El Arte y La Percepción

September 18, 2024 | Author: Anonymous | Category: N/A
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27 de enero 2022

Arte y percepción Barrios Campos Daniela Murrillo Sebastian Medina Arreguín Luis Ortiz López Janeth Yureli

Introducción La interacción entre la ciencia y el arte ha florecido en las últimas décadas. Neurobiólogos, psicólogos, físicos y otros han buscado aplicar su conocimiento especializado al análisis del arte y la experiencia estética. Nuestro sistema visual crea una representación interna, o modelo, de objetos y eventos en el mundo externo, y es este modelo el que experimentamos subjetivamente. El eminente neuropsicólogo Chris Frith, escribiendo sobre cómo el cerebro 'crea nuestro mundo mental', dice: 'Cuando miro un árbol en el jardín, no tengo el árbol en mi mente. Lo que tengo en mi mente es un modelo (o representación) del árbol construido por mi cerebro. La búsqueda por entender y comprender una obra de arte reacciona desde el primer momento en que nos encontramos frente a ella, es común intentar buscar elementos que nos sean familiares, formas, figuras, colores que nos remitan a recuerdos previos de objetos similares. Se menciona que las obras entregan estímulos estéticos, éstos incitan al espectador a captar el denotatum global, “los signos aparecen vinculados por una necesidad que se remite a costumbres arraigadas en la sensibilidad del receptor, le es, por lo tanto; imposible aislar las referencias”, esto produce que el primer encuentro sensorial con la obra deje incompleta tarea de comprender el todo de la obra de arte.

Debido a la calidad compleja de una obra de arte, que no nos permite comprender en un primer momento la vasta red de conexiones existentes entre las figuras y símbolos expresados en ella. La búsqueda por obtener más información sobre un objeto que nos ha marcado, estimulado, emocionado, nos conduce a investigar estas conexiones, a remitirnos a nuestras propias experiencias y a indagar todo lo que podamos sobre estos elementos. Muchas veces el medio que nos presenta la obra proporciona la información relevante para iniciar una nueva mirada a esta, contando ahora con nuevas herramientas que permiten

realizar un análisis más profundo y elaborado, donde se conectan las primeras emociones e impresiones estéticas junto con la información otorgada, creando así una complejización de los significados que nos entrega la obra. El fenómeno de la percepción estética, y cómo esta puede variar después de conocer aspectos de ella que sobrepasan lo visual y lo emotivo. Heidegger afirmaba que la obra de arte nos abre la verdad del Ser, la apertura del mundo. De aquí surgen problemáticas. Primero, su idea de “revelación del mundo” evocaba un sentido de cotidianidad (lo que capta, para mí, la idea de credulismo en la percepción). Después; los sentidos de verdad , Ser y mundo están metafísicamente condensados. De ahí la pregunta: ¿cómo podría experimentarse entonces la “verdad del ser” o el “mundo” que revelan las obras de arte? Entre otras formas ( mímesis , imaginación, percepción, etc.) a través de las cuales se experimentan las obras de arte, en este presente trabajo decidimos examinar la percepción ya que confirma esta idea de cotidianidad . Las preguntas que nos confrontan en este sentido son: ¿puede la percepción llevarnos a entrar, a encontrar, este mundo abierto por las obras de arte? ¿Basta el sistema nervioso/visual para entrar en ese mundo al que nos invita el artista? En respuesta al primer problema, muestra que la “percepción” (experiencia) de las obras de arte está más allá de la mera cotidianidad , ya que las obras de arte nos abren un mundo que “nunca fue” y “nunca será” (es decir, “virtualidad” y no una sentido verídico de la cotidianidad tal como se captura en el acto perceptivo que está relacionado con el objeto). Platón quien, en el Fedro , trató de articular la experiencia de lo metafísico dentro del marco de la percepción visual. Los ojos ocupaban allí una posición central. Pero la ciencia moderna ha ampliado el camino de la percepción para incluir el sistema nervioso, incluido el cerebro. Los análisis de algunos resultados de investigación de la neurociencia podrían dar la impresión de que podemos entender la contemplación de obras de arte sólo en términos de percepción de objetos a través del sistema nervioso.

