Descartes Hume Kant

May 9, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Fundamente desde el marco Intelectualista y Experiencial, los conceptos de:

PASION – REPRESENTACION – RAZON PASIVA ATENUADA Tomando como ejes de interrelación los conceptos de:

ANALISIS – ASOCIACION – IDEAS – IMPRESIÓN De cuenta de la importancia otorgada a las mismas por parte de ambas corrientes y vincúlelo al concepto de PATHOS. El escenario de partida esta montado en el siglo XVII. Un siglo de poderosas monarquías, atravesado por fenómenos tan importantes como la contrarreforma y los tribunales de inquisición. Es un contexto de transición entre religión y ciencia. El paradigma es la física, y cuando aparecen los primeros descubrimientos de lo que vamos a llamar modernidad comienza la exigencia de un sujeto gnoseológico capaz de sostener los enunciados de la ciencia. Ese pasaje lo realiza Descartes, nuestro referente obligado del Intelectualismo. Me propongo desarrollar la obra de Descartes mas detalladamente (y no creo que esto vaya en detrimento de los otros dos autores que abordaremos: Hume y Kant), habida cuenta que éste, construyo el camino que una y otra vez van a transitar ambos pensadores, ya sea para confirmarlo, ya sea para refutarlo. Descartes saca a la humanidad del paradigma religioso y coloca el fundamento que debe sostener a todo conocimiento, en el sujeto. Un “sujeto gnoseológico”, relacionado con la naturaleza y  preocupado por su captura intelectual. El saber ya no es patrimonio exclusivo de la autoridad, y la naturaleza ya no es lo dado, porque ahora el fundamento está puesto en el sujeto, en la “conciencia”. Este es un comienzo absoluto, que inaugura un nuevo modo de pensar, al que retrospectivamente denominamos pensamiento moderno. De este modo la psicología comienza a ser demandada como fundamento epistemológico de la ciencia. Descartes dice: mi objetivo es fundar la ciencia. ¿Qué quiere decir con esto? ¿No existía ya algo llamado “ciencia”? Sí, por supuesto que existía, pero la ciencia y el conocimiento eran patrimonio de unos pocos. Lo que va a distinguir a Descartes, es que se va a ocupar de elaborar un camino cuya meta sea conducirnos al conocimiento científico, un método. Un método de estudio que este al alcance de todos y que acerque el conocimiento a todos aquellos, que respeten el método y que tengan ideas. El método que propone es el analítico y la forma de abrazarlo es mediante la duda metódica

¿Por qué la duda? Porque la duda existe desde siempre, se puede dudar de todo, mientras que certezas tenemos muy  pocas, o todavía ninguna. Mediante la duda, ahora transformada en camino metódico, en “duda metódica”, y haciendo uso de la razón, se podrá acceder al conocimiento verdadero.

“Por cuanto la razón me convence de que a las cosas que no sean enteramente ciertas e indudables debo negarles crédito con tanto cuidado como a las que me parecen manifiestamente falsas.” En su búsqueda de certezas, Descartes comenzó por someter a duda los datos de los sentidos. “He

experimentado varias veces que los sentidos son engañosos, y es prudente no fiarse f iarse nunca por completo de quienes nos han engañado una vez.” Incluso agrega como argumento, que en los fenomenos de locura y  y cuando dormimos, lo que se percibe parece tan real como en la vigilia: “Al detenerme en este pensamiento, veo tan claramente que no hay indicios ciertos para distinguir el sueño de la vigilia, que me quedo atónito, y es tal mi extrañeza, que casi es bastante a En consecuencia, la experiencia todo dato persuadirmedede estoy edurmiendo”.  proveniente losque sentidos incluso el propio cuerpo, quedan a un lado ensensible, esta búsqueda de la

