Dinamicas para niños
February 18, 2017 | Author: maryta_14 | Category: N/A
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Colección “La Eucaristía, Luz y Vida del Nuevo Milenio” 13. LA EUCARISTÍA, LUZ Y VIDA PARA LOS NIÑOS DEL NUEVO MILENIO
PBRO. SERGIO JOEL ASCENCIO CASILLAS PBRO. ADÁN JUÁREZ ROJAS
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Diseño: Creator, Agencia Católica de Publicidad. Ilustraciones: Ricardo Valdez Ponce. Ediciones Católica de Guadalajara, S.A. de C.V. Isla Flores 3344, Jardines de San José C.P. 45085, Tlaquepaque, Jal. Tel.: (0133) 3144-867273 Primera impresión: agosto de 2003 Impreso en México, en los talleres de Ediciones Católicas de Guadalajara, S.A. de C.V.
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ÍNDICE
SIGLAS PRESENTACIÓN INTRODUCCIÓN PARA EL CATEQUISTA 1.
LA EUCARISTÍA ES LUZ
2.
LA EUCARISTÍA ES VIDA
3.
LA EUCARISTÍA ES PRESENCIA Y ENCUENTRO CON JESÚS
4.
LA EUCARISTÍA ES COMUNIÓN Y BANQUETE PREPARADO POR JESÚS
5.
DEVOCIONARIO Y ORACIONES CRISTIANAS
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SIGLAS
CEC
Catecismo de la Iglesia Católica (1992).
LG
Concilio Vaticano II, Constitución dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium (1965).
RH
Juan Pablo II, Carta Encíclica Redemptor Hominis (1979).
SC
Concilio Vaticano II, Constitución sobre sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium (1963).
TB
La Eucaristía, Luz y Vida del Nuevo Milenio. Texto Base para el XLVIII Congreso Eucarístico Internacional (Ediciones Católicas, Guadalajara, 2002).
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PRESENTACIÓN Las palabras de Jesús «dejen que los niños se acerquen a mí, no se lo impidan» (Mt 19, 14), nos alientan para presentar este material dirigido a los pequeños de la Iglesia, familia cristiana que, a semejanza de su familia doméstica, siempre les debe ofrecer lo mejor para su crecimiento espiritual. El presente subsidio fue pensado especialmente para ellos, de modo que encomiamos a quienes se encarguen de presentar los temas aquí desarrollados, que lo hagan con ingenio y creatividad, con el fin de que Jesús Eucaristía sea más amado y mejor conocido por los niños. Ellos están acostumbrados a los retos, y a superarlos. Invitémoslos a asumir el maravilloso reto de descubrir, conocer, amar y servir a Jesucristo, Pan de Vida. Demos el ejemplo de lo que significa vivir con alegría y entusiasmo, gracias al encuentro que se tiene con el Señor. Hagamos memoria, junto con ellos, de la especial predilección y ternura que Jesús les mostró a todos los niños que lo querían conocer y acercarse a Él. El verdadero amigo, los pequeños no lo encontrarán en los héroes de la televisión o del cine, tampoco en los personajes infantiles de las telenovelas, y menos aún, en las caricaturas animadas. El verdadero amigo de los niños está en el Sagrario, esperándolos siempre, añorando encontrarse con ellos, al menos en un pequeño diálogo con ellos, en una oración sencilla pero que salga de su inocencia y sencillez. El corazón de Jesús es de los niños. El Señor, que quiere que todos los infantes crezcan no sólo en edad sino, como Él, en sabiduría y en gracia (cfr. Lc 2, 52), también espera que sigan teniendo la confianza de buscarlo; siempre lo encontrarán, siempre estará dispuesto para escuchar de ellos cualquier palabra. Jesús, que también fue niño, está para ser conocido y amado por todos los que, al inicio de su vida, quieren conocer el verdadero amor y sentirse protegidos por Aquel que, además, es su alimento espiritual. La Virgen María acompañe en este recorrido de fe, esperanza y caridad a sus queridos pequeños fieles de la Iglesia, y les enseñe, con la inmensa ternura y comprensión de una madre, a hacer lo que Él les diga (cfr. Jn 2, 5).
+ J. Trinidad González Rodríguez, Obispo Auxiliar de Guadalajara. Presidente de la Comisión Teológica y de Impresos para el 48º Congreso Eucarístico Internacional.
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INTRODUCCIÓN PARA EL CATEQUISTA Es conveniente que el catequista lea, reflexione y profundice algunos textos de la Sagrada Escritura, el Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) y el Texto Base para el 48º Congreso Eucarístico Internacional (TB), como preparación del tema que compartirá con los niños. Cada uno de los cuatro temas desarrollados aquí, sigue el siguiente esquema: − Presentación del objetivo. − Partimos de textos de la Sagrada Escritura, CEC y TB. − Desarrollo de las ideas-fuerza. El desarrollo se ha segmentado según las necesidades y características particulares de los niños según su edad, de 5 a 7 años; 8 y 9, y 10 a 12.
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1
LA EUCARISTÍA ES LUZ
1.1. OBJETIVO Que el niño descubra la relación entre el concepto de ‘luz’ y la Palabra de Dios en la Celebración Eucarística, para que participe más consciente y activamente en la Misa. 1.2. TEXTOS SUGERIDOS − − − − − − − − − −
Ex 13, 20-22: Dios guiaba a su pueblo desde una columna de fuego. Sal 118, 105: Tu palabra es luz para mi camino. Jn 8, 12: Jesús dice «Yo soy la luz del mundo». Hch 26, 12ss: Pablo narra su encuentro transformador con Jesucristo Luz. Ef 5, 8-9: Somos hijos de la luz e hijos del día. LG, 1: Cristo es la luz de los pueblos. CEC, 242: Decimos en el Credo que Jesús es «luz de luz». CEC, 748: La Iglesia no tiene otra luz que la de Cristo. CEC, 1216: Por el Bautismo somos hijos de la luz. TB, 1-6: Presentación del Texto Base.
1.3. IDEAS FUERZA − − − −
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−
En el Antiguo Testamento, Dios guía a su pueblo hacia la tierra prometida, mediante la columna de fuego del Éxodo. La Palabra de Dios es luz que guía el camino de nuestra vida. Jesús se presenta como la luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. El encuentro transformador con la Palabra de Dios nos convierte, a su vez, en luz para iluminar al mundo por medio de nuestras buenas obras. La vida del cristiano, alimentada por la Palabra y la Eucaristía, es como una lámpara colocada en lo alto para iluminar. La verdad es luz, la mentira es sombra (oscuridad). La liturgia de la Palabra en la Misa es la luz que ilumina el camino para la vida del cristiano. Lo ayuda a descubrir la voluntad de Dios y su plan de salvación. La Palabra de Dios que se proclama en la Eucaristía es transformadora y prepara a toda obra buena (cfr. 2Tim 3, 16-17).
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1.4
PARA NIÑOS DE 5 A 7 AÑOS
Cada niño elabora un girasol con los materiales que tenga a su alcance y con ayuda del catequista; sugerimos que se haga como aparece en el dibujo. Subrayamos que el girasol es una flor que vive y se desarrolla moviéndose, para estar siempre de cara al sol. La luz del sol da vida al girasol, y no sólo a él sino a todos los seres vivientes. El girasol está triste y apagado cuando el sol se oculta, durante la noche. Al despertar el nuevo día, el girasol se levanta y voltea su cara hacia el oriente, donde sale el sol: la alegría regresa a él. Durante el día, la flor gira en su tallo para ir siguiendo la luz del sol. Gracias a la luz del sol, sus colores brillan intensamente y dan alegría. Cuando hay luz vemos claramente, descubrimos lo bello de las cosas que Dios ha creado. Cuando la luz del sol está presente no tenemos miedo, nos sentimos seguros, reconocemos a nuestros papás, hermanos y amigos, sabemos dónde están. Habiendo luz, podemos jugar, pintar, recortar, ir a la escuela. De noche, no nos queda mas que dormir.