Desarrollo Contexto histórico

El humano trajo con su llegada a la Tierra arte, no fue hasta mediados del siglo XIX cuando se hizo conciencia de este hecho, en Europa se encontraron en cuevas numerosos objetos “prehistóricos” elaborados en piedra o hueso con representaciones talladas de animales; pero no fue sino hasta 1879 cuando se descubrieron las primeras pinturas rupestres en el techo de una cueva en Altamira (Santander, España), un excepcional conjunto de bisontes multicolores; de a poco se fueron encontrando éstas imágenes alrededor del mundo, no se sabe con qué propósito capturaba en cuevas el registro de su existencia, quizá el hombre prehistórico era consciente de lo inmensa y misteriosa que es la vida y quiso dar un saludo al futuro, lo que es seguro es que éstas pinturas son y serán una evidencia irrefutable de que estaban ahí haciendo arte. Con pigmentos crearon imágenes con sombras y matices de luz, figuras bien elaboradas de animales e historias sobre su vida.1 Se puede decir entonces que la percepción yace dentro de nosotros desde antes de lo imaginado el cómo recibían información (en este caso visual) y la recrearon de forma casi precisa indica que hubo un desarrollo artístico antes que uno tecnológico, pero es bien sabido que ambos conceptos van de la mano por lo que en el mismo siglo XIX surgió un interés particular en averiguar cómo y por qué procesamos la información recibida, cómo si el homo sapiens neanderthalis siendo inferior intelectualmente a lo que somos hoy fue capaz de hacer murales de tal detalle para ello surge la idea de la revolución cognitiva que coincide en tiempo con el surgimiento del arte rupestre ¿Podemos decir que de la percepción surgió el arte y del arte la intelectualidad? Es algo que aún queda en duda, pero evidentemente el desarrollo del arte y la ciencia siempre han ido de la mano y para ello se tiene la herramienta más poderosa, la percepción.

La prehistoria no solo fue marcada artísticamente por la pictografía si no de a poco por la arquitectura, escultura y cerámica, desde la elaboración de menhires y dólmenes para enterrar a sus muertos hasta el levantamiento de los Zigurats y jardines colgantes, con la llegada de la escritura y las civilizaciones la percepción del arte cambió, pues el contexto en el que se desarrollaba era completamente diferente, se le dio un sentido, en principio cosmológico y finalmente religioso. Desde entonces el arte fue de la mano con el desarrollo de las civilizaciones, en Egipto por ejemplo se construyeron grandes templos, esfinges y

esculturas que al estar frente a ellas se veían altamente simétricas según su eje vertical (ley de frontalidad) al igual que sus pinturas, en este contexto el arte representó la desigualdad de clases, en los pictogramas se dibujaban de mayor tamaño a las personas más importantes y de menor tamaño a los esclavos o sirvientes.

Ya en la antigua Grecia se construyeron santuarios de un tamaño proporcional al cuerpo humano, con estructuras más simples y simétricos, sin embargo éstos se observaban ligeramente curvados a pesar de ser matemáticamente ideales, se dieron cuenta que el ojo deformaba las estructuras por lo que decidieron curvarlas para ser perfectas a la vista, así es como surge el arte clásico buscando la idealidad y poniendo estándares fuertes de belleza en las esculturas y pinturas.2 Los romanos llegaron a invadir Grecia tomando la perfección de sus obras y buscándoles utilidad por ejemplo la arquitectura de sus templos la convirtieron en centros recreativos como teatros, a este punto el cristianismo tomó mucha fuerza por lo que las pinturas se vuelven más esquematizadas para enseñar con facilidad la religión al pueblo analfabeta, de aquí la religión se vuelve parte importante en el desarrollo artístico pues, todo el enfoque va dirigido a ello, durante las corrientes siguientes se mantuvo esta idea ahora jugando con las luces y picos en las catedrales y sus adornos, en el estilo gótico por ejemplo surgen los rosetones que vuelven la experiencia más celestial. Ya en el renacimiento empieza a soltarse la idea religiosa atada al arte y surge el humanismo que lo centra en la persona y la razón, ahora se preocupan por la anatomía de los cuerpos y retrata la realidad que durante los siglos siguientes usando las bases de la luz en las pinturas, la simetría en la arquitectura y los elementos atómicos y estéticos en las esculturas para exagerar o retratar la realidad, la conteinalidad de la vida y cada parte (incluso grotesca) de ella.