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certeza, ya que es posible dudar de ellos: es posible que este soñando y no tenga forma de  persuadirme de ello. Tambien, pone en duda las verdades de la Matemática, aunque no se basan en datos de los sentidos (son a priori) y no se alteran durante el sueño: supone: “no que Dios, que es la bondad suma y la

fuente suprema de la verdad, me engaña, sino que cierto genio o espíritu maligno, no menos astuto y burlador que poderoso, ha puesto su industria toda en engañarme”. Por lo tanto,  podemos dudar de las verdades matemáticas, y entonces también ellas deben ser dejadas a un lado en esa búsqueda de certezas. Sin embargo, hay algo de lo que no podemos dudar: de nuestra propia existencia. “Ya estoy

persuadido de que no hay nada en el mundo: ni cielos, ni tierra, ni espíritu, ni cuerpos; ¿estaré, pues, persuadido persuadido también de que yo no soy? Ni mucho menos; si he llegado a persuadirme de algo o solamente si he pensado aalguna lguna cosa, es sin duda porque yo era. Per Peroo hay cierto burlador muy poderoso y astuto que dedica su industria toda a engañarme siempre. No cabe, pues, duda alguna de que yo soy, puesto que me engaña y, por mucho que me engañe, nunca conseguirá hacer que yo no sea nada, mientras yo esté pensando que soy algo. De suerte que, habiéndolo pensado bien y habiendo examinado cuidadosame cuidadosamente nte todo, hay que concluir por último y tener por constante que la proposición siguiente: «Yo soy, yo existo» [cogito, ergo sum], es necesariamente verdadera, mientras la estoy pronunciando o concibiendo en mi espíritu.”  Haciendo uso de esta maniobra introspectiva, Descartes arriba al primer razonamiento claro y distinto del cual ya no puede dudar y que adquiere carácter de piedra fundamental de toda su

construcción filosófica. A partir de esta primera revelacion Descartes se pregunta: “¿Qué soy yo?”  No puede definirse como un ser corporal, porque había puesto en duda todo dato proveniente de los sentidos, pero de lo que sí tiene certeza, es de que piensa. Es por eso que se define a sí mismo como una "sustancia pensante, una cosa que piensa" A partir de esta primera verdad, Descartes la analiza y descubre que esta afirmación se le presenta a la conciencia con claridad y distinción, por lo que establece a éstas como criterio de verdad, es decir, acepta como verdaderas las ideas claras y distintas. Sin embargo, aun perdura la amenaza de la hipotesis de un genio maligno que pueda confundirlo hasta en lo que parezca evidente. Para superar esta objeción debía demostrar que el hombre es obra de un Dios omnipotente y bueno; ¿Qué objeto tiene que un Dios omipotente y bueno se ocupe de burlar al producto de su creacion, hecho a su imagen y semenjanza? Este interrogante lo resuelve argumentando que, si Dios es perfecto, ( “si suponemos un

triángulo, es necesario que los tres ángulos sean iguales a dos rectos; pero nada veía que me asegurase que en el mundo hay triángulo alguno; en cambio, si volvía a examinar la idea que yo tenía de un ser perfecto, encontraba que la existencia está comprendida en ella del mismo modo que en la idea de un triángulo t riángulo está comprendido el que sus ángulos sean iguales a dos rectos, o en la de una esfera, el que todas sus partes sean igualmente distantes del centro, y hasta con más evidencia aún; y que, por consiguiente, tan cierto es por lo menos que Dios, que es ese ser perfecto, es o existe, como lo pueda ser una demostración de Geometría”), no puede ser engañador y no puede habernos hecho de modo tal que nos confundamos sistemáticamente cuando creemos estar  en la verdad. Podemos equivocarnos, porque no somos perfectos, pero no estamos hechos  para el error. En consecuencia, es pertinente poner a Dios como garantía de verdad. De este modo, el Dios de la Teologia, queda costituido como un Dios garante, un garante conceptual, es decir, como causa del conocimiento. Como se dijo durante la instancia de practicos de la materia: “Dios pone el conocimiento en la mente de todos los hombres, este conocimiento,

comun a todos los hombres, son las ideas innatas”.

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“Las ideas son punto de partida (…) son los recursos legitimantes, como diría Aries, de una escena”. Porque es a través de las ideas que podremos comprender la concepción de Descartes acerca de la relación entre el “sujeto” y “lo real”. Constituyen el puente que deberá cruzar el sujeto Ahora hemos arribado a lo que la Prof. Dra. Lucia Rossi distingue como punto de partida:

