Derechos Violencias y Construccin de Paz Desde Las Mujeres Del Magdalena Centro
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Derechos, violencias y construcción de paz desde las mujeres del Magdalena Centro Herramientas conceptuales y metodológicas para realizar talleres de sensibilización y capacitación a mujeres Casa de la Mujer del Magdalena Centro – CERCAPAZ GIZ Versión revisada Mayo de 2011
Tabla de contenido Presentación........................................................................................................................... 4 Propuesta pedagógica y metodológica............................................................................... 5 Notas para las facilitadoras ................................................................................................... 7 La preparación de los talleres ............................................................................................. 8 Sugerencias para la realización de los talleres ................................................................... 9 Sesión 1. Género e Identidades de género ......................................................................... 11 Momento conceptual ....................................................................................................... 11 El género, una construcción social ............................................................................... 11 Roles de género ............................................................................................................ 13 Identidades de género .................................................................................................. 14 El género, una herramienta útil para analizar la realidad ............................................ 14 Propuesta de taller............................................................................................................ 16 Sesión 2. Autonomía de las mujeres ................................................................................... 23 Momento conceptual ....................................................................................................... 23 Un cuerpo para otros, un ser para otros ...................................................................... 23 La autonomía, una construcción individual y colectiva ............................................... 25 Mi cuerpo es mío: derechos sexuales y reproductivos ................................................ 26 Propuesta de taller............................................................................................................ 29 Sesión 3. Derechos humanos de las mujeres ................................................................ 33 Momento conceptual ....................................................................................................... 33 Las luchas de las mujeres por los derechos.................................................................. 33 Los derechos de las mujeres son derechos humanos .................................................. 35 La CEDAW, una herramienta para hacer frente a la discriminación ............................ 39 La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer......................................................................................................................... 41 Propuesta de taller............................................................................................................ 43 Sesión 4. Violencia basada en género y construcción de paz ............................................ 48 Momento Conceptual ....................................................................................................... 48 Violencia directa, estructural y cultural en relación con la VBG .................................. 48 Un marco interpretativo de la Violencia contra las mujeres ....................................... 50
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Género y construcción de paz ...................................................................................... 52 Propuesta de taller............................................................................................................ 53 Sesión 5. Legislación nacional por la equidad de género ................................................... 56 Momento conceptual ....................................................................................................... 56 Las colombianas luchan por sus derechos ................................................................... 56 Los primeros frutos....................................................................................................... 58 Un segundo momento de avances legislativos ............................................................ 59 Hacia la institucionalización de los derechos de las mujeres ....................................... 60 Propuesta de taller............................................................................................................ 63 Sesión 6. Ley 1257 y rutas de atención a mujeres víctimas ............................................... 67 Momento Conceptual ....................................................................................................... 67 La ley 1257 y el derecho a una vida libre de violencias ............................................... 67 La atención y protección a las mujeres víctimas en la ley 1257................................... 69 Algunas consideraciones para la atención a víctimas .................................................. 71 Propuesta de taller............................................................................................................ 73 Sesión 7. Pactos, alianzas y redes de mujeres ............................................................... 78 Momento Conceptual ....................................................................................................... 78 La sororidad y los pactos entre mujeres ...................................................................... 79 Redes para la vida, redes para el cambio social ........................................................... 80 Propuesta de taller............................................................................................................ 82 Sesión 8. Incidencia política y empoderamiento ............................................................... 88 Momento conceptual ....................................................................................................... 88 Intereses de género: lo práctico y lo estratégico ......................................................... 88 Los intereses estratégicos y el proceso de empoderamiento de las mujeres ............ 90 Incidencia política: trazar una ruta de acción colectiva .............................................. 91 Algunas estrategias de incidencia política.................................................................... 92 Propuesta de taller............................................................................................................ 95 Glosario ................................................................................................................................ 99 Bibliografía ......................................................................................................................... 101
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Presentación Este cuaderno es producto del “Ciclo de formación básica en torno a la prevención de violencias y la promoción de derechos de las mujeres en lo público para las dinamizadoras de la Casa de la Mujer del Magdalena Centro”. Dicho proceso formativo se realizó en La Dorada – Caldas entre los meses de septiembre y noviembre de 2010 como parte de los acuerdos construidos con las organizaciones gestoras de la Casa de la Mujer, para fortalecer la creación de ese espacio regional. Es entonces una herramienta pedagógica y conceptual que puede ser utilizada por mujeres que han realizado procesos de reflexión sobre la prevención de violencias y la promoción de sus derechos, y que buscan compartir conocimientos y facilitar aprendizajes con otros grupos y organizaciones de mujeres de la región. Está estructurada en ocho (8) unidades temáticas, las cuales desarrollan un recorrido conceptual y didáctico que busca potenciar las posibilidades de acción individual y colectiva de las mujeres, para trascender situaciones y condiciones sociales y culturales que facilitan las violencias basadas en género e impiden el ejercicio pleno de la ciudadanía para las mujeres. La persistencia de la violencia contra las mujeres, como expresión y causa de la discriminación y subordinación, no es ajena a la región del Magdalena centro. Las formas de construcción de la masculinidad en la región han estado marcadas por prácticas que sobrevaloran y fomentan la fuerza física, la agresividad y las relaciones violentas; además permiten que la irresponsabilidad en los hombres respecto de sus obligaciones familiares sean una constante, y que el menosprecio a las mujeres sea percibido como cotidiano1. Las construcciones de lo femenino, por su parte, dan cuenta de la presencia de mujeres sumisas, con baja autoestima y autonomía, que desconocen sus derechos; pero a la vez, del predomino de cierta mentalidad de víctima y una actitud complaciente con la mendicidad, en muchas de las mujeres de La Dorada y otros municipios de la región2. Sin duda es necesario ahondar en el contexto social y cultural de las construcciones de género en la región, pero aún en esta mirada inicial, es evidente la necesidad de realizar profundas transformaciones personales, sociales y culturales en hombres y mujeres, que permitan construir relaciones más democráticas que le aporten a una cultura de paz. Este Cuaderno de trabajo pretende contribuir a esta reflexión, desde un abordaje de la violencia que reconoce su complejidad. Es necesario analizar la violencia directa contra las mujeres, pero también abordar la violencia estructural y cultural que institucionaliza las discriminaciones. Por ello asumimos que las construcciones genéricas tienen elementos simbólicos, normativos e institucionales que naturalizan las violencias contra las mujeres y reproducen las subordinaciones. Además, las formas identitarias tradicionales de lo femenino no favorecen la autonomía ni la 1
Opiniones expresadas por las asistentes a la primera sesión del “Ciclo de formación básica en torno a la prevención de violencias y la promoción de derechos de las mujeres en lo público para las dinamizadoras de la Casa de la Mujer del Magdalena Centro”. Relatoría de la primera sesión, septiembre de 2010. 2 Íbidem.
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construcción de las mujeres como sujetas que reconocen sus derechos y establecen límites en las potenciales relaciones violentas, con que puedan encontrarse durante sus vidas. La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos y uno de los principales problemas de salud pública en el mundo (OPS, 2003). Terminar con ella es un asunto que involucra a la ciudadanía, las instituciones y las autoridades, en un accionar conjunto que garantice la restitución de los derechos de las víctimas y su inclusión en todos los ámbitos de la vida social como ciudadanas plenas. Una pretensión de este material es brindar herramientas para orientar la acción política de las mujeres, que trasciendan una mirada victimizante y se concentren en su fortalecimiento como sujetas de derechos y actoras políticas en la región. Se trata no solo de reconocer las desigualdades e injusticias contra las mujeres, sino también los esfuerzos individuales y colectivos que cotidianamente hacen para construir acciones de paz.
Propuesta pedagógica y metodológica Dentro de los supuestos que guían esta herramienta es importante resaltar que le apostamos a impulsar procesos colectivos de reflexión desde las mujeres que las lleven a una acción transformadora; esto implica la potenciación de la autonomía como práctica individual y colectiva en escenarios cotidianos. El proceso de aprendizaje se nutre de reflexiones personales sobre las propias vivencias, la escucha activa de experiencias de otras y los aportes que se obtienen desde la teoría, entre otros. Los aprendizajes significativos requieren movilizar no solo el saber, sino también el sentir y la emocionalidad de las participantes, como elementos potenciadores de cambios personales y colectivos. Esto incluye la necesidad de resignificar los contextos y repensar las realidades que viven las mujeres, para propiciar transformaciones profundas en sus vidas. El Cuaderno de trabajo se organiza a partir de 8 unidades temáticas que corresponden a igual número de talleres, los cuales requieren un mínimo de 4 horas de trabajo presencial, cada uno. El ordenamiento de los temas es una propuesta que sigue el hilo conductor del proceso de formación realizado con las dinamizadoras de la Casa de la Mujer. Sin embargo, no es una camisa de fuerza, y cada quien puede proponer un orden particular o la utilización parcial del material. Cada unidad temática tiene un “momento conceptual” que sirve de orientación general y, posteriormente, desarrolla una “propuesta de taller” para abordar el tema que corresponda. Los talleres fueron probados durante el proceso de formación, solo se adicionó un tema que no fue visto a profundidad en el ciclo básico: derechos sexuales y reproductivos. Los contenidos que presentamos no pretenden un abordaje exhaustivo de las temáticas, están pensados más bien como medios para propiciar procesos de sensibilización y para obtener un conocimiento básico de cada uno de los siguientes temas: Sesión 1 “Género e identidades de género” Sesión 2 “Autonomía de las mujeres” Sesión 3 “Violencia basada en género y construcción de paz” Sesión 4 “Derechos humanos de las mujeres” 5
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Sesión 5 “Legislación nacional por la equidad de género” Sesión 6 “Ley 1257 y rutas de atención a mujeres víctimas” Sesión 7 “Pactos, redes y alianzas entre mujeres” Sesión 8 “Incidencia política y empoderamiento” Como los procesos de formación y capacitación nunca terminan, animamos a quienes utilicen este Cuaderno de trabajo a continuar participando en procesos similares, que permitan ampliar sus conocimientos y habilidades sobre género y construcción de paz. Antes de abordar cada una de las sesiones presentamos unas notas para las facilitadoras, con el ánimo de brindar herramientas que ayuden tanto en la preparación, como en el desarrollo de las sesiones de trabajo. Después proponemos las herramientas conceptuales y metodológicas para desarrollar cada una de las ocho sesiones temáticas y luego adicionamos un glosario que puede servir como guía y consulta rápida para las facilitadoras. En la parte final se encuentra una bibliografía general que sirve como orientación para ampliar y profundizar los temas presentados en este material. ¡¡ Comencemos pues este recorrido!!
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Notas para las facilitadoras Un taller es una estrategia pedagógica que busca generar reflexiones colectivas, las cuales inician procesos de transformación en las personas o las comunidades. Usualmente vamos a un taller cuando necesitamos arreglar o construir un objeto: una silla, un carro, un cuadro. En los talleres comunitarios, construimos ideas, propósitos y reflexionamos y analizamos conceptos que nos permitan pensar nuestra realidad de manera diferente y construir entre todos y todas alternativas de solución que nos lleven a la acción3. Por eso un taller se concibe como una construcción colectiva, pues son las ideas de quienes participamos en él, las que se van organizando paulatinamente para construir una mirada particular de nuestra realidad. También por ese carácter colectivo, no se puede decir que solo una persona enseña y las otras aprenden: tanto el facilitador o facilitadora, como los y las participantes aprenden y enseñan a la vez. Por ello decimos que el conocimiento se construye y el taller es una estrategia activa de construcción de conocimiento. Para la realización de un taller es necesario un proceso de planeación y preparación previo, lo cual supone en primer lugar tener muy claros nuestros objetivos y lo que esperamos de ese espacio colectivo; los temas a trabajar, las personas a quienes está dirigido, y quién o quiénes harán las veces de facilitador o facilitadora. Es necesario también pensar en los aspectos logísticos: dónde se realizará, si es adecuado el salón (tamaño, temperatura, localización), cómo garantizaremos la convocatoria, qué recursos se necesitan y cómo los conseguiremos, entre otros. La persona que haga las veces de facilitadora debe tener disposición para aprender de los demás e inquietudes que la lleven a buscar técnicas y metodologías nuevas para compartir saberes. También es necesario que tenga un buen manejo del tema, lo cual incluye conocer suficientemente las herramientas conceptuales adecuadas y tener la capacidad de centrar las discusiones: sintetizar los principales puntos de controversia entre las participantes, facilitar el intercambio de ideas y proponer conclusiones que permitan seguir un hilo conductor en términos del tema y el objetivo del taller. Un modo de ser flexible, abierto y dinámico en la facilitadora, ayuda a estimular la participación individual y la reflexión colectiva y con ello a generar aprendizajes para todos y todas.
Nadie nace aprendido. Las facilitadoras se forman en la práctica, poniendo una dosis importante de creatividad y mucho empeño por mejorar y crecer continuamente…
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Para construir esta parte del texto hemos tomado algunas ideas de: Mujeres…historias por contar, vidas por transformar. Equipo multifuncional de VSBG en el marco del desplazamiento forzado. ACNUR. 2009; Andrés McKinley & Patrick Baltazar, Manual para la facilitación de procesos de incidencia política. WOLA y CEDPA, 2005, disponible en www.wola.org; María Victoria Arregui, Manual de Capacitación en Equidad de Género, Secretaría de Estado de la Mujer, República Dominicana, 2004. 7
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La preparación de los talleres Un taller puede tener una o varias jornadas o sesiones de trabajo. La decisión depende de los objetivos, los temas, el nivel de profundidad que vayamos a desarrollar y claro, las necesidades del grupo. La clave está en saber muy bien a dónde queremos llegar (objetivo), para trazar la mejor ruta posible en términos de metodologías, cronogramas, aspectos logísticos y responsables de cada actividad. Es importante pensar cada taller en función de las características del grupo: su nivel de escolaridad, edades, etnias, sus conocimientos previos en el tema, las posibles prevenciones y temores frente al mismo. También es importante proponer un horario de trabajo que nos garantice la asistencia de las mujeres al taller, que tenga en cuenta sus roles y condiciones de vida. Otro aspecto a considerar es el tamaño del grupo; sugerimos trabajar con grupos pequeños, entre 15 y 20 personas para facilitar las discusiones y tiempos de reflexión del taller. La planeación de la metodología de trabajo puede concretarse en una guía metodológica que nos permita dar una secuencia lógica a las actividades, en concordancia con los objetivos del taller; seleccionar las técnicas más adecuadas para cada actividad y estimar los tiempos y materiales necesarios para toda la sesión. La guía deberá incluir una definición de: 1. 2. 3. 4.
Los temas que abordaremos y el objetivo de cada tema Las técnicas que utilizaremos para desarrollar cada tema El tiempo que destinaremos a cada actividad Los materiales requeridos y la cantidad de cada uno (cuadernos, lapiceros fichas, hojas, marcadores, etc.) 5. La persona que será responsable de cada actividad o tema Existen varias técnicas y dinámicas que facilitan la reflexión en los grupos4, las cuales presentamos en la siguiente página.
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Elaborado con base en: María Victoria Arregui, Manual de Capacitación en Equidad de Género, Secretaría de Estado de la Mujer, República Dominicana, 2004 8
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Actividades Corporales
Visualización con tarjetas
Audiovisuales
•Ayudan a conectar los temas con las vivencias personales •Facilitan la relajación y la distensión •Preparan a las personas para la reflexión
•Permite un momento individual de reflexión que luego se comparte en la visualización de las ideas de todas •Facilita la agrupación de tarjetas por categorías
•Los videos, sonovisos, las películas permiten mantener la atención en un tema y sirven como refuerzo del proceso de aprendizaje
Es importante tener en cuenta que para utilizar adecuadamente la técnica de la visualización se debe escribir en letra grande (máximo tres renglones en cada tarjeta) y una sola idea por tarjeta. Por otra parte, debemos chequear con anterioridad el funcionamiento de los recursos didácticos que tengamos a disposición y vayamos a utilizar: tableros, TV, DVD, proyector, etc., y asegurarnos de que el lugar del taller se adecúe a las técnicas y dinámicas que vamos a utilizar, por ejemplo: que las sillas no estén fijas en el piso, que exista suficiente espacio para las dinámicas de grupo, que podamos tener un ambiente tranquilo para las actividades de relajación, entre otras.
Sugerencias para la realización de los talleres Cuando iniciamos la sesión de trabajo es importante comenzar con alguna dinámica de presentación de las asistentes que nos permita, no solo tener alguna información sobre cada quien, sino también crear o reforzar confianzas entre las asistentes y motivar la participación y el intercambio respetuoso de ideas. Es importante incluir un momento en que se hagan explícitas las expectativas que tiene cada una sobre el taller o sobre el ciclo de talleres, pues eso nos posibilita aclarar los alcances de la actividad y presentar los objetivos del taller, los principales momentos del mismo y la duración de cada actividad. Es fundamental también establecer un pacto de convivencia entre las participantes durante el tiempo en que estemos reunidas; un pacto que signifique un compromiso colectivo por hacer que ese espacio que construimos todas, nos permita convivir de la mejor manera posible. Podemos incluir aspectos como la rotación de la palabra, los horarios de trabajo, el uso de celulares, la confidencialidad en los temas que tratemos, y todos los otros acuerdos que faciliten nuestro desempeño como colectivo mientras estemos compartiendo el espacio del taller. 9
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Seguramente habrá momentos de tensión, de cansancio o de mucha emoción durante el desarrollo de las actividades y las discusiones. Para descansar, relajarnos o volver a motivar la participación de todas, podemos hacer uso de dinámicas de animación. Por ejemplo, después de una plenaria muy larga, de una álgida discusión, de un momento triste o de una comida. Pero debemos tener cuidado en su utilización, sin ir al extremo de que las dinámicas nos distraigan de abordar algunos temas y del objetivo del taller. Al finalizar la sesión de trabajo es deseable que tengamos un momento para hacer una evaluación de la jornada, en términos de nuestras sensaciones, emociones y del alcance de los objetivos de la reunión. Allí cada quien podrá señalar los aspectos que más le gustaron y aquéllos que se deben mejorar para futuras oportunidades. Cabe hacernos la pregunta de si existe alguna particularidad cuando hacemos un “taller sobre género” o cuando hacemos un trabajo con mujeres, si los comparamos con otro tipo de talleres. La respuesta es afirmativa. Dado que el género es una condición social que nos atraviesa la vida, nos permite generar reflexiones y transformaciones sobre nuestras vivencias cotidianas. Y en el caso de las mujeres existe una particularidad, y es que durante el proceso mismo del taller, pretendemos fomentar la autonomía, desde nuestro ser individual y colectivo. Esto supone que el espacio pedagógico del taller es también un espacio político de construcción de sujetas que se reconocen y piensan ellas mismas y por ende, toman decisiones sobre los aspectos personales y comunitarios que afectan sus vidas. Tanto la facilitadora como las participantes aprenden algo nuevo sobre ellas mismas y sobre las demás mujeres y sus procesos de autonomía. Después de estas notas que pretenden servir de orientación a las facilitadoras, vamos a desarrollar cada una de las unidades temáticas que anunciamos atrás. En ellas sugerimos un modelo de taller que sirve de guía y unas actividades que lo desarrollan5. Previamente a este modelo de taller, presentamos algunas herramientas conceptuales que sirven como preparación para las facilitadoras que desarrollarán cada unidad temática.
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Solo para la primera sesión proponemos las actividades para un taller completo, con presentación y evaluación. 10
Sesión 1. Género e Identidades de género Ideas centrales Las formas de ser y de actuar de hombres y mujeres están condicionadas por construcciones sociales de género que se reproducen a través de todos los espacios de socialización y en todas las esferas de la sociedad. Aquí se incluyen las valoraciones, creencias, prácticas y roles construidos a partir de la diferencia sexual. Esto se traduce en identidades sociales normativas sobre lo femenino y lo masculino.
Momento conceptual Muchas veces hemos escuchado la palabra género. Usualmente se utiliza para referirse a la presencia de hombres y mujeres en alguna situación. Otras veces se usa la expresión “cuestiones de género” para hablar de los asuntos que afectan o competen a las mujeres. Vamos a tomarnos un momento para precisar los alcances del término género, y a mostrar cómo se expresa en identidades y roles sociales. Finalmente vamos a mencionar su utilidad como herramienta para analizar la realidad en que vivimos.6
El género, una construcción social Todas las sociedades, en todos los momentos de la historia han definido y diferenciado las responsabilidades, comportamientos, oportunidades de hombres y mujeres, como expresión de los significados construidos sobre lo masculino y lo femenino. El género es una definición social que se construye sobre los cuerpos sexuados. Hace alusión al significado, a la valoración que la sociedad le otorga al hecho de ser hombre o mujer y la manera como esto determina las oportunidades, roles, responsabilidades y relaciones de una persona. Las características y diferencias biológicas entre hombres y mujeres constituyen el SEXO de las personas, y determinan una anatomía particular para cada uno. Son características naturales que se pueden resumir en diferencias hormonales, cromosómicas y morfológicas (ver cuadro 1), las cuales establecen que las mujeres tengan la posibilidad biológica de gestar, parir y amamantar hijos, y los hombres no lo puedan hacer. 6
Este apartado se ha construido con base en: Instituto Interamericano de Derechos Humanos (2008) Guía de Capacitación en Derechos Humanos de las mujeres, San José. IIDH, Módulo 2 “Nuestro derecho a crecer siendo mujeres valoradas”; OXFAM- UN (2008) Escuela para la construcción de Equidad de Género con copartes de OXFAM, GB. Módulo 1 “Lo femenino y lo masculino, una construcción social” sesiones 1 y 2. Bogotá; María Victoria Arregui, Manual de Capacitación en Equidad de Género, Secretaría de Estado de la Mujer, República Dominicana, 2004; Cooperaccio (2005) Un paso más: evaluación del impacto de género, Barcelona.
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Sobre esas características biológicas se construyen los significados y valoraciones sociales que definen lo que deben ser y hacer hombres y mujeres, es decir, el género. Son significados y valoraciones que varían en el tiempo, cambian de una cultura a otra, de una región a otra; cambian incluso de una comunidad a otra. Cambian también a lo largo de una misma vida, pues nuestra comprensión de lo que significa ser un niño o una niña, un hombre o una mujer, se transforma conforme vamos creciendo y socializándonos. En el siguiente cuadro podemos precisar las diferencias que se resaltan entre el sexo y el género. SEXO Se refiere a las diferencias biológicas, físicas y anatómicas entre “machos” y “hembras” en términos: Cromosómicos: genes XX para las mujeres y XY para los hombres Hormonales: presencia de testosterona en los hombres y progesterona en las mujeres Morfológicos: Órganos sexuales y anatomía diferentes de hombres y mujeres Es heredado, es natural, no cambia Es universal
GÉNERO Da cuenta de la construcción social de las diferencias entre lo masculino y lo femenino a partir de un cuerpo de macho o hembra. Se expresa en relaciones sociales que generalmente reflejan jerarquías y desigualdades en las que se otorga mayor valor a lo masculino. Es un concepto relacional, es decir que lo masculino y lo femenino siempre están relacionados Es aprendido, por lo tanto es transformable Es diverso según la sociedad Adaptado de OXFAM, 2008 Módulo 1, sesión 1
Entonces una construcción de género no solo establece aquellos aspectos sociales y culturales que se consideran propios de hombres y mujeres, sino que también hace referencia a la existencia de relaciones de poder desiguales y jerárquicas a favor de los hombres. Así, observamos que la mayoría de las mujeres y lo femenino se encuentran en el polo subordinado de las relaciones sociales, mientras que la mayoría de los hombres y lo masculino se encuentran en el polo dominante. El género es un concepto relacional, pues lo masculino y lo femenino se definen mutuamente. Pero esta definición se realiza estableciendo características dicotómicas, opuestas y jerárquicas para hombres y mujeres. Un ejemplo nos ayuda a entender mejor esta idea: si preguntamos cuáles son las características de hombres y mujeres, es probable que obtengamos respuestas como las siguientes. Las mujeres son… Los hombres son… Débiles Emotivas Tiernas Dulces Soñadoras Cuidadoras Inseguras Sumisas
Fuertes Razonables Duros Agresivos Realistas Protectores Seguros Libres 12
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Fieles De la casa
Infieles De la calle
La definición de las características masculinas y femeninas se asume como si no existiera una opción diferente: se es fuerte o se es débil, se es fiel o infiel, sin otra posibilidad; por esto decimos que son características dicotómicas. Además son opuestas en tanto una cualidad que se considere femenina, no puede ser a la vez considerada como masculina. Son además jerárquicas pues los atributos asociados a lo masculino tienen mayor valoración social que aquellos que se asocian con lo femenino. Así, se piensa que es mejor ser fuerte, seguro, libre, realista; que ser débil, insegura, sumisa y soñadora. Se configuran entonces desigualdades de género sustentadas culturalmente en estas dicotomías. De esta manera se naturalizan las desigualdades, es decir, se le da una explicación natural a aquello que es creado socialmente. Se piensa por ejemplo que las mujeres por “su naturaleza” deben cuidar niños y quedarse en la casa; o que los hombres son más racionales y por eso deben tomar las decisiones en la comunidad. Esta naturalización se reproduce y se aprende en todas las esferas de la sociedad: en los ámbitos público y privado, en instituciones sociales como la familia, la escuela, el mercado de trabajo, entre otros.
