Smut PDF

September 13, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download


Description

Página

1

¡Apoya al autor, comprando sus libros! Este documento fue hecho sin fines de lucro, ni con la intención de perjudicar al Autor(a). Ninguna correctora, traductora o diseñadora del foro recibe a cambio dinero por su participación en cada una de nuestros trabajos. Todo proyecto realizado por Paradise Books es a fin de complacer al lector y así dar a conocer al autor. Si tienes la posibilidad de adquirir sus libros, hazlo como muestra de tu apoyo.

Página

2

¡Disfruta de la lectura!

Staff MODERADORA DE TRADUCCIÓN Carolina Shaw

TRADUCTORAS Ivy

Kariza

cjuli2516zc

Pamela-Iride

Sam89

∞Jul∞

Taywong

Jadasa

Carito040390

Maeh

Black Rose

Alysse Volkov

Bella

Liz De Rossi

Valentina D

Zyanya

CORRECCIÓN Y REVISIÓN FINAL *Andreina F*

DISEÑO

Página

3

Carolina Shaw

Capítulo 12

Prólogo

Capítulo 13

Capítulo 1

Capítulo 14

Capítulo 2

Capítulo 15

Capítulo 3

Capítulo 16

Capítulo 4

Capítulo 17

Capítulo 5

Capítulo 18

Capítulo 6

Capítulo19

Capítulo 7

Capítulo 20

Capítulo 8

Capítulo 21

Capítulo 9

Capítulo 22

Capítulo 10

Epílogo

Capítulo 11

Sobre el autor

Página

Sinopsis

4

Índice

Sinopsis ¿Qué pasa cuando lo pervertido entre las paginas conduce a calor entre las sábanas?

Blake Crawford Amanda Newland

Pero aun cuando comienzan a enamorarse el uno del otro, ¿su floreciente relación sobrevivirá si su secreto escandaloso es expuesto?

Página

5

¿O los felices por siempre sólo pasan en ficción?

Amanda Víspera de Año Nuevo Traducido por Black Rose & Ivy

—T

e ves absolutamente deslumbrante esta noche —dice Alan mientras se inclina para darme un suave beso en la mejilla.

Me tiro hacia atrás y lo miro con cautela. —¿Deslumbrante? ¿Qué, te volviste un duque de repente? Sus ojos azules se vuelven extrañamente tímidos y los aparta de mi cara aclarándose la garganta. En el fondo, la música parece crecer mientras las parejas felices bailan de un lado a otro. —Voy a conseguirnos otra bebida —dice rápidamente.

La tormenta de invierno no ayuda a mis nervios tampoco. En el exterior, el viento hace tambalear a los grandes ventanales de suelo a techo, haciendo que suenen y se agiten. Las personas dejan salir pequeños

Página

Aun así, ha estado actuando raro toda la maldita noche. Sé que es Noche Vieja y todo, lo cual siempre ha sido un asunto serio para nosotros, pero aun así, Alan Kingston normalmente es tranquilo e imperturbable. Una de las razones por las que funcionamos tan bien juntos, yo soy el (oculto) huracán y él la calma. Esta noche, hay algo un poco fuera de lugar que me tiene, bueno, queriendo realmente otra copa de champán. O diez.

6

Frunzo el ceño mientras lo veo irse, cortando a través de la pista de baile y saludando a nuestros amigos. Irónicamente, la familia de Alan es tan rica que no me sorprendería al descubrir que en algún lugar a lo largo de su ascendencia se encuentra relacionado con un duque. Eso explicaría por qué camina alrededor como si tuviera un palo en el culo (oye, estoy saliendo con el chico, se me permite burlarme de su postura. Si se pusiera de pie más recto, sería confundido con un árbol).

ooohs, junto con risitas nerviosas mientras la lluvia golpea contra los cristales, como si alguien estuviera tirando piedras mojadas. También se ve completamente negro fuera, lo que se suma a la inquietud. Más allá de la casa de campo señorial sabes que la playa se halla siendo absolutamente golpeada por el océano y se pueden sentir las vibraciones de vez en cuando, incluso si no se pueden ver las olas furiosas. Tofino siempre ha sido uno de mis lugares favoritos, a pesar de que sólo he estado en el pequeño pueblo surfista de ensueño un par de veces en mi vida, por lo que, naturalmente, cuando Alan dijo que íbamos a celebrar nuestra fiesta anual de fin de año aquí, salté a la oportunidad. Durante los últimos cuatro años que he estado con Alan, hemos celebrado Noche Vieja en una cabaña en el monte Washington, en las calles de Vancouver, en una playa en México, y ahora en uno de los balnearios más bellos de la isla de Vancouver, famoso por la observación de tormentas en invierno, el surf y la observación de ballenas en el verano. Debido a que la Noche Vieja pasada en Los Cabos fue tan tranquila e íntima, estuve un poco sorprendida cuando quiso invitar no sólo a cada amigo nuestro, sino a sus padres también. Eso hizo sonar algunas campanas de alarma que realmente debí haber abordado porque ahora estoy aquí de pie, viéndolo tratar de conseguir el champán del camarero, y estoy muerta de miedo de lo que va a pasar cuando regrese. ¿Sabes cuándo tienes una sensación sobre algo, e incluso si es algo sobre lo que no quieres pensar, todavía supura en algún lugar dentro de ti? Me estoy empezando a sentir tan roída como un tronco podrido. —Amanda —me llama Sarah Price desde atrás. Dejo escapar un suspiro de alivio, ansiosa por la distracción, y me doy la vuelta, sonriéndole.

Página

Esta noche lleva puesto un vestido un tanto arriesgado, de terciopelo negro, corte bajo y que se adhiere a sus curvas leves, dándole el aspecto de un antiguo maniquí. Ella llama la atención como de costumbre, a pesar de que estamos más o menos en torno a las mismas personas aquí como lo hemos hecho desde el instituto. Me sorprende que se las ha arreglado para permanecer sola durante tanto tiempo. Sé que ella dice que es exigente, pero hay un mundo de chicos por ahí que darían su huevo izquierdo (y tal vez su derecho) por estar con ella. A veces me pregunto, cómo sería si

7

Sarah es una chica llamativa, alta y esbelta, con la piel como el mármol pulido y cabello que fluye como campos de trigo de seda todo el camino hasta la cintura. Sus ojos son de un rico marrón oscuro, brillante como el café. Sé que estoy usando una prosa rimbombante sobre una de mis más viejas amigas, pero bueno, eso es lo que hago.

hubiera sido demasiado exigente. Estaría sola... pero ¿sería feliz? Es otra cosa sobre la que no me atrevo a pensar. —No te he visto en toda la noche —dice—. ¿Cómo estás? Le disparo una sonrisa apaciguadora y paso mi mano por encima de mi peinado, asegurándome de que todo sigue en su lugar. Es cierto, en realidad no le he dicho nada que no sea “hola” esta noche, y durante los últimos meses he hablado con ella cada vez menos. Todavía la considero una gran amiga, probablemente la más cercana en algunos aspectos. Sin embargo, a pesar de que venimos de familias similares y nos criaron más o menos de la misma manera, desde que empecé la universidad, he sentido esta fisura entre nosotras. Estoy segura que esta deriva continental es natural cuando tienes veintiuno y tratas de entender tu mierda, pero estoy cada vez más consciente de ello. Y no se trata sólo de Sarah. Es todo, incluso Alan y esta fiesta en la que estamos. Érase una vez, en que estas personas eran mi mundo, pero a medida que el tiempo pasa volando, se empiezan a sentir como extraños, y este mundo parece menos como el mío y más como un capullo que tengo que destrozar. Pero el Señor sabe que con mis padres, destrozar algo de lo que han traído sobre mí es casi imposible. Aun así digo—: Estoy bien. Es como divertido con esta tormenta, ¿eh? Arruga la nariz. —¿Divertido? Es aterrador. —Sí, pero estar asustado es divertido —digo—. ¿Recuerdas cuando solíamos ir en caminatas nocturnas y yo me iría con la linterna y te dejaría sola en la oscuridad? —Oh, sí, muy divertido —dice con sequedad—. Fuiste la niña más cruel, ¿lo sabes? Me marcaste de por vida. No puedo evitar sonreír. —Ay, vamos, es por eso que te gustaba. Todos los demás eran demasiado aburridos.

—Bueno, lo normal está sobrevalorado —digo. Lo que realmente quiero hacer es abrir las gigantes puertas de cristal y salir corriendo a la cubierta y a la tormenta, dejando que la lluvia arruine mi maquillaje, el

Página

No me ofendió. Sé que de todas en mi escuela privada para perras millonarias y la élite de cuchara de plata, yo era el bicho raro residente. Traté de ocultarlo, y todavía lo hago, para no correr el riesgo de la mirada de absoluta decepción en el rostro de mi madre cada vez que me deslizo en mi universo friki.

8

—Todos los demás eran normales —dice y luego parpadea, como si se percatara de que dijo algo equivocado.

peinado y el vestido. Quiero sentirme jodidamente viva desde mis dedos de las manos hasta los dedos de mis pies. Quiero capturar los rayos y sostenerlos en mi pecho hasta que estalle. —¿Estás bien? —me pregunta Sarah, poniendo su mano en mi hombro. —¿Sí, por qué? —Estás llorando. Frunzo el ceño, y sólo entonces noto que su cara empieza a difuminarse. Pensé que tal vez era su base de maquille en pulverizador, pero no, las lágrimas corren mi visión. —Argh. —Gruño, y meto mi dedo en el ojo—. Son estos malditos lentes de contacto. Suelo llevar gafas para mi miopía, pero Alan insistió en que usara lentes de contacto esta noche. Rara vez los uso, por lo que mis ojos parecen rechazarlos cada segundo, y podría ser una de las razones por las que me siento de mal humor. Con mis gafas casi me siento como si tuviera otra personalidad, como Clark Kent. Sin ellos, estoy expuesta. —Me pareció que empezabas a ponerte sentimental —dice, y después de parpadear un par de veces, mi visión vuelve a ser nítida y noto este extraño brillo en sus ojos junto a una pequeña inclinación de su boca. Trago con dificultad, mis tripas todas blandengues de nuevo. —No —digo lentamente—. ¿Sobre qué? —Nada en particular —dice, mirando hacia atrás a Alan charlando con su padre. Los dos me miran e inclinan sus cabezas al mismo tiempo, como putos robots. Por el rabillo de mi ojo puedo ver a Sarah guiñándoles y levanta su copa. Algo sucede aquí. Se siente en el aire y está cambiando, y no es la tormenta en absoluto. Oh, Dios, por favor, no dejes que esta noche sea esa noche.

—¿Qué? —pregunta Sarah. La miro, sufriendo. —¿Qué sabes? —¿Eh?

Página

—Oh, Dios —susurro, mi estómago se convierte en una bañera de hidromasaje.

9

Pero sabes que se viene, me digo. Sabes que él te preguntó por el tamaño de anillo que usas.

—¿Qué sabes? —siseo—. Sarah. Eres terrible guardando secretos. ¿Qué sabes? Me da una mirada divertida. —No tengo idea de qué hablas. —Pero hay un trino en su voz, una incertidumbre. Ella sabe algo—. Tengo que ir al baño. Permiso. Miro mientras camina rápidamente lejos. Mierda. Tomo una respiración profunda, tratando de luchar contra las náuseas, mis manos se envuelven alrededor de mi estómago. Mi apodo en el colegio, aparte de Amanda Panda, Señor de los frikis, y Tetas McGee, fue Señor Vomitón. No importaba que yo no fuera un señor. Aun así, me ponía enferma cada vez que me sentía demasiado nerviosa, lo que llevó a muchos momentos embarazosos durante las presentaciones, Educación Física, y la clase de teatro. Está claro que tener un reflejo gástrico de pesadilla marcó mis torpes años de adolescencia, aunque no he vomitado en una situación incómoda en un tiempo muy largo, y desesperadamente quiero que siga siendo así. Me pregunto si tengo que escapar al baño para salpicar un poco de agua fría en mi cara, pero antes de que pueda, Alan se acerca a mí con el champán. —Aquí vamos —dice, sonriéndome con brillantes dientes blancos y entregándome el vaso. Dudo, temiendo tomarlo, temiendo que no voy a ser capaz de agarrar el tallo y que va a romperse a mis pies. —¿Estás bien? —pregunta de esa manera suave, dulce suya, y trato de dejar que la familiaridad me alivie para volver a la normalidad. Asiento con la cabeza y agarro la copa, tomando un sorbo tímido. Apenas puedo probar nada en este momento, pero al menos debería ayudar con la bilis. Toma respiraciones profundas, mantén la calma, me digo mientras encuentro su mirada.

Página

Sus ojos se abren, cejas llegando al techo. —¿Lo hago? — Prácticamente chirría—. No, no, para nada... Es que... —Se lame los labios y mira detrás de él a su padre que ahora se halla de pie junto a un atril que parece haber salido de la nada. Su padre le da un movimiento de cabeza apenas imperceptible.

10

—Supongo que la tormenta me tiene nerviosa —digo, mirándolo con cuidado—. Te ves nervioso también.

Ay, mierda. Alan se vuelve hacia mí. —Amanda —dice, con voz suave y llena de algo que suena como esperanza. Mi instinto aprieta—. Sólo quédate aquí. No te muevas. Ay Dios. Él se acerca al atril. Alguien apaga la música. Las luces se atenúan. Las personas dejan de bailar. Estoy congelada en mi lugar. ¿Quédate aquí? Ni siquiera podría correr, incluso si quisiera, incluso si necesitara vomitar en el inodoro. Oh Dios, por favor, por favor no vomites, me digo. Por favor, no dejes que esto sea lo que creo que es. Alan recoge el micrófono, golpeándolo. —Probando —dice, su voz demasiado fuerte y distorsionada por los altavoces—. Lo siento, disculpen. Sé que no es la medianoche por otra hora más, pero me preguntaba si podría tener su atención. Jodeeeeeeer. Echo un vistazo alrededor y veo a todos, o miran a Alan o me miran. Sus padres, vestidos con sus mejores galas y usando expresiones que solo la exposición al sol y la cirugía plástica pueden dar, me observan. Así es Alan. Así es Sarah, que llega a través de la multitud, dándome un exagerado pulgar hacia arriba mientras toma su lugar entre los demás. —Ya ven —continúa Alan—, esta noche no es solo la víspera de Año Nuevo. Es el cuarto aniversario de Amanda y yo. Es una noche especial, una que normalmente celebramos nosotros mismos, por lo que probablemente se preguntan por qué los invité aquí para compartir la noche con nosotros. Quiero decir, aparte del hecho de que adoramos su compañía. Muestra su sonrisa a la habitación y algunas personas ríen. Idiotas.

Esto no va a terminar bien. Entonces, para mi completa sorpresa, se aleja del atril, el micrófono yendo con él. Música de piano comienza a tintinear y comienza a cantar.

Página

No sé cómo pego una sonrisa en mi cara, pero lo hago, a pesar de que la habitación comienza a dar vueltas y mi cabeza se siente como si estuviera siendo puesta a través de un ciclo de centrifugado ácido.

11

—Bien —dice—, tengo una explicación. Pero no es para ustedes. Es para mí brillante estrella. Mi bella Amanda Osito Panda. —Hace un gesto hacia mí, y juro que puedo escuchar el sonido de treinta cabezas girando a la vez.

Cantar. —Recuerdo toda mi vida —canta, moviendo su frente incluso cuando una gota de sudor cae—. Lloviendo tan frío como el hielo. Santa mierda. ¿Está cantando “Mandy” de Barry Manilow? Alan se acerca más, deslizándose hacia mí como si hubiera practicado esto mil veces, y luego se me ocurre que es Alan, por supuesto que practicó esto mil veces; practica lo que dice a sus padres antes de llegar a su casa cada cena del domingo. Quiero decir, no importa el hecho de que puede cantar, es algo más de lo que no tenía idea. He estado con Alan por cuatro años. He vivido con él por uno. Y lo conocí dos años antes de eso. Debería sorprenderme que no supiera esto acerca de él, pero el hecho es, que no me sorprendió en absoluto. Porque en realidad no lo conozco. Y en realidad no me conoce. Y es por eso que sé que toda esta velada, todo este horrible acontecimiento pasando ante mis ojos borrosos, es un gran error con el que voy a tener que lidiar. Con suerte, sin lágrimas o dejando de lado el vómito. Estoy de pie en medio de lo que parece ser una épica propuesta de un hombre al que amo, pero con el que no quiero casarme. Alan Kingston es el hombre que mis padres querían para mí. Es el hombre que la mayoría de las mujeres quieren para ellas. Es inteligente, rico, sofisticado, leal, guapo, y amable. Es la razón por la que mi madre me mira con menos decepción, es la razón por la que soy tratada con más respeto por nuestros compañeros, el motivo por el que podemos conseguir reserva en cualquier restaurante, el motivo por el que sé que no tengo que trabajar un día en mi vida si eso es lo que quiero. Es la razón por la que debería estar a punto de romper a llorar de felicidad, abrumada de alegría por la vida que vamos a pasar juntos, que él me escoge, Amanda Tetas McGee Newland, sobre todos los demás. Escoge la chica rara con sus esperanzas y sueños secretos.

Alan cae de rodillas y sorprendentemente se desliza hacia mí, el micrófono apiñado de manera espectacular contra su boca mientras se

Página

Cálmate, me digo, tragando el ladrillo en mi garganta. No podría estar proponiéndome matrimonio, de todos modos.

12

Pero es debido a esas esperanzas, sueños y todo lo que me motiva que sé que no puedo decir que sí. Porque una vida con él no es la vida que quiero. Tengo veintiún años. Soy joven, muy joven, y ni siquiera sé quién soy en realidad. Todo lo que sé es que la persona que soy en este momento no quiere la vida que mis padres han intentado forjar tan duro para mí. Quiere algo completamente diferente. Quiere ser libre.

inclina hacia atrás, ojos cerrados, y canta a todo pulmón. —¡Oh, Mandy! ¡Tú viniste y diste sin pedir nada! Oh, por el amor de Dios. Estoy condenada. Es mi culpa, de verdad. Me he sentido atrapada y claustrofóbica por al menos los últimos seis meses, y solo he sido una gallina demasiado perezosa para enfrentar el problema. Además, la infelicidad ha sido muy buena para mi novela. Se me permite vivir en ese mundo de fantasía completamente y sin ninguna culpa. No estoy segura que pudiera realmente escribir si fuera feliz. Bueno, no vas a ser feliz después de esto. Intento tragar de nuevo, mi corazón, pulmones y estómago, todos haciendo una fila de conga dentro de mí. Mi cara se encuentra roja, caliente y ruborizada. Todos me miran, y no puedo dejar de mirar a Alan, que canta tan cursi y sincero que solo quiero fundirme directo en el suelo. Termina la canción de rodillas, bajo mis pies, y cuando se acaba, la música se apaga y la habitación se queda en silencio, sé que no va a volver a levantarse. Esto está sucediendo. Agarra mi mano y tengo que luchar contra el impulso de apartarla. Me mira fijamente, pero no estoy segura si realmente me ve en absoluto, si alguna vez me vio, porque mis ojos ruegan, suplican, para que no haga esto. No me hagas romper tu corazón. No aquí, no ahora. Oh, he sido tan idiota.

—Y todo el potencial que podía ver en lo más profundo de tu ser. La verdadera tú. Hemos estado juntos cuatro años y me has sorprendido día tras día convirtiéndote en esta inteligente, serena y correcta joven, la misma dama en que pensé que te convertirías.

Página

¿Seguramente quiere decir inteligencia detrás de mi belleza?

13

—Amanda Rose Newland —me dice por el micrófono, así que supongo que les dice a los demás también—. Cuando te conocí, eras una extraña, chica rara, con tus gafas y tu nariz en un libro, siempre leyendo apartada o pasando horas en la biblioteca. —Hay algunas risitas entre la multitud, todos claramente imaginando a esa chica—. Tenías esta capacidad para hablar de personajes de los libros, programas de televisión y películas como si fueran reales, como si fueran tus amigos. Podías hablar de información al azar sobre árboles, animales y países como si tu cerebro almacenara una enciclopedia. No sabía qué hacer con alguien como tú, pero me sentía encantado por la belleza debajo de tu inteligencia.

¿¿Dama?? De acuerdo, debe haberse vuelto loco esta noche porque no hay manera de que alguna vez me hubiera declarado una dama. Nada le molesta más que cuando dejo salir un eructo, pero créeme, no puedo ayudar a mi reflujo ácido. —Creo que serás una excelente madre, que criaremos inteligentes y hermosos niños, que serás la mejor esposa que un dentista podría tener, a mi lado en la dicha y en la adversidad. —Amanda... —Mete la mano en su bolsillo. Nuestros amigos sollozan y jadean. El contenido de mi estómago comienza a moverse hasta mi garganta. Alan saca un anillo con el diamante más grande que he visto. Atrapa la luz como una bola de espejos. —¿Me harías el honor de casarte conmigo? Todo dentro de mí muere. Mi mano vuela a mi boca. No es por la conmoción. Es para retener el vómito. —Creo que se va a desmayar —oigo a alguien murmurar en la multitud. —Esto es tan romántico —dice otro. —Ella está llorando —comenta otra persona. Y yo estoy llorando. Mis jodidos lentes de contacto. Ahora el mundo se vuelve borroso, lo que podrías pensar que haría las cosas más fáciles, ya que los ojos de Alan no son más que puntos azules y no tengo que ver ningún dolor o angustia en ellos. Pero nada va a hacer esto más fácil. Solo di que sí. Solo di que sí y dile no más tarde. Sálvalo de esta humillación. Ahórrate la humillación. ¡Di que sí!

—Lo siento mucho —susurro. —Amanda —susurra de nuevo, y escucho la advertencia en su tono. No hagas esto. No quiero.

Página

boca.

14

Niego con la cabeza, las lágrimas derramándose, la bilis llenando mi

Pero tengo que hacerlo. —No puedo hacer esto. —¿No puedes qué? —Alan, lo siento —me las arreglo para articular, tratando de no abrir la boca demasiado—. No puedo, no puedo... no puedo... Y no puedo terminar la frase. Sale el vómito. Mi mano trata de contenerlo, para mantener la boca cerrada, pero sale rociando de todos modos, como una manguera de jardín con una torcedura en ella. Cae todo sobre Alan: su cabeza, su rostro, sus hombros, incluso en su temblorosa mano con el anillo en ella. La habitación parece jadear en conjunto. Y, sin embargo, de algún modo, de algún modo mi boca aún se mueve. —No puedo casarme contigo —digo débilmente, alejando la empapada mano de mi boca. Los jadeos se profundizan. Alguien susurra—: Señor Vómito. Ahora estoy conteniendo lágrimas verdaderas. —Lo siento mucho —digo, con voz temblorosa—. Te amo, pero no es suficiente para decir sí. Es lo más honesta que he sido en un largo tiempo. Pero es demasiado poco, demasiado tarde. Y aunque la última cosa que quiero hacer es ser una cobarde, me aparto de los murmullos de asombro, de Alan en sus rodillas cubierto de vómito, y de la desaprobadora mirada de sus padres, sabiendo que he decepcionado a mis padres también, y corro. Corro a través de la visión borrosa.

Algunas personas se ríen, algunos lloran de disgusto. Me parece oír a la madre de Alan en pleno sollozo. Todo llena mi cabeza, girando y girando hasta que tiene dominio de mi corazón.

Página

Grito, la parte redonda cortando en mis caderas, y la mesa cae, bebidas y comida chocando contra los regazos de las personas.

15

Directo a una mesa.

De alguna manera me alejo de la mesa, de los escombros, y llego a las enormes puertas de cristal antes de herir a alguien más. Las abro de golpe, la lluvia y el viento salado golpeando en mi rostro, y corro hacia afuera. Está frío. Oscuro. Mojado. Estoy en medio de esta terrible tormenta de invierno. Pero incluso cuando mis tacones resbalan en el piso de madera, mientras agarro la barandilla desesperadamente y corro por las escaleras y sobre la playa, donde planeo simplemente correr, correr, correr, empujo todos los sentimientos de humillación, responsabilidad y remordimiento a un lado.

Página

16

Solo me siento libre.

Amanda Tres meses después… Traducido por Black Rose

C

orrer es como ir a terapia. Al menos eso es lo que me digo. Una y otra y otra vez. Esto es bueno para ti.

No pares. Sigue adelante. Esto es un infierno. Literalmente voy a morir. ¿Por qué me estoy haciendo esto? ¿Puedo parar ahora?

Pero de alguna manera sigo haciéndolo, todos los días. Al principio empecé a correr porque era la única manera en que podía sacudir mi frustración. Traté de tomar clases de kickboxing, pero chocaban con mi horario de clases y accidentalmente golpeé a mi instructor en la cara, lo que fue una señal para seguir adelante. Correr parece ser un mejor ajuste.

Página

Y a menudo me detengo y trato de recuperar el aliento hasta que algún otro corredor me pasa volando y luego mi ultra competitividad entra en juego y termino corriendo tras ellos. A veces no puedo alcanzarlos, pero al menos eso pone a mis piernas en movimiento de nuevo. Otras veces me encuentro rebasándolos con una mirada indiferente en mi cara, y mi cola de caballo meciéndose detrás de mí como si correr fuera súper divertido, súper genial, totalmente natural para esta chica, sólo para colapsar a la vuelta de la esquina en un agitado lío minutos más tarde.

17

Voy a parar.

Puedo ir a mi propio ritmo, recoger mis tiempos, y lo mejor de todo para mi ermitaña interior, no tengo que ver ni hablar con nadie. Sólo somos yo y la tierra bajo mis pies. Bueno, y mi estúpido cerebro que constantemente me recuerda que el ejercicio es el infierno. Y a pesar de que despeja mi cabeza, créanme he pensado un montón desde que Alan y yo terminamos, simplemente nunca parece volverse más fácil. Estoy esperando por ese momento en que será indoloro, fácil y divertido, y eso no ha sucedido todavía. Tal vez nunca lo hará. Tal vez por eso la gente corre. Persiguen algo que nunca conseguirán, la zanahoria colgando de las promesas de que todas las cosas duras, finalmente, serán fáciles. La carrera de hoy no es fácil, pero al menos es hermosa. Estamos a principios de marzo, y los botones de las flores empiezan a hacer su aparición en las puntas de las extremidades estériles. El océano, gris pizarra y revuelto, rompe contra la costa rocosa. A lo lejos, la Península Olímpica de Washington está oculta, envuelta por nubes bajas y densas que les gusta sentarse en el estrecho de Haro entre los dos países como una especie de consejo de tribunal. Todavía se siente frío y húmedo, y el sol apenas puede penetrar la capa de nubes, pero sé que, dentro de unos meses, el infierno incluso unas pocas semanas, nuestras horas de luz durante el día serán largas, el aire a su vez, cálido, y mi camino habitual para correr por la Bahía Oak comenzará a pulular con ancianos para su paseo diario o con parejas felices besándose en los bancos del parque. Espero que para entonces sea capaz de tolerar a las parejas, o simplemente a la gente que es feliz en general. Después de que rechacé la propuesta de Alan, lo vomité, e hice un lío general de las cosas, ambos decidimos que no podíamos resolverlo. Alan se sentía más allá de humillado, pasando de ser el chico despreocupado que amaba a un extraño que odiaba mirarme a la cara. No había estado lo suficientemente preparada para la escisión de su personalidad, sobre todo porque yo sólo conocí al chico bueno durante los últimos cuatro años. Supongo que estuvo acumulando una gran cantidad de emoción negativa hacia mí, y todo empezó a salir. Como un vómito. Pero más dañino y menos asqueroso.

Página

No lo puedo culpar por estar enojado conmigo, porque yo me siento enojada conmigo. Si tan solo hubiera enfrentado esos sentimientos, todo esto podría haber sido evitado. Pero él fue mi primera relación real, mi primer amor, el chico con el que perdí mi virginidad, todas esas grandes cosas, y pensé que la sensación de aburrimiento y la complacencia eran normales. Lo que no creí fue que estaríamos en una olla a presión. A pesar de que

18

(Prometo que voy a dejar de hablar de vomitar, sólo que es tan apropiado en este momento.)

habíamos estado juntos por tanto tiempo, todavía me quedaban dos años en la universidad, y éramos jóvenes. Es decir, Alan todavía tenía cuatro años de escuela de odontología. Realmente no creí que el matrimonio estuviera en su radar. Por supuesto que hubo todas las pistas. Preguntar sobre el tamaño del anillo y dónde nos gustaría ir en nuestra luna de miel y el número de hijos que quería. De acuerdo, así que ni si quiera eran pistas, fueron más como signos evidentes de que se iba a proponer. Pero bordeé en torno a esas preguntas y las evité con una sonrisa, y bueno, nadie se está riendo ahora. Naturalmente, después de que lo rechacé públicamente, tenía que salir del lugar que compartíamos. Pero en lugar de mudarme de vuelta a casa como mis padres querían que hiciera, decidí buscar un compañero de piso y salir como el infierno de Dodge1. Fue la decisión correcta. No sólo mi lugar actual se encuentra muy cerca de la Universidad de Victoria, sino que ha puesto una distancia muy necesaria entre mis padres y yo (sólo puedes oír acerca de la tan horrible decisión que tomaste tantas veces). Y tengo una compañera de piso bastante impresionante.

Es una referencia a Dodge City, Kansas, que era una ubicación favorita para los primeros vaqueros del salvaje oeste a mediados del siglo XX. Más memorablemente, la frase se hizo famosa por el programa de televisión "Gunsmoke", en el que a los villanos a menudo se les ordenó "salir del infierno de Dodge". 1

Página

Cuando vi por primera vez el anuncio buscando una compañera de habitación en Craigslist, de alguna manera asumí que sería otro estudiante de mi universidad. La ubicación era en la Bahía Oak, era una suite de dos dormitorios en un sótano... Supuse que sería otra chica de veintitantos años que necesitaba una compañera de piso para salvar la renta. Pero Ana Vainola terminó siendo una mujer de Estonia de cuarenta y cuatro años, que era tan alta como una amazona con tetas falsas que podrían sacarte un ojo, labios inflados con relleno, un bronceado que la hacía ver como si estuviera empapada en refresco de naranja, incluso bajo la mejor luz, y la risa más fuerte y de tiro rápido que jamás oí. También era una recientemente divorciada, y a pesar de que dos décadas nos distanciaban y fuimos criadas en dos mundos totalmente diferentes, nuestra transición de “tomadas” a la vida de soletera, nos unió como ninguna otra cosa. Sólo he estado con ella un par de meses, y aunque me utiliza como conejillo de indias todas las

19

Está bien, tal vez impresionante no es la palabra correcta. Pero ella me proporciona la distracción y el entretenimiento, y la mitad de la mierda que dice poco a poco va terminando en mi novela bajo la apariencia de un secuaz hilarante.

noches mientras practica el maquillaje de su escolarización en belleza, no me puedo imaginar viviendo en otro lugar. Supongo que podría vivir sola, pero la cosa es, a pesar de que he sido una autoproclamada ermitaña toda mi vida, estar sola en este momento me asusta. Vivir con Ana me permite concentrarme en mis estudios y mi novela, sin embargo, cada vez que necesito un descanso y una oportunidad de escapar de mi cabeza, ella está ahí, lista para una risa o una conferencia sobre cómo prepararse para el apocalipsis. Sin embargo, por el momento, ella se halla en la escuela de belleza y tengo que ducharme, cambiarme y prepararme para mi clase de escritura. Cuando ella no está aquí, por lo general puedo salir por la puerta en diez minutos. Si está aquí, por lo general termino siendo aspirada en una conversación al azar sobre encurtidos o rifles o penes no circuncidados (todos los cuales se tocaron durante el desayuno de esta mañana). Cuando he terminado en la ducha, me pongo unos leggins ajustados, un suéter gris largo que cubre mi culo (que no ha disminuido con mi ejercicio como pensé que haría), y apenas me pongo el maquillaje suficiente para decir que lo intenté, a continuación, tiro de mi cabello mojado en un moño, me pongo mis gafas y salgo.

Página

Por suerte, encuentro una plaza de estacionamiento justo al lado del edificio. Mi profesora, la doctora Marie Dumas, puede ser libre de preocupaciones y alentadora y todo tipo de rara (lo cual personalmente me encanta), pero es una purista de la tardanza y la excelencia académica. Cuando llegas tarde, o medio presentas una asignación, se lo toma como algo personal. La he visto lagrimear al dar una calificación baja antes. Pero Escritura de Ficción 200 es una de mis clases favoritas y le doy todo lo que tengo. Después de todo, el programa de escritura es mi futuro, y una manera de seguir recibiendo una educación y que mis padres cubran mi espalda, mientras que hago lo que amo. Es como una alcancía para mis sueños, lo que garantiza que sin importar lo que suceda en mi futuro, siempre tendré

20

Tengo un auto, un Mini Cooper (un regalo de graduación de la secundaria de mis padres), y aunque no conduzco a la escuela a menudo porque me siento como una idiota, hoy se me hace tarde, así que lo estoy haciendo, con la esperanza de ser capaz de encontrar una plaza de estacionamiento cerca del salón de clase. Esa es una de las razones por las que no manejo, el tiempo que se tarda en encontrar un puesto es aproximadamente la misma cantidad de tiempo para tomar el autobús, además usando el autobús eres ecológico, y es una gran excusa para escuchar música y observar a la gente. Creo que la mayoría de mis mejores personajes han venido de tratar con el sistema de transporte público de Victoria.

esto como respaldo. Es un recordatorio de que he luchado por mantenerme fiel a mí misma, incluso si mi vida no resulta como la planeé. Después de estacionar y correr por el edificio, paso a mi compañera Ali en la escalera, aunque huye de la clase en lugar de ir a ella. —¿A dónde vas? —pregunto. Hace una pausa en el hueco de la escalera y me da una mirada aguda bajo el grueso flequillo. —No me siento bien —dice, a pesar de que suena más cabreada que enferma. La veo irse y luego me encojo de hombros a mí misma antes de llegar a la parte superior de la escalera. Mi amiga Rio espera fuera de la puerta de la clase enviando mensajes de texto a alguien, apoyada contra la pared y girando su cabello oscuro y rizado alrededor de su dedo como si fuera alguien de una película de John Hughes2. —Pensé que no ibas a aparecer —dice mientras me acerco, rompiendo su chicle entre sus dientes—. Te acabo de enviar un mensaje. Saco mi teléfono de mi alforja de gamuza y miro al mensaje parpadeando en él. ¿Dónde estás? Estamos recibiendo nuestro trabajo final hoy. Además, perdí mi sujetador anoche así que estoy usando film plástico en su lugar. Podrías pensar que estaría muy sorprendida por un texto como este, pero no cuando se trata de Rio. La miro, mi mirada va directamente a sus tetas. —¿Qué? —Nos van a dar nuestro trabajo final.

Frunzo el ceño, tratando de no reír. —Pero tienes más sujetadores, seguramente.

Director de famosas películas para adolescentes en los ochentas como El Club de los Cinco, La Chica de Rosa o Solo en Casa. 2

Página

—Larga historia —dice, luego se inclina más cerca, sus ojos oscuros bailando—. Pero funciona. En caso de que termines durmiendo con un tipo que se mantiene comparando tu vagina con el Río Grande. Creo que no se dio cuenta de que me insultaba, especialmente después de haber terminado una botella de whiskey mientras jugábamos un juego de beber de Juego de Tronos, pero no hace falta decir, que me fui de su lugar y no pensé en el sujetador hasta ahora.

21

—Sí, pero me refiero al film plástico en lugar del sujetador... —señalo.

—Oh, no fui a casa después de eso —dice, y no la presiono sobre el asunto. Si quiere compartir los detalles, lo hará—. De todos modos, espero que Marie nos dé algo más emocionante que nuestra última asignación. —Puf, totalmente —digo, aunque estoy mintiendo. Sinceramente, me gustó nuestra última asignación, que fue sobre escribir una historia corta de no ficción sobre nosotros mismos y sin embellecer una sola palabra. Mi descripción de la secundaria fue como una versión menos entretenida (y menos sangrienta) de Heathers3. Y a pesar de que este último proyecto es el equivalente a nuestro examen final, no puedo esperar para hacerle frente. Soy una total nerd, lo sé, pero cada asignación que Marie nos ha dado realmente me ha desafiado y sigue mejorando mi prosa. Además, no es por creerme mucho, pero he aniquilado cada proyecto hasta el momento. Sus ediciones y notas sobre mi escritura son como una droga, una validación que deseo desesperadamente, sobre todo cuando no hay nadie más en mi vida que parezca tomar en serio mi escritura. Miro a mí alrededor. —Oye, vi huir a Ali. ¿Está bien? Rio se encoge de hombros, ajustando su bolso portátil en su hombro. —No sé. Ella dio un paso en la clase, le dijo algo a Blake, y luego se fue corriendo. Uf. Blake Crawford. Más o menos el peor humano que ha agraciado alguna vez esta tierra. La exageración no es necesaria. —¿Estaban saliendo? —pregunto. Ali lleva un ceño fruncido permanente, es súper inteligente, y es más o menos la última persona que imagino iría detrás del perro, zorrón, imbécil, que es Blake. Rueda los ojos. —Follando, Amanda, no saliendo. ¿Qué hay de nuevo? Es probable que le rompiera el corazón y luego la vagina. O viceversa.

Película de 1988 protagonizada por Winona Ryder y Christian Slater quienes interpretar a una pareja de adolescentes asesinos. 3

Página

—Supongo que lo hace. Lo tiene merecido. No se puede jugar con el jugador sin ser jugado —lo dice con seriedad, a pesar de que cuando se trata de Rio, no estoy segura de si es la mejor jugadora que pretende ser o ha sido jodida una o dos veces. Ella tiene esta brillante, burbujeante, personalidad que enmascara cualquier cosa que se acerca demasiado a su corazón. Es probablemente por eso que, cuando la vi por primera vez en nuestro programa de escritura, nos llevamos bien enseguida. Ella me ilumina y me obliga a ver el vaso medio lleno. Al menos, eso trata.

22

—No era consciente de que Ali tuviera un corazón que romper. —No comento sobre su vagina.

Tomamos nuestros asientos habituales cerca de la parte delantera mientras escaneo el salón. Efectivamente, Blake se encuentra en su esquina, audífonos puestos, y sonriéndole a su teléfono. Probablemente está viendo un vídeo de YouTube sobre cómo ser un imbécil. No puedo soportar su sonrisa. De hecho, odio todo de él. Lo sé, realmente no lo conozco y odiar es una palabra fuerte, pero tengo mis razones. Es el tipo de persona que habría hecho mis años de secundaria un infierno, sólo que ahora tengo la oportunidad de hacer frente a su falta de madurez en la universidad. Gracias a Dios sólo tengo una clase con él, de lo contrario gastaría todo mí tiempo pensando en respuestas ingeniosas a sus insultos e insinuaciones. Ni siquiera sé por qué está en esta clase en absoluto, ya que hablamos del asunto. Es un estudiante de tercer año, transferido desde Inglaterra el año pasado, obteniendo un título en negocios. No estoy segura de cómo escribir obras de teatro cuadra con algo de eso, sin embargo, aquí está, sin tomarse nada en serio. Es como si la escritura, los libros y la literatura son una gran broma para él, y no soy el tipo de persona que se toma eso a la ligera. De acuerdo, tal vez a veces soy un poco demasiado seria, si se trata de escribir o el estudio, pero eso es porque, bueno... me toca. Luego está el hecho de que él es un auto-proclamado dios del sexo por el que toda chica parece perder su maldita cabeza. Es como si la visión de él hiciera que todo vestigio de respeto por sí mismas se evaporara y las chicas prácticamente se arrojan a sus pies. Lo he visto suceder en esta clase, primero con Monique, después Lisa, luego Kendra, y ahora Ali. El único aspecto positivo de este continuo paseo de la vergüenza de mis compañeras, es que al menos hace la clase más interesante cuando cada poema trágico y cuento enojado parece estar dirigido a Blake. Es como ver uno de esos shows de realidad sobre un choque de trenes desplegándose ante tus ojos.

Página

Está bien, quizás es porque él no es exactamente difícil de mirar. Estaría ciega si dijera que Blake no tiene buena pinta. La tiene. Puedo admitirlo. Puedo encontrar hombres atractivos sin llegar a estar atraída a ellos (solía pensar así sobre Brad Pitt, pero estoy cambiando de opinión a medida que envejece). Blake es alto y delgado, con la cantidad justa de músculos, cabello grueso y oscuro que siempre se ve un poco desarreglado, y profundos ojos azules que a veces parecen negros. Ya sabes, el tipo de mirada que la mayoría de las chicas desean. Tal vez incluso el tipo que puede cegarte hasta el punto de hacerte cometer una serie de decisiones poco saludables que, en última instancia, ayudan a impulsar sus objetivos de escritura. Yo qué sé.

23

Simplemente no lo entiendo. Sin duda, todas pueden ver que es un acto. Incluso si es bueno en la cama, ¿cómo demonios incluso llegas allí?

Por desgracia, toda su belleza se echa a perder por su cara de idiota, que, como he dicho anteriormente, es probablemente su mejor y peor característica. La mejor porque parpadea por todo el lugar y las mujeres hacen combustión espontánea como si fósforos golpearan sus ovarios. La peor, porque sé lo que representa esa sonrisa: chulería, arrogancia y un infierno de ego. No hay nada que me molesta más que los tipos que piensan que sería una suerte tenerlos, aunque ahora que lo pienso, eso es prácticamente Alan a la perfección. Él era mucho más sutil sobre ello, pero sí tenía ese aire de denigración que me hacía pensar que tenía piedad de mí la mitad del tiempo. Tal vez por eso Blake me molesta tanto. O tal vez es porque es un pendejo. —Muy bien, todos. —Marie entra en la habitación con una sonrisa aburrida, tomando su lugar detrás de su escritorio, sus pulseras de cuentas y chal largo con flecos, traqueteando cuando pone sus manos juntas y hace esta cosa donde intenta mirar a todos los miembros de su clase directo a los ojos. Marie es más o menos el estereotipo del profesor de escritura creativa. Su cabello es largo hasta la cintura y gris acero, siempre lleva una especie de pesada piedra preciosa alrededor de su cuello, y huele vagamente a pachuli. A veces a marihuana. Como he mencionado antes, es una fanática de ciertas reglas y puede cambiar con fuerza en un segundo, a pesar de que habla con un aire como de cuento de hadas y su perspectiva hacia la vida es tanto la de un espíritu libre como la de un corazón sangrante. —¿Quién de ustedes se siente emocionado por su trabajo final? —¡Yo! —digo un poco demasiado fuerte. Tengo que controlarme a mí misma de levantar el brazo como una especie de fanática. Aun así, me niego a verme avergonzada por eso. Aquí todo el mundo sabe eso de mí por ahora.

Página

—Bueno —dice Marie mientras camina alrededor de la parte delantera de su escritorio—. Debería dejarles saber que este proyecto se desvía de lo que les he dado hasta el momento. —Se inclina hacia atrás contra el escritorio y se cruza de brazos, su sonrisa suave y con un poco de lástima. La inquietud golpea la parte posterior de mi cuello—. Ser un escritor es un trabajo duro. Más difícil de lo que jamás han pensado posible. Lo que lo hace aún peor es el hecho de que en este momento, para casi todos ustedes, la escritura es algo fácil. Escriben lo que les viene del corazón. Toda lucha tiene sus raíces en el resultado, el temor a la calificación, la presión de la fecha límite. Pero no en exteriorizar sus palabras, no en contar una historia. En esta etapa, todos ustedes pueden simplemente, como Hemingway dijo

24

Especialmente Blake. No puedo dejar de mirar por encima de mi hombro en su dirección, y helo ahí rodando los ojos. Ni siquiera mira en mi dirección para ver si lo noto; es como una reacción automática para él.

una vez, “sentarse en la máquina de escribir y sangrar”. Pero para muchos escritores, y para pedir prestado un cliché popular, es como recibir sangre sobre una piedra. Ustedes tienen la necesidad y el deseo, pero con la experiencia y el tiempo, el dudar de sí mismos se hace más fuerte y su crítico interior sale a jugar. Silenciando su creatividad. Ustedes sienten que no se les permite cometer errores. El tono de Marie es tan grave que incluso Blake ha dejado de mirar su teléfono y la observa con el ceño fruncido. —Escribir es difícil —continúa—. Se hace más difícil cuando se convierte en su carrera, su trabajo, porque ya no es un hobby, ya no es un manuscrito escondido en el cajón de su escritorio. Se convierte en una plataforma desde la cual el mundo los puede juzgar. Su alma se convierte en una diana de tiro, y los críticos sostienen las flechas. No estoy diciendo esto para asustarlos o desalentarlos, porque he estado enseñando esta clase por mucho tiempo y sé que nada va a disuadir a un aspirante a escritor, más que la dura realidad. No tengo que decir ni una palabra. Si lo tienen, lo tienen, y se encuentra en ustedes el perseverar sin importar el costo, lo difícil que sea, porque eso es para lo que han nacido. Para lanzar otro cliché en su dirección, la única manera de fracasar es no intentarlo. Deja escapar un largo suspiro y se queda mirando hacia abajo a sus muñecas, ajustando sus pulseras. —Dicho todo esto, lo que necesitan saber es que esta clase, hasta ahora, ha sido una brisa. Ha sido sobre explorar su creatividad sin temor al juicio o a los errores. Ha sido sobre perfeccionar sus habilidades, el arte, sobre la mejora. No he tocado los desafíos reales de la escritura en el mundo real... pero con esta última asignación es justamente eso lo que voy a hacer.

Página

—Para este último trabajo —dice Marie, de pie totalmente recta—, he decidido empujarlos fuera de su zona de confort. Para forzarlos a tomar riesgos. Y, sobre todo, para enseñarles a abrazar algo, una habilidad que será preponderante a medida que conviertan de la escritura su carrera, a pesar de que parezca ir en contra de cada introvertido y antisocial hueso, en su cuerpo. Sé que muchos de ustedes aquí no se clasificarían a sí mismos como tal. —Asiente hacia Río y Blake y algunos otros que no encajan exactamente con la imagen de un tranquilo, solitario, escritor—. Pero cuando se trata de escribir, todos nos cerramos e interiorizamos todo. Esa es la naturaleza del juego. Llegar a lo profundo de nuestro ser para levantar

25

Intercambio una rápida mirada con Rio. Se ve tan preocupada como yo. Espero que no tengamos que presentar una historia para un concurso o un periódico o algo que se imprimirá en público porque Marie tiene razón, no creo que esté lista para eso todavía. Descubrirnos ante toda la clase y compartir nuestro trabajo con los demás, ha sido bastante difícil hasta ahora, aunque sé que escribo mejor que la mayoría de ellos.

toda la mugre y la suciedad y las raíces de lo que somos. Sin embargo, cuando se trabaja con editores y publicistas y vendedores y bibliotecarios y cualquiera con el que se les presente, se darán cuenta de que, aunque la escritura es una aislada, solitaria y, fundamentalmente, egoísta profesión, tienen que ser capaces de trabajar bien con los demás con el fin de hacer de esta labor su trabajo. —¿Qué pasa si no queremos que sea nuestro trabajo? —dice Camelia Parsons, levantando la mano. Juro que esta chica es la mitad de la razón por la cual la piratería de libros está tan extendida—. Hacer dinero nunca ha sido el tema. No es por eso que escribo. Escribo para desnudar mi alma, sin tener en cuenta si vende o quién lo lea. Marie le dispara una sonrisa apaciguadora. —Entonces todo el poder para ti. Pero si eso es todo lo que deseas, escribir como un hobby, entonces realmente no puedes preocuparte por superarte a ti misma, sobre aprender este arte. Aprendemos de manera que podamos tener éxito, y eso va para todo en la vida, incluyendo las artes. Es una falsedad que en el momento en que se desee ganar dinero o en el que se comienza a ganarlo por nuestras creaciones, deja de ser un arte. Si eso es lo que realmente ustedes creen, que las ventas no importan, entonces ustedes tienen que cuestionar lo que esperan obtener de todo esto. Después de todo, el arte no es sólo acerca del crear. Se trata de compartir. Y ya sea si desean vender o no necesitan el dinero en absoluto, lo que sí es necesario es tener todas las miradas en su trabajo. Ustedes quieren ser reconocidos. Ustedes quieren ser vistos. —No quiero faltarle al respeto, profesora —dice Blake en su acento británico, mordiéndose el labio por un momento. Todos los ojos de la clase se giran hacia él. Sé que él no puede ser uno de los artistas de los que Marie habla, no es más que otro chico universitario en busca de una electiva fácil para conseguir su calificación final—. Pero estoy curioso sobre el punto al que quiere llegar. Sólo díganos. Podemos soportarlo. Después de todo, hemos sobrevivido todo este tiempo con usted como nuestra profesora.

Se aclara la garganta y nos mira a todos. —Disculpen. Ustedes saben que soy propensa a irme por la tangente como la mejor de ellos. El punto de la asignación final es este: que el escribir sea difícil. Forzarlos a pensar fuera

Página

—Tienes razón, Señor Crawford —dice. Esa es la otra cosa. Siempre llamándolo Señor Crawford, como si no fuera otro estudiante universitario más. Debe ser el acento. Eso le da un aire de respetabilidad que empaña todas sus otras deficiencias.

26

Marie levanta una tupida ceja, pero esa es la medida de su reacción. Cómo es que él se libra de un ataque de ella, no lo sé. Marie es siempre mucho más dura con los chicos de la clase que con las chicas, pero con Blake parece dejar pasar las cosas.

de lo normal. Y asegurarme de que aprendan a trabajar bien con otros. Su trabajo final es escribir una novela de veinte a treinta mil palabras con otra persona de la clase. Hay unos cuantos jadeos. Miro a Rio con los ojos abiertos, esperando que podemos elegir nuestras parejas. Escribir con alguien nunca ha estado en mi agenda, pero creo que si escribir con Río es una opción, realmente podríamos hacer que funcione. Estamos en lados opuestos del espectro, lo cual sólo podría traer lo mejor de las dos. Marie continúa—: Sé que tienen un corto espacio de tiempo, pero esto también ayudará a afilar la piedra de escribir con una fecha límite. Mi esperanza es que todos ustedes compartan el trabajo de manera uniforme. Ya sea que intercambien capítulos o puntos de vista, o colaboren en todas y cada frase, ustedes deben esperar contribuir diez a quince mil palabras cada uno, que es aproximadamente la misma longitud que la última asignación. La única advertencia aquí es... —Hace una pausa, y es cuando su sonrisa simpática surge—. No elegirán a su pareja. Yo la escogeré por ustedes. Ah. Mierda. Rio hace una mueca, aunque sé que es más para mí que para ella. Ella tiene esta habilidad para llevarse bien con casi todo el mundo, chicas, chicos, animales, plantas. Yo, por el contrario, no soy tan afortunada. No soy socialmente torpe, pero para ser honesta, la mayoría de las personas son idiotas totales, y mi tolerancia para ellos no es muy alta. Algunos tienen la paciencia. Yo no. Y sobre todo cuando se trata de escribir. Marie se tuerce detrás de ella y coge un trozo de papel, aclarándose la garganta antes de comenzar a leer la lista. Rio es emparejada con Ali, quien, por supuesto, no se encuentra aquí. Tiene suerte, Ali es una de las más inteligentes, y después de lo sucedido con Blake, es probable que tenga suficiente tormento emocional conduciéndola a asumir todo el proyecto por sí misma. —Holly McGuire, su pareja será Alice Oakes —dice Marie, y mientras que esas dos se apaciguan con la noticia, sus ojos se encuentran con los míos, y no sólo sé que soy la siguiente, sé que estoy en un buen lío—. Amanda Newland —dice, alargando la pausa—, su compañero de escritura para esta asignación será Blake Crawford.

—Oh, esto va a ser precioso —dice Blake desde el otro lado de la habitación, su voz llena de sarcasmo, su acento de algún modo amplificándolo.

Página

Entonces alguien ríe.

27

El silencio crece cada vez más en la habitación.

Sin embargo, no puedo ni mirarlo. Estoy congelada en mi lugar, pegada mirando a Marie con la boca abierta sólo unas pocas pulgadas. No puede estar hablando en serio. Tiene que haber algún error. Pero no hay ningún error, porque Marie sigue adelante, listando el resto de las parejas mientras yo me quedo tambaleando. Noto que Rio me dice algo, y sé que Blake probablemente lanza insultos británicos en voz baja, pero sinceramente no puedo oír nada, porque todo en lo que puedo pensar es que, si esto no es una broma, y tristemente parece no serlo, no estoy realmente segura de qué he hecho para merecerlo. ¿Marie me ha odiado todo este tiempo? Tal vez lo ha hecho. Tal vez piensa que no tengo talento, o que soy una farsa. Tal vez todos los sobresalientes han sido calificaciones de compasión y ahora sus verdaderos sentimientos están saliendo. Tal vez he hecho algo o dicho algo o escrito algo que ha encontrado ofensivo, y esta es su oportunidad de vengarse de mí. Es decir, esto convierte algo que amo en algo que es un maldito infierno. Preferiría tener una mala calificación que tener que trabajar, jodidamente escribir, con Blake. Tengo que hablar con ella después de la clase. Tengo que explicarle que ha habido un error y que lamento por la forma en que la haya ofendido (¿es posible que sea telepática y que haya leído mis pensamientos acerca de sus cejas? Porque si es así, lo lamento mucho, muchísimo). Voy a trabajar con cualquier otra persona en absoluto, pero esto, no me merezco esto. El arte de la escritura no se merece esto. Pero después de que se ha pasado toda la clase zumbando sobre los peligros de los adverbios y la estructura de las oraciones pasivas, y finalmente me acerco a ella, es evidente que no se siente de la misma manera que yo.

Me da una sonrisa rápida y coloca sus manos, con dedos largos adornados con anillos de color turquesa, en mis hombros. —No vas a arruinar nada, Amanda —dice, mirándome directamente a los ojos—. Eres una gran escritora con mucho talento. Pero eres joven y tienes mucho que aprender. Escribir no es sólo sobre exponernos a nosotros mismos. Se trata de aprender.

Página

—Es sólo que... —Estoy en busca de una forma de decir esto sin sonar como una mocosa total—. Me tomo el escribir en serio. Y para mi trabajo final, realmente no quiero hacerle a toda esta clase, y a ti, una injusticia al arruinar todo por lo que he trabajado tan duro.

28

—Las parejas fueron completamente al azar —trata de asegurarme mientras recoge sus notas, la clase desocupándose rápidamente, al parecer, nadie más tiene problemas como yo—. Dicho esto, no creo que haya nadie en esta clase que dificulte tu capacidad para contar una historia.

Creo que tu asociación con Blake, con cualquiera realmente, te enseñará cosas que nunca supiste que necesitabas saber. Y con eso, sale de la habitación y me deja saboreando su jerigonza. Tengo la suerte de que no tengo ninguna otra clase después de ésta, así que me subo en mi auto e inmediatamente vuelvo a casa. Bueno, primero paso por la tienda de licores para recoger una botella de vino, y luego me voy a casa, dispuesta a dar rienda suelta a toda mi rabia acumulada sobre la pobre Ana. Sólo que Ana no se halla en casa. Entonces recuerdo que dijo que tenía una cita después de su clase con un tipo que conoció en una aplicación de citas para divorciadas. Debería estar aliviada de estar sola, y feliz de que esté viendo a alguien, pero no siento ninguna de esas cosas, y aunque aún no ha oscurecido, abro la botella de pinot gris y me sirvo una copa, entonces abro una lata de raviolis de queso y la caliento. Me siento en la pequeña mesa de roble en nuestra cocina, que Ana ha adornado con un bordado de coral y un corredor blanco, veo el sol a través de las ventanas estrechas, y trato de pensar una ruta a través de todo esto, mientras como mi comida de chica soltera. Decido mandar un mensaje a Rio. ¿Cuánto más triste puede ser mi vida? No sólo soy emparejada con Blake, sino que estoy bebiendo vino y comiendo raviolis enlatados sola. Por lo menos es orgánica. No me responde de inmediato, pero eso no me sorprende. Rio se encuentra actualmente pasando por una fase de folla-amigos, y quién sabe, todavía podría estar buscando su sujetador.

Al inicio del año escolar, Marie nos hizo intercambiar a todos nuestros números de teléfono y correos electrónicos entre sí. Supongo que quería un sentimiento de comunidad para el grupo, sobre todo teniendo en cuenta que todos estaríamos compartiendo nuestra escritura. Naturalmente, no he

Página

En el momento en que estoy a mitad de la botella, me siento con más poder y envalentonada que nunca. No es suficiente para responder a una llamada que entra de mi madre, el acostumbrado sentimiento de culpa sobre mis opciones de vida y una actualización muy detallada sobre cómo lo está haciendo el pobre, abandonado, Alan, pero lo suficiente como para escribir un correo electrónico a mi nueva pareja.

29

Paleo los raviolis en mi boca y suspiro. Marie me está poniendo a prueba. Quiere ver de lo que soy capaz. Quiere que le demuestre que realmente puedo escribir y manejar lo que sea que se me venga encima. Está bien. Voy a tener que hacer frente al desafío. No va a ser bonito, pero voy a lograr que se haga.

utilizado la información de contacto para nada desde que en realidad sólo he hecho un esfuerzo con Rio, pero ha llegado el momento de extender la mano y hacer la paz. Sé la mejor persona, me digo. Córtalo de raíz. Oye, Blake, Es Amanda de Escritura 200. Sólo quería discutir contigo antes del fin de semana con respecto a nuestra tarea de escritura. Soy consciente de que poseemos una gran cantidad de libertad con este proyecto bizantino, pero aun así creo que hay que discutir nuestra intención y la posterior estrategia que tenemos que seguir. Sólo tenemos tantas semanas y creo que cuanto más pronto establezcamos un horario, así como toda la típica logística, tales como la historia, la trama y los personajes, más pronto vamos a tener una oportunidad de éxito, asegurando que esta asociación sea una fácil. A condición, naturalmente, de que seguimos siendo disciplinados y meticulosos en todo el empeño. Estoy disponible en cualquier momento este fin de semana si quieres reunirte para discutir nuestra implementación. Creo que, si destilamos sobre los puntos principales durante nuestra reunión inicial, podemos completar la asignación por nuestra cuenta sin mucha interferencia entre sí pasando sucesivamente. Amanda. Me siento y lo releo. De acuerdo, es un poco demasiado prolijo y no estoy segura de si he utilizado la palabra “destila” correctamente, pero la he usado para despistarlo, para hacerle saber con quién está tratando. También espero que, al hacerme cargo así y al establecer la iniciativa, esté creando un rastro muy profesional y muy valioso en papel. También conocido como, cuando este proyecto se vaya al infierno, por lo menos tengo la prueba para dar a Marie que muestra que lo intenté. Algo me dice que a partir de ahora nada va a ser tan fácil como parece. Presiono enviar. Y espero.

Aún nada de Blake. Sin embargo, un nuevo texto de Rio: Vas a estar bien, sabes cómo ponerlo en su lugar.

Página

Abro una bolsa de pistachos y como algunos.

30

Y espero.

P.S. Estoy en el proceso de conseguir mi sujetador de regreso en este momento. Resulta que este tipo lo escondió debajo de la almohada para su custodia. No estoy segura de si follármelo de nuevo o simplemente largarme. Estoy escondida en el baño y creo que la ventana es lo suficientemente grande para pasar.

Página

31

No puedo evitar sonreírle al teléfono. En realidad, no me importaría estar en su situación por una vez. Hacer malabares con los folla-amigos y tener un sinfín de aventuras sexuales (y desventuras) seguro que le gana a ser Señorita-corazones solitarios-enterrada-en-el-barro.

Blake Traducido por Ivy, Valentina D. & ∞Jul∞

A

prendí mucho en mis veintitrés años. Cómo comer coño como un campeón. Cómo mentir descaradamente.

Cómo cocinar un magnífico espagueti a la boloñesa. Y aprendí a cómo saber cuándo las personas me quieren, como yo, y cuando realmente me odian. Pensarías que esto sería una habilidad muy obvia y básica para tener, pero te sorprendería cuánta falsedad humana proviene de la incapacidad de leerse mutuamente. En otras palabras, siempre estamos leyendo en las personas lo que queremos ver. Algunos de nosotros queremos que todos nos amen, algunos de nosotros pensamos que todos nos odian (y por lo tanto esto nos da una razón válida para odiarlos).

En otras palabras, si una chica dice que te ama y no te mira a los ojos, significa que no lo hace. O tiene problemas de intimidad. O te engaña. De cualquier manera, significa que ya no volará al otro lado del mundo para

Página

También sé que puedo ser útil para las personas. Aunque tal vez no siempre con las personas adecuadas y de la manera correcta. Todo lo que necesitas hacer para saber cómo las personas realmente se sienten por ti es apagar tus oídos y leer su lenguaje corporal. Va más allá de la expresión en su rostro, aunque los ojos rara vez mienten, y comienza a ser algo casi metafísico. Es todo vibra. Es instinto.

32

Yo, no tengo ilusiones sobre quién soy y cómo soy con las personas. Sé que puedo ser bastante insensible últimamente, cuando se trata de mujeres, y sé que merezco su rabia (aunque todo el truco de reemplazar mi acondicionador con crema depilatoria que la loca idiota del bar hizo, fue un poco demasiado lejos, incluso para mí).

vivir contigo, que las relaciones a distancia no valen la pena, y tienes un triste pequeño problema en tus manos. Así que es bastante fácil de decir que mi compañera de clase en Escritura 200, y mi actual pareja de escritura, Amanda Newland, me odia a muerte. Y, por una vez, no tengo maldita idea de por qué. Bueno, eso no es totalmente cierto. Tengo cierta idea de por qué. Debido a que particularmente tampoco me gusta ella. Se convirtió en una especie de situación del huevo o la gallina. Su evidente antipatía por mí me guió a mi antipatía por ella, y mi antipatía por ella la guió a mí, bueno, tratando de provocarla cada vez que puedo. Es una gran manera de pasar el tiempo en una diferente clase aburrida, incluso si me siento como si hubiera acudido siendo un odioso adolescente a veces. Pero burlarse de cuán tensa es y cómo lleva las clases, y supongo que todo en la vida, demasiado en serio es completamente diferente de tener que trabajar con ella. No es que tenga una gran cantidad de interés concedido a esta clase o a mi calificación final, pero sí quiero pasar, no, necesito pasar, y conseguir el maldito diploma de una vez. Algo que antes parecía fácil, parece ser mucho más difícil. Tan pronto como la clase terminó, la vi hacer una línea directa hacia nuestra profesora. Sabía que trataba de librarse, pero estoy bastante seguro de que la profesora la tiene adentro para mí. Más que eso, es terca y no se mueve. Así que dejé que esto sea la batalla de Amanda mientras que me resignaba a tenerla como un grano en el culo por el resto del semestre.

Página

Por supuesto que estoy adivinando. No sé mucho acerca de ella, pero tampoco tengo prisa por averiguarlo. El único aspecto atractivo de esta chica es su cabello y su trasero. Su cabello es del color de la pimienta roja y la canela, y su trasero, bueno... no me importaría colorearlo de esa manera con la palma de mi mano. Puede tomar un par de cachetadas, pero valdría la pena. Ella pretendería ser demasiado virginal y estirada para probarlo pero le ganaré por cansancio con la promesa de mi gran polla. No es que fantasee alguna vez sobre este escenario.

33

De hecho, conociendo cuán seria se toma Amanda la clase, y a sí misma, sé que va a ser una completa controladora del proyecto. Está bien. Más control para ella, menos trabajo para mí. Creo que lo único bueno es que lo que sea que terminemos escribiendo, no creo que vaya a ser romance. Lo que noté de la escritura de Amanda en clase es que se desvía hacia la oscuridad, la cruda realidad, y a un montón de fantasía que solo se encuentra a un paso de jugar World of Warcraft en el sótano de sus padres, y de asistir a Comic Cons de modo que pueda acechar a su mago favorito de un programa de televisión cancelado hace mucho tiempo.

Estoy a punto de enviar un mensaje de texto a mi amigo Heath y preguntarle si quiere tomar algo en Spinnakers, mi bar favorito (y por suerte no es el mismo bar donde trabaja la zorra que blandió la crema depilatoria), cuando recibo una llamada de mi padre pidiéndome si puedo recoger a mi hermanastro Kevin de la escuela y dejarlo en la tienda. Digo que sí, a pesar de que cada vez que pongo un pie en la tienda de mi padre, termino ocupándome de las ganancias y el cierre. Sé que mi papá está preparándome para cuando me quede a cargo del negocio, y a pesar de que principalmente estoy consiguiendo mi título en negocios solo para mantenerlo feliz, todavía tengo sentimientos encontrados sobre todo el asunto. Es como si no he llegado a un claro acuerdo con el modo en el que va mi vida, y no me atrevo siquiera a pensar en ello. La escuela primaria de Kevin se halla cerca de la universidad, así que entro a mi Challenger (negro, 1972, apodo: Sr. Mean), subo el volumen de “Missing Pieces”, de Jack White, y me detengo en el lugar de costumbre. Sonrío ampliamente a las madres que pasan caminando, e incluso más para las MILF4 que rezuman desesperación y acumulan frustración sexual. Ya todas saben que soy el hermanastro de Kevin y no algún pedófilo, sin embargo, estoy decepcionado de que aún no he recibido proposiciones sexuales de ninguna de ellas. Aunque hubo una vez...

No estoy seguro si la situación les ayuda mucho, pero lo intento y me mantengo al margen de su relación. Mi papá y mi mamá se divorciaron cuando era pequeño. Nací aquí en Victoria y cuando tenía seis años mi madre me llevó de vuelta a su ciudad natal en Yorkshire, Inglaterra. He estado aquí unas cuantas veces, y Angélica y Kevin han estado en Reino El acrónimo MILF, del inglés Mom I'd Like to Fuck (se traduce en la mayor parte de Hispanoamérica como MQMC, Mamá Que Me Cogería), hace referencia a las mujeres que a una edad madura son sexualmente deseables y atractivas. 4

Página

Pero he estado recogiéndolo más y más en estos días, ya sea de la escuela o la casa de sus amigos. Mi papá siempre se encuentra ocupado con la tienda, y porque se halla al borde de la bancarrota, no puede contratar a ningún tipo de ayuda. Angélica, mi madrastra, la mamá de Kevin, parece estar siempre trabajando hasta tarde actualmente. Es una abogada corporativa que acaba de hacerse socia hace ocho meses, y aunque su aumento de sueldo signifique que la tienda de mi papá puede mantenerse a flote por ahora, también significa más horas.

34

No pasa mucho tiempo antes de que localice a Kevin, y desafortunadamente tengo la oportunidad de ver su rostro caer al momento en que me ve. No es que a Kevin no le agrade, sino que en realidad solo nos hemos llegado a conocer en este último año. A pesar de nuestra edad y diferencias, creo que nos llevamos como Donkey Kong.

Unido una vez, pero hasta hace poco no era exactamente cercano a ninguno de ellos, incluido mi padre. —Oye, Blake —dice Kevin mientras abre la puerta, sonando como un abatido porrero veinteañero en lugar de un niño de nueve años. Aunque con el cabello largo y oscuro de Kevin y su tendencia a usar una capa a la escuela a veces, podía pasar por el papel. —Oye, perdedor —digo, llegando a desordenar la cima de su cabeza. Se aparta de mí con una mirada de disgusto—. Sabes, pienso que podrías sonar más feliz siendo recogido de la escuela en el mejor auto del mundo. Me fulmina con la mirada, tan sombría. —No es el mejor auto del mundo. Es el auto más viejo del mundo. Me enfada. —Bueno, es mejor que tus amigos y sus aburridas minivans. Muy buena, Crawford. —No —contrarresta con un arrogante ceño fruncido—. La madre de Jill Carroll conduce un Porsche Cayenne. Eso es un Porsche. Eso es caro y mucho mejor que este pedazo de mierda. —Oye —le grito—. Ningún coche es mejor que el Sr. Mean. Apuesto que el papi de Jill Carroll compró el coche como un regalo, diciendo que lo siente por follar a la empleada doméstica. —Hago una pausa, los ojos de Kevin abriéndose mientras asimila esta nueva información—. Además, no digas mierda. Es malo y no quiero otro sermón de tu madre acerca de cómo tu lenguaje va cuesta abajo en el último año. Se deja caer de manera espectacular contra el asiento, con la cabeza colgando en el reposacabezas. —Lo que sea. No se preocupa lo suficiente por mí incluso para notarlo. Ah, joder. El pequeño bastardo tiene un modo de cortar profundo. —Se preocupa, Kevin. Mucho. —Entonces, ¿por qué no está aquí? —murmura. —Sabes que está trabajando.

—Tal vez. —Es todo lo que dice, permaneciendo tan sombrío como antes. Arranco el auto y me alejo, y ni siquiera tengo que mirar para saber que el motor del Sr. Mean gira las cabezas de todas las MILFs del estacionamiento. Toma eso, mamá de Jill Carroll.

Página

—Bueno, tal vez trata de comprar su propio Porsche Cayenne para que no tengas que ir en este viejo pedazo de mierda conmigo. —Le sonrío, esperando que me devolverá el favor.

35

—Siempre está trabajando.

—¿Cómo está Fluffy? —pregunta de repente. Mi agarre se aprieta brevemente en el volante y exhalo. —Fluffy se encuentra muy bien. —¿No te da ningún problema? —No —digo, entonces murmuro en voz baja—: Gracias a Dios. —¿Le diste un montón de abrazos? Me río y le doy una mirada mordaz. —Kevin. Sabes que no soy del tipo de abrazos. No hay excepciones para la familia o mascotas. O chicas, si vamos al caso. —Solía abrazarlo todo el tiempo. Hasta que mamá se enojó. —Me mira, sus rasgos suavizándose tanto que de repente soy consciente de lo mucho que maduró en el último año. Es como si hubiera sido golpeado con la sartén de la madurez antes de tiempo—. Muchas gracias por cuidar de él. Lo prometo, mamá lo dejará volver a casa en algún momento. —No hay problema, chico —digo—. Aunque estoy seguro de que lo quería fuera porque lo abrazabas demasiado. ¿Has oído hablar sobre Lennie en “De ratones y hombres”, de Steinbeck? La mirada de Kevin me dice que no. —No importa. Podrás leerlo en la preparatoria. —¿No vamos a casa? —pregunta cuando tomo la izquierda y comienzo a dirigirme hacia el centro de Victoria. —Tu papá quiere que te lleve a la tienda —digo. —Paul —dice Kevin, ese borde siempre presente en su voz cuando dice su nombre—. No lo llamo papá. A pesar de que ha sido tu padre desde que tenías cuatro años. Pienso, pero no lo digo en voz alta. Después de todo, Paul es mi verdadero padre y mi relación con él es tan complicada. ¿Quién soy yo para hablar?

Página

Correcto. Así que mi padre es dueño de una librería. Ha estado en la familia Crawford por generaciones, básicamente desde que la ciudad de Victoria fue fundada a finales de 1800. Es algo como un tesoro local, un lugar que los historiadores adulan y del que los turistas se enamoran. Pero al final del día, sigue siendo un negocio tratando de hacer dinero, y durante los últimos cinco años, la tienda a estado recibiendo un golpe. Algunos, como mi padre, culpan a la auto-publicación y el crecimiento de los libros

36

El centro de Victoria no está demasiado lejos, especialmente con todo el tráfico en la autopista de la Bahía Pat dirigiéndose fuera de la ciudad, y bastante rápido estamos llegando a Libros Crawford en la calle Goverment.

electrónicos. Otros, entre ellos mi madre, culpan al hecho de que mi padre nunca tuvo un hueso lógico o con visión empresarial en su cuerpo. Incluso las mejores intenciones de las personas más apasionadas pueden fallar si no se tiene a una voz de la razón al mando. Ahí es donde se supone que debo entrar. Soy la supuesta mente sana. Mi padre, por un montón de razones que aún no me ha dicho, quiere que me haga cargo mientras todavía estoy joven, pero sólo cuando tenga mi título en negocios. Él aún no ha admitido que su falta de habilidades empresariales y de gestión han llevado a la desaparición de la tienda, en su lugar, le echa toda la culpa al incremento de la renta y bienes, el aumento de los precios en la ciudad y todas las otras cosas que ya he mencionado. La tienda es única en su especie, sin embargo, y esa es la razón principal por la que aún funciona. A pesar de la gran cadena comercial, Chapters, en la calle, esas megatiendas gigantes parecen enfocarse más en vender mantas, artículos de papelería y velas con olor que libros. La gente viene a Libros Crawford porque la tienda por sí sola es una experiencia. Al menos eso es lo que capto de la aprobación silenciosa de las personas mayores que visitan. Estaciono al Sr. Mean en la calle y pago el parquímetro antes de adentrarnos en la tienda. La tienda cierra a las siete de la noche, así que sé que no estaré trabajando toda la noche, pero aun así, el bar todavía me llama. Necesito un trago o dos de algo fuerte, especialmente luego de esa clase.

Pero papá es un esnob literario, fue lo bastante difícil convencerlo de tener más de ciencia ficción y fantasía, y a pesar de que los libros se venderían, no permitirá Cincuenta Sombras de Grey en la tienda. Estoy buscando esto como una perspectiva de mercadeo. El sexo vende y necesitamos más ventas. Necesitamos más dinero entrando, y punto. Pero

Página

La librería en sí es como una habitación gigante con un techo alto y un altillo en la parte trasera que alberga algunas de las ediciones raras. Los pisos son de madera oscura pulida y todo está muy ordenado con cada género en su propia sección: ficción y las últimas novedades en el frente; historia, no-ficción y guías de viajes locales en el medio; fantasía, ciencia ficción y adulto-joven en la parte trasera. El único género que no tenemos es romance, lo que creo es otra decisión de negocios mala por parte de mi padre. No solo las mujeres vienen aquí buscando romance, pero a partir de la investigación que he hecho, es uno de los géneros más vendidos.

37

A pesar de la cara enojada de Kevin antes, se anima cuando ve la tienda. Kevin está completamente obsesionado con los libros de fantasía y podría, y lo hace, pasar días aquí, acurrucado entre los estantes altos de cedro, leyendo todo lo que pueda tener en sus manos.

ya que él dice que las obscenidades y las porquerías harían bajar nuestros estándares, es sólo otra inteligente idea que no estará pasando en Libros Crawford. —Hijo —me saluda mi padre mientras Kevin y yo entramos. Kevin hace de inmediato una línea directa a la parte de atrás, su capa flotando detrás de él. ¿Mencioné que mi hermanastro viste un capa y lleva un palo de madera pulida que estoy seguro es algún tipo de bastón mágico? Mi padre lo mira mientras avanza y luego se voltea hacia mí, sacudiendo su cabeza mientras se pellizca el puente de la nariz. Mi padre siempre ha tenido una apariencia juvenil, una cara de bebé que probablemente sirve por la manera en que la usa para ganarse a la gente. Quieres confiar en él, creerle. Pero desde que me mudé aquí, es como si estuviera envejeciendo frente a mis ojos, más rápido de lo que lo hacen los Presidentes una vez que llegan a la oficina, todo el cabello gris, las líneas profundas y la piel floja. —¿Sabías que lo atrapé pintándose las uñas el otro día? —me dice mi padre con reproche, poniendo su brazo a mi alrededor y llevándome a la caja registradora en el medio de la habitación. Levanto la ceja. —¿Rosadas? —No —se burla—. Negras. Me encojo de hombros, no demasiado preocupado. Recuerdo débilmente tratar de usar los tacones de mi madre cuando era joven, pero no me atrevo a decirle eso. —A los niños les gusta experimentar. —Él tiene nueve —dice mientras le sonríe a un cliente que entra, bajando la voz hacia mí—. Es demasiado joven para eso. Y esa maldita capa. Es demasiado viejo para eso. —Sus ojos se desvían hacia la parte trasera de la tienda—. Tal vez es mi culpa. Se halla tan envuelto en los libros de fantasía y en esos juegos de video medievales que le seguimos comprando para su iPad. ¿Sabes que me preguntó si lo llevaría en unas semanas a este evento de batalla? ¿Un campamento? ¿Una feria renacentista? No lo sé, algún lugar donde los niños y los adultos corren alrededor pretendiendo una batalla mientras llevan disfraces. —¿Quiere ir a LARPing? —pregunto, tratando de no reír.

Frunce el ceño y sacude la cabeza. —Entonces definitivamente no lo voy a llevar.

Página

—Sí, es un acrónimo para Juegos de Rol en Vivo —explico—. Es más o menos lo que hace en la computadora. Si Calabozos y Dragones es la droga de entrada para World of Wardcraft, entonces LARPing es heroína pura.

38

—¿LARPing? —repite.

Suspiro, contento de que Kevin no puede escuchar nuestra conversación. Como el nerd y raro que es, sé que es capaz de entregarse a su friki interno con nerds afines que realmente lo animarían. Eso es probablemente por qué se retira tanto en el mundo fantástico. Se ha convertido en algo más preferible que la realidad. Sé que después de que Rachel rompió conmigo, me sumergí en mi trabajo-en-proceso como si estuviera bajo el fuego en una trinchera. —Puedo llevarlo, si pregunta. —le digo. —¿Igual que tomaste a Fluffy? Blake, me alegro de que quieras llegar a conocer a tu hermanastro, pero hay una diferencia entre ser un hermano y un facilitador. Entrecierro los ojos brevemente. Mi padre no me conoce lo suficiente como para hacer esa suposición. De hecho, eso suena como algo que Angélica diría. Puedo escuchar su influencia en él todo el tiempo, lo cual no es una buena cosa ya que Angélica no es mi mayor fan. El pensamiento de mi madrastra y lo difícil que ha sido ganar su aprobación me recuerda un poco a Amanda, y una vez más me golpeo por lo molestas que serán las próximas seis semanas. Al menos cuando la escuela termine, me puedo concentrar en trabajar y en lo que tengo que hacer para sacar a este lugar fuera de la quiebra. Mientras me encargo del efectivo, haciendo un puñado de transacciones con algunos clientes habituales, mi padre va alrededor ordenando los estantes y quitando el polvo de los libros. Hace esto al final de cada día, como si poner los libros de vuelta en el lugar correcto pondrá a su vida en el lugar correcto. Es terapia sin mucho resultado. Estoy pensando en cerrar un poco más temprano, no por el bien de la tienda en esta ocasión, sino porque Heath acaba de mandarme un mensaje queriendo tomar una cerveza, cuando una impresionante morena entra. Es alta, casi de mi estatura, con extremidades delgadas que brillan con un bronceado que obviamente no consiguió aquí. Está ojeando las últimas novedades en la parte delantera, sus dedos trazando las cubiertas, viéndose como el buscador ocasional.