 para acceder al conocimiento de cuanto lo rodea, y la piedra de la que esta hecho dicho puente, son las “ideas innatas”. Las ideas innatas, son aquellas con las que cuenta la conciencia independientemente de la experiencia, son las ideas que no proceden ni de la experiencia del sujeto con el mundo sensible, ni de la imaginación, son las únicas verdaderamente claras y distintas, como por ejemplo, la idea de Dios, la idea de perfección o las de las matemáticas. Son axiomas, no necesitan ser demostradas, son perfectas y eternas. Para Descartes no se puede confiar e los sentidos, hay que descreer de todo aquello proveniente del mundo sensible, lo único que evita todo lo oscuro y confuso que  proviene del cuerpo y de los sentidos, es la matemática. En consecuencia, las ideas claras y distintas son las ideas matemáticas. De este modo, el conocimiento matemático recobra su validez, y es llevado a la realidad por  Descartes, a traves del analisis1. Todo puede ser reconstruido a partir de desarmar el todo en partes, es necesario dudar de ese todo, porque el todo es oscuro, pero lo simple, lo aclara. Por este motivo, habrá que desarmarlo en partes mínimas, analizarlas por separado, y luego unirlas para construir ese conocimiento libre de toda duda. Este es el método del análisis, que se debe seguir  rigurosamente para encontrar un conocimiento claro y distinto, desechando toda idea que resulte oscura y confusa. Respecto del conocimiento sensible, pensaba que éste versa sobre las ideas adventicias (distintas de las ideas innatas) que se supone nos llegan como representaciones de las cosas. Existen cosas externas cuya representación genera nuestras ideas adventicias. Representacion al modo cartesiano, remite a aquellas ideas que tienen su causa en el cuerpo y se vuelven a representar en el alma como copia fiel de la realidad. Son un producto psiquico, se parte de una idea, y en su encuentro con la realidad, esta vuelve como representacion. Es decir, para hacer  un recorte de la realidad, el sujeto sale al mundo con ideas innatas (por eso deciamos que conforman la piedra de la que esta hecho el puente que relaciona al sujeto con el mundo-objeto), que al entrar en contacto con la realidad sensible, dejan de ser claras y distintas y vuelven como ideas adventicias, como representacion de algo ausente, de aquello cuya unica forma de ser  aprehendido, es representandolo en la conciencia. De todos modos, lo que de ellas podemos conocer  con claridad y distinción es sólo que son sustancia extensa, por lo tanto, no sirven para conocer. Ideas adventicias: son las ideas que nos vienen del exterior, a través de los sentidos, por ejemplo: la idea de azul. Ideas facticias: son las ideas producidas por la propia conciencia mediante la imaginación: por  ejemplo la idea de minotauro.

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 Si buscamos la definición de  análisis en la Gran Enciclopedia Larousse, Larousse, nos encontramos que en la acepción filosófica, se cita a Descartes para definir tanto al análisis como a su contraparte, la síntesis: “ El análisis y la síntesis son dos movimientos inversos el uno del otro, ya que van, el primero, de lo uno a lo múltiple, y el segundo, de lo múltiple a lo uno, estos movimientos pueden ser  materiales o intelectuales y, por consiguiente, tener por objeto seres materiales o ideas; su dominio es, pues, ilimitado: abarca el mundo real y el ideal. El análisis y la síntesis intelectuales son “procedimientos generales del pensamiento” consistentes en descomponer mentalmente un concepto, un juicio, un raciocinio en sus elementos, y en recomponer seguidamente el todo. Tales son los procedimientos que recomienda Descartes en el segundo y tercer preceptos de su método (Discurso del método, II): ”dividir cada una de las

dificultades que examinara en tantas partes como pudiera y como requiriese su mejor resolución [...], conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los objetos mas simples y mas fáciles de conocer, para ascender luego poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los mas complicados”.

Este análisis y esta síntesis intelectuales se dan en todo pensamiento, y especialmente en el metódico, en particular en las ciencias”.

