Descripción: revista de diseño industrial...
ISSN No. 2027-095X
La revolución creativa Olvidos, nadas y basuras Entrevista a Jaime Gutierrez Lega
REVISTA MASD EDICIÓN
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EDICIÓN #.
REVISTA MAS D ISSN No. 2027-095X
Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación Universidad El Bosque Teléfono: 6489000 Ext 133 Bogotá, Colombia
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Publicado en Colombia en diciembre de 2008 La revista es una publicación editada por la Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación de la Universidad El Bosque. Está prohibida su reproducción parcial o total sin previa autorización de la Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación. Las opiniones expresadas por los autores no corresponden necesariamente a las de la revista.
Juan Pablo Salcedo Obregón D.I. Decano Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación Juan Pablo Salcedo Obregón, D.I. Alejandro Villaneda, D.I. Felipe Ramírez Gil, D.I. Comité Editorial Felipe Ramírez Gil D.I. Director Editorial Vanessa Toro Laura Castilla Daniel Monsalvo Juan Diego Nader David Calvo Comité de apoyo estudiantil Ricardo Correa Sepúlveda D. G. Diseño editorial y diagramación Leonel Rodriguez Peña D.I. Colaboración en diagramación
Ricardo Correa Sepúlveda D. G. Diseño de Portada Flor Alba Fajardo Ramírez Web Master
Camilo Vega Jorge del Castillo William Jaramillo Juan José Gafaro Sandra Milena Vega Marco Gutiérrez Agradecimientos
Indice
7 13 La Revolución Creativa
Por: Javier Arteaga
Olvidos, nadas y basuras
Por: Jaime Alberto Montaña
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DISEÑO EN COLOMB Indiscreto Por: Calos Manuel Luna M.
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33 ENTREVISTA Jaime Gutiérrez Lega
BIA
Por: Felipe Ramírez Gil
DISEÑO UNBOSQUE El Bosque en la RAD Por: Alejandro Villaneda
ARTÍCULOS 5
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EDITORIAL
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DISEÑO UNBOSQUE
Por: D.I. Juan Pablo Salcedo Obregón D.I. Felipe Ramírez Gil
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RECOMENDADOS
La Revolución Creativa
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PERFILES
Por: Javier Arteaga
13 Olvidos, nadas y basuras
Por: Jaime Alberto Montaña
33 ENTREVISTA Jaime Gutiérrez Lega Por: Felipe Ramírez Gil
Editorial
El recientemente renovado interés de la Comisión Profesional Colombiana de Diseño Industrial al interior del Ministerio de Desarrollo por temas relacionados con el ejercicio de la profesión del Diseño Industrial está evidenciando en la dinámica de la gestión que se ha llevado a cabo en el país desde las motivaciones hasta la implementación del marco jurídico-legal sobre el cual se soporta este esfuerzo, la ley 157 de 1994 y sus posteriores decretos reglamentarios. Llama la atención lo tardío de este interés del ejecutivo, ya que han pasado catorce años desde su formulación. Para abordar un sistema social tan complejo como el Diseño Industrial colombiano se requiere que dicha ley actualice su articulado para una correcta lectura de su problemática. Las leyes son una vía muy importante que tiene una sociedad para generar, más que reglas y limites, acuerdos sociales, posibilidades de entendimiento de los agentes involucrados y sus interacciones. Pensando en la gestión del diseño industrial en el mediano y largo plazo, la ley tal como está, y la forma como se gestiona, dista mucho de ser una herramienta representativa para lograr un beneficio social contundente. Sería importante que la Comisión sea consciente de este desfase histórico y operativo; este es consecuencia de crear normas univocas y de ponerlas a funcionar tarde y los mecanismo legales así creados por nuestro honorable Senado son por obvias razones inútiles cuando no contraproducente. Para citar algunos ejemplos de esta situación se podría mencionar lo enunciado en el artículo 8, aparte 4, donde se le encarga a la Comisión de expedir el estatuto sobre ética profesional. Como hecho deontológico, un código de ética debe nacer de una reflexión y gestión de la sociedad civil y no del estado, menos en áreas que no le son propias, no ejerce o desconoce. Entonces el tenor de la ley debe propender por un estado que logre convocar a las fuerzas visibles de la comunidad colombiana del Diseño Industrial (algo que no se ha logrado con la representación requerida y deseable) y no la creación del código de ética. De otra parte la validez política de la Comisión se basa en su reconocimiento por las Facultades de formación profesional y las diferentes agremiaciones del Diseño Industrial que representen los diferentes sectores de la sociedad civil. Pero se
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Editorial
puede observar que en el caso de las agremiaciones, ni siquiera existen y su existencia no debe responder a manipulaciones privadas disfrazadas de gobierno sino por estas manifestaciones gestionadas transparentemente como sociedad civil que es lo que corresponde. Teniendo unas prioridades básicas que entender y respetar, la comisión ha basado su reciente gestión en el control del gremio sobre actividades reguladoras, como por ejemplo, la exigencia de la tarjeta profesional que enuncia la ley cuando esta nada aporta ni representa a no ser una manifestación de poder burocrático o peor aún una sed de recursos sin destino ni doliente claro.
El recientemente renovado interés de la Comisión Profesional Colombiana de Diseño Industrial al interior del Ministerio de Desarrollo por temas relacionados con el ejercicio de la profesión del Diseño Industrial está evidenciando en la dinámica de la gestión que se ha llevado a cabo en el país desde las motivaciones hasta la implementación del marco jurídico-legal sobre el cual se soporta este esfuerzo, la ley 157 de 1994 y sus posteriores decretos reglamentarios. Llama la atención lo tardío de este interés del ejecutivo, ya que han pasado catorce años desde su formulación. Para abordar un sistema social tan complejo como el Diseño Industrial colombiano se requiere que dicha ley actualice su articulado para una correcta lectura de su problemática. Las leyes son una vía muy importante que tiene una sociedad para generar, más que reglas y limites, acuerdos sociales, posibilidades de entendimiento de los agentes involucrados y sus interacciones. Pensando en la gestión del diseño industrial en el mediano y largo plazo, la ley tal como está, y la forma como se gestiona, dista mucho de ser una herramienta representativa para lograr un beneficio social contundente. Sería importante que la Comisión sea consciente de este desfase histórico y operativo; este es consecuencia de crear normas univocas y de ponerlas a funcionar tarde y los mecanismo legales así creados por nuestro honorable Senado son por obvias razones inútiles cuando no contraproducente. Para citar algunos ejemplos de esta situación se podría mencionar lo enunciado en el artículo 8, aparte 4, donde se le encarga a la Comisión de expedir el estatuto sobre ética profesional. Como hecho deontológico, un código de ética debe nacer de una reflexión y gestión de la sociedad civil y no del estado, menos en áreas que no le son propias, no ejerce o desconoce. Entonces el tenor de la ley debe propender por un estado que logre convocar a las fuerzas visibles de la comunidad colombiana del Diseño Industrial (algo que no se ha logrado con la representación requerida y deseable) y no la creación del código de ética. De otra parte la validez política de la Comisión se basa en su reconocimiento por las Facultades de formación profesional y las diferentes agremiaciones del Diseño Industrial que representen los diferentes sectores de la sociedad civil. Pero se
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No es muy lógico iniciar una gestión tardía con un idioma de este estilo, mas aún cuando gremios del diseño mas recorridas como el diseño gráfico, han descartado de sus principios este tipo de regulaciones. La capacidad pragmática que deben tener la ley debe replantearse para que se logre con claro sentido disciplinar algo que la ley enuncia con buena intención pero con poca lucidez en el artículo 9: “el diseño industrial tiene como función primordial la de ayudar a la sociedad, a las personas naturales y jurídicas a resolver los problemas y la necesidades que uno y otros tengan en cualquier área de su competencia” es decir: no define nada. Se hace importante convocar a los sectores de la sociedad a los que les es pertinente esta actividad profesional, no solo a nivel técnico como se intenta dar en las mesas sectoriales del SENA, a la Red Académica de Diseño, el sector productivo, las universidades entre otros. La Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación de la Universidad El Bosque tiene la mejor disposición de colaborar con este esfuerzo del Ministerio y de la Comisión de establecer los lineamientos correctos para que el Diseño Industrial colombiano encuentre finalmente en el estado un marco referente para realizar una gestión social pertinente, responsable y significativa, donde el estado refuerce sus acciones y no las superponga como en el caso de la mencionada tarjeta, donde un Ministerio, el de Desarrollo Economico contradice la responsabilidad delegada por otro, el de Educación, al exigir un documento que no aporta ningún valor al titulo profesional, cuando lo importante podría ser el promover la permanente actualización de la profesión y la renovación de su impacto en la sociedad. Juan Pablo Salcedo Obregón D.I. / M.A.
Decano Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación Felipe Ramírez Gil DI.
Editor Revista MasD
Editorial
puede observar que en el caso de las agremiaciones, ni siquiera existen y su existencia no debe responder a manipulaciones privadas disfrazadas de gobierno sino por estas manifestaciones gestionadas transparentemente como sociedad civil que es lo que corresponde. Teniendo unas prioridades básicas que entender y respetar, la comisión ha basado su reciente gestión en el control del gremio sobre actividades reguladoras, como por ejemplo, la exigencia de la tarjeta profesional que enuncia la ley cuando esta nada aporta ni representa a no ser una manifestación de poder burocrático o peor aún una sed de recursos sin destino ni doliente claro. No es muy lógico iniciar una gestión tardía con un idioma de este estilo, mas aún cuando gremios del diseño mas recorridas como el diseño gráfico, han descartado de sus principios este tipo de regulaciones. La capacidad pragmática que deben tener la ley debe replantearse para que se logre con claro sentido disciplinar algo que la ley enuncia con buena intención pero con poca lucidez en el artículo 9: “el diseño industrial tiene como función primordial la de ayudar a la sociedad, a las personas naturales y jurídicas a resolver los problemas y la necesidades que uno y otros tengan en cualquier área de su competencia” es decir: no define nada. Se hace importante convocar a los sectores de la sociedad a los que les es pertinente esta actividad profesional, no solo a nivel técnico como se intenta dar en las mesas sectoriales del SENA, a la Red Académica de Diseño, el sector productivo, las universidades entre otros. La Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación de la Universidad El Bosque tiene la mejor disposición de colaborar con este esfuerzo del Ministerio y de la Comisión de establecer los lineamientos correctos para que el Diseño Industrial colombiano encuentre finalmente en el estado un marco referente para realizar una gestión social pertinente, responsable y significativa, donde el estado refuerce sus acciones y no las superponga como en el caso de la mencionada tarjeta, donde un Ministerio, el de Desarrollo Economico contradice la responsabilidad delegada por otro, el de Educación, al exigir un documento que no aporta ningún valor al titulo profesional, cuando lo importante podría ser el promover la permanente actualización de la profesión y la renovación de su impacto en la sociedad. Juan Pablo Salcedo Obregón D.I. / M.A.
Decano Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación Felipe Ramírez Gil DI.
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La Revolución por: Javier Arteaga
«Hay una revolución que es por completo diferente, y tiene que ocurrir si hemos de emerger de la inacabable serie de ansiedades, conflictos y frustraciones en que estamos atrapados. Esta revolución (...) tiene que comenzar con una transformación radical de la mente misma...mediante una educación correcta, y el total desarrollo del ser humano». Krishnamurti, El arte de vivir.
La revolución creativa
Para los publicistas Bill Bernbach es símbolo de creatividad. De hecho fue el creador de ese movimiento llamado: La Revolución Creativa, impulsado en los años 60. Sin embargo, por lo general los tratados sobre creatividad han sido escritos por autores que no son creativos, y cuando se trata de este tipo de personas rara vez exponen una teoría sistemática de los valores que los guían en su creación más allá de retazos impresionistas sobre el consumidor o de apreciaciones de un estrecho profesionalismo sobre la eficacia de la creatividad.
“La Creatividad, ¿es una forma de arte oscura y esotérica?”, se preguntaba Bernbach. Su respuesta era: “Jamás, es la cosa más práctica que un hombre de negocios pueda emplear”.
