Miscelánea humanística Presentación del Fondo Editorial Prólogo I. Introducción a la cinesiología La palabra escrita, la palabra hablada y la palabra actuada Cine, cinema y emblema Epresión oral y mo!imiento corporal "i Flora #a!is leyese el presente escrito Innaticidad de las epresiones $aciales %onas epresi!as Protrusión labial &ibliogra$ía mínima II. Introducción a la teratología Eordio 'Monstrum( Monstruo Lo monstruoso como de$ecto biológico El monstruo como creación $antástica )preciación psicológica 'La bella y la bestia( *tem más III. Introducción a la ludología Consideraciones etimológico+semánticas Escase bibliográ$ica El -uego, segn /uiinga Primera de$inición "egunda de$inición 0ercera de$inición El -uego, segn Caillois Clasi$icación de los -uegos Principales clases de -uego Las categorías ldicas no son 1uímicamente puras 'Ludus( y 'paidia( 2bser!ación $inal I3. Erich Fromm y el dogma de Cristo 4) 1u5 se re$iere la in!estigación6 7na $antasía colecti!a con $uncionalidad triple 4) 1ui5nes atra-o el mensa-e cristiano primiti!o6 Los primeros cristianos y la cristología de la primera comunidad El cambio de la creencia primigenia y su por1u5 )tanasio y )rrio contro!ierten La signi$icación etrateológica del con$licto )preciación crítica
3. La elección de pare-a La primera comprobación 48 sin enamoramiento6 El por1u5 de tanta e1ui!ocación 7na incapacidad desconcertante 9aturalea y arti$icialea /allago sensacional Con$esión $inal 3I. Prostitución al aire libre Las 'pampayrunas( Factores La inmediate La desrutiniación de la !ida seual El atracti!o del peligro El atracti!o de lo ba-o La baratura 3II. El E$ecto Colón La atracción de la no!edad La $amiliariación E-emplo etraseual del E$ecto Colón El E$ecto Colón en el terreno seual 4Cómo solucionar el E$ecto Colón6 El E$ecto Colón y el amor 9ormalidad patente del E$ecto Colón Palabras $inales de )natole France 3III. 3o bella de algunos persona-es, o por lo menos !o muy agradable: además, e-emplario de otras clases de !o ;scar ?@A+>BD /enri de 0oulouse+Lautrec =>?A+>B>D oseph Goebbels =>?BH+>BA@D Coda I. Muerte y !alentía El caso de Mussolini El acabamiento esperable de Lope de )guirre Francisco de Car!a-al Gonalo Piarro Leoncio Prado La muerte e-emplar del Mar1u5s Gobernador 7n caso de !alentía etraordinaria J2h, precipitarse en la hogueraK La terminación piro$órica de Calcuchímac . Los escritores y los burdeles Faulner
García Már1ue )lberti Cioran El 1ue esto escribe Fellini 29eill Flaubert Mora!ia )mado 3argas Llosa "il!a 0uesta "ánche More Macera Chá!e Peralta Fuentes I. Necuerdos huati1ueros 0etos multiautorales concernientes a /uatica Luis )lberto "ánche Nal "errano Castrillón "o$ocleto OLuis Felipe )ngellD Pompilio Inglesi #)ccico #omingo 0amari Lcar Manuel &entín #ie Canseco )lberto Massa Gál!e Carlos )lberto "eguín Luis Millones Mario 3argas Llosa Eloy áuregui uan Gargure!ich Negal 9icomedes "anta Cru 9ota $inal II. 3ia-e macro$alosomial 9oticias y comentarios sobre la dimensión genital masculina magnitud mayor El macro$alo homicida Nosendo y los otros Casuística macro$alosomial Magnitud normal Magnitud subnormal El $alo di!ino Ne$erencias Coda
III. 4Cuántas horas diarias es soportable un ser humano6 Coda Fuentes I3. La Iglesia Católica y la pena de muerte 4#e$ensa insólita6 Espelunantes matanas bíblicas 7na orden di!ina realmente increíble La misma Iglesia podría imponer la pena de muerte 7n de$ensor insigne de la pena de muerte 3. Los celos 4Por 1u5 no se mencionabanantiguamente los celos6 Celos y sociedad Propiedad seual y celos Monogamia y celos )mor y celos 'El arreglito( 4"on modi$icables los celos6 3I. Gestos masculinos 3II. Pesante e impesante &orges y la solide o macice de los antiguos globos terrá1ueos Magnitud y pesante Globos y globitos La $acilidad con 1ue se $ormanglobos, globitos y globaos Los naturales de Passau 3III. 'El in$ierno son los otros( Coda 2-os luteranos 2-os balacianos 2-os hitlerianos I. 'La mantida readora( . 7n h5roe inesperado y algunas canoniaciones singulares Carta a Martha /ildebrandt Entre!ista a Marco )urelio #enegri )utor 9otas
El libro está di!idido en !einte bre!es capítulos y como anota el título Q misceláneaQ aborda di!ersos temas en donde gra!itan aspectos 1ue tienen 1ue !er con la psi1uis humana. 8 no solo asuntos 1ue obligan a plantearnos grandes preguntas, sino tambi5n sobre respuestas con las 1ue tropeamos a diario sin darnos cuenta. Ruiás esa sea la mayor !irtud de este libro escrito con anonadante erudición, pero al mismo tiempo, con un lengua-e de cua-o. Por un lado, con una in$ormación selecta, bibliográ$icamente hablando, !eces está en primera persona.y por otro, testimonial 1ue, para ser más $amiliar, muchas
Marco Aurelio Denegri
Miscelánea humanística Obras escogidas - 0
Título srcinal: Miscelánea humanística Marco )urelio #enegri, S> Editor Lucas La!ado Ilustración Pierre Clayette Neto1ue de cubierta #h)+A> Editor digital #h)+A> ePub base r>.S
Presentación del Fondo Editorial La lectura es para nosotros una iniciadora cuyas llaves mágicas nos abren en el fondo de nosotros mismos la puerta de lugares a los cuales no hubiéramos sabido llegar. =Marcel Proust OSAT sobre la lectura. &s. )s., Libros del %oral, p. AAD La intención fundamental de quien hace la bibliografía le eige un triple respeto: hacia las personas a quienes se dirige! hacia los autores citados y hacia sí mismo. =Paulo Freire O>BBBT La importancia de leer y el proceso de liberación . >UV Ed. M5ico, #. F., "iglo I, p. AHD
Marco )urelio #enegri es un humanista a 1uien debemos mucho los peruanos, por su encomiable pasión por la lectura, la in!estigación y la di$usión de las ciencias, las tecnologías y las humanidades, en la ltima mitad del siglo y lo 1ue !a de este siglo. Por sus puntos de !ista heterodoos, sus críticas sin concesiones a la mediocridad, sus urticantes opiniones y análisis de cuanta publicación importante aparece en nuestro medio, se ha ganado no pocos silencios y !anos desdenes, 1ue no han hecho sino agigantar su presencia y !alía como animador cultural en el Per. "us in!estigaciones y su !ocación dialógica dieron $orma a "áscinum O>BHS+>BHUT, re!ista de cultura seual, 1ue con desen$ado y sol!encia acad5mica intentó abrir nuestras entendederas al $ascinante mundo de la seualidad, con una perspecti!a contemporánea y menos pro!inciana. Pero Marco )urelio #enegri es más 1ue la precursora "áscinum y sus libros publicados. #esde >BHU es !i!a parado-a de la tele!isión nacional, donde brega por la cultura, entendida no solo como sinónimo de poesía, no!ela y ob-etos de museo Qsin un ápice de menoscabo a su !alorQ sino tambi5n como apertura al mundo de la ciencia, la tecnología y las humanidades, con !isión cosmopolita y pleno sentido de responsabilidad y honestidad intelectual. En La función de la palabra, su programa tele!isi!o, en el Canal H, no solo di$unde las publicaciones aparecidas en nuestro medio sino 1ue hace crítica proli-a e imparcial de ellas. Igual dedicación da a los temas 1ue presenta y a las entre!istas, 1ue realia con estilo sui géneris, donde las preguntas y opiniones $luyen como resultado de la re$leión sistemática. Este libro Miscelánea humanística, de Marco )urelio #enegri, no de-ará indi$erente a ningn espíritu abierto al conocimiento y a la re$leión. El Fondo Editorial de la 7ni!ersidad Inca Garcilaso de la 3ega lo pone en manos de los lectores como testimonio de !aloración a un humanista 1ue se dedica a tiempo completo en $a!or del buen gusto literario y de las propuestas $undadas en el e-ercicio de la raón a la lu del conocimiento, la ciencia y la cultura. Lucas La!ado Fondo Editorial de la 7IG3
Prólogo Este libro es continuación del 1ue publi1u5 en el S y 1ue se agotó en menos de seis meses=WD: agotamiento del 1ue no me !anaglorio, por haber sido tan corta la tirada, apenas mil e-emplares. En e$ecto, y ciX5ndome a Lima, ciudad teniente de unos die millones de habitantes, comprobar 1ue sólo mil han ad1uirido mi libro no es algo 1ue me enorgulleca. 2curre, sin embargo, 1ue estamos !i!iendo en plena !ideocracia, o me-or dicho, la estamos su$riendo, y el hecho de 1ue actualmente mil urbícolas an compren y lean libros es casi milagroso. El gobierno de la imagen no !a -untamente con el gobierno de la inteligencia y la abstracción. La lectura, lectio, 1ue es una $orma de pensar, no se a!iene con la imago o imagen. El hombre 1ue piensa es unanimal mental, pero el hombre 1ue nicamente mira es un animal ocular. 9os lo dice "artori y yo concuerdo con 5l. La Era #igital es la del homo vídens , no la de l homo légens , ni mucho menos la del homo sápiens . La Era #igital genera al homo ínsipiens, al hombre 1ue no sabe, al ignorante. La obra 1ue hoy entrego a la consideración de unos cuantos urbícolas es o pretende ser lecturable. "iempre procuro el logro de este $in en todos mis escritos. Con!iene distinguir lo legible de lo lecturable . La legibilidad de una publicación depende de una serie de !ariables $ormales: por e-emplo, tinta e impresión: tamaXo y cuerpo de letra: interlineados y espaciados: tamaXo de los márgenes: etc5tera. Lo legible $acilita la lectura, La legibilidad es un $acilitati!o lectural y concierne a la forma de la publicación. Lo lecturable concierne al contenido. Cuando 5ste es interesante, nutriti!o, di!erso y no!edoso, y cuando además ha sido bien prosado por el autor, con $luide y elegancia: cuando la obra tiene las cualidades antedichas, entonces es lecturable. Espero 1ue la presente Miscelánea #umanística sea lecturable. #eclaro sinceramente esta esperana, aun1ue s5 muy bien 1ue el 1ue !i!e de esperanas muere en ayunas. Marco Aurelio Denegri H unio S>
I Introducción a la cinesiología La ciencia de los mo!imientos Qo el tratado de ellosQ se llama cinesiología, o cinésica, como dice &irdYhistell, pero de ninguna manera cinesis, como dice la traductora del libro de Flora #a!is, La $omunicación no %erbal , 1ue además nos endilga &ine y &inema, y resulta así greciante por ignorancia=WD. Como el neologismo cinésica no ha tenido acogida ni di$usión, 1ued5monos con el !ocablo cinesiología' del griego &inesis, o sea cinesis, !ale decir, mo!imiento, y (logia, esto es, ciencia, tratado O(logia es la $orma su$i-a del griego lógos, palabra, pensamiento, raónT. La cinesiología es la ciencia de la epresi!idad humana. Podemos decir 1ue en general e1ui!ale a lo 1ue antes se llamaba psicología del gesto, es decir, psicología de los mo!imientos del rostro, de las manos o de otras partes del cuerpo con 1ue se epresan di!ersos a$ectos del ánimo.
La alabra escrita! la alabra hablada " la alabra a ctuada #ecía Goethe 1ue la palabra escrita es simple substituto de la palabra hablada: y es cierto. Pero habría 1ue preguntarse si la palabra hablada es mani$estación cabal de todo lo 1ue realmente 1ueremos decir. 9o parece 1ue con la sola palabra hablada podamos decir todo lo 1ue 1ueremos. 9ecesitamos, pues, para completar nuestro decir, de gestos y ademanes, mo!imientos y actitudes, muecas, !isa-es y mohines, guiXos y seXas. Cuando la palabra hablada tiene toda esta para$ernalia gestual y ademánica, entonces se con!ierte en palabra actuada. "abido es 1ue hay pueblos más epresi!os y comunicantes 1ue otros. Por gesticulatorios y ademánicos, los italianos epresan y comunican más 1ue los alemanes o los ingleses, por e-emplo. El europeo, en general, se mue!e y gesticula poco al hablar, y por eso, cuando !a al Z$rica, aun cuando conoca la lengua del pueblo 1ue !isita, -amás logra ser cabalmente entendido por los nati!os, cuya epresi!idad somática es opima y hasta espectacular. Para ellos hablar no es solamente pronunciar, sino una concertación cin5tica de la corporeidad toda. )sí ocurre en 9igeria, segn in$orma el gran in!estigador del continente negro, Leo Frobenius. El negro es ritmo, acción, histrionismo. El sacerdote negro del /arlem neoyor1uino 1ue predica el sermón del #omingo de Namos y cuenta 1ue ess entró en erusal5n, caballero en un asno, se monta en el plpito y remeda mara!illosamente la cabalgada. ) un predicador blanco no se le ocurriría nunca hacer eso, raón por la cual
sentimos des!italiada y escasamente atracti!a su pr5dica, por hu5r$ana de esa teatralidad inherente a la negritud.
#ine! cinema " emblema La cinesiología distingue el cine o mo!imiento apenas perceptible, del cinema o mo!imiento mayor o más signi$icante. Los norteamericanos tienen cincuenta o sesenta cinemas para todo el cuerpo, de los cuales treinta y tres corresponden a la cara y la cabea. 3a de suyo 1ue más cinemáticos 1ue los gringos son los bachiches, y más 1ue 5stos, los abetunados compadres de 9igeria, y muchísimo menos 1ue 5stos, los nipones. )hora bien cincuenta o sesenta cinemas representan sólo una mínima parte de los mo!imientos corporales. )*n realidad (escribe +avis(! cada cultura otorga un significado a unos cuantos movimientos anatómicamente posibles para el cuerpo humano. Los ,cinemas- son a veces intercambiables: se puede substituir uno por otro sin alterar el significado. i nos limitamos a las ce/as! un simple al0amiento bilateral epresa a menudo una duda o acent1a una interrogación! pero también puede emplearse para dar énfasis a una palabra dentro de la oración.2 Es !erdad cinesiológica, aun1ue haya por ahí alguna ecepción, y tal !e más de una, 1ue la cultura norma los mo!imientos corporales de ambos seos. "i en nuestra cultura las mu-eres mue!en más las caderas 1ue los hombres y parpadean más lentamente, lo hacen por aprendia-e, no por determinación biológica. Los árabes cierran los o-os como nuestras mu-eres, despacio y sua!emente, y por esto solo seríamos capaces de tildarlos de a$eminados, ya 1ue el cierre ocular pando es, segn creemos, impropio de la !aronía. Impropiedad relati!a, claro está. /ace más de cien aXos 1ue la antropología nos lo !iene enseXando. 8 el mismo 3oltaire, 1ue no era antropólogo, pero sí perspica, culto y desen$adado, lo sabía muy bien. El parisiense, decía 3oltaire, se sorprende al enterarse de 1ue los hotentotes cortan un testículo a sus pe1ueXuelos: pero los hotentotes se sorprenderían más si supieran 1ue en París se conser!a a los niXos los dos testículos. )3arece ser (escribe +avis( que las mu/eres! al menos en el laboratorio! miran más que los hombres! y una ve0 que han establecido contacto visual! lo mantienen por más tiempo. )También hay otras diferencias más sutiles. )Tanto los hombres cuanto las mu/eres miran más cuando alguien les resulta agradable! pero los hombres intensifican el tiempo de la mirada cuando escuchan! mientras que las mu/eres lo hacen cuando son ellas las que hablan.2 Llámase emblema, en cinesiología, el mo!imiento corporal 1ue tiene signi$icado preestablecido, como el ademán del deg[ello o el ademán del !ia-ante en auto4stop, lo 1ue !ulgarmente se conoce como)tirar dedo2. En este terreno se echa de !er tambi5n la relati!idad cultural: !erbigracia, consid5rase mala educación sacar la lengua en 2ccidente, pero en el sur de la China,
sacarla denota turbación: en el 0ibet, cort5s de$erencia: y los isleXos de las Mar1uesas la sacan para negar. En Ceilán, segn Chau!elot, mo!er la cabea de derecha a i1uierda no signi$ica, como entre nosotros, negación, sino lo contrario a$irmación.
E$resión oral " mo%imiento cororal )$ada ve0 que una persona habla (observa +avis(! los movimientos de sus manos y dedos! los cabeceos! los parpadeos! todos los movimientos del cuerpo coinciden con ese compás. )5esulta interesante saber que este ritmo compartido se altera cuando hay algunas enfermedades o trastornos cerebrales. Los esqui0ofrénicos! los ni6os autistas! las personas afectadas por el mal de 3ar&inson! epilepsia leve o afasia! y los tartamudos! están fuera de sincronía consigo mismos. )La mano i0quierda puede seguir el ritmo del discurso! mientras que la derecha está completamente desfasada. *l resultado! tanto en la vida real cuanto en las películas! es una fuga0 impresión de torpe0a! una sensación de que algo no funciona en la forma en que se mueve el individuo.2 )rritmia cin5tica 1ue por otra parte impide la sincronía interaccional. )La sincronía interaccional (dice +avis( resulta difícil de creer hasta que no se la ve en películas! puesto que en la vida real se produce generalmente en forma demasiado velo0 y sutil para ser captada. )e produce continuamente cuando se conversa. 7unque puede parecer que el que escucha está sentado perfectamente quieto! el microanálisis revela que el parpadeo de los o/os o las aspiraciones del humo de la pipa están sincroni0ados con las palabras del que habla. )$uando dos personas conversan! están unidas no sólo por las palabras que intercambian! sino por ese ritmo compartido. *s como si fueran llevadas por una misma corriente.2
&i Flora Da%is le"ese el resente escrito Estas noticias y muchas más las presenta Flora #a!is con estilo llano y sencille periodística en su libro La $omunicación no %erbal . #esde luego, si hubiese sido más culta la autora y mayor su espíritu crítico, entonces tendría su obra el adereo y enri1uecimiento 1ue no tiene. Pari$ico inmediatamente. Cuando #a!is se ocupa de la desaprobación 1ue merece en todas las culturas la mirada directa, $i-a y sostenida, no menciona el hecho, por1ue lo ignora, de 1ue tal desaprobación tiene origen mágico, ya 1ue de antiguo se ha temido el ao-o o $ascinación, el in$lu-o mal5$ico 1ue una persona puede e-ercer sobre otra mirándola. )hora bien el srcen mágico de la desaprobación es una eplicación cultural del hecho, pero el !erdadero srcen es natural, o me-or dicho, la a!ersión a la mirada directa, $i-a y sostenida, nos es connatural, es una conducta de fábrica,
innata. Entre los gorilas es igual, y así lo asegura 1uien los conoce me-or 1ue nadie, #ian Fossey. #ice esta notable in!estigadora lo siguiente )3ara ellos =para los gorilasD, al igual que ocurre a menudo en el hombre! la mirada fi/a y directa significa una amena0a.( O#ian Fossey, 8orilas en la 9iebla. &arcelona, "al!at Editores, ". )., >B?@, >>.T Pobretón el no!eno capítulo, dedicado a los ademanes. /a creído la autora 1ue E$ron di-o la ltima palabra sobre el particular. #ebió haber consultado la obra de ??B. =SD #)NB?S. =AD EI&L+EI&E"FEL#0, Iren\us. *l #ombre 3reprogramado . Cuarta edición. Madrid, )liana Editorial, ". )., >B?U. 0ercera parte 'Nituales del !ínculo(, capítulos > y S, concernientes al saludo. =@D F)"0, ulius. *l Lengua/e del $uerpo . 7nd5cima edición. &arcelona, Editorial ]airós, >BBS. =D I9F)90E #7N)M), Isabel. *l Lengua/e del 5ostro y de los 8estos . Madrid, Ediciones iberoamericanas R72N7M, ". )., >B?. =HD M)N)^;9, Gregorio. $rónica y 8esto de la Libertad . &uenos )ires, Librería /achette, ". )., >BU?. c. S 'Psicología del gesto.( =?D M2N)G)", erónimo de. La *presividad #umana . &arcelona, Editorial Labor, ". )., >B@. =BD 2N0EG) 8 G)""E0, os5. Abras $ompletas. Madrid, Ne!ista de 2ccidente _ )liana Editorial, >BA+>B?U, >S tomos. 3II, S>+=SUSD 'Meditación del saludo.( =>D "2NELL, >D H+>HH. Parece 1ue ya nadie escribe esta clase de !ersos.T )#acia el monstruo sentimos miedo o repulsión! pero también un etra6o y salva/e afecto. *l monstruo nos repele! aunque tambi én nos atrae! es decir! ,nos tienta- . Lo monstruoso del monstruo! sea Macbeth OFemando "a!aterTo una tarántula gigante! es que representa nuestra tentación.2
Lo monstruoso como de'ecto biológico Lo monstruoso, como de$ormidad insólita y gra!e, como alteración biológica notoria, no lle!a consigo, aun1ue nos lo pareca, la suma $ealdad como distinti!o o nota esencial. La monstruosidad, propiamente considerada, no es $ea, sino repugnante. 7n niXo con tres braos y dos cabeas, repugna. #e suerte 1ue lo contrario de lo monstruoso no es lo bello.
)Lo monstruoso (dice Artega y 8asset( es un defecto biológico y! por consiguiente! anterior al plano de discernimiento estético. Lo opuesto a ,lo monstruoso- no es ,lo bello-! sino ,lo normal-.2 DE. A. y 8.! O. C.! @@! F=! n.; Eso tambi5n lo sabía, y muy bien, #on Rui-ote. )Bo! ancho (dice +on Gui/ote(! bien veo que no soy hermoso! pero también cono0co que no soy disforme' y bástale a un hombre de bien no ser un monstruo para ser bien querido! como tenga las dotes del alm a que te he dicho.2 D$ervantes! El Ingenioso Hidalgo Don Quiote de la Manc!a ! 3arte @@! c. >.; )7diós! pobre y querida Musa' c1rate. Te abra0o. )Tu MA9T5HA.2 OCarta de Gusta!e Flaubert a Louise Colet, H de abril de >
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El monstruo como creación 'antástica Nespecto al monstruo, no ya como $enómeno biológico, sino como creación $antástica, hemos de tener en cuenta dos cosas en primer lugar, la magnitud, y en segundo lugar, la combinación de especies. La monstruosidad puede ser por de$ecto o por demasía. 7n gorila, por e-emplo, tiene, poco más o menos, la estatura del hombre: pero ]ing ]ong, 1ue no es un simio normal, sino un monstruo, mide 1uince metros de alto. Es un monstruo por eceso. Pero un gorila de diecisiete centímetros de alto sería tambi5n monstruoso, sólo 1ue por de$ecto: y desde luego ya no daría miedo, sino risa, o lo 1ue es peor, lástima. O) propósito 3oltaire decía, con mucha raón, 1ue es me-or dar en!idia 1ue lástima.T Generalmente, cuando hablamos de monstruos, nos re$erimos a los monstruos por eceso, por demasía, a los monstruos de gran magnitud: !erbigracia, )1ueronte, el monstruo 1ue menciona &orges en su Manual de Ioología "antástica, 1ue era tan grande como una montaXa y en cuya boca podían entrar tran1uilamente nue!e mil personas. 7na constante, pues, en la historia de las criaturas monstruosas, es el gigantismo o titanismo, el sobredimensionamiento de las producciones teratológicas. Monstruos los ha habido desde la más remota antig[edad, desde 1ue el hombre primiti!o, aterroriado por las $ueras de la 9aturalea, las personi$icó en seres desmesurados y colosales. Este patente colosalismo se echa de !er en los bestiarios y en general en la teratología. Para mo!er, dice /omero, la roca 1ue está ante la cue!a del cíclope Poli$emo Qel monstruo 1ue tiene un solo o-o en la $renteQ, no habrían bastado )mil y dos carretas! altas de cuatro ruedas2. La otra constante teratológica es la combinación de especies . El hibridismo monstruoso es tan impresionante como los mismos monstruos. El grifo, por e-emplo, era un animal 1ue tenía la parte superior de águila y la in$erior de león, con larga cola de reptil. Combinaba tres especies. Pero cuando ya no era simplemente gri$o, sino hipogrifo, sumaba a las tres especies dichas, el caballo, de
modo 1ue el hipogri$o era la combinación de cuatro especies. El hipogri$o era mitad caballo y mitad gri$o. La esfinge tenía cabea y busto de mu-er, y cuerpo y garras de león, y además era alada. El dragón tenía cuerpo de serpiente, garras de león y alas de águila. Era $iero y !ora, y despedía olor pestí$ero. El minotauro era mitad toro y mitad hombre, se alimentaba de carne humana y residía en el Laberinto de Creta. Las arpías tenían cabea humana, ore-as de oso y cuerpo de a!e de rapiXa. Eran las encargadas de lle!ar las almas de los muertos al otro mundo. Los monstruos son, pues, colosales, en muchos casos, y en otros, híbridos impresionantes. El colosalismo y el hibridismo son dos constantes teratológicas.
