido en este trabajo. En ese sentido, la subjetividad no es una cuestión individual, sino una producción de sentidos y significados ubicados en coordenadas sociales, culturales e históricas149

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Nadia, 21 años, transexual, Ciudad de México, refugiada política en Canadá desde hace dos meses. 148 Castro, Roberto, “En busca del significado: supuestos, alcances y limitaciones del análisis cualitativo”, en Szasz, Ivonne y Lerner, Susana (comp.), Para comprender la subjetividad. Investigación cualitativa en salud reproductiva y sexualidad, México, El Colegio de México, 1996, pp. 57-85. 149 Szasz, Ivonne y Amuchástegui, Ana, “Un encuentro con la investigación cualitativa en México”, en Szasz, Ivonne y Lerner, Susana (comp.), Para comprender la subjetividad. Investigación cualitativa en salud reproductiva y sexualidad, México, El Colegio de México, 1996, pp.17-30. 107

La información se obtuvo de entrevistas semiestructuradas (Ver Anexo 1) que se realizaron a personas que se autodefinen como travestis, transexuales o transgénero y que habitan en alguna parte del territorio nacional o que radican en otro país por motivo de discriminación (Ver Anexo 2). No se intentó una representatividad numérica ni geográfica porque a diferencia de otras categorías sociales, de relativa facilidad para su ubicación e identificación, con las condiciones travesti, transexual y transgénero hay un grado considerable de anonimato y ocultamiento.

Entonces se realizaron las entrevistas que más se pudieron lograr en el transcurso de un mes (entre julio y agosto de 2008) mediante contactos vía electrónica y telefónica. La previa experiencia en trabajo de campo y la información conocida – sobre todo por la prensa e Internet- orientaron la búsqueda de personas en entidades como Guanajuato, Guadalajara, Hidalgo, Oaxaca, Morelos, Veracruz. Sin embargo, no se lograron las entrevistas en todos estos lugares y la búsqueda se amplió a otros. Bajo las categorías de análisis que se construyeron a partir del contenido de las entrevistas se presentan los resultados obtenidos.

3.1 La familia: rechazo, aceptación y resignación Hay una diversidad de situaciones familiares en las que se encuentran las personas travestis, transexuales y transgénero entrevistadas. Es notorio que la mayoría es soltera y no tiene descendencia; la única persona que es casada (y tiene dos hijos) vive sola. Las demás viven con madre o con su padre, o con los dos, con hermanos o también solas. Las actitudes de los familiares son distintas de acuerdo a la condición de la persona, al momento de su proceso, así como a la comunidad donde pertenece. Las variaciones de rechazo y aceptación también responden al ciclo de la unidad familiar y sus necesidades.

El momento en el que la persona muestra su condición (verbal o corporalmente) frente a sus familiares es central en la experiencia dentro de la familia, ya que en algunos casos marca el tipo de relación que se establecerá a futuro. Para las

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personas travestis esto no necesariamente es así, su condición la comparten con algunos familiares y con otros no: R: Bueno, en mi familia sólo lo sabe mi hermana, mi hermano, mi cuñada, mi mamá y mi papá no lo saben [se ríe]. E: ¿Y cómo reaccionaron? R: Bien, no hubo ningún problema. De ahí en adelante no lo hemos vuelto a comentar, así como sentarnos a platicar y a dónde voy, y hemos tenido algunas pláticas o algunos comentarios que tienen que ver con el tema ¿no? pero no, la ocasión que lo comentamos, que lo comenté con ellos, no hubo muestra de rechazo, en cambio no sé, fueron palabras en el sentido de que finalmente soy su hermano, independientemente de… cualquier otra situación que se pudiera dar. No, no, no hubo ninguna muestra de rechazo. (Rosalba150, 40 años, travesti, Ciudad de México) Sin embargo, aún para las personas travestis, los padres constituyen un asunto delicado; se puede no decirles, incluso tener la expectativa de no abrir el tema con ellos a futuro y si se llegara a dar los padres ya habrán pasado por un proceso de aceptación, propiciado por una serie de mensajes o “pistas” que conducirán a alguna conclusión: R: … el caso de mi papá, mi mamá a lo mejor en algún momento se lo podría contar o en algún momento ellos me van a decir ¿no? pero ya para eso seguramente ya habrían pasado mucho más cosas seguramente ya sabrán o habrán pistas más claras o no sé ¿no? E: Entonces no ha habido ninguna actitud negativa respecto a tu condición... R: No. Digo a todas las salidas nadie me dice… no me cuestionan a dónde voy, mi hermana que sabe, porque a ella le comenté que cuando 150

Algunos de lo nombres han sido cambiados, previa autorización de las personas. El nombre corresponde a la identidad de género que regular o permanente asumen las personas. 109

salgo me voy a estos eventos del grupo, que por eso no llego al día siguiente ¿no? o no llego en la noche, entonces no sé si en algún momento le haya ella comentado a mi mamá, pero, bueno, nunca me han dicho, “oye ¿a dónde vas?, ¿a dónde sales tanto?”, no, no hay esas preguntas. Bueno está el rollo de las uñas que también me las han visto, ya ahorita van como dos años, no, sí, quizás dos años que me las dejo crecer mucho, pero no, a mi papá le ha dado por decirme “hija”, como muy retiradamente, entonces tú dices “bueno”, tampoco le digo no, ni le corrijo ni nada por el estilo. (Rosalba, 40 años, travesti, Ciudad de México)

Durante la niñez, cuando se dan las primeras experiencias donde se adoptan comportamientos y vestimenta del otro género, la madre y el padre son un referente importante para adquirir el significado de dichas experiencias dentro del entramado social y cultural; se marcan los papeles y las identidades de género fundamentadas en el sexo de nacimiento y se orienta su percepción hacia la anormalidad y el odio así mismo, muchas veces de manera agresiva. Por ejemplo, Jana, que a los seis años fue descubierta por su madre cuando estaba vestida con atuendos femeninos: J: …y pues ya que me desperté, pues como que me empezó a regañar de cierta forma, pues de que no, o sea “¿qué haces?, o sea, ¿qué es lo que quieres? ¿no? –me dice-, o sea ¿quieres ir de falda y eso a la escuela? ¿o qué, te llamo Jaira?” Pero lo escuché muy… muy agresivo y pues no, o sea, así como que “lo que tú quieras”. Obviamente cuando estás chico pues sientes un temor pues inmenso… E: ¿Y cuántos años tenías cuando pasó eso? Y: Eso… tenía seis. Sí. Y yo creo es más cuando te comienzas a dar cuenta de lo que pasa alrededor o sea, qué eres, y pues yo siempre fantaseaba con que “no, ¿sabes qué?, porque no soy como ninguno de mis compañeros”, porque… siempre me sentía totalmente aparte, y

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pues obviamente entre los regaños y eso ¿no? pues de que “no, no lo voy a hacer” ¿no? y me sentía mal, por eso incluso antes me sentía en cierta forma así como… como con homofobia pues y me odiaba a mí también o sea, era muy intenso todo lo que pasaba interiormente… y (…) pues ya llegó un momento (…) en que [dije] “no pues yo soy así, o sea… me gustan los hombres pero no me gustaría estar con un hombre yo como hombre” y por eso pues no tuve, pareja, o sea, veía de repente a mis amigos y todo y, no sé, pensaba muchas cosas de eso… y… (…) lo que fue en la primaria sí hubo un tiempo en que no me vestí para nada, pues porque decía “no, es que esto es malo, no” y… pero pues no, o sea de repente no podía, o sea es… o sea dices “bueno, o sea qué… pues ¿qué soy?” ¿no? Entonces, de repente (…) es una conciencia de que sabes que no eres tan común para nada… (Jana, 24 años, transexual, Culiacán, Sinaloa)

De esta manera, la familia asume el papel de vigilar y castigar cualquier comportamiento de género que considere fuera de lo socialmente establecido (o de lo que se considera “natural” para mujeres y hombres), en ocasiones justificado en una ideología religiosa: N: El asunto es que mis padres ¡son muy católicos!, ¡en especial mi padre!, ¡se mete mucho a la Biblia! y él sólo dice: “¡sólo dios hizo hombre y mujer! no hizo medias tintas”. Entonces para él esto es algo de malos espíritus que me han lavado la cabeza, que el internet fue mala influencia para mí, que yo debo ser el "hombre" que ellos aún piensan que soy, cosa que no es así y nunca lo será. E: Y supongo que las cosas se ponen tensas… N: ¡Mucho! Por decir hoy en la mañana mientras desayunaba mi vasito de leche con pan, agarraba el pan y pues tengo desde siempre la costumbre de agarrar las cosas con una cierta delicadeza, entonces mi mamá dice “¡agarra el pan bien!, ¡agárralo con todos los dedos, no te

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pasa nada!”, entonces como era momento en que yo desayunaba me sentí tan atacada en ese momento que quizá hice mal en decirle “ya mejor deja de estarte fijándote en mí, que está bien o que está mal,

mejor fíjate en lo tuyo” y pues ya mi papa abogó por mi mama y pues ¡ya sabrás la que se armó! la de Dios es padre!. (Nelly, 24 años, transexual, Ciudad Guzmán, Jalisco)

De esta manera, se genera un ambiente de hostigamiento en contra de la persona que paulatinamente afectada los lazos familiares. Por ejemplo, la relación que llevaba Nelly con su familia cambió completamente desde hace dos años que les dijo sobre su condición transexual:

N: La familia y yo siempre antes de decirles lo mío, siempre era todo bien, buena onda, no te miento, era una relación buena, sana, pero pues para ellos siempre pasé por niño y aunque les tenía mucha confianza nunca les dije qué me sucedía, por miedo, yo veía actitudes burlonas, críticas duras, juzgaban a las personas del sector LGBT y siempre traté de ser el "niño normal", por miedo a un rechazo. Pero en

general todo era muy bien. (Nelly, 24 años, transexual, Ciudad Guzmán, Jalisco)

El miedo al rechazo por parte de la familia, que también se observa en las palabras de Nelly, es motivo para que las personas transexuales y transgénero no hablen abiertamente de su situación dentro de la familia. A diferencia de algunas otras condiciones de la diversidad sexual (por ejemplo, la homosexualidad femenina o masculina), donde las personas tienen la opción de no manifestarlo verbalmente, las personas transexuales y transgénero no tienen muchas alternativas; su cuerpo comunica permanentemente sus deseos y, quizá, la emisión verbal para decir lo que son es sólo una parte del proceso de aceptación que experimentan dentro de la familia. El momento de transformaciones corporales es medular en el proceso que lleva la persona para vivir de acuerdo a

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su identidad de género, anticipa la posibilidad de asumir de manera completa su identidad. En ese sentido, la falta de aceptación de los padres representa un impedimento para que las personas puedan llevar a cabo este proyecto y las coloca en el dilema de tener que abandonar la casa para ello, sin embargo saben que conseguir un trabajo e independizarse económicamente no será sencillo. La libertad de expresión, en algunos casos, es imposible dentro de la familia: N: Actualmente no me expreso libremente, ya que no cuento en mi caso con ropa de acuerdo a mi género, pues mi familia tira todo lo que es relacionado con mi transexualidad, así que no hago intento por comprar nada, por decir mi cabello ahorita es una melena, ni siquiera lo dejo suelto, porque mi familia me prohíbe traerlo así, si traigo esmalte en las uñas es motivo de discusión con la familia. Entonces en realidad no me expreso libremente aún mi género, mientras siga viviendo en la casa del hostigamiento y represión. Afuera sólo pues trato de ser más yo, pero aún no me he animado, pues otro caso es que apenas voy comenzando mi TRH [Terapia de Reemplazo Hormonal], así aún no me siento segura de salir a la calle, creo que va ir siendo un proceso para ir superando cada barrera. Con algunas personas, amigos y amigas salgo y ya me hablan en femenino, aunque sigo vestido de niño, cosa que no es lo mío, pero cada vez expreso mi interior, sólo me falta exteriorizarlo y vivir como la mujer que soy. E: ¿Y qué es lo que te impide hacerlo? N: Mi familia, no lo hago por mi familia, mis padres se la pasan hostigándome, diciéndole a diario, la naturaleza, que Dios, bla bla, me hicieron en un cuerpo masculino y así debo quedarme, que yo debo casarme, hacer familia, no destruir mi cuerpo, que solamente voy a tener fracasos, voy ser infeliz, voy a ser desgraciada, desdichada, etc. Hasta mejor dicen “Vete de sacerdote, pero no le hagas daño a tu

cuerpo, mucho menos a tu alma”. (Nelly, 24 años, transexual, Ciudad Guzmán, Jalisco)

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En ocasiones, la salida de la casa no está directamente asociada a la condición de la persona, aunque no deja de estar presente, sino a una serie de situaciones que está experimentando y que a la familia le resulta de difícil manejo, sobre todo porque involucra a otros fuera del círculo familiar. Por ejemplo, Ariadna tuvo que salir de la casa de su papá (su mamá ya había muerto) a raíz de las constantes crisis emocionales –al parecer, por la insoslayable presencia de su cuerpo masculino- que la llevaron al hospital psiquiátrico y se fue a vivir con su hermana: E: ¿Quién te pidió que te salieras de la casa? A: Pues no fue que me lo hayan pedido, más que nada, mi hermana fue la que me dijo “salte de la casa”. E: ¿Así de repente? A: Eh, sí, sí porque ya estaban molestando a mi papá mucho de que ya dejara la casa, que ya iban a pedir la casa, mi papá ya estaba muy molesto, los vecinos ya estaban muy molestos. Es que dicen que el día que… que fueron por mí a sacarme, cuando intenté suicidarme, llegaron las patrullas, habían patrullas, habían ambulancias y se hizo un mitote; entonces de ahí pues la casera quería que nos fuéramos, una vez que yo me fui los dejó en paz. (Ariadna, 35 años, transexual, Ciudad de México)

La familia no es una entidad aislada, se encuentra en una red de relaciones sociales, económicas, afectivas y consanguíneas que forman parte importante en una decisión o actitud frente a la persona transexual y transgénero. En el caso de Ariadna, las y los vecinos y la persona que les rentaba la casa fueron determinantes para la expulsión del hogar. Algunas veces la familia extensa tiene una actitud de aceptación, en otros casos expresa franco rechazo y en otros sus actitudes no son tan claras pero limitan la adscripción de la persona transexual o transgénero dentro del círculo familiar:

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G: …una parte tal vez de… no sé si de discriminación o tal vez pueda ser un poco el entorno social, un poco sí con algunas amistades o incluso con la familia que sí te das cuenta que ya no eres requerida para las reuniones que solían hacerse ¿no? o que a veces llega a haber cierto condicionamiento ¿no? que por los niños “pues ojalá te pudieras venir un poquito… pues o sea sin… pues ya ves que hacen preguntas y eso” ¿no? que obviamente ¿qué dices? “bueno, si hacen preguntas pues se las contesto ¿no? pues no hay problema, créeme que yo no subvaloro su capacidad de entendimiento, de comprensión” (Gina, 36 años, transexual, Cuernavaca, Morelos).

Conforme pasa el tiempo las actitudes de las familias, sobre todo la de los padres, pueden cambiar, incluso en aquellas que mostraron desde un principio un franco rechazo. El momento vital por el que está pasando la familia así como la independencia económica de las personas que les permite proveer es lo que está asociado a este cambio, donde la presencia de la persona transexual o transgénero tiene más ventajas que desventajas:

G: Mi mamá nunca me ha apoyado, mi mamá tiene 86 años, una persona muy cerrada y a parte como soy hijo único, digo, hija única, ella esperaba que yo me casara que le diera nietos, que me casara con una mujer, viene el shock y luego deja el shock y que empecé a salir en la tele, cuando salió lo de la iniciativa, estaba yo en la casa, hasta fueron de hablar conmigo (…) un primo fue a platicar con Manuel sobre eso y a molestarlo y a decirle que por favor… el problema es que Galia no le hizo caso y una de las reglas, uno de los acuerdos a que llegamos es que no iba a utilizar mi apellido, pero cuando vi que no cambiaban su actitud el año pasado dije “bueno… ellos siguen en su plan, pues Galia va a seguir en el suyo, entonces a partir de ahora me llamo Galia P., y que digan misa”, eso dio paso a diferentes discusiones con mi mamá, eran discusiones crónicas sobre eso, siempre había un pretexto, sobre

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todo porque las vecinas, yo la convencía y las vecinas la desconvencían, entonces de repente, un día hablaba de mi y le digo “Martha –porque así se llama, Martha, mi mamá- escucha Martha ya no le hagas caso a esas pendejas, tu hijo se va a ir y tú te vas a quedar sola por culpa de ellas y ellas no van a venir a ayudarte para nada, nada mas eres tú y él, mira, yo acabo de estar en una estética aquí a dos cuadras y el gay que me corta el pelo me dijo que Manuel es una persona que los ha ayudado mucho, que lo admiran, que lo quieren muchísimo, ¿por qué no lo aceptas?, acéptalo y ya déjate de esto, porque nada más eres tú y él, no hay nadie más, porque mi papá ya murió, afuera no hay más, esas pinches viejas argüenderas nomás te están metiendo cosas en la cabeza, te están chingando la vida” (…) y ya, se calmaron las cosas, ahorita no hay ningún problema, porque sí era así de que… muy duro, pero ahorita ya, me lava mi ropa, es que ya comprendió… (Galia, 39 años, transexual, Monterrey, Nuevo León)

En este caso, se observa una reproducción tradicional de los roles, donde la persona transexual es proveedora y su familiar retribuye este soporte económico con actividades domésticas. ¿Se trata de un gesto de aceptación o de un acto machista? La práctica cotidiana de los roles genéricos tradicionales dentro de la familia pueden constituir para las personas participantes actos de aceptación, aunque esto conlleve una reproducción en detrimento de la equidad e igualdad entre sus miembros. En las relaciones familiares tradicionales es común esta reproducción que puede dar viso de aceptación. Las personas transexuales no están exentas de esta reproducción genérica tradicional.

Gina tiene circunstancias de vida parecidas a las de Galia. El ciclo de vida de su familia se vio trastocado a partir de la muerte de una de sus hermanas, aspecto que se combina de manera interesante con el apoyo económico que le ofrece a su mamá:

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G: …han sido pláticas, ha sido cuestión de hacerle ver que ella de alguna manera pues si ya perdió a una hija por qué quiere correr el riesgo de perder a alguien más, o sea, de otra pérdida ¿no? entonces ha sido un trabajo, eh, sí fuerte, pero ha llegado un momento en que ha entendido y si bien es cierto, su apoyo, pues me comenta que es abierto, ella me dice “pues es difícil para una mamá tratar de entender todo esto –dice- porque pues entiende que yo te tuve, yo te vi, para mí es una situación muy difícil acá arriba –tratarse de hacerse una idea ¿no?-, claro que yo no quiero que sufras nada, pues si no puedo entender tampoco todo, tantos años de sufrir ya una situación así –dicepero de alguna manera pues tenemos que ver forma de salir adelante ¿no? Es algo un poco triste o fuerte que yo diga esto pero tal vez, mi mamá lo dice… porque pues ella depende económicamente de mí ¿sí me explico? Entonces es una situación también difícil para ella, incluso algunos de sus familiares le han cuestionado a mi mamá, “bueno si tú pudieras valerte por ti misma, ¿de veras aceptarías a Gina? Y mi mamá dice “bueno sí, es una situación, sí sería difícil, tal vez sería otra circunstancia” (Gina, 36 años, transexual, Cuernavaca, Morelos)

A veces la presencia de un miembro de la familia que sea travesti, transexual o transgénero no representa mayor problema, sólo algunos ajustes en la dinámica familiar. Las personas reciben apoyo, los familiares asumen una actitud receptiva y de aceptación, como es el caso de Sergio, un hombre transexual: S: …entonces yo decido externárselo a mis papás, afortunadamente lo tomaron de la manera… no normal sino… sino buena, o sea, me dijeron “a ver ¿de qué se trata?”, “no pues así”, “¿qué va a pasar?”, “pues me va a pasar esto”, les estuve, a grandes rasgos, platicando qué era lo que iban a ver o a escuchar, entonces lo tomaron bien, me dijeron “a ver, ¿dónde encontramos información también?” y ya, total, ellos solitos se metieron en internet, estuvieron buscándole, leyendo y me dijeron

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“pues adelante ¿qué es lo sigue?”, yo dije “bueno, lo que seguiría pues para mí es una terapia psicológica” y se me quedaron viendo muy raro y me dijeron “¿cómo una terapia psicológica?”, les dije “sí, pues una terapia psicológica, lógicamente el psicólogo o el sexólogo no me va a decir ‘no, no, no, tú estás mal’, no, sino me va a dar, pienso yo, que ciertas herramientas para enfrentarme a la sociedad” y me dijeron “¡ah! pues adelante! Busca quién te pueda ayudar en esto”. (Sergio, 28 años, transexual, Morelia, Michoacán)

La aceptación de los padres también se observa en culturas que se han evidenciado como tolerantes hacia las personas que asumen un papel de género independientemente de su sexo de nacimiento. Es el caso de Juchitán, Oaxaca, donde se nombra muxe guna a la persona que nació como hombre y que tiene una identidad y rol de mujer; y ngüíu a la persona que nació como mujer y tiene una identidad y rol de hombre151. En esta sociedad, los padres se resignan ante el hecho de tener un hijo muxe guna, terminan por aceptarlo y la mamá tiene un papel fundamental para su integración y aceptación en la comunidad:

B: Cuando nace el varón y a lo largo del tiempo el varón presenta características femeninas y comportamientos femeninos pues no hay discriminación por parte de los padres, sino más bien hay una resignación, es una resignación porque luego de repente la madre dice ¿no? “bueno, pues si ya es muxe pues qué le voy a hacer, ya dios lo mandó así pues ya lo voy a aceptar, no lo puedo regresar porque ya me lo mandó así”. Entonces empieza el proceso de resignarse a que el niño va a ser muxe de grande y en base a eso se resignan y lo que queda es aceptar; para la figura paterna es un poco más difícil porque por supuesto de que todas sus ideas de que qué iba a ser el varón pues todo se le viene abajo y es un proceso mucho más duro que incluso el 151

Gómez, Amaranta, “Trascendiendo”, en Desacatos. Revista de Antropología Social, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, núms. 15-16, otoñoinvierno, 2004, pp. 199-208. 118

padre, en los primeros años de que el muxe va a creciendo, no se acerca tanto al muxe, sino más bien ya se acerca más al muxe cuando está generando o… se va construyendo… una persona que sea respetada ¿me entiendes? Eso es a la edad de 12, 13, 14, 15 años. Y hace que el muxe sea más apegado a su madre porque la madre es la que tiene que sacar al muxe de su casa, o sea, primero si yo te protejo en mi casa como madre y te doy todo, todo mi amor y toda mi protección cuando yo salgo a la calle contigo no quiero que nadie te falte al respeto y nadie te lo va a faltar porque vas conmigo. Entonces si la madre proyecta esa imagen al mundo exterior a la población, la población va a querer y a respetar al muxe porque en su casa la respetan. Entonces es resignación y luego aceptación. (Berenice, 30 años, muxe guna, Juchitán, Oaxaca)

Los papás tienen más dificultad para aceptar a un hijo muxe guna y no tienen un vínculo afectivo con él hasta que contribuye económicamente al hogar, alrededor de los 20 años. Para los muxes esto no es signo de preocupación porque ellos nacen “con un espíritu de lucha incansable” y, además, el vínculo afectivo significativo es el que establecen con la mamá.

¿Qué sucede cuando la situación familiar contempla hijos y una pareja con la que se tiene una unión civil? Es una situación compleja porque aunque se trata de dos tipos de relación afectiva están estrechamente vinculados, una decisión sobre la pareja involucra a los hijos y viceversa. Por ejemplo, Wanda comenzó a tener problemas con su pareja por “arreglarse demasiado” y salir los fines de semana, entonces desde hace tres años decidió separarse (aunque todavía no se divorcia) y vivir sola. A pesar de esto, Wanda ha mantenido un vínculo estrecho con sus dos hijas -de 11 y 18 años-, quienes la habían visto y aceptado en su forma de ser. Al parecer, este vínculo no se ha visto trastocado, aún ahora que Wanda vive como mujer “de tiempo completo”. Su presencia femenina dentro la familia ha implicado, eso sí, interesantes movimientos en la interacción, por ejemplo dentro

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de la familia se dirigen a ella en femenino y afuera lo hacen como “papá”. Es decir, un cambio de identidad y rol de género no necesariamente implica una modificación del rol familiar paterno. Nuevamente aparece la familia vinculada a la red social más amplia en donde parece que es más difícil trastocar los roles. Esto se observa claramente porque su ex pareja no le permite ir a la escuela de su hija:

W: …mi esposa le empezó a decir que no, que no entrara a la escuela porque había gente, había niños muy pesados ahí que se iban a empezar a burlar y cosas así. Bueno, entonces yo desistí pero ya después un día me dice la chiquita “quiero que vayas por mí a la escuela” y yo me quedé “no, espérate voy a decirle a tu mamá”, pero aquí lo importante del asunto es que ella ya lo quiso y eso es lo que a mí me importa o sea que aunque no vaya pero a mí lo único que me interesó es que mi hija, la chiquita, ya me había dicho “sí ve”, ya eso es lo único, es lo más importante que ella ya me está aceptando queriendo que yo vaya, ya no fui porque me dice mi esposa “no, es que hay un chamaco, que es gente muy cerrada y van a empezar a decir a sus papás y luego ‘no. no fíjense que su papá de Mónica es así’”. Eso es lo que ella piensa y entonces yo digo “bueno, mejor dejarla así” ¿no? (Wanda, 40 años, transgénero, Naucalpan, Estado de México)

Se observa, entonces, que el estigma en este caso podría extenderse a su hija, ante lo cual la familia tiene pocas alternativas para enfrentarlo, el contexto ideológico de rechazo se impone (“la gente es muy cerrada”) y las posibilidades de interacción se reducen notoriamente.

3.2 Educación La mayoría de las personas entrevistadas tiene estudios de licenciatura, completos o incompletos, las demás cuentan con estudios técnicos, bachillerato o secundaria. La razón principal para no seguir estudiando, en el caso de aquellas que tienen niveles educativos más bajos que la licenciatura, es la precaria

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situación económica de su familia. Paulina, por ejemplo, después de que estudió la tele secundaria entró a estudiar cursos de estilismo pero los interrumpió ya que no pudo pagar la inscripción y los materiales que le piden, lo que gana como ayudante en estética lo destina principalmente a apoyar los gastos de su casa, en donde vive con su papá y dos hermanas. Ariadna pasó por una situación similar, aunque estudiar estilismo era la opción más sencilla después de muchas crisis “de identidad” que la hicieron abandonar la licenciatura y otros trabajos. Al parecer, la percepción de la persona sobre su proyecto de vida es lo que interviene en que la interrupción educativa sea vista como negativa. A diferencia de Paulina, Ariadna no continuó en el estilismo laboralmente hablando, sabe inglés y es autodidacta, es decir, se ha esforzado por desarrollar distintas habilidades que podrían funcionar en el momento de buscar un trabajo. Paulina, en cambio, quiere desarrollarse exclusivamente en el estilismo y no sabe cuándo podría concluir sus cursos que le ayudarían a conseguir un mejor ingreso.