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Para Descartes hay dos tipos de sustancias, la pensante –   Res Cogitans - (que nos ocupo hasta aquí), y la extensa –   Res Extensa -, es decir, naturaleza extensa, medible, cuantificable. Estos dos órdenes son diferentes y se oponen, son los dos órdenes del ser. Y como el sujeto es ambas a la vez, su  planteo antropológico le sirve para dar existencia a un dualismo, donde nos queda de un lado el alma, y del otro el cuerpo. Descartes tuvo grandes dificultades para explicar cómo interactuaban estas dos sustancias en el hombre y es este pasaje lo que nos ocupara desde ahora hasta encontrar el nexo que nos permita abordar el tema de las pasiones desde el marco Experiencial. Hasta aquí vimos el Descartes que paso a la historia, el hombre de ciencia, el filosofo y matemático que inaugura la ciencia moderna con su celebre “Discurso del método”. El Descartes que veremos a continuación, es el menos conocido. Un hombre que al acercarse a su ocaso, emprende la tarea de abordar aquello que le quedo por fuera del método: la idea de cuerpo, la Res Extensa . Y para esto, utilizara una lógica distinta. La idea de cuerpo es un obstaculo que pone limite al conocimiento, quiza por ese motivo hubo que esperar varios años para que se pronunciara en este sentido. El cuerpo no entra dentro de los cánones del conocimiento científico, en consecuencia, intentara explicarlo desde la mecánica y la física, utilizando la metáfora cuerpo-maquina, (por ese entonces, la maquina paradigmática es el reloj), en un intento de dar a las pasiones un estatuto científico. A este tema dedica su última obra: “Tratado de las pasiones” publicado en 1.649, un año antes de su muerte. Desde un principio se encarga de señalar que esta obra es conceptualmente diferente al resto de su  producción, él mismo aclara que al referirse a las pasiones, no va a pretender ser claro y preciso, sino que, se va a permitir ser oscuro y confuso. En el “Tratado…” , emprende una descripción del cuerpo de corte fisiológico, ligando el funcionamiento del mismo con el efecto producido por las pasiones. Redefine qué son las pasiones, desdeñando todo lo dicho por los antiguos. Habla acerca de su causa y función, las clasifica y habla de su relación con la razón. Pero también deriva de las pasiones una conclusión en el campo de la moral. La unión entre alma y cuerpo es, para Descartes, una idea innata de la que se siguen otras dos: la  posibilidad de que el alma mueva al cuerpo y que a su vez sea afectada por él. Esto último es el ámbito de las pasiones, es decir, de los movimientos sensibles experimentados por el alma como consecuencia de su unión con el cuerpo. De este modo, va a definir a las pasiones como todo aquello del mundo y del cuerpo que incida en la mente ( Art. 2). Para aclarar esto, la Prof. Dra. Lucia Rossi nos dice: “La pasión exige padecer algo. El término pasión viene del latín passio, que tiene que ver con una cosa que se espera, que se acepta. Para  Descartes lo que es acción del cuerpo y del mundo se inscribe como pasión en el  alma. Lo que yo llamo el anverso y reverso de la misma moneda. La acción en el  cuerpo y en el mundo, pasa al  otro lado como pasión en el alma” . Lo que debemos distinguir distinguir con claridad es, por un lado, que las pasiones son la acción del cuerpo sobre el alma, por tanto, pertenecen al cuerpo, pero se originan en el alma; por otro lado, que para conocer las pasiones, deberemos aprender a distinguir con precisión entre las distintas funciones, según pertenezcan al cuerpo o al alma. Por Ej.: el calor y los movimientos, pertenecen al cuerpo, mientras que los pensamientos, al alma. En el Art. 7 explica como esta compuesta la “maquina del cuerpo” ( “…No hay nadie ya, que no sepa {…} que se llama los espíritus animales”), detallando el principio de las funciones corporales, que esta constituido por los llamados espíritus animales: las partes mas sutiles de la sangre, que no son mas que cuerpos, c uerpos, aunque muy pequeños, que se mueve muy rápidamente y

“entran continuamente y en gran cantidad en las cavidades del cerebro” (Art. 10), y de quienes depende el movimiento corporal.

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Como matemático, Descartes, explica las funciones y la anatomía del cuerpo desde la física y la mecánica, de este modo, arriba a una verdadera fisiología no solo del cuerpo, sino también de las  pasiones, por tanto, una fisiología del pensamiento. Al mencionar las funciones del alma, distingue dos clases: las acciones del alma (voluntades) y las  pasiones del alma ( “percepcio “percepciones nes o conocimientos que se encuentran en nosotros…” Art.:17) En el Art. 27 vuelve a definir a las pasiones: “como percepciones, o los sentimientos, o las emociones del alma, que se refieren particularmente a ella”, es decir, son los pensamientos, todas aquellas representaciones de las que ya hablamos, que no le sirven al conocimiento verdadero (recordemos que éste sólo versa sobre las ideas innatas). En cuanto a la causa de las pasiones, dice que esta dada por el movimiento de los espíritus: “causadas, sostenidas y fortificadas por algún movimiento de los espíritus”. Habíamos dicho que para Descartes, la unión entre alma y cuerpo es una idea innata, y que en esta obra se plantea la cuestión de cómo está unida el alma al cuerpo, lo resuelve diciendo: “hay que