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TEATRO CON LOS NIÑOS Se trata de una obrita para los niños y actuada por ellos mismos. No necesitamos escenario más que el lugar de reunión. PERSONAJES Narrador. Sol (Jesús). Girasoles (niños). PRIMERA ESCENA NARRADOR. El sol está por salir. En el campo hay muchos girasoles que quieren ver al sol, pues el sol es su mejor amigo. SOL (que aparece). Hola, Girasoles, buenos días; levántense, ya es hora. GIRASOLES . Buenos días, Sol. SOL. Los veo muy contentos. ¿Por qué están tan contentos? GIRASOLES . Porque ya es de día. SOL (moviéndose; los Girasoles giran para estar siempre de cara a él). ¿Por qué me siguen? GIRASOLES . Porque te queremos mucho. SOL. ¿Tienen frío? GIRASOLES . No. SOL. ¿Tienen miedo? GIRASOLES . No SOL. ¿Quieren ser mis amigos? GIRASOLES . Sí. SOL. Pues entonces, síganme (El Sol sigue moviéndose hasta que se oculta). SOL. Buenas noches, Girasoles. GIRASOLES . Buenas noches, Sol. SOL. ¿Me van a extrañar? GIRASOLES . Sí. SOL. Mañana nos vemos. GIRASOLES. Sí. SOL. A dormir. SEGUNDA ESCENA El catequista pondrá al centro del Sol un rostro de Jesús, como se muestra en el dibujo, y tendrá preparados, con dibujos o recortes, un cáliz y una hostia (detrás de estos signos se ocultará EL SOL). NARRADOR. Es domingo, día de ir a Misa. Jesús nos espera. JESÚS-SOL (que aparece). Buenos días, niños. NIÑOS. Buenos días, Jesús.
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JESÚS. Los veo muy contentos. ¿Por qué están tan contentos? NIÑOS. Porque es domingo. JESÚS. ¿Por qué vienen a Misa? NIÑOS. Porque te queremos mucho. JESÚS. ¿Están solos? NIÑOS. No. JESÚS. ¿Están sus papás aquí? NIÑOS. No. JESÚS. ¿Quieren invitarlos? NIÑOS. Sí. JESÚS. ¿Quieren ser mis amigos? NIÑOS. Sí. JESÚS. Pues entonces, síganme (Jesús se mueve y los niños lo siguen, hasta que se oculta detrás de los signos eucarísticos). JESÚS. No se pongan tristes; aquí me quedo con ustedes. No tengan miedo. Nos vemos el próximo domingo. NIÑOS. JESÚS, te queremos mucho (aplausos o canto). NARRADOR (al final). Algo semejante sucede en la Eucaristía. Todos los hijos de Dios somos los girasoles; la Eucaristía es la luz del sol que nos hace vivir, que nos mantiene en paz y alegría con los hermanos.
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1.5. PARA NIÑOS DE 8 Y 9 AÑOS El catequista preparará unas citas bíblicas. Si es posible, en su momento pedirá a los niños que busquen las citas y las lean; así se ejercitarán en el manejo de la Biblia. Los niños se distribuyen en círculo, y el catequista, con la Biblia en la mano, se coloca al centro. Al azar designa a un niño para que lea un texto de la Biblia. Mientras se está leyendo en voz alta para todos, otro niño, del lado oriente, levantará la figura de un sol que pasa sobre el grupo y, cuando termine de leer y diga «Palabra de Dios», el catequista tomará la Biblia y la cerrará en la presencia de todos. Al momento que se cierra la Biblia, el sol se ocultará. Se recomienda realizar este gesto hasta cuatro o cinco veces, para que quede claro que cuando se proclama la Palabra de Dios, Dios se hace presente, como luz en medio de nosotros. Al terminar esta primera parte, el catequista preguntará a todos los niños: «¿Qué tenemos qué hacer para que el sol salga de nuevo?» En ese momento, detrás de cada uno de los niños se pondrá en una papeleta (si es posible dentro de un sobre) una de las obras de misericordia (cfr. Mt 25, 34-36). Los niños pueden responder ahora libremente a la pregunta planteada. Luego, el catequista indica a los niños que tomen la papeleta que está detrás de ellos, en la que encontramos la respuesta de Jesús (las obras de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, hospedar al forastero, vestir al desnudo, visitar al enfermo y visitar al encarcelado). Cada niño leerá en voz alta la papeleta que le tocó (algunas se pueden repetir). El catequista dirá: «No basta decir, hay que hacerlo». Entonces invitará a los niños a representar cada obra de misericordia, como se indica en los dibujos. Cada vez que el catequista repita una obra de misericordia, el niño tendrá qué asumir esa posición corporal. Cuando los niños asuman correctamente cada posición, saldrá el sol de nuevo (el sol que se había levantado al leer los textos de la Biblia). El catequista aterrizará la dinámica uniendo la presencia de Dios en la lectura de la Biblia en Misa, con el ejercicio de las buenas obras. Por último, se planteará a los niños otra pregunta: «¿Qué otras cosas podemos hacer para que Jesucristo, Sol que nace de lo alto, surja e ilumine nuestra vida?» Los niños responderán libremente; sus respuestas podrán ser: estudiar, ayudar a sus papás en los quehaceres de la casa, arreglar su cuarto... pero que sea una respuesta propia de ellos.
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1.6. PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS La dinámica se realizará bajo la forma de un concurso, en el que los niños, agrupados en dos equipos, contestarán preguntas. El catequista expone el tema y explica que la Palabra de Dios es luz que nos ilumina en la Eucaristía. Explica la primera parte de la Misa, refiriéndose a los textos indicados antes, y destaca la importancia de la Palabra en relación con la luz. Las preguntas que serán contestadas tienen relación con los textos leídos, en los que se relacionan la luz de la Palabra y de la Eucaristía; el catequista se puede basar en los artículos sugeridos del Catecismo de la Iglesia Católica. La competencia será por puntos; todos aguardarán su turno para contestar. Los niños traerán una velita que encenderán cuando su respuesta o su actividad sean correctas; ganará el equipo que tenga más velas encendidas. El catequista escribe las preguntas en papelitos cerrados que el niño va tomará al azar. Las preguntas pueden ser como las siguientes (las acompañamos aquí de las respuestas correctas): − − − − − − − −
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¿Cómo se llama la primera parte de la Misa? R. Liturgia de la Palabra. Actividad: buscar y proclamar el Salmo 118, versículo 105. Entonar un canto de respuesta a la Palabra que se proclama en la Misa. R. Por ejemplo, «Tu Palabra me da vida». ¿Cómo se llama la vestidura que usa el sacerdote para la Misa? R. Alba, estola y casulla. ¿Cómo se responde a «el Señor esté con ustedes»? R. «Y con tu espíritu». Di una oración de la Misa para pedir perdón. R. Por ejemplo, «Yo confieso...», «Señor, ten piedad...» ¿Cómo inicia la Misa? R. «En el nombre del Padre...» ¿Cómo tengo que disponer mi cuerpo y mi espíritu para escuchar la Palabra de Dios? R Bien sentado, con la espalda recta, cabeza levantada, boca cerrada y mi mente y mi corazón dispuestos a escuchar. ¿En qué lugar del templo se lee la Palabra de Dios? R. En el ambón. ¿De dónde se toman las lecturas que proclaman en la Misa? R. De la Sagrada Escritura (la Biblia). Antes de la proclamación del Evangelio trazamos tres cruces. ¿Dónde? R. Sobre la frente, sobre la boca y sobre el pecho. ¿Qué significan las cruces que trazamos sobre la frente, la boca y el pecho antes de la proclamación del Evangelio? R. Le pedimos al Señor que purifique nuestra mente, nuestros labios y nuestro corazón. Actividad: cantar la aclamación que va antes de proclamar el Evangelio. R. «Aleluya». ¿Qué se canta antes de proclamar el Evangelio durante la Cuaresma? R. «Honor y gloria a ti, Señor Jesús».
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¿Qué posición corporal se debe asumir cuando se lee el Evangelio? R. De pie. ¿Por qué hay velas encendidas durante la Misa? R. Porque la vela encendida es signo de la presencia de Dios. ¿Cuáles son los cuatro colores litúrgicos? R. Morado, blanco, rojo y verde. ¿Qué significa cada color litúrgico? R. Morado, preparación para la fiesta o penitencia; blanco, fiesta; Rojo, el fuego del Espíritu Santo o la sangre de los mártires; verde, tiempo ordinario. ¿Qué respondemos a «lectura del Santo Evangelio según San Mateo»? R. «Gloria a ti, Señor». Cuando el sacerdote termina de leer el Evangelio, dice «Palabra del Señor». ¿Qué se responde? R. «Gloria a ti, Señor Jesús». Cuando el lector dice «Palabra de Dios», ¿qué se responde? R. «Te alabamos, Señor».