Roles de género Ser mujer o ser hombre no es entonces algo dado naturalmente, es un aprendizaje que se refuerza todos los días -mediante enseñanzas y mandatos sociales-, en un constante proceso de socialización. Escenarios como la familia, escuela, trabajo, iglesias, espacios políticos, medios de comunicación, entre otros, “nos indican no solo cómo ser, sino lo que podemos, tenemos y hacemos, y lo que no podemos, no tenemos y no debemos hacer”7. Al conjunto de expectativas diferenciadas de los hombres y las mujeres, sobre cómo ser, cómo sentir, cómo actuar y sobre qué posibilidades se tienen dentro de un determinado grupo social, le llamamos roles de género. Si observamos las actividades que hacen mujeres y hombres y comparamos la recompensa que recibe cada quien por esa labor, es evidente la mayor valoración y retribución de las actividades realizadas por los hombres. La asignación de roles diferenciados establece también una separación de lugares en que se desenvuelve la vida de cada quien: a las mujeres se les asigna el mundo de lo privado y a los hombres el mundo de lo público; la mujer asumiendo el rol de ama de casa y el hombre con una función de proveedor económico. Pese a que esta asignación de roles se ha ido transformando, y que las mujeres actualmente tienen una presencia significativa en el mundo público, ésta se da en condiciones de desventaja:
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IIDH (2008) “Nuestro derecho a crecer siendo mujeres valoradas” op. Cit. p.p 153. 13
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por una parte, continúan siendo las encargadas del trabajo doméstico en sus hogares y por otra, siguen recibiendo menor remuneración por realizar el mismo trabajo8.
Identidades de género La socialización es el pilar fundamental de nuestra configuración como personas y como integrantes de la sociedad. Cuando nos hacemos personas construimos una identidad propia, la cual nos permite tener la certeza de ser siempre la misma persona y, a la vez, saber que somos diferentes de los demás. Uno de los componentes más importantes de la identidad es la identidad de género, la cual se entiende como el “sentido de pertenencia que cada quien tiene de sí mismo o sí misma y que le permite definirse como hombre o como mujer”. La identidad de género incluye: Los valores que se atribuyen a cada género La valoración del propio género El grado de conformidad o inconformidad que cada quien tiene con ser hombre o mujer Como hemos anotado atrás, esta definición como hombres o como mujeres no es algo que hagamos aisladamente, es un proceso que se construye durante toda nuestra vida, en la interacción con las demás personas y con base en las normas y valores de nuestra sociedad. La identidad de género supone que cada quien hace una síntesis entre las normas sociales y culturales, las creencias y símbolos sobre lo masculino y lo femenino; y lo articula de manera particular en su propia vida, para definirse como hombre o como mujer. La diferencia de género no actúa sola como factor que construye la identidad. Existen otros factores de identidad como la etnia, la edad, la orientación sexual, la clase social, que también generan desigualdades y confluyen en las identidades individuales de cada persona.
El género, una herramienta útil para analizar la realidad El desarrollo del concepto de género permitió que muchas mujeres se dieran cuenta que la situación de subordinación en que se encontraban no era un destino inamovible; también ha permitido que algunos hombres y mujeres realicen transformaciones en sus formas de ser y de hacer, a favor de la igualdad de género. Con base en estrategias de incidencia política, las mujeres han logrado que la igualdad de derechos haga parte de legislaciones y otras políticas públicas nacionales e internacionales y que algunos gobiernos tomen medidas para hacer frente a las principales problemáticas que afectan a las mujeres como género.
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Cifras de 2007 (publicadas en 2009) del Ministerio de Educación Nacional (MEN), dan cuenta de una brecha salarial del 17.7% en promedio para hombres y mujeres recién graduados. Esto indica que por cada 100 pesos que recibieron los hombres, las mujeres, con las mismas capacidades y por el mismo trabajo, recibieron alrededor de 82 pesos. Ver: Observatorio Laboral para la Educación, MEN http://www.graduadoscolombia.edu.co. 14
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Pese a estos avances, la situación de las mujeres en el mundo continúa siendo crítica en relación con temas como la violencia contra las mujeres, la participación en espacios de decisión, la carga del trabajo doméstico, y la pobreza, entre otros. En nuestras organizaciones y municipios, podemos utilizar el género como herramienta para:
Indagar acerca de las relaciones entre mujeres y hombres y la posición que ocupa cada cual en determinada sociedad. Reconocer y evidenciar que existen relaciones de desigualdad entre los sexos en todas las esferas y ámbitos de acción social, económicos, políticos, culturales y religiosos. Reconocer y evidenciar que las desigualdades e inequidades son construidas socialmente y que, por lo tanto, pueden ser transformadas. Detectar las condiciones que generan situaciones de violencia contra las mujeres. Evidenciar que los cambios en las relaciones de género entre hombres y mujeres mejora la calidad de vida de toda la sociedad y amplía las posibilidades del ejercicio de la democracia. Identificar las especificidades de protección y atención de quienes sufren desigualdad y discriminación. Adaptado de IIDH (2008) Módulo 2
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Propuesta de taller Objetivos -
Analizar el carácter social y cultural de la construcción de género y cómo este se refleja en identidades sociales Analizar la forma en que se construye la identidad femenina y las consecuencias que tiene para las mujeres
Tiempo total: 4 horas
TEMAS
ACTIVIDADES -Presentación de las participantes y sus expectativas -Presentación de la agenda y objetivos del taller - Pacto de convivencia
TIEMPO 40 minutos
Identidad de género
Actividad 1
1 hora
Género una construcción social
Actividad 1
Introducción al taller
Cómo aprendí a ser mujer
Actividad 2
Evaluación
1 hora
Lo esencial de ser hombre y mujer Como son los hombres y mujeres de la región ¿Qué aprendí?
MATERIALES Tarjetas, marcadores, tablero o papelógrafo, ovillo de lana, chiches o cinta de papel, agenda y objetivos del taller en papel periódico Música suave, papelógrafo, marcadores, tablero, chinches Tarjetas de cuatro colores, marcadores, chinches, tablero o papelógrafos
1 hora
20 minutos
Tarjetas, chinches, marcadores
Requerimientos logísticos: se necesita un salón con suficiente espacio, sin mucho ruido exterior y sillas movibles que permitan trabajar en grupos.
Introducción al taller Existe una variedad de dinámicas de presentación que seguramente conocemos o hemos utilizado alguna vez. Aquí sugerimos una dinámica muy conocida que nos permite la presentación de las participantes y de sus expectativas en el mismo paso.
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La telaraña Las personas forman un círculo de pie y la facilitadora toma un ovillo de lana, sujetándolo del cabo e indica: - Su nombre - Su organización o municipio - Una cualidad que quiera resaltar - Sus expectativas frente al taller Posteriormente la facilitadora tira el ovillo a otra persona del círculo, pero sin soltar el pedazo de lana que tiene, y la siguiente persona se debe presentar de la misma forma. Al ir arrojando la lana a todas las personas presentes, se tendrá al final una figura parecida a una telaraña o a una estrella. Se puede hacer una corta reflexión acerca de la importancia de cada persona para el proceso de formación que iniciamos: cada una es un soporte para la figura que acabamos de formar y cada una le aportará lo mejor de sí al proceso. Para deshacer la figura y enrollar de nuevo el ovillo, nos devolvemos en el círculo, tirando de vuelta el ovillo y respondiendo la pregunta de qué es lo que le aportaremos al proceso que hoy iniciamos. Luego cada participante escribe en una ficha con marcador, una expectativa frente al taller y se ponen todas las fichas en el tablero o se pegan en una hoja de periódico.
Adaptado de: McKinley y Baltazar (2005) y Añino y Villanueva (2006)
La facilitadora nombra algunas de las expectativas de las participantes y aclara si se pueden o no alcanzar con este taller. Posteriormente presenta los objetivos del taller y señala que se enmarcan en un proceso más amplio que incluye 8 talleres que buscan posicionar la prevención de las violencias contra las mujeres y la promoción de sus derechos. Se pone en discusión la agenda del día, y luego se procede a establecer un pacto colectivo sobre aquellos aspectos que se deben tener en cuenta, para hacer de este taller un momento agradable y enriquecedor para todas. Para el pacto podemos utilizar un papelógrafo y preguntar qué acuerdos debemos establecer para que nos vaya muy bien durante este y los demás talleres. Los acuerdos se consignan en el papel y se pegan en un lugar visible para todas, de manera tal que todas se comprometan a mantenerlos y a garantizar su cumplimiento.
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Tema 1. Identidad de Género Actividad propuesta: Cómo aprendí a ser mujer Objetivos - Compartir vivencias y recuerdos que se relacionan con la construcción de la identidad femenina - Identificar las situaciones, actores, que intervinieron en esa definición y los mensajes que recibieron sobre lo femenino y lo masculino. Tiempo: Una hora Desarrollo de la actividad Esta actividad parte de la vivencia de cada mujer, pues invita a tener un momento para pensarse a sí mismas. Comienza con un ejercicio de relajación que requiere un ambiente tranquilo, acompañado de música suave y de un espacio amplio y agradable que permita ubicarse donde mejor se sientan. Puede hacerse en el piso, sobre colchonetas, o como en este caso, sentadas cómodamente en sillas y con los ojos cerrados. Con voz relajada y pausada la facilitadora las invita a hacer un viaje interior. Puede apoyarse en el siguiente texto:
Vamos a hacer un recorrido, un viaje por nuestro yo, por una parte de nuestra historia. Este es mi cuerpo, esta soy yo: una persona valiosa que merece respeto, cariño y cuidado. Vamos a respirar conscientemente: cada vez que tomemos aire vamos a llenarnos de energía y cada vez que saquemos el aire vamos a liberar cualquier tensión que tengamos. Nos concentraremos primero en la cabeza y la cara: sientan el cráneo; ahora la frente, los ojos, la nariz, las mejillas, la boca, la mandíbula y la barbilla. Recorramos cada parte tomando aire y botándolo poco a poco. Ahora seguimos con el cuello, los hombros y los brazos, las manos, los dedos. Allí donde sintamos tensión vamos a respirar y exhalar aire despacio. Pasemos al pecho, al estómago, la espalda; desde los hombros hasta las nalgas. Dejemos que la espalda y la columna vertebral se relajen y descansen. Sigamos con las piernas. Tomamos aire y lo sacamos mientras se llenan de energía los muslos, las rodillas, las piernas, las pantorrillas. Finalmente los pies, aquellos que nos sostienen todo el día, los relajamos y energizamos. Ahora, así relajadas como están, van a ver a la niña que fueron: cómo eran, qué juegos hacían, con quien compartían sus días, cómo se vestían. Tratemos de recordar qué les decían, que podían hacer y qué les prohibían. Quién les transmitía esos mensajes. Sigan respirando y llenándose de energía… saludemos a la niña, abracémosla y despidámonos de ella. Ahora lentamente abramos los ojos…
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Lentamente se estiran y comentan cómo se sintieron en la actividad, si fue fácil o difícil relajarse, llenarse de energía. Indagamos con ellas si pudieron conectarse con la niña que eran, si la vieron y si lograron encontrar esos recuerdos. Ahora las invitamos a compartir algunos de los recuerdos que el ejercicio les evocó. Una pregunta que puede desatar la participación es ¿cómo se dieron cuenta que eran niñas? Las respuestas y los recuerdos que comparten se van escribiendo en un papelógrafo. A partir de allí la facilitadora reflexiona sobre las ideas que les transmitieron en su niñez en relación con las mujeres y si eran ideas positivas o negativas. Pregunta por los agentes transmisores de esas ideas (papá, mamá, tías, tíos, maestras, entre otros) y también ubica los escenarios donde aprendieron a ser mujeres. Los juegos, la ropa que vestían son elementos que seguramente mencionarán las participantes. La reflexión de la facilitadora debe señalar cómo son elementos diferenciadores para las mujeres y creadores de desigualdad. Seguramente alguna de las participantes mencionará algún regaño por hacer actividades poco femeninas, o la obligación de realizar oficios que los hombres de su familia no debían hacer. Estos también son elementos de desigualdad en la construcción de las mujeres, los cuales se unen a otros factores como la clase social o la raza, los cuales también producen desigualdades sociales en las personas. La reflexión sobre estos recuerdos permite dejar en claro algunas ideas: - La definición sobre lo femenino la dieron las demás personas: la madre, el padre y los integrantes de la familia, fueron quienes, en principio, orientaron el comportamiento de lo que se considera femenino - A ellos y ellas, otras personas, sus familias les enseñaron esas pautas sobre lo femenino, y claro, sobre lo masculino. - La escuela es otro escenario de socialización donde se refuerzan los comportamientos y las actividades que realizan las niñas y los niños - Todos esos elementos son los que intervienen en la construcción de la identidad femenina, la cual la mayoría de las veces se hace desde la negación, es decir, la mayoría de mujeres aprende que ser mujer es no poder hacer las actividades o no tener los privilegios que tienen los hombres. La facilitadora hace un listado de los escenarios de socialización en que aprendemos a ser mujeres y define el concepto de socialización de género. Luego presenta la definición de identidad de género y aclara las dudas y comentarios que puedan surgir.
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Tema 2. El Género una construcción social Actividad propuesta 1: lo esencial de ser hombre y mujer9 Objetivos: Identificar aquellas ideas atribuidas a los hombres y las mujeres y precisar cuáles corresponden a las características biológicas y cuáles a las construcciones sociales Tiempo: 1 hora Desarrollo de la actividad: Debemos entregar tres fichas de color verde y tres fichas de color amarillo a cada participante. Previamente preparamos una ficha verde con la palabra MUJERES y una amarilla con la palabra HOMBRES y las pegamos en dos columnas en un papelógrafo. También debemos preparar una tarjeta que diga SEXO y otra que diga GÉNERO y las pegamos en otro papelógrafo. Pedimos a las mujeres que escriban en las fichas verdes tres características esenciales de las mujeres y en las fichas amarillas tres características esenciales de los hombres. Deben escribir una característica por tarjeta. Luego las pegan debajo de las columnas según sean correspondan a MUJERES (verde) u HOMBRES (amarilla). Leemos cada tarjeta, descartamos las repetidas y agrupamos las que sean similares. Preguntamos qué tipo de características se resaltan más para las mujeres y cuáles para los hombres, ¿son cualidades morales? ¿Características físicas? Hacemos una corta reflexión de porqué se asocian ciertas ideas con las mujeres y otras con los hombres (podemos apoyarnos en el cuadro de la página 11). Luego invertimos los títulos de las columnas. Les preguntamos a las participantes si hay alguna de las características que están ahora bajo el título MUJERES que de ninguna manera puedan asumir las mujeres y si hay alguna característica que está ahora bajo el título HOMBRES, que no puedan asumir los hombres. Sacamos las tarjetas con las características que no podrían ser asumidas indistintamente por hombres y mujeres. Las agrupamos bajo el título SEXO. De esta manera tendremos tarjetas verdes que indicarán las características sexuales de las mujeres y tarjetas verdes que indicarán las características sexuales de los hombres. Las demás tarjetas las agrupamos bajo el título GÉNERO. Con base en el resultado de esta actividad, podemos explicar la diferencia entre sexo y género. Señalaremos que todas las características que se consideran indistintas para hombres o para mujeres, hacen parte del género, pues son ideas sociales que se transforman en el tiempo.
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Adaptada de: Arregui, María Victoria. Manual de Capacitación en Equidad de Género, Secretaría de Estado de la Mujer, República Dominicana, 2004 20
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En este momento podemos presentar los elementos esenciales de la definición de género para reforzar la comprensión del concepto, resaltando: - Que todas las características que relacionamos con lo femenino y lo masculino, diferentes a lo biológico, son aprendidas y por lo tanto son transformables - Los atributos que usualmente relacionamos con lo femenino son generalmente menos valorados que aquellos que se relacionan con lo masculino - El carácter relacional del concepto: siempre que nos referimos a lo femenino, estamos hablando de lo masculino. Nos definimos como hombres o como mujeres en relación con el otro o la otra. - El orden de género incluye normas de comportamiento para mujeres y hombres, valores que se consideran masculinos o femeninos, actividades diferenciadas para mujeres y hombres y una desigual distribución del poder en la sociedad - Las construcciones de género se transforman en el tiempo, un ejemplo son los cambios en el reconocimiento de los derechos de las mujeres.
Actividad propuesta 2: Cómo son los hombres y mujeres de la región Objetivo: utilizar el género como herramienta para analizar las construcciones sobre lo femenino y lo masculino en la región Tiempo: 1 hora Desarrollo de la actividad: Vamos a organizar a las participantes en dos grupos. Cada grupo va a preparar un sociodrama con base en la siguiente orientación. -
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Un grupo va a trabajar en la caracterización de un hombre típico de la región. Es importante mostrar cómo es su personalidad, su vida familiar, sus expectativas frente a la vida, su vida sexual. El otro grupo va a caracterizar a una mujer típica de la región, en relación con los mismos aspectos: su personalidad, vida familiar, expectativas frente a la vida, vida sexual. Tiempo de preparación del sociodrama: 15 minutos Tiempo de presentación de cada grupo: 10 minutos Tiempo de plenaria: 35 minutos
En plenaria pedimos a las participantes que identifiquen a partir del sociodrama: - Qué actitudes cambiaríamos en los hombres de la región (en tarjetas verdes) - Qué actitudes cambiaríamos en las mujeres de la región (en tarjetas amarillas). - Qué creencias sobre los hombres de la región es necesario cambiar (en tarjetas verdes) - Qué creencias sobre las mujeres de la región es necesario cambiar (en tarjetas amarillas)
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Organizamos la información en dos papelógrafos, en el primero agrupamos las tarjetas que corresponden a las ACTITUDES de hombres y mujeres y en el segundo papelógrafo agrupamos las tarjetas que corresponden a las CREENCIAS sobre hombres y mujeres. La facilitadora hace un resumen de lo obtenido en el ejercicio y muestra como las actitudes que asumen hombres y mujeres tienen una relación estrecha con la manera en que son socializados y se apoyan en las creencias que la sociedad tiene sobre lo femenino y lo masculino. La pregunta para la reflexión en de qué manera cada una puede contribuir con esas transformaciones necesarias.
Evaluación En tarjetas de un color, las participantes escriben las dos cosas más importantes que aprendieron durante el taller. En otro color escriben aquellos aspectos que no les gustaron y se podrían mejorar para la próxima sesión. La facilitadora o una voluntaria las lee en voz alta y se hacen acuerdos para mejorar los aspectos pertinentes.
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Sesión 2. Autonomía de las mujeres Ideas centrales Las normas sociales que construyen lo femenino no favorecen que las mujeres se piensen y decidan por sí mismas. Tradicionalmente son otros quienes hablan en nombre de las mujeres y son otros por quienes responden las mujeres. Construirse como sí misma es un proceso personal que pasa por el fortalecimiento de la autoestima y el desarrollo de capacidades interiores. Los Derechos Sexuales y Reproductivos son un avance en el reconocimiento del cuerpo como territorio de derechos y de la autonomía de las mujeres
Momento conceptual La identidad de género de las mujeres se ha construido partiendo de ideas y normas sociales que reflejan la menor valoración de lo femenino en la sociedad y crean desigualdades en todos los ámbitos de la vida (roles que asumen, espacios en que actúan, poderes con que cuentan). Además, inciden fuertemente en la propia valoración que tienen las mujeres de sí mismas, en relación con sus capacidades para enfrentar el mundo, para asumir su propia vida y para actuar en escenarios colectivos. Vamos a concentrarnos inicialmente en aquellas ideas que fomentan esta menor valoración y en algunas consecuencias para la vida de las mujeres. Luego plantearemos la necesidad de crear condiciones para el desarrollo de la autonomía en las mujeres, que pasan por revalorar nuestra vida y nuestro cuerpo. Finalmente conoceremos los derechos sexuales y reproductivos como una apuesta de reconocimiento de las mujeres como sujetas autónomas y con capacidad de decisión sobre sus cuerpos.
Un cuerpo para otros, un ser para otros La identidad femenina se construye como una síntesis entre las normas sociales y culturales, las creencias y símbolos y la forma de pensar de cada mujer, los cuales se ordenan manera tal, que le permiten reconocerse como mujer. ¿Cuáles son las normas y creencias que alimentan la construcción de lo femenino y qué consecuencias tienen para la subjetividad de cada mujer? La forma tradicional de socialización femenina transmite normas que les atribuyen a las mujeres la obligación del cuidado de otros, exaltan y favorecen comportamientos pasivos y sumisos frente a los hombres, y favorecen la dependencia emocional y económica de las mujeres. Estimulan, por una parte, unos modelos de belleza que requieren permanentemente la aprobación de la mirada masculina; y por otra, una desatención o aplazamiento del auto cuidado en las mujeres, a favor del cuidado de los demás. En últimas son modelos de lo femenino que no fomentan la autonomía ni la capacidad de decisión sobre la propia vida de cada mujer.
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Esto no quiere decir que todas las mujeres sean pasivas, sumisas, dependientes, inseguras. Ya dijimos que esos modelos que establece la sociedad son reordenados por cada mujer dependiendo de su contexto familiar, social, de su propia historia de vida. Lo que queremos hacer notar aquí es que el modelo tradicional de mujer tiene mucha fuerza normativa, pues se transmite y refuerza en todos los escenarios, y es particularmente fuerte en instituciones como la escuela, las iglesias, la familia; y que es difícil que las mujeres individualmente salgan de él. El modelo entonces no favorece el reconocimiento de las mujeres como individuos, sino que transmite la creencia de que la única manera en que una mujer está bien, es cuando tiene a otro que responda por ella o que al menos la respalde. Presenta la idea de que las mujeres son menos capaces si no tienen ese respaldo masculino. Es a todas luces un modelo discriminatorio para las mujeres, que se basa en una desigual distribución de poder a favor de los hombres, y deja el terreno abonado para la violencia contra las mujeres, como expresión de la poca valoración hacia lo femenino. Pensemos por un momento en la vida de una mujer que ha recibido desde su infancia mensajes que la desvalorizan. Mensajes como: “usted de eso no sabe, no hable! quién le está preguntando”, “mejor dedíquese a otra cosa porque las mujeres no saben de matemáticas” o “no se suba allá porque las niñas son delicadas” o “qué es esa preguntadera, ¡no sea metida!”. Escuchar esto constantemente facilita la construcción de mujeres que no se arriesgan, que no se complican y que no confían en sí mismas ni en sus capacidades. Visualicemos una mujer que además ha aprendido a aplazar sus deseos y necesidades, por acompañar y apoyar los sueños de su pareja. Alguien a quien desde pequeña se le enseñó que debía actuar, hacer, decir, sentir buscando la aprobación de una voz masculina. Una joven que desde su primera relación afectiva le dio a su novio la potestad de definir con quien podía hablar o cómo se debía vestir. Es una mujer que ha crecido sin decidir sobre ella misma y sobre su cuerpo. Veamos ejemplos de algunas situaciones en que las mujeres no deciden sobre sí mismas y sus cuerpos: Muchas veces las parejas: novio, marido, compañero, les dicen cómo deben vestirse o cómo deben usar el cabello o si se pueden o no maquillar. Generalmente el argumento para estas prohibiciones se da en términos de los celos que sienten por las posibles miradas a “su” mujer. Todavía muchas mujeres no utilizan métodos anticonceptivos porque sus parejas no las “dejan”, ni utilizan métodos de protección porque a ellos “no les gusta”. También hay bastantes casos de mujeres a quienes sus parejas les prohíben desarrollar actividades remuneradas fuera de sus casas “no las dejan trabajar”. Muchas mujeres, niñas y adolescentes son víctimas de golpes, atropellos y abusos sexuales que cometen sus parejas, padres, padrastros o familiares contra ellas, mostrando con ello que se creen dueños del cuerpo de las mujeres y que pueden hacer lo que quieran con ellas. 24
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Las consecuencias de construirse y establecer relaciones desde la subordinación y la dependencia, son evidentes en la vida cotidiana de las mujeres: expresiones de violencia física y psicológica que generalmente son permanentes; relaciones que restringen sus posibilidades de movilizarse, de capacitarse, de tener ingresos propios, de tener autonomía y voz propia en las decisiones que le competen. Pero esa falta de autonomía no solo afecta a cada mujer individualmente, en realidad, afecta a las mujeres como género. Existe una práctica social generalizada en que las mujeres no toman sus propias decisiones porque la sociedad (su familia, las instituciones, las personas que las rodean), las inferioriza y desvaloriza. Alguien que no decide sobre sí misma, mucho menos va a decidir o a tener interés sobre los problemas colectivos.
La autonomía, una construcción individual y colectiva ¿Por qué es tan importante la autonomía para la vida de las mujeres? ¿Cuáles son las razones para promoverla y para hacerla parte de nuestras búsquedas individuales y colectivas? La autonomía se entiende como la capacidad que tenemos las personas de tomar decisiones por sí mismas, de definir nuestros intereses y de asumir las consecuencias de nuestras decisiones. Hay una palabra que se relaciona mucho con la autonomía y es la autodeterminación, es decir, la posibilidad de establecer por nosotras mismas lo que queremos ser. Implica libertad en la definición de aquello que sentimos, pensamos y queremos. La búsqueda de autonomía es entonces para las mujeres una búsqueda de sí mismas, una pretensión de reconocernos como personas capaces de responder y definir nuestra vida. Pero no es una búsqueda que se resuelva de manera aislada. La autonomía de una mujer está en estrecha relación con la autonomía de las demás mujeres. Por eso termina siendo un objetivo político y por tanto colectivo, la búsqueda de autonomía como el derecho a tomar decisiones sobre la propia vida. Incluye la autonomía corporal, es decir, las decisiones sobre el propio cuerpo y la sexualidad; la autonomía económica, que supone la posibilidad de generar ingresos propios que nos permitan ampliar las posibilidades de acción y decisión en el ámbito familiar y; la autonomía política como la posibilidad de tomar decisiones y construir propuestas colectivas libres de coacción. La autonomía es una construcción intencional, no es algo que viene dado por naturaleza. Supone un pacto o un acuerdo que la hagan posible: en la pareja, en la familia, en la organización, en la sociedad, es necesario pactar la autonomía de las mujeres. Y el primer pacto que debemos establecer para construir la autonomía es un pacto con nosotras mismas. Ese camino de tejer un pacto consigo misma puede ser acompañado y apoyado por otras mujeres. Es un pacto que hacemos para construir la identidad que queremos para sí mismas. Esto supone que tenemos un concepto positivo de nosotras mismas, es decir, un autoconcepto, que se basa en el reconocimiento de nuestras capacidades, habilidades y potencialidades. Y que hemos reforzado 25
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nuestra autoestima, aceptándonos y queriéndonos como somos. El pacto incluye un autoanálisis que requiere una evaluación de nosotras mismas, de las ideas que nos constituyen, las que pusieron los demás, las que ya no nos sirven, las que queremos conservar. Este proceso es personal, pero puede ser acompañado por otras mujeres, quienes hayan vivido procesos similares o los estén viviendo y nos animen y ayuden en esa transformación. Los cambios personales se reflejan en cambios en las relaciones que establecemos con los demás, con nuestra pareja, nuestra familia y demás personas que nos rodean. Es el momento entonces de establecer pactos con ellos y ellas. Pactos que se traduzcan en el respeto por nuestros espacios y nuestras decisiones, en la posibilidad de aprender nuevas cosas y crecer como personas.