saber que el alma está verdaderamente unida a todo el cuerpo y que no se puede decir que esté en alguna de sus partes con exclusión de las demás, porque es uno y en cierto modo indivisible, debido a la disposición de sus órganos, de tal modo relacionados entre sí que cuando alguno de ellos es suprimido todo t odo el cuerpo se vuelve defectuoso…” (Art. 30). Y para ser mas preciso aun, se apoya en un descubrimiento reciente de W. Harvey: la glándula  pineal. En ella se daría esta unión y relación entre la sustancia extensa –cuerpo- y la sustancia  pensante –alma-, por tanto, la glandula pineal queda constituida como sede del alma y de las  pasiones que la afectan ( Art.31 y 32). En los Art. 34 al 40, explica la causacion del alma y del cuerpo a traves de la glandula, asi como la  produccion de las pasiones y de sus efectos. El carácter introspectivo que subyace a la obra y lo expresado al comiezo del Art. 1, denotan que el “Tratado…” esta hecho a modo de relato de lo que le pasa a Descartes como sujeto, hecho extensivo al resto de los sujetos. En el estudio de la naturaleza del ser (cuerpo y alma), que emprende en la primera parte, analiza en que consiste la fuerza o la debilidad de las almas y cual es su verdadero poder respecto al cuerpo y a las pasiones. Este poder del alma no es tan pequeño como  para que no sea susceptible de aumento, aun en las almas mas debiles. Para esto, “cada cual tendra

que adquirir el valor de estudiar y vigilar sus pasiones; pues si se puede con un poco de industria, cambiar los movimientos del cerebro en los animales desprovistos de razon, mejor se puede conseguirlo en los hombres y que incluso los que tienen las almas mas debiles podran adquirir un dominio muy absoluto sobre todas sus pasiones sabiendo adiestrarlas y conducirlas” (Art. 50). Tras haber expuesto sus causas y sus fuentes primitivas, en la segunda parte del “Tratado…” , Descartes da cuenta de cuantas y cuales son las pasiones. Ordena y enumera seis como principales y  primarias: la admiracion, el amor, el odio, el deseo, la alegria y la tristeza. Todas las demas pasiones son compuestas u homologas de las mismas. Descartes trata en detalle las seis principales, mientras que de sus derivadas, lo que mas le interesa es de que manera se originan en ellas. La Admiracion tiene por objeto el conocimiento de la cosa que se admira. En el Art. 70, es definida como: “una subita sorpresa del alma que hace a esta considerar con atencion los objetos que le parecen raros y extraordinarios”. Esta pasion esta producida por la impresion que se tiene en el cerebro, y tiene la particularidad que no se observa ningun cambio ni en el corazon ni en la sangre, razon por la cual, puede ser considerada como la pasion filosofica por excelencia. El Amor, es una pasion que se circunscribe al ambito personal de cada sujeto, porque “es una

emocion del alma causada por el movimiento de los espiritus que la incita a unirse de voluntad a los objetos que parecen serle convenientes” (Art. 79). Se entiende por voluntad “al consentimiento por el que una persona se considera desde un momento dado unida al ser amado, de tal(suerte ). imagina un todo del cual piensa que ella es solo una parte, y otra la cosa amada” Art. 80que

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El Odio, como el amor, es una pasion “de voluntad”, pero que lleva al alma a “querer separarse de los objetos que se le presentan como nocivos”. Amor y odio, para Descartes son dos pasiones que se contraponen, el deseo en cambio, no posee una contracara. En cuanto al Deseo dice: “este no desea solo la presencia del bien ausente, sino tambien la

conservacion del presente, y ademas la ausencia del mal, tanto del que se padece ya como del conservacion que creemos que podemos recibir en el futuro” (Art. 86). La alegria y la tristeza, tambien las reconoce como pasiones contrapuestas, algual que amor-odio. La Alegria, manifiesta una emocion agradable del alma, por el contrario la Tristeza es una languidez desagradable. La causa fundamental de la alegria descansa en el pensamiento de que se  posee algun bien, y la de la tristeza en el pensamiento de que se tiene algun mal o se carece de algo. Las observaciones de Descartes sobre estas pasiones y las que de ellas se derivan, ofrecen una detallada descripcion de su correlato manifiesto en el cuerpo, es decir, las alteraciones  psicosomaticas producidas por las distintas pasiones del alma. Un detalle similar ofrece acerca de los signos exteriores de las pasiones y los gestos corporeos: “No hay pasion que no se revele por algun gesto de los ojos” (Art. 113). El “Tratado…” , también le sirve a Descartes para elaborar una moral conforme a las virtudes, o como el mismo dice en el Art. 148, una moral de tranquilidad de conciencia, que se ajusta a la formula del hombre razonable: “todo el que haya vivido de tal modo que su conciencia no