—¿Eh? —dice, luego rápidamente baja la mirada y me lanza una tímida sonrisa—. Oh, no. En realidad, nunca he leído nada de él.

Página

—¿Puedo ayudarte? —le pregunto mientras me acerco a ella, dándole una sonrisa. Noto sus dedos descansando en la cubierta del nuevo libro de Stephen King—. ¿Fan de King?

39

No pierdo tiempo.

Sigo sonriendo a pesar de que mi cerebro empieza a restarle puntos por eso. Pero mi cerebro también nota cómo de firmes son sus tetas, y que me está mirando con una especie de sonrisa carnal y tímida que sugiere que puedo llevar esto tan lejos como puedo. —Sabes, él no sólo escribe horror —continúo. Toco el libro—. Finders Keepers es el segundo libro de su trilogía de thriller. Deberías empezar con Sr. Mercedes. —Toco el libro al lado, un libro de bolsillo marcado con un veinte por ciento de descuento—. Es ingenioso, entretenido. Creo que realmente lo disfrutarías. —¿En serio? —pregunta, mirando de nuevo a la portada con cautela. —Te diré algo —le digo, dando un paso más cerca de modo que sólo queda la mesa entre nosotros—. Compra Sr. Mercedes y léelo. Si no te gusta, no sólo te haré un reembolso, también te llevaré a cenar. Puedo sentir a mi padre en algún lugar detrás de mí. Su refunfuño burlón viene a través de la tienda como un tren de carga. —Oh, eso es bastante suave —dice la chica, aunque el brillo de interés en sus ojos es cada vez mayor. —Puedo ser rudo también. —Otra sonrisa. Esta vez se ríe y mira hacia otro lado con timidez. —Está bien, bueno, en realidad esperaba encontrar otro libro. ¿Tienes algo de Sylvia Day? Me estremezco. Day es una escritora prolija de romance (con un infierno de estante). —No, lo siento. Se encoge, como avergonzada por preguntar. —Está bien. Creo que Stephen King será. Hago un baile de victoria interno. Tomo el libro y se lo entrego. Cuando sus delicados dedos lo toman, me aferro, negándome a soltarlo. —Pero tienes que prometer ser honesta. —Lo seré. —Mastica sus dulces labios de manzana por un segundo, mirándome a través de sus pestañas—. ¿Qué pasa si me gusta el libro? ¿Todavía me llevarás a cenar?

Por supuesto que es una Samantha. Todas las Samanthas que he conocido se ven y actúan como ella. Sexual, sensual, pero inusualmente tímida. No es que me importe. Me gusta hacerlas sonrojar. —Soy Blake —le digo—. Y nunca te llevaría por el mal camino.

Página

—Samantha —ofrece.

40

—Tienes un acuerdo… —Hago una pausa, esperando con mi ceño fruncido por su nombre.

La llevo a la caja registradora y escribo mi número de teléfono en el recibo. No hay ninguna razón para conseguir su número, sé que me estará llamando pronto. Deja la tienda y mi padre la sigue, bloqueando la puerta y volteando de un tirón el cartel de “Cerrado” antes de azotar hacia mí. —¿Qué demonios fue eso? Me encojo de hombros, jugando con la caja. —¿Qué? Hice una venta. Lo de siempre. —Lo de siempre no es hacer proposiciones a los clientes. —Sí, pensé que salías con la otra chica —dice Kevin, y yo salto, sin darme cuenta de que está de pie justo detrás de mí, una pila de novelas de fantasía para adultos jóvenes en sus manos. Le doy una mirada poco entusiasta. —¿Qué otra chica? —No sé —dice, prácticamente lloriqueando—. Cuando me llevaste a casa el otro día, la vimos caminando por la calle y cubriste tu cara así ella no te vería. Mi padre niega con la cabeza. —¿Qué te pasa, Blake? Tomo una respiración profunda y mantengo mi voz ligera. —Nada en absoluto. Tengo veintitrés años y me gustan las mujeres, ¿qué puedo decir? —No eras así con Rachel. Mi pecho se quema con eso. —Ni siquiera conociste a Rachel. La conociste una vez. —Deja de tratar de actuar como si sabes algo sobre mí en absoluto, termino en mi cabeza. Sabe que tiene las de perder. Se acerca a la caja registradora, aclarándose la garganta. —Entonces, ¿cuánto hicimos hoy? Oh, muchacho, el peor momento del día. Preparándome, miro por encima de los números. No es bueno. Ni siquiera paga los gastos acumulados.

—Gracias por tu ayuda hoy —afirma rotundamente, como si no pudiera evocar una emoción si lo intentaba. —No hay problema —le digo.

Página

Echo un vistazo nervioso a Kevin, y ambos parecemos contener la respiración mientras papá cierra los ojos, los dedos apretando el puente de su nariz. Lo sostiene allí, tratando de recobrar la compostura. A continuación, traga y se sacude.

41

—¿Y bien? —dice mi padre, y doy un paso fuera del camino para que pueda mirarlos.

Todavía no se fija en mí. —¿La escuela va bien? El final del año se aproxima. —Va muy bien —le digo, a pesar de que es una especie de mentira. Pero no me atrevo a mover el bote. Sé por qué me lo pregunta. Me recuerda que pronto todo esto va a ser mío, y si no sé lo que estoy haciendo, voy a llevar el negocio al suelo. Al igual que está haciéndolo. —Bien, bien —dice con aire ausente—. Voy a llevar a Kevin a casa. Gracias por traerlo. —Lo que sea por mi amigo. —Miro a Kevin. Parece ilegible en este momento. Tal vez ya está luchando contra orcos o algo en la cabeza en lugar de ver a su padre preocupado por el dinero que están perdiendo—. Te veo pronto. Salgo de allí y no parece que respiro hasta que estoy en el bar Bard and Banker en la siguiente manzana. Le envío un mensaje a Heath y le cuento sobre el cambio de planes, para que me encuentre allí en su lugar. Necesito alcohol en mis venas lo antes posible. Mi padre, Kevin, el negocio, la presión, la mención de Rachel, todos absorbiéndose a través de mi cerebro. Mientras estoy esperando a Heath en una de las cabinas pequeñas semi-cerradas o “cuartito" tan lejos como sea posible de la banda que sé que empezará a tocar más tarde, recibo un correo electrónico en mi bandeja de entrada. De Amanda Newland. Oh, sí, no puedo creer que se me olvidó añadirla a mi pila de mierda de preocupaciones. Me trago la mitad de mi cerveza oscura antes de que pueda mirarlo. Cuando finalmente lo leo, puedo oír su voz en mi cabeza, tirando todas estas palabras superfluas en mi camino, como si me va a confundir y no entenderé todo su correo electrónico. Debe pensar que soy no sólo un pendejo total, sino un idiota. En realidad, tengo la impresión de que piensa de esa manera sobre la mayoría de la gente. —Necesitas bajarte los humos, querida —digo en voz alta.

Página

Levanto la mirada para ver a Heath mirando hacia mí con diversión.

42

—¿Estás hablando con tu teléfono? ¿O en el teléfono?

—¿O simplemente tienes una disputa con Siri5? —continúa él—. Estoy de acuerdo en que necesita que le bajen los humos. Habla como una sabionda. —Uf —digo, mientras se sienta—. No quieres saber la sangrienta verdad de ella. —Bueno, no tiene que haber una razón por la que estés buscando emborracharte en una noche de escuela —dice Heath, a continuación, lo reconsidera—. Es decir, más que de costumbre. Heath está en la mayoría de mis clases de negocios y se encuentra en una situación similar a mí. Que quiere decir, la presión de sus padres es la razón principal por la que consigue su título. Con su actitud despreocupada y su gusto por las causas ambientales, Heath sería mucho más feliz practicando surf durante los veranos en Tofino y snowboard en el Monte Washington en el invierno. Es también un muy buen compinche. Hay algo en él, surfista perpetuamente bronceado, de cabello hirsuto que las chicas no pueden resistir. Podría ser el hecho de que es un vendedor de hierba y obtienen su hierba de forma gratuita. —Hay una chica en mi clase de escritura... —Comienzo. —¿De nuevo? ¿Cuántas de ellas hay? Debería haberme unido a esa clase —comenta, indicándole a la camarera por una copa. —Sin duda lo suficiente de ellas —digo, a pesar de que no es por eso que estoy tomando la clase—. Pero no he dormido con ésta. —¿Difícil de conseguir? Gruño. —No tengo ninguna duda de que lo es, pero ni siquiera estoy tratando. Ella me hace subir por la jodida pared. —Y, ¿dices que no te la has cogido? —La camarera deja su cerveza, dándole una mirada sucia antes de irse. —No —le digo enfáticamente—. No es mi tipo.

—Creo que te refieres a la boca. Es una aplicación con funciones de asistente personal a veces con su propia personalidad para iOS. Esta aplicación utiliza procesamiento del lenguaje natural para responder preguntas, hacer recomendaciones y realizar acciones mediante la delegación de solicitudes hacia un conjunto de servicios web. 5

Página

—Jódete —le digo, tomando un trago de mi cerveza. Puedo sentirla trabajar poco a poco, mis nervios destensándose uno por uno—. No esta chica. ¿Sabes, esas chicas que se niegan a sonreír o reírse de nada, que nacen con una cuchara de plata en su culo?

43

—Cualquier cosa con un agujero es tu tipo, Blake.

—Es el culo con ésta. ¿Anda con un sentido de derecho que se cree que ha ganado de alguna manera, que son tan condenadamente serios acerca de la vida? Bueno, eso es ella. Apuesto a que ni siquiera necesita usar gafas, sólo las lleva para tratar de lucir inteligente. Heath hace muecas. —Maldita sea. ¿Es caliente? Sabes que tengo una cosa por las chicas con lentes. Lo miro fijamente. —Escucha, hermano, solo escucha lo que dije. No quieres estar cerca de ella. Toma un trago de su cerveza y se inclina hacia atrás en su asiento, limpiándose la boca. Me da una sonrisa perezosa que conozco demasiado bien. —La semana pasada me hablabas de la molesta presentadora de Earls con la que te acostaste, que empezó a hablar de su colección de muñecas el momento en que terminó la follada. —Sí, y con el fin de salir del resto de la cita tuve que fingir que ya iba de regreso a Inglaterra al día siguiente. Luego pasé por ella unos días más tarde. Me sorprende que el Sr. Mean no se llenara de huevos. Señala con el vaso hacia mí. —No has respondido a mi pregunta. ¿Es caliente? —No —le digo, sabiendo que si admito que está buena en lo más mínimo, nunca escuchará mi difícil situación. Oh, la puta difícil situación. Así que decido abrir el correo electrónico y mostrárselo—. De todos modos, fui emparejado con ella durante mi última asignación y este es el correo electrónico que me envío esta noche. Entrecierra los ojos mientras lee. Cuando termina, se ve casi impresionado. —Algunas palabras grandes para un tonto como tú —dice en su mejor acento de barrio—. En serio, suena como si el resto del semestre va a ser duro. Buena suerte con eso. —Es agradable tener tu apoyo.

Y así es como pasamos el resto de la noche. Varias cervezas más tarde, la banda es un estrépito de punk Celtic de mierda, los dos estamos borrachos, Heath está drogado, y hemos compuesto la respuesta más ridícula del mundo para Amanda.

Página

—Heath, no puedes drogarla a través de la computadora —le recuerdo, aunque dudo que ella sonreiría incluso si estuviera drogada—. Está bien, yo me encargo.

44

—Bueno, no sé. ¿Le vas a responder? ¿Quieres que escriba el correo electrónico por ti? Sé que este es el rostro de un inocente —dice, acariciando su mandíbula entre sus dedos—, pero soy bastante bueno en poner a la gente en su lugar.

—¿Presiono enviar? —le pregunto, mi voz arrastrándose un poco. No responde, sólo se inclina y presiona el icono de enviar por mí. Uppps. —Consigamos otra ronda —dice Heath.

Página

45

Lo hacemos.

Amanda Traducido por Black Rose, Alysse Volkov & cjuli2516zc

M

e despierto la mañana siguiente gracias a una ruidosa Ana en la cocina que canta junto a lo que parece ser una versión folclórica de Estonia de la canción Butterfly de Mariah Carey.

Gimo y me doy la vuelta, mi cabeza punzando un poco por el vino. Ha pasado un tiempo desde la última vez que me bebí una botella entera. Las primeras dos semanas después de la ruptura, una resaca mañanera y los ojos hinchados eran más o menos rutinarios, junto con el despertar entre pañuelos desechados y botes de helado derretidos de Ben & Jerry, pero pensé que estaba saliendo del agujero y finalmente me acostumbraba a ser soltera. Parece que no.

Se da vuelta, con la espátula levantada como un micrófono, y me sonríe con los ojos entornados con una cantidad exagerada de rímel y delineador de ojos púrpura, sus labios hinchados extendidos a través de sus

6

Nombre de una de las atracciones encontradas en Disneylandia.

Página

Ana lleva mi delantal amarillo y está haciendo panqueques, sacudiendo su amplio trasero al ritmo de la canción, la cual, en efecto, es una extraña versión de Butterfly. Es raro como Mariah en estonio es todavía muy Mariah.

46

Reviso mi teléfono, con la esperanza de pasar el tiempo sin levantarme, pero está muerto. De alguna manera me las arreglo para arrastrarme fuera de la cama y me escurro dentro de mi bata de felpa (dice Hollywood Tower of Terror6, Alan me la compró en uno de nuestros viajes anuales a Disneylandia, algo que me golpea bajo en el intestino, ese pellizco de saber que algo que amabas ya no va a ser una parte de tu vida). Suspiro, tratando de quitármelo de encima y luego entro a la cocina.

dientes. —¡Buenos días, dulzura! —dice, dando otro batido a sus caderas—. ¡Estoy haciendo panqueques! —Ya veo —digo, aunque cuando me acerco a la máquina de café y echo un vistazo más cercano al sartén, no estoy realmente segura de qué estoy viendo—. ¿Qué son esos bultos? —Oh, eso es naeris y kaneel. Lo siento, canela. La receta de mi abuela. Es muy buena. —Ondea la espátula en la mesa—. Siéntate, está casi listo. —Sólo iba a beber mi malteada —digo, mirando el armario donde guardo mi malteada de proteína de arroz. Es sosa, pero hace el truco. Por lo general no tengo ganas de comer mucho en las mañanas. —Siéntate —dice de nuevo—. ¡Necesitas fuerza para escuchar todo sobre mi maravillosa cita de anoche! Ah, es verdad. Anoche después de enviar el correo electrónico a Blake, terminé viendo la televisión durante un rato y luego perdí el conocimiento. Nunca recibí un correo de respuesta de él antes de que mi teléfono muriera ni escuché a Ana volver anoche. —De acuerdo, bueno, voy a necesitar café para eso —digo. Vierto casi todo el contenido de la jarra en una taza gigante que dice “La Sassenach de Jamie Fraser”7 en él, y me siento. Después de unos pocos sorbos, comienzo a animarme, y Ana me desliza un gigante, mullido, pero de alguna manera quemado, panqueque en mi plato. Lo pincho cautelosamente con mi tenedor, una pequeña nube de vapor se escapa como una burbuja de hedor antes de asfixiarla con el jarabe de arce. —Entonces, ¿cómo te fue? —pregunto, ajustando mi culo en el asiento para sentirme cómoda. Voy a estar aquí por un largo rato. Lo bueno es que no tengo clase hasta esta tarde.

—¿Un metro? Esa es una gran diferencia. —Especialmente cuando Ana mide casi un metro noventa. —Sí, él podía mirar mis tetas directamente, sin problema. —Hace una pausa—. Además, era calvo. Y de Nigeria. Referencia al personaje Jamie Fraser de la saga Forastera escrita por la autora estadounidense Diana J. Gabaldon. 7

Página

—Era un hombre muy agradable —empieza diciendo—. Muy agradable. No exactamente lo que pensé que sería, pero bastante cerca. Quizás un metro más bajo

47

Ana prácticamente marcha a la nevera y vuelve tras conseguir el jugo de naranja antes de sentarse frente a mí.

—¿Se supone que no fuera un nigeriano calvo? Se encoge de hombros y sigue sonriendo. —Él dijo que era de Saskatchewan, pero supongo que puedes ser las dos. Y la foto en su perfil es de un hombre moreno con una gran cantidad de cabello oscuro. Pero el físico cambia. —Claro —digo lentamente, cortando un pedazo de panqueque. —Además, ya no era maestro. Fue despedido después de ser atrapado vendiendo drogas a los estudiantes. —Oh, Dios mío —digo, mirándola—. ¿Cómo te enteraste? ¿Te lo dijo? —No, en realidad no. Los policías me dijeron. Dejo mi tenedor en el plato. Tiene toda mi atención ahora. Inmediatamente estoy tratando de encontrar la manera de escribir esto en mi libro, pero con, ya sabes, un sesgo fantástico. —¿Los policías? ¿Cómo había policías allí? ¿Qué pasó? ¿Estás bien? —Oh, sí —dice. Asiente con la cabeza al panqueque—. Pruébalo. —Lo haré. Sólo dime por qué confraternizabas con la policía. —Creían que era una prostituta. Ahora he oído todo. —¿Y por qué demonios pensaron eso? Sacude su cabello rubio por encima de su hombro. —Señor Nigeria pensó que tal vez eso era algo que podría interesarme. Lo discutimos en la esquina de la calle, y supongo que pareció sospechoso. Alzo la palma de la mano. —Espera, Ana, detente. ¿Me dices que este tipo era un chulo? —No —dice con rapidez, casi defensivamente—. Está tratando ser uno. Dijo que necesitaba una nueva línea de negocio ya que ya no puede enseñar o vender drogas.

—Espera, espera... ¿Pensé que dijiste que tuviste una —Hago comillas en el aire—, “cita maravillosa”?

Página

—Sí, pero me creyeron, por supuesto. Bueno, primero pensaron que quizás era una novia por correo de Rusia, pero fui capaz de demostrar lo de mi escuela de belleza y todo. Les mostré mi portafolio en mi teléfono e incluso ofrecí hacerle el maquillaje a una oficial, pero dijo que eso iría en contra de la ley. Al final detuvieron al Señor Nigeria porque violó su libertad condicional.

48

Parpadeo, tratando de absorber todo y llegar a un acuerdo con las locuras en las vidas a mí alrededor. En primer lugar, Rio, y ahora ella. — Entonces los policías los atraparon.

Me sonríe, moviéndose en su asiento. —Lo hice. Antes de que todo eso pasara, me llevó a cenar. Pedí ternera a la parmesana. Estaba realmente buena. Lentamente asiento, tratando de encontrar la broma en todo esto, pero sé que está siendo cien por ciento sincera. Lo cual es triste. Una cosa es ser optimista y ver el lado brillante de la vida, y otra es buscar la felicidad en una comida gratis porque no ha tenido ese tipo de atención en mucho tiempo. —Bueno, eso es bueno —digo, recogiendo mi tenedor de nuevo—. Por lo menos la pasaste bien. Meto el panqueque en mi boca y tomo un mordisco tentativo. Bastante caneloso. El jarabe ahoga la mayor parte del sabor extraño. Entonces hay un fuerte crujido y me detengo, mi reflejo nauseoso amenazándome. —Uh, ¿qué es esto de nuevo? —me las arreglo para preguntar, mi mano viene a mi boca, los pedazos de panqueque no están seguros de si deben bajar o salir. —Naeris y kaneel. Nabo y canela. El favorito local. Aunque creo que no herví lo suficiente los nabos, lo siento. Hago un ruido como un gorgoteo por la sorpresa, pero eventualmente mastico y trago. Me mira mientras lo termino con un gran trago de café. — Bueno, no hay nada peor que un nabo poco cocido —me las arreglo para decir. Asiente con la cabeza enfáticamente. —Entonces —digo, empujando el resto del panqueque y tratando de comer alrededor de los pedazos de nabo—. ¿Crees que vas a renunciar a las citas en línea? Sacude la cabeza hacia atrás como si hubiera dicho algo totalmente repugnante. —¿Y dónde crees que voy a conocer a un hombre?

Niego con la cabeza. —No tengo tiempo para chicos. —Todo el mundo tiene tiempo para el sexo —dice, sus ojos brillantes— . Especialmente los chicos de tu edad que despegan como un cohete.

Página

Ella agita el azúcar en su café y baja la mirada a él con diversión. — Ay, dulzura. Eres tan joven, deberías saber de esto más que yo. ¿Por qué no le das una oportunidad? Ha pasado un tiempo desde Alan, ¿verdad?

49

—No lo sé. Como una persona normal, en el mundo real.

—¡Oh, fortuna, qué pena que me lo estoy perdiendo! —Me levanto y artísticamente tiro la mitad del panqueque en la basura cuando no me observa—. Entre oír sobre las aventuras de Rio en Tinder y cualquiera que sea el sitio de citas donde encuentras a estos proxenetas nigerianos, estoy bastante cómoda con estar sola. Bueno, eso es una especie de mentira, sobre todo porque yo estaba teniendo una fiesta de autocompasión por mi soltería anoche, pero tengo que admitir que es más atractivo que como suenan las vidas amorosas de Rio y Ana. Por lo menos mi compañía es predecible, y mi creciente colección de vibradores nunca me decepciona, incluso aunque mientras que reemplazaba las baterías la semana pasada, una cayó fuera de la estantería, y me golpeó justo en la mejilla. Trata de explicar ese ojo negro a tu madre. Todavía me estoy sintiendo un poco triste, así que me meto en mi ropa de correr antes de que pueda cambiar de opinión. Normalmente corro con una lista de reproducción en constante evolución, pero me temo que, si espero a que mi teléfono se cargue, voy a perder los nervios, así que saco mi cabeza por la puerta y empiezo a correr. Siento ganas de cambiar las cosas en esta ocasión, por lo que, en lugar de dirigirme a la vía que va a la playa y que bordea la Bahía Oak y la multitud de calas y casas de la costa, como lo hago normalmente, me dirijo en la dirección opuesta, corriendo a través de sinuosas calles suburbanas más allá de las agujas del Castillo Craigdarroch, que fue construido por un magnate del carbón a finales de 1800, que extrañamente no se ve fuera de lugar en Victoria.

Página

Después del castillo me dirijo hacia la calle Fort que está llena de pequeñas tiendas y tiendas de antigüedades, esquivando a los vagos habituales y mujeres empujando cochecitos. Nunca he entendido a aquellas personas que corren a través del centro de una ciudad, sobre todo cuando hay tantos lugares hermosos que no cuentan con los vagabundos y las luces y el tráfico y un sin número de personas, pero ahora como que lo entienden. Esto hace que su movilidad sea más que un desafío, como que

50

Victoria siempre ha tenido una inclinación británica en ella, una de las razones por las que yo, y muchos turistas, encuentran la ciudad tan encantadora. Incluso hoy, un típico día de primavera con temperaturas suaves y un cielo sombrío, hay algo pintoresco y refrescante al respecto. Todos los jardines se ven cuidados con setos y los cultivos de bulbos que florecen perfectamente recortados. Hay una cantidad abundante de ladrillos que uno no suele encontrar en la costa oeste, y las direcciones de las calles están señalizadas en letras doradas. BMW’s, Audi’s y el ocasional monovolumen salpican las aceras ordenadas.

están completando una carrera de obstáculos. Se convierte en un juego, y siempre tengo que ganar el juego. Por lo general, cuando corro, recorro mi distancia habitual pero nunca me esfuerzo para ir más allá porque correr ya es bastante difícil. Pero en el momento en que termino en el masivo Hotel Empress con vistas al puerto, jadeante, con la cara roja, y el sudor goteando, me doy cuenta que he conseguido hacer seis kilómetros, que es el doble de lo que suelo hacer, y eso es una sola vía. No me maldigo o a mis piernas de gelatina ni una sola vez. Con las gaviotas volando sobre mi cabeza, me recuesto contra la baranda y bajo la mirada mirando al puerto deportivo, algunos de los observadores de ballenas se dirigen a mar abierto esperando ver nuestras manadas de orcas locales. Los turistas son todos envueltos en impermeables rojos que cuelgan de sus rodillas, conversando animadamente y tomando fotos de todo, incluyéndome. En contra de mi mejor juicio, los saludo con la mano, y ellos me devuelven el saludo antes de que su atención se dirija a un hidroavión haciendo una muy ruidosa y lenta entrada bajo el agua. Respiro profundo, mi corazón, finalmente, disminuyendo la velocidad, y giro para contemplar si debería caminar o correr de vuelta. No traje nada de dinero, así que no podía tomar el bus incluso si me daba la gana. Mi mente durante la carrera se fue felizmente en blanco, pero en el camino de vuelta tendrá un montón de tiempo para pensar. Hay esta ansiedad, e inquietud que me recorre últimamente, haciendo que mis entrañas se retuerzan, mi corazón se acelere unos cuantos latidos, usualmente tarde en la noche. Pensé que se atribuía a estar sin Alan, pero ahora no estoy tan segura. Estiro los brazos por encima de mi cabeza, girando hacia un lado, cuando de repente veo algo que me hace congelar.

Y ahí está, el leve destello de reconocimiento en sus cejas mientras se levantan, las líneas en su frente profundizándose. Aun así, sigue caminando.

Página

Tiene puestas sus gafas de sol, tipo aviador como todos los cabrones usan, y camina por la acera con una bolsa de asas amarilla neón que dice Libros Crawford. Por alguna razón, me estoy centrando en la bolsa, que no va exactamente con sus zapatillas Converse, pantalones vaqueros negros, camiseta gris y chaqueta de cuero negro. Y a medida que camina hacia mí, parecía no darse cuenta de que estoy casi de pie en su camino, estoy sumando dos más dos. ¿Se encuentra de alguna manera involucrado con la librería a la vuelta de la esquina?

51

Es Blake Hijo de Puta Crawford.

—¿Um, hola? —prácticamente le grito, lanzando los brazos hacia los lados. —Amanda —dice, parando pero retrocediendo dos pasos. Se aclara la garganta—. Bonita mañana —dice esto tan cautelosamente, como si el cielo estuviera a punto de caer sobre nosotros. Teniendo en cuenta el tiempo aquí, probablemente no está tan lejos de la realidad. —Sí —le digo, con ganas de sacar lo del correo electrónico, pero mis ojos aterrizan de nuevo a la bolsa—. ¿No estás por casualidad relacionado con Libros Crawford? —¿Qué? —Baja la mirada hacia la bolsa y se estremece—. Oh sí. Sí lo estoy. Y trabajo allí. Es mi padre quien incongruentemente ordenó bolsas de asas amarillas neón porque pensó que sería más llamativo. —Odio decir que funcionó —le digo, y parte de mí quiere señalar el hecho de que su padre es dueño de una de mis librerías favoritas como un plus a su personaje (también el hecho de que se le salió incongruente en una oración), pero mi aversión innata a él no lo permitirá. A pesar de que nuestra conversación va bien hasta ahora, me inclino hacia atrás de forma automática y cruzo los brazos sobre el pecho, a la defensiva. Él asiente rápidamente, y aunque no puedo ver sus ojos, sé que miran para todos lados. Su mano va a la parte de atrás de su cuello, frotándolo, y se aclara la garganta, todas las señales de estar incómodo. Habría pensado que si me encontrara con Blake fuera de la clase sería libre de ser cabrón conmigo, pero tal vez lo he juzgado mal. —¿Recibiste mi correo electrónico? —pregunta en voz baja. Así que respondió. Asiento, totalmente mintiendo. —Sip. Sus cejas se enfurruñan. —¿De verdad? —Entonces, uh, ¿dónde deseas reunirte de nuevo? —pregunto, haciendo una conjetura de lo que podría haber dicho, posiblemente en respuesta. Sigue frunciendo el ceño, inclinando ligeramente la cabeza como si estuviera apreciando mis palabras. —La biblioteca… esta noche… a las siete.

Página

—Sí, bueno. Estoy yendo directo a la tienda. —Comienza a alejarse y luego me mira por encima del hombro—. Así que, ¿estás segura sobre esta noche?

52

—Correcto —digo, forzando una sonrisa en mi cara—. Por suerte estoy libre.

Le doy un vistazo. —Quiero terminar este proyecto tanto como tú quieres hacerlo. Se lame los labios y asiente. —De acuerdo. Hasta entonces. —Sí, nos vemos —le digo, viéndolo alejarse, mis ojos descansando brevemente en su trasero antes de que quite la mirada. Muy bien, así que eso fue raro. Era la última persona que esperaba ver y la última persona que quería ver, y sin embargo, actuaba como si me tuviera miedo. No hay golpes bajos, ni apodos, ni comentarios maliciosos. Si no fuera por el hecho de que actuaba de manera cautelosa, habría dicho que era casi amable. No estoy segura de cómo me siento al respecto. ¿Es posible que me equivocara sobre Blake? Tal vez mi correo electrónico le hizo darse cuenta de lo mucho que hablaba en serio. Podría haber intimidado simpatía en él. Lo que sí sé es que necesito leer ese correo electrónico, por lo que a pesar de que mis piernas y pulmones protestan, comienzo a correr de vuelta a casa. Por suerte, no toma mucho tiempo para que mi teléfono se conecte y me dé acceso a mis correos electrónicos. Hago clic en la respuesta de Blake sin pensarlo mucho. Me gustaría no haberlo hecho.

De todos modos, no hay necesidad de usar tu muy pequeño cerebro, como ya tengo varias ideas de la historia que estoy trabajando que te podrían interesar.

Página

Admito que no entendí la mayor parte de tu correo electrónico, ya que utilizaste todas esas grandes palabras y todo. Pero, diablos, me gusta una mujer que conoce la derecha de su izquierda. No puedo prometer que seré un escritor brillante, pero voy a prometer siempre molestarte mucho en que cada oportunidad que tenga. Viendo que voy a estar monopolizando la mayor parte de tu tiempo, porque no, no creo que deberíamos trabajar en esto por separado, es mejor que te acostumbres a mi hermoso rostro muy rápido. No puedo prometer que te va a encantar, pero sin duda lo haré. Tal vez puedas comenzar haciéndome un favor y llevar un rollo de cinta adhesiva a nuestras reuniones. Sé que probablemente eres demasiado mojigata para estar atada pero podría ser realmente útil cuando empiezas a soltar toda tu gran y poderosa basura. Por otra parte, eres una chica y he sido programado para desconectar la mayor parte de tus palabras. Ya veremos.

53

Oye, Tetas de Azúcar,

Vente por el T-Rex (una historia delirante acerca del sexo entre dinosaurios y las mujeres que van atrás en el tiempo para buscarlos). La muerte por pedos (personas mueren por hipo todo el tiempo y esto las hace noticias, así que, ¿por qué no esto? Podrían ser una pieza de periodismo de investigación). La Srta. Sabelotodo y su vida solitaria (podría ser tu autobiografía pero no voy a ponerme presuntuoso. Oh, mira, sé lo que significa esa palabra). Estoy seguro de que encontrarás al menos uno de ellos adecuado. Estoy deseando verte, mañana a las siete de la noche en la biblioteca. Acude o eres aburrida. Espera, demasiado tarde. Blake. Estoy anonadada. Y luego enojada. Tan jodidamente enojada. No es de extrañar por qué actuaba de esa manera antes, probablemente esperaba que le diera un puñetazo en la cara, y joder, ¡realmente debería haberlo hecho! Tal vez luego de haber ido por sus nueces. Con mi pulso latiendo en la garganta, vuelvo y leo el correo electrónico que envié. De nuevo, es prolijo, y sí, yo trataba de hacerlo sentir como un idiota, así que demándame. Pero no justifica su respuesta de forma alguna. Y ahora, ahora piensa que sólo lo tomé, que estoy totalmente fresca con ser tratada como Tetas de Azúcar. ¿Quién se cree que es, Mel Gibson?

—¿Qué pasa? —pregunta sin hacer nada. Lo dice aparte de sus cejas.

Página

Ladea una ceja hacia mí y es sólo ahora que me doy cuenta de que está en la “fase de cejas” de su escuela de belleza, porque se ven como dos orugas chamuscadas que se han fijado en su frente para morir. Tengo un momento difícil mirándola a los ojos sin que mi mirada aterrice en la melenuda, pintada masacre.

54

—¡Aaaargh! —Rujo, irrumpiendo en la sala, donde Ana se halla sentada en el sofá, totalmente absorta con una telenovela que ha estado al aire desde antes de que yo naciera.

Me tiro en el sofá junto a ella. —¿Sabes de ese cabrón de mi clase de escritura? —Sí, el bebé británico. Me estremezco, dándole una mirada de disgusto. —¿Bebé? ¿En qué diablos estás metida? —Percocet y vodka —dice alegremente—. ¿Recuerdas que te conocí después de tu clase un día y él se encontraba allí? Alto. Linda sonrisa. Cabello grueso. Un trasero que quieres morder. —Hace una mueca con sus dientes. Mis labios se curvan. —No. —Niego con la cabeza—. No es un bebé o un nada, excepto un cara de papa. —Cara de papa —repite—. ¿Nueva palabra? Suspiro. —Sí, pero no la uso, está patentada. De todos modos, estoy emparejada con él para el proyecto final en la clase de Marie. Tengo que escribir una novela con él. Espero que haga una cara pero sigue sonriendo. Debe ser el cóctel de Percocet. —Oh, esto va a ser divertido —dice, moviendo los dedos, sus prismáticas uñas de gel capturan la luz. —No —le advierto, girando en mí asiento para verla mejor—. No va a ser divertido, Ana. Sabes lo importante que esta clase es para mí. Es algún playboy que cree que está en unas largas vacaciones. No toma nada en serio. Su correo electrónico es prueba de ello, y va a hundir mi nota. A propósito, ahora. No se ve tan preocupada como siento que debería. Es decir, realmente se da cuenta que si fallo, tendrá que oír hablar de eso hasta que termine por irse a vivir con el nigeriano. —¿Has hablado con tu profesor? ¿O él?

—No quiero ser el personaje más grande. Ana me da una mirada seria. —¿Quieres que trate con él? —pregunta en voz tan medida que retrocedo de ella una pulgada.

Página

Se vuelve de nuevo a la TV, las aventuras de Eduardo el médico que la cautiva, una vez más. —Tal vez está bien. Te permite ser el personaje más grande.

55

—Ambos. Algo así. Me encontré con él en mi carrera, pero en ese momento no había leído su correo electrónico todavía. En realidad fui agradable con él. ¡Agradable!

—Uh, no, eso está bien. —Si sabe alguna vieja técnica de asesinato soviético o simplemente quiere gritarle mientras empuja sus tetas en su cara, digo infierno, no a su participación. —Como quieras —dice encogiéndose de hombros. Me dirijo a mi habitación y pienso en mensajear a Rio, pero ella sólo me dirá que levante mis bragas de chica grande, ponga algo de rap gangsta8, y trate con él. Entonces pienso en escribir la réplica adecuada para Blake, pero me detengo. Él conseguirá una reprimenda esta noche en la biblioteca, y si se niega a pedir disculpas o ceder un ápice, entonces estoy tomando a Marie con ese correo electrónico como prueba. Envalentonada con mi nueva determinación, me ducho y visto y dirijo a la escuela para coger mis consecutivas clases de Literatura Americana Temprana y Periodismo, a pesar de que no me puedo concentrar en una maldita cosa. Cuando terminan, tengo dos horas antes de tener que reunirme con Blake, y no hay realmente ninguna razón para ir a casa y volver, así que me tomo el tiempo para llegar temprano a la biblioteca y escribir algo mío, algo que realmente cuenta.

Es un subgénero del rap que persigue reflejar el estilo de vida violento de la juventud de las zonas menos favorecidas de la ciudad. 9 Es un apodo dado comúnmente al más viril de los hombres. Estos hombres, por supuesto, siempre tienen crecidas las barbas completas para mostrar lo maravillosos que son. Las personas con este apodo también son conocidos por ser extremadamente exitosos con las mujeres. 8

Página

Mi hermana, Dahlia, tiene un poco más de interés, pero está ocupada viviendo en una granja en algún lugar en el interior de la Columbia Británica, rara vez tiene acceso a internet, y no tiene un teléfono celular, por diversas razones, algunas de las cuales entiendo totalmente. Es un poco nómada y hippie, y honestamente siempre lo ha sido, pero no creo que mis padres no se sintieran decepcionados de ella cuando anunció que no iba a la universidad y en cambio huyó con su novio plantador-de-árboles que llamo “El Beardo9”. Todavía no estoy segura de cuál es su verdadero nombre, pero tiene un infierno de barba.

56

La Tierra de Lágrimas y Hueso es mi novela de fantasía, el orgullo secreto y la alegría de mi vida, y un mundo donde prefiero pasar el noventa y nueve por ciento de mis días. Digo secreto, porque a pesar de que mi familia sabe lo que escribo, no hacen alguna pregunta al respecto y, básicamente, pretenden que no existe. Bueno, eso no es cierto. El otro día mi madre preguntó si todavía escribía sobre el ocultismo. Mi mamá se vuelve un poco loca con su cristianismo y cree que todas las novelas de fantasía deben derivarse de Satanás de alguna manera. Sí, ella es una de esas personas que piensa que Harry Potter debería ser prohibido.

Realmente no importa al final. La mayoría de las personas con las que hablo no toman en serio la escritura. Si les digo que soy un aspirante a escritor, ponen esa mirada de "sí, claro" en su cara, que por lo general es seguido por "buena suerte con eso". Luego están las personas con las que fui a la escuela secundaria, los niños con los que crecí, familia, amigos, cualquier persona de esa multitud. La escritura no es vista como algo respetable, y eso es algo que ellos, y mis padres, todavía creen firmemente. Por lo tanto, cuando puedo, no menciono nada acerca de mi trabajo-enprogreso y paso por alto la parte de escritura creativa de mi grado. Gracias a Dios por las personas en mi programa porque puedo hablar con cualquiera de ellos acerca de la escritura y lo entienden. Puede que nuestras aspiraciones sean todas diferentes —Rio cree que va a ser un pasatiempo para ella y quiere enseñar Inglés en el extranjero, cuando su grado haya terminado— pero nuestros temores son todos iguales. Excepto por Blake. Blake es el enigma, la persona que no acaba de encajar. Me siento cómoda dejando al descubierto mi alma a través de la palabra escrita con cualquiera de esa clase excepto él. Es como si fuera un intruso, alguien que mira y espía y juzga sin ofrecer nada de sí mismo. Eso no quiere decir que no ha escrito nada, pero realmente dudo que provenga de cualquier lugar genuino. Su trabajo no tiene nada de su alma.

Página

No he escrito durante la última semana, y aunque estoy ansiosa de volver a ello, también paré en una parte difícil. He escrito un cuarenta por ciento del libro y he golpeado un poco contra un bloque. Mi personaje, Luthwen, se encuentra en el medio de su búsqueda, y su variopinto grupo de personajes, incluyendo una hermosa mujer mitad-pájaro llamada Phenolope, se convierten en parte integral de su viaje... pero estoy aburrida. Hay algunas escenas que tengo que pasar antes de la primera batalla, y está retrasado. Sé que es común para el medio de un libro, pero no he encontrado la manera de mantener mi interés o el de los lectores que pueden algún día leerlo, aunque he sazonado el medio con capítulos emocionantes.

57

En el minuto en que entro en la biblioteca, exhalo, cerrando mis ojos por un momento para tomar el olor familiar. Hay una punzada de pesar en mi estómago, y desearía que Blake no hubiera escogido uno de mis lugares sagrados de escritura para nuestra reunión, pero lo presiono e ignoro. Avanzo y encuentro una mesa escondida en la esquina en el segundo nivel, y me instalo, abriendo mi portátil, además de mi único cuaderno de notas para el trazado y el otro para la construcción-del-mundo. La construccióndel-mundo único es un infierno de mucho más grueso que el trazado único. Me dejé llevar sumamente con el aspecto de investigación de la novela, y he estado llenando el tomo durante muchos años.

Una parte de mí piensa que tal vez un romance entre Phenelope y Luthwen podría suceder. Sin duda se siente natural, a pesar de los personajes golpeando cabezas. Pero juré que no volvería a inyectar romance en esta novela. En primer lugar, tienen muchas fantasías y se sienten mal escritos y poco naturales, como si estuvieran arrojados allí para mantener a los lectores felices y no el autor, o los autores creen que atraerá a todo un nuevo grupo de lectores a su género cuando no lo hará. Los lectores de romance quieren romance, no lo quieren con una trama sobre las mujeres pájaro y magos y monstruos que se parecen a una hormiga gigante cruzada con una araña. No podrían quererlo con una trama en absoluto, así que no pretendamos. Así que hago lo que siempre hago cuando estoy atascada, investigo. Probablemente por eso he estado escribiendo esta bestia durante dos años. Cada vez que golpeo un obstáculo en el camino me lanzo en algo que puedo confiar. En este caso, consigo libros sobre la mitología griega, la historia de los druidas, y una novela de Piers Anthony y entierro mi nariz en ellos, obteniendo tanta inspiración y detalles como sea posible, mientras como chips de col rizada con ajo y granos de café cubiertos de chocolate para sustento (no al mismo tiempo).

Página

58

Creo que estoy tan absorta en la lectura en lugar de escribir que el tiempo se escabulle de mí. Ni siquiera noto a Blake hasta que es demasiado tarde.

Blake Traducido por Black Rose, Carito040390 & Ivy

M

e despierto con un cerebro lleno de cemento seco, totalmente con resaca, cada poro de mi cuerpo con olor a cerveza. Parpadeo en la penumbra, aliviado de que me las arreglé para tirar de mis cortinas cerradas antes de desmayarme. Por debajo de la boca amarga y el golpeteo en mi cabeza, hay una curiosa sensación, como un residuo de culpa persistente muy dentro de mí. Esta culpa es la manifestación de un centenar de alfileres siendo hundidos en un muñeco de vudú. Viene de nuevo a mí. Heath y yo en el Bard and Banker, bebiendo hasta voltearnos y escribiendo un correo electrónico a Amanda. Y sé que pulsé “enviar”. Ahí es donde entra en juego la culpa. Mierda. ¿Qué demonios fue lo que dije? ¿Qué dijimos? Sé que Heath fue un cómplice.

Me estremezco cuando leo mi correo electrónico, y sé, sé que esto es una mala noticia. Si se tratara de cualquier otra chica, tal vez se reiría de ello, de pronto, pero ya que esta es Amanda (y de ahí por qué lo envié para

Página

¿Sabes qué haría con mil millones de dólares? Algún tipo de sistema electrónico de recuperación que sacaría tus textos y correos electrónicos impulsivos, y muy lamentables, antes de que alguien tenga la oportunidad de leerlos. Si fuera lo suficientemente inteligente, lo inventaría, o al menos sería de los primeros inversores en dicha empresa, porque creo que todos en todas partes hemos enviado algo que lamentamos. Por lo general, mientras bebemos.

59

A pesar de que estoy adolorido, me doy la vuelta y agarro mi teléfono, torpemente introduzco mi contraseña incorrectamente varias veces antes de que haga clic. Reviso mi correo electrónico, y antes de que vea el mensaje en la carpeta de mensajes enviados, todo vuelve a mí.

empezar), le estoy dando algo que puede llevar a la misma universidad. La peor parte, ni siquiera ha respondido, así que no sé si no lo ha visto todavía o está simplemente rumiándolo y trazado un millón de maneras para arruinarme. Eres un pendejo clase-A, me digo mientras hago mi camino a la cocina. Es en momentos como estos en que me gustaría tener un compañero de cuarto, alguien con quien quejarme en persona, alguien que me dé palmaditas en la espalda y me diga que todo va a estar bien. Pero estoy solo, lo cual funciona la mayor parte del tiempo, sobre todo cuando estoy trayendo chicas aquí por la noche. Nadie quiere un compañero de piso entrometido que interrumpa la diversión, y ya que la mayor parte de las chicas viven en los dormitorios rodeadas de gente, tener este nivel de privacidad me gana puntos extra en sus libros. Aunque no estoy completamente solo. Al final del pasillo, en el estudio, tengo lo que parece ser un invitado permanente, Fluffy. Por suerte Fluffy es un huésped de bajo mantenimiento que sólo requiere de alimentos, agua y refugio. Por supuesto, Kevin mencionó que debería haber algo de consentimientos involucrados, pero sé dónde trazar la línea. Amor y caricias no funcionan para mí con los seres humanos, por no hablar de las mascotas, al menos ya no más.

Me dirijo hacia la penumbra del día, algo que me hace sentir como en casa, junto con los jardines (que, a diferencia de vuelta a casa,

Página

Mi apartamento, con vistas a una colonia colorida de casas flotantes, se encuentra más allá de los transbordadores que se dirigen hacia el sur hasta el Estado de Washington. Si no fuera porque Angélica es dueña del apartamento como una inversión, no habría manera alguna en que pudiera pagarlo por mi cuenta. Todo el dinero que ahorré de vuelta en Inglaterra, el dinero que pensé sería para un viaje alrededor del mundo o dos, empieza a agotarse, y no hay ninguna posibilidad para que consiga un trabajo a medio tiempo cuando paso tantas horas trabajando para mi padre gratis.

60

Me sirvo un vaso de agua en el fregadero y me bebo de golpe dos Advil, una vitamina B, y luego bajo todo con una bebida energética de cinco horas justo cuando mi padre me envía un texto pidiéndome que traiga algunos de los libros que pedí en préstamo de nuevo a la tienda. Se supone que no debo hacerlo, pero si tenemos más de dos copias de algo, por lo general me lo llevo a casa para leer. Sé que mi padre desearía que no fueran novelas de ciencia ficción sobre el espacio y profecías del fin del mundo, pero sinceramente no puedo dar una mierda sobre lo que piensa a veces. Él sigue siendo mi padre y me siento obligado a ayudarlo, es mi futuro después de todo, así que después de una ducha rápida, me deslizo en mi ropa y gafas oscuras y salgo a las calles adoquinadas del centro de Victoria.

comienzan a florecer aquí en febrero), carruajes tirados por caballos, y la hora del té en el Hotel Empress. Es justo cuando estoy pasando la fachada masiva del hotel cubierto de hiedra, que estoy seguro de que he empezado a alucinar, porque ahí está Amanda, de espaldas apoyada en la baranda mirando hacia el puerto deportivo. Me congelo por un momento como un ciervo lleno de pánico, sin saber qué hacer y a dónde ir. Por un lado, es ella, y después del correo electrónico, debería temer por mi vida, o al menos encontrar alguna manera de proteger mi ingle. Por el otro, se ve malditamente caliente. Estoy congelado por el miedo y esta vergonzosa clase de deseo porque mi verga se retuerce y mis extremidades se vuelven pesadas todo porque ella lleva estos brillantes, azules, y apretados leggins adornados con rosadas flores de cerezo que parecen acentuar cada curva y músculo en sus piernas, caderas y culo. Luego están sus tetas, imposiblemente firmes en una camiseta blanca lisa. Es como si hasta este momento, ni siquiera me hallaba consciente de que Amanda tenía un cuerpo, pero joder, ahí está. Y voy a tener que encontrar la manera de olvidarlo rápidamente. Antes de saber qué es lo que estoy haciendo, mis pies se mueven y me escondo detrás de mis gafas de sol, esperando que pueda caminar junto a ella y que no me vea. Pero, ay, ay mierda. Lo hace. Finge ignorancia, Crawford. —Eh, ¿hola? —me grita indignada. Aquí va.

De alguna manera lo dudo. Decido salir de allí mientras todavía estoy ileso y me apresuro a la tienda. Todavía quiere reunirse conmigo en la biblioteca a las siete, así que no tengo más remedio que fingir que el correo electrónico nunca fue

Página

Sin embargo, de alguna puta forma, ella no enloquece. No estalla. No intenta patearme en las pelotas. Dice que leyó el correo electrónico, y sin embargo, la estoy mirando a los ojos, amplificada por su cara sonrosada fresca, enmarcada por sus gafas de ojo de gato, y no se ve más enojada que de costumbre. Su aversión hacia mí de alguna manera se ha mantenido igual. ¿Es posible que ya ha alcanzado el techo de su odio y llegó al límite? ¿Podría ser que ha tenido un sentido del humor durante todo este tiempo?

61

Y entonces soy aspirado en una breve conversación con ella, una que estoy seguro se convertirá en un derramamiento de sangre en cualquier momento.

enviado, y por el bien de ambos, debería olvidar que me envió uno para empezar. Estoy empezando a pensar que la única manera de atravesar esto es simplemente empezar putamente de nuevo. Yo puedo hacer eso. Eso creo. Más tarde esa noche, después de haber sido acordonado a trabajar en la tienda por un poco y salir del paso de un tutorial de mierda de Ética, me dirijo a la biblioteca. Llego veinte minutos antes. No hay nada que me moleste más que llegar a tiempo a algo y descubrir que ese alguien ya te espera. Sin embargo, ellos llegan antes, y pareciera que es uno quien llega tarde. Bueno, no esta vez. No puedo dejar que Amanda tenga la ventaja, aunque estoy seguro de que lo hace. Echo un vistazo a medias alrededor de la biblioteca. Está sorprendentemente llena en este momento de la noche y devastadoramente silenciosa, gracias al ojo de águila de una de las bibliotecarias. No sé su nombre, pero tiene una cara que verías hablando en un viejo árbol en una película de Disney, así como una redonda, inamovible constitución y manos escamosas. Su lengua te dará un latigazo en diez pasos si atrapa tanto como una risa que viene de tu dirección. En silencio sacando una silla, tomo asiento en una mesa cerca de la entrada, con la esperanza de pillar a Amanda, pero cuando son las siete y cinco de la noche, estoy empezando a preguntarme si incluso va a venir. Miro mi teléfono, y no hay nada. Tengo la sensación de que esta mañana fue sólo un gran acto de su parte, y ella planeó plantarme y salir corriendo con el Decano. Sólo en caso de que no la viera antes, me levanto y miro alrededor de nuevo, esta vez subo al segundo nivel. Estoy a punto de dar la vuelta cuando veo un destello de cabello rojo en la esquina. Bajo por la fila y la veo en una pequeña mesa rodeada de pilas de libros, un ordenador portátil abierto a su lado, aunque garabatea furiosamente en un cuaderno con tapas de cuero que parece haber visto mejores días. Tiene audífonos en sus oídos, por lo que parece no oírme cuando me deslizo a su lado.

—¡Jesús! —grita, arrancándose los auriculares de los oídos y me frunce el ceño como si estuviera tratando de prenderme fuego—. ¿Cuál es tu problema?

Página

Salta de su asiento, ojos bien abiertos, y deja escapar un grito que sale mucho más fuerte de lo que probablemente se da cuenta.

62

—Oye —digo, agitando la mano en su cara.

—¡Lo siento! —digo, levantando las palmas de las manos, mientras escucho el primer “Shhh” de la bibliotecaria en algún lugar del edificio. Bajo mi voz—. Te estaba buscando. —Llegas tarde —dice, tratando de recuperar el aliento y la compostura. Se mete mechones de cabello con rabia detrás de las orejas y endereza sus gafas, tragando saliva. Creo que me gusta así, un poco trastornada. Su pecho se sonroja ligeramente, similar a lo que vi antes hoy. —No llegué tarde —protesto rápidamente—. Estuve aquí a las seis y media, esperándote. —Sí, bueno, me hallaba aquí arriba. ¿Se te ocurrió buscarme? —Sus ojos se estrechan, y aunque no puedo ver más su pulso temblar a lo largo de su mandíbula, parece que quiere matarme. Probablemente lo hace. No puedo olvidar que le he dado una buena razón. —Lo siento. No pensé que ya estarías aquí. —Fuerzo una sonrisa y trato de verme tan arrepentido como sea posible, y señalo la silla vacía frente a ella—. ¿Puedo sentarme o prefieres que esté de pie? Me mira fijamente por un momento, su boca en una línea firme, su cara en blanco. No puedo leer lo que piensa, pero sé que me está estudiando como si fuera una rana a punto de ser diseccionada, y ella sostiene la navaja, tratando de averiguar dónde cortar. Tal vez este es el momento donde debo darme la vuelta y correr. —Sí, está bien —dice, y mientras hago un movimiento para agarrar el asiento dice—: No, espera. Un momento. —Ondea la mano hacia mí, medio levantándose de la silla—. Tenemos que hablar incluso antes de que te atrevas a sentarte conmigo. Aquí viene. —¿Pasa algo? —pregunto. Su mirada se profundiza. Casi puedo ver los hoyos del infierno ardiendo en sus ojos.

Hace un pequeño ruido de frustración, bajando las cejas. —No había leído el correo todavía.

Página

Cruzo los brazos sobre el pecho y la miro directamente. —No parecía importarte mucho esta mañana.

63

—¿Pasa algo? —repite, y me da una sonrisa frágil—. ¿Qué tal el correo electrónico que me enviaste anoche? ¿Sabes lo cerca que estoy de ir a Marie con eso?

—¿En serio? —pregunto, sintiendo la comisura de mis labios apuntar hacia arriba, sin poder evitarlo—. Porque podría jurar que me dijiste que lo hiciste. Su barbilla se adentra mientras se endereza en su asiento, su atención va a la portátil delante de ella. Rápidamente lo cierra y lo desliza en su bolso en el suelo. —Creo que me debes una disculpa y una explicación. Todo lo que hice fue enviarte un correo con ganas de trabajar juntos en esto y respondiste siendo el más grosero, más misógino, cretino que alguna vez ha existido. Quiero decir, pensaba que eso es lo que eras, pero existía una pequeña, ingenua partecita de mí, que esperaba estar equivocada. Debo disculparme. Pero no puedo. En cambio, me siento con las manos extendidas sobre la mesa mientras me apoyo en ella. —¿Por qué me odias tanto? Se ve sorprendida. —¿Por qué? ¿Qué tal las razones que acabo de darte? —Ignora el correo electrónico, por ahora —digo, y sus ojos se vuelven casi satánicos—. Voy a explicarlo en un minuto. Sólo quiero saber. Antes de todo esto. ¿Por qué tanto odio? Parpadea, su boca dejándose caer un poco para que pueda verla correr su lengua a lo largo de la parte posterior de sus dientes. —Porque eres un idiota —dice, su voz callada e incrédula, casi me hace reír. Su admisión no pica. Sólo impulsa mi curiosidad. —Por supuesto. Pero, ¿qué te hace decir eso? ¿Qué he dicho o hecho alguna vez a ti? Pero el momento en que esas palabras dejan mi boca, y el momento en que ella me arrasa con su mirada, sé que tiene una lista preparada. Cuenta con los dedos uno por uno. —El primer día de clase preguntaste si podías llamarme Gran Roja. Dije que no. Luego, preguntaste si la alfombra hacia juego con las cortinas.

—Oye —le digo, a la defensiva y vagamente incómodo—. No creo que hayas oído eso. Ladea su cabeza y la sacude. —Oh, en serio. Luego hubo ese momento cuando se me cayeron mis libros justo en frente de ti, y en vez de

Página

—Luego —continúa, ignorándome—, tuvimos que leer nuestras historias de una página en voz alta. Después de la mía, dijiste que mis cosas funcionan mejor que un medicamento para el resfriado.

64

Trato de no parecer avergonzado. —En mi defensa, estaba bastante insolente esa primera clase.

ayudarme, sólo me mirabas el culo cuando me incliné. No sólo eso, estoy bastante segura de que hiciste un sonido como si te vinieras en los pantalones —añade, arrugando la nariz para el efecto agregado. Que vagamente suena como una campana. —Así que no te gusta ser apreciada por la especie masculina —digo, provocándola. —No quiero ninguna especie mirando mi culo cuando podrían estar ayudándome —dice—. No es que necesite ayuda de todos modos. Me recuesto en la silla, estudiándola. —Oh, por supuesto que no. —¿Qué significa eso? Lamo mis labios y me encojo de hombros. —No sé, podría explicar por qué cada vez que alguien tiene una crítica acerca de tu escritura, solo te ríes de ello, como si sus opiniones no importan, no cuentan, y no están garantizados. Ella calla. Sé que he golpeado un punto de dolor. Un destello de lengua rosada sale, con aire ausente lamiéndose los labios. —Eso no es verdad —dice finalmente, aunque su voz es suave ahora, un susurro—. Puedo aceptar las críticas. —Correcto. —Pero, quiero decir, la mayoría de la gente en esa clase no podía hilar una frase junta si intentaran. Levanto mi ceja. —¿Quieres decir la gente como yo? Amanda piensa acerca de eso, como si estuviera masticándolo en su cabeza. —De todos modos, ¿por qué tomas esta clase? —pregunta, y sé que ha tenido un cambio de corazón y no me quiere llamar un idiota en la cara. No estoy seguro de si me gusta esta cortesía repentina, ni el cambio de tema.

—Mira —le digo, sintiendo la necesidad de explicarme a mí mismo, tal vez sólo por la forma en que he estado actuando. — Recuerdo la mitad de las cosas que te dije en clase y me sorprende que te dieras cuenta. — Gracias a Dios no hay forma de que sepa lo que estoy pensando la mayor

Página

Me mira fijamente por un momento, todavía masticando, todavía digiriendo. Entiendo por qué es difícil para ella creerlo, piensa que hay algún motivo oculto en mi comportamiento, tal vez un grado fácil, tal vez sólo vivo para molestarla.

65

—Porque quiero.

parte del tiempo—. No estoy tomando escritura, porque creo que es fácil o una broma o sólo necesito un crédito. Lo estoy tomando porque me gusta. —Pero estás tomando Dirección de Empresas. La miro inquisitivamente. —¿Cómo sabes eso? —Porque durante la primera clase, la único que dijiste en que te concentraste, todo el mundo tenía que decir a la clase lo que tomaban en la escuela, y recuerdo lo que dijiste. Estoy un poco impresionado. —Bien, entonces. Supongo que prestabas atención. —Me quito la chaqueta de cuero y la cuelgo en la parte posterior de la silla, pensando que no voy a ninguna parte ahora. Cuando me vuelvo hacia ella, atrapo su mirada en mis bíceps. Rápidamente la aleja de ellos, pero no me puede engañar. ¿Está mal que sienta una extraña sensación de victoria, tal vez incluso orgullo, que me haya notado en alguna manera que no me involucra a mi siendo un completo idiota? Me aclaro la garganta. —De todos modos, no es que sea tu problema, pero estoy tomando Dirección de Empresas así puedo hacerme cargo correctamente de la tienda de mi padre. La librería. La clase de escritura es para mí. Tal vez lo único que es para mí. Me sorprende haber admitido la última parte. Inclina la cabeza, mirándome. Parece pasar mucho tiempo pensando en mí, y sin embargo, el resultado parece ser siempre el mismo: Cara de idiota. Ese fue el término que utilizó, ¿verdad? —¿Así que quieres ser escritor?

—Silencio —siseo a Amanda—. ¿Quieres que Bárbol10 nos eche fuera o qué?

Llamado Treebeard (“barba de árbol”) en su versión original inglesa y Fangorn (cuyo significado es el mismo, pero traducido del sindarin), es un personaje ficticio que forma parte del legendarium creado por el escritor británico J. R. R. Tolkien y que aparece en su novela El Señor de los Anillos. 10

Página

—¡Porque tú me frotaste el lado equivocado! —dice, y otro “¡Shhhh!” viene de abajo del pasillo.

66

No le contesto al principio. —Quiero conseguir este proyecto hecho y terminar con él, y quiero graduarme. —De acuerdo, tal vez fue una norespuesta, pero no me siento como para darle ninguna munición. Suspiro y me inclino hacia atrás en la silla—. Lo siento por el correo electrónico. Supongo que me frotas el lado equivocado.

Un destello de preocupación viene a través de su frente y asiente, sabiendo exactamente a quién me refiero. —Independientemente de quién froto a quién primero —le dije, tratando de no sonreír en mi insinuación—. Necesitamos al menos tratar de llevarnos bien si esto va a funcionar. —Hago una pausa—. O en todo caso, al menos no matarnos uno a otro hasta que la novela esté hecha. —No estoy segura de que eso sea posible. Me encojo de hombros. —Bueno, un buen comienzo sería si sólo aceptaras mi disculpa. Sopla un mechón de cabello fuera de su cara. —Está bien. —Pero por supuesto, no me mira, está tirando de su ordenador portátil hacia ella, entrando seriamente en modo escritor, al igual que en la clase. Lo que sea, voy a tomar lo que pueda conseguir en este momento. Aunque tengo que decir que, a pesar de que fue mi idea, va a tomar mucha disciplina para no presionar sus botones. Y no, eso no es una insinuación esta vez. —Así que, he estado haciendo algunos pensamientos —dice después de unos pocos latidos, desplazándose a través de algo en su equipo. —¿Otros sobre entregarme a el Decano? —pregunto. Me mira por encima de sus gafas. —Sí. Ya que a ambos nos disgusta este arreglo, creo que uno de nosotros debe hacer la mayor parte de la obra. Escoger el tema, esbozar la trama y los personajes, mientras que el otro aporta unos cuantos capítulos. Preferiblemente en un punto de vista alterno para hacerlo más fácil. —¿Y piensas que es mejor si tú haces todo el trabajo? —Nop. Si deseas hacer el trabajo, eso está bien conmigo. Lo que sea que nos haga vernos menos.

Suspiro y paso una mano por mi cabello. —Prefiero simplemente dividir el trabajo y hacer el punto de vista alternativo. —¿No confías en mí? Me río. —¿Tú confías en mí?

Página

Me mira por encima de su computadora. —Porque podría arrojarte debajo del autobús justo ahora si quisiera. Y no lo hago.

67

Frunzo el ceño. Ella realmente lo tiene por mí. —Preveo algunos problemas con esto. Por un lado, tenemos completamente diferentes estilos de escritura. Creo que va a ser bastante obvio quien pone la mayor parte del peso. Dos, ¿cómo sé que no me vas a tirar debajo del autobús y te quejarás de que no hice nada del trabajo? ¿O, para el caso, me tiras debajo del autobús y me culpas a mí si conseguimos un grado de mierda?

—Bien —dispara—. Entonces trabajaré en la trama y los personajes. —No. Ambos lo trabajaremos. Juntos. Da un resoplido de exasperación e inclina la cabeza. —¿Por qué tratas de hacer esto más difícil? Sinceramente, no tengo idea, además de que es algo divertido. — Solo quiero una calificación honesta. —Mentira —murmura en voz baja. Se aclara la garganta—. Sabes que vamos a tener que vernos más de este modo. Incluso podría tomar varios días para que podamos planear esto. —Eso está bien para mí. —¿No tienes una tienda para ayudar a gestionar? Siento que mi mandíbula se tensa por un momento antes de que consiga mi sonrisa más encantadora. —Puedo hacer muchas cosas a la vez. Soy muy habilidoso. Dotado, dicen algunos. Pone los ojos en blanco. —Dejaremos que Marie sea quién juzgue eso. Así que, ¿me atrevo a preguntar si tienes algunas ideas? Es decir, aparte de las propuestas en el correo electrónico. —En realidad, pensé en varias de camino hasta aquí —digo, lo cual es cierto—. Todo se basa en diferentes temas. Sexo, muerte, culpa, traición y engaño. Sus ojos se abren, luciendo impresionada. —Está bien —dice lentamente—. ¿Hablas en serio? Asiento. —¿Qué tal si eliges un tema y te diré mi idea para la historia? Se muerde el labio, y me encuentro momentáneamente atraído por ellos y el ligero brillo rubí de su bálsamo labial. Si me dejara llevar, casi puedo, verlos envueltos alrededor de mi polla. Aplasto el pensamiento antes de que tenga algún efecto. Además, sé que lo último que seleccionará es sexo. —Traición —dice.

—No —digo. Realmente no—. Pero lo intenso es interesante. Podríamos invertirlo. Retocarlo.

Página

Esos malditos labios suyos forman una O. —Intenso. ¿Experiencia personal?

68

Un poco más cerca de mi corazón, pero no necesita saber eso. — Traición —repito—. Cuando un marido termina una aventura con una mujer con el fin de hacer que su matrimonio funcione, solo para atrapar a su esposa engañándolo.

—Me gusta como es —dice, aunque puedo decir que odia admitirlo— . ¿Cuál elegirías? —¿Realmente necesitas preguntar? —Correcto. Sexo. ¿Necesitas una trama para eso? —En realidad —le digo, feliz de demostrar que se equivoca—. Hay un montón de novelas eróticas que tienen una trama. El último tango en París. El rapto de la Bella Durmiente. Delta de Venus. —La última eran quince historias cortas —señala Amanda—. ¿Debería preguntarte por qué sabes todo esto? ¿Tu padre vende obscenidades en su tienda? —Mi padre tiene una aversión hacia cualquier cosa remotamente sexual en la literatura. Ni siquiera repone Lolita. —Eso es una vergüenza —dice—. Buen uso de la palabra aversión por cierto. Si lo supiera mejor, diría que tratabas de impresionarme. Qué chica peculiar. Hay un tono de alegría en su voz que nunca he oído antes. Tal vez la estoy impresionando. Ya era hora. —¿Así que quieres oír la trama o no? —pregunto. —Pensándolo bien, no —dice, y vuelve a ser de piedra, fría e inflexible—. Aunque me gusta la traición. Vamos a hacer eso. Ya sabes, si tenemos que hacerlo. Lo que menos se da cuenta es cuán fácilmente el sexo se abre paso en el tema. Pero lo descubrirá muy pronto. Pasamos la siguiente hora revisando personajes y discutiendo la estructura de la trama, además de resolver quién va a escribirlo. A pesar de que fue mi idea, y aunque Amanda dijo que no le importaba si yo hacía todo el trabajo, puedo ver a la remilgada controladora empezando a salir y tomar el control. Es tentador dejarla para facilitar las cosas, pero al mismo tiempo quiero luchar contra ella por todo lo que tiene. —Así que—dice, haciendo una pausa cuando salimos de la biblioteca justo antes de que cierre—. Bárbol, ¿eh?

Le sonrío, tirando la cabeza hacia atrás. —No voy a mantener nada en secreto. Es difícil que las chicas se centren en cualquier otra cosa excepto mi buen aspecto y gran polla.

Página

—Una referencia al Señor de los Anillos —dice, mirando a través de las tenues luces del estacionamiento. La noche se asentó—. Haces un buen trabajo manteniendo a tu nerd interior en secreto.

69

—¿Qué pasa con ella? —pregunto.

Pone los ojos en blanco, sus labios se fruncen como si estuviera a punto de escupir algo de su boca. —Cerdo —murmura, dándose la vuelta—. Te veré más tarde. Estoy tentado a gritar "mojigata" detrás de ella, pero sé que es una completa maniobra de parque infantil, por lo que solo la observo subir en su Mini Cooper, otro accesorio de chica rica. Mientras acelera para salir del estacionamiento, no puedo evitar sentir un extraño temblor de entusiasmo correr a través de mí. No se trata de trabajar con ella, definitivamente no se trata de eso. Pero este proyecto, esta idea que hace unas horas se hallaba latente en mi cabeza, ahora es un fenómeno vivo del huevo listo para eclosionar. No había sentido esa creatividad, ese impulso, por un largo tiempo. Tal vez es lo correcto volver a mi trabajo en curso. Es una lástima que todavía tenga que lidiar con Amanda durante todo este proceso. Y es una lástima que cuando estoy masturbándome en la cama esa misma noche, la imagen que surge en mi cabeza son sus húmedos labios rubí alrededor de mi polla. Me vengo tan duro en eso, me toma un momento recuperar el aliento, la habitación da vueltas.

Página

70

Parece que el próximo mes va a ser un infierno después de todo.

Amanda Traducido por Black Rose, ∞Jul∞, Liz De Rossi, Maeh & cjuli2516zc

—E

ntonces, ¿cómo te fue anoche? —me pregunta Ana a la mañana siguiente, cuando me acomodo en la mesa de la cocina con mi café y batido de proteínas. No hay señales de panqueques de nabo a la vista, aunque esta mañana creo que ha estado practicando su contorneado porque su cara se ve un tanto Kardashian con un poco del RuPaul de los noventas tirado allí. Cuando entré anoche después de la biblioteca, Ana aún estaba fuera y yo me sentía absolutamente reventada, a pesar de que en el momento en que mi cabeza tocó la almohada mi cerebro comenzó a reproducir una y otra vez la reunión con Blake. —No estuvo tan malo como pensé —digo antes de tomar un sorbo tímido del líquido hirviendo.

Niego con la cabeza con furia, rasgando la toalla de papel, limpiando el café de la mesa y mi barbilla. —¡No! —sale finalmente—. Esa es la última cosa que quiero.

Página

Ana levanta una ceja, luchando como un soldado contra el Botox en su frente. —¿Quieres tener sexo con él ahora? —Escupo mi café justo al otro lado de la mesa y empiezo a toser, mi cara cada vez más roja, con lágrimas. Ana calmadamente me entrega un rollo de toalla de papel—. Puedes admitirlo, no voy a decirle a nadie —dice.

71

Y eso es cierto. Es decir, medio comenzó de esa manera. No existía manera en que fuera a dejarlo olvidar el correo que envió, incluso si tuviera que comer cuervo por un momento durante la mañana. Luego se encontraba el hecho de que claramente sabía que fue un idiota total conmigo en el pasado y, sin embargo, fingió como si se hubiera deslizado de su mente.

—Pero, lo primero que necesitas. —Ana se sienta a mi lado, agarrando su taza. Ahora sus uñas son blancas con flamencos pintados en ellas. Tengo que preguntarme cuándo tiene el tiempo para hacérselas y si alguna vez ha pinchado a un compañero de clase en el ojo. Sé que ha estado peligrosamente cerca de sacarme un ojo a mí y eso fue antes de que comenzara a usar las garras de gel. Le doy mi mirada mortal, pero no hace nada en ella. Por lo menos a Blake lo vi estremecerse un par de veces y la estuve utilizando en él un montón. —Nadie tendrá sexo. Él sigue siendo un cerdo. Tal vez incluso peor que antes. —Hago una pausa y en cierto modo deseo no tener nada más que decir—. Pero no es tan estúpido como parece. Al menos, es bueno creando ideas y con la planeación. Y con los personajes realistas. Veremos si en realidad puede escribir. —Pensé que habías oído su material en clase, ¿no? —No le prestaba atención —digo la verdad—. Supuse que sería muy malo y apagué mis oídos. —Ves, por eso tuve que dejar a mi marido —dice Ana con alegría—. No podía apagar mis oídos a su bla, bla, bla. —Hace un gesto de hablar con su mano—. Y no podía apagar mis oídos a sus ooooh, oooh, ¡OOOOH! — Ahora hace sonidos de agudos orgasmos en voz alta, de los que sólo un animal podría oír. Me da una mirada irónica cuando ha terminado. —Ya sabes, porque se revolcaba con nuestra vecina. He oído la historia un millón de veces antes. Explica tanto sobre Ana, sin embargo, sé que, si estuviera en sus zapatos, tendría problemas para reunir la mitad de la alegría y energía que tiene. —De todos modos —digo—, no creo que vaya a ser el fin del mundo. Si puedo centrarme en la historia y no en él, entonces vamos a estar bien. —Porque quieres tener sexo con él. —Para —advierto, levantándome de la silla—. Sólo porque el tipo sea apuesto, no significa que sea mi tipo.

Página

Eso me hace tomar una pausa. La cara de Alan parpadea en mi mente. Los recuerdos de nosotros en California, alojándonos en románticos hoteles con viñedos, riéndonos, borrachos como el infierno, yendo a nadar después del cierre de la piscina. Es curioso cómo cada recuerdo de nosotros riendo y divirtiéndonos o haciendo algo interesante, me atrevo a decir sexual, son los que aparecen más, son de los que me sostengo. Y, sin embargo, sólo representan el cinco por ciento de la relación. Incluso Disneylandia era completamente para mí, él siempre fue de buen grado, divirtiéndose solo una fracción. ¿Esa vez que sugerí tener sexo tras bastidores

72

—¿Quién es tu tipo, entonces?

de It’s a Small World11, como lo hizo Ross Geller12? No sólo no entendió la referencia a Friends, sino que de plano me rechazó. Es entonces cuando un nuevo recuerdo estalla en mi memoria, el de Blake anoche en la biblioteca, quitándose la chaqueta, la forma en que sus bíceps aparecieron debajo de su camiseta, cómo sus antebrazos parecían tan masivos, casi rudos, en el ambiente austero de la biblioteca. Como si supiera cómo hacerse cargo de algo, cualquier cosa... de mí. No, me digo rotundamente. No, no, no es eso. Nunca eso. —¿Y bien? —continúa Ana. —Tom Hiddleston —digo—. Él es mi tipo. —¿Quien? ¿Es un compañero de clase? Me río. —Ya quisiera. Es un actor británico. Loki, de Thor y Los Vengadores. Ella arruga la nariz. —Oh, Amanda, realmente eres una nerd. — Pronuncia la palabra como si estuviera orgullosa de saber lo que significa. Me encojo de hombros, aprendí hace mucho tiempo a no dejar que esa etiqueta me moleste y hago una nota mental para no dejarla leer mi fanfic sobre Harry Potter, ni mi novela erótica sobre Benedict Cumberbatch13 (en la que, naturalmente, todas las historias me incluyen a mi como protagonista). —Entonces soy una nerd que sabrá lo que le gusta, quiere, y necesita cuando lo vea. En el momento en que encuentre a alguien como Tom Hiddleston, te lo haré saber. —¿Y si no lo haces?

Uff. ¿Es demasiado temprano para añadir whisky a mi café?

Es una de las más antiguas atracciones del temático parque que muestra distintas marionetas que representan diversas culturas del mundo a través de la música y el vestuario típico. 12 Uno de los seis protagonistas de la famosa serie estadounidense Friends. 13 Actor británico conocido principalmente por haber interpretado a Stephen Hawking (2004) a Sherlock Holmes, y Dr. Strange. 11

Página

Ante eso comienza a golpear ligeramente sus dedos a un rápido ritmo, su sonrisa se extiende a través de su cara, haciendo que sus pómulos estallen hacia fuera y sus ojos casi desaparezcan. —¡Aaayyyy, no puedo esperar!

73

—Entonces te doy permiso para que me conectes a uno de tus sitios de citas virtuales.

No sé nada de Blake ese día, que es lo que acordamos. Los dos trabajamos en nuestros primeros capítulos por nuestra cuenta y luego planeamos leerlos juntos y discutirlos. Pero cuando el resto del día se convierte en el día siguiente y el siguiente y luego de repente es domingo y todavía no he sabido nada de él, comienzo a preocuparme. Detesto molestarlo. No, detesto incluso tener que hablar con él, pero no creo que tenga una opción. Nuestra clase es mañana y la última cosa que quiero es ir allí sin preparación. Además, he escrito, y reescrito, mi primer capítulo (que es técnicamente el segundo capítulo, ya que su punto de vista inicia la historia) un centenar de veces y estoy necesitada por algunos comentarios de cualquier tipo, incluso si son de él. Así que, mientras que Ana establece su maquillaje en la mesa de la cocina y se encuentra a punto de atacar mi cara con algunas nuevas técnicas que ha aprendido, envío un correo electrónico a Blake (obviamente no estamos en la etapa de los mensajes de texto aún). Oye, Blake, Tengo mi capítulo listo y me pregunto cuándo quieres reunirte para la discusión. Si es más fácil, lo he adjuntado. Sólo quería tocar base en cuanto al proyecto y ver cómo encaja todo, antes de la clase. Amanda. Ahí. Breve pero no cortante. Sólo lo suficiente para que entienda el mensaje. Ana termina de aplicarme base con una esponja que se siente como cemento fresco en mi cara cuando suena mi teléfono. Ambas saltamos y lo miramos, mientras que un número desconocido con nuestro código de área destella a través de la pantalla. Le echo un vistazo a Ana, sus cejas arqueadas. No puede ser Blake, ¿verdad?

Ana ya sonríe como una idiota. Apuesto a que puede oírlo a través del altavoz. —Em, en realidad no —digo—, aunque te agradecería si no me llamaras melocotón.

Página

—Hola, melocotón. —Viene el acento británico de Blake asaltando a través—. ¿Te atrapé en un mal momento?

74

Me aparto de ella para responder. —¿Hola? —pregunto con cautela, dispuesta a colgar si se trata de un vendedor telefónico.

—¿No crees que te queda? Siempre puedo volver a Gran Roja. —Creo que Amanda es más apropiado —digo secamente—. ¿Por qué me llamas? —Quieres decir, ¿por qué no te respondo con un correo o te mando un texto como una persona normal? —Deja de contestar preguntas con preguntas. Se ríe con gusto, aunque puedo escuchar su falta de sinceridad. — ¿Por qué un correo o un texto cuando puedo llamarte directamente y hacer un plan? Lo siento... no quise que eso también fuera una pregunta. Bueno, no puedo exactamente discutir con eso. Deben ser sus genes británicos que salen a relucir, haciendo las cosas de manera adecuada, a pesar de que Blake es todo lo contrario. Me aparto de Ana aún más. —¿Leíste lo que te envié? —pregunto, tratando de sonar tan indiferente como sea posible sobre su potencial opinión. —No. Aún no. Quería esperar. ¿Qué estás haciendo ahora? —¡Recibiendo un cambio de imagen! —grita Ana por encima de mi hombro. La empujo lejos, tratando de hacerla callar, mientras que Blake pregunta—: ¿Quién demonios es esa? —Mi compañera de piso —digo—. Y se halla a punto de ponerme una tonelada de mierda de maquillaje para practicar para su escuela de belleza. —¿Es eso una tonelada métrica de mierda? Señor, ayúdame, estoy casi sonriendo. —Sí, una tonelada métrica de mierda. —¿Y cuándo crees que todo esto habrá terminado?

—Vale, bueno, dame tu dirección y te recogeré. —¿E ir a dónde? La biblioteca está cerrada. —Pero mi apartamento no. No estoy segura de cómo sentirme por eso. —¿Qué tal un café?

Página

—Que sea una hora y media —digo—. Me va a tomar por lo menos media hora quitar todo.

75

—Una hora —grita Ana antes de que se remonte a buscar entre sus cosas. Sostiene un pincel como un asesino en serie empuña un cuchillo, e igual de maníaca.