En la escuela hay actitudes de rechazo, de aceptación o de indiferencia hacia las personas travestis, transexuales o transgénero. En los primeros años de escuela, el rechazo generalmente se expresa con agresiones físicas o verbales de compañeros y compañeras de salón y de profesores y profesoras: N: Pues en la primaria me acuerdo que los niños de repente me buscaban pleito, aclaro yo siempre fui bien tranquila, y según yo disimulaba ser niño, comportarme como tal, pero a veces sí me buscaban pelea algunos niños, uno hubo un día que me escupió en la cara, a mí eso me enojo y lo escupí, pero supo de eso la maestra y esa maestra me escupió la cara a mí. En secundaria los chicos me hacían burla porque se me desarrollaron ligeramente los senos y me decían que ocupaba ya un brassiere, cosas así x el estilo. En prepa como es típico que los chavos se suelen uno a otro pellizcar las tetillas, y como a mí me las veían más abultadas de la cuenta pues buscaban el momento de agarrarlas o pellizcarlas, cosa por lo cual yo siempre

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andaba de brazos cruzados para evitar ese tipo de situaciones. (Nelly, 24 años, transexual, Ciudad Guzmán, Jalisco)

La aceptación se expresa cuando algún compañero o compañera defiende a la persona que es agredida. Ariadna recuerda, con mucho gusto, que cuando estaba estudiando estilismo dos de sus compañeras pusieron la queja ante la dirección de un muchacho que la molestaba constantemente. Gina, asombrada, platica que aunque estuvo en una escuela de monjas nunca recibió algún correctivo por traer las uñas pintadas o tener un comportamiento femenino.

Se podría suponer que como la mayoría de estas personas se mantuvieron durante bastantes años dentro de una institución escolar no enfrentaron mayores problemas en este espacio. Sin embargo, esto no está precisamente justificado por actitudes favorables hacia su condición, sino por la distancia social que había con compañeros, compañeras, profesores y profesoras; en varios casos el modelo de estudiante excelente es la mejor manera para que nadie preguntara ni hiciera alusión al tema. Esto, con el tiempo, se convierte en un aspecto adverso para el equilibro emocional de la persona, puesto que experimentan soledad y un sentimiento de incongruencia: G: …la primera vez que hablé con un psicólogo en forma fue en la escuela porque yo veía que sí me afectaba mucho en el aspecto social de que yo no hablaba con nadie, también me molestaba, bueno, hablé con el psicólogo de la escuela, le comenté que no me sentía bien con el hecho de que pues me daban mi reconocimiento, mi diploma, estaba por titularme por el promedio, pero que yo no me sentía a gusto porque sentía que se lo estaban dando a alguien más, que yo no era, que yo era como un fraude en cierta forma ¿no? porque todas esas calificaciones, esos reconocimientos pues no eran porque yo quisiera saber o fuera el mejor estudiante de ingeniería si no porque alguien pues se estaba evadiendo de otra cosa ¿no? y eso para mí no, no, no

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era fácil sinceramente aceptar esa situación… (Gina, 36 años, transexual, Cuernavaca, Morelos)

3.3 Ámbito laboral: estigma y discriminación En términos generales, las personas transexuales y transgénero son las que enfrentan mayores dificultades para insertarse al campo laboral. Se ha señalado que estas personas laboran principalmente en espacios informales de poco reconocimiento social tales como estilismo, trabajo sexual y el show o espectáculo musical. En la actualidad estas esferas laborales no son las únicas donde se desenvuelven laboralmente las personas transexuales y transgénero en México; se encuentran en muchos otros ámbitos, formales e informales, que tienen un mayor reconocimiento y que les aseguran otro tipo de desarrollo personal y profesional. Esto lo corroboran los últimos sucesos sobre el tema en México y las entrevistas realizadas. Aunque espacios han dejado de ser los principales las personas transexuales y transgénero femeninas, no se puede decir que hayan desaparecido del horizonte de posibilidades laborales ante las dificultades que enfrentan para encontrar un trabajo formal y de mayor reconocimiento social. El trabajo sexual, por ejemplo, es una actividad laboral a la que se han dedicado algunas de las personas entrevistadas en distintas etapas de su vida, cuando no hay muchas alternativas para adquirir ingresos. Algunas otras, alternan una actividad más o menos formal con el espectáculo o show.

Con la posibilidad de laborar fuera de los espacios a los que históricamente se les ha confinado, las personas se enfrentan a un escenario aún todavía complicado. Muchas de las personas transexuales y transgénero femeninas desarrollan actividades que tienen que ver con lo que social y culturalmente es aceptado para las mujeres. Sin embargo, esto puede ser más marcado en unos contextos que en otros. Berenice, por ejemplo, señala que hay una diferencia entre los muxes guna (los que se visten de mujer y tienen una identidad femenina) y los muxe nguiu (los que se visten de hombre y tienen una identidad femenina), las primeras casi no salen de la comunidad a estudiar y desarrollan actividades laborales típicamente

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femeninas, mientras que los segundos tienen más oportunidades de salir, estudiar y ejercer distintas profesiones: B: Como muxe, somos indígenas, estamos en una zona geográfica donde el salario es muy bajo, entonces a los muxes en primera opción los padres son los que tienen que mantener al muxe para que el muxe se capacite, aprenda un oficio, aprenda una labor y posteriormente el muxe se encargue o apoye el sustento familiar. Los muxes anteriormente, te estoy hablando de los ochentas, noventas, que es el muxe que ya genera un apoyo, genera egresos e ingresos, se dedica al estilismo, se dedica a las manualidades, a hacer adornos para fiestas, se dedica a tejer trajes tradicionales de la región, se dedica a cocer, se dedica a hacer comida, se dedica a laborares domésticas y muy pocos muxes que tuvieron la oportunidad de salir, porque el muxe tiene dos estilos, el muxe que se viste de mujer que es muxe guna que son la mayoría que son estilistas, trabajadoras sexuales, que son domésticas, que son bordadoras, que son tejedoras, que son comerciantes, esas son las muxe guna, que tenemos una identidad femenina y los muxe nguiu ellos son los que tienen identidad masculina pero que tienen espíritu de mujer pero su presencia es masculina, ellos y pocos de ellos que tuvieron oportunidad de salir y de estudiar son profesores, son licenciados, son contadores. Esas son las labores más típicas del muxe, pero fíjate que sí es un gran problema que no haya áreas abiertas hacia los muxes guna. (Berenice, 30 años, muxe guna, Juchitán, Oaxaca)

En contextos donde los espacios destinados a hombres y mujeres están más marcados, las posibilidades laborales de las personas trans también se limitan. En contextos, sobre todo urbanos, donde en general existe un avance en la inclusión de las mujeres dentro ambientes educativos y laborales distintos a los que tradicionalmente se reconocen como femeninos, probablemente las personas trans tengan más oportunidades de desarrollar sus habilidades profesionales. Esto

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lo pensó Greta, originaria de Tabasco, por ello está en la Ciudad de México desde hace diez meses, donde encontró trabajo como empleada administrativa sin mucho problema.

En estos otros contextos es distinta la problemática a la que se enfrentan las personas transexuales y transgénero. El recorrido laboral –búsqueda, ingreso, permanencia y asegurar condiciones favorables en un empleo- es muy complicado y presenta signos claros de discriminación.

Las personas, al momento de buscar trabajo presentan documentos –que avalan sus estudios e identidad legal- que no coinciden con su apariencia e identidad de género. Entonces las y los empleadores no las contratan. Las actividades laborales que no requieren una contratación formal es una de las alternativas, con todo lo que conlleva –no pueden documentar experiencia laboral, no tienen prestaciones laborales, etcétera-. Algunas han tenido la posibilidad de obtener un empleo formal pero no están dispuestas a asumir que la contratación se lleve a cabo bajo su identidad legal, porque, finalmente, no es un nombre y un sexo con el que se sientan identificadas: C: Por fortuna en mi carrera existe la posibilidad de que yo trabaje directamente y que pues no tenga yo que enseñar ni ningún papel ni nada más que mi trabajo sea lo que me respalde ¿no? pero pues sí, por ejemplo mi mamá es profesora y ella me había propuesto dejarme su plaza y que yo buscara la posibilidad del área de artes, ya fuera en secundaria o en bachillerato, pero por lo mismo de mi condición pues yo no quise porque tendría que ser con mi nombre legal y pues no me gustaría. Entonces eso sí lo veo como una limitante. (César, 23 años, transexual, Xalapa, Veracruz)

Ante las pocas posibilidades de encontrar trabajo, la otra opción que tienen es trabajar en negocios familiares, aunque no sea la primera opción que hubieran

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deseado. Como Sergio, que no encontró trabajo en Morelia, luego se fue a la Ciudad de México y tampoco encontró, entonces desde hace dos años aceptó trabajar en el negocio familiar: S: Antes de empezar mi proceso estuve buscando aquí trabajo, luego inicié mi proceso, luego fui al D.F. y total que regresé para acá. Pero antes o sea ya me había dicho mi abuelo “oye, pues ahí está el negocio y ¿para qué vas a otro lado?”, “no –dije-, pues necesito yo hacer mi lucha ¿no? también” (Sergio, 28 años, transexual, Morelia, Michoacán)

La situación es más complicada para las personas que tienen poco o ningún apoyo familiar, que ya han adoptado un rol social de acuerdo a su identidad y que no encuentran trabajo. Algunas de ellas deciden adoptar un rol acorde con su identidad legal y así tener mayores posibilidades para ser contratadas. Este reajuste a un papel de género distinto a su identidad por cuestiones laborales tiene implicaciones emocionales para la persona, no se siente cómoda y conforme pasa el tiempo decide adoptar, nuevamente, una imagen acorde a su identidad de género, lo que puede traer burlas, comentarios ofensivos y hasta el despido.

La disyuntiva que se les presenta es vivir con la identidad que quieren o tener un empleo formal. Si se deciden por la primera, las alternativas de trabajo disminuyen. Ariadna, por ejemplo, tenía un trabajo en una editorial como capturista de datos, en el que asumía un rol masculino, pero su deseo de vivir como mujer era más fuerte y decidió salirse para dedicarse al sexo-servicio; comenzó a promocionarse por Internet para ofrecer servicio sexual, finalmente no se sintió preparada para llevar a cabo ese trabajo y después pensó que una alternativa podría ser el estilismo, fue cuando comenzó a estudiar pero debido a la falta de dinero se salió y tuvo que buscar, nuevamente, un trabajo como hombre.

Para la persona transexual o transgénero vivir en el rol de género indicado por sus documentos legales o su sexo de nacimiento es una obligación difícil de eludir

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ante la necesidad de ingresos. La disyuntiva descrita anteriormente coloca a las personas transexuales y transgénero en un círculo fatigoso, donde las emociones y los deseos se contraponen constantemente con las necesidades materiales y los requisitos que socialmente existen para obtener un empleo.

Algunas de las personas transexuales femeninas, cuando logran entrar a un trabajo con una imagen masculina, se muestran cautelosas de revelar su identidad y, con el tiempo, mostrar una imagen congruente. Buscan hablar con las personas indicadas dentro de su trabajo, acercar información, explicar de qué se trata su condición, mostrar lo mejor de sí dentro del empleo –en cuanto a habilidades y conocimientos-, todo con la idea de asumir un papel femenino dentro del mismo de forma respetuosa y que no altere la dinámica de su espacio laboral. Sin embargo,

no

encontramos

ningún

caso

donde

esto

haya

funcionado.

Irremediablemente son expulsadas directa o indirectamente del trabajo: N: Mira, trabajaba como gerente de ecommerce para una cadena hotelera de mediano tamaño, con 16 destinos en México. Ahí comencé a plantear en buenos términos la posibilidad de mi transición; en un principio mi supervisor, se manifestó gentil e incluso abierto a la posibilidad, no obstante eventualmente la dirección general de dicha compañía

echó

por

la

borda

mi

preparación

y

experiencia

comunicándome que estarían prescindiendo de mis servicios en un mes, tomando muchas medidas discriminatorias en mi contra. E: ¿Cómo cuáles? N: Como prohibir a mis compañeros el uso de mi nombre correcto (Nadia) y el pronombre correcto que en este caso es femenino, me prohibieron la entrada no sólo al sanitario de mujeres sino al de hombres y en el caso más grave se le comunicaba a mis clientes vía correo electrónico el hecho de que no nací biológicamente mujer, cuando mis clientes ignoraban por completo la situación tomándome por una mujer biológica, obviamente después de los correos su actitud

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cambio

radicalmente,

exponiéndome

a

mas

situaciones

de

discriminación. (Nadia, 21 años, transexual, Ciudad de México, en Canadá como refugiada política)

El caso de Ariadna es muy semejante. Ella fue contratada por una empresa de recursos humanos para trabajar en otra como capturista de datos. Después de un año planteó la posibilidad de ir adquiriendo una imagen femenina como parte del proceso que estaba llevando, no hubo mayor problema, aprobaron su situación. Fue en la segunda donde, después de muchos rodeos, le pusieron la condición de tener la cirugía de reasignación sexual para que pudiera asumir su papel de mujer dentro del trabajo. La justificación era el respeto que le merecía a sus compañeros y compañeras de trabajo. Ariadna vio que no tenía futuro en ese empleo y prefirió renunciar, pues era una empresa que no le aseguraba trabajar como mujer.

En ambos casos, se observa que las empresas no tienen ninguna justificación formal o legal para argumentar la salida o prohibición de las personas transexuales y transgénero dentro del trabajo, las decisiones dependen de quien está en esos momentos a cargo, entonces es muy difícil que la persona pueda ampararse frente a un despido. No obstante la información sobre el tema y sobre las políticas de inclusión en el mundo (que incluyen a la misma empresa; por ejemplo Ariadna le mostró a su compañía que su filial de Estados Unidos contaba con políticas de no discriminación hacia las personas del grupo de la diversidad sexual), las empresas objetan la presencia de las personas transexuales y transgénero.

En ocasiones a la empresa le interesa que la persona se mantenga en el trabajo por los resultados que ha dado e implementa distintas estrategias que tienen una combinación de aceptación y rechazo. Por ejemplo, Gina estuvo trabajando durante tres años en una empresa internacional que cuando se enteró de su condición –de forma no intencional- le ofreció cierto apoyo y comprensión. Entonces comenzó a asistir al trabajo vestida de mujer y a tomar terapia con un

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psicólogo de la empresa, después le ofrecieron un puesto mucho mejor con la condición de que fuera como hombre, a lo cual accedió pero se dio cuenta que la empresa la había “puesto a prueba” porque el centro de trabajo donde había llegado no era tan estricto como se lo habían hecho saber. Entonces implementó reglas que hicieron elevar la productividad de los empleados y las empleadas, lo cual fue muy aplaudido por sus superiores y que la llevaron a ser propuesta para mejores puestos. Su ascenso económico y profesional iba por muy buen camino, pero su vida persona no. Fue cuando se percató de la estrategia de su empresa y renunció, prefirió vivir como ella quería aunque no tuviera dinero y prestigio profesional.

La cuestión era que la empresa valoraba enormemente sus capacidades profesionales pero en ello no cabía su expresión e identidad de género. ¿Podemos hablar en este caso de una discriminación o de una sutil forma de rechazo en beneficio de la empresa? El mayor interés de una empresa es obtener los máximos beneficios económicos, sin embargo ¿qué lugar tienen las personas y sus proyectos personales?

La discriminación y el rechazo tienen resultados distintos cuando se da en instituciones públicas y la persona tiene un contrato permanente. Wanda trabajaba como orientadora desde hace diez años en una secundaria pública estatal, hace como un año que decidió asumir completamente un rol femenino se cambió de escuela para llegar con su nueva imagen, al principio fue bien recibida por el director de la escuela y por los demás profesores y profesoras, con algunos detalles en cuanto a su nombre legal pero ella sabía que algo así se podría presentar y estaba dispuesta a tener la paciencia suficiente para que se dirigieran a ella en femenino y con su nombre de elección.

Después de unos cuantos meses el director le menciona que los padres de familia están en desacuerdo con su presencia en la escuela, a lo que ella responde que acudan a la instancia correspondiente para solucionarlo. Wanda estaba dando una

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batalla muy importante, se trataba de su trabajo, del amor hacia las y los niños y de no perder sus ingresos. El engaño no pasaba por su cabeza: W: …es que el hubiera no existe tampoco ¿no? entonces ¿qué hubiera pasado si yo hubiera tenido una imagen más pasable?, ¿se hubieran escandalizado menos?, ¿se hubieran escandalizado igual?, no sabemos. Lo que [te digo] es que esta persona [una persona trans] que se ve muy bien, muy bien, cuando pasa con personas que saben lo que es le chiflan y le dicen de cosas, por alguna razón ellos se enteraron de lo que es entonces digo yo “bueno si te enteras pero se ve muy bien ¿por qué te burlas?, aun así se burlan. No es garantía mientras la gente no se entere. Pero entonces es como engañar a la gente, yo preferiría mejor convencer a la gente, que se acostumbrara la gente a nosotros así y no engañarla porque es también engañarme a mi mismo. Yo, vamos a suponer, soy una persona muy pasable, estoy ahorita contigo aquí todo mundo cree que soy una chica, no pasa nada pero yo sé que si yo les digo “no soy chica, yo soy hombre” ya no me van a averiguar, entonces los estoy engañando y me estoy engañando a mi misma también, en cambio si ellos ahorita me están viendo y saben lo que soy pues así se acostumbran y así me respetan, ¿cuál es el problema? (Wanda, 40 años, transgénero, Naucalpan, Estado de México)

Hubo un enfrentamiento entre ella y los padres de familia, propiciado por el director, en el que Wanda se expuso a violencia verbal y donde su integridad física se vio en riesgo. Después ya no la dejaron entrar a la escuela y la pusieron a disposición de sus superiores, desde ese entonces no ha vuelto a estar frente a un grupo, que es lo suyo, lo que le gusta, lo que le apasiona: W: …o sea lo que pasó ese día en la escuela, los veo, veo la foto a los niños ahí con ellos y todo lo que pasé en la escuela, lo que te conté con esa señora, mis compañeros, todo, todo lo que pasé y se me hace así

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como un sueño, cambió mi vida así la verdad y yo lo que me pregunto es ¿por qué una persona como yo no es digna de ser maestra?, eso es lo que yo siempre les he dicho ¿por qué?, o sea porque, ok, que me manden a administrativo, me pueden pagar hasta más que me manden a un mejor empleo en donde me paguen más, sí, pero yo no quiero eso, yo quiero estar con mis alumnos, yo quiero estar en grupo y no me dejan porque según ellos yo no soy una persona adecuada para estar con los chavos, así básicamente eso es lo que me han dicho. Entonces cuando me acuerdo cuando iba yo hacia la escuela en las mañanas que iba yo hacia la escuela siento como nostalgia como… no sé, es algo que con palabras no te lo puedo explicar… (Wanda, 40 años, transgénero, Naucalpan, Estado de México)

Wanda con algunos de sus estudiantes en la escuela donde trabajaba

Wanda expuso una queja en el organismo de Derechos Humanos estatal y después de mucho tiempo llegaron al acuerdo de que le iban a dar otro tipo de trabajo, donde inclusive iba a recibir un mayor sueldo. Esto aún no ha sido cumplido por las autoridades y continúa en espera de que la envíen a un centro de trabajo fijo:

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W: … [estoy] como en sala de espera, a disposición, es como un castigo.

Entonces lo que digo es que es injusto que esté yo como

nunca, el que debería de estar en ese castigo es el director y no yo, pero realmente ellos me están castigando porque según ellos yo tuve la culpa no el director por presentarme así y por eso estoy en esa situación. E.- ¿Y te dieron algún documento? W: Sí. E: ¿Y cuál es la justificación? W.- Bueno en el acta exactamente dice de lo que me acuerdo, ah, que me retiraron de la escuela porque los padres de familia no están de acuerdo con mi condición de transgénero y transgénero con letras grandotas, lo cual ahí refleja la ignorancia de todo mundo porque ellos mismos se estaban echando la soga al cuello, eso es discriminación, pero ese papel los testigos y porque todo clarito de discriminación, por todos lados hay un montón de pruebas, todo lo mandaron a la basura todo quítalo, yo ya no puedo legalmente hacer nada, nada todas esas pruebas ya no sirven de nada porque se firmó un acta en donde yo estoy de acuerdo que perdoné al director, lo que quiera tendrían que cometer otro acto de discriminación en contra de mi el director para proceder pero este ya no, olvídate de todo lo que pasó en ese tiempo ya ahorita ya no… Entonces básicamente ellos no me quieren porque soy así… (Wanda, 40 años, transgénero, Naucalpan, Estado de México)

A diferencia de los profesores y profesoras, Wanda no tuvo ningún problema con sus estudiantes, al contrario, la aceptaron y después la apoyaron para que no se retirara de la escuela. Las acciones que emprendieron las autoridades educativas alrededor del caso de Wanda no hablan sólo de su deseo de expulsarla de la escuela sino alejar a todas las personas que quisieron solidarizarse con ella, incluyendo a las y los estudiantes.

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Para algunas personas, la salida del trabajo se dio en un momento en que todavía no asumían completamente un rol de género acorde con su identidad, pero el “descubrimiento” visual –cuando alguna ocasión se vistieron con ropas femeninasfue vital para que en su trabajo fueran objeto de desconfianza, burlas y chantajes. Finalmente, el ambiente alrededor de la persona se vuelve hostil y lleno de obstáculos para llevar a cabo su trabajo: G: …yo sé que mi carrera profesional como periodista ya terminó, terminó el 7 de junio de 1997 cuando me sacaron del clóset, a partir de ese momento… yo… o sea si yo pedía trabajo tenía que pelearlo, ya no me iban a dar trabajo, ya no me daban de por sí trabajo, mi carrera periodística se acabó… Lo que yo busqué, lo busqué por mí mismo, me costó un huevo, conseguir trabajo como periodista, me tuve que salir de Monterrey, no hubo de otra y la persona que me dio trabajo después… fue porque empecé a trabajar como colaborador de una revista, o sea, yo empecé, como te diré… ya no es una cuestión de trabajo, es una guerra entre los periodistas de Monterrey y yo (…) o sea, ellos a tirarme un madrazo, porque no quieren un transgénero como periodista y yo a devolvérselos, ellos tiran un chingadazo y yo se los devuelvo, y así hemos estado diez años… están los que me aceptan, de los dientes para afuera, están los menos que me aceptan, que casi todos son periodistas de izquierda, como el del periódico donde estoy trabajando porque eso es lo único que puedo conseguir, un trabajo marginal en un periodiquito… (…) Reforma está cerrado para mí, Milenio, Multimedios está cerrado para mí, televisión está cerrado para mí, el Gobierno no me contrata, porque yo digo cuál es el problema si ya he trabajado muchos años como hombre periodista, cuál es el pedo que me contraten como mujer, o sea yo ahorita estoy en la lucha de eso, o sea que me contraten como mujer… porque es mi género, mujer transgénero, yo me estoy defendiendo, la misma chamba que yo hago como hombre, la puedo hacer como mujer, ¿cuál es la diferencia?…

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ese es el pedo, que sí me aceptan, pero no me aceptan. (Galia, 39 años, transexual, Monterrey, Nuevo León).

En el ámbito laboral, entonces, las personas transexuales y transgénero son objeto de estigma y discriminación y cuentan con pocas herramientas legales para defender su derecho al trabajo.

3.4 Identidad jurídica: un enorme vacío De manera cotidiana, las personas travestis, transexuales y transgénero no tienen dificultades para identificarse –en algunos casos no se requiere- con sus documentos de nacimiento. Sin embargo, como se veía, en el ámbito laboral tienen muchas dificultades porque sus documentos señalan una identidad contraria a la de la persona, esto se constituye en una fuente importante de rechazo, estigma y discriminación. Ninguna de las personas entrevistadas cuenta con papeles acordes a su identidad porque en México no existe legislación alguna al respecto. Tampoco existe alusión a la transexualidad o a la transgeneridad en los instrumentos jurídicos nacionales. La falta de documentos que avalen su identidad y la falta de referentes jurídicos en la legislación mexicana las somete a situaciones de completa indefensión ante la discriminación.

Este vacío tiene consecuencias infortunadas para las personas que hacen un trámite y que le es negado su derecho a expresar su género:

N: Tramité mi pasaporte para lo cual fui nuevamente discriminada. E: ¿De qué manera? N: Obligada a no usar maquillaje y a mantener mi cabello recogido, sin el uso de una blusa o prenda de color rosa, en palabras literales de la delegada ¿eh? “sin usar nada de ropita afeminada", con un nombre que no es mío, con el corazón hecho trizas, con vergüenza y rencor hacia México, con la esperanza de no regresar jamás y con una llama de

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sueños renovada en Canadá. (Nadia, 21 años, transexual, Ciudad de México, en Canadá como refugiada política)

Imagen y nombre legal son dos aspectos que, en teoría, tendrían que coincidir. Las personas trans que cambian su imagen y van renovando sus documentos de identificación cuentan con distintos documentos de identificación (credencial para votar, licencia, etcétera) que tienen su nombre legal y la imagen femenina o masculina que han ido adquiriendo. Cuando la presentan hay respuestas de sorpresa e incredulidad:

W: Hay muchas gentes que les saca de onda eso ¿eh? y dicen “no, eso no se puede”, sí se puede, no, pues ahí está, ni modo que sean falsas todas, no, para nada, las pongo a prueba para que vean hologramas y todo ¿no? (Wanda, 40 años, transgénero, Naucalpan, Estado de México)

Lo que se encuentra además son una serie de inconsistencias que dan cabida a la discriminación. Por ejemplo, cuando Galia fue a la Ciudad de México y fue al Congreso de la Unión a cubrir un evento como periodista le fue negada su entrada, aunque otras veces ha entrado como activista o visitante. Parece que la incongruencia entre sus documentos de identificación y su imagen es aceptada o no de acuerdo al papel social que tome. Evidentemente que como profesional no es válida y le es negado el derecho a entrar a un espacio público.

Las reacciones sociales por esta incongruencia son variadas, en algunos casos no implica ningún rechazo o discriminación. Las personas entrevistadas hacen alusión a que esto es probable cuanto más las conoce la gente en un papel de género definido, que con una expresión de género poco definida, hacia un sexo o hacia el otro, es fuente de mayor desconfianza y rechazo:

135

G: …ha sido una situación un poco extraña, que la gente no se da cuenta, o sea de inicio no se da cuenta, de inicio me tratan perfectamente como mujer, ya después por varias situaciones físicas o por la voz o por los papeles cuando ya es algo muy evidente se dan cuenta, pero aún así… aún dándose cuenta, ellos mantienen la situación ¿no? que mantienen el lugar que me han dado como mujer, mantienen la imagen que ellos se han hecho de mí y no creo que sea un autoengaño ni que sea un favor que me están haciendo ni mucho menos sino que quiero creer o quiero entender que ellos comprenden que no estoy jugando, comprenden que no me vieron hoy de un día y mañana de otro, sino que ellos entienden que es algo que va en serio ¿no? que es algo irreversible. Creo que ya en la vida real sí es importante y al menos en una sociedad como la que vivimos que no tiene una ley todavía aprobada y que aunque la tuviera, todavía falta mucho trabajo de información, creo que es ahorita lo que me permite la sociedad, de acuerdo a mi experiencia es sí asumir un rol de género pero que esté totalmente definida ¿no? hombre o mujer, ¿no? una cosa intermedia causa más miedo o más rechazo. Es lo que yo he visto y es la experiencia que yo he visto con otras personas. (Gina, 36 años, transexual, Cuernavaca, Morelos)

La experiencia de Nadia para tramitar su pasaporte podría indicar algo completamente contrario a lo que dice Gina, sin embargo ésta se refiere al contexto cotidiano. Parece que cuando las personas son conocidas y vistas en su contexto y comunidad no hay mayor complicación con su identificación, a veces ni la necesitan pero en los círculos más amplios hay más dificultades para que la persona acredite su personalidad y, por supuesto, su derecho a la libre expresión. Un ejemplo de esto serían las muxes guna, que dentro de su comunidad no requieren ningún documento para identificarse pero saliendo de ella sí lo necesitan. El asunto de la identificación también está vinculado con las cuestiones laborales porque en trabajos informales no se requiere la documentación y

136

entonces para evitar situaciones de discriminación y rechazo las personas optan por estas actividades.