Mi cuerpo es mío: derechos sexuales y reproductivos El cuerpo tampoco ha sido para las mujeres un escenario de ejercicio de la autonomía. Los significados sociales han planteado un cuerpo femenino destinado únicamente a la reproducción o a ser el objeto de placer de otros. Ha sido una lucha de las mujeres cambiar estas ideas sociales y por eso se han promovido maneras diferentes de pensar el cuerpo de las mujeres: un cuerpo que no sea una carga, un cuerpo sobre el cual podamos tomar decisiones, un cuerpo con el que nos sintamos a gusto, un cuerpo que nos pertenezca a las mujeres. Esta postura requiere que nosotras mismas seamos las primeras convencidas de que nuestro cuerpo nos pertenece. Implica que cuestionemos, preguntemos y enfrentemos las ideas que nos hacen daño, que nos culpabilizan, que impiden que tomemos nuestras propias decisiones, aquellas que están dentro de nosotras y las que provienen del mundo que nos rodea. También es necesario un contexto social que favorezca la apropiación de las mujeres de su cuerpo. Quiere decir esto que la familia, la escuela, las Iglesias, los medios de comunicación, los estados deberán contribuir a que se transformen las ideas y prácticas que vuelven objeto el cuerpo de las mujeres. En ese sentido, el ideal de la DIGNIDAD humana debe ser un punto de encuentro entre el reconocimiento que la sociedad hace de las mujeres como personas valiosas en sí mismas por el simple hecho de existir; y el reconocimiento que hace cada mujer de su propio valor como ser humano. Esto implica reconocer la autonomía de las mujeres, su capacidad de autodeterminarse, es decir de fijar sus propias metas y el camino que desean seguir. Una vía en la promoción esos cambios son los Derechos Sexuales y Reproductivos DSR los cuales han sido impulsados por organizaciones de mujeres para lograr el “reconocimiento de su dignidad humana en plena igualdad con los hombres” (OXFAM, 2008). Uno de sus principios éticos es la autonomía de las mujeres: su reconocimiento como personas capaces de tomar decisiones. Son derechos que sacan a la luz pública asuntos que eran reservados al ámbito privado: las necesidades de las mujeres, la sexualidad y la reproducción, la violencia sexual y conyugal y la autonomía de las mujeres, son algunos de los temas que tratan. 26
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La sesión 3 de este Cuaderno desarrolla conceptualmente el tema de los derechos. Acá queremos presentar los Derechos Sexuales y Reproductivos por su estrecha relación con la autonomía corporal de las mujeres. Veamos cuáles son los derechos sexuales y los derechos reproductivos.
Los derechos sexuales son aquellos que permiten regular y tener control autónomo y responsable sobre todas las cuestiones relativas a la sexualidad, sin ningún tipo de coacción, violencia, discriminación, enfermedad o dolencia. Implican, entre otros: El derecho a reconocerse como seres sexuados. El derecho a fortalecer la autoestima y autonomía para adoptar decisiones sobre la sexualidad. El derecho a explorar y a disfrutar de una vida sexual placentera, sin vergüenza, miedos, temores, prejuicios, inhibiciones, culpas, creencias infundadas y otros factores que impidan la libre expresión de los derechos sexuales y la plenitud del placer sexual. El derecho a vivir la sexualidad sin violencia, coacción, abuso, explotación o acoso. El derecho a escoger las y los compañeros sexuales. El derecho al pleno respeto por la integridad física del cuerpo y sus expresiones sexuales. El derecho a decidir si se quiere iniciar la vida sexual o no, o si se quiere ser sexualmente activa/o no. El derecho a tener relaciones sexuales consensuadas. El derecho a decidir libremente si se contrae matrimonio, se convive con la pareja o si permanece sola/o. El derecho a expresar libre y autónomamente la orientación sexual. El derecho a protegerse del embarazo y de las infecciones y enfermedades de transmisión sexual. El derecho a tener acceso a servicios de salud sexual de calidad. El derecho a tener información sobre todos los aspectos relacionados con la sexualidad, conocer cómo funciona el aparato reproductor femenino y masculino y cuáles son las infecciones y enfermedades que se pueden adquirir a través de las relaciones sexuales.
Tomado de: http://www.profamilia.org.co/avise/derechos2.php
Como vemos, son derechos que en el caso de las mujeres reconocen su carácter de personas integrales, no únicamente como personas que se embarazan. Separan el placer sexual de la reproducción cuando reconocen el derecho a una sexualidad informada, consensuada y placentera.
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Los derechos reproductivos son aquellos que permiten a las personas tomar decisiones libres y sin discriminaciones sobre la posibilidad de procrear o no, de regular la fecundidad y de disponer de la información y medios para ello. También implica el derecho de tener acceso a servicios de salud reproductiva que garanticen una maternidad segura, la prevención de embarazos no deseados y la prevención y tratamiento de dolencias del aparato reproductor como el cáncer de útero, mamas y próstata. Los derechos reproductivos implican: El derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos y el intervalo entre ellos, y a disponer de la información, educación y medios para lograrlo. El derecho de hombres y mujeres de decidir de manera libre y responsable la posibilidad de ser padres o madres. El derecho a decidir libremente el tipo de familia que se quiere formar. El derecho a acceder a métodos anticonceptivos seguros, aceptables y eficaces (incluyendo la anticoncepción de emergencia). El derecho de las mujeres a no sufrir discriminaciones o tratos desiguales por razón del embarazo o maternidad, en el estudio, trabajo y dentro de la familia. El derecho a tener acceso a servicios de salud y atención médica que garanticen una maternidad segura, libre de riesgos en los periodos de gestación, parto y lactancia y se brinde las máximas posibilidades de tener hijos sanos. El derecho a contar con servicios educativos e información para garantizar la autonomía reproductiva. Tomado de: http://www.profamilia.org.co/avise/derechos2.php
Los DSR son de reciente creación comparados con otro tipo de derechos. Se comenzó a hablar de ellos en los años 70 en círculos de discusión por la salud de las mujeres. En 1994 durante la Conferencia mundial de población en El Cairo se reconocieron por primera vez los derechos reproductivos. Los derechos sexuales aun no aparecen en ningún instrumento internacional de derechos humanos. Por ello continúa siendo un reto la concertación y la generación de consensos en torno al reconocimiento del derecho de las personas a ejercer una sexualidad libre, sin violencias, discriminaciones y coacciones.
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Propuesta de taller Objetivos -
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Profundizar sobre las consecuencias que tiene para las mujeres, la forma en que tradicionalmente se construye la identidad femenina, específicamente en relación con las concepciones sobre el cuerpo, la propia valoración y la construcción de autonomía Posicionar la idea de que el cuerpo es el primer territorio de ejercicio de derechos y presentar los Derechos Sexuales y Reproductivos como un camino hacia la resignificación de la autonomía y dignidad de las mujeres
Tiempo total: 4 horas TEMAS
ACTIVIDADES -Presentación de las participantes y sus expectativas -Presentación de la agenda y objetivos del taller
TIEMPO 30 minutos
La Autonomía para las mujeres
Actividad
1 hora y media
Derechos Sexuales y Reproductivos
Actividad
Introducción al taller
Evaluación
Construyendo estrategias para promover la autonomía en las mujeres
Conociendo nuestros derechos sexuales y reproductivos
1 hora y media
MATERIALES
Hojas blancas, lápices para todas las mujeres, papelógrafo, marcadores, Tarjetas de tres colores, chinches, tablero o papelógrafos Fotocopias de texto de Rosa Montero, papel periódico, marcadores, pinturas de cara, fichas. Carteles con los derechos sexuales y los derechos reproductivos
30 minutos
Requerimientos logísticos: se necesita un salón con suficiente espacio, sin mucho ruido exterior y sillas movibles que permitan trabajar en grupos.
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Tema 1. La autonomía de las mujeres Actividad propuesta: Construyendo estrategias para la autonomía de las mujeres10 Objetivo: identificar los principales mensajes que construyen la identidad femenina que han sido transmitidos en diferentes etapas de la vida y las implicaciones para la autonomía de las mujeres Tiempo: 1 hora y media Desarrollo de la actividad:
Vamos a pedir a las mujeres que compartan recuerdos de su vida que tienen que ver con aquellas cosas que les decían y que las fortalecieron o las debilitaron como mujeres. En una hoja, de forma individual, las participantes deben escribir: - Lo que me decían de niña que debía ser. - Lo que me decían de adolescente. - Lo que me dicen de adulta. Luego de terminar, hacemos una plenaria para compartir las emociones que nos generó el ejercicio y en un tablero vamos escribiendo lo que dicen las mujeres, según la etapa vital. A partir de las respuestas pedimos que identifiquen en los mensajes: o Cómo se espera que sean las mujeres o Cuál es la relación de las mujeres con sus cuerpos o De qué manera inciden estas ideas y normas en la autoestima de las mujeres La facilitadora hace una reflexión sobre la influencia de las normas y pautas en la construcción de la identidad femenina y las consecuencias que tiene para las mujeres en relación con: Su autonomía corporal Su autonomía política Su autonomía económica Es importante plantear la centralidad de la autonomía en la vida de las mujeres y la manera como se relaciona la autonomía de una mujer con la autonomía de las otras mujeres. Luego pedimos a las mujeres que hagan tres grupos; cada uno debe discutir y proponer estrategias para promover la autonomía de las mujeres. Un grupo que proponga estrategias para la autonomía corporal y personal, el otro la autonomía política y el tercero la autonomía económica. Las estrategias deben ser consignadas en tarjetas de tres colores diferentes
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Adaptado a partir de IIDH (2008) Guía de capacitación en derechos humanos, tejiendo el cambio. Módulo 2 Nuestro derecho a ser mujeres valoradas. 30
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Se vuelve a la plenaria y cada grupo presenta sus conclusiones y escucha los aportes de las demás compañeras. La facilitadora pregunta sobre la viabilidad de las propuestas que hicieron las mujeres y les propone realizar un pacto con ellas mismas para propiciar espacios de autonomía en sus vidas.
Tema: derechos sexuales y reproductivos Actividad: Conociendo nuestros derechos sexuales y reproductivos Objetivo: Generar una reflexión sobre el cuerpo de las mujeres y su sexualidad y conocer los derechos sexuales y reproductivos Tiempo: 1 hora y media Desarrollo de la actividad: Formar tres grupos y a cada uno entregar una copia del poema de la escritora colombiana Ángela Becerra Después de la lectura las integrantes de cada grupo discutirán la relación tiene el texto con los derechos sexuales y reproductivos. Posteriormente deberán representar en una escultura corporal cuál es el significado de los derechos sexuales y reproductivos para las mujeres. Pueden utilizar para ello los materiales que tengan a su disposición en el salón. Una vez que cada grupo tenga preparada su escultura deberá pasar a representarla y demorarse un tiempo para que las demás compañeras observen y comprendan lo que el grupo quiso expresar. Deben aclarar la idea que se quiso presentar y cuando todos los grupos hayan hecho su representación se hace una plenaria que recupere las ideas de los tres grupos sobre el significado de los derechos sexuales y reproductivos. Luego la facilitadora presenta los principales elementos de estos derechos y aclara su importancia en la vida de las mujeres al separar el placer sexual de la reproducción. También se enumeran los derechos sexuales y los derechos reproductivos. Es útil tenerlos escritos en cartulinas grandes o papel periódico.
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Cómo me quiero Ángela Becerra – Colombia Aprendí a quererme una tarde de golpe. Cuando de un bofetón de vida aterricé en mis pieles. Cuando por fin noté que desperté en laureles. Esperaba encontrarme completa encontrándome en otros. Como si pies y manos me sobraran porque no los usaba, porque los caminaban y llevaban prestados esos otros. Me miraba al espejo, tan completa, y si no me faltaba la rodilla, me faltaba la risa, o la costilla, que se quedaba en la brisa de algún desconocido, conocido de prisa. Si pensaba en mi vida me ponía entre las ruinas del amor que robó mi corazón, y me entraba la total desazón de saberme en el pecho, con el consabido hueco sin reparación. Aprendí a quererme una tarde de huida de aflicciones. Cuando un trozo de mi ser corría, dejándose el pellejo, porque no le quitaran lo que más le dolía...Sus dolores. Me creí muerta de cuerpo para arriba, como si el alma me la hubieran quitado y arrancado de cuajo, y deambulara perdida, tan vacía, mezclada en el barullo de la vida. Aprendí a quererme en un viejo café mientras tragaba a sorbos mi dignidad recién batida. Había pedido al camarero mezclar mis esperanzas rotas, con el zumo de una naranja amarga y el tallo de un apio desabrido. Una cucharada de aterrizar la realidad, era fundamental, para que el batido tuviera un punto de verdad. Después me supo amargo, pero dulce. Empecé a degustarme las entrañas. Me recordé cuando nací tan nueva y virgen. Tan sin preguntas, sin futuros, ni caminos. Tan sin fríos, sin amores, ni dolores. Tan sin deberes, lesiones ni desilusiones. Y me volvía a nacer saltándome las reglas. Me volví a descubrir la que tenía. Me volví a construir entre las ruinas. Encontré mis cimientos y mis vigas. Despejé el corazón de los tormentos fríos. Me descubrí los ojos de las vendas. Y me empapé con luz de sus ventanas mías. Me dejé de mirar por los que "más me amaban", para empezar a verme y a quererme con mis ojos... Para empezar a amarme con mis ojos.
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Sesión 3. Derechos humanos de las mujeres Ideas centrales Las luchas emprendidas por las mujeres han buscado el reconocimiento de sus necesidades específicas y han reclamado justicia en relación con la igualdad de derechos. Pese a haber conseguido formalmente esa igualdad en casi todos los países, aún persisten discriminaciones que se traducen en violaciones de los derechos humanos de las mujeres. Por esa situación, en 1993 durante la Convención de derechos humanos de Viena, se reconoció que los derechos humanos de las mujeres hacen parte integral de los derechos humanos y requieren especial protección por parte de los estados. La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, CEDAW y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, son los principales instrumentos internacionales de derechos de las mujeres.
Momento conceptual Los derechos humanos son atributos y garantías inherentes a todos los seres humanos por el simple hecho de ser personas, sin importar su color de piel, sexo, edad, orientación sexual, condición social, ideología, religión o cualquier otra condición en que se desenvuelva su vida. Se han construido a partir de las necesidades, demandas y luchas de hombres y mujeres, quienes han reclamado el principio de igualdad entre los seres humanos como base para el ejercicio de la ciudadanía y la construcción de las democracias. Pese a que reflejan un acuerdo que hacen las sociedades para garantizar una vida digna a todos sus integrantes, la vivencia cotidiana de los derechos aún no es una realidad. En el caso de las mujeres, su llegada al mundo de los derechos fue tardía y se alcanzó gracias a luchas que desafiaron las normas aceptadas por la sociedad de la época. Pese al reconocimiento actual de las mujeres como titulares de derechos, las desigualdades en razón de su género, continúan evidenciando prácticas discriminatorias.
Las luchas de las mujeres por los derechos Las mujeres, en diferentes momentos de la historia han luchado por ser reconocidas como sujetos de derechos tanto en la vida privada como en la pública. Los derechos de los que gozamos las mujeres en Colombia y en la mayor parte de países, son resultado de las luchas de mujeres que se organizaron y trasgredieron la sociedad de su tiempo. Veamos algunos momentos importantes en que las mujeres han hecho demandas por la igualdad.
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En 1791, durante la Revolución Francesa, Olympia de Gouges escribió la “Declaración de los derechos de la Mujer y la Ciudadana”, como una protesta por la exclusión explícita de las mujeres en la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano de 1789. Fue guillotinada en 1793. En 1792 Mary Wollstonecraft, una maestra inglesa, escribió un texto titulado “Vindicación de los derechos de la mujer”, como una demanda explícita de los derechos políticos y el derecho a la educación para las mujeres. En 1848, un grupo de mujeres estadounidenses que luchaban por la abolición de la esclavitud, escriben la “Declaración de Seneca Falls”, en la cual exigieron sus derechos civiles e hicieron exigencias en torno al acceso a la educación, el derecho a la organización, la propiedad y al voto; y también planteamientos entorno a la igualdad laboral, la autoestima, la autoimagen positiva de las mujeres. A finales del siglo XIX comenzó el movimiento sufragista en varios países, como el primer movimiento masivo de mujeres de diferentes clases sociales que buscaron el derecho al voto y el derecho a la educación. En un periodo de 80 años lo consiguieron en casi todo el mundo. Los primeros países en reconocer derecho al voto de las mujeres fueron Nueva Zelanda (1893), Australia (1902) y Finlandia (1906). En los años 60 y 70 del siglo XX, las mujeres organizadas se dieron cuenta que pese a tener derechos civiles y políticos, las desigualdades cotidianas persisten, y es necesario propiciar una transformación de las prácticas que mantienen la subordinación de las mujeres, desde la cultura. Se habla de que “lo personal es político” y se inicia una lucha por los derechos sexuales y reproductivos. La ausencia de las mujeres del mundo de los derechos y la ciudadanía se sustentó en su consideración como incapacitadas para la vida pública. Las normas jurídicas establecían la necesidad de estar representadas por un hombre en todas las circunstancias que implicaran su presencia en la vida pública. Ser cónyuges de los ciudadanos, les dio algunos derechos por extensión como la nacionalidad, pero las excluyó de los derechos políticos como elegir y ser elegidas. Después del reconocimiento de estos derechos, durante la primera parte del siglo XX, las desigualdades continuaron siendo parte de la cotidianidad: salarios más bajos, violencia contra las mujeres, carga del trabajo doméstico, son algunos ejemplos de la desigualdad. Por esa razón durante los años 60 y 70 las mujeres de diferentes países, organizadas en un movimiento social y político llamado feminismo, plantearon la necesidad de cuestionar las relaciones de poder que se daban en lo cotidiano. La incidencia política que han hecho estas mujeres a lo largo de más de 30 años, ha tenido como consecuencia la inclusión de necesidades y demandas de las mujeres en algunos instrumentos internacionales de derechos humanos y la consideración de los derechos de las mujeres y las niñas como parte de los derechos humanos, entre otros logros.
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Los derechos de las mujeres son derechos humanos La humanidad no siempre ha contado con un conjunto de derechos concebidos como atributos y garantías inherentes a todas las personas, por el simple hecho de serlo. Los derechos humanos son entonces una conquista para todos y todas, que deben ser conocidos, defendidos y garantizados. Se basan en los principios de igualdad y no discriminación y se consideran una garantía de dignidad, libertad e igualdad para la vida en sociedad.
Principales características de los Derechos Humanos Son universales: todas las personas, mujeres y hombres, de todos los países tenemos derechos humanos. Son integrales, únicos e indivisibles: son un conjunto que no se puede dividir y en el que todos los derechos son igualmente importantes, por lo que no se pueden respetar unos e irrespetar otros. La violación de uno de los derechos humanos afecta el resto. No son transferibles: no se pueden pasar nuestros derechos a otras personas ni tampoco renunciar a ellos. No terminan: existen para siempre, hasta que morimos. Generan deberes: producen responsabilidades y deberes de conducta ante las demás personas y ante nosotras mismas. Su protección es nacional e internacional: se pueden defender en el propio país y en el ámbito internacional. Por ello, existen varios mecanismos para supervisar su cumplimiento. Son jurídicamente exigibles: se puede exigir su cumplimiento, toda vez que estén reconocidos en las constituciones, leyes y tratados del país. Son dinámicos: Se puede ampliar su significado o crear otros derechos en la medida en que surgen nuevas necesidades planteadas por grupos de personas. Tomado de: IIDH “Guía de Capacitación en Derechos Humanos de las mujeres”, 2008
La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue proclamada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, después de la Segunda Guerra Mundial como una forma de establecer principios básicos de convivencia para la humanidad. En esa Declaración se establecieron un conjunto de derechos humanos fundamentales para todas las personas. Posteriormente, en 1966 se redactaron dos Pactos que traducían esta Declaración en normas obligatorias suscritas por los Estados: el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Pese a la existencia de estos pactos y al compromiso de los Estados para cumplirlos, las mujeres siguen siendo tratadas en forma desigual en la vida cotidiana. La persistencia de discriminaciones constituye una violación a los derechos humanos de las mujeres y por ello todavía no podemos decir que las mujeres gozamos de igualdad real en la sociedad.
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La discriminación se entiende como “toda distinción, exclusión, restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos de la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y la libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”. Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer, CEDAW
Cotidianamente vemos ejemplos de este trato desigual en espacios laborales, familiares, políticos y sociales en nuestro país: -
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Las mujeres siguen siendo las responsables del trabajo doméstico y del trabajo de cuidado en sus hogares y además realizan trabajos remunerados por fuera de su casa. Esto hace que sus jornadas diarias de trabajo se extiendan muy por encima de las de los hombres. La diferencia en el pago que reciben las mujeres por el mismo trabajo con respecto al pago que reciben los hombres es de casi un 20% en el sector formal y un 30% en el sector informal La participación en espacios de elección para las mujeres es de apenas un 16% en promedio, siendo más de la mitad la población colombiana Según datos de Medicina Legal para 2009, el 89% de las víctimas de violencia de pareja fueron mujeres
La persistencia de estas situaciones en todo el mundo, ha sido denunciada por el movimiento de mujeres y por ello, durante la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos, realizada en Viena Austria en 1993, se reconoció por primera vez que los derechos de las mujeres y las niñas son derechos humanos y requieren especial protección y promoción por parte de los Estados. No debería ser necesario hablar de derechos humanos de las mujeres, pero “la especificidad de las violaciones de derechos humanos que sufren las mujeres –en función de su género, de los roles y estereotipos que la sociedad históricamente les ha atribuido– marca la necesidad de conferir un carácter también específico al reconocimiento y sobre todo, a la protección de sus derechos”11. La discriminación y la violencia como fenómenos mundiales que sufren las mujeres12, son la base de la argumentación de la protección específica de los derechos de las mujeres. Los derechos humanos han sido clasificados según el momento histórico en que fueron surgiendo y cubren distintas esferas de la vida: derechos civiles y políticos, derechos económicos, sociales y culturales y los derechos de los pueblos.
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IIDH (2004) Los derechos humanos de las mujeres: Fortaleciendo su promoción y protección internacional San José, Instituto Interamericano de Derechos Humanos. P. 83 12
Las condiciones de vida de las mujeres están atravesadas por otros factores de desigualdad como la etnia, la edad, el origen territorial, el nivel educativo y socioeconómico, la orientación sexual, entre otros. Pese a estas otras desigualdades, las mujeres, por el hecho de serlo, sufren discriminación y violencia en su vida y por ello se habla de los derechos humanos de las mujeres. 36
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Derechos civiles y políticos son los que tienen que ver con las libertades individuales y buscan poner límites al ejercicio del poder político, preservando la integridad y autonomía de las personas, incluye los siguientes derechos: A la vida A la integridad física y psicológica A la libertad personal, A la seguridad personal A la igualdad ante la ley A la libertad de pensamiento, conciencia y religión A la libertad de opinión y expresión de ideas A la libertad de movimiento A la justicia A una nacionalidad A participar en la dirección de asuntos políticos A elegir y ser elegido/elegida en cargos públicos A formar un partido o afiliarse a uno A participar en elecciones democráticas Derechos económicos, sociales y culturales son aquellos que protegen el derecho a disfrutar de unas condiciones dignas de vida, resolviendo las necesidades económicas, sociales y culturales de las personas. Incluye: o Derechos Económicos A la propiedad individual y colectiva A la seguridad económica o Derechos Sociales A la Salud A la Alimentación A la Educación Al trabajo: un salario justo y equitativo, al descanso, a sindicalizarse, a la huelga A la seguridad social A la vivienda o Derechos Culturales A participar en la vida cultural del país A gozar de los beneficios de la ciencia A la investigación científica, literaria y artística Derechos de los pueblos son derechos que trascienden las fronteras nacionales y se basan en el principio de solidaridad para buscar la paz, el desarrollo y la protección al medio ambiente, incluye los derechos: A la paz Al desarrollo económico A la autodeterminación política, económica e ideológica A un ambiente sano A beneficiarse del patrimonio común de la humanidad A la solidaridad 37
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Las mujeres tenemos los mismos derechos que acabamos de presentar, pero dada la particularidad de las discriminaciones cotidianas, se ha abierto la posibilidad de “evidenciar y demandar aquellos derechos que tienen que ver directamente con nuestras necesidades y experiencias de vida” como mujeres. Estos son algunos ejemplos de esas demandas: Derecho a ser reconocidas como humanas, como personas con dignidad y capacidad para decidir sobre nuestro desarrollo, en igualdad y libertad. Derecho a dirigir nuestras propias vidas sin sometimiento a la voluntad del padre, marido, hermanos, hijos. Derecho a vivir una vida libre de violencia, es decir, sin maltrato físico, emocional, sexual o intelectual. Derecho a tener acceso a los recursos productivos, como la tierra, el crédito, la asistencia técnica y la capacitación laboral. Derecho a la vida, para que no hayan más muertes de mujeres como resultado de la violencia doméstica, la mortalidad materna, el aborto clandestino, la violencia sexual. Derecho de las mujeres pobres a contar con condiciones mínimas para acceder a los derechos fundamentales y beneficios del desarrollo. Derecho de las mujeres indígenas y negras a que se les respete su cultura y a no ser discriminadas por el color de su piel, su idioma, su traje y costumbres diferentes. Derecho de las niñas a recibir educación, alimentación y salud en igualdad de oportunidades que los niños, así como a vivir una infancia libre de responsabilidades domésticas y de agresiones como el incesto. Derecho de las jóvenes a decidir sobre sus vidas, a desarrollar su personalidad e ideas políticas y religiosas, a trabajar y estudiar de acuerdo a sus intereses, a ser respetadas, escuchadas y tratadas con confianza en sus familias. Derecho de las mujeres migrantes a un trabajo digno, a no ser explotadas sexualmente por su condición migratoria, a la salud, la educación y la seguridad social. Derecho de las mujeres con discapacidad a una sexualidad libre y sin violencia, a oportunidades de capacitación y empleo dignas, a la eliminación de las barreras culturales y arquitectónicas que impiden su libre acceso a recursos, servicios y al ejercicio de derechos. Derecho de las ancianas a vivir en condiciones de vida dignas, a no ser explotadas, a ser escuchadas y respetadas, a no ser maltratadas. Tomado de: IIDH Guía de Capacitación en Derechos Humanos de las mujeres”, 2008
Además de las normas internacionales de derechos humanos y del reconocimiento hecho durante la Conferencia de derechos humanos, existen dos Convenciones que protegen los derechos de las mujeres, una pertenece al Sistema de Naciones Unidas y otra pertenece al Sistema Interamericano. Son: la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la mujer. La importancia de estas convenciones es que tienen un carácter vinculante, es decir, obligatorio para los estados que suscriben las convenciones.