Como variante, en las respuestas incorrectas podría apagarse una vela ya encendida. La repetición ayudará a los niños a retener estos conceptos en su memoria.
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2.
LA EUCARISTÍA ES VIDA
2.1
OBJETIVO
Que el niño descubra que la Eucaristía es fuente de vida; que en ella Jesucristo nos da vida, y vida en abundancia. 2.2. TEXTOS SUGERIDOS − − − − − − − −
Jn 6: Discurso de Jesús sobre el pan de vida. Jn 15, 1-10: Para tener vida y dar frutos de vida eterna, es necesario permanecer unidos a Jesús, que es la Vid verdadera. CEC, 1346-1347: La liturgia de la Eucaristía comprende dos grandes momentos: liturgia de la Palabra y liturgia de la Eucaristía. CEC, 1348-1355: Desarrollo de la Celebración Eucarística. CEC, 1392: La Eucaristía alimenta nuestra vida espiritual. TB, 41: Jesús Eucaristía es centro de la vida de la Iglesia. TB, 42: La Eucaristía es alimento que sostiene y transforma. TB, 43: La Eucaristía es medicina, antídoto contra la muerte y alimento para vivir siempre en Jesucristo.
2.3. IDEAS FUERZA − − − − −
− −
2.4.
Jesucristo, el Dios de la Vida, está presente en la Eucaristía y en ella nos comunica su vida divina. Jesús entrega su vida en cumplimiento de la voluntad del Padre. La Eucaristía es un sacrificio: el sacrificio de la Redención y, al mismo tiempo, el sacrificio de la Nueva Alianza. En la Última Cena, Jesús instituye el sacrificio de la Nueva Alianza. El sacrificio en el Antiguo Testamento fue utilizado para salvar a algunos de la muerte o purificarlos del pecado. Ahora, el Padre entrega a su Hijo en sacrificio para que todos tengamos vida plena Para los cristianos es indispensable permanecer unidos a Jesús Eucaristía, a fin de dar frutos de vida eterna. Sin Él, nada podemos hacer. Para obtener la vida eterna, Jesucristo pide alimentarse de su cuerpo y de su sangre.
PARA NIÑOS DE 5 A 7 AÑOS
Centrados en la metáfora de la vid y los sarmientos (Jn 15, 1-10), los niños participarán en un juego que consiste en tener una gran clavija y un contacto. Hay que preparar una clavija con un largo cable y un contacto donde se pueda enchufar.
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Éstos serán de juguete, y de tamaño grande. Se pueden confeccionar con cartón; el «cable» podría ser un lazo (luego habrá qué recordar a los niños que es peligroso jugar con cables e instalaciones eléctricas reales).
El cable de la clavija ha de llegar hasta uno de los niños. Todos se toman de las manos para simular el paso de la electricidad. El catequista será el centro de la atención, para explicar las reglas del juego: mientras la clavija esté desconectada, todos estarán como muertos, sin vida, dormidos... Cuando la clavija se conecte, los niños se moverán, siempre tomados de la mano, como si pasara a través de ellos una fuerte descarga eléctrica que los sacude violentamente. Cuando el catequista o alguien destinado por él desconecte la clavija, todos se tiran al suelo sin vida, pero siempre tomados de las manos. El catequista irá describiendo cómo, cuando no hay electricidad, los aparatos eléctricos no funcionan, no hay luz en las casas, no se puede encender la televisión, no enfría el refrigerador, no calienta el horno de microondas, etcétera. Hace falta que haya electricidad para que todo tenga «vida». El catequista irá diciendo luego frases como «para ver la “tele” se necesita electricidad»; en ese momento se «conectará» la clavija, todos se levantarán y se pondrán en movimiento. Luego continuará: «Pero cuando falta la electricidad, no se puede ver “tele”»; en ese momento se «desconectará» la clavija y todos caerán o se sentarán como sin vida. Esto se repetirá varias veces, refiriéndose a diferentes aparatos eléctricos. Mientras el catequista va narrando, otra persona «conecta» y «desconecta» la clavija, teniendo el contacto bien visible para todos los niños.
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Luego se hará la vinculación con el tema central: «Así pasa cuando estamos unidos a Jesús, Él nos da vida. Pero si no estamos unidos a Él, no podemos tener vida. Jesús es el contacto; nosotros, los aparatos que necesitamos de su energía». Se dibuja o representa un altar y al pie se pone el contacto, que es la fuente de poder. Otra vez el catequista irá diciendo frases como «cuando vamos a Misa, es como si llegara la electricidad (en ese momento se “conecta” la clavija) y todos tenemos vida». Luego, puede continuar: «Pero cuando no ponemos atención (la clavija se “desconecta”), no recibimos la electricidad». Así se referirá a diferentes partes de la Misa, por ejemplo: «Cuando se lee la Palabra de Dios», «cuando nos damos la paz», «cuando se da la Comunión», «cuando salimos para practicar lo que celebramos», etcétera, contrastadas con actitudes negativas, como «no poner atención», «estar distraído», «no ir a Misa», «no hacer caso», «no poner en práctica», etcétera, con lo que la clavija se irá conectando y desconectando del contacto al pie del altar. Jesús en la Eucaristía nos da su «electricidad», nos comunica su vida (la clavija se conecta y todos los niños se mueven). 2.5. PARA NIÑOS DE 8 Y 9 AÑOS El catequista expone las ideas principales de este tema, desarrollándolas brevemente. En esta exposición se basarán las respuestas de los niños a las preguntas del siguiente juego, por lo tanto, buscará que en su exposición queden bien claros los puntos, de manera que puedan responder, además de aprender a fuerza de repetición. GATO (#) Para este juego (esperemos que muy conocido), se requiere un cartón con el signo de numeral escrito en grande. Por otra parte, se escribirán preguntas en papeletas que quepan en cada espacio a jugar en el «gato». Hay que preparar también dos juegos de seis o siete fichas iguales entre sí (como taparroscas o monedas de diferente denominación. Si se cree conveniente, fichas con el dibujo de un motivo eucarístico, como uvas, panes, cordero, trigo, cáliz, hostias). Para jugar al «gato» compiten dos equipos. El primero que tenga el turno elige el espacio donde quiere poner su primera ficha, pero antes de ponerla, tendrá qué responder a la pregunta oculta en la papeleta que está en ese espacio boca abajo. Si no sabe responder a la pregunta ni con ayuda de su equipo, y el contrincante sí responde, este último podrá poner su primera ficha sin perder su turno. Si ninguno de los dos sabe responder, ese espacio será marcado con un elemento diferente que indique que ese espacio está «quemado». El equipo que logre hacer una serie de tres con sus fichas (como en el «gato» clásico), será el ganador. Sugerimos jugar varias veces el «gato» para que, a fuerza de repetición, se reafirmen las ideas en la memoria y en la comprensión. Las respuestas a las preguntas que vienen a continuación, deberán ser estudiadas y conocidas previamente; si no, será difícil que las respondan los niños.
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Las preguntas que sugerimos para las papeletas, son las siguientes:
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¿Quién es el Pan de Vida? R.- Jesucristo. ¿Qué día se instituyó la Eucaristía? R.- El Jueves Santo, en la Última Cena. ¿Cuáles son los dos grandes momentos de la Misa? R. La liturgia de la Palabra y la liturgia de la Eucaristía. ¿Qué nos pide Jesús para obtener la vida eterna? R. Que nos alimentemos de su Cuerpo y de su Sangre. El sacrificio de Jesús en la Cruz y el de la Misa, ¿son el mismo? R. Sí. ¿Qué necesita el sarmiento para producir fruto? R. Estar unido a la vid. ¿Qué pasa con un sarmiento que produce fruto? R. El Padre lo poda para que dé más fruto. ¿Puede un sarmiento producir fruto separado de la vid? R. No. ¿Cómo alimenta Jesús nuestra vida espiritual? R. Por medio de la Eucaristía. ¿Cuál es el lema del 48º Congreso Eucarístico Internacional? R. «La Eucaristía, Luz y Vida del Nuevo Milenio». ¿Para qué se entrega Jesús en sacrificio? R. Para que nosotros tengamos vida. ¿Por qué es necesario permanecer unidos a Jesús? R. Porque «sin Él nada podemos hacer».
