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Paidós Biblioteca de psicología profunda
Serge Leclaire Desenmascarar lo real •
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BIBLIOTECA DE PSICOLOGIA PROFUNDA
1. Karen Hornay LA PERSONALIDAD NEUROTICA DE NUESTRO TIEMPO
23. Harry Guntrlp ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD E INTERACCION HUMANA
2. Anna Freud El YO Y LOS MECANISMOS DI! DEFENSA
24- Hanna Sega! INTRODUCCION A.U. OBRA DE- MELAHIE KLEIN
3. C. G. Jung PSICOLOGIA Y RELIGION
25. W. R. Blon APRENDIENDO DE LA EXPERIENCIA
4. C. G. Jung PSICOLOGIA Y EDUCACION
26. E. Jones LA PESADILLA 27. L. Grinberg, M. Langer y E. Rodrigué PSICOANALISIS EN LAS AMERICAS El proceso anall!lco Transferencia y contratransferencla
5. J. C. Flilgel PSICOANALISIS DE LA FAMILIA 6. C. G. Jung LA PSICOLOGIA DE LA TRANSFERENCIA
28. Carlos A. Pa;:
7. C. G. Jung
ANALIZABILIDAD
SIMBOLOS DE TRANSFORMACION
29. C. G. Jung PSICOLOGIA Y SIMBOLICA DEL ARQUETIPO
B. C. G. Jung ENERGETICA PSIOUICA Y ESENCIA DEL SUEfW
30. A. Garma NUEVAS APORTACIONES AL PSICOANALISIS DE LOS ;>UEllOS
9. E. Krls PS ICOANALISI S Y ARTE \0. C. G. Jung y R. Wllhelm EL SECRETO DE LA FLOR DE ORO 0
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31. Arminda Aberastury APORTAylONES .AL PSICOANALISIS DE NIACÍS •
. 1l, O .. Rank • . EL MITO ·DEL NÁCIMIENTQ·. DEL: HE~OE •2 •• C . G • ••11nq y W. Pau ll • LA INTERPRETACION DE LA NATURALEZA Y LA PSIOUE 13. W. R. Blon ATENCION E .INT.ERPRETACION
32. A. ·Garme · · · • EL ºPSICOANÁLISIS ·Teorla; cllnica y técnlc¡¡ 33. R. W. Whlte EL YO Y LA REALIDAD EN LA TEORIA PSICOANALITICA 34. M. Tracrenberg • LA CtRCUNCISION Un estudio pslcoanalftico sobre las mutileclonea genitales
14. C. G. Jung ARQUETIPOS E INCONSCIENTE COLECTIVO
PSICOANAUSIS DEL ARTE ORNAMENTAL
19. L. Grinberg CULPA Y DEPRESION Estudio psicoanelltico 20. A. Garma PSICOANALISIS DE LOS SUEÑOS 21. O. Fenichel TEORIA PSICOANALITICA DE LAS NEUROSIS 22. Marie Langer MATERNIDAD Y SEXO
EL OBJETO EN PSICOANALISIS
Con una contribución de Juan· David Nasio·
LA FUNCION DE!. ORGASMO •
16. C. G. Jung FORMACIONES DE LO INCONSCIENTE
18. A. Garma
DESENMASCARAR LO REAL
35. W. Reich
15. o. Rank El TRAUMA DEL NACIMIENTO
17. H. Racker ESTUDIOS SOBRE TECNICA PSI COAN AL ITICA
SERGE LECLAIRE
36. J. B1eger SiMBIOSIS Y AMBIGOEOAO 3 7. J. Sandler, Ch. Dare y A. Holder EL PACIENTE Y El ANALISTA
38. M. Abadl y otros LA FASCINACION DE LA MUERTE • Panórame, dinamismo y prevención del suicidio 39. s. Rado PSICOANALISIS DE LA CONDUCTA 40. Anna Freud NORMALI DAD Y PATOLOGIA EN LA NIÑEZ 41. A. Garmo : EL DOLOR DE CABEZA Génesis psicosométlca y tratamiento psicoanalltlco 42, S. Lectaire DESENMASCARAR LO REAL El obj1'to en palcoanéllsls
Volumen 42
EDITORIAL PAIDOS BUENOS AIRES - BARCELONA
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SEAN REALISTAS, PIDAN LO IMPOSIBLE
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Así se pudo leer, escrito sobre los muros de una primavera, lo que desde hacía ya algunos años era dicho por Jacques Lacan en un lugar que nos complacíamos entonces en imaginar confidencial y cerrado: lo real, es lo imposible. En el pantano, ya había arrojado esta piedra: el objeto, por él cifrado a, era localizable sólo en la estructura. y en el registro de ·· lo real. Una especie -por aotifrase- de sustancia del sujeto escindido, resto de la articufación significante, verdadera "causa del de· seo", el ob/éto a, ese ·residuo, se impone como piedr~ ~ngular ~e la prácti~·a psic.oanalítica: piédr.a de.rJesecho, debe convertirse en la pie: dra bastienen este tema crucial. El primero es el sue·ño de la mómia: .. Nos encontramos en una amplia sala a- l~ que rodea una galería cubierta cortQda sin duda por una.loggiá; atmósfera de claroscuro. Llevado por cuatro hombres, avanza un sarcófago abierto; se distingue con claridad ·y muy próxima una momia perfectamente conservada en sus ·ven· dajes. Pero, repentinamente, cuando Ja procesión avanza, la momia se derrite; en el sarcófago sólo hay ahora un líquido rojo y el horror que éste suscita se eclipsa ~nte la certeza de que 110 es sino el ungüento utilizado para embalsamar .el cuerpo". · El otro sueno es el del