Descartes (Diálogo)

September 12, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Descartes

Discurso d e l Método

DIÁLOGO

Cristóbal Aguilar Jiménez Francisco Bixquert Giménez M aria Guerra M uedra

 

DESCARTES DISCURSO D E L MÉTODO I-II-II-IV

EDITORIAL DIALOGO

 

ÍNDICE

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA. 2° DE BACHILLERATO DESCARTES. DISCURSO DE L MÉTODO PARTES I, II, III, IV texto to que se publica en el tomo VI de l as as O b brr as as Traducción del francés a partir del tex Completas. edición de Adam-Tannery, E d. d. J . V rín 1996, teniendo en cuenta la ediCourcell celles, es, public publicaación latina que aparece en el mismo tomo, debida a Etienne de Cour da en Amsterdam, en 1644, po r Louis Elzevier, revisada y corregida po r el propio Descartes.

PRESENTACIÓN .......................................................................................

I. C ONT E X T O HISTÓRICO ..................................................................... 7 l. Crisis del orden feudal .................................................................. 2. La Reforma y Contrarref Contrarreforma orma ...................................................... 3. Crisis política ................................................................................ 4. Crisis de la cultura medieval ......................................................... II.

© De esta edición: E D I T I L D E S .L .L . ( D iiá á llo o g o — Tilde) 2009 c/ General Urrutia, 12 — 10’. 46006 Valencia Tf. y Fax: 96 316 3014 w__—g_ww.editorialdialoo.es / www.tilde.es editildel @wanadoo.es

© Los autores: Cristóbal Aguilar Jiménez, Francisco Bixquert Jiménez, Mario Guerra Muedr Muedra. a. © De la traducción del Discurso del Método: Método: Mario GuerraMuedra l

edición: junio de 2009

I.S.B.N. 978-84-96976-34-4 Depósito legal: 825.551-2009

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C O N T E X T O F I L O S Ó F I C O Y C I E N T Í F I C O .................................... 1. El retorno a los clásicos ................................................................ 2. El escepticismo renacentista ......................................................... 3. La nueva ciencia ........................................................................... 3.1. La física aristotélica ...................................................... 3.2. Causas de la revolución científica ................................. 3.3. La astronomía renacentista ........................................... 3.4. La mecánica galileana ................................................... 4. Consecuencias filosóficas de la nueva ciencia ............................. fle x iió ó n sobre el método ........................................................ 5. L a r e fle

11 ll

19 21 23 25 27

1.2. Obje Objetiv tivo o y punto de partida de la filosofía canesiana.. 2. Los principios del conocimiento humano ..................................... 2. 2.1. 1. Lo Los s modos del conocimiento humano y el mé méto todo do ...... 3. El método. Ideal matemático de certeza ....................................... 3.1 las cuatro reglas .............................................................

34 35 35 37 38

3.2.. La duda metódica ......................................................... a ) L a duda sobre la fiabilidad de los .sentidos ................... b) La dificultad de distinguir la vigilia del sueño ............. genio io malign maligno o..................................... c) La hipótesis del gen 4. La formulación y fundamentación del criterio de verdad .............

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Impreso en España l Printed in Spain Imprime: Impr ime: Liberdúpl Liberdúplex ex

a)El ar'gumento de la causalidad aplicada a la idea 48 de perfección de Dios ................................................. dios s como como causa de mi ser... 48 b) Argumento de la idea de dio 49 c) Arg Argumen umento to ont ontoló ológic gico o................................................. 50 ............................................ 6.2. Dios garantía de la verdad 3

7. El mundo. Los principios de las cosas materiales 7.l Teoría de la sustancia ..........................................   7.2. Las cualidades de la res extensa 7.3. La explicación mecanicista del mundo....................... 8. El dualismo antropológico. Mecanicismo y libertad 8. l. Dualismo e inter interacció acción n alma-cuer alma-cuerpo po ............................ dell alma 8.2. La s pasiones de 8.3. La libertad .....................................................................

PRESENTA CIÓN La presente obra presentada por Edi Editor torial ial Diálog Diálogo. o. si sigue gue la lín línea ea de sus anteriores publicaciones didácticas, y ha sido elab elaborad orada a con los mismos criterios. Esta serie de obras responde a la necesidad detectada en la asignatura de Historia propor porcio cionar nar al al alumn umno/a o/a una infor informació mación n complemen complementari taria ay de la Filosofía, de pro apoyo yo par para a facilitar la comprensión de los textos clásicos. unos materiales de apo

9. La mo mora rall provisional. Una moral de moderación ......................... 9.1 Las máximas de la moral provisional ................... 9.2. evitar la indecisión y actuar con firmeza ...................... Alguna Algu na reflexi reflexiones ones final finales es ........................................... IV . E L DISCURSO DE L MÉ TO D O .............................. discurso so l. el origen y desarrollo del discur 2. Composición del discurso .........................................................

 

El trabajo presentado en esta edició edición n del Discur Discurso so del Método de René Desobjetivo vo de facilitar al alumno la comprens comprensión ión del pens pensamie amienncartes persigue el objeti

autor, Por eso, ni las informaciones complementarias, complementarias, las explicaciones, la to del autor, pie e de pági página na,, ni ning notas a pi ningún ún otr otro o mat materi erial al de apoyo pretenden ni pueden sustiturr' la lectura y el análisis de la obra original, como tampoco sustiturr' el papel que el profes profesor or o profesora ejercen el aula. Más bien, se ha prete pretendido ndido proporproporcionar al alumno/a un material de ayuda y unas herramientas de trabajo que, confiamos, permitirán al pr profe ofeso sorr poder dedicar má s tiempo al tr trab abaj ajo o dire direct cto o

 

del texto en clase. El libro se estructura en siete apartados:

El apartado I está dedicado a una introducció introducción n histórica. histórica. Se trata de situar situar al autor en el comp complej lejo o y difícil siglo XVII, siglo de la Reforma y la Contr Contrarr arrefor efor-ma , de las cru cruele eless gue guerra rrass de religión, de la constitución de los estados modernos etc. Acontecimientos que influyeron muy directamente en la v iid d a y ob obra ra de Descartes. El apartado H sitúa al autor en el rico contexto filosófico y cientí científic fico o del S.XVII. Siglo de la revolución cientifi'ca, de la cr crea eaci ción ón de una una nuev nueva a filosofía que elimine a la caduca filosofía escola'stica propia d e la Edad Edad Medi Media, a, de la luch a por la aut autono onomía mía de la razó razón, n, etc.. movimientos en los qu e nuestro autor ocup ocupa a un lugar de primera fila. El apartado IH, consiste en una exposición sistem sistemática ática de la filosofía general del autor, especialmente pensada para ayuda ayudarr al al alumn umno/a o/a en la lectur lectura a del Discurso y su ubicación en el contexto autor. contexto de la obra completa del autor. El apartado IV es el te text xto o de las partes I-II-III-IV del Discurso

En el V se presenta el Discurso. mediante Guías de Lecturas y detallados esquemas tema'ticos de las seis pan panes es que compone componen n la obra. El apartado VI contiene las actividades sobre el texto, actividades pensadas para facilitar la comprensión y conocimiento d e la obra: análisis de términ términos, os, actividades de explicación de pasajes, actividades de argumentación, actividades de relación propuesta de redacciones, etc.

Finalmente en el apar aparta tado do V II incorporamos un vocabulario especialmente cuidado para qu que e las las definiciones y aclara aclaracione cioness de los conce conceptos ptos sean fácilmen-

result ulten en úti útiles les para la lec lectur tura a del texto texto y las respuestas a las actite asimilables y res vidades.

querido ido trai traiciocioEn la traducción se ha seguido un criterio n'guroso. No se ha quer nar el estilo y forma de expresión propia de Descartes, un autor del siglo XVII, por lo que se ha respetado la obra original en el estilo, rehuyendo la “modernlza ción” excesiva. a veces una vulgarización, que con frecuencia hace irreconocible una tradu traduccal autor. Pero tampoco se ha caído en el extremo opuesto, presentar una ción arcaiza arcaizante nte que resulte indescifrable para el lector actual, por lo que e ] t rraa ductor, Mario Guerra, ha esta establec blecido ido un exquisito equilibrio, cuyo resultado no podemos podemos men menos os que calificar de excelente.

 

CONTEXTO HISTÓRICO

Para la traducción se ha utilizado el texto frances' publicado en el tomo V I de las Obras Completas, Completas, edición edición de Adam-Tannery, ed. J .Vrin, de 1996, que sigue la edición original del Discurso y los Ensayos de 1637, impreso en Leyde en la

Jan Mair'e, y se ha tenido en cuenta la versi versión ón latina que aparece en imprenta de Jan tomo, debida debida a Etienne de Cour Courcell celles, es, publicada en Amsterdam, en el nu nu's 'smo mo tomo, 1644, por Louis Elzevier, revisada y cor correg regida ida por el propio Descartes. El Traductor duct or aprovecha aprovecha la ocasión par para a re recono conocer cer la ayuda del comentario de Gilson

que acompaña al Discurso, ed. J. Vrin, 6“ edición, 1987.

 

PRUEBA DE LA PA PAU U o Cuestión l“: Síntesis de l texto: “Sintetiza las ideas de l texto mostrando

 

en tu resumen la estructura argumentativa o expositiva desarrollada po r el autor”. Puntuación: Hasta 2 puntos. Ha y que advertir que en oc oca a sio sion ne ess se

puede pedir explícitamente que se reconstruya un argumento de l texto a partir'

Reconstruye el argumento de un enunc enuncia iado do con concre creto to del mismo. Por ejemplo: Reconstruye ua al De es s ca ca rt rt es es a c ca ab ba a co on n cl cl u uy y en en do do que “n i los no educados y mediante e l c u

apartados de la verdad ni aq ue ue llll os os a quienes se p e rmi rmi te te s e gu gu ir ir estudiando hasta el fin , son aptos para gobernar la ciudad”. o Cuestión 2": Definición de términos:   D e fine el término (o los términos relacionados)..., partiendo de la información ofrecida po r el texto y comconocimi cimiento ento q ue pleta’ndola con el cono ue t e en n ga ga s d e la filosofía de l autor” Puntuación: Hasta 2 puntos. o Cuestión 3“: Redacción filosófica sobre un tema de la filos filosofí ofía a del autor del texto. Puntuación: Hasta 5 puntos. o Cuestión 4': Pregunta libre de relacionar o de actualización: “Comenta pensamie amiento nto del autor de l texto que juzgues brevemente cualquier aspecto del pens importante en alguno de esto estos s sentidos: po r su relación con el de otros filósofos, con hechos históricos rele relevantes vantes (espe (especial cialmente mente si son coetáneos de l autor o tienen relación con su vida) o con rasgos signftz'cativos de l mundo conlempordneo" lempor dneo".. Punt Puntuaci uación: ón: Hasta l un punto

 

Descartes nació en l a Tur Ture e na en 1596 y m ur ur ió ió en Suecia, do n nde de h abí abí a sido invitado a residir por la reina Cristina, en ¡650. Su vida abarca. pues. la primera mitad del siglo X V I I . Se trata de un o de esos períodos de la humanidad europea a los que resulta fácil co on n ce ce pt pt u ua ar co om m o époc a d e "crisis". Un siglo caracterizado po r l a q ui uie e br bra a de los fundamentos de lo anterior y el anuncio (aún n o enteramente consolidado) de lo nuevo: quiebra quiebra progresi progresiva va de las estructuras feudales que d en en m ed ed iie econstituyeron e l o rrd val; ruptura de la Cristiandad. p o r la Reforma y la Contrar re fo fo rrm m a, a, y con ello de la unidad religioso-ideológica as se de ell pensamiento medie medieval; val; cues cuesti tionami onamient ento o de los que constituyó la b a fundamentos jurídicos y pol polít ítico icoss (a (asen sentad tados os en los religiosos) s o ob b re re lo s q ue ue la Edad Media basó sus instituciones políticas; cn'sis. en fin , de l s iiss tte em ma a filosófico-científico (la escolástica aristotélica) que dio unidad a la cosmovisión medieval. Y , en sustitución de todo ello. se va prefigurando un nuevo modelo mode lo económi económico, co, social, político y cultural característicos de la Moderm'dad.

1. Crls'is del orden feudal En primer lugar, cns'ls' del viejo orden feudal. Las estructuras feudales so n amenazadas por el desarrollo de la burgue burguesía sía come comerci rcial al en las ciudades. El aume aument nto o del del tráfico de mercaderías y de art articu iculos los estimu estimuló ló la demanda. desarro arrollán llándose dose la banca, el cred'ito, las sociedades por acciones y la orgam orgam'zaci 'zación ón de negocios. Nace Nace as asíí un modo de producción basado en una incipiente industrialización. la lib libert ertad ad de emp empre resa sa,, la compet competenc encia ia y el a ffá á n de lucro: el capinuevos méto métodos dos de prod talismo. Los nuevos producció ucción n aplicado aplicadoss a la indu industr stria ia del tejido y la fundición de metales hicieron na nace cerr la figura del asalariado. con el declive de los grenu'os de artesanos, incapaces de at aten ende derr la de dema mand nda. a. La doctrina

 

C nnlexm histórico

R. Descanes- Discurso del método

económica imperante económica imperante se conoce como "mercantilismo", politica proteccionista cuyos instrumentos fueron los arance arancele les, s, las primas a la exportación, las ayue instalación de industrias. nuevas das a la producción político comenzó a reemplazar a la La burguesía fue adquiriendo peso nobleza rural. La actuación d e la nobleza, que obstaculizaba la transformageneró ó tensi tensiones ones entre la clase ción de la economía hacia formas capitalistas, gener feudal feud al domi dominant nante, e, los núcle núcleos os burgueses burgueses y los campesinos entre los cuales, además, se habían extendido la las s id idea eas s protestantes.

Sin embargo, a pesar de esta generalizada intolerancia esta ep’oca vio nacer, las idea ideass de secularización de Ia vida, de separación de la Iglesia tímidamente, las y del Est Estado ado y de libertad de conci conciencia encia.. Los perseguidos religiosos comenzaron a defender que hay límites en la autoridad de los mo mona narc rcas as,, a defe defend nder er la libertad de conciencia de éstos y el deber de resisten resistencia cia cont contra ra la tir'am'a cuando esa libertad de conciencia es violad violada, a, llegan llegando do inclus incluso o a justificar el tira tira'ni'nicidio. Se asentó la idea d e qu e el Estado no debe imponer ninguna religión, paz socra‘l y la libre conviv convivencia encia de su s ciudadanos. sino asegurar la paz

2. Reforma y Contrarreforma

3. Cns'is política

E n s eg eg un un do do lugar, crisrs' religiosa. En el siglo X V I se había operado la ruptura de la Cristiandad por obra de la Reforma. El 31 de octubre de l517 Lutero clavó las fa famo mosa sas s 95 tesis contra las indulgencias vend vendida idass por el Paenbe nberg rg.. L as tesis condenaban pa en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wi tttt e la avaricia de la Iglesia como un abuso contra los creyentes. Co n este movimiento se inició la Reforma religiosa en Europa (la llamada Reforma Protestante) Reforma que rompe la unidad religiosa del catolicismo europeo y con

idea medieval En tercer lugar, la cn'sis política. Lo que entra en crisis es la idea del Estado: un ins instru trument mento o sub subord ordina inado do al poder espiritual espiritual de la Iglesia, pues todo poder, se teori teorizaba zaba,, tení tenía a un o rig rige e n y carácter divino y. como tal, debía ser ejer ejerci cido do po porr los los gobernantes y acatado por los súbditos; además, su s fines están subo subordin rdinados ados a otros otros fin fines es superiores, los espiritual espirituales, es, lo que convierte al instru trument mento o al servicio de la religión para cumplir' um'veremperador en un ins on u n na a humanisalmente sus fine finess su supe peri rior ores es.. La Edad Edad Media había había so soña ñado do c on

ella la unidad de pensamiento religioso, algo esenc esencial ial en la E d da a d M ed ed ia ia , y la certeza y seguridad que proporcionaba en t od od os os l os os ámbitos de la vida privada, social y política. La Iglesia Católica reaccionó convocando el Concilio de Trento Trent o (1545. (1545.63), 63), concilio que en principio pretendía unir a la cristiandad, p er er o q ue ue tuvo el efecto contrario cuando formuló los dogmas y doctrinas puestos a examen en sentido opuesto al pret pretendi endido do po r los protestantes, con lo que la escisión se convirtió en inevitable. El concilio p us us o e n m a arr ch ch a un movimiento tradicionalmente l lama lamado do l a Contrarreforma, que consumo definitivamente la ruptur ruptura a del cristianismo europeo Esta reforma, además, provocó graves conflictos religiosos, las guerras de religión, que ensangrentaron Europa y transformaron sus estados. Hacia finales de l S. X V I I Europa estaba escindida religiosamente ent entre re paí países ses católicos y países protestantes. Una de las con conse secue cuenci ncias as más graves de este enfrentamiento religioso fue

dad unida bajo el mando temporal d e u n emperador y el espiritual del Papa. En suma, el siglo XVII an anunc uncia ia el advenimiento de los Estados soberanos independientes de la Iglesia, los cuales atienden con autonomía su s fines az social y la convivencia estable entre sus ciudadapropios: garantizar la p az no s entregados a sus negocios particulares. El concepto de modernidad en política va ligado, pues, al nacimi nacimient ento o y consolidación del Estado. Dada la preEsta consolidación se fraguó fraguó,, bajo bajo la forma de Absolutismo. Dada cariedad del Esta Estado, do, amenaza amenazado do por revuel revueltas tas sociales y religiosas, los teón'cos de la época se mostraron partidarios de un Estad Estado o Absolut Absoluto, o, que reuniera monarc arca, a, sin compartirlos con ningún otro todos los poderes en la figura del mon órgano o institución. Y ello para evitar el debilitarm'ento de su pode poderr y posibilitar el cumplimiento de su función: la eficaz protección de sus súbditos.

la aparición de una férrea y sangrienta Inquisición en ambos bandos, que so capa de proteger la verdadera fe ( ya ya cat cató ó lili ca ca y a protestante) condenó el pensanu'ento l ibr ibre e . L a l ibe ibert rtad ad de pensamiento y el florecimiento surgido e n e l violen lentame tamente nte cercen cercenado ado po r este movimiento intoleranrenacimiento se vio vio te. Este cambio provocó en la persecución de pensadores, f ilil óso óso ffo o s y científicos. Como ejemplo notables podemos citar la muerte en la hoguera en la Ginebra Ginebr a calvinista calvinista de Miguel Servet (l553), la condena a la h og og ue ue rra a en R060 0 0, 0, Cesare Vanini en Toulouse en 16l9. la conma de Giordano Bruno e n 1 6 dena de la teoría Heliocentrica de Copérnico en 1616, Galileo e n 1 6 63 33 3,, Hugo Gr Groc oc io io tu tuv v o que huir de Holanda en ¡619. Y Descartes paralizó l a p ub ubll icaicación de su obra al enterarse de la condena de Galileo.

4. Crls'ls' de l a c u lt lt u urr a medieval Po r último, se prod prod u uc ce un na a crisrs' generalizada de la cultura medieval: de la filosofía, de la ciencia, de l a t e eo o llo o g íía, a, de la cosmovisión medieval.

Frente a ella vemos alzars alzarse e una Nueva Ciencia, que ha comenzado en el ReDescartes tes desempeñará desempeñará un importante papel. nacimien naci miento to y en l a q u ue e Descar De ella hablaremos en el apart apartado ado sigui siguiente. ente. Anti Anticipa ciparemos remos sólo sólo aquí que Europa va a t rrans ansii ttar ar desde una cultura teocéntrica, que había puesto a Dios en el centro de su vida, de sus instituciones, de su saber (la teología es la rede antropoce'n opoce'ntric trica, a, donde la Naturaleza y el cie cie nc ncii as as ) a otra cultura antr ina propio las hombre son el objeto de conocimiento, donde la razón humana va a desbancar a la revelación como fue fuente nte de certezas, d on on de de l a ass funciones y la legitinu‘dad del Estado van a derivarse del concepto de naturaleza humana o

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Contexto histórico

de la s necesidades individuales. n o d e fundamentos teológicos eternos, donde la investigación de la naturaleza está encaminada a convertir al hombre en dueño y dominador técnico de ella. Pe rro o t odo odo ello e sstt á e n gestación, de forma incipiente. Se trata de un siglo que r epr epres esen en ta ta el fi n a l de un a época y apunta el comienzo de otra, y entre tanto está instalado en la inestabilidad, en el conflicto, en la duda.

II.

CONTEXTO

En este marco histórico es en el que hay que situar el Discurso de l Método. En esta obra, obra, Desc Descart artes es no se limita a p rre e sse en ntt a arr a l público su proyecto filosófico, sino que nos ofr ofrece ece un una a apa apasio sionan nante te autobiografía, el relato de su trayectoria vital e intelectual. Asistiremos en ella a la historia de una conciencia que, en su búsqueda de certezas, ha quedado insatisfecha ante la falta falta id o educad educada, a, que sólo ha observado de solidez de las las ver verda dades des en las que ha s id

disputas y diversidad de opiniones entre los filósofos; que ha decidido dedialabra, a, o bs bse e rv rvar ar "el libro carse a viajar, cono conocer cer cor cortes tes y ejércitos, en una p alabr del mundo", y ha comprobado que reina en él la misma diversidad de costumbres, confusión y conflicto c omo omo ha y en el orden especulativo en filosofdecidido ido buscarse buscarse un retiro para consagrarse a indagar ía; que, finalmente, ha decid propia a razón razón "para ver claro en mi s acla verdad sin más ayuda que la de su propi ciones y caminar con seguridad por esta vida." Esta situ situaci ación ón histórica histórica explica también que la obra esté llena de cautelas: los conflictos religiosos y políticos de la época persuadieron a nuestro autor de la necesidad de ser precavido. Él mismo anota que “dada la co-

rrupción de nuestras costumbres ha hay y poca poca s personas que desee deseen n decir todo lo que creen”. Esto mismo p ue ue de de s er er aplicado a él, consciente d e qu e una exposición más completa de sus pensamientos podía enemista enemistarle rle con l a I gl gle s ia ia o h ace acerr le le pasar po r un peli peligros groso o reformador. Po r ello, ello, excl excluir uirá á de su proyecto de revisión las opiniones que sustentan el edificio religioso y político, manteniéndose en la religión, leyes y costumbres de su país, en l as as q ue ue había sido criado: "Jamás mi prop propósi ósito to —nos d i c e - ha i do do m á s allá de reformar

mis propios

pensamientos

y

edfii'car

en

un

solar

t ot ot a allm e en n tte e

m íío o ""..

FILOSÓFICO Y CIENTÍFICO

La filo filosof sofía ía de la primera mitad del XVII puede considerarse una continuación y profundización de las corrientes iniciadas en el Renacimiento. Es imposible hacer justicia en unas pocas páginas a este período de insólita efervescencia intelectual que f u ue e e l Renacimiento: el redescubrimiento de los clásicos griegos y latinos, el nuevo interés por la Naturaleza y el hombre, los descubrim desc ubrimient ientos os geog geográfic ráficos, os, la expansión colonial, la construcción de los nue nuevos vos Est Estado adoss nacion nacionale ales, s, las querellas religiosas, etc. etc.,, han han desarrollado el todass las las direcciones. En este capítulo. haremos mención espensamiento en toda pecial de aquellas corr corriente ientess fren frente te a las cuales Des Descar cartes tes tomó tomó postura o de las las qu que e puede considerarse continuador 1. El retorno a lo s clásicos El Renacimiento se caracterizó, ante todo, por el retorno a los clásicos de la antigüedad grecorromana. Varios factores contribuyeron a este renovado or lo s c lá lá si sic os os : el descub descubn'mi n'mient ento o de có di di c ce e s q ue ampliaron el cointerés p or nocimiento de la literatura y filosofía g rriie g ga a y romana, el contacto con los sabios bizantinos que emigraban a Occidente con l a c aí aí d da a de Constantinopla turcas cas,, el interés por el arte clásico. etc. Co mo resultado de ello, se en manos tur ab er er escuela qu e n o se va a reeditar a los sabios de la antigüedad; no va a h ab

estudie y deje su marca sobre la época. Así, en ética es fácil rra an adve adverti r' lav g e pl iic c u rre e ismo irtir' smo an influencia que el est estoic oicis ismo mo (es (especi pecialm alment ente e Sén Séneca) eca) y elfáci a dejar sobre los hombres de l Renacimiento; podemos rastrear esas huellas de l estoicismo en l a p rro op pii a m o rra a l de Descartes (Discurso, parte III) El platom'sme rro o y de la mo y el pitagorismo, con su énf énfasi asiss sob sobre re la importancia d e l n ú me importa rtante nte papel papel en el desarrollo de la nueva ciencia. geometría, van a jugar impo Y n o son sólo los filósofos: se vuelve a conocer la ciencia griega: Euclides, Arquímedes, Arquímede s, Arist Aristarco, arco, Apolonio, los atomis atomistas tas.. clásicoss en mayor cantidad, sino No se trata sólo d e qu e se conoce a los clásico otra a manera manera,, con otro espir'itu. A los teólogos de la Edad d e q ue ue se les lee de otr Media n o les i n ntt e ere res s aro aron n lo oss clás clás ico ico s p o r sí mismos, sino como "ayuda de cámara" para desarrollar una teología cristiana. Se buscaba lo que hubiera en ara e llabo abo rrar ar una doctrina cristiana. ellos de aprovechable p ara cristiana. Ahora se les lee buscando lo que ell ellos os dicen, dicen, se busca en ellos un nue nuevo vo i d de e al de sabidun’a

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Conrexlofilosófico y Cientifico

toma c omo omo mo terrena alejado del misticismo y ascetismo medieval, se les toma éticos, s, estéticos. estéticos. delos literarios, ético

2. El escepticismo renacentista

R. Descarte Descartes. s. Discurso Discurso del método

tafísica, tafísica, sin conciencia de que la razón humana humana es débil para iluminar estas oscuras cuestiones cuestiones.. Rastreamos ya este escepticismo en Erasmo de Rotterdam (1466-1536), en conocida como Elogio de l a l o ocur cura a (151 l), que quizá" sería mejor tradusu obra conocida estultici ticia" a" o "de la necedad". En ella nos pinta a la "Locir como "Elogio de la estul cura", y no a la razón, gobernando el mundo. Pero distingue entre una locura feroz, que conduce al fanatismo, a la superstición, a la guerra, locura que hay que evitar, y otra "locura" amable y sana, sinónimo de vitalidad, de pasión, de irr'eflexión gozosa, de ilusión necesan’a par para a sob sobrel rellev levar ar esa tragicomedia que es la vid vida. a. Est Esta a loc locura ura "suave" nos hace apartamos de la vana pretensión de los teóloteólogos, metafísicos, que prete pretenden nden conocerlo todo y q ue ue d an an lugar con ello a escuelas enfr enfrenta entadas das entre sí por sus sus opu opuest estas as explicaciones de los dogmas teológicos. Erasmo, bajo el elogio de esta locura, está preconizando la vuelta a un cr cris isti tiaanismo más sencillo, más evangélico, más centrado en l a mo ra rall y en los deberes de la caridad, abandonando las sutilezas de una teología ergotiza'dora que oscurece, rece, más que ilumina, el mensaje moral del cristianismo. Es Michel de Montaigne (1533(1533-1592) 1592) quizá quizá la expresión más acabada del escepticismo renacentista, mas’ por el refinamiento de su estilo literario que po r

Una de las escuelas antiguas que renace ahor ahora, a, con con fuerza un tanto sorprendente, es el escepticismo (se le llamó tam también bién "pur'onis "pur'onismo", mo", por su fundador, Pirrón de Elis). El escepticismo fue una de esas doctrinas del período helenístico que buscaba la felicidad, haciendo consistir es’ta en la calma y tranquilidad del ám'ma, en la evitación de las angustias del existir. Pero estas angustias dependen más de los jui juicio cioss y opiniones que nos formamos de las cosas que de éstas éstas mismiscalm lma a de espir'itu debemos volvemos consm as as; de ahí que para alcanzar esa ca cientes de la falibilidad y relatividad de nuestros juicios y opin opinione iones. s. Los escépticos se pro provey veyero eron n de un arsenal de argumentos contra los dogma’ticos, es decir, contra cont ra quie quienes nes pretendían que el hom hombre bre puede puede alcanzar' certezas absolutas: los sentidos nos engañan muchas veces y so n subjetivos; los razonamientos silogísdemostrat trativos ivos;; a toda opinión siemticos no pueden considerarse rigurosamente demos p re re c ab ab e oponer y argumentar otra contra contraria; ria; entre los hombres reina una gran van'abilidad de costumbres y opi opinio niones nes,, de forma que m'ngu’n filósofo e sstt á d e escéptico co debe absteacuerdo acuer do con otro, etc. La conclusión de todo ello es que el escépti nerse de juzgar, suspender el juicio (actitud conocida como "epoje’"), de donde vendría la tranqui tranquilida lidad d de alma y el liberar liberarse se d e la s disputas interminables entre los hombres. El escepticismo resurgió en el Rena Renacimi cimiento ento,, gracias sobre todo a la obra de Sexto Empírico, cuyas Hypotyposis pírro’n pírro’nicas icas,, reim reimpres presas as varias veces en el XVI, constituyen el manual donde se recogen todas esas argumen argumentaci taciones ones.. Autores como Erasmo de Rotterdam Montaigne, Pierre Cha Charro rron, n, Fra Franci ncisco sco San'chez, reproducían esos argumentos. Pero el escepticismo renacentista no es mera reproduc reproducción ción del antiguo. Incluso cuando hace uso de los viejos tópicos, éstos adquieren un sent sentido ido nuevo, nuevo, porque se utilizan en el contex contexto to de las circunstancias del Renacirru'ento. Entre estas circunstancias destacaríamos tres: las disputas religiosas, los descubn'mientos geográficos y la crí crític tica a de la escolástica an'stotélica. Las disputas religiosas han llevado la duda en el seno de la creencia cn'stiana. El hombre renacentista no sabe y a c uá uá l de las doctr doctrinas inas cris cristian tianas as en liza' está en la verdad y vive vive dramáticamente esta situación, por cuanto estas disensioones nes est están án originando conflictos en varios países europeos. En cuanto a los descubrimientos geográficos, puede decirse decirse que que han han amp amplia liado do la men mental talida idad d europea ropea tan tanto to como los límites físicos de dell mu mund ndo o conocido: los europe europeos os han entrado en cont costumbres mbres que contrastan fuercontact actoo co conn ot otro ross puebl pueblos os y con otras costu temente con las europeas. En pocas épocas como en es'ta t a se ha sentido con tanta fuerza el tópi tópico co escépt escéptico ico de la "diversidad y relatividad de las las costumbres". Po r

la novedad de los argumentos que aporta. Su novedad quizá radica en la manera en que utih' utih'za za los los viejos tópi tópicos cos par para a convertirlos en reflexiones sobre su época. En su biblioteca había hecho inscribir' frases como   lo que se sabe de cierto es que nada es cierto" y "suspendo el juicio , tomadas de Sexto Empírico. La debih'da h'dad d de la mente humana y la variedad de las cos costum tumbr bres es y opim'ones humanas temas de sus Ensayos (volúmenes I y II , 1580, volumen III, s on on l os os principales temas 1588): "cada cual considera bar'baro lo que no per perten tenece ece a sus costumbres", comenta tras describir' las costumbr costumbres es de los m‘dios caníbales del Brasil. "Digm'ficamos nuestras sandeces poniéndolas en letras de molde”, apostilla, burlan'dose de la sabiduría contenida en los libros. Se podrían encontrar sentencias elegantes elegantes de pare parecid cido o tenor en casi todos su s ensayos. alguna ocas ocasión ión,, este escepticismo l e a c ce e rc rc a a la idea de tolerancia: En alguna auto ri ridad dad,, mue muess ttra ra que su razón es "Quien impone su idea por la fuerza y l a auto débil", "es poner precio mu y alto a sus conjeturas, el mandar quemar vivo a ellas las", ", "nuestra naturaleza está tan llena de imper imperfecc feccion iones es y un hombre por el debilidades q ue ue m uch ucho o s piensan que sólo pueden críticarnos por actuar conart e l o oss que argument argumentan an que nuestra a conciencia; conciencia; y en esto se apoyan en p art tra nuestr contra ra lo loss herejes e incrédulos". Sin ems e d eb eb e desechar la pena de muerte cont conduce uce a la incredulidad ni al trastorno del orbargo, su escepticismo no le cond ca ba ba en el conserv conservadurismo adurismo y el fideísmo: den religioso o político, sino que a ca la r az az ón ón humana es d é éb b ilil y consiguientemente mala guía de nuestras creencias y acciones; por lo ta concluye, uye, mant mantengá engámonos monos dentro de la fe en tan n tto, o, concl sí, n o abogó p or or la que hemos sido educados y de la autoridad de la Iglesia. A sí

