Discursos Politico Maquiavelo Resumen
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Libro primero Capítulo I Cómo empiezan en
general las ciudades y cómo empezó Roma.
Maquiavelo afirma que “todas las ciudades son, o por hombres nacidos en las comarcas donde se construyen, o por extraneros.! "n el primer caso, el motivo es potenciar la defensa. #al es el caso del origen, por eemplo de $tenas y %enecia. "n el caso de las ciudades edificadas por extraneros, &stos pueden ser libres o dependientes de otros. 'a construcción de ciudades construidas por hombres dependientes de otros obedece a varios motivos( algunas veces son “colonias enviadas por las rep)blicas o los pr*ncipes, para aliviar su exceso de población!+ otras se debe a la pretensión de conservar comarcas reci&n conquistadas sin grandes gastos. "n ocasiones el pr*ncipe las edifica “no para habitarlas sino en recuerdo de su honor como $leandr*a por $leandro!. $leandro!. "l problema de que adolecen tales enclaves es que “estando estas ciudades desde su fundación privadas de libertad, rara vez ocurre que hagan grandes progresos o lleguen a contar entre las principales del reino. "ste, dice Maquiavelo, es el origen de lorencia y en sus comienzos “no tuvo otro engrandecimiento que el concedido por la voluntad del emperador.! -on libres los fundadores cuando guiados por un efe u obligados por una enfermedad, hambre o guerra, se ven obligados a asentarse en otro lugar. viven en las ciudades ya edificadas, como Mois&s, o las edifican de nuevo, como co mo "neas. 'os hombres trabaan por necesidad o por elección. 'a virtud prima m/s en los lugares en los que forzosamente se ha de trabaar que en aquellos que se trabaa voluntariamente. 0 si los hombres se contentaran con lo que tienen y no buscaran dominar en otros lugares, a la hora de fundar una ciudad lo m/s preferible ser*a elegir tierras est&riles. 1ero puesto que la ambición humana es insaciable es m/s aconseable fundar las ciudades en lugares fertil*simos para favorecer el aumento de población y la posibilidad de defensa. "l mayor peligro que se le presenta a una ciudad asentada en tierras f&rtiles es la del ocio+ peligro que ha de ser combatido por los dirigentes a base de leyes que incentiven por eemplo los entrenamientos militares. Con ello no sólo se resuelven los da2os que el ocio provoca sino tambi&n se contribuye a organizar la defensa de la ciudad. Capítulo II 3e cu/ntas clases son las
rep)blicas y a cual de ellas corresponde la romana.
4ste es, sin duda, uno de los pasaes m/s conocidos de la obra de Maquiavelo porque es aqu* donde hace referencia a la existencia y corrupción de los distintos modos de gobierno. "n este cap*tulo Maquiavelo centra su atención en las ciudades creadas por hombres libres. $ uicio de Maquiavelo puede llamarse afortunada la ciudad que ha recibido leyes tan sabias que puede mantenerlas en vigor vigor muchos a2os, como es el caso caso de "sparta, que mantuvo mantuvo las suyas a lo largo de 566 a2os. 1or el contrario ser/ inestable aquella ciudad cuyas leyes hayan de ser constantemente revisadas e incluso ser/ sumamente infeliz si no dispone de una buena constitución porque el establecimiento establecimiento de nuevas leyes sólo sólo se acepta cuando hay necesidad necesidad y siempre que hay necesidad, hay peligro. -eg)n Maquiavelo existen tres formas positivas de gobierno( la Monarqu*a, la $ristocracia y la 3emocracia. 1ero cada una de estos modelos se corresponde, a su vez, con un modelo negativo que supone su corrupción y la aparición del siguiente modo positivo, como si de un c*rculo cerrado se tratara. Monarqu*a777777777777777777777#iran*a77777777777777777777 Monarqu*a777777777777777777777# iran*a77777777777777777777 $ristocracia $ristocracia $ristocracia7777777777777777777ligarqu*a777777777777777777 $ristocracia7777777777777777777l igarqu*a777777777777777777 3emocracia