Como se tiene registro de cada movimiento histórico del arte, podemos percibir cada obra desde un contexto social diferente y aun así sentir la idea del autor o los autores gracias al uso correcto de la percepción.3

Concepto de “sensación” y “percepción”

El humano adquiere conciencia de sí mismo y del mundo que le rodea por medio de sus sentidos. A partir de los estímulos recogidos por los sentidos el hombre descubre, organiza y recrea la realidad, adquiriendo conciencia de ella por medio de la percepción.

El estímulo pertenece al mundo exterior y produce un primer efecto o sensación en la cadena del conocimiento. Es toda energía física, mecánica, térmica, química o electromagnética que excita o activa a un receptor sensorial. La percepción es un fenómeno subjetivo, un proceso psicológico de interpretación y conocimiento de las cosas y los hechos.

La representación del mundo en nuestra mente: La sensación

Las sensaciones son impresiones que ocurren cuando se estimulan uno o más órganos sensoriales. Lo que hacemos es detectar la energía física del ambiente que nos rodea y codificarla en señales de tipo nervioso. Por lo tanto, la sensación es la forma en que obtenemos información a través de los sentidos para que nuestro cerebro la pueda procesar. Este proceso se denomina sensación. La sensación es el procesamiento cerebral primario procedente de nuestros sentidos principales (vista, tacto, gusto, olfato, oído)

Entonces, la representación mental del mundo se consigue a través de la sensación, pero estos estímulos son solo información dispersa que para ser entendida requiere ser organizada. El proceso para seleccionar, organizar e interpretar nuestras sensaciones es denominado como percepción. La percepción, por lo tanto, es la interpretación de las sensaciones en base a la experiencia y recuerdos de experiencias. Asimismo, la sensación está relacionada con el procesamiento ascendente (el viaje de la información desde la sensación hasta su recepción en el cerebro), el cual es la percepción de distintas características que se recogen y agrupan formando patrones reconocibles.

La sensación y el procesamiento ascendente es el análisis que se inicia en los receptores sensoriales y culmina con la integración de la información sensorial en el cerebro.

La perspectiva sociológica

En el libro El sentido social del gusto de Perrie Bourdieu se plantea que la percepción de las obras artísticas es diferente a la percepción de los objetos cotidianos, pues los productos de la actividad humana socialmente designados como “obras de arte” al convertirse en objetos de una categoría especial como signos de consagración, se entienden e interpretan de manera diferente a los demás objetos que no se les bautiza de esa manera.

Según esta distinción se tendrán dos categorías de objetos diferentes: los objetos naturales y los objetos artificiales, siendo estos últimos los creados por el humano. Dentro de estos últimos, las obras de arte serían un tipo de objeto especial que reclaman ser percibidos más por su forma que por su función. El que una obra de arte imponga su forma por encima de su función depende, probablemente, de la intención del productor. Pero esta intención es resultado de normas y convenciones sociales que definen la frontera entre los objetos, las meras cosas y los objetos del arte en cierto contexto histórico y social. Al ser consciente del entramado de convenciones podemos definir que, además del productor, también participa el contexto para definir la manera de percibir ese objeto como una obra de arte. Así, la intención del espectador también es necesaria para aprehender y apreciar eso como una obra de arte y también está definida por las normas y condiciones sociales (además,obviamente, por la experiencia y la formación).

El autor dirá que:

Al tener existencia y valor sólo en función de una historia particular, o si se quiere de una tradición, se impone una necesidad no lógica … La distinción entre obras de arte y los objetos producidos se impone con la necesidad arbitraria de los hechos normativos.

La legitimidad es una construcción social e histórica, no una propiedad natural de los objetos a partir de sus cualidades formales. La acción pedagógica es la que genera esa necesidad en su propio producto y la manera adecuada de apreciarla en tanto se produce como reproducción cultural.

