Di Tella Revolución Libertadora Paper 2012

December 6, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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La “Revolución Libertadora”: Imágenes prohibidas,

símbolos liberales (1955-1958)

Así pues, lo que ha estado en juego desde siempre ha sido el poder mortífero de las imágenes, asesinas de lo real, asesinas de su propio modelo, del mismo mismo modo que los iconos de Bizancio podían serlo de la identidad divina. (Jean Baudrillard, Cultura y Simulacros, 13)1 

“No estábamos realmente interesados en el cadáver porque teníamos cosas más

importantes en que pensar dijo el almirante Isaac Rojas. No teníamos idea de cómo  proceder, pero se resolvieron dos principios básicos: primero que no debía ocurrir ni la más mínima profanación y segundo que el cuerpo debía ser sacado inmediatamente de la  política.”2  Después de la caída del gobierno de Juan Domingo Perón, los militares vencedores encontraron en el cuerpo embalsamado de Evita en la CGT la presencia del fantasma que podían invocar los vencidos. El cuerpo transfigurado en símbolo encapsulaba toda una serie de imágenes, signos y consignas que se habían desplegado en el país por parte de aquellos que habían “profanado” los espacios políticos y los símbolos

culturales de las viejas elites.

1

 Jean Baudrillard, Cultura y Simulacro, (Barcelona: Editorial Kairos, 1978), 13.  Almirante Isaac Rojas refiriéndose al cadáver de Eva Perón, citado en Nicholas Fraser & Marysa Navarro  Evita  The Real Life of Eva Perón  (New York: W.W. Norton& Company, 1996), 175. (La traducción es nuestra) 2

 

1

 

En este capítulo analizaremos las relaciones entre política y cultura durante el gobierno

de

la

denominada

“Revolución

Libertadora.”

De

esta

forma,

nos

concentraremos en aquellos primeros fenómenos de destrucción de imágenes tras la caída del peronismo. En segundo lugar, analizaremos la denominada política de “desperonización” que incluyó la prohibición y destrucción oficial de todo tipo de

imágenes y símbolos justicialistas. Por último nuestra intención es realizar un análisis más complejo dando cuenta de un fenómeno que no fue estudiado por la historiografía. 3  De esta manera no sólo rastrearemos el movimiento de prohibición y destrucción de símbolos peronistas sino que estudiaremos lo que denominaremos un “dispositivo cultural” que buscó una vuelta a una tradición liberal recreando r ecreando visualmente los símbolos de la “Libertad.” El gobierno de la “Revolución Libertadora” se alegaba una genealogía

 proveniente de la Revolución de Mayo de 1810 pasando por la batalla de Caseros de 1852 donde fue derrotado Juan Manuel de Rosas, para llegar al que se denominaba su homólogo del siglo XX, Juan Perón.

El primer momento iconoclasta: Septiembre de 1955

Luego de los acontecimientos del 16 de Septiembre Perón buscó el asilo de las autoridades diplomáticas paraguayas que le permitieron refugiarse en una cañonera de dicho país. Las fuerzas anti-peronistas se agruparon en la Plaza de Mayo y diversos

3

 Para una perspectiva general sobre el gobierno de la “R evolución evolución Libertadora”, el estudio más completo es el de María Spinelli,  Los vencedores vencidos. El antiperonismo y la “revolución libertadora”  (Buenos Aires: Editorial Biblos, 2005). También puede consultarse, Daniel James,  James,   Resistance and Integration,  Peronism and the Argentine Working Class 19 1946-1976  46-1976 , (Cambridge University Press, 1993), en especial el capítulo segundo que analiza la respuesta de los trabajadores ante los embates del gobierno de la “Revolución Libertadora.”  Otro interesante estudio es el de Beatriz Sarlo que analizó las diferentes  producciones que desde el campo literario y académico surgieron en el período post-peronista para comprender el fenómeno del justicialismo y sus batallas culturales, Beatriz Sarlo,  La batalla de las ideas (1943-1973), (Buenos Aires: Emecé, 2006).

 

2

 

 puntos del país para manifestar ssuu apoyo al nuevo gobierno. 4 En esas manifestaciones los  banderines con los colores argentinos de los adherentes adhe rentes tenían el símbolo de d e la “V” sobre 5

una cruz en plena referencia al slogan de “Cristo Vence.”  Mientras el General Eduardo

Lonardi, representante del sector nacionalista católico dentro de las fuerzas armadas, señalaba en un famoso discurso “que en esta lucha no hubo ni vencedores ni vencidos” se

repetían las escenas de luchas callejeras de aquellos que todavía sostenían la defensa de Perón.6 En esos turbulentos días se dio un rápido fenómeno iconoclasta por parte de los que se habían sentido humillados y ofendidos por el fenómeno peronista. Algunos ejemplos pueden ilustrar este último punto. De esta manera, la imagen izquierda (fotografía 1) es representativa del movimiento iconoclasta posterior a la caída de Perón donde puede observarse a un hombre desde un balcón a punto de arrojar el retrato del líder del justicialismo. De esta manera la información que está bajo la foto señalaba: “Hasta ayer no más, en „La Prensa‟ (segunda época) se exaltaba con todos los recursos de

adulonería al general Perón. Horas después de triunfar la Revolución, los mismos fabricantes de adulonerías colocaban en los balcones del edificio las banderas y arrojaban 7

el retrato…”   Esta interpretación del fenómeno iconoclasta tomaba el caso arquetípico

del diario La Prensa que había sido intervenido por el gobierno justicialista y condensaba  para las antiperonistas las formas de arbitrariedad estatal. Ahora bien, un segundo ejemplo del fenómeno iconoclasta puede encontrase en la fotografía de la derecha donde 4

 Para las imágenes de los festejos anti peronistas véase  La Nación  24 de Septiembre de 1955, 3 “El país todo celebró el día de la libert ad” con una gran fotografía de P laza de Mayo y la página 4 de la misma edición con las celebraciones alrededor del Cabildo. 5   Ernesto Salas “Cultura Popular en la primera etapa de la resistencia peronista (1955 -1958) en  Revista Secuencia, Nº 30 septiembre-diciembre septiembre-diciembre 1994 Instituto Mora, México, 151. 6  Para la crónica de las luchas en Buenos Aires y otros puntos del país véase  La Nación 18, 20 y 23 de Septiembre  de 1955 y también la revista  Esto Es,  27 de Septiembre de 1955 año III número 93. Para una reproducción de parte del discurso de Lonardi, véase  La Nación  23 de Septiembre, 2 “Que desaparezca  para siempre el odio, dícese al al país en una exhortación.”  7   Esto Es, 27 de Septiembre de 1955 año III número 93, 35.  Esto

 

3

 

 podemos apreciar en toda su potencia la quema de imágenes y símbolos peronistas de una Unidad Básica en pleno Buenos Aires.8 La información que está bajo la foto señalaba que “Esto ocurrió con el local de una Unidad Básica en la circunscripción séptima de la

ciudad. Pero, es posible que haya ocurrido en algunas otras más en los primeros momentos. Rápidamente, el hidalgo sentimiento argentino se impuso. Y no hubo 9

vencidos…”.   De esta forma los medios de información trataban de matizar la

destrucción de imágenes resaltando el slogan del General Lonardi “Y no hubo vencidos” en referencia a la frase frase “ni vencederos ni vencidos.” Lo fotografía es es más que elocuente

sobre la destrucción del local y además abre certezas sobre la persecución y destrucción de símbolos peronistas durante esas semanas (“es posible que haya ocurrido en algunas otras más en los primeros momentos”). 

8

 La quema de imágenes i mágenes fue un fenómeno con una compleja simbología que remitía a otros casos históricos como fue la Reforma durante el siglo XVI donde la destrucción de producciones visuales tenía una fuerte impronta religiosa. “For example, when they submitted the debris to fire, this was partly because flames symbolized the images‟ just deserts. Not only did the fire agree with the verdict of Is aiah, who assailed idolaters for carving their abominations from the „residue‟ of firewood (Isaiah 44:17); it also invoked and travestied the flames of purgatory.” Joseph Leo Koerner, The Reformation of the Image,   (Chicago: University of Chicago Press, 2008), 88. 9 Esto Es, 35. Para un relato sobre la destrucción de símbolos justicialistas   Esto justicialistas desde una perspectiva perspectiva peronista véase Juan M. Vigo, Crónicas de la Resistencia. ¡La Vida por Perón! Memorias de un combatiente de la  Resistencia (Buenos Aires: A. Peña Lillo. Editor, 1973), 23-24. 

 

4

 

1-Revista Esto Es, Septiembre 1955 

Además de la quema de imágenes se dieron otras formas de subversión de los símbolos peronistas muchas veces inmersos en una atmosfera que siguiendo a Mijaíl Bajtín podemos señalar como carnavalesca.10  De esta manera la segunda fotografía muestra a un grupo de jóvenes, probablemente estudiantes universitarios por sus vestimentas, que sonríen victoriosos tomando los bustos de Eva y Juan Perón como trofeos. La paradoja de la imagen se condensaba en que las burlas en tono popular eran realizadas por parte de aquellos que se veían como los restauradores de los viejos símbolos y valores estéticos que el peronismo buscó desplazar.