Bill Bernbach no escribió formalmente ningún libro, y lo que se sabe de él es lo que fue exponiendo a lo largo de su vida a través de su propia obra publicitaria y de sus declaraciones en entrevistas y conferencias. A Bernbach no se le busca en la biblioteca sino en la hemeroteca; todo su pensamiento se ve reflejado en los anuncios publicitarios, lo que confirma su propio concepto “creatividad”: esta palabra mágica, polémica, misterio-
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sa y arbitraria que se puede aplicar a todas las disciplinas que día a día buscan desarrollar ideas para sobresalir en un país como Colombia, donde cada vez se pierde más esa encantadora sensación de sorprenderse. La primera gran discusión que se plantea con esta palabra gira en torno a si debe considerarse algo como creativo si es “efectivo”, en otras palabras, si vende, si se comunica con el receptor, si logra cambiar actitudes, si logra nuevos comportamientos. Esto se puede aplicar a cualquier producto o servicio, así como también a cualquier situación cotidiana. Un producto cuya comunicación o diseño obtenga todos los premios por su creatividad e innovación pero no se venda, definitivamente tendrá que replantear su equipo creativo. Lo mismo sucede cuando se quiere conquistar a una mujer llegando a cometer los actos más osados pararon el fin de obtener un beso de esa hermosa dama y apenas se recibe un agradecimiento. Muy seguramente, las acciones que se consideraron creativas definitivamente no lo fueron. “La Creatividad, ¿es una forma de arte oscura y esotérica?”, se preguntaba Bernbach. Su respuesta era: “Jamás, es la cosa más práctica que un hombre de negocios pueda emplear”. Pero, si se toma este concepto como guía, siempre se entrará en conflicto con pintores, maestros en arte, músicos y, claro está,
muchos publicistas y diseñadores que consideran que sus trabajos son creativos así no los entienda nadie. El modelo del creativo es el de un ser audaz dentro de un establecimiento que no lo comprende. Alguien que siempre va más allá y que, en consecuencia, se encuentra siempre inmerso en un gran combate. Es un modelo épico que encierra vaores revolucionarios, y, si bien el creador no puede crear de la nada, como hace su alter ego infinito, sí puede trastocar lo dado produciendo la "novedad", lo insólito, lo revolucionario, el cambio de perspectivas y, sobre todo, el cambio de órdenes, de las jerarquías de valores y posiciones. Así y todo, es necesario ser efectivos, no sólo con la comunicación que realizamos de nuestros productos y servicios, sino también con el desarrollo del producto para que este sea aceptado. Lo ideal es que se conozca al público objetivo (target) de una manera cercana y com-
pleta. Pero vuelve Bernbach a complicar cósale debate diciendo: “Una desventaja de hacerlo todo basándose en la investigación es que al final todo el mundo hace lo mismo”, es decir, si la buena intuición viene del conocimiento, al fin y al cabo está a disposición de todos. Sólo la verdadera intuición, saltando del conocimiento a una idea, es propia del autor y sólo de él. No pidamos a la investigación que haga lo que nunca fue su tarea, como por ejemplo tener una idea. Aquí, toma fuerza lo emocional frente a lo racional. El giro que ha dado la publicidad argentina hacia una comunicación fundamentalmente sensible, que hace llorar o reír, pero sobre todo hace sentir, está basado en una creatividad real, para personas de carne y hueso sensibles a toda clase de emociones y sensaciones; las emociones hacen sentir y sólo los sentimientos llevan a la acción. Pero ¿cómo lograr que una idea parezca creativa, y, sobre todo, que no se olvide y
La revolución creativa
que en algún momento permita tomar acciones diferentes? La respuesta está en dos aspectos: el entendimiento del funcionamiento del cerebro y el nivel de sensibilidad que debe tener el creativo.
cuando este recuerdo sea recuperado más tarde, en el momento de poder influir en la toma de decisiones, de comprar, opinar o de evaluar un proyecto o una idea, por otro.
La parte cerebral tiene que ver con la existencia física de los recuerdos en el cerebro -antiguamente, la función de pensar- se consideraba desligada de la materialidad del cuerpo y, por lo tanto, los recuerdos tenían que existir de una manera etérea. Para mencionar algunas interpretaciones del tema, Newton se “refería a un ser intangible” y Descartes describió la mente como una entidad extracorpórea y el acto de pensar le hacía evacuar el aire circulando en los tubos de un órgano”. Fue precisamente un científico español, Ramón Cajal, quien sentó la doctrina de la neurona, la cual consiste en afirmar la independencia de las células nerviosas, sólo relacionadas entre sí por contacto, no por fusión, como se afirmaba hasta entonces. Con ello obtuvo el premio Nóbel en 1906 y dio lugar a la moderna neurobiología, haciendo posible entender la creatividad.
Recordar no es una tarea fácil. Por el contrario, la función principal de la memoria es olvidar. Si se recordara cada nombre, cada situación, cada dirección, cada persona, muy seguramente todos estaríamos completamente locos. No recordar, por lo tanto, es lo normal, y guardar en la memoria es la excepción. Esto quiere decir que cuando se decide hacer algo creativo se busca lo excepcional.
Si la teoría sobre cómo funciona el cerebro existe, nos queda más fácil producir ideas para ser efectivos, para vender. Se parte de la actividad que hay que producir en las neuronas para formar un recuerdo de los mensajes, los productos y los diseños, por un lado, y de la actividad que producirá en el cerebro
El cerebro está constantemente pensando, pero ¿cómo hacer para que la gente piense en los diseños propuestos, en las ideas creativas? Pues bien, Marcial Moline ha llamado “la partitura creativa” al siguiente esquema, que se debe seguir cuando se hace creatividad publicitaria, pero que, si se analiza en profundidad, sirve para todo tipo de proyecto que involucre innovación. La partitura plantea, en primer lugar, que al cerebro no se le debe dar todo “mascado”. Es necesario que se sorprenda, y, por esta razón, hay que plantear siempre una incógnita, algo especial que obligue a pensar, que lleve de esta manera al segundo paso de la partitura que consiste en que el cerebro genere inferencias, pensamientos sobre algo posible, que juegue el doble sentido,
que juegue la imaginación. Por último, se plantea que, como un paso final de la partitura, se pueda descubrir el mensaje, descubrir el beneficio, descubrir qué quería decir: aquí tenemos la clave de la función de lo que llamamos creatividad.
co. Si lo que se necesita para que algo se quede en nuestra memoria es que sea diferente, único, creativo, pues ahí esta la emoción, y es precisamente este sentimiento el que enriquece y embellece la creatividad.
“Si lo que se necesita para que algo se quede en nuestra memoria es que sea diferente, único, creativo, pues ahí esta la emoción, y es precisamente este sentimiento el que enriquece y embellece la creatividad.”.
La invitación será siempre a realizar toda clase de investigaciones para luego dejar nuestro talento e inspiración al servicio de la creatividad, conscientes de que es necesario plantear incógnitas, generar inferencias, dar soluciones, pero sobre todo, transmitir emociones que respondan a estrategias y que logren que los proyectos sean reales, vendibles y responsables con el país y con la sociedad.
Pero toda esta fórmula planteada no sería efectiva sino se cuenta con la sensibilidad del creativo, sin ese enamoramiento, sin esa locura, sin esa motivación para comunicar gritos, pasiones, amores, sexo, violencia, dolor, rabia, angustias o risas. Porque son precisamente las emociones las que pueden acabar con cualquier racionalidad. Por eso se recuerda lo diferente, lo único, lo tierno. La emoción produce una serie de efectos incontrolables; ya no es nuestra mente, sino nuestro cuerpo. La emoción hace cambiar el color de la piel. Por emoción enrojecemos o palidecemos. La emoción eriza el vello, altera el ritmo cardia-
que en algún momento permita tomar acciones diferentes? La respuesta está en dos aspectos: el entendimiento del funcionamiento del cerebro y el nivel de sensibilidad que debe tener el creativo. La parte cerebral tiene que ver con la existencia física de los recuerdos en el cerebro -antiguamente, la función de pensar- se consideraba desligada de la materialidad del cuerpo y, por lo tanto, los recuerdos tenían que existir de una manera etérea. Para mencionar algunas interpretaciones del tema, Newton se “refería a un ser intangible” y Descartes describió la mente como una entidad extracorpórea y el acto de pensar le hacía evacuar el aire circulando en los tubos de un órgano”. Fue precisamente un científico español, Ramón Cajal, quien sentó la doctrina de la neurona, la cual consiste en afirmar la independencia de las células nerviosas, sólo relacionadas entre sí por contacto, no por fusión, como se afirmaba hasta entonces. Con ello obtuvo el premio Nóbel en 1906 y dio lugar a la moderna neurobiología, haciendo posible entender la creatividad. Si la teoría sobre cómo funciona el cerebro existe, nos queda más fácil producir ideas para ser efectivos, para vender. Se parte de la actividad que hay que producir en las neuronas para formar un recuerdo de los mensajes, los productos y los diseños, por un lado, y de la actividad que producirá en el cerebro
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cuando este recuerdo sea recuperado más tarde, en el momento de poder influir en la toma de decisiones, de comprar, opinar o de evaluar un proyecto o una idea, por otro.
“Si lo que se necesita para que algo se quede en nuestra memoria es que sea diferente, único, creativo, pues ahí esta la emoción, y es precisamente este sentimiento el que enriquece y embellece la creatividad.”. Recordar no es una tarea fácil. Por el contrario, la función principal de la memoria es olvidar. Si se recordara cada nombre, cada situación, cada dirección, cada persona, muy seguramente todos estaríamos completamente locos. No recordar, por lo tanto, es lo normal, y guardar en la memoria es la excepción. Esto quiere decir que cuando se decide hacer algo creativo se busca lo excepcional. El cerebro está constantemente pensando, pero ¿cómo hacer para que la gente piense en los diseños propuestos, en las ideas creativas? Pues bien, Marcial Moline ha llamado “la partitura creativa” al siguiente esquema, que se debe seguir cuando se hace creatividad publici-
taria, pero que, si se analiza en profundidad, sirve para todo tipo de proyecto que involucre innovación. La partitura plantea, en primer lugar, que al cerebro no se le debe dar todo “mascado”. Es necesario que se sorprenda, y, por esta razón, hay que plantear siempre una incógnita, algo especial que obligue a pensar, que lleve de esta manera al segundo paso de la partitura que consiste en que el cerebro genere inferencias, pensamientos sobre algo posible, que juegue el doble sentido, que juegue la imaginación. Por último, se plantea que, como un paso final de la partitura, se pueda descubrir el mensaje, descubrir el beneficio, descubrir qué quería decir: aquí tenemos la clave de la función de lo que llamamos creatividad. Pero toda esta fórmula planteada no sería efectiva sino se cuenta con la sensibilidad del creativo, sin ese enamoramiento, sin esa locura, sin esa motivación para comunicar gritos, pasiones, amores, sexo, violencia, dolor, rabia, angustias o risas. Porque son precisamente las emociones las que pueden acabar con cualquier racionalidad. Por eso se recuerda lo diferente, lo único, lo tierno. La emoción produce una serie de efectos incontrolables; ya no es nuestra mente, sino nuestro cuerpo. La emoción hace cambiar el color de la piel. Por emoción enrojecemos o palidecemos. La emoción eriza el vello, altera el ritmo cardiaco. Si lo que se necesita para que algo se quede en nuestra memoria es que sea diferente,
único, creativo, pues ahí esta la emoción, y es precisamente este sentimiento el que enriquece y embellece la creatividad. La invitación será siempre a realizar toda clase de investigaciones para luego dejar nuestro talento e inspiración al servicio de la creatividad, conscientes de que es necesario plantear incógnitas, generar inferencias, dar soluciones, pero sobre todo, transmitir emociones que respondan a estrategias y que logren que los proyectos sean reales, vendibles y responsables con el país y con la sociedad
"Think small", aviso publicitario para Volkswagen creado por Bill Bernbach en el año de 1959 , considerado el mejor de todos los tiempos según una lista publicada por Advertising Age
La revolución creativa
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por: Jaime Alberto Montaña
Olvidos, nadas y basuras
El vio a Cosima desde el umbral de la puerta, ella restregaba el papel asegurándose que todo quedara seco y bien limpio, a él, como siempre, le encantó la forma como su cadera y su cintura se plegaron, como insinuando un ligero baile erótico. Cuando su mirada se clavó sobre el papel doblado y arrugado, que en ese momento perdía el color, el vio la piel de su frente, la piel blanca de su cuello largo y elegante, la forma como su mano lo sujetaba y como siempre, vio el instante de ausencia que se apoderaba de su rostro, en el momento previo, al que ella con la palma de su mano y sus dedos lo aplastaba, convirtiéndolo en un amasijo con un movimiento instintivo, que llevaba en su fuerza algo de obsesión y que terminaba en el momento en que levantaba el brazo para arrojarlo en la caneca, con un gesto decidido y ágil, acompañado por un movimiento innecesario de acomodación del cuerpo, por la cercanía de la caneca. En ese instante de su ausencia, el sabía que quería quedarse con ella, aunque también sabía que esa ausencia, la que parecía nacer en ella, como un acto de venganza del papel por haberlo reducido a la nada, era el anuncio de su ausencia definitiva, la que cada día estaba más cerca. Lo único que lo tranquilizaba era saber que esa ausencia, estuviera donde estuviera, se repetiría siempre y que él en ese instante estaría ahí amándola, porque ésta siempre era la misma, en cada instante era eterna, como ese amor de siempre que el sentía por ella. Amores en el umbral, Federico Cowarnt. Ed. Hamburgo. 1977
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1. La geometría euclidiana es la geometría de lo humano; sus figuras cuadradas, rectangulares, triangulares y su proyección en los sólidos, son la abstracción de la relación que la humanidad ha desarrollado con la naturaleza para poder sobrevivir. Ellas son el reflejo de la forma como se ha repartido la tierra y también la forma como se han construido sus refugios. En ella, se representa la manera como se manipulan los materiales que la naturaleza ofrece, como se cortan y se ensamblan unos con otros para armar y distribuir los espacios. En este sentido, su teoría busca la dominación y transformación de la naturaleza, con el fin de moldear el territorio de acuerdo a las necesidades culturales y a sus imperativos. Esto se puede observar con facilidad en cualquier cultura, en los griegos, en una comunidad indígena o en cualquier barrio de Bogotá, al estudiar la forma de sus viviendas. Cada una de ellas se puede descomponer con facilidad, en una sucesión de círculos, elipses, rectángulos, triángulos y ángulos, una descripción que se lleva a un nivel superior de complejidad, si se estudia la relación de estos espacios con las representaciones de uso. A través éste se hace posible determinar algunas de las concepciones cosmológicas del grupo social que se estudia. Con este tipo de intervención sobre el paisaje se deja una huella sobre la topografía del
territorio, la que en muchos casos ha permitido, después de muchos siglos, ubicar los asentamientos humanos de grupos extintos, porque el plano que dejan sobre la irregularidad del paisaje, le indica al ojo arqueológico donde ha habido intervención humana.