asesinato de un ''hombre que sabe''. El relato es el siguiente: "En el entrepuente de t1h barco se encuentra un homhre que va a ser asesinado porque sabe. Me alejo para no ver. Me siento molesto por el hecho de que el cadáver será descubierto sin que yo haya dicho nada; su agenda. parecida a la mía, quedó entre sus cosas. Luego, en la bodega del barco. se descubre su cadáver hinchado, cubierto de agua y de lodo. Se intenta sacarlo, pero los que lo transportan se ven entorpecidos por un laberinto de tablas verticales. Lo llevan de un lndo a otro de la bodega. Estfi hinchado. rígido. ennegrecido, es muy feo y huele muy mal. De un momento a otro puede reventar. Imposible escapar. El cfldáver nos bloquea entre las tablas levantadas. Me siento asqueado y con ganas de vomitar. Me
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despierto completamente alterado". Se observa con bastante nitidez que este último sueño, que en el texto al que me refiero presento sin analizar. pone en escena una representación desesperante de alguien que "enmohéce" en el interior del cuerpo materno; y es comentado en el desarrollo de la observación por una especie de parto dramático (al final de una sesión) de Ja " nada" de una crisis visceral. a la que se considera como cólico nefríttco, sin ningún otro antecedente ni secueja. Pero sin detenernos más tiempo en el problema de las relaciones de Jérome con el cuerpo materno, interroguémonos con mayor insistencia acerca de la representación central de-un delgado saco de piel que está por romperse Es. nos dice Jérome, el límite de lo innombrable; representarse Ja ruptura, para gozar sin duda con ello, ejercitarse en producirla o evitarla constituye, según parece, el punto en el que el terror se hace tan intenso que determina que la coacción (para producirlo o evitarlo) sea tan fascinante como insuperable Por otra parte, el propio Jéróme lo dice excelentemente con estos términos: "La situación más atroz que imagina es la de encontrarse repentinamente. al abrir un placard, ante u11a cosa informe, un objeto desconocido, no identificado, que lo sorprende a uno .antes de poder designarlo como c;adáver; podría, añade. ver una pirámide de ellos a plena luz si!' emocionarse, pero debe evitar a 10.da costa descubrir uno solo en un sótano (por supµesto) bajo· el haz de so ~ámpara , cosa si h nombre de· formn incierta". .En resumen. " Ja si1uaciól'\ más .atroz que imagina " (y, :en ºel _e-aso de e~te oosesivo: eon~idero qúe. también 'Ja más atractiva) es la repres~nlación una sitm1ción en la que s.e 1evelc, finalmente, la · insuficiencia del poder de Ja palabra, como si ignorase -o supiese demasiado bien- que el orden simbólico (o literal, o significante) se constituye sólo a partir de una falta. Sin duda, un rasgo específico de la estructura obsesiva es el de fijar alrededor de una representación de muerte el problema del punto en el que la palabra falta : por otra parte. es más "normal" {pienso que en este caso la palabra en· cuentra ::.u utilización correcta), interrogar la función dél término fa). tante o de la faJta constirutiva de la posibilidad 1 misma de la palabra refiriéndola al sexo y, precisamente, al falo, del que ninguna "pre· sencia", logra ocultar la falta. En el transcurso de est¡¡ obra tendremos oportunidad de referirnos en forma más explícita a la función del falo. Pero volviendo al examen crítico de la observación de Jéróme, en la perspectiva del problema planieado, es decir de la puesta en juego de lo real en la rnra psicoanalítica. ¿qué podemos decir acerca de ello? En el plano del psicoanálisis propiamente dicho, y a posteriori, creo haber logrado manrcncr parcialmente una "apertura" suficiente que. en e l caso de este sólido cocod rilo obsesivo. permitió que el horror no fuese evocado sólo en la serenidad del palabrería. sino que la angustia e incluso el terror irrumpiesen en el análisis mismo; lo aprueban, al menos. Jos "movimientos de fondo" literalmente viscerales que se pro·
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' En relación con ello. vcanse la5 palabras de jérómc sobre la preocupación de .. reencontrar Ja posibilidad de utiliwr todas las po~1bilidodes ...