último, también se desarrolla el escept esceptici icismo smo como como antídoto contra el dogmatismo y el excesivo intelectualismo de la escolástica medieval que quiere explicarlo todo, incluso las má s intrincadas y sutiles cuestiones d e la teología y la me-

nss a ay y o sign libertad de culto de los hugonotes. En e l e n significa ificativ tivamente amente titulado titulado "Es locura remitimos a nuestra inteligencia para lo ver ver d dad ad e err o y lo falso ( V o l I, 27), tras observar que l o oss h o ombr mbre e s creen co n mucha facilidad cosas

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Contexto filosófico y cientfíaco

inverosímíles, contrapesa esta observación con la de que es igualmente prereprueb ueba a la suntuoso condenar como falso lo que no no s parece verosímil, y repr acog ogen en co con n moderación las objetibieza de la fe de aquellos católicos que ac asíí al alas as a la herejía. Es menester ciones de sus adversarios, con lo que dan as someterse en todo a la autorida autoridad d de la Igl Iglesi esia: a: "No somos qui quienes enes para para establecer la parte de obediencia que le debe debemos mos", ", concluye. Análogo fideísmo, religiosa giosa,, hallamos hallamos en el propio Descartes. En la Parte I del Disen materia reli

curso, al repasar las enseñanzas recibidas, dice de la teología: “Trataba con pretendía, como cualquier otro, ganar el ciereverencia a nuestra teología y pretendía, lo; pero, habiendo apre aprendi ndido do,, como como co cosa sa muy segura segura,, que el camino no está menos abierto a los má s ignorantes que a los más doctos, y que las verdades revelados que allá conducen, están por encima de nuestra inteligencia, nunca me hubiera atrevido a so somet meterl erlas as a la debilidad de mis razona razonamien mientos tos,, y pensaba que para emprender su examen y tener éx éxit ito o era preciso alguna extraordinaria ayuda del cielo y s e err a lg lgo más que hombre”. Y tam tambié bién, n, como Montaigne, llegará a la conclusión d e qu e d eb eb e “obedecer las leyes y costumbres de mi país, con conser servand vando o con constancia la religión en la que Dios m e h a concedido la gracia de ser instruido desde mi infancia ”(D.M. III) Con Consta sta que Descartes ha leído a los escépticos. Hay párr párraf afos os en el D is iscurso que pare parecen cen insp inspir'a ir'ados dos por la lect lectur ura a de Montaigne, a quien apreció. Utiliza algunos de los viejos argumentos de éstos, como el de la diversidad de las opiniones par para a ponerla ponerlas s todas en duda. Tampoco el argumento del sueño qu e veremos en la parte IV del Discurso era no nov v edo edoss o o.. Per Per o la duda de Descartes no tiene casi nada que ver con la de los autores que acabamos de ver. La de Descartes es una duda metódica para alcanzar certezas de l as as que no se pueda dudar.

3. La Nueva Ciencza' Posiblemente sea el est estudio udio de la naturaleza, y su consecuencia, la nueva cie cienci ncia, a, el movimiento cultural más característico de la época que analizamos. Después de que la ciencia haya sido postergada, o subordinada a la teología, durante el medioevo, va a producirse tal auge científico que es este te perperíodo compre comprendid ndido o entre entre los siglos X V I y X V I I es c on on o oc c id id o c om om o l a " R Re ev vo olución científica". Esta revolución se v a const construye ruyendo ndo en constant constante e crítica y p o lé lé mic mic a con la filosofía medi medieva eval. l. Ésta, Ésta, a su vez vez,, esta estaba ba basada en la filosofía aristotélica, cuya lógica, física y metafísica habían suministrado la base sobre la que la escola’stica medieval creía haber construido una filosofía perenne. E l hombre del Renacimiento y del Barroco tendrá, pues, que edificar su ciencia en ruptura con esta filosofía aristo aristotél télica ica la cual, al amal amalg g amars amarse e con la teología cristiana gracias a la síntesis que había elaborado la escola'stica medieval, se ha convertido en un dogma mantenido por la autoridad de la Iglesia que está obstaculizando el progreso de la ciencia.

R. Descartes Descartes““ Discurso del método

L a física an'stote'lica medioevo oevo había había heredado de la tradici tradición ón aristotél aristotélica ica un E n as tr tr o on n o mí mía, a, el medi en n ttrr o y cosmos geocéntrico. En este cosmos, la Tierra, inmóvil, ocuparía el c e todos los demás astros conocidos girarían en torno a ella en órbitas perfectamente circul circulare ares. s. Los astros celestes girarían en torno a la Tierra rodando sobre Aristótel teles es concibió concibió como cuerpos físicos reales, no meras figuras esf esfer eras as que Aristó geométricas i m mag ag ina inari rias as.. C ada ada una de estas esferas estaría envolviendo a la Tierra, u n na a en cima cima de ot otrr a a,, c omo omo las superp rpues uestas tas de una cebolla. capas supe La primera sería la de la Luna. luego la del Sol, después la de los otros planetas conocidos. La última de las esferas s er er íía a l a de la s estrellas fijas, que están inmóviles, clavadas en el ú lti ltimo mo c iie e lo lo . El cosmos sería pues finito. En este universo Aristóteles distinguía dos regiones: la sublunar y ub b llu un na a r era era la la supraceleste. La s u región por debajo de la Luna, la de la Tierra, por tanto; la supraceleste la ¡” 9. ás s allá de la Luna. Esta que está m á división no es m er er a am m en en te te car car tto ográfica, por decrr'lo así. Se c or orresCosmología de Aristóteles tamb mb iién én c on on u n na a distinción en ponde ta "nobleza" o "pureza" de la materia de la que están compuestas. La región sublunar está compuesta p o rl a materia más "baja" e innoble: los cua cuatro tro elemento elementoss (tie(tiefuego, cla clasifi sificad cados os tam tambié bién n por orden de pure pureza, za, siendo siendo la tierra rra, agua, air'e y fuego, el más bajo de todo todos) s) Estos elementos están todos mezc mezclad lados os ent entre re ellos, pero por tanto, movimientos tienen "natural "naturalezas" ezas" diferentes diferentes y, y tendencias intrínsecas dif‘erentes. Así, la tierra y el agua se caracterizan por tener “pesantez” o “gravedad”, esto es, la tendencia intrínseca a lr” hac hacia ia aba abajo, jo, hacia el centro de la Tierra centro del universo); por el contrario, e l a iirr e y el fu fueg ego, o, más (que coinc coincide ide con el centro puros, tienen la propiedad de la "h'gereza", es decrr', la tendencia a subir' h aci acia a la ass regiones celestes, y si no lo consiguen es porque están mezclados con elemento elementoss terr'eos o acuoso acuosos s qu que e los retienen sobre la Tierra. gi ó ón n de l c amb La región sublunar es la re gi amb io io y del mo v imi imi en en to to:: s ó lo lo aq u í se cambios, s, genera generació ción, n, corr corrupci upción ón (naci (nacimiento miento y muerte), o dan procesos de cambio cuando ndo sos sosten tenemos emos un a piedra con la movimientos rectilíneos rectilíneos.. Por ejemplo, cua mano en el a ir ir e y luego la a br br iim mo oss , la p ie ie d drr a cae en línea recta, pu es es v a buscando su "lugar natural". el lugar que le corresponde en el orden y jerarquía del cosmos; u na na v ez ez llegada allí, reposa p ue ue s y a está en su "lugar "lugar natura natural" l".. sto qu e el reposo es más perfecto que el movimiento, pues Se sigue de e st stt á d o on n de de debería estar de éste último indica una carencia: el cuerpo no e s 3.1.

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Contextaleosáfico y ciennfi'co

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acuerdo acue rdo con su naturaleza. Por el contrario, la región supraceleste está compuesta de un una a materia diferente a toda materia conocida sobre la Tierra, que Aristóteles llamó "quinta "quinta esen esencia" cia",, es decir, un quinto elemento, sem semeja ejante nte al loss fueg fuegos os terrestres, que están fuego pero incomparablemente má s puro que lo mezclados c oonn l o s demás elementos. Esta quintaesencia purísima es la que compone los astros. En esta región no hay cambios, es incorruptible y eterna, y en ella no so n posibles los movimi quinta ntaese esenci ncia a movimientos entos rectilíneos, rectilíneos, pues la qui no tiene que trasladarse a ningún otro lugar al que pert pertenez enezca ca por natur naturaleza: aleza: su único movimiento será en círculos perfectos, precisamente la trayectoria de los astros. Sin entrar en má s detalles (com (como o lo loss aspectos que la cosmología medieval añadió, conservando el esquema gene genera ral) l) hay hay que destac destacar ar alg alguno unoss de los conceptos presentes en esta cosmovisión, que obstaculizarán la ciencia renacentista. Para Aristóteles, Aristóteles, la materia que compone el universo no es homogénea sm'o que tiene comp comporta ortamien mientos tos diferent diferentes es según según de que’ clase sea. Realmente es difícil hablar aquí de un universo, pues la materia se comporta dif'erenteme rentemente nte en las dos regiones, p or or lo que podríamos hablar de un di-v di-vers erso. o. La idea, además, de que los diferent diferentes es elemento elementoss son má s o menos p uro uros s y nobl nobles es,, o la de que que hay movimientos (los c1r'culares) más perf perfecto ectos s que otros (los rectilíneos) y por tanto má s apropiados para los elementos nobles, resulta ajena para nuestra mentalidad actual. Igualmente nos resultará extraña la concepción de que los cuerpos se mueve mueven n gobe gobernad rnados os por tende tendencias ncias,, predi predisposposiciones o cual cualida idades des naturales naturales intrínsecas en ellos, de manera que este cosrecepta’c pta’culo ulo de espacio eucli mos, en lugar de ser un mero rece euclidiano diano tridimensiotridimensional, dentro del cual los cuerpos se mueven, es un ser con cuali cualidades dades ocul ocultas, tas, direcciones direccione s preferidas, tendencias naturales, etc. Las rru'smas características hallamos en la física de Aristóteles. Uno de su s conceptos clave es el de "movimiento". Pero Aristóteles no entiende por éste lo nu'smo que nosotros. nosotros. Para él es el "p "pas aso o de la potencia al acto", esto es, el proceso por el que un ser va sucesivamente realizando las potenciah'dades que hay en e’l, de ac acue uerd rdo o co con n su naturaleza propia. Así, el nacimiento, la corrupc rr upció ión, n, el crecimiento, el proce proceso so por el que un ser pasa del esta estado do embrio embrio-nar nar io io a l estado adul adulto to,, so son n llamados por Aristó Aristótel teles es "movimient "movimientos", os", tanto como el traslado traslado de un lugar a otro. Ya hemos indicado que para Aristóteles, ademá además, s, unos unos movimientos so n naturales. Aquí tenemos otra de las las id idea eas s (aparentemente de sentido común) de las que la nueva ciencia tendría que desp desprend renderse erse:: la de que en los cuerpos ha y una "naturaleza" (physís, de donde pr proc oced ede e el término "física", precisamente), es dec1r', un modo de ser intemo, propio, que le hace hace comportarse de u nnaa m a ne ne rraa y no de otra, porque así le obliga su naturaleza (o forma sustancomo también caso so de los seres vivientes) cial, parr a el ca "alma", llamó;seooxida De acuerdo con ello,seunlametal y lapa made ma dera ra no no,, porque así sería la natura turale leza za de dell me meta tall a diferencia de la naturaleza de la ma made dera ra.. Estas explicaciones su'vieron para llenar el mu mund ndo o de "cualidades ocultas", es decir, vu1'u-

capacida cidades des mist misterios eriosas as supuestamente insitas en las cosas y qu e las de s o capa capacitan para hacer lo que hacen y les impiden hacer lo qu que e no hacen. Así, el imán atrae a otros cuerpos porque tiene la capaci capacidad dad de la "atracci "atracción", ón", o los cuerpos caen porq porque ue tie tienen nen "pesantez” o “gravedad” dentro de ellos. Moliere se burlará en una de sus comedias de este tipo de explicaciones haciendo de cir a un médico ridículo (portavoz de los arist aristotél otélicos) icos) que el opio hace dormir "quia est in eo / virtus dormitiva ("porque hay en él / la virtud dornu'tiva")Claro que si ha y movimientos naturales, también los ha y "antinaturales", o "violentos", o "forzados", esto es, los que no so n debidos a la naturaleza del ser, sino a una fuerza exterior que ha actuado sobre e’l. Así, si una piedra se eleva hacia arriba es porque con la mano la hemos impulsado en esta dirección. El movimiento es pues, violento, no natural, y cesara’ en cuanto la fuerza que ha actua actuado do sobre sobre e'l deje de actuar: la piedra lanzada hacia arriba enseguida se detiene y vu vue e lve lve a bajar porque su "naturaleza" le hace ir de nuevo a su "lugar natural": abajo. En realidad, la física de Aristóteles es una física del reposo so;; si se reposo: si los cuerpos estuvieran en su lugar natur natural, al, estarían estarían en repo mueven es porque han sido sa saca cado doss de su lugar por la acci acción ón de una fuerza exterior a e llo important ante e corolario de qu que e algo sólo se llos. s. De aquí aquí se deriva el import continuame nuamente nte sobre sobre él: cesando la causa, mueve si u n a causa está actuando conti movirm'ento. nto. Esta convicción ha sido un gran obstáculo para encontrar cesa el movirm'e el moderno principio de inercia, base de la mecáni mecánica ca de la nueva ciencia. Este principio de que un cuerpo siempre es movido por otro va a presentar dos importantes problemas en mecánica, que se van a arrastrar durante problema ma de los proyec siglos: el primero es el proble proyectil tiles: es: ¿por que” se mueve una piedra después que ya ha salido de la mano, o de la catapulta, y por tanto ninguna causa está actuando sobre e'l? Aristóteles sugtr'ió que la impulsan'a el desplaza aza el proyectil en su movirru'ento y que acude a la parte posteaire que despl rior de dell mi mism smo o para evitar que tras él se produz produzca ca el vací vacío, o, ya que la naturale leza za te tendr ndría ía "ho "horr rror or"" al vací vacío. o. Lo cual no explica, por ejemplo, por qu qué é un una a flecha surca el air'e aunque tenga un fuer fuerte te vient viento o en contra. El segundo es el supon one e qu que e la aplicación de una fu'erza problema de la caída de graves. Se sup cons consta tant nte e to todo do el tiempo ten tendrí dría a como como resultado un movinu'ento constante Per o el grave que ca e en caída libre no lo hace con movimiento (uniforme) Per uniforme, sino acelerado: ¿a que” se debe la aceleración? Los aristote’licos sugerían diversas explicaciones poco satisfactorias, como que el grave acelecolumna umna de air'e que hay por ra porq porque ue seg según ún va cayendo es mayor la col por enci encima ma sio na na, o incluso q ue e l g g ra ra v ve e va acelerando P or q ue se "alede él que le P re si gra" —diga’moslo así lugarr natura natural. l. Todas estas disde estar llegando a su luga cusiones llegarán hasta la época de Galileo. Emparentado con el con concept cepto o de naturaleza está el de causa final: la física de Aristóteles es una física teleolo'gica, ex expl plic ica a los los procesos naturales acudiendo a "causas finales finales". ". Es dec1r', los procesos, o movinu'entos, tienen lugar para alcanzar algún fin. Esto puede parecer de sentido común en biología (las (las extrer extrerm'da m'dades des de los patos tienen membranas p ara ara así así nadar mejor, ob-

 

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Contextofilosófica y cientifico

Descarte artes. s. Disc Discursodel ursodel método R. Desc

servó Aristóteles), pero llenó la física de explicaciones absurdas e incluso loss cue cuerpo rposs también estarían dir‘igidos por su naturaleza hacia una "animistas": lo finalidad. Por último, en biología, Aristóteles explicó los fenómenos biológicos con los conceptos que hemos men mencio cionado nado.. Para Para él en definitiva, la biología no física.. En el caso de los vivientes, esa "naturaleza" (o era sino una parte de la física "forma susta sustancial" ncial")) se lla llama ma "alma" "alma",, pero su función es la misma: es la entigobi bier erna na los movimientos y proce procesos sos que se dan en un ser dad que dirige o go vivo, dirigiéndolos a un fin. Un huevo de cocodrilo se convierte en un cocodrilo adulto y no en una gallina porque la "forma" o "alma" que dirige estos todas manemaneprocesos lo encanu'na indef indefectib ectibleme lemente nte haci hacia a esta finalidad. De todas ras, An'stóteles con conoci oció ó el fenóme fenómeno no de los monstruos o animales con malformaciones de nacinu'ento; lo expl explicaba icaba diciendo que su "forma" o "naturaleza" no había podido "informar" bien a la mat materi eria a porque porque ésta había sido reab íía a de ejj ad ad o fractaria a ello, no se h ab

bien en la forma corresp imprimir' bi correspondiente. ondiente. Así pues, todo todo se serr vivo tiene "alma": recue'rdese la etimología de "animal", o que también seguimos nosotros llamando llama ndo "anima "animados" dos" e "inanimados" a los seres vivos y a los inertes, compr proba obarr que en respectivamente, para com nuestro le nngg uuaa je s ig uuee n quedando residuos de ans'totelismo. Pero unos seres vivos so n superiores a otros otros porq porque ue Sistema ptolemaico tienen un alma diferente, o má s compleja: las plantas tienen sólo "alma vegetativa", es decrr', la que les capacita para nutrir'se, crecer, reproducu reproducu'se; 'se; los anima'les, además, tienen "alma sensitiva", sensitiva", que les permite sentir', experimentar placer, dolor, etc.; sólo el hombre, el ser superior en la jerarquía de los seres vivos, tiene "alma racional" que le permite pensar. Aunque el sistema explicat explicativo ivo arist aristotél otélico ico resulta extraño actualmente, no dejaba de esta estarr basado basado en el sent sentido ido común común y en la observ observaci ación ón empírica (si bien ingenua y acrítica); ello explica, junto con la síntesi síntesiss que hizo la Edad Media entre su pensamiento y la doctri doctrina na cri cristi stiana ana (lo que hizo que atacarle a él fue fuera ra atacar también a la Iglesia), su pervivencia. Pensemos que su astroestá de acuerdo co nomía está con n las las observaciones que el hom hombre bre de su época podía hacer: la Tierra no s parece inmóvil, el sol parece girar en torno a ella, pues se levanta por el e ste y se pone por el oeste, etc. etc.;; que que la Tierra se mueva plantea probl problemas emas que el ser humano n o h a estado en disposición de explicar durante largo tiempo (por ejemplo, ejemplo, por q ué ué n o salimos todos despedidos por la fuerza centrífuga) Asimismo su principi principio o central central de qu e "ces "cesando ando la causa, cesa el movimiento" par parece ece bas basado ado en la experiencia común, en la c u ua al un carro tir'ado por bueyes se mueve só sólo lo si los bueyes tiran de él y se para si DW

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detienen. n. Consta, Consta, además, que Aristóteles fue un obse observado rvadorr minu minu-éstos se detiene cioso en cuestiones zoológicas. Su teleo teleologis logismo, mo, extraño en cuestiones de física, no nos lo result resulta a ta tanto nto en biología, y la idea d e qu e los animale animaless están diseñados por la naturaleza para para me mejo jorr cumplir sus funciones, no no s resulta tan ajena. No fue, por tanto tanto solam solamente ente la observación empírica, o el estar en dispOs‘ición de nuevos datos y mejores tec’nicas de observación, lo que hizo que el edificio aristotélico se derrumbara, sino qu e los hombres de ciencia del Renacinu'ento aprendieron a examinar los datos con una nueva mentalinuevos s concepto conceptos s y teorías. dad, a organizarlos en tomo a nuevo 3.2. Causas de la Revolución ciennfl'ca ¿Cuáles han sido las cau causa sass que han contribuido a la revolución cientfiíca q ue ue se opera en los siglos X V I y X V I I ? Son muchos l o oss f act acto o re re s q ue han condescubrirm'ento o de los clas'itribuido a e llll o o.. Un o de estos ha sido, de nuevo, el descubrirm'ent cos griegos, que ahora son reeditados y conocidos en mayor profundidad. Así, la mfl'uencia del platonismo y del pitagorismo, con el valor que concedían a los números y a la geometría, ha tem'do importancia a la hora de convertir el estudio de la naturaleza en la búsqueda de prop proporci orciones ones numéricas numéricas entre los fenómenos y de leyes leyes mat matemát emática icass que gobeman’an los movimientos de los mb iié é n a lo s científicos astros. Además de a los filósofos se ha descubierto ta mb Euclide ides, s, Arquímedes, Arquímedes, los atomistas, y un largo etcétera. griegos y sus textos: Eucl Arquímedes, especialmente, va a sust sustitui ituir' r' como modelo de sabio a Aristóteúltim' im'o o fue consi consider derad ado o el Filósofo por anto antonomasi nomasia a en la Edad Me les. Este últ dia, (la meta metafí físic sica a y la teo teolog logía, ía, puramen puramente te especulativas, eran aquí los saberes máxun'os); pero el Renacum'en Renacum'ento to v a a a pr pre ci cia r más c om om o m o de de llo o de s ab ab iio o a Arqurm’edes, pues reurúó en sí la figura del matemático, que demuestra rigurosa samen mente, te, con la del tec'nico o m'geniero que aplica estas mate mate mát mát iicas cas al camp campo o naturaleza aleza para hallar aplicaciones u'til'es. de la natur Otro factor muy importante ha si sido do el gran interés por las artesanías, por los procesos tec'nicos de fabricación, tan descuidados por la tradición aristotélica. El filósofo comienza a m'teresarse por el estudio de artes como la construcción, construcci ón, navegación navegación,, agricultura, joyería. relojería, construcción de lentes, fabricación de vidrio, etc. Los expertos en estas artes y oficios comienzan a editar tratados sobre rru'nería, metalurgia, etc. etc... qu que e gracias a la imprenan a tener mayor di ta v an difus fusión ión.. Esto Esto no respondía sólo a una curiosidad natural de los científicos; la sociedad exigía de ellos unos saberes útiles que les perrru'tiesen mejorar los medios de producción, las actividades de la navegación, la arquitectura, la construcción de canales y presas, las fortificaciones. las "artes" de la guerra, etc. Como resultado de ello aparece un nuevo tipo de filósofo/cientfiíco que no desdeña los descubn‘mientos tec'nicos; antes bien bien s on on los proble problemas mas tec'nicos los que le estimulan a desentrañar los secretos de la nat natura uralez leza. a. Es típico de la ép o oc ca e l ho mb mb rre e que es a la vez artista, ingeniero, matemático, etc., como Leonardo da Vinci, má s conocido hoy como pintor, pero que fue tam-

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Contexrofiloszfíim y ('i'enrfii'"(‘o

Descarte rtes. s. Disc Discursodel ursodel método R. Desca

bién matemático, matemático, mecánico mecánico,, ingeniero, anatomista. Se va a romper el viejo divorcio que ha existido entre filosofía y técnica, considerada esta última por Aristóteles co como mo un saber inferior, mientras que la filosofía, sabiduría puraencumb umbra rada da mente contemplativa y alejada de pretensiones de utilidad, era enc como el saber superior.

El interés de los científicos por estas tec’nicas cuestiones les llev ó a hacer contribuciones en prob le m a s fu nd a m en tales. Así, por ejemplo, el intento de calcular el an'gulo con que debe ser disparado un cañón p a ra ra c o n s e g u ir el max'imo alcance, llevó

cumpla. a. Para est establ ablece ecerl rlo, o, Galileo tuvo que abstraer de que el principio no se cumpl condicion ciones, es, reducie reduciendo ndo menta mentalment lmente e la natula realidad empírica toda todass esa esass condi raleza a un espacio tridimensional vacío donde no hay rozarru'entos, resistencias ni cualidades, y donde los móviles que c1r'culan por él también carecen de cualidades como peso, adherencias, anfra anfractuosi ctuosidades, dades, defectos. defectos. Es decrr', eliminó mentalmente todo lo que no fuera numérico o geométrico: el cuerpo quedaba re reduc ducii d do o a cuerpo geomét geométri rico co puro puro con sólo figura, tamaño, movimientos; el espacio, concebi concebido do como mero recepta’culo vacío tridimensional. tridimensional. Y en ese espacio "idealizado", matematizado, es donde son posibles las demosdemostrac tracione ioness matemática matemáticas. s. El aristotélico se atiene a l a o bs bse e rrvac vacii ó ón n in ng g enu enua, a, acrítica, q ue ue l o oss s en en titid o oss nos brindan; el científico galileano, a una experiencia analizada, descompuesta en términos matemáticos. Las conocidas palabras de Galileo en E l ensayador pueden considerarse el manifiesto de la Nueva Cienc ia ia : “ La La filosofía está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ante

LOS METEOROS

los ojos, quiero dec1r' el universo, pero no se puede entender si antes no se aprende a entender la lengua, a conocer los car caract acteres eres en l o oss q u ue e está escrito. Est Está á esc escri rito to en len len gu gua a matemática y sus caracteres son triángulos, Cir'culos y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible entender ni una palabra;

El arco iris. Ilustración tomada de La: Meteoro;

a los cientifi'cos renacentistas a criticar la concepción an'stotélica an'stotélica del movirru'ento. Asi-mismo, la experiencia d e lo s ingenieros qu e construían bombas hidráulicas influyó en los experimentos de Gah'leo y Tom'celli sobre el barómetro. Galileo estudió las leyes de la ref refracci raccióónn para cons constru truirs irsee un telescopio con el que que mir'a mir'arr a los cielos (y descubrir' así que no se parecen a la descripción que Aristóteles había hecho de ellos) Descartes escribió su Dío’ptn‘ca (el primero de los tres tratados científicos que acompañaban al Discurso) p a rraa d ot ot ar ar de una una base base científica a la construcción de gafas y lentes para telescopios. La h'sta de ejemp ejemplos los podrí podría a ser int interm ermiinable. Co n todo ello, se descu descubri brieron eron nuevos nuevos apara aparatos tos tec’m'cos que v an an a perfeccionar la observación científica y perrm'tir' el progreso: la brújula, el telescop telescopio io el microscopio, el reloj de péndulo, el barómetro, el term termóme ómetro, tro, etc. Pero hay otro factor factor que es incluso má s decisivo a la hora de caracterizar esta nueva ciencia: la introducción del método matemático en la investigación experimental. No ha sido simplemente el perfeccionanúento de las tec'nnicas icas de observ observaci ación ón lo qu e arr arruin uinó ó el sistema aristote’lico, sino el analizar los f eenn óm óm e no no s c oonn u na na mentalidad matemática. Consideremos, por ejemplo. el principio de inercia, base de la nueva mecánica, y desconocido por la aristote’lic tote’ lica, a, basada basada,, en cambio, en el principio de que todo lo que se mueve es causaa exte externa. rna. Pues bien, el principio de inercia (todo cuermovido por una caus po permanece en su estado de reposo o de movi movimien miento, to, sal salvo vo qu que e una una fuer fuerza za lo saque de él; si está en movimiento, ese movimiento será rectilíneo y uniforme, indefinidamente) no es empíricamente observable: efectivamente, url cuerpo sobre la superficie de la Tierra se detiene y no pros prosigue igue indef indefinidainidamente en movimiento, debido a las resistencias (como las del aire), los r0zamientos, adherencias al terreno, la gravedad y otras condici condiciones ones que hacen

sin ellos es como gir gir'ar 'ar van vaname amente nte en un oscuro laberinto”.

3.3. L a a s t ro ro n o m l a ' r e n a c e n ti ti s tta a La revoluci revolución ón científica científica comenzó p or or la astronomía. Est Esta a habí había a experi experiment mentaado un resurgimiento en el siglo X V en relación con el arte de navegar y la reforma del calendario juliano. La prohf'eración de observaciones permitió comprobar que las apan apan'e 'enci ncias as en las posiciones, luminosidad y trayecton'as de los establ ablecí ecía a el sis sistema tema an' an'sto stotél télico ico (mejor, astr astros os no se correspondían con lo que est aristote'lico-ptolemaico, resultado de los añadidos que Ptolomeo hubo de agregar garle le par para a sal salvar var las apan'encias) apan'encias) Para Para s alvar alvar esas apariencias, se había c o mpl mpl ic ic ado ado mu c ch h o el inicialmente sencillo cosmos de Aristóteles, convirtiéndolo en un a maquinaria llena de círculos, exce’ntricas, epiciclos. Esta complicación desagradó a una mente geométrica c om om o la de Copérnico (1473-1543), quien introdujo la hipótesis ev e en torno al sol, siendo éste el ce n ntt rro o de l Universo, d e qu e la Tierra se mu ev brr a D e Re vol vol u uti tio o n ib ib u s Or bi bi u m C o e lle e s títí u um m (15 (154 4 3 ) Fue, y la publicó en su o b pues, un motivo de econo econonu' nu'a a matemática el que guió a C o p pe e ’’mi mi c co o para establecer su teoría helioce'ntrica. Su discípulo, Rheticus, defendió su sistema con estas palabras: "Puesto que vemos que este único movimient o satisface un número casi infinito de apariencias, ¿no habríamos de atribuir a Dios, Creador de la naturaleza, esa destreza que observamos en los relojeros normales? En efecto, éstos evitan cuidadosamente insertar en el mecanismo cualquier rueda superflua o cualquiera cu cuy ya fu unci nció ó n se pueda realizar mejor con otra mediante un ligero cambio de posición". Po r lo demás respetó e l e ntramado arist aristote’l ote’lico-pt ico-ptolemaico olemaico,, co n su suss esf esfera eras, s, sus cír círculo culoss concéntri concéntricos, cos, la circularidad y esfe esferici ricidad dad como formas perfectas, etc.