La geometría fractal, por su parte, se puede considerar como la geometría de la naturaleza. Esta geometría, como lo indica su creador, se encarga del estudio de la rugosidad, algo que la geometría tradicional nunca se había atrevido a estudiar. Además, no busca dominar la naturaleza. Por el contrario, pretende desentrañar la forma como ésta se
Olvidos, nadas y basuras
despliega, crece y se transforma. Por lo anterior, su perspectiva se acerca más a la mirada del etólogo, del ecólogo, el antropólogo o el artista, miradas a través de las cuales se pretende desentrañar los patrones de comportamiento y el sentido (Figura 1) de aquello que se observa. Cada una de las perspectivas geométricas antes expuestas contiene una percepción diferente del territorio, acompañada a su vez por una percepción diferente del espacio. De acuerdo a lo anterior, la geometría euclidiana, en su descripción del territorio, establece con claridad el límite y el área que se encuentra dentro y fuera de él. Relación que, al trasladarse a un plano de vivienda o a un plano de ciudad, sirve para determinar el uso de los espacios. Así se determinan espacios públicos o privados y, dentro de ellos, el uso que se le debe dar a cada uno, uso que, por lo general, pretende ser exclusivo: la cocina se diferencia de la sala y ésta del baño, y todos ellos de la alcoba principal y, si se amplía la escala de análisis, el apartamento de los corredores, los que a su vez establecen la diferencia de un apartamento con respecto a otro. La determinación de uso exclusivo reduce la variable de tiempo a cero porque no permite ninguna variación que vaya a transformar sus especificaciones de uso; si se está en la cocina es tiempo de comer,
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(Figura 2)
(Figura 3)
si se está en el cuarto de descansar, en la sala es tiempo de la visita y así sucesivamente. Por el contrario, la geometría fractal se desarrolla en el tiempo, requiere de un permanente movimiento de desplazamiento a través del cual se va construyendo su descripción de la naturaleza. Movimiento a través del cual se deshace la concepción de límite, al construir figuras
cuya forma se extiende a infinito, ya sea en el contorno de su perímetro o en el interior de su área. Mandelbrot lo ilustra en el fractal que llama Isla tríadica de Koch o copo de nieve K. (Figura 1). Un fractal como este se elabora con base en tres elementos, una figura inicial, un iniciador y su función de aplicación. (Figura 2). La construcción empieza por un “iniciador”, a saber, (un triángulo equilátero) de lado unidad. A continuación, sobre el tercio central de cada lado, se adosa una península en forma de triángulo con lados de longitud un tercio (iniciador)… Se repite luego el mismo proceso de adición de penínsulas sobre los lados de la estrella, y así sucesivamente e indefinidamente (función de aplicación) La aplicación a infinito de la función sobre cada uno de los lados de la figura, a través de un proceso de iteración, construye un perímetro infinito, con lo cual se deshace la noción de un lado de longitud limitada, para ingresar a un lado de longitud ilimitada. Con este procedimiento la figura euclidiana se deshace porque ésta ya no tiene un área definida, se convierte en figuras inestables en un permanente proceso de crecimiento, de ampliación, el cual se puede observar en las figuras cuya función de
aplicación recorre su interior. Un ejemplo de esto es el fractal del Esquema arborescente del pulmón (Figura 3) Como indica el pequeño diagrama arriba a la izquierda, cada pulmón toma la forma de un triángulo isósceles, con el vértice ligeramente obtuso y el contorno de la tráquea corresponde a un ángulo de abertura 2E. En cada dirección sale un bronquio de ángulo 2E, que divide el pulmón correspondiente en dos lóbulos, el superior y el inferior, ambos delimitados por triángulos isósceles semejantes al contorno inicial, con una razón de proporcionalidad 1/ [2 cos(pi/4-E/2], esto es, algo menos de 0,707. Paralelamente, de cada segmento del contorno externo parte un triángulo de carne que divide el lóbulo correspondiente en dos sublóbulos. Se van añadiendo así, por orden, sub-sub-bronquios y sub-subtriángulos de carne. Después de algunas iteraciones, el resultado es el que se observa en la figura. Al desarrollar la iteración al interior de la figura inicial, ésta se abre a infinito tanto en su perímetro como en su interior, con lo cual se rompe por completo el límite para crear una figura porosa, quebrada y resquebrajada, en donde no es imposible establecer dónde está la zona interior y, por lo mismo, la zona
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exterior, porque una forma se encuentra contenida en la otra o es la que contiene y hace posible la otra. Además, el todo es idéntico a cualquiera de sus partes y la parte es idéntica al todo. Así, mientras, la geometría euclidiana se basa en formas que por su definición se excluyen unas a otras, la geometría fractal se basa en una sucesión infinita de procesos de inclusión, a través del cual la noción de límite desaparece. También, mientras la primera plantea el tiempo como una variable igual a cero, la segunda lo toma como evento constitutivo para su desarrollo.
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2. Si bien se puede llevar a cabo una el paquete pierde su función. En este separación teórica de ambos tipos de geometría, la euclidiana o humana y la fractal o la de la naturaleza, ambas cohabitan en aquellos lugares o territorios en los cuales se ha desarrollado cualquier tipo de intervención o creación humana. En donde una y otra parecen estar en un permanente proceso de tensión y contradicción, la fuerza, la estructura y definiciones de una, se enfrentan contra la fuerza de ruptura e indefinición de la otra. El profundo malestar que produce una gota de lluvia que cae por entre los techos de la sala, lleva esta lucha, porque le anuncia al habitante de la casa, que, a pesar de la quietud de las paredes y los techos, como sinónimos de solidez, estos son susceptibles de fragmentarse y, al hacerlo, le anuncian al habitante la presencia de la indefinición, la que a su vez se convierte en sinónimo de desamparo y soledad. Es quizás también por esto que, cuando por propia mano le aplicamos la fuerza de fragmentación a cualquier empaque, sea uno de papas fritas o el papel que cubre un regalo, uno de los primeros impulsos es el de aplastarlo o continuar rasgándolo hasta reducirlo a los fragmentos más pequeños que nos permita nuestra fuerza, como si tratáramos de huir de la indefinición fractal que nosotros mismos provocamos cuando aplicamos la fuerza de desgarro y
sentido, la caneca a donde van a parar los objetos de la indefinición, se convierte en el territorio de seguridad desde el cual estos objetos no nos amenazan con su indefinición. Palabras como arreglo, reparación y conservación expresan esta lucha, el deseo por mantener el territorio de lo euclidiano con la seguridad que nos dan sus determinaciones de uso. Pero es en los lugares del abandono donde ambas fuerzas se constituyen como un sistema de mutuo desequilibrio y complementariedad. El abandono llega cuando el olvido aparece y éste se da como una causa lógica de la muerte, de procesos de sucesión nunca concluidos o por cambios en las dinámicas o tendencias sociales o del estado. Los primeros procesos producen el abandono de lugares propios del uso íntimo o doméstico, casas de familia y/u objetos que entraron en desuso. Los otros producen el abandono de los lugares o edificaciones del estado y de los objetos asociados a ellos, o de lugares donde antiguamente funcionaba algún tipo de empresa. En éstos, en medio de las fuerzas de fragmentación y pliegue, generadas por las fuerzas de la naturaleza, se hace evidente la determinación de uso que tenía cada uno de los espacios y en ella su contenido de representación, aunque éste, por acción de la
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fuerza natural de representación, se haga borroso. Así, en medio de un lugar abandonado, la observación se convierte en un ejercicio de reconstrucción, que se deja ver detrás de preguntas como: ¿aquí que funcionaba? o afirmaciones como “este parece el cuarto principal” o “seguramente por aquí entraban los caballos”, esfuerzo de observación con un poder de evocación y de experimentación mucho mayor para el que observa que si el lugar estuviera en uso, cuyos procesos de exclusión mediarían la observación, llevándola a procesos externos del individuo que indaga, expresados en preguntas como: ¿qué funciona aquí? o ¿quién duerme acá?
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En este sentido, la fragmentación, como representación de la nada o de lo indefinido, hace visible el carácter transitorio de las representaciones humanas del mundo, a la vez que transforma la dureza y determinación euclidiana del espacio en algo plástico, voluble, maleable y cambiante. De esta manera, la historia que puede representar el edificio institucional y la forma de vida que encarna se convierte en algo relativo y transitorio. Es por esto que los lugares abandonados se miran con recelo desde las instancias del poder, pues su condición no permite insertarlos dentro de una narrativa lineal, no son lógicos, no tienen lugar y
por lo tanto tienden a deslegitimar la verdad histórica que se intenta construir desde una sucesión lógica de causas y efectos. Por eso las tareas de restauración son, a su vez, intentos políticos que sirven de soporte para legitimar la verdad histórica que se quiera instaurar.