3.5 Salud: necesidades específicas Las personas transexuales y transgénero tienen necesidad de atenciones psicológica y médica específicas, que contribuyan a su bienestar emocional y físico mediante psicoterapia, tratamiento hormonal o cirugías que transformen su cuerpo acorde a la identidad de género que asumen. Esta atención generalmente la encuentran en instituciones privadas, no tienen experiencia de tratamiento en alguna institución pública. Lo que han encontrado en las instituciones públicas es un desconocimiento sobre estas condiciones: A: Tanto a los doctores del Seguro como a los de una clínica de psicología a la que me mandaron, fue a ellos a quien les dije. En el Seguro Social no recibí la atención que yo hubiera deseado (…) porque la psiquiatra que me tocó, pues prácticamente no sé si era psiquiatra, realmente, imagínate. Llegó echando cotorreo con la enfermera, leyendo su revista de modas (ríen), estaba en el desmoder total y cuando se pone a preguntar “y bueno, ¿tú qué? ¿y tú por qué estás aquí?”, y le explico la situación, se pone a decirme una serie de incoherencias (…) E: ¿Qué te dijo? A: Pues estaba totalmente desinformada ella de lo que es la transexualidad, me trataba como homosexual (ríe), como enfermo, de que por qué estoy haciendo eso, si al final de cuentas se pueden arreglar las cosas, y bla bla bla, al final de cuentas no me quiso dar un tratamiento dentro del Seguro Social, psicoterapéutico, ni nada de ese tipo; y la salida que yo le dije fue que conocía una asociación, AMSAC, lo único que dijo “bueno, ¿sabes qué?, pues te me vas a AMSAC y ya, zan, se acabó, eso es todo en lo que te podemos ayudar”, ya se acabó, eso fue…

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E: ¿Y qué te dijeron en la clínica de psicología? A: Pues solamente platicaron conmigo y quisieron saber de qué se trataba el problema, y quedaron abiertos, pero… más que nada lo que ellos me estaban ofreciendo era una terapia psicológica nada más, unas sesiones de terapias, pero no me ofrecían ahondar en el problema de transexualidad, entonces pues no lo tomé. (Ariadna, 35 años, transexual, Ciudad de México)

Algunas personas no encuentran posibilidades de atención en sus lugares de origen y deciden trasladarse a la Ciudad de México para buscarla. Sergio, por ejemplo, estuvo con tres psicólogos y ninguno de ellos pudo ayudarle, así que mejor se trasladó a la Ciudad de México para atenderse con un especialista en sexología. Antes de buscar ayuda profesional, algunas de estas personas optan por la automedicación, aún con el conocimiento de que esto puede tener consecuencias negativas para su salud. Las pocas posibilidades de encontrar un servicio médico adecuado a sus necesidades y el elevado costo que representa mantener una atención de largo plazo (que implica el gasto de la consulta, análisis de laboratorio y el tratamiento hormonal que en algunos casos es de por vida) es lo que dificulta que las personas lleven una medicación supervisada: N: Mira, actualmente apenas llevo una inyección de Perludil que fui a que me la aplicaran el 15 de este mes y la verdad no he ido con médico especializado, ya que en mi ciudad no he visto ni un solo endocrinólogo, sólo he visto que con estas hormonas la cantidad no es fuerte, y que no causa mayor problema, ya que es dosis baja, pero sí espero en un futuro ir con especialista que lleve mi TRH [Terapia de Reemplazo Hormonal] bajo supervisión para que este todo de la mejor manera posible. (Nelly, 24 años, transexual, Ciudad Guzmán, Jalisco)

Para las personas transexuales resulta imprescindible modificar su cuerpo, de esta manera habrá una coincidencia con su identidad de género y con ello un bienestar

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psicológico y emocional importante. Sin embargo, es una necesidad que no todas pueden satisfacer por el alto costo que implica. Entonces hay una diferenciación entre quienes pueden mantenerse en el protocolo médico y aquellas que no lo pueden lograr por sus condiciones económicas. Wanda, por ejemplo, gasta 800 pesos mensuales en su tratamiento hormonal y no ha podido realizarse unos estudios de laboratorio (cuyo costo aproximado es de 2 mil pesos) que le permitirían a su médico recetarle una nueva dosis. El protocolo médico que tienen que llevar se ve permanentemente interrumpido por las condiciones económicas. Sin embargo, aquellas personas que cuentan con ingresos suficientes tienen garantizado el tratamiento hormonal y las cirugías Entonces, el derecho de verse y expresarse como ellas y ellos quieren se ve condicionado por el nivel económico de las personas:

W: Yo pienso que todas tenemos el derecho a vivir, yo quiero ser así pero no tienes dinero o ya tienes cierta edad o tu estructura física no te da para ser mujer, no tienes derecho a ser mujer. No, pues no, yo creo que todas tenemos el mismo derecho. (Wanda, 40 años, transgénero, Naucalpan, Estado de México)

Algunas personas llevan a cabo prácticas que modifican su cuerpo y que ponen en peligro su vida, por ejemplo inyectarse aceites diversos. Galia platica que esto es bastante común entre las personas con escasos recursos económicos que se dedican al trabajo sexual en las calles de Monterrey y supone que es parte de “una cultura”, es decir de una forma específica de pensar(se) y ubicar(se) en el entorno.

En este caso, podría pensarse, que el acceso a servicios de salud, aunque sean privados, se ve limitado por el doble estigma; las personas travestis, transexuales o transgénero que son trabajadoras sexuales han sido excluidas de los procesos de atención a la salud modernos porque traspasan los cánones sociales establecidos para el género y la sexualidad. Entonces esta “cultura” de prácticas

139

corporales que atentan directamente contra su salud expresa la concepción social sobre estas personas y el lugar que se les asigna en el conjunto social. La acumulación de estigma y discriminación (pobreza, nivel educativo bajo, trabajo sexual y travestismo, transexualidad o transgeneridad) es lo que las conduce a la muerte.

Las consecuencias de las condiciones laborales se extienden hasta este ámbito porque si se encuentran trabajando de manera informal no tienen seguridad social, no pueden atenderse en hospitales públicos, ni siquiera para una cuestión de salud general.

3.6 Participación política y vinculación con instituciones Pocas de las personas entrevistadas participan en algún grupo que reivindique sus derechos; la ausencia de participación responde a distintas razones. Desde su percepción, los grupos terminan por tener poca representatividad: G: …más que grupos yo creo más en la parte de unir esfuerzos individuales y canalizarlos ¿no?, o sea de experiencias, a veces yo veo que los grupos como que pierden cierta fuerza al tomar posiciones u opiniones de grupo, pero que ya no son respaldados por sus integrantes ¿no?, que sus integrantes tienen otras, algunos otros intereses o algunas otras expectativas o necesidades y que el grupo se queda como una entidad tipo fantasma y que cada quien está haciendo otras cosas muy distintas ¿no? (Gina, 36 años, transexual, Cuernavaca, Morelos)

Entonces el esfuerzo individual se convierte en una especie de activismo, donde la presencia cotidiana de la persona y la lucha que emprende frente a una situación de discriminación son las mejores estrategias para que las otras personas se informen y sensibilicen sobre el tema:

140

W: …porque me dicen “es que tú no has ido a tal evento”, yo digo “bueno, sí tengo ganas de ir a todos los eventos pero a veces no puedes”, no fui, pero ya con el hecho de simplemente de lo que yo hago de cuestión personal, el hecho, por ejemplo ir a mi trabajo o estar en mi trabajo luchando por, primero por mi trabajo, por mí ¿no?, pero también no te creas es activismo, me estaba haciendo yo presente también ¿no?, y la gente de veras ¿eh? y eso si lo tengo comprobadísimo, la gente que me conoce y que está [cerca de mí] ya empezó a ver qué es eso de la transexualidad y qué es transgénero. Entonces es lo que está moviendo, si yo no me hubiera presentado, no sé, a lo mejor algún profe, alguna profa, tiene relación con una transexual o con un travesti, no sé, no sabemos, pero lo que es cierto es que yo fui y moví ahí muchas cosas, una revolución, ahí en el gobierno del estado ya muchos están que no saben que hacer conmigo, si están ellos en el tema, ven algo del

tema, porque luego piensan de mí “ah el maestro esto y

aquello…”. (Wanda, 40 años, transgénero, Naucalpan, Estado de México)

Otra de las razones por las que las personas transexuales y transgénero no participan en algún grupo es porque en el lugar donde residen no existe ninguno (por ejemplo, Jana, Sergio, Gina, Nelly), no hay un trabajo colectivo que haya formulado las necesidades y las soluciones a las problemáticas de los grupos trans de su ciudad o región. Con el internet se ha desarrollado una participación virtual, en donde las personas envían información o apoyan cierta acción, esto genera una sensación de pertenencia, contribución y unidad que puede ser aprovechada como una fuerza importante para sus acciones individuales.

Los objetivos que persiguen las personas que se encuentran participando en grupos activistas están marcados por las condiciones y necesidades que tienen como personas travestis, transexuales y transgénero en su comunidad, ciudad o región. Por ejemplo, Galia observa que el destino de las personas transexuales y

141

transgénero de su ciudad es, principalmente, el trabajo sexual, y su activismo está encaminado a ganar espacios laborales y educativos que logren incorporarlas a otras actividades, a otros espacios de mayor reconocimiento social y de mayores oportunidades:

G: …es activismo porque estás tratando de cambiar mentalidades, estás rompiendo el muro de la invisibilidad, estás rompiendo el gueto como lo he dicho muchas veces para salir a la luz del día y decir “mírame aquí estoy, existo, soy un transgénero, mírenme, estoy en la calle, estoy en la casa, estoy en la iglesia o estoy en el congreso del estado, estoy en la plaza, estoy en los cines, estoy en los restoranes”, ¿Por qué? porque lo que se vuelve cotidiano se vuelve normal… (…) esa es la lucha, que no te vean como una cosa rara, una especie de ente que sale en la noche nada más a escondidas a los bares o a prostituirse, que te vean en la familia, que te vean en las reuniones… Eso es lo que tiene miedo mucha gente, esa es la transfobia, llega el miedo de que en un momento dado la gente nos acepte y nos vea como algo normal, esa es mi lucha, por eso tengo tantos enemigos, porque he roto las barreras que nos interpusieron, porque hablo, porque no me quedo callada y porque hablo fuerte… no sólo porque las defiendo porque hay muchas activistas, sino porque he decidido ser lo que soy, no lo que ellos tratan de imponerme, ¿que si hago show travesti?, sí, sí hago show travesti, pero ¿sabes lo que hace una compañera con la que trabajo? Llego yo a los shows, bueno hacemos el show y me presenta, y dice “bueno Galia hizo a Amanda Miguel, ella es activista de derechos humanos, ella ha sido candidata, ella nos defiende, ella lucha por el respeto a nuestros derechos”, lo dice a mitad del baby shower o de la despedida, imagínate cómo se queda la gente, o sea mi amiga está rompiendo la inercia de que eres una muñequita de porcelana, que nomás te mueves, bailas, cantas y ya fuera de esto no haces nada”. (Galia, 39 años, transexual, Monterrey, Nuevo León)

142

Rosalba, quien participa en un grupo de travestis desde hace cuatro años considera que aunque los objetivos no están muy claros, se trabaja en “movimientos en defensa de los de los derechos humanos, de solidaridad y apoyo en cualquier cuestión de discriminación, de abrir espacios, de establecer comunicación con otros grupos”. En ese sentido, el grupo tiene participaciones importantes en la organización y asistencia en eventos sobre derechos humanos y no discriminación. Berenice participa en un grupo de muxes para la prevención del VIH/SIDA, un problema de dimensiones importantes en su región.

Las personas entrevistadas reconocen que hace falta mayor participación para hacer valer sus derechos y que entre el colectivo es posible encontrar puntos de acuerdo para realizar trabajo conjunto que beneficie a todas y todos, independientemente de las diferencias en los contextos culturales:

B: Entonces yo creo que deberían de abrirse espacios para que varias muxes podamos trabajar en otras cosas, por ejemplo, yo puedo trabajar, soy activista, me encanta lo que hago, yo vivo para el activismo y trabajo en otras cosas, soy maquillista profesional, asesora de imagen, pero esas cosas las hago para que me generen a mí ingresos para que yo me pueda mover porque el activismo no te va a dar para moverte y es un compromiso personal, pero deberían de haber… por ejemplo yo puedo trabajar tengo una carrera de educación, licenciatura en educación pero no la puedo llevar a cabo porque la Secretaría de Educación Pública en Oaxaca no tiene una política que las trans podamos trabajar de maestras y si tú te metes a pelear por tu derecho te metes en mil problemas, te echas de enemigo a medio mundo, que sí sería una lucha social muy grande y muy satisfactoria ganarla, pero tengo tanta gente en mi pueblo, en mi región que está más inmersa en la problemática de VIH que pasar ocho horas diarias trabajando en una aula a pasar cinco horas arduas de labor social, luchando por el VIH y ayudando a gente que en realidad necesita esta

143

ayuda. A mí me favorece, aunque acabe yo muerta pero me da más gusto poder hacer esa labor que hacer la otra. Pero yo creo que debemos hacer una lucha para que haya políticas públicas donde podamos trabajar los muxes, las trans y demás.

Francamente sí sería una opción de lucha, porque francamente ¿dónde nos posicionamos nosotras? o ¿dónde nos vemos posicionadas dentro de cinco años, nada más? ¿en trabajo sexual? Yo no estoy en contra del trabajo sexual, en algún momento de mi vida ejercí trabajo sexual, pero yo creo que debemos superarnos, no desmerito el trabajo sexual porque es una labor y un trabajo digno, porque todo trabajo es digno y dignificante, pero sí tenemos que buscar otras ventanas, otras puertas, otras modalidades de vida. (Berenice, 30 años, muxe guna, Juchitán, Oaxaca)

La participación en grupos o las acciones individuales expresan la movilidad que han tenido estas personas para mejorar su situación bajo una perspectiva de un mejor futuro. Ello ha implicado un acercamiento con distintas instituciones gubernamentales locales y federales; en la búsqueda de espacios y apoyos para buscar trabajo, realización de eventos, difusión, resolver problemas de discriminación, etcétera, las instituciones se han mostrado abiertas pero con ciertos límites.

Por ejemplo, Gina se acercó al DIF, al Sistema Estatal de Empleo, a la Comisión Estatal de Derechos Humanos y en ninguno de ellos ha sido discriminada, ha encontrado ayuda y escucha, al mismo tiempo que desconocimiento y poca información. La situación se complica cuando la persona decide acercarse a las instituciones públicas para resolver alguna situación de discriminación. Aquí se encuentran limitaciones de índole jurídica o respuestas poco asertivas. Por ejemplo, en el caso de Nadia, su queja y demanda no pudieron proceder por la configuración de las instituciones y de las leyes mexicanas:

144

N: Decidí levantar una queja en el CONAPRED, acudí a levantar un escrito e informarme, tristemente se me informó que el CONAPRED era un organismo con muy poco o limitado alcance y lo más que se podía hacer por medio de CONAPRED era levantar la queja y ellos a su vez invitarían

a

mi

empresa

a

no

continuar

con

sus

actitudes

discriminatorias hacia mí. No obstante si la empresa no acataba dicha orden no se podría realizar más. Se me informó que podía levantar una demanda penal por discriminación, misma que intente levantar, y nuevamente se me informó que la empresa no me estaba discriminando por género ya que no era yo mujer y en segundo que identidad de género no es ningún causal de demanda ya que dicho concepto no existe ni en la Ley Federal para Prevenir la Discriminación ni en la Constitución, por lo que mi demanda era improcedente e incluso mi culpa ser discriminada ya que estaba faltando a los códigos de vestimenta de la compañía y a la moral de la misma. E: ¿Qué instancia te dijo eso? N: La Secretaria de Conciliación y Arbitraje, el Ministerio Público de la Delegación Cuauhtémoc y mi abogado. Fui despedida en medio de la más funesta injusticia e impunidad por el simple hecho de ser una mujer transexual, finiquitándome incluso no acuerdo a la ley; llegada la fecha terminaron mis servicios y me pagaron mucho menos de lo que me corresponda por ley. Pero ¿a qué instancia iba a quejarme si había agotado todas sin éxito? Vaya, hasta mi propio abogado me lo dijo, que discriminación por género no era porque legalmente no soy mujer, por preferencia tampoco ya que no me discriminaron por gay o lesbiana, me discriminaron por mujer y al final nuevamente identidad de género o transexualidad no existen en la legislación mexicana…” (Nadia, 21 años, transexual, Ciudad de México, en Canadá como refugiada política)

145

Wanda, por otra parte, se encontró con muy poca sensibilidad y mucha discriminación en el primer momento que se acercó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos: W: …cuando llegué me dio muy mala impresión porque la licenciada que le tocó mi caso me trató muy mal, para empezar me enseño una copia de mi acta de nacimiento que la había mandado el director diciéndome “mire es su acta de nacimiento, ¿la ve?”, “sí licenciada, ¿qué tiene?”, “aquí dice que usted es Jorge Rubio, aquí dice que usted es hombre y usted viene vestido a un género al cual no le pertenece”. Imagínate como me sentí yo iba con la idea de que esa persona me iba a defender con todo que me iban a tratar muy bien y resulta que parecía que los estaba defendiendo a ellos. No, pues entonces yo fui y me enojé, le levanté la voz pero nunca le falté al respeto ni nada, pero ya por el hecho de haberle levantado la voz ella dijo de que yo la había agredido, entonces yo ya no me quise quejar de ella porque yo le iba a meter una queja (…) y luego todos sus compañeros se solidarizaron con ella y que eran testigos de que yo me había puesto agresiva con ella y ahí quedó nada más metí un escrito y que me cambiaran a esa licenciada que yo ya no la quería y ya me cambiaron a otro licenciado. (Wanda, 40 años, transgénero, Naucalpan, Estado de México)

Vemos entonces que las personas travestis, transexuales y transgénero se mueven en distintos niveles para lograr mayor inclusión, aprovechan los espacios que actualmente están abiertos y cuando se enfrentan a una situación de discriminación acuden a las instancias adecuadas, sin embargo tienen muy pocas posibilidades de una defensa legal por el vacío que actualmente existen en los instrumentos jurídicos mexicanos.

146

CAPITULO 4 DISCRIMINACION Y ESTIGMA HACIA LAS PERSONAS TRAVESTIS, TRANSEXUALES Y TRANSGÉNERO: UN ACERCAMIENTO CUANTITATIVO Las formas de coexistencia nunca se habían debatido con tanta amplitud como en la actualidad, porque la inmediatez de la diferencia, el encuentro cotidiano con la otredad nunca se ha experimentado en tal alto grado152

Uno de los propósitos de este capítulo es conocer las situaciones de estigma y discriminación a las que se enfrentan las personas travestis, transexuales y transgénero

en

sus

diferentes

modalidades:

laboral,

educativa,

familiar,

económica, de acceso a servicios y a la justicia. Otro de los objetivos es indagar el conocimiento que tienen sobre las propuestas institucionales y legislativas que existen en el país para reducir este problema de discriminación y escuchar sus planteamientos que coadyuven a dicha intención.

La metodología que se empleó para llevar a cabo estos propósitos fue de carácter cuantitativo, dado que el interés fue observar cómo se distribuyen estas situaciones de discriminación al interior del grupo de personas travestis, transexuales y transgénero en términos de frecuencia. Para ello se aplicó una encuesta (Anexo 3) a una muestra representativa elegida al azar y sin ningún control estadístico dado que no se conoce el universo de la población.

La muestra está compuesta por 38 personas que se autodefinen como travestis, transexuales y transgénero, que habitan en alguna parte del territorio nacional y que aceptaron contestar el instrumento. La aplicación de la encuesta fue personal, por teléfono y de forma electrónica (estas dos últimas utilizadas, sobre todo, en estados de la república distintos al Distrito Federal) durante octubre y noviembre de 2008. El análisis de los datos se realizó con el programa estadístico Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) Versión 10.

152

Walter, Michael, Tratado sobre la tolerancia, Buenos Aires, Paidós, 1998, pp. 20 147

Es importante mencionar que las conclusiones generales y específicas que se derivan del análisis de esta encuesta parten de la autodefinición que hacen las personas

sobre

sus

propias

condiciones

sexo-genéricas.

Esta

decisión

metodológica es acorde al enfoque general de la presente investigación que hace hincapié en los aspectos antropológicos y sociales del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad.

De esta manera, la autodefinición de las personas encuestadas muestra una forma de construir la realidad –la de retomar características del otro género de manera intermitente o definitiva- a partir de sus propios elementos culturales y educativos. Además, las categorías que las personas emplean seguramente forman parte de su interacción cotidiana y son el resultado de procesos de vida distintos y diversos. En un enfoque de esta índole no cabe cotejar dichas autodefiniciones con criterios avalados científicamente (por la medicina, la psicología o la sexología, por ejemplo) ni cuestionar la autodefinición de las personas en tanto en sí misma constituye una realidad social.

En un primer momento se presenta el perfil sociodemográfico de las personas que integran la muestra, atendiendo a variables como edad, sexo, identidad y expresión de género, lugar de residencia, escolaridad, estado civil, actividad laboral e ingresos. En un segundo apartado se despliegan los resultados sobre la percepción general que tienen las personas acerca de la discriminación que padecen como grupo aunque no necesariamente las personas que contestaron la encuesta la hayan experimentado directamente.

En un tercer momento se presenta la información derivada de las experiencias de discriminación que han tenido las personas de manera directa en la familia, la escuela, el trabajo, los servicios y las instancias de justicia. En el último apartado se expone la información sobre las soluciones existentes y propuestas al problema de la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero.

148

Aunque la muestra de la investigación no es muy amplia, el acercamiento cuantitativo permitió identificar algunas variables que pueden ser clave en el conocimiento e interpretación del fenómeno de la discriminación contra esta población.

4.1 Perfil sociodemográfico La edad de las personas encuestadas oscila entre los 23 y 58 años de edad. El promedio de edad es de 36.95 años. Cerca de la mitad dijeron tener una condición transexual, casi la tercera parte tiene una condición travesti, cerca de una cuarta parte una condición transgénero y una parte mínima se autodefinió como gay con expresiones y modificaciones corporales femeninas153 (Gráfica 1).

El sexo de nacimiento que predomina entre las personas encuestadas es el masculino y la expresión e identificación que les gusta mayoritariamente es como mujer (Gráfica 2 y 3). En términos específicos, el sexo de nacimiento del total de las personas travestis es masculino, en un 45.5% les agrada expresarse e identificarse como varón, el 27.3% como mujer, el 18.2% de forma intermedia154 y el 9.1% de acuerdo a la vestimenta que porten. También el sexo de nacimiento del total de las personas transgénero es masculino, en un 88.9% les gusta expresarse 153

Aunque no se tuvo conocimiento de las razones individuales para usar esta categoría, se decidió incluirla en el reporte de resultados porque revela la configuración diversa de las identidades sexo-genéricas en el país vinculadas a la expresión e identidad de género que no caben en el modelo heterosexual dominante. Se trata de una categoría compleja porque combina dos ámbitos distintos: la preferencia u orientación sexual y la expresión de género. Sin embargo, no hace alusión directa a la homosexualidad, sino a la categoría gay, aquella que formularon las personas homosexuales en Estados Unidos durante los años cincuenta y sesenta como una alternativa a la adscripción patologizante que revelaba la categoría homosexual. Entonces hace alusión a la homosexualidad pero no estrictamente en su dimensión sexual o erótica en términos individuales, sino en un sentido político y cultural (Weeks, J., Sexualidad, México, Paidós, Universidad Nacional Autónoma de México, Programa Universitario de Estudios de Género, 1998). A partir de las conclusiones de Eribon, Antonio Marquet considera que la persona gay es un “sujeto que ha asumido socialmente su homosexualidad” (Marquet, Antonio, El crepúsculo de heterolandia. Mester de jotería, México, Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, 2006, p. 39). Entonces se podría considerar que la persona gay con expresiones femeninas es una persona que ha asumido su preferencia u orientación erótica por personas de su mismo sexo con un matiz social, político o cultural y, además, se ha apropiado de elementos que socialmente son reconocidos como femeninos (vestimenta, comportamiento, actitudes, etcétera). 154 Es decir, que no tienen preferencia exclusiva por expresarse como varones o como mujeres sino que hacen una combinatoria específica a lo largo del tiempo de acuerdo a sus condiciones de vida, gustos e intereses. 149

e identificarse como mujer y en un 11.1% de forma intermedia. El total del 35.3% de las personas transexuales que nacieron con un sexo femenino se expresa o identifica como varón, es decir, son hombres transexuales. La expresión e identificación de género del 64.7% de personas transexuales que nacieron con un sexo masculino es: 90.9% como mujer (se les podría denominar mujeres transexuales) y 9.1% en forma intermedia. Finalmente, el porcentaje que se autodefinió como gay gusta tener una expresión e identificación femenina. Gráfica 1 Autodefinición de las personas encuestadas Gay femenino, 2.6% Travesti, 28.9%

Transexual, 44. 7%

Transgénero, 2 3.7%

Fuente: Elaboración propia. Gráfica 2 Sexo de nacimiento

Femenino 15.8%

Masculino 84.2%

Fuente: Elaboración propia. Gráfica 3 Expresión e identificación de género en términos generales

150

De acuerdo a la vestimenta 2.6% Intermedio 10.5%

Como hombre 28.9%

Como mujer 58.0%

Fuente: Elaboración propia.

La mitad de las personas es originaria de la Ciudad de México, la otra mitad lo es de otros once estados de la República (Ver Tabla 5).

Tabla 5 Lugar de origen Entidad Federativa

Cantidad

Porcentaje

Distrito Federal

19

50.0%

Veracruz

3

7.9%

Jalisco

3

7.9%

Guanajuato

3

7.9%

Estado de México

2

5.3%

Chiapas

2

5.3%

Guerrero

1

2.6%

Nuevo León

1

2.6%

Sinaloa

1

2.6%

Sonora

1

2.6%

Oaxaca

1

2.6%

Tamaulipas

1

2.6%

Fuente: Elaboración propia.