—¿Qué tal un bar? —La cafeína es mejor que el alcohol. —Eso no es lo que dijo Hemingway. —Hemingway le disparó a su propia cabeza —le recuerdo—. Y creo que su cita fue escribe borracho, edita sobrio. Estamos trazado y leyendo, editando prácticamente. —No eres divertida, ¿alguien alguna vez te dijo eso? Ouch. Eso pica más de lo debido. De hecho, estoy más molesta por el hecho de que me duele el hecho de que él lo diga. —Soy un montón de diversión —le digo, tratando de sonar impertinente—. Prefiero una forma más inteligente de expresarlo. —Por supuesto, por supuesto —dice Blake, su tono aburrido ahora—. Sólo dime tu dirección e iré por ti en una hora y media. Decidiremos todo a partir de ahí. Se la doy y cuelgo el teléfono, empujándolo lejos de mí sobre la mesa. —Eso fue raro —comento, mirando a mi celular. —Ummm —reflexiona Ana, limpiando el pincel en el dorso de la mano—. Extraño, pero una buena señal. Suspiro y la miro. —No me digas que tiene que ver con el sexo. —Es una buena señal de que se preocupa lo suficiente acerca de su pequeño proyecto. —Da un paso atrás y sus ojos se lanzan entre mi cara con la primera capa de brillantina y su pelotón de maquillaje extendido sobre la mesa—. Aunque quizás vamos a posponer mi práctica de clase para otro día. Esta noche, voy a hacer que te veas tan hermosa que no vas a querer lavarlo. —Por favor, no lo hagas —le imploro—. No tengo a nadie para impresionar. Sólo haz la locura que ibas a hacer. Soy tu conejillo de indias. Vuélvete loca. Sin embargo, desde el brillo voraz en sus ojos, desearía no haber dicho

Cuando derrama pegamento de pestañas resistente sobre el escritorio y luego grita lo que tengo que asumir son palabrotas de Estonia, hay un golpe en la puerta.

Página

No estoy muy segura de con qué me ataca. Después que quita las gafas, todo es una falta de definición de los instrumentos puntiagudos, de colores golpeando en mi cara.

76

eso.

—¿Qué maldita hora es? —digo, tanteando por mi teléfono, pero golpeándolo fuera de la mesa. Ya es oscuro en el exterior, pero el tiempo no podría haber ido así de rápido. —Oh, es él, es él —dice en una silenciosa risa—. Llegó. —Ana, ve y abre la puerta. —Agitando la mano hacia ella, tratando de levantarme—. Entretenlo. —Pero te ves tan hermosa, dulce —arrulla. Apenas puedo ver la sonrisa diabólica venir a través de su cara—. Pero si insistes. Oh, Dios, no. No hay manera de que pueda dejarla hablar con él a solas. —¡No, espera, lo tengo! —clamo, empujándola fuera del camino y corriendo a la puerta. La arrojo abierta y espero que lo que sea que le hizo a mi cara se vea un poco decente. Blake se encuentra de pie allí, la manga del ordenador portátil en una mano, la taza de café para llevar en la otra. Parece de alguna manera más alto y más hombre de pie en mi porche con la oscuridad de la noche detrás de él, una chaqueta gris encima de los pantalones vaqueros de color gris y zapatillas Vans grises. Hay un fruncido peculiar de su ceja oscura y parece sorprendido por mi emboscada pero no me mira nada extraño de lo normal. —Buenas noches —dice con una voz demasiado formal—. ¿Es aquí donde la brillante autora Amanda Newland reside? —Muy divertido —le digo—. Llegas temprano. —En realidad, no lo hago —dice. Levanta su café, haciendo un gesto hacia mi cara—. Pero puedo ver que estás lista para ir. Tu compañera de habitación hizo un buen trabajo, por cierto. Muy sutil. Te queda bien. Lo observo con cuidado. Él, al menos, parece sincero. —De acuerdo, dame un segundo. Le oigo decir—: Claro. —Al cerrar la puerta en su cara y correr hacia el interior. Recojo mi teléfono y tomo mi bolso que cuelga de la parte posterior de la silla.

—Así que quieres follar como pollos. Mi disgusto se convierte en confusión. —¿Qué? ¿Pollos? —Niego con la cabeza—. No importa.

Página

—No —le digo rotundamente—. No hay razón para eso y no te conocerá. Estarás diciéndole qué tan caliente es o lo mucho que quiero tener relaciones sexuales con él dentro de un segundo.

77

—¿En realidad, no lo vas a invitar a entrar? —pregunta Ana, dirigiéndose hacia la puerta.

Entonces me dirijo al baño porque no hay manera de que deje la casa sin ver lo que ha hecho para mí. Enciendo la luz y un jadeo escapa de mis labios. En realidad debería haber sido un grito. Ha hecho el contorneo Kardashian que casi parece aceptable cuando estoy mirando de frente pero en el momento en que vuelvo la cabeza, puedes ver las gruesas rayas de color marrón y el marcado de las mejillas, la nariz blanca, mi barbilla. Me veo como Lichtenstein del arte pop. No ayuda que mis labios tienen el lápiz labial brillante rojo mate en ellos, mis mejillas se ven como si estuvieran salpicados con destellos de coral y mis ojos... mis ojos hacen que parezca jodidamente loca. Mis cejas parecen haber sido blanqueadas con corrector y luego dibujado de nuevo en gruesos arcos de color caoba y van adjuntadas con dos pestañas falsas de los párpados. Ninguna de ellas coincide, no las cejas ni las pestañas, una de las cuales parece estar subiendo medio parpado, haciendo que mis ojos parezcan que miran en dos direcciones diferentes. —¿Te gusta? —pregunta, apareciendo en el espejo detrás de mí. Hay tanta esperanza y preocupación en sus ojos excesivamente delineados que no me atrevo a romper su corazón o confianza. —Es hermoso —miento, dándole una sonrisa que hace que mis labios se agrieten—. Gracias. Me sonríe y deja escapar un suspiro de alivio y sé que no puedo quitar una onza de ello de mi cara hasta que esté fuera de la casa. Hablando de eso, de alguna manera Blake fue capaz de mirar mi cara anterior y mostrar cero shock o repulsión. No estoy segura de si debería estar preocupada de que sea tan buen mentiroso o impresionada de que fuera capaz de contener millones de dardos. Pero, claro, me hizo un cumplido, que ahora me doy cuenta que fue cubierto con una tonelada métrica de sarcasmo.

Le doy una mirada mordaz, que tiene que lucir extra enfatizada gracias a mis pestañas fuera de control, y empujo más allá de él a la noche, caminando por el sendero de grava que pasa por el patio trasero y por el lado de donde tenemos nuestra propia puerta.

Página

—Así que supongo que vamos a alguna parte —dice él antes de tomar un sorbo de su café—. Me temo que he superado mi asignación de cafeína durante el día, así que va a ser un bar o mi lugar.

78

Rápidamente agarro mi bolsa del ordenador portátil y me dirijo hacia la puerta, ignorando los ruidos alegres de Ana. Blake sigue en pie donde lo dejé y rápidamente cierro la puerta detrás de mí.

Puedo oírlo siguiéndome, los zapatos crujiendo en la grava, su presencia en mi espalda. Algo sobre todo esto tiene un temblor nervioso corriendo a través de mí, como si me diera cuenta de que estoy a solas con él por primera vez. No estoy segura de lo que significa, pero ya sé que mi cara se ve arreglada a toda prisa, la sensación no dura mucho tiempo. —Así que —dice, aclarándose la garganta mientras nos dirigimos por el camino—. ¿Cuánto tiempo ha estado estudiando tu compañera de cuarto el maquillaje? Le echo un vistazo brevemente por encima del hombro. —Ni siquiera lo digas —advierto. —¿Qué? —pregunta inocentemente. Pongo los ojos en blanco y nos detenemos por un auto potente y negro estacionado frente a la casa. —¿Este es tu auto? —pregunto. Asiente con la cabeza, las farolas iluminando una pequeña sonrisa en sus labios. —Este es el Sr. Mean. A juzgar por los faros redondos del automóvil y el tiburón como nariz, el nombre se adapta al coche. —¿Un Camaro? —Challenger 1972 —corrige, dando vueltas a su lado y golpeando el techo con la palma de su mano—. Solía ser de mi tío y cuando me mudé aquí lo compré por una canción. Come gas como un hijo de puta, pero es brillante y divertido de conducir. No consigues paseos como este de vuelta en Inglaterra. No parece el tipo de conducir un auto desagradable como este, antiguo y todo. Sin embargo, otra razón por la que las chicas acuden a él. Por suerte puedo dar una mierda sobre los autos.

—Tantas preguntas —comento mientras entro y abrocho el cinturón, muy consciente de lo cerca que estamos el uno al otro. No hay mucho espacio aquí, al menos así es como se siente. Se inclina cerca, demasiado cerca, y asiente con la cabeza a mis cejas. —No eres la única. —Me mira de reojo y trato de no respirar su olor.

Página

—Lo siento —murmura y me quedo allí y espero mientras rápidamente pone todo en el asiento trasero. Ni siquiera se molestó en mirar atrás.

79

Abro la puerta del acompañante y miro la pila de libros de texto en el asiento, así como una variedad de cosas al azar, como una gran espada de plástico que un caballero usaría, una gorra de béisbol, un kit que recibiría en una tienda de Halloween con orejas de elfo protésicos, una botella de cerveza medio llena de cerveza, varios contenedores de comida rápida y una pequeña caja de cartón blanco que parece estar emitiendo un chirrido.

Demasiado tarde. Su olor es a base de hierbas y dulce, como salvia y sal de mar y por alguna razón me hace feliz, como si estuviera evocando los días calurosos de verano junto al mar, lleno de libertad y juventud. —¿Segura que quieres ir a un café de esa manera? —añade. Uf, tiene razón. No puedo salir en público así. Me giro lejos de él en mi asiento, empujo mis gafas en la parte superior de mi cabeza y trato de arrancar las pestañas. Sólo que no se sueltan. Buen señor espero que Ana no usara pega loca. Mis párpados están siendo extendidos incómodamente. —¿Estás bien? —pregunta Blake y estoy muy consciente de su presencia a mi lado y el hecho de que parece que estoy tratando de quitar mi globo ocular. —Este pegamento de pestañas de mierda es como cemento —me quejo, tratando de no sonar con pánico. —Creo que voy a estar llevándote a mi casa —dice, arrancando el coche. Respondo con un rugido y espera hasta que he terminado de tratar de luchar con mis ojos antes de salir a la calle—. Tengo que alimentar a Fluffy de todos modos. “Broken Boy Soldier" de The Raconteurs comienza a reproducirse, pero no es lo suficientemente alto como para ocultar el silencio entre nosotros mientras nos dirigimos hacia el centro Victoria. En realidad no tengo ni idea de dónde vive Blake y esto no hace las cosas más fáciles. Quiero que gire el auto y me lleve de vuelta a casa, pero soy la que envió el correo electrónico y él sólo hace exactamente lo que pedí. Pienso en lo que dijo de último. —¿Quién es Fluffy? —pregunto. —No quieres saber —dice seriamente. —¿Tu gato? Inclina la cabeza hacia mí. —¿Por qué asumes que tengo un gato y no un perro?

Por otra parte, así era la plaga. Giro rápidamente la cara a la ventana y veo que nos estamos dirigiendo hacia el puerto, las luces de la bahía centelleando en la noche. Pasamos por varios pubs y bares de ostras llenos de cálida luz y gente

Página

Se ríe en voz baja. —Sí, supongo que eso puede ser cierto. Los gatos también son pasajeros. —Me sonríe y contra el mejor juicio, también estoy sonriendo. Su sonrisa es contagiosa.

80

—No sé —le digo, encogiendo un hombro—. Pareces frío.

riéndose y algo dentro de mí pellizca, un extraño ataque de soledad que a veces me golpea. —No es demasiado tarde para tomar una cerveza —dice Blake, como si supiera lo que estoy pensando, a pesar de que no podría, no del todo. Señalo mi cara y no digo una palabra. Sus labios hacen presión en sí mismos, suprimiendo una sonrisa. —Muy bien —dice—. Pero esta es la Columbia Británica, después de todo. A nadie le importaría un comino. Excepto por ti. —Ah —digo con sequedad—. ¿De todos modos, dónde vives? —Al salir del centro de la ciudad, conectamos con un camino justo junto al agua, en dirección a los ferris que van al estado de Washington—. No me digas que vives en una casa flotante. —No diré nada, querida —dice con una sonrisa y un minuto después estaciona en la calle de al lado de un edificio de apartamentos que parece todo de vidrio, lo que refleja las luces del puerto y la colonia flotante debajo—. No es una casa flotante, pero me mareo, así que funciona. Salimos. Es un edificio bastante nuevo y me lleva a su apartamento en el tercer piso, mi pulso golpeando contra mi muñeca, mis nervios otra vez entran en juego. ¿Es posible que no haber estado cerca de un chico en tanto tiempo haga que mi cuerpo se esté volviendo loco por Blake en contra de mi voluntad? Quiero decir, seguro que su sonrisa es encantadora... un poco menos de comemierda de lo que siempre pensé... pero no es Tom Hiddleston. A pesar de que tiene un maldito buen cuerpo, no puedo evitar pensarlo mientras nos detenemos delante de su puerta. Como si escuchara mis pensamientos, me mira. Espero que mis mejillas no se pongan rojas, pero luego recuerdo el maquillaje y mis mejillas son como dos manchas de pintura de todos modos. —Pareces nerviosa. —Tengo algo en el ojo —contesto inexpresiva.

—Muerte por literatura aburrida, lo pillo. Hago una pausa, disparándole una mirada desagradable mientras él golpea en las luces. El apartamento es aún más bonito en el interior, todos

Página

—Créeme, si lo intentaras, no llegarías muy lejos —le advierto, con cautela al pisar el interior.

81

—Bueno, no te preocupes, no estoy a punto de tomar ventaja de una doncella como tú —dice, abriendo la puerta y haciendo un gesto para que entre.

los pisos de madera y paredes de piedra gris, sofás de cuero y un balcón que da al puerto. —Esto es dulce —le digo con asombro mientras entro en la sala de estar y miro alrededor—. No me importa preguntar, pero ¿cómo te permites esto? Me sonríe mientras cierra la puerta y cuelga su abrigo. —¿Me creerías si dijera que fui Bruce Wayne? —¿La parte del millonario mujeriego? Sí. Sus labios se tuercen lúgubremente por un segundo. —Definitivamente no millonario. Sólo la parte de mujeriego, si quieres llamarlo así. Ah, y el luchador contra el crimen de incógnito por la noche. Otra razón por la que no debes estar nerviosa a mí alrededor. —Se acerca a la nevera en la cocina, que, a pesar de que se compone de encimeras de mármol y electrodomésticos de acero inoxidable, parece que perteneciera a un estudiante de universidad. Los platos se apilan en el fregadero a pesar de que hay un lavavajillas y las migas se alinean en el mostrador al lado de botellas de cerveza vacías y cajas de cereales desechados. —¿Gustas una cerveza? —pregunta, abriendo la nevera. Niego con la cabeza. —No eres bebedora —conjetura, sacando la cerveza y cerrando la puerta con el pie. —En realidad, ocasionalmente tomo un vaso de vino, pero no es exactamente apropiado para lo que vamos a hacer. Y por una copa ocasional, me refiero a la botella de vez en cuando. Se muerde el labio a través de una sonrisa mientras golpea la tapa de la cerveza de la botella, utilizando el borde del mostrador como palanca. —No he oído eso antes.

Y probablemente les gustaría, pienso para mí misma. Estoy bastante segura de que cualquier chica que se mete en este lugar sabe exactamente en lo que se mete, aunque probablemente nunca lo vea de nuevo.

Página

Hace un gesto hacia el sofá de cuero con una inclinación de cabeza. Por la forma extraña en que me ve, el ambiente en la sala, estoy teniendo la sensación de que esto es parte del conjunto de su rutina de seducción. Me pregunto si eso es todo lo que necesita. Traer a las chicas aquí, darles una bebida, sentarse en el sofá y pretender ver Netflix. Lo siguiente que saben, es que están teniendo un revolcón en la alfombra.

82

Suspiro, exasperada, y lo ignoro. —¿Dónde debemos trabajar?

Tomo asiento en el sillón frente a él, para hacer un punto en que no soy como el resto de ellas y estoy aquí sólo porque tengo que estar. Si se siente ofendido, no lo demuestra. Saca su computador portátil mientras toma un largo trago de su cerveza. —Es de mi madrastra —dice. Lo miro, confundida. —¿Qué? —El apartamento. Cuando decidí venir a vivir aquí y terminar mi carrera en la universidad de Victoria, mi madrastra fue capaz de alquilar el apartamento para mí. Yo, básicamente, pago por él, trabajando en la librería. —Ah. —Miro a mí alrededor. Todo tiene sentido—. Así que hay una madrastra. ¿Cuándo se separaron tus padres? —Oh, hace siglos —dice, inclinándose hacia atrás en el sofá y tirando de un pie al otro lado de la pierna—. Nací aquí, pero se separaron cuando tenía seis años más o menos. Mi madre y yo nos mudamos de nuevo a Inglaterra y se volvió a casar. También lo hizo mi padre. —¿Hijo único? Asiente. —Sin embargo, tengo un hermanastro aquí, Kevin. Tiene nueve. Mi madre y Jenson, quien es ahora su marido, no tienen ninguno. ¿Qué pasa contigo? A pesar de que mi curiosidad se siente deseosa de aprender más acerca de él, no estoy cerca de compartir una onza de mí misma. —Tengo una hermana, mis padres siguen juntos. A pesar de que deberían haberse divorciado hace años. A pesar de que ambos pagan su infelicidad y falta de expectativas conmigo.

—¿Qué tal si leemos al otro lo que escribimos? —le digo, a pesar de que la idea de leer en voz alta mi trabajo con él me hace temblar—. De esa manera tenemos la oportunidad de escuchar de verdad y corregir los errores.

Página

Con los computadores portátiles de ambos fuera, decido tomar el control de la noche. Es la única manera en que seremos capaces de salir de esto y permanecer en la tarea. Hay algo muy molesto acerca de estar sentada frente a Blake en su sala de estar y tiene que ver un poco con la forma en que sus ojos de vez en cuando atrapan los míos, el aspecto de sus anchos hombros debajo de la fina camisa verde oliva, las venas que se enredan alrededor de sus antebrazos mientras abre su computador portátil.

83

Pero Blake no empuja o me pregunta algo más sobre ellos. Probablemente no le importa.

Se inclina hacia el frente, me mira con incertidumbre. —¿Estás segura? Es decir, el mío es una total basura. —Hace una pausa—. Pero por supuesto, sabias eso. Alzo la palma como una ofrenda de paz. —En el futuro, esta no será una zona de juicio. Puedo decir que no cree eso. Demonios, no lo creería. Es demasiado difícil apagar ese lado de mí. Antes de que pueda protestar, le digo que voy primero y luego me sumerjo en esto. El otro día describimos a los personajes mientras manteníamos la premisa principal. Debido a que la historia tiene un pequeño giro, voy a escribir la "otra mujer" durante la mayor parte del libro, solamente cambiando a la esposa al final. Lo estamos haciendo en desorden, pero soy demasiado terca para corregirlo. En mi capítulo, la mujer, Susan, se encuentra atrapado en la “etapa de las mariposas" del amorío, totalmente inmersa en su atracción por el protagonista y dando muy poco en lo que se refiere al hecho de que hace algo mal. En otras palabras, la perra es completamente egoísta, pero sólo tiene el amor para la culpa. Es raro leer en voz alta tus cosas, pero ayuda. Tengo que parar y arrancar un par de veces porque sigo atravesando frases mal pronunciadas y palabras faltantes. En realidad, hay un buen número de ellas, a pesar de que he pasado varias veces por eso. Es suficiente para hacer que me sienta como una idiota. Pero Blake no hace nada más que escuchar y no puedo dejar de mirarlo de reojo a la cara mientras leo. Tiene el ceño fruncido, como si estuviera realmente escuchando cada palabra mía, pero no puedo decir si le gusta lo que escucha o si piensa que es una mierda. Sin embargo, sé una cosa, para el momento que he terminado, realmente pienso que es una mierda. Todas esas sensaciones de privilegio, la sensación de que mi escritura es mejor que la de la mayoría de la gente me ha sido despojada y Blake ni siquiera ha tenido que decir una palabra.

Y Blake se lanza con el prólogo. Tengo que admitir, que me ha ganado con las líneas de apertura: “Soy un mentiroso y un ladrón. Un ladrón de un corazón que no debe pertenecer

Página

—Funciona —dice y luego se aclara la garganta—. Reconozco que fue tonto para ti, que fueras primero cuando tengo el prólogo. Creo que tenemos mucho trabajo por hacer para asegurarnos de que los capítulos coinciden porque lo que escribes es una pérdida por que no encaja con lo que he escrito de todos modos.

84

Me froto los labios antes de dejar salir un esperanzador—: ¿Y?

a mí. Un ladrón de un corazón que fue tomado fácilmente. Pero soy un hombre con dos corazones y ninguno de ellos es propio”. Su personaje, nuestro personaje, Forrest, es mucho más interesante y carismático de lo que podía haber predicho. De alguna manera Blake le describe de tal manera que queda casi perdonado por lo que hace, buscando un amorío con Susan. No es perfecto; la estructura de alguna de las oraciones está mal construida o no fluye y tiene una carga de palabras omitidas y cambios bruscos. Pero de alguna manera me encuentro haciendo caso omiso de todo esto, dejándome arrastrar por su historia. Cuando ha terminado pone su computador portátil en la mesa de café, junta la punta sus dedos en un gesto reflexivo y apoya los codos en las rodillas. —Tan mal, ¿eh? —dice con una mueca de dolor, sin mirarme a los ojos. —¿Qué? No. Lo siento. —Me siento más derecha—. Eso fue realmente bueno. Levanta su cabeza en alerta. —Lo siento. ¿Podrías solo… elogiarme? Rodé los ojos y lo despedí con mi mano. —Oh, vamos. Es verdad. Ese fue un excelente comienzo. —Continúa… Él quiere impulsar su ego mientras que yo estoy segura de que no lo necesita en el departamento de empaque, quizás se siente inseguro acerca de lo que escribe. Tomo un profundo respiro. —Bien, Forrest fue más complejo de lo que esperaba. Lo desarrollaste en solo algunas páginas, sin incluso interactuar con Susan. La manera en que lo agregaste en cómo sus palmas sudaban cuando pensaba en ella, lo que está a punto de hacer, mostrarnos que sabe las consecuencias de todo, sin decirnos que lo sabe. —¿Y no hay nada con lo que estés en desacuerdo? Frunzo los labios, pensando. —Él podría estar pensando demasiado en sexo. Si haces una búsqueda de la palabra polla, apostaría que estaría más de cinco veces.

—Me estoy volviendo predecible —se lamenta con una sonrisa. De hecho, tu escritura ha probado lo contrario, pienso. Pero por supuesto no se lo digo.

Página

—Está bien, bueno, eso distrae de la historia. Solo un poco. —Alzo mi dedo mientras abre su boca para hablar—. Y no —añado rápidamente—. No tengo problemas con demasiadas pollas.

85

Se inclina hacia delante, presionando algunas teclas en su computadora. —Cuatro veces —dice, más bien triunfante.

—Estoy seco —dice, ondeando la botella de cerveza hacia mi antes de ponerse de pie—. ¿Segura de que no quieres una? Estoy preparada para decirle que no de nuevo, para dar el ejemplo, incluso si pienso que estoy seca y una cerveza suena realmente bien pero él continúa—: Sólo digo, luces como si necesitaras una. Los cabellos se me ponen de punta. —¿Qué significa eso? —¿Has olvidado como se ve esa mierda en tu rostro? Mierda, mi maquillaje. Ahora que lo menciona, prácticamente puedo sentirlo penetrando mis poros, tratando de construir permanentemente una colonia de bacterias. —¿Puedo utilizar tu lavabo? —le pregunto. —¿Crees que voy a decirte que no? —Sólo dime dónde está. Apunta al final del pasillo. —Segunda puerta a tu izquierda. Estoy sorprendida de que el apartamento sea lo suficientemente grande como para una “segunda puerta a la izquierda” y cuando doy un paso en el pasillo, estoy incluso más sorprendida de ver cuatro puertas. Sé que los baños son perfectos para husmear pero controlo cada fibra de curiosidad en mi cuerpo y solo me concentro en ir a hacer pipí. Estoy muy segura de que si abro su gabinete de medicinas solo encontraré condones y posiblemente medicamento para el herpes de cualquier manera. Es cuando estoy lavando mis manos y contemplando colocarme el jabón perfumado en mi rostro, que escucho un ruidoso sonido al otro lado de la pared, seguido por un ruidoso grito. Abro la puerta y miro por encima la puerta de al lado entreabierta y luz derramándose por el pasillo. Coloco mi cabeza en la esquina. Blake está dentro de la habitación, de pie al lado de un gigante, y aparentemente vacío, acuario. —¿Estás bien? —le pregunto, entrando tranquilamente.

Por favor di que aún es un gato. —Si Fluffy fuera un gato, mi vida sería mucho más fácil y no tendría que cambiarme mis deportivas cada vez que vengo aquí.

Página

Me detengo algunos pasos lejos y me acerco al vidrio, ahora viendo algunas rocas, pequeños leños, arena y un tronco de árbol, así como un plato bajo con agua en el interior. —¿Uh, Fluffy? ¿Tu gato?

86

El pánico contorsiona su rostro mientras ve rápidamente sobre mí. —Sí. Algo así. Fluffly saca la mierda cariñosa fuera de mí.

Sigo caminando hacia él, suavemente, hasta que alza su palma para detenerme. —¿No tendrás un terror de muerte a las arañas, verdad? — preguntó. —¡¿Arañas?! —exclama y entonces observo de nuevo hacia el vidrio y ahora, ahora puedo ver claramente a una peluda araña marrón más grande que mi mano haciendo su camino a través de la arena. Es como un oso, si tuviera ocho patas, un millón de ojos y pudiera volar a través de la habitación hacia ti. —¡Oh, demonios no! —grito y giro rápidamente, corro de la habitación, hacia el pasillo y por la maldita puerta, aplastándome contra ésta, con una mano en la perilla. El apartamento luce tan austero y luminoso, es difícil de imaginar que justo acabo de ver esa maldita cosa en una de las habitaciones. Momentos después, mientras retomo la respiración, Blake ronda en la esquina. —Lo siento mucho —se disculpa, viéndose tan blanco como el papel. —¿Qué demonios fue eso? —digo prácticamente gritando. —Eso era Fluffy —dice. —¡Es una maldita tarántula! —Estoy muy consciente de eso. —¿Por qué tienes una tarántula como mascota? Oh, mi Dios, ¿qué pasa contigo? Un escalofrío corre a través de él por lo que intenta sacudirse. —Y, oh, Dios mío —digo, recordando su postura en la habitación, escuchando ese grito femenino—. ¿Estás asustado de él? —Es verdad que tengo un susto de muerte por las arañas —dice, yendo directo hacia la nevera y trayendo dos cervezas. Mientras hábilmente quita las tapas, dice—: Pero Fluffy es de Kevin y dije que me encargaría de él. De manera indefinida.

Corre su mano por la barba de su fuerte mandíbula y asiente, sonriendo para sí mismo mientras mira hacia otro lado. —No lo entiendo tampoco. Creo que Fluffy hizo un escape artístico y Angélica, que es la madre de Kevin, dijo que no podría conservarlo más.

Página

—No lo comprendo —digo, suavemente ahora debido a que se encuentra cerca de invadir mi espacio personal.

87

Da pasos hacia mí y me da una cerveza, sus dedos rozando contra los míos mientras lo hace. Estoy tan en el borde que mi piel se siente electrificada con su toque.

—No la culpo —dije, sintiendo como si un millón de arañas subieran sobre mí justo ahora—. ¿Y dejas voluntariamente a la tarántula de escapes artísticos en tu casa? Suspira y se inclina de regreso contra el mostrador de la cocina, piernas cruzadas por los tobillos y bebiendo su cerveza. —Sí. Increíblemente brillante, ¿no? Pero Kevin realmente ama a esa fea abominación y estuvo llorando cuando eso pasó así que le dije que me ocuparía de él hasta que su madre tenga un cambio de corazón. Y estoy seguro que ahora eso nunca pasará, así que parece que estoy atrapado con la maldita cosa hasta que Kevin se olvide de él. O pierda el interés. O desarrolle aracnofobia. Tengo que admitir, esto es extremadamente dulce por parte de él, hacer esto por su hermanastro. —Debes de ser cercano a él. Kevin, quiero decir. No Fluffy. Se rasca la mejilla. —No realmente. Lo intento. Su madre ha estado trabajando más y más, es abogada, y siento que soy el único al que ha tenido últimamente para preocuparse. Mi padre está sumergido en la tienda y tratando de salvar todo y… —Arrastra y se aclara la garganta, como si estuviera diciendo demasiado. Y por supuesto no podía evitar preguntar. —¿La tienda tiene problemas? —Nada de lo que tu linda y pequeña cabeza tenga que preocuparse, melocotón —dice despectivamente. Alzo la ceja. —Te dije que no me llamaras melocotón. —¿Qué sucede con tu odio a los apodos? —No tengo un odio hacia los apodos, —argumento—. Tengo un odio por tus apodos. Créeme, he tenido un montón. Oh, genial, ahora he dicho demasiado. —¿Muchos? —No importa —digo rápidamente—. Deberíamos regresar al trabajo.

—Sí, vivos. Es un poco barbárico. —¿Y cómo puede tu puerta giratoria de mujeres manejar a Fluffy?

Página

Eso explica la caja ruidosa en su auto. —¿Grillos?

88

—¿Puedes trabajar luego de conocer a Fluffy? Eso usualmente me toma un poco de tiempo tranquilizarme. Se supone que debo alimentarlo mañana y usualmente tengo que trabajar mis nervios.

Su cabeza da un tirón hacia atrás mientras me mira fijamente con curiosidad. —¿Puerta giratoria de mujeres? ¿Quién dijo eso? Y, ¿por qué te interesa? —No me interesa —le digo, alejando la mirada—. Es solo algo de lo que te enorgulleces. Has estado durmiendo con cerca de la mitad de la clase. —No contigo —puntúa. —Porque no soy una maldita idiota. —Rio tampoco —dice. —Porque ella tampoco es estúpida. —No creo que una chica tenga que ser estúpida para tener un buen rato —reflexiona, golpeando la boca de la botella contra sus labios—. Rio parece como un montón de diversión. Es una maravilla que las dos incluso sean amigas, ella es como el sol y tú tienes este enojo como la tormenta que derriba árboles y succiona la esencia de todo. No puedo sino molestarme con él. —Rio es demasiado buena para ti. —No necesito señalar que si él la persiguiera lo suficiente, ella probablemente sedería. A ella le gusta un buen rato y probablemente es la única en la clase que no escribiría un poema anti-Blake. Aun así, agrego—: Mantente lejos de ella. —Prohibida. —Asiente con un guiño—. Esas son las mejores. —Estoy hablando en serio. Ella no es tu tipo. —Tú no conoces mi tipo —dice—. Apuesto a que incluso no conoces el tuyo. ¿Qué hay acerca de ésta pregunta últimamente? Enderezo los hombros, alzando mi barbilla una pulgada. —Sé exactamente cuál es mi tipo, qué clase de persona necesito y quiero. —Necesitar —repite, burlándose ligeramente—. Cuando lo escuchas, el Todo Poderoso Oz solo ha admitido que necesita cosas de vez en cuando. Pensé que eras enteramente autosuficiente.

Aclaro mi garganta, bajando la mirada hacia mi cerveza. —Toda mujer joven debe siempre tener una gran gama de sustitutos adecuados de hombre.

Página

Sus ojos se abren y me detengo de colocar mi mano sobre mi boca. He dicho demasiado. En serio, demasiado.

89

—Oh, lo soy —disparo de regreso—. Deberías ver mi colección de vibradores.

—O podrías simplemente tener un novio. —No me interesa. —O un folla-amigo. —No me interesa —repito. —¿Comer alfombra14? —Chasquea sus dedos juntos—. ¡Rio! Suspiro, rodando mis ojos. —¿Por qué cada tipo de mierda tiene que asumir que una chica es lesbiana porque está soltera y no se acuesta con cualquiera? No tengo que explicarme a ti; no eres más que un alcohólico con una tarántula. Sigue adelante y piensa que soy lesbiana si eso apacigua tu ego, no me importa. —Delicada —conjetura—. Vale. Lo entiendo. Todos tenemos nuestros problemas. Creo que el tuyo es el hecho de que tus párpados están casi pegados juntos. No le hago caso. —Podemos volver al trabajo, porque si no, voy a tomar un taxi de vuelta a casa. —Muy bien, vamos a llamar a una tregua —dice, extendiendo su mano, con un brillo astuto en sus ojos. No me fío de él en absoluto, pero voy a fingir con el fin de conseguir esto hecho. Sacudo su mano rápidamente. Los dos nos sentamos en el sofá, yo a su lado esta vez y trato de trabajar a través de los cambios en los capítulos. Intercambiamos ideas entre sí y aunque tengo el punto de vista de Susan, que es tan interesante como quiero hacerlo, no puedo evitar sentir un poco de envidia por Blake. No sólo tiene una apreciación fenomenal para el personaje de Forrest, sino que tiene mucho material para trabajar. Su personaje es fuerte, estratificado y complejo y puedo ver la fiebre ardiente en los ojos de Blake mientras habla de él, como si estuviera volviendo a la vida de una manera que nunca he visto antes. Si no odiara al chico tanto, creo que podría estar consiguiendo una visión real de él, y gustándome. Pero todavía me vuelve loca y cuando hemos terminado por la noche, vuelve directamente a cabrearme.

Se encoge de hombros. —No mucho, pero llegó a conocer a Fluffy. —¿Voluntariamente? —Él escapó. En un… mal... momento.

14

Es una referencia lesbiana, una mujer que lame el coño de otra.

Página

—¿Qué pasa con ella?

90

—Ali —dice mientras nos dirigimos a su puerta.

Mi piel hormiguea. Sólo puedo imaginar. —Bueno, estoy contenta de que me dices esto ahora. —Agarro la puerta principal y la abro, feliz de entrar en el pasillo donde grandes arañas peludas no se encuentran potencialmente corriendo frenéticamente—. No es de extrañar que ella estuviera tan enojada contigo en clase el otro día —lo digo entre dientes a medida que entramos en el ascensor. —Oh, no se enojó por eso —dice, cruzando sus manos delante de él y mirando las luces del ascensor a medida que avanzan hacia abajo—. Es porque no la llamé cuando dije que lo haría. —¿Alguna vez la llamaste? —pregunto. Me da una sonrisa perezosa en respuesta. —Una vez más, cerdo —le digo. Y al igual que antes, no parece que el insulto le moleste. —Todas saben a qué atenerse conmigo. Les digo desde el principio que solo estoy buscando un polvo rápido y nada más. No puedo hacer nada si todas empiezan a planear nuestro futuro juntos al minuto que hago que se vengan. Aunque quizá no debería entregar tantos orgasmos en una sola sesión. —Tienes que estar bromeando —mascullo para mí misma, moviendo mi cabeza con incredulidad mientras nos dirigimos a su coche. —Bromeo acerca de muchas cosas, pero no sobre el sexo. Entonces es una lástima que no se tome el resto de su vida tan en serio como su vida sexual, pienso mientras que nos apresuramos a través de las calles oscuras. Pero pronto, ya no será más mi problema.

Página

91

Hay un poco de consuelo en eso.

Blake Traducido por Zyanya, Jadasa & Alysse Volkov —¿Hay algo en tu mente, hermano? —me pregunta Heath, sacándome de mi ensoñación. En realidad, no es tanto como una ensoñación, es más como una violenta tormenta de nubes que ha secuestrado mi cerebro y lo pincha con relámpagos. El Ladrón de Corazones —tal vez no es el nombre más original, pero queda— se ha apoderado de mi vida, y estoy bastante seguro que también de la de Amanda. De hecho, he pasado la mayor parte de las últimas dos semanas o trabajando con ella, o trabajando solo en el proyecto, escribiendo constantemente en medio de una lluvia de ideas, también leyendo tantos libros buenos como puedo para ayudar con mi prosa.

Página

La mejor parte de toda esta mierda es que trabajar en la tienda ahora es algo que ansío. A pesar de mis ambiciones como escritor, realmente no había tomado ventaja del hecho de que tengo un mundo de libros al alcance de mis dedos, que este mundo de libros será pronto mi vida. Ahora encuentro inspiración en cada estante y estoy interactuando con los clientes más y más, rebuscando en sus cerebros para averiguar cómo crear el mejor trabajo que pueda, qué es exactamente lo que los atrae de los libros que leen. Incluso me ha inspirado más para mi trabajo en proceso y me encuentro gravitando alrededor de ello cuando no tengo nada más que hacer.

92

No he visto a Heath ni una vez, ni siquiera he tenido un buen revolcón. La morena con el Sr. Mercedes me llamó el otro día y me las arreglé para salir con ella con la intención de echar un polvo pero ella resultó muy tímida al final de la noche y yo me sentía demasiado distraído para intentar llevarlo más lejos. Ambos nos fuimos por caminos separados y aunque le dije que deberíamos reunirnos algún otro día, se hace cada vez más difícil para mi cerebro concentrarse en cualquier otra cosa que no sea la historia.

—Estoy aquí —le digo a Heath, recargándome en mi silla y observando el tráfico fluir en la calle Wharf, el resplandeciente puerto azul en el otro lado. En dos semanas, la primavera ha venido como una avalancha y a pesar de que es finales de marzo, los árboles de cereza empiezan a florecer y todos están usando shorts. Justo ahora el clima es para camisetas, y sabiendo que mañana podría llover y hacer frío otra vez, hemos escogido una mesa en la calle para tomar algunas cervezas. —No es así —dice Heath—. Podrías estar en el teléfono como todos para el caso. —Mira alrededor de nosotros y ciertamente, la mayoría de las personas miran sus teléfonos en lugar de la vista o su compañía—. La última vez que te vi, de verdad estabas presente. —Me encontraba borracho —le recuerdo—. Los dos lo estábamos. Me estudia sobre su cerveza antes de tomar un sorbo. —Entonces dime, ¿cuál es la verdadera razón por la cual me has estado dando largas las últimas semanas? Lo observo francamente. —Es la verdad. Lamento decepcionarte pero no hay otra razón. He estado escribiendo, y concentrándome en eso. No me cree —Nunca te he visto tan envuelto en una tarea antes. —Nunca tuve una tarea interesante antes. Y para ser honestos, nunca tuve un compañero interesante antes.

Y aun así, a veces salen las cosas más extrañas de su boca. Su boca. La cual no puedo evitar mirar cada vez que habla.

Juego de palabras entre Dumbass y Dumas. Siendo que Dumbass significa Idiota y Dumas el apellido de la profesora. 15

Página

No, me mantiene en mis pies porque cada vez que estoy con ella no estoy seguro de lo que va a decir. Es completamente predecible hasta que no lo es. Es completamente seria, nerviosa y mientras me retracto de haberla creído remilgada, he pensado en ella después de que admitiera que tenía una gran colección de vibradores. Es increíblemente difícil a veces.

93

Estoy sorprendido de cuánto disfruto trabajar con Amanda. Tal vez disfrutar es una palabra muy simple. Puedo hacerlo mejor: desafiante. Todo acerca de ella es desafiante. Me mantiene sobre mis pies. No sólo en términos de escritura y tratar de mejorarme, porque afrontémoslo, si ella es competitiva, entonces yo también lo soy. Ambos tratamos de sobrescribirnos el uno al otro, lo cual es como trabajar en nuestro favor (aunque estoy seguro de que la Profesora Dumbass15 será la juez de eso).

Esos labios que sigo imaginando chupando mi pene, lentamente, amando cada húmedo momento de ello. Ignóralo, Crawford. Cierto, ¿dónde estaba? Oh, sí. Ella ocasionalmente dice algo que me hace pensar que la he juzgado mal. Con su inclinación por la fantasía, ya sabía que se hallaba en el lado nerd, pero no tenía idea de lo profundo que era hasta que admitió que durmió afuera del cine para poder ser una de las primeras personas en ver la nueva película de Star Wars. —Mi novio pensó que estaba loca, pero lo hice de todas formas — dijo. —¿Tu novio? —Era la primera vez que escuchaba de él. Resulta que ella sí tenía novio, alguien con quien estuvo por cuatro años, pero rompieron recientemente. Traté de conseguir más información pero se cerró, algo que he notado que hace mucho cuando la conversación se vuelve muy personal. Y es justo. Yo tampoco me he abierto para ella exactamente. Después de todo, solo somos compañeros de clase y la mayoría del tiempo nuestras conversaciones son sobre la novela. De cualquier forma funciona para nosotros, a este grado habremos terminado el proyecto mucho antes de la fecha límite, lo que me dará más tiempo de trabajar en mis propias cosas. Como si pudiera leer mis pensamientos, Heath dice—: ¿Así que mientras tanto has puesto a un lado tu libro? Tomo un largo trago de mi cerveza e inclino mi cabeza hacia el sol. Después de un largo y oscuro invierno, la primavera se siente bien. —No, estoy escribiéndolo aparte. En todo caso estoy más motivado.

Las rubias no me interesan. Quiero decir, deberían. Una luce como si hiciera porno para financiar su educación, la otra tiene tetas pequeñas y

Página

Pasa su mano por su cabello enmarañado y sonríe. —Supongo que es la compañía que tienes la que de verdad te motiva. —Su cabeza gira mientras dos rubias con pantalones de yoga caminan y toman asiento en el bar de al lado—. Dos para dos —comenta.

94

Heath es una de las pocas personas que saben que estoy tratando de terminar mi novela de terror-ciencia ficción, Aurora de Sangre, algo en lo que he estado trabajando por algunos años. Cuando Amanda encontró divertida mi referencia a El Señor de los Anillos en la librería, tuve que reírme de ello incluso cuando no era algo que había planeado. Créeme, por más que las mujeres amen echar un polvo y el acento británico, hay algo acerca de los chicos nerd que no las enciende. Agradezco a The Big Bang Theory por ello.

una piel que dice “Pasé las vacaciones de invierno en Cabo San Lucas” pero el comentario de Heath es el que llama mi atención. —¿Te refieres a Amanda? —pregunto, recuperando su atención. —Tal vez es buena para ti. ¿Aún no te la has follado? Resoplo —Claro, como si eso estuviera en la agenda. —¿Aún es muy cerrada? —Uh, aun es algo que no ha cruzado por mi mente. No realmente. —Estoy impresionado —remarca, sus ojos volviendo a las rubias—. Creo. —Ahora es más fácil estar a su alrededor —admito—. Pero en esta situación, somos estrictamente compañeros. —¿Dices eso solamente porque ya intentaste entrar en sus pantalones y fallaste miserablemente? —Heath, cariño, sabes que yo no intento algo, sólo lo hago. —Eso suena peligrosamente como violación. Lo ignoro. —Todo lo que tengo que hacer es ser yo mismo y el resto está en ellas. ¿Por qué crees que no les hago ojos a las chicas de allá? No sería justo para ti. —Estás lleno de mierda —dice, tirando de su portavasos—. Creo que me gustabas más cuando salías con Rachel. —Claro, menos competencia —digo elocuentemente a pesar de que su observación se sintió como un atizador en el intestino. Habían un montón de cosas que eran mejores cuando salía con Rachel.

Aunque no soy tan bueno surfeando como Heath y sus amigos surfistas, Watchtower y Damon, aprendo rápido y he podido seguirles el paso cada vez que voy. La última vez empacamos las tablas en el Jeep de Heath y rentamos una cabaña al norte de la costa, descubrimos una cabaña de

Página

—Lo que sea que funcione —dice, lanzándole una sonrisa antes de voltear hacia mí—. Oye, voy a rentar la cabaña cerca de Sooke otra vez este fin de semana, Watchtower y Damon vienen. ¿Te unes? Puedes tomar prestado mi traje de surf otra vez, prácticamente lo hiciste más grande la última vez. —Abro mi boca—. No en el área del pene —agrega rápidamente—. Eso sería imposible.

95

Heath baja sus gafas de sol y mueve sus cejas y yo miro sobre mis hombros para ver a una de las chicas dando risitas detrás del menú —En serio —digo—. ¿Vas a hacérselo desde lejos?

chicas surfistas cerca. Había una hoguera, un montón de bebidas y drogas, y las cosas se nos salieron de las manos. Terminé teniendo sexo con dos de las chicas durante la marea baja. Era jodidamente mágico, hasta que el novio de una de las chicas apareció. No estoy orgulloso de haber corrido desnudo por la playa hacia un lugar seguro pero él estaba blandiendo un pedazo de madera como un maldito bate de béisbol. —Esta vez será aún mejor —dice Heath, tratando de tentarme. —Estoy seguro de que lo será. Pero tengo que pasar. —Amigo, ¿qué?, ¿Por qué? —Tengo planes —digo esperando que lo deje así, pero por supuesto no lo hace. —No me digas que es por esa perra. Me sorprendo a mí mismo mirándolo. —No es una perra, es más bien… quisquillosa. Y sí, tengo planes con ella. Ambos tenemos exámenes acercándose —como tú, por cierto— y necesitamos reunirnos el domingo para finalizar las cosas mientras podamos. Un capítulo más cada uno y está prácticamente terminado. Gruñe y se recuesta en su silla, sacudiendo su cabeza. —Es como que ya no te conozco, hombre. —Eso es porque soy Bruce Wayne. Su frente se frunce en confusión. —¿Qué? —No importa —digo, levantando mi cerveza—. Pagaré por las bebidas. Tú solo ve a decirle “hola” a las rubias antes de que pierdan el interés. Te alcanzo más tarde. —Funciona para mí. —Termina su bebida y se levanta—. Gracias, hermano. Nos vemos. Le hago una seña a la mesera para que me traiga la cuenta y ella se halla a mitad de camino de mi mesa cuando me doy cuenta de que su turno debe haber terminado ya que hay una nueva chica trabajando. La chica de la crema depilatoria.

—Tienes suerte de que no dejara el acondicionador por mucho tiempo en mi cabello. Un minuto y lo enjuagué.

Página

—Blake —dice fríamente, deteniéndose junto a la mesa, una mano sobre su cadera, una bandeja de cerveza en la otra—. No esperaba ver tu cara de nuevo por aquí. —Mira la cima de mi cabeza—. ¿Cómo está tu cabello?

96

Mierda.

—No tengo idea de lo que hablas —dice, aunque veo el destello de ira y decepción porque no funcionó su venganza. Decido presionar. —De hecho —le digo con una sonrisa, tirando una hebra—. Creo que se siente más brillante y grueso que nunca. Sé que estoy jugando con fuego aquí, pero no puedo evitarlo. —¿Por lo menos recuerdas mi nombre? —pregunta, su tono de voz puro hielo. —¿Tenemos que hacer esto? —le digo, dándole otra sonrisa, esa que sé que resalta mis hoyuelos, una de las cosas que comentaba a menudo cuando salía con ella. Porque, no, no recuerdo su nombre. Susan viene a mi mente, pero creo que es porque es el personaje en El Ladrón de Corazones. Da unos pasos hasta que su pequeña figura se encuentra justo al lado mío y acerca, peligrosamente, la bandeja de cerveza a mi cabeza. —Dime mi nombre o esta cerveza irá sobre ti. —No te atreverías —digo en un silencio. Arquea sus cejas diciendo que lo haría. ¿Cindy? ¿Sandra? ¿Cersei? Desearía que llevara una etiqueta con su nombre. —¿Stella? —ofrezco, haciendo una mueca porque sé que no lo es. —Stella es el nombre de la otra camarera que follaste aquí —dice furiosa. La bandeja se mueve. Cierro los ojos—. Es Magdalene. Cree que lo habría recordado. —¿Al igual que la prostituta bíblica16? Sus ojos se estrechan. La bandeja se inclina. Los vasos de cerveza se inclinan hacia mí. ¡Crash! La cerveza va por todas partes, por encima de mi cabeza, sobre mis hombros, regazo y piernas. Ciertamente, estoy sentado en una ducha de cerveza.

16

Magdalene en español sería Magdalena.

Página

Pretende armar un alboroto sobre mí mientras me siento allí, empapado de la cabeza a los pies, las botellas de cerveza rodando sobre la mesa. Tiene suerte de que ninguna se rompió y yo, tengo suerte de que no me golpeara la cabeza. Lo último que necesito ahora es una conmoción cerebral; aunque con todo el mundo en el patio, además de los espectadores, observándome, sería preferible perder el conocimiento.

97

—Oh, Dios mío, lo siento muchísimo —grita en una sarta de mentiras.

—Oh, Dios, soy tan torpe —añade, llevando su toallita hacia mi entrepierna y dando palmaditas… fuertes. Es como si estuviera jugando Golpea-a-ciegas con mi pene. —Jesús —siseo, tratando de proteger mis testículos—. ¿Quieres que te denuncie por maltratar a los clientes? —Traeré a Stella, la gerente, para arreglar esto inteligentemente antes de darse la vuelta e irrumpir en el pub.

—dice

¿Stella también? No me jodas. Me levanto, goteando cerveza, y grito detrás de ella—: ¡Afortunadamente, también la cerveza es buena para mi cabello! Lanzo unos veinte dólares sobre la mesa y me voy antes de que algo peor suceda. —¡Amigo! —me grita Heath, riéndose, cuando paso junto a él y las rubias—. Es el karma, amigo. —Cierra la boca —le digo bruscamente mientras las rubias se ríen y rápidamente me dirijo a casa para ducharme.

Después de las travesuras del bar, permanezco tranquilo el resto del fin de semana. La última vez que le envié un mensaje de texto a Amanda seguía pendiente para nuestra reunión del domingo por la noche, de manera que el domingo por la mañana cuando mi papá dice que necesita que alguien cuide de Kevin mientras que va con Angélica a almorzar a la casa de un amigo, me ofrezco como voluntario.

Página

Crecí en una casita en el bosque en la Península Saanich. Era una pequeña cima, no daba mucho el sol, aunque podías ver algo del mar a través de los cedros gigantes si entrecerrabas lo suficiente los ojos. Sin embargo, era un barrio lujoso, con muchas mansiones blancas y áreas bien cuidadas, muchos frente al mar con sus propios muelles. Nuestra casa era este pequeño puntito feo, como una garrapata entre todo lo fresco y sano, pero a pesar de que mi madre se hallaba contenta de salir de allí cuando me llevó a Inglaterra, se me rompió el corazón. No quería dejar a mi padre y me encantaba ese pequeño y oscuro lugar, con el techo cubierto de

98

Cuando llego a la casa, no me sorprende ver a Kevin sentado taciturno en la escalera de la entrada, golpeando los escalones con su espada de plástico. Con sus gafas y capa extendida a su alrededor, se ve como un guerrero cerebrito y aburrido esperando entre las batallas.

musgo y el barril con el agua de lluvia en donde observaría a los insectos que se ahogaban. Sin embargo, en cuanto mi padre conoció a Angélica, vendió la casa. Ahora viven en una de esas casas en expansión que mi madre envidiaba y mi padre vive la vida encantada. Pero también sé que no todo es lo que parece. Con Libros Crawford perdiendo dinero, son una familia con un único ingreso. Pueden tener esta casa gigante con el camino de entrada de ladrillo y árboles frutales en el jardín, pero Angélica no tiene más opción que trabajar todo el día para mantenerlo. —Oye, amigo —le digo a Kevin mientras llevo el vehículo y me acerco—. ¿Dónde están los residentes? Se encoge de hombros perezosamente. No me mira. —No lo sé. —¿Enojado porque no te invitaron? —No —refunfuña, entonces apuñala la espada entre los ladrillos—. Detesto a los Chaunceys. —Esa es una palabra muy fuerte —le digo, sentándome a su lado. Prácticamente tengo que empujarlo para hacerme sitio. —Sí, bueno, son un montón de porquería —dice. No puedo evitar sonreír. Me recuerda a los insultos que Amanda suelta de vez en cuando.

—Ah, estás aquí —dice mi padre cuando junto con Angélica abren la puerta, saliendo detrás de nosotros—. Pensé que habría oído tu auto a unos kilómetros de distancia.

Página

Sin embargo, lo entiendo totalmente. En el tiempo en que he estado aquí, he coincidido con los Chaunceys en algunas ocasiones y superan a Lord y Lady Douchebag del programa Saturday Night Live. Lo curioso es que viví en Inglaterra durante toda mi vida y sé la clase de personas que intentan ser. A veces, cuando miro a Amanda, me pregunto si fue criada por gente como esta, los que piensan que son dueños de la tierra debido a que eran parte de la población británica que llegó aquí en el cambio de siglo. Lo que necesitan que se les diga es que la historia de Canadá es tan corta e insignificante en comparación con los siglos que tenemos en el extranjero. Si tienes una línea de sangre importante en Inglaterra es porque puedes rastrear a tu familia en la maldita Edad Media y más allá. Aquí, es si alguien ha vivido en la misma casa desde hace algunas décadas.

99

—Los porquerías son los peores —le digo.

—Todavía no sé lo que pensabas comprándole esa cosa al Tío Mike — dice Angélica burlonamente, chasqueando su oscura y larga cola de caballo por encima del hombro. Angélica se ve como una versión menor de Kate Beckinsale17 y todavía está fuera de su alcance. Ahora que lo pienso, así fue con mi madre. Tiene que haber algo con el encanto Crawford. Ignoro el comentario sobre el auto. También lo hace mi padre. Su cara se pone momentáneamente en rojo, pero mantiene la boca cerrada. —Los veremos en unas horas —dice escuetamente y ambos se alejan, en dirección a su Lexus. Me pregunto si mi padre sabe lo tonto que es conducir un auto así, mientras te encuentras al borde de la quiebra. Con lo malhumorado que parece últimamente, supongo que sí. Se alejan de nuestro campo visual, desapareciendo detrás de una fila de árboles de arce, cuando Kevin anuncia en voz baja—: Se están divorciando. Me toma un momento procesar esto. —¿Qué? Levanta la mirada y asiente, la boca en una línea firme como si estuviera decidido a no llorar. —Es verdad. —¿Qué? Kevin, ¿de qué hablas? No se van a divorciar. —Aunque en el momento en que lo digo, sé que estoy equivocado. —Sí lo están —dice Kevin, apuñalando al suelo otra vez para enfatizarlo—. Se pelean todo el tiempo y cuando no, no se hablan. —Eso es sólo el matrimonio, amigo. —No —dice bruscamente—. No es así. Los sigo escuchando decir “¿cuando le decimos a Kevin?” y “espera hasta que terminen las clases” y “eres un imbécil, Paul”. —Pero… —Y entonces, encontré cartas de abogados. Dos diferentes. Los busqué en Google. ¡Son abogados de divorcio!

—¡No hay una explicación! —me grita, poniéndose de pie—. ¡Eres igual que ellos! No me dices la verdad, todo lo que haces es una mierda. Me pongo de pie. —Cuida tu lenguaje, Kev.

Es una actriz inglesa con un largo recorrido conocida por su papel como Selene en la saga Inframundo entre otras películas de acción. 17

Página

Niego con la cabeza. —Oh, Kevin. Estoy seguro de que hay alguna explicación.

100

Sangriento infierno, este chico es ingenioso.

—¡Blake! ¡Que te jodan! —grita sollozando y luego empieza a correr alrededor de la casa, la capa volando detrás de él. Me quedo donde estoy, completamente atónito. Nunca lo había oído decir groserías, pero supongo que este es tan buen motivo como cualquier otro. Mi papá y Angélica se están divorciando. No es de extrañar que mi papá ha estado de tan mal humor, por lo que he estado cuidando a Kevin y trabajando en la tienda cada vez más. Tienen un divorcio en proceso y mi hermanastro estará atrapado en el medio, de nuevo, ya que tuvo que pasar por uno cuando era más joven. Solo puedo esperar que cualquier acuerdo que tengan, mi padre no salga perdiendo del todo. Angélica no es la más cariñosa o la persona más amable, pero tiene que saber que tiene todas las cartas y que mi padre tiene prácticamente nada. Suspiro, sabiendo que tengo que encontrar a Kevin a pesar de que probablemente solo quiere estar solo. Camino alrededor de la casa, con las manos en los bolsillos, sintiéndome triste de que una vez más, le fue arrebatado todo lo que mi papá quería. Encuentro a Kevin sentado con la espalda contra un árbol de cerezo en flor, jugando un juego en su mini iPad. —¿Estás ganando? —le pregunto con suavidad, tratando de ver por encima de su hombro. Se mueve lejos, tratando de no dejarme ver. Después de un par de golpes, dice—: No se trata de ganar en este juego. No hay ganadores. —¿Hay perdedores? —Sí. Puedes morir. —Eso no suena como un juego muy justo. —Hago una pausa—. En realidad suena un poco como la vida, ¿no es así? Cuando no contesta, me agacho a su lado. —Mira, sé que no quieres hablar de ello y eso está bien, pero cuando quieras hablar de ello, estoy aquí para ti, ¿de acuerdo? —Le pongo la mano en el hombro y lo aprieto— . ¿De acuerdo?

Me mira con timidez antes de empujar sus gafas sobre la nariz. —¿De verdad? Dudo, no muy seguro de lo que estoy haciendo. —De verdad. Podría disfrazarme y podríamos librar una batalla. Sabes que pensaba en ti la otra

Página

—Te diré qué, vamos a hacer todo lo que quieras hacer por el resto del día.

101

Finalmente asiente.

semana y me compré algunos accesorios divertidos para nuestro uso. Orejas de elfo, maquillaje de bruja, una nueva espada. —¿En serio? —Ahora se ve emocionado. —Sólo para ti, amigo —le digo—. Lo guardaba para cuando mi escuela se calmara pero podemos usarlos ahora. Asiente, considerando eso. Entonces dice—: No, podemos guardar eso. ¿Sabes lo que quiero hacer hoy? Visitar a Fluffy. Me quejo. —Kevin —lloriqueo. —Por favor —dice y luego agrega con severidad—: Lo prometiste. Cualquier cosa. —Bueno, está bien —digo poniéndome de pie y ayudándolo a levantarse—. Te llevaré a ver a Fluffly. Pero no vas a sacarlo de la jaula, ¿entendido? —Es un terrario —me corrige. —Lo que sea. Es la zona de juegos de Satanás eso es lo que es. Sonríe alegremente y luego sale corriendo hacia el auto, alzando los brazos, agitando su espada como si estuviera a punto de luchar contra un enemigo. No puedo evitar sentirme de la misma manera. Por suerte todo va bien y Kevin se contentó sólo con tocar el cristal y alimentar con grillos a Fluffy, lo cual me hallaba obligado a ver con él mientras se daba alguna escena espantosa digna de un documental en National Geographic. Cuando llego a la casa, Kevin se encuentra en un estado de ánimo mucho más ligero, a pesar de que comenzó a poner mala cara cuando tuve que salir. —Por favor, quédate a cenar —se queja cuando nos encontramos en el pasillo.

A pesar de que me alegro de que Kevin sea feliz, sé que Amanda no va a estarlo. Marco su número, no se siente bien enviarle un mensaje de texto, y salgo para hablar.

Página

Suspiro, incapaz de decir que no. —Está bien —digo y él grita de alegría—. Permítanme hacer una llamada telefónica primero.

102

Angélica asoma la cabeza por la esquina. —Eres bienvenido a quedarte, Blake. —Y si mis ojos no me fallan su expresión es prácticamente suplicante. Supongo que ve lo mucho que su hijo necesita un amigo en este momento.

—Oye —dice, sonando sorprendida y no puedo evitar sonreír brevemente al oír su voz. Lo quito de mi cara inmediatamente. —Oye, escucha —digo y entonces la escucho gruñir por el teléfono— . ¿Qué? —Sé lo que vas a decir —dice rotundamente. —Estoy bastante seguro de que no. Tengo que cancelar esta noche. Lo siento mucho pero… —Síp, lo sabía. Siento una punzada de frustración. —¿Qué significa eso? —Significa que sabía que ibas a cancelar. Déjame adivinar, ¿una cita caliente? —¿Cita caliente? —repito. —Eres un terrible mentiroso. Presiono la palma de la mano en mi frente. —¿Por qué dices todas esas cosas confusas? —Rio te vio en la calle Wharf hace unos días, ligando a unas rubias con tu amigo. —¿Quizá Rio también mencionó que tenía un montón de cerveza derramada en mí? —Por supuesto, no era el único ligando con ellas o incluso hablándoles, así que no sabía de qué demonios hablaba Rio pero desde que Amanda ya está sacando conclusiones, no tengo necesidad de corregirla. —Dijo algo de eso también —dice. —¿Y por qué te importa de todos modos? —¿Yo? —pregunta con sarcasmo—. Es sólo que no quiero que mi índice sufra porque no te puedes mantener en los pantalones. Oh, eso malditamente lo hace. —Está bien —le digo—. Tengo una cita caliente. Dos rubias. Siento no poder reunirme contigo, pero creo que un trío tiene prioridad sobre la tarea.

Ella cuelga. Me quedo mirando el teléfono durante un tiempo, el triunfo sobre molestarla lentamente escapando. Realmente debería haberle dicho la verdad, pero simplemente no pude evitarlo. Dejo que piense lo que quiere

Página

—Eres la tercera persona que me dice eso en todo este fin de semana. Debe ser buena suerte.

103

—Oh, jódete —dice.

de mí, ¿qué importa al final? No soy ajeno a ser juzgado y lo que piensa de mí debería ser mi última preocupación. Hay cosas más importantes de las que preocuparse aquí.

Página

104

Tomo una respiración profunda y me dirijo dentro de la casa.

Amanda Traducido por Bella, Black Rose & Ivy

—E

n serio, follo a todo el mundo —dice Rio, robando mi teléfono—. Tienes que poner mi nombre de contacto como “Daddy Issues”18

Pero entonces ignoró nuestra reunión para ir a tirarse algunas chicas así que ahora estoy en el bar, tomando vino español de forma descontrolada.

Término utilizado para referirse a “problemas paternales”, “para quien tiende a ser sexualmente agresivo” o para quien se siente atraído por hombres de edad mayor. 19 Restaurantes esencialmente de aperitivos, es un estilo español de presentar los alimentos. 18

Página

Creo que lo que más me molesta no es que estoy perdiendo una noche de terminar el proyecto sino que en realidad deseaba la compañía de Blake. Me duele admitirlo pero las últimas dos semanas, he comenzado a disfrutar nuestro tiempo juntos, ambos trabajando por un objetivo en común. Es como si por primera vez estoy con alguien que entienda el viaje de escribir y la profunda y arraigada necesidad perfeccionista para hacerlo lo mejor que puedo.

105

Estamos en un bar de tapas19 en el centro, uno de mis lugares favoritos para ir ya que la comida y el vino son fenomenales y se halla ubicado al final de este estrecho callejón de ladrillo que te hace pensar que te encuentras en alguna pintoresca cuidad Europea, pero desafortunadamente ninguna de las dos se siente de buen humor. Rio ha terminado diciéndome sobre el padre soltero de treinta y cinco años con el que sale, ilustrando el momento en que su ex esposa e hijo llegaron a casa temprano y los atraparon a ambos con el culo desnudo en la cama. Yo, bueno, he estado escuchándola pero sobre todo reflexionando sobre la estúpida maniobra que Blake sacó esta noche.

Rio me extiende mi teléfono de regreso y reviso que desde luego cambió su nombre de contacto a “Daddy Issues”. —De todos modos —dice, explotando una aceituna en su boca—, no estoy muy segura de cuánto tiempo durará. —Sólo ha pasado una semana —le recuerdo rápidamente. —Se siente como toda una vida —dice, dándome una mirada de reojo—. Oye, tú mejor comienza a sonreír o sigue bebiendo o no voy a sentarme contigo otra vez. Pongo los ojos en blanco y tomo un sorbo de mi vino. —Elijo el vino. Se gira en su asiento para enfrentarme, estudiando mi expresión. —Me sorprende que estés así de molesta. —No estoy molesta —replico malhumorada—. Estoy enojada. —A eso se le llama estar molesta, Amanda. Y en realidad, la pregunta es: ¿por qué estás enojada? Sabías que él era así. Quiero decir, ha sido tu enemigo hasta hace poco. —Creo que me gustaba más cuando era mi enemigo —digo en mi vino. Odiar a Blake era mucho más divertido en cierto modo. Al menos, no me sentía dolida cuando me ignoraba, sólo irritada. —Las personas nunca cambian —dice, alcanzando el chorizo en trozos. Me lo ofrece pero sacudo mi cabeza. Continúa—: Quiero decir, no en verdad. No es como si realmente lo vi coqueteándoles, fue sobre todo a su amigo, a quien ya he apodado Johnny Utah20. Miró hacia ella bruscamente.

Trato de formar palabras. —¿Es en serio? ¿Por qué me dijiste que fue Blake? Se encoje de hombros. —No lo sé, ¿cuál es la diferencia? El punto fue, que cabreó a un montón de camareras de ese bar. Yo pasaba por la ventana, cuando Personaje interpretado por Keanu Reeves en la película Point Break donde es un agente novato del FBI trabajando de encubierto. 20

Página

—El otro día —explica entre mordidas—. Era el amigo Point Break de Blake quien les coqueteaba. Él hizo ojitos y guiños y movimientos de pelvis antes que fuera y se sentara con ellas mientras que Blake se quedó detrás y tomó una cerveza de barril.

106

—¿De qué hablas?

sucedió todo adentro y escuché todo de la boca llena de algunas de las chicas. Ellas de hecho aplaudieron. Froto mis labios juntos, tratando de pensar. La abundante cantidad de vino me pega finalmente y pensar se vuelve más difícil. —Él me dijo que había salido con ellas. —Mira, no soy adivina, no sé qué sucedió. Pero el hecho es que Blake es un chico gigoló con quien nunca deberías follar y he tenido problemas con papi ahora así que tú y yo estamos mejor aquí afuera, con la otra, emborrachándonos. La veo fríamente, sabiendo muy bien que estará dejando este lugar con alguien y no seré yo. Media hora después, tengo razón. Ella se aplica lentamente brillo claro en sus labios, mirando a los tres tipos en la barra. El más apuesto, delgado, alto, con tatuajes, está como loco con el contacto visual. El otro, poca barba y grandes brazos, saluda hacia ella. Hombre, están esperando. —¿Los conoces? —le pregunto. Me sonríe con astucia. —Salí con ambos. No al mismo tiempo, sin embargo, pero es el mismo círculo de amigos. Esto no me sorprende pero aun así. —¿Qué? Se encoge de hombros y lanza su cabello alborotado sobre su hombro. —Si quieres conocer hombres, ve a pasar el rato a los bares del muelle. Esos chicos con barco seguro saben cómo usar sus manos. Me manipularon de seis maneras desde el domingo. Una vez más, no juntos. —Hace una pausa, corriendo su lengua por sus dientes—. Aunque, quién sabe esta noche. ¿Por qué no vienes y te presentaré? Sabes que necesitas echar un polvo. —No estoy teniendo algo que ver con tus ex o tu orgía.

Menea sus dedos hacia mí. Sin promesas. Con mi taxi en camino, hago mi camino a la puerta, una ligera lluvia cayendo y haciendo que el callejón de ladrillo brille en la noche. Miro hacia

Página

—Pasaré. —Suspiro y saco mi teléfono para llamar un taxi y dejarla para esta perversa telaraña que teje—. Por favor no te tires a dos ex al mismo tiempo o voy a confundirme.

107

—El otro tipo debe ser soltero.

el interior a Rio que tan fácilmente se sienta en el bar con sus ex y sonríe como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo y me pregunto por qué eso no puede ser así de fácil para mí. Soplo un rebelde mechón fuera de mi cara y camino por la calle para tomar el taxi.

—Buena suerte hoy —me dice Ana antes que marcharse a la escuela—. Si necesitas arrancar sus bolas, sabes a quién llamar. —Hace un gesto de arañar con sus brillantes uñas rosa y se dirige hacia la puerta, su maquillaje a cuestas. Asiento, limpiando mi frente con mi manga. Después de despertarme con un dolor de cabeza y sabiendo que tendría que ver a Blake hoy, fui a dar una larga carrera por el mar, tratando de sacar mi frustración. Ahora estoy exhausta y todavía tengo esta ansiedad en mi estómago que en realidad estoy esperando no se transforme en yo estando enferma. La última cosa que quiero es vomitar en clases. O, de hecho, nunca más. No he hablado con Blake desde ayer, ni tampoco le he enviado un mensaje o correo y él me responde del mismo modo. Gracias a esto sé que esta clase va a ser por completo incomoda y no tengo idea si debería abordar lo que sucedió o no. Me refiero a que estoy segura que otros compañeros de clase se olvidan de sus compañeros asignados también de vez en cuando pero esto resulta demasiado personal y no estoy segura de por qué. Por suerte una vez que llego a la escuela, diviso a Rio a punto de subir las escaleras. —Oye —llamo detrás de ella y me apresuro para alcanzarla—. Qué pasó con tus ex anoche, nunca me enviaste un mensaje.

Me giro para ver a Blake viniendo hacia mí. Mierda. Rápidamente volteo alrededor justo abandonándome, corriendo por las escaleras.

mientras

Rio

está

Página

—Agh. No puedo esperar para lavarme todo este arrepentimiento fuera de mí —dice, sonando destruida. Entonces sus ojos crecen cuando mira sobre mi hombro—. Alerta, Hugh Grant Jr viene hacia aquí.

108

Me da una mirada seca y me doy cuenta que usa todavía no únicamente su maquillaje de anoche sino la misma ropa.

—Tú, perra —murmuro en voz baja y trato de inhalar profundamente. —Amanda —dice Blake secamente a mi espalda. Lentamente me doy la vuelta, elevando mi ceja. —¿Sin apodo esta vez? Me da una sonrisa cautelosa. —Oh, tengo un montón pero todos son muy inadecuados durante un adecuado arrastre. —¿Este eres tú arrastrándote? Muerde su labio por un momento y mira hacia otro lado, sus ojos cambiando de gris oscuro a azul oscuro en la tenue luz del pasillo. —Lo siento por cancelar anoche —dice, enfocándose en mí de nuevo, sus cejas elevándose en ofrenda—. ¿Me perdonas? Mierda. Tiene un infierno de rostro dulce cuando quiere ser agradable. Esos hoyuelos, los ojos de cachorro. Sabe exactamente lo que hace. —Tal vez —digo—. Eso realmente me molestó. No eres el único que tiene una vida sabes, pospuse cosas para que pudiéramos trabajar juntos. Corre sus dedos por la barba en su mentón. Sus dedos son algo más. Solamente me percaté de ellos mientras hemos estado trabajando juntos pero mi mente ha ido a algunos lugares imaginando qué más puede hacer con ellos. Y ahora sé que debo estar ruborizada. Aclaro mi garganta y miro fijamente hacia él con expectación. —Lo sé —dice—. Algo se presentó. —Dos rubias, estoy suponiendo, grandes tetas es lo que se presentó. Levanta su dedo. —De hecho, una tenía tetas pequeñas y nunca fui a una cita con ellas. Ellas o sus tetas. Ese fue mi amigo Heath quien lo hizo. Al menos asumo que lo hizo, en realidad nunca escucho detrás de él.

Tose un sonido de incredulidad. —Porque tú asumiste ya que te cancelaba debido a unas chicas. —Y no lo estabas.

Página

—¿Entonces por qué mentiste?

109

Supongo que Rio tenía razón. No sé por qué eso me molesta.

—No —dice firmemente—. Mira, cariño, sé que esto puede venir a sorprenderte pero tengo una vida que involucra mucho más que conseguir mi pene succionado. Me estremezco ante su lenguaje aunque no estoy segura si es por su grosería o si eso encendió una ardiente llama de interés dentro de mí. Estoy rogando por la primera. —Bien podrías haberme engañado. Algunos estudiantes nos rozaban al pasar, subiendo las escaleras. Blake se acerca y agarra mi codo, dirigiéndome fuera de su camino y por la pared. Su agarre en mi brazo es firme y gentil al mismo tiempo y la poca intimidad de esto me sorprende. Me mueve de manera que mi espalda queda contra la pared y me mira intensamente. He visto esa mirada antes, cuando habla sobre su personaje y eso me hace sentir un poco fuera de balance. Trago con dificultad. —Me acabo de enterar que mi padre y madrastra se van a divorciar —dice en voz baja—. Me tomó por sorpresa, aunque evidentemente me perdí todas las señales. De todos modos, mi hermanastro Kevin no lo estaba tomando bien. Todavía no le han dicho, pero el chico es inteligente, lo sabe. Me pidieron que me quedara a cenar y no pude decir que no. Lo siento mucho por tener que hacer eso, me quedé con las ganas de verte. —Hace una pausa, parpadeando un par de veces—. Quiero decir, me quedé con las ganas de trabajar contigo en la novela. Pero no me importa verte también. Sobre todo, ese culo tuyo. Muchas cosas vuelan por mi cabeza a la vez. Empujo el comentario sobre mi culo a un lado ya que no es la primera vez que hace un comentario sobre una u otra parte de mi cuerpo. —Lo siento mucho —digo—. Deberías haber dicho eso.

—¿Quieres decir que un trío no es una buena excusa? —No, a menos que sea la meta de tu vida o algo así.

Página

Pongo mi mano en la suya y la aprieta con fuerza. —Aceptada. —Sus cejas se inclinan y siento una sonrisa tirar en la comisura de mis labios—. Y lo siento por saltar a conclusiones. Tenías una buena excusa.

110

—Bueno, obviamente te llamé para decirte la verdad, pero una vez que te pusiste toda ardiente como la chiflada pelirroja que eres, fue difícil no avivar la llama. Así que lo siento por eso. —Extiende la mano—. ¿Disculpa aceptada?

Pone su mano en mi espalda y me lleva lejos de la pared a la escalera. —Estoy bastante seguro de que un trío es un objetivo de vida de todo hombre. —Suficientemente justo. Nos dirigimos por las escaleras y fuera del salón de clase justo cuando Ali se desliza más allá de nosotros, dando a Blake la mirada de la muerte. Es evidente que todavía no lo ha superado o el incidente con Fluffy y no estoy segura de que la culpe. —Mi humillación no ha terminado, sabes —dice. —Bueno, no te has puesto de rodillas —medito en broma, tocando mis dedos contra mi barbilla. —Cariño, cuando me ponga de rodillas te estaré pagando de una manera diferente —dice y juro que hay un cambio en su tono, como si su voz se hiciera más profunda, su acento más marcado. Ni siquiera lo imagines, me advierto a mí misma. Él continúa—: Cena. Esta noche. Después de clases. Yo invito. Mi cabeza se sacude hacia atrás como si le creciera una oreja extra. —¿Cena? De ninguna manera. —Somos amigos —protesta. —No somos amigos —le recuerdo—. Socios. Compañeros de clase. Tal vez amigos de escritura. Pero no somos amigos. —Eres una mujer muy cruel. —Soy una mujer inteligente, pero gracias por no referirte a mí como una niña como de costumbre. Una cena es demasiado íntima y se supone que debemos trabajar, no comer. —¿Qué hay de trabajar y después comer? —¿Qué hay de sólo trabajar? —¿Qué hay de no ser un palo en el barro? —me devuelve. tomar

un

trago?

—termino,

Lo sorprendo a él también. Sonríe y profundiza esos hoyuelos. —Muy bien, un trago. Yo pago. —Seguro que lo haces —digo—. Pero sólo después de terminar algo de trabajo. —Bien. —Bien.

111

a

Página

—¿Qué hay de llevarme sorprendiéndome a mí misma.

Curiosamente, esta es la primera clase en la que el tiempo parece arrastrarse lento. Por lo general, esta clase ha terminado antes de que me dé cuenta y estoy colgando de cada palabra de Marie. Esta vez, todo lo que puedo pensar es en Blake. Blake. Blake. Me he convertido en una de ellos, sintiéndome extrañamente satisfecha de que iré de copas con él después de clase, aunque estoy segura de que la mitad de las chicas de aquí lo han hecho. Estoy, a escondidas, mirando en su dirección y cuando sus ojos se encuentran con los míos algo en mi estómago da vueltas, felizmente, como un cachorro girando. Pero no es rendición. Ni siquiera tiene un nombre. Por lo menos no piensas en Alan y el error colosal que hiciste al no decir que sí, me recuerdo a mí misma y maldita sea, es como si mi madre tomara posesión de mi cerebro de vez en cuando. Para el momento en que la clase se detiene, estoy deseando un trago más que nunca. Nos vamos con Blake y atrapo a Río dándome la mirada de lo sabía por el rabillo del ojo. —¿A dónde? —pregunto a medida que avanzamos a través del estacionamiento a su auto. —¿Nunca has estado en Spinnakers? —pregunta—. ¿Un pub de cerveza hacia fuera por Esquimalt? Oí hablar de él, pero nunca había ido. Alan siempre fue fanático de los lugares más elegantes del centro y desde luego no de pubs cerveceros. —¿Es seguro este lugar? —pregunto a medida que entramos al Sr. Mean, después de limpiar la basura habitual del asiento del pasajero. —¿Seguro? —pregunta Blake inclinándose hacia mí, un pedazo de su cabello desordenado dejándose caer sobre la frente. Lucho contra el impulso de quitárselo de la cara.

—Te das cuenta de que sería más fácil si simplemente no jodieras a las mujeres. Tal vez sólo comprometerte de vez en cuando o al menos ser honesto.

Página

Se ríe, su sonrisa amplia y fácil. —No, no. Spinnakers es tierra sagrada para mí. Necesito algún lugar al que pueda ir y no tener que lidiar con la ira de alguien.

112

—¿Debo conseguir un impermeable contra el vertido de cerveza? — explico.

Sus ojos se oscurecen, la sonrisa se desvanece un tanto. —He sido más que honesto. Hay algo más allí, algo que quiero pinchar y remover con un palo, extraerlo y examinarlo sobre una mesa. Pero no digo una palabra, al menos no todavía. No es como si hubiese sido muy honesta tampoco. Cuando llegamos al pub, no puedo creer que haya estado aquí todo este tiempo y solo esté conociéndolo hasta ahora. De acuerdo, sólo he estado en la edad para beber durante tres años, pero igual. Tengo mucho con qué ponerme al día. Spinnakers se encuentra en la base de una cala a las afueras del centro de la ciudad. Con el sol colgando bajo y el clima de nuevo llegando a ser casi verano y perfecto con una brisa fresca y el cielo azul, se ve como el lugar perfecto para pasar la tarde y beber unos cuantos tragos. Lo sigo por la entrada que consiste en una panadería y una estación de llenado de jarras de cerveza y vamos arriba, donde parece menos formal. Hay una mesa de billar y viejas mesas de teca escondidas en rincones y grietas. La pequeña cubierta de arriba ya está llena, así que tomamos una mesa junto a la ventana, al otro lado de la chimenea. —Esto es lindo —digo mientras nos sentamos, agarrando el menú de bebidas elaboradas. —No puedo creer que hayas vivido en Victoria toda tu vida y que nunca hayas estado aquí. —No creerías una gran cantidad de cosas de mí —digo entre dientes, con aire ausente y señalo cada cóctel que parece tener ginebra. Muy inglés, justo como Blake. —Pruébame —dice. Lo miro por encima del menú. —¿Probar qué? Se sienta en la silla, completamente a gusto y me destella esa sonrisa. —Dime algo sobre ti que no pueda creer.