3emocracia 777777777777777 Caos, $narqu*a 7777777777777777 Monarqu*a. "l motivo que ofrece Maquiavelo para explicar la degeneración de tales reg*menes es la debilitación que sufren a trav&s del tiempo y de las nuevas generaciones de &lite que, habiendo olvidado, sus deberes se complacen en exigir sus derechos. $s*, por eemplo, la monarqu*a se corrompe cuando pasa de electiva a hereditaria y en el caso de la aristocracia, cuando los descendientes de los primeros se centran en la ambición y el despilfarro y en el caso de la democracia cuando se olvida a los instauradores del r&gimen y se pierde el respeto lo mismo entre autoridades que entre ciudadanos. $ 8uicio de Maquiavelo, el origen de la moral es puramente social. 9ace cuando los hombres se agrupan y para organizar una defensa m/s eficaz, eligen un efe, el m/s robusto y valeroso y se comprometen a obedecerlo. "s entonces, afirma Maquiavelo, cuando los hombres aprenden “qu& es bueno y honrado y qu& es malo y vicioso!. 'a usticia nace cuando se escribe en leyes lo que es bueno y malo a se establecen castigos para quienes las infrinan. "sto determina que el grupo ya no elia al m/s fuerte sino al m/s sensato. -i un "stado sufre muchos cambios lo m/s seguro es que termine siendo conquistado por otro "stado. "n cualquier caso, afirma Maquiavelo, cualquiera de estos seis modos de gobierno son perudiciales. 'os tres primeros por su escasa duración y los tres )ltimos por su malignidad. 'a solución que Maquiavelo propone es el establecimiento de un r&gimen mixto( “:n legislador prudente que conozca huir/ de ellas, estableciendo un r&gimen mixto que de todas participe, el cual ser/ m/s firme y estable, porque en una constitución donde coexistan la monarqu*a, la aristocracia y la democracia, cada uno de estos poderes vigila y contrarresta los abusos de los otros.! Capítulo III $contecimientos que ocasionaron en roma la creación de
los tribunos de la plebe,
perfeccionando con ella la constitución de la Rep)blica. Con el eemplo de los tarquinios, traicionados por la nobleza, quiere demostrar Maquiavelo la certeza de aquellos escritores que consideran que el hombre es malo por naturaleza y tal ha de ser la consideración del legislador a la hora de dictar las leyes. Maquiavelo est/ convencido de que el hombre hace el ;ien por necesidad pero en cuanto esta necesidad ha desaparecido, hace lo que &l quiere. 0 vuelve a manifestar una opinión que reiterar/ una y otra vez( la de que el hambre y la pobreza hacen a los hombres trabaadores y las leyes los hacen buenos. Como sostedr/ Montesquie siglos m/s tarde, Maquiavelo afirma que all* donde rigen las buenas costumbres no son necesarias las leyes, pero lo son en el mismo instante en que cesa su eercicio. Montesquieu, por su parte, afirmar/ que las leyes se hacen necesarias porque son m/s cómodas y f/ciles de seguir las normas que impone un pr*ncipe desde fuera que las virtudes que un hombre se impone a s* mismo. Capitulo IV 'a desunión del -enado y
el pueblo hizo poderosa y libre la rep)blica romana.
lo que es lo mismo( la lucha de contrarios es siempre positiva porque seg)n Maquiavelo en todas las Rep)blicas hay dos partidos( el de los nobles y el pueblo, y las leyes que se hacen en favor de la libertad surgen de los desacuerdos entre ellos. 3e este modo, el conflicto entre los nobles y el pueblo fue la causa primera de la libertad de Roma. 'a fe de Maquiavelo en la sensatez del pueblo sorprende al lector. $qu* se apoya en las palabras de Cicerón para afirmar que el pueblo aunque ignorante es capaz de comprender la verdad si se la se2ala un hombre de bien y por tanto puede recapacitar acerca de sus exigencias cuando se le muestra que su libertad no corre peligro. 3onde hay disciplina hay orden y raramente falta la buena fortuna.