Areciación sicológica Cirlot, en su +iccionario de ímbolos , al tratar de los monstruos, dice 1ue 5stos aluden a las potencias in$eriores constituyentes de los estratos más pro$undos de la geología espiritual, )desde donde pueden reactivarse (como el volcán en erupción( y surgir por la imagen o la acción monstruosa2 . Lo cual ocurre cuando el hombre primiti!o se apodera del timón del alma. )*l hombre primitivo (decía te&el( nos acecha todo el día para apoderarse del timón del alma.2 DJilhelm te&el! Cartas a una Madre! K>F.; Ese hombre primiti!o=>D es nuestro )hermano tenebroso2, el mister /yde 1ue todos lle!amos dentro, )la ombra2 1ue ung mienta en sus escritos, tanto más negra y espesa cuanto menos incorporada en nuestra !ida consciente. Mani$i5stase, por e-emplo, en la proter!ia y !ilea, en los arran1ues col5ricos y en los arrebatos estrepitosos de la ira, en la conducta ruin y miserable, en la roXería y me1uindad, en la ignominia y ba-ea. Neptase a ung por primer aplicante de la !o sombra a la realidad psicológica reci5n descrita. Ignoro si 5l creyó serlo, pero s5 positi!amente 1ue muchísimos aXos antes 3íctor /ugo $ue usuario del mismo nombre y con pare-o propósito, segn mención de )micis en el retrato 1ue nos ha de-ado del incomparable autor de Los Miserables. )Tiene (dice( fa0 leonina. $uando abre la boca parece que va a salir de allí un rugido! y cuando levanta el robusto pu6o parece que no ha de ba/arlo más que para triturar alguna cosa. *n aquellos momentos se lee en su semblante la historia de todas sus luchas y todos sus dolores! la tenacidad férrea de su naturale0a! los negros fantasmas de su imaginación! sus for0ados! sus féretros! sus iras! sus odios' toda ,la sombra-! como diría él! todo ,el lado negro- de sus obras.N D*dmundo de 7micis! @deas sobre el 5ostro y el Lengua/e! OOBU?, #omo Ludens, es decir, #ombre Ludiente! #ombre Eugante. 8 en segundo lugar, la obra de Noger Caillois, publicada !einte aXos despu5s de la /uiinga y 1ue se titula Teoría de los Euegos.
El .uego! seg/n uiinga Mal haríamos si no reconoci5semos lo 1ue tiene de srcinal e in$ormati!o el aporte ldico de /uiinga: pero tambi5n es opinable: lo cual, por supuesto, resulta insorprendente. En ciencia, y en general en los tratados y ensayos relati!os a cual1uier materia, toda contribución es en principio discutible, y si no se la discute es por1ue no ha sido leída o por1ue ha sido leída por un ignorante. #omo Ludens es discutible, entre otras cosas por1ue su autor se ocupa principalmente del -uego agonal, 1ue es una de las clases de -uego. La !erdad es 1ue este ilustre pro$esor de Leyden se enamoró del tema y llegó a considerar 1ue el -uego era como #ios, presencia ubicua, realidad di$luente, o como se dice en ing l5s, pervading , segn /uiinga., o an más en$áticamente, all4pervading. El -uego es all4 pervading El -uego se aprecia en la religión, en la msica, en la poesía, en el uso de la peluca, en todo. 8 el -uego no es, para /uiinga, producto cultural: antes bien, la cultura surge en $orma de -uego: la cultura, al principio, se -uega. La competición y la ehibición no emergen de la cultura como di!ersiones, sino 1ue más bien la preceden. 8 al paso 1ue para la cultura el -uego agonal es $ecundo, siente /uiinga 1ue el indi!idual, el 1ue -uega el indi!iduo nicamente para sí, no lo es. 9o una sino !arias !eces de$ine /uiinga el -uego, adecuando en cada caso la de$inición al punto en 1ue está en$rascado. Las de$iniciones, si bien distintas, no lo son completamente: conser!an elementos comunes. 3eámoslas.
Primera de'inición )+esde el punto de vista de la forma! se puede definir el /uego! en breves términos! como una acción libre! sentida como ficticia y situada al margen de la vida cotidiana' capa0! sin embargo! de absorber totalmente al /ugador' una acción desprovista de todo interés material y de toda utilidad! que acontece en un tiempo y en un espacio epresamente determinados! se desarrolla seg1n reglas establecidas y suscita en la vida las relaciones entre grupos que! deliberadamente! se rodean de misterio o acent1an mediante el disfra0 su etra6e0a frente al mundo habitual.2 "i sostu!i5ramos, como se acaba de decir, 1ue el -uego es acción despro!ista de todo inter5s material y de toda utilidad, entonces ecluiríamos de un plumao los -uegos de aar y las apuestas. Menuda eclusión. )demás, si bien es cierto 1ue el -uego, cuando es cenacular, puede rodearse de misterio y secreto, no todos los -uegos son así los hay pblicos, ostentosos y espectaculares. Por ltimo, la de$inición de /uiinga sólo con!iene a los -uegos en 1ue la acción se desen!uel!e como si' el niXo 1ue -uega a los detecti!es como si $uera detecti!e, o el 1ue se monta en un palo y lo cabalga como si $uera un caballo: etc5tera. Pero no en todos los -uegos actan los -ugadores como si.
&egunda de'inición )*l /uego es una acción o una actividad voluntaria! reali0ada dentro de ciertos límites fi/os de tiempo y lugar! seg1n reglas libremente consentidas! pero absolutamente imperiosas' acción que tiene su fin en sí misma! acompa6ada de un sentimiento de tensión y /1bilo y de la conciencia de ser de otro "odo que en la vida real2 En la primera de$inición había dicho /uiinga 1ue el -uego era acción libre: en la segunda dice 1ue es !oluntaria. 0al !e haya 1uerido signi$icar lo mismo, por1ue aparentemente se re$iere a la libertad de la !oluntad. )hora bien, en este sentido, la libertad es la propiedad 1ue tiene la !oluntad de no estar determinada en sus actos, ni desde dentro ni desde $uera. )l acto libre precede una deliberación en la cual el entendimiento pesa los moti!os 1ue puedan inclinar a la !oluntad en un sentido o en otro. En todo acto libre es necesario 1ue la !oluntad se decida sin estar determinada irresistiblemente por ningn moti!o, por1ue si no el acto no sería libre. "abido es 1ue los deterministas admiten la in$luencia irresistible de los moti!os y niegan por eso la libertad, por1ue suponen 1ue la !oluntad obra siempre determinada por algn moti!o. /abría 1ue preguntarse, sin embargo, con respecto al -uego in$antil, si los niXos someten el acto de -ugar a pre!ia deliberación, para a!eriguar si !an a -ugar o no. ersild, especialista en psicología in$antil, mani$iesta sobre el particular lo siguiente
)*l /uego del ni6o es una ocupación seria. 8ran parte del traba/o de la infancia se hace por medio del /uego' ésta es una actividad que reali0a el ni6o #or$ue la necesita! porque es suficiente y remuneradora por sí misma.2 "i el niXo -uega porque necesita /ugar, entonces su acción ldica no es libre, ya 1ue está determinada por la necesidad, o sea por un impulso irresistible 1ue hace 1ue las cosas obren in$aliblemente en cierto sentido. Consciente /uiinga de esta ob-eción, sostiene 1ue el niXo y el animal -uegan por1ue encuentran gusto en ello, y en esto consiste precisamente su libertad . Con lo cual hace consistir la libertad en el e$ecto placentero de su acción, desentendi5ndose sagamente de la determinación o indeterminación de 5sta. Por otra parte, conocemos el caso de -ugadores 1ue no pueden de-ar de -ugar, 1ue están en!iciados con el -uego y 1ue son capaces de -ugarse hasta la camisa. El gran #ostoie!si era un -ugador así. Nen5 F[lop+Miller publicó al respecto un estudio titulado Dostoie%s&i a" 'oulette D+ostoievs&i en la 5uleta T. Estos -ugadores, e!identemente, no son libres, por la imperiosa necesidad 1ue los acicatea a -ugar: el suyo no sería, pues, -uego, ni ellos -ugadores, puesto 1ue lo 1ue hacen está, no simplemente determinado, sino !iolentamente determinado. Podríamos tildarlos de neuróticos compulsi!os: pero, desde luego, tanto el patologiarlos cuanto el trámite epediti!o de eliminarlos del área ldica, se prestan a mucha discusión. )l no mencionar /uiinga, en su segunda de$inición del -uego, la despro!isión, atribuida en la primera, de todo inter5s material y de toda utilidad, admite tácitamente los -uegos de aar y las apuestas. Por otra parte, 1ue la acti!idad ldica se desen!uel!a dentro de ciertos límites espacio+temporales y segn reglas, esto !ale naturalmente para muchos -uegos, pero es inaplicable a otros: por e-emplo, el -uego de la cometa, las palabras cruadas, el rompecabeas, el sube y ba-a, el tobogán, el hula+hula, el bolero, etc5tera.
1ercera de'inición )*l /uego es una acción que se desarrolla dentro de ciertos límites de tiempo! espacio y sentido! en un orden visible! seg1n reglas libremente aceptadas y fuera de la esfera de la utilidad o de la necesidad material. *l estado de ánimo que corresponde al /uego es el arrebato y entusiasmo! ya sea de tipo sagrado o puramente festivo! seg1n que el /uego sea! a su ve0! una consagración o un regoci/o. La acción se acompa6a de sentimiento de elevación y de tensión y conduce a la alegría y al abandono.2 /uiinga reintroduce, en esta de$inición, la supuesta despro!isión de lo utilitario, ecluyendo, por consecuencia, los -uegos de aar y las apuestas. 3uel!e a cometer, pues, el error cometido en la primera de$inición e incometido en la segunda. Finalmente, es cierto 1ue en algunos -uegos el -ugador se arrebata y entusiasma: pero en otros no, como el a-edre, 1ue es un -uego 1ue llamaremos cerebral, de recogimiento y concentración.
El .uego! seg/n #aillois El ludólogo $ranc5s Noger Caillois de$ine el -uego de la siguiente manera )*l /uego es una actividad: ; Li(re) a la cual el /ugador no podría obligarse sin que el /uego pierda en seguida su naturale0a de diversión atractiva y alegre' O; Se#arada) circunscrita a límites de espacio y tiempo precisos y fi/ados de antemano' F; Incierta) cuyo desarrollo no podría determinarse! ni conocerse previamente el resultado! pues cierta lentitud en la necesidad de inventar debe obligatoriamente de/arse a la iniciativa del /ugador' R; I"#roductiva) que no crea bienes! ni rique0a! ni elemento nuevo de ninguna clase' y! salvo despla0amiento de propiedad en el seno del círculo de /ugadores! acaba en una situación idéntica a la del comien0o de la partida' ; 'egla"entada) sometida a convenciones que suspenden las leyes ordinarias y que instauran una legislación nueva! que es la 1nica que cuenta' BH, cuando el periodista Manuel ess 2rbegoo in$ormó de ella denunciatoriamente en el diario *l $omercio , llamando 'Pampones del oprobio( a los corrales grandeso pampones donde se e-ercía. Cuatro aXos despu5s hubo otra denuncia, y muy posteriormente, en >BB, cuando se supo 1ue la putería al aire libre se practicaba a la !ista y paciencia de todo el mundo en las inmediaciones de nuestro primer aeropuerto, el Canal A le dedicó un in$orme pintoresco y truculentoide 1ue causó la indignación !oci$erante de los campeones de la moralina. &ien: pero me-or !ayamos por partes y cucharadas. 2rbegoo mani$estaba entonces, hace alrededor de cuarenta aXos, entre otras cosas lo siguiente )La pampa más conocida es la que queda a espaldas del +epósito de la firma comercial ,ears-! a dos o tres metros sobre el nivel de la carretera a $hosica! y muy contigua al #ospital an Euan de +ios.2 En la otra denuncia, en la de >BHA, $irmada por orge 2rtega 9egreiros y 1ue se publicó en = +ías del 3er1 y del Mundo, el denunciante se epresaba así )*l espectáculo es de todos los días: inmundas covachas! levantadas con adobes y desperdicios! y las ,Zocas pintadas- que ehiben su ,mercadería- a sus clientes con gestos y ademanes lascivos.2 #espu5s, el autor determina de modo preciso el sitio del espectáculo )Lo que narramos se puede ver a diario en las cercanías de la urbani0ación Los auces! en la margen i0quierda de la 3anamericana ur. 7hí! frent e al 1ltimo paradero de la Línea ! hay unos matorrales que se etienden sobre terrenos que pertenecieron a la antigua #acienda %ásque0.2 Imaginarán $ácilmente los lectores 1ue el trámite copulatorio, tanto en co!achas cuanto al aire libre, era siempre bre!e y rápido, epediti!o.
Las *ama"runas+ )ntecedente mucho más antiguo 1ue los reci5n dichos es el incaico. #e-emos 1ue Garcilaso nos in$orme debidamente sobre el particular. )5esta decir de las mu/eres p1blicas! las cuales permitieron los @ncas por evitar mayores da6os. %ivían en los campos! en unas malas cho0as! cada una de por sí y no /untas. 9o podían entrar en los pueblos por que Kpara que no comunicasen con las otras mu/eres.
)Llámanlas ,pampayruna-! nombre que significa la morada y el oficio! porque es compuesto de ,pampa-! que es pla0a o campo llano Dque ambas significaciones contiene;! y de ,runa-! que en singular quiere decir persona! hombre o mu/er! y en plural quiere decir gente. )Euntas ambas dicciones! si las toman en la significación de campo! ,pampayruna- quiere decir gente que vive en el campo! esto es! por su mal oficio' y si las toman en la significación de pla0a! quiere decir persona o mu/er de pla0a! dando a entender que! como la pla0a es p1blica y está dispuesta para recibir a cuantos quieren ir a ella! así lo están ellas y son p1blicas para todo el mundo. *n suma! quiere decir mu/er p1blica.2 D Co"entarios! Libro @%! capítulo R.; uan os5 3ega cuestiona seriamente las ase!eraciones de Garcilaso y dice 1ue 5ste incurrió en con$usión. )Lo más probable Qa$irma 3egaQ es que 8arcilaso confundiera con prostitutas a las mu/eres liviana s! ligeras o sencillamente libres! que las hubo en el @ncario! como en el resto del mundo.2 Ouan os5 3ega, 7na con$usión de Garcilaso la prostitución en el Incario. Tipshe, Ne!ista de la Facultad de /umanidades de la 7ni!ersidad 9acional Federico 3illarreal. Lima, S, >>, >.T
Factores Considero 1ue hay cinco $actores, o elementos, o causas, de la prostitución al aire libre: a saber >T la inmediate: ST la desrutiniación de la !ida seual: UT el atracti!o del peligro: AT el atracti!o de lo ba-o: y @T la baratura.
La inmediate La !enta-a de la inmediate es una de las principales del 1uehacer ambulatorio, de la acción al paso. El acceso pronto y rápido, sin trámites ni papeleos, sin colas interminables, sin puertas 1ue se abren y 1ue se cierran, todo ello constituye el primer atracti!o de la prostitución al descubierto y se a!iene per$ectamente con el hecho de 1ue la urgencia seual demanda de una satis$acción inmediata e impostergable. Nobert Lindner, autor de 5ebelde sin $ausa, y además psicoanalista, ha dicho 1ue el psicópata puede esperar. )hora bien psicopáticas la persona dominada por elaun1ue impulsopor seual, poseída por no eros, presenta características de conducta, lo demás se trate de una persona normal. La prostitución al aire libre $acilita esta demanda premiosa de la libido.
La desrutiniación de la %ida se$ual La prostitución a cielo abierto atrae tambi5n a 1uienes desean sacudirse de la rutina seual, 1ue es ine!itable entre cónyuges y 1ue termina si5ndolo en pare-as no maritales si la relación se prolonga demasiado. #e suerte 1ue en lugar de copular entre cuatro paredes y sobre una cama, los rutiniados, con!enientemente mo!idos por ánimo desrutiniante, buscan copulaciones
di$erentes por el lugar de su realiación: !erbigracia, en el suelo, en un pampón, o en una an-a, o en la punta del cerro, o 1uiá, sel!áticamente, en una canoa, en las llamadas )canoas del placer2, acerca de las cuales publicó La 5ep1blica, hace !arios aXos, un in$orme bien documentado, con $otos y todo. Los buscadores más osados de no!edades tratarán de imitar a los mongoles, 1ue son grandes -inetes, diestrísimos, para 1uienes es solencia copular mientras cabalgan.
El atracti%o del eligro Muchas personas se sienten atraídas por el peligro y !erdaderamente lo ansian: cuanto mayor sea el peligro, tanto me-or para ellas. La prostitución de los pampones, al aire libre, es e!identemente peligrosa por ser $oco patógeno indubitable y $orma primaria de epresión seual. #esconócense absolutamente en ella hasta las reglas más elementales de higiene. Pero esto, curiosamente, no resulta un disuasi!o, sino al contrario, un atracti!o para mucha gente, 1ue con la misma irresponsabilidad con 1ue se re!uelca en el suelo con una puta pampera o pampeXa, estaría igualmente dispuesta a -ugar a la ruleta rusa, -ustamente por1ue es un -uego peligrosísimo, de !ida o muerte. En la clasi$icación de los -uegos, epuesta por el ludólogo $ranc5s Noger Caillois, el de la ruleta rusa y el de la copulación a cielo descubierto, serían una combinación de álea, -uego de apuesta, y de ilin, -uego de !5rtigo y gran riesgo.
El atracti%o de lo ba.o /ay un hecho, per$ectamente acreditado por la ciencia y por la historia, y por la misma eperiencia de tantísima gente, y 1ue consiste en sentirse atraído por la degradación y la ba-ea, por el encanallamiento de la eistencia: es la $ascinacíon 1ue e-erce o 1ue puede e-ercer el lodo, el $ango, el abismo y la sima. 8 esto lo han sentido grandes literatos y artistas. 7n no!elista inmenso como Flaubert se sentía es atraído por lo otro ba-o.e-emplo ) -uicioaducible, de Flaubert, lo ba-o lo sublime. 0oulosse+Lautrec al respecto y unenpoco de eiste lo mismo, o un mucho, se puede descubrir tambi5n en el gran #ostoie!si. Lo ba-o de la prostitución al aire libre, su increíble sima, es precisamente un atracti!o para mucha gente, no un disuasi!o. Gente o acaso gentío 1ue con$orman los buscadores de lo inusual, 1ue así como sesionan con una puta de pampón, buscan despu5s el e1ui!alente barrioaltino o ba-opontino de 'Lul, la Pata de Palo(, mentadísima ramera $rancesa cuyo caso ha re$erido el ilustre -ue del "ena, Marcel "acotte, y 1ue tiene, en e$ecto, una pata de palo, una prótesis lignaria, una pierna de madera, y por esto solo es muy solicitada y su pblico es cada !e más considerable.
La baratura Finalmente, esta $orma de prostitución, a campo raso y a la intemperie, es barata: el cliente abona a la o$ertante cinco soles, y como dicen los moos de restaurante )Pale calienteQ2 Cinco soles, empero, no es tan barato. 7no puede comprar con cinco soles, o para ser eactos, con cinco soles y cuarenta c5ntimos, tres mens completos en un Club de Madres. 4Ru5 será pre$erible, oh, caros lectores, una !aciadita rapidol en un pampón, o tres mens bien despachados6 8o pre$eriría esto ltimo, claro está, pero ad!ierto a un tiempo 1ue )de g1stibus et colóribus non est disputándum2.
3II El E'ecto #olón [e conocían demasiado para tener esos arrebatos de la posesión que centuplican el goceN OFlaubert, Madame Zovary, UA>.T
La atracción de la no%edad La emoción de descubrir tierra incógnita, el deslumbramiento por la tierra nue!a reci5n descubierta, el inter5s del hallago, la atracción de la no!edad, el acicate de lo distinto, todo esto, como sabemos, lo !i!ió Colón. El suyo $ue, pues, un estado emocional de intensa ecitación y -bilo: lo 1ue los psicólogos llaman elación y /obbes llamaba gloria.
La 'amiliariación Pero a medida 1ue Colón se $ue $amiliariando con lo 1ue había descubierto, su entusiasmo inicial $ue paulatinamente decayendo, por1ue uno no se deslumbra ni se entusiasma ante lo 1ue !e todos los días y a cada rato. La $amiliaridad y la cotidianidad, lo usual, lo sólito, lo 1ue en Polinesia llaman noa, hace 1ue nuestro inter5s decreca y apenas es probable 1ue nos mue!a !i!amente lo 1ue ya conocemos y poseemos, a1uello a lo 1ue estamos acostumbrados. Necu5rdese, a este propósito, la !irtud redondeante de la costumbre. #ice muy bien os5 Ferrando, en su libro 3anorama hacia el 7lba , 1ue la costumbre redondea las cosas, las lubrica y desarista, las pone lisas y pare-itas, sin bordes ni puntas, sin ele!aciones.
E.emlo e$trase$ual del E'ecto #olón El E$ecto Colón se echa de !er prácticamente en todos los dominios y terrenos, pero sobre todo en el terreno seual, donde se le aprecia con meridiana claridad. "in embargo, !eamos primeramente un e-emplo etraseual de este $enómeno. En la autobiogra$ía de Nichard Leaey, reci5n leída por el 1ue esto escribe, dice el paleontólogo de ]enia, tal !e el paleontólogo más $amoso del mundo y cuyos hallagos, como saben todas las personas cultas, es decir, las 1ue me leen, y cuyos hallagos, digo, han sido sensacionales, en la autobiogra$ía de este persona-e, repito, leemos 1ue Leaey desenterró su primer $ósil cuando tenía seis aXos de edad.
)7quella (refiere Lea&ey( era la primera ve0 que sentía la incomparable sensación de descubrir algo que llevaba sepultado cientos de millones de a6os.2 DLea&ey! 5ichard *. Lea&ey! O?.; "in embargo, en el mismo párra$o, Leaey con$iesa lo siguiente, y esto me parece $undamental. #ice )La sensación que se eperimenta al hallar un fósil ya no representa una novedad para mí.2 Claro, despu5s de tantos aXos de estar desenterrando $ósiles todos los días, Leaey ha sido !íctima, no podía de-ar de ser !íctima, tenía 1ue ser !íctima, del E$ecto Colón.
El E'ecto #olón en el terreno se$ual #ecía 1ue el E$ecto Colón se obser!a clarísimamente en el terreno seual. 8 así es, e$ecti!amente. Por e-emplo, la $recuencia coital de las pare-as reci5n casadas tiende a ser considerable durante los primeros meses de !ida marital, pero luego disminuye, y cada !e más. El hombre se desinteresa primero y con mayor rapide, pero la mu-er tambi5n se desinteresa. Los seos di$ieren al respecto cuantitati!amente, no cualitati!amente. #os son las causas eplicati!as del desinter5s seual. La primera es 1ue el estímulo erótico desgasta $ácilmente: el estímulo erótico es, entre todos los estímulos, el 1ue se desgasta con mayor $acilidad y prontitud. La segunda causa es 1ue la relación de pare-a implica la $amiliariación de la pare-a, y cuando 5sta les casada, la $amiliariación de los cónyuges: y la $amiliariación antierótica. El antropólogo ?, S? de agosto, ?b.T )$uando comien0a a hablar puede continuar hasta el amanecer. 3uede comparársele a un valioso instrumento que suena ante la menor vibración. *l más leve estremecimiento consigue levantar de su espíritu las capas que ocultan vetas de oro' su conversación se llena de colorido y su alma centellea' una imagen sigue a otra y! en fin! a una comparación inesperada otra la sustituye.2
)e ha hablado mucho sobre el arte y la manera que tenía Lautrec para epresarse' era un estilo tan propio y tan convincente que poco a poco lo aceptaban los que le rodeaban. iempre que habla! aparece en él el clásico meridional! aunque no en su forma eterior ni en su entonación' estos signos los ve complacido en los demás! sin darse cuenta de que él mismo habla maravillosamente bien' su estilo penetra e ilustra. Muchas de sus ocurrencias están todavía en boga! aun cuando otros se las atribuyan. *n sus charlas' se6ala la parte cómica de un acontecimiento' con frecuencia suprime verbos o partes no esenciales de la frase! lo cual parece a veces e/ercicios de precisión' y si le es posible! procura epresar un hecho o un estado de ánimo por medio de un sustantivo. La persona que habla y pretende hablar siempre de esta manera! ha de poseer una inmensa rique0a léica para conseguirlo. 9osotros hoy en día no podemos imaginarnos la fuer0a de convicción y el colorido de su lengua/e! pues no contamos con la época de entonces! las circunsta ncias! su entonació n y su rostro. e dice que en aquello que eponía a sus amigos se encontraba un \scar Jilde KK]! y lo mismo se decía de téphane Mallarmé. e han perdido muchos valores al no haber podido conservarse la mayoría de las charlas de Lautrec.2 OGotthard edlica, Toulouse4Lautrec. Madrid, Ediciones Nialp, ". )., >B@, ?S, BU+ BA.T
oseh oebbels =>?BG->B@C )$omo orador! #itler tenía defectos notorios. *l timbre de su vo0 era estridente! muy diferente del bello tono de la vo0 de 8oebbels.2 O)lan &ulloc, #itler. Cuarta edición. &arcelona, Ediciones Gri-albo, ". )., >BH>, I, UB>.T
#oda Montaigne y &alac tenían buenas !oces, por lo sonoras, pero no eran !oces bellas. La de Montaigne, dice Gide, era )vo0 alta y sonora2 , y el autor de los $amosos . Ensayos )hablaba con facilidad y siempre con vehemencia! agitándose mucho al hablar2 O)ndr5 3ensamiento %ivosegn de Montaigne edición. &uenos )ires,metálica, Editorial Losada,Gide, ". ).,*l >BAA, >U.T &alac, Gautier,. "egunda 'poseía una !o llena, sonora, de un timbre rico y potente, 1ue sabía moderar y hacer sua!e en caso necesario(. O0eó$ilo Gautier, Madama de 8irardin y Zal0ac. &uenos )ires, Editorial Glem, >BAU, >S+ >SH.T La vo0 del héroe Miguel 8rau no se correspondía con sus facciones. +on Manuel 8on0ále0 3rada se refiere a este punto en los términos siguientes: )u cerebro discernía con lentitud! su palabra fluía con largos intervalos de silencio! i su vo0 de timbre femenino contrastaba notablemente con sus facciones varoniles i toscas.2 OManuel Gonále Prada, Abras. Prólogos y notas de Luis )lberto "ánche. Lima, PE0N2PEN, Ediciones Cop5, >B?@+>B?B,>, ?U.T
7na de las acepciones del ad-eti!o sordo es )que suena poco o sin timbre claro2 . Pues bien la !o de Fiódor O0eodoroT Mi-áilo!ich #ostoie!si, el gran no!elista ruso, era )levemente sorda2, dice su biógra$o Nicardo &aea, )y un tanto estridente y chillona cuando se irritaba2. OF. M. #., Las 3obres 8entes Y 3rohartchin . 0raducción de Fernando &. Martos. 9ota Preliminar de Nicardo &aea. &uenos )ires, Emec5 Editores, ". )., >BA@, A.T Moart tenía !o de tenor y un hablar 1uedo, o sea tran1uilo, sosegado y 1uieto: 1uietud 1ue sólo ocasionalmente se interrumpía cuando los ensayos or1uestales no eran de su complacencia: entonces pro$ería una eclamación. O $f. )rthur /utchings, Mo0art. &arcelona, "al!at, >B?, S>.T 9ietsche hablaba tambi5n sua!emente. )u risa era leve Qdice su amiga, Lou )ndreas "alom5Q, y nunca al hablar elevaba el tono.2 OLou )ndreas "alom5, 9iet0sche. Cuarta edición. Madrid, Grupo Cultural %ero, >B?, UH.T )3enetrante y chillona2, dice ]orsi, era la !o de Cl5o de M5rode, $amosa bailarina de l a Zelle ^poque , ante cuyos encantos sucumbió enamoradísimo Leopoldo II, de &5lgica. O $f. #emetrio ]orsi, '7na entre!ista con Cl5o de M5rode(. Mundial, >BU>, >>@@A, =A>D.T 3o aguda era la de )braham 3aldelomar, una !o atiplada, a$lautada. D$f. Luis )lberto "ánche, %aldelomar o La Zelle ^poque . M5ico, Fondo de Cultura Económica, >BB, >, ?H.T 3o desapacible $ue tambi5n la de os5 Carlos Mariátegui, y acaso más desagradable 1ue la de 3aldelomar, por1ue llegaba a ser chillona. O $f. Luis )lberto "ánche, Testimonio 3ersonal. Memorias de un peruano del siglo __. Lima, Ediciones 3illasán, >BB, I, SB.T El historiador $ranc5s ules Mancini, en su obra Zolívar et l-*mancipation des $olonies *spagnoles , dice 1ue el Libertador tenía )vo0 aguda y sonora2. D Cf. N=u$inoD &lanco+Fombona, Mocedades de Zolívar. *l héroe antes del heroísmo. Lima, Ediciones 'Libertadores de )m5rica(, ". N. Ltda., >B?U, >>>.T Tiple es la más aguda de las !oces humanas, propia especialmente de mu-eres y niXos. Enrico Ferri O>?@+>BSBT, criminalista y político italiano, tenía una !o aguda y sopránica, tiplesca o atiplada y recordatoria de la 1ue caracteriaba a los cantantes castrados de la Capilla "itina. )"erri es un orador etraordinario (dice @ngenieros(! es el talento en acción. Tiene un físico altivo! hermosamente dominador. u vo0 está poblada de infleiones que dan todos los matices de la pasión! no obstante su timbre atiplado! más propio de $apilla itina que de asamblea revolucionaria2. DEosé @ngenieros! @talia en la $iencia! en la %ida y en el 7rte. %alencia! ". empere y $ompa6ía! *ditores! Ks. a. Dcirca ?V>;! RB>S y la obra reci5n dicha tu!o considerable acogida y enorme di$usión hace medio siglo.
