Desarrollo Sostenible, Ética, Filantropía y Responsabilidad

February 4, 2019 | Author: Nelly Rodriguez | Category: Corporate Social Responsibility, Sustainable Development, Sustainability, Sociedad, Labour Law
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DESARROLLO SOSTENIBLE, ÉTICA, FILANTROPÍA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

Elementos para entender la responsabilidad social de la empresa

a).-Desarrollo sostenible sostenible y ética •







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La visión de desarrollo sostenible surge con la preocupación ambiental pero no se limitó a ésta. Con su introducción no solo se ampliaba el espectro de elementos a considerar para hablar de desarrollo. En este caso se incluía el medio ambiente. Pero, además, se preguntaba por la   posibilidad de la continuidad del desarrollo en las generaciones futuras, al menos en las mismas condiciones que en las generaciones presentes. Buscaba la equidad intergeneracional. En el marco de esta perspectiva es que surge la   definición de

sostenibilidad como la articulación de procesos en la dimensión ambiental, económica y social.

Hoy los gobiernos, las empresas y, en general, las instituciones que actúan con una perspectiva de desarrollo sostenible emplean como referente lo que llaman «la triple línea de base» (económica, ambiental y social). Los reportes de sostenibilidad incluyen estos tres aspectos para dar cuenta de la manera en que operan las instituciones. El desarrollo sostenible se ha constituido en una ética.

b.- El objetivo y la relación de la empresa con su entorno. Las empresas se crean para producir bienes y servicios que satisfacen necesidades sociales.   Las demandas de los consumidores son las expresiones de las necesidades sociales insatisfechas. Si una empresa produce un bien o un servicio que no corresponde a una necesidad social, no será demandado. Y si ello ocurre la empresa no prosperará.

Los empresarios que identifican tales necesidades sociales insatisfechas no sólo buscan una forma de satisfacerlas; también persiguen hacer utilidades.   Si no se genera un excedente, la empresa no podrá reproducirse. Pero no puede confundirse el objetivo de la empresa con la ganancia.

La acción empresarial, independientemente del bien o servicio que produzca, se da gracias a la interrelación que se establece entre los siguientes factores: a) los inversionistas, b) los trabajadores, c) los recursos naturales y ambientales y d) los espacios sociales sobre los cuales se asienta para producir. De la manera en que se combinan dependen los impactos que generan a) en el entendimiento económico de los inversionistas, b) en la productividad de los trabajadores, c) en la renovación o destrucción de los recursos naturales y d) en la situación de las comunidades en las que se establece.

¿Qué significa actuar éticamente ? Si las empresas se relacionan con una diversidad de actores, grupos o partes de la sociedad con los que interactúa no sólo a través de la compra y venta de productos y servicios sino, también, mediante dinámicas laborales y la publicidad; si esas relaciones se dan en el marco de normas y leyes que no cubren todos los aspectos;  entonces la ética es una

zona gris que abre la posibilidad de actuar de acuerdo a decisiones basadas en principios y valores que están más allá de lo establecido por ley.  Por ejemplo, en una sociedad en la que se permite una diferencia salarial entre profesionales de géneros distintos, ¿es ético pagar discriminando la condición de la mujer? En una sociedad en la que no está prohibido el trabajo infantil, ¿es ético contratar niños para llevar a cabo trabajos riesgosos?

Las respuestas para enfrentar las nuevas demandas éticas han sido múltiples. Con el objeto de presentarlas las hemos dividido en tres grupos. En   primer lugar distinguimos las acciones filantrópicas. Se trata de prácticas que resultan del acto de donar o regalar dinero, bienes (mobiliario, equipos, instrumentos, medicinas, alimentos) o servicios (trabajo voluntario) a personas o grupos organizados de personas con un fin humanitario o altruista. Aquí se pueden encontrar intenciones tales como atender a los enfermos en hospitales gratuitos, paliar el hambre en habitantes pobres de una localidad, apoyar organizaciones deportivas, promover la música. Sin embargo cabe desatacar que, tal como se dieron las primeras acciones de este tipo, estas no siempre vincularon a las empresas con el impacto positivo que deseaban generar. Es decir, los recursos provenían o de la riqueza personal del dueño de la empresa (obtenida gracias a su exitoso manejo empresarial) o de una fracción pequeña de las utilidades obtenidas por la empresa.