2.6. PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS El catequista expone las ideas principales de este tema, desarrollándolas brevemente. Esta exposición será la base para las respuestas que los niños den a las preguntas del siguiente juego, por lo tanto, buscará que en su exposición queden bien claros todos puntos y que así los niños puedan responder, además de aprender a fuerza de repetición.
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CARAS Y GESTOS Este juego consiste en representar con mímica, expresiones faciales y corporales, sin hablar en absoluto, la idea que en secreto (estará escrita en papelitos) se da a uno de los participantes, quien debe hacer que su equipo adivine la palabra o frase de que se trata.
El equipo que, en un tiempo determinado, logre adivinar más conceptos, será el ganador. Obviamente, primero participa un equipo y luego otro, midiendo a uno y a otro el tiempo con un reloj (sugerimos tres o máximo cinco minutos, para que ambos jueguen varias veces en esta sesión).Jugar varias veces, repitiendo las preguntas, ayudará a los niños a reafirmar las ideas en la memoria y en la comprensión. Como variante, se puede jugar a los «garabatos»: en lugar de emplear la mímica, se pueden utilizar papeles en blanco (sugerimos un cuarto de tamaño carta, porque se utilizarían muchos) y ahí hacer dibujos (no letras) que los miembros del equipo verán para, a partir de ellos, adivinar el concepto o formar la frase. Quien hace los dibujos (garabatos) no podrá hablar ni escribir palabras. Sugerimos algunas palabras y frases que adivinar, aunque el catequista, según las circunstancias y de acuerdo con los textos e ideas sugeridos, puede cambiarlas o añadir otras: − «Yo soy el Pan de la vida». − «Yo soy la vid y ustedes los sarmientos». − La Eucaristía. − El Sacrificio. − La Eucaristía es medicina. − La Misa. − Jesús es víctima, sacerdote y altar. − La Comunión nos da vida. − La Eucaristía nos da vida eterna. − Jesús es el Dios de la vida. − La Misa es un sacrificio. − La Eucaristía es fuente de vida. − «La Eucaristía, Luz y Vida del Nuevo Milenio».
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3.
LA EUCARISTÍA ES PRESENCIA Y ENCUENTRO CON JESÚS
3.1. OBJETIVO Que el niño reconozca la presencia real y efectiva de Jesucristo en la Eucaristía. 3.5. TEXTOS SUGERIDOS − −
− − − − − −
Mt 26, 26-29; Lc 22, 19-20; 1Cor 11, 23-27: Relato de la Institución de la Eucaristía. Lc 24, 13ss.: Toda la narración de los discípulos de Emaús es una catequesis eucarística. La primera parte es la iluminación de la Palabra de Dios, por boca de Jesús; la segunda, es descubrir a Cristo resucitado en la fracción del pan, y la tercera, es la proclamación entusiasta de la resurrección del Hijo de Dios. Mt 28, 20: La promesa de Jesús de quedarse con nosotros, se hace realidad en la Eucaristía. Hb 13, 8: Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo. CEC, 1333: En la Eucaristía, el pan y el vino se convierten en Cuerpo y Sangre de Cristo. CEC, 1373-1377: Cristo está presente de múltiples maneras en la Iglesia, pero sobre todo bajo las especies eucarísticas. CEC, 1378-1381: El culto de adoración a la Eucaristía no sólo durante la Misa, sino también fuera de la celebración. TB, 7-17: Creemos en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
3.3. IDEAS FUERZA − − − − − −
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El ser humano siempre ha querido ver a Dios. Jesús se hace hombre para compartir con nosotros su vida divina. Se hace carne para poderlo contemplar, tocar y alimentarnos de Él. Jesucristo instituye la Eucaristía y el Sacerdocio para perpetuar su presencia entre nosotros. Jesús, presente en el sacramento de la Eucaristía con su Cuerpo y Sangre, es el mismo de ayer, hoy y siempre. Los Apóstoles y otros muchos testigos de la resurrección de Jesucristo tuvieron el privilegio de verlo, tocarlo, presenciar los milagros, escuchar sus palabras, verlo morir y contemplarlo resucitado. Todo esto, la Iglesia lo experimenta en la Eucaristía. Después de la resurrección, a los Apóstoles no les fue fácil creer. Los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús sólo después de un laborioso camino hacia la Eucaristía; el Apóstol Tomás no creyó hasta que tocó a su Maestro.
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No basta ver o tocar, es necesario tener los ojos de la fe. La fe es un regalo del amor infinito de Dios. Con esos ojos podemos ver a Jesucristo en la Eucaristía.
3.4. PARA NIÑOS DE 5 A 7 AÑOS Los niños más pequeños necesitan conceptos muy concretos, les cuesta trabajo crear símbolos. La idea debería ser inmediata, visual, clara y sencilla. Ellos tienen confianza y creerán fácilmente cuando el catequista les hable de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.
REPRESENTACIÓN CON LOS NIÑOS : MI CASA FAVORITA Proponemos preparar un cuento con dibujos propios o marionetas hechas de papel. Preparamos la imagen de Dios como la de un anciano; la de Jesús, su Hijo, como un muchacho muy feliz, y un co-ra-zón con el techo, chimenea, puerta y ventanas de una casa. El cuento actuado podría ser así: Dios estaba triste por la Tierra, porque los hombres estaban enojados entre ellos. Los hombres se portaban mal, había niños desobedientes que no querían estudiar, no se comían lo que su mamá les cocinaba, tiraban basura, lastimaban a los animalitos, etcétera. Entonces, Dios nos mandó a su Hijo Jesús para que fuéramos sus amigos y arreglar las cosas.
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Nació muy pobre, en un establo, después de que muchos no lo quisieron recibir. Su mamá se llamaba María, y su papá, José. Jesús creció y creció, en casa de sus papás. Luego salió, para decirle a todos que Dios los quiere mucho, y se quedó sin casa; desde entonces está buscando una casa dónde vivir (se preparan varios corazones). Llegaba al corazón de muchos para vivir para siempre, pero no lo recibían y lo echaban con un puntapié de su corazón (así sucede con otros corazones). ¿Por qué lo echaban, si es tan bueno? Porque no querían platicar con Él ni portarse bien. Pero Jesús es muy listo e inventó la Misa, para quedarse en la casa que más quería. Así es: Jesús se quedó en el Pan y el Vino consagrados, para entrar así a la casa que más desea, nuestros corazones (entra en el corazón grande que parece una casa). Ésta es la casa preferida de Jesús, el Hijo de Dios. ¿Quién lo quiere recibir en su corazón? Cuando ves que comulgan tus papás y hermanos mayores, Jesús entra a sus corazones y allí se queda. Eso pasa en la Misa: Jesús hace una gran fiesta para que abramos las puestas y las ventanas de nuestro corazón, y lo dejemos vivir ahí para siempre. Así ya no hay peleas ni pereza; si Jesús está en nuestro corazón, todos estamos felices. Aquí, el catequista puede preparar una hoja para que los niños dibujen y coloreen su propio rostro feliz. También sería divertido para ellos pintar su rostro con una gran sonrisa. El rostro pintado hará que los adultos pregunten, después de la catequesis, por su enorme sonrisa. El catequista puede ayudarles con la respuesta, por ejemplo: «Estoy feliz porque Jesús está aquí» (señalando su corazón); «la mejor casa de Jesús es mi corazón»; «Estoy feliz, por mi boca recibo a Jesús y Él vive en mi corazón». 3.5. PARA NIÑOS DE 8 Y 9 AÑOS Sugerimos que los niños preparen con papel blanco una hostia dibujada y recortada por ellos; ésta deberá llevar escrito al reverso: «El Cuerpo de Cristo es para» y el nombre del niño que la preparó. El catequista llevará una maceta con un poco de tierra. Explicará a los niños que la tierra y el agua producen vida; cómo las semillas brotan después de algunos cuidados y cómo, con un poco de atención, estos brotes producirán frutos. Mientras explica, el expositor podría hacer brotar plantitas hechas de papel o plástico, para facilitar su manipulación y propiciar que los niños toquen y comenten el hecho. Después, el catequista aplicará este concepto al Cuerpo y la Sangre de Cristo: ese pan consagrado lo dejó Cristo a todos los bautizados para que surja vida. Por ello, sugerimos que los niños dibujen un corazón y con recortes de papel hagan algo semejante a la explicación hecha con la maceta. En la Última Cena, Jesús ordenó a sus Apóstoles realizar esta fiesta siempre; es la manera en que Cristo se ha quedado con nosotros, por todos los días. Como ocurre con la maceta, del corazón que recibe a Cristo en la santa Comunión, brotan obras de vida, luz, paz, justicia, unión, generosidad y amor. Es muy importante que el catequista propicie la participación de los niños, que digan cuáles son esos brotes que surgen del corazón y los vayan colocando en él con algún adhesivo.