El caso de Mussolini #ice Carrel, hablando de la talla, 1ue en general los indi!iduos más sensibles, despiertos y resistentes, no son grandes: y otro tanto ocurre con los hombres de genio Mussolini era de talla mediana y 9apoleón era pe1ueXo. )sí se epresa Carrel en el tercer capítulo de su libro: y en el s5ptimo, al re$erirse a )los grandes conductores de pueblos2, menciona particularmente a tres C5sar, 9apoleón y Mussolini. El ilustre cientí$ico $ranc5s admiraba a &enito )milcare )ndrea Mussolini, y lo admiraba tanto, 1ue lo tu!o por genio. 8o he leído dos biogra$ías de Mussolini la de Margherita "ar$atti y la de Gio!anni de Luna: y además las con!ersaciones entre Mussolini y Emil LudYig. Mi impresión, en resumidas cuentas, es 1ue Mussolini era talentoso y auda, pero no genial. 0res $ueron, a -uicio de "ar$atti, las características de su personalidad la ambición, la grande0a y el desprecio. La grandea era para Mussolini metro y esencia, aun1ue al $inal no supo ser grande. 9o habremos de pedir, ciertamente, a todos los -e$es y caudillos de nombradía, grandea en el acabamiento, pero sí consecuencia, por1ue de lo contrario no sería la suya terminación digna ni condigna. ) lo 1ue !oy es a esto por haber pro$esado Mussolini el culto de la !irilidad, debió tener un $inal acorde con esa pro$esión un $inal de macho. Pero no: cuando los guerrilleros de la Nesistencia lo prendieron, Mussolini se acurrucaba, escondi5ndose, en el $ondo de un camión de las $ueras armadas alemanas.
El acabamiento eserable de Loe de Aguirre )sí no terminan los !alientes. Los !alientes terminan como Lope de )guirre, por e-emplo, 1uien tu!o la consecuencia y la elegancia, 1ue otros bra!ucones no tienen, de en$rentar resueltamente la muerte, de no arrugarse ante ella, segn dice, y bien,
Fernando #ía+Pla-a. O$f. Fernando #ía+Pla-a, +escubrimiento 3articular del 7ma0onas. &arcelona, Plaa f an5s, >BHH, >SA+>
[email protected] El primer arcabuao 1ue le dispararon lo hirió solamente en un muslo. Lope de )guirre sonrió y di-o )*se tiro no vale.2 Inmediatamente recibió otro en pleno pecho. )P^se síQ2, eclamó con !o entrecortada, y cayó. Cayó sin arredrarse ni atemoriarse: antes bien, desa$iante e insolente, como 1uien escupe por el colmillo. )ntes de 1ue lo arcabucearan, tu!o la ocurrencia atro de hundirle en el pecho, a su mismísima hi-a, un puXal, pese a la interposición de la 0orralba. )*ncomiéndate a +ios (le di/o(! que no quiero que! muerto yo! vengas a ser una mala mu/er ni que te llamen la hi/a del traidor.2 8 en diciendo esto, el sanguinario Lope de )guirre hundió su puXal en el pecho de la pobre niXa. 0ampoco se amedrentaron, en absoluto, ante la inminencia de la muerte, Francisco de Car!a-al, Gonalo Piarro y Leoncio Prado.
Francisco de #ar%a.al Francisco de Car!a-al, alias 'El #emonio de los )ndes( O>AA+>@A?T, cortaba pescueos con increíble desparpa-o, y no sólo a hombres de guerra, como aclara don Nicardo Palma, 1ue al $in en ellos es merma del o$icio morir de mala muerte, sino inclusi!e a $railes y mu-eres. /asta 1ue llegó el día, naturalmente, en 1ue le cortaron el pescueo a Car!a-al. )$uando lo colocaron (dice 3alma( en un cesto arrastrado por dos muías para sacarlo al suplicio! soltó una carca/ada y se puso a cantar: /01Qu2 fortuna3 4i5o en cuna6 7 vieo en cuna. 1Qu2 fortuna38 )+urante el trayecto! la muchedumbre quería arrebatar al condenado y hacerle peda0os. $arva/al! haciendo ostentación de valor y sangre fría! di/o: /01Ea6 se5ores6 #aso franco3 14o !ay $ue arre"olinarse y deen !acer usticia38 )B en el momento en que el verdugo Euan *nrique0 se preparaba a despachar a la víctima! ésta le di/o sonriendo: /90Her"ano -uan6 tr:ta"e co"o de sastre a sastre.8 /90Descuide ;uesa Merced y f,e en "i !a(ilidad6 $ue no !e de darle causa de $uea#ara cuando nos vea"os en el otro "undo.8< =>al"a6 +radiciones6 II6 ?@B III6 ?6 FGF.J
onalo Piarro uan Enri1ue $ue tambi5n el 1ue a-ustició a Gonalo Piarro O>@S+>@A?T, y antes del a-usticiamiento 1uiso ponerle una !enda en los o-os: pero Gonalo le di-o )(,9o es menester! dé/ala! que estoy acostumbrado a ver la muerte de cerca.)(,$ompla0co a %uesa e6oría (le contestó el verdugo(! que yo siempre gusté de la gente brava.-2 8 cuando Gonalo !io 1ue Enri1ue sacaba el al$an-e para cortarle la cabea, le di-o )#a0 bien tu oficio! hermano Euan.2 El !erdugo respondió )Bo se lo prometo a %uesa e6oría.2 )+iciendo esto (a6ade 8arcilaso(! con la mano i0quierda le al0ó la barba! que la tenía larga! cerca de un palmo! y redonda! que se usaba entonces traerlas sin quitarles nada' y de un revés le cortó la cabe0a con tanta facilidad como si fuera una ho/a de lechuga! y se quedó con ella en la mano! y tardó el cuerpo alg1n espacio en caer al suelo. 7sí acabó este buen caballero.2 D$apítulo RF del Libro Guinto de la egunda 3arte de los $omentarios 5eales.;
Leoncio Prado Ne$iere Palma 1ue cuando el coronel Leoncio Prado O>?@U+>??UT !io 1ue ya se presentaban para $usilarlo, pidió una taa de ca$5, y al probarlo di-o )(,#acía tiempo que no gustaba un café tan equisito.)B volviéndose al oficial que mandaba a los tiradores chilenos! preguntó: ),7 qué hora emprenderé el via/e para el otro mundoU)(,$uestión de minutos- (contestó el oficial. )(,3ues bien: pido una gracia! y es que se me permita mandar el fuego)(,9o hay inconveniente)(,Tienen capellán las fuer0as chilenasU)(,9o! se6or)(,P3acienciaQ #e hecho lo que he podido por mi patria! y moriré contento)*n seguida pidió que! en ve0 de dos tiradores! se colocaran cuatro! y que le apuntasen dos al cora0ón y dos a la cabe0a. 7cordada esta nueva gracia! di/o: )(,7l concluir la ta0a de café se me harán los puntos (es decir! se me pondrá en la mira (! y al dar con la cuchara un golpe en el pocilio se hará fuego)B continuó tomando reposadamente su café. )9inguna idea triste nublaba su rostro. %eía sin 0o0obra agotarse el dulce líquido! sabiendo que en el 1ltimo sorbo estaba la amargura. )Zebió tranquilo el 1ltimo trago! tocó con energía la cuchara en el pocilio! y cuatro balas diestramente dirigidas lo hicieron dormir el sue6o eterno.2 D3alma! Tradiciones! @%! OFR4OF.;
La muerte e.emlar del Mar2u5s obernador 3alentía notable la de Piarro cuando se en$rentó a los 1ue !enían a ultimarlo. El historiador os5 )ntonio del &usto, uno de los mayores especialistas en Piarro, si no el mayor, ha recreado inme-orablemente la escena del acabamiento. 35ase en seguida la recreación correspondiente. )La lucha se entabló sin ninguna venta/a para los de $hile. *l Marqués! mientras luchaba! increpaba a sus enemigos duramente: ,Gué desvergWen0a tan grande ha sido éstaU 3or qué me queréis matarU-' los almagristas! sin atinar a responderle! sólo gritaban: ,PTraidorQ)*l bravo vie/o se defendía como un león. #asta 8omara nos dice que luchaba ,esgrimiendo la espada con tal destre0a! que ninguno se acercaba! por valiente que fuese-. KC )KC Tan animoso se mostró! que Euan de #errada entendió que así no lo vencerían nunca y! recurriendo a un ardid traicionero! tomó a uno de los suyos apellidado 9arváe0 y lo empu/ó hacia 3i0arro' el Marqués lo recibió con la espada! pero el peso del cuerpo lo hi0o retroceder! aprovechando entonces los de $hile para traspasar el umbral de la cámara a la carrera y rodearlo. 3i0arro continuó la lucha' ésta ya no era ofensiva sino defensiva. *ra la contienda del águila contra los cuervos hambrientos' era el arro/o que se defendía de la cobardía y la traición. e hi0o un anillo de atacantes en torno del 8obernador: el anillo giró con frenesí de odio! luego se cerró con intención de muerte. $uando se volvió a abrir para contemplar su obra! el Marqués estaba lleno de heridas y apoyado en el suelo: la mayor de ellas le había causado una estocada en el cuello que le había cortado la carótida. KC )KC *l Marqués! todavía consciente! se desplomó sobre el piso ensangrentado. intiendo las ansias de la muerte pidió confesión! se llevó la mano i0quierda a la garganta y mo/ando los dedos en la sangre hi0o la cru0 con ellos! luego balbuceó el nombre de Ees1s y pretendió darle un beso a la cru0C 9o pudo hacerlo! porque uno de los de $hile decidió ultimarlo y! tomando un cántaro de barro! se lo quebró en la cara. *l Marqués se desplomó definitivamente y quedó quieto en el suelo. )B mientras los asesinos salían gritando: 01;iva el 'ey6 "uerto es el tirano38 y los re0agados ba/aban fatigados la escalera comentando: 01có"o era valiente K!o"(re el "ar$u2s38! arriba (con el rostro hundido en su sangre guerrera( yacía el $onquistador del 3er1.2 DEosé 7ntonio del Zusto! 3i0arro. Lima! *diciones $A3^! 3etróleos del 3er1! +epartamento de 5elaciones 31blicas! OVVV4OVV! @@! R>4R?.;
7n caso de %alentía e$traordinaria 7n c5lebre !ia-ero !eneciano re$iere haber !isto en la India una mani$estación por de contado=WD casi nunca imitada de !alentía en la hora suprema. /e a1uí su testimonio )$uando alg1n hombre ha hecho algo malo! por lo que deba perder la vida! pide si puede matarse él mismo por amor o por honor a tal o cual ídolo. *l rey contesta que le place mucho. )*ntonces los parientes y amigos del malhechor lo cogen y lo ponen en una carreta! le dan una docena de cuchillos! lo pasean por toda la ciudad y van pregonando:
/01Este !o"(re valiente se va a dar "uerte 2l "is"o #or a"or a tal ,dolo38 )$uando llegan al lugar donde debe hacerse /usticia! el que debe morir coge un cuchillo y grita muy alto: /01Muero #or a"or a tal ,dolo38 )Hna ve0 que ha dicho esto se clava un cuchillo en un bra0o! luego en el otro y después en distintas partes del cuerpo! hasta que se mata. $uando ha muerto! los parientes lo queman con gran alegría.2 DMarco 3olo! %ia/es. )@l Milione.2 Zarcelona! *ditorial @beria! ?=! c. ! p. >=.;
Oh! reciitarse en la hogueraJ /abía en la India Otal !e haya toda!íaT otra clase de suicidas a los 1ue no era necesario 1uemar cuando muertos, por cuanto se mataban 1uemándose. 35ase de esto la siguiente noticia 1ue entresaco del libro de )bu+%eidal+/assan, del aXo SA de la era musulmana y del ?H? de la era cristiana )$uando un hombre ha tomado la resolución de quemarse! se presenta a la puerta del gobernador y le pide permiso para destruirse. Luego recorre los mercados. Mientras tanto! se enciende una hoguera de madera seca y bien cortada y varios hombres se ocupan de hacerla arder hasta que el color de las llamas se pare0ca al de la coralina. )*ntonces el hombre empie0a a recorrer los mercados! teniendo ante sí unos platillos! y rodeado de su familia y sus allegados. 7lguien coloca sobre su cabe0a una corona de basilisco en la que se han entrela0ado carbones ardientes' al mismo tiempo se vierte sobre su cabe0a sandáraca! que! me0clada con el fuego! produce el efecto de la nafta. )*l hombre camina con la cabe0a ardiendo y desprende a su paso olor a carne quemada. in embargo! camina como si nada sucediera y no se percibe en él ning1n tipo de dolor. )3or fin llega a la hoguera y se precipita en ella! y muy pronto no quedan de él más que ceni0as.2 D7. T-erstevens! Los 3recursores de Marco 3olo. Zarcelona! 7ymá! ?F.; )*l miércoles! por curiosidad! releí 9oviembre. #ace once a6os era! efectivamente! el mismo individuo de hoy Dal menos con poca diferencia' primero hay que eceptuar una gran admiración por las putas! que ya no es hoy más que teórica! y que entonces era práctica;.2 D$arta a Louise $olet! O>4O? de octubre de >F.;
Mora%ia En >BSA, el -o!encito )lberto Mora!ia, con!aleciente de tuberculosis ósea, escayolado y con muletas, $ue a un burdel de &olano para iniciarse en el coito. Lo acompaXaba un amigo de 0rieste, o me-or dicho, lo lle!aba, por1ue el de la iniciati!a $ue el triestino, el cual iba tambi5n con muletas, por en$ermito. El burdel un eracoche un chal5 burgu5s estaba en vie/o! las a$ueras la ciudad. )$ogimos de caballos conyun cochero de pelode blanco. Los dos andábamos con muletas y debíamos de formar una pare/a pintoresca. *l cochero se negó a esperarnos! pero en la casa no pusieron dificultad alguna' éramos clientes! como los demás. )Mi amigo escogió para mí a la chica que le pareció más adecuada: una e4maestra de escuela! con o/os negros! dos tren0as negras y una camisa de algodón que le llegaba a los pies. Bo! no sólo tenía muletas' tenía! además! un artefacto de escayola' pero todo transcurrió! a pesar de todo! con sencille0 y dul0ura. "ue! hay que decirlo! una cosa ,norma- y sana.2
Amado El c5lebre escritor brasilero orge )mado conser!a de las putas el me-or de los recuerdos. )3asé mi infancia y mi adolescencia (refiere 7mado( en casas de mu/eres. Mucha gente se pregunta por qué hay tantas prostitutas en mis libros. B es por eso. *n la región del cacao no había mu/eres! mu/eres para casarse' algunas en la ciudad! pero muy pocas. 3ero! en cambio! había un mundo de prostitutas! por todas partes! en los sitios más perdidos. B yo crecí en las casas de esas mu/eres! en los prostíbulos. B guardo de ellas un recuerdo sumamente tierno y fraternal! dulce y puro.2 )mado declara ser, $undamentalmente, el no!elista de los !agabundos y las putas. )3ienso que esa humanidad es la que tiene más peso en mis libros! tal ve0 porque es la más abandonada! la más desprovista de defensas en la sociedad' está desprovista de clases! de sindicatos. 9o hay una clase de los vagabundos! una clase de las prostitutas. Las prostitutas no tienen derecho ni a una /ubilación ni a una pensión! no tienen ninguna defensa sindical! han sido puestas al margen de la sociedad por los regímenes capitalistas! los regímenes socialistas! los regímenes feudales' son consideradas como una especie de enfermedad social. B los vagabundos también. Las putas y los vagabundos. on persona/es que me llegan al cora0ón' yo los trato con cuidado particular en mi traba/o! me siento realmente próimo a ellos.2
3argas Llosa )é muy bien (dice Mario %argas Llosa( todo lo que hay detrás de la prostitución! en términos sociales! y no la defiendo! salvo para quienes la e/ercen por libre elección! lo que no era! sin duda! el caso de la 3ies +orados ni de las otras polillas del /irón #uatica! empu/adas allí por el hambre! la ignorancia! la falta de traba/o y las malas artes de los cafiches que las eplotaban. 3ero ir al /irón #uatica o! más tarde! a los burdeles de Lima! es algo que no me dio mala conciencia! tal ve0 porque el pagar a las polillas de alguna manera me proporcionaba una suerte de coartada moral! disfra0aba la ceremonia con la máscara de un aséptico contrato que! al cumplirse por ambas partes! liberaba a éstas de responsabilidad ética. B creo que sería desleal para con mi memoria y mi adolescencia no reconocer! también! que en esos a6os en que fui de/ando de ser ni6o! mu/eres como la 3ies +orados me ense6aron los placeres del cuerpo y los sentidos! a no recha0ar el seo como algo inmundo y denigrante! sino a vivirlo como una fuente de vida y de goce y me hicieron dar los primeros pasos por el misterioso laberinto del deseo.2
&il%a 1uesta Ma "il!a 0uesta, autor de una no!ela 1ue es sin duda la me-or de la burdelística=WD, noticia en ella del proyecto en cuya !irtud el /otel "ementerio se
trans$ormaría )en el burdel de más nombradla de cuantos funcionaban en muchos países a la redonda2. )La asistenta socia l que se ocupó de mi orfandad (escribe ilva( se esmeraba en decir que do6a Zasílica había sido mi madre sustituta. *n realidad! se llamaba 5ebeca' pero le sentaba me/or el sobrenombre! Zasílica! tanto por su corpulencia! como por los innumerables fieles que fue conquistando durante los a6os de servicios prestados en el burdel más famoso de la ciudad: el #otel ementerio. )La primera ve0 que la acompa6é a su centro de traba/o! ayudándola a cargar un bulto de ropa limpia! do6a Zasílica insinuó que a mi edad ya debía estar ganándome la vida. $omo asentí! me di/o que esa misma noche pediría a su patrón para que me tomara como ayudante de uno de los encargados de la limpie0a del hotel. )(,Gué más quiere s (comentó do6a Zasílica! al volver(! a la primera de bastos encuentras traba/o. $ómo quisieran otros tener tu suerte.)(,$onforme- (fue lo 1nico que atiné a decir! esfor0ándome por mostrarle! en ve0 de repulsa! un fingido consentimiento. )$onvertido en una especie de ba/a policía del seo! le di duro y pare/o durante seis a6os. )*ntre tanto! quedé huérfano nuevamente' murió mi madre sustituta Do 5ebeca *ncarnación Lópe0 de la %ega! como la nombró! completita! el sacerdote que en su entierro re0ó un sentidísimo responso;. *se mismo día conocí un cementerio de verdad. Me impresionó como si se tratara de un hotel sui g2neris. 3or otra parte! los ahorros de do6a Zasílica me permitieron reiniciar los estudios que de/é truncos al escaparme del orfanato. 5eali0ados con una pertinacia que de/aba boquiabiertos a tirios y troyanos! dichos estudios no concluyeron sino en la *scuela de 3eriodismo de la Hniversidad de an Marcos. )3aralelamente! en el #otel ementerio fueron ascendiéndome de encargado de la limpie0a a portero' luego! a ascensorista' después! a ca/ero. $uando todos pensaban que me estancaría en ese puesto! me desvelé hasta ocupar la /efatura del +epartamento de 5elaciones 31blicas. )3or 1ltimo! una sólida situación económica! labrada a costa de sacrificios! me brindó la oportunidad de de/ar el #otel ementerio y fundar un periódico. in embargo! fueron tan profundas las raíces echadas en él! que! antes de decidir nada al respecto! preferí proponer a don Eacinto 5amos! mi /efe! un proyecto que me rondaba desde la época de la universidad: transformar al #otel ementerio en el burdel de más nombradla de cuantos funcionaban en muchos países a la redonda. )Hna noche de cordialísima borrachera en el Caf2 4egro! luego de unos tanteos y otros regateos! don Eacinto allanó el camino para que yo continuara traba/ando a satisfacción en su hotel. ellamos el pacto /urando por la memoria de do6a Zasílica que no ce/aríamos en luchar hasta ver cumplido nuestro proyecto. )7penas evaporados los humos del facilismo etílico! enfrenté lo más arduo de la responsabilidad asumida por mí de la noche a la ma6ana. e trataba de encontrar un gerente a la medida del burdel con el que yo y mi socio comen0amos a so6ar las veinticuatro horas del día.2
&ánche El ilustre polígra$o Luis )lberto "ánche, sabedor y memorioso, re$iere con en-undia, en su Testimonio 3ersonal, lo 1ue era la ramería en la Lima de su tiempo. )Los clubes no ofrecían alicientes para la /uventud. *l $ountry $lub se inauguró sólo en ?O=. *l $lub de Tennis de la *posición era muy celoso y circunscrito. 9o teníamos otro camino que buscar nuestros propios medios de alegrarnos: ellos fueron la cantina! el prostíbulo y el cine. +icho así! con sequedad! resulta brutal. +istingamos: la cantina y el prostíbulo de entonces tenían características mundanas que a menudo y en cierta medida los confundían con las tertulias y las ,boites-. )*n las cantinas nadie usaba la barra a la hora de beber! salvo los borrachos profesionales. +os amigos se sentaban a una mesa! pedían un par de cachos! y mientras se /ugaba largamente para saber quién pagaría la copa! se conversaba de todo. @gual ocurría con la m1sica y el baile en el burdel. *ran muchos los que iban sólo a eso y prescindían de la ofrenda a %enus! para lo que tenían altar casero! fuese propio o de prestado! pero de todos modos en lugar aparte. )Los lime6os de ?4?FV! repito! teníamos que acudir a los templetes mercenarios a falta de otros lugares de sola0. 9o los habríamos sabido usar sin ese condimento. $uando hacia ?O> ó O? se abrió ,*l 3avilion 70ul-! especie de ,bo`te- con copetineras de alternativa Do sea de bar y cama;! no era posible bailar allí sin el riesgo de un altercado alcohólico4amoroso! con su consiguiente secuela de botella0os! silleta0os y policías. *n cambio! en los prostíbulos se disfrutaba de una bien ganada pa0. Las ,madrotas- y sus rufianes se encargaban de administrar sosiego! /usticia y regoci/o. *istían leyendas estimulantes: las de ara Mora! La Mamita! *mily "o! Mercedes Medrano! La Zoca de $hapa. $ada una tenía su respectiva casa amplia! de varios salones! y sus correspondientes y numerosas pupilas. )Bo contaba dieciséis a6os cuando vislumbré por primera ve0 uno de esos paganos templos del amor a tarifa. e hallaba en la calle de Tipuani! en unos altos. *l salón lucía empapelado de ro/o. Los muebles estaban tapi0ados también de colorado. 7lgunas de las ni6as vestían! desde luego! de ro/o. La due6a! una gringa! *mily "o! tenía el pelo a0afranado. onaba el piano! atacando las notas del fo trot de moda: ,miles-! ,Jhispering-! ,#industan-! y Pa bailar se ha dichoQ )%eníamos de comer en el Ioológico. Mis amigos! el ,$hino- 7lfonso de Madalengoitia! 3epe 9avarro! mayores que yo! sacaron a bailar a dos chicas. Me sentí mal. 9o pensé en el casto Eosé! pero estuve a punto de imitarlo. Za/é las escaleras a escape. Me sacudieron el asco! el miedo y la sorpresa. +espués! ya no. $umpliendo el sagrado rito de todo /oven lime6o! rendí tributo a aquellos templos mercenarios. )La diversión result aba sana aunque algo cara. Las mu/eres tomaban simpat ía a los más tiernos! pero se apegaban a los más gastadores. $ada una lucía su apodo. Lima no perdonaba a las pecadoras' las signaba con caricaturescos motes: La 3antruca! La 3escado con Zigote! La 7guantarrifles! La Mo/ón de Aso! La 3latanito! La "ray $abe0ón! La 3erilla de $atre! Las #ermanas $atafalco! La Lombri0 $hina! La %einte 76os después! La 3ata de Buca. 7 las francesas se les daba también remoquetes: La "lorete! La $amión! La 8igolette. *ra un desfile de motes que evocaban trasgos y caprichos de un 8oya plural con maldad aunque sin ingenio. )Las chicas bailaban apretándose mucho! contoneando las caderas en rítmico e/ercicio erótico. Los m1sicos seguían el conocido compás. 7hí actuaba la flor y nata de los tocadores