De tal modo que ciertos objetos se designan como dignos de ser apreciados y admirados. Ciertas instancias (familia, escuela,) imponen esa admiración naturalizandola, teniendo el efecto de ocultar cada vez más esa arbitrariedad inculcada. La producción y la percepción de la obra de arte, dentro de la cultura moderna, se desarrolló dentro de los cánones de la “estética pura”, siendo esta caracterizada por tener cierta autonomía de la función (el objeto se despoja de funciones mágicas y religiosas), la profesionalización de los productores atentos a las normas de la esfera artística precedente (ya como continuidad, ya como ruptura, especialistas), y también el proceso del arte por el arte. Este movimiento, que

entenderemos como “modernidad”, comienza en Florencia en el siglo XV y tendrá continuidad con el romanticismo.

Esta autonomía del arte moderno consagra el triunfo de la forma, instaura una relación radicalmente nueva entre la obra y su público pues el artista ahora trabaja para los artistas, es decir para el campo del arte. Se mantiene una estética elitista excluyente y restringida. Aunque también en el arte moderno se inicia una búsqueda por esta “intención pura” en objetos cualquiera (Marcel Duchamp), al mismo tiempo que se revalorizan algunas obras consideradas salvajes o exóticas, no se tomaba en cuenta las circunstancias de su producción. Se crea un falso universalismo del gusto que en realidad es totalmente etnocéntrico, generándose una estética que brinda prioridad a la manera de percibir y no a la cosa percibida. El consumo adecuado de obras de arte está predispuesto a cumplir una función social de distinción. Para Bourdieu la obra de arte es un bien simbólico y sólo existe como tal para quien tenga los medios de apropiarse mediante el desciframiento, un código históricamente constituido y reconocido.

Dos tipos de percepción: competente e ingenua.

Ante una obra de arte se puede plantear que existe una percepción ingenua y una percepción competente. La competente habla de que la legibilidad de una obra para un individuo particular es en función de la distancia entre el nivel de emisión y el nivel de recepción. Cada individuo tendría una capacidad de aprehensión de la información propuesta por la obra, capacidad en función del conocimiento que tiene de un código (punto de fuga, semiótica del color, etc.) del tipo de contenido considerado (pintura, una época o escuela determinada, autor)

La percepción ingenua se funda en la experiencia, en las propiedades sensibles de la obra y la experiencia emocional que estas suscitan, es decir el contacto o comprensión de las cualidades expresivas (experiencia estética).

La perspectiva psicológica

Los psicólogos comienzan ahora a indagar los secretos que constituyen el atractivo especial de una obra de arte. Según demuestran los tests psicológicos y el análisis de las obras de arte, existen reglas estéticas que influyen en que consideramos bello en un objeto artístico. Por lo común, las personas preferimos la perspectiva espacial correcta y las formas que se repiten, características que podemos hallas en la naturaleza. También se ha comprobado que nos gustan más las obras con cuyo estilo estamos familiarizados. Los colores que se utilizan también influyen.

La psicología del arte es un ámbito de la psicología que tiene como elementos de estudio la creación y la apreciación artística desde un punto de vista psicológico. Los objetivos de la psicología del arte son el estudio de los procesos básicos, como la percepción, memoria y emoción, y las funciones superiores del pensamiento y el lenguaje. Esta disciplina trata de elaborar teorías tanto de la actividad creativa como la perceptiva.

La psicología del arte está relacionada con otros campos de la psicología como la psicobiología, la psicología evolutiva, la psicopatología o los estudios de la personalidad. Se relaciona también con otras disciplinas como la filosofía, por sus aportaciones en los fundamentos de la comprensión de los fenómenos estéticos, con la historia del arte en tanto que se pueden analizar obras desde una perspectiva psicológica. Por otro lado, la psicología del arte es un campo relativamente nuevo, siendo que existen referencias abundantes en inglés mientras que en español existe una menor cantidad de trabajos, siendo la mayoría de los casos textos basados en el psicoanálisis.

