Dedicando Nuestra Casa

Dedicando Nuestra Casa Pastor Ramiro Sagastume Guatemala, 23 de noviembre del Año De La Abundancia

Dios se preocupa por los hogares y las familias, a tal punto que al venir Jesús a la tierra le preparó una familia donde nacer, de esa misma forma, le interesa nuestro hogar y nuestra familia. Todos hemos nacido en un hogar, y sin lugar a dudas nuestros padres hicieron una buena labor con nosotros, y aunque en el camino hayan cometido errores, es necesario recordar que también nosotros como padres también los hemos cometido, pero el Señor en Su misericordia nos ha rescatado de la vana manera de vivir heredada de nuestros padres y nos ha hecho parte de Su linaje. Dios permite que le dediquemos nuestra vida a Él, sin embargo, puede ser que alguno de nuestros antepasados haya dedicado su hogar a alguna potestad de idolatría y esto pueda estar afectando a la familia, por eso, los que tuvimos el privilegio de haber nacido en un hogar cristiano debemos dar gracias a Dios. Nehemías 12:27 (SSE) Y a la dedicación del muro de Jerusalén buscaron a los levitas de todos sus lugares, para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras.

Si notamos, en este pasaje se nos muestra que el pueblo de Israel le está dedicando los muros y la casa al Señor. Según este texto, cada vez que hay una dedicación existe una fiesta, y a nosotros se nos está dando la oportunidad para que podamos dedicar nuestra vida al Señor, así que no la debemos desaprovechar Según el Diccionario Strong Concordance, la palabra dedicación corresponde a la concordancia H2598 Kjank que significa: dedicar, estrenar e instruir.  Alguna de las prácticas de nuestra vida, son dedicaciones a algo, por ejemplo cuando nos ponemos ropa nueva, cuando comemos algo especial o hacemos algo fuera de lo común, es porque está dedicado a cierto acontecimiento. También pudo suceder que al momento de nuestro nacimiento nuestros padres nos hayan dedicado a algo, si consideramos que en épocas pasadas para nombrar a un niño se acudía a consultar el nombre que aparecía en el calendario, sin importar el significado que estos y el efecto que podrían tener sobre por la vida de los hijos. Proverbios 22:6 (SSE) Instruye al niño en su carrera; aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.

Los niños los debemos dedicar a Dios, e instruirlos desde pequeños en el Señor, para que aun siendo mayores no se desvíen del camino recto. 1 Reyes 8:63 (SSE) Y ofreció Salomón sacrificios pacíficos, los cuales sacrificó al SEÑOR, que fueron veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la Casa del SEÑOR.

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La casa del Señor tenía gran importancia para el rey Salomón, porque como vemos, no escatimó ningún sacrificio para esta festividad. Si investigamos conoceremos que el ganado sacrificado que detalla el pasaje tenía un gran valor económico, y todo esto fue dedicado al Señor. Salomón no restringió ningún esfuerzo por tratarse de la casa del Señor, de la misma forma nosotros no debemos escatimar nada para dedicar a nuestra casa cualquier aspecto espiritual ni material. Frecuentemente pretendemos que Dios arregle nuestro hogar a la brevedad, y que nuestro hogar cambie, sin embargo, debemos ser pacientes hasta que sea Su tiempo, pero dedicándole la vida de nuestros hijos y la de nuestros los cónyuges. Es necesario que comprendamos que Dios quiere que le dediquemos nuestra casa sin escatimar sacrificio. Cuando dedicamos algo, lo estamos trasladando de un lugar a otros, y esa es la función de una puerta, de tal manera que cuando estamos dedicando nuestra casa a Dios, estamos cambiando de dimensión. Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto atravesó el mar rojo, cambiando de esta manera de dimensión. Deuteronomio 2:13 (DHH) 'Y ahora --dijo el Señor--, pónganse en marcha y crucen el arroyo Zéred.' Y entonces cruzamos el arroyo.