151

Actualmente, las personas encuestadas residen en diez estados diferentes; 55.3% en estados diferentes al Distrito Federal (Ver Tabla 10). La falta de coincidencia entre estados de origen y de residencia habla de que las personas han tenido algún tipo de movilidad geográfica, aunque no es reciente. Tabla 10 Lugar actual de residencia Entidad Federativa

Cantidad

Porcentaje

Distrito Federal

17

44.7%

Veracruz

5

13.2%

Estado de México

4

10.5%

Guerrero

3

7.9%

Jalisco

3

7.9%

Guanajuato

2

5.3%

Quintana Roo

1

2.6%

Nuevo León

1

2.6%

Baja California Sur

1

2.6%

Sinaloa

1

2.6%

Fuente: Elaboración propia.

En cuanto al estado civil de las personas resalta que el 60.5% es soltera (Ver Gráfica 4), el 23.7% está casada o vive en unión libre y 13.2% estuvo unida y actualmente se encuentra separada o divorciada. Si se toma en cuenta la edad promedio de la muestra (36.95 años), el porcentaje de soltería es elevado, convencionalmente se esperaría que a esta edad tuvieran otras condiciones de vinculación civil, afectiva y/o erótica. Probablemente este escenario se explica por los procesos de vida de las personas travestis, transexuales y transgénero, que no corresponden necesariamente con las expectativas sociales, situación que hace suponer cierta dificultad para contar con una relación de pareja (con todo lo que ello implica en el terreno afectivo, familiar, erótico, económico y social) a lo largo de su vida.

Un 73.7% de las personas encuestadas no tiene descendencia, 7.9% ha tenido un hijo o hija, 10.5% tiene dos hijos o hijas, 5.3% tres y 2.6% cuatro hijos o hijas (Ver 152

Gráfica 5). En el contexto mexicano, la descendencia está vinculada a la unión civil o libre de las personas, en tanto las personas travestis, transexuales y transgénero no tienen un alto índice de uniones tampoco procrean hijas e hijos. Sin embargo, esto también podría estar relacionado con los estados fisiológicos que adquieren después del sometimiento a procesos hormonales y quirúrgicos, en los cuales la reproducción biológica ya no es posible. Gráfica 4 Estado civil

Viudo/a Divorciado/a 2.6% 7.9% Separado/a 5.3%

Unión libre 13.2%

Casado/a 10.5%

Soltero/a 60.5%

Fuente: Elaboración propia.

¿Con quién viven las personas travestis, transexuales y transgénero? El 39.4% vive con algún familiar directo (padre, madre, hermanos, hermanas) o hijos/as y el 2.6% con otros familiares (Ver Tabla 7). Las que viven con su pareja representan un 23.7% (porcentaje que coincide con la proporción de las que están casadas o viven en unión libre que se señalaba anteriormente) y aquellas que viven con alguna amistad son el 7.9%. Aunque este último porcentaje no es elevado, quizá es importante resaltarlo porque revela las acciones de esta población para constituir redes sociales (de apoyo, solidaridad y/o compañía) que no implican un vínculo consanguíneo o erótico. Hay un significativo 23.7% de las personas que viven solas. Llama la atención que la presencia de la madre sola (es decir, que no

153

está acompañada del padre) sea mayor (15.8%, si se suma el porcentaje de madre sola y con hermanos) que la del padre solo (2.6%). Gráfica 5 Número de hijos o hijas

Número de hijos/hijas

Cuatro

Tres

Dos

Uno

No tiene 0%

20%

40%

60%

80%

Porcentaje

Fuente: Elaboración propia. Tabla 7 Con quien viven Con quién vive

Cantidad

Porcentaje

Pareja

9

23.7%

Solo

9

23.7%

Madre

4

10.5%

Amigos/as

3

7.9%

Madre y padre

3

7.9%

Madre, padre y hermanos/as

3

7.9%

Madre y hermanos/as

2

5.3%

Hijos/as

1

2.6%

Hermanos/as

1

2.6%

Otros familiares

1

2.6%

Madre, padre e hijos/as

1

2.6%

Padre y hermanos/as

1

2.6%

Fuente: Elaboración propia.

154

En general, la mayoría de las personas encuestadas cuentan con una escolaridad elevada, entre la media superior y el postgrado (Ver Gráfica 6). Sin embargo, es importante anotar que 28.9% no terminó la preparatoria y un 10.5% sólo tiene educación técnica. Gráfica 6 Escolaridad 2.6% 2.6% 5.3%

21.1%

Primaria completa Secundaria incompleta 18.4%

Secundaria completa Media superior incompleta Media superior completa Carrera técnica completa

5.3%

21.1%

Superior incompleta Superior completa Postgrado

10.5% 13.2%

Fuente: Elaboración propia.

El 10.5% se encuentra actualmente estudiando y el resto, 89.5% no lo hace. El 94.7% realiza algún trabajo por el que recibe un pago y 5.3% no lo realiza. Esto indica que hay porcentaje muy bajo de quien trabaja y estudia y, además, que la mayoría cuenta con un trabajo. De acuerdo al tipo de trabajo que realizan (Tabla 8), 21.1% se encuentra laborando en el área del estilismo, un mismo porcentaje lleva a cabo su profesión de manera independiente, el 13.2% está empleado en alguna institución gubernamental, un 10.5% trabaja en el área de sistemas o cómputo como empleado(a), el 7.9% vende productos por su cuenta y el mismo porcentaje realiza actividades vinculadas a la docencia en el área privada. El resto hace una combinación de actividades laborales o se desarrolla en algún ámbito del espectáculo, ejerce algún otro tipo de trabajo independiente o se encuentra en el área de la investigación científica.

155

Como se observa, los tipos de trabajo no coinciden con el nivel de escolaridad, lo que pone de relieve la discriminación que viven las personas trans en materia de empleo y la falta de aprovechamiento de la productividad de travestis, transexuales y transgéneros, derivada de esa misma discriminación. Tabla 8 Actividad laboral Tipo de actividad

Cantidad

Porcentaje

Estilista

8

21.1%

Profesionista independiente

8

21.1%

Empleado/a institución gubernamental

5

13.2%

Empleado/a cómputo

4

10.5%

Vendedor/a independiente

3

7.9%

Docencia

3

7.9%

Ninguno

1

2.6%

Empleado/a ventas

1

2.6%

Espectáculo

1

2.6%

Estilista y espectáculo

1

2.6%

Trabajador/a independiente

1

2.6%

Investigación

1

2.6%

Oficio y profesionista independiente

1

2.6%

Fuente: Elaboración propia.

De acuerdo a la definición (Ver Gráfica 7), las personas travestis trabajan principalmente como empleadas en alguna institución gubernamental (27.3%), de manera independiente en el área de ventas (18.2%) y como empleadas en el área de sistemas o cómputo (18.2%); las personas transexuales, en su mayoría desarrollan alguna actividad laboral en el campo del estilismo (29.4%), son profesionistas

independientes

(23.5%)

y

empleadas

en

instituciones

gubernamentales así como docentes (11.8%, respectivamente); mientras que las personas transgénero en su gran mayoría desarrollan alguna actividad profesional independiente (33.3%), se dedican a las ventas de manera independiente o empleada y se encuentran en el campo del espectáculo y el estilismo. Al parecer,

156

las personas travestis tienen un empleo más formal o convencional, que podría deberse a que mantienen su identidad de género masculina, lo que les permite trabajar como hombres, mientras que las personas transexuales y transgénero deben buscar ocupaciones en las que puedan ser empleadas con la apariencia que desean (femenina o masculina) y esto reduce considerablemente los espacios y las posibilidades de empleo.

Un poco más de la tercera parte del total de las personas se ha mantenido en su actividad laboral actual durante más de 12 años, lo que contrasta de manera significativa con una quinta parte que tiene entre 1 y 3 años en su trabajo y un 18.4% que tiene menos de un año (Gráfica 8). Esto significa que la mayoría de la población no ha logrado establecerse en un trabajo.

La correlación entre actividad laboral y tiempo en ella indica que las personas que se dedican al estilismo y que son empleadas en alguna institución gubernamental son las que tienen más de 12 años en dicho trabajo (75% y 60%, respectivamente). Es decir, las personas transexuales y travestis son las que tienen mayor estabilidad en sus trabajos. Sin embargo, esta estabilidad es desigual entre estos dos grupos en términos de productividad y seguridad en el empleo, ya que el trabajo en alguna estética, a diferencia de uno en alguna institución gubernamental, no ofrece los mismos beneficios económicos y sociales. Paradójicamente, el estilismo es un empleo que ofrece estabilidad para las personas transexuales pero se trata de un trabajo informal y poco reconocido.

157

5%

0%

20%

No trabaja

30%

Menos de 1 año

15%

Entre 1 y 3 años

10%

Entre 4 y 8 años

40%

Entre 9 y 12 años

OficioyProfesionistaindependiente

Fuente: Elaboración propia. Investigación

5.9%

5.9%

9.1%

23.5%

25%

Trabajador independiente

9.1%

11.1%

9.1% 11.8%

11.8%

18.2%

27.3%

33.3%

29.4%

35%

Profesionista independiente

EstilistayEspectáculo

Docencia

11.1% 9.1% 11.1% 12.5%

10%

Empleado inst gubernamental

5.9%

11.1%

18.2%

30%

Estilista

Empleado cómputo

Espectáculo

11.1%

11.1%

15%

Vendedor empleado

5.9%

20%

Vendedor independiente

Ninguno

Gráfica 7 Actividad laboral según condición

Travesti

Transgénero

Transexual

Gay femenino

5%

Gráfica 8 Tiempo en el trabajo

35% 36.8%

25% 26.3%

18.4%

10.5%

2.6%

5.3%

0%

Más de 12 años

Fuente: Elaboración propia.

158

Por otra parte, el 50% de las que ejercen su profesión de manera independiente tienen entre uno y tres años realizando estas actividades, lo que significa que las personas transgénero tienen mayor inestabilidad laboral, no sólo por el tiempo que tienen en el trabajo sino por la naturaleza de éste. También llama la atención que el 75% de las personas que son empleadas en el área de cómputo (como capturistas o encargadas de algún negocio) tienen menos de un año en este trabajo. Tomando en consideración que la mayoría de las personas que se encuentran en esta área laboral son travestis se puede identificar un rubro de inestabilidad para esta población.

En resumen, hay una relativa estabilidad laboral entre las personas encuestadas, ya que la mayoría se encuentra en empleos con poco reconocimiento y escasa seguridad social, aunque tengan mucho tiempo en ellos.

La mayoría de las personas obtiene ingresos mensuales entre 2 y 4 mil pesos, un poco más de la cuarta parte tiene ingresos de más de 10 mil pesos y menos de la cuarta parte entre 5 y 10 mil pesos (Gráfica 9).

Gráfica 9 Ingresos mensuales 42.1%

45% 40% 35% 30%

23.7%

25%

26.3%

20% 15% 10% 5%

5.3% 2.6%

0% No trabaja

Menos de mil pesos

Entre 2 y 4 mil pesos

Entre 5 y 8 mil pesos

Más de 10 mil pesos

Fuente: Elaboración propia.

159

Los resultados sobre los ingresos mensuales de acuerdo a la condición de las personas indican que las personas travestis son las que ganan más de 10 mil pesos, las transexuales son las que tienen ingresos entre 2 y 4 mil pesos y las transgénero tienen una distribución similar en las diferentes categorías (Ver Tabla 9). Estas diferencias denotan, por un lado, la vulnerabilidad económica en la que se encuentran las personas transexuales y transgénero y, por el otro, las consecuencias de la discriminación y el estigma en su vida material por la transgresión a las normas de género, lo que no sucede con las personas travestis que mantienen una expresión e identidad de género (en casi todas las áreas de interacción social) acorde con su sexo de nacimiento. Tabla 9 Ingresos mensuales según condición de las personas Travestis

Transexuales

Transgénero

Gay femenino

Menos de mil pesos

9.1%

0%

11.1%

0%

Entre 2 y 4 mil pesos

27.3%

58.8%

33.3%

0%

Entre 5 y 8 mil pesos

18.2%

23.5%

22.2%

11.1%

Más de 10 mil pesos

45.5%

11.8%

33.3%

0%

No trabaja

0%

5.9%

0%

0%

Fuente: Elaboración propia.

4.2 Percepción general de la discriminación En esta sección se recogió la opinión y percepción de las personas travestis, transexuales y transgénero sobre la discriminación en general y aquella que experimentan como colectivo. En primera instancia se exploró qué concepto tienen de este fenómeno. El 52.6% de las personas encuestadas lo define desde las acciones o prácticas que implican discriminación, tales como tolerar poco, negar o anular derechos, limitar oportunidades de trabajo, burlarse, excluir, rechazar, agredir, diferenciar, hacer menos, ver diferente a las personas, maltratar, no respetar, dar un trato de inferioridad, etcétera. El 26.3% ofreció una definición teórica o conceptual de la discriminación, considerándola como un acto de 160

exclusión o negación, una enfermedad, un acto de distinción para condicionar derechos, una actitud de rechazo social, el grado máximo de intolerancia, un acto de injusticia que viola el derecho a la igualdad, un acto de menosprecio, etcétera. El 10.5% se concentró en las causas o razones de la discriminación, entre las que se encuentran: la falta de educación, el poco criterio, la ignorancia o el desconocimiento. El 7.9% la define desde las personas que la ejercen: mediocres, ignorantes, que se desquitan, inmaduras y que ofenden. Finalmente, 2.6% hace alusión a un aspecto ético, como la falta de valores.

Un elevado porcentaje (76.3%) de las personas ha experimentado algún tipo de discriminación por su condición sexo-genérica. Las personas transgénero son las que más la han experimentado, seguidas de las transexuales y travestis; las personas gay femeninas no han experimentado discriminación (Ver Gráfica 10). Una vez más, se observa que aquellas personas que expresan en mayor tiempo y condiciones sociales su identidad de género distinta a su sexo de nacimiento reciben mayor discriminación.

Sin embargo, esto tiene sus matices. De acuerdo al sexo de nacimiento, aquellas de sexo femenino han experimentado menos discriminación en comparación con las de sexo masculino (Ver Gráfica 11). Tomando en cuenta que las personas del sexo femenino se definen como transexuales y tienen una identidad masculina, se podría concluir que entre el grupo de las personas transexuales, las mujeres sufren mayor discriminación que los varones. ¿Por qué las mujeres transexuales reciben mayor discriminación que los hombres transexuales? ¿Qué tipo de ideología está presente en este fenómeno diferenciado? Probablemente en la sociedad mexicana esté presente una idea más rígida respecto de la masculinidad y el ser hombre, por ello, cuando las personas que habiendo nacido con un sexo masculino deciden vivirse como mujeres son castigadas y señaladas con mayor asiduidad. Sin embargo, esto no debe dar una idea falsa de que los hombres transexuales no son discriminados, como se verá en los siguientes resultados.

161

Gráfica 10 Experiencia de discriminación según condición sexo-genérica Gay f emenino

100.0%

Transgénero

88.9%

11.1%

Sí No 82.4%

Transexual

Travesti

17.6%

63.3%

36.4%

Fuente: Elaboración propia

Las personas que viven en el Distrito Federal han experimentado menor discriminación que aquellas que viven en otros estados del país (41.4% y 58.4%, respectivamente), sin embargo la diferencia no es significativa. Gráfica 11 Discriminación de acuerdo al sexo de nacimiento

Sexo femenino 17.2%

Sexo masculino 82.8%

Fuente: Elaboración propia.

De acuerdo a su percepción, las tres razones principales por las que se discrimina a la población travesti, transexual y transgénero son: primero, por prejuicios (44.7%); segundo, por desinformación (42.1%); y tercero, por creencias religiosas

162

(39.5%). Asimismo consideran que se les discrimina en un grado alto y muy alto (Ver Gráfica 11). Gráfica 12 Percepción sobre el grado de discriminación que experimentan 45%

39.5%

40%

34.2%

Porcentaje

35% 30% 25%

21.1%

20% 15% 10%

5.3%

5% 0% Bajo

Medio

Alto

Muy alto

Grado en el que se experimenta la discriminación

Fuente: Elaboración propia.

Las consecuencias que tiene esta discriminación, de acuerdo a la importancia que le otorgan las personas encuestadas, son: 1º Sufrimiento emocional o psicológico (42.1%), salida de la casa familiar (26.3%) y poco desarrollo económico (10.5%). 2º Rompimiento o deterioro de las relaciones familiares (34.2%), invisibilidad u ocultamiento (18.4%) y salida de la casa familiar (15.8%). 3º Rompimiento o deterioro de las relaciones familiares (26.3%), salida de la casa familiar (15.8%) y escaso desarrollo laboral y profesional (15.8%).

Como se observa, los efectos de la discriminación que experimentan las personas travestis, transexuales y transgénero se ubican en cinco áreas: personal, familiar, económica, laboral y social. En ese sentido, la discriminación perjudica de manera integral a esta población, puesto que la somete a estados emocionales y psicológicos indeseables (por ejemplo, depresión o baja autoestima), la excluye de las relaciones familiares primarias (y, con ello, de una importante red de apoyo), le

163

impide llevar una vida social acorde con su realidad personal155 (aspecto directamente relacionado con el estigma que experimentan) y les imposibilita un adecuado desarrollo económico, laboral y profesional.

De quien recibe mayor discriminación esta población, de acuerdo a la importancia que las personas encuestadas le otorgan, es: 1º Familia (31.6%), policía y gente de la calle (13.2%, cada uno) y medios de comunicación (7.9%). 2º Vecinos (15.8%), pareja (13.2%) y gente de la calle (10.5%) 3º Profesores/as y compañeros/as de trabajo (13.2%, cada uno), funcionarios/as públicos, jefes/as de trabajo y policía (10.5%, cada uno) y familia (7.9%).

4.3 Discriminación en la familia En este apartado se recoge la experiencia de discriminación que han tenido directamente las personas encuestadas en el seno de su familia. La frecuencia con la que se sienten discriminadas es: algunas veces en una tercera parte, casi nunca en otra tercera parte y nunca en casi una quinta parte (Ver Gráfica 13). Gráfica 13 Frecuencia con la que se sienten discriminadas por su familia Siempre 2.6% Nunca 23.7%

Casi siempre 7.9%

Algunas veces 31.6%

Casi nunca 34.2%

Fuente: Elaboración propia.

155

El “clóset” es una de las expresiones que se emplean para describir dicha situación. 164

Aunque no es significativa la proporción de personas que son discriminadas por su familia, los datos respecto a quién discrimina y de qué manera, como se verá más adelante. La distribución de esta frecuencia por la condición sexo-genérica de las personas indica que las transexuales son las que experimentan mayor discriminación de la familia, seguidas de las transgénero, después las personas travestis y las gays femeninas (Ver Gráfica 14).

Las personas son discriminadas más frecuentemente por sus hermanos varones y por otros familiares (tíos/tías, primos/as), seguidos por el padre y la madre (Ver Gráfica 15). Las hermanas, los hijos/as, la pareja y los abuelos/as no aparecen como agentes de discriminación dentro de la familia. Tomando en cuenta que la mayor parte de las personas encuestadas nacieron con un sexo masculino y que tienen una expresión o identidad femenina, es evidente que estos datos muestran la extrema vigilancia de género que llevan a cabo los propios varones de la familia hacia las personas travestis, transexuales y transgénero, cuestión vinculada a un sistema de sexo-género donde el poder y la dominación es masculina.

100%

Gráfica 14 Frecuencia de discriminación en la familia según condición sexo-genérica 100% 90% 80%

50%

10%

18.2%

20%

5.9%

30%

11.1%

18.2%

40%

Travesti Transexual Transgénero 18.2% 23.5% 22.2%

41.2% 33.3%

60%

45.5% 29.4% 33.3%

70%

Gay femenino

0% Siempre

Casi siempre

Algunas veces

Casi nunca

Nunca

Fuente: Elaboración propia.

165

Gráfica 15 Miembros de la familia que discriminan 25% 21.1%

21.1%

20%

18.4% 15.8%

15%

13.2%

10%

7.9%

5% 2.6% 0% Nadie

Madre

Padre

Hermanos

Hijos/as

Otros familiares

Todos los anteriores

Fuente: Elaboración propia.

El 28.9% ha recibido algunas veces insultos o burlas de su familia por su condición sexo-genérica, sólo un 7.9% ha recibido golpes físicos en esa misma frecuencia, igual que el 15.8% su familia le ha negado apoyo económico, un mismo porcentaje ha sido negado como hijo/a o hermano/a ante otras personas y un 15.8% ha sido expulsado de su casa familiar.

Las consecuencias de la discriminación que sufren las personas travestis, transexuales y transgénero por parte de su familia son, principalmente el sufrimiento psicológico o emocional y el rompimiento o deterioro de los vínculos con sus familiares (Ver Gráfica 16).

166

Gráfica 16 Consecuencias de la discriminación familiar 35%

31.6%

30%

26.3%

25% 21.1% 20% 15% 10.5% 7.9%

10% 5%

2.6%

0% Rompimiento o deterioro de las relaciones f amiliares

Suf rimiento Salida de la emocional o casa f amiliar psicológico

Poco desarrollo económico

Escaso desarrollo laboral y profesional

Ninguna

Fuente: Elaboración personal.

4.4 Discriminación en la escuela La escuela, aunque no es un contexto en el que se encuentren actualmente las personas encuestadas, dado el nivel de escolaridad que poseen representó un espacio significativo en el trayecto de sus vidas. En ese sentido, es de suponerse que es un lugar donde hayan experimentado discriminación. Los resultados indican que cerca de la mitad nunca experimentó algún tipo de discriminación en la escuela (Ver Gráfica 17). Sin embargo es notorio que una quinta parte fue discriminada algunas veces y un poco menos de la quinta parte casi nunca, lo que indica que la escuela se posiciona como un espacio donde las personas travestis, transexuales y transgénero enfrentan discriminación en un grado medio. Es decir, es un espacio donde las personas no están exentas de discriminación completamente, antes bien tienen un riesgo considerable de sufrirla y ser vulnerables a ella.

167

Gráfica 17 Frecuencia de discriminación en la escuela 47.4%

50% 45% 40% 35% 26.3%

30% 25%

18.4%

20% 15% 10% 5%

2.6%

5.3%

0% No contestó

Casi siempre

Algunas veces

Casi nunca

Nunca

Fuente: Elaboración propia.

Dentro de la escuela, la frecuencia con la que las personas fueron objeto de burlas e insultos por su condición sexo-genérica es: Casi siempre en el 13.2% de los casos, Algunas veces en un 21.1% y Casi nunca en 15.8%. El 10.5% reportó que ha recibido algunas veces golpes físicos en un espacio educativo y el 18.4% que algunas veces se le negó apoyo académico.

La discriminación que han experimentado estas personas en este contexto ha sido en prácticamente todos los niveles, excepto en el Jardín de niños/as y en el postgrado. Mayoritariamente la han experimentado en la Primaria y en la Secundaria, en porcentajes menores en la Licenciatura y en la Preparatoria o en la Educación Técnica (Ver Gráfica 18). Una de los posibles factores que podría estar interviniendo en la distribución de discriminación por nivel escolar es la edad, categoría social que interviene de forma importante –entre otras- en la interacción y jerarquización social. Es de suponerse, entonces, que a menor edad las personas tengan menores oportunidades de defensa y reivindicación de sus derechos y necesidades. La edad, en este caso, funciona como un factor de vulnerabilidad.

168

Gráfica 18 Nivel educativo donde se experimenta mayor discriminación 35%

31.6%

30% 23.7%

25%

21.1%

20% 13.2%

15% 10.5% 10% 5% 0% Ninguno

Primaria

Secundaria

Preparatoria Licenciatura o Técnica

Fuente: Elaboración propia.

¿De quién más reciben mayor discriminación las personas travestis, transexuales y transgénero en el espacio educativo? Principalmente de sus pares, de compañeros y compañeras, después siguen los profesores y las profesoras; no aparece nadie del personal directivo (Ver Gráfica 19). La categoría edad, entonces, funciona al interior del grupo de pares y como una cuestión intergeneracional. En el primer caso, la pertenencia social y la socialización pasan por cuestiones de género, donde la masculinidad y la feminidad son un constante filtro para la aceptación o rechazo en un grupo determinado. En el segundo caso, es evidente que las y los profesores hacen uso de su lugar de poder, en términos de edad y de posición social para discriminar.

Las consecuencias de dicha discriminación fueron, en primer lugar, el aislamiento de la persona, en segundo lugar atraso académico y en tercer lugar salir de la escuela (Ver Gráfica 20). Una vez más, la discriminación de la que son objeto tiene un efecto directo en su posibilidad de construir vínculos sociales y, junto con ello, de adscribirse a una red de apoyo sea a corto, mediano o largo plazo, así como en sus posibilidades de desarrollo académico lo que a su vez impactará en sus posibilidades profesionales y económicas posteriores. .

169

Gráfica 19 De quién se recibe discriminación en la escuela 47.4%

50% 45% 40% 35%

31.6%

30% 25% 20% 13.2%

15% 10%

5.3% 2.6%

5% 0% Nadie

Profesores/as Compañeros/as

Otro

Todos

Fuente: Elaboración propia. Gráfica 20 Consecuencias de la discriminación escolar 45% 40%

39.5% 34.2%

35% 30% 25% 20%

13.2%

15%

10.5%

10% 2.6%

5% 0% Ninguna

Atraso académico

Salida de la escuela

Aislamiento

Otra

Fuente: Elaboración propia.

4.5 Discriminación laboral Otra de las áreas que se indagaron es la del trabajo, donde se exploraron las situaciones de discriminación a las que se enfrenta esta población cuando busca empleo y cuando está en alguno. El 42.1% reportó que nunca ha sido discriminado por su condición sexo-genérica al momento de buscar un empleo y otro 5.3% que casi nunca. Sin embargo, el 28.9% señaló que algunas veces, el 13.2% casi

170

siempre y el 10.5% siempre. Es decir, un poco más de la mitad ha tenido dificultades al momento de conseguir un trabajo en razón de su condición. En este aspecto hay diferencias significativas de acuerdo a la condición de las personas.

Más del 70% las personas transgénero ha sido objeto de discriminación al momento de buscar un empleo, casi la mitad de las personas transexuales y arriba de la tercera parte de las personas travestis. Es decir, las personas transexuales y transgénero son aquellas que sufren mayor discriminación al momento de conseguir un trabajo (Ver Gráfica 21), lo que tiene que ver, muy probablemente, con los cambios de actitud, comportamiento y apariencia relacionados con su proceso de transición, que generalmente incluye la ingesta de hormonas. Gráfica 21 Discriminación al momento de buscar un empleo según condición

PERSONAS TRANSEXUALES

Siempre 5.9%

Nunca 41.2% Algunas veces 47.1% Casi nunca 5.9%

PERSONAS TRAVESTIS

PERSONAS TRANSGÉNERO

Siempre 22.2%

Algunas veces 11.1%

Siempre 9.1% Casi siempre 9.1%

Nunca 54.5%

Nunca 22.2%

Casi siempre 44.4%

Algunas veces 18.2%

Casi nunca 9.1%

Fuente: Elaboración propia.