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La CEDAW, una herramienta para hacer frente a la discriminación La discriminación por razones de género es una experiencia cotidiana en la vida de las mujeres. En 1979 la ONU adoptó la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, conocida como CEDAW por sus siglas en inglés. Es el principal instrumento internacional legal de Derechos Humanos para la promoción y defensa de los derechos humanos de las mujeres. La CEDAW muestra cómo la discriminación limita la participación de las mujeres en la vida política, social, económica y cultural y se agudiza en condiciones de pobreza pues dificulta el acceso a la alimentación, la salud, la capacitación, la educación formal y las oportunidades de empleo. La discriminación viola el principio de igualdad y dignidad humana e impide el disfrute de los derechos humanos de las mujeres13. La definición de discriminación que plantea la CEDAW nos muestra que la sociedad está discriminando a las mujeres cuando les impide ejercer plenamente alguno de los derechos o cuando sólo los pueden ejercer a medias; que la discriminación se puede dar de manera directa o indirecta; y que la discriminación puede darse cualquier campo de la vida: político, económico, social, cultural, etc. La CEDAW contiene propone que los estados, adopten mecanismos para eliminar la discriminación en contra de las mujeres, con acciones como las siguientes14: Incluir el principio de igualdad entre los sexos en las Constituciones nacionales. Adoptar leyes y sanciones que prohíban la discriminación contra la mujer. Derogar o modificar leyes, reglamentos, usos y prácticas que sean discriminatorias en contra de las mujeres. Velar por que las autoridades y las instituciones públicas no incurran en prácticas discriminatorias. Establecer la protección jurídica de los derechos de la mujer. Eliminar la discriminación contra las mujeres practicada por cualquier persona, organización o empresa. La CEDAW es el primer instrumento que obliga a los Estados a adoptar medidas concretas para eliminar la discriminación contra las mujeres y al reconocer los derechos de las mujeres también obliga a su garantía. Reconoce el papel de la cultura y las tradiciones en el mantenimiento de la discriminación contra las mujeres y obliga a los Estados a eliminar los estereotipos en los roles de hombres y mujeres. Además permite el establecimiento de medidas transitorias de “acción afirmativa” que en la CEDAW se llaman “medidas especiales de carácter temporal”15.
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IIDH (2008) Guía de capacitación en derechos humanos de las mujeres Ibídem 15 Presentación sobre la CEDAW 14
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En sus 30 artículos la CEDAW trata los aspectos sobre los cuales son más evidentes las discriminaciones e insta a los Estados a garantizar los derechos de las mujeres. El siguiente cuadro resume los temas tratados por esta Convención y las obligaciones de los estados: Área Participación política
Nacionalidad Maternidad
Educación
Trabajo
Salud Mujeres rurales
Derechos civiles
Propone la CEDAW Garantizar a las mujeres: el derecho al voto, a elegir y ser elegidas en elecciones públicas; el derecho a participar en la formulación de políticas gubernamentales, a ocupar cargos públicos, a ejercer funciones públicas y a representar al gobierno en instancias internacionales Igualdad de los derechos con los hombres para adquirir, cambiar o conservar la nacionalidad y para transmitirla a los hijos e hijas Entender la maternidad como función social, es decir como un compromiso de toda la sociedad y no como responsabilidad única de las mujeres. Reconocer la responsabilidad mutua de hombres y mujeres, en la educación y desarrollo de sus hijos e hijas Acceso al estudio, a la orientación y capacitación laboral y profesional tanto en la zona rural como urbana. Igualdad de oportunidades para acceder a becas y subvenciones de estudio. Reducción de tasas de deserción en las mujeres. Eliminar los contenidos sexistas en los programas de estudios y libros de texto Derecho a las mismas oportunidades para elegir libremente profesión y empleo, aprender y prepararse profesionalmente, la estabilidad en el empleo y condiciones de trabajo adecuadas, a igual remuneración por igual trabajo, a la seguridad social, a la protección de su salud y a la seguridad ocupacional. Obliga a la creación de condiciones que posibiliten la igualdad de las mujeres en el acceso a los servicios de atención médica y de planificación familiar. derecho a participar en la elaboración y ejecución de planes de desarrollo, el acceso a servicios adecuados de atención médica, el beneficio directo de la seguridad social, a obtener educación y formación académica y no académica, y el acceso a créditos y a prestaciones familiares. Capacidad jurídica de las mujeres en materias civiles como firmar contratos, administrar bienes, circular libremente y elegir residencia.
Derechos económicos
Igualdad en el acceso al crédito y a prestaciones familiares.
Matrimonio y relaciones familiares
Derechos a elegir libremente el cónyuge y contraer matrimonio con pleno consentimiento; otorga igualdad de derechos y responsabilidades durante el matrimonio y, como progenitores, a decidir libre y responsablemente el número de hijos, a elegir su apellido, a la vez que le garantiza los mismos derechos en materia de propiedad y administración de bienes. Eliminar todas las formas de tráfico internacional de mujeres para su explotación sexual y económica. Eliminar la explotación de la prostitución, la cual reduce a las mujeres a la condición de objetos sexuales y de mercancía para el comercio.
Prostitución
Elaborado con base en CIASE (2009), ILSA (2009 ) e IIDH(2008)
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La CEDAW tiene un comité conformado por 23 expertos y expertas procedentes de diferentes regiones del mundo cuyo mandato es hacer seguimiento a los avances realizados en cumplimiento de la Convención. Tiene tres mecanismos de trabajo: Exámenes de informes iniciales o periódicos presentados por los Estados Parte. Observaciones o Comentarios Finales a los informes de los Estados Parte. Elaboración de Recomendaciones Generales, relevantes para la aplicación de la Convención. Desde 1999 entró en vigor un Protocolo Facultativo de la CEDAW, es un documento adicional a la Convención que es opcional y establece dos mecanismos adicionales para el comité de la CEDAW: El procedimiento de comunicación, el cual permite que mujeres o grupos de mujeres presenten quejas individuales ante el Comité, en las que se alegue ser víctima de violación de cualquiera de los Derechos establecidos en la Convención. El procedimiento de investigación, el cual faculta al Comité a investigar violaciones graves o sistemáticas a los Derechos contemplados en la CEDAW. Colombia suscribió la CEDAW en 1981 y el Protocolo Facultativo en el año 2000.
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer Dentro del sistema interamericano, es decir, en el marco de de la Organización de Estados Americanos (OEA) se cuenta con el primer instrumento legal internacional que reconoce y protege el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y que establece que la violencia contra las mujeres es una violación a los derechos humanos. Se conoce como la Convención de Belem do Pará por el nombre de la ciudad brasilera donde fue aprobada por la Asamblea general de la OEA en 1994. La Convención de Belem do Pará establece que “por Violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”. Se incluye entonces la violencia física, sexual y psicológica que ocurre tanto en el ámbito público como privado. También plantea que las mujeres tenemos derecho a vivir libres de toda discriminación y “ser valoradas y educadas sin caer en prácticas sociales y culturales que se basan en conceptos de inferioridad o subordinación”. Establece que la violencia contra las mujeres impide y anula el ejercicio de otros derechos como el derecho a la vida; el derecho a la integridad física, psíquica y moral; el derecho a la libertad y seguridad personales; el derecho a no ser sometidas a torturas; el respeto por la dignidad de la mujer y el derecho a recibir igual trato ante la ley. 41
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La Convención pide entonces a los Estados que establezcan políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y que desarrollen programas de promoción de los derechos de las mujeres, prevención de la violencia contra las mujeres y atención a mujeres víctimas También se advierte a los Estados sobre la existencia de factores que facilitan que las mujeres sean víctimas de violencia como los siguientes: La raza o etnia Si se es migrante, refugiada o desplazada Si la mujer está embarazada La discapacidad Si se es menor de edad Si se es anciana Si se es pobre Si se vive en medio del conflicto armado Si la mujer está en prisión Incluye un mecanismo de protección para las mujeres: posibilidad de presentar demandas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, una vez se hayan agotado las instancias nacionales de protección a las mujeres. En las sesiones 4 y 6 de este Cuaderno de Trabajo, vamos a ampliar el tema de la violencia contra la mujer y profundizaremos en algunos de los temas que menciona la Convención de Belem do Pará.
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Propuesta de taller Objetivos -
Reconocer las especificidades de las mujeres en relación con el ejercicio de los derechos humanos e identificar situaciones donde se vulneran Conocer los principales mecanismos e instrumentos internacionales para la protección de los derechos de las mujeres
Tiempo total: 4 horas
TEMAS Introducción Derechos humanos Derechos humanos de las mujeres
Instrumentos internacionales de protección de derechos de las mujeres Evaluación
ACTIVIDADES Actividad 1 Mi primer derecho ganado, mi primer derecho perdido Actividad 1 Análisis de casos
Presentación de los principales elementos de la CEDAW y Belem do Pará
TIEMPO 10 minutos 1 hora 1 hora, 30 minutos
1 hora
MATERIALES Presentación con las características de los derechos humanos Carteleras con listado de derechos humanos pegados en el salón. Tarjetas de tres colores, marcadores, chinches, tablero o papelógrafos, casos impresos Presentación en carteleras o computador
20 minutos
Requerimientos logísticos: se necesita un salón con suficiente espacio, sin mucho ruido exterior y sillas movibles que permitan trabajar en grupos.
Tema 1. Derechos humanos Actividad propuesta: Mi primer derecho ganado, mi primer derecho perdido16 Objetivos - Reconocer la presencia de los derechos humanos en nuestras vidas
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Tomado de IIDH (2008) “Módulo 2. Nuestro derecho a tener derechos” 43
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Tener un panorama general de los derechos humanos y la lucha emprendida por las mujeres para alcanzar la igualdad de derechos
Tiempo: Una hora Desarrollo de la actividad: De manera individual las participantes piensan, durante unos minutos, en el primer derecho que recuerdan haber ganado y en el primer derecho que recuerdan haber perdido. La intención es que compartan entre todas sus experiencias con su primer derecho ganado y la facilitadora vaya escribiendo en un papelógrafo los relatos de cada mujer, bajo un título que diga: “Mi primer derecho ganado”. Luego se hace la lista de los derechos perdidos, bajo el título “Mi primer derecho perdido”. Una vez se han puesto en común las experiencias, se promueve una reflexión en torno las siguientes preguntas: - ¿Qué les fue más fácil identificar, los derechos ganados o los perdidos? - ¿Qué tipo de derechos fueron mencionados por el grupo más a menudo? - ¿Qué tienen que ver con nuestra vida cotidiana? - ¿Qué tiene que ver esto con los derechos humanos? A partir de las respuestas y la conversación que se genere, la facilitadora presenta una definición de derechos humanos en la que se resalta su carácter de pacto social y de conquista para la humanidad. Se presentan sus principales características y los tipos de derechos que existen. Se enumeran los derechos, incluyendo los derechos sexuales y reproductivos. Se ligan con las respuestas dadas por el grupo, haciendo una referencia a que tipos de derechos son los que se reconocen como ganados o como perdidos. Posteriormente se pregunta si es fácil o difícil para las mujeres reconocerse en los derechos humanos y se hace una narración de las luchas que realizaron las mujeres para alcanzar la igualdad de derechos.
Tema 2. Derechos humanos de las mujeres Actividad propuesta: Análisis de casos17 Objetivos - Reconocer las vulneraciones de los derechos de las mujeres - Comprender las especificidades de los derechos de las mujeres Tiempo: Una hora y media
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Adaptado de: Gobernación de Nariño (2008) Equidad de Género en el desarrollo local y regional. Escuela de formación “Módulo 3. Nuestros derechos… de las mujeres”. 44
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Desarrollo de la actividad: Se pegan carteles en el salón con el listado de los principales derechos, incluyendo los derechos sexuales y reproductivos. Se hacen cinco grupos de trabajo y a cada grupo se le entrega uno de los siguientes casos:
CASO 1 “Qué bueno sería tener un lote de yuca trabajado por mujeres”. La idea se expone y a los agricultores les parece bien. Se programa la reunión a la que acuden 6 mujeres acompañadas por sus esposos, aunque ellos no fueron convocados. “La idea es buenísima” dice doña Patricia, quien ya ha tenido pequeños cultivos. “Aprenderíamos de otros cultivos porque solo he tenido huertas caseras”, añade Susana, una de las más jóvenes del grupo. Y así sube el entusiasmo, se empieza a hablar del lote que se sembraría, cómo se repartirían los gastos y la yuca cuando la colecten… pero una voz interrumpe este despliegue de sueños: “mi esposa no puede vincularse porque ella es la encargada de llevar y traer a los niños de la escuela y de tener listo el oficio de la casa”. El silencio es general, solo pequeños balbuceos intentando explicar que sólo se trabajaría un día cada semana y otra persona de la casa podría encargarse de los niños, por ese día. Las voces de otros hombres se unen a la negativa y ya no hay discusión posible. El ánimo decae: “seguramente en otra ocasión”… y van saliendo rápidamente hasta que queda solo el salón de la escuela. El lote de yuca, soñado para las mujeres se convierte en otra frustración.
CASO 2 Ahora soy una líder de mi comunidad y él me apoya, pero no siempre fue así. Me casé muy jovencita, como sería que no sabía ni qué hacer la noche de bodas, ni como era que nacían los hijos. Pero he ido aprendiendo. Después en el barrio, las vecinas pasaban y me invitaban a reuniones, pero no iba porque no tenía permiso. Siempre le insistía que me dejara ir, pero él decía que no, que yo iba era a perder el tiempo. Un día sentí mucha curiosidad y me fui a una reunión sin avisarle. Allá me gustó mucho lo que hablaron, conocer otras personas y que yo podía ayudar con recursos para el hogar, con la falta que hace tener una platica extra, con los gastos de los hijos. Seguí asistiendo, primero a escondidas pero después ya le contaba qué hacíamos. Creo que a él le gustó mi entusiasmo cuando le compartía lo que aprendía y ver cómo hacía pequeñas actividades que ayudaban con gastos en el hogar. Poco a poco fue aflojando y ya no pido permiso, solo aviso a donde voy, por si me necesitan. Ahora colabora conmigo y con mis actividades, es de los pocos hombres que trabajan con nosotras para el mejoramiento del barrio.
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CASO 3 Solo lea la carta pero no pregunte nombres porque no tengo. Soy una entre las muchas mujeres angustiadas por la situación de nuestros hijos, de nuestras hijas, desaparecidos en medio de la lucha de los carteles de las mafias que se aposentaron en estos municipios. Claro que si lo pensamos bien somos responsables por no prever lo que podría suceder, solo nos importó que llegaba dinero y admirábamos la forma de vivir de los duros. Nos pareció buenísimo que los pobres de antes tuvieran lujos como puertas con enchapes de oro, pero no imaginamos el precio tan alto de esa admiración. Corrompieron todo, a las autoridades, a la policía, repartiendo dinero y amenazas por igual. Ahora solo nos toca sufrir viendo cómo se llevan a nuestros hijos secuestrados para los trabajos pesados o para investigarlos, con la promesa de devolverlos, pero ni por sus cadáveres responden. Se llevan a nuestras hijas, casi niñas, para someterlas a las peores humillaciones y vejámenes sexuales que ni le cuento porque me duele de solo nombrarlo. Así que les pido que hablen por nosotras, aquí no podríamos hacerlo sin sentir que esta sería nuestra última palabra, el miedo es muy grande y lo único que yo quiero es ver a mis hijos nuevamente.
CASO 4 Gabriela ha vivido desde su niñez el deterioro paulatino de su sistema muscular, ahora que tiene 30 años está a punto de depender de una silla de ruedas para moverse. Conoció a Manuel hace 3 años con quien ha planeado casarse y establecer una familia. Fue al ginecólogo para el control de su salud reproductiva y él le recomendó que se esterilizara. Gabriela insiste en tener un bebé pero el doctor plantea que ella tiene un riesgo entre un 25 y un 75% de transmitir la condición de su sistema muscular al bebé, él insiste en que Gabriela se esterilice. Ella no sabe qué hacer.
CASO 5 Gloria se preocupó mucho cuando su prima Laura no salió de la oficina a la hora del almuerzo, así que se fue a buscarla y la encontró llorando. La abrazó muy fuerte y finalmente se enteró que estaba así por culpa del jefe de la fábrica. La empujó contra la pared, las insultó y posteriormente tocó sus senos y sus genitales. Laura tiene miedo pues amenazó con despedirla si ella contaba algo de lo que pasó.
Se pide a la integrantes de cada grupo que analicen el caso correspondiente y respondan las siguientes preguntas en fichas de diferente color: ¿Qué derechos están siendo vulnerados? ¿Cómo se expresa ese derecho para las mujeres? ¿Qué necesitan las mujeres para ejercer ese derecho en el municipio? Posteriormente se hace una plenaria en la que cada grupo expone brevemente su caso y pega las fichas correspondientes para visualizar las respuestas de todas. 46
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Es importante que la facilitadora pida aclaraciones en caso de que no se entienda lo consignado en las fichas. Luego de terminada la plenaria la facilitadora retoma la pregunta de cómo se expresa cada derecho en la vida de las mujeres y a partir de allí dice que precisamente esas expresiones diferenciadas son las que sustentan el hecho de que se resalte la vivencia de los derechos de las mujeres de una manera particular. Se mencionan las principales discriminaciones en la vida de las mujeres que han servido como argumento para que durante la Conferencia mundial de Viena se declarara que los derechos de las mujeres y las niñas hacen parte de los derechos humanos y requieren especial protección por parte de los Estados.
Tema 3. Instrumentos internacionales de protección de los derechos de las mujeres Actividad propuesta: exposición sobre la CEDAW y la Convención de Belem do Pará Objetivos - Identificar los principales elementos de las convenciones que protegen especialmente los derechos de las mujeres Tiempo: Una hora Desarrollo de la actividad La idea es mencionar los principales elementos de estas dos Convenciones. Puedes hacerlo con una presentación de Power Point, o con carteleras, a partir de los elementos que señalamos en la parte conceptual, los cuales pueden ser ampliados con la propia lectura que hagas tú misma de las convenciones.
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Sesión 4. Violencia basada en género y construcción de paz Ideas centrales La violencia contra las mujeres es un fenómeno complejo que tiene componentes estructurales y culturales que se traducen en expresiones de violencia directa. Las construcciones genéricas contribuyen a la naturalización de las violencias contra las mujeres desde las representaciones subvaloradas de lo femenino en la sociedad. Una perspectiva de construcción de paz para la región supone trabajar por la resignificación del conflicto como forma de relación cotidiana; y por la revaloración de lo femenino y de las mujeres como actoras de cambio, estas son condiciones para el desarrollo y la paz.
Momento Conceptual El abordaje del fenómeno de la violencia contra las mujeres se enriquece si asumimos una perspectiva que no solo toque sus manifestaciones directas, sino que tenga en cuenta los elementos estructurales y culturales que la sustentan, y que hacen parte de las construcciones de género que naturalizan la violencia y la dominación a las mujeres. De esta manera, ganamos en comprensión y sentamos las bases para terminar con uno de los principales problemas de salud pública en el mundo, y contribuir de manera decidida a la convivencia y la construcción de paz.
Violencia directa, estructural y cultural en relación con la VBG “La violencia es una expresión exacerbada del poder que una persona o un grupo de personas ejerce o pretende ejercer sobre otra/s y que tiene como propósito causar daño. Tiene siempre la intencionalidad de lograr que la/s persona/s víctimas del acto violento hagan algo o impedir que lo hagan, lograr que entiendan algo, que aprendan una lección con el fin de que quienes reciben los actos violentos actúen de determinada manera en el futuro, por lo tanto, es un mecanismo de control social”18. Según Joseph Galtung “La violencia está presente cuando los seres humanos se ven influidos de tal manera que sus realizaciones efectivas, somáticas y mentales, están por debajo de sus realizaciones potenciales”. Usualmente solo se reconoce y se asumen los efectos de la violencia directa, aquella que deja consecuencias visibles en quienes las sufren. Pero existe también una
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CLADEM (2008) Género, acceso a la justicia y violencia contra las mujeres. Guía de capacitación para operadores y operadoras de justicia, Asunción, p. 24
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violencia que trasciende a las personas y tiene que ver con factores de la estructura social y la cultura. La violencia estructural no es intencional y tiene su origen en estructuras socioeconómicas que impiden cubrir las necesidades básicas de las personas. Se expresa como explotación económica o represión política que generan discriminaciones y exclusiones a determinados grupos de la población. La violencia cultural o simbólica es un tipo de violencia que puede ser intencional o no. Procede del orden simbólico, es decir, de la cultura, y permite que se mantengan y reproduzcan las “estructuras de poder existentes, disimulándolas, idealizándolas y declarándolas normales y legítimas”19. Se utiliza para justificar la violencia estructural y la violencia directa, de manera tal que se inhibe o reprime la posible respuesta de quien o quienes la sufren. Se transmite en la escuela, la familia, los medios de comunicación a partir de mensajes generados desde la religión, el derecho, las artes y las ciencias, entre otras. La Violencia Basada en Género –VBG hace referencia a las diferentes violencias a que son sometidas la mujeres en la vida privada y púbica, asociadas a su condición de género, es decir al hecho de ser mujeres. La Convención de Belem do Pará define la violencia contra las mujeres como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”. Esta definición incluye la violencia física, sexual y psicológica: -
“Que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso sexual”.
-
“Que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar”.
-
“Que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, dondequiera que ocurra”
Las violencias basadas en género tienen manifestaciones directas, estructurales y culturales que sostienen un orden de género basado en el sometimiento y dominación de las mujeres. En términos estructurales la violencia contra las mujeres es “una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre (…) y es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre”.20 Algunos ejemplos de violencia estructural contra las 19
Becker, David y Bárbara Weyermann (2006) Género, transformación de conflictos y enfoque psicosocial. Manual. COSUDE, Berlín. Ficha 1 p. 10 20 “Declaración sobre la eliminación de todas las formas de discriminación hacia las mujeres de la Asamblea General de Naciones Unidas”. Citado por el Programa Integral contra las violencias de género (2010) Estudio sobre tolerancia social e institucional a la violencia basada en género en Colombia. P.22 49
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mujeres son la existencia de leyes y otras normas que limitan su acceso a la participación y los beneficios del desarrollo, como la propiedad sobre la tierra o los créditos bancarios, la representación política, entre otras. Los componentes de violencia simbólica tienen que ver con los mecanismos culturales mediante los cuales se naturaliza y legitima la violencia directa contra las mujeres. Se incluyen aquí los argumentos que desde las víctimas, los perpetradores, las familias, las comunidades, se utilizan para explicar y justificar el acto violento: “el me pega lo normal”; “si no la controlo, se pierde”; “alguien tiene que mandar, alguien tiene que tener las riendas de la familia”; “es preferible que las mujeres obedezcan y respeten, así se evitan problemas”21. También comprende los imaginarios y valoraciones sociales sobre lo femenino que menoscaban y subvaloran a las mujeres y que cotidianamente son publicadas a través de los medios de comunicación.
Un marco interpretativo de la Violencia contra las mujeres La Violencia contra las mujeres es un fenómeno complejo y multicausal que requiere una interpretación que dé cuenta de esa complejidad. El modelo ecológico feminista integrado, aporta en ese sentido, una interrelación entre los aspectos individuales y colectivos que tienen que ver tanto con los protagonistas (agresores y víctimas) como con los contextos en que se produce la acción violenta. Los componentes de este modelo son: las historias individuales, las relaciones más inmediatas, los ámbitos socioeconómicos en que se producen y el contexto cultural donde se desarrollan. Este gráfico ilustra la ubicación de un agresor individual en un contexto social particular22.