10

 El crítico literario ruso Mijaíl Bajtín explicaba “Esto nos permite utilizar el adjetivo „carnavalesco‟ en una acepción más amplia que incluye no solo las formas del carnaval en el sentido estricto y preciso del término, sino también la vida rica y variada de la fiesta popular en el curso de los siglos y bajo el Renacimiento, a través de sus rasgos específicos representados por el carnaval en los siglos siguientes, cuando la mayoría de las formas restantes habían ya desapareci do o degenerado.” Mijaíl Bajtí n  La cultura  popular en la Edad Media y el Renacimient Renacimiento. o. El contexto de François Rabelais , (Madrid: Alianza, 1987), 196.

 

5

 

2- Festejos luego de la caída de Perón Septiembre 1955 (Archivo General de la Nación)

El fenómeno iconoclasta creció de manera veloz en distintos puntos del país, así en la ciudad de La Plata durante el 22 de Septiembre: “Muy pocos bustos y retratos de ex

gobernantes y otras personas quedan ya en las reparticiones, plazas y calles. Muchos han sido retirados espontáneamente por los directores de las dependencias oficiales, y otros  por los manifestantes, así como las chapas nomencladoras de las arterias principales que 11

también llevaban aquellos nombres.”  También en La Plata además de la destrucción de

imágenes, se dio una suerte de subversión de los espacios simbólicos dentro de los edificios de los tribunales de esa ciudad. Así “En el Palacio de Justicia, donde ya la

víspera debió suspenderse la actividad, cuando muchas personas procedieron al retiro y destrucción de retratos y bustos.”12  La crónica relataba como distintos profesionales irrumpieron en los pasillos pidiendo la renuncia de varios magistrados y en especial los

11 La  La 12

Nación, 23 de Septiembre de 1955, 5.

 Ibíd.

 

6

 

miembros de la Suprema Corte de Justicia. También en el edificio en construcción del Colegio y la Casa de Jubilaciones de Abogados se derribó un cartel que atribuía la obra al Segundo Plan Quinquenal peronista y se colocó un letrero que señalaba que el inmueble 13

“confiscado por el régimen, pertenece a los abogados libres.”  

Los primeros fenómenos iconoclastas llevaron a una suerte de revanchismo de clase a través de la destrucción de símbolos de Perón y Evita como los signos que condensaron la herejía social hacia las buenas costumbres por parte de la cultura popular  justicialista. Al mismo tiempo en estas formas de destrucción se escondía una ansiedad más profunda por parte de la clase media, los estudiantes y otros sectores opositores al  justicialismo que buscaron generar un contra-punto ante la subversión subv ersión de símbolos de alta cultura que se había iniciado en las jornadas del 17 y 18 de Octubre de 1945. 14 Poner lo que se consideraba el “mundo trastornado” en su lugar manifestó las formas de acción

directa que guardaban ecos en otros casos históricos de destrucción de símbolos, pero que a la vez constituían un nuevo fenómeno donde el fantasma del peronismo debía ser exorcizado del cuerpo social.

El Gobierno de Lonardi: El estado comienza a borrar los símbolos peronistas

A pesar de su breve interregno, el General Lonardi inició los primeros pasos en desarticular los símbolos peronistas. Más adelante el General Pedro Eugenio Aramburu y

13

 Ibíd. El fenómeno iconoclasta era descripto por los vencidos, “En el Policlínico Evita y en el Juan Perón, acá en Avellaneda, destruyeron los colchones y las sabanas y todo lo que dijera „Fundación Eva Perón.‟ Los quemaban y hasta los robaban. En Lomas, los bustos de Perón y Evita eran arrastrados por jeeps.

Todos estos actos y los asesinatos demostraban el furor homicida de estos tipos.” Testimonio citado en  Nomeovldes Memoria de la Resistencia Peronista 1955-1972 , Liliana Garulli, Liliana Caraballo Noemi

Charlier, Mercedes Cafiero, (Buenos Aires: Editorial Biblos, 2000), 72. 14   Para el fenómeno “iconoclasta secular” durante las jornadas del 17 y 18 de Octubre Octubre véase el artículo de Daniel James, October 17 th  and 18th, 1945:Mass Protest, Peronism and the Argentina working class in  Journal of Social History Vol. 21, No. 3, Spring, 1988, 441-461.

 

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el Almirante Isaac Rojas desplegarían una política extrema contra todo vestigio de  justicialismo en la sociedad argentina. De esta manera el 27 de Septiembre a las 19.15 horas el ejército y la policía ocuparon las instalaciones de la rama femenina de la UES en el centro porteño.15 En la provincia de la Pampa (ex provincia Eva Perón) el interventor federal interino coronel Martín Parrantes estableció por decreto que caducaban los mandatos legislativos de orden provincial y municipal interviniendo la municipalidad de la capital provincial Santa Rosa. Al mismo tiempo se puso en comisión a funcionarios del  poder legislativo y judicial, derogándose la ley número 43 de creación del escudo  provincial y señalándose que todas las instituciones debían volver al uso obligatorio del escudo argentino. “Asimismo, a partir de hoy todos las calles, poblaciones y  edificios

 públicos o educativos e instituciones culturales, sociales o deportivas deberán recobrar sus designaciones y nombres primitivos.”16Las autoridades militares derogaron el decreto que establecía que para ingresar a la administración provincial debía tenerse “determinada militancia política” en clara alusión al justicialismo. Al mismo tiempo se

impuso que los partidos políticos debían retirar del frente de sus edificios, insignias y  bustos referidos al anterior gobierno. Además de la política de quitar los nombres de Perón y Evita de su pasada visibilidad pública, en las primeras semanas del gobierno de Lonardi se buscó desacreditar la figura de Perón bajo acusaciones de corrupción. De esta manera en Octubre de 1955 se creó una Comisión Investigadora a través del decreto número 479 firmado por Lonardi.17  Las denuncias contra Perón se centraban en alegados actos de

15

 La Nación 28 de septiembre 1955, 1.  La Nación, 28 de septiembre 1955, 4 “Fue disuelta la legislatura de la Pampa.”   El Libro Negro de la Segunda Tiranía, (Buenos Aires, 1958), 7.  El

16 La   La 17

 

8

 

enriquecimiento material y en la desmesura que los militares atribuían al consumo ostentoso de Eva Perón. La política que buscaba desarticular el complejo entramado justicialista continuaba; de esta forma el 20 de Octubre 1955 se derogó la ley del Segundo Plan Quinquenal. Al mismo tiempo el gobierno -a través de las Oficinas de Correos- señalaba que aceptaba el canje de timbres postales alusivos a la anterior administración. 18 De esta manera se dio una política oficial que buscaba desarmar desde el propio estado los símbolos justicialistas en una instancia que iba más allá de las formas del primer momento iconoclasta. Por último, el corolario de estas políticas buscaba desacreditar al  peronismo como un movimiento corrompido por los abusos y las formas de enriquecimiento desmedidos de sus líderes.

El Gobierno de Aramburu y Rojas. El peronismo como totalitarismo: desperonizar a la sociedad

El 13 de Noviembre de 1955 asumió como nuevo presidente el General Aramburu. Uno dos días antes se había hecho efectiva la denominada “Junta Consultiva  Nacional” que estaba integrada por miembros seleccionados por el poder militar de los

 partidos Radical, Demócrata Cristiano y el S Socialista ocialista entre otros. La Junta debía asesorar asesora r 19

al presidente de la “Revolución Libertadora.”  La anterior tónica de Lonardi, encarnada en el leitmotiv que no “habría vencedores ni vencidos” fue reemplazada por posturas más

extremas y muy alejadas de cualquier tipo de conciliación con el justicialismo. La línea

18

 La  La Nación, 22 de Octubre 1955, 1 “Ministerio de Comunicaciones” “Canje de timbres postales.”   La “Junta Consultiva” tuvo un importante rol en la Reforma Constitucional de 1957 donde se proscribía

19

al peronismo y en la justificación del fusilamiento de los civiles y militares que intentaron desplazar al gobierno de facto en 1956.

 

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 política del nuevo sector en el poder tenía una concepción de erradicar de forma total al  peronismo de la sociedad argentina. De esta manera Argentina debía ser “desperonizada” “despero nizada”

y todos los métodos eran justificables para borrar aquello que se denominaba como una forma vernácula de totalitarismo.20  En contraposición al alegado totalitarismo los militares autoproclamaban encarnar los valores de la Argentina previa a 1943, remontando la genealogía de sus orígenes a la Revolución de Mayo de 1810. 21  Una de las primeras medidas del nuevo gobierno fue la intervención de la CGT y la persecución de los líderes sindicales justicialistas. En Diciembre de 1955 se disolvió el  partido peronista alegando “Que, por todo ello, es inexorable inex orable obligación de este gobierno

 provisional disolver el principal elemento político del régimen totalitario con lo cual sería imposible el autentico y definitivo reencuentro de la República con el derecho, la libertad 22

y la democracia.”   Unos días después un decreto del poder ejecutivo derogó las leyes que otorgaban el título de “Libertador de la República” y “Jefa Espiritual de la Nación” a

Perón y Evita. Es interesante transcribir partes de este decreto porque muestra las intenciones de la “Revolución Libertadora” no sólo de borrar todo signo peron ista sino

también de ejecutar un mecanismo más duro de vaciamiento de contenido histórico y de toda relación del  justicialismo con la historia argentina previa así: “Que únicamente 20

 En  El Libro Negro de la Segunda Tiranía se expone lo que la “Revolución Libertadora” aludía sobre el  peronismo como como su “Consideración Totalitaria del Estado”, 115-116. 21   Esto Es, 15 de Noviembre 1955, 56 “La tendencia totalitaria del régimen: Única causa del conflicto religioso.” En el artículo se describía el conflicto entre Iglesia y peronismo enmarcado en un proceso de totalitarismo donde podía verse que en la cultura popular justicialista llena de “lugares comunes y

cursilerías de mal gusto producidas por la Escuela Superior Peronista, durante más de cinco años, no es difícil ver brotes de totalitarismo.” De esta manera el artículo cita como ejemplos las publicaciones  Mundo  Peronista,  Democracia  y  Doctrina Peronista. De esta esta manera manera el artículo definía al “totalitarismo”  en Argentina: “El peronismo se propuso llegar llegar a la absorción total del hhombre ombre y sus actividades actividades por el Partido.