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Comexlafilosófim y Cientffu‘o

R. Descart Descartan. an. Discurso del método

La teoría copernicana no fue admitida inmediatamente: despertaba objecione cioness que para un aristotélico eran de sentido común; por ejemplo: si la Tiee, ¿ ccuu ál ál es la fuerza que la mueve, que por otra parte ha de ser rra se m u eevv e, enorme, pues sólo una enormidad podría mover esa inmensa mole te'rrea? O: si el movimiento de rotación es de oeste a este, ¿por que’ el aire no se queda atrás y experi experimen mentam tamos os un fuerte viento en

dirección este-oeste? O: ¿cómo es que la Tierra no se va desintegrando poco a poco, lanzando su s partes al espacio, como consecuencia de la fuerza centrífuga que el movimiento de rotación p r o v o c a r ía ? C opé rnico contestaba a estas cuestiones en te’rrru'nos que rev está tá preso revela elan n que que aún es de la mentalidad y los conceptos aristotélicos. Contestaba a lo primero que la Tierra se mueve porque lo propio de u na na esfera es girar, es su movimiento natural; a lo segundo qu e el a iirr e está mezclado con partículas térreas que, por su afinidad con lo te'rreo, ac acom ompa paña ñaba ban n a la Tierra en su gir'o y por tanto no se producía ese viento; a lo tercero, que, siendo el movimiento de puede tener consecue ecuenci ncia a la desinrotación un movirru'ento natural no puede tener com como o cons tegración de la Tierra, pues el mov movimi imient ento o nat natura urall de un cu cuer erpo po no puede traer consigo 1a destrucción de ese cuerpo. En definitiva, el concepto de "naaún es esta taba ba preso en el entr turaleza" seguía siendo básico para Copérnico: aún entraamado concept conceptual ual de Aristóteles. Pronto aparecieron ot otro ro ti tipo po de obje objeci cion ones es:: la teoría co cope pern rnic ican ana a no se ajustaba a la letra de la las s Sagr Sagrad adas as Escrituras. Lutero y Melanchton 1a desaprobaron. En el mundo católico no fue proh prohibida ibida todavía, todavía, pues el prologuisJhkmmwmm',

obra, ra, Osi Osiand ander, er, tuvo buen cuidado de afirmar que Copérnico no deta de la ob suppositione, tione, como fendía la teoría helioce’ntrica como una realidad, sino ex supposi una suposición. Podía mencionarsela en las Um’versidades, si siem empr pre e qu que e se advirtiera que se hablaba de e llll a c o om mo m e err a suposi suposición ción matemátic matemática. a. La prohibici proh ibición ón vendr vendría ía después (en (en 16 1616 16)) cuando Galileo se empeño” en demostrar su realidad. Un paso adelante en la matematización del Univer Universo so represe representa nta Johannes Johannes Kepler (1575-1630) Influido por el pitagorismo, estaba convencido de que el número es la esencia de todas las cosas, que hay una le ley y num numér éric ica a qu que e go go-biema todos los fenó fenómeno menos s de la naturaleza. Para e’l, Dios es una gran mente matemática qu e ha creado el mund mundo o de acuerdo con armonías y proporc proporcione iones s numéricas, y 1a cienc ciencia ia tiene tiene que descubrirlas. Es muy difícil separar en él la ciencia de la mística, pues su fervor por e l n ú úm me erro le llevó a creer en doctrin as as m a 'g ic ic as as , c om om o la famo famosa sa "mús "músic ica a de las esfe esfera ras" s" o "música celestial" que defendieron los pitagóricos: si los movimientos de las esferas y astros se

 

realizan de acuerdo con leyes y armonías numéricas, entonces un observador estarr situ situado ado fuera del universo, los sonidos que los astros que pudiera oír, por esta al moverse, oiría un una a música música exc excels elsa, a, una "música celestial". El caso es hacen cielo eloss para hallar esa música, lo que Kepler descubrió son que, escrutando los ci famosas as leye leyes: s: la primera, q ue ue l a ass ó rb rb iitt a ass de los plan planetas etas en su traslación sus 3 famos en torno al so l so n elípticas, con el sol en uno de sus focos (descubrimiento que desilusionó a Kepler, que au’n creía en la perfecció perfección n de la cu’cularidad, pecompensó con el descubrimiento de las 2 siguientes leyes); la sero d e ell q ue ue se compensó gunda, que en el movimiento de traslación, la línea q ue ue u ne ne al planeta con el guale e ss;; l a terce tercera ra,, que los cuadrados del sol barre áreas iguales en tiempos i gual período de revolución de los planetas son proporcionales a l os os cub cub os os de sus oll . C o on n Kepler, el cosmos comienza a asemej distancias medias al s o asemejar arse, se, más que a un organi organismo smo jerárquicamente jerárquicamente orgam'zado, a una g rran an o br bra a de relojería compuesta por un g eni enial al D iio o s matemático, cuyas armonías y proporciones pueden pueden ser ser reveladas por el cálculo y la geometría. Pero fue Galileo Galilei (1564-1642) el que c o on n má áss empeño intentó demostrar most rar la verdad de la teoría copernicana, a lo que contribuyó enormemente el descubrimiento del tele telescopi scopio. o. Habiendo oído que en Holanda se habían fabricado instrumentos compuestos por un juego de lentes que permitía agrandar los objetos, se fabricó él mismo uno mejorado y lo dir dir'ig 'igió ió a los cielos. Era e l año 1610. Descubrió así los cráteres de la Luna, las manchas sol solare ares, s, los satélites de destruía ía el Júpiter, las fases de Venus, análogas a las de la Luna, etc. Todo ello destru viejo mito aristotélico de una región supraceleste más noble y perfecta que la sublunar; los satélites de Júpiter mostraban una esp especi ecie e de "sistema solar" de reducidas dimensiones, a la vez que evide evidenciab nciaban an la falsedad de la idea d e qu e hub hubie iera ra un centro del cos Tierra: ra: en el universo podían cosmos mos en el que reposaba la Tier haber muchos muchos centros, en tomo a los los cual cuales es podían gir'ar sistemas parciales del universo. E l mundo estaba ahora prep prepara arado do para recibir' 1a idea d e q ue ue todo el Universo es un vasto sistema regido por unas leyes úm'cas, qu e no variaban según regiones. Las leyes que dirigían las órbitas y movimientos de los astros Tie eson las mismas q ue ue l a ass que dm"gen los movimientos de los cuerpos cuerpos sobre l a Ti podían n apli aplicars carse e las leyes de la mecán mecánica ica para explicar los movirra. Por tanto, podía mientos de los ast astros ros,, dando así explicación de las objeciones que el sistema copemicano había suscitado.

3.4. La mecánica galileana De esta manera, no fue propiamente la astron astronomí omía, a, si sino no la mec mecáni ánica ca la que que e en la originó la verdadera revolución científica. y fue en 1a mecá mecánica nica,, más qu astronomía, donde la contribución de Galileo fu fue e dec decis isiv iva a para para el progreso de la nueva ci cien enci cia. a. La noción central de la mecánica es el con concep cepto to de movirm'ento. Galileo deja de lado lado po porr confusa la definición de Aristóteles de movimiento, y deja de incluir en esta noción las de generación, corrupción, alteración. etc. Reduce trasla lado do de un cu cuer erpo po de un espacio a otro, Reduce el movimiento a tras lo que Aristóteles había lla llamad mado o "movimi "movimient ento o loc local" al".. En este movinu'ento lo-

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Contexmfilosófico y científico

Discursodel método R. Descanes.. Discursodel

ca l lo único único qu e hay que tener en cuenta so n las cualidades cuantificables, me recorrido ridos, s, velo velocida cidades des,, magnitudes, etc. Lo que se busca al dibles: espacios recor estudiarlo es su medición, no su esencia o naturalem. Así, por ejemplo, al esgrav ave e en caída caída libre, libre, Galileo no se preocupa por tudiar el movimiento de un gr Su mente científica se contenta este movimiento. cuál es la causa o esencia de que es su movimiento uniformemente acelerado, esto es, que la discon probar cuadrad rado o del tiempo transcurrido, lo que le tancia recorrida es proporcional al cuad permite hacer cálculos y predecir pred ecir fenó fenómeno menos s en los que estos movimientos estén involucrados. Como resultado de esta matematizacio’n, Galileo dest destru ruye ye un una a de las piedra piedras s angula angulares res de la mecánica aristote’lica: la de que todo lo que se SALvu'n.—Pem si por fortuna el globo terrestre girls: y. en consecum'_ mueve mue ve nec necesi esita ta u na na c a uusa sa transportan consigo n la bm y. I pesar de ello. se vien n la p i d a ae r mundo

 

hspa r e du de ht o r n ‘ pú ' l u r hmmo VI n u ' e mo ?

externa que actúe sobre el móvil todo el tiempo que dure el movimiento. Lo que una fue fuerz rza a pr produ oduce ce al actuar sobre el móvil es el cantidad idad de movi-miento, es dec1r', la aceleración. Esto es lo incremento de la cant qu e ocurre en la caída libre, donde la fuer fuerza za que provoca esa aceleración es la gravedad. Pero, ¿qué ocurriría si pudiéramos "desconectar" la graved gravedad ad? ? No habrí habría a entonces causa alguna alguna de aceleración y el movimiento debería ser unifor uniforme. me. Est Esto o es lo que ocurriría en una una bola que lanzáramos por un plano horizontal. En éste no h ay ay c a uusa sa alguna alguna que que acelere el movimiento del móvil (lo que ocurriría si el pl plan ano o fuer fuera a descendente, pues la gravedad le haría acelerar), pero tampoco que lo decelere (lo que ocurriría en el plano ascendente, grav aved edad ad)) Por tant tanto, o, no cabe en que el móvil iría contra la gr cabe sino sino concluir qu e el móvil, sobre un plano inclinado permanecería en movi movimien miento to uni uniform forme, e, indefinidamente, salvo qu que e una una fuerza lo sa saca cara ra de ese estado. Galileo sentaba así el principio de inercia y, con ello, toda la mecáni mecánica ca aristote’ aristote’lica lica se venía abajo. Caía el principio aristotélico de que “cesando la causa cesa cesa el mo vimiento”, que imp impedí edía a com compre prende nderr el movimiento de los proye proyecti ctiles les:: si un cuerpo está en reposo se nec necesi esita ta una fuerz fuerza a para para sacarlo de e’l; pero si está en movimiento, tiende a perseverar uniformemente en e'l, se necesi necesita ta igualigualm en en te te u na na fuerza para detenerlo. Adem Además ás,, el movimiento dejaba de ser in-

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terpretado como una imperfección, un proceso por el que el cuerpo natural tiende a su perfección y cuando la ha alcanzado, reposa. Reposo y movi-

miento no son uno má s perfecto que el otr otr o: o: ambos s oonn d ooss estad estados os equi equipaparables de la materia. Hay que hacer constar que para deducir este principio (que en la realidad posible e obser observar) var) ha habido que imaginarse un plano horizonempírica no es posibl

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tal "perfecto", sin fricciones o adherencias, sin rozarnientos, una bola perfecesfe'rica 'rica,, que sólo contacte con el pl tamente esfe plan ano o por un punto, que esté libre condiciones iones atmosféri atmosféricas, cas, etc. En poresistencia, a, como la del aire o condic de toda resistenci experi erienc encia ia por un esquema geomécas palabras ha tenido que sustituirse la exp mues estr tra a la trico de ella. La matemática, y no la observación ingenua, no s mu verdadera realidad. Una vez dotado del principio de inercia (si bien no completamente: hay que reconocer que Galileo sólo lo consideró para movimientos crr'culares), Galileo podía explicar las objeciones que el sistema copemicano recibía. Por ejemplo, por que’ el aire no se quedaba atrás si la Tierra esón no alcanzaba más lejos si taba en movimiento, o por que” una bala de cañ ón occide dent nte, e, o por qué un cuerpo arrojado se disparaba hacia oriente o hacia occi desde lo alto del mástil de un barco en movimiento caía a los pies del mástil y no por detrás de e’l, etc. Galileo pudo explicar también movimientos qu que, e, seg egún ún los principios aristote’licos, eran incomprensibles. Así, el movimiento de los proyectiles. Consideró el movimiento de éstos c omo omo el resultado de la sum a o combinapor una una ción ("composición") de dos movimientos que se dan dan en el proyectil: por parte, la graved gravedad ad que "tir'a" del móvil hacia el centro de la Tierra con velocidad uniformemente acelerada; por otra, la inercia que tiende a desplazado en línea recta con veloc velocidad idad uniforme. uniforme. El resultado de sumar ambos movimie miento ntoss se sería ría,, p ue ue s, s, u na na parábo parábola, la, y el cálculo matemático permitía demostrar que el alcanc alcance e máximo de ese proyectil se producm"a cuando fuera disparado en un áng ángulo ulo de 45°. La comprobación empírica lo corroboró. Mejor dicho, el conocimiento de este hecho empir'ico se t ení enía a ya desde antes; Galileo lo demostró teóricamente.

4. Consecuencra's filosóficas de la Nue Nueva va Cie Cienaa naa'' A modo de recapitulación, no s gust gustarí aría a des destac tacar ar las importantes consecuencias filosóficas que origina esta matematización de la realidad: en primer lugar, la renuncia a la bus'queda de causas últimas o esenci esencias as al investigar‘ los movimientos. Así, cuando en los Diál Diálogos ogos Simpli Simplicio, cio, el interlocutor aristotélico, afirma que todos sab saben en que la causa de qu e u n cuerpo caiga es la "gr "grave ave-da dad", d", el person personaje aje porta portavoz voz de Galileo, Salviati, responde: "Te equivocas, Simplicio, debías decir que todo todos s saben saben que se llama gravedad. Pero yo no te pregunto por el no nomb mbre re,, si sino no po r la es esenc encia ia de la cosa. De é sta sta tú no conoces ni un ápice más de lo que conoces sobre la esencia del motor de los los ast astros ros que gira giran. n. Ex Excl cluy uyo o el nombre que se le ha atribuido y ec h ho o familiar y co corr rrie ient nte e po r las muchas experiencias que teneque se h a h ec mos de él mi l veces al día. Realmente, no comprendo cuál poder o que’ principio sea el que mue mueve ve un una a piedra piedra hacia hacia abajo, ni comprendemos lo que la mueve hacia arriba después de que ha dejado al proyector o lo que hace gira r a la Luna”. Y lo mismo cabe decir del concepto aristotélico de "natural "naturaleza eza esenci esencial" al" y de las "cualidades ocultas" que atribuimos a los cuerpos como causantes de 25

 

Contexto filosófico y científico

reduc ducir ir lo real a tarea a de dell científico de la naturaleza es re sus propiedades. La tare en relación con ponerlas otras pro. magnitudes, figura figuras, s, líne líneas, as, volúme volúmenes nes y espacio, movimiento, masa para descubrir piedades medi medible bles, s, com como o tiempo tiempo,, ent entre re ell ellas as, , y expresar esta relación la forma de relaciones ones existe existentes ntes en las relaci una ley matemática. ue las matemáticas representan En segundo lugar, la consideración d e q ue la ver verdad dadera era y obje objetiva tiva realida realidad, d, que nos proporcionan la estructura inteligible de lo real. Las matemáticas son "el lenguaje en que está escrito el gran libro del mundo"; y todo aquello que perturba u obstaculiza la reducción de lo real a esquema matemático o geométrico de debe be ser ser mentalmente suprimido. En los Diálogos sobre lo s d ooss máximos sistemas del mundo, el ptolemaico y el copemicano (1633), ante la objeción del interlocutor que objeta que las funcio cionan nan bien bien en lo abstracto, pero no cuando se "sutilidades matemáticas" fun att er eria sen aplican a la m a sensibl sible, e, responde responde Salviati, el portavoz de las ideas de Galileo: “Cier “Ciertame tamente nte sería sería asomb asombroso roso si los cómputos y razo razones nes hallados en los números abstractos no correspondieron despué despuéss con las monedas de oro y plata y las merca mercancías ncías concretas concretas.. (...) De la misma forma que el calculador que quiere que sus cálculos sean sobre el azúcar, seda y lana, debe descontar las cajas, emb embala alajes jes y ot otras ras envolt envoltura uras, s, as í el cientifl'co, cuando quiere quiere rec recono onocer cer en concreto los ef efec ecto tos s que que ha demostrado en abstracto, debe res- tras los obstáculos mate materia riales les;; y si es capaz de hacer esto, te aseguro qu e las las co cosa sas s no tienen menos acuerdo que los cómputos aritméticos”. El propio Galileo dio otro paso adelante al sos sosten tener er en E l Ensayador que olores, colo colores, res, sensacio sensaciones nes de calor, etc. etc.,, no son reales, no pertenecen a los obje jeto tos, s, sino sino al sujeto que lo loss si sient ente. e. Sugería que que la las s sens sensac acio ione ness de cal calor, or, frí frío, o, agrado, desagrado etc, se producen cuando nues nuestros tros sentidos sentidos son excitados de forma diversa por las "partículas nu’nimas" que com compon ponen en los cuerpos, que pueacuerdo rdo con ello, afectar pladen te tener ner diversas formas, movimientos, etc., y, de acue centera o dolorosamente nues nuestro tross sentidos. d os. Galileo resucitaba así la antigua docetc.,, no existían sino cual olores, colores, etc. tnna' atomis atomis'ta 'ta de Democ’rito según la cual que eran producto de la acción de los át átomos omos sobre sobre los sentidos. Esto le llevó a afirmar que sólo las cualidades cuantificables y matematiza'bles, como figura, tamño, magnitud, masa, etc., pertenecen realmente a las cosas; en cambio, olores, colores colores,, soni sonidos, dos, etc., son sólo cualidades subjetivas, sensa sensacione cioness que están en nosotros y no en las cosas mismas: "tenemos olores porque tenemos narices", dir'á Galileo. Esta idea la sostendrá también Descartes. En tercer tercer lugar, la exaltación dela razo'n humana como fuente autónoma de verdades. La razó razónn puede puede eng engaña añarse rse cuando se deja gmiar de la experien experiencia cia ingenua, pero no cuando razona sobre esquemas matemáticos. En este caso su certeza es absoluta. y Galileo afirmará que cuando el hom hombre bre conoce conoce matemáticamente, su conocimiento no es menos perf perfecto ecto que e l d e Dios mismo: “El inteleCto humano entiende algunas c oosa sass t aann perfectamente y c on on ta n absoluta certeza como pudiera tenerla la sabidur sabiduría ía divina divina.. Y e st st aass son son las cienci ciencias as matemáticas puras, es dec decrr rr',', la geometría y la ari aritméti tmética, ca, d e la s cuales el intelecto divino co-

R. Descar Descartes. tes. Discurso del método

noce infinitas proposiciones más, porque porque las sabe todas: pero en aquellas pocas que el intelecto humano conoce conoce,, cre creoo que su con conoci ocimie miento nto ig igua uala la al divino en certeza objetiva, porque alcanza a comprender su necesidad, má s allá de la cual no puede existir' mayor seguridad”. Se trata de un canto de Galileo a la autonomia de la razó razón n hu huma mana na que puede hallar por sí sola verdades absolutamente ciertas, no sólo con indepenobservaci ación ón empir’ica, si sino no tam tambié bién n con independencia de todo todo dencia de la observ basado do en el criterio de autoridad Galileo está con ello echando abajo saber basa las construcciones basadas en la autoridad, sea de Aristóteles o de la Iglesia, y reclamando el valor autónomo de la razón razón huma humana na pa para ra hallar verdades. Este encontramoss en las páginas del Discurso del Método mismo espir'itu es el que encontramo cuando Descartes afirma no habe haberr admitido ninguna opim"o’n "ni porque habían sido dichas por otro otross ni porque no lo habían sido, sino sólo porque porque la razón me ha persuadido de ello" (Discurso, parte VI ) En cua cuarto rto lugar, esta matematización llevaba a cambiarla imagen que el hacía a del del mundo y de sí mismo. Al ser analizado en términos de hombre se hací cuerpos con figuras, tamaños, posiciones, movimientos, se tendía a verlo como como una una inmensa maquinaria de relojena’, que compr comprender enderemos emos perf perfecta ecta-mente cuando conozcamos las piezas de que está formada y las leyes del movimiento que las hacen moverse y transmitir'se movimie movimientos ntos por contacto, presión, choque, etc. En una pal palabr abra, a, se dese desemb mboc oca a en una una imagen mecanimundo do en ge gene nera ral, l, sino todos los cuerpos que cist cista a del mundo. No es sólo el mun lo forman, animados e inanirnados so n comparados con maquinarias de relojería. Desc Descart artes es pret pretende ende explicar toda todass las las funciones del cue cuerpo rpo humano, humano, respir piraci ación ón o la c1r culación de la san como la digestión, la res sangre gre,, como consecuencia de la disposición de los órganos del cuerpo humano: "sucede lo mismo, ni más ni me meno noss qu que e con los movimientos d e u n reloj de pared u otro acontece ce en virtud de la disposición de su suss contrapesos autómata, autóm ata, pues todo aconte y de sus ruedas".(DM./V) encontra tramos mos ante un nuevo paradigma, un nuevo modelo de explicaNos encon ción ción te teór óric ica a que va a sustituir' al viejo "organicismo" aristotélico. Sólo el alma humana va a escaparse al in inte tent nto o de explicación mecánica, reconociendo en ella una entidad espiri'tual incapaz d e se serr exp explic licada ada por las leyes de la materia y del movimiento.

5. La reflexión sobre el método este te período va a Por últi último, mo, el extraordinario desarrollo de la ciencia en es traer consigo la reflexión sobre el método científico. Va a surgir la creencia de q u ue e ciertos campos (la filosofía sería precisamente uno de ellos) se mantienen oscuros y dudosos porque no se ha aplicado en ellos el mé méto todo do qu que e en la ciencia está funcionando co con n notab notable le éxito. Así, s e v a a intentar aplicar a la filosofía el mismo método que en la cie cienci ncia, a, o en las matemáticas especialmente, está funcionando.

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Contextofilaxóficn y cicnlffu‘o

R. Desc Descart artes" es" Discu Discurso rso del método

Ahora bien, e n e l método científico hay dos aspectos a destacar. Po r una parte e l a sp sp ec ec to to empírico; por otra parte, el aspecto racional. Efectivamente,

 

í

cabe duda duda que el progreso científico se ha debido en buena por una parte, no cabe ar tad tad o d e la autoridad de los medida a que el hombr hombre e renacen renacenti tista sta se ha ap ar grandes textos del pasado y se ha pue-sto a observar' y escrutar la naturaleza po r s í m i ssm m o , ha mejorado sus técnicas y aparatos de observación, ha contrastado sus teorías con l o os s f en en óm óm e no no s o bs bse e r va va bl ble e s p a rra a   salvar las apariencias , etc. Especialmente en medicina, los descubrimientos, como el de la circulación de la san sangre gre,, han sido sido posible posibles s po r la minuciosa observación de los fenómenos. mo h e m mo o s visto sobre todo en relación con la mecánica Pero por otra parte, c o mo de Galileo, l a m e err a acumulación de datos empíricos no ha hecho posible po r sí sta s s on on e l result sola las teorí teorías as científicas. E st resultado ado del sometimiento de los datos empíricos a esquemas matemáticos y g e om om é ttrr ico ico s, s, que son obra de la razón. Galileo a cu cu d ía ía a la experiencia a comprobar una hipótesis matemática que su Consiguien guientement temente, e, en la reflexión sobre el razón había forjado previamente. Consi método científico va a haber aut autores ores que destaquen má s la importancia del aspecto empírico, mien mientra tras s que otros destacara’n el aspecto racional o matemátic o ( o tratarán de combinar ambos) Lo s tres autores que más conscientes han sido de la importancia del m é to to do do h a an n sido Francis Bacon, Galileo y Descartes. Su s reflexiones se han desarrollado con plena independencia los unos de los otros. S in in e m b a arr g o, o, los tres tres ti tienen enen algo en común. Po r una parte su confianza en la ciencia, la creencia en su progreso acumulativo, su demanda de una ciencia útil que sea capaz de mejorar la vida humana, desarrollando el poder del homb r e. Po r otra parte, parte, los tres son fuertemente críticos respecto a la tradición y a la autoridad de los filósofos del pasado. Especialmente la lógica aristote’lica es blanco de sus sus dardo dardos s po orr q qu u e l a co ns ns id id e ran ran o s c cu u r a y l o g om om á q u ic ic a y , en el me jo r de los casos, redundante: así, el silogismo aristote’lico (demostrar q ue ue , p ue ue st st o que "T To o do do s l os os hombres son m o rrtt ale ale s " y que "Sócrates es mort al , se sigue necesar sariame iamente nte que "Soc'rates es mortal”) sólo sirve para demostrar lo ya conocido, y no para el descubrimiento de ver verdade dades s nueva nuevas, s, c on on l o q u e n o aumenta nuestro conocimiento, que es lo q u ue e l os os tres buscan. R e pá pá rre e s e q ue ue el subtítulo del Discurso de l Método cartesiano es, precisamente,   para bien dirigir la sc a arr l a v er er d da a d en las ciencias." razón y bu sc eparan n much muchas as otras cosas. Resu mir emos a q uí Pero les s epara uí l a as s posiciones de Bacon y Galileo, mostrando sus d i fe fe re re n c cii as, as, y d e ja ja r e em m o s l o s pensamientos de Descartes s o ob b re re e l m é tto o do p a rra a el apartado siguiente. Franci Francis s Baco Bacon n (1561-1626) va a destacar más el as p pect ecto o empí ri co, el aspecto de observación minuciosa de la naturaleza. Po r su actitud, es un típico representante de la orientación renac renacenti entista, sta, puesto puesto que exige una ciencia u’til al servicio hombre. re. Para Para él, saber es poder, a d qu ir del homb ir ir d omin iio o sobre la naturaleza; pero a natur ur al al eza' eza' no se l a do m la nat mii n na a más que "obedecie’ndola", es decir, conocie'ndola. conocerla? a? Bacon va a proponer la induc¿Cuál es el verda verdadero dero método para conocerl ción.