“...cuando las fuerzas fractales de la naturaleza actúan sobre el espacio físico euclidiano, también están plegando su representación y abriendo el camino para que surjan nuevos sentidos de uso, o más específicamente de re-uso” La mancha que crece en los muros, las vigas que se quiebran, las puertas que caen, los vidrios que se rompen, la corrosión asentada en los metales pliegan la unidad del espacio que les sirve como recinto, a la vez que pliegan las determinaciones de uso y los dejan abiertos para que se resignifiquen. Es decir, cuando las fuerzas fractales de la naturaleza actúan sobre el espacio físico euclidiano, también están plegando su representación y abriendo el camino para que surjan nuevos sentidos de uso, o más específicamente de re-uso. De acuerdo con esto, se crea una forma de uso del espacio en el que su representación se
desarrolla siguiendo la lógica de plegamiento del espacio natural y en el que por lo menos recurren dos formas de representación. Por un lado, está aquella que desaparece pero que sigue presente en su plegamiento y, por otra, está la que se sirve de ella pero que construye otra significación. De esta forma, se crea una forma plegada sin adentro ni afuera, o una forma de uso en la cual confluyen los tiempos y que, de una u otra forma, se expresa en la deformidad del espacio físico, en la rugosidad que lo compone, en la ruptura de sus límites. En su configuración estética y física los lugares del abandono son plásticos maleables, están abiertos a la transformación porque las fuerzas de plegamiento de la naturaleza los han devuelto al estado de lo inacabado y, en ese sentido, se han convertido en un fractal que se puede desplegar infinitamente, despliegue que, en su consideración física, se transforma a su vez en su condición de representación. En este sentido, podemos ir ahora a aquellos lugares de abandono que habitan en nuestra cotidianidad: el cajón que nunca se abre o el armario al que va a parar todo aquello que no se usa o también todo aquello que no se ha hecho y que se debería hacer. Lugares que, a diferencia de la caneca en la que se aloja todo aquello
Olvidos, nadas y basuras
que ya no es, en toda su potencialidad para ser algo -el tejido que la mamá alguna vez inicio, la pantalla de la lámpara que entró en desuso pero que no se botó, algunas herramientas, un antiguo aparato ortopédico, entre una infinidad de cosas posibles pero que siguen allí como anuncio, como posibilidad de ser retomadas, pero que en últimas-, son la coexistencia controlada con el mundo de la nada, que anuncia su presencia. Pero, igualmente encontramos otros territorios del abandono que tienen que ver con las tareas emprendidas pero nunca terminadas, con las cuales se cohabita angustiosamente. Es común encontrar una colección de escritos que están por ser terminados o una persona con algo de dolor y frustración por no haber culminado la carrera que había empezado o por no haber enviado o escrito una carta, o por haber dicho o hecho algo por su madre antes de que ella muriera. Todas ellas son situaciones en las que la geometría euclidiana ejerce su determinación sobre las personas que viven estos momentos. Determinación que, vista desde la geometría fractal, se rompe para convertirlos en elementos indefinidos, rotos y, por ello mismo, abiertos a la resignificación o como muestra de la relatividad de la existencia humana, situaciones que, desde la pers-
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pectiva euclidiana, se viven con angustia, como una carencia que habría que espichar como se hace con el papel que se arroja en la caneca, pero que desde la geometría fractal se viven como una posibilidad de creación, de habitar en un lugar diferente. Pero ¿qué podría pasar con nuestra concepción del mundo si nos ubicamos al otro lado de las fuerzas en tensión y antes de pensar en lo acabado y definido nos ponemos en el lugar de lo fragmentario, de lo abierto e infinito e intentamos entenderlo desde su condición y capacidad de representación?. En la literatura, encontramos ejemplos de esto, la novela “El Astillero” de Juan Carlos Onetti trata de una serie de personajes que hacen su vida en un astillero abandonado. Aun así, y aunque todos saben que éste nunca renacerá, viven su vida como si aun funcionara; cada uno, día a día, asume su rol dentro de la empresa, haciendo una cantidad de tareas “inútiles” que simulan las actividades del lugar antes de que cayera en el abandono. Además, como no reciben pago, consiguen dinero vendiendo parte de la herramienta y maquinaria inutilizada. Aunque todos saben que habitan en un lugar abandono y que esto nunca cambiará, también saben que esa es su vida y la asumen como tal, lo que deja
ver el carácter relativo de la representación de la vida y destaca la forma como ésta se resuelve en la decisión individual, en la que la fragmentación sirve como motivo para su invención. Otra obra que porta un sentido similar es la de Samuel Becket titulada Esperando a Godot. En ella, dos personajes -Vladimir y Estragónesperan a una persona que ambos saben que nunca llegará. Aun así, la siguen esperando como una acción de su decisión individual, a través de la cual ocupan el tiempo de la vida. En ellos, a través de su indumentaria, se construye la visión del abandono; visten con harapos, sus zapatos están rotos y gastados, pero de nuevo, a través de la fragmentación y colocados en la indeterminación y la nada, construyen su vida y su accionar
en el mundo. En su concepción de la vida no importa la finalidad, que llegara Godot. Lo importante es el despliegue de su vitalidad en cada minuto eterno de la espera, aunque su razón de ser sea esperar. En ambos casos, pareciera que lo importante fuera la fuerza de despliegue que cada uno porta en su acción de vida, que en últimas es la misma que porta la naturaleza y que los define a ellos como naturaleza, fuerza indiferente que encuentra su placer en el acto de desplegarse infinitamente y sobre sí misma, envolviéndose, abriéndose de la misma forma en que se pliegan sus pulmones, su cuerpo y a través de ellos, sus ideas, sus pensamientos y su presencia en el mundo.
Olvidos, nadas y basuras
3. De la misma forma en que los escenarios y la indumentaria planeada por los autores parece envolver a sus personajes o llevarlos al mundo de la representación fractal, cuando entramos en contacto con un material, que por su constitución porta las condiciones de los lugares o elementos del abandono, es decir, que se haga plástico y esté permanentemente abierto a las fuerzas de pliegue, la condición de abandono y olvido se vuelve constitutiva del creador, siempre y cuando no medie en esta relación ningún tipo de herramienta que en su uso genere algún tipo de plano o de línea. Lo anterior he podido observarlo durante el curso que desde hace aproximadamente diez años vengo desarrollando con estudiantes universitarios, niños y viejos, de trabajo en plastilina, Un material que en sí mismo porta todas las condiciones propias del abandono y el olvido. Es quizás por esto que el uso de este material se haya restringido a los niños y adultos mayores, pues no cumple con ninguna de las condiciones necesarias y exigidas por las lógicas de la determinación, propias de la perspectiva euclidiana. En este sentido, los objetos que se constituyen a través de él, nunca están terminados porque siempre estarán abiertos a la transformación, lo que tiene como consecuencia que su conservación no sea posible. De acuerdo con esto, el
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trabajo con plastilina implica de hecho un momento que, desde la perspectiva euclidiana, está condenado, porque es un trabajo inútil que no apunta a su conservación pero que, a la vez, se ubica al lado de la perspectiva fractal por su indeterminación y su infinita posibilidad de pliegue. En este sentido, la experiencia con este material toma todas las dimensiones esbozadas en algunos de los párrafos anteriores, es decir, se pliega tanto a nivel físico o topográfico como a nivel de las representaciones de la vida que tienen los estudiantes. En este sentido, el curso, en el caso de los estudiantes universitarios, se vive como un lugar marginal en el cual consiguen escapar de las exigencias de cumplimiento y determinación que les exigen otras materias, situación que tiene una serie de expresiones contradictorias. Por un lado, la escogencia del curso tiene que ver con la condición que porta el material, es decir, que lo eligen como una posibilidad de asistir a una clase en la que se cumpla el anhelo de poder hablar, oír música e interactuar con sus compañeros sin tener una figura de poder que los controle. Sin embargo, ellos mismos se sorprenden, cuando entran en profundos estados de concentración en su trabajo y dejan de lado su música y la charla con sus compañeros. Así las cosas, y de la misma forma que las fuerzas de pliegue de la naturale-
za, el curso se desarrolla como un elemento de resistencia a las formas euclidianas y deterministas de la institución. Lo que ellos expresan a través de comentarios como: “esto es un descanso”, “un alivio”, “aquí se olvida uno de todo”, constituyen palabras que se desarrollan no como una oposición sino como un acto de ir a otro lugar, entrar en un estado diferente. Pero además, y en directa relación con este despliegue, se lleva a cabo un proceso de plegamiento hacia la parte física o topográfica, que por el contenido del curso y a través de
los pliegues que constituyen sus figuras, se desarrolla en varias direcciones. Por ejemplo, en el módulo correspondiente a cuerpo humano, las figuras de los estudiantes parecen hacer todo el recorrido de la evolución. Así, entre pliegue y despliegue sus figuras se van transformando de primates a homo sapiens sapiens. En esos momentos del trabajo, la fuerza plegadora de la naturaleza se manifiesta a través de sus manos y parece hacer todo el recorrido de la evolución humana. Pero quizás el punto donde esto se expresa con mayor clari-
Olvidos, nadas y basuras
dad es cuando se inicia el trabajo con el rostro, el que se divide en dos momentos, tallado del cráneo y recubrimiento. Esta labor está acompañada de una serie de indicaciones sobre el papel que juegan las estructuras, en especial sobre la forma cómo en la percepción de una figura es posible identificar cuándo ésta es una masa sólida o cuando no, lo que en el caso del rostro se identifica con claridad por la expresión que adquiere cuando posee estructura, pero sobre todo, en la forma en que somos capaces de percibir que ésta existe sin que la estemos viendo, lo que a su vez significa la posibilidad de traspasar los límites y entender las diferentes conexiones de los elementos. En otras palabras, y utilizando una de las características de los fractales, se entiende el todo porque se entiende la parte y, a su vez, esto es posible porque la parte es idéntica al todo y más que la parte, se trata de la dinámica de despliegue que se lleva a cabo, la relación entre el pliegue y la función generadora. Cuando los cráneos, del tamaño de las manos, están terminados, estos expresan en su figura la fuerza fractal que los ha generado, plegándose sobre sus creadores a través de la identidad de su forma y proporción, con el rostro de sus creadores. Lo que se observa con facilidad al sobreponer una fotografía del cráneo a una fotografía de su crea-
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dor, siguiendo algunas de las indicaciones de la antropología forense para el reconocimiento de cadáveres. Este procedimiento no es más que una acción de repliegue a través de la cual se devela la función de la fuerza fractal que lo construyó. Además, la figura permite observar otra dimensión de las formas de este despliegue, que tienen que ver con el contenido de expresión que porta la figura, lo que. en otras palabras, estaría al lado del contenido de sensaciones que el creador ha incorporado en su obra y que directa o indirectamente tendría que ver con el contexto de “resistencia” a las formas euclidianas de la institución en la cual el curso se desarrolla, como producto natural de la oposición entre las fuerzas constituidas por la geometría de lo fractal y la geometría euclidiana. Siguiendo en esta línea de discusión, el curso en sí mismo es el lugar del abandono y el olvido, es la ruina que de una u otra forma siempre debemos prever para reinventar, es el accidente que porta toda forma euclidiana y que permite el reencuentro con las fuerzas indiferentes de la naturaleza, en la que no hay una división, sino un proceso continuo, a través del cual se genera lo diferente. El texto Federico Cowarnt con el que se inicia este artículo, es una ausencia en sí mismo.
No sabemos nada de lo que está haciendo ella, diferente a arrojar un papel a la basura, que por su condición es en sí mismo la representación de la ausencia. Ella podría estar en cualquier lado, en la cocina o quizás recogiendo los restos de algún plato que se regó, en la sala o en el comedor o, porque no, podría estar espiándola mientras lleva a cabo una tarea intima. Todas o una de ellas son posibles. Eso nunca lo sabremos porque el autor lo quiso así y con ello quizá señala como el amor por esa mujer se encuentra ubicado, no en el lugar de lo determinado euclidiano, sino en el lugar de esa fuerza encargada del pliegue de la forma y la topografía, a través de la cual todo se encuentra entramado. Así, señala un vínculo que puede estar más allá de la anécdota que significa la presencia y esto se hace posible porque se ha desplegado ante él. Una concepción que quizás deberíamos trasladar a nuestra perspectiva histórica y a la creación de nuestra cultura material, ya que muchos de nuestros proyectos sociales y culturales parecen estar bordeados por el olvido y el abandono y quizás si los dejamos de ver desde la perspectiva euclidiana y los miramos desde la perspectiva fractal, podamos encontrar la función lógica que lo genera y desde allí construir patrones y parámetros de conocimiento con una capacidad de explicación que comprenda la comple-
jidad de nuestro mundo sin reducirlo, determinarlo y aniquilarlo.
Seminario de diseño El Seminario de Diseño, Imagen y Comunicación es un espacio que abre la Facultad en conjunto con el Departamento de Humanidades para reflexionar y discutir sobre las implicaciones del diseño en las sociedades (locales, de la información y de la persuasión), afrontando las problemáticas de la imagen y la geometría. El seminario, que está dirigido a todo el público y es gratuito, se reúne bajo la dirección del profesor Jaime Alberto Montaña los dias jueves cada quince días en la sede del Departamento de Humanidades.
Bibliografía Becket, Samuel. Esperando a Godot, Ed. Tusquets, Madrid, 1988. Cowarnt, Federico Amores en el umbral, Ed. Hamburgo. 1977. Onetti, Juan Carlos, El Astillero, Compañía general fabril editora, Buenos Aires, 1961. Mandelbrot, Benoit, Geometría fractal de la naturaleza, Tusquets, Barcelona, 1997
Olvidos, nadas y basuras
INDISCRETO
“con exceso, sin moderación” por: Carlos Manuel Luna M. Con sólo dos años de existencia, el certamen INDISCRETO, liderado por el programa de Diseño Industrial de la Universidad de Pamplona (Norte de Santander), se ha convertido en un espacio de interacción y construcción intelectual lleno de conocimientos y herramientas que han permitido a los asistentes actualizarse a través de la puesta en común de los
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diferentes fenómenos que acontecen y determinan el rumbo de la actividades involucradas con la innovación, el diseño y la creatividad vistas desde cualquier área del conocimiento. Los diferentes espacios diseñados para el certamen INDISCRETO constituyen escenarios estratégicos para que, año tras
año, se proyecte al medio profesional y laboral el talento de cada uno de los asistentes que hacen parte activa del certamen. Es así como el diseño estratégico de INDISCRETO entiende y valora la participación de cada uno de los autores y actores que fomentan y aportan sus conocimientos y experiencia para el continuo mejoramiento de las actividades en el oriente colombiano y occidente venezolano. La cadena de valor de INDISCRETO se consolidará a través de una estrecha relación con el medio, concebido como punto final donde la academia y el sector laboral convergen en una relación de mutuo beneficio. El certamen busca así convertirse en el escenario estratégico para proyectar el talento de los estudiantes y asimismo ser un espacio de contactos que promueva el reconocimiento de nuestra disciplina, la apertura de plazas laborales y otros beneficios para el estudiante, el medio y el diseño en general. En 2007, INDISCRETO se realizó en la ciudad de Pamplona, con una duración de 19 días continuos. El evento contó con la participación de 21 ponentes (diseñadores industriales, arquitectos, ingenieros mecánicos, publicistas, diseñadores de modas, ingenieros de alimentos) quienes, con igual número de
conferencias, un conversatorio y dos talleres creativos, representaron a sus instituciones (10 diferentes universidades nacionales y 5 empresas independientes) y aportaron nuevos conocimientos y experiencias. A esto se sumaron dos exhibiciones de trabajos de estudiantes y profesores que estuvieron expuestas en la sede central de la Universidad. En esta oportunidad la Universidad El Bosque participo con la conferencia "La Forma como lenguaje: Lo Básico del Diseño" dictada por el docente Alejandro Villaneda y con una exposición de modelos de Diseño Básico 1 resultado del ejercicio investigativo de 1er semestre. Los modelos que se expusieron corresponden a los estudiantes Joel Parra, Diego Perdomo, Daniel Pajarito, Diana Ávila, Catalina Ramírez, Andrea Sierra, Nelson Ramírez, Diego Montiel y Jenny Tovar.