criollos. Montes y Manrique! el ,$hino- 8amarra! el cholo %illalobos! más tarde "elipe 3inglo! todos pasaron por las horcas caudinas de ,tocadores- de prostíbulo. )3or lo general! la orquesta se formaba de un piano! una o dos guitarras y una bandurria! más el canto. +e ve0 en cuando las pare/as se acercaban a la barra o mostrador. *llas pedían un oporto! que no era sino agua con chancaca y canela! para no emborracharse' a ellos ,les cargabanbebidas intoicantes. +e repente desaparecía una pare/a. $uando volvía! estallaban bromas de color subido. *llas! fingiendo s1bito arrebato! abra0aban a sus galanes de media hora y desafiaban a los ,envidiosos-. *llos se de/aban hacer medio avergon0ados. *l hecho es que así se mataba la noche! la interminable noche de una aldea pugnando por convertirse en ciudad. )*n ?OR ó O! el italiano $ristini a6adió a su confitería de la calle de Zo0a! un espectáculo con ,%ariedades- . Las noches se hicieron menos largas. Hno de los me/ores n1meros donde $ristini! era el de ,Miss *llis-! una /amona! rubianca! de carnes fofas! pero en/albegadas! que cantaba con vo0 ronca! mirando a los m1sicos! uno de ellos muy /oven: ,Bo quiero una mu/er desnuda! desnuda quiero una mu/er.- *l p1blico aplaudía y pedía bis. +espués pasaban un sombrero. Los aplausos eran más numerosos que las monedas. )7 todos esos ,eventos-! como se dice en la /erga deportiva de hoy! íbamos en pandilla. @nclusive los deportistas rompíamos nuestro entrenamiento con visitas a aquellos ,cabarets- con cama y lo demás. Muchas veces! después de una sudorosa sesión de esgrima en la ala $avallero! comíamos en el restaurante ,%ene0ia- y acudíamos a tomar la 1ltima copa en una de las ,casasde la calle de 3atos! el #uevo o La alud. )Acurría que! además! en pos de debates literarios y! vista la orfandad de mu/eres letradas! llamábamos a la puerta de Lily Márque0! una brasile6a sabihonda y realmente bonita! un tanto sofisticada! en cuya casa de Guilca se encontraban los 1ltimos poemas de $endrars! los inolvidables de Machado de 7ssis y Alave Zilac! y los primeros de Manuel Zandeira. )Atra mu/er! llamada profesionalmente Lily! nacida en Marsella! rompía su modorra matinal para conseguir! donde 5osay! los 1ltimos libros de los vanguardistas y surrealistas de la primera hora: 7pollinaire! Zreton! $endrars! oupault! 5adiguet! $octeau. 9adie habría supuesto que un grupo de /óvenes entrara de noche en una de esas casas! para sólo beber unos tragos de menta! cognac o de absintio! y discutir el 1ltimo libro de 3arís. 9aturalmente! con frecuencia los debates tuvieron desenlaces más gratos. 9o había escapatoria. )Los toreros! los conferenciantes! los políticos! los poetas! los pintores! los boeadores! los militares! los civiles! acostumbraban encontrarse en aquellos mentideros de indiscutible mala fama. Hna noche! @gnacio ánche0 Me/ías asaltó un prostíbulo tratando de demostrar su hombría y persiguiendo al /oven ,camote- de una hetaira tuneci na! larga! flaca y ya dos veces madre. Hn edecán del 3residente Leguía ostentaba el ,record- de escándalos burdeleros. Hn conocido político antileguiísta solía interesarse en la llegada de ,costureras- de "rancia! por el gusto de practicar su francés y saborear la ilusión de ser amado! aunque con paga y a destiempo. )$omo todos viví a plenitud ese ambiente! con una desventa/a: que como ya e/ercía el magisterio escolar! debía estar en mi aula a las ocho de la ma6ana! fresco y optimista! para no alarmar a mis tudescos patrones. 3orque desde los veinte a6os había yo empe0ado la carrera docente.2
More #on Federico More, uno de los periodistas más notables 1ue ha habido en el Per, pluma brillante e incisi!a, hombre culto, de !erbo $ácil y elegante, abordó cierta !e, con esa $ran1uea tan suya, el tema de la prostitución. 8 por ser, como era, tan sonado el asunto, pidió a sus lectores 1ue le permitieran hacer lo 1ue no solía, hablar en primera persona. Idea $eli, ciertamente, por1ue así, en primera persona, con$esándose, mani$estando con !erdad sus hechos, ideas y sentimientos, logró plasmar una aut5ntica piea de antología, a la 1ue puso por título '3amos a tratar acerca del o$icio más antiguo del mundo(: y entre otras cosas epresaba las 1ue a continuación transcribo. )*l amor de la prostituta es el más bello! el más puro! el más comprometedor de todos K K]. erá tal ve0 porque me he pasado la vida en las casas de ellas! en las encantadoras ,casas cerradas- que dicen los franceses. erá que a ellas les debo los me/ores recuerdos de mi /uventud. ólo ya pasados los cuarenta a6os he conocido el encanto de la mu/er honrada sin ferocidad. 3orque debo confesar que a las mu/eres honradas les tiemblo. 8eneralmente lo son porque no hay quien les proponga pecar. 5ara ve0 son bellas o graciosas. B siempre se ocupan en martiri0ar con celos al hombre que tiene la desdicha de caer en sus manos. *s como para decirles: 0Nscate un a"ante y d2a"e en #a82. )Mi sue6o dorado fue siempre ser rufián. 3ero los sue6os dorados /amás se reali0an. B he aquí que hasta mi 1ltimo centavo (los lindos centavos de mi /uventud( se han quedado en las manos de mis adorables amigas! bellas como el pecado! irresistibles como el deseo. B no porque ellas me eplotaran. 9o. iempre creí que mi dinero era de ellas. *n resumen! mi dinero ha sido siempre para mu/eres. 9o he podido ser rufián. 9o me atrevo a decir que sea una lástima.2
Macera Pablo Macera, 1ue sólo 1uiere guardar con sus paisanos Dcompatriotas le parece un t5rmino ecesi!oT una relación de mutua prescindencia Oencomiable actitud 1ue comparto plenamenteT, mani$estó en cierta ocasión 1ue el Per era un burdel, raón por la cual hubo alharaca y se pro$irieron como siempre maysculas inepcias. El nico 1ue di-o algo signi$icati!o $ue el psicólogo &aldomero Cáceres. #i-o )Macera se equivoca. Los burdeles son lugares bien organi0ados.2 8 'El )guilucho( sin duda lo era, humilde prostíbulo tru-illano 1ue durante la Ne!olución de >BUS se con!irtió pro!isionalmente en tribunal militar. )un1ue usted no lo crea. ),*l 7guilucho- (dice Thorndi&e( tenía un patio grande! sombreado por guabos. B un portón grande y sólido y también urinarios de cemento y una pianola y ocho cuartos que olían a ruda y desinfectantes. *n las noches bailaban allí turbias pare/as! nobles! ruidosas putas! nobles animales! nobles y peludos seos. *ra un prostíbulo de mala muerte y sus inquilinas habían huido despavoridas desde el mismo /ueves de la revolución. *n un cuarto se encontró cerve0a! co6ac de @ca y aguardientes. *l comandante +aniel Matto hi0o funcionar la pianola! rió! pidió que consiguieran hielo y paseó el burdel con sus ayudantes.
/90ste es el sitio $ue necesita"os8 9dio. )B el comandante Matto! flamante presidente de la $orte Marcial! dispuso que en el burdel se instalara la oficina provisional de la /usticia militar. í! era un sitio conveniente.2 Rue haya sido, como $ue, sitio con!eniente 'El )guilucho( para con!ertirse transitoriamente en tribunal militar, es indicati!o de 1ue no era e-emplo de desorganiación, sino de orden y concierto. Con lo cual se demuestra cuánta !alide tiene la obser!ación antes citada del psicólogo &aldomero Cáceres.
#há%e Peralta )*n los a6os sesenta apenas si eistía la prostitución calle/era y sólo el ,$he0 Maim-sofrecía un ambiente nocturno para bailar con mu/eres también dispuestas a practicar el seo. 3ara estos casos lo normal era los burdeles! calle/ ones flanqueados de cuartos min1sculos donde las prostitutas alquilaban sus cuerpos por los escasos minutos que dura una cópula. *n Tru/illo funcionaban tres: ,*l Guinto 3atio-! ,La "lor de la $anela- y ,La Laura-! todos ubicados al final de la calle Eosé 8álve0! en el etremo sur del barrio $hicago. )*l de mayor prestigio (y por eso el más concurrido( era ,*l Guinto 3atio- Dnombre posiblemente inspirado en la letra de un bolero! popular en la década del cincuenta! cantado por Zienvenido 8randa;. 7 este burdel llegaban semanalmente contingentes de meretrices /óvenes y atractivas! inclusive etran/eras! a pesar de ser el más estrecho y modesto Dparedes de adobe! techo de ca6a brava y torta de barro;' en cambio! los otros dos (más amplios y modernos( lucían generalmente despoblados! porque recepcionaban a las mu/eres con menos demanda en ,*l Guinto-! las oto6ales y las ,cachaqueras- Dputas baratas para los soldados del cuartel;. )7brían a partir de las cuatro de la tarde! pero a esa hora sólo atendían las pocas mu/eres que vivían allí. 9ormalmente empe0aba a funcionar a las siete de la noche! de manera que uno podía decidir entre ir al cine o visitar $hicago. B! en efecto! todas las noches! cientos de varones de todas las edades! de diferente nivel social y económico se daban cita en los burdeles de $hicago: /óvenes! adultos y vie/os' solteros y honorables padres de familia' obreros! empleados! profesionales! magistrados y autoridades no podían resistir la tentación. )*l servicio costaba quince soles! pero también había de die0! veinte y veinticuatro soles Dla del cuarto n1mero uno! en ,*l Guinto 3atio-! era la 1nica que go0aba de ese privilegio;. $omo en los cines de entonces! había colas y tumultos para ,ocuparse- con las ,nuevas- o algunas siempre deseadas por sus pericias en el arte amatorio. Hna de las ,estrellas- conocida como ,La hilica- Dpor ser oriunda de $elendín! supongo;! contaba con una clientela fi/a y selecta. *ra alta! blanca! de o/os verdes y cuerpo escultural. ólo atendía una o dos horas y! a menudo! sin ning1n aviso! se encerraba hasta el siguiente día o salía repentinamente del local. )La versión opuesta era ,La 9egra- +oris! una mulata alta! grácil! de carnes durísimas y en cuyas entra6as parecía haberse concentrado todo el fuego del universo. 7tendía como ninguna otra: nunca un gesto de mal humor! nunca un reproche ni una palabra grosera' permitía caricias y prolongar el coito deliberadamente' además! se entregaba con verdadero frenesí y parecía disfrutar del orgasmo con la pasión de una amante enamorada! sin importarle quién era su cliente de turno. 7 diferencia de ,La hilica-! atendía puntualmente! desde las siete hasta las once
de la noche! con la misma /ovialidad y entusiasmo. $reo! sinceramente! que nació para ser puta' y fiel a su vocación! fue 1nica! ecepcional! etraordinaria. ),La 9egra- +oris alimentó las fantasías libidinosas de toda una generación. *n el colegio! los adolescentes la convertimos en una leyenda y en un fetiche. +urante los recreos nos complacíamos en describir (y fantasear( la forma ,especial- como habíamos sido atendidos por ella. La poderosa feminidad de hembra arquetípica que producía el contacto con el cuerpo de la +oris! su sonrisa y sus modales! nos creaba la ilusión de que alg1n día podíamos merecer su preferencia. B así como nosotros! cientos de hombres en Tru/illo vivían perdidamente enamorados de su irresistible magnetismo y la incandescencia de sus entra6as. )Hn caso ecepcional fue el de un profesor nuestro. *ra de ba/a estatura! rechoncho y dotado de una nuca descomunal Dse mandaba confeccionar sus camisas y nunca pudo usar corbata;' solterón! frisaba aproimadamente la cincuentena y ehibía dos debilidades: la comida y ,La 9egra- +oris. Tenía fama de tragaldabas! pero su pasión por la hetaira de ébano rebasaba cualquier medida imaginable. Todas las noches (sin faltar una( se le veía en ,*l Guinto 3atioesperando su turno en la misma puerta de siempre. 9osotros nos precavíamos de que no nos viera! porque tenía otra debilidad ocasional: la violencia. Hna ma6ana! a la hora del ,gran recreoDun descanso de treinta minutos;! a un compa6ero de aula se le ocurrió una palomillada. $on ti0a escribió en el pi0arrón: Doris6 negra ri$u,si"a) todos te a"a"os. La sección 0C8 . $uando el profesor ingresó al aula y leyó el teto! escrito en grandes letras a lo largo de toda la pi0arra! su rostro! su calva y su descomunal nuca cambiaron de mil colores! antes de fi/arse en un cárdeno encendido. 9os miró a todos con un odio infinito! uno por uno! como buscando al responsable de tama6a afrenta! y como no lo ubicó! empe0ó a repartir sopapos y pesco0ones a diestra y siniestra! a berrear insultos ininteligibles. 3udo haber reventado de ira! sufrir un colapso y morir allí! si no hubiese aparecido el auiliar para calmarlo e invitarlo a abandonar el aula. *sa semana hubo reclusión para todos y el resentimiento del ofendido amante (epresado en sutiles represalias( duró varios meses. )*ra vox #o#uli que ,La 9egra- +oris recibía! cada noche! varias propuestas matrimoniales' la más reiterada y patética! la de nuestro profesor. 9unca lo aceptó y debió resignarse a vivir solo. *stoy seguro de que al morir su 1ltimo pensamiento fue para la puta más simpática y eficiente de los burdeles de Tru/illo en la década del sesenta. )Atra puta memorable (aunque en el etremo inferior( fue ,La Zrasile6a-. u fama estaba asociada a la beneficencia: ella evitaba la insulse0 del acto masturbatorio a cambio de cinco soles. *ra una negra gigantesca (una 0ul1( y bastante madura Dsu rostro! siempre adusto! no registraba el tiempo; y se te6ía el pelo de un color ro/i0o! de tal manera que en la oscuridad de la noche su aureolada cabe0a era lo 1nico visible. Traba/aba detrás de ,*l Guinto 3atio-! a cielo descubierto! al borde de una chacra! sobre una estera. "ue una prostituta informal! sin carnet sanitario! y por eso su clientela la componía n los estudiantes de la secundaria menores de edad! los soldados del cuartel ,A-+onovan- y los fornicadores menesterosos. 9adie podía garanti0ar su srcen brasile6o porque nunca hablaba! no tenía amigas ni caficho conocido. +e día desaparecía misteriosamente y aparecía al anochecer! espectral! siempre con vestidos multicolores o estampados con flores eóticas. Tampoco se le conocía su verdadero nombre y su apelativo! ,La $inco oles-! circulaba (así lo recordamos( con una doble rela/ación fonética: ,La hinco holes-! reproduciendo con eactitud como ella pronunciaba su frase de ,oferta- seual. Tampoco
nadie pudo eplicarse /amás cómo una prostituta que eludía el control ginecológico semanal en el dispensario y ni siquiera cumplía con el ritual obligatorio de revisar el pene del cliente Dtodas las prostitutas lo hacían para cerciorarse de una posible gonorrea o de un chancro;! nunca contagió una enfermedad venérea. )La atención en los calle/ones concluía a las once de la noche. +esde las die0 y media! el mismo empleado encargado de llevar agua en baldes a los cuartos y los rollos de papel higiénico! empe0aba a tocar las puertas y anunciar: 01C!icas6 al salón3 1C!icas6 al salón38 . *l salón en ,*l Guinto 3atio- era muy amplio: en el centro! la pista de baile acordonada con las mesas' en un rincón! /unto a la puerta! una gigantesca roc&ola-! la batería y dos timbales' las paredes pintadas con colores chillones y grotescas figuras de cuerpos de mu/eres totalmente desnudas. La fiesta empe0aba a las doce en punto. +esde las once y media las prostitutas y parroquianos iban acomodándose con sus pare/as! a veces formando peque6os grupos. $uando el orquestín y la ,roc&ola- anunciaban el baile! las pare/as se lan0aban a la pista. Las mu/eres se vestían como para ecitar y despertar la lu/uria: vestidos pegadísimos con ra/a al costado! hasta la media pierna' faldas ,tubo-! ce6idas y brevísimas' 0apatos de taco alto! tipo agu/a. Los boleros se escuchaban con mucha frecuencia y se bailaban pegados! cara a cara y losbra0os enla0ando las cinturas' los mambos! merengues y chachachás! separados! despla0ándose por toda la pista y! en cuanto era posible! la mu/er frotaba sus nalgas contra la pelvis del hombre. )Los clientes que esperaban la ,hora de salón- para escoger la mu/er de su gusto! convenían allí el precio y las condiciones del servicio Del doble o triple de la tarifa normal;. +e cuando en cuando una bronca entre ,faites- y cabrones! o entre parroquianos (siempre por la preferencia de una prostituta(! le a6adían colorido y rubricaban esas noches pletóricas de alcohol! humo! m1sica y seo. 9o puedo borrarlo de mi memoria! en el equipo del orquestín! un espectáculo aparte lo ofrecía el maraquero! un vie/o parsimonioso y /ovial apodado ,$amote-: cuando sacudía frenéticamente las maracas! go0aba tanto con la emoción de la m1sica y del ambiente! que entrecerraba los o/os! congelaba una sonrisa y todo él parecía poseído por un étasis orgásmico. )*n los a6os sesenta concurr ir a un burdel era tan normal como ir al cine! al circo! a un concierto o a la retreta. La mayoría de adolescentes de mi generación (salvando la estricta vigilancia policial( hicimos nuestro ,debut- seual con una prostituta! en un cuarto impregnado de olor a ruda y ron de quemar! y con el ronroneo del motor como m1sic a de fondo. B no nos sentimos avergon0ados (no podíamos( de haber eperimentado esa iniciación seual bastante precaria y casi siempre insatisfactoria! porque la considerábamos preferible frente a la alternativa de la torturante abstinencia o la frustrante masturbación. @nclusive nos importaba poco el riesgo de contraer una enfermedad venérea Dla gonorrea era la más frecuente y sufrir una ,quemada- equivalía a un bauti0o en el ámbito de la virilidad; o el tormento insoportable de las ladillas. $omo en la década del sesenta ni se so6aba con el flagelo del ida! los burdeles nos ofrecían! no sólo la oportunidad de un aprendi0a/e y entrenamiento seual que después íbamos a necesitar! sino la emoción y la ilusión del amor que a1n aguardábamos encontrar y conocer. )*l incipiente crecimiento urbano de Tru/illo! las que/as de los vecinos de $hicago y el terremoto de ?=V determinaron el cierre definitivo de los tres burdeles y su traslado a ,La $umbre-! un arenal al norte de la ciudad. *n locales modernos y amplios! el entusiasmo de la antigua clientela y la costumbre de las ruidosas fiestas en el salón! se mantuvo hasta la década del setenta. Hn sábado!
a fines de la década del ochenta! contándole a un amigo cu0que6o cómo habían sido las noches de burdel en Tru/illo! lo invité a visitar ,La $umbre-. $uál no sería mi sorpresa! a las once de la noche! ,*l Guinto 3atio- ofrecía apenas media docena de prostitutas gordas! vie/as y feas. Le pregunté a alguien que me pareció un empleado del local: /9P las otras "ueresR /9Sólo tra(aan veinte 9"e res#on dió9. Las otras ya se fueron. Esta"o s cerrando. /9PHoy6 s:(adoR P a $u2 !ora funciona el salónR /9PSalónR (me respondió mirándome de pies a cabe0a como si yo fuera un gringo o un marciano(. El salón ya no funciona desde !ace varios a5os6 $ui: oc!o o die )B agregó: /9Ese tie"#o se aca(ó6 Psa(eR )abía! pero no estaba muy convencido. *n el tai! mientras atravesábamos los arenales y a la distancia se veía Tru/illo como un inmenso en/ambre de libélulas! evoqué la ciudad chata! peque6a y triste de mi adolescencia cuando vivíamos atemori0ados por la guerra nuclear' escuchábamos a Los Zeatles! a *nrique 8u0mán' bailábamos tXist' íbamos al cine para derretirnos con la Zardot' $laudia $ardinale y 5ossana 3odestá' admirábamos al ,$he- 8uevara! a 3elé! a $assius $lay' leíamos a Mar! a Srishnamurti! a Louis 3aXels y Eacques Zergier! a Shalil 8ibrán' en fin! cuando podíamos disfrutar de una mu/er sin el temor de contagiarnos con un virus mortal' cuando a1n no era una locura so6ar con un mundo menos violento y más /usto. Gué había pasadoU 7donde había volado toda la srcinalidad! la novedad! la calidad y la emoción romántica de esa épocaU Me vi caminando! adolescente! por la ancha y penumbrosa calle Eosé 8álve0! mientras desde una cantina se escapaba la taladrante y melosa vo0 de Lucho Zarrios cantando ,Marab1-: 7diós! ya me quedo sin ti y así para qué más vivir! sin ti no podré más luchar sin ti para qué más vivir )í! ese tiempo se había acabado. B acabado para siempre.2
Fuentes La cita de Faulner, en Luis de Paola, 'El escritor en su taller(. La *stafeta Literaria, >BHH, 9. @,A. _ La cita de García Már1ue, en Plinio )puleyo Mendoa, 'Entre!ista con Gabriel García Már1ue(. Libre, 9. U, Maro, )bril, Mayo, >BHS, H+?. 35ase tambi5n Gabriel García Már1ue, *l 7mor en los Tiempos del $ólera . &ogotá, Editorial La 2!e-a 9egra, >B?@, >?. _ Na$ael )lberti, La 7rboleda 3erdida. Memorias . &arcelona, Editorial "ei &arral, >BHH, >>B+>S. _ E. M. Cioran, *nsayo sobre el 3ensamiento 5eaccionario y Atros Tetos . &arcelona, Montesinos, >B?@, S>@. _ Fernando #ía+Pla-a, Mis 3ecados $apitales. &arcelona, Plaa f an5s, >BHH, >@?. _ Federico Fellini, 7puntes. &arcelona, Muchni, >B?H, BA. _ La cita de 29eill, en Gonalo &ra!o %abalgoitia, 'En$ermedad de Parinson(. ndice, >BH@, UUHU+UHA, A@. _ Gusta!e
Flaubert, $artas a Louise $olet. 0raducción, prólogo y notas de Ignacio Malaeche!erría. Madrid, Ediciones "iruela, >B?B, S?S, UUH. _ )lberto Mora!ia, Mi %ida. *n conversación con 7lain *l&ann. Madrid, Espasa+Calpe, >BB>, S?+SB. _ orge )mado, $onversaciones con 7lice 5aillard. &uenos )ires, Emec5, >BBS, SU, S?U. _ Mario 3argas Llosa, *l 3e0 en el 7gua. Memorias. &arcelona, "ei &arral, >BBU, >B+>>. _ Ma "il!a 0uesta, #otel ementerio. O3ersión de$initi!a.T 0ercera edición. Lima, Editorial Leo, S, AS+AA. _ Luis )lberto "ánche, Testimonio 3ersonal. Memorias de un peruano del siglo __. Lima, Ediciones 3illasán, >BB, I, >@+>B. _ El artículo de More se publicó srcinalmente en $aretas, >B@A, @H, AU, A, A?. #ieciocho aXos despu5s yo lo !ol!í a publicar, muy bien ilustrado, en el cuarto nmero de mi re!ista "áscinum, republicación prácticamente coincidente con la 1ue Aiga hio por entonces. _ Pablo Macera, Las "urias y las 3enas . Lima, Mosca )ul, >B?U, SSB, nota. _ Guillermo 0horndie, *l 76o de la Zarbarie. 3er1 ?FO. Lima, Editorial 9ue!a )m5rica, >BB, UH+U?. _ orge Chá!e Peralta, Los 76os H>+>HH.
HI ecuerdos huati2ueros )P7hora los casados van a tener que prestarQ2 El parro1uiano de /uatica se epresó así, eclamati!o, a1uel mediodía del SH de -ulio de >B@, en la es1uina de /uatica y S? de ulio, donde estábamos unos cuantos curiosos !iendo la partida de las ltimas putas. 9os hallábamos $rente a una casa 1ue había sido construida !eintidós aXos antes y 1ue toda!ía eiste. En la parte superior del $rontispicio de esa casa, 1ue es la de la i1uierda, si uno mira al "ur, se !e la inscripción siguiente ?FR. La putería de /uatica terminó, pues, -untamente con el gobierno de 2dría. "e había establecido en >BS?, pese a la oposición de Luis )lberto "ánche O5l mismo me lo di-oT, 1ue era por entonces asesor legal de la Municipalidad de La 3ictoria. El -irón /uatica, 1ue antes se llamaba S de "eptiembre y hoy se llama Neno!ación, se inicia al terminar la primera mitad de la 1uinta cuadra de la )!enida Grau, puesto 1ue Neno!ación di!ide en dos la 1uinta de Grau, y se prolonga siete cuadras, hasta "ebastián &arranca: siete cuadras 1ue parecen ocho, por1ue la primera se di!ide en dos cuadritas, separadas por la calle Misti=WD.