Bacon desarrolló sus ideas sobre la inducción en su obra Novum Novum Organu Organum m (1620). Co n este título estaba enfrentándose ya a Aristóteles. cuya lógic lógica a era conocida como nrganum (instrumento): Bacon está reclamando un nuevo instrusustituy tuya a al silogis silogismo, mo, y éste es la inducción. Aristóteles ya se había mento que susti ocupado de la inducción (generalizar a partir de la observación de casos part'icupresta/ndole a/ndole poca atención. Bacon desarrollará las condiciones para lares), si bien prest hacer buenas inducciones, procurando evitar las inducciones precipitadas que, prematurament uramente e general generalizaci izaciones ones de la observación de pocos casos, concluyen premat demasiado temerarias. Bacon explica la manera de hacer bie bien n la inducc inducción ión,, desa desarro rroll llando ando un ejempl o de investigación. Supóngase que investigamos q ué ué es el calor (o “la form a” del calor, en sus palabras). Pues bien, primeramente habría que ordenar u organizar los datos empíricos recogiéndolos en tres Tablas: la primera s er er ía ía l a casos sos en que está presente la "for  Tabla de presencia”, es decir, una lista de ca ma " del calor," así p ue ue s, s, l a tabla de presencia recogería todos los casos y fenómenos en que se pres presenta enta el calor (rayos solares, fogatas, la fricción de una superficie, etc.) La segunda sería la   Tabla de ausencia", es decir, una lista de c as as os os e n que el calor no se presenta. Lo s casos más int interesa eresantes ntes serían serían para Bacon, aquellos seme semejan jantes tes a los de la primera li list sta, a, pero en los que no se produce el calor; así, po r ejemplo, los rayos solares sí vienen acompaña acompañados dos d e c aalor, pero los rayos de la lu na na o de las estrel estrellas las dist distante antes s no, lo que pemn'tiría rechazar que haya una relación causal entre luz y calor. La tercera sería la   Tabla de gradas”, esto es, una lista de casos casos en que el calor varía en intensidad o grado; esto permitiría correlacionarla con otros elementos pr pres esent entes es en la situación que tamb también ién vari variaran aran conco concorni rnitan tantemen temente, te, pero no con otros que se mantuvieran inalterables m iie e nt nt ra ra s l a forma variaba en intensidad; así, po r ejemplo, observaba que el calor en los orga organis nismos mos aum aument entaba aba junto con el ejercicio, o con la fiebre, etc. Concluidas las Tabl Tablas, as, empi empieza eza la inducci inducción: ón: al compararlas, podremos observar que” es lo que está siempre presente cuando está presente la forma, que“ es lo que está siempre ausente cuando está está ausent ausente e la forma, qu é es lo que varía en consonancia con las variaciones de la forma,

etc., y llegar así a una defi definici nición ón del calor. er u n "empir'ista" vulgar, pues además de C o n t od od o esto, Bacon pretendía n o s er recoger datos, los seleccionaba, comparaba, es decrr', l os os s om om e títí a a l a i ns ns pe pe cc cc ió ió n de l a m e nt "hormigas", s", que sólo nt e. e. Comparaba a los "emp1r1"stas   vulgares con "hormiga recogen datos; a lo s racionalistas, que sólo atienden a lo que aporta la raLo"n, con “arañas”, que tejen fabri rican can ell ellos os mismos mismos:: tejen sus telas (teorías) co n e l material que fab el verdadero científico habn’a de ser como las "abejas", que reco recogen gen mate maten'a n'all de la naturaleza, p e ro ro l ue ue go go lo elaboran y convierten en miel. Pero la reali realidad dad es que hay m á ás s e n e'l de "hormiga" que otra cosa, pues en sus tablas de presencia se dedica a acumular todo tipo de datos, po r intrascendentes que nos parezcan, sólo porque la forma investigada está presente ( en en e l eje ejempl mplo o del cal calor or llega a incluir en la tabla de presen animales, es, calientes presencia cia el caso de los excrementos de los animal cuando están recientes, recientes, entre otros muchos fenómenos). Parece dudosa la impor29

28  

Contexto filosófico y (‘ic'nnf'rm

R. Des Descar cartes tes.. Discurso Discurso del método

tancia para la ciencia de la confección de semejantes listas interminables de casupues uesta ta operación de la mente humana se limita a compasos. Por otra parte, la sup rar. seleccionar dat datos, os, etc. etc.,, ignorando la creatividad de la mente humana en la confección de esquemas o hipótesi hipótesis matemáticas matemáticas qu e no extraemos de la naturaleza. Y es que Bacon desconoció el papel d e la matemática en la revolución científica que estaba teniendo lu luga gar: r: no est estaba aba en disposición de comp comprende renderr el tipo tipo de cien cienci cia a que Kepler o Galileo llevaban a efecto. Por ello, su contribución al progreso científico ha sido prácticamente nula; se ha limitado a ser el heraldo o "voceado "voceador" r" del poder d e la ciencia y de la mejora de la vida vida huma humana na que podríamos alcanzar con la fundación de instit institucion uciones es o sociedades científicas e n q u e los científicos cooperasen. Contrariamente a Bacon, Galileo destacó el aspecto racional, la confección de esque som e te te m os os l ooss fenómenos naturales. Su esquemas mas matemátic matemáticos os a los que som método. que él llam llamó ó "resol "resolutiv utivo-co o-compos mpositiv itivo" o" cons constar taría ía de tres pasos primordiales. En primer primer lugar, la "resolución" (análisis): el fenómeno se analiza o descompone comp one.. dej dejand andoo fuera de nuestra consideración todos aquellos aspectos que n o s ea ea n cuantificables. matematizables, y toma tomando ndo en consi considera deración ción sólo aquellos que sean susceptibles de medición. Por ejemplo, al considerar el caso de una bola cayendo por un pla plano no inc inclin linado ado,, prescindir'emos de la adherencia de la bola al plano debido al tipo de material de que está hecha, que la b ol ol a n o es perfectamente esfer'ica y que contact contactaa con el plano por una ar’ea y no por un punto, etc. Y consideraremos que la bola es una esfera geométrica moviéndose por un plano perfectamente liso en un espacio euclidiano. En segundo luga lugar, r, la "composiestableci bleciendo endo una relación entre ción" (síntesis): construcción de una hipótesis esta algunos de los elementos cuantificables antes analizados, y dándole a esa relación ción una ex expre presi sión ón matemática. Es decrr', en la compos composición ición se expr expres esa a la relación entre los fenó fenómenos menos estu estudiad diados os en forma de proporciones entre números, o cuadrados de números. o en forma de relaciones entre líne líneas, as, ángul ángulos, os, ar'eas, etc. De esta hipótesis se deducen consecuencias que deberán ser válidas para fenómenos menos tu'turos. t uros. En tercer lugar: verifi'cación de dichas consecuencias sobre la

hipótesi tesis, s, será el cie cientí ntí-realidad empm'ca. Si la naturaleza no permite venfi'car la hipó fico el que provoque experimentos qu e obl oblig igue uen n a la naturaleza a decir si obedece ono a las hipótesis, que una ve z verificadas, son leyes. hacer er constar que. en muchas ocasiones, Galileo se contentaba con Ha y que hac realizar "expernn'entos mentales", que le conven convencía cían n de la verdad de una una hipótesis porque los cal'culos matemáticos la presentaban como necesaria, sin necesidad de recurnr' a la experiencia. Así, el principio de inercia lo prueba por uno de esos "experimentos mentales". Igualmente, no se molestó en verificar experimentalmente su hipótesis de que una piedra piedra lanzada lanzada desde lo alto del del má mást stil il de un barco en movimiento caería al pie del mástil y no detrás de él (ex (exper perime imento nto Gassend endi, i, en 1640, con el resultado que Galileo que luego railizó efectivamente Gass esperaba) afirmando que, sin necesidad de experiencias, sabía que tenía que ser así. Esto ha llevado a malentender que e rraa n l ooss aristote'licos los defensores del experimentalismo. Pero Pero lo que Galtl'eo desdeña es el recurso a la experiencia in30

 

prueba eba una ge genu nua, a, no al experimento controlado en que el investig investigador ador pone a pru hipótesis matematica proyectada por la razón. No se idea un experimento simocurre rre,, sin partir de una teo plemente par'a ver qué ocu teoría ría pr previ evia a (co (como mo se ha reprochado frecue frecuentemente ntemente a los baconianos), sino que se i de de a como un med medio io par para a la verificación de una hipótesis. Por ello, podemos considerar a Galileo como uno fundad dadore oress del método experimental. En cualquier caso, es cierto que el de los fun aspecto racional matemático está en Galileo potenciado, en comparación con podríamos os inclutr' inclutr'lo lo en la línea galileana. “La claridad y Bacon. A Descartes podríam encont ontrab raba a en las demo demostrac stracione ioness matem matemática áticas, s, y que echaba en evidencia que enc disciplina plinas, s, le han incitado a bu busc scar ar un mé méto todo do,, basa basado do en el falta en las demás disci ello los s la nu'sma modelo matemático, que, aplicado a todos los campos arroje en el clar clarid idad ad y evidencia. No obstante, reprocha a Galileo que se haya linu'tado a aplicar el mé méto todo do mate matemá máti tico co para para explicar algunos “fenómenos particulares”, buscar car “las “las primeras causas de la naturaleza”, y de esa man manera era no ha edificasin bus do su física sobre una metafísica que le srr'va de soporte. Así, escribtr'á a Mer-

senne sobre Galileo: on mi miss observaciones al libro de Galileo. En“Comenzare' esta carta c on cuentro que, en general, filosofa mucho mejor que la media, porque abandona lo más completamen completamente te que puede los los errore erroress de la Escuela e intenta examinar lo los s proble problemas mas fts'icos por el mé métod todo o matem matemát átic ico. o. En esto estoy en perfecto acuerdo con él, y creo qu que e no ha y absolutamente otro camino para descubrir la ver verdad dad.. Pero me parece que adolece enormemente de digresiones continuas y qu e n o se detiene a explicar todo lo que es importante para cada punt punto, o, lo que demuestra que no los ha examinado en orden y que, sin haber examinado las primeras ca caus usas as de la naturaleza, ha buscado merame meramente nte razone razones s para mod d o ha edifi edific ca ad d o sin un fundamento” ciertos efectos particulares; y de ese mo (Carta a Mersenne. l l -lO-l638)"

estos dos aspectos del método Señalemos, Señal emos, finalmente, finalmente, que la existencia de estos cientifl cientifl'co, 'co, el emptr’ico y el raciona racional, l, hará posible la btf'urcación de la filosofía, desde una etapa temprana de la revolución cientifi'ca. en dos ramas diferentes. Mientras que en Inglaterra, bajo la influencia de Bacon. se va a desarrollar el Empm"smo, en el continente europeo van a surgir' sistemas filosó filosóficos ficos raci racionali onalisstas que han tomado la matemática como mode modelo lo del saber. Descartes es el fundador del Racionalismo, o la referencia sobre la que gir'ar gir'aran' an' los debat debates es de los diferentes sistem sistemas as racionalista racionalistas. s.

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Filosofia cartesiana

LA FILOSOFÍA C’AR'TESMNA 1. Introducción 1.1 E l problema del conocimiento en el S. X V I I : Racionalismo y Empirismo La revolución científica del siglo XVII y el agotamiento de las propuestas escola' esco la'sti sticas cas más centradas en analizar unas verdades, que fundament fundamentalmente almente eran reveladas, q ue ue e n encontrar nuev nuevas as verdad verdades es llevó a la filosofia a situa situarr en el cent centro ro de sus preocupaciones el pr prob oble lema ma del conocimi conocimient ento, o, problema interroga rogantes ntes:: ¿cuál es el origen y el qu e podemos formular en los siguientes inter fundamento funda mento del conoci conocimient miento o verd verdade adero? ro? ¿Cuá ¿Cuáles les so n las operaciones del en garantiza izan n el conoci conocimie miento nto ver verda dader dero? o? ¿Cuál es el metodo tendimiento que garant adecuado adecu ado para alcanzar la verdad en las ciencias? Las dos grandes escuel escuelas as de este siglo, siglo, raci racionali onalismo smo y empirismo, se en frentan a la misma problemática, pero se dif difere erenci ncian an y de manera fundamental en la fo form rma a de enfo enfocarla carla y tratar de resolve resolverla rla.. Amba Ambas s se inspiraran’ en la nueva ciencia y en su método matemático y experimental, pero con un enfoque completamen completamente te diferenciado centrado en la cuestión de dell o rig rige e n de dell conocimiento. La exposición de los princi principio pioss generales de ambas escuelas, aunq ue ue s ea ea muy sucintamente, resultará útil para comprender mejor la problemática y las solu solucione ciones s aportadas. aportadas. El Racionalismo, y Descartes como su más más re reput putado ado rep repres resent entant ante, e, se caracteriza por con conced ceder er la primacía a la r az az ón ón para para al alcan canza zarr la verdad, y sostiene como principio básico que nuest nuestros ros conoci conocimiento mientoss verdaderos de la realidad tienen su origen y fundamento en la razón. Los racionalistas identifica fican n el con conoci ocimie miento nto racional con el conocimiento científico, y muy especialmente con las mat matemá emátic ticas. as. Observando el éxito obt obteni enido do con la aplicafis iic c a, a, las tom ción de las matemáticas a la fis toman an como como mo mode delo lo del del saber. Estan' convenc conv encido idos s de que la estructura de la realidad realidad es de índole matemática, idea qu e defendieron los Pitagóricos (S.V a. C) , que influyó notablemente en Platón, y que defendió Galileo en el Renacimiento convirtiéndola en guia de Racionalis nalistas, tas, por tanto, creen que so'lo por me su investigación fisica. Los Racio dio d e la s matemáticas puede obtenerse conocimiento se segu guro ro so sobr bre e la reali-

método,, esto es, dad. El problema que al respecto se les presentará será el del método méto todo do matemático a la filosofia. cómo aplicar el mé establece lecen n como Siguiendo el modelo de las matemáticas, los racionalistas estab sistema deductivo”. deductivo”. Recordemos Recordemos que la deducción id idea eall del del conocimiento “el sistema es un razonamiento que alcanza una conclusi conclusión ón necesaria necesaria a partir" de unas proposi posici cion ones es prim primer eras as y generales. Si estas proposiciones son verdaderas, la conclusión también lo será. La pretensión de los racionalístas será, pues, partir evidentes tes de por sí, y deducir de de unos principios universales, absolutos y eviden ellos el resto de verdades (lo cual no significa un rechazo total de la expen'encia, como se verá en las partes V y V I del Discurso) El problema que habran' de afrontar será el de establecer el origen de estas ideas y principios. principios. nuestro o conocimiento proceLos Empiristas, por su parte, defienden que nuestr de en última instancia de los sentidos: el origen y fundamento de nuestro conocimiento se encuentra en la experiencia sensible. Este punto de partida estable tablece, ce, en primer lugar, un límite claro a las posibilidades del conocimiento: este no puede ir más allá de la experiencia sensible y sólo podr podremo emos s tene tenerr certeza de los conocimientos que caen dentro de ella. Cualquier pretendido conocimiento que no pueda ser reducido, en u'ltim'a ins instan tancia cia,, a los sen sentid tidos, os, será será especulación en el vacío o de la imaginación. rechaza rech azado do como producto producto de una especulación rechaaEs evi evident dente e que el punto de partida de los empin'stas significa un rech zo radical de la existencia de ideas innatas tipo tipo platón platónico ico o, como como ver veremo emos s más adelante, de las que propugna el racionalismo y Descartes. Defender la experiencia sensible como única fuente del conocimiento les planteará un importante problema, que es explicar cómo se originan las ideas a partir de los sentidos, o lo que es lo mismo, cuáles so n las operaciones que realiza el entendimiento en la construcción d e l as as i de deas y su poster posterior ior desa desarro rrollo llo,, por ejemplo, en el caso de las matemáticas, que poseen validez validez univer universal. sal. El método de conocimiento que propugnar propugnaran' an' será la “Inducción”, qu que e popodemos calificar de contraria a la deducción, pues pues rm'en rm'entr tras as que esta parte de particula iculares, res, la inducción parte de expeprincipios um'vers um'versales ales para llegar a los part riencias parti particulare culares s y de ellas ext extrae rae conclus conclusion iones es universal universales. es. El modelo de conocimiento que toman ambas escu escuela elass está está relacionado con el nuevo métouna a fórmudo científico, pero difiere en el punto de partida. Resurru'e'ndolo en un la: los racionalistas to matemátic tica a pura, rru'entoma man n el modelo deductivo de la matemá tras tras qu que e los empiristas toman el modelo experimental de la fisi fisica. ca. primeros ros principios evidentes Los raci racional onalista istas s defienden qu e las ideas y prime a partir de los cuales se construirá deductivamente todo el edificio del saber, no se obt obtien ienen en por inducción a partir de la experiencia sensible, pues aunque los senti sentidos dos proporcionan información sobre el universo, esta es confusa y a veces falsa, por lo que nunca podr podremos emos est estar ar seguros de su absoluta veracidad. Las ideas clar claras as y precisas, que cons consti titu tuye yen n el pu punt nto o de arranque de la deducción, las posee el entendimiento en si mismo, so n ideas innatas. Ahora bien, con su innatismo el racionalismo no está afirmando que el hombre ya

 

Discursodel método R Descartes. Discursodel

Filosofia cartesiana

on na na ttuu rraa le le s a la r aazz óónn , nazca consc nazca conscient ientee de esas id ideas eas,, sino sino que son ideas c on natural a fonnarlas. porque esta posee una predisposición

1.2.

Objetivo y punto de partida de Ia fi lo so fi a cartesiana Como hemos visto en capitulos precedentes, una dc las escuelas mas' influescepticism ismo. o. Escuela que, en esencia, yentes al tenninar el Renacrm'iento es el esceptic afir afirma ma la imp imposi osibil bilida idad d de alc alcanz anzar ar cl conocnn'iento verdadero, porque la razón es tan de'bil de'bil qu e esta imposibilitada para ello por su propia naturale naturaleza. za. Como actitud filosófica el escept esceptici icismo smo lleva a la parálisis: al no ser posi sible ble la cer certez teza a en ninguno de los asp aspect ectos os de la vida, es vano esfuer esfuerzo zo intentar alcanzarla; lo que debemos procurar es l a p az az interior, la epojé, retirand on on o os s d e l as as dis disputa putas, s, abandona abandonarr los objetivos imp imposi osible bles. s. Para evitar conflictos con la socie sociedad dad debemos debemos aceptar las leyes del del Es Estt ado ado y la autoridad de la Iglesia. Una act actitu itud, d, en definitiva, de parálisis en cuanto al conocimiento y acomodaticia en lo social y moral. influido ido por M. de Montaigne, com Descartes, aunque está influ como o ver veremo emos s en el Discurso, se enfrenta, sin embargo, y de man manera era decidi decidida, da, al escepticismo en el terreno del conocimiento. Par Partir tira’ a’ de principi principios os radicalmente radicalmente contrarios: la ver verdad dad y la certeza absolutas so n alcanzables porque la razó razón n human humana a es suficientemente poderosa para obtenerlas. Y alcanzar esa verdad absoluta se convertirá en el objetivo de su labor filosófica. Su proyecto es construir un si siste stema ma de conocimientos en el que nada sea aceptado como verdadero si no es evidente por sí mismo y, por tanto, totalmente indudable. Este conjunto de conocimientos tendrá interrelacionadas sus diversas partes forman formando do un sist sistem ema, a, el cual cual poseera’ una fortaleza interna y unos funda fundamentos mentos tan sólidos que superará facilmente los más agudos

argumentos del escepticismo. Descartes toma concie conciencia ncia de que para alcanzar su objetivo es necesario pr proce oceder der a una completa renovación de la filosofia, pues, como nos dice en el Discurso I”, en la filosofia de su tiempo no se encuentra cosa alguna que no sea objeto de disputa y, en consecuencia, que no sea dudosa. Continúa su cn'tica diciendo que la filosofia se ha convertido en un medio para hablar con verosimilitud, para conven convencer cer a los menos doctos, pero n o p a arr a alcanzar la verdad. Y si la filosofia es esto, las las otra otras s ciencias que toman sus principios de ella, necesariamente deberan' ser también dudosas. El primer paso, cn consecuencia, sera’ tratar de establecer so'lidamente híí que tome la determinación, como nOS los principios de la verdad. De a h cuenta en la primera parte del Discurso, de romper con todo lo anter anterio ior, r, p0 niendo en duda todo lo sabido hasta ese mom moment ento. o. Rec Rechaz haza a la autoridad de Aristóteles y de la Escola’stica, quien quienes es habían habían constituido el pensamiento durante toda toda la Edad Media y habian representado el pensamiento dominante durante ortodoxo de la Iglesia. Pone en cuestión todo lo considerado has hasta ta entonc entonces es como verdadero, q ue ue e n realidad no era má s que un co conju njunt nto o de enunciados verosímiles, esto es, conjeturas probables, no conocimiento auténticamente 34 R. Descartes. Discurso del método

firmement mente e convenci convencido do de que para alcanzar su verdadero. Descartes está firme debe aceptar el conocimiento sea objetivo sólo que auténticamente auténticament e verdadero má s allá de cualquier duda posible, y rechazar como falso todo conocimiento suma, a, decide decide partir de cero y confiar en la probable, verosímil. Descartes, en sum único D. M II, no s lo dice de la siguien como criterio. En el siguiente te manera: manera: razón

“...en lo que atañe a todas las opiniones a las que entonces habza’ dado crédique em empr pren ende der, r, de una vez, el quehacer de suto, no podia hacer nada mejor que

sustituirlas por primirlas, después m eejo jore ress , o bien bien por las mishubiese ajustado de otras las de al nivel 1a razón ma mass cuandoafin

La condición básica para llevar adelante este proye proyect ctoo er eraa enc encont ontra rarr y aplicar el método adecuado. Un método que, como él mismo hace figurar en el título, sirva para “para dirigir bien la razón y alcanzar la verdad en las stadd o de confusión y desorientación e n e l que se encuenciencias pues e l e sta tra sumida la filosofia, y que da pie a la desconfianza en el poder de la razón y al consiguiente resurgir de l escepticismo, no es prod producto ucto prec precisamen isamente te de la incapacidad de la razón, sino de la err errónea ónea utilización que se h ac ac e d e ella.

2.

Lo Los s princrp princrp'io 'ios s del conocimiento humano

Descartes parte de un pn'ncipio fundamental: que el buen sentido o la r aacapaci acidad dad de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falzón, que es la cap so, es naturalmente igual en todos los hombres. La diversidad de nuestras opiniones, las contradicciones de la filosofia, no se deben, por ta tant nto, o, a que existan diferencias en cuanto a la razón entre unos y ot otro ros, s, si sino no tan sólo a que conducimos nuestros pensamientos por distin distintos tos cami camino nos s y a que no consideramos las las mis misma mas s cosas. De esta concepción unitaria de la razón se deriva una segunda concepción fundamental: que todas las ciencias no son otra cosa que la sabiduria humana, la cual permanece una e idéntica. aun cuando se aplique a objetos diversos. El problema que enca encara ra Des Descar cartes tes,, pues, para salir de la parálisis en que se encuentra la filosofia, filosofia, es el de dirigir b ie ie n l a razón. pues no bast basta a c on on te ner buen inge ingeni nio, o, co como mo no s dice en el Discurso, sino que lo principal es aplicarlo bien. La solución a este problema vendrá, por una pa part rte, e, de de desc scuubrir los modos de conocer de la razó razón n y las consec consecuen uencia ciass que se den'va den'van n de ellos, y, por otra, de elaborar el me'todo adecuado a estos modos para dirigirla correctamente, según su propia naturaleza y estructura, y al alcanz canzar ar la verdad, Si se consigue esto, entonces, se abrirá la puerta al con conoci ocimie miento nto,, como ya habia ocum'do en las matemáticas, modelo a seguir en los otr otros os ámbito ámbitos s del conocimiento precisamente por los éxitos obtenidos.

2. 1.

Los modos del conocimie conocimiento nto humano y el método

Dos son los modos del conocer de la razón según Descartes: la intuición 3' la deducción. 35

Filosofia cartesiana

 

La intuición n os la define de la sigu siguie ient nte e mane manera ra en la Regla lll: “entiendo por intuición no el testimoniofluctuante de los sentidos, o el juicio falaz de una imaginación qu e comp compone one mal mal.. sino la concepción de una menduda a al algun guna a sote pura y atenta tanjá'cil y distinta. que en absoluto queda dud bre aque-llo que entendemos; o lo que es lo mi mism smo, o, la concepción no dudosa atenta.. que nace de la sola luz de la razón que po r ser de una mente pura y atenta má s simple, es má s cierta que la misma misma dedu deducció cción. n. La intuición e s, s, p ue ue s, s, cual captamos de manera inmenatural" al" por medio de la cual una especie de “luz natur diata y sin posibilidad alguna de duda 0 error. ideas simples. absolutamente verdader verd aderas. as. porque porque son evide evidente ntes s de por sí. Estas ideas simples son las ideas claras y distintas. a las que también denomina naturalezas simples. A partir de las “natural “naturalezas ezas simples" o idea ideas s claras claras y distintas se desarrolla todo el conocimiento gracias al segundo modo de conocer. la Deducción, la cual define como “toda inferencia necesa necesari ria a a partir de otros hechos que son La distin-conocidos con certez certeza. a. inteligencia descubre conexiones entre las distin tas intuiciones. y recorre paso a paso estas conexiones por medio de la deducción. Como el punto de partida es una naturaleza simple evidente de por sí, el razonamiento deductivo será una sucesión ordenada de evidencias. de tal

l) Que el me'todo de la geo geomet metrí ría a parte y desarrolla una una ca cade dena na de razosim simpl ples es y fácile fác iles; s; esto es, cumple que las exigencias de l as as i de de as as claras y ne s a' n descub descubier iertas tas por por la intuición y trabadas, a continuación, distintas q uuee s eerr a' en largas cadenas deductivas. 2) El no aceptar como verdadero nada dc lo qu que e no se tenga absoluta certeza. La idea de Descartes es bien sencilla: si se acepta una sola idea q u ue e no entoncess toda toda la cadena deduct deductiv iva a ela elabor borada ada a sea absolutamente verdadera, entonce partir de ella está en peligro. Para conjurarlo, la mej mejor or soluc solución ión es someterlo duda,, rec rechaz hazand ando o por principio, cualq todo a duda cualquier uier idea o conocimiento del que dudar inc inclus luso o cn el c as as o m ás ás ex extr trem emo. o. La Lass idea ideass que resistan la duda duda se pue-da dudar serán serán las verdad verdades es evident evidentes es descubiertas por la intuición. 3) Respetar el orden orden nec necesar esario io de la deducción y. de esta manera, ir pasando de evidencia en evidencia hasta cualquier eslabón de la cadena de razonamientos, con la certeza de que asi alcanzaremos la verdad. Recordemos deducc ucció ión n es considerada por Descartes como un encadenamiento de que la ded evidencias.

3.

El

método: Ideal matemático de certeza.

Conocidas las dos operaciones básicas de la razón y su modo propio de conocer, Descart conocer, Descartes es procede a elaborar el método, el c ua ua l no s lo define como: “...entiendo po r método reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso po r verdadero. y, no e‘sfiierzo o de la mente, sino aumentando siemempleand empl eando o inútilmente inútilmente ningún e‘sfiierz pre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero de todo aquello que es capaz (R .IV) En la primera parte del discurso, cuando nos hace balance de lo aprendiinsatisf tisfecho echo con do en el colegio de la Fleche, Descar Descartes tes se no s muestra muy insa su formación. excepto por las matemáticas: “Me comp complací lacía a sobre todo con las matemáticas a caus causa a de la certeza y la evi eviden dencia cia de sus razones... " El resto de ens enseña eñanzas nzas las considera confusas y falsas. prejuicios acumulados por el tiempo sin ningún valor. Co n las analogías con la que empieza la 2" parte deja claro que la verdad no se obtiene acumulando ideas consideradas verdaderas‘ ni so n garantia de verdad la antigüedad de un saber, ni la unanimidad de una opinió opinión. n. Para Para Descartes la única garantia de verdad es el me todo, y sólo encuentra verdad las matemá matemátic ticas as Ahora bien. ¿Por que las matemáticas demuestran la validez de sus proposiciones? Para Descartes lo que hace hace quelas matemáticas obtengan conocimientos verdaderos es el método empleado para conseguidos. Por eso se inspira en la analisiss matemático de los 'mctiguos y el al'gebra de los modemos, aunlógica el analisi que tienen dcfectos que es necesario corregir, y asi no s dice“Lo cual/ue la causa a’e que pensase pensase que había que buscar algun otro método, que, comprendiendo las de esos esos tr tres. es. quedase queda exen exento to de sus defectos La venta/as na a i da da idea de un porque se convierte en u n u'nieo metodo esse importante central del sistema cartesiano. Las matemáticas no so n un tipo de saber espe-

manera que la conclusión que se alcance sera tan evidente co como mo las las mism mismas as ideas claras _v distin distintas tas de las qu e se parte, por muy alejadas alejadas que aquellas se encuentren de éstas en la cadena deductiva. La in inspi spirac ració ión n cartesiana es claramente ramen te matemátic matemática. a. E n e l Discurso nos lo declara de forma expresa: "Esas largas cadenas de razones, todas simples y fáciles, de las que los geo'metras tienen Ia costumbre de servirse, para llegar a sus más drf'íciles demostraciones, me habían dado la ocasión de imaginar que todas las cosas, que pueden pueden caer b a jo e l conocimiento de los hombres, Se manera, a, y que, solamente con ta l de siguen unas a otras en la misma maner abstenerse de admitir alguna como verdadera sin que lo sea y guarda r siempre el orden necesario para deducir las unas de las otraS, "0 puede haberlas tan alejadas a las que finalmente no se llegue, ni tan escondidas que no se descubran. (D.M.Il) Descartes, Descart es, pues, consi considera dera que la forma de proceder de los gcómetras PO ‘ see las propicda‘des que se necesitan para hacer avanzar el conocimiento en filO‘ sofia Al respecto ha y tres puntos qu e nos parece importante sena”lar:

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R. Descartes. Discurso del método

Filosofia cartesiana

cial. distinto del resto de los saberes. Lo único que la diferencia es la utiliza. ción de un metodo, que s i s e extendiese a todas a otras ciencias le rendlrían los mismos resul resultados, tados, esto cs cs.. la obtención de conocimientos verdaderos, saberr sea único, y Descartc nos afinna que la razón cs única. de ahi que el sabe sabiduria. haber un úni único co méto mé todo do pa para ra alcanzar la por tanto deba unive e rsa rsal, l, ciencia a unificada unificada y univ En su suma ma.. Descartes defiende la idea de una cienci la 'M'athesis uniwcrsalis", fundada precisamente en la unidad de la r az az ó ón n y en la unidad del mc’todo de inspiración matemática.

estar ar perf perfecta ectamente mente sin singula gulariz rizado ado,, separado de todo todo lo deción cl hecho de est conteng tenga a nada que pert pertenezc enezca a a otro. ma’s. sin que con b) El se segun gundo do pre precep cepto to es denominado del análisis, y nos propon proponee el análisis minucioso de los problemas hasta redueirlos a las ideas simples, claaprehens hensible ibless por la intuición. Nos Io formula de la siguiente ras y distintas apre segundo dividir cada una d e l as as djiicultades que examinare en manera: “E l tantas pequeñas partes como se pudiese yfitese necesario para mejor resolnaturalezas ezas simpl simples es se levantará todo el edifiverlas A partir de las ideas o natural del conocimiento. co síntesis esis,, nos explicita con claridad la vía c) La terce tercera ra regla, regla, llamada de la sínt orden mis pensamientos, comenzantercer, condu conducir cir con orden de la deducc deducción: ión: “E l tercer, do por los objetos má s simples y másfa’ciles de conocer, para ascender poco a hasta a el conoc conocimiento imiento de los más compuestos, e inpoco como po r peldaños, hast sup suponi oniend endo o el orden que no os u no no s entre los se preceden naturalmente l os cluso a los o t ro s En este proceso de la sintesis es donde interviene el segundo mo do del conocimiento o se segu gund nda a operación fundamental del entendimiento, la deducción, que como ya hemos visto antes es una cadena ordenada de evidencias que parte de las ideas claras y distintas para llegar al conocimiento de lo má s complejo, con la misma claridad y distinción de los principios de los que se ha partido. La secuencia de las reglas 2“ y 3a es la secuencia natural de la deducción. Ésta parte de las naturalezas má s simples, que son también l aass m ááss absolutas e independi independientes entes,, par para a llegar a las rel relati ativas vas o dependientes de las absolutas, qu e n o se pued pueden en obtener obtener de forma inmedi inmediata ata por la intuición. De ahí que comience por el análisis, que nos descubre las naturalezas simples con las que iniciar la cadena de razonamientos. d) El cuarto precepto es el de la enumeración, tanto del analisis (2”) como de la síntesis (3“) Nos lo formula de la siguiente manera: “Y el último. Hacer en todos recuentos tan completos, y revisiones tan generales, que estuviese seguro de no omitir nada". Med Media iante nte el recuento se hace la prueba del análisis, y mediante las revis revisiones iones la de la síntesis. La pretensión final de estas la la extender evidencia intuición aación la deducción. Elenumeraciones mét método odo,, como como eshem hemos os indica indicado do antes, esdede clara inspir inspiración matemática, pero su extensión a la filosofia no es gra gratuit tuita. a. Los dos pr proce ocesos sos del conocimiento, el analisis y la síntesis, se corresponden respectivamente con lo loss dos dos modos de conocer del entendimiento: la intuición, qu e nos proporciona las ideas clar permit mitee claras as y distintas, y p o orr tanto tanto evidente evidentes. s. y la deducción, que nos per hasta a lo inicialmente desconocido. Este método es, Prolongar esta evidencia hast Pues, el único adecuado para la razón y p am am s u forma natur natural al de conocer.