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Frases tomadas del “Estudio sobre tolerancia…” Tomado de Programa Integral contra las violencias de género (2010) Estudio sobre tolerancia social e institucional a la violencia basada en género en Colombia. Se ha modificado el gráfico que se cita en el estudio. El modelo ecológico feminista integrado fue propuesto por Lori Heise en 1999. 22
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Cuando interactúan varios factores en estos ámbitos, se produce la violencia. Por ejemplo en relación con el contexto cultural (sociedad) hay componentes que favorecen la violencia contra las mujeres: -
Normas que otorgan al hombre el control del comportamiento de la mujer Aceptación de la violencia como manera de resolver conflictos La noción de masculinidad ligada a la autoridad, el honor o la agresión Roles de género muy rígidos
Si además de esto, hay un contexto socioeconómico que favorece la violencia contra las mujeres, en el sentido de retrasar sus posibilidades de empoderamiento, generar frustración en los hombres que no pueden cumplir su rol de proveedor como la cultura le dice, o fomentar la utilización sexual de mujeres con bajos ingresos, se aumentan las probabilidades del acto violento. En relación con el ámbito de la comunidad, otro factor que favorece la violencia contra las mujeres es su aislamiento social sustentado en una rígida separación de lo público y lo privado. De esta forma, se piensa que “la ropa sucia se lava en casa” y se sanciona la posibilidad de que las mujeres acudan a la solidaridad de las vecinas o personas cercanas. Adicionalmente se considera que nadie se debe meter en los asuntos de la familia. Las relaciones cercanas, se ven influenciadas por la estructura patriarcal tradicional de las familias, en las que los varones son quienes asumen las posiciones de poder. Esto implica que la toma de decisiones en lo cotidiano, el control económico y el control sobre el cuerpo de las mujeres, son prácticas que se asocian a expresiones de violencia en contra de las mujeres por parte de los varones de la familia. Las historias personales de los agresores dan cuenta de eventos que refuerzan las creencias de que es “normal golpear a la esposa” o que “el papel del hombre es educar y manejar a la esposa”, como el hecho de presenciar repetidas golpizas del padre hacia la madre. Otro factor que favorece el uso de la violencia en las relaciones cercanas es precisamente el aprendizaje de la violencia durante la infancia, como forma de educar a la niñez. Así, la repetida agresión física y verbal durante la infancia, incide en la legitimación del uso de la violencia como medio de formación, en la edad adulta. Con relación a las víctimas se ha encontrado que las mujeres que han sido víctimas de la violencia, aceptan más fácilmente los “motivos” que tienen sus parejas para agredirlas, es decir, han internalizado la violencia y tienen una mayor probabilidad de tolerar una nueva relación violenta.23
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Se ha elaborado este marco de interpretación sobre la violencia contra las mujeres a partir del marco teórico que presenta el Estudio sobre tolerancia social e institucional a la violencia basada en género en Colombia. Op. Cit. 51
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Género y construcción de paz Una perspectiva de construcción de paz debe partir de reconocer que el conflicto es consustancial a las relaciones humanas. Existe conflicto donde quiera que interactúen seres humanos, pues todos y todas tenemos intereses e ideas que no siempre se encuentran. Vivimos y nos encontramos siempre en la diferencia, pero no la sabemos asumir. La asumimos como una amenaza, como un peligro, o una desigualdad y no como un potencial colectivo y diverso de capacidades y oportunidades. Usualmente nos hemos acostumbrado a asumir los conflictos cotidianos como experiencias negativas, que nos asustan o nos generan temores y desconfianza. Esto tiene que ver con el hecho de que generalmente los conflictos se tramitan de forma violenta. La forma violenta de tramitación favorece el escalamiento de los conflictos, es decir su avance hacia conflictos más agudos. Socialmente aprendemos a abordar los conflictos de manera violenta en los contextos familiares y comunitarios. Desaprender estas formas de relacionarnos es un paso necesario para construir la paz. La paz concebida no como algo que ocurre por fuera de las personas y su entorno, sino como una necesidad cotidiana de crear condiciones para una convivencia democrática y con equidad. Abordar la construcción de paz desde una perspectiva de género implica reconocer por una parte, que tanto hombres como mujeres somos actores de cambio, de conflicto y de paz; y por otra, que hay un afectación diferencial por género en los conflictos. Esto nos lleva a considerar las capacidades y aportes que pueden hacer mujeres y hombres a la tramitación de conflictos y a la negociación de la paz. Usualmente las mujeres no son involucradas en los escenarios de negociación cuando existen conflictos armados y se subestima su capacidad para tramitar conflictos en la cotidianidad. El tema de la afectación diferencial de los conflictos debe considerar las desigualdades que enfrentan cotidianamente las mujeres y su traducción en expresiones de violencia contra ellas. El reconocimiento de una afectación diferencial hacia las mujeres no significa negar la afectación particular que pueden tener los hombres con relación a los conflictos, particularmente los conflictos armados. Es una labor de visibilización y de toma de conciencia sobre las necesidades de atención diferencial que requieren las mujeres; y claro, también es un llamado a la garantía de los derechos de las mujeres que han sido víctimas violencias basadas en género para que esas violaciones de su derecho a una vida libre de violencias no queden en la impunidad.
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Propuesta de taller Objetivos -
Identificar las principales formas de expresión de las VBG y sus consecuencias sobre la vida, la autonomía y la libertad personal de las mujeres, así como de imaginarios, prácticas y actitudes que facilitan su persistencia
Tiempo total: 4 horas
TEMAS Introducción al taller Violencia Basada en Género
Evaluación
ACTIVIDADES -Presentación de las participantes y sus expectativas -Presentación de la agenda y objetivos del taller Momento 1. Construcción y análisis de casos
TIEMPO 40 minutos
MATERIALES
1 hora y 30 minutos
Momento 2. Herramientas conceptuales
45 minutos
Momento 3. Enriquecimiento del análisis
45 minutos
Tarjetas de 4 colores, marcadores, tablero o papelógrafo, papel periódico , chinches o cinta pegante Presentación en papel del modelo ecológico feminista integrado, papelógrafo y marcadores Papelógrafo, cinta pegante y marcadores
20 minutos
Requerimientos logísticos: se necesita un salón con suficiente espacio, sin mucho ruido exterior y sillas movibles que permitan trabajar en grupos.
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Tema 1. Violencia contra las mujeres Actividad propuesta: tres momentos para abordar la violencia contra las mujeres Objetivos: -
Identificar diferentes tipos de violencia contra la mujer y las huellas que producen en la vida de las mujeres Utilizar algunas herramientas para analizar, desde una perspectiva de género, los contextos sociales donde se produce la violencia contra las mujeres
Tiempo: 3 horas Desarrollo de la actividad: Esta actividad consta de tres momentos Momento 1: construcción y análisis de casos Se pide a las participantes que construyan una definición de Violencia contra la mujer y se escribe en un papelógrafo. Se contrasta con la definición que plantea la Convención de Belém do Pará y se resaltan los aspectos que complementan o precisan la definición planteada por las mujeres. Se hacen tres grupos de trabajo y cada uno debe preparar, con base en su experiencia, un sociodrama que refleje una situación de violencia contra las mujeres, en diferentes etapas de la vida: una niña, una mujer adulta y una mujer adulta mayor. El caso puede ser real o ficticio, siempre y cuando se base en situaciones que suceden comúnmente en el municipio. Después de socializar el caso, cada grupo debe analizarlo según los siguientes criterios: actores involucrados, tipo de violencia que se ejerce, consecuencias de la violencia y factores que contribuyen al ejercicio de la violencia. Para la visualización, se utilizan tarjetas de cuatro colores, uno para cada criterio. Durante la plenaria todas podrán aportar a cada caso, complementando el análisis si consideran que es necesario. Se deja en el tablero o papelógrafo el resultado del ejercicio, el cual será retomado más adelante. Momento 2: herramientas conceptuales La facilitadora retoma la definición de VCM y resalta como elemento central la necesidad de identificación de las relaciones de poder en que se enmarca. Señala además que estas acciones son una violación de los derechos humanos que afectan la autonomía, la libertad y la integridad de las mujeres. 54
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Retoma los elementos conceptuales que definen la violencia directa, estructural y cultural y presenta el modelo ecológico feminista integrado para la comprensión de la violencia contra las mujeres. Momento 3: enriquecimiento del análisis Se vuelve al trabajo en grupos y se pide que analicen las fichas que tienen a la luz del modelo que se acaba de presentar. Previamente se ha preparado una hoja de papel periódico con el esquema del modelo explicativo planteado para ser utilizada en plenaria.
Se pide a cada grupo que, si lo consideran pertinente, ubique las fichas que corresponden a los factores que contribuyen al ejercicio de la violencia, en alguno de los círculos del modelo. Cada representante de grupo tendrá que leer ficha por ficha y explicar porqué la ubica donde la ubica. Luego de que todos los grupos ubiquen sus fichas, la facilitadora pregunta si falta algún factor que contribuya a explicar los casos de violencia y lo complementan. Se promueve una reflexión en torno a los cambios que debemos propiciar en cada uno de esos escenarios: sociedad, comunidad, familia y relaciones de pareja y agresor individual y en las víctimas, para no favorecer la violencia contra las mujeres. Esos cambios necesarios se pueden consignar en fichas de otro color y pegar en un esquema igual, que sirva como contraste de las ideas y refuerce la necesidad de realizar acciones individuales y colectivas para transformar la realidad de violencia contra las mujeres. Parte de la reflexión final será sobre la manera en que asumimos y tramitamos los conflictos y en la necesidad de desaprender muchas ideas si queremos construir una paz en la que los derechos de las mujeres sean una consideración fundamental.
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Sesión 5. Legislación nacional por la equidad de género Ideas centrales Los avances legislativos a favor de la equidad de género en Colombia responden a la incidencia política de mujeres organizadas, al cumplimiento de compromisos internacionales y a cambios asumidos por los distintos gobiernos en relación con el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Los derechos de las mujeres deben materializarse en la vida cotidiana y para ello es necesario que nos apropiemos de la legislación que promueve y protege esos derechos.
Momento conceptual Así como las mujeres en diferentes países se organizaron para luchar por sus derechos, en Colombia también hubo muchas luchadoras quienes en diferentes tiempos, aportaron ideas, sueños y realizaciones, para que en la actualidad las colombianas tengamos unos derechos básicos. Esa lucha se ha alimentado con los logros del movimiento de mujeres a nivel mundial, los cuales, en tiempos recientes, se traducen, entre otros, en acuerdos internacionales que han sido suscritos por el Estado colombiano. Es importante que conozcamos los principales avances legislativos hacia la equidad de género para promoverlos en todos los escenarios.
Las colombianas luchan por sus derechos Se pueden resaltar varios momentos en la lucha de las mujeres colombianas por sus derechos. El primero que queremos subrayar es el apoyo al proceso de independencia de España, momento en que aparentemente se luchaba por los derechos de todos. Allí las mujeres hicieron parte de la gesta de independencia en labores como la asistencia a los heridos en las batallas, el paso de información a las tropas patriotas, el ocultamiento de hombres perseguidos, la confección de uniformes y banderas para el ejército y la preparación de comida para los batallones. La historia recuperada también da cuenta de al menos 59 mujeres fusiladas, ahorcadas o degolladas en la plaza pública como retaliación por su participación en el proceso: entre ellas Policarpa Salavarrieta, Mercedes Ábrego, Dorotea Castro y su esclava Josefa, Antonia Santos, María Josefa Lizarralde, Estefanía Neira de Eslava, y Manuela Uscátegui, entre otras. También se conoce la participación de una mujer, Evangelista Tamayo, durante la Batalla de Boyacá, quien alcanzó el grado de capitán24.
24
Rodríguez, Pablo. “Las mujeres en la independencia de Colombia”, en Revista Credencial Historia, edición 247, julio de 2010. Publicación digital en la página web de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República.
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Solo hasta entrado el siglo XX se conocen luchas de mujeres organizadas colectivamente, quienes empiezan a reclamar no solo los derechos de todos, sino específicamente demandan un trato igualitario para las mujeres. Uno de esos momentos lo protagonizaron 1400 mujeres indígenas procedentes de 8 departamentos quienes en mayo de 1927 firmaron el manifiesto “Los derechos de la Mujer Indígena”25. Otro momento de esas luchas se enmarca en las luchas obreras de los años 20. Allí debemos mencionar que la primera huelga obrera realizada en Colombia la protagonizaron 400 obreras de la fábrica de textiles de Bello (llamada luego Fabricato), quienes pararon durante 21 días sus labores, como una medida desesperada de protesta por las condiciones laborales que padecían. Betsabé Espinal fue quien lideró el movimiento. Ellas exigían iguales salarios a los hombres, pues ganaban un 37% menos por el mismo trabajo, la reducción de la jornada de trabajo y revisar el sistema de multas a manos de los capataces quienes las multaban por llegar tarde, por enfermar sin previo aviso, por distraerse en el trabajo o por cualquier excusa que se les ocurriera. También pedían poner fin al acoso sexual de los capataces, abolir la prohibición de asistir con zapatos a su lugar de trabajo y mejorar las condiciones higiénicas en los galpones de trabajo. Sus peticiones fueron acogidas26. Dentro de este contexto obrero la figura más conocida es María Cano, una mujer antioqueña proveniente de círculos intelectuales. Se hizo socialista y llegó a ser líder de este Partido. “Recorrió el país como agitadora política; fue conocida como la Flor del Trabajo en 1925 y se la recuerda por el apoyo y organización de diversas huelgas obreras, especialmente la petrolera de 1927 y la de las bananeras en 1928”27. Otras mujeres obreras y campesinas también se destacaron por exigir el derecho a la tierra y organizarse con otras mujeres y hombres. Sobresalen Juana Julia Guzmán y Felicita Campos, ambas campesinas costeñas, quienes lucharon incansablemente por el acceso a la tierra para trabajarla. Juana Julia impulsó la creación de la Sociedad de obreras Redención de la Mujer (1919), colectivo integrado por bailadoras de fandango, lavanderas, fritangueras, vendedoras y cocineras y fue muy activa en los comités de mujeres de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) y denunció una práctica común, heredada de la Conquista española, en la zona indígena de Córdoba que era la “venta de doncellas”, una comercialización de niñas indígenas. Felicita, por su parte, encabezó una de las ligas campesinas que luchó por el derecho a la tierra en Sucre. Fue encarcelada 30 veces y fue conocida por el viaje que hizo a pie hasta Bogotá, para reclamar por los títulos de la tierra en la que trabajaba ante el presidente Abadía Méndez28.
25
Luis Vitale, citado por Margarita Peláez. (sin fecha) Derechos políticos y ciudadanía de las mujeres en Colombia. Cincuenta años del voto femenino. En http://webs.uvigo.es/pmayobre 26 Aricapa, Ricardo. Crónica de los días en que 400 obreras al mando de Betsabé Espinal paralizaron la Fábrica de Tejidos de Bello. Escuela Nacional Sindical, sin fecha, mimeo. 27 Peláez, Margarita. Op. Cit. p. 4 28 Álvarez, Lucy “Resistencias en construcción”. Escuela para la construcción de equidad de género con copartes de OXFAM GB. Módulo 2: Desarrollo, sostenibilidad y equidad de género, sesión 2. (2008) 57
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Los años 30 son tiempos en que el derecho a la educación para las mujeres es una demanda de muchas mujeres que interesadas en mejorar la calidad de la educación que recibían las jóvenes. Una de ellas fue la maestra antioqueña María Rojas Tejada, quien impulsó centros educativos para mujeres, pues consideraba que en “Colombia los más altos institutos de educación femenina no daban ni siquiera una preparación equivalente al bachillerato masculino”. La educación femenina y masculina eran completamente separadas y con acceso solo para unos pocos. En el caso de las mujeres, la instrucción se reducía “a la enseñanza de la religión, de la lectura y la escritura, pocas nociones de historia y geografía y todos aquellos elementos que le permitiera cumplir con las obligaciones familiares como bordado, costura y nociones de economía familiar”29. Otras impulsoras del derecho a la educación son Ofelia Uribe de Acosta y Georgina Fletcher. Ellas jugaron un papel fundamental en la lucha por los derechos civiles de las mujeres, en este caso por el derecho a “disponer libremente de sus bienes, contraer autónomamente deudas, realizar otras transacciones financieras, y comparecer por sí misma ante la justicia”30. Esa demanda no estaba aislada de la demanda por el sufragio, pero en ese momento, es decir, en los años 30, no se tuvieron resultados a este respecto. El movimiento sufragista colombiano tiene su momento más álgido en los años 40, más exactamente entre 1943 y 1946, momento en el que se integra como un movimiento interclasista e interpartidista. Algunas de las luchadoras de esta época son Ofelia Uribe de Acosta, Lucila Rubio de Laverde y Mercedes Abadía, entre otras. Se dio entonces una confluencia de intereses entre mujeres obreras y mujeres de clases altas para luchar por los derechos políticos de todas. Sin embargo, hubo divisiones en el movimiento y la época conocida como la violencia desarticuló las luchas de las mujeres. Solo después de ese periodo, en 1954, el cabildeo de mujeres liberales y conservadoras como Esmeralda Arboleda, Josefina Valencia, Bertha Hernández, María Currea de Aya, logra que con el acto legislativo No. 3 de 1954 se reconozca el derecho al voto de las colombianas.
Los primeros frutos Las leyes reflejan la forma en que piensa una sociedad y en este caso, son expresión de un orden de género determinado por ideas y creencias sobre el papel que deben cumplir las mujeres en el mantenimiento del orden social. Las luchas emprendidas y las estrategias para alcanzar los cambios tuvieron un primer resultado que fue la expedición de leyes y decretos que garantizan la igualdad formal y han significado transformaciones en la vida cotidiana de las colombianas. Vamos a nombrar las principales leyes que esta etapa de luchas sufragistas y por los derechos civiles se expidieron, gracias a la incidencia de las mujeres.
29
Ambas citas de este párrafo son del texto de Magdala Velásquez Toro (2005) Aspectos históricos – jurídicos base para el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres en Colombia, p.9. Disponible en: http://www.fescol.org.co/mujeres-documentos-campana.html 30 Wills, Maria Emma (2005) Las luchas por la plena ciudadanía de las mujeres en Colombia: Contrastes y aprendizajes de tres oleadas feministas en el siglo XX. Disponible en: http://www.fescol.org.co/mujeresdocumentos-campana.html
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La Ley 28 de 1932. Terminó con la potestad marital31 y le otorgó a la mujer casada la capacidad civil que perdía por el hecho del matrimonio. Por medio de esta ley las mujeres lograron la libre disposición, adquisición y administración de sus bienes. Decreto 227 de 1933, por medio del cual se autoriza el establecimiento del bachillerato completo y el acceso a la Universidad para la mujer La Ley 45 de 1936. Estableció los medios de reconocimiento de los hijos extramatrimoniales y fijó para estos un derecho herencial correspondiente a la mitad de lo que correspondía a un hijo legítimo Reforma constitucional de 1936, reconocimiento del derecho de las mujeres a ocupar cargos públicos. Reforma constitucional de 1945, reconocimiento de la ciudadanía las mujeres al mismo nivel de los hombres mayores de veintiún años, pero sin derecho a votar. Acto legislativo numero 3 de 1954 reformatorio de la Constitución Nacional por el cual se otorga a la mujer el derecho activo y pasivo del sufragio. Como vemos, en Colombia sucedió algo curioso en relación con la ciudadanía para las mujeres y fue que adquirieron primero el derecho a ocupar cargos, sin ser consideradas ciudadanas y posteriormente fueron ciudadanas sin tener derecho al voto y a ser elegidas. Recordemos que la primera vez que las mujeres colombianas votaron fue durante el Plebiscito que instituyó el Frente Nacional, en 1957.
Un segundo momento de avances legislativos Después de la obtención del derecho al voto el movimiento sufragista se diluyó y en los años 70 se expresa un feminismo más radical en cuanto a la necesidad de transformar la relación de las mujeres con sus cuerpos y de modificar las estructuras tradicionales que oprimen a la mujer. En opinión de algunas investigadoras, como María Emma Wills, este tipo de demandas no pudieron llegar a la gente común, ni generar alianzas para ser bandera de luchas políticas32. Además el clima político, marcado por el pacto del Frente Nacional, no admitía ideas diferentes ni la expresión política de los movimientos sociales. Después de que termina el Frente Nacional, se vuelven a dar cambios legislativos como avance hacia la igualdad de los géneros. Los primeros que resaltamos tienen que ver con aspectos de la vida privada y específicamente sobre las relaciones de pareja: Decreto 2820 de 1974. Modificó el Código Civil. Reconoció la igualdad jurídica de los sexos. Otorgó iguales derechos y obligaciones a hombres y mujeres en la familia, reconociendo a ambos la dirección del hogar, la obligación de vivir juntos y la facultad de
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El Código civil de 1893, vigente hasta ese momento, definía la potestad marital como "el conjunto de derechos y obligaciones que las leyes conceden al marido sobre la persona y bienes de la mujer". En virtud de ella, “el marido tiene derecho ‘para obligarla a vivir con él y seguirle a donde quiera que traslade su residencia’. La mujer por su parte tiene el derecho a ‘que el marido la reciba en su casa’”. Citado por Magdala Velázquez, op. Cit. p .7 32 Wills, Maria Emma, op. Cit. 59
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fijar la residencia conyugal, además reconoció la obligatoriedad de la atención conjunta de las necesidades domésticas ordinarias. Ley 1 de 1976. Estableció el divorcio para el matrimonio civil y reguló la separación de cuerpos y bienes para el matrimonio civil y canónico. Ley 54 de 1990. Reconoció la unión marital de hecho definiéndola como, aquella formada entre un hombre y una mujer, que sin estar casados, hacen una comunidad de vida permanente y singular. Igualmente, se reconoce la existencia de sociedad patrimonial entre compañeros permanentes Otro avance de este periodo responde más a una presión internacional, en relación con la expedición de la CEDAW y la suscripción de la misma por el Estado Colombiano: Ley 51 de 1981. Ratificó la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer CEDAW
Hacia la institucionalización de los derechos de las mujeres El contexto de democratización del país, marcado por la expedición de la Constitución Política de 1991, como resultado de un nuevo Pacto Político en el que participaron las mujeres como movimiento social, es el tercer momento en relación con los cambios legislativos que queremos resaltar. La Constitución es la norma más importante de un país y por primera vez en sus páginas se reconoce la igualdad de hombres y mujeres y la no discriminación como principios rectores de la misma Artículo 13. Reafirma los principios de igualdad y no discriminación: “El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas a favor de grupos discriminados o marginados” Artículo 42. Señala que las relaciones familiares deben basarse en la igualdad de derechos y deberes de la pareja y en el respeto recíproco de todos sus integrantes, y considera que cualquier forma de violencia en la familia destruye su armonía y unidad debe ser sancionada conforme a la ley Artículo 43. Reconoce que la mujer y el hombre tienen iguales derechos y oportunidades, señalando en consecuencia que “la mujer no podrá ser sometida a ninguna clase de discriminación”. Establece que la ley protegerá de manera particular a la mujer cabeza de familia y que las mujeres recibirán especial asistencia durante el embarazo y después del parto. A partir de ese momento se establecen un conjunto de normas que desarrollan estos principios y reconocen la necesidad de un trato diferencial para las mujeres: Ley 82 de 1993. Protegió de manera especial a la mujer cabeza de familia Ley 258 de 1996. Estableció la afectación a vivienda familiar, que consiste en la exigencia de la firma de ambos cónyuges para la enajenación de inmuebles destinados a la habitación de la familia.
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Código Sustantivo del Trabajo. Derecho a una licencia remunerada de doce semanas en la época del parto (art. 236). Dos descansos dentro de la jornada de trabajo -de 30 minutos cada uno- para amamantar a su hijo/a (art. 238). Prohíbe el despido de las mujeres por motivo de embarazo o lactancia (art. 239). También se continúa con la política de suscribir acuerdos internacionales a favor de las mujeres: Ley 248 de 1995. Ratificación de la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer Con relación al conflicto armado y la afectación diferencial que tiene sobre la vida y el cuerpo de las mujeres, se pueden resaltar dos leyes y un pronunciamiento de la Corte Constitucional contenido en el Auto 092: Ley 387 de 1997. "Por la cual se adoptan medidas para la prevención del desplazamiento forzado; la atención, protección, consolidación y estabilización socioeconómica de los desplazados internos por la violencia en la República de Colombia". El artículo 10, numeral 13 de la misma, establece que dentro de los objetivos del plan nacional para la atención a la población desplazada está la de prestar atención especial a las necesidades de las mujeres y los niños, preferencialmente, a las viudas, mujeres cabezas de familia y huérfanos. Ley 599 de julio 24 de 2000. Nuevo código penal -Título II- tipifica los delitos contra personas y bienes protegidos por el derecho internacional humanitario. En los artículos 139 y 141 se tipifica la violencia sexual, la prostitución forzada y la esclavitud sexual contra las personas protegidas por el derecho internacional humanitario. Esto se considera un importante avance para enfrentar la violencia contra las mujeres y las niñas en el marco del conflicto armado interno. Auto 092 de 2008 (Corte Constitucional): Reconocimiento integral de los derechos de las mujeres desplazadas, y de aquellas que están en riesgo de serlo por habitar en zonas de conflicto. Reconoce 10 riesgos de género en el marco del conflicto armado y 18 facetas de género del desplazamiento forzado. Ordena el establecimiento de 13 programas para la protección efectiva de los derechos fundamentales de las mujeres desplazadas La presencia de las mujeres en los cargos directivos del Estado, la promoción de la igualdad de oportunidades y el mejoramiento de la calidad de vida de las mujeres rurales son otras de las leyes que se han impulsado desde la Constitución de 1991 Ley de cuotas de participación política. Ley 581 de 2000. Obliga a las autoridades oficiales a designar en los cargos directivos de libre nombramiento como mínimo un 30% de mujeres. La ley rige para todas las ramas del poder público y para los niveles nacional, departamental y municipal. Ley 731 de 2002 Tiene por objeto mejorar la calidad de vida de las mujeres rurales, dando prioridad a aquéllas de bajos recursos; a su vez, consagra medidas específicas encaminadas a acelerar la equidad entre el hombre y la mujer rural.
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Ley 823 de 2003. Ley de Igualdad de oportunidades para las mujeres. Fortalece el acceso al trabajo y generación de ingresos en condiciones iguales. Mejora el acceso a los servicios de salud y especial asistencia y protección a la mujer durante el embarazo y el parto. Finalmente resaltamos los últimos dos avances legislativos para las mujeres en Colombia: Ley 1257 de 2008. Ley de no violencias contra las mujeres. Por primera vez una ley colombiana reconoce que los derechos de las mujeres son derechos humanos. Tipifica como delito el acoso sexual, amplía los derechos de las víctimas de violencia sexual y violencia al interior de la familia, elimina la conciliación con el agresor y establece competencias para luchar contra otras discriminaciones Ley 1413 de 2010. Regula la inclusión de la economía del cuidado en las cuentas nacionales, para medir la contribución de la mujer al desarrollo social y económico del país, como base para la definición de políticas públicas Pese a todos estos avances aún no podemos decir que las mujeres colombianas disfrutamos de una ciudadanía plena. Todavía es necesario trabajar en la reglamentación de muchas de estas normas y trabajar fuertemente en la incidencia que permita crear legislaciones que den garantías otros derechos de las mujeres que no han sido contemplados. Tal es el caso del acceso a la propiedad de la tierra, la garantía de una educación no sexista, la representación política en todos los espacios de decisiones, incluidos los partidos políticos, entre otros. Sin embargo, con este conjunto de leyes con las que contamos las colombianas, tenemos un marco de protección y garantía de derechos que debemos conocer, defender, divulgar y desarrollar.