De la consubstanciación del Estado con el Partido y de éste con su Líder, se pasó progresivamente a la identidad entre la Doctrina llamada Nacional y la Nación misma. No era extraño, entonces que, en virtud de tal identificación el Peronismo tratará de absorber totalitariamente al hombre en todas sus edades y en todas sus manifestaciones, comenzando por la escuela, siguiendo por el sindicato y terminando por la intimidad siones, la prensa, etcétera”, 64.  religiosa, no sin pasar por el deporte, las diver siones, 22   La Nación, 1 de Diciembre de 1955, 2 “Se ha decretado la disolución del Partido Peronista.” 

 

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trastocando el sentido gramatical e histórico de los términos y deformando maliciosamente la realidad, pudo calificarse de Libertador a quién, por trágica ironía, instauró en el país un régimen despótico y tiránico, que suprimió los derechos y la 23

libertades de sus habitantes y subvirtió sus valores éticos y espirituales(….).”  La figura

de Perón no era la única en ser rechazada, también Evita era enfáticamente condenada: “Que igualmente resulta inadmisible conferir el título de Jefa Espiritual de la Nación a la

extinta esposa del dictador depuesto: acto sin precedentes en nuestra historia y en la de 24

ningún país democrático del mundo.”   Por último se buscaba erradicar toda idea de símbolo físico y temporal que aludiese al justicialismo: “Que por razones análogas carece

de justificativo alguno la declaración de monumento histórico que se hizo al edificio donde funciona el Ministerio de Trabajo y Previsión, así como la consagración del „justicialismo‟ del mes de octubre de 1952 y de las semanas comprendidas entre los días 25

14 y 20 del mismo mes de todo los años.”  La cita da cuenta sobre como el gobierno de la “Revolución Libertadora” buscó despojar del campo simbólico al justicialismo y

además cortar todas sus vinculaciones históricas para mostrarlo como un fenómeno 26

“aberrante” y en colisión con la genealogía liberal argentina.  

La desperonización del país también era llevada a cabo a través del cierre de todas las pasadas instituciones peronistas, así en Enero de 1956 fue clausurada la Fundación Eva Perón.27  Al mismo tiempo los di discursos scursos presidenciales potenciaban las formas de condena al justicialismo. justicialismo. Así en la revista católica Criterio se hacía alusión a las palabras 23

La Nación , 7 de Diciembre de 1955, 1 “Dos leyes de homenaje han sido derogados” “Disponían honores   La

especiales al presidente depuesto y a su esposa” 24

 Ibíd.  Ibíd.  26   Es importante destacar que esta caracterización del peronismo como fenómeno “aberrante” se había gestado durante los años previos al golpe de 1955 siendo el origen de este tipo de discurso el fruto de sectores civiles entre ellos el Partido Socialista. 27   La Nación, 11 de Enero de 1956, 2 “Por un decreto fue disuelta la Fundación Evita .”   La 25

 

11

 

del presidente Aramburu en las provincias de San Juan y Mendoza en Enero de 1956, donde la frase “Ni vencedores ni vencidos” se iba alejando de la tónica conciliatoria  para

transformarse en una forma clara de condena al justicialismo. De esta manera según la revista “la frase ni vencedores ni vencidos no significaba un bill de indemnidad para

quienes llevaron a la República al caos (…).” El artículo explicitaba de forma rotunda que: “En la gesta de septiembre hubo un vencido que fue el peronismo y todo lo que éste 28

significaba de corrupción y tiranía.”  

La condena al peronismo abarcaba todo el espectro de su producción cultural que era estigmatizada por la “Revolución Libertadora” como una forma de propaganda

totalitaria. De esta manera en Febrero de 1956 en una conferencia de prensa convocada  por el presidente de la Comisión Nacional de Investigaciones contraalmirante Salvador MacLean se difundió la investigación en la Dirección de Enseñanza Primaria acerca de la  propaganda política en los textos escolares. La Comisión denunciaba que el mal más grave de esos años había sido un plan de enseñanza destinado a que los niños tuviesen que reverenciar constantemente al primer mandatario. De esta forma se comparaba el agregacaso del peronismo con “fines similares a los del totalitarismo alemán e italiano – agrega29

que tuvieron en los libros de lectura su más valioso auxiliar.”  Así, las acusaciones de la comisión señalaban que: “Los manua les escolares  – dicedice- penetraron en las aulas y en los

hogares mostrando una realidad nacional deformada, difundiendo la mentira oficial, cautivando con sus imágenes y colores la ingenuidad infantil para traicionarla, y neutralizando, con los recursos de la técnica editorial moderna, la obra educativa de los

28 Criterio, 29

26 de Enero de 1956 año XXVIII Nº 1252, 53 “Ni vencedores ni vencidos .”   La Nación, 11 Febrero 1956, 1 “La obra de la dictadura en la mente infantil.”    La

 

12

 

30

maestros que no se entregaban.”   Es importante destacar que más allá de las ideas de “manipulación” y “engaño” también existía el afán de retomar la narrativa histórica

liberal contra la idea de la nació n “encarnada” en la “Nueva Argentina justicialista” y su celebración de los líderes peronistas.31 

El Decreto 4161

Ahora bien, el 5 de Marzo de 1956 la “Revolución Libertadora” llevó su política de “desperonización” a sus niveles más altos cuando decidió mediante el decreto 4161

 prohibir todo tipo de emblema justicialista bajo severas sever as penas. pen as. El decreto realizaba en su  primera parte una suerte de descripción del d el peronismo, su doctrina e imágenes: Que en su actuación política el partido peronista actuando como instrumento del régimen depuesto se valió de una intensa propaganda destinada a engañar la conciencia ciudadana: Que dichos objetos, teniendo por fin la difusión de una doctrina y una  posición política que ofende el sentimiento democrático del pueblo argentino, constituyen para éste una afrenta que es imprescindible  borrar. Que además, desde que esos instrumentos recuerdan una época de escarnio y de dolor para la población del país, su utilización constituye un motivo de perturbación de la paz interna de la Nación una rémora para la consolidación de la armonía entre los argentinos. Que, en el campo internacional, las doctrinas y las denominaciones simbólicas adoptadas por el régimen depuesto tuvieron el triste mérito de convertirse en sinónimo de las doctrinas y denominaciones similares utilizadas por las grandes dictaduras de este siglo, que el régimen depuesto intentó y consiguió parangonar, con lo cual esos símbolos afectan también el prestigio internacional de nuestro país:

30

 Ibíd.   La “Revolución Libertadora” produjo una gran cantidad de material fílmico para desacreditar al anterior gobierno peronista  basándose en la noción que el pueblo había sufrido un “engaño.”  Uno de los más interesantes fue un documental titulado el  El Mito  del año 1957 que no llegó a circular en esos años y que apuntaba el grueso de sus diatribas contra la figura de Evita. 31

 

13

 

Ahora bien, una vez caracterizado el peronismo, su doctrina y sus alegados efectos negativos el decreto, con fuerza de ley, establecía en su parte prescriptiva: Artículo 1º.-Queda prohibido en todo el territorio de la Nación: a) La utilización con fines de afirmación ideológica peronista, efectuadayapúblicamente, o de propaganda porindividuos, cualquier  persona, se trate de individuos aislados,peronista, grupos de asociaciones, sindicatos, partidos políticos, sociedades, personas  jurídicas públicas o privadas, etc. de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas, que  pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales,  pertenecientes o empleados por los individuos representativo representativoss u organismos del peronismo. Se considerará especialmente violatoria de esta disposición la utilización de la fotografía, retrato o escultura de los funcionarios  peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronistas, el nombre propio del presidente depuesto, el de sus parientes, las expresiones “peronismo”, “peronista”, “justicialismo”, “justicialista”, “tercera la abreviatura “P.P” las fechas exaltadas por el régimen posición”, depuesto, las composiciones musicales o fragmentos de las mismas denominadas “Marcha de los muchachos peronistas” y “Evita Capitana”, la obra o fragmento de la misma “La razón de mi vida”,

los discursos o fragmentos de los mismos del presidente depuesto y de su esposa, etc.32 

El decreto representa un documento crucial para analizar la política cultural de la “Revolución Libertadora.” Es importante destacar la caracterización del peronismo como

una doctrina que perjudicó a Argentina tanto a nivel interno como en el plano internacional estableciéndose una comparación con los regímenes totalitarios europeos. En su parte “prescriptiva” el decreto realizaba toda una enumeración de aquellos

elementos referidos como símbolos peronistas. De esta forma se estructuró una doble 32

  Decreto-ley 4.161, 5 de Marzo de 1956,  Anales de Legislación Argentina.  En su sección punitiva se resumía todo un espectro de penas para aquellos que infringiesen la prohibición estatal: Art. 3o. – El El que infrinja el presente decreto-ley será penado: a) Con prisión de treinta días a seis años y multa de quinientos (n$n. 500) a un millón (m$n. 1.000.000) de pesos.  b) y c) inhabilitación por doble tiempo de la condena para desempeñarse como funcionario público o dirigente político o gremial. Clausura en caso de reincidencia a empresas comerciales.