En la cuarta cuadra, entre S? de ulio y &olí!ar, estaban las putas caras cobraban die soles por pol!o: las restantes, cinco. O0ari$a de >
[email protected] /abía dos o tres !e-estorios etran-eros de escasísima clientela: posiblemente sobre!i!ientes del grupo muy solicitado de polacas y $rancesas 1ue hubo en los inicios. En las dos ltimas cuadras no había muchas putas, 1uiero decir, de las 1ue atendían hasta la una de la maXana, pero a partir de esa hora y hasta las cinco de la maXana $uncionaba en la s5ptima cuadra el establecimiento puteril de Lu Góme, sito eactamente en /uatica H@A y cuyo nmero tele$ónico era el UB@HH. O35ase la 8uía Telefónica de Lima! $allao y Zalnearios , primera edición, >B@>, primera columna de la página >>. 35ase tambi5n el libro de Noberto Prieto "ánche, 8uía ecreta. Zarrios 5o/os y $asas de 3rostitución en la #istoria de Lima . Lima, Centro Cultural de EspaXa y 7ni!ersidad Nicardo Palma, SB, >BA+S>.T El horario de atención al pblico era, o$icialmente, de siete de la noche a una de la maXana: pero, en realidad, a partir de las dos de la tarde, poco más o menos, ya había algunas mu-eres 1ue o$recían sus ser!icios, esmerándose las pobrecitas en pro!ocarnos intilmente luciendo sus inapetecibles cuerpos decadentes y otoXales. 9unca !i putas en las maXanas todas dormían: todas las 1ue !i!ían allí, 1ue no eran todas las 1ue traba-aban. Las residentes pagaban al1uiler mensual: las otras, semanal o diario. En cada casita había dos o tres mu-eres: muy rara !e una sola. Era de rigor, Jcómo noK, la presencia del mandadero, 1ue in!ariablemente se llamaba uan o Pedro: iba y !enía de una parte a otra, incansable: era un moo e$iciente al 1ue las putas solían mandar a gritos )PEuan! recoge el baldeQ2 )P3edro! estoy esperando el papel higiénico' ap1rate! puesQ2 El hacernos pasar a las casitas y recorrerlas hasta llegar al cuarto de la ocupación, con!ersando como buenos amigos: y una !e en el cuarto, la relati!a impremura del ser!icio, el trato $amiliar, el ambiente hogareXo, todo esto era de !eras solaante. Acupación, di-e, y di-e bien, por1ue en /uatica, e$ecti!amente, todos nos ocupábamos, nadie brincaba, y hasta las mismas putas, sobre todo cuando escaseaban los marchantes, nos decían con algn apremio )Aye! papito! no quieres ocuparteU %en! pues! te voy a hacer de todo! bien rico! yaU2 ) mí me gustaba con!ersar con las putas, con!ersación 1ue era cháchara, desde luego, pero me gustaba con!ersar con ellas, J8 la de cosas 1ue con!ersábamosK Necuerdo 1ue una pichona negroide me contó cierta !e 1ue tenía un hi-o llamado "ig$rido, y yo, J1u5 tal co-udoK, tratando de culturiarla, le di-e 1ue 5se era, precisamente, el nombre de un drama musical de ! las autoridades resolvieron concentrarlos en un solo barrio! como en Zrasil! como en Zuenos 7ires! como en Montevideo y un poco como en la vie/a 5oma. *l Ministro de 8obierno resolvió que las prostitutas se concentrasen en un barrio de La %ictoria y escogieron la calle OV de etiembre! en los bordes del río #uatica! como el lugar que reempla0aría en la mente de los pobres empleados de tercera fila y de los obreros de segunda! la leyenda del *dén. )*l Municipio de La %ictoria se vio s1bitamente enriquecido pero mal poblado! seg1n decía el 7lcalde! un médico apellidado Morán! aficionado al grito y a las patadas. Las pobres heteras criollas! polacas! francesas y algunas chilenas! desfilaban en largas hileras para obtener sus respectivas licencias. Las había de todo tipo! predominantemente feas! gordas y mal pintadas. ólo una que otra conservaba su atractivo /uvenil. La mayor parte se llamaba Lilí! olange! Marión! pronunciados con todos los acentos del mundo! desde la fonética aserranada de las provincias hasta la gutural de las polacas y la dengosa de las francesas. )*l 7lcalde miraba solícita mente a sus nuevas s1bditas. *l médico municipal se frotaba las manos pensando en los suculentos honorarios que percibiría semana a semana de los eámenes pertinentes. *l ecretario elaboraba cálculos fantásticos sobre posibles orgías sin costo alguno' los inspectores daban vueltas en torno de sus futuras presas que! a su ve0! les hacían gui6os y dirigían miradas al cielo como prometiéndoles étasis sobrenaturales. )Todo el distrito andaba alborotado. Los padres de familia se /untaron para protestar en nombre de la moral contra aquella medida. *l cura párroco lan0ó hasta tres sermones dominicales para censurar la p1blica presencia del demonio en el distrito de La %ictoria. +os propietarios inescrupulosos abrieron la posibilidad de arrendar sus casas por horas. )7 partir de las < p.m.! columnas de ,clientes-! de saco y de uniforme! hacían cola frente a las casas predilectas esperando su turno. La gloriosa fecha del OV de etiembre! que hasta ?OF fue la "iesta 9acional de @talia! en memoria de 8iuseppe 8aribaldi! pasó a ser símbolo de pecado grato y sucio! de mercancía carnal! de parvo deleite tarifado. e podía alcan0ar el étasis desde dos hasta die0 soles' todo dependía del color de la piel! la edad y la eperiencia de la mercancía.2 OLuis )lberto "ánche, o. c., >>>+>>S.T
a/l &errano #astrillón )7 sólo dos cuadras Kdel antiguo /irón 8aribaldi! hoy #uascarán! estaba el /irón OV de etiembre. Las francesas! las polacas! las italianas! la chalaca Zetina! la china Mery! la $aballo Zlanco! la negra onia. +ecenas de mu/eres rubias! cholas! negras! altas! ba/as! flacas y gordas que vendían caricias y alegría en el barrio ro/o de Lima. También se le conocía como el %einte o como #uatica! por el río que cru0aba deba/o de su pista. )La gran fiesta empe0aba a eso de las siete! cuando oscurecí a la ciudad' y terminaba con los albores de la ma6ana siguiente. *l %einte refle/aba la rígida organi0ación social de Lima. *n sus primeras cuadras! a partir de la avenida 8rau! estaban ,las de ventana-! mu/eres que ofrecían sus servicios a través de las ventanas de casitas americanas. *n las 1ltimas cuadras! colindantes con chacras a1n no urbani0adas! estaban las famosas casas de cita o burdeles! en las que se encontraba una clase superior de prostitutas! que no se limitaban al mero e/ercicio carnal! sino que además! o previamente! conversaban! reían! tomaban su traguito y bailaban al compás de la orquesta estable del burdel. )7 ,las de ventana- acudían muchachos timidones de todos los barrios! decididos a debutar como hombres' y se6ores comunes y corrientes que! insatisfechos con sus pare/as! tiraban una furtiva canita al aire. 7 las casas de cita sólo tenían acceso los faites y los se6orones! aquellos que por pinta! fama! dinero o alguna otra virtud especial! go0aban de las preferencias de las mu/eres de vida alegre. )*l %einte estaba a tres cuadras de la 3la0a de La %ictoria! en el centro mismo de uno de los barrios más /óvenes de Lima. *ra como la casa del /abonero! donde quienes no caían! resbalaban. Los más famosos de la época! artistas! futbolistas! boeadores! acaudalados comerciantes! políticos! periodistas! llegaban a divertirse o mantenían una relación etramatrimonial con las me/ores de la vitrina. )Hna de las más eclusivas casas de cita era la signada con el n1mero F?O! que regentaban las comadres "resia y 8relia' esta 1ltima! mu/er del chino 3olo! guardaespaldas engreído del 3residente Zenavides. *l propietario de una famosa sombrerería del Eirón de la Hnión! mantenía un volcánico idilio con Lu0! una de las más bellas y deseadas damiselas. Hna linda ecuatoriana! apodada Mona! decía estar perdidamente enamorada del cholo 7lcá0ar! conocido en todo el barrio ro/o por su bravura. )*ntre los cabrones de ,las de ventana-! sobresalía el negro Matías! capa0! seg1n se decía! de romperle el alma a cualquiera con sólo ponerle una mano encima. $ada noche del %einte daba srcen a uno o varios sucesos policiales! siempre adere0ados por licor! pichicata y una etra6a combinación de alegría! seo! violencia y amor.2 ONal "errano Castrillón, $onfesiones en Tono Menor. \scar 7vilés: etenta 76os de 3eruanidad. Prólogo de Nicardo Miranda 0arrillo. Lima, >BBA, >B+S.T )*n pleno #uatica! es decir! dentro del mismo %einte! funcionaba una pulpería de /aponeses que se conocía con el nombre de ,9i0a- o ,La 3unta de $a6ete-! a la que acudían un grupo de morenos criollos! fervientes devotos del e6or de los Milagros. 7llí iban el ,curita8on0ále0! famoso cantor de /arana lime6a' *nriqueta $avero! la 1nica mu/er que tocaba ca/ón con la falda arriba y trepada en el vie/o mostrador de la pulpería' *ulogio $avero! simpatiquísimo negro que se ufanaba de su apelativo ,Guerubín-' el Tato 'uso y María *sther!
una entonada cantante de valses criollos. Los hombres pertenecían a la undécima cuadrilla de cargadores del e6or de los Milagros! teniendo el privilegio especial de ser ,esquineros-! y las mu/eres eran sahumadoras.2 ONal "errano Castrillón, o. c., S@+S.T )*l Tago Ce#ero ! uno de los hi/os de ,7feitaburro-! lo llevaba continuamente Ka \scar 7vilés a la casa de su novia en La %ictoria! en la 1nica cuadra no corrompida del /irón OV de etiembre! o #uatica! la que hacía esquina con la calle Misti.2 ONal "errano Castrillón, o. c., @S.T
&o'ocleto NLuis Felie AngellC )7parentemente sólo se trata de una fecha pero! en realidad! el 0;einte de Se#tie"(re8! familiarmente conocido como 0El ;einte8 por los miles de parroquianos que semanalmente lo frecuentaban! era en nuestra /uventud el 1nico barrio ro/o de Lima y un democrático centro de reunión heterosocial donde los marchantes solíamo s trope0ar! sin mayor escándalo! con nuestro severo profesor de Guímica o con el cura de la parroquia! vestido de civil. /0El ;einte8 era! desde luego! una palabra proscrita en los hogares! donde se le consideraba como sinónimo de perdición y! como decían las se6oras! un ant ro de 0"ueres "alas8! sin saber que algunas eran buenísimas! que casi todos los maridos moralistas eran 0!a(itNes8 de solapa levantada y que a lo largo de sus ocho cuadras el amor estaba Ddesde cincuenta centavos en la primera hasta dos soles en la 1ltima; al alcance de todos los bolsillos. *n un país sin instituciones como el nuestro! yo siempre he creído que 0El ;einte8 fue un interesante ensayo institucional! donde los siete días de la semana estaban escrupulosamente repartidos entre una multitudinaria clientela de empleados p1blicos que iban los sábados' de conscriptos y soldados rasos! que iban los domingos' de curas que iban (ineplicablemente( los lunes' de profesionales que se descolgaban por ahí los martes' y de estudiantes Dtanto escolares como universitarios; que nos constituíamos en el teatro de los acontecimientos apenas /untábamos los dos soles reglamentarios para suscribirse en la cuadra de 0las francesas8. *n realidad eran todas polacas y! como una galantería de la casa! despedían al cliente con unas gotitas de agua perfumada! sospechosa me0cla de permanganato con esencia de vainilla que! en un lamentable rapto de ingenio! se me ocurrió calificar como 0Agua de >olonia8! recibiendo (por concepto de derechos de autor( una cachetada con ida y vuelta de 8eorgette Den el mundo! onia to&oloXs&i; y la amena0a de contárselo a uno de mis tíos! que también era su parroquiano. U9P en esas 2#ocas usted esta(a en el colegio o en la universidad6 ingenieroR U9En el colegio. Cuando entr2 a la universidad6 0El ;einte8 se lla"a(a 0-irón Huatica8 y la cuota de ingreso !a(,a su(ido a cuatro soles. Si no cree6 #regNnteselo a cual$uier #rofesor de la Católica6 #or$ue todos i(an [Zueno! 0todos8 no! porque algunos eran misóginos Dque iban a Misa a diario; y otros se conformaban con lo que tenían en casa. 3ero! en realidad! 0ir8 no estaba mal visto! ya que en alguna forma la ciudadanía tenía que arreglárselas. Lo censurable era movili0arse en una cuadra incompatible con la condición y los recursos económicos del interesado. *n otras palabras! ser sorprendido en la primera cuadra del 0;einte8! resolviendo con cinco reales una urgencia que
después le iba a costar doscientos soles entre tratamiento y 0Salvars:n8! que era algo así como la penicilina de esa época. Muchos! sobre todo los que alguna ve0 pasaron del 0;einte8 al +ispensario! tienen hasta ahora una idea sórdida y negativa de lo que fueron esa época y esa larga calle por donde han trotado (con ecepción de 3aco! que pretendía llegar a los altares! y de 3etipán! porque los menores de un metro estaban estrictamente prohibidos( todos los persona/es de la política nacional que ahora tienen más de cuarenta a6os. 3ero! en realidad! 0El ;einte8 era algo más que una arteria donde no se hacía el amor sino se compraba hecho. 0El ;einte8 tenía un alma! un encanto y una personalidad tan particulares que a veces! de noche! nos dábamos una vuelta por la cuarta cuadra para comer anticuchos o! simplemente! lo recorríamos de un etremo a otro! saludando a las vie/as amigas o poniéndonos al día con las anfitrionas que nos daban crédito mientras /untábamos las propinas escolares o ya! más tarde! llegaban los días de nuestras primeras quincenas. Gué será de Zlanche! me pregunto! que en sus días de descanso DU; me invitaba a tomar té para hablar de Literatura! como en efecto hablábamos y nada másU Gué será de Satia! con quien /ugaba a las damas cuando me hacía la vaca en el colegioCU U9PCó"o6 ingeniero $ue usted se i(a al 0;einte8 sólo #ara ugar da"asR U9S,6 #ero a veinte co(res #artido co"o yo era un fenó"eno ugando da"as6 con die #artidos ya ten,a los dos soles #ara cu(rir el #resu#uesto6 Pse da cuentaR [P%einte de eptiembreQ $omo en el poema de 5ubén +arío! se fue para no volver. B con él se llevó su infinita melancolía! su mundo de triste0a subterránea y su marco de ventana a la cual nos asomamos un día con la asombrada curiosidad de quien descubre demasiado temprano el otro lado del mundo y de la vidaCN O"o$ocleto =Luis Felipe )ngellD, 'J3einte de "eptiembreK( La 5ep1blica, S "eptiembre >B?S, A. En la sección '"o$ocleto en dos columnas(.T
Pomilio Inglesi DAccico )Menudo problema hablar del tema que incluye La %ictoria y dos países del */e: Eapón e @talia. Me/or comen0amos por aclarar las cosas. 9o se trata de ninguna guerra! no es mi intención el tratar mal ni a uno ni al otro país! sólo intento anali0ar qué sucedió en La %ictoria! nuestra primera urbani0ación construida a etramuros de la ciudad amurallada de Lima. 3or supuesto que no hablamos de esa época! sino de una más reciente' en ?O! para el $entenario de la @ndependencia! la colonia /aponesa radicada en el 3er1 le obsequió a los peruanos la estatua de Manco $ápac! obra de nuestro escultor el maestro don +avid Lo0ano! y que fue inaugurada el R de abril de ?O< por el presidente don 7ugusto Z. Leguía. )$uando recién la levantaron! se encontraba ubicada en una rotonda que habían construido eprofesamente en el cruce de la avenida 8rau con la avenida Manco $ápac! frente al antiguo local del #ospital @taliano de Zeneficencia. 7l hospital lo recuerdo claramente y hasta fui una ve0 intervenido en él. *l resto no lo llegué a conocer! pero me lo contaron así: mientras se encontraba allí! nuestro primer inca no causaba ning1n problema a nadie! y como ésta es otra de las estatuas itinerantes de nuestra ciudad! fue trasladada de su ubicación srcinal a la pla0a de La %ictoria! la que lleva ahora su nombre. 7llí comen0aron los problemas. #ay que observar
hacia dónde indica nuestro primer inca! con el índice levantado de la mano derecha: nos decía dónde quedaba la calle OV de etiembre! nominada así para conmemorar el día nacional de @talia! pues los bachiches (incluido el que escribe esta nota( celebrábamos con orgullo la toma de 5oma por los partidarios de la unificación italiana que fue preparada por $avour y Ma00ini! para que el rey %ittorio *mmanuele @@ de la $asa aboya =Casa di SavoiaJ reinase en la @talia unificada y en los dos reinos de las icilias en el a6o >=V. Luego de la egunda 8uerra Mundial! fue cambiada también la fecha de conmemoración del aniversario patrio de @talia al O de /unio! día de la 5ep1blica! por lo que no podemos decir que sólo acá se cambian las cosas! también allá! pues es cierto que en todas partes se cuecen habas. *l 3er1 siempre es y ha sido un país muy bien considerado por @talia! así como por muchos de sus ciudadanos que vinieron a radicar a nuestra patria y de/aron sus restos en el cementerio 3resbítero Matías Maestro! así como sus fortunas y sus conocimientos tecnológicos para el engrandecimiento de nuestra patria. )Los italianos que llegaron al 3er1 no sólo fueron bodegueros o panaderos (como por fastidiar suelen decirles(! que tampoco es una ofensa serlo! como tampoco es cierto esa famosa letanía que les endilgan! a saber! la de que a los italianos les gustan las negras' pero también las cholas! además las indias! y por qué no las gringas y en general todas las mu/eres. $uántos son los bachiches que aquí contra/eron matrimonio con mu/eres de las más diversas ra0as y se quedaron para siempre. +e qué otras nacionalidades se puede comentar sobre este fenómeno de adaptación a nuestro medioU 9o es por nada! pero los otros etran/eros siempre procuraban emparentarse sólo con sus compatriotas o con los descendientes de los mismos para luego! a una edad madura! cuando ya habían hecho la 7mérica y se habían llenado muy bien los bolsillos! tomaban las de %illadiego y se mandaban a mudar a su patria. +e confeccionarse una lista con los nombres de ilustres ciudadanos italianos que vinieron a traba/ar y de/ar sus conocimientos! sus fortunas! sus industrias! sus familias y sus vidas aquí! ésta sería interminable: para muestra! dicen! basta un botón: el sabio 7ntonio 5aimondi. )$uál sería la indignación de los ciudadanos italianos! cuando se presentaba el caso de alg1n etraviado turista que andaba en b1squeda del barrio ro/o de Lima y le contestaban: ),Te vas a la 3la0a Manco $ápac y sigues las indicaciones del @nca! él te indicará con su dedo índice cuál es el camino que debes seguir para llegar a tu destino.)$uando llegaba allí! se encontraba siguiendo las indicaciones del @nca! regalo /aponés y llegaba a la calle que se llamaba 0?F de Setie"(re8! día de la Hnificación @taliana. Afensa que no era nada /usta! para con un pueblo con el que tenemos tantas afinidades. )$raso error el de los dirigentes ediles de la época! que permitieron que sea ubicado el barrio ro/o de nuestra ciudad /usto en la calle que servía para conmemorar una fecha tan importante para una colonia de gente amiga. *l resentimiento aumentaba de día en día! pues las meretrices se dedicaron a celebrar su día! ofreciendo tragos y servicios profesionales gratuitos! /ustamente el día en que los ciudadanos italianos celebraban el día de la unificación de su patria. Gué fue lo que no hicieron los de la colonia para que se le cambiara de nombre a la tristemente célebre calle. )$uando era ni6o! no me percataba del problema! a pesar de que en más de una conversación escuché cómo le tomaban el pelo a mi padre (quien! como yo! muchos pelos no tenía( y se pegaba cada calentura! que para qué les cuento.