Si vamos a dedicar algo, significa que estamos cambiando de dimensión. En el verso anterior aparece la palabra Zered que viene del original hebreo H2218 que significa “de exuberante crecimiento”. Génesis 25:27 (LBLA) Los niños crecieron, y Esaú llegó a ser diestro cazador, hombre del campo; pero Jacob era hombre pacífico, que habitaba en tiendas.

Esta pareja dedico a sus dos hijos, uno para que fuera diestro cazador, un hombre de “campo” y sabemos que esta palabra se refiere al mundo. Esto nos muestra que una del as cosas que no debemos hacer con nuestros hijos es dedicarlos al mundo, más bien debemos ser cuidadosos para dedicarlos desde pequeños a Dios. Por otra parte, Jacob era un hombre pacífico que le gustaba estar en casa, y si recordamos Jacob amaba más a Esaú y Rebeca amaba más a Jacob. Jueces 11:2 (LBLA) Y la mujer de Galaad le dio hijos; y cuando los hijos de su mujer crecieron, echaron fuera a Jefté, y le dijeron: No tendrás heredad en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.

En este pasaje vemos un hogar donde existen hijos de diferente condición, unos que son hijos de padre y madre, y otro que era solo de madre. Si existen hogares con estas características, deben ser restaurados para que no suceda esto y que todos puedan convivir como hermanos. Por otra parte, existen hogares que posiblemente fueron entregados a potestades, donde los antepasados echaron fuera de los hogares a sus hijos por algún problema que afrontaron, dedicándolos con ello a potestades y replicando lo que posiblemente les sucedió tiempo atrás. Cuidemos nuestro actuar, porque nuestros hijos nos están viendo y en el futuro replicaran nuestro caminar.

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Deuteronomio 2:18 (LBLA) "Tú cruzarás hoy por Ar la frontera de Moab.

La palabra Ar es la raíz de la concordancia H5782 que significa avivar, blandir y despertar. Si queremos dedicar nuestro hogar a Dios tenemos que avivar muchas cosas en nuestra casa, una de estas es el amor hacia nuestro cónyuge, tomando en cuenta que el tiempo pasa y las relaciones cambian hasta convertirse en costumbre. Es necesario que reavivemos el amor en pareja y el amor de padres hacia los hijos, sintiéndonos orgullosos de ellos como cuando eran niños pequeños, y al hacerlo estaremos dedicando nuestro hogar al Señor. Hay parejas que duermen hasta en camas separadas, y esto va matando la relación. Para dedicar la casa al Señor debemos atravesar un umbral y los hombres levantarnos como valientes guerreros para defender nuestra casa, pero también despertar para recordar las promesas que Dios ha hecho en nuestra casa. Josué 1:2 (LBLA) Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.

Cruzar es pasar a otra dimensión. La palabra Jordán significa “el que desciende y el que se humilla”. Si queremos dedicar nuestra casa al Señor debemos descender y humillarnos. Si lo aplicamos a nuestro hogar sucede lo mismo, porque si descendemos a nuestros hijos, encontrarán más confianza y comprensión de parte nuestra. Génesis 32:22 (LBLA) Y aquella misma noche se levantó, y tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Jaboc.

La palabra Jaboc significa: vaciar y poner la basura en su lugar. En nuestra casa debemos ser ordenados y poner cada cosa en su lugar, así mismo vaciar las cosas que ya no son de nuestra utilidad, debido a que nuestra casa pudo haber sido dedicada a algo que no es de Dios, o bien, que existan amuletos o costumbres que deben ser echadas fuera del camino del Señor. Muchos de nosotros no fuimos dedicados a Dios desde el principio de nuestra vida, o fuimos presentados ante el Seño de recién nacidos, pero el Señor dice en el libro de Joel dice que Él restituirá los años que se ha comido la langosta, el pulgón, el saltón y la oruga. Pero hoy el Señor quiere que seamos dedicados a el, rechazando toda dedicación a ídolos o entidades a los que hubiéramos podido ser consagrados.

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