 

14

 

 problemática dentro de las formas de “desperonizar” la sociedad argentina. En primer  

lugar se constituyó lo prohibido como significado político. En segundo término la “Revolución Libertadora” no prohibía simplemente, sino que creaba un tipo de símbolo a

 prohibir; por eso la larga lista donde se enumeraban toda una serie de nombres que encarnaban el elemento a borrar del campo social. En la lista no sólo se incluían las  posibles variantes del nombre o designaciones de Perón o Evita sino también todos aquellos referentes al partido justicialista, pero también a aquellas obras como la  Razón de mi Vida  que eran distintivas de las anteriores formas de representación popular

 peronista. Por último es importante señala señalarr que qu e en la par parte te punitiva pun itiva del decreto ley  – que que regía en todo el territorio nacional- se hacía alusión tanto a sujetos individuales como a entidades colectivas. De esta forma las penas incluían la reclusión en la prisión, pero también la inhabilitación para ejercer cargos políticos y gremiales.

Destrucción de símbolos por el estado y expulsión del peronismo del campo simbólico e histórico

Ahora bien, los objetivos del decreto 4161 como política de erradicación del  peronismo se potenciaban en los discursos oficiales. De esta es ta menara en Córdoba el 6 de Abril de 1956 el General Aramburu señalaba la importancia de “Desmantelar las

estructuras y formas totalitarias de la sociedad (…)” alegando que “La Revolución no se ha hecho simplemente para derrocar a un gobierno y poner a otro en su lugar. Se gestó y se consumó para derrocar un sistema y para implantar una verdadera democracia. El sistema nos ha dejado una maquina tremenda que es menester desmontar” y agregaba “Pero por grande y complicada que sea la maquina, no es tan fuerte como nuestra

 

15

 

33

voluntad de destruirla.”   El discurso militar señalaba la posibilidad de destruir una entidad, “una maquina”, cosificando y deshumanizando el fenómeno peronista. Las

metáforas castrenses abundaban en formas de estigmatizar a aquello que se equiparaba con los fenómenos totalitarios europeos como un virus que contaminó y seguía inmerso dentro de la sociedad argentina “Queremos agrupaciones de hombres libres y no masa engañada. Pero el totalitarismo, llámase como se llame, vive todavía en organizaciones estatales, en mentes confundidas y aún en otras aparentemente claras. No nos engañemos nuestro país sufrió una verdadera invasión del virus totalitario.” 34 Los discursos militares  ponían un especial énfasis en metáforas deshumanizadoras, en este caso el virus totalitario, como un agente externo a la sociedad argentina que debía ser eliminado. Ahora bien, en el proceso de “desperonización” la destrucción de símbolos  justicialistas fue un fenómeno ejecutado por el propio estado. De esta menara el 13 de Abril de 1956  la Comisión Investigadora presentó ante la mirada de periodistas y funcionarios once metros cúbicos y alrededor de 10.000 kilos de impresos: “folletos, fotografías, carteles murales, volantes, estampillas y libros, la mayoría de ellos de lujosa factura, en los cuales las figuras de la pareja gobernante alternaban con los socorridos „slogans‟ a que las dependencias de difusión del régimen acudían para disimular la creciente debilidad económica del país.” La muestra de publicaciones abarcaba desde cuentos infantiles hasta textos de estudios y volúmenes sobre cuestiones financieras “en

cuyo contenido se infiltraba  – dice dice el cuerpo investigador- una solapada propaganda de 35

corte fascista, en favor de la dictadura que asoló al país durante doce años.”   La

destrucción de los símbolos peronistas era llevada a cabo a través de un ritual donde una 33

 La Nación, 7 de Abril de 1956, 1 “La Palabra del General Pedro E. Aramburu.”    La

34 Ibíd. 35

 La Nación, 13 de Abril de 1956, 4 “Diez Toneladas de Propaganda se Incineraron .”   La

 

16

 

vez más la utilización del fuego buscaba “purificar” tanto al estado como a la propia sociedad civil argentina: Después que se labró la correspondiente acta las llamas de los hornos del Banco Central cumplieron la tarea purificadora de transformar en cenizas el costoso material destinado a mantener adormecida la conciencia pública. Miembros de la Comisión Investigadora  periodistas y funcionarios asistieron luego, junto a otro horno del  propio establecimiento a la fundición de varios bustos de bronce del ex dictador y su extinta extinta esposa, así como de distintas pplacas, lacas, piezas todas ellas que en las épocas del régimen eran impuestas en sitios de  privilegio a la contemplación involuntaria de empleados y visitantes.36  Ahora bien, “La Revolución Libertadora” no sólo se focalizó en la destrucción de las

representaciones justicialistas sino que buscó cancelar todas las referencias históricas que el mismo Perón había construido durante su gobierno para vincular su figura a la de es ordenaron que “Declárese  pasados héroes argentinos.37  De esta manera los militar es

extinguido el derecho al uso del Collar de la Orden del Libertador San Martín por parte 38

del ex presidente de la Nación Juan Domingo Perón.”   En la misma nota se hacía

referencia que el 31 de Octubre de 1955 se había prohibido al ex general Perón ostentar el título de grado y el uso del uniforme por “indignidad de su conducta.” De esta forma el nuevo gobierno además de estigmatizar al peronismo como fenómeno ilegitimo, consideraba que su líder debía ser expulsado del campo social y simbólico. Al mismo tiempo se realizaba un movimiento para desvincular a Perón de todos los referentes simbólicos y genealogías liberales, en especial toda comparación con San Martín.

36

  Ibíd. Marysa Navarro describe detalladamente la destrucción de símbolos peronistas por parte de la “Revolución Libertadora.” véase Navarro, Evita, 328. 37   Para un ejemplo de las comparaciones comparaciones visuales entr entree la figura de San Martín y Perón,  Mundo Peronista,  Julio 1 de 1955, año IV número 89, 8- 9 “Romance de Perón el Conductor .”  38   La Nación, 16 de Mayo de 1956, 6 “Prohíbese el uso de una condecoración .”   La

 

17

 

La “Revolución Libertadora” tenía una política de “desperonizar” a la sociedad

argentina tanto en el plano simbólico como en el material. 39 De esta forma el 3 Julio de 40

1956 los bienes de Perón pasaron a la propiedad del estado.”   En el mismo mes los

 bienes de la Fundación Eva Perón fueron confiscados por el gobierno. 41 La manifestación más extrema de borrar todo referente al pasado justicialista se condensaba en la resolución de demoler la residencia presidencial del Palacio Unzué en 1956.

La crítica a la política cultural peronista y la recuperación de símbolos de alta cultura

La “Revolución Libertadora”  tuvo un claro objetivo de desperonización de la sociedad argentina. De esta manera a través de la prohibición, persecución y destrucción de símbolos peronistas se buscaba borrar su presencia del campo social. Ahora bien, existió también otra dimensión del gobierno cívico militar que no fue explorada por la historiografía. La problemática que queremos introducir está referida, en primer lugar, a la lectura crítica que el gobierno realizó sobre la pasada cultura popular peronista y en segundo término la política de recreación de alta cultura por parte de la “Revolución Libertadora.”

De esta forma el mismo año que los militares tomaron el poder el renombrado escritor Jorge Luis Borges fue designado como director de la Biblioteca Nacional. Al mismo tiempo los espacios de producción cultural asociados a las viejas elites fueron reivindicados por el nuevo gobierno. En un editorial del diario  La Nación, puede leerse 

39

  Esto Esto Es,   23 de Julio de 1956 año I V número 131“Dos Candidaturas post -Peronistas Frondizi y Bengoa. ¿Se debatirá entre ellas el voto de las mayorías? El subtitulo del párrafo reza: “La Desperonización, este es el problema.” 40  La La Nación, el 3 Julio de 1956 “Bienes de Perón al estado.” 41   La La Nación, 15 de Julio de 1956 “Bienes de ex fundación patrimonio del estado”  

 

18

 

como el Gobierno de facto mediante un decreto del Ministerio de Educación firmado por el presidente devolvía a las academias nacionales su autonomía. El decreto legitimaba a las academias como “los órganos adecuados de la sociedad para manifestación, progreso y acrecentamiento de las artes, las ciencias y las letras” dando cuenta de las formas de

 patrocinar los espacios de alta cultura. Al mismo tiempo se criticaba al peronismo que “a lo largo de su desastrosa actuación, evidenció su irreductible incompatibilidad con todos 42

los institutos y organismos superiores de cultura nacional (….).”   De esta forma el leitmotiv de la “Revolución Libertadora” era enfatizar en las denominadas formas de implementar cultura popular por parte del justicialismo a “un  régimen perverso, que se

 proponía reemplazar todo eso con la imposición exclusiva de una dogmática doctrina totalitaria y con la práctica desaforada y embrutecedora embrutece dora del ejercicio físico.” 43 

De esta manera coincidimos con las afirmaciones de la historiadora del arte Andrea Giunta cuando señala el nuevo rol que desempeñó el estado con respecto a las representaciones visuales.44 El concepto de reconstruir formas culturales previas a 1943 estaba orgánicamente vinculado con la idea de destruir toda la producción visual del  justicialismo, justificándose que: “Los cuadros y las estatuas eran retratos que estaban

destinados a divinizar a aquellos que, por su posición, más obligaciones, tenían que dar el ejemplo de la austeridad. Y después de producida la Revolución Libertadora hubo que destruirlos, porque significaban el oprobio para nuestra altivez democrática, al mismo 45

tiempo que un atentado contra el más elemental buen gusto.” Al peronismo se lo

42

 La  La Nación, 5 de Diciembre de 1955, 4 editorial “Restauración de las academias nacionales .” 

