De La Insurrección A La Revolución en México Resumen

September 20, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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De la insurrección a la revolución en México

Las bases sociales de la violencia agraria, 1750-1940

Introducción La vida agraria y la rebelión rural. La violencia en el México moderno.

En 1910, Emilio Zapata dirigido a los aldeanos de Anenecuilo, en el estado de Morelo al sur de la ciudad de México, en una disputa por terremotos que reclamaba un ingenio azucarero vecino. Rápidamente ganó fama como defensor de los derechos de los pueblos. Al mismo tiempo Morelo, hijo de una de las familias rancheras, mineras y bancarias más ricas del norte de México, dirigía una revuelta contra Porfirio Díaz, quien había dominado la política mexicana desde 1876. El programa de zapata era sencillo y radical: exigía la devolución de las tierras comunales a los aldeanos campesinos. El programa de madrero era moderado y complicado: exigía democracia electoral y justicia efectiva (mencionaba vagamente la justicia agraria, lo que generó una alianza con Zapata a  principios de 1911) Anates que concluyera en 1911, Zpata seguía exigiendo la devolución inmediata de las tierras Madero contestaba hablando de prudencia y de esperas, lo que motivó a Zapata levantarse otra vez. Esta vez en contra del mismo presidente reformista que él había apoyado…Finalmente Medero muere a manos de el general Victoriano Huerta en 1913. Zapata mantuvo su rebeldía, durante años de revolución y guerras civiles.

Consolidación política, desarrollo dependiente y comprensión agraria, 1880.1910. El México agrario experimentó un conflicto y una violencia en ascenso durante el periodo de descompresión de 1810 a 1880, las insurrecciones rurales fueron numerosas. Los rebeldes sincronizaron sus alzamientos para aprovechar las divisiones y debilidades del Estado y de la élite. Los campesinos reaccionaron contra las fuerzas del Estado y sin embrago casi nunca tomaron parte activa de los conflictos políticos, dejando a la élite los asuntos de Estado.la élite rara vez buscó el apoyo agrario, los rebeldes agrarios rara vez trataron de forjar alianzas con los actores políticos. Por lo tanto los conflictos políticos se mantuvieron clase contra dominante, mientras los conflictos agrarios enfrentaban a los tenedores dentro elitistasde dellapoder los pobres del campo.

 

Los conflictos políticos y agrarios proliferaron a la vez en el México decimonónico. Para 1910 había llegado a su fin la separación de los conflictos políticos y agrarios. Los contendientes en la lucha por el poder político nacional empezaron entonces a cortejar el apoyo agrario, los insurrectos agraristas plantearon activamente a los dirigentes políticos sus demandas de tierra y justicia. El resultado una guerra política nacional. En 1876, en algo que sólo parecía una más de tantas revueltas políticas, Porfirio Díaz se hizo de la presidencia. Ese resultó ser el último golpe triunfante en el México decimonónico. Díaz le dejó el cargo a su aliado Manuel González de 1880 a 1884 y después regresó a dominar la nación políticamente hasta 1910. Bajo su férula México alcanzó su primer largo periodo de estabilidad política. El régimen de Díaz abarcó además la primera era prolongada de expansión económica de la nación. Los problemas que habían aquejado a las élites mexicanas durante más de medio siglo parecieron resueltos bajo Díaz. Las élites más ricas y un Estado más fuerte y estable. estab le. Periodo de estabilización política y desarrollo económico a fines del siglo XIX fue también un periodo de comprensión agraria. La población creció con rapidez mientras se ponían en vigor las leyes de los liberales contra la tenencia comunal de la tierra, minando la autonomía de sustento de muchos aldeanos. Una población de arrendatarios en rápida expansión se enfrentó así a un empobrecimiento con inseguridades cada vez peores. El estado recién estabilizado demostró suficiente fuerza para reprimir el descontento durante tres decenios. Los resentimientos agrarios de los pobladores del campo iban en ascenso, pero después de 1900, cuando las élites mexicanas se dividieron profundamente, situación que condujo al desplome del Estado de Díaz a partir de 1910.