—Hay algo que probablemente no podrías creer —digo después de que la camarera toma nuestra orden (y parece que no le desea ningún mal) —. Me gustan mis bebidas con vinagre en ellas. —Aunque sea mi primera vez también.

Página

Sólo que es muy difícil elegir. Me decido por alguna bebida avinagrada de frambuesa llamada shrub.

113

No estoy segura de si es en serio o no. —Déjame conseguir un trago primero.

Ladea la cabeza, viéndose como que lo está pensando. —Lo creo. ¿Has estado alguna vez en Nueva York? No puedo dejar de suspirar. —No. Siempre he querido ir. Incluso intenté el año pasado, reservé el hotel y todo, pero... las cosas no sucedieron. —¿Sin dinero? La ciudad es cara. Lamo mis labios, vacilante. —No, tenía el dinero. Es decir, mis padres hubieran pagado por ello. Veo una luz apagarse en su cabeza mientras asiente con la cabeza, la mirada de esta perra rica. —Entonces, ¿por qué? —pregunta y tengo que darle crédito por no decir nada de mi privilegio. —Ex-novio. El que mencioné antes. —¿Alan? Estoy impresionada. —Tienes buena memoria. —Hay un montón de buenas cosas que no sabes sobre mí —dice a la ligera, aunque juro que hay una ligera perspicacia en su voz—. De todos modos, en Nueva York hay un bar de pepinillos. En realidad, tienen algunos bares de pepinillos. —Un bar de pepinillos —repito. —Así como lo dice el nombre. Fui hace unos años, conseguí un vuelo barato desde Gatwick y pasé una semana paseando por la ciudad sin ningún plan en absoluto. —Pone esta mirada soñadora y lejana en sus ojos mientras mira fijamente al fuego. Niega con la cabeza ligeramente, saliendo de él—. Así que el bar de pepinillos se encuentra en East Village, creo, y no es nada especial, simplemente un buen lugar para conseguir una bebida, excepto que sirven sus tragos con jugo de pepinillos e incluso se puede ordenar un frasco de encurtidos para comer en el lado. —Eso suena… —Brillante, ¿verdad?

—¿Cuándo terminaron? Se frota los dedos a lo largo de la barbilla y mira al techo. —Em, hace tal vez un año. No, un poco menos que eso. —Ella sigue en Inglaterra.

Página

—Ex-novia —dice.

114

En realidad, para mi alma amante de los pepinillos lo hace. —¿Con quién fuiste a Nueva York? ¿Familia?

Me da un simple asentimiento. —Sí —dice, mostrando los dientes ligeramente. —Eso no puede ser fácil —digo, tratando de ponerme en sus zapatos—. Larga distancia y todo eso. Me refiero a que las relaciones normales son lo suficientemente duras, no puedo imaginar lo difícil que son cuando se hallan separados por continentes. —Sí, bien, lección aprendida —dice rápidamente, sonriendo a la camarera cuando deja las bebidas. Hace un gesto hacia mí—. ¿Quieres pedir comida? —¿Qué dije antes? —Que obviamente estamos aquí para beber, luego comemos, y después trabajamos. Echo un vistazo a la camarera y nos sonríe como si fuéramos alguna pareja en su primera cita. Tengo el impulso de decirle que tengo que estar aquí para poder graduarme pero estoy segura de que lo ha oído todo antes. Extiendo mi mano por el menú y la camarera lo devuelve. —No sé cómo me convenciste de ir a cenar contigo —digo, tratando de fijar la mirada en la lista de alimentos de la granja a la mesa. —Porque soy completamente encantador —explica, extendiendo sus manos. —Bueno, al menos no mencionaste tu polla. Esa tiene que ser una primera vez. No dice nada y tengo que mirar por encima de mi menú hacia él. Me mira fijamente con la intensidad que tenía anteriormente en el pasillo, aunque sus ojos se ven un poco más relajados, lánguidos, como que está bebiéndome y me encanta.

—Es un pequeño vaso —digo a la defensiva. —Y estoy pagando —dice—. Y conduciendo. Volvámonos locos. Aparto la bebida. —Me comportaré.

Página

—¿Tienes sed? —comenta Blake después de dar un sorbo a su cerveza negra.

115

Trago saliva con inquietud, no estando acostumbrada a esta atención por parte de él, y levanto mi bebida. Tomo un tímido sorbo, el vinagre impacta en mi lengua pero rápidamente se mezcla con la frambuesa y otros licores. Antes de saber lo que estoy haciendo, termino la mitad de la bebida y mi cuerpo inmediatamente se relaja.

Espera un segundo, lamiéndose los labios, antes de que diga—: Me gustaría que no lo hicieras. Oh, chico. Me encuentro con sus ojos y los mantengo allí durante un momento. Todo esto fue un error. Debería haber estado enojada con él. Debería haber insistido que trabajemos esto en la biblioteca como lo hicimos antes. —Oye —dice en voz baja, rompiendo su mirada y retorciéndose en su asiento para sacar su laptop—. Empecemos. Y de algún modo, en un abrir y cerrar de ojos, comienza a trabajar lo que hace más fácil hacer lo mismo. Durante la siguiente hora, revisamos nuestras notas el uno al otro, la trama y planificamos los próximos pasos para terminar la historia de una manera dramática. También pedimos más bebidas y luego, cuando mi cabeza empieza a estar mareada e hicimos todo lo que pudimos, ordenamos para cenar. El sol acaba de ponerse sobre el puerto, incendiando el agua gris con rosa y amarillo y proyectando un resplandor en las paredes. —Tu cabello luce brillante —comenta Blake—. Como una maldita bola de fuego. Tímidamente me aliso el cabello hacia atrás, asegurándome de que todos los mechones estén bien metidos en el elástico de mi cola de caballo. Me siento un poco desenredada. Toma un lento sorbo de agua, sus ojos nunca dejándome. —¿Alguna vez lo llevas suelto? Exhalo ruidosamente. —Sí. Lo hago. Pero lo prefiero recogido. Y no, no quiero usar lentes de contacto, prefiero mis gafas. —Prefiero tus gafas también —dice y lo miro, con las cejas levantadas. Se encoge de hombros—. ¿Qué? Te quedan bien.

—Dime más sobre tu ex —contrarresto—. ¿Cuál es su nombre? Sabes del mío. Acaba el agua y apuñala la lima con su popote. —Rachel. —¿Finges que la lima es Rachel?

Página

—Dime más sobre tu ex —dice.

116

Gracioso. La mayoría de los chicos me quieren sin gafas pero de nuevo, Blake no es como la mayoría de los chicos. Y por eso, quiero decir que no debería estar pensando en mí de un modo sexual y ciertamente no debería ser entretenida después de dos zumos y una cerveza Oyster negra que probé a instancias de Blake. Fue sorprendentemente delicioso.

Se ríe. —En estas mismas fechas del año pasado, sí. Ahora, no tanto. Realmente no pienso en ella. No sé cómo sé que ella le rompió el corazón, pero lo hago. Ni siquiera me di cuenta de que Blake tenía un corazón para romper, pero puedo ver el trasfondo de dolor allí, uno que estuvo tratando de ocultar detrás de sus hoyuelos desde entonces. —Es agua pasada —añade, dándome una mirada penetrante, del tipo que me dice que deje de hablar de eso. Y realmente debería. Pero hay algo dentro que me obliga a seguir hablando. Tal vez sea el zumo. Tal vez sea el hecho de que ya le desnudé mi alma a través de nuestra historia. Puede que no lo sepa, pero hay tanto de mí en Susan, en sus inseguridades y fracasos. Mis personajes siguen siendo yo, incluso si se hallan enmascarados por la fantasía y la ficción. —Bueno —digo lentamente—, Alan y yo estuvimos juntos por cuatro años. Viví con él por uno. Era prácticamente mi mejor amigo y siempre el chico bueno, ya sabes. Realmente no tiene ningún defecto, pero faltaba algo entre nosotros y lo toleré porque no conocía nada mejor. Lo conocí por tanto tiempo, empezamos a salir en la escuela secundaria y creo que me encontraba tan feliz de que un chico estuviera interesado en mí, un chico que todas las demás chicas querían, que caí rendida. Estoy mirando a los patrones de la madera sobre la mesa mientras hablo y finalmente levanto la mirada para verlo. Está escuchando, centrado exclusivamente en mí y me da un pequeño asentimiento de ánimo. — Además era agradable. Vi a muchas de mis amigas involucrarse con infieles e imbéciles y me sentí muy afortunada de que conseguí a un chico que no era así. —Hago una pausa, tomando un sorbo de mi bebida—. Pero, después de un tiempo, empecé a darme cuenta de que en realidad no me conocía. Y tal vez eso es mi culpa, tal vez porque no me mostré a él. Siempre me instruí a ocultar en quién estaba creciendo, porque mis padres querían que encajara más que nada, tal vez porque mi hermana ya le dio el dedo medio a la conformidad. De todos modos, en pocas palabras, en vísperas de Año Nuevo, Alan me lo propuso en Tofino, en una fiesta con su familia y todos nuestros amigos y yo... tuve que decir que no.

Una sonrisa se extiende por su rostro, sus ojos traviesos. —No lo hiciste —dice con susurrante incredulidad.

Página

—¿Aparte de vomitar sobre él segundos después de que me preguntó?

117

—Mierda —dice Blake en voz baja—. ¿Cómo te fue con eso?

Asiento y le doy una sonrisa avergonzada. —Lo hice. Cosas que suceden. De todos modos. Rompí su corazón por completo y luego vomité por todas partes. No es el mejor modo de dejar una relación. Se ríe en voz baja mientras se inclina hacia atrás en su silla, pasando los dedos por su mandíbula. —Eso es cierto, pero aun así. Maldita sea. Supongo que eso significa que soy una persona horrible que encuentro todo malditamente hilarante. —Estoy segura de que me reiré algún día. Inclina su cabeza, estudiándome. —Aún no lo terminaste. Le doy un vistazo. —Estuve con él por cuatro años. Fue mi primer amor, mi primer... todo. —Pero es mejor terminarlo ahora, ya lo sabes. Me encojo de hombros. —Depende de con quién lo hables. La camarera se acerca justo entonces para darnos nuestra comida, una ensalada de remolacha, avellana y queso de cabra para mí, un pastel de carne para él. Estoy agradecida por tener algo que hacer aparte de confesar y después de unos pocos bocados de la ensalada, mi mente se distrae por mis papilas gustativas. Para cuando terminamos de comer, es como si ambos olvidamos que nos sinceramos. Eso es hasta que me deja en mi casa. —Gracias por hacerme compañía —dice, sus grandes manos apoyadas en la palanca de cambios—. Por la charla. Siento que mi cuerpo se calienta cuando me encuentro con sus ojos. Hombre, debo estar achispada como el infierno. —Gracias por terminar el trabajo —digo, manteniendo mi nivel de voz. Me da una sonrisa vacilante. —Bueno, ¿por qué otra cosa estoy aquí?

Página

Pero de alguna manera me sereno, me aparto y camino por la entrada del auto, el aire de la noche fresco y húmedo. Echo un vistazo por encima de mi hombro antes de cruzar la puerta y él sigue estacionado junto a la acera, observando y esperando.

118

Nuestros ojos se encuentran y algo más profundo, más salvaje, pasa entre nosotros. Hace que mi corazón palpite con tanta fuerza en mi pecho que creo que la única liberación es abrir la puerta del auto y correr, correr, correr en la oscuridad.

Blake Traducido por Alysse Volkov & ∞Jul∞

N

o sé cómo lo hacemos. Pero lo hacemos.

La irónica aventura de Forrest Cosway en El Ladrón de Corazones está terminado y entregado a la Profesora Dumas a tiempo. En realidad, lo teníamos listo una semana antes, pero Amanda quería seguir retocándolo y mientras yo normalmente no me quejaría con un proyecto mucho, este era especial y comprendía su necesidad para hacer todo lo que podría ser. Demonios, sigo pensando que podría utilizar otra ronda de edición, pero si hay algo que he aprendido de esta clase es que tienes que aprender a dejar ir. Ahora el manuscrito ha sido entregado (además de enviarlo por correo electrónico) y hay una fuerte sensación de pérdida y confusión en el aire, como el día después de tu cumpleaños. Para mí es el doble ya que esta era mi última asignación de toda mi carrera y no tengo ni idea de lo que viene a continuación. Ni idea en absoluto.

—Así que... —digo y cuando atrapa mi mirada sobre su piel, no tengo ningún apuro de quitar la mirada—. ¿Qué sigue?

Página

—Así que... —dice Amanda a medida que dejamos el aula, casualmente colgando sus pulgares a través del lazo para el cinturón de sus vaqueros. Con el clima cálido de abril pero temperamental, estoy viendo más de su piel últimamente y ahora mis ojos se posan sobre las débiles pecas en su hombro, mostrado por su camiseta verde esmeralda. Las pecas incluso van hacia la curva de sus pechos y no tengo ganas de averiguar dónde más pueden llevarnos.

119

Trato de no pensar en ello.

—Creo que esto es todo —dice, deteniéndose al pie de la escalera. Se encoge de hombros—. Quiero decir, la clase ha terminado, el año ha terminado. Hemos terminado, es lo que quiere decir a continuación. Sabía que esto iba a suceder. Cuando el proyecto terminara, dejaríamos de ser compañeros y dejaríamos de trabajar juntos cada dos días. No esperaba sentir esta curiosa punzada en el pecho, pero es tan desagradable como una hemorroide para ser tragada, empujada a un lado, e ignorarla. —Con suerte la Dumbass lo tomará con calma con nosotros —le digo, tratando de encontrar algo que decir. Rueda los ojos, pero sonríe con facilidad. —No puedo creer que nunca pensé acerca de un apodo tan obvio... a pesar de que la Profesora Dumas no es una idiota. —Estabas demasiado ocupada tratando de ser la mascota de la profesora —le recuerdo. —Esta es la universidad. No hay mascotas de profesores —se queja maliciosamente. Me balanceo sobre mis talones. —Oye, dije que tratabas de convertirte en uno. No tuviste éxito. —Hago una pausa, de repente sintiéndome incómodo—. Estoy seguro de que vamos a hacerlo muy bien. No me quiero poner todo engreído... —Deja escapar un resoplido burlón y continúo—, pero escribimos jodidamente bien. Y no estoy seguro de si sabes esto, pero soy como una gran cosa. —Bien, bien. —Suspira y mira a su alrededor, su lenguaje corporal me dice que quiere ponerse en marcha—. Bueno, supongo que te veré... —Ven a Libros Crawford por un descuento para amigos y familiares — le digo con un guiño. Maldita sea, eso fue terrible. ¿Qué pasa conmigo?

—Señor Crawford —dice la Profesora Dumas, moviendo los brazos hacia mí, los flecos de su chal balanceándose. Sus ojos son brillantes, una cálida sonrisa en su rostro. Me encanta cómo me llama Sr. Crawford, como si fuera distinguido de alguna manera.

Página

Dice adiós y se dirige por las escaleras. Es exactamente dónde yo iba, pero no quiero hacer esa cosa extraña en el que dicen adiós y luego terminan caminando en la misma dirección, por lo que espero un poco en la parte superior de la escalera hasta que escucho que mi nombre es llamado detrás de mí.

120

—Lo prometo —dice, todavía tengo la sensación de que va a estar evitando la librería para el resto de su vida.

—Me alegro de que todavía esté aquí —dice mientras camino hacia ella. —No me diga que lo ha leído ya —le digo. —No, no —dice—. Sólo los primeros capítulos. Se aprende a leer rápido en este trabajo. Me muerdo el labio, esperando a que continúe, rezando que no fuera basura. —Es maravilloso, de verdad —dice—. Complejo. En capas. No exenta de defectos, por supuesto. —Por supuesto —le digo, aunque no puedo creer lo emocionado que estoy con los comentarios. —Estoy seguro de que el resto estará bien —continúa—. Sólo sé que se está graduando y quería decir que tiene talento. Una bendición, si es que puedo usar un cliché. Mi sonrisa divide mi cara en dos. Tanto por ser genial y compuesto. — Puede utilizar todos los clichés que quiera. —Sólo espero que no se detenga. Sé que ha terminado un grado en negocios y sé lo importante que es Libros Crawford para la comunidad. Pero no deje ese lado de las cosas silenciar su lado creativo. Si te mantienes disciplinado, podrás escribir lo que quieras y tal vez hacer una vida de ello, siempre y cuando lo hagas una prioridad. Obviamente todo esto es música para mis oídos necesitados. Pero aun así pregunto—: ¿Qué pasa con Amanda?

—Eso es de lo que estoy hablando —dice, dejando caer su tono de desaprobación—. Así que muchos autores aparecen por todo el lugar debido a lo fácil que es conseguir rica escritura erótica auto-publicada. Pero los escritores reales toman el camino duro.

Página

—Bueno, estoy bastante seguro de que realmente no se puede hacer dinero rápido en estos días a menos que estés escribiendo Cincuenta Sombras de Grey Parte Ocho: Gris y más Gris.

121

Inclina su cabeza hacia mí. —¿Amanda? No estoy en libertad para hablar de otro estudiante. —Espera un segundo—. Pero voy a decir que tenía razón cuando pensaba que los dos iban a trabajar bien juntos. Ella tiene un futuro brillante por delante también, mientras no se rinda tampoco. La escritura es una profesión difícil y fácilmente elimina a los soñadores de los trabajadores, los que quieren dinero rápido en comparación con los que quieren construir una carrera. Quédate con ello y harás algo grande.

Y totalmente la desconecto porque ahora estoy pensando en lo que dijo. Hacerse rico rápidamente. Auto-publicado. Erótica. —Así que la gente sigue comprando esos tipos de libros —digo lentamente—. Quiero decir que sé que el sexo vende y los libros electrónicos empiezan a asumir el control, créanme que he escuchado mucho sobre ello de mi padre, pero... —El mercado del romance es más grande que nunca —suministra y por el endurecimiento de su mandíbula puedo decir que comparte la opinión de mi padre—. Y, libros sexuales, cortos y sucios lideran el paquete. Estos llamados autores, todos ellos utilizando seudónimos, obviamente, están introduciendo su basura, se vende a un dólar y, sin embargo, traen cientos de miles de dólares. Pero eso es sólo en Amazon. En el mundo real, hay reglas de la literatura y eso es sin duda donde debes centrar tus esfuerzos. —Definitivamente —repito con aire ausente. ¿Cientos de miles de dólares? Estoy empezando a pensar que trabajar en una librería me ha cegado a lo que realmente sucede en el mercado de libros electrónicos. —De todos modos —dice con rapidez, dándole a mi brazo un apretón con sus delicadas manos—, tienes un futuro honesto y brillante por delante. Mantén la concentración, que la escritura sea una prioridad y mostrarás tus propios libros un día en la tienda. Si necesitas algún consejo, ya sabes dónde encontrarme. —Gracias —le digo mientras ella dice adiós con la mano y se dirige de nuevo por el pasillo hacia la sala de clase. Un millón de ruedas empiezan a girar en mi cabeza, un millón de engranajes batiendo en mis entrañas.

Y estoy bien. A pesar de que tengo que hacer un montón de investigación para ver si lo que la Profesora Dumas dijo es correcto, Amanda no necesita estar involucrada. Nuestra asociación ha terminado. Además, ¿erótica? Ella es la persona menos erótica que conozco.

Página

Calma, me digo, dirigiéndome al Sr. Mean. No la necesitas para hacer esto.

122

Corro escaleras abajo hacia fuera en la playa de estacionamiento, parpadeando a la luz del sol y los pocos estudiantes dando vueltas, los últimos rezagados después de los exámenes. Amanda y su Mini Cooper no se hallan en ninguna parte para ser encontrados.

A menos que tenga algún sucio, pervertido lado escondido en lo profundo, uno que su ex novio no dejó que complaciera. Esto podría sacarlo. Yo podría sacarlo. Niego con la cabeza, tratando de enderezar mis pensamientos, para conseguir esos pensamientos acerca de Amanda lejos, muy lejos. Hago un plan. Tengo que ir a la librería de todos modos, pero si mi padre me atrapa desplazándome a través de libros de Amazon sólo le puedo decir que estoy haciendo la investigación de mercadotecnia. A continuación, voy a enviarle un mensaje a la chica del Sr. Mercedes (¿cuál era su nombre? ¿Stella? ¿Stephanie? ¿Cersei?) Y ver si está disponible para las bebidas mañana. Tengo un poco de vapor que necesito soltar y ahora que la presencia acerada de Amanda ya no está involuntariamente bloqueando mí pene, tengo que saltar de nuevo en la piscina de citas. Al igual que, una puta bala de cañón, donde todas las partes se mojen. Abril marca el inicio de la temporada turística en la ciudad. Las flores están en plena floración y extranjeros descienden en las calles limpias, mirándolos gastar su dinero en pequeñas botellas de jarabe de arce caro, camisetas con alces y castores en ellos y losas de salmón ahumado. También encuentran su camino a la librería, en busca de unas vacaciones de lectura o simplemente para admirar el ambiente, por lo que cuando llego allí ya estamos muy ocupados. Trabajamos sin parar, lo que es genial para el negocio e incluso mi padre parece estar en un estado de ánimo bullicioso. Todavía no me ha mencionado el divorcio y no me atrevo a tocar el tema, pero al menos él sonríe más. Las estaciones de verano nos han salvado en el pasado, pero no estoy seguro de si esta temporada será suficiente para hacerlo.

Aproximadamente la mitad de los libros en Los Mejores 20 son erótica a un precio barato, que van desde 99 centavos a 2,99 dólares. Todos ellos parecen ofrecer el mismo tipo, también, en varios grados de desnudez. Unos

Página

La lista de Los Mejores 100 de Amazon es el mejor indicador de cómo los libros se venden y en el momento en que echo un vistazo a Los Mejores 20, estoy flipando un poco. La Profesora Dumbass no es una idiota después de todo.

123

Me quedo hasta tarde para poner todos los libros de nuevo en su sitio y poner en orden la tienda mientras mi papá sale a una cita con la cual parece muy cauteloso (estoy asumiendo que es con un abogado). Con las luces de la tienda apagadas y la oscuridad afuera, salto en el taburete detrás del mostrador y abro el sitio de Amazon Kindle en el equipo de trabajo.

pocos tienen barba larga y tatuajes, se cortan más al nivel del cuello, ya que supongo que sus caras son horribles, y todos dejan al descubierto sus pechos llenos de esteroides. Mierda, no quiero pensar en lo pequeñas que sus bolas deben lucir muy encarecidas. Si van a obtener algún coño de ser un modelo de portada, voy a asumir que las chicas estarán muy decepcionadas una vez que se quiten los pantalones. Los libros también tienen títulos similares, como Chico Malo siendo Malvado y Putas somos nosotras y todos parecen estar escritos por Sassy LaRue y Lacey Lippes. Trago. Y todos venden bien. Todos. Ahora estoy decidido a averiguar qué tan bien. Hago un poco de búsqueda en Google que me lleva a la página web de un autor más vendido del que nunca he oído hablar que evidentemente indica lo mucho que hace de cada libro electrónico, lo mucho que tiene que vender con el fin de llegar a un determinado lugar en la clasificación y lo mucho que hace en el transcurso de un año con una publicación casi todos los meses. Es de mal gusto y probablemente poco profesional presumir de sus ganancias así, pero me resulta muy informativo, especialmente desde que sus ventas se encuentran por encima de los trescientos mil. Saco un bloc de notas con el logotipo de la tienda en él y hago algunos cálculos. Una gran cantidad de matemáticas. Mi diploma viene muy bien.

Es ganar, ganar, ganar y todo lo que tengo que hacer es escribir un poco de obscenidades. Pero no puede ser sólo obscenidades. Tiene que ser el clítoris palpitante, bragas mojadas, indecencias de apretar el muslo que haga a las mujeres venirse una y otra vez. Algo sin argumento y fácil de seguir desde que masturbarse durante todo el día ha sido conocido por eliminar algunas

Página

Ventas = dinero = ahorro de la tienda. Significa tener suficiente dinero para contratar a un gerente que sabe lo que hace, impidiendo que mi padre vaya a la quiebra y me da la libertad de hacer-y-escribir lo que realmente quiero.

124

Básicamente, según lo veo, si hago un seudónimo, encuentro una imagen común de un mono con esteroides sin camisa, y escribo una novela de veinte a treinta mil palabras de algún tipo de esfuerzo romántica o sexual, y lo pongo en Amazon por 99 centavos, podría hacer algo de dinero. Si publico todos los meses, obtendría más dinero. Si pongo algo de dinero en publicidad y mercadeo, de acuerdo con varios otros artículos y sitios web, podría aumentar mis ventas aún más.

células cerebrales. Tiene que ser romántico también, lo suficiente para que, mientras que el tipo se clava en la heroína, es considerado (o sumiso) lo suficiente para no dar la vuelta y follar a alguien más. Sólo tengo un Kindle a través de aplicación en mi iPhone, pero es suficiente para comenzar. En nombre de la investigación empiezo a descargar cada libro más vendido del romance erótico que puedo encontrar hasta que mi teléfono se llena de ellos y luego comienzo a leer. También hago una nota mental de no dejar que cualquiera vea a través de mi teléfono hasta que haya leído y borrado cada una de estas estupideces. Es casi medianoche cuando mis ojos comienzan a molestar y mi cerebro se siente como basura. He hecho mi camino a través de Grandes Bolas, un romance deportivo que implica un jugador de tenis bien dotado de nombre Rock Hardon, y Mendigando por segundos, sobre Chevy Silverado, un chef multimillonario que enseña a su nuevo cocinero cómo se debe utilizar realmente una jeringa para pavo. Sorprendentemente, funcionó mucho mejor en el libro que hizo en Gigli. Tal vez sea porque estoy muy cansado y mi mente trata de digerir horas de escritura explícita, pero me siento esperanzado. Si ellos pueden hacerlo, no hay razón por la que no puedo. Es decir, realmente sé escribir, es sólo la cuestión de encontrar el tiempo y la motivación. Y tal vez descubrir algo de ese romance y ternura que todos estos libros parecen requerir. Puedo escribir la puta sucia perversión bastante bien, creo, pero todo el aspecto acaramelado se halla muy por encima de mi cabeza. Sólo he estado enamorado una vez y me arruinó, así que no estoy seguro de que mi punto de vista insensible será útil. Pero siempre está Amanda. Sí, ella también se siente hastiada y un poco con emociones robóticas, pero está obligada a ser más sensible de lo que soy. Quiero decir, sé que al menos puede escribir sobre ello. Su caracterización de Susan y Betania, en El Ladrón de Corazones era honesto y real y vino de un lugar suave en su interior, que yo sepa, no existe dentro de mí. Puede ocultarlo detrás de sus gafas y la cara de perra silenciosa y la tendencia a azotarte con insultos como si estuviera pelando guisantes, pero sé que está ahí.

Página

Ella es un poco demasiado para tomar a veces y estoy seguro de que todavía piensa que soy el mayor pendejo del mundo, tanto literal como figurado, pero empezaba a acostumbrarme a su compañía. Escribir con ella fue muy divertido. Luchar con ella lo era aún más. Tal vez incluso caliente. Y caliente es exactamente lo que necesitamos llevar a la mesa con el fin de ganar dinero.

125

Y, para ser honesto, quiero volver a verla.

¿Pero irá por ello?

Página

126

Eso es un asunto completamente diferente.

Amanda Traducido por Jadasa, Kariza & Alysse Volkov

P

henelope entró en el claro, la niebla de la madrugada empaña las copas de los árboles Galadrial de donde caen hojas anchas de color amarillo y rosado, haciendo que parezca como si estuviera caminando a través de un sueño color caramelo. Quiso adelantarse comenzando a recoger los grillos de entre las flores donde anidaban, antes de que el sol ascendiera demasiado en el cielo lavanda y el grupo se pusiera en camino una vez más. Sin embargo, a pesar de que era temprano y la tierra aún estaba alrededor de ella, oyó un crujido que provenía de la espesura; así como el distante chapoteo del agua. Sacó su arco, las alas en su espalda listas para volar en cualquier momento, y se deslizó hacia delante, silenciosa como un ratón.

Phenelope tragó saliva, sintiendo que le atravesaban una miríada de sensaciones. Nunca pensó en Luthwen de esa manera y ni una sola vez albergó la idea de que le gustaba. Después de todo, ella era en parte pájaro y la vida era demasiado dolorosa y seria como para alguna vez enamorarse de alguien más, mucho menos de tener relaciones físicas. Pero ahora, observándolo en secreto, descubrió que sus nervios chispeaban por la necesidad

Página

Era un espectáculo que te dejaba boquiabierta. Sus músculos fibrosos y la piel bronceada brillaba por encima de la superficie como la miel cruda, los planos de su espalda desnuda se elevaban desde sus firmes nalgas. Su cabello parecía más largo cuando se mojaba, color cobrizo, y se aferraba a sus hombros mientras inspeccionaba el apacible estanque frente a él.

127

Allí, a través de las ramas, vio una figura que hizo que todo su cuerpo permaneciera inmóvil. Era Luthwen, quien se metió en el agua completamente desnudo.

y urgencia, casi abrumadora, de desnudarse y unirse a él en el agua. Pero ella no podía hacerlo. No lo haría. Aprendió esa lección antes. Me quedo mirando las palabras en la pantalla de mi ordenador, leyéndolas una y otra vez, tratando de que vuelvan a fluir, intentando averiguar qué seguirá después. Pero no puedo. Es el caso más curioso y frustrante de bloqueo de escritor que alguna vez tuve. De hecho, la última vez que escribí algo fue cuando arreglé los últimos párrafos de El Ladrón de Corazones antes de que lo entregara el otro día. Desde entonces, mi mente ha estado atascada, penosamente en el lodo. Ni siquiera ese clima que es precioso, el verano que se presenta frente a mí como una manta caliente y prístina, y que estoy distraída por la vida. No es eso en lo absoluto. Es que la voluntad de terminar la historia como lo planeé se ha reducido a nada. Cuando escribía la novela con Blake, las palabras no podían llegar lo suficientemente rápido, a pesar de que las partes más fáciles parecían venir con la interacción entre Phenelope y Luthwen. Simplemente, el hábito de escribir, de crear, se plasmó en mi otro trabajo. Pero ahora, cuando pienso en mis siguientes escenas y lo que sigue, es como si estuviera arrastrando los pies. Solo puedo escribir con una pistola en la cabeza. Lo peor es que el único momento que siento que puedo escribir un poco más es cuando considero la idea de convertir la novela en un romance, o al menos en cambiar el carácter sexual y romántico del libro. Pero estoy luchando porque Phenelope debería luchar contra ello. Ambas tenemos que ser fuertes. Luthwen puede ser guapo, musculoso y exudar atractivo sexual, pero eso no quiere decir que Phenelope debería sacrificar la misión por acostarse con él.

Pero no tengo fuerza para enojarme. Suspiro, empujándome de vuelta hacia el ordenador y frotando mi frente, intentando aflojar la tensión. —Es un asco —murmuro—. Solo estoy mirando la pantalla y cuando no lo hago, estoy mirando las paredes y cuando no estoy haciendo eso, me quedo dormida.

Página

Levanto la mirada por encima de mi ordenador para verla de pie en la puerta, sonriéndome con cautela. Ella sabe, oh, sabe, que lo peor que se le puede decir a un escritor en apuros es “¿cómo estás?” o “¿terminaste de escribir algo?” Perra, si logro terminar de escribir algo, puedes jodidamente apostar que lo sabrías.

128

—¿Cómo estás? —pregunta Ana.

—¿Quieres ser mi conejillo de indias de nuevo? —Sacude una barra de labios color verde—. Me vendría bien la ayuda. Se supone que tengo que hacer maquillaje de fantasía. Ya sabes, las cosas de nerd que te gustan. Eso suena más interesante de lo normal y sé que esta vez, probablemente, acierte ya que su maquillaje del día a día generalmente bordeaba con lo de reina del baile futurista de los años ochenta, pero no puedo molestarme en hacer nada. Incluso salir a correr es una lucha. Temo que mi bloqueo de escritor lleva lentamente a bloquearme la vida. ¿Y entonces qué? —Qué te parece si te lo colocas a ti misma y yo observaré —le digo. —Suena raro —dice ella. —Estoy bastante segura de que para ti, todo suena raro. —En realidad, últimamente, para mí todo ha estado sonando raro, de ahí la típica escena pervertida en mi libro. Phenelope, eres una pervertida, pienso para mí misma. Aun así me levanto y sigo a Ana a la cocina. Me he resignado totalmente al hecho de que el maquillaje se apoderó de forma permanente de la mesa. A menudo, bebo mi café alrededor de los tubos de rímel y correctores de colores. El otro día, encontré sombra de ojos en crema en mi batido de proteínas. Afortunadamente, son las últimas semanas de clases de Ana, aunque eso signifique que trata de practicar en mí lo más que puede. El otro día, se hallaba Rio aquí y vi a Ana transformarla en una drag queen21 bastante convincente, aunque estoy segura de que no era esa su intención. A pesar de que solo son las tres de la tarde, voy a sacar de la heladera una botella de pinot gris. A la mierda con todo, una receta para la pesadez diaria.

Es Blake. Tengo que admitir que estoy sorprendida de que me llame.

Es un término que describe a un hombre que se viste y actúa como lo que se conoce como estereotipos de una mujer de rasgos exagerados, con una intención primordialmente histriónica que se burla de las nociones tradicionales de la identidad de género y los roles de género. 21

Página

Pensando que es o mi madre o un vendedor telefónico, lo saco de mi bolsillo y le doy un vistazo.

129

Sirvo para ambas, agradezco a Dios por las compañeras que beben de día, cuando suena mi teléfono.

Sorprendida, y, bueno... solo ignoro ese pequeño vuelco que hace mi corazón. —Hola —digo cuando contesto, sonando más animada de lo que pretendo. Ana me observa arqueando lenta y aterradoramente una ceja. —Hola, pelirroja —dice sin problemas—. ¿Te agarro en un mal momento? Bajo la mirada a la copa de vino. —Realmente no. Me encontraba a punto de tener mí bebida del día. —Qué coincidencia, yo también. —Hay una larga pausa y me encuentro conteniendo la respiración, insegura de lo que va a decir a continuación—. ¿Te gustaría unirte a mí? —pregunta—. Hermoso día, un período lento en Spinnakers. Podríamos beber un par de cocteles en el patio. —La última vez que probaste mi coctel casi le escupiste a la camarera que se encontraba cerca. —Conoces mi suerte con las camareras. —Y azafatas, compañeras de clase y en su mayor parte, mujeres. Si, lo sé. Pero, debajo de las bromas ocasionales, sé que tengo que decirle que no. El hecho de que ambos trabajamos juntos y que él todavía quiera salir no es nada más que malas noticias. Quiero decir, ¿qué más podríamos ofrecerle el uno al otro? —¿Aceptas ir al bar? Puedo ver a Ana asintiendo ansiosamente ante mí. —No —le digo y ella expresa en voz alta su decepción—. Estoy ocupada. —¿Lavándote el cabello? —Sí —le digo—. Y no voy a pasar el rato contigo.

—¿Te dije que me gusta eso? —Sí. —Y aún así sigues haciéndolo.

Página

—Me lo has dicho.

130

—Eres algo malvada, ¿te das cuenta?

Suspiro a pesar de que trato de no sonreír. —De todos modos, no creo que sea una buena idea. No hay ninguna razón para que pasemos el rato juntos. Una pausa se interpone entre nosotros. ¿Estoy siendo demasiado dura? Quizás. Abro mi boca para retractarme, pero, dice—: Pero tengo una razón. —¿Y cuál sería? —Una propuesta. —Sí, esas nunca terminan bien. —Esta puede que sí. Podría acabar con nosotros siendo ricos. Ahora tiene mi atención. —¿De qué hablas? —Permite que te recoja, puedo estar allí en media hora. —¿Pero qué es esto? No voy a menos que lo sepa. El mes pasado, mi compañera de habitación tuvo una mala pelea con un capo de la droga de Nigeria, y no estoy a punto de seguir sus pasos. —Dile que la ternera a la parmesana estuvo buena —susurra ella, haciendo un gesto hacia el teléfono. —No me gusta reventar tu burbuja, melocotón, pero sabes que no soy un capo de la droga de Nigeria. Pero tengo una solución para tu imaginación hiperactiva. —¿Si voy, prometes que nunca me llamarás melocotón de nuevo? —No —dice—, pero solo porque soy nada más que honesto. —Todavía no estoy segura de que sea cierto. —Créeme. —Eso no ayuda. —Te veo en treinta minutos.

—No, vamos a Spinnakers de nuevo —le digo, dirigiéndome rápidamente a mi habitación para encontrar algo adecuado para vestir. Sé que mis pantalones de yoga y mi camiseta sin mangas que dice “¡Bazinga!” deberían ser suficientes; pero, extrañamente, me siento obligada a arreglarme un poco más.

Página

—¿Va a venir aquí? —pregunta Ana entusiasmada. No me sorprende verla tomar de un trago todo el vino.

131

Y termina la llamada rápidamente, antes de que pueda protestar de nuevo.

Ana me sigue. —¿Una cita? —pregunta con optimismo cauteloso. —No —digo, fulminándola con la mirada agrego—: No es una cita. No tengo citas con chicos como Blake y él no sale con chicas como yo. Hemos hablado de esto. —¿Ni siquiera si es tu chico para follar? Hago una pausa al rebuscar en mi armario y le miro de reojo. — ¿Dónde aprendiste el término “chico para follar”? —Tu amiga, Rio —dice—. Habla mucho. Aprendí un montón. Me alejo de ella y me saco la camiseta sin mangas, colocándome una blusa color mostaza con las mangas arremangadas que sé que me hace ver atractiva junto con mi cabello. Hablando de cabello, le saco el elástico e intento ahuecarlo alrededor de mis hombros. —Es tan bonito, úsalo de esa manera —dice, viniendo detrás de mí y acariciando mi cabeza como si fuera un pájaro exótico. —Pensándolo bien, no —le digo. Él sabe lo que me dijo sobre mi cabello, sabría que era para él. Lo recojo en un moño suelto, me pongo los pantalones capris blancos y rosados con transparencias doradas y estoy casi lista para salir. Oh, esta parte va a ser incómoda. Lentamente, me doy la vuelta para ver a Ana mirándome, esperanzada como el infierno. —Solo podría maquillarte ligeramente. Un polvo.

Luego se pone a trabajar. Yo, bebo el vino. Todavía está terminando de colocar el rubor cuando se escucha un golpe en la puerta y estoy teniendo intensos deja vú de la última vez que Blake estuvo por aquí. Pero, afortunadamente, mantuvo a raya las pestañas También conocido como el “Monarca del Planeta X”, es un superhéroe ficticio que aparece como personaje en publicaciones de la serie Marvel Comics. 22

Página

Me siento en la mesa de la cocina, pasa unos buenos tres minutos solo mirando a su maquillaje y luego mi rostro. De acá para allá. Nunca la he visto tan decidida, creo que “apariencia natural” aún no forma parte de su vocabulario.

132

Me las arreglo para sonreír y asentir. —De acuerdo —le digo, esperando no sonar tan asustada como me siento. Es decir, ha recorrido un largo camino. Solo porque hace unos minutos se empeñaba en hacerme quedar como Groot22, no significa que voy a salir de aquí viéndome como si perteneciera a una película de Marvel.

con pegamento y cuando me entrega el espejo, ¡oh, sorpresa! Me veo muy atractiva. La sombra de ojos color melocotón y el delineador de ojos de gato realmente resaltan mis ojos azules y el rubor se mezcla naturalmente con mi piel ligeramente pecosa. —¿Te gusta? —pregunta, con las manos juntas en el pecho e insegura por mi potencial respuesta. —Me encanta —digo. Y no es una mentira. Le doy un rápido, aunque torpe abrazo, quizás el primero que alguna vez le he dado, y velozmente agarro mi bolso y salgo por la puerta. Blake espera en el jardín que ocupa todo el patio trasero de la casa, uno en el que los dueños han estado trabajando duro desde que comenzaron a salir los primeros brotes en marzo. A pesar de que dicen que tenemos acceso libre al patio, al pintoresco conjunto de mesa y sillas de hierro que se encuentra entre las lilas, con Ana a menudo nos entrometemos en su jardinería cada vez que la usamos. Ah, la alegría de no tener casa propia. —¿Qué haces? —le pregunto, protegiendo mis ojos del sol, mientras saco mis anteojos de sol. Levanta la mirada de una zona bien cuidada de campanillas y me sonríe, esos hoyuelos profundizándose en sus mejillas. Con un rayo dorado de sol golpeándolo así, se ve bien. Realmente bien. Sé que solo han pasado tres días desde que lo vi por última vez, pero no sé. Quizás algo ha cambiado en los últimos días. Estoy notando músculos que nunca he visto antes (lo cual sé que siempre han estado allí), la forma en que se mantiene, el brillo en sus ojos cuando me mira. Joder. No empujes a Phenelope. Si ella no puede tener a Luthwen, indudablemente no puedes tener a Blake. —Las abejas —dice, señalando las campanillas—. Las he estado observando.

¿Doy o no rienda suelta a mi nerdcismo? —Sabía mucho más cuando era más joven. Leí las revistas de National Geographic que mi padre tenía en el sótano. Tenía que haber un millar de ejemplares. Los leí todos. Estoy segura de que algunas eran sobre las abejas.

Página

Se acerca, con las manos en los bolsillos. —Debido a que son fascinantes. ¿Alguna vez te esforzaste en aprender de ellas? ¿Las estudiaste?

133

—Está bien. ¿Por qué?

—Impresionante —comenta, deteniéndose a unos pasos de mí. Ladea la cabeza, observándome—. Te ves muy bien hoy. ¿Eso es todo para mí? Pongo los ojos en blanco y me doy la vuelta alejándome antes de que pueda ver que me ruboricé. Maldita piel blanca y vasos sanguíneos hiperactivos. —Ya quisieras. —Quizás —dice con una sonrisa rápida mientras nos dirigimos hacia la verja y la abre para mí. —Entonces, ¿a qué se debe la fascinación por las abejas? —le pregunto, caminando a su lado. No sé qué es, pero en el último par de minutos se siente como si ha cambiado la dinámica entre nosotros. Tal vez, porque por una vez no estamos obligados por nada, simplemente, estamos juntos porque queremos. No, me recuerdo a mí misma. Es porque te prometió buscarte con algo secreto y deseas saber qué es. —Mi manuscrito —dice mientras nos acercamos al coche—. Para construir una raza alienígena creíble tuve que estudiar la estructura de la colonia y los instintos de la abeja. En realidad, son malditamente fascinantes. Hay todo un mundo alrededor de nosotros que ni siquiera logramos entrever, todo sucede en nuestras narices. —Apuesto a que no dirías eso cerca de Fluffy —señalo, subiendo al asiento del pasajero. Estoy desconcertada acerca de lo limpio que se ve. Sin un montón de mierda al azar para mandar al asiento trasero. Apenas la semana pasada, tenía una estufa para acampar aquí. Me pregunto si toda esta consideración es por mí, pero a diferencia de él, nunca diría algo al respecto. —Fluffy es un monstruo de las entrañas del infierno —dice mientras se abrocha el cinturón—. Pero créeme, ha hecho mérito para estar en la novela. Solo imagínalo cien veces su tamaño.

—Entonces, estoy asumiendo que escribes ciencia ficción —le digo. El Sr. Mean ruge al principio, y salimos a toda velocidad a las calles, haciendo girar las cabezas de los peatones a medida que avanzamos. Levanto mi mentón, haciendo como que estoy realmente tranquila.

Página

Debajo de su fuerte constitución delgada, manos grandes, sonrisa arrogante y hermosa cabellera, resulta que Blake Crawford es un nerd en el armario. Sé que hace un mes, habría ido corriendo a Rio con esta información, pero ahora me sentaré a regodearme, sabiendo que a pesar de todas nuestras diferencias, es muy parecido a mí.

134

Blake rara vez mencionaba su trabajo en progreso cuando estábamos juntos. Ni siquiera sé el género. De manera que al oírlo hablar de una raza alienígena, tengo que suponer que escribe ciencia ficción.

Se inclina hacia mí. —Ciencia ficción de terror —dice de manera casual, su rostro a centímetros del mío. Instintivamente contengo la respiración, a pesar de que hace mucho tiempo comí mi almuerzo y si hay algo que debería oler, sería a vino. Espero a que continúe. —Se llama Aurora de Sangre —dice finalmente, volviendo a fijarse en la carretera—. Y siento que la he estado escribiendo desde que era un pequeñín. —¿Cuánto has escrito? —Quizás el setenta por ciento. No mucho. No puedo evitar reírme ante eso. —¿Bromeas? ¿No mucho? He estado luchando en la mitad de mi libro desde hace tiempo, y no importa lo que haga, no puedo avanzar. Estoy atascada. Me vuelve jodidamente loca. —Entonces, quizás sea bueno que accedieras a venir conmigo. —¿Por qué así puedo emborracharme y olvidar que tengo un libro que necesito terminar? —Melocotón, me encantaría verte emborracharte. Eres adorable cuando tomas un par de tragos. Lo fulmino con la mirada acerca de ese puto apodo de melocotón. En este punto prefiero Tetas de Azúcar. Él solo sonríe. —Lo lamento. Un mal hábito. Blake tenía razón acerca de que Spinnakers no se encontraba muy lleno. Nos las arreglamos para encontrar un asiento en el patio de arriba, ambos pedimos la cerveza escocesa en el bar, y me siento de nuevo, mirándolo con curiosidad, esperando que hable. Sin embargo, antes de eso, me tomo un momento para observar y solo... Fingir.

Página

Miro hacia Blake sentado frente a mí, prestando atención a cada pequeña cosa sobre él, los vellos de sus brazos musculosos capturando la luz, la manera en que se aferra la fina camiseta a sus anchos hombros y bíceps fibrosos, la pendiente gruesa de su cuello que conduce a la línea de su mandíbula puntiaguda, la forma en que sus labios se retuercen hacia la izquierda, como si estuviera a punto de contarte un secreto que no debería, sus ojos que brillan con un millón de chistes sin contar. Me siento como si estuviera frente a alguien que está cien por ciento vivo y listo para enfrentar

135

Es lo que se me da bien.

el mundo. Para todos sus defectos, y tiene muchos, hay algo casi enigmático en él; algo que provoca que quieras aprender más. Que te incita a que quieras saber más de él. Finalmente, por último, entiendo por qué todas esas chicas se le lanzaban. Porque creen que él puede hacerlas mejor, solo por estar cerca de ellas. Y así, durante este segundo, puedo pretender que estoy aquí en una cita con Blake, que no estamos aquí debido a alguna otra oportunidad, y que lo que compartimos es genuino y verdadero. Todo es una mentira. Y es tan triste que incluso estoy fingiendo. Pero al menos no estoy pensando en Alan. Cuando menos, por una vez, no pienso que todo fue un error. Al menos tengo la esperanza de un futuro, porque ahora sé que hay más para mí, chicos u otras cosas. Especialmente otras cosas. Después de que tenemos nuestras cervezas, levanta la suya y me mira directamente a los ojos de tal manera que llega muy adentro, afectando algo dormido. —Brindo por El Ladrón de Corazones —dice, a pesar de que brindamos por ello el día que terminamos—. Y los nuevos emprendimientos. Por el futuro. Frunzo los labios por un instante antes de que choque mi copa contra la suya, la espuma blanca y espesa se derrama por el borde. —Salud. —Siete años de mal sexo —dice Blake antes de tomar un sorbo. —¿Qué? —digo, tratando de limpiar el lado de mi vaso con una servilleta—. Te miré a los ojos. —No, es siete años de mal sexo si lo derramas —explica—. Pero no te preocupes, siempre puedo ayudarte a salir de ello.

—¿Qué estás diciendo? —le apuro. —Tuve una idea hace unos días —dice, aclarando su garganta y poniendo su cara extra seria la cual envuelve un ceño fruncido y una mirada penetrante, como si debería recorrer los páramos gritando por Catherine23— . Hice mucha investigación antes de hablar contigo al respecto. Dolorosa 23

Hace referencia al personaje principal de la novela Cumbres Borrascosas.

Página

Estoy completamente bromeando pero él inclina la cabeza y muestra sus palmas, como estoy completamente de acuerdo.

136

Como siempre, súper inapropiado. Dios, espero no comenzar a gustarle. En cualquier caso, tomo un trago de mi cerveza, mirándolo seriamente. —Así que, ¿qué es este nuevo esfuerzo que propones? ¿Estamos escribiendo historias cortas para vivir?

búsqueda. Creo que tal vez debería haberte compartido un poco. Pero creo que podemos hacer que esto funcione. Solo te necesito a bordo. —Blake, no tengo ni idea de lo que hablas. Lame sus labios por un momento. —Está bien, de acuerdo, pero escúchame antes de hacer un juicio rápido. Escúchame, escúchame completamente. ¿De acuerdo? La película de Amigos con Beneficios parpadea a través de mi mente. No estará sugiriendo que tengamos algún tipo de acuerdo de folla-amigos entre nosotros, ¿verdad? No sé ni siquiera por qué me dejo pensar sobre ello. —Está bien… —Nosotros trabajamos muy bien juntos. Escribir contigo no solo ha sido inspirador para mi propio trabajo sino también ha sido demasiado divertido. Quién lo hubiera pensado, ¿verdad? Yo, el alma de la fiesta y tú, una chica quien se sienta en la esquina, y hace comentarios sarcásticos sobre las personas. —Blake —le advierto, haciendo la señal para que se dé prisa. —De cualquier forma, no puedes negar que escribimos bien juntos. Y de alguna manera trabajamos bien juntos también. —La mayoría del tiempo. —La mayoría del tiempo. —concede—. Pero que si te dijera que hay una forma en que nos mantengamos escribiendo juntos y haciendo un infierno de dinero.

Exhalo ruidosamente comenzando a mover alrededor mi portavaso. —Oh, chico. Bueno, está bien, he estado suscrita al Writer Digest24 por algunos años, leo semanalmente Publishsers Weekly25 . Se lo que vende y lo que no.

Revista americana dirigida a escritores consagrados, contiene entrevistas, manuscritos, y artículos de cómo hacerlo. 25 Es el sitio web de noticias internacionales de la edición y venta de libros, incluyendo noticias de negocios, comentarios, lista de libros más vendidos, etc. 24

Página

Se recarga en su silla, tratando de mover su cara del rayo de sol que entra a través del patio. —Dime qué más sabes sobre el mercado entonces.

137

—Odio decírtelo, pero El Ladrón de Corazones era un proyecto. Nadie va a pagar por una novela sobre una aventura, especialmente porque no huele a clase de escritura creativa. Conozco suficiente del mercado para saber eso.

—Y, ¿qué sabes sobre el mercado independiente? Estoy sorprendida de escucharlo mencionar eso. No pensaría que estaría en su radar, especialmente manejando una librería y todo eso. —El mercado independiente es todo lo independiente de romance y erótico barato. —Continúa —dice, más como una afirmación que como una pregunta. —Es solo que no me interesa —le digo, tratando de no sonar como una engreída—. Sé lo que quiero escribir y desafortunadamente la alta fantasía no le hace ningún bien a la auto-publicación, así que tengo en la mira conseguir un agente y algún día un contrato de publicación. —Pero, ¿qué si pudieras hacer más dinero que con un contrato de publicación y pudieras hacerlo ahora? —Presiona su dedo en la mesa para dar énfasis—. ¿Qué tal si tú y yo escribimos juntos? Bajo un seudónimo. A pesar de que mi primer instinto es decir no solamente, tengo que preguntar. —¿Qué podríamos escribir? —Romance erótico —dice sin perder el ritmo. Lo miro de soslayo, no segura de haberlo escuchado bien. —Um… —Escucha —dice—. Los escritores que hacen eso hacen toneladas de dinero. —También son traidores. —¿Y? Tal vez ellos también tienen cuentas que pagar, bocas que alimentar. ¿Crees que es muy malo querer hacer dinero? La avaricia es buena, Amanda, la avaricia es buena. —Esa frase realmente no funciona con acento británico.

—Podrían. Digamos que un tres por ciento lo toma por curiosidad, o tal vez son lectores de mente abierta a quienes les gusta un poco de obscenidades, una manera divertida de pasar el rato, mientras también leen memorias y libros de historia y fantasía y quien sabe qué más. No lo sabes. Las personas tienen diferentes gustos y les gusta una serie de cosas

Página

—Correcto —digo cautamente—. Como si los lectores de Cincuenta Sombras van a comprar mi fantasía después de todo.

138

—Y nosotros no estaríamos traicionándonos, además. Podemos escribir bien pero estamos comenzando, realmente. Podría ser una gran práctica, una manera de conseguir el pie en la puerta. Escribimos lo que vende, lo que las masas quieren, necesitan, anhelan, y entonces, cuando tengamos su atención, podemos publicar lo que realmente queremos.

diferentes, y tener a ese tres por ciento debido a nuestras obscenidades es mejor que no tener nada, ¿no crees? Tiene un punto, pero no necesita saberlo. —¿Realmente piensas que un editor va a querer mi libro después de haber escrito erótico? Hay un estigma, en caso de que no lo hayas notado, solo pregúntale a tu padre. Sus ojos se disparan al techo. —Créeme, sé acerca del estigma. Es por eso que escribiremos bajo un seudónimo. Demonios, mira a todos esos en los Mejores 100 de Amazon y apuesto a que cada libro sucio es de un escritor fantasma, escrito por un dúo o tal vez un autor establecido buscando jugar con el sistema. Nadie es quien dice ser con su nombre. No hay reglas aquí, podemos hacer lo que sea que queramos. Pongamos un libro al mes, dividimos las ganancias. Para final de año estaremos rodando en ello. —Pero, ¿qué si no es para mí? —le digo. Me da una mirada de perplejidad. —Bueno. El dinero que acabo de mencionar. —Se detiene, asiente lentamente—. Correcto. No necesitas el dinero. —No es que no lo necesite —le digo rápidamente—. Pero sigo en la escuela y tengo un préstamo de estudiante y mis padres me apoyaran hasta que me gradué. Necesito el dinero… solo no lo necesito tanto como para escribir una novela erótica contigo. —Lo haces sonar como una idea horrible —dice. —Es una idea horrible —le digo, dejando salir una risa—. Mira Blake… estoy de acuerdo en que trabajamos bien juntos pero solo no creo que este sea el siguiente paso lógico. —¿Pero no quieres el éxito? —dice, su voz más baja mientras se reclina a través de la mesa—. ¿No quieres probarle a la gente que escribir puede hacer dinero? ¿No quieres sentirte que has probado a todos que se equivocaban?

Me aparto de su mirada y me ocupo a mí misma con mi bebida. Odio que una parte de mi lo considere y por todas las razones equivocadas. Lo considero en parte porque si no digo que sí, no tendré una excusa para verlo todo el tiempo, o incluso verlo en absoluto. No quiero estar con Blake, pero al menos me gustaría estar a su alrededor.

Página

Sus ojos caen brevemente a mi boca. —Y esto serán tus propios términos y todo lo que siempre quisiste será mucho más fácil de conseguir. Solo… dime que lo vas a considerar.

139

Froto mis labios juntos, incapaz de mirar lejos de sus ojos que no dejan de perforarme. —No escribiendo erótica —digo suavemente—. Lo quiero bajo mis propios términos.

—Solo vamos a intentarlo —sigue—. Un libro. De la misma longitud que El Ladrón de Corazones. Lo haremos con un seudónimo, una cobertura y sacaremos la mierda fuera de él. La premisa necesita ser ridícula pero la escritura no tiene que serlo. Es práctica. —¿Para una carrera en la industria del entretenimiento de adultos? — digo, mis ojos enfocados en sus manos mientras sostienen su cerveza. —Por ambas carreras de escritura. No tenemos nada que perder justo ahora. Nada en absoluto. Y yo cubriré el dinero por el diseño de la portada, la edición, el formato, los anuncios de Facebook. Santo infierno. Realmente hizo la investigación. Continúa—: Honestamente, solo necesitamos escribir la más sucia, caliente historia jamás escrita y te prometo que si después quieres renunciar, puedes hacerlo, pero apuesto a que no querrás hacerlo. —Eres muy confiado de ti mismo —reflexiono. Me da una sonrisa rápida. —Por supuesto que lo soy. Tengo razón. Haz esto conmigo. Doblo mis brazos contra mi pecho y me siento derecha. —¿Por qué me quieres para hacer esto contigo? Podrías hacerlo por ti mismo y no dividir las ganancias. Suena como que ya sabes exactamente lo que necesitas hacer. La mesera viene en ese momento y pregunta si queremos más bebidas. Blake ordena más para nosotros antes de que pueda decir algo. —Yo me encargo —me dice. —No es necesario —le recuerdo—. Ahora, dime. ¿Por qué yo? Mastica su labio, sus ojos perezosamente viajando sobre mí, y daría cualquier cosa por saber exactamente qué está pensando, qué es lo que ve. —Puedes mantener un secreto —dice después de por lo que parece por siempre—. Eres ambiciosa. Eres talentosa. Y, bueno, necesito tu corazón. Parpadeo, tratando de procesarlo todo. —Necesitas…mi corazón.

—No estoy diciendo que sea verdad en la vida real pero he hecho mi investigación y cuando se trata de novelas de romance, es necesario. No importa cuán sucio y desagradable sea, si es su hermanastro jodiendo a su hermanastra —Arrugo mi nariz ante eso—, o el dedo de un maestro jodiendo

Página

Me echo a reír. —Oh, hombre, ¿de qué planeta eres y qué has hecho con Blake Crawford?

140

—No puedes tener sexo sin el amor.

a su alumna durante la clase, debe haber amor o no funciona. Si no entregas el feliz para siempre no importa cuántos agujeros haya llenado o cuantos orgasmos haya tenido. —¿Y dices que me necesitas para escribir la mierda cursi romántica? —Joder, sabes que yo no puedo hacerlo. —Bueno, tampoco yo. —¿Lo has intentado? —No —le digo, mi mente brevemente revoloteando hacia pensamientos de Luthewen y Phenelope—. Y como dije, no tengo interés en ello. —Entonces finge interés —dice mientras la mesera nos trae la bebida. Él le da un guiño rápido y ella sonríe maliciosamente hacia él, y eso hace algo vil dentro de mí. ¿Coquetea con ella frente a mí? Y, cielos, ¿cuándo se me ocurrió que eso era un problema? Sus ojos se mueven hacia mí y frunce el ceño. —¿Algo va mal? Niego con la cabeza. —No. Quiero decir, además de tu proposición. Tú más que nadie debe saber lo difícil que es escribir algo que realmente importa. No me puedo imaginar lo doloroso que sería escribir sobre algo que no te gusta. —Es gracioso —reflexiona para sí mismo, mirando a otro lado—. Pensé que habría sido un desafío. —Escribir contigo era un desafío —señalo. —Hasta que no lo era. Aspiro profundamente, conteniendo la respiración en los pulmones, tratando de conseguir un poco de claridad. No quiero convertir esta idea de que en realidad no es más que un esquema descabellado, pero al mismo tiempo…

—Te hice una propuesta oficial. Un plan de negocios. Hablando sobre poner esas clases en uso. Jesús. Es realmente serio. De hecho, incluso con el brillo de esperanza en sus ojos, no creo que lo haya visto tan serio antes, incluso cuando luchaba con problemas de la trama en El Ladrón de Corazones.

Página

Frunzo el ceño y lo saco de mi bolso. Me acaba de enviar un correo electrónico. —¿Qué es esto?

141

—No tienes que decir nada en este momento —dice. Saca su teléfono y teclea algo. Mi teléfono suena inmediatamente.

—No puedo creer que hiciste un plan de negocios sobre la escritura obscena —le digo, alejando mi teléfono y planeando mirarlo más tarde. Se encoge de hombros, entrecerrando los ojos hacia el sol que se ha desplazado de nuevo. —Estoy hablando en serio acerca de hacer dinero y potencialmente cambiar mi vida para siempre. ¿Qué puedo decir? —Ahora se protege los ojos con la mano. —Aquí —le digo, sacando mis lentes de gato de mi bolso—. Son recetados pero al menos van a ayudarte con el sol. Sonríe su agradecimiento y mientras los toma de mí, por una fracción de segundo, nuestros dedos se rozan entre sí. Pero a diferencia de las pocas veces que ha ocurrido antes, puedo jurar que es deliberado. Su dedo prácticamente acaricia los míos y sus ojos me congelan y el fuego se desplaza hacia arriba por el brazo, justo en mis entrañas. Realmente debería dejar de beber a su alrededor. Y, en realidad, mi reacción significa que no debería escribir con él tampoco. Se desliza en mis gafas de sol y su boca se abre. —Maldición, mujer, ¿eres ciega como un murciélago? —No —le digo a la defensiva, a pesar de que verlo en mis gafas es bastante ridículo—. Soy miope y sólo por un poco. —No tiene que saber cuánto—. Eso significa… —Sé lo que significa ser miope—dice. Toma las gafas, parpadeando con fuerza mientras las desliza de vuelta sobre la mesa—. Creo que podría estar bizco ahora. —Estoy segura de que vas a sobrevivir. —Vas a tener que escribir la mayor parte del libro entonces. Suspiro. —Sólo… deja que lea sobre la propuesta y te lo haré saber. —Sería mejor si lo lees ahora. —¿Por qué?

Blake todavía me mira, esperando una respuesta. Las bebidas empiezan a llegar a mi cabeza, por lo que es más fácil sólo renunciar pero tengo que mantenerme fuerte. —Te lo haré saber mañana —le digo con firmeza.

Página

Tiene razón, eso es por qué exactamente tengo que estar lejos de él para tomar una decisión correcta. La escritura erótica auto-publicada con Blake sólo puede conducir a una cosa y soy demasiado cobarde para descubrir lo que es.

142

Menea sus cejas. —Porque soy mucho más convincente en persona.

—¿Prometes que vas a leer todo el asunto y mantener una mente abierta? —Lo prometo. —Está bien… —Coloca sus manos detrás de la cabeza, mostrando su ancho pecho, el grosor de su bíceps y por supuesto que estoy mirándolo como nunca he visto a un hombre antes. Él sabe lo que hace. Qué idiota. —¿Echando una buena mirada? —pregunta con aire de suficiencia, mostrando sus malditos hoyuelos. —Lo que sea —lo descarto, evitando los ojos y manteniéndolos en mi cerveza. Parece que me paso un montón mirando a mi bebida cuando estoy cerca de él. —¿Cuál debe ser nuestro seudónimo? —pregunta. Niego con la cabeza. —Realmente estás lleno de ti mismo, ¿verdad? —Me niego a aceptar que es posible que me rechaces. —Y me niego a aceptar que ninguna mujer lo ha hecho antes. —Oh, he sido rechazado antes. —¿Por quién? Sus labios hacen una mueca. —Tú —dice con intención. Lo miro fijamente por un momento, mientras mi mente corre a mil por hora. —¿Cuándo me hiciste una propuesta? —No tengo reaccionarías.

que

hacer

una

proposición

para

saber

cómo

—¿Ah, sí? —pregunto, levantando la ceja con arrogancia—. ¿Y cómo reaccionaría? —Me darías una patada en los huevos. Me lo dijiste una vez. Suena tan sincero que tengo que reír. —Solo te hacía saber que podría defenderme en caso de que quisieras aprovecharte de mí.

—Eso, y asustas. —Voy a tomar ambos como cumplidos. —¿Te he dicho que eres increíblemente talentosa y te necesito desesperadamente?

Página

—¿Demasiado inteligente?

143

—Amanda —dice, su mirada cálida—. Dudo que alguien pudiera aprovecharse de ti.

Un estremecimiento me recorre en ese pensamiento y ni siquiera me molesto en hacer caso omiso esta vez. —Seymour Butts —digo. Me mira fijamente mientras sorbo de mi cerveza. Finalmente espeta— : ¿Qué? —Seymour Butts —repito, con cara seria—. Nuestro seudónimo. —Referencia de los Simpsons —dice con un guiño de complicidad—. Bien jugado. —Se inclina, sus ojos brillando—. ¿Quiere decir esto que aceptas? —Sólo significa que quiero escuchar todas nuestras opciones de seudónimos antes de pensar en ello. Qué tal sí… —Amanda Hugandkiss —me interrumpe. Sonrío hacia él. —¿Cómo sabías que iba a decir eso? —Creo que te conozco bastante bien, señorita Hugandkiss. ¿Qué tal Big Red? Ruedo los ojos. —No. —Red y se deletrea leer, así como leer un libro. —Entonces la gente nos llamará Big Lectura26. Se encoge de hombros. —Tan exigente. Bien, ¿qué pasa con Patty Peaches27? Me echo a reír. —Eres terrible en esto. —Muevo mis dedos sobre la mesa, pensando—. ¿Susie Dicksuck28? Ahora él es quien se ríe, la cabeza hacia atrás, los ojos cerrados. —¡Eso es brillante! Por favor, por favor, ¿podemos ser Susie Dicksuck?

—Así que… —dice Blake mientras me desabrocho el cinturón de seguridad—, nos hemos reducido a Susie Dicksuck, I.M. Hornay, T. Aint Licker, P. Ennis y Mike Hunt. Juego de palabras con red (rojo) y read (Leer). Hace un juego de palabras con peach (melocotón) por su apodo hacia Amanda. 28 Al español se traduciría como Chupa-pollas. 26 27

Página

Y así pasamos las próximas horas repasando los posibles seudónimos. En el momento en que me deja en mi lugar, me duelen las costillas de la risa y estamos actuando como el mayor par de idiotas. Creo que nuestro nivel de madurez se ha reducido a niveles de reserva, lo cual es totalmente nuevo para mí, pero me gusta.

144

Me río. —Lo pondremos en la pila de tal vez.

—Juro por Dios que tuve un profesor en mi secundaria llamado Mike Hunt —le digo. —Y había uno en mi escuela secundaria llamado Dick Titball. Nos echamos a reír de nuevo, las lágrimas corrían por mi cara. Busco a tientas por la manija de la puerta. —Bueno, tengo que ir a dormir. Doy un paso fuera del auto cuando dice—: Amanda. Me inclino hacia él, apoyándome contra la puerta abierta. —Prométeme que realmente lo vas a considerar —dice mirándome, su voz ronca—. Creo que será divertido. Creo que podría cambiar todo.

Página

145

Le prometo que lo haré y cuando estoy acostada en mi cama más tarde, a la deriva en el sueño, deseo que la promesa que le hice cambie todo.

Amanda Traducido por Kariza & Black Rose

L

a mañana siguiente, antes incluso de que Ana se despierte, entro en la cocina y me hago una gigante taza de café y encuentro una esquina libre en la mesa para traer mi computador y dar un vistazo a través de la propuesta de Blake. Tengo que decir que, cuando desperté mi primer pensamiento era solo descartar lo de anoche, dejarlo como un borracho y divertido tiempo y planear no ver a Blake nunca más. Escribir erótico con él era un movimiento ridículo y totalmente opuesto a todo lo que represento. Pero crece lentamente en mí. Tiene piernas. Tiene movimiento y mientras más leo su plan de negocios, más me doy cuenta de que sabe exactamente de lo que habla. Si nosotros pudiéramos sacar esto adelante; si de alguna manera obtenemos lectores y nuestro pie en la puerta en este camino, podría ser capaz de enganchar a un agente.

Mi única preocupación, además de vender, es que tengo cero experiencia en escribir algo remotamente erótico. Quiero decir, veo mi pequeño canal de porno en internet, estoy muy bien familiarizada con mis

Página

Me imagino la cara de mis padres cuando les diga que tengo un agente. Ellos no tienen que saber sobre el seudónimo; de hecho, podría hacer que Blake jure que jamás de los jamases le dirá a alguien sobre nuestro secreto, que es exactamente lo que es, nuestro secreto. Yo solo podría decir que mi novela de fantasía (que ellos fácilmente descartaron) ganó la atención adecuada. Podría decirle a Sarah Price y esperar tener noticias de Alan y todos los demás con los que fui a la escuela secundaria, los que pensaron que no llegaría a ser más que un bicho raro.

146

De hecho, mientras más leo sobre las historias de éxito de la autopublicación, más me doy cuenta que los agentes van tras ellos, no al revés. Eso podría ser un enorme paso para mí, en mi carrera de fantasía.

vibradores y sé todas las posturas sexuales que quería hacer con Alan aunque el rehuyera de ello con una excusa u otra. Pero no sé cómo escribirlo. Supongo que esa es la parte de Blake, pero no sé cómo escribir romance y escenas tiernas de amor. Mi idea de romance es un chico que me lleve a ver la película de Los Vengadores y que no le importe vestirse como Loki después. Finge hasta que lo logres, me dije a mi misma. Tal vez de esta manera puedo manejar la historia sexual de mi novela sin tener que cambiar la trama. Me pregunto si a Blake le importará si nombro a uno de los personajes Luthwen. Sintiéndome nerviosa como el infierno, le envió una respuesta rápida a su correo. Estoy dentro. ¿Qué sigue? Pervertidamente tuya, Amanda Hugandkiss. Su respuesta es casi inmediata. Comenzamos. Probablemente deberías comenzar leyendo algo de las cosas de los Mejores 20, al menos las muestras, solo para conseguir una sensación para el flujo y la prosa. Si terminas masturbándote con ello, por favor déjame saber. Con detalles. ¿Tu lugar o el mío? Dick Buttkiss. Asumo que se refiere para trabajar en lo erótico juntos y no para masturbarme. Hablando de ello, es gracioso cuán cómoda me siento con él haciendo comentarios como ese. Supongo que lentamente me lo está contagiando, lo cual es probablemente lo mejor considerando en lo que me acabo de meter.

Fannie Pounder. Estoy sonriendo estúpidamente a la computadora, esperando por su respuesta, cuando Ana viene con toda la cara de sueño. —¿Por qué luces tan feliz? —dice cuando llega a la cafetera y se detiene.

Página

Sexualmente tuya,

147

Mi lugar tiene una inapropiada mujer estoniana y tu lugar tiene algo de mis pesadillas. Tú elige y estaré ahí. Y si al final termino masturbándome por un libro pobremente escrito, lo guardaré para nuestro libro y lo describiré lleno de detalles. ¿Suena bien?

Espero por ello. Sus ojos se iluminan. —¡Tu cita!—dice emocionada. —No fue una cita —le recuerdo—. Toma tu café y te contare sobre ello. Va a obtener un retroceso real de mi nueva situación. Pero mientras limpia toda la basura de la mesa, consigo la respuesta de Blake. Tengo que trabajar en la tienda esta mañana pero iré a recogerte a las cinco. Tanto como amo a las mujeres inapropiadas, es probablemente mejor que manejemos nuestro proyecto secreto, en secreto, así que te traeré aquí. Podemos ordenar algo y me aseguraré de que The Harbringer of Doom29 no nos moleste. Jack Goff. Correcto. Secreto. —Entonces, ¿qué pasó? —dice Ana, sus ojos sondeando los míos por cualquier información, preferiblemente del tipo sucio. Si solo supiera. Y ahora, no puede saberlo. —Uh —tartamudeo, retrocediendo—. Nosotros fuimos a una taberna y fue divertido. —¿Es todo? —Síp.

Frunce sus labios hinchados. —Sé cosas —dice recargándose hacia atrás y tomando un sorbo de su café.

finalmente,

—Bueno es la verdad. Tuvimos bebidas y un buen rato, eso es todo. —¿Y no fue una cita? —pregunta sospechosamente.

29

Se refiere a una señal, advertencia de que cosas malas pasaran.

Página

—Sí, y tú eres de Estonia, que estuvo libre de la Rusia Soviética después de 1991. ¿Fuiste reclutada como un agente de seguridad del estado adolecente?

148

Sus ojos se estrechan y se inclina cerca, sus tetas maltratadas por el sol se aplastan contra el maquillaje en la mesa mientras me analiza. —No te creo. Tú sabes, en Rusia Soviética, te enseñan cómo quebrar a tu enemigo y obtener la verdad. Muy .Fácil.

—No una cita. Solo… una buena discusión de cosas de un compañero escritor. —Y cierro mi boca antes de decir algo más. No puedo hablar de esta mierda con nadie, no me puedo arriesgar. No estaría sorprendida si Blake me hiciera firmar un acuerdo de confidencialidad. —Eres un poco pene de comadreja —¿Un pene de comadreja? —Me hiciste pensar que algo más había pasado. —Creo que te refieres a que te tomaba el pelo. —Pues era algo con pene. Penes justo en tu cara y estás ahí lanzándolos lejos. —Demuestra el pensamiento haciendo como que está siendo atacada por penes voladores viniendo de todas direcciones. —Técnicamente, Blake solo tiene un pene. —¿Cómo lo sabes? Nunca lo has visto —Y no planeo hacerlo —le recuerdo. Tengo algo de trabajo que hacer antes de que Blake venga así que agarro mi lector de libros y mi bloc de notas y me dirijo por la playa Willows hacia abajo por el camino a hacer algo de lectura ligera y tomar algunas notas. Me recuesto en el pasto bajo un árbol de madroño y decido leer el libro más popular en Amazon, situado en la posición número tres en las gráficas, llamado "Seduciendo a mi Madrastra Virgen" , la cual es descrita como “Ligera y divertida lectura que nadie debería tomar seriamente”. Bueno, al menos son honestos sobre ello y juzgando por todas los comentarios de cinco estrellas, parece como que mucha gente quiere eso exactamente.

Y santa mierda. Ahora lo entiendo. Aunque el dialogo es poco realista y vergonzoso y el tipo es un crudo alfa con una polla del tamaño de un sándwich de un metro, pero oye, nadie quiere leer acerca de una polla del tamaño de un lápiz tampoco. El héroe,

Página

Y después caigo en la primera escena de sexo (la cual pasa al comienzo del segundo capítulo).

149

Es duro leer sin rodar mis ojos a través de cada oración. No es una mala lectura, en sí, y sí es algo entretenido. Solo no es mi taza de té. Pero estoy tratando muy duro de no juzgar. Leo para aprender y pensar y para ser desafiada, pero también para entretenerme. Supongo que algunos lectores solo quieren un rápido escape de sus vidas. No puedo pretender que a veces me encuentro pegada a esas terribles novelas que Ana siempre mira.

Chet Texas, sabe que su madrastra, Paris Monroe, lo quiere (y a través del punto de vista de ella tenemos mucho de “apretar, bragas mojadas y mi sexo se hinchaba con necesidad”, por lo que, sabemos que está dolorida) y después de que ella lo espía en la ducha, él la atrapa y… bueno, odio admitirlo pero me siento un poco hinchada con necesidad para el momento en que él la está clavando contra la pared, usando una piedra pómez contra sus pezones y una barra de jabón entre sus piernas. Su clítoris debe haber quedado muy limpio. En el momento en que termino con el libro, estoy mirando alrededor del parque con la cara roja y ligeramente sudorosa, totalmente convencida de que todos saben exactamente qué he estado leyendo. Gracias a Dios por los lectores electrónicos, puedes leer mierda sucia y pretender que estás enganchado con Guerra y Paz. El único problema es que estoy excitada como el infierno y no estoy sobre la masturbación pública. Dicho eso, tal vez un personaje en un libro podría hacer eso. Escribo eso en mi bloc de notas, junto con todo lo demás que pensé que era caliente o importante. Un mensaje de Rio llega: Acabo de pagarle a un tipo por mi hierba con un cheque. Creo que me enganche con esta cosa adulterante. Le contesto de vuelta: Una pregunta al azar, pero, ¿has leído erótica alguna vez? Su respuesta: Uh, sí. Tengo un lector electrónico a prueba de agua. ¿Por qué crees que tomo tantos baños? Yo: Porque eres una chica sucia. Caminaste justo dentro de esa. Ella: Cierto. Pero sí, deberías intentar con esa mierda, aunque eso podría arruinar a los novios de los libros para ti. Yo: No necesitas novios de libros. Tu vida completa es una gran novela erótica. Ella: Es cierto. Podría escribir un libro llamado “Azotada por un papá soltero”.

Página

De regreso en casa tengo el deseo de leer tantos libros como pueda, pero con Ana en casa, sé que voy a tener que posponer el desahogo hasta más tarde. Lo que significa que cuando sea casi la hora para que Blake venga por mí, estaré deseando que realmente se haya venido por mí. Quiero decir, ¿cómo diablos se supone que lea todas estas obscenidades, y luego, escriba aún más obscenidades con él? Él, con sus hermosos ojos, su

150

Oh, Dios mío. ¡Blake y yo podríamos totalmente escribir un libro llamado “Azotada por un papá”! Rápidamente lo escribo y espero que Rio nunca se entere.

sonrisa diabólica, su apretado, musculoso, cuerpo y esas manos, esas manos que podrían tan fácilmente tomarme por la cintura y tirarme sobre la cama antes de embelesarme completamente con su lengua y... —¡Dulcecito, tu hombre llegó! —grita Ana, sacándome de mi tórrida ensoñación. Mierda. Es como si él supiera que pensaba en él. Mierda. ¡Eso significa que Ana está hablando con él! Salgo corriendo fuera de la habitación y lo veo entrar a la sala de estar, mirando a su alrededor. —Estoy tan feliz de que finalmente nos conocemos —le dice a Ana quien le sonríe como si fuera una especie de celebridad. Apuesto a que piensa que es Tom Hiddleston. —¡No! —grito y luego me detengo, ya que ambos se vuelven a mirarme. —Amanda —dice Ana, haciendo un puchero—. Estoy siendo muy buena. —Lo es —dice Blake con buen humor—. Sólo me dijo una vez en los últimos treinta segundos que tú y yo deberíamos tener el sexo juntos. —Dije sexo, no el sexo —dice ella—. Mi inglés es mejor que eso. —Ay, Dios mío —murmuro. Rápidamente recojo mis cosas, colocándolas en mi bolso mensajero—. Vamos. —Lo agarro del brazo y lo jalo. —¡Fue un gusto conocerte! —grita Blake por encima del hombro—. Prometo que me quedaré más tiempo la próxima vez. —No lo harás —le digo mientras marcho hacia su auto. —Cualquier cosa para verte toda caliente y molesta —dice—. ¿Te has visto la cara? Tienes todo un brillo sucediendo.

—No —digo rápidamente cuando arranca el auto y los White Stripes suenan con la canción “Rag and Bone”—. Me encanta esta canción —digo, subiendo el volumen y bailándola en mi asiento. Se ve totalmente desconcertado. —¿Desde cuándo?

Página

—¿No será esto las secuelas del gran O?

151

No digo nada y entro al auto.