Pero no fueron producto de una estrategia conscientemente elaborada para enfrentar una situación estructural cuyo horizonte temporal se extendiese a largo plazo. En otras palabras, el acto filantrópico no incidía en el proceso productivo  y, por lo mismo, no afectaba ni la relación ambiental ni el clima laboral; es decir, ni se mejoró el rendimiento de las inversiones, ni contribuyó al incremento de la productividad de los trabajadores, ni se alteró el proceso técnico de la producción para minimizar el daño ambiental. Más aún, las acciones filantrópicas, por lo general, propendieron a reforzar relaciones de tipo   paternalista con su efecto dual: podían beneficiar a las personas o grupos atendidos pero, simultáneamente, consolidaban un   vínculo de subordinación y dependencia   entre el filántropo y las partes beneficiadas

En segundo lugar distinguimos las acciones de inversión social . Se trata de una canalización de recursos de la misma empresa hacia su entorno externo o la comunidad sobre la que se asienta o a la que influye con el propósito de obtener un doble beneficio: para la propia comunidad a la que van dirigidos esos recursos y para la empresa. Responde a una estrategia destinada a mejorar la reputación o imagen de la empresa. No es un acto vinculado a un impulso meramente altruista o humanitario.   Implica un análisis previo de la situación que se pretende abordar y de los efectos que podría producir a favor de la empresa y a favor del lugar en el que se ejecuta la acción. Por ejemplo, se podrían destinar recursos para evitar el deterioro ambiental, o instalar servicios de salud

o educativos, o respaldar la creatividad cultural de la localidad, para ganar una reputación, imagen y confianza entre los miembros de la comunidad o evitar su pérdida. A diferencia de la acción filantrópica, la acción de inversión social está íntimamente ligada al proceso de la empresa. El supuesto dominante es que, si la comunidad percibe que la empresa le ofrece beneficios, la población podría convertirse en un aliado de la empresa para enfrentar situaciones críticas o de riesgo. Por otro lado, lograr la lealtad de la comunidad podría generar a la empresa mayor seguridad y animarla a invertir más ofreciendo mejoras en la calidad de vida de la localidad.

En tercer lugar   distinguimos las prácticas de responsabilidad social empresarial. Responden a la estrategia de involucrar a la empresa en un proceso en el que se beneficia no sólo la reputación de la empresa o la sociedad en la que actúa sino también los trabajadores, el medio ambiente, la comunidad misma y los inversionistas. Se plasma el sentido humanitario y altruista de los propietarios,   se asegura la lealtad de la comunidad, se mejora la productividad del trabajo, se protege el medio ambiente y se satisface la necesidad de retorno de los inversionistas, todo ello de manera permanente y estable en el tiempo. En este sentido, la acción de responsabilidad social implica : -Una visión integral de futuro para la empresa ( accionistas y trabajadores ) y la comunidad sobre la cual se asientan . - Por el otro, que ajusten o modifiquen sus procesos productivos para reducir, controlar o reutilizar los residuos que generan

C. Regulación o autorregulación Uno de los grandes temas del debate ha sido si la responsabilidad social de la empresa debe ser regulada por el Estado o si debe ser autorregulada por la propia entidad. Varios de los aspectos contenidos en la concepción de responsabilidad social ya son regulados a través de normas o procedimientos como, por ejemplo, las leyes laborales o las disposiciones ambientales (códigos o leyes específicas). No obstante, dado que la responsabilidad social es un enfoque más integral y que abarca elementos sociales que están más allá de la normativa jurídica, lo más apropiado para los empresarios, en todo aquello que no es sujeto de norma, es el mecanismo de la autorregulación. Ello traslada al interior de las empresas la responsabilidad de incorporar por iniciativa propia las nuevas concepciones gerenciales en sus prácticas.

