Dicotomía y Tricotomía

February 24, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Intro ¿Cómo está compuesto el hombre? Por un lado, están algunos que sosenen que el hombre está compuesto

de alma, cuerpo y espíritu (1 Tes 5.23, Heb 4.12) estos son quiénes apelan a la tricotomía, por el otro, se encuentran quiénes sosenen que el hombre solamente está compuesto de cuerpo y espíritu/alma – espíritu y alma son palabras intercambiables que indican un mismo sendo –, éstos apelan a la dicotomía. En este trabajo vamos a hacer un análisis de ambas posturas, sabiendo que ambas están de acuerdo en el cuerpo, sin embargo, el debate se centra entre si alma y espíritu son diferentes o no, para luego así concluir cuál de éstas va acorde a lo que las Escrituras nos muestran. La Tricotomía

Quiénes se inclinan por esta postura, como dijimos anteriormente, se aferran a dos textos de la Biblia en donde se arma una composición triparta del ser humano. El primero es 1 Tesalonicenses 5.23: «Y el mismo Dios de paz os sanque por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo». El segundo es Hebreos 4.12: «Porque la palabra de Dios es viva y ecaz, y más cortante que toda espada de dos los; y penetra hasta parr el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». Vemos como en estos versículos, alma y espíritu parecen ser dos partes diferentes del hombre, e incluso, en el verso úlmo, estas dos son pardas por la espada de la Palabra. Además de eso, apelan a la emología de las palabras, puesto que alma y espíritu no son la traducción de una misma palabra. Espíritu en hebreo es «ruaj» y en griego «pneuma», por otro lado, alma en hebreo es «nefesh» y en griego es «psuje». Esta sencilla disnción emológica hace que ver que no se puede tratar al alma como algo semejante al espíritu. Históricamente, esta doctrina – dice Millard Erickson – se hizo parcularmente popular entre los padres alejandrinos de los primeros siglos de la iglesia, como Clemente de Alejandría, Orígenes y Gregorio de Nisa. Ahora bien, conceptualmente, ¿cuál sería la diferencia entre alma y espíritu? Los defensores de esta postura dirán que, el alma es el elemento psicológico, la base de la razón, la emoción, la interrelación social y cosas así. Por su parte, el espíritu se idenca habitualmente como el elemento religioso que percibe y responde a los asuntos espirituales y a Dios (Jn 4.24). En general, esto sería una breve explicación de la Tricotomía. Tricotomía y la Biblia

Nuevamente citamos que el pasaje que se suele usar para defender la tricotomía es 1 Tesalonicenses 5:23: “Y que el mismo Dios de paz los sanque por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. Pero si esta doctrina es tan importante, ¿por qué solo se cita aquí esta expresión; espíritu, alma, y cuerpo? En este pasaje el apóstol Pablo, en su deseo de describir la totalidad de nuestro ser, usa estos tres términos. ¿Pero pudiera haber ulizado otros? De hecho en Deuteronomio 6:5 encontramos una tricotomía diferente para expresar la plenitud de nuestra persona: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza”. Y otra tricotomía más la vemos en Mateo 22:37: “ Y Él le contestó: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. Entonces nos encontramos con el reto de tener varias tricotomías, ¡e incluso alguna “cuatricomía” también!: “y amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza” (Mr. 12:30).

 

La Dicotomía

A diferencia de la Tricotomía, la Dicotomía propone que, si bien es cierto, alma y espíritu son palabras emológicamente diferentes, apelan siempre al mismo sendo, y es, a la parte inmaterial del hombre. Podemos ver ejemplos en las Escrituras acerca de esto, en esta ocasión mencionaremos dos. El primero, lo encontramos con María, en el Magnícat: «Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador» (Lc 1.46 – 47) [Énfasis mío]. El segundo lo encontramos en el libro de Job: «Por tanto, no refrenaré mi boca; Hablaré en la angusa de mi espíritu, Y me quejaré con la amargura de mi alma» (Job 7.11) [Énfasis mío]. Nótese en este caso como estos términos son usados como paralelismos. La Dicotomía no enende que exista diferencia entre alma y espíritu con respecto a su uso, puesto que bíblicamente el término se usa de manera intercambiable. Por ejemplo, el autor de Hebreos dice de los santos en el ccielo: ielo: «a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los  justos hechos perfectos» perfectos» (Heb 12.23). El Apocalipsis los describe así: «Cuando abrió el quinto ssello, ello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el tesmonio que tenían» (Ap 6.9) [Énfasis mío]. A raíz de esto algunos argumentan que no hay ninguna necesidad, ni losóca ni exegéca, para agregar otra tercer parte o sustancia (como un espíritu) para sortear la tensión dualísca. Dicotomía y la Biblia