Sigo bailando y levanto mi mano ligeramente. —Fanática de Jack White presente. Se acerca y gira hacia abajo el botón del volumen. —Espera, ¿tratas de cambiar el tema? —No hay tema que cambiar. No me masturbé. Fin de la historia. Se ríe. —Suficientemente justo. Pero apuesto a que te excitaste. —De pronto —digo, subiendo el volumen de nuevo mientras avanzamos por la calle y continúo haciendo mi tonto baile en el asiento. Pronto nos instalamos en su patio, nuestras computadoras y tabletas y notas cubriendo la mesa junto con una jarra de cerveza casera fresca de Spinnakers. El sol llena el espacio, la brisa que viene del puerto con olor a sal y el leve olor del combustible diésel. Estoy tanto nerviosa por lo que estamos a punto de iniciar y completamente a gusto. —Muy bien, así que todavía necesitamos un seudónimo —dice—. Y tengo justo el que necesitamos. Trata tanto el no sonreír. —¿Cuál? —pregunto con cautela. —¡Amanda Lovecox! Ruedo los ojos. —A menos que no ames las pollas. —No voy a responder a eso —digo. Entonces me golpea—. Blake Lovecox. Mueve la cabeza con austeridad. —Yo sólo amo la mía. —Blake es un nombre femenino también. —No tienes que recordármelo.

—¿Quieres que Matt Groening31 te demande? —le digo—. Vamos. Esto sólo tiene que ser lo suficientemente elegante que la gente lo crea y no sea atrapado por los censuradores de Amazon. Créeme, he estado haciendo mi investigación y eso es un problema.

Juego de palabras con el apellido Klozoff y las palabras Cloths (ropa) Off (fuera). Es el creador de la famosa serie animada Los Simpsons. Amanda está haciendo referencia al hábito que tiene Bart de inventar nombres graciosos y groceros y luego hacer burlas telefónicas al bar de Mo. 30 31

Página

—Oliver Klozoff30 —dice, chasqueando los dedos.

152

—¿Entonces por qué no? Creo que es perfecto.

—Bueno, está bien. Blake Lovecox, ella hará que ames las pollas también. —Bueno, la mejor parte es que Blake podría ir en cualquier dirección por lo que mantiene el misterio de quién somos. —Extiendo mi mano—. ¿Trato? La sacude, sosteniéndola durante un segundo más de lo debido. — Trato. Yo soy Blake y tú amas las pollas. —Puedo vivir con eso. ¿Qué sigue? —Necesitamos una trama y luego un título. Arrugo la frente. —No, creo que necesitamos un título y luego la trama. De lo contrario nunca nos vamos a decidir. —De acuerdo —dice, acomodándose en su silla. Busca a través de su teléfono y lo empuja hacia mí—. Escribí todos los tópicos clásicos y los elementos que el libro necesita. Lo reviso y leo en voz alta. —Macho alfa que habla sucio. Pene extremadamente grande. Construido como La Roca. Un millonario es bueno, pero un multimillonario es mejor. Asegurarse de que dona a África o hace algún trabajo de caridad a pesar de que es un imbécil con un pasado dañado. Debe poseer labios como almohadas y ojos intensos que miran a través de tu alma —le disparo una mirada furtiva—. ¿Estás seguro que no hablas de ti mismo aquí? Sonríe. —Espera hasta que llegues a la heroína. Continúo—: La heroína es hermosa pero no lo sabe. Cuerpo perfecto a pesar de que se queja de tener una cintura demasiado pequeña y tetas demasiado grandes. Tiene un coño que sabe a miel. —Hago una toma doble sobre esto.

Página

Me tomo un momento para digerir todo eso antes de seguir leyendo. Me aclaro la garganta. —Debe carecer de personalidad u otras características interesantes para que la lectora pueda interponer su propia personalidad. Preferiblemente que sea virgen, pero debe ser capaz de venirse bajo orden. Los condones no son necesarios, pero las cuerdas y los látigos sí lo son. Debe referirse a su vagina como “su sexo” y estar apretada constantemente. —Asiento ante eso—. Noté lo de apretada también.

153

—Para ser justo —dice Blake—. He tenido algunos coños sabrosos en mi día, pero ninguno de ellos ha sabido como la miel. Aun así, deliciosos. — Lo miro con incredulidad por haber soltado eso, pero simplemente se encoge de hombros—. ¿Qué? Más te vale acostumbrarte a esta charla, querida, porque vas a escribirla. No habrá nada, sino coños y gotas preseminales con sabor a miel y besos negros de ahora en adelante.

—Además —dice, tomando de nuevo su teléfono—, el héroe debe estar en una posición de poder sobre ella y hacerse cargo desde el principio. —Tan degradante. —Pero es fantasía, entonces a quién putas le importa. Tú más que nadie debes saber con lo puedes salir en una fantasía. —Sí, pero yo invento mundos con orcos y personas mitad pájaros, no entrenadores de fútbol que consiguen mamadas de porristas. —Diferentes jalones para diferentes personas. Y cuando digo jalones, me refiero a la variedad de pollas siendo jaladas. —Sí, lo entiendo, gracias. —Suspiro y tomo un sorbo de mi cerveza, viendo un hidroavión despegar en la distancia—. Sabes, si realmente pudiéramos hacer una carrera de esto, esto no sería del todo malo. Me sonríe. —Ahora estás hablando. Así que tenemos esos tópicos. Solo debemos mantener los libros iguales cada vez. Cambiar los nombres de los personajes un poco, y por cierto, tengo una lista de esos nombres también. Todos los libros seguirán la misma fórmula: sexo dentro de los primeros dos capítulos. Luego, más sexo. Luego, se enamoran. Entonces se separan. Luego, vuelven a estar juntos. Finalmente un epílogo con un felices para siempre y una escena de sexo increíble. —Haces que suene tan fácil —medito. —Lo será. Ahora solo falta el título y la trama y estamos listos para empezar. Ponemos nuestras cabezas juntas y mientras el sol se sumerge lentamente sobre el Océano Pacífico, reducimos nuestra lista a unos cuantos con el mayor potencial.

Extendida y abierta: Una historia de amor Ginecológica; Nelson Dunsmuir era uno de los mejores soldados élite del mundo. Pero cuando una

Página

Montando duro: Un chico malo Jefe del crimen de moteros que le gustan los tríos prohibidos y las segundas oportunidades; romance independiente; Outlaw Jones es un motero rudo, cubierto por todas partes desde su cuello hasta su verga en tatuajes. Sólo hay un lugar de su cuerpo que está desnudo, su corazón, y él guarda ese lugar para Angel LaRue, su mejor amiga y la chica de al lado que vio por última vez cuando era un adolescente dañado. Pero primero, tiene que rescatarla de Dick Pounder, el jefe igualmente atractivo de la banda rival. Las cosas se ponen... sexuales.

154

Cayendo por el Stripper Secreto; Ford Titán es un profesor de secundaria, nerd de día, stripper de noche. Cuando su estudiante apenas legal de dieciocho años de edad, Shasta Black, descubre su secreto y amenaza con decirle a la escuela, los dos hacen un trato... uno sexual.

misión sale mal y pierde a su mejor amigo, decide dejar la Marina y volver a su primera profesión, la Ginecología. En el momento en que Pender Galiano entra en su oficina, necesitando una prueba de Papanicolaou, Nelson supo que tenía que tener a la preciosa virgen. Pero cuando los viejos enemigos se levantan, Nelson tiene que proteger a Pender a toda costa, a pesar de que amarla le puede costar la vida. —Bueno, aquí estamos —dice Blake mientras miramos fijamente nuestro futuro potencial en el bloc de notas en frente de nosotros—. Realmente no creo que nos podamos equivocar. —La noche se ha asentado alrededor de nosotros, así como el frío de finales de la primavera. Casi sería romántico si no hubiéramos estado riendo todo este tiempo. No es que me queje. Necesitaba las risas. Las cosas entre nosotros han llegado a ser tan fáciles y no quiero que eso cambie. Si no estamos perdiendo el tiempo y riendo, entonces... bueno... noto las cosas un poco más. La forma en que mira fijamente mis labios. Cómo me toca constantemente; una mano persistente en mi hombro, sus dedos en mi codo que me guían a alguna parte. Pero sobre todo, es algo que ni siquiera puedo definir. Es una sensación cargada entre nosotros, como la forma en que la presión del aire cambia justo antes de una tormenta. Los vellos de mi cuerpo se levantan y mi piel se estremece en algún tipo de previsión que no se ve. —¿Tienes frío? —me pregunta. Estamos sentados uno al lado del otro, frente a las luces del puerto. Fue simplemente más fácil trabajar de esta manera. —No realmente —digo y antes de que pueda decir nada se ha levantado y deslizado la puerta de vidrio abierta y partido al interior. Cuando vuelve tiene una manta y dos botellas de cerveza. —Aquí —dice, colocando suavemente la manta de felpa en mis hombros. —Gracias —digo, mi voz apenas registrándose. Tira la manta a mí alrededor, cierro los ojos y respiro profundamente, su fresco, olor a tierra llenando mi nariz. Siento que se pone rígido a mi lado.

Abro un ojo para mirarlo. —Me gusta oler… mantas —es mi débil respuesta. —Dices las cosas más raras —dice después de un momento—. ¿Te he dicho que me gusta?

Página

—¿Acabas de oler la manta? —pregunta.

155

Oh, mierda.

Me muerdo el labio y asiento. Me dice un montón de cosas que le gustan de mí y cuanto más lo pienso, más mi piel se quema, como si estuviera rogando por su tacto. Me pregunto cuánto tiempo puedo echarle la culpa a la erótica al respecto. —Entonces, ¿qué te parece? —dice, su voz baja mientras se inclina más cerca. —¿Sobre tu olor? —Sobre qué libro escribir. Pero ahora quiero saber cómo huelo. —Hueles como lo contrario al aerosol corporal Axe. Y creo que deberíamos cerrar los ojos y señalar uno. —Trato. Y así, con los ojos cerrados y nuestros dedos señalando por encima de la hoja de papel, tomamos el paso y reímos cuando abrimos los ojos. Cayendo por el Stripper Secreto será. —Está bien —digo—. Pero prométeme que vas a demostrar algunos de sus movimientos de baile en las escenas. —Sólo si puedo demostrar sus otros movimientos en ti. Lo sacudo lejos, moviendo la cabeza. —Eres terrible.

Página

156

Y creo, que empieza a gustarme.

Blake Traducido por Kariza & Black Rose

H

a sido otro día ocupado en la tienda incluso cuando ha habido algunos retornos. Nunca he entendido a las personas que regresan un libro después de que obviamente lo leyeron. —Oh, no, esa página con la esquina doblada se encontraba ahí cuando lo compré. —Como el infierno si lo estaba. Qué hay sobre que golpee tu cara y te diga que ese golpe se hallaba ahí antes y después no puedes regresarlo. Tengo otra reunión con Amanda esta noche y cada vez que pienso en ello, tengo que detenerme a mí mismo de llamarlo una cita. No es una cita pero tengo que admitir, a veces deseo que lo fuera. Me refiero, obviamente escribir Cayendo por el Stripper Secreto (o CPESS o Stripper) ha acabado siendo un montón de diversión, pero es casi demasiado divertido. Hemos estado juntos cada noche de esta semana y para el momento en que se va tengo unas bolas azules del tamaño de la cabeza de Donald Trump.

Página

Pero cuando estamos tratando a diario con entradas y salidas de pollas y agujeros resbaladizos y todo el romance cliché imaginable, es casi imposible no excitarse. No ayuda que Amanda tiene un buen ver. Me refiero, sus ojos tienen este vívido color verde azulado que se ilumina cada vez que escribe la palabra polla, y tiene esta sonrisa, tan hermosamente descarada, a veces me deja sin aliento. Está bien, eso fue un poco cliché pero sí me siento sin aliento cuando la mayoría de mi sangre fluye directamente a la cabeza que está en mis pantalones. Es increíble que ella no haya notado mi

157

Honestamente, no sé qué es lo que sucede. He tenido que cancelar una cita con la chica del Sr. Mercedes (¿Sansa?) porque preferí estar con Amanda en su lugar, incluso si toma cada onza de mi buen comportamiento no hacer un movimiento sobre ella. Digo, no quiero pensar en ella de esa manera desde que es mi compañera de escritura y todo eso y hemos llegado tan lejos sin joder nuestra extraña pequeña relación.

constante estado de erección, tal vez solo está siendo educada acerca de ello. Es tan humilde que seguro no asume que es por ella. Después están sus labios, de los cuales he sido un fan desde el día uno. Si de alguna manera consiguieran estar más húmedos, la manera en que su boca cuelga ligeramente abierta y su rosada lengua sale mientras piensa, realmente tengo que contenerme y recordarme a mí mismo que ella no me apreciará besándola salvajemente mientras trata de escribir. Probablemente Eso lo hace aun peor porque lo sé, sé, que se pone caliente mientras escribe. Sus ojos adquieren este tipo de brillo en su mirada y sus mejillas se sonrojan y se retuerce en su asiento. Ella puede reírse del uso excesivo de la palabra apretar pero, maldición, sé que está apretando su pequeño coño justo en mi presencia y, que Dios me ayude, quiero estar dentro de eso. No estoy hecho de piedra. Y sé que solo es cuestión de tiempo. —Blake —me llama mi padre, abofeteándome a la realidad. Casi estamos cerrando y aunque la tienda es un lio, tengo lugares a donde ir, y porno que escribir. Levanto la mirada para ver a Kevin viniendo hacia mí. Supongo que Angélica solo pasó a dejarlo aquí. Y mierda, los ojos de Kevin se ven todos hinchados y rojos bajo sus gafas, mientras la cara de mi padre parece tallada en concreto. —¿Qué pasa? —le pregunto con precaución. Miro a Kevin—. ¿Volviste a releer esa escena de nuevo donde Dumbledore muere? —¡Oye! ¡Alerta de spoiler! —grita alguien a través de los estantes de libros.

Sabía la parte del divorcio. Pero no sabía la parte de mudarse. —Nooo —digo suavemente, mirando a Kevin—. ¡No puedes irte! —¡No quiero irme! —dice, azotando su pie.

Página

Mi padre viene a la registradora y aclara su garganta. —Esto tal vez será difícil de escuchar —dice, bajando su voz—, pero Angélica y yo estamos obteniendo el divorcio. Ya hemos firmado los papeles. Queríamos esperar para decirle a Kevin así no afectaría su escuela pero hay una pequeña posibilidad de que se esté mudando en el verano.

158

—¡No! —contesta Kevin molesto, limpiando su nariz—. Tenemos algo que decirte.

—¡Kevin! —Mi padre se gira hacia el amonestándole antes de inclinarse más cerca de mi—. No hagas esto peor, Blake. Él va a tener un tiempo difícil ya como están las cosas. Miro a Kevin, parado ahí con su capa, plateada esta vez, sus botas altas hasta la rodilla, su bastón de madera y sus gafas y sé que cuando se cambie a otra escuela los niños van a ser brutales. Casi tiene diez y si recuerdo correctamente, a la edad de los dígitos dobles es cuando el mundo se va a la mierda. —Sería agradable si vinieras y pudieras cenar con nosotros esta noche —dice. Mi corazón se hunde. Miro entre ambos. —Lo siento, esta noche no puedo. —Blake —advierte mi padre. —No puedo, lo siento pero ya hice planes y no puedo deshacerlos. —¿Es una chica? —pregunta Kevin con disgusto —Sí, es una chica —le digo—. Estamos teniendo una convención. —En serio, hijo, dile a la chica que… la cortejarás otro día. —Ella no es de esa manera, quiero decir… no estoy cortejándola. Bueno lo estoy, pero no en la manera en que piensas… yo… Las líneas en la frente de mi padre se hacen más profundas mientras me mira —¿Dices que tienes una novia? ¿Es en serio? Bueno, ciertamente no puedo decirle sobre el proyecto porque sería desheredado en un segundo. Conociendo a mi padre, probablemente me botaría, dejaría que el banco reclamara la tienda y me enviaría de vuelta a Inglaterra. Yo represento todo lo que él piensa que le hizo fallar. —No es serio y ella no es mi novia. Es una amiga con la que tal vez quiero algo más. Al menos era en parte honesto.

Kevin, como soldado, asiente, incluso cuando es obvio que he desestimado su corazón. —Está bien. Entiendo. Mierda. Ahora me siento justo como un gilipollas.

Página

Así que miro a Kevin. —Honestamente. Es verdad. Sabes que no diría eso por cualquiera.

159

Sus ojos rastrillan sobre mí, no creyéndome del todo.

—Mira —le digo, poniendo una sonrisa en mi cara—. Un pequeño pajarito me dijo sobre este LARping. ¿Qué si te llevo a un día completo de esos eventos que hay en Beacon Hill? Mi papa gruñe. Lo ignoro. —¿Lo dices en serio? —pregunta Kevin, su cara iluminándose como el Cuatro de Julio—. ¿Te disfrazarás? —Por supuesto —¿Traerás a tu novia? Ladeo mi cabeza. —Um, probablemente no. —Quiero verte con tu novia. Lo estudio de cerca. ¿Es posible que de hecho no me crea y quiera una prueba? ¿Soy tan desconfiable? Bueno, Amanda es una gigante nerd, así que probablemente estará emocionada. Tal vez no sobre la parte de fingir ser mi novia pero de toda la cosa de los disfraces y hechizos y pretender que eres un elfo Nigromante llamado Whren el Blanco, con tetas de marfil del tamaño de gigante, quien tal vez vista nada más bajo ese corsé. Umm, tal vez mire algo de porno de LARping mientras hago mi investigación. Con una tranquilizadora sonrisa le digo—: Seguro. Llevaré a mi novia. Solo dime a la hora que es y haremos el plan, ¿de acuerdo? Lo prometo. Incluso cuando pienso que Kevin se va feliz, dejo la tienda sintiéndome seriamente desinflado. Entro en el Sr. Mean y conduzco directo a la casa de Amanda, enviándole un texto cuando estoy afuera. Contesta de vuelta: Oye, ¡llegaste temprano! Ana está afuera esta noche en una cita si quieres pasar. ¿Amanda en serio está invitándome a pasar? Sé que habla desde la perspectiva del trabajo pero incluso así, mi polla se retuerce en mis pantalones.

—Hola —dice, sonriendo como si de verdad estuviera feliz de verme. Su sonrisa crea un reflejo en la mía, como el bostezo, y estoy sonriéndole de vuelta. De hecho, creo que por unos embriagadores

Página

Ella abre la puerta luciendo completamente fresca, su cabello húmedo y recogido en una trenza, como si hubiera caminado justo fuera de la ducha.

160

—Oh, compórtate —le siseo y salgo del auto y paseo por el camino de entrada hacia su departamento.

segundos rebotamos entre nosotros justo de pie en la puerta, mirándonos el uno al otro y sonriendo como idiotas. Ella se separa primero y aclara su garganta. —Entra. —Abre la puerta y hace un gesto con sus brazos—. Tu primer tiempo real en mi casa. —Sabes, a veces extraño tener un compañero —musito mientras doy un paso dentro. La suite del sótano es bastante iluminada considerando que los muros están pintados en amarillo y lavanda, totalmente de chica. He estado aquí brevemente antes pero ahora tengo oportunidad de notar todo. La sala de estar y la cocina son bastante tropicales, aunque el lugar parece mucho más ordenado de lo que imaginé. —Ella es entretenida, eso es seguro —dice Amanda, dirigiéndose al refrigerador y mirando dentro—. Me siento como que debo ofrecerte algo pero todo lo que tenemos es jugo de naranja y vodka estoniano. —Tal vez más tarde —digo—. Muéstrame tu habitación. Una tímida sonrisa cruza sus labios. —Esto se siente tan de secundaria. —No te preocupes. No trataré de dedearte mientras se reproduce Maroon 5. —Tan romántico —murmura con sequedad, moviéndose en dirección a su puerta —Ese es tu trabajo —le recuerdo, siguiéndola por detrás.

—Umm —digo, apuntando a las fotografías antes de dar una mirada más de cerca—. ¿Cómo le hiciste para obtener estos firmados?

Es un acrónimo para Tiempo Y Dimensiones Relativas en el Espacio en español, es una nave espacio-temporal de ficción que forma parte de la serie británica de ciencia ficción Doctor Who. 32

Página

Hay una imagen de Ravenclaw en la pared y no veo ninguna señal de una varita, no tiene una placa sobre Muggles colgando sobre su cama. En la mesa de al lado hay un reloj de alarma de TARDIS32 y una figura gigante de Loki hecha a la semejanza de Tom Hiddleston. También hay un mapa gigante enmarcado de la tierra que debió haber costado una fortuna, así como lo que parece ser fotos firmadas con el reparto de Firefly, Sherlock (Con mi némesis Benedic Cumberbatch) y una de George R.R. Martin.

161

La habitación de Amanda es exactamente como la imaginé. Y sí, lo había imaginado. He imaginado a ambos en cientos de posiciones diferentes. Mi favorita ocurría cuando ella sacaba la bufanda de Harry Potter y me dejaba usarla para vendarla antes de sumergir mi varita de Draco Malfoy dentro de ella.

Se encoge de hombros. —Internet. —Sus ojos bajan y sonríe tímidamente—. Así que ya sabes la gran idiota que soy. —Melocotón, sabía eso desde el primer momento en que caminaste dentro del salón de clases. Quiero decir, vestías una sudadera que decía Directo desde Hogwarts. ¿Por qué crees que la tomé contigo? —Eras un idiota. ¿Es por eso que la tomaste conmigo? —Lanza sus manos arriba—. Eso es, realmente no entiendo a los chicos. Doy algunos pasos hacia ella hasta que estoy solo a un paso de ella. De cerca puedo ver su pulso en su garganta, la manera en que sus ojos me toman hasta que lucen llenos con algo tan vívido y salvaje, era difícil apartar la mirada. —Realmente somos criaturas muy simples —le digo, mi voz ronca por la proximidad, sosteniendo la mirada, urgiéndola a no asustarse. Porque sé que lo está. Sé que se siente asustada de muchas cosas, sobre todo dejarse ir—. La mayoría solo queremos una chica bonita como tú. Traga duro y estoy mirando las pecas en su garganta, su clavícula, lo cremoso de su piel blanca, me pregunto cómo sabe, cómo se siente. Me pregunto si sabe cuán parecidos somos, cómo esto es algo que los dos necesitamos. Pero evita mis ojos, como siempre lo hace cuando estamos demasiado cerca, cuando miro demasiado tiempo se aleja de mí, dejándome frío. —Deberíamos ponernos a trabajar —dice enérgicamente, dirigiéndose a la cocina. —Síp —digo lentamente, tomando un momento para respirar y componerme a mí mismo antes de seguirla.

—¿Qué? Sacudo mi cabeza y exhalo a través de mi nariz. —No te preocupes Sostiene mi mirada y por un momento algo pasa sobre ella. Arrepentimiento. Tal vez. Después asiente. —Siéntate, trabajemos.

Página

Sigo de pie observándola, así que se detiene y levanta la mirada hacia mí sobre sus gafas

162

Ella se pone en la mesa de la cocina, limpiando todos los montones de maquillaje y acomodando su computadora, lector de libros y cuaderno de notas. Se ha convertido en el Robot Amanda de nuevo, sus ojos se han hecho duros, sus labios rígidos. La asusté, lo suficiente para que regrese a la chica que conocí en clases pero no me arrepiento de lo que dije. Estoy cansado de pretender que no quiero con ella todas las cosas sobre las que escribimos.

Y eso hacemos. Y por primera vez en mucho tiempo, luce tensa. Estoy a punto de sugerir que tal vez necesitamos ese vodka estoniano cuando deja salir un exasperado suspiro sobre algo que está leyendo. Lo que pasa a ser algo que yo escribí. —¿Qué? —pregunto, preguntándome qué hice mal. Me da la mirada de ¿estás jugando conmigo? —Está bien, estaba ignorando lo de más temprano pero creo que necesitas obtener el control sobre esa mierda. Esto simplemente no pasa. —Explícate, por favor —Solo pienso que es irreal que haya mucha charla, dejando de lado el hecho de que el primer lugar donde lo hacen es un lugar público. —¿Mucha charla? —Sí. —Se va sobre el documento—. Tu sabes, dame tu polla, oh, te sientes tan bien, más duro, más duro, eres tan grande, fóllame más duro, chico grande. —¿Alguna vez si quiera has tenido buen sexo? —pregunto incrédulamente. Se estremece. —Por supuesto. Y no es de tu incumbencia. —Estamos escribiendo sobre sexo. Es completamente mi asunto. No estoy dejando hacer modificaciones basadas en tus experiencias personales sobre el sexo porque créeme, si el sexo es bueno, gemirás mi nombre. Levanta su barbilla. —Tal vez todas esas chicas fingían. Oh, brillante. —¿Disculpa? —le digo, manos presionadas sobre la mesa, cerca de salir de mi silla—. No tienes idea. Me enorgullezco de darle a una chica tantos sangrientos orgasmos como puede manejar. no

suena

como

divertido

—bromea

—Pueden serlo si estás dentro del juego de la navaja —le digo, incluso si eso no es exactamente a lo que me refería. Aun así, arruga la nariz—. No juzgo hasta probarlo, pero no es algo de aquí ni de allá. Cuando estabas con Alan, debe haberte hecho terminar al menos algunas veces. Si no lo hizo, siento como que encontraré al tipo y le mostraré una cosa o dos por desperdiciar cuatro años de su vida. —Síp —dice rotundamente.

163

sangrientos

Página

—Orgasmos suavemente.

—Y en medio del orgasmo, ¿no querías gritarle algunas cosas? —A veces. —Y, ¿por qué no lo hiciste? Mira sus uñas como si de repente se hubieran vuelto fascinantes. —No parecía correcto. Era… tan íntimo. Me hubiera sentido como boba. A él no le gustaban esa clase de cosas. La trama se complica. —¿Qué tipo de cosas? —Sexo que no envolviera la posición del misionero o la cama. Mi boca cae abierta. Mi cerebro y pene no pueden procesar esto. — Lo siento tanto por ti. Debemos remediar esto. Me mira. —No es como que no lo quisiera. Lo quería. Y lo intenté. En su mayoría. Pero siempre volvíamos a la vieja manera. Lo sabía. Es una nerd en las calles y una loca en la cama. —No quiero presumir —le digo seriamente—. Pero, ¿te das cuenta que puedo darte un orgasmo en treinta segundos? Sus ojos se abren, no puedo decir si se siente horrorizada o intrigada. —No te creo y no quiero intentar.

—Y tener su primera vez en público. —No estoy segura… —Créeme, cuando te des por fin la oportunidad de follar, no te importará dónde sea. Es por eso que siempre llevo un condón en mi bolsillo.

Página

Espero que me mande al demonio, porque estoy ahondando mucho pero para mi sorpresa me da una pequeña sonrisa. —Es mejor. Pero tengo un compañero con un oído excepcional. —Aclara su garganta—. De todos modos, supongo que estoy mal, la heroína puede hacer todo el ruido que quiera.

164

No lo entiende. La enfrento, tratando de explicarle. —Si estás teniendo sexo y es con alguien con quien te sientes cómoda, no te preocuparás por retenerte. Harás todos los sonidos que quieras, harás sonidos de puercos y gritarás como si estuvieras en llamas porque de verdad no puedes tener un buen orgasmo a menos que te dejes ir en todos los sentidos. —Me recargo hacia atrás en mi silla y la estudio, corriendo mis dedos por mi mandíbula—. Me atrevería a decir que cada vez que te viniste con tu ex, experimentabas solo la mitad de lo que debió haber sido. ¿Cómo lo haces con tus vibradores?

Y mientras más público sea el sexo, más cuidadoso tienes que ser, es más caliente así. —Pero en el libro nunca serías atrapado. —No siempre te atrapan en la vida real tampoco. Puedo ver que quiere preguntarme dónde lo he hecho, pero pierde la valentía. —Está bien. —Mira de vuelta al documento—. Acepto la derrota. Pero no quiero que lo haga. Quiero probarle que tengo razón y no quiero que crea en mi palabra. ¿Hay una manera no espeluznante de probarle cuán bien, en serio, el buen sexo puede sentir? Creo que no O… tal vez la haya. Sin embargo, sigue siendo espeluznante. Mastico mi labio por un momento, pensando sobre ello. Antes de que me llame la atención, levanto mi ceja en confusión y suspiro audiblemente, mirando la pantalla de mi computadora. —¿Qué? —pregunta. —No lo sé —digo cuidadosamente—. Estoy como atascado. —¿Con qué? —Bueno solo digo que Ford y Shasta han estado teniendo sexo por mucho tiempo en el libro y no quiero ser repetitivo. Se ríe secamente. —Blake, no creo que el lector promedio vaya a notar cuántas veces usas la palabra follar. —Sí, pero tú sabes. Ellos podrían. —Estás siendo perfeccionista de nuevo. —Tú deberías saber, me hiciste reescribir la escena en el salón de clases una y otra vez.

—De acuerdo con las reglas, puede ser en misionero. —Correcto. Ellos joden en todas direcciones. Solo estoy atrapado en cómo describir los movimientos de una nueva forma. Es como, necesito verlo por mí mismo. —La miro hasta que me mira fijamente ladeando la cabeza.

Página

Le doy una mirada fulminante. Ella tiene mucho que aprender. —De todos modos, ellos regresan a su lugar mientras sus padres están fuera de la ciudad por el fin de semana y obviamente follan en la cama por primera vez.

165

—Porque no creo que te puedas venir de pie.

—¿Por qué me miras? —pregunta, su voz teñida con precaución. Me levanto y camino hacia su silla, sacándola. —Levántate. —¿Eh? ¿Por qué? —Mira alrededor con confusión mientras tomo su brazo y trato de empujarla enfrente de mí. Una vez que se halla de pie, la tomo en un agarre firme y la dirijo alrededor de la mesa hacia su habitación. —Necesito tu ayuda —le digo, cerrando la puerta detrás de nosotros y encendiendo las luces. Ella se encuentra de pie en medio de la habitación, extremidades rígidas, como un ciervo bajo los faros. —¿Con qué? —Mi bloqueo de escritor. Metete en la cama. —¿Disculpa? —Su voz es tan chillona que estoy seguro que solo los perros y gatos pudieron oírla. Solo puedo sonreírle mientras doy zancadas hacia ella, poniendo un brazo bajo su pequeña cintura y tirándola en su espalda en la cama mientras rebota en su lugar. —Blake —dice, tendiéndome la mano, con la palma hacia fuera. —Sólo dame un minuto para mostrarte —digo—, es por el bien de los dos. Sé que no tiene idea de lo que estoy a punto de hacer, lo que hace que sea aún más divertido. —Abre las piernas —digo y cuando no lo hace porque me mira en estado de shock, me agacho y pongo las manos entre sus rodillas, haciendo palanca y separando sus vaqueros—. Pero, Jesús, trata de relajarte. De golpe cierra sus rodillas, aplastando mis manos. —¡Dime qué diablos haces en primer lugar! —Está bien —digo, retirando mis manos y enderezándome. Bajo mi voz y hago mi mejor impresión de Morgan Freeman—. Ford mira hacia abajo a Shasta mientras ella se recuesta en la cama a la espera, nerviosa. Él tiene dificultades para leerla, pero su confusión no disminuye la necesidad palpitante en su hinchado pene.

En ese momento, Amanda cierra su boca, aunque sus ojos siguen estando abiertos y cautelosos. Pongo mis piernas a cada lado de las de ella, y la encierro. —Ford la monta, deseándola con tantas ganas que puede saborearla, el sabor a miel de su coño de esta mañana todavía en sus labios.

Página

Sigo mi comentario. —Los labios rojo cereza de Shasta caen abiertos, anticipando su fluido pre-seminal en sus labios.

166

Su boca se abre, sus ojos casi saliendo de su cabeza.

Pero tiene que tomarse su tiempo, debe hacerlo. —Me inclino sobre ella hasta que está acostada en la cama, con los ojos pegados a los míos mientras hablo—. Shasta merece más que hacerlo en un instante. Quiere hacerla venir una y otra vez y hacerlo dolorosamente lento. —Por favor, deja de hablar como Morgan Freeman —dice suavemente—. Hace esto más raro. —Pero al menos, no me dice que pare del todo. Me agacho y lentamente deslizo mi mano por el costado de su cintura, la delgadez de su camiseta sin mangas traiciona el calor de su piel por debajo. De repente tengo que tragar, mi narración se evapora mientras se hunde en la realidad. Tomo una respiración temblorosa por la nariz, tratando de recordar lo que iba a decir. —Sus dedos se arrastran por la piel sensible de su vientre a la cintura —susurra Amanda, tomando mi lugar, mientras cierra los ojos, poniendo su cabeza en el colchón. Maldito infierno. Esta es la cosa más erótica que he visto jamás. Mis dedos obedecen sus palabras, deslizándose sobre su piel desnuda entre su camiseta y la cintura de sus pantalones vaqueros. Suprimo un estremecimiento, ella es tan jodidamente suave y cálida. Apenas puedo tocarla y ya me está deshaciendo. —Él quiere dejarse ir con tantas ganas, haciendo estragos en ella con sus labios y lengua ansiosa. —Pero él tiene que tomarse su tiempo —dice, casi un murmullo. Probando mi suerte, poco a poco llevo mi mano al botón de sus vaqueros. —Rápidamente se deshace de sus pantalones. Se pone rígida. —Pero entonces lo piensa mejor. Hago una pausa. —Quiere sentir cuán empapada está. —Pero él sabe que necesita un poco más de juegos previos —añade rápidamente. No puedo evitar sonreír. —Así que trae sus grandes manos, que lucharían contra osos, hasta sus pechos.

Ella arquea la espalda ligeramente, con los ojos todavía cerrados pero con mayores dificultades para respirar. Disfrutando de esto.

Página

Y así lo hago. Mis manos se ven tan ásperas y curtidas contra la delicada seda de su piel. La piel de gallina se dispara sobre sus extremidades, mientras que poco a poco traigo mis palmas hacia abajo sobre sus hombros, acariciando con cuidado sobre sus brazos.

167

—Pero antes de que lo haga, roza sus dedos sobre sus hombros.

Me presiono contra su pierna y ella deja escapar un pequeño jadeo. Bajo mi boca a su oído. —Él aprieta su verga, dura como una piedra contra su cadera, para que sepa exactamente lo que le hace. —Me detengo, susurrando—: Cuán difícil es mantener el control. Con cuantas ganas quiere venirse en su interior, sentirla desde adentro hacia afuera. Presiono mi erección contra ella con más fuerza, chupando mi aliento. Mierda, realmente es difícil mantenerme calmado. Cierro los ojos y dejo escapar un suave gruñido que sólo hace que ella se presione contra mí en respuesta. Continúo, mi voz llena de deseo. —Sus labios se arrastran desde su oreja hasta su cuello donde él sabe que ella será masilla en sus manos. Ella inhala fuertemente. —Pero sabe que ella quiere ser seducida el mayor tiempo posible. —Y, sin embargo —susurro, mi boca flotando justo por debajo del lóbulo de su oído—, ella ha sido seducida el mayor tiempo posible. Ambos lo han sido. Esto tenía que suceder tarde o temprano. Suavemente, aprieto mis labios en su cuello. Suavemente al principio. A duras penas haciendo contacto. Todo su cuerpo se pone rígido debajo de mí y el beso se fortalece, mis labios tomando más de su piel. Mi lengua se engancha a su sabor, es tan fresca, ácida, como los limones y al igual que un limón, quiero nada más que chupar y chupar. Deja escapar un gemido tan cerca de mi oído que casi me pone en marcha. Arrastro mis dientes a lo largo de la longitud de su cuello, donde la beso de nuevo, más duro ahora, chupando su piel, mientras que mi pene se endurece entre nosotros y poco a poco me estoy meciendo contra ella, tratando de disolver esta enloquecedora tensión. Sus brazos van alrededor de mi cuello, sosteniéndome en este lugar y puedo oírla tratando de recuperar el aliento.

—Aunque. Alejo mi boca, cambiando así estoy por encima de su cara y planto mis codos a ambos lados de su cabeza. Se ve tan malditamente hermosa así, la primera vez que realmente la he visto vulnerable. Salvaje. Lo he visto en su escritura, pero nunca lo he visto directamente. Sus labios separados,

Página

—Aunque a ella le encanta —murmuro contra ella.

168

—Ella no está segura de sí deberían estar haciendo esto —dice dócilmente, su voz cortada por un jadeo sin aliento mientras yo arremolino mi lengua hasta su clavícula.

sus ojos cerrados, su cuello arqueado y pidiendo por más, su cabello color canela derramándose fuera de su trenza. Poco a poco le quito las gafas de la cara y las coloco junto a nosotros. Pero ella todavía no abre los ojos. —Él quiere que ella lo mire. Cuando no lo hace, corro la punta de mi dedo sobre sus labios. —Él quiere que ella lo vea. Miro cómo se mueve su garganta mientras traga. —Él quiere besarla —agrego. Bajo mi boca, así levita sobre la de ella y trato de mantener mi voz firme. —Él quiere que ella lo quiera también. —Me detengo, rozando suavemente mis labios sobre los de ella. Eléctrico—. ¿Lo hace? Sus ojos parpadean abiertos, a centímetros de los míos. Se ven temerosos, lujuriosos y con ganas y me da un gesto apenas perceptible. Sí. Cierro los ojos y la beso, sus labios suaves y abollonados se separan debajo de los míos. Sabe deliciosamente, a menta y naranja que podría beber para siempre, y su lengua se siente húmeda y pequeña y suave, mientras que tentativamente roza contra la mía. Es bueno. Tan bueno. Demasiado bueno. Podría besarla hasta la eternidad si me dejara. Un ruido ajustado de necesidad se emite desde su garganta y todo dentro de mí se incrementa, mi pene se encuentra aún más rígido, necesitando liberación desesperada. El beso se profundiza y no quiero nada más que devorarla, soltar este salvaje huracán, apasionado que estoy tratando de contener porque si lo suelto, la asolaré hasta que no pueda caminar, hasta que no sepa ni su propio nombre. Le mostraré todo lo que se ha estado perdiendo y todo por lo que estará rogando después.

Mis dedos se arrastran hacia sus pechos, rozando el borde de su sujetador. Costoso encaje, distraídamente observa, preguntándose si ella planeaba esto.

Página

Él siente su piel caliente, ella está casi febril por su lujuria.

169

Mis manos se deslizan por su camisa de nuevo, esta vez por debajo de su camiseta.

Sus manos vienen sobre mi cuello, sosteniéndome en un solo lugar mientras se inclina hacia mí. Está desesperada ahora, su coño hinchado, muriendo por dulce liberación. Capturo el borde de su sujetador, tirando de él hacia abajo hasta que se expone su pezón. Paso la yema de mi pulgar sobre él, sintiendo que se endurece en un guijarro. No me jodas. Si me vengo en mis pantalones, eso no va a quedar en el libro. —“¿Te gusta eso?”, él le susurra —murmuro esto en contra de su boca. —Sí —dice sin aliento y mientras que froto mi pulgar sobre su pezón de nuevo, se endurece por todas partes, atraída hacia mí, gimiendo en voz alta. —Ahora, eso es de lo que hablaba. —Sonrío, retirándome un poco hacia atrás. Parpadea hacia mí, probablemente inconsciente de lo fuerte que lo dijo. Por suerte puede ver bien de cerca, así que sé que no luzco borroso, incluso si así me siento. Quiero escuchar más. —¿¡Amanda!? —La voz resonante de Ana irrumpe repentinamente nuestra literatura erótica de la vida real—. ¿Dulcecito? Nos miramos el uno al otro con miedo. —¡Mierda! —chirría Amanda, empujándome fuera de ella—. ¡El libro sobre pollas! ¡Maldición! Los dos correteamos fuera de la cama, ajustando nuestra ropa antes de ir corriendo hacia la puerta. Amanda la arroja abierta, mientras irrumpimos en la sala de estar.

—¡Lo siento tanto! —dice con su grueso acento, a pesar de que pone su mano sobre sus labios, sacando sus pechos. Su dedo zigzaguea entre los dos—. No tenía ni idea de que estaban... aquí. Juntos. Me gusta esto. ¡Esto es genial!

Página

—¿Qué has hecho con mi estación de maquillaje? —pregunta sonando molesta pero luego cuando se voltea y me ve de pie en la puerta de la habitación de Amanda, su rostro se ilumina, pasando de feliz de verme a saltar a las equivocadas, aunque casi correctas, conclusiones.

170

Ana se queda con el ceño fruncido en la mesa pero afortunadamente no se halla dentro de la distancia de lectura de nuestro trabajo.

Trago, mirando a Amanda. Ella va alrededor de la mesa, cierra los portátiles, despejando todo, y cuanto más la miro, más me doy cuenta de que evita mis ojos. —¿Por qué llegas temprano a casa? —le dice a Ana, tratando de parecer tranquila—. Pensé que tenías una cita. —Lo hice. La comida fue excelente —dice con una sonrisa. Entonces, como si se acordara, sostiene una bolsa de la tienda de licores—, ¡compré un poco de vino! Blake, por favor, bebe uno con nosotros. Me rasco la parte de atrás de mi cuello, mi ritmo cardíaco volviendo lentamente a la normalidad. —Gracias, eso sería genial —digo. Mis ojos se mueven a Amanda—. Debería irme. Me mira, entrecerrando sus ojos y tal vez no puede ver muy bien sin sus gafas. Asiente con la cabeza, sin expresión. —Está bien —dice, con la voz cortada—. Te, ehm, veré en algún momento. Santa mierda, acaba de hacer un giro de trescientos sesenta grados de nuevo. El robot regresó. —Obvio, microbio —digo con un encogimiento de hombros, yendo a recoger mis cosas. —¡Ay, no te vayas por mi culpa! —protesta Ana, agitando la botella alrededor. —Se hace tarde —digo con una sonrisa de disculpa—. Ustedes dos, damas, disfruten. —Asiento con la cabeza a Amanda—. Tengan una buena noche. Salgo por la puerta justo a tiempo para oír a Ana preguntar—: ¿Estaban follando o peleando? Una vez dentro de mi auto siento que por fin puedo respirar. Espero por unos momentos, pensando que Amanda podría correr tras de mí y hacer planes para mañana, pero eso no sucede.

La llamaré mañana. Haremos planes para escribir. Veremos qué sucede en el siguiente capítulo.

Página

Sin embargo, probablemente actuaba de esa manera porque Ana se encontraba allí y esa señora es fácilmente excitable además de ser completamente chiflada. Debería estar impresionado de que obtuvo su compostura tan rápidamente.

171

Mierda. Iba todo tan bien. Fui con fuerza pero ella lo estaba disfrutando y luego... luego nos interrumpieron y su estúpido cerebro tuvo que involucrarse y asustarla a la mierda.

Amanda Traducido por ∞Jul∞, Kariza, Pamela-Iride, Valentina D. & Alysse Volkov

¿Q

ué demonios acaba de pasar? Fue mi último pensamiento antes de caer dormida y mi primer pensamiento cuando me despierto.

Me tumbo en la cama, mirando los patrones de manchas de agua en el techo, ya que mi cabeza va una vez más por encima de todo. Sólo que ahora es la cruda luz de la mañana y todavía no ha descubierto cómo procesarlo. Ayer por la noche... nos dejamos llevar. Debería haber sabido que nos llevaba a ese punto. Es decir, en cierta forma lo traje a mí misma. Me afeité las piernas. Mi coño. Me puse el sujetador de encaje más elegante y bragas. Incluso llevaba el cabello recogido en una trenza, que es un paso lejos de estar suelto. Y le invité. Sabía que Ana se iría (o supuestamente la haría) y lo invité porque quería que viera esa parte de mí. Sólo medio bromeaba cuando lo traje a ver mi habitación, quería que él realmente supiera con quién trataba aquí.

Gimo y cubro la cara con mis manos. ¿Qué voy a hacer? Nos besamos. Sentí su erección, lo jodidamente grande que es, y era toda para mí. Yo.

Página

Los videojuegos podrían haber sido una opción más inteligente. Los videojuegos no conducen a actuar escenas de sexo de tu novela erótica.

172

No le importaba. Si hay algo que creo me hizo quererle es eso. Estoy segura de que si hubiera sugerido que nos saltáramos el escribir y solo jugáramos Fallout 4 en su lugar todo el día, él habría estado totalmente en ello.

Quiero decir, ¿cómo podemos volver a escribir y simplemente fingir que no sucedió? No creo que pueda. Tienes que hacerlo, me digo. De lo contrario no serás capaz de escribir una palabra, y tirar una buena cosa por una cogida rápida es la opción equivocada aquí. Tengo razón. Normalmente estoy bien. Así como trabajamos juntos, tanto como he fantaseado acerca de Blake de esa manera, dormir con él sería un gran error. Sería bueno... caliente... sin duda salvaje y sudoroso y muy necesario y, Dios, daría cualquier cosa para envolver mis manos alrededor de su pene, sentir lo grueso que es y... No. Sería un gran error. Y él nunca se comprometería contigo, así que ni siquiera pienses en tener un futuro juntos. Mierda. Un beso y unas caricias insinuantes y estoy pasando mi mañana discutiendo conmigo misma. Afortunadamente, el olor del café y tocino me lleva fuera de la cama. Después de que Blake se fue, y me sentí un poco mal por ser tan desdeñosa con él, Ana y yo nos quedamos un poco viendo a James Corden y bebiendo vino. Ella me hizo mil preguntas y yo las desvié con un simple sí o no. Espero que no empiece con eso hoy porque definitivamente no tengo la paciencia antes de que mi café surta efecto. —Buenos días —dice en voz alta mientras tomo un asiento en la mesa de la cocina—. Estoy haciendo tocino y panqueques regulares. —Solo voy a tener tocino —digo. —Pero he puesto el tocino en los panqueques —dice. Suspiro. —Entonces, no son panqueques regulares. —Guao, estás de mal humor. Me pareció que todo el sexo habría ayudado. —Una vez más, no tuvimos sexo. —Pues nunca dijiste que lo tuviste.

Sorbo el café y cierro los ojos, tomando todo. —Siempre es un gran día para ti. —Tuve una gran cita anoche —dice ella—. La vida es buenaaaaaa. —¿Quiero saber?

Página

—Bebe y anímate. Este es un gran día. —Parpadea su sonrisa llena de megavatios de marfil enchapado hacia mí.

173

—¿Importa? —pregunto. Se acerca y me da una taza de café—. Gracias.

—Sí —dice, deslizando los panqueques en dos platos—. Pero no quiero decir nada al respecto en caso de que, ¿cómo se dice? Arruinarlo todo a la mierda. —Me lleva uno, a pesar del hecho de que estoy agitando las manos para que no lo haga—. Come, te ves demasiado flaca. —Sí, correcto —me burlo. Siento que mi culo se ha vuelto más amplio desde que terminó la escuela. Todo esto de escribir y estar sentada todo el día ha hecho que el exceso de grasa y vino se congregue en mis nalgas. Calculo que es la forma que tiene el cuerpo de darme un asiento permanente —eres un escritor ahora, ¡aquí tienes tu cojín portátil!— pero aun así, no es apreciado. —No me escuches, entonces —dice—. Además, a tu novio parece gustarle tu cuerpo. —No es mi novio —le digo rápidamente—. Nunca mi novio. Abre su boca, pero la corto. —No es mi chico para follar tampoco. — Hablando de las aventuras de chicos para follar, me pregunto si debería mensajear a Rio sobre esto. Quiero repartir todo sobre él, pero al mismo tiempo no parece correcto. Ella se preguntará por qué gasto todo este tiempo con alguien que tengo que odiar. A pesar de que siento que lo odio esta mañana. Solo un poco. Por ser tan malditamente suave. Y firme. Y bueno con sus labios. Lengua. La dura longitud de su pene. La forma en que me hizo gemir, más fuerte que nunca antes. —Mírate —arrulla Ana—. Tan enamorada.

—Jueves —dice Ana. Mierda. Prometí comer con mis padres hoy. Me han estado acosando acerca de ir por años y lo he evitado hábilmente. Hasta que me trajeron lo de ser egoísta y no tener respeto y bla, bla, bla.

Página

—Mierda —juro—. ¿Qué día es hoy? —He perdido completamente la pista después de que la escuela terminó.

174

Dejo escapar un grito de frustración. —Oh, Dios mío, no puedo hablar contigo —le digo, levantándome al mismo tiempo que mi teléfono suena. Esperaba que fuera Blake, con las orejas encendidas, pero mi corazón se hunde cuando veo que es mi madre.

—Hola, madre. —No pareces muy feliz, sabías que iba a llamar —viene a través su voz quebradiza. —Es temprano. —Temprano para la cama, temprano para levantarse, esa es la vida de un adulto exitoso —dice y es lo suficientemente fuerte como para que Ana escuche porque ya está rodando sus ojos, haciendo un gesto de sacarse los sesos con una pistola. No sé por qué los padres siempre tienen que hablar tan alto en el teléfono, es como si pensaran que se hallan bajo el agua tratando de hablar a través de una lata. —Correcto —digo—. Bueno, este adulto exitoso se encuentra de vacaciones ahora. —Eso podría explicar por qué has estado haciendo caso omiso de tus padres. No hay necesidad de financiación para la escuela, no hay necesidad de hablar con nosotros. Uf. El sentimiento de culpa. —No estoy ignorándolos, sólo estoy... así que, ¿a qué hora es el almuerzo? —Once y media —dice—. Tu padre hará tu favorito. No llegues tarde. Le aseguro que no lo haré y digo adiós. Mis padres son muy rigurosos cuando se trata de la puntualidad. En realidad, son muy rigurosos cuando se trata de todo en la vida que sea propio, seguro y ordenado. No importa lo mucho que siento que estoy progresando y convirtiéndome en un adulto, en mis propios términos, siempre están ahí para recordarme que todavía soy su hija y, lo más probable, estoy haciéndolo mal.

Página

Esta es la casa donde crecí. Es una casa grande de dos pisos construida en 1912, lo que da a mis padres una ventaja sobre sus amigos, al menos por lo que piensan. “Cualquiera puede construir una casa nueva. No cualquiera puede comprar algo histórico”, dice siempre mi madre. Me refiero a que es preciosa y se ha remodelado mucho y me encantó cómo de vasta se sentía la propiedad cuando era una niña. Me gustaba correr alrededor y pretender ser un superhéroe, huyendo de la niñera e interrumpiendo el juego de croquet de mi padre.

175

Me presento en donde mis padres a las once y veinte, por si acaso, y para mí sorpresa veo fuera el Jaguar Cazador color verde de 1980 de mi tío Seth. El tío Seth y tía Sylvia son ridículos. Cuando era pequeña me enseñaron a verlos como excéntricos, pero ahora que soy mayor, me doy cuenta de que son tontos y medio seniles. Sé que todo el mundo tiene amigos de la familia que les da vergüenza por una razón u otra, pero estos dos se ganan el premio.

Síp. Algunas personas realmente juegan croquet. Mis padres. Junto con bochas y cualquier otro juego en el que se participa de pie en el césped en un pantalón blanco con una copa en la mano. En realidad, eso suena como algo ideal. Excepto por el pantalón blanco. En el frente hay una puerta de hierro flanqueada por una pared de ladrillo prístina que se extiende por el camino de entrada de ladrillo, majestuosas columnas en el porche delantero. En la parte posterior hay una galería de arcilla que se ve sobre el oasis y el estanque. Ahí es donde encuentro a mi madre, tío Seth y tía Sylvia, acurrucados alrededor de la mesa, bebiendo té de la porcelana fina y comiendo bollos y sándwiches de pepino sin corteza de la bandeja de servir de tres pisos. A mi madre le gusta fingir que su casa es el Hotel Empress cuando hay más invitados. —Allí estás —dice mi madre como si hubieran estado esperando por siempre—. Tu padre empezaba a preocuparse. Ruedo los ojos y ni siquiera me molesto en señalar que llego temprano. Mi madre se levanta y me da un abrazo ligero. Huele a Chanel y decepción. Tía Sylvia me da un pequeño saludo tímido y el tío Seth sólo asiente. Él no dice mucho, en general, lo que está bien porque las pocas veces que dice algo, por lo general, es racista o sexista. —Allí estás —dice mi padre, saliendo de detrás de mí, limpiándose las manos en el delantal. Al menos su abrazo es más genuino que el de mi madre. Disfruto el afecto por exactamente tres segundos antes de que diga—: Sabes que tuve el almuerzo con los padres de Alan el otro día. Todo dentro de mí se congela. —Estupendo. Espero que estén bien. No, no lo hago. Putamente odiaba a sus padres.

Sylvia. Miro a mi padre, muriendo por cambiar de tema. —Vamos a comer, me muero de hambre.

Es un personaje de la sitcom estadounidense Seinfeld (1989-1998), interpretado por Jason Alexander. La madre del personaje es judía, muy odiosa y melodramática. 33

Página

Mi madre le da una mirada. —Sabes que ellos rompieron en enero,

176

—¿Dónde está Alan? —grita tía Sylvia con esa voz irritante y nasal de ella. Piensa en la madre de George Costanza33 drograda. El tío Seth no puede oír bien y asume que nadie más puede oír bien tampoco.

Hay un vago sentido de conciencia en sus ojos antes de dirigirse de vuelta a la cocina, tal vez que no quiero hablar de mi ex. Nos dirigimos al comedor y nos sentamos en la mesa, toda hecha de capas situadas como si la realeza fuera a venir. Mi padre sirve mi ensalada favorita de salmón y, como es usual, hay más té. La tía Sylvia toma un Martini extra fuerte, sin embargo, esa es su cosa. Todo el día, cada día. De hecho, mi padre deja el agitador al lado de su vaso y un pequeño recipiente con aceitunas porque sabe cuán rápido irá a través de ellas. Ahorra tiempo de esta manera. —Así que, ¿cómo te sientes de tener solo un año de escuela restante? —pregunta mi madre mientras escoge su ensalada. Ummm. Una pregunta de “cómo te sientes”. Raramente obtengo de esas. —Genial —le digo—. Me encanta la escuela pero honestamente no puedo esperar para terminar. —¿Haz comenzado a mirar por empleos? —pregunta mi padre. Suspiro. Lo miro, manteniendo una sonrisa pegada a mi cara. —No aún. El próximo año. —¿Aún quieres ser escritora? —grita Sylvia sobre su Martini. Otro suspiro. —Estoy estudiando para ser una. Mi padre pone sus codos sobre la mesa, doblando sus manos sobre cada una casi como si ofreciera un rezo mientras mira a mi tía. —Con su diploma, Amanda puede trabajar de maestra si lo desea. —Pero, seré una escritora —le recuerdo. —Incluso aunque los escritores no hagan dinero. —Mi madre tose—. ¿Quién va a pagar por tu lugar, y tus ropas y todo lo demás? Una vez que termines la escuela, nuestra ayuda se irá. Estarás viviendo en las calles. — Aquí vamos, misma vieja, vieja historia—. Realmente cometiste un gran error en terminar con Alan. —Lanza a la mesa su servilleta, genuinamente molesta.

—Tal vez a ella le gustan las mujeres —grita tía Sylvia. Le doy una mirada fulminante antes de regresar a mi madre. —Porque no lo amaba. No lo sé. Es un gran chico, pero… —El mejor chico —termina mi madre.

Página

—¿Por qué no?

177

—Um, no lo amaba —respondo irritada.

—Hombres como él no vienen alrededor tan seguido —dice mi padre, saltando en ello—. Él será un infierno de buen dentista. —No estoy segura de que eso sea una buena cosa —musito, tomando un pedazo de salmón con mi tenedor. —Pero pudo haberte mantenido —dice mi madre—. Si tan solo hubieras dicho que sí, estarías planeando tu boda justo ahora. ¡Estaría planeándolo! Después te casarías cuando te graduaras, tendrías hijos a los veinticinco y aprenderías cómo es ser una madre, una verdadera mujer, y después, si aún tienes tus vuelos de fantasía, podrías ser capaz de escribir por un lado. Tal vez libros para niños. Mi cara quema con rabia. Tengo un millón de cosas que quiero decir y mi garganta se siente tan trabada con furia que ni siquiera puedo decir nada. —No hay nada malo con ser lesbiana —dice mi tía Sylvia Mi madre la ignora. —Amanda, tiraste lejos una cosa buena que tenías. Alan te habría hecho una mujer. En vez de eso, rompiste con él, lo humillaste de la peor manera, y regresaste a ser esa petulante niña que eres. Ahora nunca crecerás, serás una solitaria y soltera y persiguiendo algo que ni siquiera existe. Estoy cerca de las lágrimas ahora y yo nunca lloro. —Amo escribir —me las arreglo para decir, mirando a la ensalada—. Es en lo que soy buena. Es lo que amo. —Yo también amo un montón de cosas —dice mi madre—. Y nunca me he atrevido a hacerlos una carrera. Necesitas dejar de vivir en esta tierra de fantasía y comenzar a vivir en la realidad. —Tu madre tiene razón —dice mi padre, su voz baja, realmente entra en los negocios y tira su carta de hombre de la casa—. Al minuto que te gradúes, estarás consiguiendo un trabajo estable y respetable. No me importa dónde pero no va a estar basado en ese mundo de sueños tuyos. Muy pocas personas en el mundo escriben para ganarse la vida. Necesitas ser malditamente especial para ser uno de ellos.

—Estoy segura de que eres buena, cariño —dice mi padre, cambiando su tono—. Pero tener talento y ser buena en algo no significa

Página

—Tú sabes, es bastante aceptable estos días —dice tía Sylvia, agitando su Martini alrededor y derramándolo sobre el borde de la copa—. Una palabra: Ellen Degeneres. Ella es una gran cosa. Ups, derramé mi bebida.

178

—Oh, por Dios —suelto—. Ni siquiera han leído mis cosas. No tienen idea en absoluto siquiera si es bueno o no.

que llegarás lejos en la vida. Agárrate de lo que es fiable. Sabes. Alan se está volviendo bastante serio con una chica nueva… Frunzo el ceño ante eso. ¿En serio? ¿Ya? Mi padre sigue. —Aparentemente ella va a ser una científico de genética. Pero sabes, si lo quieres de vuelta, estoy seguro de que podría poner una palabra para ti. —¡Jesucristo! ¡No quiero a Alan de vuelta! —grito. —Amanda —me reprende mi madre—. No uses el nombre del Señor en vano en esta casa, ¡en ninguna casa! —Su mano va a su pecho y luce como que está teniendo un ataque al corazón—. Solo te estás volviendo peor. Creo que es mejor que comiences a venir a la iglesia conmigo de nuevo. —Hace una débil señal de una cruz. —Cuando me encontraba en la universidad. Tenía una muy buena novia —dice tía Sylvia. —Amanda —advierte mi padre—. Necesitas arreglarlo o el barco zarpará. Hablo en serio. Necesitas sostenerte por ti misma y actuar como un adulto, o dejaremos de pagar por tu educación. No sobrevivirás mucho con los préstamos del gobierno. Intento respirar profundo pero es muy difícil. Mi pecho se siente atascado, como que me estoy ahogando en el interior. No importa qué, aún siguen teniendo su nariz en mi jodido cuello. —¿Qué hicimos mal? —dice mi madre a mi padre, sacudiendo su cabeza ligeramente—. Después de que Dahlia tirara su vida, tenía muchas esperanzas en esta. —Una noche mi novia robo algunas drogas de su madre —continúa mi tía Sylvia, terminando su Martini—. Chico, tuvimos una noche salvaje. Tuve quemaduras de alfombra en mis rodillas por días. Hago una pausa a medio masticar. Ahora tiene mi atención. —Amanda —dice mi padre—. Solo prométeme que lo pensarás. Sobre tomarlo de vuelta. O al menos dejarnos engancharte con uno de los chicos Birmingham. Todos ellos van a la Escuela de Leyes ahora.

—¿Qué? —pregunta tío Seth —Sí, ¿qué? —repito.

Página

La tía Sylvia suspira soñadoramente. —A veces desearía haber huido con ella a México como planeamos. Así nunca habría tenido que casarme con Seth.

179

No dije nada. No tenía caso.

Sorprendida, tía Sylvia levanta la mirada a nosotros con los ojos vidriosos. —¿De que hablábamos? —No importa. —Gruñe mi padre—. Solo tratemos de comer el resto de la comida en paz. Y así es como fue el almuerzo con mis padres. No solo me di cuenta que mi tía Sylvia y el tío Seth se están divorciando ahora, también aprendí lo mucho que mis padres no creen en mí. Me hizo darme cuenta cuan mal quiero que este libro tenga éxito para probarles que se equivocan incluso si es en secreto. También me hizo darme cuenta que no hay ningún chico con el que quiera establecerme, ninguno con el que estuviera interesada en salir. Solo hay un chico para mí por el momento. Y después de anoche, el pensamiento de él me asusta más que nada.

Para el momento en que regreso a casa, empujo a mis padres fuera de mi mente y Blake encuentra su camino de vuelta ahí. Soy un manojo de nervios de nuevo. Afortunadamente, tengo el lugar para mí misma de nuevo, así que tengo tiempo para sobre pasar la mierda en silencio. Blake no ha parado de mensajearme. Déjame saber cuándo estés libre para hablar. —Turd Ferguson. Dame una llamada cuando puedas —Homer Sexual. Acabo de reservar el editor para este fin de semana.

—Hugh Jass. Llámame por el bien de tu futuro. —Mike Rotch.

Página

En serio, no soy bueno en este juego. Necesitamos hablar de libros. Lo prometo, no te besaré.

180

—Yuri Nater.

Esa última me hizo reír, incluso aunque no puedo tomar una amenaza de Mike Rotch34 en serio. Lo mensajeo de vuelta. ¿Qué pasa? Me llama. Lo sabía. Contesto el teléfono. —¿Por qué no puedes solo escribirme? —¿Por qué no puedes usar tu boca? —contesta suavemente. Ando con cuidado. —Soy mejor escribiendo cosas que diciéndolas. —Oh, ¿te refieres a que eres socialmente rara y propensa a decir las cosas equivocadas todo el tiempo? No me digas. —Cállate, ¿qué quieres? Resopla con diversión. —¿Qué quiero? Como tu compañero de negocios estoy aquí para recordarte que tenemos un plazo. Solo tenemos un par de días para terminar el libro y luego enviarlo al editor y después subirlo a Amazon. Día de lanzamiento, nena. —¿Aún no hemos encontrado una portada? —La diseñadora está buscando. Conoce el negocio. Chico caliente, sin camisa, abdominales interminables. —Bueno. ¿Por qué no usa una foto tuya? —Biiien. Nunca me has visto sin camisa, ¿cómo lo sabes? —Sentí tus abdominales a través de tu camisa anoche —le digo. —Ah. Ella admite lo que sucedió anoche. —Bien, pero se acabó, así que por favor deja de hablar en tercera persona.

—¿Así que lo has notado? Es difícil permanecer seguro de ti mismo cuando la mujer más importante en tu vida no responde tus malditos mensajes.

Juego de palabras al pronunciar Mike Rotch suena como "my crotch" lo cual significaría "mi entrepierna". 34

Página

—Creo que tu ego puede necesitar algo de ayuda —medito con sarcasmo.

181

—Me halaga que pienses que uso esteroides pero honestamente soy demasiado guapo para estar en la portada de una novela erótica.

—Bueno, me has convencido con Mike Rotch, ¿qué dice eso de mí? —Dice déjame ir por ti, vamos a escribir esta maldita cosa. —Está bien. En la biblioteca. La que se encuentra en la escuela sigue abierta. —¿Qué? ¿Por qué? —No creo que deberíamos de estar juntos a solas. Silencio. Puedo prácticamente oír lo que piensa. —¿Y por qué es eso? —Porque el sexo hace las cosas complicadas. —Complicado es bueno. —Y, según tú, es codicia y ni siquiera tendremos la oportunidad de ser codiciosos si estamos demasiado preocupados con el sexo. —Créeme, serás codiciosa —dice lentamente—. Vas a tener el coño más codicioso una vez que haya conseguido estar dentro de ti. Mis mejillas arden. Maldita sea. —Te quedaste sin palabras —dice después de un latido. Me aclaro la garganta un par de veces. —Estoy tratando de pensar en una respuesta ingeniosa. —No pienses mucho entonces. En caso de que no lo hayas notado, no tuvimos sexo. Sólo te besé. Y pedí permiso. —No lo hiciste, sólo me dijiste que lo hacías. —Y tú te hallabas completamente bien con eso. —Me encontraba atrapada en el momento. —Y no hay nada malo con eso. ¿Cuándo debería de recogerte? —Estoy hablando en serio —le digo, mi resolución volviendo—. Nos vemos en la biblioteca a las seis, en la misma esquina donde estábamos la primera vez que nos reunimos. —Ah, recuerdos.

Página

Señor, ayúdame a atravesar esto.

182

—Te veo entonces. —Y cuelgo antes de que pueda decir algo más.

A pesar de no enviarle mensajes a Rio más temprano, ella termina enviándome mensajes sobre querer ir a la playa y fumar un poco de hierba, por lo que estoy de acuerdo a pasar el día con ella en las orillas arenosas de la playa de la Bahía Cordova. Aunque el sol es caliente y fuerte y tengo que aplicarme protector solar factor cincuenta cada veinte minutos, todavía es mayo y el océano es sólo para los valientes. No fumo mucha hierba pero tomo una calada o dos, lo suficiente para relajarme y dejar de pensar en el beso con Blake y toda la mierda de mi familia. Rio, sin embargo, corre dentro y fuera del agua, chillando cuando va, para gran disgusto de las familias cercanas. En realidad es un espectáculo a la vista; a pesar que fue su idea venir a la playa y se las arregló para empacar una hielera llena de sidra y emparedados, lleva puesto un disparejo sujetador y ropa interior en lugar de un traje de baño y puedes ver completamente sus pezones. Realmente quiero hablar con ella sobre Blake, pero de alguna manera lo conservo dentro. Ayuda que cuando se droga, habla a mil por hora sobre ella y sus intentos románticos. Aprendí que el padre soltero se ha ido, algún estudiante de intercambio llamado Xan está temporalmente, y empieza a considerar seriamente abstenerse del sexo y chocolate por el resto del verano. —Estás loca —le digo. Se encoge de hombros, su cabello oscuro y rizado cayendo sobre su hombro. Ella se encuentra acostada sobre su estómago en su toalla raída, leyendo la última edición de Viaje y Placer con una mirada soñadora en su cara. —Me gustan los retos. ¿A ti no? Pensé que lo hacía. Resulta que el erotismo es la parte más fácil de todo nuestro trato. Es Blake quien va a ponerme a prueba hasta el final. Poco antes de las seis llego a la biblioteca y Blake ya está ahí, en la esquina instalado con su computadora portátil y bloc de notas y así es como estamos empezando nuestro turno de noche en la fábrica pervertida.

—Tenemos algo de obscenidades para escribir —le digo sacando mi computadora—. Un mundo de mujeres calientes depende de nosotros.

Página

—Me preocupaba que te acobardaras —dice en voz baja mientras tomo asiento frente a él. Mis ojos permanecen en su fuerte mandíbula y recuerdo la forma en que su barba raspó contra mi piel sensible anoche, lo mucho que deseaba que continuara haciéndolo.

183

Me mira con curiosidad, cabello desarreglado, las mangas color gris pizarra enrolladas para mostrar sus fuertes antebrazos. Él es completamente hermoso, no tengo idea de cómo voy a sobrevivir esta noche.

Me mira por un momento, sonriendo ligeramente. No oculta la intensidad y brillo en su mirada, la manera en la que me retiene en mi lugar. Por favor deja de mirarme de esa manera, suplico internamente, ignorando la sensación de calor entre mis piernas. Di algo. No dice nada pero finalmente mira hacia otro lado y empieza a teclear. Los dos tenemos nuestros últimos capítulos para escribir, los cuales por supuesto son prácticamente nada más que sexo, luego viene el epílogo del punto de vista de Ford, el cual otra vez está lleno de penes y apretados coños. Solo que ahora estoy atascada, como él lo estaba el otro día. Realmente quiero que esta escena sobresalga pero una vez más soy consciente de que no estoy diciendo nada nuevo. No creerías lo difícil que es encontrar palabras diferentes para polla y pene y coño y vagina. Después de un tiempo sólo tienes que aceptar que lo erótico siempre va a ser un poco repetitivo, a pesar de que te esmeres por ser diferente. —Yo, eh, necesito una nueva manera de describir un pene —le digo. Se ríe de eso, rozando la palma de su mano sobre su boca. —Oh, eres tan maduro —lo reprendo. —Oye, soy un reciente graduado de veintitrés años. No me convertiré en adulto hasta los cuarenta, si tengo suerte. —Se detiene y pone su mano en su entrepierna, mirándome con toda seriedad—. ¿Quieres que lo saque? ¿Eso ayudará? Si. —No. —Lo fulmino con la mirada. Sus hoyuelos se profundizan. —¿Estás segura? Lo pensaría si estuviera escribiendo sobre un grueso, y venoso pene, ayudaría ver uno. Si. Lo haría.

—Que te jodan. —Bueno como sabes —dice lentamente—, la palabra joder funciona también.

Página

Se frota la piel del mentón, sus ojos bailando. —Prácticamente, considerando lo que estoy escribiendo. Sólo di la palabra pene de nuevo.

184

—Mantenlo en tus pantalones. —Hago una pausa, tratando de mantener mis ojos lejos de su entrepierna—. Espera, ¿estás diciendo que estas duro en este momento?

Y la forma en la que lo dice, la manera en la que sale de su lengua toda lenta y tranquila, funciona para mí también. Pero no tiene por qué saberlo. Miro de nuevo a mi trabajo y hago mi mayor esfuerzo en ignorarlo, a pesar de que está ahí, tan jodidamente cerca y representando lo mucho que no debería tenerlo. Los capítulos que nos quedan son cortos y soy una escritora rápida como Blake, así que me esfuerzo a través de mi bloqueo de escritor sacando algunos deseos secretos y terminando en menos de dos horas. Mientras él sigue escribiendo, con el ceño fruncido en una profunda reflexión, lo cual siempre me pareció gracioso considerando lo que estamos escribiendo, voy y consigo una botella de Coca Cola de dieta de la máquina expendedora. Normalmente no bebo nada con jarabe de maíz y productos químicos en él, pero necesito algo para mantenerme despierta. ¿O lo hago? Cuando vuelvo a la mesa, siento el edulcorante y la cafeína entrar en mi sistema, veo a Blake tomando mi computadora y leyendo mi capítulo. Mi corazón da saltos mortales y sé que no es debido a la gaseosa. Me detengo por el borde de la mesa, golpeando mis dedos con nerviosismo a lo largo de ella hasta que él finalmente me mira. —No puedo creer que acabas de escribir todo esto —dice en voz baja. Su voz es ronca, mezclada con asombro. —¿Te gusta? —pregunto. Murmura un acuerdo, asintiendo con la cabeza mientras mira todo de nuevo. —Cariño. Eres jodidamente sucia. ¿Es extraño estar orgullosa de eso? Le doy una media sonrisa, sintiéndome un poco tímida. —Dijiste que necesitaba salir de una manera dramática.

—De ninguna manera —dice protegiéndola—. Esto es basura. Te necesito para el inicio. No puedes sacarme de la obscenidad.

35

Acto sexual, en el cual un hombre eyacula en el ano de su pareja sin el uso de condón.

Página

—Esos son los mejores tipos de drama —le digo, volviéndome a sentar—. Veamos lo que has escrito —le digo halando mi portátil lejos de él y alcanzando la suya.

185

—Sí, pero no pensé que un anal cream pie35 sería una manera dramática —señala, después de aclararse la garganta un par de veces.

—Creo que lo hice. —Tomo un sorbo de mi Coca Cola de dieta y hago una mueca a la sustancia química. Sentí que era una buena idea en ese momento. No tengo mucho que hacer mientras él intenta fervientemente elevar la obscenidad en su capítulo, así que me vuelvo a levantar, tirando la lata casi llena a la basura y bajando por los pasillos hacia mi sección favorita, fantasía. Está escondida en la biblioteca en este nivel y con la biblioteca prácticamente vacía durante estas horas de verano, es como una ciudad fantasma. De hecho, creo que Blake y yo somos las únicas personas aquí e incluso Bárbol no se halla en cualquier lugar para ser encontrada. Es justo lo que necesito. Escribir la escena de sexo anal entre Shasta y Ford en la oficina del director consiguió sacarme de quicio lo suficiente, pero ahora que he visto la reacción de Blake, el calor en sus ojos, no puedo pretender que no estoy excitada. Necesito la tranquilidad y el maravilloso olor de los viejos libros para calmarme, reagruparme y reorientarme. Pero aun mientras doy golpecitos a través de algunas novelas de Terry Goodkind que no he leído, mi mente cae a través del mundo de los “¿Qué pasaría si?” ¿Qué si el libro apesta y no vende ni una copia? ¿Escribiremos otro juntos, o será el final de esto? ¿El final de nosotros? ¿Pero qué si el libro es increíble? ¿Estoy preparada para seguir escribiendo más? ¿Seguiremos trabajando como dúo? ¿Voy a ser capaz de controlarme estando alrededor de Blake sin nada más pasando entre nosotros? ¿Qué si no puedo? No tengo respuestas.

No habla. Lo siento moverse y sus manos se colocan en la parte posterior de mi cabeza, los dedos deslizando con cuidado el elástico a lo largo de mi cabello. Cierro los ojos y trato de no perder el equilibrio mientras pasa los dedos a través de los cabellos sueltos, extendiéndolos sobre mis La espada de la verdad, titulo original Sword of Truth es una serie de libros de fantasía épica escritos por Terry Goodkind. 36

Página

Trago saliva, agarrando la copia gastada de La Espada de la Verdad36 en mis manos como si fuera un salvavidas. Estoy muy asustada de dar la vuelta, y él está justo ahí, esperando por algo, por mí. Puedo escuchar su respiración áspera, oler la salvia y la sal, y la electricidad zumbando entre nosotros.

186

Lo que sí tengo es su repentina presencia en mi espalda. Siento su calor, su altura, su fuerza, su cuerpo justo detrás de mí. Me encontraba tan envuelta en mis pensamientos que ni siquiera lo escuché acercarse.

hombros y respirando en él, antes de empujarlo a un lado, dejando la parte de atrás de mi cuello desnudo y expuesto. Inhalo bruscamente, mi piel picando en anticipación nerviosa. Coloca un suave y cálido beso en la parte de atrás de mi cuello y mis extremidades de inmediato se quieren convertir en gelatina, la corriente de su tacto corriendo por mi espina dorsal. Detenlo, me digo. De otra manera, esto no ocurriría. Ambos sólo están poniéndose al máximo por su propio suministro. Sin embargo, quiero ponerme más. Quiero dejar de pensar. Quiero ser libre. Y lo quiero a él para que me muestre. Con cuidado, como si estuviera hecha de cristal, desliza un dedo debajo de las tiras de mi camiseta y sujetador, y las baja por mis hombros, sus labios moviéndose a lo largo, sus besos se vuelven más duros, más profundos, más hambrientos a medida que avanza. Me estremezco, incapaz de ocultar lo que me hace. Trato de dar la vuelta, para encontrar su boca, pero me mantiene en mi lugar con una mano en mi cintura antes de que se deslice por mi lado, sobre mis caderas y hacia abajo hasta el dobladillo de mi falda. Desliza los dedos por debajo de la tela y empieza a pasar su palma hacia arriba a lo largo de mi muslo, tan grande y caliente contra mi piel abrigada. Tengo dificultad para tragar. Pensando. Quiero esto demasiado, pero sé que no deberíamos, y no deberíamos hacerlo aquí, pero sus dedos se curvan entre mis piernas y rozan mi hendidura, casi me caigo, casi delirante. —Joder —susurra a mi espalda, retirando su mano—. Estás desnuda.

—Sólo espera —susurra con voz ronca. No necesito preguntarle lo que está a punto de hacer. Podría darte un orgasmo en treinta segundos, dijo una vez. Sonrío para mí, apoyando la frente contra algunas copias de las novelas de Patrick

Página

—Eso es incluso más caliente. Imaginarme granos de arena en todos esos lugares. —Agarra mis dos muñecas, el libro cayendo a mis pies, y las eleva por encima de mi cabeza así que estoy agarrando las estanterías, mi espalda todavía contra él.

187

—Fui a la playa antes —le digo, como si esa fuera una razón de por qué no estoy usando ropa interior.

Rothfuss, agradecida por sus lomos duros. Incluso si su pretensión era toda mentira, quiero que lo intente. Lo siento caer de rodillas detrás de mí, sus manos a lo largo de mi culo, apretando y amasando hasta que se deslizan debajo de mi falda y toca suavemente la curva inferior, donde las mejillas se unen con los muslos. Me pongo rígida, mi piel tan jodidamente sensible, como un gatillo. Sin embargo, queriendo más, asustada por más, sabiendo que las cosas se mueven muy rápido y necesitando que se muevan aún más rápido. —Paciencia —susurra, su voz ahogada mientras desliza los dedos entre mis piernas—. ¿Te das cuenta de lo mojada que estás? Lo hago ahora. Poco a poco, deliberadamente, arrastra sus largos dedos sobre mi clítoris y jadeo mientras el cumulo de nervios amenaza con romperme. —Dios, eres como la seda —murmura, gimiendo—. Tan perfecta. — Aprieta la dura almohadilla de su dedo sobre la protuberancia y hace un pequeño círculo. Una. Y otra. Y otra vez. Joder. Todo dentro de mí se aprieta y me siento como una bomba que podría estallar en cualquier segundo, justo aquí, en la jodida biblioteca escolar. Sigue moviendo su dedo, añadiendo más y más presión hasta que la tensión es casi insoportable y mi piel se siente lamida por las llamas. Mi falda se levanta más, y él ajusta su posición detrás de mí. De repente, siento su nariz, el vello de su barbilla en la parte de atrás de mis muslos y casi grito de shock.

El shock me hace temblar. Él está lamiendo mi coño. Desde atrás. Su cara prácticamente enterrada en mi trasero.

Página

Podría tener que hacerlo. Separa mi trasero con sus manos, apretando mi sensible carne dura y me pongo más rígida con anticipación, esperando, esperando y esperando antes de sentir su húmeda lengua deslizarse entre mis piernas.

188

—Sólo relájate —dice con la voz ronca—. Muerde un libro si es necesario.