3ónde estar/ m/s segura la guardia de la libertad, en manos de los nobles o en las del pueblo, y qui&nes ser/n los que den m/s motivos de desórdenes, los que quieren adquirir o los que desean conservar. Capítulo V
"n este cap*tulo, Maquiavelo propone dos cuestiones. 'a primera( a qui&n le corresponde en una Rep)blica ocuparse de la defensa de la libertad( si a los nobles o a la plebe. "n %enecia se puso en manos de los nobles. "n Roma, en manos de la plebe. $ primera vista parece que hay que confi/rsela a los nobles puesto que la libertad tuvo una mayor duración en %enecia que en Roma. -in embargo, afirma Maquiavelo, antes de aceptar esta respuesta hay que atender a otra consideración( la de si la la Rep)blica es dominadora o simplemente desea mantenerse independiente. "n el primer caso, hay que hacer lo que hizo Roma y darle la guarda de la libertad a la plebe. "n el segundo caso, hay que seguir la elección de los venecianos. 'a otra cuestión que plantea Maquiavelo es determinar qui&n es m/s nocivo para una Rep)blica, si los que desean conquistar lo que no tienen o los que aspiran a conservar los honores adquiridos. 'a respuesta del autor no se hace esperar( los que poseen “porque el miedo a perder agita tanto los /nimos como el deseo de adquirir, no creyendo los hombres seguro lo que tienen si no adquieren de nuevo. $dem/s cuanto m/s poderoso mayor es la influencia y mayores los medios de abusar. 0 lo peor es que los modales altivos e insolentes de los nobles excitan el /nimo de los que nada tienen, no sólo el deseo de adquirir, sino tambi&n el de vengarse de ellos, despo/ndoles de riquezas y honores que ven mal usados. Capítulo VI -i era
posible organizar en Roma un gobierno que terminara la rivalidad del 1ueblo y
el -enado "n principio los legisladores romanos ten*an o que haber cerrado las fronteras a los extraneros, como los espartanos, o no haber educado a la plebe para la guerra, como hicieron los venecianos. $mbas soluciones sólo son posibles en Rep)blicas de l*mites reducidos. Roma, en cambio, hizo todo lo contrario puesto que era una Rep)blica dominadora y de creciente poder*o. "n efecto, si una Rep)blica quiere tener un pueblo numeroso y armado no siempre se le podr/ manear al gusto del mandatario. 1ero si se le mantiene poco numeroso y desarmado con el fin de mantenerlo dominado, la consecuencia ser/ que a)n en el caso de que se lleguen a hacer conquistas, &stas no se podr/n mantener y ser/ presa f/cil del enemigo. "n este sentido, la rivalidad entre el pueblo y el senado ha de ser considerada “un inconveniente necesario para llegar a la grandeza de Roma.! Capítulo VII 3e cómo las
acusaciones son necesarias en la Rep)blica para mantener la libertad.
"s necesario que un ciudadano pueda acusar ante los tribunales a aqu&l o a aqu&llos que intentan atentar contra la libertad, independientemente de su puesto social. 0 esto debido a que su eecución sucede no a trav&s de la violencia de un individuo ni con la ayuda de un poder externo, lo cual socava la libertad, sino a trav&s de instituciones p)blicas que tienen determinados sus l*mites y no representan un peligro para la supervivencia del "stado. Capítulo IX 3e cómo es
necesario que sea uno solo el que organice y reorganice la Rep)blica.
'a razón que para ello esgrime Maquiavelo es que la variedad de opiniones impide a los muchos distinguir lo que es usto.
'os requisitos exigidos es que el fundador de una Rep)blica ha de atender m/s al bien com)n que a su propio provecho y m/s al bienestar general que a su sucesión. -in embargo, su car/cter ha de ser virtuoso y prudente. "n cuanto a las acciones del fundador, Maquiavelo considera digna de censura la violencia que destruye, no la que reconstruye. 1or otra parte, sostiene que cuando el hecho le acuse que el resultado le excuse. Maquiavelo encomienda la fundación de una Rep)blica a un solo hombre y su mantenimiento, en cambio, a la colectividad puesto que resulta m/s efectivo. Con ello Maquiavelo sostiene una postura utilitarista del poder y de la sociedad. 'a construcción y organización eficaz de una Rep)blica, su mantenimiento y desarrollo, ha de girar en torno al ;ien Com)n. Capítulo X -on tan dignos de