171

El 44.7% señaló que nunca le ha sido negado un empleo por su condición y el 5.3% que casi nunca. En contraparte, 34.2% indicó que algunas veces, 10.5% casi siempre y 5.3% siempre; en términos globales, a la mitad de las personas encuestadas se le ha negado un empleo por razón de su condición. De igual manera, esta situación se presenta más entre las personas transgénero y transexuales (Ver Gráfica 22). Gráfica 22 Negación de empleo según condición sexo-genérica

Siempre 5.9%

Nunca 47.1%

PERSONAS TRANSEXUALES

Algunas veces 41.2%

Casi nunca 5.9%

Nunca 22.2%

Siempre 11.1%

PERSONAS TRANSGÉNERO

Casi siempre 33.3% Algunas veces 33.3%

Casi siempre 9.1% PERSONAS TRAVESTIS

Nunca 54.5%

Algunas veces 27.3%

Casi nunca 9.1%

Fuente: Elaboración propia.

172

La mitad de las personas señaló que cuando están en un empleo se ha enfrentado a situaciones de discriminación (Ver Gráfica 23), principalmente a los insultos o burlas y al despido injustificado (Ver Tabla 6). Gráfica 23 Frecuencia de discriminación dentro de un empleo 45%

42.1%

40% 34.2%

35% 30% 25% 20%

15.8%

15% 10%

5.3% 2.6%

5% 0%

Siempre

Casi siempre

Algunas veces

Casi nunca

Nunca

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 6 Frecuencia de distintas formas de discriminación en el empleo

Siempre

Insultos o burlas 2.6%

-

Obligación de renunciar -

Casi siempre

2.6%

-

5.3%

2.6%

Algunas veces

28.9%

-

5.3%

10.5%

Casi nunca

13.2%

10.5%

18.4%

7.9

Nunca

52.6%

89.5%

71.1%

78.9%

Golpes

Despido -

Fuente: Elaboración propia.

De acuerdo a su condición, las personas transgénero son las que reciben mayor discriminación dentro del empleo, seguidas de las transexuales y después las travestis (Ver Gráfica 24).

173

Gráfica 24 Discriminación dentro del empleo según condición sexo-genérica 100% 140% 120% 22.2% 100% Gay femenino 66.7%

80%

41.2%

60%

Transgénero Transexuales Travestis

40% 29.4%

23.5%

54.50%

20% 11.1% 0% Siempre

5.9% 9.10%

18.20%

18.20%

Casi siempre

Algunas veces

Casi nunca

Nunca

Fuente: Elaboración propia.

Dicha discriminación ha tenido consecuencias en la gran mayoría de las personas, las más importantes son: estrés o la tensión en el espacio de trabajo, atraso en su desarrollo económico y subempleo (Ver Gráfica 25). Entonces, cuando las personas travestis, transexuales y transgénero están dentro de un empleo se encuentran expuestas al maltrato psicológico (burlas e insultos) lo que genera en ellas estrés y tensión y probablemente esto les ocasiona renunciar a un trabajo para dedicarse a otra actividad que no está acorde con su preparación profesional o técnica o no les permite conseguir un mejor puesto o un empleo mejor pagado.

Antes de concluir la sección laboral es necesario precisar algunos aspectos que podrían estar influyendo en los resultados presentados. Varias de las personas que se entrevistaron señalaron que no recibían discriminación por su condición dado que no era una situación conocida dentro de su empleo. A reserva de que en posteriores estudios se explore dicha variable con mayor profundidad, se podría decir que uno de los factores que interviene en la exposición a la discriminación de esta población es el conocimiento o no que tienen las personas de su entorno laboral. De manera que a mayor conocimiento de su condición mayor será la 174

discriminación. Esto también lo fundamentan los resultados obtenidos en esta encuesta sobre las consecuencias generales de la discriminación (sección 4.2), en donde se señala la invisibilidad u ocultamiento como una de las secuelas de los actos discriminatorios de los que son objeto. Gráfica 25 Consecuencias de la discriminación en el empleo 40%

36.8%

35%

31.6%

30% 25% 20%

15.8% 13.2%

15% 10%

2.6%

5% 0% Atraso en mi desarrollo económico

Estrés en el trabajo

Emplearme en un trabajo que no está acorde a mi preparación

Atraso en mi desarrollo profesional

Ninguna

Fuente: Elaboración propia.

4.6 Discriminación en servicios Hasta aquí se ha explorado la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero en los espacios más inmediatos y cotidianos (familia, escuela y trabajo). En esta sección se presentan los resultados que tienen que ver con la discriminación que experimentan en espacios no tan inmediatos y cotidianos, pero que representan el contexto social más amplio articulado a las posibilidades de movimiento y expresión que tiene esta población en instituciones públicas y privadas, en comercios y en lugares de diversión.

En primer lugar se encuentran los comercios y supermercados como los lugares donde las personas

travestis,

transexuales

y transgénero

han recibido

discriminación. En segundo lugar están los lugares de diversión o recreación (por 175

ejemplo, bares, discoteques), en tercer lugar están los hospitales o servicios de salud públicos, en cuarto lugar las oficinas o dependencias de gobierno y en último lugar se encuentran los hospitales o servicios médicos privados y los bancos o instituciones financieras (Ver Gráfica 26). Gráfica 26 Lugares donde reciben discriminación 90% 80%

71.1%

76.3%

76.3%

73.7%

70% 55.3%

60%

57.9%



50% 42.1%

Lugar de diversión

30% 23.7%

23.7%

26.3%

Banco

Dependencia gubernamental

28.9%

Hospitales privados

20%

No

44.7%

Comercio o supermercado

40%

10% Hospitales públicos

0%

Fuente: Elaboración propia.

En los comercios o supermercados las personas han recibido, principalmente, atención inadecuada (64.7%) e insultos o burlas por su condición (29.4%). En los espacios de diversión o recreación señalaron que les han prohibido la entrada (75%). En los hospitales o servicios médicos públicos las han atendido de manera inadecuada (45.5%) y les han negado el servicio (36.4%). En oficinas y dependencias de gobierno les ha sido negado un servicio y han recibido burlas o insultos (40% cada uno). En el caso de los hospitales o servicios de salud privados la discriminación se da mayoritariamente debido a que reciben burlas o insultos (55.5%) y que las atienden inadecuadamente (33.3%). En los bancos o instituciones financieras, la discriminación se orienta a una atención inadecuada (66.7%).

176

La discriminación que se da en espacios de diversión y en comercios es un factor muy importante para que las personas travestis, transexuales y transgénero construyan sus propios espacios y grupos de interacción, es decir, esta discriminación de alguna manera promueve el denominado ghetto. Es evidente en el caso de la que son objeto en instituciones públicas viola sus derechos fundamentales en materia de de salud y atención ciudadana. La discriminación que experimentan en los espacios privados (bancos y de salud) denota el poco trabajo realizado por el Estado mexicano para que las instituciones privadas tomen medidas pertinentes a favor de esta población.

De acuerdo a su condición, se observa que las personas transexuales experimentan mayor discriminación en los espacios públicos, después las personas transgénero y finalmente las personas travestis (Ver Gráfica 27). La única variación importante a anotar es que en los hospitales o servicios públicos se discrimina un poco más a las personas transgénero y en los servicios de salud privados se discrimina por igual a transexuales y transgénero. Es interesante observar que más de la mitad de la discriminación que existe en los bancos está dirigida a la población transexual, probablemente fomentada por la falta de concordancia entre los documentos de la persona y su apariencia física.

177

Gráfica 27 Discriminación en lugares públicos según condición sexo-genérica

43.8%

52.9%

50.0%

37.5% 18.8%

Travesti

Lugar de diversión

30.0%

35.3% Comercio 11.8%

0%

Hospital 11.1% privado

10%

Hospital 18.2% público

20%

20.0%

30%

Dependencia gubernamental

40%

Transexual Transgénero

44.4%

50%

45.5%

60%

66.7%

70%

Banco 11.1% 22.2%

80%

44.4%

90%

36.4%

100%

Fuente: Elaboración propia.

De acuerdo a la residencia actual de las personas entrevistadas se puede señalar que, en términos generales, las personas que radican en otros estados del país son objeto de mayor discriminación en estos lugares públicos (Ver Gráfica 28). En orden ascendente experimentan mayor discriminación en oficinas o dependencias gubernamentales, en bancos o instituciones financieras, en espacios de diversión, en hospitales o servicios de salud privados, en comercios o supermercados y en hospitales o servicios de salud públicos. Sin embargo, llama la atención que en una proporción muy similar las personas del Distrito Federal y de otros estados sean discriminadas en hospitales o servicios de salud públicos.

178

Gráfica 28 Discriminación en espacios públicos según lugar de residencia

75%

Otros estados 25%

Distrito Federal

Lugar de diversión

80%

77.80%

58.80% 41.20% Comercio

Hospital privado

Hospital público

0%

20%

20% 10%

Dependencia gubernamental

30%

Banco 22.20%

50% 40%

54.50%

60%

66.70%

70%

33.30%

90% 80%

45.50%

100%

Fuente: Elaboración propia.

4.7 Acceso a la justicia Uno de los ejes de atención sobre el fenómeno de la discriminación es la que imposibilita el derecho de acceso a la justicia por las vías legales establecidas en el país. Es por ello que se exploró, aunque de manera mínima, las situaciones que han enfrentado las personas entrevistadas relacionadas con este aspecto.

Específicamente, fue de interés conocer la proporción de las personas que han intentado ser detenidas o fueron detenidas por la policía bajo la justificación de su condición sexo-genérica. Más de la tercera parte (36.8%) indicó que se han enfrentado a esta situación, lo que habla de un nivel importante de violación de derechos fundamentales (el libre tránsito, por ejemplo) de la que es objeto esta población. De acuerdo a la condición de las personas, aquellas que se denominan transgénero son las que más ha detenido o intentando detener la policía (Ver Gráfica 29).

179

Gráfica 29 Detención de la policía según condición sexo-genérica 42.8%

45% 40% 35% 30% 25%

28.6%

28.6%

Travesti

Transexual

20% 15% 10% 5% 0% Transgénero

Fuente: Elaboración propia.

La mayor parte de estas detenciones policíacas se han dado en otros estados del país distintos al Distrito Federal (62.5% con relación a 37.5%). Los estados donde las personas travestis, transexuales y transgénero han sufrido detenciones injustificadas de acuerdo a la encuesta son: Guerrero, Jalisco, Estado de México, Veracruz, Quintana Roo y Guanajuato.

Por otra parte, sólo dos de las personas entrevistadas indicaron haber estado en algún juicio o alegato legal donde se conociera su condición sexo-genérica, y una ellas señaló haber recibido burlas o insultos y que se le negó algún derecho en esta situación.

4.8 Propuestas El fenómeno de este tipo de discriminación en México contempla un elemento de propuestas para su erradicación. Como se ha visto en capítulos anteriores, la labor que han realizado desde algunos años organismos civiles de esta misma población e instituciones gubernamentales ha sido fundamental para que se conozca y erradique el problema. También es importante mencionar las acciones legislativas que se han impulsado con mayor firmeza en estos dos últimos años.

180

Por lo que el último de los aspectos que se indagaron en la encuesta fue el conocimiento que tenían las personas sobre estas iniciativas, además de recoger sus propuestas con relación a la discriminación de la que son objeto.

El 63.2% indicó que conocía alguna iniciativa gubernamental federal o local que tuviera como propósito disminuir la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero; el resto, 36.8%, dijo no conocer ninguna de estas propuestas. La mitad de las que tienen algún conocimiento al respecto mencionaron las recientes reformas del Código Civil del Distrito Federal que permiten el cambio de nombre y sexo en el acta de nacimiento, así como la Iniciativa Federal (aún no aprobada). En un porcentaje medio se señaló la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la creación y actuación de organismos gubernamentales encargados de proteger los derechos humanos y también la de organizaciones civiles de la diversidad sexual. En una proporción menor se señaló la Constitución, la legislación por el matrimonio homosexual y la Ley de equidad de género.

Finalmente, las propuestas que tienen las personas entrevistadas para erradicar la discriminación hacia la población travesti, transexual y transgénero en el país radican, principalmente, en la educación y la información (Ver Gráfica 30) de manera

masiva

(mediante

campañas

informativas

por

los

medios

de

comunicación) y específica (a funcionarios/as públicos/as, a profesores/as, a empresas) sobre los elementos que constituyen estas condiciones sexo-genéricas. También proponen la elaboración y aplicación de leyes específicas, que protejan directamente sus derechos y que sancionen a las personas que los violenten, así como formulación de políticas públicas que contribuyan a su integración y aceptación dentro de la sociedad mexicana.

181

Gráfica 30 Propuestas para erradicar la discriminación hacia la población travesti, transexual y transgénero en México

80%

71.1%

70% 60% 50% 40% 30%

2.6%

2.6%

2.6%

Formación de valores

Laicidad

5.3%

10%

Cambiar ideología de género

15.8%

20%

Políticas públicas

Leyes específicas

Educación e información

0%

Fuente: Elaboración propia.

Los resultados de esta encuesta confirman que la población travesti, transexual y transgénero en México padece discriminación en un grado elevado. Es notorio que las personas transgénero son las que experimentan mayor discriminación en general y específicamente en el ámbito laboral y en los hospitales públicos, además de que son las que más han sido detenidas por la policía. Una vía que puede ayudar a comprender esta situación son las características de la condición transgenérica, puesto que las personas asumen comportamientos y vestimenta del otro género de manera integral en sus vidas y generalmente no llevan a cabo mayores modificaciones corporales ni se someten a una cirugía de reasignación sexual. Esto podría indicar que su imagen es poco concordante con la figura masculina o femenina socialmente reconocida y que esto constituye una fuente de estigma y discriminación. Es decir, a las personas que nacieron con un sexo masculino y que deciden adoptar una imagen y vida como mujer que no cumplen con todos los parámetros de género reconocidos y legitimados socialmente se les niegan sus derechos.

182

CAPITULO 5 DISCRIMINACION Y ESTIGMA DEL TRAVESTISMO, LA TRANSEXUALIDAD Y LA TRANSGENERIDAD EN LA PRENSA ESCRITA El pensamiento sobre una vida posible sólo puede ser un entretenimiento para quienes ya saben que ellos mismos son posibles. Para aquellos que todavía están tratando de convertirse en posibles, la posibilidad es una necesidad156.

En este capítulo se hace una aproximación a la discriminación y el estigma de la que son objeto las personas travestis, transexuales y transgénero desde un enfoque del lenguaje y la comunicación, considerando que ambos aspectos forman parte intrínseca de la configuración de las relaciones sociales. Para ello, se hace un breve análisis de las noticias aparecidas entre 2007 y 2008 en periódicos de circulación nacional que hacen referencia, de manera específica o general, al travestismo, la transexualidad o la transgeneridad. El objetivo fue investigar los modos en que la prensa escrita presenta el tema y cómo lo posiciona en términos de relevancia social, pública y política.

Este objetivo se fue delimitando conforme una observación paulatina de las noticias encontradas, cuya peculiaridad es que durante estos dos años el tema logró posicionarse alrededor de las demandas de derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero, expresadas en la formulación y el debate de dos iniciativas de ley, una federal y una local (del Distrito Federal). Indudablemente que esta particularidad –puesto que en años anteriores no se había visto algo similar- coloca el tema de la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero en la vida política y social del país. Es posible afirmar que esto fue posible, entre otras razones, por el papel activo que tuvieron los medios masivos de comunicación, entre ellos la prensa escrita, al tomar el tema como material noticioso. El análisis realizado se inscribe en el planteamiento interdisciplinario del análisis del discurso, entendido como un 156

Butler, Judith, “A lado de uno mismo: en los límites de la autonomía sexual”, en Butler, Judith, Deshacer el género, Barcelona, Paidós, p. 54. 183

proceso social y cultural. El lenguaje, desde este punto de vista, no puede verse como un fenómeno aislado, sino en relación estrecha con el contexto (político, social, ideológico) donde se produce y maneja, lo que permitiría la reconstrucción de las relaciones sociales mediante las distintas materializaciones del mismo157.

5.1 Discriminación y medios masivos de comunicación En México, la discriminación en los medios masivos de comunicación ha sido un tema de reflexión, debate y propuestas desde ya algún tiempo. Organizaciones civiles dedicadas a la igualdad de género y a los derechos humanos han identificado que en los medios existe una tendencia a reproducir prejuicios, estigmas y discriminación de distintos grupos sociales en función de su raza, sexo, preferencia sexual, identidad de género, condición socioeconómica, etcétera. Un análisis realizado por el Observatorio Ciudadano de Medios Electrónicos (OCME) acerca de los contenidos que se difunden en los programas televisivos de entretenimiento concluye que éstos “recurren a los prejuicios sociales como argumentos (…), los cuales fomentan la ignorancia y derivan en actitudes de intolerancia y discriminación”158 hacia distintos grupos sociales, entre los que se incluyen aquellos que no entran en el modelo heterosexual.

Específicamente, el movimiento LGBTTT ha mostrado preocupación por la manera en que los medios masivos de comunicación se aproximan a los temas que les competen. La observación y el análisis, la denuncia y el diálogo han sido algunas de las acciones emprendidas por este colectivo para hacer evidente e intentar suprimir el uso de imágenes estereotipadas que hace tanto la televisión como la prensa escrita sobre las expresiones sexuales y genéricas que no se ciñen al modelo heterosexual. Sin tener un análisis exhaustivo al respecto, se podría afirmar que han tenido logros importantes en la materia. Por ejemplo, el acercamiento al periódico de circulación nacional La Prensa –que se ha 157

Van Dijk, Teun A., Estructuras y funciones del discurso, México, Siglo XXI, 14ª edición, 2005. Hodge, Robert y Kress, Gunter, Social semiotics, Cambridge, Polity Press, 1991. 158 Ramírez, Graciela y Castellanos, Adriana, “Discriminación en el entretenimiento televisivo”, Revista Mexicana de Comunicación, año 20, núm. 111, junio-julio, 2008, p. 32. 184

caracterizado por un manejo sensacionalista de los eventos sociales- por parte de organizaciones gays y lésbicas ha derivado en un cambio de su práctica periodística tradicional al tratar asuntos relacionados con esta población. Uno de los resultados que evidencian el avance al respecto es que dicho periódico concedió un espacio semanal para contenidos relacionados con la población lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual y transgénero a partir de febrero de 2006159.

Otro ejemplo importante al respecto es la acción de protesta que emprendieron algunos colectivos y personas transexuales contra el programa televisivo “Otro Rollo” de Televisa por transmitir en enero de 2007 el concurso “Buscando a Memo”, que giró en torno a la idea de que las mujeres transexuales son, en realidad, hombres. En este caso, los colectivos transexuales evidenciaron el afán del programa por divertir a costa de la difusión de un estereotipo, con el consecuente riesgo de producir o reproducir un juicio social negativo hacia esta población160.

El lugar que tienen los medios masivos de comunicación en las sociedades contemporáneas es relevante no sólo por su función de transmitir información con un

alcance

global

sino

por

su

capacidad

para

producir

imágenes

y

representaciones que tienen un impacto directo en las relaciones sociales. Thompson considera que el advenimiento de los medios en las sociedades modernas es un fenómeno trascendental en tanto “posibilitan nuevas formas de interacción social, modifican o socavan las viejas formas de interacción, crean nuevos focos y nuevas sedes para la acción y la interacción, y en consecuencia sirven para reestructurar las relaciones sociales existentes y las instituciones y 159

Redacción Anodis, “La Prensa concede espacio para contenido lésbico gay”, 28 de febrero de 2006. Disponible en: http://anodis.com/nota/6510.asp (Consultado el 20 de octubre de 2008). 160 Si bien el estereotipo se remite a cierto contenido adjudicado a determinado grupo de personas, la acción de estereotipar conlleva una teoría “sobre las razones que unen ese contenido preciso a ese grupo particular”, lo que indefectiblemente tiene un impacto en las relaciones sociales (Yzerbyt, Vincent y Schadron, Georges, “Estereotipos y juicio social”, en Bourhis Richard, Y. y Leyens, Jacques-Philippe (coords.), Estereotipos, discriminación y relaciones entre grupos, Madrid, McGraw-Hill, 1996, p. 114.) 185

organizaciones de las cuales forma parte”161. De acuerdo a este autor, el impacto de los medios en la interacción social se expresa en cuatro dimensiones: a) los medios facilitan la interacción en el tiempo y el espacio; b) afectan las formas en que las personas actúan en lugar de otros, en la medida en que los otros para quienes lo hacen puede constituir un público extendido, disperso y distante en el tiempo y el espacio; c) afectan las maneras en que las personas actúan en respuesta a otros, tanto como puedan hacerlo en respuesta a otros que se sitúan en contextos distantes; y d) intervienen en las formas en que las personas actúan e interactúan en el proceso de recepción, es decir, afectan la relación social162.

Bajo este argumento teórico, es posible afirmar que la producción que hacen y difunden los medios de comunicación sobre imágenes y representaciones del mundo influye directamente en las relaciones sociales. Sin embargo, esta influencia no es unilateral; sociedad y medios de comunicación están en una interacción mutua, en donde se determinan uno al otro y viceversa.

La discriminación, el estigma y el prejuicio hacia las personas travestis, transexuales y transgénero en México constituyen mecanismos sociales de exclusión que implican, en este caso, relaciones desiguales a partir de la expresión o identidad genérica que no corresponden al modelo heterosexual. Por su carácter institucionalizado163 y por ser, en sí mismos, sistemas sociales164, los medios forman parte de la realidad al mismo tiempo que la construyen. En ese sentido, la discriminación “transmitida” por los medios de comunicación revela, en gran parte, que dicho mecanismo de exclusión está presente en la interacción y composición social.

161

Thompson, John B., Ideología y cultura moderna. Teoría crítica social en la era de la comunicación de masas, México, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, 2ª edición, 1998, p. 328. 162 Ibid, p. 330. 163 Ibid. 164 Luhmann, Niklas, La realidad de los medios de masas, España, Anthropos y Universidad Iberoamericana, 2000. 186

La idea central en la investigación de Cosme y colaboradores sobre diversidad sexual, prejuicio y discriminación en la prensa escrita peruana es que los medios de comunicación reproducen el prejuicio –fundamentado en el estereotipo- hacia la población que tiene sexualidades y afectividades no hegemónicas por medio del lenguaje escrito y visual y, dada la legitimación con la que cuentan, esta reproducción tiene una incidencia directa en la naturalización de la discriminación de la que cotidianamente es objeto165. La relación que establecen las y los autores entre prensa escrita y los fenómenos sociales de discriminación, prejuicio y estereotipo evidencia que el uso público del lenguaje tiene un potencial significativo para incidir en las cualidades de las relaciones sociales.

Los intereses de estudio en este tema generalmente están enfocados a identificar la discriminación que los medios de comunicación ejercen mediante el lenguaje escrito, verbal y visual al referirse a la población LGBTTT. Sin embargo, hay otra vía de acercamiento que inspira el trabajo de las organizaciones civiles al respecto: el de la visibilización, es decir que entre los contenidos de los medios masivos de comunicación se consideren sus problemáticas, necesidades, demandas, propuestas, acciones y logros.

Dejar ver la temática desde un punto de vista prejuiciado y estereotipado es un signo de discriminación, como también lo es no dejarla ver. A esto último lo denomina

Mateos

como

“discriminación

por

silenciamiento”166.

Algunas

organizaciones LGBTTT han formulado, como parte de sus estrategias, el acercamiento a los medios de comunicación para que sus demandas sean escuchadas por un mayor número de sectores de la población y que sus necesidades vayan tomando lugar en la formulación de políticas públicas167. 165

Cosme Carlos, et. al., La imagen in/decente. Diversidad sexual, prejuicio y discriminación en la prensa escrita peruana, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2007. 166 Mateos Martín, Concha, “El lenguaje nunca es inocente. Herramientas mediáticas de discriminación política”, Revista Mexicana de Comunicación, año 20, núm. 111, junio-julio, 2008, p. 25. 167 Por ejemplo, Bermúdez Tapia y colaboradores estudiaron la acción colectiva de organizaciones lésbicas y gays de la Ciudad de Monterrey en el año de 2005 y entre sus hallazgos encontraron que el contacto con los medios de comunicación forma parte de sus estrategias para hacer pública 187

Al parecer, en los procesos de reconocimiento –y, quizá, aceptación- social de las condiciones humanas que no se ciñen al modelo heterosexual, los medios de comunicación tienen un papel relevante. El uso del lenguaje para comunicar la realidad de los otros –aunque esto siempre es subjetivo por los entrecruces políticos, sociales, culturales e ideológicos de la comunicación- puede hacer ver a los medios de comunicación como una fuente de conocimiento: “Lo que sabemos sobre la sociedad y aun lo que sabemos sobre el mundo, lo advertimos a través de los medios de comunicación para las masas”168.

Mercader considera, por ejemplo, que el discurso médico y mediático fueron los dos discursos que hicieron posible la transexualidad169. Lo que significa que la elaboración discursiva que hicieron los medios masivos de comunicación sobre los primeros casos de reasignación sexo-genérica, alrededor de los años cincuenta, en Estados Unidos y Europa fue fundamental en la aceptación de la existencia de las personas transexuales, en hacerlas parte de un horizonte posible de lo humano y lo cultural.

Otro ejemplo es el caso del proceso que siguieron las reivindicaciones de las personas transexuales y travestis en Argentina: “Las circunstancias que abrieron paso a la presencia y exhibición de personas transgénero en los medios de comunicación se crearon poco a poco, casi inadvertidamente, descontando algunos exabruptos episcopales o barriales. Sus protagonistas ganaron terreno mediático y de pronto brotaron, legalizados por el texto jurídico: por una parte los transexuales que modificaron su anatomía, y por la otra los travestis que reclaman la derogación de los edictos que ponen en riesgo sus vidas cuando la policía los detiene”170. la discriminación y las violaciones a los derechos civiles, políticos y sociales de la comunidad. (Bermúdez Tapia, Bertha Alicia, et. al., “’Existíamos, pero no nos veíamos...’ Génesis de acción colectiva en organizaciones no gubernamentales. Formulación y canalización de demandas de las minorías sexuales”, CONfines, núm. 2-4, agosto-diciembre, 2006, pp. 81-94.) 168 Niklas, Luhmann, La realidad de los medios de masas, España, Anthropos, 2000, p. 1. 169 Mercader, Patricia, La ilusión transexual, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión, 1997. 170 Gilberti, Eva, “Transgéneros: síntesis y aperturas”, en Maffía, Diana (comp.), Sexualidades migrantes. Género y transgénero, Argentina, Feminaria Editora, 2003, pp. 31-32. 188

Se observa, entonces, que por lo menos hay dos costados del vínculo entre medios de comunicación y discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero. Uno, caracterizado por el manejo pernicioso de imágenes y representaciones de esta población, fundado en estereotipos y prejuicios sociales. Y el otro, en donde los medios son una vía de difusión sobre sus necesidades y demandas en términos de no discriminación.

Probablemente no sea posible descartar una mezcla entre estos dos aspectos, antes bien, ambos forman parte de la dinámica discursiva en la que están permanentemente las personas travestis, transexuales y transgénero en pos de una vida más digna y libre de discriminación. Es en el escenario discursivo donde es posible observar las pugnas entre las y los distintos actores y grupos de la vida social. En este caso, las pugnas están enmarcadas en el sistema sexo-género, en las representaciones y normatividades de lo femenino y lo masculino que asumen un papel central en las instituciones sociales como el matrimonio y la familia heterosexual.

