Delirious New York

 

Delirious New York

Delirious New York  o,

en su versión en castellano,Delirio de Nueva York , es el "manifiesto retroactivo para Manhattan" escrito por  por  el arquitecto holandés Rem Koolhaas  Koolhaas y publicado en 1978. Este texto es brillante y sorprendente. A pesar de ser una absoluta novicia en el campo de la arquitectura, he disfrutado de cada frase y teoría sobre la "cultura de la congestión", la cultura del siglo XX, encarnada, personificada por Manhattan. Sin embargo, este libro es una lectura imprescindible porque, además de hablarnos de arquitectura, de cultura y de Nueva York, el manifiesto de Koolhaas nos ofrece claves para entender el intento de controlar el chaos de la urbe moderna y, por extensión, una historia del siglo XX, de sus desafíos, de los aciertos y desaciertos de un siglo de progreso con la metropolis como metáfora.

Qué nos dice la contraportada? "Manhattan es el escenario donde se representa el último acto de la civilización occidental. Con la explosión demográfica y la invasión de las nuevas tecnologías, Manhattan se ha convertido, desde mediados del siglo XIX, en el laboratorio de una nueva cultura, la de la congestión; una isla mítica donde se hace realidad el inconsciente colectivo de un nuevo modo de vida metropolitano, una fábrica de lo artificial donde lo natural y lo real han dejado de existir. Delirio de Nueva York  es

un 'manifiesto retroactivo', una interpretación de la teoría no formulada que subyace en el desarrollo de Manhattan; es el relato de las intrigas de un urbanismo que, desde sus inicios en Coney Island hasta los teóricos del rascacielos, ha hecho explotar su retícula de origen. Este libro, polémico y premonitorio (publicado originariamente en 1978), ilustra las relaciones entre un universo metropolitano mutante y la singular arquitectura que puede producir; y afirma también que, con frecuencia, la arquitectura genera la cultura."

Qué nos dice el texto? "Los iconos de la religión son sustituidos por los del construir. La arquitectura es la nueva religión de Manhattan."

 

  "Otis ha lanzado un tema que se mantendrá como leitmotive de la planificación ulterior de la isla: Manhattan es una acumulación de catástrofes en potencia que no se producen nunca." "En muchos sentidos, la historia del manhattanismo como arquitectura distinta es la de la dialéctica entre esas dos formas: la aguja que aspira a ser un globo y el globo que intenta regularmente transformarse en aguja; un proceso de cruce que acaba en una serie de hibridaciones logradas, asociando el impacto visual y la modestia territorial de la aguja con la perfecta capacidad de absorción de la esfera."

"Pero esta virtualidad implica también un aislamiento fundamental: la ciudad ya no es un tejido más o menos homogéneo, una mosaica de fragmentos urbanos complementarios. Cada bloque está ahora solo como una isla, esencialmente abandonado a su propia suerte. Manhattan se transforma en un archipiélago de bloques."

"La metrópoli tiende hacia ese punto mítico dónde el mundo está totalemente fabricado por el hombre, y coincide entonces perfectamente con los deseos de este. La metropolis es una máquina que actúa como una droga y de la que es imposible escapar, a no ser que ella no haya previsto todo, incluso la evasión... Por ese carácter invasor, la realidad de la metrópoli se vuelve igual a la de la naturaleza, a la que se ha sustituido: banal, casi invisible, en todo caso indescriptible."