3.1.Ias cuatro reglas En la 2“ parte del Disc Discurso urso formul formula a los cuatro preceptos en los que finalmente ha resumido sus analisis y reflexiones sobr sobre e el método de las ma temáticas y su aplicabilidad a la filosofia. Recordemos que lo que Descartes pretende es la universalización del me’todo geo geomét métric rico, o, por lo que tiene que proceder a formular unos pre precep ceptos tos que sca scan n tan simples y universales que le aplicació ción n a cualquier ciencia: permitan su aplica a) El primer precepto es el de la evidencia y lo formula como sigue: "E l primer primero o era no admitir jama’s ninguna cosa como verdadera en tanto yo no la conociese con evidencia que lo era: es decir evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no compre comprender nder nada más en mis juicios que tuvies ese e lo que se presen presentas tase e tan clara y distintamente en mis juicios que no tuvi ninguna ocasión de ponerlo en duda”. (DM. II ) F ije'monos en dos elementos importantes de este precepto. En primer lugar en el aviso con el que parte, evitar la precipitación y la prevención, pues so n dos causas de errores. La precipitación es aceptar como evidente lo que es confuso y oscuro, por no haber procedido a una clarificación suficiente. La prevención es el error contrario, no ace acepta ptarr como evident evidente e aquello que es claro y distinto, lo que consiste en una negaci negación ón a ace acepta ptarr la evidencia por exceso de desconfianza. Ambas so n actitudes contrarias que llevan al error. Ahora bien, el error no es de la razón, que bien utilizada puede encontrar la verdad, voluntad verdadero ero se decide precipitadamente a aceptar como verdad sino de la aquello aún no tiene cert certez eza a ab abso solu luta ta,, o sig sobre lo queque sigue ue negando negando obcecadamente la verdad de aquello que se le muestra clara y distintamente. En segundo lugar, formula el criterio de verdad, estableciendo la claridad y la distinción como notas características de las ideas o naturalezas simples,, verdad simples verdaderas eras en si mismas, y que so n obtenidas por por me medi dio o de la intuición ción.. La clar clarid idad ad y la distinción las de define fine como como sigue: “Llamo claro al €0nocimiento que se halla presente y man manifi ifiest esto o a un espíritu atento, como de' cimos que vemos cla claram rament ente e los los objetos cuando, halla'ndose presentes a nuestros ojos, obran asa asaz z fuerte fuertemente mente sobre sobre ellos, y en cuanto éstos está" dispuestos a mir mirarl arlos. os. Llamo Llamo distinto al cono conocimie cimiento nto que es tan preciso y diferente de todos l os os d eem m á s qu e n o abarca en sí sino lo que aparece man_Í‘ fiestamente a quien considera tal conocimiento como es debido”. La 61‘31 dad es, pues, la nítida presencia de un conocimiento en la ment mente, e, y la distin-

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R. Descartes. Discurso del método

3. 2.La duda meto'dica El objetivo de Descartes, como ya hemos visto, es encontrar verdades absolutamente ciertas sobre las cuales no sea posible dudar en absoluto, no en el plano psicológico sino en el lógico, pues hemos de reconocer que en embargoo lo algunas ocasiones no dudamos psicológi psicológicamente camente de nada y sin embarg 39

 

Filosofia cartesiana

 

dudar lóg lógica icamen mente te es una creido es falso, mientras que la imposibilidad de dudar cierta ciert a gar garanti antia a de la verdad de lo creído. es decir, se trata de encontrar verfundamenta mentarr el edificio del conocimiento verdad dades es evident evidentes es que pennitan funda primer mer proble problema ma que se le plantea es cómo dadero con absoluta garantía. El pri encontrarlas, y para resolverlo elabor elabora a el método. Pero una vez que lo tiene, ¿por dónde comenzar la búsqueda? La respuesta, y el primer momento de este este proces procesoo de búsqueda del conocimiento verdadero, es la llamada duda metódica. En efecto. exigir un punto de par partida tida absol absolutame utamente nte verd verdader adero o obliga obliga a un larg largo o proceso de crítica y elimin eliminaci ación ón de todos los conocimientos, ideas, creencias, ete. que hasta el momento han sido consi considera derados dos como verdaderos, pero que, sin embargo, no pos poseen een una una certeza absoluta. Una certeza que este' má s alla' de cualquier posibilidad de duda, por muy rad radica icall y extrema que sea. El primer paso, por tan creemo emoss y tanto to,, de debe be ser dudar de todo lo que cre rechazar inicialmente todo aquello de lo q ue ue s ea ea posible dudar. La sola posibilidad de dudar, ya sera’ mot motivo ivo sufi suficie ciente nte para para que una opinión o creencia que hast hastaa ese mom moment ento o hay hayamo amos s considerado verdadera quede quede rec rechaza hazada da y en sus suspen penso so hasta hasta ver si se ajusta al nivel de la razón. Este primer paso se denomina duda metódica, porque es resultado de la

circunstancia, ancia, como cuando vemos desde lejos una una torre torre por la distancia u otra circunst cuadrada; da; igualment igualmentee ha y alucma'cioredonda que luego descubrimos qu e es cuadra nos hac hacen en percibir como verdadene s y otras alteraciones de la percepción que nos son que n o l o absoluto. Estos Estos son hechos inne“realidades” en o existentes ras gables. Pero, ¿e n que' medida so n suficientes para para desec desechar har por por com comple pleto to la fuente de conocimiento? ¿Podemos concluir de esas percepción sensible como fuente siempre? e? Segurament Seguramentee todos estaengañan an siempr experiencias que los sentidos nos engañ ríamos de acuerdo en que es o es altamente improbable, que má s bien ocurre ec es es n os os d ic ic en en la inmens mensaa may mayon' on'aa de la s v ec todo lo contrario, esto es, que la in verdad. Ahora bien, las experiencias del engaño no s han de llevar a concluir que el conocimiento proporcionado por los sentidos es, como mucho mucho,, probaprobable, y lo probable no es lo absolu absolutam tament ente e verdadero. Por el co cont ntra rari rio, o, lo pr prooeb e conced bable es altamente dudoso y no se l e d eb conceder er más credibilidad que a lo falso. No olvide-mos que Descartes b usc uscaa u na na p nm nm 'e 'e rraa verdad absolutamente ue e no p u ue ed a dudarse jamás para iniciar, a partir de ella, por cier cierta, ta, sobre sobre la q u quiere ere deducción, la construcción del resto del conocimiento. Po r tanto, si no qui construir sobre cimientos que le puedan fallar en cualquier momento, debe desechar todo conocimiento del que se pueda dudar. dudar. Per Pero, o, ¿hasta ¿hasta dónde es posib posible le dudar dudar de los senti sentidos? dos? ¿Es posible llevar la

aplicación del primer precepto del método: no admit admitir ir jamás ninguna cosa como verdadera en tanto no la conociese con evidencia. Esta duda, por tanto, n o d eb eb e ser considerada como como re real al,, sino co como mo un instrumento metódico para alcanzar su objetivo: la intuición intuición de una idea clara y distinta, evidente por tanob rree la que no ex to, s ob exis ista ta ning ninguna una posi posibili bilidad dad de duda. Encontrar, en suma, una verdad verdad qu e pueda ser el punto de partida del edificio del conocimiento. Tres se seran ran'' los los motivos de duda aducidos por Descartes y que escalonadamente alcanzan la máxima radicali radicalidad: dad:

duda sobre las cosas exteriores hasta la propia propia realidad personal, esto es. hasec h ho o d e qu e estoy aquí, de que abro los ojos. muevo la cabeza. ete? ta el h ec que e las las cosas sean como las percibimos pero, ¿debemos Debemos dudar de qu dudar también de la existencia d e la s mismas cosas que percibimos? Para responder a estas cuestiones Descartes aduce una segunda razón de d ud ud a. a. r aaagudiza za la radicalidad de la duda. zón que agudi

a) Duda sobre la fiabilidad de los sentidos o sobre el mundo sensible. b) La hipótesis del sueño, o la imposibili imposibilidad dad de distinguir la vigilia del sueño. c) La hipótesis del genio genio maligno o duda hiperbólica. a) Duda sobre la fiabilidad de los sentidos. Los sentidos nos ponen en con contact tacto o con el mund mundo o material y no s proporcionan un conocimiento de cosas que solemos aceptar como verdadero. Pero también sabemos que, a veces, los sentidos nos eng engaña añan. n. ¿Qu ¿Qué é seguridad tenemos, entonces, de que no nos engañan siempre? En la primera meditación no s dice: "Todo lo que he admitido hasta el presente como más seguro y má s verdadero lo he aprendido de los sentidos 0 por los senti sentidos; dos; ahora bien, he experimentado que a veces tales sentidos me engañan. y es prudente no fiarse nunca po r entero de quienes nos han engañado alguna ve z

La dfii'cultad de distinguir la vigilia del sueño. En la Meditación l“, nos dice: “mcon todo, debo considerar aquí que soy hombre y, po r consiguiente, que tengo la costumbre de dormir y de representarme en sue sueños ños las mismas cosas... ¡cuántas veces no me habrá ocurrido soñar po r la noche que estaba aquí mismo mismo.. vesti vestido do junto al fuego. estando momento to,, estoy estoy seguro de que en realidad desnudo y en la cama En este momen miro este papel con los ojos de la vigilia...Pero, pensa'ndolo mejor, mejor, rec recuer uerdo do haber sido engañado. mientras dormía, po r ilusiones semejantes. Yfija'ndome en este pensamiento, ve o de un modo tan manifiesto que no hay indicios concluyentes ni señales qu sueño ño de la que e bast basten en a distinguir con claridad el sue vigilia, que acab acabo o atóni atónito, to, y mi estupor es tal que casi puedo persuadirme de que estoy durmiendo (M.M.I) En efecto, a veces tenemos dificultad para distinguir el sue sueño ño de la vigilia. Tenemos sueños tan vivos que los senti sentimos mos como reales y sólo al despertar descubr descubrimo imoss que eran sueño. Esto nos pernn'te pensar que podemos estar dormidos y qu que e las las percepciones sobre nuestro propio cuerpo ——que abrimos b)

 

ilusiones y alte alteraci raciones ones perceptiEfectiv Efec tivamente amente,, existe existe un gran número de ilusiones v as as c om om oo.. por ejemplo, cuando su sume merg rgim imos os un palo palo en el agua y lo vemos quebrado. y, sin embar embargo, go, sab sabemos emos que está entero. O ver las las co cosa sass alteradaS

move vemos mos la cabeza, por ejemplo- no son má s que represenlos ojos o que mo taciones del sueño. Y aún má s ¿cómo puedo probar que ahora ahora mismo mismo no es41

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toy dunniendo sino despierto? ¿Es que acaso no puedo formularrne esta pre. gunta estando dormido? Se podría alegar que otros me ven y me confirman precisamente nte que estoy despie despierto rto,, per pero o ¿acaso ¿acaso no podria yo estar soñando precisame esa circunstancia? El segundo motivo de duda llega mucho más lejos: no sólo debemos dudar de qu que e la las s co cosas sas sean sean como como la las s vem vemos, os, sino sino de la misma existencia de las propias cosas y de sus cualidades primarias, que so n el objeto de estudio de la cien cienci cia a fisic fisica. a. En suma, este motivo de duda nos lleva a rechazar la seguridad sobre la existencia de nuestro propio cuerpo y del mundo material. La postura de Descartes puede parecer descabellada por excesiva a quien la juzg Pero Desc Descar arte tes, s, no lo olvidemos, busca busca la certeza juzgue ue irreflexi irreflexivame vamente. nte. Pero verdad dadero ero tod todo o aquello de lo que se pueabsoluta, y para ello rechaza como ver alguna vez he sido engañada du duda darr aunque sea por la ra razón zón más más remo remota: ta: si alguna debo bo fiarme de ello, pues no me da garantía de verdad abdo por algo, ya no de so solu luta ta.. Este Este será el único criterio a se segui guirr para para encontrar la verd verdad ad absoluta, Los Los me medi dios os que tengo para distinguir sin error posible la vigilia del sueño, no so n absolutamente válidos, por tanto debo desconfiar de ellos. c)

La hipótesis del Genio Maligno.

aplicada cada metód metódicame icamente nte nos ha llevado a dudar del conocimi La duda apli conocimienento proporcionado por los s en en titi do do s. s. E n u n p as as o más radical, nos ha lleva llevado do a único co q ue parece quedar dudar de la existencia de las cosas y dc l mundo. Lo úni a salvo son las ver verdad dades es matemáti matemáticas, cas, pues, ya esté despierto o dormido, dos mas tres siempre serán cinco y el cuadrado ten tendrá drá cuatro cuatro lados. lados. Sin embar embargo, go, Descarte Descartes s aña radica icall añade de un tercer motivo de duda, aún más rad y extremo, tanto que e'l m iis s mo mo l a denomina Duda Hiperbólica, la hipótesis del Genio Maligno: “Así pu pues, es, supond supondré ré que h ay ay , n o un verd verdadero adero Dios — que es fuente suprema de verdad—, sino cierto genio maligno, no menos artero y engañador que poderoso, el cual ha u ssa a do do de toda su industria para engañarme le impide pensar, en efecto, que haya sido creado po r e l g en en io io malignoNada de tal manera que su entendimiento se equivo equivoca ca necesariamente necesariamente cuando piensa que ha alcanzado la verdad. Este tercer paso es de extrema radicalidad, es una hipótesis improbable, pero no imposible, y po r tanto generadora de duda. Lo realmente importante de est est e tercer momento de la duda es que afecta a las verdades mate matemáti máticas cas misma mismas. s. Verdades que son consideradas como evidentes y, por tanto, absolutamente ciertas, aunque no resisten la duda generada por la hipóte hipótesis sis del genio maligno. Recapitulando: la duda radical exigid exigida a por el método le ha llevado a re' chazar el conocimiento en su totalidad, desde las percepciones más remotas, pasando por la existencia del mundo, hasta las mismas verdades matemáticas. No obs obsta tant nte, e, no debemos perder de vista que esta duda es provisional exigencia del metodo, es decir, un camino para obtener la verdad verdad absoluta Y no un a vía hacia el escepticismo que es precisamente el que pretender reba' 42

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sí, a l comienzo de la segunda meditación, nos dice: “Arquímedes, patir. Y a sí, la Tierra de lugar sólo pedía un punto de apoyo firme e inmótrasladar ra conceb ebir ir grandes esperanzas, si por vil; así yo también tendré derecho a conc una co cosa sa q ue ue s eeaa cierta e indiscutible ventura hallo tansólo una

4.

La formulación y fundamentación del criterio de verdad

4.1.El cogito: primera verdad y criterio de certeza La duda metódica no lleva a Descartes al escepticismo como hemos dicho. duda radical, radical, precisamente, de donde extraera' la Por el contrario, será de la duda primera certeza absoluta: la existencia del sujeto que piensa, verdad que expresa en su célebre formulación: pienso, luego existo. Esta verdad resiste toda du duda da por por muy radical que sea; incluso es inmune a la hipótesis del genio maligno, pues el propio hecho de dudar o de ser engañado es prueba de su verdad. En el Discurso del Método 4a parte escn'be su formulación mas' famosa: “Pero inmediatamente después advertí que, mientras que querz rza' a' de ese modo pensar qu e todo era falso, era preciso necesariamente q ue ue y o, o, q ue ue lo pensaba fiiera algudándome cue cuenta nta de que esta verdad: yo pienso, luego soy. e ra ra ta n na cosa, y dándome firme y ta tan n se segu gura ra que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no eran capaces hacerla tambalear, juzgue que podía admin’rla, sin escrúpubuscabaa (DM. 4)” los, como elprimer principio de la filosofía que buscab En resumidas cuentas, todo lo que pienso pu puede ede se serr falso, estoy estoy convenci convenci-do de que nada nada existe, existe, incluso que las consideradas verdades matemáticas son errores de mi ent entendi endimie miento nto provocados por un genio genio engañ engañador ador.. Pero de lo que no cabe duda alguna es del hecho de q uuee y o dudo, de que yo pienso. Mi existencia como sujeto pensante esta, pues, má s alla' de cualquier posibilidad de duda, y esta proposición absolutamente verdadera es la pnm'era verdad. Para Descartes el “cogito, e rrg g o s um um ” es una verdad inmediata conocida por la intuición. Recordemos que la int intuic uición ión es como una luz natural qu e hace transparente a la mente en su propio acto de entender; en la in'tuicio'n se da una percepción perce pción directa, directa, inm'ediata de la verdad. El cogito es una experiencia única en la que se capta de forma m'mediata la relación necesaria” entre el pensar y el ser, la simultaneidad necesaria entre el pensanu'ento y la existencia. Es la primera verdad porque es resultado de la intuición y porque, adema's, posee las dos características esenciales de toda verdad evidente: la clan'dad y la distinción. Y es primera porque ha superado todos los momen momento toss de la duda metódica, cumple las exigencias del pn'mer precepto del método, y es el punto de apoyo firme e inmóvil a partir del cual iniciar la reconstrucción de la filosofia como ciencia. Esta primera verdad no sólo nos informa de la exi'stencia del sujeto, sino que también aporta conocimiento re q uuee es ese yo. No puede afirmar qu e conocimiento s oobb re sea un cu cuer erpo po u otra cosa, porque la duda lo ha demolido todo; a estas alturas de su investigación sólo puede afirmar qu e es pensamiento. A la pregunta 43

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una a cosa cosa que piensa, y pensar para nues. “¿qué soy? “¿qué soy?”” Descart Descartes es con contest testa: a: soy un tro autor es algo más que tener ideas. Pensar, nos dice, es entender, querer, imaginar, sentir. Descartes, pues, su surg rge e de la duda duda c o on n el conocimiento de la existencia de dell yo, yo, y con el conocimiento de que ese yo es una cosa que piensa y siente. model elo o Pero el cogito es algo más que la primera verdad: es también el mod de toda verdad. O l o q uuee es lo mismo, con el cogito descubre la pnm'era verEfectivamente, vamente, pienso, luego dad y también el criterio general de certeza. Efecti

err c cii be be c on on t od od a clariexisto es una verdad verdad indudable porque la intuición l a p e dad y distinción, a partir de ella establecerá el criterio de certeza: “Juzgué qu e podía admitir como regla general qu e la s c o os s as que percibimos muy claras y distintamente son todas verdade verdaderas ras”(D ”(D.M. .M.4)” 4)”.) .)”, ”, por ejempl ejemplo o “es imposible qu e algo sea y no sea al mismo tiempo”. Po r “claridad” quiere significar que la cosa está “presente y manifiesta”; “entiendo que es claro manifies fiesto to a un espíritu atento aque] conocimiento q u e e s presente y mani atento "; “discosa perfectamente delimitada. Tengamos en cuenta que una pertin'ta” es la cosa cepción puede serclara y no distin distinta, ta, sin embargo si es distinta debe debe ser ser clara. Por ejemplo: yo pued puedo o sen senti tirr un dolor, dolor, dig digamos amos que en el estómago, está claro qu e tengo dolor: acudo al médico y comienza a ha cer cerme me u n na a se err ie ie de preguntas pregunta s “el dolor ¿es un pinc pinchaz hazo? o? o ¿es ardor? ¿o bien es como un a presión? Al contestar “se trata de un pinchazo” he distinguido perfectamente el

dolor qu e ya era claro. Ahora bien, este cn'terio de certeza tendrá que fundamentarlo. ¿Cómo? Pues veam'oslo: Descartes sabe que “Pienso, existo” es un a proposición verdadera y se da cuenta de qu e una característica relevante de esa verdad e s q u e lo qu e allí se afirma es claro y distinto, así que considera que todo aquello aquello que se perciba con claridad y distinción sera' verdadero, sin embargo esto debe probarse. Debería tener plena garantía de que lo claro y distinto es verdadero; de moment mom ento o la hi hipót pótesi esiss del del Genio maligno sigue siendo eficaz y todo todos s los los contenidos de mi pensarm'ento pueden ser erróneo erróneos; s; así que va a p robar robar l a existencia de Dios, bondadoso, que a l ser todopoderoso y repudiar, pues, el engaño, elihipótesi tesis s del genio maligno, esto es invalida la existencia de ese mina la hipó ese enga-

ñador. Dios no podrá consentir el engaño permanente, esto es, no es pensable, que exi'stiendo Dios consienta que los seres humanos percibamos intelectualmente algo claro y distinto y es esoo se seaa precisamente falso. Ahora bien, ¿cómo probar la existencia de Dios? Pues parte de la idea que tenemo tenemoss de Dios que es clara y distinta. Por eso vamos a ver a conti continuaci nuación ón la Teona' de las ideas y despué despuéss pasaremos a las pruebas de la existencia de Dios.

5.

Cartesm'n esm'noo de idea y sus Concepto Cart su s tpios La aplicación del primer principio del método y el uso us o de la intuición han

dado como res result ultado ado la pnm'era verdad. A partir de ella, Descartes deberá enfrentarse al problema de deducir la existencia de la rea realid lidad ad extramental. o s ea, ea,

del mundo de las cosas materiales. E l problema lo podemos formular de la siguiente manera: ¿cómo demostrar la existencia de la realidad extrarnental parpensami samiento ento? ? tiendo exclusivamente de la existencia del pen La respuesta a este problema la da mediante su teoría de las ideas. En concepto to de “idea” respecto a filosofia anpn'mer lugar, Descartes cambia el concep con familiarizado la filosofia plato'nica, se recordará que pase está Si terior. el o I de de al cuya existencia e ra ra m á ás s real y ra esta la Idea era un a Forma o Mo d el al iidad dad material, la cual la imi imitab taba. a. La filosofia medieperfecta que la de l a re al sobre e las cosas, cosas, esto esto es, que se pensaval sost sostenía enía que el pensarm'ento recaía sobr ea c om om o u n na a especie de intermedian'o entre el penban objetos, siendo la id ea cosa a pensada pensada.. Des Desca carte rtes, s, por el contrario, afirma que el pensamiento y la cos ob re re l a ass ideas, no sobre la lass cosa cosas. s. Las ideas samiento recae directamente s ob repres resent entaci ación ón gráfica de las cosas, y esta representación es la son como una rep lo s ofi ofi a anterior, al consi considerar derar que la idea que contempla el pensamiento. L a fi lo especie transparente través c u ua a l e l pensaim'ento un a a de cn'stal del es como se vue vuell c ca a s o bre bre las cosas, no ti tiene ene nin ningún gún problema sobre la existe existenci ncia a de pensamie amiento, nto, el hecho de penestas cosas, pues, al no haber aportación del pens sarlas ya es p rue rue b ba a s ufi ufici cie e nt nte e . Pe Pero ro Descartes, a l h ab ab e err colocado la idea como objeto del pensamien pensamiento, to, sólo tiene certeza de la exist existenci encia a mental de esa

idea, pero no tiene ninguna certeza de que el conten contenido ido de esa idea tenga tenga rea rea-lidad extramental extramental.. En suma, se ha vuelto probl problemáti emática ca la exis existenci tencia a de la c0sas que pensamos. Pongamos un ejemplo: si yo pienso el mundo, lo que realmente pienso es la id ea ea de mundo, mundo cuya cuya exist existenci encia a no ha sido demostra demos trada, da, pues pues hasta ahora, lo único que se ha demostrado y que se' con demostra trarr entonces absoluta absol uta cert certeza eza es que mi idea de mundo existe. ¿Cómo demos que mi idea de mundo se corres corresponde ponde con una realidad extramental? Para dar resp respuest uesta a a este m'te m'terro rrogant gante. e. Desca Descartes rtes procede a a n al al iiz z ar ar l a naturaleza de las ideas, y distingue en ella un doble aspecto: a ) L as as ideas en ta tan n tto o que modos de pensamiento, esto es, actos mentales. b) La s ideas en tanto que imágenes que represen representan tan algo, esto es , en tanto que poseen un contenido representativo o contenido objetivo, contenido que Descartes denomina   Realidad objetiva d e l a ass i d e a s Las ideas en tanto que actos mentales o m od od os os de pensamiento son todas iguales. Pero en tanto que representaciones de cos ea a , e n su contenido, cos a ass . o s e son diferentes, pues pues una unass repres represent entan an una unass cosas cosas y otras, otras cosas. El paso siguiente que dará Descartes es analizar aquello en lo que las ideas son diferentes; esto es, procederá a un análisis del contenido. pues, según nos dice, unas poseen más realidad que otr otras. as. Las ideas que representan cosas maten'ales, por ejemplo, como un a piedra, posee poseen n má más s realidad objetiv a q ue ue aque aquell llas as otr otras as que representan cualidades de las cosas, como el color. En este análisis distingue tres tipos de id ideas eas:: a) Ideas adventicias. b) Ideas facticias. c) Ideas innatas.

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R. Descartes. Discurso del método

Filosofia canesiana

ro vi vie ne ne n d el el propio Ideas advent adventici icias: as: so sonn i de de aass extrañas que n o p ro a) Ideas pensamiento. sino que parecen provenir del exterior. siendo su causa la per. dice “parec “parecen en provenir” y no pr provi ovieesensible. le. Fije'monos Fije'monos en que se dice cepción sensib nen. porque a un un ' n o se ha demostrado la existencia de la realidad exten'or a] pensamiento. Ejemplos de estas ideas so n el calor, la suavidad o rugosidad de las cosas. el color. color. la dureza, etc. b) Ideas facticias: so n aqu aquell ellas as que la mente construye a partir de otras. Podemos decir que so n ideas creadas por la imaginación, por ejemplo, las ideas de centauro, sirena, etc. Estos dos tipos de ideas, adventicias y facticias. so n obviamente rechazadas por Descar Descartes tes como como pu punt nto o de partida para demostrar la reali realidad dad extra extramental. mental. c) Ideas innatas: estas i de de as as s on on p oc oc as as p er ero mu y importantes. Son las mis m mo o el pe pen n ssa a mi mien ento to.. El innatismo de Descartes no ideas ideas que posee por sí mis afirma que to todo doss naz nazcam camos os con esos conocimientos de manera consciente, sm'o que son ideas connaturales a la razón por porque que ést ésta a posee una predisposición ción nat natur ural al a formarlas. Son natural, esSon ideas ideas,, pues, que brotan de manera natural, pontan'ea e inmediata de nuestro pensamiento, ideas cuya existencia corresponde a nuestra naturaleza. Ejemplos de ideas inn inn a ata tass s on el pensamiento, la existencia, la idea de infinito, etc. que son son conocidas por una percepción inmedia'ta de la rn‘tuición, Co n la afirma afirmació ción n de las ideas mna encont ontramo ramoss con la tesis funmna'ta 'tas s nos enc as i de de as as las que le permitiran' salir de la damental del racionalismo, pues son l as existencia del sujeto pensante a l a re real alii dad dad e x ttrame rament ntal al.. En efecto, ni las ideas adve adven n titi ci ci a ass n i l as as facticias son válidas para este objetivo, pues su verdad depende de que demostremos la existencia de la realidad extramental. Pero si en entr tre e las ideas innatas, cuy cuya a ver verdad dad ha sido demostrada po r medio de la int intuic uición ión.. encontramos alguna de la que podamos deducir su existencia objetiva a partir de su existencia subjetiva como idea, ento entonces nces podre podremos mos resolver el prob problema. lema. Entr Entre e las las ideas ideas innatas Descar Descartes tes descubre descubre la idea de perfección-Infinito, que i de de nti nti fica fica i nme nme d dii at at a ame me nt nt e co n l a i de de a de Dios. Para demostrar que la idea de infinito es innata, desecha la posibilidad de que sea adventicia, ya qu e, e, en efecto, no podem podemos os tener expen'encia sensible de la continua inuación ción procede a demostrar q ue idea factic facticia. ia. La infinitud. A cont ue n o es un a idea tradición filosófica consideraba que la idea de infinito se cons constr truía uía a partir de la idea de finito por medio de la negación d e los limites. Descartes invierte los terminos y afirma que la idea de finitud ya presupone la idea de infinitud -algo así como que la idea de am'ba no es pensable si no tenemos la idea de abajo-. un a i de de a presupone necesariamente la otra. La idea de Infinito, por debe be ser ser una idea idea innat innata. a. Y si la idea de infinito es la idea d e D io tanto. de io ss,, p uuee s e s el un'i un'ico co ser del que se puede concebir tal pred predicad icado, o, conc concluy luye e que la idea de Dios es una Idea Innata. Este Este punto punto es crucial en la deducc deducción ión cartes cartesian iana a pues, pues, partiendo de la Idea de Dios, todo el proceso deduct deductivo ivo posten'or posten'or hasta la demost demostració ración n de la

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dell mund mundo o y la aceptación de la veracidad de los sentidos, queda existencia de que antes antes hemos dicho que la clave estaba en encontrar Recordemos abierto. una idea de tal naturaleza que su existencia como idea implicase su existenDio s. s. A si, si, cia como realidad objetiva. Esta idea, afirma Descartes, es la de Dio tendrá que demostrar la existencia de Dios a partir de la misma idea de Dios.