Con el aprendizaje y enseñanzas que dejó el primer INDISCRETO, en 2008 nos lanzamos a organizar la segunda versión del certamen, esta vez con mayores expectativas y mayores retos. Se convocó nuevamente a las escuelas de diseño del país, teniendo una respuesta muy positiva. INDISCRETO 2008 se realizó en las ciuda-
Diseño en Colombia
des de Pamplona y Villa del Rosario (área metropolitana de Cúcuta) simultáneamente, durante 17 días continuos, teniendo como ejes centrales:
Experiencias de innovación: 6 conferencias de docentes universitarios y profesionales independientes, representando a la Universidad El Bosque, la Universidad Industrial de Santander, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la Universidad Autónoma de Colombia, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y a las empresas Revista Proyecto Diseño, Manta Design, Campañas Tristancho y Lounge Centro de Diseño.
Experiencias de diseño: 5 exposiciones de trabajos tanto de estudiantes representantes de la Universidad
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El Bosque y la Universidad Autónoma de Colombia, como de diseñadores independientes.
Experiencias de creatividad: 8 workshops que abarcaron diferentes áreas del conocimiento, desde artesanía, hasta diseño de automóviles, pasando por manejo de software, tipografía, cerámica, efectos especiales, restauración, dibujo y diseño de calzado.
INDISCRETO seguirá ofreciendo año tras año estos espacios “con exceso y sin moderación”, pero lo mas importante, espacios llenos de nuevos conocimientos, nuevas experiencias y nuevos personajes de la vida nacional e internacional, que harán del oriente colombiano un territorio brillante en innovación, diseño y creatividad
Experiencias “todos juntos”: 5 noches lúdicas donde además de intercambiar conocimientos prácticos referentes a diferentes aspectos del diseño, los asistentes pudieron tener un espacio de esparcimiento y diversión.
Diseño en Colombia
entrevista a
Jaime Gutiérrez Lega por: Felipe Ramírez Gil
D.I.
La historia del diseño industrial en Colombia ha estado marcada por personajes que le han dado la posibilidad de ser lo que es hoy como profesión: una herramienta básica de la sociedad para alcanzar sus objetivos. Uno de estos personajes, tal vez el más representativo, es Jaime Gutiérrez Lega. Por este motivo MasD ha querido entrevistarlo para que su vida sea un ejemplo para las generaciones presentes y futuras.
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MasD: ¿Qué opina del estado actual del diseño colombiano? Jaime Gutiérrez Lega: tiene cosas buenas y cosas malas, como todo en la vida. A mí me parece que la creatividad de un colombiano es excesiva, a veces demasiado, se va más allá de las posibilidades. Eso es bueno, es bueno, si se mantiene dentro de los límites que se deben mantener; por otro lado, la gente está pensando que con el diseño hay que llevar las personas a estratos más altos que aquellos a los que corresponden, y yo creo que es al revés. El diseñador tiene la obligación de bajarse al estrato de la necesidad básica para poder hacer que la gente progrese y entienda el diseño como una solución, no como una exposición. Aquí vemos que la gente tiene que comprar una nevera de diez pies de capacidad que cuesta un dineral, ¿y qué pasa?… que la tienen que poner en la sala de la casa porque es un objeto que les ha tomado mucho trabajo conseguir, mucho dinero, entonces para ellos se convierte en un objeto para mostrar su capacidad económica y no en un objeto de utilidad. Entonces, vemos que eso está pasando con todo y en los diferentes estratos, es decir, la gente compra diseño si el diseño descresta a los vecinos y a los demás; si no los descresta, entonces no lo compran. No es por una necesidad física
sino por una necesidad de descrestar. Entonces, hay algo que no está funcionando. Yo diría que a los diseñadores hay que llevarlos un poquito más hacia el desarrollo de la necesidad, a llegar a saber cuál es la necesidad real de una sociedad e irle dando a los diferentes estratos soluciones y no objetos. MasD: En ese sentido, ¿cree usted que el diseño colombiano se está despertando para tomar ese camino? JGL: No lo veo. Veo que va en progreso el diseño, que están haciendo cosas más agradables, que se están tomando posiciones internacionales en el diseño colombiano. Pero no veo que se den soluciones correspondientes a cada estrato. Nosotros somos un país pobre, no somos un país de alto consumo; fuera de eso, se puede decir que el estrato uno es la mayoría, y que el estrato seis es la minoría; entonces, yo considero que el diseño industrial debe estar abasteciendo al 50% hacia abajo, y no al 50 % hacia arriba; en este momento están abasteciendo al 50% hacia arriba. Me preocupa, pero es cuestión de formación. MasD: Y ahora que toca ese concepto tan lindo, el de “formación”, ¿las universidades realmente son consistentes con esta visión?
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
Cabina telefónica para ETB
JGL: No. Yo creo que más bien están mirando hacia el diseño porque para ellos se volvió un artículo de lujo producir diseñadores; eso está de moda y, como está de moda, entonces es muy interesante abrir la carrera de Diseño Industrial para que hagan cosas que descresten, y ahí es donde está la equivocación o el origen del error. Vea, hay que formar a los diseñadores para que cuando ellos a su vez formen a alguien tengan una clara concepción del diseño. MasD: ¿Y cuál es el papel del Estado en todo esto?, ¿la responsabilidad del gobierno?, ¿qué opina en ese sentido? JGL: Bueno, empecemos por el hecho de que el Estado nunca ha entendido el diseño. En el Estado colombiano se han hecho esfuerzos; hay gente que ha dedicado mucho tiempo, la Asociación Colombiana de Diseñadores, luego el Instituto de Diseño, han hecho miles de esfuerzos, miles de personas, y yo no veo
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respuesta del Estado en relación con darle un apoyo real al diseño. Hoy en día la competencia la define el diseño, y de eso no se ha dado cuenta el gobierno. Si nosotros queremos competir, debemos tener en cuenta de qué se trata el diseño, para qué sirve, para qué sirve la economía de un país, para qué sirve la sociedad de un país, para qué sirve el desarrollo comercial internacional de un país. Nosotros somos aptos para hacer cosas, ciertas cosas, mejor que los alemanes o que los americanos o los europeos, y eso es lo que debemos hacer, explotar nuestra propia condición en beneficio de los pueblos que no la tienen. MasD: Me nace preguntar algo que nos ha dolido a todos y es el aspecto gremial del diseño, ¿cómo ve a nuestro gremio? JGL: Bueno, esa es una cosa que casi todos los días tengo que discutir con cada persona con la que hablo. El colombiano en sí es disociador, no es asociador. Eso
es lo que nos ha ocasionado todos los problemas que tenemos; de guerrilla, de política, de economía, de todo. Aquí somos individualistas, excesivamente individualistas, y eso de hecho crea un choque con las otras personas. Aquí, si nos metemos en una asociación, nos metemos a ver qué sacamos de ella, y no qué aportamos. Si hacemos una sociedad con alguien, la hacemos para que el otro trabaje más, para ver cómo recibimos el dinero de la productividad. Las personas no se asocian para ser más creativos ni para ser más productivos, sino para ver cómo compiten entre ellos. Esa es una condición muy propia del colombiano y mientras no cambiemos esa posición no vamos a poder tener una agremiación que funcione, ni vamos a poder tener una fuerza duplicada. Si se juntan, pueden hacer más que uno solo, pero aquí se juntan es a ver cómo se golpean entre ellos. Entonces, eso nos lleva a una disociación y esa disociación nos convierte en individuos, no colectivos sino individuos, y así es muy difícil competir con los que… Fíjese en los japoneses, nunca van solos a ningún negocio, ¿por qué?, para ver las ideas de los otros y unir unos esfuerzos que los vuelvan superiores. El colombiano es muy superior individualmente. Colectivamente, no hay nada.
“
... a los diseñadores hay que llevarlos un poquito más hacia el desarrollo de la necesidad, a llegar a saber cuál es la necesidad real de una sociedad e irle dando a los diferentes estratos soluciones y no objetos.