Odio ser una de esas heroínas eróticas vírgenes que dicen oh, Dios mío pero… Oh. Dios. Mío. Y maldito más. Pero antes de que pueda dominarlo, lo que me sucede realmente bajo las luces brillantes de la biblioteca, una de sus manos va al frente de mí y sus dedos empiezan a tocar a lo largo de mi clítoris, sensible más allá de lo posible, y su lengua sigue follando mi coño y yo voy a perder mi jodida mente. Gruñe en mí, murmurando algo animal, algo sobre cómo mi sabor es como el océano y su lengua es implacable y puedo sentir el goteo excesivo por mis piernas. Mis piernas empiezan a temblar, trato de mantenerme derecha mientras mi cuerpo se tensa, se tensa y se tensa, y… Se derrama. Agarro los estantes como si mi vida dependiera de ello mientras el orgasmo me golpea y si no estuviera sosteniéndolos, estaría retorciéndome y rodando por el suelo. Un grito rasga desde mi garganta y muerdo en la parte superior de un libro de bolsillo, tratando de silenciarlo. Aun cuando justo hablamos de ser vocales el otro día, todavía soy consciente de que estamos en un lugar público. Solo me folló con la lengua. Desde atrás. ¡En la maldita biblioteca pública! Ni siquiera sé en qué planeta estoy porque no estoy siquiera cerca de sentir la más mínima vergüenza. Es como si todas mis sucias fantasías acerca de este lugar acaban de hacerse realidad.

No tengo mucha experiencia, pero realmente es el más largo, más grueso, y más intimidante pene que jamás he visto. En persona. Y totalmente a la par con lo que he visto en porno. La vista de eso en las manos de Blake,

Página

Pero de alguna manera me doy la vuelta, presionada contra los estantes por apoyo y la vista ante mis ojos casi me hace delirar de nuevo. Sus pantalones y calzoncillos están hasta los tobillos y su polla sobresale hacia delante de él mientras está a punto de ponerse un condón.

189

—Eso fue jodidamente caliente —dice Blake con un gemido y escucho lo que suena como el crujido de papel aluminio. Tengo que parpadear duro para volver a la realidad y entonces él trata de darme la vuelta, sólo mis manos sostienen el borde del metal de las estanterías con tanta fuerza que es casi doloroso. También creo que voy a caer en mi cara si no tengo el soporte, estoy mareada y mis rodillas quieren doblarse. El orgasmo me ha reducido a polvo.

la manera en que sus dedos se envuelven a lo largo del espesor de la base y se desliza hasta la punta oscura, liquido pre-seminal brillando en las luces, hace girar a mi cabeza, mi cuerpo inmediatamente caliente una vez más con necesidad. —¿Quieres hacer los honores? —pregunta, su voz ahogada con deseo, mientras desliza lentamente el condón sobre la punta. Jesús. —Parece como que conseguiste un buen manejo con ello — prácticamente rechino. No puedo apartar los ojos, es malditamente hipnotizante. Aun así me las arreglo para decir—: Eres bastante presuntuoso. Me sonríe y se acerca, sujetándome contra los estantes. —Podemos dejarlo así hoy —susurra contra mi garganta antes de pellizcarla con los dientes—. Pero he sentido oprimir mi lengua cuando te viniste, como si la ordeñaras. Mi polla se siente celosa. —Lame detrás de mi oreja y gime—. ¿No me quieres sentir profundo dentro de ti? ¿Cuán duro y grueso soy, estrechándote, llenándote? —Sí. —Jadeo, dejando caer la cabeza hacia atrás. Se inclina ligeramente en las rodillas y sus manos pasan por debajo de mi culo. Como si no pesara más que una pluma, me levanta y mis piernas se enganchan alrededor de su cintura. Al principio estoy preocupada de que no será capaz de sostenerme pero no hay signo de preocupación en él excepto por el débil brillo de sudor en su frente. Me mira como si fuera algo que debe ser conquistado, tanto deseo y determinación en sus ojos, una necesidad primaria de reclamar. Coloca su pene en mi entrada, atormentando mi clítoris lentamente. Un siseo bajo se escapa de mis labios, mi cuerpo quiere tensarse y ceder al mismo tiempo.

—Amanda —susurra, mi nombre urgente en sus labios—. Mierda. Esto es mejor de lo que imaginaba. —¿Imaginaste esto? —me las arreglo para decir, jadeando ligeramente mientras empuja otra pulgada.

Página

Poco a poco se empuja a sí mismo, respirando de forma irregular, tratando de controlarse mientras me estiro a su alrededor. Ni siquiera puedo exhalar. Todo el aire, la tensión, se siente atrapado dentro de mí mientras se adentra, centímetro húmedo a centímetro húmedo. Gracias a Dios ya me puso húmeda como el pecado antes porque de lo contrario no creo que esto podría funcionar. Podría jodidamente romperme en dos.

190

—Voy a tomar las cosas con calma —murmura en mi oído—. O al menos lo intentaré.

—Todo el tiempo —dice entre gemidos—. Todo el tiempo. He estado queriendo hacer esto desde el principio. Cuando te vi por primera vez. Quería ver cuán malditamente sucia podrías ser. Oh, mierda. —Empuja hasta el final y todo el aire sale de mis pulmones y nunca he tenido a alguien tan profundo, como si estuviera incorporándose en mí. —¿Estás bien? —susurra, bajando sus ojos en busca de los míos. Sus dedos quitan los mechones de cabello de mi cara, ya húmedo por el sudor. Asiento, tratando de tragar, mi mano va hasta sus hombros, tratando de aferrarme. Son sólidos y duros mientras se esfuerza para sostenerme. — Estoy bien —digo sin aliento. Me da la más perezosa media sonrisa y lentamente tira de él hacia fuera. El arrastre se siente increíble, pero cuando se halla casi totalmente fuera, inmediatamente anhelo la plenitud. —¿Cuán bien? —dice con voz ronca, burlándose de mí mientras se retiene. Cavo mis talones en su culo, tirando de él hacia mí. Ambos gemimos y después de que mi aliento retorna digo—: Así de bien. Sigue adelante. —No planeaba parar, melocotón —dice con una voz ronca, su acento más grueso con el placer.

Paso los dedos por sus antebrazos, sintiendo sus músculos apretarse mientras me mantiene en su lugar, luego, rozo mis manos de vuelta a los duros músculos de sus hombros. Cavo mis dedos allí, necesitando más, con ganas de más. Él gruñe sin vergüenza con una lujuria salvaje, golpeando más duro, mientras que una de sus manos se desliza hacia abajo a mi clítoris.

Página

Aleja su boca, húmeda de nuestro beso. —Te sientes tan jodidamente hermosa —susurra, mirándome fijamente a los ojos, con el deseo febril, y apenas puedo creer que estas palabras salen de sus labios, esos labios que me besaban. No puedo creer que sólo está follándome, aquí, ahora, tan fuerte y grueso y duro y haciendo que mi cuerpo y alma se sientan como si estuviera a punto de pasar por encima del borde del universo.

191

Su boca besa a lo largo de mi mandíbula, su barba roza por mi piel hasta que sus labios se unen con los míos. Nuestras bocas se mueven juntas en un profundo, ardiente beso diferente a los de ayer, diferente a cualquier otro que he tenido. Nuestro beso, frenético, hambriento, acaparador, conduce a un ritmo en su cuerpo que coincide con el mío mientras empuja sus caderas hacia delante, conduciendo su pene más y más profundamente en mi interior. Cada nervio de mi cuerpo se encoge, arremolinándose en un duro nudo, terminaciones enredadas en vivo y a todo color, pidiendo ser puestos en libertad.

Sabe exactamente lo que hace. Los dos estamos al borde, en el borde del precipicio y uno de nosotros tiene que saltar. Acaricia su dedo a lo largo de mi clítoris, girando una vez, dos veces, y luego eso es todo lo que se necesita. Soy un terremoto, el mundo, mi mundo, partido en dos y el fuego y la luz y todo explota dentro de mí. Estoy pidiendo a gritos, los gritos se me escapan, y mientras me aferro a él, se empieza a venir dentro de mí, no me importa. Siempre me he preguntado cómo sonaría Blake cuando se viniera. Es animal. Es gutural y primario y está follándome, jodidamente follándome, los estantes se balancean hacia atrás y adelante, sus caderas empujándose en mí hasta que estoy segura de que van a dejar moretones, hasta que no quede nada de él. Jadea un suspiro y baja el ritmo, sus caderas llegando a una parada perezosa. —Bueno, eso pasó —dice, con voz quebrada. Tratando de conseguir un mejor equilibrio y luego sale lentamente fuera de mí. Ni siquiera sé lo que sucede. Mi mundo todavía tiembla, girando sobre su eje y lo único que queda es un resplandor caliente dentro de mí que brilla más que el sol. Poco a poco me baja al suelo y tengo que agarrarme de las estanterías para permanecer en posición vertical, pilas de libros cayendo, aterrizan a mis pies. —¿Qué está pasando allá arriba? Una voz aguda rompe el hechizo. Tengo que parpadear un par de veces, dándome cuenta de lo que sucede. El sexo ha derretido mi maldito cerebro. —Maldita sea, ¡es Bárbol! —exclama Blake, tratando de subirse los pantalones vaqueros.

Y no lo hay. Debido a que los pantalones no están arriba todavía y su pene enfundado cuelga hacia fuera cuando Bárbol viene a la vuelta de la esquina. No ayuda a que mi falda todavía estuviera arremolinada alrededor de mi cintura.

Página

—¡No hay tiempo!

192

—¡Todavía tienes el condón puesto! —le susurro.

—¿Qué están haciendo? —exclama, congelada en el extremo de la sala mientras se queda mirándonos. —Corre —me susurra Blake cuando termina de abrocharse los pantalones vaqueros. Agarra mi mano y corremos por el pasillo y Bárbol empieza a alcanzarnos. Luego corremos a toda velocidad hasta el siguiente pasillo, llevándola alrededor. —Agarra las computadoras voy a cambiar su ruta, te encuentro afuera —dice y luego se va en una dirección y yo voy en otra. Espero por Dios que no venga detrás de mí, porque hubiéramos estado en un callejón sin salida, pero por suerte no me toma mucho tiempo para recoger nuestras cosas y empezar a correr por el pasillo y las escaleras. No sé dónde se halla Blake al principio, pero luego veo su cabeza oscura desaparecer detrás de la sección de historia y unos segundos más tarde a Bárbol (buen Dios que puede correr esa mujer). Con las dos bolsas de mensajero colgadas sobre mí como una mula de carga, hago mi camino por las puertas, precipitándome al auto en la noche justo antes de que Blake lo haga. —¡Sigue adelante! —grita y todos mis días de correr finalmente dan sus frutos, porque me abro paso al Sr. Mean. Pero Blake es aún más conveniente, como un superhéroe, y se pone al día en cuestión de segundos. Corre alrededor y entra, desbloqueando la puerta justo cuando veo a Bárbol salir de la biblioteca, sacudiendo su puño a nosotros como algún dibujo animado. Salto al auto y ni siquiera tengo la oportunidad de cerrar la puerta antes de que empiece a conducir, rayando las llantas fuera de la zona de estacionamiento. —¿Crees que nos va a reportar? —le pregunto sin aliento, mirando en los espejos laterales mientras las paredes de cristal brillantes de la biblioteca desaparecen. Mi corazón se acelera con tanta fuerza que puedo oírlo.

Levanta sus cejas sugestivamente. —Y, sin embargo, de alguna manera lo acabo de hacer mucho, mucho más feliz. No puedo pensar en eso ahora. Ni siquiera he asimilado lo que hicimos. Mi piel se siente caliente y enrojecida, no sólo por la fuga, sino por

Página

—¡Ese era mi lugar feliz, ¿sabes?!

193

—Bueno —dice, dejando escapar una pequeña risa—. Digamos que debemos evitar la biblioteca por el próximo año. O llevar un disfraz.

el maldito sexo. Todavía estoy adolorida dentro de donde él simplemente estaba. —Santa Mierda —exclamo finalmente, inclinándome hacia atrás en el asiento—. No puedo creer que acabamos de hacer eso. —Vuelvo mi cabeza hacia un lado y lo miro fijamente, con los ojos sorprendidos—. No estoy segura de que fuera inteligente. —Fue la cosa más inteligente que hemos hecho nunca —dice, sintonizando “Fur-Lined” de How to Dstroy Angels en su radio. El jurado sigue en sesión con eso. —Mierda —maldigo—. Olvidé que dejé mi auto allí. —Lo tendrás mañana —dice. Miro por la ventana cuando nos acercamos al centro de la ciudad. — ¿A dónde vamos? —Mi lugar —dice. Me da una mirada de soslayo, arrastrando sus dientes sobre su labio inferior. —Sabes que no he jodidamente terminado contigo. —No has terminado definitivamente contigo. Creo que tienes un condón en alguna parte de tu ropa interior —señalo. Voltea nuevamente hacia la carretera. —Bueno, tal vez no es mi mejor momento. Razón de más para hacerlo bien la segunda vez. A pesar de las protestas sordas de mi cerebro, como si alguien estuviera gritando detrás de una bóveda de un banco, mis piernas siguen débiles y mis labios aún recuerdan el sabor de mí misma en su lengua y mi cuerpo sabe exactamente lo que se siente al venirme con él dentro de mí. No hay vuelta atrás.

Página

194

Empujo a un lado mi cerebro. Mi cuerpo es el que manda esta noche.

Blake Traducido por Maeh & Black Rose

S

anta maldita mierda. Esta es la única frase rondando por mi cabeza mientras nos conduzco a través de las calles de Victoria, directo a mi apartamento.

Eso y, ¡santo infierno el Bárbol puede correr rápido! Un minuto me hallaba sentado en la biblioteca, yendo hacia la mierda más sucia en mi mente que he tenido el placer de procesar, al siguiente minuto veía al creador desaparecer alrededor de los estantes de la biblioteca y es como la fantasía de cada chico nerd que he tenido para decidir ir a jugar. El otro día, con su ardiente y suave cuerpo debajo de mis manos, ese quejido ruidoso, desinhibido, la manera en que presionaba mi polla, sabía que estábamos a segundos de follar. Sabes, si no hubiéramos sido interrumpidos. Es decir, estoy seguro de que Amanda se hubiera vuelto loca en algún momento porque intenta con toda su fuerza de voluntad y obstinación fingir no estar atraída por mí.

Planeaba detenerme pero se veía tan deseosa y necesitada y fui más allá de encenderla con sólo probarla, hundiéndome en ella desde ese ángulo, que me hallaba listo para irme.

Página

Así que la seguí alrededor de los estantes. Cayendo de rodillas y dándole el placer que nunca antes tuvo, en un entorno que estoy seguro ha querido cumplir sus más oscuras fantasías.

195

Pero sé que lo está. Sólo necesita callar la parte de su cerebro que piensa demasiado y me niego a creer que eso es todo lo que existe en ella. Digo, su imaginación hasta ahora ha sido tan sucia por donde lo veas, sus verdaderas fantasías no pueden estar tan alejadas de ello.

Y aún lo sigo estando. No estoy dispuesto a dejarla ir, para que regrese a su casa y se sienta avergonzada y pretenda que esto no sucedió. Ambos sabemos que volverá a suceder. Estaciono el auto en el garaje y tomamos el elevador, la tensión entre ambos es brillante y cruda. Quiero besarla de nuevo, probarla, sostenerla, enterrarme tan profundamente que no sepa dónde termina ella y comienzo yo. Sé cómo se debe de sentir en este momento y no querer dejarse llevar fácilmente. Una vez adentro enciendo las luces de la cocina, dándole a la habitación solo la iluminación suficiente. Me dirijo hacia el interior del baño rápidamente, para deshacerme del condón con el que me atoré y me lavo. Aún se encuentra de pie en la cocina, viendo alrededor como si nunca hubiera visto antes el lugar. Ninguno dice algo. No hay nada que decir con palabras. Tomo su mano y la guío hacia mi habitación, un lugar en donde solo asomó su cabeza antes. Se siente extrañamente sagrado ahora, como si no hubiera tenido cientos de amantes en esta cama, como si fuera pura y esperando por ella, una pizarra en blanco. Va hacia la cama y toma asiento en la orilla, pateando sus sandalias y viéndome con grandes ojos mientras me desnudo lentamente. Desabotono mi camisa primero antes de lanzarla a través de la habitación y ver sus ojos bebiéndome, viendo de manera hambrienta las duras crestas de mis abdominales, los firmes pectorales en mi pecho. Incluso parece apreciar la ligera capa de pelos en el pecho y la ruta hacia el tesoro que desciende mi ombligo a lo largo de los planos elegantes de mis caderas. Siempre he tenido buenos genes de parte de mi madre y mis viajes diarios al gimnasio bajando las gradas han dado frutos. Mis pantalones son lo siguiente y ella ya ha visto este show antes. Eso no significa que no me beba, sedienta por eso, mientras mi polla sale frente a mí, dura como si siempre lo hubiera estado. Está prácticamente sin aliento y con ojos abiertos mientras mira fijamente, viéndose intimidada después de todo.

Página

—Inclínate hacia atrás —le digo ásperamente mientras voy a la cama y me arrastro directo hacia ella, mi dura longitud flotando entre nosotros. Coloco mis manos sobre sus hombros y empujo su espalda mientras me instalo encima de ella. Corro mi pulgar sobre sus labios, presionándolos gentilmente hasta que sus labios se envuelven alrededor de la punta. Succiona suavemente y siento una sacudida atravesándome. Todo el camino hasta los dedos de mis pies.

196

Es exactamente lo que mi ego quiere ver.

—Creo que no te das cuenta de lo que me haces. —murmuro, una mano moviendo su falda arriba alrededor de sus caderas. Quito mi pulgar y saco su camiseta sobre su cabeza mientras se arquea para dejarme hacerlo. La lanzo a un lado de la cama mientras deshago hábilmente su sujetador. Bajo la mirada a sus pechos llenos, tan perfectos, derramándose hacia los lados. Parecen resplandecer en la habitación, puros e impecables, sus pezones rosa oscuro se endurecen ante mis ojos. No puedo sino sonreír y gentilmente soplo a través de ellos. Se arquea de nuevo y veo su piel erizarse y trazo la piel de gallina a través de su pecho con mi lengua. Ella hace este suave, y hambriento sonido y presiono mi cuerpo hacia abajo al frente del suyo así puede sentir cuan duro, grande y listo estoy. Sus ojos se abren pero no lucen asustados. Sabe ahora que puedo manejarlo y manejarlo bien. Busco alrededor para sacar un paquete de condones de la mesa de al lado, mi pulso corre en mi cintura, y separo sus piernas con mi rodilla. La respiro, el olor de nuestro sexo parece golpearme como un maldito tónico. Me detengo, incluso pensando que mi cuerpo es como una bomba lista para estallar, y llevárselo todo. Amanda. Aquí en mi cama. No andando a tientas con nuestra ropa en su casa, no en la maldita biblioteca, sino en mi cama, desnuda y vulnerable debajo de mí. Sé que algunos hombres han tenido la suerte de tener esta vista antes, tener esta confianza de alguien que sostiene sus tarjetas cerca de su pecho. Esto significa mucho más para mí que la primera vez que pensé que pasaría. Significa mucho más de lo que ella posiblemente sepa. Rasgo el empaque del condón, follando el delgado látex sobre mi longitud. Mis ojos son atraídos hacia los de Amanda mientras observa con libre fascinación, no hay apuro ahora. No hay nada más que tiempo y nosotros mientras lentamente remueve su falda hasta que cuelga de su pie.

Página

Entierro mi cabeza en la curva de su cuello, haciendo pequeños, rápidos mordiscos a lo largo de su delicada piel hasta que encuentro la suavidad y delicadeza del lóbulo de su oreja. Suavemente tiro de él entre mis dientes hasta que gime, sus dedos escarbando en mis hombros, tal como lo hacía antes.

197

Una vez que el condón está puesto, tomo un tembloroso respiro y me guio a mí mismo sobre ella, manteniendo todo mi peso en un brazo mientras mi mano libre se desliza entre sus piernas. Mis ojos se cierran ante el sentimiento de su calor, ella es una cálida noche de verano y me podría ahogar en su embriagador aroma.

Tratando de tranquilizar mi respiración, deslizo mi mano hasta su coño y un bajo, gutural gemido se eleva en mi pecho. Se siente como el cielo, esponjoso y sedoso como antes, absolutamente mojada. —Eres tan perfecta. —digo, mientras empujo dos dedos dentro de su apretado agujero. La manera que exprime a mí alrededor, me sostiene, hace que mis ojos retrocedan momentáneamente en mi cabeza. Mi polla se hincha hasta el punto de ruptura y no sé cuánto tiempo pueda contenerme. Prácticamente estoy jadeando, moviéndome en ella así, y ella se retuerce, su cabeza rodando de lado a lado, esa boca suya mojada y abierta. Esperando por más. Su aliento queda atrapado, pálidos pechos firmes. Corro mi lengua sobre los pezones, duros guijarros que responden a cada toque, cada suave lamida, y gime de nuevo, más fuerte esta vez. Quiero llevarla al límite, quiero despojarla de sus inhibiciones. Quiero verlo todo. Empujo mis dedos hacia delante y gime más profundamente. Sus caderas dan un tirón hacia arriba, una y otra vez, casi con desesperación. Viéndola retorcerse y gimiendo debajo de mí, con sólo mis dedos, se siente mejor que cualquier droga. No puedo soportarlo mucho más. Empuño la mano en mi rígida longitud y lo posiciono en su entrada. Sus ojos revolotean abiertos mientras froto lentamente mi hinchada cabeza hacia arriba y hacia abajo de su sedosa hendidura, tomándome mi tiempo para fastidiarla, probándome a mí mismo. Aguanta Crawford, me digo. Ve despacio. Es lo más difícil. Cada nervio de mi cuerpo se siente listo para golpearla en sus dulces profundidades y follarla hasta que estemos fuera de la cama. Toma toda mi fuerza de voluntad hacer poco a poco mi camino dentro de ella. Se siente tan cálida y húmeda mientras lentamente empujo y hago mi camino al interior que comienza a temblar. Me detengo y tomo un profundo, vacilante respiro, antes de continuar.

Se extiende debajo de mí, sus piernas enganchadas en mi espalda, luciendo demasiado hermosa para pronunciar palabras. Verla al borde del éxtasis como ahora es parte del problema. No puedo apartar mis ojos y mientras más la veo, más quiero explotar.

Página

Cielo. En pocas palabras.

198

Su rostro se contorsiona mientras presiono a través. Está tan jodidamente apretada, es como un vicio. Ambos respiramos fuertemente, con sudor en mi frente, la humedad de la piel se construye. Cuando estoy en lo profundo, lo saco lentamente otra vez, mirando mi polla mientras se retira, brillando con sus jugos.

Lentamente tiro hacia afuera y entonces busco debajo y engancho mi brazo debajo de ella. —Arriba —susurro áspero mientras la coloco encima de su estómago—. Caderas hacia arriba, melocotón. Se mueve ligeramente hacia atrás para que sus caderas y estómago se levanten de la cama y se sostiene en el borde de la manta, mientras encrespa los dedos alrededor. La vista de ella así me pone incluso más duro, ese perfecto culo que he deseado durante todo el año ahora desnudo y redondo delante de mí. Veo una pequeña peca en la mejilla izquierda y sumerjo mi cabeza hacia abajo para morderla. —Ow. —Llora suavemente. —Lo siento —digo—. No pude resistirlo. Llego abajo, arqueando por su estómago y colocando mi dedo en su clítoris y alrededor, esparciendo sus jugos. La trabajo hasta que se ensancha, sus piernas se separan más, y luego presiono desde un nuevo ángulo. Así es incluso más apretada. Puedo hundirme más profundamente y sé que estoy golpeando sus puntos dulces. Ella jadea y tomo su trasero, sosteniendo fuerte, mis dedos hundiéndose en su suave piel. Está tan mojada y llena de deseo, podría perderme en ella para siempre. Pero no tengo el para siempre. Mi ritmo se transforma más rápido mientras mis bolas se hinchan, apretándose, amenazando con perderse en sus adentros. Golpean contra su piel, el sonido llena la habitación mientras me llevo rápido e implacable hasta el borde.

Trabajo mis dedos en un frenesí, su cara se hunde en la manta y sus gemidos ahogados vuelven más y más fuertes, mientras que la penetro con más y más fuerza. —Oh, Dios mío —grita, seguido de una cadena de despropósitos que suenan como poesía en este momento.

Página

—Vente para mí. —Gruño, sabiendo que debí de dibujar una línea en eso antes pero me importa una mierda. Quiero que se venga conmigo, una y otra vez.

199

Gimo ruidosamente, incapaz de detenerme. La necesidad de venirme es demasiado fuerte, demasiado dura, demasiado. Me deslizo hacia afuera lentamente y observo mi polla brillante con todo lo que ella tiene entonces empujo de nuevo. Mi cuerpo entero se estremece.

La cama tiembla. Ella tiembla. Yo estoy temblando. Entonces me vengo. Con fuerza. Tomo una respiración profunda y dejo escapar un grito ahogado, gutural mientras mis músculos agarrotados se sueltan y el orgasmo rasga por mi espalda, disparado a través de cada vena. Veo las putas estrellas. La luna. La luz que vive en la parte posterior de la cabeza. Entonces no queda nada de mí. Estoy vacío. Harto. Sin huesos. Me apoyo contra ella, tratando de sentir mis piernas, mis manos en sus caderas resbaladizas por el sudor. Ella colapsa sobre la cama, sin moverse, pero respirando con dificultad, su espalda sube con cada respiración. Con cuidado, me salgo y luego a través de mi bruma, ato el condón y lo tiro a la basura. Me tumbo en la cama junto a ella y la acerco a mí, haciéndola rodar para que estemos cara a cara. —Oye —digo, todavía sin aliento, apoyando la cabeza en alto sobre mi codo. Traga, su rostro rojizo y húmedo, sus pupilas oscuras como piedras. — Hola. —Entonces, ¿cómo estuvo la ronda número dos? —pregunto con pereza. Sus labios se curvan. —Mejor que la primera. —¿Cómo es eso? —¿No hay una bibliotecaria corriendo detrás de nosotros?

Me muerdo el labio y luego me acerco, arrastrando juguetonamente la punta de mi dedo sobre su nariz. —¿Tienes hambre? —¿De qué? —pregunta con cautela.

Página

—Hay diferentes tipos de especial —dice.

200

—¿De verdad? Pensé que eso hizo las cosas especiales.

Me doy la vuelta y me levanto, sin importarme que estoy colgando en frente de ella parcialmente erecto. —Comida —digo—. De hecho eso pasará de nuevo—Hago un gesto hacia la cama—, pero necesito mi fuerza. La agarro de la mano y tiro de ella hasta sus pies. Se vuelve tímida inmediatamente, de pie allí, completamente desnuda y torpe, tratando de ocultar su cuerpo de mí. Camino hacia mi tocador y le arrojo una camisa. —Toma, usa esto —digo—. A menos que quieras estar desnuda. No me quejo. Desliza la camisa sobre su cabeza. —Esto está bien, gracias. ¿Que hay para cenar? —Pizza fría —digo mientras caminamos a la cocina. —¿Pizza fría? Eso es tan de estudiante universitario alrededor del año 1989 —dice, apoyándose en el mostrador de la isla, como si estuviéramos vivos en ese entonces—. ¿Tienes Pepsi también? —Bueno, esta noche es noche universitaria 2016 —digo, abriendo la nevera. —Y, ¿Pepsi? ¿Qué te pasa? —Hago una pausa y miro alrededor de la puerta de la nevera hacia ella—. Es posible que desees apartar la vista, tengo que agacharme. Aleja sus ojos rodándolos hasta el techo. Para mí, eso vale. Saco la pizza y empiezo a servir rebanadas en los platos. —¿Alguna vez viste el capítulo de Seinfeld, donde Jerry tiene esa novia que siempre anda desnuda? —Sí —dice—. Por favor, no abras ningún frasco de pepinillos a mí alrededor.

Entonces su mano empieza a temblar y la pizza tiembla y es como si estuviera viendo esa escena de la gelatina en Jurassic Park.

Página

Estoy mirándola como un idiota total, probablemente con una mirada tonta en mi cara, cuando deja de masticar, su boca abierta, la pizza colgando sin fuerza de su mano. Sus ojos se abren, concentrados en un punto más allá de mí.

201

—Sin promesas. —Nos sentamos en los taburetes en la isla de la cocina y picoteamos nuestras rodajas. Amanda sigue sonrojándose y no puedo decir si es debido al buen sexo, el hecho de que vamos a tener sexo, o el hecho de que estoy desnudo. Tengo la sensación de que su ex novio remilgado nunca caminó desnudo frente a ella. Probablemente sólo vio su pene en la oscuridad. Que podría haber sido una buena cosa.

Me congelo. —¿Qué pasa? —Ya estoy susurrando, preparándome para que un Raptor venga detrás de mí. Sus ojos se mueven a los míos. —Em —dice, su voz chirriante—. ¿Qué tan peligroso es una tarántula? Ay no. Ay no. No. Mi cabeza salta alrededor y veo a Fluffy en el mostrador detrás de mí. Juro que levanta una de sus piernas peludas y la agita hacia mí, dándome un guiño con uno de sus múltiples, oscuros, y brillantes ojos. Hay una fracción de segundo, donde todo se congela. Fluffy a medio saludo. Mi corazón. Mis pulmones. Y de repente, Fluffy se mueve. Y no sé si lanza hacia mí o simplemente huye o qué sucede, pero grito como un loco y salto a mis pies, corriendo al otro lado de la habitación. En algún lugar de esta muestra de cobardía absoluta, recuerdo que estoy con Amanda. Y que estoy desnudo. Y todavía estoy esperando que sea un mejor hombre que yo. Pero también grita, corriendo por el pasillo. —¿Estás bien? —grito, escalofríos corriendo a través de mí. —¡Sí! —grita de vuelta desde la esquina—. ¡Ayy, siento como si estuviera encima de mí! —¡Yo también! —Golpeo mis manos sobre mí. Mis ojos se mueven por todo el salón, la cocina, esperando ver el cuerpo peludo de oro rosa en cualquier lugar. —¿Qué vas a hacer? —grita Amanda. —No sé. ¿Matarlo? —No puedes hacer eso, ¡es de Kevin! —Maldito Kevin —murmuro—. Vale. Supongo. Bien. Capturarlo.

—Más nos vale o llamo a los bomberos. —¡No puedo creer que tengas miedo a las arañas! —¿Por qué? ¡Tú también! ¡Y es una maldita tarántula! ¡¡Es tan grande como mi mano!! —Sí, pero tú eres un hombre.

Página

Amanda chilla también. —Bueno. Bueno. Lo haremos juntos.

202

Dejo escapar un grito embarazoso.

—Bueno, lo siento, no me di cuenta que necesitaba habilidades de lucha contra tarántulas además de una verga gigante y orgasmos para conquistarte. ¿Quieres que vaya a la selva y luche con un cocodrilo, también? —Simplemente, atrapémoslo. Suspiro, tratando de reunir el coraje. —Bueno. Ven desde esa dirección y yo iré desde esta y tal vez lo podemos llevar a la esquina. Tomo unos pasos, dando miradas furtivas alrededor de la habitación. En este momento, todo, desde el control remoto, a un portavasos, a un zapato, parece Fluffy. —¿Es realmente peligroso? —grita Amanda. —Hice un montón de investigación —grito de vuelta—. Una vez me lo dieron, quería asegurarme de que no era un polizón de Aracnofobia37. No quería acabar como Bill Pullman. —Eso fue Jeff Daniels. —¿O fue Bill Paxton? De todas formas. Es una tarántula rosada chilena y se supone que deben ser dóciles. Pero he visto cómo se come esos grillos, me refiero a que les arranca sus malditas cabezas. Y sé que me mira como si fuera a hacerme lo mismo. Me arrastro hacia delante hasta que estoy un poco más allá del sofá y ahora veo su cabeza por la esquina del pasillo. —¿Llevas un arma? —pregunto. Tiene un desatascador de inodoros en sus manos, sosteniéndolo como un bate de béisbol. —Tenía que tomar algo. Maldita sea.

Los dos continuamos nuestro camino. Miro por encima de la isla hacia el suelo de la cocina. Ahí está. Sentado en el centro del piso. Es una película estadounidense de suspenso de 1990 dirigida por Frank Marshall, donde una extraña variedad de araña venenosa es encontrada en Venezuela y transportada hasta una pequeña población en Estados Unidos, donde comienza a reproducirse en grandes cantidades. 37

Página

Agarro una revista de la mesa de centro y la enrollo hasta la mitad en una cuchara.

203

Debería tener un arma.

Pero juro que se halla en cuclillas y sibilante. Como si el bastardo estuviera esperando por nosotros. Acércate, parece decir. Acércate, amigo mío. Puesto que es de Chile, tiene el acento y todo. —¿Y ahora qué? —pregunta Amanda, agarrando su émbolo. —Bueno, dado que no lo podemos matar, no podemos maltratarlo. —¿Así que no puedo agarrarlo a batazos a través del cuarto? Porque la araña en Mi pobre angelito soportó mucho. —No —digo con un suspiro de decepción—. Son delicadas. Si fueras a agarrarlo y lo soltaras, podría morir. —Los accidentes ocurren —dice lentamente. Hombre, como me encanta el cerebro de esta mujer. Estoy sonriendo pero sacudo mi cabeza y rápidamente la limpio de mi cara. —No. Piensa en Kevin. —Lo digo más para mí mismo. Me arrastro hacia delante. Ella se arrastra hacia delante. Fluffy se vuelve hacia ella. Ella se congela. Se vuelve hacia mí. Me congelo. Amanda hace su movimiento. Ella viene a él con el émbolo por detrás, consiguiendo que se mueva. Él viene hacia mí echando a pique en esas difusas, ocho patas. De alguna manera bajo la revista y él se arrastra directo en ella.

—¡Llévalo a su jaula! —grita Amanda. Estoy desnudo, con Fluffy en equilibrio en una revista, y de alguna manera hago mi camino por el pasillo, al estudio y coloco la revista entera en el interior, con las manos temblando sin parar.

Página

Una pesadilla viviente.

204

Ahora estoy sosteniendo la revista al nivel de mi mirada y Fluffy se sienta allí y estoy gritando en silencio, con la boca abierta y todo.

Retiro mis brazos en estado de shock y Amanda pone rápidamente la tapa de nuevo mientras Fluffy se arrastra a unos troncos para esconderse. —Está bien —dice, tomando una respiración profunda—. Dices que es un artista del escape. Pero dejaste la maldita tapa abierta. Parpadeo. —Mierda. Creo que me hallaba demasiado ocupado para prestar atención. —Le doy un vistazo—. Contigo. Frunce el ceño. —Si tratas de ser dulce... —Es verdad. Normalmente no se me olvida poner la maldita tapa. Si es algo, todo es tu culpa por ser tan atractiva. Rueda los ojos, pero sonríe. Toma mi mano. —Ven conmigo, hombre desnudo y miedoso. Claro. La cuestión de la desnudez. Todo lo que pasa después del sexo no ha sido mi mejor momento. Con razón las mujeres solamente se quedan alrededor por una noche. Pero Amanda me lleva de vuelta a la habitación.

Página

205

Y aunque juro que nunca voy a ser capaz de librarme de lo que pasó, ella es bastante buena en hacerme olvidar.

Amanda Traducido por Valentina D. & Kariza

M

e toma unos segundos darme cuenta dónde estoy. Hay un edredón acolchado alrededor de mí y debajo de eso, un caliente, pesado brazo sobre mí.

El brazo de Blake. Oh, Dios mío. Ni siquiera me encontraba ebria la noche anterior pero todo viene a mí en destellos. Calientes y sucios destellos. Jesús O’ Malley. Me siento como si hubiera sido golpeada por un gigante bus de sexo. Las cosa que hizo. Las cosas que hicimos. Su lengua. Su pene. Ser atrapados por la bibliotecaria.

Luego, por supuesto, Fluffy. Trato de no pensar en eso.

Página

Venir aquí, él follándome sin piedad de nuevo hasta que pensé que era un prisma, rompiendo en colores.

206

Escapar de la universidad, la risa, los nervios, las estrellas sobre nosotros, sentirse jodidamente loca.

Volteo mi cabeza para mirar a Blake, su cara aplastada contra la almohada junto a la mía, completamente dormido. Casi como todos, él parece diferente cuando duerme. Más joven. Vulnerable. Dulce. Aunque sé que Blake es todo menos dulce. Sexi, divertido, crudo. Sí. ¿Dulce? Debes estar equivocado. Aun así, me gusta verlo de esta manera y estando tan cerca puedo mirar todos los detalles sin tener sus ojos observando cada uno de mis movimientos. Tiene dos pequeños lunares en el lado izquierdo de su mejilla, cerca de los hoyuelos, un puñado de pecas claras a través de su nariz que no creo que estuvieran allí el mes pasado. Debe haberlas conseguido con el sol. Me apoyo más cerca. Hay una pequeña cicatriz por encima de su labio superior que apuesto consiguió en una pelea o en algún accidente embarazoso en su niñez. —¿Mirando algo bueno? —murmura. Suspiro por la sorpresa y tiro mi cabeza hacia atrás. Abre un ojo y me mira. —¿Fingías estar dormido? —Gimoteo en voz baja, mi corazón latiendo en la garganta. Con la mitad de su sonrisa enterrada por la almohada. —Quería ver sí empujarías el cliché mirando a tu pareja sexual. —¿Pareja sexual? Cierra los ojos y trata de encogerse de hombros. —Es temprano. —Bueno, ahora que despertaste, tengo que ir a orinar —digo, quitando discretamente su brazo de encima. Me arrastro sobre él sin gracia y correteo al baño, consciente de que estoy completamente desnuda mientras voy y puedo escuchar el ligero chirrido de la cama ya que obviamente se da la vuelta para verme ir. Afortunadamente, recuerdo cuál es la puerta del baño y no molesto al hámster de Satán. Una vez dentro puedo dar un suspiro de alivio, tomando la fresca masculinidad de su cuarto de baño, la privacidad. Me siento en el inodoro y pongo la cabeza entre las manos y trato de pensar.

Mucho sexo. Con alguien que no es Alan. Y fue el mejor jodido sexo de mi vida.

Página

Acabo de tener sexo.

207

Pero todo lo que puedo hacer es sonreír.

Y el tipo que lo hizo se halla acostado en la cama, con su dorado cuerpo tonificado, todo un hombre, a cargo de todo, y es el chico con el que nunca pensé que esto pasaría. Sé que tengo dos opciones ahora. Puedo regresar allí, decirle que fue un error y que por el bien de nuestras carreras no deberíamos hacerlo de nuevo. O puedo volver allí, y obtener ser follada de una gran manera otra vez. Decisiones. Pero un golpe en la puerta me saca de mis pensamientos. —¿Estás decente? —pregunta Blake desde el otro lado—. ¿O tratando de salir por la ventana? Tiro de la cadena. —Dame un minuto —le digo, lavando mis manos rápidamente. Abro la puerta y está parado allí completamente desnudo, su pene luciendo espectacular incluso semi-erecto. Más imágenes de la noche anterior inundan mi cerebro y me sorprende cuán rápido me convierto en una caliente pervertida con la vista de un pene semiduro. Por supuesto estoy tan distraída por eso, que olvido que también estoy desnuda. Sus ojos van por mi cuerpo, probando e implacable, y me da una sonrisa de medio lado. —No puedo creer que te tengo de pie desnuda aquí en mi baño —dice, moviendo la cabeza. Luego pasa rozándome—. Tengo que mear. Dame un segundo, luego podemos tomar una ducha. ¿Ducharnos juntos? Rápidamente salgo del baño y me encuentro flotando en el pasillo, sin saber qué hacer conmigo. De nuevo, podría decirle que no. O podría tomar una ducha con él. Realmente nunca me he duchado con un chico antes. Ni siquiera estoy segura de si se supone que deba llevar al sexo. Podría ser una buena práctica para el próximo libro, me digo. O podría correr como el infierno.

Ni si quiera le di la oportunidad. —No voy a ninguna parte —le digo. Abre más la puerta y da unos pasos hacia la ducha, y aunque vi su culo un millón de veces la noche anterior durante el escape de Fluffy, sigue siendo un espectáculo para la vista. Qué maldito y maravilloso culo.

Página

ido.

208

La puerta se abre un poco y él aparece. —Bueno. Pensé que te habías

Se da la vuelta, el agua corriendo. Y una polla aún más maravillosa. Quiero decir. Maldición. En serio. Podría escribir un libro entero sobre su polla. De hecho, puede ser que tenga que hacerlo. Entro en la ducha, tratando de deshacerme de cualquier onza de inseguridad. Todo se va en el momento en que pone sus manos en mí. El jabón se abre camino por todo mi cuerpo, sobre cada grieta, sus suaves manos con la suficiente presión, deslizándose sobre mis pechos, mi estómago, mis caderas, mis muslos. Cuando estoy más que resbaladiza le devuelvo el favor. Enjabono tanto de él como puedo tomar, maravillándome con este hermoso ejemplar, su cuerpo como el de un dios griego. No bromeo. Incluso las partes del cuerpo masculina que se pasan por alto como las pantorrillas y los pies son perfectas, sus pies son enormes y bien cuidados, sus uñas de los pies recortadas y sus dedos sin vello. Sus pantorrillas son largas y anchas con los músculos adecuados. Sin piernas de pollo, lo que es raro en chicos de su edad. Luego están sus muslos, pareciendo como que podrían ser esculpidos en oro y exhibidos en algún museo de proezas atléticas. ¿Sus abdominales? A la altura de los de Zac Efron. ¿Su culo? Ni siquiera puedo ir allí. Sin embargo, podría rebotar unas cuantas monedas allí. Y realmente, de verdad, quiero hundir mis dientes en él, sólo para ver cómo se siente. Su espalda parece como si pudiera romper una puerta y lanzarla quince metros.

Y voy a tomar completa ventaja sobre eso. Ahora está completamente cubierto de jabón, de la cabeza a los pies. —Enjuaga —digo, colgando la esponja en el soporte. Levanta sus cejas, limpiando el agua de su cara. —Mandona.

Página

Él no es lo que llamaría un “mono con esteroides” pero digo que pertenece a la portada de un libro de todas maneras. Es jodidamente perfecto, y mucho, demasiado caliente para una chica como yo.

209

Por otra parte, su pecho, hombros, brazos muestran lo mismo.

Sin embargo, se para debajo del agua, enjuagándose. Ya ves, no quiero jabón en la boca. Y he estado esperando hacer esto desde hace un tiempo. Me pongo de rodillas, ignorando la dureza del azulejo debajo de ellas y me enfoco en la dureza de su pene que se menea frente a mí, con el agua bajando por la punta. Mis dedos se envuelven alrededor de la gruesa base, precavida al principio. No puedo recordar cómo quería Alan ser tocado cuando le di la oportunidad y Blake es mucho más experimentado, y no quiero hacerlo mal. Tomo una respiración profunda, tratando de no ahogarme con el agua, y poco a poco, con cuidado deslizo la punta a través de mis labios. Dejo cerrar mis ojos ante su gemido. El sabor de él, suave en el agua pero todavía un ciento por ciento hombre, golpea mi lengua y estimula algo dentro de mí, haciendo que quiera esto aún más. —Mierda —murmura, con la voz quebrada en un gemido, colocando una mano contra la pared para mantenerse vertical, sus abdominales contrayéndose. Deslizo mis labios hasta el final, luego a lo largo de la parte inferior de su pene con mi lengua, sintiendo cuán caliente es su piel, suavizando cada vena y borde duro. —Mírame —susurra—. Quiero que me veas mirándote. Audazmente, levanto la mirada y encuentro sus ojos con una corriente de deseo hasta que lo pongo en mi boca de nuevo. Simplemente es demasiado para él. Aprieta los ojos, la frente arrugada, la boca abierta mientras aspira.

Sus piernas se endurecen y su cuerpo se pone duro, la tensión acumulándose dentro de él. Levanto la mirada y nuestros ojos se encuentran

Página

Los gemidos que salen de su boca ahora mientras lo trabajo de manera constante con las manos, boca y lengua, son cada vez más bajos, como si estuvieran viniendo desde una parte más profunda, más animal de él. Vi partes de esta faceta anoche y quiero más de ello. Quiero ver a Blake entregado completamente ante mí. Quiero verlo convirtiéndose en un animal con un único deseo: yo.

210

Quiero tomarme mi tiempo, viéndolo sucumbir lentamente ante mí. Hay tanto poder en mis manos y no hay nada más intóxicante que saber que estas llevando a un hombre al límite. Las mamadas no están sólo sobrevaloradas, son adictivas y puedo verme fácilmente teniendo un poco de deseo por un pene cuando viene de él. O un montón de deseo por un pene, lo que sea.

brevemente y su expresión acristalada me dice que se siente asombrado, al menos por ahora, él es mío y está a mi merced. Debería ser amable con él. Pero no lo soy. En todo caso, me alienta aún más. Mi puño se mueve más rápido, resbaladizo y húmedo sobre su caliente longitud y mi mano libre se mueve arriba en sus piernas hasta que encuentra sus bolas perfectamente delineadas. Tiro ligeramente, probándolo. —¡Joder! —grita con voz ronca—. Me vengo, me vengo. Trato de no sonreír, sabiendo ahora qué lo desencadena. Su polla se vuelve más caliente, su piel se estrecha bajo mis labios y continúo mientras lo siento cambiar en mi agarre. Cada musculo de su cuerpo sigue, congelado, mientras el orgasmo lo golpea, entonces de repente jadea, su respiración es áspera y desigual y su semen se dispara en mi boca, casi hasta el fondo de mi garganta. Trago todo inmediatamente, incluso aunque estar en la ducha es una perfecta excusa para escupirlo. Pero que se joda, él no tuvo problema en tragarme a mi cuando me vine. Quiero cada parte de Blake, no solo un poco. —Mi jodido Dios. —Carraspea, recargándose contra la pared de la regadera, el agua aún cayendo sobre nosotros. Cuidadosamente me levanto, mis rodillas doliendo, tratando de no deslizarme en las baldosas resbaladizas. Le doy un suave beso en su hombro. Lentamente se gira para mirarme, su ojos saciados, su cabello húmedo, colgando sobre su cabeza, viéndose malditamente hermoso. —Tú —susurra, sonando impresionado—. Mírate.

Cuando estamos todos limpios y secos, es tentador solo caer de vuelta en la cama de nuevo. Pero Blake tiene que ir a la librería a trabajar algunas horas. —Podrías acompañarme —ofrece a medida que nos acercamos al Sr. Mean.

Página

Pero lo que sea que ve, me hace sentir como que no puede ser posible ser más hermosa.

211

No estoy segura de cómo luzco, mis labios hinchados de succionar, mi piel mojada, mi cabello pegado a mi espalda.

—Me encantaría entrar por un segundo —le digo, muy consciente de no ser esa chica que se pone toda pegajosa después del sexo. He aprendido algunas cosas de Rio—. Pero tengo algunas cosas que hacer en la ciudad. Puedo tomar el autobús de vuelta a la escuela para obtener mi auto después. Frunce el ceño. —¿Segura? Puedo llevarte a casa cuando mi turno haya terminado. Sonrió tranquilizadoramente, dándole un gesto de rechazo. —No te preocupes por eso. Pero gracias. —Entonces —le digo mientras navegamos por las calles concurridas de la ciudad, buscando estacionamiento—. ¿Qué crees que diría tu padre si supiera lo que estamos haciendo? —El diría, sigue adelante hijo, ella es preciosa. —Me refiero a los libros. ¿Y realmente diría eso? Me da una mirada. —No vayamos ahí. ¿Pero los libros? El diría que estoy contribuyendo a algo que arruinó su vida —dice con soltura—. ¿Qué dirían tus padres? —Dirían que estoy arrastrando el nombre de la familia a través del lodo. Después dirían que son terribles padres y no saben dónde fue todo mal y se preguntarán por qué sus dos hijas terminaron siendo tales conformistas. —Hago una pausa—. Después mi madre me diría que me voy a ir al infierno. —En ese orden —dice—. Otra razón para mantener Blake Lovecox en secreto hasta el final de los tiempos. —O hasta que tengamos un trato con una película. —De acuerdo. A pesar de cuán concurrida se encuentra la ciudad con los turistas, la librería se halla de hecho muy tranquila. —Pensé que el verano era su temporada ocupada —admito.

Miro para ver a su padre, quien podría ser el doble de Blake, aunque más bajo, redondeado y con gafas. Es divertido, siempre lo conocí como el dueño y ahora saber que es el padre de Blake hace las cosas más interesantes. Estoy segura de que me gritó una vez cuando iba en la secundaria por tratar de leer “Festín de Cuervos” sin comprarlo. Como pueden imaginar, he venido aquí por mucho tiempo.

Página

—Estás aquí. —Escucho una voz del fondo del mostrador.

212

—Lo es. Usualmente cuando el Barco Clipper o los cruceros entran. Dale otra hora. —Se inclina hacia mí—. Si no fuera por eso, la tienda se habría hundido hace tiempo.

—Y a tiempo —dice Blake, dando la sonrisa encantadora a su padre. No parece que funcione con él. Pero entonces, apenas funciona para mi… no, en serio. Oh, ¿a quién engaño? —¿Quién es ella? —pregunta su padre. —Papá, esta es Amanda —dice. —Tu novia. —La voz de un niño llena el aire después de unos golpes de pies corriendo por el piso, puedo ver a quien solo puedo asumir es Kevin emergiendo detrás de una fila de libros y corriendo hacia mí con una espada de plástico—. ¡Existes! Mis ojos se mueven a Blake y levanto mi ceja en pregunta. ¿Novia? —Sí, mi novia —dice Blake a través de una sonrisa forzada mientras trata de acariciar la cabeza de Kevin. Kevin se aleja y llega junto a mí. —Tú eres su novia. Yo soy su mejor amigo —dice orgullosamente, poniendo su dedo en su pecho. —Este es mi hermanastro Kevin —explica Blake. —¿Le dijiste sobre LAIRE? —pregunta emocionado —¿LAIRE? —repito. Aún estoy teniendo problemas con la cosa de la novia. ¿Por qué en el infierno les diría que soy su novia? —Es un acrónimo —me explica Kevin, como si fuera tonta—. Acción Interactiva de Juego de Roles en vivo. Hay una batalla en el parque Beacon Hill y Blake prometió que ambos me llevarían ahí. Obviamente esta es la primera vez que escucho sobre eso. Mi mirada va a Blake, sonrió. —¿Vas a disfrazarte como Loki? Blake frunce el ceño. —Um. —Porque sabes que iré si te disfrazas como Loki.

—Sigo pensando que esto es un error —dice su padre con un suspiro, girando de vuelta a la registradora—. ¿Por qué no puedes ir a un concierto de Justin Bieber como los otros niños de tu edad?

Página

—¡Si lo está! —dice Kevin, agitando su espada en el aire—. ¡Por eso es tan divertido! Es como el Comic Con pero con peleas. Voy a ir como mi propio personaje, Betoolamous el Valiente pero tú puedes usar lo que quieras.

213

Mueve sus labios por un momento, tratando de salir de ello. —No estoy seguro que vestirse como otros personajes esté permitido.

—¡Papa! —dice Blake con horror—. No. El tipo ya no es apropiado para niños. Él tiene un rayo tatuado en su cara. —Genial, quiero un rayo en mi cara —dice Kevin con una mirada maravillada—. Justo como Harry Potter. —¿Ves lo que hiciste papá? —dice Blake. —De hecho creo que es una cruz en su cara —señala su padre, mirándolos a ambos—. Pero nadie va a conseguir ningún tatuaje facial. Los observo a todos de ida y vuelta por un momento antes de darme cuenta que realmente no pertenezco aquí y mientras más permanezca, más tendré que pretender que toda esta cosa de la etiqueta de novia no es rara. —Bueno, fue un gusto conocerte, Kevin —digo, dándole una pequeña reverencia desde que sostiene una espada y todo—. Un gusto conocerlo Sr. Crawford —Igualmente —dice con aire ausente, no levantado su vista de la registradora. —Llámame —le digo a Blake rápidamente antes de girarme y dejarlo antes de que las cosas se pongan extrañas. Estoy a medio camino por la calle cuando escucho a Blake llamarme. Me giro y lo veo esquivando a un hombre en un monociclo antes de alcanzarme. —Lo siento por eso —dice, poniendo su mano en mi hombro. El tipo en monociclo pasa, murmurando obscenidades.

Maldición. Tengo que pretender que eso no duele. Para todos los efectos y propósitos no debería doler pero lo hace. C’ est la vie38. —Correcto —digo rotundamente. Me estudia.—¿Estás de acuerdo no? Quiero decir, es lo que quieres. Ser socios que follan por otro lado. 38

Significa "Es la vida" o "Así es la vida" como expresión idiomática en francés.

Página

—Ambos —dice—. Vamos, sabes como soy. Tenía que decirles que eras mi novia para sacarlos de mi espalda. No podría decirle que eres mi compañera de escritura. —Corre su mano por su cabello y luce perdido por un momento. Cuando su mirada regresa a la mía, me da una sonrisa de suficiencia—. Sabes que solo estamos follando. Es todo lo que somos, todo lo que será. Es solo por diversión.

214

—¿Sobre qué? ¿Ofrecerme de voluntaria para el LAIRE o decirle a tu familia que soy tu novia?

Manejo una sonrisa rígida. A veces se me olvida cuán crudo puede ser. —Mientras la escritura sea prioridad. —Dios, si, por supuesto que lo será —dice, asintiendo rápidamente. Lanza una mirada sobre su hombro—. Tengo que regresar a la tienda. Mándame tus archivos esta noche y se los enviaré de vuelta al editor. —Suena bien —digo—. Hablo contigo más tarde. Me giro lejos de él y me dirijo por la calle mientras un escudo se apodera de mí, el que solía tener antes de que él me atrapara. No tengo ninguna experiencia con el sexo casual pero si quiero mantenerlo solo como diversión, tengo que aprender a dominar todos mis sentimientos dentro antes de que las cosas se compliquen.

Página

215

Pero entonces, estoy teniendo sexo con mi compañero de escritura. Comienzo a pensar que ya es complicado.

Blake Traducido SOS por Taywong & Alysse Volkov

J

uro que no entiendo a las mujeres. Nunca lo haré.

Después de que jodí el infierno fuera de Amanda y ella jodió el infierno fuera de mí, perdió totalmente el argumento. Y no me refiero en términos de libros. Es decir, las cosas se pusieron raras. Creo que era porque Kevin la llamó mi novia delante de ella. Y yo. Y mi padre. Prácticamente podíamos verla saltar fuera de su piel con horror. Pero después le expliqué que éramos básicamente compañeros de sexo que trabajaban juntos, un romance de oficina, si querías, que no ayudó tampoco. En todo caso, pareció que se apagó frente a mis ojos, se retiró completamente. Si fuera cualquier otra chica y ésta fuera cualquier otra situación probablemente diría “nos vemos, no tengo tiempo para tus tonterías de mierda”. Pero debido a que me gusta, ya sabes, como una persona, así como un buen polvo, y trabajo con ella, eso en realidad no era una opción. Teníamos que vernos entre sí, quisiéramos o no. En realidad terminaría siendo mejor que no pudiéramos ignorarnos el uno al otro.

Una noche fuimos por ediciones juntos. Y entonces me la comí en el sofá. Al día siguiente hicimos más ediciones. Ella me la chupó en mi auto cuando la dejé.

Página

Y debíamos poner toda esa mierda rara a un lado y escribir.

216

Así que seguimos saliendo para trabajar en el libro.

Después de que intentamos poner nuestra mano formateando, antes la tomé de perrito en su cama, sin importarme que su compañera de habitación nos escuchara. No hace falta decir que tuvimos el libro formado profesionalmente en su lugar. Lo que nos queda más tiempo para follar. Coger. Joder. Tirar. Básicamente cualquier cosa que involucrara dejarnos inconscientes. Cualquier cosa para liberarla. Cualquier cosa para tomar ventaja de su lado peculiar, el cual salía muy lentamente a jugar. Y entonces… Luego presionamos publicar. Y luego nos sentamos. Y esperamos. Hasta que el libro estuviera vivo. Cayendo por el Stripper Secreto, con la publicidad expresiva y encabezada por el modelo en la portada (sosteniendo una regla puesta con Photoshop, porque, por supuesto, también es un maestro), apareció en Amazon, listo para comprar. Lo hicimos. Todos los sistemas están funcionando.

Echo un vistazo hacia ella.

Página

Los dos tenemos nuestras computadoras portátiles afuera, ambos estamos en la página de publicaciones directas de Kindle en Amazon y monitoreando nuestras ventas. Los anuncios de Facebook empezaron simplemente a funcionar por lo que estamos esperando a ver si eso se traduce en resultados porque en este momento, tenemos cero.

217

Amanda se halla curvada a mi lado en el sofá, con sus pies presionados contra mi lado, cuidando un vaso de vino tinto. Sus gafas están fuera, su cabello hacia abajo y su cara se ve ruborizada por muchas razones, pero sé que una de ellas es porque bajé en ella hace unos momentos atrás. Aun puedo saborearla en mi lengua, algo que no me importa que no desaparezca.

—¿Estás segura de que el anuncio funciona? —Si —dice ella, parpadeando sobre la tapa—. Pero no creo que haya sido visto aún. ¿Qué pasa con los bloggers que contactaste? —Dijeron que dejarían sus comentarios hoy en Amazon. —¿Y son críticas de cinco estrellas? —Los que vi en Goodreads lo eran —le digo—. Pero entonces hubo algunos comentarios de una estrella de usuarios que ni siquiera leyeron el libro. Se burla. —¿Por qué la gente haría eso? —Quién sabe. Tal vez vieron la palabra "Stripper" en el título y se ofendieron. —O tal vez leyeron la publicidad. —O miraron la portada. —Tal vez es mi madre. —Tal vez una stripper rompió sus corazones y es un libro provocador para ellos. —¿Ninguna venta todavía? —Nop. Después de un tiempo, el juego de la espera se vuelve bastante aburrido. Y tenso. Y sé lo que los dos estamos pensando: hemos cometido un gran error. La cosa entera se ha jodido. Realmente, ¿a quién estamos engañando? —Vamos por unos tragos —le digo, desesperado por sacarnos de este temor. Saltamos en el Sr. Mean, cruzando alrededor de la Bahía Oak antes de ir a Spinnakers. Cuando llegamos a nuestra mesa de siempre, Amanda saca su teléfono y puedo decir que está yendo directamente al sitio de Amazon o a los Mejores100. Extiendo mi mano.

—Oh, por favor, tengo que saber. —Nop. —Muevo mis dedos—. Dámelo o conseguirás una nalgada más tarde.

Página

Su cabeza se mueve bruscamente hacia arriba, una mirada culpable, suplicante en su cara.

218

—Dámelo.

Una sonrisa maliciosa se propaga a través de su cara y sostiene el teléfono cerca de su pecho. —¿Promesa? —Está bien. Si no me lo das, no hay nalgadas. Se queja, girando sus ojos, pero funciona. Lo entrega. Tomo su teléfono y lo meto en mi bolsillo. —Los anuncios funcionan —le recuerdo—. Los bloggers están promoviendo. Si tuviéramos amigos y familiares para decirles estoy seguro de que estarían corriendo la voz, pero no tenemos a nadie para decirle así que esto es lo mejor que podemos hacer. Vamos a ver cómo lo hace. Mañana, si no hay nada, intentaremos otra cosa. Tal vez más dinero en anuncios o contactar con otros bloggers. Tener un sorteo en nuestra página de autor Blake Lovecox. —No tenemos seguidores —señala. —Tal vez mañana los tendremos. Esperemos por el futuro, vive en el momento —digo eso mientras que la camarera nos entrega nuestras bebidas—. Y este momento incluye bebidas. Brindamos de nuevo sobre nuestro día de estreno. Por estar malditamente hecho. Por las ventas potenciales. Brindamos por nosotros. Brindamos por dejarlo ir. Brindamos por el buen sexo porque cuando todo está dicho y hecho, por lo menos tenemos eso. Creo que éramos sólo un montón de nervios, rebosando de semanas de trabajo y preocupación y tensión porque terminamos bebiendo nuestras hasta embriagarnos.

Cuando la mañana siguiente nos rodea, en realidad era cerca de mediodía, y apenas podemos recordar nuestros nombres. Es algo bueno.

Página

Tuvimos que tomar un taxi de regreso a mi lugar en donde inmediatamente pasamos sobre la cama y tuve que preguntarme si todos los autores pasan por esto en sus días de estreno.

219

Me refiero a que tuvimos un maldito borrado. Creo que empecé a bailar en la mesa de billar del bar en un momento dado, mientras que Amanda montó el taco de billar como un caballo.

Hay dos de nosotros, desnudos, mirando el uno al otro con sonrisas sentimentales, viviendo a través de la resaca. Entonces Amanda recuerda las ventas. Tropieza fuera de la cama y se tambalea a la sala y puedo oírla moviéndose a abrir de un tirón el ordenador. Casi me vuelvo a quedar dormido cuando escucho su grito. —Oh. Mi. Dios. ¡Oh Dios mío! Está teniendo una auto-inducida "gran O" o algo brillante sucedió. Rápidamente busco a tientas fuera de la cama y me uno a ella, parpadeando con fuerza a la luz de las ventanas de la sala. Se encuentra de rodillas en el suelo, señalando a la pantalla de la computadora en la mesa de café y sonriendo como si hubiese perdido su maldita cabeza. —Mil —susurra, su boca cayendo abierta en un grito contenido—. ¡Ahhhhh! —¿Qué? —Estoy seguro de que he oído mal. —¡Mil! —chilla. Me dejo caer de rodillas a su lado, apoyando las manos sobre sus hombros y sosteniéndolos con fuerza. —¡Abre la sección de los Mejores 100, abre los Mejores 100! —le digo, ansiosamente mirando por encima de ella. Sus dedos no pueden moverse lo suficientemente rápido. Ambos sostenemos nuestras respiraciones al unísono mientras hace clic a lo largo de cada sección hasta... Ochenta. Somos el número ochenta. El maldito número ochenta del libro más vendido en todo el maldito Amazon, en todos los millones y millones de libros.

Ella me mira. Nos echamos a reír al mismo tiempo. —¡Ochenta! —chillo—. ¡Maldito infierno! ¡Malditamente lo hicimos! —¡El libro funciona! —dice—. ¡Los anuncios funcionan! ¡Todo funciona!

Página

La miro con los ojos abiertos.

220

Ochenta.

—Funcionamos —le digo, tomando su cara entre mis manos y la beso suavemente, dulcemente, una mezcla de emociones fluyendo a través de mí. Sólo se me ocurre entonces que normalmente no la beso así, siempre es una parte del juego previo o algo que ocurre durante el sexo. Pero joder, se siente bien. Se siente correcto. Poco a poco retrocedo y sus ojos lentamente parpadean varias veces antes de abrirlos, mirándome con pensamientos de los que estoy demasiado asustado para leer. Algo serio debajo de toda esa risa. Algo que me llama con fuerza en las entrañas. Trago saliva y aclaro mi garganta. Tengo que mantener mi cabeza de vuelta en el juego. —Sabes… —digo en broma, pasando la mano por su cuello, bajando por su pecho, acunando sus tetas. Sus pezones se ponen inmediatamente duros cuando mi pulgar roza sobre ellos, de forma circular y lenta—. Te debo unas nalgadas de anoche. —¿Unas nalgadas de celebración? —pregunta taimadamente. Nunca le di nalgadas antes, así que estoy sorprendido de verla abierta a ello. —No bromeo —digo, levantando la mano—. Ochenta por el ochenteavo puesto. Se mueve con anticipación y luego cierra los ojos, la boca abierta, el cuello arqueado hacia atrás mientras pellizco su duro pezón. —¿Vas a pretender ser Ford Titan? —dice con voz ronca, la cabeza hacia un lado cuando llevo mi boca a su pezón y chupo. Lentamente, con suavidad. —Solo si vas a ser la colegiala traviesa —murmuro contra su pecho. —¿Tenemos una regla? Levanto la cabeza, la boca pasando por su cuello. —Tengo cinta de medir.

—Eso es lo que deseas que ella dijera. Me tiene allí.

Página

—Eso es lo que ella dijo.

221

—Suficientemente bueno. Pero sólo puedes utilizar doce pulgadas. De lo contrario, no es justo.

—Tenemos nuestra primera reseña de una estrella —refunfuña Amanda desde el patio. Salgo del cuarto de baño, con una toalla envuelta alrededor de mi cintura, y la veo en su lugar con el ordenador, luciendo como si una pila de mierda fue lanzada en ella. Quiero decir, sigue luciendo impresionante llevando una de mis desgastadas camisetas con cuello V, con el sol iluminado detrás de ella, su cara desprovista de maquillaje, resaltando sus pecas. Pero sus dientes parecen estar moliéndose entre ellos y creo que está a punto de tirar el ordenador por el balcón. —Bueno, los dos sabíamos que era inevitable —le digo mientras camino hacia ella, llevando mi mano a través de la mesa para tomar un largo trago de su café—. No a todo el mundo le gustan todos los libros y el internet alimenta a los cabrones. Es una combinación perversa.

—Sé que esa gente es idiota pero esto es diferente —dice ella, señalando con su dedo en la pantalla—. Se trata de un blogger que escribe sus propios libros en el lado sin revelar, lo cual es un poco oscuro. Durante todo este tiempo ha tenido un blog y ha ido dejando a autores todo tipo de

Página

Dicho esto, las ventas son constantes, la mayoría de los comentarios han sido positivos e incluso hemos comenzado a recibir cartas de admiradores enviadas a nuestra cuenta de correo electrónico conjunta Blake Lovecox. Sé que se supone que debemos estar escribiendo cosas nuevas para mantener el impulso, pero la emoción de la semana de lanzamiento y la comercialización asume el control. ¡La comercialización jodidamente no termina! Tenemos que prestar más atención a nuestros medios de comunicación social con la retroalimentación de Facebook y los blogs y Twitter e Instagram y Google Plus (es broma, nadie usa esto); y que incluso llegó nuestro diseñador de portadas para llegar a un logotipo para nosotros. ¿Nuestro lema? “No hay trucos, sólo indecencia”.

222

Ya han pasado tres días desde que el libro fue lanzado y hemos pasado casi todos los momentos juntos viéndolo subir y subir hasta el lugar número once en la lista de Amazon. Es curioso lo emocionados que estábamos con el lugar ochenta, pero ahora que ya casi estamos en los Mejores 10, es una decepción estar en la cúspide de la misma. Nos mimaron muy rápido y el temor de caer de nuestra nueva altura empieza a construirse.

comentarios desagradables y luego da a sus propios libros cinco estrellas. No es justo y ahora está siendo un total coño con nosotros. No puedo dejar de reír cada vez que la escucho usar esa palabra. Suena tan maravillosamente mal viniendo de esos dulces labios. —Quizás tenía un mal día. —Sí, bueno, somos su competición más importante ahora que tan obviamente estamos en su radar. —Tómalo como una buena señal —le digo, rodeando y frotando sus hombros—. Esto sólo significa que hemos hecho que la gente nos vea y tome nota. Entre más populares conseguimos ser, más flechas se dispararán en nuestro camino y apuesto a que algunas de esas críticas provienen de otros autores de todos modos. Pero, ¿a quién le importa? Mientras seguimos siendo honestos y hacemos lo que estamos haciendo, su propia desesperación los arruinará. Sólo ignóralos. Y deja de leer las reseñas. —Lo he intentado, no puedo evitarlo —chilla. Cierro su ordenador de golpe. —Ahí. Deja de leerlas. Te arruinarán. —¡Ni siquiera lo has leído! —protesta—. Todo lo que has visto son de cuatro y cinco estrellas. —Y estoy tomando las cinco estrellas como un grano de sal —le digo— . Del mismo modo que lo haría con todos ellos. Mira, hemos hecho lo mejor que podemos con el sujeto que teníamos. El libro está hecho. Se lanzó al mundo. No se puede controlar cómo las personas se sienten al respecto por lo que la lectura de comentarios es absolutamente inútil. Simplemente ignorarlos y seguir adelante. Frunce los labios, luciendo absolutamente adorable. —¿Cuándo te convertiste en un gurú de tales críticas? —Querida, fui a una escuela para varones en Inglaterra. Sólo escuchas críticas. Aprendes a manejarlo. —Y de alguna manera su ego sobrevivió intacto y se hizo más grande que nunca.

—Está bien, bueno, de vuelta a la mesa de borrador. —Me siento frente a ella y robo su café de nuevo. —Oye —me regaña.

Página

—En serio —dice, poniendo su mano sobre la mía para detenerme—. Tenemos que seguir adelante. Con la escritura —añade.

223

Sonrío hacia ella, deslizando la mano por la suave piel de su pecho. — Qué puedo decir, fue vencido.

Me encojo de hombros, limpiándome la boca con el dorso de la mano y empujándolo de nuevo a ella. —Lo siento, querida, voy a prepararte otra taza. Muy bien, así que todavía tenemos esas otras ideas que se nos ocurrieron. Se frota los labios perdida en sus pensamientos. —Lo hacemos. Pero creo que necesitamos más. Nuestros gustos han evolucionado desde entonces. Al menos tienen nuestras aspiraciones. Este libro lo hizo muy bien. Tenemos que llegar a algo que va a ser igual de increíble. No queremos ser una flor de un día. —En realidad, deberíamos secundarios y sus secuelas.

escribir

sobre

algunos

personajes

—No, no en la erótica. Yo digo que hagamos un elemento básico probado y verdadero con un toque. —Sonríe para sí misma—. ¿Qué hay de Azotada por el papá soltero? Me río. —Eso podría funcionar —admito—. Supongo que se explica por si sola. —Sí… pero no importa. Vamos a dejar eso de lado por ahora. Mi mente empieza a ojear todos los libros que veo en que los bloggers utilizan todos los emoticones de berenjena (berenjena = pene, por cierto). —Lo tengo —anuncio—. El Sucio y Roto Multimillonario Chico Malo. Sobre un multimillonario con una gran polla que le encanta comer coño, pero no puede comprometerse. —Se ha hecho. —¿El título? —El concepto. —Sí… ¡pero hay un giro! Verás, la heroína es la niñera de su hijo. Y ella descubre un secreto sobre él. —Se parece mucho a Cayendo por el Stripper Masculino Secreto.

—¿Caliente para los lectores o caliente para ti? —Ambos. —Estoy bien con eso —le digo, halagado de que me quiera en la portada. Abro nuevamente su ordenador—. Vamos a dejar a Ford Titan y

Página

—De acuerdo. El Sucio y Roto Multimillonario Chico Malo es el próximo para Blake Lovecox. —Hace una pausa, mirándome de arriba abajo—. ¿Podemos ponerte en la portada, con un traje? Creo que sería muy caliente.

224

—Bueno, no podemos alejarnos demasiado de la fórmula que funciona.

Shasta Black en el pasado por ahora. Nuestro nuevo héroe y la heroína necesitan nombres.

Página

225

Que comience la lluvia de ideas.

Amanda Traducido por Taywong, Valentina D. & Alysse Volkov

S

olía pensar que una de las razones más convincentes de autores que escriben juntos es porque tienen alguien más para animarlos, alguien que sea responsable aparte de ellos mismos. Si aflojas, tienes a alguien que te diga que levantes el paso, te golpee en la cabeza, obligándote a trabajar. Después de todo, es más difícil dejar a dos personas abajo en lugar de sólo uno, sobre todo si estás acostumbrado a decepcionarte a ti mismo todo el tiempo.

Cada segundo libre. Es evidente que la única solución es evitarnos el uno al otro y tratar de escribir por separado. Ese era mi plan de todos modos y yo sabía el lugar justo para hacerlo. Mis padres tienen una casa de campo en una isla cercana que ha estado en la familia durante al menos cincuenta años. Es

Página

Oh, ¿a quién estoy engañando? No puedo pretender que no sé por qué hemos estado haciendo el vago. No es la presión de estar tratando de encabezar con Cayendo por el Stripper Secreto (no del todo). Es el reto de elegir escribir sobre follar. Porque, Jesús, por una vez en mi vida tengo todas las fantasías sexuales que he querido, todo lo que mi ex nunca fue, todo a mi alcance. Es un acceso instantáneo a un orgasmo cada vez que Blake se halla alrededor y cuando no está cerca, obtengo calambres por masturbarme tan furiosamente. No es sólo las obscenidades que estamos escribiendo. Son las obscenidades que estamos haciendo.

226

Pero cuanto más escribo con Blake, he avanzado lo menos. De alguna manera cuando nos odiábamos éramos capaces de conseguir mucha más escritura hecha. Ahora que hemos tratado actualmente de hacer esto una carrera, ya que en realidad estamos haciendo maldito dinero, las palabras han dejado de fluir y el bloqueo del escritor está siempre alzando su fea cabeza en mi vida una vez más.

pequeño, nada especial, aunque algunos de mis más cariñosos recuerdos fueron siendo joven y enloqueciendo allí con mi hermana. Por lo general, nuestra niñera, Karen, nos llevaría allí cuando mis padres querían paz y tranquilidad en la casa, pero a veces, algunas afortunadas semanas durante los calurosos días de verano, seríamos los cuatro de nosotros; Dhalia, mamá, papá y yo. Por una vez podía sentir lo que era tener una familia y ya que la casa es pequeña, llegamos a conocernos unos a otros. Incluso mi madre, quién nunca bebería nada que no sea vino, ahora bebería cerveza en el porche, usando chanclas, sin maquillaje y nos llevaría de paseo por la playa mientras la entretenía con historias. Aunque en el momento que le dije a mis padres que quería utilizar la casa de campo unos días para "relajarme", más me daba cuenta que quería a Blake allí conmigo. Es una idea completamente estúpida, invitar a la misma razón por la que tu ética de trabajo es inexistente. Pero no puedo explicarlo. No es que quiera su compañía, quiero decir el chico me vuelve loca fuera de la habitación, pero una pequeña parte de mí quiere mostrarle algo de mi pasado. Además, un cambio de escenario probablemente nos hará algo bueno y aunque da miedo llevar a los dos de nosotros y retirarnos del mundo en que estamos acostumbrados, creo que todo funcionará. Si no explota completamente en nuestras caras. Pero ya veremos. En primer lugar, sin embargo, tengo que trabajar el nerviosismo de preguntarle. Y el hecho de que tengo que trabajar el nerviosismo, me pone realmente nerviosa, estoy realmente preocupada, de decirle un montón de cosas que no quiero decir, sobre todo me importa lo que Blake Crawford piense de mí. Porque, mierda. Me importa. Mucho.

Me quedo mirando el teléfono y me tumbo en la cama. Sólo mirando. Esperando. Espío unos pocos perfiles de Facebook.

Página

Totalmente bien si dices que no, pero, ¿quieres escaparte unos días de escribir? Iba a ir a la cabaña de mis padres en Salt Spring Island este fin de semana por inspiración. Pienso que podría ayudar.

227

El miércoles por la noche le envío un texto. Sólo lo había visto ayer para otra sesión de escritura que se volvió jugueteo de sexo y mencioné casualmente que la próxima vez que nos viéramos teníamos que hacer algo además del uno al otro.

Todavía esperando. Pinto mis uñas de verde esmeralda. Todavía esperando. Oigo a Ana abrir el refrigerador, así que correteo a la cocina, en busca de una distracción. —¿Ocupada escribiendo? —me pregunta antes de sacar un frasco de mayonesa y cerrar la puerta del refrigerador con su culo. Miro, desconcertada, mientras desenrosca la tapa y luego sumerge una cuchara dentro del frasco. Se inclina hacia atrás contra el mostrador, esa cucharada de mayonesa reposando en la cuchara, sus uñas de gel color púrpura oscuro como garras de dinosaurio. Dios, espero que no coma eso. —Uh, no —digo—. Estoy teniendo dificultades concentrándome. —Es todo ese pene que estás recibiendo —dice ella, la cuchara va a su otra mano. —Polla —le digo—. Siempre es polla. Tal vez verga. Nunca pene a menos que estés hablando de alguien relacionado. Arruga su nariz. —¿Por qué hablar sobre el pene de alguien te relaciona? —No tengo idea, pero a partir de ahora es polla. Se encoge de hombros. —Puedo tratar con polla. Puedo tratar con una gran cantidad de polla. Esto lo sabes. —Observo mientras abre su palma de la mano y deja caer la cucharada de mayonesa en ella. Pone la cuchara abajo y empieza frotándose las manos, como si estuviera poniéndose crema de manos. —¿Qué? —comienzo, apuntando a ella—. Uh, ¿qué? —¿Qué? Asiento a sus manos llenas de mayonesa. —¿Qué haces? —siseo.

—Es muy buena para tú piel. Levanto mi ceja.

Página

—Oh, ¿nunca has visto esto antes? —pregunta, pareciendo satisfecha. Luego, comienza a frotar sus manos cubiertas de mayonesa sobre su maldita cara.

228

Baja la mirada y sonríe.

—Sí. Estoy segura de que un organismo genéticamente modificado lleno de aceite de canola hace tanto bien para la cara como lo hace a tu sistema inmunológico. Hace un sonido desdeñoso. —Mi abuela solía frotar leche de cabra fresca por toda su cara y tenía la piel como un bebé. No me molesto en señalar que la leche de cabra fresca y el aceite de canola son como comparar manzanas y naranjas venenosas, y en su lugar intento no mirarla con repulsión mientras su cara se vuelve de un blanco aceitoso. Debe ser la escritora erótica en mí, porque todo lo que puedo pensar es en lo mucho que se parece a una épica venida. Crema para pastel por todo el lugar. —Bueno, dime, ¿cómo puedo ayudarte? —dice Ana mientras se lava las manos en el fregadero—. ¿Me necesitas para ser firme contigo, como un dictador? Tengo experiencia. Niego, incapaz de tomarla en serio como un dictador con la cara llena de mayonesa y/o semen. —No, está bien. En realidad pensé que podría irme para el fin de semana, tú sabes, por inspiración. —¿Oh si? ¿Dónde? —Frunce el ceño rápidamente, luciendo herida— . ¿Soy un dolor en el culo? —No, no —le aseguro, a pesar de que está alrededor un montón ahora que sus estudios de maquillaje han terminado—. No eres tú. No puedo pensar. No me puedo concentrar y preferiría estar haciendo todo lo demás, excepto escribir. La demora está en su punto más alto. —¿Y estás segura de que no soy yo? —Nooooo —le aseguro—. Mis padres tienen una cabaña en Salt Spring Island, sólo un viaje en ferry de treinta y cinco minutos desde la Bahía Swartz. Es pequeño, lindo, con un pequeño horno de leña y una gran terraza con vista al océano. Me hará algo bueno. Recargar las baterías.

Una larga pausa cae sobre nosotros. Toma un momento para pensar todo, frunciendo los labios. —Ya veo —dice eventualmente, encantadoramente sospechosa. No muerdas el anzuelo.

su

expresión

creciendo

Página

—Bueno... —digo poco a poco, estudiando el patrón de linóleo en el suelo—. Puede que haya invitado a Blake.

229

—Así que vas sola...