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Propuesta de taller Objetivos -
Reconocer la influencia de las leyes en la vida cotidiana de las mujeres Conocer algunos momentos de las luchas de las colombianas por sus derechos y los logros obtenidos
Tiempo total: 4 horas
TEMAS
ACTIVIDADES -Presentación de las participantes
Introducción al taller Los derechos de las colombianas Avances legislativos
y sus expectativas -Presentación de la agenda y objetivos del taller Actividad propuesta Quienes eran, qué hicieron Actividad propuesta Pues la vida ha cambiado un poquito…
Evaluación
TIEMPO 40 minutos
1 hora 2 horas
MATERIALES
Preguntas y respuestas recortadas Frases en papel para cada grupo, hojas blancas, papelógrafo, marcadores. Presentación con las principales leyes Fotocopia con legislación para cada participante
20 minutos
Requerimientos logísticos: se necesita un salón con suficiente espacio, sin mucho ruido exterior y sillas movibles que permitan trabajar en grupos.
Tema 1. Los derechos de las colombianas Actividad propuesta: Quienes eran, qué hicieron Objetivo: conocer de una forma animada algunas de las mujeres colombianas que lucharon por nuestros derechos Tiempo: 1 hora Desarrollo de la actividad -
Tener separadas preguntas y respuestas para repartir a cada una de las participantes 63
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Deberán buscar la respuesta a cada pregunta correspondiente y sentarse por parejas cuando la encuentren o cuando crean que la hayan encontrado Cada vez que una pareja dice que tiene la respuesta, las demás escuchan y le hacen preguntas sobre la vida de las protagonistas. Al final la facilitadora aclara las respuestas correctas y amplía con información sobre la mujer que se esté mencionando o sobre el proceso en que se involucró. Puede dejarse como ejercicio para realizar en casa que las participantes investiguen en su municipio, barrio o región qué mujer o mujeres han luchado por los derechos de las mujeres. Preguntas y respuestas.
La primera huelga obrera en Colombia fue realizada por 400 mujeres de la fábrica de textiles de Bello y la lideró esta joven mujer en 1920 Esta educadora paisa afirmó que en Colombia los más altos institutos de educación femenina no dan ni siquiera una preparación equivalente al bachillerato masculino Esta campesina cordobesa denunció la venta de doncellas, fundó una sociedad de obreras y fue dirigente de la Asociación Nacional de Usuarios campesinos Fue directora de la revista agitación feminista y gracias a su decidido trabajo las colombianas adquirieron su derecho a manejar sus propios bienes Fue encarcelada 30 veces por su lucha por la tierra en que trabajaba. Viajó a Bogotá a pie para pedir los títulos de su tierra al presidente Era dirigente del partido comunista. Se vinculó al movimiento sufragista y apoyó la lucha de las colombianas por el derecho al voto Fue conocida como la flor del trabajo, por su apoyo a los obreros y trabajadores. Llegó a ser una de las líderes del partido socialista
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BETSABÉ ESPINAL
MARÍA ROJAS TEJADA
JUANA JULIA GUZMÁN
OFELIA URIBE DE ACOSTA
FELICITA CAMPOS
MERCEDES ABADÍA
MARÍA CANO
La facilitadora ubica los principales momentos de las luchas de las mujeres colombianas y aclara que inicialmente se buscó tener derechos civiles y acceder a la educación y posteriormente se luchó por el derecho a elegir y ser elegidas. Puede complementar la información, nombrando a otras de las protagonistas que se mencionan en el momento conceptual. 64
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Tema 2. Avances legislativos hacia la equidad de género Actividad propuesta: Pues la vida ha cambiado un poquito… Objetivo: reconocer los avances legislativos a favor de la equidad de género y sus efectos en la vida cotidiana Tiempo: 2 horas Desarrollo de la actividad: -
Se organizan las participantes en tres grupos y se les entrega una ficha con frases o artículos extraídos leyes colombianas anteriores a las modificaciones del siglo XX. Algunas frases como las siguientes:
El marido tiene derecho para obligar a su mujer a vivir con él y seguirle a dondequiera que traslade su residencia. Cesa esta derecho cuando su ejecución acarrea peligro inminente a la vida de la mujer. La mujer, por su parte, tiene derecho a que el marido la reciba en su casa.
La potestad patrimonial es el conjunto de derechos que las leyes conceden al marido sobre la persona y bienes de la mujer
Son ciudadanos los colombianos varones mayores de veintiún años, que ejerzan profesión, arte y oficio o tengan ocupación lícita y otro medio legítimo y conocido de subsistencia
El marido que cometiere a homicidio en la persona de su esposa, a quien sorprendiere en acto carnal o en actos preparatorios de él con un hombre que no sea su marido, se considera inculpable absolutamente o en ejercicio de la legítima defensa del honor. Para resarcir su honor puede determinar el número de años que su mujer debe permanecer recluida en prisión, sin pasar de los 4 años
Los grupos analizan las frases con base en las siguientes preguntas guía: -
¿Sobre qué aspectos de la vida de las mujeres se legisla en el texto? 65
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¿Cómo creen ustedes que se afectó la cotidianidad de las mujeres? ¿Cómo afectó la cotidianidad de los hombres? ¿Cómo inciden las leyes en la mentalidad de las personas?
Se hace una plenaria y la facilitadora consigna las ideas principales sobre cada pregunta en el papelógrafo. Se resalta la manera como una ley afecta las posibilidades de ejercicio de la autonomía de las mujeres y obviamente el derecho a la igualdad y la no discriminación. Se puede hacer una reflexión sobre la manera como ciertas ideas perviven pese a no estar ya vigentes en las normas del país. Por ejemplo muchas parejas aun consideran que es el marido quien debe tomar las decisiones sobre el cuerpo de la mujer y sus ingresos. A partir de allí la facilitadora introduce los principales avances legislativos para las mujeres colombianas. Puede entregar a cada participante una fotocopia con el listado de las principales leyes que va a presentar y hacer una presentación en Power Point a partir de lo planteado en el momento conceptual. Un eje de reflexión importante es la manera en que la legislación afecta positivamente a las mujeres, en el sentido de que el reconocimiento jurídico de los derechos hace que la percepción social de las mujeres como colectivo se vaya transformando. Estos cambios inciden en la propia percepción que tienen las mujeres de sí mismas, y propician una actitud diferente frente a la vida. Los avances legislativos reflejan y propician avances en la actitud de las mujeres con respecto a sus derechos, al conocimiento y la exigibilidad de los mismos, así como a la identificación de carencias en las normas que aún limitan su plena ciudadanía.
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Sesión 6. Ley 1257 y rutas de atención a mujeres víctimas Ideas centrales La ley 1257 de 2008 reconoce por primera vez en Colombia, el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencias. Uno de los cuellos de botella en el goce de este derecho es el tema de las rutas de atención. Por una parte hay debilidades institucionales y por otro hay prejuicios en la atención de las víctimas que evidencian estereotipos de género sexistas. Muchas de las autoridades que deben garantizar la atención a mujeres desconocen la complejidad del fenómeno de la violencia de género. Las ciudadanas comprometidas con el tema, debemos conocer los cambios que plantea la ley para exigir la restitución de derechos de las mujeres víctimas.
Momento Conceptual Son varios los cambios que plantea la 1257 y muchas las expectativas que ha generado en las mujeres su implementación por parte del Estado. Vamos a presentar algunos de esos nuevos elementos que establece la ley y a resaltar de manera general las rutas de atención a las víctimas. Posteriormente plantearemos algunas consideraciones en relación con el fenómeno de la violencia contra las mujeres, en particular, sobre algunos imaginarios comunes que afectan la atención a las mujeres víctimas de estas violencias. La invitación es a conocer el texto de la ley y apropiarnos de su contenido, para difundirlo y orientar a las mujeres que lo requieran.
La ley 1257 y el derecho a una vida libre de violencias La ley 1257 es producto de la incidencia de organizaciones de mujeres y de la concertación con las mujeres congresistas de todos los partidos, para construir una respuesta legislativa a una de las problemáticas más sentidas por las mujeres en Colombia. La concertación incluyó diversas plataformas y organizaciones de mujeres, representantes de la Cooperación Internacional y del Sistema de las Naciones Unidas, académicas, Fiscalía general de la Nación, Defensoría del pueblo entre otras entidades. Esa labor de cabildeo en torno a la promulgación de la ley, ha sido fundamental para posicionar el tema de las violencias basadas en género en el país. De manera tal, que desde el Estado en sus diferentes niveles se comienza la implementación de esta ley; y desde las organizaciones de mujeres, se continúa la labor de divulgación tanto de sus principales contenidos, como de la magnitud de la violencia contra las mujeres en el país. Como ciudadanas, debemos conocer, apropiarnos y divulgar los alcances, cambios y oportunidades que abre esta ley en la vía de garantizar el derecho a vivir una vida libre de violencias.
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Es la primera vez que se introduce en la legislación colombiana la noción de violencias contra las mujeres y se reconoce su estrecha relación con las desigualdades de poder entre mujeres y hombres. Es además un asunto de derechos humanos y con ello se plantea un cambio en la responsabilidad del Estado con el tema de la violencia contra las mujeres: “una violación a los derechos humanos debe ser sancionada y no es posible que la víctima concilie o desista de la denuncia. Una vez que cualquier autoridad conozca de la posible existencia de una violación a los derechos humanos, está en la obligación de investigar los hechos de manera que se garantice a la víctima sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación”33. Las congresistas en la exposición de motivos de la ley, plantearon que la violencia contra las mujeres es “expresión de la valoración social de las mujeres como carentes de libertad y autonomía para decidir sobre sus proyectos de vida”. Y por ello hay un principio que debe guiar la implementación de la ley, es precisamente el reconocimiento de la capacidad de las mujeres para tomar sus decisiones con libertad y autonomía. La ley 1257 tiene por objeto:
La adopción de normas que permitan garantizar para todas las mujeres una vida libre de violencias, tanto en el ámbito público como en el privado, el ejercicio de los derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico interno e internacional; el acceso a los procedimientos administrativos y judiciales para su protección, y la adopción de las políticas públicas necesarias para su realización
Para dar cumplimiento a este objeto, se definen obligaciones del Estado en relación con: la sensibilización y prevención; la protección y atención a las víctimas; y las sanciones para los agresores. La ley adopta la normatividad internacional suscrita por Colombia, en relación con los derechos de las mujeres, es decir, la CEDAW y la Convención de Belem do Pará. De esta última, asume la definición de Violencia contra las mujeres. Se entiende entonces que la Ley 1257 trata las violencias de género, es decir, aquellas violencias que se cometen contra las mujeres por el hecho de ser mujeres y que se dan tanto en el ámbito privado, como en el público. Uno de los principios que establece la Ley es el de corresponsabilidad: la familia y la sociedad deben respetar los derechos de las mujeres y contribuir a la eliminación de la violencia contra ellas; y el Estado debe prevenir, sancionar e investigar. La atención a las victimas debe ser integral y las entidades deberán ejercer acciones coordinadas para garantizar esa integralidad. En materia de sensibilización y prevención el estado deberá, entre otras, desarrollar y /o actualizar estrategias, planes y programas nacionales integrales para la prevención, detección, atención y erradicación de violencias contra las mujeres. También deberá formar al personal
33
Ramírez, Claudia Cecilia (2010) Por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Cartilla sobre la ley 1257. Programa Integral contra las Violencias de Género MDG-F, Bogotá, p. 11 68
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encargado de la atención en la temática de violencias contra las mujeres, haciendo énfasis en el sector salud y justicia, así como en el personal de la policía.
Modalidades de violencia según sus características (Ley 1257) Violencia física: es aquella que ocasiona riesgo o disminución de la integridad corporal. Incluye golpes, agresiones con objetos o líquidos, encierros, sacudidas, estrujones, entre otros. Violencia psicológica: son acciones u omisiones que se orientan a degradar o controlar las acciones, comportamientos, creencias y decisiones de otra persona. Perjudica la salud sicológica y la autonomía personal. Incluye intimidación, manipulación, amenazas, humillaciones, aislamiento, malos tratos, ofensas, entre otros. Violencia sexual: supone obligar a otra persona a mantener contacto sexual, físico, verbal u otras interacciones sexuales, mediante el uso de la fuerza, la intimidación, chantaje, soborno, amenaza o cualquier mecanismo que limite la voluntad personal. Incluye los tocamientos o manoseos, obligar a las mujeres a tener relaciones sexuales o a realizar actos sexuales que ellas no quieran. Violencia patrimonial: ocasiona pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención de objetos, herramientas de trabajo, documentos personales, bienes o valores, destinados a satisfacer las necesidades de la mujer. Violencia económica: es cualquier acción u omisión orientada al abuso económico, el control de las finanzas, recompensas o castigos monetarios a las mujeres por razón de su condición social, económica o política. Puede darse en las relaciones de pareja, familiares, laborales o económicas. Tomado de: Ramírez, Claudia, op. Cit
La atención y protección a las mujeres víctimas en la ley 1257 Algunos de los derechos de las mujeres víctimas son:
Ser informada de sus derechos como víctima Recibir orientación, asesoramiento jurídico y asistencia técnica legal gratuita, inmediata y especializada desde que cualquier autoridad conozca el hecho Guardar reserva de su identidad y su familia y a dar consentimiento o no de que se practiquen exámenes médico-legales Escoger el sexo de quien hace exámenes en caso de violencia sexual Ser informadas de todos los procedimientos que pueden iniciar, de sus derechos sexuales y reproductivos; lo cual incluye anticoncepción de emergencia y posibilidad de interrupción voluntaria del embarazo en casos de violación Decidir voluntariamente si puede ser confrontada con el agresor en cualquier espacio de atención y en los procedimientos administrativos, judiciales o de otro tipo. No hay conciliación. En caso de violencia sexual, recibir examen y tratamiento para prevención de ITS, incluido VIH/SIDA Ser tratadas con privacidad y respeto durante cualquier entrevista o actuación con fines médicos, legales o de asistencia social 69
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La atención integral a las víctimas tiene tres momentos34: - Acciones para la atención, las cuales procuran una recepción adecuada del caso y el cuidado físico y psicológico de la víctima - Acciones para el acceso a la justicia, que van desde la enunciación de sus derechos, hasta la garantía de un proceso ágil, transparente y eficaz. - Acciones para el restablecimiento de derechos, las cuales buscan reposicionar la dignidad e integridad de las víctimas La ley plantea cambios importantes en la protección y atención de las víctimas, así como en los pasos para acceder a la justicia. Se elimina la necesidad de interponer una querella en casos de violencia intrafamiliar y las autoridades deben iniciar la investigación en el momento de conocer el caso. Cuando una mujer es víctima de violencia intrafamiliar puede acudir a las siguientes instituciones, según el tipo de atención que requiera:
Atención médica, psicológica, psiquiátrica
Medidas de protección inmediata
Judicialización
• Hospitales • IPS
• Comisaría de Familia • Juzgado civil o promiscuo municipal • Autoridades indígenas • Fiscalía ( Realiza la investigación) • Juzgado penal (Inicia el proceso judicial)
Entidades como las estaciones de policía, instituciones educativas y de salud, ICBF, Comisarías de familia, deben orientar a las víctimas e informarlas sobre sus derechos. Los jueces de paz o los conciliadores en equidad NO tienen competencia sobre este delito, pues es una violación de derechos humanos y por tanto NO ES CONCILIABLE.
34
Tomado de: Gobernación de Nariño (2008) Equidad de Género en el desarrollo local y regional. Escuela de formación. “Módulo 4. Prevención de violencia basada en género”. 70
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Las medidas de protección inmediata que puede ordenar la comisaría o el juzgado civil o promiscuo municipal o las autoridades indígenas son variadas, algunas de ellas son: el desalojo del agresor, el traslado de la mujer y sus hijos e hijas de la vivienda, la protección policial para que la víctima pueda volver a la vivienda o al lugar de trabajo, entre otras. Una medida de atención que prevé la ley es el traslado de la mujer y sus hijos a un albergue provisional o que se le dé un cupo en un hotel o se le otorgue un subsidio para alimentación y vivienda. Cualquiera de ellas a cargo del Sistema General de Seguridad Social en Salud. Esta medida aún no está reglamentada. La judicialización es un paso fundamental en la restitución de derechos a las víctimas, en el sentido en que se reconoce la existencia de un delito. No olvidemos que cualquier persona puede denunciar. El delito de acoso sexual “El que en beneficio suyo o de un tercero y valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social, familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años” (art. 29, ley 1257)
Algunas consideraciones para la atención a víctimas En las rutas de atención y en la judicialización de los responsables es donde se concreta la acción estatal para garantizar que comience la restitución de derechos a las mujeres víctimas. Hay varios factores que exacerban la falta de acceso de la mujer a la justicia, entre ellos están “los prejuicios de las instituciones judiciales, legislativas y de mantenimiento del orden público; así como también la pobreza y la falta de autonomía económica de la mujer; el analfabetismo jurídico; la exclusión de la vida pública y política; el miedo y las inhibiciones que sufren las mujeres en sus demandas de justicia y la falta de grupos de promoción poderosos que apoyen sus demandas de justicia”35. Todas estas situaciones se presentan comúnmente en nuestro país y son vividas día a día por mujeres que presencian la indiferencia de las autoridades competentes y sufren de lo que algunas organizaciones han llamado la violencia institucional36. Parte del problema es la estrecha relación entre un contexto social y cultural discriminatorio hacia las mujeres y las expresiones violentas contra ellas: “la violencia contra la mujer es la causa y, a la vez, la consecuencia de la discriminación contra la mujer. Esto hace que los imaginarios que justifican la discriminación, se mezclen con aquellos que justifican la violencia contra las mujeres. Y sabemos que los funcionarios 35
CLADEM (2008) Género, acceso a la justicia y violencia contra las mujeres. Guía de capacitación para operadores y operadoras de justicia, Asunción, p. 11 36 Que podría considerarse como una manifestación de la violencia estructural. 71
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y funcionarias también comparten muchos de esos imaginarios, los cuales distorsionan la forma en que asumen la problemática de la violencia contra las mujeres, en el sentido en que minimizan su gravedad y no actúan con la celeridad que requiere. Se piensa por ejemplo que “las mujeres son masoquistas y se quedan porque les gusta que las golpeen”; sin considerar factores como la presión de la familia, la iglesia o la comunidad para mantener una relación o las dependencias afectivas y económicas que pueden tener las mujeres frente a su agresor. Muchas veces sucede que las mujeres son amenazadas de muerte si abandonan esa relación. Otra idea común es que “en cosas de pareja nadie se debe meter” porque son asuntos única y exclusivamente de la esfera privada y allí deben quedarse. Ante eso debemos ser conscientes de que estamos hablando de un asunto de derechos humanos y esto nos implica como ciudadanos y ciudadanas. Usualmente se piensa también que este tipo de violencia se da entre “gente pobre y sin educación”. Las cifras muestran que no hay distingo de clase, ni edad, ni raza, ni etnia. Incluso en mujeres con altos niveles académicos se dan casos de violencia contra ellas. El único factor de riesgo es ser mujer. Una manera común de justificar a los hombres golpeadores es decir que “todo es culpa del trago, si no tomara, no la golpearía”. La realidad también muestra que con alcohol o sin alcohol, los hombres violentos actúan como tales. El alcohol es más el detonante de una violencia que está ahí, sin estallar y encuentra salida en la desinhibición que genera el alcohol. Y como estas, existen muchas ideas que surgen de miradas parciales de la realidad y que se vuelven parte de la naturalización de la violencia contra las mujeres. Desmontar estas ideas es un paso para el mejoramiento de la atención a las mujeres y para concebir la violencia contra ellas como un intolerable social.
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Propuesta de taller Objetivos - Analizar críticamente los prejuicios en torno a la violencia contra las mujeres y la manera como afectan el abordaje del problema - Conocer los principales elementos de la ley 1257 y comprometerse en su difusión - Identificar los puntos críticos en la ruta de atención a mujeres víctimas de violencia en el municipio Tiempo total: 4 horas
TEMAS
ACTIVIDADES
TIEMPO
MATERIALES
Introducción al taller Imaginarios en torno a la violencia contra las mujeres Ley 1257
-Presentación de la agenda y objetivos del taller Actividad Algunas ideas para cambiar
15 minutos 45 minutos
Tarjetas con ideas sobre VCM, papelógrafo, papel periódico, marcadores
Actividad Alcance la estrella
1 hora y 15 minutos
Rutas de atención
Actividad Historias por contar
1 hora y 30 minutos
Estrellas en cartulina con preguntas. Presentación de principales elementos de la ley 1257 Hojas con la historia de Violeta, papelógrafo, marcadores, tarjetas, cinta o chinches.
Evaluación
15 minutos
Requerimientos logísticos: se necesita un salón con suficiente espacio, sin mucho ruido exterior y sillas movibles que permitan trabajar en grupos.
Tema 1. Imaginarios en torno a la violencia contra las mujeres Actividad: Algunas ideas para cambiar Objetivo: - Analizar críticamente los prejuicios en torno a la violencia contra las mujeres y la manera como afectan a los derechos de las mujeres Tiempo: 45 minutos Desarrollo de la actividad: 73
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Se organizan cuatro grupos de trabajo y a cada uno se le entrega una tarjeta con ideas comunes sobre las mujeres violentadas, por ejemplo:
En cosas de pareja nadie se debe meter…
La mujer golpeada se queda porque le gusta En cosas de pareja nadie se debe meter…
Todo es culpa del trago, si él no tomara, no la golpearía En cosas de pareja nadie se debe meter…
La violencia…de pareja es cosa de personas pobres y sin educación -
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Cada grupo debe analizar la frase y decir qué piensan de ella, si están de acuerdo o en desacuerdo y se resuelven las siguientes preguntas: o ¿De qué manera esa idea facilita u obstaculiza el acceso de las mujeres a la atención integral? o ¿Creen que esta idea sirve para justificar la violencia contra las mujeres? ¿Por qué? En plenaria se discuten los resultados del ejercicio y se plantean argumentos que ayuden a desmontar esas ideas, se pueden tomar algunos del momento conceptual Se cierra el ejercicio con una reflexión sobre la relación de las ideas que discriminan a las mujeres con aquellas que justifican las violencias contra las mujeres y cómo ellas sirven para naturalizar esas prácticas, es decir, hacerlas pasar como si fueran normales.
Tema 2. Ley 1257 por el derecho a una vida libre de violencias Actividad: Alcance la estrella Objetivo: Conocer los principales elementos de la ley 1257 y comprometerse en su difusión Tiempo: 1 hora 15 minutos Desarrollo de la actividad -
Preparar estrellas en cartulina con preguntas sobre la ley 1257 y tener a mano las respuestas. Las estrellas se pegan en un tablero, sin que se vea la pregunta y se organizan dos equipos, con el mismo número de integrantes.
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Una representante de cada equipo debe correr a tomar una estrella. Quien primero la tome responde la pregunta con la ayuda de su grupo, si no sabe la respuesta el otro equipo tiene la posibilidad de responder Cada respuesta positiva es una estrella que acumula el respectivo grupo Estas son algunas sugerencias de preguntas y sus respuestas: ¿Cuál es la ley colombiana que reconoce el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias? ¿Cuáles son los tipos de violencia que reconoce la ley 1257?
¿Qué autoridades pueden ordenar medidas de protección? ¿El delito de Violencia intrafamiliar es conciliable? ¿Quién puede presentar una denuncia de violencia contra las mujeres? ¿Qué atención brindan las entidades de salud a una mujer víctima de violencia física o sexual? Diga al menos tres derechos de las mujeres víctimas de Violencia sexual
¿Qué debe hacer la Defensoría del Pueblo?
¿Cómo se define el delito de acoso sexual según la ley 1257?
La ley 1257 del 4 de diciembre de 2008
Violencia física Violencia psicológica Violencia sexual Violencia patrimonial Violencia económica La comisaría de familia, el juzgado civil o promiscuo municipal o las autoridades indígenas (en territorios indígenas) No este delito no es conciliable, además las víctimas tienen derecho a no ser confrontadas con su agresor Cualquier persona puede presentar una denuncia y solicitar medidas de protección para una mujer que esté siendo víctima Los hospitales, IPS y centros de salud brindan atención médica y psicológica y ordenan los exámenes que consideren pertinentes Escoger el sexo de quien hace el examen Ser informadas de sus derechos sexuales y reproductivos; lo cual incluye anticoncepción de emergencia y posibilidad de interrupción voluntaria del embarazo Guardar reserva de la identidad Brindar apoyo técnico legal gratuito, que incluye la orientación y la tramitación de quejas y peticiones. También debe velar por que en las instituciones se dé una atención oportuna y de calidad “El que en beneficio suyo o de un tercero y valiéndose de su superioridad manifiesta o relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición laboral, social, familiar o económica, acose, persiga, hostigue o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no consentidos, a otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a tres (3) años” 75
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Al finalizar el juego la facilitadora responde las preguntas que quedaron sin contestar y presenta otros aspectos que considere pertinentes de la Ley 1257.
Tema 3. Rutas de atención a mujeres víctimas Actividad: historias por contar Objetivo: Identificar los problemas en la atención a mujeres víctimas de violencia en el municipio Tiempo: 1 hora y 30 minutos Desarrollo de la actividad: -
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Se organizan dos grupos de trabajo y a cada uno se le distribuye una hoja con indicaciones para construir una historia de una mujer víctima de violencias y responder unas preguntas. La idea es que terminen de construir el final de la historia con base en la experiencia que han tenido y en los casos que han conocido de violencias contra las mujeres. Es necesario explicar a las participantes que la intención es identificar los problemas que existen en la ruta de atención, por tanto se deben concentrar en señalar aquellos aspectos que no funcionan: procesos muy lentos, actitud de los funcionarios, desconocimiento de la ley, entre otros.