Consolidación política, desarrollo dependiente y elites terratenientes Mientras reprimían a los insurrectos agrarios a los insurrectos agrarios, Díaz y González trabajaron eficazmente por consolidar la estabilidad política y estimular el crecimiento económico. La protesta agraria estuvo reprimida, mientras los resentimientos subyacentes se hacían más  profundos en muchos casos. Esa comprensión acabaría por estallar en revolución. La política fundamental de Díaz de consolidación política fue sencilla: aspiraba a eliminar los oligarcas locales de los altos cargos políticos en toda la nación y sustituirlos por agentes  políticamente leales. En las tierras fronterizas norteñas, Díaz expulsó del poder político a

 

mediado de los 18880 a los Madero de Coahuila, a los Terrazas de Chihuahua y a los Maytorena de Sonora. En la subordinación política de las elites mexicanas bajo Díaz a fines de los 1870 y en los 1880 convergieron dos factores. En primer lugar, esas élites tenían todavía problemas económicos. Cuando Díaz subió al poder en 1876, pues, la élite mexicana se hallaba todavía en un estado de debilidad y fluctuación. Muchos de los que se habían afanado por explotar  propiedades agrarias en el largo periodo de incertidumbre económica e inestabilidad  política las estaban perdiendo por deudas insuperables. En segundo lugar, Díaz tenía nuevos medios para lograr la paz política. Durante las  presidencias de Díaz y González de 1876 a 1884. 1884 . Lidiando todavía tod avía con la ultima andada de insurrecciones agrarias de siglo XIX. Díaz sólo pudo mantener su poder político permitiendo que las regionales obtuvieran las recompensas económicas que esperaban….tal vez prefería Díaz actuar de mediador en las relaciones sociales del México rural, permitiendo a las élites beneficiarse mientras su Estado ofrecía por lo menos un mínimo de justicia a los pobres. Los pobres del campo arrostraban numerosos abusos cometidos por las élites y por quienes aspiraban a ingresar en la élite. Esos problemas agrarios formaban parte de una mayor proeza de equilibrismo que fue fundamental para las relaciones de Díaz con las élites terratenientes y otras de México. Podía gobernar mientras satisficiera en general a los intereses económicos y de otro tipo de los detentadores del poder. Las élites coahuilenses iban a producir de los más destacados dirigentes del periodo revolucionario posterior a 1910: Francisco Madero y Venustiano Carranza. Desde los primeros años de gobierno Díaz encontró en las élites terratenientes un apoyo sin regateos a la política de construcción rápida de ferrocarriles por medio de concesiones a inversionistas extranjeros, éstos financiaban los ferrocarriles a cambio de que el gobierno le garantizara una mínima de rentabilidad, las élites mexicanas podían esperar nuevas utilidades sin necesidad de cargar con el costo de construir vías férreas. Debido a los ferrocarriles, México se convirtió por primera vez en su historia en gran exportador de ganado y productos agrícolas. Los ganaderos establecidos a lo largo de las regiones fronterizas norteñas podían vender su ganado en los mercados en ascenso de los Estados Unidos.

 