Existen algunas herramientas de auto aplicación que identifican y definen indicadores; es decir, hacen posible las prácticas gerenciales de los nuevos componentes para autorregular la conducta de la empresa. Ejm. La norma ISO 26000 Poco a poco han emergido planteamientos para regular lo que la ley aún no contempla. Se plantea que el Estado, mediante los mecanismos legales apropiados, asegure que las empresas desarrollen prácticas de responsabilidad social. En algunos casos se han dado Códigos de Medio Ambiente o leyes de responsabilidad Medio Ambiental mediante las cuales el principio de  “quien  contamina,  repara”  se convierte en norma jurídica. Del mismo modo, el término Responsabilidad Social es incorporado en normas jurídicas de diferente nivel y alcance.

Diversidad de perspectivas •

A. Perspectiva mundial Las definiciones de lo que es la responsabilidad social de la empresa han emergido, se han ajustado y/o modificado a lo largo de los últimos años. Encontramos diferentes énfasis o términos empleados por distintas organizaciones. Por ejemplo, para (WBCSD)entidad que agrupa a las empresas más grandes del mundo, es «el compromiso de los negocios para contribuir al desarrollo económico sostenible, trabajando con sus empleados, sus familias, la comunidad local y la sociedad en general para mejorar su calidad de vida». Para esta organización, la noción de responsabilidad social empresarial es un concepto fundamental comparable a libertad e igualdad que siempre se estará redefiniendo de acuerdo a las necesidades cambiantes y a las circunstancias.

El Pacto Mundial o   Global Compact no contiene una definición de responsabilidad social de la  empresa, pero elabora unos principios que se asemejan a las ideas sugeridas por la perspectiva de la RSE. Es una propuesta desarrollada por las Naciones Unidas en el marco del creciente proceso de globalización y el impacto que tuvieron las empresas transnacionales en la década de los noventa. Su objetivo fue involucrar a las empresas en el manejo de los desafíos sociales y ambientales que su experiencia, a veces desastrosa, había mostrado. Esta iniciativa empezó a operar desde el año 2000.

Perspectiva de Estados Unidos Se puede decir que la sociedad estadounidense es la que más claramente ha expresado su respeto por el mercado libre, por la libre competencia. En ese contexto, las empresas han jugado un rol social importante, aunque sus métodos hayan variado con el tiempo. La cultura filantrópica de empresas y ciudadanos se ha plasmado no sólo en obras de caridad para los desvalidos o pobres; también, ha servido para promover el arte, la investigación científica o la educación. Con el advenimiento de la preocupación por la mejora de la productividad del trabajo y la inquietud mundial por el medio ambiente, la cultura filantrópica dio paso a una comprensión más integral que hizo posible redefinir la filantropía tradicional empresarial y abrió la perspectiva de la responsabilidad social de la empresa o responsabilidad social corporativa.

Algunas de las creencias y sustentos que, en los hechos, han sido una forma de definir la responsabilidad social de la empresa en EE.UU. son las siguientes: 1.  Los empleados funcionan mejor cuando entienden el sentido de sus tareas en el conjunto de la empresa, a salarios razonables en ambientes saludables, son consultados en cómo hacer sus trabajos, son respetados por sus contribuciones individuales y por sus necesidades y disfrutan de un balance saludable entre el trabajo y la vida familiar. 2. La   performance de los trabajadores es estimulada por la voluntad del empleador en invertir   en su permanente crecimiento personal y profesional.

3.  Los métodos autocráticos, autoritarios y abusivos en el lugar de trabajo, en los que los empleadores gobiernan mediante la tiranía e intimidación, no son buenos para los negocios o las empresas. 4.   A largo plazo, las empresas funcionan mejor cuando están ubicadas en comunidades saludables. 5.   Las empresas que tratan el ambiente natural con respeto usualmente reducen su producción de desperdicios, obtienen productos y servicios de mayor calidad y maximizan eficientemente sus recursos, incluyendo sus inversiones de capital. 6. Las empresas deben tener una visión de largo plazo de sus operaciones. Las decisiones deben hacerse con una amplia perspectiva de tiempo y de grupos afectados. 7. La reputación de las corporaciones tomará mayor importancia.