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Los niños pondrán el corazón de papel, con la hostia dentro, sobre su pecho; el catequista insistirá en que lo lleven a casa después de la catequesis para que puedan dar razón de lo que llevan puesto; por ejemplo: «Este corazón limpio recibió a Jesús en la hostia consagrada, por eso salen de él plantitas de obras buenas como la amistad, la oración y el estudio». La respuesta puede prepararse para ser memorizada en grupo o justificada con las propias palabras del niño. El catequista debe cerciorarse de que el alumno sepa responder. 4.1. PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS EL CORAZÓN TIENE OJOS Sugerimos preparar con los pequeños una mesa eucarística, con abundante «vino» (jugo de uva o una bebida con ese sabor) y harina para preparar un pan ázimo. Para ello, el catequista convenientemente preparará uno o varios panes ázimos con antelación (sólo se necesitan harina de trigo y agua), un poco más gruesos que las tortillas de harina y cocidos ligeramente, sin permitir que se endurezcan.
Se hacen los preparativos para el banquete: se sirven las copas o vasos sobre un bonito mantel; se encienden algunas velas y se canta, como en una gran fiesta. El catequista explica de qué se trata, con palabras como éstas: Jesús, el Hijo de Dios, preparó la cena de Pascua con sus Apóstoles; era un banquete muy singular. Les dio de comer un trozo de pan ázimo, es decir, sin levadura, porque éste fue el alimento que tomaron los hebreos al escapar de las manos del Faraón en Egipto, y les dijo: «Tomad y comed todos de él, porque éste es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros» (entrega el pan a los niños para que coman). Luego, tomó la copa o el cáliz lleno de vino de uva. El vino de uva se utiliza para las fiestas porque pone contentos a todos. Entonces, les dijo: «Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre; Sangre de la Nueva Alianza que será entregada por todos los hombres para el perdón de lo pecados. Haced esto en conmemoración mía» (los niños beben, junto con el catequista). Jesús pidió a los Apóstoles celebrar este banquete para recordar todo lo que hizo por salvarnos del pecado. Esto lo hacemos en todas las Misas; el sacerdote actúa en nombre de Cristo y con las palabras de la Consagración pide al Espíritu Santo convertir el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor. Así, cuando comulgamos recibimos a Jesús
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en su Cuerpo y su Sangre; Dios libera nuestros corazones de las cadenas del pecado y unimos nuestra vida a la Vida Eterna. Para reafirmar la idea, el catequista pedirá a los niños recortar y dibujar un corazón, para ponerlo sobre su pecho. Igualmente dibujarán aparte un par de ojos. El catequista les preguntará: «¿Cómo sabemos que Cristo está presente en su Cuerpo y su Sangre sobre lo que fue pan y vino? Si lo probamos ya consagrado, sigue pareciendo pan y vino. ¿Que necesitamos para ver el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía? Necesitamos los ojos de la fe, sin ellos no es posible percatarnos. La fe es un regalo de Dios para ver lo que otros no quieren ver». En este momento, los niños ponen los ojos sobre los corazones, diciendo esta oración: «Jesucristo, quiero recibirte siempre en mi corazón, mediante la Santa Comunión. Santifica a mi familia y a toda la Iglesia con este Banquete de Luz y Vida eternas. Guíanos siempre a la Verdad y no permitas que nos separemos de Ti. Te reconocemos vivo en la Eucaristía por los ojos de la fe y te vemos realmente presente para adorarte eternamente. Amén».
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4.
LA EUCARISTÍA ES COMUNIÓN Y BANQUETE PREPARADO POR JESÚS
4.1. OBJETIVO Que el niño descubra la Eucaristía como centro de la vida de la Iglesia. 4.2. TEXTOS SUGERIDOS − − − − − − − − − −
Mt 6, 9-13: Oración del Padrenuestro. Jn 17, 20-23: Jesús pide al Padre que todos seamos uno. Hch 2, 42-47: La comunidad se reúne en torno a la Palabra y a la Eucaristía. 1Cor 10, 17: Todos formamos un solo cuerpo en Cristo Jesús. CEC, 1166: El Día del Señor. CEC, 1345: Testimonio de San Justino. La celebración del Día del Señor. CEC, 1382-1390: El Banquete Pascual. CEC, 1391-1401: Los frutos de la Comunión. CEC, 1402-1405: La Eucaristía es anticipación de la gloria celestial. TB, 44-51: La Eucaristía es misterio de comunión y centro de la vida de la Iglesia.
4.3. IDEAS FUERZA − − − − − − − − −
La Eucaristía es sacramento de unidad en la Iglesia. Después de instituir la Eucaristía, Jesucristo expresa al Padre su anhelo de que todos sean uno y permanezcan en Él. El Concilio Vaticano II dice que la Eucaristía es sacramento de amor, signo de unidad y vínculo de caridad (cfr. SC, 47, refiriéndose a San Agustín). La Eucaristía es centro de la vida de la Iglesia; ella es el Cuerpo de Cristo. Él es la cabeza y nosotros somos los miembros. La Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace la Iglesia (cfr. RH, 20). La Eucaristía es centro de la vida de la Iglesia y hacia ella se ordenan los demás Sacramentos. En la Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia: Cristo mismo, nuestra Pascua. El domingo, día del Señor, es el día en que la Iglesia se manifiesta viva en Cristo Resucitado (Pascua). El domingo, día del Señor, la Iglesia se congrega en torno a la Eucaristía, proclama su fe en Cristo resucitado y vive la cardad fraterna.
4.4. PARA NIÑOS DE 5 A 7 AÑOS REPRESENTACIÓN: EL DOMINGO ES EL DÍA MÁS IMPORTANTE DE LA SEMANA Se repasarán los días de la semana con los más pequeños, para descubrir que el trabajo, el aseo de casa o las tareas de la escuela son actividades que Dios quiere mucho;
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que eso une a la familia. Pero el día más importante para Dios es el Domingo. Si todos los días debemos orar, el Domingo es el día dedicado a Dios, el día en que nos reunimos todos los que creemos en Jesús, para que nos hable con su Palabra, nos dé a comer su Cuerpo y a beber su Sangre. Recomendamos que el tema se desarrolle del siguiente modo: Preparamos a un niño y una niña (aunque pueden ser los mismos catequistas) para que actúen como El Papá y La Mamá; los demás niños del grupo actuarán como Los Hijos de la casa. Se tendrán listos siete carteles con los días de la semana, que irán apareciendo durante la representación. Sugerimos indicar que los pequeñitos repitan lo que diga el papá. Mamá. ¡Es lunes! (Suena un despertador). Todos arriba, es hora de despertar (La MAMÁ se apresta a levantar de la cama a todos).
PAPÁ . Nos asearemos para ir a trabajar. TODOS. Nos asearemos para ir a trabajar. MAMÁ . Sí, pero primero hay que orar. Todos de rodillas. PAPÁ . Dios, Tú nos quieres mucho. Gracias por dejarnos despertar. TODOS. Dios, Tú nos quieres mucho. Gracias por dejarnos despertar. MAMÁ . A asearse, pues (todos hacen la mímica con La MAMÁ ; si puede poner música al texto, mejor): Lavarse las manos, lavarse los pies; lavarse la cara al derecho y revés; limpiarse los dientes, peinarse muy bien, zapatos que brillan, la ropa también. PAPÁ . ¡A desayunar! (todos corren al lugar que representará la mesa). MAMÁ . Un momento: hay que bendecir los alimentos. PAPÁ (pausado, para que los pequeños repitan). Dios nuestro, bendice este rico desayuno que preparó nuestra mamá con mucho cariño. Amén. MAMÁ . En este momento termina el desayuno, querida familia. Tenemos que despedir a papá porque se va a trabajar (todos aplauden). Y para que no lleguen tarde, en este momento llevamos a todos los niños a la escuela. ¿Están listos? TODOS. ¡Sí!