”
MasD: Oyéndolo hablar se inspira uno. Realmente hay un abismo entre la definición de diseño de la gente joven y la de la gente vieja; para usted, ¿qué es diseño? JGL: Para mí, diseño es la materialización de una idea que tenga sentido común; así de sencillo. Eso no es otra cosa. Uno tiene muchas ideas, pero si no las vuelve realidad, pues no son nada. MasD: Y, en aras a esa definición, ¿cuál sería el primer beneficio del diseño para la gente? JGL: Pues que le resuelvan sus problemas. Yo siempre he pensado que el hombre cambió su estado primitivo a un Estado e intelecto. Nosotros pasamos de animales a seres. Hemos sido un fenómeno porque somos el único animalito al que se le ocurrió pensar y transformar la naturaleza; eso nos ha ocasionado miles
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
y miles de incomodidades como seres: no estamos conviviendo con la naturaleza, nos hemos alejado de ella, somos tipos pensantes que creemos que con el pensamiento podemos vivir sin la naturaleza y le estamos ocasionando unos perjuicios muy graves, estamos destruyendo nuestra naturaleza; entonces, para mí, ya que el hombre hizo semejante aporte a la destrucción de la naturaleza, pues estamos en la obligación de resolver los problemas que hemos creado. Ya no podemos estar descalzos porque nos espinan los chamizos, las piedras nos molestan, entonces tenemos que andar con un calzado; entonces, bueno, resolvamos el problema del calzado. Ya perdimos el vello, ya no tenemos piel que nos abrigue; bueno, pues entonces resolvamos el vestido. Resolvamos todo lo que hemos creado como negación a vivir naturalmente. Esa es la función del diseñador, hacer que el mundo sea vivible más de lo que lo hemos hecho. MasD: Hablando un poquito de historia, para que la gente joven lo conozca, ¿cuál fue su origen y cómo es que entra a todo este relajo del diseño? JGL: Yo creo que tuve una excelente oportunidad en la vida. Me gustaba el arte, el arte como tal, el arte plástico, la
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expresión artística, entonces decidí irme a estudiar a los Estados Unidos a una escuela de artes plásticas. Pero me fui con una preocupación: ¿y yo qué voy a hacer con las artes plásticas cuando vuelva a Colombia?, ¿eso a quién le va a servir? Eso no quiere decir que no tenga conciencia de que las artes plásticas son un gran halago al espíritu y de que esa es su función principal. Por eso considero que es arte lo que tiene plasticidad. Las cosas que se consideran arte y que no son plásticas, no son arte para mí; porque la función del arte es el halago al espíritu, que es muy importante en la sociedad humana; es importantísimo, no utilitaria sino espiritualmente. Eso forma a los espíritus y hace que la gente vea la belleza de la naturaleza, la belleza de las cosas, y viva en mayor armonía con ellas. Esa es una función muy interesante, no la niego; pero yo, viendo tanta necesidad en mi país, decía: ¿a quién voy a solucionarle problemas con un cuadro bello, con una escultura bella? A nadie. En mi país hay muchas necesidades que están sin resolver. En la universidad donde yo estaba estudiando artes plásticas, un día vi a unos muchachos que salían de clase con un teléfono, estoy hablando de los años cincuenta. Era el teléfono, no sé si recuer-
“Hit saver”, dispositivo para clavar puntillas
dan, que se levantaba y por debajo se hacia la marcación. Eran pequeñas esculturas y cada uno de los muchachos que venía con el aparatico en la mano tenia uno diferente; todos dentro de la misma concepción de bocina, auricular arriba, y de marcar debajo; uno lo ponía sobre la mesa e inmediatamente se colgaba. Pero eran esculturitas, me pareció muy interesante. Entonces empecé a husmear qué era lo que pasaba en esos salones y descubrí una clase que no se llamaba Diseño Industrial, se llamaba Artes Aplicadas, y me llamó muchísimo la atención. Yo me volaba de mi clase para ir a mirar qué era lo que estaban haciendo. Allá encontré esa fusión que yo hubiera querido tener desde antes: la del objeto práctico, pero estético. Yo no había leído nada sobre la Bauhaus ni nada de eso, nada de diseño
industrial, pero esa era la fusión que yo esperaba encontrar: cómo hacer objetos bellos pero que sirvieran para algo y que fueran funcionales técnica y estéticamente. Era la fusión de la estética y la técnica. Un día un profesor italiano, por el que, entre otras cosas, agradezco haber estado en esa universidad que se llama Choinard, una universidad norteamericana, pero con profesorado europeo (en ese entonces los europeos traían la cultura y los americanos ponían la práctica, esa fusión es muy importante en el diseño como equilibrio entre técnica y estética), un profesor italiano de apellido Winques vio que yo me asomaba a la clase, hasta que un día me llamó, me hizo entrar y me dijo: “¿Por qué usted siempre viene y se para todos los días en la puerta para ver qué es lo que hacemos?” Yo le respondí que estaba mirando qué era lo que pasaba, y me dijo: “venga después de las cinco y conversamos”. Fui y converse con él y le dije: “Tengo esta inquietud, vine a estudiar artes plásticas pero mi país es un país del tercer mundo, etc… y yo no sé qué voy a hacer con lo que aprenda aquí. Me llama mucho la atención su clase y creo que puedo hacer mucho con este conocimiento, pero ¿cómo hago?, yo ya llevo seis meses en el otro curso y pues voy a perder un semestre”. El me dijo: “No, no va a perder nada, porque yo le hago valer
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
Dibujos silla apilable
todos los créditos de lo que ha aprendido, que también es parte de la enseñanza aquí”. Entonces le respondí que, si es así, yo me vengo. Me ayudó a hacer el cambio y acabé en la clase de Artes Aplicadas. MasD: ¿Cómo es su llegada a Colombia y la puesta en práctica de todo ese conocimiento logrado? JGL: Eso es otro problema, porque cuando ya tuve muy claro, después de mis cinco años de estudio, qué era diseño
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industrial, me asalto la duda de ¿quién diablos me va a emplear a mí en Colombia y para qué? Había dos fábricas de alta productividad en Colombia: General Electric y Philips. Eran las dos fábricas que había aquí en las que yo podría pedir trabajo, experimentar mis conocimientos. Resulta que cuando vine y toqué las puertas, me di cuenta de que ellos traían sus moldes, que ya eran obsoletos, de los países de avanzada; los traían a estos países y los ponían a producir otra vez. Importaban
el diseño que era obsoleto en sus países. Entonces me dediqué a los muebles. Empecé en Medellín con Muebles Toni y después pase a hacerles algunos diseños a Muebles Hermes en Medellín, otra fábrica de unos italianos. Ya cuando conseguí un poquito más de dinero me vine a Bogotá y aquí mande a hacer los muebles para mi apartamento, que estaban basados en un sistema que me parecía muy interesante, que era darle formas orgánicas a los muebles sin necesidad de moldes, pues esos moldes son muy costosos. Encontré una fábrica de un señor Valenzuela, que se llamaba Santerini, tenía nombre italiano. Le tuve que enseñar la técnica de cómo hacer mis muebles. A él le pareció sensacional la idea y me invitó a asociarme con él para que le diseñara muebles con ese sistema. Fue un poquito simpático porque la fábrica en sí tenía unos cincuenta metros cuadrados y el almacén como setenta metros. Era en el sótano del mismo local de ventas, en la carrera 13 con calle 53, frente a la Clínica Marly. A uno le da pena decir que la fabrica era en el sótano, que era más chiquita que el almacén, entonces decíamos que la fabrica era por allá en el Sur, pero que era muy difícil llegar allá. Y eso nos obligó a establecer una creatividad productiva muy interesante. Nosotros hacíamos
parte de los muebles en chiquito porque no teníamos espacio para hacerlos enteros, sino que los seccionábamos y teníamos como una biblioteca de piezas. Allí metíamos las varillas y, cuando el cliente llegaba y nos pedía determinado modelo, nosotros teníamos unos estantillos en los que teníamos las partes, los pedacitos, porque era la única forma de tenerlos almacenados, y allí mismo los soldábamos, los tapizábamos y entregábamos. Pero la gente creía que teníamos una fabrica grande, enorme, entonces nos volvimos muy productivos en esa técnica. MasD: Algo que siempre me ha llamado la atención es toda su experiencia con Herman Miller y Multiproyectos. ¿Cómo fue el paso de Santerini a las grandes ligas de Multiproyectos? JGL: Bueno, en esta primera industria, llamada Santerini, tuvimos un negocio muy grande: vinieron del Club Campestre en Cali a comprar todos los muebles de la renovación de todo el club. En esa época el negocio valía sesenta pesos, pero hablar de esa cantidad en el año 1965, era como hablar de seiscientos millones de pesos de hoy, era un negocio enorme. Nos tuvimos que ampliar. Fuimos y compramos un terreno en la Avenida las Américas, en un desarrollo nuevo de
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
lotes industriales. Hicimos una pequeña fábrica y ampliamos nuestra capacidad de producción, y nos fue tan bien en el negocio, y ganamos tan buen dinero, que el socio mío quiso poner una librería; él era un hombre muy intelectual. Avaluamos la empresa y me vendió su parte. Yo me hice a la fábrica y empecé a hacer más diseños y más evoluciones.
“
... la gente tiene la creencia de que el precio está ligado a la calidad. Eso no es así, y el que crea que eso es así, está fregado; pero, desafortunadamente, los mercados responden a eso y muchas veces la gente confunde la calidad con el precio.
”
Un día llegó a la fábrica Ernesto Vivas de Ervico a que le hiciéramos un modelo. Se lo diseñamos y se lo hicimos, y fue tan exitoso, que me propusieron que me fuera a trabajar con ellos. Artecto había comprado parte de Ervico, se había metido de socio de Camacho Roldán, porque éste tenía unos muebles muy clásicos y eso ya no tenía mercado. Artecto, que era una fábrica joven, moderna, le estaba quitando mucho mercado a Camacho Roldán; entonces Ernesto Vivas
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se asoció con Camacho Roldán y surgió la nueva línea de Ervico, que es Ernesto Vivas y Compañía. Camacho Roldan no quería que tuviera su mismo nombre, prácticamente obligaron a Ernesto Vivas a crear su propio nombre y le darían la distribución de la fábrica y la fusión de Ervico y Camacho Roldan. Desde entonces Ernesto Vivas tenía cierta injerencia en la nueva fábrica de Artecto, que se llamaba Camacho Roldán y Artecto S.A., y yo ya venía trabajando con él en esos modelos. Entonces, él les dijo: “Traigámonos a este señor para acá, esta fabrica es grande y necesita una persona con un criterio de diseño” y entonces me invitaron a participar allá y me compraron la fábrica con todos los modelos y moldes y cosas que yo tenía; yo diría que hicieron eso para evitar una competencia por un lado, pero yo por esa época era muy joven y no presentía esos negocios. Me llevaron a trabajar allá con ellos y duré unos seis o siete años. Saqué a Camacho Roldan y a Artecto de la centralización en Bogotá, y traté de que se pudiera vender en Cali, Medellín y en otras partes. Incluso monté salas de exhibición, pero yo se las monté más modernas, con un sentido de diseño más avanzado. Empecé a diseñar muebles modulares que eran muy ventajosos en la construcción. Me acuerdo de que incluso alcancé a diseñar una línea clásica, porque Camacho
Roldán todavía quería conservar algunos muebles clásicos, y diseñé la línea 5000, que era una línea de escritorios absolutamente clásica, pero que ya era modular; aunque era clásica en su apariencia, la fabricación era sencillísima. Después cree otro mueble que no recuerdo cómo se llamaba, pero era también de estilo clásico y completamente modular; se fabricaba en serie, la gente lo pedía y en ocho días se podía entregar, aunque era mucho más elaborado. También saqué las líneas modernas. Los primeros muebles con superficie en fórmica los desarrolle yo en Camacho Roldán y Artecto. La primer fórmica que se obtuvo en el país, la tengo yo en mi mesa comedor, porque era la del experimento, para meterle candela, para rayarla, para todo eso, y todavía la tengo en uso. Era sobre madera, porque en esa época no existía el papel impreso sino que se ponía la melanina sobre madera física, sobre chapa de madera, después vino el papel y obviamente acabó con la chapa, porque la gente decía “no, esta no es igual a la que yo vi en la exhibición”, bueno, son cuestiones de mercado. Hay anécdotas interesantes. Me acuerdo de que diseñé el primer sofá cama moderno que no tenían chapas metálicas ni nada, sólo unos laterales de madera con inclinación de más o menos cinco
grados, que al halarlo se volvía plano, dejaba la inclinación y se convertía en un elemento plano, y ese era el sofá cama. Era muy económico, ese sofá en esa época se sacó a un precio de ochocientos pesos de venta y resulta que no se vendía y no se vendía. Un día me llamaron de la gerencia y me dijeron: “Jaime, qué vamos a hacer con ese sofá, eso hay que descontinuarlo, eso no se vende, tenemos doscientos en stock”, y les dije: “Pues súbanle de precio”, y me respondieron: “Usted está loco, si no se vende a ochocientos”, y les dije: “No, véndanlo a mil doscientos, porque yo creo que lo que pasa es que, competitivamente, como el sofá vale la tercera parte de lo que valen los otros sofás que traen herrajes importados, entonces quizás la gente cree que eso no sirve; súbanle”. Le subimos a mil doscientos y se puso en línea porque se vendía a la par. Estas son anécdotas que muestran que seguramente la gente tiene la creencia de que el precio está ligado a la calidad. Eso no es así, y el que crea que eso es así, está fregado; pero, desafortunadamente, los mercados responden a eso y muchas veces la gente confunde la calidad con el precio. Entonces, al subirle el precio se vendió. Eso me enseñó que uno también tenía que tener criterios comerciales, no sólo una persona de
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
criterio técnico e industrial, sino que también hay que pensar en cuál es la psicología del comprador. Empecé a estudiar algo de psicología de ventas, de cómo se manejaba el público, etc., para poder diseñar con más criterio.
Línea Muni, muebles para niños
Otra cosa que era interesante era lo que pasaba cuando un producto falta en el mercado, porque no existe, y se hacían encuestas. Me acuerdo mucho de que en el país no existían muebles para niños; es decir, a los niños les compraban la cama de adulto y le ponían unos cojines y unas cosas para que se adaptara un poquito al tamaño del niño, pero en Colombia no se hacían muebles para niños, y yo quería diseñar una línea de
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muebles para niños. La gente iba y preguntaba: “¿Ustedes tienen cunas para niños?”, “No hay” e iban a otro almacén: “Tiene cunas para niños”, “No, no hay” y así era en todas partes. Entonces la gente empezaba a decir: “¡Uy!, cómo están pidiendo de cunas”, pero no era que estuvieran pidiendo mucho, era que estaban pidiendo lo que no había, y obviamente iban a otro sitio y otro sitio y la estadística era: “Hemos tenido mil solicitudes de cunas para niños”, y resulta que no, eso no era cierto. Entonces ahí uno empieza a darse cuenta de cómo debe manejar la parte comercial de los productos y de que las estadísticas no son ciertas; hay que comprobarlas. Eso me generó una inquietud y me puso a pensar en que los niños no tenían muebles. Lancé una línea de muebles en una de esas depresiones del mercado del tríplex. Pizano me llamó y me dijo: “Qué hago que tengo un estorbo de láminas de tríplex y no sé qué hacer con ellas, porque la construcción mermó”. Le dije: “No, hagamos otro producto”; entonces me puse a diseñar muebles para niños, la línea Muni, muebles para niños, que era basado en la lámina de tríplex, pero había que hacer diseños en que se pudiera usar toda la lámina, porque si no, salía carísimo y la gente no le invertía a
los niños en muebles; además, el crecimiento volvía obsoleto el mueble. Saqueuna línea que tuvo muchísimo éxito, pero que prácticamente murió con el resurgimiento de la vivienda y la construcción, pues su fuerte era vender laminas de tríplex para los clósets y muebles de construcción, y esa línea desapareció del mercado, pero alcanzo a suplir una necesidad que se creó con los muebles para niños. MasD: ¿De qué año estamos hablando? JGL: Estamos hablando del año 1970. MasD: De esa época de Muni, ¿cuál fue el siguiente paso, pensando en Herman Millar?, ¿cómo fue todo esa transición?
sueldo y me voy y abro mi oficina”. Fui y abrí mi oficina medio tiempo, así dure como un año. Al año, mi oficina ya había cogido mucho vuelo y dejé de trabajar para ellos. Alcancé a diseñar más o menos dos mil objetos en esos seis o siete años que duré con Artecto y un año más de medio tiempo. Después de que monté mi oficina, me llamaron de Gercol, que querían que diseñara una línea moderna de oficina modular, parecida a una que ya había diseñado para Artecto, que era modular. Hice todos los ensayos y las cosas y les dije: “Sí les hago una línea, pero lo hacemos de la siguiente manera: me pagan la mitad de las regalías, que fue la primera cosa de regalías que se hacía en Colombia, vamos a compartir el éxito o el fracaso, ustedes me pagan si la línea tiene éxito y yo pierdo mi tiempo si la línea no tiene éxito”. Hicimos un convenio de regalías, la mitad de las regalías me las daban en acciones de Gercol, que en ese momento ya no era Gercol si no Modulíneas, que era la fabrica que le producía muebles a Gercol, y el otro cincuenta por ciento en plata, para poder sobrevivir, y así fue el negocio.