Historia 1 Una mujer de 28 años casada, con una hija y un hijo menores de 10 años, eventualmente realiza oficios varios para conseguir ingresos. El marido la golpea y la controla todo el tiempo por sus celos constantes. Por sugerencia de una vecina acude a la Comisaría de familia a denunciar el caso de violencia intrafamiliar, pero el día que va a denunciarlo, después de dos horas de espera le dicen que la comisaria no se encuentra. Ella no siente confianza para hablar con otros funcionarios… Preguntas para el análisis Cuáles son las razones por las que la mujer no siente confianza de denunciar Que sucederá con su decisión de denunciar el maltrato Qué podrían hacer las organizaciones comunitarias para apoyar a esta mujer Cómo se podría mejorar la atención a las mujeres víctimas en el municipio
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Historia 2 Una niña de 9 años es llevada por su abuela a vivir en casa de su madrina porque no puede mantenerla. Allí la encargan del oficio doméstico y de atender al marido de la madrina. El señor la sometió a constantes acosos bajo la amenaza de que si decía algo le podía hacer algo a ella o a sus abuelos. Un día la violó y a partir de allí abusó permanentemente de la niña quien tenía 10 años, hasta que quedó en embarazo a los 12 años. La reacción de la madrina fue culpar a la niña de acosar a su marido y echarla de la casa. Previamente la niña recibió amenazas del señor si decía que ese niño era de él. La niña volvió a casa de su abuela … Preguntas para el análisis Qué posibilidades reales de denunciar al violador tiene la niña De qué manera deberá actuar la comunidad frente a un caso como este Qué podrían hacer las organizaciones comunitarias para apoyar a esta niña Cómo se podría mejorar la atención a las niñas víctimas de violencia sexual en el municipio
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Se presentan las conclusiones del ejercicio en plenaria y se resaltan los puntos en común en relación con los problemas que existen para que la ruta funcione. Es importante enfatizar cuál sería el aporte de las organizaciones sociales para contribuir a resolver el problema de la violencia de género.
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La facilitadora presenta la ruta de atención a víctimas de violencia intrafamiliar y violencia sexual en el municipio, haciendo énfasis en los siguientes elementos: Las organizaciones sociales y comunitarias hacen una labor de ORIENTACIÓN a las mujeres sobre sus derechos, las instituciones que pueden apoyarla, ayudan en la difusión de la Ley 1257. Las entidades de salud: hospitales, IPS y centros de salud brindan ATENCIÓN médica y psicológica Las Comisarías de Familia o los Juzgados civiles o promiscuos municipales (cuando no hay comisaría) ordenan medidas de PROTECCIÓN provisional y medidas de estabilización La Fiscalía General de la Nación (SAU, URI) reciben la denuncia para iniciar la acción penal, es decir la JUDICIALIZACIÓN
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Sesión 7. Pactos, alianzas y redes de mujeres Ideas centrales La solidaridad entre las mujeres ha sido una estrategia de sobrevivencia en un mundo con primacía masculina. Sin embargo, no es fácil desplegar solidaridad con otras en el espacio público, tradicionalmente vedado para las mujeres. Los pactos, alianzas y redes son mecanismos de reconocimiento de las otras, que posibilitan avanzar hacia el posicionamiento de los intereses de las mujeres en el espacio de lo público. Terminar con la violencia de género es uno de esos intereses alrededor de los cuales podemos construir alianzas.
Momento Conceptual La solidaridad es una necesidad de la vida en sociedad y una tendencia del comportamiento humano. En el caso de las mujeres, es además una experiencia frecuente, muchas veces no reconocida conscientemente. Todas podemos dar cuenta de momentos en que hemos tejido solidaridades con otras mujeres, para resolver situaciones concretas y cotidianas: hermanas, amigas, vecinas, primas y en muchos casos, también nuestras madres, han sido ejemplo de el interés genuino por la otra y sus situaciones de vida. Decimos que muchas veces no somos conscientes de esas actitudes o no pensamos en la razones para actuar de forma solidaria con otros y con otras. Algunas mujeres han reflexionado sobre esa forma de relacionarnos y han dicho que la razón de ese comportamiento solidario es tal vez necesidad de sobrevivir en un mundo lleno de discriminaciones hacia las mujeres. Simbólicamente es más desventajoso ser mujeres y las consecuencias de esta desventaja se traducen en desigualdades cotidianas para muchas. Es allí donde el soporte, la ayuda, la solidaridad de otras que viven o han vivido situaciones similares, es un factor clave para vivir. Pero ¿qué sucede cuando esa solidaridad entre mujeres se hace consciente? ¿Qué consecuencias tiene para la vida de las mujeres el hecho de que otras les brinden su apoyo, aún sin conocerlas? ¿Cómo podría realizarse tal acción? Si hacemos consciente nuestro actuar solidario con otras, y lo fomentamos, lo ponemos en práctica, será porque habremos reconocido la situación de desventaja estructural que tenemos las mujeres como colectivo. Nos daríamos cuenta de que la historia de nuestro género ha sido una historia de dificultad y de lucha por la igualdad en la vida cotidiana, seríamos capaces de pensar que la discriminación que sufra una mujer en alguna situación de su vida, nos afecta como colectivo, así no vivamos discriminaciones en nuestra vida personal. Estaríamos dando un primer paso en el reconocimiento de una conciencia de género de las mujeres y seguramente la posición de todas en la sociedad mejoraría.
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Ese actuar solidario, de manera consciente, es la razón por la cual muchas mujeres han conformado organizaciones que defienden diversos intereses; varios de ellos, intereses que derivan de su condición de género. Pero sin duda, es una necesidad que fomentemos esa conciencia de género en otras mujeres, organizadas o no, pues con ello estaremos propiciando una postura política en las mujeres. Muchas veces tenemos miedo de hablar de política, porque estamos acostumbradas a entender la política como las prácticas partidistas de lucha por los poderes en diferentes ámbitos. Y decimos que a las mujeres no nos interesa ese tema. Cuando acá hablamos de una postura política estamos hablando de asumir en el espacio público, la defensa de nuestros intereses como mujeres, de poner en la discusión pública una situación de desventaja y vulneración de derechos que afecta la vida de las mujeres y que usualmente se quedan como problemas privados, personales de cada mujer. Eso supone que las mujeres nos preparemos para el debate público, que hagamos un reconocimiento de nuestras necesidades y de nuestros intereses como género. Y claro, supone que hablemos con otras mujeres para identificar problemáticas o situaciones comunes y que concertemos las acciones necesarias para alcanzar nuestras metas. Es aquí cuando se requiere hablar de pactos entre mujeres.
La sororidad y los pactos entre mujeres La acción política de mujeres organizadas ha permitido que todas las mujeres en la mayoría de países gocemos de un conjunto de derechos que ejercemos de distinta manera. Fue gracias a la realización de alianzas entre esas mujeres de diversas clases sociales y distintas posturas ideológicas, lo que permitió que alcanzaran el reconocimiento como sujetas de derechos. Las alianzas o pactos suponen que quienes se ponen de acuerdo, se consideran a sí mismas y a las demás personas, con el suficiente valor como para establecer pactos; se perciben mutuamente como personas válidas como para cumplir unos acuerdos de diverso tipo. El asunto es que las mujeres no han tenido mucha experiencia en la realización de esos pactos pues, como hemos dicho, en anteriores sesiones, no siempre pueden actuar con libertad en el escenario público, que es el lugar donde se realizan los pactos y las alianzas. Esto, sumado a la poca valoración de lo femenino en la sociedad, ha llevado a que las mujeres planteen como una alternativa política la realización de alianzas entre mujeres. Sororidad, se ha llamado esta forma de alianza entre mujeres que reconoce la posibilidad de construir confianzas y reconocer autoridad y apoyo entre ellas.37 La sororidad es una palabra que deriva del latín sororis que significa hermana. Su significado remite a la hermandad entre mujeres. Pero una hermandad consciente, como producto de una alianza política que permita realizar acciones específicas que terminen con la subordinación de las 37
Lagarde, Marcela. Pacto entre mujeres, sororidad. Conferencia dictada en Madrid el 10 de diciembre de 2006. Disponible en www.celem.org 79
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mujeres y propicien el apoyo mutuo “para lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer”.38 Esta idea no significa que todas las mujeres actuemos o pensemos de la misma forma. Ni que borremos cualquier diferencia entre nosotras. Significa, en palabras de Marcela Lagarde, que acordemos “de manera limitada y puntual algunas cosas con cada vez más mujeres”. No para desaparecer aquellos elementos que son distintivos de la identidad de cada una, sino para eliminar aquellas diferencias que “son marca de discriminación, explotación y violencia”. De esta forma, el pacto político significará tejer redes entre mujeres para ampliar las posibilidades de acción conjunta. Son una propuesta que vincula la solidaridad entre mujeres de la que hablamos al comienzo, con la necesidad política del pacto. Su realización supone que nos consideremos pares equivalentes y que conversemos sobre aquello en lo que estamos de acuerdo, reconociendo respetuosamente los puntos que generan desacuerdo. No son pactos eternos, son pactos que tienen objetivos claros e incluyen el tiempo de duración, la manera de renovarlos o de terminarlos. Pero ¿qué tan fácil es hacer pactos entre mujeres? ¿Existen muchos obstáculos a superar? Los ejemplos de las luchas de las mujeres en la historia nos permiten decir que los pactos son posibles y rinden frutos. Seguramente estas mujeres que hicieron alianzas pasaron por un proceso de crecimiento personal y de empoderamiento, el cual les permitió superar o trascender formas de relación que separan y dividen a las mujeres: aquellas que se basan en la competencia, en el ejercicio autoritario del poder, en el aislamiento, en la desconfianza. Aquellas que nos siguen manteniendo en el espacio de lo privado sin conversar unas con otras. Un primer momento en la construcción de pactos pasa por el fortalecimiento de cada una, por el desarrollo de espacios de autonomía y de reconocimiento de las capacidades de las mujeres como personas. Si cada una individualmente no se percibe a sí misma como sujeta de derechos, si no tiene autoconfianza ni autoestima, muy difícilmente va a poder pactar con otra u otras. Pero aquí viene un momento clave y es la posibilidad de afianzar todas esas valoraciones individuales en colectivo. Es el periodo en que el proceso colectivo de relación, de conversación, de intercambio con otras mujeres, puede ayudar a afianzar el empoderamiento personal y potenciar las capacidades del grupo.
Redes para la vida, redes para el cambio social Si reconocemos la fuerza y la importancia de la solidaridad entre mujeres en espacios cotidianos, también debemos mencionar que las redes informales de apoyo, son la forma en que opera esa solidaridad en lo cotidiano: “apoyarse entre sí en épocas de enfermedad, en el cuidado de los hijos e hijas, en las tareas domésticas, en la atención a los ancianos de la familia o incluso en el intercambio de bienes son conductas muy comunes entre las mujeres de todas las culturas y en todas las civilizaciones”39. 38 39
Ibídem, p. 4 Berbel Sánchez, Sara. Taller Creación de Redes. Escuela feminista, Barcelona 2008, p. 8. 80
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Pero no es tan común la acción de las mujeres a través de redes organizadas para la defensa de sus derechos. Una red de este tipo se entiende como una forma de organización entre personas diversas, con una mínima estructura y unos objetivos claros que buscan alcanzarlos a través estrategias concertadas entre ellas. Como vemos, es un espacio de ejercicio de la solidaridad, para alcanzar objetivos comunes, que trascienden los intereses individuales. Una red entre mujeres supone la existencia de una alianza entre pares, quienes comparten unos objetivos y desarrollan acciones para alcanzarlos. Acciones que tienen un carácter político, pues suponen poner en la agenda pública sus intereses y posicionar ante los demás miembros de la comunidad, unas problemáticas sentidas que afectan el ejercicio de derechos de las mujeres. Una particularidad de las redes como forma organizativa es que se salen del esquema jerárquico de otras organizaciones y buscan propiciar y fortalecer liderazgos colectivos, pues requieren para su funcionamiento, el empoderamiento de todas las mujeres que hacen parte de la red y no de una sola como cabeza visible de esta forma organizativa. Usualmente las organizaciones dependen de un líder o lideresa sobre quien recae la mayor parte del trabajo y las responsabilidades del grupo. Estos liderazgos son importantes, pero también pueden llegar a generar demasiada dependencia de una única persona que es la impulsora del proceso. El trabajo en red permite que se potencien otras lideresas y que cada quien aporte desde sus propias redes personales y sociales. De esta manera se puede pensar en un proceso organizativo más sostenible. Como todas tenemos redes particulares de relación con vecinas, amigas, personas conocidas, la posibilidad de difusión de nuestras ideas se amplía enormemente, y con ello la posibilidad de incidir en el espacio público también adquiere dimensiones importantes. Como la red es básicamente una forma de organización, la mayor parte de las redes de mujeres agrupan no solo personas a título individual, sino organizaciones de mujeres que se ponen de acuerdo entre sí para sacar adelante un objetivo político: aportar a la construcción de la paz, terminar con la violencia de género, mejorar la posición de las mujeres en el lugar, entre otros. El espacio de operación o el área de influencia de una red también pueden variar y puede ir desde el ámbito municipal o local, hasta el nivel internacional, pasando por el regional y nacional. Todo es cuestión de la forma de organización y el compromiso que tienen sus integrantes con los objetivos que persigue la red. En esta cuestión del área en que trabaja la red, entra como elemento potenciador las tecnologías de información y comunicación, como la Internet, en la ampliación de las posibilidades de relación con mujeres de diversos lugares del mundo. Así, los intercambios de experiencias, de materiales, de estrategias de acción, tienen otros escenarios de desarrollo que no necesariamente requieren de nuestra presencia física. Esto permite que tengamos acceso a varios materiales y que podamos también compartir con otras y otros las experiencias y dificultades que vayamos encontrando. Las redes entonces son formas de relación que nos permiten combinar esa solidaridad cotidiana de las mujeres para resolver nuestras situaciones personales, con la decisión política de actuar colectivamente para transformar nuestra vida y la de otras mujeres.
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Propuesta de taller Objetivos -
Reconocer la importancia de la solidaridad como forma de relación entre las mujeres Reflexionar sobre las relaciones entre mujeres y la manera en que facilitan o complejizan las alianzas Conocer experiencias de pactos entre mujeres con resultados tangibles
Tiempo total: 4 horas
TEMAS Introducción al taller Solidaridad entre mujeres
ACTIVIDADES -Presentación de la agenda y objetivos del taller Actividad El acróstico de la solidaridad
TIEMPO 20 minutos
Pactos, redes y alianzas
Actividad 1 Superar lo que nos separa
1 hora
Actividad 2 Redes y pactos con un sentido
1 hora
Evaluación
1 hora
MATERIALES
Cartulinas con las letras de la palabra solidaridad. Marcadores, cinta pegante, papelógrafo Frases para cada grupo Tarjetas y marcadores, cinta o chinches, tablero o papelógrafo Fotocopia de artículo cada grupo Guía de preguntas por grupo
40 minutos
Requerimientos logísticos: se necesita un salón con suficiente espacio, sin mucho ruido exterior y una temperatura fresca. Durante la primera parte del taller se requiere el espacio sin sillas, para que las participantes se puedan mover libremente por el salón.
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Tema 1. Solidaridad entre mujeres Actividad: el acróstico de la solidaridad40 Objetivo: Generar una reflexión sobre la solidaridad como necesidad cotidiana y actitud deseable de las mujeres hacia otras mujeres Tiempo: 1 hora Desarrollo de la actividad Previamente deben prepararse tiras largas de cartulina, una para cada participante, con las letras correspondientes a la palabra SOLIDARIDAD. Cada tira tiene una de las letras de la palabra al extremo izquierdo, como se ve en el ejemplo
S
O
L
Se entrega a cada persona una tira y se pide que escriban una palabra o una frase corta que empiece con la letra que le corresponda y que muestre de qué manera las mujeres se ayudan unas a otras. Deben escribir en letra grande. Una vez terminen deben buscar a otras mujeres para formar la palabra SOLIDARIDAD. Cada grupo arma su acróstico y reflexionan sobre su significado En plenaria se presenta el acróstico de cada grupo y se hace una reflexión sobre la manera como se concibe el apoyo entre mujeres y si responden a actitudes solidarias. Algunas preguntas que proponemos para orientar la discusión son las siguientes: o o o o
¿En qué tipo de situaciones se apoyan más las mujeres (situaciones personales, familiares, comunitarias)? ¿Por qué somos solidarias con otras mujeres? ¿Es factible ser solidarias con mujeres con quienes no tenemos una relación cercana? ¿Cómo pueden contribuir esas actitudes de solidaridad entre mujeres para abordar problemáticas tan complejas como la violencia contra las mujeres?
Una vez se hayan discutido esos elementos, la facilitadora recalca la importancia de cultivar y mantener la solidaridad entre mujeres como una práctica cotidiana. Pero también la necesidad de hacer consciente esa solidaridad con otras, de manera tal que se pueda potenciar un actuar colectivo de las mujeres como género. La facilitadora presenta el sentido de la SORORIDAD como un aporte de las mujeres para pensar en la conformación de alianzas de solidaridad entre ellas cuando están en 40
Esta actividad fue adaptada a partir de: UICN (1999) La unión hace el poder. Procesos de participación y empoderamiento. Módulo 5. Serie Hacia la Equidad, San José. P. 49 83
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escenarios públicos, en escenarios que supongan que ellas necesitan estar unidas para defender ideas o propuestas que las afectan a todas
Tema 2. Pactos y redes de mujeres Actividad 1. Superar lo que nos separa… Objetivo: propiciar una reflexión sobre las dificultades en las relaciones entre mujeres y la manera como pueden superarse en la vía de construcción de pactos entre mujeres. Tiempo: 1 hora Desarrollo de la actividad -
Se conforman tres grupos entre las participantes y cada una se entrega una ficha con una frase que deben comentar. Las frases41 son las siguientes: Las mujeres son conflictivas, duras e incluso crueles entre ellas. No hay peor enemiga de una mujer, que otra mujer…
Las mujeres que ocupan posiciones de poder se vuelven como hombres…
Las mujeres que han sido parte de organizaciones de base, se olvidan de sus compañeras o las manipulan cuando tienen un cargo de poder
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Los puntos a comentar son los siguientes: o ¿Qué opinan de esta idea? ¿están de acuerdo? ¿Conocen ejemplos que se parezcan a lo que plantea la frase? o ¿Cuáles creen que son las razones para que se den esas actuaciones? o ¿Cómo podrían superarse estos modos de actuar desde nuestra práctica?
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Se puede utilizar la técnica de visualización con tarjetas para la plenaria.
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Las frases han sido adaptadas de: Lagarde, Marcela. El feminismo y la mirada entre mujeres. Conferencia Valencia – España, abril de 2003 84
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La facilitadora hace una reflexión sobre la inexperiencia de las mujeres en relación con establecer acuerdos, pues la mayor parte del tiempo están en el espacio privado, factor que puede incidir en las dificultades para relacionarnos con otras.
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Se recogen las propuestas de las mujeres en relación con la superación de estas formas de relación y se les plantea la siguiente frase de Marcela Lagarde: “cuando lo personal ha sido enmarcado en lo colectivo ha surgido la necesidad de pactar para potenciar nuestra incidencia en el mundo”.
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Con ello se introduce el tema del pacto como una forma de trascender las situaciones personales y desarrollar una consciencia de género en las mujeres. Se presentan los principales elementos de los pactos entre mujeres y la actuación en red como una expresión de los pactos.
Actividad 2. Redes y pactos con un sentido Objetivo: Conocer y reflexionar sobre la experiencia de un país donde las mujeres hicieron pactos y trabajaron en red para conseguir objetivos políticos. Tiempo: 1 hora Desarrollo de la actividad En tres o cuatro grupos de trabajo se pide a las participantes que lean el siguiente texto tomado del taller “Creación de Redes” de Sara Berbel Sánchez
RED DE MUJERES EN FINLANDIA Finlandia es un país modelo en cuanto a políticas igualitarias porque ya hace años que busca alcanzar una igualdad estricta entre hombres y mujeres: mismos derechos, mismas oportunidades y misma responsabilidad. Para ello, utiliza todos los medios conocidos. Cuotas, leyes de paridad, multas, vigilancia estadística y consenso político y social son desde hace décadas los instrumentos de un formidable cambio sociológico. Se trata de un país en que el colectivo femenino, independientemente de la ideología, se ha marcado como objetivo la presidencia, y la movilización femenina para alcanzarla es impresionante. No hay más que observar que en las últimas elecciones ocurridas en el año 2000, votó el 80% de mujeres frente al 73% de los hombres. Los hombres se revelan frente a esta situación: opinan que no es racional que una parte del electorado (la femenina) olvide ideologías y principios y vote sólo en función del sexo del candidato. Pero así es. Las finlandesas fueron las primeras mujeres europeas que votaron y una de las consecuencias de su voto fue la educación obligatoria, conjunta e idéntica para niños y niñas. A continuación, la incorporación masiva al mundo laboral, unida a un alto nivel educativo, dio el impulso definitivo al movimiento finlandés por la igualdad.
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En 1988 establecieron un organismo que coordina las funciones sociales de las finlandesas: el NYTKIS. En esta asociación confluyen las ramas femeninas de todos los partidos, desde la derecha hasta la extrema izquierda, las ramas femeninas de los sindicatos, las feministas, las asociaciones católicas, los centros culturales o recreativos... Hay más de 600.000 mujeres implicadas en esta organización y su forma de trabajo es buscar el consenso en todas las cuestiones que afectan a las mujeres. Esto hace que más de una vez las direcciones de los partidos y sindicatos se encuentran ante hechos consumados: las militantes de todo el espectro político y laboral ya han tomado, en NYTKIS, una posición determinada. Eso resulta muy positivo para las mujeres aunque a menudo no gusta a los hombres. Las candidatas de los partidos son elegidas por las propias mujeres para evitar que los hombres coloquen “floreros” o mujeres con poca conciencia feminista. Gracias a eso han logrado que durante años, las presidentas del país sean mujeres solventes que han realizado grandes obras sociales. El sistema educativo y de protección social es uno de los ejes primordiales de su política. Permiso de maternidad hasta tres años con reserva del puesto de trabajo, red de guarderías excelente, enseñanza obligatoria y totalmente gratuita desde los seis años hasta el final del nivel secundario incluyendo la comida caliente del mediodía, subsidios para jóvenes mientras estudian o buscan un primer empleo... Todo ello significa que las mujeres pueden crear una familia sin agobiar o renunciar a su vida profesional. Otro de los mecanismos fundamentales es la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres de 1987 que cubre todos los aspectos de la vida excepto el religioso y el estrictamente doméstico. Las cuestiones teológicas son privadas pero en lo que se refiere a promociones o cargos en la carrera eclesiástica, están sujetas a la ley de igualdad como cualquier otra empresa. La igualdad se implanta también en el ámbito doméstico de la pareja, donde la mujer no está obligada a realizar la doble jornada, que encadena la salida del empleo con la preparación de la cena en casa. Debido a cuestiones fiscales y salariales, los finlandeses no pueden disponer en su mayoría de servicio doméstico, de modo que deben aplicarse en la corresponsabilidad en el hogar. Y lo cierto es que están muy cerca de la igualdad: la mujer dedica tres horas y media diarias al trabajo doméstico y el hombre supera las dos horas al día. Sin embargo, este camino de rosas tiene también sus espinas, y las mujeres de todos los países debemos analizarlas para tratar de evitarlas. Por una parte, lo que no ha podido romper la ley, ni la Oficina del Ombudsman, ni la poderosa NYTKIS, es el llamado techo de cristal. En Finlandia hay más mujeres que hombres, más universitarias que universitarios, más licenciadas que licenciados, más del 80% de las mujeres trabajan (todas de tiempo completo) . Sin embargo, la mayoría femenina gana, globalmente, un 20% menos que la minoría masculina. Y en los niveles de máximo poder ejecutivo, las mujeres apenas representan un 2%. Invisible pero todavía inquebrantable techo de cristal. Por otra parte, los cambios sociales han tenido también su contrapartida. Las mujeres han aumentado mucho su nivel de alcoholismo, los divorcios han aumentado y se ha producido la llamada “crisis de los hombres”. Tal vez un poco descolocados, los hombres adoptan cada vez más actitudes pasivas y ha aumentado entre ellos la marginación, el suicidio y la desesperanza. Hasta tal punto, que las propias mujeres en el gobierno han impulsado campañas para elevar la autoestima de los hombres.
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Conversar sobre la experiencia de las finlandesas con relación a la creación de una red de mujeres con base en estos aspectos: o o o o
Qué intereses las llevaron a agruparse ¿Cómo creen que se logró establecer un PACTO político entre mujeres de diferentes corrientes para alcanzar un objetivo determinado? ¿Qué opinan de la acción de las mujeres finlandesas y los obstáculos sociales que se han presentado? ¿Creen posible hacer un pacto similar con objetivos menos ambiciosos entre las mujeres de la región? ¿Por qué?
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Con base en los aportes de las mujeres que se recojan después de la plenaria, se refuerza la importancia de establecer pactos entre mujeres como estrategia política para avanzar hacia cambios significativos para la vida de las mujeres. Cambios que impactan las políticas públicas pero también pueden llegar a incidir sobre las prácticas de los partidos políticos y las costumbres de las sociedades.
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Se presentan también algunas ideas sobre las redes como estructura organizativa, flexible y adaptable a las condiciones cambiantes de las organizaciones de este tiempo. Una de las ventajas de las redes, es la posibilidad de realizar acuerdos sobre unos puntos básicos y a partir de allí, trabajar creativamente para aportar desde la individualidad a los objetivos que se acordaron.