elogio los fundadores de una rep)blica o de un reino, como de censura y vituperio los de una tiran*a. 3ignos de elogio son( . 'os efes brillantes de los e&rcitos y los literatos ilustres. ?. 'os que se distinguen en el arte y profesión que eercitan. @nfames y detestables( . 'os enemigos de la virtud, las letras y las artes que proporcionan provecho al g&nero humano. "n este sentido Maquiavelo condena por igual a los imp*os, tiranos, ignorantes, holgazanes y viles. Capítulo XI 3e la religión de los romanos
"l pragmatismo de Maquiavelo le conduce a considerar la religión desde un punto de vista estrictamente utilitarista. 'a primera función de la religión es “salvaguardar el orden social!. "n segundo lugar, las creencias colaboran a mantener la disciplina militar. “Auienes estudian bien la historia romana observan cu/n )til era la religión para mandar los e&rcitos, para reunir al pueblo, para mantener y alentar a los buenos y avergonzar a los malos B...! -in embargo en lo que se refiere a las obras extraordinarias realizadas por los hombres, Maquiavelo se muestra poco dispuesto a deificarlos. “9adie, pues, debe desesperar de conseguir lo que otro ha logrado, porque todos los hombres, seg)n hemos dicho en el prólogo, nacen, viven y mueren suetos a las mismas leyes naturales.! :n hombre es y sigue siendo siempre un hombre. Capítulo XII 3e lo importante que es hacer gran caso de la religión y de que @talia, por no hacerlo,
a causa de la @glesia romana, est/ arruinada. 8ustamente por el motivo que se2alaba en el cap*tulo anterior( que todos los hombres est/n sometidos a las mismas leyes naturales y, como afirmar/ en otros pasaes, suetos por tanto a las mismas pasiones, Maquiavelo distingue radicalmente entre creencias sostenidas por la e e @nstituciones religiosas, construidas por los hombres. "n el primer caso, cuando se trata de la e, Maquiavelo advierte a los pr*ncipes y gobernantes de la imperiosa necesidad de mantener “la pureza de la religión y de sus ceremonias y de que sean siempre veneradas! a fin de que las costumbres no se perviertan. "n efecto, asegura el autor, “el indicio m/s seguro de la ruina de un "stado es ver despreciado en &l el culto divino.! Cu/ndo comienza la decadencia de una religiónD 'a respuesta de Maquiavelo es clara( “cuando los or/culos comenzaron a predecir seg)n conven*a a los poderosos.! Maquiavelo aprovecha la ocasión de criticar la falta de e de sus contempor/neos y de indicar que gran parte de sus males se deben a la crisis de creencias por la que atraviesan y que impide que los estados se unan. 'a prueba m/s evidente de lo que dice, afirma, es “el hecho de que ustamente los pueblos m/s próximos a la @glesia romana, cabeza de nuestra religión, son los menos religiosos.!
"n su opinión, los malos eemplos dados por “aquella corte!, como despectivamente llama a la suprema institución religiosa que es el %aticano, ha determinado por un lado, la p&rdida de la devoción religiosa en @talia, con los consecuentes males y peruicios que esto acarrea. 1ero por otro lado, la consecuencia todav*a m/s da2ina, si cabe, es la división en la que la @glesia ha mantenido y mantiene a @talia. "s el %aticano, a uicio de Maquiavelo, quien ha impedido que @talia se mantenga escindida en un n)mero sin fin de rep)blicas, al contrario de otros pa*ses como "spa2a y rancia, regidos por una sola rep)blica o un solo rey. "l motivo que aduce es que la @glesia ni ha sido lo bastante fuerte como para hacerse con todo el territorio italiano ni lo suficientemente d&bil como para que no le importe perder el dominio temporal que ya tiene, llegando incluso a pedir auxilio externo para mantenerlo cuando lo ve peligrar. 