JGL: En Artecto, yo ganaba 50 pesos menos que el gerente. Entonces me fui donde el gerente y le dije que por qué no se subía el sueldo para yo poder pedir aumento; me dijo: “No, no se puede, porque la economía de la empresa y no sé qué…” Me fui muy descorazonado acerca de qué hacer, porque quería ganar más para poner mi propia oficina. Entonces se me ocurrió una idea; le dije al gerente: “Hagamos una cosa, como no me pueden subir el sueldo porque Cuando yo entré como socio de Modulígano casi lo mismo que usted, entonces neas, ésta empezó a crecer y a crecer y le trabajo medio tiempo por el mismo tenía una fabrica bastante grande; hicimos
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
una nueva fábrica en el sur y la producción creció mucho y teníamos modelos muy interesantes, empezamos a vender no sólo a Gercol sino también a otras empresas del comercio. Yo era amigo del jefe de diseño de Herman Miller y de un alto ejecutivo de la compañía. Toda mi vida me llamo la atención Herman Miller porque era la empresa de muebles de oficina mejor y más grande del mundo, con la mayor experiencia en diseño e innovaba siempre; era la que llevaba el liderazgo de la información, y yo soñaba con que alguna cosita tenía que hacer para Herman Miller, tener vinculación con ellos. Le propuse a la junta de Modulíneas que trajéramos una línea que a mí me llamaba mucho la atención, que era Open Office de Herman Miller y, bueno, me costó un poquito de trabajo, pero valió la pena convencerlos. Hicimos un viaje a Michigan, hablamos con ellos y les dijimos que nos interesaba la concesión para vender Action Office en Colombia, con la posibilidad de convertirnos en productores. Les llamó la atención e hicimos el negocio. Me acuerdo mucho de que alguien algún día me dijo: “Jaime, pero usted que es diseñador, ¿por qué nos pide que traigamos diseños extranjeros?” Y le
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dije: “muy sencillo, yo quiero aprender a hacer las cosas bien hechas y el que mejor las hace en el mundo es Herman Miller, entonces yo voy a aprender a hacer las cosas de muy buena calidad y de muy alto nivel técnico”. Y así fue. Teníamos que ir con frecuencia a la fábrica, teníamos que mirar los sistemas de producción e ir haciendo poco a poco el paso de ser vendedores a empezar a ser productores de Herman Millar; así duramos veintiocho años y yo aprendí muchísimo de tecnología, de todo. MasD: ¿Tu misión principal se cumplió? JGL: Se cumplió y fuera de eso, aprendimos tanto, que empezamos a fabricar cosas mejores que Herman Miller, con mayor eficiencia económica y con la calidad que ellos exigían, entonces empezamos a cambiar el desarrollo de las partes en Action Office. En Colombia no teníamos plata para hacer moldes de siete partecitas de una cremallera, que nos costaban cinco millones de pesos cada uno, entonces yo, con el equipo de diseño de Multiproyectos, empecé a ensayar cómo reducir esos costos sin perder la calidad, porque ellos nos obligaban a sostenerla, y empezamos a cambiar y a hacer nuevas fusiones. Esas nueve piezas que llevábamos en una cremallera se convertían en dos; el
Mesa georgánica
ahorro era mucho, y Herman Miller nos decía que les enviáramos los productos para que los ensayaran en el laboratorio, para ver si nos podían dejar hacer eso, y pasaban y pasaban las pruebas técnicas, pasaban las pruebas de resistencia, todo; Nos las iban aprobando y aprobando y eso nos llevo a un desarrollo técnico muy interesante, ya que la empresa empezaba a desarrollar el proceso como una herramienta económica muy importante.
MasD: Tanto así que me imagino que los norteamericanos aprendieron del ejercicio colombiano. JGL: Sí, pero no lo podían hacer, no podían copiarnos, aunque nosotros estábamos haciendo el producto de ellos, pero mejor hecho. Bueno, llego un momento en que tuvimos una muy buena relación con ellos; es más, en un momento estuvimos pensando, o ellos pensaron, en negociar con nosotros para
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
montar aquí la gran fabrica para toda América Latina. Eso no se pudo llevar a cabo por divergencias más entre nosotros que de ellos. Entonces vino la crisis de hace siete u ocho años, en la que el país no estaba consumiendo nada y nosotros dijimos “bueno, o exportamos o nos quebramos”, y fuimos a exportar. Herman Miller nos dijo, “pueden exportar donde no haya Herman Miller, pero donde haya Germán Miller no pueden exportar porque ese mercado es nuestro”. Resulta que en todas partes ya había Herman Miller, entonces estábamos casi condenados a morir y dijimos “no, eso no puede ser”. Los precios de los productos Herman Millar, aunque eran hechos por nosotros, eran altos, entonces no podíamos tener aproximación a un mercado que era de precios más bajos; entonces decidimos no renovar el contrato con Herman Miller; éste tenía unos vencimientos cada cinco años y estábamos como a dos años el vencimiento. Cuando llegó el vencimiento les dijimos “gracias, no”, y se quedaron aterrados de que una compañía colombiana les dijera “no queremos más”, pero era la única manera de sobrevivir. Como ya habíamos desarrollado nuestras propias líneas y teníamos nuestros propios diseños, pues ya teníamos el potencial de venderlos y nos lanzamos con muchas penalidades y vicisitudes
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porque rechazar una cosa así es complicado y alcanzó a golpearnos comercialmente, porque la competencia aprovecha esas circunstancias para decir “bueno, ya no son Herman Miller” y cosas de ese estilo. Es una competencia sana, pero que es necesario afrontar, y la afrontamos. Finalmente entramos en Ley 550, porque estábamos económicamente mal. No vendíamos pero teníamos el gran potencial, entonces yo le dije a los socios: “Entremos en Ley 550”. Esto ya no era Modulíneas, esto ya era una nueva sociedad que se creó para hacer los productos Herman Miller en Colombia y que se derivó de Modulíneas. Cuando se quebró Gercol, nosotros sufrimos la consecuencia de esa quiebra porque era el mayor proveedor, entonces nos tocó hacer una nueva sociedad que se llamó Multiproyectos. En Gercol se hacían también salas comedor y alcobas, pero en ese momento nos dedicamos únicamente a muebles de oficina y tuvimos que asumir una serie de compromisos. Entonces fuimos a Estados Unidos y nos dieron la licencia. MasD: ¿Cómo aparecen en todo esto las sillas? Porque eso es como un mundo paralelo, las divisiones y las sillas. JGL: Sí, pero no. Nosotros hacíamos sillas para Herman Miller, nosotros llega
Silla triplex
mos a tener la capacidad de tener todas las producciones de Herman Miller, lo único es que no teníamos la capacidad física para hacer todo. Escogimos las líneas que más o menos tenían mercado aquí, que eran Action Office, Etho Space, y tres o cuatro líneas más que podíamos fabricar nosotros. Las otras eran muy sofisticadas como para hacerlas, ya todo eso era muy difícil; las sillas Aeron, en policarbonato y cosas de alta tecnología, pues no, para qué meterse uno en lo que no puede. MasD: Por ejemplo, ¿el sillón No. 670 de Charles Eames?
JGL: Ese sí lo llegamos a hacer con muchos problemas. Por ejemplo, el problema más grave de ese sillón es que la espalda y el asiento sólo se unen en un punto, nada más, es un cantiléver tenaz, y no, se nos partía, se nos soltaba el pegante. Pedimos el pegante de los Estados Unidos. La silla la podíamos hacer perfecto, teníamos los moldes y todo nos salía perfecto, pero se nos despegaba. Trajimos el pegante de Estados Unidos y tampoco funcionó. ¿Por qué? Porque la altura de Bogotá era diferente a la altura de la fábrica de Michigan, al nivel del mar, y el pegante reaccionaba diferente. Qué lío para desa-
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
rrollar el maldito pegante, pero logramos desarrollarlo y logramos desarrollar una silla en producción que no se vendía mucho porque era una silla cara, pero logramos hacerla y funcionó, con desarrollo del pegante aquí. MasD: ¿Y Multiproyectos?, ¿qué es hoy Multiproyectos?
Biombo separador
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JGL: Bueno, está muy bien. Aunque la gente piense que la Ley 550 es negativa para una industria, afortunadamente resultó ser muy positiva, porque está vigilada por la Superintendencia de Sociedades. Es decir, no se puede hacer nada que no tenga permiso de la Superintendencia. Claro que la competencia usó mucho el camellito de que estábamos en Ley 550; pero yo usé el contra: nosotros estábamos supervigilados y ellos no. Nosotros no podemos hacer nada incorrecto y ellos sí, y así funcionamos y todavía estamos en Ley 550, porque
es una ventaja. Tenemos unas ventajas ante las acreencias e hicimos los acuerdos y todavía tenemos cuatro años. Creemos que vamos a tener que salir de ella porque estamos muy bien, no es que eso sea malo, sino para poder tener una expectativa mayor de amplitud. Afortunadamente los mejores negocios que se han presentado en el país nos los han dado a nosotros. Ahora estamos acabando de amoblar todo el Banco de Colombia, y lo de Medellín es un negocio de 5000 estaciones de trabajo, es un negocio que difícilmente se vuelve a ver. Eso nos ayudo mucho. También hemos sido muy condescendientes con aquellos que se portaron bien ante la crisis. Por ejemplo, Bancolombia nos ayudo mucho en la crisis, no nos dejo de comprar. Como ellos nos compraban, entonces nosotros hicimos un esfuerzo gigantesco para hacerles la línea que necesitaban y sacar del mercado a Herman Miller de ese negocio. Sacamos a tres extranjeros y a un nacional. No quiero dar nombres porque no es ético, pero fue el primer encuentro comercial con Herman Miller después de dejarlo como socio y nos llevamos el negocio, lo ganamos y nos ha ido supremamente bien, ellos están muy contentos. Estamos entregando alrededor de 250 o 300 estaciones de trabajo instaladas semanalmente y ese producto o proyecto se ha manejado muy bien.
Son muebles especialmente diseñados para ellos, una línea que ellos mismos nos han dicho que podemos repetirla, aunque es una línea sugerida por ellos. Trajeron un diseñador de Estados Unidos, de una firma norteamericana, que nos dio las pautas, no el diseño, sólo las pautas; nosotros las desarrollamos y él quedó muy satisfecho con lo que hicimos en calidad y en diseño y nos ganamos la licitación. Pero hoy en día nos han dicho: “Hombre, nos interesa que la sigan haciendo”. “¿Por qué?” “Porque eso nos garantiza a nosotros una proveeduría” Es lógico, inteligente. Esas son las cosas que los colombianos no hacemos por envidia, pero, fíjese, una persona con criterio e inteligente dice: “Si no la hacen, cada vez que yo les pida va a ser un problema, porque no está en línea. Es mejor que la tengan en línea para que nos puedan proveer rápidamente”. Hemos llegado a unos acuerdos muy interesantes y tenemos un panorama enorme del futuro. Hemos sido solicitados de muchas partes para proyectos grandes. Ya saben que podemos responder y que cumplimos y que lo hacemos técnicamente bien y que les damos todas las garantías de siempre. Incluso, diría yo, podemos hacer algo que Herman Miller no puede hacer: líneas especiales para clientes especiales. Estamos ofreciendo ese nicho en el ámbito internacional, estamos exportan
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
do y hemos ganado también muchos proyectos afuera en competencia con Herman Miller y con otros. Yo me siento muy contento, muy bien, muy satisfecho de todo. La fábrica está muy bien manejada; el personal que tenemos es excelente, los operarios son excelentes, los tenemos bien pagos porque las cosas hay que compartirlas, los éxitos no son sólo de personas individuales, sino colectivos y, bueno…, en eso estamos.