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MAMÁ . Vamos, pues (con un letrero que dice ‘escuela’, La Mamá guía a los niños a lo que será ese lugar. Al llegar los entrega al MAESTRO o MAESTRA y se despiden). La siguiente parte del día se puede abreviar, con una comida y cena muy rápidas y las oraciones antes de dormir (que deberá guiar El Papá). Al día siguiente se seguirá el mismo esquema del lunes, hasta el sábado, con las adecuaciones necesarias para el último caso.
Así, se llega al Domingo: MAMÁ (se escucha un despertador o un gallo). Es Domingo, el día más importante de la semana. PAPÁ . Es el día más importante. TODOS. Es el día más importante. MAMÁ . Vamos a rezar, todos con las manos juntas y de rodillas. PAPÁ (pausadamente, para que todos repitan). Señor Jesús, hoy es domingo (enfatizando la palabra), el Día del Señor, el día más hermoso; Tú nos esperas en la Misa. Allá vamos. MAMÁ : Domingo tan bello, es el día del sol; ponerse muy guapos, Cristo al corazón. ¿Quién dijo «Domingo, Día del Señor»? Yo creo que Cristo en su Cuerpo está; Su cáliz, su Sangre, comida en verdad. PAPÁ . Vamos a la Eucaristía. TODOS. Vamos a la Eucaristía. MAMÁ . ¿Qué es la Eucaristía? PAPÁ . Eucaristía y Misa son lo mismo, Mamá. TODOS. Eucaristía y Misa son lo mismo, Mamá. Se retiran todos a la Misa Dominical; hacen un círculo. Aquí interviene la Mamá. MAMÁ . ¡Cuánta gente, hoy domingo, en la Eucaristía! PAPÁ . ¿Qué es la Eucaristía? TODOS. ¿Qué es la Eucaristía? MAMÁ . Eucaristía y Misa son lo mismo (todos aplauden a La Mamá). MAMÁ . Ya aprendí. Pero cuánta gente viene a la Eucaristía. PAPÁ . Es que todos somos la gran familia de Cristo. TODOS. Es que todos somos la gran familia de Cristo. PAPÁ . La familia de Cristo se reúne los Domingos en Misa. TODOS. La familia de Cristo se reúne los Domingos en Misa. En medio del círculo se colocará una mesita. Sobre ella una Biblia, una copa y un pan u hostias. Alguien puede vestirse como sacerdote, levantar la Biblia y decir fuerte
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«Palabra de Dios», para que se responda «te alabamos, Señor». Entonces se puede cantar el Aleluya u otro canto que los pequeños conozcan. Rezan juntos el Padrenuestro con las manos juntas y se distribuye el pan a Los Papás diciendo en voz alta «el Cuerpo de Cristo», a lo que ellos responderán «Amén». Continúa LA MAMÁ :
MAMÁ . ¿Quién quiere recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo? (muchos niños querrán). PAPÁ . Para a Cristo recibir, al catecismo asistir. TODOS. Para a Cristo recibir, al catecismo asistir. PAPÁ . Lunes (todos repiten). MAMÁ . A trabajar y a la escuela. PAPÁ . Martes (todos repiten). MAMÁ . A estudiar y hacer la tarea. PAPÁ . Miércoles (todos repiten). MAMÁ . La casa nos espera, como siempre. PAPÁ . Jueves (todos repiten). MAMÁ . Estudiar más, trabajar más. PAPÁ . Viernes (repiten). MAMÁ . Es el último día de escuela, pero los papás siguen trabajando. PAPÁ . Sábado (repiten). MAMÁ . También se hace tarea en sábado. PAPÁ . Domingo, Domingo, Domingo (repiten). MAMÁ . Ese día no se trabaja. PAPÁ . Domingo, Día del Señor (también repiten). MAMÁ . Día en que Cristo vuelve a la vida. PAPÁ . Domingo, día de la Eucaristía (siguen a El Papá). MAMÁ . Por eso juntamos nuestras manos y decimos. TODOS. Señor Jesús, somos tu familia, tu gran pueblo; nos amas mucho. Nos vemos el Domingo, por siempre. Amén.
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Todos aplauden y cantan algo alegre que los pequeños conozcan, relacionado con la Eucaristía. 4.5. PARA NIÑOS DE 8 Y 9 AÑOS REPRESENTACIÓN INTERACTIVA: “SUPERCRISTIANO” La idea de «Supercristiano» está relacionada con la gracia que Dios concede a su pueblo para realizar las obras proféticas, de oración y servicio. Sólo con esas gracias sobrenaturales asumimos la responsabilidad, como Pueblo de Dios, de evangelizar, soportar adversidades, enfrentar al demonio, sanar a los enfermos, tomar serpientes con nuestras manos, beber venenos sin hacernos daño. Sólo el pecado nos resta la fuerza e impide la misión que Cristo da a la Iglesia, de ser «luz de las gentes» y signo de unidad. PREPARACIÓN Sobre el piso se dibuja la silueta de una persona, como si hubiera caído de lo alto. Al centro del pecho de la figura, se escriben en un círculo las iniciales ‘SC’, de «Supercristiano» o «Supercatólico». Si se prefiere, pueden dibujarse también el pan y la flama del logotipo del próximo Congreso Eucarístico Internacional, y pintar allí las iniciales. Un niño es disfrazado como superhéroe enmascarado, con los colores rojo, amarillo, blanco y azul (del logotipo para el 48º Congreso Eucarístico Internacional). Se dispone a los demás niños a participar como seres necesitados de la ayuda de «Supercristiano»: una anciana enferma, una señora que llora, niños abandonados, un señor que se emborracha. Se emplearán también una Biblia, signos eucarísticos (como trigo, uvas, vino y pan), y cuatro carteles, con las palabras ‘Eucaristía’, ‘Palabra de Dios’, ‘Comunidad’ y ‘Gracia’. El catequista debe guiar la dinámica con gran entusiasmo. Asimismo, se confeccionarán varios antifaces como los de «Supercristiano» o círculos con las iniciales, para entregarlos a los niños durante el desarrollo de la actividad. Desarrollo. Los niños se acomodan, junto con el catequista (Narrador), formando un círculo en torno a la figura pintada en el piso. El catequista les cuenta, con palabras como éstas: Narrador. Aquí cayó la última vez «Supercristiano», sólo quedó su marca sobre el pavimento y no hemos sabido nada de él. Su vida fue un ejemplo para todos, ayudó a los enfermos, enseñó a los ignorantes, visitó a los presos, aconsejó a los descarriados. Todos lo querían mucho. Mucha gente extraña su fuerza y energía (todos permanecen en círculo). Su fuerza era tanta que mantenía unidos a todos como una gran familia... pero ya no está aquí... Los enfermos sufren, están solos, poca gente va a Misa, hay muchos niños solos, muchos borrachos por la calle (entran los actores y piden ayuda a los niños). ¿Qué podemos hacer, niños? ¿A quién podremos pedir auxilio? (El Narrador repetirá estas preguntas con insistencia. En medio del desconcierto, pedirá ayuda a Dios y entonará una melodía sencilla como las asociadas con los superhéroes; entonces, sólo escuchando esta melodía, responderán Los Niños).
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Niños. ¡«Supercristiano»! Narrador (con rostro de asombro, exclama). ¡Estás todavía vivo, «Supercristiano»! Gracias a Dios. Ayúdanos, por favor.