Muchos psicoterapeutas han querido estudiar y comprobar los efectos curativos del arte a nivel individual y grupal. Al estudio del elemento psicológico con el artístico se conoce como arteterapia. La arteterapia emergió hace décadas mediante programas de rehabilitación que utilizan técnicas como la escritura, la música, la pintura, etc. Pese a ello, la incorporación en el ámbito hospitalario todavía es lenta y dificultosa. Sin embargo, se ha popularizado la denominada psicología del arte que se basa en el desarrollo de la creatividad y la reducción del estrés y la ansiedad gracias al aprendizaje de las técnicas artísticas clásicas (pintura, escultura, artes plásticas). Por ejemplo, los psicólogos profesionalizados en el área de las artes plásticas pueden utilizar la producción creativa como mediador en la relación

terapéutica atendiendo cuestiones relacionadas con el psiquismo, la subjetividad, la cultura y la sociedad.

Las contribuciones de esta disciplina han sido variadas. La escuela de la Gestal, Gustav Fechner, Sigmund Freud, Vygotski y Gardner, han sido los principales autores que desarrollaron un papel relevante en su creación. Para Vygotski el mayor grado de civismo es la expresión del arte y la cultura, y el trabajo un medio para la evolución sociohistórica. Su tesis doctoral sobre Psicología del arte marco un hito en la psicología al apelar al “inconsciente” para definir el aspecto esencial del arte. Sin embargo, Vygotski era consciente de que el arte no era una necesidad primaria o fisiológica, teniendo en cuenta el punto de vista Abraham Maslow. Además, el aspecto inconsciente del arte no era equiparable con los procesos inconscientes oníricos, sino que más bien el arte es un paso hacia el subconsciente latente del ser humano en plena vigilia.

Se ha descubierto recientemente que la pintura permite la liberación de dopamina -la hormona que proporciona la sensación de recompensa- y endorfinas, las hormonas de la sensación de bienestar que se liberan, por ejemplo, cuando realizamos ejercicio físico. Por otra parte, se sabe que cuando uno termina una obra de arte, proporciona una sensación de felicidad muy similar a la que se experimenta cuando se tienen hijos. Esto se debe a la liberación de oxitocina. Algunos de los principales beneficios son el desarrollo de habilidades sociales, liberación de estrés y ansiedad, bienestar psicológico, control de conducta, trabajo en el subconsciente como método de conocimiento. En definitiva, aunque la psicología del arte es una disciplina reciente, tiene parte de sus orígenes en la tesis inicial de Vygotski. Esta es considerada como un método de autoconocimiento al trabajar con el subconsciente. Forma parte también de diferentes ramas de la psicología como elemento imprescindible de trabajo. Así, por ejemplo, en el contexto de la evaluación psicológica se utiliza respondiendo a intereses más concretos del evaluador, mientras que en talleres de arteterapia se emplea con un objetivo terapéutico libre o de autoconocimiento.

El panorama contemporáneo

En el libro cuestiones del arte contemporáneo la autora Elena Oliveras diría que tanto los cánones del conservadurismo de la estética pura como el campo popular rechazan la ruptura de códigos probados. Tanto el gusto académico como el popular exigen una representación conforme a reglas de estilo ya establecidas. El régimen de visualidad regulado, por ejemplo, en el renacimiento entendía a la obra como ventana, en términos de visión objetiva del mundo. pero sigue siendo una ficción que moldea y educa la mirada.

Las obras producidas según un modo nuevo de producción son percibidas mediante instrumentos de percepción anteriores contra los cuales han sido constituidas. El paradigma contemporáneo que representa una discontinuidad (ruptura de cánones). Los regímenes para percibir el arte son indeterminables, no es posible hablar de un único punto ni público de arte dada la diversidad de disciplinas y espectadores dentro del circuito artístico.

Estos espectáculos se van construyendo en paralelo al desarrollo de múltiples formas de arte, del siglo XX y XXI., en relación a sus formas de percepción; formas sensibles y formas conceptuales. Además, existen diversos circuitos de exposición artística: los museos (internos) , la extensión urbana (externos), y las plataformas online (virtuales).