—Interesante. No lo hagas, Amanda. No quieres oírlo. Pero no puedo evitarlo. —¿Por qué, por qué es interesante? Maldición. Se encoge de hombros. —Puede que no sepa muchas cosas, pero sé cosas sobre la gente, especialmente de los hombres. —Dilo. —Esto no se trata sobre escribir. —¡Lo es! —exclamo—. ¡Un cambio de escenario, aire fresco, todo eso será bueno para mí! Mueve su uña señalándome. —Tú no sales de viaje a alguna isla en algún lugar con otro hombre si no te sientes interesada en él. —Oye, no es que no esté interesada en absoluto. Es decir... Soy humana. —Mmmhmmm. —Quiero decir —digo y muerdo mi labio, preguntándome cuánto debería decir—, el sexo es sólo... increíble. Sus ojos ruedan al techo. —Lo sé, vivo aquí, ¿recuerdas? Ignoro el calor en mis mejillas. —Pero sólo porque me gusta tener sexo con Blake no quiere decir que me gusta. Más que un amigo. Quiero decir, supongo que es algo más que un amigo. Pero somos folla-amigos y eso es prácticamente todo. Tú sabes. Un chico para follar, como Rio diría.

Por otra parte, la otra semana ambos estábamos de acuerdo en hacernos la prueba de enfermedades de transmisión sexual. Quiero decir, eso es un compromiso bastante grande a su propia manera. Se dijo que no

Página

Mierda. ¿Hará esto complicadas las cosas? Tal vez lo estoy asustando. Tal vez no quiera escribir conmigo nunca más... o tener sexo. No estoy segura de que pueda sobrevivir sin eso tampoco.

230

—Lo que hace las cosas un poco complicadas cuando se van lejos juntos, ¿no te parece?

dormiríamos con nadie más. Y por suerte, las pruebas dieron negativo. He estado tomando la píldora siempre, por lo que ha sido mucho más fácil y el sexo se ha vuelto mucho mejor. No hay nada como la sensación de su pura, dura polla dentro de mí. Sólo espero no haber asustado esa polla. —Bueno, él aún no ha respondido, así que tal vez… —Bajo la voz, preguntándome si debería enviar rápidamente otro texto, diciéndole que he cambiado de opinión y que preferiría ir sola. Pero, ¿qué si esto lo hace sentir rechazado? Alto, ¿Blake incluso puede sentirse rechazado? No estoy segura de que esa sea una emoción que sienta, junto con empatía, simpatía y vergüenza. —Va a decir que sí, no te preocupes —dice con un suspiro, dirigiéndose al baño—. Tiempo de enjuagar esto. La veo irse y luego me dirijo con nerviosismo a mi habitación, mirando el teléfono ya que se encuentra sobre mi almohada, como si fuera a atacar en cualquier minuto. Puedes arreglar esto, me digo. Cautelosamente lo recojo y miro. Blake finalmente me envió un mensaje, por una vez, en lugar de llamar. Suena genial. ¿Cuándo nos vamos? Oh.

Eso es cierto hoy, aunque estoy entusiasmada de ir a la cabaña por el fin de semana, también estoy francamente nerviosa como la mierda. Desperté antes de que el sol incluso saliera, tomando mi ducha y gastando

Página

Es viernes por la mañana y estoy de pie en el bordillo afuera de mi casa, esperando a Blake. El sol empieza a asomarse a lo largo de los arces, fluyendo a través de las columnas de luz dorada. Siempre ha habido algo mágico sobre las mañanas de verano. Supongo que porque cuando era más joven, el verano significaba vacaciones y que si te levantabas temprano en el verano eso usualmente significaba que irías a un lugar divertido.

231

Mierda.

tiempo extra en mi apariencia, como si fuera a una cita. Y, de cierto modo, se trata de una cita, una muy larga. También revisé mi bolsa de lona por millonésima vez, empacando y re-empacando mi ropa. Quiero estar cómoda, práctica y sexy, que es algo así como una tarea difícil. Las chicas en los catálogos de Free People lo hacen, pero yo soy otra historia. A pesar de que fui yo quien invitó a Blake y vamos a ir a la cabaña de mi familia, él insistió en conducir al Sr. Mean. No se puede decir que tengo un problema con ello. El Cooper es lindo pero el Sr. Mean es una bestia sexy, así como su conductor. Mariposas se fatigan en mi estómago, calentando mi columna y mejillas. Sorbo una respiración profunda y de alguna manera me las arreglo para contenerlo cuando escucho el rugido del motor del Sr. Mean y veo el auto negro alrededor de la esquina. Blake se detiene junto a la acera y sale, lanzándome una sonrisa que me gustaría que no me debilitara las rodillas. —Señora, su carruaje espera —dice, deslizando sus gafas tipo aviador a la parte superior de su cabeza—. Siento llegar tarde, literalmente rodé fuera de la cama hace quince minutos. —Está bien —le digo, acercándome con la bolsa. Para mi sorpresa, me la quita y la pone en la camioneta, luego abre la puerta del pasajero, haciendo un gesto hacia ella. —Después de ti. Le disparo una mirada irónica. —Cuan caballeroso de tu parte. ¿Te sientes bien? —Cariño, deberías saber ya que no soy una persona mañanera — dice, dando la vuelta a su lado mientras entro—. Y deberías saber que me hace delirante. Aprecia al caballero mientras dura. —Enciende el auto y desliza hacia abajo sus lentes, la comisura de su boca arqueándose hacia arriba—. Estoy seguro de que todos los vestigios de decoro se desvanecerán al momento en que te tenga a solas.

Chillo, un poco demasiado fuerte, y luego me disuelvo en risitas nerviosas, también un poco demasiado fuerte. Tengo que calmar mis bragas, de inmediato. —Y tú, mi melocotón —dice—, necesitas relajarte un poco.

Página

Se inclina y chasquea sus dientes en mi dedo, tratando de morderlos.

232

—A —le digo, levantando un dedo—. Estamos solos en este momento y B —Levanto otro dedo—, tienes que dejar de leer el diccionario de sinónimos. Es bueno en un aprieto y nada más.

—He estado relajándome. Demasiado. Por eso este viaje. —No —dice con un rápido movimiento de su cabeza mientras cruzamos por la calle bordeada de árboles, pasando personas paseando a sus perros y un niño entregando el periódico—. Dije que si a este viaje no porque vamos a trabajar. —¿Qué? —Déjame terminar. Dije que sí, porque creo que el problema que tienes con el temido bloqueo de escritor no es que no estés inspirada. Después de todo, estás recibiendo mi pene, ¿cuán más inspirada puedes estar? —Piensas que esa es la solución a todo. —Nunca no lo ha sido —admite y puedo decir que lo cree—. Tu problema, Amanda, es que sucumbes a la presión del éxito. —¿La presión del éxito? —repito—. Realmente eres delirante en las mañanas. —Escúchame —dice, lamiéndose los labios—. Mira, cuando escribimos nuestro proyecto de clase juntos, estábamos tan centrados en terminarlo y hacer algo y jodidamente sobrevivirlo que ninguno de nosotros realmente pensó mucho sobre la nota final. —Habla por ti —le digo, a pesar de que de alguna manera tiene razón. Aunque me preocupé mucho sobre conseguir una A y un sobresaliente, también sabía que sería calificada por lo bien que estaba hecha mi parte y el acto de finalización, en lugar de la calidad de la historia en general. —Entonces —continúa—, decidimos darle una oportunidad a Stripper y ver si realmente podíamos hacer toda la cosa del libro erótico auto publicado. No hubo ninguna presión en absoluto, era, para todo lo efectos, un experimento. Fue por diversión. Fue un desafío. Y condujo a algunos descubrimientos muy sorprendentes. Como que eres fenomenalmente buena no solo escribiendo sobre pollas sino también consiguiéndola. Dejo salir un bufido. —Y eres muy linda cuando haces esos sonidos —añade.

Página

—De todos modos, ahora que hemos demostrado que podemos hacerlo, ahora que estamos comprometidos a hacer otro libro, para hacer mucho dinero de mierda, para hacer esto algo real… la presión está ahí. Y no creo que alguna vez haya conocido a alguien que tome la presión como un trabajo en sí. Es como que si no sientes el peso del mundo en tus hombros, si no estás triste, seria y sufriendo, entonces no es real.

233

Trato de no tomarlo como un cumplido. —De todas maneras…

Trago saliva y miro por la ventana, deseando haber hecho café para llevar. El café en la terminal del ferry es atroz y voy a necesitar algún tipo de estimulante para manejar todo eso. —No puedo evitar tomarlo muy en serio —digo en voz baja—. Si va a ser mi carrera, tengo que tomármelo seriamente. Stephen King dijo que la escritura no es algo que debe ser abordado a la ligera. —Stephen King también es un mentiroso. —Le frunzo el ceño. Él continúa—. Es un mentiroso para ganarse la vida, todos los autores lo son. Así somos nosotros. Excepto cuando llevamos a cabo nuestras fantasías escritas, no puedo evitar pensar. —Mira —prosigue, su tono de voz suavizándose—. No estoy diciendo que no podemos tomarnos esto en serio. Creo que ya lo hacemos. Estamos yendo por el camino correcto. Pero al mismo tiempo, estamos escribiendo sobre billonarios y strippers. El respeto por la palabra escrita y todo eso, pero tienes que tener diversión también, encontrar la alegría, y sobre todo, olvidarte de todo lo demás. Olvídate del otro libro. Olvídate del futuro. Escribir es sobre el ahora, ¿verdad? Es sobre plasmar palabras y crear mundos y realmente, eso es todo. Preocuparse sobre cómo le irá al libro, cómo será recibido, sobre si todo valdrá la pena es solo una pérdida de tiempo y se aleja de la creación de todo. Hace una pausa y siento sus ojos estudiándome por debajo de sus gafas. Mi propia cara reflejada en ellas luce cansada y dolorida. —Estuve de acuerdo con este viaje porque creo que es una gran oportunidad para dejarte llevar. Solo olvida que todo el mundo existe. No usemos nuestros teléfonos. Sin internet. No hablaremos sobre el futuro o el pasado. Será sólo sobre tú y yo y el libro, y eso es jodidamente todo. Guau. Sé que solo me estaba diciendo que no me tome las cosas tan en serio pero creo que nunca lo vi lucir tan serio. Me gustaría que no hubiera algo tan increíblemente atractivo sobre esto, la manera que se ha puesto a cargo y actuando como… un adulto.

Trato de no verme demasiado sorprendida de que realmente haya dicho eso. Odio admitirlo pero este hombre hace un muy buen trabajo manteniéndome en mis dedos de los pies. Treinta minutos más tarde terminamos en la terminal de ferry en la Bahía Swartz, apenas apiñados en el ferry con nuestros atroces cafés del

Página

—Hay más cosas en la vida que el sexo —dice—. Creo que la escritura podría ser una de ellas.

234

—Está bien —digo, mi voz suave. Trato de sonreír y aligerar el ambiente—. Pensé que accediste a este viaje a casusa del sexo.

ferry a mano, a un paso de la basura de estación de gasolina. Hay algunos transbordadores gigantes del tamaño de cruceros que se dirigen a Vancouver y a tierra firme, pero el que va a la isla es como una barcaza abierta. Hay algunos salones interiores en el lado donde los pasajeros pueden sentarse, protegidos de la intemperie, y hay algunos asientos arriba que se desprenden de la cubierta superior, pero la mayor parte del ferry es una balsa cubierta con autos estacionados. También conocido como no hay privacidad. También conocido como cualquiera puede pasar por delante de tu auto en un momento dado y mirar dentro. O simplemente estacionar al lado y mirar adentro. También conocido como que es extremadamente inapropiado que la mano de Blake se acerque más, deslizándose a mis vaqueros cortos, deslizándose entre mis piernas. —¿Qué haces? —siseo, mirando alrededor de nosotros para ver quién podría estar mirando. El ferry se halla en movimiento y las personas en la camioneta junto a nosotros han ido a sentarse en la cubierta, fuera de vista. El resto de los autos que nos rodean también parecen vacíos, excepto el sedán en el lado de Blake. Hay una pareja anciana en ese, la mujer leyendo el periódico, y si incluso miran en esta dirección claramente verían lo que hace. O intentando hacer. —Relájate —dice—. Nadie va a vernos. —Con la mano deshace hábilmente el botón de mis pantalones cortos y baja la cremallera. —¡Aquellas personas leyendo el periódico gratis podrían vernos! —le digo. Mira por encima de su hombro y me sonríe de nuevo, con esos hoyuelos matadores. Realmente sabe manejarlos como un arma. — Realmente lo dudo.

Joder. Sé que realmente debería tener los ojos abiertos, pretendiendo que esto no está pasando, actúo natural.

Página

—Eso es, buena chica —murmura, con los ojos lánguidos tomándome, observándome, mientras desliza sobre mí, con sus largos dedos, duros y resbaladizos.

235

Se inclina una fracción más y su mano se desliza hacia abajo en mi ropa interior, hacia mi hendidura. Sorpresa, sorpresa, ya estoy mojada como el infierno.

Pero quiero sentirlo. Cada pulgada de ello. Cierro los ojos y recuesto mi cabeza hacia atrás, fundiéndome en el asiento, fundiéndome en su toque. Mi cuerpo pica con necesidad, tan al tanto de todo. El olor a diésel de los gases de escape del ferry, el aire salado que entra por la ventana, la respiración pesada de Blake, el sonido débil y húmedo de sus dedos tocándome lentamente. No pasa mucho tiempo antes de que el auto huela a sexo. —Eres tan hermosa —me dice—. Justo así. Sólo tomando lo que te estoy dando. Sus dedos continúan con el movimiento lento, como si estuviera atrayéndome pero quiero más, mucho más. Mis caderas comienzan a moverse en su mano, mis propias manos agarrando el asiento y reposabrazos. Fricción. Necesito más fricción. Por una vez en mi vida, estoy tan jodidamente mojada. Gruñe, retirando la mano de golpe y luego entrando de nuevo. Provocándome. Me quejo, suaves, pequeños ruidos ansiosos. —Dime —susurra con voz ronca e incluso el sonido de su voz es muy excitante—. Dime qué quieres. Normalmente no les digo a los chicos lo que quiero en la cama. Pero creo que ese es el punto de Blake. Arrastra los dedos hacia abajo, provocando mi entrada. —Dime —repite. —Venirme. —Gimo sin aliento—. Más presión, tus dedos en mi interior.

—Más —le susurro al mismo tiempo que desliza sus dedos hacia fuera y vuelve a entrar, más duro, con el pulgar ahora frotando mi clítoris. Toda la tensión dentro de mí se extiende y se contrae y se ilumina y sé que no puedo aguantar más. Quiero decirle que continúe.

Página

—¿Te gusta eso? —pregunta y sé que observa cada pulgada de mi respuesta, pero no me importa. Me gusta. Me encanta. Jodidamente lo necesito.

236

Desliza sus dedos dentro de mí y jadeo, mi cuerpo apretándose alrededor de él, aguantando, con ganas de más, mucho más de donde vino.

Pero no puedo hablar. No importa que esto suceda a la vista de la gente en el ferry, no importa que me siento tan desnuda y vulnerable con Blake, una vez más. Ha sido así desde el principio, desde nuestro primer encuentro en la biblioteca. Demonios, antes de eso. Cuando escribía con mi corazón, dejando mi alma para él Nada de eso importa porque estoy en el aquí y ahora y lo único que siento es una parte de él dentro de mí, sintiendo a través de mí de una manera que nadie lo ha hecho. Me vengo en una explosión, un petardo, una bomba. Grito, suave al principio y luego más fuerte cuando las olas me sacuden, tiemblo, aflojando todo dentro de mí que quiero mantenerlo. Mis dedos aprietan el asiento y reposabrazos hasta que se ponen tiesos y mi cuerpo se sacude con cada espasmo, hasta que poco a poco se desvanecen, dejándome en un charco de pura felicidad. —Te viniste justo a tiempo —dice Blake, aclarándose la garganta—. El ferry está atracando. Y justo cuando aleja su mano y rápidamente sube la cremallera de mis pantalones cortos. Abro los ojos, tratando de orientarme, para ver a la pareja del camión caminando hacia nosotros. Coloco el botón de la parte superior de mis pantalones cortos y me enderezo en mi asiento, cambiando mi posición hacia Blake como si hubiera estado hablando con él todo el viaje. Se muerde el labio y sonríe, sus ojos vagando sobre mi cara. —Nunca había hecho eso antes —admite. Alzo mis cejas, todavía tratando de recuperar el aliento. —Supongo que debería estar honrada de que soy la proveedora de tantas novedades para el famoso Blake Crawford.

Bien hecho.

Página

Los dos nos miramos el uno al otro por un momento hasta que el ferry atraca con una sacudida y los autos comienzan a salir. El carril de al lado va primero mientras los ancianos en el sedán se alejan, juro que la anciana me mira directamente a los ojos y guiña.

237

Se encoge de hombros. —Estoy honrado de que tú me acompañes.

Blake Traducido por Black Rose & ∞Jul∞

A

pesar de que he estado viviendo en Columbia Británica durante los últimos dos años, siempre me sorprendía lo poco que en realidad había visto de la maldita provincia. Supongo que no puedo ser considerado culpable cuando he ido a Inglaterra cada verano y Navidad, pero aun así se podría pensar que habría aprovechado algo de los impresionantes paisajes y destinos de vez en cuando. No me malinterpreten, me encanta Victoria, incluso si intenta demasiado duro el ser una “pequeña Bretaña” a veces (y para nada igual de hilarante que el programa de televisión), el tibio clima mediterráneo lo compensa. Pero aun así, no me gusta la sensación de que hay un mundo ahí fuera al que le estoy haciendo la vista gorda.

Y lo he intentado. A pesar de que mi respuesta inmediata fue que el viaje sonaba genial, todas las señales de alarma se iniciaron en la parte posterior de mi cabeza, esas que son fuertes y a todo volumen y me dicen que estoy virado hacia territorio no deseado. No es nuevo que quiera seguir

Página

Sin embargo, no quiero decirle. Si actúo con nada menos que confianza, sé que ella pondría aún más peso sobre sus hombros y todos sabemos que la Amanda seria no es muy divertida que digamos. Es una de las razones por la que no puedo evitar enojarla cuando tiene ese ceño fruncido permanente en su cara. La Amanda relajada es una Amanda divertida y la Amanda divertida es esta mezcla embriagadora de sexy y adorable, algo de lo que no puedo tener suficiente, no importa lo duro que intente detenerlo.

238

Esa es una de las razones por las que no dudé cuando Amanda me envió el mensaje sobre el fin de semana. La oportunidad para escapar era una que no podía perder. Además, ella estaría allí. Además, realmente necesita relajarse. Además, bueno, tengo que admitir que la presión empieza a llegarme a mí también.

follando a una chica si el sexo es bueno, ¿por qué no? Pero cuando ella es en lo único que piensas, cada momento de cada día, bueno, entonces, amigo, tienes un problema. Estoy decidido a no tener un problema. Pero después de verla venirse en público, en el Sr. Mean, rodeados de gente y el mar y el aire con tintes salados, estoy empezando a pensar que querer a Amanda podría no ser un problema grave para tener. Luego se encuentra el hecho de que cuando nos detenemos del ferry y vamos hacia la isla, y Amanda me dirige por dónde conducir, toda su actitud cambia delante de mis ojos. Está sentada, inclinándose hacia delante y mirando por las ventanas, viéndose como un niño en la mañana de Navidad. Es hermosa, pienso para mí mismo y el pensamiento me pilla con la guardia baja. No es que he pensado en ella como cualquier cosa menos, pero por una vez no es atractiva con los ojos llenos de lujuria o una perra caliente, como cuando me llama cerdo (y, Dios, como putamente me encanta cuando me llama cerdo). Es hermosa de esta manera sana, pura, salvaje, como si se estuviera convirtiendo en la suma de toda la belleza que ve. —¡Vaya, recuerdo aquella vieja iglesia! —grita en voz baja mientras que la carretera nos serpentea más allá de una pequeña iglesia católica de piedra flanqueada por viejas lápidas, algunas cubiertas con lo que parece ser cuentas de Mardi Gras. La carretera gira a través de los muelles y los veleros amarrados en la bahía y se dirige hacia el interior de un impresionante monolito de piedra que preside el valle. —Ese es el Monte Maxwell —señala—. Vamos a tener que ir hasta allí más tarde, si el Sr. Mean puede manejar baches suficientemente grandes como para tragárselo.

—Tenemos que hacer degustación de vinos uno de estos días. Hay tres bodegas, una fábrica de cerveza, una sidrería, incluso una granja de lavanda —dice, sus ojos bailando mientras lo admira todo. —Pensé que se suponía que deberíamos estar escribiendo —bromeo. —Es inspirador.

Página

—Ah, y los viñedos —dice en sueños a medida que subimos por la costa hasta una colina, viñedos y olivares nos flanquean a cada lado, que descienden por las laderas de hierba blanqueados por el sol. Hasta ahora, este lugar no es en absoluto lo que yo esperaba. Se parece más a la Toscana que a Canadá.

239

—Ya veremos —digo, a sabiendas de que los baches son mis némesis. Como lo es Benedict Cumberbatch.

—¿Beber? Por supuesto. Hablando como una verdadera escritora. —Bueno, dijiste que necesitaba relajarme —dice—. Yo digo que hagamos turismo por las tardes, ya sabes, como un receso. O una recompensa. Si puedo conseguirme a mí mismo en ti, pienso. No nos engañemos, escribir y el vino y el turismo suena muy bien, pero los dos sabemos que estamos pasando este fin de semana conmigo profundamente dentro de ella, de todas las formas en que me deje. Pero nada de eso parece estar en su mente en este momento, a pesar de que mis dedos todavía huelen a su vagina, algo que quiero seguir oliendo pero no quiero parecer un pervertido total, no cuando se encuentra en este raro estado de alegría. Hablando de un cambiador de estado de ánimo. Así que mantengo mi perversión poco fiable para mí mismo a medida que seguimos nuestro camino a través de la isla, pasando granjas bucólicas y casas señoriales ocultas entre los árboles de gran tamaño. Esquivo las franjas de ciclistas que pedalean con todo el corazón por el camino estrecho, algo que se ve como un infierno total, hasta que finalmente desviamos de la carretera principal y vamos directo hacia abajo hacia el agua. —¿Te imaginas vivir allí? —dice, suspirando a medida que dejamos atrás las casas de la costa con sus patios traseros a la playa. —Creo que podrías hacerlo fácilmente —señalo mientras llegamos al final de la carretera y hacia un camino de grava lleno de baches hasta que nos detenemos en lo que sólo puede ser la casa de su familia—. Quiero decir, esto es de tu familia ¿verdad? Vivirías aquí durante el verano, y en la ciudad en el invierno. —Hago una pausa—. Naturalmente tendría que vivir aquí también. ¿Hay una casa adicional en la que podría vivir? Se las arregla para apartar los ojos del escenario y me mira con curiosidad, con los labios curvados insegura. —¿Qué? —continúo—. Te podrías volver loca aquí sin mí.

Página

La casa no es para nada lo que me esperaba. Dada la familia de Amanda y su riqueza, esperaba algo grande y desagradable, a pesar de que me dijo en numerosas ocasiones que era pequeño y modesto. Bueno, ella tenía razón, sin duda. Es pequeño, no puede haber más de dos habitaciones, y es un paso más allá de modesto. La primera palabra que viene a la mente es pintoresco. Que es un paso por encima de “rústico” y “en mal estado”.

240

Tal vez eso es demasiado lanzado, pero no me importa. Estaciono el auto al final de la calzada y ella abre la puerta y sale, su cuerpo atraído por la casa como un rayo tractor.

Es bastante impresionante. —Vaya —digo, saliendo del Sr. Mean. Se detiene en el camino de piedra, las plazas agrietadas y desgastadas, con hierba y pasto extendiéndose entre ellas, y me mira, su ceja levantada con descaro. —¿Es eso tu siempre-presente-sarcasmo lo que detecto? ¿Te desilusioné? Cierro la puerta del auto y avanzo en zancadas hacia ella, sacudiendo la cabeza. —De ningún modo. Honestamente, el hecho de que esta sea tu amada casa hace que me gustes sólo un poco más. —¿Un poco más? Eso significa que te debo gustar aunque sea un poco. —Sabes que me gustan un montón de cosas de ti —digo, pasando mis dedos por debajo de mi nariz y sonriéndole—. Por qué no damos un paso dentro y te lo voy a mostrar más a fondo en este momento. Rueda los ojos, a pesar de que hay un atisbo de sonrisa burlona en sus labios de color rosa caliente. De repente me golpea una extraña realización, casi culpable, de que no la he besado hoy. Debería tener su lápiz de labios de color magenta por toda mi cara, mi cuello, pero en lugar de eso ella se vino en el ferry sin tocar nada más que su coño. Hay algo crudo en ello y aunque ese es un sentimiento que nunca me asustó, simplemente ya no me parece correcto. —Está bien, puede que la cabaña no sea gran cosa —dice mientras continúa por el camino y se detiene frente al amplio porche trasero cubierto de la cabaña que corre a lo largo de un gran banco de hierba con vistas al puerto. Extiende sus brazos hacia fuera con orgullo y echa la cabeza hacia atrás—. Pero, ¿cómo puedes no estar impresionado por esta vista?

Antes de saber lo que estoy haciendo, estoy avanzando por el camino como un fantasma y agarrando su cara entre mis manos. Sus ojos son grandes y salvajes debajo de sus gafas, su boca se abre, tan pegajosamente

Página

También miro su culo, animado y tonificado gracias a su loca adicción (y aun así, muy apreciada) por correr, sus piernas, su espalda, ese magnífico cabello rojo de ella, por siempre atado en esa cola de caballo, y finalmente, cuando se da la vuelta y me mira, porque he estado sospechosamente en silencio, esos labios de nuevo.

241

Estoy impresionado. Miro brevemente la familia de codornices que va desde los setos bajos y hacia los escalones que deben llevar a la playa, la escalera de madera flanqueada por altos cedros. Me he dado cuenta de la amplia cubierta con las sillas de madera y mantas tejidas, perfectamente preparado para la salida del sol o para observar las estrellas, la pila de leña en la esquina.

dulce y presiono mis labios contra los suyos, inhalando su sabor, su aroma, la exuberante suavidad de su boca. Durante un largo, agonizante segundo, se pone rígida, sin saber qué hacer a continuación. Sé que la he cogido con la guardia baja con este beso, me ha tomado por sorpresa también. Pero antes de que pueda arrepentirme, dudar, o alejarme, se derrite contra mí, sus manos se envuelven alrededor de mi cintura mientras que las mías van a la deriva de su cara a su cabello, a la parte posterior de su cuello, sosteniéndola allí mientras nuestras lenguas bailan lánguidamente una contra la otra. Me presiono contra ella, mi pene duro como el cemento y presionando contra mis pantalones vaqueros, listo para salir. Ella da un jadeo suave mientras cavo en su cadera, un sonido gutural que sólo me hace más grueso. Hacerla venir en el ferry fue una de las cosas más calientes que he hecho y me sorprende que mi pene haya sobrevivido a ese caso de bolas azules. Pero no va a durar mucho más tiempo. —Entremos —susurro, tomándola de la mano y llevándola a la puerta principal. Saca una llave de debajo de la alfombra. —¿En serio? —pregunto. Agita la llave ante mí y la pone en la cerradura, abriendo la puerta. — Cualquier persona que quiera irrumpir tendría que caminar hasta aquí. Créeme, todos los gamberros se hallan en la ciudad y son inofensivos en su mayor parte. Entramos. La cabaña huele a viejo cedro y a recuerdos y por la expresión del rostro de Amanda, todos la golpean a la vez. Se acerca a la mitad de la pequeña habitación, por la estufa de leña y se sienta en el sofá, mirando a los juegos de mesa que son al menos tan viejos como ella.

Después de un tiempo cepillo el cabello de su cara y pregunto—: ¿Qué quieres hacer? Al principio, no estoy seguro de si me ha oído, tiene una mirada tan lejana en sus ojos, perdida en una memoria en alguna parte. Entonces me

Página

Me siento en el sofá junto a ella y la dejo asimilarlo.

242

Aparte de una pequeña mesa de comedor, dos sofás frente a una mesa de café, la estufa de leña, la cocina, el baño y el dormitorio no hay mucho en ella. Es justo lo suficiente para una o dos personas. Pero puedo decir que es más que suficiente para Amanda.

mira, parpadeando a la realidad. Me toma de la mano y me lleva a la habitación. —Quiero tu polla dentro de mí. En todos lados. Trago, trago duro, más que listo. La sigo, parando en la puerta ante la cama doble cubierta con sábanas de franela. Se desnuda lentamente frente a mí hasta que tengo esta pálida diosa que brilla intensamente, haciéndome señas para unirme a ella. Donde ella va, yo la sigo. Me desvisto rápidamente, sintiendo el fuego corriendo por mis venas, un sentido de urgencia a diferencia de cualquier otra vez antes y subiendo en la cama después de ella, rondándola como si fuera la presa y yo el cazador, o tal vez es al revés porque estoy en su tirón, su poder, y no hay nada que pueda hacer al respecto. Ella yace debajo de mí, el cabello suelto que ahora se derrama a su alrededor como un halo rojo, luciendo tan perfecto, puro y suave contra la gruesa franela. Mi pene se adentra entre nosotros, balanceándose mientras me muevo por encima de su cuerpo, y la necesidad de llevarme tan profundo dentro de ella es más dominante que nunca. Es la necesidad de reclamar. Hacerla mía. Ese instinto animal y primitivo de tomar y mantener y poseer. Tan alfa como suena, es real y crudo y es un dolor en el pecho, arañando su camino fuera de mí. Ha sido mucho tiempo. Bajo mi cuerpo sobre el de ella, saboreando la sensación de su piel contra la mía, el calor que ya estamos creando. Sus piernas se abren más, separándose para mí mientras levanta sus caderas, pero no estoy listo para ella ahora, todavía no.

La suave redondez de su culo enfrentándome, me muevo hacia abajo de la cama y meto mi lengua en la mejilla, expandiendo, lamo hacia arriba y luego hacia abajo, adelante y atrás, mientras estoy apretando la otra mejilla. Cambio de lugar, prestando atención a sus señales, lo mucho que quiere, si lo desea.

Página

—Gira —le digo y ella lo hace. Mis palabras salen espesas mientras enfrento esta hambre desesperada y estremecedora.

243

La beso, eléctrico, rápido, y me ralentiza, girando el beso en algo como el satén, suave, interminable y profundo. Calor se desliza a través de mis venas, mi pulso acelerando con la lujuria.

Sus caderas se elevaban hacia mí, su culo presionando en mi boca. Quiere más. Incluso con mi pene casi dolorosamente rígido, todo nadando con ese entusiasmo embriagador, deslizo el dedo por la mejilla de su culo, separando suavemente. —¿Te gusta eso? —susurro. Todo es salvaje y tenso. Ella hace un sonido, apretado y sin aliento, que suena como "sí". Llevo el dedo hacia arriba y ella se tensa por un segundo antes de relajarse. Es el "no, no debería gustarme” y luego el “pero lo hace”. Bajo la cabeza y soplo suavemente sobre ella. Se endurece de nuevo, a continuación, se presiona a sí misma de nuevo. Más. Deslizo mi lengua lentamente, mi corazón intenta salir de mi pecho. Amanda aspira el aliento bruscamente, la exhalación es un gemido que siento retumbar a través de mí. Deslizo mi mano alrededor, encontrando su clítoris y acariciando suavemente hasta que gime de nuevo, sus caderas dando vueltas por más. Sus piernas se extienden más amplias, dándome un mayor acceso en todas las maneras, y la estoy experimentando de una manera que nadie ha hecho antes. Si esto es similar a reclamar algo, entonces estoy plantando mi bandera. Pero más que eso, se está abriendo a mí, poniendo su placer en mis manos, y ofreciéndose a sí misma. Es vulnerable, algo tan raro en ella, y quiero ahogarme en la sensación. Puedo sentir su venida acercándose. Jadea, su cuerpo cada vez más caliente, a punto.

Es increíble así, a punto de arrojarse sobre el borde. Y luego se va. Sucede rápidamente y la siento deshacerse debajo de mi lengua, mis labios, mis dedos. Se tensa durante una fracción de segundo y el mundo parece todavía inclinando sobre su eje, y luego se está rompiéndo, arqueando su espalda, gritando mi nombre.

Página

Lo hago. Mi lengua se sumerge, tan apretado, mi dedos ascienden, acarician y hacen círculo, está jadeando, sin aliento, necesitada.

244

—Oh, mi Dios, Blake —dice con voz ronca y casi me pierdo mi jodida mente—. Sigue adelante.

Levanto la cabeza y bajo de la cama, parándome de pie al final. No le doy ningún tiempo para recuperarse. No hay tiempo. Estoy tan cerca. Agarro sus caderas y la volteo, luego alcanzo su cintura, mis manos tan grandes contra ella, y tiro de ella hacia abajo, hacia mí hasta que su culo se encuentra en el borde de la cama. Mira hacia mí aturdida, y sé que su coño sigue pulsando, el orgasmo disminuyendo lentamente. Sus piernas se suben a lo largo de mí y agarro la parte posterior de sus muslos. Ella alcanza mi pene, sólo su toque causando que mis ojos se cierren, que el aliento me deje. Con un agarre firme, me guía expertamente a su entrada y cuando abro los ojos me mira con asombro y necesidad y luego me empuja dentro... Perdiéndome. Me estoy perdiendo a mí mismo. Y no me importa. Me quejo, el fuego construyéndose dentro de mí mientras empujo hasta la empuñadura, la presión retumbando a través de mí. Está tan apretada. Un puño de seda cruda. Tan bueno. Tan bueno. Y esa mirada en sus ojos, la forma en que no va a mirar hacia otro lado, que me tiene cautivo mientras la trabajo, entrando y saliendo, más y más cuanto más alto se elevan sus caderas. Mi cuerpo se vuelve más cálido, más apretado, y esa espiral se construye dentro, capa por capa, hasta que sé que no tengo mucho tiempo. —Oh, sigue —se las arregla para decir, su cabeza rodando hacia un lado, con la boca abierta y jadeante. Me gustaría poder seguir para siempre.

Estoy empezando a conocerla de muchas maneras, por dentro y por fuera. Mi espalda baja se tensa y todo dentro de mí estalla.

Página

Debido a que estar dentro de ella ahora es diferente. No se trata sólo de follar. Empieza a convertirse en algo más.

245

Me gustaría tenerla para siempre.

Me vengo, arqueando la espalda, empujando en ella tan jodidamente profundo mientras gruño en voz alta, sonando más animal que hombre. Se viene de nuevo conmigo, sus ruidos tan suaves en comparación con los míos y nos estamos meciendo juntos, unidos, hasta que todo dentro de mí se ha ido. Ella lo tiene todo.

Página

246

Me dejo caer en la cama junto a ella, la franela rasposa contra mi mejilla, y la tiro en mi pecho. Aunque es temprano y tenemos un fin de semana por delante de nosotros, no hay nada que preferiría más que estar yaciendo aquí, escuchando las olas, con ella en mis brazos.

Amanda Traducido SOS por Bella & Valentina D.

A

unque parezca una locura, el tiempo lejos con Blake en realidad parece ayudar con mi bloqueo de escritora. Desde que regresamos, las palabras han estado llegando muy fácilmente. No solamente estoy trabajando a un ritmo constante en Sucio y Roto Multimillonario Chico Malo (trata de decir eso cinco veces rápido) cuando estoy con Blake, estoy pasando tiempo con Phenelope y Luthwen cuando no. Irónicamente, ya no siento la presión de poner a mis personajes en una situación sexual. Si al caso, es una dulcemente romántica, retenidos por cargas de tensión y sentimientos no correspondidos mientras combaten por su mundo de fantasía. Pero cuando llega el sexo, es más o menos la última cosa que quiero escribir cuando tengo escena tras escena de mi erotismo centrado en doble penetración con dildos y un sesenta y nueve y bolas anales. No puedo decir que el aumento productivo en nuestra escritura ha provocado una caída en nuestra vida sexual porque ese simplemente no es el caso. Solo hemos encontrado un ritmo y lo hemos hecho funcionar. Aparentemente, el exhibicionismo parece ser un tema. Hacemos el amor en la playa, en el auto, en lo profundo de un viñedo.

Pero… hay algo más. Algo que no puedo determinar. Algo que no quiero determinar. Lo he notado desde que regresamos.

Página

El sexo es asombroso.

247

Al menos, creo que todo está funcionando.

Cuando follamos, hay esta ternura en ambas partes que sigue saliendo, envolviéndonos como si fuera una segunda piel. Cuando terminamos, ya no solo nos levantamos y regresamos a trabajar y seguir con nuestras vidas. Nos quedamos. Permanecemos en la cama siempre. Solo hablando. Sobre todo relaciones, infancia, libros, películas. Nos reímos. Nos reímos mucho. Y cada vez que esto pasa algo en mi corazón se hincha. Porque estoy experimentando lo que una relación debería ser pero ni es una relación en absoluto. Nadie sabe siquiera que estamos juntos, excepto por Ana, y ella no sabe sobre los libros así que toda la verdad nunca se ha puesto al descubierto. Quiero ser honesta con él. Pero no sé cómo sentirme y no sé dónde empezar. Realmente me gusta lo que tenemos y no quiero arruinarlo. Pero quiero más. No más libros, no más dinero, no más trabajo e incluso no más sexo, tan bueno como es. Solo quiero más de él. Quiero todo lo que él es y quiero ser capaz de llamarlo mío y saltar y poseer cada parte de él. Sé que no sueno mejor que los alfas posesivos en nuestros libros pero es la verdad. Se está volviendo algo más para mí, algo muy real pero por todo lo que estamos rodeados es ficción. Tomamos un descanso del otro unas cuantas noches y esto es sobretodo obra mía. Necesito hablar a Rio, necesito salir y sacar mi cabeza de la arena. Necesito ver la vida a mi alrededor, el mundo que existe sin los libros y Blake. Necesito saber que no importa qué pase, siempre hay más allá afuera, incluso cuando Blake se siente como todo lo que necesito. —Luces como si necesitaras otro trago —me dice Rio.

Pesco la naranja de mi copa y la chupo con un suspiro. —Estoy bien.

Página

Ella sirve de una casi vacía jarra de sangría y salpica ruidosamente en mi copa, derramando un poco sobre la mesa. —Mierda, necesitamos más —dice, señalando al camarero por otra. Se halla medio fuera de su asiento y grita hacia él—: ¡Y servilletas también por favor!

248

Regresamos a nuestro lugar favorito, el bar de tapas, gestionando tener una mesa en el pequeño patio que desaparece a la mitad del callejón. El clima es maravilloso, un bienvenido respiro tras una semana lluviosa y estamos en el calor del verano otra vez.

No estoy realmente segura de cómo decirle que he estado durmiendo con Blake por un mes. Definitivamente estará herida por no decirle antes y cuando está herida, le gusta herir a otros. Como, físicamente. —Diría que necesitas echar un polvo —medita, mirando sobre sus gigantescos lentes de sol—, pero no estoy segura de que sea eso. Ya sea que has estado dándole duro con tu novio de pilas o te las has arreglado para atrapar un pene en otra parte. Luces un poco… usada. —Bueno, he estado corriendo un montón —le digo, tomando un gran trago de mi copa. Eso es verdad. Cuando me despierto en mi propia cama, trato y voy a correr, y algunas veces cuando Blake va al gimnasio de su edificio, salto en la caminadora. Justo como los folla-amigos harían, me digo secamente. —No es eso —dice. Se acerca más, sus brazaletes de bronce retintineando sobre la mesa—. ¿Estás usando drogas? —Intenta susurrar. Muy fuertemente. Sacudo mi cabeza. —¿Qué? ¡No! Dile. Dile ahora. —Entonces, ¿qué sucedió con el chico con el que salías? —le pregunto casualmente. ¡Maldición, Amanda! Ladea su cabeza, estudiándome. —Tratas de cambiar el tema. Nunca me has preguntado sobre ningún tipo con el que estoy tirando. —Debido a que siempre me dices, ya sea que quiera o no. De todos modos, el último mensaje que tuve de ti, dijiste que Dios estaba probándote con abundantes cantidades de brownies y penes. Se encoje de hombros y sorbe su bebida. —Ambos son agradables. Pero sabes qué. Acabé con los hombres. —De nuevo. —Sí. Quiero decir, ¿cuál es el punto? ¿Qué pueden ofrecer que mis dedos no?

Le doy una mirada. —¿Paja? ¿Con quién has estado últimamente, uno de dieciséis años? —Agh. Siquiera yo haría eso. No, en serio. Después de conseguir mi título estaré soplando de aquí…

Página

—Al igual que las manos cuando se dan una paja por millonésima vez.

249

—Calambres de dedos.

—Tan malo que ya estás soplando en todos —murmuro en voz baja, solo lo suficiente alto para que lo escuche. Entrecierra sus ojos hacia mí. —Escuché eso. —Bueno, lo dije en voz alta —reitero. —No uses citas de Friends en un momento como este. Te estoy contando mis planes de vida. Esto es un asunto serio. Una vez que esté fuera de aquí, voy a viajar por el mundo y enseñar inglés y probablemente voy a quedarme en una comunidad de yoga en la india y aprender a ser una conmigo misma, luego voy a Bali a surfear y tal vez a enamorarme. —Ese es la trama de Comer, Rezar, Amar. —Fue un buen libro. —Sí. —Mi estómago gruñe incluso si no tengo hambre. Nada como dudar de tu actual casi relación para matar tu apetito. Pero sé que beber sangría en un día caluroso sin comida es pedir problemas. Tomo el menú y comienzo a considerar las opciones. ¿Aceitunas? ¿Papás fritas? Rio me da una palmada en la mano rápidamente. —Oh, mi Dios, Amanda —susurra con dureza—. Mira pero no mires. Por supuesto sigo su mirada hacia el callejón y miro. Caminando en medio de las personas que salen por cena y bebidas está Blake.

Luce como mío. Quiero que sea mío. Me lo trago, sin embargo, preparada para solo sentarme allí y observarlo pasar, sus largas piernas andando fácil y casuales.

Página

Su cabello luce reluciente, despeinado, capturando la luz de la noche y tiene esta mirada cautelosa en sus ojos, haciéndolo lucir melancólico e intenso y todas las cosas que quiero ver en él.

250

Lleva puestos pantalones negros y esa camisa gris pizarra que usaba cuando tuvimos sexo en la librería, la camisa que desabroché solo lo suficiente para ver un indicio de vello de su pecho, que muestra esos hombros y largos antebrazos de los que he memorizado cada peca y vello. Es una de mis camisas favoritas en él y cuando la usó el otro día para la portada del libro Multimillonario, no pude evitar sino arrojarme hacia él. Tan normal.

Luego me doy cuenta que hay un chico con él. Cabello enmarañado en sus hombros, bronceado, usando patines, pantalones cortos y una playera sin mangas Quicksilver. El tipo probablemente huele como cera para tabla de surf también. Los dos lucen como hombres en busca de presas y una punzada de horror me atraviesa cuando me imagino cuáles son sus planes. Después de todo, Rio y yo estamos fuera y mantengo una mente abierta sobre los tipos que conozco. ¿Por qué esperaría menos de Blake? Casi se han ido, la mirada de Blake se dirige a los ladrillos en el suelo debajo de ellos. Casi exhalo el aliento que he estado sosteniendo cuando Rio se levanta de su asiento y grita—: ¡Oye Blake! —Oh, mi Dios —siseo hacia ella, agarrando su vestido y tratando de sentarla—. ¿Qué haces? —Oh, es agua pasada, ¿no? —me dice, saludándolos. Me atrevo a mirar por el callejón, los ojos de Blake se iluminan cuando se posan en mí. Incluso si nunca he conocido al tipo con él, no luce demasiado confundido. Probablemente asume que Blake ha dormido con una de nosotras. Su suposición sería correcta. —Hola, señoritas —dice Blake, sus manos casualmente metidas en sus bolsillos mientras se pasea hacia la barandilla entre nosotras. Sus ojos permanecen en mí y no son nada sino cálidos—. ¿Cómo están esta noche? —¿A dónde van chicos? —pregunta Rio. Señalando a los asientos—. Aquí, siéntense con nosotras. Han sido años desde que te hemos visto, Blake. —Sí —dice, sonriendo hacia mí—. Años. Trato de no mostrar nada en mi rostro pero puedo decir que su amigo me estudia muy de cerca. Me pregunto qué ha dicho Blake sobre mí, en todo caso.

Sostiene mi mirada por un momento sin decir nada y diciendo todo. Asiente, mordiendo su labio de esa manera que hace, todavía sonriendo. —Heath —le dice a su amigo, y hace gestos hacia la mesa—. Puedes también. Heath nos mira con ansiedad. Definitivamente está en el juego.

Página

Le doy a Blake una mirada fulminante. —Será mejor que te sientes o sólo gritará más fuerte.

251

—Nos encantaría que tomaran con nosotros —dice Rio, sentándose de nuevo finalmente—. ¡Y acabo de ordenar más sangría! —Casi grita la última parte. La gente en el callejón se voltea a mirarnos.

—Ya volvemos —dice Blake y desaparecen por la puerta del restaurante. Una vez que estamos fuera del alcance del oído agarro la mano de Rio, apretándola duramente. —¿Qué haces? —Oh, tú, chica —dice, soltándose la mano—. Como dije, es agua debajo del puente. ¿Cuándo fue la última vez que lo viste? ¿Cuándo entregaron su trabajo? Eso fue hace siglos. Así que, él era un idiota en la clase, ya no están en clase. —No te lo puedes follar —le advierto, empujando un dedo en su cara. Se ve completamente desconcertada. Justo entonces los chicos vuelven. —Oye, gracias de nuevo —dice Blake, tomando el asiento frente a mí—. Buscábamos tomarnos un par de bebidas pero cada lugar está lleno. —Es el clima —le digo. —Qué pequeña ciudad es Victoria —reflexiona Rio. —Muy, muy pequeña —dice Blake, sonriéndome. No puedo evitar sonreírle de vuelta. Sí, ¿esa sonrisa? Todavía horriblemente contagiosa. Cada parte de él es horriblemente contagiosa. Una vez que tienes su polla dentro de ti, eso es más o menos lo que siempre querrás por el resto de tu vida. —Amanda —repite Rio, y me doy cuenta de que ha esto hablando. —¿Huh? —pregunto, apartando mis ojos de él. —Te pregunté si te divertiste trabajando con Blake —dice. Levanto mis cejas. —Mm, sí, fue divertido. —Ella es muy inteligente, ya sabes —dice Blake. —Tú tampoco eres tan malo —le digo ligeramente. Los ojos de Heath alternan entre nosotros. —Espera un minuto. ¿Es esta la Amanda con la que tuviste que trabajar en el libro? ¿Para la escuela?

—Que eras una perra —dice Heath. Blake lo golpea con fuerza en el hombro. —¡Eres tan idiota! —Eso está bien —habla Rio—. Amanda odió tus entrañas todo el semestre.

Página

—Sí, esa soy yo —digo rápidamente—. ¿Por qué? ¿Qué dijo sobre mí?

252

Blake le da una mirada de advertencia.

—Oh, me dijo eso —dice Blake. —¿Pensabas que era una perra? —le pregunto, sorprendida, pero no exactamente insultada. —Melocotón —dice—. Te he dicho que pensaba que eras una perra. —No, dijiste que era una idiota. —Y una nerd. —Y una mojigata. —Y con un palo en el culo. —Y muchas cosas. Rio y Heath nos miran. Me encojo de hombros, tratando de actuar casual. —Por suerte, todavía fuimos capaces de trabajar juntos. Terminamos obteniendo una A en el proyecto. —Sabes, ella no es mojigata —dice Rio de repente o quizá su mente está a solo diez pasos atrás esta noche—. Simplemente no se acuesta por ahí. —Es bueno saberlo —dice Blake, nivelándome con su mirada. —Ojalá pudiéramos decir eso sobre el viejo amigo Blake aquí —dice Heath—. Estoy seguro de que hay una mesera aquí que quiere matarlo. —¿Y qué tiene de nuevo? —decimos Blake y yo al unísono. Ambos sonreímos. Ojos brillando. Y me doy cuenta de lo difícil que es sentarse frente a él y no tocarnos. Incluso cuando estamos trabajando, usualmente tengo mis extremidades sobre él o tiene sus manos en mi cabello, o acaricia su pulgar sobre mi hombro. Siempre hay contacto. —Supongo que ustedes dos realmente llegaron a conocerse, ¿uh? — dice Rio cuidadosamente. Me pregunto si está descubriendo algo. —Un poco —dice Blake a la ligera—. No me importaría saber más.

Es jodidamente insoportable.

Página

Entonces la camarera llega y mientras que no parece conocer a Blake, gracias a Dios, el resto de la conversación se aleja de nosotros y hacia otros temas. Sin embargo, todo el tiempo, mientras las bebidas fluyen y las tapas vienen, me siento encerrada en el campo de fuerza de Blake. Desde la profundidad de sus ojos, hasta su sonrisa fácil, la manera en que su mano cruza la mesa, tan cerca de la mía, es todo en lo que puedo pensar.

253

Siento que tengo algo alojado en mi garganta. Trato te tragar.

—Tengo que ir a usar el baño, disculpen —dice Blake después, levantándose de su silla. Justo cuando se da la vuelta, veo algo en sus ojos, una seña. Mastico mi labio, mirando a Rio y Heath quienes se encuentran en una profunda conversación sobre viajes. Y por profunda, me refiero a que discuten el significado de fiestas a la luna llena en Tailandia y qué drogas utilizar. —Voy a tomar una copa del bar —digo después de un minuto pero apenas y me escuchan. Me levanto y me dirijo a los baños en la parte de atrás. Solo hay dos cubículos privados y no tengo idea en cuál está Blake y ahora me pregunto si la mirada que me dio significaba algo en absoluto. —¿Blake? —susurro, mirando entre las puertas. Nada. Decido mirar en el de las mujeres. No tiene seguro. Pero hay una mujer en el inodoro, pantalones alrededor de sus tobillos, haciendo sus negocios. —¡Este está ocupado! —me grita la mujer y rápidamente cierro la puerta. —¡Lo siento, lo siento, lo siento! —exclamo, sintiendo todo tipo de vergüenza a pesar de que no fue mi culpa en absoluto. ¿Por qué la gente hace eso? Simplemente bloquea la maldita puerta. Me doy la vuelta al de los hombres, pero ya hay un hombre que se dirige a este y gira la manija. La abre de par en par y Blake está allí, simplemente de pie, en medio del baño. Por suerte, está completamente vestido.

—Hola —contesto, sonriendo como una tonta. El hombre nos mira sospechosamente antes de cerrar la puerta y bloquearla. La puerta golpea en sus bisagras, el hombre asegurándose de que está realmente cerrada.

Página

—Ya salía —explica Blake rápidamente, saliendo del baño y parándose a mi lado—. Hola —dice, mirándome.

254

—Lo siento —dice el hombre secamente.

Entonces el de las mujeres se abre y la ocupante sale, mirándome mientras se va. —¿La conoces? —pregunta Blake, mientras me introduce en el baño. —Haciendo todo tipo de amigos esta noche —le digo. Nos encierra y antes de que pueda decir otra palabra, me agarra la cara, sus labios devorando los míos, su lengua empujando en mi boca, acariciando cada deseo reprimido. Lo agarro fuerte, mis manos en su cabello, en la parte posterior de su cuello mientras sus manos me agarran la cintura, el culo, pellizcando, tanteando. Luchamos juntos en un frenesí de calor, lujuria y algo increíblemente real. Soy empujada atrás contra la pared de azulejos y clavada allí, toda y completamente suya. Mi cuerpo funciona por puro instinto, arrojándome a él, sin inhibiciones, sin precaución. Lo anhela tanto como mi mente y alma lo hacen. Mientras se presiona contra mí, respirando fuerte y besándome, sin cuidado y húmedo, pongo mis manos alrededor de sus hombros y disfruto de los músculos magros diseñados en su espalda mientras lo acerco. Una de sus manos se pierde en mi cabello, tirando de él de la manera en que me gusta y dejo salir un jadeo sin aliento por el dulce dolor. La otra levanta el dobladillo de mi vestido, agrupándolo alrededor de mi cintura. Desliza el satén de mi ropa interior a un lado dejando salir un profundo gemido que siento vibrar a través de mí mientras me explora con sus dedos. —Tan mojada —murmura—. Te pones tan jodidamente mojada para mí. —Mete tres de sus largos dedos dentro de mí y me aprieto a su alrededor, rogando por más. —Apresúrate y fóllame —le digo. No, en serio. Alguien va a golpear la puerta en cualquier momento.

Se sostiene a sí mismo en mi abertura y espera unos latidos. Puedo sentir el calor viniendo entre nosotros, la manera en que sus ojos queman en mí, hasta que su mirada cae a su polla mientras está a punto de empujarla dentro de mí. Antes de que pueda empujarlo dentro, mis dedos apretando su agarre en su espalda, se empuja con una larga y poderosa embestida.

Página

—Aguanta, melocotón —dice, bajando sus pantalones y calzoncillos hasta que su polla se balancea libremente, tan oscura y rígida. Lo amo así, tan crudo, grueso y todo por mí.

255

Se ríe, bajo y rico, agachándose para levantarme así mis piernas quedan envueltas alrededor de su cintura. Me deslizo entre nosotros y frenéticamente trato de deshacer su cinturón. Mira fijamente a mi mano frenética por un momento, claramente disfrutando lo mucho que lo quiero.

No puedo evitar el grito que escapa de mis labios, y luego el suave “oh” mientras lentamente, agonizantemente, sale, su polla absolutamente empapada. Se incorpora, unos centímetros, sus labios rozando los míos. —Eres realmente algo, ¿sabes? —susurra contra mi boca, sus palabras rompiéndose en un gemido—. No sé qué haría sin ti. Mi corazón se traba en mi garganta. No puedo hablar, sólo puedo sentir, y la mirada intensa de sus ojos me dice que algo sucede, algo nuevo. Sus ojos continúan ardiendo mientras se empuja dentro y fuera, bombeando constantemente. Agarra mi barbilla ligeramente y sostiene mi cara, asegurándose de que no pueda romper el contacto visual, que no pueda apartar la mirada. Es casi vergonzosamente íntimo, la forma en que su mirada se siente como si me estuviera desnudando. Nuestros gemidos se silencian, nuestras respiraciones ásperas y desiguales mientras se mueve dentro de mí, sus caderas haciendo movimientos circulares para golpear cada nervio fuertemente dentro de mí. Es muy jodidamente bueno. Es todo. Estamos unidos, conectados y cuanto más empuja, más profundo, más profundo, más caliente se siente, como fuego, apenas contenido. Una gota de sudor rueda por su nariz y sus ojos finalmente se entrecierran cuando se acerca a su clímax, su boca va por la curva de mi cuello donde muerde, chupa y gruñe mientras embiste, cada empuje más rápido que el ultimo. —Joder, mierda, joder —sisea, inhalando bruscamente—. Me vengo. Antes de que tenga la oportunidad de ponerme al día, suelta mi cintura y desliza un dedo sobre mi clítoris, acariciándolo dos veces, y es todo lo que se necesita para hacerme explotar como dinamita. Me vengo fuerte, hasta que siento que no queda nada y se viene dentro de mí. Puedo sentirlo dentro, caliente y potente mientras palpito sin piedad a su alrededor, mis uñas clavándose fuerte en sus hombros mientras lo cabalgo, y sé que van a dejar marcas mañana.

Quiero a este hombre para siempre. —Blake —susurro, arrastrando porque no puedo recuperar el aliento, porque sé lo que quiero decir pero no cómo decirlo.

Página

Este hombre. Este magnífico ejemplar de hombre, que me folla con todo lo que tiene.

256

Mi corazón es enorme, lleno de estrellas y felicidad.

Respira pesadamente sobre mi hombro y paso los dedos por su cabello, amando la sensación de ello, amando todo lo que es. —Eso se siente tan bien —murmura. —¿Mejor que el sexo? —Nada es mejor que eso. —Levanta la cabeza y me mira con ojos saciados. Roza suavemente los pulgares sobre mis mejillas—. No sé cómo superar eso. Tiene esa mirada que amo en sus ojos, la que le traigo. Somnoliento, relajado, feliz. Absolutamente satisfecho. Pero hay una ternura rebosante por debajo, algo extraño y hermoso, como una llave que hace que mi corazón quiera saltar libre, como un pájaro de una jaula. Sonrío tímidamente, sintiendo repentinamente que todo es mucho, demasiado, y que si él quiere, puede llegar a mi alma y caminar alrededor de ella, examinar cada centímetro de lo que soy y luego simplemente alejarse. —Deberíamos volver —le digo. Asiente, con las cejas juntas por un momento. —Por supuesto. —Me baja suavemente al suelo y luego toma un trozo de papel higiénico, lo pasa por el interior de mis piernas, donde puedo sentirlo bajar. Es un gesto tan íntimo y, sin embargo, bastante crudo al mismo tiempo. Casi parecido al mismo Blake. Nos vemos una vez más en el espejo. Me suaviza el vestido, le estiro la camisa. Nos dirigimos hacia afuera. Heath y Rio siguen hablando y apenas nos miran cuando volvemos. Sé que tiene que ser bastante obvio, ambos con las caras enrojecidas y las pupilas dilatadas, pero realmente no me importa más. Más tarde, mientras Heath va al callejón a fumar y Blake va con él, Rio tira de mi cabello, como Blake lo hizo antes. Solo que esta vez no es divertido.

—No, ahora no —dice—. Quiero decir, por supuesto que acabas de tener un rapidito en el baño. Estoy hablando de antes de esto. Ustedes se han estado viendo, ¿verdad? —Sólo somos amigos —le aseguro, tomando un trago de agua.

Página

—Ay —le digo, sacando mi cabello de su mano. Lo suavizo hacia atrás, haciéndole pucheros—. Bueno, era difícil no ser obvios. Aunque supongo que podría haber dicho que estábamos en el bar tomando tragos o algo.

257

—Ustedes —dice, arrastrando cada palabra—, totalmente están follando.

—¿Amigos con beneficios? —Algo así. —No lo creo. Es algo más. He visto cómo te mira. He visto como lo miras. Ustedes no son solo amigos. Siento mis mejillas enrojecer y espero que las luces tenues del patio lo oculten bien. —No sé qué más decirte. Pero lo sé. Podría decirle la verdad.

Página

258

Me estoy enamorando de él.

Blake Traducido por Sam89

—E

stuviste en el baño por un tiempo bastante largo. ¿Intoxicación alimentaria? —pregunta Heath demasiado inocentemente.

Estamos caminando de vuelta del bar a mi casa. Realmente quería que Amanda viniera a casa conmigo, pero Heath se va a quedar ya que tiene un nuevo apartamento en Langford, fuera del camino, y conseguir un taxi resulta ser muy difícil esta noche. Dios, desearía que tuvieran un maldito servicio de taxis en esta ciudad. No le digo nada a Heath. Asumí que se encontraba absorto con Rio, pero fue bastante obvio por qué Amanda y yo desaparecimos por un rato. Y honestamente, no quiero meterme en una discusión por ella. Ella es un tema demasiado personal ahora. Quiero mantenerla tan cerca de mi corazón como sea posible. —Amigo —continúa Heath—. Tengo que elogiarte. Ella es jodidamente caliente. Estoy asombrado de que hayas sido capaz de mantenerla en tus pantalones todo este tiempo.

Página

—Sólo somos amigos —intento explicar, a pesar de que sé que somos cualquier cosa menos eso. A pesar de que tener sexo en un baño público no es nada nuevo para mí y aunque no sea romántico, significa algo. Dice algo de nosotros. Cuán desesperadamente nos deseamos el uno al otro y nos necesitamos. Casi me mató estar en la misma mesa que ella y pretender que no era más para mí que una follada casual. No es eso en absoluto y no sé cómo procesar otra cosa que follarla como un tonto.

259

Aspiro entre mis dientes ruidosamente y sus ojos revolotean a los míos. —¿Has estado follándotela todo este tiempo? —pregunta.

Tal vez ese ha sido nuestro problema. Cada vez que algún indicio de un sentimiento aparece, saltamos a la cama con el otro y follamos hasta sacarlo de nuestros sistemas. Pero no puedes ignorar algo así para siempre. Temo que algo así sólo viene una vez en la vida. Esperaba que el aire fresco del puerto en el camino a casa ayudaría, pero el parloteo de Heath confunde mis pensamientos. —Sólo amigos —dice—. Una chica para follar. ¿Has follado con otras chicas mientras has estado tirándote a ésta? —No importa. —Totalmente lo hace. Has estado follando a la misma chica. Y sólo esa chica. En más de una ocasión. ¿Verdad? —¿Y? —Meto mis manos en mis bolsillos y me encojo de hombros. Hay un frío en el aire esta noche, lo cual es extraño para el verano. Tal vez es porque mis nervios me tienen al límite, mi estómago se revuelve como si tuviera hojas de afeitar allí. —Y —continúa él, obviamente no habiendo acabado todavía con esto—, no has hecho eso una vez desde que tú y Rachel rompieron. En serio pensé que follarías a toda la ciudad antes de que tu polla se cayera o algo. —Mira quién habla. —Lo sé —dice—. Pero no estoy intentando huir de mis problemas. No tengo problemas. Paro y lo miro. —¿Qué significa eso? —¿Además de que mi vida es dulce? —dice, metiendo su cabello detrás de sus orejas—. Significa que desde que Rachel te engañó, te has estado vengando de ella durmiendo con todo lo que se mueve. Has sido un total cabrón para ellas porque Rachel fue una cabrona contigo. Y has intentado probarte una y otra vez, que no necesitas relaciones o compromiso, o incluso amor para pasarlo bien.

Página

—No pretendas que no tengo razón, amigo —dice Heath pateando una piedra—. Todos la hemos cagado en algún punto de nuestras vidas. Es parte del Gran Círculo. El Círculo de la Vida. Recuerdas El Rey León, ¿verdad? El padre de Simba muere, él tiene que vengar su muerte matando a Scar y se enfoca tanto en eso, que casi jode las cosas con Nala, la única cosa que de verdad lo salvará más de lo que la venganza nunca hará.

260

Mi boca cae abierta. ¿En serio Heath me está dando lecciones sobre amor?

Continúa caminando por la calle y sólo puedo parpadear hacia él por un momento antes de alcanzarlo. —¿Estás seguro de que eso pasó en El Rey León? —Sabes que se basa en Hamlet, ¿verdad? Me sorprende que él sepa eso. —Todavía no creo… —De todos modos, Amanda podría ser tu Nala y eso está bien. No lo eches por la borda porque odias a Jeremy Irons. Niego con la cabeza, yendo al paso a su lado. —No estoy echando por la borda nada. —Estás atascado y no sabes cómo tomar el siguiente paso. Lo que realmente necesitas es llevarla a un paseo por la jungla, preferiblemente mientras Elton John… —¿Puedes parar con las analogías de El Rey León? —Bien. Pero tienes que admitir que son útiles. No estoy demasiado seguro de eso. Pero tengo “Can You Feel the Love Tonight” en mi cabeza por el resto del paseo. Gracias, Heath.

—“Es suficiente para este inquieto guerrero —canta Heath desde la cocina—, simplemente estar contigo”39.

—Oye, finalmente te has levantado —dice, parando de cantar a mitad de la letra y terminando el jugo. Pone el vaso vacío sobre la encimera—. Estoy a punto de volar. Hay un buen oleaje en Point No Point. Miro el reloj del microondas. Sólo son las ocho de la mañana. —Está bien —le digo, feliz de estar solo y aclarar mi cabeza. Letra de la canción “Can You Feel the Love Tonight”, en inglés es “It’s enough for this restless warrior, just to be with you”. 39

Página

Me levanto y me tambaleo fuera del dormitorio. Heath se halla completamente vestido y cantando a todo pulmón en un vaso medio vacío de jugo de piña.

261

Gimo y ruedo. Creí que la canción había invadido mis sueños.

—Por cierto, alimenté a Fluffy por ti —dice—. Amo a ese pequeño amigo. La manera en que se come esos grillos es tan linda. Alzo mis cejas hacia él. —Pues un día ese pequeño amigo podría ser tuyo. —Impresionante —dice con una sonrisa tonta, dirigiéndose a la puerta. Hace una pausa—. Oh, y recuerda ir por ese pequeño león, fóllala hasta que ronronee y dile cómo te sientes. —Correcto. Me da la señal de no hay problema y sale por la puerta. Suspiro, yendo directo a la cafetera. Hizo café y alimentó a Fluffy. No es un mal tipo para tener alrededor a veces. Después de beber varias tazas de café en el patio, mirar los hidroaviones despegar y los taxis de agua llevar a la gente de puestos de tacos y casas flotantes en Fisherman’s Wharf, intento analizar qué decirle a Amanda. Podría no tener que decir nada en absoluto. O eso es sólo una ilusión ya que no tengo ni idea de lo que quiero. ¿Quiero una relación con ella? No estoy seguro de si puedo abrirme así de nuevo. ¿Quiero seguir acostándome con ella? Por supuesto. Pero los sentimientos sólo van a volverse peores. Más fuertes. Más profundos. Envolviéndome como enredaderas hasta que no haya esperanza de aflojarlas.

Un correo expuesto en mi pantalla de bloqueo pone mi corazón en mi garganta. Es de Rachel. Raro cómo la vida trabaja así. Como cuando tienes un sueño sobre una persona al azar y entonces ocurre que los ves al día siguiente.

Página

Vuelvo dentro, el calor ya es fuerte esta mañana, y pongo a The White Stripes para sacar a Elton John de mi cabeza. Recojo mi teléfono del cargador en la pared, esperando que Amanda me haya mandado mensajes.

262

Lo que sé es que es más que sólo una compañera de escritura. Se ha convertido en todo para mí. Y la última vez que alguien fue mi todo, lo perdí todo después de que me dejara.

Exhalo lentamente, intentando expulsar la tensión en mi pecho y me siento en la cama, tomándome un momento antes de abrir el correo. Aquí voy. Cojones. Hay mucho que leer. Lo reviso, parpadeando duro ante lo que ha escrito y vuelvo atrás de nuevo. No es un correo amigable de “hola, no he hablado contigo por un tiempo, ¿cómo te va la vida?”. Es el tipo de correo de “Cometí un enorme error y estoy sola ahora y me doy cuenta de que todavía te amo y te extraño más que nunca, por favor, vuelve, podemos hacer que funcione”. El amor de mi vida, el amor que me arruinó, admite que se equivocó, y pide una segunda oportunidad. Y ahora. Ahora de todos los tiempos. Puto jodido infierno. Dejo caer el teléfono, mi cabeza gira, intentando procesarlo todo, intentando pensar. “Es suficiente para que reyes y vagabundos crean en lo mejor”.40 Puta canción. Creo que voy a necesitar añadir un poco de algo a mi café. Estoy a punto de levantarme y rebuscar a través de mi armario de licor rápidamente agotado cuando el teléfono empieza a sonar. Mierda. No me digas que me está llamando también. Con cautela lo recojo y veo el nombre de Amanda destellando en la pantalla.

—Oye —dice ella, sonando pequeña y lejana. —Nunca llamas. —Lo sé.

40

En ingles es “It's enough to make kings and vagabonds believe the very best”.

Página

—¿Hola? —respondo inmediatamente.

263

¿En serio? Ella nunca me llama, siempre la llamo.

—¿Cómo te sientes? Después de anoche. ¿Ustedes, chicas, se quedaron más tiempo? ¿Fueron a alguna parte más? ¿Se divirtieron? — Totalmente estoy divagando como un tren desbocado. Se ríe. —Bobo. Por supuesto que me divertí. Estoy bien. Me fui a casa después. —Hace una pausa y es obvio que hay algo en su mente. —Así que… —Blake, uh, no estoy segura de si esto es apropiado o no, pero mi amiga de la escuela secundaria, Sarah Price, me invitó a su fiesta de compromiso esta noche. La vi de nuevo cuando, bien, hace meses, y ahora está con algún chico y bueno, me preguntaba si vendrías conmigo. Oh. Oh. En absoluto nada de lo que esperaba. —Por supuesto. ¿Por qué no lo haría? —No sé —dice en voz baja—. Tal vez es raro. —Oye, me pides hacer algo, lo haré. Por favor, no pienses que algo así es raro. —¿Todavía tienes ese traje que llevaste para la portada? —Por supuesto. Me lo pondré. —Hago una pausa—. ¿Vas a llevar tu cabello suelto? —No soy la jodida Rapunzel —se burla—. De todos modos, uh… ¿te importa recogerme? ¿Quizá alrededor de las siete? —¿No quieres hacer algo de escritura hoy? Deja escapar una risa seca. —Voy a una fiesta donde todos mis viejos amigos de la escuela van a estar. Necesito un vestido, desesperadamente. Algo para hacerlos mirar dos veces. —Ahora veo por qué me necesitas —bromeo. —Bueno, es una parte de ello. —Me siento halagado. —¿Cuándo no lo haces? ¿Te veo a las siete?

Página

Cuelgo y miro el teléfono, volviendo al correo de Rachel y leyéndolo de nuevo.

264

—Te veo a las siete.

A las siete, estoy tocando la puerta de Amanda y golpeando a una polilla que ha tomado un gusto por mi cara. Tengo que admitirlo, en realidad estoy nervioso. Me siento como si la estoy llevando a una cita para el baile de graduación o algo y mis palmas empiezan a sudar, tengo que seguir limpiándolas en mis pantalones. La puerta se abre de golpe y parte de la cara de Amanda se asoma. —Hola —dice y a pesar de que sólo puedo ver sus ojos, labios, mejillas, se ve malditamente hermosa. Ni siquiera lleva sus gafas—. ¿Golpeas duendes invisibles? —Había una polilla —explico. —Los insectos te aman. —Me mira de arriba abajo y sonríe—. Te ves bastante bien. —¿Bastante bien? —Maldición. Pensé que me veía jodidamente increíble. —Te ves más como un hombre de negocios que como James Bond. —¿James Bond? —repito, sacudiendo mi cabeza—. Iba por el Chico Malo Multimillonario que te lleva a la ópera en su Lotus. —Richard Gere en Pretty Woman, entonces. —No sé de qué hablas —le digo, poniendo la mano en la puerta y empujándola. Da un paso atrás y hace un pequeño balanceo de sus caderas, brazos abiertos en exhibición. —¿Qué piensas? —pregunta esperanzadoramente. ¿Qué pienso? Se ve como la mujer más hermosa que alguna vez he visto. Su vestido es simple, uno amarillo oro sin tirantes que llega hasta el suelo, pero empuja hacia arriba sus pechos y hace a sus curvas resaltar mientras que su piel brilla absolutamente contra el color. A pesar del comentario de Rapunzel, lleva su cabello suelto en suaves ondas que se derraman sobre sus hombros.

—¡Te gusta! La voz de Ana suena justo cuando gimo en el cuello de Amanda, mi erección presionada firmemente contra su cadera. Maldita esta jodida mujer.

Página

—Puedes sentir exactamente lo que pienso. —Casi le gruño, dando un paso adelante a través de la entrada y acercándola a mí.

265

Estoy inmediatamente duro.

Alzo la mirada y hago mi mejor intento para no fulminarla con la mirada. —No me di cuenta de que te encontrabas aquí. Ana sonríe, sosteniendo un vaso de vino. —Siempre estoy aquí. Me retiro y le doy a Amanda una mirada tímida. —Pues hiciste un gran trabajo con el maquillaje. —Gracias —dice Ana—. También hice el cabello. Estoy probando una nueva carrera. —Toma un trago de su bebida. Cuando termina de tragar, dice—: Era o la escuela de peluquería o convertirme en anestesista. —Eso no tiene sentido —le digo. Echo un vistazo a Amanda expectantemente—. ¿Nos vamos? Asiente rápidamente mientras Ana gorjea. —¡Tengan un buen momento, cosas dulces! Nos apresuramos al auto y entramos. El momento en que su puerta se cierra, me inclino, pasando mis manos por su cabello, la espesa y sedosa sensación de sus mechones causa que algo dentro de mí se afloje, como toda la tensión de antes ha sido finalmente liberada. Me mira fijamente, sus ojos buscando los míos en la oscuridad, probablemente preguntándose qué estoy haciendo. —¿Es ese pintalabios a prueba de besos? —pregunto en voz baja, enfocado en sus sexys labios rosas. Niega con la cabeza con suavidad, su boca separándose un poco. —Qué mal. —Me inclino más cerca, cerrando mis ojos mientras muy gentilmente presiono mis labios en los suyos. Ella inhala agudamente antes de ceder, abriendo su boca sólo lo suficiente para gentilmente burlar el borde sus labios con mi lengua. En este punto, probablemente he besado a Amanda en cientos de maneras diferentes, pero este beso es distinto. Este beso la venera. En este beso, ella debería saber que es una diosa, una sacerdotisa de fantasía, una gobernante de mi mundo.

—Por ti —le digo antes de apartarme. Me pongo mi cinturón de seguridad y arranco el motor, el Sr. Mean rugiendo a la vida.

Página

—¿Por qué fue eso? —pregunta después de un latido.

266

Lentamente, retiro mis labios y presiono mi frente contra la suya mientras suelta un pequeño jadeo.

La fiesta se localiza en una bodega en Saanichton, así que tenemos media hora de camino frente a nosotros. Ella se queda extrañamente en silencio la mayor parte, mirando por la ventana hacia la oscurecida autovía. —¿Será bueno ver a tus amigos? —le pregunto débilmente. Suena como una pequeña charla y odio eso, pero la dinámica entre nosotros continúa cambiando y ni siquiera puedo mantenerme al día con mis propios sentimientos. —Quizá —dice, pasando sus dedos ausentemente por las ventanas— . Como dije, no he visto a Sarah desde hace mucho. —¿Y el resto de ellos? —Bien, en realidad vi al resto de ellos la última vez que la vi a ella. —Lo que fue… —En víspera de Año Nuevo. —Algo en su voz llama la atención. Una luz se enciende en mi cabeza. —¿Te refieres a cuando vomitaste sobre tu ex durante su proposición de matrimonio? —Esa es la noche. Exhalo ruidosamente, agarrando el volante. —Guau. Bien. Así que, dime de nuevo por qué vamos a esto. Finalmente me mira. —Te lo dije. Sólo quiero… mostrarles que estoy bien. —Pero tú lo rechazaste. ¿No es esta situación normalmente al revés? ¿El amante rechazado se presenta con algo que probar? Quiero decir, tal vez Alan hará justo eso. Su boca se aprieta. —Oh —digo, finalmente entendiéndolo—. Él va a estar allí. Tu ex novio.

—Algo así —dice—. No te importa, ¿verdad? —¿El hecho de que me estés usando o el hecho de que quieras que a tu ex le importe? —Hago una pausa mientras no dice nada—. ¿En serio lo quieres de vuelta?

Página

—Entonces, ¿me llevas para intentar poner a tu ex celoso? —Parece que no puedo mantener la molestia fuera de mi voz. El hecho de que casi me use, hace que una caliente y amarga brasa arda en mi pecho.

267

Asiente, viéndose tímida. —Sí. Le pregunté a Sarah. Él estará allí. Con su nueva novia, quien se supone que es una científica genetista barra supermodelo. Al parecer, existen fuera de las comedias.

Maldito infierno, más le vale no decir que sí. Mi corazón empieza a girar en mi pecho. —No —dice rápidamente, negando con la cabeza—. En absoluto. Te lo dije. No lo amaba y romper fue lo mejor. Lo creas o no, soy un millón de veces más feliz ahora. ¿Pero que tengo yo que ver con eso? —Sólo quiero mostrarles a todos que hice bien, eso es todo. —Suspira y empieza a examinar sus manos—. Era la nerd en la escuela secundaria. —Todavía eres una nerd, geek, idiota, y otras cientos de cosas que te hacen tú —señalo—. Acéptalo. —Lo hago. Pero, quiero decir, a la gente sólo le caía bien o lo aguantaba en mi último año porque salía con Alan. No fui acosada o algo así, pero nunca fui alguien con quien la gente quisiera pasar el rato. — Parece pensarlo—. Tal vez porque nunca quise pasar el rato con ellos. —¿Tú crees? —De todos modos, no lo entenderías. —Oye, belleza, lo entiendo. Quieres probar que todavía eres un partido o genial o lo que sea por tu cuenta y que no tuvo nada que ver con ese capullo. Pero esta gente… ellos no importan. Nada de lo que sucediera en la escuela importa. Ese era un mundo diferente, un planeta diferente. No importa qué comieras en el almuerzo o cuáles fueran tus apodos. Te guste o no, actúes como tal o no, pero eres una adulta ahora. Casi has terminado la universidad. Vives en un buen lugar con una vieja compañera de piso y consiguiendo todas estas experiencias de vida que no puedes comprar. Estás siendo tú y haces tu cosa… y sucede que eres una jodida autora de éxito de ventas con una enorme carrera frente a ella, además de un infierno de sueldo. Pongo mi mano encima de la suya y aprieto. —Y me tienes. Rueda los ojos.

Miro de nuevo a la carretera, metiéndome en la salida que dirige a la bodega. El silencio es demasiado espeso.

Página

Mete su labio entre sus dientes, mirándome con ojos salvajes. No sé lo que piensa, pero necesito decirle algo, cualquier cosa, porque por primera vez, estoy poniendo mi corazón en la línea aquí y no tengo ni idea de cómo va a tomarlo.

268

—No —le digo, mi voz áspera. Parpadea hacia mí con sorpresa—. Quiero decir que realmente me tienes. Si me quieres.

—Recibí un correo de Rachel —le digo. —¿Qué? —pregunta, su voz sonando cruda. Al menos, tengo su atención. —Sí, esta mañana. Extraña elección del momento oportuno, considerándolo. —¿Considerando qué? —Heath y yo estuvimos hablando de ella anoche. —Oh —dice, su voz se vuelve pequeña. Mira por la ventana de nuevo—. ¿Qué quería? —Me quiere de vuelta. Se tensa, sus dedos se detienen antes de volver a jugar con los pliegues de su vestido. —Ya veo. —Dijo que cometió un enorme error, que lamentaba engañarme. Su propio corazón se rompió, karma, por supuesto, y sabe el dolor por el que pasé. Al parecer, era la única cosa leal y confiable en su vida, si puedes creer eso. —Dejo escapar una risa mordaz—. Dijo que todavía me ama con todo su corazón, que nunca dejó de amarme y quiere una segunda oportunidad. Mis ojos se mantienen disparándose entre la carretera y Amanda. Ella está agarrando su vestido, sus nudillos blancos, pero no me mira. —¿Vas a volver con ella? —pregunta en voz baja—. ¿Intentar la larga distancia de nuevo? El hecho de que esto la molesta tan obviamente es como un tónico para mi alma. Significa que tiene que importarle. —¿Crees que voy a volver con ella? ¿Crees que todavía estoy enamorado de ella? Se encoge de un hombro.