pueda reprocharle reprocharle que haya dejado nunca de hacer todo lo que ha juzgado lo mejor (…) ni los mas violentos esfuerzos de las pasiones tienen jamás bastante poder para turbar la tranquilidad de su alma”. En la tercera parte del “Tratado…” , se ocupa de las pasiones particulares, y llega a conclusiones generales que resultan validas para quienes gocen de cordura y sensatez. En tal caso, las pasiones no son temibles, incluso hasta buenas, si se sabe reprimir como es debido su mal uso o sus excesos. En oposición a la corriente Racionalista, que afirmaba que la razón era la fuente del conocim conocimiento, iento, el Empirismo tomará la experiencia como punto de partida y límite de nuestros saberes. Ello supondrá una crítica al innatismo, es decir, la negación de que existan "ideas" o contenidos de la conciencia que no procedan de la experiencia sensible. Por tanto, ya no existe un Dios que garantice el conocimiento, ahora el sujeto pasa a ser soporte absoluto de cómo la realidad se inscribe sobre el. Habíamos dicho que que en tiempos de Descartes, Descartes, la maquina paradigmática era el reloj; en tiempos d dee Hume tenemos la imprenta, que le servirá como metáfora para explicar el alcance de las impresiones en la mente del sujeto. El sujeto al nacer es una "tabula rasa", en la que no hay nada impreso, y es a través de los sentidos que lo real deja su marca: “no hay nada en la mente que no haya entrado por los sentidos”. Para Hume, como veremos a continuación, la experiencia está constituida por un conjunto de  percepciones, cuya causa desconocemos, y en este análisis (se anuda al método analítico inaugurado  por Descartes) de los contenidos mentales con el que va a construir su filosofía, llega a la conclusión de que, todo lo que contiene nuestra mente son percepciones (para Descartes, todos los contenidos mentales eran "ideas). El grado de intensidad con que éstas se manifiestan en nuestra mente establece una distinción: las percepciones podrán ser impresiones e ideas: “la diferencia

entre ambas consiste en los grados de fuerza y vivacidad con que inciden sobre la mente y se abren camino en nuestro pensamiento o conciencia. A las percepcione percepcioness que entran con mayor fuerza y violencia, las podemos denominar impresiones”. Las Impresiones, percepciones  básicas, son captadas inmediatamente y a ellas pertenecen las sensaciones, las emociones y las  pasiones. De esto se desprende que para Hume, las pasiones son percepciones. Mas tarde agregara que la razón es una pasión atenuada.

“Por ideas entiendo las imágenes débiles de las impresiones, cuando pensamos y razonamos”. En consecuencia, las Ideas, son copias o representaciones desvaídas de las impresiones en la mente y guardan cierta semejanza con las impresiones, pues en realidad vienen a ser imágenes mentales

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generadas por las mismas. La marca del objeto ausente en el sujeto, de modo que presupone un salto a lo abstracto que deja a la impresión del lado de lo real, y a las ideas del lado de lo abstracto. De un modo similar a la relación existente entre impresión e idea, explicaba Descartes el concepto de representación, en el que una copia fiel de lo real quedaba representada en la conciencia a modo de ideas adventicias. Sin embargo, hay una diferencia radical entre Descartes y Hume en cuanto al concepto de idea: en Descartes las ideas son punto de partida (se sale al mundo con ideas innatas en captura de lo real), mientras para Hume, son punto de llegada (a la idea se llega luego de una impresión, de una percepción. Por eso va a decir que la idea es una impresión debilitada). En cuanto a las ideas innatas, habíamos mencionado que el empirismo las rechaza, pero es interesante detenernos en la maniobra que realiza Hume con este propósito. Para ello se vale de la idea de Causa-Efecto que para Descartes es innata y necesaria: “es una cadena de hierro que une a la causa con el efecto y al efecto con la causa”, por tanto, es deductiva. Hume, como empirista,  pone el acento en lo fáctico, y lo explica como la constatación de que un determinado fenómeno sigue a otro: “primero veo nubes y después veo lluvia, nubes-lluvia. En la repetición de lo