)$uando llegué a la adolescencia! todos los muchachos del barrio iniciaban sus primeros pasos en el descubrimiento del seo. *n esa época! ya habían ganado los italianos su primera batalla: lograron que se le cambiara el nombre a la calle del barrio ro/o! por el de calle #uatica. 3ero nunca pudieron hacer borrar de la memoria a las ni6as de la vida alegre! el día que ellas habían institucionali0ado como el +ía de las 3utas y su celebración anual' gracias a los cambios producidos por la egunda 8uerra KMundial! se cambió también la fecha del aniversario patrio italiano! tal como lo indiqué líneas arriba! lo que fue un alivio momentáneo. 3ero todavía hay algunos que no han olvidado la tradición o conocen la historia y contin1an con la chan0a. 3ara los italianos! aunque hoy en día celebran en /unio su aniversario patrio! el OV de etiembre seguirá siendo con orgullo la marcha sobre 5oma y no el +ía de las 3utas. )Bo conocí el /irón #uatica. $reo que todos los de mi generación desfilaron alg1n día por allí! aunque sea por curiosidad! y no temo equivocarme! pues era como la casa del /abonero: el que no caía! se resbalaba! ya sea para cerciorarse de la cuadra de las gringas naturales! la cuadra de las gringas con su plata! la cuadra de las de primera! de segunda y de tercera categoría! variando el monto del valor de la mercadería seg1n la ley de la oferta y la demanda. 9o es que yo sea un puritano o cucufato! pero gracias a +ios lo erradicaron de tan céntrica calle! porque ese barrio verdaderamente aunque era muy folclórico! era nauseabundo y asqueroso: cuadras de cuadras llenas de mu/eres de todos los tipos! semidesnudas! mostrando sus bondades o desastres a través de una puerta! la que cortaban en dos. 3or la parte alta! mostraban su mercadería y en el caso de encontrar alg1n marchante que deseaba sus servicios (que algunas los ofrecían y pregonaban (! abrían la otra media ho/a para hacerlos pasar a un mugroso cuarto! sin servicio de agua potable ni desagWe y que para remate apestaba a ruda me0clada con aromas de colonia barata. )$omo el #ospital @taliano quedaba allí! más o menos dos cuadras hacia la 3la0a 8rau! dicen que un día una se6ora italiana! conocedora del problema de la nominación de la calle! pero que desconocía dónde se encontraba ubicada! tuvo que llevar a su ni6o al centro hospitalario. Luego de la visita! se vio precisada a tomar un tai para que la llevara a su domicilio. )*l chofer! criollo! ma6oso y pendenciero! se percató al escuchar las primeras palabras de la dama! de que era italiana. 3or /ugarle una mala pasada! subió dos cuadras por la avenida 8rau y giró a la derecha Eusto por el /irón #uatica. *ran aproimada mente las cinco de la tarde y las ni6as de la vida alegre se encontraban en las ventanas! los clientes y oletones llenaban las veredas y parte de las pistas. @nocentemente! el ni6o le preguntó a su madre! qué hacía allí tanta gente. )*lla! en una situación un poco embara0osa! le trató de desviar la conversación! pero el ni6o insistía. 9o tuvo más remedio que responderle. /90Las se5oras $ue est:n all, se dedican a adivinar la suerte86 le co"entó la "adre. )*l chofer! con ganas de mortificar! que era su ob/etivo! replicó: /90Se5ora6 no sea "entirosa6 d,gale la verdad a su !io6 1d,gale $ue son #utas38 )*l ni6o! a1n con mayor curiosidad! le volvió a preguntar a su progenitora: /90PMa":6 "a":6 y $u2 !acen las #utasR8 /90+e ex#licar286 le contestó cal"ada"ente la "adre6 0son tan "ueres co"o yo6 #ero con los a5os llegan a ser "adres6 y sus !ios6 cuando crecen6 sólo sirven #ara ser c!oferes de taxi8.V
OPompilio Inglesi #)ccico, lo Lima . =LimaD, >BBA, @>+@ 'La calle /uatica, hoy calle Neno!ación.(T
Domingo 1amari L/car )*n La %ictoria se acurrucaba el famoso barrio de #uatica! que en su legión de mu/eres licenciosas a1n mantenía a algunas prostitutas francesas (que di0 habían llegado a Lima en los tiempos de Leguía(' ya vie/as! gordas! y pintarra/eadas! for0ando una sonrisa para vender! acaso! sus 1ltimos encant os. *l ambiente en esas cuadras estaba impregnado de un fuerte olor a aguarrás! que las meretrices! todas solícitas! usaban después de cada práctica. )*l servicio fluctuaba entre ! > y V soles. 9ing1n muchacho de mi época de/ó de visitar este pintoresco barrio! en el que muchos go0amos por primera ve0 del placer del seo! palabra que! por otro lado! su sola mención sonro/aba a los mayores. )#uatica! que también se le conocía como OV de etiembre! hoy se llama 5enovación! nombre que le/os de hacer olvidar su pecaminoso pasado! lo asocia! más bien! a lo que fue.2 O#omingo 0amari Lcar, Memorias de una 3asión. La prensa peruana y sus protagonistas. 0omo I, >BA?+>BU. Lima, aime Campodónico, >BBH, U>.T
Manuel )entín Die #anseco )#ace más de cinco décadas reinaba en el mundo diplomático y en los salones lime6os el *celentísimo 7mbasciatori +-@talia! +on 5icota di $ristaldi i $alabria! rico y ocioso! criado entre gente mundana y desenvuelta! encarnándose en él al vero "asc!io italiano! haciendo alardes de mu/eriego y de fiel practicante de los ritos cristianos. us abiertos golpes de pecho dominicales corrían pare/as con los desbandes a que sometía a su cuerpo. umado a esos atractivos! que etasiaban a beatas y libertinas! él era el sumo sacerdote de una colonia que contribuía visiblemente al desarrollo del país andino. )+on 5icota atravesaba por el me/or momento de su vida! enormemente satisfecho con los logros de la pu/ante colonia! del aura y prestigio que encumbraba a todos ellos y! por encima de todo! engolosinado con suelestampa viril deZanco cara al espe/o. inmigrantes controlaban con largue0a más poderoso delgran sistema y las*sos máslaboriosos renombradas tetilerías de interminable trama' se multiplicaban los molinos de codiciada harina! las compa6ías de navigaione incrementaban su ir yvenir al Mediterráneo! 0La ;oce D8Italia8 tiraba más de tres mil e/emplares! el semanario 0Alal:8 era bien recibido por las prédicas y el torso desnudo de Mussolini' era ealtado con locura el dominio de escena de barítonos y tenores' se preferían ostensiblemente las bellas "Wcc!ine ensambladas en Torino! los triunfos constantes de los Canottieri con contagioso /1bilo en la rada! las veladas culturales que descollaban en el Museo @taliano y! como si fuera poco! todos respondían con una rica bolsa para causas nobles y humanitarias. )Hn día de semana se ecusó con su mu/er por tener que ausentarse todo el día en misiones propias de su cargo! quien desolada frunció el ce6o pero sumisa no di/o nada. Más tarde
hi0o lo mismo con el $ónsul! el signore 5enato de la $avalla! un genovés irremisiblemente perdido por el traba/o! quien con o/os escrutadores y un disgusto velado observó a su paisano: finos pantalones de pana! camisa de seda y un casaca de ante del 3iamonte! acompa6ados de ese aire burlón y satisfecho! encendido de salud y alegría! enmarcados en un cuerpo alto! robusto! de prominente barriga que afirmaban su buen dente por la pas ta asciutta italiana. *ra a no dudarlo una clarinada de que se embarcaba en una aventura de la que los tenía acostumbrados. 7l Signore A"(asciatori las habladurías a sus espaldas le importaban tres pepinos: a su donna la callaba con un potente rugido napolitano! y a sus subalternos! si lo perturbaban! les insinuaba perversamente una demora en sus ansiados aumentos. )Tomó asiento repantigándose en el mullido Zugatti de doce cilindros! una auténtica maravilla de la ingeniería móvil! brillante y reconocible! con la orgullosa tricolor en bronce y esmalte en su parrilla. *ra una gracia que se permitía en una ciudad entra6able y provinciana! desatando en el populacho gritos eufóricos de adhesión y simpatía y que él! agitando los dedos! bienvenía con 0alamería. +espués de unas vueltas y de recorrer estrechas calles! recogió a $oncetta! una criolla guapa que no era otra que $onsuelo 8arcía! dama quepor aquel entonces le merecía atenciones y era blanco de sus desvelos. Luego de internarse por los Zarrios 7ltos y bordear los etramuros! tomaron la dirección hacia el sur por rutas polvorientas! flanqueadas por chacras de diversos matices y espaldas dobladas en la cosecha! mientras dirigía a su pare/a miradas furtivas! llenas de ansiedad y calentura. )Luego de hora y media por caminos de herradura comen0aron a avistar el hermoso valle de urco! una copia lime6a del incomparable panorama verde de Arvieto! con sus racimos colgantes que brillaban como prismas! colmando el ambiente con una sensación a nostalgia y reminiscencias. *ra para +on 5icota lo más cercano del cielo! casi un paraíso a tiro de piedra! en donde se habían asentado generacio nes de sus queridos compatriotas! maestros vinificadores de sabiduría heredada! genios en la botánica! brotes! in/ertos! desque/e! acodura y amugronamiento. *ra un terru6o vedado a profanos! muy le/os de entender los maravillosos efectos que un soberbio aterciopelado podía causar en el guargWero. *n ese remanso de @talia él era casi un héroe! un +on Euan salido del 2cran! un manantial de vitalidad y! a decir de todos! el alma del feste/o. )Los doscientos metros finales que lo conducían al rancho y a las bodegas! bordeados de tapias de adobe! de/aban flotar en el aire un penetrante olor a carne puesta con anticipación al fuego. +e pronto! como cuando el diablo mete su cola! comen0ó a tomar forma una dificultad imprevista: se acercaba en sentido contrario un camión repleto de canastas y dama/uanas de vino! desafiante en la parte central y haciendo sonar su bocina con inusitada vehemencia. 7l volante iba un negro de espanto con bíceps de troglodita. *l diplomático agitó una mano y lo conminó a ceder sitio! gru6éndole su protesta: /0Largo6 fuora da via6 largo8 (para continuar insolente como due6o del predio( 0DiW"ine3 4on ca#ite nienteR8! balanceando ambas manos en un signo evidente. *l negro! ya muy cerca! se infló los carrillos presionando los labios contra su lengua salida! soltando una réplica sonora muy similar a los pedos. *nardecido y rabioso por el intolerable irrespeto chilló con más fuer0a: 0*uora da via #orca "iseria "ascalone di "erda38 )*l moreno manipuló el camión lo me/or que pudo y mirándole desafiante le espetó de hito a hito: 01Tringo (ac!ic!e6 anda a gritar a tu tierra carao38 ! una orden comandada con el furor del trueno! para a6adir groseramente: 01Antes de d:rtelas de #endeo averigua
en La ;ictoria $u2 !acen tu "adre y tus !er"anas6 $ue tN6 al igual $ue ellas6 cele(ras co"o un coudo el ?F de Setie"(re38 . *nganchó primera con parsimonia y! por si acaso recibía vuelto! remató por todo lo alto: 01Muera Mussolini6 el tirano fascista38 )+on 5icota! hombre de control y eperto en mil astucias! evitó maldecir abiertamente ante la humillación recibida! consciente además de que estaba huérfano de auilio y! entre confuso y torpe! intentó devolverle el color a su cara y no hacer el ridículo delante de $oncetta. $omo quien desprecia las valentonadas de un enano a quien se le perdona la vida! musitó una cólera asordinada desprovista de pasiones: 0>orca "iseria *iglio da #uta.8 3ero para sus adentros la ofensa recibida lo hundía en una oscura atmósfera de vergWen0a y sufrimiento: Ppase el insulto a Zenito (se decía(! comprensible envidia al @mperio @talianoQC pero! quién se creía ese atorrante para mancill ar un símbolo patrioU *l acordeón! el gentío! unas canonettas a coro lo sustra/eron del lamentable incidente! el vino ayudó con más efecto! las lasagnas y s#aguettis le alegraron las tripas! la pasó feli0 repartiendo vie/as liras! cantando a vo0 en cuello y besando con aspaviento los carnosos labios de $oncetta. )7l día siguiente de camino al consulado! hirviendo de mala leche! parecía que su vida anterior se había esfumado y sólo comen0aba a partir del momento en que lo había increpado el negro. *spoleado por la in/uria se preguntaba: Guién era aquel osado que se atrevía a insultar a @taliaUC $ómo conocía la fecha eacta de las efemérides patriasU *staba encrespado! empachado! pero al mismo tiempo incapa0 de poder pensar en otra cosa. +e por medio estaba su amor propio! el trastrocamiento de la adulación continua por el más vil de los desprecios y no se detendría hasta encontrar el castigo! aquel que le devolviese la respetabilidad deseada! PBa aprendería ese negro como mono tras las re/asQ )+e la $avalla vino corriendo! dispuesto a solucionar los embrollos de su amo. 01Certo certo (le decía inclinándose(! los ca"ioneros son a veces unos irres#onsa(les38 ! pero +on 5icota! emperrechinado! con las velas desplegadas por la ofensa recibida! irritado como un trasero al que le frotan una li/a! quería sanciones drásticas y ver rodar la cabe0a con la lengua bien metida. $on gran tacto! mientras lo calmaba con las palmas muy abiertas! empe0ó por las ra0ones de más peso: el chofer era un servidor de la 0ona! de su traba/o dependían ocho bocas morenas! su padre era un siciliano arre/untado con la 0amba Mary! de aquellos de la o"ertW y el beso de despedida y! para más se6as! le hi0o ver que el escándalo no convenía! que las resonancias podían llegar hasta la curia romana! de su intachable imagen ante la villa de mil iglesias! de la imprudencia de sacar a la lu0 sus arrechuras con $oncetta. *sas refleiones lo asustaron y lo frenaron un poco! aunque sin olvidar los acerti/os misteriosos: 0Ma6 caro6 P$u2 #asa con el ?F de Setie"(reR6 P$ui2n es ese desgraciado #ara denigrar a "ia sorella6 a "ia "a""a6 a "i $uerida #atriaU- +e la $avalla! angustiado en etremo! fue desenrollando con prudencia la cortina de manchas! cruda! fea y desagradable! aquella que mancillaba en lo más recóndito el orgullo patrio. )*fectivamente (di/o de la $avalla( el OV de etiembre! día glorioso y nacional de @talia! había sido asignado a una calle del barrio de La %ictoria. *ran cinco cuadra s en donde se concentraba el pecado! el vicio! la lu/uria! las peores aberraciones seuales' y por allí pululaban rufianes! atorrantes! toda la escoria' una peregrinación vergon0osa de comecuras! agnósticos! malandrines! inmorales! viciosos! corrompidos! el lumpen en busca de relaciones ilícitas! mu/eres de la vida alegre! lupanares por cientos! un barrio pecaminoso! más ro/o que el fuego del infierno.
Hna ve0 que don 5icota pudo regresar su mandíbula caída! comen0ó a dar de gritos /alándose de los pelos: 0Ma""a ",a6 #orca "iseria #uttane6 #uttane38 B! eso no era todo! las putas celebraban a nivel nacional! como su día! el OV de etiembre. 01Qu2 des!onra3 >uttane di "erda38 )*l ecelentísimo a"(asciatori comen0ó a laborar desde ese día como nunca antes lo había hecho! tercamente concentrado en sus obstinadas pesquisas! como un sabueso tras la pista! dispuesto a hacer la lu0 sobre ese baldón de tinieblas! intentando llegar a la génesis de tan vergon0oso desatino. 7sí pudo saber quién era el responsable de seme/ante cacasenada y de la culpa ingenua desprovist a de malicia. %einte a6os antes! don 8iovanni Zolognesa! un próspero industrial en chocolates y golosinas! había descollado como empresario! sufriendo además debilidades por la política! por lo que se embarcó en una campa6a de relaciones que lo llevaría a ser cabe0a del municipio moreno. 7l /uramentar invocó a +ios! agradeció a la colonia! a su madre! y prometió crear una #,ccola @talia como en otras metrópolis. 7 las pocas semanas! unas cuadras más arriba! hacia donde apunta Manco $ápac! bauti0ó con gran pompa dos calles paralelas! una con el nombre OV de etiembre y la otra con 8aribaldi! el paradigma de la reunificación italiana. )0A la #uttana38 ! bramó +on 5icota con indignación y asombro. +esde ese mismo día puso sus me/ores esfuer0os para borrar! en aquella 0ona! todo vestigio de vergWen0a. Movió influencias de rey a pa/e y! en medio de gran sigilo! esta ve0 sin ceremonias! las calles fueron rebauti0adas! tocándole a la más famosa el nombre de Eirón #uatica! un riachuelo desconocido de tiempos de la $olonia y que! con el discurrir del tiempo! se haría más popular que 7mat y la 3erricholi. La actividad de aquel lugar! invariable en su comercio carnal! sería el lugar de tiro y entrenamiento de muchas generaciones! de victorias y derrotas! de grados por ha0a6as! de capitán a teniente por las heridas recibidas. #asta hoy día! por servicios en campa6a! se recuerda sin vergWen0a a los más destacados huatiqueros. $on el referéndum! celebrado en @talia! el país se convirtió en ?R< en 5ep1blica! cambiando la fecha patria por la de O de Eunio! borrándose para siempre cualquier vestigio incómodo. /0En el valle de Huatica !a(itó un #ue(lo !asta X@6 situado a es#aldas de Li"ata"(o6 $ue se cree !a(er sido la #o(lación donde esta(a el te"#lo del ',"ac6 cuyo riac!uelo del "is"o no"(re serv,a #ara irrigar las !aciendas de Santa eatri6 Lo(atón6 San Isidro6 Lince6 Orrantia6 Oyague6 Desa"#arados6 Matalec!ua6 entre otras.8 =D. -os2 Mar,a de Córdova y Yrrutia) Estad,stica Histórica de los >ue(los del De#arta"ento de Li"a6 .J )7 finales de ?< el nombre del Eirón #uatica fue sustituido por el de 5enovación y! a pesar del tiempo transcurrido! su recuerdo permanece indeleble en toda conversación picante. B qué pasó con +on 5icota di $ristaldi i $alabriaU @roní a del destino! falleció un OV de etiembre de ?HU.T
#arlos Alberto &eguín '="esión delD O de Eunio =#ialogan el psicoterapeuta y el paciente.D )í' mi iniciación en el prostíbulo. 9o pude negarme a ir. La presión de los amigos se hi0o irresistible. %arias veces! con pretetos diversos! había evitado acompa6arlos. Tenía miedo. 9o sabía a qué! pero la idea de enfrentarme con una de esas mu/eres me llenaba de pavor! curiosamente acompa6ado de ecitación y deseo. )Hna noche no pude evadirme y me uní al grupo. Me llevaron al Eirón #uatica de mis recuerdos infantiles. )*l Eirón #uatica. +esde mi ni6e0 había tratado de acercarme a él! pero me invadía un temor vago cada ve0 que lo hacía. 7lg1n día! en compa6ía de mis amigos! me atreví a recorrerlo! caminando por el centro de la calle y mirando! temeroso y lleno de curiosidad! a ambos lados. )PTanto habíamos hablado del Eirón #uaticaQ *ran siete cuadras! desde la 7venida O> de Eulio! y! típicamente! algunas eran las preferidas! sea por su vecindad a esa arteria! sea porque! como se comentaba! allí se hallaban las me/ores mu/eres y ciertamente las más caras. Los recuerdos de mi infancia se me0claban con la realidad presente! pero no lograba perder el miedo.
)*sa noche nos encaminamos hacia allí. $onfieso que yo estaba angustiado! casi temblando. 5ecorrimos la calle de arriba aba/o! entre grupos de hombres y mo0albetes que la llenaban! y no me atreví a entrar por ninguna de las puertas abiertas ni a acercarme a las mu/eres que! desde las ventanas! se mostraban más o menos desnudas. )$omprendí que no podría evitarlas en esa ocasión e! inconscientemente! caminé una calle/uela lateral y entré en una de las casuchas que! por estar fuera del Eirón mismo! me produ/o menos miedo. )5ecuerdo vagamente que cru0amos una habitación! luego un peque6o corredor! que se me anto/ó larguísimo! y llegamos a otra. Me fascinó mirar las paredes. *n la cabecera de la cama se veía la imagen de una %irgen. *ra un cromo! reproducción de alg1n cuadro colonial. La virgen! con esa carita linda! que no dice nada! llevaba en sus bra0os a un ni6o que era! más bien! un peque6o adulto. *staba ricamente vestida y rodeada de angelitos! que flotaban a su alrededor. Hna lucecita la alumbraba! dándole sombras y refle/os inusitados. )*l resto de las paredes estaba casi cubierto con desnudos! sacados! seguramente! de alg1n almanaque. )La vo0 de la mu/er me hi0o reaccionar y pude mirarla! entre asustado y atraído. *ra más bien ba/a! cubierta apenas con un sostén y un peque6o cal0ón. Zastante /oven. 9o me atrevería a calcular su edad. $reo que no llegaría a los treinta. u piel morena! que se adivinaba cálida y suave! me atraía. Zien formada! ancha de caderas! con muslos redondos y firmes. 3ude entonces mirarla de frente. onreía! pero su sonrisa era puramente facial. +etrás de sus o/os! negros y hondos! había algo de le/ano y ausente. /9PEs la #ri"era veR (me di/o y se acercó lentamente. 7nte mi terror contenido! procedió al ritual de limpie0a y preparación que ya me había eplicado. )Me pareció hermosa. u cuerpo! de color canela! se hacía más vivo sobre la sábana blanca y sus curvas se acentuaban al destacarse por contraste. )*l temor se etinguió y un calor agradable y creciente fue apoderándose de mí. entí mi erección y me dirigía hacia ella! encendido. )Me eché sobre su cuerpo! tibio y suave! con la intención de penetrarla. *ntonces! sucedió lo peor. *lla! en su afán de ayudarme! tomó mi pene en sus manos y lo condu/o hasta la entrada de la vagina. Zastó ese gesto para que perdiera completamente la erección! que no pude recobrar. )e mostró comprensiva. /94o te #reocu#es. Les #asa a todos6 al #rinci#io. )9o pudo de/ar de notar mi pánico y! entonces! se colocó a mi lado y! muy suavemente! me acarició la cabe0a y el pecho. Mis manos resbalaron por sobre su piel y volví a ecitarme. *sta ve0! el pensamiento de que iba a iniciar el coito produ/o! instantáneamente! que la erección desapareciera. )$asi me puse a llorar pero ella! dulcemente! siguió acariciándome un largo rato. Me fui calmando. /94o te asustes (repitió! y en su vo0 había una serenidad y diría que una bondad! inmensa. )*n lo más hondo de mi ser agradecía su actitud y la besaba blandamente. /9La #róxi"a ve ser: distinto (me di/o! y en su vo0 había una me0cla de seguridad y pa0.
)%olví. Me recibió sonriente! como a un vie/o amigo. Me tomó nuevamente de la mano y me condu/o a la habitación. $onfieso que estaba casi temblando. )Luego del ritual higiénico! me ayudó a despo/arme de la ropa y se acostó a mi lado. )u vo0 me parecía buena y en su actitud no había dure0a ni agresividad. )Mi tensión fue desapareciendo poco apoco y comencé a acariciar su cuerpo. Hna ola cálida me invadió y sentí que estaba erecto. 9o hice ning1n movimiento y ella! siempre conversando! se acostó sobre mí y se quedó allí quieta. 3or un momento creí que volvería a fracasar pero! cuando quise intentar la penetración! me lo impidió. /94o te a#ures. Me resultas si"#:tico y "e $uedar2 contigo todo el tie"#o $ue $uieras. )7hora! pienso que lo que hacía estaba estudiado para tranquili 0arme! pero entonces me aferré a su simpatía y la de/é hacer. )Luego de un rato! en medio de caricias! que eran! a la ve0! suaves y lascivas! se sentó sobre mí y mi pene se hallaba en su vagina. )Me olvidé de todo y me entregué completamente al momento y al placer. )alí enamorado de la muchacha morena y /urándome que /amás me acostaría con otra. 5ecordaba la sensación de sus labios en mi me/illa! al despedirse! con una me0cla de ternura y pasión. /9P4o sintió "iedoR /9Algo "e detuvo un "o"ento6 #ero las caricias de la "uer6 su sa(ia conducción6 su vo suave en "i o,do6 "e !icieron olvidar de todo. )Muchas veces volví a buscarla. i alguna la hallaba ocupada! una ola de desilusión y celos me envolvía y abandonaba el local como ofendido. )3ensaba en ella constantemente y so6aba con ella. Hn día me informaron que se había ido de la casa y que no volvería. $reo que lloré. 9unca más! lo digo porque así lo siento a1n hoy! doctor! me he sentido tan feli0 en el lecho con ninguna mu/er y todavía la recuerdo con cari6o! a pesar de todoC )Guedé en silencio. /9PA #esar de todoR /9Los d,as siguientes estuve6 al "is"o tie"#o $ue envuelto #or la seducción de la "uer6 desorientado y confuso. 'ecorda(a "i ni5e6 las #r2dicas de "i "adre6 su !orror cuando !a(la(a de 0esas8 y "e #regunta(a a $u2 se !a(r,a de(ido todo ello cuando "i ex#eriencia actual "e #ro(a(a lo contrario. Desgraciada"ente6 el entusias"o duró #oco. Muy #ronto co"enc2 a sentir s,nto"as y cuando6 a escondidas6 consult2 a un "2dico6 su#e $ue !a(,a contra,do una gonorrea. Co"#rend, #or $u2 ella se !a(,a ido.V OCarlos )lberto "eguín, La $alle Larga. =LimaD, >B?U,H+H.T
Luis Millones )También los veteranos del cuadro llevaron a los /óvenes a descubrir las delicias prohibidas de la vida nocturna. "ue así como los novatos conocieron el /irón #uatica! centro de prostíbulos ubicado en La %ictoria. )9uestros amig os guardan en la memoria a las 0"ada"as8 o 0"a"is8 famosas de aquella época. @vonne y La $halaca perduran /unto con los faroles ro/os de las puertas y los 0(ailaderos8 Dcomo llamaban a los salones donde se ubicaba el bar; en cuyos costados se abrían y cerraban los cuartitos en los que se atendía a la clientela. )*l espacio que rodeaba a la barra servía para que los visitantes escogieran a las anfitrionas y bailasen con ellas. Los compases tropicales que atronaban en el lugar hacían casi in1til todo intento de conversación prolongada. )Las entradas tenían el control de uno o dos matones que ale/aban sin contemplaciones a los borrachos y a los insolventes. 7l interior! tres o cuatro /ovencitos! casi ni6os! corrían entre la cantina Dque a su ve0 hacía de administración; y los cuartos! llevan do baldes de agua caliente y las fichas que aseguraban que el cliente había pagado. 5amas de ruda en lo cuartos completaban y daban su olor al escenario.2 OLuis Millones, 'El nue!o Nodillo 9egro. El e1uipo de don )del$o Magallanes(. En Luis Millones, )ldo Pan$ichi, 3íctor 3ich, *n el $ora0ón del 3ueblo. 3asión y gloria de 7lian0a Lima! ?V4OVV. Lima, Fondo Editorial del Congreso del Per, SS, HBa.T
Mario 3argas Llosa )*ntonces Ken ?F ó ?R! mi padre me consiguió un traba/o de horror en el Zanco 3opular! en la oficina de La %ictoria! donde venían todas las putas del /irón #uatica a depositar sus ahorros. Tenía que contar los soles que traían las putas! que hacían largas colas en las ma6anas. *so era una angustia porque pensaba que se me iban a perder los billetes. Adiaba el banco.2 O)lonso Cueto y rsula Freundt+0hurne, editores, Mario %argas Llosa. La vida en movimiento. Presentación de Luis &ustamante &elaunde. Pre$acio de os5 Manuel Prieto Grandal. Introducción de )lonso Cueto. Prólogo de Fernando "a!ater. =LimaD, 7ni!ersidad Peruana de Ciencias )plicadas O 7PCT, SU, UH.T
Elo" áuregui [*l /irón 5enovación Kantes #uati ca es un ta/o cicatri0ado en el mismo vientre el distrito de La %ictoria. 9ueve cuadras son suficientes para eponer la filosofía y la polisemia del barrio. B el barrio (seg1n los fastos de las ciencias sociales( es el espacio controversial de su cultura! su economía y su leyenda. *l /irón 5enovación tiene la m1sica latina como marco cultural! e/erce el mercadeo de la pasta básica de cocaína (básicamente desde las seis de la tarde
( como uno de sus e/es económicos y fue Des; habitado por persona/es del hampa! la vida alegre! los ba/os fondos! la bohemia! el acero criollo y el f1tbol. [Lima! ?R! se acaba la egunda 8uerra Mundial. *n las primeras cuadras operaba el lupanario central de la capital. *l /irón se llamó entonces OV de setiembre! pero tiempo después fue simplemente #uatica! porque el acequión del mismo nombre lo hería a la altura de la sétima man0ana. [Las prostitutas ,se vivían- en peque6as casas con lamparines ro/os! con ventanas como escaparates! donde se mostraban sin refa/os sus encantos corpóreos. Las había etran/eras (las francesas! las chilenas! las argentinas( y nacionales. Las ofrecían de varias edades! n1biles! maltoncitas! duras o blanditas. [Las crónicas de la época cuentan de batidas y crímenes. *l lugar sin límites era refugio también del lumpena/e capitalino. +elincuentes del bravo y de toda cala6a convivían con cadetes de Leoncio 3rado (seg1n Mario %argas Llosa(! se6oritos de barrios clasemedieros con estibadores y catchascanistas! con centros !alfs de equipos de egunda. =`D [+esde la avenida 8rau! la calle trasuntaba lu/uria de pobre y esco0or en los rescoldos de las ingles. *ra la Lima de la pichicata! la butifarra y el chilcano $uatro Zocas.N OEloy áuregui, Hsted es la $ulpable. $rónicas periodísticas . Lima, Car!a-al, ". )., #i!isión de la Editorial 9orma, SA, S@+S.T
uan argure%ich egal [Las noticias de que había en La %ictoria muchas putas de verdad y que cualquiera podía verlas! hacían obligatoria una ecursión. 7sí que una tarde! luego de las cinco! a la salida del colegio! nos fuimos para allá! ecitadísimos por la novedad. [Todo era cierto. *l /irón #uatica comen0aba en la avenida 8rau! donde una inusual concentración de hombres nos confirmó que allí era nuestro destino. [*ra la cuadra que llamaban de Las "rancesas! todo de puertas y ventanas ba/as donde las se6oras se ehibían recostando sus enormes senos rosados y haciendo gui6os a los viandantes. +e cuando en cuando (comprobamos( alguno se acercaba y luego de un cuchicheo entraba a la casita! mientras la bella cerraba la ventana. *so significaba que allí mismo se ponía en práctica el comercio seual. [*stábamos en la tercera o cuarta cuadra! cuando una vo0 autoritaria nos parali0ó de miedo: [(,P8argurevichQ Gué hace aquíU[*ra el Teniente 5amíre0! nuestro instructor de 3remilitar. [(,Zueno! estamos aquí! paseandoC como usted! mi Teniente- (atiné a contestar. [B para nuestra sorpresa nos saludó con cari6o! nos felicitó y agregó: [(,%engan! los voy a llevar donde mis favoritasC les encantan los /óvenes.[(,3ero! no tenemos plata' qui0á otro día.[$reo que temblábamos ante la posibilidad de enfrentarnos a una de esas se6oras de tetas desbordantes que se reían a carca/adas de nosotros.
[(,Atro día! mi Teniente.[3ero ante nuestra sorpresa! Eoaquín! el huevón de la clase! al que le decíamos ,*l 3a/ero olitario-! di/o con entere0a: [(,Bo me quedo' aquí tengo veinte soles.[B enfilando directo a una de las do6as de carnes más generosas! le preguntó: [(,$uánto me cobra por un ratito nomásUNOuan Gargure!ich, Lo Me/or de $uc1 3ress. Lima, uan Gargure!ich Negal _ Cuc Press Features "yndicate, S, S>+SS.T
9icomedes &anta #ru /El ;einte< Llegaron por los a6os veintitantos! de 3arís! de %ersalles! de Marsella. ,9anette- era un bombón! ,Lul1-! tan bella! que Lima sucumbió por sus encantos. 7quí nuestros paisanos! poco santos' quién más por el favor de su doncella! entablaron terrífica querella! donde quedaron muertos unos cuantos. *l tiempo! ineorable en su sentencia! tra/o con la ve/e0 la decadencia! y la "rancia no fue tan inmortal B surgió una ,Manuela- y una ,5osa-! y fue esta competenciaC amorosa Pun triunfo de la industria nacionalQ O9icomedes "anta Cru, Abras $ompletas . Compilación de Pedro "anta Cru Castillo. &uenos )ires, Libros en Ned, )mertoYn International, ". )., SA, I, AU 'El 3einte.(T
9ota 'inal En la re!ista $aretas del S> de octubre del SA, 9. >?A@, página @, se publicó una antigua $otogra$ía, muy interesante y tal !e nica, del -irón /uatica, 1uiá de los primeros aXos de la d5cada de >BU, cuando an se podía !er el río adyacente del mismo nombre, aun1ue en realidad lo 1ue se aprecia es un simple riachuelo.