43

 Ibíd.   Andrea Giunta, Vanguardia, Internacionalismo y Política. Arte Argentino en los años sesenta,  (Buenos Aires: Siglo Veintiuno editores, 2008). 68. 45   La La Nación, 11 de Diciembre 1955, 4 “Hacia el renacer de nuestra cultura” el artí culo también alegaba falta de inversión del peronismo en museos y cuadros a diferencia de otros países tras la Segunda Guerra Mundial.

44

 

19

 

consideraba como el “inventor de una cultura falsa a expensas de la cultura real” llamándose a construir: “Sobre las ruinas de la dictadura, retomando nuestra preclara 46

tradición espiritual.” En el proceso de reconstrucción o mejor dicho de restablecimiento de la antigua tradición liberal el gobierno de la “Revolución Libertadora” entabló buenas

relaciones con todos aquellos sectores de la alta cultura opuestos al peronismo. 47  Las tensiones y contradicciones del proyecto de volver a las formas de alta cultura se veían reflejadas en las críticas a los usos de la cultura popular en tiempos del  peronismo. Un claro ejemplo fue la supresión, por parte de la “Revolución Libertadora,”

de la enseñanza del bandoneón que había sido establecida en tiempos de Perón en el Conservatorio Nacional de Música. El tango era estigmatizado como un género musical menor con todas las connotaciones negativas por su falta de decoro y sus reminiscencias  plebeyas. De esta manera la política de desacreditar al bandoneón dentro de la enseñanza oficial actuaba como una crítica general a los usos de cultura popular que había realizado el peronismo (…) “durante estos últimos años no se ha pensado en fomentar la cultura nacional sino en rebajarla.” La crítica continuaba con el lamento hacia un viejo símbolo

de las elites que pasó por un intento de resignificación como espacio de cultura popular durante el pasado gobierno peronista. “Perfecto símbolo de ello fue el haberse impuesto al teatro Colón, nuestro primer escenario nacional, la representación del Conventillo de la Paloma o el haber exigido a la orquesta del mismo la ejecución de un concierto de tangos.” El tono despectivo iba en crescendo recordándose que: “Había en todo ello un 46

 Ibíd.  Un ejemplo sobre este punto puede encontrase en las memorias del escritor y amigo de Borges, Adolfo Bioy Casares, miembro de la vieja elite argentina, que señalaba que en el contexto de la posible devolución del anteriormente confiscado diario  La Prensa, un grupo de intelectuales querían realizar un pedido al

47

gobierno para acelerar el proceso. “Como el anunciado decreto del gobierno de la Revolución Libertadora

se postergaba, pensamos que tal vez fuera oportuno que un grupo de escritores lo pidiéramos (aquel gobierno nos escuchaba).”  Adolfo Bioy Casares,  Descanso de Caminantes, Diarios íntimos,  (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2001), 38.

 

20

 

olor a bailango suburbano, a miseria artística, a primitivez.” De esta manera se daba el diagnostico sobre esos tiempos “Un pueblo se civiliza elevándose, descartando lo bajo o

lo pequeño, exaltando los valores más altos, despojándose de lo rudimentariamente instintivo.” Finalmente se caracterizaba el peronismo y su acción cultural. “Esto es lo que

no quiso que se hiciera el régimen depuesto; necesitaba un arte descamisado, como quería 48

una muchedumbre que exhibiera los tiradores.”  

Un Museo de Arte Moderno, difusión de alta cultura cultura en Buenos Aires y diatribas a la cultura popular justicialista

Ahora bien, dentro de las formas de patrocinar alta cultura en Abril 1956 se creó  por resolución municipal el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Buenos Aires. Su  primer director fue el crítico de arte Rafael Squirru que en un reportaje sobre el nuevo espacio cultural señalaba: -¿Qué motiva la creación del Museo? -Sería necio atribuirse la paternidad de la idea de crear entre nosotros el Museo de Arte Moderno. Trátese más bien de una necesidad que hace rato está presente en nuestro medio artístico,  por lo que el actual gobierno, gobierno, con la misma humanidad con que ha  previsto pulmotores a los atacados por la poliomielitis poliomielitis,, decidió,  por intermedio de la M Municipalidad unicipalidad de Buenos Aires, a través de su dinámico secretario de Cultura, acudir en ayuda del orfanato en que nos encontrábamos.49 

La respuesta de Squirru -trazando un paralelismo entre la acción estatal en el campo de la medicina con la ejecución de políticas culturales- equiparaba la situación artística legada desde el período peronista con un mal que había dejado huérfano al medio artístico local.

48

 Criterio 23 de Febrero de 1956 año XXVIII  Nº 1254, 137 “El Bandoneón.”    Esto Esto Es 26 de Abril de 1956 año IV número 118, 32 “El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires .”  Reportaje a director, el Dr. Rafael Fernando Squirru. Para una descripción más detallada sobre la creación del Museo de Arte Moderno véase, Andrea Giunta, Vanguardia, Internacionalismo y Política , 76-78.  49

 

21

 

El propósito del gobierno militar era difundir los valores de alta cultura. De esta manera las autoridades buscaban encontrar espacios para la propagación de alegadas formas superiores de representación. Dentro del imaginario oficial se describía que las reuniones artísticas y culturales en las plazas públicas tenderían hacia una ornamentación sombría, “con el fin de evitar las decoraciones monumentales, que – expresóexpresó- cohíben y 50

ahogan la personalidad individual.”   De esta forma el gobierno de la “Revolución Libertadora” buscaba inhibir los espacios monumentales en las celebraciones públicas,

subrayando una estética de decoro contra la alegada fastuosidad del peronismo. El doble movimiento de diatribas contra la cultura popular justicialista y de  propuestas de decoro en los espacios culturales se repetía en diversos medios. En un editorial del diario  La Nación  se criticaba la anterior concepción de la cultura peronista y su forma de manipular la idea de la cultura “social” (popular) atacando   la denominada

alta cultura. Las críticas también aludían a la anterior política justicialista hacia las instituciones universitarias, laboratorios e institutos. Frente a ese panorama el editorial reivindicaba la posibilidad de llevar la cultura a las plaz as y clubs como “expresiones 51

 puras del espíritu, el arte y el buen gusto.”   En el texto, además de la propuesta de

difusión cultural subyacía un meta-discurso que escondía las ansiedades y tensiones de clase en un alegato que todavía guardaba un fuerte rechazo a hacia el trastrocamiento que  produjo el peronismo en las costumbres, normas nor mas y gestos de deferencia. La “Revolución Libertadora” señalaba el objetivo de difundir las viejas normas de “buen gusto al espacio de la ciudad” que, en los ojos de la elite,  había sido desordenada e

invadida por las masas peronistas. De esta forma existieron diversos proyectos que 50 La  La 51

Nación 28 de Junio de 1956, 6 “Proyectos de la Municipalidad de Orden Cultural.”    La Nación 30 de Junio de 1956, 4 “Reivindicación de la Cultura.”  La

 

22

 

 buscaban modernizar la arquitectura y espacios de la capital argentina como fue el del  joven arquitecto Antonio Bonet de renovar bajo un es estilo tilo modernista sectores de Buenos Aires bajo una nueva concepción urbanística. 52 Ante el anhelo de la vuelta a lo que Ángel Rama denominó como “la ciudad letrada” el gobierno de la “Revolución Libertadora”

 buscaba desperonizar una urbe que había sido el centro del teatro político de las masas  peronistas y darle una nueva impronta de modernización. mod ernización.53  Ahora bien, la construcción de una nación desperonizada implicaba enfatizar la idea de una sociedad donde los viejos valores liberales tuviesen un lugar central. Diversos  proyectos culturales acompañaron este proceso. Uno de ellos fue la creación en Agosto de 1956 de la denominada “Cátedra de la Libertad” en la Facultad de Filosofía de la

Universidad del Salvador donde se organizaron disertaciones y la clase inaugural estuvo a cargo del profesor italiano Michele Federico Sciacca. 54  Además de las iniciativas universitarias se organizaron eventos de difusión de música clásica en contraposición de géneros populares como el tango. De esta manera en la ciudad de Rosario en Agosto de ese año se organizó el festival Mozart, dando cuenta de la regeneración de los elementos de alta cultura.55 El corolario de esta política de fomento de alta cultura era la posibilidad 56

de un Instituto de Arte Moderno dentro del Teatro San Martín.  