factico, de la experiencia pasada se van consolidando creencias, creencias, de manera que me acostumbro a derivar lluvia de las nubes. Pero esta relación factica es probable”. No hay certeza absoluta, nunca experimentamos ese acontecer en su realidad, simplemente lo vemos. Pretende mostrar así que la causalidad es una "relación de ideas" que nos hace notar la contigüidad en los fenómenos. Para Hume, los resultados de los fenómenos son contingentes. De este e ste modo, el concepto de necesariedad implicado en la relación causa-efecto del racionalismo, para el empirismo queda reemplazado por el de: contingencia. Volviendo a las impresiones, estas pueden ser simples (las que no admiten distinción ni separación) y complejas (aquellas que admiten divisiones). Consecuentemente también habrá ideas simples y complejas. Por ejemplo: la impresión que nos causa la percepción del canto de un pájaro, es una impresión simple, y a ella se seguirá una idea simple. Sin embargo, al escuchar los sonidos del  bosque, tendremos una impresión compleja, que a su vez, evocará una idea compleja. Es posible, además, distinguir impresiones que son originales o de sensación, las que provienen de los sentidos externos; e impresiones que son secundarias o de reflexión, las producidas por el ejercicio interno de la mente. Con el cúmulo de ideas que es capaz de "crear", asimilar y archivar la mente, elaboramos el conjunto de pensamientos y razonamientos humanos. La capacidad de la mente para combinar ideas parece ilimitada, dice Hume, "Es evidente que hay

un principio de conexión entre los distintos pensamientos o ideas de la mente y que, al presentarse a la memoria o a la imaginación, unos introducen a otros con un cierto grado de orden y regularidad". Lo notable sobre la forma en que se da esta combinación de ideas es cómo "incluso en nuestras más locas y errantes fantasías, incluso en nuestros mismos sueños", esa asociación se produce siempre siguiendo determinadas leyes: la de semejanza, la de contigüidad en el tiempo y en el espacio, y la de causa y efecto. Según Hume, son estas tres leyes las únicas que permiten explicar  la asociación de ideas, de tal modo que todas las elaboraciones intelectuales y creaciones de la imaginación, les están inevitablemente sometidas. Al concepto de asociación en Hume subyace la idea de análisis, en tanto “es un concepto armable

y desarmable, contingente, que reúne, que relaciona y es secundario porque viene a agregarse a los elementos”, y se diferencia del uso Cartesiano (analítico y voluntario) en tanto es susceptible de crear hábitos, que una vez mecanizados dejan de ser concientes y se vuelven involuntarios. Habíamos dicho que para Hume, la impresión es primaria, “es el objeto el que otorga una

primera impresión ya sea de placer o dolor. En Descartes es interior, en Hume es exterior. El dolor tiene que ver con lo malo y el placer con lo bueno. Se empieza a aprender, y si a este esquema le agrego .el concepto de asociación e ideas, como productos secundarios vamos a tener las pasiones”

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Las pasiones según Hume, pueden ser directas (las que dependen del placer y del dolor, del bien y del mal, como ser: deseo-aversión; alegría-tristeza; esperanza-miedo; confianza-desesperación) o indirectas (mismo origen, pero se suman otras cualidades: orgullo-humildad; ambición-vanidad; amor-odio; envidia-piedad; malicia-generosidad). También hay pasiones simples y pasiones complejas, como “el orgullo”, cuya causa es la percepción de alguna virtud propia, y su efecto, el sujeto tomado como objeto. La causa de una pasión es aquello que excita la emoción (el amante ante la presencia de su amada), mientras el objeto es aquello hacia lo cual la pasión se dirige (la mujer amada), en uno u otro caso, se sigue claramente que el objeto puede ser causa u objeto de la  pasión.. Las pasiones, también pueden ser influenciadas por las leyes de asociación. Dijimos que para Descartes las pasiones se encuentran en las junturas del alma con el cuerpo, es decir, del cuerpo hacia el interior, y que son perturbaciones que vienen del cuerpo, mientras que las ideas provienen del alma, y en tanto hay que pensar con ideas, no le sirven al conocimiento racional. En Hume, en cambio, las vamos a ubicar hacia lo exterior, del lado de la percepción, es decir, forma parte de la experiencia, aporta datos, queda claro que sirve para conocer. En lo que coinciden ambos autores, es en que las pasiones disponen al sujeto para la acción, por tanto, para Hume, lo que mueve a las ideas es la pasión. El carácter agente de la pasión confiere movimiento y vida, en consecuencia, la razón se convierte en una pasión atenuada, una razón pasiva atenuada. Como superador de los conceptos de Descartes y Hume, en el marco del Iluminismo Alemán, surge Inmanuel Kant. Kant toma la experiencia como punto de partida, pero considera que no todo se origina en ella. Rechaza la idea de sujeto “tabula rasa”, piensa que es cierto que solo se puede conocer por la experiencia, pero que el sujeto no se enfrenta a ésta sin herramientas. También reclama el carácter  racional de la ciencia (la experiencia se va a imprimir en el sujeto una vez que pase por el tamiz de la razón) y rescata del desuso a las ideas innatas, solo que bajo el titulo de categorías “a priori”: “es