“
... se aprende de los errores no se aprende de los éxitos; entonces que experimenten, que se metan en los líos, que se metan en la grande y ahí es donde se aprende, ahí van a aprender la realidad de las cosas.
”
MasD: Aparte de Multiproyectos, ¿tus días con el diseño qué son ahora? JGL: Bueno, pues éticamente yo diseño para Multiproyectos y ayudo a los desarrollos del grupo de diseño que tenemos. Es un grupo de diseño muy bueno, gente muy joven, muy buena, y yo ahí colaboro en lo que puedo. Eso por un lado y, por otro lado, estoy dedicado a hacer cosas elementales y sencillas como ésta,
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porque ahora sí me puedo dar el gusto. Es el objetivo más claro que he tenido desde el principio: llegar al minimalismo, no el de la moda, si no el de la esencia. ¿Cómo hacer esto lo más barato posible, de manera que no puedan competir en su contra?, y lo logré. MasD: ¿Y está feliz con eso? JGL: Estoy feliz, completamente dichoso. Tengo algunas posibilidades de irme para Estados Unidos a negociar con firmas grandes, como Wallmark. Yo sé que este es un producto de mucho interés para ellos. MasD: Como último y agradeciéndole, un mensaje a la gente joven. JGL: Un mensaje a la gente joven… es difícil dar mensajes a la gente joven porque están muy jóvenes, entonces no van a comprender la esencia misma del mensaje. Desafortunadamente, en la vida uno tiene que envejecer para entender, y es difícil que le crean a uno. La experiencia que uno ha tenido no es transmisible. Yo creo que el mejor mensaje es dejarlos que se metan en la grande, para que aprendan. Lo veo más claro así, es más, se aprende de los errores no se aprende de los éxitos; entonces que experimenten, que se
metan en los líos, que se metan en la grande y ahí es donde se aprende, ahí van a aprender la realidad de las cosas. Segundo, que experimenten. Ese es el mejor consejo que yo le puedo a la gente joven. Arriésguense a experimentar, pero no diseñen hasta que sepan que eso lo pueden hacer. Es más, yo a veces voy en contravía de los profesores. Los profesores les dicen: “tienen que dibujar muy bien, tienen que hacer un plano perfecto”, y yo digo: no hagan planos, hagan cosas, cuando tengan la cosa resuelta y experimentada hagan el plano; porque el plano es simplemente un mensaje de transmisión de ideas, no es para crear, uno no se puede sentar con el lápiz en la mano, uno se tiene que sentar con la cabeza entre las manos y pensar mucho y resolver el problema, y cuando lo tenga resuelto, hágalo para comprobar que sí lo resolvió, y si no lo puede comprobar no lo haga, porque le puede salir mal. Eso es lo que la vida me ha enseñado a mí y eso quiere decir que me falta mucho por aprender
Silla para piscina (Life Saver) 1957. Silla Paila 1972 .
Entrevista - Jaime Gutiérrez Lega
Diseño Unbosque
Jorge Del Castillo carrera de Diseño Industrial y encargado del programa Universidad-Industria.
En el primer semestre del año 2007 el profesor del Castillo se vinculó a la Facultad como profesor del proyecto final de grado para los alumnos de noveno y décimo semestres, labor que desempeña actualmente. Consolidó su formación profesional como diseñador industrial en el Instituto Europeo de Diseño en Milán, Italia, centro académico del que también es Especialista en Diseño Industrial. En Europa se desempeño profesionalmente en varios campos, resaltándose su participación en la SEA (Sociedad de Ergonomía Aplicada) donde desarrollo proyectos para firmas como Dauphin, Whirpool, Citroën y el grupo Fiat. También estuvo vinculado al Instituto como director de la
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En nuestro país, ha sido director del Departamento de Diseño Industrial de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontifica Universidad Javeriana. También asesoró a Artesanías de Colombia en la estructuración del documento base para la implementación de un centro de diseño para la artesanía. Esta consultoría sentó los fundamentos del Laboratorio Colombiano de Diseño para la Artesanía. Fue asesor del Ministerio de Desarrollo Económico para la gestión de la Secretaría Técnica del Sistema Nacional de Diseño, programa promotor del diseño en la infraestructura productiva. En este proyecto se estructuraron las bases del Sistema Nacional del Diseño para promover e incentivar el uso del diseño en nuestro sector empresarial y se desarrollaron actividades de asesoría a empresas de varios sectores. Es decano de la Especialización en Gerencia de Diseño de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y fundador de la firma ADE Diseño limitada.
1. Sistema de oficina abierta YEDRA 120 grados 2. SEA Societá di Ergonomia Applicata Milano, 1990 3. Análisis e investigación para una palanca de cambios de carro automática Gruppo FIAT Torino - ITALIA 1990 4. Análisis para sistema de microclima y controles consola central FERRARI Maranello- ITALIA 1991 5. Silla pleglable Milán - ITALIA 1994
William Jaramillo Nació en Bogotá en el año 1983. En el año 2000 obtiene el título de bachiller y en el 2001 ingresa a la Universidad Santo Tomas para estudiar Ingeniería Mecánica. Allí sobresale por su habilidad en las áreas prácticas y en el uso de programas de diseño por computador. En el año 2004, después de cursar cinco semestres,
descubre que su verdadera pasión es el diseño, por lo que decide abandonar esta carrera e inscribirse en la Universidad El Bosque en la carrera de Diseño Industrial. Actualmente está cursando décimo semestre y ha logrado destacarse por sus proyectos durante toda su carrera.
1. Splah, 2007 2. Interfase para el hogar, 2005 3. Multichair 2007
Diseño Unbosque
El Bosque en La Rad Alejandro Villaneda Vásquez, DI
R de Red, es decir, el tejido humano y social, interconexiones y vínculos que potencian el hacer colectivo. A de Académica: un compromiso con la búsqueda y transmisión del conocimiento. D de Diseño, como disciplina, oficio, gremio y pasión. Cuando inició el programa de Diseño Industrial en la Universidad El Bosque,
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fuimos invitados por el ICFES a participar en una reunión en la cual se discutió lo que hoy se plasma en la resolución 3463 del 2003, la cual reglamenta los estándares mínimos de calidad para los programas profesionales de Diseño. En esa oportunidad, reconocí algunas caras que habían figurado en nuestro gremio y otras que me eran totalmente desconocidas. Sin embargo, había entre ellos una
familiaridad manifestada en el deseo de participar. Después de casi tres años de aquella reunión, fuimos invitados a la primera Asamblea de la RAD, llevada a cabo en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, y a participar en el foro Fundamentos Conceptuales de Diseño para prueba ECAES. Ya había pasado un buen tiempo desde ese primer encuentro; ya no éramos un programa adscrito a Ingeniería Industrial; nos habíamos convertido en un proyecto de Facultad y era nuestro primer evento formal con nuestros pares. Esto representó para nosotros una oportunidad de participar activamente en la Asociación Colombiana Red Académica de Diseño RAD. El ser miembro de la RAD implica un compromiso con la disciplina, la profesión, la investigación y la enseñanza. Este compromiso y el mismo reconocimiento del programa de diseño industrial permitieron que éste, en cabeza del decano de la Facultad Juan Pablo Salcedo, hiciera parte del consejo directivo para el periodo 2008-2010. Como asociación, la RAD se ha encargado de agrupar los diferentes programas de diseño (industrial, espacios, gráfico, visual, textil, vestuario, moda, entre otros) con el fin de a velar y develar por la calidad del diseño, su enseñanza y su
Diseño Unbosque
participación en la sociedad, fortaleciendo no sólo la disciplina sino también las instituciones que hacen parte de la red. Además del de Medellín, se adelantó en la Universidad del Cauca el segundo foro Fundamentos Conceptuales de Diseño para prueba ECAES, que desembocó en el proyecto de investigación El Diseño en la Academia el cual fue presentado en la anterior asamblea del mes de marzo; así
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mismo se hizo presencia en el Encuentro de Diseño de la Universidad de Palermo en Buenos Aires, Argentina, donde se reconoció el valor de la asociación como ejemplo para Latinoamérica. La RAD, a su vez, se vincula con las instituciones permitiendo que los miembros participemos y estemos enterados de las diferentes actividades que se llevan a cabo en las mismas.
[ Recomendados ] Libros Revistas Sitios Web
El Consejo Internacional de Sociedades de Diseño Industrial (ICSID por su sigla en inglés) fue fundado en 1957 con ánimo de promover la disciplina del Diseño Industrial a nivel global; es una comunidad que cuenta con más de 150.000 diseñadores industriales de todo el mundo. Dentro de éste se encuentran organismos gubernamentales, escuelas e instituciones de diseño y sociedades de promoción de más de 50 países; todos estos integrantes apoyan la profesión del diseñador industrial. La función de ICSID es crear una red mundial de colaboración, mejorar y hacer aportes a la profesión con ayuda de todos los miembros. Los siguientes son algunos eventos a nivel mundial que son respaldados por el ICSID: 17avo Braunprize 2009- Convocatoria Premios Australianos Internacionales de Diseño Shaping tomorrow today Premio internacional Diseño Industrial Dongguan Cup 2008 Semana Internacional Industria Creativa ICSID Board Meeting Seul Olimpiadas de Diseño 2008 Premios y exposición: Design Observeur’s 10 años City Move - ICSID Interdesign Workshop Mayor información: www.icsid.org
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Alemania Australia Canada China China China Corea del Sur Francia Suecia
Premio Corona Pro Hábitat La organización Corona está realizando una convocatoria dirigida a arquitectos, diseñadores industriales e ingenieros, con el objetivo de premiar y difundir los mejores proyectos de vivienda social, mobiliario y sistemas de ingeniería aplicados al hábitat popular en Colombia. La apertura de este premio se realizó el pasado 22 de septiembre y la fecha límite para la entrega de trabajos será el próximo 22 de mayo. Mayor información: www.premiocorona.org.co
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Perfiles Jaime Gutiérrez Lega
Carlos Manuel Luna Maldonado
[ Diseñador Industrial ]
[ Diseñador Industrial ]
Diseñador industrial de la Universidad Choinard, 1958, Los Ángeles, Estados Unidos. Tiene una especialización en Diseño Interior del Belmont Adult School. En el año 1970 hace un curso en el Instituto técnico Lahti, Finlandia, en Ingeniería del mueble.
Coordinador del programa de Diseño Industrial de la Facultad de Ingenierías y Arquitectura de la Universidad de Pamplona, Norte de Santander. Diseñador Industrial de la Unversidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, especialista en Docencia Universitaria de la Universidad de Pamplona y Master en Desarrollo Sustentable de la Universidad de Lanús, Argentina. Es miembro del consejo directivo de la RAD
En el ejercicio de su profesión comienza diseñando mobiliario en la ciudad de Medellín para empresas tan representativas como Muebles Toni y Muebles Hermes. En la ciudad de Bogotá se vincula a la firma Santerini. Participa en las empresas bogotanas Camacho Roldan y Artecto SA y Modulineas. Luego de un interesante proceso con Herman Miller se crea Multiproyectos y Jaime lidera esta empresa. Como académico ha participado en universidades como la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
Javier Arteaga Romero [ Publicista ]
Publicista de la Universidad San Martín de Bogotá destacándose en el área audiovisual y creativa; continúa sus estudios de posgra-
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do con una especialización en Opinión Pública y Marketing Político en la Pontificia Universidad Javeriana. Docente de la Universidad de Nariño y de la Institución Universitaria Cesmag de la cual posteriormente asume la dirección de los programas de Diseño Grafico, Publicidad y Mercadeo. Actualmente es director del centro de comunicaciones y director del periódico Udenar de la Universidad de Nariño.
Alejandro Villaneda [ Diseñador Industrial ]
Diseñador industrial de la Pontificia Universidad Javeriana, especialista en Docencia Universitaria y candidato a especialista en el programa de Filosofía de la Ciencia en la Universidad el Bosque. Laboralmente ha participado en empresas como Gestión Alterna y Ática Diseño. Actualmente es docente y coordina los programas de investigación en la Facultad de Diseño, Imagen y Comunicación de la Universidad El Bosque.
Jaime Alberto Montaña [ Antropólogo ]
Antropólogo de la Universidad de Los Andes, Especialista en Filosofía de la Ciencia de la Universidad El Bosque y es candidato al título de Máster en Crítica Literaria Latinoamericana en la Pontifica Universidad Javeriana. Se desempeña como Docente investigador del Departamento de humanidades de la Universidad El Bosque y ha adelantado investigaciones culturales en torno a la idea del abandono. Se encuentra vinculado al mundo del Diseño como director del Seminario de la Facultad y en su ejercicio de carpintero.
Per f iles
© 2008 Edición 03
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