'a conclusión de todo ello ha sido que @talia se vea gobernada por muchos pr*ncipes y dirigentes. "sta situación no sólo conlleva desunión, tambi&n debilidad y es por ese motivo por el que ha sido presa f/cil para cualquier invasor. $ Maquiavelo le gustar*a que la Corte eclesi/stica fuera trasladada a -uiza, )nico pa*s en el que, seg)n &l, se siguen respetando las antiguas costumbres, para demostrar la influencia nociva que eerce sobre los hombres y sociedades de bien. "st/ convencido de que al poco de asentarse all* causaban desórdenes m/s deplorables de los “que cualquier accidente de la &poca pudieran producir!. "n los siguientes cap*tulos, Maquiavelo muestra como los antiguos romanos utilizaban la religión en las distintas situaciones. Como ya hemos dicho anteriormente, las creencias son imprescindibles en una rep)blica para servir al ;ien Com)n. "ste “;ien Com)n! no tiene un car/cter idealizado ni absoluto, sino concreto en el tiempo y en el espacio. -e trata del ;ien Com)n referido a una rep)blica, no a “'a Rep)blica! y en este sentido, el uso que se haga de las creencias no puede ser dogm/tico sino que alude siempre a unas determinadas circunstancias. Eay que a2adir, por otra parte, que el tratamiento que hace Maquiavelo con respecto a la religión es el correspondiente a su uso social, no a la e privada de cada individuo. -in embargo, es tambi&n cierto, que Maquiavelo sostiene que un mal uso social de la religión desemboca en una crisis de creencias y en una p&rdida de la e a nivel individual, lo cual complica m/s a)n las cosas puesto que el comportamiento individual influye, sin duda alguna, en la sociedad. 1odr*a decirse que se trata de un c*rculo en el que el individuo eerce una fuerza sobre la sociedad y esta sobre el individuo. 1or eso la educación uega un papel sumamente importante en el pensamiento de Maquiavelo y por eso, igualmente, anima a crear instituciones sociales de control que impidan a los codiciosos ocupar el poder, mientras que los ciudadanos sensatos y honestos son apartados con falsas acusaciones y calumnias. -in embargo, el car/cter pragm/tico y realista de Maquiavelo no dea lugar a enga2os ni falsas esperanzas. Como demostrar/ en el cap*tulo F%, las creencias por s* solas no representan la panacea ni la pócima m/gica para superar cualquier situación ni para derrotar a cualquier rival. Resulta tambi&n imprescindible atender a otros elementos como son la valent*a y la organización del enemigo. Capítulo XVI "l pueblo acostumbrado a vivir bao la
dominación de un pr*ncipe, si por acaso llega
a ser libre, dif*cilmente conserva la libertad. 4ste es uno de los cap*tulos m/s interesantes. Maquiavelo considera que se detiene a considerar la cuestión de la libertad desde varios aspectos. "n primer lugar, afirma que un pueblo que ha estado siempre sometido dif*cilmente puede alcanzar la libertad aunque la corrupción, c/ncer de los pueblos sometidos, no sea absoluta..“:n pueblo habituado al gobierno aeno( no sabiendo decidir en los casos de defensa u ofensa p)blica, no conociendo a los pr*ncipes, ni siendo de ellos conocido, pronto recae en el yugo, el cual es muchas veces m/s pesado que el que poco antes se quitó del cuello.! . 'os motivos hay que buscarlos tanto en la inexperiencia como en que el estado libre adquiere m/s enemigos que amigos, puesto que se convierten en enemigos todos aqu&llos que se han visto enriquecidos con el antiguo pr*ncipe. 1or el
contrario no adquiere amigos ya que en un estado libre, los premios y honores se da a quienes los merecen y por tanto aqu&llos que los obtienen “no confiesan agradecimiento a quienes se los dan.! #al vez por esta razón sea tan dif*cil que un estado est& regido por la meritocracia y no por el nepotismo. "l segundo aspecto es qu& consideraciones ha de observar el pr*ncipe que pretenda liberar a un pueblo subyugado. $ fin de tener &xito en dicha empresa, Maquiavelo recomienda atender a los dos deseos que inflaman a los dominados( por un lado, el deseo de vengarse de aqu&llos que les mantuvieron en esclavitud+ por otro, la aspiración popular de recobrar la libertad. "l primer deseo es f/cil de lograr. "l segundo, no tanto. "sto se debe a que solo unos pocos ciudadanos ans*an la libertad para mandar+ la gran y absoluta mayor*a la quiere para vivir seguros. -e hace pues, necesario, que las leyes controlen el poder de los gobernantes, a eemplo Gdice Maquiavelo7 de rancia, en el que se permite al rey disponer del e&rcito y del dinero+ en todo lo dem/s depende de las leyes. "n cualquier caso, para mantener la libertad, Maquiavelo aconsea fundar una ciudad sostenida desde el primer momento por bases firmes y seguras o hacerlo a la primera ocasión que se presente, antes de que las costumbres est&n corrompidas porque ello aboca a la tiran*a. Capítulo XVII Cuando un pueblo corrompido llega a ser
libre, dif*cilmente conserva la libertad.
Maquiavelo cita entre otros, a Mil/n y 9/poles, de quien afirma que est/n tan corrompidos que “ning)n suceso, por importante o violento que sea, podr/ convertirlos en pueblos libres.! 'a conclusión a la que llega no es muy esperanzadora( “Cabe pues, deducir que donde la masa de la población est/ sana, los tumultos y asonadas no perudican, y donde corrompida, las meores leyes no aprovechan si no las aplican alguno que con extraordinaria fuerza las haga observar hasta conseguir el restablecimiento de las buenas costumbres, lo cual no s& si ha ocurrido o si es posible que suceda+ porque se ve, como antes die que un pueblo en decadencia por la corrupción de las costumbres, si se regenera, es gracias a las costumbres del hombre que le dirige, no por las virtudes de la generalidad de los ciudadanos afectos a las buenas instituciones+ e inmediatamente que aqu&l muere vuelve el pueblo a sus antiguos h/bitos! HAui&n dio que Maquiavelo era amoral e incluso inmoralD 3e qu& modo puede mantenerse en un pueblo corrompido un gobierno libre si exist*a antes y si no, establecerlo. Capítulo XVIII
Maquiavelo parte que las buenas costumbres se mantienen con las buenas leyes y a su vez, &stas, para ser observadas, requieren de las buenas costumbres. $s* pues, a diferencia de lo que suced*a en el pensamiento de Montesquieu, que establec*a una marcada separación, entre la esfera privada y la p)blica, entre otras cosas para garantizar la libertad de la primera 7, en el pensamiento de Maquiavelo resulta imposible trazar una frontera entre ambos aspectos. "l hombre es indisolublemente ciudadano e individuo. 'as leyes influyen sobre su comportamiento privado tanto como su comportamiento privado sobre las leyes. 8ustamente por esto, resulta imposible que las leyes G ni siquiera las meores y m/s sabias 7 tengan eficacia en una sociedad corrompida. 'o que suele pasar es m/s bien lo contrario( que se modifican las leyes que refrenan a los ciudadanos, como pasó en Roma, dice Maquiavelo, “en lo referente a la ley del adulterio, las santuarios, las del soborno y muchas otras, a medida que los ciudadanos iban siendo m/s corrompidos.! 'a insuficiencia de las leyes nuevas se ve*a adem/s en “otros dos puntos capitales( en la elección de magistrados y en la formación de las leyes.! $l principio, el pueblo romano daba los cargos )nicamente a quienes los solicitaban. "sto fue adecuado mientras sólo los ped*an los que se consideraban m/s capacitados para ocuparlos y deó de serlo cuando, gradualmente, como seg)n Maquiavelo sucede siempre, los reclamaron los m/s poderosos. "l problema es que alcanzar la corrupción gradualmente, es m/s f/cil que conseguir una reforma gradual porque &sta, dice el
florentino, sólo puede ser dispuesta por un gran hombre que comprenda el mal al que la sociedad se enfrenta y adem/s ha de ser capaz de convencer a los otros de la existencia real de dicho problema. "so sin olvidar que mientras los malos gobernantes rara vez muestran escr)pulos para usar la violencia necesaria para mantenerse en el puesto, los hombres honestos raramente quieren utilizarla para llegar al poder. 'a conclusión de Maquiavelo es que es pr/cticamente imposible conservar o fundar una rep)blica en una ciudad corrompida. -i a)n as* se desea intentar hay que tener en cuenta a la hora de organizar un gobierno que “las instituciones mon/rquicas son preferibles a las populares, a fin de que los hombres cuya insolencia no puedan corregir las leyes sean refrenados por un poder casi regio.! "n este sentido, Maquiavelo sigue el eemplo de los antiguos romanos que cuando se enfrentaban a un gran mal nombraban de forma temporal a un dictador. Eay que se2alar adem/s, que en mi opinión, Maquiavelo es sobre todo aristocr/tico. 'a meor rep)blica es aqu&lla que reconoce a los hombres de m/s m&rito, ya sea en la guerra, en el gobierno o en las artes. 3ea de serlo cuando abre las puertas a los hombres que no se caracterizan por sus talentos sino por las triqui2uelas y enga2os de que hacen gala para llegar al poder. Capítulo XXV Auien quiera reformar la
antigua organización de un estado libre, conserve al menos
la sombra de las antiguas instituciones. "l motivo que para ello aduce Maquiavelo es el de que el pueblo no note el cambio. "n realidad, dice Maquiavelo, “a casi todos los hombres satisfacen lo mismo las apariencias que la realidad, y muchas veces les agitan m/s las primeras que la segunda.! "n su opinión “las novedades alteran la imaginación de los hombres!+ por tanto, aconsea que si se var*a la duración de la magistratura o el n)mero de magistrados que la componen, se mantenga al menos el nombre. Capítulo XXVI "l pr*ncipe nuevo en
ciudad o provincia conquistada por &l, debe reformarlo todo
Maquiavelo toma como figura referencial a ilipo de Macedonia, padre de $leandro Magno. -e cuenta de &l que reformaba los territorios conquistados por completo, incluso trasladando sus habitantes a otros territorios. 'os m&todos eran inhumanos hasta el punto de que es preferible ser ciudadano antes que rey “a costa de tanta destrucción de hombres!. "l que, sin embargo, desea asegurar la dominación “necesita eecutar tales maldades.! "n cambio los hombres, dice Maquiavelo, prefieren coger el t&rmino medio lo cual es perudicial*simo porque no saben ser ni completamente buenos ni completamente malos. Capítulo XXXIV 'a autoridad dictatorial benefició y no da2ó a
la rep)blica romana. 9o es la autoridad concedida por libre sufragio, sino aquella de que se apoderan los ciudadanos, la perniciosa a las instituciones libres. "l t*tulo ofrece lugar a confusiones. 'a dictadura a la que Maquiavelo se refiere no es sinónimo de tiran*a, sino aqu&lla que por propia decisión eleg*an los ciudadanos romanos determinando, adem/s, la persona que ocupar*a dicho cargo. -e trata pues de un sometimiento voluntario que llevaba apareado un nombramiento legal, acordado y temporal. 'o que Maquiavelo s* considera un grave problema es cambiar la constitución alegando que existen problemas que hay que superar porque resulta dif*cil determinar si dicha modificación implica un bien o es utilizada por determinados grupos de poder para hacer un mal. 1ara combatir esta posibilidad, Maquiavelo aconsea que sean las leyes las que fien el remedio para el peligro y el modo de aplicarlo. -e reitera, sin embargo, en la necesidad de que est& prevista la figura del dictador temporal. 'a razón )ltima es cuando Roma fue atacada por sus vecinos, no sólo se organizó meor sino que atacó meor y m/s eficazmente. "n nuestros d*as un caso parecido es el del presidente de los "stados :nidos, que dispone de una gran capacidad de decisión, al menos durante
el tiempo que dura su mandato. -i las consideraciones de Maquiavelo al respecto son o no acertadas, es tema a debatir. Capítulo XL 3e la creación del decenvirato en Roma y de lo que se debe notar en ella( donde se
considera, entre otras cosas, cómo un mismo suceso puede salvar o perder una rep)blica. Cuando un pueblo comete la falta de ensalzar a alguno porque combate a los que &l aborrece y el ensalzado es h/bil, llega &ste siempre a ser tirano del estado porque los que tienen como amigos al pueblo y como enemigos a los grandes est/n m/s seguros. Con el favor del pueblo, el tirano destruir/ a la nobleza, y cuando lo haya conseguido oprimir/ al pueblo, que, comprendiendo entonces su servidumbre, no tendr/ a quien recurrir en demanda de auxilio. #al es el procedimiento de cuantos han fundado tiran*as en las rep)blicas. Cuando no bastan las fuerzas interiores para asegurar el poder se hace necesario acudir a las externas, que pueden ser de tres clases( una guardia personal a base de mercenarios, armamento de los campesinos para que cumplan la función que har*an los ciudadanos y las alianzas con las ciudades cercanas m/s poderosas. "l error de la plebe romana al querer salvar la libertad fue crear los decenviros. "l error del decenviro y posterior tirano $pis, fue aliarse con los nobles cuando el pueblo, consciente de su error, se alzó contra &l. Capítulo XLI
"s imprudente e in)til pasar sin gradación de la humildad a la soberbia, de la compasión a la crueldad. $ntes de que el cambio prive de amigos, ganar tantos que su autoridad no se debilite. Capítulo XLII
3e la facilidad con que se corrompen los hombres. 3e ah* que sea tan importante dictar leyes que refrenen las pasiones humanas. Capítulo XLIII 'os que combaten por
su propia gloria son buenos y fieles soldados.
“"ste eemplo es uno de los que demuestran la inutilidad de los soldados mercenarios+ los cuales combaten )nicamente por el dinero que reciben, motivo insuficiente para hacerles adictos y fieles hasta el punto de dar la vida por la causa que defienden. B... "l amor a los intereses y a la honra de la patria sólo lo tienen los s)bditos y cuando se quiere conservar un estado, sea rep)blica o reino, preciso es armar a los ciudadanos B...! 1reciso es hacer notar que esta idea es una constante en el pensamiento de Maquiavelo y ser/ ampliamente desarrollada en su obra “3el arte de la guerra! aparecida entre los a2os
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