6. Demostración de la exrs'tencia de Dios presente: nte: Desc Descart artes es ha descubierto Recapitulemos lo obtenido hasta el prese nfi fi n iito to y veraz, el yo o cosa cosa penpentres am'bitos de la realidad: Dios o el ser i n ass cos cos a ass materiales o corpo'reas, 0 sea, el mundo al que mi cuerpo sante, y l a t am am b bii én én p er er tte en ne ec ce e co om m o un a cosa cosa maten' maten'al al mas'. Para referirse a esos tres am'bitos Descartes utiliza el término sustancia: sustancia infinita, sustancia sustancia ancia exte extensa. nsa. pensante y sust Con esto nos estamos introduciendo en el análisis de lo existente. Efectivamente, si se ha descubierto la existencia de tres ámbitos de la realidad, podemos y debemos preguntarnos sobre cual' es la naturaleza de lo existente, y concept epto o de sus sustan tancia cia.. Concepto que es fundaaquí es donde interviene el conc mental en Descartes, y en todo el racionalismo, pues a partir de él podrá deducir el resto de su sistema. Lo que existe es, pues, la sustancia, de la cual Descartes Descartes nos habla en los siguientes te'rmm‘os: “Cuando concebimos la sustancia concebimos únicana a c os os a que no tiene necesidad más que de sí misma para existir. mente u n Puede parecer oscura esta de fi fini nici ció ó n. n. N o tener necesidad más que de sl mismo, porque hablando con propiedad, so'lo a Dios es aplicable, y ninguna cosa creada puede existir un solo instante sin que la so sost sten enga ga su poder... pero puesto que entre las cosas creadas algunas son de tal naturaleza que no pueden existir sin algunas otras, las distinguiremos de las que sólo necesitan el concurso divino l lla a m an an d do o a estas sustancias y a aqué aquélla llass cualicualid ad ad es es o atributos de la sustancia. (P. F. l .“5 l) Tomada en sentido estn'cto. la defin definici ición ón de sust sustancia ancia sólo es aplicable a puede e ser ser aplicada a todos Dios, pero Descartes considera que por analogía pued aquellos otros seres de los que percibimos con claridad y distinción que no necesitan de ninguna otra cosa, excepto Dios, para existir. y estos estos son dos: el yo o alma y lo loss cuerpos cuerpos materiales, que son mutuamente independientes y no se necesitan el uno al o tro tro p ara ara e x xii sstt iir. r. Ahora bien, según Descartes nosotros no podemos percibir directamente la sustancia. ¿Cómo podemos, entonces, saber de su exix'stenci exix'stenciaa y conoc conocerla erla? ? Para ello, nos dice. sera' necesan'o que poda atn'but uto. o. Lo Los s atrib atributo utos s podamo moss percibrr' un atn'b son cualidades o propiedades de la sustancia que no pueden existir. como nos dice en l a cit cit a anten'or, por si mismos, y cada sustancia sustancia tiene tiene un atn'bu atn'buto to propio que constituye su esencia o naturaleza. Conocer este atributo esencial ser sera' a' necesan'o y suficiente par para a conoce conocerr la sustancia. El atributo esen esencial cial del yo o alma s era era'' el pensamiento, atributo que, recordemos el descubruru"ento del cog cogii-

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Fi'laJ/‘om canesitmz

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to, se nos manifie manifiesta sta clara y distintamente como propio del alma. En el caso de las las cosa cosas s materiales. el atn'buto que constituye su esencia o naturaleza y qu e podemos percibir clara y distintamente es la ext extensi ensión. ón. Siguiendo Siguiendo su definición podemos afirmar que nos resulta imposi imposible ble concebir concebir lo material o corpóreo sin el atr atribu ibuto to de la exte extensió nsión. n. mientra mientras s que cualquier otro atributo atributo necesita de éste para existir, por l o qu e n o es sustancia. Resumiendo. de deja jand ndo o apar aparte te la sustancia infinita o Dios, Descartes distingue dos sustancias: el yo o su susta stanc ncia ia pensante (res cogitans), y los cuerpos o sustancia extensa (res extensa). Estas so n las dos única únicass sustan sustancia ciass que cumplen la definición: no necesitar m a' a' s q uuee a Dios Dios para para existir y percibirlas clara y dist distinta intamente mente como independ independient ientes es e irreductibles entre si. 6. I. Argumentos p a ra ra Ia demostración de la existencia de Dios Tres sera'n los argumentos que empleará Descartes para su demostración de la existencia de Dios: causalidad dad de la idea idea de Ser Infinito. a) El argumento de la causali b) El argumento de Dios como causa de mi ser. c) El argumento ontolo'gico.

a) E l argumento de la causalidad aplicada a la idea de Infinito: Dios Este argumento se ba basa sa en dos apoyos 1°) La teoria de la reali realidad dad objeti objetiva va de la las s ideas, de la que ya hemos hablado. Recordemos que la rea realid lidad ad objetiva objetiva de una una idea es su contenido representativo o contenido objetivo, o sea, la imagen que representa algo. Descartes no s explica que : para que que un una a idea tenga tal rea reali lidad dad objetiva más bien que tal otra, debe haberla recibido, sin duda, de alguna causa, en la cual haya haya ta tanta nta realidadformal, po r lo menos, cuanta realidad objetiva contiene Ia idea. Pues si supone que en la idea hay al algo go que no se encuentra en su causa, tendrá que haberla recibido recibido de la nada; " (¡VLMJIL 36-37). 2°) La aceptación de la proposición “de la nada, nada viene” proposición de rancio abolengo, aceptada ya por los filósofos elea'ticos”, o lo que es lo creenc encia ia de que todo todo ti tiene ene una causa y su consec consecuencia uencia “no puede mismo la cre haber má s realidad cn el efec efecto to que en la causa”. En ot otra ras s pala palabra bras, s, la idea idea com como o rea realid lidad ad objetiva o representación de una cosa, ha de tener una c aauu sa sa r eeaa l que sea proporcional a la idea. La idea de un ser infinito no puede haber sido causada por mi mismo, puesto que yo soy un ser finito, sino que debe haber sido causada por u n se serr c uya uya realidad formal. o sea, su realidad en acto, sea proporcional a la idea idea,, en suma suma,, por un ser ser infinito. De donde se infiere que ese ser infinito existe. b) E l argumento de Dios como causa (le mi ser realid lidad ad objetiva Este argumento basa su fiierza en la misma teoría de la rea ideas as y tambien. como antes. cn la aceptación de que y rca-lidad formal de las ide no puede haber má s realidad en el efecto que cn la causal En poc pocas as pal palabr abras as viene a decir: en mi mente hay una idea de perfección infinita Si yo fuese la

real alid idad ad formal o causa de la realidad objetiva de la idea de perfección, mi re caso ser proporcional a esa idea. En podn’a podn’ a darme a mí ese debería en acto poseo eoii Po r tanto, si mi mism smo o la perfección que deseo y que es evidente que no pos poseo la idea de perfección, y no poseo la perfección que pudiera ser su causa, yo no puedo ser la causa de esa idea. De esto se desprende que la causa perfect ecto, o, al menos, menos, com comoo la idea de de m i idea de perfección es alguien tan perf pose seo, o, y que la ha puesto en mi, y este ser no pu pued edee se serr perfección que yo po mas' que Dios. En el Discurso parte 4‘, n os d a su fonnulacio'n mas' clara y sintet'ica: cual, l, reflex reflexio ionan nando do sobre lo que dudaba, y que, por consi“Después de lo cua guiente, mi ser no era enteramente perfecto, pues veia' claramente que habia una mayor perfección perfección en con conoce ocerr que en dudar, se me ocurrió indagar de donde habia' aprendido a pensar en algo más perfecto de lo qu e yo era; y coser de algu alguna na naturaleza que f uuee ssee e n efecto nocí evidente evidentement mente e que debía ser má s perfecta...Pero no podia suceder lo mismo mismo con la idea de un ser más perfecto qu e el mío, pues que procediese de la nada era cosa manfiiestamente imposible; y como no hay menos repugnancia en que 10 más pefrecto sea una consecuencia y dependencia de [o menos perfecto, que la que ha y en que de nada provenga cualquier cosa, no podía proceder tampoco de mi mismo. De suerte que sól sólo o que quedab daba a que ella hubi hubiese ese sido puest puestaa en mi por una naturaleza que fuese verdaderamente má s perfecta de lo q uuee y o era, e incluso que tuviese en sí toda todass las las pefrecciones de las que podia’ podia’ tener alguna idea, es decir, para explicarlo en pocas palabras. quefuese por Dio Dios" s".. (DM. 4). c) E l argumento ontoIo'gico Este es, sm‘ lugar a dudas, el más célebre e bre y controvertido de los int intento entoss de demostrar la existencia de Dios. Fue formulado por primera vez por San Anselmo de Canterbury en el si sigl glo o Xl , y ha tenido un vida azarosa: fu fuee re re-chazado por Sant Santo o Toma Tomas' s' de Aquino. retomado por Descartes. vuelto a rechazar por Kant, defendido por Hegel y en la actualidad i dad algunos filósofos analíticos eontemporan’eos han vu vuel elto to a considerarlo, Lo novedoso y rea lmente original del argumento ontolo’gieo es que pretende ser una una prueba prueba de la existencia de Dios partiendo de la i de de a m ism ism a de Dios San Anselmo lo formula del siguiente modo: todos los hombres tienen una idea de Dios, entendiendo un ser tal que es imposible entender un ser mayor que el. Ahora bien, u n s er er tal debe existir no sólo en nuestro pensamient pensamientoo sino también en la realidad, pues en caso contrario, podriamos pensar un ser mayor que el. o sea, un ser que poseyera la perfección d e la existencia, y enton entonces ces caen'amo caen'amoss en contradicción. En consecuencia, Dios debe existir no so'l so'lo en cl pensamiento, sino en la realidad Este argumento fue critic criticado ado por el monje Gaunilo'n, coetan'eo de San Anselmo‘ que afirmó que entre el orden del pensamiento y de la realidad hay una separación: alguien pued puede e pensar pensar en las islas más bellas que puedan pensarse y sin embargo esas islas no tienen porque existir. San Anselmo intento zafarse de esta contraargumentación distinguiendo algunas camctcn'sticas de 49

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Dios: inmaten'alidad. necesidad. etc. pero entonces ínvalidaba su pretensión de partir de la idea idea de Dios que todos los hombres tienen. Descartes debe acudir a este tipo de argume argumentos ntos porqu porque, e, hasta el presente. sólo tiene seguridad d e la existencia del yo como ser pensante. de la existencia d e la s ideas y de los tipos de idea ideas s qu que e ha descubierto. Utilizar cualquier otr otro o elemento elemento signi significan’ fican’a a traicionar su metodo. En su formulación revi vist ste e el argumento clásico de elementos matemáticos, pero en esencia es el 4“ parte, nos lo expone de la siguie mismo, En el Discurso. ntetenía manera: manedra: “...mientras que. volviendo a examinar la idea siguiente que ya e un ser perf perfecto, ecto, encont encontraba raba que la existenci existencia a esta estaba ba comprendida en ella, del misque sus sus tres tres lados sean iguales a dos mo modo que esta' en la del triángulo que rectos. o en la de una esfera qu que e to toda das s sus partes son igualmente distantes de su cent ro ro. o aún má s evidentemente; y que, po r consiguiente, es po r lo menos tan cierto que Dios, qu e es ese ser perfecto, es o existe existe,, como cualquier demostracio’n de la geometría lo pueda ser (DM. 4)".

6.2. Dios garantía d e l a verdad Una vez dem demost ostra rada da la exist existenci encia a de Dios y reconocida su naturaleza como la suma de t o od d as as l as as perfecciones. puede afirmarse su bondad y veracidad \_' proceder a rechazar la hipótesis del genio maligno engañador. Pues pretender engañar. nos razona, no es un una a mues muestr tra a de perfección. sino todo lo contrario. de imperfección. y: por consiguiente, este d es ese o d e engañar no puede pued e dar darse se en Dios. En la pn'mera regla del mét método odo,, Descartes, afirma q ue ue l as as ideas claras y dist'intas son verdaderas si no se prestan a ninguna posibilidad de duda. Ahora bien, ¿Por que una idea clara y distinta es verdade verdadera? ra? ¿Cómo fundamenta Descartes esta afirmación? En la parte 4a del discurso nos da la respuesta: Pues. en primer lugar, eso mismo que antes he tomado como una redistintamente mente g la , a saber, que las c o os s as as q ue ue concebimos mu y c la la rra a y muy distinta todas verdad verdadera eras, s, no está asegurado sino porque Dios es o e xi son todas xi st st e, e, y

orig igen en y la garantía de todo conocimiento perfección de Dios, pues, es el or del mun mundo do es el on'gen y garantía de todo lo verdadero, porque al ser creador del que hay en e'l indu duci cirr al er erro rorr es algo qu Igualmente la perfección es bondad y el in quee re re-pugna a la bondad infinita de de Dios. De la perfección no puede derivarse una imperfección. Po r eso la causa tomamos por idesól sólo o pod podemo emoss ser nosotros, seres imperfectos que tomamos error del claras y distin distintas tas ideas que son confusas. as En suma, que la prim'e prim'era ra regla del método y su cn'ten'o de verdad sólo tiene validez por la existencia de Dios. Y así nos dice ‘M‘as si no supie'semos que todo lo que hay en nosotros de real y verdadero proviene d e u n ser perideas, s, no tendríafecto e infinito, po r claras y distintas que fuesen nuestras idea que la que nos asegu as egura rase se de ser verdatienen perfección mo s razo’n alguna despierto ertos: s: en todo deras.” Y tanto si estamos dormidos como si estamos despi pueden en ser a ese resaquello en que nuestras ideas son claras y distintas no pued pecto sino verdaderas. En el sis sistem tema a car cartes tesian iano, o, pues, el criterio de verdad está garantizado por Dios. Así, todas la ideas que percibamos clara y distintamente son ver-

daderas. 7.

E l mundo. Los princi principios pios de las cosas materiales.

Demostra Demos trada da la existen existencia cia de Dios, que es la garantía del cn'terio de verdad, se tiene la posibilidad de abrir la intimidad pens pensante ante del sujeto sujeto y demostr trar ar la existe existencia ncia de la s cosas corpóreas, el mun mundo, do, qu e percibo por medio de los sentidos. Descartes razona de l siguiente modo: puesto que Dios existe y por su propia perfección es infinitamente bueno y veraz. no puede pemiitir qu e me engañe continuamente y, en concreto, n o p ue ue de de permitir que me engañe al un do do e x cr creer eer que e l m un xii sstt e e;; p o r t a an n to to e l mundo existe. Para explicarlo, Des-

cartes retoma nuevamente su teoría de la rea realid lidad ad objetiva objetiva de las ideas. Si nosotross proviene de porque es un ser perfecto, y porque todo Io que está en nosotro Él . De donde se sigue que nuestras ideas o nociones, siendo cosas reales y tengo ideas de objetos extramentales, ¿cuál es la causa —sc pregunta- que que provienen de Dios, en todo aquello en que son claras y distintas, no produce esas i d de e as as? ? C omo omo ya sabemos, la teon'a de la realidad objetiva de las pueden ser. e n e se se respecto, sino v e r d a d e r a s . ideas nos dice que esas ideas deben proceder de un a causa distinta de mi Para Descartes Dios es el autor de todo lo que está en nosotros. Dios mismo. causa que debe p o se se e err al menos tanta realidad como tiene objetivaes su creador, por lo que es su garantía de verdad: l as as i de de as as innatas. las vermente la idea. Esta causa debe ser un cuerpo, pues si yo siento un a fortísima dades etemas de las matemáticas o la lógica, etc. S o on n c rea rea c cio ion n es d iiv v in in a s y inclinación a creer que esas ide ideas as me son son prod produc ucid idas as por las cosas sensibles. estan' en nosotros porque Él las ha puesto. y si s e n os presentan tan con total total claos presen y si Dios. que me ha dado esa fortísima inclinación. me enga engaña ña.. entonces n'dad y distinción. son verdaderas. Pero esta verdad n o s e fundamenta en la .Dios seria un s er falaz, lo cual es contradictorio con su idea. Por tanto esa garantía del pensamiento. que es falible, sino en Dios que no puede errar y inclinación me dice la verdad: la causa d e la s i de de as as de l as as cosas sensibles son no puede puede engana‘mos . como era el caso del genio maligno. las cosas corpóreas, y estas, por tanto, existen ¿Por que' n o p ue ue de de engana”mos Dios? Po r que Dios cs infinito‘ etemo. Ahora bien, si Dios gara garanti ntiza za la verdad, entonces entonces podemos podemos pregun preguntamo tamos s inmutable. inmutab le. conocimi conocimiento ento y poder absolu absoluto, to, en suma. un ser perfecto. y un SCT L P M que’ nos equivocamos, de dónde dónde provi proviene ene el error. El err error or no es atn'buiper perfec fecto to no puede inducir al error porque el error es una imperfección. La ble a Dios, ni a nues nuestr tra a razón, razón, que bien dirigida alcanzará la verdad sino a

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nuestro juicio que se precipita al pronunc pronunciar iarse se sobre la realidad. Porque no es cierto que nues nuestr tros os sentidos nos proporcionen infonnac infonnacio'n io'n falsa falsa sobre la realidad, sino que nos engañamos nosotros al interpretar equivocadamente, ya prevenci nción. ón. los los da dato toss que nos prop proporci orcionan. onan. sea po r precipitación ya sea por preve Teoría d e l a sustancia. Recapitulemos lo obtenido hasta e l p re re sse en ntt e e:: D e es s ca ca rt rt e ess h a descubierto tres am’ ea lili da da d: d: D io io s o el ser infinito y veraz, el yo o cosa penam’bit bitos os de l a r ea sante. y las cosas materiales o corpóreas, o s ea, el mundo al que mi cuerpo también pertenece c o m o una cos a material más. Para referirse a esos tres sustanci ancia: a: susta sustancia ncia infinita, sustancia am'bitos Descartes utiliza el término sust pensante y sustancia extensa. Co n esto nos est estamo amos s introduciendo en el análisis de lo existente. Efectivamente, si se ha descubierto la exist existenci encia a de tres ámbitos de la realidad, popregunt untamos amos sob sobre re cua'l es la naturaleza de lo existente, y demos y debemos preg aqui cs donde interviene el concepto de sustancia. Concepto que es fundaDescartes tes.. y en todo el racionalismo, pues a partir de e'l podrá de mental en Descar ducir el resto de su sistema. Lo que existe es es,, pues, pues, la sustancia, de la cual Descartes Descartes nos habla en los siguientes términos: “Cuando concebimos la sustancia concebimos únicamente u na na c o os s a qu e no tiene necesidad más qu e d e sí misma para existir. ener ueN sí Puede parecer oscura esta definición. — _ _ _necesidad ___ __ _ _ma's q__ deo mism0_, por porque que habland hablando o con propiedad, sólo a Dios es aplicable, y ninguna ol o i ns ns ta ta n ntt e sin que la sostenga su p0cosa creada puede existir un s ol der...pero puesto que entre las cosas creadas algunas s on d e tal naturaleza qu e no pueden existir sin sin algunas algunas otras, las distinguiremos de las que sólo nec necesi esita tan n el concur concurso so divino l laman lamando do a estas sustancias y a aquéllas cualidades 0 atributos de la sustancia. (P.F.1. 51) Tomada en sentido estricto, la definición de sustancia sólo es aplicable a Dios, per pero o Descar Descarte tes s considera que por analogí analogía a p ue cada ada a todos ue de de s er er ap llii c aquellos otros otros ser seres es de los que percibimos con claridad y distinción que no necesitan de ninguna otra cosa, excepto Dios, para existi existir, r, y estos son dos: el yo o alma y los cuerpos cuerpos materiales, q ue ue s on on mutuamente independientes y no se necesitan el uno al otro para existir. Ahora bien. según Descartes nosotros no podemos percibir directamente la sustancia. ¿Cómo podem podemos os,, ent entonc onces, es, sab saber er de su existencia y conocerla? Para ello, nos dice, será será necesario necesario que podamos percibir un atributo. Los atribu atributos tos son son cual cualid idade ades s o propi propied edade ades s de la sus sustan tancia cia que no pueden existir, como nos dice en la cita anterior, por si mismos, y cada sustancia sustancia tiene atribut ibuto o propio propio que constituye su esencia o natura naturaleza leza.. Conocer este atribuun atr to esencial será necesario y sufic suficient iente e para conocer la sustancia. El atributo esencial del yo o a lm lm a será el pensamiento, atributo que, se nos manifiesta clara y distintamcnte como pro propio pio del alma. En el caso de las cosas materiales, el atn'buto que constituye su ese esencia ncia o naturaleza y que podemos podemos percibir clara y

extens ensión ión.. Siguiendo su definición podemos afirmar que distin'tamcnte es la ext sinn el at atri ributo b uto de la exnos resulta imposible concebir lo material o corpo’reo si otro o atribut atributo o necesita de éste éste para existir. por tensión, mientras que cualquier otr lo que no es sustancia. aparte te la sustancia infinita o Dios, Desc Descart artes es disdisResumiendo, dejando apar sustanc ancia ia pens pensant antee (r (res es cogitans), y los cuerpos tin'gue dos sustancias: el yo o sust o sustancia extensa (res extensa). Estas so n la s dos únicas sustancias que cumplen la definición: no necesitar má s que a Dios para existir y percibirlas clara y dis distin tintame tamente nte como independientes e irreductibles entre si,

7.1.

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7.2. La s cualidades d e l a re s extensa

corpo'rea 'reas s ha sido demost demostrad rada, a, pero pero aú n queda La existencia de las cosas corpo las co cos s as as se corresponden con una pregunta importante: ¿todas mis ideas de las extramentales ales? ? Dicho de otra manera: ¿las cosas son como las realidades extrament

percibimos", ¿todas las cualidades que percibimos en las cosas tienen reali-

dad objetiva? En esta cuestión, que es fundamental para el desarrollo de la nueva ciencia de la fisica, Descartes, siguiendo las ensenanzas' de Galileo,

procede a diferenciar entre cualidades pn'marias y cualidades secundan'as. tiene ene rea reali lidad dad objetiva en los cuerpos es aquello No oss d iic c e que lo único que ti que percibimos con claridad y distinción, y sólo po posee seen n estas caracten'sticas las cualidades primarias, o sea, las cualidades que pueden expresarse matcma'ticamente, y son: la extensión o volumen, el movimiento y la figura. Estas cualidades existen objetivamente independientemente del sujeto. Las cualisecundarias rias,, sin emb emba a rrgo, go, c omo omo el olor, dades secunda olor, cal calor. or. sonido, etc.. no existen objetivamente en las cosa cosas, s, sm'o que son apreciaciones subjetivas. Descartes. pues, limita el verdadero conocimiento del mundo a las cualidad cualidades es pn‘marias. y a partir de ellas, según afirma. puede deducirse la fisica y las leyes del mo vimiento. Esta deducción se llevara' a cabo mediante una m'terpretacío'n me -

cam'cista de la naturaleza. ¿Que’ función asigna, entonces, a las cualidades secundarias o sensaciones subjetivas? Para Descartes poseen una función muy import important ante. e. pero básicamente utilitaria en la vida cotidiana. Las sensaciones nos enseñan lo que nos conviene y lo que nos perjudica, pero no nos ensenan‘ nad nadaa so sobre bre la verdad de las cosas, pues esto último es propio y exclusivo de la ra razó zón. n. en abs absooluto de los sentidos. Por ejemplo, sobre el fiiego nos enseñan a buscarlo o rehuirlo, pues nos puede proporcionar calor agradable. o d ol olo r s i nos aproximamos demasiado, pero no puede decimos nada de su naturaleza. no puede proporcionamos ningún saber sobre él. Partiendo de los atributos esenciales de la materia: extensión o volumen movimiento y figura, Descartes procede a una explicación mecanicista del mundo, explicación de los fenómenos naturales a traves dc los movimientos o combinaciones de movimientos en el espacio. Asi la naturaleza es conce-

  i

bida como una maquina

a

la que Dios otorga cl movimiento. 53

Discurso rso del meta metal?) l?) R. [luminosa Discu

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7.3. La ¿aplicación mecanicista del mundo. materia: ria: ext extens ensión ión o volumen, Partiendo de los atn'butos esenciales d e la mate movimiento y figura. Descartes procede a un a explicación mecanicista de l

 

mundo. qu e no admite ma's explicaUna teoria meeanicista de la naturaleza es la que qu e sean. que las derivadas ción de los fenómenos naturales. sam d e la clase que o combinaciones de movimientos de cuerpos en el espamovimientos de ci cio. o.los Esta Esta teoría concibe la naturaleza como una máquin máquina. a. co como mo un todo cuyos movimientos son resul resultados tados automáti automáticos cos de otros movimientos. que qu e se transmiten de cuerpo a cuerpo mediante un a acci acción ón rec recípro íproca. ca. Un ejemplo muy claro de la concepción meeanieista es un reloj de cuerda. e n el que qu e todos los movimientos son productos de otros movi movimien mientos tos transmi transmitid tidos os por contacto de un cuerpo a otro cuerpo. Siguiendo el símil del reloj. podemos preguntamos: ¿quién ha const construid ruidoo cartesi esiana ana del universo el reloj? ¿Quien le ha dado cuerda". La concepción cart nos contesta a estas dos preguntas. Dios lia creado el universo de maten'a inerte y la h a dotado de movimiento La cantidad de maten‘a y de movimiento permanecerá constante e inalterable. puesto que Dios es inmutable y no vuelve a intervenir d es mate teri ria a extensa es divies de de e l momento de la creación. La ma sible indefinidam indefinidamente ente dando lugar a todas las clases d e s eerr es es materiales existentes, No existe. pues. diversidad de materias; esta es única y común a todos los seres. El choque y el roce de los cuerpos. en los que se ha dividido la ma ten'a extensa. ha qu e llenan hacc e que que se produzcan unas "lima "limaduras duras"" muy sutiles que todos los huecos. Al no existir vacío. el movimiento se transmite necesariamente de un cuerpo a otro por contacto. La fisica cartesiana es. en resumidas cuentas cuentas.. una un a fisica exclusivamente spaci acial, a l, lo loss cu cual alee s pueden representarse d e la cantidad y del movimiento e sp

geome'tricamente.

La interpretación mecanicista abarca a todo el universo. por lo que qu e también esta incluida en esta explicación el mundo organ'ico: plantas. animales y el s er er humano. a los que qu e considera maquinas que se rigen el propio cuerpo d el por las leyes universales y necesarias del movimiento. materi erial. al. el cuerpo que La in'clusi in'clusioo'n 'n del hombre. al menos en su aspecto mat es res extensa extensa.. pla plantea ntea el problema de la libertad. que qu e tomamos en la siguiente sección

 

8..EI dualismo antropolo’gico. Mecani Mecanicism cismo o y libertad 8. I.

Dualismo e interacción alma-cuerpo.

La teorí teoría a de las dos sustancias adquiere una importancia de primer orden en la antropología de Descartes, pues le permitira salvar la libertad dentro dc su univ universo erso mecanici mecanicista. sta. En efecto, Descartes elabora una teoria antropológica dualista. esto es, una concepci concepción ón del ser humano c o om m o u n compuesto dC

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maten'aa exten extensa, sa, como sustancia sustanciass inla s d os os sustancias: el pensamiento y la maten' dependientes e irreductibles entre sí. Meditación ión 6“ no s dice: “Por lo tanto, como sé de cierto que exisEn la Meditac qu e convenga necesariamente a mi naturaleza to y, sin embargo, no advierto que qu e ser pensante, concluya rectamente que mi esenaa o esencia otra cosa que qu e piensa... y tengo un cuerpo al que estoy consiste so'lo en ser una cosa que

on t oodo do puesto que, por una parte tengo una idea claestrechamente unido, c on ra y distinta de mí mismo, en cuanto que y o s ooyy sólo un a cosa que piensa — no extensafi y. po r otra parte, tengo un a idea distinta del cuerpo, en cuanto una a cosa cosa extensa — y no pensantefl es cierto entonces que ese que él es sólo un yo (es decir, mi alma, por la cual soy lo que soy) es enteramente distinta de qu e puede existir sin él... mi cuerpo, y que importante e señalar señalar en esta cita dos puntos: Es important 1°- La afirmaci afirmación ón rotunda de qu e el alma y el cuerpo estan' estrechamente unidos. 2°- La gran insistenc insistencia ia de Descartes en afirmar el alma como ser pensanpensancuerpo, po, matete, una sustancia completamente diferente e independiente del cuer n'a extensa, y que, pese a esa estrecha unión. puede existir sin e’l. hemoss dicho dicho antes, esEsta insistencia no es gratuita, pues en ella. como hemo tá en juego la libertad, un asunto de importancia fundamental en su filosofia. Si insiste en afirmar la distinta naturaleza de l cuerpo y de l alma, y su total independencia. es para sustraer al alma del cumplimiento de la lass le leyes yes necesarias del universo mecanicista. Al dejar a salvo la libertad. Descartes quiere. ademas, salvar el resto de valores espin‘tuales en lo s q uuee cree y a lo s q ue ue d ee-fiende, como la inmortalidad del alma. por ejemplo. Dentro de su concepción mecanicista mecanicista del univ universo erso maten'al todo está regido po r leyes necesarias, necesarias, y e'ste es un ámbito en el qu e no hay lugar para la libertad. Nuestro cuerpo, como una cosa material ma's. está sujeto, por tanto. mismas leyes de la mater ue c aarr ec ec e de libertad. El cuerpo es materia ia.. por l o q ue concebido como una una simp simple le máquina. muy compleja. pero un a simple ma quina qu e responde a todas las las le leyes yes mecáni mecánicas cas de la fis fisica ica.. Si queremos salvar la libertad humana, y veremos qu e para Descartes su existen existencia cia es algo evidente, entonces debe residir en algo qu e por naturaleza este al margen de necesarias, ias, y ese algo sólo puede ser el alma. la res cogitans. el yo las leyes necesar como pensamiento. El problema que ten tendr drá á qu e afrontar Descartes. como consecuen consecuencia cia de su afirmación dualista. es la relación ent entre re ambas ambas sustancias. Este es el mismo problema que en su mom quien en ta tambi mbien e n demoment ento o tu tuvo vo qu e afrontar Platón. qui fendió. como se recordará, la se sepa para raci ción ón del del alma racional y del cuerpo sensible. Para Descartes el problema e s au’ au’ n mas agudo por dos razones. Pn'mer0, porque la separación que es radica call al coneebirlas como estab table lece ce e s mas' radi dos sustancias diferentes e irreductibles entre si. pues pos poseen een atributos distintos: el pensamiento y la extensión. En segundo lugar. porque es plenamente consciente de la estrechisima relación entre ambas. Rectificando a P llaa ttóó n. n. a las

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Filosofia canesiana'

R Descartes. Discurso del método

son acor acorde de con los dictados de la raz razón, ón, oblioblib) Irraeionales, pues no son gando a la voluntad a establecer una lucha para someterlas a su control.

n ooss d iice ce qu e el alma _v el cuerpo estan' ma's um'dos qu e el piloto y el barco; quee cs como si formaran una mis misma ma coestan' tan unidos, y como mezclados. qu fueraa así así,, no sentin’a dolor cuan cuando do estoy estoy herido; sa, sa, pue pues. s. —continu'a—, si no fuer cosaa pensante pensante percibin’a la herida exclusivamente co n el entendiso'lo como cos mie mie nto nto,, co como mo cuan cuandd o el piloto ve qu e se rompe un cabo del del barc barco; o; p eero ro yo siento dolor, por tanto la relación es muy estrecha. Pero, aún mas', el entendimiento concibe inicialmente mi cuerpo como un cuerpo mas', no precisamente como el mio; son so n los sentimientos de dolor, d e se d , d e hambre, etc, quee posibilitan qu e yo comprenda que los qu qu e este cuerpo es mi cuerpo; yo no ve veoo solamente por los los oj ojos os del espírit espíritu, u, p ue ue s e n ese caso ven’a la s ang angre re de la [ell orden herida pero no como la m ía ía . “ M e enseña también la naturaleza [e dispuesto por Dios en las cosas creadas], mediante esas sensaciones de doquee yo no sólo estoy en mi cuerpo como un piloto lor, hambre, sed, etcétera, qu en su navío, sino que estoy tan íntimamente unido y como mezclado con e'l, qu quee es como si forma’semos una misma cosa. Pues si ello no fuera a sísí, n o sentiría dolor cuando mi cuerpo está herido, pues no soy sino una cosa que piensa, y percibiría esa herida co n el solo entendimiento, como un piloto percibe, por medio de la vi vist sta, a, que algo se rompe en su nave ” (M (M.M .M VI). VI). ¿Cómo ¿Có mo expl explica icarr esta estrecha relación? Este es un proble problema ma co n el que de forma general se han enfrentado enfrentado infr infructuosa uctuosamente mente todos los dualismos, y Descartes no es una excepción. Nuestro autor recurre a una explicación de tipo fisiológico: nos explica q uuee e n el centro, en la parte má dell ceremáss baja, de encuentra tra una glándula, denominada pineal, qu e es donde residiria el bro se encuen alma o, a l m en en ooss , sería el punto de contacto dond dondee tendn’a tendn’a lugar la intera interaccción cuerpo-alma. Esta explicación explicación es claramente insatisfacton'a y está conun o de los puntos má siderada side rada como uno máss débiles de la filosofi filosofia a cartesiana. Más interesante, y mejor encaminado al probl problema ema fundamental de salvapasiones. ones. guardarla libertad, es su teoría de las pasi

La fuerza del alma consistirá, precisamente, en tratar de controlar y dingir las pasiones. Para Descartes las pasiones no son siempre malas, pero su exigencia de ser satisfechas de forma inmediata, sin mas' consideración, y su lucha para para encauzailas racionalmente. En unaa lucha fuerza, obligan a la voluntad a un is ma ma s ni buenas ni malas: lo buen buenoo o re real alid idad, ad, las las pasiones no son en s í m is ellas, por lo que se ha de aprender a gobemarmalo es el us o que se haga de ellas, las. En este combate, la razón es la encargada de proporcionar el conociqu e la voluntad pueda pueda cond conduci ucirr adecuadamente las miento y los juicios para que de la vida. Descartes En esto sigue las enseñanza enseñ anzass de los estoicos, acciones qu e es estt ar ar po porr enc enc im im a de la violenc violencia ia de las pasiones según los cuales había que el equilibrio in'terior la pa paz z En esta esta lucha lucha d elel a ll-y del espin'tu. espin 'tu. para alcanzar ma po porr controlar y encauzar las las pas pasion iones es es donde inter interviene viene la libertad.