HII 3ia.e macro'alosomial 9oticias " comentarios sobre la dimensión genital masculina magnitud ma"or )%enta/a! y no peque6a! tengo en mi cara/o: ninguna mu/er puede resultarme demasiado ancha.2 O>ria#eos! >?.T )Los hombres que tenían un pene peque6o le pedían a 5ucanacoto que se los agrandara. ^ste! por tener un pene grande' consiguió una ve0 satisfacer plenamente a $haupi6amca.2 OGerald 0aylor, 'itos y +radiciones de Huaroc!ir,! c.>, !!. SS+SU.T )e6ora! sabed de cierto que podedes bien a osadas medir nueue o die0 pulgadas en mi mango gruesso e yerto' KC.2 =Cancionero de aena, composición >A, !ersos @H+.T )an Eorge! ya te lo he dicho! gusta de que la mu/er aguante sin inmutarse ocho pulgadas o die0C2
8ero!i.T OLa )badesa a #oXa In5s, en la primera escena del 1uinto acto de la 3arodia de +on Euan , de Leonidas )*s el me/or de los buenos quien sabe que en esta vida todo es cuestión de medida un poco más algo menos.2 O)ntonio MachadoT
El macro'alo homicida 7na de las historias de la India milenaria asegura 1ue srcinalmente el $alo era tan grande, 1ue el hecho de estar la mu-er a cien metros de distancia no impedía el ayuntamiento. )demás de ser la suya magnitud $ormidable, sorprendía hasta el pasmo su $ortalea. Miguelangelesco, pasmaba tambi5n su mo!ilidad. Cierto día, este respetabilísimo seXor horada la pared de una casa, ingresa en ella, tumba a la moradora, pen5trala incontenible hasta el recodo de la garganta, dobla, alcana la boca y, cual boa hematopinta, desemboca ensangrentado y se dirige presto a la cocina: allí destapa la olla, ambulle la cabeota en ella, y de un tirón, goosamente, la !acía de la rica sopa. )ntes de retirarse, mata, o más bien, remata, a su !íctima. Indignadas sobremanera por seme-ante delito, las mu-eres salen en tropel para castigar al asesino, 1ue por su gigante se las !e negras para esconderse. 9o tardan, pues, en encontrarlo y en un santiam5n lo acorralan. Nabiosísimas, le pegan un re!olcón $ren5tico: lo cortan y punan Oiban armadasT, lo abren y traspasan Oarmadas de cuchillosT, lo tasa-ean de lo lindo Ocuchillos $iludísimosT. #es$alleciente, culebrea el titán acuchillado, al paso 1ue las $urientes !engadoras se ceban en 5l.
/ubo por $ortuna un pedao, uno solo, el nico 1ue el hombre logró e!itar 1ue le cortaran: precisamente el 1ue toda la humanidad tiene ahora. Por eso, y así termina la historia, hoy el miembro mide solamente un palmo de etensión. O=>AD, >@.T 8 generalmente, ni eso: pero el de Nosendo mide más, y como el suyo, el de otros, 1ue sobrepasan largamente los S> centímetros del palmo.
osendo " los otros El coruX5s Camilo os5 Cela, escritor de nota y esmerado leicógra$o, contaba a la periodista Lola "al!ador, y sólo como 5l sabía hacerlo, con inimitable grace-o y salpimentando su discurso con epresi!os tacos, o como nosotros diríamos, adereándolo con lisuras, le contaba algunas an5cdotas sabrosísimas, como la siguiente )*n 3adrón Kdistrito /udicial de la provincia de La $oru6a! cuando va un matrimonio de forasteros visitantes! ense6amos (dice $ela( el pedrón donde se amarró la barca del 7póstol! la casa donde murió 5osalía de $astro! la casa donde nací yo Dque ahora ya la empie0an a ense6ar;! la $olegiata! el cementerio yC la polla de 5osendoKK]. )5osendo era un peón caminero que tenía una polla descomunal! una polla que daba gusto verlaC 7sí que íbamos a 5osendo y le decíamos: /90'osendo6 ens25ale la #olla a estos se5ores.8 )B él decía: /90Ho"(re6 no6 Ca"ili5o6 no6 $ue "e da vergZena8 /90Ho"(re6 #ero $u2 dir:n estos se5ores6 $ue vienen de fuera. +e invito a una co#a de aguardiente.8 /904o6 tienen $ue ser dos.8 /90ueno6 #ues dos.8 )B entonces se desabrochaba el pantalón y le caía! como una liebre muerta! una polla descomunal que le llegaba hasta las rodillas K K]' y entonces él miraba muy tímido hacia la se6ora forastera y decía: /90Se5ora6 usted dis#ense6 #ero as, tiene #oco luci"iento8< =KG6 ?.J Zuena polla! polla0a! la rosendina! evocadora de la )masculinidad inverosímil2 del Eosé 7rcadio garcimarque0ano! que la lucía )enteramente tatuada con una mara6a a0ul y ro/a de letreros en varios idiomas2. DK=! >R.; 3ródiga fue también 9atura con el Zoa! a quien %allano le decía siempre: )ha0nos una demostración! orina por encima de la correa2! )muéstrame esa paloma que te llega a la rodilla2. DKRO! =R.; En su obra L-*thnologie du ens 8énitale , dice acobus haber !isto entre los sudaneses musulmanes el pene más grande U centímetros de longitud y de diámetro. Era una )máquina terrorífica2, mani$iesta acobus, más propia de un burro 1ue de un hombre. O=>UD, @@.T ) propósito de la mención -umental 48 el moreno $álico+asni$orme 1ue conoció )rguedas, a1uel negro preso cuyo miembro era)inmenso como el de una bestia de carga2 y 1ue por mostrarlo cobraba )un solcito nomás26
)Tenía los pantalones rotos' eran tro0os de tela sucia que colgaban y mostraban el cuerpo! la piel dura del negro. 3ero la parte de adelante estaba toscamente remendada con peda0os de costal y trapos. /90Son cuarenta cent,"etro6 #atrón6 naides tiene en Li"a8 )*staba idioti0ado! pero las palabras con que proponía su 0negocio8 no las había olvidado. B todos los días revisaba la tupida tela que protegía su bragueta. $ada preso nuevo que caía al segundo piso le pagaba por la ehibición. i iban especialmente donde él! cobraba más. /90Yn solcito6 nada "eno Son cuarenta cent,"etro. 1Hay $ue ver38< O=SD, >AS.T OEn la página S?, )rguedas dice 1ue el negro cobraba die centa!os. Presumo 1ue 5sa era la cantidad, y no un sol, por1ue un sol, en los ltimos aXos de la d5cada de >BU, era mucha plata.T Rue )naides2 tu!iese en Lima a la saón un pene de cuarenta )centímetro2, era sin duda cierto. Pero es opinable 1ue medida tan etraordinaria correspondiese eactamente a la de la prieta !erga del recluso. Por1ue nadie, 1ue yo sepa, !eri$icó tal medición: y el negro pudo haber eagerado, o medido mal. La impresión de )rguedas $ue la de ser cuasi asnal la longitud de a1uel miembro. Pero la ciencia no !i!e ni medra de simples impresiones: ha menester de datos precisos. 8 en este caso, desgraciadamente, no los hay. 8 dígase otro tanto de la polla de Nosendo. 4Medirían ambos príapos, si eran tan magnos como nos los pintan, >S pulgadas, >U, >A6 Posiblemente. 4Estarían encorbatados6 Pregntolo por1ue en esta tres !eces coronada !illa hubo un $ulano de impresionante !erga, 1ue )a lo me/or de la /odienda2 , como dice el tradicionista, 1uitaba el paXuelo 1ue ser!ía de corbata al monstruo y largaba el chicote en banda. Nesta por a!eriguar si para dicha o desdicha de la recipiente. O=U>D, SB.T =WD Mi padre conoció a una su$riente con$esa por la macro$alosomía de su consorte, 1ue para 1ue decreca la supercriatura, poníale toalla, 1ue no paXuelo: y aun así, incomodaba mucho a la seXora: de suerte 1ue el trámite talámico era casi martirial. Peter Ruennell reprocha a Cleland la comisión reiterada de la )falacia longitudinal2 O=HD, iiT: pues e$ecti!amente los más de sus persona-es tienen miembros colosales. 8 al menos en un caso, con ser tanta la largura, admira más la prodigiosa anchura, como 1ue podían haberse echado tran1uilamente los dados sobre el portento, cuya )enorme cabe0a parecía! en cuanto color y tama6o! algo así como el cora0ón de una ove/a corriente2. O=HD, >H>.T "in duda ni el poeta /oracio tenía un atributo así: y conste 1ue 5l era dueXo de uno muy considerable. El emperador )ugusto, sabedor de ello, lo nombraba diciendo )potissimum penem2 : y el mismo /oracio decía de su potentísimo pene 1ue era un )homuncionem lepidissimum2, un lindísimo hombreuelo. )1uel rey de demasías 1ue $ue /eliogábalo estimaba muchísimo las m5ntulas sobresalientes Ocommendatos sibi pudibilium enormitate membrorum T. OMentula llaman Catulo y Marcial al miembro !iril: y mentulatus QmentuladoQ se dice en la 3riapeia del 1ue lo tiene muy grande.T /eliogábalo llegó a ele!ar a las primeras dignidades del Imperio a ciertos persona-es 1ue -usti$icaban tal muni$icencia por el solo título de la magnitud hiperbólica de sus atributos !iriles.
)*n las comesaciones K co"essationes! festines les hacía sentarse a su lado! en íntimo contacto! deleitándose en obscenos y vergon0osos tocamientos D eoru"$ue attrectatione et tactu #raeci#ue gaude(at;' y sólo de mano de ellos quería tomar la copa en que bebía! en honor de sus altos hechos y de los suyos.2 DKO! @! O>' véase también la página FVV.; 7na damisela llamó muy sorprendida )monstruoso2 a Casano!a cuando el c5lebre don-uán le enseXó su atemoriante cara-o: )me dais miedo2, di-o ella al !erlo. O=AD, I, A?.T MaraXón considera presunta esta grandea !iril del $amoso a!enturero !eneciano, y dice 1ue no concuerda con su improcreati!idad. JPues 1u5, aun si no concordara, 1u5 más daK JRu5 tiene 1ue !er el culo con las t5mporasK JCon$undir la capacidad $ecundante con la magnitud genitalK J#ios míoK MaraXón, 1ue no ocultaba su desa$ecto por Casano!a =WD, siente ridiculísima la con$esión de 5ste, en una de sus cartas, en la 1ue se consigna un dato )del que pueden inferirse! en centímetros! las dimensiones de sus atributos viriles2 . Parecía esto a don Gregorio )sospechoso afán ehibicionista2. O=SAD, SS.T ) mí, al contrario, me parece simple orgullo $álico Oy de alguien 1ue no era lisiado al re!5sT. Consta en el Iaratustra nietscheano una obser!ación sobre el lisiamiento a la in!ersa, coneionable con la macro$alosomía, por1ue se podría dar el caso Oseguramente se daT de un gran desarrollo !ergal coeistente, contrapuestamente, con el ningn desarrollo del resto del indi!iduo. Pudiera ser 5ste pura verga, y, por lo demás, una nulidad. )Lisiados al revés2 llamaba 9ietsche a estos )seres humanos a quienes les falta todo! ecepto una cosa de la que tienen demasiado2 . O=SBD, p. S, '#e la redención(, SU.T /ans, poseedor de un luengo príapo, dice 1ue en el cote-o del suyo erecto con el de otros competidores, los supera casi siempre por tres pulgadas y ocasionalmente por una sola. )3ersonalmente he eaminado a #ans Qdice CoryQ y puedo asegurar que no eagera.2 O=?D, @.T *agerado! sí! ese 7ureliano de $ien 76os de oledad! que podía llevar )en equilibrio una botella de cerve0a sobre su masculinidad inconcebible2. DK=! FO>.; 8 eageradísimo a1uel teniente de un megalo$alo de >? pulgadas Ocasi A centímetrosT, pero incapa de erguirse por su ecesi!a longitud. OIn$ormación del mentulado /olmes.T=WD Inereccionabilidad descali$icante para inter!enir en esta especie de Bobutsu&urabe Ocomo dicen los -aponesesT o competencia $álica 1ue mi pluma !iene desarrollando. Cuenta /inostroa 1ue su padre )tenía una pinga impresionante2 : y en uno de los recuerdos oníricos del poeta, 5ste compara pingas con su amigo )él sacó la suya que era etraordinaria enorme como un bra0o y muy gruesa pero además perfecta2 . O=SD, >H, A.T Rue )parecía un bra0o de muchacho2 dice Gál!e Nonceros del miembro de uno de sus persona-es, un negro 1ue orinaba de lo lindo. O=>?D, HB.T &runo tambi5n el dueXo de una estupenda masa priápica 1ue, en reposo , alcana la $riolera de un palmo. O35ase la ilustración correspondiente en =BD, ?H.T 7rturo! )poseedor de un pene de etraordinaria longitud2! )asumía una postura beatífica en la que su cuerpo se cerraba sobre sí mismo y lo aislaba en un nirvana hermético! con la cabe0a de su seo dentro de su boca etático e inmóvil2. DKFR! FF.;
Mi amigo, el psi1uiatra os5 Ma )rnillas )rana, me contó 1ue don os5 Gál!e, buen poeta y persona-e político, se enorgullecía de haber sido dotado por 9atura de un respetable atributo !iril, 1ue le había dado, segn propia con$esión, )más satisfacciones que la poesía y la política /untas2 . )demás, el chiste 1ue solía contar Gál!e, el de un ambo 1ue se mane-aba una de padre y muy seXor mío, era para 5l, no solamente un buen chiste Oy lo eraT, sino )el chiste por ecelencia2 , como 5l mismo decía. O7na amiga íntima de Gál!e con$ió al doctor os5 Morón 1ue la dotación genital del !ate e!ocador de la Lima ida era )ecepcional2. Me lo di-o el propio Morón, en >B?, en casa de S centímetros, por e-emplo, se podría decir 1ue es uncorp1sculo, y de uno menor, un microbio. )un1ue la grandea no es necesarísima, ni la pe1ueXe, maldita, lo cierto es 1ue hay atributos de largor pasmante, y cosillas apenas perceptibles, 1ue $uncionalmente son, los primeros, de primera, y las otras, de$icientísimas o nulas. Pareciera 1ue en esto es menester no ponerse gracianesco, por1ue está !isto 1ue lo bueno, si bre!e, no es dos !eces bueno. 7na, si acaso, pero generalmente desir!en las )quintas esencias2 encomiadas a otro propósito por &altasar: y al contrario, sir!e y hasta persir!e el )hombre largo2 1ue Gracián desestima.
El 'alo di%ino Comenó en la India mi luengo !ia-e, y ahora, al cabo de 5l, !uel!o a ella: !uel!o, por1ue es de la India la historia 1ue he de contaros. El día primordial de la Creación, in illo tempore , discutían 3ishnu y &rahma acerca de su origen. "e a$anaban, disputantes, por establecer, y pronto, a 1ui5n correspondía la precedencia y de 1ui5n era la indiscutible primacía. Estaban en$rascados en esta contro!ersia, cuando !ieron 1ue a su lado se erguía, ma-estuoso, un $alo resplandeciente y de dimensiones tan colosales, 1ue uno de sus etremos se hundía en el !asto oc5ano y el otro, atra!esando las nubes, se perdía en el cielo in$inito. #eslumbrados por la magni$icencia del $enómeno, &rahma y 3ishnu cesaron de discutir y se preguntaron 1u5 signi$icaba la aparición de a1uel $alo luminoso y aparentemente interminable. )Lo primero que tenemos que hacer2! di/eron! )es averiguar la verdadera longitud del impresionante linga"2. Entonces 3ishnu, con!ertido en boa, se sumergió en el oc5ano para alcanar la base del portentoso miembro: y para alcanar el otro etremo, &rahma, con!ertido en cisne, emprendió el !uelo. 0ranscurrieron !arios aXos y 3ishnu seguía buceando, pero sin 1ue $ructi$icara la diligencia. La base del lingam no era !islumbrable ni por casualidad. Considerando, pues, intil cual1uier es$uero ulterior, retornó 3ishnu para encontrarse con &rahma y con$esarle el $racaso de su misión. La de &rahma, en cambio, había resultado eitosa. )5econo0co2, di-o &rahma, )que el linga" es muy grande! pero no lo es infinitamente' tiene cima y os confieso que llegué a ella luego de muchísimo volar2 . #icho esto, 3ishnu no tu!o más remedio 1ue aceptar la superioridad de &rahma. Pero he a1uí 1ue aparece en ese momento "hi!a, el mismísimo teniente del $alo $antástico: y "hi!a eige a &rahma perentoriamente una prueba de haber alcanado el
etremo, de haber llegado, como decía &rahma, a la cumbre o cima del colosal atributo. &rahma se con$unde, no sabe 1u5 decir, tartamudea. Ello bastaba era el mentís de su pretensión. Entonces, por $alsario, "hi!a le cercena una de sus cinco cabeas y $elicita e$usi!amente a 3ishnu por haber sido tan honesto. O=AD, >>U+>>A.T En el principio, no $ue pues el 3erbo, sino el Lingam, el $alo di!ino, interminable y eterno.
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HI3 La Iglesia #atólica " la ena de muerte 4De'ensa insólita6 )7unque pare0ca insólito Qdecía el encabeamiento de una noticia publicada en un diario localQ, obispo defiende la pena de muerte.2 "5ame permitido aclarar 1ue tal de$ensa no es insólita: todo lo contrario, es sólita, y lo demostrar5 inmediatamente. "egn la doctrina tradicional de la Iglesia Católica, la pena de muerte no contradice la ley di!ina, aun1ue tampoco es estrictamente necesaria: su necesidad depende de las circunstancias. Cuando 5stas la -usti$ican, se aplica.
Eselunantes matanas bíblicas #ios mismo ha sido aplicante de medida tan etrema: y si bien consta en la &iblia el precepto )9o matarás2 , prohibición tal sólo rige para los miembros del pueblo supuestamente elegido. Lo cual es tanto más e!idente cuanto en la &iblia se re$ieren !arias matanas espelunantes ordenadas por #ios o e-ecutadas directamente por 5l. Con!5nase el lector de ello por los e-emplos siguientes )*sa noche pasaré yo por la tierra de *gipto y mataré a todos los primogénitos de la tierra de *gipto! desde los hombres hasta los animales! y castigaré a todos los dioses de *gipto. Bo! Bavé.2 Dxodo! O:O.; )*n medio de la noche mató Bavé a todos los primogénitos de la tierra de *gipto! desde el primogénito del "araón! que se sienta sobre su trono! hasta el primogénito de los animales. *l "araón se levantó él! todos y todos los egipcios! resonó en *gipto un gran clamor! pues de nonoche! había casa dondesusnoservidores hubiera un muerto.2 Dxodo!yO:O?.; 2cho capítulos despu5s, en el capítulo !einte, #ios re!ela al hombre el #ecálogo: sin embargo de lo cual, casi inmediatamente, en el capítulo !eintidós, !ersículo diecisiete, se ol!ida #ios de 1ue acaba de prohibir, entre otras cosas, el homicidio, y lo ordena tran1uilamente. En e$ecto, el !ersículo diecisiete dice así )9o de/arás con vida a la hechicera.2 O"iglos despu5s se apoyaría la Iglesia en este lugar !eterotestamentario para -usti$icar la absurda y cruenta cacería de bru-as.T )7van0aron contra Madián! conforme a la orden que Bavé había dado a Moisés! y mataron a todos los varones.2 D4N"eros! F:=.;
7na orden di%ina realmente increíble )Matad de los ni6os a todo varón (ordena +ios(! y de las mu/eres a cuantas hayan conocido lecho de varón' las que no han conocido lecho de varón! reserváoslas.2 D 4N"eros! F:=4>.; )lberto Colunga y Maimiliano García Cordero, de la Ponti$icia 7ni!ersidad de "alamanca, comentan en los siguientes t5rminos el atro pasa-e reci5n transcrito )*sta cruel ordenación no tiene /ustificación dentro de la ética humanitaria elemental! pero ha de entenderse dentro de las leyes de guerra de la antigWedad y dado el fanatismo religioso de la época.2 Di(lia Co"entada! @! >>>.; D7grego: )y en vista de la vive0a de la época2' porque efectivamente es una vive0a eso de reservarse a las vírgenes para llevárselas a la cama.; )3ero en las ciudades de las gentes que Bavé! tu +ios! te da por heredad! no de/arás con vida a nada de cuanto respira.2 D Deuterono"io! OV:??U, titulado '3i!ir Jes de$enderseK(, menciona a unos peones 1ue obser!an ()escupiendo por el colmillo2( 1ui5n entra y 1ui5n sale de las casas. O Cf. 7ntología de 3edro 3a0 oldán y Hnanue . Estudio y "elección de Fernán )ltu!e+Febres Lores. =LimaD, Editorial Ruinto Neino, S@, HB.T 'El 0unante( Gamarra, en su artículo 'El por1u5 de algunas candidaturas(, dice )el hi/o diputado! el sobrino diputado! todos diputados y escupiendo por el colmillo2. O)belardo Manuel Gamarra, alias 'El 0unante(, *n la $iudad de 3elagatos. "elección, Prólogo y 9ota &io+bibliográ$ica de Edmundo Corne-o 7. Lima, Ediciones Peisa, =>BH@D, AU.T "e me !iene a las mientes la comparación $ácil de ser el sali!ao mani$estación eyaculatoria. Es otra manera de darla. Es tiro pol!esco, !aciamiento o !aciada. 8 por supuesto epresión de mache. En una a!eriguación hecha por el psicólogo )le-andro Ferreyros entre alumnos uni!ersitarios, 5stos mani$estaron, inter alia, 1ue los hombres suelen escupir en la calle, pero 1ue las mu-eres rara !e lo hacen. )"ue consensual la idea (dice "erreryros( de que una mu/er que escupe sería percibida invariablemente como ,machona- Dno lesbiana; y que sería intimidante y virtualmente peligrosa.2 D7le/andro "ereyros! )%ivir en cana2. Guehacer! OVVO! setiembre4octubre! 9. F>! =b.; )demás, y $inalmente, cuando las mu-eres escupen en la !ía pblica, lo hacen ba-ando el tronco y la cabea, es decir, se inclinan para escupir: el hombre, no.
H3II Pesante e imesante )orges " la solide o macice de los antiguos globos terrá2ueos orge Luis &orges re$iere 1ue cuando $ue director de la &iblioteca 9acional, lle!ó a su casa un globo terrá1ueo 1ue había pertenecido a os5 Ingenieros y 1ue la hi-a de 5ste, Celia, había regalado a &orges. La re$erencia !iene a colación por1ue el tal globo era macio, de madera, lo cual induce a pensar 1ue, en general, el mundo era antes más sólido. Los uni!ersos 1ue se $abrican ahora, dice &orges, son de material plástico y se tumban al menor soplo. El mundo, e$ecti!amente, parece tener hogaXo menos peso 1ue antaXo: es decir, menos pesante0' peso es pesante, y pesante, gravedad, y 5sta, la cualidad por la 1ue todo cuerpo propende a dirigirse al centro de la 0ierra, cayendo hacia 5sta siempre 1ue se remue!e el obstáculo 1ue lo detiene o la causa 1ue lo impide. La $uera con 1ue un cuerpo es atraído hacia el centro de la 0ierra constituye su peso, el cual, en un determinado lugar, es proporcional a la masa de a1u5l. &ien dice el 3eque6o Larousse $ientífico 1ue la noción 1ue nos es $amiliar con el nombre de peso, no es sino la mani$estación de la atracción 1ue el globo terrestre e-erce sobre los ob-etos.