cierto que hay un encuentro entre el sujeto y el objeto en la experiencia, pero las cosas no se originan en la experiencia, porque el sujeto no es un papel en blanco. El sujeto ya trae categorías a priori, por ejemplo, las de causa y sustancia”. En cuanto al tema de la moral, Kant rompe con lo establecido, habla de “ley moral cómo motor a  priori que mueve la voluntad del hombre (a priori, en cuanto a que es ”libre de impulsos, sensaciones, inclinaciones, inclinaciones, sentimientos y su satisfacción, libre de los sentimientos del yo”). Establece que lo que el sujeto ansia para si como bueno, debe ser aplicable al resto, debe ser  universalizado para que quede legitimado como principio o ley universal: “así va a llegar a categorías necesarias, universales, universales, para todos. Esto es el imperativo categórico kantiano”. Kant no va a hablar de pasiones, sino de sentimientos derivados de sensaciones. Para él, la palabra  pasión tiene una connotación negativa, porque toma su significado del griego, “pathos”, que remite a lo patológico, lo enfermo: “para Kant los sentimientos son patológicos, son enfermedades del

yo. ¿Qué enfermedad tiene el yo? Si uno lo deja ser al yo, se satisface con sus cosas: egoísmo amor a si mismo, amor propio, presunción, egolatría, soberbia. El yo esta como enfermo de eso”. Para Kant, las aspiraciones del yo son incompatibles con la ley moral. Un yo enfermizo, altamente influenciable, atravesado por sentimientos patológicos, no tolera los reclamos de la voluntad si ésta está determinada por la ley moral. No puede menos que sentirse humillado. En consecuencia, el camino para librarse de la debilidad y los efectos patológicos de los sentimientos, será ajustándose a una voluntad rigurosa conforme a la ley moral. Antes de Descartes, las pasiones eran consideradas vicios o pecados capitales, ya Descartes en el siglo XVII las rescata de ese lugar pernicioso y advierte que domeñadas estas con cordura, se les  puede sacar provecho, incluso deriva una moral del hombre razonable. Después de un siglo, Hume las asocia con las ideas, y las eleva, colocandolas del lado del conocimiento empírico, auque aclara que son un producto elaborado, por tanto, secundarias. Y con la llegada del siglo XIX, nos

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encontramos con un Kant en la búsqueda de una ley moral universal, pura y practica que nuevamente las obliga a descender, pero esta vez, ligadas a lo patologico.

BIBLIOGRAFIA: DESCARTES, R., Meditaciones Metaffísicas. Madrid, Hyspamérica, 1980. DESCARTES, R., Las Pasiones del Alma. Madrid, Hyspamérica, 1980. MIGUEZ, Jose Antonio,  Prólogo a  Las   Las Pasiones del Alma. Madrid, Hyspamérica, 1980. HUME, D. Tratado sobre la naturaleza humana. Secciones 2 y3. HUME, D. (1757) Disertacion sobre las pasiones y otros ensayos morales."Una disertacion sobre las pasiones" Seccion I a V. España, Editorial del hombre, Ministerio de Educacion y ciencia, 1990. Prof. Dra. Lucia Rossi, clases teoricas 2004, Historia de la Psicología, Catedra II http://www.webdianoia.com http://www.liceus.com http://www.webdianoia.com http://www.monografias.com http://www.lateinamerika-studien.at/content/wirtschaft/ipoesp/ipoesp-76.html

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