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Sesión 8. Incidencia política y empoderamiento
Ideas centrales La incidencia política es una estrategia de acción colectiva que permite posicionar los intereses de las mujeres en el espacio público. Puede ser vista también como una expresión del grado de consolidación de los pactos y alianzas entre mujeres y organizaciones de mujeres, quienes le apuestan a ser actoras de su propio desarrollo. Para realizar procesos de incidencia es necesario trazar una ruta de acción que parta de la definición de unos objetivos y principios claros que sean alcanzables. También es importante conocer el contexto social, político e institucional del municipio, para saber hacia dónde dirigir los esfuerzos colectivos y cómo realizar acciones con altas probabilidades de alcanzar las metas trazadas.
Momento conceptual La incidencia política hace referencia a una acción política organizada que se realiza con el fin influir en aquellas personas e instancias capaces de tomar decisiones sobre asuntos que afectan la vida de la comunidad. Es un mecanismo de presión que la ciudadanía organizada utiliza para incidir en la toma de decisiones que llevan a la formulación e implementación de políticas y programas. Estamos hablando entonces de acciones políticas, es decir, de acciones que buscan poner en escenarios públicos problemáticas e intereses que son colectivos y afectan a varias personas. Las mujeres que hacen incidencia, están entonces haciendo política. Usualmente hemos entendido la política como una serie de prácticas corruptas que se hacen en función de intereses personales. Aquí estamos hablando de política en un sentido más acorde con su definición, es decir, como “la actividad de la ciudadanía cuando interviene en asuntos públicos con su opinión, su voto o de cualquier otro modo”42. Ahora bien, ¿cuáles son aquellos intereses que las mujeres posicionan en lo público? ¿Cuáles son los intereses de las mujeres?
Intereses de género: lo práctico y lo estratégico Es muy difícil establecer previamente cuáles son los intereses de mujeres que se organizan. Las mujeres son diversas y una parte importante de la consolidación de una organización, es precisamente la definición de los intereses que las vinculan y el reconocimiento de las 42
Real Academia Española (2001) Diccionario de la Lengua española. Vigésima segunda edición. Tomo 8.
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motivaciones para asociarse. Esa definición ayuda a que se consoliden y a que construyan una identidad propia como organización de mujeres que las impulse a realizar acciones políticas. Pensando en las mujeres como género, es decir, como un colectivo que ha vivido discriminaciones y que se encuentra en condiciones de desigualdad, podemos hablar de los intereses de género de las mujeres. Los intereses de género son una distinción realizada por la francesa Maxine Molyneux, al evidenciar algunas formas de trabajo y motivaciones para actuar, de algunas organizaciones populares de mujeres en diversos países centroamericanos y suramericanos. Ella plantea que los intereses dependen del contexto en que se encuentran las mujeres, pero hay unos intereses que tienen que ver con las relaciones de género, es decir, con la posición desigual de mujeres y hombres en la sociedad. Propone hablar de dos tipos de intereses: los intereses prácticos de género y los intereses estratégicos de género. Los intereses prácticos de género se relacionan con la satisfacción de las necesidades que tienen las mujeres para cumplir los roles tradicionales que ha definido la sociedad para ellas. Muchas veces tienen que ver también con sus condiciones materiales de vida: la vivienda, la salud, la educación, entre otras. Las motivaciones para actuar estarían entonces enmarcadas en la satisfacción de estas necesidades prácticas para las mujeres. Los intereses estratégicos de género son aquellos que plantean reivindicaciones para transformar las relaciones de género y por ende, las relaciones de poder, con el fin de transformar la posición de las mujeres en la sociedad. Son motivaciones que tienen que ver con la forma en que funciona la división de género en la sociedad y cómo ésta mantiene las subordinaciones hacia las mujeres. Temas como el control masculino sobre las mujeres, las violencias de género, la poca presencia de las mujeres en cargos públicos, el goce efectivo de los derechos sexuales y reproductivos; hacen parte de lo que sería una agenda estratégica para las mujeres. Ambos tipos de intereses son importantes y legítimos, pues responden a la situación de vida de las mujeres, a sus necesidades diarias para cumplir con los roles asignados; o a las problemáticas que tienen que ver con su posición en la sociedad. A veces sucede que cuando no se plantean explícitamente los intereses estratégicos de género en escenarios públicos, por ejemplo en los ámbitos comunitarios, se piensa que las mujeres no tienen problemáticas particulares y que en los planteamientos y necesidades de “la comunidad” están representadas las situaciones que viven las mujeres; cuando lo que ha sucedido es que se ha invisibilizado su presencia y sus necesidades particulares. Por ello, en escenarios de incidencia política, es importante partir de reconocer aquellos temas que son estratégicos para transformar la posición de las mujeres y las relaciones de poder en la sociedad y movilizar junto a estos, temas que se relacionan con sus condiciones materiales de vida. La mayoría de las veces lo práctico y lo estratégico van de la mano; y resolviendo una necesidad práctica podemos estar apuntando a un interés estratégico para las mujeres: por ejemplo al mejorar el nivel de escolaridad de las mujeres, se puede también aumentar sus posibilidades de generar ingresos propios y con ello sus niveles de autonomía económica. 89
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Los intereses estratégicos y el proceso de empoderamiento de las mujeres Hemos dicho que la incidencia supone una acción política organizada. Las mujeres que hagan incidencia para posicionar los intereses de género en el espacio público, deberán primero que todo hacer una labor de reconocimiento de esos intereses de género de las mujeres en su contexto particular. Esto quiere decir que deberán estudiar muy bien cuál es la situación de las mujeres en el municipio, apoyándose en cifras y estadísticas, pero también indagando sobre sus problemáticas particulares. En este Cuaderno de trabajo hemos planteado un énfasis en el tema de la violencia contra las mujeres, como un interés estratégico de género que requiere ser abordado y resuelto con urgencia, en tanto práctica generalizada que limita la realización plena de las mujeres como sujetas de derechos y por ende, como sujetas políticas. Es un tema que además se ha posicionado en la opinión pública, gracias a la labor de incidencia del movimiento de mujeres a nivel nacional. Pero se pueden identificar otros intereses estratégicos: mejorar la escolaridad de las mujeres, aumentar las alternativas de generación de ingresos mediante el fomento de empleos no tradicionales, el acceso a crédito y tierras, el aumento de la representación de mujeres en espacios de decisión, entre otros. La identificación de los intereses de género permite que las mujeres inicien un proceso de empoderamiento personal y colectivo, el cual se refuerza durante el diseño y puesta en marcha de la estrategia de incidencia política. El empoderamiento hace referencia al proceso de construcción de poderes propios, en el cual las mujeres redefinen y amplían sus posibilidades de ser, hacer y sentir. Este proceso implica una toma de conciencia sobre la condición y posición de las mujeres en la sociedad como primer paso para potenciar el ejercicio de esos poderes. El reconocimiento de los intereses de género de las mujeres es entonces parte de este proceso de autoconsciencia. Es importante señalar que nadie puede “empoderar” a otra persona, es un proceso que hace cada quien. Es decir, nosotras mismas podemos auto empoderarnos, pero no podemos “empoderar” a otras, más bien podemos apoyar el auto empoderamiento de otros y de otras. Hemos resaltado varias veces la necesidad de apuntarle a procesos colectivos para darle sostenibilidad a los mismos. Con el empoderamiento de las mujeres sucede algo similar, la realización de acciones colectivas permiten afianzar los poderes positivos y conectar los procesos individuales con los colectivos. La propuesta de potenciar poderes positivos parte de reconocer que el poder puede ser ejercido para fortalecer a las demás personas43 y no solamente como un mecanismo de opresión de una o varias personas sobre las demás. Los poderes positivos se plantean como el poder interior, el “poder con” y el “poder para”. El poder interior hace referencia a una fuerza única que reside en cada quien y permite el empoderamiento personal, ganar en autonomía física y económica. Es el
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Jo Rowlands, una feminista inglesa, ha planteado esta distinción entre poderes de suma cero y los poderes de suma positiva. El poder de suma cero supone que el aumento de poder de una persona lleva a la pérdida de poder para la otra, se conoce como “poder sobre” y se refiere a la forma tradicional en que comprendemos el poder, como una forma de oprimir a los demás. 90
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poder interno, sobre el cual las mujeres deben construir un doble recorrido: reconocer lo que ellas pueden hacer y lo que las mantiene subordinadas, para comenzar a transformarlo. El “poder con” hace referencia al proceso colectivo mediante el cual se gana poder con las otras; es la capacidad para lograr con otras aquello que no se puede lograr sola. Supone entonces el empoderamiento colectivo y la conformación de organizaciones como expresión de la necesidad de actuar colectivamente. El “poder para” representa la posibilidad de usar ese poder colectivo para producir cambios. “Es importante para que se expresen los potenciales y se logre construir individual o colectivamente la propia agenda”44. Este tipo de poder es expresión del empoderamiento político y se expresa en acciones de incidencia política.
Incidencia política: trazar una ruta de acción colectiva Las acciones de incidencia política son entonces expresión del empoderamiento político de las mujeres organizadas que actúan en lo público. Evidencian su capacidad de poner en el escenario público sus intereses y llevarlos hacia las instancias gubernamentales garantes. La capacidad de incidencia de las organizaciones o redes de mujeres se ve favorecida si al interior de la organización se tienen prácticas democráticas en la toma de decisiones y en el ejercicio de los liderazgos. También se favorece con la disposición de construir y fortalecer alianzas con otras redes y organizaciones de mujeres; y con la claridad sobre el proceso que se emprende y su proyección hacia transformaciones en el largo plazo. Otro elemento importante para realizar acciones de incidencia política es conocer de qué manera funciona la institucionalidad del estado, y tener disposición de interactuar con los gobiernos. Antes de pensar en la estrategia de incidencia es necesario un proceso previo de análisis del contexto político del municipio y la región. Esto con el fin de evaluar los posibles riesgos que existen al manifestar los intereses y necesidades de las mujeres en lo público, y también prever las posibilidades de éxito de las acciones de incidencia. A partir de esta lectura del contexto se realiza la definición del problema sobre el cual se va a trabajar. Es clave que sea una situación sentida por las mujeres y que exista un proceso de concertación y priorización durante su identificación, con base en criterios como su carácter estratégico en relación con los intereses de género de las mujeres y las posibilidades de hacer incidencia política sobre ese problema, entre otros. Zoraida Castillo y Rikard Nordgren45 proponen los siguientes criterios para priorizar el problema que se va a abordar con una estrategia de incidencia política:
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LEÓN, Magdalena (1997) “El empoderamiento en la teoría y práctica del feminismo” en: León Magdalena (comp.) Poder y empoderamiento de las mujeres. Bogotá, Tercer mundo y Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, p. 19. 45 En: Fortalecimiento en Incidencia Política. Informe de consultoría para el Programa Suizo para la promoción de la Paz en Colombia. SUIPPCOL, agosto de 2005. 91
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Es un problema ampliamente sentido Fácil de comunicar y de entender Relaciona hechos/eventos locales con hechos globales y con macro política. Tiene impacto en el real mejoramiento de la vida de las personas
El análisis del problema debe realizarse haciendo una lectura de sus causas y efectos sobre la vida de las mujeres. También es importante precisar cuál es la alternativa de solución del problema y seleccionar aquella que, por una parte, sea susceptible de resolverse con una estrategia de incidencia, y, por otra, aumente la conciencia de las mujeres sobre su situación, sus derechos y sus posibilidades de empoderamiento colectivo. Una vez definido el interés y la problemática sobre la cual se va a hacer incidencia es necesario establecer cuáles serán los objetivos de nuestra estrategia. Estos se entienden como metas alcanzables por la organización o red de mujeres mediante acciones políticas de incidencia. Es necesario realizar también un análisis sobre aquellos actores y escenarios que tienen alguna influencia, positiva o negativa, en el tema sobre el cual haremos incidencia, a este análisis le llamamos mapa de actores. Este mapa puede hacerse identificando aquellos actores que están a favor, aquellos que están en contra y quienes tienen una postura neutral frente a la propuesta. Es importante también reconocer cuáles son los posibles intereses de cada uno de los actores con la problemática que se va a tratar. A partir de estos elementos podremos dar forma al Plan de Incidencia, el cual incluye la definición clara de lo que se quiere pedir, los argumentos que se utilizarán y los mecanismos para lograrlo.
Algunas estrategias de incidencia política Las estrategias de incidencia política dependen por una parte de los resultados que se quieren alcanzar y, por otra, de las propias capacidades y fortalezas de los grupos que las emprenden. Son capacidades que se desarrollan en la práctica y que buscan “influir en las y los tomadores de decisiones y generar corrientes de opinión pública favorables”46 sobre el problema, y crear conciencia de la necesidad de resolverlo. Estas estrategias deben hacer parte del Plan de incidencia, en tanto se desarrollan de acuerdo con los objetivos trazados y se enmarcan en un proceso a largo plazo. Algunas estrategias de incidencia son: el cabildeo o lobby, la movilización, la capacitación, la comunicación y el establecimiento de alianzas, entre otras. Vamos a ver rápidamente algunas de ellas, teniendo en cuenta que hacen parte de un proceso de generación de capacidades colectivas que contribuye a nuestro empoderamiento como mujeres. 46
Gallardo Paz, Eliana (2006) Liderazgo político de las mujeres en el ámbito local. Libro del facilitador o facilitadora. Instituto Nacional de las mujeres de México e ISTRAW. México D.F. p. 164 92
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El Cabildeo o lobby Es una acción cara a cara que se realiza para persuadir a la persona o personas con poder de decisión sobre la propuesta, de actuar a favor de la iniciativa. Es una labor de convencimiento a partir de los argumentos favorables a la propuesta. Normalmente, se hace a través de visitas directas por parte de las personas que tienen mayor capacidad de argumentación e información sobre el problema que queremos posicionar. También se pueden constituir grupos que realicen esas visitas y de esta manera ampliar las capacidades de cabildeo a varias mujeres de la organización. Adaptado de WOLA (2005)
El cabildeo se puede acompañar de movilizaciones sociales que llamen la atención sobre el tema y convoquen a las personas afectadas por el problema. Durante las movilizaciones es clave el despliegue de creatividad, para llamar la atención de la opinión pública y los medios de comunicación. Se pueden hacer pequeñas obras de teatro en la calle, carteles, pancartas, utilizar fotografías, entre otras. Pero también es importante utilizar esta estrategia con precaución, pues también podría tener resultados contraproducentes, sobre todo en contextos donde no son muy comunes las expresiones de este tipo. La capacitación es otra estrategia de incidencia política, pues permite presentar a otras personas, hombres y mujeres, nuestra manera de entender el problema que se está tratando y contribuir, de esta manera, a las labores de sensibilización. Pero la capacitación también es un medio para fortalecer nuestras organizaciones, desde el impulso a las habilidades y capacidades de liderazgo y negociación de las mujeres que hacen parte de ellas. Entonces, la capacitación como estrategia es útil hacia adentro y hacia afuera de nuestros procesos. Por ello debería ser un mecanismo transversal que atraviese todo nuestro accionar colectivo. Una de las estrategias más claves en un proceso de incidencia política se da en la relación con los medios de comunicación. Se busca con ello poner en la agenda pública el tema sobre el cual se está haciendo incidencia y generar corrientes de opinión pública favorables. Figurar en los medios es también una manera de posicionarse como una interlocutora válida frente al tema, en relación con la información que se maneja o con la representatividad del grupo para hablar en nombre de un sector importante de las mujeres. Una estrategia de medios requiere tener claridad sobre la audiencia a la cual se dirige, sobre el mensaje que se quiere comunicar y sobre la manera como se accederá al medio de comunicación. No es lo mismo dirigirse a la comunidad en general que a una institución o a un funcionario o funcionaria en particular. Cada público requiere formas diferentes de sensibilización e información, las cuales debemos seleccionar cuidadosamente. No siempre es fácil acceder a los medios masivos de comunicación, debemos ser muy creativas y aprovechar muy bien aquellos momentos en que los medios se fijan en las mujeres o buscan información actualizada sobre su situación; por ejemplo el 8 de marzo, día internacional de la mujer, o el 25 de noviembre, día de la no violencia contra la mujer, entre otros. Sin embargo, no debemos fijarnos como meta incidir únicamente durante estos días. La estrategia de medios puede ser útil para acompañar también la 93
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labor de cabildeo o las movilizaciones. El asunto es saber cuál es la mejor manera de llegar a los diferentes medios de comunicación. La otra estrategia que mencionamos fue la creación de alianzas. En la sesión 7 de este Cuaderno de trabajo, mencionamos la importancia de los pactos y alianzas entre mujeres. Acá, además, evidenciamos las posibilidades que nos brindan esas alianzas para incidir políticamente, de una manera más contundente, que si lo hace individualmente cada organización. Mantenernos en contacto permanente con otras organizaciones de mujeres e invitarlas a conversar sobre temas de interés común, puede ser el comienzo de relaciones políticas a largo plazo que nos lleven a establecer alianzas para realizar procesos de incidencia sobre las instancias municipales, departamentales, nacionales o internacionales. Casi todas las acciones de incidencia política, llevadas a cabo por mujeres, que han tenido éxito, han sido emprendidas en nombre de alianzas entre esas mujeres quienes se han puesto de acuerdo para sacar adelante un objetivo común y han trazado y seguido una ruta para alcanzarlo. El análisis permanente del contexto político es una labor constante que debemos realizar para evaluar si las estrategias de incidencia política que estamos utilizando están rindiendo sus frutos, o para saber si debemos cambiar los énfasis y transformar de alguna manera nuestro accionar. Como dijimos, son habilidades que se van reforzando con la práctica y que pueden ser acompañadas por otras redes y organizaciones de mujeres, a nivel regional, nacional o internacional.
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Propuesta de taller Objetivos - Avanzar en la reflexión y el reconocimiento de los intereses estratégicos de las mujeres participantes - Reflexionar sobre los poderes colectivos de las mujeres - Conocer algunos componentes de una estrategia de incidencia política
Tiempo total: 4 horas
TEMAS Introducción al taller Intereses prácticos y estratégicos
ACTIVIDADES -Presentación de las participantes y sus expectativas -Presentación de la agenda y objetivos del taller Actividad Cómo se construyen los intereses de las mujeres
TIEMPO 40 minutos
MATERIALES
45 minutos
Conceptos de intereses prácticos y estratégicos en cartulinas de medio pliego Tarjetas de dos colores, marcadores, tablero con chinche o cinta de papel Fotocopias para tres grupos del texto de la pag. 90 a 91
Poder y Actividad empoderamiento Nuestras experiencias de empoderamiento Incidencia Actividad política La incidencia política desde las mujeres
1 hora
Evaluación
20 minutos
1 hora 15 minutos
Tarjetas, marcadores, tablero con chinches o cinta pegante Presentación en power point o conceptos en cartulina
Requerimientos logísticos: se necesita un salón con suficiente espacio, sin mucho ruido exterior y sillas movibles que permitan trabajar en grupos.
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Tema 1. Intereses prácticos y estratégicos de las mujeres Actividad 1. Cómo se construyen los intereses de las mujeres Objetivo: avanzar en la reflexión y el reconocimiento de los intereses prácticos y estratégicos de género Tiempo: 45 minutos -
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Se pide a las participantes que formen grupos de 5 personas e identifiquen cuál es el principal problema que aqueja a la comunidad de su municipio, barrio o vereda Luego deben identificar el principal problema que afecta a las mujeres de su municipio, barrio o vereda En plenaria se expone el resultado de esta identificación utilizando tarjetas de dos colores para la misma Se hace una reflexión sobre los problemas comunitarios que identifican y si coinciden o no con los problemas que identificaron como de las mujeres. En caso de que coincidan haremos una reflexión sobre la forma en que se han posicionado los problemas que afectan a las mujeres en el escenario de la comunidad, y cuál ha sido el proceso para ello. En caso de que no coincidan, nos preguntaremos colectivamente por qué no se identifican los problemas de las mujeres con los problemas de toda la comunidad, qué problema se considera más importante, de qué manera las mujeres pueden cambiar esta percepción en sus comunidades. Posteriormente presentamos la definición de intereses de género y la distinción entre intereses prácticos de género e intereses estratégicos de género, con un breve contexto acerca de la potencialidad política de estos conceptos. Les preguntamos en qué lugar ubicarían los problemas que identificaron como de las mujeres y los ubicamos según la opinión de ellas. Luego precisamos si son prácticos o estratégicos y hacemos una reflexión sobre la manera como podríamos derivar de un problema práctico de género, una solución que apunte a un interés estratégico de género para las mujeres. Pedimos a las mujeres que den ideas sobre la manera como las mujeres pueden construir colectivamente sus intereses y reforzamos con la necesidad de juntarse con otras y discutir los problemas que las aquejan, para a partir de allí comenzar a posicionar en los escenarios públicos esas inquietudes.
Tema 2. Poder y empoderamiento de las mujeres Actividad. Nuestras experiencias de empoderamiento Objetivo: Reflexionar sobre los poderes colectivos de las mujeres Tiempo: 1 hora
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Desarrollo de la actividad -
Se conforman tres grupos con igual número de participantes, en lo posible, y se le entrega a cada grupo una hoja con el texto de la página 90 a la 91, el acápite sobre los intereses estratégicos y el proceso de empoderamiento.
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Deben leer el texto, en 20 minutos, comprender lo que allí se plantea y pensar en una experiencia que hayan tenido, que ejemplifique una situación en que hayan ejercido un poder desde el interior, poder con y poder para.
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Cada grupo ejemplifica un tipo de poder positivo mediante el uso de la escultura corporal.
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Posteriormente se hace una plenaria en la que cada grupo presenta su escultura y las demás deben intentar entender cuál es la situación que están planteando y en donde se evidencia el empoderamiento.
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Las escultoras de cada grupo aclaran la situación que representaron y explican cómo entienden el empoderamiento en cada caso.
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La facilitadora retoma los conceptos de poder desde el interior, poder con y poder desde dentro y los enmarca en un proceso colectivo de empoderamiento. A partir de las situaciones que se presenten se evidencia la importancia del actuar colectivo de las mujeres como forma de sustentar los procesos individuales de empoderamiento.
Tema 3. Incidencia política Actividad: la incidencia política desde las mujeres Objetivo: Conocer algunos componentes de una estrategia de incidencia política Tiempo: 1 hora, 15 minutos. Desarrollo de la actividad -
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Se pide a las participantes que rápidamente escriban en una tarjeta qué entienden por incidencia política y que la peguen en el tablero Con base en las respuestas, la facilitadora las agrupa y completa para construir una definición que resalte los principales elementos de la incidencia política: que es una acción política organizada; que busca influir en aquellas personas e instancias capaces de tomar decisiones sobre asuntos que afectan la vida de la comunidad; que es un mecanismo de presión de la ciudadanía organizada para incidir en la toma de decisiones que tienen que ver con la formulación e implementación de políticas y programas. Se pide entonces que relacionen los tres conceptos que se han trabajado en la sesión: intereses estratégicos, empoderamiento e incidencia política. 97
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A partir de las respuestas se hace una reflexión sobre la importancia de la incidencia política como expresión del empoderamiento de las mujeres y sobre la importancia de posicionar mediante la incidencia política los intereses que las mujeres de cada región o municipio reconocen como estratégicos para ellas. A continuación la facilitadora les expone los principales elementos que conforman un plan de incidencia, la necesidad de trazar objetivos, metas y un problema que sea ampliamente sentido por las mujeres. Se pueden utilizar mensajes en carteles para explicar paso a paso los componentes de un plan de incidencia Posteriormente se explican algunas de las estrategias de incidencia que se abordan en el “momento conceptual”. Se pide a las participantes que organicen nuevamente los grupos de trabajo del ejercicio de empoderamiento (tres grupos) y que retomen uno de los problemas que identificaron en la actividad 1 que afecta a las mujeres. Deben redefinir el problema si es necesario, de manera tal que refleje un interés estratégico. Luego, deben hacer un corto ejercicio de identificar de qué manera resolverían el problema mediante una estrategia de incidencia ante una institución o autoridad municipal, y definir cómo lo harían. Se hace una plenaria para presentar el trabajo en de cada grupo, el cual se enriquece con los aportes de las demás.
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Glosario Derechos Humanos: son atributos y garantías inherentes a todos los seres humanos por el simple hecho de ser personas, sin importar el color de piel, el sexo, la edad, la orientación sexual, la condición social, la ideología, la religión u otra condición en que se desenvuelva su vida. Equidad de Género: se refiere a la justicia en el tratamiento de hombres y mujeres, según sus necesidades diferenciadas. A partir de este concepto se pueden incluir tratamientos iguales o diferentes, aunque considerados equivalentes en términos de derechos, beneficios, obligaciones y oportunidades. Estereotipos de género: Son ideas que se fijan y perpetúan con respecto a las características que se suponen que son propias de hombres y mujeres. Son aceptadas por un colectivo y sirven para establecer y orientar comportamientos e incluso para fijar prejuicios sobre lo masculino y lo femenino. Feminismo: Es un movimiento social, político y cultural que busca la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Ha influido en las ciencias sociales y en la política a partir del desarrollo de teorías que explican el carácter social y el arraigo en la cultura de la desigualdad entre hombres y mujeres. No es un movimiento único, existen muchas variantes del feminismo. Género: Es el conjunto de significados que la sociedad construye sobre los cuerpos sexuados.Por tanto define qué se entiende por lo masculino y lo femenino en cada sociedad y cuáles son los comportamientos permitidos para hombres y mujeres. Remite a relaciones de poder en las que se mueve el orden social Identidad de Género: Se entiende como el sentido o sentimiento de pertenencia de una persona a uno u otro género. Se construye en interacción con la sociedad Naturalización: Se refiere al proceso de legitimación de las desigualdades sociales a partir de argumentos que las justifican por razones biológicas o de la “naturaleza”. Un ejemplo es decir que las mujeres son por naturaleza sensibles y emocionales y justificar su no presencia en espacios de decisión. Roles de Género: Son el conjunto de expectativas diferenciadas de los hombres y las mujeres, sobre cómo ser, cómo sentir, cómo actuar y sobre qué posibilidades se tienen dentro del grupo social. Estos roles son asignados por el grupo y son ejercidos por las personas, según éstas se asuman como hombres o como mujeres.
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Socialización: es el proceso de aprendizaje de comportamientos, normas y valores de una sociedad, el cual sirve como mecanismo por el cual se aprende a vivir en determinada comunidad.
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