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bo decir en relación con esta apertura, du·eron en su transcurso .. .De acie~tes silencios, algunas preguntas qu~ para logt"arladse ~q~~~~~t~s de menor resistencia y, sobr~¿od~, insistentes a!rede or ~ reductora, quiero decir toda trad~cc1 n e evitar toda mterp~.1ac1.~n .,. Se verá luego que esta aprobac16n comesus palabras en có igo .-~s1 . ue el desenlace de la cura podría cor.r~ chn1co q me en la crítica de 1os análisis d ida que le otorgo ni es igualmente um or borar en parte, no . , de Philo-' y de Duroc. mo que-redacté sobre el pstcoanaSi interrogo ahora. ~I texto t~uerte en la vida del obsesivo, me . d él como "nudo" del . . de Duroc en relacton con a lms textualmente s1tua o en •· Jo parece que lo que es. . 1 licuefacción de un cadáver como po análisis, la representac1~n. ?e.. a es considerado, en realidad, en marror de atracción y de repu s1on ' nstrucciones que proliferan a su a ~ medida bajo el ángulo de l~sl~o movimiento perpetuo, clausura obsl~ dedor (vendas, tumbas, ci;p. '. t o" (su "inqaiétantc étrangeté") · nada) que en su aspecto ~trues r_.. e entonces en la denuncia de Mi crítica de mi te~to pod~1a. resu~~~u~do para poner de manifiesto su tono afable, casi humonstico, a orno una defensa contra un fanlo irrisorio del dramal qu.e .~Pª~~c~~ se puede desconocer y que son tástico o un "e~lr·ado; •r:i~no cú~nta ·de to real evocado: · los únicos ·que po nao ar .
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· . . . PhºI. a la que me hé . . del análisis de 1 on . . El eje de la secuencia . 1 bras consecutivas a m1 1 . en las primeras pa a "·Mº d referido se revea ya • \ lo une a su madre: 1 1er a, interrogación r~ferente al r~~cu o que . . . .6 . esperada en boca de Ph1lon, se como si fuese asunto tuyo. -Por medio de esta exclamac1 in prehencler Y que, sin embargo, manifiesta algo esencial que no pue º·~posterior confirma que el térno quiero dejar escapar . El com~ntan 's importante: "Col\lienza con mino excremencial no es el elem~to simbiosis. Si, en su mirada la mirada; es como un~ c~mum n. au~e unda mirada". En este caso, (de Ja madre) hay algo as1 como ~n g. . dad bnjo la cobertura de lo real, en su inq.~i~t~nte y ext~:n~·a;:º~~m:erro~. como en ~1 caso de la mirada es casi vtS1ble. No e simplemente amenaza ' oción desmcu1 a qu • ' d Jérome. sino de ~na em • . ) 3 Phi Ion bajo el dominio .e una 1 con hacer derretir (en agnmas tos sin embargo, la acción de . · • En otros momeo · · "Por insondable a fl icct~n. . . d ba·o ·el signo de la :ingusua: mirada sobre el es interroga a J " (el ·•e la mirada) es el que la · · to de ese temu u ' t otra parte. e\ surg1mten t de nuestras entrevistas". Se tra a. señala el comienzo de la ~a~o~daar eue él siente acogedora y amistosa en esas ocasiones_. de m1 ~d~be; q el escrúpulo de responder con. un y ante la que se impone e . y o el ue debena adoptar, pten· rostro rígido. más bien ev~~1vo.' ta~~~:n pa~ él un interrogante. una sa un analista. Esa acog1 a iepr .