Perspectiva europea A diferencia de Estados Unidos, en Europa el Estado ha tenido una intervención mayor en los asuntos sociales y económicos. Los servicios básicos para las poblaciones se ofrecen desde entidades públicas. Los mercados han tendido a estar más regulados por leyes emitidas desde los Congresos o disposiciones salidas de las instancias públicas ejecutivas. Pero, además, las sociedades europeas han estado más atentas a los temas ambientales o han actuado con mayor sensibilidad frente a estos problemas. No se puede dejar de mencionar la presencia de entidades con preocupaciones sociales, laborales y ambientales en el ejercicio del gobierno en las últimas décadas. Todo ello favoreció el surgimiento de una visión de responsabilidad social.

Desde la perspectiva de las empresas europeas el nuevo paradigma ha modificado su manera de hacer negocios. Han incorporado el concepto de desarrollo sostenible que les ha permitido ver ahorros y oportunidades en lo que antes sólo percibían costos y dificultades; han adquirido tecnologías más limpias; han extendido su visión acerca de quiénes deben hacer responsabilidad social dentro de la empresa, extendiéndola a toda las partes de la misma y no sólo a los departamentos técnicos o sociales; han transformado las premisas de confidencialidad por las de apertura y transparencia; y las del cabildeo estrecho por la discusión con sus partes interesadas (stakeholders).

De acuerdo a la Comisión Europea la Responsabilidad Social, es «la incorporación voluntaria, por parte de las empresas, de preocupaciones sociales y medioambientales a sus actividades comerciales y a sus relaciones con las partes interesadas». La Comisión Europea publicó en 1995 un manifiesto  contra la exclusión social y, como resultado, se creó una red de cincuenta y siete empresas europeas que adoptó el nombre de Corporate Social Responsibility-Europe (CSR-Europa). En julio  de 2001 publicó el Libro Verde, cuyo propósito era promover un marco para la responsabilidad social en Europa. Las empresas han hecho hincapié en la naturaleza voluntaria de la responsabilidad social. No obstante, los trabajadores, a través de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), han señalado que no se debe considerar la responsabilidad social de la empresa como una alternativa a la responsabilidad de los gobiernos. De acuerdo al Parlamento Europeo, «el punto de partida debe ser un enfoque voluntario, sin excluir un enfoque reglamentario, de ser necesario».

Perspectiva latinoamericana Uno de los elementos culturales que ha caracterizado a América Latina ha sido el paternalismo y, en ese marco, la conformación de relaciones y vínculos dependientes entre los distintos estamentos sociales. Tal vez este ha sido uno de los factores que más ha incidido en la constitución de sus gobiernos, de su empresariado y, en general, de sus sociedades; todo ello asociado a una marcada desigualdad en la distribución de los ingresos, en la concentración del poder político, económico y social y en la extensión de las condiciones de pobreza. La religión y la caridad de las empresas familiares han sido los instrumentos a través de los cuales se han mantenido o paliado las diferencias. La acción o el gesto filantrópico ha sido el   “brazo social”  de las empresas medianas o grandes.

Desmontar esta cultura paternal dependiente y filantrópica, y construir otra de responsabilidad social es un reto inmenso que se han planteado algunos líderes empresariales y sociales. La globalización y las innovaciones tecnológicas que la acompañan han hecho posible expandir los nuevos planteamientos asociados a la responsabilidad social. No sólo han concurrido a ello algunos líderes visionarios; también las empresas multinacionales que, además de inversión, han traído la necesidad impuesta por el mercado global de actuar de manera responsable. Pero, a pesar de todo ello, la tarea de la transformación cultural y social sigue siendo el gran trabajo que es necesario hacer. Por estas razones, la práctica de la responsabilidad social sigue muy asociada a la filantropía y cuesta modificarla.

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