5.2 El discurso periodístico La discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero forma parte de lógicas sociales y culturales de exclusión, cuyo centro de acción está fundamentado en ideologías dominantes o hegemónicas en el terreno del género y la sexualidad. En ese sentido, se trata de un fenómeno denso y complejo que requiere la observación y el análisis de elementos diversos en múltiples niveles. Es por ello que en esta investigación se consideró importante el análisis del tema en uno de los medios de comunicación que tiene impacto en la vida cotidiana de las personas y que en México constituye uno de los principales medios de información y conocimiento de la realidad: el periódico.

El discurso periodístico, como ya se había hecho alguna alusión anterior, no sólo tiene como función informar, sino que está inscrito en el campo ideológico y político que dinamiza –y, al tiempo, caracteriza- la vida social. Tomando en cuenta

189

que el lenguaje compone significaciones y prácticas sociales –lo que hace que sea parte del proceso social mismo, no sólo su reflejo171-, se podría decir que el discurso periodístico tiene una estrecha relación con las posiciones y acciones de personajes y fuerzas sociales172 en este campo ideológico.

Verón señala que la ideología constituye un nivel de significación, “que puede estar presente en cualquier tipo de mensajes, aun en el discurso científico”. De manera que “cualquier material de comunicación social es susceptible de una lectura ideológica” (incluso las revistas de moda), cuya finalidad consiste en “descubrir la organización implícita o no manifiesta de los mensajes”. Por lo tanto, la ideología no es un conjunto de proposiciones, sino “un sistema de reglas semánticas para generar mensajes”173.

Para efectos de esta investigación, y específicamente para el asunto que se trata en este capítulo, la ideología en el campo del género y la sexualidad supone la construcción y circulación de significados respecto a la identidad, el cuerpo, los derechos, los vínculos eróticos y afectivos, lo masculino, lo femenino, los papeles de género, etcétera.

En ese conjunto ideológico, el travestismo, la transexualidad y la transgeneridad históricamente se han construido, junto con otras condiciones humanas vinculadas a la sexualidad, como un contraste –e incluso oposición- a una expresión genérica y sexual “normal”. No hay que olvidar que esta ideología o sistema de significados está fuertemente vinculada a las instituciones de las sociedades (familia, matrimonio, escuela, gobierno), como es el caso de la mexicana, y las posturas al respecto están intrínsecamente relacionadas con la vida social e institucional. Es por eso que se habla de fuerzas y oposiciones ideológicas, posibles de ser 171

Trew, Tony, “Teoría e ideología en acción”, en Fowler, Roger, et. al., Lenguaje y control, México, Fondo de Cultura Económica, 1983, pp. 127-158. 172 Fonte Zarabozo, Irene, “Construyendo la historia a través de las noticias: un caso de político fugitivo”, Iztapalapa, año 23, núm. 53, julio-diciembre, 2002, pp. 147-167. 173 Verón, Eliseo, “Ideología y comunicación de masas: la semantización de la violencia política”, en Verón, Eliseo, et. al., Lenguaje y comunicación social, Buenos Aires: Nueva Visión, 1971, pp. 141142. Cursivas en el original. 190

analizadas a partir del la organización de los mensajes que se transmiten en diferentes soportes materiales en la vida social, entre los que se encuentra el periódico.

El punto de partida son dos hipótesis: una, es que el tema del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad ha ido ganando espacios en los medios de comunicación y específicamente en la prensa y dos, que en el discurso periodístico hay una tendencia a orientar el tema desde la perspectiva de reivindicación de derechos y de no discriminación.

Estas hipótesis están sostenidas, en gran parte, por las acciones políticas, gubernamentales y civiles que en estos dos últimos años ha habido en relación a los derechos de la población travesti, transexual y transgénero, alrededor de la iniciativa de ley a nivel federal que presentó ante la Cámara de Diputados el diputado David Sánchez Camacho del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en marzo de 2007 y las iniciativas de reformas al Código Civil –aprobadas en agosto de este año- y a la Ley de Salud –no aprobadas hasta este momentodel Distrito Federal, presentadas por legisladores del Partido Socialdemócrata (PSD) y del PRD.

Estos hechos son únicos y singulares en la lucha por los derechos de las personas travestis, transexuales y transgéneros en el país, anteriormente sólo un intento de legislación al respecto se había visto (en el año 2006). La participación de organizaciones civiles que trabajan específicamente por los derechos de esta población y por la comunidad LGB en general, además de actores políticos y especialistas en el tema (en las materias de derecho, sexología, medicina, sexología) es una de sus singularidades que permiten suponer un alto contenido significante en el asunto. Por otra parte, los medios de comunicación han dado cuenta del transcurso que han seguido los hechos al respecto y la prensa ha sido uno de los principales transmisores de mensajes vinculados a las reivindicaciones alrededor de estas iniciativas de ley.

191

Se podría decir, entonces, que uno de los temas que abundó durante el 2007 y el 2008 fueron los derechos de esta población. ¿La producción periodística da cuenta de él? ¿De qué manera y con qué énfasis? ¿A qué actores toma como centrales en la presentación del tema? ¿Qué otros temas se vinculan? ¿Cómo representa a las personas travestis, transexuales y transgénero? ¿Cuáles son las posiciones ideológicas en relación a sus derechos?

El material de análisis lo constituyen 108 textos periodísticos (entre notas informativas, reportajes, entrevistas y artículos de opinión encabezados de enero de 2007 y septiembre de 2008, que se buscaron en los principales periódicos de circulación nacional, algunos de ellos de alta importancia en la vida política y social del país en tanto su tiempo de existencia, su corriente ideológica y su papel en los debates de mayor trascendencia (por ejemplo, La Jornada, El Universal, Milenio, Reforma). La consulta no fue exhaustiva, es decir no se trató de localizar todas las notas generadas por los periódicos alrededor del tema, una buena parte fue un encuentro cotidiano con las notas que se completó con búsquedas en internet (y posterior localización del material impreso) y en lugares que tuvieran hemerografía especializada (por ejemplo, el centro de documentación del CONAPRED).

De esta manera, los 108 textos periodísticos constituyen una muestra representativa de la información generada en estos años respecto de la temática. Los criterios que se definieron para incluirlos como parte de la muestra es que contuvieran las palabras travesti, transexual y transgénero, aunque no fuera el tema central del texto periodístico, y que se refiriera al contexto nacional174. El análisis se concentra en el encabezado (título, subtítulo y sumario), que resulta muy útil

“para acercarse a la ideología, las creencias, opiniones, valores o

174

Se encontraron notas referidas al extranjero (por ejemplo de Cuba, India, España y Estados Unidos), su inclusión en trabajos posteriores de investigación sería importante para comprender la relación con los sucesos internacionales en la materia. 192

expectativas vigentes entre amplios grupos sociales en un momento dado”175. Esta opción también se sostiene desde el supuesto teórico que señala que uno de los elementos principales del discurso periodístico es la jerarquización de información, de manera que la información más importante y significativa tiende a aparecer en primer lugar176. Para el análisis se tomó en cuenta el nivel sintáctico (la relación de los signos entre sí y la relación de un signo con otros), semántico (la relación entre el signo y el objeto designado) y pragmático (la relación entre el signo y el signo que lo utiliza)177.

5.3 El tema general en la prensa La diferencia en la cantidad de textos periodísticos producidos entre 2007 y 2008 21 y 87, respectivamente- hacen pensar en el alcance que logró tener un hecho local (las iniciativas de reforma en el Distrito Federal) para que el tema del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad salieran a la luz pública con mayor frecuencia durante el 2008.

La distribución de los textos por periódico (Ver Tabla 11) indica que el tema es abordado de manera primordial por los cuatro diarios nacionales, estos son: La Jornada, El Universal, Milenio y Reforma. Así, el tema del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad en estos dos años tuvo una considerable cobertura en los principales periódicos de circulación nacional y, por lo tanto, ha logrado posicionarse como un tema trascendental en la vida social mexicana. Llama la atención que periódicos que se han caracterizado por un tratamiento sensacionalista (como La Prensa) o aquellos que tienen menos presencia (como Crónica y Ovaciones) o en otros que tiene poco tiempo de haber reiniciado sus actividades periodísticas (Excelsior) el tema, aunque con menor frecuencia, esté presente. 175

Salgado, Eva, “Cuando se publicó el PRI ya no estaba allí…”, Iztapalapa, año 23, núm. 53, juliodiciembre, 2002, p. 171. 176 Van Dijk, Teun A., Estructuras y funciones del discurso, México, Siglo XXI, 14ª edición, 2005. Hodge, Robert y Kress, Gunter, Social semiotics, Cambridge, Polity Press, 1991. 177 Salgado, Eva, “Cuando se publicó el PRI ya no estaba allí…”, Iztapalapa, año 23, núm. 53, juliodiciembre, 2002, pp. 168-187. 193

Tabla 11 Distribución de los textos periodísticos por año y periódico La Jornada

Milenio

Reforma

El Universal

La Prensa

Crónica

Excelsior

Ovaciones

2007

28%

24%

19%

14%

5%

5%

5%

-

2008

14%

42%

10%

16%

5%

1%

10%

2%

Fuente: Elaboración propia.

La Jornada, caracterizado como un periódico de izquierda, que da cabida a temas sociales vinculados a la desigualdad e injusticia mantuvo el tratamiento del tema con mayor frecuencia durante el 2007 y disminuyó considerablemente para el 2008. En dicho año parece que hay un contenido altamente político en el tema y, probablemente, eso tuvo que ver para que disminuyera su tratamiento del tema. Algo opuesto sucedió con Milenio, un periódico caracterizado por su contenido cosmopolita y moderno –quizá más en una versión urbana-, que acumula una cantidad considerable de textos periodísticos del tema durante el 2008. El Universal y Reforma, ambos de mucha tradición en la vida social del país, mantienen durante los dos años una proporción similar de textos, lo que podría hacer pensar en un tratamiento muy escueto sobre el tema.

De los 108 textos periodísticos, 16% aborda el tema de forma general. La población travesti, transexual y transgénero se incluye en el amplio colectivo LGBT o de la diversidad sexual e incluso dentro de la comunidad gay u homosexual. Por ejemplo: •

“Repudian a Ángel Córdova178 en marcha de adolescentes gay” (La Jornada, 27 enero 2007, p. 41)



“Ratificar Día Nacional de Lucha contra la Homofobia, demanda comunidad lésbico-gay” (La Prensa, 18 mayo 2008, p. 4)

178

Actual secretario de la Secretaría de Salud a nivel nacional. 194

En este caso, las personas travestis, transexuales y transgénero se identifican bajo un colectivo genérico: gay o lésbico, cuyo eje de identidad y expresión es la orientación o preferencia erótica/afectiva, lo que no necesariamente corresponde a su experiencia.

Sin embargo, la mayor parte de los textos se refieren a la población travesti, transexual y transgénero en términos específicos, en el título aparecen palabras que aluden directamente a ella y el contenido abunda sobre algún aspecto que le concierne. Por ejemplo: •

“Acusa transexual rechazo en México” (Reforma, 13 febrero 2007, p. 6

Internacional) •

“Buscan en Corte atraer caso de transexual” (El Universal, 14 mayo 2008, p. 14A)

Una vez más se observa una diferencia al momento en que desglosamos los datos por año. En 2007 hubo más referencias generales y en 2008 aumentó la proporción de tratamiento específico (Ver Gráfica 31). Gráfica 31 Tratamiento general y específico acerca de la población travesti, transexual y transgénero en los textos periodísticos de 2007 y 2008 100% 86%

90% 80% 67%

70% 60%

General

50% 40%

Específico

33%

30% 20%

14%

10% 0% 2007

2008

Fuente: Elaboración propia.

195

Las notas que abordan temas de la población travesti, transexual y transgénero de manera general se podrían denominar discurso periodístico indirecto y aquellas que lo hacen de forma específica, discurso periodístico directo. En el contexto de las iniciativas de ley, federal y local, esto cobra especial importancia porque se supondría que el discurso periodístico directo abundó en informar y opinar sobre la discriminación, las demandas, los derechos, las necesidades de esta población.

Entre los géneros elegidos por los periódicos para difundir información sobre el tema destaca la nota informativa (87%), lo demás entra dentro de la entrevista, el artículo de opinión y lo que se podría denominar como testimonio de vida. No es fácil establecer estas separaciones entre géneros porque el discurso periodístico tiende a hacer mixturas entre ellos. Por ejemplo, en la nota informativa de Reforma del 14 de abril de 2007: •

Título: Viven transexuales ‘indocumentados’



Subtítulo: Promueven iniciativa para garantizarles derechos



Primer párrafo: Cuando Gilda, de 39 años, pagó la cuenta del Sanborns con su tarjeta de crédito, el empleado se negó a aceptarla, pues el plástico está a nombre de Gilberto, como el resto de sus documentos

La nota informa sobre la Iniciativa de Ley Federal, promovida por el legislador del PRD en la Cámara de Diputados, y comienza con un testimonio de vida de una mujer transexual que, seguramente, se obtuvo mediante la entrevista.

Cabe destacar que uno de los dos artículos de opinión que componen la muestra está escrito por una mujer transexual que ha tenido un importante recorrido en el activismo, el periodismo y actualmente se encuentra trabajando en CENSIDA, Hazel Gloria Davenporth. El artículo, titulado “Transexualidad: materia pendiente”, apareció el 30 de diciembre de 2007; su presencia en uno de los periódicos que con más frecuencia abordaron el tema, Milenio, de alguna manera anunciaba lo que se vería el siguiente año: una amplia atención a la población travesti,

196

transexual y transgénero alrededor de la Iniciativa de Reformas del D.F. El hecho de que el artículo –de amplia extensión, además- haya sido escrito por una persona transexual muestra que el periódico tiene una amplia apertura hacia el tema y pone énfasis en los y las protagonistas de la historia que estaba por comenzar en el 2008.

5.4 Temas específicos Si bien todas las notas hacen referencia, directa o indirecta, a la población travesti, transexual y transgénero, es posible identificar un subconjunto de campos semánticos, lo que permite interpretar cuál era el objeto específico de cada periódico. De esta manera, se diseñaron categorías que permitieran tener una mirada panorámica de los intereses de los periódicos y que, al mismo tiempo, permitiera observar la especificidad de las notas (Ver Tabla 12). En orden ascendente, los temas que se identificaron en el total de la muestra fueron, en primer lugar, la Iniciativa de Reformas en el D.F. (32.41%), donde se consideraron todas aquellas notas que hacían referencia a la presentación, debate, expectativas, posturas de actores sociales y aprobación de dicha iniciativa.

Este tema fue abordado por los periódicos de mayor reconocimiento y tradición en el país, lo que significa que el evento fue de un considerable interés público. En segundo lugar se encuentra el tema de matrimonio (12.03%), donde se consideraron las notas referidas a la unión civil entre dos personas transexuales en mayo de 2008 (Diana Laura y Mario), el derecho al matrimonio de las personas transexuales y la postura de la Iglesia al respecto. En tercer lugar se encuentra la demanda colectiva de derechos (11.11%), donde se distinguieron aquellas notas que hacían referencia a manifestaciones públicas en nombre de organizaciones LGBT o por los derechos de las personas transexuales y transgénero para reivindicar y exigir derechos humanos y civiles.

En cuarto lugar se encuentra la homofobia y los crímenes de odio (10.19%), que hacen alusión a aquellas notas donde se aborda el problema social de la

197

homofobia y sus consecuencias, entre las que se encuentran los asesinatos. En quinto lugar está el tema de discriminación (8.33%), donde se agruparon las notas que daban cuenta de las características de la discriminación que sufre la población LGBT y algunas iniciativas gubernamentales al respecto. En sexto lugar se identificó el tema de gastos de reasignación sexual (5.56%), bajo el cual se incluyeron aquellas notas que hablan de las implicaciones económicas (tanto para las personas como para las instituciones estatales de salud) de la reasignación sexo-genérica en las personas transexuales.

Este tema, aunque borda en el de la Iniciativa de Reformas en el D.F., se consideró importante su separación en otra categoría porque implica una carga semántica importante alrededor del debate de derechos respecto a la salud de esta población. En séptimo lugar se encuentra la Iniciativa de Ley Federal (4.63%), donde se incorporaron las notas que hacían referencia a la presentación, expectativas, demandas, reivindicaciones y debates de dicha propuesta legislativa.

En octavo lugar está el tema de la garantía estatal de derechos (3.70%), que incluye las notas referidas a acciones institucionales que tendrían por objetivo garantizar los derechos de las personas transexuales, entre ellas, la revisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de un amparo presentado por una persona transexual y la declaración de la Secretaría de Gobernación sobre la posibilidad de otorgar personalidad jurídica a las personas transexuales.

En noveno lugar se encuentra el tema de juicios para cambio de nombre y sexo (2.77%), vinculado a la Iniciativa de Reformas en el D.F., pero que tiene su especificidad en tanto se abordan los detalles de elaboración, las controversias y los resultados de los juicios que han llevado a cabo las personas transexuales ante el Registro Civil para cambiar su nombre y su sexo en su acta de nacimiento. Con un mismo porcentaje se encuentra el tema testimonios de vida, donde se incluyeron aquellas notas que dan un espacio a una historia particular de personas travestis, transexuales o transgénero.

198

Tabla 12 Temas clave de los textos periodísticos de 2007 y 2008 Tema

Cantidad

Porcentaje

Periódicos

Iniciativa de Reformas en el D.F.

35

32.41%

Matrimonio

13

12.03%

Demanda colectiva de derechos

12

11.11%

Homofobia y crímenes de odio

11

10.19%

Discriminación

9

8.33%

Gastos de reasignación sexual Iniciativa de Ley Federal Garantía estatal de derechos

6 5 4

5.56% 4.63% 3.70%

Juicios para cambio de nombre y sexo Testimonio de vida Desventajas reasignación sexual Necesidad de legislación Iniciativas educativas Transgéneros hombres y mujeres Paternidad y maternidad Muxes Fuente: Elaboración propia.

3 3 2 1 1 1 1 1

2.77% 2.77% 1.85% 0.93% 0.93% 0.93% 0.93% 0.93%

La Jornada, Milenio, Reforma, El Universal, Excelsior La Jornada, Milenio, Reforma, El Universal, La Prensa, Excelsior, Ovaciones La Jornada, Milenio, Reforma, El Universal, Excelsior La Jornada, Milenio, Reforma, La Prensa, Crónica, Ovaciones La Jornada, Milenio, Reforma, El Universal, La Prensa, Crónica, Excelsior Milenio La Jornada, Milenio, Reforma, La Jornada, Milenio, El Universal Milenio, Universal Milenio, Reforma Milenio, Excelsior El Universal Milenio Excelsior Excelsior El Universal

En décimo lugar se encuentra el tema de las desventajas de la reasignación sexual (1.85%), que atiende a los resultados negativos (suicidio, depresión) de la reasignación de genitales en personas transexuales. Éste es otro de los temas asociados a la Iniciativa de Reformas en el D.F., pero, igualmente, tiene una carga semántica para el tema de derechos. En onceavo lugar se encuentran temas que tienen el mismo porcentaje de presentación (0.93%): necesidad de legislación (sobre las dificultades que enfrentan las personas transgénero y transexuales que han cambiado su apariencia física y que viven de acuerdo a su identidad de género, pero que no cuentan con documentos acordes), iniciativas educativas (creación de un espacio de atención en la Universidad Nacional Autónoma de México), transgéneros hombres y mujeres (diferencias de proporción entre las personas que tienen una identidad femenina y las que tienen una identidad

199

masculina), paternidad y maternidad (sobre la capacidad como padres y madres de las personas transexuales y transgénero) y muxes (nota informativa de las personas que adoptan identidades y expresiones de género distintas a su sexo de nacimiento de la comunidad de Juchitán, Oaxaca).

De acuerdo al objeto de interés por parte de los periódicos, se podría señalar que la gran mayoría siguió el curso de los acontecimientos en el terreno de la acción política (principalmente, la Iniciativa de Reformas en el D.F.). En término medio se podrían ubicar aquellos que están dentro de la plataforma ciudadana (matrimonio, derechos, homofobia, crímenes de odio, discriminación). En el nivel más bajo de interés se encuentran aquellos vinculados a un impacto nacional de reformas e iniciativas institucionales que garanticen los derechos de las personas travestis, transexuales y transgénero, además de las especificidades y diversidad de esta población (dificultades de vida, necesidades, paternidad, maternidad, cuerpo, expresión cultural).

El análisis por gran tema y temas específicos permitió construir la escena discursiva de los periódicos, discernir sobre los énfasis dados por cada uno y, con ello, reconstruir sus intereses de atención y abordaje. Se pudo observar entonces que el discurso periodístico se concentró, mayoritariamente, en la Iniciativa de Reformas que se dieron en el D.F., proceso que comenzó a principios de 2008 y que concluyó –o por lo menos una parte de ellas- en septiembre de ese año con la aprobación de reformas al Código Civil de dicha entidad.

Los temas de discriminación, homofobia, crímenes por odio y reivindicación colectiva de derechos ocuparon una menor atención, lo que da una visión panorámica del significado que estos temas adquieren en la prensa nacional. ¿Cuál es, entonces, el argumento que la prensa manejó para explicar a los/las lectores iniciativas de reformas o de leyes que garanticen derechos civiles a las personas travestis, transexuales y transgénero? ¿Los/las lectores encontrarían

200

alguna relación entre dichas iniciativas y el problema de discriminación al que se enfrenta esta población de forma categórica y cotidiana?

5.5 Dinámica e interacción social En este apartado el interés se centra en los/las participantes y las acciones que la prensa les atribuye, con la idea de caracterizar la dinámica e interacción social alrededor de los temas anteriormente analizados. Esto se lleva a cabo desde la perspectiva de la pragmática del discurso, cuyo objeto es el lenguaje en uso y el fenómeno lingüístico desde sus propiedades y procesos en uso179 (los cuales siempre son sociales). De manera que la mirada a los/las participantes y sus acciones contribuye a comprender la interacción social al caracterizarlos/las como participantes-fuente (de donde emerge la acción) y participantes-destino180 (a quien va dirigida la acción) y sus acciones (dinámicas o de estado)181. Tabla 13 Clasificación general de los participantes aludidos en la prensa de 2007 y 2008 Institucionales

Colectivos

Gremiales

Individuales

 Partidos políticos (PRD, PAN, PSD)  Legisladores o diputados (donde se incluye la ALDF)  Gobierno del Distrito Federal  Secretaría de Gobernación  Suprema Corte de Justicia de la Nación  Universidad Nacional Autónoma de México  Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal  Iglesia católica

 Personas transexuales y transgénero  Comunidad lésbicogay  Organizaciones civiles por los derechos de las personas transexuales y de la diversidad

 Especialistas (de la salud, el derecho y la psicología)  Jueces

 Leticia Bonifaz  Diana Laura y Mario  Vladimir Luxuria  Pedro Zerolo  Travesti  El profesor José  La maestra Josefina  Rosa  Productor del certamen Señorita México Gay  Transexual

179

Vershueren, Jef, Understanding Pragmatics, Estados Unidos de Norteamérica, Oxford University Press, 1999. 180 Verón, Eliseo, “Ideología y comunicación de masas: la semantización de la violencia política”, en Verón, Eliseo, et. al., Lenguaje y comunicación social, Buenos Aires: Nueva Visión, 1971. 181 Lubbers Quesada, Margaret y Maldonado, Ricardo (eds.), Dimensiones del aspecto en español, México, Universidad Nacional Autónoma de México y Universidad Autónoma de Querétaro, 2005. 201

Fuente: Elaboración propia.

Las y los participantes a los que la prensa hace alusión se pueden clasificar de acuerdo a rasgos de pertenencia o acción (Ver Tabla 13): a) participantes institucionales, donde caben todos los organismos que tienen una estructura de funcionamiento y son reconocidos como entes de acción amplia dentro de la sociedad (partidos políticos, gobierno, legislatura, instancias de justicia, educación, derechos humanos y religión), b) participantes colectivos, aquellos que tienen un pronunciamiento en el mundo social desde su carácter plural, c) participantes gremiales, los que se identifican con alguna profesión o especialización, en el ámbito público o privado, y d) participantes individuales, donde se identifican personas singulares, por su nombre o denominación.

Las personas transexuales y transgénero fueron identificadas como sujeto gramatical y, por lo tanto, como participante-fuente sólo en un 9.23% de los títulos periodísticos que componen la muestra. En La Jornada, Milenio, El Universal, Reforma y Excelsior esta población fue identificada como participante-fuente en la nota informativa (Ver Tabla 14) y no hay ningún título que haga referencia a las personas travestis en esta misma categoría. La transexualidad sólo fue identificada como objeto gramatical en un solo título (“La transexualidad: materia pendiente), que corresponde a un artículo de opinión de Milenio. Tabla 14 Títulos de los periódicos donde las personas transexuales y transgénero son referidas como sujeto gramatical •

Acusa transexual rechazo en México (Reforma, 13 febrero 2007, p. 6I)



Viven transexuales ‘indocumentados’ (Reforma, 14 abril 2007, p. 4N)



Logran transexuales cambio de identidad (Milenio, 19 febrero 2008, p. 26)



Transexuales. Atrapados en un laberinto jurídico (El Universal, 30 marzo 2008, p. 10A)



Hay más transgéneros hombres que mujeres (Excelsior, 30 marzo 2008, p. 3)



Viven las transexuales doble discriminación (Excelsior, 31 marzo 2008, p. 2)



Piden transexuales la cirugía gratuita (Excelsior, 15 abril 2008, p. 2)



Legalizan unión transexuales (El Universal, 18 mayo 2008, p. 2C)



Transexuales piden ley para adecuar su nombre (La Jornada, 6 agosto 2008, p. 40)



Transgéneros podrán cambiar acta de nacimiento (La Jornada, 30 agosto 2008, p. 32)

202

Fuente: Elaboración propia.

En los subtítulos, la referencia a las personas transexuales como sujeto gramatical sólo aparece en 1.85% por dos periódicos, Milenio y Reforma (Ver Tabla 15) y es notorio no haber encontrado ninguna referencia a las personas transgénero y travestis. Tabla 15 Subtítulos de los periódicos donde las personas transexuales son referidas como sujeto gramatical •

Transexuales indefensos (Milenio, 1 febrero 2008, p. 30)



Podrán los transexuales realizar juicio especial para solicitar un acta con su nueva identidad (Reforma, 30 agosto 2008, p. 5)

Fuente: Elaboración propia.

Las acciones que se les atribuyen a las personas transexuales y transgénero son: acusar, vivir, pedir, lograr, legalizar y poder; acciones que podrían entrar dentro de la categoría de verbos dinámicos. Hay otro conjunto de acciones que se les atribuyen, que caben dentro de la categoría del verbo estativo ser o estar.

El verbo acusar generalmente se emplea en situaciones que implican un daño previo por parte de alguien y se revela el daño y quien lo hizo. En este caso, el complemento de la nota es “rechazo en México”, lo que indica el objeto del daño no así quién lo hizo, sino en dónde se llevó a cabo. Esta nota se refiere a las declaraciones hechas por Sabrina, una mujer transexual mexicana que decidió irse a vivir a España –y casarse con una mujer bajo las leyes de este país- como consecuencia de la alta discriminación que vivió en México. Es interesante, entonces, que el texto periodístico sólo tome nota de la acción de la persona transexual pero que no reconozca la fuente destinataria.