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d f1uludo Du~ Vnkcimliche fue 1raduc1~0 • En írancés. el articulo. d~'Lfre.u !clanlc ex1~añciu"). mientras que en a . ' / te étra11g.ete ( a inqu1 T] como: Fi11qu1c ~ni f titulado "lo siniestro". [ . traducción cspano ª uc '
- _preciso. • Más sim· iera con e\ golpe mas que no se logra cerrdt' ~1 ~~~ Philon no sabe cómo aceptar l~ cast{aplernente, podem~s .ec'~ tiempo en su análisis no busca na a sa v? ción. pero que, m1sm es.' a\ evocar• aunque lo haga para ~l, eso, aunque 'sustituyo la representac1on con su cortejo de e[ us1on • e comun1. e del cuerpo de la .mdaddr~ incaliCicable carencia en la que se impon , insondable oscurt a , a absoluto, lo real. . .
seguridad, pero también una amenaza. Así, aclara del siguiente modo Ja esencia de la situación por medio de un sueño habitual que .retoma como fantasía: "Alguien se me acerca, dice, fijándome la mirada (en me /ixant du regard). Es un hombre Me esfuerzo incfefinidamente por rechazarlo, pero, pese a todo, se aproxima; comienzo a golpear repetidas veces sobre esa jeta; cuanto más rápidos son-mis golpes, más se acerca y vuelve hacia mí como un punching-ball movido por un resorte. Parece insensible, y su rostro muestra una sonrisa sarcástica. La angustia me invade ... " Es en ese momento cuando, en los sueños, despierta temblando. En mi examen crítico y restrospectivo creo locaJizar, en la evocación de esta (doble) mirada insostenible e inextinguible, que ningún golpe puede desviar, un tiempo esencial de este psicoanálisis en el que lo real -aunque en es.te caso diré más precisamente el objeto- es puesto en juego por el h·abajo de la cu1·a. Debo decir que en ese momento ni lo desconocí verdaderamente ni tampoco lo situé verdaderamente como tal. En u·n análisis segundo de mi texto puedo encontrar una prueba en favor de la apertura de mi escucha, cuando lo interrogo acerca del soporte de esa mirada (padre, madre, hermano) y concluyo evocando la enigmática "mirada del Otro''. Debo decir que lo que entreveo aquí .e·s que lo que mira ·a . Ph.ilon, do11dequiera que · ~sté, es.la falla misma de.este gran Otro (.lugar·en· el que, se supone, se agrupa el ord.en . ~imbólico , literal O· significnnt.e) , . cuya apertúra Jo ra·sc.ina bajo la especie (SOllS l)espece). de· la ·mirada. Digo '.'bajo la especie" de la mirada ya que podría presentarse, en uri contexto difet ente, bajo otra especie de objeto, excrementa! por ejemplo, o bajo forma de compromiso, de un esfínter del iris.' Ello me per~ite, en la actualidad, formular la siguiente interpretación que considero corree~ ta: esencial y resistente dificultad. para Philon es la aporía de esta falta del Otro; intenta cerciorarse (o ·al menos. asir algo) acerca. de ella a !ravés del velo aguje·reado y brillante que es la mirada, ya que no ac~pta verla (tal como la brillantez. sin embargo, lo invita a hacerlo) en el falo y en la castración que él implica. De todas formas, y en su conjunto, mi análisis y, con n1ayor razón aún, mi texto, se alejaron progresivamente de ese momento privilegiado,. lo que determinó que· la interpretación se viese sensiblemente deformada En efecto, en Jugar de limitarme a Ja escucha fiel de lo que se decía, inserté una representación que, pese a que no estaba completamente fuera de lugar, constituyó, de todas maneras. un agregado complaciente; me reliero al tema del "santuario''. A la atopía ele una falla constitutiva del lugar del Otro, ele esta carencia creadora de un orden simbólico la convierto en un lugar secreto, sagrado, sin duda;' al hacerlo, sin embargo. participo de una fantasía muy común de tipo obsesivo y anulo parcialmente el texto de lo real que manifiesta su carácter completamente irreductible a través de la evocación del ojo
la
:; En relación con las "especies'' de objeto, véase más adelonte "Un semestre en Vincennes", pág, 60. G Cf. "Un semestre en Vincenncs''. pág. 58.
l~ ;ha~~i8 s:~~l:r~o.