Entonces, Supercristiano atenderá las necesidades de cada uno, por ejemplo, a los niños perdidos les pedirá no ser desobedientes con sus padres y llevarlos a un lugar seguro; a la señora que llora la consolará y hará oración por ella; le rogará al alcohólico pedir ayuda y no alejarse de su familia; a la enferma la llevará al doctor, etcétera. Una vez que Supercristiano realiza estas obras admirables, el NARRADORCATEQUISTA lo coloca al centro. NARRADOR (pregunta a los niños). ¿Quién quiere ser un «Supercristiano»? (Los Niños, debido al entusiasmo que les provocan los superhéroes, querrán ser como él). CATEQUISTA (interroga a Supercristiano). «SuperCristiano», ¿cómo hacer para ser tan poderoso en palabras y obras, como tú lo eres? (el niño que representa al personaje, ya preparado, será quien responda). SUPERCRISTIANO. Tengo mis superpoderes por la gracia de Dios. Sólo por Él puedo hacer todo esto. TODOS (entonando la melodía de superhéroes elegida, al final dicen juntos) ¡«Supercristiano»! CATEQUISTA . ¿Cómo llega el poder de la Gracia? (muestra el cartel de ‘Gracia’). SUPERCRISTIANO. Hago mucha oración con mi familia y asisto todos los domingos a la Eucaristía (EL CATEQUISTA muestra las palabras ‘Oración’ y ‘Eucaristía’), como el Cuerpo de Cristo y bebo su Sangre; éste es el alimento más poderoso contra el demonio, contra las serpientes y todo mal. TODOS (entonan la melodía de superhéroes y gritan) ¡«Supercristiano»! CATEQUISTA . ¿Y ese poder para hablar, consolar y animar a la gente? SUPERCRISTIANO. La Palabra de Dios es la luz, y la Eucaristía la vida. De allí viene todo poder. TODOS: ¡«Supercristiano»!
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SUPERCRISTIANO. Todos pueden ser «Supercristiano», superhijos de Dios, supercatólicos, acercándose a la Eucaristía y haciendo el bien. CATEQUISTA . Todos ustedes, por su Bautismo, son Hijos de Dios; son Pueblo de Dios y el poder de Dios lo acompaña, especialmente en la Eucaristía. CATEQUISTA . Repitan conmigo: «Somos el “superpueblo” de Dios, somos “superhijos” de Dios; somos “supercristianos”. Cristo Luz, Cristo Vida, Cristo Eucaristía» (en este momento se les entregan los antifaces de «Supercristiano», invitándolos a imitar a Cristo con este superhéroe). Sugerimos concluir con un canto muy alegre y orar el Padrenuestro u otra oración a Cristo, del devocionario al final de este subsidio.
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4.6. PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS CRISTO EN LA EUCARISTÍA ES EL CENTRO DE TODO La dinámica de este tema, busca poner a Cristo Eucaristía en el centro de toda nuestra vida, hagamos lo que hagamos. PREPARACIÓN Son necesarios cuatro símbolos que podemos encontrar en la Eucaristía: la Palabra de Dios, un crucifijo o imagen de Cristo, un cáliz y pan ázimo (hostias o pan sin levadura). Previamente, se dará una actividad a los niños, que realizarán al mismo tiempo cuando lo indique el catequista, como saltar, cantar, pintar, gritar, orar, cocinar, cuidar al bebé, trabajar en la obra, martillar, barrer, etcétera: tantas actividades cuantos niños estén en el grupo.
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DESARROLLO El catequista explicará que, cuando él lo indique, todos se pondrán en acción, no importando el ruido que se pueda generar, pero cuando él diga la palabra ‘Cristo’ en voz alta, todos deberán detenerse, guardar absoluto silencio e indicar con su dedo índice el signo eucarístico que se mueva entre ellos. Como ya se dijo, serán cuatro los signos que se moverán entre los niños mientras ellos realicen sus actividades, y que se detendrán también a la voz de ‘Cristo’. Se comenzará con el crucifijo o la imagen de Cristo; éste se moverá de un lado a otro en el espacio de la reunión. Cuando se escuche la voz ‘Cristo’ y todos se detengan en silencio, el catequista se pondrá a un lado del signo y referirá con éstas u otras palabras: Cristo el Señor ha dejado en su Iglesia, su pueblo santo, el regalo del Sacerdocio y la Eucaristía. Gracias a este banquete, Jesús forma a un gran pueblo, la Iglesia. Todos alrededor de este alimento de vida eterna, daremos mucho fruto; sin él estaremos sin vida y divididos. Se continuará con la Palabra de Dios. El catequista indicará volver al trabajo, todos se pondrán en movimiento y verán pasar otro signo, la Biblia (habrá que portarla con cuidado y respeto). De nuevo, la palabra ‘Cristo’ se dejará escuchar. Todos se detendrán sin chistar, señalando el símbolo. El Catequista se pondrá a un lado del portador de la Sagrada Escritura y encenderá una vela o cirio. Dirá: La Palabra de Dios en la Eucaristía, da luz a su pueblo que peregrina en el mundo. Esta Palabra es viva y eficaz; Dios realiza de nuevo en nosotros, en este tiempo, su plan de salvación. Al inicio de la Misa, la Sagrada Escritura se proclama y se escucha con respeto y atención, porque es Dios mismo el que pasa en medio de nosotros. Finalmente, se emplearán los signos del pan y el vino. De nuevo, inicia el caos y estos signos se mueven entre los niños. Se pronuncia la palabra ‘Cristo’, deteniendo a la asamblea, que de nuevo señala el signo. Como en los momentos anteriores, el catequista de acerca al signo, enciende otra luz y refiere algo como esto: El pueblo santo, que somos todos los bautizados, no sólo urge de la Palabra de Dios que lo guíe como la luz en medio de la oscuridad, necesita también alimentarse. Jesús dejó a los apóstoles este banquete de amor. Se quedó en medio de nosotros para que lo comamos en la Sagrada Comunión, en cada Misa; somos su familia más querida y nos ordena que lo hagamos en memoria suya. Éste es el alimento de la unidad y de la garantía de la vida eterna. En este momento los invita a cantar a Jesucristo y expresar espontáneamente su fervor a la Eucaristía. Se puede concluir con la oración de la fraternidad eclesial: el Padrenuestro.
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5.
DEVOCIONARIO Y ORACIONES CRISTIANAS
ÁNGEL DE MI GUARDA
Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares de noche ni de día. Las horas que pasan, las horas del día, si tú estás conmigo, serán de alegría. No me dejes solo, sé en todo mi guía; sin ti soy chiquito y me perdería. Ven siempre a mi lado, tu mano en la mía. ¡Ángel de la guarda, dulce compañía! Bendita la luz del día y el Señor que nos la envía. ¡Bendito el Niño Jesús, bendita Santa María! Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la Virgen María y el Espíritu Santo. Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos guardan mi alma.
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EL SEÑOR DIOS NOS AMÓ
El Señor Dios nos amó como nadie amó jamás. Él nos guía como estrella cuando no existe la luz. Él nos da todo su amor mientras la fracción del pan. Es el pan de la amistad, el pan de Dios: «Es mi Cuerpo: tomad y comed; ésta es mi Sangre: tomad y bebed, pues Yo soy la vida, Yo soy el amor». Oh, Señor, condúcenos hasta tu amor. El Señor Dios nos amó como nadie amó jamás. Sus paisanos le creían hijo de un trabajador. Como todos, Él también ganó el pan con su sudor y conoce la fatiga y el dolor. PREPARACIÓN PARA LA MISA
Intención de la Misa Yo quiero celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, y recibir el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, según el rito de la Santa Iglesia Romana, para alabanza de Dios omnipotente y de toda la Iglesia triunfante; para mi beneficio y el de toda la Iglesia militante, por todos los que se encomendaron a mis oraciones en general y en particular, y por la feliz situación de la Santa Iglesia Romana. Amén.
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El Señor omnipotente y misericordioso nos conceda la alegría con la paz, la enmienda de la vida, tiempo de verdadera penitencia, la gracia y el consuelo del Espíritu Santo, y la perseverancia en las buenas obras. Amén. ADORACIÓN EUCARÍSTICA
TE ADORO CON DEVOCIÓN La presencia del verdadero cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en la Eucaristía, no se conoce por los sentidos, dice Santo Tomás de Aquino, sino sólo por la fe, la cual se apoya en la autoridad de Dios.
Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza. Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de verdad. En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón
arrepentido. No veo las llagas como las vio Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame.¡Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura. Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.
