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SILVIA ELENA TuNDLAR.Z
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¿DE QUE SUFREN LOS NIÑOS? LA PSICOSIS EN LA INFANCIA
Lugar Editorial
Tgndlar~.
Silvia E:lgna De que ~ufren 105 niño:>? : la psico6is en la infancia. - 2a ed. 1a reimp. Quenos Aires : Lusar l;ditorial, 2007 . 100 o. : ZOX14 cm.
1. P~icQlogí~ Infantil. l. Titulo CDD 155.4
Motivo d~ tapG! PtíjartJ con la mirada tranquila (1960) . Joan Miró, Colección Thompson, Pittsburgh.
Queda prohibida la repro~ucción total o parcial de este libro, en form.a idénti~!l o modificada y por cualquif:~r medio o procedimiento. sea mecánico, infor-
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I5BN: j76-350-63Z-13Z-5 ~ 1996 Lug'lr Editorial S.A. Ca.~tro RArros l 7f;4 (Cl2~7ABN) Buenos Aires, Argentina T@l/Far (54·11) 4921·5174 / (54·11) 4924-1555 ~-mili!; lugared~el~itio.net /
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PRÓLOGO )
ESTHBLA SOLANO-SU AR.EZ
El libro que tenemos en nuestras manos lleva ~orno tít"Ulo una pregunta: ¿De qué sufren los niños? Esta pregunta que interpela al futuro lector -quien puede reconocerla como suya- se encarna de manera diferente cada vez que un niño acude a la consulta de un psicoanali~ta _ Determinar las coordenadas estructurale~ de la preguntri, recortando sus incidencias de forma dominante al ámbito de la psicosis infantil y más particularmente al autismo, ~Qn~ti tuye la propuesta de la autora.
Podemos entonces dejarnos llevar por los meandros del texto y seguir el atento recorrido que él nos propone sobr~ el análisis estructural del autismo infantil,. deductible de~de I~ respuestas que el Dr. Lacan propone en di~tintos mom{!nto~ de su enseñanza. Desde ahí se ordena una interpretación posible de IW>
concepciones elaboradas sobre la cuestión del autismo infantil por los analistas posfreudianos. También podemos apreciar aquí, las consecuencias de la enseñanza de Lacan ~ nivel de los aportes que han realizado posteriormente loB anilli5taB que se reconocen como alumnos de su Escuela. De esta lectura será fácil deducir que el sólido andamiaje teórico que proporcionan las categorías forjadas por L9c!ln. asegura una orientación psicoanalítica, que erradic~ d~ IR clínica del autismo la errancia golidaria de la impoten~iA . .En consecuencia, el partido se juega e n el tablero de to impo~iblé _ Este es presentificado al lector, cuando ~e . pre~entR ni
autismo como una consecuencia de una falla en· la esrructura. Esta falla es equivalente a la no inscripción de lu función
Simbólica del Nombre-del-Padre. En estos términos. la autora opta por inscribir estructuralmente el autismo en el campo de las psicosis infantiles. . No obstante, si el autismo se ubica como una consecuencia de una malformación simbólica fundamental, eso no implica que en este caso no se puedan ~onsiderar las incidencias del lenguaje, como incidencias negativas, puesto que éstas ponen en evidencia lo que de aquél retorna como lo real d~l verbo . De ahí se deduce que el sujeto auti sta es un sujeto que no se determina como falta en ser en el ejercicio de la palabra. Por lo tanto, el registro de la demanda está ausente. Encontramos aquí la paradoja de un sujeto que al est~r fuera del sentido, se realiza en su petrificación como equivalente del objeto plus-de-goce. . ~ En este sentido, el enigma del autismo puede ser leido como la revelación de la verdad de la estructura: el Otro no existe y como partenaire del goce, en el lugar d~ la inexistencia, sólo responde el objeto a, al cual se correlaciona . . ~ . . un modo de gozar autístico . ·Cómo operar entonces en la exper1enc1a analtt1ca, teniendo ~n cuenta que el analista no será el partenai.re de un sujeto dividido que le dirige un pedido, y~ que quiere . develar el sentido del síntoma que le escapa, sino de un sujeto que se presenta como «soy» de goce, fuera de todo sentido Y desarticulado del «yo pienso»? . . Silvia Tendlarz nos expone una lectura m1nuc1osa de tratamientos que hacen de este volumen una .rica fuent~ de referencias clínicas . Por lo que podemos decir que su hbro es un estudio sobre la clínica del autismo, y como tal, interroga a cada analista, para que éste dé cuenta de la manera en que se confrontó con el imposible desde su acto. Al terminar su lectura podemos decirnos también, que la auto ra nos hace participar a un debate entre anal i.stas, s~b.re un problema crucial que concierne a la Etica del ps.1coanáh s1s. Este no es otro que el del «¿Qué hace r?» que .interpela a1 analista cu ando debe trata r el goce que esta en Juego , en un modo d~ respue!;ta ext re mo como e] que present~fi ca e.1 ,ni ñ~ autjsta . Seríamos c o nsecuentes con nue stra o r1en tac1on sL ~
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consideráramos que esta respuesta silenciosa de l autista, condensa lo que queda de indecible en la relación inexistente entre los sexos, cuando la mediación semántica que asegura la función fálica queda excluida del registro de lo que se transmite como Saber inscribible, de una generaci ón a otra . El debate se prosigue más allá de estas páginas. Al cerrar este libro nos quedará presente que cada vez que un anaHsta se confronta en la clínica con la psicosis infantil, renueva la apuesta de querer saber cómo operar desde lo Simbólico sobre lo Real. Esa es la apuesta ética del psicoanálisis. Si el analista opta por elaborar y declarar las razones de su praxis, estará contribuyendo al debate, para hacer avanzar el psicoanálisis. En cuanto al niño, como propone Silvia Tendlarz, se le estará brindando la oportunidad «de que tal vez un encuentro analítico cambie su destino». París, 7 de abril de 1996
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INTRODUCCION ·
El sufrimiento no es una experiencia ajena a los niños, aunque muchas veces deban permanecer a solas con é1. Las tres fuentes de sufrimiento que indica Sigmund Freud en 1 el propio cuerpo, la relación con los otros, el mundo exterior- no dependen de la edad. Después de todo, el concepto de es relativamente reciente (siglos XVI-XVII); es solidario de la preocupación educativa que modifica el lugar de ellos en el discurso2 y no depende de una cronología evolutiva. Debemos encontrar la manera de acercarnos a su intimidad. Los síntomas neuróticos, los estados de angustia difusos, los trastornos de conducta, las inhibiciones y dificultades en la adquisición del lenguaje dan cuenta que algo ocurre, aunque muchas veces los niños no puedan dirigir un pedido de ayuda. Cuando se le da oportunidad de una entrevista analítica, el niño rápidamente ofrece las razones de un sufrimiento con el cual el tratamiento analítico permite operar. Hablar de sufrimiento no nos impide interesarnos por los elementos particulares de Jas estructuras subjetivas. Intentaremos examinar la psicosis en los niños, sin dejar por ello de lado el estudio de la neurosis en la infancia. ¿Existe una especificidad de la psicosis en los niños? Jacques Lacan señala una confusión que reinó durante décadas y que llevaba tanto a rehusar el término de psicosis para los niños como a indicar su naturaleza exclusivamente orgánica. Y a la vez no deja de señalar: •8 A. Hartmann, «Un ni ño l:lei ni:u10: ·El camión de bas ur¡¡ me pu e