Los acontecimientos durante la época de Díaz completaron y consolidaron la reestructuración de la élite mexicana que se había iniciado al final de la época colonial y se había acelerado en los caóticos años posteriores a la independencia. Bajo Díaz, el desarrollo de la producción para exportar condujo a cuatro patrones regionales primarios, pero con numerosas subdivisiones. El norte se dividió entre las tierras fronterizas, ligadas a Estados Unidos, los estados del centro-norte, orientados a los mercados mexicanos. El centro-sur se escindió en regiones del altiplano organizadas en torno a las haciendas y pueblos, y las tierras bajas costeras en torno a las haciendas que sembraban cultivos tropicales. El crecimiento demográfico del siglo XIX, lento pero firme, dejó a los campesinos unos recursos menos amplios que los tiempos de la colonia. Pero ni siquiera la llegada del ferrocarril fue capaz de romper el aislamiento económico de la región. No hubo una rápida expansión de la demanda de productos de las haciendas, y por ello fue poca la presión de una élite que ambicionase tierras de los campesinos. A lo largo y ancho de la mayor parte del México del altiplano central, la autonomía del campesino era atacada y desaparecía rápidamente durante el periodo de Díaz. Los aldeanos del centro de México, cuyos antepasados se habían mantenido pasivos en 1810, iba a adherirse y dar creciente apoyo a la revolución agraria en que se vio sumergida gran parte de México después de 1910. Morelos: Crisol de la revolución agraria Los aldeanos de Morelos, dirigidos por Emiliano Zapata, fueron los más firmes de los revolucionarios agrario de México entre 1910 y 1920. Su excepcional devoción a la insurrección contra los que pretendían gobernarlos salió de una variante local,  particularmente intensa de las penalidades agrarias que afligían a los aldeanos en todo el centro de México. La región se fue dedicando cada vez más al cultivo de la caña de azúcar en la épica de la colonia. En las alturas circundantes, los aldeanos conservaban la mayor parte de la tierra. Para conseguir el núcleo de trabajadores morelenses echaban mano de esclavos, indígenas mexicanos capturados.

A fines del siglo XVIII, empleados libres habían reemplazado en general a los esclavos como trabajadores permanentes de las haciendas, mientras los aldeanos morelenses seguían  proporcionando la mano de obra temporal para la siembra y siega de la caña. Hacía 1810 había en Morelos mucha pugna local entre haciendas y los aldeanos.

 

Fue después de la independencia cuando la pugna en el agro alcanzó su clímax en la región. Al final del decenio de 1840, la violenta pugna agraria se había vuelto endémica en la región azucarera y los aldeanos morelenses empezaron a adquirir experiencia como insurrectos. Después durante la época de Díaz, las presiones sobre los campesinos morelenses tuvieron aumento radical. La llegada del ferrocarril a principios princi pios de 1880 facilitó el acceso a la ciudad de México, a la vez que habría a los productores morelenses de azúcar. Las relaciones sociales agrarias basadas en combinaciones de aparcería y trabajo temporal que predominaban hacia 1900 en Morelos y a través de gran parte centro. Guardaban  paralelo con las relaciones de inseguridad subordinada que habían afligido a los pobres del agro hacia 1800. Esas relaciones sociales generaron el resentimiento, el sentido de injusticia. Los cambios del siglo XIX habían hecho aún más extensas las relaciones sociales de inseguridad subordinada. En esa región los cambios del agro en el siglo XIX despojaron a muchos aldeanos de la autonomía del sustento y los obligaron a aceptar la subordinación. Villa reclutó algunos rebeldes que habían sido despojados de su autonomía y esto fundió sus ofensas en una intensa afrenta que dio impulso al movimiento encabezado por Emiliano Zapata. La cohesión comunal era un ideal arraigado Así el movimiento rebelde que sacudía a Zapata en busca de caudillaje permaneció firmemente agrarista en su perspectiva Estos insurrectos agrarios con poca tradición de organización comunal se rebelaron bajo dirigentes menos enraizados en la población agraria. Tanto Hidalgo como Villa levantaron un fuerte número de insurrectos empujados a la rebelión por los agravios. Pro sus movimientos mostraron poca capacidad de lograr un cambio en el agro. En cambio, los aldeanos del centro de México, con sus puntas de lanza en los zapatistas morelenses, utilizaron estructuras arraigadas al poder comunal para organizar una insurrección que con fervor y perseverancia ínsita en, fundamentales demandas agrarias de tierras y autonomía comunal. Su insurrección acabo por ser derrotada, pero llevaron a los mexicanos a una transformación revolucionaria.