52

 Esto Es, 13 de Agosto de 1956 año IV número 134, 22 “La futura ciudad de Buenos Aires”.  Esto  La estructuración de un espacio de d e poder y saber a través de las urbes latinoamericanas desde el período colonial hasta el siglo XX fue analizado por Ángel Rama en The lettered City, (Durham NC: Duke University Press, 1996). 54  Esto Es 20 de Agosto de 1956 año IV número 135, 25 “La Cátedra de La Libertad” El artículo incluye un  Esto reportaje donde se revaloriza a la idea de democracia. 55   Esto Es 27 de Agosto de 1956 año IV número 136, 38 “Rosario ya tiene su festival Mozart” se muestra la  Esto regeneración de elementos de alta cultura. 56  Esto Esto Es  15 de Septiembre 1956 año IV número número 143, 22 “Buenos Aires Tendrá un gran Instituto de Arte Moderno.”  53

 

23

 

Una vuelta a las imágenes de la Argentina liberal

Uno de los principales recursos dentro del nuevo dispositivo cultural que la “Revolución Libertadora” buscaba consolidar era la vuelta a las imágenes de l a tradición

liberal del siglo XIX. De esta manera diversas representaciones artísticas daban cuenta de una particular estética donde se manifestaban los valores y significados políticos previos a 1943. Si bien la producción cultural del gobierno de la “Revolución Libertadora” fue

menor en su cantidad de imágenes -comparada al período justicialista- es importante dar cuenta de las formas creadas por el gobierno de facto. Un primer ejemplo de la vuelta al ideario liberal está representado en el sello  postal extraordinario que la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones realizó en adhesión al gobierno con la leyenda conmemo rativa: “Revolución libertadora del 16 de Septiembre de 1955” (figura 1) La crónica  periodística explicaba la imagen en estos términos: “La viñeta presenta la Libertad Libertad rompiendo las cadenas que la aprisionaban, y

de la emisión serán puestos en venta diez millones de ejemplares, de un valor de $1,50 57

cada uno.”  

57

 La Nación 11 de Octubre de 1955, 4 “Sello Conmemorativo de la Revolución.”   La

 

24

 

1-Estampilla conmemorativa Octubre1955 (fuente AGN)

Ahora bien, la vuelta a la estética de los valores previos a 1943 no puede desligarse de un contexto general donde el gobierno de facto decidió rehabilitar la Constitución Argentina de 1853 arquetipo del ideario liberal. De esta forma el decreto de rehabilitación señalaba que “Articulo 1º. -Declarar vigente la Constitución Nacional sancionada en 1853 con las reformas de 1860, 1866, 1898 y exclusión de la de 1949 58

(…).”   La “Revolución Libertadora” consideraba que el único fin de la pasada reforma

 peronista er a “obtener la reelección indefinida del entonces presidente de la República.”59  Era en ese particular contexto de vuelta a los significados políticos del siglo XIX donde se generaron una serie de representaciones que tomaban el leitmotiv de la “libertad”

(figura 2).60  La repetición de este motivo estético de la era post-peronista se puede

58

 La  La Nación, 2 de Mayo de 1956, 1 “Texto de la proclama que pone en vigor la Constitución del 53 .”

59

 Ibíd.   En un fragmento de la película de Jorge Cedrón “Operación Masacre” (1972) puede observarse imágenes documentales de la época de la “Revolución Libertadora” donde está presente en las celebraciones una carroza que tiene una enorme estatua de la libertad. La película estaba basada en el libro homónimo de Rodolfo Walsh. 60

 

25

 

encontrar en el proyecto de construcción de una estatua por el artista Juan Carlos Iramain en el pueblo de Aguilares de la provincia de Tucumán.61  (Figura 3) La diferencia del simbolismo de las cadenas rotas de la figura 2 con la otra representación donde prevalece la serenidad de la palma abierta da cuenta del carácter bifronte de la representación de la libertad durante ese período. De esta forma llaa república podía ser representada tanto eenn “acción” contra el pasado que la encadenaba como en un presente sereno donde el orden

y la serenidad se tratan de imponer como valores políticos.

2 - Esto Es Septiembre 1956

3- La  La Nación Junio 1956

61

 La Nación 25 de Junio de 1956, 6 “La Estatua de la Libertad.”  La

 

26

 

Una guerra de símbolos: entre la batalla de Caseros y la Estatua de la Libertad

La política de recrear los viejos símbolos liberales incluía la superposición de estos signos en emblemas que estaban asociados al justicialismo. De esta forma en un editorial del diario  La Nación del año 1957 se intentaba resignificar el 1 de Mayo como fecha de “libertad.” La fiesta de los trabajadores era entrelazada en la narrativa liberal referida a la derrota de aquel que se señalaba como el espejo distorsionado de Perón en el siglo XIX: Juan Manuel de Rosas: “Fiesta de los trabajadores pues, el 1 de M ayo es a la vez la jornada que señala dos etapas decisivas en el devenir argentino es el día de 1851 en que el pronunciamiento de Urquiza conmueve a la dictadura que caerá meses más tarde 62

en Caseros, empujando al tirano a buscar refugio en tierra extraña(…).”   La centralidad

que tenia dentro del imaginario popular la fiesta del trabajo desnudaba los intentos del gobierno de facto de re-estilizar esa fecha en detrimento de aquella otra prohibida del 17 de Octubre. La restitución de antiguos símbolos liberales tomaba formas de representación que estaban influenciadas en las tradiciones del período revolucionario francés. 63 De esta forma el ideal de la república para la Argentina del siglo XIX se encarnaba a través de nociones de lo femenino con los símbolos del gorro frigio y la lanza (figura 4). Un ejemplo de estas influencias estético-políticos se encuentra en una estatua creada a fines de siglo XIX para la localidad de Moreno en la provincia de Buenos Aires. La historia de la escultura desde su creación, hasta la llegada y caída del peronismo condensa las  batallas culturales que la “Revolución Libertadora” intentaba desplegar en el ámbito de 62

 La Nación 30 de Abril de 1957, 6 “1 de Mayo”.  Para una ilustración que superpone a un trabajador con la  La Urquiza véase el diario Clarín 27 de Abril de 1958 segunda sección (portada) “Trascendencia Argentina del primero de Mayo.”   63 Para los símbolos del periodo revolucionario francés, véase Lynn Hunt,  Politics, Culture and Class in the    French Revolution, (California: University of California Press, 1984). capítulos 2 y 3. 52-119.

 

27

 

las representaciones políticas. De esta forma cuando fue erigida originalmente la creación artística contaba con dos columnas donde se leía en letras blancas sobre fondo azul: 64

“Plaza de la libertad.”   Durante el gobierno de Perón la plaza fue rebautizada con el nombre “Evita” y la estatua quedó en una quinta de propiedad privada. Con el

advenimiento del gobierno de facto se generaron numerosas replicas o simulacros del símbolo de la libertad que tenía su epicentro en el de la Pirámide de Mayo. De esta forma el caso de la estatua de la localidad de Moreno, restituida por la “Revolución libertadora,”

marcaba en una instancia local una alegoría a nivel nacional. Esta alegoría se refería a una narrativa donde el peronismo desplazó a la vieja tradición liberal y los símbolos de la república por aquellos otros signos donde imperaban las figuras de los líderes como Evita. La misión misión que la “Revolución Libertadora” autoproclamaba encarnar en la batalla

 por los significados políticos era la de restituir las alegadas formas tradicionales de representación a lo largo del país.

64

 La Nación 31 de Julio de 1957, 11 “Una Estatua a la Libertad”  el artículo señalaba que “La estatua es, sin  La duda, una copia o replica de la que corona la histórica pirámide de Mayo, en la plaza metropolitana del mismo nombre. La figura de una mujer tocada con gorro frigio, la mano izquierda apoyada en el escudo nacional y en la derecha una lanza, representa la República. En el suelo, bajo sus pies, yace caída una cadena de gruesos eslabones cortada de ambos extremos. Así está representada la Libertad, con sencillez y elocuencia.” 

 

28

 

4- La  La Nación  Julio 1957

5-Sello de la República Francesa, 1792  (Lynn Hunt, Politics, Culture Culture and Class) 

Rituales políticos de la “Revolución Libertadora”  

Otra área poco estudiada por la historiografía son los denominados rituales  políticos de la “Revolución Libertadora.” Gran parte de los estudios académicos se han

centrado en el accionar gubernamental - tanto de civiles como militares-, así como de las medidas represivas del poder surgido el 16 de septiembre de 1955. 65 Ahora bien, creemos que para poder comprender la transformación que el gobierno de facto intentó en el plano  político debemos explorar sus intentos de generar legitimidad en el ámbito simbólico. De esta manera en esos años se dieron toda una serie de rituales donde se buscaba recrear una genealogía con la Argentina previa a 1943. Las fechas claves del 25 de Mayo de 1810 y el nueve de Julio de 1816 eran resignificadas para conmemorar una nación que 65

  Sobre las medidas de intervención de la CGT por parte de la “Revolución Libertadora,” véase Daniel James, Resistence and Integration, en especial el capítulo 2. 43-71.