Magnitud " esante "i la es$era celeste, conser!ando su misma densidad, $uese mayor, entonces todos los cuerpos 1ue hay en ella pesarían más: y al re!5s, pesarían menos si $uese menor la magnitud del mundo. 7n hombre cuyo peso en la 0ierra $uese de setenta ilos, pesaría sesenta y uno en 3enus y !eintis5is en Marte: en la Luna, solamente once ilos, pero ciento setenta y seis en piter, 1ue es un gran planeta: y si por !entura pudiese llegar al "ol sin achicharrarse, entonces pesaría allí la $riolera de dos mil cuatrocientos ilos. Pero 1ued5monos en la 0ierra, 1ue ya es bastante grande: sólo 1ue la grandea de este planeta es nicamente eso, magnitud. )$uando yo era ni6o (decía 7natole "rance(! creía que siendo el mundo una cosa tan grande' se comportaría con alguna seriedad.2 Pero no, seriedad y magnitud no !an de consuno. 2 dicho de otra manera pueden haber cosas grandes, magnas, tamaXas, pero con escaso peso especí$ico, sin mayor consistencia. /ay hombres así, muchísimos. /ombres 1ue no tienen peso ni trabaón. Carecen de entidad, $uera y substancia. "on li!ianitos. 8 segn obser!ación
certera de don /5ctor 3elarde, al haber en nuestro medio escasa presión, se ele!an como globos y de la noche a la maXana se con!ierten en persona-es encumbrados. "e !an arriba, precisamente por1ue no tienen peso. 8 al contrario, los 1ue lo tienen rara !e se encumbran, o nunca.
lobos " globitos /ace más de cincuenta aXos publicó don /5ctor 3elarde un artículo titulado 'Globos y globitos(, y entre otras cosas decía las 1ue a continuación transcribo )9uestra presión eterior es mínima' la resistencia del medio ambiente es muy suave' la atmósfera! aunque h1meda! es livianita' nada fuerte' sólido! compacto y denso se opone a las presiones interiores de los individuos Dpersonalidad;! que sueltos y sin trabas! se hinchan y suben como globos y globitos. )9o ha observado usted la cantidad de gente que habla sola por la calle! que da brincos! manotea y se deshace en ticsU "alta de presión eterior. 9ada retiene sus impulsos internos! intenciones! tendencias! refle/os! comple/os! gastritis! etcétera. e epresan elocuentemente! dramáticamente! alborotadamente! al menor deseo! a la menor idea! al menor dolorcito. KC )Lo malo de esta facilidad epresiva es que lleva frecuentemente a la locura a una serie de gente sana que! con un poquito de presión eterior! podría curarse. )Atra desventa/a: no hay materialmente un instante de sosiego para pensar! refleionar! meditar! estudiar! comparar y saber' es decir! para sostener una actividad de firme reposo y de efectivo peso. )7l menor descuido! al primer olvido! se encuentra uno hinchado! subido! flotando en el espacio! perdido! al garete. 7 la menor presión interior incontrolada! a la menor distracción! PpufQ! P8loboQ2
La 'acilidad con 2ue se 'orman globos! globitos " globaos Rue Luisito, ese muchachín de siete aXos, hace unos dibu-os mara!illosos sin 1ue nadie leRue haya J/uyK JMiguel ZngelK un día en el espe-o y !io 1ue no era unenseXado` ambito de La 3ictoria se contempló tan ambo, sino más bien ciaron, tirando para blanco. J/uyK J)rioK Rue el !ecino de este )ario2 -uega muy bien a la pelota y, segn dicen, o segn dice 5l, los tres clubes grandes de nuestro medio ya le han echado el o-o y piensan contratarlo. JPero claro, hermano, si -uega como Pel5K Rue en Lince hay una rubiona, a la 1ue llaman Pochocha, de piernas magní$icas y tetamenta impresionante. J/uyK Miss J PerK )sí es de $ácil la $ormación de globos, globitos y globaos. 0antos son los 1ue pululan, 1ue los mismos marcianos, tan amigos de los ob-etos !olantes, nos en!idiarían. &ueno, 1ue nos en!idien. )l $in y al cabo, como decía 3oltaire, me-or es dar en!idia 1ue lástima.
Los naturales de Passau Pero así como abundan los 1ue se ele!an en un dos por tres, abundan tambi5n los 1ue no se ele!an. 4"aben por 1u56 Por1ue tienen mucho peso: sólo 1ue no es el del talento, sino el de la brutalidad, y la brutalidad pesa toneladas. Estos seXores son de Passau, son los naturales de Passau 1ue Garcilaso menciona en el capítulo octa!o del libro no!eno de sus $omentarios. #ice Garcilaso 1ue cuando /uayna Cápac !io cuán bestial era la gente de Passau, sumamente bruta, consideró 1ue sería !ano el traba-o de reducirla a urbanidad y policía. )P%ámonos (eclamó #uayna $ápac(! que éstos no merecen tenernos por se6orQ2 Lo interesante, y en el $ondo lo calamitoso, es 1ue estos naturales de Passau perviven, y no como grupículo, sino como legión. Los de Passau están entre nosotros, con!i!en con nosotros, y son tantos como los 1ue por su inconsistencia, !aciedad e impesante se ele!an como globos y se encumbran no menos rápida 1ue $ácilmente. "e les suele llamar )nuevos valores2.
H3III *El in'ierno son los otros+ La $rase )*l infierno son los otros2 es del c5lebre $ilóso$o eistencialista, ean+Paul "artre, y está en una de sus obras de teatro, la 1ue se titula 7 3uerta $errada. En esta obra de >BAA, "artre describe el in$ierno 1ue !i!e el hombre contemporáneo por el tormento 1ue le in$lige la mirada de sus seme-antes, re!eladora de la distancia entre lo 1ue 5l realmente es y lo 1ue 1uisiera ser. O $f. Grupo Editorial 2c5ano, 8randes 3ersona/es. &arcelona, 2c5ano Grupo Editorial, ". )., S, HSH.T El in$ierno, segn ean+Paul "artre, es la mirada a-ena, esa mirada pes1uisante 1ue me descubre y re!ela y 1ue me penetra: una mirada in!asi!a 1ue me incomoda, disgusta y o$ende: la mirada del entrometimiento, intrusa e inmiscuidia, y no sólo in$ernal, sino in$ierniante=WD. %icente "atone! en su @ntroducción al *istencialismo! dice: )Guisiéramos ser la mirada que todo lo ve y que no es vista por nadie. Guisiéramos ser como +ios! a quien se concibe precisamente como la mirada que todo lo ve y a la que nadie puede ver. Guisiéramos espiarlo todo como espiábamos cuando ni6os por el o/o de la cerradura K]. )3ero no nos conformamos con eso' queremos ver y que los demás se sientan vistos! para que así se sientan cosas inermes ba/o nuestra mirada. )$uando cru0o mi mirada con otro! entablo con él un duelo' y si lo obligo a ba/ar la vista y entregarse como cosa ba/o mi mirada! habré conseguido que de/e de mirarme y de convertirme en cosa' yo seré su infierno! y no él el mío.2 D%icente "atone! @ntroducción al *istencialismo. Tercera edición. Zuenos 7ires! *ditorial $olumba! ?=! FO.; El poder in$ernal e in$ierniante de la mirada ha sido reconocido siempre por todas las culturas y todas ellas desaprueban la mirada directa, $i-a y sostenida: desaprobación 1ue se eplica por la creencia uni!ersal y anti1uísima en el mal de o/o o fascinación, el in$lu-o mal5$ico 1ue una persona puede e-ercer sobre otra mirándola $i-amente y con ánimo ad!erso. #ebe entenderse Qy repetir5 lo 1ue ya di-e en mi 'Introducción a la cineseología(Q 1ue el srcen mágico de la desaprobación es una eplicación cultural del hecho, pero el !erdadero srcen es natural, es una conducta de fábrica, innata. Entre los gorilas es igual, y así lo asegura 1uien los conoce me-or 1ue nadie, #ian Fossey. #ice esta notable in!estigadora lo siguiente )3ara ellos =para los gorilasD, al igual que ocurre a menudo en el hombre! la mirada fi/a y directa significa una amena0a.2 O#ian Fossey, 8orilas en la 9iebla. &arcelona, "al!at Editores, ". )., >B?@,>>.T "chopenhauer di-o algo similar a lo epresado por "artre. Mani$estó 1ue )cada hombre está condenado a ser el demonio de su pró/imo2 , pues el mundo es en buena cuenta in$ernal y la in$ernalidad mundial supera a la del a!erno imaginado por el )lighieri.
)La verdad es que debemos ser miserables y lo somos (escribe chopenhauer(! y la fuente principal de los mayores males que afligen al hombre es el hombre mismo: 0Ho"o !o"ini lu#us8. KK] )$uando nos damos eacta cuenta de esta verdad! el mundo nos parece un infierno superior al del +ante! en que cada hombre está condenado a ser el demonio de su pró/imo! aunque es for0oso confesar que algunos tienen capacidades especiales para ello! KC.2 D7rturo chopenhauer! *l Mundo como %oluntad y 5epresentación. Zuenos 7ires! Ziblioteca 9ueva! ?RO! ?R.; "arcástico y pesimista, "chopenhauer decía 1ue el momento más $eli en la !ida de un hombre dichoso es el momento en 1ue se duerme, así como el momento del despertar es el más amargo y deplorable en la !ida de un hombre in$eli. Para "chopenhauer, la !oluntad, el deseo, en cuanto es un 1uerer o desear algo 1ue no se tiene, es dolor. La !ida es el reinado del dolor omnímodo, 1ue lo abarca todo, y el llamado placer es tan sólo una remisión o supresión del dolor. Ruerer es esencialmente su$rir, y como !i!ir es 1uerer, toda !ida es por esencia dolor. El dolor es la ley uni!ersal del mundo $enom5nico, y el placer no es más 1ue una momentánea satis$acción, !ale decir, una interrupción del su$rimiento. La bs1ueda del placer es siempre negati!a, por1ue todo anhelo satis$echo engendra una nue!a aspiración, lo 1ue naturalmente ocasiona la insatis$acción correspondiente. Lo nico positi!o es la e!itación del dolor. El mundo es el in$ierno, y los hombres se di!iden en almas atormentadas y diablos atormentadores. Fernando #ía+Pla-a, en su obra Mis 3ecados $apitales, dice en la página B@ lo siguiente )Bo he sido un solitario siendo al mismo tiempo sociable. Me encanta! lo saben mis amigos! estar con ellos! charlar y comentar. 3ero quiero ser yo quien decida cuándo esté a mi lado la compa6ía! no que amane0ca el día con ella impuesta. )B creo que esta sensación la comparten muchos que no quieren admitirlo. Gue la mayoría de disgustos que ocurre en el matrimonio o entre hermanos es precisamente porque 0el otro8 está siempre presente! cuando lo necesitamos y cuando no lo necesitamos! que es la mayoría de las veces. ,*l infierno (artre dixit( son los otros.-2 La idea de 1ue el otro es una presencia infernal o de 1ue los otros son presencias infernales, 1ue causan mucho disgusto o $astidio, nos recuerda inmediatamente la dolósfera. En una etensa entre!ista a Pablo Macera publicada en el nmero >B de la re!ista La $asa de $artón , dice Macera 1ue así como la 0ierra tiene una atmósfera, o sea una capa de aire 1ue la rodea, de la misma manera tiene una dolósfera, es decir, un dolor 1ue la penetra e impregna. 7no de los signi$icados del !erbo penetrar es llegar lo agudo del dolor a lo interior del alma, a nuestra misma dentrura, a lo más recóndito de nuestro ser, a lo 1ue se llama elpenetral. El antropólogo #a!id &idney dice 1ue en toda cultura hay 1ue distinguir los artefactos, los mentefactos Oo como decía os5 2rtega y Gasset, las mentefacturas, 1ue 5l oponía a las manufacturasT: bueno, repito, en toda cultura hay 1ue distinguir los artefactos, los mentefactos y los sociofactos.
Los artefactos son lo material, lo práctico+t5cnico. Los mentefactos son las lenguas, la $iloso$ía, la ciencia, los ideales religio sos, morales, est5ticos. Los sociofactos son los patrones o pautas sociales y las instituciones sociales. ) estas tres clases de factos , podríamos agregar una clase más, la clase de los dolofactos, esto es, los dolores del mundo. 2-alá se diga y rediga, al menos entre gente culta, dolósfera y dolofacto, dos neologismos muy bien $ormados e incuestionablemente tiles. Por ltimo, )l!in 0o$$ler, en La Tercera Ala, habla de la sociósfera Ola organiación socialT, la tecnósfera Olos sistemas de energía, producción y distribuciónT, la psicósfera Olas ideas y creenciasT y lainfósfera Oel uni!erso mediáticoT.
#oda O.os luteranos )3ero lo que más impresionaba del rostro de Lutero no podría haberlo captado nunca la paleta de un pintor: el brillo de sus o/os oscuros! que unos consideraban demoníaco y otros angelical. de sussucontemporáneos afirma queLutero. ,fulguraban y refulgían unaeca estrella! no se podíaHno sostener mirada-.2 D#anns Lil/e! Zarcelona! alvat!como Zibliot alvatyde 8randes Ziografías! ==! ?>4F?.; DTeófilo 8autier! Madama de 8irardin y
O.os hitlerianos )Las ra0ones de su facultad Kde la facultad de #itler de influir en los demás Dque es naturalmente el talento esencial de los demagogos; son m1ltiples. )+ebemos pensar! ante todo! en lo que ha solido llamarse su "agnetis"o! que seg1n la mayoría de los observadores estaba en sus o/os. KC #ay cierto n1mero de noticias que muestran que inclusive las personas predispuestas contra él se convertían s1bitamente cuando #itler las miraba directamente a los o/os. KK]
)#ay muchos documentos en que se mencionan las propiedades magnéticas de sus o/os. $omo yo nunca lo vi sino en fotografía! que sólo da una idea muy vaga de esa propiedad especial! lo 1nico que puedo hacer es especular acerca de dicha propiedad. )Mi especulación se facilita por una observación que se hace frecuentemente respecto a las personas muy narcisista s y sobre todo fanáticas! que suelen tener un brillo particul ar en los o/os! brillo que les da una apariencia de gran intensidad y gravedad! de algo etraterrenal. )+e hecho! muchas veces es difícil distinguir entre la epresión de los o/os de un hombre muy serio! casi santo! y la epresión de los o/os de un gran narcisista! incluso medio loco. La 1nica cosa que los distingue es la presencia (o ausencia( de cordialidad y de calor. 7hora bien: todos los datos concuerda n en que #itler tenía los o/os fríos y toda la epresión de su rostro era fría' había en él una ausencia total de calor o sentimiento. )*ste rasgo podría tener un efecto negativo (como lo tuvo en muchos casos( pero a menudo refuer0a el poder magnético. La crueldad fría y la falta de humanidad en un rostro produce temor' uno prefiere! antes que admirar! espantarse. La palabra que me/or puede describir esta me0cla de sentimientos es ,pavor- o ,espanto- D a%e;' es algo terrible! temible! pero también imponente! que nos infunde un temor reverencial. *n hebreo! la palabra nora! tiene casi el mismo doble significado que el inglés a%eB se emplea para designar uno de los atributos de +ios y representa una actitud arcaica en que +ios es simultáneamente horrible y sublime.2 D*rich "romm! 7natomía de la +estructividad #umana. Méico! iglo %eintiuno *ditores! . 7.! ?=R! RV? y nota O>.;
HIH *La mantida readora+ #ice Eguren lo siguiente, en 'La noche de las alegorías( )e percibe de hora en hora Y la mantida re0adora.2 9adie, 1ue yo sepa, ha eplicado hasta la $echa lo 1ue signi$ica )la mantida re0adora2. "er5, pues, el primero en hacer $ácilmente comprensible el !erso de 1ue se trata. 7na de las noticias, entre las !arias interesantes, 1ue contiene el libro de Nemy de Gourmont, "ísica del 7mor , se re$iere a la !ora mantis religiosa, 1ue durante el apareamiento li1uida al macho 1ue la cubre y se lo come. Gourmont, basándose en Fabre, dice al respecto, y bien, lo $undamental. Fabre, desde luego, es más noticiante, y en su obra $ostumbres de los @nsectos , dedica a la mantis tres capítulos. Noger Caillois, por su parte, en su libro *l Mito y el #ombre, publicado en >BUB, ha reunido todo el material etnológico, religiológico y $olclórico acerca de la mantis religiosa. "e consultará con pro!echo, además, el artículo de Nicardo Carrasco, 'La mantis religiosa un insecto !ora y enigmático(, publicado en la re!ista 8eoMundo, >B?H, >>?, >A+=>A@D. 8 por aXadidura s5pase 1ue el !ate os5 B>>, SU.T Palma, comentando la posible abolición del culto a "an Epedito, decía 1ue ello le importaba )un pepinillo en escabeche2 . ONicardo Palma, Tradiciones 3eruanas, 3, =>A>D.T "an Epedito, dice Palma, era )el santo a la moda para proveer de marido a ni6as crédulas y alborotadas2. O+radiciones, 3, >
[email protected]=WD Para resarcirnos de tanta credulidad y tontería, leamos el istema de la 9aturale0a, de Paul /enri #ietrich, barón de /olbach, $ilóso$o $ranc5s nacido en >HSU y muerto en >H?B. /e a1uí una cita muy pertinente y toni$icante )i nos remontamos al comien0o! entonces hallaremos que la ignorancia y el temor crearon a los dioses' la fantasía! el entusiasmo o el enga6o los adornaron o desfiguraron' la debilidad les rinde culto' la credulidad los conserva' la costumbre los respeta y la tiranía los apoya para que la ceguera de los hombres sirva a sus propios intereses.2
#arta a Martha ildebrandt >S de -ulio del S> Estimada doctora /ildebrandt )cabo de leer su nota leicográ$ica Cuando las papas 1ueman, publicada en *l $omercio el > de -ulio del S>. Cada !e me con!eno más de 1ue aun los me-ores ling[istas Qy usted es una gran ling[istaQ cometen grandes errores. 7sted se e1ui!oca completamente al suponer 1ue la papa de [cuando las papas quemanN y así mismo la papa de papa caliente es el tub5rculo comestible. J9oK En pare-o error incurrió, hace muchos aXos, /ernán Nodrígue Castelo, ilustre ling[ista ecuatoriano, hasta 1ue le demostr5 cuán e1ui!ocado estaba y no tu!o más remedio 1ue admitirlo. ) 1uienes deseen enterarse cumplidamente de mi argumentación los remito a mi ensayo L5ico obsceno, incluido en mi libro +e esto y aquello , publicado hace cuatro aXos por la 7ni!ersidad Nicardo Palma. La papa de papa caliente y de [cuando las papas quemanN es la papa seual y en tal sentido papa es chucha! concha! co6o! 0orra! caverna! ra/a , etc5tera, y la quema0ón es la transmisión de en$ermedades !en5reas y la calentura de la papa se re$iere a la arrechura o lu-uria de la hembra, a la cual el !arón t5rmino medio se la imagina paciente de furor uterino. Por otra parte, quemarse por contraer una en$ermedad !en5rea es un pronominal 1ue !engo oyendo desde hace sesenta aXos y 1ue uan Zl!are 3ita incluye en su +iccionario de 3eruanismos. Las papas 1ue 1ueman, o sea las chuchas 1ue en$erman son las transmisoras de en$ermedades !en5reas. [Hna papa calienteN es epresión denotati!a de la mu-er muy ardiente, arrechísima, con unas ganas seuales tremendas, y 1ue pro!oca recelo en el hombre, por1ue ella lo !a a eigir a $ondo y 5l ignora si podrá responder como se debe. "in haber leído a @ de diciembre del S, /ugo 9eira tu!o la gentilea de obse1uiarme una obra titulada Los V libros que todo peruano culto debe leer . Los compiladores eran Ma /ernánde, Francisco "agasti y Cristóbal )l-o!ín. 8a sería bastante 1ue los -ó!enes de hoy lean esos cincuenta libros. Rue los lean, en primer lugar, por amor al saber, y en segundo lugar, para conocer me-or y a1uilatar debidamente y apoyar como se debe esa gran causa y esa pasión 1ue es el Per. Menciono a continuación, y en el orden de presentación 1ue tienen en el libro, a los cincuenta autores Luis Lumbreras, Franlin Pease, ohn Murra, María NostYoroYsi, ?B@, su amigo, el pintor y grabador norteamericano de Eulio! ucre o Zolívar! a pie y distraídamente , =`D sin ning1n sobresalto.2 O#omingo 0amari Lcar, ')Xos @ Lima nocturna(. $aretas, >BBS, U de maro, 9. >SA, A.T 3olla es uno de los muchísimos sinónimos, !igentes en EspaXa, del miembro !iril. E1ui!ale a lo 1ue nosotros llamamos !ulgarmentepinga. =D
7n tal Gio!annone, segn Fellini, )aterrori0aba a las campesinas ehibiendo su miembro como una liebre muerta2. O=>@D, >A>.T =lD
=mD
Palma dice )a lo me/or de la /odienda2. La /odienda es e!identemente la copulación, pero 4y )a lo me/or2 , 1ue signi$ica6 )1uí la epresión a lo me/or no signi$ica qui0á, ni tampoco, como, en lo antiguo, de pronto o inesperadamente, sino 1ue es !ariante de en lo me/or de, o sea en el momento más grato, intenso o placentero de algo: epresión 1ue se construye siempre con la preposición de, lo cual no ocurre con a lo me/or , 1ue nunca la lle!a: pero en Palma siempre la lle!a, por1ue segn presumo era otra manera de decir en lo me/or de . O0ambi5n Gamarra, *n la $iudad de 3elagatos , >>, dice )a lo me/or de2.; En '9adie se muere hasta 1ue #ios 1uiere(, dice el tradicionista )a lo me/or de la función2 OT3, I, UAT: en 'La $ruta del cercado a-eno( se lee )a lo me/or del berrinche2 OT3, II, SA@T. Palma decía tambi5n )en lo me/or de2 , epresión constante en 'Los mos1uitos de "anta Nosa( y en 'La proea de &enites(DT3! @%, =AUD, UABT. 7 lo me/or por de pronto o inesperadamente consta en Manuel Gonále Prada, Abras, 3II, S@@, y así mismo en )rmando Palacio 3ald5s, La #ermana an ulpicio , HH, S>@, SHA, y en Marta y María , del mismo autor, capítulo @, página >U. El lugar citable de Gonále Prada es como sigue [Zesaba el negro a la blanca Y $uando a lo "eor ! P0asQ P0asQ Y iente el pobre por detrás Y Las cosquillas de una trancaN . =nD
)$omo hay invertidos interesantes y repugnantes! ladrones que entusiasman y otros que causan desprecio! así +on Euan puede ser un seductor! aun para los hombres! o un est1pido. *ntre estos 1ltimos coloco a $asanova.2 O=SUD, ?.T
#iscuerdo completamente del sentir maraXoniano. =oD
/ay un negro, en los Estad os 7nidos, al 1ue le dicen )3inga Larga2 DLong +ong;, estrella de la pornogra$ía $ílmica, y 1ue tiene una !erga de >? pulgadas, la cual, en estado de tumescencia, apunta al suelo. 9o se yergue ni puede erguirse. En las re!istas pornográ$icas se publican a!isos en los 1ue se o$recen !ídeos de )3inga Larga2.
El instrumento de este seXor sólo impresiona por lo largo, pero no es muy grueso y tiene cabea pe1ueXa. Es una pinga desproporcionada. En general, el pene 1ue sobrepasa los S@ centímetros tiende a de$ormarse y a$earse. =pD
Murió el >S de maro de >B??, a los AU aXos de edad, !íctima del sida. O=S?D, AU.T
Esto tambi5n lo sabía, y muy bien, el ilustre cientí$ico espaXol "antiago Namón y Ca-al, 1ue en su libro *l Mundo %isto a los Achenta 76os , cuenta haber su$rido en su !e-e de hipoacusia o disminución de la sensibilidad auditi!a. )*n cuanto a mí QdiceQ, prefiero mil veces la sordera a la ceguera. 7quélla me ale/a del animal humano! a menudo insoportable! cuando no insidioso y hostil.2 =1D
=rD
"e ha mani$estado 1ue el $ilóso$o &aruch "pinoa tampoco discurrió acerca de los celos. "in embargo, en el escolio del teorema trig5simo 1uinto del libro tercero de su ^tica! se lee lo siguiente )Los celos no son más que una fluctuación del alma nacida de un amor y un odio simultáneos! acompa6ados por la idea de un tercero a quien se envidia =`D: aquel que se imagina que otro posee a su amada! no solamente sufre por las trabas puestas a la satisfacción de su amor! sino porque está for0ado a asociar la imagen de la cosa amada con las imágenes físicas de esa posesión por otro.2
O$f. os5 Ingenieros Tratado del 7mor, p. A, c. A, a. U.T )cabo de ad-eti!ar la mirada de 1ue se trata diciendo 1ue es inmiscuidi0a. 8 me he epresado bien, por1ue el !erbo inmiscuir se con-uga como huir, y así como se dice huidi0o, se puede decir tambi5n inmiscuidi0o. =sD
=tD
Ruisi5ramos ser Qagregaría yoQ como el 7 Zao 7 Gu , 1ue miraba con todo el cuerpo. O $f-. orge Luis &orges y Margarita Guerrero, Manual de Ioología "antástica. "egunda edición. M5ico, Fondo de Cultura Económica, >B, >S. =uD
)*l hombre es un lobo para el hombre.2 "entencia del comediógra$o latino Plauto y 1ue consta en su obra La %enta de los 7snos o 7sinaria. La sentencia completa es así )*l hombre es un lobo para el hombre! cuando no se le conoce.2
La sentencia de Plauto no le gustaba mucho a 7namuno. 35ase en seguida por 1u5. )B respecto a esto de libertad y tiranía! no hay que decir tanto !o"o !o"ini lu#us! que el hombre es un lobo para con el hombre! cuanto !o"o !o"ini agnus! el hombre es un cordero para el hombre. 9o fue el tirano el que hi0o el esclavo! sino a la inversa. "ue uno que se ofreció a
llevar a cuestas a su hermano! y no éste quien le obligó a que le llevase. 3orque la esencia del hombre es la pere0a! y! con ella! el horror a la responsabilidad.2 OMiguel de 7namuno, *nsayos. Cuarta edición. Madrid, )guilar, >B@?, I, B@.T =!D
)#itler fascinaba a las personas mediante sus o/os brillantes! de un a0ul intenso! siempre ligeramente saltones y que muchos visitantes no podían resistir. #itler se daba cuenta de este efecto y solía mirar a las personas largo rato a los o/os' luego! cuando ba/aba los párpados! lo hacía muy lentamente.2 O/enry Picer, #itler! 7natomía de un +ictador. $onversaciones de sobremesa en el $uartel 8eneral del )"Whrer2! ?R4?RO . "egunda edición. 9ue!a edición preparada por Percy Ernst "chramm. M5ico #. F. _ &arcelona, Ediciones Gri-albo, ". )., >BHA, UH.T )Hn día Qre$iere "peerQ mientras estábamos sentados a la gran mesa redonda de la casa de té! #itler comen0ó a mirarme fi/amente a los o/os. *n lugar de ba/ar la mirada! consideré que su actitud era una provocación. 9adie sabe qué instintos primitivos están en /uego en seme/antes confrontaciones visuales. Bo las había tenido con otras personas y generalmente salía airoso de ellas! pero aquella ve0 tuve que recurrir a una energía casi sobrehumana! al parecer interminable! para no rendirme al impulso! cada ve0 más fuerte! de volver los o/os a otro lugar. #asta que #itler! de pronto! cerró los suyos y poco después volteó! dirigiéndose a la mu/er que tenía a su lado.2 O)lbert "peer, Memorias. #itler y el Tercer 5eich vistos desde dentro . &arcelona, Plaa f an5s, ". )., Editores, >BHU, >A?+>AB.T =YD
)7yer anta 5obustiana Qdice 8ero!i, en su poema Rue-as santasQ sufrió un ligero desmayo Y a causa del mal olor Y que despedía el pescado' Y feli0mente fue cogida Y por San Ex#edito en bra0os Y pudiendo librarse así Y del consiguiente porra0o.2 OLeonidas 9. 8ero!i, Abra $ompleta, III, US?b.T