Es interesante observar que el verbo vivir se adjudique a las personas transexuales en su experiencia de discriminación. En este caso, la prensa retoma uno de los aspectos más cercanos de su cualidad humana, con lo que puede dejar al lector las implicaciones existenciales y cotidianas de la discriminación. La

203

segunda acepción en que se utiliza el verbo logra el resultado de caracterización de las personas transexuales: indocumentadas.

Otra de las acciones que se les atribuyen a las personas transexuales es pedir, ¿qué es lo que piden las personas transexuales? “La cirugía gratuita” y “Ley para adecuar su nombre”, complementos que parecen resumir las reivindicaciones de las personas transexuales en México. Sin embargo, están totalmente ausentes las peticiones de menor discriminación y violencia, de respeto a garantías constitucionales, así como de políticas públicas integrales que garanticen su bienestar (atención psicológica, educación, empleo, etcétera).

En este caso, la prensa se dirigió a dos temas controversiales: la cirugía de reasignación sexual y la legislación adecuada para cambiar de nombre y de sexo en su acta de nacimiento. El adjetivo de “gratuita” es un componente adicional al carácter controversial de la nota, porque supone que las personas transexuales solicitan ventajas o dádivas, siendo que la cirugía de reasignación sexual es claramente una petición de atención pública con recursos estatales. Claro, si la o el lector hace la conexión entre Estado-impuestos-instituciones de salud-cirugía de reasignación, probablemente el mensaje que reciba es que él terminará pagando esta cirugía a personas que sólo piden de manera gratuita, despojándolos de su carácter ciudadano.

La acción de lograr se ubica en una nota que hace referencia a los juicios que podían emprender las personas transexuales con la legislación vigente hasta antes de agosto 2008 para cambiar su nombre y sexo en el acta de nacimiento. El título de la nota es: “Transexuales logran cambio de identidad” (Milenio, 19 febrero 2008, p. 26). El verbo lograr implica que “el agente ha llevado acciones para conseguir algo que deseaba y que las ha realizado con esfuerzo. El periodista al decidirse por esta fórmula pretende resaltar el trabajo del agente y ofrecer una

204

impresión positiva de él”182, pretensión reforzada en el subtítulo de la nota: “Ganan nueve de 11 juicios”. El complemento de la oración gramatical “cambio de identidad” adiciona un elemento que puede tener resonancias positivas o negativas en quien lo lea, el cambio puede ser aceptado o rechazado.

El verbo legalizar se encuentra en una frase compleja, “Legalizan unión transexuales”. ¿Las personas transexuales tienen la facultad de legalizar una unión? En términos formales el uso de este verbo parece poco preciso, ya que quienes tienen la facultad de “dar estado legal a algo”, son las personas autorizadas en el campo jurídico. Esto hace suponer que la utilización de este verbo está relacionada con el énfasis que desea poner el periódico en el carácter legal que tuvo la unión civil entre Diana Laura y Mario. Sin embargo, también hace pensar en facultades que toman las personas transexuales y que no les corresponden, ¿el matrimonio entre personas transexuales no es exactamente algo que tendrían que llevar a cabo?

En el título “Transgéneros podrán cambiar acta de nacimiento” y en el subtítulo “Podrán los transexuales realizar juicio especial para solicitar un acta con su nueva identidad” se coloca la acción de las personas transgénero en futuro. Es decir, en el presente –justo en el momento en el que se aprobaron las Reformas al Código Civil del D.F.- a esta población no se adjudicó acción alguna. Su acción, “cambiar acta de nacimiento” y “realizar juicio especial”, vendrá después. Es evidente que las notas refleja la parte formal del proceso que sigue la aprobación, posterior publicación y procedimiento de las reformas indicadas.

Los usos que la prensa hace de los verbos ser o estar no adjudican acciones a las personas transexuales y transgénero, más bien las caracterizan o imputan cualidades. El único caso del uso de este verbo caracteriza a las transexuales como indefensas.

182

Escribano Hernández, Asunción, “Análisis de los contenidos implícitos en las informaciones electorales”, Revista de Retórica y Teoría de la Comunicación, año 1, núm. 1, enero, 2001, p. 87. 205

Tabla 16 Títulos de los periódicos donde las personas transexuales y transgénero son referidas como participante-destino •

Busca el PRD que se den garantías constitucionales a transexuales (La Jornada, 26 enero 2007, p. 50).



En la Cámara de Diputados. Propone el PRD iniciativa a favor de transexuales (Milenio, 6 marzo 2007, p. 37).



Impulsa PRD ley para proteger los derechos de transexuales. Al menos 20 mil mexicanos pertenece a ese grupo (La Jornada, 6 marzo 2007, p. 38)



La UNAM crea instituto de apoyo a transexuales. (Milenio, 15 enero 2008, p. 25)



La nueva ley permitiría a transexuales la adopción (Milenio, 12 marzo 2008, p. 30)



Buscan en Corte atraer caso de transexual (El Universal, 14 mayo 2008, p. A14)



Atrae la Corte solicitud de amparo de transexual (La Jornada, 15 mayo 2008, p. 46)



Celebra juez primera boda transexual (Ovaciones, 18 mayo 2008, p. 8)



Impulsa PRD reconocimiento a transexuales (Reforma, 22 mayo 2008, p. 4)



Rechaza clero matrimonio entre transexuales (La Prensa, 9 junio 2008, p. 5)



Analizará Segob reconocer derechos de transexuales… (Milenio, 30 agosto 2008, p. 4)



… Y la ALDF avala reformas a ley transgénero (Milenio, 30 agosto 2008, p. 4)

Fuente: Elaboración propia.

La aparición de las personas transexuales y transgénero como participantedestino (o inactivo) alcanza en la muestra trabajada en un 11.11%. Aquí los objetos gramaticales de acción se centran en el PRD, la UNAM, la nueva ley, la Corte, juez, clero, Secretaría de Gobernación y la ALDF (Ver Tabla 16). Las acciones del PRD son: buscar sus garantías constitucionales, proponer iniciativa a su favor, impulsar ley para proteger sus derechos y reconocer a esta población. La UNAM: crear un instituto de apoyo.

La nueva ley: permitir –a futuro- la adopción. La Corte: buscar atraer el caso de una persona transexual. El juez: celebrar una boda entre personas transexuales. El clero: rechazar el matrimonio entre personas transexuales. La Secretaría de Gobernación: analizar –a futuro- el reconocimiento de sus derechos. La ALDF: avalar reformas. Desde esta perspectiva se observan las posturas de diferentes participantes de la escena política, educativa, jurídica, religiosa y gubernamental

206

del país ante la problemática expuesta por la población transexual y transgénero (una vez más, la población travesti está ausente en estas notas periodísticas).

Un 7.40% de las acciones que están dirigidas a las personas travestis, transexuales y transgénero no aparece nadie como sujeto gramatical o participante-fuente (Ver Tabla 17). Llama la atención que dos de estos títulos hacen referencia a vejaciones que sufren las personas transexuales y al asesinato de una persona travesti. Dos más se refieren a la unión civil entre Diana Laura y Mario y otras tantas a las reformas del Código Civil del D.F. en agosto de 2008. Tabla 17 Títulos de los periódicos donde las acciones dirigidas a las personas transexuales y transgénero no cuentan con participante-fuente •

Cuesta $3,500 mensuales preparar a un transexual (Milenio, 23 enero 2008, p. 28)



Celebran la primera boda entre transexuales en México (La Jornada, 18 mayo 2008, p. 32)



Celebran la primera boda transexual (Reforma, 18 mayo 2008, p. 3C)



Persisten vejaciones contra transexuales (Crónica, 21 mayo 2008, p. 20C)



Hallan a travesti encajuelado (Reforma, 26 junio 2008, p. 8)



Frenan la propuesta para cirugías de transgéneros (El Universal, 6 agosto 2008, p. 5)



Logran consenso para transexuales (Reforma, 14 agosto 2008, p. 4)



Permiten a transexuales cambiar de identidad oficial (El Universal, 30 agosto, p. C4)

Fuente: Elaboración propia.

La gran ausencia de las personas travestis en los títulos de los textos periodísticos de enero de 2007 a septiembre de 2008 muestra que para la prensa mexicana no son una población de atención, lo que se podría traducir en una “discriminación por silenciamiento”183. Las personas transexuales y transgénero se caracterizan por ser una población que demanda atención para realizarse cirugías de reasignación sexual y para cambiar el nombre y sexo en su acta de nacimiento,

183

Mateos Martín, Concha, “El lenguaje nunca es inocente. Herramientas mediáticas de discriminación política”, Revista Mexicana de Comunicación, año 20, núm. 111, junio-julio, 2008, p. 25. 207

que viven discriminación (aunque no se sabe de quién se recibe) y que pueden casarse siempre y cuando sea legal. Los participantes institucionales se identifican como fuentes de protección, atención, aprobación, revisión, análisis y rechazo de las personas transexuales y transgénero.

En conclusión, el tema de la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero no es un tema abordado de manera cotidiana por la prensa mexicana, sus menciones son esporádicas y de poca profundidad. En algún momento pone mayor atención a esta población pero lo hace por un motivo institucional (por ejemplo, las propuestas de iniciativas de ley o de reformas específicas), es decir, tiene un acercamiento oficial al tema y no la identifica como un grupo que pueda tener alguna ingerencia o acción dentro de la sociedad sino como un grupo receptivo de la acción de políticos e instituciones.

208

CONCLUSIONES La discriminación tiene los más diversos rostros y se manifiesta de tantas maneras que muchos han llegado a aceptarla como parte inherente de nuestra vida, como si fuera algo natural, social e históricamente legitimado. Sin embargo, la discriminación no es natural sino el resultado de una relación política de dominio y exclusión

184

En México, la discriminación de la que es objeto la población travesti, transexual y transgénero está apoyada en prejuicios y estigmas de género porque aún se considera que mujeres y hombres son producto de la biología, lo que deja de lado y, más aún, se excluye del proyecto social, cultural, político y económico a esta porción de la población que asume identidades y expresiones independientemente de su sexo de nacimiento.

El hecho de que no respondan al mandato cultural y socialmente reconocido de la feminidad y la masculinidad esencialista constituye el núcleo de las acciones discriminatorias que se ejercen contra ellas: expulsión de la casa familiar, limitación para acceder a un empleo digno y reconocido, carencia de mecanismos legales que les permitan el reconocimiento de su identidad en términos jurídicos, atención inadecuada o ausencia de ésta en servicios de salud, insultos y golpes en la escuela, representación de su realidad en los medios de comunicación que alienta el menosprecio y el escarnio, violencia física y homicidio, detenciones policíacas injustificadas, etcétera.

Los resultados de esta investigación revelan que estas situaciones se repiten constantemente; las personas travestis, transexuales y transgénero son considerablemente vulnerables a la diferenciación, estigma y exclusión en prácticamente todos los ámbitos sociales existentes: familia, escuela, círculos de amistad, espacios de diversión, comercios y bancos, hospitales, dependencias gubernamentales y centros de trabajo. En ese sentido, la discriminación que

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Rincón Gallardo, Gilberto, Entre el pasado definido y el futuro posible. Ejercicios de reflexión política en clave democrática, México, Fondo de Cultura Económica, 2008, pp. 98. 209

experimenta esta población deja al descubierto un sistema sexo-género binario rígido, en donde no se tolera la diversidad y se establece la vigilancia y el castigo para aquellos que se salen de la normatividad preestablecida en términos de feminidad y masculinidad esencialista. La diferenciación y la jerarquía son elementos característicos de este sistema, que se instituyen en auténticos mecanismos culturales mediante los cuales se regulan prácticas y relaciones sociales, se configuran sentidos de vida y se proyectan axiomas universales sobre la existencia humana, que, por supuesto, incluye lo que se puede considerar humano y a lo que se tiene derecho en función de ello.

La discriminación parece formar parte del castigo social que se impone a los grupos de travestis, transexuales y transgénero ante su aparente disidencia del modelo de género imperante. Lo que podrían ser simples diferencias en el conjunto de personas se toman como verdaderos signos para la estigmatización negativa185 y, con ello, impedir el libre ejercicio de los derechos.

La familia es uno de los principales espacios donde dicho sistema adquiere forma. A diferencia de otros grupos sociales, en el caso de la población travesti, transexual y transgénero es menester considerar a la familia como un actor discriminador porque, primero, en la sociedad mexicana este núcleo tiene un papel muy importante en la transmisión de valores sociales, segundo, se le reconoce y legitima como el principal lugar de socialización, vigilancia y corrección de las personas en general, principalmente de infantes y mujeres, y tercero porque tanto las entrevistas como las encuestas realizadas a las personas travestis, transexuales y transgénero apuntan a una problemática densa dentro de la familia que las contiene, vigila o expulsa con consecuencias que se encadenan con otro tipo de relaciones de poder dentro de la propia familia o fuera de ésta. Por ejemplo, cuando la persona trans cuenta con cierta independencia económica

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Goffman, Erving, Estigma. La identidad deteriorada, Argentina, Amorrortu Editores, 2001, 173 pp. 210

puede ejercer poder y violencia sobre otros miembros de la familia o si sale de la familia se somete a relaciones a relaciones de poder laborales o económicas.

Hay básicamente tres actores de discriminación dentro de la familia: la madre, el padre y los hermanos varones. Claramente esto dibuja un escenario de relaciones de poder sustentado en el género. El poder masculino que se ejerce en la familia es absoluto: el padre no acepta o no se acerca (por ejemplo, en el caso de los muxes) y los hermanos golpean e insultan. El poder femenino es ambivalente: hay posibilidades de aceptación o de rechazo, que, en palabras de las personas trans, se pueden constituir en momentos de su proceso en la familia, aunque en realidad constituyen formas de control y reforzamiento de los roles de género hacia dentro y hacia fuera de la familia186. No se puede pasar por alto que algunos de estos actos discriminatorios están justificados directamente en preceptos religiosos.

¿Cómo considerar entonces a la familia en la lectura de la discriminación que experimenta esta población? Es necesario observar a la familia como un espacio conectado con las relaciones sociales más amplias de poder y de violencia, no se trata de un espacio privado. Es un espacio donde se excluye y se violenta a quien no cumple con las expectativas sociales en términos de género y sexualidad. ¿Por qué algunas personas travestis que se encuestaron no revelan su condición sexogenérica a los miembros de su familia? ¿Qué pasaría si lo dijeran abiertamente? ¿Qué les esperaría? ¿El rechazo? ¿La violencia física, verbal, psicológica?

Probablemente sí. Y esto lo demuestran claramente algunos de los testimonios de personas transgénero y transexuales que al expresar abiertamente su condición por la adopción definitiva de una identidad genérica que desean mediante vestimenta, comportamientos o transformaciones físicas no puede ocultar su condición. En ese sentido, la lucha por el reconocimiento de derechos de esta población no ha considerado hasta este momento incidir de manera más directa 186

Varias de estas apreciaciones están sostenidas en el estudio realizado por Pilar Calveiro sobre la familia y las relaciones de poder. Calveiro, Pilar, Familia y poder, Argentina, Libros de la Araucaria, 2005, 252 pp. 211

en las relaciones familiares. Al parecer es un espacio intocable, que se percibe autónomo y en donde están depositadas ideas como el amor, el apoyo y la solidaridad, ideas que sólo conforman parte de una construcción social que da legitimidad al ejercicio de poder y violencia del padre y la madre a los hijos o hijas y del padre a la madre.

En una especie de encadenamiento se observa que una de las principales consecuencias de la discriminación y el estigma hacia las personas travestis, transexuales y transgénero es la pérdida de redes familiares. Casi todas las personas con las que se tuvo contacto mediante entrevista o encuesta se encuentran solteras y una gran mayoría vive sola. Es decir, la sociedad mexicana no ha podido construir modelos alternativos de familia a la unión típicamente heterosexual (es decir, un hombre biológico con una mujer biológica), construirlas significaría en gran parte tolerancia e integración de esta población, aceptar sus derecho a unirse y a tener hijas o hijos y que sus formas familiares sean reconocidas legalmente, con todos los derechos que ello implica.

En el aspecto familiar hay otro encadenamiento, aquel que está relacionado con los hijos biológicos de la persona travesti, transexual o transgénero que son vulnerables a la discriminación como en una suerte de extensión del estigma y a fin de evitarla se instrumenta una interacción estratégica que evita ciertos lugares o personas de la interacción social más amplia del hijo o la hija. A pesar de que la persona travesti, transexual o transgénero legalmente tenga el derecho de ver a sus hijos o hijas en cualquier espacio, se limita por la vulnerabilidad a la discriminación y exclusión de éstos.

La lucha por el reconocimiento de los derechos de esta población no ha tocado ninguno de estos temas, a reserva de que en las reformas del Código Civil, al Código

de

Procedimientos

Civiles

y

al

Código

Financiero,

aprobadas

recientemente por la ALDF, se eliminara la exigencia del divorcio para permitir que las personas transgénero y transexuales adecuen su acta de nacimiento a su

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identidad de género. A diferencia de los colectivos gays y lésbicos que durante los últimos años han pugnado por su derecho a la unión civil, para los colectivos trans no ha sido una prioridad este asunto.

Otro de los espacios donde se encuentran acciones discriminatorias y de exclusión es la escuela. Rechazo abierto mediante burlas, insultos y golpes ejercidos por compañeros y compañeras y en ocasiones por profesores y profesoras, así como indiferencia terminan por dejar a las personas transexuales y transgénero, principalmente, sin redes de apoyo que podrían contribuir en un futuro a su desarrollo profesional, laboral y económico. En ocasiones, la discriminación que llegan a experimentar en el espacio educativo las impele a abandonar sus estudios.

Una de las principales propuestas que las personas encuestadas señalaron para eliminar la discriminación de la que son objeto es la educación y la información, incluyendo temas sobre discriminación, educación y diversidad sexual en los programas de estudio, así como la capacitación y sensibilización directa a profesores y profesoras. Es decir, la escuela tendría que ser un espacio de intervención activa en la prevención y eliminación de la discriminación hacia esta población. Algunas de las iniciativas impulsadas por grupos y organizaciones trans han incluido la sensibilización e información en foros educativos, programas de radio y televisión, pero no se ha podido incidir de manera directa en los programas de estudio o en la capacitación del profesorado.

Las diferencias de la experiencia de discriminación por nivel escolar revelan que es durante la infancia que esta población es más vulnerable a la discriminación dentro de la escuela. Una vez más se observa el ejercicio de poder y violencia, esta vez en función de la edad, en un espacio que se considera también casi impensable de abordar aspectos de esta índole.

213

La discriminación que experimentan las personas trans en el ámbito laboral tiene matices diversos. Por una parte, la contratación en un empleo formal es notablemente difícil para esta población, sobre todo si acuden a solicitarlo y sus documentos de identificación no coinciden –en nombre y sexo de nacimiento- con su apariencia e imagen física. Se trata, entonces, de una problemática que enfrentan mayoritariamente las personas transgénero y transexuales.

El hecho de que en contextos no urbanos y donde la vida social esté circunscrita a una determinada comunidad étnica se de una clara división entre aquellas personas que asumen una identidad femenina y una masculina, confinando a las primeras a labores tradicionalmente femeninos (dentro de la comunidad) y a las segundas a actividades laborales tradicionalmente masculinos (fuera de la comunidad), como en el caso de las personas muxe en Juchitán, Oaxaca, habla de que el mundo laboral también está presente una discriminación naturalizada de género. Y esto se podría trasladar a los intentos de inserción laboral de las personas trans en contextos urbanos. No hay, por ejemplo, mujeres transgénero o transexuales que hayan encontrado una fuente de ingresos por vínculos familiares, lo que sí sucede con los hombres transgénero o transexuales.

Ante las problemáticas que enfrentan para la inserción laboral, esta población ha tomado distintas alternativas: la emigración a contextos donde las diferencias entre mujeres y hombres son menos severas, aceptar empleos que no requieren procedimientos formales de contratación pero que les permitan desarrollarse en su área profesional y recibir ingresos, emplearse en otras laborales que no están acordes a su preparación académica, experiencia laboral y necesidades económicas, ingresar a empleos típicamente femeninos –en el caso de las mujeres transexuales o transgénero- como el estilismo, el show o espectáculo y el trabajo sexual. Estas alternativas constituyen claras consecuencias de una discriminación, de una limitación de sus derechos laborales donde se ve reproducida la división laboral por género. Paradójicamente, las personas se mantienen durante un tiempo considerable en estas actividades laborales aunque

214

no tengan seguridad laboral y el trabajo sea poco reconocido socialmente hablando porque sabrán a qué obstáculos se pueden enfrentar si es que deciden emprender una búsqueda en la esfera formal.

Hay otra situación de la discriminación en el ámbito laboral, aquella que se presenta cuando están contratadas formalmente en una empresa o institución pública. En el momento en que las personas transexuales y transgénero que se encuentran laborando y deciden presentarse a trabajar acorde a su identidad de género enfrentan una expulsión sutil –que puede ser paulatina y llena de obstáculos cotidianos- o una expulsión directa –mediada por la violencia, la humillación y el menosprecio-. Esta discriminación puede ser decisiva para que las personas decidan migrar a otros países o para subemplearse. Es crítica la situación en las instituciones públicas donde no se puede justificar plenamente el despido de la persona transexual o transgénero y entonces comienza un maltrato y un abuso de poder constante.

¿Cómo considerar la discriminación de las personas transexuales y transgénero en el contexto mexicano, donde de por sí es complicado conseguir y mantenerse en un empleo formal? Es evidente que el mundo laboral tiene distintos filtros para elegir a las personas que se contratan, sin embargo éstos no deberían de estar sustentados en prejuicios o estigmas, por ejemplo de género, etnia, preferencia sexual o expresión o identidad de género. Las experiencias de discriminación de las personas transexuales y transgénero dejan ver con claridad que lo que está actuando en la negación o expulsión de un empleo son prejuicios y estigmas por expresión e identidad de género.

Uno de los aspectos que ha resaltado el movimiento por los derechos de las personas transexuales y transgénero en México es el vínculo que existe entre la discriminación laboral y la falta de reconocimiento jurídico de la identidad de género de estas personas. Se espera que al momento de que sus documentos de identificación –en nombre y sexo de nacimiento- coincidan con su apariencia física

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aminore la discriminación laboral. Esta es una de las principales motivaciones para impulsar y apoyar tanto la iniciativa legislativa federal que se presentó en el Congreso de la Unión en marzo de 2007 y las reformas locales local que se presentaron y aprobaron en agosto de 2008 en el Distrito Federal.

El movimiento ha señalado el círculo donde se encuentran atrapadas las personas transexuales y transgénero por no contar con documentos legales que avalen su identidad de género: al no contar con estos documentos no encuentran empleo y si no encuentran empleo no pueden llevar a cabo su proceso de reasignación sexo-genérica que probablemente pueda contribuir a obtener sus documentos. Estos obstáculos encadenados son significativos del poder y violencia que se ejerce en términos de estructura laboral, legal y de salud hacia las personas transexuales y transgénero, indican las pocas posibilidades de inclusión que tienen aquellas personas que no se ajustan al modelo de género convencional y legitimado.

Dado que la falta de reconocimiento jurídico de su identidad de género es un nudo de problemáticas, gran parte de la lucha y el movimiento trans en los últimos años se ha dedicado a sensibilizar y difundir la necesidad imperiosa de una legislación que garantice su derecho a la personalidad jurídica. Es sintomático que dicha necesidad sólo haya tenido eco en el Distrito Federal, ciudad donde la lucha por los derechos de las mujeres y las personas gays y lesbianas ha sido emblemática.

La reciente aprobación de las reformas al Código Civil, al Código de Procedimientos Civiles y al Código Financiero en esta entidad forma parte de un movimiento político de izquierda más amplio que busca garantizar los derechos de los ciudadanos y las ciudadanas. En ese sentido, la capital del país se ha constituido en un emblema de la defensa de los derechos, que ha tenido algunas réplicas en otros estados pero que no ha logrado alojarse en la mayor parte del territorio nacional. Al parecer, las instancias gubernamentales y legislativas no consideran importante o trascendental ocuparse de la eliminación y prevención de

216

la discriminación que sufren las personas travestis, transexuales y transgénero, tal y como lo muestra la falta de atención a la iniciativa federal presentada en 2007 por un diputado del PRD que busca garantizar los derechos de esta población. A pesar de que la Ciudad de México sea emblemática en los derechos de la población de la diversidad sexual, es sintomático que sólo se hayan aprobado las reformas presentadas en la ALDF en lo que concierne al reconocimiento jurídico de la identidad y se haya dejado fuera el aspecto de la atención médica en cuanto al proceso de reasignación sexo-genérica de las personas transexuales y transgénero.

Es la primera vez en la historia del movimiento por los derechos de esta población que se exige el derecho a la salud de acuerdo a sus especificaciones. Hasta el momento, cualquier procedimiento médico para adquirir características físicas acordes a la identidad de género de estas personas, sea por tratamiento hormonal e intervenciones quirúrgicas, se llevan a cabo en instituciones privadas, lo mismo sucede con la intervención psicológica o psicoterapéutica. La exigibilidad ante el Estado es que asuma que hay una parte de la población que tiene necesidades particulares de atención médica y que las tiene que garantizar como una parte de los derechos ciudadanos. Sin embargo, es un tema complicado.

El mismo jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrad, se pronunció en contra de aprobar las reformas a la Ley de Salud del Distrito Federal encaminadas a garantizar este derecho desde el primer momento en que se dio a conocer la propuesta, después lo hicieron otros actores políticos representativos. Esto significa que ni siquiera en el proyecto de garantía de derechos ciudadanos de la izquierda en México cabe la atención a la salud de esta población. La prensa presentó el asunto de la salud de manera espectacular, poniendo a las personas transexuales y transgénero como solicitantes de algo gratuito y no como un derecho inalienable que el Estado tendría que garantizar, a pesar de que los y las activistas transexuales y transgénero así lo demandaban.

217

Considerando que una buena parte de las personas travestis, transexuales y transgénero han recibido algún tipo de discriminación en hospitales y centros de atención médica, es innegable la falta de acceso de esta población a la salud, cuanto más para la atención específica que requieren.

La discriminación que experimenta esta población en los servicios privados, negándoles la atención o atendiéndoles de manera inadecuada es un rubro poco considerado en las políticas públicas contra la no discriminación. Hospitales, bancos, comercios y lugares de diversión son espacios donde la población travesti, transexual y transgénero ve vulnerados sus derechos. Esto contribuye a una exclusión de la vida pública de esta población, sobre todo de aquella que su apariencia denota la condición trans y alienta la formación de guetos estigmatizados. Uno de los aspectos por los que han luchado estos colectivos es por su visibilización, es decir por el simple derecho que tienen de entrar a un banco para hacer un trámite, a un comercio a realizar una compra, a un centro de diversión o un hospital privado para solicitar atención.

En ese sentido, las organizaciones han llevado acciones muy puntuales para que la población trans sea parte del escenario cotidiano de la sociedad. Sin embargo, se observa que todavía hay trabajo por hacer al respecto, sobre todo cuando su presencia en la calle aún implica una alta vulnerabilidad a la discriminación al ser detenidas por la policía. Esta situación probablemente está relacionada con el asunto de la seguridad pública que termina por generar discriminación al identificar determinados grupos sociales como riesgosos por su apariencia física y comportamiento187, es decir es una discriminación claramente sustentada en un prejuicio social.