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ORACIONES A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
REINA DEL CIELO V. Alégrate, Reina del Cielo, aleluya. R. Porque el que mereciste llevar en tu seno, aleluya. V. Ha resucitado, según predijo, aleluya. R. Ruega por nosotros a Dios, aleluya. V. Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya. R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente, aleluya. ORACIÓN Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén. ÁNGELUS V. El Ángel del Señor anunció a María. R. Y concibió del Espíritu Santo. (Avemaría) V. He aquí la esclava del Señor. R. Hágase en mi según tu palabra. (Avemaría) V. Y el Verbo se hizo carne. R. Y habitó entre nosotros. (Avemaría) V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. ORACIÓN Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén. ORACIÓN A MARÍA Oh, Madre de piedad y de misericordia, Santísima Virgen María. Yo, miserable e indigno pecador, en ti confío con todo mi corazón y afecto; y acudo a tu piedad, para que, así como estuviste junto a tu dulcísimo Hijo, pendiente de la cruz,
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también estés junto a mí, miserable pecador, y junto a todos los fieles que aquí y en toda la Santa Iglesia vamos a participar de aquel divino Sacrificio, para que, ayudados con tu gracia, ofrezcamos una hostia digna y aceptable en la presencia de la suma y única Trinidad. Amén. ORACIONES PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN «Bajo las especies consagradas del pan y del vino, Cristo mismo, vivo y glorioso, está presente de manera verdadera, real y substancialmente, con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad». Después de comulgar, procura tener unos minutos para dar gracias. Es un detalle de respeto hacia Jesús continuar un rato después de Misa dándole gracias por la Comunión recibida. Puedes leer despacio y con atención estas oraciones. ACTO DE FE ¡Señor mío, Jesucristo! Creo que verdaderamente estás dentro de mí con tu Cuerpo, Sangre, alma y divinidad, y lo creo más firmemente que si lo viese con mis propios ojos. ACTO DE ADORACIÓN ¡Oh, Jesús mío! Te adoro presente dentro de mí, y me uno a María Santísima, a los Ángeles y a los Santos para adorarte como te mereces. ACTO DE ACCIÓN DE GRACIAS Te doy gracias, Jesús mío, de todo corazón, porque has venido a mi alma. Virgen Santísima, Ángel de mi guarda, Ángeles y Santos del Cielo, dad por mí gracias a Dios. ALMA DE CRISTO Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame,
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y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén. ACTO DE ENTREGA DE SÍ Toma, Señor, y recibe mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste; a Ti, Señor, lo torno; todo es tuyo. Dispón de ello conforme a tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que esto me basta. ORACIONES A JESÚS EN DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS ORACIÓN AL NIÑO JESÚS Bendíceme, Niño Jesús, y ruega por mí sin cesar. Aleja de mí, hoy y siempre, el pecado. Si tropiezo, tiende tu mano hacia mí; si cien veces caigo, cien veces levántame. Si me dejas, Niño, ¿qué será de mí? En los peligros del mundo, asísteme. Quiero vivir y morir bajo tu manto. Quiero que mi vida te haga sonreír. Mírame con compasión, no me dejes, Jesús mío. Y, al final, sal a recibirme y llévame junto a Ti. Tu bendición me acompañe hoy y siempre. Amén. Aleluya (rezar un Gloria). ORACIÓN ANTE LA ADVERSIDAD Niño Jesús: Tú eres el Rey de la Paz, ayúdame a aceptar sin amarguras las cosas que no puedo cambiar. Tú eres la fortaleza del cristiano; dame valor para transformar aquello que en mí debe mejorar. Tú eres la sabiduría eterna; enséñame en cada instante cómo debo obrar para agradar más a Dios y hacer mayor bien a las demás personas. Te lo suplico, por los méritos de tu infancia, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. OS ADORO, AMABLE NIÑO Os adoro, amable Niño del pesebre, el más humilde y el más grande de los hijos de los hombres y el más pobre y el más rico, el más débil y el más poderoso. Os bendigo, porque os habéis dignado descender hasta mí, para ser mi modelo en la práctica de todas las virtudes, mi guía en las dificultades de la vida, y mi consuelo en los días de aflicción. Os amo, porque venís a mí con amor infinito; con amor generoso, al que no cansan mis ingratitudes; con amor obsequioso, que se anticipa a los tardíos impulsos de mi
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corazón; con amor paciente, que espera mi conversión para amarme más tiernamente aún. Por eso, con el corazón lleno de agradecimiento, de rodillas al pie de este lecho de paja, os adoro, bendigo y amo, con todo el fervor de mi alma, y me atrevo a levantar mis ojos hasta mi Dios, que se digna mirarme. QUÉDATE, SEÑOR, CONMIGO Quédate, Señor, conmigo, porque te necesito ver presente para no olvidarte, pues ya sabes con cuánta frecuencia te abandono. Quédate, Señor, conmigo, porque soy muy débil y necesito de tus alientos y de tu fortaleza, para no caer tantas veces. Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi vida, y sin Ti, con frecuencia decaigo en el fervor. Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi luz, y sin Ti, estoy en tinieblas. Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y la siga. Quédate, Señor, conmigo, para demostrarme todas tus voluntades. Quédate, Señor, conmigo, porque deseo amarte mucho y vivir siempre en tu compañía. Quédate, Señor, conmigo, porque todo mi ser te está consagrado y Tú me perteneces. Quédate, Señor, conmigo, y haz de mi corazón una celda de amor de la cual nunca te alejes. Quédate, Señor, conmigo, si quieres que te sea fiel. Quédate, Señor, conmigo, porque aunque mi alma es muy pobre, deseo que sea para Ti un lugar de consuelo, un huerto cerrado, un nido de amor. ORACIÓN DE SAN AGUSTÍN Señor Jesús, que me conozca a mí y que te conozca a Ti; que no desee otra cosa sino a Ti, que me odie a mí y te ame a Ti y que todo lo haga siempre por Ti. Que me humille y que te exalte a Ti, que no piense nada más que en Ti, que me mortifique, para vivir en Ti, y que acepte todo como venido de Ti. Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti, que siempre escoja seguirte a Ti, que huya de mí y me refugie en Ti, y que merezca ser protegido por Ti. Que me tema a mí y tema ofenderte a Ti, que sea contado entre los elegidos por Ti, que desconfíe de mí
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y ponga toda mi confianza en Ti, y que obedezca a otros por amor a Ti. Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti, que quiera ser pobre por amor a Ti. Mírame, para que sólo te ame a Ti. Llámame, para que sólo te busque a Ti. Y concédeme la gracia de gozar para siempre de Ti. Amén. PARA IRRADIAR A CRISTO Amado Señor: ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya. Inunda mi alma de espíritu y vida. Penetra y posee todo mi ser, hasta tal punto que toda mi vida sólo sea una emanación de la tuya. Brilla a través de mí, y mora en mí de tal manera, que todas las almas que entren en contacto conmigo puedan sentir tu presencia en mi alma. Haz que me miren y ya no me vean a mí sino solamente a Ti, oh Señor. Quédate conmigo, y entonces comenzaré a brillar como brillas Tú; a brillar para servir de luz a los demás, a través de mí. La luz, oh Señor, irradiará toda de Ti; no de mí; serás Tú quien ilumine a los demás a través de mí. Permíteme, pues, alabarte de la manera que más te gusta, brillando para quienes me rodean. Haz que predique sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo, por la fuerza contagiosa, por la influencia de lo que hago, por la evidente plenitud del amor que te tiene mi corazón. Amén. CREO EN TI Cuando llegan la dificultad y las pruebas; en los momentos de angustia, de duda o enfermedad, es bueno decir al Señor que seguimos creyendo en Él. Señor, Tú siempre me has dado la fuerza necesaria, y, aunque débil, creo en Ti. Señor, Tú siempre me has dado la paz de cada día, y, aunque angustiado, creo en Ti.
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Señor, Tú siempre me has guardado en la prueba, y, aunque estoy en ella, creo en Ti. Señor, Tú siempre has alumbrado mis tinieblas, y, aunque no tengo luz, creo en Ti. ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO VEN, ESPÍRITU SANTO V. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu, y serán creadas todas las cosas. R. Y renovarás la faz de la Tierra. OREMOS ¡Oh, Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo! Concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su divino consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. BENDICIÓN DE LA MESA ANTES DE COMER V. Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que por tu bondad vamos a tomar. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. R. Amén. Añadir al mediodía y por la tarde: V. El Rey de la Gloria eterna nos haga partícipes de la mesa celestial. R. Amén. DESPUÉS DE COMER V. Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén. V. El Señor nos dé su paz. R. Y la vida eterna. Amén.
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