Para entender la antropología bíblica nos es necesario ver las Escrituras en su totalidad. Dios formó al hombre “del polvo de la erra, y sopló en su nariz el aliento de vida” (Gn. 2:7). Dos sustancias. Según el contexto la sustancia material es llamada cuerpo o carne, y la sustancia inmaterial es llamada espíritu, alma, mente, pero sobre todo corazón. Estas palabras se usan de forma indisnta para referirse a la dimensión inmaterial de la persona, siendo corazón el término más usado y amplio para referirse a la vida interior del ser humano. Desde una ópca bíblica los pensamientos, movaciones, y voluntad residen en el corazón, y el corazón se expresa a través del cuerpo. Somos seres espirituales vesdos de una “morada terrestre” o “tabernáculo” (2 Co. 5:1). Aunque el “hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día” (2 Co. 4:16). Dos sustancias, pero una sola persona. No es que tenga un cuerpo y tenga un alma. Es que soy un cuerpo y soy un alma. Como dice C. S. Lewis: “Somos seres compuestos –un organismo natural en un estado de simbiosis con un espíritu supernatural”. Y en otra ocasión escribe: “El espíritu (se siente) ‘en casa’ con su organismo, como un rey en su propio país o un jinete sobre su caballo –o mejor aún, como la parte humana de un centauro está ‘en casa’ con la parte equina”. El uso intercambiable de alma y espíritu es evidente en las Escrituras. Tanto el alma como el espíritu sienten tristeza (Jn. 13:21; Mt. 26:38), y sienten gozo (Is. 61:3; Sal. 86:4); tanto el alma como el espíritu pecan (Sal. 32:2; Ez. 18:4), necesitan salvación (1 Co. 5:5; Stg. 1:21) y son llevadas al cielo (He. 12:23; Ap. 20:4). La diferencia no es ontológica. Nos referimos a lo mismo. La diferencia es semánca. Es una diferencia de lenguaje la que encontramos entre espíritu y alma. Por lo general el alma se enende como más apegada al cuerpo, y el espíritu como más despegada del cuerpo. No es lo mismo que te digan “Ven, que en mi casa se han congregado hoy 50 almas”, que “Ven, que en mi casa se han congregado hoy 50 espíritus”. Seguramente irías a la primera casa, pero no a la segunda, ¿verdad? Es imposible disnguir entre alma y espíritu, porque nos referimos a lo mismo. Encontramos en la Biblia muchos paralelismos hebreos que usan ambos términos como sinónimos. Es tan imposible separarlos, que al describir el poder incomprensible de la Palabra de Dios, el autor de Hebreos nos dice que la Palabra es capaz de penetrar hasta parr el alma y el espíritu (He. 4:12). Aquí no se reere a parr el alma, y a parr el espíritu, sino a dividir entre las dos, a separarlas.

 

Evaluación de ambas posturas

Antes que nada, debemos mencionar que la Escritura declara al hombre como una unidad entre sus partes, es decir, formado del polvo (materia), pero con aliento de vida (parte inmaterial), sin embargo, el hombre no es dos partes, sino es uno solo formado por dos partes – o tres partes si estamos a favor de la tricotomía – pero bien, habiendo dicho eso evaluemos pues las posturas. Históricamente se ha sostenido siempre la idea de una dicotomía en el hombre, si bien es cierto, Orígenes y otros teólogos de Alejandría sostuvieron la tricotomía, la dicotomía, tras el concilio de Constannopla de 381 creció en popularidad hasta el punto de converrse casi en la creencia universal de la iglesia. También, cabe destacar que la idea de la tricotomía dio pase a una de las grandes herejías de esa época, la cual fue el A Apolinarismo. polinarismo. Respecto a ello Buswell comenta: «La herejía apolinarista del siglo IV A.D. se basa en esta teoría. El hombre era considerado tricótomo, es decir, hecho de tres partes disnguibles y separables —cuerpo, alma, y espíritu. Este punto de vista erróneo de la naturaleza humana se usó como base para una explicación errónea de la encarnación que dejó la naturaleza humana de Cristo radicalmente incompleta». Vemos entonces como muchos eruditos concluyen – connúa Buswell – que el punto de vista común de los teólogos ortodoxos a través de la historia eclesiásca ha sido que el hombre es dicótomo. Otro punto en contra de la Tricotomía es que podría hacer caer a los creyentes en un po de piesmo anintelectual, es decir, si tenemos en cuenta que el alma es donde reside la razón, entonces podemos concebir el estudio teológico como algo meramente intelectual, más no espiritual. Este punto, J.I. Packer lo explica de esta manera: «Además, [la Tricotomía] conduce a un an-intelectualismo paralizante por medio del cual la comprensión espiritual y el pensamiento teológico son separados, con el consiguiente empobrecimiento de ambos, puesto que se considera a la teología como algo del “alma” que no es espiritual, mientras se piensa que las percepciones espirituales no enen relación alguna con la enseñanza y el aprendizaje de la verdad revelada por Dios» Por otro lado, teniendo una similar idea que la anterior; al momento de la consejería, ¿cómo podríamos discernir entre los problemas del alma y los problemas del espíritu? ¿Cuáles serían los remedios para tratar casos del alma y espíritu? Realmente eso resultaría bastante complejo de hacer, y más aún, cuando en la Biblia no hable de tales cosas. Vemos pues, los fallos que la Tricotomía presenta, y más aun teniendo la idea retomada de los versos de 1 Tesalonicenses 5.23 y Hebreos 4.12, ¿podríamos interpretar al ser humano como hecho de un montón de partes cuando Jesús menciona que amemos al Señor con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas? Tal cosa no parece lógica, y peor aún, en este pasaje Cristo no menciona el espíritu. Concluimos pues, así como la ortodoxia siempre ha sostenido, que la dicotomía es el punto de vista más aceptable y bíblico. Sin embargo, enfazamos que, hasta cierto punto, la Tricotomía ene razón al momento de disnguir las  palabras, puesto que no son palabras palabras idéncas. Ilustrado de otra maner manera, a, en el Salmo 22 David menciona a sus enemigos, como toros, perros y demás, y realmente nosotros no podemos concluir que todas estas palabras se reeran a los mismos seres, pero por supuesto nos dan ideas que apuntan a un mismo n. Así que, siendo estrictamente bíblicos, las Escrituras no nos hablan de especicación alguna de las partes del hombre a pesar de usar   palabras diferentes, por lo tanto, tanto, es mejor tomar todas esas palabr palabras as como sinónimas, entendiendo que pu pueden eden ser usadas de manera intercambiable, así como la dicotomía apela.

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