 

29

 

debía alejarse para siempre del fantasma del denominado totalitarismo. De esta forma la concepción de un país liberal debía estar presente y así lo estaba en los actos que conmemoraron a la “Revolución Libertadora.”

En un acto en la plaza del Congreso en Buenos Aires en Enero de 1956 podemos encontrar las características sobre como “debía ser” un ritual político del nuevo gobierno.

En primer lugar es interesante d estacar como se caracterizaba o “imaginaban” a aquellos  participantes de los rituales favorables a la “Revolución Libertadora.” Según la crónica  periodística “Los ciudadanos llegaron a la Plaza del Congreso uno a uno, o formando

grupos pequeños integrados por parientes o amigos: no hubo concentraciones previas ni 66

nominas oficiales a que contestar „Presente‟.”  Es importante subrayar la forma en que

se definía la noción de ciudadanía -en un sentido previo y ligado con la vieja tradición liberal- siendo conformada la misma por “individuos” que se auto convocaban “por el sentido de su responsabilidad individual frente al momento que está viviendo la patria.”67  En esta concepción la suma de estas individualidades -continuaba la descripción  periodística- era la que formaba la “muchedumbre” que apoyaba al gobierno. De esta forma podemos dar cuenta sobre el contrapunto entre dos concepciones ideales sobre  participación política: la primera era una noción de ciudadanía que contrastaba con aquella de la “comunidad organizada” peronista donde los ciudadanos concebidos por el

liberalismo dejaban de ser tales para pasar a una entidad mayor. La concepción de la “Revolución Libertadora” enfatizaba la noción de un individuo atomizado y buscaba

diferenciarse del ideal peronista de ciudadanía no-liberal. Otro punto importante de este tipo de acto era la forma en que se manifestaban en el ritual los símbolos patrios que sólo 66

 La Nación   La  11 de  Enero  plaza del Congreso” 67

de 1956, 1 “Aclamo la Ciudadanía a la Libertad en la Asamblea popular de la

 Ibíd.

 

30

 

debían estar asociados a una tradición previa a 1943. De esta manera en claro contraste con los emblemas de las épocas peronistas se afirmaba que “La bandera fué una, la que 68

nunca debió tener a su lado otros símbolos que los permanentes de la argentinidad.” Un

tercer punto del ritual era el tipo de narrativa de los distintos oradores del acto, entre ellos el Dr. Bullrich que era portador de un tradicional apellido apellido de la alta sociedad porteña. En sus alocuciones se reiteraba el relato de la caída de Rosas como el fenómeno a comparar con el peronismo. Por último en su discurso se restablecía una genealogía con la tradición de la Revolución de Mayo y la batalla de Caseros para referirse a la nacionalidad.

El 25 de Mayo, poder y alta cultura

Ahora bien una de las principales fechas para recrear las formas y rituales que  brindarían legitimidad al nuevo gobierno era el 2255 de Mayo. Ma yo. En un artículo de la revista  Esto Es se daba cuenta de la noción de legitimidad que buscaba el nuevo gobierno

tratando de recrear en la fiesta patria las tradiciones simbólicas previas a 1943. Días antes de la fecha de la celebración el texto recordaba cómo se festejaban los 25 de Mayo desde el siglo XIX a través de poemas de la época. Al mismo tiempo se establecían referencias al denominado “centenario” incluyendo un poema de un referente de la alta cultura

 porteña como el escritor Leopoldo Lugones.69 De esta forma se recuperaba una vez más la línea de la genealogía liberal que se alegaba proveniente del ideario de Mayo de 1810. Al mismo tiempo se creaba un contra punto y una acusación al justicialismo por no haber celebrado esta fecha -a los ojos de las viejas elites- en su forma debida. Es importante

68

 Ibíd.

69

 Leopoldo Lugones lasfrase corrientes la poesía Argentina. Su figura artística tambiénrepresentaba es recordadauna pordeuna a favordedemodernización la intervenciónde militar en laen política nacional “ha llegado la hora de la espada” previo al golpe de estado de septiembre de 1930.

 

31

 

agregar un matiz que esta acusación condenaba al justicialismo menos de omisión que en  poner el énfasis en conmemorar fechas como el 17 de Octubre Octubr e y el primero de Mayo en la economía de rituales públicos.70  Ahora bien, la primera celebración del 25 de Mayo en una era post-peronista da cuenta de la articulación de los elementos de una vuelta al ideario liberal sumado a un énfasis en rituales que incluían espacios propios de alta cultura. Si bien la historiadora María Spinelli describe parte de los rituales del nuevo gobierno durante la celebración  patria, su enfoque no conjugó -como en nuestra investigación- el análisis de las formas visuales de representación con las concomitantes conmemoraciones políticas. 71  De esta forma en el diario La Nación  se narraba paso a paso los detalles de la celebración para el año 1956. Así desde la mañana el primer acto del día fue la realización de una Marcha Cívica de la Libertad -haciéndose referencia a la Marcha de la Libertad de 1945. La crónica explicaba que por las céntricas avenidas Santa Fe, Maipú y Florida de Buenos Aires se congregaban “los grupos, núcleos familiares insistimos, y no columnas  partidarias.” “Em ulos de French y Beruti, algunos jóvenes repartían escarapelas con una 72

triple cinta que ostentaba sobreimpresas en negro las fechas: 1810, 1852 y 1955.”   Es

importante destacar como se resignificaba a través de los símbolos patrios la genealogía liberal de la revolución de Mayo aludiéndose a la fecha de la batalla de Caseros y también el golpe contra Perón. Después del reparto de escarapelas se realizó una ofrenda floral al monumento a San Martín. El artículo periodístico señalaba como luego la marcha continuaba por la calle céntrica Florida donde un camión llevaba con grandes

70

 Esto Es, 22 de Mayo de 1956 año IV  Esto I V número 122, 6 “25 de Mayo” “Para la Unión de los Argentinos”  

71

72 Spinelli, Los

vencedores vencidos,   La La Nación , 26 de Mayo de 1956, 79-80. 1 “Desfile Militar y La Marcha Cívica Fueron Magníficos actos de la efemérides de Mayo.” 

 

32

 

vidrieras “una reproducción corpórea de la escultura que en el Arco de Triunfo de París 73

representa la Libertad.”   Los hombres encabezaban la marcha como sus abanderados

seguidos por media cuadra de manifestantes. En el ritual participaba la agrupación juvenil femenina “Azul y Blanco” llevando una gran bandera argentina que durante el recorrido  – y según una crónica sumamente estilizada- recibió flores desde los balcones mientras

sonaba la “Marcha Cívica de la Libertad.” De esta forma es importante subrayar como se resignificaba la noción de libertad vinculándola a la narrativa europea de lucha contra el nazismo a través de la escultura de la liberación de Paris. La dimensión de género -a través del símbolo femenino de la libertad- se potenciaba con la presencia durante el ritual de la agrupación femenina “Azul y Blanco.” Por último la celebración finalizó con

una velada en el teatro Colón, donde tras el himno nacional las máximas autoridades de la “Revolución Libertadora” presenciaron la ópera de Giacomo Puccini  Madame Butterfly.

Es muy importante destacar el locus de la celebración del 25 de Mayo como contrapunto al pasado justicialista y como una forma de retorno de la alta cultura al teatro Colón. De esta manera se daba una asociación de las elites políticas con las formas simbólicas de la alta cultura, donde “Damas lujosamente ataviadas ocuparon los palcos y plateas, y 74

confirieron a la velada una elevada jerarquía artística y social.”   Así las maneras de

demarcación del campo político tuvieron en este tipo de rituales una vuelta a los clivajes de clase donde se articulaban representaciones de riqueza, género y belleza. La  performance de esta triada se asociaba a las formas de manifestar el poder político en manos de las fuerzas pretorianas.

73

 Ibíd.  Ibíd.

74

 

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¿Conmemorar el 16 de Septiembre?

Ahora bien, con relación a la conmemoración del aniversario del golpe de Septiembre de 1955 el gobierno de facto dispuso en un primero momento no realizar actos oficiales de festejo. Sin embargo, la crónica periodística señalaba que la decisión gubernamental no podía impedir que aquellos que apoyaron el golpe recordasen la fecha y “que el pueblo exprese su testimonio de gratitud y de alegría por los acontecimientos 75

del 16.”   De esta forma se celebró el primer aniversario de la “Revolución Libertadora.” Las autoridades “en expresión de austeridad (…) habían dispuesto limitar al mínimo 76

 posible las manifestaciones oficiales.”  Es importante destacar como el gobierno de facto

al mostrar la adhesión de sus seguidores en los actos subrayaba la noción de austeridad y de poco bullicio en la celebración. La crónica describía como en la Plaza de Mayo se  pusieron pequeñas ofrendas florales al pie de la Pirámide de Mayo entrelazadas con insignias de colores argentinos con la dedicatoria “A los que cayeron por defender la

libertad y a los que siguen luchando en defensa de la libertad y de la democracia. Muchas gracias.” En este tipo de ritual debe destacarse el espacio de la Pla za de Mayo resignificado como símbolo de la “libertad” y lugar de nuevos rituales cívicos. Siguiendo

a la socióloga Silvia Sigal podemos observar cómo se intentaron construir nuevos sentidos políticos en la conmemoración en Plaza de Mayo contrastando con la antigua atmosfera carnavalesca del peronismo.77  Así, alrededor de las 11 de la mañana la concentración frente a la Casa de Gobierno comenzó a dar vivas a la libertad y a la

75

 La (por tada) “Será evocada hoy la Revolución del 16 de Septiembre”    La Nación 16 de Septiembre de 1956 (portada)

76

 La Nación tiembre de 1956, 1 “El 1 er Aniversario de la Revolución Celebrose”   Concentración de Sep Popular en la17 Plaza de Mayo. 77  Silvia Sigal,  La Plaza de Mayo, una crónica,  (Buenos Aires: Siglo Veintiuno editores, 2006), 278-311.