8.3. La libertad Para Desca Descartes rtes la libertad sólo puede residir en el alma, porque al no ser sustancia extensa no está sometida al di dict ctad ado o de las leyes necesan'as de la mecánica. El alma tiene dos funciones: el entendi entendimie miento nto y la voluntad, En tanto qu e entendimiento, es la facultad de pensar, de tener intuiciones de las ver ver -

dades claras y distintas. La voluntad, por su parte, es la facultad de afirmar o negar, y Descartes la identifica con la libertad Desc scar arte tess la teona' de la voluntad voluntad titiene ene una En la filosofia general de De gran importancia pues, como se recordara.’ de ella también den'va su teon'a del error, un importante problema del conocimiento cu cuan ando do ha afirmado que Dios es el garante del criterio de verdad. Recordemos que la voluntad, al ser la facultad de afirmar o negar, a veces afirma con precipitación la realidad y verdad de alguna idea del ente entendim ndimient iento o cuando es'ta es confusa, mientras qu e otras veces, por prevención, niega un a idea clara y distm'ta. En ambos casos, como se sena"la en el primer precepto del método, la voluntad ca e en el error. El tema central respecto a la volu voluntad ntad es la libertad, porque incluso la posibilidad de error es derivada de la lib libert ertad. ad. Descartes sostiene que la existencia de la libert libertad ad es algo evidente, y es además la máxima perfección del hombre. En los Princtpios de Ia Fil Filoso osofia fia 1-39 nos dice: “Por lo demás, es tan evrdente que tenemos una voluntad libre qu e puede le plazca plazca no darlo, que ésta puede o cuando dacomo r su asentimiento, ser contada contada una de las primeras y ma's comunes nocrones, innatas en nosotros... Pero no sólo es evidente y un a idea innata, sm‘o ".“Que la prinCipal perfección del hombre consiste en tener libre albedrío, y que es l o que que le hace digno de alabanza o censura ” (P. FJ. 3 7). La libenad es, pues, la c aaracteristica esencial de la voluntad y es el ella la la que nos puede llevar a la verdad o a l er ror ror , al bien o al mal, seg según ún como como la utilicemos.

8.2. Las pasiones de l alma

Descartes nos nos dice dice qu e la relación entre alma y cuerpo se asemeja a un combate entr combate entre e los apeti apetitos tos naturale naturales s o pasiones, qu e son lo propio del cuerpo, y la razón y la voluntad que son facultades propias del del al alma ma.. Tres preguntas tendrá que responder para explicar este conflicto: ¿que son y cuál es la causa de las pasiones". ¿Cóm alma". ". Y, ¿có ¿cómo mo respo responde nde el alma ¿Cómo o influy influyen en en el alma frente a las pasiones? Las pas pasio ione nes s so son n percepciones, sentimientos o emo emocio ciones nes que s e d aann en afec ecta tan n al alma. pero cuyo origen no se encuentra en ella. El nosotros y qu e af son cau causa sadas das por las fuerzas vitales o cuerpo po y son origen de las pasiones es cl cuer generadas radas por el cuerpo las pasiones se calas tendencias del cuerpo. Al ser gene racterizan por ser: a) lnvoluntarias, pues no dependen del alma racional, sino que se le imponen a ella.

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Filosofia canesiana

R. Descartes. Discurso del método

 

Una critica a la idea idea de la lib libert ertad ad cs la tesis de la prescicncia divina. Esta moderaci ación. ón. 9. La moral provisional: una moral de moder critica derivada del lutcranismo y de mucho peso en la époc época, a, defiende la tetodo do lo que el ho ab b er er que ha aprendido con los cscola’sticos. Descartes sis de que Dios conoce to homb mbre re hara' en cl futuro   p r e s c i e n c i ïTras rechazar e l s a lo cual metodo cual ind indica ica que este futuro y a e st st á establecido, dc lo que resulta una cony necesari sario o dudar de todo lo que se nos indica que es nece el nos expone tradicción con la libertad libertad del hombre, que por esencia es la falta de determihemos os d iic c ho, ho, esta duda es un instrumento meto'dico pacree saber. Como ya hem nación dcl comportamiento futuro. Para Descartes, no hay ninguna prueba en ra alcanzar su objetivo: la intuición de una idea clara y distinta, evidente por duda. Encontrar, en sucontra de nuestra libertad. ni siquiera esta tesis de la presciencia divina. Resue no exista ninguna posibilidad de duda. tanto, sobre la q ue pondiendo en una carta a esta dificultad planteada por Elisabeth de Bohemia, eda se r el punto de partida del edificio del conocima, una verdad qu e pu ed resuelve la aparente contr contradic adicción ción medi mediante ante una comparación . "Si un rey miento. Es decir, que la duda no pretende borrar el pasado, rechazar todos con n toda toda seguridad que dos gentil que ha prohibido los due/os, y qu que e sa sabe be co gentil-los conocimientos adquiridos sino averiguar cuáles son los principios que la hombres de su r emo, que vi vive ven n en distintas ciudades, tienen conflictos entre considerados rados verdaderos. El duda no pueda disolver. y po r tanto puedan ser conside ellos, y están animados de tal ma mane nera ra el uno contra el otro, ta l que nada [es objetivo último est puesq alcanza alcanzarr la certeza absoluta través d e l a duda. podria Impedir batirse si se encontraran; si, digo, este rey da a uno de ellos Cuand Cuando o se somete a la duda, l a may mayo o r preocupación de Descartes. es sala mrsio’n de Ir cterto dia hacia la ciudad donde está el otro, y da también la ber quc' principios morales van a guiarlc en vida dian'a mientras encuentra mision a este otro de ir el mi mism smo o dia hacta el lugar donde está el primero, principios absolutamente ciertos. Porque. en efecto. nosotros podemos sussabe sabe bien bien con toda seguridad qu e n o dejarán de encontrarse y de batirse, y pender nuestros juicios: podemos afirmar o no afirmar. creer ono creer. pero asi con contra traven venir ir su prohibición, pero e’l no les obliga para nada a ello; y su no podem podemos os sus suspen pender der nuestros actos. no po pode demo mos s dejar de actuar diariaconocimiento. e inclusive la voluntad que hay haya a tenido tenido para mandarles de esmente y tomar decisiones en nuestra vida cotidiana. ta manera, n o i m mp p iid d e q ue ue no s ea ea sino voluntariamente y tambié también n libr libremente emente ¿Cómo actuar, pues. cuando nada es segu seguro ro.. cuand cuando o no se tiene tiene certeza certeza que se batan cuando se encuentren, como habrían hecho si él no hubies hubiese e sade nadai cuando todo vale y. por tanto. tanto. nada vale." bido nada, y hubiese sido por cua C om om o s c ve, el problema se encuentra en cómo conciliar la irresolucio’n cualqu lquier ier otr otra a circunstancia po r la que se hubiesen encontrado, y pueden ser castigados po r haber contravenido su provisional de nuestro juicio al no cons conside iderar rar nada como como cierto cierto por la duda ])I‘t)l7ll)ICIÓN. Asi pues, lo que un rey puede hacer al resp respec ecto to,, en lo refe refere rente nte radical, y en la neces necesaria aria resolución resolución de nues nuestra tra voluntad, voluntad, esto es. el tener que a las ace/on ace/ones es libres de su s sujetos, Dios, que tiene una presciencia y un potomar decisiones y llevarlas a cabo en la vida práctica diaria sin caer en cl amoralismo, que es la ausencia de toda moral der inf infini inito, to, lo hace i'nfc'iliblemente en lo referente a las de los homb hombres res (Ca (Carrta a IL‘lisabeth, enero enero de l 646)

9.1. Las max'imas de la moral provisional.

Descartes expone la moral provisional en la parte parte tercera tercera del Discurso y con ella busca suplir la ausencia momenta’nea de certeza. Esta moral hay que tomar tomarla la como un mientras tanto no alcanzo l a c er pue do pe rr-er te te z za a : c om omo no pue manecer irresoluto en mi vida práctica, debo establecer un a moral provisional que me proporcione unas normas que me permitan actuar correctamente.

8.4. ¿Pero en qué consiste la libertad? La lib libert ertad ad es básicamente la capacidad de elegir entr entre e diversa diversass opciones que se no s presentan. Ahora bien. ¿consistirá la libertad en la total indiferenc ia ia a nntt e las diversas opcion opciones, es, porque porque a s i n o me sentiría inclinado por ninguna y podria elegir “libreinente’”? La res respue puesta sta de Descar Descartes tes es negativa. La libertad no consiste en la indiferencia. La indiferencia entre las diversas opciones no significa ma's libertad‘ sino al contrario, pues la indiferencia s e d eebe a la ig igno nora ranci ncia a del entendimiento So'l So'lo o cuan cuando do el entendimiento tiene ideas claras y distintas sobre lo bu buen eno o y lo malo, o sobre lo verd verdad ader ero o y lO ta‘l ta‘lsso. o. la voluntad puede elegir con plena libertad. Porque la libertad consiste precisamente e n q u e la voluntad elija aquello que el ent entendi endimie miento nto le presenta con claridad y distinción como lo bu buen eno o y Io verdadero. La libertad, pucS. consiste en el sometimiento de la volunt voluntad ad al ente entendimi ndimiento ento.. y este sometimiento es la idea central de la etic etica a cartesiana.

La moral provisional tiene tres reglas:

 

La primera regla: La primera era obedecer las leyes y las costumbres de mi pais, conservando con constancia la religión en la que Dios me ha concedido la gracia de ser instruido desde mi infamia, y rigie’ndome en todo lo dem demás ás con arreglo a las opiniones má s moderadas y má s alejad alejadas as del exceso quejiiesen comunmente aprobadas en la práct loss más sens sensat atos os de aquellos con práctica ica por lo quienes tendría que vivir. Esta norma no debe entenderse como una propuesta de eonfonnismo acritico‘

conformismo que seria una acep aceptac tación ión pasi pasiva va de lo que hay y de aquello que no s han enseñado y qu e no diferenciaria entre las opiniones sen5)‘

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Descartes. es. Discurso del método R. Descart  

Filosfaia eartenana

oel , mundo y la sociedad en general, nuestro cuerpo y sus necesidades masatas y las err erróne óneas. as. La rec recomen omendac dación ión de Descartes es, por el c o n tar a r i Ttad: dc guiamos por l as as opiniones de los hombres más sensatos porque s oonn l ooss poder, r, etc. De tal manera que al afectamos no ten'ales. el azar, la n'queza, el pode má s prudentes. lo c ua ua l n ooss exige observación, discemimiento y juicio. Destanto los objetos como el juicio que esto nos merecen, si conseguimos hacercartes no s recomienda que. en caso de in ince cert rtid idumb umbre re y duda y hasta que loss nue nuest stros ros juicios, podrenos dueño de nuestros pensamiento y controlar lo mejor conti continua nuarr la tradiadoptemos nuestros propios principios ciertos, es mejor nos afecte la sera' controlada pu pues es el cómo có mo realidad mos alcanzar la felicidad, azar ción siguiendo el ejemp ejemplo lo de los mas' moderados y sensato sensatoss que dejamos lledel estará bajo n os o s a fe f e ct c t en e n l os o s embates y el c ómo ó mo por nuestr nuestra a voluntad var var por por el amoralismo o la falta de norma. nuestro control. estoo es fácil, sm'o todo lo contran'o. algo Ahora bien, que nadie piense que est La segunda: enremadamente dificil que requiere esfuerzo y tiempo: Pero corfieso que es M i segunda máxima era ser en mis acciones lo ma'sfirme y lo más resuelreiterada para necesario un largo ejercicio y una meditación frecuentemente reiterada to que pudie pudiese, se, y no seguir con menos constancia las opiniones más dudosos, acostumbrarse a mirar con este sesgo todas las cosas; y crea que es princibie ies s en s id id o mu y seguras. una ve : que me hubiese determinado, que si hu b palmente en esto en lo qu e consistia’ el secreto de aquellosfilósofos (filósofos Descartes nos p rro opo one ne l a acción no la paral paral'is 'isis is del “no se qu e hacer” estoicos), que pudieron en otro tiempo sustraerse al imperio de la fortuna y, a producto de la m'certidumbre y la duda. Actuar aunque cometamos un error, pesar pesar de los sufrimi sufrimientos entos y la pobreza, riv'alizar en felicidad con sus dioses.

indecisión sión parali paralizante. zante. Puesto que la vida nos obliga como preferible a la indeci continuamente a e lle e g iirr y a actuar y esto no admite demoras, nos dice que la constancia en la a c cc c ió ió n, n, u na na v ez ez decidido, es prefen'ble a l a in c co on nss tta a nc nc ía ía y

provec vechos hosa. a. Debemos Debemos realizar resueltamente lo q ue ue h em em os os detambién mas' pro cidido aun aunque que no estemos de ello totalmente seguro. Descar Descartes tes lo argumenta medi mediant ante e un una a analogía co n e l viajero que se ha perdido en u n b os os qu qu e: e: Imitando en esto a lo s viajeros que, encontrándose extraviados en algún bosque no deben vag ar errantes dan dando do vu vuelt eltas, as, de un lado para otro, ni aú n menos detenerse en un lugar, sino caminar siempre lo má máss r e ec c to to que puedan h acz mis m mo o lad lad o, y n o c a am m bi bia r el rumbo po r déacza a u n mis bil biles es ra razon zones, es, au'n cuando no haya sido tal vez sino sólo e l a z ar ar el que les haya determi determinado nado a escog escogerlo erlo,, pues pues,, d e e sa sa manera, si no llegan precisamente a donde desean, al menos acabarán p o r l lle e g ar ar finalmente a a lg lg u un na parte, en donde probabl probablemente emente estarán estarán mejor que, (perdidos y deson'entados) en medio de un bosque.

Y una última regla, que es una conclusión “En fin , como conclusión de esta moral, se me ocurrio examinar un a tras o ttrr a l as tienen los hombres en esta Vida para as d ive ive rrs s as as ocupaciones que tienen procurar escoger la mejor; y sin que quiera quiera deci decirr nada de las de los demás, pensé que no pod ía h ac ac er er n a ad d a m e jjo o r que continuar en Ia misma que tema', es decir, emplear toda mi vida en cultivar mi razon y avanzar, tanto cuanto pudiese, e n e l conocimiento de la verdad siguiendo el metodo que me había prescrito S e p ue ue de de considerar u n r e es s um um en en de las precedentes. Nos recomienda elegir la mejor entre las diversas ocupaciones de los hombres. Descartes elialcanzarel nzarel conocimiento de l a verdad. el ge la filosofia, el cultivar la razón y alca cual necesariamente lleva a una cond conducta ucta just justa a y buena, pues los buenos pnn‘ci pnn‘cipio pioss no pueden llevarnos a cometer errores.

 

ta r l a indecisión y actuar confirmeza 9.2 . E v i ta Descartes reconoce que la razón es impot impotente ente para definir el campo de cc ión ión,, el c a ampo mpo de la moral. En su obra "los Princzpios de laAiflosonuestra a cc fla nos dice que la simple “certidumbre moral debe ser s1ftictente para regular nuestras costumbres o a l men menos os ser tan grande como la que tenemos en aquellas cosas de la q ue ue n o s ol ol e em m os os dudar en lo que se refiere a la wd a’ a’ ”. ”. A nte nte la falta de verdad, debemo debemoss conformam conformamos os provisionalmente con la si simpl mple e certidumbre, como q ui haciendo una ui e en n n o ha ido a Roma, nos dice haciendo analogía, pero cree co n firmeza que es una ciudad de Italia. En la moral provisional se corre el n'esgo, del error, pero es prefen’ble. nos asever asevera a tomar tomar un pn'ncipio inseguro. \_' que tal vez nos nos llev lleve e al erro error. r. q uuee n o

La tercera regla: M i t erce ercera ra máx máxii ma era procurar siempre siempre vencerme vencerme a m í mismo antes

den de ell mundo; y, que a la fortuna, y modfiicar mis deseos antes que el o rrd general gene ralment mente, e, acos acostumbr tumbrarme arme a creer q ue ue n o hay nada que esté enteramente in o n u ues estr tros os pensamientos, de suerte q ue en nuestro poder s in ue d es es pu pu és és de haber obrado lo mejor que hem hemos os podido podido.. en lo tocante a l as as cos cos as as exteriores, todo lo que nos falta para conseguir el éxito es para nosotros absolutamente imposible. Esta regla es claramente estoica, sigue el pn'ncípio de q ue ue no nos afectan t an an tto o lo s ob obje jeto toss c omo omo el juicio q ue ue h ace acem m os os s ob ob re re ellos, po r ejemplo, el habitación ción perfectamente perfectamente conocida pemiedo que nos produce entrar en una habita ro que está a oscura. En esta moral se distingue claramente entre aquello que depende de nosotros. y po r tanto podemos controlar y modificar: nuestros juicios. nuestros deseos. etc. y lo q ue ue n o depende. sino que que es está tá al margen de nuestra volun-

tomar permanecer en la parálisis. P uuee sstt o q uuee tenemos que obrar, ninguno corremos o elque n'esgo de s er er com com o ese paseante perdido en un bosque. (Descartes vuelve a utilizar la analogía como modo de argumentar) q uuee n o sal Pn‘ncipios de filosofia IV parte. 5205.

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Filosofia canesrana

R. Descartes. Discursodel Discursodel método

 

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be como salir y que toma diverso diversos s caminos, caminos, da vuelt vueltas, as, retroced retrocede e y avaTnza in Descartes quiere garantizar que su en'terio de clan'dad y distinción es nunca ca al final. Frente a esta indecisión, Descartes preconiza que ha y que llegar nun adecuado y para ello parte de la idea clara y distinta que se tiene de Dios; una hacer hacer una elección y solo una y seguirla firm firmeme emente. nte. Exacta Exactamen mente te como reios y desbancada, consecuentemente, la exisvez probada la existencia de D io que no saldrá de dell bosq bosque ue más que si avanza lo comienda al paseante perdido, que tencia de un Genio maligno, puede afirmar que aquello que concibamos de mas' recto posible en la misma direcc dirección ión,, a fin de evitar el andar dando vueltas, manera clara y distinta es verdadero; el único inconveniente grave de ese reLa imagen de la que se sirve Descar Descartes tes en esta esta analogía, es la imagen de partido de la creencia en nuestra idea clara y distinta la es que hemos com'do duda de la indecisión, de la irresolución, un esta estado do de parálisis del que no se (¿verdadera?) de Dios. Planteada así la cuestión es conveniente indicar que puede salir y que no s agota sin pennitimos avanzar en ninguna dirección. acerca a de la circulan'dad de dicha prueba y la consitodavía hoy se discute acerc La moral provisional es un seguro contra el amoralismo, ella es la guia fundamentación. guiente idónea hasta que la raz Descartes rtes nunca elaborazón ón pueda pueda decir la última palabra. Pero Desca Otro aspecto fundamental y problemático es e l p aass o desde “yo pienso, ró una moral racional que considerase definitiva. Parecee razonable razonable luego soy” a la afirmación “soy una sustancia pensante”. Parec razón n prá práctic ctica, a, y sus distinpero ro ¿p ¿por or Descartes, distinguiendo entre razón teórica y razó afirmar que soy algo, o su equivalente vulgar, que soy una cosa, pe tos niveles de exigencia. pone de manifiesto que la racionalidad no tiene que precisame isamente nte una sustancia? Probablemente aquí se dejó llevar por un qué prec preceder a la acció acción, n, qu que e los principios no so n necesariamente anteriores a la prejuicio escola’stico al creer que la existencia de una actividad exige la exisexperiencia. La capacidad de dominar nuestros pensamientos hace que la intencia de algo sustancial. fluencia de los avatares del azar sean controlables y qu e n o caigamos prisionebien, todo todo ello no oscu oscurece rece un ápice el éxito de Descartes que iniAhora bien, norma firacontecir ecirm'ent m'entos os incontrolables. El hombre que no sigue una norma cia una nueva anda ros de acont andadura dura en la filosofia que pronto alcanzan'a un momento a'lhombre e irresoluto irresoluto,, gobermemente, meme nte, aunque aunque esta no sea totalmente cierta es el hombr gido al llegar la Ilustración (siglo XVIII). Descartes no destruye la filosofia nado por el azar. El hombre que toma decisiones y las mantiene firmemente, maa manera que el escola'stiea medieval, pero la deja sm firturo, de la m iiss m como el viajero perdido en el bosque. llegará a un lugar que aunque no sea avión no destruye a la carreta tirada por bueyes aunque la margina del futuro. e ndo con la tradidonde e'l quería, pero siempre será mejor que andar perdido por el bosque bosque Inaugura la filosofi filosofia a que se funda en la subjetividad, rompiendo Por lo de demas mas',', la lass max'imas morales estan' claramente influ aceptaba ba la noción de fenómeno co influidas idas por autores ción surgida en Grecia que acepta como mo lo que era precedentes: visible visible gracias gracias a la luz, dando in'icio a una una serie serie de problemas en tomo a la Montar'gne: seguir las leyes, costumbres y religión del propio país, vista la rel relació ación n entr entre e nuestras ideas y el mundo exten'or porque nuestro conocimiendiversidad de costumbres. to, según e'l, accede de manera directa a nuestros contenidos de conciencia Aristóteles: segurr' las opinio opiniones nes mas' moderadas y alejadas de todo exceso. p er ero s u vinculación con los objetos exten'ores se hace merced a Dios; sin querer sugirió la posibilidad de que el exterior pudiera ser algo imaginado Los estoicos, especialmente Séneca: en el consejo de ser firme y constante, o en el de veneerse a si mismo antes antes que a la fortuna, no desear lo que no es está tá en por nosotros, posibilidad tematizada en el idealismo posten'or.

 

nuestro poder,y etc. Soc'rates Platón: el intelectualismo moral al afirmar que ha decidido emplear la vida en cultivar la razón pues “basta con juzgar bien para obrar bien”. La originalidad cartcsiana habría que buscarla en la mane manera ra que tiene de máximas mas clás clásicas icas con el proceso de revisión de sus opiniones enlazar estas máxi en que sc encuentra inmerso

Algunas reflexiones finales doctr trin ina a de DesHemos visto que uno de los momentos cruciales de la doc cartes es la formulación y fundamentación del criterio de verdad. Entretenga'monos un poco en e'l. Est Este e pro proces ceso o de fundamentación es, en muchas ocasiones, sione s, acusad acusado o de circularidad, prueba que consiste en garantizar, de manera un tanto extravagante, extravagante, algo partiendo o ha haci cien endo do intervenir ese algo antes de

 

estar probado.

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CURSO. ¡DEL TODO.

 

TÑDISCOVRS

 

 

DE LA METHODE

E l Discurso de l Método, aparecido en 1637, es la primera obra publicada quedado o otras obras juveniles, iniciadas y no acapor Descartes. Atrás han quedad no p ub ubl l i icar cará, á, al menos en vida; alguna aparecerá badas, que Descartes es ya obra de madurez. En el una ella la está ya la fiDiscurso El póstumamente. au t to o r r, , s i bien expuesta en forma resumida y cautelosa. de l completa losofía

POVR BIEN CONDVIRE SA RA'ISON tr (¡menu “veure am s LES sumas

PLVS

L A DIOPTRICLVE ET LES LES ME METE TEOR ORBS BS,,

tanteo.. Y sin embargO, una a obra obra de tanteo No es , como las anteri anteriore oress inacabadas, un puede parecer incoherente, inconexa, a un lector no avisado; en parte por el os t eó eó lo lo go go s y de la Inquisición, lo que le es s pe pe rrtt ar ar l o oss recelos d e l os miedo a d e incompleta y a omitir muchas cosas “que están lleva a explicarse de forma en dis disput puta a entr entre e los doctos”; además, está compuesta por seis partes, cada una d e l a ass cuales trata d e u n asunto diferente, con lo que la um'dad de la obra se resiente, aparentemente. Algunos comentaristas han cuestionado también la importancia de esta obra, porque sus temas principales están expuestos de modo más completo en otras obras, (las Meditaciones Metafi'sicas de 1641 o los Principios de la filosofía, de 1644) a las que hay que acudir para conocer en mayor detalle el pensamiento cartesiano, y porque Descartes concibió este

Qui/¿nt ¿o cía} d: am Mnruonll PA R RENE' DESCARTES.

chcnc",6c com'géc en cette derm'crc Edition.

  Cha.

Discurso como un prólogo a tres Ensayos científicos (Dio’ptrica, Meteoros y comprenjunto con los cuales fue publicado. Por todo ello, para der su unidad interna y su importancia, es menester aludir a las circunstanc1as en que se originó y desarr desarroll olló ó esta obra.

LGeometría),

1. Origen y desarrollo del discurso

A P A R l S' Mpiñuciiu Bonn & N ¡ c o u s i: Cumuumfi‘hnc dc la Crand'Sallc du Palau", i I'Efpcnncc. &1L,Cou.rom6e

ortada

Descartes tuvo la idea de un método universal, que haría avanzar [mas las ciencias, por vez primera el lO de noviembre de 1619, nu'entrasfotmflba Parte del ejército del Duque de Baviera. Sabemos la fecha con prwSIO.” p0.r el '3“C.ab.ezam.len.toe' ‘h‘aberse encontrado entre sus papeles un manuscrito con X Novembn-S 1619 cum plenus forem enthousiasmo e n.lll’(1blÍIS .scienndae

nueve años siguientes son anos.dede p re “alicasr’ el recdb cdble le c0“fundamenta vjer cortes yreperirem”. ejérc ejércit itos" os",, Los de atesomr experiencias, de tratar de las “Fue-las. memdo vislumbrado, de avanzar en el conocimiento ¡mcm a l gunasnocer gentes entregadas al conocimiento de éstas. Descartes

de una edición del Dicurso del Método

  AL

_____4 Discurso Discur so del método

R. Descartes.  

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temáti ática ca del método. La más imobras, qu e n o acabará ni publicará, sobre la tem portante de ellas es las Regulae ad directionem ingenii (Reglas para la direc-

estos tratados tratados.. Ha nacido as asíí el ros (el arco iris, etc.) y añadir un Prefacio a estos pro proyec yecto to del Discurso. Estos Ensayos, que recogen y amplían asuntos de EI Mundo han surgido en parte de materiales sustraídos a esta obra; la sombra muchas de las páginas del Discurso. de El Mundo planea sobre muchas agranda nda ent entre re Como le ocurría siempre que concebía un proyecto, éste se agra tratados mencionados acaba sus manos, se le hace más ambicioso. A los dos tratados cuestiones matemáticas, cuya certeza y eviañadiendo la Geometría, sobre cuestiones le hizo aspirar a un métod método o universal que le permiprimero la que dencia es concebido do como tiera avanzar en todas las ciencias. Y además, el prefacio concebi acabaa tocando tocando Meteoross se amplía y acab ar a l a Dio’ptrica y los Meteoro un a presentación p ar

ción del espíritu), que sue suele le data datars rse e hacia 16 1627 27-2 -28, 8, aun aunque que es mu y probable anterior riormente. mente. Descartes Descartes ha conocido además a que recoj recoja a fragmentos escritos ante Isa Isaac ac Beeck Beeckman man,, sabio holandés que ejerció los oficios más variados, desde fabricante hasta médi médico, co, int interes eresado ado por todo problema tec'nico y científico, y que influyó sobremanera en el joven Descartes, haciendo que éste se interesase p o r l a f ís ís ica ica matemática. También ha reencontrado a Marin Mersenne, un fraile amigo y condiscípulo suyo en La Flec‘he, que se ha convertido en el centro de un círculo de científicos que se comunican e intercambian ideas, proyectos, experiencias, a través de e'l. Descar Descartes tes va formando el proyecto de explicar totemas de metafísica, moral... da la naturaleza por medio de una física mecanicista que represente la alternaEn marzo de 1636, el plan de la obra ya está completo. Descartes lo pretiva a la explicación que la física aristote’lica daba del mun mundo do.. senta así en carta a Mersenne: “Y para que se sepa que’ es lo q u e quiero Una vez en posesión de su proyecto, se retira a Holanda para llevarlo a cabo título general general hacer imprimir, serán cuatro Tratados, todos en francés, y su título con la tra tranqui nquili lidad dad que nec neces esit ita a y que París no le brinda. Vivira’ en Holanda será: E l proyecto de un a Ciencia universal que pueda elevar la naturaleza a veinte años (1629-1649), en diferentes ciudades, durante los cuales aparecerán Meteoros s y la su más alto grado de perfección. Además, la Dio’ptrica, los Meteoro sus grandes obras. Sabe materias as más curiosas qu e el autor ha podido esSabemos, mos, sin sin embargo, por la correspondencia con MersenGeometría, en los que las materi n e, e, q ue ue sus primeros escritos en Holanda no son de física, sino de metafísica. Ciencia a universal universal qu e propone, son explicadas coger, para da r prueba de la Cienci En 1629-30 Descartes inicia un Tratado de Metafísica, que tampoco acabará, de tal manera que incluso aquellos que no han estudi estudiado ado las puedan compero en el que se encue encuentr ntran an algun algunos os de l os os t em em as as q ue ue desarrollará en la parte prender. En este Proyecto revelo una parte de mi Método, procuro demosIV del Disc trar la exist Discurso urso y en las Meditaciones metafrs’icas de 1641. No son de extrañar existenci encia a de Dios y del alma separada del cuer cuerpo po y aña añado do otras otras c0óg ica ica a la física y de e’sta a la metafísica: estos vaivenes de Descartes, de l a l óg serán, án, cr creo, eo, desagradables al lector. En la Dióptrica, sas semejantes que no ser para e'l, todas las cienc ciencias ias forman una unidad, son como un árbol en el que la ad ademá emáss de la materia de las refracciones y de las lentes, hablo también muy susten tenta ta sob sobre re esas raíces, metafísica son las raíces, raíces, la físic física a es el tronco que se sus en particular de l ojo, de la luz de la visión, y de todo aquello aquello que pertenece a menció ción n exp expres resa a de la meca’m'ca, la medicina y la y l as as d em em ás ás cienc ciencia ias, s, con men la Catóptrica y a la óptica. En los Meteoros me detengo en particular sobre moral, son c om om o l as as ramas que se derivan de ese tronco. Descartes siempre la naturaleza de la sal, las cau causas sas de los vientos, del trueno, lasfiguras dela unirá su física con reflexiones metafísicas sobre Dios, el alma, la materia, ete, ol o orr e ess d e l arco iris, en donde procuro también demostrar en genieve, lo s c ol fundament amento o de la físi física. ca. neral la naturaleza de cada color, las cor pue puess consider considera a la metafísica el fund corona onass y los halos, los soles o parna a ob obrr a enla que concentrará todos sus esfuerzos hasta ie ttee años. En 1629 inicia u n helios, semejantes a aquellos que se vieron en Roma hace seis o s ie Finalmente, en la Geometría intento intento ofrece ofrecerr un modo general para resolver 1633: El Mundo. En e’l por fin se i mp mp o one ne l a vas vas ta ta t ar ar ea ea d e explicar todos los fenómenos del mundo, la luz, los los astr astros os,, los los cue cuerp rpos os terr terres estr tres es y su s movimientodos los problemas no resueltos hasta aqui". tos, las leye leyess de la naturaleza, las plantas, animales y el hombre, des desde de un p u ïEl 25 y el 27 de febrero de 163 1637 7 escrib escribe e dos cartas, dirigidas a Huygens y a Mersenne respectivamente, precisando el título definitivo de la obra: to de vista mecanicista. Descartes parece ya en posesión de su filosofía. Esta “No pong pongo o Tratado Tratado de l mé podía haber sido su primera gran obr obra a publicada publicada,, pero en noviembre de 1633 le méto todo do,, si sino no Di Disc scur urso so del método, que equivale a P ró ró llo o go go o Advertencia en torno al mét llega la noticia noticia de la condena de Galileo por la Inquisi Inquisició ción, n, y el siempre cauto mét odo odo,, para mostrar qu e n o m e propongo enseñarlo, s in renunci cia a a l a publicación de la obra, que est in o s ó lo lo hablar de e'l. En efe efecc to, to, c o mo mo se puede ver por Descartes renun estaba aba casi acabada. La parcuanto digo, consiste má s en práctica que en teoría; y llamo a los tratados te V del Discurso nos ofrece un resumen de los contem'dos de esta obra. ,que siguen Ensayos de este método porque sostengo que las cosas no podrTras haber renunciado a publicarla, Descartes concibe el proyecto alternaian ser encontradas sin él y que po r ellos se pue tivo de dar a conocer al público aspectos parciales de su física que puedan ser puede de conoce conocerr l o q uuee v aall e: e: así he introducido algo de Metafísica, de Física y de Medicina en el primer Dispublicados sin problemas p or or q qu u e n o nec necesi esite te toc tocar ar,, par para a exponerIOS, las tesis curso para demostrar que se extiende a materias de todo tipo." (a Mersenne, de Galileo prohibidas po r la Iglesia. En junio y julio de 1635 comunica a de febrero de 1637). 27 Mersenne y a Huygens su intención de revisar su tra tra ta ta do do s o ob b re re las lentes La impresión de la o b no(Dióptrica) y, sep separá arándo ndolo lo de El Mun Mundo do , h ace ace rrll o imprimir aparte. En brr a acabaría en junio de 163 1637, 7, apa aparec recien iendo do anónima anónima