 

LA revolución 1910-1940 En el año 1910 fue intensificación de la agitación política y agraria Madero atraía crecientes muchedumbres en su gira por México al prometer democracia política y una  justicia agraria no definida. Al mismo tiempo, la magnitud de la perdida de las cosechas hacía escasear y encarecía el alimento para los pobres. La incapacidad de la élite, profundamente dividida, para encontrara soluciones de compromiso a sus diferencias políticas, unida a la disposición de Madero y a otro disidentes de la élites para hacer la corte al apoyo agrario, abrió el camino al subsiguiente revolución. El otoño de 1910, Días encarceló a Madero y maquino una vez más su propia reelección. La devolución de tierras a los aldeanos y rancheros despojados. Cuando los maderistas fueron tomando las riendas de los gobiernos estatales de 1911, trataron de refrenar y, de ser  posible desmovilizar a los rebeldes que se habían unido a la lucha luch a contra Díaz. Dí az. Pero Zapata y los rebeldes agraristas de morelos se negaban a deponer las armas mientras no obtuvieran las tierras. Madero rechazó su reforma tan precipitada, lo que puso a zapata en rebeldía contra el régimen que acaba de ayudar de instalar. Entonces Maderos envió al ejército de Díaz a someter a los aldeanos morelenses. Pero P ero la brutalidad de la tropa sólo sirvió para que el conflicto subiera de tono. La agresión militar endureció la resistencia de los aldeanos, y estos se unieron a Zapata en número creciente los campesinos morelenses iban a seguir alzados en armas, exigiendo tierras y autonomía local, hasta el asesinato de su jefe en 1919. El equilibrio de los ejércitos en México revolucionario garantizaba que Zapata y otros insurrectos agraristas no pudieran pudieran “ganar” y eso prolongó el conflicto. No podían derrotar a facciones como los constitucionalistas de Venustiano Carranza, que estaba dirigidos por las élites y tenían apoyo internacional. Los insurrectos agrarios no podían exigir ni conservar el control sobre el estado nacional, pero si bien no podían ganar, muchos no iban a perder. Pancho Villa puso en pie imponentes ejércitos que lucharon por el poder nacional de 1913 a 1915. Reclutó un masivo apoyo agrario en Chihuahua, en la laguna y otras regiones norteñas. Pero, tal como lo habían aprendido quienes se unieron a Hidalgo un siglo antes, los ejércitos agrarios en masa podían ser derrotados decisivamente y eliminados de  posteriores luchas por el poder. En cambio, Zapata Zapat a y otro rebeldes agraristas a graristas contaban con tácticas guerrilleras, que para 1910 ya eran una tradición centenaria entre los insurrectos del centro de México. Fue la perseverancia de los zapatistas y de otros guerrilleros agraristas lo que acabó por obligar a todos los participantes en las contiendas revolucionarias hacer de la reforma agraria el problema social primordial de la época. El crucial papel de los insurrectos agrarios en la lucha revolucionaria está patente en las decisivas pugnas de 1914 y 1915. Con el respaldo de las movilizaciones agrarias más masivas y más extensas de la historia de

 

México, Villa y Zapata controlaron la mayor parte del territorio Mexicano, ocuparon la ciudad de México y dominaron el gobierno conocido como la convención a fines de 1914.  No es que los movimientos basados b asados en movimientos campesinos carezcan intrínsecamente de capacidad para ejercer del Estado. Las revoluciones de China y de Vietnam dejan constancia de ello. Fue la desunión y no la incapacidad de los campesinos lo que impidió a Villa ynacional. Zapata generar unlos programa reformas y mantener su  poder Mientras rebeldescoherente zapatistasdeeran en su revolucionarias abrumadora mayoría aldeanos en demandas de que se le devolvieran las tierras de las haciendas, Villa había movilizados no sólo a desposeídos rancheros norteños, sino que también a subordinados de las haciendas que buscaba remedio a la inseguridad de la aparecería y del trabajo temporal.

Conclusión Este estudio ha buscado explicaciones a la violencia agraria que empezó en México con la revuelta de Hidalgo en 1810, se extendió y se volvió endémica en los decenios de 1840 a 1880 y explotó en un conflicto revolucionario después de 1910. A su vez, éste análisis  puede servir de aportación a discusiones más generales y comparativas comp arativas sobre los orígenes de los levantamientos agrarios y la revoluciones sociales levantadas por esos levantamientos, en los últimos siglos esta conclusión resume mis principales descubrimientos sobre las insurrecciones mexicanas y explora brevemente su relación con el análisis de levantamientos rurales y revolucionarios en estos lugares.

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