 

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“Revolución Libertadora.” La crónica continuaba señalando que se lanzaron globos

celestes y blancos cantándose la canción patria alternada con la “Marcha de Libertad” declamándose motivos a favor de la República. Según  La Nación, Nación , “La multitud comenzó luego a reclamar la presencia del presidente y vicepresidente provisionales. Sus nombres fueron coreados por quienes esperaban oír sus palabras: se supo, poco después, que no 78

estaban en la sede del Gobierno.”  Uno de los puntos centrales de este tipo de ritual era la noción de “ausencia” del liderazgo en el centro simbólico en la Plaza de Mayo.

Una de las cuestiones principales en los rituales del período post-peronista, eran los espacios que pudiesen actuar de referentes simbólicos del gobierno de facto. De esta forma el edificio del Cabildo fue un lugar simbólico de importancia para los simpatizantes de la “Revolución Libertadora.” Así en Mayo de 1957 el vicepresidente de

la Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos, Dr. Jorge Mitre, visitó al  presidente de d e la República ppara ara que es estuviese tuviese presente pr esente en el Cabildo durante los festejos f estejos vinculados a la fecha patria de 1810. La crónica periodística recordaba que al restaurarse el Cabildo en 1940 se iniciaban las ceremonias de conmemoración de la Revolución de Mayo con la concurrencia del presidente al balcón del Cabildo. Después del Tedeum las autoridades visitaban el edificio donde se había iniciado la revolución de 1810. “Sonaban

en esos momentos la campana restituida y autoridades y público cantaban el Himno 79

 Nacional.”  De esta forma se señalaba que el acto se había realizado de esa manera hasta 1947 y que “La dictadura, que por entonces acentuaba sus modalidades, decidió 80

suprimirlo, como suprimió tantas otras recordaciones de nuestra historia.”  Además de la

estigmatización del justicialismo encontramos una vez más mecanismos de “tradición 78 79 La   La

17 de Septiembre de 1956, 1.   La La Nación Nación 21 Mayo 1957, 1 “Invitose al Presidente a ir al Cabildo .” 

80

 Ibíd.

 

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selectiva” de aquellos que querían volver a prácticas culturales y rituales políticos previos a los del peronismo para hacer de los balcones del Cabildo un símbolo asociado al poder de la antigua tradición liberal.

Adherentes a los actos oficiales

El carácter de los adherentes a los rituales de la “Revolución Libertadora” era un

tópico común dentro de las publicaciones de la época. En un artículo de la revista  Esto  Es  titulado “Si este no es el pueblo el pueblo ¿Dónde está?”  se describía como se imaginaba una marcha en tiempos de la “Revolución Libertadora” contrastándola con

aquellas otras de los tiempos del peronismo. 81  Es importante el carácter prescriptivo sobre cómo debía ser una manifestación a favor del nuevo gobierno caracterizada por el decoro y las buenas formas de un pueblo (…) “sin alharacas ni bravuconerías, (…) “sin  pensar en desmanes, ni avallasamientos. Sin insultos…Sin incendios…Sin horcas….” De

esta forma se generaba un contraste en crescendo contra el peronismo y su atmosfera carnavalesca alegándosele violentos excesos. En contraposición al justicialismo se ese describía a los participantes de los rituales de la “Revolución Libertadora” que “Era – ese sí- el verdadero pueblo de una nación avanzada en su cultura. Representación cabal de la Argentina tradicional, que enorgulleció siempre a sus hijos.” La crónica continuaba

contrastando un pasado reciente que se creía superado, de esta manera se afirmaba que “Se había reunido allí, casi sin anuncios previos, sin exigencias del amo, sin apremios, sin

amenazas. Sin trenes oficiales, Sin camiones. Sin inspectores, que controlaran la 82

asistencia.”   De esta forma el documento describía de forma estilizada las

81

 Esto Es 24 de Mayo a 30  Esto

82

de Junio de 1957 año V número 169, 20.

 Ibíd.

 

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movilizaciones peronistas contrastándolas con la concepción de un sujeto popular al que se consideraba el “real” portador de los valores de la “Argentina tradicional .” 

El último acto conmemorativo a la “Revolución Libertadora” se celebró en Septiembre de 1957 y fue titulado por el diario La Nación “Marcha del 16 de Septiembre, Hora 0 de la libertad.” De esta forma forma se anunciaba que la marcha se dirigiría hacia la Plaza de los dos Congresos donde se entonaría el Himno y la “Marcha de la Libertad.” El

ritual cívico estaría encabezado con una bandera argentina de seda con una extensión de cien metros “que portarán damas que en diversas formas contribuyeron al éxito 83

revolucionario de septiembre de 1955.”  Ahora bien, es importante en este tipo de ritual la idea de la “hora cero” -la “Revolución Libertadora” marcando un nuevo hito en la

temporalidad histórica- contrapuesta a la operación temporal del “antes y el después” realizada por el justicialismo. Así, la conmemoración buscaba

recrear el “tiempo

 perdido” por el peronismo.

Conclusiones: La política de la llamada “Revolución Libertadora” tuvo tres facetas simbólicas relacionadas. En un primer momento  – durante durante las primeras semanas luego del golpe- se dio un fenómeno iconoclasta por parte de aquellos que se habían sentido humillados y ofendidos por el reciente fenómeno peronista. En esa primera instancia iconoclasta aquello que subyacía eran las ansiedades y temores de los sectores de clase media ante lo que se vía como la herejía social del peronismo . Luego, durante el breve interregno del General Lonardi (de Septiembre a Noviembre de 1955) se generó una condena moral 83

  La Nación 8 de Septiembre de 1957 “Homenaje a La Revolución”    La

 

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sobre el fenómeno del peronismo como una aberración que podía superarse luego de haberse desplazado a su carismático líder. Es a partir del ascenso del General Aramburu en Noviembre de 1955 donde se desplegó de manera visceral la política de “desperonización.” De esta manera se prohibió por decreto toda forma de representación

del justicialismo. Además el propio estado se encargó de destruir publicaciones, bustos y cuadros que aludiesen a Perón y a Evita. Al mismo tiempo el gobierno de facto buscó expulsar del campo simbólico a los líderes del justicialismo, neutralizando sus conexiones históricas con el pasado argentino. Toda institución y reminiscencia hacia el  justicialismo debía ser erradicada como quedó ejemplificado en la destrucción de la residencia del propio Perón en 1956. Ahora bien, uno de los puntos centrales de este capítulo era ir más allá de la  producción historiográfica existente para plantear p lantear ppreguntas reguntas nuevas y complejas sobre el accionar de la “Revolución Libertadora” más allá de su accionar represivo. De esta forma

la producción de símbolos e imágenes políticas por parte del gobierno de facto tuvo un volumen menor al de la época peronista, pero el “dispositivo cultural” que creó se

manifestó en diversas formas. Así, se elaboraron estampillas conmemorativas, estatuas y se desarrollaron empresas culturales que iban desde un Museo de Arte Moderno hasta cátedras universitarias que celebraban “la libertad.” Uno de los puntos centrales del

nuevo gobierno era el intento de apelar a los símbolos, imágenes y valores de la tradición liberal previa a 1943. De esta forma el gobierno que se inició en 1955 buscaba alejar para siempre a Argentina del proyecto político y cultural de la “comunidad organizada.” La manera de imaginar una nación en la anterior forma de representación del peronismo vinculaba al “pueblo” con sus líderes a través de imágenes y rituales donde la

 

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denominada cultura popular jugaba un papel central. Los anteriores clivajes plebeyos y obreristas de la cultura política justicialista eran sustituidos por una nueva forma de representar a Argentina: un país donde los símbolos nacionales se articulaban con el  predicamento liberal del siglo XIX. En las anteriores formas de encarnar a la nación las figuras más visibles eran Perón (equiparado a la figura de José de San Martin) y Evita “la  jefa espiritual de la nación.” En las formas de representación de la “Revolución Libertadora” el símbolo de la libertad se encarnaba en una genealogía que se remontaba a

los símbolos republicanos franceses de fines del siglo XVIII: la imagen femenina con el gorro frigio. En el marco de la batalla cultural contra el denominado “totalitarismo”

 peronista Argentina debía representarse a través de formas republicanas que la diferenciasen de todo vestigio de las anteriores formas populares y plebeyas. De esta forma la resurrección de una estética de alta cultura en los rituales políticos de la “Revolución Libertadora” permite visualizar un fenómeno  político más complejo y

articulado con la persecución y destrucción de símbolos peronistas.

 

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