 

viembre de 1635, decide unir

a

y en francés, pues está dirigida al público en general, y no sólo a los doctos.

este trata tratado do otro otro explicando diversos Meteo-

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Á

Disrurro de método

K Descartes.

reempl mplace ace al dominante (an'stotélico-escolástico) en tocientífico global que ree conforma, se com com o l os os renacentistas. o como Galileo. campos. No dos los aristotélicas referentes a fenómeno fenómenoss part particul iculaalas explicaciones con derribar El Discurso consta de se seis is parte partes. s. cada cada una de ellas dedicada a una [la res. como la caida de graves o los proyectiles. Busca un a explicación global evidente. e. tica diferent diferente. e. lo que hace que la urudad interna de la obra no sea evident en ga ga a sustituir a la aristotélica. mundo do que v en del mun habla a de sus añ años os de formación en La Flec‘he y la insatisfacLa parte l no s habl público co este proyecto, no ha elegido el Pero, a la hora de exponer ante el públi ción que es'ta dejó en su espiri'tu; la parte ll habla del método; la III, de mo Sistema. P a ar r a ello el lo tendría que expo exponer ner su pens pensamie amiento nto autor la forma de u n ral; la IV resume su met metatï atïsi sica: ca: la V su fisica y su fisiología ( ees. s. p ue ue s‘ s‘ un reue q ui ui e err e e.. S e trata de un a obra dedicada al públi(sus Principios) más de lo q ue sumen de E l Mundo); la VI . por fin. es una justificación de la publicación de co en general y. por tanto. no quiere entrar en cuestiones que se hallan en la obra al hilo de la cual desarrolla unas interesantes cons consider ideracio aciones nes meto disputa entre los “‘doctos". En lugar de presentarnos su filosofía como un dológicas so sobre bre la ciencia. autobiogratï ratïa a ¡nSistema deducido de unos pn‘ncipios. escoge la forma de la autobiog El propio Descartes fue consciente de la aparente falta de unidad de su telectual. Repar'ese en la gran cantidad de “acotaciones” temporales que salob rra a y para combatir" esa‘ impresión no s la presenta como si toda ella gir'aia permiten ten Lr' siguiendo con bastante precisión los momenpica pican n la obra y que permi en tomo a la pane II. en la que s e n os os resume el mé méto todo do.. y como si las resass i d de e as as q ue ue en esos momen momentos tos elab elaborar orar El Sis Sistema tema.. Desc Descarartos de su vida y l a tantes l‘u'eran aplicaciones de este método a distintas disciplinas para mostrar tes nos lo dará en sus Principios de la filosofia (1644). Lo que ahora nos su fecundidad en todos los campos. Sin emb embar argo. go. puede puede dudars dudarse e que esto se nos s dice dice.. en la parte l: “Mi ofrece es una autobiografía. El propio autor no corresponda con la realidad. El método. como nos resume en esta parte II, es cual ha de sepropósito pues no es el de enseñar aqui el método que cada cual

2. Composición del discurso

 

formidables dema demasia siado do en vag vago. como como pa para su super perfic ficia iall auguran dar lo los sconseguidos. esquema'tico lao.ciencia que las yotras partes orad an ada n rpor resultados Tampoco encaja completamente con las reflexiones metodológicas que se incluyen en la parte VI : en esta Descartes reflexiona sobre el papel que las experiencias y las suposiciones juegan. en la ciencia. papel qu que e ha omitido simresu sumen men de dell método de la parte plemente en su re II. Ello no h a de extrañar: se trata de dos textos momento tos s di dif' f'er eren ente tes s de su vida compuestos en momen o que cuando menos, resumen textos y reflexiones realiza'dos en dif'er dif'erent entes es momento momentos s de su sida: la parte II no par parece ece otra cosa q ue ue un resumen de las Reglas para 1a dirección del espin'tu. la obra compuesta diez años antes y que permaneció ina‘cabada. mientras que la pa part rte e VI parece corr correspo esponder nder al prefacio que el autor iba a pone ponerr a la Dio’ptri Dio’ptrica ca y los Mete Meteoros oros.. que anunciaba en la carta a Huygens de l de noviembre de 1635. con consideraciones metod metodológi ológicas cas sob sobre re los descubn descubn'miento 'mientoss cient científiíficos que estos ensayos divulgaban. Tamp Tampoco oco adver advertimos timos que la “moral previsional" que se expone en la parte III. o la explicación de la circulación de la san sangre gre de la parte V, por poner dos ejempl ejemplos, os, pued puedan an consi considera derarse rse una simple aplicacio'n de las cuat cuatro ro sencilla sencillas s regl reglas as de la parte II al campo de la moral o de la medicina. medicina. La unidad de la obra ha y que buscarla. pues, e n o tr tras consideraciones. Desde luego. Descartes nos presenta sus ideas sobre diversidad de campos y uie re re p rre ese n nttar al público un proyecto filosóficodisciplinas porque q ui

guir para dirigir bien su razón, sino sólo exponer el modo como yo he procurado conducir Ia mia (... ) yo no propongo este escrito sino a modo de historia o, si pre prefer ferrs’ rs’.. de fábula... (la negrita es nuestra). A lo q u e asistimos educación ión recibiaquí es pues a la historia de un espíritu insatisfecho con la educac da desde l a ni niñe ñe z z.. que. con el uso de la luz natural de la raz razón. ón. se ha ido elevando paulatm'amente a algún saber en todos los ámbitos qu e al hombre interesan. y q ue ue . ya en su madurez. contempla con legítima satisfacción los proaz z ón ón h a realizado. a la vez gresos q ue ue e sa sa r a vez que que es consciente de los futuros procrgesos que aún puede realizar. tanto en el esclar esclareci ecinu' nu'ent ento o y dominio del dire recci cció ó n de nuestra conducta. la s d ooss fa ce ce ttaa s d e qu e mundo c o m o e n l a di consta la humana sabiduría. San Ignacio de Loyola. el fundador d e l a Compañia de Jesús. (y recuerdese que Descartes ha estudiado en un colegio de los jesuitas jesuitas)) escribió escribió en sus Ejercicios Espirituales: “Debemos sie siempr mpre e tener tener par para a en todo acertar, que Io blanco que \_'0 veo. creer que es n eg eg ro ro . s i la Iglesia jerárquica asilo determina...“. Po r el contrario. el Discurs Discurso o del método es la autobioorgafía de al algu guie ien n que ha decid decidido ido examin examinar ar toda todas s las las op opim im'o 'one nes s y no admit admitirla irlas s "ni porque habían sido dichas po r otros. ni por sino no só lo porque que no lo habia'n sido. si porque la razón me ha persuadido de ello". El éxito de la obra‘ por ma s que sea verdad q ue ue se trata d e u n prefacio a tres ensayos científicos, se ha debido lec ttor or contemporáneo s up a qu e el lec up o ver ver en ella un escn'to programática. un manifiesto en favor de la Razón. Razón. contr contra a la autoridad y el prejuicio. Y eso lo Sigue convirtiendo en un clásico vivo del pensamiento. hoy en día.

 

Para terminar esta Introducción, ofrecemos unos comentan'os que pueden

ayudar a una lectura comprensiva de la obra, y una tabla de los contenidos de cada parte.

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Discurso del método

conduciue l os os o tr tr o oss , s iin n o solamente de que conducique unos sean más razonables q ue por mismas distintas vias y no consideramos las pensamientos mos nuestros el tener ingenio buen bu eno, o, sino si no lo principal que se trata de es Pues no cosas. La s de los almas más grandes son cap capace aces s mayores vicios, bienz. aplicarlo virtudes; udes; y los que andan mu y despacio pueden tanto como de las mayores virt

DISCURSO DEL MÉTODO, PARA BIEN DIRIGIR lA RAZONY

avanzar mucho más, si siguen el BUSCAR L A VERDAD EN LAS CIENCíIAS’ él. alejan de él.

 

Si este discurso par arr g go o pa arr a s e err l e eíí d do o todo d e u na parece ece demasia demasiado do l a na sola vez, podrá dividirse dividirse en seis parte partes. s. En la primera se encontrarán diversa s consi considera deracione ciones s acerc acerca a de las cien cienci cias as.. En la segunda, las principales tercera,, algu algunas nas otras rereglas del método que el autor ha buscado. En la tercera glas de la moral que ha extraido de ese método. En la cuarta, las razones po r las que prueba la existencia de Dios y del alma humana, que son los orden n seguido en el tratafundamentos de su metafísica. En la quinta, el orde miento de las cuestiones de física que ha investigado y, en particular, la explicación del movimiento del corazón y de algunas otras dificultades que atañen a la medicina, y también la dfierencia que hay entre nuestra alma y la de las bestias. Y en la últ última ima,, las co cosa sas s que que cree necesarias para avanzar en la inv inves estig tigaci ación ón de la naturaleza hast hasta a má más s alla alla’’ de donde ha llegado, y las razones que le han impulsado a escribir.

 

El buen sentidol es la cosa mej mejor or rep repar artid tida a del mundo, p uuee s c aadd a uno piensa estar estar ta tann bien provisto de e’l que aun los má s difíciles de contentar en suel elen en d eese seaa r m á s de dell que que tienen. Al respecto no es cualquier otra cosa, no su verosímil que todos se equivoquen, sino que má s bien bien es esto to testimonia que la capacidad de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es pro piamente lo que se ll llam ama a el bue buen n sen sentid tido o o la razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y as í la divers diversida idad d de nuestr nuestras as opiniones no pro provie viene ne de Descartes, en cana a Mersenne fechad Descartes, fechada a en marzo de 1637. en Leyden, escn'be: “No he esen esen-is mo mo que ‘Prefacio' 0 to ‘Trata ‘Tratado do del me’todo’, sin sino o ‘Di ‘Discu scurs rso o del me’todo’, lo que es l o m is “Aviso acerca del met'odo’ para para pone ponerr de manifiesto que no tengo el propósito de enseñarle. sino solamente de hablar. Pues como se pu pued ede e ver p or or lo que digo. esta constituido más por práctica que por teoria y l la la mo mo a los tratados siguientes ‘Ensayos de este me’todo'. pues preas cosas que con tendo q u e l as contien tienen en no ha han n podido podido encontrarse sin e’l y puede conocerse a través de ellos su valor; también he insertado alguna alguna cos cosa a de metafísica. fi fisi sic c a y medicina en el pnmer discurso par'a poner de manifiesto que abar'ca toda clase de materias” (A-T l, 349) D05 ensayos son “Dióptn'ca”, "Meteoros” y “Geometría”, que seguían al presen presente te Discurs Discurso. o. l “El buen sentido”; pueden apreciarse dos signi significados ficados difer diferentes entes:: a) la facultad natural de distingui distinguir lo verdadero de lo falso, y b) la sabiduría. Aquí debe considerar'se el pn‘mer signifi-

Por mi parte, nunca he considerado que mi ingenio fuese en nada más perfecto que el del común de los mortales; hasta he deseado a menudo tener el penimaginación ción tan nítida y distinta. o la memoria tan samient sami entoo tan tan pronto, o la imagina como o al algu gunos nos otros. Y no conozco otr otras as cualiidades dades sino am ampl plia ia o presente, com éstas que sirvan a la perfección del ingenio; pues en cuanto a la razón, 0 al sentido}, en tanto que es la única cosa que nos hace hombres y distingue de las bestias, quier quiero o creer creer que está entera, sin ninguna reserva en cada uno de nosofilósofos4 s4 que dicen que el ma’s y tros y seguir en esto la opinión común de los filósofo el menos se da sólo entre los accidentes y de m'ngu'n modo entre las formas, o naturalezas de los individuos de una misma especie. Pero no temo decir que pienso hab haber er teni tenido do mucha fortuna al haberme [3] hallado desde mi juventud en algunos canu'nos que me han conducido a conmáxi ximas mas c on on l as as que he formado un método, por el que me sideraciones y má parece que te teng ngo o el medio para aumentar grad gradual ualment mentee mi conocimiento y elevar elevarlo lo poc poco o a po poc c o hasta el punto má s alto al que la mediocridad de mi ingenio y la corta duración de mi vida podrán permitirle alcanzar. Pues he recogido ya tales frutos de ese método que, que, aún aún cuando en los juicios que hago de mí mismo int intent ento o siempr siempre e inclinarme de dell lado lado de la desconfianza más que del de la presunción, y aún cuando al mir'ar con talante filosófico las diversas acciones y empresas de todos los hom hombre bress no encuentro cas casii ninguna ninguna que no me parezca vana e inútil, no d ej extremada satisfacción s facción ejo de reconocer una extremada que haber el progreso prog reso la de pienso la verd verdad ad ni de por hecho ya en búsqueda concebir tales esperanzas para el porvenir' que si, entre las ocupaciones de los hombres, puramente hombress. h ay ay u na na que sea sólidamente buena e importante, me atrevo a creer que es la q uuee y o he escogido. [2]

PRIMERA PARTE

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corren pero pero se camino camin o rec recto, to, que los que corren

 

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No obstante puede ocurrir que me equivoque, y que lo que no es sino un p oocc o d e cobre y de vidri vidrio o lo tome tome por por oro y diamantes. Yo sé cuá cuánn exp expues uesto toss estamos a equivocarnos en lo que no s atañe y cuán sospechosos deben semos los juicios de nuestros amigos cuando so n en favor nuest nuestro. ro. Pero me agradaría, en este discurso, mostrar que” caminos son los que he seguido y representar en 7

La razón es una facultad que posee el hombre por naturaleza. El u so so de la razón es una actiVldüld que puede perfeccionarse median'te el método adecuadot No tod todos os los hombr hombres es poseen el mismo grado de saber, este se adquiere mediante un correcto uso de la razón 4 “El sefntido": tiene aquíel mismo sigm'ficado que “buen sentido". 5 Se rexere

a los filósofos escolásticos. Los hombres que. como dirá un poco más adel adelant ante, e, carecen de “alguna extraordinana ayuda del cielo" y no son “algo más que hombre".

cado. como sinónimo de “razón”, equivalen equivalente te a "capacidad "capacidad —o facultad- de juzgar" y “¡U “¡UZZ also‘ o‘ natural", en la medida que quiere señalar la capacidad de distinguir lo verdadero de lo f als sin adulterar'. Alguna Alguna ve vez z tamb tambié ién n “sentido” es equivalente

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R. Descartes.  

cuadro ro,, a fm de que cada uno pueda juzgar, y así’ ellos mi vida vida como como en un cuad atendiendo, por el rumor público, a las opiniones, sea éste un nuevo medio de instruirme, que añadiré a los que tengo la cost costumbre umbre de servirme.

v

siglos pasados, que han sido los autores, e incluso un a conversación estudiada en la que ellos no nos descubren sino lo mejor de sus pensamientos; que la elocuencia posee fuerzas y bellezas incomparables; qu e la poesía tiene dezu rras as mu y embelesadoras; que en las matemáticas hay invenlicadezas y d u llzu

Mi intención no es, pues, enseñar aquí el método que cada uno debe seguir

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para conducir bien su r az az ón ón , s in in o s ól ól o mostrar de que’ manera he procurado co nduc nducii r l a mía. Los que se ocupan de dar prece preceptosl ptosls s deben considerarse más hábiles que aquellos a quienes se los dan, y si yerran en la menor cosa, om m o u na na historia, o Si son reprob reprobabl ables. es. Pero Pero al no proponer este escrito sino c o lo preferís, como una fábula, en la que, entre algunos ejemplos que se pueden imitar, se encontrarán tal vez otros que se tendrá razón en no seguir, espero que s e ea a u'til para algunos, si n s er er pernicioso para nadie, y que todos agradecerán mi fran franqueza queza..

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pueden n servir mucho, tanto para conte contentar ntar a los cuciones mu y sutiles y que puede riosos como para facilitar todas las artes y disminuir el trabajo de los hom-

costumbres s contiene contienen n muchas escritos os que tratan acerca de las costumbre bres; que los escrit muchass exho exhorta rtacio ciones nes a la virtud que son muy útiles; que la enseñanzas y mucha

an ar ar el cielo; que la filosof filosofía ía proporciona m e di di ooss p aarr a teología enseña a g an todas las cosas y hacerse los mede para admirar por verosímilmente hablar las otras otras cien cienci cias as aportan nos sabios; que la jurisprudencia, la medicina y las honores y riquezas a quienes las cultivan; y en fin, qu e es bueno haberlas falsas, sas, par paraa conoexaminado exami nado todas, todas, incluso las más supersticiosas y las má s fal cer su justo valor y guardarse de ser engana'do.

Yo he sido educado en las letras7 desde mi infancia, y como se me persuadía d e q ue ue , por medio de ellas, se podía adquirir un conocimiento claro y seguro de todo lo que es u'til para la vida, tenía un extremado d es es eo eo d e aprenderlas. Pero tan pronto como hube acabado esos estudios, al cabo d e l o os s cual cuale e s es costumbre ser admitido en el r a an n go go d e lo s d oc oc to to s, s, cambié po r completo de opiperplej plejo o por tantas tantas dudas dudas y errores, que me panión. Pues me encontraba tan per provecho, cho, tratand tratando o de instruirme, sino desrecía n o h a ab b er er hecho otra cosa de prove cubrir ma's y más rm‘ ignorancia. Y s in embargo, estaba en una de las más célebres escuelas de Europa, en donde pensaba que debía haber hombres saue los había en algún lugar de la Tierra. Había aprendido allí todo bios, si e s q ue lo que los dema’s aprendían; incluso, no habie'ndome contentado con las ciencias que se nos enseñaban, habí había a recorrido recorrido todo todos s los los libros que pudiero pudieron n caer estima iman n más cur curios iosas as y rarasg. Co n en mis manos y que hablan de las que se est todo todo,, sab sabía ía los los juicios q ue ue l os os o tr tr o os s h ací acían an d e mí, y no veía que se me estimase en menos que a mis condiscípulos, aunque ya había entre ellos algunos que estaban destinados a ocupar las plazas de nuestros maestros. Y en fin , nuestro siglo me par par'ec 'ecía ía tan floreciente y tan fértil en buenos ingenios como cualquiera de los precedentes. Po r todo lo c ua libertad tad de juzgar por mí ua l m e tomaba la liber mismo a todos los los demá demás s y de pensar que no había doctrina alguna en el munesperar erar.. do que fuese tal como anteriormente se me había hecho esp

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Pero creía hab haber er ded dedica icado do ya bastante tiempo a las lenguas y también a la lectura de libros antiguos, a su s historias y a su s fábulas. Pues es casi lo nu'smo conversar con las gentes de otros siglos que viajar. Bueno es saber algo de las costumbres de otros pueblos para juzgar las nuestras c o n m ááss corrección, y nuestras s manera maneras s de viv viv1r 1r'' es que no pense pensemos mos que todo todo aquello que va contra nuestra quienes s no han visto n'dículo y opuesto a la razón, como habitualmente hacen quiene nada. Per Pero o cua cuando ndo se emplea demasiado tiempo en viajar, se llega a ser finalmente extranjero en el propio país; y cuando se está demasi demasiado ado int intere eresado sado por las las cosa cosas s que se practicaban en los siglos pasados se permanece de ordinan'o ass q ue ue se practican en es'te. Por otra parte, las fábulas hacen muy ignorante de l a imaginar como posibles muchos acontecimientos qu e no lo son; igualmente las historias más fieles, si n o cam cam b bii a an n m aumentan el valor de las cosas, para hac hacerl erlas as más dignas de ser leidas, al menos orm'ten casi siempre las Circunstancias más bajas y menos ilustres; de ahí q uuee lo q uuee r e sstt a no apa aparec recee talcomo es, y que quienes regulan sus costumbres por los ejemplos que sac sacan an de ellas. están expuestos a caer en las extravagan extravagancias cias de los paladines de nuestras novelas y a concebir designios que rebasan su s fuerzas.

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reconocer cer el valor de los ejerci ejercicio cioss que se hacen Sin embargo no dejaba de recono as e scu scue e las las.. S ab ab ía ía que las lenguasg que allí se aprenden son necesarias en l as par para a comprend comprender er los libros antiguos; que el enc enc an an tto o d e la s fábulas despierta el ingenio; que las las acc accio iones nes memorables d e l as as historias lo elevan, y que, leídas con discreción, ayudan a formar el juicio; que la lectura de todos los buenos libros es como una conversación con las más honestas gentes de los

Estimaba en mucho la el elocu ocuenci encia a y era un enam enamorad orado o de la poesía; pero estutupensaba que la una y la otra eran dones del ingenio ma’s que frutos del es dio. Los que tienen e l m ás ás vigoroso razonar y ponen en orden mejor sus sus p eenn samientos c o n e l fin de hacerlos claros e inteligibles. pueden siempre persuadir' mejor sobre lo que proponen, aunque no hablen sino bajo bretónlo y no hayan aprendido jamás retórica. Y los qu que e ti tiene enen n las inspi inspiracion raciones es más

agradables y las saben expresar con el máximo ornato y dulzura. no dejarán de ser los mejores poet poetas as aunque aunque el arte poética les fuera desconocido.

° Aqui en sentido moral con carácter imperativo, Letras. esto es, humanidades: gramática, historia. poesía y retórica. 7 Letras. “ Libros de ciencias ocultas: Ia astrología, la alquimia alquimia y la magia, y las que pocos conocen pero que eswnden secret secretos os parti particularcular-es. es. como la química química,, la óptica, etc, (la que hace ver c0sas maravillosas con espejos espejos y lentes). q La Latt iin n y griego.

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Du'curm del Modo

Me complacía sobre todo con las matemáticas a ca [10]evrdencra causa usa de la certeza y la de su s razo razone nes; s; pe pero ro no advertia todavía su verdadero uso. y. penhu Descart'es usa la expresión “hablar bajo breto’n" para' significar "hablar de modo poco literano y que pocos entienden“.

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AL

Discurso del método

R. Descanes.

artes es mecánica mecánicas, s, me sorprendía que, s i e sando q ue ue n o servían sino a las art o us a n y ejércitos15 , en frecuentar gentes de diversos temperamentos y condiciones, firmes es y tan sólidos, no se hubie fundamentos tan firm hubiese se levantado levantado sob sobre re ell ellos os nada is mo mo en las cu’cunstanen recoger diversas experiencias, en probarme a m í m is más noble”. En cambio. comparaba los escritos de los anti antiguos guos paganos”, que todas partes partes hacer tal reflexión sobre deparaba, y en todas me la fortuna que cias tratan de las costumbres, con palacios mu y soberbios y magm’ficos, pero no las cosas que se me presentaban que pudiera obtener algún provecho de Virtudes es y las lev levan antad tados os sino sino sobr sobre e arena arena y barro. Elevan mu y en alto las Virtud que podía encontrar mucha más verdad en los razohacen parecer estimables por encima d e tod as as la s c o os s as d el el mundo; pero no os llaman con tan bello enseñan bastante a conocerlas, y a menudo lo q ue e llll os nombre no es sino insensibilidad, orgullo, desesperación o parricidio.

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e tte e nd ndíí a a,, co mo cualquier Trataba con reverencia a nuestra teología y p rre otro, ganar el cielo; pero habie habiendo ndo apr aprendi endido, do, como cos cosa a mu y segura, qu e el can canu' u'no no no está menos abierto a los más ignorantes que a los más doctos, y q ue ue l as as verdades reveladas, que allá conducen, están por encima de nuestra inteligencia, nunca me h ub ubii era era atrevido a s o me me tte e rrlla s a la d eb eb ililid ad ad de mis razonamientos, y p en parr a emp emprr en en d der er su examen y tener éxito era en sab saba a q ue ue pa preciso alguna extraordinaria ayuda del c ie ie lo lo y ser algo más que hombre. hombre.

[1 2 ] N o d ir é nada de la filosofía sino que, viendo que h a s id id o cultivada por los más exce excelent lentes es ingenios q ue ue h an an vivido desd desde e hace hace siglos, y que, sin embargo, no se enc encuen uentr tra a aún m'n m'ngun guna a cosa cosa de la qu e no se dispute, y, por consiguiente, que no sea d ud en ní a y o la pre presunc sunción ión de obtener un logro ud os os a, a, n o t e mejor q ue ue los d em em ás ás ; y que, considerando cua'n diversas opiniones puede haber toca tocantes ntes a u na na m iis s ma ma materia, que sean sostenidas por gentes doctas, sm ' q ue ue p ue ue da da haber jamás más de una que sea verdadera, yo tem’a casi por falso falso tod todo o lo q ue ue n o era más que verosímil”.

 

tornan nan sus principios d e la [13] Y en cuanto a las otras ciencias”, en tanto que tor filosofía, juzg juzgab aba a yo qu e n o se podía haber levantado nada que fuera sólido gananc ancias ias que prome prome-sobre fundamentos tan poco firmes. Y ni el hono honorr ni las gan ten er eran an sufi suficie ciente ntes s para para invitarme a aprenderlas; pues no me veía, gracias a un oficio tal que ciencia Dios, en condición de laaración que me obligase hacer de con desahogar mi fo fortu rtuna; na; y aunque yo no a hiciese hicie se decl declara ción pública despreciar la gloria a lo cínico, hacía poco caso de la qu que e no esperaba poder adqurr'ir' sm'o con falsos títulos. Y en fin, respecto de las mal ala as doctrinas, pensaba co nocer ya bastante lo que valían para no estar expuesto a ser engañado ni por las promesas de un alquimista, m' por las predicciones de un astrólogo, ni por las imposturas de un mago, ni por los artificios o la presunción de alguno de que saben. los que hacen profesión de saber má s de lo que

[14] Por ello ello,, tan pronto como la e da da d m e permitió salir de la sujeción de nu's pr prec ecep epto tore res, s, aban abando done ne po porr en ente tero ro el estu estudi dio o de las letras. Y resuelto a no buscar otra ciencia s iino no la que pudie pudiera ra encontr encontrar ar en mí mismo o bien en el gran libro del mundo, empleé el resto de mi juventud en viajar, en ver cortes E Ell estudio de las matemáticas se dirigía a su apli aplicación cación práctica: práctica: mecánica mecánica etc..

 

ellas. Pues me parecía namientos que cada uno hace en lo tocante a lo loss asunto asuntoss que le interesan, y cuyo resultado le debe castigar poco despues' si ha juzgado mal. que en los que hace un hombre de letras en su despacho, en lo tocante a especulaciones consecuenc cuencia, ia, sino que no producen efecto alguno y que no le reportan otra conse alejadas t a n t o m á s l a vanidad cuanto es esté ténn de dell más vez aumentará que tal puesto que habrá debido emplear más ingenio y artificio en común, sentido en ííaa s iiee m pre pre un extremado deseo de procurar hacerlas verosímiles. Y t en accion iones es aprender a distinguir' lo verdadero de lo falso, para ve r claro en mis acc esta vida. vida. y caminar con seguridad por esta

hacía a sino considerar las costumbres de los [15] Es verdad que, mientras no hací otros hombres, no encontraba apenas de qué estar seguro, y advertía casi tanta diver diversidad sidad como antes la habí había a observado entre las opiniones de los filósofilósofos. De su suer erte te que el mayor provecho que obtenía era que, viendo muchas cosas que, aunque nos parezcan muy extravagantes y ridículas, no dejan de ser comúnmente admitidas y apr aproba obadas das por por otros grandes pueblos, aprendía a no creer demasiado f1r'memente nada de aquello de lo que no se me había persuadido sino por el ejemp ejemplo lo y la costumbre; y así me liberaba po pocoa coa po poco co de muchos errores, que pue pueden den ofuscar ofuscar nuest nuestra ra luz natural y volv volvemo emoss me nos capaces de escuchar la razó razón. n. Pero después que hube emple empleado ado algunos años en estudiar así en el libro del del mu mund ndo o y en tratar de adquinr" alguna expetomé un día la resolución de estudiar también en mí nn'smo y empleriencia, tomé ar todas las fuerzas de mi ingenio en escoger los caminos que debía segutr'. hubies esee nunca L o c ua ua l me salió mucho mejor, es o me parece, que si no me hubi alejado de n'u' país y de mis libros.

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