Consecuencias y conclusion El problema del público

Dentro de estos públicos de arte, existe un tipo de público especializado que debe cumplir con ciertos requisitos: conciencia de que lo que está percibiendo es una obra de arte y tener la capacidad de encontrar los sentidos de la obra, es decir, interpretarla en toda su profundidad. La autora, dirá que el arte contemporáneo es hermético y complejo, por lo que queda excluido gran parte del público.

Cuatro tipos de espectador

Oliveras establece cuatro tipos de espectador: El ojo común, el ojo snob, el ojo absolutista y el ojo crítico.

El ojo común es el público que accede al museo y para el cual el arte contemporáneo sólo es escándalo o chiste. Para este la obra debe ser fuente de placer inmediato, solo valora la mimesis y el arte de paradigma tradicional, aceptando lo popularizado.

El ojo snob es quien busca sentirse cerca del arte y mostrarse como conocedor aunque sólo retiene lo superficial y la moda. Rechaza lo que siente que ya pasó y defiende lo nuevo.

El absolutista es quien defiende una solo tendencia, es intransigente y no ve más allá de su propio gusto. Generalmente estos espectadores son los artistas que solo defienden la posición en la que se encuentran afiliados.

El ojo crítico quien se preocupa por el arte, tiene cierta formación, es sensible y capaz de detectar en la obra los síntomas de su tiempo. Acepta que cada corriente artística es una corriente, considera cada época para entender sus obras. Intenta no proyectar sus prejuicios y procura ser contemplativo. Promueve el placer teorético. Es un público activo.

El arte contemporáneo se plantea como un “problema” a resolver a diferencia del arte clásico o moderno que se presentaban mayormente sólo a la apreciación sensible. Se ha creado una nueva instancia denominada como “placer teorético” (el cual no deja fuera el placer estético). Ahora la obra necesariamente requiere de la intervención del espectador como intérprete puesto que esta interpretación termina de construir la obra en cada nueva interpretación subjetiva. Ha entrado la filosofía al arte como un elemento esencial.

Para Oliveras, el arte ya no es sólo comunicación sino registro del presente, síntoma del espíritu del tiempo. Y esto no puede ser dicho en términos evidentes o explícitos o comprensible para todos pues la claridad excesiva anula la complejidad semántica.

Ha llegado a ser evidente que nada respecto al arte es evidente: ni en él mismo, ni en su relación con la totalidad. Ni siquiera en su derecho a la existencia. En arte todo

se ha hecho posible, se ha franqueado la puerta a la infinitud y la reflexión tendrá que enfrentarse con ello.

- Theodor Adorno, 1970, en Asthetische Theorie

Referencias 1-. Martínez, D. (2004). Arte Rupestre: introducción petroglifos pinturas rupestres. Rupestre Web. Recuperado 25 de enero de 2022, de https://www.rupestreweb.info/introduccion.html.

2.-Correcciones ópticas en los templos griegos. (2016, 5 noviembre). La ciudad

ideal.https://laciudadideal.wordpress.com. 3.- Historia del arte. (s. f.). HA! Recuperado 26 de enero de 2022, de https://historia-arte.com/movimientos 4.- Clausberg, K., “Feeling Embodied in Vision”, in: [Embodiment in Cognition and Culture], Eds. Krois,

M.,Rosengren, M., Steidele, A., Westerkamp, D., Benjamins Publishing,

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5.- Bruce, V., Green, R. and Georgeson, M., [Visual Perception: Physiology, Psychology and Ecology], Psychology.Press, New York (2010). 6.- https://es.slideshare.net/ferro21/el-arte-y-la-percepción 7.- Barreido, C. (2020). Psicología del arte: concepto y características. La mente es maravillosa. Recuperado de: https://lamenteesmaravillosa.com/psicologia-del-arte-concepto-y-caracteristicas/ 8.- Bayorti, A. (2017). La psicología del arte: La puntura sabe quiénes somos. Artelista. Recuperado de: https://www.artelista.com/blog/la-psicologia-del-arte-la-pintura-sabe-quienes-somos/

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