—¿Yo? —repite, su voz apenas audible. —No me refería a una compañera de trabajo. No me refería a alguien con quien me acuesto casualmente. Me refería a hacerlo antes de empezar, adelantarme, responder por ti cuando no debería, del tipo de

Página

—Le dije que era demasiado tarde —admito—. Le dije que ya no la amaba, porque no lo hago. Ese barco zarpó hace tiempo. Y le dije que le deseaba la mejor suerte, pero que la verdad era que he conocido a alguien. —Le doy una débil sonrisa, consciente de todo lo que hay en juego—. Tú.

269

—Amanda —digo, luchando con las palabras. Cuando no digo nada más, lentamente gira su cabeza para mirarme. Temerosa. Esperanzada.

quiero que seas mi novia. Ella no tiene mi afecto, mi futuro o mi corazón. Tú lo haces, Amanda. Tú lo haces. Allí. He puesto las cartas sobre la mesa. Sin arrepentimientos. Excepto que todavía no dice nada, simplemente me mira con incredulidad. Y estoy bastante seguro de que uno de los grillos de Fluffy está suelto en el coche y trinando en el momento justo. Finalmente, dice—: Eso es lo más cursi que alguna vez te he oído decir. Honestamente, estoy sorprendida. Suspiro. —¿Sabes qué? Es verdad. No tienes un hueso romántico en tu cuerpo. —Alzo mi dedo—. Y no hagas una broma sobre mi propio hueso romántico en mis pantalones porque caminé justo en esa. Nos quedamos en un incómodo silencio. —Entonces —digo, mirándola—. ¿Sólo vas a decirme esa mierda y nada más? —¿Qué quieres que diga? —¿Qué quieres que diga? —repito, alzando mi voz, casi sacando el coche de la carretera—. ¿Qué tal cualquier cosa? Qué tal, oh, Blake, quiero estar contigo también, tienes la polla más grande que alguna vez he visto. O, “no, Blake, eres un jodido imbécil y espero que te subas al próximo avión hacia Yorkshire”. Inclina la cabeza hacia mí, sus cejas frunciéndose. —Pensé que era muy obvio cómo me siento. Me siento como si mi jodida mente fuera a explotar. —¿Obvio? Ni siquiera sé qué vas a decir o cómo te sientes, así que no, no es obvio. Qué diablos pasa con ustedes, chicas, que piensan que todos los hombres son jodidos lectores de mente. —Le doy una mirada—. Se llama comunicación. —Pues podrías haberme dicho tu revelación antes.

—Mira, creo que ambos podemos estar de acuerdo que es duro pensar cuando no estás vendiendo obscenidad, pero representarlo, como un trabajo a tiempo completo. Escribir se ha convertido en el turno de día, follar se ha convertido en el turno de noche. —Estoy de acuerdo.

Página

—Hombres —dice, negando con la cabeza—, piensan con sus pollas tanto que nunca se detienen a comprobar sus cerebros.

270

—Podría haberlo hecho, si me hubiera dado cuenta.

—Entonces, ¿ahora qué? —Supongo que soy tu novia —dice, la esquina de su boca se levanta en una sonrisa. —¿Vas a reírte? ¿Vas a burlarte? —Un poco —admite y esboza una cálida sonrisa. Pero es cuando lo veo. No es humor, es felicidad. Tengo que asumir que puede ver la misma cosa en mi cara. Finalmente, estacionamos en la bodega, hay un montón de autos estacionados fuera, el edificio de piedra está adornado con brillantes luces. Me siento como si hubiéramos llegado de muchas maneras. Desabrocho mi cinturón y me giro en mi asiento para mirarla, tomando su mano en la mía. Su mano que es mía. La miro por un momento, deslizando mi pulgar sobre el poco vello, su piel de porcelana, su mano que se siente nada más que perfecta cuando la sostengo en la mía. Me siento como si hubiera un amanecer en mi pecho, ardiendo, mientras todo en el mundo es más brillante y nuevo. Trago espesamente. —Espero que te des cuenta de que el último lugar en el que quiero estar es en esta fiesta. Te quiero en mi cama y quiero complacerte hasta el amanecer, duro, largo, rápido, no importa, pero es todo lo que quiero hacer por mucho tiempo. Pero porque esto te importa, voy a entrar. Vamos a hacer las rondas, decir hola, tal vez tomar un trago y bailar y entonces esta cosa —Golpeo el volante con mi mano libre—, se va a convertir en una calabaza y te voy a llevar lejos. ¿Entendido? Me sonríe, inclinándose hacia delante para darme un beso. —¿Te he dicho alguna vez lo mucho que amo cuando te pones enérgico? —arrulla. Puedo sentir la sangre apresurándose a mi polla. —No. ¿Por qué tuviste que decírmelo ahora?

Pero me guiña. —Vamos. Y rápidamente sale del coche. Maldita sea.

Página

Gimo bruscamente y voy a presionar una mano en mi dureza, para agarrar la cresta.

271

Sus ojos brillan astutamente cuando extiende la mano y la frota por la longitud de mi erección.

Amanda Traducido por Sam89 & Alysse Volkov

M

e sentía completamente nerviosa sobre la fiesta hasta hace más o menos diez minutos. Lo cual era bueno porque si mis nervios seguían así, podía totalmente verme teniendo otro momento “vómito por todas partes” en frente de estas personas, lo cual prácticamente sellaría mi destino como esa chica que literalmente siempre vomita (o pota, como Blake lo llama). Pero ahora, ahora todo es diferente. Todo ha cambiado. Mis nervios bailan por una razón totalmente diferente. Cuando Blake mencionó al principio a Rachel, podría haber jurado que iba a decir que iba a volver con ella, tal vez incluso volver a Inglaterra. Y no importa cuán duro intenté convencerme antes de que podría manejar perderlo, el hecho era que no podía. Me golpeó como una roca, el mismo pensamiento de que todavía podría amarla, que podría no ser mío en absoluto.

Aun así, comprometerse asusta, especialmente con alguien que pasó la mayor parte de su tiempo aquí acostándose con todo el mundo en la ciudad. Es un mujeriego y sé que se hallaba profundamente comprometido con Rachel, pero no estoy muy segura de cuán a salvo estará mi corazón

Página

No sabía qué pensar. Sé que estoy enamorada de él, que lo he estado cada vez que lo veo, cada vez que capto los hoyuelos en sus mejillas, el brillo en sus ojos, la manera en la que me hace reír como nadie más en el mundo. Dios, jodidamente me hace reír.

272

Pero entonces todo se dio la vuelta y en la más adorable, estúpida (¿estupirable?) forma, me dijo que quería más de mí. Como, una novia, novio, esta es una cosa de una verdadera relación. No más sexo casual, no más compañeros de escritura. Quería más y…

en sus manos. Sé que le gusto, sé que lo dijo de corazón y que quiere decir todo lo que ha dicho en este momento. Pero, ¿querrá decirlo más tarde? Eso realmente no importa, sin embargo, porque cada relación empieza con miedos. Es sobre un salto de fe y estoy saltando con él al igual que él salta conmigo. Mi novio. Extiendo mi mano para él mientras caminamos hacia las escaleras de la bodega, la música y la risa derivando desde dentro. Él la agarra en la suya, viéndose como el caballero en su traje, y me afianza, dándome fuerza. En la distancia, se oye el débil ulular de un búho. La luna se ve baja en los viñedos, bañando las hileras de uvas en trazas de plata y se siente el aroma fresco de la lavanda que se levanta en la cálida brisa. —Simplemente podríamos quedarnos aquí fuera —dice él mirando alrededor melancólicamente—. Dos para dos con sexo en los viñedos. Quiero quedarme fuera también, y sí, un poco de sexo sucio en nuestras elegantes ropas sería bastante caliente. De hecho, ahora lamento venir aquí en absoluto. Realmente no tenía intención de usar a Blake en la manera de “oye, mira con qué pedazo de culo sexy estoy ahora mismo”, pero al mismo tiempo no creía que a él, de toda la gente, le importaría ser un sexy acompañante. Cuando recibí el correo de Sarah, sonó tan dulce y feliz y siempre fue la única amiga con la que debería haber estado en contacto más. Además, ella vino a cada fiesta que Alan y yo tuvimos, así que era justo acudir a su fiesta de compromiso. Pero mi mezquindad y competitividad salieron a jugar, como es habitual. Una vez me dijo que Alan iba a venir con su novia, supe que no podía ir sola. He mencionado que soy mezquina, ¿verdad?

Página

Excepto por la parte de escribir. Tanto como desearía poder decirles que soy muy importante ahora en algunos círculos (no tienen que saber qué círculos), sé que no puedo. El rumor se extendería tan rápido y nuestras vidas se desplomarán. No valdría la pena sólo para impresionarlos por un momento.

273

Por suerte, Blake ha sido un buen chico y ahora que en realidad estamos juntos como pareja, desde hace unos minutos, al menos sé que nada de lo que soy será una mentira.

—Aquí vamos —le digo a Blake, alzando nuestras manos unidas en el aire en una muestra de valentía antes de tomar una respiración profunda y dirigirnos dentro. —¡Amanda, viniste! —dice Sarah casi de inmediato, corriendo desde la multitud. Se ve impresionante, como es habitual, y me abraza. Guau, también está borracha. Se retira, sosteniéndome por los hombros y mirándome de arriba abajo. —Te ves fantástica. ¿Has perdido peso? Mi Dios, tus tetas. —Mira sobre mi hombro a Blake y alza las cejas, aparentemente impresionada. Se inclina y susurra en mi oído—: ¿Este es tu nuevo hombre? Maldición, es lindo. ¿Dónde en la tierra lo encontraste? —Hola, soy Blake —dice Blake, ofreciendo su mano, escuchándolo todo. Ella la estrecha, sonriendo tímidamente hacia él. —Y es inglés también. —Sí, lo es —dice él—. Debes ser Sarah. —Lo soy. —Mira a su alrededor—. Mi prometido David está en alguna parte, tendré que localizarlo. Vendré a encontrarlos en un momentito —dice antes de alejarse en la multitud. Muchas de las personas en la multitud ahora roban vistazos en mi camino. Reconozco a la mayoría de ellos, ofreciéndoles una tímida sonrisa, pero nada más. No estoy segura de si debería ser la distante y tímida chica que conocieron antes o salir como mi forma de ser extra agradable, para compensar por todo el desastre de la víspera de Año Nuevo. Blake coloca su mano alrededor de mi cintura y tira de mí hacia él. — Recuerda —dice en mi oído, estremecimientos recorren mi espalda—. Ellos no son importantes. No importan. Hagamos nuestra cosa y vayámonos. Asiento, lamiendo mis labios. Tiene razón. Nunca le gusté a esta gente, no la verdadera yo. Solo la yo que pensaban que era aceptable una vez para que Alan estuviera conmigo. Hablando de Alan.

Camina hacia mí, llevando un traje gris, sin corbata, una cerveza agarrada casualmente en sus manos. No estoy segura de cómo es posible, pero parece tener fanfarronería extra. ¿De dónde infiernos consiguió la fanfarronería, esa confianza extra?

Página

Mierda. Mierda. Mierda.

274

Oh, mierda.

Pongo una estúpida sonrisa falsa en mi cara mientras el resto de mí se tensa. Blake lo nota. —¿Este es el odioso? —susurra a mi espalda. No digo nada, mi boca se bloquea en esta ridícula sonrisa. —Amanda —dice Alan suavemente, deteniéndose a unos centímetros de mí—. Qué sorpresa. Realmente no pensé que aparecerías después de lo que pasó la última vez. —Bueno, nada dice compromiso como mi vómito —le digo. Blake estalla en carcajadas detrás de mí, mientras que Alan se queda atónito. En realidad, yo estoy atónita. No puedo creer que haya dicho eso, aunque supongo que actuar serena es un poco difícil para mí. —Ja —dice Alan despacio y ahora muestra la sonrisa falsa—. Todavía tienes esa forma sobre ti, ¿no es así? —Hola, soy Blake —dice Blake, ofreciendo su mano y lo que asumo que será su frase de la noche. Alan mira su mano, me mira, mira a Blake. Entonces la sonrisa falsa regresa y estrechan manos. —Alan —dice—. Asumo que Amanda te ha contado todo sobre mí. —Sólo las partes malas. Alan le frunce el ceño, Blake está totalmente inexpresivo. —Ja —dice Alan de nuevo, más inseguro esta vez—. Encontraste a alguien que es igual de idiota que tú. Entonces, ¿dónde se conocieron ustedes dos? —Idiotas anónimos —dice Blake—. Estamos en recuperación, pero es un camino duro. —Hace una mueca en burlona lucha. Esta vez, Alan apenas puede ofrecer una sonrisa. —Ajá. —Se cubre la boca con su cerveza y juro que murmura algo en voz baja.

Le sonrío mientras estrechamos manos. Siento como si sus huesos fueran lo bastante ligeros para pertenecer a un pájaro y de inmediato pienso en Phenelope. —Soy Amanda.

Página

—¡Oh! —exclama Alan, poniendo su brazo alrededor de ella. Es al menos sesenta centímetros más alta que él en sus tacones y en su vestido corto blanco al estilo griego parece que acaba de salir del desfile de Victoria’s Secret—. Esta es Georgia. Es mi novia.

275

—¿Cariño? —Una alta mujer tipo Megan Fox se acerca de manera provocativa.

—Oh, lo sé —dice con una pequeña sonrisa. Ella mira a Blake—. ¿Y tú eres? Él le da un largo asentimiento de cabeza. —Blake. —Amanda y Blake. Bueno, esto es incómodo —dice y todos reímos, incluso yo. Al menos, sabe cómo romper el hielo. —¿Dónde se conocieron ustedes dos? —le pregunto a ella, en parte por conversar, en parte por curiosidad. Se sonríen el uno al otro. —Bueno —dice Alan, su pecho prácticamente se hincha—. La conocí en una conferencia. El doctor Ron Teethington se hallaba en la ciudad haciendo una lectura. Si no lo saben, es uno de los destacados expertos en salud en gingivitis y cómo se manifiesta a largo plazo la enfermedad. Es una de las razones por las que estamos luchando por incluir trabajo dental en el plan de salud de Columbia Británica. Blake resopla. —Espera un minuto, espera un minuto —dice, moviendo sus manos—. ¿Es un experto en dientes y su nombre es Ron Teethington41? Alan frunce el ceño, intercambiando una mirada recelosa con Georgia. —No estoy seguro de cuál es el problema. Síp. Ese es el Alan que recuerdo. —¿Bromeas? —exclama Blake, riendo ahora—. ¡Teethington! —Calma, Sterling Archer42 —advierto a Blake, codeándolo en el costado. —El doctor Teethington es el destacado experto en su campo — intenta explicar Georgia, no apreciando nuestra falta de reverencia por su amado dentista.

—¿Sabías que Georgia va en la Escuela de Medicina? —añade Alan rápidamente—. Va a ser una genetista. Va a curar el mundo de todas las enfermedades. Qué tal eso para una carrera. Ni siquiera estamos juntos ya y todavía sigue criticando mi escritura.

Es un juego de palabras entre la palabra Teeth (dientes) y el apellido del hombre. Es el personaje principal de la serie de televisión estadounidense Archer, de comedia de animación para adultos; es considerado el espía más peligroso del mundo, comparable a James Bond. 41 42

Página

Pongo otra sonrisa en mi cara, apuntada hacia ellos mientras agarro el brazo de Blake. —Bien, ha sido realmente agradable verlos.

276

Blake me mira como si dijera “¿estuviste con este tipo durante cuatro años?”.

—Guau —dice Blake, arrastrando la palabra y ampliando los ojos con burlona sorpresa mientras mira a Alan—. Eso debe significar que tu polla es mucho más grande que la mía. Felicitaciones. Tengo que cerrar mis labios para evitar reír mientras llevo a Blake hacia el bar y lejos de sus confusas caras. —¡Oh, Dios mío! —exclamo cuando llegamos a la barra, golpeándolo en el pecho—. Ahora no va a pillar la broma y va a pensar que tiene un pene más grande que tú. —Miro hacia ellos a través de la habitación, gritándoles—: ¡Lo cual no es cierto! —Dos cervezas —le dice Blake al camarero antes de volverse hacia mí—. No puedo creer que estuvieras con ese tipo durante cuatro años. Oh, Dios mío. ¿Cómo no te volviste malditamente loca? Me encojo de hombros tímidamente. —Me conformé. Me sentí halagada y entonces me conformé. —Nunca jodidamente te conformes conmigo, ¿lo prometes? —pide, tendiendo su dedo meñique. Ruedo mis ojos, pero lo sacudo. —No me voy a conformar contigo. Prácticamente estoy languideciendo por ti. —¿Oh, en serio? —pregunta, doblando sus brazos y alzando su barbilla—. ¿Y esta eres tú languideciendo? —He estado mostrando mi languidez a través de mamadas. —Ummm. Supongo que lo apruebo. El camarero nos da nuestras bebidas, pero Blake hace un gesto hacia él. —Y un chupito de Jameson para la dama y para mí. Que sean dos. —Me guiña el ojo—. Barra libre. —Estás conduciendo —le siseo. —Podemos tomar un taxi, si tenemos que hacerlo —dice—. Algo me dice que vamos a necesitar un montón de alcohol para sobrevivir a este desastre.

—Por las barras libres —digo. —Y por nosotros.

Página

—Eh, ahora que estoy aquí quiero conseguir el valor de mi dinero. — Toma los chupitos del camarero y me entrega el mío. Levanta el suyo—. Por las barras libres.

277

—¿Qué pasó con sólo ir a casa?

E incluso aunque tiene esa perpetua sonrisa de suficiencia en su cara, puedo ver en las profundidades de sus ojos la calidez, la necesidad, el deseo. El hecho de que absolutamente me respalda a través de todo esto. —Por nosotros. Nos bebemos los chupitos —ambos— y luego las cervezas. Y después de enjuagar, repetir. No pasa mucho tiempo hasta que estoy completamente borracha. Sabía que debería haber comido algo antes, pero me sentía demasiado nerviosa y la cena de Ana de sopa fría de remolacha y pan de centeno no era exactamente apetecible. Sin embargo, Blake parece cuidar de mí. Está a mi lado a cada paso del camino, incluso me consiente con un baile borracho, hasta que Sarah me secuestra, presentándome a su prometido David, quien creo que parece agradable, pero se ve como el tipo de chico que llevaría una corbata con nudo francés (si esas siquiera siguen existiendo) y consigue manicuras semanales. Mientas Sarah parlotea sin parar sobre David, en frente de su cara, me emborracho más y más. Una de las últimas cosas que recuerdo, es ver a Blake cruzar la habitación para hablar con Georgia y Alan, de toda la gente. Parecía estar explicando apasionadamente algo y entonces sus cabezas se movieron en mi camino. Creo que sonreí y saludé. No estoy realmente segura. Todo el mundo se volvió negro.

—Está bien —dice Blake calmadamente.

Estoy de rodillas en el suelo de su cuarto de baño, encorvada sobre el váter, vomitando sin parar. Al menos, no sucedió anoche, pero no puedo estar segura de eso.

Página

Nunca ha estado menos bien.

278

No está bien.

Mientras tanto, Blake sujeta mi cabello hacia atrás, incluso aunque he intentado empujarlo algunas veces. Dios, esto es vergonzoso. Nadie quiere vomitar delante del chico con el que se acuesta. O de su nuevo novio, me recuerdo. —Está bien —dice de nuevo. Quiero decirle que no está bien en absoluto, pero obviamente no puedo hablar. Vomito y vomito y vomito hasta que no me queda nada que devolver. Entonces Blake me recoge, tira de la cadena del váter, luego me lleva a la ducha donde nos desnuda y da un paso dentro conmigo. Mis piernas tiemblan, pruebo el ácido estomacal y restos de Jameson, pero al momento en que el agua caliente me golpea, siento algo de anoche disolverse. Gimo en voz alta y coloco mis manos en la pared de la ducha, intentando sostenerme mientras mi cabeza cae. —Cariño, no te atrevas a gemir aquí así —me dice él, rociando gel de baño en sus manos y frotándolas—. No estoy a punto de tomar ventaja de una resacosa. Justo como no tomé ventaja de ti anoche. —Cuán noble —murmuro. —Pues fue un poco noble cuando estuviste intentando hacerme una mamada todo el viaje en taxi hasta aquí. Pobre taxista, le tuve que dar propina extra, aunque creo que disfrutó tu esfuerzo. Incluso cuando fuimos a la cama, no te desmayaste como pensé que harías. En su lugar, persististe. Me las arreglo para mirarlo, el agua cae por los duros planos de su cara. —¿En serio?

—¿Hice una tonta de mí misma anoche? —le pregunto. Casi duele hablar.

Página

Cuando me desperté esta mañana, me sentí como si estuviera tumbada al fondo de una tumba llena de mierda de perro y vómito y tuviera que escalar mi camino afuera. Pero Blake se hallaba en la cama conmigo y ya tenía agua, Gatorade, Advil y una dosis de vitamina B preparadas en la mesita de noche. Demasiado malo que no fuera mucho después de que tuve que correr hacia el cuarto de baño.

279

Asiente, deslizando sus manos por mis hombros. —Síp. Nunca te he visto tan cachonda. Tampoco te he visto tan borracha antes.

—No —dice—. Estuviste callada. Te volviste un poco reflexiva. Todos los demás estaban borrachos, sin embargo, así que no fuimos los únicos, e hice que te fueras antes de que la fiesta terminara. Respiro profundamente, cerrando mis ojos, el agua corriendo en mi boca. —Gracias a Dios. ¿Te comportaste? Hay un latido de duda antes de que diga—: Por supuesto que lo hice. —Y continúa enjabonándome—. ¿Quieres que lave tu cabello? —pregunta y me recuerda nuestra primera vez juntos en la ducha. —De acuerdo —le digo, relajándome en él mientras sus dedos fuertes se mueven en mi cabello. Se siente tan bien ser atendida así. Sé que Blake está desnudo en la ducha conmigo, pero todavía aprecio cuán no sexual es. Garantizado, puedo sentir su erección contra mi cadera, pero aun así. Se comporta tierno conmigo, con cada toque de sus manos, cada caricia de sus ojos cuando me miran. Todo eso y después de vomitar delante de él también. Cuando salimos de la ducha, me pone una bata y me lleva a la sala de estar donde me alimenta con té de jazmín y sopa orgánica y me mima de una manera que nunca creí posible. Quiero decir, bajo la punzante cabeza y el estómago revuelto, mi corazón se siente como si pudiera explotar. Esto es más que caer enamorada. Joder. Estoy enamorada. Y pienso que él puede sentirlo. Incluso cuando intento hablar de trabajo, me dice que podemos discutir eso mañana y que hoy es una licencia, un día para recuperarse. Prácticamente hace todo menos alimentarme con uvas. —¿No tienes que alimentar a Fluffy? —le pregunto, mis pies en su regazo mientras los aprieta, dándome un masaje de pies.

Inclina su cabeza hacia mí, un mechón de oscuro y espeso cabello cae sobre su frente. —¿Es este tu primer paso como mi novia, deshacerte de Fluffy y tal vez de mis discos de Lionel Richie? —Primero de todo, Lionel Richie es un Dios. —“All night long” —canta Blake.

Página

—Odio sacar esto a colación, especialmente cuando no estoy en el estado de mente correcto para hablar de insectos peludos —digo—, pero, ¿cuánto tiempo planeas quedarte con Fluffy?

280

—Heath se ocupó de eso ayer —dice, estremeciéndose visiblemente.

—“All night” —canto de vuelta—. Y segundo, no. Si estás bien con tener una gigante, fea, peluda, aun así sorprendentemente delicada, tarántula en tu apartamento, entonces también me parece bien. Pero parece causarte una permanente ansiedad y no es exactamente tuya. Suspira, cerrando sus ojos mientras se inclina hacia atrás contra el cojín. —Lo sé. Kevin podría estar mudándose con el divorcio y todo, no estoy realmente seguro. Espero que no. Pero si lo hace, seguro que no será capaz de llevárselo. Por suerte, creo que Heath podría quererlo. Un tipo loco. —Eso va a apestar —le digo, sabiendo cuán cercanos son. La manera en que Blake actúa alrededor de Kevin, habla sobre Kevin, es una de las cosas más dulces que he visto. Conozco chicas que se ponen todas suaves en el útero cuando ven a un hombre con un bebé o una mascota, pero esto es casi la misma cosa. Es un buen hermano mayor y me hace darme cuenta de la profundidad que tiene dentro de él, la habilidad para realmente amar. —Dímelo a mí —dice—. Sabes que nunca tuve un hermano al crecer y aunque no soy mucho mayor que Kevin, así es como lo veo. ¿Y cuando te dijo que soy su mejor amigo? No es mentira. Soy el amigo más cercano que tiene. Me preocupo por ambos si tiene que mudarse. —Me da una mirada suplicante—. Es por eso que la cosa de jugar a rol en vivo es tan importante. ¿Estás segura de que vendrás? —¿Cuándo es esto, de nuevo? Iría aunque no fuera oficialmente tu novia. —El próximo domingo. —Eso funciona. Sólo recuerda vestirte como Loki. Me mira fijamente. —Bien. Si te disfrazas para mí. —Bien. —Me detengo, no estoy segura lo que estoy acordando—. ¿Cómo qué? Golpea sus dedos contra sus labios en un pensamiento burlón. — Hmmm, es mejor que elija sabiamente, esto podría ser una experiencia única en la vida. —No te atrevas a decir la Princesa Leia en el bikini de oro.

—Pero tu cuerpo es increíble. Y no te importó mostrarlo cuando te estaba jodiendo en el balcón. —Echa un vistazo a la puerta de cristal. —No —le digo.

Página

—No estoy usando un bikini para representar una batalla cósmica de renombre.

281

—Awwww. —Gime en voz alta con decepción.

—Bueno. Está bien. Jean Grey. Como Fénix. El traje de spandex. Y es mejor que uses el cabello suelto, Rapunzel. —De acuerdo. Suspira, mirando su teléfono. —Será mejor que vaya a buscar el auto de regreso de la bodega. —Se levanta, estirando los brazos por encima de su cabeza y mis ojos van a los duros planos de sus caderas, a sus abdominales que parecen una tabla de lavar. —¿Estás seguro de que no quieres que vaya? —pregunto. —Quédate aquí y descansa —dice—. Ya vuelvo. Se dirige hacia la puerta. —Blake —lo llamo, mi corazón late en mis oídos. Se detiene con la puerta abierta y me mira por encima del hombro. Jodidamente te amo. —Gracias —le digo—. Por cuidarme. Se le sale una fácil sonrisa. —Por supuesto. Tú eres mi chica. Su chica. Su chica que tiene un miedo brutal a entregarle su corazón. Se va y dejo salir el suspiro más largo, colapsando de nuevo en el sofá. Me quedo allí un momento, casi siendo llevada por el sueño, cuando mi teléfono emite un pitido. Alcanzo mi iPhone y lo sostengo por encima de mi cara. Es un texto de Sarah. ¿Es cierto lo que dicen? ¿Esa realmente eres tú? Y luego hay un enlace de Amazon. Oh, Dios mío. Todo en mí se congela, helado.

Santa mierda. SANTA MIERDA. ¡NOOOOOOOOOO! El teléfono se me cae directamente en la cara y me golpea en la nariz.

Página

Me lleva directamente a la página de Amazon para Cayendo por el Stripper Secreto.

282

Hago clic en el enlace, esperando, esperando, esperando…

—¡Arrrgh! —grito de dolor. Me siento rápidamente, mi cabeza girando, todo girando y me cago en mi vida, ¿es sangre la que sale de mi nariz? Limpio mi dedo debajo y miro fijamente la mancha roja. Pero esa es la menor de mis preocupaciones. Trato frenéticamente de abrir el teléfono y el texto de Sarah, mis dedos temblando mientras intento escribir. ¿De qué hablas? ¿Dónde has oído eso? Veo los tres puntos destellando. Desaparecen. Entonces vuelve. Luego desaparece. —¡Por el amor de Dios, escribe lo que ibas a decir! —grito al teléfono, sacudiéndolo. Al fin: Blake les dijo a Georgia y a Alan. Dijo que ahora tenías mucho éxito y que escribieron juntos. Sólo quería decirte que es genial. Acabo de comprar tus dos libros. No sabía que eras así de sucia. LOL. Miro a la pantalla, atónita. Él les dijo. Dijo nuestro secreto. Va a arruinar mi vida. Le escribo de vuelta: Por favor, no se lo digas a nadie. Se suponía que era un secreto. De nuevo con los puntos intermitentes. Entonces: Lo siento, creo que todo el mundo lo sabe. Todo está por todo Facebook. —¿QUÉ? —grito en voz alta e instintivamente lanzo mi teléfono a través de la habitación. Me tapo la cara con las manos y me balanceo en el sofá, tratando de respirar.

Tal vez todavía hay tiempo, pienso. ¡Eliminar todas las publicaciones etiquetadas! Busco el portátil y voy a Facebook. Se encuentra en todas partes.

Página

Tengo a mis padres en Facebook.

283

Está en Facebook.

Algunas publicaciones tratan de ser útiles del tipo: “Oye, fui a la escuela con esta chica y ahora es una autora de éxito, echa un vistazo”. Otros se burlan: “Amigo, ¿quién sabía que Amanda Newland era una pervertida?”. Y algunos directamente publicando en mi página: “¿Es esto cierto? ¿Esta eres tú?” Inmediatamente empiezo a quitar las etiquetas de mi nombre de las publicaciones, rezando a mis padres que no sean aún amigos con alguien de mi escuela secundaria, pero es demasiado tarde. Mi teléfono suena. Ni siquiera tengo que mirarlo para saber que es mi madre. No debería responder. Debo ignorarlo y tratar de hacer el control de daños tanto como sea posible. Pero, ¿cuál es el punto cuando todas las personas que a las que trataba de ocultarles esto ya lo saben? El daño está hecho. Y estoy muy jodida. Le respondo. —¿Hola? —pregunto inocentemente, fingiendo que mi cabeza no está en un tajo. Acabo de oír pesada, respiración irregular, como si uno de los dragones de Khaleesi hubiera descubierto cómo hacer una llamada telefónica. Entonces. —¿Adivina lo que descubrí hoy? —dice mi madre, su voz tan helada, misteriosamente calmada, me sacude hasta el hueso como sólo ella puede. —¿El mundo es redondo después de todo? ¿Los dinosaurios son reales? Me ignora. —Me enteré de que mi hija no es en absoluto la persona que pensé que era. Descubrí que es un fraude barato, una charlatana. Una copia.

—Probablemente veré a la tía Sylvia allí. —¿Cómo te atreves? —dice—. No le he dicho a tu padre todavía sobre tu, tu… pasatiempo. Pero cuando lo haga, no lo sé. Amanda, en serio no sé lo que va a hacer o decir. Podría sacarte del testamento. Apenas puedo formar palabras. —¿En serio?

Página

—¿Las noticias? ¿Qué te pasa? —grita por el teléfono—. ¿Te das cuenta de que vas a ir al infierno escribiendo estas cosas?

284

—Escuchaste las noticias —le digo sin rodeos.

—Ah, ¿ahora te preocupas? No te importa una mierda con tus padres hasta que el dinero deja de fluir, ¿es así? ¿Por eso crees que puedes escribir esta basura? Gimo fuertemente, presionando mis dedos en mi cabeza. No puedo pensar. —No me importa el testamento —grito, sintiendo a mis defensas bajar—. Pero, ¿por qué no pueden ustedes simplemente dar apoyo sin irse a los extremos? ¿Por qué no puedes aceptarme a mí como soy? Eso es todo lo que he querido. —¿Como una hija que escribe pornografía? —Hace un sonido de disgusto. —No es sólo porno —grito, tan harta de este argumento—. Estoy escribiendo mi fantasía como siempre, el libro del que ni siquiera te importa, pero, ¿sabes qué? Incluso si sólo escribiera erótica, no me importaría lo que tengas que decir. ¡Hago feliz a la gente! Blake y yo proporcionamos a los lectores diversión y entretenimiento y un escape de sus vidas, lo cual es una cosa muy buena porque la vida es dura y realmente apesta a veces. La vida no es un cuento de hadas y no todo el mundo tiene un feliz para siempre, pero en nuestro mundo de libros lo hacen. Y créanlo o no, me ha hecho una mejor escritora. —Me detengo, respirando con dificultad—. No quiero avergonzarme de ello. No lo estoy. Así que tómalo o déjalo. Silencio. Casi creo que ha colgado. Entonces oigo un leve gimoteo. —Sabes —dice con veneno—, me costó mucho estar orgullosa de ti antes, por haber rechazado a Alan y tu brillante futuro con él y continuar con tu tonta carrera. Pero lo intenté. Lo hice. Pero ahora, ahora es imposible. Ni siquiera quiero decirle a la gente que eres mi hija. No puedo manejarlo. Me echo a llorar y cuelgo el teléfono. Luego me coloco de rodillas, tratando de no perder la cabeza.

Página

285

Lo que parece imposible ahora.

Blake Traducido por Sam89 & SOS por Taywong

E

l taxi hacia el viñedo parece tomar para siempre, el tráfico atascando la autovía y una vez que llego allí, la bodega está llena de gente.

Es un hermoso día, sin embargo, y tengo a una hermosa chica esperándome en mi apartamento. Mi chica. Empiezo a tararear esa melodía mientras camino por la atestada habitación y termino comprando una botella de pinot gris y un ramo de flores amarillas. A ella probablemente no le gustará beber el vino por unos días, pero las flores deberían al menos animarla.

Así que luché sus batallas por ella porque sabía que haría exactamente la misma cosa por mí. Tengo su espalda. Es mía.

Página

Es por eso que cuando me encontré con el imbécil de su ex y su novia de largas piernas, no pude evitar defenderla. Ella puede no haber necesitado que sea su caballero de brillante armadura y, por Dios, espero que nunca lo sepa porque estoy casi seguro de que sería nuestro fin, pero no podía permitirles reírse de ella y sus ambiciones. Tenía que decirles cuán exitosa y talentosa e inteligente es Amanda.

286

Cuando me dirijo de nuevo al coche, miro alrededor, recordando cuán completamente rara fue anoche. Amanda se encontraba absolutamente borracha y mientras que yo también bebí, tuve que permanecer unido por su bien. Ella parecía abierta y vulnerable, rodeada de todos los tiburones de su pasado y yo no iba a dejar que nadie tomara ventaja de ella en una manera o en otra. Puede actuar como que tiene una cubierta de armadura a su alrededor, pero sé cuán profundamente siente las cosas a veces.

Otra razón de por qué la amo. Maldito infierno. Mis propios pensamientos me hacen parar, una patada en el pecho. Amor. Ni siquiera pensé que fuera jodidamente posible después de Rachel. Juré que no me daría a otra chica, que mantendría todo en mi corazón frío y envuelto sin un hilo suelto. Funcionó tan bien. Hasta que ella entró en mi vida y tiró de una cuerda floja que nunca noté. Y me desenredé. Lentamente. Pero seguramente. Puto marica, me digo arrancando el auto. Pero incluso si lo soy, todo sigue siendo verdad. Soy un marica. Y estoy locamente enamorado de ella. Suspiro pesadamente y conduzco por la autovía. Porque el mundo funciona de extrañas maneras, “Can You Feel the Love Tonight” suena en la radio. Le subo el volumen, bajo las ventanas y empiezo a cantar a todo pulmón con una enorme sonrisa de comemierda en mi cara. Es justo como esa escena en Jerry Maguire donde Tom Cruise canta “Free Falling”, excepto que mucho, mucho más lamentable. Cuando llego al apartamento, la botella de vino en una mano, el ramo de flores en la otra, todavía tengo esa sonrisa de Tom Cruise en mi cara. No estoy seguro de que alguna vez seré capaz de dejar de sonreír. Hasta que abro la puerta.

—Lo contaste —dice hirviendo de furia. Cojones.

Página

—¿Qué va mal? —le pregunto. Se ve como si estuviera cerca de llorar, pero la furia en su expresión me hace quedarme atrás y cerca de la puerta en caso de que necesite correr por mi vida.

287

Y veo a Amanda de pie en medio de la sala de estar, sus manos hechas puños, sus ojos ardiendo hacia mí con fuego y azufre.

—¿Contar qué? —pregunto cautelosamente, dando un paso hacia la cocina para dejar el vino y las flores sobre el mostrador. Me siento como que soy una bomba y estoy a punto de explotar en cualquier segundo. Sacude la cabeza lentamente, sus puños se abren y cierran. —Les dijiste a todos en la fiesta que escribimos novela erótica juntos. Les contaste nuestro pseudónimo. Les contaste todo. Su voz es delgada y aguda, llena de la ira que sé que apenas está conteniendo. Alzo mis manos y retrocedo. —Puedo explicarlo. —¡Imbécil! —grita, corriendo hacia mí, golpeando sus puños sobre mis hombros, brazos, pecho. Maldición, tiene manos como rocas. —Ay, ay, ay —digo, intentando protegerme, levantando mi rodilla para mantenerla atrás—. Por favor, sólo escucha. —¡Les contaste nuestro secreto! —grita, su cara es tan carmesí como su cabello, una vena late en su frente—. ¿Sabes lo que has hecho? —Se aparta y camina de nuevo en la sala de estar, sus manos agarrando su cabeza—. ¿Cómo pudiste hacer esto? —susurra. —Oye, lo hice por ti —grito detrás de ella, manteniendo la isla de la cocina entre nosotros, por si acaso. —¿Qué? —espeta, lentamente volviéndose y viniendo hacia mí—. ¿Qué hiciste por mí? —pregunta, inclinándose contra el mostrador, con los ojos destellando. —Mira, ese idiota tuyo y su novia estaban diciendo cosas malas, ¿de acuerdo? Ya sabes, esos solapados comentarios sobre cuán rara eres y que eres una soñadora, y el usual “buena suerte con ser escritora, nunca lo lograrás”, ¿y qué se suponía que hiciera? —¿Dijeron eso? —pregunta horrorizada. —Sí, pero no importa.

Su cara se suaviza con preocupación y por un momento creo que la ira se desvanece, pero entonces algún tipo de muro se levanta de nuevo y

Página

—¡Quería hacerlo! —le grito—. ¡Y les hizo respetarte, como deberían! Deberías haber visto sus caras cuando se los dije. Puede que hubiera dejado caer cuánto dinero ganamos también y créeme, a largo plazo, es más del que alguna vez sabrán. Se veían impresionados, Amanda. Les cerré la boca. Las palabras funcionan mejor que los puños.

288

—¡Importa! ¡Ahora saben que soy una autora erótica! ¿Crees que eso les ha hecho respetarme? Deberías simplemente haberle dado un puñetazo en la cara.

sus ojos se vuelven duros y malvados. —No era tu secreto para contar. Ahora todo el mundo sabe. Mis padres. —Niega con la cabeza, mirando lejos—. No tienes ni idea de cómo es ser una constante decepción en la vida de tus padres. Ahora estoy prácticamente repudiada debido a ti. —Amanda, no importa. —¡Oh, que te jodan! —grita, girando y levantando su dejo en el aire— . Que te jodan, Blake. Sigues diciéndome lo que importa y lo que no, ¿y sabes qué? ¡Algunas cosas lo hacen! Algunas cosas lo hacen y no tienes derecho a comentar qué cosas me importan porque es personal y deberías saber eso. Deberías saber eso de mí. ¿Cómo crees que tu padre se sentirá cuando lo descubra? Me quedo quieto y trago duro. —No tiene que descubrirlo. —¿Oh, en serio? Porque ya he recibido un correo de alguien en el Victoria Times Colonist queriendo entrevistarnos por ser un éxito secreto. Joder. —No dijiste que sí… —¡Por supuesto que no! No traicionaría nuestra confianza así. No soy como tú. Ahora estoy enojado. —¡Oye, estaba defendiéndote! —Y no necesitaba que me defendieras. ¡Sólo necesitaba que mantuvieras tu estúpida boca cerrada por una vez! —Podrías ser un poco más agradecida, sabes —le digo, incapaz de evitar el borde en mi voz—. No te mataría. —¿Agradecida? Arruinaste todo por el bien de tu ego. —¿Mi ego? —prácticamente rujo—. ¿Qué mierda? ¡Eres jodidamente tonta, sabes eso! —Teníamos un acuerdo. Estábamos en esto juntos. Y pensar que confié en ti. ¡Confié en ti con mi corazón! —Solloza.

Y la otra parte de mí se está rompiendo y volviendo a juntarse, endurecida. No comprendo lo fácilmente que puede voltearlo así, que puede sólo decir estas cosas como si no hubiera significado nada para ella, como si nunca hubiera confiado en mí en absoluto.

Página

Traga duro, su barbilla temblando. Rápidamente frota el maquillaje bajo sus ojos y una parte de mí quiere apresurarse hacia ella, para sostenerla y decirle que lo siento de nuevo y que todo estará bien.

289

La miro fijamente, patidifuso, mientras la ira hierve a través de mí. — ¿Tu corazón? —repito con incredulidad—. ¡Nunca me has dado tu corazón!

Tenía que haber significado algo para ella. No podía estar sólo en mi cabeza. —Tienes razón —dice con un sorbido, mirando lejos—. Nunca te di mi corazón. —Se encoge de hombros y me da una triste sonrisa—. Probablemente fue lo mejor. Agarra su bolso y empieza a dirigirse a la puerta. Debería detenerla. No debería dejarla ir. Debería hacerla quedarse. Hay un montón de cosas que debería hacer. Pero todo lo que puedo sentir es a mi corazón disolviéndose en mi pecho como si alguien hubiera vertido un cubo de ácido sobre él. Así que la miro irse. —Por cierto —dice, deteniéndose antes de cerrar la puerta—. Puede que haya alimentado a Fluffy y olvidado poner la tapa de nuevo. Diviértete. La puerta se cierra detrás de ella. Y no puedo creer lo que acaba de pasar. He perdido a Amanda. Y Fluffy se halla en algún lugar suelto en este apartamento. Mírate, tú, triste imbécil, me digo a mí mismo, tratando de estabilizar mis nervios y reparar mi corazón todo al mismo tiempo. Hago mi camino en el balcón, el único lugar en el apartamento que supongo está a salvo del monstruo, y trato de pensar. Mierda. Era un idiota. No sólo por decirle a su ex sobre nuestro secreto. Lamento seriamente eso ahora y me encontraba lo suficientemente sobrio para saber lo que hacía. Me quedé tan atrapado en el momento, necesitaba decir algo. Y ella tenía razón. No necesitaba defenderla.

Me inclino hacia atrás en la silla y miro al otro lado del puerto. Es demasiado hermoso para ser un día para romper. Las nubes necesitan entrar, la lluvia tiene que caer, un viento frío y amargo necesita tallar a través de mí, igualando cuán vacío me siento por dentro. En cambio, hay pájaros

Página

Tal vez era mi ego hablando después de todo.

290

Pero, Dios, se sintió bien.

piando desde los árboles y los niños juegan felizmente en la hierba abajo por el rompeolas. Saco mi teléfono y le hago una llamada. Va directamente a su correo de voz: —Hola, esta es Amanda Newland. No reviso mis mensajes de voz, así que, por favor, cuelga y envíame un mensaje de texto o correo electrónico. Si esto es un teleoperador o mis padres o alguien nacido antes de 1961, mejor suerte la próxima vez. Sé que ella no revisa esto, pero dejo un largo y balbuceante mensaje, disculpándome, y le pido que me llame de vuelta. Entonces la llamo de vuelta. De nuevo. Y otra vez. Mensaje. Email. Espero. Nada. Decido ir a la tienda y ver si Kevin está allí. Si lo está, estoy totalmente tomándolo prestado y lo traeré aquí para una caza de Fluffy. Al menos eso es un problema que podré resolver.

—Papá —digo, cuando entro en la tienda. Levanta la vista del registro en sorpresa. Se suponía que no venía hoy. Afortunadamente está tranquilo aquí. —¿Qué es? —pregunta, frunciendo el ceño ante mi tono grave.

Página

Excepto que realmente no quiero hacerlo. Quiero decir, estoy arrastrando mis pies a la tienda, optando por caminar porque me tomará más tiempo. Pero es hora de ser un hombre e ir por ello. Si estuve preparado para lanzar a Amanda debajo de un autobús, puedo arrojarme a mí mismo debajo de un autobús.

291

Mientras tanto, me pregunto si puedo hablar con mi padre y darle las noticias antes de que la noticia salga. Los viejos amigos de Amanda y mis amigos no corren en los mismos círculos, pero es un mundo pequeño y, obviamente, si un periodista ya se ha enterado de esta supuesta historia, hay una posibilidad de que la noticia podría viajar por la vid a la librería. Quiero decir que es bastante irónico. Hijo de la librería más elitista de la ciudad es un vendedor de obscenidades.

Supongo que es una buena señal. No veo señales de antorchas y horquillas. Obviamente aún no lo sabe. —Tengo algo que decirte —le digo. —¿Puede esperar? —pregunta, señalando a unas cuantas personas que permanecen en la tienda. No nos prestan atención. Los curiosos casuales habituales, no seguros de lo que buscan. —No puedo. —Estoy de pie al otro lado del mostrador. He aprendido algo de Amanda esta mañana. Mantén siempre tu distancia entre tú mismo y lesiones potenciales. La línea entre sus cejas se profundiza. —Está bien... ¿conseguiste embarazar a alguien? —No —le digo—. Pero no estoy seguro si esto será peor o mejor para ti. —Genial —dice secamente—. Bueno. ¿Qué es? —Papá, resulta que realmente no quiero que manejar esta librería sea mi trabajo de tiempo completo. Me mira en blanco. No estoy seguro si me ha oído o no. Continúo—: La cosa es, que tengo un trabajo de tiempo completo y es uno con el que hago mucho dinero. Más de lo que jamás habría soñado a esta edad. —¿Manejas un anillo de prostitución? —No —le digo con cautela, tratando de leer su cara—. Pero el sexo vende. —Blake... —Vale, bien, me encanta esta tienda y te quiero y quiero ayudar, realmente lo hago, pero la única manera que puedo ayudar a cualquiera de nosotros es si contratamos a un gerente de tiempo completo para la tienda. Un genio financiero. Alguien quién sepa lo que hace.

—¿Y cómo propones que paguemos por el gerente? ¿Con qué renta? Se toma esto sorprendentemente bien hasta ahora. Tal vez también pensó en contratar a alguien. Pero el otro zapato está a punto de caer.

Página

Me burlo—: Nadie usa más sus grados. Bienvenido a la nueva generación, papá.

292

—Pero tienes un título de negocios —dice con brusquedad—. Se supone que debes usarlo.

—Te lo dije —le recuerdo—. Tengo dinero. El dinero se destinará a eso y prometo que el negocio volverá dentro del juego. —Hijo, si no empiezas a explicar de dónde diablos viene este dinero... —Papá. —Aquí va nada y todo—. En secreto he estado escribiendo libros aparte y auto-publicándolos. Bajo un seudónimo. —¿Qué? —Lo hacen muy bien. Realmente, realmente muy bien. Amanda es mi compañera de escritura y los escribimos juntos. —Yo no... —Parpadea en silencio. —Nuestro seudónimo es Blake Lovecox. Su cabeza se sacude. —Ese es un nombre terrible. —Y escribimos obscenidades. Ahora está sin habla. —¿Qué? —Gruñe. —Escribimos obscenidades —le digo con un encogimiento de hombros indefenso—. Erótica. Ya hemos publicado dos libros y estamos trabajando en nuestro tercero. Las críticas son geniales. El dinero es mejor. Mueve lentamente la cabeza y prácticamente puedo ver el vapor que se le escapa de las orejas. —Es mejor que sea una broma. —Su voz suena prácticamente ahogada con ira. —No es broma —le digo, sacando mi teléfono y mostrándole—. Esos son nuestros libros. Echa un vistazo rápido. —Eso es asqueroso. —Está echando humo. —Sí, a veces lo es. Pero ya no quería que fuera más un secreto. No estoy avergonzado. —¡Bueno, deberías malditamente estarlo! —¿Por qué? —Porque... no es escritura real. No es literatura. Es basura.

—Para eso es todo el arte. Tus creaciones pueden convertirse en nada para cualquiera. Me he dado cuenta de que no hay nada malo en dejar que la gente escape por unas horas. Además, deberías oír hablar de todas las vidas sexuales que estoy salvando. —¿Otra que la tuya propia?

Página

—Para eso son las películas.

293

—Eso es lo que la gente dijo sobre Shakespeare en mis tiempos. Sus obras eran sólo entretenimiento. Pero, ¿qué tiene de malo eso?

—Papá. Sé cómo te sientes sobre el género y eso está bien. Pero en realidad, si quieres salvar la tienda, lo primero que tienes que hacer es comenzar a traer obscenidades. O al menos romance. —Nunca lo haría. —Gruñe, su cara poniéndose roja—. Y nunca llevaría esa basura tuya. Sabía que sería así. Ni siquiera me molesto en tomarlo personalmente. —Papá —le digo, levantando la calculadora e ingresando algunos números—. Recibo mi primer cheque de Amazon muy pronto. —Coloco los números delante de su cara—. Esto es cuanto estoy dando a la tienda. El resto va a los ahorros. Se queda parado allí. Estupefacto. —Y eso es de un mes de ventas de un libro —continúo. Está mudo. Se lame los labios, sus ojos se lanzan hacia mí. —¿En serio? Asiento. Se aclara la garganta. —Bien, entonces. Felicitaciones por tu nueva carrera. Me da una palmada en la espalda y observo que casi todas sus preocupaciones se alejan.

Página

294

Ojalá pudiera decir lo mismo de las mías.

Amanda Traducido por Sam89 & Taywong

H

a pasado una semana desde la última vez que hablé con Blake. Ha llamado, mandado mensajes, mandado correos cada día.

Los ignoro todos. Quiero decir, es ridícula la manera en la que estoy actuando. Sé que estoy siendo una mocosa. Sé que dije un montón de cosas que no quería porque me sentía tan herida y vulnerable. Y sé que no puedo seguir ignorándole para siempre. Incluso si no éramos compañeros con dos libros fuera y un tercero en el trabajo, incluso si no teníamos pagos viniendo que tendríamos que dividir entre nosotros, todavía tendría que hablar con él porque estoy enamorada del imbécil y ese sentimiento no va a irse pronto, sin importar cuán duro intento eliminarlo.

Pero me preocupa que sea demasiado tarde. Porque fue tan fácil para mí cerrarme otra vez, que después de todo lo que pasó con Rachel, no estoy segura de que él estuviera dispuesto a abrirse de nuevo y darme una oportunidad.

Página

Sé que se preocupa por mí. Sé, especialmente después de hablar con Sarah, quien me dijo cuán maravilloso fue él en la fiesta, las cosas que estuvo diciendo sobre mí, que nunca intencionalmente haría nada para herirme. Y sé que el mujeriego se ha ido y que dejó un infierno de hombre sexy que me hace reír, me hace correrme y adora el suelo por el que camino.

295

Pero soy terca, mucho más terca que él y cuando finalmente deja de mandarme mensajes, entonces siento el pellizco. El miedo verdadero. Nunca fue que nuestro secreto pudiera salir y la gente pudiera juzgarnos. Perderlo ha sido siempre mi preocupación número uno.

Sólo no sé nada ya. Así que voy por una carrera. Es domingo por la mañana y Ana está haciendo panqueques de nabo de nuevo, así que salgo de la casa y decido correr en la ciudad y esquivar turistas. Ella ha sido un gran apoyo para mi nueva carrera. Mientras salía a la luz, fue sólo un problema de tiempo antes de que le tuviera que decir la verdad a ella y Rio. Se sorprendieron, sin duda, y Rio me hizo prometer escribir Azotada por el papá soltero un día y que me daría descripciones detalladas de sus escapadas. Le dije que lo pensaría. Ana, por supuesto, quiere alguna clase de crédito en mis libros por ser la mejor compañera de piso. Le dije que lo pensaría también. Luego, por supuesto, están mis padres, quienes no me han llamado desde ese día. Estoy bien con eso. Son sangre y familia, así que sé que finalmente reconectaremos. Pero no tengo prisa. Puedo pasar sin su dinero, al menos hasta que me gradúe y mis préstamos se acaben, gracias a los pagos de Amazon y creo que es el momento de que ponga algo de distancia entre ellos y yo. No puedo crecer, no puedo convertirme en la persona que soy con ellos manteniendo algo sobre mí. Además, después de hablar con Dahlia el otro día, sé que vendrán y serán más entrometidos e involucrados que nunca, así que debería disfrutar este descanso mientras pueda. Por una vez la carrera no hace arder mis muslos y rodillas y la ciudad sigue un poco adormilada en el sol de la mañana. Voy por el Hotel Empress y empiezo a trotar por la calle Wharf cuando oigo a alguien gritar mi nombre. —¡Amanda! La voz pertenece a un niño.

Kevin mira a su mamá. —Mamá, esta es Amanda, la novia de Blake. Fuerzo una sonrisa en mi cara, insegura de si debería corregir a Kevin o no. —Hola —digo, saludándola con la mano—. Lo siento, estrecharía tu mano, pero está sudorosa.

Página

—Hola —digo, sintiéndome incómoda mientras se me acercan.

296

Me doy la vuelta y veo una alta e imponente morena, muy Kate Beckinsdale en sus días de comedia romántica, y a Kevin, el hermanastro de Blake. Mientras que ella va vestida en un traje pantalón blanco, como si estuviera a punto de abordar un crucero, él anda vestido de la cabeza a los pies con una armadura de plástico y llevando una bandera con un escudo amarillo en ella. Agita la bandera hacia mí.

Ella sonríe. —Soy Angélica, la madrastra de Blake. —Bonita camiseta —me dice Kevin con una gran sonrisa en su cara. Su madre mira mi pecho. —¿Es ese Benedict Cumberbatch? — pregunta con incredulidad. —Mamá lo ama —dice Kevin, empujando sus gafas arriba por su nariz—. Toda nuestra casa es un santuario de él. —Oh, no lo es —dice ella, poniendo una mano sobre el hombro de él y dándome una rápida sonrisa. —Sí lo es. Recuerdo cuando Blake rompió tu juego de vasos de chupitos de Sherlock y te pusiste toda enojada y le obligaste a comprarte uno nuevo. Oh, mi Dios. Veo de dónde proceden los genes nerd de Kevin. También puedo ver finalmente por qué Blake odia a Benedict Cumberbatch tanto. Ella sigue sonriendo, nerviosa ahora mientras mete su cabello detrás de sus orejas. —Eran un regalo, cariño, esa es la única razón por la que me enojé. —Y entonces no le dejaría tocar esa taza que dice “seductoramente deductivo”. —Es suficiente, Kevin. Sólo sigue sonriendo, volviendo su atención hacia mí. —Oye, ¿sabes qué día es hoy? Frunzo el ceño. —Domingo. —No, por qué estoy vestido así. —Da un golpecito a su armadura. —Aun así pensé que era sólo domingo. Angélica me mira. —Lo estoy llevando al parque Beacon Hill para hacer su… ¿qué es, de nuevo? ¿Comic Con? —LAIRE —dice Kevin. Frunce dramáticamente el ceño hacia mí—. ¿Lo olvidaste, Amanda?

—Sí, se va a reunir conmigo allí en unas horas —dice él—. Pero también tú lo prometiste. Hago una mueca, dándole a Angélica una mirada. —Bien, la cosa es… Ambos me miran fijamente. Obviamente Blake no les ha dicho nada.

Página

—¿Blake va a hacerlo contigo esta noche? —le pregunto.

297

Oh, mierda. La puta mierda del juego de rol en vivo.

Suspiro. Real, realmente no quiero ir allí vestida como Fénix de los XMen y potencialmente evitar a Blake. Pero estoy segura de que no tengo elección. —¿Te importa si llevo a una amiga? —le pregunto—. Es realmente buena en maquillaje de fantasía. —¡Seguro! —dice Kevin. Clava su bastón en el suelo, la bandera ondeando—. Vamos, querida madre, nuestro reino espera. —Entonces se vuelve y empieza a alejarse pavoneándose. —Gracias por hacer esto —me dice Angélica—. Será realmente bueno para Kevin. Y para Blake. —Con eso, se vuelve y trota detrás de su pequeño rey. Ummm. Blake. Tal vez ella sepa algo, después de todo. Sin embargo, no hay tiempo para pensarlo. Continúo mi carrera hasta una tienda de disfraces justo fuera del centro donde me las arreglo para enganchar un disfraz de Fénix sacado de un catálogo sexual de cosplay. Entonces corro de vuelta a casa y le doy las noticias a Ana. —Traeré el vino —dice con entusiasmo.

—Hola, bellas damas. —Dos hombres caminan hacia nosotras, uno redondo como una patata, luce como un señor medieval, el otro vestido como Zaphod Beeblebrox de Guía del Viajero Intergaláctico.

Página

Mi disfraz de Fénix hace que me vea ligeramente fuera de lugar, todos parecen estar disfrazados de sus propias creaciones aquí y apenas hay mujeres vestidas con algo ajustado. Ana combina un poco más, llevando un disfraz largo rojo y blanco de Estonia de folclore que sacó de su armario, con una caja de maquillaje a un lado y una botella abierta de vino en la otra.

298

Dos horas después, Ana y yo descendemos a una escena de absoluta locura. Todo el parque Beacon Hill se halla abarrotado de frikis y geeks de todos los tipos. Hay niños y adultos, hombres y mujeres y unos pocos que podrían ser cualquiera ya que van disfrazados como Groot o un orco. Todos parecen estar separados en grupos, batallando los unos con los otros con armas y escudos, el aire lleno con gritos y el ruido sordo de goma espuma contra goma espuma. Incluso hay cervezas en la distancia y unos pocos camiones de comida que no tengo duda que sirven alimentos tipo Juego de Tronos.

—Soy Randy el Jubilado —dice el hombre patata. Hace un gesto a su amigo—. Y este es… —Zaphod Beeblebrox —completo. —No —dice Zaphod frunciendo el ceño, arrojando su desordenado cabello rubio sobre su hombro—. Soy Darth Star Lord del planeta Clorox, guardián de la galaxia. Inclino mi cabeza. —Creo que confundes un montón de cosas. —Somos del Senado de Calgon —dice Randy el Jubilado y hace un gesto al campo con su brazo—. Pusimos esta aventura para que muchos disfruten. Todos son bienvenidos. Especialmente las bellas damas. —Traje maquillaje y vino —dice Ana con una amplia sonrisa, totalmente en su elemento. —Muy bien —dice Randy el Jubilado—. Tus servicios son necesitados aquí. —Pone su brazo alrededor de ella y la aleja. Zephod me mira. —¿Y cuál es tu nombre de guerrera? —Um, Jean Grey, convertida en Fénix. —Nombre peculiar, Jean Grey Convertida en Fénix —dice—. Vamos, retirémonos a mi tienda en aquella colina para que podamos conocernos lejos de ojos entrometidos. Todos miran siempre al Senado de Calgon. Intenta poner su brazo a mí alrededor, pero me encojo lejos de ello. — No estoy aquí para luchar o lo que sea que sugieras. Estoy aquí para encontrar a alguien. —Ah —dice, cruzándose de brazos—. ¿Y cuál es el guerrero que buscas? Intento pensar. Hay cientos de personas aquí luchando en un borrón. —Es británico…

—Me temo que no puedo ayudarte, porque hay muchos valientes aquí. —Toma un paso más cerca de mí—. Como yo. ¿Sabías que me han llamado la mejor follada desde el grande? —De acuerdo, Zaphod. —Le digo, rodeándolo—. Vuelve a tu Pan Galactic Gargle Blaster43. Coctel inventado por Zaphod Beeblebrox, un personaje principal en la novela de Douglas Adams, Guía del Viajero Intergaláctico. 43

Página

—Correcto. Él debería estar con un niño. Su nombre es Kev… Quiero decir, Betoolamous el Bravo.

299

—Todo el mundo aquí es británico —dice—. ¿No oyes el fino acento?

—¿Mi qué? —pregunta mientras empiezo a correr por el campo hacia el bar de cerveza, calculando que es donde probablemente está Blake. Ahí es donde estaría. Lamentablemente tengo que dirigirme justo a través de una batalla para llegar allí. Las armas de espuma llegan a mi cabeza en todas direcciones y no parece importar que no tenga un escudo y parezca que estoy tratando de ir a algún lugar, porque estoy siendo absolutamente golpeada en todas partes. Espuma a la cara, hombros, tetas, estómago, culo. Luego el culo un poco más por algún pervertido medieval con una espada muy grande. —¡Ahhhh! —grito, tratando de correr y proteger mi cabeza y culo al mismo tiempo cuando de repente el pervertido es golpeado en la espalda y cae al suelo de manera dramática. —La muerte es tan lamentable. —sale, a duras penas, acercándose a mí con su mano antes de que simule morir. No hay repetición antes de que los éxitos vuelvan a empezar, pero hay una mano agarrando la mía y guiándome fuera del caos y clamores. Cuando estamos a pocos metros de la acción y puedo respirar levanto la mirada para ver quién es mi rescatador. Ya sabía por el tacto de su mano. Excepto que esto no es Blake en absoluto. Es Tom Hiddleston. Quiero decir, Loki. No arruines mi fantasía. —Me has salvado —le digo. El rostro de Blake es demasiado serio para el campo de batalla y demasiado serio para interpretar a Loki. Pero es él, vestido de pies a cabeza en su armadura, desde la capa verde y las hombreras oro-plateadas, hasta el casco de cuerno encima de su cabeza. Parece amenazador. Agresivo.

—¿Kevin no te lo dijo? Sacude la cabeza, su casco empezando a volcarse. Su mano se dispara para estabilizarla. —No.

Página

—¿Qué haces aquí? —pregunta Blake mientras la batalla se agita alrededor de nosotros.

300

Y jodidamente caliente.

—Oh —digo, sintiéndome estúpida—. Um, bueno me encontré con él hoy. Él iba con tu madrastra. Nunca me hablaste de ella y de su obsesión por Benedict Cumber... —Ni siquiera digas su nombre. —De todos modos, me esperaba aquí hoy y tu madrastra parecía realmente agradecida cuando dije que aún venía así que... aquí estoy. —¿Y esa es la única razón? —pregunta suavemente, observando atentamente mis ojos. —No —le digo—. He venido aquí por ti. Para decirte que lo siento. Sus cejas se unen. —¿Para qué? —Por ser una imbécil. Por no devolver tus mensajes. Por estallar en ti como lo hice. —Amanda —dice—. Tenías todo el derecho de estar molesta. Sabía que era nuestro secreto y no estaba pensando. Claramente. Lo entiendo. —No —le digo—. No debería haber enloquecido y haberte dejado. Simplemente no sabía qué hacer. Tú sabes... estar contigo... me asustó tanto imaginar perderte, no pude manejarlo. Es casi como si lo hubiera hecho para que no tuviera que cruzar la línea. —Eso es tan una cosa que un chico haría —dice. —No seas sexista —le digo, golpeándolo en la armadura. Me duele un poco—. A las niñas se les permite hacer mierda estúpida también. —No sé si se les permite hacerlas, pero lo hacen de todos modos — reflexiona. Levanto mi puño. —No me hagas volver a golpearte otra vez.

—¿Para qué? —Para nosotros —digo débilmente—. Dejaste de llamarme. —Sólo porque escribamos sobre acosadores, no significa que sea uno. Quería darte espacio y tiempo para resolver tu mierda. No iba a ninguna parte. Somos compañeros escritores.

Página

Trago con fuerza, las mariposas en mi pecho despegando. — Entonces... ¿no es demasiado tarde?

301

—Oye, eres Fénix. Puedes cambiar todo el maldito mundo con tu mente, igual que puedes con tu escritura. ¿Por qué crees que quería que vinieras vestida como ella? Puede hacer cualquier cosa que pongas en tu mente, si estás haciendo una fortuna en erótica o escribiendo algo muy querido y personal para ti. Eres prácticamente un superhéroe. Y eres muy buena en la cama.

—Y compañeros sexuales. —Y amigos. —Y tontos. —Habla por ti misma —dice, alzando su cabeza—. Yo soy el rey de las travesuras. —Bueno, la reina de la travesura necesita una cerveza —le digo. Agarra mi mano. —Mi reina —dice galantemente y nos dirigimos hacia el bar de cerveza. La batalla se agrava y Blake esquiva un guerrero de carga con una caída de su bastón. Seguimos caminando. —Mi héroe —le digo mientras damos un paso por encima del caído y retorcido soldado. Nos entregamos las sonrisas más nerds y mi corazón se siente como si fuera un grande, brillante globo, demasiado grande y grandioso para mi pecho. —Oye, ¿es esa Ana? —dice Blake mientras nos acercamos al bar. Echo un vistazo para verla poniendo pintura de cuerpo azul en algún aficionado, medio desnudo, Avatar. Ella ríe y él se está flexionando y parece que tiene el mejor momento de su vida. —¿Es ese Kevin y tu papá? —le pregunto, porque más allá de la línea de gente que quiere que Ana les azote pintura corporal a la cara, ahí están ellos—. No sabía que tu padre vendría. —Tampoco yo —dice Blake—. Sólo está bien, ahora podemos disfrutar de estas cervezas. Nos encontramos un lugar en una mesa de picnic entre algunas muchachas que están completamente trabajadas y Neo y Felicity de Matrix, y nosotros bebemos al sol y hablamos y nos ponemos al día sobre todo lo que pasó durante la semana pasada, de la familia, de nuestra nueva fama, del libro drama mundial (y siempre hay drama del mundo del libro).

—¿A dónde me llevas, mi reina? —pregunta, golpeándome juguetonamente en el culo. —Es un secreto —le digo, mirándolo por encima del hombro—. ¿Sabes cómo mantener esos ahora verdad? Gira sus ojos en respuesta.

Página

—Oye, ven conmigo —le digo, agarrando su mano y guiándolo desde su asiento y fuera de la cervecería.

302

Sin embargo, con dos cervezas, ambos estamos sintiéndonos muy relajados.

Lo llevo a la tienda de tela blanca que Zaphod mencionó anteriormente y cautelosamente tiro de la cortina. Está vacío por dentro, excepto por un sofá inflable cubierto de pieles falsas, mientras que las banderas reales que dicen Senado de Calgon cuelga del techo. No estoy sorprendida de encontrar que el lugar no parece usado en absoluto. Parece que ninguna otra doncella ha caído en su proposición. —¿Dónde estamos? —pregunta Blake, sus cuernos casi arrasando la parte superior de la tienda. —El Senado de Calgon —le digo, llevándolo al sofá—. O el sitio de fantasía para cada chica nerd. —Me siento y lo miro fijamente, abriendo mis piernas de par en par. Sus ojos casi se caen. —Tienes un agujero en tu traje. —Lo sé —le digo—. Y no estoy usando ropa interior. —Puedo ver eso —dice, prácticamente salivando—. ¿Era esto todo para mí? —Se marca el traje con líneas de pantys si no vas al comando —le digo, haciéndole señas con el dedo—. Y este es un leotardo completo. No voy a quitarme la cosa toda vez que tenga que hacer pis. —Muy bien —dice, sin siquiera escucharme más. Sus ojos siguen vagando desde mi coño desnudo, sobre mi spandex cubre pechos, a mis labios y de nuevo hacia abajo. Siento que va a tener una convulsión justo de pie allí—. Esto es en serio la cosa más caliente que he visto en toda mi existencia entera. —Está a punto de ponerse más caliente —le digo mientras cae de rodillas y pasa sus manos por mis muslos, apretando mientras baja, sus ojos ardiendo y enganchados en los míos. Está a punto de hundir su cabeza, pero lo alcanzo y agarro su casco, quitándolo antes de que los cuernos me alcancen. Pongo el casco a un lado y fuera del camino. Su cabello cae hacia delante en su frente. —¿No quieres los cuernos? —dice con una sonrisa.

Siento el aire siendo aspirado fuera de mí.

Página

Baja la cabeza entre mis piernas y me recuesto, el sol entrando a través de la separación en la puerta de la tienda. A lo lejos, los gritos de batalla siguen, pero aquí no hay nada más que la lengua de Blake en mi clítoris, tentativa al principio, luego su boca se abre directamente sobre él, suavemente me chupa.

303

—Quizás más tarde.

Su lengua corre hacia abajo en mí con cálidas lamidas, y levanto mis caderas, queriendo adquirir más, más tensión, más alivio, más de todo. Dos dedos entran dentro de mí, manteniéndome abierta, mientras su lengua sigue trabajando, alternando entre suaves chupadas y lamidas lánguidas. Sus dientes me rozan en algún momento y grito en voz alta, pero el dolor nunca se ha sentido más dulce. —Ven adentro de mí. —Gimoteo, mientras me siento acercarme, mis manos agarrando su cabello—. Por favor. Te necesito. Necesito sentirte de nuevo. Se echa hacia atrás, sin aliento, con la boca roja y húmeda, y mira abajo a su traje. —Tienes suerte de que son pantalones, de lo contrario necesitaría un agujero también. —Lo cortaría con los dientes —le digo. Me da una mirada extraña. —No estoy seguro si eso es sexy o no. —Cállate y fóllame. —Sí, reina —dice, sacando su polla. Trae su cuerpo encima de mí y disfruto de su peso mientras sus codos se plantan a ambos lados de mis hombros, sujetándome entre él. Hay poca vacilación antes de que empuje su polla y me estiro alrededor de él, sintiéndome increíblemente llena. No hay nada más como esto. Nada en absoluto. Ruedo las caderas debajo de él, tirando de él aún más profundo, haciéndolo jadear. He extrañado esos sonidos suyos. He extrañado todo. Estamos inmediatamente perdidos en el sedoso tira y empuje de cada uno, nuestros cuerpos unidos, nuestras almas luchando en lujuria. Es tan fácil con él. Tan fácil. Él gime y se retira lentamente antes de deslizarse de nuevo en la empuñadura. Cierro los ojos, el placer encrespándose por mi columna vertebral, abriendo mis piernas más amplias.

Abro mis ojos y lo encuentro mirándome, su mirada tan cruda y ardiendo, como si me diera todo lo que tiene, todo lo que es. —Supongo que podría haber momentos peores —susurro de regreso, pasando mis manos a través de su cabello y sosteniéndolo—. Yo también te amo, lo sabes.

Página

Mi corazón se detiene.

304

—¿Es este un mal momento para decirte que estoy enamorado de ti? —susurra contra mi boca.

—No lo sabía —dice él, rompiendo en una hermosa sonrisa, los hoyuelos profundizando en sus mejillas—. Pero lo sé ahora. Y no lo olvidaré. Sonrío, clavando mis uñas en su culo y encogiéndome de hombros hacia delante, su polla deslizándose en profundidad. —Llévame a Asgard —grito—. O Ragnarok. O al pueblo del placer, donde sea.

Página

305

—Donde quieras ir, mi melocotón —murmura—. Pero vamos juntos.

Amanda Un año después… Traducido por ∞Jul∞

—O

ye, debes firmarlo Tetas McGee —susurra Blake en mi oído.

Me detengo justo cuando estoy a punto de escribir mi propia firma. Mis ojos se deslizan hacia él. —¿Qué? ¿Cómo lo sabías? —Oh, he aprendido muchas cosas con tu nueva fama —dice Blake, acercándose más—. Que tus apodos de escuela secundaria incluyeron a Tetas McGee, Señor de los frikis y Señor Vomitón. El último era bastante explicativo. Ya sabes, considerando. Miro a la joven que se halla de pie al otro lado de la mesa, esperando ansiosamente que firme su libro. Le muestro una rápida sonrisa nerviosa. Esta es nuestra primera firma de libros con el padre de Blake aceptando mantenerla en Libros Crawford. La tienda está haciéndolo muy bien ahora gracias al nuevo gerente de la tienda que pudieron contratar, además hay el aspecto de la celebridad en todo, ya que todo el mundo sabe por ahora quien es Blake Lovecox realmente.

Página

Ha pasado un año desde que salió Cayendo por el Stripper Secreto. Desde entonces hemos publicado otras diez novelas eróticas, con una de ellas, Azotada por el papá soltero, llegando a la lista del New York Times. Usted puede apostar que Rio piensa que puede agregar ese título a su nombre también. Ella enseña inglés en Japón ahora, pero dice que se presenta a la gente como una influencia del mejor vendido del New York Times, que es algo cierto cuando piensas en ello.

306

Pero también saben quién es Blake Crawford, tal como saben quién es Amanda Newland.

Sin embargo, no ha sido sólo obscenidad. Fiel a nuestras esperanzas y deseos, la escritura y la venta de las cosas pervertidas y encontrar el éxito en el género ha abierto un mundo de posibilidades para nosotros. Ambos tenemos agentes y ambos tenemos nuestras propias novelas. La Tierra de Lágrimas y Hueso, ahora retitulado Phenelope, acaba de ser lanzado este mes por un editor importante. El horror de ciencia ficción de Blake, Aurora de Sangre, fue publicado por una pequeña prensa hace dos meses. Ya se ha optado por una película, el afortunado hijo de puta, a pesar de que dicen que nunca hay nada por lo que emocionarse porque las opciones rara vez equivalen a nada. Pero es difícil no excitarse estos días. Las cosas están cayendo en su lugar. Y cada día me estoy enamorando más de él. Quiero decir, sigue siendo el hombre que me sostiene el cabello cuando vomito. Lo hice en el camino aquí esta mañana, mientras caminábamos desde nuestro apartamento. Justo cuando pasaban los turistas en un carruaje tirado por caballos. Creo que tienen fotos. ¿Quién sabía que tu primera firma de libros sería tan destroza nervios? Me sentía tan preocupada de que nadie apareciera y luego comencé a preocuparme de que todo el mundo se presentara. ¿Qué pasa si escribo mal el nombre de alguien? ¿Y si alguien me dijera que odiaba mi trabajo? ¿Qué pasa si me tiraba un pedo? No sé, todas las preocupaciones válidas. Pero hasta ahora todo ha ido bien, excepto que casi he escrito Tetas McGee en el libro de esta persona. Deslizo la página abierta a Blake, mirándolo fijamente. —Si me hablas mientras estoy firmando, escribiré seriamente todas las cosas equivocadas.

Aunque el divorcio es una noticia vieja y ella y el papá de Blake siguieron en caminos separados, Angélica y Kevin nunca terminaron mudándose lejos. De hecho, se mudaron a una casa modesta más cerca de nosotros e incluso Fluffy se le permitió volver a casa. Los cuatro de nosotros (menos Fluffy) pasamos mucho tiempo juntos, cuando Angélica no

Página

A pesar de que la firma es sólo por unas horas, parece que todos los que conozco han llegado a conseguir algo firmado en algún momento. La demostración de ayuda es asombrosa, aunque sorprendente. Sarah y su nuevo marido, David, pasan por allí, al igual que la señorita Dumas y Heath. Kevin y Angélica brevemente entran en su camino a Buchart Gardens para un día de diversión juntos.

307

Simplemente me muestra esos hoyuelos y escribe su nombre con su habitual garabato. Por lo menos soy conocida como la "más ordenada".

está trabajando y nos unimos a nuestro amor por Benedict Cumberbatch. Al menos, todos, menos Blake. Hablando de seguir adelante, el papá de Blake también se halla aquí, poniendo su desdén por la obscenidad a un lado para ver el dinero rodar. Y seamos francos, sé que se siente orgulloso de su hijo. Pero no está solo. Ana se encuentra con él. Sí. Supongo que las chispas volaban ese día en el evento de LARPing porque cuando fue el turno de Kevin para ser maquillado por Ana, ella y su padre comenzaron a hablar. Lo siguiente que todos sabían, los dos divorciados estaban saliendo. No pueden ser más diferentes y no tengo ni idea de lo que tienen en común, pero de alguna manera lo hacen funcionar. Ambos son felices, eso es lo importante. —No sabía que tus padres estarían aquí —me dice Blake mientras estoy firmando otro libro. Levanto la mirada para ver a mi mamá de siguiente en la fila, mi padre flotando en el fondo, hablando con el papá de Blake. Mi mamá me da un saludo tímido. —Mamá —digo, sin esperar que estén aquí tampoco. Mis padres y yo nos hemos acercado durante el último año, a pesar de que nos tomó tres meses mantener nuestra distancia antes de que pudiéramos empezar de nuevo. Ahora me tratan como un adulto (en su mayoría) y trato de actuar como uno (en su mayoría). No siempre es fácil, pero funciona hasta ahora. Mi mamá tiene una copia de nuestra última erótica, Bomba Sexual, en sus manos y la desliza tímidamente hacia mí. —Es para tu tía Sylvia — explica. Se inclina más cerca y baja la voz—. Ustedes dos no tienen nada de F/F ¿verdad? —Mamá —le reprendo. Esto es conmovedor y también muy embarazoso.

tan

dulce,

increíblemente

—Tenía que comprobar —explica ella encogiéndose de hombros. Lo firmo a tía Sylvia y lo entrego a Blake para que firme.

Arrugo mi nariz y le devuelve el libro. —Estaremos allí —le digo a mi mamá—. Te llamaré más tarde. Ella camina para unirse a mi padre y ambos nos saludan.

Página

—Si la tía loca Sylvia está allí, estoy dentro —dice Blake. Me mira y me explica—: Siento que podría tener buenas historias para nuestro próximo libro.

308

Ella se asoma a la mesa. —¿Qué tal si ustedes vienen a cenar mañana por la noche?

—Bueno, eso fue bien —dice Blake con un suspiro después de que el último de los asistentes haya sido atendido—. Mejor de lo que esperaba. —Sí, bueno, tuviste a esa mujer llorando por conocerte —bromeo—. Y luego tuviste que firmar ese par de ropa interior. Y los condones. Y los pechos de otra mujer. Así que sí, te fue muy bien. —No seas celosa —me dice, dándome una sonrisa arrogante mientras nos levantamos y lentamente hacemos nuestro camino a través de la tienda, estirando nuestras manos, brazos y piernas—. Llegará el momento en que firmes pechos también. Hacemos una pausa entre los montones de libros y esa emoción va a través de mí de que nuestros propios libros están aquí en la tienda. Nunca pasa. Pero tampoco lo hace el estar enamorada de Blake. Me agarra el brazo y me da vueltas hasta quedar atrapada contra la estantería. Me pasa los dedos por el cabello antes de colocar un suave beso en mis labios. —¿Qué sigue, melocotón? —pregunta suavemente. —¿Te refieres a la idea de una gran historia o a la vida? —Ambos. ¿Cuál es nuestro próximo capítulo? Enlazo mis manos detrás de su cuello y lo miro fijamente, el amor de mi vida. —Supongo que tendremos que seguir escribiendo y ver —le digo. Sonríe, agarrando mi mano, y salimos de la tienda al sol.

Página

309

Fin.

Página

310

Página

311

¿Qué esperas?

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF