Dis-Ease - Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi - Yoonmin

December 11, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Table of Contents Title Page Summary INTRO 🐺1🐺 🐺2🐺 🐺3🐺 🐺4🐺 🐺5🐺 🐺6🐺 🐺7🐺 🐺8🐺 🐺9🐺 🐺 10 🐺 🐺 11 🐺 🐺 12 🐺 🐺 13 🐺 🐺 14 🐺 🐺 15 🐺 🐺 16 🐺 🐺 17 🐺 🐺 18 🐺 🐺 19 🐺 🐺 20 🐺 🐺 21 🐺

🐺 22 🐺 🐺 23 🐺 🐺 24 🐺 🐺 25 🐺 🐺 26 🐺 Especial: Yoonmin en el hospital 🐺 27 🐺 🐺 28 🐺 🐺 29 🐺 🐺 30 🐺 🐺 31 🐺 🐺 32 🐺 🐺 33 🐺 🐺 34 🐺 🐺 35 🐺 🐺 36 🐺 🐺 FINAL 🐺 EXTRA I EXTRA III EXTRA IV EXTRA V Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi

Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi [Yoonmin]

Dis-eas

Summary

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Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi [Yoonmin] Dis-ease https://www.wattpad.com/story/194595532 January 14th, 2021 January 14th, 2021 65,254 46 Complete Unknown Alfa, Bts, Chicoxchico, Complete, Dxnimcgraphic, Fanfic, Fluff, Hoseok, Jimin, Jiminbottom, Jin, Jinnam, Junghope, Kookie, Namjoon, Omega, Pasivo, Romance, Suga, Tae, Yoongiactivo, Yoongitop, Yoonmin

Description ¿Qué tan jodido debía de estar Jimin para que los dos mejores amigos de su crush anduvieran detrás de él? En donde Jungkook y Seokjin están enamorados de Jimin, pero el omega ya está enamorado de otro alfa llamado Min Yoongi. 🐺 Omegaverse 🐺 Yoonmin 🐺 Fluff 🐺 Intro + 35 capítulos + Final + 5 Extras Hermosa portada hecha por @DanielaNavarro5 🐺 Inicio: 31 de Julio de 2019 Final: 6 de Marzo de 2020 ~Min_Nochus

INTRO

Los gemelos Kim se caracterizaban por ser unos traviesos sin remedio; sus bromas eran muy divertidas e irritantes en algunas ocasiones. Todos en el colegio los amaban, inclusive el director y el profesor de matemáticas, aunque no pudieran ni decir de memoria la tabla del siete.

Jin y Jungkook, eran dos alfas de 17 años que amaban disfrutar la vida, no se detenían a pensar en las consecuencias de sus acciones y eso es lo que más les gustaba.

Todo el colegio los conocía, pero ellos sólo tenían un mejor amigo en quien podían confiar, y ese era, Min Yoongi. Un alfa perezoso y despistado que se la pasaba durmiendo todo el tiempo, pero con un gran corazón de viejito.

Jungkook y Jin conocieron a Park Jimin el año pasado, el omega había llegado como un estudiante de nuevo ingreso, y a pesar de ser unas personas muy extrovertidas, no han tenido el valor de acercarse al omega.

Jimin era un omega atrevido, inteligente y tierno. Una combinación peligrosa.

El primero en confesar sus sentimientos fue Jin, y fue justo en ese momento en que dieron cuenta de que ambos hermanos sentían lo mismo por el pequeño omega.

Por esa razón, tenían en mente pedir la ayuda de su mejor amigo… Min Yoongi.

Y Nada podría salir mal, ¿cierto?

~Min Nochus

🐺1🐺

Los gemelos veían con cierto grado de recelo al alfa que se encontraba durmiendo en la mesa como si nada. Ambos estaban un poco —demasiado— desesperados. Necesitaban tener un plan, o mínimo un consejo de parte de alguien más, y en el único en el que confiaban era Yoongi.

—¡MIN YOONGI! -Gritó Jin.

El grito agudo que soltó el alfa asustó a las personas que se encontraban a su alrededor, pero poco le importó, y su enfado creció más al ver que su mejor amigo ni siquiera se había movido un poco.

—¡MIN YOONGI! —Gritó está vez Jungkook.

Despertar al alfa de cabellos grises era un total reto. Jin y Jungkook llevaban más de minutos zarandeando a su hyung, pero este simplemente estaba como en un estado de coma.

—Yoongi hyung, un perro se lleva a tu peluche de Kumamon. —Exclamó Jungkook.

Como si de un resorte se tratara, el alfa de 17 años se despertó asustado viendo para todos lados.

Los gemelos comenzaron a reírse de la reacción de su mejor amigo. Eso siempre funcionaba.

No importaba la edad que tuviera Yoongi, él siempre iba a ser como un bebé que se dejaba comprar por lo que le gustaba, aunque cuando se trataba de dormir era un total reto el hacerlo tomar una decisión. Jungkook y Seokjin lo sabían muy bien.

—Váyanse al infierno —Soltó molesto el alfa al verse interrumpido de su pequeña siesta.

Si algo odiaba el pálido, era el que le despertaran cuando estaba tomando una de sus siestas, las cuales, eran muy comunes a cualquier hora del día, lo único que necesitaba era una mesa para recostar su cabeza y listo, tendría una siesta larga y confortante.

—De allá venimos -Dijo Jin con una risa escandalosa.

—¿Qué quieren? -Preguntó el mayor girando sus ojos ante la broma del menor. Seokjin y sus chistes malos no era algo que quisiera aguantar en estos momentos.

—Tenemos problemas. —Respondió Kookie— Queremos que nos des un consejo.

Jin asintió ante las palabras dichas por su gemelo. Yoongi soltó un corto suspiro, y movió su cabeza dándole a entender a sus amigos a que prosiguieran.

—Nos gusta un omega —Soltó de una vez Jin.

El mayor los vio confundido. ¿Qué iba a saber él de esas cosas? Nunca había estado con un omega, y tampoco sabía cómo tratarlos cuando la mayoría del tiempo andaba en su propio mundo.

—¿Y el problema es…? —Preguntó el mayor.

—A los dos nos gusta el mismo omega —Habló con resignación Kookie.

—¿Y? —preguntó un poco desganado el alfa—. Yo no sé de esas cosas.

Los gemelos suspiraron sentándose frente a su amigo. Pusieron sus mejores caras de cachorritos tristes y comenzaron a soltar soniditos raros, viendo al mayor. Sabían que a Yoongi le encantaban ese tipo de cosas aunque lo negara.

El pálido inhaló pesado, ahora es cuando se arrepentía de tener unos amigos tan locos como los gemelos.

—Entonces… ¿Solo debemos de hacer eso? —Se atrevió a preguntar Kookie.

—Sí.

Después de haberle contado toda la historia de como se “enamoraron” del omega de bonita sonrisa, Yoongi les había dado la idea de cortejar al pequeño Jimin.

Debían de darle regalos y una rosa por 10 días.

En realidad, Yoongi les había aconsejado hacer lo primero que se le vino a la cabeza. No quería sonar cruel o algo parecido, pero no le importaba en lo más mínimo hablar sobre novios o corazones enamorados. Él sólo quería dormir.

—¿Y como sabes que esto funcionará? —Preguntó.

Ambos gemelos tenían mucha curiosidad de saber de dónde había surgido esa idea. Yoongi tenía cara de no saber cómo tratar ni a su propia madre.

—Mi mamá me contó que papá la había conquistado con piropos sucios. -Comentó en mayor— Ella siempre le recrimina a papá diciéndole que a todos los omegas se le deben de

conquistar con regalos y palabras dulces. Ella lo aceptó sólo porque verdaderamente estaba enamorado de él.

—Eso es extraño.

—Jin tiene razón.

—En sí, tu familia es extraña. -Volvió a decir Kookie, recordando todas le veces que había visitado el menor, esas en la que el señor Min encendía en televisor, ponía un canal cualquiera y se acostaba en el sillón hasta dormirse. La señora Min siempre iba y le gritaba cuando el señor comenzaba a roncar como tractor en un camino de piedra.

—Dejen a mi familia y mejor vayan pensando que regalarle a ese dichoso omega.

Mientras Seokjin comenzaba a idearse un futuro color rosa con el hermoso omega de cabello rubio, Jungkook pensaba en que iba a tener que esconder a su hermano en un armario y ponerle cinta adhesiva en la boca durante el tiempo en el que se dedicaría a enamorar al chico que lo traía enamorado.

Los dos estaban sumidos en sus pensamientos, pero Yoongi los sacó de ellos. El alfa les recalcó un pequeño problema… Al ser gemelos, Jimin no los podría diferenciar, por lo tanto, debían de hacer algo para que el omega no se fuese a confundir y elegir al equivocado.

Después de pensarlo bien, decidieron que uno de ellos se pintara el cabello. Ninguno quería hacerlo, así que se decidieron por jugar “piedra, papel o tijera”

Jin perdió.

Jungkook se rió.

Y Yoongi se durmió.

Solo esperaban que esto no se fuera a salir de control.

Está historia es mi bebé más preciado, ya que la escribí con mucho amor aunque hayan algunos errores. Por favor, denle mucho amor. 😢😢

~Min Nochus

🐺2🐺

Tres alfas se encontraban caminando en la entrada del colegio como si de modelos se tratasen. Un Yoongi adormilado se encontraba en medio de los alfas gemelos quienes saludaban a todos los estudiantes que se encontraban alrededor.

Hoy era el primer día de clases de su último año de estudio antes de entrar a la universidad y eso a Yoongi no le gustaba ya que eso significaba que tendría menos horas para dormir puesto que la universidad era aún más agotadora que el colegio.

Los tres alfas se dirigían hacia sus lockers. El horario era el mismo del año pasado, así que ya sabían que materias les tocaban a primera hora. Iban a cruzar la esquina pero alguien chocó con Yoongi e hizo que los gemelos se detuvieran. Al darse cuenta de quien era, los lobos de los gemelos aullaron en su interior de felicidad.

—UH… Este… Y-yo lo siento. —El omega habló entrecortadamente al levantar la vista y ver a la persona con la que había chocado.

Yoongi bajó un poco la vista para ver de quién se trataba esa dulce voz y al hacerlo se topó con un lindo chico de mejillas abultadas y rojitas.

Sus ojos se quedaron fijo en el precioso chico frente a él, se miraba muy tímido y su labio temblaba levemente en señal de estar nervioso.

El lobo de Yoongi siempre estaba dormido. Desde que se presentó como alfa, su lobo muy rara vez se movía en su interior, es mas, podía contar con tan solo una mano y hasta le sobraban dedos las únicas veces en las que su perezoso lobo estaba despierto. Pero en su

mente solo encontró una explicación… Tal vez con el choque hubo un pequeño terremoto en su interior y por eso su lobo estaba… ¿Asustado?

Cuando volvió a la realidad, iba a decirle al pequeño omega que no se preocupara, pero ciertos alfas se lo impidieron.

—Hola, Jimin. —Exclamó Jin con una sonrisa de oreja a oreja.

El menor se quedó confundido, siempre había escuchado de los gemelos Kim pero nunca le había interesado diferenciarlos, solo conocía sus nombres.

—¿Hola? Uh… ¿Jingkook? —Preguntó indeciso.

Yoongi solo soltó una pequeña carcajada y volteó a ver la cara de sus amigos, los cuales estaban rojos. Esto merecía ser captado con una cámara, pero lastimosamente no quería que el omega que estaba frente a él lo mirara raro.

Jimin al ver la sonrisa del alfa se puso más rojo de lo que estaba, su omega quiso agarrarlo y besarle toda la cara dejando marcados sus labios en ella, pero también darle una cachetada a su omega por tal vergüenza que le estaba causando.

Por otro lado, Jin y Jungkook estaban rojos de vergüenza, estaban junto al omega de sus sueños y este ni siquiera sabía sus nombres. Ellos eran muy populares, todos los conocían e incluso hasta la profesora de matemáticas los quería y solo era buena con ellos. Siempre recibían regalos por parte de omegas y betas como chocolates, rosas, cartas de amor e incluso les habían regalado anillos de oro a juego.

Seokjin apretó sus labios duramente casi al borde del colapso mientras Jungkook aguantaba una carcajada en su garganta.

—Soy Jin —Contestó apenado el alfa.

—Y soy Jungkook.

—Y somos los gemelos Kim. —Dijeron esta vez al unísono.

Tanto a Yoongi como a Jimin les dio mucha gracia ver las poses que los gemelos hicieron al decir dichas palabras, parecía que estaban coqueteando. En realidad… Eso es lo que estaban haciendo.

—Oh, mucho gusto. —Dijo con una hermosa sonrisa, la cual hizo suspirar a los gemelos— Soy Park Jimin.

—Lo sabemos. —Soltaron al unísono.

Yoongi volvió a reír y Jimin sólo quiso tomarle una foto para siempre recordar esa hermosa sonrisa.

—Y cuéntanos Jimin —Habló esta vez Jungkook— ¿A donde iba solo un omega tan hermoso como tú?

Él chico quería ver las reacciones que podría tener el omega ante su presencia. Necesitaba saber que lo conocía o mínimo pensara que era guapo.

—¿A mi salón? —Exclamó el rubio un poco confuso.

El gemelo mayor soltó una carcajada demasiado escandalosa y exagerada para el gusto de todos los que se encontraban ahí.

Ese grupo de amigos en especial eran demasiado extraños. Mientras que Yoongi era muy callado y tímido, los gemelos eran bulliciosos, escandalosos y coquetos.

—Eres muy gracioso. —Dijo avergonzado Jungkook al ver que su plan no había funcionado.

—Mucho. —Habló el otro gemelo— Deberías sentarte con nosotros algún día en receso.

Seokjin sonrió con satisfacción por su gran idea, Jungkook asintió muy feliz al pensar en que podría enamorar al chico con palabras dulces durante los cortos receso.

Yoongi sólo alzó una ceja interesado en los planes tontos de sus mejores amigos, pero no quería ver mas a sus amigos humillarse, era mejor que se retirara.

—Bueno… Yo me tengo que ir. —Dijo el peligris mientras con una mano revolvía su cabello, acción que el omega no dejo pasar por alto— Fue un gusto conocerte, Jimin.

—Lo mismo digo, Yoongi hyung. —Soltó con una sonrisa triste, ya que el quería estar con el alfa un poco más.

Tonto Park, lo vas a asustar. Gruñó su lobo.

Yoongi se sorprendió cuando el omega lo llamó por su nombre. ¿Por qué conocía su nombre y el de los gemelos no? Jin y Jungkook eran muy populares por ser de los alfas más guapos y él sólo era conocido por ser perezoso.

“Yoongi el dormilón”

“Yoongi el callado”

“Yoongi el tímido”

“Yoongi el alfa omega”

“Yoongi esto, Yoongi lo otro. Yoongi, Yoongi, Yoongi”

Por ello fue que su corazón latió rápidamente mientras sus mejillas se sonrojaban. El rubio le había hablado hasta con honoríficos y de una manera tan dulce que ahora sólo quería huir de allí.

Le dio una pequeña sonrisa y pasó al costado del omega, al hacerlo un pequeño aroma dulce lleno sus fosas nasales; Leche, fresas y banana. Leche… Él amaba la leche.

🐺3🐺

—¿Por qué esa cara? —Preguntó con burla el omega de cabello naranja.

—¿Qué cara? —Soltó con un suspiro.

—Esa cara de tonto que te traes. —Habló esta vez el de cabellos morados viendo como su pequeño y tierno amigo soltaba suspiros enamorados mientras tenía su cara entre sus manos.

—Cara tonto, tonto cara. —Balbuceo Jimin sin saber qué pasaba.

Los dos omegas frente a él soltaron pequeñas carcajadas al ver el estado en el que se encontraba el rubio. Sabían muy bien que cuando el omega se ponía de esa forma sólo significaba que había visto a alguien en especial: Min Yoongi.

—¿Viste a Yoongi, cierto? —Preguntó el más alto.

Jimin no contestó y siguió recordando la sonrisa que le había dedicado su amor platónico. Siempre había soñado con que el chico le prestara un poco de atención, pero no importaba que tan bien se vistiera o las veces que se pavoneara moviendo sus caderas cuando pasaba frente a él. Yoongi jamás lo volteaba ni a ver.

—Creo que lo perdimos. —Exclamó el peli-naranja.

Antes de que Hoseok pudiese darle un zape a su amigo, las puertas del salón se abrieron y por ellas entraron tres alfas y un beta. Los gemelos, Yoongi y el proferor Choi.

Yoongi se dirigió hasta el último asiento y los gemelos le siguieron sentándose a los costados del peli gris. Varios suspiros se escucharon en toda el aula, los gemelos sólo sonrieron saludando con sus manos al ver que la mayoría de los omegas presentes los veían. Yoongi sólo dobló sus brazos y se acostó, esa acción sólo logró sacar un suspiro de la boca de Park.

—Es tan hermoso. —Dijo con un ronroneo el rubio.

No podía creer que con tan simples acciones alguien se pudiera ver tan hermoso y perfecto, pero suponía que era el efecto Yoongi.

—Mochi, ¿tu celo esta cerca? —Preguntó el más alto al ver la acción del omega.

—¿Por qué lo dices, Nammie? —Soltó mientras dejaba de ver a su alfa.

—Estabas ronroneando. —Contestó con obviedad.

—Claro que no, mi celo fue hace dos semanas. —Dijo con una mueca.

Hoseok y Namjoon no pudieron contestarle, ya que se dieron la vuelta para prestarle atención al beta que estaba escribiendo unos ejercicios en la pizarra.

Jimin siguió en sus pensamientos color rosa, en donde el alfa pálido era el protagonista, y es que no podía evitar pensar en ellos dos juntos, riendo y hablando de cosas estúpidas.

—Bien chicos, como saben, a mi no me interesa que hoy sea el primer día de clases, no vamos a holgazanear solo por qué “se tienen que acostumbrar al ambiente” —Habló con sorna—

Haré parejas para que resuelvan una guía con 150 ejercicios. Estos será un repaso del año pasado, así que no quiero quejas porque no entienden.

Cuando el profesor Choi terminó de hablar todos se quejaron y allí también estaba incluido Jimin. Con el beta siempre era lo mismo, incluso parecía que el señor los odiaba porque siempre les dejaba una cantidad exagerada de tareas, y siempre terminaba poniéndoles una nota baja.

El profesor comenzó a decir los nombres de las parejas y las quejas aún no cesaban, pero al beta poco le importaban.

—Jung Hoseok y Kim Seokjin —Dijo el beta mirando a sus dos alumnos.

Algunos omegas se quejaron al ver que el guapo gemelo se iba con uno de los omegas más “feos”. Todos querían que les tocara con los hermanos Kim, eso era una oportunidad de oro.

Hoseok bajó su vista un poco avergonzado al sentir las miradas de casi todos los omegas de la clase. Sus mejillas se tiñeron de un rosa pálido y mordió su labio. No era su culpa no ser hermoso.

—Kim Jungkook y Park Chanyeol —Ambos alfas se miraron con una sonrisa, ellos eran muy buenos amigos.

Jimin estaba nervioso, no quería que le tocara con un alfa tonto o con un omega apestoso. Él quería que le tocara con Yoongi. Eso sería como ganarse la lotería porque podría hablarle al de ojos felinos sin ser ignorado.

—Min Yoongi y Kim Namjoon —Todas las esperanzas que antes tenía se habían esfumado en un santiamén.

—Suertudo. —Le susurró a su amigo, haciendo una mueca cuando Namjoon le sonrió malicioso.

Pégale una cachetada. Aulló su lobo con evidentes celos.

Jimin gimió en su interior por tales acciones de su tonto lobo celoso y territorial. No podía pensar de estar forma cuando Namjoon era su amigo.

—Park Jimin y Choi Beomgyu.

Suspiró relajado. Al menos no le había tocado con uno de los tantos omegas presumidos que había en su clase.

Sus primeras tres clases habían finalizado, dando pase al tan anhelado receso. Jimin junto con sus dos mejores amigos se dirigían a paso apresurado hacia la cafeterías para poder obtener un poco de comida y así calmar al rugido que se escuchaba en sus estómagos.

Por otro lado, los gemelos y Yoongi ya estaban sentandos es su mesa correspondiente. Los gemelos estaban alzando su cuello como si fuesen ganzos buscando al omega rubio.

—Si siguen así, quedarán como jirafas. —Comentó con burla el peli gris.

Los gemelos llevaban alrededor de tres minutos vigilando hacia todos lados, esperando ver al rubio. Yoongi ya se estaba cansando al no poder comer tranquilamente.

—Silencio, Yoongi. —Le recriminó el gemelo menor, bufando ante lo gruñón que se estaba comportando el pálido.

—Soy tu hyung, mocoso. —Gruñó el alfa.

—Solo eres mayor por meses. —Contestó el gemelo mayor.

Yoongi intentó recriminales por la falta de respeto de esos dos mocosos insoportables, pero sus lista de insultos quedaron atrapados en su garganta cuando ambos chicos se levantaron y corrieron hacia algún lugar en específico, empujándose entre ellos. Decidió ver hacia la dirección en la que iban, dándose cuenta que a pocos metros tres omegas venían entrando. Rodó los ojos cansado, decidiendo dejar de lado su sandwich para darse el lujo de tomar una pequeña siesta.

Por otro lado los gemelos iban peleando por ver quien llegaba primero al omega rubio. Seokjin empujaba a Jungkook y viceversa.

—Quítate de mi camino, feo —gruñó Seokjin.

—Feo tu padre —respondió de la misma forma Jungkook.

Ninguno de los dos recordaron que eran hermanos, añadiéndole el hecho de ser gemelos, por lo que siguieron tirándose pequeños insultos en los segundos que tardaron en llegar hacia el omega rubio.

—Hola, Jimin. —Habló el mayor.

—Uh… ¿Hola?… Amm… —El omega se sentía cohibido, pues no podía diferenciar a los alfas que tenía en frente.

—Soy SeokJin, pero puedes llamarme Jin. —Le regaló una sonrisa de oreja a oreja.

—Lo siento, me cuesta diferenciarlos. —Soltó con pena.

Llevó sus manos hacia al frente y las unió a modo de pedir disculpas. Esos chicos no eran sus amigos, pero le daba vergüenza el hecho de que ellos intentaran hablarle y él ni siquiera se sabía de memoria sus nombres.

—No te preocupes, nos pasa seguido. —Respondieron al unísono.

Los otros dos omegas se rieron por la acción de los gemelos, era muy divertido ver cuando se sincronizaban y además, se notaba a kilómetros que le estaban coqueteando a su amigo, pero al parecer este no se daba cuenta.

—¿Quieres sentarte con nosotros? —Volvieron a decir los dos.

—¿Ahí estará Yoongi? —Preguntó el omega, pero luego quiso darse una palmada en su frente.

No quería que los mejores amigos de su —según él— futuro esposo se enteraran de su enamoramiento por el alfa, ya que corría el riesgo de no ser aceptado.

—Si, pero no te preocupes es inofensivo. —Contestó el gemelo menor— Su cara es muy fea, pero tiene un gran corazón.

Su lobo gruñó furioso en su interior al haber escuchado tales palabras. Jimin quiso gruñirles y dejarles en claro que Min Yoongi era la persona más hermosa del mundo, con esos ojitos pequeños parecidos a los de un pequeño gatito, y sus labios finos y rosados, pero si quería ganarse al pálido tenía que comenzar con sus amigos.

—¿Puedo llevar a mis amigos, verdad? —interrogó, señalando al de cabello naranja y al de hoyuelos.

—Por supuesto —respondieron al mismo tiempo.

Jimin sonrió contento. —Los alcanzaremos en unos minutos, primero iremos a comprar algo de comida.

—Claro, estaremos en la mesa del fondo —señaló Jungkook el interior del lugar.

Jimin se contuvo de reír al ver al pálido durmiendo en la mesa más alejada. Suspiró comenzando a caminar junto a sus dos amigos hacia donde estaban las señoras que repartían la comida.

Mientras tanto, los alfas se voltearon a ver de reojo, contentos por haber dado un paso tan grande.

—Ya se enamoró de mi. —Dijo Jin sentándose a la par de Yoongi.

—Estas loco, ¿No te fijaste como me miro? —Exclamó con orgullo Jungkook— Es obvio que yo le parecí más guapo.

—¿Acaso no te has visto en un espejo? Eres horrible, Kookie —sonrió burlón, llevando una de sus manos hacia su cabello para revolverlo.

—Habló el más feo de la familia —gruñó el de ojitos de bambi.

Mientras los gemelos peleaban por quien era más guapo, a unos metros se encontraba el rubio muy nervioso por tan sólo pensar en que se sentaría con Yoongi.

🐺4🐺

—No quiero. —Chilló el alfa, intentando huir de los brazos de su hermano gemelo los cuales lo tenían apresado.

—Sólo serán unas semanas. —Exclamó el alfa menor.

Seokjin pataleaba por irse del salón de belleza en el que se encontraban. Estaba desesperado por darle de baja al plan de cambiarse el color de cabello sólo para hacerle las cosas más fáciles a Jimin.

—No quiero verme como un pollo. —Volvió a renegar.

—Eres guapo, no te quejes. —Le dijo esta vez el alfa mayor.

—Eso ya lo sé. —Respondió Jin.

Una sonrisa socarrona apareció en el rostro del gemelo mayor. Yoongi rodó los ojos ante las acciones tan infantiles de su hueco amigo.

—No tenemos todo el día, mocoso. —Exclamó con molestia el alfa de ojos gatunos.

—Está bien, pero con la condición de que me compren un helado de doble bola al salir de aquí.

Yoongi respiró profundo queriendo mantener la boca cerrada para no dedicarle un par de maldiciones al chico.

—Sí, lo que digas, sólo entra ya.

Jungkook y Yoongi soltaron un suspiro de alivio cuando Seokjin dejó de resistirse a entrar al pequeño cuarto en el que le colocarían el tinte.

Un minuto más y el pálido hubiese aventado al de risa limpia vidrios por las escaleras.

—Bien, pasa adelante. —Le dijo la beta.

Cinco horas después los tres alfas se encontraban saliendo del salón de belleza. El gemelo ahora rubio llevaba un espejo en sus manos viéndose y tirando besos a su reflejo mientras recitaba: “I’m worldwide handsome”.

Yoongi solo rodaba los ojos ya cansado de la actitud del alfa. En ocasiones se preguntaba como es que era amigo de ese par de insectos con ego más alto que slenderman.

Jungkook que iba a la par de su hermano sólo soltaba pequeñas risitas. Estaba de acuerdo con su hermano, porque si el alfa rubio decía que era guapo, entonces el también lo era al ser su gemelo.

—Todos me tienen envidia. —Dijo el rubio con una sonrisa marca dental.

—¿Podrías cerrar la boca por al menos un minuto? —Preguntó irritado el alfa mayor.

—No seas tan amargado. —Respondió— Necesitas una omega, tal vez de esa forma sonríes un poco.

El pálido bufó. Su hermano mayor siempre le vivía recordando el que debería de conseguir un omega para que le quitara la amargura que habitaba en su frío corazón.

—Lo único que necesito es dormir.

—A veces dudo de que tengas un lobo en tu interior —dijo el menor de los tres—. Creo que lo que habita ahí —señaló el pecho del pálido— es un oso, no un lobo.

Yoongi gruñó en respuesta. —Deja de decir tonterías.

—Ya, no entiendo como es que nos tratas así cuando somos tus mejores amigos —comenzó a decir el ahora rubio—. Deberías de darnos besos y abrazos, no maldecirnos y pegarnos.

—Yo creo que Yoongi está enamorado de nosotros y quiere enamorarnos, Jinnie —sonrió maliciosamente Jungkook.

El mencionado detuvo su paso rápidamente, gruñendo y haciendo una mueca por las tonterías que sus mejores amigos decían.

—¿Por qué lo dices? —Seokjin comenzó a reír.

—Porque Yoongi siempre nos está pegando —comentó alzando sus hombros—. Tía Sora me dijo que tía Byun antes de ser su esposa siempre vivía gruñendo, la callaba a cada segundo y le pegaba en su cabeza por cada tontería que dijera —rió divertido—. Tía Byun le confesó después que sólo lo hacía porque quería llamar su atención. Creo que Yoongi está usando la misma técnica.

—Eres u—

—¡Tenemos una emergencia! —Escandalizó el menor mientras sacudía el brazo de su hermano, ignorando olímpicamente al pálido.

—¿Qué te pasa? Me vas a arrancar mi hermoso brazo. —Gruñó el rubio.

Yoongi sólo giró su cabeza en la misma dirección en la que ambos menores veían. Respiró hondo. A unos metros de ellos venían caminando tres omegas, riendo y hablando entre ellos. Kim, Jung y Park.

—Nuestro omega viene hacia nosotros. —Soltó el menor con un suspiro de amor.

—¿Me veo bien? —Preguntó viendo a su hermano— Que preguntas tan tontas hago, por supuesto que yo siempre me veo bien.

El primer omega en notar la presencia de los alfas fue Hoseok, quien jaló la manga del omega rubio para que fijará su vista al frente. El omega al ver que el alfa de sus sueños venía hacia él, comenzó a arreglar su cabello en un tonto intento de aplastarlo.

Los primeros en llegar al omega fueron los gemelos mientras Yoongi llegaba unos segundos después.

—Hola. —Saludo el alfa menor.

—Hola.

—Hey.

—Hola, Jungkook. —El último en hablar fue Hoseok, quien a diferencia de los otros omegas, le regaló una sonrisa muy alegre al chico que parecía un lindo conejito.

—Nos dirigíamos a tomar helado, ¿quieren acompañarnos? —Habló esta vez su hermano.

Yoongi sólo los vio confundido, ¿cuando habían quedado en que irían a tomar helado? Sólo iban a comprar uno para Seokjin, nada más.

—Lo siento pero yo no voy a poder acompañarlos. —Habló el alfa— Tengo que ir a comprar unas cosas que me pidió mamá.

Y no estaba mintiendo.

El omega rubio sintió una inmensa tristeza en su ser. Él queria pasar la tarde junto a ese alfa, pero al parecer la madre luna no lo quería así.

—Yo… Yo también me disculpo por no poder acompañarlos, pero no me siento muy bien. — Agregó el peli rubio— Pero mis amigos estarán encantados de poder acompañarlos, ¿Verdad? —Volteó a ver a sus amigos, estos lo miraban con los ojor entrecerrados.

—Eh… Yo… Sí. —Afirmó un poco cohibido el peli morado.

—Si va Nam, yo también. —Añadió el peli naranja.

Los gemelos se miraron por unos segundos. Ellos esperaban pasar tiempo con el omega de sus sueños, pero no querían ser descortés con los amigos de este, además se miraba que los otros dos omegas eran guapos e… ¿Interesantes?.

—Entonces vamos. —Dijeron al unísono los gemelos.

—Mochi, ¿En serio te sientes bien?, ¿No quieres que te acompañe? —Lo abrazó.

—Sí Nam estoy bien, no te preocupes. —Sonrió.

Hoseok también le dio un abrazo y muchos más fuerte que el que le había dado Nam. Amaba a sus amigos casi hermanos.

Los gemelos sólo hicieron una pequeña reverencia y se voltearon hacia los amigos de Jimin.

El alfa peligris y el omega esperaron pacientemente hasta que vieron a sus amigos cruzar por el camino que dirigía hacia la zona de comida del centro comercial.

—¿Estás enfermo? —Se atrevió a preguntar el alfa.

—No, ¿Por qué? —Lo vio confundido.

—Dijiste que te sentías mal… —Calló unos segundos— Era mentira ¿verdad?.

Jimin solo se sintió sonrojar ante las palabras de alfa, ¿cómo es que se había dado cuenta?. Los gemelos le caían muy bien, pero sentía que algo no cuadraba al ver las miradas de los alfas.

—No tienes que darme explicaciones. —Le sonrió— Sólo contestame algo… ¿A ti te gusta alguno de los gemelos aunque sea un poco?.

—No.

—Vaya, que directo. —El alfa Soltó una risita— Me gusta que seas sincero, eso muestra mucho de ti.

—Son guapos, pero…

El omega no sabía como decir que el alfa frente a él era más guapo. No quería decir que le gustaba alguien mas porque entonces el alfa pensaría que estaba enamorado de otro y no tendría oportunidad.

—¿Pero…? —Lo animó a seguir.

—No son mi tipo. —Contestó muy seguro.

El alfa sonrió satischefo ante las palabras dichas por el omega y no sabía el porqué su lobo suspiro de alivio en su interior.

—Me agradas, pero espero que esos bobos no salgan lastimados. —Comentó con preocupación.

—Hyung. —Le llamó— Prometo que hablaré con ellos y les diré que sólo les puedo corresponder con una bella amistad. Me caen bien.

El alfa sintió un gran alivio al escuchar las palabras del otro. Le agradaba Jimin.

—Me agradas. —Murmuró.

—Usted también me agrada, Hyung. —Habló cohibido.

—Entonces… ¿Me acompañas al supermercado?

Jimi quería saltar en círculos ante la petición que el alfa le estaba haciendo, podría pasar tiempo con su alfa y SOLOS.

—Sí, hyung —Contestó con una ilusionada sonrisa.

🐺5🐺

—M-más rápido, hyung —Chilló el rubio.

—No, te puedes lastimar —Negó el mayor.

—No sea aguafiestas.

—Nos van a regañar, Jimin. —Trató de convencerlo.

El alfa y el omega se encontraban dentro del supermercado, este último estaba dentro del carrito de compras mientras el mayor lo empujaba cuando nadie los estaba viendo.

Después de que sus amigos se fueran por los helados, los dos chicos se dirigieron hacia el supermercado a comprar lo que la mamá de Yoongi le había encargado a este. Pero estaban haciendo de todo, menos comprar.

—Ya es tarde. —Anunció el alfa.

—Pero hyung…

—Hyung nada —chasqueó la lengua divertido—, mamá me va a matar si no llego rápido.

—Entonces hagamos las compras —dijo, no quería quedarse sin alfa antes de tiempo.

Jimin salió del carrito y comenzó a caminar a la par de Yoongi. Este último llevaba una servilleta manchada con letras muy chuecas en la cual iba anotado todo lo que su mamá le habia pedido. Comenzó desde el área de vegetales y frutas; plátanos, manzanas, zanahorias, mangos, cebollas y tomates era lo que el alfa había tirado al carrito. Luego siguieron por el área de cereales y sodas hasta llegar al área de lácteos. Yoongi sonrió en grande cuando vio la caja de su leche favorita y estaba dispuesto a agarrarla, pero alguien más la tomó al mismo tiempo que él.

—Disculpa, pero yo la vi primero. —Gruñó un joven de cabellos negros.

Jimin que sólo estaba de espectador, se dio cuenta que el joven alto y fornido que miraba de mala manera a Yoongi era un alfa.

—Claro que no, yo la vi primero. —Gruñó también el pálido.

—Suéltala —Jalo la caja de leche.

—No. —Negó el pálido.

—No tengo tiempo para mocosos insolentes —musitó con evidente enojo—. Suéltalo o me veré obligado a utilizar la fuerza.

A Yoongi no le gustaban las peleas ya que eso significaba mover sus músculos y a él le daba pereza. Pero el alfa frente a él lo estaba sacando de sus casillas, el quería esa leche a como de lugar. Hace dos días que se había tomado la última taza de leche y se estaba desesperando porque la leche lo calmaba y hacía que durmiera más tranquilo.

El alfa que no quería soltar la caja, comenzó a arañar la mano del pálido para que la soltara pero a Yoongi no le importaba y no iba a permitir que le ganarán.

El lobo de Jimin gruñó al ver dicha escena, pues ese hombre estaba dañando a su alfa y eso el no lo iba a permitir.

El omega se acercó a los dos alfas y sin que nadie lo esperara, mordió la mano del hombre musculoso.

El alfa llevó llevó su mano hacia atrás, moviéndola de arriba hacia abajo, intentando disipar un poco el dolor.

—¡AHH! ¡¿QUÉ DIABLO TE PASA OMEGA TONTO?! —Rugio el hombre con furia.

El alfa quiso acercarse al omega para darle una lección. Ningún estúpido omega tenía el derecho de atreverse a faltarle el respeto a un superior, y menos a un alfa fuerte como él. Yoongi al ver lo que el alfa tramaba hacer, se interpuso entre los dos y cubrió al omega con su cuerpo gruñendo a tal punto de sacar sus colmillos.

—No te acerques a él —Gruñó con voz fría y dominante el pálido.

Tanto al alfa como al omega se les heló la sangre al oir al contrario. Jimin bajó la cabeza en modo de sumisión y respeto, pero no asustado. En cambio, no fue lo mismo para el hombre que estaba freste a ellos, pues el contrario estaba asustado hasta los huesos por esa mirada tan fría que le dedicaba, su lobo gruñó con exasperación al ser dominado por el pálido.

En ningún momento bajó la cabeza, y no lo haría hasta que el que le quiso quitar su cajita de leche se fuera.

—Yoongi —Habló con voz suave y dulce el omega que se encontraba detrás de él— Vámonos.

El alfa sintió como su cuerpo se destensaba al escuchar la dulce voz del omega. Se dio la vuelta y agarro la mano de Jimin, mientras en la otra mano se llevaba la caja de leche.

Jimin sintió su cara arder al ver la acción del alfa. Sentía que estaba en el paraíso, ya que sus manos pequeñas y suaves encajaban perfectamente con las grandes y pálidas manos del alfa.

El omega salió de su ensoñación cuando escucho una hermosa carcajada de parte del pálido.

—¿Por qué hiciste eso? —Se detuvo cuando llegó a la fila en donde debía de pagar.

—¿El qué? —Preguntó cohibido.

—Morder a ese alfa. —Lo miró directamente a los ojos.

Jimin se puso nervioso al no encontrar palabras para explicarle lo que había hecho. No podía decirle que su omega sintió la necesidad de protegerlo al ver que ese tonto alfa estaba dañando sus hermosas manos.

Jimin nunca en su vida había sentido celos a este nivel, aunque siempre sentía celos cuando veía que algunos omegas de su colegio se le quedaban viendo al alfa por mucho tiempo, pero jamás se atrevió a hacer algo encontrá de esos hormonales, pues nunca vio interés de parte del alfa ya que este siempre estaba durmiendo. Pero al ver que su alfa deseaba esa caja de leche y el otro no quería dársela y agregando que lo lastimó, simplemente no pudo con tanto y dejó salir su instinto a flote.

—Ese alfa tonto lo estaba lastimando. —Soltó mientras veía de reojo las manos del contrario.

—No me lastimó. —Sonrió— Incluso, duele más el aruñon de un gato que el de ese hombre.

Jimin asintió satisfecho ante las palabras de él alfa. Un ola de alivio lo embargo al ver que no estaba lastimado.

Por otro lado Yoongi sintió que algo cálido recorrió su pecho al ver que el omega estaba preocupado por él y hasta lo defendió. Jamás había visto a un omega tan atrevido. Casi siempre era lo contrario, el alfa siempre debía defender y proteger al omega mientras esté se tenía que esconder detrás de su alfa.

Después de pagar y salir del supermercado se dirigieron a la parada de autobuses mientras tomaban un poco de Yogurt. Yoongi no iba a dejar que un hermoso omega como lo era Park Jimin se fuera solo y a estas horas, por lo tanto, se ofreció a llevarlo a su casa. Y Jimin se negó al principio ya que no quería parecer feliz diciendo un Sí rápidamente, pero al final accedió y sin que el alfa lo viera, sonrió victorioso y orgulloso por dar tal avance con el alfa.

El camino no fue tan largo, después de 5 minutos el omega y el alfa ya estaban en la entrada de la hermosa casa de los Park.

—Nos vemos pronto, Jimin.

—Gracias por traerme, Yoongi hyung. —Dijo mientras se atrevía a darle un beso en la mejilla al alfa, sonrojado y sin esperar que el contrario respondiera, se metió a su casa cerrando la puerta fuertemente. Comenzó a dar saltitos eufóricos y se fue a encerrar a su cuarto para luego agarrar una almohada ahogando un grito de felicidad.

Yoongi aún se encontraba en la entrada de la casa mientras intentaba procesar lo que el omega acaba de hacer y del porqué le afecto tanto.

Un minuto paso para que el alfa por fin reaccionará y cuando eso pasó, sonrió como nunca en su vida lo había hecho. Ese omega era demasiado atrevido y eso le gustaba.

🐺6🐺

Jin siempre se consideró un ser demasiado guapo para este mundo, pero con el paso del tiempo se dio cuenta que eso no le traería nada bueno en el ámbito de las relaciones amorosas. Todo ser con al menos un poco de sentido común, sabría que ser guapo sería un gran obstáculo para encontrar a alguien que en verdad te ame y no solo superficialmente.

A veces le tenía un poco de envidia a Jungkook y no en lo superficial, ya que al ser gemelos lo único que los diferenciaba era el hecho de que Jungkook tenía ojitos de Bambi. Pero si le envidiaba en su forma de ser porque aunque su gemelo parecía todo un playboy, por dentro era un chico tierno y dulce, incapaz de dañar a una mosca. Mientras que él, él sólo era Seokjin; un chico guapo con risa fea y escandalosa.

Seokjin siempre intentaba hacer feliz a las demás personas con sus chistes, pero siempre lo tachaban de raro. Los demás solo lo seguían por ser “popular” y para beneficiarse de ello.

Por esa razón no estaba dispuesto a perder el corazón de Park Jimin y menos si era Jungkook el que se lo quería quitar.

El omega de labios gruesos y rosados se encontraba rondando por los pasillos del colegio. Sus ojos escaneaban cada rincón buscando una cabellera gris, sin embargo, jamás dio con esta.

—¡Jimin!

Seokjin se encontraba corriendo hacia el hermoso omega con una rosa roja en su mano y con una pequeña caja de chocolates.

—Hola…

—Jin, soy Jin —sonrió.

—¿Te puedo ayudar en algo? —trató de dar una de sus mejores sonrisas. No le daba buena espina la gran sonrisa que en otro llevaba plasmada en su rostro.

—Yo… Yo te quería dar esto —murmuró con un sonrojo en sus mejillas.

Jimin abrió los ojos sorprendido por lo que el alfa le estaba dando.

Frecuentemente recibía muchas rosas y chocolates de alfas y betas tratando de cortejarlo, mas nunca esperó que uno de los amigos de Yoongi también tratara de hacerlo, y eso lo dejó en una especie de transe del cual no estaba seguro si era bueno o mal.

¿Estaría bien si acepta lo que el alfa le estaba dando solo por cortesía?

—Uh… Yo… —esto no le gustaba para nada.

—No acepto un no por respuesta —Jin estaba desesperado, tenía que empezar de buena forma.

—Está bien —habló no muy seguro—. Pero te voy a ser sincero; me caes muy bien y eres muy lindo, pero en el futuro sólo te puedo ver como un mejor amigo— le dijo con toda la sinceridad contenida.

Jin por un momento se sintió desilusionado, pero el creía en su interior que el omega podría cambiar de opinión; sólo era cuestión de ser más detallista y esforzarse durante los días que le quedaban.

—No lo hago con otras intenciones —mintió—. Quiero que seamos amigos —sonrió.

Seokjin sabía que para poder ganarse el corazón del omega, tenía que comenzar desde cero. Estaba dispuesto a esperar al omega. Sólo esperaba que Jimin no cayera en las garras de su guapo hermano.

Jimin tuvo la leve sospecha de que el alfa no le estaba siendo totalmente sincero. Pero no quería ser cruel y no darle una oportunidad de ser amigos. Sólo tenía que recordarle cada vez que le diera algún obsequio, la palabra “amigos”.

—Está bien —se resignó. ¿Qué tan problemático sería aceptar los regalos del gemelo?

—¿Te sentarás con nosotros en el almuerzo? —preguntó ilusionado.

—Sí —afirmó—, también llevaré a mis amigos conmigo.

Jimin después de procesar las palabras que acababa de decir, una luz se prendió en su cabeza. ¡Eso era!, podía intentar hacer que Namjoon o Hoseok se acercara a Seokjin para que éste centre toda su atención en alguno de ellos y no su persona, así quien sabe y hasta terminan dándose besitos bajo la escalera, pero había un problema: no creía que sus amigos quisieran hacerle el favor.

Namjoon a pesar de tener un físico que demostraba ser fuerte y parecer un alfa, no era más que un osito bebé de esos suaves y peludos. El omega era muy intelectual y sabio. Era de esos a los que recurres para que te den consejos de esos que te hacer reflexionar y ver más allá de lo común.

Hoseok por otro lado, era un ser demasiado hiperactivo, siempre estaba sonriendo y caminando por todos lados mientras saludaba hasta a las moscas. Jimin y Namjoon siempre lo comparaban con el sol, ya que el omega tenía ese poder de hacerte sonreír hasta en los momentos más oscuros; siempre andaba radiante y con una aura que te hacía sentir protegido.

Sabía que todo esto podría traer consecuencias, pero no iba a negar que todos podrían salir ganando, es decir, si alguno de sus mejores amigos lograba conquistar al alfa gemelo, el tendría el camino libre con Yoongi. Eso definitivamente lo convenció. Porque sabía que Yoongi no aceptaría estar con él, cuando uno de sus mejores amigos estaba detrás de sus pantalones.

Lo que no sabía era que no sólo Jin lo quería conquistar, sino también su gemelo.

—¡Estás demente! —exclamó el de cabellos morados—. No voy a coquetearle a ese alfa con cara de príncipe —bufó al no poder creer que su amigo le estuviera pidiendo semejante estupidez.

—Tú también pareces un príncipe —le sonrió.

—Bueno… Sí, pero no uno delicado —aceptó.

Namjoon pocas veces recibía halagos de las demás personas, pues siempre pensaban que era un alfa de esos enojones y que te gritaban por todo. Pero el peli morado era todo lo opuesto a lo que los demás pensaban; él era alguien muy cariñoso y le encantaba que le mimaran, aunque nunca se lo decía a sus amigos.

Las facciones de su rostro, estaban muy bien definidas e incluso parecía “rudo”, pero sólo era porque no sonreía mucho. Eso le había traído muchos problemas, ya que los omegas siempre se le acercaban para coquetearle, pero el promebla recidía en que no era un alfa; sino un omega. Siempre estaba usando supresores y tal vez era por eso que lo confundían con un alfa.

—Seokjin es muy guapo —insistió.

—¿Y qué? Yo también soy guapo —presumió.

Jimin rió ante las palabras de su hyung. No era muy común que el omega mayor pavoneara sobre su físico.

—El día de hoy estás extraño —admitió el menor.

—¿Por qué? —preguntó confundido.

—Andas con el ego muy elevado.

—Sólo estoy siendo sincero —se cruzó de brazos.

Jimin negó con la cabeza.

Ambos omegas siguieron su camino hacia la cafetería en silencio.

El menor se frustró al no poder conseguir que su hyung aceptara robar la atención del gemelo. Jimin realmente quería socializar un poco más con Yoongi, pero con el gemelo estando encima de él, no podía hacer mucho. Pensó en pedirle el favor a Hoseok, ya que el era débil ante sus ojitos de cachorro.

Luego de 2 minutos, ambos amigos se encontraban en la entrada de la cafetería; el ambiente parecía muy alegre. Los de grados mayores eran los más revoltosos tirándose comida entre ellos, mientras que los de grados menores se encontraban sumidos en sus amenas pláticas.

A lo lejos divisaron a los dos gemelos alzando sus manos en señal de que fueran hacia ellos.

Jimin suspiró y agarró la mano de su amigo para dirigirse a la mesa del fondo.

—Jimin-shi —saludaron al unísono los gemelos con una sonrisa encantadora— Hola, Namjoon hyung —se dirigieron esta vez al peli morado.

—Hola —contestaron los omegas mientras tomaban asiento, quedando en frente de los gemelos.

—¿Y Yoongi hyung? —preguntó el rubio al ver que el nombrado no se encontraba.

—Dijo que tenía algo que hacer, pero igual, ya aparecerá —respondió el alfa rubio restándole importancia.

El omega menor se sintió triste al no tener cerca al alfa que lo tenía loco. Él en verdad quería pasar tiempo con él chico, desde que ingresó al colegio había quedado flechado por ese alfa despistado, y ahora que tenía la oportunidad de interactuar con él, desaparecía.

—Jiminnie hyung, le tengo un regalo —aplaudió el peli negro con entusiasmo.

Jungkook cogió la pequeña bolsa negra con detalles dorados que estaba descansando a su costado y se la tendió al omega.

El contrario un poco dudoso la cogió y la abrió para ver lo que se encontraba en su interior.

¿Una crema para el dolor muscular?

Namjoon quién cegado por la curiosidad se acercó a ver que era lo que contenía la dichosa bolsa, se atragantó; quiso reír, y mucho, pero la galleta que todavía seguía atorada en su garganta no se lo permitía.

Jimin al ver el estado en el que se encontraba su amigo, comenzó a dar fuertes palmadas en la espalda de este. Mientras Jin le pasaba una botella con agua.

Cuando Namjoon estuvo fuera de peligro, esta vez no contuvo la risa.

—Sé que bailas mucho —murmuró el menor de todos—, por eso te quise regalar eso.

El omega sintió mucha ternura al ver la timidez y vergüenza del menor.

—Gracias, me servirá de mucho —le sonrió.

Jin frunció el ceño al ver que su omega le estaba sonriendo de una forma muy hermosa a su hermano. Sintió un poco de tristeza y decepción en su interior.

Namjoon quién había dejado de reír, se fijó en reacción del gemelo mayor.

Esto no es bueno, pensó.

El peli morado comenzó a deducir lo que estaba pasando. ¡Ambos hermanos estaban enamorados del omega!. Por eso le están dando obsequios y siendo demasiado atentos con su amigo. Debía de advertirle al omega.

Jimin sintió cierta tensión en su amigo, pero no quiso decir nada frente a los gemelos, así que mejor calló.

Después de unos minutos, los cuatro comenzaron a comer sus refrigerios y a charlar cómo si se conociesen de años. Jimin tenía que admitir que ese par de alfas eran muy divertidos, pero en su interior todavía albergaba la esperanza de que Yoongi se le uniera.

El omega iba a protestar por el mal chiste que Seokjin había dicho, pero se detuvo al escuchar un par de carcajadas que conocía. Giró su cabeza hacia la dirección en la que venían dos

personas, riendo cómo si fueran los amigos más íntimos del mundo; una ola de celos invadió su interior.

Hoseok y Yoongi caminaban hacia ellos, hablando y sonriendo demasiado para el gusto de cierto omega rubio.

Jimin apretó sus rodillas con una fuerza extrema que de seguro le dejaría marca. Su omega comenzó a rasguñar y dar pequeños aullidos en su interior. No entendía, estaba celoso, pero Yoongi estaba con Hoseok y este último era su mejor amigos… Entonces, ¿por qué sentía tantos celos?.

Tú y yo tendremos una platica muy seria, Hobi querido.

🐺7🐺

—¡NO HUYAS COBARDE! —Gritó el rubio mientras intentaba alcanzar al peli naranja— ¡Me debes una explicación.

Jimin parecía un maniático. Su lobo estaba cegado por los celos, y él también.

Namjoon trataba de detener a su amigo, pero este tenía muchas fuerzas. El peli morado no quería que su amigo de sonrisa radiante, fuese asesinado por un loco y celoso omega.

—Quítate, Kim Namjoon —Rugió.

El omega mayor negó con la cabeza y cubrió más el cuerpo de Hoseok. —Primero tienes que calmarte —Advirtió.

—No me digas que hacer. —Dijo con un tono amenazante.

Hoseok quién estaba detrás de su amigo peli-morado, se puso de puntitas para poder ver a su amigo. No sabía porqué el chico estaba tan enojado cuando no había hecho nada malo.

—No me gusta tu alfa, Jiminnie. —Habló con sinceridad— Es sólo que nos llevamos muy bien. A él le gusta mucho el rap al igual que a mí, solo veníamos hablando de nuestros artistas favoritos y nos burlabamos de unos videos que salieron de ellos. Estaban muy divertidos. — Explicó con mucho cuidado. No quería meter la pata y enojar más a su mejor amigo.

—Pe-pero él iba riendo mucho —su tono amenazante cambió por uno triste—. ¿Por qué contigo sonrió de esa manera? —mordió su labio inferior—. Desde que lo conocí le he

coqueteado y jamás me dirigió ni una tan sola mirada, pero… Tú apenas le hablas y parece que se conocieran de toda la vida.

Hoseok ladeó su cabeza mientras sonreía tiernamente, Jimin era todo un celoso de primera.

—Prometo dejar de hablarle si eso te hace sentir mejor —musitó regalándole una pequeña sonrisa.

El rubio abrió sus ojos de par en par. —No, no… No debes de hacer eso, Yoongi hyung no me pertenece y tampoco es un objeto… Yo sólo…

—Jiminnie, jamás me fijaría en ese alfa —mordió su labio—. Es muy pálido para mí gusto, además… soy más alto que él, y… simplemente no.

Lo pensó un poco comenzando a respirar más tranquilo. Su amigo siempre había sido sincero. Jamás le había mentido o hecho algo malo, así que no tenía porqué sentir esos estúpidos y enfermizos celos. Además el alfa no era de su propiedad.

Jimin después de calmarse se sintió muy idiota por tal comportamiento. Nunca le había pasado algo similar a esto, y esperaba que no se volviera a repetir.

Namjoon al ver que el rubio se había calmado, se hizo a un lado, dejando a la vista a su asustado amigo peli naranja.

Jimin sólo un leve suspiro e inclino su cabeza. —Y-yo… Lo siento, Hobi —Dijo con los ojos cristalizados—. Lo siento por haberme comportado de esa forma tan cretina, y por haber desconfiado de ti. Sé que nunca harías algo para lastimarme. —Terminó de decir con un pequeño sollozo. Se sentía muy mal.

Hoseok cambió su expresión asustadiza, a una tierna y comprensiva.

El pelo naranja sonrió como nunca y a pasitos cortos se dirigió hacia su amigo. Abrió sus brazos lo más que pudo e invitó al rubio para que le diera un abrazo.

Jimin un poco desconcertado porque no veía ningún rastro de enojo en la cara de su mayor, respondió ante la acción del peli naranja, y lo abrazo fuertemente.

Namjoon quién se encontraba viendo la escena con una sonrisa dulce, se emocionó y corrió para unirse al abrazo.

Entre sollozos y risas, se juraron que no iban a arruinar su hermosa amistad por sus amores no correspondidos.

Cuatro omegas y cuatro alfas se reían ruidosamente mientras comían golosinas.

Namjoon, como todo chico intelectual que era, tuvo la brillante idea de reunirse en grupo para hacer los ejercicios que su profesor les había dejado, y así poder ayudarse entre sí sin volverse locos por no entender nada. Todos se lo tomaron muy bien, e incluso aprovecharon para armar una pequeña fiesta.

Se encontraban en la casa de Yoongi, y llevaban aproximadamente tres horas juntos. Se suponía que ya deberían de haber terminado, pero la verdad era que ni siquiera habían hecho el esfuerzo de sacar un tan solo cuaderno.

Jimin había aprovechado todo el revoltijo para poder apreciar la belleza de Yoongi sin ser descubierto. El alfa sonreía tan hermosamente, dejando a la vista sus adorables y rosadas encillas.

—¡Escuchen, escuchen! —exclamó el gemelo mayor, obteniendo la atención de todos lo presentes.

Jungkook rodó los ojos consciente de lo que venía a continuación.

— ¿Por qué las focas del circo miran siempre hacia arriba? —interrogó llevándose una de sus manos a su boca, intentando contener la risa.

Los demás le miraron confundidos.

—¿Qué le dijo? —preguntó Jimin en un suspiro, toda su atención seguía en cierto chico pálido.

Hoseok rió negando con su cabeza. —No lo sabemos —le respondió al gemelo.

—Porque es donde están los focos —soltó mientras comenzaba a reír escandalosamente, aplaudiendo con sus manos y pegando en sus piernas.

El único que rió en la habitación fue Namjoon, los demás sólo le miraban como si estuviese loco. Jungkook y Yoongi sólo se dieron una palmada mental, con Seokjin siempre era lo mismo.

El ambiente después de ello se torno un poco raro, por lo que Jungkook intentó hacer mímicas y muchos juegos para devolver la alegría hasta que lo logró, riendo y gritando mientras el tiempo pasaba rápidamente.

Cuando las risas cesaron un poco. Seokjin decidió que era momento de sacar el regalo que tenía este día para el omega. Así que se levantó del suelo y tras ir por su mochila, sacó un vale de descuento para ir a uno de los mejores spa de la ciudad, junto a una rosa roja.

Jungkook vio lo que su hermano estaba haciendo, decidiendo que también era un buen momento para sacar su regalo.

Jin camino un poco nervioso y se sentó junto al omega rubio. —Jiminnie… Eh… Yo… Te traje esto. —le dio la rosa y el vale.

Yoongi quién se encontraba platicando con el omega de cabellos morados, volteó al escuchar sus palabras. Tanto Yoongi como Namjoon le miraron con curiosidad y una pizca de inconformismo.

Jungkook carraspeó exageradamente, sentándose al otro costado del omega, dejándolo en medio.

—Yo también te traje algo. —Sonrió y le entrego un paquete de botellas con leche de platano.

Seokjin fulminó con la mirada a su hermano, pero Jungkook no se quedó atrás y lo vio de la misma manera. Mientras ellos se encontraban en una lucha de miradas, Yoongi se levantó rápidamente, le tendió una mano al omega rubio, el cual, se encontraba con una mueca sintiéndose demasiado incómodo. El alfa lo sacó rápidamente de ahí llevándoselo para su habitación.

—Gracias. —Susurró el omega.

Yoongi le sonrió y le invitó a pasar. —De nada, esos tontos no saben lo que es disimular. Me disculpo por ellos.

Jimin asintió y dejó la rosa, el cupón y la leche de plátano en la mesita que se encontraba en la entrada.

Yoongi le ofreció que se sentará. —Hasta que las cosas se calmen… Eh… ¿T-te parece si vemos una película? —Preguntó no muy seguro.

El omega sonrió y asintió rápidamente.

Mientras que Yoongi se daba la vuelta para ir a la estantería blanca que se encontraba al fondo, el omega escaneó con sus ojos la espaciosa habitación del pálido. Las paredes y todo

los objetos ahí tenían tonos fríos, pero raramente se sentía cálida, también habían muchos peluches de gatitos de muchos colores, algo que le llamó demasiado la atención, sonriendo en su interior por lo tierno que le parecía.

—Hyung, que hermosos peluches —rió dulcemente.

Yoongi rascó su cabeza. —Oh, sí, los peluches… son de mis hermanos… esos mocosos los dejan aquí siempre —mintió—. Pero mira, esta película es muy buena —cambio de tema bruscamente señalando la pantalla del televisor, se sentía demasiado avergonzado en ese momento, tal vez debía de cambiar los peluches de gato por los de Kumamon—. ¿Quieres verla?

El omega apretó sus labios, para él era muy obvio que el alfa había evitado hablar sobre los peluches.

—Claro, se ve muy interesante…

Ambos se pusieron cómodos en la cama del mayor, y se relajaron cuando comenzó la película, sin ser conscientes de la intensa pelea que tenía lugar en la planta baja.

Beomgyu y Chanyeol no entendían nada, así que solo se mantuvieron comiendo de sus snacks.

Jungkook y Seokjin seguían discutiendo sin darse cuenta que el causante de sus tontas peleas, ya no estaba ahí. Mientras tanto, Hoseok y Namjoon intentaban calmar a esos salvajes, pero nada estaba funcionando.

—Entiende que nunca le vas a gustar porque eres feo —gruñó el gemelo mayor.

—El único feo de esta casa eres tú y tu boca abierta —respondió el menor.

Namjoon pensó que unos buenos golpes les vendrían muy bien a los dos…

🐺8🐺

—Jiminnie, ¿sabías que tus mejillas son muy adorables?

—No son adorables. —Frunció el ceño, mientras llevaba una de sus galletas a la boca.

—¿Tú que piensa, Yoongi hyung? —Preguntó el de cabellos naranjas.

Hoseok, Jimin y Yoongi se encontraban en la gran biblioteca del colegio. Este último tenía que terminar unas tareas que tenía pendiente, mientras que Hoseok y Jimin solo se le pegaron como chicles.

Desde que invitó a Jimin al supermercado, éste siempre lo seguía como cachorrito en busca de atención por su dueño. Se sentía raro el estar en compañía de otras personas que no fueran los gemelos.

—Opino lo mismo —Dijo con honestidad, Sin embargo, su vista continuó en el gran libro que tenía en sus manos.

Hoseok le dio un codazo acompañado de una risa llena de picardia al omega rubio, pero este último solo se dispuso a tocar sus abultadas mejillas con sus pequeñas manos. Yoongi siempre hacia que su cara se pusiera roja, no importa que palabras le dedique, él siempre iba a terminar sonrojado.

—¿Les puedo confesar algo? —Preguntó cautelosamente el de cabellos naranja, pero con un toque de malicia en sus ojos.

—¿Sí? —Jimin dudo un poco, pues no era algo común el que su amigo tenga esa mirada.

—Ujum —Fue lo único que dijo el único alfa del grupo. De verdad estaba tratando de entender todos esos jeroglíficos, que se hacían llamar “Fórmulas químicas”.

Hoseok sonrió en grande, para después aclarar su garganta. —Ustedes harían una hermosa pareja.

Jimin se atragantó con su propia saliva, las cosas que decía su amigo siempre estaban fuera de lugar. Además el sabía el enamoramiento que tenía con el alfa que estaba frente a él, y aun así, se atrevía a avergonzarlo de tal forma. Tal vez debería de comenzar a buscar nuevos amigos.

Yoongi, quien estaba segundos antes concentrado en el libro que reposaba en sus manos, levantó la vista rápidamente. Miró curiosamente al omega de cabellos naranjas, para luego posar su vista en el omega rubio.

—¿Por qué lo dices? —Preguntó el alfa, sin quitar su vista del omega rubio.

Estaba escaneándolo con sus ojos negros. Realmente el omega era muy hermoso; tenía unos ojos pequeños pero brillantes, sus labios eran rosados y gruesos… Pero lo más hermoso, eran sus mejillas las cuales eran rellenitas y a simple vista se miraban suaves. Quería comprobar esto último, pero eso significaba tocarlas, y la verdad era que no quería parecer un raro.

—Tú, eres alguien perezoso y despreocupado, pero tienes un gran corazón. —Señaló a Yoongi, para luego voltear a ver a Jimin— En cambio tú, eres energético y servicial. Ambos se podrían complementar muy bien.

Hoseok sonrió cuando logró que ambos chicos se sonrojaran. Su plan estaba funcionando, y eso le llenaba el pecho de orgullo; él sólo quería ayudar a su mejor amigo.

Yoongi se aclaró la garganta avergonzado. Él no podría estar con alguien tan hermoso como lo era el omega rubio, puesto que él no era para nada alguien muy agraciado. Su hermano siempre le decía que le iba a ser muy difícil encontrar un buen omega, porque si quieres tener un buen omega, primero tienes que ser un buen alfa. Él era todo, menos un buen alfa; era dormilón, perezoso, despreocupado, y añadiéndole que no era para nada guapo, es más, parecía un fantasma andante, ni siquiera tenía músculos.

Generalmente pensaba que en un futuro terminaría emparejado con algún beta.

—Eso no es cierto. —Murmuró cabizbajo.

Hoseok frunció el ceño. —¿Por qué es imposible?

—Los gemelos se verían mejor a la par de él —musitó cabizbajo, haciéndose una imagen mental de alguno de los guapos gemelos junto al omega.

Jimin por un momento se sintió rechazado, pero hizo el intento de entender al pálido, es decir, él tampoco traicionaría a sus amigos.

Maldijo en su interior. Si tan sólo esos tontos gemelos no sintieran nada por él, todo sería más fácil. Pero por otro lado, sin esos gemelos jamás habría tenido las agallas de hablarle al alfa.

—Pero Jimin no corresponde a esos sentimientos, y no podemos obligarlo a que sienta algo por ellos, así, de la nada. —Argumento el de cabellos naranjas— Sólo imagina que Jimin acepta sus sentimientos sólo porque siente que no quiere que sufran, pero… ¿No crees que ellos sufrirían más, si Jimin aun después de algún tiempo, no pueda sentir la más mínima pizca de amor?. Si Jimin les aclara de una vez por todas que no puede verlos más que como amigos, puede que sus corazones queden rotos, pero también está la opción de que llegue alguien que si los quiera de verdad, y te puedo asegurar que esa persona o personas, podrán repararlo, incluso hasta fortalecerlo.

Yoongi y Jimin se quedaron callados ante las palabras del mayor. Hoseok tenía muchísima razón, y Jimin albergaba la esperanza de que el alfa recapacitara y tal vez sólo así, pudiese comenzar a verlo como algo más, que sólo “el chico del que están enamorado sus mejores amigos”.

—Tienes razón, pero de todas formas, Jimin tiene muchos pretendientes y todos mejores que yo. —Insistió—. De seguro ellos se ven mejor con él —dijo con una mueca, no entendía porqué el omega estaba sacando un tema como ese a flote. ¿Por qué le hablaba de Jimin como si este estuviera enamorado de él cuando apenas y se conocían?

Hoseok suspiró pesadamente mientras se daba una una palmada suave en su cara. Su plan iba a fracasar si ese alfa tonto se sentía menos que los demás.

Jimin quiso contrariar al alfa, y decirle que él era una persona muy hermosa, pero sus planes se vieron frustrados al ver como el alfa se puso de pie.

—Me tengo que ir —anunció—. Tengo que ir a traer una guía de matemáticas —salió huyendo de ahí.

—¿Es por qué soy muy feo y gordo, verdad? —Le preguntó a su amigo. Las lágrimas no tardaron en hacer acto de presencia por los hermosos ojos del omega.

—No digas tonterías —Negó, atrayendo el pequeño cuerpo de su rubio amigo, para darle un abrazo—. Eres la persona más hermosa y dulce de este asqueroso mundo.

Jimin entendía que no era así, sabía que tenía un buen cuerpo, pero tal vez los gustos del alfa eran muy diferentes y por ello podría parecerle feo.

Las lágrimas salieron por montones luego de él cálido abrazo que el mayor le estaba dando.

Él siempre se arreglaba para que el alfa lo volteara a ver aunque sea por una milésima de segundo, pero jamás sucedió, hasta que los amigos de este le hablaron. Ese día fue uno de los mejores días de su vida; se sintió tan feliz de saber que al fin el alfa sabía de su existencia, pero eso ya no le servía de nada.

Él sólo quería que Yoongi sintiera aunque sea sólo un poco de amor por él.

🐺9🐺

—¡Kim Namjoon! —El grito resonó por el pasillo poco transitado.

Namjoon que en ese momento se dirigía hacia la gran piscina del colegio, se dio media vuelta buscando la voz que le llamaba.

No esperaba encontrarse con unos de los gemelos.

—Uh… ¿Hola? —Preguntó algo confuso.

—Lo siento si estoy siendo molesto, pero quería que me ayudaras con algunas cosas. —Habló rápidamente.

—Ahorita tengo que ir a nadar —Contestó apenado—. He reprobado natación el período pasado, y en profesor me ayudará pero para eso tengo que entrenar más.

Bufó cansado. En esa clase no podía usar nada que tuviera que ver con su sabiduría, porque no le servía de nada.

—Prometo no molestar mucho. —Su voz salió a modo de súplica.

—Jin, ¿cierto?

—El mismo. —Asintió con una gran sonrisa— Espera… ¿Cómo sabes que soy yo?

Seokjin se sentía confuso. La única vez que ellos han interactuado mucho, fue cuando se encontraron en el centro comercial, y fueron a comer helados. Ese día se divirtió mucho, pero nunca hablaron profundamente, sólo se conectaron por medio de los juegos.

Ya era común que convivieran mucho con las demás personas, pero no importaba cuanto socializaran o se vistieran diferentes; siempre los confundían.

—Por tu cabello. —Namjoon sonrió divertido— Tú tienes el cabello rubio, y tu hermano lo tiene color negro.

Seokjin se sintió estúpido al darse cuenta de ese detalle. —Oh… Cierto.

Namjoon volvió a sonreír, haciendo que sus hoyuelos se marcarán más. —Además, tus hombros son un poco más anchos que los de tu hermano, y la mirada es diferente.

—¿En serio? —carraspeó un poco interesado en la descripción—. Y… dime, ¿quién de los dos crees que es más guapo? —cuestionó. Si los podía diferenciar muy bien, entonces significaba que uno de ellos debía de ser más hermoso que el otro.

Las mejillas de Namjoon se pusieron de un rojo claro. —Creo que tu sonrisa es muy linda — apretó sus labios, en realidad quería decir que él era más guapo, pero eso sería demasiado extraño decírselo en su propia cara.

Seokjin sonrió gustoso por la respuesta. La mayoría siempre le recalcaba que era idéntico a su hermano, por lo tanto, no tenía nada que lo hiciera especial.

Por un momento se quedó perdido en la hermosa sonrisa que omega le había obsequiado luego de decir tales palabras, sus hoyuelos se marcaron más en sus mejillas y sus ojitos se cerraron un poco cuando sonrió. No podía negar que ese chico era hermoso. Pero no.

No, no, no.

Él no podía pensar así, él estaba enamorado de Jimin.

—Entonces… ¿Me ayudarás?

El omega asintió con mucha felicidad evidente, le encantaba ser de ayuda para todo aquel que lo necesitaba. Su omega bufó en su interior.

—¿Con qué quieres que te ayude?

—Quiero saber todo sobre Jiminnie. —Suspiró fuertemente.

Toda la alegría que Namjoon sentía, desapareció rápidamente. Tenía que haber sabido que ese hermoso alfa jamás se le acercaria sólo para hablar con él, debía de haber deducido que sólo le hablaba porque era amigo de su amor platónico.

—Oh, bueno… ¿Qué quieres saber? —Namjoon se sentía incómodo.

—¿Qué cosas le gustan y que cosas le desagradan? —Dio un pequeño saltito. Estaba feliz porque podría saber que debía de regalarle a su adorado omega.

Namjoon abrió la boca para hablar de todo lo que su mejor amigo amaba, pero la volvió a cerrar en el mismo instante cuando recordó que le había pedido que le ayudara a alejar al alfa.

A Namjoon no le daba nada de gracia el mentir, pero ahora es cuando podría ser de mucha ayuda para su tonto amigo enamorado de un alfa que pasa más en sueños que en la realidad.

—Pues verás… —aclaró su garganta—. Le encanta ir a buscar crassiclitellatas en su jardín… Tam—

Seokjin ladeó su cabeza un poco confundido. —¿Qué es claricitelletesjska? —interrogó de una forma divertida al no poder pronunciar la palabra.

El omega dio una carcajada—. Crassiclitellata —corrigió—. Son lombrices de tierra.

—Oh, bueno, pero… ¿Podrías hablar de manera más popular? —preguntó un poco avergonzado—. No entiendo ese tipo de palabras… —rascó su cabeza.

—Claro —asintió—. Como te decía, le encantan los gusanos, ama comer mango y también le encantan los peluches de serpientes y…

Namjoon comenzó a relatar los gustos que Jimin tenía por las cosas. Su amigo no era alguien que siempre buscaba lujos o cosas por el estilo. Jimin era alguien sencillo, incluso podías regalarle una piedra llena de lodo, pero siempre se alegraría. Él siempre decía que lo que cuenta, es la intención de la persona.

Ni Seokjin ni Namjoon se dieron cuenta que al pasar de los minutos, el tema de los gustos de Jimin fue desapareciendo, para así, dar la bienvenida a sus gustos propios. Seokjin se dio cuenta que el chico frente a él era demasiado agradable, y que aunque pareciera un matón, era muy adorable y tierno. Su apariencia no coincidía con su ser real; se sintió tan cómodo con ese hermoso omega, que incluso su alfa se olvidó en todo momento de Jimin.

Se suponía que en ese instante tendría que estar junto al omega rubio, regalándole rosas y palabras dulces, sin embargo, su atención continuó en Namjoon.

🐺 10 🐺

—¿Estás seguro de que esto le gustará? —Murmuró no muy convencido.

El de cabellos naranjas asintió. —A Jiminnie le encantan las arañas.

Jungkook y Hoseok se encontraban en uno de los lugares más recónditos del colegio en busca de un arácnido.

El alfa había visto que su hermano fue en busca del otro amigo de Jimin para que le ayudase con los gustos del mencionado, por lo tanto, el decidió que también debía de ir con el otro amigo el omega que tenía una hermosa sonrisa de corazón.

El chico le había dicho que Jimin era el fan número uno de las arañas, y que por eso amaba a Spider-Man. Al principio no quiso creerlo, pero no podía desconfiar de ese chico, al fin y al cabo, él era uno de los mejores amigos del omega.

—Ven aquí bebé —le susurró a la pequeña araña que se encontraba escalando por medio de su telaraña.

El alfa estaba tan concentrado queriendo no asustar al arácnido, porque si era sincero, a él no le agradaban mucho.

Estuvo a punto de agarrarla si no hubiese sido por…

—¡Witsi Witsi Araña subió a su telaraña, vino la lluvia y se la llevó! —Cantó fuertemente el omega.

El alfa pegó un gran brinco. —¡Hoseok!

El omega se rió al ver que el alfa estaba pálido y con su mano derecha en el pecho, intentando calmarse.

—Lo siento, es sólo que me emocioné. —Dijo inocentemente.

Jungkook asintió y volteó a ver al lugar en el que hace unos momentos estaba la pequeña araña, pero hizo una mueca al ver que esta ya no estaba.

—Desapareció —hizo un pequeño puchero.

—Y-Yo lo si-siento —el omega comenzó a sollozar.

A Hoseok no le gustaba mentir, pero si a base de eso lograba que su mejor amigo fuese feliz, no le importaban las consecuencias.

Se sentía mal por los gemelos, pero tarde o temprano tendrán que darse por vencidos, y él sólo quería que eso pasara pronto, antes de que salieran más lastimados.

—No llores, está bien, podemos ir a buscar a otro lugar. —Jungkook puso su mano izquierda sobre el hombro del contrario; sentía tanta ternura por la carita que el omega tenía. Se veía tan tierno con sus labios abultados y sus ojitos brillosos por culpa de las lágrimas que amenazaban en salir.

—No creo que podamos encontrar alguna. —Comenzó a decir, mientras limpiaba su nariz— El colegio está muy limpio.

—La esperanza es lo único que se debe de perder. —Insistió.

—Yo nunca me pierdo. —Quiso bromear. Sus amigos siempre le decían que él era la esperanza del mundo.

Lástima que Jungkook no entendió.

—¿Qué?

—Nada, olvídalo. —Sonrió— Continuando con lo de Jimin… Podrías comprarle un helado de piña, el ama la piña.

Hoseok estaba mintiendo tan descaradamente, pero se repetía a sí mismo que era por una noble causa. Quería que Yoongi y Jimin estuvieran juntos sí o sí.

—Entonces vamos al comedor. —Aplaudió alegremente— Y de paso te invito a uno por ayudarme en esto. —Le guiño un ojo.

Hoseok se sonrojo al instante. En sus planes jamás estuvo el ser invitado a un helado de piña por uno de los adolescentes más guapos de la institución. Y mucho menos que este fuera uno de los tan aclamados gemelos.

—Está bien —habló quedito.

Ambos chicos se dirigieron hacia los comedores del colegio; una platica amena surgió en el mismo instante en el que comenzaron a caminar, contándose anécdotas, historias y situaciones por las que habían pasado a su corta edad.

Como Jungkook a sus seis años se tomó un bote transparente de resistol pensando que era leche de plátano, o como Hoseok a sus diez años intentó besar a un cactus.

Al igual que Jin y Namjoon, ambos olvidaron para lo que verdaderamente se habian reunido. La conexión entre ellos era tan hermosa que los estudiantes alrededor les miraban con envidia. Sobre todo a Hoseok.

Rumores comenzaron a esparcirse rápidamente por los alrededores de colegio. Los omegas cuchicheaban recelosos porque pensaban que ese omega sin nada de gracia había ganado el corazón del alfa más guapo. Pero los alfas no se quedaban atrás, algunos estaban molestos porque Hoseok era un chico muy dulce y tierno; era la definición de omega perfecto.

A ninguno de los dos le importó en lo más mínimo, no cuando su atención estaba puesta el uno en el otro.

¿Jungkook podrá dejar de lado los sentimientos hacia Jimin?

¿Hoseok logrará llevar a cabo su plan?

¿Yoongi y Jimin al fin tendrán el camino libre para estar juntos?

🐺 11 🐺

—Oppa, ¿usted irá a la fiesta de Suran Unnie? —Preguntó con una voz chillona.

—No. —Negó el alfa.

A él no le gustaban para nada las fiestas. Prefería quedarse en su casa escuchando música mientras se imaginaba que era un rapero exitoso con miles de fans, y que se presentaba en los premios americanos. Era algo muy estúpido, pero era lo más cerca que estaba de la felicidad.

—¿Por qué? —Hizo un puchero.

Yoongi hizo una mueca. —Simplemente no me gustan.

—Pero podríamos ir juntos, sé que conmigo se divertirá mucho. —Insistió con un tono sugerente.

—Tengo que estudiar mucho. —Mintió.

—Sólo está vez… Por favoooor. —La omega no se queria dar por vencida. Ella siempre obtenía lo que quería, y en esos momentos, ella quería a ese alfa sólo para ella.

Puede que el pálido no fuese muy atractivo, pero era lo más cerca que podría estar de los gemelos. Ya había intentado acercarse a esos dos hermosos alfas, pero nunca le hicieron caso, así que… ¿Por qué no intentarlo con el amigo de estos?.

Ese alfa pálido no era lo que un omega buscaba, pero era amigo de los chicos más populares, por lo tanto, le servía para jugar un rato.

—Ya te dijo que no, estúpida. —Se escuchó una voz molesta.

Yoongi y la chica voltearon la cabeza, buscando la voz que provenía a sus espaldas. Ambos se sorprendieron al ver a Jimin ahí; se miraba muy molesto, sus mejillas estaban de un color carmín suave. A Yoongi le pareció muy tierno.

—¿Disculpa? —Abrió la boca indignada— ¿A quién le dices estúpida, feo?

Yoongi rió en su interior a causa de las palabras de la omega. La chica debía de tener problemas en la vista; nadie en su sano juicio pensaría que Jimin era feo e incluso, estaba seguro que ese omega era la belleza andante.

Jimin por otra parte se sintió ofendido y le dolió un poco en su interior, él sabía que tal vez pudiera ser no muy atractivo, pero que una chica como ella garrapata viniera a decirle feo a él cuando ella parecía una un ratón disecado, Era simplemente inaceptable.

—A ti, bruja. —Su voz sonaba seca.

La chica indignada se levantó del asiento y se acercó al omega. Ella le daría una buena lección; nadie se tenía que meter con ella.

La omega quiso acercarse y jalar del cabello al omega rubio, pero alguien interrumpió su paso.

—No te acerques. —La chica se quedó paralizada en su lugar.

Yoongi se había puesto entre ambos omegas, intentando evitar una pelea.

Él estaba protegiendo a Jimin. Sabía que las intenciones de la omega no eran para nada buenas cuando la vio levantarse furiosa; Yoongi respetaba mucho a los omegas, pero simplemente reaccionó cuando vio que alguien podía dañar al omega que estaba detrás de él.

La chica seguía aún con la cabeza baja, sintiendo que pronto estaría en el suelo, sus piernas se sentían como gelatina. La voz de mando no era un juego y ella lo sabía muy bien, aunque le molestara el hecho de que el pálido defendiera a ese rubio.

—Pe-pero oppa, —Chilló con voz tenue— ese idiota me insultó.

—Tú también lo estás insultando.

Jimin que hasta ese momento se había mantenido al margen de la pequeña disputa que estaban teniendo esos dos, ladeo su cuerpo un poco para que la omega lo pudiese ver, y cuando logró que la chica lo viese, le sacó la lengua a modo de burla.

Yoongi lo estaba defendiendo.

El omega juraba que sus ojos tenían brillitos a causa de la felicidad que emanaba su cuerpo. A parte de sus dos amigos, Yoongi era el único que lo había defendido, con esta eran ya dos veces.

La omega furiosa, se largo de ahí, moviendo sus caderas y con pasos exageradamente grandes. Jimin sonrió victorioso por lograr que esa garrapata se fuera, aunque toda felicidad que sentía se evaporó al toparse con la intensa mirada del alfa frente a él.

—¿Qué fue eso? —Yoongi sentía mucha curiosidad ante la actitud del omega.

—¿De qué habla? —Tragó grueso.

El rubio se sintió nervioso ante la mirada tan penetrante que el alfa le estaba dedicando.

—¿Por qué estabas molesto y por qué la trataste de esa forma? —Cuestionó cruzándose de brazos.

—Sólo quise ayudar. —Se encogió en su sitio— Escuché que no lo dejaba en paz, y yo sólo… Lo siento.

Él no iba a admitir que había estado celoso. Iba hacia la dirección a dejar unos papeles, pero a lo lejos vio a una chica coqueteandole a su chico, y él no pensó, solo reaccionó.

Yoongi se deleitó ante la imagen que el omega le estaba dando, parecía tan indefenso, casi como un cachorrito pequeño. Su lobo aúllo en su interior queriendo proteger al omega aunque ahorita no hubiera ningún peligro.

—Está bien, pero no te pongas así. —Le dedicó una pequeña sonrisa, la cual Jimin correspondió.

—Yoongi hyung… —El omega dejó las palabras en el aire.

Desde que estuvieron en la biblioteca, una espinita está molestándolo en su pecho. Quería saber si parecía atractivo ante los ojos del mayor; no había parado de pensar en ello.

Le daba pena preguntar lo que su corazón tanto anhelaba saber a como diera lugar. No importaba si las palabras dolían, al menos no se quedaría con ninguna duda.

—Dime —susurró el alfa, no sabe en qué momento, pero su vista se encontraba posada en los jugosos labios rosados del omega.

—¿Usted piensa que soy feo? —Murmuró en tu tono suave y triste.

Yoongi frunció el ceño. —¿Por qué me preguntas eso?

Le había parecido muy extraña esa pregunta. ¿Por qué se la hacía justamente a él? No tenía un tacto sensible, por lo que podría decir cosas hirientes sin siquiera pensarlo, pero le pareció tierno el que lo hiciera, ya que no tenía ningún tipo de mal comentario respecto al físico del chico.

—Sólo responda, y por favor, sea sincero. —Agachó su cabeza. Lo necesitaba mucho, necesitaba saber si era un poco lindo para los ojos del mayor.

—Eres hermoso. —Dijo con honestidad, mientras daba un paso hacia adelante y con su mano agarró el mentón del menor, para que elevará su vista.

El omega se sorprendió ante la sinceridad con la que esas palabras se habían escuchado. — ¿Qué?

—Tú querías saber la respuesta —murmuró—, me pediste que fuera sincero y lo fui — mordió su labio inferior—. Sé apreciar algo cuando es muy bonito.

Una calidez abrumadora se apoderó del pequeño cuerpo del omega. Su pecho empezaba a subir y bajar furiosamente, su respiración cortándose un poco y sus piernas temblando.

¡Yoongi le había dicho que era hermoso! Ese era un paso demasiado grande.

Miró por unos instantes los finos labios del pálido, preguntándose si sabían tan bien como se veían ante sus ojos, o si eran tan suaves. Quería probarlos y quitarse la duda.

Mientras tanto Yoongi estaba en un tipo de transe, pensando seriamente y regañándose por jamás haberle prestado atención al hermoso rubio frente a él, porque ahora que lo miraba más de cerca podía apreciar sus finas y delicadas facciones.

Sin ser conscientes, poco a poco los dos fueron acercando sus rostros; comenzaron a sentir la cálida respiración del contrario sobre sus labios y estos últimos estaban a punto de juntarse, pero…

—¿Qué están haciendo?

🐺 12 🐺

—¿Qué están haciendo?

Ambos chicos se sobresaltaron al escuchar una voz grave detrás de ellos.

Yoongi rápidamente se alejó de Jimin y giró para ver al maestro de música, viéndolos como si fuesen unos criminales. Mientras Jimin sólo quiso tirarse al piso y llorar por toda la eternidad. Le habían interrumpido el que pudo ser su primer beso y con el chico que le gusta.

—No-nosotros… —El alfa estaba muy avergonzado como para decir algo más.

—Estábamos a punto de besarnos y usted vino a interrumpir. —El omega no estaba pensando claramente. Estaba furioso con ese beta.

Su lobo aullaba enojado. No sabía que es lo que había pasado por la cabeza de Yoongi anteriormente, pero todo era bienvenido por parte de Jimin.

El maestro alzó una ceja ante las palabras del chico.

—Estamos en un colegio, no en un parque señorito. —Habló tosco— Además, ¿no estás muy joven para andar con novio?

Yoongi seguía en total silencio, ¿Jimin realmente lo quería besar?

Ahora estaba demasiado apenado como para ver siquiera al chico a los ojos. ¿Por qué había actuado de esa forma? Lo único que sabe es que por un momento todo a su alrededor se volvió borroso, y lo raro es que sólo podía visualizar los esponjosos labios del otro.

Obra de su lobo, sin duda.

—La vida se disfruta, no importa la edad, o al menos eso me dice mi papá —se quedó callado por un segundo—. Además ya tengo 17 años.

El beta estaba cansado, siempre era lo mismo. Cada día se encontraba con chicos hormonales besándose en los diferentes pasillo, salas, baños, etc. No estaba de humor para enviarlos a detención, así que a regañadientes les dio una mirada de advertencia y se fue de allí diciendo: —En mis tiempos, lo único que podía besar era la pared.

Cuando el beta dio vuelta en la esquina, Jimin rápidamente se acercó de nuevo al alfa; debía continuar con lo que habían estado a punto de comenzar.

Yoongi al ver las intenciones del omega se alejó. No podía creer que estuvo a punto de traicionar a sus amigos de esta forma. Es sólo que… Ese omega era la tentación andante.

—¿Yoongi hyung? —Preguntó el omega al darse cuenta de que el mayor se retiró de su lado.

Bajó la cabeza ante el pequeño rechazo. El momento había sido tan efímero, y a la misma vez tan deslumbrante.

Suspiró, no se tocaron ni los labios, y aún así para el omega había sido un poco suficiente.

—Yo lo-lo si-siento —carraspeó.

No podía creer que había estado a punto de cometer un grave error al haber estado muy cerca de probar los belfos rosados del chico al que sus amigos querían.

Jimin le vio confundido. —¿Por qué?

—Solo… Solo olvídalo. —Se dio la vuelta nerviosamente e intentó huir, pero el omega fue más rápido y lo abrazó por atrás.

Era Park Jimin, él no se iría de ahí hasta haber besado al pálido chico del cual tenía un enamoramiento desde la primera vez que lo vio. A él no le gustaban los gemelos, no quería probar otros labios que no fueran los finos del alfa.

Aunque estaba dispuesto a tomar un poco de tiempo, ya que aunque para él sea desesperante al conocer desde hacía meses al chico, Yoongi nunca había advertido su presencia.

—Vamos Yoongi hyung —susurró dulcemente—, solo un besito.

Yoongi se puso colorado. ¿Cómo ese omega podía ser tan atrevido?.

¿No se suponía que el alfa es el que debía de poner nervioso al omega y ser el que tomara la iniciativa? Eso es lo que, según los demás, debía ser.

El alfa por un momento pensó que estaba hambriento, puesto que sintio un tirón en su estómago, pero luego recordó que acababa de comer un pastelito. ¿Qué era eso?

Quizá la comida le cayó mal. Era posible debido a que el patelito lo había comprado en la calle.

—Y-Yo no sé be-besar. —Murmuró avergonzado.

Jimin sonrió ampliamente. —Yo le puedo enseñar.

—¿Ya has besado antes? —El pálido frunció el ceño. No sabe por qué, pero sintió a su alfa gruñir ante la imagen que creó en su mente de Jimin besándose con alguien más.

El omega jamás en su vida había dado un beso, pero si quería obtener el primero y de paso con la persona que le gusta, entonces debía de ingeniarse algo para lograr su cometido.

—No… —Negó algo avergonzado— Pero justamente por eso pienso que deberíamos de besarnos, es decir, usted no ha besado y yo tampoco, por lo tanto, ambos podemos aprender, ¿Y que mejor que practicar entre nosotros mismos?.

El rubio rió nerviosamente después de soltar semejantes estupideces. Aunque pensándolo bien no parecía tan mal.

El alfa se quedó pensando un momento… Bueno… No estaba mal, ¿o sí?

Se dio una cachetada mental por hacerse posibles opciones en su cabeza, se supone que debía de decir un rotundo no, pero el que estaba detrás de él no ayudaba en nada. Podía adivinar que justo en ese instante el omega debía de tener un puchero en sus labios.

No quería traicionar a sus amigos, sabía que podía perderlos si se llegasen a enterar, pero al mismo tiempo quería probar lo que era besar. Él a diario pensaba en que se iba a quedar virgen de todas las formas posibles, ya que no era muy bueno socializando y añadiendo el hecho de que nunca nadie se le acercaba o le habían coqueteando…

Yoongi giró para poder quedar frente a frente con el omega. Este último sonrió abiertamente, pero no dejó de abrazar al alfa.

—¿Entonces? —Preguntó impaciente. Quería que ese alfa lo acorralara contra la pared y lo besara con rudeza. De tan solo pensarlo se ponía más ansioso.

Desde la primera vez que había visto al pálido esos pensamientos y deseos se alojaron sin permiso en sus pecaminosos pensamientos. Y es que ver las facciones muy bien marcadas del rostro del alfa, con sus ojos tan penetrantes y sus labios en dos perfectas líneas rectas añadiendo a su voz ronca. No era bueno para la salud mental del chico.

Yoongi suspiró pesadamente, mordiéndose el labio inferior antes de agarrar sus mejillas y estampar sus labios contra los deliciosos, suaves y rosados de Jimin.

No quiso decir nada más, porque sabía que si seguía pensándolo, se iba a arrepentir; sin embargo al sentir los dulces y cálidos labios del menor, todo sentimiento de duda y culpabilidad desapareció, dejando solo una sensación abrasadora y tranquila.

Después tendría tiempo de sobra para regañarse por sus acciones tan precipitadas. Después iba a chillar por haber traicionado a sus amigos. Después podría sentirse como basura. Ahora sólo quería sentir las sensaciones tan hermosas que el primer beso le regalaba.

Jimin recibió gustosamente a los delgados labios del alfa. Era notable la falta de experiencia del contrario, ya que los movimientos eran algo torpes, pero para el omega era el paraíso completo. Aunque él quería un beso más intenso, la dulzura con la que el pálido le estaba besando, lo estaba llevando al cielo.

Suuave, delicado, tan problemático.

Apartó sus grandes manos de los cachetitos del omega para llevarlas a la pequeña cintura de éste, apretándola con vehemencia pero sin llegar a dañar, mientras que el rubio enrollaba ambas manos en el cuello del mayor.

Escuchando pequeños chasquidos gracias al choque de sus belfos, haciendo eco en el extenso pasillo.

Ambos estaban tan sumidos saboreando los labios del contrario, que no se percataron de la figura que estaba presenciando todo; con los ojos y boca abierta.

¿Quién creen que sea? Hagan sus apuestas.

Por cierto… Vi que algunas personitas comentaron que les gustaba el JungHope y el JinNam, así que cuando termine la historia, tengo pensado hacerle unos extras a estas parejitas, solo para ustedes. 😢

🐺 13 🐺

—¡¿YOONGI?!

El hombre que se encontraba parado en medio del pasillo viendo la escena que esos dos jóvenes estaban montando, no cabia en su sorpresa . No podía creer que ese chico con cabeza de pollo estuviera casi tragándose a su bebé.

Yoongi al escuchar esa voz tan conocida, rápidamente se alejó de Jimin. Su cara se puso del color de un tomate y su vergüenza ascendió a límites inimaginables. De ahora en adelante iba a comenzar a recibir burlas y no lo dejarían en paz hasta que diera una buena explicación.

Jimin soltó un leve quejido al ser apartado de los labios del alfa.

—¿Papá? —el de cabellos grises tragó grueso— ¿Q-Qué haces a-aquí?

¿Por qué de todas la personas que podían encontrarlos tenía que ser su padre? Lo más importante, ¿cómo es que el alfa justamente esté ahí cuando estaba besando al rubio? Pareciera que el destino lo había mandado para que los interrumpiera, y tal vez así se diera cuenta de que estaba cometiendo un error.

El omega miró confundido al ver al alfa estaba más pálido de lo normal. Yoongi tenía una mueca, en sus ojos se notaba el terror que tenía, confundiéndole.

El hombre de cabellos castaños reaccionó ante la pregunta de su hijo.

—¿Qué está pasando aquí? —Preguntó perplejo.

—Papá… Este… Y-yo —estaba tan nervioso que no sabía que decir— Na-nada… No pasa nada.

Jimin esta vez si se puso rojo al ver bien al señor. Su futuro suegro estaba frente a él, y la situación en la que los encontró era muy penosa. Incluso Jimin sentía que su lengua estaba dormida, al parecer estaba cansada luego de jugar con la lengua de Yoongi.

—¿Nada? —preguntó burlesco— Este chico —señaló a Jimin— Casi te estaba tragando y yo no veía que tú te opusieras. Estás muy pequeño para andar haciendo este tipo de cosas, cariño.

La vergüenza de Yoongi se esfumó al escuchar las palabras dichas por su padre.

—¿Muy pequeño? —preguntó ofendido— Papá, tengo 17 años, además, tú a mi edad ya tenías a dos hijos.

El de cabellos castaños balbuceó, buscando algo para argumentar en contra de su hijo, pero este no decía más que la verdad.

Jimin abrió la boca sorprendido. Sus padres lo habían tenido hasta los 28 años, contando que era hijo único, y por esa razón su padre omega lo consentía demasiado.

El de cabellos castaños carraspeó. —Y cuéntame… ¿Quién es este omega tan hermoso? —El Señor quería evadir a toda costa el tema de su casamiento a temprana edad.

—No cambies de tema —el alfa también volvió a ponerse nervioso.

—No estoy cambiando de tema —mintió— sólo quiero saber el nombre de mi yerno.

Jimin sonrió. Le encantaba que ese hombre le llamara “yerno”

—Soy Park Jimin, y es un gusto conocerlo señor Min —el omega sonrió alegremente mientras se inclinaba ante su “suegro”.

—Pero que muchacho más lindo —estaba encantando con el omega— ¿Cómo es que te fijaste en mi hijo? —preguntó importándole poco que su hijo estuviese presente— No te ofendas hijo —se dirigió esta vez a Yoongi— pero… La verdad es que pensaba que te quedarías soltero y virgen para toda la vida, digo, porque eres más vago que mi padre. Incluso algunas veces me pregunté si harías aunque sea el esfuerzo por buscar una pareja.

Jimin miró fijamente a Yoongi. Era cierto que siempre que hablaban de él alfa, nunca faltaba la palabra “vago”, pero al omega no le importaba. Él quería a Yoongi sin importar lo que los demás dijeran. Jimin estaba dispuesto a conocerlo a fondo y a amarlo con cualquier “defecto” que el alfa tuviese.

Yoongi rodó los ojos cansinos. Estaba harto de que siempre le recordarán que era un holgazán y que era un bueno para nada.

Tal vez era cierto que solo pasaba durmiendo y le costaba hacer algún tipo de movimiento, pero era solo porque no le interesaba lo suficiente como para gastar un poco de su energía.

—¿Qué haces aquí, papá?

El hombre se rindió ante la indiferencia de su hijo. — Sólo venía a dejar unos papeles que necesita el director para poder tomar en cuenta el matricular a tu hermano —dijo—. La verdad es que pensaba venir hasta la hora en la que finalizan las clases y de paso recogerte, pero corría el riesgo de que te enojaras sólo porque ya no eres un niño pequeño.

Yoongi le miró confundido. —¿Eso no sería hasta el otro año?

—Sí, pero después de las fiestas no tenemos mucho tiempo, así que prefiero hacerlo desde ahora —explicó—. Además, sabes que éste colegio es uno de los mejores y los cupos limitados. No puedo arriesgarme.

—Bueno, entonces sigue tu camino —el alfa estaba ansioso para que su padre se fuera. Aunque eso significaría quedarse a solas con ese lindo omega, prefería eso a que su progenitor comenzara con sus anécdotas de un Yoongi de seis años con mocos en la nariz.

Jimin le dio un codazo en la costilla. No podía tratar a su padre así.

—Está bien, pero con la condición de que invites a tu novio a cenar ahora en la noche —el alfa estaba contento porque su hijo ya estuviese creciendo.

Esas palabras cayeron como un balde de agua fría sobre Yoongi. La culpabilidad invadió todo su ser al recordar que acaba de traicionar a sus amigos. Se sentía miserable por disfrutar ese beso, y se sentía mil veces peor porque le gustó tanto, que olvidó que sus amigos estaban enamorados de ese hermoso omega.

—Él no es nada mío papá —su voz sonó más gruesa de lo normal e incluso se escucho un poco de molestia en su voz— Solo fue un desliz.

Tragando saliva y abriendo sus ojos de par en par por la gran estupidez que había dicho, mientras su lobo le rasgulaba y gruñía violento.

Jimin sintió como su corazón se estrujaba furiosamente. Sintió que todo en su interior se desvanecía. Acababa de ser humillado por el chico que le gustaba, por el chico de sus sueños, y lo peor que fue frente a su padre.

El omega no quería quebrarse frente a ellos. Lo único que hizo fue correr, corrió lo más que sus cortas piernas le permitieron mientras las lágrimas salían como cascadas de sus ojos.

Ni siquiera llegaron a convivir mucho, y aún así, ese alfa hermoso lo había destrozado como nunca nadie lo había hecho, y con tan solo unas estúpidas palabras, pero Jimin era alguien tan frágil, que con tan solo una palabra, podía quedar con el corazón roto.

Yoongi sintió como su lobo rugia furiosamente en su interior, reclamándole para que fuese detrás de Jimin y le pidiera perdón de rodillas por ser tan idiota.

Sus emociones comenzaron a dispersarse desesperadamente por todo su ser, haciéndole sentir un dolor en su pecho

¿Qué le estaba pasando?… El jamás había sentido esa sensación por una persona.

—Uuhh, pobre chico —el castaño volteó a ver a su hijo— Nunca pensé que tuvieras tan pocos sentimientos. No me gusta para nada esto que voy a decir, pero… Estoy un poco decepcionado…

—Yo… Y-yo…

—Ve tras el cariño —le sonrió suavemente—, al parecer para él no fue un sólo un desliz.

—Pero—

—Prometo no molestarte con la situación en la que te encontré, ni contárselo a tu madre — suspiró—. No dejes que el miedo a las burlas nuble tus pensamientos y tome el control de tu lengua —le miró directamente a los ojos—. Se ve que es un buen chico.

Mordió su labio inferior. No era por el miedo a las burlas, bueno, en parte sí, pero las palabras salieron solas luego de recordar a los gemelos. Tampoco entendía el porqué Jimin se había ido llorando cuando se suponía que sólo era para practicar, o acaso él… No, Jimin no podía sentirse atraído por su persona, ¿cierto?

Todo era tan confuso, ¿cómo podría siquiera pensar en qué alguien tan lindo como Jimin podría fijarse en él? Era completamente irreal.

Su padre le dio una palmada en su hombro y se fue de allí.

Yoongi quiso llorar como un bebé.

¿Qué debía de hacer?

🐺 14 🐺

El chico de cabellos rubios corría como si su vida dependiese de ello, intentando detener las lágrimas que caían sin parar sobre sus abultadas mejillas. Sus piernas cortas no le eran de mucha ayuda, pero igualmente hacía su mejor esfuerzo. Iba tan concentrado en huir, que no se percató de los chicos que se encontraba a escasos metros de él. Hasta que chocó.

—Oye, oye —Habló con preocupación el alfa de cabellos negros, poniendo una de sus manos en el hombro derecho del omega— ¿Qué te pasó, Jimin hyung?, ¿Por qué lloras?

Hoseok, quien se encontraba al lado de Jungkook, trató de ver la cara de su amigo. ¿Jimin estaba llorando?, ¿SU Jimin?

Jimin entre hipeos y alzando un poco cabeza contestó: —N-nada, no me pasa nada.

—No te creo. —Hoseok comenzó a ponerse furioso— Dime quien te ha hecho llorar y juro que en este momento iré a descuartizar al o a la culpable.

Estaba furioso y lo que le siguiera a la palabra, quien quiera que sea la persona que hizo llorar a su pequeño ángel debía de ser llevada de ser torturado lentamente.

Jungkook volteó a ver al omega de cabellos naranjas con algo de miedo. ¿Ese chico tan lindo y alegre estaba diciendo que iría a descuartizar a una persona?

Jimin negó con la cabeza. No quería decir nada frente al alfa, puesto que sabía que ese chico estaba detrás de sus pantalones. Sabía que sí decía algo, podía causar una pelea entre Jungkook y Yoongi, y Jimin no quería ser el causante de que la gran amistad que estos tenían llegara a su fin.

Yoongi con tan solo unas simples palabras, le había dejado en claro que no gustaba de él, solo le había besado por práctica.

Jimin se sentía tan estúpido.

Él desde la primera vez que lo vio, debió de suponer que jamás alguien como ese alfa hermoso de brillante sonrisa, se fijaría en alguien como él. Sabía que tenía que olvidar a ese alfa a como de lugar. Le dolía, sí, pero su vida apenas comienza y podría… Podría aceptar a uno de los gemelos… No. Él no debía de darse por vencido tan rápido, no debía de dejarse llevar por su dolor. Además, no era justo para esos gemelos que él jugase con sus sentimientos. Jimin no era de esos omegas, y jamás lo sería.

Tal vez estaba dolido, pero nadie merecía ser usado.

—Tierra llamando a Jimin. —El omega pasó sus dos manos por la cara del rubio.

Jimin volvió a la realidad. —Oh, yo… Solo me peleé con una chica, y me dijo cosas muy feas.

Mintió lo más que pudo. A pesar de todo no quería causarle problemas a Yoongi, no era la culpa del alfa el que él se haya enamorado de él cuando ni siquiera se dirigían la palabra.

Hoseok se quedó viendo fijamente a Jimin, buscando la mentira, algo en el fondo le decía que su mejor amigo le estaba mintiendo, pero al ver el rostro decidido de Jimin ante su respuesta, se rindió.

—Entonces dime quien es la bruja que se atrevió a hacerte llorar. —Siseó con molestia Hoseok.

Jimin negó. —No vale la pena.

El mayor iba a refutar y decirle que valía la pena de todo en mundo, pero el alfa le interrumpió.

—Cálmate, Hobi. —Jungkook abrazó al omega— Jimin sólo no quiere que te metas en problemas, eso lo haría sentir peor.

El mencionado asintió enérgicamente, y agradeciendo mentalmente a Jungkook por salvarle de esta.

Hoseok en ese momento estaba más preocupado por no sonrojarse y soltar una sonrisa tonta ante la acción del alfa. Lo estaba abrazando, Jungkook lo estaba abrazando. Ni siquiera sabía por qué se alegraba, pero no pudo controlar su cuerpo y a su omega.

Jimin se dio cuenta de la reacción que su amigo había tenido ante la cercanía del gemelo, sonrió con picardía mientras movía una de sus cejas, pero carraspeando cuando Jungkook le miró.

Bien, ya tenía al arma perfecta para deshacerse del primer gemelo.

—Oh, Jiminnie. —Jungkook sonrió alegremente mientras sacaba algo de su bolso— Te traje esto, espero que te guste mucho… Lo hizo mi papá. —Dijo con el rostro sonrojado.

Hoseok observó seriamente el paquete que le era entregado a su amigo.

Jimin le miró con incomodidad. —Jungkook, yo…

—Solo acéptalo, veras que te gustará. —Dijo rápidamente.

El alfa sabía lo que Jimin diría, y el no podía ser rechazado, no al menos ahora que apenas comenzaba con el cortejo.

—Nos vemos, Jimin. —Dio una pequeña inclinación— Adiós, Hobi. —Añadió, dejando un beso sobre la mejilla del omega peli naranja.

Jungkook huyó de allí rápidamente, mientras se daba una cachetada mental. El beso se lo debía de haber dado a Jimin, no a Hoseok. Pero… Pero… Ah, no sabía ni por qué lo había hecho.

Hoseok sintió sus piernas temblar. Jamás había experimentado una sensación como ésta; Ni siquiera sabía que nombre ponerle a lo que estaba sintiendo ahora mismo. Por Dios, conocía al gemelo desde que entró a ese colegio, pero habían interactuado desde hace unos pocos días y ya le estaba confundiendo.

—Te gusta, ¿verdad? —Chilló Jimin con una alegría abrumadora.

Hoseok salió de su ensoñación al escuchar a su amigo. ¿Gustarle Jungkook?.

—No digas tonterías. —Le recriminó.

Jimin carcajeó. —Adiós, Hobi —hizo el intento de hacer la voz del alfa mientras le daba un pequeño beso en la mejilla.

—Cállate. —El omega mayor le dio un zape en la cabeza al rubio— No me gusta, además, sabes muy bien de quien está enamorado ese alfa. —Su voz salió algo aguda.

Jimin dejó de reírse. La realidad le cayó como un balde de agua fría. Las ganas de llorar regresaron nuevamente, pero no iba a llorar frente a su amigo. Maldecía el momento en el que esos tontos alfas se habían fijado en su persona.

—Pero tú puedes ayudarme a cambiar eso. —Habló quedito.

La cara de Hoseok se torció en una mueca— ¿Yo? —Se apuntó a sí mismo, ¿Cómo es que él podía hacer que Jungkook olvidara los sentimientos que albergaba por su amigo?

—Tengo una muy buena idea. —Un foco se prendió en el cerebro del omega rubio. Sus amigos serían su salvación. —Vamos a buscar a Namjoon.

Jimin ni siquiera dejó que Hoseok negara o refutara. Simplemente lo agarró de la manga de su suéter rojo, y lo jaló llevándoselo por los pasillos, balbuceando en tono bajo palabras que el de sonrisa de corazón no entendía debido a la fuerza con la que lo arrastraba.

Estuvieron como por 5 minutos buscando a su amigo peli morado, hasta que lo encontraron metido en la biblioteca, leyendo un montón de libros.

El menor soltó la manga del peli naranja y se dirigió rápidamente hacia el chico de los hoyuelos. Hoseok lo siguió por inercia.

—¡Hyung! —Chilló emocionado el rubio.

Namjoon había estado tan absorto en su libro de biología, que no se dio cuenta de cuando había llegado el contrario. Pegó un brinco en su lugar y por poco bota sus jafas de lectura.

—No hagas eso, Jiminnie. —Le regaño.

El mencionado ignoró las palabras de su hyung comenzando a mover sus manos con alegría.

—¿Quién le parece más guapo?, ¿Jungkook o Seokjin? —Preguntó extasiado— Espero que diga que Seokjin, porque si dice que Jungkook, entonces tendremos un problema… —Miró de reojo a Hoseok, pero este último solo rodó los ojos.

Namjoon mostró una mueca llena de confusión. ¿Qué había ingerido su amigo para que dijera tales cosas?

—¿De qué me estas hablando? —Preguntó suavemente. La mirada que Jimin tenía no le gustaba para nada, y el que Hoseok estuviese tan callado no ayudaba en nada.

—De qué ustedes me ayudarán a quitar del camino a los gemelos Kim. —Soltó con dulzura.

Namjoon abrió los ojos como platos. —¿Q-Qué? ¿E-Estás hablando d-de provocarles un accidente?

Hoseok soltó una carcajada y Jimin sólo se pegó en su frente.

—Por supuesto que no —Negó repetidamente—. Me refiero a que ustedes… Ustedes intenten enamorar a los gemelos.

Namjoon sintió que un pulmón quería escapar de su interior, y Hoseok solo… Hoseok solo pensó en que tal vez quería ayudar a Jimin.

¿Sería buena idea ayudar a su enamoradizo amigo?

🐺 15 🐺

Tres omegas se encontraban en un salón de clases vacío. Park Jimin estaba escribiendo en la gran pizarra blanca, mientras que Hoseok y Namjoon se encontraban sentados en los primeros asientos. Los dos últimos se sentían muy intrigados por la emoción con la que el rubio escribía y dibujaba en la pizarra, aunque también tenían un pequeño sentimiento de miedo, ya que no sabían que locura les diría ahora su amigo.

—Bien… Esto es lo que haremos. —Se dio la vuelta para mirar a sus amigos— Nammie, tú irás tras Seokjin, y Hoseok, tú iras tras Jungkook. —Comenzó a señalar las dos caras “idénticas” que estaban dibujadas— Hablaran mal de mí, dirán que no me baño ni me peinó, pero sin que Yoongi se entere. —Siguió perdido en su plan— Los gemelos siempre se mantienen en la cafetería; les gusta mucho llamar la atención. Siempre caminan por los pasillos del sur. —Señaló el pequeño mapa— Ustedes se los encontrarán solo por “coincidencia”… ¿Entendido?

Los dos omegas restantes lo miraron como si se hubiese vuelto loco.

Jimin relamía sus labios cada cinco segundos, mirando intensamente a los dos omegas restantes, y esperando por una buena respuesta.

—Te estás volviendo loco. —Habló Namjoon.

—Obsesionado tal vez, pero loco, no. —se entrometió el peli-naranja.

—No estoy loco ni obsesionado —bufó el rubio—. Sólo estoy desesperado por alejar a los gemelos de mí, para así poder conquistar a mi hyung. Sé que sin esos dos alfas rondando a mi alrededor, Yoongi podría poner sus ojos en mí.

—¿Estás consciente de que posiblemente romperas una hermosa amistad? —preguntó Namjoon.

—Namjoonnie, sé un poco más positivo —hizo una mueca—. Si no “rompo” su amistad, terminaré rompiendo sus corazones —chasqueó la lengua—, porque aunque hyung no me haga caso, de igual forma, yo no me iría con un gemelo por el simple hecho de que no me gustan —alzó una ceja ante el silencio de los otros dos—. En cambio, si ustedes logran hacer que los gemelos tengan un flechazo con ustedes, todos terminaríamos felices.

Namjoon se quedó callado por unos segundos, pensando cuidadosamente en las palabras del menor.

—Lo que hace el amor… —Soltó con un pequeño suspiro Hoseok, no sabe porqué, pero cuando dijo esas palabras, sólo pensó en Jungkook. —Espero no arrepentirme después… Yo si te ayudaré.

Jimin dio pequeños saltitos en su lugar y comenzó a dar pequeños aplausos con sus manitas. Ya cayó uno.

Tanto Jimin como Hoseok voltearon a ver al peli-morado, esperando ansiosamente la respuesta de éste.

—¿No crees que es un poco cruel? —Preguntó no muy seguro—. Estaríamos jugando con sus sentimientos. No me gusta jugar con los sentimientos de los demás.

—¿Por qué estaríamos jugando con sus sentimientos? —interrogó Hoseok.

El más alto rodó los ojos. —No sé si tu sientas algún tipo de atracción por el gemelo con dientes de conejito —dijo suspirando—. Pero yo no… no sé si me podría ver en un futuro con el de hombros anchos —mordió su labio—. Supongamos que el plan funciona, y ellos llegan

a sentir algo por nosotros, pero… ¿Qué pasaría si nosotros no los llegáramos a ver de la misma forma?

Jimin cayó de su nube de ensueño de un solo golpe. Estuvo tan concentrado solo en Yoongi y sus sentimientos, que no pensó en lo de los demás. Ahora se sentía terriblemente mal.

Él no era así.

—Ti-tienes razón, lo siento… Creo que si me estoy volviendo un obsesionado. —Se disculpo con un susurro audible—Pero no quiero arruinar la amistad de esos tres. Al principio pensé que podía enamorar a Yoongi, pero luego me puse en sus zapatos, y yo nunca los cambiaría a ustedes por un amor, aunque duela, y sé que él le es fiel a sus amigos. La única forma era que ellos olvidarán sus sentimientos por mí.

Hoseok se levantó y corrió a abrazar a su amigo cuando se escuchó un pequeño sollozo ahogado venir de él.

—Y-yo creo q-que tal vez me gus-guste un poquito Jungkook —admitió entrecortadamente el omega peli naranja. Sus mejillas se colorearon de un rojo intenso.

Namjoon abrió mucho los ojos, mientras que Jimin ni se inmutó. Sabía que él nerviosismo y la mirada que le dedicaba al alfa gemelo, no era por gusto.

El peli morado se quedó un poco pensativo ante la confesión tan repentina del omega con sonrisa de corazón. A su mente vino la tarde que pasó tranquilamente con Seokjin.

Namjoon aclaró un poco su garganta para poder llamar la atención de sus amigos, poniéndose nervioso cuando estos le miraron.

No quería hacer algo precipitado, ya que ello podía traer consecuencias muy graves, pero tampoco podía negar que en el fondo de su corazón sintió un efímero flechazo por el alfa rubio cuando estuvo hablando con él antes de su clase de natación.

Había algo que le carcomía dolorosamente en su interior, y es que el chico era uno de los alfas más guapos del instituto con muchas chicas detrás, mientras que él sólo era Namjoon, un chico omega con cuerpo y rostro de alfa para nada agraciado.

—Bueno… Seokjin cuenta Buenos chistes —sonrió, tal vez no era tan malo llegar a sentir algo por ese alfa de risa escandalosa y hermosa.

Sólo esperaba no salir herido.

🐺 16 🐺

—Tss, Jungkook. —Susurró alguien en algún lado.

El mencionado volteó a ver en todas las direcciones posibles, siguiendo la voz que le llamaba, más no encontrándose con nada, tal vez solo fue producto de su imaginación. No era la primera vez que se imaginaba algo.

—¡Jungkook, por aquí! —volvieron a llamar. Esta vez, el alfa se detuvo y giró rápidamente, intentado dar con la voz que le llamaba.

—¿Quién eres?, ¿Dónde estás?… Se karate. —preguntó a la defensiva.

—No quiero pelea —se escucho la misma voz, peor ahora burlesca—, solo te quería decir de que me enteré que tu hermano y tú, están tratando de conquistar al recio Park Jimin. Por lo tanto, te quería confesar que a Jimin le encantan las ciruelas.

—¿En serio? —preguntó ahora interesado.

—Sí, escuché cuando se lo decía a sus amigos.

—¿Por qué me estás diciendo esto?, ¿Y por qué te escondes?

—Me gusta Seokjin, por eso no quiero que él se gane el corazón de Park. —Confesó en un susurro lastimero.

Lástima que ahora no solo Park Jimin era su rival.

—¿Cómo te llamas? —Cuestionó Jungkook mirando a todos lados, pero la voz ya no respondió— ¿Hola?, ¿Ya te fuiste?… Pero que estúpido soy, claramente ya se fue…

Jungkook siguió balbuceando mientras caminaba, ahora con una sonrisa adornando su rostro. Tenía que ir en busca de ciruelas para poder avanzar aunque sea una grada en el corazón de Jimin, y a la misma vez relamió sus labios al pensar en la derrota de su gemelo.

Que iluso era Jungkookie.

—¡Hey! Jiminnie, detente. —Gritó el alfa peligris al omega que se encontraba caminando pacíficamente por las instalaciones.

Jimin se tensó inmediatamente al oír la voz del alfa que lo traía loco. No quería ilusionarse, y tampoco ceder fácilmente a las disculpas que el alfa le iba ofrecer, porque el omega intuía de forma perfecta que el alfa venía a disculparse con él. Pero para ganarse su perdón, no iba a ser fácil… No después de la humillación que le hizo pasar, aunque su omega gritase que corriera hacia los brazos del pálido.

Aún le dolía el pecho al recordar la palabra “desliz”, y lo peor es que la voz ronca del alfa se reproducía una y otra vez en su mente.

—¿Qué quieres, Min? —Habló de forma fría.

Yoongi se sorprendió ante el tono de voz con el que Jimin le habló. Se sintió muy mal al ser tratado de esa forma, pero sabía que se lo merecía. Aunque le doliera mucho el que Jimin ya no le hablase con su voz tan hermosamente dulce.

Suspiró, pasando sus manos entre sus cabellos grises, intentando aminorar el nerviosismo que de repente apareció.

—Yo… Yo quería disculparme por las palabras que dije anteriormente frente a mi padre. — Explicó con inseguridad— Sólo dije lo primero que se me vino a la mente.

Jimin asintió no muy conforme, pero aún así, no se dio la vuelta— No se preocupe, es de humanos equivocarse, y… Y también sentir.

El omega emprendió de nuevo su camino, queriendo huir rápidamente de ese lugar, debía de hacerlo antes de ver los ojos del chico, o de lo contrario, todo se vendría abajo. Más toda acción quedó pausada al sentir una mano fría tocando su antebrazo.

—Oh, vamos, por favooor, perdóname… Es más, te invito a un helado. —Sonrió dulcemente.

El corazón de Jimin se aceleró, e incluso quiso saltar como un resorte por todo el colegio; el chico que le gustaba, le estaba invitando a un helado. Quizo decir que sí a todo, pero su dignidad aún estaba herida, así que negó con su cabeza.

—N-no —murmuró mordiendo su lengua—. Tengo cosas que hacer —dijo soltándose del agarre, girando para seguir con su camino.

—Por favor… —susurró antes de que el rubio comenzara a caminar—. Soy un gran idiota, lo sé, todo aquel que me conozca te lo dirá, ya que siempre hablo antes de pensar. Pero te juro que jamás quise decir tal barbaridad… tú… besas muy bien…

Jimin apretó sus puños mientras mordía su labio queriendo esconder una gran sonrisa que quería escapar. Estaba dispuesto a decirle que sí, que lo perdonaba con la condición de que le regalara otro beso, su corazón latiendo frenéticamente le secundaba, pero también quería tener un poco de dignidad y hacerle todo un poco más difícil al alfa.

Cuando se dio la vuelta para poder ver el rostro del alfa supo que no podía decirle que no. El chico tenía un pequeño puchero en su boca y su cabeza baja, mirándole con ojos de gatito regañado.

—Está bi-…

No pensaba que diría eso, pero ahora mismo, estaba muy feliz de la aparición de uno de los gemelos.

—Hola, Jiminnie. —Saludó un sonriente Seokjin llegando al lado del omega— Hola, Yonnie.

—Hola. —saludaron al unísono.

El pálido gruñó en su interior por la interrupción no deseada de uno de sus mejores amigos.

Por otro lado, Seokjin tenía una vasta sonrisa en su rostro, su felicidad se notaba a kilómetros, y no era para menos, ver al rubio le ponía feliz, aunque no se diera cuenta de la pesada tensión que había entre Jimin y Yoongi.

—Mira Jiminnie, te traje un pedazo pastel, y lo preparé yo mismo —dijo con orgullo.

El omega sonrió en grande. Oh, el amaba los pasteles, así que sin preguntar de qué estaba hecho, agarró el pedazo de las manos del alfa, y se lo llevó a la boca de un solo bocado, olvidándose por un momento hasta de Yoongi.

El pálido observó con detenimiento las reacciones que mostraban el rostro de Jimin al comer el pastel, el chico había cerrado sus preciosos ojitos, mientras arrugaba su nariz y exclamaba sonidos llenos de gusto. Realmente se veía tierno y lindo, pero por otro lado tuvo las ganas de estrellar su puño contra el hermoso rostro de su amigo, Seokjin, por haber logrado dichas reacciones en el omega.

Jimin estaba tan sumergido en saborear el chocolate que llevaba el pastel, que no se dio cuenta del segundo ingrediente. No fue hasta que lo tragó por completo, y comenzar a sentir una sensación extraña, la cual solo una vez en su vida la había sentido.

—Seokjin… ¿De q-qué era tu pastel? —preguntó nerviosamente.

Comenzaba a sentir sus ojos picando, su garganta cerrándose, y su respiración cortándose.

La sonrisa del alfa se hizo más grande. —El bizcocho era de chocolate con relleno doble de cajeta y decorado con cajeta y chocolate… Delicioso, ¿verd…

Las palabras del alfa quedaron en el aire cuando vio que el omega llevaba sus manos hacia su garganta, y comenzaba a soltar sonidos extraños, como esos sonidos que hacen las personas que se están ahogando.

Ninguno de los dos restantes sabía lo que pasaba hasta que Jimin cayó de lleno al piso, apretando sus manos en puños.

—¡Lo mataste, idiota! —Un gritó lleno de miedo y preocupación salió de la boca de Yoongi.

🐺 17 🐺

—Familiares de Park Jimin -llamó con cansancio la beta.

Cuatro alfas y tres omegas se levantaron rápidamente de los asientos de espera. La doctora los volteó a ver con mala cara, ya que les advirtió que el omega no estaba en peligro al ser llevado rápidamente al hospital, por lo tanto, sería bueno el que no estuvieran ahí haciendo estorbo, sólo podían permanecer tres personas.

—Aquí -hablaron al unísono los más mayores.

Park Chun y Park Xiumin, tenían los ojos rojos e hinchados debido al llanto lleno de preocupación, aunque la doctora les haya dicho que no había nada de que preocuparse, porque al traer a Jimin rápidamente a urgencias, pudieron tratarlo inmediatamente haciendo que estuviese fuera de peligro. En cambio si se hubieran tardado mucho, la historia podría ser muy diferente. Pero al parecer a los padres de Jimin no les importaron las palabras de la beta porque de igual forma estuvieron llorando desde que los llamaron para avisar que su único hijo estaba en urgencias.

—Al joven se le dará de alta dentro de algunas horas —habló con paciencia—, o tal vez un día o dos enteros, dependiendo de cómo se sienta o si no presenta otro tipo de reacción.

Todos los presentes suspiraron con tranquilidad.

—¿Podemos pasar a verlo? —preguntó Park Chun.

La beta pasó su vista por todos los presentes. — No pueden pasar todos.

Los demás se quejaron en voz alta, balbuceando y gritando. Al mismo momento, se creó una pequeña pelea en la que todos dabas sus argumentos del porqué debían de ser ellos los elegidos para pasar a ver al pequeño omega. Inclusive Yoongi estaba entre ellos, siendo ignorado, ya que el pálido hablaba apresuradamente y no se le entendía nada.

—Yo soy su futuro novio —dijeron al unísono los gemelos, retándose con la mirada luego de terminar de hablar.

—Mi hijo no tendrá novio hasta que sepa caminar bien —gruñó el padre alfa, molesto por saber que su pequeño cachorro tenía a un par de pulgas idénticas detrás de él.

Hoseok rió graciosamente, dando palmada en el aire.

—Yo soy su mejor amigo —habló Namjoon.

—Nosotros somos sus padres —dijo esta vez el padre omega.

El único que se quedó en silencio sin saber que decir fue Yoongi, ladeando su cabeza pensando en que excusa poner para poder ver al rubio y pedirle disculpas de rodilla si era necesario.

La beta estaba cansada de esas personas, por lo cual, con un gritó agudo y a punto de llorar grito:— ¡ESTA BIEN, PUEDEN PASAR TODOS, PERO YA CÁLLENSE!

Todos alrededor voltearon a verla con un gesto de miedo. La beta parecía a punto de explotar, y esta al darse cuenta de lo que acababa de suceder, se dio la vuelta indignada y salió de allí. Estaba cansada de lidiar con los familiares de los pacientes.

—Uff, que genio —silbaron los gemelos alfas al unísono.

—Y no la culpo -suspiró Hoseok.

—¿Veremos a Jimin o no? —preguntó ansioso Yoongi. Ya estaba harto de estar esperando.

—Sí, vamos.

Los padres de Jimin fueron los primeros en pasar, le siguieron Hoseok y Namjoon, y al final iban los gemelos y Yoongi. Este último iba ansioso por llegar, y así poder comprobar que estuviera fuera de peligro, justo como la beta había dicho.

—¡Jimin!

—¡Jiminnie!

—¡Mi amor!

Todos hablaron al mismo tiempo haciendo que el omega diera un salto por tal susto. Se encontraba acostado en la angosta camilla blanca del hospital, había estado con la mirada fija en el techo color blanco hueso, tomándose unos segundos para poder pensar con claridad y relajarse un poco, aprovechando el silencio del lugar hasta que el tumulto de personas que ya conocía apareció.

La habitación era de tamaño mediano, y se encontraba habitada por tan sólo la camilla en la que ahora mismo estaba reposando, una pequeña mesa color cenizo al costado con un florero encima y al otro costado estaba los aparatos médicos.

—No griten —gruñó molesto—. Me duele mucho la cabeza.

—De la caída que te diste, hasta a mi me duele.

—Pidió silencio, cállate.

—No quiero.

Todos los presentes comenzaron a parlotear, diciendo cosas sin sentido mientras se acercaban al omega rubio. Jimin estuvo a punto de agarrar el florero que se encontraba en la mesita, y arrogarlo hacia los intrusos pero se contuvo. No fue hasta que Yoongi -quien no había dicho ni pio-, habló por el omega, diciendo que Jimin debía de estar muy cansado, y necesitaba dormir. El de mejillas regordetas dio gracias mentalmente al saber que nuevamente podía quedarse en la fría soledad, pero todo agradecimiento se fue, cuando quedaron solos ellos dos. Después de que Yoongi le salvara, sus padres dijeron que por el bien del omega, todos debían de salir de la habitación a excepción de uno, porque alguien tenía que cuidarlo. Y aunque Jimin refutó diciendo que con las enfermeras bastaba, su padre no le hizo caso, así que por recomendación de Namjoon. Yoongi fue el elegido argumentando que era el más callado y eso le haría bien al rubio.

Un silencio abrumador se mezcló junto con la paz y tranquilidad que la habitación iluminada regalaba segundos después de que los demás abandonaran el lugar. Tanto el peli-gris como el rubio se mantuvieron metidos en sus propios pensamientos durante un corto lapso de tiempo.

Yoongi decidió que era un buen momento para disculparse por haber sido todo un idiota anteriormente, queriendo excusarse con el miedo que sentía al pensar en que los gemelos le odiarían por haber besado al chico del que estaban enamorados.

—Lo siento.

Jimin volteó a ver al alfa con confusión, ¿Por qué se disculpaba?

—¿Por qué? —preguntó con tono confuso.

El alfa suspiró para luego caminar dos metros y sentarse en la orilla de la camilla, haciendo que el corazón del omega comenzara a latir desesperadamente por la cercanía.

—Por lo de ya sabés… —Yoongi no quería volver a recordar el momento en el que Jimin y él se besaron.

—Pues yo no sé nada —Jimin sonrió maliciosamente, intentaría jugar un poco.

El alfa detuvo su mirada en la del omega por unos segundos. Definitivamente, si sus mejores amigos no estuvieran enamorados del chico, él se atrevería a decir que, muy posiblemente, se hubiera fijado en el menor y tal vez después intentar conquistarlo. Claro, eso decía ahora —y en su mente—, porque en realidad, Min Yoongi era el alfa más tímido del planeta.

Park Jimin poseía una belleza tan deslumbrante e irreal; con esas mejillas abultadas que pedían ser mordidas como si fueran algodón de azúcar, sus labios gruesos y esponjosos y esa sonrisa de ojos cerrados que podía alegrar hasta el día más malo de cualquiera.

—Lo que dije cuan… Lo que dije cuando mi papá nos encontró… Tú ya sabes -habló, con un sonrojo marcado en sus blancas mejillas.

La ternura invadió el pequeño cuerpo del omega. De ese alfa que estaba viendo ahorita mismo es del que se había enamorado, y es que el chico se veía tan despreocupado y tímido con esos ojos de gatito ignorando a todo aquel que le rodeaba.

—¿Cuando nos encontró comiéndonos la boca? -preguntó con supuesta inocencia.

Las pálidas mejillas del peli-gris se colorearon de un rosa intenso.

—¡No estábamos comiéndonos la boca -el alfa estaba extremadamente avergonzado. No podía creer que ese inocente omega estuviese diciendo tales barbaridades. El pálido quería meter su cabeza bajo tierra, o salir huyendo de allí-. Solo fue un besito.

—Tienes razón, solo fue un besito… -la voz del omega salió triste e hizo un puchero para luego sonreír abiertamente— Pero porque hubo más lengua que labios.

—¿Dónde quedaron los honoríficos? pequeño mocoso —trató de ignorar el tema del beso.

—Se fueron pegados en tu lengua cuando la sacaste de mi boca —rió inocentemente.

La cara de Yoongi fue todo un poema. Sentía su corazón latir a mil por hora. No quería recordar ese beso, pero las palabras del omega hicieron que ese momento volviera a repetirse como una película en su cabeza. Y si, Park Jimin decía la verdad. De tan solo recordarlo le daban ganas de volver a repetirlo, pero no, el no iba a volver a caer en las garras de ese -para nada, ni un poco-, inocente omega.

—Creo que ya se me está haciendo tarde -—soltó rápidamente, viendo el reloj imaginario en su muñeca derecha—, mamá me va a regañar si no llego.

Los sentidos de Jimin se pusieron en alerta inmediatamente. No quería que su alfa se fuese, él necesitaba la presencia del pálido para calmarse y así poder dejar de pensar en lo que había sucedido anteriormente. Antes de que Yoongi se levantara del lugar en el que se encontraba, el omega lo agarró de su brazo, jadeando gustoso ante el toque.

—¡NO!, digo… Por favor, no te vayas todavía -un puchero se formó con sus labios.

—Tengo que enseñarte la existencia de honoríficos hacia tus mayores —gruñó.

—Todavía no lo perdono del todo —se cruzó de brazos, victorioso cuando el alfa detuvo todo movimiento—. Por favooor… Hyung —puchereó.

Yoongi supo que no se iba a poder resistir ante tal carita. Sabía que desde en el momento en el que abriera la boca, todo se iba a ir por el caño e iba a terminar cometiendo una estupidez.

—Está bien, pero solo un momento más.

Ese momento más se convirtió en horas, en las cuales la mayoría del tiempo, sus labios se reencontraron.

Sabía que no debería de haber sucumbido ante el pedido del rubio, pero de igual manera — aunque se sintiera culpable—, había disfrutado demasiado probar nuevamente los dulces labios del menor.

Yoongi sabía que había caído.

🐺 18 🐺

Min Yoongi siempre fue un ser muy peculiar desde que tenía uso de la razón. Comenzó a ser posesivo y agresivo a tal punto en el que sus padres estaban seguros que de grande sería un gran alfa, más todo esto cambió con el pasar de los años. El ahora alfa, gradualmente fue cambiando su personalidad cambiándola por una tranquila y pasiva. Toda su familia se sorprendió cuando a los ocho años el pálido comenzó a comportarse de manera sumisa, aunque su mal humor seguía presente. Lo que no sabían es que el perezoso lobo del chico, al no encontrar a nadie quien llamara su atención, se durmió. Por esa razón es que cambió radicalmente su conducta agresiva a una más pasiva.

El pálido en su corta vida, jamás se interesó por algún omega, nunca le pareció necesario, no hasta que llegó él. Min Yoongi sentía que estaba cayendo ante las garras del pequeño chico de cabellos rubios, labios gruesos y ojitos pequeños y brillantes. Nadie podía culparlo ya que se trataba del hermoso Park Jimin; sin embargo, eso era lo peor que le pudiese ocurrir porque no es sólo el hecho de que sus dos únicos y mejores amigos estaban enamorados del chico, no, también estaba el que él no era el alfa perfecto para Jimin. Cabía recalcar que el rubio merecía alguien muy cariñoso, tierno y energético y Yoongi era todo lo contrario. Ni siquiera le podía dar un abrazo a su madre sin sentirse incómodo.

Ahora Yoongi tenía que pensar en la manera correcta con la cual aminorar esos peligrosos sentimientos que están floreciendo en su interior, y todos dedicados a ese perfecto omega, porque sí, Park Jimin era el omega que todo alfa deseaba; era cariñoso, atento, sonriente, tierno, amable, servicial, y sexy. Todo en un solo paquete. Eso hacia que Yoongi sintiera aún más atracción hacia el susodicho. Porque el alfa también había aceptado que ese chico se estaba calando en su mente. Después de que le dieran el alta a Jimin, y el se fuera para su casa jamás dejó de pensar en él, y es que los labios del omega eran un pecado.

El pálido se sentía el ser más despreciable del mundo al estar traicionando a sus amigos, pero aunque lo intentara no podría, puesto que su lobo —el cual parecía estar más despierto que nunca— rasgaba furioso en su interior con tan sólo escuchar sus pensamientos. Él sabía que

debía de confesarle a sus amigos sobre todo lo que ha hecho a sus espaldas, y eso le aterraba en demasía. Temía que jamás le volviesen a dirigir ni una sola palabra, o hacerlos sufrir. Pero si seguía haciendo cosas indebidas con Jimin a escondidas, su corazón iba a explotar.

—Últimamente te he notado muy distraído, ¿Te sientes bien? -Preguntó con una preocupación notable el pelinegro.

—Kookie tiene razón -apoyó a su hermano-. Incluso ya no duermes como solías hacerlo.

Los dos hermanos estaban preocupados por su amigo. Yoongi parecía no estar con los pies en la tierra, puesto que siempre andaba pensativo y les evadía la mirada.

—Y-yo tengo que confesarles algo -carraspeó débilmente.

Los gemelos lo miraron curiosamente. -Habla -dijeron al unísono.

—Primero prometan que no se alejarán de mí —pronunció con su mirada baja.

—¿Es algo muy grave? —cuestionó Seokjin, viendo de reojo a su hermano—. Min Yoongi, dime que no fuiste a la tienda de cómics sin nosotros, porque si es eso por lo que intentas disculparte te aseguro que no te vamos a perdonar jamás.

Ambos chicos se cruzaron de brazos.

—No, no es e-eso.

—¿Entonces?

—Sólo quiero que sepan que los quiero como hermanos… —mordió su mejilla internamente.

Jungkook y Seokjin chillaron sorprendidos por la confesión muy inesperada.

—De verdad debe de ser algo muy grave —codeó Jungkook al rubio—. Dinos que es lo que hiciste…

—Yo… Yo me be…

Las palabras no querían salir ni aunque lo quisiera. Realmente se sentía muy mal por sus acciones, y la culpa caía al doble por haber disfrutado tanto de los dulces besos que el omega rubio le había obsequiado.

—¡Hola, dijo la anaconda! -Exclamó efusivamente Hoseok mientras se sentaba a la par de los gemelos.

Tres omegas habían aparecido sorpresivamente en la heladería en la que se encontraban los alfas, la cual, estaba ubicada justo en frente del colegio.

Namjoon hizo una pequeña reverencia, sentándose junto a un sonriente Seokjin. Por otro lado, Jimin corrió a sentarse al lado del alfa de ojos gatunos. Éste último trago saliva, poniéndose rígido al sentir al chico al lado suyo, y peor aún cuando el otro le sonrió abiertamente.

—¿La anaconda? -preguntó confundido Jungkook, volteando a ver a Hoseok.

El peli naranja amplió su sonrisa. -Sí, la anaconda… ¿Jamás has escuchado ese chiste?

—No.

—Pues deberías, es muy gracioso.

—Para ti todo es muy gracioso, Hoseok. -Intervino Namjoon-. Te ríes hasta de las moscas.

El mencionado puso la mano en su pecho, y una mueca de dolor se instauró en su hermoso rostro.

—Entonces serías la pareja perfecta de Seokjin. -Soltó Yoongi, ignorando al chico sentado junto a él.

Lo que Yoongi no sabía, es que sin ninguna intención de su parte, hizo que emociones distintas se crearán en los presentes. Namjoon se sintió molesto al pensar en Seokjin y su amigo como pareja, al igual que Jungkook quiso arrancar la cabeza del alfa pálido por decir tales palabras. Jungkook y Namjoon se reprendieron en su interior por pensar en esas estupideces.

—Hoseok se vería mejor conmigo.

Un silencio sepulcral se instaló en la mesa en la que se encontraban. Todos estaban con los ojos abiertos por las palabras que acababan de salir de la boca de Jungkook. Y este último quiso que la tierra lo tragara. No sabía cómo es que esas palabras habían salido de su boca, ni como es que había sentido esos celos tan intensos. Ni siquiera se sentía así por Jimin.

Los chicos pasearon su mirada por ambos chicos. Hoseok estaba tan rojo, que hasta los mismísimos tomates sentirían envidia.

—Jóvenes, no pueden estar sentados aquí si no van a consumir nada. -Una señora alta, de cabellos negros y mirada intimidate les llamó la atención. Los alfas ya tenían más de 20 minutos de estar allí, y no habían comprado nada.

Jungkook agradeció la intervención de la señora. No sabía cómo actuar luego de lo que había dicho.

—Ahorita vamos, sólo estábamos poniéndonos de acuerdo en que helados vamos a pedir dijo Seokjin con la voz aguda a causa de la impresión.

La señora asintió y a pasos apresurados se fue de allí, dejando a los chicos incómodos.

—¿Te gusta Hoseok? -Preguntó imprudentemente Yoongi.

—Tú y tu bocota, Min Yoongi -susurró Seokjin al ver cómo la tensión aumentaba.

Jungkook iba a negar, pero las palabras no salieron. Jimin se dio cuenta de ello y rápidamente intentó salvar al pobre chico.

—¿De qué van a pedir su helado? -todos (a excepción de Yoongi) agradecieron el cambio de tema.

—¡Fresa! -Dijeron unánimemente Seokjin y Namjoon. Ambos voltearon a verse sorprendidos.

—Yo de ron con pasas -pidió tímidamente Jungkook.

—El mío lo quiero de queso fresa -esta vez habló Hoseok.

Jimin asintió mientras recordaba con exactitud los sabores de helado. Después volteó a ver a Yoongi, ya que este no había pedido todavía.

—¿Y usted? -miró fijamente al pálido, el cual se puso nervioso— ¿De qué sabor quiere su helado?

Yoongi carraspeó mientras intentaba no ver a Jimin. -Yo quiero uno de doble bola, de pistacho con chocolate.

El omega se levantó rápidamente del asiento y se dirigió a pasos apresurados hacia donde atendían. De repente sintió como se le antojaba comer mucho helado.

Entre tanto, la mesa en la que se encontraban todos, se sumió de nuevo en silencio. Jungkook estaba pensando en que si sería adecuado darle el presente a Jimin allí. No sabía por qué, pero ya no tenía ganas de darle nada a Jimin, al menos no de la forma romántica. Seokjin no estaba tan lejos de sentir lo mismo que su hermano, puesto que ya no sé sentía tan ansioso por obtener la mirada del omega rubio; ahora su atención estaba en un hermoso peli morado que miraba con ansias los helados de las personas alrededor. Pero ninguno de los gemelos quería aceptar de que todo sentimiento por Jimin estaba quedando en el olvido.

Pasaron alrededor de cinco minutos en los que la incomodidad se adueñó del lugar. Hasta que Jimin regresó. Los alfas y omegas abrieron sus ojos de par en par al ver con todo lo que venía Jimin con ayuda de una joven.

El omega rubio comenzó a repartir los helados, y volvió hacia la joven beta que traía consigo una banana split, un party cup, un tornado shake, y dos conos de helado de doble bola; uno de pistacho con chocolate, y el otro de cookies and cream con vainilla.

—¿Para quien es todo eso? -se atrevió a preguntar Yoongi.

Jimin lo volteó a ver con una sonrisa. -Para mí. No sé por qué, pero de repente se me antojó mucho.

—Parecen antojos de embarazo. -frunció el ceño el alfa.

Seokjin se pegó con una mano en su frente. Definitivamente prefería al Yoongi que no hablaba y sólo se la pasaba durmiendo.

—¿Parezco embarazado? -Preguntó Jimin en un susurro audible. Ahora todo el apetito que sentía se había esfumado. Al parecer parecía un gordo ante los ojos del alfa.

—Un poco -contestó sin pensar en la reacción que tendría el omega.

Jimin no aguantó más, y sin decir alguna palabra, salió corriendo de allí. Con las lágrimas que comenzaban a salir por sus bellos ojos.

Yoongi se quedó confundido ante la reacción del omega. Él no había tenido la intención de dañar al rubio. Él sólo se refería a que sus antojos parecían de embarazado, no él, pero al parecer no lo dijo de la forma correcta.

—Eres un idiota, Min.

Yoongi se sintió la peor persona del mundo.

🐺 19 🐺

—¡Jiminnie!, ¡Jiminnie!, ¡PARK JIMIN, DETENTE AHORA MISMO! —Gritó mientras corría detrás del omega de cabellos rubios.

—NO. —gritó también el mencionado. Jimin no se detendría por nada del mundo. Ya estaba cansado de ese estúpido alfa. Estaba enamorado de él, sí, pero no podía hacer nada si ese alfa se comportaba de esa forma.

Yoongi llevaba siguiéndolo como por 5 minutos. Después de que le llamase gordo en la heladería, no quería saber nada de él, pero el alfa estaba siendo insistente.

El omega comenzó a acelerar la velocidad con la que iba, pero él era Park Jimin, y por eso terminó en el suelo.

Yoongi se detuvo rápidamente al ver que el omega se había caído de panza sobre la acera, y sin pensarlo, fue en su ayuda.

—Déjame ayudarte —le dijo amablemente mientras le tendía una mano.

Jimin estaba furioso. Su orgullo acababa de ser doblemente herido, pero él no aceptaría ninguna mano de ese alfa. Prefería mil veces quedarse en el suelo a recibir ayuda del que le llamó gordo.

—No necesito su ayuda —gruñó, para luego golpear la mano que el alfa le estaba ofreciendo.

Yoongi rodó los ojos. —Vamos, no seas orgulloso. Se ve que la caída fue fuerte.

Jimin se molesto aun más. Acababa de caerse frente a su enamorado, y lo peor es que a este se le formó una sonrisa burlesca en su apetecible boca.

Se pegó una cachetada mental, aún en estas circunstancias estaba pensando en lo hermoso e idiota que era Min.

El omega suspiró fuertemente, y de un saltó se levantó. —No me dolió. —Mintió, si le había dolido, y mucho— Ahora, si me permite, me voy.

El rubio dio la vuelta seguro de sí mismo, y estuvo a punto de comenzar a caminar, pero unos brazos en la cintura detuvieron su acción.

Cuando el alfa se dio cuenta de que su oportunidad para arreglar las cosas con el omega estaban a punto de irse por un caño. Por inercia, apresó la cintura del omega con ambos brazos.

—NO, tú no te vas hasta que aclaremos las cosas.

Jimin, quien era un pervertido por naturaleza, se sonrojo furiosamente al sentir el fuerte agarre de las manos del alfa en su cintura, y porque su trasero chocaba con la cosita del mayor.

Calmate, Jimin. Se repetía en su cabeza.

Por otro lado, Yoongi no tuvo ningún pensamiento sucio. Lo único en que pensó, fue en el delicioso aroma que desprendía el menor.

—No fue mi intención el hacerte sentir mal —comenzó a decir, aun sin soltarlo—. Me refería a que parecías alguien con antojos de embarazado, no que tu físico era el de uno. Así que… ¿Me perdonas?

—N-no.

—¿No? —puchereó, aunque el omega no le pudiera ver—. Sé que fui muy idiota. Es algo en lo que debo de trabajar mucho, ya que siempre hablo sin antes pensar —susurró con su tono ronco sobre el oido del menor—. Por favor, perdóname. Puedes desquitarte pegándome una cachetada si gustas —suspiró.

El rubio estaba más enfrascado en no pensar en la posición tan “comprometedora” en la que estaban, que decidió asentir rápidamente. Ahora mismo no le importaban las palabras que él alfa le había dicho. Ya no estaba enojado.

El peli gris vio como el rubio asintió, así que poco a poco fue soltando sus manos de la cintura del omega. Cuando se apartó, hizo girar al omega. Quiso reírse al ver la cara del rubio; estaba con sus mejillas muy rojas, y parecía que le costaba respirar, mientras tenía sus ojos muy abiertos.

—¿Por qué tienes esa cara? —se burló el alfa— ¿Qué te pasa?

¿Qué me pasa?, pasa que quiero que me besé de forma sucia en este mismo instante. Pensó el omega.

Jimin respiro profundamente. —Na-Nada, Hyung —habló como pudo.

Yoongi alzó una ceja. No sabía que tenía el omega, pero si sabía que el omega le estaba mintiendo.

—Ahora… ¿Quieres ir por un algodón de azúcar? —preguntó ilusionado, haciendo un puchero sin ser consciente.

El corazón de Jimin explotó. Su hyung estaba siendo muy adorable, y no pudo evitar posar su mirada en los deliciosos labios del alfa. Recordó la última vez que se besaron, y con eso último no pudo más; Lo besó.

Los gruesos labios de Jimin chocaron furiosamente con los delgados y rosados labios de Yoongi. El omega se pegó lo más que pudo al cuerpo del alfa, mientras pasaba enrollaba sus brazos en el cuello del mayor.

Yoongi al principio se quedó inmóvil por unos segundos, pero el demandante beso que el omega le estaba dando, lo hizo reaccionar. Sin pensarlo dos veces, lo beso con la misma intensidad, para luego posar sus manos en la cintura del menor.

La intensidad del beso fue subiendo cada vez más, hasta el punto de llegar al juego de lenguas, pero saboreando y disfrutando el choque de labios.

Ambos querían más.

Jimin se sentía en las nubes. No le importaba el que las personas que transitaban por esa acera, les viesen sorprendidos. Lo único que importaba era el disfrutar del momento.

No importaba cuan idiota fuese Yoongi. No importaban las veces en las que el alfa lo hiriera sin intención alguna. Él sabía que estaba jodido por haberse enamorado de ese alfa perezoso; sabía que haría lo que fuera para que ese alfa se fijará en él.

🐺 20 🐺

—Mocosos, consigan una habitación —gruñó la señora de cabellos blancos que iba pasando por la misma acera en la que Jimin y Yoongi se estaban besando.

Yoongi y Jimin ni siquiera le tomaron importancia. Estaban tan sumidos en los labios del otro, que no se dieron cuenta de la presencia de la pequeña señora, la cual se enojo al ser ignorada. La anciana, con su bolso de piel de cocodrilo que llevaba en su mano izquierda, lo alzó y golpeó fuertemente la espalda de Yoongi.

Ambos chicos se separaron rápidamente, ya que el golpe hizo que Yoongi se moviera hacia adelante e hizo que Jimin diera dos pasos hacia atrás. Ambos chicos voltearon a ver incrédulos hacia la pequeña señora de ojos cafés y cabello canoso. Esta tenía su ceño fruncido y sus mejillas rojas por el enojo.

—No deberían de montar estas escenas asquerosas delante de los demás —habló rápidamente, mientras soltaba feromonas llenas de furia. Los dos chicos se dieron cuenta que por el olor agrio, la señora era una alfa—. Hay niños aquí.

—Sí, por ejemplo yo. —El hombre que vendía periódicos en la esquina habló mientras tomaba asiento en un banco color café, para luego volver a su deber, y comenzar a vender sus periódicos.

—No te metas, Heechul —le gritó la señora al hombre—. De seguro eres mayor que yo.

Jimin y Yoongi continuaron en silencio mientras miraban como la señora dejaba de prestarles atención a ellos para comenzar a discutir con él hombre de los periódicos. La

situación era muy extraña, por esa razón, el pálido agarró la mano del omega y comenzó a jalarlo para que caminara.

—Eso fue extraño.

Yoongi asintió. —Y mucho.

Cuando estuvieron lejos del lugar, Yoongi comenzó a caminar más despacio, pero sin soltar la mano de Jimin. El alfa era tan despistado, que ni siquiera se dio cuenta. Por otro lado, Jimin si que se fijó en ese pequeño detalle, pero decidió que no diría nada. Porque caminar de la mano con Yoongi, no era cosa de todos los días.

Ambos chicos comenzaron a vagar sin rumbo alguno, en un silencio cómodo, cada uno sumergido en sus pensamientos.

El alfa no dejaba de pensar en lo sucedido hace apenas algunos minutos. Sus labios todavía estaban un poco hinchados y rojos, mientras que su lengua estaba algo dormida. Pensaba en la relación tan extraña que tenía con el chico rubio que iba a su lado. Es decir, se han besado tres veces, pero jamás han llegado a conocerse perfectamente. Todavía no ha tenido la oportunidad de saber sobre los gustos personales del omega, o sobre su vida, y eso le frustraba; sin embargo, le frustraba más el hecho de estar traicionando a sus amigos, pero es que Park era adictivo. Cuando estaba con Jimin, había algo que le hacía sentir que ya conocía de toda la vida al pequeño omega, pero eso era algo ridículo. Apenas este año habían comenzado a hablarse.

Luego de cinco minutos caminando, ambos llegaron a un pequeño parque. Jimin fue el primero en recomendar sentarse un momento en el verde y fresco pasto. Le gustaba el ambiente que se sentía allí. No estaba muy lleno, y el sonido de los pájaros y niños riendo sumando la brisa fresca, hicieron que su corazón se sintiera en paz. Caminaron hacia el lugar más solo, y el primero en llegar fue Jimin, quien se sentó en forma de indio, seguido de Yoongi el cual solo se sentó a la izquierda del omega con sus piernas estiradas.

—Este lugar es hermoso.

—Sí… Hermoso —susurró con la mente en otro lugar el alfa.

Jimin dedujo que el alfa estaba pensando en algo muy importante, porque a pesar de que su semblante parecía tranquilo, la verdad es que el rubio se dio cuenta de la pequeña mueca que se formaba en los labios de su mayor. El omega no quería que se creará un momento incómodo, por lo tanto, una idea surgió en su pequeña cabecita.

—Hyung, ¿podemos continuar en lo que estábamos antes de que esa señora nos interrumpiera? —preguntó ansioso por volver a besar al pálido.

Yoongi, quien en ese momento, estaba pensando en cómo explicarle a sus amigos lo que había sucedido entre Jimin y él, volteó a verlo rápidamente.

—¿No crees que se está haciendo algo común el que nos besemos? —cuestionó con un leve sonrojo en sus pálidas mejillas.

El contrario sonrió ampliamente al ver el pequeño rubor pintado en las mejillas del peli gris. Su lobo aulló con orgullo por lograr eso, porque no era algo común el que un omega hiciera sonrojar a un alfa, y más a uno de la talla de Min Yoongi. Porque sí, para Jimin, ese alfa pálido era el mejor de su clase. No importaba que los demás pensaran lo contrario, para él, su hyung era perfecto.

—No, no nos hemos besado lo suficiente para que se haga algo común.

El sonrojo de Yoongi se hizo más potente.

—Pero podemos convertirlo en algo común, hyung —continuó diciendo con una sonrisa— ¿Se atreve?

—Esto está mal Jimin.

—¿Por qué, hyung?

—Deja de llamarme hyung.

—¿Eh? ¿Por qué, hyung?

Yoongi suspiró. Podía sonar muy extraño, pero por alguna razón que el desconocía, no le gustaba que el omega le llamase de esa forma porque se sentía como un hermano mayor… un hermano mayor que se besaba con su hermano menor. Escalofriante, sí.

—Sólo… Sólo dime Yoongi.

—Esta bien, hyung.

Yoongi se pegó una palmada en su frente. Ese chico no tenía remedio, y su paciencia se estaba agotando.

—Yoongi, ¿Puedo tutearlo? —preguntó con un brillo extraño en sus ojos.

—Sí, puedes hacerlo.

Jimin quiso hacer su baile de la victoria ahí mismo, pero no quería asustar al pálido. Estaba que estallaba de la alegría. El que Yoongi le diera permiso para tutearlo era un grandisimo avance, incluso comenzó a imaginarse con un traje blanco, en el altar y a Yoongi a su lado mientras decía un “sí, acepto”. El chico sabía se estaba ilusionando demasiado, pero soñar no cuesta nada.

—Entonces, volviendo al tema… ¿Podemos volver a besarnos? —insistió haciendo un puchero, el cual hizo que el corazón de Yoongi se acelerará.

—No —negó, haciendo que la sonrisa de Jimin desapareciera—. No podemos seguir haciendo esto, Jimin —suspiró profundamente—. No cuando sé que voy a lastimar a lastimar a mis amigos.

—Pero Yoongi, ya te dije que ellos no me interesan. No son mi tipo.

—¿Qué quiere decir eso? —preguntó alzando una ceja— ¿Yo soy tu tipo?

Las mejillas del rubio se calentaron después de la pregunta del mayor. La verdad no entendía la extraña… ¿relación? que ellos tenían, es decir, se habían besado varias veces, pero jamás se detuvieron a hablar sobre ello. El omega estaba muy confundido, aunque sentía alegría, porque si Yoongi correspondió a sus besos quiere decir que siente algo por él, ¿cierto?

—Podría decirse que sí —murmuró apenas. Aún no se sentía con el valor necesario como para decirle al pálido que estaba enamorado de él.

Yoongi asintió analizando la situación.

—Jiminnie… ¿Por qué te gusta besarme?

El omega abrió sus ojos sorprendido. No podía ser sincero con él mayor, porque no se sentía listo para obtener un rechazo por parte del chico. Sabía que Yoongi sólo lo besaba porque “iban a practicar”, no por algo más.

—Olvídalo —habló luego de ver que el menor se quedaba en silencio—, esto se está poniendo incómodo.

Jimin agradeció internamente. — Entonces… ¿Qué pasará con los gemelos?

—No lo sé —chasqueó la lengua—. Algo se me ocurrirá, pero tengo que contarles todo lo que ha pasado entre nosotros antes de que sea demasiado tarde.

El rubio asintió de acuerdo. Por una parte comprendía al mayor, el también haría todo para no lastimar a Hoseok y Namjoon.

—Entonces… ¿Si podemos besarnos de nuevo?

Yoongi negó con diversión. Ese chico era muy especial.

🐺 21 🐺

—¿No crees que estás exagerando mucho?

—No, incluso siento que esto es algo muy simple. —El alfa rubio sonrió en grande.

Kim SeokJin se detuvo un momento para apreciar el hermoso pastel frente a él. Estaba eufórico en tan solo pensar en la reacción que tendría Jimin cuando lo viera. Ese pastel era una de sus mejores cartas, y se sentía seguro que después de esto, el omega correría hasta sus brazos.

—Siento que algo malo va a suceder —insistió el omega.

—Deja la negatividad de lado, Nammie —el alfa le frunció el ceño al contrario.

Namjoon negó con derrota. Ese alfa era un necio sin remedio, desde que el rubio le comentó sobre su idea/plan, supo que algo saldría mal, pero claro, nunca nadie le hacía caso.

Jin había invitado al omega a su casa un domingo en la tarde para que este le ayudara con su plan. Buscó una hora en la que el entrometido de su hermano no estuviese para que este no viera la excelente idea que se le había ocurrido y se la estropease.

—¿Dónde están tus padres? —preguntó el alfa.

Desde que llegó no encontró a nadie más que al alfa rubio allí, algo que le incómodo de cierta manera. Estaba solo, y con un alfa. Algo que jamás había sucedido.

—En algún lugar del país —respondió perdido en sus pensamientos.

—¿Y Jungkook?

—En alguna parte de Seúl.

Namjoon inhaló pesadamente. Él era alguien muy paciente y tranquilo, pero justo en este momento, quería pegarle al alfa junto a él.

—¿Crees que debería de ponerle una corona de fresas? —preguntó dubitativo mientras observaba intensamente al pastel.

A Seokjin se le había ocurrido la idea de hacer un pastel de Jimin, literalmente. La figura era casi idéntica al omega, llevaba puesto el uniforme del colegio, cabello rubio, ojos pequeños, labios gruesos y hasta tenía el trasero pronunciado que su amigo también tenía. Namjoon se dio cuenta que el alfa era muy observador…

—Se te caerá —advirtió el omega al ver la base del pastel.

—Por supuesto que no.

Namjoon terminó por rendirse. No tenía caso seguir advirtiéndole sobre lo obvio al chico.

—Te apuesto un helado a que ese pastel será probado primero por el suelo. —Namjoon le dijo burlescamente.

—Trato hecho. —Seokjin le miró de forma desafiante.

—En la radio hay un pollito, el pollito pío, el pollito pío. —El chico de cabellos rubios cantaba alegremente mientras rondaba sin rumbo por los extensos pasillos del colegio.

Jimin estaba demasiado absorto en ir viendo las rayas blancuscas del piso que no se dio cuenta cuando una figura grande venía en dirección a él. No reaccionó si no hasta que estaba tirado en el piso. El omega gruño ante el dolor de trasero que tenía después del incidente. Lentamente subió la vista para encontrarse con la causa de su caída, un chico de cabello un poco largo y negro le miraba parado frente a él. Por su olor, dedujo que era un alfa; un alfa con carita de bebé y muy alto.

—Lo siento —se disculpó el chico, tendiéndole una mano la cual Jimin aceptó.

—No te preocupes, yo venía distraído —le sonrió sinceramente— ¿Eres nuevo por aquí?, nunca antes te había visto.

—Sí, llegué la semana pasada —Murmuró cohibido.

—¿Cómo te llamas?

—Huening Kai —le respondió sonriendo apenado.

—Que nombre tan raro —dijo frunciendo su ceño—. Soy Jimin, Park Jimin y tengo 17 años.

—Uh, entonces mucho gusto, Jimin hyung.

Jimin sonrió abiertamente. El chico frente a él parecía un bebé grande, el chico era mucho más alto que él, de piel blanca, nariz respingada, labios rosados y finos.

Por otro lado, Huening Kai se sintió aún más cohibido cuando el rubio le sonrió de esa manera. No podía creer que un omega tan guapo le estuviese hablando a alguien como él.

—¿Quieres ir a comer algo conmigo? —le invitó el rubio— Me dirigía hacia el comedor. Puedo presentarte a mis amigos.

El alfa asintió frenéticamente, se sentía muy feliz ya que desde que llegó al colegio, nadie le había dirigido ni una sola palabra. Ni siquiera los profesores lo tomaban en cuenta cuando el quería participar en la clase.

—Entonces vamos —le dijo aplaudiendo alegremente con sus dos manos.

Sin que el otro se lo esperara, Jimin corrió a su lado y enrollo su brazo izquierdo con el derecho del menor. El alfa se sonrojo intensamente pero no dijo nada. Comenzaron a caminar a pasos normales mientras el omega le hacía preguntas cada dos segundos, y también le describía a sus amigos como si ya los tuviese retratados en su cabeza; Incluso le contó sobre el amor no correspondido que tenía por un alfa llamado “Yoongi”. El alfa se confundió cuando el omega le dijo que el alfa no le hacía caso, pensó que ese tal Yoongi debía ser un ciego o realmente estúpido para no hacerle caso a alguien como Jimin.

Después de unos poco minutos, las puertas del comedor les dieron la bienvenida adentrándose en ellas. Cuando entraron, llamaron la atención de muchos estudiantes ya que no se esperaban el ver a Jimin agarrado del brazo con alguien. Los cuchicheos explotaron como bombas, y los rumores comenzaron a crearse. Jimin rodó los ojos, la gente era tan entrometida en estos tiempos.

—No les hagas caso, Ning Ning.

El alfa asintió mientras era arrastrado por Jimin hacia una mesa al fondo.

Jimin había buscado con la mirada a sus dos amigos, hasta que dio con ellos sentados en la mesa de los gemelos y Yoongi. El corazón del omega se había acelerado cuando vio al alfa arrecostado sobre la mesa con su cabeza entre sus brazos flexionados. Corrió hasta ellos.

—Hola —saludó alegremente.

Como si de un resorte se tratara, Yoongi levantó su cabeza rápidamente cuando escucho la dulce voz del omega. Grande fue su sorpresa al ver a un alfa tan apegado a Jimin. Su lobo gruñó molesto, intentando salir y descuartizar a ese chico. El pálido reprendió a su lobo tales deseos. No recordaba que su lobo fuese tan agresivo.

Los dos omegas y los gemelos, miraron con el ceño fruncido al omega. Hoseok y Namjoon con curiosidad y Jin y Jungkook con inconformismo.

—¿Quién es este lindo niño? —Un Hoseok risueño saltó para agarrar de las mejillas al menor.

Jungkook soltó un gruñido molesto. Ese chico con cara de bebé no le daba buena espina.

—Tranquilo —le susurró un Namjoon burlesco.

Jungkook lo fulminó con la mirada y volvió a prestar atención a Hobi. Realmente le molestaba que ese chico le pareciera lindo al omega.

—Huening Kai —respondió Jimin sonriendo— ¿Verdad que es muy tierno?

Hoseok asintió en tanto seguía apretujando las mejillas del menor. El peli-naranja comenzó a hacer sonidos tiernos con su boca.

—Ustedes también son muy lindos y tiernos —les alago cohibido.

Dos fuertes gruñidos hicieron que la mesa se quedara en total silencio. Hoseok y Jimin dejaron de admirar al pequeño alfa para voltear a ver confundidos a los alfas, encontrándose con Yoongi y Jungkook con las mejillas rojas y el ceño fruncido.

Namjoon soltó una carcajada al ver la escena. Era muy obvio que esos tontos alfas estaban celosos.

—¿Y a ustedes que les pasa? —preguntó Hoseok.

Ninguno le respondió.

—¿Yoongi? —preguntó esta vez Jimin.

El alfa lo miró con sus ojos entrecerrados. —Nada… ¿Saben qué?, ya se me quitó el hambre —gruñó levantándose—. No se preocupen por mi, ustedes sigan con sus “awws que tierno alfa” —dijo con una voz chillona mientras aplaudía y hacia muecas. Namjoon y Jin carcajearon aún más fuerte—. Permiso —sin más, se fue.

—Yo me voy con Yoongi —saltó a decir Jungkook de la misma forma que el pálido—. Nos vemos después.

Los restantes siguieron con la mirada a los dos alfas que se dirigían hacia la salida del comedor. Hoseok, Huening y Jimin no entendían nada de lo que acababa de suceder, mientras que Jin y Namjoon pensaban en lo poco disimulados que eras esos dos alfas.

—¿Y tú? —Namjoon miró a Jin— ¿No harás lo mismo que ellos?

El alfa negó. —Tengo mucha hambre como para irme de aquí —le respondió mirándolo directamente—. Además, a ti no te dijo lindo.

Namjoon se puso rojo hasta las orejas.

—¿Me pueden explicar que es lo que acaba de suceder? —un confundido Jimin miraba a los que estaban sentados.

—Lo que sucedió, fue la prueba más real que tendremos para confirmar que hay sentimientos encontrados.

Jimin y Hoseok les miraron interrogativamente. Por un momento, el rubio pensó que Yoongi había sentido celos, pero eso era algo irreal, por lo que lo dejó pasar. Después le preguntaría al mayor por qué actuó de esa forma con su nuevo amigo.

🐺 22 🐺

—Yoongi hyung, ¿por qué no me quiere hablar? —Un puchero muy pronunciado se creo con sus labios.

—No sé de qué me estas hablando —gruñó, siguió caminando hacia la entrada del colegio— . Y ya te dije que no me digas hyung.

—Pero usted me dijo en el hospital que le tratara con respeto.

—Y después te dije que ya no quería que usaras los honoríficos.

Jimin abultó más sus labios, y esta vez infló sus mejillas frustrado.

Se había encontrado con Yoongi unos minutos antes fuera de las instalaciones, y el mayor no le había dirigido ni una tan sola mirada. Lo peor de todo es que no tenía la mínima idea de lo que había hecho mal.

—Entonces no me ignore —le dijo haciendo un pequeño berrinche, intentando seguir los pasos del otro—. Yoongi, mírame —suplicó mientras agarraba el meñique del alfa.

El otro se detuvo abruptamente cuando sintió el meñique suyo con el del omega unidos. Giró lentamente y vio hacia abajo; un sonrojo leve se instaló en sus pálidas mejillas. Subió su vista hasta dar con los ojos del menor, y la imagen que vio, casi hace que se vaya de espaldas. Jimin tenía sus ojos brillosos entrecerrados, y sus gruesos labios creaban un pequeño puchero. La cereza del pastel fueron sus mejillas infladas y ruborizadas.

Yoongi suspiró fuertemente. Ni siquiera el sabía el por qué estaba molesto con el menor, cuando él no había hecho nada malo. Se dio una palmada interna cuando se dio cuenta que estaba siendo demasiado idiota.

—No estoy enojado, ¿si? —trató de sonar convincente— Sólo no me levante de muy buen humor.

—Entiendo, eso no es noticia nueva —se burló.

—Mocoso.

—Gruñón.

—Cachetón.

—Paliducho —rió divertido ante el pequeño gruñido del otro— ¿Ya lo ve? Siempre gruñe como si fuera un pequeño y tierno cachorro.

El alfa frunció su ceño. Sí, tal vez no era algo fuera de lo común el que siempre estuviese de mal humor, pero no lo culpen, su cuerpo es el culpable, no él. Luego de unos segundos, se relajó cuando el omega le comenzó a dar pequeñas caricias a su mano. Se quedaron viendo unos segundos a los ojos, y no sabe en qué momento sucedió, pero sus manos terminaron entrelazadas.

—Yoongi~ -canturreó-. ¿Quieres ir conmigo detrás del colegio? -le preguntó con un tono suave, acercándose hasta el oído del mayor.

—¿Pa-para qué? -cuestionó tragando saliva, a esta hora la parte de atrás de las instalaciones estaba completamente vacía, ya que las clases comenzarían dentro de poco.

—Para nuestra sesión de besos -le susurró, sintiéndose poderoso cuando el pálido tembló-. Recuerda que nosotros estamos en una etapa de práctica y ya sabes lo que dicen: la práctica hace al maestro.

Yoongi quiso huyendo rápidamente de ahí. Jimin se había alejado un poco y ahora le veía sonriente con un toque de inocencia combinada con malicia.

Las palabras del menor calaron en sus huesos, y es que aún no podía creer que ese tierno omega le estuviera diciendo algo así.

Aunque ambos chicos no se dieran cuenta de lo que pasaba alrededor, vaya que los demás sí. Muchos comenzaron a cuchichear por la forma en la que el omega y el alfa se miraban, y otros volteaban a ver sus manos. Los rumores correrían como el coyote detrás del correcaminos.

Tampoco se dieron cuenta cuando un alfa y un omega venían entrando a las instalaciones también, uno de ellos a duras penas podía caminar con el gran pastel que ocupaban sus dos manos y parte de su vista, siendo guiado por el omega de cabellos morados.

—No veo, no veo -Chilló el alfa.

Seokjin sentía que en cualquier momento se podía caer, pero se calmaba un poco al saber que el otro omega le venía guiando.

—Cuidado, hay un escalón adelante —le avisó.

El rubio asintió y se dejó que el otro le mostrará el camino. Oía muchos cuchicheos alegres y pervertidos, pero a ninguno le presto importancia. No hasta que el nombre de su amigo y su enamorado salió de la boca de una de las chicas que se encontraba en algún lado de ahí, chismeando con sus amigas.

—Yo digo que Jimin y Yoongi son novios —apostó una.

—Yo digo que sólo se están coqueteando —contradijo la otra.

Namjoon y Seokjin levantaron las orejas al instante.

El omega peli-morado, el cual, iba sin ningún obstáculo que le impidiera ver la escena, buscó rápidamente a los mencionados, y casi se cae cuando vio la escena que esos dos estaban montando. Agradeció mentalmente el que Seokjin no pudiera ver lo que estaba pasando, o se crearía la tercera guerra mundial.

Lo que no sabía el omega, es que Seokjin era demasiado curioso, por lo tanto, haría lo que fuese para ver lo que sucedía. El alfa trató de alargar su cuello, girándolo hacia un costado, y cuando pudo encontrar a alfa y omega, su pecho se contrajó. Lo que vio le dejó helado. Yoongi y Jimin estaban en medio del camino que daba hacia las puertas principales del colegio, se miraban intensamente y tenían entrelazadas. En otro momento hubiese tirado el pastel y corrido hacia esos dos, pero extrañamente solo se sintió traicionado, más no sintió celos.

Namjoon iba tan concentrado en ver la escena a unos metros de ellos que olvidó su objetivo principal: guiar a Seokjin. Este último también olvidó el que el omega le había dicho que al frente había un escalón. Ninguno de los dos previo cuando…

¡PAM!

Pastel + Alfa + Suelo.

Esas fueron las consecuencias por haberse distraído. Seokjin tropezó con el escalón y dio de lleno con el suelo, pero gracias al pastel, su pecho y cara estaban intactos, con pastel, pero al fin y al cabo sin raspaduras.

Namjoon abrió la boca sorprendido, y las risas a su alrededor no tardaron en escucharse. Algunos comenzaron a sacar sus teléfonos y a querer grabar, algo que le molesto mucho al

omega. Se puso frente a Seokjin y comenzó a fulminar con las miradas a los demás, mientras gruñia furiosamente.

Jimin y Yoongi salieron de su pequeña burbuja, se dirigieron a pasos agigantados al alfa. El pálido fue el primero en ayudar a su amigo a levantarse.

Seokjin tenía toda su cara y pecho lleno de pastel. A duras penas aceptó la ayuda de Yoongi y le agradeció mentalmente. El pálido se quito su saco del uniforme y comenzó a limpiar suavemente el rostro del menor.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó anonadado Yoongi.

—¿Hacer el qué?

—Caerte —dijo con una mueca.

Seokjin rió para no llorar. -No lo hice a propósito, idiota.

Por otro lado, Jimin se distrajó un momento de la situación, puesto que parecía más entretenido ver el torso del pálido. El omega casi se desmaya cuando Yoongi se quitó el saco, su camisa blanca manga larga y con el escudo del colegio, se le adhería a su cuerpo. Y vaya que le gustó lo que vio, pero unos segundos después, fue consciente de que no era un buen momento para ser un pervertido.

—Yoongi, hay que llevarlo a los lavamanos —sugirió el omega.

Seokjin cayó en la realidad cuando escucho al omega hablarle sin honoríficos a su amigo, y se sorprendió más cuando este solo asintió. De pronto, recordó la causa de su caída.

—No, quiero que Namjoon me lleve -dijo duramente.

El mencionado lo volteó a ver y asintió comprendiendo la situación.

—Ustedes vayan a clases y avísenle al profesor el motivo de nuestra falta, por favor —pidió el omega, para luego agarrar del brazo izquierdo al alfa gemelo.

Ambos chicos comenzaron a caminar para adentrarse al colegio, con las risas de fondo de todos los estudiantes allí, y con un Namjoon gruñendo a todo el que se reía del alfa.

Jimin miró hacia abajo, en el lugar donde se encontraba el pastel desperdigado y aplastado.

—Se veía delicioso… —dijo relamiéndose los labios. El amaba el pastel.

Yoongi negó con la cabeza y rió fuertemente, para después comenzar a caminar, siendo seguido por un pequeño omega de cabellos rubios.

—Yoongi, invítame a un pastel…

🐺 23 🐺

—¿Cuál quieres? —preguntó el alfa con demasiada paciencia.

Jimin se quedó absorto un momento, saboreando a todas las delicias que se encontraban frente a él.

Hacía aproximadamente 15 minutos que habían salido del colegio. Yoongi fue arrastrado por un omega de cabello rubio, hasta llegar a una de las pastelerías que se encontraban por la zona. El alfa casi se va de boca cuando tropezó con una pequeña piedra al no poder seguir el ritmo con el que el omega corría, pero finalmente había llegado sano y salvo hasta allí.

—Los quiero todos —dijo haciendo un pequeño puchero.

Yoongi rodó los ojos. —No puedes comprarlos todos, son muchos. Ni siquiera te los alcanzarías a comer en dos días.

—Pero hyung… —hizo su voz más aguda.

—Hyung nada —le regaño— elige solo uno.

—Pero… pero son porciones —se quejó, alejando sus manos y cara de la vitrina—. Al menos dos.

Yoongi exasperado asintió. Sabía que ese chico no iba a rendirse hasta obtener las dos porciones de pastel, y él no estaba de humor como para iniciar una estúpida pelea.

—Vamos.

Jimin lo tomó de la muñeca y comenzó a arrástrarlo de nuevo hacia el interior del local.

—Jimin, no me jales —se quejó bajito el alfa, siendo ignorado completamente por el otro.

De un momento a otro, Jimin ya estaba saltando como cachorro de cinco años frente a los que atendían. Las personas alrededor suyo lo miraban con una sonrisa llena de ternura.

—Hola señorita —se dirigió hacia la que estaba atendiendo— ¿me podría dar dos porciones de pastel, por favor?

—Claro cariño —la señora lo miraba con dulzura— ¿De que sabor los quieres?

—Una de chocolate y la otra de oreo —contestó alegremente, luego volteó a ver a Yoongi— ¿Yoongi? ¿De qué vas a pedir el tuyo?

El mencionado negó repetidamente con su cabeza. Él odiaba lo dulce. —Yo no quiero.

—Dice que lo quiere de fresas con crema —le dijo a la señora, ignorando olímpicamente la negación de Yoongi.

—Ahorita mismo se los envuelvo. —Los miró a ambos, para luego darse la vuelta y continuar con su trabajo, pero antes, le guiñó un ojo a Yoongi.

Jimin soltó una ruidosa carcajada. Puso sus dos manitos en su boca, intentando callar el sonido, pero fallando en el intento.

Le había hecho mucha gracia la cara de asco que puso el alfa cuando la señora, la cual dedujeron que era beta, le guiño el ojo. Jimin en ningún momento sintió celos, pero era algo obvio, porque la señora parecía que andaba rondando por los cuarenta años.

—No te rías mocoso —intentó parecer enojado, pero la verdad es que después de escuchar la risa del menor, hasta a él le dio mucha gracia.

—No la culpo. La verdad es que hoy te miras muy guapo —dijo soltando una risita tierna, mientras sus mejillas se tornaban de un color carmín.

Yoongi sintió como su lobo aullaba con orgullo en su interior. El ser alagado por el omega le agradaba mucho.

—Aquí tienes guapo.

Una chica había llegado a interrumpir el pequeño momento de ambos chicos. Yoongi la volteó a ver de forma acusadora. ¿Quién se creía esa mujer para decirle así a Jimin? Lo peor fue cuando olfateó al aire y un aroma a lavanda y café llegó a sus fosas nasales. Una alfa, la chica era una alfa, y eso le terminó de desagrada por completo.

—Uh, gracias —Jimin le sonrió apenado.

—De nada, cariño —le sonrió coquetamente.

El límite de Yoongi tocó fondo cuando Jimin recibió su pedido, pero la chica lo aprovecho muy bien y masajeó su mano después de entregarle la pequeña bolsa al omega.

El alfa gruñó y tanto la alfa como el omega voltearon a verlo.

El rubio abrió sus ojos cuando vio que del pecho de Yoongi surgía un pequeño gruñido que declaraba molestia. Tenía el ceño fruncido y miraba de forma amenazadora a la alfa. Jimin tuvo la tentación de morderse su labio inferior ante la imagen que el alfa le estaba regalando. Por lachimolala, se veía tan sexy de esa forma.

—Yoon… —intentó decir, pero el alfa lo calló rápidamente.

—¿Cuánto sale por todo? —le preguntó entre dientes a la alfa.

—Serían **** wo-wones —habló a duras penas, siendo intimidada por un Yoongi molesto.

El alfa pagó lo más rápido que pudo ante el nerviosismo de la otra alfa. Cuando por fin le dieron su cambio, agarró al pequeño omega de una de sus manos y lo jaló para llevarlo hacia la salida. Comenzó a caminar sin rumbo alguno sin soltar al omega. Daba pequeños gruñidos y se quejaba sobre el mal servicio que daban en esa tonta pastelería.

—¡Yo-Yoongi! —dio un pequeño grito—. ¡Mis pasteles, mis pasteles se aplastaran!

El alfa le ignoró y siguió arrastrándolo, ahora rumbo hacia el parque.

Jimin sentía que en cualquier momento iba a terminar contra el suelo. Una porque Yoongi lo iba arrastrando y otra porque iba tratando de cuidar sus porciones de pastel para que estás no se le aplastaran o cayeran.

—¡ALFA TONTO!

El gritó fuerte de Jimin, detuvo abruptamente el caminado de otro. El alfa se volteó a verlo de forma molesta, pero todo enojo abandonó su sistema cuando vio al omega llorando mientras veía sus preciados pasteles en el suelo.

El omega comenzó a soltar chillidos lastimeros, mientras se arrodillaba en el suelo para recoger sus bolsa con pasteles aplastados y regados dentro de la misma bolsa. Sus mejillas comenzaron a ponerse rojas, su ceño se frunció y sus labios crearon un pequeño puchero.

Él deseaba tanto comer pastel.

Yoongi comenzó a ponerse nervioso. Su lobo comenzó a regañarlo en su interior por haber hecho llorar al omega, y hasta el mismo se dio una cachetada mental. ¿Por qué se había molestado?

—Po-podemos ir a co-comprar otros —ofreció, arrodillándose junto al menor.

—¡No! —Negó refunfuñando— Quiero irme a casa.

El omega se levantó rápidamente, agarrando la bolsa a su paso, para luego comenzar a caminar, sorbiendo su pequeña nariz.

No importaba si al llegar a casa tenía que lamer la bolsa, el comería sus pasteles a como de lugar, no en valde se llamaba Park Jimin.

El alfa también se levantó y comenzó a perseguir a Jimin. Otra vez había cometido otra idiotes, y al parecer, ahora no sería tan fácil conseguir el perdón del menor. Pero de igual forma, no importaba si el otro iba enojado y en silencio, no iba a dejar que el omega se fuera solo a casa.

El omega ignoró por completo al alfa y siguió caminado rápidamente hasta llegar al parque, sólo debía cruzarlo y llegaría a su parada.

Una escena… una escena fue la que distrajó al enojo de Jimin.

Allí, parados, a unos cuantos metros y debajo de un árbol, se encontraba Jungkook junto a Hoseok. Ambos sonreian mientras el alfa agarraba la cintura del omega. A lo lejos se miraba como sus respiraciones estaban entrecortadas, como si hubiesen estado corriendo.

Jimin se detuvo y abrió los ojos completamente, dejando confundido al alfa al costado suyo, y lo confundió más cuando lo jaló, para luego esconderse detrás de otro árbol.

—Jimi…

—Shh, cállate —le regañó—. Ven, acércate un poco y no vayas a gritar —le ordenó.

Yoongi le hizo caso al omega y poco a poco se inclinó de la misma manera en la que Jimin estaba, quedando cubierto sus cuerpos con el árbol y solo sus cabezas sobresaliendo.

El alfa se quedó de piedra cuando vio a su amigo con Hoseok. Ambos chicos parecían estar absortos en su propio mundo.

Min y Park se quedaron apreciando unos segundos la escena, y ambos casi pegan un grito cuando Hoseok y Jungkook a lo lejos, comenzaron a acercar sus rostros.

—Se van a besar, ¡SE VAN A BESAR! —soltó un chillido agudo el omega.

Y sucedió… Los otros chicos a lo lejos terminaron por unir sus labios, haciendo que Jimin tapara su boca para no gritar de la emoción.

El omega sintió una calidez en su pecho, después de eso, su camino iba a quedar libre.

—Jungkook fuera —sonrió maliciosamente—. Solo falta uno…

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Voten y comenten… Sí, comenten mucho. Amo que comenten.

🐺 24 🐺

Unas horas antes.

Se encontraba sumergido en sus pensamientos mientras lavaba suavemente su cara. Todo lo pasado hace unos minutos le había dejado un poco confundido y también un poco dolido. Alzó su vista para encontrarse, a través del espejo, a un omega nervioso, el cual jugaba con sus manos esquivándole la mirada.

—Kim Namjoon —le llamó con un tono de voz demasiado ronco para el gusto del omega.

Namjoon tragó saliva e intentó calmarse. Él era conocido por siempre ser el más neutro en situaciones que lo ameritaba, lastimosamente, ahora estaba de todo, menos calmado. En ningún momento levantó la vista, y siguió moviendo sus dedos nerviosamente para después morder su labio inferior. No quería explicar nada ya que sabía lo que él alfa le preguntaría.

—Kim Namjoon, mírame —ordenó con los dientes apretados.

El omega suspiró suavemente. No tenía caso el que siguiese así, no llegaría a ningún lado. Lentamente, alzó su vista, y se encontró con algo que le puso los pelos de punta. Seokjin tenía su rostro totalmente serio, sus labios formaban una línea recta y sus ojos tenían un brillo que no le gustó para nada.

—¿S-Sí?

—Te voy a hacer una pregunta, y por favor, quiero que me contestes con la verdad —le dijo, arrecostándose sobre el lavabo con sus brazos cruzados—. Si mientes, lo sabré.

El omega miró confundido al alfa. Todo el nerviosismo que antes tenía se había esfumado. Nadie tenía el derecho para ordenarle algo.

—¿Quién te crees que eres para hablarme de esa forma? —su ceño se frunció.

—Sólo quiero que me contestes.

—¿Y si no quiero? —su valentía salió a flote. No se iba a dejar intimidar por un alfa.

—No quiero tomar medidas drásticas —advirtió.

—No me interesa.

Seokjin bufó cansado. Necesitaba tener respuestas urgentemente, no quería terminar haciéndose daño el mismo, porque las miradas que su “enamorado” le dedicó a Yoongi hace unos minutos, no se debían de pasar por alto.

Necesitaba saber si tenía aunque sea una mínima posibilidad para conquistar al rubio.

El alfa comenzó a caminar sigilosamente hacia el omega, quien lo retaba con la mirada, algo que le hubiese dado ternura en otro momento, pero ahora no. El chico poco a poco acercó su cuerpo con el de Namjoon, haciendo que este último comenzará a encender sus alarmas de peli-gro en su interior.

Cuando Namjoon quizo reaccionar, fue demasiado tarde. Seokjin lo había acorralado contra la pared, creando un mínimo espacio entre sus cuerpos.

—Nammie, dime la verdad —susurró sobre la oreja del omega, para después pasar al cuello del chico, oliendo el leve aroma que el omega desprendía—. ¿A Jimin le gusta Yoongi?

El omega tragó saliva. El aliento del alfa chocaba sobre su sensible cuello, y su voz se escuchaba más ronca de lo normal. El lobo de Namjoon aulló emocionado por la cercanía del alfa, y quizo comenzar a soltar feromonas para llamarlo.

—Respóndeme, Nammie…

El aliento cálido del alfa chocaba suavemente sobre su fría y sudorosa piel.

—S-Sí —contestó a duras penas el omega. No soportaba tener al chico tan cerca de él.

El omega no reaccionó, hasta que Seokjin se alejó con una sonrisa maliciosa. Había metido la pata hasta el fondo y ahora Jimin lo iba a matar.

—¿Desde hace cuánto tiempo?

—Desde que ingresó al colegio.

—Hace un año… —susurró con la mirada baja—. ¿Por qué nunca se acercó a él?

—Claro que lo intentó en varias ocasiones, pero Yoongi es demasiado tonto y jamás le volteaba a ver.

—Se hubiera acercado a nosotros.

—Ustedes también son tontos.

—Namjoon…

—Por favor, no le di-digas nada a Jimin —suplicó el omega, intentando calmar su respiración y salir por completo de su trance.

—No te preocupes, tengo mejores planes —dijo mientras se daba la vuelta, y se veía en el espejo, arreglando su cabello— Ayúdame a buscar a Kookie…

—¿Quéééé? —el alfa casi se atraganta con su leche chocolatada— ¿Cómo que a Jimin le gusta Yoongi?

Jungkook tenía los ojos completamente abiertos. Hace poco se encontraba de lo más feliz charlando con Hoseok, y de repente su hermano había llegado y lo había arrastrado hasta un salón vacío. En un principio pensó que iba a ser violado o secuestrado, hasta que recordó que era su hermano el que lo había apresado.

Seokjin le había explicado lo que había visto en la entrada del colegio. Aunque Jungkook le prestó más atención al hecho de que su hermano se había caído sobre un pastel. Las burlas no faltaron, pero la mirada amenazante del otro alfa le había hecho callar.

Namjoon y Hoseok estaban en un rincón, escuchando la platica que los alfas estaban teniendo en ese instante.

—Sí, Namjoon me lo confirmó…

Hoseok, quien estaba al lado del omega, le pegó un codazo en las costillas.

—Pe-pero… —Balbuceó Jungkook sin saber que decir.

—Kookie, te digo esto porque… todavía estamos a tiempo para olvidar… —tragó grueso— Si quieres llorar… Puedes hacerlo en mi hombro —ofreció el rubio. Tenía miedo de que Jungkook realmente estuviese muy enamorado de Jimin, y que este sufriera.

Jungkook le miró confundido para después fruncir su ceño. —No voy a llorar.

—Shhh, todo va a estar bi… —Seokjin se quedó paralizado— ¿Qué?

—No voy a llorar, porque… porque lo acepté hace un tiempo —suspiró—. Nunca te dije esto porque tenía miedo de romperte el corazón…

—¿Decirme qué?

El alfa más pequeño se quedó un momento pensando. No sabía si revelar lo que había visto hace a penas unas dos semanas, pero algo en su interior burbujeaba furiosamente por decir la verdad.

—Vi a Yoongi y Jiminnie hyung besándose —soltó de un solo.

El salón se quedó en total silencio. La boca de Hoseok y Namjoon casi llegaba al suelo ante la sorpresa, no sabían si sentirse alegres o dolidos porque Jimin no les dijera nada.

Por otro lado, Seokjin se quedó en shock.

—¿Qué?, ¿Co-cómo?, ¿Cuando?…

—El día que casi matas a Jimin —dijo con suavidad—. Yo… Yo… Cuando nos íbamos a ir del hospital, ¿recuerdas que te dije que había olvidado algo? —Seokjin asintió— Yo regrese porque ese día le había llevado una caja de chocolates a Jimin… pero no se la di porque los había encontrado besándose. Jimin casi se estaba tragando a Yoongi hyung.

La mente de Jungkook comenzó a recordar aquel día, al principio se había sentido muy mal, porque pensaba que Yoongi los había traicionado. Quiso enojarse con su amigo y decirle que su amistad se había acabado, pero al siguiente día… Había analizado la situación, Jimin

siempre estaba viendo a Yoongi, sus ojos tenían un brillo hermoso cuando miraba al alfa, y este último, volteaba la mirada para no verlo. Ellos se gustaban, y Jungkook lo terminó por aceptar.

El alfa jamás pudo enojarse con su amigo, porque extrañamente, no le dolía el que Yoongi y Jimin se hubiesen besado, sino que le dolía el que Yoongi no confíase en él y le dijera la verdad.

Además, cierto omega peli-naranja estaba muy metido en su cabeza últimamente.

—¿Jin? —llamó Jungkook cuando vio que su hermano aún no respondía. Tuvo miedo, tuvo miedo de que Seokjin llegara a odiar a Yoongi. No quería separarse de ninguno de los dos.

—¿Qué sentiste cuando viste a Yoongi y a Jimin besarse? —soltó de repente el hermano mayor.

Jungkook le miró algo dubitativo. —Sólo me dolió que no me dijera nada…

—¿Por qué reaccionaste con sorpresa cuando te lo dije si ya lo sabías?

—Porque no pensé que tú lo sabías también…

Ambos se quedaron en completo silencio. En el lugar se sentía un aura demasiado pesada, algo que estaba poniendo incómodos a los únicos omegas del lugar.

—Creo… Creo que solo estábamos obsesionados por Park Jimin…

Ambos alfas se quedaron viendo a los ojos por unos segundos. Si algo amaban de ser hermanos gemelos, era el hecho de que con tan solo una mirada, se podían decir absolutamente todo.

—Yo sólo quería ganarte… —Murmuró avergonzado el menor.

—Yo también…

—Yoongi debe pagar por su mentira, ¿cierto? —preguntó Jungkook con una sonrisa maliciosa.

—Por supuesto —habló de la misma forma Seokjin.

Hoseok y Namjoon a lo lejos tragaron saliva. No les daba buena espina lo que sea que esos dos alfas cabezas huecas estuviesen pensando.

—Y ustedes —Jungkook volteó a ver a los dos omegas—, nos ayudarán.

Ambos omegas estaban muertos.

—Actuaremos como si todavía estuviésemos profundamente enamorados de Jimin. Ahora más que nunca, debemos de terminar el supuesto cortejo. —Seokjin hablaba como todo un dictador— Haremos que Yoongi se muera de celos…

🐺 25 🐺

Dos alfas y dos omegas se encontraban en los concurridos pasillos del colegio. Parecían estar ideando algún plan malévolo para acabar con el mundo, mas sólo estaba teniendo una pequeña discusión.

—¡Lo arruinaste, Jungkook! —gruñó Seokjin.

El mencionado bajó la mirada, sus mejillas estaban sonrojadas y un pequeño puchero adornaba su boca. No le gustaba que lo regañaran, él era muy sensible.

—Al menos dime… —el rubio le miró directo—¿Hubo lengua? Porque si no, echaste a perder los planes sólo por un besito.

—¡Kim SeokJin, deja a tu hermano en paz! —regañó Namjoon.

Un nuevo día había comenzado. Día en el cual, tenían que comenzar a llevarse a cabo los planes que habían ideado los alfas, pero todo se arruinó, cuando Hoseok llegó corriendo hacia ellos cuando apenas habían ingresado al colegio, diciendo que Jimin casi lo mataba ayer porque los vio besándose en el parque. A Jungkook se le subieron los colores a las mejillas, y Seokjin casi le arranca la cabeza.

Hoseok había dicho que Jimin lo dejó en paz sólo porque el tampoco le había dicho sobre los besos que se había dado a escondidas con Min Yoongi, sin embargo, el peli-naranja jamás mencionó el que los gemelos lo sabían.

—Es que… Ah! —refunfuñó— ¿Acaso soy el único que no ha dado su primer beso? —se quejó, haciendo su voz aguda.

Namjoon quiso decir que él tampoco lo había dado, pero dedujo que no era buen momento, así que calló.

Hoseok y Jungkook se voltearon a ver entre ellos.

—Bueno… Namjoon te podría ayudar… —Hoseok tragó saliva ante la mirada que el pelimorado le dedicó.

—Buena ide… —Seokjin detuvo sus palabras cuando alguien pasó a la par suya, empujándolo un poco.

Seokjin le iba a reclamar por haberlo golpeado e interrumpir su diálogo, el cual pudo haberlo inducido a obtener su primer beso, pero todas sus intenciones se fueron cuando escucho lo que salió de la boca del individuo.

—Ese tal Park Jimin no me va a quitar a mi alfa — gruñó un adorable y pequeño omega de cabellos castaños, mientras seguía caminado de prisa.

Los dos alfas y omegas se quedaron viendo al pequeño confusos. En su colegio sólo existía un omega que se llama Park Jimin. Un chico que genera problemas amorosos sin siquiera saberlo.

—¿Escucharon lo mismo que yo? —Preguntó Hoseok.

Todos asintieron.

—Vamos a ver que pasa —sugirió Kookie.

Los cuatro chicos emprendieron camino detrás del enojado omega. El chico se veía muy tierno al ser de baja estatura, y más por el hecho que iba caminando como si fuese de camino a matar a alguien.

Vieron como el chico entró a la cafetería y ellos le siguieron el paso. El chico de cabellos castaños se quedó parado un momento, viendo algo en específico, mas no pudieron saber a quien miraba, sino hasta que se sentó junto a… ¿Yoongi?

Los chicos por fin se dieron cuenta que el pequeño estaba viendo a una mesa. Mesa en la que se encontraba Jimin con el alfa bebé; Huening Kai.

—¿Qué demonios está pasando?

—No lo sé, pero sea lo que sea, estoy seguro de que va a ser intenso —Le respondió Namjoon a Jungkook—. Vamos a sentarnos y ver el espectáculo.

—Graba con tu celular, Jin.

—No es tan bonito, es pequeño… —Miró la figura del chico alto—, bueno, pequeño de edad. Además, no tiene linda sonrisa como la mía —seguía balbuceando al aire, mientras sus puños se mantenían sobre la mesa y apretados.

Min Yoongi había llegado a la gran cafetería en busca de sus amigos y cierto omega. Extrañamente, ese día andaba con un humor bastante extraño, aunque estaba un poco angustiado por el hecho de que ayer Jimin se había ido enojado con él de nuevo, pero pensó que el enojo del chico sólo sería fugaz, equivocándose horrible. Se había encontrado con el chico en la entrada, y este lo había ignorado olímpicamente, le dolió, sí, pero el omega tenía razón de estar enojado.

En la noche, Yoongi casi no había dormido por estar pensando en lo sucedido. No sabía por qué había reaccionado de esa forma ante el coqueteo de la alfa hacia Jimin. Lo único que sabía es que no quería que nadie le dijera a Jimin cuán bonito era, ni siquiera sus amigos.

Ahora mismo, Yoongi estaba molesto. Ese chico, Huening Kai, se había robado toda la atención del pequeño omega. Yoongi había perseguido a Jimin por todo el colegio, pero este siempre estaba con ese alfa bebé.

Al alfa casi le salen humo de las orejas cuando vio que Jimin reía alegremente y abrazaba al alfa, mientras este último, sonreía cohibido y sonrojado. Odiaba esa escena. Odiaba a ese chico.

Una figura detuvo sus pensamientos, cuando está se sentó en la misma mesa que él. El alfa, sin necesidad de voltear, supo al instante que se trataba de un omega, puesto que su aroma era intenso y fuerte, algo que significaba una sola cosa: Enojo.

—¿Estás viendo lo mismo que mis ojos? —Preguntó una voz un poco aguda.

Yoongi dejó de ver a lo lejos a los dos chicos, para prestar atención al omega al costado suyo. Lo escaneó de arriba hacia abajo. El chico era pequeño, delgado, ojos negros, cabello castaño y un perfil muy bonito. Yoongi supuso que debía de ser muy tierno, aunque ahora no lo pareciera gracias al enojo.

—¿Y tú quien eres? —se atrevió a preguntar.

El chico, el cual estaba más entretenido viendo a los dos chicos a lo lejos, miró a Yoongi. — Soy Kang Taehyun, y ese que vez allá —señaló a donde se encontraba Jimin y Huening Kai— , es mi alfa, aunque él no lo sepa.

Taehyun dejó de prestarle atención a Yoongi, para volver a su posición anterior y seguir gruñendo bajito. Estaba muy molesto, claro que sí, había llegado al colegio muy feliz porque podría ver otro día a su crush, Huening Kai, pero se había topado con algo muy desagradable. Park Jimin, uno de los omegas más hermosos, estaba riendo y siendo muy dulce con SU alfa.

—Es al contrario —gruñó Yoongi—. Tú alfa, está coqueteando con MI omega.

Yoongi al instante quiso quemarse la boca por tales palabras. Se sentía tan molesto, que no pensó antes de hablar, y ahora, había dicho algo que no era cierto. Abrió sus ojos y llevó sus manos a su boca, volteó a ver al omega al lado suyo, dándose cuenta que el chico ahora lo miraba con total atención.

—¿Es tu omega? —preguntó con el ceño fruncido— Si es así, entonces dile que deje de coquetearle a mi chico.

Los colores se le subieron a Yoongi. —Bueno… N-no… O se-sea sí —el alfa no sabía que decir—. Sí pero no.

El omega le miró lleno de confusión. —¿Qué significa eso?

—Él no le-le está co-coqueteando —dijo a duras penas el alfa.

—Además de tartamudo eres ciego —bufó el omega. Realmente estaba molesto, usualmente era alguien muy dulce y tierno, pero simplemente no podía soportar el que el chico de sus sueños estuviese con alguien más.

El alfa ahora sí se molestó. No era posible que alguien menor que el le hablase de esa forma.

—No me hables así, niño —gruñó el mayor.

—Perdón, abuelo de godzilla —se burló el menor, y antes de que el alfa lo mandara al diablo, habló—. Ahorita mismo quiero acercarme a esa mesa y alejar a ese omega, pero no quiero que Ning Ning me odie, así que… ¿Quieres ser mi amigo?, necesito relajarme antes de cometer alguna estupidez.

Yoongi se quedó con la boca abierta. Le iba a decir un par de cosas al mocoso, pero vio la súplica en los ojos de este. Él también necesitaba calmarse antes de perder la cabeza e ir con ese chico y asesinarlo.

—Está bien —sonrió un poco.

—Entonces vámonos de aquí, antes de que nuestro lado estúpido nos posea.

Yoongi asintió y se levantó siendo seguido por el omega. Ambos se dispusieron a salir del lugar.

A lo lejos, Jimin y Huening Kai estaban a punto láseres, ambos se habían dado cuenta cuando Taehyun se había sentado con Yoongi, y ahora que se iban juntos, sus corazones se aceleraron, y no de una forma bonita.

Por otro lado, dos omegas y dos alfas estaban viendo todo el espectáculo que se había armado. Todos pensaban igual: Esos cuatro chicos eran unos idiotas por no darse cuenta.

—Al parecer ya no tendré que darle mi regalo a Jiminnie —se burló Seokjin, mientras guardaba la pequeña caja en la que llevaba unos chocolates.

—Entonces dámela a mí —se apresuró a decir Namjoon, sonrojándose cuando los demás le miraron con una ceja alzada.

🐺 26 🐺

Jungkook y Jeongguk son diferentes personas (aquí)

Un suspiro lleno de resignación se escuchó en la pequeña sala vacía. Jimin quitó su mochila de sus hombros y se tiró cansado sobre el sofá individual blanco que se encontraba frente al televisor. Puso sus manos en sus esponjosas mejillas y volvió a soltar otro pequeño suspiro.

—¿Qué tienes, cariño? —Preguntó su tío, entrando por la puerta que conectaba la sala con la cocina.

Jimin se puso rígido al instante en su lugar, giró su cabeza y abrió sus ojos y boca en grande. Un segundo después, se encontraba corriendo con alegría hacia su tío.

—¡TAE HYUNG! —Se tiró sobre el cuerpo del mayor, enrollando sus piernas en la cintura de este— ¡Te extrañe muchísimo!

Jimin de un momento a otro comenzó a llorar. Su tío era una de sus personas favoritas en el mundo, siempre había sido un gran pilar para su vida, y el que lo estuviese viendo de nuevo después de tantos años, lo hacía explotar de felicidad.

Su tío era un alfa muy guapo, tenía el cabello castaño, ojos café y una sonrisa hermosa; su forma de ser era muy extravagante y siempre lo hacía reír. Sin llegar a mencionar el cuerpo de infarto que se cargaba.

—No es para tanto pequeño —acarició suavemente la espalda de Jimin.

—¿Cómo que no es para tanto? —preguntó, alejándose un momento del cuello de su tío— Hace cuatro años que no te veía.

Jimin se bajó del cuerpo del alfa, y cuando sus pies tocaron el piso, se cruzo de brazos e hizo un pequeño puchero.

—Cada vez eres más tierno —sonrió el alfa, y comenzó a apachurrar las mejillas del rubio— . Pero te pregunté algo y quiero que me respondas.

Jimin rodó los ojos. Park Taehyung lo conocía tan bien. Jamás había podido ocultarle algo.

El rubio inhaló profundo. —Es… Es complicado.

—¿Es por un alfa, cierto? —preguntó cariñosamente, mientras le hacía una seña a Jimin para que se fuesen a sentar al sofá más grande. El pequeño omega entendió y le siguió.

—¿Por qué siempre sabes todo?

—Tener un hermano como tu padre tiene sus ventajas —carcajeó, su hermano era todo un chismoso.

—Es que me enamoré de un alfa idiota —bufó, acurrucándose en los brazos de su tío.

Taehyung rodó los ojos. —Tenía que ser un hombre —gruñó—. Todos los hombres son unos idiotas.

Jimin se separó de los brazos de su tío.

—TaeTae —le llamó.

—¿Qué? —preguntó fundido en sus pensamientos.

—Nosotros somos hombres.

Taehyung rápidamente giró su cabeza hacia Jimin. Se quedaron viendo unos segundos para luego romper en sonoras carcajadas los dos. Jimin se volvió a acurrucar en los cálidos brazos de su tío.

—Sigues siendo pésimo en esto.

—Lo sé —rió quedito—. Soy mejor sólo escuchando, así que venga, cuéntame sobre ese alfa idiota.

—Está bien —suspiró, escondiéndose en el cuello del mayor—. Pero después, tú me dirás porque tienes tan impregnado el olor a un omega.

—Apúrate Jiminnie —el alfa comenzó a pegar en el suelo con su pie izquierdo ansioso. No entendía porque los omegas tardaban tanto en alistarse—. Sólo vamos a ir por un helado…

Jimin bajó por las escaleras unos segundos después. El omega se había vestido como si fuese a modelar en una pasarela ahora mismo.

—¿No crees que exageras con el vestuario? —preguntó Taehyung, viendo de pies a cabeza al omega.

Jimin bajó su vista hacia su outfit. Solo llevaba un pantalón negro pegado que estaba rasgado en la parte de sus rodillas, una camisa negra un poco pegada también a su pecho y una chaqueta color gris, añadiendo su cabello rubio peinado perfectamente y unos lentes de sol negros.

—Esto es lo más sencillo que tenía —alzó sus hombros despreocupados.

—No me quiero ni imaginar que usas en los eventos importantes —comentó el alfa, ahora viéndose el mismo.

Taehyung llevaba unos pantalones de lona flojos, una camisa color negro y una chaqueta color café, añadiendo una pequeña boina negra y sus chancletas color café

—Pareces un vagabundo —se burló Jimin.

El alfa rodó los ojos. —No necesito impresionar a nadie más que no sea Jeongguk.

—El amor si que te pegó fuerte —sonrió Jimin.

—Y mucho…

Ambos chicos se dirigieron hacia la salida. Habían decidido tener una tarde de calidad entre tío y sobrino, ya que querían aprovechar todo el tiempo que tenían disponibles juntos, ya que Jimin estudiaba todos los días entre semana y Taehyung también, pero en la universidad. Ahora era domingo, y tenían que aprovecharlo al máximo.

Se subieron a la camioneta del alfa, subiendo Jimin de copiloto. En el poco recorrido que tuvieron que dar para llegar al centro, Taehyung y Jimin habían puesto música a todo volumen y cantaban ambos a coro, los dos tenían hermosas voces, pero el problema se dio cuando una parte de rap se comenzó a escuchar. Ambos intentaron hacerla, terminando por reír a carcajadas al no haberlo logrado.

—Extrañaba tanto esto —confesó el alfa soltando un suspiro melancólico.

—Yo también —dijo de la misma forma el omega.

Taehyung buscó donde aparcarse y cuando hubo logrado su cometido, ambos bajaron. La heladería sólo quedaba como a dos cuadras, por lo tanto, no tendrían que caminar mucho.

Se pusieron en marcha para llegar a su destino. Las personas alrededor los miraban de vez en cuando, al escuchar las carcajadas de ambos, puesto que alfa y omega iban jugando a no patear las líneas de la acera, algo muy “dificil”.

—Gané —exclamó saltando el alfa y aplaudiendo eufóricamente, como si de un niño se tratase.

—Hiciste trampa —entrecerró sus ojos el omega.

—Por supuesto que no, no seas un mal perdedor, Jiminnie.

El omega comenzó a refunfuñar, pero aún así, aceptó la derrota y se adentró junto a Taehyung a la heladería. Se dirigieron hacia al fondo para tomar sus pedidos, para luego irse a sentar a una de las mesas al fondo, en espera de sus deliciosos helados. Comenzaron a platicar de estupideces y a reír como cachorros traviesos.

—Jimin… —le llamó el alfa luego de calmar su risa— ¿Sólo es producto de mi imaginación o el alfa que está en una de las mesas de la entrada no ha dejado de verte desde que entramos?

Jimin le miró curioso, así que cuando vio de una manera poco disimulada a sus espaldas, giró su cabeza de manera nada discreta, encontrándose con el chico al que no podía sacar de su cabeza.

Yoongi a lo lejos, miraba intensamente la espalda de Jimin para luego ver con el ceño fruncido al alfa.

—Es Min Yoongi —suspiró suavemente el omega.

—Parece que me quiere asesinar con la mirada —se burló—. Lo traes loco.

Jimin bufó. —Ni siquiera me hace caso.

Taehyung iba a responder, pero calló cuando una de las omegas que trabajaban allí llegó con sus helados. Ambos chicos agradecieron a la mujer y comenzaron a comer sus helados como niños pequeños. Jimin se untó de helado hasta su mejilla.

—No quiero alarmarte, pero el chico gato viene para acá —advirtió si dejar de lamer su helado.

Las alarmas de Jimin se encendieron velozmente. Aún estaba enojado con ese tonto alfa, por lo que no quería tenerlo cerca, al menor no por ahora, porque sabía de manera acertada que cualquier cosa linda que hiciera el alfa, haría que su corazón se acelerará y lo perdonara. Pero esta vez estaba decidido a hacer las cosas un poco más difícil.

El omega se tensó cuando sintió el aroma de Yoongi a su lado, pero en ningún momento giró su cabeza hacia el alfa. Taehyung rió.

Yoongi carraspeó un poco queriendo llamar la atención del pequeño omega, pero simplemente este no le hizo caso y siguió viendo al chico que estaba riendo frente a él, algo que a Yoongi no le agrado en lo absoluto.

—Hola Jimin —saludó el alfa—¿Puedo sentarme?

—No.

—Sí.

Jimin fulminó con la mirada a Taehyung cuando este se entrometió. No quería hablar con el pálido, pero gracias a su tío, ahora el chico estaba sentándose a la par suya.

—Yo… yo solo quería pasar a saludarte —intentó hablar con el omega pero este seguía sin prestarle atención. Pero no le importó, no cuando tenía a un Jimin con el ceño fruncido y lamiendo su helado mientras sus mejilla estaba embarrada de eso mismo.

Taehyung rió quedito. La situación le estaba causando gracia, más por la tensión que había entre esos dos.

—Jimin está enojado porque quería un peluche de gatito y no se lo compré —mintió el alfa.

El omega miró a su tío intensamente. Y Taehyung se dio cuenta que las pagaría cuando llegarán a casa.

Yoongi sonrió tiernamente. —¿En serio?

No mires su sonrisa, no mires su sonrisa. Se decía internamente el omega.

—A Jiminnie le gustan mucho los gatitos —dijo maliciosamente riendo en su interior al ver la cara del chico gato y de su sobrino.

El pálido gruñó suavemente molesto por lo cariñoso que ese alfa hablaba del rubio. No le gustaba para nada que le llamara “Jiminnie” a su Jimin. Aunque terminó por avergonzarse gracias a sus pensamientos, ¿su Jimin?, ¿desde cuando?

—No es-… —el omega intentó desmantelar las mentiras que su tío estaba diciendo, pero fue interrumpido.

—¿En serio le gustan los gatos? —cuestionó con un tono demasiado ronco.

—Sí, pero no se lo compré porque el peluche media como casi dos metros —dijo el alfa mientras abría sus brazos de forma exagerada—. Mi omega se hubiese puesto celoso.

Eso bastó para que Yoongi so riera abiertamente. Extrañamente, después de escuchar que ese apuesto alfa tenía omega, de repente le comenzó a caer bien.

—Que mal… —dijo con un puchero el alfa— Por cierto, soy Min Yoongi —extendió su mano hacia el otro alfa.

—Mucho gusto, soy Park Taehyung —aceptó la mano del pálido.

Yoongi casi quiso llorar cuando sintió algo pegajoso en su mano. Cuando desprendió su mano de la del alfa, se dio cuenta que estaba llena de helado, y miró la del chico. Taehyung comía cómo un bebé, también estaba embarrado de helado. De manera despistada, agarró una servilleta y se limpió con ella.

Taehyung quizo reír.

Los dos alfas comenzaron a hablar como si fuesen amigos de toda la vida, mientras que Jimin seguía en su sitio sin decir nada y comiéndose su helado. Por un momento se sintió celoso al ser excluido de la conversación, se suponía que Yoongi estaba ahí para hablarle a él, no a su tío, y Taehyung estaba ahí también para él, no para Yoongi.

Era cierto que no quería hablarle al alfa, pero se sintió bien cuando el alfa había llegado al principio y rogaba por obtener su atención, mas ahora ni siquiera lo volteaba a ver, o eso era lo que sentía el omega, porque la verdad era que Yoongi lo miraba a cada segundo de reojo, incluso Taehyung se dio cuenta.

—¡Háganme caso! —Exclamó Jimin con un tono de voz más agudo mientras hacía un pequeño puchero y se cruzaba de brazos.

Yoongi tuvo la intención de lanzarse hacia el omega y apretujarle los cachetes, pero se contuvo.

—Tienes helado en tu mejilla —dijo Yoongi mientras le ofrecía una servilleta.

Jimin lo miró molesto. —Tú no me hables.

Yoongi sonrió, y negando con la cabeza se acercó un poco al omega. Dobló un poco la servilleta, y sin que Jimin se lo esperara, la acercó a su mejilla y comenzó a limpiarla delicadamente. Las mejillas de Jimin rápidamente se encendieron de un rojo fuerte, y se puso aún más rojo cuando escucho la risa de su tío.

—Quita tus manos de mis hermosas mejillas —refunfuñó el omega, quitando las manos de Yoongi. Le había encantado el gesto del alfa, pero si seguía de esa forma, terminaría por perdonarlo por haber tirado sus pasteles.

—Te ves hermoso cuando te enojas —confesó el alfa, anonadado por el rostro de Jimin.

Yoongi después de unos segundo se sonrojo también, las palabras habían salido por si solas. Se arrepintió por un momento, pero cuando vio el sonrojo más intenso en el otro, sonrió orgulloso.

¿Qué me está pasando?. Se preguntó el alfa en su interior.

—¿Si te regalo un gatito de dos metros estarás menos enojado? —preguntó regalándole una sonrisa que dejaba a relucir sus adorables encías.

—No. —ladeó su cabeza, en realidad quería decir que sí, pero quería que el alfa también le ofreciera un beso.

—Esto ya parece un dorama —rompió el momento Taehyung mientras sacaba toda su lengua para intentar lamer una parte de su mejilla con restos de helado.

Especial: Yoonmin en el hospital

Especial 100k lecturas.

Yoongi estaba sentado a la orilla de la camilla, incómodo y abrumado. Jimin no quitaba su mirada de sus labios, y eso hacía que sus nervios crecieran en todo su ser. No sabía que hacer en ese momento, había intentado huir, pero el menor lo detuvo a toda costa.

—Ji-Jimin… —la voz del alfa salió un poco aguda.

El omega le presto más atención al alfa, quitando su mirada de los apetecibles labios del mayor, para posarla en los ojos de este.

—¿Qué pasa, hyung? —preguntó con voz ronca.

Yoongi tragó saliva cuando escucho la voz de menor. La voz de Jimin usualmente era aguda, y muy armoniosa, pero en esos momentos, había sonado demasiado ronca, algo que le encantó al alfa aunque no lo admitiese.

—Deja de verme de esa forma —suplicó en un susurro poco audible, pero gracias al silencio de la habitación, Jimin le escuchó perfectamente.

—No lo estoy viendo de ninguna manera, hyung —dijo viéndolo de manera más intensa.

El alfa entrecerró sus ojos cuando sintió la mirada aún más penetrante de Jimin.

—Listo, me voy.

Yoongi estuvo dispuesto a levantarse e irse, pero la mano que se posó sobre la suya impidió toda acción. El alfa bajó la vista hacia la mano que se encontraba sobre la suya. Un sentimiento de ternura lo invadió al ver las tiernas manos de Jimin. Le daba risa el hecho de que fueran tan pequeñas en comparación de la suya.

—No se vaya, por favor… —El omega a como pudo se sentó sobre la camilla.

El alfa suspiró, era una pérdida de tiempo el negarse a alguien como Jimin. Sabía que sí se quedaba tenía que aceptar las consecuencias.

—Bien, me quedo —dijo resignado y volvió al lugar anterior—. Pero hablemos o hagamos algo. realmente me siento incómodo que tu mirada esté sobre mí.

Jimin asintió y sonrió gustoso. Una idea había surcado por su mente ante las palabras del alfa. Podría ser que tal vez no fuese a terminar bien, o sí, no sabía, pero se quería arriesgar.

—¿Podemos hacer cualquier cosa que yo quiera? —Preguntó con un toque de malicia.

—Por supuesto —aceptó el alfa, sin sospechar ninguna de las intenciones del malicioso omega.

La sonrisa de Jimin creció aún más. Su hyung se veía más hermoso de lo habitual ese día, y sus labios también estaban un poco más rosados. Su cabello se veía algo desordenado, y tampoco dejó escapar ese leve rubor que cubría las mejillas del mayor.

Lo tenía que intentar de nuevo. Era ahora o nunca.

—Acérquese un poco, hyung —ordenó el omega, mientras se acomodaba más sobre la estrecha camilla.

El otro le miró con duda, pero le hizo caso. Se acercó un poco más, hasta quedar sobre la camilla el también.

—¿Qué vamos a jugar? —preguntó inocentemente el alfa.

—A un juego que se que le va a encantar —le susurró sobre el oido.

Una corriente eléctrica atravesó todo el sistema del alfa. La voz de Jimin había sonado tan encantadora, suave y coqueta, que no pudo evitar voltear su cara hacia el omega. Cuando lo hizo, los labios del menor se posaron sobre los suyos.

Jimin sonrió sobre los labios del mayor, mientras aprovechaba de la sorpresa de este mismo. Al principio, sus labios sólo se juntaron levemente, esperando a que uno saliera de su sorpresa. Cuando pasaron algunos segundos y Yoongi sin reaccionar, el omega tomó la iniciativa.

Los labios de Jimin se comenzaron a mover lentamente para dar paso a un beso dulce y suave, dejando que el alfa le siguiera el paso, algo que ocurrió segundos después. El omega soltó un pequeño gemido gustoso cuando sintió los finos labios del alfa moverse al compás de los suyos.

El sonido de los chasquidos que creaban sus labios al chocar fue suficiente para que el omega deseara profundizar el beso. Necesitaba tener todo del alfa, y este era el mejor momento. Comenzó a acercarse al alfa.

Yoongi entendió lo que Jimin quería. Tomó por completo el control del ósculo, y lo comenzó a convertir en un beso dulce pero a la misma vez salvaje. Sus labios cada vez pedían más y más, querían más de lo suave pero intenso.

El pálido se acomodó un poco más en la camilla, sin despegar sus labios. Puso una de sus grandes manos en la estrecha cintura del menor y con la otra lo tomó por su mejilla, profundizando el choque de labios.

Los gemidos gustosos del omega estaban volviendo loco a Yoongi. Su lobo había comenzado a rasguñar su interior, queriendo mucho más de lo que ahora estaba obteniendo, mas Yoongi le ignoró por completo, estaba más ocupado en abrirle paso a su lengua hacia la de Jimin, algo que logró fácilmente. Sus lengua comenzaron una batalla salvaje en el interior de sus bocas, hasta llegar al punto de hacer gemir a Yoongi. Un gemido gutural y lleno de satisfacción.

Siguieron así por unos cuantos minutos hasta que ya no aguantaron la respiración. Yoongi se alejó un poco del omega, haciendo que este gruñera a modo de molestia.

—Ji-Jimin… —Trató de hablar, queriendo regular su respiración.

—Cállate y vuelve a poner tus labios sobre los míos. —El menor volvió a atraer a Yoongi, sin dejar que este dijera algo.

Volvió a juntar sus labios en un beso cada vez más intenso. Ambos estaban conscientes de lo que estaban haciendo y lo que podía generar, pero en ese momento, les importaba poco su alrededor.

¡100K LECTURAS!!

Gracias, gracias y gracias por todo 😢😢

Aun no puedo creer que haya llegado hasta aquí, y ni siquiera está completa…

Jamás llegué a pensar que a tantas personas les gustaría. Aún recuerdo cuando no tenía ni cinco votos, pero todo es gracias a ustedes, por eso decidí regalarles este especial. Espero que les guste 😢

🐺 27 🐺

Todas las miradas estaban puestas en el hermoso alfa que caminaba maliciosamente por el pasillo. Sus pasos eran elegantes y su sonrisa brillaba tanto, que incluso el sol sentiría envidia; sus ojos tenían un leve brillo travieso. Todos los demás estudiantes estaban concentrados en lo que el alfa llevaba en sus manos. Un pequeño peluche con una rosa y una cajita de chocolates blancos.

El chico que iba a la par del omega bufó al tener toda la atención puesta en su dirección.

—No estamos en una película, Jin hyung -reclamó el omega de cabellos morados.

—¿Jin hyung? -alzó una ceja el alfa, sin quitar la vista del frente— ¿Ahora se te da por usar honoríficos?

Namjoon rodó los ojos y se cruzó de brazos mientras le seguía el paso al alfa. Todavía no cabía en su sorpresa, y es que si era sincero, Seokjin se miraba más hermoso de lo normal ese día; llevaba unos pantalones negros rotos en la parte de sus rodillas, una camisa rosado pastel, con un pequeño perrito en medio y su cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás, dejando al descubierto la frente del alfa; sus labios gruesos estaban más rosados de lo normal y un poco de rubor cubría sus mejillas. Se veía hermoso.

—Creo que estás exagerando todo {insistió.

A Namjoon casi le explota la cabeza cuando se dio cuenta que el otro lo ignoró por completo.

—Kim SeokJin, te prohíbo que me ignores -gruñó molesto.

El mencionado se detuvo un momento y volteó a ver al omega con su ceño fruncido. Nammie, ¿Qué te pasa?

—No me pasa nada.

—¿Entonces por qué estás tan alterado? -preguntó aún confundido-. Sabes porqué hago esto.

—No, no lo sé -Negó, poniéndose frente al alfa-. La venganza no es buena, Jinnie.

Namjoon pasó de estar molesto a estar preocupado. No le gustaba para nada el hecho de que Seokjin tenga problemas con Yoongi ya que arruinarían su amistad, y él sabe muy bien que eso los destrozaría a todos. Sobretodo a Jungkook.

—Nada va a salir mal. -Apartó al omega cuidadosamente y comenzó a caminar hacia la cafetería.

Namjoon se quedó parado por un momento en medio del pasillo. En su rostro se podía ver perfectamente la preocupación que embargaba todo su ser. Luego de unos segundos, decidió seguir al alfa y ver lo que pasaría.

—¿Estás seguro de que no me va a matar? -Preguntó el pequeño alfa con sus ojos llenos de miedo.

—Yo te voy a defender si lo intenta -dijo Jimin con toda la seguridad del mundo.

—No es por ofender, Mochi, pero él es un alfa y tú un omega -susurró, tratando de que su amigo no se sintiera mal.

—Justo por eso, Yoongi no le haría daño a un omega, y mucho menos yo, eso te lo aseguro.

El rubio siguió bebiendo de su cajita con zumo de manzana. Entendía la preocupación de su amigo, ya que la mirada que le estaba dedicando el alfa pálido a lo lejos, daba mucho miedo. El alfa parecía que quería descuartizar al pobre muchacho.

—Tengo miedo -susurró nervioso, moviendo sus manos sobre sus pantalones.

—¿Quieres que nos vayamos de aquí? -Propuso el omega.

Huening Kai abrió sus ojos en grande. -¡NO! -Negó rápidamente— Al menos aquí están todos los estudiantes, pero si nos vamos y nos persigue será mi fin.

Jimin rodó los ojos. -No seas tan dramático.

—Claro, como no eres tú al que le quieren desgarrar hasta el alma.

Jimin comenzó a reír de forma escandalosa, y el alfa casi quizo pegar su frente contra la mesa, puesto que el alfa a lo lejos frunció más su ceño cuando vio que el omega reía.

—Hyung, no ría más -suplicó el alfa.

—Ning Ning, no eres al único que quieren matar -calmó un poco su risa-. El omega castaño de allá -señaló al omega que estaba a la par de Yoongi— Casi me mata con su mirada.

Huening Kai volteó a ver confundido, y su sorpresa se hizo más grande cuando se dio cuenta que Kang Taehyun estaba dedicándole miradas para nada agradables a Jimin. Pero el alfa se sonrojó y apartó su mirada cuando el otro chico encontró sus ojos y le dedicó una hermosa sonrisa.

—Aww, parece que Ning Ning está enamorado -se burló Jimin, haciendo su voz más aguda.

—¡Hyung! -se quejó, bajando más la mirada.

—¿Quieres que te ayude?

—¿Ayudar a qué?

—No preguntes, tú solo dime que sí, y yo haré todo el trabajo. -Sonrió de forma maliciosa.

El alfita asintió no muy seguro, pero confiaba en su hyung, y además, quería acercarse al hermoso omega.

—Excelente. -Se paró sin decir nada, ante la atenta mirada de su amigo, y sin que él lo previese, comenzó a caminar hacia la mesa en la que estaba Yoongi y ese tal Taehyun.

No iba a aceptarlo en voz alta, pero no sólo quería ayudar a que Huening hablara con ese chico, el quería que ese lindo omega se alejara de su alfa.

Caminó despacio, llevando su mano derecha hacia su rubio cabello, y comenzó a peinarselo para atrás. Muchas miradas se posaron en él y los suspiros no faltaron.

—¿Kang Taehyun? -preguntó cuando llegó a la mesa del omega.

—¿Sí? -le miró con los ojos entrecerrados, examinándolo minuciosamente con la mirada.

Jimin sonrió. -Ning Ning me dijo que te dijera que si puedes ir a su mesa. Quiere decirte algo.

El otro chico abrió sus ojos y su boca exageradamente. -¿A mí?

—Sí, a ti.

El chico tragó saliva, y sin decir una palabra, se levantó y caminó nerviosamente hacia la mesa en la que Jimin estuvo anteriormente.

El rubio sonrió por haber logrado su cometido. Se dio la vuelta y se topó con la mirada confusa del alfa peli-gris.

—¿Qué?, ¿tengo algo en la cara? -preguntó Jimin algo grosero.

—Jiminnie… -intentó comenzar a hablar el alfa.

—No, no me hables.

El omega intentó salir de allí rápidamente. No quería estar cerca de Yoongi y oler su hermoso aroma, ni ver lo guapo que era, pero al intentar seguir caminando, chocó con algo.

—Hey, Jiminnie -saludó alegremente Seokjin.

Jimin dio unos pasos hacia atrás para alejarse un poco del alfa. El aroma del gemelo estaba muy potente, y el omega de Jimin lo sintió perfectamente, haciendo que quisiera tapar su nariz con su mano. No es que le desagradara el olor, pero prefería mucho más el de Yoongi.

—Seokjin… -intentó sonreír.

Yoongi, quien aún estaba sentado, posó toda su atención en lo que su amigo llevaba en sus manos. Su alfa comenzó a rugir en su interior y una mueca para nada agraciada se formó en su rostro.

—Yo… Te trajé esto -Seokjin extendió sus manos, entregándole el pequeño peluche, la rosa y la caja de chocolates a Jimin, viendo de reojo la reacción de Yoongi y rezando a todos los dioses de los videojuegos que el omega no le rechazara nada.

Jimin miró con duda al alfa, y estuvo a punto de rechazarle todo lo que le estaba dando. Casi toda la cafetería se había quedado en silencio y las miradas curiosas estaban posadas en ellos, pero la que más le interesó fue la de Yoongi. El omega no supo cómo describir lo que los ojos de Yoongi le pedían, pero su aroma lleno de molestia y celos se comenzó a sentir en el aire. Jimin sonrió.

—Gracias -agradeció mientras aceptaba todo lo que el alfa le estaba ofreciendo. Después hablaría con Seokjin y le explicaría todo.

El alfa gemelo quiso saltar de la felicidad cuando Yoongi solo se levantó y se fue, aunque por un momento se sintió mal, pero no diría la verdad hasta que Yoongi le confesara que quería al pequeño omega.

Jimin miró al alfa que se había levantado furioso e ido. Quiso correr tras él y decirle que le gustaba, pero tuvo miedo al rechazo y mejor se quedó en su lugar.

🐺 28 🐺

—No sé qué hacer, Hobi —suspiró el alfa mientras ponía su cabeza sobre las piernas del pelinaranja.

—Sólo debes decirle que te gusta —dijo con obviedad.

Yoongi se levantó rápidamente, se apoyó con sus dos brazos sobre el césped y miró confundido al omega.

—No me gusta.

El peli-naranja abrió su boca sorprendido. No podía creer que a estas alturas ese tonto alfa no quisiera aceptar los sentimientos tan obvios que sentía por su pequeño amigo.

—¿Entonces por qué te enojas tanto sólo porque Seokjin le dio un regalo? —preguntó el omega mientras mirada acusadoramente al alfa— ¿No deberías sentirte alegre por tu amigo?

Yoongi no respondió a las preguntas del omega. Se quedó un momento analizando las palabras del menor, y es que en parte tenía razón. Yoongi no se había sentido para nada bien cuando Jimin había aceptado el pequeño regalo de uno de sus mejores amigos. Últimamente, le molestaba que los alfas se acercaran a Jimin o que éste le sonriera a los demás de esa manera tan hermosa como sólo el rubio podía hacerlo. Quería tener toda la atención del omega, y que esas sonrisas fuesen dedicadas a él. Además, su lobo estaba más despierto que nunca, y se volvía loco cada vez que sentía el aroma de Jimin.

Yoongi de un momento para otro se levantó rápidamente del césped, abrió sus ojos todo lo que pudo y su boca formó una perfecta “O”. Su corazón comenzó a latir furiosamente y su cara se puso más blanca de lo normal.

—¡¿ME GUSTA JIMIN?! —Gritó desesperado.

Hoseok rodó los ojos, para luego acostarse en el césped tranquilamente. -Vaya, que gran descubrimiento, Sherlock Holmes.

El alfa comenzó a dar vueltas en su mismo sitio, su corazón no paraba de latir veloz y su alfa aullaba contento en su interior. Su desesperación comenzó a crecer cuando no supo que tenía que hacer, tenía tantas emociones encontradas que no sabía que debía de hacer con ellas.

—¿Qué voy a hacer? —lloriqueó.

—Decirle que te gusta —propuso Hoseok tranquilo.

—¿Estás loco? —gritó desesperado— Seokjin y Jungkook me van a matar.

—Tu sentencia se escribió desde que decidiste besuquearte con mi mejor amigo.

Yoongi se quedó como estatua por un momento, volteó a ver sorprendido al omega y comenzó a bloquear como pez fuera del agua.

—¿Cómo sabes eso? —tragó grueso.

—Soy el mejor amigo de Jimin.

—¿Quién más lo sabe?

—Toda la comunidad estudiantil —Abrió sus ojos pare ver la reacción del alfa. Quiso reír cuando el peli-gris se puso más pálido de lo normal.

Yoongi tuvo la intención de correr como un loco e ir a enterrar su cabeza en la tierra. Ahora todos sabían que Jimin y él se habían estado besando a escondidas, y a pesar de que algo dentro de él se sintió orgulloso por el simple hecho de que todos sabían que el había sido el primero en besar a Jimin, también había miedo en su interior. Ahora entendía por qué sus dos mejores amigos habían estado actuando un poquito extraño, pero lo más curioso era que ninguno de los dos le había dicho nada.

—Era mentira, no te pongas de esa forma —Hoseok rápidamente se levantó cuando vio que el alfa estaba a punto de desmayarse.

—¿No?, ¿Entonces por qué Jin y Kook han estado actuando un poco extraño? —preguntó.

—Bueno… Puede que ellos si lo sepan… —dudó un poco ante sus palabras. Los gemelos iban a descuartizarlo.

—¡Por todos los dioses gatos! —se exaltó mientras se dejaba caer sobre el pasto otra vez— ¿Qué voy a hacer?

Hoseok se compadeció un poco de Yoongi, él también estuviera desesperado en esa situación. No era para nada fácil el que te guste el chico que también le gusta a tu amigo, y tampoco lo era el hecho de que él ya lo había besado.

—Diles la verdad —se agachó para quedar a la altura del alfa—. Ellos están esperando eso. Quieren que confíes en ellos.

—Es complicado…

—Sí, y tú lo estás complicando mucho más.

El alfa se quedó mudo por un momento. Tenía que tomar una decisión y muy rápido. No podía seguir con esto así o llegaría hasta el punto de que los gemelos por fin desconfiaran totalmente, y él temía que su amistad de destrozara todo por las idioteces que el cometía.

No entendía, y eso lo frutaba. No entendía el hecho de por qué era así. Era común que los alfas fueran fuertes, dominantes y decididos a hacer todo lo que se les proponía, por esa razón eran alfas pero en cambio, Yoongi, era un alfa muy inocente en todos los sentidos, tenía una complexión débil y no era para nada dominante, o eso pensaba él. La única vez en la que su alfa se enojó o se molestó, fue cuando apenas conocía a Jimin y este lo había acompañado a comprar los encargos de su madre, cuando están ahí, el había comenzado a pelear con un alfa por su cajita de leche, y Jimin había intervenido mordiendo al hombre, y éste había intentado hacer pagar al omega. Esa había sido la primera vez en la que Yoongi había utilizado su voz de mando, y si contaba todas las veces en la que su alfa había estado despierto, siempre tenía que ver con el pequeño rubio.

—Entonces… ¿Hablarás con ellos? —preguntó interesado el peli-naranja.

—Sí, lo haré —asintió con nerviosismo.

—Suerte —fue lo único que dijo el omega, mientras daba palmadas suaves en la espalda del alfa.

Hoseok se quedó sentado a la par del alfa mientras esperaba que el otro hiciera alguna acción, como ir corriendo y buscar a sus amigos o algo por el estilo, pero el alfa no se movió en ningún momento.

—¿No vas a ir?

Yoongi salió de sus pensamientos y le prestó atención al omega. –¿Qué? ¿Ahorita?

Hoseok rodó los ojos. —No, si quieres puedes esperar hasta el otro mes —habló con evidente sarcasmo—. ¡Por supuesto que ahorita!

Yoongi dio un pequeño brinco en su lugar cuando Hoseok pegó una fuerte palmada en su espalda, casi haciendo que sus pulmones salieran por su boca.

—Sentí que algo se quebró dentro de mí. —Tocó su pecho para regular la respiración que el omega cortó.

—No seas tan dramático y ve.

Yoongi asintió rápidamente y se levantó de un sólo, no quería que el omega volviera a pegarle y que ahora sí, escupiera hasta su alma.

El alfa comenzó a caminar rápido pero a cada paso que daba iba bajando la velocidad, mientras más se acercaba a los escalones que llevaban al interior del colegio, su corazón palpitaba más rápido. Su olor comenzó a hacerse más fuerte y fue notado y sentido por casi todos los que lo rodeaban. Algunos omegas intentaban acercarse al oler el exquisito aroma del alfa, pero casi toda la comunidad de alfas bufaban ante la atención que el chico recibía, y tapaban sus narices por el agrio aroma del pálido. Se notaba a kilómetros que en el aroma de Yoongi tenía una mezcla extraña entre nerviosismo, miedo y otra cosa más que ellos no podían entender que era.

Ignoró toda la atención que estaba recibiendo, procedió a centrarse en sus objetivos, los cuales eran: los gemelos Kim.

Cambió el ritmo lento que llevaba y subió los escalones a toda prisa, porque las miradas cada vez eran más intensas y lo estaba agobiando. Sobre todo, comenzaba a molestarle las pequeñas gotas de sudor que bajaban lentamente por su rostro y brazos, de repente, sintió como si comenzará a tener fiebre, pero quiso pensar que todo era obra de sus nervios.

Se dirigió al salón de los gemelos, el cual, se encontraba en la primera planta. No estaba muy lejos, por lo que en menos de dos minutos ya se encontraba en el gran salón. Rezó en su interior para que los gemelos se encontrarán allí y no merodeando por todos los alrededores

como solían hacerlo cuando habían reuniones generales de maestros y estos los dejaban solos en los salones.

Yoongi suspiró y se adentró en el salón. Todo lo que encontró fue un gran alboroto. Muchos estudiantes estaban reunidos en un círculo y tenían a dos personas en medio, las cuales, Yoongi no supo diferenciar porque los demás los tapaban. Por lo tanto, se quedó un momento parado en el umbral de la puerta, viendo y escuchando a los demás, quienes silbaban, sonreían y aplaudían mientras gritaban: “Pídele que sea tu omega”. Yoongi quiso reír y estuvo a punto de darse la vuelta, dejar la platica con sus amigos para después, pero las palabras de un estudiante lo detuvieron.

—¡No seas gallina, Seokjin! —gritó mientras con sus manos hacia un círculo y lo ponía frente a su boca para que se escuchara como en un megáfono.

Yoongi alzó una ceja, decidiendo entrar y meterse entre los estudiantes que estaban allí. Quería saber en qué estaba metido Seokjin para crear tal alboroto.

Un nudo se formó en la garganta de Yoongi cuando vio tal escena, o mejor dicho, cuando vio a Jimin allí.

Algunos alfas los miraban con diversión y empujaban a Jin hacia Jimin, mientras este último tenía una mueca algo disgustada en su cara. Seokjin tenía algo en su mano y negaba con su cabeza.

—¡Ya cásense! —Gritó alguien al fondo.

El corazón de Yoongi se estrujó.

Por otro lado, Seokjin estuvo a punto de gritar con molestia que ese regalo no era para el omega que tenía en frente, sino para un hermoso chico peli-morado que estaba enojado con él y por eso había llamado a Jimin, para que este le ayudase, pero cuando sintió una mirada medio extraña a su costado, volteó a ver, encontrándose con la mirada lastimada de Yoongi.

La cabeza de Seokjin encendió sus alarmas y su mente comenzó a maquinar una idea estúpida. Tenía que hacerlo y ver de una vez por todas saber si Yoongi sentía algo tan fuerte por Jimin que incluso arruinaría su acción.

—¡Silencio! -gritó el alfa rubio-. Jiminnie, tengo algo que decirte -dijo con una sonrisa, viendo como la cara de Jimin se tornaba en una entera confusión-. Tú… -Miró de reojo a Yoongi— ¿Quieres ser mi omega?

Todo alrededor quedó en un completo silencio. Los alumnos esperaban con ansias la respuesta del omega, mientras este último abrió sus ojos sorprendidos y comenzó a bloquear como pez fuera de agua. Al fondo, Yoongi estaba a punto de llorar.

—Y-yo…

El omega volteó a ver a todos lados, hasta que se encontró con alguien muy conocido para él. Los ojos de Jimin y Yoongi se conectaron por unos breves segundos antes de que Jimin volviera su atención a Seokjin. Iba a negarse, iba a rechazar por completo a Seokjin, pero nada pudo salir de su boca, no cuando sintió un fuerte y posesivo agarre en su pequeña cintura.

Un gruñido gutural interrumpió el silencio que se había creado. Todos los omegas comenzaron a huir de allí asustados y con su cabeza gacha, mientras que los alfas sólo se quedaron allí, quietos y con un poco de miedo.

Seokjin se alejó rápidamente de Jimin cuando Yoongi le lanzó una mirada amenazadora y le enseñó sus colmillos. Su plan había funcionado, pero si seguía jugando, él podría salir perdiendo.

Jimin giró su cabeza para ver al dueño de las manos que lo apresaban. Su corazón se aceleró cuando sintió el aroma fuerte del alfa pálido y como este estaba tratando de alejarlo de los alfas.

De un momento a otro, Jimin se encontraba en los brazos del pálido y saliendo rápidamente del lugar, ante todas las miradas de los demás.

Yoongi había entrado en celo.

Aquí les traigo un capitulo más. Lo escribí muy rápido porque justo ahorita ya me voy a estudiar, así que espero que les haya gustado. 😢

Por cierto, gracias a esta foto, este fic existe xd

🐺 29 🐺

—¡Suelta al omega ahora mismo, Min! —Gritó el beta entre todo el tumulto de estudiantes.

Se había creado un tremendo espectáculo luego de que el alfa pálido caminara por los pasillos con el omega rubio en sus hombros, mientras este no hacía ninguna acción de quererse soltar, tampoco se le veía ninguna gota de miedo, pero lo que más les asombró a todos, fue el hecho de que Jimin llevaba una gran sonrisa en su rostro mientras Yoongi le iba gruñendo a cualquier alfa que se encontrase en su camino. Todos los omegas sintieron envidia de Jimin, al ver la posesividad de Yoongi. El alfa realmente se veía dominante y “caliente”, como nunca nadie antes lo había visto.

Yoongi siguió su recorrido hacia la salida, en la cual estaba el patio y unos pocos metros más allá, estaba la salida principal. En ningún momento se detuvo ante el insistente llamado de su profesor de química. En este momento le importaba más sacar al omega de las instalaciones. Su alfa estaba nublando completamente sus sentidos y la racionalidad. No quería que Jimin estuviese rodeado de tantos alfas.

Por otro lado, el omega estaba completamente satisfecho con la situación, puesto que le encantaba ver esa nueva faceta de Yoongi, y también el hecho de que estuviese de esa forma por él. Le encantaba que el alfa lo estuviese cargando mientras recibía muchas miradas envidiosas de parte de los omegas. Por un momento quiso gritarles que Yoongi era suyo, pero se contuvo.

—¡MIN YOONGI! —Volvió a gritar, con la diferencia de que esta vez su voz estaba cargada de desesperación. El señor tenía que velar por la seguridad de los omegas, y tenía miedo de que un joven alfa hormonal en celo, marcara a un omega a la fuerza—. No me hagas tomar medidas drásticas, Min.

Jimin volteó a ver al profesor que venía tras ellos desde hace unos pocos minutos. Podía ver el miedo y la desesperación en los ojos del señor de edad avanzada.

—No sé preocupe, Señor Han -alzó su voz para que el beta lo escuchara entre todo el cuchicheo-. Estaré bien.

Todo alrededor se quedó en silencio ante las palabras del rubio. El beta abrió su boca sorprendido al ver la serenidad y dulzura con la que el omega había hablado. Eso no era normal, se supone que el omega era apenas un crió y debería tener miedo por el hecho de que un alfa en celo se lo estaba llevando para hacerle quien sabe que cosas.

—Señor Park —habló el beta sin detenerse—. ¿Está consciente de que Min está en celo?

Jimin asintió rápidamente. Por supuesto que lo sabía, y eso lo hacía más emocionante. Se sentía exasperado por saber que podría llegar a pasar si Yoongi y él estuviese en este momento en un lugar más íntimo.

—Lo sé, pero el es mi alfa -mintió. Esa era la única forma en la que el beta los podría dejar en paz, porque a pesar de que Jimin fuese menor de edad, el alfa también lo era, por lo tanto, no había ningún inconveniente, y sobretodo, los demás no podían negarse a dejarlos si eran parejas.

El lobo de Yoongi aulló gustoso cuando el omega había dicho que él era su alfa. Ahora más que nunca necesitaba sacar de ahí a Jimin a como diera lugar.

Las miradas sorprendidas no se hicieron esperar. Todos estaban con la boca abierta y los cuchicheos comenzaron a hacerse más potentes. El beta dejó de intentar alcanzarlos y se quedó parado por un momento, dándose por rendido en ese caso, él no podía hacer nada más que dejarlos ir.

Hoseok, Namjoon y los gemelos también se encontraban persiguiendo a sus amigos. Ellos habían sido los responsables de ir a llamar al señor, ya que era el único que no se encontraba en la reunión, pero ahora sus cuerpos se habían quedado de piedra al escuchar las declaraciones del rubio.

Yoongi llegó al fin a la salida que te permitía ir hacia el patio. Bajó los escalones siendo cuidadoso, no quería caerse y lastimar al chico en sus brazos.

—Hyung -llamó Jimin un poco incómodo-. Su hombro me está lastimando -dijo en un susurró. Su estómago se encontraba recostado sobre el hombro izquierdo de Yoongi, y luego de un rato de estar en esa posición se sentía incómodo.

El pálido se detuvo rápidamente y bajó de manera cuidadosa a Jimin, haciendo que este se quejara al no tener los brazos del alfa rodeándolo posesivamente.

Un pequeño gemido salió de la boca del rubio cuando Yoongi lo agarró de su cintura y lo alzó, haciendo que Jimin rodeará con sus piernas la cintura del alfa, y pasara sus brazos alrededor del cuello blanquecino de este. Sus lobos gimieron gustosos, y Jimin sintió una calidez abrasadora cuando el alfa lo rodeó con sus brazos de forma más posesiva en su cintura.

—¿Estás mejor? —Preguntó con un tono más ronco de lo normal, algo que hizo que Jimin se quisiera derretir allí mismo, y más por el hecho de que el alfa estaba a escasos centímetros de su rostro.

—Mucho mejor -afirmó dulcemente.

En ese corto momento en el que se detuvieron, fue suficiente para que sus amigos los alcanzaran.

—¡Jimin, no puedes irte con él! -dijo a duras penas el peli-morado-. Todavía estás muy chiquito.

—Solo de altura, hyung -rodó los ojos el omega-. Camina más rápido, Yoongi -susurró en el oído del alfa. No quería que sus amigos echaran a perder lo que estaba pasando en este momento.

Yoongi rió despacito pero ronco, haciéndole caso al menor.

—Yoongi, sus padres te mataran si llegas a marcarlo —advirtió Jungkook.

El pálido gruñó cuando escuchó al alfa. Se detuvo un momento y se giró un poco, solo para que los otros le vieran el rostro. Les gruñó de forma amenazante y les enseñó sus colmillos a los dos gemelos. Su satisfacción llegó cuando vio que los otros dos paraban de caminar y lo miraban con un poco de miedo.

—No sé atrevan a acercarse a Jimin -Demandó, alto y fuerte.

Jimin sonrió complacido. -¡Ese es mi gatito!

El chico se sonrojó cuando las personas alrededor le miraron de forma curiosa y sus amigos con el ceño fruncido. Pero su sonrojo creció más ante la mirada del alfa. No estaba enojado, sin embargo, su mirada lo penetro hasta el alma.

Yoongi soltó un suspiro y siguió caminando. Quería salir lo más pronto de ahí, ir a su casa con el omega y hacer todo lo que su mente se estaba maquinando ante el aroma tan hermoso del omega.

—Jimin, piénsalo dos veces —dijo esta vez Hoseok.

El mencionado los miró con los ojos entrecerrados. -Ustedes -los señaló a los cuatro-. Si legan a llamar a mis padres y a los de Yoongi solo para que nos interrumpan, los voy a matar.

Los cuatro amigos se quedaron petrificados en su lugar, ciertamente, era lo que tenían planeado hacer. Pero no les quedó de otras más que detener sus pasos y ver como Yoongi se llevaba en brazos a Jimin, mientras este último hundía su cabeza en el cuello del alfa y comenzaba a aspirar el aroma fuerte del pálido.

El aroma de Yoongi cada vez se intensificaba más, hasta el punto que Jimin sentía que se iba a desmayar por el exquisito olor, porque sí, el olor a café y petricor que el alfa desprendía, hacía que Jimin y su omega quisieran enseñarle su cuello en cualquier momento, añadiendo el tercer olor que el rubio descubrió que el alfa tenía, al principio no estaba seguro, pero después de meter su nariz en el cuello de Yoongi, se dio cuenta que allí había un tenue olor a chocolate amargo, algo que lo dejó completamente en las nubes.

—Jiminnie —ronroneó el alfa, hundiendo su nariz en el cuello del omega, ahí, donde el aroma era más potente.

—Gatito —dijo de la misma forma el omega.

Después de que salieran del colegio, dejando un gran escándalo atrás, Yoongi y él se habían montado en un taxi para que los llevara a la casa del primero. En todo el camino el alfa no había dejado de gruñirle al beta que conducía, puesto que este los veía a través del retrovisor, incluso, llegó al punto de que había levantado a Jimin para ponerlo en sus piernas y comenzar a restragarse en el para dejar todo su aroma en el cuerpo del omega. Y Jimin no se quejó.

Alrededor de diez minutos, ya habían llegado a la hermosa casa del alfa, y Jimin ni siquiera se detuvo a analizar la casa, porque su atención estaba únicamente en Yoongi.

Ahora mismo, se encontraban en la habitación espaciosa del alfa. Al principio el omega se había sentido un poco fuera de lugar al darse cuenta que en el cuarto habían muchos más peluches negros que la primera vez que entró, se asustó un poco de la mirada que esos peluches tenían, pero al final, su atención terminó en el alfa.

Ciertamente, sin contar los peluches, la habitación de Yoongi no tenía nada fuera de lo común. Sólo contaba con una cama matrimonial, una pequeña mesa de noche a la par, al costado derecho había un gran armario y al lado de este una puerta blanca, la cual supuso, era la que llevaba al baño; al costado derecho había un escritorio con una laptop y otros aparatos en ella. Todo estaba perfectamente ordenado, y eso junto al color gris claro de las paredes, daban mucha tranquilidad e iluminación a la habitación.

Alfa y omega se encontraba en la gran cama de Yoongi, mientras que este último estaba metido entre las piernas del rubio, y con su cabeza en el cuello del menor.

—¿Gatito? —preguntó con otro ronroneo.

—Sí, ¿te molesta? —preguntó un poco nervioso.

—No, no me molesta si solo me lo dices tú —dijo, aprisionando con sus manos las caderas del menor.

Un pequeño gemido salió de la boca del omega. Su parte trasera ya estaba comenzando a lubricar, su cuerpo ya estaba comenzando a alertarse, puesto que quería estar preparado para el alfa.

—Me siento especial.

—Eres especial, Minnie.

Jimin alzó una ceja y sonrió burlón, aunque el alfa no pudiese verlo.

—¿Minnie? —preguntó entre divertido y con su pecho llenándose de ternura.

—Me llamaste “gatito” —su voz era cada vez más ronca—. Me parece justo que yo también te ponga un mote lindo, ¿no te gustó?

—Sí, me gusta, solo no me lo esperaba.

—Pero que quede claro —advirtió el alfa, alejándose a regañadientes del cuello del menor, para verlo directamente a los ojos-. Solo yo puedo decirte así.

El cuerpo de Jimin comenzaba a calentarse.

—Me gusta esa posesividad. —Mordió su labio inferior.

Para los ojos de Yoongi, la acción del omega fue espectacular. Sus ojos ahora ya no podían concentrarse en algo más que no fuesen los gruesos y rosados labios de menor. Tan apetecibles y solo para él.

Sin que el otro se lo esperara, Yoongi arremetió contra sus labios, en un beso demandante y lleno de salvajismo. Esta vez no había dulzura ni ternura, algo que prendió extremadamente a ambos.

Jimin gimió ante la sorpresa. Jamás llegó a pensar que este día llegaría, y que el alfa que le gustaba lo besara de esta forma tan caliente y sensual. Tampoco se imaginó que Yoongi tomaría la iniciativa, porque casi siempre era al revés.

Le encantaba de manera descomunal este Yoongi.

El aroma de ambos chicos comenzó a expandirse y a mezclarse por toda la habitación, creando un ambiente agradable y demasiado para los dos.

Yoongi seguía comiéndose la boca de Jimin, haciendo que este gimiera en el proceso y aprovechándose de ello para meter su lengua en la deliciosa boca del omega.

El ritmo con la que sus lenguas se movían y peleaban era simplemente emocionante. El lobo de Yoongi había comenzando a aullar emocionado porque Jimin no le dejara el control del beso por completo, y en lugar de ello, peleará con el por ver quien ganaba en la intensa lucha que estaban teniendo sus lengua, pero no fue hasta que Yoongi mordió el labio inferior del

contrario de una forma tan sensual, que el omega no tuvo más remedio que rendirse y quedar a merced del alfa.

La excitación se podía sentir y oler en el aire. De un momento a otro Yoongi no sabía porque sus pantalones se estaban sintiendo tan apretados y pidiendo ser quitados. Su inocencia no dejaba espacio para entender las reacciones que su cuerpo estaba teniendo, todo lo contrario al omega, quien sabía lo que estaba pasando y de paso, estaba ansiando con todo su ser que el alfa lo reclamara.

El beso continuó unos minutos más, hasta que Yoongi decidió separarse, buscando obtener un poco de oxígeno. Pero una sonrisa se formó en su boca al ver tan bella imagen ante él; Jimin estaba viéndolo desde abajo con sus mejillas rojas, sus ojos brillando como dos luceros, su cabello rubio revuelto, sus labios más gruesos de lo normal entre abiertos y tratando de tomar oxígeno; simplemente hermoso.

—Eres muy hermoso —le susurró el alfa, inclinándose y diciéndoselo en su oído.

El cuerpo de Jimin se estremeció.

—Eres la estrella más brillante y hermosa que mis ojos han visto, Minnie —siguió susurrándole, bajando por el cuello del menor y dejando dulces besos allí.

—Yoongi… —Murmuró a duras penas.

—Shh…

El alfa había vuelto a ir a parar a sus labios, y esta vez lo había besado como nunca antes. Había una mezcla entre deseo, amor, dulzura y ternura. Simplemente algo que Jimin amo, e incluso quiso llorar por sentirse de esa manera. Podía ser que Jimin tuviese apenas 17 años, y tal vez no sabía mucho sobre la vida, pero en este momento, estaba completamente seguro que quería a Yoongi, y no, no lo quería como un simple “primer amor”. Lo quería como su primer y último. Iba a luchar por él.

—Yoongi… —susurró sobre los labios del mayor.

—¿Sí? —preguntó, abriendo sus ojos y prestándole atención al pequeño. Algo en los ojos del omega hizo que su corazón latiera rápido.

—Te quiero mucho —Se sinceró con nerviosismo. Por un momento tuvo miedo. Miedo a que el alfa se alejara y lo recharaza como las anteriores veces.

—Yo también te quiero mucho, Minnie —Sonrió como nunca, mostrando sus hermosas encías rosadas.

Jimin correspondió a la sonrisa, y sonrió de la misma manera, haciendo que en sus ojos se crearán dos pequeñas lunas y su corazón se llenará de calidez.

Yoongi le dio un pequeño beso en los labios al omega y se retiró de las piernas del menor para acostarse a su costado, y abrazarlo fuertemente mientras ponía su cabeza en el pecho del omega.

Jimin sonrió ante la acción del alfa y comenzó a acariciar el rostro de este, y también sus cabellos, haciendo que el alfa comenzara a ronronear de nuevo.

—De verdad, pareces un gato —Rió el omega cuando el alfa se acurrucó más en su pecho.

—Cállate y dame mimos —se quejó el alfa en el mismo instante en el que Jimin detuvo sus caricias.

El omega carcajeó. Con el beso que se habían dado al principio, pensó que para este momento ya estaría sin ropa y gimiendo, mientras que el alfa lo embestia salvajemente y lo hacía gritar. Pero contrario a todo lo que su sucia mente se imaginó, había terminado con un alfa pidiendo mimos.

Cada vez se enamoraba más del alfa.

—Te daré todos los mimos que quieras —le prometió con ternura.

Todo valió la pena cuando el alfa comenzó a ronronear más y a abrazarlo más fuerte. Ese momento jamás iba a ser olvidado por ninguno de los dos.

🐺 30 🐺

El sonido de choques de labios hacia eco en la amplia habitación. Los aromas de ambos chicos estaban en su punto más alto, y sus lobos batallaban por tener el control y encontrarse en un juego un poco peligroso.

Jimin se encontraba a horcadas de Yoongi, mientras este se dejaba hacer debajo del omega, dándose suaves y apasionados besos. No sabían cuánto tiempo había pasado desde que se habían salido del colegio, pero tampoco es como si les importara. No cuando ambos estaban disfrutando.

—Jiminnie… -llamó sobre los labios del menor.

—Mmh… -Murmuró sin dejar de dar pequeños besos en los labios del mayor.

—¿No… tienes… hambre? -preguntó a duras penas.

Habían estado tan entretenidos en sus sesiones de besos y mimos, que ni siquiera se habían detenido a pensar en qué sus estómagos rugian hambrientos.

—Ya estoy comiendo -susurró, sin querer apartarse del alfa.

Yoongi no hizo nada por querer contradecir al menor. Su estómago podía esperar.

Cuando el peli-gris no hizo ningún intento por separarlo, Jimin decidió que las cosas podrían comenzar a subir de nivel.

Comenzó a mover sus caderas a un compás lento y sensual, creando un fricción entre sus miembros un poco intensa. El chico sonrió cuando Yoongi se tensó.

—Ji…

—Silencio. -Lo calló con un beso profundo.

El pálido no dio ninguna otra objeción, es más, puso sus grandes manos alrededor de la pequeña cintura del omega para pegarlo más a él. En su interior se reprendió a sí mismo por estar tan cachondo, él usualmente no era así, pero el calor de su celo lo estaba calando hasta los huesos.

Jimin continuó con su tarea de restregarse contra el mayor, cada vez haciendo más presión y moviéndose con más sensualidad.

Ambos comenzaron a soltar pequeños gemidos llenos de satisfacción y excitación.

El corazón de Jimin se estaba comenzando a acelerar a una velocidad impresionante, esperando ansiosamente por lo que iba a pasar a continuación.

El rubio se apartó un poco se Yoongi, para llevar sus manos hacia el inicio de su camisa y comenzar a levantarla para quitársela, pero un gran alboroto proveniente de la plata baja asustó a ambos.

Jimin rápidamente se bajó del regazo de Yoongi y se acostó al costado de él, mientras ambos se tapaban con la sabana blanca de pies a cabeza, haciendo el intento por cubrir sus erecciones y sus ropas desarregladas.

—¡Déjenme pasar, malditos! -Se escuchó un grito agudo.

Jimin se puso pálido al reconocer la voz de su padre.

undefined—o! No voy a dejar que maten a mi bebé -Habló una voz femenina.

—¿Su bebé?, Su bebé debe de estar aprovechándose del mío.

El rubio soltó una risita nerviosa cuando diferenció la voz de su otro padre. No sabía si reírse de verdad o sentirse mal, puesto que Yoongi en ningún momento intentó aprovecharse de él. Fue todo al revés.

—Mi niño es inocente.

—Señores Min y Park, respiren profundo. -Se pudo diferenciar la voz nerviosa de Seokjin.

—Tú cállate, copia barata.

—No le hable de ese modo -Se escuchó el gruñido de Namjoon.

El cuerpo de Yoongi se tensó cuando escuchó un tumulto de pasos fuertes provenientes de las escaleras. Lo que le daba a entender que sus padres y los de Jimin, venían subiendo.

Jimin se acurrucó en Yoongi, buscando protección.

La puerta fue abierta furiosamente, y Yoongi pudo captar a sus dos padres, los de Jimin, y sus amigos.

Todo se quedó en silencio cuando los demás vieron a Jimin y Yoongi en la cama. También, supusieron que, por sus cabellos revueltos y la sábanas cubriéndolos, lo inevitable había sucedido.

El padre alfa de Jimin intentó acercarse. Estaba furioso porque al parecer, la inocencia de su niño había sido arrancada por un alfa hormonal.

Lo que se esperaba ninguno de los presentes, fue el potente gruñido que se escucho.

—No te acerques a mi alfa -Le gruñó Jimin a su padre.

Él sabía las intenciones que su padre tenía con Yoongi, y su omega había salido para proteger a su alfa. No permitiría que nadie le hiciera daño, no mientras él estaba allí.

El padre de Jimin gimió sorprendido. Todo el enojo se esfumó de su sistema ante tal acción de su hijo. Dio un paso atrás, siendo agarrado por su omega.

—Jiminnie, aléjate de ese alfa -pidió su padre omega.

undefined—. -Siguió gruñendo.

Jimin comenzó a aferrarse más al cuerpo de Yoongi, abrazándolo fuerte y de forma posesiva.

—Jimin… -llamó el alfa-. Me estás asfixiando.

El mencionado volvió su atención al alfa rápidamente. -Lo siento, gatito -le dijo dulcemente, para luego, dejar un beso en su pálida mejilla y alejarse de él, para enfrentar a sus padres.

—Váyanse se aquí -ordenó el rubio-. Sus aromas me están mareando.

Sus padres negaron.

—Por supuesto que no -gruñó molesto-. No te voy a dejar que este alfa siga quitando tu inocencia.

Chanyul estaba que hervía de rabia. Comenzó a mirar a ambos chicos con los ojos entrecerrados, hasta que sus ojos fueron a dar con el cuello ahora descubierto de Jimin.

—¡¿Ese paliducho te quitó la inocencia y no te marcó? -Ahora sí, el hombre estaba más furioso.

Jimin rodó los ojos. -¿Quiere que me marque? -preguntó inocente-. Entonces váyanse de aquí, y tus deseos se cumpliran.

Un silencio incómodo se creó en la habitación, la cual, fue interrumpida por la risa nerviosa de Jungkook.

El padre alfa de Jimin lo volteó a ver amenazadoramente. -¿Y tú de que diablos te ríes?

El cuerpo de Jungkook se paralizó. Abrió sus ojos sorprendidos y comenzó a balbucear, corriendo a protegerse detrás de Hoseok cuando el hombre furioso intentó acercarse a él.

undefined—o le hable así! -Le gritó Hoseok, protegiendo a su alfa.

—¡¿Pero que les pasa a los omegas hoy en día?! -gritó frustrado.

—No, tú no le hables así a mi alfa -sacó sus colmillos el padre omega de Jimin.

—¡No se meta con mi amigo! -gruñó Namjoon.

—Tú cállate, gigante -dijo intentando acercarse ahora al peli-morado.

—No te atrevas a dañar a alguien menor que tú -Se metió esta vez la madre de Yoongi, también sacando sus colmillos.

Una batalla intensa entre omegas se creó en la habitación. Cada uno intentaba acercarse al otro, buscando pelea. Todos tenían sus colmillos afuera y gruñian a cada segundo, gritándose cosas incoherentes y ofendiendose entre ellos.

—Amor, cálmate -pidió desesperado el padre de Jimin.

—No te metas en donde no te llaman, alfa de pacotilla -lo amenazó.

—¿Así es como le hablas a tu esposo? -reprendió la madre de Yoongi.

—Déjalos, cariño -se metió el padre de Yoongi.

—No me digas que hacer, Min.

Los alfas comenzaron a desesperarse al no lograr que la tensión en el ambiente disminuyera, ni lograban calmar a sus omegas.

La pelea siguió por minutos. En ella se podía ver a los omegas discutiendo con gruñidos y a los alfas en medio, intentando apartarlos.

Yoongi miraba la escena confundido y sin saber que hacer. No hasta que sintió como Jimin lo volvía a abrazar y a llenarlo de su aroma.

—En algún momento tienen que calmarse -dijo como si nada-. Sigamos en lo nuestro. -Lo besó.

Los demás presentes voltearon a ver sorprendidos cuando escucharon chasquidos, abriendo sus bocas cuando vieron la escena de los dos chiquillos besándose.

Esto las describe a ustedes 😢

🐺 31 🐺

Yoongi giraba sus ojos para todos lados, tratando de no dar con las intensas miradas de ambos gemelos frente a él, sentía que en cualquier momento le recriminarían por todo lo que ha hecho.

—¿Entonces…? —Se atrevió a hablar Seokjin.

El pálido tragó saliva. Después de que su celo pasara, Seokjin y Jungkook lo habían acorralado para pedir explicaciones, las cuales, no sabía cómo decirlas.

—Me gusta Jimin. —Confesó, cerrando sus ojos para no ver las caras decepcionadas y lastimadas de los gemelos.

—Nosotros confiabamos en ti, Min Yoongi. —Dijeron al mismo tiempo—. ¿Cómo pudiste enamorarte de nuestro chico?

El pálido aún tenía su mirada sobre la mesa.

—Pero ustedes también se enamoraron y… ambos —tragó saliva—. En serio, me gusta.

Yoongi esperaba las más horribles reacciones, como que le tiraran la pizza que en estos momentos tenía en su plato o que armaran un gran escándalo en medio del salón de clases. Pero lo que menos espero, fue escuchar unas estruendosas carcajadas de parte de sus amigos.

El pálido abrió sus ojos, y analizó a los dos alfas frente a él. Su cara se tornó confusa cuando vio a los alfas muriéndose de la risa, Seokjin pegaba contra el escritorio, y Jungkook, quien estaba parado, se había acurrucado gracias a la falta de oxígeno.

—Dinos algo que no sepamos —dijo con dificultad Jungkook.

Continuaron riéndose por unos momentos más, aprovechando que el profesor había tenido que salir de urgencia y los había dejado a su merced en el salón.

Yoongi bufó ante la falta de seriedad de los alfas. Prefería mil veces ser golpeado a que se burlaron de él.

—¿No me van a gritar, pegar o matar y tirarme al río Han? —Preguntó el pálido.

—¿Por qué haríamos eso? —Frunció el ceño Seokjin.

—Porque los traicioné.

Ambos chicos pararon de reír, y aclararon su garganta para ponerse serios, algo que puso nuevamente nervioso a Yoongi.

—No te voy a mentir, al principio me sentí demasiado dolido contigo e incluso pensé en romper nuestra amistad —suspiró Jungkook—. Pero… Hobi me confesó que Jimin estaba enamorado de ti desde que ingresó al colegio —hizo una pequeña mueca—. Dime, ¿De qué me hubiera servido romper nuestra amistad si de igual manera Jimin no me hubiese hecho caso?, además gracias a ello conocí a mí… —se detuvo un momento, sus mejillas se colorearon de un rojo fuerte y pensó si estaría bien lo que diría a continuación—, conocí a mi omega…

—¿Tu omega? —Alzó una ceja Seokjin, viendo divertido a su hermano— ¿Él ya lo sabe?

Las mejillas de Jungkook se pusieron más rojas. —Bueno… No, no se lo he pedido —confesó avergonzado—, ¡pero nos besamos! Eso debe de significar algo, además, si se dejó besar es porque quiere ser mi omega, ¿no?

—Yoongi y Jimin han compartido hasta cama y aun no son pareja —se burló Seokjin—. Así que respondiendo a tu pregunta, no.

Yoongi se puso rojo ante la mención de lo que había sucedido en su día de celo. Podía ser que Jimin y él no hayan pasado al segundo nivel, pero pasaron en la cama dándose besos y pequeños mimos.

—¿Están haciendo algún tipo de competencia para ver a quién le explota primero la cara? — Se mofó el rubio, viendo a sus amigos con su rostro sonrojado.

—¡Al menos nosotros ya besamos! —Se defendió Yoongi, harto de las burlas del gemelo.

La sonrisa maliciosa del alfa rubio se borró al instante. Bajó la mirada y apretó sus labios por la vergüenza.

Ahora Yoongi y Jungkook eran los que se reían.

—¡Cállate, todavía no te perdono el que me hayas quitado a mi amor platónico! —Exclamó el rubio.

Yoongi bajó la mirada avergonzado. Podría ser que su amigo sólo estuviese bromeando, pero en su interior, se sentía de la patada y el peor amigo del mundo. No importaba el hecho de que Seokjin y Jungkook le dijeran que estaba bien, porque el no lo sentía así. Sea como sea, los había traicionado.

El pálido suspiró. No quería ni imaginarse en qué hubiese sucedido si las cosas no se hubiesen originado de esta forma. No quería ni pensar en que pudo haber existido la

posibilidad de que Seokjin y Jungkook dejaran su “enamoramiento” por Jimin. De ser así, su amistad estaría más que rota, y el en estos momentos tal vez se encontraría llorando.

—Perdón. —Se disculpó de corazón. Quería llorar y mucho.

—Aws, no te pongas así, hyung —dijo Jungkook, poniendo su mano en el hombro izquierdo del mayor—. No podemos controlar nuestros sentimientos y tampoco podríamos obligarte a cambiarlos.

—Pero es que… —Intentó decir.

—Pero es que nada. —Interrumpió el rubio— Sí quieres conseguir nuestro perdón, entonces debes declararte ante Jimin, o de lo contrario, haré que mi anterior obsesión con él vuelva, y esta vez si estaría dispuesto a quitártelo.

Ambos gemelos se cruzaron de brazos, mirando expectantes el rostro del mayor. No podían creer que después de todo lo sucedido, Yoongi siguiese lamentándose.

—De nada te sirve ponerte de esa forma, Yoongi —le dijo Seokjin—. Lo que pasó, pasó. No puedes seguir lamentándote por algo que jamás podrás cambiar, porque no podemos mandar a los sentimientos.

—Exacto. —Estuvo de acuerdo su hermano—. Ahora ve detrás de tu omega y dile que lo amas. Luego bésalo, pídele matrimonio, y tengan cachorros sanos.

Los gemelos comenzaron a reír ante la cara que puso Yoongi luego de mencionar la palabra “cachorros”. El alfa se había puesto más rojito y había comenzado a balbucear. Luego de unos segundos, Yoongi también se unió a las risas.

—¿Entonces, irás o no?

Yoongi negó. —No puedo llegar como si nada donde Jimin, y solo decirle “oye, ¿quieres ser mi omega”.

—¿Y por qué no? —preguntó confundido Jungkook— Todos sabemos que Jimin está muriéndose de amor por ti, y que no dudaría en aceptarte.

—Lo sé, pero yo quiero hacer las cosas bien —suspiró frustrado—. He sido todo un idiota desde que lo conocí. Siempre es él el que ha tomado la iniciativa —susurró—. Por una vez, quiero hacerlo feliz, haciéndole algo muy tierno y especial, porque él se lo merece.

—¡Kya! —Gritó Seokjin, mientras aplaudía con sus manos—. Te convertiste en un ridículo.

Yoongi se pasó sus manos por la cara. No tenía ningún caso el tratar de ser romántico frente a sus amigos. Sin importar qué, ellos siempre se burlarían de él.

—Ojalá Namjoon nunca te haga caso —bufó el gemelo menor mirando por unos segundos a su hermano, para luego, posar sus ojos en Yoongi—. No le hagas caso, Yoongi. Yo estoy dispuesto a ayudarte, y sé que también Hobi estará feliz de ayudar.

El pálido asintió emocionado por la ayuda que Jungkook estaba dispuesto a brindarle. Sus nervios se incrementaron de tan sólo pensar en que habían grandes posibilidades de que Jimin lo aceptase aunque no lo haya cortejado. Tal vez podría poner de excusa el que su cortejo fueron los besos que se dieron, pero el chico tal vez lo podría tomar mal.

—Además… —siguió hablando Jungkook— Podríamos aprovechar la situación…

—¿Ves Yoongi? —sonrió Seokjin— Nunca te confíes de Jungkook, él siempre pedirá algo a cambio.

El mencionado le miró de forma amenazadora. —Por idiota, ya no te incluiré.

—¿A qué te referías con “aprovechar la situación” —Preguntó Yoongi, interrumpiendo para que los gemelos no comenzarán a pelear.

—Bueno… Yo también quiero… quiero pedirle a Hobi que sea mi omega —Murmuró quedito—. Primero te ayudo a ti, hyung, y luego tu me ayudas a mí.

Yoongi sonrió un poco, las palabras del alfa menor no sonaban para nada mal, por lo que asintió rápidamente, indicándole al menor que estaba de acuerdo con su idea.

Tanto Jungkook como Yoongi voltearon a ver a Seokjin, ya que este se había quedado callado por un buen momento. El chico estaba algo pensativo, haciendo muecas un poco dudosas.

—¿Seokjin?… —Le llamó Yoongi.

—Yo también quiero participar. —Pidió rápidamente, en su mente, se encontraba un hermoso omega de cabello morado, y el quería intentarlo.

—Entonces, comencemos la operación “Dos alfas, un omega y un Yoongi”.

—¿Qué?, ¿Por qué? —preguntó confundido el pálido— ¿No sería mejor “Tres alfas y tres omegas”?

Jungkook negó. —No, porque todo esto es gracias a ti. —Aseguró— Sí no te hubieses enamorado de Jimin, entonces todo esto no estuviese pasando.

—¿Entonces por qué dices “Dos alfas”? —gruñó—. Yo también soy uno.

—Bueno… —Comenzó a decir Seokjin.

—Tú cállate —advirtió Jungkook, señalando a Seokjin—. Sólo no preguntes, hyung.

Yoongi negó con la cabeza. No servía de nada comenzar una pelea por el nombre de la operación, lo único que le importaba era el hecho de que podría decirle a Jimin lo mucho que le gustaba.

—Dos alfas, un omega y un Yoongi… —Susurró— No suena tan mal.

🐺

Fin.

Na, mentira, no se crean… Solo pasaba a decirles de que el final está más que cerca, así que les quería informar sobre la dinámica que se me ocurrió hacer, puesto que amo interactuar con los lectores. Por ello, le dedicaré el capítulo final a las dos lectoras que más hayan comentado a lo largo de la historia.

🐺 32 🐺

Yoongi caminaba a paso un poco rápido por el pasillo desolado seguido por Seokjin y Jungkook. Éstos últimos, habían decidido acompañarlo para ver lo que el pálido le diría a Jimin, pero Yoongi sabía que lo hacían para poder burlarse de él, mas no dijo nada.

Después de que se pusieran de acuerdo en lo que iban a hacer para que Yoongi le pudiese pedir chico que fuese su omega, los gemelos lo habían mandado a que le pidiera la cita a Jimin.

El alfa siguió caminando, sus nervios estaban a flor de piel, y su frente sudaba un poco. Nunca había hecho algo como esto, por lo que rogaba a la Diosa Luna para que le ayudara de lo contrario, se juraría jamás volver a hacer algo similar.

—No te pongas de esa manera, Yoongi —habló desde atrás Seokjin, alzando un poco la voz para que el pálido le pudiese escuchar.

—Tú no entiendes. —Negó Yoongi.

Siguió caminando hacia el aula en la que se encontraba Jimin.

Las cosas en el colegio eran un poco complicadas, puesto que casi todos allí tenían diferentes edades, pero estaban en el mismo salón, o solo compartían algunas clases juntos. Por ejemplo: Los tres omegas, sus amigos y él, compartían algunas clases juntos, pero o eran mayores por meses, o por un año, y estaban juntos. Lo que pasa, era que el colegio permitía a niños desde los 3 años, pero no todos llegaban a esa edad, algunos llegaban hasta los cuatro o los cinco, y los integraban en los mismos salones, por ello, había diversidad de edades, pero ya que eran muchos, los dividían y a veces sólo compartían una que otra clase.

Jimin y él compartían clases los Lunes y Miércoles, pero ahora estaba en Viernes.

Vaya mierda.

Yoongi siguió su camino hasta que al fin llegó al área en la que se encontraba Jimin, miró su reloj de mano y se dio cuenta que faltaban cinco minutos para que el omega saliera a receso.

El alfa se detuvo a unos cuantos metros de la puerta del aula en la que estaba Jimin, y se recostó sobre la blanca pared, inhalando pesadamente mientras se comenzaba a imaginar diferentes escenarios de Jimin junto a él, o de cómo las cosas podrían llegar a salir.

—¿Estás nervioso? —Preguntó ignorante Seokjin.

—¡No seas tonto! —Le pegó Kook en la espalda a su hermano.

—¿Por qué me pegas? —Seokjin estaba indignado.

—Para que se te quite lo estúpido —rodó los ojos—. Mira al pobre —ordenó, señalando a Yoongi, quien se encontraba casi comiéndose las uñas—, está más nervioso que papá cuando perdió algo.

Los gemelos siguieron peleando, sin ser conscientes del pánico que crecía cada vez más en el pálido. Yoongi estaba que se desmayaba, porque jamás había salido ni siquiera a una cita con algún omega, y que Jimin fuera el primero y al que no quería perder por sus estupideces, le ponía los pelos de punta.

Riiiing.

El sonido de la campana que indicaba el receso sonó, poniendo a Yoongi más pálido de lo normal. Los estudiantes comenzaron a salir como ganado del salón, algunos bromeaban y sonreían, mientras que otros salían dando las gracias por el final de la clase.

Yoongi aclaró su garganta, llamando la atención de los gemelos, y se puso recto. Comenzó a estirar su cuello para poder ver al chico por el cual estaba tan nervioso, hasta que lo vio casi salir de último, el omega venía con Namjoon, se veían muy alegre y lleno de vida. Yoongi volvió a suspirar al ver a semejante omega.

Jimin, quien venía hablando sobre conejitos con Namjoon, fue codeado por este último de un momento a otro. El rubio lo volteó a ver confundido y con una mueca, hasta que vio que su amigo tenía su vista fija hacia un punto en específico. El omega, curioso, siguió la mirada de Namjoon, encontrándose con el dueño de sus mejores sueños y fantasías.

El omega sonrió ampliamente y corrió sin siquiera pensarlo hacia Yoongi, cuando llegó, no espero ni que el alfa le dijera algo. El simplemente se lanzó hacia el cuerpo del mayor.

—¡Yoongi! —gritó alegre, mientras abrazaba lo abrazaba con fuerza— ¿Viniste por mí?, ¿me llevarás a comer?, ¿me darás besitos?

Jimin comenzó a hablar rápidamente sin darle una oportunidad de hablar al alfa, y tampoco dándose cuenta de lo rojo que estaba este.

Los gemelos atrás comenzaron a burlarse de Yoongi, haciéndose los enamorados, Jungkook se acercaba a Seokjin e intentaba darle besos, mientras esté último se hacía el tímido, imitando a Yoongi, sin embargo, dejaron de molestar cuando sintieron que les jalaron la oreja.

—Vámonos de aquí —ordenó Namjoon, agarrando con sus dos manos una de las orejas de ambos gemelos.

—¡Nammie, duele! —Se quejó Seokjin.

—Entonces dejen de molestar. Hay que darles espacio —dijo, viendo de reojo a su amigo con Yoongi.

—Está bien, pero sueltanos —pidió esta vez Jungkook—. Debo de ir a traer a Hobi.

—Entonces vámonos —mandó, con voz grave.

Los tres se marcharon de allí, acompañado de las quejas de los gemelos, y viendo hacia atrás cada dos segundo sólo para ver lo que Jimin le hacía a Yoongi.

—Entonces, ¿Puedo darte besitos? —Preguntó Jimin con ilusión palpado en sus ojos.

—Este… Primero… —Comenzó a decir Yoongi, nervioso por la cercanía del omega—. Quería pedirte algo…

El omega de Jimin aulló alegre y ansioso. El nerviosismo del alfa le daba una pequeña idea de lo que pudiera ser lo que él alfa le pediría, aunque no debía de ilusionarse, Jimin no lo podía evitar.

—Sí, acepto —asintió, sin siquiera esperar a que el alfa articulara algo.

Yoongi le miró confundido. —Ni siquiera he dicho nada.

—No me importa, es un sí seguro a cualquier cosa que me vayas a pedir. —Alzó los hombros restándole inportancia, mientras se colgaba del cuello del alfa, haciendo que este posara sus grandes manos en su cintura, para no retener todo el peso en su cuello.

El alfa le miró incrédulo. —¿Incluso si te pido que te tires de un puente?

—Menos eso, no me gustan las alturas —hizo una pequeña mueca de disgusto, pero luego la cambio, poniendo una sonrisa en sus labios—. Ve al grano ya, vamos, vamos, pídeme lo que quieras.

Ahora sí, los nervios volvieron a invadir el sistema de Yoongi. El alfa relamió sus labios y comenzó a morder el inferior después, no sabía cómo pedir una cita.

Jimin miraba fijamente las acciones de Yoongi, y que la Diosa Luna tuviera piedad de él, porque tenía unas tremendas ganas de besar al alfa.

—Entonces…

—¿Tú… yo… casa… —Comenzó a decir el alfa a duras penas, sin lograr articular una pregunta lógica.

—¿Más cama? —Preguntó de manera juguetona el omega, riendo divertido ante la manera tan tierna en la que Yoongi quería pedirle una cita.

El alfa se sonrojo y negó rápidamente. —No, eso no.

—Le quitas lo divertido a la vida, alfa —creó un pequeño puchero en sus labios.

—Solo… ¿Quieressalirconmigoaalgúnlugaroirconmigoaunlugaropasarconmigolatardeenalgúnlugar? —Preguntó lo más rápido que pudo el alfa, aguantando la respiración, esperando la respuesta de Jimin, más este solo le miraba con confusión.

—¿Qué? —El omega estaba más confundido ahora que cuando recibía matemáticas—. Dilo más despacio, Yoongi-shi, no te voy a morder… al menos no ahora —lo último lo susurró.

El pálido inhaló profundo, si seguía de esa manera, lo único que lograría era pasar más vergüenza.

—¿Quieres salir conmigo? —soltó rápidamente.

—¿Salir contigo? —Se hizo el inocente— ¿Por qué?, ¿A donde?

—Porque… porque quiero conocerte mejor… —susurró, no dándose cuenta de la gran sonrisa que adornaba el hermoso rostro del omega—. Podemos ir por un helado, a comer algo o a pasear —apretó sus labios—, pero si no quieres podemos ir a mi casa —añadió rápidamente, pensando que tal vez el omega podría preferir el ver una película, o sólo charlar.

—La última suena muy tantadora —le miró malicioso, bromeando.

—¿Por qué? —Preguntó el alfa, sin entender la broma del menor—. ¿Prefieres que veamos una película?

Jimin abrió sus ojos. El chico era un inocente total, y a él, le encantaba eso.

—Olvídalo, podemos ir a pasear al parque —propuso dulcemente.

—Al parque será —asintió el alfa, alegre de que Jimin haya aceptado salir con él— ¿Mañana a las cuatro de la tarde?

—Mañana a las cuatro de la tarde —asintió el omega.

Ambos chicos se quedaron en silencio luego de eso. Ninguno sabía que hacer ahora que habían acordado salir en una cita, SU primera cita. El omega estaba que rebosaba de la alegría.

Ambos se quedaron viéndose directamente a los ojos. Yoongi analizó cuidadosamente al omega, quedando sorprendido luego de darse cuenta que Jimin era más hermoso viéndolo de cerca, sus ojos brillantes y llenos de ilusión, su nariz de botón trazada perfectamente, y ni hablar de esos labios gruesos y rosados que pedían a gritos ser besado por los de Yoongi.

El chico se sonrojó con tan solo pensarlo, pero de repente, una pequeña pizca de valentía surgió de algún lugar que el desconocía, para después escuchar a su lobo hablarle.

Por una vez en tu aburrida vida, sé el maldito alfa dominante y bésalo, ese será el paso seguro para que podamos poner a nuestros cachorritos en Jimin.

Pero yo no quiero tener cachorros todavía.

Pero yo sí, así que hazme caso y bésalo.

Yoongi tragó duro ante la orden de su alfa, aunque no lo pensó mucho, puesto que no podía mentirse, porque aunque no tenía ni la más mínima atención en tener cachorros ahorita, tenía muchas ganas de besar al omega, y un beso no podía embarazar al chico, ¿cierto?

El alfa tomó todo el valor que tenía para atraer más a Jimin con sus brazos, hasta que no hubo algún espacio entre sus cuerpos. El último estaba sorprendido ante la iniciativa del alfa, más no dijo nada, solo se quedó esperando curioso al siguiente paso de Yoongi.

El peli-gris sin esperar más, sonrió antes de terminar la distancia entre el los labios de Jimin y los de él.

Un dulce beso comenzó entre ambos chicos. Los labios de Yoongi se movían con necesidad pero a la misma vez con delicadeza sobre los de Jimin, creando un ritmo prefecto y sincronizado. Sonrió cuando un pequeño suspiro gustoso surgió del omega, quien dejaba que el alfa tuviese todo el control.

Yoongi jamás pensó que tener el control completamente se sintiera tan bien, por lo que fue subiendo la intensidad de dicho beso, haciendo que Jimin comenzara a quedarse sin aire por la intensidad que el alfa le imponía.

Continuaron besándose a su propio ritmo, hasta que la cordura de Yoongi se fue completamente al diablo cuando el omega comenzó a gemir sobre sus labios.

El alfa lo tomó sin ninguna delicadeza y lo alzó, haciendo que Jimin enrollara sus piernas en la cintura de Yoongi, mientras este último lo acorralaba contra la pared.

Yoongi comenzó a sacar su lengua, pidiéndole permiso al omega para poder meterla en la boca del contrario, y este último, no se rehusó ni en lo más mínimo. Una guerra dio inicio en la boca de ambos, Yoongi se sintió en el cielo al tener el control total, y Jimin… Jimin quiso ser más dominado.

Al fin, uno de los sueños húmedos del omega se había hecho realidad, porque solo la Diosa Luna sabe cuánto había anhelado ser tomado de esa forma por su alfa, porque sí, para Jimin, Yoongi ya era suyo, y viceversa.

🐺 33 🐺

Ya habían pasado dos días desde el intenso beso que Yoongi le había dado en los pasillos del colegio, pero él lo seguía recordando cada vez que tocaba sus labios, sobre todo porque después de ello recibieron un castigo.

Ambos chicos olvidaron que habían estado en receso y en un pasillo muy transitado, tanto por alumnos como por maestros. Y no todos eran tan emocionales como el que los había dejado irse el día que Yoongi entró en celo. No, el profesor de física era intenso.

Terminaron limpiando toda el aula después de clase y mil líneas en las que decían: “Debo de controlar mis hormonas”.

Y no es que le hubiese importado a Jimin, de hecho, agradeció ser castigado puesto que pudo pasar alrededor de más de una hora con su hyung.

Lo que más agradeció, fue el hecho de que el alfa le había robado uno que otro beso pequeño, ya que el señor siempre llegaba a vigilarlos cada cinco minutos, para verificar que no estuviesen haciendo nada “indebido”.

El omega amo que el alfa tuvo las agallas para tomar la iniciativa y ser más dominante. Justo como a Jimin le encantaba.

—¿El gris o el negro? —preguntó Hoseok.

Salió de sus recuerdos para poder prestarle atención a su amigo, quien tenía dos pantalones de cuero en sus manos y se los mostraba.

—El negro.

—Jimin, queremos que nos vengas con la noticia de que ya tienes novio, no que vengas con gemelos en tu vientre —se burló el peli-morado, sentado sobre la cama del rubio.

Hoseok se rió bajito. —No seas aguafiestas Nam, estoy seguro de que es más posible que el que salga embarazado sea Yoongi.

Ambos chicos comenzaron a reír de su pequeño amigo. Los dos tenían muy en claro como realmente era Jimin.

—¡Yaa! No hablen de mí como si no estuviera —bufó—. No es para tanto.

—Eres un pervertido, Jimin.

—No lo soy…

—Sí claro —siguió burlándose el peli-morado—. Estoy seguro de que sí Yoongi hyung fuera el típico alfa que no desaprovecha las oportunidades, tú ya tendrías dos cachorros, un novio y una marca.

Jimin ni siquiera intento defenderse de las burlas de sus insoportables amigos. Decidió que era mejor ignorarlos y seguir arreglándose para su cita con Yoongi, la cual, sería en menos de dos horas, algo que lo puso nervioso al no estar arreglado por andar eligiendo lo que se pondría.

—Siento que esta noche no vas a volver a casa.

Taehyung miraba a su sobrino de arriba a abajo con una ceja alzada.

El chico se había puesto demasiado sexy como para una cita.

—Dime, ¿Vas a un antro o a una salida con tu crush?

—No lo sé, Yoongi sólo me dijo que nos reuniéramos en el parque —rodó los ojos.

Sus dos mejores amigos rieron detrás de él.

—Lo más seguro es que te lleve a su cama —soltó sin ningún tapujo el alfa. Sus amigos rieron más fuerte y a Jimin se le colorearon las mejillas.

—¡Ya! Yoongi no es ese tipo de alfa —apretó los labios, porque en el fondo, él deseaba que el pálido fuese un poco más atrevido con él.

—Tú no puedes asegurarlo —se entrometió Hoseok—. Tú me ves todo inocente y dulce, pero cuando te vi vestido así —lo señaló—, me dieron ganas de ser un alfa y marcarte allí mismo.

Jimin le pegó un manotazo al omega en la espalda. Su rostro se calentó demasiado y no ayudaba el hecho de que su tío y otro amigo se estuvieran muriendo de la risa.

El omega vestía unos pantalones de cuero que se amoldeaban perfectamente a sus muslos y trasero. Una remera color vino manga larga de algodón, la cual, dejaba su clavícula al descubierto.

—Me largo de aquí —dijo, yéndose apenado de la sala para salir de la casa.

Dejó a sus amigos adentro, de todas formas, ellos solo habían ido para ayudarle a elegir un outfit.

Se sentía un poco raro, puesto que se había maquillado un poco, y no es que no le gustara como se veía, si no que no sabía si a Yoongi le gustaría.

Llamó un taxi para que lo llegase a traer. No quería ir en el autobús vestido de esa manera, y aún no tenía edad suficiente como para pedirle prestado el coche a su papá, y tampoco quería que sus padres se enteraran que iba a salir con Yoongi, puesto que en las condiciones en la que los encontraron cuando el alfa entró en celo no fueron las mejores.

El taxi llegó unos minutos después. En el poco trayecto que debían de recorrer para llegar al parque central se puso a pensar en cómo sería su vida desde mañana.

Estaba ilusionado con que Yoongi de una vez por todas le pidiese que fuera su novio, o al menos, que le pidiera permiso para cortejarlo.

Aunque después de todos los besos que se han dado, le parecía ridículo el que lo cortejara.

Llegó al parque, y antes de bajarse del taxi, le agradeció al señor y pagó por su servicio. Salió inundado de nervios, y comenzó a buscar en todos lados para ver si encontraba al chico de sus sueños

El parque no estaba muy lleno por lo que le fue muy fácil dar con esa irreconocible cabellera gris.

Sonrió tontamente viendo al alfa. El chico estaba sentado sobre una de las tantas bancas de allí, tenía sus codos sobre sus rodillas y la cabeza gacha.

Jimin corrió alegre hacia el alfa.

—¡Yoongi! —llegó, asustando al alfa y sentándose a la par de este.

—Jimin… —dijo mirando al chico con los ojos abiertos—. Es-estás… Wow.

Jimin sonrió apenado. —Sí, wow… Usted está wow wow —Se burló un poco del mayor.

Yoongi se quedó viendo al chico directamente por unos segundos.

No sabía cómo qué palabra era la correcta para poder definir al chico. Jimin era tan… tan todo, que ni siquiera la palabra “hermoso” le hacía justicia.

Las facciones de su rostro eran perfectas. Sus labios gruesos y rosados hacían una mezcla perfecta con su gran sonrisa. Sus ojos se cerraban de una manera perfecta al reír, y el brillo que estos emanaban lo hacían sentirse como en casa.

Le gustaba la forma en que Jimin lo miraba.

—¿Yoongi? —preguntó nervioso el omega cuando el chico se le quedó viendo fijamente— ¿A donde iremos?

—A donde tú quieras —dijo bobamente—. Eres muy hermoso —confesó, sin quitar la sonrisa de tonto que tenía en la cara.

—Gra-gracias —agradeció a duras penas—. Usted también es hermoso hyung.

Jimin sentía que se moriría allí mismo si el alfa seguía diciéndole cosas como esas, y mirándolo de esa forma.

Yoongi salió de su ensoñamiento y se aclaró la garganta. —Entonces… ¿A donde quieres ir?

—¿Le parece si vamos a un lugar de esos que parecen feria pero no son ferias? —preguntó jugando con sus deditos.

—¿A qué te refieres?

—De esos lugares en donde hay muchos juegos —respondió.

—¿Así como Hope World? —preguntó, recordando el lugar al que sus padres lo llevaban cuando estaba muy pequeño.

—Sí, allí hay muchos juegos en los que dan recompensas —aplaudió contento.

—Bien, creo que podemos llegar caminando. No está tan lejos de aquí.

—Está como a un kilómetro, hyung.

—A penas son las cuatro con diez —dijo, queriéndose excusar—. Podemos hablar mientras caminamos.

Yoongi no lo iba a confesar, pero quería conocer un poco más al chico antes de ir a un lugar con él, además, no lo diría en voz alta, pero de repente, se le vino a la mente que se sentiría el caminar con Jimin mientras llevaban entrelazadas sus manos.

—Está bien —aceptó.

—No sé diga más —rió levantándose y extendiéndole la mano a Jimin para que se levantara también—. Vamos.

El omega gustoso aceptó la pálida mano de Yoongi y se levantó con la misma actitud.

Por un momento, Jimin pensó que el alfa lo soltaría y comenzaría a caminar el solo, pero grande fue su sorpresa que en lugar de soltar su mano, Yoongi entrelazo sus dedos.

El corazón de Jimin comenzó a latir fuertemente mientras miraba con una gran sonrisa sus manos. Ambas encajaban y se veían perfectas.

El omega con alegría comenzó a hablar de cualquier cosa, mientras Yoongi solo asentía y lo miraba como si fuese la cosas más importante y bella del universo.

Detalles en the next chapter.

Pdt: Amo a las que me ponen demasiadas cosas hermosas, y dan estrellitas.

Pdt 2: También amo a las fantasmitas, porque… ¿Qué sería sin ellas?

🐺 34 🐺

—Hyung, ¿Qué se siente tener hermanos? —Preguntó el chico mientras balanceaba su mano junto con la de Yoongi.

—Nada especial. Son como un grano el culo —respondió, recordando todas las veces en las que los diablillos que tenía como hermanos habían entrado a su habitación sin permiso.

—No es para tanto Hyung —Rió divertido—. Yo siempre soñé tener aunque sea un hermanito.

El corazón de Jimin se llenó de melancolía, puesto que tanto sus padres como él, siempre desearon tener a una pequeña bola de carne corriendo de aquí para allá.

—No es divertido tener hermanos, Jimin —gruñó, intentando caminar más despacio, ya que solo faltaba una cuadra para poder llegar a su destino.

—No es divertido no tener a nadie con quien pelear y reírte, hyung —susurró—. Siempre quise tener un hermanito para protegerlo y mimarlo.

El alfa cambio su expresión de fastidio para darle paso a una de comprensión. Ahora que lo pensaba, no sabía que haría si algún día alguno de sus revoltosos hermanos le faltaba, o si no los tuviera. Sería raro el hecho de que su casa se mantuviera en silencio.

—Yo…

—No diga nada, hyung —el brillo volvió a destellar en sus orbes—. Por eso quiero tener muchos cachorros.

—Y yo me voy a encargar de que se haga realidad —comentó el alfa en un susurro que solo era para él.

Las mejillas de Jimin se tornaron de un rosa intenso, puesto que aunque el alfa había hablado muy despacio, él había alcanzado a escuchar lo que había dicho.

El ya deseaba cumplir la mayoría de edad, para así poder obtener su marca lo más antes posible.

—Hyu…

—¡Mira! —chilló el alfa, intentando cambiar de tema y asustando a Jimin a su paso— Ya llegamos —señaló hacia el gran rótulo del local.

Hope World. Que interesante. Pensó el menor.

Sin siquiera esperar a que el omega dijera algo, salió corriendo hacia la entrada del lugar, arrastrando al omega al estar sus manos juntas y entrelazadas.

Jimin no se opuso, y comenzó a reír por la alegría que el pálido emanaba de su cuerpo. Se veía tan vivo y tan emocionado que no pudo hacer nada más que seguirle la corriente.

Entraron por las puertas de cristal oscuro.

—Dos entradas por favor —pidió el pálido al joven que se encontraba en la entrada.

—¿Con cuanto de dinero desea cargarla? —preguntó amablemente el joven.

El omega dejó que el alfa se encargara de cargar la tarjeta, y en lugar de seguir a la par de Yoongi, comenzó a curiosear el lugar con su mirada.

El ambiente allí era muy agradable y se sentía como si estuvieses en un paraíso de juegos mecánicos. Incluso había una mini montaña rusa, lo que hizo que Jimin se cuestionara como diablos habían hecho para poder meter eso allí.

Los juegos abundaban el lugar, desde carrito chocones hasta juegos de canasta y de baile. En ese momento Jimin, con sus ojos destilando malicia, supo cual sería el primer juego al que quería ir.

—Ya tengo la tarjeta —le enseñó un pequeño objeto rectangular amarillo con negro.

—¿Puedo elegir a donde ir? —pidió con un puchero.

—Claro —aceptó bobamente, viendo lo tierno que Jimin era.

—Vamos a ese juego que se parece al Just Dance —Jimin arrastró al alfa hasta el juego musical.

Yoongi quiso comenzar a negarse porque el era pésimo para moverse, y era más pésimo aún para bailar, pero el omega ni siquiera le prestó atención por hablar con el encargado, el cual le decía que seguían después de la pareja que estaba bailando en estos momentos.

—¿A qué horas me quito la tarjeta? —Se susurró a sí mismo cuando vio el pequeño objeto en las manos del rubio.

La pareja que estaba ocupando el juego terminó unos instantes después, haciendo que el corazón de Yoongi comenzara a latir desenfrenado.

Hoy era el día que moriría de la vergüenza.

—Nos toca, hyung —Jaló su mano.

Yoongi a regañadientes comenzó a caminar para ponerse en el lugar que Jimin le estaba indicando.

En otras circunstancias, el alfa le hubiese valido en lo más mínimo dejar plantada a la persona que lo quisiera hacer bailar, pero era Jimin, así que no hizo nada más que suspirar y dejarse llevar.

Fire — Bangtan Sonyeondan.

Yoongi a duras penas pudo leer el título de la canción que Jimin había elegido, puesto que la canción comenzó a sonar de un solo, siete muñequitos con cabellos de colores salieron en la pantalla, como alistándose para comenzar a bailar.

Tum, tururutututu, Tum tururutututu.

El sonido invadió los oído de Yoongi y volteó a ver a Jimin. Este último se encontraba con la vista puesta en sus pies, puesto que allí estaban los pasos que debían de seguir, aunque también en la pantalla habían ciertos movimientos que te decían que ibas a seguir.

—No tenga pena, Yoongi hyung —se burló el omega.

—Mocoso —susurró.

Bultaoreune.

¡Fireeeeee, oh!

La música asustó tanto a Yoongi que sin rechistar comenzó a bailar como su cuerpo se lo permitiera.

Movió sus pies para atrás como si estuviese caminando encima de piedras calientes y sus manos las estiró hacia adelante mientras se acurrucaba también.

Casi se va de espaldas al no tener mucho equilibrio.

¡Fireeeeee, eo eo!

Jimin dejó de bailar cuando las carcajadas comenzaron a salir de su garganta al ver a su hyung bailar.

Yoongi se movía como si estuviese siendo electrocutado, y sus movimientos eran demasiado tiesos, tanto que hasta una estatua le ganaría.

When I wake up in my room nan mwodo eopji

Jimin se dobló en su lugar mientras agarraba su estómago fuerte, intentado parar de reír. Pero simplemente no podía y su estómago comenzó a doler, y también sintió como el oxígeno costaba que llegara a su interior. Su cara estaba demasiado roja, y de sus ojos comenzaban a salir pequeñas lágrimas.

Everybody say la la la la.

La la la la la.

El alfa supo que había perdido su dignidad y orgullo desde que había aceptado que Jimin eligiera lo que quería jugar, por lo que no detuvo sus movimientos, es más, ahora bailaba como robot pero con sentimiento.

Bultaoreune.

Siguió bailando, dejándose guiar por las flechas debajo de sus pies, y los chicos que salían en la pantalla con flechas también en la parte inferior.

Jimin siguió riéndose y Yoongi siguió perdiendo el orgullo, pero no le importó, con tan sólo ver al omega tan alegre le bastó.

El alfa en su máximo alcance de emoción, terminó poniendo el pie mal y se fue para un lado, terminando en el suelo. Sudado y con su orgullo enterrado a dos metros bajo tierra.

El alfa ni siquiera hizo el esfuerzo por levantarse, se quedó allí mientras intentaba regular su respiración y se quejaba silenciosamente.

El omega a unos cuantos pasos de él, intentaba calmarse todo lo que podía, pero nada funcionaba.

—No te rías y ven a ayudarme —le pidió el alfa, riendo también.

—Es q-que… JAJAJA, no pu-puedo JAJAJA —Jimin escondió la cabeza en sus piernas.

—Agh… PARK JIMIN —gritó agudamente, mientras se ponía de rodillas para levantarse.

Cuando al fin pudo estar de pie, reguló su respiración y espero a que el omega parara de reír. Cosa que logró luego de unos exasperados segundos.

—Dame la mano —le ofreció al omega para ayudarlo a que se levantara.

El omega arreglo su ropa y trato de ponerse lo más serio que pudo, no lográndolo pero al menos su risa ya se había calmado.

—El ganador es usted —habló alguien a sus espaldas.

Ambos chicos voltearon a ver curiosos, encontrándose con el encargado señalando a Yoongi.

—¿Yo? —Se señaló sorprendido a sí mismo.

—¿Él?

—Sí —asintió el muchacho—. Usted estuvo riéndose desde que empezó el juego y ni siquiera bailó —le dijo amablemente a Jimin.

Yoongi chilló de alegría, y comenzó a hacer su pequeño baile de la victoria frente a un Jimin con la boca abierta.

El omega rió divertido y aceptó la derrota. —Espero la revancha, señor Min.

—Ni en sus mejores sueños, Señor Park —dijo negando. Jamás volvería a jugar algo similar.

—Llámeme Señor Min también —bromeó.

—Será un placer.

🐺 35 🐺

Las risas y los pequeños coqueteos siguieron por tres horas más. Casi todos los juego habían sido probados, menos la mini montaña rusa, puesto que ni alfa ni omega tenían suficiente valor como para subirse a ella.

Ahora mismo se encontraban sentados en una mesa al fondo del área de comida. Ambos chicos habían decidido comer un poco luego de todo el ejercicio que habían estado haciendo.

—¿Quieres seguir jugando, Jiminnie? -Preguntó el alfa, mientras se llevaba su hamburguesa a la boca.

—Hyung~ -chilló el omega, lamiéndose los labios cuando un poco de mayonesa bajo por la quijada del mayor-. Ya estoy cansado. ¿Acaso usted no?

—No. -Mintió.

Por supuesto que estaba cansado. Jamás en su corta se había movido tanto como lo había hecho en esas pocas horas.

—Entonces vaya a seguir jugando mientras que yo lo voy a ver desde aquí -sonrió el omega.

Jimin estaba seguro de que el alfa estaba mintiendo al decir que no estaba cansado, ya que de la frente del alfa bajaban pequeñas gotas de sudor, sus mejillas estaban muy coloradas y sus ojos denotaban cansancio.

—No -Negó rápidamente, inflando sus cachetes a causa de la comida que tenía dentro de su boca.

Jimin rió. -¿Por qué?

—Porque si no es contigo entonces no me voy a subir a nada más -se intentó excusar.

En parte era cierto. Yoongi sabía que no sería igual de divertido subirse a un juego mecánico solo, a subirse junto con Jimin, puesto que este último siempre lo hacía reír.

Pero por otro lado, el alfa sentía todos sus músculos tiesos y tensos, por lo que no creía que podría si quiera dar un salto.

El omega no sabía si sonrojarse por lo lindo que eso había sonado, o enojarse por estar siendo usado como excusa.

—Sólo terminemos de comer y luego vamos a los juegos.

—Dijiste que estabas cansado -le reclamó el mayor.

—Estas papas fritas me dieron energía -mintió.

—No, no. Debes de descansar Park Jimin. Tu cara está muy roja.

—Solo si acepta que estás cansado -entrecerró sus ojitos.

—No estoy cansado.

Jimin chasqueó su lengua frustrado por lo necio que era su mayor.

—Sí está cansado.

—No.

—Sí.

—Que no.

—Que sí.

—No.

—Sí.

—Sí.

—No.

—Sí.

—Deme un beso.

—Que sí.

Yoongi abrió sus ojos por completo al haber sido engañado por ese pequeño cacheton. Miró con una ceja al chico, mientras este le sonreía como si hubiese dado la mejor idea del mundo.

El alfa ya se estaba acostumbrando mucho a la personalidad tan descarada del omega, por lo que está vez no se sonrojó, y tampoco apartó la mirada, pero lo que sí se movió fue su corazón que comenzó a latir rápidamente.

—Cuando salgamos de aquí -dijo sin más, terminándose su hamburguesa de un solo bocado.

—¿Cuando salgamos de aquí? -cuestionó, perdido en ver como la boca del mayor se abría mucho.

—Shí, shuando shalgamos de aquí, te share todos los beshos que quieras -habló, sin terminar de tragar su comida.

Fue el turno de sonrojarse de Jimin. Apretó sus labios y miró hacia el suelo por la timidez que invadió sus sistema de un segundo a otro.

—¿Dónde quedó mi alfa tímido? -susurró, pensando desde ya el como iba a tener los labios del alfa sobre los de él.

—En el mismo lugar en el que quedó mi omega pervertido -agarró una servilleta para comenzar a limpiarse.

—¡No soy un pervertido! -chilló, abriendo sus ojos de manera exagerada.

—Y yo no tengo swag -sonrió divertido.

Molestar a su menor se había convertido en uno de los mejores pasatiempos de Yoongi. Adoraba ver las reacciones del chico; como cuando abría sus ojos con sospresa, o de falsa

indignación. Le gustaba cuando el omega se sonrojaba o reía de manera natural, haciendo que sus ojitos casi desaparezcan y sus mejillas se abultaran aún más.

—Ya terminó, vámonos de aquí. -Se levantó veloz, mientras ordenaba todo en la mesa y arreglaba su ropa.

—¿Qué? -preguntó confundido el alfa, viendo la desesperación del chico-. ¿No dijiste que íbamos a seguir jugando?

—Podemos seguir jugando con nuestras lenguas allá afuera, hyung -sonrió con malicia-. Y es gratis.

Ahí estaba, el chico que Yoongi estaba acostumbrado a ver y escuchar había regresado, pero poco le importó, puesto que él estaba ansiando también el momento en el que salieran de allí.

El alfa asintió de acuerdo con Jimin para luego sacar su teléfono, y comenzar a teclear algo rápidamente.

Solo esperaba que los gemelos tuvieran todo listo, y no fueran a arruinar nada.

—Bien, pero primero quiero enseñarte algo -dijo, levantándose y poniéndose nervioso.

—¿Eso de enseñar tiene que ver con nosotros besándonos? -lamió sus labios, orando para que el pálido se levantara ya-. Porque si es así, entonces si me interesa, hyung.

Yoongi rodó los ojos. -Puede ser…

Jimin asintió, y agradeció a todos los dioses del Olimpo cuando Yoongi por fin se levantó.

El omega nunca esperaba nada de Yoongi, pero este siempre iba a terminar sorprendiéndolo, así como lo hizo cuando le agarró su mano izquierda y entrelazó sus dedos, para luego atraerlo de un solo tirón y darle un pequeño beso en los labios.

Beso que bastó para hacer temblar al rubio.

—¿Q-Qué?…

—Solo camina, tengo que mostrarte algo…

🐺 36 🐺

La oscuridad siendo acompañada por las tenues luces de la calle y la luz de la luna contrastaban con la dulce pareja que caminaba agarrada de las manos, dándose pequeños besos en la mejilla, sonriendo y carcajeando ante las tonterías que se decían el uno al otro.

Jimin tenía todo su rostro iluminado, su sonrisa jamás había sido tan grande, llegando al punto de dolerle las mejillas. Su ojos se notaban más vivos que nunca, y a cada rato miraba su pequeña mano unida con la grande del pálido. Su lobo en su interior se regocijaba gustoso, dando vueltas persiguiendo su cola.

Por otro lado, Yoongi no estaba tan lejos también de sentir todas esas sensaciones.

—¿A donde vamos? —preguntó por décima vez el rubio.

—No seas tan impaciente —rodó los ojos el alfa, sonriéndole secretamente después.

—Es que hyuuung… —hizo un pequeño puchero.

—Hyung nada, no me vas a sacar ni una sola palabra más —Aseguró.

Jimin rió bajito y detuvo su paso para luego separar sus manos. Se puso frente al alfa cortándole el paso, este lo miró confundido y con una ceja alzada. El omega le sonrió malicioso, para después pararse de puntitas y enrollar sus brazos en el cuello del mayor, atrajó su rostro y unió sus labios en un beso dulce y profundo. El alfa pasó sus manos por la cintura del menor y aceptó gustoso el beso.

—Hyung~ —se separó, dejando un beso en la mejilla del pálido.

—Está bien, vamos a la fuente de Serendipia —soltó un suspiro resignado por haber caído.

Los ojos del omega se iluminaron furiosamente. La fuente de Serendipia era uno de los lugares más hermosos de su ciudad, y también un lugar perfecto para declarar amor con tu pareja.

Serendipia era la fuente más grande del mundo, y afortunadamente se encontraba en su ciudad , era iluminada con luces moradas, azules y blancas. Sus aguas eran de un color aqua brillante, en las que siempre las personas ponían flores.

La historia cuenta que hacía algunos siglos, dos de los grandes héroes nacionales habían encontrado a su pareja destinada justo en esa fuente, y aunque en ese entonces solo era una simple fuente, no impidió para que se profesaran amor. Luego de que todos comenzaran a enterarse de que -por palabras de los héroes-, esa fuente tenía algún tipo de magia que te permitía conocer a tu pareja si tiraban una flor. También valía para los que ya tenían pareja, solo que estos tiraban la flor juntos para tener vida prospera.

—Hey, Jiminnie, ¿Por qué lloras? —preguntó un poco afligido, limpiando la pequeña lágrima que paseo por la adorable mejilla del chico.

—¿Vamos a hacer la promesa? —sus ojitos estaban llenos de ilusión.

La ternura invadió el cuerpo de Yoongi. El omega se veía demasiado hermoso con sus ojos brillando, y su puchero pronunciado.

El alfa solo le sonrió, pero no dijo ni una sola palabra, al contrario, volvió a unir sus manos con las del omega, para comenzar a caminar de nuevo.

Jimin se quedó fundido en los miles de pensamientos que invadían su cabeza. En todos ellos habían diferentes formas en los que se imaginaba a Yoongi y él.

Por otro lado, el pálido mandó un mensaje al grupo de chat que compartía con sus mejores amigos. Avisando que ya casi estaban en el punto en que debían de pasar recogiéndolos.

Detuvo su paso haciendo que Jimin también parara. El alfa admiró por un momento el hermoso perfil del omega, diciéndose a sí mismo que tenía una suerte de los mil demonios por gustarle a alguien como Jimin.

—¿Ahora por qué nos detenemos? —dio un pequeño suspiro.

No alcanzó ni siquiera a contestar cuando una camioneta negra se parqueo a unos cuantos pasos de ellos. Jimin se sintió cuando Yoongi comenzó a caminar hacia ella, y se confundió aún más cuando vio salir de ella a Jungkook del lado del piloto.

—Su alteza, os he venido a traer —dijo, haciendo una exagerada reverencia y con un acento que Jimin no pudo comprender.

—No seas tonto, vámonos —rodó los ojos el alfa, mientras jalaba al omega rubio para que lo siguiera.

Ambos se metieron en la parte de atrás de la camioneta negra, poniéndose sus cinturones y esperando a que Jungkook también se pusiera el suyo.

—Aún no eres mayor de edad, ¿cómo es que estás conduciendo? —preguntó el omega cuando el peli-negro arrancó.

—Aprendí a manejar cuando tenía quince años.

—¿Tienes licencia?

—No.

—¿Y si nos agarra la policía? —su rostro mostró un poco de miedo.

—No te preocupes, no pasará nada —puso su mano el alfa sobre su pierna.

Jimin asintió un poco inseguro, queriendo refutar, pero sabía que no le serviría de nada, además, no podía permitirse bajarse y no seguir con su cita.

—¿De quién es la camioneta?

—De mi padre —respondió con nerviosismo el que iba conduciendo.

—¿Te la prestó? —frunció su ceño— ¿Qué clase de padre le da su camioneta a su hijo el cual no tiene licencia?

—Solo la agarré prestada —rió nervioso, viendo a través del retrovisor como Jimin iba a hablar—. No digas nada, solo besa a Yoongi mientras llegamos.

Las mejillas de ambos chicos se colorearon ante lo dicho por Jungkook. Jimin puso sus manitos entre sus piernas y apretó sus labios mientras que Yoongi solo pensaba en aprovechar la situación, por lo que se acomodó un poco más en el asiento, llevando su mano izquierda hacia la esponjosa mejilla de Jimin, sonriéndole y juntando sus labios.

Pequeños chasquidos se comenzaron a escuchar sobre el silencio de la camioneta. Jungkook frunció sus ceño y mirando a través del retrovisor abrió sus ojos sorprendido, no pensaba que esos dos se lo tomaría demasiado literal.

El peli-negro sintió sus mejillas calentarse, y aún más cuando vio como Jimin sacaba su lengua y lamia el labio inferior de Yoongi.

Deberíamos de probar eso con nuestro omega. Le propuso su lobo.

Jungkook sacudió su cabeza y dejó de ver a la pareja melosa de atrás. Parecía un enfermo viendo como su mejor amigo se comía la boca con su primer crush.

—Por lo menos sean más silenciosos —pidió el alfa menor, aumentando la velocidad para terminar con todo eso.

Ni Yoongi ni Jimin le prestaron el mínimo interés. Al contrario, el omega puso una de sus manos en el pecho del alfa, para luego comenzar a acariciarlo.

—Dios, ayúdame —se mordió el labio el peli-negro.

—Yo-Yoongi hyung —llamó el omega, separándose un poco de los labios del mayor. Jadeando ante la falta de oxígeno.

El pálido aún no había tenido suficiente del omega, por lo que reuniendo mucho valor, llevó sus ahora hinchados labios hacia el cuello bronceado del menor, haciendo que Jimin jadeara a causa de la sorpresa.

—No vayan a comenzar a gemir —rogó con nerviosismo el que iba conduciendo.

Yoongi besó suave y sensualmente el hermoso cuello del menor, dejando pequeños besos que creaban risitas dulces en el rubio a causa de las cosquillas.

—No hagas eso —rió despacito el menor cuando Yoongi comenzó a restregar su nariz en su cuello.

El olor a excitación del omega y alfa se comenzó a esparcir por toda la camioneta, aunque estos estaban demasiado concentrados en lo suyo como para notarlo, pero por el lado de Jungkook, las cosas iban mal, por lo que rápidamente abrió las ventanas para que el aire entrara.

—¡NO VAYAN A TENER SEXO EN EL AUTO DE MI PAPÁ! —les gritó angustiado, siendo ignorado de nuevo—. Por dios, no quiero ser participe de esto.

Alfa y omega comenzaron a besarse de nuevo mientras Jungkook iba lo más rápido que podía, y agradeció que al menos no se besaban de forma salvaje porque eso sí hubiese sido un gran problema.

—¡YA LLEGAMOS! —Exclamó casi llorando de la felicidad el menor, bajándose rápidamente y tomando aire se fue corriendo hacia el omega que lo esperaba a unos cuantos metros—. ¡HOBI! —lloriqueó llegando a los brazos del omega—. Fue horrible, Hobi. Ellos se estaban comiendo.

—Kookie, ¿de qué estás hablando? —preguntó con el ceño fruncido, viendo cómo Yoongi y Jimin bajaban de la camioneta negra algo sudorosos, con las mejillas sonrojadas y labios hinchados.

—¡Gracias por traernos, Jungkookie! —le dijo Yoongi llegando hasta ellos.

—No me toques, cochino —se pegó más al cuerpo del peli-naranja.

—¿Qué le hicieron?

—Nada —respondieron avergonzados ambos chicos.

Hoseok asintió no muy seguro, enrollando sus brazos en el cuerpo del alfa menor. —Lo que nos pediste está donde ya sabes —dijo ante la curiosa mirada de Jimin—. Hubo algunos

problemas, sobretodo por los gemelos pero Nam supo arreglarlo todo bien a tiempo. — Sonrió para luego despedirse de ambos chicos y retirarse junto a Jungkook.

Yoongi sonrió como nunca antes, y giró hacia el omega tendiéndole una mano. —¿Confías en mí?

Jimin le sonrió con seguridad. —Sí, sí confío en ti, Yoongi.

—Espero que te guste —comenzó a caminar junto con el omega hacia el interior del bosque.

Bien, hemos llegado hasta acá, por lo que quería decirles que la próxima actualización será el final. Espero no haberlas decepcionado y que les guste. De antemano, gracias por todo.

Pdt: Después vendrán los extras, por lo que quiero que dejen su comentario pidiendo sobre que quisieran que haga en ellos.

Pdt 2: El extra JungHope ya está confirmado.

🐺 FINAL 🐺

El pequeño omega miraba asombrado todo a su alrededor. Su boca formaba una pequeña “o”, y sus ojitos se volvieron cristalinos de un momento a otro.

El ambiente era simplemente perfecto. La gran fuente que se encontraba frente a sus ojos, brillaba intensamente gracias a la oscuridad siendo contrastada con la luz de la luna, y las luces aquas y moradas. No habían muchas parejas en el lugar, lo que lo hacía más perfecto.

Jimin se desprendió de los brazos del alfa, y salió corriendo como un niño pequeño hacia la fuente. Comenzó a reír viendo su reflejo, y metió su dedito en las cristalinas aguas, para luego reír melodiosamente.

Yoongi llegó unos momento después, posándose a la par del omega, y riendo silenciosamente ante la alegría del menor.

Tanto esfuerzo había valido la pena.

—¿Te gusta? -preguntó, mirando intensamente al menor.

—Me encanta, hyung -se alejó de la fuente para darle un fuerte y cálido abrazo al mayor, comenzando a restregar su nariz en el pecho del mayor, tratando de obtener un poco de la esencia de este.

—Me alegro, pero… ¿Quieres que te diga un secreto? -susurró sobre el odio del menor.

—Sí, sí -asintió anonadado por la voz tan ronca del alfa.

—Esto apenas comienza -sonrió depositando un pequeño beso en los suaves cabellos del chico, para luego alejarse, y levantar sus dos manos haciendo una señal, lo cual dejó confundido a Jimin.

Los gemelos y el par de omegas a lo lejos, asintieron eufóricos ante la señal de Yoongi. Era lo que estaban esperando para comenzar con todo lo que habían planeado con tanto esmero.

Las parejas que anteriormente se encontraban profesado su amor, comenzaron a dispersarse, creando una rueda, dejando a Jimin y Yoongi en medio de esta.

El omega miró confundido hacia todos lados. Quiso buscar respuestas a través del mayor, pero este solo le dedicó una brillante sonrisa.

Una melodía comenzó a sonar por todo el lugar, haciendo que Jimin abriera sus ojos completamente.

—Park Jimin -aclaró su garganta el alfa, acercándose un poco al omega-. Sé que amas con toda tu alma el baile -estiró su mano, con la intención de que Jimin la aceptara-. Por lo tanto, ¿me concedes está pieza? -preguntó un poco nervioso.

Jimin se quedó parado en su sitio sin mover ni un solo músculo. No sabía que hacer en este momento ante la sorpresa que lo invadía. Las miradas de las demás parejas lo tenían nervioso, y además, jamás se imaginó que el alfa diría algo como eso.

¿Era en serio?, ¿Yoongi bailando?, ¿Con muchas personas a su alrededor?

Su corazón comenzó a latir furiosamente en su interior. Las lágrimas comenzaron a amenazar con querer salir de sus ojos. No podía creer que alguien estuviera haciendo algo tan hermoso por él.

El omega pasó unos minutos sin poder reaccionar ante la atenta mirada del alfa, pero cuando fue consciente de que no había dicho nada, tomó rápidamente la mano del pálido, escuchando como un suspiro salía de la boca de este.

—Yoongi…

—Por favor, no te vayas a reír -pidió el alfa, abrazando al omega por la cintura, mientras esté pasaba sus dos brazos por su cuello-. No sabes cuanto practiqué la coreografía. Tus amigos me dijeron que esta era tu canción favorita, y que no había día en el que no la bailaras suspiró sobre el cabello del menor-. No soy bueno en esto, pero lo intenté por ti.

La melodía comenzó a hacerse más potente. Ambos chicos comenzaron a mover su cuerpo de forma delicada y lenta.

La gente se enamora de maneras misteriosas

Jimin comenzó a sollozar despacito. No era llanto de tristeza, al contrario, estaba muy feliz. Sentía como su pecho se oprimía debido a la alegría que sentía el estar junto a Yoongi, viendo como este intentaba mover su cuerpo acorde a lo delicado de la canción.

Tal vez solo con el toque de la mano

Sabía que el alfa era todo un tonto cuando se trataba de él amor, pero verlo de esa manera, tan concentrado intentando hacerlo feliz, hacia que se sintiera el omega más afortunado.

A ver, yo me enamoro de ti cada día

El omega también sabía que el alfa no era la persona más expresiva del mundo, y en su corazón pudo sentir que de alguna manera, Yoongi le estaba diciendo todo en ese momento.

Solo quiero decirte que estoy enamorado

Jimin se sentía querido, sentía que se había convertido en alguien importante para la persona que tanto quería, y solo eso le bastaba.

No quería palabras dulces, o promesas falsas. Porque de alguna manera, sentía más sinceras las acciones.

El alfa separó un poco sus cuerpos para poder darle un giró al rubio. Ambos sonriendo ante la torpeza con la que el peli-gris lo había hecho.

Así que ahora, nene, abrázame con amor

Yoongi volvió a juntar sus cuerpo. El espacio en ese momento no existía, pero poco les importaba porque sentir sus calores uniéndose era la mejor sensación del mundo.

Bésame bajo la luz de mil estrellas

Y lo hizo, Yoongi junto sus labios de una forma tan delicada y dulce, que el omega se sintió alguien tan frágil, buscando ser protegido por su alfa. La sensación era demasiado para su corazón. Se sentía tan bien en los brazos del chico, esa sensación que jamás quería dejar de sentir. No quería que acabara nunca. Los brazos del pálido se convirtieron en ese mismo instante en su hogar.

Los finos labios del chico se movían con una delicadeza abrumadora. Expresando todos sus sentimientos con cada toque y movimiento al compás.

Coloca tu cabeza en mi corazón acelerado

Con un pequeño chasquido, ambos chicos se separaron lentamente. El corazón de Jimin no aguanto más, por lo que hundió su cabeza en el pecho del mayor, soltando las pequeñas lágrimas que no podía retener.

Estoy pensando en voz alta

—Jiminnie… -le llamó el alfa-. No llores, bebé -sonrió, intentando alzar la cabeza del chico, lográndolo luego de unos segundos-. Te quiero, mi pequeño pervertido.

Jimin rió ante lo dicho por el mayor, mientras esté pasaba delicadamente sus dedos por las mejillas del menor, intentando limpiar sus lágrimas.

Tal vez encontremos el amor justo en donde estamos…

—¿Sabes lo de la promesa, verdad? -le preguntó, sonriendo cuando él chico asintió enérgicamente-. Bien, porque quiero hacerla contigo.

El omega abrió completamente sus ojos. La promesa era algo muy sagrado para él. Sus padres siempre le decían que sólo se hacía cuando estabas seguro de la persona a la que querías para estar el resto de tu vida. No importaba la edad.

—Pe-pero hyung…

Jimin fue interrumpido por unos sollozos provenientes de su costado. Confundido volteó a ver, encontrándose con un Jungkook llorando a mares junto con Hoseok.

Los pobres chicos tenían sus mejillas rojas, y sus ojos hinchados por el llanto. Con manos temblorosas, llevaban dos rosas color azul intenso. Jungkook extendió su mano hacia Yoongi, entregándole la pequeña rosa, mientras Hoseok se la daba a él.

Jimin y Yoongi sonrieron enternecidos ante la imagen que sus amigos le regalaban. El omega un poco más curioso, sorbio su nariz y dirigió su mirada a lo lejos, encontrándose con un Namjoon abrazado a Seokjin mientras lloraban y este último dejaba pequeñas caricias en la espalda de su amigo omega.

—Es-esto es ta-tan tierno -dijo a duras penas Jungkook, con pequeños hipidos y espasmos.

—Sí, Ko-Kookie ti-tiene ra-razó -asintió Hoseok, llevándose una mano al pecho para luego jalar a Jungkook y llevárselo de ahí a duras penas.

El rubio los siguió con la mirada llena de ternura, hasta que su atención fue llamada por el carraspeo de Yoongi.

El corazón de Jimin comenzó a latir nuevamente como loco.

—Jiminnie… Sabes que no soy muy bueno con las palabras -comenzó a decir con nerviosismo-, pero realmente quiero comenzar a hacer las cosas bien. Sé que sabes que la madre luna nos unió incluso antes de que nacieramos… Puede que sea un tonto, holgazán, gruñón, mal alfa, mal amigo, un…

El alfa fue callado por los dulces labios del omega. -Justamente ahora te estás comportando como un tonto al decirte tú mismo todas esas barbaridades, Yoongi.

—Como decía… Se qué no soy el me… -calló ante la mirada que el omega le dedicó-. Quiero dar todo de mí, Jimin. Estoy dispuesto a hacer todo lo que sea por verte feliz y verte sonreír. Estoy contento por haberte conocido a esta edad, porque eso significa tenerte más tiempo junto a mí. Quiero ser el chico que ocupe tu cabeza en cada momento, ser el dueño de esos pequeños suspiros y ser el padre de tus futuros cachorros. Incluso estoy dispuesto a dejar mis siestas matutinas, vespertinas, y nocturnas solo para ir al gimnasio y convertirme en un alfa grande y fuerte, de esa forma, nadie te va a querer dañar porque entonces sentirán la furia de tu alfa… Quiero tan solo una oportunidad, Jimin.

—No puedo creer que me haya enamorado de alguien tan tonto -sonrió el omega.

Jimin se sentía tan enternecido ante la actitud del alfa. Amaba el hecho de que Yoongi estuviera haciendo un gran esfuerzo para sacar sus emociones.

Tal vez por eso se había enamorado desde un principio del chico. El pálido era tan diferente a cualquier alfa que el conociera.

Yoongi sonrió nervioso, lamiendo su labio inferior. -Entonces… ¿Aceptarías el cortejo por parte de este tonto alfa?

Jimin le dedicó una mirada que el alfa no pudo descifrar. El chico tomó su pálida mano, y lo comenzó a guiar hacia la fuente.

En ese mismo instante Yoongi supo lo que debían de hacer. El omega lo estaba aceptando.

El rubio alzó la mano en la que tenía su rosa, Yoongi hizo lo mismo. Se miraron por unos segundos, diciéndose todo y a la vez nada con tan solo sus ojos. Ambos sonrieron, al mismo tiempo en el que dejaban caer las rosas en las bellas aguas.

El alfa no pudo con tanta alegría, por lo que atrajó hacia su cuerpo al rubio, pasando sus grandes manos por la estrecha cintura de este, y uniendo sus labios en un beso desesperado. Jimin gimió ante la sorpresa, pero le siguió el beso con la misma intensidad.

Muchos aplausos y gritos de felicidad se escucharon a su alrededor. Ambos chicos sonrieron sin separar sus labios, por un momento habían olvidado que tenían audiencia.

—Te quiero, alfa.

—Yo también te quiero, omega.

No sabía porque, pero Jimin presintió que la luna junto con las estrellas tenían una fiesta allá arriba, celebrando su nuevo amor.

¿Fin?

EXTRA I

—¡Pelea, pelea, pelea! —los gritos de burla y emoción hacían eco en todo el salón de clases.

Yoongi tenía un par de venas marcadas en su rostro, y sus ojos estaban que hervían de furia. Todo lo que el alfa quería, era desgarrar la garganta del chico que se atrevió a tocar a su omega, y lo peor, frente a sus propios ojos.

Todos sus compañeros hicieron una rueda alrededor de ellos, gritando y apostando por ver quien ganaba en lugar de ayudar y separarlos. Pero a Yoongi no le importaba, puesto que la furia que recorría por todo su ser, le ayudaba a ir ganando la pelea. El otro alfa llamado Jackson, mordía su labio nerviosamente y tiraba sus puños al aire, buscando pegar con suerte a Yoongi. Este último reía por lo estúpido que el chico se veía. Parecía uno de esos alfas que solo son fuertes por utilizar su voz de mando.

Yoongi en su interior estaba sorprendido porque el chico no supiera pelear, puesto que a pesar de que eran casi de la misma estatura, el chico tenía un cuerpo muy marcado y musculoso, mientras que el parecía un fideo, y aún así, estaba ganando la pelea. El otro alfa tenía uno de sus labios rotos, y unos pequeñas circunferencias rojas en su rostro que pronto se cambiarían a un color morado.

—Amigo, para, ya me disculpé como cien veces —dijo el alfa de menor estatura, jadeando cansado por los movimientos y golpes.

—No voy a dejar pasar esto por una vagas disculpas —Lamió su labio inferior, para luego volver a alzar su puño y darle con el en la quijada al chico.

Jackson se tambaleó, pero se mantuvo de pie a como pudo, sin embargo, el golpe había dolido como los mil demonios. —No sabía que el omega lindo tenía alfa.

Los ojos de Yoongi se oscurecieron. —No le digas así, es Park para ti —gruñó—. Además, llevo cinco malditos meses saliendo con él, todos lo saben.

Hay que matarlo. Corta su vena yugular y hagamos vino con su sangre.

Yoongi por una vez en su vida estaba de acuerdo con su lobo, por lo que a paso lento se volvió a acercar al chico, mirándolo como si fuera una pobre presa que no tenía escapatoria. Jackson tragó saliva y comenzó a retroceder asustado.

Jamás pensó que el dormilón y tranquilo Min Yoongi le daría la peor paliza de su vida.

—¡Min Yoongi! —gritó una voz dulce pero demandante.

Yoongi sintió una pequeña mano posarse sobre sus tensos hombros. Suspirando dejó de ver al alfa, y se dio media vuelta para encontrarse con su hermoso omega.

—Minnie, hazte para allá y cierra tus ojitos —el alfa le sonrió y le acarició la abultada mejilla, para luego darse la vuelta de nuevo.

Jimin rodó los ojos y jaló el brazo de su alfa. No podía creer que Yoongi haya comenzado una pelea solo por una absurda acción.

—Yoongi, detén lo que estás haciendo y vámonos. Estás siendo muy exagerado.

—Pero Minnie~ —canturreó, frunciendo sus cejas—. Te tocó tus cachetitos, no puedo dejar pasar algo como eso.

Yoongi aún estaba muy tenso, Jimin lo tenía por seguro, así que tenía que encontrar alguna táctica para calmar al tonto alfa antes de que cometiera una estupidez.

—Ya gatito, no seas tan duro con él —habló agudizando más su voz, creando un sonido tierno y calmado—. Juro que si vuelve a intentarlo, yo mismo lo voy a golpear, y luego te diré para que hagas con él lo que quieras, pero vámonos.

La furia desapareció del cuerpo del alfa para dar paso a la vergüenza. Sus compañeros comenzaron a burlarse por haber sido llamado “gatito”.

Odiaba el hecho de que Jimin tuviera tanto poder sobre él, porque ahora mismo, quería llevarse al omega, abrazarlo y darle todos los besos que quisiera, mientras impregnaba su olor y así darle a entender a todos que ese lindo omega ya tenía un alfa.

Yoongi asintió luego de unos segundo hacia el omega, entrelazó sus manos y volteó a ver a Jackson, cambiando su mirada tierna a una asesina, mientras cambiaba el tono de su voz a uno más ronco. —Vuelves a acercarte a mi omega, y no sales vivo de aquí.

Jackson asintió rápidamente. Jamás volvería a acercarse a Yoongi y mucho menos a Jimin.

—Fiu, recuérdame que nunca debo de tomar las mejillas de Jiminnie —le susurró Hoseok a Namjoon. Ambos estaban un poco apartados de la escena.

Yoongi y Jimin salieron del aula apresurados, sin importarles si el profesor llegaba o no. En esos momentos, no tenían cabeza para el estudio aunque el año estuviera a punto de terminar.

—Te has portado muy mal, gatito —Jimin se aferró al brazo del alfa, buscando llenarse del aroma de este.

Sonrió cuando el pálido pasó uno de sus brazos sobre su hombro intentando protegerlo, y darle calor. Jimin amaba cuando su alfa hacía eso, amaba mucho que Min Yoongi fuera tan tierno con él.

—¿Fui un idiota de nuevo? —suspiró. La mayoría de veces era alguien muy tranquilo, pero desde que Jimin aceptó ser su omega todo había cambiado.

Min Yoongi, el alfa pacífico, perezoso y dormilón, ahora era alguien muy atento, activo y siempre andaba tratando de proteger a su omega de peligros inexistentes. Al principio se frustró demasiado cuando se dio cuenta de lo mucho que había cambiado, porque no entendía porque sentía esa necesidad de estar pegado como chicle al omega, y estarlo impregnando de su aroma.

—Sí, lo fuiste mucho —sonrió el omega—, pero debo de admitir que te ves demasiado sexy cuando te enojas, y solo por eso no me voy a enojar contigo.

Jimin se mordió el labio cuando vio el sonrojo en las mejillas de Yoongi. Solo el dios lachimolala sabía cuanto le gustaba que el alfa se pusiera tímido gracias a sus palabras; le encantaba de sobremanera sacar su lado atrevido.

—Mira —señaló hacia el arbos el que encontraba en el patio del colegio, carraspeó para cambiar de tema—. Podemos ir a sentarnos allí.

El omega alzó una ceja divertido. —Sí, es un buen lugar para compartir unos buenos besos calientes.

Jimin rió divertido ante la reacción del alfa, y sin prolongar más las cosas, tomó al contrario de brazo y jaló para que comenzaran a correr hacia el gran árbol. Si iban a perder clases, por lo menos Jimin haría que valiera la pena.

Jadeando y riendo llegaron hasta su destino. Jimin aventó al alfa de un solo, haciendo que cayera sobre el pasto y se quejara a su paso. El omega no siquiera dejó que Yoongi le preguntara por qué había hecho eso, sino que se sentó encima del pálido, poniendo sus piernas en cada costado del alfa, posando sus manos en el cuello y arremetiendo de un solo contra los finos labios del otro.

Por unos cortos segundos, Yoongi no supo cómo reaccionar, pero al sentir los gruesos y suaves labios de su chico, solo se dejó llevar. Comenzó a unirse al mismo ritmo de Jimin; suave y tierno pero a la misma vez profundo. La mayoría de veces siempre era así, Jimin comenzaba un beso suave, y luego Yoongi imponía su propio ritmo, comenzando un ósculo más rápido y salvaje. Tal vez era porque era alfa, o simplemente era porque Jimin lo volvía loco y no podía controlarse.

Sonrió cuando el omega intentó jalarlo de sus hombros para que se acercara más, pero era simplemente imposible, ya que en ellos no existía ni un poco de espacio. Jimin como siempre quería más y más, el chico jamás se conformaba, y las palabras que salieron de su boca hicieron que el control de Yoongi desapareciera por completo.

—E-eres mi al-alfa, gatito —dijo sobre sus labios—. Puedes tocarme todo lo que quieras y cuando quieras.

El omega se separó de los labios del mayor, y sin pudor alguno, llevó sus labios hacia el cuello blanquecino del chico, comenzando a dejar húmedos besos sobre su piel, sonriendo cuando un suspiro salió de Yoongi, más toda la diversión se fue cuando el alfa bajó una de sus grande manos a su trasero, apretándolo suavemente.

—Jimin, no podemos hacer esto aquí —el alfa trato de callar un gemido cuando sintió que el omega chupaba una parte de su cuello.

—Todos están en clases —dijo, siguiendo con su labor.

—Sabes que el señor de educación física siempre anda merodeando por estos alrededores —advirtió, pero aún si estaba intentando ser racional, no alejó su mano del trasero del omega—. Nos ha encontrado en estas circunstancias más veces de las que puedo contar — rió, recordando todos los castigos que ha tenido desde que Jimin aceptó ser su omega.

A regañadientes, Jimin se alejó, Yoongi tenía razón, además las clases estaban por terminar y no necesitaban problemas. —Está bien.

—No te pongas así —carcajeó el alfa ante el puchero enojado que estaba haciendo el rubio.

—Ya que no puedo besarte, entonces aleja tu mano de mi trasero, ya no tienes permiso de tocarme —gruñó, creando una carcajada más fuerte en Yoongi—. No te rías, mejor abrázame y dame mimos.

Hundió su nariz en el cuello de Yoongi, comenzando a inhalar el rico aroma de su alfa, mientras este lo abrazaba fuertemente de su cintura, comenzando a dejar pequeñas caricias en su espalda baja. Amaba pasar momentos como esos junto a Yoongi, se sentía tan seguro y tranquilo, algo que no quería que cambiara nunca.

Se quedaron un par de minutos en la misma posición. Habían algunos momentos en los que Yoongi aprovechaba el estado sumiso del chico, y dejaba pequeños besos en el cuello de este, haciendo que el otro ronroneara y se hundiera más en su cuello, intentando impregnarse de su aroma.

—Yoongi~ —llamó el omega, sin levartar su rostro.

—Mmm… —fue lo único que pudo decir. Estar de esa forma con Jimin hacia que se sintiera tan tranquilo que incluso le daba sueño.

—Mi celo se acerca —sonrió cuando el cuerpo del alfa se tenso.

El sueño de Yoongi desapareció en menos de un segundo, tragando saliva antes de responder. —T-te com-compraré supresores, no te pre-preocupes, como tu celo pasado.

Jimin a duras penas alzó la cabeza para ver fijamente al alfa. —No, papá me dijo que no podía seguir tomando supresores si ya tenía a mi alfa —dijo, volviendo a hundir su nariz en el cuello del otro.

Yoongi tragó duro. Tenía que prepararse para lo que se avecinaba.

🐺🐺

Hola de nuevo. He decidido comenzar con los extras, y si se dan cuenta, empecé con algo suave porque después se vienen los intensos ( ͡° ͜ʖ ͡° )

Pdt 3: Yoongi esta más posesivo y con menos paciencia porque su lobo estaba consciente del celo de Jimin. 😢

EXTRA III

Años después. (Recuerden que los extras a veces pueden estar desligados del espacio/tiempo de la propia historia. Ésto sólo es un plus).

Todas las miradas estaban puestas en la pequeña familia que peleaba tiernamente a la par del puesto de hot dogs. Un chico, ahora castaño, hacia un pequeño puchero mientras agudizaba su voz, pidiéndole a su alfa que le comprara mínimo, cuatro hot dogs.

El pálido negaba mientras volteaba a ver a otro lado, intentando no caer ante la insistencia de su terco omega, porque sabía muy bien, que si lo miraba a los ojos, le compraría todo lo que quisiera.

—¡Apa Oongi! -chilló el pequeño cachorro que se encontraba en sus brazos-, hazle casho a apa Minnie.

—No -Negó el alfa, sin ver a su omega-. Después soy yo el que tiene que aguantar sus quejas porque tienen dolor de estómago.

Tanto Jimin como el pequeño se quejaron sonoramente. El primero hizo un pequeño puchero, rindiéndose al darse cuenta de que esta vez, Yoongi no iba a caer ante su ternura. Mientras que el cachorro, hundió su pequeña cabeza en el cuello de su padre, llenándose del delicioso aroma de este.

—Sí mi bebé llega a salir con la boca abierta será tu culpa -gruñó bajito el omega mientras daba caricias a su panza, en la cual, se encontraba su segundo cachorrito de apenas cuatro meses.

Yoongi rió divertido. -¿Por qué saldría con la boca abierta? -preguntó ahora algo confundido.

—La señora Jong, me dijo que su nieto había salido con la boca abierta porque el alfa de su hija no cumplió con los antojos que esta tuvo durante su embarazo -alzó sus hombros sin darle importancia.

Jimin sabía que eso era algo estúpido, pero debía de hacer todo para que el alfa cumpliera con sus caprichos, tarde o temprano, Yoongi siempre caía.

—Son tonterías -rodó los ojos el alfa.

—No, no lo son -bufó, para luego darse la vuelta y comenzar a caminar hasta el auto de su alfa y regresar a casa.

Yoongi le siguió aún con una sonrisa divertida. Sabía que a su omega no le duraría tanto el capricho, ya que siempre era lo mismo.

Durante el primer embarazo, Jimin se había puesto insoportable durante los últimos meses, llegando al punto de llorar porque decía que el alfa quería más a su panza que a él, o diciéndole que estaba seguro que él, lo engañaba con Seokjin. Yoongi casi se muere de la risa ese día. Pero nada de eso le molestaba, es más, le encantaba acurrucar al omega para calmarlo y decirle cuanto lo quería.

Siguió los pasos de su omega, llegando en segundos al auto, abriendo la puerta trasera para poder meter a su pequeño hijo de seis años en la silla especial. Cerró la puerta cuando el pequeño se quedó tranquilo y se dirigió hacia el lado del conductor, subiéndose y poniéndose el cinturón. Cuando todos estuvieron en el carro, volteó a ver a su omega, el cual, se encontraba de brazos cruzados y con un puchero hermoso en su boca. Yoongi no pudo evitar mirar el vientre del chico, sonriendo dulcemente.

—Yoongi…

—No. -Negó el alfa rápidamente, sabiendo lo que el chico iba a pedirle-. El obstetra dijo que nada de cosas extremadamente grasosas, Jiminnie. Es por el bebé.

—Esta bien -Suspiró, rindiéndose y apoyando su cabeza en el vidrio.

Unos, dos, tres…

—Aunque, puedo comprar una porción de pastel para mi hermoso y terco omega -sonrió, mientras arrancaba el auto.

Jimin volteó rápidamente su cabeza para poder verlo. Una gran sonrisa se instaló en su rostro, chillando de felicidad al pensar en tener un poco de delicioso pastel en su boca.

En el tiempo que duró el recorrido hasta su casa, tanto el omega como su hijo habían pasado aplaudiendo y cantando felices, gritando que comerían pastel. Cuando pasaron por la pastelería, a Jimin casi se le viene el bebé al ver tantas delicias por todos lados. Al principio, Yoongi sólo dijo que le compraría una porción, pero al final, terminó por comprarle dos porciones de las más grandes.

Cuando llegaron a casa, entre risas y bromas bajaron los dos chicos. Yoongi con el pequeño en brazos mientras Jimin salía corriendo a su casa para probar lo que el alfa le compró.

—Soobin, espero que cuando llegue el momento, te presentes como un alfa -suspiró divertido, dirigiéndose a su pequeño.

—Io quelo sel un omega como apa Minnie -alzó con euforia sus pequeños brazos.

—¿Seguro? -preguntó, mientras se dirigía a la entrada de la casa, haciendo una mueca cuando el chiquillo asintió con mucha seguridad— ¿Por qué quieres ser un omega?

Soobin llevó su manito hacia su quijada, pensándolo por un momento. Él quería ser muy dulce como su apa, quería tener un aroma similar y también quería un alfa como su papá.

—Quelo que me den mimitos -sonrió, mostrando dos pequeños hoyuelos-, como los que tú le das a apa, también quelo beshitos y abrashos.

—Alto ahí, campeón -comenzó a reír el alfa, abriendo la puerta y subiendo las escaleras hasta la habitación que compartía con Jimin, sabiendo de antemano que el chico ya estaría ahí-. No importa si eres alfa, beta u omega. No tendrás pareja hasta los treinta, tiempo suficiente en el que verificaré que esa chica o chico sea bueno para ti.

—No le digas esas cosas a nuestro bebé, Min -entrecerró los ojos Jimin. El omega ya se encontraba acostado en la cama matrimonial, con tres platos planos y con pastel en su regazo, esperando por sus dos grandes amores.

—Solo estoy advirtiéndole desde ya -dijo, para luego llegar hasta la cama, dejando que Soobin se acomodara a la par de su padre omega, para luego subirse el también a la cama.

—Ia tengo alfa -soltó el pequeño mientras jugaba con sus dedos gorditos, y con un sonrojo en sus mejillas.

Jimin comenzó a reír escandalosamente al ver la reacción de su alfa. Yoongi había dejado de sonreír y miraba con ojos abiertos al menor, boqueando como pez fuera del agua.

—¿Quién es tu alfa, cariño? -cuestionó Jimin, pasándole un plato con pastel a Yoongi.

—Yeonnie -susurró apocado.

—¡¿Qué?! ¿El hijo de Seokjin? -gritó un poco alterado— ¡Sabía que no debía dejar que te juntaras con ese mocoso!

El pequeño en lugar de llorar o tener miedo, comenzó a reír junto con padre omega. Yoongi siempre era dramático y posesivo cuando se trataba de su pequeña familia, pero había veces en las que el alfa sobrepasaba los límites.

—¿De qué se ríen? par de bolitas adorables -alzó una ceja, dejando su drama para ver la hermosa risa de su omega y de su hijo.

Los otros dos dejaron de reír al instante ante el apodo que Yoongi les había dicho. Mientras Jimin se sonrojaba por diferentes razones, el pequeño frunció su ceño.

—No shoy una bolita -se cruzó de brazos.

—Aws, pero mira que lindo esos cachetitos abultados igual a los de tu padre -Yoongi dijo, haciendo su tono de voz más agudo y pinchando las mejillas de su hijo.

Jimin los miraba con una gran sonrisa en su rostro, pero sin dejar de comer. Amaba la vida que tenía junto al alfa. Todo era simplemente perfecto aunque a veces tuvieran pequeñas peleas, no podían pasar más de dos horas enojados. Quería que todo siguiera así por muchos años más, superando cualquier tipo de dificultad juntos.

—¡Apa! -se quejó Soobin, apartando las manos de su padre.

—Pero mira, que amargado eres -infló sus mejillas Yoongi, haciendo reír a los otros dos.

—Me preguntó de quién lo habrá heredado -canturreó el omega, mandando una indirecta.

—Entendí lo que quisiste decir -chilló el alfa.

Los tres comenzaron a reír sonoramente por unos minutos más. Yoongi se acomodó un poco más en la cama, acercándose más a su omega para darle un pequeño beso en esos labios rosados que tanto amaba, apretujando a su hijo en el proceso.

Soobin buscó un poco de calor en sus padres, quedando en medio de ambos y jalando a sus progenitores, haciendo que todos quedaran muy juntos, creando un ambiente cálido y acogedor. Suspiraron los tres al unísono, volviendo a reír por ello.

Calmando su risa, Yoongi miró fijamente el vientre de su omega, decidiendo llevar una de sus grandes y pálidas manos allí. Jimin se sobresaltó al principio, pero sonrió después.

—Estoy feliz de tenerte a ti y a nuestros cachorros, Jiminnie -dijo, para luego acercarse al menor, probando sus labios delicadamente.

🐺🐺🐺

Así luciría un Mpreg en la vida real uwu.

. ..

Por cierto, tengo una duda… ¿Cómo fue que encontraron este fic y de qué país son? ♡

EXTRA IV

🌷Dedicado a @Yoongienfermo pastelito_de_arroz y AngelS1607🌷 .. .. ...

El chico de cabello negro caminaba perezosamente hacia la entrada de su casa. Había sido una jornada muy larga de trabajo, y estaba demasiado cansado. Lo único que quería era estar en su cama junto con sus dos amores, mientras le daban pequeños mimos. Pero todo se vio interrumpido cuando entró y escuchó unos ruidos provenientes de la cocina. Sonrió para sí mismo y negó con la cabeza, dirigiéndose hacia el lugar.

Sabía de antemano con la escena con la que se encontraría, ya que era algo muy habitual viniendo de su revoltoso hijo, y su adorable omega.

—¿Ahora qué trataron de cocinar? -preguntó curioso.

Tanto Namjoon como el pequeño pegaron un brinco en su lugar, asustados por no haber previsto la presencia del otro. Los dos se pusieron rígidos y miraban con ojos de cachorrito triste al alfa.

Seokjin solo rió enternecido mirando todo a su alrededor. La cocina se encontraba toda alborotada; algunas ollas estaba tiradas en el suelo, vio una sartén sin el mango, un líquido blancuzco y pegajoso en el suelo. Pero lo que más le llamó la atención fue el hecho de que los otros dos tenían su cara llena de harina, Namjoon tenía su camisa llena de algo amarillo y el pequeño tenía salsa de tomate en sus mejillas.

—Fi-fideos -susurró el chico de cabello negro, apenado porque su alfa lo encontrara así.

—Queríamos darte una sorpresa, apa -Murmuró ahora el pequeño, abrazándose a la pierna de su padre omega.

—Lo sentimos -dijeron al unísono con sus cabezas gachas.

Seokjin sonrió con una ternura abrumadora, quedándose por unos segundos de pie y viendo directa y minuciosamente a los otros dos, aunque en todo ese momento ninguno alzó la mirada para ver al alfa.

Namjoon se estaba poniendo ansioso ante la falta de silencio de su alfa, pero aún así, no tuvo el valor para mirarlo a los ojos. Él no quería, pero en cuestión de segundos, comenzó a soltar lágrimas silenciosas, las cuales caían con suavidad por sus sonrojada mejillas.

Seokjin abrió sus ojos sorprendidos cuando escuchó un chillido lastimero provenir de su omega, por lo que salió de su ensoñación para salir corriendo hacia su pequeño, tomándolo de su cintura y alzándolo.

—Ve a nuestra habitación, Nammie -le pidió dulcemente mientras le revolvía el cabello.

Namjoon aún con su cabeza baja asintió y salió corriendo del lugar. Seokjin soltó un suspiro apesadumbrado.

—Cachorro, ¿Ya comiste? -preguntó, acariciando la mejilla del pequeño.

—Sí, apa hizo un ramen muy rico -soltó con euforia, haciendo reír a su padre-. ¡Yo estuve cuando lo hizo!, ¡fue maravilloso! Solo puso agua calientita y ¡PUM! quedó muy rico -sonrió mientras gritaba emocionado-. Apa Nammie es como un mago.

Seokjin carcajeó fuertemente mientras comenzaba a caminar hacia la habitación del pequeño.

—Tú risa es muy fea apa -el pequeño arrugó su nariz, sabiendo cuanto se ofendía su padre cuando le decía eso.

—¡Yah! No digas eso mocoso irrespetuoso -gritó agudo, dejando de reír y abriendo sus ojos. No puedo creer que mi propio hijo me diga eso, eh -abrió la puerta de la habitación del pequeño-. Estoy celoso, Kim Yeonjun, parece que prefieres mucho más a papá Namjoon que a mí.

Yeonjun salió corriendo hacia su cama cuando Seokjin lo bajó, empezó a revolverse en ella y echó su edredón sobre él, cubriendo todo su cuerpo menos su cabeza.

—Es que apa Nammie rompe cosas conmigo, juega en el lodo conmigo, siempre me lee y no me regaña -puchereó-. Además yo quiero proteger a apa Nammie y también cuidarlo.

Alfa. Susurró el lobo de Seokjin.

—Pero yo ya lo protejo -hizo también un puchero-. Soy su alfa.

La sonrisa del pequeño fue desvaneciéndose gradualmente. -Eso es mentira -susurró intentando no llorar.

—Hey, cachorro, ¿Qué sucede? -Seokjin se acercó rápidamente, y se sentó en la orilla de la cama, pasando su mano por el cabello del menor.

—Hace unos días, los padres de unos compañeros hicieron llorar a apa -ahora sí, el pequeño no aguantó, y comenzó a soltar lágrimas furiosamente. De tan sólo recordar como su padre lloró le dolía su pequeño corazón.

El rostro de Seokjin dejó la comprensión y ternura, para darle paso a un ceño fruncido y un gruñido. Su alfa comenzó a revolverse en sí interior como loco, queriendo salir y verificar si las palabras de su cachorro eran ciertas, y de serlo, ir tras esas personas y torturarlas por hacer llorar a su omega.

—¿Qué estás diciendo?, ¿Por qué lo hicieron llorar? -cuestionó amargamente.

—No sé -Negó con una pequeña mueca-. Uno de ellos dijo que apa era muy feo y rudo, dijo que no merecía tener a un alfa tan guapo como tú. También dijeron algo como “¿Estás seguro de que no eres un simple beta” -chilló más fuerte-. No sé qué significa lo de último, pero apa se puso muy triste y cuando regresamos a casa lloró mucho; ni siquiera quiso romper los palillos conmigo -terminó de decir-. Pero… Apa Nammie es muy hermoso, ¿verdad? preguntó con sus ojos brillando.

El alfa aún estaba tratando de calmar a su lobo, para que este no cometer la estupidez de sacar sus colmillos y cambiar el color de sus ojos, porque eso asustaría mucho a su cachorro, y ahora no tendría que ir a cuidar a su omega, sino que también tendría que calmar a su hijo.

—Claro que sí, bebé… Apa Namjoon es el ser más hermoso que existe -hizo el intento de sonar calmado-. Cachorro… Sí esas personas que hicieron llorar a apa Nammie lo vuelven a hacer, me avisas ese mismo día, ¿está bien? -le pidió-. Juntos lo vamos a cuidar, y lo haremos sonreír, ¿correcto?

El chiquillo asintió rápidamente. El tan solo pensar en hacer feliz a alguno de sus padres le llenaba de orgullo y felicidad su corazón. -¡Sííí!

Seokjin asintió orgulloso, para después dejar un beso en la frente del menor y levantarse. Dulces sueños cachorro -sonrió dulcemente, dirigiéndose hacia la puerta-. Por cierto, no creas que no me di cuenta de que te metiste a la cama de un sólo para no tomar una ducha antes de dormir -entrecerró sus ojos mientras tomaba el pomo de la puerta-. Sabía que no debería de haber dejado que te juntaras con los hijos de Hoseok y Jungkook. Debí de hacerle caso a Yoongi.

Yeonjun carcajeo sutilmente. -¡Apa! -gritó antes de que su padre cerrara la puerta.

—¿Sí?

—Te amo -soltó, con las mejillas sonrojadas para después cubrirse su cabeza con el edredón.

Seokjin soltó un chillido de emoción y sonrió como si se hubiese ganado veinte millones de dólares en la lotería. Su hijo no muy a menudo le decía esas palabras, y eso le preocupaba un poco debido a que a su omega sí se lo decía como si fuese algo normal. Pero con tan sólo decírselo una vez, era suficiente para el alfa, ya que con ello podría vivir feliz por todo un mes.

—Yo también cachorro -dijo, para después cerrar la puerta.

Tomó un largo suspiro, y su rostro cambió completamente; su sonrisa desapareció y una seriedad completa apareció en él. Tenía que hablar seriamente con su omega.

Caminó poco, debido a que su habitación compartida se encontraba tan solo dos después de la de su hijo. Tomó el pomo con una lentitud abrumadora, pero finalmente la abrió y se adentró en ella.

Su corazón se estrujó furiosamente, y estaba seguro de que un crujido se escuchó provenir de él.

Su omega estaba ahí, sentado sobre la cama con sus pies estirados y con su peluche de alpaca en sus manos, abrazándolo como si su vida dependiera de ello.

Respiró profundo e intentó retener a su lobo en su interior, el cual, chillaba furioso y con desesperación por ver a su omega en ese estado.

—¿Nammie? -le llamó con voz suave, caminando hacia la cama y subiéndose en ella para atraer a su omega, y meterlo entre sus brazos.

Namjoon se rehusó por un momento. No quería llorar cuando sabía que su alfa debía de estar muy cansado, por lo tanto, debía dormir, no estar atendiéndolo a él. Pero al ver la insistencia del peli-negro, se dejo hacer.

—Yeonjun me contó sobre… sobre cómo te hicieron llorar algunos padres de sus compañeros -gruñó entre dientes-. ¿Por qué no me dijiste nada? -dejó un beso sobre los cabellos negros de su omega, más este último no respondió-. Shh, cálmate, estoy aquí.

Su propósito había sido calmar a su omega, pero en lugar de lograrlo, este comenzó a llorar más, hundiéndose en su pecho y abrazándolo fuertemente.

Había sido realmente difícil hacer que Namjoon lo aceptara como su alfa. Recuerda cuando aún era un alfa estúpido que se pavoneaba junto a su hermano gemelo por los pasillos del colegio, intentando tener la atención de todos sobre su persona. Aún recuerda cuando dejó su obsesión por el omega de Yoongi, e incluso se sigue riendo de ello.

No sabe cómo sucedió, pero de un momento a otro, no tenía ojos para alguien más que no fuera ese omega de hermosos hoyuelos, y sonrisa encantadora. Recuerda que anduvo detrás de él como perrito en celo; no había día en el que dejara de pensar o dejara de buscarlo para pasar un rato con él, y escucharlo hablar sobre cosas científicas y matemáticas que no entendería ni en sus otras vidas. Pero, con tal sólo escuchar su dulce voz y la alegría con la que hablaba sobre museos, le hacía quererlo aún más.

Mientras que Hoseok y Jungkook buscaban arañas juntos entre risas y pequeños besos, él era rechazado por el omega con baja autoestima.

Mientras Yoongi y Jimin se andaban toqueteando y dándose besos en los pasillos, él le llevaba rosas al -en ese entonces— peli-morado, rogando para que le diera una oportunidad.

Había sido difícil hacerle ver al chico que lo amaba, pero después de algunos años lo logró, y no se arrepentía de nada.

—¿Por qué te fijaste en mí, Jinnie? -dijo con un tono lastimero entre los brazos del mayor.

—Yo te hago otra pregunta -respiró hondo— ¿Por qué no? Eres perfecto para mí, Nammie.

Namjoon bufó bajito, alejándose bruscamente de los brazos de su alfa.

—Siempre dices lo mismo -sollozó-. ¿Qué acaso no te das cuenta de la realidad? -preguntó con un pequeño grito-. No soy delicado, no tengo facciones suaves ni belleza deslumbrante. Soy rudo, o al menos eso dicen todos -se abrazó a sí mismo-. Siempre termino arruinando o rompiendo todo lo que toco -lloró un poco más fuerte-. ¡No sé ni siquiera cocinar! -volvió a agarrar al peluche de alpaca y lo abrazó-. Lo he intentado… Créeme que he intentado ser un omega tan dulce y tierno como Jiminnie… ¡Incluso como Hobi! Pero no puedo. Simplemente arruino todo.

El lazo que compartían ambos se tenso por un momento, haciendo que una lágrima silenciosa saliera de los ojos del alfa.

—Ven aquí, Namjoonnie -le pidió, abriendo sus brazos-. Por favor -le rogó, viendo como el otro lo pensó por unos momento para al final ceder y volverse a acercar-. Estás diciendo muchas tonterías, bebé. Tú eres tierno y dulce.

El omega rió amargamente. -¿Te estás burlando de mí?

—No, solo estoy diciendo la verdad -dejó un beso sobre la frente del otro-. El hecho de que no te puedas ver a ti mismo es una lástima, porque yo sí puedo hacerlo, y digo la verdad cuando digo que eres la persona más tierna de este mundo -sonrió-. Como cuando esas veces en las que me regañas por pegarle a Kookie, tu ceño se frunce ligeramente y tus labios se

curvan perfectamente -confesó riendo-, o esas en las que estás leyendo y de repente sonríes y salen a relucir esos hermosos hoyuelos que me encantan. También cuando bailas a escondidas mías -el alfa soltó una carcajada que resonó por toda la habitación.

Namjoon estaba a punto de explotar por la vergüenza que sentía. No estaba muy acostumbrado a recibir palabras dulces, pero parecía que su alfa era muy bueno en ello.

—¡Cállate! -chilló con las mejillas rosadas, hundiendo su nariz en el cuello del otro, buscando su olor y distraerse con el-. Yo no bailo.

—Eres un mentiroso, muchas veces te he visto hacerlo -revolvió los cabellos negros del otro. Incluso te he escuchado cantar en la ducha.

—¡Deja de avergonzarme! -pegó en el pecho del mayor.

Seokjin sonrió con orgullo, y su alfa también. Su omega ya no estaba llorando, y tampoco sentía la desesperación de este por medio del lazo. Era algo muy bueno.

—Escúchame muy bien, Kim Namjoon -dijo en un tono un poco ronco-. Tú eres todo lo que necesito -habló con calma-. No quiero a un omega “delicado” ni sumiso. Tú me encantas tal y como eres, ¿por qué crees que me enamoré de ti? -alzó un poco la voz-. Amo cuando rompes cosas y yo tengo que arreglarlas, créeme que siento una gran satisfacción al ayudarte. Amo cuando quemas la comida porque intentaste cocinarme algo, eso me llena de ternura porque con ello me demuestras que me amas. Amo todo lo que eres, Kim Namjoon.

—No sigas, por favor -para ese momento, Namjoon quería avalanzarse sobre su alfa y llenarlo de besos, pero también quería llorar de felicidad.

—Estoy harto, Nammie -bufó-. Estoy harto de que la sociedad siempre le ponga características estúpidas a los alfas y omegas, ¡incluso a los betas! -chilló enojado-. Soy un alfa con facciones delicadas, y un poco llorón, ¿y eso qué? Sé cocinar, sé hacer todo lo de la casa y soy un poco mimado por mi mamá aún, pero eso no me hace menos alfa -siguió

hablando sin siquiera tomarse un respiro. Namjoon por un momento pensó que el alfa se iba a ahogar porque su cara estaba muy roja-. He visto casos en los que omegas les patean las bolas a alfas, y eso no los hace rebeldes o menos omegas. ¿Te has fijado en Yoongi? Es totalmente gobernado por su omega, Jungkook también, y me incluyo porque sin ti no sería nada -terminó de decir, inhalando un poco de aire-. ¡Yo sólo quiero que te ames a ti, que me ames a mí, a nuestro cachorro y a todos los que vengan en el futuro!

Namjoon ni siquiera dijo nada, solo se atrevió a tirarse completamente sobre su alfa, abrazándolo fuertemente y uniendo sus labios en un beso dulce, y lleno de emociones positivas.

—No sé qué hice para merecerte.

El omega sólo se había separado de sus labios un poco, pero luego volvió a unirlos en un ósculo más profundo y lleno de necesidad, prometiéndose a sí mismo que intentaría alejar cualquier pensamiento negativo, y se dedicaría de lleno a la felicidad que su alfa le brindaba.

Los labios de Seokjin sabían a cereza y a amor, además, eran tan suaves y dulces, tal como le gustaban. No iba a decírselo nunca, pero le encantaba morderlos, sentir la textura de estos y ver cuando se ponían un poco más rojos de lo habitual después de cada beso.

El alfa no se quejó en ningún momento, al contrario, aprovechó el momento, tratando de pegar más sus cuerpos. Pasó su mano izquierda por la cintura del omega, mientras llevaba la derecha hacia el trasero del menor, haciéndolo reír en el proceso.

Seokjin era muy atrevido, coqueto y malicioso. Una combinación que a Namjoon le encantaba.

El omega perdió un poco la vergüenza y soltó un pequeño gemido gustoso ante el toque que su alfa le comenzó a dar, sobretodo, al oler sus aromas mezclándose en toda la habitación, creando un ambiente agradable, cálido y excitante.

Otra noche más en la que se demostrarían cuanto se amaban por medio de sus cuerpos. Otra noche más en la que Seokjin trataría a Namjoon como si fuese una rosa de cristal frágil.

Una noche en la que Namjoon se decidió por intentar amarse a sí mismo.

Porque Namjoon ya amaba a Seokjin, y Seokjin ya lo amaba a él.

La sociedad se podía joder e irse al infierno.

. .. .

EXTRA V

Se suponía que cuando te convertías en padre, y creabas una familia, la madurez llegaba hasta a ti. Se suponía que los padres tenían que dar el ejemplo a sus hijos, y verificar que estos no se lastimaran por jugar con todo lo que se encontraran en el camino. Pero ese no era el caso de los Kim.

La vida de los pequeños mellizos Kim no era para nada común y habitual. No cuando tenías a un sensible y malicioso padre alfa, y a un revoltoso y alegre padre omega.

Nada podía ser normal si tus padres eran Kim Jungkook y Jung Hoseok.

HyunJin y Yeji lo sabían muy bien.

—¡Ese gusano es mío! —gritó el peli-negro—. No te atrevas a tocarlo, Kim Hoseok.

—Claro que no, ¡yo lo vi primero! —dijo de la misma forma el omega, levantándose del suelo y corriendo hacia el charco en el que estaban sus dos cachorros.

—Pero yo lo atrapé —Jungkook corrió tras el omega, haciendo un pequeño berrinche.

No era justo que el haya estado por más de cinco minutos buscando al gusano en ese mal oliente charco, sólo para que viniera su omega y se lo quitara.

Los dos pequeños de apenas ocho años ignoraron por completo a sus padres. Ya era algo normal que esos dos estuvieran peleando por tonterías y después terminaran besándose para pedirse disculpas.

—Te apuesto mi muñeco de Iron man a que apa Kookie lo besa primero —susurró HyunJin a su hermana.

—Yo apuesto mi peluche de Mang a que es apa Hobi —le sonrió con picardia.

Ambos niños se dieron las manos para después comenzar a saltar en el lodo y ver de reojo a sus padres, esperando el momento a que terminaran de discutir y comenzaran con sus, ya comunes, besos.

—Yo te dije en donde estaba —bufó Hoseok.

—Pero yo fui el que tuvo la idea de ir a buscar gusanos —se cruzó de brazos.

—Si tanto quieres un gusano, entonces ve a buscar otro —señaló hacia el charco que se encontraba al final del jardín.

—No, yo quiero al gusano que tienes en la mano —siguió insistiendo, acercándose poco a poco al omega.

Hoseok comenzó a negar repetidamente. El quería al pequeño gusano para dárselo al pájaro que tenía nido sobre uno de los árboles de allí.

Comenzó a retroceder poco a poco, llevándose sus manos hacia su espalda para que Jungkook no pudiera quitárselo.

El alfa se fue acercando mientras miraba al omega con sus ojos entrecerrados. Necesitaba ese gusano para ayudarle a su hijo con la tarea de ciencias naturales.

—Kim Hoseok —siseó acercándose cada vez más.

Hoseok tuvo la intención de emprender una carrera hacia el interior de su casa, pero como siempre, su alfa era muy bueno con los reflejos, por lo que no pudo mover ni un pie cuando Jungkook ya lo tenía entre sus brazos.

—Dame al gusano —gruñó, intentando dar con las manos del omega.

Los mellizos pararon de saltar para ver la tonta escena que sus padres estaban montando. Jungkook y Hoseok parecían estar bailando ahí mismo, zigzagueando y chillando cuando uno de ellos alcanzaba a tocar la mano del otro.

—Jamás voy a traer a mis amigos aquí —dijo Yeji con una mueca.

—Deberíamos pedirle al tío Jinnie que nos adopte —asintió el pequeño, pensando en que ese alfa y su omega eran los más normales del círculo de personas que los rodeaban.

—No, no quiero a mis juguetes cerca del tío Namjoon —abrió los ojos la niña—. La última vez, él y Yeonjun rompieron mi cocina de plástico —hizo una mueca—. Sería mejor que tío Minnie nos adopte.

—¡Ni siquiera lo pienses! —exclamó—. Ellos son muy empalagosos, y el tío Yoongi sólo pasa toqueteando a tío Jimin —sacó su lengua con asco, recordando la última vez que vio como el alfa agarraba el trasero del omega.

—Creo que nos tendremos que quedar con nuestros padres —Suspiró la pequeña, sonriendo cuando Jungkook comenzó a gritar.

A la hora de la pequeña pelea, hubo un momento en el que el alfa había intentado hacerle cosquillas al omega, haciendo que este comenzara a retorcerse como serpiente hasta que abrió sus manos y soltó al gusano. Lo que no esperaban ninguno de los dos es que Hoseok lo pateara, matándolo en segundos.

—Ya, lo siento —sonrió nervioso Hoseok, viendo como el alfa intentaba asesinarlo con su mirada.

—Era para el deber de nuestro cachorro —se cruzó de brazos, ladeando su cabeza en señal de estar enojado.

El castaño sabía lo que tenía que hacer cuando su alfa se molestaba con él. Se acercó minuciosamente al alfa y lo abrazó suavemente, pero el chico no se inmutó ni un poco. Llevó sus manos hacia las mejillas infladas del hombre, acariciándolas a su paso, riendo cuando el otro se calmó.

Ni siquiera pensó en nada, sólo atrajo al peli-negro hacia él y lo besó.

Un beso dulce y delicado al principio, esperando a que el alfa se calmara por completo. Jungkook al inicio estuvo un poco reacio, pero con el pasar de los segundos se rindió, arremetiendo duramente sobre los labios de su adorable omega.

Hoseok soltó un pequeño quejido de sorpresa ante la acción de su alfa. Usualmente, Jungkook era alguien muy cuidadoso con los beso. La mayoría de veces sólo era un poco salvaje cuando estaban en la cama.

Pero se dejó hacer. Los labios del peli-negro eran una exquisita combinación entre suavidad, erotismo y dulzura. Nunca se iba a cansar de decir que los besos de su alfa era lo que siempre iba a querer en su vida.

—Seokie~ —le llamó en un susurro sobre sus labios, creando una explosión de nerviosismo en Hoseok por el tono de voz ronco que había adoptado—. Vamos a dentro —pidió, mordiendo el labio inferior del omega.

Hoseok gimió gustoso—. Lo-los cachorros…

—Los cachorros pueden ir a ver televisión —aconsejó, bajando su nariz por el cuello del otro.

—Las ha-habitaciones… —El omega intentaba decir algo coherente, pero el aroma de su alfa lo estaba volviendo loco.

—Podemos ir a la de invitados para que no te escuchen cuando te esté tomando —Murmuró, subiendo de nuevo hacia sus labios.

Eso fue suficiente para que el calor inundara por completo el cuerpo de Hoseok. Sus mejillas se tornaron de un color rosado pálido, y una sonrisa llena de vergüenza apareció en sus labios. Deseaba tener a su alfa en ese mismo instante.

Mientras que a unos cuantos metros, los pequeños se habían dado la vuelta con sus caras denotando asco.

—Eso fue es asqueroso —movió la cabeza de un lado a otro Yeji—. Pero gané —sonrió con burla—. Tendrás que darme a Iron Man.

—Tonta —bufó el pequeño cruzándose de brazos y sacándole la lengua a su mejillas. Eso le pasaba por confiar en su padre.

—¡Niños, es hora de ver televisión! —gritó Hoseok emocionado, asustando a los pequeños.

… .. .

Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi

Primero que nada:

¡¡Nunca confíen en alguien que da los agradecimientos antes de siquiera haber terminado su historia!!

Soy la definición de desastre, pero ya que… Bueno a lo que quería llegar es… Simplemente quería darle las gracias a todas aquellas personas que estuvieron de comienzo a fin, esperando pacientemente por cada actualización. También agradecer a los fantasmas, ya que sin ellos ni tuviera tantas leídas, agradecer a los que comentaron y votaron. Créanme que me han hecho reír mucho con sus comentarios 🐺

Estoy pensando en comenzar a editarla, ya que tiene algunos errores y una que otra incoherencia :( así que solo voy a esperar unos días para comenzar.

Y ya… Es hora de decirle adiós definitivamente. Me duele mucho porque pasé de todo al escibrir la historia desde el comienzo, desde tener bloqueos mentales, llorar por inseguridad de no superar sus expectativas, hasta reír y terminar con dolor se estómago por sus comentarios.

Así que, me conformo con saber que en su momento pude haberlas hecho reír y patalear de alegría. Gracias 🐺

Pdt:Voy a hacer un espacio para responder alguna duda que tengan, o algo que quieran saber sobre la historia o cómo la escribir.

Dejen todo lo que quieran saber aquí. 😢 😢

Pdt: Si no puedes salir de casa por culpa de la cuarentena y estás aburrida de estar acostada/sentada, entonces te invito a que des un paseo por mis otros fic, ahí no habrá policías que te quieran llevar presa ♡

Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi

1— ¿Cómo es que llego la idea del título?

R// En realidad, la historia se iba a llamar “Jimin y los tres alfas”. Al principio no estaba muy segura, así que comencé a pensar y querer ser un poco más creativa. Luego de un rato, me decidí por “Tres alfas y un omega”, pero por cuestiones del destino terminé poniendo “Dos Alfas Y Un Omega” por mera casualidad y la verdad no sé porqué, pero me dio curiosidad agregar el Yoongi, ya que en la historia Suga iba a hacer un “poco” despistado. Me pareció bonito y gracioso.

2-¿Cómo es que llegó la idea de la historia?

R// Porque estuve viendo unos memes en los que decían “como dos gotas de agua” adjunto a una foto de Jin y Kook. Entonces recordé que al inicio los confundía a ellos dos. Además, vi a una Jikook shipper peleándose con una MinJi shipper en Facebook, entonces me metí a leer los comentarios y me encontré con una Yoonmin shipper diciendo “Ustedes sigan peleando mientras Yoongi se come a Jimin”, y puso un gif en donde Suga le pegaba una nalgada a Jimin. Y nada… Me inspiré en las dos situaciones xd

3— ¿Y Tae?

R// Unos años después tuvo un accidente y murió junto a su omega JeonGuk.

4— ¿Cómo te organizaste para escribir los capítulos? 🌷

R// Cada vez que iba a dormir, comenzaba a imaginarme todo lo que había escrito anteriormente, para así darle continuidad en mis pensamientos y luego plasmarlos en la historia xd

5— ¿Por qué decidiste poner a Nam como omega?

R// Porque si lo hubiese puesto como alfa, entonces él tendría que haber sido el hermano de Jungkook, y ya sabes, me gusta la relación de amor/golpizas de parte del Jinkook xd. Además, ya estaba harta que dijeran que Namjoon no podía ser pasivo porque no le luce. Para mí, Nam es una de las cositas más tiernas del mundo, y quería dar a conocer que la actitud o las apariencias no importan. El ser dulce y cariñoso no es sinónimo de pasivo, así como también, ser gruñón y serio no es sinónimo de ser activo.

6— ¿Y nuestro lemon Hopekook?

R// Lo siento, no soy muy buena escribiendo lemon.

7— ¿Habrá algún extra con interacción entre el hijo de el JinNam y el Yoonmin?

R// Al principio tuve la idea, pero siento que estaría alargando mucho las cosas.

8— ¿Podría haber una segunda temporada?

R// Lo estuve pensando mucho con mi almohada, pero me estaría arriesgando por arruinar la historia. La idea la tuve, y aún la tengo, pero siento que no va a ser posible… O quien sabe…

9— ¿Tendremos shipp entre los hijos del Yoonmin y el JinNam?

R// Lo dejo a su imaginación.

10— ¿Por qué pusiste a la leche, fresa y banana como los aromas de Jimin?

R// Porque cuando estaba escribiendo ese capítulo estaba tomando un licuado de leche, fresa y banana.

Pdt: ¿Recuerdan el capítulo en el que andaban en el super, y Jimin muerde a un alfa porque éste le quería quitar la caja de leche a Yoongi? Pues déjenme decirles que me inspiré en esta foto. 🌷🌷

Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi

NOTA ELIMINADA.

Por cierto, esta foto cae como anillo al dedo con este fic xd

LOS QUIERE, MIN NOCHUS AKA MINI 🌷🌷

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