med~~ntedla repres~~~a~t~~
l , t a al parecer, ilustra, podríaEn el caso Ange J?ur~¿t~ :~~t~: \~ real. probablem.ente pa.ra mos decir que ~una, e,l,~:'oc es inquebrantable, se halla irremed1aanularlo o .dom1.o_arlo: el umbral de la puerta gue no puede franb\emente inmoviltzado ante ás plena que un muro. Hace ya se le presenta_ m celo para no consumar su maq uear ' cuya abertura d . liega su industrioso un diez años que esp d c'ón· retrocede por entero. ~om0 trimonio". No por r.alta. e ere.e i~ns~ -y lo explico en otra parte de f óbico ante un espacio ~1rge~Óbico tiene una relación ejemplar CO}_'l lo esta obra 7 _ que e\ o?1eto ' 1 l . absolutamente angustio~o rea], .asumiendo~ en cierta.'1urm~·b.:lov~ º~n la tcrminolog~a. }ªc~ 1 ª: del -oJ;>jeto .propram7nte d1cld1~,h~ ~s innombrable por definic1on y ~lh na. Este ob)e~o prop1a~ent~ ~e. o ·eal. .. . : . .. . . se anCln ·\ó quo me_rece s~i.: \Jama~o '· rt-la~ión con: el. caso de Ouroc .. Ahora bien. _fue ·cur10.samente hc1:1b. •e poclido tener otras preocu'poca en la que u tes '\' . de Es que Lacan, en una e I te nacional de Psicoana is1s paciones. me refiero ª.1 c~~gri;s~ ~nterrogó, perplejo. a:e_rca ·de 1~ tocolmo en 19~3. se i.nte1.1ogo ·eto en este psicoanáltsis. En la dificult1:1d dt: la localtzac16n de\ obJ 1 . cto de lo real falla u obs· esenta como e impa ' 1 e . · práctica . el o b¡eto se p_r ~ ue Ouroc las introduce es ta .~u táculo , pero la profusión c;on . ~ ~e encuentra -en otra parte: Su nos lleva a sospechar que el o~J~ \ obstáculo \a barrera contra \a pasión. escribía yo. es. la de eng~rb;oluto derrib.arla o destruirla. sino. que va a chocar; no le mteresa en ªt, allí sensible resistente; que puepor. el contrario. comprobar que es.~ la. manten~r\a en una perpct\18 de de algún modo. palparla •. acariciar 1 'ancla con una montaña que ' · suena - con 1Cl macizo • rd cond e no creo· que tenga mue bo que presencia: sea sólc roca .. . " En ~~ actua.~I a ~e realicé en ese moment? a.cerca corregir de la interpretacmn . pa~c1. q a v·rdaderu experiencia .1nc~s de esta ''pas1on •. que relacione ~on un _1; s· ·me fallarla añadir solo ·-o a la edad de tres ano . ' . lo por tuosa vivida por e 1 ntn 1 del hechu incestuoso vivic . . íundamcntal cr·a :sc11sible de la proh1lnJo esencial'. "El carácter • (o Angc Duroc fue la experr·encia de a ausen a si exceptuamos e 1 goce ción El rasgo más notable de cst~ cs~~nd~ lr-i ía1ta de defensa, de una · · d d:i la expenencic ' ·b ) de una la angustia), es. sm L1 • • • • iera es necesario dcrn :ir · . barrera inexistente (~u.e 111 .s1q~ temcntc múltiples barreras. al cuiley burlad:i ... Al edificar caos an
d:
;e
ª.
~
Cf. "Un semestre en
Vinccnncs", pág. 02 ·
15 14
dar sus 'muros' con amor, Ange Duroc defiende, en pri111er Jugar, su n?mbre; se esfuerza, sobre todo, por recrear el obstáculo de lo prohib1do:. Pºr hacer contmuamen~e sensible la defensa de Ja que su placer carec10, po~ cerrar~ par~ decirlo en forma precisa, la brecha sacrílega que .lo prec1p1tó !n~~ a/la ele/ placer. Realizar esa prohibición en forma sens~ble se conv1rllo en su pasión". Pero esta interpretación era sólo parcial.
El p~oble~a pl~ntcado .por este psicoanálisis sigue siendo et de una especie de mvas16n masiva de la cura por parte del síntoma. En este análisis, al igual que Duroc en su vida, chocamos con un obstáculo aparentemente insuperable; en ese momento me resignaba a ello, e~ocando con Freud la "roca" profundamente arraigada de la c.a~tr,:ic1ón con la q~e choca en definitiva, nos dice Freud, todo análisis . En la actualidad y con mayor perspectiva, considero, sin embargo, que no logré modificar fa organización Jibidinal de Duroc debido a una fall ida localización del lugar del objeto en su análisis. Si e?":º lo afirmo, el trabajo del psicoanalista es el de evocar lo real , e; fac1 l de comprender que en este caso la dificultad se originó en el hecho
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