El movimiento trans en México también se ha concentrado en denunciar públicamente la discriminación que hacen los medios de los medios de

187

Rincón Gallardo, Gilberto, Entre el pasado definido y el futuro posible. Ejercicios de reflexión política en clave democrática, México, Fondo de Cultura Económica, 2008, 211 pp. 218

comunicación masiva al hacer representaciones y difusión de las mismas del travestismo, la transexualidad y la transgeneridad que incitan a la burla y al menosprecio.

La televisión, por ejemplo, hace uso de imágenes distorsionadas de personas travestis, transexuales o transgénero que poco tiene que ver con la realidad cotidiana de estas personas, contribuyendo a la estigmatización y la estereotipia que se tiene de ellas entre la sociedad. Los medios de comunicación han sido de interés para el movimiento de la diversidad sexual en general y han tenido logros importantes al respecto para que la prensa escrita, por ejemplo, difunda información relacionada con esta población dentro del marco de igualdad y respeto a los derechos humanos. Sin embargo, la atención que da a temas específicos de discriminación de la población trans es muy poca y generalmente está ligada a hechos institucionales y actores políticos. De esta forma, el silencio que hay en la prensa escrita nacional podría denominarse como discriminación por silenciamiento, otra forma de excluir y marginar a esta población.

Después de una larga lucha por los derechos humanos en el país y de múltiples batallas cotidianas de las personas travestis, transexuales y transgénero hoy es posible nombrar la discriminación de la que son objeto, comprenderla y pensar en las posibles vías de solución. En ese sentido, México parece estar avanzando en el terreno democrático. Sin embargo esta apreciación sólo está en el futuro, porque actualmente a esta población se le discrimina y excluye de manera sistemática, despojándola de sus derechos fundamentales.

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GLOSARIO Afeminamiento. Término empleado para describir la adopción acentuada que hacen algunos varones de actitudes, gestos y comportamientos identificados como femeninos dentro de una sociedad.

Ciudadanía. Es una categoría socio-política que define la pertenencia y el reconocimiento de las personas dentro de una comunidad, que implica derechos y obligaciones. Anteriormente el concepto estaba vinculado estrechamente a la nacionalidad, actualmente se entiende que la ciudadanía rebasa las fronteras de las naciones-estado porque los derechos y obligaciones de las personas tienden a ser reconocidos a nivel mundial o global. Condición humana. Características o eventos que se presentan de manera probabilística en el devenir humano. Expresión de género. Disposición y configuración corporal –vestimenta, comportamiento, actitudes, gestos- que indican la cualidad genérica de la persona.

Género. Construcción sociocultural sobre las diferencias sexuales, que imprime nociones distintas –y la mayoría de las ocasiones, desiguales- a lo masculino y lo femenino.

Hombre transexual. Una persona del sexo femenino que posee una identidad de género masculina. Homofobia. Actitud persistente de desprecio, rechazo, aversión y temor a las personas que son o parecen ser homosexuales o gays. Identidad de género. Percepción que tiene la persona de pertenecer a uno de los dos géneros: masculino o femenino, y se traduce en las expresiones: “soy mujer” o

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“soy

hombre”.

Dicha

auto-percepción

puede

ser

independiente

de

las

características anatómicas y fisiológicas que presenta. Este concepto es, quizá, uno de los más complejos en el campo de los estudios de género y de la diversidad sexual, pues alude a la construcción subjetiva de la masculinidad y la feminidad, que abarca procesos de identificación en donde intervienen de manera importante las representaciones vigentes de género y la interacción con los otros. Mujer transexual. Una persona del sexo masculino que posee una identidad de género femenina.

Patologización.

Atribución

de

enfermedad

o

patología

a

determinados

comportamientos desde una visión ideológica de normalidad-anormalidad y que implica estigma o exclusión de determinados grupos sociales.

Preferencia u orientación erótico/afectiva. Inclinación para relacionarse erótica y/o afectivamente con personas del otro sexo (heterosexualidad), del mismo sexo (homosexualidad) o de ambos sexos (bisexualidad).

Reasignación sexogenérica. Proceso mediante el cual la persona transexual se somete

a

tratamiento

hormonal,

aprendizaje

y

moldeamiento

de

su

comportamiento individual y social, intervenciones quirúrgicas para modificar su corporalidad –extirpación de mamas, útero y trompas, vaginoplastia, penoplastía, cirugías de feminización o masculinización facial, electrólisis- para construir una imagen física acorde a su identidad de género. Sexo. Conjunto de características anatómicas y fisiológicas, genéticamente heredadas, que permiten distinguir a hembras y machos. Las dimensiones que son consideradas en esta distinción son: cromosómica (XY: macho; XX: hembra), gonadal (testículos: macho; ovarios: hembra), hormonal (testosterona, macho; estrógenos, hembra) y morfológica (pene: macho; vagina y vulva: hembra).

221

Transexualidad. Condición humana de aquellas personas que tienen una identidad de género independiente de su sexo; generalmente tienen la convicción de pertenecer al género distinto con el que fueron designados al momento de nacer, por lo que realizan un proceso de transición que contempla una serie de transformaciones corporales y de integración social que les permitan vivir y ser reconocidos como hombres o mujeres. Muchas personas transexuales eligen identificarse como hombres o como mujeres una vez finalizada su transición, otras conservan el calificativo y se nombran así mismas como mujeres u hombres transexuales y otras adoptan la transexualidad como parte de su identidad de género y se autodenominan transexuales. Transfobia. Actitud persistente de desprecio, rechazo, aversión y temor a las personas que son o parecen ser travestis, transexuales o transgénero.

Transgénero. Condición humana de las personas que deciden vivir permanente o intermitentemente en otro género, independientemente de su sexo de nacimiento, se sienten conforme con su cuerpo y, generalmente, no recurren a cirugías que lo modifiquen. Travestismo. Condición humana que designa a la persona que nació como macho y que asume una expresión de género reconocida socialmente como femenina. Es independiente de la preferencia u orientación erótico/afectiva y puede involucrar o no modificaciones corporales por medio de siliconas, prótesis, etcétera.

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233

ANEXOS

232

ANEXO 1 GUÍA DE ENTREVISTA SOBRE LAS CONDICIONES DE VIDA, NECESIDADES Y PROBLEMÁTICA DE LAS PERSONAS TRAVESTIS, TRANSEXUALES Y TRANSGÉNERO EN MÉXICO Nota: Las preguntas pueden tener un significado distinto de acuerdo a la condición específica de las personas.

Datos generales • Edad, escolaridad, ocupación actual, estado civil, si tiene hijos o no (cuántos), dónde, con quién vive y desde cuándo • Si la persona vive sola: explorar a profundidad la intervención de circunstancias e implicaciones de esta situación (sobre todo si está relacionada con su condición). • Si la persona vive con otras personas (con las que comparte o no su condición de género): explorar la forma de convivencia, apoyo y solidaridad, división de trabajo y gastos, problemas, etc. Autodefinición • Cuál es su autodefinición: travesti, transexual o transgénero (si hay duda o se define de otra manera, explorar). • Desde cuándo se define así y cuáles fueron las circunstancias que acompañaron esta autodefinición (por amistades, pareja, médico, terapeuta). • Con quién comparte o ha compartido su condición de género (familia, amistades, compañeros/as de trabajo, parejas, vecinos, por internet). Momentos o circunstancias que lo han permitido. Explorar el tipo de situaciones que ha traído la autorevelación frente a otros. Cuáles son las razones que ha facilitado o dificultado que lo comparta diferencialmente, con unos sí y con otros no. Expresión pública de su condición o identidad de género • Situaciones en las que puede expresar el género diferente a su sexo de nacimiento: dónde, con quién, con qué frecuencia, con qué experiencias o sentidos. • Explorar si hay dificultades en cada una de esas situaciones, de qué índole, cómo afecta a la persona, cuáles son las estrategias que ha implementado, etc.

233

• En caso de que no pueda expresarse en ningún espacio ni ante nadie, explorar los motivos y el significado que tiene para la persona. • Ha tenido algún problema por mostrarse públicamente con su identidad o expresión de género (en dónde, cuáles fueron las circunstancias, cuál es la frecuencia, qué actores sociales han intervenido, cuáles son los mecanismos que ha implementado la persona para resolverlos). Situación familiar • Cuál es la actitud que ha tenido y tiene su familia de origen con relación a su condición (trayectoria junto con la familia durante el tiempo que haya vivido con ella, dificultades, apoyo y solidaridad; actualmente, tipo de relación que lleva con la familia de origen, dificultades) y esto cómo ha afectado a la persona. • Cuál es la actitud de su familia actual ante su condición (cómo ha afectado a la persona en términos económicos, educativos, sociales, emocionales, afectivos y qué estrategias ha implementado). Amistades • Cuál es la actitud que han tenido sus amistades a lo largo del proceso (cómo ha afectado a la persona y qué estrategias ha implementado, alejamiento o pérdidas). • Cuáles son las relaciones de amistad que tiene actualmente (saben de su condición, cómo es la relación en ese sentido). Institución escolar • Cuáles son los problemas que ha enfrentado en la escuela por su condición (insultos, indiferencia, menosprecio, restricciones físicas, violencia física; por parte de quién). • Si tiene una escolaridad baja, explorar si intervino de alguna manera su condición para abandonar la escuela. Situación en el trabajo u ocupación actual • Cuál es la situación en su trabajo, en su escuela, etc. con relación a su condición. • Explorar si está conforme con su trabajo y qué posibilidades tiene de cambiarlo en caso de quererlo hacer

234

• Si no tiene trabajo indagar: desde cuándo, dónde y cómo ha buscado, cómo interviene su condición • En cualquier caso, explorar si los ingresos que recibe son suficientes para satisfacer sus necesidades y qué ha hecho para obtener recursos económicos. Condiciones de salud • Regularmente dónde se atiende sus problemas de salud (médico privado, clínica pública, otros). • Problemas que se le han presentado en esos espacios por su condición. • A qué especialista ha recurrido para atender cuestiones específicas de su condición:

psicólogo,

psicoterapeuta,

sexólogo,

psiquiatra,

psicoanalista,

endocrinólogo, cirujano: periodo de atención, aspectos a tratar, resultados. • Qué transformaciones corporales ha realizado: métodos, costos, servicios públicos o privados, dificultades. • Hay alguna transformación corporal que no haya podido realizar aún: cuál, razones, dificultades inherentes, posibilidades de llevarla a cabo. Aspecto jurídico y justicia • Ha tenido dificultades al momento de identificarse legalmente para realizar un trámite, estudiar, solicitar empleo, identificarse frente a una autoridad, etcétera. • Dificultades que se han presentado, dada su condición, al momento de resolver alguna situación judicial o civil (por ejemplo, divorcio, denuncia, etcétera). • Cómo se resolvieron ambas situaciones. Participación política • Participa en algún grupo que reivindique los derechos de las personas travestis, transexuales o transgénero (cuál, desde cuándo, actividades, cuál es su participación, opinión sobre el grupo y logros).

235

ANEXO 2 PERSONAS ENTREVISTADAS Nombre

Edad

Condición

Escolaridad

Ocupación

Lugar de origen

Lugar de residencia

Estado civil e hijos/as

Participa en grupo

Rosalba

40

Travesti

Bachillerato

Bibliotecaria

Distrito Federal

Distrito Federal (Iztapalapa)

Soltera, sin hijos



Galia

39

Transexual

Licenciatura en comunicación

Periodista, show travesti

Monterrey, Nuevo León

Monterrey, Nuevo León

Soltera, sin hijos



Licenciatura en ciencias políticas

Empleada administrativa

Tabasco

Distrito Federal (desde hace 10 meses)

Soltera, sin hijos

No

Trabajos independientes de consultaría

Cuernavaca, Morelos

Cuernavaca, Morelos

Soltera, sin hijos

No

Negocio familiar

Morelia, Michoacán

Morelia, Michoacán

Soltero, sin hijos

No

Estudiante

Culiacán, Sinaloa

Culiacán, Sinaloa

Soltera, sin hijos

No

Empleada en laboratorio digital

Ciudad Guzmán, Jalisco

Soltera, sin hijos

No

Soltera, sin hijos

No

Soltera, sin hijos



Casada, con dos hijos

No

Greta

23

Transexual

Gina

36

Transexual

Sergio

28

Transexual

Jana

24

Transexual

Nelly

24

Transexual

Paulina

34

“Gay vestida”

Secundaria

Ayudante general en estética

Cuautepec, Estado de México

Ariadna

35

Transexual

Técnica en computación

Capturista

Distrito Federal

Wanda

40

Transgénero

Licenciatura en psicología

Profesora

Naucalpan, Estado de México

Ciudad Guzmán, Jalisco Distrito Federal (Col. Cuautepec) Distrito Federal (Tlalpan) Naucalpan, Estado de México

César

23

Transexual

Licenciatura en artes plásticas

Sin ocupación remunerada

Xalapa, Veracruz

Xalapa, Veracruz

Soltero, sin hijos

No

Nadia

21

Transexual

Licenciatura

Refugiada política en Canadá

Distrito Federal

Canadá

Soltera, sin hijos

No

Berenice

30

Muxe guna

Licenciatura en educación

Activista

Juchitán, Oaxaca

Juchitán, Oaxaca

Soltera, sin hijos



Licenciatura en ingeniería industrial Licenciatura administración de empresas Licenciatura en literatura y letras hispánicas (en curso) Licenciatura en informática (incompleta)

236

ANEXO 3 CONSEJO NACIONAL PARA PREVENIR LA DISCRIMINACIÓN (CONAPRED) ENCUESTA SOBRE DISCRIMINACIÓN Y ESTIGMA HACIA LAS PERSONAS TRAVESTIS, TRANSEXUALES Y TRANSGÉNERO EN MÉXICO El propósito de esta encuesta es conocer las situaciones de estigma y discriminación que enfrentan las personas travestis, transexuales y transgénero en sus distintas modalidades (laboral, educativa, familiar, económica, jurídica, de acceso a servicios y a la justicia), así como la percepción y conocimiento que tienen sobre las respuestas institucionales y legislativas que se han implementado en los últimos años para reducir este problema. Las preguntas están encaminadas a conocer la discriminación y el estigma que has experimentado o experimentas por tu condición sexo-genérica. Las respuestas son anónimas, así que te pedimos contestes con la mayor veracidad posible. Muchas gracias. Fecha y lugar: __________________________________________ I. DATOS GENERALES CODIGOS

RESPUESTAS

1.1 ¿Cuántos años tienes?

___________ años

|__|__|

1.2 ¿Dónde (ciudad, municipio, estado) naciste?

___________________________________

|__|

1.3 ¿Dónde (ciudad, municipio, estado) vives actualmente?

___________________________________

|__|

1.4 ¿Cuánto tiempo tienes viviendo en este lugar?

___________ años ____________ meses

|__|__|

1.5 Actualmente ¿cuál es tu estado civil?

1( ) Soltero/a

4( ) Separado/a

|__|

2( ) Casado/a

5( ) Divorciado/a

3( ) Unión libre

6( ) Viudo/a

1.6 ¿Cuántos hijos tienes?

Núm. de hijos _____________

|__|

237

1.7 ¿Con quién vives actualmente? 1.8 ¿Cuál es tu grado máximo de estudios?

1( ) Pareja

4( ) Padre

7( ) Otros familiares

2( ) Hijos/as

5( ) Hermanos/as

8( ) Amigos/as

3( ) Madre

6( ) Abuelos/as

9( ) Solo/a

1( ) No fue a la escuela

7( ) Media superior completa

2( ) Primaria incompleta

8( ) Carrera técnica incompleta

3( ) Primaria completa

9( ) Carrera técnica completa

4( ) Secundaria incompleta

10( ) Superior incompleta

5( ) Secundaria incompleta

11( ) Superior completa

|__|

|__|

6( ) Media superior incompleta 12( ) Postgrado 1.9 Actualmente ¿estás estudiando?

1( ) Sí

2( ) No

|__|

1.10 ¿Realizas un trabajo por el que recibas un pago?

1( ) Sí

2( ) No

|__|

1.11 Describe qué puesto tienes, qué actividad realizas y en qué lugar trabajas

_____________________________________________________________

1.12 ¿Cuánto tiempo tienes en este trabajo?

1( ) Menos de 1 año

4( ) Entre 9 y 12 años

2( ) Entre 1 y 3 años

5( ) Más de 12 años

1.13 ¿Cuánto es lo que ganas mensualmente con este trabajo?

_____________________________________________________________ _____________________________________________________________

3( ) Entre 4 y 8 años 1( ) Menos de mil pesos

3( ) Entre 5 mil y 8 mil pesos

2( ) Entre 2 mil y 4 mil pesos

4( ) Más de 10 mil pesos

II. SEXO Y GENERO CODIGOS 2.1 ¿Cómo te defines actualmente?

|__|

|__|

RESPUESTAS

1( ) Travesti

3( ) Transexual

2( ) Transgénero

4( ) Otro _________________________

|__|

238

2.2 ¿Cuál es tu sexo de nacimiento?

1( ) Femenino

2( ) Masculino

|__|

2.3 ¿Cómo te gusta expresarte o identificarte la mayor parte del tiempo?

1( ) Como hombre

3( ) Intermedio

|__|

2( ) Como mujer

4( ) Otro __________________________

III. PERCEPCION SOBRE LA DISCRIMINACION CODIGOS 3.1 ¿Para ti que es la discriminación?

RESPUESTAS

_____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________

3.2 ¿Has experimentado discriminación por tu condición de género?

1( ) Sí

2( ) No

3.3 ¿Qué tan 1( ) Siempre frecuentemente 2( ) Casi siempre te sientes discriminado/a? 3( ) Algunas veces 3.4 ¿Cuál crees que sean las tres principales razones por las que discriminan a las personas travestis, transexuales y transgénero?

|__|

4( ) Casi nunca

|__|

5( ) Nunca

( ) Prejuicios

( ) Por no cumplir expectativas

( ) Desinformación

( ) Miedo

( ) Autoritarismo

( ) Otra ___________________________

( ) Creencias religiosas

(Enuméralas del 1 al 3 de acuerdo a tu percepción)

239

3.5 ¿En qué grado crees que las personas travestis, transexuales y transgénero experimentan discriminación?

1( ) Muy bajo

4( ) Alto

2( ) Bajo

5( ) Muy alto

3.6 ¿Cuáles son las consecuencias que tiene la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero?

( ( ( ( ( ( ( ( ( ( (

) Salida de la casa familiar ) Rompimiento o deterioro de las relaciones familiares ) Pérdida de la pareja ) Pérdida de amistades ) Sufrimiento emocional o psicológico ) Baja escolaridad ) Poco desarrollo económico ) Escaso desarrollo laboral y profesional ) Invisibilidad (ocultamiento) ) Pérdida de los hijos/as ) Otra ______________________________________

( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( ( (

) Familia ) Pareja ) Policía ) Médicos/as, enfermeros/as ) Profesores, profesoras ) Compañeros/as de trabajo ) Vecinos/as ) Gente de la calle ) Otras personas de la diversidad sexual o de ambiente ) Funcionarios públicos ) Personal de servicios privados ) Jefes de trabajo ) Medios de comunicación (prensa, radio, TV) ) Otro ______________________________________

(Enuméralas del 1 al 10 de acuerdo a tu percepción)

3.7 ¿De quién consideras que reciben mayor discriminación? (Enuméralas del 1 al 14 de acuerdo a tu percepción)

3( ) Medio

IV. DISCRIMINACION EN LA FAMILIA CODIGOS 4.1 ¿Qué tan frecuentemente te sientes discriminado/a por tu familia?

|__|

RESPUESTAS

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

|__|

3( ) Algunas veces

240

4.2 ¿De quién has recibido mayor discriminación en tu familia?

1( ) Madre

4( ) Hermanas

7( ) Hijos/as

2( ) Padre

5( ) Abuelos/as

8( ) Otros familiares

3( ) Hermanos

7( ) Pareja/s

9( ) Todos los anteriores

4.3 ¿Has recibido insultos o burlas por tu condición de género de parte de tu familia?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

4.4 ¿Has recibido golpes físicos por tu condición de género de parte de tu familia?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

4.5 ¿Tu familia te ha negado apoyo económico por tu condición de género?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

4.6 ¿Te han expulsado de la casa familiar por tu condición de género?

1( ) Sí

4.7 ¿Te han negado como hijo/a, hermano/a por tu condición de género?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

|__|

|__|

3( ) Algunas veces

|__|

3( ) Algunas veces

|__|

3( ) Algunas veces

2( ) No

|__|

|__|

3( ) Algunas veces

241

4.8 ¿Cuál es la principal consecuencia de la discriminación que has experimentado por parte de tu familia?

1( 2( 3( 4( 5(

) Rompimiento o deterioro de las relaciones familiares ) Sufrimiento emocional o psicológico ) Salida de la casa familiar ) Poco desarrollo económico ) Escaso desarrollo laboral y profesional

V. DISCRIMINACION EN LA ESCUELA CODIGOS

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RESPUESTAS

5.1 ¿Te han 1( ) Siempre discriminado en 2( ) Casi siempre la escuela? 3( ) Algunas veces

4( ) Casi nunca

5.2 ¿Has recibido insultos o burlas por tu condición de género dentro de la escuela?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

5.3 ¿Has recibido golpes físicos por tu condición de género dentro de la escuela?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

5.4 ¿Te han negado apoyo académico por tu condición de género en la escuela?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

5.5 ¿En qué nivel escolar te has sentido más discriminado/a

1( ) Jardín de niños

4( ) Preparatoria o Técnica

2( ) Primaria

5( ) Licenciatura

3( ) Secundaria

6( ) Postgrado

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5( ) Nunca

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3( ) Algunas veces

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3( ) Algunas veces

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3( ) Algunas veces

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242

5.6 ¿De quién has recibido mayor discriminación en la escuela?

1( ) Profesores/as

3( ) Compañeros/as

2( ) Directivos/as

4( ) Otro ______________________

5.7 ¿Cuál es la principal consecuencia de la discriminación que has experimentado en la escuela?

1( ) Atraso académico

3( ) Aislamiento

2( ) Salida de la escuela

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4( ) Otra ______________________

VI. DISCRIMINACION LABORAL CODIGOS

RESPUESTAS

6.1 ¿Has recibido discriminación cuando buscas empleo?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

6.2 ¿Te han negado un empleo por tu condición?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

6.3 ¿Has recibido discriminación cuando estás dentro de un trabajo?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

6.4 ¿Has recibido insultos o burlas por tu condición cuando estás en un empleo?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

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3( ) Algunas veces

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3( ) Algunas veces |__|

3( ) Algunas veces

|__|

3( ) Algunas veces

243

6.5 ¿Has recibido golpes físicos por tu condición cuando estás en una actividad laboral?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

6.6 ¿Te han obligado a renunciar a un empleo por tu condición?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

6.7 ¿Te han despedido de un empleo por tu condición?

1( ) Siempre

4( ) Casi nunca

2( ) Casi siempre

5( ) Nunca

6.8 ¿Cuál es la principal consecuencia de la discriminación que has experimentado en el ámbito laboral?

1( 2( 3( 4( 5(

3( ) Algunas veces

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3( ) Algunas veces

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3( ) Algunas veces ) Atraso en mi desarrollo económico ) Estrés en el trabajo ) Emplearme en un trabajo que no está de acuerdo a mi preparación ) Atraso en mi desarrollo profesional ) Otra ______________________________

VII. DISCRIMINACION EN SERVICIOS CODIGOS 7.1 ¿Te han 1( ) Sí discriminado en un hospital o servicio médico público? 7.2 ¿De qué manera te han discriminado en un hospital o servicio médico público?

|__|

1( 2( 3( 4(

|__|

RESPUESTAS

2( ) No

) Me han negado el servicio ) Me han atendido inadecuadamente ) He recibido insultos o burlas ) Otra ______________________________

|__|

|__|

244

7.3 ¿Te han 1( ) Sí discriminado en un hospital o servicio médico privado? 7.4 ¿De qué manera te han discriminado en un hospital o servicio médico privado?

1( 2( 3( 4(

) Me han negado el servicio ) Me han atendido inadecuadamente ) He recibido insultos o burlas ) Otra ______________________________

7.5 ¿Te han 1( ) Sí discriminado en un banco o institución financiera? 7.6 ¿De qué manera te han discriminado en un banco o institución financiera?

1( 2( 3( 4(

1( 2( 3( 4(

1( 2( 3( 4(

2( ) No

) Me han negado el servicio ) Me han atrasado un trámite ) He recibido insultos o burlas ) Otra _____________________________

7.9 ¿Te han 1( ) Sí discriminado en algún comercio o supermercado? 7.10 ¿De qué manera te han discriminado en un comercio o supermercado?

2( ) No

) Me han negado el servicio ) Me han atendido inadecuadamente ) He recibido insultos o burlas ) Otra ______________________________

7.7 ¿Te han 1( ) Sí discriminado en una oficina o dependencia de gobierno? 7.8 ¿De qué manera te han discriminado en una oficina o dependencia de gobierno?

2( ) No

2( ) No

) Me han prohibido la entrada ) Me han atendido inadecuadamente ) He recibido insultos o burlas ) Otra ______________________________

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|__|

|__|

|__|

|__|

|__|

|__|

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245

7.11 ¿Te han 1( ) Sí discriminado en algún espacio de diversión o recreación (por ejemplo, bar, discoteque)? 7.12 ¿De qué manera te han discriminado en un espacio de diversión o recreación?

1( 2( 3( 4(

2( ) No

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) Me han prohibido la entrada ) Me han atendido inadecuadamente ) He recibido insultos o burlas ) Otra ______________________________

VIII. ACCESO A LA JUSTICIA CODIGOS

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RESPUESTAS

8.1 ¿Te ha detenido o intentado detener la policía por tu condición?

1( ) Sí

2( ) No

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8.2 ¿Has estado en algún juicio o alegato legal en donde se sepa de tu condición? (Si

1( ) Sí

2( ) No

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1( ) Sí

2( ) No

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la respuesta es No pasar a la siguiente sección)

8.3 ¿Has recibido burlas o insultos por tu condición en dicha situación?

246

8.4 En tal situación, ¿te han negado un derecho por tu condición?

1( ) Sí

2( ) No

IX. PROPUESTAS CODIGOS

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RESPUESTAS

9.1 ¿Conoces alguna iniciativa o acción gubernamental federal o local que tenga por objetivo disminuir la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero?

1( ) Sí

9.2 Haz una descripción de dicha iniciativa.

____________________________________________________________

9.3 ¿De qué manera crees que se podría erradicar la discriminación hacia las personas travestis, transexuales y transgénero en nuestro país?

____________________________________________________________

2( ) No

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____________________________________________________________

____________________________________________________________ ____________________________________________________________

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“La transgeneridad y la transexualidad en México: en búsqueda del reconocimiento de la identidad de género y la lucha contra la discriminación”” Colección estudios 2008 del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. La edición estuvo a cargo de la Dirección General Adjunta de Estudios, Legislación y Políticas Públicas del CONAPRED

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